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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

LA FILOSOFÍA DEL MEDIO AMBIENTE

I. EL MEDIO AMBIENTE.
II. LA RELACIÓN FILOSOFÍA Y MEDIO AMBIENTE.
IDENTIFICACIÓN.
DELIMITACIÓN.
JUSTIFICACIÓN.
IMPORTANCIA.
ANTECEDENTES.
III. EL HOMBRE Y LA NATURALEZA.
IV. EL HOMBRE Y LOS PROBLEMAS DEL MEDIO AMBIENTE.
V. LOS PROBLEMAS AMBIENTALES.
VI. SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS AMBIENTALES A TRAVÉS DE
LA FILOSOFÍA.
VII. PRINCIPIOS DE PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE.
VIII. TUTELA DEL AMBIENTE.
IX. PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EL MUNDO.
X. PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EL EN EL PERÚ.

OPINIÓN PERSONAL
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
GLOSARIO
ANEXOS

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INTRODUCCIÓN

El medio ambiente provee el entorno necesario para la vida humana, flora y


fauna. Los recursos naturales, patrimonio de la nación, constituyen los
elementos materiales necesarios para satisfacer nuestros requerimientos de
alimentación, vestido, vivienda, energía y demás productos de la población
peruana actual pero también deben de garantizar el bienestar de las
generaciones futuras. Estamos tomando prestado hoy lo que pertenece a los
jóvenes y niños que nacerán en el Perú que deberán también tener lo
necesario para su bienestar.

El desarrollo económico y tecnológico acontecido a partir de la segunda


mitad del siglo XX ha dado pie a un progresivo, y a veces irreversible, proceso
de degradación de los recursos naturales, de la fauna, flora, y, en general, de
todo el conjunto de elementos naturales que hacen posible nuestro sistema
de vida.

La situación alarmante a la que se ha llegado ha motivado un paulatino


reflejo de esta preocupación en la práctica unanimidad de los ordenamientos
jurídicos, donde el derecho al medio ambiente, a la conservación de todas las
especies vivientes y, en definitiva, a una mejor calidad de vida, ha alcanzado
reconocimiento internacional.

La problemática ambientalista ha venido a ocupar uno de los espacios


significativos hoy en los más diversos círculos de intelectuales, políticos,
economistas, cientistas de las más variadas ramas, tecnólogos,
organizaciones, personalidades, hombres, mujeres y niños de diferentes
naciones, credos, culturas, etc. Las relaciones del hombre con su entorno y
del hombre con el hombre se hacen cada vez más controvertidas, pues éste
históricamente ha tratado de satisfacer sus necesidades a costa de la
naturaleza y no pocas veces en detrimento de las de sus semejantes, lo que
ocasiona el deterioro del planeta, que en los últimos tiempos ha alcanzado

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un ritmo acelerado. Para superar la desfavorable situación se toman
numerosas medidas de carácter sociopolítico, económico, jurídico, científico
y técnico, que no siempre constituyen la solución a los problemas.

Las complejas relaciones de los organismos vivos con su medio y las


consecuencias que de ello se derivan no son hoy asunto privativo de las
ciencias biológicas en general ni de la ecología en específico. Las ciencias,
tanto sociales como naturales y técnicas, están llamadas a enfrentar con
urgencia y en mancomunidad la misión de encontrar soluciones duraderas, o
mejor, definitivas, al grave estado de deterioro a que la actual civilización ha
sometido a nuestra casa común.

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LA FILOSOFÍA DEL MEDIO AMBIENTE

I. EL MEDIO AMBIENTE.

La vida humana en su expresión de dignidad es el impulso que nos conduce


a revelarnos a estar vivos en las condiciones actuales y de creer que se
puede vivir un sueño con los ojos abiertos. Es por ello que no sólo hoy se
debe incorporar a nuestra esperanza de cambio, un mundo de solidaridad
entre quienes existimos, sino que la solidaridad hoy se debe proyectar a las
generaciones futuras, lo que incorpora en nuestra lucha el cuidado del
Ambiente, pues de lo que se trata es de pensar un mundo nuevo para
nosotros y para ellas, pero sobre la base de una existencia que hoy no se
pronostica como la mejor cuando hablamos de ecología lo primero que
pensamos e en los animales, las plantas y todos los seres vivos que lo
rodean. Y esto debido a que el hombre no puede vivir sin estar relacionados
con los animales y los plantan. sin embargo en los últimos años el país ha
sufrido un deterioro en sus recursos naturales de una manera considerable,
esto debido directamente a los avances tecnológicos, los cuales son
manejados principalmente por el hombre, no se puede hablar de desgaste o
degradación si no se menciona como responsable directo al hombre, el cual
para poder vivir se ha tenido que valer de la naturaleza pero de una manera
irracional e inconsciente, explotándola al grado de estar en la actualidad en
un punto crítico de desequilibrio entre el hombre y su ecosistema.

El medio ambiente es el conjunto de factores internos y externos, físicos,


sociales y biológicos que determinan la forma de ser y de vivir de los seres
vivos. (Bustamante: 1995: P. 55)

Es el sistema de elementos bióticos, abióticos y socioeconómicos con que


interactúa el hombre, a la vez que se adapta al mismo, lo transforma y lo
utiliza para satisfacer sus necesidades. (González, 1996: P.29)

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II. LA RELACIÓN FILOSOFÍA Y MEDIO AMBIENTE.

2.1. IDENTIFICACIÓN.

El medio ambiente adecuado precede lógicamente al propio Derecho: sin


medio ambiente adecuado no hay hombre, ni sociedad, ni Derecho. Por
tanto, cuando se fundamenta jurídicamente su protección se produce en dos
sentidos. Por un lado, se le reconoce como derecho humano o fundamental;
y, por otro, se encomienda a los Poderes Públicos, parte de cuyos
instrumentos son las leyes, su conservación y tutela. El medio ambiente
adecuado no es un fruto del desarrollo social sino un prius para su
existencia. Es un derecho vinculado a la propia vida humana. (González,
1996: P.2)

El principal valor de "Filosofía del medio ambiente" es poner de relieve y


argumentar de forma persuasiva que las actuaciones decisivas en materia
ecológica son de naturaleza ética. (Belshaw, 2005: p. 453)

En la historia del planeta se abrió una fase nueva cuando el hombre empezó
a interferir en el equilibrio de la naturaleza, de un modo esencialmente
diferente a otros organismos, inicialmente carecía de una comprensión clara
de lo que hacía y en ocasiones obtenía resultados inadecuados como lo es,
por ejemplo, el exterminio de animales y plantas de los que se alimentaba o
el agotamiento de los terrenos de cultivo, pero las reducidas dimensiones de
las alteraciones que producía impedía que se produjera un perjuicio
permanente en la tierra.

Bien distinta es la situación hoy, las ciencias han dotado al hombre de


conocimiento y poder, y los éxitos de la moderna agricultura, por ejemplo, se
obtienen al precio de arrasar el suelo y cambiar el clima desfavorablemente,
sin tener presente que como bien avizoró Federico Engels en su obra "El
papel del trabajo en la transformación del mono en hombre", la naturaleza se

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venga del hombre por las acciones nocivas por él realizadas. (Carranza, J.
1999:12)

Lo anterior no es, como tratan de presentar ciertos propagandistas y


pesimistas, fruto de la perversidad ni de la estupidez del hombre, ni tampoco
de un desarrollo desenfrenado y ya incontrolable de las ciencias y la técnica
modernas, como postulan los alarmistas, sino que es producto de una
concepción prevaleciente de desarrollo, basada en un modo y estilo
esencialmente depredador, fruto de la cultura occidental que impera en
distintos territorios y que pretende consolidar su hegemonía a escala
planetaria en esta, la era de la globalización neoliberal. (Carranza, J: 14)

Nuestro planeta vive hoy una situación de precariedad que permite constatar
con claridad, que la crisis ambiental encierra, de hecho, una crisis que como
bien observara Guimaraes "sus causas y sus implicaciones revelan
dimensiones económicas, políticas, institucionales, sociales y culturales, y
sus efectos trascienden las fronteras nacionales. Sus manifestaciones se
proyectan, por una parte, en el ámbito ecológico (empobrecimiento
progresivo del patrimonio nacional del planeta) y ambiental (debilitamiento
de la capacidad de recuperación de los ecosistemas), pero revelan además
el carácter eco político de la crisis (político-institucional), directamente
relacionado con los sistemas institucionales de poder que regulan las
prioridades, distribución y uso de los recursos naturales. Las propuestas de
superación de la crisis, en especial, las que privilegian la sustentabilidad de
un nuevo estilo de desarrollo, ponen al descubierto, por ultimo, su dimensión
cultural, al advertir la necesidad del cambio en el propio modelo de
civilización hoy dominante, particularmente en lo que se refiere al patrón de
articulación sociedad- naturaleza " (Guimaraes 1998).

