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GUIA Nº 6

PRINCIPIO Y FUNDAMENTO II

Raíces: amor recibido

REFLEXIONES PREVIAS:

Seguimos en Principio y Fundamento porque sólo desde la honda experiencia del amor recibido podemos construir
la casa sobre roca y disponerla para otros. Estos espacios de oración quieren tocar nuestra dimensión relacional y
también nuestro anhelo de intimidad.

A través de las mujeres que aparecen en el árbol genealógico de Jesús: Tamar, Rajab, Rut y Betsabé (Mt 1,1-16),
tomamos nuestras raíces. Es un tiempo de honrar las relaciones que han dado cimiento a nuestra vida: padres,
hermanos, parientes o personas muy cercanas… Poder tomarlos, reconocerles su lugar en nuestra casa. Las relaciones
que nos constituyen son el tejido por el que circula nuestra apertura a Dios y por donde nos recibimos de Él. Jesús
asume sus raíces, toma toda su historia familiar, integra todo lo humano con sus heridas y sus fracasos, sus alegrías,
sus potencialidades. Toma con amor su árbol genealógico. También Jesús tuvo su memoria familiar de dolor y de
gozo. Y pongo la mía junto a la suya.

FIN QUE SE PRETENDE:

Sacar las consecuencias de mi adhesión al proyecto de Dios sobre la creación y sobre mi propia vida. Asumir la
necesidad de buscar, desear y elegir “lo que más me conduce para el fin que soy criado”.

GRACIA QUE SE QUIERE ALCANZAR:

Que yo tome conciencia de mi condición de criatura; que reconozca con mucho afecto y gratitud el amor de Dios que
“me eligió primero, destinándome a reproducir los rasgos de su Hijo”, llamándome y comunicándome su amor.

FUENTES DE ORACIÓN PARA LA SEMANA:

Preparación: Dedicar un tiempo a relajarme, sentir y caer en la cuenta de la Presencia del Señor en el rato de oración
que voy a comenzar.

Petición: Dame, Señor, la gracia de la libertad interior para poder orientar mi vida solamente por el camino que Tú
quieres para mí.

EJERCICIOS ESPIRITUALES EN LA VIDA COTIDIANA – PRINCIPIO Y FUNDAMENTO II 1


Con el Señor recorro la Historia de mis raíces y mi realidad relacional hoy…
1. Mis padres, mi familia. Sus nombres, sus rostros, su historia… Lo que más admiro o agradezco de ellos.
Rememoro encuentros, acontecimientos, los lugares más significativos de mi historia con ellos.
2. Mis amigos más queridos, compañeros, comunidad: los recuerdo, los nombro y presento al Señor. ¿Qué es
lo que más quiero de ellos? ¿Por qué se me han hecho dignos de amor? También puedo recordar mis
relaciones más especiales…
3. Las personas con las que trabajo o para las que trabajo. En mi tarea o misión…
4. Mi propia persona. Con aquello que me gusta de mí misma/o y también lo que no me gusta. Y doy gracias.
5. Acabar las oraciones con un coloquio. Te puede servir el Sal 139.

Agradecemos el tejido relacional que conforma nuestras vidas. Es un


tiempo para orar las relaciones:
. Podemos comenzar elaborando un mapa relacional:
. Ver las relaciones que necesitamos aún seguir ordenando y aquellas
que se han dañado y quisiéramos reparar.
. Agradecer las relaciones que nutren nuestra vida. Traer al corazón a las
personas significativas que nos han hecho gustar de la amistad, el amor y
sus buenos efectos. Recoger su cosecha para poder ofrecerla, recolectar
pequeños gestos de amor, de cariño, de escucha, de confianza, de
paciencia…que han tenido con nosotras/os.

TEXTOS BÍBLICOS:
. “Desde el seno materno te elegí” (Jer 1,5)
. “Con cuerdas humanas, con lazos de amor te atraía (Os 11,4).

EJERCICIOS ESPIRITUALES EN LA VIDA COTIDIANA – PRINCIPIO Y FUNDAMENTO II 2

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