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SALA DE CASACIÓN SOCIAL

Ponencia de la Magistrada Doctora SONIA COROMOTO ARIAS PALACIOS

En el juicio que por cobro de diferencia de prestaciones sociales y otros conceptos laborales, sigue el
ciudadano ALEXIS JOVAN OCARIZ SILVA, representado por los abogados Jaime Efraín Cabrera
Hernández, Héctor Cardoze Rangel, Adriana Emma Ledezma Cabrera, Víctor José Ramos Duque, José Ricardo
Aponte, José de la Paz Martínez, Alejandro Galindo Castro y Virgilio Amador Álvarez, contra la sociedad
mercantil SEGUROS CARACAS DE LIBERTY MUTUAL C.A., representada por los abogados Víctor
Durán Negrete, Luis Álvarez de Lugo, María Teresa Bailey y Gustavo Añez Torrealba, el Juzgado Tercero
Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, conociendo por
apelación de la parte actora, en sentencia publicada el 8 de julio de 2011, declaró sin lugar la apelación, sin
lugar la demanda, confirmando la decisión dictada el 12 de mayo de 2011, por el Juzgado Quinto de Primera
Instancia de Juicio del Trabajo de la misma Circunscripción Judicial, que declaró sin lugar la demanda.

Contra esta decisión de Alzada, la parte actora anunció y formalizó oportunamente recurso de casación.
Hubo contestación.

En fecha 2 de agosto de 2011, se dio cuenta en Sala, asignándose la ponencia al Magistrado Juan Rafael
Perdomo.

En fecha 14 de enero de 2013, se incorporaron a esta Sala previa convocatoria, el Magistrado Suplente
Octavio Sisco Ricciardi y las Magistradas Suplentes Sonia Coromoto Arias Palacios y Carmen Esther Gómez
Cabrera, en virtud de haberse cumplido el período para el cual fueron designados los Magistrados Omar Alfredo
Mora Díaz, Juan Rafael Perdomo y Alfonso Valbuena Cordero, de acuerdo con lo previsto en los artículos 264
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 38 y 47 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, respectivamente, por lo que el 28 de enero de 2013 esta Sala de Casación Social ordena su
incorporación quedando integrada por el Magistrado Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez, Presidente; Magistrada
Carmen Elvigia Porras de Roa, Vicepresidenta; el Magistrado Octavio José Sisco Ricciardi y las Magistradas
Sonia Coromoto Arias Palacios y Carmen Esther Gómez Cabrera.

En virtud de ello, en la última fecha indicada se reasigna la ponencia de la presente causa a la


Magistrada Sonia Coromoto Arias Palacios.
Concluida la sustanciación del recurso, tuvo lugar el 19 de noviembre de 2013, a la 1:00 p.m. la
audiencia pública y contradictoria prevista en el artículo 173 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Cumplidas las formalidades legales con el nombramiento de ponente en la persona de la Magistrada


quien con tal carácter suscribe, la celebración de la audiencia oral, pública y contradictoria y la emisión de la
decisión inmediata contemplada en el encabezamiento del artículo 174 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
pasa en esta oportunidad la Sala a reproducir y publicar la sentencia en los términos siguientes:

RECURSO DE CASACIÓN

-I-

Con fundamento en el ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, denunció el
formalizante el vicio de contradicción en la motivación.

Alega la recurrente que el Sentenciador a los efectos de descartar la incidencia del bono de producción
sobre los beneficios derivados de la relación de trabajo, intenta descartar que el mismo tenga naturaleza de
salario variable, tenga naturaleza de salario normal y que tenga naturaleza salarial; que es evidente que la
recurrida no expresa las razones de hecho y de derecho por la que considera que el bono sobre producción
pagado al demandante no debe considerarse a los efectos del cálculo de las prestaciones sociales; que sin ningún
tipo de argumentación la recurrida establece que el mencionado bono no es salario normal y tras reconocer que
el bono se paga a los trabajadores según su esfuerzo y contribución, establece que no es un salario variable.

