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INTRODUCCION

En esta primera unidad de la materia ciencia y sociedad se abordaron temas importantes


donde la ciencia toma un papel de aventura intelectual que lleva implícitas las ideas de
creatividad y progreso, es una parte esencial de la cultura moderna que ha revolucionado
nuestra concepción del mundo y de nosotros mismos. La función primera de la ciencia es la
construcción de conocimiento verificable abierto constantemente a la confirmación y el
rechazo. Cuando el científico transmite a la sociedad este conocimiento contribuye a la
generación de ideas y conceptos que permiten a las personas desenvolver en la cambiante
sociedad y global del presente con mayor racionalidad, libertad y seguridad.
La mayoría de las áreas de la ciencia y de su aplicación a la satisfacción de necesidades sociales no
presentan hoy un perfil problemático para el grueso del público, y muchas de ellas son vistas como
claramente beneficiosas. Sin embargo, en el cuadro general de las percepciones de la ciencia y la
tecnología por la sociedad de este último período temporal destaca un aspecto diferencial
respecto a otras sociedades, de la mayor importancia a la hora de conceptualizar los programas de
acercamiento entre ciencia y sociedad y de diálogo entre comunidad científica y público

En lo que se refiere a la sociedad, tanto los estudios como otros llevados a cabo por
instituciones privadas, coinciden en caracterizarla como una de las sociedades más optimistas
y con menos reservas ante la ciencia.
En la ponencia Ciencia y sociedad de la Acción se ha planteado el análisis de algunos de los
problemas centrales que surgen en la interacción del avance científico con las estructuras
sociales y, particularmente, de la recepción de dicho avance por los individuos y grupos
sociales (el público). Asimismo, este trabajo ha incluido el estudio de las influencias que esa
recepción de la ciencia por la sociedad o el público tiene sobre la propia ciencia. En el
presente ensayo se destaca un conjunto representativo de las observaciones, conclusiones y
recomendaciones que contiene el documento citado.
Ese perfil optimista y problemático de nuestra sociedad se da, en paralelo, con un bajo nivel
de conocimientos científicos de la población (conocimiento de conceptos centrales y de los
modos de operar de la ciencia), a distancia significativa de la mayoría de sociedades europeas
avanzadas. Dicho de otro modo, la actitud de apertura ante la ciencia es más bien pasiva, sin
correspondencia con el esfuerzo personal por interesarse e informarse acerca de la misma, y
no ha ido acompañada de una visión de la ciencia como componente inexcusable de la cultura
de la sociedad.
DESARROLLO
La obra de Pierre Thuillier se refiere a reflexiones no solo epistemológicas e históricas sobre
la institución científica, sino que redundan en aportes culturales y políticos sobre la posición
de fuerza q ha adquirido la ciencia en la cultura contemporánea, convirtiéndose en un saber
dominante.
Texto “De Arquímedes a Einstein. Las caras ocultas de la invención científica”: afán de
problematizar el termino ciencia, abrirlo a las otras dimensiones q Thuillier nos señalas, a las
múltiples significaciones q adquiere y a su relación con otros términos, tales como
epistemología y filosofía. El autor nació en 1927 y murió en 1998.
Fue el editor de la revista “Mundo Científico”: señalan el profundo conocimiento q posee
sobre los conflictos histórico-sociopolíticas como marco del trabajo científico, condiciones
reales q visibilizan la cara oculta de la ciencia y q desmienten la imagen aséptica de la ciencia,
como practica autónoma, pura, absoluta, neutral.
Thuillier propone abordar las cuestiones científicas desde una perspectiva crítica de la
historia de la ciencia con el objetivo de poner en cuestión las representaciones dogmáticas
establecidas por la institución científica a fin de despejar los mitos acuñados en torno a la
misma.
