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2. Jesucristo - Cristología
A. ¿Quién es Jesucristo?
Hace casi dos mil años, Jesús hizo a Sus discípulos dos preguntas que
aún resuenan en el corazón y en la mente de los hombres: “¿Quién dicen
los hombres que es el Hijo del Hombre?” y “Y vosotros, ¿quién decís que
soy yo?” (Mateo 16:13-16).
Muchas personas, muchos sistemas religiosos y filósofos han sugerido
varias respuestas para la primera pregunta. Para algunos, Jesús es un
profeta, para otros un gran maestro y para otros, simplemente un hombre
bueno y moral, cuya vida ejemplar es digna de ser imitada. Algo parecido
a lo que decían los hombres en el tiempo de Jesús.
Sin embargo, la respuesta a la segunda pregunta es de mucho mayor
importancia y trascendencia. La respuesta de cada persona en particular
decide no solamente su destino eterno (Juan 3:16) sino la calidad,
significado y fruto de Su vida aquí y ahora (Juan 10:10; Colosenses 3:3-
4; Gálatas 2:20). Así que el asunto teológico central y universal por las
edades ha sido y es éste: ¿Quién es Jesucristo? Y como claramente lo
enseña la Biblia, Jesucristo es Dios Encarnado. Todas las personas, en
todas partes del mundo, necesitan preocuparse, no tanto acerca de una
religión, sino respecto a entrar en una correcta y viva relación con Dios a
través del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, no puede haber una doctrina cuyo estudio sea más
importante que la Doctrina de Jesucristo. Pues Jesús tomó la forma de
hombre (Filipenses 2:5-11) para explicar a los hombres no solo quién y
cómo es Dios (Juan 1:18), sino también para mostrar lo que es el hombre
y lo que Dios quiere que el hombre sea (1 Pedro 2:21; 1 Corintios 15:45-
49). De modo que un apropiado estudio doctrinal de Cristo revelará mucho
acerca de Dios y mucho acerca del hombre, y acerca de cómo el hombre
puede relacionarse adecuadamente con Dios y con los demás hombres.
Enfocaremos nuestra atención casi exclusivamente en lo que la Biblia
enseña acerca de Jesús.
B. Textos Cristológicos clave
Aunque hay muchos textos importantes acerca de Jesús, los siguientes
son de especial significado y deben ser estudiados cuidadosamente. La
importancia de estos textos es especial por lo que enseñan respecto a
Jesús y respecto a lo que Él vino a hacer: Juan 1:1-18; Romanos 5:12-
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20; Efesios 1:3-10; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:15-22; 9-15;

Hebreos 1:1-9.
C. La deidad de Jesucristo
Es crucial demostrar con la Escritura que Jesucristo es Dios.
1. Preexistencia de Cristo: Jesús existía antes de la encarnación (Juan
1:1-2, 30; 6:38).
2. Eternidad de Cristo: Cristo no solamente existía antes de hacerse a Sí
mismo hombre, sino que la Biblia dice que Su existencia es eterna; la
eternidad es un atributo que pertenece solo a Dios (Isaías 9:6-7; Juan
8:58; Hebreos 13:8; Apocalipsis 1:4-8; 17:5).
D. Naturaleza divina de Cristo
1. Jesús es completamente divino, ya que Jesús y el Padre son uno en
esencia (Juan 10:30), Jesús es Dios y en Él están corporalmente la
naturaleza y la esencia divinas (Filipenses 2:6; Colosenses 1:15),
Jesús reveló al hombre la naturaleza y el carácter de Dios (Juan 1:14,
18; 14:9-11), es citado como parte integral de la Trinidad (Mateo
28:19; 2 Corintios 13:14).
2. Jesús exhibió atributos divinos que pertenecen solo a Dios, como la
omnipotencia (Lucas 8:22-25), la omnisciencia (Juan 2:24-25), la
omnipresencia (Juan 1:48-49; Mateo 8:5-13), la inmutabilidad
(Hebreos 13:8) y la vida (Juan 5:26).
3. Jesús realizó milagros que solo Dios puede hacer. Su poder trascendía
las leyes naturales (Marcos 6:47-51), ejerció poder sanador y
restaurador (Juan 9:1-7), perdonó pecados (Mateo 9:1-7), levantó
muertos (Lucas 7:11-15).
4. Jesús tomó parte activa en la Creación y es el Sustentador de todas las
cosas (Juan 1:13; Colosenses 1:16-17).
E. Los nombres y títulos de Cristo que señalan Su deidad
1. Jesús: el Señor es salvación (Mateo 1:21).
2. Emanuel: Dios con nosotros (Mateo1:23).
3. Jehová: Jesús dijo que Él era el mismo “Yo Soy” (Éxodo 3:14; Juan
8:58).
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4. Señor: equivalente del Nuevo Testamento a Adonai del Antiguo

