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Informe sobre

la Catequesis Familiar
en la Diócesis de San Isidro

Informe preparado por el Equipo Diocesano de Catequesis Familiar


Octubre de 2006
Índice de contenido
I. Presentación.......................................................................................................................4
II. Cuestiones terminológicas.................................................................................................6
1. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de Catequesis Familiar?.......................6
2. Fundamentos, objetivos, destinatarios y metodología básica de la
catequesis familiar........................................................................................................6
III. Evaluación de la CAFA hasta el día de hoy.......................................................................8
1. Logros...........................................................................................................................8
2. Dificultades...................................................................................................................8
IV. La Catequesis Familiar hoy.............................................................................................10
1. Amenazas....................................................................................................................10
a. Situación actual de la familia...............................................................................10
b. Cultura post-moderna..........................................................................................11
c. Disminución de la participación de los padres en la educación de sus hijos en los
ámbitos institucionales.........................................................................................11
d. Consecuencias de la crisis económica.................................................................11
2. Debilidades.................................................................................................................12
a. Desconcierto de la Iglesia frente al mundo moderno..........................................12
b. Disconformidad con los contenidos y actitudes..................................................12
c. Dificultad para integrar a las familias a la comunidad........................................13
d. Agentes de pastoral con menor tiempo y posibilidad de compromiso................14
e. Escasez de sacerdotes y de catequistas varones y alta rotación de catequistas...14
3. Oportunidades.............................................................................................................14
a. La Catequesis familiar, una oportunidad para el diálogo....................................14
b. La invitación a vivir en comunidad.....................................................................14
4. Fortalezas....................................................................................................................15
a. Aceptación del método de Catequesis familiar...................................................15
b. Cantidad de catequistas.......................................................................................15
c. Apoyo de los sacerdotes......................................................................................15
d. Reunión del equipo de catequistas.......................................................................15
V. Análisis final y propuestas...............................................................................................16
1. El método es aceptado en su “intuición fundamental”...............................................16
2. Amenazas y oportunidades, debilidades y fortalezas.................................................16
3. Propuestas...................................................................................................................17
a. Revisar los temarios de catequesis......................................................................17
b. Fortalecer la dimensión comunitaria de la catequesis.........................................17

2
c. Formación e intercambio de experiencias...........................................................19
d. Otras propuestas metodológicas..........................................................................19
VI.Conclusión final...............................................................................................................20

Anexo I. Encuesta sobre la catequesis familiar


Anexo II. Parroquia Nuestra Señora del Refugio
Anexo III. Parroquia San Pedro y San Pablo

3
I. Presentación

Una de las Líneas de Acción elegidas y discernidas en la XIII Asamblea Diocesana de San
Isidro de mes de Junio de 2004 fue la siguiente:
Promover una profunda revisión y actualización de la Catequesis Familiar
(contenidos, metodología, organización, etc.) que responda a los nuevos desafíos
y exigencias de la vida de los matrimonios y las familias de hoy.
Con este objetivo el Sr. Obispo, a través de la Junta Diocesana de Catequesis, designó un
equipo de trabajo para que llevara adelante este objetivo.
Este equipo se constituyó con las siguientes personas:
Este Equipo quedó constituido por las siguientes personas:
Coordinador: P. Hernán Bonsembiante
Asesores: P. Carlos Avellaneda (Coordinador Diocesano), P. Pedro Oeyen y P. Emilio
Gabrielli.
Miembros del Equipo: Alicia Alfaro, Poly y Osvaldo García, Pedro Gorondi, María Luisa
Landgrebe, Rosanna Maucci y Adriana Navarro.
El asesoramiento técnico de la Encuesta fue responsabilidad del sociólogo Pedro Gorondi.
Las principales tareas realizadas por el equipo desde mayo de 2005 fueron las siguientes:
 Reuniones mensuales para debatir el programa de trabajo, la discusión de los
resultados parciales y la apertura de nuevos temas o metodologías.
 Análisis de los principales documentos de la Iglesia Universal, Latinoamericana y
Argentina acerca de la Catequesis Familiar.
 Análisis de la literatura más relevante acerca de la Catequesis en general y de la
Catequesis Familiar en particular.
 Realización de una encuesta a nivel diocesano para conocer la opinión de una muestra
representativa de Sacerdotes, Coordinadores y Catequistas acerca de las situación de la
Catequesis Familiar en la diócesis y para conocer las innovaciones realizadas, sus
resultados y sus propuestas de mejora para el futuro. Se realizaron 132 encuestas en 60
centros de catequesis1.
 Elaboración de Informes parciales de distintos aspectos de la Catequesis Familiar y de
este documento que contienen las Propuestas de Revisión que proponemos.
El trabajo consta de una introducción y 4 partes. La primera de ellas dedicada a aclarar la
terminología y algunos presupuestos básicos. En la segunda parte hacemos una breve
evaluación de la catequesis familiar hasta el presente. La tercera parte, la más extensa de todo
el trabajo, intenta profundizar sobre la situación actual de la catequesis familiar asumiendo la
metodología conocida como FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas).
Finalmente la cuarta y última parte propone algunas conclusiones y caminos a seguir. Como
anexos incluimos los resultados totales de la encuesta realizada y el formulario que se utilizó.
Agregamos también a modo de ejemplo una descripción de los cambios que se han realizado
en la parroquia Nuestra Señora del Refugio, de Boulgone, con una ficha de catequesis usada