Puede decirse en primer lugar q la palabra ciencia, expresada en forma singular, resulta una
abstracción q hace referencia más bien a una pluralidad de ciencias q, consideradas en
conjunto, dan cuerpo a una realidad compleja y muchas veces contradictoria. Esta realidad q
denominamos ciencia presenta una multiplicidad de aspectos relacionados entre sí de formas
diversas: la ciencia es una actividad específicamente humana vinculada a la producción de
cierto tipo de conocimientos, es un proceso designado por determinaciones históricas y
sociales, y constituye asimismo un sistema de conocimientos y de concreciones materiales y
prácticas.
En cuanto actividad de producción de conocimientos intencional, consciente, racional y
metódica, sujeta a la exigencia expresa de la comunicabilidad de las ideas, a la crítica racional
y a la validación de sus resultados, confronta con la actividad cognoscitiva q cobra realidad
en el interior de nuestra vida y en nuestras actividades cotidianas, actividad q puede ser
considerada como espontanea, no consciente, no reflexiva, teñida por intereses y afectos, no
sujeta a pautas racionales de comunicabilidad y critica y atenta solo a las sanciones o
legitimaciones de la práctica, a la validaciones de la vida individual y social.
El prestigio q históricamente ha ido ganando la ciencia en el mundo occidental la ha
convertido en criterio de delimitación de la verdad, por lo cual los saberes q no se adecuan a
sus normas son desacreditados como sentido común, saber vulgar, opinión o doxa, creencia
o fe, y, como en general se ha tomado como sinónimo de ciencia a la ciencia más exitosa o
dominante, desde la modernidad, esa valoración ha recaído sobre las ciencias q obedecen a
normas epistémicas diferentes a las de aquella.
Por un lado, congelada en instancia teórica de sus resultados, la ciencia confronta con su
propia dinámica, con la investigación como proceso activo de búsqueda de nuevos
conocimientos a partir de sus resultados anteriores y regida por una dialéctica de rectificación
del error, de reorganización conceptual y recomienzo q busca, con pausas pero
invariablemente, transgredir sus propias normas y poner en cuestión sus propios resultados,
modelos, sus leyes, sus teorías, sus instrumentos, las experiencias y habilidades adquiridas
en su uso. Por otro lado, separada de la vida y de los contextos prácticos de la acción, la
ciencia se ha convertido en paradigma de un conocimiento puro, obtenido exclusivamente
bajo el impulso de una búsqueda desinteresada de la verdad; se trataría de una actividad de
descubrimiento y sistematización de conocimientos, éticamente inobjetable, separada y en
cierto modo contrapuesta a la ciencia aplicada a la resolución de problemas prácticos y a la
teología como utilización consciente de esa ciencia aplicada mediante procedimientos
orientados al logro de determinados objetivos.
De este modo el concepto de ciencia se define por oposición al de la técnica.
La ciencia es una práctica histórico – social y por lo tanto una forma cambiante de acuerdo
con las cambiantes condiciones histórico – sociales. La delicada omnipotencia de la ciencia
en nuestra realidad exige una adecuada comprensión de su complejidad, de su interrelación
e integración en los múltiples aspectos de la vida social y de la interrelación e integración
conflictiva entre sus diversas dimensiones, que a los fines de la presente exposición.
En lo personal el sentido común es el medio del cual se vale la ciencia para la resolución de
sus problemas, pues por medio del sentido común el hombre encara sus primeras
preocupaciones; éste te lleva a la adaptación del entorno en el cual se vive, conocerlo y como
lo menciono antes transformarlo. La ciencia no parte haciendo su trabajo de sistematización
de conceptos y elaboración de premisas como primera actitud ante la problemática cotidiana;
es aquí donde entra el sentido común, el cual es lícito dentro de la búsqueda de conocimiento.
