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Judica Coidiglia

ICHING
El libro del oráculo chinoj
Judica Cordiglia

ICHING
El libro del oráculo chino

CIRCULO DE LECTORES
Título original italiano, I Ching.
II libro degli oracoli ciñese
Traducción, Celia Filipetto
Cubierta, Dieter Bortfeldt

Printer Colombiana, S.A. Edición no abreviada


Calle 57 No. 6-35, Piso 13, Bogotá Licencia editorial de Printer Colombiana, S.A.
para Circulo de Lectores, S.A.
©1982 by Edizioni Mediterráneo' por cortesía de Ediciones Martínez Roca
("41984, Ediciones Martínez Roca. S.A. Queda prohibida su venta a toda persona
que no pertenezca a Círculo
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Editorial l'rintcr Colomblnnu Ltda.
Calle 64 No. 88A-30
Mogol A 1987
Prinled m < 'olombla
INHN 918 602 214-5
Introducción

La civilización chista en la antigüedad

Las tradiciones narran de un modo bastante coherente el origen y el desa-


rrollo de la civilización china. Sin embargo, desde un punto de vista histórico
estas versiones son difícilmente aceptables, porque la leyenda y el mito, que
son elementos importantes en el ambiente cultural de los pueblos, en China
adquieren una importancia mucho mayor. En efecto, durante siglos los chinos
han atribuido el código moral a las enseñanzas de los antiquísimos Reyes
Sabios.
Cuando el Cielo y la Tierra se separaron, el mundo comenzó a existir, y el
universo fue gobernado por los Doce Emperadores del Cielo, cada uno de los
cuales reinó 18.000 años. Les sucedieron los Nueve Emperadores de la Hu-
manidad, quienes dominaron alrededor de 45.000 años; les siguieron otros
dieciséis Soberanos, de los que sólo se indican los nombres. Aparecen des-
pués, siempre en una época mitica pero más cercana a la historia, Fu-Hsi,
Shén-Nung y Huang-Ti (considerado por algunos escritores como el primero
de los Cinco Emperadores siguientes).
Fu-Hsi y sus sucesores, que se habían establecido en la región de Honan,
al sur del rio Amarillo, son considerados como inventores de todas las artes y
oficios. Huang-Ti, el emperador amarillo, es el más antiguo soberano recono-
cido por el historiador Ssú-ma Ch'ien (primero en compilar una historia de
China, en el siglo I a. de J. C.), quien lo definió como el héroe fundador de la
civilización china, tal vez porque en aquella época el periodo de los Tres So-
beranos no era considerado como históricamente digno de consideración.
Mientras que los Tres Soberanos no son hombres, sino divinidades con cuer-
po de serpiente y cabeza humana, Huang-Ti es totalmente humano. Bajo su
mandato y el de sus cuatro sucesores (Chuan-Hsiu, K'u, Yao y Shun) los
hombres se civilizaron, porque estos cinco Sabios no sólo establecieron las
formas de gobierno, sino que además impusieron los sacrificios que había que
ofrecer a los dioses, a las montañas y a los ríos, así como las reglas de la moral

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y de la buena conducta. Fue la edad de oro; la gente era feliz, y el gobierno del
mundo, perfecto.
Los Cinco Emperadores no fundaron una dinastía; a sus hijos, indignos de
sus padres, les fue negado el acceso al trono. Chuan-Hsiu era nieto de Huang-
Ti, y K'u su bisnieto; Yao fue elegido en lugar del hijo de K'u y transmitió el
imperio a Shun en lugar de a su hijo, y Shun eligió como sucesor a Yü, descen-
diente de Huang-Ti, y nieto de Chuan-Hsiu.
Yü fue el gran regulador de las aguas que habí an inundado el Imperio ente-
ro hasta llegar casi a la cima de las colinas más altas; durante trece años se de-
dicó a esta obra con un ardor tal que no entró en su casa ni una sola vez hasta
que no la hubo concluido. Yü llevó a cabo sus «hazañas» por todos los rinco-
nes de la China, y son pocos los ríos cuyo curso no modificó o extendió duran-
te sus obras de saneamiento y desagüe. A su muerte, el pueblo quiso que le su-
cediera su propio hijo, en lugar del ministro I, designado por Yü como su suce-'
sor, por eso es considerado fundador de la dinastía Hsia, que duró del año
2205 a. de J. C. al 1766 a. de J. C. y contó con diecisiete Soberanos. Dejando
de lado las leyendas que se tejieron en torno a la figura de Yü, la historia anota
a los Hsia sólo los nombres, las sucesiones y las fechas, que por lo demás son
inciertas.1
Chieh, el último soberano Hsia, tirano violento y cruel, fue derrotado y
destronado durante una rebelión por T'ang, noble de gran estirpe, quien asu-
mió plenos poderes y fundó la dinastí a Shang (también denominada Yin) en el
año 1766 a. de J. C. Los Shang, cuya historia, al igual que la de los Hsia, no es
más que una serie de nombres y sucesiones, reinaron hasta el año 1122 a. de
J. C., cuando surgió la dinastía de los Chou, cuyo fundador era hijo de Wang
Wén, primer compilador de los gráficos del I Ching.
Las excavaciones arqueológicas confirmaron solamente la existencia de
la dinastía Shang; en efecto, ningún hallazgo atestigua la presencia de los
Hsia, ni existen tampoco datos que permitan establecer las épocas de su exis-
tencia. Sin embargo, no habría que excluirla por completo de la historia, y
tampoco considerarla una invención de épocas posteriores, puesto que enton-
ces la fábula de una única dinastía previa a la de los Shang no tendría sentido
alguno, y en este punto los historiadores están de acuerdo. La mítica era de los
Emperadores del Cielo y de la Tierra posee la auténtica simetría de la
leyenda.
Cada Soberano no sólo reina por un lapso prolongado de tiempo, sino que
su reinado tiene la misma duración que el de los demás. En cambio, la di-
nastía Hsia no posee ninguna característica mítica: Yü, su fundador, quizá
fuera más perfecto de lo verosímil; sus hazañas son ciertamente una leyenda,

1. En general, los historiadores chinos prefieren la cronología de los Libros de


Bambú, que varia ligeramente hasta el año 827 a. de J. C.; pero los textos occidentales
citan con mayor frecuencia la cronología ortodoxa, que es menos exacta. Por lo demás,
las cronologías que datan de antes del año 827 a. de J. C. no pueden considerarse autén-
ticas; por eso seguiré la ortodoxa. En su forma actual, los Libros de Bambú son
apócrifos.

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y las obras de saneamiento fueron realizadas por varias generaciones. Sin em-
bargo, sus sucesores son mortales, y la duración de su existencia es normal.2
La misma aridez de su historia habla en su favor, porque si esta dinastía fue
inventada, los chinos demostraron una extraña falta de imaginación. Es pro-
bable que se trate de una antigua genealogía transmitida oralmente, quizá in-
cluso antes de la invención de la escritura.
Otra consideración a favor de la existencia de la dinastía Hsia es la unani-
midad con que siempre la aceptaron los chinos. Los documentos más
antiguos, es decir los recogidos por Confucio y su escuela del siglo v a. de J. C.,
confirman su veracidad histórica. Todos los principes y los clanes nobles del
período Chou (1050-221 a. de J. C.) se consideraban descendientes de los
Cinco Emperadores y de los soberanos Hsia, y la expresión «todos los Hsia»
se usaba comúnmente para designar a la confederación de los Estados y Pue-
blos de cultura china. Existe además un fragmento antiquísimo, que se conser-
va en la obra de un literato Han del siglo i a. de J. C., Los ritos del viejo Tai,
titulado El pequeño calendario de los Hsia, que es un breve calendario
agrícola, atribuido siempre a la dinastía Hsia y que, si bien no es tan antiguo,
demuestra la creencia general en la realidad de esta casa reinante anterior a
los Shang.
Los orígenes del I Ching han de buscarse en este ambiente suspendido
entre la historia y la leyenda, por lo cual no se pueden fechar de un modo rigu-
roso. No obstante, no resulta demasiado desatinada la hipótesis que sostie-
nen algunos historiadores, según la cual el I Ching habría sido un calendario
agrícola de una dinastía y que, con el advenimiento de la dinastía Chou, adqui-
rió la connotación de «oráculo». En efecto, los antiguos calendarios chinos
eran verdaderos textos completos que contenían noticias astronómicas, me-
teorológicas, religiosas; se trataba de obras heterogéneas, plagadas de suge-
rencias válidas, y cuya consulta interesaba a muchas capas de la población.
La transcripción de los textos antiguos ocultaba a menudo el sentido de la
escritura primitiva, aunque se deba mucho a los estudiosos de la dinastía Hab
(siglos I-II a. de J. C.), quienes se ocuparon del tema con atención, agregando
notas y explicaciones claramente inspiradas en las ideas religiosas de su épo-
ca, en un intento por actualizar su mensaje. Los comentarios de los estudio-
sos Han y de sus sucesores se basaban en las concepciones éticas de la escue-
la confuciana, que poco tenían en común con los Shang y los Chou. La de los
I lan fue una época de refinada civilización, y de un sincretismo religioso en el
cual se amalgamaron varios cultos antiguos en el ámbito de una cosmogonía
muy elaborada. A pesar del esfuerzo interpretativo de los doctos tendía siem-
pre a oscurecer el sentido de los textos, prevaleció su respeto por las escritu-
ras, y la extensión no fue alterada. El testimonio de dicha literatura continúa
siendo válida, e históricamente interesante, si no se tienen en cuenta las super-
estructuras que escriben una página distinta, y sin duda fascinante, de la civili-
zación imperial china.

2. Según la cronología de los Libros de Bambú, los Hsia reinaron durante 431 años
y contaron con diecisiete reyes; por tanto, cada uno de ellos gobernó durante veinti-
i ineo años, periodo nada increíble, si bien las fechas no son del todo fiables.

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EllChing corrió la misma suerte que los demás textos antiguos. Por tanto,
si se desea encontrar su sentido ordinario, se han de dejar a un lado las «alas»,
es decir los apéndices, comentarios e interpretaciones que lo acompañan. Los
términos de la bipolaridad presente en el Cosmos, o sea las nociones de yin y
yang, no figuran en la redacción más antigua, si bien pueden sobreentender-
se, tal como ocurre generalmente en la actitud religiosa de las civilizaciones
agrícolas. Es cierto que el texto primitivo no ha sido traicionado, pero se le ha
agregado algo que pertenece a un discurso histórico posterior.
Corresponde a la crisis provisional del sistema feudal, en la época del de-
nominado «estado confuciano», muy posterior, la creación de un grupo de
funcionarios encargados de «producir la nueva cultura» después de reunir la
antigua. Sólo a este nivel puede hablarse de una teoría de la «relación», si bien
el significado de relación que se deriva es distinto del que nacía de la acepta-
ción de una totalidad armónica. La noción de contraste bipolar nace del con-
traste mismo, si bien termina componiéndose en armonía y reproduciendo una
determinada realidad histórica, es decir aquella en la cual los contrastes pare-
cen momentáneamente adormilados. Ya he dicho que las nociones de yin y
yang estaban presentes desde un principio en el espíritu chino, pero su dimen-
sión «filosófica» es muy posterior, y no forma parte de la compilación origi-
naria del / Ching.
Aclaradas estas premisas, se puede afirmar que incluso en un análisis
histórico, e l / Ching se encuentra en la raíz misma de la civilización china, y su
contenido justifica el respeto de que fue merecedor en todas las épocas de su
atormentada y a veces feroz aventura histórica. En el período que va del año
2356 al 1766 a. de J. C., es decir durante las dinastías Yao, Shuny Hsia, apa-
rentemente existió una continuidad en la estructura política; en efecto, si los
indicios acerca de los soberanos son casi siempre improbables, nos queda el
hecho de que dichos indicios hablan de una forma de gobierno continuada, in-
dependientemente de las directrices que se hubieran seguido. La administra-
ción del reino fue probablemente del tipo feudal-oligárquico, con cierta limita-
ción del poder soberano; existía un canciller que se ocupaba de las decisiones
más importantes (como ocurrió después con frecuencia en la historia china,
hasta tal punto que muchos cancilleres se convirtieron en emperadores),
mientras que en las provincias los nobles señores gobernaban sobre sus terri-
torios, ya que las grandes distancias que los separaban de la autoridad central
y la dificultad que suponía cubrirlas les otorgó cierta independencia.
A pesar de las inquietantes incertidumbres de la tradición, resulta bien
claro que el sentimiento religioso se hallaba muy vivo, especialmente a nivel
popular, porque la China antigua contaba con un gran número de deidades.
Siguiendo la evolución de la concepción religiosa que atribuye al Cielo los
máximos poderes, y que se halla siempre presente en el/ Ching, se pueden ob-
servar los distintos cambios de la sociedad china de la antigüedad, que fueron
desde una forma de culto y unas creencias primitivas a las expresiones más
evolucionadas del pensamiento que caracterizan al período inmediatamente
¡interior a las primeras escuelas filosóficas, es decir desde el 1122 al
.'()(> ii de .1. ( \ , cuando entramos en el período de la historia documentada.

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El universo del I Ching

Fu-Hsi es un personaje mítico. La tradición lo representa con dos protube-


rancias en la frente, como el bíblico Moisés, como el Apolo Karnéios, como el
antiguo Dionisio greco-oriental. Para casi todos los pueblos de la tierra, los
cuernos han tenido un significado de grandeza y elevación, han simbolizado el
poder, han sido el carácter «lunar» y «solar» según fuera el animal venerado,
pero siempre fueron un símbolo de divinidad, de sabiduría, de fertilidad, es
decir los atributos específicos de los personajes extraordinarios o dignos de
veneración.3
Fu-Hsi asistió a la separción del Caos, de la que nacieron el Cielo y la
Tierra, y comprendió su movimiento generativo; más tarde, presenció cómo
un caballo-dragón salía de un río y transcribió los gráficos que el animal lle-
vaba sobre el lomo. Estas figuras, denominadas Tabla del Río, estaban for-
madas por puntos redondos, negros o blancos, agrupados en un cierto orden.
Fue de estos signos de donde Fu-Hsi extrajo los Ocho Kwá Simples, conoci-
dos también con el nombre de Trigramas.
Probablemente, el Dragón, mítica criatura que recorre los espacios ce-
lestes, representaba el «día», mientras que el Caballo, criatura que ha
bajado a la realidad cotidiana y recorre los espacios terrestres, repre-
senta la «noche». Las figuras de la tabla indicaban las constelaciones, y
los trazos y , primeros elementos del Kwá, eran los dos mo-
mentos fundamentales del movimiento armónico del Sol y de la Luna. Por este
motivo, se piensa que en sus orígenes el I Ching era un texto de observaciones
astronómicas redactadas con signos fácilmente reconocibles en una época en
la cual no se había inventado aún, o al menos no se había puesto del todo a
punto, un sistema de escritura, es decir de símbolos gráficos fijos. No es una
hipótesis del todo desacertada, si se piensa que los chinos se encuentran entre
los observadores del cielo más antiguos e inteligentes; calcularon con extre-
ma precisión el movimiento de las estrellas y determinaron otros fenómenos
astronómicos de importancia mucho antes de que lo hicieran los caldeos y los
babilonios.
Por lo demás, al igual que ocurre en todas las civilizaciones agrícolas, las
variaciones de las estaciones y los cambios del cielo revestían una importan-
cia fundamental, ya que en el cultivo de los campos no se podía dejar nada li-
brado al azar (al menos dentro de ciertos límites). Además, en China esta ne-
cesidad era más fuerte que en otras partes, debido a las difíciles condiciones
¡•.cográficas.
El suelo de la llanura septentrional y de los altiplanos occidentales está
formado por loes, la tierra llevada por el desierto de Gobi y acumulada a lo
largo de los siglos hasta cubrir las formaciones geológicas más antiguas con
una gruesa capa de terreno polvoriento y deleznable, pero fértil. Este tipo de
suelo resulta apto siempre que sobre él caigan lluvias frecuentes, porque sin
3. Existen huellas evidentes de esta connotación simbólica incluso en formas reli-
giosas más evolucionadas, como las de la Grecia clásica y la cristiana. D e hecho, Diana
lleva en la frente, a manera de diadema, una graciosa luna en cuarto creciente, y en
muchas representaciones la Virgen cristiana la lleva en la cabeza y bajo los pies.

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agua vuelve a convertirse en polvo. En la China septentrional, las lluvias se
producen sobre todo en verano; comienzan en primavera con ligeros chubas-
cos que caen en marzo-abril, y alcanzan su máxima intensidad en julio, para
cesar por completo a finales de septiembre. El invierno es tan seco y riguroso
que obliga a interrumpir todo tipo de actividades, tanto agrícolas como comer-
ciales.
Las cosechas y la vida misma del agricultor dependen especialmente de
las lluvias primaverales, que son variables y que a veces faltan por completo.
Si eso ocurre, el sol estival quema los brotes y se pierden las cosechas; y si son
excesivas, cosa que tiene lugar especialmente durante el solsticio, se produ-
cen tremendas inundaciones que arrastran las mieses que todavía no han ma-
durado. En ambos casos sobreviene la carestía, y en general, tanto una cala-
midad como la otra golpean a este país cada cuatro o cinco años.
Las condiciones climáticas han influido en las distintas formas de culto de
los chinos, pero también en el rápido y excepcional desarrollo de sus estudios
astronómicos y meteorológicos, así como en la divulgación, llevada a cabo
desde la antigüedad, de «calendarios» tan completos que constituían verda-
deros textos doctos redactados en un lenguaje simple pero no por ello menos
ilustrativo.
En su primera escritura, el I Ching fue un texto en todo el sentido de la pa-
labra, un Libro de las Mutaciones del Cielo y de la Tierra, que según la inten-
ción del legendario compilador (quienquiera que fuera), indicaba las variacio-
nes de las estaciones con simplicidad geométrica, a fin de que resultaran
claras al campesino, para quien su supervivencia dependía del cielo y de la
tierra.
Wang Wén y Chou prolongaron la redacción del texto siguiendo los evo-
lucionados conocimientos de su época, y al hacerlo, en cierto modo alteraron
su mensaje primitivo. No obstante, después de un atento examen se logra en-
contrar ese mensaje primitivo, y su esencia precisa ayuda a la comprensión del
texto, puesto que nos indica sus lúcidas premisas.
Según la leyenda, cuando al principio reinaba en el mundo Fu-Hsi, éste
miró hacia arriba y contempló las imágenes del cielo, luego miró.hacia abajo y
contempló los dibujos de la tierra. Prestó atención a las señales de los pájaros
y de los animales. Nacieron así los ocho Kwá simples.
La figura de este estudioso, quizá astrónomo, naturalista y sabio, se dibu-
ja como en ciertas «sectas» chinas sobre el fondo de un paisaje de tonalidades
suaves y líneas esenciales, que dejan muchas cosas libradas a la fantasía de
quien las observa.
Fu-Hsi quería comprender las mutaciones de las estaciones, leer las indi-
caciones del cielo, estudiar el estado del terreno y recoger las «señales» de los
animales que prevén instintivamente los cambios de la naturaleza.
Después de largas y pacientes esperas, trazó finalmente un esquema del
ciclo solar; quizá hicieron falta años de errores y deducciones imprecisas para
establecer en líneas generales esas variantes estacionales, que en apariencia
no siguen una regla fija pero que en realidad están regidas por unas leyes esta-
blecidas por una sabiduría distinta de la nuestra.
Fue así como se dividió el tiempo, no en meses ni en días, sino en hechos

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naturales basados en fenómenos físicos bastante difíciles de explicar para
quien vivía en un mundo desconocido, en el que cada «fuerza» era presumi-
blemente hostil, como lo era la geografía de aquel inmenso país plagado de
contradicciones, con tantos horizontes distintos y con un cielo que seguía
siendo un misterio.
Entonces, Fu-Hsi escribió:

Siguiendo el encenderse y apagarse de las líneas, fijó los distintos momen-


tos del trabajo agrícola, alternó desilusiones y esperanzas, alegrías y temores,
soñó con generaciones futuras libres ya de la fatiga, las cuales lograban ven-
cer las fuerzas que todavía nadie comprendía pero que todos temían porque
eran caprichosas como el cambio de las estaciones. Así, inventó palabras para
su calendario y entró a formar parte de la leyenda.
Quizá las pensó así:

Khien(e\ Cielo): Actividad creadora que constantemente lleva a su


"• fin el año agrícola; al extenderse sobre la tierra divide los tiempos del
trabajo y del reposo.
— —- Khwan (la Tierra): Pasividad receptiva que espera ser fecundada
— — por el movimiento del Cielo para iniciar el proceso productivo.

El Universo se desplegaba en sus dos dimensiones fundamentales, las que


la humanidad realizó como experiencias cognoscitivas observando su propio
modo de concebir y reproducirse.
Más que un personaje o una estructura legendaria, se trata sin duda de un
«hecho» primordial vivido y sufrido, como toda aventura de nuestro pasado.
Y ha quedado una huella porque, al menos una vez, todos hemos temblado al
mirar el cielo o nos hemos quedado maravillados ante un paisaje terrestre.
Quizá, al igual que Fu-Hsi, y como dijo un poeta, siglos más tarde, haya-
mos pensado:

El Cielo y la Tierra dicen algo.


El uno a la otra en la dulce noche.*

Así es, año tras año vuelven a proponerse puntualmente estos emblemas
antiguos...

•I GIOVANNI PASCOLI, L'imbrunire, de Canti di Castelvecchio.

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Kan (el Trueno): Un estremecimiento vital despierta a la Tierra y re-
corre la naturaleza estupefacta, mientras en la oscuridad de la ma-
triz, la simiente descubre que se está convirtiendo en retoño.
Sun (el Viento): Sobre los campos endurecidos aún por el hielo pasa
un soplo cálido, y después de iniciarse a la vida, la Tierra esparce
bajo el Cielo su eficiencia germinativa.
Khan (el Peligro): El calor agolpa las nubes; es un momento de an-
siedad; el agua cae sobre los campos amenazando con su furia las
mieses aún frágiles, pero prepara los grandes calores que harán ma-
durar el mijo, e inunda los arrozales volviéndolos fecundos.
Li (el Esplendor): Después de las grandes lluvias, los sembrados se
tornan relucientes y turgentes durante el breve y tórrido verano chi-
no, mientras los frutos se hinchan alcanzando sus formas defini-
tivas.
Kan (la Detención): A medida que la cosecha se deposita en los gra-
neros, las actividades agrícolas tocan a su fin; antes del invierno se
siembra para el año siguiente y se formalizan los pactos matrimo-
niales.
Tui (el Retiro): La naturaleza cae en un sueño pesado, el Cielo en-
vuelve a la Tierra con su mordaza feroz, los hombres se encierran en
sus casas y rodean a los Ancianos para inventar las tradiciones y las
leyendas que los continuarán en el tiempo.5

Líneas enteras y líneas partidas, luz y oscuridad, movimiento y calma; es


el calendario más antiguo del mundo, el más pobre y el más sabio de los libros
sobre la naturaleza; es además el más difícil de leer, porque fue redactado para
los antiguos silencios y las vastas soledades. Sin embargo, sigue siendo un
mensaje sobre el que hay que meditar, especialmente si se desea conocer el
I Ching, pues constituye la clave de su lectura.
Bajo cualquier cielo existe un tiempo para cada cosa, tiempo para vivir y
tiempo para morir, tiempo para la siembra y para la cosecha, tiempo para el
temor y tiempo para la satisfacción, tiempo para el trabajo y tiempo para el
reposo.
Líneas enteras y líneas partidas, luz y oscuridad, vida y muerte, experien-
cias que tienen su historia porque ellas mismas constituyen «la historia», la
única en la que el hombre ha sabido fijar la realidad de su presencia en el
mundo.

5. Haciendo referencia al sistema de nuestro calendario (pero no necesariamente a


nuestras variaciones climáticas), se podría dar una indicación bastante aproximada de
la división de las estaciones agrícolas, según el siguiente orden:
Kan: enero-febrero.
Sun: marzo-abril.
Khán: mayo-junio.
Li: julio-agosto.
Kan: septiembre-octubre.
Tui: noviembre-diciembre.
Si se piensa en la vida de nuestros campesinos, e! calendario de Fu-Hsi no está muy
alejado de una realidad todavía bastante actual

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la Fuerza de la Creatividad iniciación del año
Kh ien el Cielo el Día, la Luz agrícola

— — la Energía de la Receptividad término del año


Khwan la Tierra la Noche, la Oscuridad agrícola

Se oye la llamada de los patos salvajes.


Kan iniciación de la Al nacer el día, surgida el alba,
el Trueno lo Excitante el hombre sale en busca de mujer,
primavera
cuando el hielo aún no se ha disuelto.
Si guardas para mí pensamientos de amor,
== Sun el Viento lo Penetrante primavera
me recojo el sayo y atravieso el Wei.
Mas si tú no piensas en mí,
¿no hay acaso otros jóvenes?
El Scheu y el Wei se salen de su cauce.
época de las Los mozos y las mozas se acercan a las orquídeas.
ErEE Khán el Agua el Peligro
lluvias «¿ Y si fuéramos hasta allí?» «iHacia allí vamos!»
¡Más allá del Wei se extienden bellos prados!
Hacia el Mediodía hay grandes árboles,
bajo los cuales podemos descansar.
Lí el Calor lo Descollante verano Cerca de Han están las alamedas,
todo se puede preguntar...
¡Hojas marchitas! ¡Hojas marchitas!
¡El viento sopla sobre vosotras!
Kan el Monte la Detención otoño ¡Adelante, señores, adelante, señores!
¡Cantad y nos uniremos a vosotros!

¡Tierras, volved a vuestro lugar!


¡Aguas, volved a vuestros abismos!
Tui el Lago la Calma invierno
= ¡Animales estivales, no os mováis más!
¡Árboles! ¡Arbustos! ¡ Volved a vuestros cenagales!6
6. Citas de: MARCEL GRANET, La civiltá ciñese antica, Einaudi, 1968.

Figura 1. Tabla de los trigramas.


Así, entre el Cielo y la Tierra se compone y se descompone, con un movi-
miento alternado, el Universo del I Ching, el Libro de las Mutaciones, divi-
diéndose en ritmos definidos: yang - yin - yang - yin - yang..., así hasta el in-
finito.

La escritura china

La sabiduría delI Ching es una sabiduría sin vuelos, como la misma escri-
tura china, en la cual el ideograma no es un signo que se ha de situar dentro de
un conjunto de reglas gramaticales y sintácticas para hacerlo válido, sino que
cuenta con una vida propia, es el símbolo imperativo del acto, del cual cons-
tituye el eco fónico y la explicación visual.
La raíz de cada ideograma, es decir su definición gráfica, es una repre-
sentación estilizada que no tiene nada en común con la representación exacta
del objeto o del pensamiento; la palabra, a fin de cuentas, posee una fuerza
evocadora que suscita en el espíritu la aparición de imágenes, mediante las
cuales se pueden reconocer etimológicamente las nociones.
Tomemos, por ejemplo, el signo más simple, una línea horizontal: simbo-
liza el Uno, principio de la numeración, pero también de la Unidad Primor-
dial, principio de todos los seres. Cuando lo encontramos insertado en la parte
superior de un conjunto de rasgos, es el cielo, la cima, el ápice, lo que cubre, lo
que está por encima, lo que precede. Si está ubicado arriba, como en el ideo-
grama , signo filiforme, fino, leve, ligero, indica que esta agua filifor-
me, fina, ligera, viene del cielo; por eso el sentido primigenio de este signo es
«lluvia»; del mismo modo, si el ideograma , hombre, se encuentra de-
bajo del signo horizontal ( ^ ), se simboliza el Cielo en cuanto Unidad
Primordial que «cubre» al hombre, al mundo humano; si, en cambio, la lí-
nea horizontal se encuentra por debajo de un conjunto de rasgos, expresa la
idea de «fundamento, base, soporte».
Si se duplica, se obtiene el «dos», ". , líneas paralelas que, si se cor-
tan verticalmente ( ), indican la Tierra, con su «base», es decir la estre-
chez de la cual se eleva la verticalidad del mundo natural. Si a estos rasgos que
dibujan la cohesión de la estructura sólida anteponemos el ideograma ,
«cerca, seguir, próximo, igualdad», obtenemos el sentido de la «solidari-
dad», del amor recíproco que, como decía Confucio, debe unir a los hombres.
Finalmente, anteponiendo el ideograma , mujer, el sentido se invierte,
para convertirse en «lisonja, caricia», elementos que influyen negativamente,
al menos según la mentalidad china de la antigüedad, en la firmeza del hom-
bre, pues atacan su «solidez».
Consideremos los tres rasgos , signo del terceto evolutivo: la
triada: hombre, cielo, tierra; unidos por una línea vertical significan Rey, So-
berano, Señor, pues el Rey reúne bajo su soberanía todas las fuerzas del
mundo.

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Esta escritura figurativa no tiene necesidad de reproducir los caracteres
propios del objeto, dado que representa una actitud. La escritura, al referirse a
ciertos tipos de acciones o de relaciones, hace de la lengua china una lengua
viva, que no ha cambiado con el tiempo, milenaria y sin embargo actual como
la civilización de la cual es expresión y alma.
Literalmente, un ideograma es intraducibie; se podrá transmitir su senti-
do sacrificando, al menos parcialmente, la inmediatez expresiva; más no se
puede hacer, y es también por eso por lo que el I Ching llega a parecer tan di-
fícil que casi raya en lo absurdo. Hay que recordar además que, dada la anti-
güedad del texto, se han perdido algunos ideogramas, y con ello no se pierde
una palabra sino una «imagen», es decir una parte esencial del discurso; otros
han cambiado gráficamente o han adquirido significados más vastos; otros
aún, resultan ambiguos y expresan cosas diferentes, por lo cual la traducción
se convierte en un mosaico de intuiciones, que a veces resulta difícil recons-
truir y cuyo resultado final suele ser bastante aproximado. Teniendo en cuen-
ta los múltiples sentidos, advertimos que el ideograma «dibuja» su mensaje
con gran abundancia de sugerencias y lo expresa por completo, a pesar de su
extremada brevedad gráfica, pues cada rasgo tiene un detalle absolutamente
necesario para la comprensión del todo. Como en una pintura, porque para los
chinos el escribir es un poco como pintar el pensamiento, en cuanto que los ca-
racteres ideográficos se convierten fácilmente en «juegos de tinta» y poseen
siempre un ritmo propio que permite definirlos como dibujos abstractos que
guardan entre sí un equilibrio.
En las lenguas con desinencia, como la nuestra, lo que describe cada ideo-
grama sólo puede expresarse mediante una frase o un giro. Tomemos, por
ejemplo, Sung, el «proceso». Las palabras salen de la boca (
boca, [ / , palabras), pero en un «lugar público» ( "-rzr * ), por lo tanto,
Sung significa también «litigio, hablar en público, discutir». Al primer
vistazo, el ideograma resplandece con su significado claro y preciso, inmedia-
tamente comprensible en líneas generales. Resulta evidente que cualquier tra-
ducción estará muy alejada del original aunque logre transmitir el sentido; por
esta razón las versiones de un texto chino en lenguas occidentales, incluso las
más puntuales, no hacen sino mutilarlo y traicionarlo.
Lo mismo ha ocurrido con el I Ching, escritura que por sí misma resulta
extraña a las tradiciones oraculares de Occidente, a menudo considerado
como «libro mágico» sólo porque era de difícil lectura y no por la sabiduría
que contiene, la cual, siendo la totalización del pasado, comprende el futuro y
permite indagarlo puesto que revive en el «eterno retorno».
Además, su magia sutil reside en su lenguaje extremadamente simple, que
utiliza expresiones del lenguaje oracular de todo el mundo, como: oscuridad,
luz, desventura, suerte, desgracia, mala suerte, constancia, sabio, docto, pru-
dencia, etc., que he querido dejar aunque a veces no ligan en el discurso, pues
son, a mi parecer, testimonios de la popularidad de la escritura misma.
En la traducción, literal en lo posible, he dejado un espacio para las pau-
sas, las indeterminaciones, las imágenes, los símbolos, renunciando a la clari-
dad, precisamente para poder transmitir la extraordinaria atmósfera de medi-

17
tación absorta que a menudo se extiende hasta formar una manera de hablar
ambigua, sugerente, aunque no siempre de inmediata comprensión. He trata-
do, en definitiva, de transmitir al lector el sentido de excitación, el goce esté-
tico, la distinta apertura de horizontes que el texto chino me ha comunicado
tras largas noches de estudio, porque el análisis de los símbolos enseña que la
variación de los modos no es un juego de fantasía, sino una manifestación de
ese conocimiento, cuyo presupuesto es la relación con el mundo.
Es más, a pesar de que por lo general el lector es reacio a acercarse a lo
nuevo porque ello implica un esfuerzo de interpretación, ocurrirá que, cuando
la palabra haya perdido por lo menos en parte su carácter evocativo, continua-
rá siendo sentida como representativa de la acción. Es por eso precisamente
por lo que toda traducción ha de ser en lo posible «figurativa», a pesar de que
con los medios lingüísticos con que contamos hoy rara vez logra serlo.
En e l / Ching cualquier hecho, sea histórico, social, ambiental o personal,
tiende a reformularse en el símbolo, es decir a convertirse en algo umversal-
mente válido; de este modo, si las innumerables situaciones humanas indica-
das por los signos dejan rastros en los signos mismos reavivando de vez en
cuando el elemento de la pasión y renovando sus formas, el acontecimiento, al
confundirse con el símbolo y fundirse con él y en él, recibe una esencialidad y
una intensificación personal, es decir lo convierten en atípico y lo traducen en
sabiduría.
La naturaleza delinea las etapas del rito humano, y éste, a su vez, huma-
niza a la naturaleza. Si la evocación de un acontecimiento ejemplar facilita la
comprensión de otro acontecimiento, nuevo para el individuo, quien lo super-
pone y lo interpreta siguiendo el modelo del antiguo, se puede afirmar que el
símbolo en el I Ching cumple una función clarificadora, es cultura y educa-
ción, porque extrae de un ovillo informe los elementos esenciales. Los 64 sig-
nos tienden a lo esencial, recogiendo en sus glosas significados cada vez más
vastos; experimentan un proceso de intensificación y, al mismo tiempo, se
convierten en algo más representativo, confieren atipicidad, son clarifica-
dores.
En cada expresión del texto, incluso en la que resulta aparentemente me-
nos importante, se intuyen una serie de significados humanos que el signo des-
vela y esconde siguiendo cánones de la antigua literatura oracular. Es precisa-
mente en esta existencia de ecos, con escenarios que se entrelazan unos con
otros, donde la poesía se potencia hasta el infinito.
Para nosotros, que estamos inmersos en una cultura racional, la palabra es
un signo móvil y significativo que se ha ido formando históricamente en la so-
ciedad por muchas causas fisiopsíquicas concurrentes, y que hace posible la
transmisión de experiencias y la convivencia, tal y como la realizamos hoy.
Por una serie de indicios advertimos que, para una intuición más arcaica que
la nuestra, la palabra se presenta en una forma distinta. Sí podemos leer el
«poema de las mutaciones» captando sus valores artísticos o arqueológicos,
su elevada inspiración, su misteriosa musicalidad, no debemos olvidar que
mediante esas fórmulas y esas imágenes dicho poema trataba de explicar cier-
tos conceptos. En este poema, expresión de una de las más grandes civili-
zaciones del mundo antiguo, se encuentran una serie de motivos que permiten

18
deducir que a la palabra se le atribuía una fuerza muy alejada de la que esta-
mos dispuestos a conferirle nosotros, una fuerza «mágica» en el sentido más
vasto y esplendoroso del término.
Por lo tanto, el I Ching es en realidad un «oráculo», es decir «la palabra
que vive».

La cieracia oracular ©a la aatigea China

Si Fu-hsi había sido el primer organizador de los tiempos y de los espa-


cios del Universo, y a él se deben, según el mito, los paradigmas fijados al
comienzo de la formación del Cosmos a partir del caos primordial, Yü, el
Grande, fundador de la dinastía Hsia, personaje entre histórico y legendario,
tuvo todas las «virtudes» que necesita un Héroe para «gobernar» el Mundo.
Los mitos y las tradiciones que rodean a Yü corresponden probablemente
a una impostante realidad histórica de la que es testimonio, no sin cierta cohe-
rencia, la lógica extraordinaria del mito mismo, que la fantasía no logra al-
terar del todo, sino que, por el contrario, la hace más clara y viva.
Yü poseyó nueve Trípodes; nueve Pastores le ofrecieron como tributo el
«metal» con el cual forjó los nueve Calderones, en ios que diseñó los emble-
mas de los seres de cada uno de los países, que le habían sido ofrendados por
las nueve Religiones. Bajo el reinado de Yü fue posible cruzar sin peligro los
nueve Pantanos, los nueve Ríos, las nueve Montañas, y así se aseguró la unión
de las Regiones Altas con las Bajas; además, por medio de una tortuga, e!
Cielo envió las nueve Rúbricas a Yü, que dominaba el Mundo.
Resultaba bastante fácil reconstruir esta situación histórica e imaginar un
personaje que, más allá de las superestructuras míticas, fue verdaderamente
grande, y que durante su reinado inició sabiamente una especie de «edad de
oro» de la civilización y el poder.
Sin duda, hubo también un período de saneamiento y reestructuración del
país, considerado por los siglos siguientes, menos tranquilos y felices, como
una época maravillosa y venerable, hasta tal punto que se transformó en mito.
Por su grandeza, Yü fue modelo de todas las cosas; probablemente codi-
ficó un sistema numérico; su voz servía de guía para afinar los instrumentos, y
sus palabras se representaban gráficamente con figuras y signos para que no se
perdiera su sabiduría. Precisamente de este illud tempus no muy alejado de la
historia nació la civilización china, en cuanto los atributos de Yü son los de la
propia civilización china, con su ciencia de los números, su maravillosa es-
critura, sus precisas reglas de gobierno, su fe inquebrantable en sus propias
capacidades y lo concreto de sus logros, alcanzados pacientemente a lo largo
«le los siglos.
Una tortuga llevó a Yü las nueve Rúbricas de la Sabiduría porque, omni-
potentes en el Mundo, las tortugas son la imagen del Universo, y como po-
seen parte de su longevidad, los adivinos pueden leer en su caparazón los sig-
nos del pasado, y deducir así los hechos futuros para aconsejar las formas de
comportamiento.
Si el Universo concede a las tortugas parte de su «larga vida», es porque

19
estos animales forman parte de la vida universal, al estar recluidos en un am-
biente modelado en base al macrocosmos: cuadrado por la parte de abajo y
redondo por arriba como lo son la Tierra y el Cielo.
Las tortugas representan tan adecuadamente al mundo que aparecen en
los mitos en los que se ve a un Héroe trabajando por consolidar el orden uni-
versal. Si al romper una Columna del Mundo, dejando sólo tres, un Genio
malvado hace oscilar el Cielo y la Tierra, quedando ésta abandonada al Di-
luvio, un Genio benéfico puede restablecer la estabilidad originaria devol-
viendo al Mundo sus cuatro columnas, hechas con las patas cortadas de una
tortuga. Por ello, no hay que dejar que las tortugas cambien de sitio o naden
libremente, de lo contrario las tierras irían a la deriva, para ser finalmente tra-
gadas por las Aguas. Cuando Kwen, monstruo vil y tortuga de tres patas, libe-
ró las Grandes Aguas que amenazaron con tragarse el Cielo y la Tierra, fue
precisamente Yü, Héroe perfecto en cuerpo y mente, quien restableció el or-
den, y la tortuga, que era la imagen del Mundo, reveló a Yü la forma que el
Mundo tenia y que jamás había sido vista por nadie. Así nació la ciencia
oracular en China, y no se difundió sino mucho más tarde, durante la época
de Han.
En un caparazón los adivinos podían producir un ciclo completo de sig-
nos: 360 tipos de hendiduras les informaban sobre la totalidad de circunstan-
cias de tiempo y de lugar, y hacían aparecer estas grietas sirviéndose del
Fuego ( = Arriba = Cielo) en la parte cuadrada ( = Abajo = Tierra) del es-
cudo. Un arte difícil que no tardó en convertirse en un rito sagrado oficiado en
el silencio y el recogimiento más absolutos, por lo cual entró en los templos y
se rodeó de misterio.
Sin embargo, los maestros del I Ching usaban con preferencia los signos
de la aquilea, una planta de considerable tamaño, que Galeno llamó «sangre
de dragón» por el jugo rojizo de sus frutos, y que Serapión denominó «planta
de las estrellas», por la forma de sus flores. Según los testimonios más an-
tiguos, esta forma adivinatoria se basaba en la misma sabiduría utilizada en la
adivinación con las tortugas.
Lo esencial del sistema quedó indicado en el Hi ts 'eu, que data de muchos
siglos antes de los Han, forma parte del ciclo del I Ching y es una de las obras
más cercanas a los comienzos de la tradición escrita.
Los mitos de la tortuga llevan a suponer que el arte de preparar el escudo
se basaba en las técnicas de los «agrimensores» para la división de las tierras.
En cambio, la sabiduría que permitía identificar las circunstancias de tiempo y
lugar con la ayuda de los bastoncitos de aquilea parece ligada a una técnica de
«cálculo», si bien los antiguos chinos evitaban la distinción entre aritmética y
geometría. En efecto, los números y las figuras proporcionaban símbolos
prácticamente intercambiables y al mismo tiempo eficaces, que facilitaban la
identificación y la comprensión de cualquier realidad: la palabra que designa-
ba las fichas adivinatorias servía también para nombrar las fichas para el
cálculo.
Cuando leían la suerte, los adivinos debían sostener entre el cuarto y el
quinto dedo de la mano izquierda una varita que representaba al Hombre
entre el yin y el yang. El carácter que representa a estas varitas se escribe aña-

20
diendo la clave del bambú ( • | f ) a un conjunto gráfico que se supone re-
presentaba los surcos grabados en el suelo por el arado ( j p ).
Si a este grupo de rasgos se añade la clave de los «campos cultivados en
cuadrado» ( \ ~ \ ~ J ) se obtiene un ideograma de idéntica pronunciación que
significa «cultivar la tierra, límites de las tierras, propiedades heredadas»
( ® g )•
Los especialistas de la aquilea trabajan manejando un ramo de varitas
con el que obtenían un resultado par o impar; luego traducían gráficamente el
resultado trazando una línea entera — — - (impar, yang) o partida — —
(par, yin), y suspendían sus operaciones cuando habían diseñado una figura
formada por seis líneas superpuestas. Superponiendo seis líneas partidas o
enteras se pueden componer 64 Hexagramas distintos y, con tres líneas, los 8
Trigramas; dado que cada uno de los 64 Hexagramas está compuesto por
dos Trigramas superpuestos, resulta claro que los 8 Trigramas resumen los
64 Hexagramas, considerados como representativos de todas las realidades,
y son, por así decirlo, una representación «concentrada» del Universo.
Los adivinos que utilizaban elI Ching para descifrar los símbolos adivina-
torios, indicaban con el número 9 las líneas yang(enteras) de las distintas figu-
ras, y con el número 6, las lineas yin (partidas), porque la relación yang-yin
era la relación Cielo-Tierra, es decir la de lo Cuadrado con lo Redondo, la de lo
Horizontal con lo Vertical.
Animados por la Virtud del Cielo y de la Tierra, los soberanos que fun-
daron las distintas dinastías según la tradición, fueron alternativamente altos
0 bajos, puesto que el Cielo se extiende a lo alto y la Tierra, a lo ancho. Los
chinos han conservado religiosamente la memoria de este tema esencial, y el
recuerdo preciso de la estatua de los Héroes que más veneraron.
Shun, que poseía la Virtud de la Tierra, era fornido y medía 6 pies y 1 pul-
gada, mientras que Yao, su predecesor, tenía un cuerpo (o una cabellera) de
72 pulgadas. Dado que el cuerpo de un Fundador servía de medida a una Di-
nastía, quizá estos números regían el sistema de pesos y medidas que el Sobe-
rano había establecido mientras reorganizaba las dimensiones del Tiempo,
dando un calendario nuevo a una era nueva.
En todo caso, dichos números influyeron en las divisiones de los periodos
de reinado o de vida, que cuando eran perfectos alcanzaban los 100 años.
Shun, por ejemplo, que vivió 100 años, reinó durante 39; medía 6 pies y 1
pulgada, y subió al trono a los 61 años. Yao (72 pulgadas) reinó durante
100 años, pero ejerció el poder efectivo solamente durante 72, porque se pasó
28 como «Soberano retirado». Lamentablemente, se carece de datos sobre la
estatura de los Chou, se conservan pocos detalles míticos; sin embargo, sa-
bemos que cedió a su hijo una parte de los 100 años de su «porción» de vida.
Kra bajo y robusto, y es probable que para medirlo el número más adecuado
fuera el 50 y no el 100.
Yü, el Grande, fundador de los Hsia, cuya alta estatura pasó a formar
parte de la fantasía de los pueblos, a pesar de que se le atribuyera la Virtud de
1 a Tierra, vivió 100 años, reinó durante 17 y, como subió al trono a los 8 3, es
probable que midiera 8 pies y 3 pulgadas.

21
T'ang, el Victorioso, fundador de los Yin, penetrado por el influjo del
Cielo, tenía muchos motivos para ser alto, y la historia no ha olvidado su gran
estatura; contrariamente a lo que solía ocurrir, su altura se expresaba por un
número entero de pies. Medía 9 pies, es decir 90 pulgadas, y dado que se le
atribuían además unos brazos largos, la cuenta de sus años, 94, resulta exacta.
ElIChing no es el único elemento que habla del valor de los Números y de
la agudeza matemática de los chinos de la antigüedad. Al demostrar que los
símbolos adivinatorios que utilizaban provenían de dispositivos en los que los
Números aportaban su prestigio embellecedor a las divisiones del Espacio y
de las leyes tradicionales del Calendario, los adivinos valorizaban su arte, que
parecía dominado por la ambición de convertir al Mundo en un elemento inte-
ligente y regulable.
Quizá aquellos adivinos comprendían y regulaban de veras aquel Mundo
suyo abierto a las sugerencias del Universo, que se hallaba alejado y cercano,
que era perfecto y comprensible, una especie de camino que nacía en la puerta
de casa, y no el inquietante misterio que ha atormentado a los siglos posterio-
res y que sigue asombrándonos con su inexplicable inmensidad.
Pero nosotros hemos perdido el Número-medida; hemos perdido, por
tanto, el Universo.

Cómo consultar el I Cfaing

Consulta con las tres monedas

El método más utilizado hoy en día para consultar el I Ching, tanto en


Oriente como en Occidente, es el de las tres monedas. Se han de usar las tres
monedas que acompañan a este libro, o bien otras que puedan sustituirlas. La
cara en 1a que se encuentran los ideogramas chinos tienen el valor 2, y aquella
en la que están representados los ocho trigramas tiene valor 3.
Al lanzar simultáneamente las tres monedas, se obtienen estos resultados
posibles:

2 + 2 + 2=6: línea yin muíante —x—


2 + 2 + 3 = 7: línea yang
2 + 3 + 3 = 8: línea yin — —
3 + 3 + 3 = 9: línea yang mutante —e—

Se efectúan seis lanzamientos sucesivos, los cuales permiten trazar, par-


tiendo de abajo hacia arriba, el hexagrama que responde a la pregunta hecha al
oráculo.
Las líneas que componen este hexagrama pueden ser«líneas mutantes»
(6 y 9), es decir líneas que se han de leer una vez con su primer significado y
otra con el significado opuesto. Consideraremos, por lo tanto, en el primer
hexagrama, el obtenido directamente, —e— (9 = yang mutante) como - —
(línea yang a secas), y—x— (6 = yin mutante) como —- -—(líneayin). (Leer
atentamente los comentarios referidos a las líneas mismas.)

22.
Posteriormente, compondremos un nuevo hexagrama, considerando
—o— como — —, y —x— como , cuyo significado complementará
al del hexagrama originario (véase el apartado siguiente, «Cómo leer el I
Ching»),

Consulta con los tallos de Achillea millefolium

Para los chinos de la antigüedad se trataba de una planta sagrada, y era una
de las cosas que «se asemejaban al espíritu», pues poseía una virtud especial
que la hacía apta para la adivinación. Hoy en día, en lugar de los tallos se usan
también unas varitas de madera o de bambú, de unos 25 o 30 cm.
Un simple ritual, compuesto de reverencias, concentración y el encendi-
do de incienso, tiene por finalidad liberar la mente de todo pensamiento para
fijarla exclusivamente en la pregunta que se ha de formular.

a) Se toman los cincuenta tallos y se quita uno, que se colocará en la caja


en la que se guardan. Este tallo no tiene utilidad alguna para la adivinación,
simplemente sirve para completar hasta cincuenta el número de varitas,
puesto que éste es el número mágico, relacionado quizá con los ciclos
quinquenales del calendario lunar chino.
b) Después de reagrupar los 49 tallos restantes, se han de dividir en dos
montoncitos valiéndose de la mano derecha. Con la misma mano, se toma un
tallo del grupo de la derecha y se lo coloca entre el anular y el meñique de la
mano izquierda.
c) Se toma entonces el grupo de la izquierda: con la mano derecha se divi-
den los tallos en grupos de cuatro, colocándolos a la izquierda en un monton-
cito, hasta que sólo queden cuatro (o menos) en el grupo original. Los tallos
que quedan se ponen entre el anular y el medio de la mano izquierda.
d) Ahora, siempre con la mano derecha, se toman de cuatro en cuatro los
tallos del grupo de la derecha, hasta que sólo queden cuatro o menos. Los ta-
llos que quedan en este grupo se colocan entre el dedo medio y el índice de la
mano izquierda.
e) Finalmente, se toman los tallos apartados en el punto (d) y se añaden a
los apartados en el punto (c).
f ) Entre los dedos de la mano izquierda se tendrá un total de 5 o 9 tallos
(1 + 1 + 3, 1 + 3 + 1 , 1 + 2 + 2, o l + 4 + 4 ) , que se colocarán aparte.
g) Ahora es necesario volver a tomar los demás tallos (es decir los 49
menos 5 o 9) y repetir la operación a partir del punto (b) hasta el punto (<?).
h) Se toma un tallo del grupo de la derecha y se coloca entre el dedo anu-
lar y el meñique de la mano izquierda.
i) Del grupo de la izquierda se sacan los tallos de cuatro en cuatro hasta
i|ue sólo quedan cuatro o menos de cuatro, que se colocarán entre el dedo anu-
lar y el medio de la mano izquierda.
/) Del grupo de la derecha se sacan los tallos de cuatro en cuatro hasta que
sólo queden cuatro o menos de cuatro, que se colocarán entre el dedo medio y
el índice de la mano izquierda.

23
m) El número de tallos que queden en la mano izquierda será de 4 u 8.
Estos tallos se colocarán junto al primer montocito de 5 o 9 tallos indicados en
el párrafo (/), aunque ligeramente separados de ellos.
n) Ahora se volverán a tomar todos los tallos (49 menos los 5 o 9 y menos
los 4 u 8) y se repetirá el procedimiento completo, comenzando siempre des-
de el punto (b) hasta el punto (e). Una vez más, los tallos que quedan al final en
la mano izquierda serán 4 u 8.

Llegados a este punto se tendrán tres grupitos, el primero de 5 o 9 tallos, el


segundo de 4 u 8, y el tercero también de 4 u 8, que darán las siguientes com-
binaciones posibles:

5 + 4 + 4: línea yang mutante —e—


9 + 8 + 8: línea yin mutante —x—
5 + 8 + 8 )
9 + 8 + 4 [ línea yang
9 + 4 + 8 )
5 + 4 + 8 )
5 + 8 + 4 > línea yin — —
9 + 4 + 4 )

Así se ha obtenido la primera línea (la ubicada en el extremo inferior del


hexagrama). Repitiendo el procedimiento otras 5 veces, trazaremos (siempre
dibujando las líneas desde abajo hacia arriba) nuestro hexagrama.
Para localizar el hexagrama obtenido, resultará conveniente usar la tabla
que aparece a continuación, descomponiendo el mismo en dos trigramas: el
superior y el inferior. Los números de las casillas indican el número atribuido
al hexagrama.

Cómo leer el í Ching

El I Ching, compuesto por hombres que supieron descubrir la verdad


oculta tras las apariencias, no es una ingeniosa construcción geométrica ela-
borada por mentes excepcionales. Los conceptos, los «signos» que lo compo-
nen, conquista de espíritus libres, son pensamientos fundamentales, fuerzas
vivas que operan en el Universo.
Dado que todo lo que existe en el mundo y en el tiempo está destinado a ser
compendiado y vivido por el hombre, conocer el futuro supone en definitiva
estudiar el pasado representado por el «eterno retorno». Estos «signos»
tienen la finalidad de ordenar, animar, transfigurar, guiar la vida en la cual se
cumple nuestro preciso destino.
La tabla que representa la sucesión de los 64 hexagramas (véase figura 4)
se ha formado siguiendo un proceso matemático, y constituye la imagen del
universo: por su lado exterior está la bóveda del Cielo, el Hiperuranio; por su
lado interior, la Tierra, cuadrada, como fue siempre en la fantasía de los pue-

24
Trigrama -
superior ^ XTnen Kan Khan Kan Khwan Sun u Tui
Trigrama
inferior
V

Kh'ien
1 34 5 26 11 9 14 43
Kan
25 51 3 27 24 42 21 17
Khan
6 40 29 4 7 59 64 47
Kan
33 62 39 52 15 53 56 31
Khwan
12 16 8 23 2 20 35 45
Sun
44 32 48 18 46 57 50 28
Li
13 55 63 22 36 37 30 49
Tui
10 54 60 41 19 61 38 58
Figura 2. Tabla para la identificación de los hexagramas.

blos, y en la cual se reflejan los 64 signos organizándose en un dibujo rígido, el


del cuadrado, para indicar la radicación y la formación de las ideas mismas.
Para los chinos, pueblo esencialmente práctico y abierto a las realizacio-
nes concretas, este Macrocosmos, este Universo, era inseparable de! Micro-
cosmos, es decir del Hombre; en nosotros coexisten el Cielo y la Tierra, es
aquí donde los pensamientos y las imágenes, formas de la energía cósmica, se
suceden girando en un círculo en continuo movimiento.
Por ello, el 1 Ching es un libro del cielo y de la tierra, de estaciones y
épocas históricas, de viento y aguas, de dragones y caballos. Parece difícil
orientarse, pero cada hexagrama tiene un sentido preciso; basta con compren-
derlo para no olvidarlo jamás.
Al aclarar el significado de los 8 Trigramas, con cuya variada combina-
ción se forman los 64 Hexagramas, se da una clave para descifrar el texto;
luego, si se analizan separadamente las fórmulas sapienciales, las imágenes y

25
las lineas mutantes de los hexagramas mismos, esta «clave» nos permitirá una
adquisición de sabiduría, pero sobre todo nos ayudará a penetrar en nosotros
mismos para buscar nuestra dirección, es decir para conocer las líneas esen-
ciales de nuestro destino.
Es verdad que el oráculo no decide por nosotros, no nos suplanta al definir
un comportamiento; sin embargo, define la situación en sus aspectos esen-
ciales, propone ciertas alternativas e induce a «conocer», y dado que el cono-
cimiento constituye un saber objetivo, cada uno puede obrar en consecuencia.
Confucio escribió en el Ta Chuán que las Mutaciones no poseen ni con-
ciencia ni acción, son inmóviles, pero si se las estimula, penetran en cada si-
tuación que se dé bajo el Cielo; por eso, usar los instrumentos de predicción
significa «estimular las Mutaciones», a fin de que se cumplan los destinos si-
guiendo sus direcciones congeniales.
La adivinación, al aclarar las «transformaciones», revela ciertos indicios
de los dibujos celestes y puede ayudarnos en las elecciones, que a menudo no
coinciden con las de los hombres. Emocionalmente, los hombres se encuen-
tran demasiado ligados a sus propias situaciones y son incapaces de ver los
acontecimientos en su totalidad, puesto que de ellos sólo viven momentos in-
conexos.
Quien consulta el I Ching sintoniza con los ritmos universales, penetra en
su latido misterioso y llega a conocer la sabiduría que regula todas las formas
de vida existentes en la Tierra.
Se trata de un diálogo que no es preciso realizar con demasiada frecuen-
cia, porque los movimientos cósmicos que concuerdan con los de la vida hu-
mana no varían sino al cabo de largos períodos de tiempo; por lo tanto, la ma-
yoría de las veces el texto no dice nada que pueda considerarse particular-
mente importante, o bien se limita a callar, a pesar de que quien lo consulta
crea escuchar su voz.
Yang, yin, yin, yang..., las líneas se componen y se alteran para volver a
descomponerse, formando los trigramas y hexagramas que constituyen el tex-
to original del I Ching, sobre el que han meditado los más antiguos sabios, y
que ha maravillado por su fuerza mágica a generaciones enteras, que yacen
ahora sepultadas en el recuerdo.
A partir de esta composición de descomposición en luz-yang y oscuri-
dad-yin se han formado 64 gráficos que resumen y fijan todas las situaciones
humanas posibles.
En la presente obra se comenta cada uno de estos gráficos. Para ello se uti-
liza un esquema basado en algunos textos ilustrativos, compuestos en diferen-
tes épocas, que aportan más explicaciones y sugerencias:

1) el primer texto, o Sentencia, resume en una sola palabra, o en unas pocas,


el concepto expresado por el hexagrama;
2) el segundo texto (Tiempo de...) constituye una ampliación de la idea ex-
presada por la Sentencia;
3) el tercer texto (Hablan las imágenes) relaciona el hexagrama universal
con el microcosmos humano;
4) el último texto (Las líneas) explica el significado de las lineas mutantes

26
que aparecen en la estructura del hexagrama. Según la posición que ocu-
pen (siempre consideradas desde abajo hacia arriba), las líneas yang mu-
tante (9) y yin mutante (6) indican la evolución futura de las circunstan-
cias, y de todo aquello que es susceptible de experimentar cambios o su-
frir una evolución. La definición de primer seis, segundo seis, etc., indica
la posición ocupada por la línea mutante dentro del hexagrama, desde
abajo hacia arriba.

Por lo tanto, un hexagrama puede leerse de distintas maneras:

1) observando el ascenso y el descenso de las líneas claras ( ) y de las


líneas oscuras ( — — ); quizá fuera ésta la primera forma de lectura
cuando aún no existían las glosas;
2) descomponiendo el hexagrama en dos series de trigramas, los «compo-
nentes» y los «estructurantes»; por ejemplo, en Sui (hexagrama 17), los
trigramas componentes son y , mientras que los estructu-

rantes son y , es decir los dos que se hallan en la parte inte-


rior del gráfico;
3) considerando su composición y estructura;
4) estudiando el texto si no se logra establecer una relación intuitiva con el
signo.

Cada uno de estos métodos conduce a ciertos resultados. El oráculo tiene


una respuesta para todos, pero habrá que leerlo en su totalidad, y no sólo en lo
que respecta directamente a «ese» momento en particular.
Además, los hexagramas van acompañados de glosas: fórmulas sapien-
ciales (sentencias, según otras versiones), imágenes, y seis breves comenta-
rios, uno para cada línea susceptible de mutación; la fórmula sapiencial de-
fine; las imágenes ilustran, y los seis comentarios puntualizan el sentido de la
mutación sugiriendo una cierta manera de comportarse, advirtiendo de un
peligro, infundiendo esperanza, proponiendo guías.
Las glosas de las líneas mutantes son el corolario de las fórmulas y de las
imágenes, porque expresan lo mutable y lo transitorio.
Si al lanzar las tres monedas o al contar los tallos se obtiene un único hexa-
grama, eso quiere decir que el consejo vale para el presente, o bien que la situa-
ción se encuentra temporalmente detenida, por io cual la explicación misma
justifica su inmovilidad permitiendo intuir las causas. Si, en cambio, hace falta
una guía, o se quiere conocer las cosas de un modo más detallado, o bien se
desea evidenciar las posibilidades implícitas en cierto tipo de comportamien-
to, en un «caso», en un encadenamiento aparentemente fortuito de hechos, se
obtendrá, si existen de veras estas posibilidades, un hexagrama con líneas mu-
tantes que proponen un nuevo hexagrama, con el que se concluirá la respues-
ta. Las tres monedas tienen el valor de «dos» en una cara y de «tres» en la otra.
Si la suma de los valores da 7, se tendrá una línea yang, es decir — ; si da
8, la línea será yin, es decir — — ; si da 9, será yang mutante, es decir

27
—e— , y si da 6, seráyin mutante, es decir —x— . Por ejemplo, si el resulta-
do de las sumas de los seis lanzamientos es el hexagrama Ying,

el pozo, al invertir los valores de la segunda y cuarta línea se tendrá el hexa-


grama Hsien, unir, y la respuesta se encontrará al leer los dos textos,

prestando especial atención a las líneas mutantes, que con sus glosas indican
la mutación en el tiempo.
En este caso, el primer signo indicará:

a) el estado de ánimo, la disponibilidad interior o exterior, las posibilidades


personales, etcétera;
tí) cómo se presenta la situación, con sus dificultades y sus salidas, indepen-
dientemente de lo que sepa o piense el consultante;
c) los nexos intrínsecos entre el desarrollo de los acontecimientos y la posibi-
lidad de las soluciones.
El segundo signo indicará:

d) cómo afrontar la situación;


e) el rumbo que tomaran los hechos, es decir su evolución, que ya está implí-
cita en las cosas presentes;
f ) a qué resultados conducirá un determinado tipo de comportamiento en
lugar de otro.

Obviamente, éstas son las respuestas-base, que varían según el problema


expuesto.
El oráculo responde siempre a todos, bastará con comprender su lenguaje
y aceptar la verdad del mismo, recordando que los glosadores delI Ching han
afirmado durante siglos que la consulta es, ante todo, un medio para leer el
orden del Universo y, al mismo tiempo, poner orden en nuestro interior.
Como ya se ha dicho, los trigramas repiten el movimiento de las estacio-
nes, y entran en la composición y la estructura del hexagrama, indicando si los
tiempos están en relación lógica con el desarrollo de los acontecimientos. En
una palabra, responden a las preguntas: «¿Es el momento oportuno? ¿Son las
condiciones adecuadas para...? ¿Es consecuente el proceso evolutivo?», et-
cétera, proponiendo una primera pauta genérica pero racionalmente válida, y
siempre justificada, de la realidad.
Tomemos, por ejemplo, el hexagrama 3, Xun, la difícil puesta en marcha
de las cosas, indicado gráficamente por el ideograma que representa una raíz
torcida, con un crecimiento difícil, obstaculizado, pero que no se detiene por-
que continúa la tensión hacia lo alto.
Los trigramas que lo componen son Aan , el movimiento, y Khan
. la trampa, el foso, es decir el «peligro». Existen ya dos consideracio-
nes que se han de tener en cuenta al efectuar la lectura del signo: movimiento

28
en el peligro, moverse con dificultad y peligro. Los trigramas estructurantes, o
sea los que indican la interioridad y la situación intrínseca de las cosas, los
motivos que no resultan inmediatamente evidentes en unos acontecimientos
futuros pero que son determinantes para comprender su dimensión efectiva,
son Khwan — — , la tierra, y Kan ? la detención, la dureza, la obs-

tinación, etcétera.
A la luz de estos primeros datos, el hexagrama advierte que existe un obs-
táculo que dificulta la realización de los programas sin excluir posibilidades
futuras, que no se advierten de inmediato, pero que son muy reales. Sin duda,
el momento es difícil y no se puede iniciar con tranquilidad la realización de
los proyectos que interesan; Kaxi, enero-febrero, y Khan, el período de las
grandes lluvias primaverales, no son momentos consecuentes en el año
agrícola, por lo tanto no sería oportuno moverse, es más, resultaría bastante
arriesgado. Será mejor esperar a que se produzca una mutación que restablez-
ca la armonía indicada por el calendario estacional.
En cuanto a las posibilidades intrínsecas, los tiempos no se encuentran
aún maduros. Khwan, la tierra, está endurecida por los primeros hielos (Kan),
por lo cual no podrá prometer, al menos durante varios meses, nuevas cose-
chas; por eso, lo más sabio será aceptar las leyes de la naturaleza y detenerse
para reflexionar sobre la propia situación, a la espera de que se abran nuevos
horizontes.
El hexagrama ofrece una visión general, el texto indica las respuestas. De
hecho, en la antigüedad se observaban en primer lugar el encenderse y apagar-
se alternado de las líneas,yang, yin, yin, yin, yang, yin. Fue en un segundo mo-
mento cuando glosadores y filósofos dieron a esas líneas la palabra, que es sabi-
duría pero también pintura y poesía. Así, para cada uno hubo una respuesta que
leer, una fórmula sobre la cual meditar, la señal del inconfundible destino de
cada cual.
Todo el pueblo participaba en esa vida espiritualmente azarosa, se orien-
taba en ese lenguaje de símbolos, y el Libro de las Mutaciones logró sobre-
vivir porque fue confiado a la memoria de la gente, que había reconocido la
verdad en las experiencias sufridas con cada estación, en el cielo y en la tie-
rra, durante los días de trabajo y las largas noches de inactividad. Experien-
cias que son universales.

El libro de notas pensativas, de visiones dramáticas, de atmósferas sere-


nas como la vida de todos, siempre estará abierto para quien sepa interro-
garlo. La lectura que nos ofrece es larga, difícil, agradable, poética e inquie-
tante; no tiene parangón en nuestra cultura occidental; por lo tanto, seremos
incapaces de aceptarlo por completo, a pesar de la fascinación que encierra.
Cada hexagrama es una duda, un caso, una situación, una experiencia, pero
sobre todo un «tiempo» que hay que vivir con la responsabilidad madura de
quien conoce su valor, para que no pase inútilmente, sino que se inserte en el
i itmo de la vida universal, de la que el Tao, la Vía (o el Camino), constituye
el emblema más antiguo y sabio del mundo.

29
Desconozco su nombre.
Lo llamaré «Tao»,
y si quisiera describirlo
diría que es «grande»,
diría que es «mutable»,
diría que es «imperturbable»,
diría que «regresa».
Por lo tanto, el Tao es grande
y el Cielo es grande,
la Tierra es grande
y el Rey también es grande.
De este modo, existen cuatro Grandes,
y el que reina es uno de ellos.
El Rey se guía por la Tierra,
la Tierra se guía por el Cielo,
el Cielo se guía por el Tao,
y el Tao se guía por sí mismo.
Tao Té-king, X X V

30
Los 64 hexagramas
25 26 27 28 29 30 31 32

33 34 35 36 37 38 39 40

41 42 43 44 45 46 47 48

49 50 51 52 53 54 55 56

57 58 59 60 61 62 63 64

Figura 3. Los 64 hexagramas.

1. Khien: Cielo 23. Po: Resquebrajar 43. Kwái: Decidir


2. Khwan: Tierra 24. Fü: Regresar 44. Kau: Encontrarse
3. Aun: Acumular 25. W ü Wang: Sinceridad 45. Yhui: Cosechar
4. Mang: Juventud 26. T a K h ú : Fuerza 46. Shang: Subir
5. Hsü: Esperar educadora 47. Khwan: Ansiedad
6. Sung: Discutir 27. I: Nutrirse 48. Ying: El pozo
7. Sze: Ejército 28. Ta Kwo: Excesos 49. Ko: Renovar
8. Pí: Solidaridad 29. Khan: Peligro 50. Ting: La caldera
9. Hsiáo Khix. Pequeño 30. Li: Distinguir 51. Xan: Trueno
animal doméstico 31. Hsien: Unir 52. Kan: Cimientos
10. Li: Caminar 32. Hang: Luna cre- 53. Xien: Evolución
11. Thái: Prosperidad ciente 54. Kwei Mei: Desposar
12. Phi: Cierre 33. Thun: Retirarse a la hija menor
13. Thung Zan: Hombres 34. Tá Kwang: G r a n 55. Fang: Abundancia
reunidos fuerza 56. Lü: Viajero
14. Ta Yü: G r a n dominio 35. Yin: Progresar 57. Sun: Viento
15. Kh'\en\ Condescendencia 36. Ming I: Luz que 58. Tuiong : Retirarse
16. Yü: Ocuparse se apaga 59. Huán: Confusión
17. Sui: Conformarse 37. Kia Zan: Gente de 60. Xleh: Moderación
18. Kü: Destrucción familia 61. Kung Fü: F e
19. Lin: Acercarse 38. Kh wei: Contraste interior
20. Kwan: Observar 39. /fien: Dificultad 62. Hsiáo Kwo: Pequeñas
21. Shih Ho: Quebrar 40. ifieh: Explicar cosas importantes
mordiendo 41. Sun: Perder 63. Ki Yí: Conclusiones
22. Pi: Adornar 42. Yi: Evolución 64. Wei Yi: Inconcluso
z.
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Figura 4. Disposición tradicional de los hexagramas en círculo y, en su interior,


en cuadrado.

33
- 9
®

Cielo1

El hexagrama está dominado por la simbología del dragón, criatura solar


cuyo reino es el infinito, y cuyo dominio la luz, que representa la conciencia
activa, la inteligencia, la fuerza pura y, en general, el mundo entero. Los «dra-
gones voladores» eran las cabalgaduras de los dioses, caballos celestes e in-
mortales. Potencia celeste, ordenadora y creadora, el dragón fue símbolo de la
autoridad imperial y del emperador; se lo asoció al rayo (escupe fuego) y a la
fertilidad (trae las lluvias), o sea que simbolizó las funciones legales y los
ritmos de la vida, garantizando el orden de las primeras y la prosperidad de los
segundos.
El principio celeste (JOrien), origen del cielo y productor de la lluvia, está
representado por las seis líneas yang, que simbolizan seis dragones atados
entre sí; pero los seis rasgos representan también las seis etapas de la revela-
ción, del «dragón oculto», potencialidad, no manifestación, inactividad, a los
«nueve» «todos en movimiento», actuación, actividad completamente exte-
riorizada. A este signo se le atribuye el solsticio de verano, cuando la luz
alcanza su máxima expresión, por lo que el hexagrama habla repetidamente
de logros.

Tiempo del cielo

Feliz grandeza originaria. Constante creatividad.


Umversalmente, el cielo siempre ha sido considerado como símbolo de las
potencias superiores, las que gobiernan y benefician al hombre, dominándolo
1. Cielo, macho, padre, curvado, amplio, luminoso, emperador, dones, alimentos.
La variedad de significados describe la polivalencia del Cielo, y el ideograma repre-
senta gráficamente «lo que el hombre tiene encima de la cabeza», una inmensidad
insondable, la esfera de los ritmos universales, la fuente de la luz, la bóveda del mundo.

35
desde su insondable lejanía. Guardián de todo destino trazado por el movi-
miento de los astros, el cielo es remoto, pero al mismo tiempo se encuentra
cerca de la vida terrestre, cuyos ritmos estacionales establece; gobierna las
siembras y las cosechas, condiciona con su variabilidad los climas, las razas y
la definición de los asentamientos sociales, los pueblos y las metrópolis. Por
eso, el tiempo de Khien es grande, activo, difícil, pero excitante como todas
las aventuras y como todas las conquistas.

Hablan las imágenes


La actividad del cielo es constante. El sabio se hace a sí mismo fuerte e
incansable.

Quien logra comprender lo excepcional del momento pone toda su volun-


tad para vivir su propia situación, ajustándose al paso feliz de un tiempo rico
en posibilidades, un tiempo verdaderamente esencial, que enseña a reflexio-
nar acerca de la importancia de ser constantes, fuertes y de no flaquear en la
consecución de los propios fines.
Seis líneas luminosas, claridad de ideas, felicidad de realizar, equilibrio
estable, actividad productora, en un tiempo propicio como pocos, entre los
muchos contrastes de los años humanos.
Si el signo no prevé mutaciones, indica que el orden alcanzado es estable,
perfecto, duradero. Los acontecimientos de las seis líneas son, por lo tanto,
muy importantes, pues advierten que hay que protegerse de una situación ex-
traordinaria.

Las líneas
El primer nueve: Dragón oculto. No obrar

Toda situación, por feliz que sea, puede experimentar un hundimiento,


una incertidumbre; por lo tanto, habrá que saber reconocer este tiempo de
ofuscación y suspender temporalmente la acción hasta que se recupere al
menos la armonía inicial. Un cansancio pasajero, una capacidad de juicio mo-
mentánea; a veces no logramos darnos cuenta de cómo pueden influir en el
desarrollo de los hechos ciertos matices sobre los que no nos habíamos pues-
to a pensar o que ni siquiera hemos logrado captar para poder evaluar su im-
portancia.

El segundo nueve: Descubrir un dragón en el arrozal. Ventajoso ver a un


gran hombre

En el horizonte se perfilan nuevas perspectivas; es necesario tenerlas en


cuenta. El «gran hombre», como se tendrá ocasión de comprobar en diversas
ocasiones, indica siempre una fuerza de cosas, de hechos, de personas, con-
sejos y ayudas con los cuales contar para obtener ventajas a cualquier nivel.
En el desarrollo de los acontecimientos hay algo nuevo y quizá extraordina-

36
rio; resulta oportuno, pues, efectuar un examen minucioso de la situación y del
problema.

El tercer nueve: El sabio se muestra muy activo2 hasta elfinal del día. Por la
noche sigue vigilante. Preocupación. Ninguna culpa

No está mal preocuparse o sentir incertidumbre por cómo se ha de reac-


cionar; al contrario, eso indica una revisión inteligente de las posibilidades
que se tienen y una toma de conciencia de los propios límites. Sin embargo,
existe siempre el riesgo de perder la fe en uno mismo; puede faltar la fuerza,
que es la base de todo recto proceder; por lo tanto, es justo que nos preocu-
pemos, pero no es lógico que nos sintamos culpables si nos falta la decisión
acostumbrada.

El cuarto nueve: A veces se salta a un abismo. Ninguna culpa

Puede uno aventurarse con fe en un mar de conjeturas erradas o de accio-


nes cuyas consecuencias son imprevisibles. No existe culpa, sólo un error de
evaluación, cuyos perjuicios son reparados por el equilibrio, así como una
serenidad interior que nace precisamente del hecho de saber que uno se ha
metido involuntariamente en un lío, y que tiene el firme propósito de corregir
las posturas adoptadas.

El quinto nueve: Un dragón vuela en el cielo. Conveniente ver a un gran


hombre

La quinta línea nos lleva a niveles más altos, a una atmósfera extraordi-
naria, por encima de toda duda, al tiempo de la inteligencia que, finalmente
libre, se realiza a sí misma. Por lo tanto, es el momento de enfrentar las difi-
cultades, porque dentro de nosotros todo está dispuesto para resolverlas, nos
encontramos en las mejores condiciones para ver con claridad lo que se ha de
hacer, cualquiera que sea el problema que se presente.

El nueve arriba: Dragón demasiado alto. Arrepentimientos

Hasta la condición humana más privilegiada tiene ciertos límites, que son
en definitiva los del hombre. No habrá que subestimarlos o, como ocurre a
menudo, olvidar su realidad. En su profunda sabiduría, el I Ching tiene en
cuenta la debilidad propia cuando parece exaltada por una vertiginosa
grandeza.
Ésta es la advertencia de la última línea mutante. Las condiciones de
privilegio resultan difíciles hasta para los espíritus elegidos, y éstos son muy
pocos. En la vida, en cada acción que forma la trama de nuestros días, nues-
tros actos y nuestros pensamientos, hará falta hacer gala de una gran humil-
2. Enchino: «activo, activo». Dado que el chino es una lengua que carece de expre-
\iones adecuadas para subrayar la fuerza del adjetivo o del sustantivo, lo que hace es re-
petirlo, otorgándole una extraordinaria eficacia gráfica.

37
dad, especialmente cuando los acontecimientos parecen darnos la razón. En
estos casos, la situación se convierte en peligrosa y denuncia nuestra extre-
mada falibilidad, que nace de una conciencia demasiado aproximada de noso-
tros mismos y de la situación. El reconocer los propios limites es una forma de
superarlos, pero habrá que examinar con atención todo lo que ocurre, y que,
por extraño que parezca, nos preocupa.

Todos los nueves en movimiento: Ver un grupo de dragones y ninguno a la


cabeza. Suerte

Lo Creativo (dragones) se convierte en Receptivo (nadie que guíe al grupo,


es decir modestia y afabilidad), se realiza la potencia, el completarse de los
opuestos lleva a cabo el equilibrio primordial. La grandeza del hombre del
valor reside en el saber dar y recibir, en el accionar y esperar, en mostrarse
afable y fuerte. Cuando el hexagrama Khien se invierte para formar el
hexagrama Khwan (la Tierra), nos encontramos ante personas y situaciones
excepcionales, en tiempos de plenitud y logros.
Visión mágica, soberbia, fabulosa, de nueve dragones que pasan por el
azul del cielo en formación compacta (fuerza-yang), sin que ninguno
sobTesalga(afabilidad-yin). Se trata de un momento de esplendorosa poesía
épica.
3
Tres millones de dragones de jade
se alzan al vuelo,
en el hielo punzante
se estremece todo el cielo.*

3. Es decir, luminosos y transparentes, casi irreales, y preciosos como el jade.


4. M A O T S E - T U N G , Poesías, Newton Compton Editores.

38
2• Kkwañi Tierra

Tierra 1

Las seis líneas partidas indican la profundidad interior, el mundo oculto de


la psique, al que la conciencia aporta su luz para que se realicen los pensa-
mientos y las acciones. El signo está dominado por el símbolo del caballo, que
se opone al del dragón (hexagrama 1) como el yin al yang, la tierra al cielo, la
noche al día, el solsticio de invierno al de verano. Una creencia anclada desde
hace mucho tiempo en la memoria de los pueblos asocia el caballo (y la yegua)
a la oscuridad de las regiones subterráneas, de las que surge para galopar por
océanos y prados.
Hijo de la noche y del misterio, este caballo-arquetipo trae la vida y la
muerte: relacionado con el fuego, es triunfador y destructor, relacionado con
el agua, sofoca y nutre. Fuerza y rapidez son las cualidades que el IChing atri-
buye al caballo, y la yegua añade a estos atributos el de la «decisión», propia
de la feminidad.
El caballo (y la yegua) es un medidor del espacio, porque lo recorre; ajeno
al tiempo, tiene una profunda atadura a la tierra, que le permite afirmarse y
distinguirse.

