Sei sulla pagina 1di 7

Introducción al tema

El tema del ordenamiento jurídico que predominaba en nuestro


territorio antes de la llegada de los españoles, es un asunto
fundamental, para la historia del derecho peruano; habida cuenta que el
legado del Tahuantinsuyo a la sociedad peruana actual, aún se puede
sentir y palpar en todos los aspectos: desde lo étnico, lo psicosomático,
lo folklórico y lo consuetudinario, hasta lo patológico: verbigracia los
estallidos de violencia interna represiva y hasta linchamientos de
presuntos delincuentes, que de vez en cuando sacuden no solo algunas
comunidades de los Andes, sino también los asentamientos humanos
ubicados en la capital, con población predominantemente andina; sin
dejar de mencionar lo que siguiendo a Víctor Andrés Belaúnde
consideramos el principal aporte del Tahuantinsuyo al Perú: el legado
de la unidad política relativa[1] alcanzada en este territorio bajo el
Imperio Inca, o mas propiamente dicho: bajo el Tahuantinsuyo.

Puesto que, no se puede entender, el fenómeno de la unidad política


relativa que los Andes alcanzaron bajo el Tahuantinsuyo, sin considerar
la existencia de un orden normativo institucionalizado y punitivo
distinto a la simple moral; es decir de un orden normativo coactivo,
impuesto a todos, con generalidad y bajo una autoridad central
encargada de su cumplimiento. Es a partir de este criterio, que muchos
autores, entre los cuales se cuenta al gran amauta JORGE
BASADRE[2] vislumbran la existencia del llamado derecho inca, del
cual se puede apreciar abundantes referencias en las Crónicas.

De qué definición de Derecho partimos.


En primer lugar, para abordar una temática como
ésta, debemos delimitar, de qué definición de DERECHO partimos,
pues es obvio que si lo hacemos desde una concepción
exclusivamente basada en nuestro derecho actual, le negaremos toda
posibilidad de organización jurídica a los hombres peruanos
prehispánicos. Es necesario partir, pues, de una definición general que
busque los elementos comunes a todos los órdenes jurídicos que han
producido los pueblos y las civilizaciones. A este respecto, en alguna
parte de sus magistrales reflexiones, KELSEN concebía que a partir de
un estudio comparativo de los órdenes jurídicos que se han dado en el
curso de la historia, se podía afirmar, que el derecho es un ORDEN
COACTIVO[3] , un sistema normativo de la conducta humana, positivo,
es decir eficaz. ¿Qué se entiene por ORDEN COACTIVO? Por orden
coactivo podemos asumir: a un conjunto de normas respaldadas por el
uso de la fuerza institucionalizada; tal sería una buena base
genérica para iniciar una aproximación a lo que podemos llamar el
Derecho Inca. También nos pueden ser útiles, para tales fines,
otras aproximaciones conceptuales, derivadas en parte de KELSEN,
como aquella que dice que: el derecho es un sistema de normas
dotadas de una coacción organizada e institucional[4]; o una mas
elaborada, a juicio nuestro, que recibe aportes de la
concepción tridimensional del derecho, para la cual el derecho
sería: un sistema normativo positivo(eficaz) que intenta organizar la
sociedad según una cierta noción de la justicia[5].

Los alcances y posibilidades teóricas de los conceptos citados, nos


permiten afirmar que la sociedad inca tuvo un derecho, entendido como
sistema normativo institucionalizado, propio de las condiciones
políticas y culturales del Tahuantinsuyo ó ESTADO INCA. Este
derecho u orden normativo sui generis, debe ser apreciado y valorado,
teniendo en cuenta, algo que HORACIO URTEAGA, un pionero de
nuestra historiografía jurídica, dijo hace setenta años: (1928): las
diferencias entre la cultura aborigen del pasado y la que es obra de la
civilización clásico-cristiana.
En este orden de ideas, para aproximarnos preliminarmente al tema de
si existió o no un DERECHO u ORDEN NORMATIVO INCA., es
necesario señalar que entendemos al derecho como un subsistema
imprescindible, para toda organización social compleja que merezca el
nombre de ESTADO. Es así, que concebimos al derecho en forma
genérica como un orden normativo, coactivo, externo e
institucionalizado, distinto a la moral, orden organizado y respaldado
por la fuerza de un aparato administrativo estatal; orden que resulta
consustancial y necesario para cualquier sociedad que alcanza los
límites de lo que entendemos como Estado: una estructura donde el
poder se encuentra institucionalizado y centralizado jerárquicamente
por un grupo, élite o casta gobernante, dotada de toda una ideología del
poder y de una estructura burocrática y militar, que les permite ejercer
el dominio sobre una población, en un determinado territorio.