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2.2. DELIMITACIÓN.

El principal valor de "Filosofía del medio ambiente" es poner de relieve y


argumentar de forma persuasiva que las actuaciones decisivas en materia
ecológica son de naturaleza ética. La ecología es una ciencia que puede
proponer determinadas soluciones, pero la adopción de las mejores medidas
no es algo que dependa en definitiva ni de la política ni de la dinámica del
mercado. Si se dejan las mejores soluciones ecológicas al juego de los
partidos o al juego del mercado, casi nunca se llevarán a cabo. (Belshaw,
2005: p. 456)

Los problemas ambientales constituyen una consecuencia negativa de la


actividad práctica del sujeto que conoce y transforma al objeto y esta puede
estar dada tanto por la sobreexplotación desmedida de la naturaleza para
lucrar con ella, por el desarrollo y la pobreza, por la falta de conciencia y
conocimiento, etc. por eso vale decir que es importante el conocimiento de
los factores que posibilitan esa relación dialéctica del hombre con la
naturaleza. Cabe aquí recordar las palabras de Martí en sus "Escritos sobre
Educación", quien con visión filosófica que trascendió a su época expresó.
"Divorciar al hombre de la tierra es un atentado monstruoso y es meramente
escolástico ese divorcio. A las aves alas, a los peces aletas, a los hombres
que viven en la naturaleza, el conocimiento de la naturaleza, esas son sus
alas". (Martí:1988:23).

Esta importante reflexión martiana da cuenta de una idea central de este


trabajo que es la necesidad de que se eleven los conocimientos en cuanto a
la relación hombre – mundo como elemento esencial en el camino hacia la
transformación del mundo y la auto transformación del hombre a partir de un
cambio de mentalidad que permita,- como dirían los representantes de la
Ecofilosofía (al margen de sus posiciones ecocéntricas) - intentar pensar
como deberíamos pensar para llegar a vivir armónicamente entre nosotros y
en relación con el planeta. A estos propósitos en mucho ayuda la visión

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filosófica del mundo basada en la dialéctica que nos permite comprender la
necesidad de tener presente la complejidad de los procesos naturales y
sociales en los que interactúa materia viva con materia no viva, objetividad y
subjetividad; pero además, enfrentar posiciones como la presentada por
Lovelock en su conocida teoría de la GAIA que considera al planeta tierra
como un organismo vivo, último nivel de la evolución, regido por leyes
biológicas. Partiendo de la concepción del desarrollo enarbolada por la
dialéctica materialista, nos oponemos a la extrapolación de leyes que rigen
determinados niveles de organización de la materia, a niveles de otro grado
de complejidad, con independencia de las interrelaciones que entre ellos
puedan darse. (Lovelock: 2000:23)

Siguiendo el nuevo paradigma de las ciencias, que se viene conformando en


los últimos tiempos, el paradigma de la complejidad, y que a nuestro modo
de ver entronca perfectamente con la concepción filosófica y metodológica
de la dialéctica Materialista, vemos, (y coincidiendo con Ovidio D`Angelo en
su trabajo "Subjetividad Social, Desarrollo y Retos de la Complejidad) como
nuevas elaboraciones que expresan las relaciones múltiples y diversas del
entramado social, en un contexto de racionalidad e incertidumbres
combinados, cristalizan como visión universal de los fenómenos
interconectados, en sus cursos a veces sorprendentes y, en parte,
impredecibles.

La sociedad compleja; es decir, la que realmente existe y necesita ser


interpretada en toda la diversidad de sus fenómenos, impone nuevos
derroteros. No se puede actuar en una de sus dimensiones sin alterar el
conjunto; no se puede enfrentar parcialmente un problema, sin que surjan
otros, no pocas veces inesperados. (Rodríguez 1998:34).

Del análisis metodológico de la situación ambiental moderna se deriva la


importante conclusión filosófica de que los problemas ambientales pueden
resolverse solo sobre la base de la lógica dialéctica con su concepción de la

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concatenación general de los fenómenos, pues en el mundo ningún
fenómeno está aislado del resto sino que éste se presenta como un sistema
complejo, como totalidad. En la unidad del mundo se encierra la conexión y
la condicionalidad recíproca de los objetos y fenómenos. . La base teórica de
tal interpretación científica es la dialéctica materialista, que uniendo
orgánicamente el principio del desarrollo y el principio de la unidad del
mundo fundamenta el enfoque monista de la relación del hombre y el medio.
Desde la óptica de la dialéctica en la sociedad se establece la correlación
entre las distintas formas de movimiento; las relaciones e interconexiones
entre sus miembros independientemente de la diversidad existente porque,
tienen un fundamento común; su materialidad. (Rodríguez: 34).

"La complejidad de la cuestión medioambiental es tal que encontrar una


fundamentación teórica para vislumbrar su posible solución práctica, debe
pasar, ya no solo por los estudios interdisciplinarios que las distintas ramas
particulares del saber brindan; sino además por una valoración
generalizadora desde una perspectiva filosófica que, por supuesto parte del
vínculo estrecho con aquellas en los conocimientos que las mismas
ofrecen". (Rodríguez: 38).

La filosofía es una concepción del mundo, una interpretación de la realidad


que incluye aspectos de carácter ontológico, gnoseológico, metodológico y
axiológico; de ahí que al abordar las cuestiones ambientales debe hacerse
desde la misma visión filosófica y más concretamente del Materialismo
Dialéctico, que permite comprender la dinámica del desarrollo natural y
social. El análisis de la cuestión ambiental desde el ángulo filosófico permite
determinar la presencia de un problema de carácter cosmovisivo de la
relación hombre - mundo, que se da objetivamente a partir de determinadas
necesidades humanas y por tanto de esencia social e históricamente
determinado. Movidos por las ansias de satisfacer tales necesidades, los
hombres establecen relaciones con sus semejantes y con el entorno físico, y
en este proceso se manifiesta su cultura y su visión del mundo.

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En ese proceso de interacción del hombre con su medio, el primero ha
estado históricamente en el centro de dicha relación y con un orden
prioritario donde lo que cuenta es, por sobre todas las cosas, la consecución
de sus aspiraciones, incluso en detrimento de las de otros hombres y del
mantenimiento del equilibrio natural si fuera necesario.
Nuestra interpretación desde el ángulo de la filosofía versa alrededor de la
idea de que las actuaciones individuales están en correspondencia con su
concepción del mundo, con la manera en que su visión del mundo se ha ido
ampliando a lo largo de la historia del desarrollo de las distintas formaciones
económicas sociales y en correspondencia con el nivel que han ido
alcanzando las fuerzas productivas materiales de las cuales se ha valido
históricamente y se vale hoy, para materializar sus propósitos.