Tiempo de la Tierra

Felicidad originaria.2 Ventajosa la perseverancia de la yegua. Sólo el


Sabio sabe dónde detenerse. Primero se yerra y luego se domina la situación.
Favorable el sudoeste para estrechar amistades. Al nordeste se pierden
amigos. Suerte al perseverar.
En las elecciones y en los pasos a seguir es necesario un trabajo perseve-
rante para obtener resultados, aunque sean a largo plazo. La sentencia

1. Femenina, acogedora, húmeda, umbría, sombreada.


2. Esplendor en el origen de las cosas, de los hechos, de las situaciones.

39
oracular está plagada de símbolos que ilustran el sentido del hexagrama: es el
momento de obrar en concreto; el mediodía y el occidente (sudoeste)
representan la vida activa, son el equinoccio estival y el equinoccio otoñal,
épocas de trabajos y fatigas, porque la tierra ha de ser objeto de cuidados
asiduos si se desea obtener luego los frutos prometidos en primavera. Oriente
y septentrión, el equinoccio de primavera y el equinoccio de invierno, son en
cambio momentos de recogimiento y meditación durante los cuales nos
alejamos de la vida común, ya sea para reflexionar sobre los acontecimientos
del año, ya sea para programar con atención las próximas siembras. Existe,
por tanto, una total disponibilidad de los tiempos y de las cosas, sólo hará falta
realizar las elecciones oportunas, ser objetivos al evaluar las circunstancias,
vivir la propia situación indagando sus aspectos menos evidentes, porque el
tiempo de la Tierra (Khwan) no es un tiempo de «evidencias».

Hablan las imágenes

Tierra significa sometimiento tranquilo. El Sabio acepta las situaciones


y actúa con mucha energía.

La distinción entre la oportunidad de buscar una ayuda (estrechar


amistades) y la necesidad de juzgar personalmente los hechos (se pierden
amistades), indicada por la fórmula sapiencial, es el verdadero significado del
hexagrama, que las imágenes precisan y resumen de un modo más sencillo.
Ninguna experiencia de los hechos y de los hombres, ningún aconteci-
miento, resultan extraordinarios para quien juzga y decide con serenidad, y
actúa buscando ser fuerte a fin de no dejarse aplastar por lo imprevisto. La
acción, aunque se realice en largas distancias, lleva siempre aparejada una
meta, igual que ocurre con el galope de un caballo de raza.
Lo importante es tener bien clara la distancia, la dificultad de los
obstáculos que se han de superar, los límites de las propias capacidades.

Las líneas

Las seis líneas mutantes afianzan los conceptos expresados por la


sentencia, iluminando las imágenes.

El primer seis: Pisar la escarcha. Nos acercamos al hielo compacto

Parece la máxima de un calendario, un proverbio nacido de las experien-


cias vivas de los días y del trabajo, pero el sentido de esta máxima es profun-
do, y la advertencia bien clara. Habrá que intervenir en la evolución de los
hechos desde los primeros síntomas de desfallecimiento (la escarcha) para no
encontrarnos después atrapados en situaciones sumamente comprometidas
(el hielo).

40
El segundo seis: Derecho, cuadrado, grande. Aun sin comprometernos, no
haremos nada que no sea ventajoso

Esta línea define las cualidades propias de la Tierra, aquellas que, al descri-
birla con precisión, la individualizan y determinan. Trasladando este
concepto a toda acción y a toda actitud, se tendrá un esquema claro e
indiscutible de la forma en que se han de afrontar estos tiempos y estas
situaciones.

El tercer seis: Callando se puede manifestar firmeza. A veces nos encontra-


mos implicados en situaciones graves. No se ha de intervenir si no se
tienen las ideas claras

El seis en el tercer lugar tiene en cuenta la necesidad de no exponerse con


juicios y de no prevenir los acontecimientos apenas proyectables, dado que se
puede mantener un comportamiento coherente incluso sin intervenir en el
desarrollo de las situaciones, cuando sólo nos encontramos implicados mar-
ginalmente. A menos que se tengan elementos importantes y obligaciones
ineludibles de tipo moral con relación a los hechos o a las situaciones en
cuestión.

El cuarto seis: Envolver un paquete. Ningún error. No existe mérito alguno

El consejo es que habrá que retirarse cautamente a las propias posiciones


para no cometer errores. Actuando de esta manera quedaremos olvidados, al
menos por el momento; quizás esta actitud sabia no sea valorada ni apreciada
en la justa medida, pero se obtendrá una visión más objetiva de las cosas, una
facultad de juicio más clara y, en el momento oportuno, en un úempo y ang, el
que seguirá a este tiempo yin, se verá la sabiduría de la decisión de saberse
alejado para poder acercarse mejor.

El quinto seis: Vestido amarillo. Suerte excepcional

El sayo, verdadero vestido para los chinos de la antigüedad, era el distin-


tivo de las clases elevadas, e iba cubierto por otra prenda que se quitaba sólo
en la intimidad familiar o en las reuniones con amigos íntimos. En este caso,
indica una dimensión interior, la que no se ve sino en situaciones particulares
y que, naturalmente, califica a quien la lleva. Cuando es amarillo, como la
tierra que en las pinturas de los objetos de cerámica emerge luminosa de la os-
curidad de las aguas primordiales, revela una personalidad sabia, serena,
equilibrada, cuya verdadera grandeza reside justamente en la modestia
exterior. Si se trata de una situación, la línea invita a considerar sus aspectos
menos evidentes, porque en este caso son los más válidos y significativos.

41
El seis arriba: Dragones que se baten en un desierto: Su sangre es negra y
amarilla

Esta línea, que define el mensaje de Khwan, tiene un significado


eminentemente interior (oculto, si se trata de una situación). Es la explosión
en todo su furor, como un volcán que se sacude después de un silencio secular;
es un momento en cierto modo dramático.
Son épocas fervientes, como las de los solsticios, puesto que las fuerzas
opuestas chocan; pero representa también la lucha por salir de la pasividad
para imponer una idea, para hacer valer un derecho, para tomar una decisión.
De la oscuridad se va hacia la luz, pasando por una catarsis dramática (su
sangre es negra y amarilla), una inversión de los hechos, quizás un derrumbe
de las esperanzas; sin embargo, las de Khwan son épocan activas, épocas en
las cuales todo apunta hacia la resurrección triunfal de la simiente después de
los rigores del invierno.

Todos los seis en movimiento: Ventaja, ayuda, perseverancia5

Lo oscuro quedó inundado por la luz, las posibilidades se verifican, lo


indiferenciado toma forma; el vacío adquiere contenido; en una palabra, se
avecinan tiempos distintos durante los cuales será necesario mantenerse sere-
nos y confiados, a fin de ocuparlos y vivirlos plenamente como algo
excepcional.

Montañas,
grandes olas de mares y ríos revueltos.
Fatigada fuga
de mil caballos enloquecidos

3. Es decir, constante evolución feliz de las cosas por la firme voluntad con la que se
enfrentan los acontecimientos.
4 . M A O T S E - T U N G , Poesías, Newton Compton Editores.

42
3® Kan: Acumular

AeuiKBlar1

Con el tercer hexagrama, la composición y la estructura2 adquieren una


importancia fundamental, porque «forman» el sentido de los signos, que
nunca es uno solo, y como en las situaciones humanas representadas por estos
signos, son justamente los elementos distintos los que le dan su plenitud. Los
variados significados de Aun quedan ilustrados por los trigramas que lo
componen: Aan y Ahán, movimiento y peligro, y por los estructurantes:
Ahwan y Aan, lo femenino (receptivo) y la dureza.
Como puede verse, son elementos muy distintos entre sí, por lo cual Aun
define uno de esos momentos difíciles en los que toda acción es (o parece)
amenazada por el fracaso y por errores imprevisibles, porque la disponibili-
dad para la acción queda bloqueada por factores externos imposibles de elimi-
nar. Se trata de tiempos no consecutivos (en la evolución del calendario
agrícola Km corresponde a los meses de enero-febrero, y Khan a los de mayo-
junio), durante los cuales nuestra voluntad se ve imposibilitada de poner en
marcha cualquier realización, por lo cual se ha de «esperar» a que lleguen
tiempos menos hostiles. La estructura explica que esta condición es similar a
la de la tierra (Khwan) durante los meses de octubre-noviembre Kan, cuando
al endurecerse los hielos,3 los hombres se ven obligados a retirarse a sus casas
y no pueden realizar ningún trabajo.

1. Reunir, cuartel militar, buscar soldados, roturar un terreno con Ja ayuda de


soldados.
2. Los trigramas «componentes» evidencian los aspectos generales de una
situación, mientras que los «estructurantes» indican sus nexos intrínsecos, que a
menudo son menos evidentes a simple vista.
3. Las estaciones chinas, al menos según la división del año agrícola en ocho partes
que se hacía en la China de la lejana época del / Ching, no se corresponden con las
nuestras, y el mes de octubre era ya un mes invernal.

43
Momento de revisión y reordenamiento, momento vivo para el recogimien-
to de las energías, a la espera de poner en marcha cosas nuevas, pero también
momento de forzada y difícil suspensión de toda actividad.

Tiempo de acumular

Suerte originaria. Ventajoso perseverar. No hacer lo que se querría


hacer. Conveniente nombrar a un tributario.

Es la ocasión adecuada para templar el carácter, por lo que resulta un


momento fundamental, afortunado, ya que ofrece la oportunidad de efectuar
una revisión de la propia preparación para los acontecimientos, de modificar
los juicios y de reunir las fuerzas adecuadas para afrontar el futuro. Si bien no
es aconsejable iniciar concretamente los programas, es necesario buscar a
alguien que podría proporcionar una ayuda válida cuando llegue el momento,
alcanzar un equilibrio de juicio que quizá falte aún, y reconsiderar la posición
que se ocupa meditando sobre lo ya hecho y lo que habrá que hacer, tal como
sugiere el trigrama estructurante Kan.

Hablan las imágenes

Nubes y trueno. Tiempo de acumular. El sabio acepta la ley.

Las imágenes, es decir la descripción figurativa de la fórmula sapiencial, a


veces resultan difíciles de comprender de inmediato, y proponen la momen-
tánea dificultad del accionar (durante una tempestad no se puede uno mover),
invitando a la paciencia y a la prudencia. Los distintos elementos del juicio
oracular definen un momento de crisis, una situación estructurada sin
armonía, aconsejan reflexionar antes de intervenir, dado que «los tiempos
difíciles» representan siempre una condición de confusión, y depende de
nosotros el hacerlos positivos con una desencantada revisión de los hechos.

Las líneas
Las seis líneas mutantes refuerzan, precisan y definen el tema del oráculo,
subrayando las «dudas», es decir las condiciones personales, y los «impedi-
mentos», o sea las circunstancias independientes, al menos en parte, de la
voluntad del consultante.

El primer nueve: Pilar de roca. Ventajosa la firmeza. Conveniente nombrar


tributarios

Se insiste sobre el motivo de «reunir fuerzas» (nombrar tributarios),


fuerzas interiores para apercibirse contra el desánimo, y fuerzas exteriores
para tener un círculo de solidaridad a nuestro alrededor.

44
La incertidumbre impide continuar, pero para alcanzar la meta que uno se
propone habrá que mantenerse firmes en los propósitos y continuar buscando
la dirección justa, apoyándonos en quien pueda guiamos con un consejo o con
una ayuda concreta, según sea el caso.

El segundo seis: Tiempo de reunir, tiempo de indecisión. Montar a caballo


como quien posee un título nobiliario4. Un bandido quiere desposar a
una jovencita. La muchacha no se quiere casar. Diez años y después se
casa

La situación parece grave, quizá demasiado pesada, pero no es la falta de


preparación la que nos hace considerar que los obstáculos son insuperables.
En realidad, no hay por qué asustarse, porque con el tiempo los hechos
adquieren una nueva dimensión, y por tanto se estará en condiciones de
afrontarlos con la disposición adecuada que se deriva de diversas evaluacio-
nes exactas. Por el momento, todo lo positivo queda en suspenso, pero el
tiempo de la claridad está definido, aunque no se lo pueda reconocer, así, será
necesario que nos comportemos con firmeza y coraje. El tiempo de la
indecisión es proporcional a la ignorancia de quien lo vive, por consiguiente,
sólo quien lo vive podrá hacer que sea más breve.

El tercer seis: Se persigue a una cierva sin contar con guía alguna. Nos
internamos en una intrincada selva. El sabio, en cambio, valora desde el
comienzo todo aquello que vale la pena abandonar. Preocupaciones por
los comienzos

Constituye una gran muestra de sabiduría el adaptarse al indeciso tiempo


de Aun, aceptándolo con serenidad para comprenderlo mejor. Quien se
enfrenta a las situaciones sin tener de ellas una visión clara y total se perderá
en falsas conjeturas, en intentos arriesgados, y no logrará actuar con facilidad.
El sabio escucha las sugerencias del tiempo y aplaza las decisiones hasta
contar con la posibilidad de juzgar y decidir.

El cuarto seis: Montar a caballo como quien posee un título nobiliario.


Tratar de desposar a una jovencita. Si se tiene éxito, será una premisa
afortunada. Nada que no traiga ventajas

La línea ilustra uno de los significados del ideograma, es decir la búsqueda


de la unión para superar un momento de perplejidad, la reflexión atenta para
proceder a la acción cuando sea necesario, aunque se mantenga una actitud lo
bastante desapegada como para poder escoger el comportamiento adecuado.
La situación se está despejando, hay que tener el coraje de superar los
desánimos, apoyándose quizás en quien puede servir de sostén en cuanto que
ve las cosas con mayor objetividad, o bien en quien está más preparado y es
más enérgico.

4. Es decir, con desapego y superioridad, como cabalgan los nobles.

45
El quinto nueve: El acumular en ventaja propia se verá obstaculizado.
Tranquila firmeza, suerte. Inflexibilidad, infortunio

Condición de impotencia a pesar de la buena disposición de ánimo. Se


desearía resolver los problemas, encontrar una salida, pero todo parece
conjurarse contra nuestros propósitos. No se deben forzar los tiempos, pero
hay que permanecer disponibles y firmes en las propias posiciones. La actitud
hacia la evolución de los hechos o las reacciones de las personas ha de ser
equilibrada y serena; la rigidez y la obstinación no podrán ayudar a resolver
ningún caso difícil, al menos en este momento.

El seis arriba: Montar a caballo como quien posee un título nobiliario.


Lágrimas y sangre se parecen al oleaje

Habrá que intentar superar el desánimo y la falta de fe para que no falte del
todo el coraje de enfrentarse a aquello que nos parece desastroso (lágrimas y
sangre... oleaje). El cambio, al verificarse con su ritmo preciso, señalará
pronto horas más claras, abrirá el espíritu a nuevas esperanzas y la mente a
pensamientos distintos. Ninguna derrota debe ser considerada duradera, pues
jamás compromete una vida entera. Al tiempo yin seguirá un tiempo yang-, he
aquí la gran enseñanza consoladora del humanismo chino, que constituye
también una experiencia histórica que se repite en todas las latitudes.

Oculto el llanto,
es inútil formular preguntas.
¿Qué hay de seguro en este mundo?5

5. LI T U A N , de Las trescientas poesías T'ang, Turín, 1961.

46
4. Mang: Juventud

Juventud1

La composición revela tiempos muy lejanos entre sí, por lo tanto existe un
desequilibrio entre palabras, decisiones, pensamientos y condiciones inade-
cuadas; dos estaciones sin relación entre sí, finales de la primavera y últimos
momentos del otoño. Es la situación de quien, carente de experiencia, quiere
acelerar los tiempos, de quien no sabe vivir de su momento de espera (Khan)
porque no logra reconocer su importancia; por lo tanto se ve claramente la
inmadurez de sus juicios, la intolerancia de toda disciplina, la falta de ese
sentido de la responsabilidad que debería caracterizar todo comportamiento
racional, independientemente de los fines a conseguir.
La imagen que se evidencia con insistencia durante todo el mensaje del
hexagrama es la de la «juventud», entendida como incapacidad para
orientarse, ignorancia de los hechos, disponibilidad hacia los errores más que
hacia las elecciones sabias. Existe además una condición de receptividad
interior (Khwan), es decir la capacidad de aceptar las sugerencias y de poner
en marcha, no sin esfuerzo y una cierta rebelión, el trabajo de revisión y
aprendizaje.
Mang es un hexagrama severo, intransigente, difícil, pero describe una
condición bastante común de la que se puede salir sólo si se da el brazo a torcer
y se trata de ampliar la visión que se tiene de las cosas, ampliando los juicios y
empeñándonos con una gran seriedad en los propósitos.

Tiempo de juventud

No soy yo quien busca al joven para instruirlo, es el joven ignorante


quien me busca a mí. Al consultar a los adivinos nos informamos.

1. Recibir de un superior, ser favorito, estúpido, oscuro, ignorante.

47
Insistiendo se actúa con poca reverencia y no se saca nada útil. Ventajosa la
firmeza.

De lo anterior se desprende fácilmente que el oráculo habla de sí mismo


como de un «maestro», y aquel que tiene la habilidad de guiar, instruir y
aconsejar, por su experiencia, sabiduría o conocimientos. La primera parte de
la fórmula sapiencial se refiere a las relaciones entre maestro y alumno, sin
entrar en detalles, pero la segunda parte usa términos bien precisos (al
consultara los adivinos... reverencia), que parecen querer referirse tanto a la
dimensión oracular del «libro mágico» como a cualquier consejo dado y
pedido en casos de incertidumbre y dificultad.
El I Ching no predice el futuro, como no puede predecirlo ninguna
experiencia humana por vasta que sea, pero como toda experiencia humana,
logra aclarar ciertos aspectos de los problemas y dar las instrucciones oportu-
nas, dejando la libertad de seguir estos consejos, pues respeta la facultad indi-
vidual de elegir y equivocarse.

Hablan las imágenes

Al pie del monte surge una fuente: la juventud. Sólo el Iluminado sabe
alimentar verdaderamente las acciones con su virtud.

La juventud, pero aquella que es inexperiencia dispuesta a toda experien-


cia, es como el agua que al buscar un camino en las pendientes de la montaña
quiere llegar a su meta. El espíritu elevado está siempre dispuesto a
enriquecerse, está abierto a todo tipo de sugerencias, sabe aprovechar todas
las ocasiones para aprender, tal como lo advierte el tiempo de Mang, tiempo
de ignorancia y de fallos; y así, aunque sea pasando por miles de dificultades,
llega a la solución de sus problemas. El camino hacia toda realización es
siempre largo y fatigoso, hacen falta una gran firmeza y una profunda seriedad
para superar las decepciones y reparar los muchos errores cometidos.

Las líneas

Las líneas mutantes vuelven a proponer los conceptos expresados por la


fórmula sapiencial, e ilustrados por las imágenes, precisándolos en los
detalles concretos y aclarando el sentido del hexagrama.

El primer seis: Comenzar a estudiar los primeros elementos. Útil echar una
mano de los castigos. Usar palabras para eliminar los obstáculos y los
cepos. Se trata de elegir una dirección. Preocupaciones

La propuesta es clara: para llegar a la solución del problema hay que


examinar sus bases y discutir sus aspectos más insignificantes, liberándonos
de los prejuicios, y proponiéndonos al máximo lograr un exacto trabajo de

48
análisis. Es necesario saber adonde se quiere ir antes de emprender la
marcha, y la elección de una dirección debe preocuparnos; por lo tanto, ha de
volvernos cautos y prudentes al definirla.

El segundo nueve: Resulta conveniente enfrentarla ignorancia. Afortunado


tomar una concubina. Un niño domina en casa

La ignorancia y la confusión son antecedentes que han de afrontarse de


cualquier forma en que se presenten, para que luego sepamos intervenir en el
momento oportuno, con lucidez y conocimiento de los hechos. Se ha de
comenzar, por lo tanto, por las nociones más simples y aparentemente insigni-
ficantes (una concubina), porque son las que forman la base de todo
conocimiento completo. Si se tiene clara la propia situación, significará que se
la domina un poco, y a menudo basta ese poco para resolver incluso el
problema más difícil y complicado.

El tercer seis: No tomar una jovencita. Ella tiene los ojos puestos en la
riqueza del señor. Ser dueños de su cuerpo. Nada de ventajoso

Existe el peligro de que perdamos nuestra seguridad de juicio y nos


encontremos luego implicados en situaciones (o en condiciones de ánimo)
particularmente negativas, dolorosas, difíciles en todos sus aspectos, por no
haber sabido ver más allá de las apariencias, y habernos conformado con lo
que ofrecía la ocasión provisional, sin valorar las consecuencias. Se corre el
riesgo de efectuar elecciones equivocadas, por lo tanto es necesario prestar
una sabia atención a los pasos en falso. Si en este momento todo parece
conspirar contra el buen logro de las cosas, recordemos que es sólo un
momento yin, al que seguirá, en el orden lógico, una época más clara, yang.

El cuarto seis: Turbación e ignorancia. Preocupación

Justo es que estemos preocupados; no sabemos cómo reaccionar porque


desconocemos exactamente los límites y las posibilidades de desarrollo de la
situación, por lo cual no podemos decidir qué comportamiento adoptar. Una
pausa para la espera, un momento que se ha de vivir con paciencia y cauto
optimismo; de todos modos no se podría intervenir sin cometer errores, quizá
graves e irreparables.

El quinto seis: Ignorancia juvenil. Suerte

Finalmente, se pueden estudiar las bases para las futuras realizaciones, a


pesar de que las líneas de la conducta a adoptar no estén del todo claras, y
aunque no se pueda prever la evolución de la situación. La disponibilidad de la
mente y del corazón, la voluntad de salir triunfantes, son garantías de un éxito
seguro.

49
El seis arriba: Golpear al ignorante. No está bien ser violentos. Lo correcto
es impedir la violencia

Aunque sea justificada, la ira ofusca la serenidad de juicio y hace


imposible todo razonamiento sabio, por lo tanto, nos conduce a los bajos
niveles de la confusión mental. La calma siempre permite dominar. Es lo que
Confucio decía del hombre «benévolo» (Lun-yü, IV, 3), es decir del hombre
que, por ser verdaderamente sabio, sabe distinguir, y al hacerlo se comporta
sin concesiones, pero también sin durezas.
Mang es un hexagrama difícil de descifrar y sobre todo de aceptar, porque
lo que propone es muy intelectual, tanto que parece no responder a las
preguntas y alejarse de los problemas comunes. Sin embargo, si se comprende
el mensaje implícito en su discurso, se abrirá una página importante del 1
Ching, porque en ella se definen los limites de un pensamiento sin precedentes
en la sabiduría del mundo, el pensamiento de una época y de un pueblo, vivida
en silencio y a la espera de la paciente construcción de su civilización
milenaria.

El agua y la luna penetran la soledad y la meditación,


peces y dragones escuchan el eco de los salmos.
Que te sea útil el reflejo de tu perenne luz,
que por diez mil li2 tus ojos ilumina,3

2. Medida china que correspondía a aproximadamente seiscientos metros.


3. He Las trescientas poesías T'ang, Turín, 1961.

50
5® Hsü: Esperar

t
Esperar 1

Hsü es un hexagrama con un mensaje típicamente oracular, y un sig-


nificado que supera en mucho todo lo que pueda deducirse de él después
de efectuar una primera lectura. De hecho, la multiplicidad de sus sentidos da
origen a muchas interpretaciones, tal como lo indican las partes del texto
mismo, que recogen los diferentes matices del ideograma, «necesidad de
esperar», tener «lo necesario», material o espiritual, para «esperar», etcétera.
La composición evidencia el impulso creativo (AVrien) en una época de
peligro (Khan), de lo que desprende la necesidad de ser cautos y de posponer
la puesta en marcha de los proyectos que, quizá, ya habían sido decididos. Las
épocas de la estructura no son consecutivas en el ciclo anual (invierno-
verano), pero su polaridad no las contrapone, puesto que se trata de dos
momentos fundamentales dentro de la economía agrícola, es decir el de la
espera antes de la siembra y el de la espera antes de la cosecha.

Tiempo de esperar

Tener fe. Luminoso éxito. Felices presagios. Ventajoso cruzar grandes


aguas.

Momento de tensión porque se preparan conclusiones felices o nuevas


realizaciones positivas. Los resultados mantendrán las promesas aunque el
tiempo parezca inmóvil, al igual que la estación invernal, aparentemente
congelada en su insondable silencio, prepara el advenimiento del año nuevo,
es decir de días fatigosos y de días serenos.
El agricultor no siembra, sabe esperar porque «conoce» los ritmos de la

1. Lo necesario, esperar, la necesidad de esperar.

51
vida oculta y profunda de la naturaleza. ¡Es precisamente lo que ha de hacer!
La larga y pensativa época de Hsü se desarrolla entre dos solsticios, meses
plagados de vicisitudes, de paciencia, de esperas.

Hablan las imágenes

Las nubes ascienden hacia el cielo. Tiempo de espera. El sabio echa


mano de alimentos y bebidas para reposar.

Dudas, pérdida del ánimo, inquietudes, pero de todos modos habrá que
vivir el propio tiempo, ocupando serenamente los di as. Resultará sabio, en
momentos como éste, no variar las propias costumbres, esperar con
tranquilidad laboriosa a que los acontecimientos sigan su curso, tratando de
distraernos de la forma más acostumbrada y feliz, para que este tiempo,
necesario en la economia de toda vida y de toda situación, no influya
negativamente en lo que después se hará, aprovechando al máximo las
propias energías.

Las líneas

Las glosas de las líneas mutantes consideran las distintas condiciones de


toda espera y estipulan el comportamiento a adoptar durante estas pausas de
la vida, subrayando los peligros del quehacer diario (que resultará más
desgastante en esta pausa) y contemplando algunos momentos que son
experiencias de todos.

El primer nueve: Cuando se ha de esperar en una llanura.2 Ventajoso ser


pacientes. Ninguna culpa

La situación resulta bastante clara y visible en cada una de sus partes, al


igual que desde la llanura se puede observar una ciudad encerrada entre
murallas; pero parece demasiado quieta, se convierte, o está por convertirse,
en algo muy pesado de vivir. Sin embargo, más que nunca es necesario vigilar,
estar atentos, porque no todo está predispuesto para una evolución positiva
de los hechos.
Es un momento en el que se darán muestras de fuerza sólo si nos
mantenemos coherentes en nuestro accionar, firmes en nuestras posiciones,
sordos a las sugerencias demasiado fáciles, es decir a los que convierten este
momento en peligroso (Khan), como una «trampa» oculta.3

2. Es decir, fuera de las murallas de la ciudad, en la llanura desierta o levemente


ondulada, donde solían asentarse los campamentos militares.
3. Las márgenes de los ríos chinos eran en su mayoría arenosas, y por tanto
traicioneras.

52
El segundo nueve: Esperar en la arena. Se tienen breves discusiones. Al
final, suerte

La arena es ligera, nada firme, invitadora pero traicionera, especialmente


porque está cerca del agua, que a menudo oculta un peligro. La razón nos
indica que hemos de tener mucho cuidado; las soluciones fáciles rara vez son
las adecuadas. Del contraste entre lo que se debería hacer y el titubeo al
asumir la responsabilidad de ese accionar nace el nerviosismo, la inquietud, la
insatisfacción. Se puede superar este estado de ánimo, aceptando volunta-
riosamente todas las fatigas, sean morales o materiales, según lo exija la
situación; será la única forma de resolver el problema, cuya evolución positiva
depende sólo de la firmeza de nuestras actitudes y del equilibrio de nuestro
juicio.

El tercer nueve: Esperar en el fango. Se es responsable de la llegada del


enemigo

En ciertos casos, la falta de energía puede conducir directamente a una


inercia y un desinterés culpable que agravan toda situación. El miedo y la
angustia sofocan la voluntad; nos encontramos atrapados por una sucesión
oscura de hechos que condicionan negativamente, y cuya gravedad aumenta
porque no podemos huir de ellos. Quizá se trate más bien de un estado de
ánimo, y no de una realidad concreta, pero los efectos son desastrosos, y sólo el
conocer—o mejor dicho «reconocer»— las propias condiciones nos permitirá
una posibilidad de salir, al menos para no desesperarnos, abandonándonos
por completo a la evolución de los hechos, al cautiverio de las circunstancias.

El cuarto seis: Esperar en la sangre. Hay que salir de la caverna vacía4

Una de las pausas más difíciles del tiempo de Hsü, cuando nos paraliza la
desesperación y nos sacude la ira, es la que contempla la cuarta línea mutante,
que habla de miedo, angustia y agitada soledad.
Tocar fondo supone recomenzar a vivir con un acto de fuerza, un impulso
que nos lleva a otros pensamientos, la reacción laboriosa que debe formarse
en el espíritu y alimentarse en la esperanza que nos haga regresar a las raíces.
Khan significa «pozo, fosa, trampa», un «peligro» que se ha de superar para
que iCTrien, el tiempo del cielo, de la actividad, de lo creativo, cumpla
finalmente con sus realizaciones como prometen las mutaciones.

El quinto nueve: Esperar comiendo y bebiendo. Afortunada la rectitud

Si se alcanza el equilibrio se pueden afrontar serenamente los problemas


más importantes e inmediatos. El saber vivir una situación consiste en tomar
4. El ideograma «caverna» (thung) significa también «penetrar», «comprender las
cosas ocultas»; por lo tanto, el símbolo de la caverna describe un momento de
meditación, la profundización de los problemas, el recogimiento necesario para ver
claro todo aquello que parece oscuro.

53
conciencia de ella con tranquilidad, recordando que la vida está llena de días
fatigosos, monótonos, dramáticos, compuestos de largas horas que, en
apariencia, carecen de sentido y que transcurren con pasmosa lentitud; por
eso, de nada sirve apurar los tiempos y forzar los acontecimientos. Habrá que
ocuparse de las tareas de siempre, profundizando en los pensamientos y
viendo amigos; esperar como en un banquete al que uno está invitado a que los
hechos que se están gestando estén listos, para afrontarlos del modo más
adecuado.

El seis arriba: Entraren una caverna. Tener huéspedes no invitados. Llegan


tres hombres. Si se los acoge con honor, al final se tendrá éxito

Después del abatimiento, por fin algo nuevo, pero que quizá no sea del
todo reconocible. Sin embargo, las premisas son positivas. Vale la pena
profundizar acerca de las sugerencias del momento, no descartar ninguna
posibilidad, ser cautos pero confiados, para vivir correctamente estos
momentos inciertos pero muy importantes para la economía del desarrollo y
la dilucidación de los hechos futuros. Para alcanzar el éxito, se han de
experimentar esperas inquietantes, pausas que parecen no tener razón ni fin.
Hsü es el hexagrama de la normalidad, que no debe soportarse con fastidio
ni considerarse como un cansancio, sino que se deberá usar de la forma más
adecuada, como un capital que dará sus frutos a largo plazo. «Esperar» es
«necesario», aunque quizá sea difícil; sin embargo, es demasiado importante
para ser descuidado, tal como nos enseña la naturaleza, que permanece en
calma durante meses antes de la siembra y de las cosechas.

Estas incertidumbres el cielo permite


que sean cosa de todos los días.5

5. CONFUCIO, Ta Chuán, Libro 10, Canciones de Tong, VIII.

54
Sun s u ar
& Di P t i
t*A

Disptster 1
No se lleva a cabo el impulso de lo creativo; el cielo resplandeciente se
apaga, transformándose en un abismo negro; existe una separación que podría
convertirse en definitiva, dura, obstinada, tenazmente radicada en el rencor.
Se trata pues de fuerzas divergentes en tiempos antitéticos, fuerzasyang que
hacen las veces de cargas eléctricas del mismo signo, dentro de la compleja
situación electrostática.
Para comprender este hexagrama, resultará conveniente prestar más
atención a la estructura que a la composición, porque, al menos en la mayoría
de los casos, no son los acontecimientos ocasionales los que provocan una
discusión, sino la disposición interior. A menudo entablamos una disputa por
motivos triviales, de los que surgen antiguas cuestiones, rencores lejanos,
rabias acalladas durante demasiado tiempo; por disposición del espíritu o por
valoraciones objetivas, en momentos distintos se suelen componer contrastes
muy graves, y no surgen discusiones o disputas que podrían ser bastante
justificables. N o permitir que degeneren las divergencias, inevitables en todo
tipo de vida, no llevar a límites extremos las situaciones que ya de por sí son
difíciles; en definitiva, eso depende de nuestro comportamiento, por lo tanto
es necesario saber hasta qué punto somos capaces de efectuar una valoración
equilibrada sin dejarnos dominar por las circunstancias. Ése es el sentido del
hexagrama.

Tiempo de disputar

El ser confiados es síntoma de ligereza. Propicio y justo mantenernos


vigilantes. Errado querer concluir a toda costa. Útil vera un gran hombre.
Peligroso cruzar las grandes aguas.
1. Proceso, altercado, disputa.

55
N o es un momento fácil de superar, por consiguiente es inútil hacerse
ilusiones acerca de que las inquietudes se resolverán sin la voluntad activa de
reunir los contrastes con un atento examen de los hechos y las situaciones.
Cautela en la toma de decisiones, prudencia en la adopción de actitudes que
podrían resultar inadecuadas, o directamente equivocadas, porque el tiempo
demasiado caracterizado por contrastes interiores como para permitirnos una
valoración exacta de los problemas. Un gesto, una palabra, un silencio, todo
puede interpretarse mal; cada posición esconde un peligro (Khan), por eso
será necesario mantenerse distantes (pero sin dejar de participar mediante la
observación) en todo aquello que nos toca de cerca pero que aún no puede ser
afrontado con la necesaria sabiduría de las cosas.

Hablan las imágenes

La inmensidad del cielo se opone al caminar de las aguas. Tiempo de


disputar. El hombre sabio no hace proyectos ni pone en marcha sus ne-
gocios.

Los problemas por resolver y las inquietudes por superar son grandes y
graves; la posibilidad de afrontar las cuestiones que procupan es demasiado
limitada, porque no se posee una visión clara y completa de la situación. Se
amplían las advertencias de Hsü: hay que esperar tratando de comprender, de
ser objetivos, de tener paciencia, porque los tiempos adecuados llegarán por la
ley precisa de la mutación, que alterna la oscuridad con la luz, el invierno con el
verano.

Las líneas

Las líneas mutantes indican de forma resumida el comportamiento a


adoptar; dan alguna indicación sobre lo que es convenietne hacer y lo que se
debería evitar en una época de cielos inmóviles que se oponen al movimiento
de las aguas terrestres, es decir tiempos inquietos, plagados de altercados,
separaciones, divergencias.

El primer seis: No llevar demasiado lejos las discusiones. Existen pe-


queñas divergencias. Al final, éxito

La sugerencia constituye también una máxima de gran sabiduría que


puede evitarnos palabras erradas, separaciones, silencios, los terribles sufri-
mientos del rencor, siempre crueles y a menudo carentes de utilidad. No
prolongar en el tiempo una incomprensión, no convertir en litigio un cambio
de impresiones, eso es lo que nos advierte la primera línea mutante, porque el
tiempo de Sung esconde precisamente el peligro de hacer una montaña de un

56
grano de arena, de sufrir más de lo que los acontecimientos nos deparan, por
haber dado, o tener intención de dar, excesiva importancia a cosas que de por
sí eran fácilmente superables.

El segundo nueve: Incapacidad para disputar.2 Se regresa y luego se huye.


Los habitantes de la propia ciudad habitan trescientas puertas. Ninguna
culpa

Con frecuencia, como en este caso, el I Ching toma un estado de ánimo.


Existe algo que supera nuestras fuerzas y por eso no logramos superar la
fastidiosa y ¿olorosa condición de incertidumbre que nos impide enfren-
tarnos a la situación, o lograr una visión clara del problema. Existe un bullir de
pensamientos, se hacen y se deshacen infinidad de proyectos; todo ello dificul-
ta el momento, porque desearíamos definir la situación y no llegamos a nada.
No existe culpa en todo lo que ocurre; después de tanto contraste de
sentimientos, las cosas se encauzarán e irán hacia tiempos menos inciertos,
que devolverán a la voluntad su seguridad, y os darán el empuje necesario para
resolver los casos que hoy se presentan como terriblemente oscuros.

El tercer seis: Reunir fuerzas de la experiencia del pasado y mantenerse


firmes. Preocupación. Alfinal, éxito. Se ha deservirá un jefe, por lo tanto
será mejor no realizar nada

El tener conciencia de que en el pasado se ha sabido realizar algo puede


ayudar a superar la turbación de la condición presente. Si debemos tratar con
personas a distintos niveles (o debemos afrontar una situación delicada), es
necesario que seamos cautos y tolerantes, para evitar contrastes, malhumor y
equívocos, puesto que el tiempo de Sung es un tiempo de prudencia y no de
realizaciones. Por lo tanto, será conveniente adecuarnos a las circunstancias,
no hacer proyectos ni soñar imposibles.

El cuarto nueve: Incapacidad de disputar. Regresar inmediatamente al


orden. Cambiando se adquieren calma y claridad. Suerte

No es el momento de afrontar decididamente la situación, porque no se


dan los presupuestos necesarios para alcanzar la mejor solución de los
problemas, y no nos encontramos en las condiciones adecuadas para mantener
una discusión. Si se procede con cautela y se mantiene un prudente recato,
llegaremos gradualmente a ver las cosas en su justa medida y podremos tomar
las decisiones adecuadas. No todas las circunstancias son claras, y por diver-
sos motivos carecemos de la objetividad necesaria para emitr un juicio.
Cuando llegue el momento de intervenir, el comportamiento adoptado será
garantía de éxito.

2. O sea, incapacidad de adoptar una posición combativa.

57
El quinto nueve: Disputar. Gran suerte

Es el momento de exponer con energía los propios puntos de vista, de


enfrentar las situaciones sin el temor de excedernos en la decisión; el
momento de «disputar», es decir de las discusiones, de las aclaraciones, de la
firme toma de posición incluso frente a uno mismo.
El tiempo de Sung es un tiempo de fuerza, fuerza en la espera, fuerza en la
prudencia, en el silencio, y fuerza al afrontar los problemas, cuando la evolu-
ción de los hechos han aclarado, al menos en parte, algunos de sus aspectos.

El nueve arriba: Quizá él lleve un cinturón como ornamento. Alfinal del día
se lo habrán quitado tres veces

Con frecuencia, los hechos o las personas no son tan graves ni amenazan-
tes como parecen a quien padece su condicionamiento. Incluso el más
campeón puede quedar fuera de combate en unos cuantos rounds. Nada es
definitivo ni seguro, el tiempo mide la verdad y la importancia de las cosas
humanas con más autoridad y sabiduría que el hombre que las vive; por lo
tanto, una vez más, el sabio debe confiar en el tiempo para elegir la forma de
hacer frente a sus dificultades. Ésta es la advertencia que hace la última línea
mutante. Concluyen así las consideraciones sobre el contrastado «tiempo de
disputar», un hexagrama que habla de inquietudes, y que puntualiza el
carácter provisional de la supremacía de la injusticia y la violencia. Momento
yang (él lleva un cinturón), momento yin (se lo quitan). El oráculo nos invita
a esta meditación, es decir sobre la inestabilidad de los hechos y el alternarse
de los estados de ánimo.
Es de sabios esperar a que se recuperen los equilibrios turbados sin apurar
la solución de los problemas, ni solicitar respuestas al futuro.

Sedosa escarcha bajo la luna estival


al corazón dolor causa;
estrago mayor provoca entre los hombres
la palabra injuriosa.3

3. CONFUCIO. Libro IV, 8.

58
7® Sze: Ejército

Ejercito 1

Sze, hexagrama con gran variedad de significados, indica el conjunto de


pasiones, afectos y deseos que componen la personalidad de cada hombre y
que condicionan su comportamiento, determinando así las situaciones de las
que el individuo es protagonista.
El agua (Khan) fluye dentro de la tierra (Khwan), recorriendo sus caminos
ocultos y excavándola en profundidad; es una fuerza interior que, organizada,
posibilita la formación de flores y frutos, pero que también puede significar
destrucción y ruina, al igual que ocurre con las fuerzas del hombre.
De hecho, no siempre se logra la productividad del terreno (Khwan), pues
algo puede detener o turbar el ciclo estacional, y las causas de la detención
(Kan) han de buscarse en las estructuras, es decir en el vivir profundo de la
conciencia, cuyos senderos suelen ser inaccesibles, o por lo menos difíciles de
encontrar. De ahí que no siempre sea posible corregir el rumbo. Si sólo con-
tara la «composición» del hexagrama (Khwan-Khán), no harían falta ni
consejos ni sugerencias, pero la «estructura» del signo (Khwan-Kan)
evidencia las posibilidades de desviación comentadas y reflejadas por las
líneas mulantes. La «masa», para convertirse en «ejército», es decir en
«fuerza organizada», requiere una mente rectora, tal como un estado mental,
una emoción, una tendencia, una volición pueden conocerse oportunamente
por la razón que los aclara y los guía.

Tiempo de organizar fuerzas

Hombre con bastón.1 Suerte. Ningún error


1. Fuerza armada, ejército, fuerza organizada, maestro, instructor.
2. Es decir, una persona tan vieja que ha de caminar apoyándose en un bastón, tal
como lo indicaba el ideograma más antiguo y que, al evolucionar, se transformó en un
hombre muy viejo, y por lo tanto muy sabio, al menos por su larga experiencia.

59
En la organización de los hechos y en la discusión de las posibilidades, la
experiencia tiene cierto valor. Si se sigue el consejo de quien puede sugerir
soluciones, o se medita con objetividad sobre cuanto se sabe, o si se consigue
la información necesaria, se pueden superar perplejidades y abatimientos,
evitar errores, obrar en la justa medida.
Se trata entonces de revisar la situación en su conjunto, reflexionar sobre
casos superados o errores cometidos con anterioridad, y que el tiempo nos ha
hecho ver en su justa dimensión; eso es lo que nos sugiere Sze. Si estamos
preparados, no se repetirán errores y se resolverán los casos preocupantes.

Hablan las imágenes

Agua dentro de la tierra. La fuerza organizada. Sólo el hombre ilumi-


nado domina con su presencia al pueblo y mantiene unidas a las masas.

Las profundidades de la tierra están recorridas por los invisibles caminos


de las aguas, fuerza subterránea que representa la vida misma en sus múltiples
formas evolutivas. Cada situación posee aspectos ocultos que son siempre
muy importantes, porque condicionan su evolución, su presentación y su
conclusión. El contenido simbólico de Sze invita a considerar las cosas bajo
todos los puntos de vista, de manera que al aprehenderlas en su totalidad se
puedan organizar y dominar.

Las líneas

Las líneas mutantes indican las distintas posibilidades de usar la «fuerza


organizada», y los casos más generales en los cuales podemos encontrarnos
cuando se vive el tiempo de Sze, buscando un equilibrio entre los aconte-
cimientos y la propia condición de ignorancia, de rebelión, de tedio o de
perplejidad.

El primer seis: La fuerza organizada seforma con la ley. No es un bien, sino


una desgracia

El momento no es favorable, porque nos vemos obligados a organizamos


sin tener las ideas claras ni contar con proyectos personales; sin embargo,se
han de seguir las instrucciones ajenas o bien la fuerza de las circunstancias.
En estos casos no puede haber el entusiasmo, la convicción y la fe
indispensable para realizar todo aquello que nos interesa, por lo cual nos
sentiremos tentados a utilizar nuestra autoridad, a adoptar una actitud excesi-
vamente rígida con nosotros mismos, con personas y con hechos, con lo cual
condicionaremos las cosas o nos veremos condicionados. Por lo tanto, no es
éste momento de juicios inapelables; habrá que adaptarse a las circunstancias
al efectuar una cauta observación de los hechos.

60
El segundo nueve: Se está en medio de fuerzas armadas. Suerte y ningún
error. El jefe da repetidas órdenes

Nos encontramos en el centro de problemas y discusiones, en una


situación tensa, pero no desfavorable. Puede que nos mostremos a la altura
de las circunstancias, y el resultado de este esfuerzo superior a las previsiones
será proporcional a la firmeza demostrada. Se pueden superar los obstáculos;
la razón da las instrucciones adecuadas, por lo tanto sólo es cuestión de
tiempo y de tomas de posición enérgicas con respecto a personas, dudas o
situaciones.

El tercer seis: El ejército suele contar muchos cadáveres. Desgracia

Como consecuencia de un error de cálculo (o de comportamientos


inadecuados) se produce una situación difícil. Es un tiempo inclemente como
el de Kan dentro del año agrícola, tiempo de cierre y de frió, que ha de
superarse sin demasiados temores y ha de vivirse reflexionando y esperando,
mientras se pasa revista a los errores cometidos, para que se conviertan en
experiencias positivas.

El cuarto seis: A veces el ejército se rinde. Ninguna culpa

Momentos de abatimiento, acciones dictadas por el miedo: se trata de la


derrota, un tiempo yin durante el cual lo único que hay que hacer es no inter-
venir en la evolución de los acontecimientos a fin de no quedar atrapados por
ellos. Se trata de las concesiones que todos vivimos y que forman parte de la
lógica de la personalidad humana, los desfallecimientos no culpables, pero
tremendos y graves, de los que siempre salimos más cautos, al menos hasta
que el recuerdo de la experiencia siga siendo enseñanza.

El quinto seis: En el arrozal hay un animal salvaje. Hay que frenar las
palabras. Ninguna culpa. El hijo mayor guía el ejército. El hijo menor
cuenta cadáveres.3 Al perseverar, desgracia

Algo peligrso, aunque no del todo evidente, amenaza la serenidad de juicio


y la tranquilidad de las decisiones. Es necesario vigilar todo lo que se dice y
todo lo que ocurre, valorando programas y deseos, para intervenir incluso ante
la más mínima muestra de desorden.
Quien cuenta con experiencia y sabiduría suficientes podrá dominar la
situación, pero si no nos sintiéramos especialmente seguros, será mejor
conformarnos con volver a considerar los errores con objetividad y estudiar la
posición en que nos encontramos sin descorazonarnos, pues el tiempo de Sze
es un tiempo de fuerza, de construcción, de voluntad. No obstante, no
debemos mantener ideas preconcebidas o posiciones demasiado rígidas; los
tiempos, en su cambiante devenir, pueden alterar incluso las convicciones

3. Las dos tareas distintas que indican la preparación del individuo.

61
más firmes, claras y ya definidas. La paciencia consiste en la sabia adhesión al
momento, asumiendo la propia responsabilidad, sin dramatizar una situación
que está en fase de mutación.

El seis arriba: Un gran jefe da las órdenes. Funda la ciudad y concede títulos
nobiliarios a las familias. El hombre incapaz no actúa

Los tiempos están cambiando, por lo cual hará falta mucha energía para
reorganizar los pensamientos y las acciones, de cara a los nuevos proyectos,
más constructivos que los del pasado. La formación del carácter y la
capacidad de juzgar cómo comportarse se realizan mediante la dificultad y las
dudas, precisamente porque todos somos «jefes» de un «ejército», es decir
debemos decidir acerca de ciertos hechos, así como el comportamiento o
actitud que hemos de adoptar frente a las personas entre las que nos ha tocado
vivir, teniendo en cuenta las múltiples contradicciones que caracterizan cada
elección.
Dominar los abatimientos, controlar los instintos, saber moverse con
energía y prudencia, he aquí lo que Sze nos enseña, el secreto de quien tiene
éxito, la dificultad de ser hombres.
Usando la razón, siendo fuertes y manteniéndonos serenos, lograremos
resolver las situaciones difíciles, pero sobre todo lograremos convertirnos en
un «ejército», y no en una masa confusa y desorganizada de aspiraciones y
pensamientos, poco preparada para vivir correctamente los hechos y los días
que nos aguardan.

Agua de mil reflejos que no le pertenecen,


el hombre que al décimo día cambia de metas
no adquiere el respeto.*

4. CONFUCIO, Ta Chuán, Libro 12, Canciones de tres Pequeños Estados


y de P'in, I.

62
8• Pi: Solidaridad

Solidaridad 1

El trigrama dominante (de hecho aparece en la estructura y en la compo-


sición) es Khwan, la Tierra, o sea lo que recibe para plasmar, fecundar y
devolver multiplicado en el tiempo. En la profundidad de la tierra se realiza la
solidaridad, se compone orgánicamente la fusión de las formas y se actuali-
zan sus potenciales; es decir, las semillas se convierten en plantas, en flores,
en frutos. Son dos tiempos no consecutivos dentro del año agrícola, pero
ligados por un clarísimo nexo lógico: la tierra lavada por la lluvia (Khan), que
hace que todo pulule lleno de vida multiforme, y la tierra que nos devuelve sus
mieses preparándose para el rigor invernal (Kan), cuando los campos
endurecidos por el hielo guardan otras semillas que reposan.
Sería la estabilización del equilibrio y la transformación en unión activa, la
«fuerza organizada», tal como lo propone Sze.

Tiempo de solidaridad, 2 tiempo feliz

Consulta el oráculo para alcanzar una superioridad plena y duradera.


El acercamiento no es fácil. Desventurado el segundo marido.3

El momento es feliz, pues los hombres se muestran solidarios y los pen-


samientos coherentes. No se llega a esta condición con facilidad, y hará falta
que nos interroguemos continuamente para ver si estamos en condiciones de
comprender las circunstancias y vivirlas en la plenitud de sus dimensiones.

1. Unión, coherencia, igual, parangón.


2. Es decir, coherencia interior y unión exterior; un tiempo de certidumbres y
solidez.
3. Porque no posee la virginidad de la muchacha. Se ha de entender que para
realizar este tiempo activo es necesario ser tempestuoso en el obrar y en el realizar.

63
Quien se toma con calma la aparente quietud de los hechos y no se hace
excesivos problemas no tendrá la dicha de verla durar tal como prometen los
tiempos.

Hablan las imágenes

Sobre la tierra, agua. Tiempo de unión. Los primeros Reyes formaron


innumerables Estados, con los mejores feudatarios.

El agua corre sobre la tierra,.llenando las excavaciones y los agujeros,


tornando llanos y fértiles los campos. Se cumple la ley de la compensación, se
establece el equilibrio, se afirma la justicia al entrar los hombres en contacto;
la historia dice que las relaciones amistosas entre los Estados han carac-
terizado a las épocas de progreso y civilización. Por consiguiente, las conside-
raciones personales han de tener en cuenta la distensión del momento, es decir
hemos de tener confianza y mantenernos serenos, sin descorazonarnos ni
abrigar temores, porque el tiempo de Pí es un tiempo de armonía y de certi-
dumbre que aún no se han vivido.

Las líneas

Las líneas mutantes nos hablan de la importancia de la solidaridad y de


la coherencia, dos formas para llevar a cabo la «unión» de la que habla Pí,
estableciendo qué tipo de «unión» es la positiva dentro de la evolución de los
acontecimientos y en la economía de nuestra vida.

El primer seis: La solidaridad se funda en la confianza. Ningún error. La


confianza es como una escudilla de barro llena. Éxito para el que logra
llegar a terminar su obra

Ser solidarios quiere decir creer en los demás y que te crean, creer en sí
mismos, en las propias posibilidades, en la vida, en la evolución de los hechos,
es decir tener ciertas certezas, porque el tiempo de Pí es un tiempo de certe-
zas. La confianza no requiere apariencias espléndidas, ni busca formas invita-
doras para nacer, sino que es simple como las escudillas de barro cocido, esos
boles rústicos y fuertes que usan los chinos de todas las extracciones sociales, y
que aman ofrecer y recibir llenos de arroz, en un gesto tradicional de hospitali-
dad. En el momento justo, la confianza se revela en toda su verdad; entonces
todo se aclara por sí solo, como mediante un reconocimiento consolador.

El segundo seis: la solidaridad nace del alma. Afortunada la perse-


verancia

Tiempo de adhesión serena, confiada y total a los hechos y a las personas.


Habrá que tener el coraje de creer, incluso cuando parezca una actitud

64
inadecuada o peligrosa. No sucumbir a las apariencias, no descorazonarse si
algo parece turbar, desde lo oculto, el devenir de los hechos. Pi es un tiempo
yang, untiempo en el cual la confianza es un deber, además de una consola-
ción.

El tercer seis: Solidaridad con un malhechor

Naturalmente, no todas las elecciones son felices, por lo tanto habrá que
mantenerse en guardia y sopesar a las personas o los casos que se presenten,
tal como nos enseña la prudencia más elemental, para no encontrarnos atrapa-
dos en situaciones peligrosas o al menos inquientantes. El tercer seis advierte
sin dar más datos, pues la palabra «malhechor»4 indica con claridad el sentido
de dicha advertencia.

El cuarto seis: Solidaridad con un extraño. Premisas felices

Se trata de un acontecimiento (o de encuentros) que no podemos valorar,


pero no pueden existir demasiados aspectos negativos, porque el tiempo en el
que ocurre es un tiempo de confianza y de fuerza. El ir hacia nuevas aperturas,
el enfrentar experiencias nuevas, constituye un acto de coraje que la prueden-
cia ha de templar, pero que a menudo ayuda al espíritu a liberarse de
incertidumbres o inquietudes que atormentan la vida contidiana y enturbian
los pensamientos.

El quinto nueve: Solidaridad visible. El Rey se vale varias veces de segui-


dores veloces, pero de todos modos pierde al animal salvaje. La ciudad
fortificada carece de jefes. Suerte

Momento decididamente positivo, pero contradictorio y difícil de vivir en


forma justa. Existe una unión estable, una coherencia evidente, pero algunos
hechos (o personas), al no ser demasiado claros, turban la distendida confianza
que se ha establecido, confundiendo a la mente con dudas e incertidumbres. El
saberlo puede servir de ayuda para no caer en la espesa red de las
preocupaciones inútiles.
Sin embargo, la situación está construida sólidamente sobre bases
seguras, por lo que habrá que permanecer serenos para disfrutar sus
momentos positivos y llegar a cumplir con todo lo que se ha decidido, tenien-
do la certeza de que se alcanzará el éxito.

El seis arriba: Esta es una unión sin guía. Desgracia

No todos los vínculos ni todos los programas, incluso en tiempos


favorables, pueden ser válidos; en los casos regidos por la sexta línea mutante
de Pi no existe probabilidad de éxito; no obstante, hará falta un serio trabajo

4. El primer sentido del ideograma es «bandido, pirata», es decir un individuo que


vive fuera de la ley.

65
de revisión para descubrir dónde se cometieron los errores, y a sea en la
evaluación de las acciones o en la de los hechos.

Que tu justicia sea como la de Wén


y surgirán diez mil Estados,
todos para ti, sin abuso de ti.5

5. CONFUCIO. Ta Chuán.

66
Hsiáo Khü:
51 Animalito doméstico

&

Animalito doméstico 1

En este hexagrama, la composición esboza el sentido del ideograma,


mientras que la estructura indica más bien la condición intrínseca para
realizar las posibilidades de una fuerza no siempre valorable en toda su exten-
sión. Se trata del poder de las costumbres, de las cosas simples de cada día, de
las personas oscuras, humildes, de las que no solemos darnos cuenta y que sin
embargo ocupan gran parte de nuestro diario quehacer, dándole color y a
menudo condicionándolo. Es un hexagrama difícil por la ambigüedad de su
significado, que exige una atenta revisión de las costumbres y del ambiente, de
las horas ociosas, aparentemente tranquilas, que traman inquietudes para
atraparnos en su insidiosa telaraña. Estas horas, precisamente porque trans-
curren sin pena ni gloria, sin darnos cuenta, son muy importantes, e influyen
mucho más de los que pensamos en las aspiraciones, los hechos y los pro-
gramas, que no habría que posponer.

Tiempo de pequeñas cosas

Buen resultado. Nubes densas, sin lluvia, que provienen de nuestras


comarcas occidentales.

Indudablemente, lo contidiano y las «cosas pequeñas» condicionan, al


igual que ocurre con un animal doméstico, al que no se puede dejar sólo
porque necesita cuidados y no sabe sobrevivir sin nuestra constante atención.
Esto, dentro de ciertos límites, puede considerarse correcto, pero con fre-
cuencia las costumbres cierran los horizontes a la posibilidad y a la voluntad

1. Pequeño campo cultivado, animalito doméstico, domesticar. Es la fuerza de las


pequeñas cosas humildes y cotidianas, las costumbres, las presencias no advertidas de
cada día, que creemos dominar pero que a su vez logran condicionarnos.

67
de evasión. Estamos sumergidos en un cierto modo de pensar, existe una
rutina mental, además de la rutina diaria, y en ciertos aspectos ésta depende
de aquélla. Quizá sea justificable e inevitable, pero no ha de condicionarnos
de un modo total. Es ésta la consideración implícita en la sentencia sobre el
momento a examinar, una invitación a mantener una actitud distante y
objetiva, para poder actuar como se debería hacerlo, a pesar de la amenaza de
una ofuscación del juicioy de la voluntad de hacer (Nubes densas... de las
comarcas occidentales).

Hablan las imágenes

El viento se eleva alto y en el cielo. Tiempo de pequeñas cosas. Sólo para


la mente iluminada, lo bello es la imagen de la virtud.

La propuesta simbólica nos habla de la violencia pasajera del viento, que


alto en el cielo alborota las nubes, confunde el paisaje de estrellas. Sin em-
bargo, no doblega a los árboles, sólidamente fijados a la tierra. Así queda ilus-
trada la limitada potencia de las costumbres, del ambiente, de lo cotidiano; el
espíritu fuerte se libera de todo ello al reducirlas a sus dimensiones reales. Es
el momento de liberarnos de muchas esclavitudes pequeñas para enfrentarnos
con la mente libre y segura a los problemas, las incertidumbres, las preocupa-
ciones, preparándonos minuciosamente para los acontecimientos futuros.

Las líneas

Las líneas mutantes puntualizan los métodos más adecuados para


alcanzar esa independencia interior, y para redimirnos de las muchas esclavi-
tudes que nos rodean y que suelen ser inasibles pero fastidiosas; dichos
métodos consisten precisamente en utilizar la «fuerza de las pequeñas cosas»,
es decir lo cotidiano, incluso cuando eso pueda parecemos un límite a vuelos
más amplios, pues se trata de una fuerza oculta y quieta, pero operativa, por lo
que habrá que convertirla en positiva a fin de que nos sirva de ayuda.

El primer nueve: Volver sobre los propios pasos. ¿Por qué eso habría de ser
un error? Exito

No deben producirse distanciamientos demasiado bruscos del ritmo de


vida normal y del comportamiento habitual. No se pueden tomar posturas
decisivas de un modo imprevisto. Será necesaro volver a examinar todo lo
hecho (o lo dicho) para reflexionar sobre la conveniencia de continuar con la
misma actitud. Hemos de volver a considerar nuestras posturas. A veces,
retirar las palabras que se han dicho, o corregir opiniones expresadas a la
ligera, o al menos compartidas a la ligera, es la forma más adecuada para
darnos cuenta con claridad de la situación y para resolver las dudas convir-
tiéndolas en éxitos.

68
El segundo nueve: Impedir un regreso. Exito

Cuando se ha conquistado una posición, o se ha adoptado una convicción,


lo justo es defenderla, especialmente si cabe la posibilidad de que se convierta
en una incitación a la formación de proyectos o en la realización de cosas en
las que creemos. Ésta es la situación contemplada por la segunda línea
mutante. No debemos remontarnos a tiempos pasados, ni meditar acerca de
pensamientos concluidos; es el momento de proyectar el futuro; se trata de
una evolución de los hechos con líneas definidas; las raíces están preparadas
para retoñar. En la naturaleza, ninguna estación sufre una regresión; si el
hombre sigue el ritmo de los meses, podrá realizarse a sí mismo y su propio
destino, que en todo caso es el resultado de distintas mutaciones, no del todo
incomprensibles, pero siempre lógicas, equilibradas y consecuentes.

El tercer nueve: Los rayos de la rueda de un carro chirrían. Marido y mujer


miran hacia otro lado

Hay algo que no funciona, pero no logramos comprender la situación y no


podemos expresar esta inquietud porque es difícil traducirla en un discurso
organizado. Un momento de confusión, la advertencia inasible de un peligro;
quizá sea sólo una fantasía, pero es algo que perturba e inquieta. Incluso los
tiemposyang tienen sombras pero no hay que dramatizar. Lo mejor será
intentar comprender lo que ocurre y esperar pacientemente a que el curso de
las mutaciones aclare el temor pasajero. Probablemente, bastará poco para
remediar los daños o los errores. Las tormentas de junio hacen mucho ruido
para nada, no son más que un malhumor del cielo.

El cuarto seis: Tener confianza. La sangre fluye, el miedo crece. Ninguna


culpa

Es necesario tener mucha confianza; hemos de dejar paso a la certi-


dumbre, porque no hay nada equivocado, las adversidades no son otra cosa
que la consecuencia inevitable de un devenir de los hechos. Esto es lo que
ocurre con el granizo, que destruye los frutos, independientemente de los
errores cometidos por el hombre en el cultivo de los campos, en la elección de
los tiempos de la siembra y de la cosecha. Es otro momento yin, existe el
peligro de que nos dejemos vencer por el abatimiento, es más, de que ten-
gamos miedo y cometamos errores precisamente porque tenemos miedo.
Recordemos pues que el tiempo de Hsiáo ATzü (¡cuántos existen en la vida de
cada uno!) es un tiempo de fuerzas ocultas, poderosas precisamente porque no
disminuyen a pesar de que no se advierten, al igual que ocurre con las costum-
bres más arraigadas y con los vínculos tenaces con las horas cotidianas (por
ejemplo, con un animal doméstico, al que sin fatigas dedicamos constantes
atenciones). Esta «fuerza» silenciosa rige los acontecimientos mucho más de
lo que imaginamos, y obliga a reaccionar a pesar de nuestra disponibilidad y
nuestra voluntad. Es una advertencia que debe ser tenida en cuenta.

69
El quinto nueve: Considerarla confianza como una obligación. Somos ricos
gracias a quienes nos rodean2

La presencia de personas vinculadas a nuestra vida constituye un apoyo


en el que debemos confiar, aunque a menudo se trate de una riqueza que no
apreciamos. La fuerza oculta del ambiente, de los hechos cotidianos, de las
propias convicciones está disponible de un modo activo. Superados (o en via
de superación) los contrastes exteriores e interiores, nos liberamos de todo
condicionamiento negativo, logramos establecer relaciones equilibradas con
el mundo exterior; existen nuevas aperturas para el pensamiento. Ése es el
sentido de la frase: «Somos ricos...». Al final, las decisiones son libres,
precisas, serenas, justamente porque quizá, sin saberlo, se basan en pequeñas
convicciones, en consideraciones aparentemente sin importancia, que consti-
tuyen consoladoras certezas. La fuerza de HsiáoKhü es la que doblega, la que
domestica, la que hace que nos adueñemos de todas las rebeliones, convirtien-
do los contrastes en tranquilidad moral.

El nueve arriba: Cuando llueve todo está decidido.3 La virtud debe


considerarse como un ornamento. Severa es la viuda que renuncia a
contraer nuevas nupcias. La luna está casi llena. Sólo el sabio domina la
suerte adversa

La última línea mutante concluye la propuesta de Hsiáo .KM, indicando


cómo una vida valientemente mutable, ritmada por los hechos naturales y una
firme voluntad de no doblegarse al compromiso, de no dejarse dominar por la
debilidad, conduce siempre a resultados positivos. Quien adquirió sabiduría,
es decir la capacidad de evaluar hechos, experiencias y errores, dominará su
situación y sabrá doblegar (es decir «domesticar») los acontecimientos para
que obren en su provecho. Un momento de meditación, como casi todos los
momentos-hexagramas del I Ching (así tendrían que ser todos los momentos
de nuestra vida), que invita a continuar serenamente, con atenta docilidad, la
evolución de nuestro destino, regido por el mágico paso del tiempo, yin-yang-
yin...

El grillo está en la sala, el año concluye, es el solsticio.


Celebra ahora, antes que mueran la Luna y el Sol,
en su justo límite; acuérdate de tu oficio

2. El ideograma significa exactamente «el vecino», «el vecindario», en una


palabnt, alguien a quien estamos vinculados y con quien estamos casi comprometidos.
3. Cuando en China llega la época de las lluvias, la siembra del arroz ha terminado.
4 . CONFUCIO, Ta Chuán.

70
10. Li: Caminar

Caminar 1

Caminar, una acción que nos coloca ante la incógnita de muchos senderos
y que evoca el cansancio de los altos en el camino; este hexagrama propone
una reflexión sobre cómo comportarnos para no desperdiciar nuestras
energías en aventuras inútiles o peligrosas; nos indica cómo comprender,
durante las inevitables experiencias del caminar, las causas de lo que ocurre,
para que el futuro no se convierta en una trampa insidiosa o una sorpresa
traumática. El hexagrama sugiere que se puede salir de situaciones estáticas
para ir hacia horizontes más vastos (la composición y la estructura son conse-
cuentes), pero se trata de un camino peligroso y difícil si no usamos la
prudencia, si no nos apoyamos en la confianza valerosa de poder llegar
{Khie n).
El «tigre»2 «puede» no morder, pero no merece la pena que nos arries-
guemos acercándonos demasiado. Será necesario, pues, que nos manten-
gamos vigilantes y estudiemos con atención todos los movimientos y todas las
tomas de posición, especialmente en los momentos inciertos de la vida.

Tiempo de caminar

Tiempo de caminar sobre la cola de un tigre. Este no muerde al hombre.


Éxito.

Se trata de un tiempo de situaciones difíciles, pero no insuperables, si se


afrontan con equilibrio y prudencia. Quien no se encuentre preparado se

1. Hollar, avanzar, andar.


2. En sentido genérico, el tigre evoca la idea de poder y ferocidad, pero no es un
signo negativo, porque invita a la prudencia y a la sabiduría en el comportamiento.

71
dejará vencer por los hechos, mientras que todo peligro, por grave que sea,
todo problema, por intrincado que parezca, son hechos cuya solución se
mantiene siempre dentro de los limites de las posibilidades humanas. El
oráculo ayuda a evaluar los detalles de un caso, recordándonos cómo en el
proceso de desarrollo de todos los fenómenos existe siempre una serie de
contradicciones que pueden desorientar e inducir a error.3

Hablan las imágenes

Arriba, el cielo; abajo, el pantano,4 Sólo el Iluminado sabe explicar el


cielo y el pantano. Sabe regular la voluntad de las masas.

Es un momento en el cual habrá que vigilar muy de cerca el propio


comportamiento y el de quienes nos rodean, para poder dominar la situación,
que de lo contrario podría escapar a nuestro necesario control. El cielo se
refleja en aguas que aparecen tranquilas (elpantano), pero que son traicio-
neras y cenagosas; ilumina su profundidad, las revela al viandante distraído,
arrancándoles destellos luminosos. La imagen ilustra la sugerencia del
oráculo y aclara su sabiduría.

Las líneas

La propuesta de las líneas mutantes describe diversos momentos del


comportamiento humano, situaciones en las cuales podemos encontrarnos
porque son corrientes y forman parte de la experiencia de todos.

El primer nueve: Simplemente caminando se prosigue sin errar

En este caso, el comportamiento más adecuado será obrar con sencillez


sin hacerse demasiados problemas y sin querer llegar demasiado pronto o
demasiado lejos. El del «primer nueve» es un momento en que debemos
atenernos a la norma, sin optar por cambios de dirección arriesgados y sin
perseguir cosas excepcionales; es un momento de actividad moderada, a la
espera de que se cumplan hechos que se encuentran aún en su fase evolutiva.
Una serena sujeción al ritmo cotidiano será la actitud del que acepta sabia-
mente y, aceptando, comprende la importancia de ciertos matices que suelen
pasarse por alto con las prisas por correr al encuentro del futuro.

El segundo nueve: Caminar por una calle lisa y plana. Suerte y éxito para el
hombre modesto

Una invitación a la prudencia, si bien el camino de estos días se presenta


tranquilo y fácil. Aquel que recibe con reserva y sin excesivas ambiciones
3 . M A O T S E - T U N G , Sobre la contradicción.
4. Literalmente: oscuro, en las sombras, retirado.

72
cuanto le ofrece una evolución particularmente favorable de los hechos tendrá
posibilidades de éxito muy superiores a las previstas. Incluso en las épocas de
serenidad existen ciertos límites que conviene respetar, para no volver en
contra nuestra todo aquello que nos es positivo y afortunado.

El tercer seis: Ciego de un ojo que puede ver aún. El cojo puede caminar aún.
Avanzar sobre la cola del tigre. Este amenaza al hombre. Desgracia. Un
hombre violento ha tomado el lugar del príncipe iluminado

Situación difícil en un momento de preocupación y temor; no se tienen


todas las cartas en la mano para conocer los acontecimientos, y no se logra ver
con claridad, aunque se adviertan las señales del peligro. Hará falta una gran
voluntad, porque no todas las fuerzas nos asisten; se trata de un momento de
extraordinario esfuerzo. Será peligroso obrar a la ligera, se pagará con una
dura derrota todo riesgo afrontado inútilmente. Estamos ante personas (o en
una situación) que no conviene enfrentar aún, porque no es el tiempo de la
comprensión y la claridad. Una actitud firme y prudente podría evitar compli-
caciones, que son imprevisibles dado el estado actual de las cosas.

El cuarto nueve: Avanzar sobre la cola del tigre. Denunciar y acusar son
premisas felices

Se debe afrontar la situación con energía una vez aclarados todos sus
detalles, y sin temer las consecuencias, porque una actitud semejante
doblegará los hechos (o a las personas) a nuestro favor.
La visión exacta de las cosas, la dificultad de las soluciones contemplada
con serenidad, se convierten en la premisa indispensable para vivir de un
modo justo los acontecimientos (o los encuentros o desencuentros) de este
momento, y nos darán también la fuerza necesaria para superar los obstáculos
de nuestro fatigoso avance.

El quinto nueve: Caminar seguro. Fuerza en el peligro

Indudablemente, todo camino tiene horas peligrosas y atormentadas;


dudas, temores e incertidumbres son componentes que no faltan nunca. Quien
logre no perder la seguridad en sus propias decisiones podrá superar los
momentos más peligros de su largo y fatigoso caminar.

El nueve arriba: Examinar los resultados de las experiencias pasadas para


ver con claridad el caso presente.5 Se logrará un gran gozo

Para juzgar el desarrollo de la situación y decidir la actitud a adoptar, será


necesario buscar las causas, las raíces de los hechos presentes. Por lo tanto, es
el momento de efectuar un examen objetivo, que dará resultados positivos y,
al mismo tiempo, muy reconfortantes. Buscar la verdad oculta de las cosas y

5. Literalmente: la propia suerte.

73
descubrir sus valores secretos resulta siempre constructivo; a menudo el
verdadero conocimiento del futuro no es sino el conocimiento del presente en
relación con el pasado.
Será además una experiencia útil, una adquisición de sabiduría, la
conquista exaltante de los territorios inexplorados del destino.

El agua de la crecida, aclarada mientras fluye,


puede servir para hervir tu arroz
u otros granos.6

Figura 5. El Tao y los trügramas.

6. CONFUCIO, Tá Chuán.

74
Prosperidad 1
El undécimo hexagrama se caracteriza por el perfecto equilibrio de las
fuerzas; es quizá el más sereno y distendido de todo el I Ching.
El Cielo y la Tierra coexisten (ATrien abajo y Khwan arriba) en un tiempo
firme y feliz, porque las fuerzas del Cielo sostienen la pasividad de la Tierra,
inundándola de energías vitales; se trata de un tiempo para vivir, porque es
raro en el alternarse de yang-yin-yang-yin, al que está sujeto todo aconteci-
miento del mundo. La composición del hexagrama esboza el momento
(ATzien-Khwan), mientras que la estructura expresa la estabilidad, la
plenitud, la totalidad, el arco completo de la generación, desde el primer
movimiento remoto de la vida (enero-febrero) hasta la culminación de la
experiencia y la pacificación de los seres (Á'un, noviembre-diciembre). El
año agrícola comienza y termina, el cielo y la tierra se unen sin fundirse; por lo
tanto, es un momento de armonía universal.

Tiempo de prosperidad

El pequeño se va, el grande llega de improviso. Éxito y suerte.

La «paz» y por lo tanto la consiguiente «prosperidad», entendida en su


acepción más amplia, nos viene dada por la alternada sucesión de yin, el
«peligro», y yang, el «grande», al igual que el ciclo agrícola y la vida del
hombre están marcados por el rítmico alternarse de las estaciones, de los
nacimientos y las muertes, de los días y las noches, de las alegrías y los sufri-
mientos. La capacidad para efectuar un juicio objetivo, la serenidad en la
aceptación de los hechos, la claridad en la visión, constituyen una conquista

1. Grande, próspero, liberal, es decir los atributos de los periodos y dé los ánimos,
cuando se vive en paz.

75
difícil y larga para todos; la «paz» es una condición tan privilegiada que nada
ha de parecemos demasiado difícil para mantenerla. El tiempo de Thái es una
época dorada, hay que vivirlo en toda su plenitud sin olvidar siquiera un
instante, y habrá que seguir todas sus sugerencias.

Hablan las imágenes

El Cielo v la Tierra se unen. Tiempo de prosperidad. El sabio, al estudiar


los valores del Cielo y de la Tierra, establece la norma de su propio compor-
tamiento. Sabio sera adaptarse a la armonía del Cielo y de la Tierra. La
izquierda estrecha a la derecha en favor de la multitud.

El pensamiento y la acción son coherentes; existe una adhesión espontá-


nea y convencida a las reglas de la vida común; los problemas personales
abren la mente y nos hacen más sensibles a los problemas del prójimo, produ-
ciéndose así una comprensión mutua que acerca y sostiene. La situación es
distendida debido a un reflejo de la serenidad interior que nos permite no dra-
matizar los acontecimientos. Esta disponibilidad del pensamiento y de las
cosas caracteriza el tiempo de Thái, un tiempo yang, lúcido y claro, que se ha
de disfrutar activamente, al igual que el campesino disfruta con sabiduría,
durante el año agrícola, los días de la siembra y de la cosecha.

Las líneas

Las líneas mutantes sugieren la forma de alcanzar esta condición feliz, nos
dicen cómo vivirla y hacer que sea completamente válida.
Por lo tanto, se trata de un tiempo que se ha de administrar sabiamente
para no arrepentimos cuando la «mutación» vuelva a llenar de sombras esos
días luminosos.

El primer nueve: Arrancar un junco con su raíz. Esto reúne. Es un bien


seguir adelante

En China, el junco es considerado como planta divina y raíz de la vida.


Simboliza la unión para la procreación; en efecto, si se extirpan y se dividen de
manera adecuada las raíces de ciertos juncos, éstas se multiplican natural-
mente produciendo una vegetación exuberante. Si se actúa con inteligencia y
atención, es el momento de sentar las bases para el desarrollo de hechos
vastos y positivos. Habrá que seguir con fe y firmeza todo lo que se encuentra
encaminado; es el tiempo para la realización de proyectos, una apertura a
nuevas ideas y formas de vivir; representa el entusiasmo de las horas más
fervorosas del día.

76
El segundo nueve: Las palabras son inútiles. Seguir subiendo, dejando una
señal en el curso de agua más próximo, y no alejarse. Olvidar las amis-
tades} Se obtiene mucho siguiendo la indicación del «justo medio» 3

Estamos rodeados de gente que habla sin construir, o bien las ideas están
demasiado dispersas para llegar a una conclusión; se trata de una situación
fastidiosa, que habrá que superar antes de que logre condicionarnos.

Habrá que dejar de lado todo lo que no es esencial e importante, para llevar
a cabo con decisión los proyectos, sin olvidar que existen ayudas y apoyos
incluso si no logramos verlos. El momento es favorable para todo.
El comportamiento adecuado para vivir de una forma justa las horas
abiertas y solares de Thái4 consistirá en mostrar una cierta firmeza para alejar
las soluciones demasiado fáciles (las amistades) y seguir las propias
convicciones.

El tercer nueve: No existe llanura sin pendiente. No existe partida sin


regreso. Es difícil la rectitud sin mácula. Sise tienefe, no hay que preocu-
parse. Es válido aquello de lo que nos nutrimos

Esto es lo que propone la mutación, el sentido remoto de cada hexagrama,


la realidad de nuestra vida mediatizada por el oráculo: un alternarse de
desilusiones y esperanzas, de alegrías y sufrimientos, de entusiasmos y
depresiones. Resulta muy difícil ser coherentes, pero no debemos preocupar-
nos si tenemos fe en nosotros mismos, en los hechos y en los demás, o si un
incontrolado movimiento interior nos proporciona la confianza necesaria. La
confianza constituye también una forma de sentirnos en paz. No debemos
olvidar que sobre las certezas se ciernen siempre sombras inquietantes, quizá
las de las amarguras del pasado, y que al menos en este momento estamos en
el camino justo, en la mejor condición para llegar a donde queremos, siempre
que nos esforcemos por mantenernos coherentes y obremos equilibradamen-
te.

El cuarto seis: Alegre revoloteo. Ningún resultado útil con un vecino. No


abrigar excesiva confianza

En épocas tan serenas es fácil que desperdiciemos nuestras energías en


ocupaciones, pensamientos o encuentros sin importancia. Podemos incluso
relacionarnos con gente de poco valor, con lo cual malgastaremos los fervien-
tes días de un tiempo rico y productivo como el de Thái. La sabiduría del
oráculo nos aconseja prestar atención y no mostrarnos demasiado superficia-
les y apresurados en nuestras decisiones y juicios, porque el entusiasmo debe
contar siempre con motivos válidos para alimentarlo constructivamente, de lo
2. En lo posible, contar sólo con las propias fuerzas.
3. Literalmente: siguiendo el curso de la justicia. Las dos interpretaciones son equi-
valentes. El «justo medio» es el equilibrio.
4. De hecho, Thái también quiere decir «extremo».

77
contrario no será otra cosa que un «alegre revoloteo», un fuego destinado a
apagarse sin dar luz ni calor.

El quinto seis: El emperador I se casa con la hermana menor. Felicidad y


suerte desde el principio

Un intercambio de opiniones, medido y conducido con inteligencia, da


siempre resultados positivos, al igual que el acoplamiento hombre-mujer, que
repite la unión del Cielo y de la Tierra. El tiempo de Thái nos propone la tarea
de discutir, revisar los proyectos, volver a considerar las posiciones y aclarar
las dudas. Se trata de un tiempo en el que se evidencian los aspectos positivos
de las personas o de las situaciones. Obviamente, siempre queda alguna
perplejidad, al igual que ocurre con todas las horas del hombre, pero en su
conjunto prevalecen las aperturas, la confianza, las certidumbres, que se han
de vivir con espíritu sereno y estudiar con inteligencia.

El seis arriba: La fortaleza desciende hasta elfoso que rodea la muralla. No


echar mano de una excesiva autoridad. Establecer el orden dentro de la
propia fortaleza

La última línea mutante cierra el mensaje del hexagrama, estipulando su


sentido y previeniendo la consternación del que asiste a la subversión de los
valores, a cambios que en apariencia carecen de explicación lógica o que no
son inmediatamente comprensibles. El prever un sufrimiento es una forma de
superarlo parcialmente; la sabiduría de los antiguos encuentra en este hexa-
grama, uno de los más serenos del oráculo, palabras de una rara fuerza
expresiva, imágenes concretas (la fortaleza desciende hasta elfoso) que ilus-
tran el doble aspecto de todos los sucesos de la vida. El hexagrama sugiere un
comportamiento equilibrado, recogido, tranquilo, incluso cuando los aconte-
cimientos tienden a precipitarse, porque llegará el tiempo en que recuperarán
su curso distendido. Yang-yin-yang, el péndulo imaginario que gobierna la
sabiduría del oráculo, alterna el paso de las estrellas invernales con el de las
estivales, al igual que pasan los desos y los sufrimientos, las esperanzas y las
desilusiones por la vida de todos. El momento más luminoso del día coincide
con las primeras horas de la noche; la hora más negra de la noche ofrece los
primeros albores del amanencer; se trata de una realidad inmutable, pero no
siempre fácil de vivir.