Testamento (2 Pedro 1:11).
5. Dios: equivalente del Nuevo Testamento a Elohim del Antiguo
Testamento (2 Pedro 1:1).
6. Hijo de Dios: este título describe la eterna relación de Jesús con el
Padre y no implica que Jesús vino a ser hijo de Dios en cierto punto del
tiempo (Juan 3:16-17; Gálatas 4:4).
7. Hijo del Hombre: el título favorito con que Jesús se llamaba a Sí
mismo, pero también implicaba que Él era Dios (Mateo 26:62-66). Lo
identificaba tanto como un hombre real como con un hombre perfecto
(Daniel 7:13-14; Mateo 19:28; Marcos 10:45).
8. Hijo de David: este título relaciona a Jesús con el derecho a sentarse
en el trono eterno para gobernar a Israel (2 Samuel 7:11-16; Lucas
1:26-33; Mateo 21:9-11).
F. El cumplimiento en Jesús de las profecías mesiánicas del Antiguo
Testamento
Hay más de 300 profecías mesiánicas del Antiguo Testamento que fueron
perfectamente cumplidas en Cristo.
1. Su persona Profecía del A.T. Cumplimiento en el
N.T.
Divinidad Isaías 9:6 Lucas 2:11
Nombre Isaías 7:14 Mateo 1:23
Humanidad Isaías 7:14 Hebreos 2:14
Realeza Davídica 2 Samuel 7:11-16 Lucas 1:31-33
Linaje: tribu de Judá Génesis 49:8-10 Apocalipsis 5:5-7

2. Su nacimiento Profecía del A.T. Cumplimiento en el

N.T.
Dónde Miqueas 5:2 Mateo 2:5, 6
Cuándo Daniel 9:24-27 Lucas 2:1-2; Gálatas
4:4
Cómo Isaías 7:14 Lucas 1:26-38
La huida de Egipto Oseas 11:1 Mateo 2:13-15
Matanza de los niños Jeremías 31:15 Mateo 2:17-18
por parte de Herodes
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3. Su ministerio Profecía del A.T. Cumplimiento en el

N.T.
Sería lleno del Espíritu Isaías 11:1-2 Lucas 4:14-22
de Dios
Sería luz para los Isaías 60:1-3; Isaías Lucas 2:25-32
gentiles 61:1-2
Sería el Salvador Isaías 49:6 Mateo 1:21; Juan
1:29; Lucas 19:9-10
Moriría por los pecados Isaías 53:4-7 1 Pedro 2:23-25
Sanaría Isaías 53:4 Mateo 8:16-17
Sería rechazado Salmos 118:22 Mateo 21:42
Sería crucificado Salmos 22:16-18 Juan 19:20
Su muerte y Su Isaías 53:9 Mateo 27:57-60
sepultura
Su resurrección Salmo 16:9-11 Mateo 28:2-8
Su ascensión Isaías 52:13 Hechos 1:6-11