2.3. JUSTIFICACIÓN.

Sin lugar a dudas la Filosofía aporta elementos de gran importancia para la


reflexión teórica y las acciones prácticas sobre las cuestiones ambientales
que están expresando problemas de la relación hombre – mundo, pues es
una ciencia que no obstante reflejar la realidad con cierto grado de
universalidad es también el sustento de las ciencias particulares. Es por todo
lo antes dicho que el tratamiento de los problemas ambientales debe ser
enfocado, a partir de las concepciones de la Filosofía Dialéctico –
Materialista.

Los momentos de significación en la relación sociedad - naturaleza están


determinados por las contradicciones que se generan a partir de la
relatividad de la dinámica de cambio de todas las formas de organización
material que confluyen en esa relación y la dinámica que es relativa a los
contextos socio históricos concretos.

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2.4. IMPORTANCIA.

La Filosofía aporta elementos de gran importancia para la reflexión teórica y


las acciones prácticas sobre las cuestiones ambientales que están
expresando problemas de la relación hombre – mundo, pues es una ciencia
que no obstante reflejar la realidad con cierto grado de universalidad es
también el sustento de las ciencias particulares. Es por todo lo antes dicho
que el tratamiento de los problemas ambientales debe ser enfocado, a partir
de las concepciones de la Filosofía Dialéctico – Materialista.

Los momentos de significación en la relación sociedad - naturaleza están


determinados por las contradicciones que se generan a partir de la
relatividad de la dinámica de cambio de todas las formas de organización
material que confluyen en esa relación y la dinámica que es relativa a los
contextos socio histórico concreto.

2.5. ANTECEDENTES.

La preocupación por el medio ambiente ha estado presente en las diferentes


etapas del desarrollo de la humanidad como se aprecia en artículos del
Código de Hamurabi, en el derecho griego y romano, derecho bizantino
hasta nuestros días.

Es a partir de la revolución industrial que los efectos de las acciones


humanas adquieren magnitudes y características cuyos efectos se empiezan
a notar y a preocupar por sus graves consecuencias.

El tema ambiental es de naturaleza global y no está circunscrito a un


particular territorio. Las emanaciones y vertimientos tóxicos en un país
afectan el medio ambiente de los países vecinos hasta grandes áreas que
abarcan continentes enteros.

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Las normas de protección del medio ambiente se han incorporado en el nivel
más alto del ordenamiento jurídico, es decir, en las constituciones de
muchos países. Nuestro país no ha sido ajeno a esta evolución.

El hombre históricamente ha pensado y teorizado acerca de los problemas


ambientales y sus vínculos con la naturaleza, cuestión esta que forma parte
del pensamiento filosófico.

Así, los antecedentes más remotos de esta problemática se encuentran en el


devenir histórico del vínculo sociedad – naturaleza. Esta relación está
íntimamente vinculada a la cuestión fundamental de la filosofía, la de la
actividad del sujeto que conoce y actúa ante el objeto que existe fuera de su
conciencia. El objeto natural que en la conceptualización metafísica se
contrapone al hombre como fuerza ajena y hostil, en la visión materialista del
mundo surge como componente del sistema del ser en todas las etapas de
su desarrollo. El hombre moderno, que posee un gigantesco poderío, no
puede existir sin las condiciones naturales que le son necesarias en la
misma medida en que no podía existir sin ellas el hombre primitivo que
dependía de la naturaleza.

Estos mismos postulados filosóficos constituyen el fundamento de las


exigencias del desarrollo científico técnico incluidos aquellos elementos
materiales de los que depende directamente, y son imposibles de satisfacer
fuera del marco del medio natural donde la sociedad y en particular la
comunidad desarrolla su actividad de manera que el fundamento material del
desarrollo científico – técnico contemporáneo, los ritmos que alcanza hoy y
puede alcanzar en el futuro mediato e inmediato, descansan en las
posibilidades que pueda brindar el medio natural aún cuando en general no
sean las idóneas. Por consiguiente la dependencia actual de la sociedad con
respecto a la naturaleza, crece con la misma intensidad y sentido que crecen
los objetivos que se propone la civilización humana contemporánea.

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Las necesidades culturales, estéticas y de otra índole del hombre tienen
como presupuesto esencial los objetivos que este se traza y la naturaleza
que lo circunda y en este sentido se esfuerza por transformar aquellas
condiciones del entorno adversas para el logro de sus objetivos, sin tener
presente no en pocas ocasiones cuáles son las leyes objetivas que rigen el
desenvolvimiento de los acontecimientos naturales, desconociendo las leyes
de la envoltura geográfica que condicionan incluso la posibilidad de la
existencia del propio hombre, y que en los procesos de reacomodo de la
naturaleza (que pueden demorar cientos de miles de años), muchos de los
cuales tienen su causa en alteraciones provocadas por el hombre, éste lleva
siempre la peor parte, si es que su existencia se prolonga hasta poder ver
los resultados de dicho reacomodo. Esta no es una posición catastrofista
sino una reflexión realista y dialéctica de la problemática a la que nos
estamos enfrentando.

La naturaleza es mirada como estática y acabada. Sólo a partir de los


planteamientos de Boltzman y posteriormente de Prigogyne, que se
sintetizan en la Teoría del Caos, y años después del planteamiento de
Bertalanfy de su Teoría General de Sistemas, la escuela, la academia, las
comunidades dedicadas a los estudios ambientales y mucho menos aún, la
filosofía, comienzan a aceptar que el pensar ambientalmente, exige una
ruptura radical con la analiticidad, el mecanicismo, la linealidad y las
relaciones de dominio del hombre con la naturaleza. (Noguera de Echeverri:
2006:12)

Gregory Bateson, con su teoría de la comunicación, descentrará


definitivamente la inteligencia del ser humano, mostrando que la vida, desde
hace más de dos mil quinientos millones de año, ha sido pura inteligencia.
(Bateson: 1993: 439)

Ella ha sido creadora y lo ha hecho a partir de modificaciones permanentes


de la información. Igualmente Maturana y Varela (1995:45), muestran que la

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objetividad no existe, porque la realidad es una construcción subjetiva
compleja. Con estas ideas, Bateson y Maturana – Varela, aportan a la
deconstrucción del Objeto y de la Verdad, como indisolubles, y muestran que
la realidad es una creación de la imaginación creadora. Por supuesto, esto
significa una verdadera revolución epistemológica. Si la Verdad había estado
tan ligada a la Objetividad, y constituía la meta final, el telos de la Razón, del
Conocimiento, de la Ciencia y del Hombre, qué sería ser humano en un
mundo donde sus fundamentos más sólidos han entrado en sospecha, y se
han disuelto ontológica y epistemológicamente. (Noguera de Echeverri:
2006:16)

III. EL HOMBRE Y LA NATURALEZA.

En la medida en que el hombre ha ido aumentando su "poder sobre la


naturaleza" y sobre los demás hombres, preocupado por sí mismo, ha ido
venciendo sus temores a la naturaleza y con ello el temor a destruir el
entorno, actuando siempre movido por las primera necesidades, sin prestar
la debida atención a la existencia de leyes del desarrollo tanto natural como
social, o en ocasiones tratando de "someterlas" a sus antojos para actuar
"libremente", cuando en verdad la libertad es actuar con conocimiento de
causa y en correspondencia con las leyes objetivas del desarrollo, tal como
nos enseñaron los clásicos de la filosofía del marxismo.