De la vida humana
conoce el sentido;
sólo así
la vivirás de veras.5

5. L i P o , tomado de G. Bertuccioli, La letteratura ciñese, Florencia, 1968.

78
12. Pki: Cierre

£
Cierre1

En este hexagrama, las tres líneas yin confinan a la inmovilidad a las tres
líneas yang, todo lo contrario de lo que ocurría en el hexagrama precedente,
donde la apertura hacia lo alto resultaba evidente por la composición gráfica,
y aparecía ilustrada por la lectura del signo mismo.
Al ferviente y luminoso momento de prosperidad le sigue un tiempo de cie-
rre y de obstáculos, cuando el abatimiento y el cansancio paralizan la activi-
dad y nos inmovilizan con una turbada pereza interior que no es posible su-
perar. A nuestro alrededor todo está claro: hay tres líneas^an^, pero la oscuri-
dad está «adentro»; en nosotros y en las situaciones en que estamos inmersos
existe oscuridad; en esta oscuridad se radican los pensamientos, los proyec-
tos, las esperanzas, los juicios, y es precisamente este el concepto que explica
la estructura.
Un trigrama sugiere la dureza de la piedra (Kan), realidad insuperable si
no se tiene la paciente voluntad de salir adelante y penetrar en tiempos tan ce-
rrados (Sun).

Tiempo de cierre

Tiempo de cierre por culpa de gente malvada.1 Nada es ventajoso para


quien sólo conoce el bien. El grande se va; viene el pequeño.

Los temores y las dudas no constituyen la condición más adecuada para


obrar según las normas usuales, incluso porque la hostilidad y las incompren-
siones (verdaderas o imaginarias) dificultan la realización serena de todo pro-
grama e impiden el entusiasmo necesario para hacer proyectos distintos.
1. Obstáculo, malo, vicioso, desgraciado.
2. Es decir, todo lo que parece insignificante o directamente negativo.

79
Ni siquiera nos hallamos en condiciones de ver las aperturas, que siempre
existen en todas las circunstancias, pues por oscuro que nos parezca todo,
siempre existe un rayo de luz; por lo tanto, será mejor esperar a que lleguen
condiciones más distendidas, sin dejarnos encandilar por soluciones pasaje-
ras, optimismos momentáneos y palabras insidiosas. Los acontecimientos se
recompondrán por sí solos.
El mayor peligro, en este momento de debilidad y ofuscación, reside preci-
samente en la tentación de aceptar el compromiso con el único fin de encon-
trar una salida que nos permita librarnos de los aprietos a que nos somete una
determinada situación (o pensamientos), que nos resulta demasiado condicio-
nante. Phi nos sugiere paciencia y resignación ante la pausa obligada, pero al
mismo tiempo nos dice que hemos de permanecer alerta para interceptar las
primeras escaramuzas de los tiempos.

Hablan las imágenes


El Cielo y la Tierra no se encuentran. Tiempo de obstáculos. Sólo el
Iluminado, que posee la fuerza de la sencillez, acepta el sufrimiento. No se
pueden tener ni reconocimientos ni gloria.

El cielo se halla muy alejado, y la tierra aislada, en la pasiva aceptación de


sus horas oscuras; un tiempo que ha de vivirse tal como es porque ninguna in-
tervención puede revertirlo y convertirlo en abierto a los apremios, proven-
gan de donde provengan. Meses de invierno, cuando el cielo parece alejado y
la tierra sin vida, sin futuro, adormilada en un sueño parecido a la muerte. Phi
es un hexagrama muy duro de vivir, pero no es definitivo, tal como sugiere la
consoladora sabiduría de la «mutación».

Las líneas
Las líneas mutantes describen este momento en sus aspectos más determi-
nantes, indicándonos sabiamente que existen algunos movimientos, los cua-
les pueden advertirse ya cuando las situaciones se estancan y cuando otros he-
chos se anuncian como leves esperanzas de apertura. Un minúsculo yang
dentro del neblinoso y opaco yin.

El primer seis: Arrancar el junco y las raíces. Mantenerse en las propias


posiciones. Premisas ventajosas para quien actúa con decisión

La firmeza no es obstinación, sino la voluntad decidida de ver con clari-


dad la situación y aceptar los hechos como una experiencia que se convertirá
en válida con la sucesiva e inevitable mutación de las cosas.
Es el momento de examinar todo lo que nos interesa o preocupa, y de
adoptar posiciones precisas en relación con los problemas a resolver, sólo así
se podrán superar los primeros obstáculos y adquirir un poco de la confianza
necesaria para trabajar con perseverancia, incluso cuando los resultados

80
parezcan inferiores a las expectativas. Una de las enseñanzas del difícil
tiempo de Phi es que hemos de aprender a juzgar y a comportarnos cuando
todo parece confabularse en contra nuestra.

El segundo seis: Responsabilidad de un subordinado. Exito para el hombre


inferior. Desdicha favorable para el superior

Llega el momento en que se iluminan incluso los rincones que en todojar-


dín suelen estar sumidos en las sombras; los matices adquieren significado, los
consuelos humildes, cotidianos, a los que se da poca importancia, se convier-
ten en grandes alegrías, que se agradecerán más porque eran inesperadas en
esta época que puede tener horas muy difíciles. El hexagrama nos aconseja
que busquemos en las personas (o en las situaciones) todo aquello que podría
escapársenos (responsabilidad del subordinado), pues aunque parezca
carecer de importancia, habrá que tenerlo presente al menos en este momento,
si deseamos resolver el problema adecuadamente (éxito para el hombre infe-
rior). Serán precisamente los detalles a los que se presta poca atención los que
aportarán la clave que nos permitirá comprender y superar las dificultades.
Por lo tanto, hemos de prestar atención también a las sensaciones fugaces, las
cuales nos ayudarán a evaluar los hechos y nos permitirán ser claros en las dis-
cusiones importantes y difíciles que hemos de mantener.

El tercer seis: Vergüenza responsable

El darnos cuenta de nuestros errores, o al menos el sospechar que nos he-


mos equivocado en algo, constituye un paso importante que nos conducirá a la
solución de los problemas que nos preocupan, porque eso permite la revisión
de nuestros juicios y nuestras certezas. La situación indicada por la tercera
línea mutante es el resultado de un comportamiento inadecuado a las circuns-
tancias, de hecho vividas de un modo inadecuado. Una vez más, el oráculo
nos recuerda que Phi es un tiempo de revisiones serias y responsables.

El cuarto nueve: Si nos vemos obligados, quedaremos sin culpas. La posi-


ción es independiente de la suerte

Ocurre a veces que en las épocas particularmente negativas ni siquiera so-


mos responsables de nuestros errores, por lo cual la posición en que nos en-
contramos a pesar de nosotros mismos no condiciona todo lo que pueda ha-
ber de positivo y favorable en un futuro no muy lejano. No habrá ningún re-
mordimiento, ninguna añoranza, sólo una evaluación detenida de lo que debe-
mos hacer mientras esperamos que llegue una mayor claridad de pensamien-
tos e ideas.

El quinto nueve: El tiempo de cierre termina. Suerte para el hombre supe-


rior. ¡Este tiempo se acaba! Golpear las moreras con el junco

La situación evoluciona lenta pero seguramente, estableciendo mejores

81
condiciones para quien Sabe valorar los acontecimientos con sabiduría, sin
pretender que los tiempos pasen de prisa, pero observando las señales de la
progresiva mejoría con fe y optimismo. Es el momento de obrar con energía,
superando miedos, desconfianzas, cansancios, para reencontrar el acostum-
brado ritmo de los pensamientos y las acciones.

El nueve arriba: El tiempo de cierre termina. Primero sufrimiento,3 luego


felicidad

En el equilibrio de los acontecimientos, Phi tiene un significado preciso:


permite evaluar todo lo que hay de positivo, sin ilusiones pero con muchas es-
peranzas en el futuro yang que seguirá al difícil yin del presente. Se trata,
pues, de los dos aspectos de toda situación, de toda vida; los días y las noches
que se suceden impasibles para componer la misteriosa armonía terrestre.

Un viento repentino turba las nubes,


los señores de la guerra4 dan batalla.
El odio se propaga entre los hombres.
Despiertas sobre la almohada y ves otra vez tu mijo.5

3. Literalmente: desventura.
4. Las potencias adversas, los dioses de la tempestad.
5. Antiguo proverbio chino que significa el reencuentro con la esperanza y la
alegría después de muchas desdichas.
De: Treinta y siete poesías de Mao Tse-tung, tomado de JERÓME C H ' É N , Mao Tse-
tung e la rivoluzione ciñese, Florencia, 1969.

82
Thung Zan:
13. Hombres reunidos

Hombres reunidos 1

Una boca que habla dentro de unos límites, ése es el gráfico que sugiere la
vida «en común», el «estar juntos», con sus leyes, sus aperturas, sus límites. El
signo está compuesto por f&J thung, que significa «el mismo», «igual»,
«juntos», «con», «en común», «todos unidos», y zan, «hombre», es
decir representa la idea de la «comunidad». Un tiempo activo, una situación
decididamente yang, tal como indican la estructura y la composición; sin em-
bargo, es además una situación que se ha de vigilar, pues a pesar de que los
programas, las acciones y los deseos se encuentran en la mejor de las concor-
dancias, pueden intervenir elementos de fractura (Li). El hexagrama, tranqui-
lo y claro, puntualiza «cómo» vivir en estas condiciones y cuáles son los aspec-
tos que se han de controlar para que la comunión de hechos y pensamientos
sea verdaderamente activa.

Tiempo de permanecer unidos

Tiempo de permanecer unidos en el desierto.2 Ventajoso cruzar las gran-


des aguas. Para el sabio, sólo tiene valor la rectitud.

Cuando se decide poner en marcha una colaboración, o vivir una situa-


ción que puede representar aspectos contrastantes e imprevisibles, al igual

1. El ideograma se compone de tres signos: I ) limite, boca que habla, A .


hombre, por lo cual el sentido queda claro y bien definido: socio, compañero, persona de
la misma familia, de un círculo cerrado.
2. El «desierto» era precisamente una región vasta y deshabitada, la llanura o el es-
pacio que se extendía fuera de las murallas de la ciudad, un lugar «lejano», indetermi-
nado. En este contexto indica una situación en cuyos comienzos todavía no se puede
prever su evolución.

83
que los distintos tipos de hombres que componen una comunidad a cualquier
nivel, es necesario recordar que los vínculos duraderos, las realizaciones só-
lidas, se fundan en la sinceridad de los sentimientos, la claridad de las con-
versaciones y la disponibilidad para aceptar a los demás o a los aconte-
cimientos, tal como son o como se presentan, y no como quisiéramos que
fueran o se presentaran, al pensar en ellos de un modo abstracto. Es el mo-
mento de poner en marcha los programas sin la pretensión de¡ ver sus conclu-
siones de inmediato, porque en el tiempo de Thung Zan abundan los factores
imprevisibles que conducen a la evolución o a la conclusión de la situación
misma. Una vez más, el I Ching nos enseña la sabiduría de las vicisitudes
alternadas, que son aspectos de la vida sobre la Tierra.
La propuesta de las imágenes describe con su veloz movimiento de ele-
mentos contrastantes (cielo y fuego) el concepto de lo que propone el hexa-
grama. Un rayo, una estrella, un relámpago surcan el cielo marcándolo con la
velocidad de pensamientos luminosos; todo lo que hay en el universo, en el
macrocosmos, tiene un significado, y a menudo los elementos distintos se
unen para expresar hechos naturales. Lo mismo ocurre con los sueños, los
hechos y los pensamientos de los hombres.

Hablan las imágenes

Cielo y fuego. Hombres reunidos. Sólo el sabio es capaz de clasificara


los vivos en tipos y dividirlos en grupos.

Al igual que los individuos, los aspectos de toda situación son múltiples y
con frecuencia imprevisibles y discordantes; por eso no son comprensibles de
un modo inmediato, precisamente porque son muchos y porque cada uno de
ellos cuenta con su lógico desarrollo (o punto de vista), su significado preciso
y una razón de ser definida pero desconocida dentro del mosaico de hechos y
reacciones. Inmovilidad remota del cielo, inquieto y mutante crepitar de lla-
mas: la imagen de una muchedumbre, de un carácter, de cosas venideras, con
las contradicciones, los interrogantes, las sorpresas que forman la trama de
toda vida. Habrá que estudiar con calma lo que nos interesa, separar las apa-
riencias de la realidad concreta, lo verdadero de lo falso, en una palabra, com-
prender lo que «es» y lo que ocurre. Así podremos entrar en las situaciones
con una clara conciencia de todo lo que se ha de hacer para no desperdiciar las
energías o cometer peligrosos errores de cálculo. El conocer implica siempre
una elección, una aceptación o una conclusión, sin ilusiones y sin miedos.

Las líneas

Las líneas mutantes indican que el tiempo de «estar juntos» es además el


tiempo de mostrarnos abiertos pero prudentes, porque la vida comunitaria es
siempre difícil, tanto como encontrar un sentido a los hechos de la vida coti-
diana. Entre las líneas yang aparece una línea yin; se trata de una sombra que

84
podría pasar inadvertida, pero sería un grave error subestimar su silenciosa
presencia.

El primer nueve: Hombres reunidos en la puerta. Ningún error

La aclaración preliminar, reunirse para definir los programas, o incluso


para conocerse o conocer las posturas de los demás sin ningún condiciona-
miento ambiental, resulta fundamental en toda relación, sea del nivel que sea.
Si no se tiene esta prudencia inicial, el «no encontrarse en la puerta» antes de
decidir o construir podría condicionar negativamente los resultados.

El segundo seis: Hombres reunidos a causa de antepasados comunes. Des-


gracia

No se deben forzar los encuentros, los acontecimientos han de ocurrir


como consecuencia del alternarse de causas y efectos en el tiempo que justifi-
ca la mutación. El peligro indicado por esta línea yin, o sea un momento de
sombra en el hexagrama solar y humano de la vida comunitaria, constituye el
error de considerar positiva una relación sólo porque está basada en las cos-
tumbres, o se ha desarrollado en un determinado ambiente de pensamientos e
intereses comunes. A veces es necesario liberarse de los vínculos (o con-
vicciones) superados; hemos de recuperar la individualidad, para peder deci-
dir con la mayor objetividad posible.

El tercer nueve: En la espesura de la hierba se ocultan ramas. Se sube una


colina alta. Tres años sin serenidad de espíritu

Momento difícil; las insidias se ocultan en cada situación, y a menudo pre-


cisamente donde menos lo imaginamos. Por eso será necesario proceder con
cautela, tanto al dar confianza como al tomar decisiones. Son períodos de aba-
timiento, épocas inquietas y nerviosas que nos dejan profundamente desilu-
sionados de nosotros mismos y de los demás. Por lo tanto, será necesario
aprender a vivir con calma estos días preocupantes, y obrar sin dramatismos
cuando parece que todo se derrumba inexorablemente, porque el tiempo de
Thung Zan resulta siempre un tiempo positivo.

El cuarto nueve: Subir a la propia fortaleza, No se vence embistiendo.


Éxito

La convivencia, el curso de los pensamientos, la evolución de las situa-


ciones tienen pausas de silencio difíciles pero necesarias, precisamente
porque nos enseñan la paciente firmeza de la resistencia pasiva, y nos permite
volver a considerar todo lo que se ha hecho para programar cuanto nos queda
por hacer. Es ésta una líneayang muy sabia que nos invita a la reflexión y nos
induce a doptar razonamientos más amplios, como el paisaje que se extiende
alrededor del recogimiento de una fortaleza.
Nos parecerá que estamos solos, pero en realidad el momento ofrece la

85
posibilidad de decidir con calma, sin presiones exteriores, de ver con fría y
serena objetividad cómo alcanzar resultados positivos o resolver los proble-
mas que nos preocupan.

El quinto nueve: Hombres reunidos. Al principio, risas y lamentos; luego,


risas. Un gran jefe sojuzga y une a quienes están juntos

Resulta difícil lograr que concuerden pensamientos y acciones, deseos y


hechos, realidad y sueños. La complejidad del carácter, como de la vida en
común, hace que muchas situaciones se vuelvan inestables o borrascosas, por
lo que resulta muy difícil vivirlas en su justa medida. La quinta línea desacon-
seja un exceso de pesimismo, pero también los optimismos injustificados; más
que nunca, debemos mantenernos en el «justo medio» al juzgar tanto los
acontecimientos como nuestras actitudes o las ajenas. Es conveniente que nos
mostremos enérgicos y que no nos dejemos vencer por el cansancio o la pre-
potencia; hemos de dominar los sentimientos y a las personas con firmeza,
para restablecer el equilibrio perdido no se sabe cómo, y para realizar con
serenidad lo que los tiempos proponen.

El nueve arriba: Hombres reunidos fuera de las murallas.3 Ningún arre-


pentimiento

La sexta línea nos sugiere que hay que mirar más allá de los propios inte-
reses y problemas inmediatos, acudir a los demás en busca de ayuda y con-
sejo, ensanchar los propios horizontes. Más allá del limitado paisaje que
vemos desde la puerta de nuestra propia casa, existe para todos nosotros un
campo vastísimo de encuentros y relaciones activas, pero habrá que superar el
seto espinoso que rodea nuestro huerto. Es el momento de no dejar pasar
ocasiones importantes, aunque para ello debamos dejar de lado todo lo que no
sea urgente en el presente, a fin de sentar las bases de lo que en el futuro será
una ventaja.

Los reciales no deshacen


el haz bien atado.
Hermanos somos, pequeños y grandes;
no escuchéis la cháchara
de quien miente para engañaros.
La espuma no deshace los haces.4

3. En la llanura, generalmente a un trecho de la ciudad.


4. Libro 7, Conclusiones de Chéng, XVIII.

86
14® Ta Yu: Gran dominio

Gran dominio 1

Se trata del hexagrama de la soberanía feliz de una época dorada, cuando


la fusión entre los hombres (o la armonía de los pensamientos), plenamente
realizada, divide los días en ritmos fervientes y gozosos.
Dos ideogramas, describen la figura del Soberano, el
tiempo rico de la prosperidad, el dominio de los impulsos, las pasiones y los
deseos, que convierte en plena la personalidad y aclara la visión de las cosas.
El mensaje ordenado y consecuente de los hexagramas nos dice: no se puede
estar indefinidamente en la decadencia (Phi); nos unimos, organizamos las
ideas, programamos las acciones (Thung Zan) y así llegamos a dominarnos a
nosotros mismos y a los acontecimientos, en una época de prosperidad y fe,
porque poseemos un conocimiento exacto de los límites y de las posibilida-
des. Esa es precisamente la situación que describe Tá Yü.

Tiempo de gran domimlo

Tiempo de logros felices.

Se definen la dimensión de la realidad cotidiana; el dominio sobre los pen-


samientos y las personas (y las decisiones); la liberación de prejuicios o te-
mores que habían hecho inquieto el tiempo de Pi y las vicisitudes de Thung
Zan. Es el momento de obrar, de estar seguros, de tener confianza en sí mis-
mos, un momento de soluciones y resoluciones que no debemos dejar pasar
alocadamente, porque tiene una fuerza que no suele presentársele con fre-
cuencia al hombre. Se trata de la fuerza de los antiguos Reyes-Fundadores, de
la que habaln con reverencia las tradiciones y leyendas chinas.

1. Oran abundancia, riqueza, prosperidad, dominio.

87
Hablan las imágenes

Fuego que se eleva hacia el cielo. Tiempo de «gran dominio». Sólo el


Iluminado sabe revelar el bien combatiendo el mal.

La imagen osada y esplendorosa que resulta casi intraducibie en palabras


porque los ideogramas la describen con líneas movidas y nerviosas ilustra el
concepto expresado por el hexagrama, concepto quizá demasiado abstracto
como para resultar inmediatamente comprensible como propuesta concreta.
Es un dibujo de victorias.
Quien sabe ver con claridad sabe obrar en consecuencia, por eso el ideo-
grama ^ , «sabio», puede traducirse como «Iluminado», uno de los atri-
butos de Buda, el Iluminado por excelencia. Se trata de una condición mental
y espiritual verdaderamente rara, que permite considerar los aspectos nega-
tivos con la misma serenidad con que se examinan habitualmente los positi-
vos, juzgando su importancia efectiva, más allá de cualquier pasión secun-
daria.

Las líneas

Las líneas mutantes, subrayando las sombras infaltables en toda situa-


ción terrestre, incluso en las estaciones más felices, puntualizan la propuesta
del esplendoroso hexagrama, que habla de los distintos casos de la vida de to-
dos, vida que es una experiencia y una búsqueda constante de certezas sobre
las cuales construir.

El primer nueve: No ser solidarios en el error. Ninguna culpa. Dominando


el duro sufrimiento no nos sentiremos culpables

La primera condición para que logremos afrontar preocupaciones y


situaciones ambiguas consiste en no optar por soluciones demasiado fáciles,
evitando cualquier compromiso, incluso con nosotros mismos. Deberemos
ser claros en las acciones y en los pensamientos, adoptar convicciones fir-
mes, y a veces hacer el sacrificio de no ceder. En el tiempo de Tá Yü ningún
error de cálculo resultará grave, y ninguna dureza excesiva; las consecuen-
cias de las posturas decididas pasarán a ser realizaciones afortunadas, a veces
superiores a las expectativas, tal como les ocurrió a los míticos Reyes-Funda-
dores, que edificaron el espléndido monumento de la civilización china.

El segundo nueve: Arrastrar un enorme carro. A menudo nos imponemos


los demás. Ningún error

Se trata de un tiempo de grandes fatigas y enormes responsabilidades; pue-


de resultar difícil salir de un estado de cansancio o de una situación penosa y
poco clara, pero habrá que hacerlo a toda costa. La conquista y el dominio re-
quieren energía y sabiduría, pero es la única forma válida de vivir los días de

88
Ta Yü, en los que es .necesario mantener orden y serenidad, porque pasan de
prisa, y nos corresponde a nosotros hacer que duren para poder disfrutarlos
mejor, aprovechando la potencia de realización que nos brindan.

El tercer nueve: El Duque actúa libremente con respecto al Hijo del Cielo.2
El hombre inferior no lo logra

Cuando se tiene razón porque se conocen los hechos, es necesario inter-


venir con decisión. Nos hallamos en situaciones, o ante personas, que po-
drí an avasallar nuestras decisiones con su presencia o con el peso de su impor-
tancia, infundiéndonos el temor a equivocarnos. No obstante, lo que cuenta
en este momento es que sepamos afrontar cada caso con claridad de juicio,
claridad que se convertirá en una fuerza activa, porque armoniza con el tiem-
po del equilibrio y de la fuerza que es Ta Yü, un paso de planetas favorables en
el cielo. La tercera línea sugiere que hemos de afrontar los problemas (o a las
personas) sin titubeos, pues son muchas las posibilidades de éxito.

El cuarto nueve: Él no es poderoso. Ninguna culpa

La actitud adecuada a las circunstancias y al tiempo indicados por la


cuarta línea será la de hacer todo aquello que esté en nuestras manos; no debe-
mos ir más allá, pues no estamos demasiado seguros. Desconocemos los tér-
minos exactos del problema (o no conocemos a las personas adecuadas), por
lo cual será mejor posponer toda decisión o intervención hasta que nos encon-
tremos en condiciones de saber más. Es importante no sobrepasar los propios
límites, y proceder sólo si se tiene la certeza de haber hecho lo posible para no
recriminárnoslo después.

El quinto seis: La confianza es similar a una fusión. Es similar a una alian-


za. Suerte

Parece como si esta línea continuara y aclarara el contenido de la ante-


rior. El tener fe en las propias posibilidades, y en el apoyo de los demás, nos
proporcionará fuerza y aliados que nos permitirán enfrentarnos a las dificulta-
des de lo que se está discutiendo o nos preocupa, fuerza que es necesaria para
la solución positiva de los problemas. Es posible que en soledad no logremos
ver claro, por lo que es justo que busquemos amigos y pareceres, o bien que
demos un curso distinto a las propias suposiciones. Se trata de la política de la
no violencia, la lógica de la convicción, al igual que ocurre en los tiempos de
paz que la historia denomina «edad de oro». Conocida la situación, sopesa-
das nuestras reacciones y aclaradas las relaciones, se verifica el «gran domi-
nio»: la solucioón estará en nuestras manos.

2. El Emperador.

89
El nueve arriba: Gracias a la ayuda del cielo,1 felicidad no sin un cierto
éxito

El hexagrama concluye su mensaje describiendo un momento espiritual e


intelectual de excepción, una conjunción de hechos tan rara que resulta casi
mágica, divina. Se ha llegado al conocimiento sin incertidumbres, y a la segu-
ridad después de largas dudas y rebeliones; lo que se decida «estará bien»,
porque puede servir para consolidar la fe a la espera de tiempos menos esplén-
didos, los difíciles tiempos yin de toda vida.
Habrá que actuar, pues, con entusiasmo y coraje, aclarar, discutir, resol-
ver en el ámbito de las propias posibilidades, porque Ta Yü significa dominio,
creatividad, obras, profusión de programas para el futuro.

Escucha el canto del Fénix


en la cima de la colina,
entre los bosques de dyandra
abiertos al Sol de Levante.
Tupidas las hojas,
calmo y sereno el canto.*

3. Es decir, de potencias superiores.


4. C O N F U C I O , Tá Chuán, Libro II, Década de Shéng Min, VIII, 9.

90
Khien:
15. Condescendencia

Condescendencia 1

La condescendencia es la capacidad de aceptar la vida, los hechos, al pró-


jimo, sin demasiadas discusiones, ordenando nuestros propios pensamientos
sin dramas, siendo prudentes en la acción que nos lleva a cumplir tranquila-
mente con todo lo que se ha dispuesto y programado.2
No es momento de provocar contrastes, sino de organizar con calma las
grandes cosas que deseamos hacer. El sentido del hexagrama viene dado so-
bre todo, por su composición: la dureza de la montaña (Kan) confiere firmeza
a la receptiva pasividad de la Tierra (Khwan) y, sosteniéndola, la hace fuerte y
segura.
Por tanto, se trata de montañas dentro de la Tierra, de la inflexibilidad del
carácter a pesar de la completa disponibilidad exterior, una condición de
fuerza que no se manifiesta con formas extraordinarias, pero que constituye
una realidad indiscutible presente en muchas personas y en muchos hechos de
la vida.

Tiempos de condescendencia

Tiempo defuerza. Sólo la mente iluminada sabe que ha de tener en cuen-


ta las conclusiones.3

Cuando se vive un tiempo rico y espléndido como el que indica el hexa-


grama anterior, podemos sentirnos tentados a aceptar las cosas con demasia-
da facilidad, sin preocuparnos de la inevitable mutación de las condiciones,
creyéndonos muy fuertes, muy capaces, muy sabios, por haber sabido mode-

1. Humilde, modesto, oculto.


2. Según el sentido del oráculo, la condescendencia supone disponibilidad exterior
y actitud moral.
3. Literalmente: la finalidad y el terminar de las cosas.

91
lar unos días tan felices. La verdadera fuerza y la verdadera sabiduría son las
que Kh ien nos evoca, pues nos invita a tener en cuenta el inevitable fin de cada
cosa, de las metas que perseguimos, independientemente de la favorable y a
menudo casual combinación de hechos afortunados.

Hablan las imágenes

En el centro de la tierra, montañas. Tiempo de condescendencia. Sólo el


sabio valora lo mucho y lo poco. Sabe hacer que las cosas, en su evolución, se
correspondan exactamente.

La Tierra es la imagen de la humildad, de la sumisión, de la aceptación pa-


siva; las montañas son erectas, duras, inamovibles; estas audaces imágenes,
en donde las montañas son colocadas «dentro de la Tierra», describen la con-
descendencia como una condición extraordinariamente estable, a pesar de su
apariencia de modestia. La verdadera fuerza interior sabe doblegarse ante la
necesidad del momento, tal vez con un duro sacrificio, manteniéndose desa-
pegada y alejada de los entusiasmos y el abatimiento, de la ira y la indiferen-
cia, porque confía en la lev alterna de la mutación y, en su devenir, ve clara-
mente la realidad.
La verdadera sabiduría es la de las raíces, porque es precisamente de las
raíces del presente de donde brotan los hechos futuros.

Las líneas

Las líneas mutantes discuten el concepto de «condescendencia», aplicán-


dolo a pocos casos que comprenden muchas situaciones distintas y posibles
de la vida, y así establecen su sentido menos evidente.
El ser humildes es apariencia para velar la grandeza interior, el ser condes-
cendientes para no imponer nuestra inflexibilidad, pero lograr al mismo tiem-
po llevar a cabo nuestros designios, es una señal de fuerza; el hexagrama
puede referirse también a una situación que parece simple, pero que es más
complicada de lo que se pueda imaginar por sus signos externos, por lo cual
hemos de evaluarla con extrema atención.

El primer seis: Sólo el sabio es muy condescendiente,4 Ventajoso cruzar una


gran agua. Éxito

Se puede afrontar con serenidad la situación, tomar decisiones, obrar con


seguridad, porque el momento es favorable. Quien es prudente y evalúa con
sabiduría las cosas podrá realizar todo tipo de intervención, incluso en tiem-
pos aparentemente difíciles, y en condiciones de perplejidad. Simplemente,

4. Literalmente: condescendiente condescendiente. En chino, el superlativo se ex-


presa a menudo por la repetición del adjetivo, especialmente en el chino antiguo.

92
sin choques y sin dramas, se llegará a las soluciones más adecuadas de los pro-
blemas, y a las respuestas más lógicas a las preguntas que nos acucian en estos
di as.

El segundo seis: Demostrar que se es condescendiente. Fortuna y éxito

El mensaje del hexagrama se continúa con una puntualización acerca de la


actitud que se ha de tener; para lograr resultados que se revelarán como posi-
tivos es necesario tener un comportamiento simple y natural, no forzar las de-
cisiones y no rebasar con el pensamiento la realidad efectiva de las cosas, o
sea la más evidente. Eso no quiere decir que haya que adaptar nuestra forma
de pensar o nuestra actitud interior; el hexagrama nos advierte que hemos de
ser sólidos como las montañas y adecuarnos en lo posible a las exigencias del
momento, sin dejar de lado la linea de conducta que creemos justa. En defi-
nitiva, habrá que tomar los acontecimientos, las situaciones, las personas o las
decisiones sin violencia y sin precipitación. El tiempo de ATrien es un tiempo
de prudencia y de mucho silencio, de paciencia y de tranquilo coraje.

El tercer nueve: Sólo el Sabio es digno y condescendiente. Sus conclusio-


nes son felices

El adjetivo «digno» indica un trabajo que se ha de llevar a cabo para llegar


serenamente a las conclusiones deseadas. Quien se comporte sabiamente re-
sultará premiado por los éxitos de su trabajo. La tercera línea nos recuerda
que nada se da de manera gratuita, pero será precisamente la satisfacción de
los esfuerzos realizados la que hará que los resultados nos parezcan válidos.
Se trata de una líneayang, dura, inflexible, valiente, pero al mismo tiempo es-
pléndida y segura, pues su presencia define el hexagrama y completa su sabio
mensaje.

El cuarto seis: Nada sin ventaja. La modestia será reconocida

Otro momento positivo en la evolución de los hechos, porque existe el re-


conocimiento del algo (o de alguien, o de un aspecto de la situación) que es
muy importante, pero que había quedado en las sombras y no de había con-
siderado con la atención debida. La línea yin nos dice que pueden subsistir
dudas, dificultades, temores, pero Khien es un tiempo favorable, aunque no
resulte comprensible de forma inmediata y a veces resulte difícil vivirlo con
fe. Los hechos lo confirmarán cuando evidencien la validez de las elecciones y
las decisiones, cuya responsabilidad hemos aceptado.

El quinto seis: Incluso sin riqueza se atrae al vecino. Ventajoso obrar inva-
diendo y abatiendo. Nada sin éxito

Existe una supremacía moral, una fuerza oculta de la que debemos dar-
nos cuenta para imponer nuestra voluntad o tomar decisiones, doblegando a
personas y situaciones hacia determinadas direcciones, e imprimiendo un cur-

93
so preciso a los acontecimientos. El momento indicado por la quinta línea es
un tiempo en el que se ha de intervenir, incluso con dureza, porque tanto las
posibilidades como las ocasiones nos son favorables; es el momento de las ac-
titudes enérgicas, de las decisiones drásticas, porque nuestra intervención
está apoyada por un correcto modo de juzgar las cosas.
La actitud firme hasta rayar en la dureza (hacia sí mismos o en relación
con los hechos) nos da amplias garantías de éxito, precisamente porque se
trata de un momento extraordinario, dentro de un tiempo de prudencia y cal-
mada sabiduría.

El seis arriba: Reputación de condescendencia. Ventajoso utilizar la acción


defuerzas armadas. Se someten ciudades fortificadas y naciones enteras

En el reconocimiento de la superioridad moral aparece una sospecha de de-


bilidad, por lo que se hace necesaria una intervención decisiva y abierta, para
que no seamos derrotados. Habrá que reunir las propias energías; hemos de
imponernos con la inflexibilidad indicada por las «montañas», y que había
permanecido oculta tal como lo quería el consejo del tiempo; habrá que reve-
lar la sabiduría de un cierto comportamiento e intervenir oportunamente para
resolver la situación, que quizá amenaza con comprometernos y preocupar-
nos sin una razón válida. La grandeza oculta del tiempo de Kh ien es como una
bola de fuego que surca el horizonte de esta última y gloriosa línea.

El ciprés alejado, baja maraña


asida a la tierra,
oscuro y denso, solo se yergue
en libertad y ante los vientos.
Su inmovilidad es naturaleza,
clara fuerza de espíritu.5

5. Las trescientas poesías T'ang, Einaudi.

94
16. Yü: Ocuparse

Ocuparse1

La composición define un momento particularmente ferviente del año


agrícola, en el cual la Tierra se estremece con las primeras señales del des-
pertar (_K"an, enero-febrero); por eso, el tiempo de Yü es un tiempo activo, con
sus dificultades y sus preocupaciones, incluso en las situaciones humanas. La
estructura, momento de recogimiento (Kan-Khan), queda aclarada luego por
las líneas mutantes, que invitan a meditar acerca de la contraposición de acti-
vidad e inactividad, acentuando así su importancia, y señalando la necesidad
de la acción en las distintas situaciones propuestas por el devenir cotidiano de
las cosas. Se trata de un tiempo para prepararnos a las soluciones futuras, en el
cual hemos de prever las dificultades, trabajar con serenidad en la construc-
ción de nuestras vidas y llevar a cabo nuestros proyectos, especialmente los
más laboriosos.

Tiempo de ocuparse

Ventajoso nombrar feudatarios y hacer marchar a los ejércitos.


El tiempo de Yü es un tiempo de acción, como lo fue el de Yü, el Grande,
uno de los Reyes-Sabios, fundadores de la milenaria civilización china, tiem-
po mítico de héroes y santos. El mandamiento de Yü nos exige adecuarnos a la
situación y movernos según los impulsos, estar en paz con nuestros pensa-
mientos, eliminar las preocupaciones sin fundamento que turban el equilibrio
e impiden reaccionar. En el hexagrama, vemos una Mnz&yang, que se yergue
luminosa entre cinco lineasen, y que compone el trigrama ATan(— — ) . el
cual domina la situación con su joven fuerza de energías nuevas, porque K an
es el elemento del movimiento.
1. Ocuparse de algo, asunto, oficio, deber, preparación, obligación, ocupación.

95
Hablan las imágenes

Elfuego mana de la tierra. Tiempo de ocuparse. Al componer música, los


antiguos soberanos honraban la fuerza; por eso la música era dedicada al
Gran Hijo del Cielo.

Los hombres y los pueblos han sentido siempre que la música es un ele-
mento fundamental para liberar a la mente y al corazón de las angustias de la
vida cotidiana. Para los chinos de la antigüedad, la música fue el medio para
entrar en relación con el Universo, para valorar los ritos y consagrar las pala-
bras. Cada instrumento tenia una particularidad: las «campanas» eran
guerreras; las «piedras sonoras», 2 heroicas; las «cuerdas», 3 austeras; los
«instrumentos de viento» daban idea de vastedad y de multitud; los «tambo-
res» hablaban de la intrepidez de la muchedumbre. Las imágenes de Yü
evocan esta atmósfera mítica; el «fuego» que «mana de la tierra» con la agi-
tación deslumbrada de la naturaleza pinta tiempos fervientes de preparación,
en el clima estupefacto de los antiguos hechos heroicos, cuando lo divino se
había establecido en la realidad cotidiana. El de Yü es un tiempo de armonía y
fervor, un tiempo que se ha de vivir con entusiasmo y mucha voluntad.

Las líneas

Después de la esplendorosa felicidad de las imágenes, el mensaje de las


líneas mutantes vuelve a tomar el concepto diseñado por el hexagrama, para
expresar con exactitud su profundo pensamiento.

El primer seis: Cantar4 anticipadamente. Desgracia

Ni siquiera en tiempos de serenidad y confianza resulta oportuno mostrar-


nos demasiado seguros, ni creer que lo hemos concluido todo. Son justas las
dudas y las perplejidades, por lo cual debemos trabajar activamente para que
la situación sea clara, y prepararnos para los eventuales desarrollos, de ma-
nera que no nos sorprendan los acontecimientos. Habrá que guardarse de los
excesos, tanto de optimismo como de pesimismo; es ésta una máxima de sabi-
duría elemental, un consejo oportuno en este momento especialmente vivaz y
por tanto muy peligroso.

El segundo seis: Dureza de la piedra. Días sin frío. Felicidad y suerte

Felicidad y suerte para quien, con firme paciencia, ve transcurrir el tiem-


po, que parece siempre demasiado largo, por las ansias de llegar a una con-
clusión.
2. Las «piedras sonoras» son una especie de tambor de piedra, es decir una especie
de estela con forma de tambor; fueron descubiertas a principios del siglo vil, cerca de
Feng-hi-siang, en Shansi.
3. Los instrumentos de cuerda.
4. El ideograma significa precisamente «imitar el canto de los pájaros».

96
Si se desea una realización, la actitud adecuada es la de mantenerse sóli-
dos como la roca contra el desgaste de la espera, de la inquietud y de la incer-
tidumbre; el tiempo de «ocuparse» consta precisamente de estos miedos
inmóviles, que no deben descorazonar, sino revitalizar los infaltables e inevi-
tables cansancios.

El tercer seis: Arrepentimientos si se anticipan los preparativos. Arrepenti-


mientos si se los retrasa

La tercera línea invita a una atenta evaluación de los tiempos y de las in-
tervenciones, es decir nos aconseja equilibrio y serenidad al enfrentarnos con
las decisiones. Es un momento difícil, pues existe el peligro de que nos mostre-
mos demasiado precipitados o demasiados titubeantes, o de que hagamos gala
de una confianza excesiva o bien tomemos demasiadas precauciones; la ad-
vertencia es muy importante, porque las condiciones no son adecuadas para
resolver los problemas y enfrentar las dificultades.

El cuarto nueve: Estar comprometidos con nuestros deberes. Se obtienen


grandes cosas.5 Ningún titubeo. Los amigos se reúnen como cabellos en
torno a un pasador6

Se trata de un momento muy comprometido; las grandes decisiones exi-


gen una atención sin fisuras, y se está en condiciones de realizar cuanto se
desea o cuanto sea necesario. En su momento justo, cada cosa recuperará su
dimensión, entonces, no existirán más que presencias activas, favorables y
amigas en la feliz conclusión de los hechos. Una línea yang entre dos líneas yin
habla de solidaridad y fe, de actividad fecunda, de alegría de la adhesión, al
igual que hacen los cabellos que se recogen en torno a un imperdible, sutil,
pero firme al sostener la pesada trenza de la cabellera femenina.

El quinto seis: Las fuerzas ceden. No obstante, no se llega a la falta total

Es necesario efectuar una pausa (incluso cuando no lo creamos conve-


niente), en especial, en tiempos demasiado entusiastas y ocupados. Existe un
titubeo momentáneo, un cierto miedo, un atisbo de abatimiento, pero no es im-
portante aunque pueda preocuparnos, traernos malestar, frenar el ritmo vivo
del trabajo. El alternado movimiento de los hechos y de las condiciones,
cuenta con estas pausas, y es el momento de la «no acción», el momento de
recuperar las fuerzas y la serenidad, sopesando con calma la situación y los
problemas que interesan. Un poco de cansancio, falta la objetividad de siem-
pre (o al menos la que teníamos por tal), la seguridad vacila, pero no es más
que un compás de espera en el ritmo vital, en el movimiento de los hechos y de
nuestros problemas cotidianos, en sintonía con las vicisitudes alternas del
Universo. Yang, yin, yang, yin..., en la milenaria sucesión de las cosas de la

5. Literalmente: una gran posesión.


6. Literalmente: como en torno a un pasador para el cabello.

97
civilización, de los hombres, de los mundos, de nuestra vida cotidiana, no
existe ningún latido disonante.

El seis arriba: Ocuparse débilmente. Realizando se pierde. Ninguna culpa

Es mejor suspender las decisiones y retirarse a meditar acerca de los pro-


blemas que urgen, antes que enfrentarlos sin fe. No nos encontramos lo bas-
tante disponibles para superar las dificultades e imponer nuestras ideas, por lo
tanto, no es el momento adecuado para la acción, es más, en contra de los su-
gerido por la quinta línea, existe un presagio de derrota. Será oportuno pues,
detenernos y esperar nuevas certidumbres antes de decidir y continuar.

Si en tu camino no has alcanzado


la Puerta de Oro,
¿por qué decir: «mi vida es un error»?
En el Río azul, en el Huai, se festejan ya
las Viandas Frías1
cuando en Ch'ang-an y Lo-yang cosen los trajes
de primavera,8

7. Fiesta de finales de la primavera en la cual, dada la prohibición de encender


fuego, se tomaban alimentos fríos. Aquí se refiere al recorrido hecho por el poeta del sur
al norte, a las diferencias de las estaciones, y con ello al distinto fluir de la vida.
8. Las trescientas pesias T'ang.

98
17» Sui: Conformarse

a
Conformarse 1

La calma del lago rozada por el movimiento de un trueno ^ ¡ L ^


subterráneo, constituye una señal singular de un tiempo quieto y activo, en el
que las cosas alcanzan su culminación sin señales externas de movimiento,
pero con una concatenación de acciones firme y constante.
Es pues un tiempo importante dentro de la economía de toda vida y toda si-
tuación, porque el conformarse 2 de vez en cuando a las exigencias del mo-
mento, a la gente con la que se debe tratar, a las condiciones quizá difíciles del
presente, exige voluntad y decisión, pero sobre todo, una paciencia inteli-
gente.
En el ideograma, el signo del «trabajo» ocupa un lugar central, y de él se
derivan una serie de signos complementarios que esbozan el pensamiento,
intraducibie por su vastedad y escasamente expresable por nuestros verbos:
«conformarse a, obedecer, adaptarse (en sentido activo)», todas acciones
muy difíciles, si se las vive en la plenitud de su realidad concreta.

Tiempo de adaptarse

Tiempo de conformarse a los acontecimientos. Gran fuerza. Ventajosa


la perseverancia. Ninguna culpa.

Siempre resulta difícil conformarse a una situación, a personas, a hechos o


a programas preestablecidos, incluso los de los demás; se requiere mucha vo-
luntad y fuerza de ánimo. El «conformarse» no es resignación pasiva, sino un

1. Seguir, obedecer, imitar, adaptarse.


2. Literalmente; «el hombre del bastón», que quiere decir «anciano» y «domina-
dor» por su sabiduría; por eso, «fuerte» ha de entenderse en sus dos acepciones.

99
«formarse con» los hechos, las exigencias distintas, resistiendo al abati-
miento y a toda tentación de pereza. Es un tiempo de ductilidad y aperturas;
por tanto, habrá que adaptarse al comportamiento requerido por las circuns-
tancias; trataremos de comprender y aceptar opiniones divergentes de las
nuestras, en una palabra, deberemos estar listos para acoger todo lo que se dis-
cute y propone, porque sólo en un futuro más o menos próximo estaremos en
condiciones de adoptar posturas decididas, que ahora nos alejarían de las
soluciones deseadas.

Hablan las imágenes

Un trueno en el estanque. Tiempo de conformarse. Sólo el Sabio regresa


a su casa al atardecer para cenar y descansar.

En el fondo, la verdadera sabiduría consiste siempre en una elección muy


simple, es decir la que los tiempos y las circunstancias exigen. No es mo-
mento de afanarse, ni de hacer demasiadas cosas anticipándonos a los aconte-
cimientos, sino de colocar los proyectos y los pensamientos en las horas justas
y del modo adecuado. Una pausa de tranquilidad necesaria para reflexionar
sobre nuestras actitudes y nuestras posiciones, para no encontrarnos del todo
desprevenidos ante el inevitable cambio del ritmo cotidiano, y que podría
revelarnos aspectos distintos de los problemas que se están discutiendo, y que
no son del todo claros.

Las líneas

Las líneas mutantes puntualizan los momentos a menudo contratantes de


este tiempo que, aparentemente, no guarda sorpresas, con un mensaje muy
preciso y algunas sugerencias de gran prudencia.

El primer nueve: Un funcionario ha sido cambiado. Perseverancia afortu-


nada. Salir por la puerta acompañándonos de quien es digno

Algunas circunstancias importantes (un funcionario) o decisiones, pare-


ceres, opiniones, pueden cambiar, o ser susceptibles de inevitables mutacio-
nes. Es el momento de analizar atentamente la situación o el problema (o bien
podemos tratar de observar atentamente el comportamiento de personas que
nos interesan), para decidir qué hacer.
En un tiempo sereno, pero insidioso como el de Sui resulta muy fácil
efectuar elecciones equivocadas, y advertir el error cuando es demasiado tar-
de para remediarlo. En la situación actual, es necesario que nos mostremos
muy cautos, y que obremos sólo cuando estemos convencidos, con datos co-
rroborados por los hechos, de que hemos escogido el camino justo.

100
El segundo seis: Atarse a un muchachito. Se pierde el hombre fuerte

Nos dejamos distraer fácilmente por cosas de poca importancia, pode-


mos perdernos en detalles sin importancia, o seguir a personas sin valor que
logran resultar convincentes con sus buenos modales y sus palabras fascinan-
tes. Si no logramos ver más allá de las apariencias, y evaluar las circuns-
tancias con atención, correremos el riesgo de quedar atrapados en una red de
malentendidos, y de enrolarnos en causas sin provecho. La segunda linea con-
tiene otra advertencia y una indicación para comprender a fondo, y poder vivir
correctamente el bello tiempo de Sui.

El tercer seis: Pegarse al hombre fuerte. Se pierde al muchachito. Confor-


mándose a los hechos se pide y se obtiene. Ventajoso permanecer inmó-
viles en las propias posiciones3

Cualquiera que sea el probelma o la situación, es el momento de prestar


atención sólo a lo que es verdaderamente fundamental. Sin duda, podremos
perder ciertos detalles, existirán aspectos que se han de analizar con calma,
pero mientras, la acción enérgica y decidida ha de aplicarse sólo a las cues-
tiones más importantes, porque las condiciones son favorables para inter-
venir y llegar a una conclusión.

El cuarto nueve: Conformarse a los acontecimientos para obtener algo. Des-


gracia en la inflexibilidad. Se ha de creer en la ley.4 Usarla inteligencia.
¿Por qué sentirse culpables?

El conformarnos a los hechos no quiere decir que permanezcamos pa-


sivos, a la espera de que las circunstancias se cumplan, y lleguen las so-
luciones por sí solas, siguiendo el curso natural de las cosas.
Incluso las horas quietas, las que, en definitiva, resultan más difíciles,
han de vivirse con energía y confianza, pensando que cumplen un papel muy
definido dentro de la economía de cada vida y de cada acontecimiento. El re-
belarse o adoptar posturas (interiores o exteriores) discordantes con la reali-
dad, en un intento por dominarla o cambiarla, está absolutamente fuera de
tiempo. El equilibrio es lo más sensato ( @ luz, inteligencia) para evitar erro-
res de comportamiento que no son otra cosa que errores de valoración, que
ocurren con facilidad en el caso que puntualiza la cuarta línea mutante, que
nos aconseja la paciencia y la confianza en la gran ley de las mutaciones del
sabio Tao.

3. Es decir, mostrarnos firmes en nuestras decisiones y coherentes en nuestras con-


vicciones, lo cual es síntoma de firmeza.
4. El Tao, el «camino», la «norma» de toda vida, el curso armonioso y sabio de la
«mutación», que sigue unas leyes precisas.

101
El quinto nueve: Tener confianza en el bien. Suerte

Sui es un hexagrama fundamentalmente alentador, una página bastante


tranquila, por lo que resulta también peligrosa y no siempre fácil de interpre-
tar con exactitud, y cuya lectura nos enseña la forma más adecuada de vivir re-
laciones y situaciones, nos ayuda a sacar partido de nuestra inteligencia y a
creer en los valores más auténticos, no siempre reconocibles, del cotidiano
trajín. Digamos que es el hexagrama de los problemas comynes, de los te-
mores y de las dudas de muchas horas,5 por ello, el mensaje parece desa-
rrollarse sin vuelos. Sin embargo, su sabiduría es grande, precisamente
porque contempla los acontecimientos que no tienen historia pero que, a pesar
de ello, son muy graves para quien ha de vivirlos. Un «trueno» que roza aguas
tranquilas, puede estar indicando solamente un estremecimiento, pero
también puede ser el presagio de una tempestad.

El seis arriba: Pégate y únete. He aquí que él sigue a un compañero. El Rey


ofrece sacrificios6 en las Montañas del Oeste

Lo cotidiano, con sus hechos sin relieve, los encuentros inadvertidos, el


lento paso de las pesadas horas siempre bastante iguales, tiene unas raíces
profundas, una fuerza oculta que lo hace extraordinario para quien sabe vivir-
lo, es decir, para quien lo conoce y lo mide. El mensaje de Sui concluye con el
gesto ritual de la ofrenda y del agradecimiento, igual que el sabio concluye su
día terrenal en armonía con la naturaleza, porque a la hora del crepúsculo, los
pájaros cantan con más fuerza y el perfume de las flores, de la tierra, de la
madera, se hace más intenso. Existe estabilidad y seguridad, podemos con-
tinuar la consecución de nuestros proyectos y tener fe en los compañeros de
viaje. Llegarán los días de la incertidumbre y del «cierre», pero, por ahora,
existen raíces que se entierran en un terreno productivo (las Montañas del
Oeste) y seguro.

Te digo: —No prestes atención


a los trajes bordados en oro.
Cuídate —te digo— de recoger
la hora de los años jóvenes.
Se abren las flores para ser recogidas,
y tú debes recogerlas.
No esperes hasta que no haya flores
y sea vano sus tallos truncar.1

5. Es decir, tener miedo de habernos equivocado.


6. El ideograma heang significa «libertad», pero uno de sus significados más anti-
guos es, precisamente, «ofrecer sacrificios» en libertad, en la naturaleza abierta, cerca
de los ríos o en las montañas.
7. Las trescientas poesías T'ang.

102
18. KM: Destrucción

Destrucción 1
El ideograma Kü se escribe con los signosJ^t., vasija, y , gusanos,2
los asquerosos seres alados que salen de un recipiente en el que se ha podrido el
grano (o cualquier otra gramínea), y son la grafía de la corrupción, es decir de
lo «corrompido», de lo «maligno», de la actividad en la intriga, por lo tanto, de
la «destrucción».
La estructura y la composición intervienen, combinándose de diversas
maneras, para aclarar el signo, indicando además, la obra de saneamiento que
se hace necesaria cuando algo está corrompido o equivocado. Se trata de una
tarea difícil que se ha de afrontar con la prudencia y la serenidad de la que ha-
blan los hexagramas precedentes y, sobre todo, «sin prisas», como advierte la
sentencia, porque toda reestructuración comporta un trabajo inteligente,
largo, paciente, que suele ser peligroso y siempre difícil.

Tiempo de corrupción 3

Firmeza en los principios. Ventajoso cruzar una gran agua. Tres días
antes de comenzar. Tres días después de haber comenzado.4

El de Kü es un tiempo peligroso por el riesgo de que nos interpreten mal, o


que interpretemos mal actitudes, palabras, personas; es un tiempo de equivo-
caciones en el que, los hechos, que superan las previsiones, pueden aplas-
tarnos.
A pesar de todo ello, deberemos reaccionar, pero hemos de considerar el

1. Intriga, equivocación, seducir, engañar, parásito de los intestinos.


2. Literalmente: gusano de la carne.
3. Pero también de errores e intrigas que destruyen el equilibrio interior, alterando
la armoniosa sucesión de los acontecimientos.
4. Es decir, un tiempo no prolongado, pero intenso en meditaciones y reflexiones.

103
alcance de nuestras decisiones, evaluar sus posibles consecuencias, analizar
con cuidado lo dicho, hecho y decidido, para obtener una visión serena y
desencantada de los momentos, incluso los más bellos, que han precedido los
hechos en los que nos hallamos sumergidos en el presente.
El tiempo de Kú es un tiempo de incertidumbres y de inquietudes, un
tiempo muy difícil y angustiante, porque vivimos en peligro de vernos atrapa-
dos por las circunstancias, es más, correremos el riesgo de perder y de perder-
nos; de hecho, incluso sin ser culpables, podemos cometer graves equivoca-
ciones.
Una serie de hechos está a punto de iniciarse; muchas son las incógnitas,
imposible hacer previsiones, por lo tanto, la sabiduría dicta prudencia y aten-
ción (Tres dias... Tres días...).

Hablan las imágenes

Bajo el monte está el viento. Tiempo de destrucción. Sólo el Iluminado,


despertando las conciencias, puede educar en la sabiduría.

Un viento de ruina y destrucción flagela a la montaña, sacude sus laderas


(¡cuántos chinos conocen la perversidad de esas ráfagas!), buscando incluso
doblegar su firmeza. Se trata de una imagen que ilustra el sentido profundo de
la sentencia, y que nos aconseja mostrarnos firmes, activos y prudentes preci-
samente cuando los tiempos son difíciles y borrascosos.
Los acontecimientos son tempestuosos, las dudas y los desalientos agitan
la conciencia, ni siquiera logramos pensar o esperar que lleguen momentos se-
renos; precisamente por esto, es necesario que nos mostremos firmes y ca-
paces de reaccionar, examinando la situación con realismo, afrontando los
problemas, buscando distintas soluciones para subsanar lo que se ha «des-
truido», y reconstruir con fe, a pesar de todo.
En sentido médico, Kú está ligado a las turbaciones mentales y a los exce-
sos que provocan las distintas enfermedades en los órganos internos. De ahi la
necesidad de «subsanar» lo que se ha destruido, de devolver la normalidad y el
equilibrio a todo lo que ha sufrido una alteración.

Las líneas

En sentido médico, Kú está dado, en su totalidad, por las glosas de las


líneas mutantes. Tiempo de deteriorar y tiempo de subsanar, tiempo de errar y
tiempo de reparar errores, según la advertencia de la antigua sabiduría. Las
formas de llevar a cabo este propósito están reguladas según el tipo y la gra-
vedad de lo que se ha de recomponer dentro del orden originario, de ahí que
cada uno deba meditar sobre su situación particular, antes de escuchar la
palabra del oráculo.

104
El primer seis: Ocultar las intrigas del padre.5 Se tienen hijos. El padre di-
funto no tiene culpa. Grandes penurias y luego suerte

Los asuntos que quedaron en suspenso, los errores cometidos y las situa-
ciones por subsanar son graves, pero se han de afrontar con coraje, sin res-
tarles importancia y sin quejarse por lo que ya está hecho. Momento suma-
mente difícil, pero, si se lo vive con firmeza y energía, puede ser superado y
convertirse en una experiencia preciosa para evitar otros errores y otros sufri-
mientos.

El segundo nueve: Ocultar las intrigas de la madre. No se puede ser enér-


gico

La situación es difícil: no es posible afrontarla con la decisión necesaria,


por lo tanto, habrá que echar mano de la paciencia y la fuerza de persuasión,
de manera tal que podamos aceptar los hechos o hacer que los demás los
acepten del mejor modo posible. Sin duda, el hallarse en una situación como la
que describe la segunda línea mutante es una experiencia fatigosa, no obstan-
te, es muy importante para situaciones, relaciones y decisiones que requieren
una capacidad de convicción, paciencia y aguante.
Existen situaciones que nos envuelven y que anulan nuestras posibilida-
des de afrontarlas; será mejor entonces eludir el obstáculo y esperar a que
lleguen tiempos más claros que nos permitan resolver el problema positiva-
mente.

El tercer nueve: Ocultar las intrigas del padre. Se experimentan ligeros arre-
pentimientos. Ninguna culpa grave

Otra situación difícil (el padre), pero con menores complicaciones que las
indicadas en la primera línea, donde se puntualiza que «se tienen hijos», por lo
que resultará de más fácil solución. Quizá hubiera hecho falta más energía por
nuestra parte; nos hallamos en una condición de malestar interno que nos in-
quieta y nos hace infelices porque no logramos intervenir como quisiéramos.
El tiempo de Kü suele ser un tiempo de inquietudes, de melancolías y remor-
dimientos, de poca fe en las propias posibilidades, de abatimiento y
pesimismo. Por ello es un tiempo peligroso, un momento de «destrucción». El
recordarlo es una manera de comenzar a superarlo.

El cuarto seis: Enriquecer al padre llegando a la intriga. Si se continúa se


tendrán preocupaciones

Han existido errores de fondo, valoraciones erradas, proyectos poco cla-


ros, encuentros negativos, por ello, la situación se presenta intrincada y más
peligrosa que nunca. Continuando en este orden de ideas y en esta forma de

5. Por lo tanto, algo grave, porque el «padre» es una presencia autorizada, mien-
tras que la «madre» indica una debilidad intrínseca.

105
obrar, no se podrán resolver los problemas y, con el transcurso del tiempo, se
irán agravando. Habrá que reexaminar lo que se ha hecho, proyectado,
pensado o decidido para subsanar los errores y encontrar nuevas formas de
comportamiento, quizá más claras y adecuadas a las exigencias de la difícil
realidad de Kü.

El quinto seis: Ocultar las intrigas del padre. Nos valemos de los elogios

Se han cometido errores bastante importantes (el padre) y es el momento


de repararlos, tratando por todos los medios de convencernos a nosotros mis-
mos y a los demás (quinesquiera que sean), de que los hechos no son tan gra-
ves como parecen. En esta desafortunada circunstancia, es sabio emplear mu-
cha diplomacia, es decir, tratar de invertir el juicio para encontrarnos en una
condición de más serenidad, con el fin de ver con claridad los límites de los
problemas y las posibles soluciones.
La línea denuncia un estado de ánimo inquieto, demasiado inquieto, para
poder tener una visión exacta de las cosas, por lo que bastarán un poco de opti-
mismo y confianza para restablecer el equilibrio alterado por las preocupacio-
nes y una prolongada tensión nerviosa.

El nueve arriba: No ser siervos de Emperadores o Príncipes. Pero honrar al-


tamente estos cargos

Es peligroso someterse a compromisos en una situación que tiene posibi-


lidad de aperturas pero que, por el momento, es más bien difícil e incierta.
Es el momento de que decidamos por nosotros mismos, teniendo en cuen-
ta los consejos de personas más capaces, dada su mayor experiencia y la obje-
tividad de sus juicios. El oráculo aconseja una disuasión abierta y serena, pero
que no condicione con las medidas a tomar, medidas que cada uno ha de
aprender a escoger por sí solo, libremente, sin prejuicios, miedos, ni inquie-
tudes. Se trata pues, de realizar otro examen atento de lo que nos preocupa
para poder adoptar posiciones convencidas, en definitiva, quizá sea la forma
más adecuada para no destruir las cosas, permitiéndoles que se renueven tal
como sugiere el desconcertante pero humano Kü.

Mesúrate, mira a tu alrededor,


no has de ir lejos.
El Cielo no se equivoca.
La oscuridad de las luces interiores
puede llevar a mayores desventuras.6

6. CONFUCIO, Ta Chuán, L i b r o 3, Décadas de T'ang, 11, 12.

106
19, Lin: Acercarse

Acercarse 1

El ideograma, coherente con el sentido de su raiz (ministro, vasallo, súbdi-


to), expresa la idea de reunirse en grupos, de unir fuerzas, de obrar colectiva-
mente. El hexagrama dibuja el doble impulso claro,yang, que sube y empuja a
las débiles líneas o s c u r a s e n una estructura de especial fuerza expresiva:
la Tierra, Khwan, recorrida y aterrada por el Trueno, .Kan. Se trata de un
«momento incial», particularmente ardiente, que requiere una participación
activa para realizar y llevar a buen fin todo lo que se ha comenzado o se quiere
iniciar. Después de la «destrucción», Kü, viene el «renacimiento», Lin.
Acto seguido, los tiempos volverán a cambiar, tal vez ya no reencontre-
mos la energía que ahora nos induce a la acción, por lo que es necesario que
vivamos intensamente la ardiente, fatigosa y única estación de Lin.

Tiempo de acercarse

Tiempo de acercarse los unos a los otros. Muy ventajoso ser sinceros y
rectos. Hacia el octavo mes2 habrá desventuras.

1. Aproximarse, ponerse de acuerdo, visitar.


2. Al gunos comentaristas leen «ocho meses», pero esta lectura es posible solamen-
te si se consideran los dos signos J^j en forma aislada y no en su conjunto.
Tomando como punto de partida del «primer mes» la conjunción de equinoccio prima-
veral, la conjunción precedente será la del «duodécimo mes». Dado que el equinoccio
primaveral indica el momento en que el sol pasa al hemisferio norte, el «octavo mes»
señala evidentemente el tiempo en que el sol, ubicado ya debajo del Ecuador, se acerca
nuevamente al frío hemisferio del norte llevando el invierno, el «tiempo de cierre», los
«tiempos difíciles».

107
Momento de grandes posibilidades, por lo que abundarán las ocasiones de
afrontar con energía y confianza los problemas por resolver. Lamentable-
mente, este tiempo de Lin pasará con rapidez. Pero será lo bastante largo
como para abrir vastos horizontes, por lo que es sabia la advertencia de «hacia
el octavo mes...», porque se ha de tener presente la alternada mutación de las
cosas, el declinar del día hacia la noche, según el ritmo de todas las vidas. El
tiempo de Lin es un don, pero un don que debemos aprovechar para no encon-
trarnos con estériles reflexiones y pesados arrepentimientos, una vez que
haya concluido irremediablemente.

Hablan las imágenes

La tierra sobre el pantano. Imagen del acercarse. Sólo el Iluminado,


mientras enseña, es capaz de no interrumpir la meditación.

Acercarse para comprender, meditar sobre los hechos y la actitud de las


personas, observar cómo se presentan las situaciones, para elegir el compor-
tamiento adecuado: he aquí la advertencia de la imagen.
La solidez concreta de la Tierra encuentra su equilibrio, y se evidencia
cuando se refleja en el movimiento fácil de las aguas. Agua y tierra, pues, los
dos elementos primordiales que forman la geografía habitada por el hombre,
aclaran las palabras del oráculo ilustrándolas para hacerlas más vivas.

Las líneas

Cómo realizar con plenitud el tiempo de Lin, cuáles son los peligros de este
momento entusiasta que ha de vivirse con sabiduría, momento indicado con
precisión por la composición (tierra-agua) y por la estructura (tierra-trueno),
son los interrogantes a los que responden las líneas mutantes con su exacta
reflexión sobre el «acercarse».

El primer nueve: Acercamiento comunitario. Suerte en la energía moral

Es difícil organizar equilibradamente los pensamientos y las fuerzas, pero


es necesario realizar esta fusión para adecuarnos a las exigencias del mo-
mento, que son muchas e importantes. Sólo reordenando y discutiendo (consi-
go mismos o con otros), buscando ayuda y fuerza, se podrán resolver los pro-
blemas y ver claramente las situaciones. El tiempo de Lin resulta favorable
para realizar este trabajo de la mejor forma.

El segundo nueve: Acercamiento comunitario. Felicidad y todo ventajoso

Otra vez se nos sugiere no permanecer apartados, no seguir una única di-
rección, no fijarnos en un solo pensamiento. Muchos son los aspectos impor-
tantes que han de evidenciarse y sobre los que hay que meditar; muchas son

108
las posibilidades en el rico y afortunado tiempo de Lin. Encuentros y discu-
siones pueden resolver más de un problema que se ha dejado sin resolver, y
que no se ha comprendido bien en otro momento. La consideración desde dis-
tintos ángulos hace menos árduas las dificultades y nos coloca en un estado de
ánimo más abierto; la mente más clara ayuda a afrontarlo todo sin angustias
inútiles, inútiles sobre todo en el tiempo de Lin.

El tercer seis: Acercarse de buena gana. No existe nada ventajoso. Vamos


al encuentro de los disgustos. Ninguna culpa

Estamos efectuando una jugada equivocada y no nos damos cuenta; al


menos no es un paso que ha de intentarse en este momento. Quizá sea un
querer forzar las conclusiones, apurar la solución de un problema, discutir la
voluntad de una persona. Contrariedad y disgustos serán el resultado de acti-
tudes erradas e inadecuadas.
No es una verdadera culpa, y las consecuencias no serán demasiado gra-
ves, pero, como aconseja siempre el oráculo, lo oportuno será meditar un poco
más sobre lo que se va a hacer. El tiempo de Lin, a pesar de ser abierto y claro,
tiene estas sombras, al igual que todos los tiempos del hombre; por lo tanto,
será necesario saber vivirlo con cauta sabiduría.

El cuarto seis: Acercamiento perfecto.3 Ningún error

Es justo todo lo que se ha hecho, los programas establecidos, las personas


contactadas, las palabras pronunciadas, han sido las únicas adecuadas. Si las
desdichas aún no dan señales de concluir, no se deberá a errores en la actitud
asumida frente a las dificultades. Tarde o temprano, los hechos nos darán la
razón; el momento puede ser (o parecer) incierto, y el horizonte un poco
cerrado, pero el tiempo es positivo, por lo que justo será mostrarnos optimis-
tas y confiados, porque se prevén soluciones y serenidad.

El quinto seis: Acercamiento sabio. Esto es propio de los grandes sabios.


Suerte

El equilibrio y la prudencia han guiado las acciones, dirigido las palabras,


condicionado las elecciones: los resultados no pueden ser más positivos. Ha
llegado el momento de recoger los frutos de largas fatigas y de grandes sa-
crificios, el momento de las soluciones, quizá inesperadas, pero medidas en el
modo de obrar, en el comportamiento exterior e interior frente a las distintas
preocupaciones que nos han hecho pesado un pasado, quizá largo, pero casi
terminado.

3. Como en otras partes del texto, la repetición del mismo ideograma, o la proxi-
midad de dos ideogramas de similar significado, expresa un superlativo, refuerza una
idea.

109
El seis arriba: Gozar en el acercamiento. Felicidad sin culpas

Hemos alcanzado una armonía de relaciones y pensamientos, por lo tanto,


se trata de un momento de gran equilibrio en el que todas las tomas de posi-
ción pueden dar resultados favorables. Justo es que gocemos y apreciemos
esta serenidad de juicio, porque siguiendo el ritmo de los «regresos» vendrán
otras sombras, otros momentos difíciles que habrá que superar. El tiempo de
Lin, tan vivo y tranquilo, cumplirá su ciclo, pero lo habremos vivido plena-
mente si ha dejado un poco de su fuerza en nuestro espíritu, que se prepara a
luchar para volver a vencer.

Las oropéndolas vuelan como flechas


y descienden a picar el grano de la era.

Esparciré por prudencia


aquello que he tomado por augurio.4

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Figura 6. E! I Ching en un documento del siglo xvii.

4. CONFUCIO, Ta Chuán, Libro V, Antigua sabiduría. Versos gnómicos, II, 5.

110
20. Kwan: Observar

Observar 1

El hexagrama se detiene en el trabajo preliminar, cuando se estudian las


situaciones y las personas, para después saber elegir las normas de comporta-
miento o las decisiones más adecuadas.
Se trata de un momento muy importante en la evolución de los aconteci-
mientos de nuestras vidas, porque se ha de verde las cosas todo aquello que in-
teresa, en su conjunto, y se han de observar atentamente los principios para no
adoptar posiciones equivocadas, invalidando desde un principio las solucio-
nes ventajosas. En general, el consejo nos indica que debemos observar obje-
tivamente la propia posición antes de obrar, meditar bien antes de intervenir
con juicios, sin olvidar que se han de considerar las cosas en su realidad efec-
tiva, y no como aparecen después de un examen rápido, generalmente super-
ficial.

Tiempo de observar

Purificarse las manos, pero no ofrecer el sacrificio.2 Tener confianza en


lo que se recoge.3

El de Kwan no es un tiempo de intervenciones, pero tampoco de esperas


pasivas, porque el hexagrama invita a la observación desencantada de los
acontecimientos, de las situaciones o de las personas, para estar preparados si
hemos de afrontar eventuales mutaciones del estado actual de las cosas.

1. Mirar atentamente, ver, panorama, vista.


2. Literalmente: la vasija en la que se lavaban las manos antes de los sacrificios;
lavarse las manos antes del sacrificio.
3. Literalmente: en el contenido de la cosecha.

111
Habrá que tener fe, creer en las propias posibilidades, pero también evaluar
con prudencia las decisiones a tomar, para no cometer errores inútiles. El
mensaje del oráculo habla siempre de «conocer», presupuesto fundamental
de toda intervención humana en el desarrollo de los acontecimientos, men-
saje que resulta sumamente claro en las fórmulas de Kwan.

Hablan las imágenes

El viento recorre la tierra. Imagen del observar. Los antiguos reyes


visitaban las provincias para instruir a los pueblos.

El viento, al barrer el polvo de la tierra y las nubes del cielo, permite una
visión límpida de las cosas que, de esta manera, adquieren unos contornos
precisos. La imagen vuelve a proponer el ejemplo de los antiguos Reyes-
Sabios, que se ocupaban personalmente de sus subditos, antes de intervenir
con leyes y disposiciones. Cada uno, en el ámbito de su propia vida, antes de
realizar elecciones o emitir juicios, debería detenerse para observar los
hechos, las personas, su propio comportamiento y los límites oportunos.
Después, será más difícil errar, si bien no siempre es posible prever con ab-
soluta certeza todos nuestros actos.

Las líneas

La forma en que ha de realizarse este estudio de las cosas, queda puntuali-


zada, en condiciones límite, por las seis líneas mutantes, a medida que exami-
nan las formas y los posibles errores de comportamiento, al menos, los más
frecuentes, o en apariencia, demasiado genéricos como para resultar rele-
vantes.
Se trata de un mensaje de sutil sabiduría articulado en seis puntos básicos,
rico en sugerencias, tan simple, que llega a resultar obvio, pero en realidad,
muy realista y profundamente humano.

El primer seis: Un joven observa. El hombre inferior no tiene culpas. Sólo


el Sabio se preocupa

Habrá que analizar los hechos con espíritu libre, y estudiar a las personas
(o los detalles) sin prevenciones. Si no se cuenta con estas disposiciones de
espíritu, no se podrán ver con claridad las cosas, por lo que resultará fácil co-
meter errores. En este caso, es decir el puntualizado de la primera línea, debe-
remos confiar en el consejo de gente más capaz, menos comprometida emo-
cionalmente, o más desinteresada. Pero si, por el contrario, nos sentimos dis-
puestos a juzgar en forma serena y objetiva, habremos de examinar la situa-
ción y notar sus aspectos preocupantes, que son muchos. Tendremos que ser
muy sabios para resolver el problema sin cometer errores que podrían re-
sultar muy graves, con pesadas consecuencias en todo sentido.

112
El segundo seis: Observar como quien espía. Ventajosa la fuerza4 de una
muchacha
Si se observa a través de la rendija de una puerta, tendremos visión
circunscripta de la situación, si bien para una mente especialmente aguda y
brillante, siempre será posible llegar a ciertas deducciones. A pesar de ello, no
se trata de una condición adecuada para considerar el problema en sus múl-
tiples aspectos; existen detalles que no podemos captar, aspectos que perma-
necen en las sombras. Por lo tanto, el oráculo aconseja que hemos de tener la
firmeza suficiente como para ceñirnos a nuestro horizonte concreto y mental,
para tener una visión exacta y mejor de los hechos, antes de poner en marcha
cualquier programa o, incluso, antes de cualquier programa de acción.

El tercer seis: Observar lo realizado;5 cuándo hemos avanzado y cuándo


hemos retrocedido 6

Toda posición es el resultado de determinadas elecciones, o de un modo de


obrar consecuente. Si se tienen problemas, lo lógico es que algo haya fallado,
y seria oportuno aclararlo para no agravar la situación.
Sin duda, ha habido momentos positivos y hará falta tenerlos en cuenta,
porque pueden indicar actitudes que, si no son del todo aplicables a las con-
diciones presentes, tienen siempre una cierta autoridad, por como han evolu-
cionado en otras ocasiones. Por lo tanto, habrá que realizar un examen inte-
rior de las propias disponibilidades, de lo que se quiere de veras alcanzar, y un
examen exterior, si así se le puede llamar, de las posibilidades a realizar, que
suelen diferir de las que pensamos de un modo abstracto e hipotético.

El quinto nueve: Observar la propia vida. Sólo el justo no tiene culpas

Se sugiere otro examen de conciencia para subsanar los errores, y recono-


cerlos para no repetirlos. El mensaje del hexagrama es un articularse de má-
ximas preciosas; resultará útil releerlas en su conjunto, porque cada una de
ellas da sentido y valor a las restantes, como si no pudiera quedar aislada.
Estos tiempos en suspenso son necesarios; en el afanoso sucederse de los
acontecimientos, a menudo se pierde el significado profundo de la mutación,
que no es sólo un alternarse aritmético de cifras pares e impares, sino la veri-
ficación de una regla cósmica. Yang, yin, yang, yin... no se trata de una
fórmula sapiencial, sino de un escandirse concreto de hechos, marcados por la
repetición de dos sílabas, fortalecidos por muchos sufrimientos, ansias, es-
peras. A veces, el oráculo detiene su discurrir sobre esta verdad, que la com-
posición y descomposición de las líneas mutantes hace distinta y siempre
nueva, según la lógica más antigua del mundo.

4. Literalmente: la virtud, la virginidad.


5. Las acciones de la propia vida.
6. El bien o el mal que hemos hecho.

113
El nueve arriba: Observar otras vidas.1 Sólo el justo no tiene culpas

A veces, es preciso que comparemos para sentirnos seguros, y poder


afrontar con serenidad los problemas cuya gravedad parece superar nuestras
posibilidades. Existe la velada sugerencia de estudiar circunstancias y perso-
nas, de estar atentos a los pasos que dan los demás, a los hechos que aparente-
mente no parecen tener más que lejanos lazos con las vicisitudes en las que
estamos envueltos, o de las que somos espectadores. Sólo quien es sabio y
justo no tiene sombras, ni inspira recelos, y en él podemos confiar para que nos
dé un consejo, un parecer, una ayuda. El mensaje de Kwan es muy sabio y
quizá un poco difícil; se encuentra entre las voces más autorizadas de todo el
oráculo, porque nos enseña la sabiduría de las palabras, y a ser prudentes, a
ser humildes.

¡Difícil camino! ¡Difícil camino!


¿De tantos vástagos, con cuál quedarse?
En el gran viento, entre las olas revueltas,
cuando será el momento,
izaré mi vela hacia las nubes,
pasaré al vasto mar *

El bien o el mal que otros han hecho.


CONFUCIO, Lü-yü, IX, 2 3 .

114
Shih fío: =r=
=
2L Quebrar mordiendo —

Quebrar mordiendo 1

Shih, morder, ho, quebrar con un mordisco (o sea «morder»), son dos
ideogramas que indican la acción rápida, la intervención enérgica en una
situación que ha de deshacerse para poder resolvería. Claridad de pensamien-
to que se revela en la inmediatez de las reacciones, en la seguridad de las pala-
bras, en la libre voluntad de decidir sin discusiones.
Romper con los dientes apretando las mandíbulas (ho) significa afrontar
los problemas reuniendo las fuerzas de que disponemos, para que la interven-
ción nos lleve a soluciones definitivas. La composición y la estructura desig-
nan la inflexibilidad y la decisión en la acción de romper las dilaciones para
desatar los nudos que impiden la libertad de movimiento, y nos dejan per-
plejos, inquietos, demasiado preocupados para evaluar objetivamente el
alcance exacto de los hechos.

Tiempo de quebrar mordiendo

Prosperidad. Útil servirnos de medios legales.

Romper con los dientes apretando las mandíbulas para quitar los obs-
táculos, y reencontrar la visión exacta de las cosas; éste es el tiempo de Shih
Ho, un tiempo de decisiones enérgicas, de durezas sin concesiones.
Después de Lin, el tiempo conciliador del acercamiento, y de Kwán, el
tiempo de observar con paciente atención, llega el momento de la interven-
ción directa, producto de un examen detenido de la situación, al menos bajo
esos aspectos que se ofrecen a la consideración inmediata. Se pueden buscar
apoyos, debemos informarnos cuidadosamente antes de escoger la forma de

1. Romper con los dientes apretando las mandíbulas.

115
intervenir; no obstante, es necesario mostrar firmeza al afrontar los obstácu-
los y las inquietudes, juzgando a personas (o hechos) con la mayor serenidad
posible.

Hablan las imágenes

Truenos y rayos,2 tiempo de romper mordiendo. Los antiguos soberanos


aplicaban públicamente las penas usando los edictos imperiales y las leyes.

El I Ching no es solamente un libro oracular, sino también un testimonio de


la vida social y de las ocupaciones cotidianas que, durante siglos, perma-
necieron fijas, reflejadas en estas «imágenes». Los antiguos soberanos chinos
visitaban los Cuatro Puntos Cardinales de su inmenso imperio, y a los minis-
tros imperiales, para tener una idea de las condiciones del pueblo; aplicaban
las leyes o los edictos de la corte para intervenir del modo más oportuno en las
cuestiones importantes. Una forma de actuar prudente y tempestiva, al menos
dentro de lo que permitían las dificultades de comunicación; esta forma de
actuar era educación civil, un comportamiento digno de Reyes-Sabios,
aquellos que después se convirtieron en míticas figuras, prdidas en un sueño
de glorias pasadas, pero siempre auténticos en su realidad histórica y humana.
La escritura de las imágenes, tal vez un tanto difícil en una primera lectura,
ofrece una clara visión del comportamiento sugerido por el oráculo en las
situaciones que el hexagrama invita a discutir.