1
En este documento mencionamos las conclusiones más relevantes. Los resultados completos se puede leer en el
Anexo I.

4
por ellos y material aportado por la Parroquia San Pedro y San Pablo, de Olivos. En ambos
casos el material que se presenta intenta mostrar cómo cada parroquia va buscando caminos
de renovación de acuerdo a sus propios diagnósticos y capacidades.
En síntesis, este trabajo nos ha permitido descubrir que por un lado la catequesis familiar está
amenazada por múltiples factores, entre ellos la crisis de la misma estructura tradicional de
familia. Pero por otra parte la Iglesia a través de la catequesis puede ser el lugar donde las
personas puedan encontrarse y ayudarse unos a otros en el camino de la fe y la vida.
Creemos que debemos revisar los contenidos y los objetivos de nuestra catequesis, buscando
acercarnos a la vida y a sus problemas concretos y formando verdaderas comunidades, a la
vez sujetos y agentes de la evangelización. Para esto contamos con numerosos agentes de
pastoral que, trabajando en equipo y con el acompañamiento de sus pastores, busquen que la
catequesis sea un espacio abierto de encuentro entre todos con Jesús. Al mismo tiempo el
trabajo coordinado entre parroquias y el compartir experiencias, ideas y propuestas junto a
una evaluación permanente tiene que ser cada vez más un camino a seguir y la Junta
Diocesana de Catequesis puede ser quien brinde este servicio.
Conviene aclarar que estas propuestas no coinciden necesariamente con las de los autores de
los textos consultados ni con las de los encuestados (algo imposible, por lo demás, por las
diferencias de posturas y opiniones entre ellos mismos).
Estas constituyen las conclusiones a que arribó el equipo, después de haber analizado y
debatido libremente el material de referencia.

5
II. Cuestiones terminológicas

1. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de Catequesis Familiar?


El concepto de “catequesis familiar” es en sentido amplio toda catequesis que se brinda en el
seno de la familia. Así lo entienden los documentos de la Iglesia 2. Pero en los últimos tiempos
ha denominado un determinado método para preparar a los niños para la primera comunión.
El documento de la conferencia Episcopal Argentina “Juntos para una evangelización
permanente” de 1988 lo explica de esta manera:
Conviene aclarar que la expresión “catequesis familiar” se refiere a realidades
diversas entre sí.
1. En primer lugar, se hace referencia, a toda catequesis que se realiza en el seno
de la familia.
Desde el diálogo de fe entre los esposos y su testimonio cotidiano, hasta la
primera enseñanza religiosa de los niños, podemos hablar de catequesis familiar.
Se incluye además, el acompañar al crecimiento en la fe de los hijos. La Iglesia se
preocupa siempre porque la familia cristiana logre ser cada día más una
comunidad educadora de la fe.
2. En segundo término, la expresión “catequesis familiar” se aplica a toda
enseñanza y educación religiosa que tiene por objeto todo lo referente al
matrimonio y a la familia. Esta se concreta especialmente en la preparación
remota e inmediata al matrimonio, como también a la catequesis permanente de
los grupos de familias cristianas.
Igualmente se lleva a cabo a un nivel más alto en toda reflexión sobre pastoral y
familia y teología sobre matrimonio y familia.
3. En los últimos tiempos, el término “catequesis familiar” se fue aplicando a un
determinado método para preparar a los niños a la Primera Comunión. En él se
invita a los padres a ser los primeros transmisores del mensaje cristiano para sus
hijos, y ser ellos mismos los primeros receptores del Evangelio.
Así se capacitan para preparar a sus hijos a la recepción de los sacramentos y
continuar formando una comunidad creciente y evangelizadora. Esta catequesis
tiende a involucrar a toda la familia en un proceso de crecimiento comunitario de
la fe3.
Cuando hablemos de catequesis familiar a lo largo de este trabajo lo haremos en este último
sentido, aunque queda claro que dicho método está inscripto en el marco más amplio de la
catequesis familiar en el sentido descripto en el primer punto de la cita.

2. Fundamentos, objetivos, destinatarios y metodología básica de la catequesis familiar


Poco tiempo después del Segundo Congreso Nacional de Catequesis y del citado documento
posterior, la Comisión Episcopal de Catequesis, presidida por Mons. Gerardo Sueldo, publica
un folleto preparado por el Equipo Nacional de Catequesis de Adultos y miembros de la Junta
Catequística Central titulado “¿Qué es la Catequesis Familiar?”. Esta publicación tiene como

2
DCG 226; CT 68.
3
JEP 79-81. Cabe destacar que este documento del Episcopado asume fundamentalmente las conclusiones del
Segundo Congreso Nacional de Catequesis, realizado en 1987 en Rosario (Santa Fe).

6
objetivo presentar brevemente la Catequesis Familiar, mostrar los fundamentos de esta
metodología, señalar experiencias realizadas y dar algunas indicaciones sobre como aplicar el
método a diferentes realidades.
Por la sencillez y la síntesis lograda en ese folleto, aconsejamos especialmente leerlo ya que
allí se encuentra una breve síntesis de la historia de la catequesis familiar en nuestro país y
una descripción sistemática del método, entre otras cosas.
Los objetivos del método de catequesis familiar según esta publicación son los siguientes:
evangelizar a toda la familia, comenzando por los padres para que ellos a su vez comuniquen
la Buena Noticia a sus hijos y participen más activamente de la comunidad eclesial, formando
pequeñas comunidades y comprometiéndose también en la construcción de una sociedad
inspirada en los valores el Evangelio.
Queda claro que el destinatario principal de la Catequesis Familiar es el adulto, a quien se
llega con ocasión de la catequesis para la Primera Comunión de sus hijos. En este aspecto el
folleto menciona claramente un cambio de paradigma. Mientras en el esquema anterior se
trabajaba con la premisa: “catequicemos a los niños, porque cuando sean grandes serán
buenos cristianos”, el método de la Catequesis Familiar tiene de fondo la convicción de que si
se evangeliza la familia, “grandes y chicos serán buenos cristianos tanto hoy como el día de
mañana”.
La metodología propuesta consta de varios pasos que sintéticamente son los siguientes:
1. Encuentro de padres
2. Conversación de los padres con el hijo
3. Encuentro de niños
Estos tres momentos están sostenidos por un cuarto momento que es la reunión de todo el
equipo de catequesis y por celebraciones donde participan los niños y los padres
conjuntamente.