No es dable proseguir con el planteamiento de nuestro tema, sin decir


algunas palabras respecto a la definición de derecho, que acabamos de
asumir, en el acápite anterior. Como se ve, es una definición operativa,
inicial, genérica y heterodoxa, que resume muchos aportes, incluidos
los de KELSEN. Cabe advertir, que muchos tratadistas y
colegas, pueden considerar discutible la existencia de un derecho inca
como tal, y su opinión es comprensible; habida cuenta que lo que hoy
en día entendemos por Derecho, tiene elementos y
características históricamente determinadas, muy propios; pero tal
realidad, no puede llevarnos a negar la existencia de un ordenamiento
normativo y punitivo institucionalizado, que sostenía el
desenvolvimiento del estado inca asentado en los Andes, cuando los
conquistadores españoles se asomaron sobre estas latitudes.

Una vieja polémica


sesgada por intereses ocultos.
Por otra parte, cabe recordar, que el debate sobre si los indios tenían o
no un orden jurídico, o algo que se le parezca, antes de la llegada de
los españoles, es un asunto viejo que tiene cola; pues el supuesto
salvajismo o la supuesta barbarie de los indios, que alegaron los
invasores europeos para justificar la invasión de las tierras de los
pueblos autóctonos de América, argüía entre otras cosas: que los
indígenas habían sido incapaces de organizarse política y jurídicamente
y que necesitaban de la civilización occidental para poder vivir y
convivir en orden; frente a ello, ya en 1550 Bartolomé de las Casas hizo
una de las mejores argumentaciones jurídico-doctrinarias en defensa de
la capacidad de los indios para tener gobierno y policía, es decir un
orden político y jurídico. En todo caso, como se puede percibir, la
polémica, en este tema, es al final de cuentas un asunto puramente
ideológico, y responde a determinados intereses en pugna; pues lo que
la historia y las ciencias sociales deben constatar es la existencia de un
orden normativo, coactivo, institucionalizado y judiciable en el estado
andino llamado TAHUANTINSUYO; tal orden no era escrito ni era
igual al occidental, porque obviamente correspondía a otras
condiciones y requerimientos culturales. ¿Qué nombre le damos a ese
sistema? Para nosotros, llamarlo en un sentido genérico: DERECHO
INCA, resultaría justificado y doctrinariamente útil; pues a la luz
del más rotundo humanismo, somos partidarios de una concepción
poligenista del Derecho: creemos que la idea del derecho, la
búsqueda de un orden jurídico, entendido como conjunto de normas
institucionalizado, respaldado por la fuerza pública, que garantice las
condiciones mínimas de convivencia y estabilidad social, se ha dado en
determinado momento histórico en todos los pueblos de la familia
humana. G. TARDE decía que hay una universalidad del derecho [6].
Estudios más recientes, realizados desde la Etnología Jurídica, la
Antropología y la Sociología jurídicas, confirman la apreciación de
hombres como TARDE. Ahora se habla de los sistemas de derecho de
los pueblos salvajes, de los sistemas jurídicos pre-industriales en las
sociedades no europeas, de los sistemas jurídicos pre-industriales de
alta civilización, de los Derechos pre-literarios o derecho de las
sociedades sin escritura, etc,[7] Habiendo la antropología
jurídica demostrado que hasta en las sociedades incipientes más
bárbaras, acéfalas, de cazadores recolectores, se han desarrollado
mecanismos para resolver conflictos, que pueden considerarse como
derechos consuetudinarios [8], es hora de abandonar por completo las
concepciones exclusivistas o etnocentristas del Derecho, que se
obstinan en negar la existencia de un sistema jurídico inca. Los
testimonios documentales que nos han dejado sobre tal sistema los
cronistas, son abrumadores y esperan la debida atención.

Un prometedor campo de investigación.