Este actuar como si solo existiera o solo importara el hombre es una


expresión flagrante de un antropocentrismo desmedido y exagerado, es más
bien egocentrismo, característico de las sociedades de élites, que
consideran a la naturaleza y a los demás seres humanos como
instrumentos, y es más bien fruto de la cultura consumista y la falta de
racionalidad en el actuar, como si los intereses y necesidades de los demás
no contaran, como profundizaremos en el epígrafe siguiente. Es este actuar
irresponsable de este tipo de hombre el máximo culpable de la actual
situación ambiental; por ello se plantea la necesidad impostergable de su

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cambio, a partir del cambio de las condiciones sociales que garanticen un
tipo de hombre que no solo se considere importante a sí mismo sino que
tenga en cuenta además a los demás hombres y a las demás especies
vivientes que cumplen funciones vitales y en estrecha relación, pues el
mundo es un complejo entramado en el que todo está concatenado. Como
bien se afirma en la conferencia de premios Novel, celebrada en París del 18
al 21 de enero de 1988 "todas las formas de vida deben ser consideradas
como formas esenciales de la humanidad. Alterar el equilibrio ecológico es
por consiguiente un crimen contra el futuro. La riqueza de la humanidad
reside también en su diversidad, que debe protegerse en todas sus facetas:
cultural, biológica, filosófica, espiritual. Con tal fin debe hacerse constante
hincapié en la tolerancia, la capacidad de escuchar al otro y el rechazo de
las verdades definitivas". (Premios Novel: 1988)

Para que puedan materializarse tales aspiraciones es menester un hombre


racional en su actuar respecto a los demás hombres y al ambiente del que
es parte. A la comprensión de esta necesidad contribuye la visión filosófica.

En este análisis coincidimos con la Dra. Clara Elisa Miranda en cuanto a que
los economistas del siglo XIX no desarrollan una amplia concepción acerca
del medio ambiente, pero "lo más importante en ellos es la reflexión acerca
de un problema que ya se va haciendo evidente para la sociedad, las
tendencias del crecimiento, las posibilidades de la naturaleza para satisfacer
ese crecimiento, que es a su vez generador de riquezas pero al mismo
tiempo, depredador, contaminador, etc. son elementos que se abordan
desde un punto de vista muy particular, en este caso, desde la Economía
Clásica hasta el Marxismo, con un pensamiento más bien económico y bajo
una visión totalmente antropocéntrica con antecedentes en la Edad Media,
que afirma el desarrollo de la sociedad en función del crecimiento de los
bienes de subsistencia, que aun cuando se matiza con criterios que pudieran
hacer reflexionar en torno a la naturaleza y el impacto que la economía tiene
sobre ésta, nos llega hoy como un paradigma que marca incluso la

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tendencia de desarrollo que ha seguido la sociedad hasta hoy día. De
hecho, las teorías económicas abogadas y aplicadas predominantemente en
la actualidad, ya sean del tipo Socialista o Capitalista están basadas en
estos conceptos del siglo XIX, en que se percibe el medio ambiente en
efectivo, como un depósito que sirve de fuente infinita de materiales y
energía para todas las actividades humanas y como un vertedero infinito
para todos sus productos." (Miranda, 2000:34)

IV. EL HOMBRE Y LOS PROBLEMAS DEL MEDIO AMBIENTE.

Dice Belshaw: "Una [cuestión] versa sobre si los seres humanos son en sí
mismos algo bueno. He optado por una posición intermedia. Aunque no hay
buenas razones para pensar que las personas son valiosas sin importar
cómo sean o lo que hagan, tampoco las hay para pensar que nuestros
efectos nocivos sobre el medio ambiente son tan pronunciados, o están tan
poco mitigados por lo bueno, como para que fuera mejor que dejáramos de
existir". Aparte de lo insólito del planteamiento, ¿no es mejor afirmar con
claridad la obligación ética de aumentar la cuota de bien en el cuidado del
medio ambiente hagan lo que hagan algunos? (Belshaw, 2005: p. 501)

En la actualidad los problemas del medio ambiente, entendido este como un


sistema complejo y dinámico de interrelación ecológica, socioeconómica y
cultural en la cual se insertan los grupos humanos a través del proceso de
evolución histórica de la sociedad, exigen un enfoque no ya ínter ni
multidisciplinario sino transdisciplinario, que permita alcanzar un alto grado
de coordinación y cooperación así como lograr la unidad de determinados
marcos conceptuales entre las disciplinas que tratan de enfrentar este
problema complejo. Este enfoque posibilita un nuevo paradigma de carácter
ambientalista, que tenga como eje central el desarrollo equilibrado y
sostenible.

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Como resultado de la relación hombre – naturaleza y la relación hombre –
hombre, se va conformando en la sociedad y en las comunidades en
particular un sistema de valores espirituales que expresan los intereses de
las clases y grupos dominantes y regulan las relaciones entre los hombre e
incluso sus relaciones con la naturaleza, por tanto la problemática ambiental
también constituye un cuestionamiento al sistema de valores imperantes por
demás es a su vez el reflejo de la racionalidad económica vigente, lo que
exige un enfoque filosófico para su análisis. En los últimos tiempos se ha
venido produciendo un proceso de concientización de la problemática
ambiental que en alguna medida expresa la necesidad de visualizar bajo un
nuevo sistema de valores esa racionalidad; y como resultado del carácter
secundario de la conciencia social respecto al ser, se está conformando la
conciencia ambiental, como una nueva forma de conciencia social, asociada
a la inquietud del pensamiento teórico que trata de buscar una respuesta
objetiva a la problemática y una solución efectiva que garantice el desarrollo
económico de la sociedad y la conservación de sus valores así como la
formación de nuevos valores que muestren una actitud de respeto hacia la
naturaleza y hacia los demás individuos, que cada ciudadano tenga una
cuota de responsabilidad ante los problemas cruciales que enfrentamos, y
por la búsqueda de soluciones a los mismos para el futuro de la humanidad.

V. LOS PROBLEMAS AMBIENTALES.

Al abordar los problemas del medio debe tenerse presente la dinámica de la


relación del hombre con su entorno así como su especificidad; éste no es un
problema simple sino complejo y encierra aspectos económicos, políticos,
éticos, educativos, cuestiones de identidad, etc.; esto pone de manifiesto la
urgencia de estudios filosóficos que rebasen el marco particular presente en
la mayoría de las investigaciones realizadas, pues la Filosofía siempre ha
estado vinculada al conocimiento y ha sido expresión de diferentes
concepciones del mundo que han caracterizado las comunidades humanas,
en tanto su reflexión gira entorno a los problemas de la relación hombre-

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mundo. La problemática ambiental enfatiza en esta relación lo que permite a
partir del instrumental teórico –metodológico de la Filosofía, derivar un
análisis más específico y a la vez general acerca de la complejidad de los
problemas del medio ambiente.

"Lo ambiental trasciende los límites de lo espacial (local) de lo temporal (de


un determinado contexto histórico) por tanto adquiere una connotación
general por lo que el análisis de su esencia no puede limitarse a un enfoque
fragmentado de la ciencia, aún cuando éste es necesario para el análisis que
ocupa el problema. Integrado en un todo que abarca esa complejidad de su
totalidad requiere de un análisis generalizado en el cual tenemos todavía
mucho que hacer" (Rodríguez, 1998).

La degradación del suelo es la consecuencia directa de la utilización del


suelo por el hombre. Bien como resultado de actuaciones directas, como
agrícola, forestal, ganadera, agroquímicos y riego, o por acciones indirectas,
como son las actividades industriales, eliminación de residuos, transporte,
etc.

Actualmente existe una fuerte tendencia que clama por una utilización
racional del suelo. Sus principios se agrupan en lo que se conoce por
Conservación de Suelos. Las teorías conservacionistas persiguen obtener
máximos rendimientos pero con mínima degradación.

El cuidado del suelo es esencial para la supervivencia de la raza humana. El


suelo produce la mayor parte de los alimentos necesarios, fibras y madera. Y
sin embargo, en muchas partes del mundo, el suelo ha quedado tan dañado
por un manejo abusivo y erróneo que nunca más podrá producir bienes
(FAO, 1976).

Los bosques tropicales, enormes pulmones vegetales que desde siempre


han estado reciclando el oxígeno que respiramos, parecen condenados a

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desaparecer.