Por dedicarse a lo más cotidiano, éste tiene un carácter inmediatista por el hecho de que se
dedica a las respuestas de los problemas más urgentes, el sentido común es el que se encarga
del ordenamiento del conocimiento que se tiene de los objetos sensibles, por ejemplo:
“La visión se encarga del color, la audición del sonido y la gustación del sabor…cada sentido
discierne acerca de este tipo de sensibles y no sufre error sobre si se trata de un color o de un
sonido, si bien puede equivocarse acerca de qué es o dónde está el objeto coloreado, qué es
o dónde está el objeto sonoro. Tales cualidades, por tanto, se dice que son propias de cada
sentido”
Y estas son las problemáticas primarias, las que nos presentan los sentidos externos, y ésas
son las que requieren rapidez en el tratamiento, con vistas a un objetivo inmediato; podemos
llamarle a esta forma de ver el hecho pensamiento cotidiano:
“Por pensamiento cotidiano se entiende, en primer término, toda aquella actividad intelectual
que se da en la mayoría de las personas, de manera habitual, todos los días, y que no pretende
llegar a explicaciones profundas… algunos autores lo denominan saber vulgar, sentido
común, pensamiento ordinario, pensamiento no científico, conocimiento ordinario”
Mostrando y diferenciando características en ciencia y sentido común, confrontándolo con
lo ya antes mencionado podríamos decir que la ciencia tendría características puramente
cuantitativas, mientras que las características del sentido común serían cualitativas,
diferenciadas así, porque la ciencia mide lo que conoce, mientras que el sentido común solo
se dedica a lo más ligero del hecho conocido: sus cualidades.
Dejando por un lado un poco el tema del de la relación entre el conocimiento científico y el
sentido común, ahora se analizará un poco sobre la ideología y los valores en el ámbito del
conocimiento que podemos decir que a ideología es un conjunto de ideas, normalmente
políticas, formuladas deliberadamente, coherentes y racionales, empleadas para delimitar y
comprender la forma en que puede organizarse la sociedad.
Utilizada de esta manera, se confiere a la ideología un carácter peyorativo, buscando denigrar
y anular las ideas de aquellos a quienes se refiere. Este uso del término sugiere que las ideas,
de alguna forma, son inherentemente falsas e imperfectas puesto que no son realistas (en el
sentido de que son inalcanzables) o no reflejan la realidad. Es habitual que la gente se refiera
a la filosofía de un cierto movimiento político como si se tratara de una ideología: ideología
nazi, fascista, socialista, de derechas, de izquierdas, etc. Las ideologías son, en este sentido,
algo que alguien trata de imponernos.
En ocasiones, las ideologías parecen algo de sentido común. Por ejemplo, si deseo obtener
un préstamo lo solicito en un banco, recibo el dinero y abono los intereses. Parece de sentido
común. Sin embargo, durante la Alta Edad Media, en Gran Bretaña, los cristianos tenían
prohibido prestar dinero. Hacerlo era usura, un pecado terrible. El préstamo de dinero se
convirtió así en el oficio de los judíos, que no estaban sujetos a las leyes cristianas. Hoy en
día, los bancos prestan dinero y obtienen a cambio un beneficio, pero se le llama interés y
nadie se para a pensar en ello.
Realizamos muchas acciones sin ser plenamente conscientes de sus motivos. Esto es obvio
en el caso de las habilidades motoras como masticar, caminar y conducir. Las hemos
aprendido y las realizamos sin pensar conscientemente en ellas. Esto también es cierto
respecto de muchas de nuestras acciones sociales, imbuidas de creencias, sentimientos y
valores, pero que realizamos sin un motivo consciente.