Las líneas

Las líneas mutantes indican distintas situaciones que se han de afrontar


con energía y fuerza de ánimo, porque no son fáciles o resultan poco claras.
Son momentos en los que, debido a una combinación de hechos casual, peio
complicada, nos encontramos atados, incluso sin ser directamente responsa-
bles de cuanto ocurre. Son momentos inquietantes porque no sabemos cómo
vivirlos; requieren energía, preparación y decisión para poder superarlos sin
que nos aplasten.

El primer nueve: Zapatos de madera y lazos de cuero nos impiden caminar.


Ninguna culpa

La dificultad de tomar una decisión está dada por las condiciones de un


momento en el que no podemos liberarnos de los pensamientos, aconteci-
mientos o personas que representan obstáculos inquietantes. Habrá que hacer
todo lo posible sin preocuparse, o al menos tratar de hacerlo, porque no es
fácil; no obstante, que sirva de consuelo el pensar que no hemos errado, y que

2. Literalmente: «relámpagos», pero aqui se quiere indicar también la interven-


ción traumatizante del sonido, unido a la luz.

116
la eyolución de la situación no depende totalmente de nuestra intervención.
Sólo hará falta que seamos decididos al afrontar los acontecimientos, espe-
rando la ocasión adecuada para superar los obstáculos con la energía que
predica la fórmula sapiencial, vivamente ilustrada por la imagen.

El segundo seis: Mordiendo la piel se dretuye la nariz. Ninguna culpa

Cuando nos falta la intuición necesaria para evitar palabras e interven-


ciones inoportunas, resultará fácil que nos equivoquemos.
La situación no es tan grave como para requerir un comportamiento drásti-
co, es más, con la prudencia, que no significa debilidad, sino fuerza y auto-
control, se podrán resolver los problemas y aclarar las pasadas dudas a las que
hace referencia esta línea. En muchos casos, la firmeza del carácter reside
precisamente en demostrar espíritu de adaptación, en ser aparentemente dul-
ces y sumisos, para que las cosas se vuelvan a nuestro favor, sin suscitar per-
plejidades o desagrado.

El tercer seis: Mordiendo carne seca3 y enmohecida, encontraremos vene-


no. Leve preocupación, ninguna culpa

Cuando la situación es negativa, y por negligencia se ha deteriorado, resul-


ta inútil intervenir hasta que los tiempos no revelen una cierta apertura. Re-
sulta inútil pues, preocuparse en exceso, basta con la ligera inquietud que nos
vuelve atentos a la mutación de las cosas, sin ofuscar la lucidez del juicio, ni
alterar el ritmo normal de la vida, compuesto de preocupaciones, pensamien-
tos, programas, en una palabra, todo aquello que compone los días de todas
las personas. Se trata de un momento cansado que envenena el espíritu, pero
es también un momento que ha de vivirse reaccionando, con la fuerza del
aguante y la fe en sí mismos, sin olvidar que los hechos no siempre son impu-
tables a nuestro comportamiento o a nuestras elecciones equivocadas.

El cuarto nueve: Morder carne seca. Encontramos una punta de metal.* Útil
sufrir para tener libertad de juicio5 y suerte

La situación es engañosa, puede resultar peligroso afrontarla con excesi-


va energía porque no se prevén aún sus asechanzas.
La inquietud, el ansia de superar este momento tan difícil, nos preparan
para vivir los próximos cambios, consecuente como los efectos a las causas, y
si obramos con prudente reserva, cosa que es indudablemente fatigosa, dado

3. E s decir, d e a n i m a l e s d e s e c a d o s e n t e r o s , t a n t o la c a r n e c o m o los h u e s o s , según


u n a antigua c o s t u m b r e c a m p e s i n a vigente en u n a é p o c a en que la p o b r e z a no p e r m i t í a
desperdiciar nada.
4. E s decir, o r o , el m e t a l p o r e x c e l e n c i a , u s a d o a v e c e s p a r a las p u n t a s de c i e r t a s
flechas d e guerra.

5. El i d e o g r a m a significa libertad y p e r f e c c i ó n al j u z g a r .

117
el estado de ánimo en el que nos encontramos, adoptaremos las posturas más
justas, podremos juzgar y decidir libremente. Es el valor de las épocas oscu-
ras, cuando se gestan hechos positivos, felices conclusiones, días extraordina-
rios que parecerán un don de la vida y que, sin embargo, han sido duramente
conquistados con largas horas de espera y después de amargas derrotas.

El quinto seis: Morder carne seca. Se encuentra metal amarillo.6 La libertad


puede ser motivo de angustia.1 Ninguna culpa

Desearíamos hacer más y mejor, nos sentimos en condiciones de enfren-


tarnos a la exacta comprensión de las cosas (al menos dentro de los límites
permitidos a la comprensión humana), y a un modo justo de comportarnos; no
sólo encontramos los valores positivos en un momento que parece del todo
negativo, sino que logramos superar un estado de ánimo, una condición gene-
ral de angustia, o simplemente, dificultades materiales y contingentes que
sofocan todo entusiasmo y confianza. Resulta muy difícil aplicar la política de
la no intervención cuando se tienen las ideas claras, no obstante, no existe otra
forma de superar ciertas situaciones, al menos en determinados momentos.
La quinta línea yin nos recuerda que, con frecuencia, la libertad debe preo-
cupar, porque trae aparejadas graves responsabilidades y puede hacer mucho
daño, al igual que la herida causada por una flecha, aunque su punta sea de
oro.

El nueve arriba: Llevar un collar* que aplasta las orejas,9 Desventura

Una carga que llevar, una obligación durísima que parece intolerable y
que nos impide seguir los acontecimientos, como si estuviéramos sordos a
todas las voces. La última línea habla de desventura, pero si se cuenta con la
energía y la firmeza indicadas por la fórmula sapiencial que introduce el men-
saje del hexagrama, incluso este momento cerrado se convierte en menos dra-
mático. Habrá que tener cuidado, no obstante, de no perder la lucidez de
juicio, y no abandonarnos pasivamente a la temporal sordera interior; las
palabras que ayudan son precisamente las primeras del texto: «...romper mor-
diendo», «truenos y rayos...», más que nunca se han de releer y meditar para
encontrar una guía, para saber lo que se debe hacer. Sirven al espíritu para
reencontrar la fuerza y, a la conciencia, para reconocernos en sus elecciones.

Queda el sufrimiento secreto,


de la oscuridad surge el dolor,
pero el instante ciego de sonido
es más vivo que el tiempo melodioso.10

6. E l o r o , s í m b o l o d e s a b i d u r í a .
7. L i t e r a l m e n t e : o p r e s i ó n p o r la p e r f e c c i ó n al j u z g a r .
8. U n a e s p e c i e de c o l l a r d e m a d e r a u s a d o en c i e r t a s c o n d e n a s , q u e s u j e t a b a d e s d e
los h o m b r o s h a s t a las o r e j a s , i m p i d i e n d o al c o n d e n a d o oír y m o v e r s e .
9. Y q u e p r á c t i c a m e n t e e n s o r d e c e a q u i e n lo lleva.
10. Las trescientas poesías T'ang.

118
22® Pi: Adornar

i
Brillar 1

El profundo sentido del hexagrama está dado por la estructura que nos
invita a cuidarnos de los entusiasmos demasiado fáciles (Kan), de las apa-
riencias brillantes que a menudo ocultan una realidad muy diferente (Khan),
quizá inferior a las propias expectativas. Mientras que Shih Ho discutía las
realizaciones prácticas, Pí se detiene a considerar las formas oportunas para
efectuar estas realizaciones, formas que tienen siempre una gran importancia
en la obtención de los efectos deseados. No obstante, los resultados sólo serán
duraderos si, a la fuerza persuasiva de las palabras, corresponde la rectitud
de las intenciones (Kan), por lo tanto, no serán dos casos separados (Li), sino
dos factores que se compensan en un comportamiento sabio y equilibrado. El
sistema de comportamientos que compone el Universo, los del espíritu y los
de la materia, encuentra su correspondencia en el pensamiento de Confucio y
de Lao-tze, en la pintura T'ang, en el arte de las cerámicas Ming, en la poesía,
la historia, la leyenda y en la literatura oracular. La teoría de las correspon-
dencias se halla incluso en la base de la más antigua filosofía china, que jamás
ha distinguido entre materia y espíritu, y a la que siempre ha sido ajena la
noción de «alma», es decir la idea de una esencia enteramente espiritual
opuesta al cuerpo, como al conjunto de cuerpos materiales.

1. C l a r o , o r n a r , b r i l l a n t e , a d o r n a r . E l i d e o g r a m a e n t r a e n m u c h a s f ó r m u l a s d e cor-
tesía, p o r lo t a n t o el v e r b o h a d e e n t e n d e r s e t a n t o en el s e n t i d o d e « c l a r i d a d » , o sea c o m o
« t i e m p o de a c l a r a r , d e h a c e r la luz, etc.», c o m o en el d e u n brillar falso, a v e c e s infiel,
como p u e d e ser el c a s o d e u n a f ó r m u l a d e c o r t e s í a , n o s i e m p r e e s p o n t á n e a y sincera. L a
a m b i g ü e d a d d e l s i g n i f i c a d o q u e d a r e v e l a d a p o r el m e n s a j e d e las líneas.

119
Tiempo de aclarar

Una pequeña ventaja en el tener dónde dirigirse.1

Las formas exteriores no son determinantes para el éxito de una relación, o


el cumplimiento de un programa, pero tampoco habrá que dejarlas de lado, ya
que juegan un papel bien definido en el curso de toda tratativa. El garbo, la
gentileza, la educación, en una palabra, el respeto a las personas con las que
debemos tratar, o la prudencia al afrontar una situación incómoda, nos permi-
ten superar las primeras dificultades, nos ayudan a comprender, tienden a
clarar las ideas. «Aclarar» es precisamente uno de los significados de Pi, y
para aclarar hay que proponérselo, aceptar las dificultades de la investiga-
ción, «hacer» en el sentido más amplio del término.
Esto es lo que nos sugiere la fórmula sapiencial.

Hablan las imágenes

Al pie del monte, el fuego? Tiempo de aclarar. Sólo el Iluminado sabe


transformar en brillantes todas las formas de gobernar. No interviene en las
cuestiones criminales.

La llama vivaz y cambiante del tuego ilumina el monte oscuro e inmóvil,


danzándole alrededor, esplendorosa, ferviente, fascinante.
Es la imagen de las formas exteriores con las que se presentan las perso-
nas, de cómo deben presentarse las cosas que interesan en este tiempo ambi-
guo, pero también de cómo se presentan las apariencias más allá de las cuales
debemos indagar para encontrar la verdad. El fuego ilumina la montaña, el
comportamiento diseña a la persona; es el momento de mostrarnos abiertos y
disponibles, de no irritarnos y de no porfiar con demasiada dureza.
En el contexto humano y profundamente psicológico del oráculo, una alu-
sión a este problema cotidiano de las relaciones a cualquier nivel, asume una
importancia que no debe dejarse de lado.

2. T e n e r algo q u e h a c e r ; p o d e r intervenir d e a l g u n a m a n e r a ; p r o g r a m a r un c o m p o r -
t a m i e n t o , u n d i s c u r s o , u n a solución, e t c é t e r a .
3. P a r a los c h i n o s , la « m o n t a ñ a » s u e l e ser s i n ó n i m o d e « d e s i e r t o » , u n lugar s a l v a j e
d o n d e el h o m b r e s o b r e v i v e a d u r a s p e n a s ; p e r o es t a m b i é n u n a e s p e c i e d e i n v e r n a d e r o
(los c h i n o s son ricos en c o n t r a d i c c i o n e s , p r e c i s a m e n t e p o r q u e se e x p r e s a n c o n s í m b o -
los a m e n u d o p o l i v a l e n t e s ) d o n d e se m u l t i p l i c a n l i b r e m e n t e los a n i m a l e s y las p l a n t a s .
C l a r a m e n t e , la p a l a b r a « d e s i e r t o » tiene u n s e n t i d o d i s t i n t o d e l q u e se le d a en o c c i d e n -
te. E l fuego, al iluminar d e s d e a b a j o este vivir o c u l t o y ferviente, lleva la luz y el o r d e n , tal
c o m o o c u r r e c o n las r e f o r m a s sociales, c o n la o r g a n i z a c i ó n política y c o n t o d a s las c o s a s
de la v i d a h u m a n a .

120
Las líneas

Las líneas mutantes, al meditar sobre casos distintos, subrayan y comen-


tan la ambigüedad del mensaje que propone el ideograma. En el contexto de
las seis fórmulas, se indican los significados de los trigramas componentes y
de los trigramas estructurantes que parecen contraponerse sin lógica (Kan,
dureza, Li, abandono, X"an, agitar, Khan, peligro), pero que, por el contrario,
conforman un texto de una sabiduría enorme y muy humana.

El primer nueve: Saber claramente dónde detener nuestros pasos.4 Detener


la carroza y continuar a pie 5

Por el momento, deberemos dejar de lado los programas demasiado vastos


para ocuparnos de los detalles nimios o de los proyectos simples que, a pesar
de su sencillez, habrá que discutir y evaluar. Y además: costumbres que habrá
que abandonar, sueños que habrá que olvidar (al menos de momento), reali-
zaciones que habrá que posponer, tareas ingratas y difíciles, pero que resul-
tarán importantes en la economía de un futuro quizá bastante próximo.
Existe un trabajo preliminar que ha de llevarse a cabo para sentar las bases
sólidas de las futuras construcciones; si no se le otorga la debida importancia,
se podría comprometer el éxito de todo aquello que nos interesa de un modo
especial.

El segundo seis: Arreglar la propia barba

Habrá que realizar conversaciones que, a pesar de su aparente falta de


importancia, tendrán un peso en el desarrollo de los hechos, por lo que habrá
que controlarlos como si su importancia fuese inmediatamente evidente.
La línea mutante destaca que las palabras ocupan siempre un lugar bien
definido en la economía de nuestros intereses, por lo que debemos prestar
mucha atención de no pronunciarlas desordenadamente, con la superficiali-
dad que es habitual en las conversaciones de todo el mundo. Tarde o
temprano, esas palabras volverán a recordarnos nuestra imprudencia, pero no
sabremos, ni podremos solucionarla.

El tercer nueve: Abrillantar empapando en agua

Después de una violenta lluvia, la vegetación se ve mas plena, más


colorida, espléndida en su lozanía; si las formas exteriores son persuasivas,
sin durezas, se obtienen consentimientos y simpatías, se superan fácilmente
las incomprensiones, se liman las asperezas. Esta actitud correcta revela el
equilibrio interior y la apertura de la mente y del corazón, por lo que no
faltarán apoyos externos que harán más fácil superar las dificultades y las

4. L i t e r a l m e n t e : pies.
5. C o m o h a c í a n los R e y e s - S a b i o s c u a n d o i b a n a visitar al p u e b l o p a r a e s c u c h a r s u s
peticiones.

121
Tiempo de aclarar

Una pequeña ventaja en el tener dónde dirigirse.'1

Las formas exteriores no son determinantes para el éxito de una relación, o


el cumplimiento de un programa, pero tampoco habrá que dejarlas de lado, ya
que juegan un papel bien definido en el curso de toda tratativa. El garbo, la
gentileza, la educación, en una palabra, el respeto a las personas con las que
debemos tratar, o la prudencia al afrontar una situación incómoda, nos permi-
ten superar las primeras dificultades, nos ayudan a comprender, tienden a
clarar las ideas. «Aclarar» es precisamente uno de los significados de Pí, y
para aclarar hay que proponérselo, aceptar las dificultades de la investiga-
ción, «hacer» en el sentido más amplio del término.
Esto es lo que nos sugiere la fórmula sapiencial.

Hablan las imágenes

Al pie del monte, el fuego,3 Tiempo de aclarar. Sólo el Iluminado sabe


transformar en brillantes todas las formas de gobernar. No interviene en las
cuestiones criminales.

La llama vivaz y cambiante del fuego ilumina el monte oscuro e inmóvil,


danzándole alrededor, esplendorosa, ferviente, fascinante.
Es la imagen de las formas exteriores con las que se presentan las perso-
nas, de cómo deben presentarse las cosas que interesan en este tiempo ambi-
guo, pero también de cómo se presentan las apariencias más allá de las cuales
debemos indagar para encontrar la verdad. El fuego ilumina la montaña, el
comportamiento diseña a la persona; es el momento de mostrarnos abiertos y
disponibles, de no irritarnos y de no porfiar con demasiada dureza.
En el contexto humano y profundamente psicológico del oráculo, una alu-
sión a este problema cotidiano de las relaciones a cualquier nivel, asume una
importancia que no debe dejarse de lado.

2. T e n e r algo que h a c e r ; p o d e r intervenir d e a l g u n a m a n e r a ; p r o g r a m a r u n c o m p o r -


t a m i e n t o , un d i s c u r s o , u n a solución, e t c é t e r a .
3. P a r a los c h i n o s , la « m o n t a ñ a » s u e l e ser s i n ó n i m o d e « d e s i e r t o » , u n l u g a r s a l v a j e
d o n d e el h o m b r e s o b r e v i v e a d u r a s p e n a s ; p e r o es t a m b i é n u n a e s p e c i e d e i n v e r n a d e r o
(los c h i n o s son ricos en c o n t r a d i c c i o n e s , p r e c i s a m e n t e p o r q u e se e x p r e s a n c o n s í m b o -
los a m e n u d o p o l i v a l e n t e s ) d o n d e se m u l t i p l i c a n l i b r e m e n t e los a n i m a l e s y las p l a n t a s .
C l a r a m e n t e , la p a l a b r a « d e s i e r t o » tiene u n s e n t i d o d i s t i n t o del q u e se le d a e n o c c i d e n -
te. E l fuego, al i l u m i n a r d e s d e a b a j o este vivir o c u l t o y ferviente, lleva la luz y el o r d e n , tal
c o m o o c u r r e c o n las r e f o r m a s sociales, c o n la o r g a n i z a c i ó n política y c o n t o d a s las c o s a s
de la vida h u m a n a .

120
Las líneas

Las líneas mutantes, al meditar sobre casos distintos, subrayan y comen-


tan la ambigüedad del mensaje que propone el ideograma. En el contexto de
las seis fórmulas, se indican los significados de los trigramas componentes y
de los trigramas estructurantes que parecen contraponerse sin lógica (Kan,
dureza, Li, abandono, /Can, agitar, Khan, peligro), pero que, por el contrario,
conforman un texto de una sabiduría enorme y muy humana.

El primer nueve: Saber claramente dónde detener nuestros pasos.* Detener


la carroza y continuar a pie 5

Por el momento, deberemos dejar de lado los programas demasiado vastos


para ocuparnos de los detalles nimios o de los proyectos simples que, a pesar
de su sencillez, habrá que discutir y evaluar. Y además: costumbres que habrá
que abandonar, sueños que habrá que olvidar (al menos de momento), reali-
zaciones que habrá que posponer, tareas ingratas y difíciles, pero que resul-
tarán importantes en la economía de un futuro quizá bastante próximo.
Existe un trabajo preliminar que ha de llevarse a cabo para sentar las bases
sólidas de las futuras construcciones; si no se le otorga la debida importancia,
se podría comprometer el éxito de todo aquello que nos interesa de un modo
especial.

El segundo seis: Arreglar la propia barba

Habrá que realizar conversaciones que, a pesar de su aparente falta de


importancia, tendrán un peso en el desarrollo de los hechos, por lo que habrá
que controlarlos como si su importancia fuese inmediatamente evidente.
La línea muíante destaca que las palabras ocupan siempre un lugar bien
definido en la economía de nuestros intereses, por lo que debemos prestar
mucha atención de no pronunciarlas desordenadamente, con la superficiali-
dad que es habitual en las conversaciones de todo el mundo. Tarde o
temprano, esas palabras volverán a recordarnos nuestra imprudencia, pero no
sabremos, ni podremos solucionarla.

El tercer nueve: Abrillantar empapando en agua

Después de una violenta lluvia, la vegetación se ve mas plena, más


colorida, espléndida en su lozanía; si las formas exteriores son persuasivas,
sin durezas, se obtienen consentimientos y simpatías, se superan fácilmente
las incomprensiones, se liman las asperezas. Esta actitud correcta revela el
equilibrio interior y la apertura de la mente y del corazón, por lo que no
faltarán apoyos externos que harán más fácil superar las dificultades y las

4. L i t e r a l m e n t e : pies.
5. C o m o h a c í a n los R e y e s - S a b i o s c u a n d o i b a n a visitar al p u e b l o p a r a e s c u c h a r sus
peticiones.

121
dudas. En este momento, la tercera línea nos sugiere que hagamos una
revisión del comportamiento, para corregir todo aquello que puede haber sido
intempestivo o errado.

El cuarto seis: Brillar como la plata.6 Un caballo blanco ligero como una
pluma. No una acción de bandidaje, sino una alianza como para un
matrimonio

El tiempo de brillar es también un tiempo de imponerse con la claridad de


las palabras, de las ideas, de los proyectos. Puede tratarse de pensamientos
fugaces, y no de decisiones ya definidas, una cosa de la que debemos ocupar-
nos sin comprometer demasiado nuestras energías; el cuarto seis es un
momento pasajero, un momento casi mágico, que dejará una marca en los
acontecimientos futuros, por lo que habrá que vivirlo con atención y no olvi-
darlo.
Es necesario prever algunas posturas, aclarar todo lo que pueda interpre-
tarse mal en tiempos menos lúcidos que los de Pi; nos daremos cuenta de
algunos errores de evaluación, encontraremos confianza y energía, parecerá
un día de sol después de largos meses de niebla.

El quinto seis: Embellecer un jardín en la colina. Arrancar una seda muy


fina. Preocupación. Al final, alegría

El hexagrama Pí es dúctil, variado, imprevisible. Los momentos de entu-


siasmo se alternan con fases de nerviosismo. En esas condiciones resulta fácil
cometer errores, dejarse arrastrar por las situaciones contrastantes, especial-
mente, las interiores, y no encontrar más la firmeza necesaria para guiar los
acontecimientos según la razón. Un tiempo ambiguo y peligroso, como ambi-
guas y peligrosas son a veces las frases ornamentales, las reverencias dema-
siado marcadas; el mensaje de las líneas subraya precisamente esta condición
de turbación y de inestabilidad para advertimos que hemos de ser prudentes
y prestar mucha atención a la evolución de los hechos, incluso cuando no
parezcan muy importantes.

El nueve arriba: Elegante sencillez. Ningún error

El ideograma Q significa precisamente «blanco», pero indica también


que algo es genuino, simple, natural, sin tinturas. Por lo tanto, la última línea
mutante nos sugiere que seamos sinceros, que seamos nosotros mismos, que
no finjamos serenidad ni angustia, sino que mantengamos nuestras posiciones
con equilibrio y seguridad, revelando así nuestra verdadera personalidad y la
fuerza de nuestras convicciones. En este tiempo extraño y cambiante de Pi,
tiempo turbulento y sereno, peligroso y falaz, pero hermoso de vivir, el
oráculo vuelve a aconsejamos que seamos prudentes y genuinos, es decir,

6. L i t e r a l m e n t e : brillar c o m o c o l o r b l a n c o p l a t a .

122
que no revelemos y que no ocultemos, en una palabra, que nos mantengamos
en equilibrio, al caminar por la fina viga que se balancea suspendida en el
vacío.

El pato salvaje baja a tierra sólo para descansar;


vuelve por la mañana, pero ya no lo encontrarás.
La vestidura del Dragón en tan breve descanso
no nos hará daño ni nos alejará.''

7. CONFUCIO, Ta Chuán, Libro 15, Canciones de Pin, VI.

123
I'J
Resquebrajar 1

Un momento yin aparentemente inmóvil en la evolución de los hechos y en


el desarrollo de las situaciones; cada acción requiere en cambio una prepara-
ción detallada, cada palabra ha de ser estudiada con atención; no habrá que
dejar nada librado a la casualidad porque ésta no nos ayudaría.
Tiempo de cierre no quiere decir tiempo de inercia, es más, es necesario
mantenerse atentos para no dejarse sorprender por los acontecimientos.
El agua de los ríos de largo curso2 parece inmóvil, pero corroe las márge-
nes; lenta, pero inexorablemente, ensanchará los campos y destruirá las cose-
chas, casi sin que el campesino lo advierta, si no se procede a realizar las obras
de refuerzo. Este es el sentido de Po, difícil de expresar en una sola palabra,
pero indicado claramente por la imagen y las líneas mutantes; porque la
fórmula sapiencial, al menos después de una primera lectura, puede interpre-
tarse mal, incluso por la imposibilidad de expresar con palabras la calidad
concreta del idioma chino.

Tiempo de resquebrajamiento

No es ventajoso tener un lugar al que dirigirse.

Un tiempo de espera, pero de espera vigilante y preocupada, porque no


existen certidumbres y, por el momento, tampoco se pueden buscar.
Existe algo que no nos convence: pensamientos, palabras, recuerdos;
pequeñas (al menos en apariencia) contrariedades dificultan la evolución de
los hechos. Y sin embargo, todo parece tranquilo, incluso demasiado libre de

1. P e l a r , d e s c o r t e z a r , d e s o l l a r , el lento t r a b a j o del d e s g a s t e .
2. L a raíz d e P o , significa « c u r s o d e agua, rio de l a r g o curso, a g u a s q u e fluyen len-
tamente».

124
problemas. Es mejor no intervenir si el fallo no se evidencia en formas graves,
pero hay que estar atentos a todo cambio y a todo desmoronamiento de las
márgenes: incluso el más leve podría provocar un desastre. Por lo tanto, la
sugerencia que nos hace la fórmula sapiencial, que será aclarada luego por el
mensaje de las líneas mutantes, es la de permanecer cautos y de ejercer una
estrecha vigilancia.

Hablan las imágenes

El monte unido a la tierra. Tiempo de resquebrajamiento. El Superior tra-


baja a menudo para dar al Inferior la alegría de la tranquilidad.3

Tiempo de trabajo silencioso y de aperturas hacia los demás; el carácter


saldrá de esta vicisitud más fortalecido, la sabiduría se hará más concreta y
sufrida, porque el tiempo de Po es precisamente un tiempo de trabajo y de
fatigas, difíciles en todos los sentidos. En el Olimpo, los Dioses necesitan a los
hombres para ser Dioses; en la Tierra, los hombres necesitan del difícil
prójimo para sentirse hombres, es decir, criaturas superiores, completas,
distintas de los animales, de las plantas, de las piedras, de las aguas con las que
dividen su cielo, sus asuntos, sus días, sus senderos. Los «Superiores» son los
pensamientos, los sentimientos, los proyectos; los «Inferiores», son lo
cotidiano, las situaciones por afrontar, las condiciones de vida, las personas
con las que se tienen relaciones que no siempre son fáciles. Si se leen en esta
clave, la fórmula y la imagen adquieren un significado vasto y preciso que
responde a toda duda.

Las líneas

Las líneas mutantes describen los distintos momentos de la lenta


destrucción de las cosas, de los programas, de las esperanzas, de las
situaciones, e indican el comportamiento que habrá que adoptar cuando nos
carcoma la duda, cuando nuestras posturas no nos inspiren ni seguridad ni
firmeza, cuando el engañoso «desgaste» acabe con nuestros nervios y
amenace con destruir la fuerza espiritual, las convicciones y el carácter.

El primer seis: El desgaste comienza por los pies de la cama. Desventura sin
alegrías

Cuando se advierten los primeros síntomas de un tiempo difícil, de


circunstancias hostiles, o incluso de una no adecuada disposición interior, hay
3. É s t a es la i d e a d e los g l o s a d o r e s , p e r o t a m b i é n se p o d r í a leer: « L o d e a b a j o , es
decir lo q u e e s t á d e b a j o , es el origen d e lo alto, o s e a d e lo q u e e s t á a r r i b a » . Se critica sin
r a z ó n la f a l t a d e p r e c i s i ó n de la e s c r i t u r a c h i n a , p u e s j u s t a m e n t e e s t a i n d e t e r m i n a c i ó n y
estas d i v e r s a s p o s i b i l i d a d e s d e l e c t u r a c o n f i e r e n , en e s p e c i a l al l e n g u a j e o r a c u l a r , u n
i n c o m p a r a b l e p o d e r e x p r e s i v o . C o r r e s p o n d e a quien i n t e r p r e t a elegir la f o r m a d e
lectura, a u n q u e e n d e f i n i t i v a el s e n t i d o d e la r e s p u e s t a n o v a r í a .

125
que saber retirarse para evaluar la situación a fondo y objetivamente. Insistir
en una postura de desafío sería un error grave que nos conduciría a extremos
desastrosos. Se impone un estudio apasionado de la realidad presente, para
' llegar hasta los orígenes remotos de los hechos, y lograr así emitir un juicio lo
más sereno posible.
Además, no es momento de tomar decisiones, tal y como lo advierte la
segunda línea mutante que parece un corolario de la primera.

El segundo seis: El desgaste ataca al cuerpo central de la cama. Desventura


sin alegrías

La amenaza de fuerzas adversas se hace cada vez más evidente; tratemos


al menos de reconocer sus síntomas. Por ahora, nadie puede ayudarnos, pero
delante de nosotros se abren senderos y pasajes que hemos de reconocer,
aunque hay que esperar la señal favorable, dejando que las cosas continúen su
curso sin interferir, incluso si se lo considera oportuno.
Por lo tanto, habrá que permanecer firmes en las posturas adoptadas,
tratando de no comprometerse en situaciones difíciles, ni ceder a presiones
ambiguas.

El tercer seis: El resquebrajarse de cosas. Ninguna culpa

Por difícil que parezca la situación, puede resultar un consuelo el saber que
no existen errores graves que puedan imputársenos, y que no se puede hacer
absolutamente nada para aligerar el peso de estos días.
Es un tiempo de insidias y peligro, pero no existen, al menos en este
momento, posibilidades de intervenir, porque la situación misma no es clara, y
sólo la evolución de los acontecimientos quizá nos muestre líneas de diseño
más amplio, indicando las orientaciones generales.
Puede haber ruina, pero también renovación, lo importante es tener fe para
no dejamos llevar por las amenazas no del todo fundadas de futuros aniqui-
lamientos.

El cuarto seis: El desgaste ataca el barnizDesgracia

Se trata de palabras terribles que, por su despiadada claridad, deberían


llamar la atención mucho más que cualquier razonamiento. El barniz es el
fuerte revestimiento de los muebles chinos, su belleza es señal de su valor; si
algún desperfecto corroe la suave y colorida superficie del barniz, el objeto se
vuelve inservible, pierde su valor, ha de desecharse. El significado dePo halla
aquí su glosa: nos «desuellan vivos», reaccionar se convierte en un acto de
fuerza superior a las posibilidades prácticas y físicas, pero especialmente
psíquicas.
Tendremos bastante con saber salir de esta situación sin agravar el estado
de las cosas.

4. L i t e r a l m e n t e : piel.

126
Por lo tanto, habrá que suspender toda actividad, evitar toda interferencia;
incluso el gesto más espontáneo podría retrasar la solución de los difíciles
problemas que se han presentado de un modo imprevisto.

El quinto seis: Un cardumen de peces. Utilizar el favor de los hombres de


palacio.5 Nada que no sea ventajoso

En la China, el pez siempre ha sido considerado como símbolo de fortuna,


de «buena suerte»,6 por lo tanto, este «cardumen de peces» constituye un
elemento de augurio en el mensaje poco feliz del hexagrama.

Yin, yang, yin, yang... la vida se divide en ritmos alternados y cuando se


toca fondo, encontramos el punto de apoyo que nos permite impulsarnos hacia
la ascensión. Los tiempos cambian sin que nos demos cuenta, las situaciones
evolucionan hacia la fase de reorganización, pero hemos de mirar a nuestro
alrededor, buscar el camino justo para llegar a puerto, y encontrar finalmente
la paz.
Los «hombres de palacio» son las amistades, los consejos, los pensa-
mientos sabios; nos corresponderá a nosotros el saber utilizarlos en el
momento y la forma más oportunos, para que la ocasión no pase inútilmente.

El nueve arriba: Un hermoso fruto que no se ha probado. Sólo el hombre de


rango tiene una carroza. El hombre degrado inferior consume el calien-
taplatos

Incluso en los tiempos difíciles de Po hay algo que hemos de alcanzar; los
resultados serán proporcionales a la inteligencia con la que se ha obrado. El
sabio se impone este compromiso, y obtiene resultados positivos por su
paciente esfuerzo sin concesiones; el débil permanece en su inquietud, se
confirma en su mediocridad, renuncia incluso a las ambiciones con tal de no
combatir. El tiempo de Po es un tiempo de lucha, de sacrificio, de firmeza: no
es fácil vivirlo, pero será más difícil saber vivirlo para que sea constructivo y
válido.

El cielo, persiana de luz más alta,


da el tono
al hombre, como la flauta y la tibia;
quien tiene aliento para afinarse a mitad
de la Escala de Jade7 no hará esfuerzos
para afinarse en todo.
Quienes seáis poco afinados no seáis la causa
de que ninguno lo sea.'

5. De quienes (hombres o mujeres) están cerca del Emperador.


6. Unido a la cigüeña significa «fortuna y felicidad».
7. El teclado de las notas.
8 . C O N F U C I O , Tá Chuán, Décadas de Schéng Min, Libro 2, X, 6.

127
24. Fu: Regresar

a
Regresar1

El signo indica un comienzo (A"an), un empezar desde el principio, el


reiniciar algo después de un período de crisis, precisamente el que indica Po.
Las condiciones exteriores son las de la Tierra al iniciarse el año agrícola,
cuando, como indica la composición, Khwan-Aan, algo se está poniendo en
movimiento. En realidad, según aclara la estructura, Khwan-Khwan, todo
permanece aún inmóvil a la espera de nuevos acontecimientos, existe la
disponibilidad para una construcción activa y concreta.
Un momento abierto al futuro, momento de proyectos y esperanzas, pero
también de ilusiones y hueros sueños. A quien desea de verdad comprometer
sus energías en las realizaciones, espera, le espera un largo trabajo, pero, en
ese caso, las promesas no desilusionarán.

Feliz el tiempo de regresar

Salir y entrar sin prisa.1 Llegan amigos sin culpas. Se vuelve varias veces
al mismo camino.3 Después de siete días se regresará a casa.4 Ventajoso
tener dónde dirigirse.

Todo resulta favorable para quien se pone en movimiento de un modo


activo, después de un período cansado y difícil, pero es necesario contar con
un programa preciso y saber con claridad lo que se desea alcanzar. Resulta
característico del signo, y muy esclarecedor del significado, el hecho que una

1. De nuevo, reanudar, repetirse, correspondencia.


2. Es decir, hacer las cosas de las que debemos ocuparnos.
3. El del Tao, es decir el «camino» justo del comportamiento humano.
4. El ideograma es además el signo del futuro.

128
línea clara, yang, es decir, la primera línea muíante, regrese desde abajo hacia
arriba, en un lento movimiento ascendente; esa línea significa raíz y tronco del
carácter, formación gradual, consolidación de posiciones, dificultad de
recomenzar, pero un recomenzar positivo y destinado a tener éxito.
El bien aparece abajo, al principio, insignificante, pero después bastante
fuerte, lo bastante como para hacer valer durante un tiempo sus particu-
laridades ante toda tentación por parte del ambiente, y ante cualquier forma
de condicionamiento. El significado mismo de la palabra «regreso», sugiere la
idea de un perpetuo «volver atrás», después de haber cometido errores,
además de un examen y un conocimiento de sí mismos, necesarios para
hacerlo de una forma positivamente activa.

Hablan las imágenes

El tmeno está dentro de la tierra. Tiempo del regreso. En el periodo del


solsticio,5 los antiguos Soberanos cerraban las barreras, mercaderes y
extranjeros no viajaban. Los Príncipes no visitaban las provincias.6

La imagen ilustra un trabajo de preparación, implícito en el significado del


hexagrama que, como los restantes sesenta y cuatro signos, representa una
costumbre, una civilización, un pensamiento que nos llegan de una época anti-
quísima, de la que ya casi se ha perdido la memoria, y que ha entrado a formar
parte del mito. En las vastas llanuras de la China clásica, la tierra, endurecida
por el frío seco del invierno, no aceptaba ya el trabajo del hombre. Los campe-
sinos consideraban entonces que se había vuelto sagrada y se tomaban un
reposo en todas sus actividades. Inauguraban así una estación de retiro
universal: el tiempo del Gran Regreso o Tiempo de la Vuelta, que es el indi-
cado por el hexagrama Fü. Esta estación silenciosa correpondía además, a la
fase inicial de toda cosa y a la preparación para los nuevos acontecimientos
del año agrícola, desconocidos aún, pero ya vividos al igual que otros; alegres
y dolorosos, espléndidos y mediocres, difíciles y problemáticos, como lo son
todos los acontecimientos humanos.

Las líneas

El mensaje de las líneas mutantes va precisando con una prudente exacti-


tud, los momentos entusiastas y fatigosos del tiempo de Fü, que es un tiempo
positivo para quien sabe vivirlo sabiamente.

5. El solsticio de invierno.
6. Porque las inclemencias del tiempo les impedían viajar.

129
El primer nueve: No aplazar el regreso. Ningún disgusto grave. Alegría y
suerte

Si el periodo de turbación no ha sido largo, resultará fácil recobrar el


control de la situación; si, por el contrario, ha sido largo y penoso, el regresar a
pensamientos dichosos puede resultar un acto de coraje; en todo caso, es
necesario afrontar los hechos con energía sin evocar lo que de negativo y
preocupante nos dio el pasado. Sólo quedan algunas señales, algún recuerdo
obstinado, pero las perspectivas son tan abiertas que han de ser consideradas
con alegría, porque nos traerán alegría. Reforzar las relaciones después de
desavenencias e incomprensiones es una cuestión de buena voluntad, bastará
con unas cuantas palabras justas, un gesto oportuno, bastará, en definitiva,
«querer olvidar». Esto es lo que dice con afectuosa sabiduría la primera
mutación de Fü.

El segundo seis: Regreso sereno.1 Suerte

Con serenidad y calma se arreglan las disputas, incluso las más graves,
basta con saber discutir las cuestiones que interesan, haciendo lo posible por
encontrar soluciones sin pretender resolver todo de inmediato, reservándonos
la última palabra. ¿Quién nos garantiza que la nuestra sea la justa? La linea
mutante advierte pues, que el momento es muy delicado y sugiere paciencia,
calma, coraje para mostrarnos objetivos y serenos a pesar de todo.

El tercer seis: Regreso apresurado.8 Preocupación, no culpa

De nada sirve precipitarse; en el tiempo de Fü eso podría ocasionarnos


preocupaciones y ansias; es cierto que no es una culpa el querer concluir de
prisa con situaciones pendientes, quizá desde hace tiempo, y que nos resultan
fastidiosas, pero es más sabio obrar con prudente paciencia, incluso porque el
tiempo de Fü trabaja para nosotros. Cuando se vuelven a atar los hilos de una
conversación, de una secuencia interrumpida, no se admiten errores de
planteamiento, de lo contrario, el fallo será grave, mucho más de lo que había
sido el resquebrajamiento de las cosas (hexagrama 23), del cual acabamos de
salir con esperanzas renovadas. Por lo tanto, es necesario esperar con calma y
seguridad las ocasiones adecuadas, escoger las palabras adecuadas, como nos
indica la fórmula de la cuarta línea mutante.

El cuarto seis: Caminar en lo justo y regresar solos

No siempre las conclusiones son proporcionales a la fatiga y a los méritos,


y casi nunca a las buenas intenciones, pero no está mal reemprender solos la
reconstrucción de las esperanzas, los sueños olvidados, los proyectos que
entusiasman. Si este renovarse de cosas abraza un vasto horizonte, cuando se

7. Literalmente: regreso bello, bueno, fausto, feliz.


8. Literalmente: regreso frecuente.

130
tienen en cuenta muchas posibilidades, se realiza el vivo y espléndido destino
individual, en el cual la soledad es una piedra para nuestra construcción, quizá
la más sólida.
Sin duda, habrá alguien que nos acompañará en el camino si es atraído por
un gesto, una sonrisa alentadora.

El quinto seis: Regreso abiertoNingún arrepentimiento

Otro modo de rever nuestras posturas, quizá el mejor, porque lo efectua-


mos en un estado de ánimo disponible y sereno.
El tiempo de Fü tiene estos momentos de apertura y objetividad, por lo
tanto, se ha de disponer de ellos según sean las circunstancias, porque es muy
raro que se dé tan justo entusiasmo y tantas ocasiones favorables —aunque no
sean perceptibles de forma inmediata— para reexaminar las cosas y las
relaciones en vista de otras decisiones.

El seis arriba: Regreso fuertemente influido.10 Ningún arrepentimiento

A veces, no logramos darnos cuenta de cuánto pueden condicionar


nuestro modo de obrar las sugerencias externas; a menudo se trata de un factor
negativo, al menos, en relación a los resultados que nos interesan. La situa-
ción exige una evaluación personal y objetiva, un razonamiento claro y libre,
para que las consecuencias no sean imprevistas, difíciles de aceptar, o direc-
tamente, desastrosas para el futuro ligado a las condiciones particulares del
momento. Cualquiera que sea la forma en la que se conducirán nuestros
replanteamientos y juicios, el carácter positivo del tiempo de Fü evidenciará
el esfuerzo y, aunque los resultados resulten desilusionantes, el tiempo hará
justicia, restableciendo el nivel de los valores.

¡Fiesta de primavera!
Una copa de vino joven, una canción
y tres deseos:
que tú, Señor, vivas mil años,
que mi cuerpo no envejezca,
y que, como las golondrinas del tejado,
de año en año, podamos volver a vernos

9. Literalmente: regreso generoso.


10. Como si existiera una intervención mágica; un regreso «alocado», no razona-
do, impulsivo.
1 1 . FEN-YEN-CHI, Ch'ang-min nü, tomado de: G. Bertuccioli,La letteratura ciñese.

131
25. Wü Wang: Sinceridad

Sinceridad1

Se trata del hexagrama de la rectitud, del vivir según las leyes, de la


sabiduría y de la pureza interior; tiene un discurrir ligero y consolador en el
que prevalecen la serenidad y la fortuna.
La traducción literal del ideograma en su conjunto, es decir de Wü y Wang
sería: no falso, no culpable, no coherente, etc., y debemos recordar que, a
menudo en chino, la negación expresa de un modo más nítido y definitivo la
afirmación, subrayando su fuerza intrínseca.
La llaneza, el respeto por los demás, la coherencia, la rectitud, no siempre
son reconocidas por lo que valen, es más, a veces, hacen que la vida sea muy
difícil. Por ello, el oráculo examina los problemas que se le presentan a quien
posee estas raras dotes del alma y del corazón, y las aplica a las vicisitudes de
su vida.

Tiempo de ser sinceros

Orígenes felices.2 Prosperidad y ventajas. Desafortunado aquello que no


es justo. No es útil tener un lugar adonde dirigirse.

La sentencia precisa la importancia de ser honestos y rectos, incluso en


nuestras intenciones, además de adoptar esas posturas en nuestras interven-
ciones; si no estamos dispuestos a esta claridad y a esta corrección, será mejor
desistir de cualquier acción, porque nada llegaría a buen puerto. Se subraya la
importancia del equilibrio en el jucio que no admite compromisos, equilibrio
sereno que es raro de encontrar en el comportamiento humano a cualquier

1. N o falso, no villano, no temerario, no incoherente, orden.


2. Es decir, afortunadas serán las cosas que se emprendan y las ya emprendidas.

132
nivel, y al que casi todos los hexagramas dedican un pensamiento o una
alusión.
El I Ching es un libro de sabiduría terrena, enseña cómo debemos
comportarnos en los acontecimientos cotidianos, para no tener que temer
luego al futuro hasta el punto de querer indagarlo.

Hablan las imágenes

Un trueno pasa debajo del cielo. Los seres se asocian ordenadamente.3


Los antiguos Reyes se adaptaban a las estaciones para nutrir con holgura a
sus súbditos.

Las imágenes evocan los tiempos felices de los Reyes-Sabios, que seguían
fielmente el Tao, el camino de la verdad y de la justicia, inaugurando épocas
gloriosas. La fuerza vital del trueno recorre cual inefable temblor a la tierra
helada: el primer temporal que todo lo anima, hace temblar, renueva, como si
cada vez se tratara del alba de los tiempos, del amanecer del mundo. En esta
fresca pureza del cielo y de prados, el espíritu se siente libre, ligero, feliz. Es el
estado de ánimo de quien obra con rectitud, claridad, prudente sinceridad; una
condición que debería encontrarse en todos, pero que, en realidad, es de pocos
y que, rara vez, se vive con sabiduría.

Las líneas

Las líneas mutantes continúan el mensaje de la imagen y de la sentencia,


refiriéndose específicamente a la estructura del hexagrama, que subraya la
fortaleza necesaria (Kan) para el carácter llano y lineal, para ser coherente
incluso en las circunstancias más difíciles, o cuando se acercan (Sun)
personas que desilusionan por su incomprensión de las cosas más verda-
deras, de los sentimientos más nobles.

El primer nueve: Llaneza. Afortunado el proseguir

Es una indicación que no requiere de glosas, y tampoco se puede discutir


porque su claridad es lapidaria. El comportamiento es el adecuado, la situa-
ción ha de afrontarse con mente libre de prejuicios y las palabras no deben
contener segundas intenciones, ni tampoco debemos posponerlas.

El segundo seis: Trabajaren los campos sin cosechar. No cultivar un terreno


ya roturado. Ventajoso tener un lugar adonde dirigirse

Si el móvil de las cosas, el origen de los afectos no es sólo el interés inme-

3. Según el orden de la naturaleza, que es el de la coherencia y la sabiduría.

133
diato, las relaciones y los proyectos darán grandes satisfacciones y tendrán
muchas probabilidades de conducirnos a resultados positivos.
Cada trabajo vale en cuanto que está formando parte del tiempo que le
pertenece, porque participa de la armonía universal, única garantía de éxito y
de bienes.
Es la línea del compromiso desinteresado y de la verdadera sabiduría, la
que valora las cosas en sus límites y las acepta esperando su realización, sin
optimismos, pero con feliz confianza en el cumplirse de los destinos, por
lejanas que puedan parecer las conclusiones.

El tercer seis: Desorden, pero no se llega a la desgracia. Alguien ata a un


buey." Un viajero es capturado.5 Desventura para aquel que vive en la
ciudad6

La tercera línea examina la posibilidad de encontrarse en problemas sin


ninguna culpa, el perder amigos que considerábamos seguros por la maldad o
la intromisión de terceros, por razones que no nos son imputables directamen-
te, aunque hayamos pecado de exceso de confianza y de falta de prudencia. No
debemos aventurarnos a ciegas por calles que no conocemos bien y en horas
peligrosas; el viajero incauto puede sufrir graves desgracias. Se trata de un
momento delicado, y hasta la excesiva indiferencia por los problemas y la
gente puede ocasionar problemas; será mejor esperar una mutación, que no
tardará en llegar, para poder reemprender activamente nuestras ocupaciones.

El cuarto nueve: Posibilidad de ser feliz. Ninguna culpa

Una felicidad de condiciones que haría pensar que nuestro optimismo es


exagerado, que pretendemos demasiado al desear que dure o al vivirla con
entusiasmo. En realidad, el momento resulta favorable porque el comporta-
miento ha sido justo y equilibrado, las elecciones han sido las adecuadas, las
palabras las precisas y, en el tiempo de Wú Wang ése es un factor muy
importante. Por lo tanto, existe la posibilidad de gozar de una hora buena,
tratemos de reconocerla, aferremos su belleza, que puede no resultarnos
evidente a primera vista, pero que es auténtica y que, sobre todo, ha sido
preparada por muchas cosas, hechos, pensamientos, que quizá no estén
presentes en nuestro recuerdo.
Hay que saber descubrir los momentos felices, de lo contrario nos
arrepentiremos luego.

4. En la China antigua, el buey simboliza el frío expulsado por la primavera para


favorecer la renovación de la naturaleza, y era, por su pasividad y su mansedumbre, un
emblema típicamente yin.
5. Un viajero incauto que no tenía en cuenta los múltiples peligros de los caminos
chinos.
6. Quien vivía en un distrito o en una ciudad fortificada, es decir encerrado tras las
murallas.

134
El quinto nueve: Enfermedades incluso en un tiempo de equilibrio. Se
recuperará la salud sin medicinas

Incluso los tiempos más serenos pueden constar de momentos graves o


procupantes.
En este caso, será mejor dejar que todo se resuelva según su curso natural,
porque hay mucha niebla a nuestro alrededor, y no logramos ver con claridad,
por lo que el camino es más difícil de lo que en realidad parece.
Se trata de circunstancias en las que habrá que tener mucha paciencia: el
mensaje se aplica especialmente si se trata de relaciones difíciles con personas
que son duras de doblegar (Kan), y de conquistar para nuestra propia causa
(Sun). Por tanto, la tranquilidad interior, la calma al afrontar los hechos, la
flema exterior, contribuirán positivamente a superar un momento fastidioso,
destinado a pasar rápidamente.

El nueve arriba: Llaneza. Comenzando algo seremos desafortunados.


Ninguna posibilidad de ventajas

No se trata de renunciar a nuestros principios, de no ser más sinceros ni


claros, se trata solamente de evitar actitudes demasiado decididas, de mos-
trarnos dúctiles y condescendientes, dejando para otro momento la urgencia
de hacer valer nuestra opinión.
Una de las cualidades del espíritu educado en la sabiduría es la de saber
reconocer el carácter mutable de los hombres y de las circunstancias para ade-
cuarse a ellos; de todos modos sería inútil el querer desviar el curso de los
pensamientos o de los acontecimientos. Con la amarga, pero real comproba-
ción de que, a menudo, la lealtad, la llaneza y la coherencia son elementos
negativos en las relaciones humanas, concluye la enseñanza de Wú Wang,
hexagrama que en cierto modo señala una pausa en el vasto discurrir del
oráculo. Son pocas las ocasiones en que se habla de forma tan explícita como
se hace aquí de cualidades raras, pero no por ello inexistentes en la reseña de
los hechos humanos, siempre distintos bajo el mismo cielo mutable.

Como la Luna y el Sol que siempre surgen


en los tiempos y los lugares adecuados, como los Montes del Sur,
que jamás se derrumban, como el pino y el ciprés,
siempre verdes,
sea después de ti tu línea.7

7. C O N F U C I O . Tá Chuán, Odas Menores, L i b r o VI.

135
Ta Khü:
26. Fuerza educadora

Fuerza educadora1

La composición del hexagrama expresa gráficamente la idea del freno


(Kan) puesto a la libertad cretiva(-KTrien), mientras que la estructura, es decir
el sentido profundo del mensaje, ve un modelado (Tui) de la energía vital
desde su primera aparición (/Can).
Se trata del trabajo de la educación, que doma los instintos y nos lleva de la
violencia bruta a la fuerza consciente.
Tá significa «grande, fuerte, eminente», Khw (o Hsü, porque son sinóni-
mos, al menos en las líneas generales del significado, en la medida en que
puedan ser sinónimos dos ideogramas en una lengua escasa de significados
precisos) significa «acumular, nutrir, criar, domesticar, animal doméstico,
animal domado»; así, el sentido total del ideograma puede indicarse con nues-
tra expresión «fuerza educadora», o «energía dominadora», que resulta
menos expresiva y muy imprecisa porque es abstracta, mientras que la
palabra china se nutre de su espléndida exactitud. Las líneas mutantes evi-
denciarán las necesidad de ser prudentes, incluso si se trata de «animales
domésticos», es decir, de situaciones en parte desconocidas, de personas ex-
trañas, vecinas, quizá, sometidas como «animales domésticos», pero siempre
«distintas de nosotros».

Tiempo de educar

Ventajosa la fuerza moral. Afortunado no depender de la familia.2 Útil


cruzar una gran agua.

La fórmula sapiencial está plagada de alusiones, porque el mensaje de Tá


Khü es difícil, pero muy importante, y sugiere un pensamiento retomado

1. Gran acumulación, gran nutrición, fuerza que domestica.


2. Literalmente: no comer en familia.

136
después por las imágenes y las lineas mutantes. Hexagrama de la actividad
enérgica y racional (domesticar animales, animales domésticos, etc.), T á K h ú
nos invita a que, cuando se nos presente la ocasión, miremos más allá del
limite cotidiano («o depender de la familia), mientras el tiempo favorezca una
ampliación de nuestra visión de las cosas, hemos de tomar decisiones (cruzar
una gran agua), perseverar con fe en todo lo que hemos iniciado. Este intenso
trabajo es, además, una búsqueda de valores para la formación del carácter.

Hablan las imágenes

Cielo en medio de las montañas. Fuerza del educar. Sólo el Iluminado


sabe valerse del conocimiento del lenguaje y de las acciones pasadas. En
esta forma, aumenta la sabiduría.
Las montañas, escabrosas e inamovibles, son iluminadas por una claridad
azul que las suaviza, mostrando su vegetación, su perfil, su ruda majes-
tuosidad: una imagen muy poética, pero con una sugerencia muy precisa para
quien desee ir más allá de las palabras. Para aprehender el sentido profundo de
esta sugerencia, se han de volver a recorrer las páginas de los filósofos y poetas
chinos, que insisten repetidamente sobre la necesidad de conocer el pasado
para aprender a vivir el presente de un modo civilizado, justo y sereno. Son
precisamente estos detalles los que convierten al I Ching en un documento
histórico, además de un texto oracular, porque es testimonio no sólo de la
sabiduría de una civilización varias veces milenaria, sino también de la sensi-
bilidad, de las costumbres, de la fe de un pueblo antiguo y grande como no
haya quizá ningún otro en el mundo.
El observar el pasado para vivir de un modo adecuado el presente cons-
tituye una forma de conocer el futuro.

Las lineas

Las seis líneas mutantes, contrariamente a cuanto se lee en los demás


hexagramas, son sólo corolarios de la sentencia y de la imagen, porque
indican las distintas formas de intervenir o de obrar cuando se debe emplear la
«fuerza educadora». Hay que puntualizar, y esto es bastante insólito en los
mensajes del oráculo, que presentan una cierta progresión evolutiva hacia la
última línea, un seis, donde se precisa la razón definitiva del hexagrama, es
decir, la búsqueda del Tao, la «vía celeste», a través de las dificultades indica-
das genéricamente, pero con claridad, por las glosas.

El primer nueve: Existe una desgracia. Util detenerse3

El momento exige una gran prudencia, la virtud de los educadores, de los


fuertes, de los sabios, el examinarnos a nosotros mismos y nuestras acciones

3. Importancia de permanecer quietos con la no intervención, no obrar.

137
facilita el esfuerzo por ver más claro lo que sería conveniente llevar a cabo. El
detenerse no significa renunciar, sino suspender toda interferencia para
observar la realidad imparcialmente, mediarla con objetividad, afrontarla con
conocimiento de causa, y en la forma justa.
Por lo demás, no es un momento favorable para las intervenciones, no
existen las condiciones adecuadas, quizá hayamos cometido ya algún error
que, aunque no sea grave (una desgracia), habrá que corregir; por ello, la
evaluación de la situación se convierte en sumamente oportuna, es más, en
necesaria.

El segundo nueve: Al carro le falta la sopanda

Resulta fatigoso vivir estos momentos porque no logramos superar las


contradicciones (Kan) que se interponen a la voluntad de progresar y realizar
(Khien). Quizá tampoco sea el momento de continuar con nuestro camino y,
al permanecer quietos y firmes en nuestras posturas, obrando en forma justa y
correcta, podremos sacar partido de una situación de inmovilidad que permite
una atenta revisión y una programación detallada. Por lo tanto, se trata de un
momento crítico, sumamente válido para el sabio que sabe sacar los mejores
frutos, sin angustias inútiles, ni impaciencias erradas.

El tercer nueve: El caballo más bello* prosigue. Ventajosa la difícil perfec-


ción. Durante el día5 se preparan las correas y las carrozas. Útil tener
un lugar adonde ir

La firmeza (Kan) logra imponerse fianlmente, y se puede recorrer el


camino que se abre hacia otros horizontes, pero sin dejar de usar la pru-
dencia, que es la verdadera sabiduría. El sentido de Kan ha de entenderse aquí
como «firmeza», por lo que es positivo, y aparentemente en contraste con las
interpretaciones que dan otras partes del texto.
En realidad, el significado de los trigramas componentes y estructurantes
es tan vasto que, con frecuencia, justifica los opuestos, que son tales sólo en
apariencia, si se sigue la lógica china de la complementariedad. Muchas afir-
maciones (y contradicciones) extrañas del texto, de los significados mismos
de los ideogrmas, son explicadas precisamente en un modo discursivo distinto
del nuestro, un modo «visivo», variado, evidente, extremadamente racional y
dúctil, como no podría ser ningún otro lenguaje.

El cuarto seis: Una tablilla entre los cuernos del joven torito.6 Gran alegría

Es necesario que tanto nuestras intervenciones como nuestras palabras


sean cautas, especialmente si debemos tratar con personas impulsivas,
4. Literalmente: espléndido.
5. Literalmente: de día, cada día, a diario.
6. «Joven» significa que aún no ha desarrollado los cuernos; el ideograma se refie-
re a una tablita que se colocaba entre los cuernos aún no apuntados del toro, para evitar
que se astillaran mientras eran tiernos o que crecieran torcidos.

138
afrontar una situación imprevista, o si nos encontramos en circunstancias de
las que desconocemos la dimensión exacta. La educación del carácter
permite, además, afrontar con calma toda sorpresa; al lograr dominamos
alcanzamos siempre a dominar a los demás, haciendo que se muestren
disponibles a nuestras ideas, sin sofocar sus personalidades. La línea mutante
sugiere pues que ejerzamos un atento control sobre nosotros mismos, pero
especialmente sobre todo lo que interesa, para que los acontecimientos no se
nos escapen de las manos, y para que los resultados que se prevén sean
positivos y no se conviertan en desastres. Nos encontramos aún en los
comienzos (joven torito), la intervención inteligente y tempestiva es garantía
de éxitos.

El quinto seis: Limar los dientes de un cerdo castrado.'' Fortuna

Para conquistar a los demás y dominar las situaciones, a veces se puede


aprovechar su fuerza, empleando toda nuestra capacidad. Es la obra del refor-
mador, ya sea que actúe en el vasto campo de la costumbre nacional, ya sea
que permanezca dentro de los límites de lo cotidiano. Son grandes las posi-
bilidades de que se dispone en este tiempo tan importante; el saber
reconocerlas es índice de verdadera sabiduría.

El seis arriba: ¿Adonde va el Río de Estrellas?s Hacia la salida9

Siguiendo las indicaciones de la sabiduría, armonizamos con la vida uni-


versal y conocemos los caminos del cielo. He aquí el cumplirse de la
educación, el resultado de un largo y paciente trabajo, de un compromiso
moral que va más allá del interés inmediato, para llegar a resultados duraderos
en el tiempo. Se trata también de una invitación a contemplar los misteriosos
caminos del cielo, tan móviles y lúcidos cada noche, para aprender la fe, la
alegría, la esperanza, olvidando por un momento las piedras engañosas de los
senderos terrenales. Palabras de coraje y fe.

El aire de montaña es fresco al caer el día;


los pájaros vuelan y regresan de dos en dos.
En todo esto hay un sentido profundo,
y sin embargo, si deseara expresarlo, de pronto
me faltarían las palabras.10

7. Literalmente: del jabalí, es decir del cerdo salvaje, particularmente feroz pero de
carne muy sabrosa.
8. Otra traducción podría ser: «¿Cuáles son los caminos del Cielo?»; pero los

ideogramas significan exactamente «Vía Láctea», es decir «Vía Celeste» por


excelencia, antaño llamada «Río de las Estrellas».
9. Literalmente: prosperidad.
10. T'ao Ch'ien, en Fung Yu-lan, La filosofía ciñese, Verona, 1956.

140
27. I: Nutrirse

Nutrirse1

Resulta insólito para nuestra mentalidad occidental que, en un texto sabio


como es el I Ching, exista un hexagrama como I, relacionado a un hecho tan
cotidiano que merecería ser olvidado por las obras no especializadas, es decir,
el tema de la alimentación.
A pesar de que hasta la época de Lao-tzu, los antiguos chinos confun-
dieron las ideas de sustancia y potencia, otorgaron una extremada impor-
tancia a la nutrición y a los órganos que en ella intervienen, y eso lo hacían
incluso en textos no relacionados con la medicina. El valor de un individuo se
medía por el número de vasallos que podía nutrir,2 y lo que constituía su
autoridad era la forma en que se alimentaba él mismo, la cantidad de alimento
que le era atribuida cada día. La respetabilidad, la riqueza de la mesa, la
holgura de la vida, eran hechos que iban ligados, y entre los que no se hacía
distinción alguna. Los nobles «comían» su feudo; el Hombre Único, estación
tras estación, «se comía» al Universo.
El dignatario almacenaba durante las épocas útiles, en los cinco graneros
de su cuerpo (es decir las cinco visceras: hígado, ríñones, estómago, intestino)
la esencia de las cosas más exquisitas que produce la vida universal, cuyo
primero frescor recogía en las «Cinco Estaciones Orientales», nutriendo así su
ser de primicias. La vida se extrae con más fuerza de los alimentos frescos, que
participan aún de la vida natural misma, que es, en su frescura, tan pura que, a
través de la acción de lo impuro, puede convertirse en veneno mortal. A la luz

1. Mentón, mandíbula, mejilla, mantener.


2. Un noble de poco rango podía nutrir 9, 18 (o sea 2 X 9) o 36 (o sea 4 X 9 )
personas, según fuese de I, II o III rango; un gran prefecto podía nutrir 72 (o sea 9 X 8 )
personas; un ministro podía nutrir 288 (o sea 9 X 32); un príncipe, 2.880 (o sea 9 X 320).
Los números expresaban el cargo y la nobleza porque señalaban la importancia del grupo
enfeudado, mientras que la «posibilidad de nutrición» señalaba el grado de «poder»,
una «porción de prestigio», por tanto un «valor social».

141
de estas noticias, necesariamente breves, sobre la historia de las costumbres, la
presencia del hexagrama I adquiere una gran importancia y su mensaje se
hace perfectamente lógico, claro y justificado.

Tiempo de nutrirse

Pureza afortunada. Observar la alimentación. Buscar una fruta para


cada boca vacía.

La valoración de un individuo debe basarse en su comportamiento


cotidiano, y no en sus actos ocasionales que pueden falsear las apariencias,
precisamente por su excepcionalidad. Del mismo modo, para establecer rela-
ciones útiles, debemos intentar ponernos al nivel de las personas que nos in-
teresan, respetando sus ideas, sus costumbres, viendo sus exigencias para no
alimentar divergencias inútiles y a menudo desastrosamente definitivas. Si nos
interesamos en una situación (o en un problema), la fórmula sapiencial sugiere
que hemos de estudiarla objetivamente y tomar las decisiones oportunas sólo
en un segundo momento, es decir, cuando tengamos una visión clara de sus
aspectos contrastantes. El hexagrama I es, sobre todo, una lección de vida
práctica.

Hablan las imágenes

Un trueno pasa a los pies de una montaña. Tiempo de nutrirse. Sólo el


Sabio usa la prudencia al hablar. Establece las reglas del comer y del beber.

El trueno (X"an) es el impulso de obrar, el monte (Kan) la prudencia


necesaria para adquirir el dominio sobre las palabras, según lo sugiere la com-
posición del hexagrama. Remotas, pero presentes, las múltiples posibilidades
de realización indicadas por la estructura (Khwan).
Un mensaje sintético y coherente que las seis glosas de las líneas mutantes
harán más amplio y claro.

Las líneas

Las líneas mutantes, con su mensaje preciso y concreto, indican cómo


realizar los programas y superarlas dificultades especialmente pesadas, sobre
todo, en un tiempo que debería ser vigoroso y abierto a toda solución. Las
soluciones existirán si los problemas son afrontados con el corazón sereno,
porque la serenidad constituye siempre una fuerza muy grande.

142
El primer nueve: Abandonar el propio espíritu de tortuga3 conforma de
cabanaObservar el desarrollo5 de los setos ajenos. Desventura

Nos vemos tentados a abandonar la seguridad —aunque limitada— de


nuestras convicciones, para desear otros horizontes. No es el momento ade-
cuado. Será mejor permanecer en la prudencia de un vivir cotidiano que
afrontar hechos que son aún problemáticos, o al menos desconocidos, por lo
tanto, extraños a nuestra experiencia y a nuestro conocimiento de las cosas.
Desde la India hasta la China, la tortuga desempeñó un papel simbólico muy
importante, dado que fue la imagen concreta del Universo, y se creía que
contribuía a la estabilidad del todo. Nosotros la vemos lenta, pero olvidamos
su longevidad, que tanto fascinaba a los antiguos; su caparazón y su cerebro
servían para preparar las drogas de la inmortalidad; en las sepulturas impe-
riales, cada pilar se apoyaba sobre un caparazón de tortuga; según algunas
leyendas, fue una tortuga la que sostuvo la bóveda celeste después que Kung-
Hung, Señor de los Titanes, abatiera la columna de sostén.
Oculto a los rayos del sol, el lado plano del caparazón (la Tierra) expresa
el lenguaje del Cielo, sirve para la adivinación y es la imagen de la sabiduría,
porque el paso de los años queda misteriosamente grabado en él. No
abandones la certeza de tu propio conocimiento, porque el temblor distinto y
vivo de las hojas oculta insidias y peligros; eso es lo que nos advierte la
primera línea mutante.

El segundo seis: Subvertir la forma de alimentarse. Oponerse a las reglas.


Comer en una colina. Continuando, desventura

El querer ir más allá de nuestras posibilidades, el cambiar drásticamente


nuestras costumbres, el soñar con metas lejanas o ambiciosas, nos conduce,
inevitablemente, a resultados desastrosos, porque puede convertirse en una
de las causas de fallos graves. El hexagrama I indica el momento de lo
concreto, de la ocupación cotidiana, de los problemas comunes y, por lo tanto,
importantes para la tranquilidad del vivir; nada de grandes vuelos, sino una
atención continuada a las palabras y a las actitudes, he aquí la sugerencia que
salta de línea en línea y que, a veces, puede resultar muy difícil de aceptar.

El tercer seis: Oponerse a la nutrición. Desgracia en la alegría. No se hace


nada durante diez años. Ninguna posibilidad de ventaja

El no informarnos adecuadamente, el no prevenirnos contra los imprevis-


tos siempre posibles en las situaciones humanas, en una palabra, el no obrar
con la debida prudencia, son motivos de error y de confusión, con graves

3. «Soltar la tortuga mágica», es decir el instrumento de estabilidad, quería decir


perder la fuerza, desorientarse, abandonarse pasivamente al curso de los aconte-
cimientos.
4. O sea, convexo como el techo.
5. El crecer y propagarse divertido y desorientado.

143
consecuencias inmediatas y mediatas. Se trata de un momento peligroso
porque no reaccionamos como debiéramos y rechazamos (tendemos a subes-
timarlos) los consejos oportunos. El tiempo en espera de las soluciones
será largo y difícil porque se están perdiendo las dimensiones exactas de las
cosas y «durante diez años», es decir por un período indefinido, pero bastante
extenso, no lograremos concluir nada si no tratamos de poner remedio de in-
mediato.

El cuarto seis: Afortunado el cambio de modo de alimentarse. Mirar con


ferocidad como un tigre.6 Desear una alimentación muy precisa. Ningu-
na culpa

Existen mutaciones que habrá que aportar a nuestra actitud y a nuestra


forma de comportarnos; es el momento de hacerlo porque contamos con una
cierta claridad de ideas, que nos permite tomar decisiones válidas. No estará
de más permanecer alerta para saber defendernos de los ataques engañosos,
tratar de enriquecer nuestra experiencia para alcanzar el dominio de sí
mismos y así dominar las situaciones a afrontar.
Eliminando con paciencia y serenidad de juicio todas las posibles causas
de error, aunque se trate de errores involuntarios, pero no por ello menos
graves para las posibles consecuencias, alcanzaremos las mejores soluciones
de todo problema.

El quinto seis: Oponerse a las reglas. Afortunado mantenerse en la rectitud


moral. No se debe atravesar un gran curso de agua

Es la ocasión de demostrar la firmeza de nuestras convicciones, aunque se


opongan a las formas de pensar más comunes, porque la situación ha de resol-
verse apostando a la fe en sí mismos y en los recursos personales. Habrá que
tener cautela, no debemos lanzarnos de cabeza a la búsqueda de soluciones
drásticas; así no resolveríamos nada. Tratar de esquivar los obstáculos, ser
cautos y prestar atención, observar el comportamiento de las personas y la
evolución de los hechos, recordando que I es el hexagrama del estudio de las
oportunidades y no de las acciones definitivas.

El nueve arriba: Motivos para nutrirse. Fortuna en el peligro. Útil cruzar un


gran curso de agua

Existen profundas razones para conocer las situaciones y comprender a


los demás, sus comportamientos, sus reacciones; de hecho, sólo así podremos
darnos cuenta de los peligros y evitarlos con el auxilio de las circunstancias
afortunadas, que esta última línea asegura como certezas. Después de haber
realizado un trabajo de indagación con inteligencia y atención, debemos inter-
venir enérgicamente porque, por fin, los tiempos están maduros para la acción.
Concluye así el mensaje de I que, con sus argumentos lineales y simples

6. Símbolo de la fuerza cautelosa y protectora, el tigre era una fiera divina.

144
introduce a Tá Kwo, ei hexagrama que indica tiempos y situaciones excepcio-
nales, y también excesos y temores difíciles, si no se afrontan con una sólida
experiencia de hombres y de hechos. En el desarrollo del I Ching el hexagra-
ma 27 ocupa, sin duda, un lugar muy importante desde el punto de vista moral,
además de poseer un gran interés histórico y etnológico, precisamente por la
simplicidad de sus enseñanza, tan lúcida y real, que se convierte en sabia.

Durante la vida, ¿cómo saber


si llegan decretos supremos?
En el mundo sólo sabemos
cómo se bebe y se canta.
En el río, bajo el claro de luna
pasa la oca tártara;
al sur del Huai, los árboles se desnudan,
innumeralbes parecen los montes de Ch 'u.7

7. Tung-p'o Ch'uan-Chi, En G. Bertuccioli. La letteratura ciñese, Florencia,


1968.

145
28. Ta Kwo: Excesos

Excesos1

Tiempo y situaciones excepcionales que requieren gran energía porque su


excepcionalidad es ambivalente: puede significar tanto logros como desventu-
ras. El vivir estos momentos constituirá una verdadera prueba para nuestra
fuerza interior, implicará un compromiso total para afrontar pruebas de
importancia poco común. El «exceso» nunca es positivo, pero puede dimen-
sionarse dentro de límites exactos, en cuyo caso, se convierte en una prueba de
lo que vale el individuo, de su capacidad para juzgar y dominar las situa-
ciones sin dejarse arrastrar por el orgullo o la desesperación, igualmente perju-
diciales para quien desee resolver sus problemas de una forma justa.

Tiempo de ir más allá

La vida del techo es débil. Útil tener un lugar al cual dirigirse. Fortuna.

El fango, cuando es tierra húmeda, nutre al árbol y lo hace crecer, pero lo


ahoga y lo pudre si es excesivo y demasiado blando. Según el mensaje del
oráculo, esta es la imagen del «exceso», mucho más esclarecedora del sentido
de la fórmula sapiencial que cualquier explicación.
El hombre superior sabe ser grande sin soberbias, sabe ejercer el poder sin
convertirse en tirano, sabe sufrir sin desesperarse, en una palabra, es equili-
brado y sabio, sin perder su dimensión humana, compuesta también de debili-
dades y miedos que no se transforman en terrores, pero que se mantienen
dentro de los límites del sabio conocimiento del peligro, del límite, de la felici-
dad.

1. Pasar, sobrepasar, exceder, culpa. Ta, en este caso, refuerza el sentido de kwo;
en efecto, el significado de «exceso» es un sentido derivado de ta, «grande».

146
Las líneas

Las lineas mutantes son corolarios de la fórmula sapiencial y de las


imágenes, ya que describen los distintos momentos de una condición bastante
común en la vida cotidiana de todos. El saber ser conscientes de los valores
indica que ya hemos aprendido a vivir en toda su plenitud los tiempos que nos
son dados. Niveles elevadísimos para el espíritu, encuentros exaltantes, días
que se recordarán como piedras blancas, cristales purísimos con mil reflejos.
Esto es Ta Kwo. El oráculo es sabio en su advertencia, pues el hombre se
vuelve tontamente ciego, precisamente cuando debería saber vivir mejor. Sin
duda, existen peligros y dificultades, pero si permanecemos alerta, podremos
evitarlos, dando vuelta a las cosas para obtener cuando deseamos. Esta es la
enseñanza de Ta Kwo, aclarada por las líneas mutantes, pero indicada ya por
la fórmula sapiencial y las imágenes.
Un lago de fango que sumerge la copa de un árbol... parece el vuelo
enloquecido de la fantasía de un artista; sin embargo, es una forma concreta de
expresar el vértigo de la altura.

El primer seis: Utilizamos una caña para encalar. Ningún error

Encalar significa renovar; la caña de junco, flexible y delgada, representa


1a. maleabilidad y la dulzura; la sugerencia de la primera línea muíante resulta
clara: renovar, pero sin cambios bruscos ni posturas demasiado precisas,
aunque se tenga la impresión de que la situación lo requiera con cierta ur-
gencia. Para que el tiempo de Tá Kwo sea nuestro amigo, debemos dejarlo
transcurrir lentamente, con sus mutaciones, sus pausas, sus horas penosas y
tal vez demasiado largas, pero fáciles de vivir porque se suceden sin dramas y
avanzan hacia las soluciones.

El segundo nueve: El álamo seco produce un retoño. Un viejo señor toma por
esposa a una muchacha. Nada que no sea ventajoso1

Se convierten en realidad proyectos que parecían irrealizables, pero que


han sido alcanzados con la paciencia y la firmeza. En efecto, la línea dice que
se puede llegar a la meta, incluso la que se tenía por muy lejana para nuestras
fuerzas, si se saben esperar los tiempos justos, ya que nunca es tarde para las
realizaciones. Las situaciones cambian, pero no porque sí, existe un orden que
es seguido con rigor por la sucesión yang-yin-yang-yin, que divide el tiempo
sin detenerse a recoger las prisas o las incertidumbres de los individuos. La es-
tructura de Tá Kwo revela que es un momentoyang ( K h ien redoblado
sobre sí mismo) al que, inevitablemente, seguirá un momento yin, que será
menos oscuro si está iluminado por los reflejos de esta luz gozada y vivida en
toda su alegría.

2. E x c e s o d e p o s i b i l i d a d , p o r lo t a n t o d e p r u d e n t e o p t i m i s m o , p o r q u e t o d o d e p e n d e
d e c ó m o e l i j a m o s , es d e c i r d e c ó m o a p r o v e c h e m o s e s t a s o c a s i o n e s .

147
El tercer nueve: La viga del techo se dobla. Desgracia

Al ceder medimos el límite de nuestra capacidad individual; cuando la


viga maestra de un techo cede y amenaza con romperse, significa que se trata
de un sostén en el que confiábamos y que nos falla, por ello debemos tratar de
reparar la situación con energía, si deseamos evitar daños mayores o desastres
graves. Al aceptar las contrariedades como inevitables, demostramos sabidu-
ría; si nos resignamos podríamos estar dando muestras de una peligrosa debi-
lidad. Dado que los tiempos son fundamentalmente favorables, habrá que
reaccionar para encontrar el equilibrio de juicio y la fuerza para vencer los
abatimientos y enfrentamos a las dificultades. Así superaremos los momen-
tos graves, los encuentros serán menos difíciles, repararemos los errores,
adquiriendo experiencia para evitar otros.

El cuarto nueve: Un altísimo pilar, fortuna. Existen otras precauciones

Una columna que se eleva erguida y decidida en sus medidas, tanto como
para hacer imposible todo desmoronamiento, indica la firmeza del carácter
necesaria en un momento bastante preocupado y preocupante, pero que no es
tan grave como para no poder superarse con serenidad. Es un tiempo yang,
por tanto todo se resuelve, pero sólo con el esfuerzo duro y tenaz, propio de
quien sabe lo que quiere y persigue sus fines con energía. El consejo es
claro, si bien no resulta fácil de seguir.

El quinto nueve: Un álamo seco florece. Una mujer anciana consigue un


marido joven. Ningún error y ningún mérito

Situaciones excepcionales que no sabemos reconocer o que vivimos de


una forma inadecuada. No constituye una culpa, pero tampoco existen
ventajas porque son ocasiones perdidas para siempre. Es muy difícil insertar
en nuestro quehacer diario (a menudo banal) hechos conmovedores, dema-
siado nuevos, tan maravillosamente distintos que nos asustan, de ahí que
resulte más cómodo —pero menos emocionante— rechazarlos. Sin embargo,
estos hechos extraordinarios, estas horas tan lúcidas y vivas deberían
aceptarse a cualquier precio. La quinta línea mutante indica un momento de
debilidad, de incapacidad, nos pone en guardia contra las tontas perezas que
pueden ser muy desgraciadas: somos nosotros quienes debemos decidir.

El seis arriba: Cruzar un vado y hundirse hasta la nuca. Desgracia.


Ninguna culpa

Nos vemos arrastrados por experiencias que se encuentran por encima de


nuestras posibilidades habituales de resistencia, y de nuestra capacidad de
comprensión, y por ello nos sentimos desalentados, perdidos, olvidamos las
esperanzas y la fe. El no saber vivir ciertos momentos del tiempo Ta Kwo no
constituye una culpa, pero las ocasiones perdidas dejarán añoranzas, sombras
de remordimientos, especialmente si se trata de ocasiones esperadas y

148
soñadas, pero cuya aceptación considerábamos menos grave. Los niveles
excepcionales son difíciles de alcanzar, y aún más difíciles de comprender y
de vivir con el necesario equilibrio. Mejor no lamentar la grandeza si nuestra
dimensión no ha sabido abrazarla, pero deberá existir por lo menos un intento
por recordar, de lo contrario, la renuncia se proyectará, amenazante, sobre la
serenidad futura.

De tres partes se compone el color de la primavera:


dos están hecas de polvo y de tierra;
una, de agua que fluye.
Si miras con atención
las flores del sauce,
son lágrimas derramadas por lo perdido?

3. Según la melodía de Shui-lung-lin (II canto del Drago delle acque) (El canto del
dragón de las aguas), tomadode G. Bertuccioli,La letteratura ciñese, Florencia, 1968.

149
29. Khan: Peligro

Peligro1

El doble signo refuerza el sentido del trigrama, subrayando su mensaje.


