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Debo comenzar con confesar que no simpatizo para nada con partidos políticos
religiosos, incluso los mal llamados "democristianos", que las más de las veces no han
sido ni cristianos ni democráticos. La historia de los partidos protestantes en América
Central me parece vergonzosa. En Guatemala, un presidente "evangélico" fue asesino y
otro (¡un "profeta"!) resultó ser un ladrón descarado. En Nicaragua, el "Camino
Cristiano" no era cristiano ni conocía el camino. Ahora su fundador, Guillermo Osorno,
después de disolver el partido, se dejó elegir como un congresista más por el Partido
Liberal del escandalosamente corrupto Arnoldo Alemán. Y nuestro actual diputado
costarricense, el pastor Guyón Massey, ha sido simplemente un voto más en la "mayoría
mecánica" del oficialismo, a cambio de privilegios y beneficios.
No propongo a nuestros diputados que abandonen esos temas sino que amplíen su
agenda para tomar en cuenta "lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y
la fe" (Mt 23:23). Desde esa perspectiva, me permito recomendarles algunos temas
nacionales que esperan la voz profética de ustedes.
Para comenzar, no es ningún secreto que la corrupción del gobierno es uno de los
mayores problemas de este país. Hemos tenido dos expresidentes juzgados penalmente
y otro fugitivo del país. Hemos tenido el "Memorándum de la vergüenza", redacto por
el vicepresidente de la República y un diputado pariente del señor presidente. Cada
semana trae algún escándalo nuevo, pero el gobierno y los medios masivos de
comunicación se han dedicado a tratarlo como "escándalo de tres días", para que el
pueblo no lo vea como crisis moral del gobierno mismo. Hasta donde yo sepa, la voz de
nuestro diputado actual nunca se hizo escuchar en denuncia profética de tanta
corrupción.
En el último cuatrienio ha aparecido otro hecho del cual pocos costarricenses se dan
cuenta. Es el aumento de la represión violenta de la protesta pacífica. El presidente
Arias anda con un cuerpo numeroso de policía, para controlar cualquier brote de
oposición. Aumenta el número de retenes en las carreteras, especialmente hacia Limón
y otros lugares de conflicto social. Las marchas ahora se topan con barricadas y
cantidades exageradas de policías con macanas. En diferentes ciudades del país esto ha
llegado a la violencia física contra los que protestaban. En el mismo bulevar de la
Asamblea Legislativa, y filmado por las cámaras de seguridad de ella, la policía atacó a
los disidentes hasta enviar uno al hospital, dejar a otro sin unas muelas y dejar sangre en
la calle del bulevar. Pese a toda la retórica de "democracia", el país se mueve hacia un
estado represivo. Es de esperar de nuestros diputados cristianos que pongan mucha
atención en este peligroso fenómeno.
Otra área de urgente preocupación para nuestros diputados protestantes tiene que ser la
administración justa de los recursos naturales y la conservación del medio ambiente.
Diputados realmente cristianos defenderán el derecho de Sardinal y otros pueblos al
agua, en vez de desviarla para complejos turísticos y canchas de golf. Cuando el
presidente Arias declaró la minería de cielo abierto en Crucitas como "de interés
nacional", ¿dónde estaba nuestra voz profética? Paradójicamente, José Merino del Río,
de Frente Amplio, ha sido mucho más profético sobre estos temas que nuestras iglesias
y nuestro diputado.
Otro tema para nuestros diputados: ¡el estado laico! La separación de iglesia y estado es
una doctrina histórica de nuestra tradición evangélica, y el artículo constitucional que
declara nuestro país oficialmente católico ha sido fuente de discriminación en nuestra
contra. Es increíble ahora encontrar al partido cristiano tan plegado al oficialismo, que
está defendiendo el status oficial constitucional de la iglesia católica. Espero que
nuestros nuevos diputados luchen a brazo partido para eliminar esa injusta
discriminación.
A la vez, sería una cosa buena eliminar el juramento en el nombre de Dios. Además de
ser una hipocresía que llega hasta la blasfemia, porque muy pocos políticos lo toman
con la menor seriedad, tal juramento es contrario a la Biblia. El concepto de "Ha Shem",
el nombre divino, era tan elevado en el pueblo hebreo que jamás se podría tomarlo tan
livianamente; en muchas épocas ni se permitía pronunciarla. Jesús mismo prohíbe jurar
ni por eufemismos que equivalen al sagrado nombre (San Mateo 5:34-25; Santiago
5:12). Con eliminar esa hipocresía, nuestro país podría comenzar a ser un poco más
cristiano.