Siguiendo con el tema ahora pasaremos a hablar un poco sobre el tema de la realidad y la
teoría en el proceso de construcción del conocimiento Con frecuencia se habla de la relación
teoría-práctica, de coherencia pedagógica, de correspondencia entre el decir, el pensar y el
hacer… y un sinfín de denominaciones más empleadas para referirse al complejo territorio
de las conexiones que establece el profesorado entre el conocimiento educativo y la realidad
escolar. Sin duda, éste es un asunto importante en la educación porque es central en los
procesos didácticos de enseñanza-aprendizaje, y en estos momentos, constituye uno de los
principales problemas obstaculizadores de la mejora escolar y el desarrollo profesional
docente La investigación sobre este complejo campo desde el punto de vista didáctico, en el
que nos centraremos, aún no está aún muy desarrollada, de tal manera que parece propicio
comenzar por definir ambos conceptos, dado que con demasiada frecuencia los empleamos
como comodines del lenguaje, sin tener referentes comunes acerca de su significado
(Gimeno, 1998), lo cual dificulta la comprensión del problema de relacionar teoría y práctica
en el ejercicio de la enseñanza. Las siguientes definiciones son ilustrativas de la concepción
de teoría y de práctica a manejar en adelante:
“La teoría constituye un conjunto de leyes, enunciados e hipótesis que configuran un corpus
de conocimiento científico, sistematizado y organizado, que permite derivar a partir de estos
fundamentos reglas de actuación. (…) En educación podemos entender la práctica como una
praxis que implica conocimiento para conseguir determinados fines. La práctica es el saber
hacer (Clemente, 2007, p. 28).”
El papel activo del sujeto que construye el conocimiento as dificultades que el estudio del
conocimiento ha arrojado a lo largo de la historia se deben a la posible y distinta perspectiva
que se adquiere de la teoría del conocimiento según que se considere prioritariamente de
modo subjetivo, de quien conoce, o de modo objetivo, lo que se conoce. Ambas perspectivas
son necesarias para que haya conocimiento, sujeto y objeto, ya que nada podría ser conocido
si no existiera un ser con capacidad de conocer, y nada podría ser conocido si no existiera
una realidad con objetos posibles de comunicarse como seres cognoscibles.
La metafísica del ser y las filosofías idealistas han priorizado una u otra perspectiva de la
entidad del conocimiento adoleciendo de dar una respuesta formalmente coherente de la
múltiple implicación del sujeto y el objeto para posibilitar el conocimiento, muy
especialmente cuando han de versar sobre el conocimiento intelectual, ya que el
conocimiento sensible responde a un proceso más simple y por tanto más accesible a definir.
El conocimiento intelectual ofrece la particularidad de que conoce que conoce, y por ello el
propio acto de conocimiento se manifiesta como sujeto y como objeto.
Un punto de inflexión en el desarrollo de la filosofía sobre el conocimiento humano se puede
admitir en el racionalismo de Descartes cuando categoriza la existencia en función del sujeto
pensante que la percibe. Desde ese momento intelectual el sujeto del conocimiento, quien
piensa, trasciende su subjetividad para configurarse al mismo tiempo como objeto del
conocimiento, el que existe.
Si se considera el proceso cognitivo como una trasferencia lineal de información desde el
objeto al sujeto, la relación entre ambos extremos del proceso está marcada por la idoneidad
de elementos para ser compatibles en el proceso de cifrado, trasmisión, descodificación y
retención. Cada parte presenta su propio proceso, el objeto mediante los accidentes de su
materia que le hacen cognoscible, y el sujeto mediante los procesos imputaciones que le
permiten conocer.

COCLUCION
Como conclusión Es importante la existencia de conocimiento, ciencia y sociedad en el
docente, en la persona porque es quien dará la pauta para la modificación de la en este caso
la ciencia y la sociedad, aunque no necesariamente el profesor, el docente o la persona tiene
que ser el causante del cambio pero por lo menos tiene la capacidad y el conocimiento para
hacerlo, esto contribuye a que el Mexicano conozca de la ciencia y contribuya en la
resolución de problemas, el maestro también tiene la tarea de formar a las personas dentro de
una cultura mientras que el estado como una organización social tiene la obligación de
atender y contribuir en este llamado de formación; todo esto sin que olvidemos la existencia
de los valores sociales.
Se debe tomar en cuenta la relación existente entre los conocimientos y las decisiones debido
a que no se puede desligarse uno de otro, mismas decisiones que pueden ser vistas como un
aspecto de poder político, lo importante aquí es ver si realmente una política o ética puede
ser determinada científicamente.

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