En tal sentido, el campo de investigación, sistematización y elaboración
de futuras teorías interpretativas de lo que fue el orden normativo inca
a partir de las Crónicas, es vastísimo. En este breve artículo
introductorio, solo hemos querido proponer una definición genérica,
operativa de Derecho, que sirva de punto de partida para futuras
investigaciones; en una perspectiva cultural, que nace de una
concepción universalista y humanista del hombre y de sus diversas
sociedades.
Como se trasluce de la naturaleza del tema, el enfoque de los ordenes
normativos precolombinos, implica la revisión y análisis de HECHOS
y PROCESOS histórico-jurídicos y culturales desde una perspectiva
comparada y antropológica, siendo por eso necesario: un enfoque
multidisciplinario, que partiendo de la Historia del Derecho, utilice los
aportes de la Sociología y la Antropología Jurídicas, así como de la
Ciencia Política, para poder brindar una perspectiva integral del objeto
de estudio, al mismo tiempo que una visión actualizada y humanista.
COLOFON
Encontrar la unidad esencial en la fecunda variedad de las
creaciones culturales del ser humano, es uno de los retos más grandes
de nuestra era:unidad en la diversidad, relativismo y universalismo,
bien entendidos, sin caer en polaridades extremas. Los avances
científicos y los replanteamiento ideológicos del último siglo nos han
enseñado a respetar el valor de cada cultura (RELATIVISMO) pero
teniendo en cuenta la existencia de inquietudes y respuestas comunes
de la especie humana, lo que HERKOVITS llamó los UNIVERSALES
de la conducta humana[9]; y la búsqueda del orden, del control social, a
través de sistemas normativos institucionalizados y respaldados por un
aparato coactivo, parece ser, como ya dijimos una constante
universal que está presente, por lo menos en todos los pueblos que han
alcanzado el nivel de la civilización(civitas, vida en sociedad); y nadie
discute que los INCAS fueron la expresión más notable de una
civilización antigua y original. Así lo dijimos, en nuestra TESIS para
optar el título de abogado, hace catorce años. [10] En tal perspectiva,
reafirmamos esa convicción, en plena era de la globalización, pues
como lo proclama MORIN: Este planeta necesita un pensamiento
policéntrico, capaz de apuntar a un universalismo no abstracto sino
consciente de la unidad / diversidad de la humana condición; un
pensamiento policéntrico alimentado de las culturas del mundo.[11]

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

[1]BELAUNDE, Víctor Andrés: PERUANIDAD, Instituto Riva Agüero. PUC, Lima, 1968, pp. 20-21.
[2] BASADRE, Jorge: HISTORIA DEL DERECHO PERUANO, Edigraf, Lima, 1984, pp. 39-40;
señala que el contenido de la historia del derecho peruano significa una historia de los sistemas
jurídicos que se han dado en el tiempo sobre este territorio, señalando como tales objetos de estudio: al
Derecho Inca, al Derecho Colonial, al Derecho Republicano y, también a las inter-influencias,
desplazamientos totales o parciales, convivencias o resultados de lo que él entendía como
civilizaciones de estilo divergente, en el paulatino proceso formativo de un derecho nacional como tal.
[3] KELSEN, Hans: TEORIA PURA DEL DERECHO, Eudeba, Buenos Aires, 1982, pp. 52 y 71.
[4] DIAZ, Elías: SOCIOLOGIA y FILOSOFIA DEL DERECHO, Ed. TAURUS, Madrid, 1976, pp.40.
[5] DIAZ, Elías, op.cit. pp. 52
[6] TARDE, Gabriel de, LAS TRANSFORMACIONES DEL DERECHO, Edit.. ESPAÑA MODERNA,
Madrid, pp. 31
[7] CARBONNIER, Jean: SOCIOLOGÍA JURÍDICA, Tecnos, Madrid, 1977, pp. 25-26
[8] BRANDT, Hans Jurgen: JUSTICIA POPULAR- Nativos Campesinos, FUNDACIÓN FRIEDRICH
NAUMANN, Lima, 1986, pp. 36.
[9] HERKOVITS, Melville: EL HOMBRE Y SUS OBRAS, Cap. V, FONDO DE CULTURA
ECONOMICA, México, 1964, pp.88 y siguientes.
[10] ORTIZ NISHIHARA, Mario: Poder, Legalidad y Justicia en Túpac Amaru II - Contribución a la
Historia del Derecho, TESIS para optar el Título de Abogado, PONTIFICIA UNIVERSIDAD
CATOLICA DEL PERU, Facultad de Derecho, 1993. TOMO I, pp. 24-25. Disponible en la Biblioteca
de la PUCP.
[11] MORIN E. : LOS SIETE SABERES DE LA EDUCACION DEL FUTURO. Separata de la UNESCO,
1999, presentada por Federico Mayor Zaragoza.

Potrebbero piacerti anche