7
III. Evaluación de la CAFA hasta el día de hoy.

En nuestra diócesis la Catequesis familiar existe desde hace más de 30 años. Es mucho el
camino recorrido y son muchos los aciertos de esta metodología. Presentamos sintéticamente
algunos logros y dificultades que se han observado a lo largo de estos años.

1. Logros
Entre los logros que podemos observar encontramos los siguientes:
1. Se ha llevado adelante lo que los documentos de la Iglesia llaman catequesis familiar,
es decir, el anuncio de la fe en el seno de la familia. De esta manera, se experimenta la
fe como algo que involucra la vida cotidiana familiar. El adulto participa de la
transmisión de la fe a sus hijos y el niño entiende la relación con Dios como algo que
comprende toda la realidad familiar.
2. Se ha fortalecido en muchas familias el diálogo y la comunicación.
3. Se ha evangelizado la familia, especialmente cuando es el matrimonio quien se acerca
a participar de los encuentros. Muchos han redescubierto su fe gracias a la catequesis
familiar.
4. Muchos adultos han revalorado los sacramentos y se acercan nuevamente a ellos. No
sólo la Eucaristía sino también el Bautismo, la Confirmación, la Reconciliación y el
Matrimonio.
5. Nuestras comunidades se han enriquecido en los últimos años con muchas familias
que han redescubierto a Cristo gracias a la catequesis familiar. En América Latina se
considera la catequesis Familiar como “semillero de comunidad”.
6. Se han formado grupos de matrimonios que más allá de la catequesis con motivo de la
Primera comunión, hacen posible un itinerario catequístico permanente.
7. Gracias a los grupos de Catequesis Familiar se mejora la integración entre personas de
distinta condición social y entre distintos grupos de la misma comunidad.
8. En una Iglesia donde la mayoría de los laicos son mujeres, la catequesis familiar ha
permitido incluir a los varones especialmente cuando es el matrimonio quien participa
de las reuniones de catequesis.
9. Han surgido muchas vocaciones catequísticas. Se han abierto espacios de formación
para catequistas. Hoy contamos con un espacio de formación para catequistas en cada
decanato.

2. Dificultades
Es verdad que también ha habido dificultades. Las mismas están muy bien enumeradas en el
documento que mencionamos anteriormente. Allí encontramos algunas dificultades que son
propias del hecho de “instalar” una metodología nueva: falta de apoyo del párroco, parroquias
vecinas con opciones diferentes, falta de formación de los catequistas que desconocen la
nueva metodología.
Si bien es verdad que en algunos casos estos problemas siguen existiendo, debemos reconocer
que en la actualidad el método está aceptado y se lleva adelante con mayores o menores
dificultades en la mayoría de las parroquias de nuestra diócesis.

8
Pero en el documento se mencionan también otras dificultades que siguen siendo actuales y a
las que se trató de dar respuesta: padres que faltan, o que participan poco, padres que no saben
leer o escribir, catequistas con poca experiencia que se “atan” demasiado al texto o que
asumen su función con una mentalidad excesivamente docente, etc.
A todas estas cuestiones se les ha ido buscando distintas soluciones tratando de no afectar en
lo posible lo esencial del método. Se han hecho grupos de madres cuando es imposible
conseguir que sea el matrimonio quien participe. En muchos casos se ha reemplazado a los
padres por los abuelos, tíos, hermanos o vecinos. Se han elaborado nuevos textos buscando
que se adecuen mejor a la realidad parroquial. Las reuniones se proponen cada quince días
para facilitar la participación de los matrimonios, etc.
A pesar de todas estas adaptaciones que se fueron haciendo, en los últimos años se ha ido
incrementando el descontento con respecto a la catequesis familiar. Esto parece tener distintas
causas. Es muy difícil determinar exactamente cuáles son. La sensación general es que “algo
anda mal pero no sabemos bien qué es”.
Este problema es el que se aborda en punto que desarrollamos a continuación.

9
IV. La Catequesis Familiar hoy.

En el año 2005 hemos realizado una encuesta en la diócesis para poder tener algunos datos
sobre la situación actual de la Catequesis familiar. Los detalles de la misma junto con los
resultados se pueden ver en el anexo correspondiente.
Basados en esta encuesta podemos compartir la siguiente evaluación de la catequesis familiar
en la diócesis de San Isidro.
Hemos organizado la reflexión asumiendo la terminología de amenazas y debilidades,
oportunidades y fortalezas.
Entendemos por amenazas aquellas condiciones externas que pueden afectar negativamente a
la catequesis familiar. Las debilidades son los aspectos negativos pero internos de nuestra
organización.
Los aspectos positivos a su vez también pueden ser externos o internos. Los externos se
reconocen como oportunidades y los internos como fortalezas.

1. Amenazas

a. Situación actual de la familia


Tal como se insinúa en la Línea de Acción Diocesana que constituyó el punto de partida del
trabajo, la principal amenaza para la Catequesis Familiar es la crisis del modelo tradicional de
familia, que conlleva una crisis del hombre moderno. Sin detenernos a analizar cuál de las
dos crisis es consecuencia de la otra, lo cierto es que ambas se dan juntas y se retroalimentan.
El hombre y la mujer de hoy están en crisis y esto afecta a la familia; la familia de hoy está en
crisis y esto impacta fuertemente en el hombre y la mujer de hoy, destinatarios y agentes de la
catequesis.
El método de la catequesis familiar necesita por definición una familia donde hacer pie. Y si
la familia está tambaleando, es lógico que el método también se resienta en sus bases.
Podemos analizar esto en tres de sus dimensiones fundamentales:
 Dimensión institucional: Se nota un incremento notable, en los últimos 30 años
de parejas no casadas por Iglesia, uniones de hecho, segundas nupcias, familias
“ensambladas”, madres/padres solteros o separados, parejas homosexuales con
hijos, etc.
 Dimensión funcional: La crisis económica, que lleva a ambos padres a trabajar
fuera de la casa (a veces, en otra ciudad o provincia) dificulta que pueda funcionar
adecuadamente como medio de socialización primario. (Frecuentemente, sus
funciones son cumplidas, parcialmente, por alguna abuela, hermana, tía o, incluso,
alguna vecina.)
El hombre y la mujer de hoy están agobiados, con poco tiempo para sí mismos,
con poca capacidad para el diálogo. Un método donde la propuesta sea el diálogo
de los padres hacia los hijos ciertamente va a ser difícil de llevar adelante. Las
adaptaciones en este sentido deben ser creativas con respecto a la forma de este
diálogo que puede asumir distintas formas, desde rezar juntos hasta realizar padres
e hijos algunos trabajos en conjunto.
La falta de tiempo, la inseguridad que se experimenta creciente en algunos lugares
de nuestra diócesis, padres y madres que trabajan con horarios rotativos o