4. Su obra futura Profecía del A.T. Cumplimiento en el

N.T.
Su exaltación Salmo 110:1 Lucas 20:42-43
Su Segunda Venida Zacarías 14:3-9 Filipenses 2:5-11
Su Reinado Eterno Daniel 2:44 Apocalipsis 11:15

G. La humanidad de Cristo
1. Introducción: para muchas personas es más fácil aceptar el hecho de
que Jesús es Dios que el hecho que Él sea realmente un hombre.
¿Cómo puede Dios volverse hombre y seguir siendo Dios? Por muy
misteriosa que nos parezca, esa es la clara enseñanza de la Escritura.
El término que se aplica a la verdad de que en Jesucristo Dios se hizo
hombre es encarnación (Juan 1:14; Romanos 1:3; 8:3; Gálatas 4:4;
Filipenses 2:7-8; Hebreos 2:9).
2. Su encarnación: la encarnación significa el acto divino mediante el
cual Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo, por el poder de
Su Espíritu Santo en el momento de Su concepción virginal. Es de vital
importancia tener presente que no fue a través de la encarnación que
Jesús llegó a ser el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad,

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sino que Él ha sido eternamente el Hijo de Dios (Juan 1:1-3; Salmos

2:4-12).
¿Por qué fue necesario que Jesús se hiciera hombre?
a) Para que el hombre conociera a Dios a través del Hijo (Juan 1:18).
b) Para revelar lo que Dios quiere que sea el hombre (1 Corintios
11:1).
c) Para Dios hablar al hombre a través del Hijo (Hebreos 1:1-2).
d) Para realizar Dios Su plan de redimir al hombre del pecado
(Hebreos 2:14).
Dios llevó a cabo la encarnación de Cristo a través de la persona del
Espíritu Santo, usando como medio la concepción virginal.
3. Su concepción virginal: los milagros de la concepción virginal de
Jesús y de Su resurrección corporal son las piedras angulares sobre
las que descansa la fe cristiana. Dios escogió la concepción virginal
como medio de hacer de Su eterno Hijo un hombre, porque:
a) Fue un acto sobrenatural de tal magnitud que sólo Dios podía
realizarlo y demanda fe para aceptarlo (Lucas 1:29-37).
b) Fue un milagro que cumplió en forma específica la profecía bíblica e
identificó a Jesús como el Mesías Redentor prometido (Mateo 1:22,
23; Isaías 7:14).
c) Fue el medio que escogió Dios para hacer lo divino humano, sin
que lo divino perdiera su divinidad ni lo humano su humanidad, de
manera que Jesucristo pudiera ser el verdadero Dios-Hombre.
Jesús tuvo una madre terrenal que garantizó Su humanidad y un
Padre Celestial que garantiza Su divinidad (Colosenses 2:9).
La encarnación garantizó que Jesús como hombre no tuviera un padre
terrenal que le heredara la naturaleza pecaminosa. La encarnación
aseguró que Jesús sería sin pecado (Lucas 2:23). De no haber
existido una concepción virginal, Jesús no hubiera sido Dios, sino
solamente un hombre como otro cualquiera, llevando dentro de sí la
naturaleza pecaminosa que, desde Adán, heredaron todos los
hombres. Esto hubiera hecho de Jesús un hombre imperfecto y lo
hubiera descalificado para ser el sacrificio perfecto.

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Durante Su vida y ministerio terrenal, Jesús renunció temporalmente a

