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"Dsmiv, Psicoanálisis Y Psiquiatría"

(*) Jornadas “tiempos En La Dirección De La Cura”; Efba, Octubre 2000.

Graciela Jasiner

Pondré a trabajar algunas preguntas que me fueron apareciendo principalmente como efecto,
de mi práctica psicoanalítica hospitalaria. Alojar el interrogante, es justamente la propuesta de
estas Jornadas.
Me detendré hoy, en un problema que circula con frecuencia y no sin consecuencias en
la clínica de nuestros días: el DSMIV. ¿Qué podemos decir o volver a pensar los
psicoanalistas al respecto? ¿Será que la circulación del DSMIV, sus diagnósticos y
abordajes, tendrán alguna incidencia en los modos de presentación clínica de nuestros días,
de ciertas tematizaciones del malestar en la cultura hoy? ¿Cuál es la lógica que recorre el
DSMIV?
Lacan en la operación de lectura que hizo de los textos freudianos, extrajo una lógica.
El psicoanálisis dice Isidoro Vegh, tiene dos pilares: una retórica y una lógica. La lógica que
nos habita orienta la dirección de las curas que sostenemos.
Una lógica es un conjunto de elementos y la relación entre esos elementos que se repite una y
otra vez. Recurrir a la lógica es una búsqueda, de sencillez. Sencillez añorada por Descartes.
Utilización de la mínima cantidad de nociones posibles. No crear nuevas nociones, si no se
han llevado las anteriores a su límite. Esfuerzo por extraer una mínima lógica posible en la
dirección de la Cura.
La Psiquiatría actual, básicamente en su versión DSMIV, parece perdida en una colección de
trastornos. Lógica de colección, a diferencia de aquella lógica mínima que Lacan, subrayó e
su lectura de Freud. En un afán clasificatorio, quedan mezclados síndromes con signos, las
estructuras subjetivas quedan diluidas, en desórdenes, trastornos y síntomas susceptibles de
ser tratados con psicofármacos y psicologías conductistas. ¿Modos acordes al discurso de la
posmodernidad? ¿Ilusión de que para cada deseo hay un objeto y para cada desilusión un
psicofármaco?
Intento poner a trabajar un debate que ya está inscripto en el avance de las neurociencias y
en la preocupación de muchos de nosotros, por los imprevisibles efectos para la subjetividad,
de la clonación, del genoma humano, de la donación de órganos y otras formas nuevas de
manipulación de los cuerpos.

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La psiquiatría de nuestros días pareciera nuevamente, inscripta en una teoría del signo. Allí
donde el Psicoanálisis piensa la constitución del sujeto en el campo del Otro, las ciencias
biológicas pretenden ubicar los orígenes en el genoma humano.

Trastornos del estado de ánimo, o de los humores: Nombres con que hoy la psiquiatría
junta sintomatologías diversas y contradictorias que se presentan como un conjunto unitario,
por contigüidad y borra la diferencia entre psicosis y neurosis. Hay abordajes que parecieran
confundir el "carozo del ser" con los neurotransmisores.