10
excesivamente prolongados también son amenazas para un método que propone
dos reuniones semanales (una de padres, una de niños). En algunos lugares han
buscado que los padres y los niños se reúnan a la misma hora para evitar
multiplicar las reuniones. Pero esto no es posible en todos los casos, ya sea por los
horarios, ya sea por la falta de lugar. Lamentablemente, por ahora parece imposible
pensar en una forma de catequesis que no implique algunas reuniones, aunque sean
quincenales, aunque en general en estos casos la evaluación no ha sido siempre
positiva.
 Dimensión religiosa: En parte por los problemas anteriores, en parte por razones
culturales, se da una fuerte disminución de la práctica y compromiso religioso de
las familias, especialmente de las más jóvenes.

b. Cultura post-moderna
No es este el lugar de desarrollar un ensayo sobre la cultura post-moderna. Abundan los
análisis y sin duda que debiéramos profundizar en ellos para comprender al hombre y la mujer
de hoy, que son, como ya dijimos, destinatarios y agentes de la Catequesis.
Pero hay un aspecto de esta cultura que podemos destacar: la relación individuo-institución.
La exaltación del individuo frente a cualquier instancia institucional es uno de los rasgos
característicos de la post-modernidad. No sólo la Iglesia como institución ha sufrido esta
realidad sino que todas las instituciones en general se ven alteradas.
En el caso particular de la Catequesis Familiar, esto nos afecta en dos aspectos:
1. La evaluación de los resultados de la catequesis según la cantidad de personas que se
integran a la comunidad. Este criterio de evaluación ya aparece vislumbrado en el
folleto mencionado anteriormente con respecto al método de catequesis anterior a la
Catequesis Familiar: “… se comprobaba que la mayor parte de los niños que recibían
su Primera Comunión, al cabo de poco tiempo se alejaban completamente de toda
práctica sacramental”.
La sensación es que este criterio de evaluación se ha mantenido hasta hace poco
tiempo. Si sumamos a las dificultades propias de toda integración de gente nueva a
una comunidad, el contexto posmoderno que mencionamos influye todavía más
negativamente para que se de esta integración.
2. La incorporación de catequistas nuevos también se ve afectada por esta mentalidad.
Pareciera que quienes se comprometen a ser catequistas lo hacen por poco tiempo.
Esto parece afectar más todavía a los catequistas jóvenes que a los de más edad. Como
consecuencia, se produce año a año una gran renovación de catequistas con perjuicio
de la experiencia y la continuidad.

c. Disminución de la participación de los padres en la educación de sus hijos en los


ámbitos institucionales.
No sólo en la catequesis familiar se experimenta un cierto desinterés (o incapacidad) de los
padres en acompañar a sus hijos sino que también parece suceder lo mismo en el ámbito de la
escuela. Son frecuentes las quejas de los docentes acerca de la poca participación y
colaboración de los padres de sus alumnos. No sólo la ecuación se ve afectada sino que, por
diversas razones, los padres van encomendando a otras personas tareas que naturalmente
pareciera corresponderles a ellos. Por supuesto la catequesis de sus hijos no escapa a esta
realidad.

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d. Consecuencias de la crisis económica
La mayoría de los encuestados consideró que la crisis económica tuvo principalmente efectos
negativos sobre la CAFA. (64%)
En primer lugar sobre la participación de los padres en las reuniones y en la enseñanza de sus
hijos (26%), pero también sobre las familias mismas (25%) y sobre la actitud religiosa (13%:
crisis, desánimo, desesperanza, etc.).
Como vimos en el punto anterior, éstas no son novedades atribuibles a la crisis económica,
sino que constituyeron una aceleración o agudización de algunos procesos de larga data: crisis
de la estructura familiar, disminución de la participación y compromiso religioso de los
católicos, escasez y gran rotación de catequistas, etc.

2. Debilidades
Hemos visto las distintas amenazas que sufre hoy la catequesis familiar. Pero esto lejos de
atemorizarnos, debe hacernos profundizar en nuestra forma de enfrentar esas dificultades para
lograr convertir, si es posible, tales amenazas en oportunidades.
Pero junto con las amenazas mencionadas aparecen lo que hemos definido como debilidades.
Estas son dificultades que tienen su origen en nosotros mismos y en la vida misma de la
Iglesia. Cambiar el mundo es muy difícil pero sin duda tenemos que empezar por nosotros
mismos. Al analizar las debilidades queremos poner la mirada sobre nuestra realidad interna
como Iglesia para conocernos mejor y descubrir qué cambios hacen falta.