Khan es el ideograma del peligro, del abismo, de la profundidad, por lo tanto,
también representa la interiorización, los pensamientos secretos, el miedo y la
incomunicación; habla de complejos y de angustias, señala el tiempo del
espíritu que busca la seguridad, que se debate desesperadamente por
conquistar su libertad. Khan evoca los fatigantes meses de las lluvias
primaverales, 2 que después de las frescas promesas del florecer universal,
parecen hundir nuevamente a la naturaleza en un invierno gris; pero Khan
representa también al agua, base de toda manifestación cósmica, receptáculo
de todas las simientes, a las que vuelve fecundas y mantiene vivas; purifi-
cadora, sagrada y princpio de toda existencia.
Khan es un signo inflexible, fríamente realista, que observa desencantado
la condición humana, sin proponer soluciones, pero circunscribiéndola con
tremenda eficacia y limitándose a sugerir un comportamiento general.

Tiempo de peligro3

Tener fe. Sólo el corazón es feliz. Es apreciadle el movimiento.

Un tiempo cerrado y plagado de dificultades ocultas, que dificultan la li-


bertad de movimiento; no obstante, hay que tener fe, obrar como si todo vinie-
1. Khan quiere decir: ejercitarse en la excavación de un agujero, un foso, una
trampa, procurar evitar un foso, etc.; y también, correr al encuentro de situaciones peli-
grosas, o evitar el peligro, las situaciones peligrosas, las trampas, etcétera.
2. La primavera china, entre abril y mayo, era la estación de las lluvias, durante la
cual se tenía la impresión de que el invierno había regresado.
3. Peligro que hay que examinar para evitarlo, y peligro que sin un poco de atención
volverá a presentarse.

150
ra a nustro encuentro, mantenernos serenos porque los sentimientos auténti-
cos no corren riesgos, sino que permanecen vivos en su firmeza. Lo positivo se
transforma en negativo, a nuestro alrededor habrá vacío e incertidumbre, en el
corazón tendremos las ansias de realizar a pesar de todo. El trigrama que se
repite ( a r r i b a y SSL™ abajo, es decir dos veces Khán, peligro) expre-
sa la repetición del peligro, subrayando gráficamente la dificultad del momen-
to. Pero, en el lenguaje simbólico del I Ching, Khán es también la Luna, es
decir la luz en la oscuridad, y por eso la fórmula sapiencial induce a la fe e
invita a la esperanza.

Hablan las imágenes


Agua que fluye ininterrumpidamente. Tiempo de peligro. Sólo el Ilumi-
nado avanza con fuerza constante.
Firmeza y constancia, trabajo tranquilo y continuado para alcanzar la
meta, igual que hace el agua que fluye precipitándose, ensanchándose, arre-
molinándose en las piedras, bullendo en espuma, antes de llegar al mar, donde
todos, ríos y arroyos, vuelven a encontrarse, dilatados, inmensos, realizados.
Hay que vivir así este tiempo de paciencia y fatiga, es decir con atención,
prudencia, fe en las propias convicciones, sin intentar nada nuevo, pero tam-
bién sin perezas que después se convertirían en inútiles miedos de proseguir.
La naturaleza, con su época oscura de las lluvias, enseña que cada estación
tiene un significado y un valor muy preciso dentro de la economía del año y de
la vida humana, por ello es sabio estudiar los mensajes del mundo vegetal para
aprender a reconocer las señales del destino.

Las líneas
Las líneas mutantes insisten en la tremenda posibilidad de errar, y de
«acabar en una trampa» en este tiempo de insidias y de peligro, puntuali-
zando el sentido de la fórmula sapiencial y de las imágenes, invitando a la fe y
a la atención, indicando las desilusiones y las melancolías, para que no nos
dejemos arrastrar por hechos que sólo son un momento dentro del gran ciclo
de la Mutación.

El primer seis: Peligro que se repite, entramos en la vorágine del barranco.


Desventura

En el tiempo fatigoso y peligroso de Khán, a menudo hasta el obrar más


cauto y atento no basta para evitar las insidias, las falsedades, las desgracias.
Existe además, un cansancio interior, todavía más peligroso, que el razo-
namiento no puede vencer; época yin, cuando nos sentimos rechazados por
todos y lejos de las cosas más sólidas y seguras. Sólo la paciencia y la con-
fianza, de las que hablaba la fórmula sapiencial, pueden ayudarnos a superar
esta dramática situación, y a resolver los graves problemas que nos inquietan

151
justamente, pero que tienen un motivo y una solución, como todos los proble-
mas del mundo.

El segundo nueve: El foso es peligroso. Se pide, pero se obtiene poco

Habrá que esperar, tratando de tener confianza; no debemos fiarnos de-


masiado porque las insidias amenazan y acechan por todas partes; obrar en la
medida que lo permita la condición, esto es lo que nos sugiere la segunda linea.
Imaginemos que caminamos d e noche por un sendero peligroso, ilumi-
nado sólo por el fulgor de la luna (Khan), así es como debemos comportarnos
en días más bien difíciles, pero n o tanto como para que no podamos supe-
rarlos.

El tercer seis: Muy peligroso ir y venir. Preservarse4 del peligro. Entramos


en la vorágine del barranco. No obrar

El intentar hacer algo, el agitarse, el empeñarse con ansia por encontrar


una solución, es el comportamiento menos adecuado en un tiempo que re-
quiere tanta prudencia. Será mejor esperar a que los problemas se muestren
con una mayor precisión, tratando de permanecer al margen de ellos lo más
posible; de todos modos, en estos momentos no se presentaría salida acep-
table.
Si nos sentimos lo bastante preparados, en ciertos casos vale la pena
afrontar al menos en parte la situación (o las personas), pero sigue siendo un
riesgo en tiempos tan inciertos.

El cuarto seis: Una escudilla, un poco de vino, un cesto de bambú.5 Utilizar


dos vasijas de barro para recibir dones a través de la ventana.6 Al final,
ninguna culpa

La cuarta línea indica las primeras intervenciones cautas, posibles en si-


tuaciones todavía oscuras. Acciones muy modestas, comunes, palabras sim-
ples, gestos usuales, son los únicos modos oportunos en un tiempo tan ce-
rrado.
Escudillas con arroz, vino, platos de barro, unos pocos utensilios humil-
des, casi insignificantes (también puede tratarse de personas oscuras que ayu-
dan, cuando otras más importantes n o sabrían hacer nada), detalles de la vida
cotidiana que suelen dejarse de lado, dones traídos «a través de una venta-
na», es decir, de una entrada absolutamente secundaria, casi oculta.
El tiempo de Khán es el tiempo de la prudencia, del silencio, de los pro-
yectos que se posponen. Estas son únicamente las condiciones en las que se
puede obrar de alguna manera para comenzar a mover las cosas.

4. Buscar una defensa, una «almohada» que amortigüe los golpes; de hecho, sig-
nifica precisamente «almohada».
5. Escudilla de arroz, taza para el vino, cesto para la fruta. Eran objetos emble-
máticos, del sacrificio.
6. Literalmente: para dones traídos a través de la ventana.

152
El quinto nueve: El foso no se llena. En el fondo se hace plano.1 Ninguna
culpa

Si procedemos lentamente, sin excesos, sin aspirar demasiado, incluso en


los tiempos de Khan podremos obtener algún resultado positivo; será muy
poco, pero lo suficiente como para que nos reconforte en la espera de futuras
mutaciones.
No se han cometido errores, la situación es como es porque la condicio-
nes externas ai lo imponen, y éstas no guardan relación alguna con nuestro
comportamiento. Existirán horas más bellas o, por lo menos, más fáciles; por
ahora, incluso una ligera esperanza de mejoría se convierte en una ayuda pre-
ciosa, y la quinta línea nos invita a confiar.

El seis arriba: Atar usando una buena cuerda. Encontrarse en un seto espi-
noso. Tres años sin moverse8

No nos encontramos en una situación agradable, pero si se toman algunas


precauciones, y si no nos ilusionamos con librarnos pronto, lograremos salir
sin demasiados daños. El tiempo de Khán está a punto de concluir, si bien
existirán mejorías progresivas y quizá no del todo evidentes, lo peor ha pasa-
doy, con breve paciencia (tres años sin moverse) podremos alcanzar un perío-
do sereno, precisamente el que promete la vivida estación de Li.

El río de Ch'u en la leve lluvia se oculta,


en Chien-yeh la campana suena al ocaso.
Cargada del infinito gris regresa la vela,
en el aire oscuro, los pájaros pasan lentos.9

7. L i t e r a l m e n t e : el f o n d o es liso, a p l a n a d o .
8. E n el I Ching, las i n d i c a c i o n e s d e d u r a c i ó n t i e n e n s ó l o v a l o r e m b l e m á t i c o , y
«tres a ñ o s » se r e f i e r e a u n p e r i o d o r e l a t i v a m e n t e b r e v e .
9. Las trescientas poesías T'ang.

153
30. Li: Distinguir

Distiisgolr 1

También es un signo doble, pero, contrariamente a lo que ocurre con


Khan, nos habla de tiempos activos, de cosas que se evidencias distinguién-
dose, de aclaraciones que finalmente se alcanzan, de renovación, de un vivir
entusiasta.
Li es el verano (es la sequía), el breve estío chino, cuando los frutos alcan-
zan rápidamente su maduración y resaltan en lo concreto de sus formas, dis-
tinguiéndose entre sí y precisándose en su plenitud; por ello, Li significa «dis-
tinguir, separarse para reconocerse, resultar, etc.». En la China septentrio-
nal, el verano es muy breve y seco; despues de las grandes lluvias, la sequía
hace que los días se tornen bochornosos y somnolientos, por ello, el verano no
es una estación de trabajo de contactos humanos, sino que la naturaleza evi-
dencia la fatiga de los restantes meses. El árbol de cera, el último en florecer,
se seca en la parte superior (una de las imágenes simbólicas del trigrama Li es
un «árbol seco en su parte superior»), sin embargo, para los chinos, es preci-
samente esta inmovilidad la que expresa el cambio del tiempo al evidenciarse
en los frutos, después de la alegre pero caótica floración, que confunde el man-
zano con el melocotonero, el cerezo con el peral.

Tiempo de clarificar

Ventajoso ser libres.1 Está bien reunir vacas y bueyes. Fortuna.


Libres al juzgar, libres al decidir, porque finalmente, el conocimiento de
las cosas se hace claro y cada pieza se coloca en su posición, dentro del mo-
saico de las situaciones. Seguros y renovados por una confianza serena en los

1. D e j a r , a b a n d o n a r , r e s a l t a r , p r e c i s a r .
2. V i r t u o s o s , f u e r t e s en s e n t i d o m o r a l .

154
hechos que se delinean con precisión, podemos intervenir para hacer más
claro todo lo que aparece oscuro y decidir sobre todo aquello que todavía está
incierto en nuestros pensamientos. El tiempo de Li es favorable, y el oráculo
sugiere que lo acojamos y lo vivamos, porque así demostraremos una gran sa-
biduría.

Hablan las imágenes

Brillo de dos luces. Tiempo de aclarar. El Iluminado se esmera para


hacer resplandecer los Cuatro Horizontes.3

Las imágenes ilustran el sentido de la estructura, en la que aparecen dos


trigramas que se completan íntimamente, Tui, el «completar», y Sun, el «re-
vestir», el otoño y la primavera. La actividad se expresa en múltiples formas:
realizando pensamientos, proyectos, destinos, como en el ciclo agrícola la pri-
mavera y el otoño encierran entre el paréntesis que forman, al esplendor del
verano, dándole un sentido y confirmando su necesidad dentro de la economí a
del ciclo agrícola. El Sabio tiene la posibilidad de comunicar su sabiduría
seguro de que será entendido; de guiar y de aconsejar, seguro de que será
seguido.

Las líneas

Las líneas mutantes advierten que existen aperturas diferentes, pero todas
válidas; el tener fe puede conducir las esperanzas más allá de las suposicio-
nes, pero existen también peligros, los que inevitablemente se ocultan, en
especial, en las situaciones más favorables. El tiempo de Li es, sin embargo,
un tiempo positivo, por lo que bastará con un poco de sabiduría para evitar
desilusiones y arrepentimientos.

El primer nueve: Camino confuso e incierto. Es respetado quien no tiene


culpas

Muchos son los intereses, las cosas por hacer, los problemas por resolver,
incluso en un tiempo tan activo puede convertirse en un vivir peligroso y difí-
cil. Con calma, habrá que imponer orden en la maraña de sentimientos y pro-
gramas; hemos de esforzamos por ver con claridad (Li es un fuego que ilu-
mina) todo aquello que hemos de completar, perfeccionar, renovar, tal como
indica la presencia de Tui y de Sun, para conducir a término las cosas verda-
deramente importantes, distinguiéndolas de las inútiles.
El trabajo será ayudado precisamente por el tiempo festivo e inteligente
de Li.

3. E s decir, los C u a t r o O r i e n t e s q u e d e l i m i t a b a n el I m p e r i o y q u e , c o n f r e c u e n c i a ,
se i d e n t i f i c a b a n c o n las c u a t r o regiones limítrofes.

155
El segundo seis: Esplendor amarillo. Presagio de gran fortuna

El amarillo es el color de lajusticia, de la sabiduría, de la alegría; es el más


hermoso de los colores, las más luminosa apariencia visible. Se dominan las
situaciones, podemos osar hacerlo todo porque todo se vuelve claro ante la
inteligencia voluntariosa, abierta, .lúcida.
Una ocasión rara, quizá única en la vida, para comprometerse incluso en
las realizaciones más difíciles:

El tercer nueve: Luz del sol que se pone. No golpear sobre un tiesto de barro
ni cantar. Suspirar es la ley de la vejez.* Desventura

Incluso en las mejores épocas existen momentos de miedo, pero resulta un


grave daño para el corazón y el espíritu, hacerlos más difíciles, perdiendo la fe
y la esperanza. Es justo que nos lamentemos cuando de veras no existen
salidas, cuando los horizontes se cierran, pero es tonto que nos desanimemos
por una turbación momentánea. Si seguimos así, llegaremos a la confusión y,
a través de un cielo luminoso como el de los ocasos estivales, haremos caerla
nube oscura de la desgracia.
La sabiduría china dicta que jamás se ha de vivir en contraste con los
tiempos del cielo.

El cuarto nueve: Como un raudal, así llega él. Como arder. Como morir.
Como ser abandonado5

Se trata de condiciones difíciles precisamente porque eran inesperadas, y


resulta fatigante afrontarlas con la calma necesaria. Todo cambia rápidamen-
te; las cosas experimentan un vuelco; las personas nos desorientan. Se trata de
las tormentas estivales: la naturaleza parece enloquecida y demasiado furiosa
como para volver a la normalidad. En general, ocurre hacia finales de la época
calurosa y de los largos y apacibles días. Estas son las situaciones que se
gestan cuando el tiempo de Li cede a la inevitable mutación. El hacerse
ilusiones es uno de los peligros de esta estación feliz y pletórica, en la que los
colores y los paisajes son extraordinarios; pero el hecho de que nos
encaminemos hacia condiciones distintas no debe desesperarnos si, al vivir
plenamente el tiempo inteligente de Li, nos hemos vueltos más sabios, y
hemos estado muy cerca de los secretos de la sabiduría.

El quinto seis: Derramar un río de lágrimas. Lamentarse como un desespe-


rado. Presagio favorable.

Si en algún momento hemos soñado que el instante de oro se quedaría con


nosotros para siempre, vibrando con nuestras esperanzas, hemos de saber que
no es posible, pues las situaciones terrestres están sujetas a un continuo

4. Una ley natural, que hace que los ancianos sientan nostalgia del pasado.
5. O sea, una situación insoportable, pero no definitiva.

156
movimiento alternado de los hechos, por tanto es inútil que nos abandonemos
a la desesperación, tanto más estéril cuanto que ignora los sabios principios
que rigen la naturaleza, en su sabia sucesión de oscuridad y luz, de frío y calor,
de lluvia, viento y sol.
Si la añoranza nos ayuda a intentar la búsqueda del equilibrio perdido, se
transforma en fuerza, en «querer hacer», en actividad nueva y ésta, según nos
enseña la quinta línea, es la actitud justa de quien debe superar dificultades,
vivir dramas, padecer desilusiones, mucho más difíciles de soportar porque
son absolutamente inesperadas.
También el tiempo de Li tiene sus tempestades, a pesar de que se trata de
un tiempo positivo y favorable si se lo vive de la forma adecuada a las
circunstancias, es decir con una lúcida sabiduría; son precisamente esas horas
dramáticas las que hacen más espléndidas las horas de buen tiempo.

El nueve arriba: El rey se prepara para declarar la guerra. Es aprobado si


interrumpe una fiesta. Obtiene algo que no es común.6 Ninguna culpa

Los últimos días de Li son días heroicos, plagados de victorias duramente


obtenidas. Hemos comprendido las cosas, la inteligencia soberana ha
imperado sobre los miedos y las concesiones, tenemos las ideas claras y se
prepara el tiempo Hsien, que es el tiempo de concluir, de unir las experiencias
para componer la verdadera sabiduría.
Intervenir con decisión para vivir enérgicamente una estación que está
cambiando; se obtendrán, sin duda, resultados brillantes si nos enfrentamos a
las situaciones con inteligencia lúcida y juicio absolutamente desencantado.

No son jamás cien los años de una vida,


pero de mil años el dolor llevan.
Si los días son breves y las noches
tediosas son largas,
¿por qué no tomar una lámpara
y salir a la aventura?
Si quieres ser alegre, date prisa,
no esperes «otra ocasión».''

6. Literalmente: vulgar.
7. MAO TSE-TUNG. Linche cinesi, Turin. 1968. En Chinase repite todavía hoy un
antiguo y acertadísimo proverbio: «Ni siquiera vivimos cien años, no nos enfademos,
pues, como para mil».

157
31. Hsien: Unir

Unir 1

En este hexagrama más bien ambiguo, difícil de comprender porque


muchas de sus expresiones reflejan las costumbres de una época cuyos
matices se han olvidado, la estructura y la composición son los únicos indicios
que nos permitirán llegar a una interpretación racional, incluso porque el
texto, confuso y no siempre consecuente, denuncia su edad milenaria, como
ocurre en muy pocos de los demás hexagramas. A pesar de ello, el mensaje de
Hsien resulta sabio y fascinante. Son las «páginas mágicas» del oráculo, el
prodigio de su presencia, del interés que suscita, del temblor exaltante que lo
recorre. Estructura y composición se combinan para aclarar la fórmula
sapiencial de un hexagrama que abarca la totalidad del hombre, de la materia,
del espíritu, del pensamiento y de la acción.

Tiempo de unirse

Es conveniente ser rectos. Afortunado tomar por esposa a una jovencita.

Los opuestos se unen, la muchacha y el marido anciano, el hombre y la


mujer, esto indica que el tiempo de Hsien es un tiempo excepcional, si
tenemos el coraje de vivirlo en toda su plenitud.
Es el momento de la «reciprocidad» de las «influencias», por lo que todo
tiene valor o adquiere un valor, hasta la debilidad y la ignorancia, siempre que
encuentren su posición exacta. Tiempo de renuncias y tiempo de conquistas.
Hsien no es fácil de entender, pero puede ser importante y positivo si se acepta
su mensaje, leyendo más allá de sus indescifrables líneas, que atestiguan la
costumbre de un pueblo antiquísimo y muy sabio.

1. Todo, todos, enteramente, influir.

158
Hablan las imágenes

El monte sobre el cenagal. Tiempo de unirse. Sólo el Sabio es capaz de


anularse2 para aceptar a su prójimo.

El agua del lago, es decir, un agua tranquila, no atormentada por los


vientos, como ocurre en general salvo raras excepciones, con los lagos chinos,
rodea un monte que se refleja en él con ligeras deformaciones, pero sólido e
inmutable desde siempre. Son imágenes que describen un comportamiento
seguro, pero prudente, cerrado en el silencio y, sin embargo, aparentemente
dispuesto a que se lo tergiverse y se lo discuta. El tiempo de Hsien es difícil
precisamente por la ambigüedad de las situaciones en las que podemos
encontrarnos, y por la imposibilidad de aclararlas sin correr el riesgo de que
nos interpreten mal.

Las líneas

La unión sólo es realizable de una forma gadual y antes de convertirse en


una influencia recíproca, es decir, en una fusión de pensamientos y en un
perfecto acuerdo en los programas; habrá de superar muchas dificultades,
precisamente las que indican las líneas mutantes que describen el proceso de
la unión.

El primer seis: Unirse con los pulgares

La acción del acercamiento se extiende gradualmente, empezando desde


muy lejos, por las cosas más simples y obvias, por unas pocas palabras
pronunciadas de un modo casual, pero con una intención decidida. El mismo
método se aplica si se ha de afrontar una situación imprecisa, y la cautela es la
primera demostración de una sabiduría muy profunda.

El segundo seis: Unirse con las pantorrillas. Desventura. Fortuna si nos


controlamos

No debemos tener ansias por concluir; resulta errado querer apresurar los
tiempos; hay que reflexionar antes de decidir. Existe un cierto tipo de unión,
eso sí, pero es sumamente inestable, al igual que las pantorrillas que siempre
están en movimiento. Habrá que esperar todavía un poco, antes de tomar
cualquier decisión: el momento es adecuado, pero las condiciones no son aún
favorables, y las premisas no conducen a resultados apreciables. En el tiempo
de Hsien se puede obtener mucho, bastará con que sepamos comportarnos de
la forma adecuada.

2. Es decir, de hacer que su superioridad no sea tan evidente.

159
El tercer nueve: Unirse con los muslos. Atenerse a lo que venga luego. Acto
seguido, preocupaciones

La pierna se mueve siguiendo el impulso del pie y no siempre se trata de un


movimiento razonado, tal como puntualiza la tercera linea mutante.
La sugerencia es que no debemos tener prisa por concluir, ni tampoco
debemos buscar adelantarnos a los tiempos porque podemos cometer
errores graves, y, por el momento, si bien las soluciones de los problemas se
muestran con claridad, no son ciertamente las mejores. Reunir las ideas, pero
permanecer cautos y no insistir en las decisiones ya tomadas, porque en ese
caso, tendríamos que enfrentarnos a preocupaciones que, de otro modo, se
podrían evitar.

El cuarto nueve: Felicidad y fortuna, nos liberamos de las inquietudes.


Entre tanta incertidumbre sobre si ir o venir, los amigos saben seguir tus
reflexiones

La cuarta línea mutante habla de un momento feliz; habrá que alejar a las
sombras, discutir las incertidumbres porque nos entienden y nos siguen con
interés y afecto. Hemos de abrirnos a los demás porque, no sólo está permitido
por la evolución de las cosas, sino que es necesario para resolver cualquier
perplejidad. El tiempo de Hsien alcanza su expresión más bella y su mutación
más favorable; procuremos que no escape, pues será difícil que vuelva pronto.

El quinto nueve: Unirse con la columna vertebral. Ninguna inquietud

La columna vertebral es erguida y resulta importante en la estructura del


cuerpo, pues condiciona la agilidad de los movimientos de los miembros
inferiores y superiores, por lo tanto, se trata de una verdadera «columna de
sostén», por lo que, en el contexto simbólico del mensaje de Hsien, indica un
momento fundamental y decididamente positivo. Esta imagen advierte a
quien consulta el oráculo que existen condiciones favorables, un dominio de
las situaciones, y una rara claridad de pensamiento. Somos capaces de influir
(Hsien) en los demás y en los acontecimientos; muchas soluciones, las más
importantes, dependen de nuestra decisión al afrontar los problemas, por lo
tanto, es el momento adecuado para intervenir, discutir, programar con la
certeza de estar en lo cierto.

El seis arriba: Unirse ayudándose con las mejillas y la lengua

Dulzura, ductilidad, paciencia, afecto son los sentimientos expresados


por el más antiguo gesto humano de bienvenida. Es el momento de las
emociones, de las aperturas hacia los demás, de la confianza mágica que, a
veces, nos une inmediatamente a las personas desconocidas.
Las mejillas y la lengua sirven para hablar, y esta es la ocasión adecuada
para expresar nuestros pensamientos, para comunicarnos, en un hexagrama
que habla más bien de cautelas y silencios.

160
El realizar la unión de la que habla la sexta linea mutante nos traerá alegría
y permitirá que seamos consolados. Concluye así un mensaje difícil y no del
todo aceptable, porque Hsien es un hexagrama cerrado y atormentado que
pone en tela de juicio los modos exteriores, los pensamientos no siempre
claros, los medios mismos para comunicarnos; no es una mediación cómoda
en cuanto toca muy de cerca y nos obliga a mirar en la zona débilmente
iluminada del inconsciente, que trata de sustraerse a la indagación rigurosa y
que debería ser iluminada para iluminar nuestra vida misma.

... Y es por ti que, lejos


de discursos y discordias,
tienes la cabeza apoyada
en una almohada de nubes azules.3

3. Li PO. A Tan Chin, tomado de Mao Tse-Tung, Liriche cinesi, Turin, 1968.

161
32. Hang: Luna Creciente

Luna Creciente 1

El significado que mejor ilustra el pensamiento chino, de difícil traduc-


ción, es precisamente el de Luna Creciente, no porque defina un determinado
período del mes o un fenómeno natural, sino porque se trata de algo que no
cambia, que regresa puntualmente, que es constante en sus fases de alternada
presencia. En realidad Hang es todo lo que dura en el tiempo, que es habitual,
pero regulado, preciso, indiscutible: es una norma de la naturaleza 2 a la que
muchas otras leyes pueden referirse sin el riesgo de las contradicciones.
El ideograma no expresa «lo cotidiano» en el sentido occidental; no se
trata de una impresión individual o personal del Tiempo, sino que es el
Tiempo mismo en su «haber» y en su «ser». Los sabios chinos siempre han
preferido ver en el Tiempo un conjunto de eras, de estaciones, de épocas y, en
el Espacio, un conjunto de ambientes, de climas, de orientes, mutables e
•inmutables a su manera, entidades autonómas, estáticas en su mutación
periódica (o logística). Este es Hang, difícil de entender en profundidad, pero
que lleva un mensaje importante para el hombre y sus casos: el de la
constancia.

Tiempo de Luna Creciente

Perfección de cosas. Ningún error. Ventajosa la firmeza. Útil tener algo


que hacer3

Cuando se dominan los acontecimientos tomándolos en su totalidad


(Hsien), hemos de continuar obrando según los programas fijados sin temor a

1. Constante, perseverante, habitual, recurrente.


2. El ideograma indica, además, «normas (o leyes) antiguas». Hang li significa
«por largo tiempo»; Hang chou, «siempre»; Hang Kwang, «duración», refiriéndose a
un concepto que excluye la repetición más o menos monótona y uniforme de los hechos.
3. Literalmente: tener un lugar a donde dirigirse.

162
equivocarnos, porque el conocimiento de la situación (o de las personas) nos
da las certezas necesarias. Hemos de mantenernos firmes y constantes, como
los fenómenos del cielo porque, al igual que ellos, nuestras acciones forman
parte del equilibrio del pequeño Universo humano, y del vasto Universo que
comprende el Cielo y la Tierra.
El de Hang es un tiempo feliz, tiempo de la luna que crece, de los retoños
que suben hacia el cielo siguiendo su ritmo, de la luminosidad que se extiende,
tiempo de vida intensa y activa como ocurre en la naturaleza, del novilunio al
plenilunio. Son días que se han de vivir en su plenitud, perseverando en los
programas en desarrollo y manteniendo firmes las propias convicciones.

Hablan las imágenes

Trueno y viento. Tiempo de cosas constantes. Sólo el Sabio, al


permanecer firme, no cambia según la variación de la luz.

La fugaz rapidez del relámpago (Kan) y la movilidad del viento (Sun) que
ilustran la composición del hexagrama, dan el sentido de la mutación del
Tiempo y de la estabilidad del Tiempo que permanece periódicamente
constante, que se repite, que se confirma como experiencia vital.
Es el musido terrestre que se realiza, que crece con el crecimiento de la
Luna y se extiende cuando ésta mengua, siguiendo ia ley que regula su
movimiento por el cielo. Pero aunque varíe de forma, si se ensancha y
desaparece, la Luna no cambia, y será conveniente que en este tiempo de
Hang mantengamos una fe perseverante, a pesar de la luz y la oscuridad que se
alternan como en todas las cosas terrestres.

Las Mineas

Yang-yin-yang-Yin, las seis líneas mutantes miden el ritmo de la


Mutación, para evidenciar el alternado moverse de los hechos, en la breve
hora del Gran Tiempo que les ha sido asignada.

El primer seis: La constancia arraiga. Desventura incluso en la rectitud. Al


final, ninguna ventaja

La constancia no debe ser obstinación. Las valoraciones objetivas de las


razones de un determinado comportamiento sostienen la firmeza en nuestras
posturas, pero a veces, los hechos pueden no darnos la razón y no es de sabios
el no tener en cuenta el parecer de los demás, que quizá sea discutible desde
nuestro punto de vista, pero sin embargo, al menos en el momento indicado
por la primera línea muíante, no está del todo equivocado. Esta forma de obrar
no conducirá a un buen puerto todo aquello que nos hemos propuesto y que
deseamos obtener; cambiar de dirección en pensamientos y programas, pues
ello significará que comenzamos a resolver los problemas más urgentes.

163
El segundo nueve: Las inquietudes desaparecen

Un momento favorable, sereno, por loque será justo que nos liberemos de
pensamientos inquietantes, porque no existen motivos de preocupación váli-
dos, por lo menos en lo que se refiere a nuestras actitudes. La certidumbre de
haber obrado, al menos hasta ahora, de la única forma adecuada debe darnos
confianza, en lo que se refiere a las próximas intervenciones en el desarrollo
de la situación, o de los hechos que acaecerán en un tiempo no muy lejano.

El tercer nueve: No empecinarse en la propia disposición de ánimo. Algunas


veces, nos avergonzamos de ello. Preocupaciones aunque seamos rectos

Se trata de una línea inquietante que nos enseña la sabia ductilidad,


aquella que sabe comprender las situaciones y a las personas, y que sabe
adaptarse a distintos comportamientos, sin perder la lucidez de juicio. A
veces, no basta con tener la razón para poder llevar a buen puerto cuanto
hemos iniciado; es precisamente lo que nos recuerdan estas palabras, quizá
difíciles de aceptar, pero muy verdaderas y que se encuentran muy cercanas a
muchas posiciones adoptadas por el individuo en ocasiones especialmente
graves. A menudo, la sabiduría es comprensión, esto es lo que nos recuerda el
oráculo.

El cuarto nueve: Arrozal sin pájaros

N o es un tiempo favorable para iniciar labores de una cierta importancia,


porque, al menos por ahora, todo esfuerzo sería inútil.
N o existen premisas positivas, no existen elementos para juzgar y decidir,
por lo que será mejor que esperemos a que lleguen días más claros. Un campo
sin animales silvestres, no merece la pena ser recorrido; ni siquiera el más
hábil de los cazadores podría sacar partido de él, porque le falta la materia
prima con la que trabajar. El mensaje simbólico tiene un significado muy
evidente.

El quinto seis: Persistir en esta toma de posición recta. Fortuna para la


esposa. Desventura para el marido y el hijo

Si nos mantenemos firmes en nuestras posiciones, tarde o temprano,


llegaremos a definir con claridad la orientación del juicio para comportarnos
adecuadamente. Pero, como nos ha advertido el oráculo en repetidas
ocasiones, la firmeza no significa obstinación o violencia, por lo que sólo será
afortunada la acción de quien pacíficamente, con donaire y una cierta dulzura
(la esposa), logra convencer, doblegar las cosas según su directiva.
Es el momento de que nos concentremos en los detalles, sin intentar ir
demasiado lejos, porque aún no poseemos los elementos útiles para enfocar
bien los problemas de mayor alcance. Mientras tanto, debemos estudiar las
situaciones y conocer nuestros límites (que son, en definitiva, nuestras
posibilidades). Se tratará de detalles de menor importancia, al menos según

164
nuestro modo de ver, los que nos revelarán la medida de cuanto nos interesa;4
por otra parte, seria un error que insistiéramos en buscar soluciones más
comprometidas (el marido y el hijo) en un momento de esperas como es el de
Hang.

El seis arriba: Inquietud continua. Desventura

Es inútil que nos inquietemos, a veces debemos pensar en todo aquello que
hemos logrado, y seguir adelante, aunque no sepamos con precisión cómo
concluirán las jornadas inquietantes y tensas como las que estamos viviendo.
Con frecuencia, perdemos los horizontes y confundimos los caminos; tal vez,
los tiempos que vendrán requerirán mucha sabiduría, quizá sean silenciosos,
pero por el momento es necesario que tengamos paz para meditar sobre los
posibles desarrollos de los programas encaminados, problemas que todavía
no hemos considerado ni resuelto. Estos constituirán la realidad del tiempo de
Thun, el tiempo del retiro y de la preparación para diversos acontecimientos.

Toda la noche, hasta el amanecer,


permanecieron confusos mis pensamientos;
algo me sonaba en los oídos
como una melodía de arpas y laúdes.5

4. La debilidad de la mujer, que se convierte en fuerza con su oscura pero vigilante


presencia, la cual rige la vida cotidiana de cada hogar.
5. MAO TSE-TUNG, Liriche cinesi, Turin, 1968.

165
Thum Retirarse — —

Retirarse 1

La estructura y ¡a composición explican el sentido profundo del hexagra-


ma, que es muy importante en la evolución de toda la vida, de toda relación, de
toda situación humana. Existen obstáculos (Kan) que impiden la libre
creatividad (.Oien), por lo cual, advirtiendo aunque sea sólo a nivel de sensa-
ciones (mejor si es a nivel de razonamientos) este estado de cosas (Sun), y
aunque no sepamos definir sus causas, ni prever sus efectos, será prudente que
nos mantengamos en nuestras posiciones, esperando a que la situación se
aclare. La penetrante sabiduría de los tiempos (Sun) es, a su modo, creativa
(Khien), porque nos permite indagar en profundidad sobre las causas y las
finalidades. Thun propone el método para superar las dificultades sin
discordias y sin dramas, invitándonos a conocer la realidad y por lo tanto a
saber dominarla.

Tiempo de retirarse

Somos libres.2 Alguna ventaja3 en mostrarnos rectos.

Sólo debemos ocupamos de los problemas marginales, y vivir los días sin
prisa, pero como si fueran los únicos que nos han concedido, los definitivos,
los verdaderamente importantes en el desarrollo de los acontecimientos,
como si estuvieran (aunque no lo sean), plenos de acciones. Quizá no sea
fácil, como tampoco resulta fácil comprender el valor efectivo de este tiempo
de suspensión, y darle la dimensión exacta, convertirlo en válido utilizando

1. Ocultarse, esconderse, vivir en soledad.


2. Literalmente: libertad mora!.
3. Literalmente: pequeña ventaja.

166
sus sugerencias. Lo volveremos a encontrar más tarde, cuando los hechos no
nos dejen tiempo como para detenernos y pensar, muchos problemas serán
más fáciles de resolver porque finalmente habremos conquistado la sabiduría
de las cosas en estas horas, quizá pesadas, de silencio y soledad.

Hablan las imágenes

Un monte bajo el cielo. Tiempo de retirarse. El hombre superior se afana


por alejar a los hombres inferiores. Sin dureza, pero con severidad.

El de Thun es un tiempo pensativo, un tiempo de recogimiento y revisio-


nes. Para afrontar los acontecimientos que se están gestando, debemos
examinar con atención todo lo que hemos hecho y lo que deberemos evitar en
el futuro para no cometer otros errores. Existen personas que debemos alejar,
experiencias que debemos olvidar, actitudes que no deberemos repetir, Thun
nos propone que asumamos un grave compromiso, pero el momento es
adecuado y la disponibilidad personal es la mejor. Para comprender a fondo la
situación en la que nos hallamos, debemos pasar por este recogimiento que
nos aleja de pensamientos dispersos, ayudándonos a concentrar nuestro
interés en los aspectos más importantes.

Las líneas

Para vivir de un modo justo y activo el silencioso tiempo de Thun es nece-


sario que conozcamos sus momentos y aprovechemos sus oportunidades.
Las líneas mutantes ayudan a distinguir los distintos casos y precisan el
comportamiento que hemos de adoptar para no malgastar ias ocasiones
extraordinarias.

El primer seis: Retirar la cola cuando estemos en peligro. No iniciar cuanto


deberíamos hacer

Existen condiciones desfavorables que nos aconsejan que estudiemos


bien los hechos o las personas, antes de poner en marcha nuestros proyectos;
ios comienzos se presentan riesgosos, hay que tener cautela. Especialmente al
observar las cosas, porque un juicio errado nos conduciría, inevitablemente, a
errores que pondrán en peligro el futuro desarrollo de la situación. Si nos
comportamos así, daremos muestra de un gran equilibrio y nos sentiremos
más seguros, para poder intervenir cuando sea necesario, sin el riesgo de
cometer errores demasiado graves.

El segundo seis: Para atar un buey se utiliza una correa de cuero amarillo.
Imposibilidad de hablar

El amarillo logra dominar incluso las situaciones más difíciles, es el

167
color del equilibrio4. El cuero ata con tanta firmeza que resulta imposible
desatar tales lazos, pero no debemos dejarnos condicionar mas allá de lo justo
y necesario, y, naturalmente, tampoco debemos condicionar la evolución
consecuente de los casos. El peligro que describe en este momento la segunda
linea mutante, es el de encontrarnos en la imposibilidad de justificar nuestro
comportamiento y de lograr explicarnos con claridad los distintos motivos que
han conducido a conclusiones que quizá no sean del todo positivas.

El tercer nueve: Retirarse obstaculizado. Existen contratiempos y peligro.


Afortunado recoger sirvientes y concubinas

A veces, advertimos la necesidad de suspender todo juicio para compren-


der a fondo la situación, pero no contamos con la libertad para hacerlo por
motivos contingentes o personas que, al interpretar mal nuestra cautela, nos
obstaculizan, quizá sin quererlo, pero de un moda determinante. Se trata de
una condición difícil y es inútil, e incluso peligroso, tomar decisiones, pero
debemos recoger nuestros pensamientos y rever nuestros proyectos, aclarar
todo aquello que pueda estar a nuestro favor y todo aquello que podría estar en
nuestra contra. En el fondo, toda situación es una suma compuesta de varios
sumandos distintos que, en mayor o menor grado, pesan sobre las eventuales
soluciones. El conocer estas cifras será casi como conocer el resultado.

El cuarto nueve: Amar el recogimiento,5 Para el Sabio, fortuna. Para el


hombre inferior, ruina6

Retirarse a meditar sobre la situación y las decisiones a tomar puede ser


útil si se realiza con la disposición mental y en el momento adecuados, es de-
cir, con intención de sacar provecho de la pausa, a menudo necesaria. La dis-
tensión en el silencio interior se convierte en una activa participación de las
facultades intelectuales en el conocimiento, encontrándose abiertas a cual-
quier solicitud que permita una orientación indicativa. Si por contra, se trata
de aquiescencia o estancación, pereza mental o indolencia, el resultado de
este tiempo desperdiciado será negativo, destructivo para el espíritu.

El quinto nueve: Belleza de la soledad.1 Firmeza ventajosa

Aunque sigamos ocupándonos de lo cotidiano y lo accesorio, se trata de un


momento en el que resulta necesario no sólo recogerse para puntualizar los

4. Color del «término medio», de la equidad, del «centro». En la simbología china,


el amarillo se destaca del negro, como la tierra de las aguas primordiales; amarillo es el
color imperial por excelencia, porque el Emperador, al igual que el sol, ocupa el centro
del Universo; es el más divino y el más terrestre de los colores, porque además de sus
cualidades propiamente espirituales, expresa la pasión, la fuerza física, la dignidad
social, la alegría de vivir, la fecundidad.
5. Literalmente: retirarse, vivir en soledad.
6. Literalmente: no fortuna.
7. Literalmente: grandeza del recogimiento.

168
términos del problema, sino también para gozar de esta pausa impuesta por
los hechos, todavía no evaluados convenientemente. Ningún consejo, ningún
encuentro puede resultarnos útil, será mejor que busquemos en nosotros
mismos las soluciones que quizá hayamos buscado ya en otra parte, esas
convicciones que no han podido aún arraigarse. Hemos de rechazar lo
exterior con mucha firmeza y observar con desencantada objetividad todo lo
que nos interesa, lo cual, en el fondo, es un problema absolutamente personal.
Ya vendrán los tiempos del diálogo, esta es la hora de la hermosa soledad.

El nueve arriba: Enriquecerse8 en la soledad. Todo es ventajoso

Si meditamos con paciencia sobre los acontecimientos, sin duda, llegare-


mos a aclarar lo que todavía está confuso. Las decisiones tomadas después de
un atento examen de la situación y de un agudo estudio de los caracteres, de
las reacciones y de los comportamientos de las personas, tendrán un éxito
positivo y nos permitirán estar tranquilos después de tantas preocupaciones.
Se trata de un momento positivo, no debemos malgastarlo, porque pocas
veces en la vida, nos es concedido el poder examinar los hechos y los
individuos con una serenidad tan objetiva. Además, se trata de una
preparación óptima para afrontar con la necesaria seguridad lo que acontecerá.

El color de los árboles sigue el paso a distancia,


la voz del Río Amarillo entra en el mar lejano.
Mañana llegaré a la ciudad imperial;
mientras, sigo soñando con pescadores y leñadores.9

8. El ideograma da el sentido preciso y concreto de «aumentar», «agrandarse»,


«ensancharse».
9. Las trescientas poesías T'ang.

169
Té Kwang:
B aBB
Wt Gran fuerza

Gran fuerza 1

significa precisamente «fuerte, robusto, sano, grande, bello». Con frecuencia,


el ideograma chino no sólo representa una palabra, un signo, un pensamiento,
sino todo un mensaje, un discurso. Por ese motivo, los occidentales sentimos
una recelosa curiosidad en comparación con la actitud que adoptan esos ojos
oblicuos que siempre dan la impresión de querer decir tantas cosas y que
sonríen con inteligente cortesía.
El intraducibie ideograma siempre constituye una síntesis de pensamien-
tos meditación, imágenes que crean un complejo mundo de significados.
Es lo que ocurre con Ta iCwang, que describe situaciones excepcionales
en tiempos grandes, condiciones adecuadas para poner en marcha, continuar,
concluir empleando las fuerzas pacientemente dosificadas en el comedimien-
to cerrado y paciente de Thun.

Tiempo de gran fuerza

Ventajosa la rectitud.

Días adecuados, ocasiones justas, muchas son las posibilidades que


ofrece este tiempo de gandeza y de fuerza, por lo que podemos proceder
decididos y seguros. Un momento en el que todo se ensancha, un momento
vivo como pocos, que hemos de hacer «vivir», llenándolo confiadamente de
hechos, realizaciones y programas serenos. La fuerza moral que hay dentro de
nosotros debe traducirse en la alegría de dilatar los límites de lo cotidiano,

1. Muy fuerte, muy robusto, muy sano, muy grande, muy bello, gran energía.

170
para convertirlo en algo válido desde todo punto de vista, reuniendo la
confianza necesaria para afrontar la inevitable mutación de un futuro que,
quizá, ya esté muy cercano.

Hablan las imágenes

Un trueno pasa alto en el cielo. Irrumpir de la fuerza. Sólo el Iluminado


escapa de no hacer nada que se oponga a las normas de los ritos.

Las imágenes hablan de un tiempo sin obstáculos; de hecho, ni los


trigramas de la composición, Kaxi-Kh\m, Trueno y Cielo, ni los de la estruc-
tura, T u k O i e n , Completar y Cielo, indican obstáculos.
Existen impulsos creativos (Xhien) en un tiempo de espera pero que ya
siente vivir hechos nuevos (/van), épocas distintas abiertas a la esperanza.
El estar en armonía con los acontecimientos del cielo y de 1a tierra, es
síntoma de una gran sabiduría; el vivir estos acontecimientos con confianza y
serenidad es una ley religiosa que pocos reconocen, pero que resulta válida
para todos.
El tiempo yang se anuncia en el ritmo del año agrícola (trueno y cielo),
diseñado armónicamente, según el orden estacional: éste es el rastro que el
sabio ha de seguir en la realización de sus programas.

Las líneas

Las glosas de las líneas mutantes tienen un lenguaje tan variado que no
parece posible, al menos en una primera lectura, encontrar un hilo conductor,
pues no alcanzan a componer un mensaje uniforme (cosa que no ocurre en
otros hexagramas). Sin embargo, una segunda lectura nos dará una indica-
ción, es decir muchas indicaciones que resultarán preciosas cuando la expe-
riencia las aclare en todo su alcance.

El primer nueve: Caminar con intrepidez.1 Desgraciado proseguir. Tener fe

Es inútil que empleemos nuestras fuerzas en cosas de poca importancia y


que sigamos pensamientos no concluyentes (o personas que son incapaces de
aconsejar con inteligencia); no resultará conveniente que nos ocupemos a
fondo de cuestiones que no merecen las energías tan vivas que nos confiere
este tiempo; las desilusiones serán muchas e inevitables, es probable que nos
arrepintamos de no haber seguido acontecimientos de un alcance más vasto, y
de no haber reconocido los encuentros verdaderamente válidos. Desde las
primeras palabras, el hexagrama advierte al que no sabe distinguir con
precisión los valores en un tiempo de fuerza y de fe, cuándo son posibles
muchas realizaciones.

2. C o r r e r , c a m i n a r c o n f u e r z a , e t c é t e r a .

171
El segundo nueve: Afortunada la pureza de intenciones3

La auténtica fuerza, la verdadera energía constructora a la que hace


alusión el ideograma Kan, tan difícil de explicar por la sutileza de sus
múltiples significados e implicaciones filosóficas y morales (por lo general se
refiere a un «Iluminado», es decir a un Sabio como Buda), reside en saber
llevar a buen término todo aquello que nos hemos propuesto, por comprome-
tido que sea o pueda parecer. Si hemos encaminado hacia la realización un
proyecto meditado durante mucho tiempo, éste es el momento de que persiga-
mos nuestros fines con energía y constancia, porque todo nos es favorable,
incluso la disposición interior.

El tercer nueve: El hombre depoco valor se vale de la violencia. Sólo quien es


sabio no la utiliza. La rectitudes inflexibilidad. El carnero joven embiste
los setos. Al final, los estropea con los cuernos

La tercera línea parece sintetizar un largo mensaje, pero en realidad, repite


lo que han dicho la fórmula sapiencial y las imágenes, que puntualizaban de
distintas maneras el peligro de utilizar la violencia, a menudo destructora, y
siempre condenable aun cuando las intenciones sean buenas. Se trata de uno
de los casos —nada infrecuentes para quien consulte el oráculo— en los que la
interpretación se confía incondicionalmente a la consciencia del lector. En
definitiva, existe una advertencia precisa, la de no aprovecharnos de la
inteligencia, de la experiencia, de la autoridad personal, sino sólo en casos
extremos, porque si utilizamos estas cualidades de un modo deshonesto o
excesivo, se convertirán en un grave daño. No deberemos insistir si los hechos
parecen adversos o si las personas no siguen nuestro pensamiento, de todos
modos, por ahora, no podemos sacar nada de positivo.

El cuarto nueve: Ventajoso ser sinceros, así, las inquietudes desaparecen. Se


abre el seto sin dañarlo. La fuerza del gran carro está en sus ruedas

Finalmente llega el momento en el que todo se aclara; se superan las


dificultades, se encuentran los apoyos y los consentimientos que se espera-
ban. De repente, se tiene la fuerza de afrontar los problemas que parecían
demasiado graves y que, en cambio, se podrán resolver en un tiempo bastante
breve. Lo importante es saber continuar con firmeza, porque la fuerza reside
precisamente en esta decisión de proseguir, a pesar de los obstáculos y de las
incertidumbres del camino.

El quinto seis: La mutación oculta el ariete. Ninguna inquietud

La rigidez, la violencia al defender nuestras posiciones, la dureza de


ciertas actitudes son fenómenos transitorios a los que no debemos dar

3. S i n c e r i d a d , r e c t i t u d m o r a l .

172
demasiada imortancia, porque con la mutación de las situaciones, y la
intervención de acontecimientos distintos, están destinados a desaparecer.
Es inútil afligirse,4 por lo tanto, habrá que saber esperar con paciencia la
evolución de los hechos, cuya solución no está muy lejana.

El seis arriba: El joven carnero embiste el seto. Ya no logra detenerse. No


puede lograrlo. Nada de ventajoso

El tiempo de Ta ÁTwang puede convertirse también en tiempo de excesos,


como ocurre con esta última línea mutante; pero esto no debe ser así, de lo
contrario, la situación es grave y se dirige hacia un camino peligroso.
Detenerse antes que todo empeore, este es el consejo de la profunda sabiduría
del oráculo, de lo contrario, veremos desmoronarse las esperanzas alimenta-
das con paciencia, y la solución de los problemas se alejará hacia un tiempo
imprevisible, que tardará mucho en transcurrir. El último seis contempla el
momento de la cólera, de la rabia interior, de la ofuscación de la razón. Sin
duda, no se trata de un momento positivo, la fuerza ha sido utilizada de
un modo incorrecto, la violencia revela su radical debilidad. Es preciso
detenerse, razonar y rever nuestro comportamiento antes que sea demasiado
tarde; podremos hacerlo porque el tiempo de Ta/Cwang es, fundamentalmen-
te, un tiempo positivo.

Al sur, al norte de la cabana,


por todas partes está el agua de primavera,
y sólo veo bandadas de gaviotas
en vuelo durante días y días.
Las flores de los senderos no están destruidas,
ningún huésped ha llegado
La verja del seto se abre para ti
hoy por primera vez.5

4 . Inútil s e n t i r r e m o r d i m i e n t o s ; l i t e r a l m e n t e : n i n g u n a i n q u i e t u d .
5. Las trescientas poesías T'ang.

173
35. Yin: Progresar

Progresar 1

El hexagrama considera momentos de especial importancia, los de todo


progreso, con los peligros, las insidias, las satisfacciones de tiempos espléndi-
dos pero también difíciles, tensos, ansiosos, a menudo inquietantes y preo-
cupados.
En la composición, Li habla de lo excepcional del momento, pero la
estructura sugiere que debemos ser prudentes (Khán) al aceptar los entusias-
mos y firmes en nuestras certezas.

Tiempo de progresar

Se tranquiliza a los vasallos mediante numerosos caballos espléndida-


mente enjaezados. Mientras el día está claro, se realizan tres audiencias.1

Como en un creciente fervor, los acontecimientos se suceden inespe-


radamente y se revelan excepcionales; domina el deseo de vivirlos en su
espléndida plenitud, porque son hechos concretos (numerosos caballos),
encuentros casi inesperados, resultados que superan las previsiones. Todo se
desarrolla rápidamente, como por tácito acuerdo, sin intervención personal
llegamos a ser comprendidos, valorados, escuchados; parece un tiempo de
veras excepcional, incluso por la disponibilidad subjetiva de realizar.

1. A u m e n t a r , a ñ a d i r , a c r e c e n t a r .
2. S e t r a t a d e u n a c o s t u m b r e . L o s c a r r o s y los c a b a l l o s e r a n p r e s e n t e s m u y
i m p o r t a n t e s , y tan e x c e p c i o n a l e s c o m o ellos e r a n las a u d i e n c i a s i m p e r i a l e s . D e ahí q u e
tres a u d i e n c i a s r e s u l t a r a n u n a c o n t e c i m i e n t o sin p r e c e d e n t e s , u n a i n d i c a c i ó n e x t r a o r d i -
n a r i a del f a v o r d e ! s o b e r a n o .

174
Hablan las imágenes

El sol se asoma sobre la tierra. Tiempo de progreso. Sólo el Iluminado,


con su claridad, revela el esplendor de la rectitud.

Imagen de luz para definir un tiempo aparentemente sin sombras, sin


dudas y sin incertidumbres, en la arrebatadora página de Yin que parece un
himno, pero que sigue siendo una pensativa meditación acerca de las
debilidades humanas, tal como se puede leer en el mensaje de las líneas
mutantes, verdadero mensaje del oráculo después del vuelo lírico de la
fórmula sapiencial y de las imágenes.
Khan, insidia, y Kan, obstáculo, constituyen la estructura de sostén del
hexagrama, y su presencia no puede dejarse de lado.

Las líneas

Las líneas mutantes revelan las sombras que, amenazantes, se ciernen


incluso en tiempos de luz, a veces exaltando sus detalles, pero con mayor
frecuencia, ofuscando el esplendor de los colores. Vivir este momento en toda
su ferviente plenitud es un deber porque, en realidad, puede ser considerado
como un don del destino, pero es necesario conocer sus insidias para evitar
graves errores, tanto más graves en cuanto que están ligados a situaciones que
podrían resultar sumamente importantes y positivas.

El primer seis: Progresar y retroceder,3 Afortunada la firmeza, pero no la


confianza. Riqueza sin culpas4

La meditación de Fin se organiza desde el principio sobre el plano práctico


y racional, llevándonos desde los cielos brillantes a los que se abrían la
sentencia y las imágenes, hasta la realidad terrestre de experiencias cotidia-
nas, de actitudes peligrosas (no la confianza), de estados de ánimo.
Debemos permanecer firmes y tranquilos en nuestras propias conviccio-
nes, no tener una excesiva confianza en nosotros mismos, en ios demás o en la
solución de los problemas, defender nuestra serenidad porque en este
momento se trata de una fuerza positiva.
Los tiempos de Fin, por otra parte muy válidos, tienen a menudo un
presente diñcil de vivir porque abren un futuro muy vasto e importante, pero
todavía muy lejano para la prisa que llevamos por realizar las cosas.

3. L i t e r a l m e n t e : se p r o g r e s a y se tienen o b s t á c u l o s .
4. R i q u e z a interior, de energía, d e p e n s a m i e n t o s , d e s u e ñ o s .

175
El segundo seis: Progreso y melancolía. Afortunada la firmeza. Él recibe
ayuda y alegría.5 Él busca refugio junto a la madre del Rey6

A veces, el conocerla realidad del tiempo y de las situaciones que se están


viviendo, por importantes y grandes que éstas sean, puede provocarnos una
cierta tristeza y un cierto pavor. Las sombras juegan malignas en el cuadro que
se compone ante nuestros ojos, y en los sueños de quien en él trabaja con
pasión y fe; se trata de debilidades pasajeras a las que no debemos dar
excesiva importancia ya que se pueden olvidar, si pensamientos y programas
más vastos logran ocupar las horas fervientes de estos días plenos de
promesas.

El tercer seis: Consenso de todos. Las inquietudes se disuelven

El estar de acuerdo con uno mismo, con nuestro tesón, con los demás,
proporciona seguridad y serenidad; por ello será justo que creamos en este
consenso que circunda y alegra, es más, debemos sacar de él la fuerza
necesaria para continuar en las difíciles realizaciones, cualesquiera que sean
y a cualquier nivel.
Debemos hacer a un lado los pensamientos oscuros, pues este es un
momento importante que debe ser vivido en toda su extensión.

El cuarto nueve: Seguir adelante como un topo-ardilla.1 Preocupaciones y


rectitud

Avanzamos hacia la realización de los proyectos o la solución de


problemas, pero quizá no lo hagamos de modo justo, y afrontamos a las
personas o las decisiones de un modo no adecuado. Debemos reexaminar
nuestro comportamiento para encontrar los momentos equivocados, los
errores, algunos de los cuales pueden ser bastante graves, o al menos de una
naturaleza que puede comprometer el éxito final. La firmeza de los
propósitos, la claridad de las acciones, pueden resultar difíciles, pero en este
momento, se hacen más que necesarias.

El quinto nueve: Las inquietudes se van. No estar preocupados, se pierde


para obtener. Afortunado el proseguir, nada sin ventaja

La sabiduría de esta línea reside en el consejo de continuar sin inquietarse


por el variado acontecer de las cosas. La sabiduría reside precisamente en esta
aceptación de la mutación sin dramatizar, como se acepta el ritmo estacional

5. T a m b i é n « g r a n a l e g r í a » : es decir, u n a a l e g r í a q u e « a y u d a » , s e g ú n el s e n t i d o m á s
literal.
6. E n la a n t i g u a C h i n a m a t r i a r c a l , la m a d r e del E m p e r a d o r e j e r c í a u n p o d e r q u e a
v e c e s s u p e r a b a al d e l m i s m o S o b e r a n o .
7. E s p e c i e d e r o e d o r d e c o l a t u p i d a q u e d e v o r a b a los cultivos.

176
alternado, el de los días y las noches, el del nacimiento y de la muerte. La
sabiduría reside precisamente en esta aceptación de la mutación sin drama-
tizar, como se acepta el ritmo estacional alternado, el de los días y las noches,
el del nacimiento y de la muerte. La serenidad con la que se afrontan estos días
bastante luminosos, garantiza el logro de cuanto se desea hacer.

El nueve arriba: A vanzar con los cuernos. Usarlos sólo para destruir un dis-
trito. Preocupación, fortuna, ninguna culpa. Justa inquietud

El avanzar rectos hacia la meta puede convertirse en algo tan difícil por los
obstáculos que se interponen, que será necesaria una intervención muy enér-
gica y quizá violenta, tan violenta como para romper vínculos, destruir progra-
mas, alterar costumbres, ambiente o convicciones. Los casos son muchos;
no obstante, esta actitud nunca es fácil de adoptar y debe ir acompañada de un
profundo análisis de la oportunidad de asumirla. Existirán preocupaciones,
inquietudes lógicas y justas, pero si hemos de mostrarnos decididos, este es el
tiempo adecuado, sólo así podremos alcanzar muestras objetivos. Yin es un
tiempo de metas logradas.

Sostenga el Cielo tu camino en calma,


que profundice como profundizan el Monte y el Mar,
y fluya el rio que avanzando crece;
para que asi, con cada mutación, tú puedas crecer*

8. C O N F U C I O , Ta Chuán, Elegantiae ( O d a s M e n o r e s ) , L i b r o 6.

177
Ming I: —
36. Luz que se apaga ss^

Luz que se apaga'

La estructura y la composición de Ming I dicen que vivir puede resultar


una aventura, una fatiga, un riesgo, una alegría, pero son variaciones sobre un
mismo tema, el de un difícil «oficio» que nos plantea siempre problemas por
resolver y preocupaciones para un «después», que será distinto de lo que ha-
bíamos imaginado, y a veces, incluso distinto del que habíamos planeado.
Entonces, empezamos desde el principio, inevitablemente, incansables...
La palabra «perseverancia», leit-motiv del I Ching, está presente en toda
vida, encaminada siempre a combinar al menos algunas piezas del fantástico
mosaico en que las líneas parecen juegos enloquecidos de luces, entre som-
bras que se deslizan inquietantes. Esperas, encuentros, emociones, fracturas,
a todo sobrevivimos, pero no todos logramos soportar, y pocos comprende-
mos estos casos alternos cuyas conclusiones son, a menudo, el inicio de casos
distintos. La luz se apaga para volver a encenderse, pero mientras no lo haga,
resulta penoso caminar en la oscuridad.

Tiempo de apagarse las luces

Útil la firmeza en el sufrimiento.

Un momento yin, momento de angustia, de duda y abatimiento, quizá se


trate más de una condición interior que de acontecimientos externos. Ming I
es un hexagrama que reflexiona acerca de la melancolía y el abatimiento de

1. También podría traducirse: «De la luz a la oscuridad, de la claridad a la confu-


sión, de la civilización a la barbarie, etc.», para expresar el sentido del ideograma, que
se inserta en un contexto bien preciso, el de las «Mutaciones», de las que el I Ching es
el Libro. Ming significa, de hecho, «claramente, expresamente, inteligente, abierto,
evidente, ilustre», además de tener el sentido de «luz» indicado anteriormente; mien-
tras que / significa: «bárbaro, extranjero, matar, cerrado» y, naturalmente, «oscuro».

178
muchos momentos, pero logra darnos palabras de ánimo y esperanza porque,
si una luz se hunde en la oscuridad, otras luces pueden encenderse, o quizá
regrese aquella misma luz, cuando el ciclo de la mutación se haya cumplido en
su infalible precisión. Y, con frecuencia, el ofuscarse de una gran claridad nos
permite descubrir luminosidades tenues y modestas que, de lo contrario,
habrían pasado inadvertidas y que, quizá, representen el inicio de una jornada
nueva, distinta, serena.

Hablan las imágenes

La luz se hunde en la tierra. Tiempo de la oscuridad. Sólo el Iluminado


sabe gobernar a las masas. Se vale de la oscuridad para resplandecer.

Momentos de abatimiento, certezas que se discuten, horizontes que se cie-


rran, es la «caída de los dioses», el sol se desploma en las visceras de la tierra,
como en los trágicos mitos de Occidente, un drama que la memoria registra
como el horror más antiguo. Los dias, las costumbres, los encuentros, se viven
acallando las dudas, a la espera de encontrar las certidumbres, soportando an-
gustias en la esperanza de superarlas, una prueba de fuerza que cuestiona mu-
chas cosas válidas, pero que resulta necesaria para completar el cuadro de la
experiencia individual. Estos son los momentos que prueban la capacidad
individual, los que nos hacen reconocer y nos permiten distinguir, por lo tanto,
juzgar y decidir.

Las lineas

Las líneas mutantes glosan la fórmula sapiencial y las imágenes, siempre


en la atmósfera inmóvil de este descorazonamiento que es casi angustia, lle-
vándonos luego a niveles de comprensión más accesibles y aclarando los ma-
tices de la esperanza, presentes en cada mutación, porque incluso Ming I tiene
palabras de ánimo y fe.

El primer nueve: El ofuscarse de la luz impide volar. Las alas se vuelven


pesadas. Sólo el Sabio se pone en marcha. Durante tres días no come.
Tiene algo que hacer} Un tabernero3 platica inútilmente
Momento en el que no es posible afrontar ningún problema, porque pare-
ce como si faltaran incluso los pensamientos. Para poner en marcha solu-
ciones o discutir situaciones, hará falta que estemos muy seguros de nuestra
preparación; nos corresponde a nosotros examinar nuestras posibilidades y
obrar en consecuencia. Para ello, antes habrá que meditar seriamente sobre
los hechos que todavía no son claros, porque Ming I no es un tiempo de clari-

2. Literalmente: tiene un lugar donde dirigirse.


3. Es decir, una persona de poco valor, que no vale nada.

179
dad. Quizá nos enteremos de cosas que nos harán daño, de verdades altera-
das; existen, no obstante, demasiadas chácharas inútiles, cuando no malva-
das, pero no prosperarán porque se trata de comentarios que no valen nada, y
que provienen de personas que valen menos.
En una palabra, este es un momento de confusión, de tristeza y de pro-
fundas desilusiones, porque las palabras de los mezquinos son pobres como su
espíritu, y escuálidas como sus pensamientos.

El segundo seis: La luz se oscurece. Una herida grave4 en el muslo derecho.


Utilizamos la ayuda de un caballo robusto

El muslo es un sostén importante, y la situación es grave cuando queda


inutilizado. La imagen indica que existe un obstáculo que impide la reali-
zación de cuanto nos interesa, y se trata de un obstáculo bastante grave, tanto,
que puede perjudicar el éxito de todos los esfuerzos realizados hasta el pre-
sente. Habrá que intervenir con inteligencia y decisión, apelando a nuestra
capacidad práctica {el caballo; cfr. por extensión Khwan) y reaccionar con
una cierta rapidez si deseamos eliminar las dificultades sin mayores daños.

El tercer nueve: Al sur, durante la cacería, la luz se oscurece. El captura una


cabeza grande.5 No tener prisa en comprometerse para obtener resulta-
dos perfectos6

El tiempo Ming I puede tener momentos de graves dificultades prácticas


(el sur), y pueden presentarse obstáculos en la realización concreta de los pro-
yectos. Es necesario tomar las cosas con mucha calma y mostrarse pruden-
tes, porque sólo así, incluso las contrariedades más fastidiosas, podrán alla-
narse con resultados verdaderamente válidos.
En circunstancias como las que se presentan, en las horas oscuras de Ming
I, no se debe pensar que la claridad llegará de un modo instantáneo aunque, de
vez en cuando, alcancemos algún resultado positivo. No obstante, la interven-
ción enérgica asegura una conquista progresiva de metas cada vez más impor-
tantes.

El cuarto nueve: Penetrar a la izquierda del abdomen. Se ofusca la luz del


corazón. Salir al patio a través de la puerta

La parte izquierda del abdomen es donde se encuentra el corazón, por lo


tanto, es el centro de la vida, y con este velado mensaje, un tanto retorcido, el
oráculo quiere puntualizar la gravedad del momento, indicando hechos o per-
sonas que pueden golpear profundamente: si no nos encontramos prepara-
dos, correremos el riesgo de que su presencia nos envuelva. Un comporta-
miento prudente, palabras cautas, programas vagos y ninguna decisión, este

4. Tan grave que puede destruirlo.


5. Es decir, un gran animal salvaje.
6. Literalmente: para alcanzar la perfección.

180
es el consejo del oráculo, que nos indica una salida lateral (salir al patio), es
decir, nos sugiere que nos desliguemos silenciosamente, pero sin engaños (a
través de la puerta), de todo tipo de condicionamiento. Son tiempos oscuros,
no podemos ver las cosas en su dimensión exacta, por lo que será mejor espe-
rar a que el sol vuelva a aparecer en el horizonte para proseguir nuestro
camino.

El quinto seis: Ofuscación de la luz como para el príncipe Chi.1 Ventajosa


la firmeza

El fingirnos ciegos, mudos, sordos, indiferentes o locos, puede convertir-


se en un comportamiento adecuado cuando no nos serviría de nada intervenir
directamente, pero siempre es necesario que sigamos los hechos de cerca.
La mente vigila, el espíritu no cede, las ideas permanecen impasibles, pero
la apariencia es la de un sereno desapego de las cuestiones importantes, o de
las personas que nos interesan.
Cuando la amenaza sea menos inmediata, y las posibilidades de interve-
nir se vuelvan bastante seguras, entonces, gradualmente, resolveremos los
interrogantes que hace tiempo quedaron sin respuesta, y haremos valer las
razones de nuestras obras ya realizadas.

El seis arriba: Ninguna luz en la oscuridad. Primero subimos hacia el cie-


lo, luego, descendemos hacia la tierra

La última línea es una advertencia para aquellos que, en épocas oscuras,


no saben comportarse con prudencia, fuerza y resignación, sino que intentan
inútilmente corregir sus destinos, precipitándose hacia su propia ruina. Se
trata de palabras terribles, versos lapidarios que el ritmo cerrado de las imá-
genes ideográficas torna apocalípticos por su potencia. No existe comentario
alguno que pueda añadir mayor fuerza y claridad a esta línea, nada queda por
decir al lector estupefacto y quizá, un tanto aterrado por una sinceridad de ex-
presión tan implacable. Ming I es de veras un tiempo tremendo y maravilloso
por la verdad de su enseñanza.

Sol y Luna presagian


el mal, la anarquía.
Estado sin orden,
exiliados los buenos.
Para la Luna es su fase,
¿mas qué fuerza ignota
ha devorado al Sol?'

7. Según parece, este noble era pariente de! tirano Chou Sinn. Al no poder reti-
rarse de la corte, fingía estar loco (por lo que lo tenían casi como a un esclavo), con tal de
no ceder en sus honestos principios, en contraposición con los del odioso déspota, a
quien a pesar de todo, debía obediencia.
8 . CONFUCIO, Tá Chuán.

181
Kiá Zan:
37. Gente de familia EEIiE

Gente de familia'
El Libro de las Mutaciones no sólo contempla el alternado devenir de
los hechos, sino que, con frecuencia, se detiene a discurrir sobre las condi-
ciones, las formas cotidianas de vida, las circunstancias que son parte inte-
grante de la existencia humana. Naturalmente, al captar el mensaje de
hexagramas como Kiá Zan logramos reencontrar usos, costumbres, tradicio-
nes, creencias de gentes cuya historia tiene siempre una cierta actualidad si se
la considera con sensibilidad, diría con afecto, como los chinos mismos la
sienten aunque no lo declaren casi nunca con palabras sino siempre con
hechos. El pueblo chino es un pueblo que hay que descubrir, un pueblo
paciente, valiente, atormentado y sabio que Occidente no ha podido encon-
trar aún. El I Ching es el poema de la China antigua y del antiguo amor por la
naturaleza, es un libro lleno de notas reflexivas, de visiones dramáticas, de at-
mósferas serenas, de preciosos testimonios, un libro de todos y que para todos
tiene un mensaje importante, al igual que lo tenían los primeros sabios filó-
sofos que poblaron la Tierra.

Tiempo entre gente de familia


Ventajosa la honestidad de una jovencita.

La vida comunitaria, al igual que un cierto fluir de pensamientos, rige


sobre la fuerza de las costumbres, de las pequeñas ocupaciones atendidas
metódicamente; si turbamos su organización, se producen la confusión y el
caos.

1. E l i d e o g r a m a Kiá significa: f a m i l i a , c a s a , c a s e r o , d o m é s t i c o , p a r i e n t e s ,
c l a s e , e s c u e l a , p a r t i d o ; y ^ v zan significa: « h o m b r e » ; Kiá Zan significa: m i e m b r o d e
u n a f a m i l i a , sirviente, c r i a d o , gente d e c a s a , d e f a m i l i a .

182
Debemos ser candorosos y claros especialmente en el vivir (o programar)
cosas aparentemente insignificantes (la jovencita), y ordenados y precisos al
ocuparnos de los detalles, porque elKik Zan es un momento delicado, puesto
que nos vemos inclinados a dejar de lado los pensamientos habituales cre-
yendo que lo mejor es ocuparnos de construcciones más vastas.
Kiá Zan no es un tiempo de grandes horizontes, sino del descubrimiento de
la importancia de los detalles, de lo habitual, de lo cotidiano.

Hablan las imágenes

Viento que sopla desde el fuego, gente de familia. Sólo el Sabio realiza
con palabras y es firme en las acciones.

El hexagrama evoca la visión de una comunidad en la que reina el orden,


pero además, refleja la actividad y el cambiante acontecer de las cosas (vien-
to y fuego).
Es la imagen del momento activo pero preocupado, que el hexagrama indi-
ca en la fórmula sapiencial, en las imágenes y en las líneas mutantes. Energía y
voluntad de realizar, intervenciones veloces, pero conclusivas, todo se orga-
niza para alcanzar un entendimiento y un equilibrio.

Las líneas

Con pocos trazos, pero con vivacidad y gracia, las líneas mutantes dibu-
jan cuadros de la vida familiar, para indicar la atmósfera de este tiempo varia-
do y. sin embargo, previsible, pero que no resulta fácil como parecería, y que
puede ser muy constructivo si se lo vive en armonía y con la paciencia de quien
teje la trama de una tela.

El primer nueve: La familia está atada.2 Las inquietudes desaparecen

Esta línea aconseja que establezcamos un orden en los programas y en los


pensamientos, para no tener dudas y obrar con la seguridad necesaria. Sólo en
estas condiciones podremos superar un momento bastante incierto, un
descorazonamiento, probablemente transitorio, pero fastidioso, porque nos
impide mirar con entusiasmo y fe todo aquello que aún hemos de realizar y que
es muy importante para el futuro. Habrá que puntualizar los programas, orga-
nizar los pensamientos y luego obrar según los planes claros que nos hemos
trazado.

2 . E s decir, u n i d a p o r reglas b i e n p r e c i s a s , p o r q u e el i d e o g r a m a f ^ H indica donde


se e n c i e r r a a las b e s t i a s , a t á n d o l a s p o r los c u e r n o s .

183
El segundo seis: Ninguna posibilidad de logros. Permanecemos entre las ca-
cerolas. Afortunado ser firmes

A menudo, los intereses contingentes, el tedio cotidiano, las preocupacio-


nes limitadas, desgastan progresivamente la existencia, alteran el carácter,
nos vuelven resignados y pasivos, porque no logramos evaluar objetivamente
su importancia, no reconocemos su necesidad y los consideramos como la
pérdida inútil de un tiempo valiosísimo. El peligro de muchas situaciones en
las que nos encontramos metidos reside en no saber establecer una inteligente
distinción ( l i ) entre los intereses; así, caemos presa del abatimiento y se anu-
lan los propósitos válidos (nos quedamos entre las cacerolas). Se nos sugiere
otra vez que «pongamos orden», o sea, que aprendamos a saber distinguir
para poder obrar en consecuencia (Sun). En ciertos casos es mejor que sea-
mos rígidos, que nos enfrentemos con vigor a nuestros adversarios, valdrá más
que sintamos luego remordimientos por la intransigencia demostrada, y no
que optemos por una postura acomodaticia —aunque sólo sea en aparien-
cia— que nos lleve a aceptar las ideas ajenas aunque no se correspondan con
nuestras convicciones.

El tercer nueve: Los componentes de la familia discuten con voz severa.


Inquietudes y preocupaciones son señales favorables. La esposa y los
hijos ríen demasiadoAl final, desventura

El tiempo de Kik Zan no es fácil, porque son muchos los contrastes que
dificultan el que continuemos viviendo, por ello es necesario que seamos enér-
gicos y pacientes (¡hasta la paciencia es una forma de energía!) para poder
realizar cuanto hemos programado.
Aunque la sugerencia de la línea muíante pueda parecer excesiva, no
deberemos lomar demasiado a la ligera esle momento que oculla sus insidias
(Khán), mucho más peligrosas puesto que son desconocidas o inadvertidas. Si
no examinamos con seriedad y objelividad las dislinlas siluaciones (o las dis-
linías personas, las variadas posibilidades) tendremos sorpresas decidida-
mente desagradables.

El cuarto seis: Familia rica, gran fortuna

Un momento de armonía y de alegría, muchas son las posibilidades que se


abren al ftiluro, el comportamiento ha sido adecuado, las decisiones, medidas
y sabias, se han tomado después de largas reflexiones, el tiempo ha sido apro-
vechado de la mejor manera, habrá que mantenerse confiados y serenos. El
secreto para alcanzar este eslado de gracia reside en haber cuidado cada una
de las tareas humildes como si se hubiese tratado de algo muy importante, en
haber estudiado las situaciones en sus más mínimos detalles, como si de cada
uno de ellos hubieradependido la solución del problema; por ello, esta línea es

3. S e d i v i e r t e n d e m a s i a d o , h a c e n l o c u r a s .

184
un aliciente para quien no estuviera seguro, y un consejo, para quien deseara
conquistar esta rara paz.

El quinto nueve: El Rey llega a tener una familia. Fortuna sin inquie-
tudes

Las acciones han sido enérgicas, las intervenciones, valientes; así hemos
logrado dominar la situación y alcanzar una cierta tranquilidad que posee
sólidas raíces. La situación en la que nos hallamos es decididamente positiva,
las personas son seguras y amigas, a nuestro alrededor se ha formado una ar-
monía que nos allanará y facilitará las soluciones a los problemas que, even-
tualmente, se encuentren aún pendientes.

El nueve arriba: Tener fe es tener fuerza autorizadaAl final, fortuna

Más que un consejo y una respuesta, esta última línea es una máxima de
sabiduría que se basa en la experiencia y la observación de las cosas.
La confianza en uno mismo nos hace fuertes y seguros; el tener fe nos con-
vierte en personas autorizadas en comparación con los demás. En esta con-
dición, bastante rara por cierto, pero no imposible de alcanzar, toda sugeren-
cia es escuchada como si de una orden se tratara, cada consejo es seguido con
alegría. El reflejo de la serenidad interior, del equilibrio, de la calma que
crecen en nuestro interior, ilumina el mundo que nos rodea, haciendo que la
vida se convierta en una verdadera conquista.

Dicen que para entrar en el Río de las Flores Amarillas,


debes correr el agua del Valle Claro,
seguir los montes en diez mil vueltas,
por el sendero que baja apenas unos cien «li».

El eco se precipita confundido entre las piedras,


el color cambia en los recodos, entre los pinos,
sobre la ola trémula nada el castaño y el berro,
en el aire nítido de la noche se dibujan
los juncos y las cañas.5

4. L i t e r a l m e n t e : a u t o r i d a d .
5. Las trescientas poesías T'ang.

185
Contraste 1

Kh-wei es un signo muy interesante, porque detiene su atención sobre difi-


cultades que son cotidianas para todos. La sentencia y la imagen se quedan
más bien en las generalidades, pero las líneas mutantes contienen un mensaje
claro y preciso, concreto, quizá indiferente, en una palabra, se trata de un
mensaje nada catedrático, es más, es un mensaje claro y simple, al alcance de
todos.

Tiempo de contrastes

Afortunadas las tareas de poco valor.

El tener que superar contrariedades, aceptar oposiciones, comprender ri-


validades, forma parte de la vida cotidiana y son vicisitudes necesarias que
preparan hechos graves, nada raros, incluso para aquellas personas que creen
que sus días transcurren placenteramente, sin horas inquietas. En este tiempo
bastante difícil, convendrá que nos ocupemos seriamente sólo de las cosas de
poca importancia o valor, de las tareas habituales, pero hemos de dedicarles la
misma atención que emplearíamos para resolver problemas importantes. A
veces resulta muy fatigoso ocuparse de los detalles, da la impresión que se
pierde el tiempo. Sin embargo, en este momento, son precisamente los
detalles los que revelan la importancia de la situación que nos interesa o de las
personas que hace tiempo hemos dejado de lado.

1. O p o s i c i ó n , s e p a r a c i ó n , d i s t a n c i a , d i f e r e n c i a , n o q u e r e r m i r a r , d i s c o r d i a , sol q u e
se p o n e .

186
Hablan las imágenes

Elfuego arriba, abajo el pantano. Tiempo de contrastes. Sólo el Sabio es


capaz de aceptar el acuerdo r la oposición.
Aguas tranquilas sobre las que pasan llamaradas ardientes, la imagen
ofrece la fascinación de las visiones surrealistas, nacidas de sueños delirantes
de pueblos perdidos en los reinos de la magia, que escuchan los mensajes ex-
traordinarios de la fantasía. Pero la realidad que dibujan es la de cada uno, la
de vivir cada día. Entre la muchedumbre anónima resalta la personalidad de
quien posee dotes de sabiduría y firmeza (Li-Tui, luminoso y completo). No
siempre es fácil, nunca es cómodo destacar (Lí) en la multitud, porque al ha-
cerlo, nos convertimos en blanco seguro de las murmuraciones y las hostili-
dades de! prójimo, pero el hombre de carácter, aun a sabiendas de todo ello,
prosigue sin dudar, entre la mediocridad y la posible soledad, con tal de no re-
nunciar a sus convicciones. El tiempo de AViwei puede tener momentos muy
duros de vivir, por ello la fórmula sapiencial aconseja que nos ocupemos sólo
de las tareas de la administración común, así se evitan los contrastes dema-
siado graves y difíciles de conciliar.