Como fichas de dominó, uno tras otro caen los árboles sin cesar, derribados
por cuadrillas de taladores que han descubierto el "buen" negocio de la
madera. Además millones de campesinos buscan zonas donde sembrar sus
alimentos. Talan los árboles, queman el manto vegetal de los suelos y logran
con esfuerzos una buena cosecha. El suelo pierde sus nutrientes con
rapidez, la erosión avanza; pronto tienen que recoger sus objetos más
queridos y buscar un nuevo lugar; allí se repite la destrucción.

Los bosques no son sólo una fuente de recursos maderables, sino también
de combustibles, medicinas, materiales de construcción y alimentos.
Además, los bosques producen servicios ambientales como el
mantenimiento de las fuentes de agua, el hábitat de la diversidad biológica,
la regulación del clima y el secuestro de carbono.

En lo que va del presente siglo, la franja de bosques tropicales que va de


África hasta Asia, pasando por las Américas, se ha visto reducida en un
cincuenta por ciento... y la destrucción no cesa. Árboles, plantas y animales
desaparecen a un ritmo alarmante. Cada año que pasa se pierden once
millones de hectáreas de selvas (con la consiguiente extinción de diversas
especies animales) a causa de las desorganizadas actividades productivas
de la sociedad contemporánea.

Otro problema objeto de nuestro estudio es el agotamiento del agua, este


problema que se nos presenta en la actualidad es un tema que cada día
ocupa más la atención de científicos, técnicos, políticos y en general, de
muchos de los habitantes del planeta. La escasez de este vital liquido obliga
a reiterar nuevamente una llamada a la moderación de consumo por parte
de la población a nivel mundial, ya que sin su colaboración los esfuerzos
técnicos que llevan a cabo algunas organizaciones resultarían insuficientes.

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Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90
% es agua de mar y tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1
% de toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y
mantos subterráneos. Además el agua tal como se encuentra en la
naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere
ser tratada, para eliminar las partículas y organismos que pueden ser
dañinos para la salud. Y finalmente debe ser distribuida a través de tuberías
hasta tu casa, para que puedas consumirla sin ningún problema ni riesgo
alguno.

VI. SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS AMBIENTALES A TRAVÉS


DE LA FILOSOFÍA.

La urgencia de atender los problemas medio ambientales está dada en


última instancia, por la necesidad de establecer una armonía dinámica
permanente entre el progreso multifacético del hombre y la sociedad en su
conjunto y el mantenimiento del medio ambiente, pero para lograrlo es
preciso entre otras cosas, desarrollar en los hombres una cultura cada vez
superior para el tratamiento de los mismos.

Es indispensable que los individuos conozcan las interioridades que dimanen


del desarrollo vertiginoso de la producción para lo cual se requieren nuevas
fuentes de energía y nuevos recursos y que al mismo tiempo tengan en
cuenta que la exposición de personas y animales a sobrecargas de
determinados agentes materiales, tales como ruidos, el polvo, los vapores y
otros, afectan considerablemente a la salud y al entorno. Y es que
precisamente la percepción del alcance de los problemas es la única vía de
preservación de la humanidad.

Como ya se ha señalado en la solución de estos problemas las ciencias


juegan un importante papel. Tanto las Ciencias Naturales y Técnicas como
las Humanísticas y Sociales deben contribuir a que las amplias masas de la

20
sociedad adquieran conciencia del significado de estos peligros y puedan
pensar y actuar en busca de vías para preverlos y solucionarlos. Por ello en
la formación de las nuevas generaciones es importante tener en cuenta
estos aspectos, pues se precisa de una formación integral que contemple la
toma de conciencia y una actitud adecuada ante el medio. Es por eso, que
en el análisis de los problemas medio – ambiental y especialmente en la
relación hombre – medio, es necesario revelarlos poniendo en claro y con
sentido educativo la significación filosófica y cultural que los mismos poseen.
Es un aspecto que ya hoy forma parte del código de valores y conductas
morales que ante la naturaleza y la propia sociedad demanda el futuro
inmediato.

En este sentido constituye una necesidad para la formación de las nuevas


generaciones conocer estos problemas y sus posibles consecuencias para la
humanidad, con el enfoque dialéctico, pues estos actores sociales,
desempeñarán importantes funciones en la sociedad y desde el punto de
vista de la protección del medio su influencia puede ser muy positiva o muy
negativa según sea la orientación que en este sentido posean, y lo mismo es
aplicable a las relaciones con los hombres que pueden ser favorecedoras o
nocivas a la convivencia, al sentido de pertenencia, la identidad y la cultura.
Esto demuestra la necesidad de enfatizar en la responsabilidad de las
generaciones actuales por el destino del medio ambiente en general, y de la
humanidad en particular.

En resumen, en el desarrollo histórico de la relación sociedad – naturaleza


se distinguen tres formas: en la primera existe una dependencia del hombre
con relación a la naturaleza. El reflejo ideal de esa dependencia son los
mitos y la religión. Los hombres, "pequeños" se pierden ante la gran y
temible naturaleza, el hombre no puede obtener de aquella sus medios
necesarios para subsistir. La segunda forma de esta relación se realiza en la
práctica de la producción y crece incesantemente apoyándose en la técnica
y las ciencias, a partir de este momento y en forma progresiva esta relación

21
resulta ser la del dominante y lo dominado. En esta etapa la naturaleza
interesa al hombre principalmente por sus recursos alimenticios, energéticos
y materias primas. El hombre considera a la naturaleza como un gran
recipiente del que puede extraerse de manera interrumpida todo lo que se
necesite, sin llegar a considerar los daños que con su actividad ocasionaría
a éste, su objeto, sin considerar que dichos daños, también le ocasionarían
trastornos al propio hombre. La naturaleza no es algo ajeno al hombre, no es
su ser otro, sino que el hombre es parte indisoluble de ella, por tanto, no
puede ser dominada, como señaló Engels, como un conquistador domina a
un pueblo extranjero. En la tercera forma se ponen de manifiesto las
alteraciones esenciales del equilibrio dinámico de la relación producción –
naturaleza; es particularmente complicado el problema de los llamados
recursos renovables de la Biosfera; se complica sobremanera el proceso de
eliminación de los residuos industriales y resulta cada vez más difícil
asegurar al hombre el aire relativamente puro y el agua dulce. Es por esto
que se insiste en la toma de conciencia desde la posición de un ciudadano
promedio, cuyo accionar se enlaza de forma concatenada con el de otros
muchos, para dar un resultado con carácter social a partir de una manera
distinta de concebir el mundo y las complejas relaciones que en él tienen
lugar. Para estos fines es menester dar una mirada crítica a las
concepciones de racionalidad que han llegado hasta nuestros días.

La raíz de la crisis ambiental actual parece estar en ese componente


ideológico (temporal), en intereses económicos y de poder arraigados en la
cultura industrial hegemónica, aunque la causa de tal crisis es material
(espaciotemporal).

Ahora bien, el ambientalismo predominante se ocupa sólo de esta faceta


material, pero considerándola como efecto y no como causa. El
ambientalismo reformista está centrado sólo en adoptar medidas correctivas
o reformistas sobre los efectos dañinos en el ambiente, que si bien son muy
necesarias, no llegan a las causas ni a las raíces del problema, no llega a

22
cuestionar las raíces de la creencia moderna en el progreso puramente
material, factor condicionante de peso de la crisis ambiental actual. Sin
descuidar la causa material, la filosofía ambiental subraya la raíz ideológica y
espiritual de la problemática ambiental.