- Los avances del DSM IV, o ¿...Qué responsabilidad tenemos los psicoanalistas...?
Voy a puntuar algunas cuestiones sólo a modo de abrir este intercambio, este debate.,
El DSM en sus distintas versiones, se utiliza en los hospitales, en las prepagas, en los
consultorios privados.
No es lo mismo medicar a un paciente, por ejemplo, cuando la dosis de angustia excede lo
que podría ser una angustia señal que podría funcionar para al sujeto, como anuncio de un
posible corte con un lugar de sufrimiento, que el abordaje y la nomenclatura del DSMIV.
Pienso que más allá de los intereses de los laboratorios médicos, cierta pregnancia del DSMIV
en los servicios hospitalarios, en las obras sociales, en los organismos estatales, hace
pregunta al psicoanálisis respecto, a dos cuestiones:
- La temática de los diagnósticos.
- La cuestión de cierta eficacia a veces desjerarquizada por algunos
psicoanalistas en la Dirección de la Cura, que deja un campo habilitado para que el
cognitivismo con la promesa de efectos y el DSMIV, avancen.
Digo que a veces en nuestros encuentros entre psicoanalistas, no discutimos diagnósticos, y
que a veces el tema de los resultados, o sea de cierto nivel de eficacia se desdibuja en la
dirección de la cura, creyendo que asi somos más psicoanalistas.
Es cierto, en el análisis nos enseñó Lacan, la curación llega en cierto modo “por
añadidura...”
Pero, el mismo Lacan nos recuerda en el Seminario de La Angustia: “…yo dije que la cura
llegaba por añadidura... pero ... en ello se creyó advertir algún desdén hacia aquél, a cuyo
cargo estamos. Pero yo hablaba desde un punto de vista metodológico. Es bien cierto que
nuestra justificación y nuestro deber son el de mejorar la posición del sujeto....”
Que el sujeto pueda usar las posibilidades de su estructura, que la lleve al límite de sus
posibilidades; dirección de la cura que no se ocupará de dar más saber, sino de acompañar al
sujeto a que visite regiones que no conoce de sí mismo, a que salga de la afanisis que eclipsa
al sujeto, a que suspenda ciertos goces parasitarios que lo alejan de su deseo.
El diagnóstico a veces pareciera haber caído en desuso. ¿Será que la antipsiquiatría, ciertos
resabios sesentistas, la izquierda del 68, en París manifestando contra los diagnósticos
produjo un efecto que todavía hoy insiste?
Los diagnósticos del DSMIV, parecieran corresponder a una clasificación de rasgos, que por

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su frecuencia justifican la inclusión del sujeto en una clase.
Fenomenología estadística y descriptiva, que sin embargo, facilita en las instituciones de
salud mental la cuestión del diagnóstico y de la circulación de ciertos códigos compartidos,
cuando en las instituciones públicas hay que hacer por ejemplo una derivación, o una
investigación.
bipolaridad, ataque de pánico.... significantes que coagulan a un sujeto. El “tú eres eso”,
opera efectos de coagulación.
El diagnóstico en psicoanálisis, en cambio, se realiza en relación a una posición subjetiva.
Busca ser un diagnóstico estructural.
Preocupación por la cantidad de recidivas, si lo que fue caratulado como depresión, se
combina con un episodio maníaco, se cambia el diagnóstico por trastorno bipolar. La
tristeza, nombre que podría remitir a la dificultad del sujeto de situarse en relación al deseo, a
veces en los diagnosticos del DSMIV, deviene en la famosa Depresión. Diagnóstico que
ademas confunde con los conocidos riesgos en la Dirección de la Cura, depresiones
neuróticas y psicóticas
Los síntomas depresivos se atribuyen a un duelo, siempre y cuando no duren más de 2
meses.
Los periodos de La angustia, la tristeza inherentes a la condición humana, se banalizan para
su diagnóstico en cantidad de episodios o cantidad de síntomas y todo aquello que no entra
en la tabulación, igual tiene clasificación: trastorno no específico.

- DSM no es igual a Psiquiatría.


¿Podríamos pensar el DSM IV como un catálogo de la globalización? Tanto Lacan como
Freud abrevan en la psiquiatría clásica. Ya la clínica psiquiátrica de fines de siglo XIX, abría
en cierto modo un camino hacia el inconciente.
Lacan se sirve de la estructura de tipos descriptivos que ya estaban. Retoma la nosografía
clásica (neurosis-psicosis- perversión), en un esfuerzo por definir categorías propias. Una vez
más, busca sencillez, y no crear una categoría nueva si no se justifica en el haber llevado al
límite la anterior.
Ya la Psiquiatría Dinámica en sus intentos de salir del universo de las brujerías, los
curanderos y las técnicas chamánicas, buscaba abordar las enfermedades del alma, de los
nervios, haciendo intervenir una relación transferencial entre el médico y el paciente.
Henry Ey, creador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, cercano, ¿por qué no? a Lacan,
en los famosos Coloquios de Bonneval, trabajaba con psiquiatras, psicoanalistas, y
pensadores de distintas tendencias y de diferentes campos de la cultura. Esfuerzos los de
Henry Ey de sostener una psiquiatría humanista, la subjetividad del enfermo y la nosografía
clásica.
Bleuler, referente de Freud, creador del término “esquizofrenia”, más allá de un afán
clasificatorio, escuchaba al paciente y establecía una relación con él, buscaba la curabilidad
de la locura con un estilo que tocaba con lo psicológico.