Las líneas

Las glosas de las líneas mutantes van continuamente de un motivo al otro y


se completan mutuamente, definiendo el variado significado de Á7wei. extra-
ordinario hexagrama que invita a buscar los valores ocultos, pero enormes,
que pueblan las tareas de cada día, en una palabra, las que forman el tejido de
la vida de todos.

El primer nueve: Los sinsabores se van. Si pierdes un caballo, no vayas tras


él. Regresará solo.1 No es culpa encontrar* gente malvada

Se pueden superar las contrariedades cotidianas, sólo si no les damos


demasiada importancia, tratando de llevar a buen fin incluso las tareas más in-
significantes. Las inevitables desilusiones, los deseos no realizados, los
afectos que se alejan ahogándose en el tiempo, enturbiados por las costum-
bres, pertenecen a la historia de cada destino, en el cual todos los elementos
tienen un significado que sólo el tiempo y la experiencia podrán aclarar. La
«gente malvada» no se refiere necesariamente a «personas», sino que puede
indicar sentimientos, reacciones, rebeliones, programas demasiado apresura-
dos para ser razonables. No constituye una culpa el tener que vivir momentos
difíciles, en cambio sí es una culpa el dejarse vencer por los acontecimientos y
perder la confianza, tan necesaria en el tiempo batallador de Khwei.

2. P o r sí m i s m o .
3. E n c o n t r a r p a r a ver; ver.

187
El segundo nueve: Encontrar a un hombre importante a lo largo de un sen-
dero estrecho. Ninguna culpa

Una ocasión perdida sin culpa, quizá no nos demos cuenta de lo bueno que
habría sido si se hubiera presentado en una ocasión distinta, pero la mala vo-
luntad no ha tenido que ver en esto, cosa que debe confortarnos, porque la oca-
sión volverá a presentarse. Los tiempos contradictorios, incluso cuando pa-
recen equivocados, no son negativos, son, si acaso, tiempos de espera, y por
tanto, a su manera son tiempos activos. Quedan las dudas, las inquietudes, las
amarguras, algo podríamos haber hecho y, dadas las circunstancias, no he-
mos hecho nada (el hombre importante... el sendero estrecho), pero quizá lo-
gremos darnos cuenta de que todo se ha pospuesto para esperar una evolu-
ción quizá mejor.

El tercer seis: Vemos arrastrar una carroza. Este buey está trabado. Aquel
hombre tiene la cabeza rapada y la nariz cortada.4 Aunque el inicio sea
negativo, existe una conclusión5

Graves contrastes, horas dolorosas, la desesperación de no poder hacer


nada positivo porque unas fuerzas misteriosas se oponen a todo programa. No
habrá que perder la confianza en la solución de los problemas, no es un desor-
den de acontecimientos, sino un componerse de los tiempos que preparan con-
clusiones que, si bien no son inmediatamente felices, son sin duda prome-
tedores. Los casos de la vida siguen impasibles el «camino» señalado por yin y
yang, tal como nos enseña el oráculo, y no se pueden forzar las soluciones,
como tampoco se puede anticipar la salida y la puesta del sol. Pero las solu-
ciones llegarán.

El cuarto nueve: Cierre y aislamiento. Encontramos a un gran personaje.


Unión confiada. Peligro sin culpa

Khv/ei es un tiempo difícil de vivir, es lo que nos repiten las líneas mo-
tantes, pero existen también momentos verdaderamente desoladores en los
que sólo la fe en uno mismo y en los demás, o en los acontecimientos futuros,
puede ayudarnos a evitar la desesperación. Y es cierto que la fe ayuda, bas-
tará con encontrarla, con que nos la impongamos, porque es verdaderamente
necesaria. A cualquier nivel, la experiencia de la soledad es tan angustiante
que puede hacernos perder la orientación; estamos en peligro y lo advertimos
aunque no sepamos precisarlo, pero nada podemos hacer, no tenemos culpa
por lo que ocurre muy a pesar nuestro. Son los momentos yin que pasan con
mayor lentitud.
Poco a poco, con dificultad, reconoceremos los valores, organizaremos
nuestros sentimientos, y daremos forma a nuestros pensamientos. Cuando
llegue el tiempo yang...

4. E s decir, ha s i d o c a s t i g a d o c o n f o r m e a la a n t i g u a ley c h i n a s e g ú n la c u a l se le
r a s u r a b a la « c o l e t a » y se le a m p u t a b a u n a p a r t e visible del c u e r p o .
5. O s e a , l o g r a m o s r e s o l v e r algo.

188
El quinto seis: Las inquietudes se disipan. Esta familia6 se devora la piel.
¿Qué culpa si vamos y venimos?1

Asistimos a hechos desconcertantes que nos dejan turbados, aunque no in-


quietos, pero ponemos manos a la obra para equilibrar la situación, o lograr
que las personas se pongan de acuerdo, o que nosotros mismos nos pongamos
de acuerdo con los demás, con nuestros pensamientos, con los programas por
organizar; se trata, sin duda, de un momento agitado, y es comprensible que
este tumulto exterior e interior se refleje en la evolución de nuestros días. No
se trata de un tiempo grave, sino más bien de una época incómoda de vivir,
pero son precisamente los tiempos los que nos traen este enredo de cosas; será
inútil buscar un remedio inmediato porque el ovillo se devanará solo cuando
aclaremos las causas y experimentemos las consecuencias.
No hay que olvidarlo: Khwei es ante todo un «tiempo de contrastes».

El nueve arriba: Aislado y discorde. Se ve un cerdo cubierto de suciedad.


Cargar diablos en un carro. Primero, este hombre tensa el arco, luego
lo esconde. No hay bandidos, hay un matrimonio. Buen augurio encon-
trar lluvia mientras se camina

El de Khwei es un tiempo tumultuoso, lleno de contrastes, nada conse-


cuente, por ello, la última línea mutante lo dibuja con un discurso quebrado,
retorcido, extravagante, precisamente para ayudarnos a vivirlo con sabiduría
y serenidad, es decir sin demasiado dramatismo. Nos sentimos en desdacuer-
do con todos y aislados en esta cólera secreta; todo lo vemos por el peor de los
ángulos, la rabia es un estado de ánimo, y la sacamos «a pasear» tratando de
descargarla sobre la primera persona que encontramos; vemos enemigos por
todos lados, tememos insidias, incluso los hechos usuales nos asustan. Existe
alguna seña! de buen augurio aunque no la reconozcamos, y la línea nos invi-
ta a observar las «señales» para sentirnos un tanto más confortados.

A fin de año, la Luna y el Sol


dan poca luz,
en este umbral extremo del mundo
la escarcha y la nieve alumbran la fría noche.
En la quinta hora, tambores y cuernos
retumban con doliente potencia,
sobre los Tres Abismos, el Río de Estrellas
brilla espléndido,8

6. Literalmente: tribu, es decir el conjunto de gente, leyes, tradiciones, ritos, cos-


tumbres, que componen un «clan».
7. Es decir, si estamos agitados al asistir a la decadencia de los valores.
8. Las trescientas poesías T'ang.

189
39!» hLiemz Dificultad

Dificultad 1

La estructura y la composición definen de inmediato el momento «di-


fícil», plagado de contrastes (Kan), peligroso en sí mismo (Khan en la compo-
sición), incluso porque no estamos preparados para afrontarlo y somos incapa-
ces de superarlo, puesto que desconocemos su oculta insidia (Khan en la es-
tructura). A nuestro alrededor habrá peligros, desavenencias de todo tipo
(Kan-Khan, una composición verdaderamente amenazante), y dentro de no-
sotros la conciencia de estar envueltos en una situación de la que reconoce-
mos la gravedad, pero que no sabemos afrontar (Khan-Li, estructura muy in-
quietante, compuesta de contrastes). Una condición bastante frecuente en la
vida de todos, y bastante incómoda, mucho más que la descrita por Khwei,
porque la «dificultad» implica mucho más que el «obstáculo», puesto que re-
presenta también la «imposibilidad de reaccionar» por distintos motivos, y
por lo tanto, de superar el obstáculo mismo.

Tiempo de dificultad
Ventajoso a! sudoeste. Desaconsejable al noreste. Útil ver a un gran
hombre. Afortunada la firmeza.
El oráculo aconseja que nos retiremos (sudoeste) a nuestras posiciones,
y que no tomemos iniciativas (noreste), en un momento tan insidioso. Por lo
tanto, habrá que permanecer quietos, sin pretender doblegar los aconteci-
mientos a nuestro favor, sino más bien tratar de ver sus límites concretos, sus
matices más importantes, y las posibilidades efectivas de éxito (ver a un gran
hombre) para saber cómo comportarnos, qué buscar y a qué renunciar, por lo
menos hasta que duren las difíciles condiciones en las que nos encontramos.

í . C o j o , tullido, d e s g r a c i a , peligro.

190
Hablan ¡as imágenes

Sobre el monte está el agua. Tiempo de dificultad. Sólo el Sabio, al me-


ditar,- cultiva en sí mismo la fuerza de ánimo.

La visión de un lago, una extensión de agua que sumerge la cima de un


monte, raya en lo surrealista, pero es al mismo tiempo, un lejano recuerdo
borrado por la conciencia que regresa en visiones de extraordinaria exacti-
tud, visiones que la fantasía no puede crear, sino solamente revivir sin el te-
rror de aquella memoria, olvidada, y, sin embargo, siempre viva, más allá de
los pensamientos. Graves dificultades, las aguas han sobrepasado demasiado
los niveles límite de las crecidas, debemos ser firmes y meditar sobre todo lo
que acontece para encontrar en nosotros mismos la fuerza necesaria para su-
perar un momento difícil, pero transitorio, como todos los momentos del tiem-
po terrestre. Es de sabios recordar que pronto reconoceremos los tranquili-
zantes diseños de la geografía de lo cotidiano.

Las líneas

Las líneas mutantes, después de la bíblica visión de las montañas sumer-


gidas, sugieren en su conjunto un pensamiento consolador, es decir, que el
tiempo de AYen es un «incidente» y que, si se lo vive con sabiduría, no tendrá
consecuencias sobre el ritmo de los días futuros; es más, será una experiencia
importante para el individuo, como lo fue el Diluvio para la humanidad.

El primer seis: Proseguir difícil? Regresar loable

No forzar los acontecimientos, tratar de comprender todo aquello que no


está del todo claro en la situación bastante complicada. El ir más allá de estas
dificultades pasajeras no es imposible, sino que, por el momento, resultará
más bien difícil porque no contamos con todos los elementos necesarios para
juzgar, y tampoco nos encontramos en el estado de ánimo adecuado, es decir
no estamos lo bastante serenos. Los obstáculos multiplican las preocupacio-
nes, y sólo con la mente libre es como se logra tomar las mejores decisiones.
Por lo tanto, conviene continuar meditando y efectuar una revisión detenida
de las causas para saber imaginar al menos las diversas consecuencias po-
sibles.

2. C o n c e n t r á n d o s e en sí m i s m o .
3. D é b i l , d i f i c u l t o s o , q u e c o j e a p o r c a u s a de u n a m a l f o r m a c i ó n .

191
El segundo seis: Un Rey y un vasallo en graves dificultades.4 No por causa
de ellos5

Las cosas se nos caen encima, pero la culpa no es ni de las decisiones


tomadas, por graves que fueran (elRey), ni de lo que se ha hecho (el vasallo)-,
son los tiempos que nos traen las consecuencias de causas remotas e inexpli-
cables, de todos modos, las desgracias no son imputables a nadie. Al menos
debemos quitarnos esta preocupación, La línea aconseja que dejemos trans-
currir las horas inquietas sin preocuparnos demasiado, porque no serán ni
muy largas, ni muy desastrosas, si bien serán muy difíciles de vivir.

El tercer nueve: Peligroso seguir adelante: retroceder

Otra vez se nos sugiere prudencia y se nos invita a rever los problemas sin
querer resolverlos, no sería éste el tiempo adecuado, pero debemos, eso sí, in-
tentar comprenderlos y definir su alcance. Decididamente, /fien es un
momento de revisiones, una investigación de las «raíces» y por lo tanto, es un
momento precioso dentro de la economía de cada existencia. De hecho, nos
conduce a la claridad y nos revela las posibilidades de la meditación, de la pru-
dencia y de la fuerza del aguante. Incluso porque las rebeliones serían inútiles.

El cuarto seis: Difícil proseguir, retroceder continuamente

No debemos obrar directamente, sino que debemos ocuparnos atentamen-


te de los detalles. El definir un mosaico es una tarea larga y paciente, que
requiere muchas reflexiones ya que son muchas las piezas de distintos tonos
que hay que combinar. Poco a poco, cada uno encontrará su sitio, su luz ade-
cuada, su especial significado, importante para la comprensión del conjunto.
Las esperas, los sufrimientos, los temores, se convertirán en horas
brillantes de un tiempo precioso que todavía hemos de vivir, un tiempo que se
prepara en estas largas y fatigosas jornadas de Kien.

El quinto nueve: Graves dificultades, los amigos llegan

Se trata de un momento importante porque estamos en condiciones de re-


conocer lo verdadero (los amigos) de lo falso, y, por lo tanto, podemos juzgar
a personas y situaciones con una seguridad casi absoluta. La condición no es
fácil, por todas partes se ocultan insidias o posibilidades de errores y fra-
casos; pero ya significa mucho el contar con esta capacidad de juicio, en un
tiempo favorable al reconocimiento de los valores.

4. Cuando desea subrayar la gravedad o la importancia extrema de una condición,


un acontecimiento, una situación, etc., la escritura china repite el mismo ideograma, tal
como ocurre en este caso, pero como eso no es admisible en nuestra lengua, utilizamos
un adjetivo o un adverbio que expresen igualmente el concepto.
5. Literalmente: no por causa de ellos mismos.

192
El seis arriba: Peligroso proseguir, grandeza al regresar. Fortuna. Ventajo-
so ver a un hombre importante

Otra vez se nos sugiere que aclaremos con paciencia los límites de la situa-
ción. de modo tal que las acciones se dirijan siempre hacia todo lo que se pue-
de alcanzar, y que sepamos que no debemos, al menos en este tiempo,
pretender algo más o algo distinto. Con frecuencia, las dificultades son conse-
cuencias de un comportamiento irreflexivo, de ambiciones excesivas, de una
confianza concedida imprudentemente. Debemos vivir de cara a la realidad,
sin ilusiones y sin descorazonamientos, he aquí lo que nos susurra el oráculo
con cada uno de sus signos, pero especialmente en hexagramas como el de
ÁTien, aparentemente imposibles de aceptar. En una palabra, hemos de vivir
para hacer que nuestra breve jornada en el tiempo y nuestra grave pero impor-
tante fatiga en el mundo sean serenas.

Sigamos la voz en la oscuridad


inquiriendo quién toca.
Mas calla la flauta,
alguien habla vacilante.
Nos acercamos al agua,
el deseo nos empuja a ver,
y recobramos el vino,
encendemos la lámpara,
para renovar el convite,6

6. Las trescientas poesías T'ang.

193
40. Kdeh: Explicar

Explicar 1

Finalmente, aunque siempre en medio de mil peligros (Khan en la compo-


sición y en la estructura constituyen una advertencia), algo se mueve (Kan)\
lentamente, las dudas desaparecen, las cosas comienzan a delinearse en su
verdadera luz (Li). El hexagrama habla de actividad, es cierto, pero resulta
muy humano tener dudas cuando acabarnos de salir de momentos difíciles
como los de A7?wei y de Kien.

Tiempo de explicar

Ventajoso el sudoeste. No se sabe qué hacer.3 Este retroceso es afortuna-


do. Buscar un lugar al cual dirigirse. De buen augurio la mañana.

Si no contamos con ideas precisas, si los programas están apenas esbo-


zados y sin definir en sus detalles, es aconsejable que revisemos con calma
nuestras posiciones. Después, si algo resulta claro y contamos con algunas
certezas, podemos confiar en el éxito de las decisiones que se tomen. El
tiempo deíTieh es, sobre todo, un tiempo de explicaciones, durante el cual nos
liberamos de las dudas comprometiéndonos a seguir situaciones y pensamien-
tos pospuestos o mantenidos en suspenso. Por lo tanto, esta es la orientación
con la que debemos vivir los días dados por el devenir de las mutaciones, para
nuestra serenidad y la definición de nuestras cosas.

1. Comprender, liberar (y liberarse) de la duda, aclarar.


2. E s decir, de «aclarar las cosas» y de «cosas que se aclaran».
3. Literalmente: no tener un lugar a! que dirigirse.

194
Hablan ¡as imágenes
Se desencadenan truenos y lluvias. Tiempo de explicaciones. Sólo quien
es Sabio perdona las culpas y es indulgente en los castigos.
Tiempo de aclaraciones y, además, tiempo en el cual se ven los errores, los
defectos, las debilidades, las culpas de los demás, de gente que tal vez es im-
portante en nuestras vidas y la causa de nuestras angustias pasadas, de las que
aún conservamos vestigios. La sabiduría es indulgente, la inteligencia sabe
comprender y puede perdonar, precisamente porque comprende. Se trata de
una enseñanza muy hermosa y muy importante que debemos recordar en este
perturbante momento de claridades que resplandecen casi, de iluminaciones y
de vastísima comprensión. No debemos dejar pasar en silencio las ofensas re-
cibidas (si han existido), pero tampoco prolongar demasiado las discusiones,
de todos modos, sería inútil y quizá triste. Tiempo de claridades, tiempo de ex-
plicaciones, y tiempo de recomenzar a esperar, a construir y a mostramos
serenos.

Las líneas

Las líneas mutantes retoman el mensaje de las imágenes y de la fórmula


sapiencial, advirtiéndonos que todavía existen peligros, obstáculos e insidias,
pero que el de A'icn es, fundamentalmente, un tiempo positivo, un tanto fasti-
dioso, pero en su conjunto, bastante entusiasta.

El primer seis: Ninguna culpa

Existe ia condición ideal para afrontar los problemas del tiempo de Kieh.
Pureza de intenciones, disponibilidad generosa hacia los demás, voluntad
de comprender libres de preconceptos, firmeza en la convicción de vivir un
momento particularmente favorable y, por 1o tanto, de que debemos ser opti-
mistas para tener la fuerza de llegar hasta el fondo de los problemas, supe-
rando inevitables rebeliones y estados de ánimo contrapuestos.

El segundo nueve: Se capturan tres zorros4 en un campo. Se obtiene una


flecha amarilla,5 Afortunada la rectitud

4. Los chinos afirman, sin embargo, que el zorro es el único animal capaz de salu-
dar al sol que se eleva, porque dobla las patas posteriores e, inclinándose, junta las an-
teriores. Cuando ha hecho eso durante muchos años, es capaz de transformarse y vivir
entre los hombres sin atraer su atención. El zorro simboliza además una especie de
segunda conciencia, ya que en las fábulas refleja los pensamientos de los hombres, y les
roba los deseos más ocultos para asemejarse a ellos más que nunca.
5. El amarillo es el color de lajusticia, de ia sabiduría y del equilibrio; la flecha es un
objeto rectilíneo; «flecha amarilla» indica por lo tanto la rectitud en las intenciones y la
justicia en las acciones.

195
Existen resultados, y las satisfacciones no se harán esperar si continua-
mos con firmeza en la persecución de los fines que nos hemos propuesto, y a
los cuales tendemos con claridad de pensamiento. Tres zorros en un solo
campo son muchos, y, considerando el significado simbólico del zorro, espe-
cialmente en el Extremo Oriente, donde el espléndido animal es considerado
como maligno y demoníaco, la captura es particularmente importante. El
tiempo de las explicaciones es también el tiempo de desvelar las intrigas, de
desenmascarar a los mentirosos; la rectitud de las intenciones hará más com-
pleta la victoria.

El tercer seis: Llevar una carga sobre las espaldas y viajar en carroza. Fi-
nalmerite, llegan los bandidos. Preocupaciones incluso si estamos en lo
justo6

Incluso en un tiempo claro como el de Aieh existen peligros, de hecho,


Khán está presente en la composición y en la estructura del hexagrama, pero
se trata de peligros casi inevitables, si pensamos en el trabajo que el hexagra-
ma mismo nos propone. Las cosas que se han de hacer son muchas y han de or-
ganizarse de distintas formas; podemos ser atacados con críticas o con abierta
hostilidad, puede que se nos contradiga incluso si decimos la verdad, puede
que nos obliguen a callar. Los enemigos no faltan, como ocurre en cualquier
momento de la vida, pero ahora, son quizá especialmente violentos al obsta-
culizarnos el camino de la verdad. Si nos preparamos para todo esto, significa-
rá que nos aseguraremos una bella victoria.

El cuarto nueve: Explicar comenzando por el pulgar. Los amigos intervie-


nen con fe

El «pulgar» simboliza el principio de algo, un inicio excepcional, por lo


tanto, la sugerencia de la cuarta línea puede entenderse como una invitación a
retomar los problemas desde el principio, discutiéndolos a la luz de las nuevas
certezas, de cuanto hemos sabido de más, y de aquello sobre lo cual se hizo fi-
nalmente la luz. Existen personas de las que podemos fiarnos, y que se fian de
nosotros; la situación nos ofrece diversas aperturas y todas son bastante segu-
ras; lo importante es rever los hechos desde su origen, indagando sus causas,
para estudiar los efectos y sentar las bases de los futuros desarrollos.

El quinto seis: Sólo quien es sabio1 tiene la autoridad de decidir. Fortuna

Hemos de imponernos con decisión, incluso con una cierta dureza, ya sea
que esta dureza debamos aplicarla a nosotros mismos si nos sentimos, o
estamos, indecisos y débiles, ya sea que la apliquemos a los demás; se tratará
de un acto de coraje, y debemos tener la fuerza de llevarlo a cabo cuando es
necesario para darle el impulso resolutivo al curso de los acontecimientos.

6. L i t e r a l m e n t e : rectitud.
7. Q u i e n c o n o c e b i e n l a s c o s a s .

196
La fuerza personal y el resultado de la intervención serán proporcionales a
la claridad de los límites que nos hemos impuesto, del trabajo que debemos
iniciar y de las posibilidades reales que tenemos de llevarlo a buen fin, posi-
bilidades meditadas, precisamente, a lo largo del cambiante acaecer de los
hechos.

El seis arriba: Un Oficial8 interviene y hace diana. Un halcón en lo alto,


sobre la pequeña fortaleza. Nada que no sea ventajoso

Una serie de hechos positivos, algunos juicios centrados, palabras


escuchadas porque estaban plenas de sugerencias, una toma de posición espe-
cialmente inteligente y decidida, así alcanzamos un cierto tipo de seguridad,
quizá no del todo fundada, pero que sirve de mucha ayuda al espíritu inquieto
y preocupado por las experiencias de los tiempos concluidos pero aún vivos en
el recuerdo. Finalmente, existe una tranquila distensión en pensamientos di-
versos, ante nuevas perspectivas, existe, en una palabra, la completa disponi-
bilidad a aceptar casos nuevos, incluso los difíciles, pero que se pueden re-
solver, como se han resuelto los duros tiempos del Kh wei y de ATien.
Esta es la conclusión del mensaje de Kieh, hexagrama que carece de no-
tas particularmente sugestivas, de momentos verdaderamente dramáticos, un
mensaje conciso y quizá breve, en proporción a la importancia del argu-
mento, y, sin embargo, siempre muy sabio. Son frases que hemos de interpre-
tar y volver a escuchar, que hemos de recordar cual máximas de sabiduría
porque hablan de libertad, de claridad y de coherencia, argumentos de actua-
lidad en todas las latitudes y en todos los momentos de la historia del hombre.

El agua del Lago Negro es profunda y va teñida


de tinta;
en el fondo, dicen, hay un Dragón Sagrado que nadie
ha visto nunca.
En el lago han erigido un altar y anunciado un rito
las Autoridades.
El dragón sigue siendo un dragón, pero los hombres saben
convertirlo en un dios.9

8. D i g n a t a r i o . T í t u l o h o n o r í f i c o d e un r a n g o e l e v a d o .
9. T o m a d o d e M a o T s e - t u n g . Linche cinesi, T u r í n . 1 9 6 8 .

197
41* Sun: Perder

Perder1

Continúa el mensaje de ÁTieh, aunque con un tono distinto, porque no se


trata ya de liberarnos de la ignorancia y de las dudas, sino de saber com-
prender las cosas y los hechos para evitar perder la serenidad interior y, sobre
todo, dañar al prójimo o amenazar las soluciones positivas con un comporta-
miento inadecuado. Conducido con honestidad e inteligencia, este trabajo si-
lencioso permite obrar serenamente y, aunque no aparezca en toda su impor-
tancia, se evidencia en el equilibrio del comportamiento mismo.

Tiempo de perder

Tener fe. Gran fortuna, ninguna culpa. Posibilidad de ser decididos. Útil
tener algo que hacer. ¿ Cómo comportarse?2 Pueden utilizarse dos escudillas
para el sacrificio.3

La fórmula sapiencial es la síntesis precisa de toda la meditación del signo.


La fuerza no debe disminuir ni siquiera en tiempos inciertos y bastante preo-
cupantes, porque puede sostenernos para hacer frente a los acontecimientos
que parecen acumular derrotas y adversidades, quizá pequeñas, pero siempre
difíciles de aceptar. ÁTieh describe un tiempo pleno, activo, importante, un
tiempo negativo sólo en apariencia, de hecho, la composición (Kan obstina-
ción, Tui, completar) y la estructura (Khwan, la Tierra, la aceptación, Kan,
agitar) indican momentos sumamente válidos, que deben vivirse con firmeza
para volver a nuestro favor todo aquello que parece conspirar contra nuestra
serenidad.
1. D a ñ a r , d i s m i n u i r , p e r j u d i c a r .
2. O sea, ¿ q u é h a c e r ?
3. L a o f r e n d a del sacrificio.

198
Hablan ¡as imágenes

Bajo el monte está el pantano. Tiempo de perder. Sólo el Sabio es capaz


de dominar la cólera v limitar sus deseos.

El pensamiento ilustrado por las imágenes, y sobreentendido en cada una


de las partes del mensaje del hexagrama, es el del dominio de sí mismo, el de la
calma, aunque haya sido alcanzada con gran dificultad, el de la aceptación
serena de los hechos por graves que éstos sean. Y la imagen preciosamente
china, como tantas otras del I Ching, compuestas de delicados dibujos, evoca
el toque, el refinamiento, la sensibilidad poética de ios «paisajes con sauces»
de Ma Yuan, el artista que, dibujando «un ángulo en cuatro» sugirió que el
infinito era el reflejo del alma humana.4

Las líneas

La teoría de las líneas mutantes se parece al lento cortejo de monjes que


atraviesan el silencio de un templo budista: en efecto, una se une a la otra como
se anuda un hilo, sin cambiar de tono, sin pausas ni divagaciones.

El primer nueve: Se avanza en las cosas con mucha prisa. Ningún error.
Primero, el aumentar, luego, el disminuir

La intervención rápida, cuando ya están claras las conclusiones o, por lo


menos, sabemos adonde queremos llegar, tendremos que estar atentos para no
ir más allá de lo justo y para evitar que, con nuestra acción drástica y pre-
cipitada, podamos comprometer una situación ya difícil de por sí. En cada
hecho existe un alternarse de momentos,yang-yin, yang-yin, la sabiduría pre-
cisa y medida de las cosas humanas; no debemos olvidarlo si queremos vivir
en armonía con los ritmos universales que se particularizan en los casos indi-
viduales de nuestros días.

El segundo nueve: Ventajosa la rectitud. Prosiguiendo, desventura. No con-


sentir ni añadir5
Existen casos que requieren mucha prudencia y paciencia, porque las difi-
cultades están ocultas y, al menos inicialmente, no pueden ser reconocidas en
su verdadera dimensión. Si intervenimos, corremos el riesgo de tropezar con
obstáculos más graves, especialmente porque serán inesperados (Tui-Kan).

4. E s t e artista, q u e t r a b a j ó e n t r e 1 1 9 0 y 1 2 2 4 a p r o x i m a d a m e n t e , s e i n c l u y e e n t r e
los q u e h a n c o n t r i b u i d o a c r e a r la idea q u e n o s h e m o s h e c h o en o c c i d e n t e d e la c o m -
plejidad de la p i n t u r a c h i n a .
5. O sea, n o c o m p r o m e t e r s e a f o n d o .

199
El tercer seis: Tres hombres caminan. Luego, uno de aleja.6 Un solo hombre
camina. Después, obtiene un compañero

La efímera visión de la vida conventual, que el conjunto de las glosas


había indicado rápidamente, encuentra en estas frases su justificación (si es
que se deben o se pueden justificar las impresiones).
Si se quiere trabajar con serenidad, no puede haber muchas personas, por-
que los celos surgen con facilidad, y aunque puedan permanecer acallados, no
por ello serán menos molestos; se producen también discusiones y contrastes
que suelen impedimos continuar por nuestro camino. Cuando estamos solos,
o con pocos compañeros, cuando se realizan pocos proyectos a la vez o se exa-
minan los problemas uno a uno sin confundirlos, el trabajo se vuelve fer-
viente, activo, no habrá dispersión de fuerzas y el interés convergirá hacia un
fin sin duda positivo.

El cuarto seis: La propia enfermedad disminuye. Se tiene prisa por alegrar-


se. Ninguna culpa

El lograr dominar nuestros impulsos, corregir ciertas intemperancias de


nuestro carácter tal como aconseja esta línea (y como probablemente sea ne-
cesario en el caso que interesa), hace que a nuestro alrededor aumente la sim-
patía, el afecto, la solidaridad, aliviándonos la fatiga de vivir un momento bas-
tante duro. Así encontramos los apoyos materiales y morales que necesita-
mos. Se anuncia en esta línea mutante el hexagrama I, tendido hacia el futuro,
feliz por sus vastos horizontes, confiado por las certidumbres de un instante
mágico.

El quinto seis: A veces él exagera. Diez tortugas amigas'' no serán capaces


de realizar previsiones.8 Gran fortuna

A veces, hacemos más de lo necesario, lo cual no siempre es un error, por


lo menos no en los casos discutidos por la quinta línea. El tiempo es positivo,
mejor dicho, muy afortunado, pero todavía no es posible planificar el futuro, ni
ver con claridad cuánto nos será dado en estos días voluntariosos y activos. El
oráculo es nuestro amigo, su respuesta es por tanto favorable, pero se acon-
seja no ir más allá de las cosas. El futuro está en formación, y hay mucho por
rever antes de determinarlo.

6. S e q u i t a , se s u s t r a e .
7. A l g u n o s c o m e n t a d o r e s leen « p a r e s » en l u g a r d e « a m i g a s » , p o r q u e el i d e o g r a m a
es el m i s m o ; n o o b s t a n t e , el s e n t i d o d e la r e s p u e s t a n o c a m b i a , a c a s o « a m i g a s » lo h a c e
m á s claro.

8. D e r e v e l a r el f u t u r o c o n las lineas d e su c a p a r a z ó n m á g i c o .

200
El nueve arriba: No decidir ni poner en marcha cosas. Afortunada la firme-
za. Ventajoso tener una meta. Se obtienen algunos sirvientes, no se
forma una familia

La última línea mutante continúa el mensaje de la quinta con relación al fu-


turo, y aconseja que no planifiquemos, que suspendamos las decisiones, que
reflexionemos acerca de la situación antes de obrar.
Será conveniente realizar programas y tener algo que conquistar, pero
todavía no se conquista nada, y pocas son las cosas que se obtienen porque, a
pesar de ser favorable, el tiempo de Sun es un tiempo de fatigas, activas, fer-
vientes, positivas, pero «fatigas» al fin... Las aspiraciones son altas, cuanto
realizamos es poco, pero vendrá el tiempo de I, un futuro bastante próximo, en
el cual se harán realidad muchos deseos y se confirmarán muchas de nuestras
esperanzas.

Mas no me canso nunca de esperar en la calle;


cada día voy a las puertas de la ciudad
con una alcolla de vino...; podrías regresar sediento.
¡Oh! ¡Si pudiera contraer la superficie del Mundo
Para reencontrarte de pronto, de pie, a mi lado!9

9. M A O TSE-TUNg, Linchecinesi, Turín, 1968.

201
42. Yi: Evolución — S

Evolución 1

Yi es la rectitud innata, el sentido del deber que hace ganar altura a la


estatura moral; según Confucio y los confucianos, se trata de una de las vir-
tudes cardinales del hombre, cuyo desarrollo constituye la finalidad de la edu-
cación (cfr. el hexagrama 37). El hexagrama Yi se entiende también como el
esfuerzo consciente de encarnar, en el ámbito humano, la ley universal. El
signo confiere al carácter la necesaria plenitud; en efecto, para que el carácter
sea bueno en sentido completo, no basta con la elevación mística, sino que
hará falta también que exista grandeza, por eso Yi define el crecimiento orgá-
nico de la personalidad.
A través de las difíciles experiencias de /fien, /fieh y Sun, llegamos
preparados al tiempo de la plenitud, de la conquista, de la consciencia y del
conocimiento, o sea, al tiempo de Yi, momento del obrar feliz, cuando final-
mente los hechos se convierten en el parangón de las palabras.

Tiempo de evolución

Ventajoso tener un lugar adonde ir. Ventajoso atravesar un gran río.

Se cumplen las empresas más difíciles, incluso las que otras veces hemos
intentado inútilmente, o aquellas que han fallado parcialmente. Existe la
profundidad de los sentimientos, la capacidad de hacer (Khwan-Khán), el
entusiasmo de concluir; por ello, si se puede llevar a cabo todo proyecto, las
ideas se convertirán en hechos (/Can-Sun).

1. A u m e n t a r , a c r e c e n t a r , utilidad, p r o v e c h o , b e n e f i c i o , p r o g r e s a r .

202
Hablan ¡as imágenes

Viento y truernos. Tiempo de evolución. Sólo quien es sabio, conociendo


el bien, corrige sus defectos. Si tiene culpas, entonces, las repara.

El estallido primaveral y estival de la naturaleza preludia siempre una


mutación en la vida de los retoños y en la apertura de las flores. Después de
una noche de temporal, la vegetación parece milagrosamente mejorada en su
riqueza y esplendor, mientras que en el cielo sin nubes, hasta el vuelo de los
pájaros y el chillido de las golondrinas, parecen insólitamente alegres, casi
triunfantes. Y la tierra despide un perfume a limpio, a calor fecundo, como
ocurrió tal vez al despuntar el primer día de la primavera en un mundo que
emergía de las tinieblas del «caos», para conocer, estupefacto, la luz ordenado-
ra del «cosmos», es decir, del Universo finalmente organizado en sus ritmos y
en sus partes, incluso las más remotas. Esto es lo que sugiere la imagen
extraordinaria del tiempo de Yi, dibujando la grandeza de unos momentos que
han de vivirse como si fueran los primeros y los últimos del mundo.

Las líneas

Las líneas mutantes enriquecen el pensamiento de la fórmula sapiencial y


la sugerencia de la imagen, como el ritornelo de una canción.

El primer nueve: Ventajoso comprometerse en tareas importantes. Gran


fortuna. Ningún error

Cuando la experiencia ha sabido dar al carácter la fuerza necesaria y a la


mente la lucidez de juicio, todo podrá intentarse. Es pues, tiempo de grandes
realizaciones, de fervor, de satisfacciones inimaginables, basta con tener el
valor de probar aunque, como siempre, comporte un cierto riesgo y exija una
buena dosis de coraje.

El segundo seis: Es un momento de evolución. Diez pares de tortugas no


tienen el poder2 de detenerla. Presagio de perfecta fortuna. El Rey ofrece
un sacrificio al Ser Supremo

Nada puede detener la actividad del tiempo de Yi, ninguna sombra, ningún
cansancio, porque son acontecimientos preparados por muchas cosas, y
después de muchas jornadas de fatiga. La evolución no es fácil, son precisa-
mente las contrariedades las que maduran el juicio, las que fortalecen el
carácter, las que dan el verdadero conocimiento de las cosas, por ello es justo
recordar las experiencias negativas para evitar errores y gozar mejor del
momento de la victoria. Así, la evolución continúa hasta los límites extremos,

2. E l p o d e r m á g i c o , p o r q u e la t o r t u g a e r a u n a n i m a l c o n s i d e r a d o c o m o c a p a z d e
p r e d e c i r el d e s t i n o , q u e se leía en las g r i e t a s d e su c a p a r a z ó n .

203
hasta donde puede alcanzar el entusiasmo, mucho más bello aún pues
corresponde al sacrificio, a la paciencia, al hecho de haber soportado los
tiempos hostiles. Todo esto es lo que nos recuerda la tercera linea.

El tercer seis: Evolución a través de hechos desgraciados. Ninguna culpa.


Tener fe y proseguir con equilibrio. Informar al pueblo por medio de
pequeñas tablas de jade3

Una sombra incluso sobre el luminoso día de Yi, porque los días del
hombre, como los de la tierra, constan de zonas de luz que se alternan con
rincones de sombra. La línea recuerda que en todo destino existen sufrimien-
tos y desilusiones; no debemos perder la fe en nosotros mismos, sino que de-
bemos continuar construyendo equilibradamente, con fuerza y paciencia,
cuanto estamos viviendo en un tiempo fundamentalmente positivo; no
tenemos culpas, lo que ocurre era inevitable y quizá el menor de los males.
Existen cosas por hacer, pero sobre todo, por decir; es necesario que nos
abramos a los demás, que nos comuniquemos, que advirtamos, que demos y
recibamos consejos. Constituirá un trabajo muy útil.

El cuarto seis: Comportamiento equilibrado. Ventajoso informar clara-


mente a un dignatario. Útil obrar con eficiencia si se debe transferir la
capital4

La superioridad alcanzada a costa de tantos sacrificios se vuelve útil para


todos, se manifiesta en las obras, se traduce en los hechos concretos.
El oráculo no sólo consta de sabiduría teórica, sino que desciende hasta lo
humano, hasta el detalle, hasta el interés personal cotidiano. Si se debe iniciar
un trabajo o asumir un compromiso pospuesto durante largo tiempo porque
era muy grave, es éste el momento de obrar con prontitud y seriedad, pero sin
miedo a fallar. Son tiempos de equilibrio y de lúcida sabiduría, tiempos que no
debemos dejar pasar sin vivirlos en toda su grandeza.

El quinto nueve: Ser confiados y generosos. No pedir nada. Presagio de gran


fortuna. Hemos de ser confiados y generosos para nuestra propia satis-
facción

La humanidad del oráculo se revela una vez más, en la dulce y gentil quin-
ta línea, que sugiere que seamos confiados con los demás, que creamos en la
fortuna, para estar contentos, para adormecernos en paz, para afrontar,
consolados y serenos, cualquier cosa que nos depare el futuro, próximo o
lejano, pero que será siempre una incógnita, un misterio que a menudo asusta.
Debemos ser buenos, rectos y sabios por nosotros mismos, porque, al sentir-
nos mejores, podemos tener una mayor apertura hacia nuestro prójimo, una

3. C a d a v e z q u e h a b í a q u e a n u n c i a r algún s a c r i f i c i o , u n a a u d i e n c i a d e l a c o r t e o u n a
i n v i t a c i ó n imperial, se u t i l i z a b a n u n a s p e q u e ñ a s t a b l a s h e c h a s c o n u n a p i e d r a p r e c i o s a ,
n o r m a l m e n t e j a d e , q u e l l e v a b a n los sellos d e l s o b e r a n o .
4 . L i t e r a l m e n t e : del r e i n o , es d e c i r d e la s e d e d e l E m p e r a d o r .

204
generosidad más verdadera, casi para devolver a la fortuna la alegría de
sentirnos tranquilos. Se trata de hermosas palabras válidas para todos.

El nueve arriba: Él no evoluciona. Quizá se agite. No tiene el corazón firme,


no tiene constancia.5 Desventura

Incluso en los tiempos luminosos de Yi pueden existir sombras que se


proyectan sobre la voluntad, sobre el entusiasmo, sobre la alegría de vivir en
armonía con el propio destino. Una detención constituye ya una derrota, y la
sexta línea mutante señala precisamente esta pausa de cansancio, un
momento de humillación en un tiempo que se convierte en soledad, porque ya
no somos capaces de afectos, de amistades, de entusiasmos simples y grandes,
que dan color a los días difíciles. Se trata del «peligro» dentro de un parén-
tesis muy afortunado y feliz, el riesgo de toda vida; el oráculo dice que el saber
evitarlo o superarlo con fuerza de ánimo, es recuperar la fortuna y reencon-
trar el sentido de la propia existencia.

¡Escabroso es el camino de Shu!


Más escabroso que ascender
al cielo azul.

Cimas en cadenas
a un dedo del cielo,
viejos pinos tumbados
suspendidos de paredes que se precipitan,
vuelan torrentes,
estruendo de olas en guerra
irrumpe en el suelo,
el agua se abate sobre las riberas,
rueda sobre las piedras,
con el tronar de mil gargantas.

¡Escabroso es el camino de Shu!


Más escabroso que ascender
al cielo azul.6

5. L i t e r a l m e n t e : su c o r a z ó n n o es c o n s t a n t e .
6. Las trescientas poesías Tang.

205
43. Kwái: Decidir =

Decidir 1

La estructura otorga carácter al signo, porque habla de la infinidad, de la


fuerza, de la soberanía, del dominio, de la potencia, todo aquello que se refiere
a Kh\en. Quien ha llegado a lo alto (Yi) puede ver con claridad, decidir,
realizar elecciones, pero siempre con mucha cautela porque cuando estamos
demasiado decididos, podemos sobrepasar los límites de la sabiduría.

Tiempo de decisiones

Obrar abiertamente en el Palacio del Rey. Dureza al imponernos tener


fe.2 Alertar a la propia ciudad. No es útil oponerse a nuestros enemigos.3
Ventajoso tener algo que comenzar.

Cuando se ven las situaciones en su totalidad resulta un deber, para quien


comprende las cosas, intervenir para evitar que los acontecimientos se
precipiten, orientándose acertadamente hacia soluciones positivas.
Se trata de un momento de elecciones quizá difíciles, pero muy urgentes,
porque algo habrá que hacer para no malgastar un tiempo tan pleno en apertu-
ras, un futuro que reserva aún promesas elevadas. Los «enemigos» pueden ser
momentos de desaliento, discusiones, dificultades inesperadas, gente que sin

1. D i v i d i r , distinguir, cierto. E l i d e o g r a m a t i e n e u n a m p l i o e s p e c t r o d e s i g n i f i c a d o s
s e c u n d a r i o s q u e , en d e f i n i t i v a , p u e d e n e n g l o b a r s e en los p r i n c i p a l e s ; a l g u n o s son:
decidir, s e n t e n c i a r , j u z g a r , ratificar, d e t e r m i n a r .
2. L a fe es t a m b i é n la s i n c e r i d a d d e las i n t e n c i o n e s , la fe interior c u a n d o s a b e m o s

q u e e s t a m o s en lo j u s t o . E l i d e o g r a m a , gritar, p r o c l a m a r , es u n a e x p r e s i ó n c h i n a q u e
c o m p o r t a t a m b i é n el s e n t i d o d e m a n d a r , d a r ó r d e n e s a u n a m u l t i t u d .
3. T a m b i é n : utilizar f o r m a s v i o l e n t a s , ser v i o l e n t o .

206
saberlo, obstaculiza la realización de cuanto se desea; será inútil oponerse con
rabia a estas presencias negativas, no lograríamos eliminarlas, será mejor
resistir y mantenernos fuertes al soportarlas sin dejarnos condicionar por su
insistencia. No son más que un motivo del tiempo de Cuai, y se diluirán solas,
como las nubes arrastradas por el viento; al menos es lo que dicen la estruc-
tura y la composición del hexagrama.

Hablan las imágenes

El pantano se eleva hacia el cielo. Tiempo de decisiones. Sólo el Sabio es


capaz de prodigar sus riquezas4 incluso a los inferiores. Por ello, él es recto y
también prudente.

El de Kwái es un tiempo abierto, un tiempo de decisiones y de trabajo, pero


también de generosidad intelectual, tiempo de ir al encuentro de los demás,
que tal vez viven momentos opacos, tiempo de ensanchar nuestros horizontes
y de afrontar decisiones difíciles, pero que no se pueden posponer.
Aguas al otro lado del cielo, una visión frecuente en el I Ching, que de vez
en cuando suscita terror, maravilla, perplejidad, deseo de elevación, según la
suerte de las mutaciones. Aquí se trata de un dilatarse de las esperanzas, de un
evento extraordinario que señala tiempos extraordinarios, como los de Kwái.

Las líneas

Las líneas mutantes evidencian los detalles de la composición y de la


estructura, en las cuales la presencia de Kh 'itn revela la dimensión oculta del
hexagrama, inasible quizá durante una primera lectura, dado su sentido vasto
y variado, pero muy importante para una comprensión que abarque su totali-
dad.

El primer nueve: Enérgica voluntad de proseguir.5 Avanzar sin imponerse.


Se comete un error

Si se tiene seguridad, las ideas claras, confianza en sí mismo, incluso el


trabajo más difícil se vuelve factible. Existen posibilidades de errores, quizá
se cometen errores, pero no tienen importancia, porque las conclusiones, si se
persiguen con la firmeza necesaria, serán positivas en todo sentido. Sin
embargo, se trata de los primeros momentos del tiempo de Kwái, por lo tanto,
habrá que ser cautos al proponer y discutir, no es cuestión de que afrontemos
con dureza las situaciones, pero podemos comenzar a penetrarlas para
adquirir la sabiduría indispensable para vivirlas después de la forma justa,
conociendo todas sus dimensiones.

4. Naturalmente, se trata de valores morales, intelectuales o afectivos; rara vez, y en


casos muy especiales, se trata de cosas materiales.
5. Literalmente: avanzar con los dedos de los pies.

207
El segundo nueve: Imponer respeto abiertamente.6Hay soldados día y
noche. Ninguna preocupación

Es el momento de aclarar y comunicar nuestros pensamientos, de iniciar


alguna discusión o, en cierto modo, de iniciar conversaciones precisas sobre
nuestras intenciones. Las palabras han de ser cautas (los soldados), pero se
puede intervenir sin temor de ser intempestivos o inoportunos porque,
vigilando el comportamiento, nos adecuamos a los tiempos del hexagrama,
que proponen energía en la decisión y sabiduría en el obrar.

El tercer nueve: Energía en los pómulos.1 Sólo quien es sabio sabe ser muy
decidido. Caminamos solos y encontramos lluvia. Estamos enlodados e
irritados. Ninguna culpa

A veces, incluso la sabiduría y la decisión pueden ser mal interpretadas o


no tenidas en cuenta con la debida seriedad. Entonces comienzan las incom-
prensiones, nacen las dudas, nos sentimos solos, inseguros, profundamente
tristes, en dificultad con nosotros mismos, o ante los problemas que las jor-
nadas nos proponen, y ya no esperamos que nos llegue una pausa de
serenidad. Cada tiempo cuenta con sus horas oscuras; la indicada por la
tercera línea es una de esas horas difíciles, lentas, opacas como el desconsue-
lo. Pero pasa, quizá hay a pasado ya, y no dejará rastros en el ferviente obrar de
los días futuros.

El cuarto nueve: Glúteos sin piel. Además, el caminar es indeciso* Se


escuchan comentarios y no se cree en ellos

Resulta fatigoso continuar cuando se tienen excoriaciones o cuando las


articulaciones se encuentran afectadas. No escuchamos nada de aquello que
nos sugieren, no nos informamos con la suficiente atención sobre lo que de-
bería interesarnos a fondo, y esto constituye un error grave. La línea advierte
que debemos permanecer vigilantes, porque el ferviente tiempo de Kwái pasa
por una zona de sombras y, si nos equivocamos de camino, luego nos será
imposible reencontrar las ocasiones perdidas. Quizá no escuchemos ni
siquiera al oráculo, o no queramos comprenderlo...

El quinto nueve: La hierba hien-lu9 se quiebra fácilmente. Sise obra sin equi-
librio no se es culpable
Quizá haya habido una intervención demasiado precipitada; abandonada
toda cautela, nos dejamos atrapar por las circunstancias, pero en el fondo, no

6. Literalmente: proclamar la propia dignidad.


7. El ideograma jj^ indica los huesos frontales, además de los cigomas.
8. Da el sentido de avanzar con dificultad.
9. Una variedad de espinaca cuyo tallo está lleno de agua, por lo que resulta
bastante frágil.

208
somos culpables porque creímos que obrábamos bien, por ello, no habrá
consecuencias negativas, sólo un ligero malestar, alguna que otra reflexión,
nada más. Sin duda, no se trata de una condición de serenidad interior, y es
posible que las cosas no estén en equilibrio, pero, de todos modos, no es una
condición negativa, porque invita a la reflexión y a la actividad, mental o
física, en un tiempo de fervor y de realizaciones.

El seis arriba: Ninguna admonición. Al final, desventura

El tiempo de Kwái concluye y los horizontes se cierran con malestar


interior o la inacción. No hemos escuchado los llamamientos, no hemos com-
prendido las sugerencias, quizá hayamos pretendido demasiado, quizá no
hayamos sido lo bastante enérgicos al intervenir, pero ya es tarde para solu-
cionarlo. Ya llegarán otras ocasiones que podremos aprovechar, las muta-
ciones nos traerán otras posibilidades, nos propondrán elecciones válidas, el
ciclo estacional no concluye jamás porque el último día de invierno constituye
la vigilia de la primavera, y esto ocurre en la naturaleza y en la vida de los
hombres.

Por la mañana, hilos de seda,


por la noche, nieve.
Quien conoce el sentido de la vida humana,
alcanza el fondo de la alegría.
No dejes tu copa de oro
vacía, contra la luna.10

10. Las trescientas poesías T'ang.

209
44. Káu: Encontrarse

Encontrarse 1

Káu es un hexagrama que indica las variadas formas que permiten que una
unión sea activa, subrayando sus ventajas y sus peligros. Su mensaje es útil en
el plano práctico, porque los consejos de Káu se refieren a los problemas
cotidianos de la vida de todos. La presencia de Khien en la estructura y en la
composición, indica un tiempo activo, tiempo de fuerzas que se encuentran
para construir, pero que pueden también destruir si no son doblegadas por la
firme voluntad de dirigirlas hacia el bien.

Tiempo de encontrarse

La jovencita es fuerte. No aprovecharse de ella.1 Debe ser desposada.

La situación puede desbocarse y después será más difícil dominarla; será


mejor intervenir de inmediato y con decisión, estudiando las formas adecua-
das para vivir este momento sin demasiados sufrimientos. En líneas genera-
les, esta advertencia también es válida puesto que el atarse a los poderosos
creyéndolos menos fuertes de lo que en realidad son, resulta muy arriesgado, y
suele ocurrir con frecuencia en el cambiante curso de los acontecimientos
humanos. Unirse para ponerse de acuerdo sobre bases sólidas, no convertirse
en siervos y no servir a los demás, he aquí el sentido del mensaje de todo el
hexagrama, que constituye una advertencia muy sabia.

1. U n i r s e , e n c o n t r a r , coito.
2. N o c o n v e r t i r l a e n u n a sierva, s i n o e n e s p o s a .

210
Hablan ¡as imágenes

El viento pasa por debajo del cielo. Tiempo de encuentros. El príncipe


extiende su autoridad proclamándola a los cuatro orientes.3

La unión se compone de obediencia solidaria y de fusión de pensamien-


tos, pero también de fuerza, de lo contrario, la cohesión no se logra en su
plenitud. Los tiempos exigen «estar juntos», apoyarse y ayudarse mutua-
mente, sólo de estos encuentros podrán desarrollarse ciertas realizaciones y
las promesas de Kwái podrán mantenerse.

Las líneas

El mensaje vasto y profundo de Káu se hace evidente en el mensaje de las


líneas mutantes, más que en la fórmula sapiencial y en las imágenes plenas de
sabiduría y de poesía. Dicho mensaje se articula, preciso, en seis puntos cla-
ve, ilustrando situaciones distintas, pero muy cotidianas y propias de la
experiencia de todos.

El primer seis: Atar con una barra de metal. Afortunada la rectitud. Tener
algo que hacer. Ver las desgracias. Un cerdito delgado va y viene, sal-
tando confiado4

Cuando un elemento centralizador tiende a prevalecer (obviamente,


puede tratarse también de un pensamiento o de una convicción), habrá que
darle otra dimensión a tiempo, igual que se frenan las fantasías excitadas, para
no perder la libertad de acción. Tal como lo expone el caso indicado por esta
primera línea, a veces no se trata siquiera de un elemento de mucho interés, si
bien se impone de alguna manera para hacer que nuestra atención se concen-
tre en un determinado tema.
El futuro, al desarrollar el presente y desatar sus nudos, aclarará la
importancia de todo aquello que ahora no es más que una presencia fastidiosa
o preocupante.

El segundo nueve: El paquete contiene pescadoNinguna culpa. Ninguna


ventaja para el huésped

Continúa el mensaje simbólico. Es preciso que controlemos los aspectos


negativos de la situación (el pescado está «en el paquete»), por lo que no
3. L a s c u a t r o d i r e c c i o n e s , los c u a t r o p u n t o s c a r d i n a l e s .
4. N o r m a l m e n t e , el c e r d o es c o n s i d e r a d o c o m o s í m b o l o d e las t e n d e n c i a s o s c u r a s ,
d e la i g n o r a n c i a , d e los b a j o s instintos; p o r e s o es u n a p r e s e n c i a n e g a t i v a , si b i e n n o
d e m a s i a d o c o n d i c i o n a n t e , al m e n o s p o r el m o m e n t o , p o r q u e es « d e l g a d o » , p o r l o t a n t o
todavía es p e q u e ñ o .
5. E l p e z t i e n e d i v e r s o s s i g n i f i c a d o s s i m b ó l i c o s o p u e s t o s . A q u í h a d e e n t e n d e r s e
c o m o la i m a g e n d e la c o n f u s i ó n q u e r e i n a e n el a g u a , p o r c o n s i g u i e n t e c o m o p r e s e n c i a
negativa, p o r c u a n t o r e p r e s e n t a la e s c a s a c l a r i d a d d e las i d e a s y d e l a s a c c i o n e s .

211
representan un peligro inmediato, pero mientras tanto, existen, y habrá que
conocerlos para evitar que su amenaza se cumpla de un modo inesperado, por
lo que resultaría mucho más peligrosa. Tiempo de uniones, sí, pero no con
gente demasiado extraña a nuestros problemas o a nuestra vida; ello no haría
más que confundir la situación de la que intentamos salir y que ya de por sí es
poco clara.

El tercer nueve: Glúteos sin piel. De hecho, él avanza titubeante. Errores no


graves

Un momento de gran incertidumbre, pero si somos prudentes en nuestros


actos y en nuestras palabras, no cometeremos errores irreparables. Podemos
continuar con cuanto estamos proyectando, pero con calma, sin querer llegar,
por lo menos por ahora, a decisiones definitivas, porque el momento indicado
por la tercera línea no es precisamente de cosas definitivas. El no oponerse a la
sugerencia de los tiempos, constituye una garantía de conclusiones felices.

El cuarto nueve: Un paquete sin pescado. Se evidencia el momento


desafortunado

El pez, símbolo no sólo de confusión, sino también de fertilidad por la rapi-


dez con que se reproduce, representa una realidad positiva y, dado que no
existe, la desilusión y la pena dominan en un momento difícil de superar por
los variados obstáculos con los que se topa la acción.
Las líneas mutantes definen, por lo general, momentos pasajeros, y no
tiempos largos o condiciones duraderas, por ello, con un poco de paciencia se
podrá superar este paréntesis desmoralizador para reencontrar la confianza y
el entusiasmo que nos permitirán continuar.

El quinto nueve: Envolver un melón con la corteza del árbol del ki.6 Ate-
nerse a la ley.'' Algo cae del cielo espontáneamente

El melón, fruta dorada, fresca, perfumada, se deteriora rápidamente y se


pudre si no se lo protege con hojas y corteza de árbol; del mismo modo, las
personas débiles, los sentimientos poco profundos, las convicciones no arrai-
gadas, las situaciones imprecisas pueden convertirse en presencias negativas
en la vida de cada uno, si no las reconocemos a tiempo y nos fiamos dema-
siado de su apariencia. La línea advierte que debemos cuidarnos de lo que
ocurre a nuestro alrededor, porque estamos amenazados por la inseguridad
oculta de personas o condiciones que teníamos por seguras. La insidia se
esconde en lo que considerábamos como certezas, no debemos dejarnos enga-
ñar. Podría ocurrir algo imprevisto que aclarara la situación, pero podríamos
también no reconocer la fuerza y el valor de este «caso», y el no reconocerlo ni
considerarlo como importante, sería un verdadero error.

6. El sauce.
7. Seguir las r e g l a s d e la p r o p i a c o n d u c t a sin r e n u n c i a r .

212
El nueve arriba: Él sale a recibirnos con los cuernos.8 Inquietud. Ninguna
culpa

Una situación delicada y difícil de afrontar con calma porque parece bas-
tante inquietante. No constituye una culpa el titubear, pero sería un error no
afrontarla con energía porque, en definitiva, el tiempo de Káu es un tiempo
positivo y de grandes realizaciones, tal como lo indica la presencia dzKh 'ien
en la estructura y en la composición.
Las inquietudes son difíciles de superar, pero si nos damos cuenta de que
no poseen raíces graves, con la voluntad, podremos lograr al menos que no nos
paralicen. Esto es lo que sugiere la última línea del hexagrama, concluyendo
el mensaje de Káu.

Rojo naranja amarillo verde


azul índigo violeta,
¿Quién danza en el espacio
llevando en la mano la cinta multicolor?
Después de la lluvia vuelve el sol oblicuo,
gargantas y montañas
se tiñen de azul de una en una.9

8 . L o s « c u e r n o s » s o n s í m b o l o d e la f u e r z a , d e la v i o l e n c i a , d e la a g r e s i v i d a d , p e r o
se t r a t a d e c a r a c t e r í s t i c a s o c u l t a s , a n i v e l i n c o n s c i e n t e , p o r q u e e n la C h i n a a r c a i c a e l
c u e r n o s o l í a s i m b o l i z a r la L u n a .
9. M A O TSE-TUNG, Tutte le poesie, N e w t o n C o m p t o n I t a l i a n a , R o m a , 1 9 7 2 .

213
45. Yhui: Cosechar

Cosechar 1

Cuando se han superado las indecisiones y se han realizado las uniones


válidas, llega el tiempo ferviente y feliz de cosechar los frutos de un obrar largo
y fatigoso, y los frutos serán proporcionales al compromiso y a la tarea
realizada. El mensaje del hexagrama puntualizará los momentos serenos y las
inquietudes, presentes incluso en las estaciones activas y ricas como las de
Yhui (Khan en la estructura), pero, sobre todo, indicará la mejor forma para
vivir sus importantes horas.

Tiempo de cosechar

Felicidad. El Rey tiene un templo en construcción para sus antepasados.


Útil ver a un hombre importante. Ventajosa la firmeza. De buen augurio
utilizar bestias grandes para el sacrificio.1 Ventajoso tener una finalidad.

La majestuosa figura del soberano que sube al templo de los antepasados


incluso antes de que su construcción esté acabada por completo, domina la
fórmula sapiencial y restituye al lenguaje del oráculo ese carácter sagrado,
que los compiladores sabios y los desconocidos parecen olvidar al puntualizar
los problemas cotidianos.
El de Yhui es un momento yang, el tiempo espléndido del estío, cuando la
cosecha de las mieses llena el aire de ritornelos y los campos de alegres voces;
un momento que ha de vivirse con sabiduría, pero también con alegría,
ocupándonos fervientemente de nuestras tareas, atentos y serenos como
atentos y serenos se muestran los campesinos al manejar la guadaña durante
la siega.

1. R e o r d e n a r , m u l t i t u d , c o l e c c i ó n , a g r u p a c i ó n , r e u n i ó n .
2. G r a n d e s v í c t i m a s , es d e c i r g r a n d e s s a c r i f i c i o s .

214
Hablan ¡as imágenes

El pantano sobre la tierra. Tiempo de cosecha. Sólo el Sabio es capaz de


elegir las armas de guerra. Él sabe defenderse3 de lo imprevisto.
Tiempo de acuerdos y obras, de regocijo interior y de satisfacciones, pero
que ocultan algunas insidias (Khan en la estructura) que, con un poco de sabi-
duría, podremos evitar. Las imágenes vuelven a proponer la visión de aguas
que inundan la tierra, pero en este caso, en sentido positivo, pues se trata del
extenderse de las obras fecundas, de la felicidad, de la tranquilidad que
puebla las jornadas llenas de ocupaciones. No obstante, la advertencia es
clara: prudencia, aunque parezca que transitamos por caminos fáciles en un
tiempo luminoso, siempre existen trampas en las que puede no resultar
agradable caer, cada estación tiene sus días sombríos, bastará con que
sepamos defendernos con tranquila sabiduría para evitar las sombras de este
esplendoroso camino.

Las líneas
El rosario de las lineas mutantes desgrana su tranquila sabiduría
deteniéndola en seis puntos, precisos como el toque de vísperas en un
campanario lejano, erguido en la llanura.

El primer seis: Tener una confianza ilimitada. Ora dispersión,* ora cose-
cha. Muchos llamados. Un conjunto de cosas incita al arroz. Ninguna
preocupación, interviniendo no se cometen errores

La primera línea mutante crea una atmósfera estival, la de los campos


durante la siega o la vendimia. Cualquier pretexto es válido para echarse a
reír, por todas partes se oyen voces alegres, no existen las inquietudes, o al
menos, se han dejado de lado, nadie comete errores al manejar la guadaña o al
guardar los racimos maduros, porque todos aman su trabajo y este amor se
refleja en gestos expertos, religiosos, como si de un rito se tratase. Más que
sugerencias, existe la descripción de un estado de ánimo, el que la situación,
los pensamientos, los proyectos, los encuentros deberían componer en este
momento especial, quizá el más feliz de los del I Ching. Si tratamos de ade-
cuarnos a él, viviremos exactamente al ritmo preciso de las mutaciones que
nos depara un momento yang.

3. L i t e r a l m e n t e : e s t a r e n g u a r d i a c o n t r a . . .
4. C o n f u s i ó n , b a r u l l o , alegre d e s o r d e n d e gente.

215
El segundo seis: Presagios de fortuna. Ninguna culpa. Será premiada5 la
confianza si se hacen las ofrendas de primavera6

La segunda línea continúa con el tema de la vida fraternalmente dividida y


religiosamente vivida en armonía con el transcurrir de las estaciones, que los
ritos consagran y que la confianza otorga al futuro. Habrá quienes tengan
experiencias más lejanas, pensamientos más vastos, conocimientos más
profundos, o quizá más adecuados que los nuestros, por ello es justo que nos
fiemos del juicio desinteresado de personas en las que creemos para
confrontarlo, con el nuestro, y alcanzar así la claridad sin inútiles dudas.

El tercer seis: Cosechar, lamentos de dolor. Allá no hay ninguna ventaja.


Justo hacer algo

Una pausa de sombras en el transcurso de la tranquila luminosidad de


estos días; un momento yin en el paso de translúcidas horas yang, al igual que
ocurre en todas las vicisitudes terrenales, en las de la naturaleza y en las del
hombre. Una sola granizada no destruye la cosecha; la arruina y asusta al
campesino, pero la tierra cálida del estío renueva generosamente sus frutos si
una mano prudente interviene para ayudarla en su tarea. No existe ninguna
ventaja en llorar sobre las hojas quebradas por la furia de los elementos, habrá
que hacer algo con energía para restablecer la armonía a todo aquello que ha
sido arrasado en un momento de rabiosa desesperación.

El cuarto nueve: Gran fortuna. Ningún error

Esta es la atmósfera de Yhui: reina la perfecta armonía, los días


transcurren fervientes, las relaciones con los demás son confiadas y los pensa-
mientos van devanando la madeja de las cosas por hacer, precediendo tran-
quilamente al futuro. Justo es que gocemos de este tiempo intocable, pero no
debemos creer que es eterno. Guardemos en el granero las semillas brillantes
de estas horas perfectas, para que nos den esperanza cuando las sombras se
proyecten amenazantes sobre nuestra fuerza de ánimo. Y luego, hacer, hacer,
hacer, seguros de que no cometemos errores, confiados en que estamos
construyendo algo válido.

El quinto nueve: No es un errorpara los hombres el recogerse. Falta la fe. La


pureza de intenciones es firme y duradera. Las inquietudes desaparecen

No hay error alguno en permanecer unidos durante la distensión de los


días tranquilos, quizá un poco atolondrados, pero preciosísimos por la enra-
recida atmósfera que los hace casi perfectos. No obstante, sentimos miedo,
pero un miedo injustificado, al menos en el presente. Podemos y debemos
superar todo estado de duda, para analizar los problemas con serenidad de

5. L i t e r a l m e n t e : s e r á p o s i t i v a , v e n t a j o s a .
6. L o s m e n o s i m p o r t a n t e s e n t r e los s a c r i f i c i o s d e las c u a t r o e s t a c i o n e s .

216
juicio y para prepararnos a aceptar sus más lejanas consecuencias, incluso las
que no sean confortantes. El tiempo de la «cosecha» es el tiempo de almacenar
en un rincón de nuestro espíritu, la fuerza y la alegría que nos faltarán luego de
forma inevitable.

El nueve arriba: Suspiros, lágrimas, muchas lágrimas. Ninguna culpa

Incluso el sol de Yhui tiene su ocaso; volverá a nuestros horizontes en


otros momentos, pero mientras tanto, concluye el tiempo feliz con la amar-
gura de la nostalgia y el estupor de las desilusiones inesperadas. Toda alegría
es una conquista sufrida, por ello las lágrimas de hoy preparan al corazón para
la alegría renovada, cuando la futura mutación vuelva a traernos tiempos sere-
nos. Que no están lejos, tal como lo sugiere el hexagrama Shang.

¡Con cuánto amor he atado los haces de paja!


Tres estrellas brillan en el cielo.
¡Oh, qué noche esta!

¡Con cuánto amor hemos recogido el heno!


Tres estrellas nos iluminan el rincón
saliente de la casa.
¡Oh, qué noche esta!

¡Con cuánto amor podé los arbolillos!


Tres estrellas resplandecen en la puerta.
¡Oh, qué noche estaF

1. MAO TSE-TUNG, Liriche cinesi, T u r i n , 1 9 6 8 .

217
46. Shang: Subir

Subir 1

Shang también es un tiempo yang, un tiempo de realizaciones, de obras


intensas, pero es más interior que Yhui, más personal, más concentrado en
una experiencia individual. Naturalmente, se trata de una experiencia vasta e
importante como la comunitaria, porque se la vive y se la sufre como elevación
mística, perfeccionamiento, conquista interior que se convierte en un bien
para todos y en una apertura necesaria para la orientación del pensamiento.
Dado que la estatura interior se mide por los hechos que reflejan la perfec-
ción alcanzada, Shang constituye también un momento de conquistas concre-
tas, de lucidez mental, de trabajo que se concluye felizmente, sin dudas, salvo
las de la verdadera sabiduría, y sin incertidumbres, salvo las de la verdadera
sabiduría.

Tiempo de subir

Grandes realizaciones. Esforzarse por vera un hombre importante. No


preocuparse. Afortunado dirigirse hacia el sur.2

Es el momento de afrontar los problemas más arduos, de obrar sin titubeos


(dirigirse hacia el sur), la ocasión adecuada para concretar proyectos
suspendidos, e iniciar cosas nuevas; en efecto, existen aperturas imprevisi-
bles en este tiempo abierto al futuro, activo, pleno de promesas válidas y de
realizaciones.

1. P r o m o c i ó n , a s c e n d e r , 1,8 litros, es d e c i r , la c a p a c i d a d m á x i m a d e las a n t i g u a s


o r z a s d e v i n o u t i l i z a d a s en los b a n q u e t e s y e n los sacrificios.
2. E l s u r s i g n i f i c a b a el t r a b a j o activo, la f a t i g a e f i c a z , el e s m e r o c o n c r e t o .

218
Hablan ¡as imágenes

En medio de la tierra crece un árbol. Tiempo de subir. Sólo quien es


Sabio practica la virtud de la obediencia. Se eleva y se hace grande, acumu-
lando pequeñas cosas.

El árbol es el símbolo de la vida, que evoluciona, que asciende hacia el


cielo y evoca todos los símbolos de la verticalidad; con su cíclico despojarse y
cubrirse de hojas representa el carácter de la evolución cósmica: muerte y
regeneración. El árbol pone en comunicación a los tres niveles del cosmos: el
subterráneo, por las raíces que indagan en la profundidad en la que se entie-
rran; la superficie de la tierra, por el tronco y las primeras ramas que suelen
rozar la hierba; las alturas, por las ramas superiores y la copa erguida atraída
por el cielo. Los reptiles se deslizan entre las raíces; los pájaros vuelan entre
las ramas y construyen sus nidos entre las hojas; por ello, el árbol relaciona el
mundo desconocido y misterioso que existe «debajo de la tierra», y la abierta
claridad del mundo superior. Además, el árbol reúne a todos los elementos: al
agua que se convierte en la linfa vital; a la tierra, que se integra en su estruc-
tura; al aire, que nutre al follaje; al fuego, que seca el tronco invadiéndolo con
su calor.
Por lo tanto, el árbol es la imagen del tiempo de Shang, de la evolución, del
crecimiento interior, del extenderse de las obras. Son los detalles ocultos, las
pequeñas cosas las que convierten en esplendoroso este paréntesis fértil de la
vida.

Las líneas

Las líneas mutantes describen un arco lúcido y preciso, fijando los


distintos modos de este ascenso hacia las alturas interiores y las reali-
zaciones serenas, articulando un mensaje que se resume en una sola y
hermosa palabra, rara en el lenguaje de los hombres: la fe.

El primer seis: Subir confiado. Gran fortuna

El de Shang es un tiempo en el que hay que «creer»; debemos mante-


nernos serenos porque sólo la confianza en nosotros, en los demás, en las
cosas, en los acontecimientos, dará la medida del éxito. Ninguna inquietud,
ninguna incertidumbre, ni siquiera un volver la vista atrás para cotejar expe-
riencias pasadas, rencores lejanos, temores de otros días; sólo hemos de seguir
adelante, para cubrir el mayor camino posible, mientras el sol siga alto en el
cielo. La noche no tardará en dejar caer sus sombras, entonces, deberemos
observar el camino recorrido para que nos resulte menos fatigoso el camino
que hoy continúa veloz, con la certidumbre de que llegaremos a la meta.

219
El segundo nueve: Confianza, que se cumplan pues los sacrificios primave-
rales. Ningún error

Si tenemos fe, si dejamos de lado dudas e inquietudes tal como debemos


hacer en este momento de gracia, entonces podemos comprometernos en algo
que deseada retener este estado de gracia, pedir otra pequeña certidumbre,
desear continuar por un lapso de tiempo un poco más largo esta felicidad,
sentando las bases para una tarea a realizar «mañana». Es justo y humano
colocar una lámpara llena de aceite para gozar de una hora más de luz, cuando
la noche amenace con presentarse tormentosa y sin estrellas.

El tercer nueve: Se sube hacia una ciudad rodeada de muros, desierta

Es fácil que nos quedemos solos, que no nos comprendan, que interro-
guemos a un cielo súbitamente mudo. Se trata de las experiencias de los
Sabios y de los Santos, pero por las que cada uno de nosotros ha pasado al
menos una vez en la vida. Tales experiencias resultan mucho más dolorosas
porque tenemos mucho que decir. Se trata de tiempos fervientes para el espí-
ritu, desearíamos prolongar nuestra felicidad y ampliar nuestra fe hasta tocar
los límites del territorio de los demás, para que todos puedan participar de
nuestra riqueza interior. Las cumbres son siempre solitarias, pero la soledad
ayuda a la alegría, quizá más de lo que creemos. Debemos «aprender» la
soledad; no tiene una gramática fácil ni una sintaxis sencilla, pero su discurrir
está pletórico de palabras y de sonidos. Con frecuencia, es pura poesía, por ello,
la tercera línea, que tiene una apariencia desoladora, no es otra cosa que una
luminosa línea yang.

El cuarto seis: El Rey se dirige libremente hacia el Monte Ki.1 Fortuna.


Ningún error

Subimos cada vez más, hacia el Monte Sagrado, donde ante el pueblo, se
reconocían los méritos y los cargos honoríficos de los altos dignatarios de la
corte. Superada la dificultad de abrirnos y comunicarnos, existe la posibili-
dad de que se nos reconozca y de discutir abiertamente los problemas que nos
interesan, los programas que deseamos plantear, las directrices a seguir. Se
trata pues, de un momento de claridad a todo nivel y en cualquier condición.
El oráculo advierte expresamente que no debemos dejarlo pasar inútilmente,
porque luego nos resultará difícil volver a encontrarlo, una vez que hayamos
evaluado su importancia, que ahora puede escapársenos.

El quinto seis: Presagio feliz. Se suben unos escalones

Así, entre una esperanza y un proyecto, la evolución continúa, poco a


poco, pero con seguridad y precisión. Se trata de un movimiento de ascenso y

3. S e l l a m a b a K i a u n m o n t e s a g r a d o p o r q u e e r a b i f u r c a d o , yKi q u i e r e d e c i r , preci-
samente, «bifurcación».

220
no de un vuelo —el hombre no tiene alas—, se trata de una conquista y no de
un don —la vida no regala nada—, pero todo es seguro, positivo, preciso, en
los términos y en las decisiones, es decir, «todo es creíble», porque el tiempo
de Shang es un tiempo de fe.

El seis arriba: Subir en la oscuridad. Útil permanecer activos sin reposo4

Sobre los días serenos de Shang se ciernen ya las sombras de Khwan, el


tiempo de la ansiedad, de la melancolía, de la soledad interior, que es miseria y
tristeza profunda. Ahora, más que nunca, debemos mostrarnos activos en
estas escasas horas que nos quedan, e iluminar la oscuridad con la esperanza
de superar los momentos que se avecinan; deberemos concluir todo lo que
hemos comenzado, rever los programas, reencontrar pensamientos remotos.
Y no debemos detenernos mientras podamos ocupar nuestros días, nuestra
mente y nuestro corazón; ya llegarán los momentos de pausa deseados por la
mutación de la suerte humana; por ahora, podemos continuar viviendo
positivamente, justo es que vivamos activamente para no tener después que
arrepentimos ni sentir remordimientos.

Por la ventana velada se pone el día


poco a poco en el crepúsculo amarillo,
en la dorada estancia nadie
ve los rastros del llanto.
Mudo y solo está el vacío patio
la primavera toca a su fin:
Las flores del peral tapizan el suelo,
la puerta no se puede abrir.s

4. L i t e r a l m e n t e , v e n t a j a en la a c t i v i d a d sin r e p o s o .
5. Las trescientas poesías T'ang.

221
47. Khwan: Angustia

Angustia 1

Después de la meditación ascensional de Shang, los pensamientos


vuelven a una realidad que pone a prueba la fuerza interior, el equilibrio, la
capacidad de reaccionar dignamente cuando los acontecimientos se nos
oponen implacables. Al inducir a consideraciones varias, Khwan recuerda la
ley de la mutación, habla de un tiempo más tenso, de la angustia, del miedo, y
confirma la necesidad de que seamos fuertes incluso cuando la duda sofoca y
los acontecimientos parecen precipitarse.

Tiempo de angustias

Libertad. Rectitud. Fortuna para el hombre superior. Ninguna culpa.


Las palabras no son creídas.

Son tiempos en los que se radican las ideas, se revela la fuerza interior
precisamente por las desilusiones que hacen difícil que continuemos ocupán-
donos de las pequeñas necesidades cotidianas, y de las personas que están
más cerca. No nos creen cuando nos explicamos o damos un consejo, no nos
siguen, nos encontramos solos, a pesar de no ser culpables de nada en rela-
ción con los demás y con los fracasos. Hemos de superar todo esto con la tran-
quila paciencia del Sabio y la generosidad de quien sabe comprender, sopor-
tar y perdonar sin rencores.

1. M i s e r i a , p o b r e z a , a n g u s t i a , d i f i c u l t a d , a f l i c c i ó n , c o n g o j a .

222
Hablan ¡as imágenes

Pantano sin agua. Tiempo de miseria. Sólo quien es Sabio es capaz de


elevarse meditando y de realizar su destino.

Un lago se ha secado, las orillas carecen de vegetación, no vuelan los pája-


ros, el paisaje, sin ese espejo líquido y vivo, carece de murmullos y de voces.
Una situación interior de desolación y muerte, ni siquiera levantar la vista
porque, sobre un lago seco, incluso el cielo parece una cortina opaca. Mas no
debemos abandonarnos a la inercia del abatimiento; es el momento de dar un
impulso a la mutación para que se renueve y vuelva a propornernos tiempos
fervientes de esperas y de obras. Naturalmente, no es posible invertir el curso
de los acontecimientos pues ha sido dispuesto por una ley, pero se puede
oponer una válida resistencia y comprometer la voluntad para no embrute-
cernos, para no ser exaltados por la pena, que a veces se convierte en el primer
paso hacia la alegría. Con la condición de que la vivamos, al igual que el
Sabio, de la forma adecuada.

Las líneas

Las seis líneas mutantes dibujan con seis trazos este tiempo desalentador,
revelando su discontinuidad que refleja la duda y la inquietud de quien no
logra encontrar soluciones. Y, sin embargo, existen soluciones incluso para
los problemas que proponen los acontecimientos de Khwan.

El primer seis: Sentarnos, dolientes, sobre un tronco de árbol. Entraren un


valle oscuro. Tres años sin ver

Un momento de desaliento y soledad, es humano que nos abandonemos a


la desesperanza, que perdamos la voluntad de continuar viviendo nuestras
preocupaciones, pero debemos encontrar las energías para ponernos en pie y
salir de la confusión de estas sensaciones, tratando de evitar la malvada fas-
cinación que ejercen los pensamientos indolentes. No existen soluciones
inmediatas, pero tampoco están muy lejos (tres años no indica un lapso exce-
sivamente prolongado). Estaremos ciegos y sordos, y el oráculo nos advierte
para que encontremos formas distintas de salir de este silencio, y así, comen-
zar con paciencia desde un principio a tratar de resolver nuestros problemas
más urgentes, o al menos aquellos que nos provocan el sufrimiento al que hace
referencia la primera línea.

223
El segundo nueve: Estamos angustiados entre la comida y el vino, entonces
viene hacia nosotros un hombre de charreteras escarlata.2 Ventajoso
hacer ofrendas y sacrificios.* Prosiguiendo, desventura. Ninguna culpa

Momentos difíciles, penosos, aunque en apariencia todo nos parezca favo-


rable. Tal vez se trate de pensamientos atormentados, o incertidumbres,
dudas, malestares sin un nombre definido, temores o advertencias interiores,
algo se ha puesto a rodar y todavía no podemos intervenir con eficacia para
evitar el desastre. Sin embargo, existe una posibilidad de solución, alguien
acude en nuestra ayuda, un acontecimiento imprevisto nos restituye un poco
de fe... bastará con que sepamos verlo y detenerlo mientras pasa por nuestro
camino, para no perder una ocasión que quizá no vuelva a presentarse du-
rante mucho tiempo. Detenerse, meditar, estudiar con atención la propia
condición y las propias capacidades; si continuamos inmóviles, escuchando
los temores y rumiando nuestras desilusiones, los acontecimientos acabarán
por arrastrarnos.