La Sala observa:

Reiteradamente ha sostenido esta Sala que la contradicción en los motivos, se da cuando las razones del
fallo se destruyen entre sí; quedando este desprovisto de fundamentación.

En sus consideraciones para decidir, la Alzada establece textualmente:

(…)

Dado lo cual se observa que el punto recurrido se refiere únicamente a la determinación del bono de
producción anual como salario variable, lo cual no se corresponde con las características del salario
variable pues en modo alguno atiende a los resultados o las tareas asignadas al reclamante por la
prestación de servicios a favor de la demandada, a este respecto nuestra Sala de Casación Social del
Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 28-11-2006, con ponencia del Magistrado (sic)
Carmen Elvigia Porras, señaló en cuanto al salario variable:

(…)

Por lo que en sujeción a los criterios precedentemente enunciados y del análisis del acervo
probatorio no tiene naturaleza salarial, por lo que no se puede concluir que trata de una percepción
dentro del salario normal del trabajador, con relación a la noción de salario y los elementos que
deben ser excluidos del mismo, conforme lo dispone el artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo,
en razón de lo cual, confirma el fallo recurrido, dado que el bono constituye beneficios (sic)
económicos (sic) para estimular a los trabajadores según su esfuerzo y contribución, por lo que no
pueden ser considerados como un salario variable, por lo que resulta forzoso declarar la
improcedencia de las diferencias reclamadas por prestación de antigüedad, incidencia del salario
variable en días de descanso y feriados, vacaciones, bono vacacional y utilidades. Así se decide.
Del examen de la transcripción anterior no infiere la Sala que exista contradicción alguna en los motivos
que fundamentan el fallo recurrido. Ahora, sí observa la Sala que la recurrida no solo niega el carácter variable
del salario, sino que niega la naturaleza salarial del bono de producción percibido anualmente por el
demandante aun cuando la demandada admitió expresamente que reconoce su naturaleza salarial, incluyéndolo
en la base de cálculo de los beneficios y prestaciones derivados de la relación de trabajo.

Empero, el mencionado error no es determinante del fallo, pues la recurrida declara sin lugar la demanda
con fundamento en que, entre otras razones, el salario devengado por el demandante no era variable, y no
porque el mencionado bono no tenga naturaleza salarial.

Ciertamente, según el texto de la recurrida, el demandante devengaba un salario fijo mensual y, además,
percibía un bono de producción una vez al año, cuyo monto variaba de acuerdo con las metas alcanzadas por la
empresa; pero no por ello puede pretenderse que el salario sea variable.

El carácter del salario lo determina la unidad considerada para medir su cuantía, así el salario es fijo
cuando es estipulado por unidad de tiempo, en este caso se toma en cuenta el trabajo que se realiza en un
determinado lapso, sin considerar el resultado del mismo. En cambio, el salario es variable cuando es estipulado
por obra, por pieza o a destajo, en estos casos se toma en cuenta el trabajo realizado por el trabajador, sin
considerar el tiempo empleado para ejecutarlo.

En el caso de autos, el salario fue estipulado por unidad de tiempo -mensual-, lo que significa que el
salario es fijo, sin que pierda su carácter porque el trabajador percibiera un bono de producción anual con un
monto variable, sostener lo contrario sería como pretender que, mutatis mutandi, un salario estipulado por
unidad de tiempo o fijo se convierta en salario variable porque el trabajador perciba montos variables por
laborar horas extras regularmente.

Por las razones que anteceden, la denuncia se declara improcedente.

-II-

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, denunció el
formalizante la infracción del artículo 133 de la Ley Orgánica del Trabajo, por error de interpretación.

Alega la recurrente que la recurrida niega que el bono de producción recibido por el demandante sea
salario, sea salario normal y sea salario variable, aun cuando establece que su pago constituye un beneficio
económico para estimular a los trabajadores según su esfuerzo y contribución; que la recurrida no expresa de
que manera el mencionado artículo 133 pueda servir de fundamento para establecer que el bono de producción
no es salario, ni salario normal, ni salario variable.