a. Desconcierto de la Iglesia frente al mundo moderno


A más de 40 años del Concilio Vaticano II y de su mirada evangélicamente optimista del
mundo, nos encontramos en una Iglesia que parece desconcertada ante los rápidos cambios
que se viven en el mundo moderno. El mundo ha avanzado aceleradamente en los últimos
años mientras que la Iglesia parece caminar muy lento.
Esto no quiere decir que debemos renunciar a lo que creemos o adaptarlo modificando lo
esencial, pero al mismo tiempo nuestro mensaje tiene que ser experimentado como Buena
Noticia, que entusiasme y anime aunque parezca difícil o imposible de vivir, que se
experimente como una liberación y no como una opresión, que ayude al hombre a ser más
humano y no que lo aliene.
Muchas veces tenemos la sensación de estar en una Iglesia que le tiene miedo al mundo en
lugar de amarlo, que quiere someterlo en lugar de servirlo y que prefiere encerrarse dentro de
sus límites en lugar de salir a anunciar la Buena Noticia con actitud misionera.
No es raro que las familias que se acercan a nuestras comunidades se encuentran muchas
veces con actitudes cerradas e intolerantes cuando no agresivas. Al mismo tiempo los
catequistas sufren la tensión de tener que anunciar ciertas “verdades” que ni ellos mismos
creen del todo.

b. Disconformidad con los contenidos y actitudes


Lo primero que confirmamos con la encuesta es esta sensación generalizada que
mencionábamos antes: “algo anda mal pero no sabemos qué es”. En la tabla 7 vemos que un
82 % de los encuestados cree que hay que hacer modificaciones aunque de este 82 % casi la
mitad (un 45 %) cree que esas modificaciones no son muchas y sólo un 11 % opina que hay
que modificar mucho el método de la Catequesis Familiar.
Al mismo tiempo, consultados sobre cuáles serían esas modificaciones, surge en primer lugar
los cambios en los contenidos (un 33 %) y muy cerca los cambios en las actitudes (un 28 %).

12
En el caso de los contenidos, el reclamo apunta a que los temas tengan una mayor orientación
hacia los problemas de los padres, y especialmente que se tengan en cuenta las nuevas
realidades familiares. En esta misma línea apuntan las opiniones sobre los cambios de
actitudes, pidiendo que se acoja a los alejados y familias irregulares. Este último punto
representa el porcentaje más alto de todas las opiniones (18 %), en coincidencia con los
objetivos votados en la última asamblea diocesana.
Esta disconformidad parece estar reflejada también en la cantidad de textos distintos que se
utilizan. Es verdad que nuestra diócesis tiene realidades muy distintas y que cada comunidad
debe tratar de adecuar los textos de catequesis a su realidad particular. Pero al mismo tiempo
es llamativa que cantidad de textos (15 textos distintos 4). Incluso un 10 % reconocen tener
métodos propios, es decir, elaborados por la misma comunidad. Entre los más utilizados
aparece el texto de Pedro Oeyen en sus distintas ediciones, el de García Gastaldo (Caminando
con Jesús, Siguiendo a Jesús) y el de Eduardo Lippi y el equipo de Catequesis Barrial.
Se experimenta una fuerte sensación de “inadecuación” entre los temas de la catequesis y los
problemas reales de los padres. Pareciera que estamos hablando en un idioma distinto del
idioma del mundo. Difícilmente podamos llevar una buena noticia a alguien si muchas veces
nosotros mismos ni siquiera creemos que sea una buena noticia. Acentuaciones innecesarias
de algunos temas que chocan contra el sentido común, o ausencia de otros temas preocupantes
son algunas de las fallas de nuestros textos de catequesis.
A esto se suman ciertas actitudes que se experimentan como cerradas o antipáticas, cuando no
retrógradas.

c. Dificultad para integrar a las familias a la comunidad


Uno de los aspectos más negativos mencionados por los entrevistados es que el 21%
considera que la actitud de la comunidad parroquial frente a la CAFA es de indiferencia y el
16% opina que es CERRADA. (Total de actitudes no positivas: 37%). Estas cifras totales
suben al 60% en las parroquias de clase alta o media/alta y al 41% en las de excluidos o
pobres.
Si bien los resultados generales arrojan una mayoría de opiniones positivas acerca de la
actitud de la comunidad en general hacia la catequesis, mirando en detalle los datos arrojados
por la encuesta nos encontramos que en tanto en las clases más pobres como en las más altas,
el porcentaje de actitudes negativas es más alto que el de las positivas.
Entre los más pobres vemos un 48 % de actitudes negativas (indiferentes o cerradas) contra un
42 % de actitudes positivas (apoyo y apertura). Entre las clases más altas el porcentaje de
actitudes negativas crece hasta un 60 % contra un 40 % de actitudes positivas.
Notamos que el objetivo de integrar tanto a los padres como a los chicos a la comunidad
aparece en tercer lugar con respecto a los padres y en segundo lugar con respecto a los niños,
pero en ambos casos con un porcentaje similar (24 %). La mayor cantidad de opiniones en
ambos casos hacen referencia a un fortalecimiento de la fe, apuntando en el caso de los padres
a una renovación y fortalecimiento de la fe buscando una “experiencia” de Dios (“sentirse
querido por Dios”) y en el caso de los niños a un mayor conocimiento de Dios en Jesús,
4
Citamos a continuación una aclaración del P. Pedro Oeyen: “En realidad no existen en el país 15 textos de
catequesis familiar. En muchos casos se trata de adaptaciones locales de textos publicados. Esto es ambivalente:
por una parte, muestra la riqueza de la diversidad y el deseo de responder a situaciones propias de cada parroquia
y/o colegio. Pero por otra, también es cierto que esas adaptaciones no siempre se hacen con verdadero criterio
catequístico y/o con suficiente capacitación. Por ejemplo, con cierta frecuencia a un catequista le gustó un cuento
y lo usa no solo como motivación sino como único tema del encuentro, o escuchó una charla que le pareció
interesante y la agrega al temario, sin coordinación con los demás temas. Por eso, varios de esos "textos" son
incompletos y/o no suficientemente aptos para la Catequesis Familiar.”