El tercer seis: Él está como oprimido por piedras. El se apoya sobre cardos
espinosos y sobre zarzas. Él entra en el palacio imperial. El no ve a la
esposa. Desgracia

Una serie de acontecimientos negativos, y el abatimiento se convierte en


desesperación, tocamos el fondo de la angustia, no logramos siquiera recono-
cer los valores auténticos (el palacio imperial), los afectos, estables (la
esposa); todo parece conjurar contra la voluntad de salir de un embruteci-
miento moral que condiciona incluso la evolución de la vida cotidiana. Es el
momento de medir nuestra propia dimensión (Li en la estructura) para colmar
(Sun en la estructura) las deficiencias interiores que nos han conducido a tan
grave caída. Lentamente, recuperaremos la voluntad, la calma y la confian-
za.

El cuarto nueve: Ir al encuentro dulce, dulcemente. Estamos angustiados en


una carroza de oro. Inquietudes. Se llega a una conclusión4

Sin duda, el encontrar las guías adecuadas no es tarea de un día; resulta


difícil tomar ciertas decisiones después de tantas dudas y tantas desilusiones,
cuesta mucho tener una visión clara de los problemas para poder resolverlos;
se trata de una tarea que ocupa un gran periodo de tiempo, como grande ha
sido el período de tiempo que malgastamos persiguiendo fantasmas sin
sentido, pero de apariencias prometedoras. Habrá más inquietudes, pero

2. L a s « c h a r r e t e r a s e s c a r l a t a » e r a n el d i s t i n t i v o d e los P r i n c i p e s y d e los a l t o s fun-


c i o n a r i o s d e la corte.
3. L a e x p r e s i ó n i n d i c a c a s i s i e m p r e u n a i n v i t a c i ó n a a c t i v i d a d e s d i v e r s a s q u e
o c u p e n la m e n t e y el c o r a z ó n , c o m o solían ser los ritos p a r a las gentes s i m p l e s d e a q u e l l o s
t i e m p o s , u n m o t i v o f e s t i v o q u e l i b e r a b a , p o r lo m e n o s d u r a n t e u n m o m e n t o , d e los
apremios cotidianos.
4. E s decir, a u n m o m e n t o d e p a u s a y d e r e s u l t a d o s , a u n q u e s e a n p a r c i a l e s .

224
después de la hora oscura, aparecerá el primer temblor blanquecino de un alba
distinta, que se abre a un horizonte olvidado.

El quinto nueve: Nariz cortada, pies cortados. Está angustiado aunque


tenga una cinta de terciopelo rojo.5 Luego, habrá palabras tranquilas.
Ventajosas. Ofrecer sacrificios a los Espíritus del Cielo y de la Tierra6

Existe aún la imposibilidad de obrar libremente porque no tenemos una


visión exacta de las cosas, pero en voz muy baja, comienza a hacerse oír una
seguridad interior que los hechos no desmentirán. Meditando conveniente-
mente sobre los hechos y considerando con calma la situación, lograremos
mantenernos con el juicio sereno y el corazón tranquilo. Los tiempos oscuros
de Khwan, al acercarse a su fin, dejan su enseñanza difícil y grande: debemos
ser fuertes y pacientes y muy firmes al soportar los inevitables golpes de la
vida, que no duran demasiado, pero que suelen hacernos más fuertes y
seguros.

El seis arriba: Angustiados como lianas y guisantes trepadores.7 Estamos en


equilibrio como en la orilla de un río." Los movimientos se muestran
inseguros. Existen preocupaciones. Presagios de fortuna

Después de las piedras, las espinas, las zarzas, la frágil inseguridad de los
guisantes perfumados y de las lianas sueltas, móviles, tenaces, por tanto, se
trata de una situación que se aligera aunque todavía no está del todo segura,
porque la orilla de un río, arenosa como las de los ríos chinos, requiere un gran
sentido del equilibrio para poder recorrerla sin incidentes. No existe una
estabilidad completa en las cosas y en los sentimientos, nos damos cuenta de
la precariedad de nuestra situación y nos preocupamos, pero pronto llegarán
los tiempos firmes de Ying, ese «pozo» que no se mueve, que ofrece aguas
fresquísimas, que asiste sin agitarse a la mutación de los acontecimientos, y
este es, sin duda, un anuncio de esperanza, un motivo de alegría.

En la ventana abierta al patio y al huerto,


bebemos el vino, hablamos de cáñamo y moreras.
Esperamos el día del Doble Yang
para volverá ver crisantemos.9

5. U n a c h a r r e t e r a e s c a r l a t a , c o m o se h a e x p l i c a d o a n t e r i o r m e n t e .
6. L o s d e n o m i n a d o s « G r a n d e s S a c r i f i c i o s » , los s o l e m n e s .
7. U n a l i a n a e s p e c i a l , de n o m b r e i n t r a d u c i b i e .
8. L o s d o s i d e o g r a m a s ^ J q y e x p r e s a n u n a c i r c u n s t a n c i a e n la c u a l es
p e l i g r o s o m o v e r s e , y q u e exige u n a g r a n p r u d e n c i a .
9. Las trescientas poesías T'ang.

225
48. Ying: El pozo

*
El pozo 1

El sentido del ideograma se refiere a un orden predispuesto, a la


inamovilidad de cosas definidas, a la firmeza sin discusiones.
Un pozo no es transferible, da agua sin variar por causas externas, es
duradero, misterioso, profundo, no mira a quien saca agua de él; inmóvil,
concede la riqueza de su linfa vital hasta que se seca, cosa que siempre está
muy lejos en el tiempo. Por ello, Ying abre otro paréntesis de meditación en el
cambio de los tiempos tratados por el oráculo, y ofrece «muchos motivos de
reflexión y de sabiduría sobre los que pensar.

Tiempo de estabilidad

Se traslada una ciudad fortificada, no se traslada un pozo. No


disminuye, no aumenta. Yendo y viniendo se saca agua del pozo. Da sed.
Sin embargo, no se ha sacado aún agua del pozo y el cántaro se rompe.
Desventura.

La primera parte de la sentencia, ya de por sí bastante clara, define una


actitud, una personalidad, un comportamiento, en sentido general, mientras
que la segunda parte centra la atención en casos que el hexagrama evidencia
y discute para aconsejar cómo afrontarlos y cómo resolverlos. El pozo es sím-
bolo de la abundancia y fuente de vida; un pozo lleno de agua y descubierto
simboliza la sinceridad, la rectitud, es presagio feliz a pesar de los peligros que
corre quien incautamente a él se asoma para sacar agua, y olvida que el cán-
taro, como toda situación, es frágil y puede romperse con facilidad.

1. F u e n t e , e s t a b l e , b i e n d i s p u e s t o , i n a m o v i b l e , o r d e n a d o .

226
Hablan ¡as imágenes

Sobre la madera está el agua. Elpozo. Sólo el Sabio al comprometerse es


capaz de asegurar la asistencia mutua entre los hombres.

Resulta claro que no todos saben cómo sacar agua del pozo, como
tampoco es posible que el pozo pueda dar siempre agua fresca y limpia. Hay
que aprender a pedir, a consultar el oráculo, del cual el pozo es un emblema, y
a leer las respuestas aceptando también las negativas con confianza y recono-
cimiento.
Las imágenes dibujan un tiempo firme, preciso, generoso, pero también
secreto, un tiempo de grandes cosas y de pensamientos profundos, severo e
inflexible, que no debe ser mal interpretado como tampoco puede interpre-
tarse mal el mensaje del oráculo mismo, bajo pena de sufrir la venganza del
dios, es decir, el abandono a un implacable destino de sufrimientos y errores.

Las líneas

Las seis líneas mutantes precisan la forma de acercarse a la sabiduría y los


límites de la sabiduría misma. Existen experiencias que debemos realizar
solos, nadie puede sustituirnos, nadie puede vivirlas por nosotros, por lo tanto
hemos de aceptarlas y convertirlas en un patrimonio de sabiduría, pues es la
única forma de superarlas sin dramas y sin traumas.

El primer seis: No se bebe el fango. Un pozo viejo carece de pájaros

No contamos ni con la posibilidad ni con la capacidad de intervenir o


resolver el problema que interesa, al menos por ahora. No se saben las cosas,
no se conocen con claridad los detalles de la situación, por lo tanto, será mejor
esperar un poco, no demasiado, para poder enfocar los hechos y darles la
exacta dimensión para concluir cuanto nos interesa.

El segundo nueve: Desde la boca del pozo se lanzan flechas contra las
carpas. El cántaro quebrado pierde agua

Cuando hay peces, es señal de que el agua es clara y limpia; se podría


beber, pero el cántaro está roto. Una condición difícil, a pesar de que las
circunstancias en su conjunto sean favorables y se abran a todas las posibili-
dades. Probablemente se trata de la disposición interior que dificulta todo
contacto con la realidad; desearíamos obrar y hacer pero no logramos con-
cluir nada, nos faltan las convicciones; sin motivo, desconfiamos de todos,
tememos las evoluciones futuras. Y sin embargo, el agua del pozo es clara, en
ella hay peces vivos, no existen motivos válidos que justifiquen esta tensión.
El oráculo lo confirma con su tranquila sabiduría, y escuchándolo, creyendo
en su palabra, podremos reencontrar la serenidad inútilmente perdida.

227
El tercer nueve: No bebemos del pozo limpio. Nuestro corazón está
melancólico. Podemos recoger agua y servirnos. El Rey es inteligente.
Junto a él, se nos regala2 la felicidad

Continúa la sensación injustificada de abatimiénto, que resulta difícil de


superar. El momento nos ofrece múltiples posibilidades, pero no sabemos ver,
y quizá tampoco logramos comprender la sugerencia del oráculo (elpozo) que
nos invita a mostrarnos serenos y a indagar con paciencia la realidad de las
cosas. Sin embargo, contamos con la capacidad de comprender y construir,
sólo nos falta la voluntad; finalmente, logramos aplicar la mente y el corazón
para alcanzar cuanto deseamos, aquello por lo que hemos trabajado y sufrido
en tiempos menos claros, pero quizá rnás confiados que los de Ying.

El cuarto seis: El pozo está revestido por dentro con barro cocido.3 Ningún
error

Un indicio velado, pero consolador, de los renovados tiempos de Ko


(hexagrama 49), tiempos que el mensaje de Ying parece preludiar. Hace falta
un trabajo de reestructuración, una reflexión meditada y profunda de los casos
que interesan y de los problemas por resolver, para prepararnos a hechos nue-
vos, a pensamientos distintos, a una vida reencontrada en toda su claridad, tal
como nos lo indicará el hexagrama siguiente. Si existe una cuestión por resol-
ver, habrá que retomarla desde el principio, analizar lo que hemos concluido,
retomar pensamientos antiguos para adaptarlos a las exigencias presentes.
Una sugerencia extraordinaria, pero muy sabia.

El quinto nueve: Beber del fresco manantial del pozo limpio

Finalmente, hemos logrado comprender muchas cosas, las guías son las
adecuadas, el corazón está sereno y el espíritu tranquilo. Un momento de
realizaciones, de encuentros importantes, de alegría activa y justa porque nos
es dada por haber superado inquietudes, dudas, titubeos que han resultado
inconsistentes, pero difíciles de vivir. La sugerencia del oráculo es clara:
escuchar los consejos y poner en marcha las obras, porque el tiempo es positi-
vo y la voluntad, firme; se trata, por lo tanto, de una condición rara en la teoría
de los días humanos.

El seis arriba: El pozo está escondido, pero no cubierto. iFe y presagio de


fortuna

El tiempo de Ying no propone para nuestros problemas soluciones ya


listas ni tampoco fáciles, sino sugerencias que no son más que una pista para
2. L i t e r a l m e n t e : se r e c i b e .
3. E l i d e o g r a m a ' í ^ * e x p r e s a la i d e a d e « r e v e s t i r d e b a r r o c o c i d o d e a r r i b a a b a j o » , o
sea reparar, poner en buen estado.
4. L i t e r a l m e n t e : s e c r e t o .

228
llegar, con fe y la ayuda de presagios afortunados, por lo tanto electrizantes
para el corazón, a realizar cuanto nos proponemos. La conclusión del mensaje
de Ying constituye una máxima de sabiduría que no debemos dejar de lado. El
oráculo dice que no existe conquista sin un serio compromiso y un trabajo
constante, voluntarioso, atento, porque nada le es regalado al hombre, sino
que todo ha de obtenerlo aplicándose con seriedad y disciplina para vivir
activamente los días que le son dados.

Busco un límite del campo


y me detengo entre la hierba
guiado por aquella Luz
que mi padre encendiera;
sigo las estaciones y los tiempos
que El dividiera
y aún no he encontrado
la hierba mágica.5

5. CONFUCIO, Tá Chuán, Libro 3, Las odas del templo de Chu, II.

229
49. Ko: Renovar

£
Renovar 1

Si en cierto modo, Ying le aclaraba al consultante la posición del oráculo,


ofreciéndole la imagen de un pozo del que se recoge el agua reparadora, Ko
define el sentido de la mutación, dibujando sus líneas fundamentales.
Además, el hexagrama describe un momento de «rejuvenecer las cosas»; de
hecho se renueva lo que se ha superado, lo que ya no tiene valor sino como tes-
timonio o momento de nuestra historia, p<?r ello es un hexagrama abierto al
futuro, que considera las situaciones mientras cambian y revelan nuevas posi-
bilidades, aspectos distintos, otras aperturas, que permanecieron largo tiempo
insospechadas.

Tiempo de renovar

Cuando sea el día de Se2 ten confianza. Libertad yfortuna. Ventajosa la


firmeza. Las inquietudes desaparecen.

Llega el momento en que, por fin, se reconocen los valores; esperando


con paciencia, los tiempos traen a cada uno días brillantes y distendidos.
Hemos de ser inamovibles como el pozo para llegar a conocer el verda-
dero sentido de la mutación, en el tiempo de los acontecimientos humanos que,
ineluctablemente siguen los ritmos alternos de la naturaleza, porque siguen la
evolución del Tao. Sólo así se hace soportable el sufrimiento, confiada la
espera, sólida la voluntad de no cejar. A todos nos llega el día en que se nos

1. M u d a r , c a m b i a r , d e s p o j a r s e de.
2. E n el c o m p l i c a d o c a l e n d a r i o c h i n o , q u e n o es s ó l o u n a r e s e ñ a s i n o a d e m á s u n
« r a z o n a m i e n t o » a c e r c a d e los d í a s d e l c i c l o a n u a l , el d í a d e Se c o r r e s p o n d e al m o m e n t o
en el c u a l el Sol se e l e v a s o b r e el h o r i z o n t e d e s p u é s d e h a b e r s u p e r a d o el p u n t o cul-
m i n a n t e d e l invierno, es d e c i r los a l b o r e s d e l d í a d e la « r e n o v a c i ó n » .

230
cree por lo que hemos demostrado con las palabras y las obras; entonces ya no
seremos mal interpretados, y con renovada esperanza reencontraremos la
fuerza de empezar desde el principio.

Hablan las imágenes

En medio del pantano, el fuego. Tiempo de renovación. Sólo el


Iluminado sabe regular la sucesión de los días y comprender los tiempos.3

Agua y fuego, elementos que se eliminan mutuamente, representan dos


situaciones diametralmente opuestas, pero que no son ilógicamente contras-
tantes; entre ambas transcurre la vida del hombre, alternancias del Universo
que corresponden a las de la vida diaria de cada uno. El conocerlas significa
organizar la vida en armonía con el tiempo. En lugar de constatar la sucesión
de fenómenos, los chinos registraban alternancias de aspectos; si dos aspectos
aparecen ligados entre sí, no es en la forma de causa-efecto, sino que parecen
más bien «acoplados», como lo están el derecho y el revés o, para utilizar
metáforas consagradas por el uso más antiguo, como el eco y el sonido, la
sombra y la luz, el yin y el yang*

Las lineas

Las líneas mutantes hablan de la oportunidad de obrar o esperar según la


evolución de los acontecimientos, evolución que no siempre resulta inmedia-
tamente comprensible, pero que se encuentra inserta en el contexto de nues-
tro destino.

El primer nueve: Atar fuertemente utilizando cuero amarillo de buey

Firmeza en la intervención, equilibrio al juzgar y prudencia al obrar, he


aquí la sugerencia de la primera línea mutante. Se trata de un compor-
tamiento adecuado a todo nivel y a toda situación, puesto que siempre es un
hecho que está mutando lo que nos aprestamos a discutir, a vivir o a afrontar
con la sutil e incómoda sensación de enfrentarnos a algo que nos es sustan-
cialmente desconocido. Se trata de tiempos de renovación, por lo tanto, de
tiempos bastantes difíciles aunque en cierta forma sean entusiastas, consti-
tuyen una experiencia distinta que ha de vivirse con serenidad y calma para
que sea válida en toda su dimensión.

3. L o s m o t i v o s p r o f u n d o s del s u c e d e r s e d e é p o c a s felices y m í s e r a s , los m o t i v o s


p r i m a r i o s d e las « m u t a c i o n e s » .
4. C f r . m i e n s a y o Una chiave per l'Y King, ed. A s t r o l a b i o , d e la p á g i n a 19 a la
p á g i n a 2 7 , d o n d e s e e x a m i n a n m á s d e t e n i d a m e n t e q u e e n o t r a s o b r a s las m u t a c i o n e s y
las « s e ñ a l e s » d e d i c h a s m u t a c i o n e s , c o n s i d e r a d a s e n la a n t i g u a C h i n a c o m o m a n i f e s -
t a c i o n e s d i v i n a s , v o c e s , e x p r e s i o n e s vivas.

231
El segundo seis: El día termina, entonces él se cambia. Iniciar algo es un
presagio de fortuna. Ningún error

Un gesto cotidiano que se convierte en emblemático, especialmente si


precede a cosas nuevas que han de iniciarse, ya se trate de otros pensamientos o
programas por rever y reestructurar para que se conviertan en algo concreto y
real.
El de Ko es un tiempo de renovación a todo nivel, por ello, cada línea habla
de «inicios», el mensaje se proyecta siempre hacia el futuro, como si el presen-
te fuera una experiencia ya superada por el avance de las cosas. Quien de
veras desee una indicación válida del oráculo, deberá adoptar esta dimensión
mental.

El tercer nueve: Prosiguiendo, desgracia. Peligrosa la firmeza. En tres


momentos distintos5 se discute acerca de las mutaciones. Tener confian-
za

Antes de comenzar algo diferente, antes de rever lo realizado o lo decidi-


do para introducirle ciertos cambios y tomar desde el principio los temas que
dominan nuestra conducta, es necesario que evaluemos con atención las posi-
bilidades efectivas de mutación y las eventuales consecuencias de dichas mu-
taciones. Quizá no nos encontremos en el camino correcto, es posible que
hayamos subestimado algo importante, y si continuamos así acabaremos por
arruinar lo que hemos hecho hasta ahora. No resulta fácil renovar y hemos de
ser muy cautos al introducir cambios en el ritmo habitual de las cosas. Por lo
tanto, debemos reflexionar atentamente sobre los proyectos ya organizados, y
la reflexión ha de hacerse varias veces (tres veces, indica una insistencia y no
un número preciso de discusiones a realizar), de manera que estemos seguros
de las posturas que vamos a adoptar, y que después, deberemos defender.

El cuarto nueve: Las inquietudes desaparecen. Tener confianza. El destino


puede cambiar. Fortuna

Lo positivo del tiempo se revela en el cambio de los estados de ánimo, que


pasan del miedo «al» futuro, a la esperanza «en» el futuro; también estos
cambios son un signo de la grandeza de los días en los que vivimos
experiencias interiores tan distintas, pero igualmente válidas.
La «fortuna» de estos días reside precisamente en el alternarse de las
actitudes y de los pensamientos que revelan que nuestra vida es siempre una
alternativa y no un fluir monótono de acontecimientos, distintos sólo en
apariencia. Se trata de tomar consciencia de este hecho, aceptarlo significará
comprender el sentido oculto de los hechos, y tomar sus relaciones misterio-
sas que explican la razón última de esos «casos» que, con frecuencia,
tendemos a definir como imponderables, y que no son más que consecuencias

5. L i t e r a l m e n t e : t r e s v e c e s .

232
de causas inobservadas, por ello, las consideramos «misteriosas». El indagar
en ellas podría significar «conocer el destino». He aquí la enseñanza de Ko.

El quinto nueve: El hombre grande cambia como un tigre.6 Antes de consul-


tar el oráculo hay que tener fe

Extraños y variados son los aspectos de la sabiduría y múltiples sus suge-


rencias. Para que sean de veras útiles hay que escucharlas con fe y creer en
las palabras que se dicen, de lo contrario es inútil pedir consejos y opiniones.
Los mensajes de la sabiduría no son siempre comprensibles de forma inmedia-
ta, con frecuencia, sólo el tiempo los justifica y los explica, pero el recoger
aunque más no sea algún aspecto, nos ayudará al menos en el presente, a
evitarnos sufrimientos, inquietudes, errores, quizá graves por las inimagina-
bles consecuencias, claras sólo para quien desde el exterior y con una tran-
quila visión de las cosas, puede prever desde lejos.

El seis arriba: Sólo el Sabio es mutable como una pantera.7 El hombre de


poco valor cambia sólo en superficie. Desgraciado proseguir. Afortuna-
do conservarse puros8

La última línea compara dos caracteres (podrían ser situaciones, decisio-


nes, personas, pensamientos), dos condiciones, dos tipos de mutación: la
profunda, constructiva y válida, y la superficial, sin sentido, inútil. La persona
mediocre se preocupa de las apariencias, no sabe ir más allá del detalle, lo
trillado se convierte para ella en universal, en eterno; el espíritu superior,
en cambio, estudia la mutación de los hechos, incluso la de los menos impor-
tantes, porque los considera partes de un todo que se puede indagar sólo por
grados y a través de las modificaciones más evidentes.
Es el momento de conocer este «todo», al menos en sus partes más impor-
tantes para aprender a vivir sin errar, sin excedernos en la prudencia ni en la
impulsividad. Es hora de detenernos; también el «renovar» tiene sus límites.
Lo importante es conservar la rectitud moral y adecuarse a los imperativos del
oráculo, los de la sabiduría aplicada a las exigencias de los tiempos y las situa-
ciones.
Las Cinco Tumbas Imperiales están en el altiplano, al norte,
de edad remota, de un verde envejecido.
He llegado a despertar a la ley de claridad,
libre de toda causa y tiempo, suprema me parece

6 . E l tigre, s í m b o l o d e e n e r g í a y a c t i v i d a d , se distingue p o r la c l a r i d a d d e su piel


b i c o l o r , q u e p o s e e u n d i b u j o b i e n d e f i n i d o en su p e r f e c c i ó n g e o m é t r i c a . A s í , l a p e r s o n a
d e valor, c u y o s p e n s a m i e n t o s c a r e c e n d e t o r t u o s i d a d , e s c o m p r e n d i d a p o r t o d o s ,
p o r q u e c u a n d o h a b l a t i e n e b i e n c l a r o en la m e n t e lo q u e v a a decir. A las p a l a b r a s del
s a b i o les siguen i n f a l t a b l e m e n t e los h e c h o s , al igual q u e en la piel a t i g r a d a se a l t e r n a n
los c l a r o s y los o s c u r o s , sin m a t i c e s q u e c o m p r o m e t a n su relieve.
7. L a s i m b o l o g í a e s la d e l tigre, y así se utiliza, a u n q u e se e s c o j a o t r o a n i m a l .
8. E n las i n t e n c i o n e s y e n los p e n s a m i e n t o s .
9. Las trescientas poesías T'ang.

233
50. Ting: La caldera

La caldera 1

La «caldera» es un «recipiente de metal en el que se calienta, se cocina o se


cuece», en una palabra, en la que se hace «hervir», por lo cual se habla de ella
en todos los textos antiguos de magia, donde recibe el nombre de «caldera del
diablo», «perol de las brujas», «olla de los magos», términos que pasaron
luego a la fábula y al folklore de cada país. La «caldera» es el recipiente «ting»
de los chinos, recipiente ritual en el que se hervían las ofrendas, pero también a
los culpables de perjurio para condenarlos, concinando simbólicamente
objetos personales o prendas, y a los acusados en el rito de las ordalías. Este
recipiente, dice el I Ching, es símbolo de felicidad y prosperidad, concepto
que se une al de la «cornucopia» mediterránea. Siguiendo interpretaciones
parciales, divulgadas bajo forma de proverbios, se apunta al interés sobre la
discriminación del bien y del mal (el vuelco de la caldera), de la derrota y del
éxito, de la Gran Obra alquimista («Cuando la caldera tiene una pata rota, el
caldo del Señor se vuelca»).
En China, Jouang-ti fue quien fundió la primera caldera-trípode, y obtuvo
de ella el poder adivinatorio, la facultad de fijar los ciclos agrícolas y la inmor-
talidad. Las calderas-trípode aparecieron al mismo tiempo que los Sabios y,
según la tradición más antigua, desaparecieron cuando se alteraron las «virtu-
des gubernativas».

1. V a s i j a d e t r e s p i e s y d o s a s a s ( o r e j a s ) , m a r m i t a , r e c i p i e n t e p a r a los s a c r i f i c i o s ,
e s t a b l e c e r , firmeza, t r í p o d e , f e l i c i d a d , g r a n d e z a . E s t e t i p o d e c a l d e r a s es a n t i q u í s i m o .
E l d i c c i o n a r i o Han Erh ya d e f i n e el ting c o m o u n a v a s i j a c o n p a t a s m a c i z a s , p e g a d a s
b r u s c a m e n t e al c u e r p o , a u n q u e e x i s t a n ting d e p a t a s h u e c a s . C o m o Y i n g , t a m b i é n T i n g
r e c u e r d a o b j e t o s c o n c r e t o s d e u s o c o t i d i a n o ; o r i g i n a r i a m e n t e e r a n v a s i j a s p a r a la
c o m i d a , p e r o e x i s t e s i e m p r e u n s i g n i f i c a d o q u e v a m á s allá d e la d e f i n i c i ó n , y e n este
c a s o se r e f i e r e a la g e n e r o s i d a d ilimitada, p o r q u e c o n t e n í a a l i m e n t o p a r a m u c h o s invi-
t a d o s y u n a s a b i d u r í a s a g r a d a del t i e m p o y d e los h o m b r e s , d a d o q u e e r a o b j e t o ritual.

234
Tiempo de ser felices2

Tiempo de grandeza, tiempo de fortuna, tiempo de libertad.


La caldera de los sacrificios se convierte en emblema de la prosperidad,
del buen augurio, de la amistad entre el pasado y el presente, (recuérdense los
sacrificios por los antepasados), entre el cielo y la tierra, perfecta fusión
mágica de macrocosmos y microcosmos, entre el tiempo del hombre y el
tiempo de ios dioses.
Ting representa las infinitas posibilidades que la mutación ofrece a la vida
activa, a la mente abierta a pensamientos vastos, a las decisiones y las situa-
ciones cotidianas porque, al igual que el «pozo», la «caldera» también es un
objeto de uso diario, sagrado, pero, dado que para los chinos de la antigüedad
estaba ligada al culto y al rito, forma parte integrante de la vida cotidiana.

Hablan las imágenes

Bajo el agua está elfuego. La caldera. Sólo el Iluminado, con su rectitud,


confirma el destino.

Tiempo sagrado, tiempo de ritos, tiempo suspendido entre el Cielo y la


Tierra, inmóvil como la eternidad, porque los ritos señalan las pausas del año,
cuando los límites del mundo se dilatan y el espacio limitado del hombre se
convierte en e! infinito. Es por esto que el tiempo dé Ting es un tiempo feliz,
próspero, riquísimo, mágico, en el sentido más vasto y antiguo del término. El
significado queda claro. En cada uno de nosotros existen las posibilidades de
realizar que se evidencian cuando la necesidad nos acucia, encendiéndonos
la voluntad. Estas realizaciones hacen que nuestras vidas sean plenas,
entusiasmantes, fervientes, arraigan los sentimientos, templan el carácter,
miden la fuerza interior. Vivir el momento de Ting es vivir el estupor que
suscita lo extraordinario, a veces superior a nuestra capacidad de compren-
sión y a nuestras posibilidades de aguante, pero siempre una experiencia
maravillosa.

Las líneas

La belleza del hexagrama reside en el mensaje de las líneas mutantes, que


resucitan momentos perdidos de una civilización concentrada en sí misma y
severa, pero libre, rica, poética y gentil, y que recuerdan las antiguas cos-
tumbres impuestas por los sacrificios, abre un paréntesis de historia en las cos-
tumbres, paréntesis fascinante, misterioso, vivo como pocos entre los muchos
ofrecidos por el I Ching.

2. U n o d e ios s i g n i f i c a d o s d e T i n g , o m á s b i e n u n o d e sus a t r i b u t o s .

235
El primer seis: Caldera volcada con las patas hacia arriba. Ventajoso hacer
salir lo que no es bueno. Se obtiene una concubina para los propios hi-
jos. Ningún error

Se trata de un momento de revisión, se aceptan situaciones difíciles,


porque existen hechos que prometen nuevos desarrollos, pero mientras tanto,
hay que eliminar la comida en mal estado y llenar otra vez la caldera, que ha
sido vaciada para preparar otros alimentos íntegros para su cocción. El
mensaje es claro, los tiempos son propicios, habrá que atender a las nece-
sidades más urgentes y cotidianas, porque mientras tanto, las mutaciones tra-
bajan a nuestro favor, aunque no nos demos cuenta.

El segundo nueve: La caldera está llena. Los enemigos3 son enfermedades.4


No acercarse a ellos. Fortuna

Se trata de una condición feliz, pero hay que defenderla porque puede
sufrir las asechanzas de personas, dudas, proyectos que no armonizan con el
tiempo y se oponen a las posibilidades ofrecidas por la llegada de las próximas
mutaciones. El oráculo nos advierte que no debemos malgastar inútilmente un
momento tan precioso a todo nivel; se mantienen las promesas; los programas
se realizan; por lo tanto, las preocupaciones son inútiles; las inquietudes —en-
fermedades de la mente y del corazón— no tienen razón de ser y amenazan
con mellar la perfección de los tiempos. Por ello, el Sabio aconseja que las
alejemos y que nos defendamos de sus insidiosas presencias.

El tercer nueve: La vasija Ting renueva las «orejas».5 Algo impide seguir
adelante. Inútil. nutrir a un faisán gordo. Cuando viene la lluvia,6
desaparecen las inquietudes. Al final está la felicidad

Existen dificultades, alguna se supera examinando la situación y cam-


biando algunos detalles; otras, continúan amenazando la serenidad de días
fundamentalmente positivos. No debemos prestarles demasiada atención
porque no se aclararán los aspectos oscuros de los hechos, y será fácil
reemprender con energía las tareas suspendidas. Un acontecimiento positivo
{la lluvia), pensamientos dichosos de esperanza y de fe harán que reencon-
tremos la alegría de un tiempo afortunado y bueno, pleno de satisfacciones
concretas, de promesas válidas, como una caldera que hierve alegremente
sobre el fuego perfumado de resina.

3. E s decir, q u i e n e s se o p o n e n a n o s o t r o s , y a se t r a t e d e p e r s o n a s o de c o s a s .
4. Literalmente: dañinos ( c o m o enfermedades).
5. P a r t e d e las a s a s , en f o r a d e o r e j a , e n q u e se e n s a r t a n los anillos p a r a s o s t e n e r la
caldera.
6 . S í m b o l o d e b e n d i c i o n e s c e l e s t e s y del f a v o r d i v i n o .

236
El cuarto nueve: Caldera con las patas rotas. Se vuelca el alimento de un
magistrado. Se rocía el exterior.'' Desventura

Desde el principio, había algo que no funcionaba en la evolución de los


hechos, y las conclusiones han sido negativas. Se trata de un ábatimiento im-
previsto, de la oscuridad angustiante de un momento yin, todo parece
zozobrar incluso en tiempos fundamentalmente positivos como los de Ting.
No es grave, sino muy preocupante por las consecuencias inmediatas, pero los
hechos se resolverán de la misma manera en que se han precipitado, y nos
dejarán una experiencia más, y muchas cosas sobre las cuales meditar.

El quinto seis: Caldera con las orejas amarillas. Los anillos de las asas son
de oro. Ventajosa la firmeza

«Orejas» amarillas y asas de oro, se trata de una caldera emblemática, que


indica una condición de fuerza y de seguridad, un momento importante que no
puede vivirse sino con plena consciencia de sus valores.
Firmes, seguros y equilibrados en nuestras posturas, en una condición de
mente y de espíritu de este tipo, no existe nada que no sea ventajoso.
Los anillos sirven para levantar la caldera, las «orejas» sirven de soporte a
los anillos y son elementos lustrosos, brillantes, preciosos... El mensaje de
esta línea no ofrece problemas de comprensión para quien desee recibir
ayuda.

El nueve arriba: Caldera con las asas de piedra preciosa. Gran fortuna.
Nada que no sea ventajoso

Así concluye un tiempo precioso y sagrado; termina aquí el mensaje del


hexagrama que evoca, más que ningún otro, lo cotidiano de una lejana forma
de vivir, olvidada ya por la memoria, detalles de los que suelen hablar los
hallazgos arqueológicos, la estrofa de algún poeta, la polícroma fantasía de
una vasija, pero que siguen siendo legendarios porque quien los habitó está
inmerso en el pasado confuso del mundo. Se trata de unas páginas de con-
movedor diálogo humano, de pensativa sabiduría, de vividas realidades,
simples, pero actuales para todos. Yang-yin-yang-yin seis glosas entre la
oscuridad y la luz, seis momentos entre el pasado y el futuro, que nos ad-
vierten que debemos seguir el alternado conmoverse del corazón, ritmado
según el preciso cambio de los acontecimientos.
Yang-yin-yang-yin, como nuestras vidas, nuestros problemas, las calles,
un encuentro, alguna esperanza, muchas promesas, tantas desilusiones...

¿De lo antiguo, las Verdes Historias


quién no ha leído?
Sin embargo, hoy, a tus hechos gloriosos
vencen los hombres antiguos.7

7. Las trescientas poesías T'ang.

237
51. Kan: Trueno

Jk
Trueno 1

Kan, duplicación del trigrama homónimo, habla de hechos nuevos, de


aperturas, de tiempos vibrantes a pesar de las dificultades y de los obstáculos
(Khán-Kan forman su estructura) que inevitablemente obstaculizan las reali-
zaciones más osadas. Kan despierta el alma del mundo, un temblor de fuego
recorre a la naturaleza estupefacta, respira misterioso y potente el universo; es
el deseo inicial, el primer bramido de la fuerza masculina en la oscuridad de la
matriz que, despojada de su receptividad inmóvil, se convierte en «receptá-
culo». La iínea yang está sepultada bajo dos lineas yin — — en la composi-
ción que duplica el trigrama, porque la tierra, fecundada por el cielo, se recono-
ce como un ser nuevo, distinto, es proyectada en el devenir, en la libertad de
recomponerse y de reconocerse en formas nuevas. Se trata de un tiempo de
excitación y temor, pero también de entusiasmo y de acción.

Tiempo del trueno


Libertad. Estalla terrible elfragor del trueno. Risas y palabras, id iá.2El
fragor del trueno asusta a cien aldeas.3 No dejar caer la cuchara y las hier-
bas aromáticas.
La fórmula sapiencial introduce ya un clima ferviente, en un contraste
trémulo de sentimientos opuestos: alegría y pavor, temor y coraje.
1. A g i t a r , a t e r r o r i z a r , vibrar, f r a g o r d e t r u e n o .
2. E l s o n i d o viene i n d i c a d o p o r la r e p e t i c i ó n del i d e o g r a m a , m á s q u e p o r la tra-
d u c c i ó n . E n e f e c t o , P 'Q, e s c r i t o u n a sola vez, significa: m u d o , c o n f u s o . H e p r e f e r i d o
c o n s e r v a r la t r a n s c r i p c i ó n d e la f o n é t i c a c h i n a p a r a c u r i o s i d a d del lector, en l u g a r d e
utilizar n u e s t r o ja, ja, c o n el q u e se c o r r e s p o n d e e x a c t a m e n t e iá iá.
3. S e p u e d e t r a d u c i r t a m b i é n así: d u r a n t e cien li, e s d e c i r a p r o x i m a d a m e n t e 6 0 ki-
l ó m e t r o s ; p e r o « a l d e a s » m e h a p a r e c i d o m á s v a s t o y m á s sugestivo. E n e f e c t o , la a l d e a
c h i n a e r a u n a c i r c u n s c r i p c i ó n d e u n o s 6 0 k i l ó m e t r o s , d e ahí q u e e x i s t a u n a similitud d e
s i g n i f i c a d o s e n t r e la m e d i d a d e d i s t a n c i a y el c o n g l o m e r a d o d e c a s a s n o r m a l m e n t e
d i s p u e s t a s a lo l a r g o d e u n c a m i n o .

238
El lenguaje es insólito: existen más sonidos y exclamaciones que pala-
bras, como si quisieran reproducir la agitación de los sentimientos y el tem-
blor de los miembros que experimenta quien está aterrado por el imprevisto
fragor de un trueno estival, en la soledad de los campos.
Son páginas sorprendentes de un libro siempre distinto, la fascinación de
una lectura incomparable, en la que se transfiere el alma del pueblo y la
sabiduría de los doctos.
En los tiempos de A"an es preciso que seamos fuertes para no ceder a las
pasiones, a las cóleras, a los impulsos violentos que los caracterizan, a las
emociones cuya intensidad nos deja estupefactos, y que, con frecuencia, son
peligrosamente excitantes, a acontecimientos demasiado imprevistos (deci-
siones, pensamientos, etc.) como para aceptarlos sin meditar.

Hablan las imágenes


Truenos repetidos. Fragor. Con miedo y temor el sabio medita y ordena
sus pensamientos
El primer temporal llega siempre de forma inesperada, y da comienzo al
ciclo agrícola, cuando las herramientas se encuentran aún al reparo y la tierra
parece dormir bajo el cielo cárdeno por los últimos fríos.
Los comienzos, aunque emocionantes, resultan difíciles; justo es que nos
echemos a temblar al reconsiderar nuestras posibilidades, y que tengamos
miedo al reorganizar nuestros pensamientos y al constatar la dimensión de
nuestros sentimientos, pero es un acto de coraje necesario si deseamos
superar los obstáculos, evitar los errores y los peligros indicados por la es-
tructura (Khán-Kan).

Las líneas

Las líneas mutantes se refieren casi exclusivamente a la estructura, que, al


igual que ocurre en muchos hexagramas, y especialmente en aquellos en que se
duplica un mismo trigrama, es fundamental para leer la respuesta del oráculo.

El primer nueve: El fragor se acerca, horripilante. A continuación se ríe,


id iá
En un primer momento, las novedades nos excitan y nos distraen de
nuestros pensamientos, por ello las aceptamos con adhesión plena, nos
entusiasman, las vivimos sin evaluar sus consecuencias y su alcance. Es la
condición necesaria para introducir ciertos cambios, porque, al prever los
peligros y las dificultades, en muchos casos no tendríamos el valor de iniciar
cosas distintas de las que suelen llenar nuestros días. Con este estado de
ánimo se realizan los grandes proyectos, se trata de un momento de gloria

4. O bien: se sirve del m i e d o y del t e m o r p a r a m e d i t a r y o r d e n a r s u s p e n s a m i e n t o s .

239
interior que servirá más adelante, cuando el espíritu afligido y atemorizado,
conocerá la angustia de la duda y la melancólica desidia del abatimiento. El
vivir los comienzos con entusiasmo suele ser una forma de preparar los
consuelos para el futuro.

El segundo seis: El fragor del trueno sobreviene terrible. Cien mil veces
pierdes cosas preciosas. Subir nueve colinas. No desesperar? se llegará
después de siete días

Todo cambio inesperado suscita reacciones violentas y encierra peligros


ocultos; este pensamiento es el leit-motiv del hexagrama, porque se trata de
algo fundamental que a menudo se olvida. Debemos saber equivocarnos,
tener la fuerza de no abatirnos; con frecuencia, se puede recuperar lo perdido
por culpa de la prisa o la inexperiencia, y a veces, la recuperación se produce
sin demasiadas fatigas, sólo con un poco de paciencia. Con el transcurso del
tiempo se adquiere la sabiduría de las cosas que inicialmente son difíciles de
comprender, y se aprende a obrar según las exigencias del momento.

El tercer seis: El fragor del trueno excita y hace revivir. El fragor del trueno
llega sin traer desventuras

Cuando la tierra está reseca, el temporal de verano, fragoroso y violento,


carga de electricidad el aire y hace revivir a la naturaleza, que parece renacer
bajo la furia brutal de los elementos desencadenados. Es una bendición para
las plantas, cae alguna que otra hoja, se quiebra una que otra flor, pero el verde
renovado y brillante respira como si le hubieran insuflado nueva vida. Hasta
las tempestades que sacuden las plácidas y tranquilas jornadas del hombre
suelen ser necesarias para enfrentarlo con sus responsabilidades, para
incitarlo a realizar un atento examen de su obra, para provocar una reacción,
iniciar un despertar y, quizá, salvar de la destrucción total que sigue a todo de-
bilitamiento del espíritu y de los entusiasmos. Hemos de recuperarnos con
energía como lo hace la tierra después de la tormenta estival, y reorganizar
nuestros programas, reconstruir nuestros días, un tanto magullados quizá,
pero abiertos serenamente hacia el futuro.

El cuarto nueve: El fragor del trueno continúa sin tregua6

Cuando no podemos reaccionar como quisiéramos y nos dejamos llevar


por el desconsuelo, se producen momentos de obsesión y de sofoco.
Resulta difícil vivirlos, pero debemos recordar que los tiempos deJCan son
fundamentalmente tiempos brillantes, y que este no es más que un paréntesis
que no durará mucho. Es como la lluvia monótona de ciertos días veraniegos,

5. O bien: n o e l i m i n a r la e s p e r a n z a .
6. L i t e r a l m e n t e : o b s t i n a d a m e n t e , p e r o c o n u n s e n t i d o r e m o t o , c o m o si f u e r a u n
q u e j i d o l e j a n o , h u n d i d o en el s i l e n c i o o p a c o d e c i e r t o s d í a s b o c h o r n o s o s d e l v e r a n o , q u e
p r e l u d i a n la t e m p e s t a d n o c t u r n a .

240
cuando da la impresión de que ha llegado ya el otoño, pero si miramos por la
ventana, veremos que el trigo apenas está amarilleando, y que la fruta no ha
madurado aún. Bastará un poco de coraje para llegar hasta el ocaso. Mañana
volverá a reinar un excitante sereno.

El quinto seis: El trueno es peligroso cuando va y viene. Tratando de no


afligirse se obtienen resultados

Tranquila sabiduría de los campesinos. El trueno retumba a lo lejos, luego


se acerca, luego vuelve a alejarse, es una amenaza de tormenta, hay que retirar
a los animales de la dehesa y cubrir las flores.
Una vez más, la naturaleza, a través de las palabras de una sabiduría
antigua como el mundo, plena de experiencias dramáticas, precisa en los
gestos litúrgicos de cada estación, enseña al hombre cómo ha de vivir los
peligrosos días de su existencia, le enseña a vivirlos sin dramas, previniendo
los daños, antes que tener que repararlos luego.

El seis arriba: Fragor de trueno, ansia de encontrar sus causas. Ser circuns-
pectos,'1 mirar atentamente. Interviniendo, desgracia. La violencia del
trueno no llega hasta nuestra persona ni al vecino. Ninguna culpa. Se
discute sobre una unión de amor

La conclusión del mensaje de Kan, constituye en cierto modo la síntesis de


un pensamiento expuesto en formas y momentos distintos. Si se desea, se
pueden buscar las causas del temporal que sacude nuestros pensamientos y
aterra por su intensidad, pero no es el momento de aplacar en modo alguno ni
nuestras ansias (careceríamos de medios), ni las inquietudes de los demás. No
se trata de una situación demasiado grave, sino un poco revuelta, y no llegará a
dañar a nadie; turbará los ánimos, nos traerá quizá recuerdos lejanos,
enfocará problemas como ocurre en el tiempo agitado de .Kan, pero las
conclusiones serán positivas. Nos encontraremos ante novedades imprevis-
tas, pero bellas y consoladoras, y las palabras quizá vivaces, tendrán por
argumento un tema sereno. El hexagrama del coraje y del renovarse enérgico
de las cosas, se cierra con un mensaje de sonriente esperanza, que constituye
ya una certeza, como es una certeza la primavera anunciada por el primer
trueno de febrero.

Ha habido orden,
Ha habido prontitud,
habéis golpeado la tierra por el Espíritu del Trigo
habéis traído las cestas de las ofrendas en orden,
habrá una cosecha plena
durante mucho tiempo.8

7. L i t e r a l m e n t e : o b s e r v a r c o n p r u d e n c i a .
8. C O N F U C I O , Ta Chuán, L i b r o 6, Canciones del Monte del Norte, V, 4.

241
52. Kan: Cimientos — ~

Cimientos 1

Si Kan era el hexagrama del choque, del entusiasmo, de la violencia, Kan


nos reconduce a consideraciones tranquilas, meditaciones severas, firmes,
profundas. El hexagrama de Kan, formado por la duplicación del trigrama
homónimo, representa un tiempo de confirmaciones; la vida se concentra
junto con sus hechos, sus días, sus encuentros, pero es otoño, todo ha
transcurrido ya, todo está lejano, inerte,-sólo sirve para evidenciar los valores
de la temporalidad, por lo tanto, del limite de una experiencia que nunca
creímos eterna, pero cuyo fin tratamos de retrasar para hacerla más completa,
para comprenderla mejor o, quizá, sólo para aprender a aceptar su solución.
Si la temporalidad es posibilidad de dispersión, de anulación y de muerte,
para conservar y garantizar el futuro es necesario sustraer la verdad del pasado;
Kan realiza precisamente este momento de orden, haciendo que el espíritu se
detenga sobre consideraciones que, en lenguaje actual podríamos definir
como «históricas», en cuanto representan los pensamientos del paso de lo
viejo a lo nuevo, pensamientos de nacimiento y de muerte.

Tiempo de echar raíces

No atar el propio cuerpo. Cruzar elpropio patio. No vera aquel hombre.


Ningún error.

Un tiempo de retiro y de ausencia, el momento de otorgar una nueva


dimensión a la propia vida, a las obras, las situaciones, las decisiones, con el
objetivo desapego que posibilita hasta los juicios más difíciles.

1. P i e d r a , c i m i e n t o , r a í c e s , d u r o , o b s t i n a d o .

242
Naturalmente con un poco de melancolía, con mucha soledad secreta, con
el temor de quien no sabe si podrá reencontrar el entusiasmo no del todo
perdido (ÁTan en la estructura), pero en peligro (Khan, siempre en la
estructura) después de una angustia tan sufrida que parece cerrar todo
horizonte. Debemos permanecer quietos, pero vigilantes y a la espera, a veces
ayuda el salir de este silencio, por lo menos con el pensamiento o poniendo en
práctica algún deseo, pero es mejor no comunicar nuestro estado de ánimo,
nos interpretarían mal y la desilusión sería aún mayor. El desapego de uno
mismo, si es que se logra, puede proporcionaruna cierta paz al corazón. Y esto
constituye ya una conquista en el tiempo de Kan.

Hablan las imágenes

Grupo de montañas.2 Inflexibilidad. El Sabio, al reflexionar, decide no


abandonar sus posturas.3

Se trata de un momento de revisión, de toma de conciencia, de una


verdadera realización interior. Existen límites en los que posiblemente no
habíamos reparado jamás: ahora debemos considerarlos para no franquearlos
con precipitación y sin evaluar objetivamente los hechos, las circunstancias,
nuestras reacciones. La imagen parece una «pintura» de Kiu Janun, sacer-
dote budista de mediados del siglo X, al que pertenece con certeza un único
rollo vertical titulado: En busca del Tao (camino) en las montañas de otoño,
composición grandiosa, rica en detalles, en el cual las colinas y los despeñade-
ros descienden hacia un arroyo. En el fondo, cerca del valle, se perciben
algunas cabañas ocultas en una atmósfera de severa autoridad.

Las líneas

Las líneas mutantes son un tranquilo discurrir de Sabios, una meditación


prolongada sin vuelos inútiles y sin concesiones, pero también sin durezas.
Los casos humanos son considerados con el pensativo desapego de quien
medita sobre los hechos y acepta todo lo que los días proponen, a la espera de
tiempos distintos y de condiciones más serenas.

El primer seis: El inmoviliza los dedos de los pies. Ningún error. Ventajoso
ser constantes y rectos en las intenciones

Cuando se afrontan situaciones que están en sus comienzos y se


desconocen sus detalles, la cautela es sabia prudencia, no detiene, sino que
permite evaluaciones bastante precisas. Lo importante es que nos mantenga-
mos firmes en nuestras posturas, sin ceder a la inercia y a! temor que asechan

2. M o n t a ñ a s r e u n i d a s .
3. L i t e r a l m e n t e : salir de su p o s t u r a .

243
los entusiasmos (Khán y ATan en la estructura), pero también sin excedernos
con intervenciones intempestivas.

El segundo seis: Él inmoviliza los talones. No ayudara quien llega después.


No se tiene el corazón alegre

Si dependemos de los demás, no siempre logramos seguir la dirección justa


y tampoco puede ayudarnos quien nos arrastra a pesar nuestro. Pueden existir
pensamientos, personas, situaciones, concatenación de hechos, en una
palabra, cualquier cosa que interviene para alterar el ritmo de nuestros días;
sin duda no son condiciones ideales para dar lo mejor de nosotros mismos y
comprender a quien necesita nuestra ayuda e interpretar los acontecimientos
que, para ser estudiados y evaluados a fondo, requerirían nuestra lucidez
mental. Todo esto resulta triste aunque no existan errores imputables a
nuestro comportamiento, tenemos las manos atadas, debemos esperar
momentos más abiertos.

El tercer nueve: Él inmoviliza las articulaciones de la pelvis? El alinea las


vértebras? Peligrosos los impulsos del corazón

Evitar esfuerzos inútiles imputables al temor y no controlados por la


razón. No hay paz en el corazón, esa paz que es superación y conquista,
queremos quedarnos ciegos y sordos ante las exigencias del momento pues
tememos no saber soportarlas. Sin duda, no es una actitud adecuada a las
circunstancias, sino que es cerrazón mental, en cambio, el recogimiento del
Sabio es apertura interior, dilatación del espíritu, interés desapegado pero
atento, por todo aquello que hay de válido en el mundo y sirve a la vida de los
hombres. No hay que confundirlo con la ausencia y la indiferencia, sino que
deberíamos adoptar dicha actitud para dar un valor y un sentido a nuestra
propia inquietud.

El cuarto seis: Inmovilizar el propio cuerpo. Ningún error

Esta es la firmeza del Sabio, seguro, recogido, firme, pero no rígido y frío
como un simulacro. Es también la actitud adecuada para quien ha de concluir
asuntos importantes, resolver situaciones complicadas, tomar decisiones
difíciles, una actitud completamente interior que el mensaje del oráculo
ejemplifica en forma concreta, indicando con una imagen6 la claridad de las
visiones, la fuerza interior, la firmeza del carácter.

4. E l i d e o g r a m a significa p r e c i s a m e n t e «límite e n t r e lo a l t o y lo b a j o » , p o r lo t a n t o
se r e f i e r e a las a r t i c u l a c i o n e s c o x o - f e m o r a l e s .
5. E s decir, « e n d e r e z a l a e s p a l d a » .
6 . L a l e n g u a c h i n a e v i t a e n lo p o s i b l e t é r m i n o s q u e d e s i g n e n c o n c e p t o s a b s t r a c t o s ,
p r e c i s a m e n t e p o r q u e se t r a t a d e u n a l e n g u a i d e o g r á f i c a . P o r m e d i o d e las i m á g e n e s
e x p r e s a el p e n s a m i e n t o , q u e a v e c e s r e s u l t a i n t r a d u c i b i e e n f o r m a literal, p r e c i s a m e n t e
p o r q u e e s t á fijado e n u n a « v i s i ó n » .

244
El quinto seis: Inmovilizar las propias mejillas. Las palabras son coheren-
tes.1 Las inquietudes desaparecen

Se trata del equilibrio del que ha hablado tantas veces el oráculo. Sabemos
—si lo queremos— dominar los impulsos, evitar las cóleras completamente
inoportunas en este momento; nuestras palabras pueden ser convincentes y
serenas, tal como lo exige la situación. Una sabiduría difícil, pero preciosa, y
es el momento de ponerla en práctica, de reconocer su asombrosa veracidad.

El nueve arriba: Afortunada y grande la dureza de la piedra

Inflexibles, enérgicos, resistentes a todo abatimiento, a toda tentación de


desaliento, ésta es la actitud que en tiempos bastante duros, como lo son los de
Kan, permite superar las dificultades materiales y morales que obstaculizan
la realización de nuestros proyectos.
Vendrá luego la felicidad de la meta alcanzada, la vasta sensación de la
sabiduría que es paz, pero también disponibilidad generosa al escuchar,
decidir, guiar, asumir responsabilidades, acoger los actos y las palabras de los
demás.
Una condición existencial, privilegio de pocos, posibilidad para todos,
felicidad simple, sin vuelos, sin grandezas aparentes, alegría humilde, suave,
perfecta, alegría del corazón, de la mente, de la vida entera.

¡Oh, sí! ¡Es lo que más cuenta!


El primero y oscuro Maestro de los Sabios
en sus cinco mil palabras
jamás habló de hierbas
jamas habló de espíritus
jamás habló de volar
en pleno día, allá arriba,
en el Paraíso Azul.*

7. O r d e n a d a s e n u n a serie.
8. MAO TSE-TUNG, Liriche cinesi, Turín, 1968.

245
53. Kien: Evolución

Evolución 1

La meditación, el cierre provisional, el retiro interior, traen necesaria-


mente un progreso de los hechos y de los pensamientos, una maduración de
resoluciones. La maduración de la personalidad (Sun) se realiza gradualmen-
te como ocurre en la naturaleza durante el año agrícola, y gracias a la firmeza
de los propósitos (Kan). Se han realizado serenamente ciertas distinciones (Ii),
se ha tomado conciencia de los peligros (Khan) que asechan los días terrestres
de todos, queda por vivir tranquilamente los tiempos de ATien, tiempos felices,
grandes, fatigosos.

Tiempo de lenta evolución'

Afortunado el regreso de una esposa. Ventajosa la rectitud.

Estamos a punto de alcanzar la meta, la evolución, lenta pero precisa


como la de los árboles que manifiestan progresivamente su tensión hacia lo
alto, ve un resultado concreto o, al menos, el inicio de nuevas esperanzas, la
llegada de hechos esperados. El continuar con paciencia y constancia en este
tiempo afortunado, significa construir sobre bases sólidas, y los primeros
acontecimientos positivos evidenciarán la fundamental importancia de contar
con principios firmes y radicados en la experiencia.

1. G r a d u a l m e n t e , d e s p a c i o , p o c o a p o c o , d e s l i z a r s e .

246
Hablan ¡as imágenes

Arboles en la montaña. Tiempo de lenta evolución. Sólo quien es Sabio


con el ser virtuoso profundiza su sabiduría.2
Año tras año, silenciosamente, remoto y recogido en su actividad secreta,
el árbol crece, extiende sus ramas y su cerco de sombra se hace cada vez más
vasto y profundo. Así ocurre con la vida interior, el carácter, la inteligencia,
así ocurre con las situaciones verdaderamente importantes, con los días
transcurridos exactamente. No se pueden apresurar los tiempos, no debemos
acelerar jamás (o querer acelerar) el curso de los acontecimientos, porque
alteraríamos inevitablemente algún detalle, fundamental para la comprensión
del conjunto. Á"ien enseña la adhesión a la evolución natural de los hechos, la
difícil paciencia de las esperas, la serenidad que no sabemos tener por nuestra
inconsciente, absurda prisa por vivir. Que no es más que prisa por morir.

Las líneas
Las líneas mutantes repiten una imagen singular, extraña quizá para los
occidentales, pero muy expresiva para la cultura china, es decir, la de la oca
real, ave más bien común en la China y cuyas costumbres fascinaron la
sensibilidad de los antiguos, observadores de la naturaleza. La oca, llamada
«real» por la espléndida variedad de su plumaje, es en la simbología igual a
la humilde oca salvaje de nuestros campos, y siempre fue considerada una
imagen de la felicidad conyugal. En la tradición más lejana, en la cual se
arraiga la sabiduría del I Ching, fue una «señal», el mensaje que el joven
enamorado enviaba a la muchacha elegida y amada. Al recibir una oca, la
mujer comprendía que la época de las escaramuzas había concluido y que
debía demostrar libremente su amor, al igual que las ocas que agitan las alas y
gritan durante los meses del celo. En el Shi Ching, el Libro de las Odas,
antología de canciones populares e himnos religiosos, el de la oca es un tema
muy frecuente, si bien su simbolismo, al igual que el del faisán, se encuentra
también en las leyendas de otros países, no sólo los orientales.

El primer seis: El pájaro Hóng3 avanza despacio, despacio* por la orilla del
río. Peligro pequeño como un niño. Hay discusiones. Ninguna culpa

Los primeros momentos de la evolución resultan difíciles y atormentados;


discutimos acerca de nuestras posturas, a veces llegamos a poner en duda
incluso la validez del trabajo iniciado con tanta dificultad. Se trata de detalles
de poca importancia porque forman parte del orden lógico de las cosas, pero
preocupan y son «pequeños peligros» para la serenidad necesaria para el
espíritu, en un tiempo que debería ser sólo constructivo.
2. L i t e r a l m e n t e : m e j o r a su s a b i d u r í a .
3. L a o c a r e a l y la grulla, q u e t i e n e n la m i s m a f o r m a d e a v a n z a r , si n o se las a s u s t a , y
lo h a c e n c o n l e n t i t u d y u n a c i e r t a m a j e s t u o s i d a d d e m o v i m i e n t o s .
4 . S e repite u n o d e los significados del i d e o g r a m a .

247
El segundo seis: El pájaro Hóng avanza muy despacio sobre una gran roca.
Bebe y come siempre más tranquilo. Fortuna

Con calma y gradualmente se logran afrontar incluso las situaciones más


difíciles, porque se completa la preparación interior y se arraigan conviccio-
nes largamente maduradas. El tiempo ayuda, la constancia sostiene; existe
una serenidad distendida que permite ver con claridad sin dramatizar,
volviendo cotidianas incluso las iniciativas más importantes, las ocupaciones
fundamentales. Un camino ascensional, tremendo por las renuncias y los
abatimientos, pero entusiasmante, ferviente, interesante de vivir.

El tercer nueve: El pájaro Hóng avanza lentamente sobre tierra firme. Un


hombre continúa y no vuelve atrás. Una mujer concibe sin parir.
Desventura. Útil castigar a los malhechores

Habrá que rechazar con todas nuestras fuerzas las desilusiones, las
derrotas, la amarga soledad, los pensamientos desesperados, de lo contrario,
lograrán vencernos. Se pierde algo, alguien se aleja para siempre, se trata de
sufrimientos inevitables pues están ligados a los días de los hombres. El
camino que conduce a la paz distendida de los altiplanos es intransitable y
fatigoso, incluso para quien está acostumbrado a las largas marchas. No
debemos ceder a la tentación de detenernos, de no creer más, de volver atrás,
sería una derrota tremenda, pero sobre todo, definitiva.

El cuarto seis: El pájaro Hóng sube muy despacio al árbol. A veces


encuentra una pequeña rama transversal. Ningún error

La inteligencia puede ser ayudada por la fortuna de encontrar a las


personas adecuadas, las soluciones provisionales pero justas; no llegamos a la
cumbre, pero es una esperanza, un respiro, un descanso.
El coraje y la voluntad de llegar vencen los acontecimientos incluso
cuando, al igual que en el caso del pájaro Hóng que vuela muy bajo y por lo
tanto no puede alcanzar la cima de los árboles, nos encontramos ante
compromisos superiores a nuestras posibilidades. En estos casos, justo es que
nos conformemos sin exigir demasiado a nuestras fuerzas.
Con paciencia y constancia se llega finalmente a la tranquilidad.

El quinto nueve: El pájaro Hóng sube despacio, despacio a la colina. Una


mujer no tiene esperanzas durante tres años.5 Al final, ya nada la
condiciona. Fortuna

El camino hacia las alturas es lento y difícil, existen preocupaciones y


pensamientos desalentadores, a menudo nos quedamos solos y nuestra misma
dimensión humana, con sus límites y sus debilidades (la esposa estéril), crea
serios obstáculos, pero la fuerza del carácter, la certeza de estar en lo justo,

5. De concebir.

248
nos hacen superar todos los impedimentos y así, vamos hacia las conquistas
más elevadas. El tiempo de Alen es un tiempo de fatigas y esperanzas, un
tiempo del hombre y su destino.

El nueve arriba: El pájaro Hóng se eleva muy despacio hacia las nubes. Sus
plumas pueden usarse para las ceremonias sagradas. Fortuna

Hasta las estrellas, un vuelo intrépido y feliz, aventura estupenda de la


mente que se asoma a la infinita maravilla de los espacios ofrecidos a los
sueños de toda conquista. Mucha paz, la satisfacción de encontrarnos en las
vísperas de grandes acontecimientos, de tener los papeles en regla tanto con
uno mismo como ante los demás, a la vida que puede considerarse fer-
vientemente vivida y planificada con la inteligencia del futuro. ATien es un
hexagrama importante incluso por este don que llega solo a la conclusión de su
mensaje, de tantas preocupaciones y de muchas fatigas, un don que el destino
prepara para todos, basta con que sepamos conquistarlo con fe y pagarlo con
una difícil esperanza.
Kwei Mei, el hexagrama siguiente, añadirá pensamientos para precisar
los momentos más importantes de ATien, para profundizar su enseñanza y
evidenciar su vastedad, porque a pesar de que tiene un valor que le es propio,
no puede comprenderse si antes no meditamos estas páginas, tan grandes que
rozan casi lo inasible.

Y las potentes voces destacadas y las quedas en fuga


se reúnen en una sola,
como perlas grandes y diminutas
caen en una taza de jade.6

6. MAO TSE-TUNG, Linche cinesi, Turín, 1968.

249
Kwei Mei: Desposar = —
54* a la hija menor 5 5

Desposar a la hija menor 1

Para alcanzar las cimas de la perfección, para ver la coronación de


nuestras fatigas, debemos comportarnos con prudencia, limitarnos a desear
sólo aquello que podemos tener, dar a cada hecho y a cada persona la
importancia debida sin comprometernos, pero también sin inútiles pretensio-
nes y absurdas arrogancias. Ésta es la enseñanza simple y sosegada, pero muy
profiinda de Kwei Mei, enseñanza diseñada por las observaciones de una
costumbre ancestral ya desaparecida del recuerdo, y sin embargo, siempre
plena de vida y rica de enseñanzas para quien sabe leer.

Cuando un hombre, aun teniendo una esposa oficial, llevaba a su casa a


otra mujer, elegida entre las hijas menores de una familia, la joven era
acogida con afecto y respeto, pero debía someterse a unas reglas de conviven-
cia muy rígidas, que no la relegaban a un rincón, pero que tampoco la
colocaban —salvo casos excepcionales— a la misma altura de la primera
esposa. Por lo tanto, el hexagrama habla de la importancia de sabernos limitar
en nuestras pretensiones, de saber ocupar nuestro lugar, de no tener
ambiciones excesivas, erradas o incompatibles con la posición y el tiempo en
que vivimos, nos enseña a adaptarnos a las circunstancias.

Tiempo de adaptarse

Continuando, presagios de desventura. Ninguna posibilidad de ventaja.


El introducir un elemento nuevo dentro de un orden preestablecido, cons-
tituye siempre un riesgo que debe analizarse con atención. Podría señalar el

1. D a r c o m o e s p o s a , u n i r e n m a t r i m o n i o , d e s p o s a r (kwei) a la hija m e n o r (mei).

250
surgimiento feliz de entusiasmos (Kan) o un perfeccionamiento importante
(Tui), pero debemos preparar las cosas de manera tal que no creen desorden,
subvirtiendo de un modo grave los valores ya constituidos. Por lo tanto, se
trata de saber distinguir lo esencial de las apariencias baladíes (Ii), a fin de
evitar ceder, y los errores, que, insidiosos, amenazan (Khan) todos los
acontecimientos.

Hablan las imágenes

Un trueno pasa sobre el pantano. Tiempo de adaptarse. Sólo el Ilumi-


nado sabe reconocer en la destrucción, el fin de las cosas.

Un hecho imprevisto sacude el orden preestablecido; se trata de pensa-


mientos, encuentros, aperturas nuevas que hemos de aceptar adaptándonos
con paciencia y seriedad a las diversas condiciones de la vida y del espíritu.
La imagen invita a meditar sobre aquello que concluye con los paréntesis
que se cierran a pesar nuestro, sobre todo lo que se pierde durante los di as y los
caminos de la existencia. El estar convencidos de esta verdad nos permite
permanecer serenos incluso cuando todo parece venirse abajo. El mirar las
cosas con calma y desapego, especialmente en épocas difíciles, es señal de
fuerza y constituye casi una victoria, una conquista de la sabiduría.

Las líneas

Las líneas mutantes, después de las duras palabras de la fórmula sa-


piencial y de la imagen, parecen una letanía de consejos y advertencias, que
por otro lado no están de más, porque cada situación nueva es fatigante, y a
todos nos resulta difícil adaptarnos en la justa medida a las circunstancias que
tienen aspectos positivos y negativos, pero que, por lo menos en el comienzo,
son interrogantes que no sabemos responder.

El primer nueve: Desposar a la hija menor como concubina. Cojear, pero


poder caminar. Afortunado avanzar

El camino que conduce a las realizaciones que nos interesan está plagado
de momentos difíciles, a menudo nos encontramos en situaciones delicadas,
no logramos emplear todas nuestras facultades, a pesar de que es más
necesario que nunca. Se avanza con fatiga, como un cojo que logra caminar,
pero con una gran dificultad. Habrá que aceptar el tiempo que resulta más
largo de lo esperado, no debemos tener prisa por llegar. La firmeza de los
propósitos será un válido sostén y la fatiga será coronada por el éxito, y tal vez,
por satisfacciones mayores de lo que hacía suponer el esfuerzo de los
comienzos.

251
El segundo nueve: A pesar de estar ciego de un ojo, élpuede ver. En el hombre
es ventajosa la firmeza interior

La segunda línea define un tiempo en el que sólo se tienen intuiciones


generales, por lo que resultará inútil que intentemos definir bien los detalles
para tener una visión exacta de la situación. La fidelidad interior en los
propósitos guía mucho mejor que cualquier consejo y nos lleva a resolver los
problemas que nos preocupan. Las dos primeras líneas analizan distintas
dificultades, que conservan siempre sus características inquietantes, como
inquietantes son los tiempos de Kwei Mei.

El tercer seis: Se espera desposara la hija menor. Se la desposa luego como


concubina

Kwei Mei es a veces el tiempo de las ocasiones perdidas por excesiva


prudencia o por haber diferido demasiado los términos de las decisiones. La
línea sugiere que seamos pacientes pero que nos mantengamos atentos; las
soluciones existirán, pero quizá no otorguen las satisfacciones que habrían
sido posibles con una intervención más tempestiva.

El cuarto nueve: Dejar pasar el período de tiempo fijado para desposar a la


hija menor. La unión se retrasa

Cuando no estemos seguros de nuestra postura o de lo que deberíamos


hacer, lo mejor será que esperemos para aclarar la situación, retrasando un
poco la solución de los problemas. El posponer las cosas suele ser un gesto de
coraje, una decisión sabia; bastará con que no prolonguemos demasiado el
tiempo de la meditación, de lo contrario, como lo sugirió la tercera línea,
corremos el riesgo de perder una ocasión adecuada y de dejar pasar un
momento favorable.

El quinto seis: El Emperador Tí da en matrimonio a la hija menor. Ella


lleva mangas reales. Las mangas de la concubina no son iguales a las de
la reina. Luna casi llena, presagio de fortuna

Un detalle sobre la historia de las costumbres que concluye con una


expresión de la antigua sabiduría campesina, que quedó misteriosamente sus-
pendida con el paso de los siglos, quizá en el ritornelo de alguna canción
olvidada.
La hija del Emperador se rebaja a una unión de rango inferior al suyo, dado
que el matrimonio de una princesa, al menos hasta los tiempos del Emperador
Tí-yi, era necesariamente una forma de descender unos peldaños en la escala
de la nobleza, puesto que ningún joven estaba a la altura —ni podía estarlo—
de la esposa real. Al casarse, las jóvenes se vestían con modestia; sólo las
concubinas podían lucir lujosos trajes, porque, a diferencia de las esposas, si
dejaban de gustar a los hombres podían ser alejadas de la casa. Con este
mensaje que describe una costumbre ya olvidada, el oráculo sugiere que

252
miremos más allá de las apariencias, que no nos dejemos tentar por las
soluciones demasiado fáciles, que no escuchemos solamente las palabras,
sino que observemos la realidad y razonemos seriamente las decisiones que
debemos tomar sin dejarnos influir por consejos ni seducir por programas que,
más tarde, no resultarán tan extraordinarios como parecen.

El seis arriba: Lajovencita sujeta una cesta no llena. El literato degüella un


carnero sin sangre. Ninguna posibilidad de éxito

Se trata de una línea negativa; es posible que no hayamos obrado en la


forma justa, quizá no hicimos las cosas adecuadas o no estábamos lo bastante
preparados para afrontar los casos que se presentaron más complicados de lo
previsto. Un tiempo de errores, hay que esperar pacientemente que pase,
ocupándolo en meditar los errores para que nos sirvan de experiencia en el
futuro, un futuro que quizás esté próximo, porque los errores indicados por
Kwei Mei no comprometen tanto la sustancia como la forma, y un error de
forma es fácilmente reparable.
Kwei Mei no es un hexagrama fundamental, como no lo son muchos
momentos de la vida, pero está plagado de indicaciones para el que quiera
recoger y profundizar la costumbre más antigua de China; se trata de un hexa-
grama que analiza el comportamiento, a menudo dejado de lado, y que es muy
importante en la vida de cada uno.
Entre ÍTien y Fang se produce una pausa meditativa en la que se habla de
prudencia y corrección, reflexiones tranquilas que constituyen el secreto de
un vivir civilizado.

El sabio bebe y no se inmuta, pero el beodo dice


que la ebriedad es la riqueza
de un día.
Escuchad bien, hombres presentes:
el Cielo no habla dos veces.2

2. CONFUCIO, Ta Chuán, Libro V, Lamentos menores, II, 2.

253
55» Fang: Abundancia — —

Abundancia 1

La composición del signo (Xan-Li) habla de su esplendor, la estructura


(Tui-Khán) sugiere su grandeza y su insidia.
Después del mensaje tranquilo de Kwei Mei, otro vuelo ferviente e
intrépido, el feliz completarse de /Cien y la espera del humano y melancólico
Lü.
Parece que en los últimos diez hexagramas el discurrir del oráculo se
vuelve más cerrado, más consecuente, más intrínsecamente conexo. La
madurez del lector completa el texto con su presencia, consciente de las
grandes verdades unidas a un lenguaje insólito—pero tan comprensible que se
convierte en algo conocido al oído y a la mente—, que encierra un libro
poético, generoso y bello como pocos entre los testimonios del saber antiguo.
Kizn habla de la conquista progresiva, Kwei Mei sugería las formas para
llegar a ellas, Fang detiene su atención en la alegría de la meta alcanzada con
los entusiasmos, las desilusiones, las esperas que acompañan a las satisfac-
ciones humanas.

Tiempo de abundancia

Tiempo feliz. El rey llega de improviso. No entristecerse. Se es como el


sol al mediodía.

La fórmula sapiencial es un estremecimiento de luz. Alcanzada la


madurez, se puede decir que, interiormente, somos tan ricos como para
iluminar al igual que el sol en pleno fulgor del mediodía; se trata, en definitiva,

1. C o p i o s o , rico, a b u n d a n t e , fértil.

254
de un momento de gracia, de una hora que no debemos dejar transcurrir en
silencio.

Hablan las imágenes

Trueno y relámpago estallan juntos. Tiempo de grandeza. Sólo un Sabio


puede resolver las controversias y sancionar las penas.

Las imágenes estremecen por la violencia de las sensaciones evocadas,


pero también, por la intrépida precisión de los ejemplos. Es el momento de
mostrarnos enérgicos; dominamos la situación y el tiempo es extraordinario,
se puede decidir, intervenir, juzgar, reaccionar con la seguridad que dan la
experiencia y el equilibrio. Todavía habrá dudas, es cierto, pero estas horas
preciosas han de vivirse activamente, definiendo las cosas suspendidas o
iniciando otras nuevas, porque logramos ver con claridad sus términos y
reconocemos los límites de nuestra disponibilidad, sabiduría más bien rara en
el hombre. Nos explayamos en una serenidad sin fin.

Las lineas

Las líneas mutantes amplían y aclaran el horizonte de la meditación, que,


en su inmovilidad aparente, es viva y festiva como las «cien ocas salvajes» en
el rollo de papel de Ma Feu, un pintor chino del siglo XII. 2
•e.

El primer nueve: Se supera al propio Rey. Aunque nos quedemos con él


durante diez días,3 no hay error. Avanzando se obtendrán reconoci-
mientos

Finalmente, cuando las posibilidades se realizan, encontramos las


condiciones adecuadas, las personas justas, y adquirimos sabiduría incluso si
conviene seguir utilizando la experiencia para no cometer errores. El tiempo
confirmará nuestra forma de obrar y estas confirmaciones serán extraordi-
narias. Los «diez di as» son un intervalo no demasiado largo, pero lo suficiente
como para aclarar las relaciones, estudiar las propuestas, arraigar los lazos.
El tiempo de Fang es, sobre todo, tiempo de acción, y las dificultades serán
eliminadas gradualmente por la claridad, la prontitud y la sinceridad de las
respuestas o de las actitudes.

2. L o s d u l c e s c o l o r e s d e la n i e b l a d e e s t a d e l i c a d í s i m a « p i n t u r a » r e p r o d u c e n la
a t m ó s f e r a f r e s c a y a p a c i b l e d e la a l b o r a d a , y l o s g r a c i o s o s p á j a r o s c o n t r a s t a n c o n las
a i s l a d a s c a ñ a s d e b a m b ú , q u e s u r g e n m i s t e r i o s a s del a g u a a p e n a s e s b o z a d a c o n ligeros
t r a z o s . Sólo u n c h i n o p o d r í a c o m b i n a r c o n t a n t a s e n s i b i l i d a d el n a t u r a l i s m o d e los
p á j a r o s c o n el i m p r e s i o n i s m o d e las c a ñ a s d e b a m b ú .
3. O t r a s v e c e s , al h a b l a r d e e s p e r a s , d e u n t r a b a j o p o r c u m p l i r , d e d e s i l u s i o n e s p o r
s u p e r a r , el o r á c u l o d e c í a « a ñ o s » , r e f i r i é n d o s e tal vez, n o t a n t o a u n t i e m p o efectivo, s i n o
a la c o n d i c i ó n p s i c o l ó g i c a d e q u i e n e s t a b a i n m e r s o en e s e t i e m p o .

255
El segundo seis: Muy tupido ese seto.* Se ve la Estrella Polar5 al mediodía.
Poniendo en marcha cosas, se obtienen sospechas y desgracias.6 Se tiene
fe como si todo estuviera claro. Fortuna

Nos resulta difícil hacernos entender cuando es mucho lo que querríamos


decir y cuando querríamos darlo todo; tememos no ser creídos o tomados en
serio, y sin embargo no existe nada más serio y sincero que nuestras
intenciones. Con un poco de paciencia y de atención a las reacciones, a las
palabras, a las actitudes o, más simplemente, a todo lo que ocurre,
aprovechamos finalmente el momento adecuado para intervenir con eficacia.
Se produce un eclipse de sol, al mediodía brillan las estrellas del norte, vividas
contra el cielo cárdeno, todo parece precipitarse en una sombra terrible; son
«señales», prodigios que ocurren, a escala menor o distinta, incluso en
nuestros días; en tiempos de zozobra, la energía debe ser equivalente a la
asombrosa realidad que aferra la fantasía y conmueve nuestros pensamien-
tos. La acción no será jamás tan concreta, feliz y concluyente.

El tercer nueve: El seto se ensancha, tupido. Al mediodía se ven pequeñas


estrellas. Él se rompe el brazo derecho. Ninguna culpa

Si podían existir obstáculos a nivel interior que podían ofuscar por un


momento la capacidad de juicio, tampoco faltan las contrariedades más
pequeñas, las cotidianas, que incluso en tiempos luminosos como los de Fang,
logran adquirir aspectos sutilmente inquietantes.
Encontramos oposiciones, nos faltan apoyos que consideramos (o quizá
lo sean) necesarios; nos faltan medios fundamentales y sin embargo, a pesar
de las apariencias, se trata de hechos que pueden dejarse de lado en la
economía de los tiempos fervientes y ricos de Fang. Esta línea, al restarle
importancia a los temores y a las angustias, nos invita a tener fe, nos alienta a
proseguir con alegría porque las conclusiones probarán que las esperanzas no
eran infundadas. Surgen nuevos problemas, pero para todos existe una
solución, al igual que toda pregunta tiene su respuesta, o por lo menos, «una»
respuesta.

El cuarto nueve: Este seto es muy tupido. Ver la Estrella Polar al mediodía.
Afortunado encontrar a un cierto Señor

Si existen momentos de abatimiento, como se ha dicho hasta ahora, no son


graves porque encontramos personas útiles, tenemos pensamientos agudos,
hallamos las soluciones adecuadas, en una palabra, existen circunstancias
imprevistas que nos alientan a continuar, y son precisamente las circunstan-
4 . L i t e r a l m e n t e : p l a n t a s a c u á t i c a s , p o r lo t a n t o « m a r a ñ a d e p l a n t a s a c u á t i c a s » , p o r
lo d e m á s las m á s c o m u n e s e n c i e r t a s z o n a s d e C h i n a .
5 . E n la s i m b o l o g í a u n i v e r s a l , l a E s t r e l l a P o l a r t i e n e u n p a p e l p r i v i l e g i a d o : el d e
c e n t r o a b s o l u t o e n t o r n o al c u a l gira e t e r n a m e n t e el firmamento, u n p u n t o d e r e f e r e n c i a
y u n p u n t o d e e n c u e n t r o e n l a i n f i n i d a d m i s t e r i o s a d e los e s p a c i o s c e l e s t e s .
6. Literalmente: enfermedades.