Aduce que el artículo 133 no permite concluir que un bono que es un beneficio económico para
estimular a los trabajadores según su esfuerzo y contribución no es salario; que existiendo constancia del pago
del bono, de la periodicidad del pago y de la dependencia del mismo del cumplimiento de metas fijadas por el
patrono, la única consecuencia posible era considerar dicho bono como parte del salario y, en consecuencia,
incluido en la base de cálculo de los conceptos reclamados.

La Sala observa:

Reiteradamente ha establecido esta Sala que el error de interpretación en cuanto al contenido y alcance
de una norma, se comete al determinar los casos abstractos que puede abarcar su supuesto, dicho de otra
manera, es el error que se comete al entender el supuesto de hecho de la norma y no su conclusión, el error se
produce no porque se hayan establecido mal los hechos o porque se haya incurrido en error al calificarlos, sino
porque el supuesto de hecho abstracto se interpretó mal, haciendo incluir en él casos no regulados por la norma.
La denuncia de este error debe incluir la exposición de la interpretación realizada por la recurrida y la
explicación relativa a la interpretación que el formalizante considera es la adecuada a la norma en cuestión, sin
lo cual no puede considerarse demostrada la aplicación errónea.

En el caso de autos, si bien la recurrida incurrió en un error al negar la naturaleza salarial del bono de
producción anual percibido por el demandante aun cuando la demandada admitió expresamente que reconoce su
naturaleza salarial, antes dejó establecido esta Sala que dicho error no es determinante del dispositivo de la
recurrida, pues la demandada incluyó el mencionado bono en la base de cálculo de las prestaciones y beneficios
derivados de la relación de trabajo, y la parte actora fundamentó el reclamo de las diferencias demandadas en el
pretendido carácter variable del salario y no en que el bono de producción no haya sido considerado a los
efectos del cálculo. En congruencia con ello, la recurrida estableció que el salario no era variable y declaró
improcedente los reclamos de las diferencias demandadas.

Por tal razón, la denuncia se declara improcedente.

-III-

Con fundamento en el ordinal 3° del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, denunció el
formalizante el vicio de inmotivación por silencio de prueba.

Alega la recurrente que la Alzada omitió toda consideración sobre el documento público revocatorio del
poder del demandante; que no hace análisis alguno de su contenido; que en dicha prueba se evidencia que la
Notaría admitió el documento revocatorio del poder el 14 de agosto de 2009, siendo otorgado el 17 del mismo
mes y año; que en esta fecha el demandante fue intimado bajo amenaza de retener sus prestaciones sociales si
no aceptaba la renuncia; que -según su decir- se verifica que el demandante fue conminado a renunciar.

La Sala observa:

La sentencia es inmotivada por haberse incurrido en silencio de pruebas cuando el juez omite cualquier
mención sobre una prueba promovida y evacuada por las partes que consta en las actas del expediente y cuando
a pesar de haberse mencionado su promoción y evacuación, el juez se abstiene de analizar su contenido y
señalar el valor que le confiere a la misma o las razones para desestimarla; siendo necesario, además, que las
pruebas silenciadas sean determinantes del dispositivo.

De manera que, el formalizante no solo debe señalar con precisión cuál o cuáles pruebas fueron
silenciadas por la recurrida, sino que debe, además, especificar las razones por las que considera que la o las
pruebas silenciadas influyen de manera determinante en la decisión.

En el caso de autos se observa que el instrumento denunciado como silenciado fue producido en la etapa
de juicio antes de efectuarse la audiencia, se trata de un documento autenticado ante la Notaría Pública Sexta
del Municipio Chacao en fecha 17 de agosto de 2009, anotado bajo el N° 30, tomo 137 de los libros de
autenticaciones. Asimismo, se observa que la recurrente aduce que la prueba silenciada es un documento
privado.