13
experimentado en la vida familiar (un 30 %) y en una relación personal en sintonía con lo
expresado hacia los padres: “que sepan que Jesús es su amigo” (un 25 %).
En consonancia con estos resultados, los criterios de evaluación que figuran en primer lugar
hacen referencia a actitudes más personales (actitud hacia la fe, educar a los hijos en la fe)
mientras que los criterios que tienen que ver con la integración a una comunidad aparecen
último lugar (padres que concurren a Misa, que se integran en otros grupos, que se convierten
en catequistas, que participan en general).

d. Agentes de pastoral con menor tiempo y posibilidad de compromiso


Todo lo dicho sobre las familias afecta obviamente a los agentes de pastoral, es decir los
catequistas. También ellos se ven con dificultades para asumir todo lo que la catequesis
familiar implica. Incluso los más responsables, justamente ante el miedo de no poder
responder a todos los requerimientos prefieren no comprometerse. Otros comienzan con
entusiasmo pero muchas veces les implica mucho esfuerzo y sacrificio, incluso con perjuicio
de su propia vida familiar. Muchas veces los grupos deben cambiar de catequista sobre la
marcha, lo cual atenta contra la conformación de un grupo estable.
Al mismo tiempo el método implica una gran cantidad de agentes de pastoral. Cada vez
cuesta más formar los equipos. Muchas veces se logra con esfuerzo armar un equipo, pero
cuesta mucho armar los dos equipos necesarios para los dos años de catequesis. Esto lleva
también a buscar catequistas con poca formación o experiencia.

e. Escasez de sacerdotes y de catequistas varones y alta rotación de catequistas


Una cuarta parte de los encuestados considera escaso el apoyo sacerdotal, a pesar de
considerarlo uno de los factores de mayor impacto positivo (cuando existe). Esto puede
suceder por exceso de delegación en los catequistas o por hallarse abrumado por las tareas que
se les encomienda.
Prácticamente, dos tercios de los encuestados declararon insuficiente el número de catequistas
varones y un 38% declaró una rotación de catequistas superior al 40% anual.

3. Oportunidades
Ya hemos dicho que el desafío frente a las amenazas que afecta hoy la catequesis es
convertirlas en oportunidades.

a. La Catequesis familiar, una oportunidad para el diálogo


Es notorio el agrado que encuentran en los grupos de catequesis quienes se animan a
compartir la vida. En un mundo donde se hace difícil el diálogo, los grupos de catequesis
pueden brindar este espacio.
No sólo hablamos del diálogo entre las familias sino del diálogo mismo intrafamiliar. Que los
padres o quienes estén a cargo de ellos puedan compartir un rato juntos es algo que hoy se
puede revalorar ya que hay pocos ámbitos donde esta comunicación sea posible.

b. La invitación a vivir en comunidad


Si el mundo moderno es fuertemente individualista, nosotros proponemos como Iglesia un
espacio comunitario. El individualismo genera un sentimiento de soledad y vacío. El
compartir un grupo con otras personas ayuda a salir del aislamiento. Es verdad que el riesgo
es convertir los grupos de catequesis en grupos de autoayuda. Es tarea del catequista
equilibrar con sabiduría los tiempos y momentos del encuentro para iluminar desde la fe la
vida que se va compartiendo.

14
4. Fortalezas

a. Aceptación del método de Catequesis familiar


Junto con un 18 % de personas que creen que no hacen falta hacer modificaciones al método
de Catequesis Familiar, hay un 45 % más que creen que esas modificaciones no son muchas.
Si al mismo tiempo analizamos las propuestas de cambio, nos encontramos que las propuestas
relativas a un cambio sustancial en la metodología no son significativas. Es decir, que
básicamente se acepta la metodología con algunas adaptaciones que tienen que ver, como ya
hemos dicho, con los contenidos y con las actitudes.

b. Cantidad de catequistas
En general se considera que la cantidad de catequistas es suficiente (un 81 % lo considera
como un factor positivo y muy positivo).

c. Apoyo de los sacerdotes


Un 66 % de los encuestados consideró el apoyo de los sacerdotes como un elemento de
influencia positiva sobre la catequesis. La participación de los sacerdotes en las reuniones de
equipo es una buena oportunidad para ayudar a la formación de los catequistas.
Por otro lado, la visita del sacerdote a los grupos de catequesis le permite un contacto con las
familias que en general esperan y reclaman la presencia del sacerdote.

d. Reunión del equipo de catequistas


También es uno de los elementos de influencia más positiva con un 76 %. No se puede ser
catequista de forma aislada. La reunión del equipo permite compartir experiencias, ayudarse
en las dificultades, brindar un espacio de contención para las catequistas más nuevas o para
las que tienen grupos difíciles.
El equipo es una pequeña comunidad que intentan anunciar la misma Buena Noticia que
experimentan entre ellos. Cuando en el equipo se logra un buen clima de trabajo esto
repercute también en los grupos con los padres y con los chicos.

15
V. Análisis final y propuestas

Analizando en forma global todo lo dicho hasta ahora nos parece, a modo de síntesis,
presentar las siguientes conclusiones:

1. El método es aceptado en su “intuición fundamental”


La intuición sobre la que se sustenta la catequesis familiar, es decir la propuesta de fortalecer
la experiencia familiar de fe para que los niños reciban en ese ámbito el anuncio del
Evangelio, sigue siendo válida y debemos sostenerla con fuerza, sobre todo por dos razones:
En primer lugar, no parece lógico volver al esquema anterior donde se creía que
evangelizando a los niños lograríamos mejores cristianos en el futuro. Además, la catequesis
familiar como método de preparación para la primera comunión contribuye a fortalecer la
catequesis familiar en sentido amplio, algo que es sostenido por todos los documentos de la
Iglesia.
En segundo lugar, justamente en tiempos donde la institución familiar parece tambalearse,
esté método puede ser una herramienta pastoral para fortalecer estos vínculos que creemos
siguen siendo necesarios no ya para formar buenos cristianos, sino para formar personas. De
esta manera, el servicio que puede prestar la Iglesia a través de la catequesis familiar es
mucho más esencial que el de evangelizar. Estamos hablando de fortalecer la familia, el
diálogo, las relaciones humanas.
Esta “intuición fundamental” ubica claramente a la catequesis familiar como una catequesis
de adultos, con ocasión de la primera comunión de sus hijos. Por lo tanto, toda evaluación que
hagamos de ella tiene que ir en este sentido. No podemos juzgar la catequesis mirando en
primer lugar a los niños, porque justamente los primeros destinatarios no son ellos sino los
adultos que cuidan de ellos. No nos parece que sea bueno un vuelco hacia los niños que deje
atrás a los adultos sino que más bien esto sería un paso atrás.
Obviamente que esto no significa olvidar a los niños, sino entender que si logramos que los
padres (o los adultos involucrados en la catequesis) crezcan en la fe, ellos mismos serán
quienes transmitirán la fe a los niños asumiendo así su propia misión y en el contexto más
“natural” de la familia.

2. Amenazas y oportunidades, debilidades y fortalezas


Ciertamente la amenaza más grande que sufre hoy la catequesis familiar es la desintegración
de la familia. Podríamos preguntarnos ¿quiénes son los adultos que acompañen a los niños en
su camino de fe? Además el individualismo creciente, la inseguridad frente a la violencia, las
dificultades económicas de todo tipo entorpecen una participación activa y fecunda de los
adultos involucrados en la catequesis de los niños.
A este mundo que sufre la desintegración, nosotros tenemos una Buena Noticia que anunciar.
La Iglesia puede ser un espacio de “re-creación” de la familia y un lugar donde, viviendo una
experiencia de comunidad, nos acompañemos en el camino de fe.
Frente a todo esto nos parece que lo primero que podemos hacer es tomar conciencia y
hacernos cargo de nuestras debilidades. La primera de ellas es nuestro desconcierto y nuestra
incapacidad de diálogo y adaptación a las nuevas realidades. Y más grave aún, la ausencia de
un espíritu comunitario que nos permita hacer frente a las amenazas con la fuerza de la
comunidad. No sólo aparece como pobre la apertura de la comunidad a las personas que se

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acercan a la catequesis, sino que también en nuestros objetivos la integración a una
comunidad aparece en tercer lugar.
Nuestras fortalezas están claras. Seguimos creyendo que para catequizar a los niños hacen
falta adultos que los acompañen, y contamos con un gran número de catequistas. El apoyo de
los sacerdotes y del equipo son factores de suma importancia para transmitir una experiencia
de fe que se vive en comunidad.

3. Propuestas

a. Revisar los temarios de catequesis


Evidentemente hace falta entonces comenzar un trabajo profundo de reflexión para revisar
nuestros temarios de catequesis y adaptarlos a las nuevas realidades, asumiendo tanto la
realidad de una familia en muchos casos “no tradicional” como el hecho de que cada vez más,
para muchos adultos, la catequesis familiar es recién un “primer anuncio”.
Debemos buscar que la Buena Noticia que anunciamos llegue a los destinatarios en un
lenguaje comprensible y que responda a sus inquietudes. Sin pretender agotar los temas sino a
modo de ejemplo listamos algunos de los temas sugeridos en un curso sobre catequesis
familiar que se hizo en el año 2006 propiciado por el Instituto de Catequesis de la Diócesis de
San Isidro:
En cuanto a la relación con el mundo de hoy.
 La relación con los medios de comunicación
En cuanto a los vínculos
 Vínculos entre homosexuales y sus hijos
 Segunda y terceras uniones
 Vínculos con los hijos de parejas anteriores.
 Vínculos entre padres y adolescentes
 Cambio de roles
 Ausencia de padres en la casa problemática para conseguir trabajo
En cuanto a problemas familiares
 Adicciones
 Violencia familiar
En cuanto a la economía y la pastoral social
 Formar una ética social, criterio de justicia social
 Formar en las distintas líneas económicas
 Conciencia impositiva
 Cómo organizar la economía de la casa trabajo fuera y dentro de la casa

b. Fortalecer la dimensión comunitaria de la catequesis


Todo este trabajo debe ir acompañado de una reflexión profunda sobre el lugar que la
comunidad ocupa en la catequesis.