Su derecho de usar algunas prerrogativas divinas y a Su posición
divina. Añadió a Su deidad una humanidad no glorificada, limitó el uso
de Sus atributos divinos durante el tiempo que durara Su ministerio
terrenal. Dependió voluntariamente del Espíritu Santo durante Su
ministerio terrenal (Hechos 10:38). Vino a ser el siervo de Dios para el
sacrificio (Isaías 9:6).
4. Su humanidad verdadera: la evidencia bíblica de que Jesús era un
hombre verdadero con verdadera carne y verdaderos huesos es
bastante extensa (1 Juan 1:1-3; 4:2-3).
a) Jesús creció como niño normal (Lucas 2:40-52).
b) Jesús durmió (Lucas 8:23).
c) Jesús bebió (Lucas 22:17-18).
d) Jesús lloró (Juan 11:35).
e) Jesús sufrió, sangró y murió en la cruz (Juan 19:32-37).
De modo que la humanidad de Jesucristo era tan real y tan importante
como Su deidad (Hebreos 2:14-18; 4:14-16).
En resumen, Jesucristo es Dios verdadero y hombre verdadero, posee
inseparablemente unidas y sin confundirse, la naturaleza humana
divina y la naturaleza humana completa, en una sola persona, para
siempre.
5. Su vida sin pecado: la enseñanza constante de la Escritura es que
Cristo jamás pecó, pudiendo así ofrecerse a Sí mismo como sacrificio
por los pecados de otros, pues Él no tenía que hacer sacrificio alguno
por Sí mismo (Juan 1:29; 18:38; 1 Pedro 1:18-20; Hebreos 4:15).
6. Su ministerio terrenal y Sus milagros: mientras que el primordial
propósito del ministerio terrenal de Cristo fue llevar a cabo el plan de
Dios para la redención del género humano, Su ministerio terrenal
incluyó varias actividades importantes:
a) La predicación del evangelio y de la necesidad de arrepentimiento
(Marcos 1:14-15).
b) La enseñanza de los principios de Dios para vivir una vida
adecuada (Mateo 5:1-11).

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c) Sanar enfermedades y padecimientos (Mateo 4:23).

d) Echar fuera demonios (Marcos 1:21-28).
e) Refutar las falsas enseñanzas de Su tiempo (Mateo 5:17-20, 27-
28).
f) Entrenar a Sus discípulos (Marcos 4:33-34; 6:7-12; Lucas 14:25-
35).
g) Satisfacer las necesidades físicas de la gente (Marcos 6:30-44).
h) Corregir la práctica falsa de la religión (Marcos 7:5-13).
i) Demostrar la actitud correcta del siervo (Juan 13:1-17).
j) Anticipar la realidad de la existencia del cielo y del infierno (Lucas
16:19-31).
k) Predecir el futuro, incluyendo Su Segunda Venida (Mateo 24-25).
l) Probar que Él era en verdad el Hijo de Dios, el Mesías prometido en
el Antiguo Testamento (Lucas 4:14-21; Mateo 9:1-8).
m) Cumplir la profecía del Antiguo Testamento (Mateo 8:16-17).
n) Hacer que los hombres pusieran su fe en Él (Juan 2:11; 20:30-31).
o) Glorificar al Padre (Juan 8:50; 17:4).
p) Los milagros de Jesús específicamente:
• Autenticaron que Jesús era el Mesías (Juan 20:30-31).
• Glorificaron a Dios y le dieron a conocer (Juan 11:38-44).
• Probaron que Jesús era Dios (Juan 9:30-33).
• Hicieron que los hombres creyeran en Cristo (Juan 11:45).
7. Su misión salvadora: Jesús vino a la tierra como hombre con un
propósito principal: morir en la cruz como sacrificio sustitutivo por los
pecados de todos los hombres. Ese fue el divino propósito de la misión
terrenal de Cristo (Mateo 20:17-19; Marcos 10:45; Lucas 9:20-22;
Juan 1:29; Hechos 2:22-24; Apocalipsis 13:8). Y Jesús cumplió esa
misión como lo confirmó claramente Su resurrección corporal
(Romanos 1:1-4; 6:4; 1 Corintios 15:12-22).