El documento público, de conformidad con lo previsto en los artículos 435 y 520 del Código de
Procedimiento Civil, aplicables por remisión del artículo 11 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, puede
producirse en todo tiempo hasta los últimos informes, lo que en materia laboral implica hasta la audiencia de
apelación.

Establecido lo anterior, es preciso determinar si el documento en cuestión es en realidad un documento


público o no.
Así, el artículo 1.357 del Código Civil señala lo que debe entenderse por documento público o auténtico
indicando que es aquel autorizado con las formalidades legales por un Registrador, Juez u otro funcionario que
tenga facultad para darle fe pública en el lugar donde el instrumento se haya autorizado.

De manera que, el documento público, por estar revestido de todas las formalidades para su
perfeccionamiento, es también un documento auténtico. Existe otra categoría de documento que, aunque es
otorgado ante un funcionario público competente para ello, no tiene el carácter de público, es el llamado
documento autenticado, que es aquél que se presenta ante un funcionario revestido de autoridad para otorgar fe
pública, a fin de que este deje constancia que los firmantes se identificaron en su presencia y ante él
suscribieron el instrumento, ya redactado previamente; en este supuesto el funcionario sólo dejará constancia de
que los interesados se identificaron ante él y firmaron en su presencia, no interviene en ningún modo en la
elaboración del documento, tampoco deja constancia del contenido del mismo.

Es la actividad del funcionario, cuando ab initio se otorga ante él un documento, lo que le da el carácter
de público.

El documento público es auténtico por excelencia, porque su autenticidad existe desde el momento de su
formación; y además, la autoridad del funcionario público que lo autoriza prueba, su contenido. En cambio, el
documento autenticado, nace privado y luego es presentado por sus autores, ante un funcionario público, a fin
de que éste declare expresamente en el texto del documento, o en otra forma, que el o los presentantes han
reconocido como de él o ellos las firmas o la escritura que aparecen en el instrumento, declarándose autores del
mismo; y si este funcionario está facultado para recibir esa declaración, su dicho otorga certeza a la declaración
que ante él se realizó.

Examinado el instrumento a que se contrae la denuncia a la luz del criterio establecido, se debe concluir
que el mismo no es un documento público, sino autenticado, pues se trata de un documento que posterior a su
formación o nacimiento fue presentado ante Notaría Pública Sexta del Municipio Chacao para su autenticación.

Siendo así, el mencionado documento debió ser producido en la oportunidad de la promoción de


pruebas, sin posibilidad de poder ser incorporado a los autos en ninguna otra oportunidad. De modo que al ser
presentado en la audiencia de juicio, su establecimiento se hizo en forma irregular.

Luego, el Sentenciador no estaba obligado a examinar la referida prueba documental, en virtud de haber
sido establecida en forma irregular.

Por los razonamientos expuestos, la denuncia se declara improcedente. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Social,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la ley, declara:
PRIMERO: SIN LUGAR el recurso de casación anunciado y formalizado por la parte actora contra la
sentencia dictada por el Juzgado Tercero Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, publicada el 8 de julio de 2011. SEGUNDO: se confirma el fallo recurrido.

No hay condenatoria en costas, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 64 de la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo.

La Magistrada Carmen Elvigia Porras de Roa no firma la presente decisión por cuanto no estuvo
presente en la audiencia pública y contradictoria.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Particípese de esta remisión al Juzgado
Superior de origen, antes identificado, todo de conformidad con el artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los dos (2) días del mes de noviembre de dos mil trece. Años: 203° de la Independencia y
154° de la Federación.

El Presidente de la Sala,
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ
La Vicepresidenta,
CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
Magistrado,
OCTAVIO JOSÉ SISCO RICCIARDI
Magistrada y ponente,
SONIA COROMOTO ARIAS PALACIOS
Magistrada,
CARMEN ESTHER GÓMEZ CABRERA
El Secretario,
MARCOS ENRIQUE PAREDES
R.C. N° AA60-S-2011-001073.
Nota: Publicada en su fecha a las
El Secretario,

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