Para el filósofo Michel Sèrres, el existente humano se ha transformado en un


ser-equipotente-al-mundo. (No sólo un Da-sein, un ser-en-el-mundo, al decir
de Martin Heidegger). (Sèrres, 1991) Con la creciente contaminación o con
el poderío nuclear somos capaces de producir efectos tan potentes como los
naturales. Esto es visualizado por algunos naturalistas como una situación
extrema. Para Bill McKibben indica el fin de la naturaleza. Hoy en día son
escasos los lugares donde la naturaleza se mantiene aún inaccesible: altas
cumbres en algunas cordilleras, el interior de los desiertos o de las selvas
vírgenes, ciertas regiones polares. Pero aún los espacios no intervenidos por
el hombre padecen indirectamente los efectos de la actividad antrópica,
como resultado del cambio climático global, la lluvia ácida o adelgazamiento
de la capa de ozono. El advenimiento de la era pos-natural no implica que
hayan cesado los procesos biogeoquímicos del planeta; todavía brilla el sol y
hay viento y crecimiento y decadencia. La fotosíntesis continúa, igual que la
respiración. Pero lo que definía a la naturaleza como lo otro distinto e
independiente de la sociedad humana está por cesar o ya ha cesado.
(McKibben, 1989)

La filosofía ambiental ha venido incorporando saberes actualizados de las


ciencias biológicas y del ambiente, y muy especialmente en las últimas
décadas ha sentido la necesidad de incorporar conocimientos propios del
campo de la antropología, de la economía y de la sociología. Un ejemplo
significativo lo tenemos en el artículo de Arne Naess ‘Quality of Life
Research’ (1998) donde se hace referencia a los avances de investigaciones
en el campo de las ciencias sociales aplicadas sobre parámetros de calidad
de vida y estándar de vida. Mientras este último se intenta calcular y
caracterizar en función de un estado de cosas objetivo, la calidad de vida se

23
rehúsa a quedar encasillada exclusivamente en parámetros objetivos
cuantificables. Su identificación está más ligada a lo que uno siente, antes
que a lo que uno debería sentir o a lo que uno posee. Está anclada a las
sensaciones, a las vivencias que se ponen de manifiesto ante la particular
significación que le da cada sujeto a una situación de hecho objetiva. Ante la
misma situación objetiva en cuanto al estándar de vida, puede haber
apreciaciones acerca de la calidad de vida que tal estándar genera,
completamente diferentes, no sólo en el grado sino en el signo.

VII. PRINCIPIOS DE PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE.

Los grandes desafíos que plantea la compleja —pero al mismo tiempo


angustiante y vital—, problemática ambiental: en cuanto atañe a la plenitud
de la vida, la lucha frontal contra el riesgo o peligro a la incolumidad
ambiental. Ello requiere de una nueva cultura jurídica. De un golpe de timón
con la transfiguración de principios y estándares. Priorizando “respuestas
vivas a los problemas de hoy”.

En esta tarea, Lorenzetti, lúcidamente, afirma que: “El surgimiento de los


problemas relativos al medio ambiente incide en la fase de las hipótesis, de
planteamiento de los problemas jurídicos, suscitando un cambio profundo
que avanza sobre el orden del Código, proponiendo uno distinto, sujeto a
sus propias necesidades. “El derecho ambiental es descodificante, herético,
mutante: “se trata de problemas que convocan a todas las ciencias a una
nueva fiesta, exigiéndoles un vestido nuevo. En el caso del Derecho, la
invitación es amplia abarca lo público y privado, lo penal y lo civil, lo
administrativo, lo procesal, sin excluir a nadie, con la condición que se
adopten nuevas características”.

Por ello es que no asusta que en relación al paradigma jurídico tradicional, el


derecho ambiental se lo considere, reaccionario, de “carácter contestatario”.
Y que se afirme la idea que el derecho ambiental es una disciplina funcional

24
o finalista, en el sentido de que no se encuentra como una rama jurídica
neutra, pues trae una especie de obligation de resultat (obligación de
resultado), según la expresión del notable jurista francés M. Prieur.

Se apunta como fines de esta materia: tornar viable un objetivo primario,


macro —objetivo, ligado a la sustentabilidad— y el estado socioambiental del
derecho, y de varios objetivos secundarios, microobjetivos, que se refieren,
entre otros, a la protección de la salud y seguridad humanas, salvaguarda de
la biosfera por sí, conservación del patrimonio estético, turístico, paisajístico,
prevención, reparación y represión del daño ambiental, facilidad de acceso a
la justicia, transparencia y libre circulación de la información ambiental,
eficiencia económica, tutela de la propiedad, conocimiento científico y
tecnológico, estabilidad social, democratización de los procesos decisorios
ambientales.

La Declaración de Estocolmo de 1972, a través de su articulado consagra


los principios del Derecho Internacional siguientes:

1.- El Principio de Igualdad: Reconoce que en materia ambiental todos los


Estados son iguales en deberes y derechos. En este principio hay una doble
mención, en un caso al hombre, e implícitamente, a los Estados, al condenar
el apartheid, la segregación racial, la discriminación, entre otras.
2.- El Principio del derecho al desarrollo sustentable: Señalando que hay
un vínculo estrecho entre desarrollo económico y social y medio ambiente.
3.- El Principio de soberanía estatal sobre los recursos naturales
propios: Establece que los Estados exploten sus recursos naturales
libremente, cuidando el uso racional de los mismos.
4.- El principio de No Interferencia: Implica la obligación de los Estados de
no perjudicar con sus actividades al medio ambiente de otros Estados.
5.- El Principio de responsabilidades compartidas: Obliga a los Estados
a asumir su responsabilidad internacional cuando con sus actos dañen la
ecología de otro Estado.

25
6.- El Principio de Cooperación Internacional: Este principio debe guiar a
los Estados en todas las actividades relacionadas al medio ambiente,
teniendo en cuenta los intereses correspondientes de los demás Estados.

VIII. TUTELA DEL AMBIENTE.

BUSTAMANTE ALSINA señala que la tutela del ambiente consiste en las


regulaciones que el derecho debe imponer a las actividades humanas,
susceptibles de impactar sobre los elementos naturales y culturales que
constituyen el entorno dentro del cual aquellas se desarrollan (Bustamante
1995: 55.).

El impacto es siempre un concepto negativo en el sentido de que su efecto


es el destruir o deteriorar por contaminación las condiciones naturales que
hacen la viabilidad o sea la existencia normal del hombre sobre la tierra.

LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO.

Esta intervención tutelar del estado debe ser acotada dentro de los limites
que la justifican y la hacen necesaria, sin excederlos al punto de coartar la
libertad del individuo para desarrollarse en la sociedad y así lograrlos
objetivos de bienestar y progreso de la humanidad.

CARACTERES DE LOS FACTORES TUTELADOS.

No todos los factores naturales deben estar sometidos a la tutela del


derecho ambiental. Solo aquellos que tengan una decisiva importancia para
el hombre y el resto de los seres y sean susceptibles de intervenciones
homologables, se integraran en este núcleo especialmente protegido, cuyos
componentes tiene los siguientes caracteres (Mateo: 1991: 221.).

26
a) Trascendencia básica para la vida, en cuanto a que sin ellos seria
imposible la existencia en la biosfera.

b) Comportamiento dinámico, en cuanto a que se integran en los distintos


sistemas naturales de los que forman parte interaccionando a su vez entre
si.

c) Posibilidad de que la incidencia sobre ellos de conductas humanas de


fundamentacion económica excedan de su capacidad de autorregulación.

Estos parámetros están referidos especialmente a dos sistemas


fundamentales, el AGUA Y EL DEL AIRE, a través de los cuales pueden
trasmitirse agresiones de muy diversa índole: sonoras, radioactivas, etc.

Cabe concluir que las medidas que afectan la degradación de los suelos
como los afectados por la explotación de canteras, excavaciones minerales
etc.

IX. PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EL MUNDO.

LA DECLARACIÓN DE ESTOCOLMO DE 1972

En su Vigésimo Tercer Periodo de Sesiones la Asamblea General de


Naciones Unidas convocó para el año 1972 a una Conferencia de Naciones
Unidas sobre el Entorno Humano.
Posteriormente, luego de varias reuniones preparatorias, la conferencia se
realizó en Suecia del 5 al 16 de junio de 1972, denominándose Conferencia
de Estocolmo-Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
Humano.