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8. Sus oficios: en Su Primera y en Su Segunda Venida Cristo ha

desempeñado o cumplirá varios oficios que Dios le dio.
a) Profeta: la función bíblica de profeta era la de hablar a los hombres
en representación de Dios; decir la verdad de Dios y predecir la
verdad acerca del futuro.
Cristo cumplió perfectamente Su oficio como profeta de Dios
(Deuteronomio 18:14-22; Mateo 21:11; Juan 6:14; Lucas 17:20-
37; Hebreos1:1-2). Cristo cumplió con Su oficio de Profeta en Su
Primera Venida.
b) Sacerdote: la función bíblica de sacerdote era la de representar a
los hombres delante de Dios con relación al pecado. Cristo realizó
en la cruz el sacrificio perfecto como el último sumo sacerdote, ya
que no tenía necesidad de hacer ningún sacrificio por Él mismo
(Levítico 16:20-22; Juan1:1-2; Romanos 3:21-25; Hebreos 9:24-
28). Cristo cumplió Su oficio como Sacerdote en Su Primera
Venida, sin embargo, Él sigue intercediendo a favor de los
creyentes respecto a su condición de pecadores perdonados (1
Juan 2:1, 2).
c) Juez: la función bíblica de juez era juzgar alguna acción mala o
pecado; evaluar la evidencia, dar un veredicto y ejecutar la
sentencia final. Cristo vino como juez de todos los hombres con
respecto al pecado (Juan 3:16-21; 5:22-30; 9:39). En Su Primera
Venida Cristo señaló la base justa sobre la que descansan los
juicios de Dios. En Su Segunda Venida Cristo juzgará al mundo por
causa del pecado y derramará la ira de Dios contra el pecado
(Apocalipsis 19:11-21). Cristo también juzgará en el juicio del Gran
Trono Blanco a todos los incrédulos (Apocalipsis 20:11-15). Todos
los creyentes serán evaluados por sus obras en el Tribunal de
Cristo (Romanos 8:1; 14:9-12; 2 Corintios 5:8-10).
d) Rey: la función bíblica de rey era gobernar sobre el pueblo como el
representante ungido de Dios. Cristo es el rey ungido de Dios
(Salmos 2:4-12; Lucas1:30-33).
En Su Primera Venida Cristo se presentó a Sí mismo como rey
(Mateo 2:2; Marcos 1:14-15; Lucas 17:20-21; Juan 6:15). No
obstante Cristo fue rechazado como rey y crucificado (Lucas 19:11-

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14; Juan 19:14-16; Mateo 27:37). El reinado de Cristo sobre la

tierra fue pospuesto hasta Su Segunda Venida (Mateo 21:38-43).
En Su Segunda Venida, Cristo reinará y gobernará para siempre
como Rey de reyes y Señor de señores (Zacarías 14:1-9;
Filipenses 2:5-11; Apocalipsis 22:1-5).
En resumen: como profeta, Jesús es la verdad absoluta; como
sacerdote, Jesús es el sacrificio perfecto; como juez, Jesús es la norma
justa; como rey, Jesús es Señor de señores.
Su muerte como sacrificio sustitutivo: en la cruz Jesucristo llevó en
Su cuerpo nuestros pecados, pagó nuestro castigo y se hizo pecado
por nosotros para que pudiéramos ser redimidos, perdonados y
reincorporados a una correcta relación con Dios.
La muerte de Jesucristo fue voluntaria, sacrificial, sustitutiva, expiatoria
y suficiente.
Y permitió que los hombres fuesen salvables, a pesar de que no todos
pondrán su fe en Cristo para ser salvos (1 Pedro 1:17-21; 2:24-25; 2
Corintios 5:21; Romanos 5:6-11; Hebreos 7:27).
La muerte de Cristo por crucifixión fue real como lo atestiguan las
Escrituras (Lucas 23:26-56).
La muerte de Jesucristo en la cruz cumplió los siguientes objetivos:
a) Cristo llevó a cabo el plan de redención de Dios (Juan 6:38-40;
10:18).
b) Cristo satisfizo el pago santo y justo, requerido por Dios, por el
pecado (Hebreos 9:13-14; 1 Juan 2:2).
c) Cristo, en la cruz, mostró el inagotable e inmerecido amor de Dios
para con nosotros (Juan 3:16; 1 Juan 4:9-10; Romanos 5:8).
d) Cristo, en Su sacrificio, aseguró el medio de salvación para todos
los hombres (Juan 1:12; Romanos 4:22-25).
9. Su resurrección corporal: la misión terrenal de Jesús comenzó en Su
encarnación a través del milagro de la concepción virginal. La misión
terrenal de Jesús esencialmente concluyó con otro milagro: Su
resurrección corporal. Negar la resurrección corporal de Cristo es
anular el milagro de la encarnación.