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“ ...esta clínica freudo- bleuleriana, dice E. Roudinesco, fue primero cuestionada por la
antipsiquiatria y luego marginada a partir de 1970, por la puesta a punto del DSM III, y del
DSM IV, de inspiración conductista y farmacológica...”
"No saben que les traemos la peste", le dice Freud a Jung, cuando el 27 de agosto de 1909
llegan a Nueva York. Freud dicta las famosas Cinco Conferencias, pero no logra llevar “la
Peste”.
A los americanos les interesa medir la energía sexual freudiana, probar estadísticamente los
resultados de la cura psicoanalítica, convertirla en un modo de adaptación del hombre a la
sociedad. Pruebas, evaluaciones, encuestas, arsenal tecnológico Psicoanálisis empirista y
adaptacionista, el americano.
No hay en EE.UU, un discurso que discuta con las corrientes organicistas, ni biologistas. El
psicoanálisis se terapeutiza, al precio de perder su espíritu subversivo. Rápida desaparición
del espíritu freudiano de la tierra que alojó a tantos psicoanalistas judíos de Europa.
Tal vez, el pueblo americano, con sus orígenes cuáqueros, protestantes, comunitaristas, de
las “Sociedades de amigos” se vuelve la tierra de un nuevo comunitarismo, cuyo telón de
fondo es la psiquiatrización de los fenómenos mentales. Defensa de las minorías de género,
de color... De la pertenencia a las raíces. Fenómeno problemático en la relación entre lo
particular y lo universal, acorde a la idea de secta frente a la de iglesia. Comunitarismo que va
de la mano de un nuevo organicismo, que tiende a derivar comportamientos mentales de un
sustrato genético o biológico. El sujeto pasa así a ser un cuerpo en busca de pharmakos.
Doble movimiento: Comunitarismo - Organicismo que puede resultar interesante para trazar
cierta genealogía del DSM IV.

- Por Fuera de la Transferencia.


El pensamiento psiquiátrico actual, no ancla en una clínica del sujeto sino que ofrece una serie
de trastornos descriptos fuera de la transferencia.
Cada vez más la relación es entre la institución médica, su discurso y sus dispositivos, y la
enfermedad. Cada vez menos entre médico y paciente.
En psicoanálisis, en cambio, nos ocupamos del Sujeto, de un Sujeto dividido.
El espíritu del DSM IV, orilla la consistencia, la claridad .La erradicación del Sujeto, el
borramiento del enigma. Pero, sabemos que cuando algo se elimina simbólicamente, retorna
en lo Real, “ ....y peor”.
¿Hay algo de este retorno como un malestar en la cultura de un modo más atroz, en la
presentación de los pacientes de hoy?
Sin un enigma no se entra en un análisis. Es el único modo de instalar el S.S.S. Cuando el
analista señala un enigma otorga dignidad a los padecimientos del paciente.

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Si en las entrevistas iniciales descubre algo de la insuficiencia de su saber, el sujeto se podrá
perfilar para un análisis. Descubre que hay una brecha en su saber.
En el Análisis invitamos con la Regla Fundamental, a alguien a que se pierda en el laberinto
de sus palabras. Modo de proponer un vaciamiento de las certezas.
El insomnio puede ser sólo un síntoma psiquiátrico, o devenir un síntoma que trazará los
laberínticos senderos de aquello que no deja dormir. Primer momento de vaciamiento de
certezas, en que buscamos darle dignidad de enigma al padecimiento.
Subrayar el enigma no es lo mismo que llenarlo de respuestas y clasificaciones.
Cita mortífera con la esfinge, que no olvidemos quería una respuesta a su pregunta
Como dice Lacan en el Seminario II “No somos en absoluto semejantes a planetas...pero lo
olvidamos... Permanentemente tendemos a razonar sobre los hombres como si se tratara de
lunas, calculando sus masas, su gravitación....”

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