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Coincidimos con la mayoría de los documentos del magisterio que afirman que, en un
contexto social y cultural donde la población con práctica y compromiso religioso está en
rápida disminución, hay que emplear una metodología intermedia entre la de la “catequesis
de tierra de misión o ad gentes” y la de “atención pastoral a los fieles” de las Iglesias
largamente establecidas. A esta metodología intermedia se lo llama “Nueva Evangelización”5
En este contexto, no podemos partir del supuesto que los padres son personas de fe que sólo
necesitan de motivación y formación (dada por los catequistas en las reuniones) para que se
fortalezca su fe y vuelvan a ser practicantes, que ha estado en la base de muchos métodos de
CAFA.
Por el contrario, esta situación (muy común en nuestra diócesis en la actualidad) lleva a
plantear como objetivo “una iniciación cristiana integral, abierta a todas las esferas de la vida
cristiana”6.
De aquí que “la catequesis es una acción esencialmente eclesial. El verdadero sujeto de la
catequesis es la Iglesia que…ha sido enviada para ser maestra de la fe”7.
Los catequistas son como los brazos extendidos de la Iglesia hacia los catecúmenos y los
acercan a la comunidad para hacerles escuchar la Palabra de Dios y experimentar la vida de
fe, el amor, el acogimiento, el apoyo, el culto, los sacramentos, etc.
En otras palabras, la catequesis no puede concebirse solamente como un ámbito y un tipo de
actividad especializado dentro de la parroquia, sin integración a la comunidad. Aunque, a
veces, es difícil lograr esta integración si la parroquia misma no actúa como una verdadera
comunidad. Nadie puede dar testimonio de lo que no es o no tiene.
En la encuesta se han sugerido diversas actividades para proveer esta experiencia viva de
comunidad cristiana. Las más frecuentemente mencionadas son las siguientes:
 Las misas de familias (a veces solamente las que están en catequesis, a veces con toda
la comunidad). Pueden ser dominicales, quincenales o mensuales.
 Festividades celebradas conjuntamente con la comunidad.
 Presentación a los grupos o pequeñas comunidades parroquiales donde podrían
insertarse.
 Organización de nuevas comunidades con las familias catequizadas.
 Reuniones y celebraciones conjuntas entre las familias de los colegios parroquiales y
los de la parroquia (para acercarlos a la comunidad parroquial)
Como ya hemos dicho, la encuesta nos muestra que la integración a la comunidad figura en
tercer lugar con respecto a los objetivos que se proponen respecto de los padres, mientras que
con respecto a los chicos ocupa un segundo lugar. En ambos casos es porcentaje es bajo (24%
y 23% respectivamente). Además, los objetivos que ocupan los primeros lugares, en ambos
casos, reflejan más bien una actitud personal e individual.
Algo similar ocurre con los criterios utilizados para evaluar la Catequesis. Los que tienen
relación directa con la comunidad ocupan los lugares 5°, 6° y 7°.
5
Cfr. Directorio General para la Catequsis n° 58. Cfr. también Redemptoris Missio n° 33: Se da, por último, una
situación intermedia, especialmente en los países de antigua cristiandad, pero a veces también en las Iglesias más
jóvenes, donde grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya
como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio. En este caso es
necesaria una "nueva evangelización" o "reevangelización"
6
Cfr. CT 21
7
DCG 78

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Creemos que este punto merece atención, sobre todo si esto significa una renuncia a una
catequesis más comunitaria y eclesial. Sobre todo teniendo en cuenta que de las propuestas
que aparecen en las encuestas sólo el 7% hacen referencia a la comunidad.

c. Formación e intercambio de experiencias


Una de las conclusiones más importantes es que no existe una metodología única de CAFA
que sirva a todos los tipos de comunidades (pobres, clase media o ricos; con o sin colegio; con
sacerdotes disponibles o no; pertenecientes a zonas de mayor o menor práctica religiosa, etc.)
En la transmisión de la fe, la Iglesia no tiene de por sí un método propio o único,
sino que, a la luz de la pedagogía de Dios, discierne los métodos de cada época…
La variedad en los métodos es un signo de vida y de riqueza…Tal variedad es
requerida por la edad, y el desarrollo intelectual de los cristianos, su grado de
madurez eclesial y espiritual y muchas otras circunstancias personales8
Para que esta adaptación a la realidad particular de cada comunidad sea efectiva, hacen falta,
como mínimo, tres condiciones:
 Un proceso de permanente intercambio de experiencias entre los equipos de
catequesis de las distintas comunidades, por lo menos, a nivel diocesano.
 Una formación catequística permanente, que haga posible que los distintos equipos
evalúen las experiencias propias y ajenas y puedan adaptarlos exitosamente.
 Un proceso de evaluación permanente, tanto a nivel comunidad como diocesano.
Estas propuestas aparecen también en las encuestas, aunque no con un peso suficientemente
grande. La formación permanente (7%), el intercambio de experiencias (3%) y la evaluación
permanente (1%) totalizan el 11% de las propuestas de modificación de la CAFA.

d. Otras propuestas metodológicas


Dispersas a lo largo de las encuestas se puede hallar toda una serie de propuestas de mejora
que, sin tener el peso de las anteriores, contribuyen también a actualizar la CAFA: A
continuación mencionaremos los más mencionados:
 Agregar mayor cantidad y variedad de dinámicas a la catequesis, tanto de los padres
como de los niños.
 Hacer las celebraciones más alegres, y explicando mejor su sentido.
 Destacar los cambios de estilos de vida y moral que implica la fe.
 Disminuir la rotación de los catequistas y aumentar el número de catequistas varones.
 Reforzar la ayuda de Caritas en las zonas de mayor pobreza.
 El 8% de los encuestados reorientaría la CAFA más hacia los padres, mientras que el
3% lo haría más hacia los chicos (dado que no se puede esperar mucho de los padres).
 Consensuar horarios con los padres para asegurar la máxima participación (antes o
después del trabajo, los sábados, los domingos antes de la misa, etc.)
 Proveer alternativas a los padres de varios hijos para que no tengan que repetir todo el
proceso con cada hijo, lo que suele cansarlos.
A modo de ejemplo anexamos el trabajo que se hizo en la Parroquia Nuestra Señora del
Refugio, de Boulogne y material usado en la Parroquia San Pedro y San Pablo de Olivos.

8
DCG 148.

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VI. Conclusión final

Al concluir el trabajo creemos haber dado un paso en la línea del objetivo diocesano que
impulsó la formación del equipo que tuvo a cargo la elaboración de este informe.
Los pasos que siguen implican la participación de distintos agentes. Será tarea de los
catequetas revisar los contenidos de nuestros temarios de catequesis. Las comunidades,
acompañadas por sus pastores, deberán reflexionar sobre el lugar y la importancia que le dan
a la catequesis. Y habrá que crear espacios y vínculos para llevar adelante el intercambio de
experiencias, la formación y la evaluación permanente de la tarea catequística.
Esperamos que este trabajo sea el punto de partida de una reflexión sostenida y profunda
sobre la Catequesis Familiar.

Coordinador: P. Hernán Bonsembiante


Asesores: P. Carlos Avellaneda (Coordinador Diocesano), P. Pedro Oeyen y P. Emilio
Gabrielli.
Miembros del Equipo: Alicia Alfaro, Poly y Osvaldo García, Pedro Gorondi, María Luisa
Landgrebe, Rosanna Maucci y Adriana Navarro.

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