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Después de haber sido comprobada la muerte de Cristo en la cruz, Su

cuerpo sin vida fue sepultado y al tercer día resucitó corporalmente,
abandonando el sepulcro para nunca más volver a morir. En esta forma
Cristo conquistó la muerte y el pecado para que todos los que creyesen
en Él pudieran vivir también. Cristo representa los primeros frutos de
aquellos que habremos de resucitar.
La resurrección corporal de Cristo es el elemento, único en su género,
del cristianismo que distingue y separa a éste de todas las demás
creencias y religiones, siendo además el corazón mismo del mensaje
del Evangelio (Mateo 27:57; Marcos 16:1-20; Lucas 24:1-52; Juan
20:1-21; Hechos 1:1-11; 1 Corintios 15:1-58).
10. Pruebas de la resurrección: la realidad de la resurrección corporal de
Cristo es uno de los acontecimientos históricos mejor confirmados de
todos los tiempos.
El sepulcro vacío, la ausencia del cuerpo, el anuncio del ángel, los
lienzos de lino abandonados, el testimonio de las mujeres, los
discípulos en el camino a Emaús, la aparición a Pedro, las dos
apariciones a los discípulos agrupados, los cambios experimentados
en el cuerpo glorificado de Cristo y la realidad de éste (carne y hueso, y
aún así espiritual), el dramático cambio en la audacia y testimonio de la
vida de los apóstoles, la milagrosa demostración de poder en Hechos,
el cambio de día de adoración del cristianismo y la actual existencia de
la iglesia constituyen evidencia sustancial e irrefutable de la
resurrección corporal.
11. Significado de la resurrección corporal de Cristo: da valor a la
profecía tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento (Lucas 24:19-
27; Salmos 16:10; Hechos 2:24-35), demuestra la deidad de Cristo y
la aprobación de Dios de Su obra redentora (Romanos 1:4; Efesios
1:18-21), comprende el mensaje central del Evangelio (1 Corintios
15:2-4), asegura que Cristo vive, que la predicación del Evangelio no
es un esfuerzo desperdiciado, que nuestra fe no es vana ni inútil, que
nuestro testimonio es verdadero, que el pecado y la muerte han sido
vencidos, que seremos resucitados también y tendremos un cuerpo
glorificado como el de Cristo. También habilita a los creyentes para
vivir en el poder de la resurrección de Cristo y no pecar (Romanos 6:4-
12; 8:9-12).

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12. Su ascensión: después de haber resucitado, Jesús terminó Su misión