La Declaración de Estocolmo marca un hito en el desarrollo de la


problemática ambiental en el mundo. Por primera vez en un foro

27
internacional se discuten los problemas de tanta importancia para la
humanidad. Por otro lado, la Declaración de Estocolmo es el inicio
fundacional del Derecho Ambiental, ya que es el primer documento que
sobre materia ambiental se da e n un foro internacional de esta magnitud.
La Declaración de Estocolmo de 1972, por el grado de consenso
internacional que ha generado y por la profundidad de sus conceptos, se ha
convertido en la “Carta Magna” del Derecho Internacional Ambiental.

La Declaración de Estocolmo de 1972, a través de su articulado consagra


los principios del Derecho Internacional siguientes:

1.- El Principio de Igualdad: Reconoce que en materia ambiental todos los


Estados son iguales en deberes y derechos. En este principio hay una doble
mención, en un caso al hombre, e implícitamente, a los Estados, al condenar
el apartheid, la segregación racial, la discriminación, entre otras.
2.- El Principio del derecho al desarrollo sustentable: Señalando que hay
un vínculo estrecho entre desarrollo económico y social y medio ambiente.
3.- El Principio de soberanía estatal sobre los recursos naturales
propios: Establece que los Estados exploten sus recursos naturales
libremente, cuidando el uso racional de los mismos.
4.- El principio de No Interferencia: Implica la obligación de los Estados de
no perjudicar con sus actividades al medio ambiente de otros Estados.
5.- El Principio de responsabilidades compartidas: Obliga a los Estados
a asumir su responsabilidad internacional cuando con sus actos dañen la
ecología de otro Estado.
6.- El Principio de Cooperación Internacional: Este principio debe guiar a
los Estados en todas las actividades relacionadas al medio ambiente,
teniendo en cuenta los intereses correspondientes de los demás Estados

PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE


(PNUMA),

28
Es importante resaltar que la Conferencia de Estocolmo estableció la
creación del PNUMA como el organismo especializado de la ONU para que
se encargue de los problemas ambientales.

El PNUMA tiene tres programas especializados:

1.- The Global Enviroment Monitoring System (GEMS) o Sistema de


Control Global del medio Ambiente, que se ocupa de brindar información
a los países sobre clima, la atmósfera, los océanos, los recursos naturales
renovables, la contaminación transfronteriza y otros. Sus acciones se llevan
a cabo en casi 142 Estados.

2.- The Internacional Register of Potencially Toxic Chemicals (IRPTC) o


Registro Internacional de Sustancias Tóxicas. Se estima que en el
mundo hay 80,000 substancias químicas en uso, y el IRPTC se ocupa de
sugerir las medidas de seguridad adecuadas para las nocivas.

3.- Infoterra (World-Wide data network), su función es brindar información


ambiental a los gobiernos, empresas e investigadores
El PNUMA está compuesto por 58 gobiernos (es rotativo) y tiene gran
influencia a nivel mundial en la celebración de tratados y convenios
internacionales, financia publicaciones, apoya programas en los países.
El PNUMA tiene el privilegio de ser la única agencia de Naciones Unidas
que está localizado en un país en vías de desarrollo como es Kenya. Su
sede está en su capital: Nairobi.
LA DECLARACIÓN DE NAIROBI DE 1982.
En el año de 1980, la Asamblea General de Naciones Unidas decidió
conmemorar el décimo aniversario de la Declaración de Estocolmo de 1972.
Esta reunión conmemorativa se llevó a cabo en Nairobi, en 1982.
La Declaración de Nairobi ratifica la plena vigencia de los principios de la
Declaración de Estocolmo y abre el camino y nuevas perspectivas a la
problemática ambiental.

29
LA CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS SOBRE MEDIO AMBIENTE Y
DESARROLLO 1992.

En junio de 1992 se llevó a cabo en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil), la


más grande Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente. La Conferencia
de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, llamada
también “la cumbre de la Tierra”, que se ocupó de normar todo lo referido
al ambiente para los años posteriores, de cara al siglo XXI.

En esta Conferencia, conocida también como ECO-92, los principales temas


fueron: Las Convenciones Jurídicas Globales, entre los que destacarían el
“Tratado Marco sobre Cambios Climáticos”, “La Convención sobre
Diversidad Biológica”, “La Carta de la Tierra”, la “Agenda 21”, entre otras; y
Los acuerdos económicos y técnicas para financiar el desarrollo sostenible,
la transferencia de tecnología y posible creación de nuevas instituciones
ambientales.

Como observamos, los Estados, directa o indirectamente, han tomado la


responsabilidad de ofrecer a sus administrados condiciones
medioambientales aceptables, acordes con las exigencias mínimas
correspondientes a la persona humana como categoría existencial. Así
tenemos que sí revisamos la Declaración de Río adoptada en el marco de las
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, roí linda cu Brasil en junio
de 1992, encontramos que los Estados se comprometen, entre otras cosas, a
cuidar que las actividades desarrolladas en sus territorios no causen daños
ambientales a otros Estados o a zonas suprajurisdiccionales; a fortalecer sus
capacidades para lograr el desarrollo sustentable; a facilitar la participación
ciudadana en la gestión ambiental; a permitir un acceso efectivo a las
instancias administrativas y judiciales para reclamaciones ambientales; a
promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente, etc. El cumplimiento de las
responsabilidades ambientales implica la ejecución de una serie de
actividades. (Walter 1997. P. 326.)

30
A «este conjunto de actividades encaminadas a procurar una ordenación del
medio ambiente y contribuir al establecimiento de un modelo de desarrollo
sustentable»', es lo que en teoría se conoce como gestión ambiental.

La gestión ambiental, en tanto que es una responsabilidad asumida por los


Estados principalmente en los últimos veinte años, aún enfrenta una serie de
contratiempos, como la carencia de políticas ambientales v de marcos
normativos e institucionales adecuados, por lo que requiere de un
fortalecimiento. En este objetivo están empeñados la comunidad internacional,
los diversos organismos conformantes del Sistema de las Naciones Unidas, la
banca multilateral y los propios Estados. Este fortalecimiento se está dando
en cada uno de los «componentes esenciales» de la gestión ambiental, como
son la política, el Derecho y la administración ambientales. (Figueroa:
1993:49)

X. PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EN EL PERÚ.

Las normas de protección del medio ambiente se han incorporado en el nivel


más alto del ordenamiento jurídico, es decir, en las constituciones de
muchos países. Nuestro país no ha sido ajeno a esta evolución.

Para los efectos de este trabajo, señalaré a manera de punto de partida la


carta política de 1993.

En ella por primera vez se incorpora "el derecho a gozar de un ambiente


equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida" dentro del catalogo de
derechos Fundamentales, como lo vemos en el inciso 22 que dice:

"Art. 2°.- Toda persona tiene derecho:


Inc. 22… a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su
vida".
En la Carta de 1993, al igual que en la Carta de 1979, la protección del

31
medio ambiente y los recursos naturales están regulados dentro del régimen
económico.

Así lo vemos en los Artículos 66°, 67°, 68° y 69°.

"Art. 66°.- Los recursos naturales renovables y no renovables, son


patrimonio de la nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento."
Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su
otorgamiento a particulares. La concesión otorga a su titular un derecho real,
sujeto a dicha norma legal.
Art. 67°.- El Estado determina la política nacional del ambiente. Promueve el
uso sostenible de sus recursos naturales.
Art. 68°.- El Estado está obligado a promover la conservación de la
diversidad biológica y de las áreas naturales protegidas.
Art. 69°.- El Estado promueve el desarrollo sostenible de la Amazonía con
una legislación adecuada. (Bartra: 2002P:16)

El Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales, instrumento legal


con la mayor jerarquía dentro de la legislación ambiental de nuestro país,
fue promulgado mediante Decreto Legislativo Nº 613 del 7 de setiembre de
1990.