256
cias que hacen que el tiempo de Fang sea grande y feliz. Oscuridad al
mediodía, estrellas vivaces en un cielo que debería estar encendido, imagen de
excepcional belleza que ilustra situaciones extraordinarias. No debemos
perder el ánimo cuando se producen mutaciones tan prodigiosas.

El quinto seis: Se presentan artículos de leyes. Afortunado tener congratula-


ciones y elogios

Intervenir, «hacer» algo, en esta línea, la sugerencia de todo el hexagrama


se convierte en una clara advertencia y en una invitación precisa. Es el
verdadero sentido de Fang, el mensaje podría terminar aquí, en una apoteosis
de éxito y no habría nada que añadir si no se tratase de hechos, pensamientos,
condiciones, tiempos terrestres. Inevitablemente, la luz crea ciertas sombras,
y elI Ching no sería un libro de sabiduría humana si no recordara lo cotidiano
mientras discute lo universal; así llegamos a la sexta línea que nos conduce
bruscamente del mediodía vivaz de las estrellas, a la realidad del eclipse, una
realidad que, con frecuencia, es inquietante.

El seis arriba: Él enriquece la casa. Un seto protege a la familia. Se espía a


través de la puerta. Ojos atentos no ven figuras humanas. Durante tres
años no se ve nada. Desdicha

He aquí el verdadero peligro indicado por Khan en la estructura: existe la


riqueza, pero no somos capaces de gozarla, existen aperturas, pero no
sabemos encontrarlas; son tiempos espléndidos, pero no sabemos cómo
vivirlos. La conclusión está teñida de una melancolía infinita porque refleja
condiciones profundamente humanas de los sentimientos, del espíritu, de los
pensamientos, de la voluntad, y nos induce a meditar acerca de los peligros
ocultos incluso en aquellas cosas importantes y válidas de nuestras vidas, es
decir, esa sabiduría de la vida universal que no conoce de cansancios ni
temores, pero que escucha su ritmo siguiéndolo al pie de la letra.

Miríadas de hojas caen en torno a mi cabeza,


miles de montes aparecen ante mis ojos.
Como en un abrirse de nieblas o de nubes
súbitamente aparece el cielo azul,
de nuevo como el rostro de un amigo amado
al que por fin volvemos a ver después de una ausencia secular.1

7. MAO TSE-TUNG, Liriche cinesi, Turín, 1968.

257
56. Lü: Viajero

Viajero 1

Con Lü regresamos a una dimensión cotidiana, un taño melancólica, tre-


mendamente verdadera, humana, vivida. La figura inquieta del viandante ha-
bita el hexagrama desde la fórmula sapiencial hasta la última línea mutante; es
una sombra silenciosa que busca su camino, anónimo, igual a tantos otros,
pero precisamente por esto es una figura familiar, que tiene algo de nuestro,
algo de nuestras inquietudes, de nuestros cansancios.

Tiempo de caminar

Un poco de libertad. Caminar en la rectitud. Fortuna.

Incierta y cansada, esta sombra solitaria es nuestra misma sombra, nues-


tro caminar ansioso y distraído, a veces curioso, a lo largo de los días y los
hechos de la vida. Un hexagrama que hemos de leer para reconocernos en él,
que no debemos olvidar como se olvidan las palabras de un amigo que ha sabi-
do compartir un momento de nuestra soledad. No debemos esperar grandes
cosas en este tiempo de búsquedas; debemos ser constantes, firmes, rectos y
continuar a pesar de la fatiga, los abatimientos, la soledad. No irritemos a
nadie, no entremos en discusiones, no nos detengamos en cuestiones de poca
importancia. El viandante puede necesitarnos a todos.

1. V i a j a r , v i a n d a n t e , h u é s p e d , calle, c a m i n o , c a m i n a r .

258
Hablan ¡as imágenes

Un fuego sobre el monte. Tiempo de caminar. Sólo quien es sabio puede


aplicar los castigos con cautela y claridad. Y no permitir que se prolonguen
demasiado las discordias.

La llama que se enciende en el monte se extiende, buscando ramas secas


para continuar ardiendo; si desciende hacia la llanura amenaza las aldeas,
destruye las cosechas, se convierte en incendio. Como quien va de camino en
camino, como cada uno de nosotros recorremos los senderos de nuestras vi-
das; debemos regalar luz, y no buscar pretextos para discutir, ni imponer nues-
tra presencia provocando confusión y discordia.

Las líneas

Las líneas mutantes hablan de hechos comunes utilizando metáforas cla-


ras y ceñidas al sentido del mensaje del que constituyen ilustraciones, comen-
tarios, poesía. Es la casuística de lo cotidiano.

El primer seis: Viajero mezquino.2 Así desgarrado, él atrae sobre sí la male-


volencia3 por doquier

Sólo los intereses vastos han de constituir la meta del camino, y no las ton-
terías carentes de sentido, las fantasías que no construyen, las conversacio-
nes sin fundamento. Los encuentros válidos son aquellos por los que vale la
pena perder un día, una hora, un momento de atención; y las actitudes sere-
nas, interesadas, abiertas, abren la confianza y el corazón de los demás. La
línea sugiere el comportamiento que ha de adoptarse en cada circunstancia,
no sólo la elección de las ocasiones en las cuales detenerse, dado que cada uno
tiene un patrón propio de los valores, y con un poco de sabiduría puede siem-
pre decidir su vida.

El segundo seis: El viajero se acerca a un refugio. Él custodia sus pertenen-


cias. Nos alegra la honestidad de un joven sirviente

Existen etapas que valen, pausas de espíritu, encuentros que ayudan, la fi-
delidad de gente oscura que alegra y restituye la confianza.
Un momento positivo que ha de ocuparse serenamente. Cuando somos
sinceros y honestos es fácil que los mejores nos acompañen en nuestro ca-
mino y compartan nuestra soledad.

2. L i t e r a l m e n t e : f r a g m e n t o , p e q u e ñ e z , p o b r e z a .
3. L i t e r a l m e n t e : i n f o r t u n i o , d e s g r a c i a .

259
El tercer nueve: El viajero incendia su refugio. Él pierde a un jovencito y a
un joven siervo

Ocasiones en las que todo parece tender a la destrucción, ocasiones perdi-


das para siempre, en la «oscuridad del mediodía» no se ven ni siquiera las «es-
trellas pequeñitas», nos quedamos solos a meditar sobre nuestros errores, con
la fatiga de tener que superar angustias y temores nuevos.
Pero el Tao, el Camino, consta de luces y sombras, de cantos y silencios
que se alternan, misteriosamente próvidos, para componer nuestra variada
experiencia.
No debemos desesperarnos, pues no tendremos motivos, si observamos
objetivamente el camino recorrido, y examinamos los proyectos por realizar
cuando el día recupere su claridad. Lo que ha sido destruido ya está perdido,
será inútil que lo echemos de menos, los errores deben servir como sugeren-
cias para el futuro.

El cuarto nueve: El viajero llega a la meta. El está tranquilo por sus perte-
nencias y sus armas. Su corazón no es feliz

Realizamos pausas y existe siempre un poco de tristeza en el corazón por-


que debemos defendernos del abatimiento, no podemos templar la confianza,
no logramos mostrarnos serenos, y, sin embargo, desearíamos creer para so-
portar mejor la fatiga y olvidar el cansancio.
Lü nos enfrenta al destino con acentos melancólicos que rayan en el dolor,
pero sin dramas, como sucede en la vida, se trata de un andar hacia el fu-
turo, que sabemos que será distinto, pero de todos modos inquieto.

El quinto seis: Se lanza una flecha y no se acierta a la oca salvaje. Al final,


se recibirán elogios y estímulos

Cuando se quiere realizar, hay que mostrarse decididos y diligentes. La


experiencia nos guía con indiscutible sabiduría y, recordando sus adverten-
cias, quizá logremos obtener ventajas inesperadas, y ver en un díayang todo
aquello que esperamos y soñamos inútilmente durante los largos días yin,
cargados de fatigas y melancolías como los días de lluvia que todo viandante
encuentra en su camino.

El nueve arriba: El pájaro incendia su nido. El viajero ríe primero, y se la-


menta y llora después. Pierde un carnero mientras hay luz.* Desventura

Si nos comportamos incautamente, igual que un pájaro que construye su


nido en un lugar inseguro, corremos el riesgo de trastornar gravemente nues-
tra vida.
La superficialidad y la imprudencia nos llevan a cometer errores cuyas
consecuencias harán que nos arrepintamos de nuestra ligereza; no logramos

4 . E s decir, p o r d e j a d e z , p o r negligencia.

260
cargar con los compromisos y las fatigas para reconquistar lo que hemos per-
dido estúpidamente, porque nos encontramos demasiado desalentados y
desilusionados, pero se trata de un estado de ánimo que debemos superar pues
resulta estéril e inútil, cuando no ruinoso. El evitar estos extremos constituye
la sabiduría del equilibrio, la fuerza del espíritu, preparado para las derrotas,
pero también atento a no desviarse cuando los tiempos son favorables. El des-
tino de todos, como el del viandante, es el de caminar por muchos senderos;
encontramos a otros viajeros, nos hacemos compañía, luego volvemos a que-
darnos solos con nuestros pensamientos, nuestra melancolía, nuestros sue-
ños, nuestros recuerdos que no le sirven a nadie, pero que al menos nos hacen
un poco de compañía y que a veces nos proporcionan el consuelo de no vi-
virlos del todo inútilmente. El saber aceptar el viento y el sol, las puertas ce-
rradas, las ventanas demasiado altas para ser alcanzadas, los senderos que se
pierden y las amplias calles demasiado rectas como para confortar el viaje,
quiere decir que hemos aprendido a vivir, quizá con pocas ilusiones, pero de
un modo activo, los días de nuestro destino. Éste es, en definitiva, el sentido de
todo el I Ching.

Mijo salvaje, mazorcas caídas,


lentitud sin reposo, corazón sofocado.
Quien me conoce dice: es melancolía.
Cielo, tejado de pizarra lejano;
¿este hombre, aquí, quién, cómo?5

5. CONFUCIO, Ta Chuán, Libro 6.

261
57. Sun: Viento

Viento1
Gradualmente, con paciencia, dulzura y constancia, se va devanando la
madeja de la vida, se van descontando las horas inquietas, los pensamientos
cambian, los recuerdos se alejan. E l espíritu fuerte supera los contrastes, ven-
ce sus batallas, atrae sobre sí el interés, la devoción, el respeto de todos y crece
al acoger los problemas de los demás, siempre más vivo y laborioso, realiza
sus posibilidades.
Sun es un hexagrama que habla en voz baja, hasta podría pasar inad-
vertido si no se adhiriera tanto a muchos aspectos de la vida de todos.

Tiempo del viento

Pequeñas alegrías. Es ventajoso comenzar lo que se quiere. Útil ver a


una persona importante.

Como el ascender de /«Cien y el caminar de Lü, al volver a tomar las en-


señanzas de tantos hexagramas ya meditados, Sun subraya la importancia de
avanzar con calma y poco a poco, sin olvidar siquiera una hora de las que nos
han sido confiadas por la vida. Si contamos con una meta que alcanzar, un
problema que resolver, una situación que afrontar, debemos hacerlo con de-
cisión, pero sin apresurar los tiempos, porque la precipitación está reñida con
la sabiduría. De lo contrario, corremos el riesgo de perder algo esencial y no
tendremos la sabiduría para engarzar cada hecho en el marco que le perte-
nece y fuera del cual no tendría ni valor ni sentido.

1. P e n e t r a r , p a s a r por, c r u z a r , d e s l i z a r s e a t r a v é s .

262
Hablan ¡as imágenes

Viento que pasa y vuelve a pasar. Sólo quien es sabio piensa y reflexiona
con equilibrio sobre las cosas por hacer.
El trabajo asiduo prueba la fuerza interior; se arraigan los afectos, se re-
velan las amistades, se prueban los valores. Pero lenta, pacientemente, sin
pausas, como el viento que agita cada hoja, y logra mover incluso las hojas
afiladas de un pino, encuentra todas las fisuras, conduce el polen a su destino.
Es el simbolo del espíritu (el soplo lo llaman los chinos) que embiste las cosas;
al igual que corroe las rocas, así modifica inexorablemente los aspectos in-
teriores y exteriores, vuelve sonoro al bosque, anima la selva, desordena y or-
dena el prado.
Una acción festiva que mueve todo aquello que, de otro modo, estaría pe-
trificado, sin contar siquiera con esa efímera vida de un instante.

Las líneas

El evidenciarse de las cosas (Li en la estructura) en el lento fluir de un


tiempo que todo lo penetra y todo lo protege, por lo que los acontecimientos se
colman de significados (Tui en la estructura), está dado por las líneas mu-
tantes para subrayar la importancia del trabajo continuado, apuntando sus pe-
ligros e indicando sus valores.

El primer seis: De un lado a otro. Afortunada la rectitud de un hombre


valiente

En apariencia, el compromiso del que habla Sun parecería un devenir


tranquilo, en cambio, requiere un coraje y una fuerza excepcionales, sin con-
cesiones y sin dilaciones indolentes. Sólo así lograremos concluir los trabajos
más largos, podremos soportar las fatigas más graves, construir con solidez y
precisión, pero también con la agilidad de pensamiento necesaria para toda
creación.

El segundo nueve: El viento pasa sobre la cama. Nos servimos de una mu-
chedumbre2 de magos y adivinos. Presagio afortunado, ninguna culpa

Existen pliegues ocultos, quizá recovecos, se trata de algo extraño aun-


que veamos sólo vagos perfiles amenazantes, exaltados tal vez por la fanta-
sía, pero no del todo inventados por el miedo.
Es necesario aclarar a toda costa los aspectos oscuros de la situación, tra-
tando de penetrar (Sun) en los pensamientos y en las intenciones de las per-
sonas con las que debemos tratar (o mirar con atención los hechos que inte-
resan y preocupan) para poder guardarnos a tiempo de las sorpresas no siem-
2. L i t e r a l m e n t e : t u p i d a c o m o u n seto. Sin d u d a , la e x p r e s i ó n c h i n a es m á s viva,
p e r o i n t r a d u c i b i e , si b i e n ése es su sentido.

263
pre aceptables. Cuando el viento se convierte en huracán, se torna peligroso,
pero si el campesino observa tempestivamente las nubes negras, éstas le ad-
vierten que ha de retirar a los animales y reparar sus campos.

El tercer nueve: El viento derriba. Preocupación

Tal como ocurre en la naturaleza, incluso el tiempo de Sun tiene momen-


tos de tremenda borrasca, y es justo que nos preocupemos cuando, a pesar de
las precauciones adoptadas, nos derriba la furia de los elementos.
Debemos aclarar las razones de esta desbandada para poder dominar la si-
tuación al menos en los límites permitidos. Lentamente, hasta las fatigas más
complicadas se resolverán, inútil querer acelerar estas revelaciones. La
delicadeza de la situación exige la mayor cautela posible; llegarán los tiem-
pos del sereno evidenciarse de los hechos, es más, están muy cercanos y se-
rán brillantes, perfectos como pocos otros.

El cuarto seis: Las inquietudes desaparecen. Se caza y se capturan tres tipos


de animales salvajes3

Finalmente existen resultados concretos y mucho más grandes de lo pre-


visto. La prudente paciencia nos trae tiempos más seguros, contactos activos,
soluciones adecuadas a todo tipo de problema. Basta con que sepamos espe-
rar observando atentamente el movimiento de las cosas, según lo sugiere con
insistencia Sun, el tranquilo hexagrama de la espera.

El quinto seis: Afortunada la firmeza, las inquietudes desaparecen. Nada


que no sea ventajoso. No se inicia nada que no tenga una conclusión.
Tres días preparan la puesta en marcha de la mutaciónTres días si-
guen a la puesta en marcha de la mutación. Fortuna

La quinta línea describe la importancia de la espera, quizá una espera no


larga, pero siempre bastante difícil. Se concluyen las discusiones iniciadas
quien sabe cuándo, sin duda en tiempos más bien lejanos; se ven claramente
los pensamientos y se intuyen los sentimientos de las personas que parecían
cerradas a todo tipo de relación; se definen los límites de situaciones suspen-
didas. Los tiempos de espera son proporcionales a los de las conclusiones,
pero existe la satisfacción de ver que ciertas cuestiones pospuestas han llegado
a buen puerto, cuestiones que daban la impresión de continuar hasta el in-
finito. A estas alturas es sabio que nos conformemos con los resultados sin
pretender demasiado, al menos por el momento, sin querer ir más allá de las
posibilidades de evolución definidas por la estructura misma de todo hecho.
3. C a z a r o c a p t u r a r t r e s t i p o s d e a n i m a l e s s a l v a j e s i n d i c a b a la t a r e a b i e n p r e c i s a d e
p o n e r s e al a c e c h o e n l a s a l t u r a s y a los p i e s d e la c o l i n a , s i e m p r e a d o s n i v e l e s dife-
r e n t e s . L o s a n i m a l e s c a p t u r a d o s se dividían l u e g o e n t r e s p a r t e s : u n a e r a p a r a s e c a r l a , y
e s t a b a d e s t i n a d a a las p r o v i s i o n e s d e la c a s a ; o t r a p a r a o f r e c e r l a a los h u é s p e d e s e in-
v i t a d o s , y la t e r c e r a p a r a la c o c i n a , e s d e c i r p a r a los sirvientes, los b a t i d o r e s , e t c é t e r a .
4. L i t e r a l m e n t e : el c o m i e n z o d e la m u t a c i ó n .

264
El nueve arriba: El viento pasa sobre la cama. Se pierden pertenencias y ar-
mas. Desafortunada la firmeza

Se repite la advertencia de la tercera línea, pero con mayor precisión. El


peligro que oculta el tiempo de Sun, peligro que no es demasiado grave puesto
que no aparece Khan en la estructura, reside en el querer insistir en cues-
tiones que hay que dejar momentáneamente de lado, en vez de observar aque-
llas que ofrecen un interés más inmediato. Sun nos aconseja que hemos de
saber aceptar la sugerencia de los tiempos. Este hexagrama refleja el pensa-
miento chino, y su asombroso realismo nos provoca vértigo, porque su sabi-
duría está expresada en tonos sumisos, sin vuelos líricos, sin dramas verba-
les. El escuchar su palabra, el captar su belleza demostrará que hemos alcan-
zado una madurez interior y cultural, la madurez que,la lectura del I Ching
puede dar al lector apasionado.
Sun es una «perla» que, en el juego de las «perlas de vidrio», el más anti-
guo del mundo, brilla y no encandila como las otras, pero que resulta impor-
tante como la última pieza, que se dirige silenciosa sobre el tablero, hacia el
rey soberbiamente enrocado.

Voz de fuentes gorgotea entre pulidas piedras,


la luz del sol se congela en la oscuridad de los pinos.
Diáfana hora de la tarde: en el círculo vacío
del estanque,
en contemplada paz, el venenoso Dragón
se calma.5

5. Las trescientas poesías T'ang.


58. Tui: Recogerse

L
Recogerse 1

En su composición (Tui-Tui) —dos trigramas iguales que al superponer-


se, refuerzan su significado, ampliándolo en un mensaje—, el hexagrama di-
buja el reposo de la naturaleza (indicando el tiempo en el cual los campesinos
se quedaban en sus casas) y lo traslada a las situaciones humanas. Los fríos
del invierno (en el año agrícola chino, Tui corresponde a la estación invernal)
congelan los lagos, inmovilizan los manantiales, endurecen los campos, mien-
tras los hombres, finalmente libres de las fatigas, se acercan a las mujeres, que
se convierten en el centro cotidiano y se adueñan de un tiempo que les perte-
nece, un tiempo de ternura y de paz.
Kan inducía a meditar sobre el fin y el principio, Tui es la calma del espí-
ritu absorto en consolantes certidumbres, por ello es la destrucción (el invier-
no) y la distensión. Al cerrar el año agrícola, concluye también el poema del
hombre con un melancólico toque poético, que añade al intenso amor por la
vida, la conciencia de que precisamente esta espléndida vida es esencialmen-
te mortal. Liberado de la inmortalidad, el problema de vivir se simplifica, se
reduce a la exigencia de organizar los días de manera que, en cada grupo de
circunstancias determinadas se los exalte, para poder realizarnos en armonía
con nuestro destino.

Tiempo de recogimiento

Tiempo de serenidad. Felicidad en la rectitud.

La calma y la sonrisa aseguran el éxito en las relaciones con los demás, y


en la solución de todo problema, porque nos permiten ser objetivos, nos torna-
mos disponibles, revelan el equilibrio y la claridad de ¿deas. Tiempo de medi-

1. Llenar, completar, satisfacer.

266
tación y de sabiduría, Tui invita a reflexionar sobre lo que se ha hecho antes de
poner en marcha nuevos asuntos, pero sin dramas y sin remordimientos, sino
con la serenidad de juicio necesaria en toda decisión de la vida.

Hablan las imágenes


Aguas tendidas una sobre la otra. Tiempo de recogimiento. Sólo él pue-
de reunir a muchos amigos para meditar e instruir.
Esta imagen, una de las más gentiles y bellas de todo el texto, habla de la
amistad, de los contactos a alto nivel intelectual; describe un gozoso círculo de
Sabios, amistosamente reunidos para discutir sus problemas. El intercambio
de pensamientos, la ayuda recíproca, la afectuosa intimidad con las personas
queridas, hacen que la jornada se llene de una alegría que está entre las más
raras. Esas «aguas tendidas una sobre la otra» son una fantasía tan intrépida
que llegan a producir vértigo, la quieta conversación de los amigos nos recuer-
da dimensiones cotidianas, pero dimensiones que constituyen la felicidad de
unos pocos elegidos, la felicidad de la sabiduría.

Las líneas

Las glosas de las líneas mutantes ponen el acento en el hecho que esta sere-
nidad es una condición de la mente, una conquista larga y ardua del espíritu.
'Por ello es niás preciosa y rara.

El primer nueve: Armonía y serenidad. Fortuna

La calma interior encanta, fascina, ata a cualquiera que recoja su reflejo


luminoso. La paz de los sentimientos y de los sueños conforta a quien llega,
saluda a quien se aleja dejándole siempre un recuerdo dulcísimo. Una condi-
ción que hay que defender, y vivir en su plena belleza, para recordarla luego
como un momento de milagrosa perfección.

El segundo nueve: Serenidad confiada. Fortuna. Las inquietudes despa-


recen

No importa cuáles hayan sido las causas de las preocupaciones pasadas,


ya no lograrán turbarnos porque los problemas han sido resueltos. Son reem-
plazados por la claridad de las intenciones, la precisión de los pensamientos y
la firmeza de los sentimientos que crean una atmósfera de paz en torno a
quien, con equilibrio y generosidad de miras se prepara para recibir la más
grande comprensión de los hombres, de los acontecimientos y de los errores.
El tiempo de Tui es grandioso precisamente porque diseña el sentir mis-
mo de quien está en paz con su conciencia, de quien es fiel a las palabras, de
quien es justo al obrar según su pensamiento, que no ha variado a través de las
experiencias no siempre alegres de la vida.

267
El tercer seis: Llega el sereno. Desventura

Existen apariencias tranquilizantes, pero será mejor que seamos cautos al


dar demasiada confianza al tiempo y a los acontecimientos. El momento es
delicado, hará falta paciencia y atención, porque la linea indica la plácida bo-
nanza que tanto temen los marineros, pues anuncia una tremenda tempestad.
Las personas no son inocentes como parecen, los hechos son más graves de lo
que dejan suponer las deducciones optimistas de quien se abandona a refle-
xiones atolondradas. Incluso los tiempos serenos constan de días llenos de
preocupación, y habrá que temer a los indicados por la tercera línea.

El cuarto nueve: Buscar el recogimiento sin estar tranquilos. Si se controla


el mal2 se obtendrá un bien

Si deseamos programar, realizar, discutir, reflexionar con calma y objeti-


vidad, debemos tener ciertas certezas. Se conocen o se suponen los puntos dé-
biles de la situación, se intuyen los pensamientos hostiles de las personas,
existen procedimientos errados que hay que corregir, tarea que requiere
mucha concentración, la mente libre y el corazón sereno. La línea aconseja
que realicemos estas condiciones que son la única garantía de éxito en un mo-
mento bastante grave, pero no dramático, precisamente porque conocemos
sus aspectos negativos, sus insidias, sus dificultades.

El quinto nueve. Confianza aun en la monotonía,3 Existe un peligro

El desgaste de los sentimientos, de los entusiasmos, de la alegría de vivir,


de la paz interior es un peligro gravísimo para quien quiera hacer activo este
tiempo de meditación y de silencio, pero también de grandes hechos en gesta-
ción. Exactamente como ocurre durante el invierno, cuando los días fríos y
grises son tan monótonos y largos que parecen interminables. La monotonía
no debe convertirse en desidia, hay que recordar que este es un tiempo de pro-
gramas y de pensamientos serenos y como tal, hemos de vivirlo para encon-
trarnos con el trabajo cumplido cuando los días se tornen intensos, quizá más
de lo que nuestras fuerzas puedan soportar.

El seis arriba: Ha llegado la serenidad

La conclusión es apacible como pocas otras, en el variado discurrir de


todo el oráculo. La línea invita a gozar de este tiempo distendido, a vivirlo en
paz, sin temores ni inquietudes, porque constituye la vigilia de grandes muta-
ciones. El hexagrama siguiente hablará de una ferviente organización des-
pués de la estación tranquila, que quizá nos haya desacostumbrado a la lucha,
a las fatigas, a la atención asidua, necesaria en casi todos los momentos de la
vida, para conservar las posiciones conquistadas con tanto esfuerzo.

2. L i t e r a l m e n t e : la e n f e r m e d a d .
3. E n el d e s g a s t e d e los s e n t i m i e n t o s , e t c é t e r a .

268
La voz del arroyo
suena hasta la última bahía.
A lo largo de la costa camino
hacia el vado del sur.
Aquí y allá, en el agua,
los patos y las gaviotas se deslizan,
siempre regresan empujadas
junto a los hombres.4.

Poesías del río Wang.


5 9 . Hwán: Confusión _

Confusión 1

Pensamientos confusos, inquietudes, poca decisión, pero en su conjunto,


el de Hwán no es un tiempo negativo, como no fue negativo el caos primordial
del cual, a través de la «moderación» (/Tieh, moderación, es el hexagrama si-
guiente) de los elementos se formó, a través de milenios de plasmación, el
«cosmos», el mundo ordenado en el que vivimos, fijados en el espacio por un
pensamiento ignoto pero poderoso, que alentó el orden, calmando, dividien-
do, fijando con autoridad para siempre.

Tiempo de confusión

Tiempo de libertad. El Rey hace construir un templo para los antepasa-


dos. Útil cruzar un gran curso de agua. Ventajoso ser enérgicos.

Seria el momento de intervenir con autoridad e intentar acciones impor-


tantes, decididos al realizar los programas establecidos y que, quizá, ya
hemos pospuesto. Son tiempos activos en condiciones difíciles, pero los resul-
tados serán proporcionales al ahinco con el que intervenimos al reorganizar
situaciones y pensamientos a cualquier nivel.

Hablan las imágenes

El viento corre sobre las aguas. Tiempo de confusión. Los antiguos


Reyes hacían sacrificios en honor del Ser Supremo y construían templos
para los antepasados.

1. C r e c i d a de las a g u a s , e n s a n c h a r s e , d i s p e r s a r , d i s g r e g a r .

270
La visión del caos primordial vuelve por un instante, evocada por esta rá-
pida imagen de un viento furioso que corre sobre aguas oscuras. Pero ense-
guida, el mensaje del oráculo vuelve a expresarse. Son las obras que testi-
monian el valor personal, la capacidad de aplicarse seriamente, de realizar. Se
trata de un tiempo fatigoso, pero concretamente activo, de amplias ideas, de
trabajo intenso, sobre todo de novedades (/Tan) y de reflexiones que detienen
su atención (Kan) sobre lo que realmente vale la pena que concluyamos.

Las lineas

Las líneas mutantes son una reseña de momentos plagados de obras, entre
compromisos y preocupaciones, grandes acontecimientos y temerosas incer-
tidumbres. Y el sentido del hexagrama se convierte en un dibujo, se fija en un
cuadro.

El primer seis: Servirse del impulso de un caballo vigoroso. Fortuna

Una imagen anclada en la antigua memoria de todos los pueblos, en la que


se dibuja un caballo que sale al galope de la confusa oscuridad de lo indeter-
minado y se dirige hacia la luz. Así debe ser el impulso al aplicarnos en el tra-
bajo, tal como lo sugiere la primera línea mutante. Y recorreremos los espa-
cios tal como los recorre el caballo compañero de los dioses y de los heroes en
las empresas, según lo describen los mitos de todos los pueblos.

El segundo nueve: La ola, al correr veloz, sumerge la balsa.1 Las inquietu-


des desaparecerán

Un momento de pánico en medio de tanto fervor plagado de obras, todo


parece conjurar contra el entusiasmo de realizar y el deseo de poner orden en
las situaciones intrincadas en las que nos encontramos. Una vez más, aguas
en movimiento, olas que envuelven amenazando la voluntad. Tremendo, pero
rápido como una ola en la tempestad, pasará este abatimiento, dejando el
lugar al trabajo que hemos de concluir.

El tercer seis: Él disgrega las formas. Ninguna añoranza

A menudo, para construir hace falta destruir y empezar desde el princi-


pio, o por lo menos, eliminar de las viejas convicciones cuanto no considere-
mos válido. Se trata de una tarea de reorganización, la voluntad de imponer
orden y renovar pensamientos, relaciones, modos de vivir para poner en mar-
cha días distintos, estableciendo otras condiciones exteriores o interiores más
adecuadas a las exigencias que la mutación crea en el tiempo de todos.

2. Literalmente: el banquillo de madera, el apoyo.

271
El cuarto seis: Él dispersa a la muchedumbre. Gran fortuna. Primero,
confusión; luego se hacen grandes cosas. La gente de poco valor no tiene
estos pensamientos

Es un tiempo abierto pero difícil de comprender, porque su mensaje aún no


está claro. Son demasiados los pensamientos, los proyectos, los aconteci-
mientos, las cosas por ver como para que podamos efectuar una elección con
serenidad, y finalmente podamos organizar cuanto queremos hacer, distin-
guiendo lo negativo de lo positivo. Existe la tentación del desaliento, pero no
tiene sentido, porque si meditamos sabiamente sobre los casos humanos,
veremos que del desorden se derivan precisamente las soluciones más impor-
tantes, puesto que la confusión nos obliga a una interesante fatiga de
elecciones y decisiones. Por lo tanto, habrá que dispersar la multitud de
pensamientos inútiles, de gente sin importancia, de hueras fantasías, debe-
mos aplicarnos con atención a las soluciones válidas que el tiempo ofrece a la
voluntad y a la sabiduría.

El quinto nueve: Él disgrega grandes instituciones civiles como el cuerpo


consume el sudor. El Rey no habita en la confusión

Llega el momento de revisar incluso los principios que han regido nuestra
vida, y de reexaminar las convicciones que creíamos indiscutibles. Es proba-
ble que se hayan producido confusiones que, ahora, con la mutación de los
acontecimientos, hemos logrado evidenciar y, si surgen dudas, es justo que bus-
quemos sus raíces, porque si queremos dominar la situación, debemos devol-
ver el orden a los pensamientos y a las acciones. Como se ve, Hwán invita
repetidas veces a meditar sobre las posturas adoptadas en tiempos distintos y
a cambiar cuanto ha sido causa de incomprensiones o perjuicios.

El nueve arriba: Se derrama sangre3 y se la hace fluir rápidamente. Ningún


error

Existen peligros que hay que conjurar, peligros cercanos e inmediatos, por
lo que debemos intervenir con energía para extirpar las raíces del mal. Es el
crecimiento poderoso de la autoridad que, al igual que las aguas, amplía su
influencia interviniendo cuando es necesario, ayudando a quien está en difi-
cultad, alentando en los momentos de miedo y llevando su palabra sabia allí
donde existe ignorancia y confusión. Se preparan así los tiempos precisos de
JCieh, que verán organizado el futuro de este presente intenso, preocupado y
difícil.
Sutiles nubes por todas partes se reúnen
en el cielo sin el Río de las Estrellas,
una ráfaga pura de viento está en el aire,
la luna esparce sus amplias ondas.*

3. E n la s i m b o l o g í a u n i v e r s a l , la s a n g r e r e p r e s e n t a lo negativo.
4. Las trescientas poesías T'ang.

272
60. Kieh: Moderación

Jp

Moderación 1

Al confundirse de las cosas que esperan ser organizadas para tener un sen-
tido y encontrar una dirección, sigue siempre el tiempo del equilibrio, el tiem-
po de la medida, del trabajo organizado y de la fatiga de construir poco a poco,
sin la prisa de concluir.

Tiempo de poner en orden

Tiempo de libertad. La dureza al imponerse no conduce al logro per-


fecto.

Reorganizar enérgicamente, sí, llegar al quid de las cuestiones, pero sin


exagerar en dureza, para no provocar rebeliones que nos conducirían otra vez
al desorden del que estamos a punto de salir. En la estructura del hexagrama
está Kan, que es «inflexibilidad», pero también «poner un cimiento», y ésta
es la indicación que debemos seguir. Moderar no quiere decir ejercer pre-
siones excesivas; la moderación debe dejar intactos los entusiasmos, suscitar
la alegría de aceptar los programas, invitar a la laboriosidad sin imponer sacri-
ficios inútiles. Recordemos que A"ieh es, ante todo, un tiempo de equilibrio.

Hablan las imágenes

Sobre el pantano hay agua. Tiempo de poner en orden. Sólo quien es


sabio es capaz de aplicar las leyes calculando su importancia. Él discute so-
bre el comportamiento y sobre las acciones.
Una vez más se recuerda que ÁTieh es el hexagrama de la «mesura», es de-
cir que enseña a hacer armónicamente exac;a nuestra vida, con un trabajo

1. T e m p l a n z a , d i v i s i o n e s del a ñ o , r i t m o , m e d i d a , d a r leyes, p o n e r o r d e n .

273
puntual, preciso, capilar, manteniendo el control de las situaciones sin por ello
condicionar su desarrollo. El llevar a buen fin un programa cualquiera (Tui)
presenta inevitablemente ciertos riesgos (Khán); por lo tanto, hace falta un
entusiasmo siempre renovado (iCan), y una comprensión global de los hechos
(o de las personas), que sólo así logramos dominar o doblegar, aunque sea
con muchas dificultades (Kan). Al acercarse a su fin, parece como si el orácu-
lo quisiera discutir problemas siempre más vastos, realidades siempre más
completas, aunque su lenguaje nítido y preciso haya sufrido pocos cambios.

Las líneas

Las líneas mutantes de jfifieh, límpidas y precisas, se comentan por sí so-


las. Para comprender la dimensión de este mensaje en apariencia demasiado
tranquilo, sólo debemos recordar que el radical2 deiCieh es «bambú», símbo-
lo antiquísimo de la China que se repite en los discursos sapienciales, planta
cuya sabia flexibilidad parecida a la de la caña cede sin romperse y, una vez
pasado el viento, vuelve a erguirse inmóvil contra el cielo.

El primer nueve: No salir por la puerta interna ni por el patio. Ninguna


culpa

El permanecer dentro de los límites —porque éste es el tiempo de la pru-


dencia— resulta justo y sabio, especialmente ahora, incluso porque parece la
única alternativa posible, pero sin excedernos en cautela y sin intervenir por
principio. El oráculo aconseja adoptar el comportamiento que nos induce a
elegir el tono adecuado a cada caso y las palabras adecuadas a las circuns-
tancias, y no aquel que siempre calla por temor a errar. Ocupándonos de las
cosas, no cometemos errores porque las condiciones del tiempo de jKleh son
tales, que favorecen toda intervención voluntariosa.

El segundo nueve: No se sale por el patio ni por la puerta externa. Des-


ventura

K\éh no es un periodo de tiempo inmóvil; si por una parte, en ciertas con-


diciones de duda es mejor permanecer a la espera sin cambiar nuestras posi-
ciones, también existen razones válidas para moverse y, si no lo hacemos,
cometemos un gravísimo error. La situación indicada por la segunda linea se
detiene en esta meditación para invitarnos a observar atentamente lo que nos
interesa, y a comportarnos luego según la sugerencia de la sabiduría y del
corazón.

2. L o s r a d i c a l e s s o n c a r a c t e r e s q u e en c i e r t a f o r m a r e p r e s e n t a n el a l f a b e t o de la
l e n g u a c h i n a , p e r o se t r a t a d e u n a l f a b e t o f o r m a d o p o r i d e o g r a m a s q u e t i e n e n u n sen-
tido p r e c i s o y q u e sirven p a r a dividir los v o c a b l o s en g r a n d e s lineas, s e g ú n d e r i v a c i o n e s
de u n s i g n i f i c a d o i d é n t i c o , p r e c i s a m e n t e el d e la « r a í z » , la c u a l e n t r a a f o r m a r p a r t e d e la
c o m p o s i c i ó n del i d e o g r a m a y c o n s t i t u y e su « i d e a » f u n d a m e n t a l .

274
El tercer seis: Como sin moderación. Así tendremos que lamentarnos. Nin-
guna culpa

La moderación es una preciosa virtud porque nos da la verdadera dimen-


sión de los hechos, sabe captarlos incluso en su chata realidad, no los altera.
Sin duda, es difícil conquistar este equilibrio; las experiencias y las fatigas son
graves para todos, pero serían aún más graves las consecuencias de un com-
portamiento inadecuado. Especialmente en lo que respecta a ios hechos que
nos interesan en esta ocasión y que nos inquietan, ya sea porque no sabemos
cómo afrontarlos, o porque no comprendemos exactamente sus razones
fundamentales.

El cuarto seis: Tranquila moderación. Felicidad

Un momento activo a su manera, porque plasma el carácter, da serenidad y


fuerza, permite estrechar relaciones con distintas personas o afrontar situa-
ciones y decisiones extrañas a nuestros intereses habituales, con la clara con-
ciencia de los límites que se aceptan sin discutir puesto que se consideran ne-
cesariamente consecuentes. La actitud exterior, en armonía con los pensa-
mientos y las convicciones, será la adecuada y nos permitirá conquistar para
nuestra causa, incluso a los adversarios aparentemente más irreductibles.

El quinto Nueve: Gozar de la moderación. Iniciando faenas se obtendrán


congratulaciones

Dos son las direcciones del enriquecimiento dadas por el tiempo deXieh,
si se lo vive en armonía con las exigencias de las mutaciones: una, que va hacia
uno mismo, la propia personalidad, el carácter que se confirma en el equi-
librio y en el dominio de los instintos; la otra, que va hacia aquellos que se
acercan a una persona tan equilibrada en las palabras, tan sosegada en sus
juicios, tan atenta a los proyectos, que son iluminados por ella. La línea dibuja
la figura dulce, recogida y majestuosa del Maestro que enseña la calma sere-
na de las palabras, de los gestos, de las esperas; esta figura es preciosa para
quien vive en contacto diario con la muchedumbre desordenada y presurosa
de sus semejantes, o encuchando la inquieta turbulencia de sus propios pensa-
mientos, desordenados y fatigosos.

El seis arriba: Dureza en la moderación. Desafortunada la rectitud. Las


inquietudes desaparecen

La última línea es otra advertencia porque, hayamos superado quizá los


límites impuestos por la sabiduría o incluso por el sentido común. No importa
si tenemos razón, si, objetivamente, nuestro comportamiento es justo, sin
duda, es reprobable una toma de posición enérgica cuando no se comparte
ideas, comportamientos o decisiones. No debemos imponer con excesiva du-
reza formas o ritmos de vida, ni a nosotros mismos, porque no resistiríamos la
fatiga de respetarlos, ni a los demás, porque se alejarían desilusionados y nada

275
convencidos de la sinceridad de nuestras intenciones. Todo ha de responder a
la armonia y al orden, como las divisiones del año responden a las condi-
ciones del cielo y a las experiencias de la tierra.
No resulta fácil vivir con exactitud los días severos y organizados de Á"ieh.

Subo a la Colina del Sur a arrancar helechos


sin ver a un hombre
y el corazón me quema por la subida,

pero si al regresar veo a un hombre, tranquilo,


apacible, sereno, quieto en su sitio,
ya no me disgusta el camino.3

3. CONFUCIO, Tá Chuán, Libro 2.

276
61. Kung Fü: Fe interior _ _

W
Fe interior1

ífung Fü habla siempre de equilibrio, de firmeza, de la necesidad de for-


mar el carácter para tener un comportamiento adecuado incluso en las
circunstancias más difíciles, pero añade la exigencia de tener fe en uno mismo
para conquistar la de los demás, de ser firmes y sinceros para obtener la estima
de todos.
Las situaciones aclaradas en los tiempos de A"ieh llegarán al cumplimien-
to, los errores evidenciados en los tiempos de i^ieh podrán repararse; los in-
terrogantes dejados porÁ'ieh encontrarán alguna respuesta enXung Fü, quizá
la única posible.

Tiempo de fe interior

Tiempo de fe interior, se es feliz como un cochinillo1 y un pececito resba-


ladizo. 3 Útil cruzar un ancho curso de agua. Ventajoso ser rectos.

Una condición de gran claridad, sin prejuicios, con ideas lúcidas, espe-
ranzas fundadas, programas concretamente realizables. El cochinillo y el pez
resbaladizo expresan simbólicamente lo afortunado y lo positivo de un tiempo
en el que se evidencian los valores, se actualizan las posibilidades, se bos-
quejan cosas precisas, largamente meditadas. La honestidad de las inten-

1. C o s a s p r o f u n d a m e n t e v e r d a d e r a s , c o n f i a n z a p r o f u n d a , v e r d a d intrínseca.
2. E l c e r d o es s í m b o l o d e a b u n d a n c i a , d e p r o s p e r i d a d , al m e n o s e n el E x t r e m o
O r i e n t e , p o r q u e e n las t r a d i c i o n e s o c c i d e n t a l e s y en las d e o t r o s p a í s e s se lo c o n s i d e r a
e x p r e s i ó n d e las t e n d e n c i a s o s c u r a s , d e la p e r v e r s i d a d y d e la b a j e z a m o r a l .
3. E n la C h i n a , el p e z es s í m b o l o d e f e l i c i d a d y d e f o r t u n a , e s p e c i a l m e n t e si se t r a t a
de u n p e z « r e s b a l a d i z o » ; p o r el brillo d e sus e s c a m a s y p o r la v i v a c i d a d d e sus m o v i -
m i e n t o s , r e p r e s e n t a la inteligencia vivaz y c l a r a , q u e s a b e c a p t a r i n c l u s o los p e n s a m i e n -
tos m á s ocultos.

277
ciones, la energía de las decisiones son importantes para vivir los días precio-
sos e interesantes de J?"ung Fü, como un bello don del destino que las muta-
ciones convierten en alterno y distinto, componiendo y descomponiendo sus
líneas de la oscuridad a la luz, a través de inquietantes penumbras.

Hablan las imágenes

El viento pasa sobre el pantano. Tiempo de fe interior. Sólo el sabio


puede discutir los procesos y prorrogar las penas de muerte.4

El viento ha limpiado el cielo, ha aclarado las aguas; todo tiene trans-


parencias vivas, nada permanece oculto. La apertuta hacia los demás, y en
relación con situaciones incluso difíciles, posibilita las revisiones, una mayor
comprensión de los problemas a cualquier nivel, y la inteligencia de la vida
misma, si se quiere recorrer vastos horizontes del destino y del sentido último
de las cosas.

Las líneas

Las líneas mutantes parecen versos de líricas inconclusas, dada la grande-


za de su belleza poética; son como un dichoso fundirse de imágenes, de
sonidos, de visiones amplias.

El primer nueve: Previsiones felices. Existen pensamientos no tranquilos

La condición fundamental para que se realice lo positivo de este tiempo,


rico de momentos exaltantes, es contar con la serenidad interior y la claridad
de pensamientos, que nos permita llegar a las decisiones.
No se trata de tener dudas, reflexiones o inquietudes; hay que intervenir
con tranquilidad, pero con intransigencia en las cuestiones que nos interesan,
para concluir finalmente los asuntos suspendidos que aún nos dan cierta preo-
cupación; además debemos abrirnos a una visión más vasta de las cosas, tal
como el tiempo propone.

El segundo nueve: El pájaro Hos grita permaneciendo en la sombra. Su


polluelo está con él. La mía es una copa de vino bueno. Nosotros la com-
partiremos

El tercer seis: Él tiene un compañero. Ora golpea sobre el tambor, ora se


detiene. Ora canta, ora llora

4 . E s d e c i r , o t o r g a r el a p l a z a m i e n t o , s e g ú n el a n t i g u o c ó d i g o j u r í d i c o c h i n o .
5. L a grulla. A n t i g u a m e n t e , e n C h i n a se c r e í a q u e la grulla vivía mi! a ñ o s y q u e
p o s e í a u n a t é c n i c a r e s p i r a t o r i a d e l a r g a v i d a q u e el h o m b r e d e b e r í a h a b e r i m i t a d o . S u
c a n d o r e r a s i m b o l o d e p u r e z a , su c a b e z a rojiza i n d i c a b a la r e s i s t e n c i a d e s u p o t e n c i a

278
El cuarto seis: La luz es casi plena. El caballo sin pareja se pierde. No tienes
culpas

Tres líneas que hay que leer juntas porque constituyen un vuelo lírico que
él I Ching no había ofrecido hasta ahora al lector. El I Ching, que es sabidu-
ría, verdad, a menudo silencio, constituye también la magia y un vibrante
discurrir, que los milenios han podido rozar sólo para convertirlo en sonante,
embrujado, dulcísimo.
En el fondo, estas tres líneas agregan poco o nada al sentido total del hexa-
grama, incluso porque el ideograma mismo de K\mg Fü, tiene ya un signi-
ficado claro y abierto; la fórmula y la imagen están completas, el discurso
recoge en apostillas el mensaje, dejando al lector la dicha de una lectura sin
problemas (en efecto, se trata de un hexagrama sin problemas), acercándose a
él sin responder y regalando una pausa de paz, tan rara que hace callar a la
mente fatigada, para que no todo se pierda en el frenético trajín diario del
mundo y nos quede el eco, sosegado llamado de una grulla en la sombra...

El quinto nueve: Tener fe como un compromiso. Ningún error

El sentido de esta línea retoma el mensaje del hexagrama con la habitual


precisión del lenguaje del I Ching. Si se poseen la nobleza del ánimo y la
fuerza interior, es justo que ejerzamos nuestro ascendente sobre las personas,
que intervengamos en las decisiones, que dominemos las situaciones con
nuestro jucio. Es más, este compromiso de resolver y de ayudar a resolver
debemos sentirlo como un deber, de lo contrario malgastaremos un tiempo
milagroso como el de .Kung Fü, milagroso no sólo por las obras sino por la
dicha, de la que dejará una huella en nuestra vida.

El nueve arriba: Batir de alas que asciende hacia el cielo. Desafortunada la


rectitud

Muchos aspectos de .Kung Fü son peligrosos, porque en el entusiasmo de


tiempos tan felices ( K m ) , tendemos a olvidar los obstáculos (Kan) que, inevi-
tablemente, se interponen a las realizaciones, incluso a las más felices y
seguras. Por lo tanto, debemos vigilar siempre, escuchar los consejos de las
personas fiables, sensibilizarnos ante las advertencias.
Entonces será una verdadera época viva, luminosa, inolvidable, una
época activa, yang, que recordaremos cuando otros yin tratarán de ofuscar su
presencia. Y, como dice el hexagrama siguiente, nos daremos cuenta de que

vital, la c o n c e n t r a c i ó n del yang. « D e s p u é s d e mil años, h a r e g r e s a d o u n a grulla — d i c e


u n t e x t o d e la é p o c a T ' a n g — , la c a b e z a e m p o l v a d a d e b e r m e l l ó n , el c u e r p o v e s t i d o d e
nieve i n m a c u l a d a . » P o r e s o la grulla f u e c o n s i d e r a d a la c a b a l g a d u r a d e los I n m o r t a l e s .
L o s h u e v o s d e la grulla s e r v í a n p a r a p r e p a r a r las d r o g a s de la i n m o r t a l i d a d , y el r e g r e s o
cíclico de e s t a s a v e s se c o n v i r t i ó en s í m b o l o d e r e g e n e r a c i ó n . A s o c i a d a al c e r e z o , repre-
s e n t ó la p r i m a v e r a , y p o r su c a p e r u z a r o j a f u e a c e r c a d a al h o r n i l l o e n c e n d i d o del alqui-
mista; en e f e c t o , Pi-fang, la cigüeña, p o r su p a r e c i d o c o n la grulla, se c o n v i r t i ó en el
a n t i g u o dios d e l f u e g o , del genio, d e la investigación, del intelecto f e r v i e n t e y activo.

279
habrán sido las felicidades simples, cotidianas, y sin sombras, las que constru-
yeron los momentos más bellos.

El color del agua al crepúsculo


es aún blanco,
las ascuas del ocaso, en la sombra
se atenúan.
El loto movido por el viento es
un abanico roto;
La onda lunar que avanza
un hilo de gemas.
Cantando, los grillos se llaman
y se responden,
los patos mandarines duermen
en parejas.
Pero los pasos entran en el camino
del regreso.6

6. M A O TSE-TUNG, Linche cinesi, T u r í n , 1968.

280
Hsiáo Kwo: Pequeñas — —
62. cosas importantes

Pequeñas cosas importantes1

La atención a las pequeñas cosas, el no descuidar ningún detalle, consi-


derar lo cotidiano como una fuerza, he aquí uno de los últimos consejos del
oráculo, que constituye también un pensamiento muy profundo porque a
veces, son precisamente los hechos más insignificantes los que determinan los
resultados de un trabajo largo e importante, al igual que los matices suelen
revelar los aspectos ocultos de los hombres y de las situaciones.

Tiempo de pequeñas cosas importantes

Tiempo de fortuna. Ventajosa la rectitud. Posibles pequeñas realiza-


ciones, no posibles grandes realizaciones. Roce como el de las alas de
pájaros al vuelo. No conviene subir, conviene bajar.

Es el momento de ocuparnos de los detalles, de no tener vastos programas,


sino de poner a punto todo aquello que hemos esbozado. Existen cosas
nuevas, quizá inesperadas, que probablemente en otros tiempos habríamos
descuidado, pero sobre las que ahora es preciso que fijemos nuestra atención,
porque su presencia puede resultar fundamental. Una fórmula sapiencial muy
alusiva pero clara, al sugerirnos que seamos puntuales, atentos y precisos
para no dejar que se nos escapen los signos monitorios, detalles importantes,
minutos preciosos. Hsiáo Kwo es un tiempo de «señales», y en la China, al
cambiar las estaciones, pero sobre todo al anunciarse la primavera, las
«señales» se esperaban, se estudiaban, se acogían con respeto, más que con la
dicha natural de dejar atrás los fríos invernales para recibir a la estación más
alegre del año.2

1. P e q u e ñ e c e s q u e se i m p o n e n , c o s a s d i m i n u t a s q u e n o d e b e n d e j a r s e de lado.
2.S o b r e e s t e t e m a , c o n s ú l t e s e : E . J U D I C A CORDIGLIA, Una chiave per VI King,
Astrolabio, R o m a , 1973.

281
Hablan ¡as imágenes

Sobre el monte pasa un trueno. Tiempo de pequeñas cosas importantes.


Sólo quien es sabio puede frenar todo exceso en la modestia. Contener la
desesperación en el dolor. Controlar el exceso de la economía satisfaciendo
las pequeñas necesidades.

En la montaña, el trueno sacude mucho más de cerca que en la llanura


porque, debido al enrarecimiento del aire, se logra captar su fragor con mayor
intensidad; asi, los acontecimientos cotidianos, las actitudes habituales, los
detalles aparentemente insignificantes, adquieren una dimensión distinta si se
los observa de cerca, si se los sigue atentamente, si se los estudia con una
meticulosa puntualidad. Apariencias que parecían carecer de significado,
expresan el carácter; los sentimientos acallados resultan ser muy profundos;
redescubrimos que la cautela, a la que considerábamos temor, es lúcida pru-
dencia, verdadera sabiduría de la realidad.

Las líneas
~ Las líneas mulantes constituyen una serie de alusiones con un sutilísimo
hilo conductor, pensamientos rotos, meditaciones divagantes que componen
un mensaje confuso en una primera lectura, pero que tiene su sentido remoto,
y sobre todo, crea la atmósfera del hexagrama mismo.

El primer seis: Pájaro que vuela, presagio de desgracia

El pájaro al vuelo simboliza la imaginación que va más allá de los límites


de la realidad, una advertencia del cielo, una ligereza negativa de juicios y
pensamientos, por ello, la línea sugiere que no debemos subestimar las dificul-
tades, que no debemos imaginar que todo es fácil, porque la realidad es muy
distinta y mucho más comprometedora. No debe existir dispersión, no se
pueden recorrer horizontes demasiado vastos, los tiempos de Hsiáo Kwo son
tiempos de análisis, por lo que será inútil que miremos más allá del caso
simple, del hecho cotidiano, del detalle; inevitablemente,' acabaríamos -
equivocándonos, no haríamos más que construir castillos en el aire, como en
las fábulas.

El segundo seis: Él va más allá del antepasado. El encuentra a la antece-


sora. Él no espera al Señor. El encuentra a un siervo. Ningún error

Para el lector, las alusiones de la segunda línea son desconcertantes, y sin


embargo, dan la dimensión exacta del tiempo de Hsiáo Kwo.
Aunque tratemos de llegar lejos, debemos entregarnos a resultados
modestos pero importantes, resultados que en un momento distinto habría-
mos descuidado para ocuparnos de problemas aparentemente más importan-
tes y que, quizá por ese abandono, muchas veces hemos errado. El compor-
tamiento que sugiere esta segunda línea constituye también una forma de

282
educar el carácter; el sabernos adaptar a las exigencias de los tiempos, el
conformarnos con lo poco seguro que podamos conseguir renunciando a los
sueños, quiere decir que tenemos una visión clara de los hechos y la exacta
conciencia de nuestras posibilidades.

El tercer nueve: Descuidarse hasta el exceso. Perseguir y quizá matar.


Desventura

He aquí por qué no debemos realizar programas vastos: existen pe-


ligros que no vemos, riesgos graves que no debemos correr. Si la prudencia
es una virtud necesaria, ahora, más que nunca, sirve para protegernos, defen-
dernos, dejar transcurrir con tranquilidad los días difíciles, pero inteligentes
de Hsiáo Kwo. El futuro vendrá a nuestro encuentro por sí solo, sin que lo
pidamos, sin urgencias, extendido en el tiempo que le pertenece, como el agua
tranquila de un lago, un futuro que ha comenzado ya y que, como la
primavera, florece en distintos meses según las latitudes.

El cuarto nueve: Ningún error. Ir al encuentro y sobrepasar. Peligroso poner


en marcha asuntos. Útil que nos adviertan

Si la actitud ha sido prudente, se ven los primeros resultados, pero aún


no llegó el momento de las iniciativas porque los peligros amenazan siempre;
debemos mantenernos fieles a una línea de conducta objetiva y serena que
nos llevará hacia las conclusiones que los tiempos prometen.

El quinto seis: Densas nubes sin lluvia. Vienen de nuestras regiones


occidentales. El dignatario lanza una flecha y hace diana en el blanco
que está en la caverna

El occidente, región de la actividad, del trabajo eficaz, de las aperturas


mayores, aparece oscurecido por un nubarrón amenazante; el cielo está
cubierto; el horizonte, oscuro. Inquietudes, pero vagas; los temores son infun-
dados, las preocupaciones, —justificadas por los hechos—, están destinadas
a esfumarse al aparecer las primeras señales del sereno. Si nos parece que
existe algo que debemos hacer, o simplemente si decidimos que debemos
hacer algo, podemos seguir el impulso porque la quinta línea indica un tiempo
de acción (el occidente), pero aunque sepamos que estamos obrando con la
madurez alcanzada en estos pesados días de Hsiáo Kwo, no debemos esperar
grandes resultados. De todos modos, ya será un gran resultado el que reac-
cionemos ante el abatimiento y que nos preparemos para el futuro, sin duda
importante.

El seis arriba: No se lo encuentra, no se lo sobrepasa. Volando, el pájaro se


aleja. Desventura. Las consecuencias son males y desgracias

Los programas que quisimos realizar a toda costa eran demasiado


ambiciosos y sin fundamento, por ello, la conclusión es un desastre.

283
Las soluciones estaban cerca, pero no las vimos a tiempo, por ello existe
desaliento, amargura, desilusión. La composición nos había advertido clara-
mente que el entusiasmo creativo (/Tan) se habría topado con un tiempo firme
(Kan); la estructura nos aconsejaba que nos ocupásemos de los detalles que
habrían plagado (Sun) de grandes entusiasmos su pequeñez, evidenciándolos
en sus valores ocultos, para que sustituyeran las raras satisfacciones que se ob-
tienen al comprometernos más ampliamente y, precisamente a través de estas
ocupaciones cotidianas (Tui), habríamos formado la experiencia a la espera
de acontecimientos distintos. Caen las ilusiones, desaparecen los sueños, los
proyectos se vuelven irrealizables. La desilusión es grave, pero se puede supe-
rar y conforta el pensamiento, la certeza de que por cada tañido yin, la
campana nos regalará un tañido yang, presagio de dicha y de victorias. Bas-
tará con que reconozcamos el sonido antes que sea engullido por el silencio.

En la vida de cada día


presta atención a las cosas menudas:
enciende el fuego de los demás
con tu fuego,
abre el corazón de los demás
con tu corazón.
La vida es espléndida, inmensa
y donde hay vida, hay un tesoro.3

3 . Ho C I - F A N G , Orizzonti che si aprono, tomado de: Se cichiedida dove veniamo,


a cargo de R. Pilone, Milán, 1974.

284
63. Kí Yi: Conclusiones —

Conclusiones 1

Los dos últimos signos concluyen idealmente el / Ching, pero es K\ Yi el que,


con mayor precisión, obliga al lector a detenerse en hechos ya definidos, en los
resultados de la larga fatiga de pasar de la confusión al orden, mientras que
Wei Yi, el sexagesimocuarto hexagrama, reabrirá los casos humanos para
indicar el carácter circular del tiempo. Nos quedan por ver los detalles que no
debemos descuidar, porque dan la medida del trabajo cumplido, lo arraigan en
la solidez de un tiempo yang, confirman sus valores.

Tiempo de concluir
Pequeñas satisfacciones. Ventajosa la rectitud. Al principio, fortuna; al
final, desorden.

Aunque nos preparemos voluntariosamente a reemprender (Li en la


estructura) cuanto nos queda por concluir, existe el peligro (Khan) de que no
le demos la importancia necesaria, por ello el trabajo puede resultar inútil, y
habrá que empezar desde el principio.
Ésta es la advertencia del hexagrama para quienes inician felizmente las
obras, pero se cansan enseguida y dejan todo a la deriva. K\ Yi nos invita a
empezar con coraje desde el principio, aunque las derrotas sean demasiado
graves y amenacen con prolongarse en el tiempo.

Hablan las imágenes


Sobre elfuego está el agua. Tiempo de hechos concluidos. Sólo quien es
sabio piensa en la desventura y, previniéndola, se defiende de ella.

Si el agua hierve a la distancia justa del fuego, no se vuelca ni se consume,


sino que se mantiene caliente durante todo el tiempo que sea necesario; así, el

1. H a b e r c r u z a d o el río, c o s a s r e u n i d a s , a g o t a d o , t o d o .

285
Sabio evalúa y examina atentamente sus acciones y las situaciones que le inte-
resan para no comprometerse con errores, para vivir exactamente sus días e
interpretar exactamente sus vicisitudes.
Si nos preparamos para las derrotas, atenuaremos su alcance; será como
un sufrimiento prolongado en el tiempo, por lo tanto, será como haberlo vivido
en parte y no resultará tan grave como el que nos ocurre de improviso. La
sabiduría muy humana del oráculo contempla también estos momentos
tremendos y sugiere la forma de salir de ellos sin dramas, a menudo despro-
porcionados con respecto a las causas que los han provocado.

Las líneas

Las líneas mutantes son advertencias generales, útiles, obviamente


incluso en los casos particulares, para que el trabajo llevado a sus conclu-
siones no sea una inútil fatiga, sino la base de programas futuros.

El primer nueve: Él hace retroceder las ruedas. Un animal2 se moja la cola.


Ninguna culpa

Estamos tentados a dejarnos estar porque todo parece decididamente


favorable; es conveniente que advirtamos a tiempo que esta fe eufórica no
tiene motivos válidos, que debemos frenar los entusiasmos antes de que sea
demasiado tarde. Por lo tanto, será cuestión de emplear la prudencia, leit-
motiv de todo el texto y que constituye una elevada forma de sabiduría.

El segundo seis: La mujer olvida la cortina de la carroza,3 No proseguir.


Siete días, luego acierto

Aquí se habla de las ocasiones momentáneamente perdidas; llegará el


tiempo de reencontrarlas si verdaderamente deben introducirse en nuestra
vida. Inútil que nos desalentemos, cada cosa tiene un solo momento, el que le
pertenece, y que es siempre un momento «mágico», en el que las palabras
forman discursos, los objetos encuentran un lugar adecuado, encontramos a
las personas adecuadas dando los pasos adecuados. Lo importante es saber
que este momento existe para esperarlo con fe.

El tercer nueve: Cao Tsong destruyó la bárbara región de Kwei.'1 La mantu-


vo subyugada durante tres años. No debemos valemos de una persona
inadecuada

Los sabios consejos, la seguridad de quien guía, la firme voluntad de


triunfar, permiten realizar cuanto queremos, aunque no sea de forma inmedia-
2. L i t e r a l m e n t e : él.
3. E s decir, la c o r t i n a q u e o c u l t a b a el r o s t r o d e la d a m a c u a n d o salía e n su c a r r o z a .
4 . L a región d e los d e m o n i o s ; Kwei significa p r e c i s a m e n t e « d e m o n i o s , d i a b l o s » , y
se d a b a este n o m b r e a u n p u e b l o d e n ó m a d a s q u e l l e v a b a m á s c a r a s y s a l l a n a c a b a l g a r

286
ta, aunque para ello debamos emplear mucho esfuerzo y paciencia, y aunque
lo hagamos con muchos temores.
La garantía de este acierto está dada sólo por los medios empleados, por
las intenciones y por el empeño. No se trata de un compromiso sino de un
comportamiento recto y honesto, una adhesión sincera, una irreductible
fuerza del carácter. En definitiva, es la síntesis de tanto discurrir a través de los
multiformes signos sobre el comportamiento en toda la dimensión del
término.

El cuarto seis: Hasta los trajes más bellos se convierten en harapos.5


Prudencia al terminar el día

Hasta la dicha más bella termina; los entusiasmos se apagan; el presente,


tan querido, se deshace en recuerdos confusos; nada queda movilizado en su
dimensión momentánea como tampoco el sol se detiene en el esplendor del
mediodía; la luna, cuando está llena, comienza a menguar. Recordar la reali-
dad del movimiento y del avance de los acontecimientos es permanecer en
armonía con el propio destino, yang-yin-yang-yin, pero también es realizarla
vida aceptándola sin ilusiones y sin desesperaciones, con el sosegado estupor
de sentirnos inmersos en el Universo, parte de él, microcosmos dentro del
macrocosmos, mota de polvo y astro. El ser prudentes, significa también estar
atentos sin olvidar nuestra posición, sin abandonarnos al cansancio.

El quinto nueve: El vecino de la casa oriental mata un cordero.6 Esto no


equivale a la Ofrenda de Primavera del vecino de la casa occidental. Y
sin embargo, éste recibe mayor fortuna

Las grandes soluciones no siempe dan la satisfacción más verdadera; a


menudo basta poco, pero realizado con entusiasmo, pasión, fervor, para que
la jomada se colme de significado y se vuelva inolvidable.
«Cómo» se concluye, y no «cuánto» se recibe de las conclusiones, he aquí
la evaluación que hemos de realizar cuando lleguemos al fondo de nuestra
propia fatiga. Cuántas veces y en cuantas formas diferentes se repite esta
sabiduría en las páginas del IChing para confortar, aconsejar, dar confianza.
Son los granitos de arena los que forman las amplias playas; las invisibles y
espléndidas gotas multicolores las que constituyen los azules océanos; los
minutos silenciosos son los que forman los siglos y los milenios; las palabras
crean las amistades, ios gestos se convierten en recuerdos, las pequeñas cosas

c o m o p o s e s o s p o r s u s d e s i e r t o s h a c i a el límite o c c i d e n t a l , i n v a d i é n d o l o t o d o a su p a s o y
s e m b r a n d o el t e r r o r p o r su a s p e c t o . N o e x i s t e n d e m a s i a d o s i n d i c i o s s o b r e esta e m p r e s a ,
p e r o p r o b a b l e m e n t e se t r a t ó d e u n a d e las m u c h a s e x p e d i c i o n e s p a r a s o m e t e r a los
p u e b l o s q u e v i v í a n e n las f r o n t e r a s .
5 . E s u n a d e las m u c h a s t r a d u c c i o n e s p o s i b l e s d e u n t e x t o c o m p r e n s i b l e sólo en su
sentido, p e r o difícil d e e x p r e s a r al e s t i l o o c c i d e n t a l , q u i z á p o r q u e se h a p e r d i d o a l g u n o
de los i d e o g r a m a s q u e u n í a las f r a s e s , d e s g a s t a d o p o r el t i e m p o , c o m o o t r o s e n el texto.
6 . S e t r a t a b a d e u n gran sacrificio y m u y i m p o r t a n t e , m u c h o m á s q u e los d e n o m i -
nados «pequeños sacrificios» de primavera.

287
se emplean para construir los espacios del alma y aquellos que se abren ante
nuestra mirada.

El seis arriba: Mojarse la cabeza. Peligro

¡Cuidado con la ceguera! Ésta es la conclusión de la última línea, de-


bemos tener cuidado con no querer creer, o no querer ver, a pesar de los
consejos, lo difícil que es vivir con exactitud. Existe una situación peligrosa
sólo porque somos imprudentes; podemos evitarla con un atento examen de
las condiciones en las cuales actuamos. Cada día representa un riesgo que
debemos aceptar, y podremos superarlo si lo afrontamos con una lucidez
desencantada, con un valiente entusiasmo, tal como lo hemos leído tantas
veces en el libro de un pueblo que, aún hoy, nos enseña la fuerza y la pacien-
cia.

Me acongoja en este adiós


el día de ayer
que no se podía detener.
Me turba el corazón en el adiós
el día de hoy
que tanto daño hace.''

7. Las trecientas poesías T'ang.

288
64. Wei Yi: Inconcluso =r=

Inconcluso 1

El signo es precisamente el revés de K\ Yi, porque, al concluir su mensaje


idealmente, el oráculo inicia otro mensaje, según el esquema de la rotación
cíclica ejemplificada por el año agrícola. Podría ser una síntesis, pero no, es un
hexagrama como los demás, completo en sí mismo, ligado al anuncio que
precede la estación nueva, fecunda, creativa de Khien, el tiempo del Cielo.

Tiempo de conclusiones lejanas

Al cruzar el río, la zorra se moja la cola. Ninguna posibilidad de éxito.

Cuando las cosas se encuentran en estado de preparación, se pueden


organizar todavía para que se cumplan exactamente. Debemos ser intransi-
gentes en los propósitos, no debemos modificar la línea de conducta es-
tablecida inicialmente, a menos que sea por motivos muy serios y después de
largas reflexiones. Claro que nos queda la posibilidad de ceder a los arreglos
fáciles; es éste uno de los peligros (Khán en la estructura) del tiempo de Wei
Yi, pero si así obráramos, debemos recordar que comprometemos todo el
trabajo de preparación que tan fatigoso y difícil nos resultara.
Una vez realizadas las severas elecciones, hay que afrontar la situación
sólo cuando tengamos una visión clara (Li en la estructura) y las cosas, o las
personas, revelan incluso exteriormente (Li en la composición) su disponibi-
lidad y su realidad.

1. T o d a v í a n o r e u n i d o , j u n t a d o , c u m p l i d o , e t c é t e r a .

289
Hablan ¡as imágenes

El fuego está encima del agua. Tiempo de hechos aún no concluidos.


Sólo un Sabio, con su cauto observar, puede dividir a los seres y establecer
las leyes.

En los sesenta y cuatro hexagramas, el oráculo repite la necesidad de


distinguir y precisar (Li) para no correr riesgos inútiles, evitando con inteli-
gencia las insidias (Khán), que anidan en todo momento y en toda situación de
nuestra vida. Cuando los hechos no están aún concluidos nos encontramos sin
duda en un tiempo suspendido, por Ío tanto, al definir y reordenar deberemos
mostrarnos más sabios y prudentes que en otros momentos de la vida. De
estas puestas a punto depende el éxito o el fracaso de cuanto nos interesa. Será
conveniente que lo recordemos.

Las líneas

Como si no estuviéramos al final de una larga e inquietante lectura, las


líneas mutantes continúan desgranando impasibles el rosario de sus consi-
deraciones, invitando a la meditación y sugiriendo comportamientos adecua-
dos.

El primer seis: Mojarse la cola. Inquietud

Puede ocurrir que cuando nos creemos al final de una larga fatiga, nos
entren ganas de ceder y desatendamos gran parte del trabajo por cansancio o
falta de dedicación. Para evitar este retroceso desafortunado de ios hechos, es
necesario que dividamos el tiempo con sagacidad para no acumular tensión o
cansancio, y que preparemos los esquemas del futuro, tratando de mantener-
nos dentro de los límites del buen sentido y de la moderación. La línea puede
también describir una situación que no concluye como hubiéramos deseado; en
este caso, lo sabio es no tener prisa y esperar, —hasta que nos sea posible
hacerlo— a que lleguen los tiempos decididamente yang indicados por Kh ien,
el espléndido hexagrama que es el «futuro» más próximo de Wei Yi, el tiempo
de la creatividad feliz en la armónica evolución de las mutaciones.

El segundo nueve: Él frena las ruedas. Rectitud afortunada

Son las aperturas *de la verdadera sabiduría las que aconsejan que
debemos detenernos en el momento justo, para rever cuanto hemos hecho y
decidir sobre las conclusiones. Tiempos fervientes de la acción, tiempos
firmes de la espera, todos tienen sus casos y siguiendo sus sugerencias,
evitaremos errores y lamentaciones. Hasta el último signo, el oráculo repite
esta verdad porque es importante, porque muchas veces, los hombres,
envueltos en el devenir de sus hechos, la olvidan o no comprenden su
importancia. La prisa jamás lleva a conclusiones felices.

290
El tercer seis: Nada ya concluido. Avanzando, desgracia. Ventajoso cruzar
un ancho curso de agua

Aún quedan cosas por hacer, revisiones que efectuar, decisiones que
discutir. Poco a poco, cada pieza se colocará en su lugar, componiendo per-
fectamente el dibujo de la situación, y revelando condiciones interiores, pero
mientras tanto, antes de proseguir con el trabajo de construcción, al nivel que
sea, es necesario resolver los problemas más urgentes que quizá, habíamos
pensado que podíamos posponer. El tiempo del cumplirse de las cosas, para
nuestros hechos, no ha llegado aún. Por lo tanto, habrá que obrar con mucha
calma, preparar el futuro indagando el presente, concluir el pasado convir-
tiéndolo en experiencia válida, precisamente para no repetir esos errores.

El cuarto nueve: Feliz la rectitud. Las inquietudes desaparecen. El estallido


del rayo destruye el pueblo de Cuei.2 Después de tres años se tiene como
recompensa un gran reino

Debemos alejar con energía los pensamientos inquietos, las preocupacio-


nes, las tentaciones de ceder y de renunciar a concluir cuanto nos hemos
prefijado, porque representan una seria amenaza para el éxito y la tranquili-
dad cualquiera que sea ¡a situación en la que nos encontremos.
El resultado de esta firme toma de posición ante nosotros mismos o en
relación a los demás, según sea el caso sometido al juicio del oráculo, será un
periodo de satisfacciones, una completa victoria en las divergencias que se al-
ternan preocupantes, y nos dará la certeza de haber alcanzado finalmente
cuanto nos habíamos propuesto.

El quinto seis: Feliz la rectitud. Ninguna preocupación; el sabio es una luz.


Tener fe. Fortuna

Y llegan los momentos yang que todo hexagrama ofrece, como los ofrece
toda situación de la vida. Existen preocupaciones, que son lógicas cuando los
hechos no están concluidos, pero que no tienen razón de ser porque el compor-
tamiento ha sido sabio, las decisiones han sido las justas. Se realizan los
deseos, pero hay que tener fe, se calman las inquietudes, se aflojan las
tensiones. La línea encierra una ocasión dichosa, tratemos de vivirla en la
forma adecuada para que no se nos escape. Pues no volveremos a encontrarla.

El seis arriba: Tener fe para beber el vino.3 Ningún error. Nos mojamos la
cabeza. Esto es perder la fe

Son tiempos de preludio durante los cuales es justo que tengamos fe y que
los vivamos con valentía, con la serenidad indispensable para superar sus ine-
vitables inquietudes, reparar los errores, soportar las contrariedades sin dra-

2. Véase nota 4 del hexagrama precedente.


3. Símbolo del conocimiento y de la inteligencia de las cosas.

291
matizar. Siempre es necesaria la prudencia, los hechos no están todavía
cumplidos, el exceso de confianza en nuestra propia capacidad y en el favor
del tiempo (o en las personas y en las conversaciones de los demás), inevi-
tablemente nos llevan a cometer errores, por lo menos de valoración.
Abiertos a toda sugerencia, eso sí, dispuestos a discutir cualquier pro-
blema, listos a intervenir si fuera preciso, pero después de haber estudiado con
cautela las situaciones en las que nos hallamos para no vernos después arras-
trados por los acontecimientos difíciles de vivir.
La línea induce a reexaminar nuestra capacidad, a observar objetivamente
cuanto nos interesa, a rever, en caso de duda, las experiencias de una lectura
como la delI Ching, actual a pesar de los milenios, jamás superada por el naci-
miento y la caída de las civilizaciones, vicisitudes alternadas de la historia
como las de la vida de todos.

Hoy, destruido Ayer


prepara la entrega del Mañana,
así la Oscuridad
penetra en la Luz
el ciclo vital del Universo
se contrapone
no oponiéndose jamás,
se doblega violento
poder absoluto del Tiempo
inflexible
cambia y transforma el Existir,
imparable
continuo alternarse
yang-yin-yang-yin
código binario
del devenir.

G . B. JUDICA-CORDIGLIA

292
Indice

Introducción 7
La civilización china en la antigüedad 7
El universo del I Ching 11
La escritura china 16
La ciencia oracular en la antigua China 19
Cómo consultar el I Ching 22
Cómo leer el I Ching 24

LOS 64 HEXAGRAMAS
1. Khien: Cielo 35
2. Khwan: Tierra 39
3. Aun: Acumular 43
4. Mang: Juventud 47
5. Hsü: Esperar 51
6. Sung: Discutir 55
7. Sze: Ejército 59
8. Pi: Solidaridad 63
9. Hsiáo Khü: Animalito doméstico 67
10. l i : Caminar 71
11. Thái: Prosperidad ." 75
12. Phi: Cierre 79
13. Thung Zan: Hombres reunidos 83
14. Tá Yü: Gran dominio 87
15. ATrien: Condescendencia 91
16. Yü: Ocuparse 95
17. Sui: Conformarse 99
18. Kü: Destrucción 103
19. Lin: Acercarse 107
20. Kwán: Observar 111
21. Shih Ho: Quebrar mordiendo 115
22. Pi: Adornar 119

293
23. Po: Resquebrajar 124
24. Fü: Regresar 128
25. Wú Wang: Sinceridad 132
26. Tá Khü: Fuerza educadora 136
27. I: Nutrirse 141
28. Tá Kwo: Excesos 146
29. Khan: Peligro 150
30. O: Distinguir •• 154
31. Hsien: Unir i 158
32. Hang: Luna Creciente 162
33. Thun: Retirarse . 166
34. TáXwang: Gran fuerza 170
35. Yin: Progresar 174
36. Ming I: Luz que se apaga 178
37. Kik Zan: Gente de familia 182
38. Khv/ei: -Contraste 186
39. Aien: Dificultad : 190
40. JsTieh: Explicar 194
41. Sun: Perder 198
42. Yi: Evolución 202
43. Kwái: Decidir 206
44. Káu: Encontrarse 210
45. Yhui: Cosechar 214
46. Shang: Subir 218
47. Khwan: Ansiedad 222
48. Ying: El pozo 226
49. Ko: Renovar 230
50. Ting: La caldera 234
51. Kan: Trueno 238
52. Kan: Cimientos 242
53. Kien: Evolución 246
54. Kwei Mei: Desposar a la hija menor 250
55. Fang: Abundancia 254
56. Lü: Viajero 258
57. Sun: Viento 262
58. Tui: Recogerse • 266
59. Hwán: Confusión 270
60. Kiéh: Moderación 273
61. ATung Fü: Fe interior 277
62. Hsiáo Kwo: Pequeñas cosas importantes 281
63. Kl Yi: Conclusiones 285
64. Wei Yi: Inconcluso 289

294
I CHING

Khien Khwan

Thung Zan Tá Yü

Shih Ho

Wü Wang Tá Khü Tá Kwo Khán


Thun Ta Kwang Yin Kiá Zan Kftwei

Shang Khwan Ying

Kien Kwei Mei Fang

Kiing Fü Hsiáo Kwo KT Yi Wei Yi


METODO PRACTICO
PARA LA CONSULTA DEL
I CHING

1. Tome las tres monedas que acompañan a este libro. Atribuya el valor
2 a la cara en la que se encuentran los ideogramas chinos, y el valor
3 a aquella en la que están representados los ocho trigramas.

2. Lance las monedas al aire y sume sus valores. Obtendrá uno de los
siguientes resultados:
6=2+2+2
7=2+2+3
8=2+3+3
9=3+3+3

3. Los números pares se representan con una línea partida (yin): — —


y los impares con una entera (yang): —

4. Efectúe seis lanzamientos sucesivos y trace las correspondientes


líneas, unas sobre otras, partiendo siempre de abajo hacia arriba.
ASI, la linea ¡menor del hexagrama seoüíenara con es primer
lanzamiento, y la superior con el último. El resultado será, por ejemplo,
el siguiente hexagrama:

5. Proceda entonces a identificarlo en la otra cara de este desplegable.


En nuestro caso sería el número 18, es decir Kü.

6. Por último, busque en el libro el capítulo correspondiente a su


hexagrama y hallará en él la respuesta del oráculo a su consulta.

7. Para una información más amplia, le remitimos a la Introducción del


libro.

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