terrenal con 40 días de ministerio y apariciones posteriores a Su
resurrección. Pasados 40 días Cristo ascendió al cielo con Su cuerpo
glorificado, donde se encuentra ahora sentado a la derecha del Padre.
La Escritura indica que Cristo retendrá Su naturaleza humana
glorificada eternamente (Apocalipsis 5:6). Cristo ascendió al cielo
como el Dios-Hombre glorificado; Cristo regresará, otra vez, en la
misma forma. La encarnación fue el descenso de Cristo del cielo; la
ascensión fue Su regreso al cielo.
La ascensión de Jesucristo completa Su resurrección (Hechos 2:32-
33), da comienzo a Su exaltación y a Su derecho de sentarse en Su
trono como había sido profetizado (Filipenses 2:5-11; Juan 17:5),
confirma la aprobación de Dios de la obra redentora de Su Hijo
Jesucristo (Hebreos 1:3; 12:2), pone en marcha el ministerio
intercesor de Cristo (Romanos 8:34), cumple el ministerio terrenal de
Cristo y pone fin a Su auto-humillación (Filipenses 2:9-11), da lugar a
que el Espíritu Santo descienda al mundo para habitar dentro del
corazón de los creyentes y traer convicción de pecado a los pecadores
(Juan 16:7-11), permite que los creyentes tengan acceso a Dios
(Hebreos 4:14-16; Romanos 5:1-2), inaugura la Era de la Iglesia y
señala hacia la Segunda Venida de Cristo (Hechos 1:7-11).
Textos clave de la ascensión: Marcos 16:19; Lucas 24:45-53; Juan
6:62; 20:17; Hechos 1:1-11; Efesios 4:7-13; 1 Pedro 3:21-22.
13. El ministerio actual de Cristo: el Señor Jesucristo está ahora en el
Cielo; la posición de preeminencia y soberanía que tenía antes de Su
encarnación fue restablecida y se encuentra sentado a la diestra de
Dios. En el Cielo Cristo está ejerciendo Su autoridad y sosteniendo
todo el orden creado de acuerdo con el plan del Padre (Mateo 28:18;
Efesios 1:19-22; Colosenses 1:17-18; 1 Pedro 3:21-22). Está
asimismo intercediendo, es decir, abogando delante del Padre por los
creyentes individualmente y por Su iglesia colectivamente (1 Juan 2:1);
está protegiendo la salvación garantizada de todos los creyentes
(Hebreos 7:25), y está preparando un lugar especial en el cielo para
los creyentes (Juan 14:1-3).
Respecto a los creyentes, Cristo mora en ellos y los fortalece
(Romanos 8:9-12), hace que mueran al pecado y vivan para Dios
(Romanos 6:11-12), se compadece de sus debilidades (Hebreos
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4:15), hace que Su misericordia y Su gracia sean accesibles en tiempo

de necesidad (Hebreos 4:16), capacita a los creyentes para que lleven
fruto conforme estos permanezcan en Él y en Su Palabra (Juan 15:1-
17), los fortalece para que resistan la tentación (Hebreos 2:17-18),
testifica al mundo a través de los creyentes (Hechos 1:8), es para los
creyentes sabiduría, justificación, santificación y redención (1 Corintios
1:30); manifiesta Su vida y Su gloria a través de ellos (2 Corintios 4:5-
7), tiene comunión con ellos (1 Juan 1:3), los equipa para que hagan
Su voluntad y agraden a Dios (Hebreos 13:21), los conforma a Su
imagen (Romanos 8:28-29), cubre sus necesidades a través de Sus
riquezas en gloria y la herencia mutuamente compartida (Filipenses
4:19), les da todo lo que necesitan para vivir y ser piadosos (2 Pedro
1:2-3).
14. El futuro ministerio de Cristo
Cristo regresará a:
a) Arrebatar a Su iglesia (Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18).
b) Resucitará a los creyentes muertos y transformará a los creyentes
que aún vivan (Filipenses 3:20-21).
c) Realizará Su matrimonio con Su novia, la iglesia, en el cielo
(Efesios 5:25-27).
d) Conducirá el Tribunal de Cristo (2 Corintios 5:9-10).
e) Regresará en Su Segunda Venida a juzgar el pecado y a derrotar a
los enemigos de Dios en Armagedón (Apocalipsis 19:11-21).
f) Hará que todas las cosas le sean sujetas a Sí y entregará el Reino
al Padre (Apocalipsis 11:15); reinará en el trono de David en la
tierra durante 1.000 años (Apocalipsis 20:1-6).
g) Lanzará a Satanás al lago de fuego (Apocalipsis 20:7-10).
h) Conducirá el juicio del Gran Trono Blanco donde los incrédulos
serán juzgados y condenados a la muerte eterna (Apocalipsis
20:11-15).
i) Reinará eternamente como Rey de reyes y Señor de señores
(Apocalipsis 21-22).

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