Su formulación respondió a un marco económico en el cual el Estado tenía


una participación directa en la actividad productiva.

La promulgación de los dispositivos legales de promoción de las inversiones


en los diversos sectores como el D.L. N° 757 " Ley Marco para el
Crecimiento de la Inversión Privada", el D.L. Nº 653 De la Promoción de
Inversión en el Sector Agrario", Ley Nº 26206"De la Inversión Privada en
Telecomunicaciones", etc. han incorporado modificaciones o nuevas
interpretaciones al Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales,
adecuándolo al nuevo modelo económico del país.

32
Mediante Ley Nº 26410, del 22 de diciembre de 1994, se crea el Consejo
Nacional del Ambiente (CONAM), autoridad nacional del ambiente y órgano
rector de la política nacional ambiental.

Corresponde al CONAM, formular la política nacional ambiental concordante


con las políticas económicas y sociales del país. Tiene por finalidad
planificar, promover, coordinar, controlar y velar por el ambiente y el
patrimonio natural de la Nación.

Actualmente, la gestión ambiental en el país está manejada directamente por


cada Ministerio o sector.

En 1997 el CONAM creó el MARCO ESTRUCTURAL DE GESTIÓN


AMBIENTAL (MEGA) con el objetivo de garantizar el proceso de
coordinación intersectorial entre las entidades y dependencias públicas que
poseen competencias ambientales en los diferentes niveles de gobierno,
armonizar sus políticas y administrar conflictos, superposiciones, vacíos de
competencia y fortalecer la capacidad de gestión ambiental en el sector
público y la concertación con el sector privado y la sociedad civil.

33
OPINIÓN PERSONAL

La valoración del medio ambiente entendido como parte integrante de los


bienes de la naturaleza determina que sea un bien que puede ser gozado,
utilizado y disfrutado por sujetos individuales por tanto puede ser entendido
como objeto especifico de relaciones jurídicas patrimoniales, por cuanto se
puede concretar al espacio físico de que hace uso cada persona y en
relación con el medio ambiente que la rodea, y en que se desarrolla la vida
del hombre.

Por tanto las agresiones del medio ambiente ocasiona perturbaciones y


afectaciones a los sujetos que viven, trabajan y están en interrelación con el
medio en que se produce la afectación no como ente abstracto sino como
realidad especifica y concreta de cada individuo, en relación con las cosas.

La problemática ambiental hoy debe ser enfocada metodológicamente, pues


requiere de una propuesta de reordenamiento social y de cambios en los
procesos de la relación sociedad naturaleza que genere alternativas de
direccionalidad del desarrollo, y metodológicamente la filosofía puede sentar
las bases de una comprensión teórica del desarrollo de la sociedad que
según los intereses socioeconómicos asumidos, evitaría la comisión de
graves errores conceptuales y prácticos, pues ésta, a partir de la
comprensión dialéctica del mundo en constante desarrollo y con arreglo a
leyes objetivas, arma a las distintas disciplinas que intentan solucionar la
situación ambiental del método universal de interpretación y transformación
de la realidad.

En la Filosofía se integran elementos de carácter ontológico, gnoseológico,


axiológico y epistemológico que permiten la percepción integrada de la
cuestión de análisis y consecuentemente, la búsqueda de soluciones
también integradas.

34
CONCLUSIONES

 La puerta hacia lo humano hoy, es decir, hacia lo ambiental, es sin


duda la puerta de la reconciliación entre el hombre y la naturaleza,
dada la escisión fundamental que Descartes construye a partir de los
concepto de rex pensante, como el yo pienso y rex extensa, como la
materia medible del mundo exterior al “yo pienso”, a la que el
mecanicismo llamó “naturaleza”.

 En la construcción de un Pensamiento y de una Filosofía Ambiental,


es necesario un cambio radical de actitud: el paso de una actitud de
dominio del hombre sobre la naturaleza, a una actitud de
reconocernos como naturaleza en expansión y que todo lo que
hacemos (arte, técnica, tecnología, ciencia…cultura) es expansión de
nuestro cuerpo, que es naturaleza.

 Entendernos y aceptarnos como emergencias de la naturaleza en su


más profunda complejidad, nos hace cada vez más humanos
mientras que pensarnos y vivir como si no fuéramos naturaleza, nos
ha llevado al horror de la destrucción y a una pérdida profunda de lo
que nos hace humanos: la naturaleza.

 La naturaleza ya no es recurso disponible para el mercado insaciable,


sino urdimbre y trama donde el ser humano, para serlo, tendrá que
reconocerse como naturaleza. No como “parte”, ya que esta palabra
significa división y analiticidad, sino como integrante de la naturaleza,
como uno de los hilos del denso tejido que es la vida.

 Reconocerse naturaleza, implica acallar los discursos de dominación


para dar paso a los saberes de integración y comprensión, ya
presentes desde millones de años atrás, en la conciencia de la vida.

35
GLOSARIO

A. ECOLOGÍA.
Etimológicamente "ecología" viene de "oikos" que significa: casa, lugar para
vivir Es estudio de la relación entre los organismos y su medio ambiente
físico y biológico. El medio ambiente físico incluye la luz y el calor o radiación
solar, la humedad, el viento, el oxígeno, el dióxido de carbono y los
nutrientes del suelo, el agua y la atmósfera. El medio ambiente biológico
está formado por los organismos vivos, principalmente plantas y animales.

B. BIOSFERA.
La biosfera es la parte de la corteza terrestre en la cual se desarrolla o es
posible la vida, es decir, desde determinada altura de la atmósfera hasta el
fondo de los océanos.
Este espacio vital abarca unas zonas llamadas biociclos: el biociclo del agua
salada (mares y océanos), biociclo del agua dulce (ríos y lagos), y biociclo
terrestre (suelo y el aire en contacto con él).

C. ECOSISTEMA.
Ecosistema, sistema dinámico relativamente autónomo formado por una
comunidad naturales y su medio ambiente físico.

Cada una de los espacios que nos ofrece la naturaleza ésta habitado por
distintos seres vivos. Asó por ejemplo esta conformado por osos, focas en el
polo, llamas en las praderas andinas, leones, etc.

D. CAPA DE OZONO.
A pesar de su frecuente utilización, el término "Capa de ozono" es entendido,
generalmente, de una manera que se presta al equívoco. El término sugiere
que, a una cierta altura de la atmósfera, existe un nivel de ozono
concentrado que cubre y protege la tierra, a modo de un cielo que estuviese
encapotado por un estrato nuboso.

36
E. DESARROLLO SOSTENIBLE.
El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del
presente sin comprometer la habilidad de generaciones futuras de satisfacer
sus propias necesidades".

37
BIBLIOGRAFÍA

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editorial Tecnos.
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Editorial
 Abeledo Perrot.
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IDEAL. Instituto de Estudios Ambientales para el desarrollo
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38
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Síntesis #20. Editorial Síntesis, S.A Madrid.
 González, Francisco (1996): Ambiente y Desarrollo. Ensayos. Editorial
IDEAL. Instituto de Estudios Ambientales para el desarrollo.
 Rodríguez, Neris: Hacia una reflexión filosófica del desarrollo
sostenible. En Monografía

39
ANEXOS

40
PROBLEMAS AMBIENTALES QUE TIENE QUE TRATAR EL ESTADO
DEGRADACIÓN DEL SUELO.

DEGRADACIÓN DE SUELOS EN EL PERÚ

41
DEFORESTACIÓN DE SELVAS TROPICALES Y BOSQUES.

42
EL AGUA, ELEMENTO INDISPENSABLE PARA LA VIDA DE LAS
PERSONAS PROTEGIDAS.

43
44

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