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UNIVERSIDAD NACIONAL

PEDRO RUÍZ GALLO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS

POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL ACADÉMICO: DERECHO

CURSO: Teoría General del Proceso

TEMA: Partes procesales y Representación procesal

INTEGRANTES:

Chilón Cueva, Armando


Cruz Salazar, Marcia Fiorela
Medina Villareal, Brenda Lucero
More Cielo, José Miguel
Seclén Fernández, Eduardo Aldair
Trujillano Burgos, Jean Paul

LAMBAYEQUE – PERÚ

2019
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 4

EL JUEZ..................................................................................................................................... 5

LOS AUXILIARES JURISDICCIONALES ............................................................................. 6

LOS ÓRGANOS DE AUXILIO JUDICIAL ............................................................................. 6

LAS PARTES ............................................................................................................................ 7

INSTITUTOS JURÍDICO-PROCESALES VINCULADOS AL TEMA DE LAS PARTES

EN EL PROCESO ...................................................................................................................... 8

Capacidad de ser parte en el proceso ................................................................................. 9

Capacidad procesal ........................................................................................................... 10

La representación en el proceso ....................................................................................... 11

LA SUSTITUCION PROCESAL ............................................................................................ 18

1.- CONCEPTO ................................................................................................................... 18

2. SUSTITUCIÓN y REPRESENTACIÓN ........................................................................ 20

3. CLASES DE SUSTITUCIÓN ......................................................................................... 21

4. EL Sustituto PROCESAL ES PARTE EN EL PROCESO .............................................. 22

5. EFECTOS DE LA SETENTENCIA EN CASO DE SUSTITUCIÓN ............................ 22

SUCESION PROCESAL ......................................................................................................... 26

l. CAMBIO DE PARTES .................................................................................................... 26

2. SUCESIÓN PROCESAL ................................................................................................. 27

2
3. SUCESIÓN A TITULO UNIVERSAL ........................................................................... 27

4. SUCESIÓN A TITULO PARTICULAR ......................................................................... 31

5. ROL DE LOS INTERVINIENTES EN I.A SUCESIÓN A TITULO PARTICULAR ... 33

5.2. LA ACUMULACIÓN PROCESAL ......................................................................... 37

LITISCONSORCIO ................................................................................................................. 47

DEFINICIÓN: ...................................................................................................................... 47

CLASIFICACIÓN: .............................................................................................................. 47

LITISCONSORCIO NECESARIO ................................................................................. 48

LITISCONSORCIO VOLUNTARIO: ............................................................................. 49

LA INTERVENCIÓN DE TERCEROS .................................................................................. 51

1. Concepto: .................................................................................................................... 51

2. Interés para invocar a un tercero: ............................................................................... 51

3. Clasificación de intervención de terceros: .................................................................. 53

Relación entre litisconsorcio necesario, litisconsorcio facultativo e intervención

litisconsorcial. ....................................................................................................................... 56

Presupuestos de la intervención litisconsorcial ................................................................ 57

Presupuestos de la intervención principal. ....................................................................... 58

DENUNCIA DE LA LITIS EN LA DOCTRINA ITALIANA Y ALEMANA ...................... 66

“DENUNCIA DE LA LITIS” .............................................................................................. 66

3
INTRODUCCIÓN

Cualquiera sea el proceso, en su aspecto formal, presupone la intervención de varias personas

(naturales o colectivas), independiente de la materia en litigio, quienes reciben la denominación

de sujetos del proceso o sujetos procesales.

En el proceso civil, en efecto, intervienen una serie de sujetos, dentro de los cuales el juez es

el sujeto central, pues él representa al poder judicial, encargado de resolver el litigio.

Tienen también vital importancia en el proceso de intervención del sujeto demandante y la del

sujeto demandado como contrincantes del derecho en disputa. El juez, el demandante y el

demandado son los sujetos principales y necesarios. Intervienen, asimismo, los abogados

defensores de las partes en el proceso, que pueden actuar simplemente como tales o como

defensores y representantes del demandante o del demandado.

También tienen intervenciones de los denominados auxiliares jurisdiccionales (cómo son los

secretarios del juzgado, los relatores, los secretarios de sala) y los auxiliares judiciales (como los

peritos, la policía judicial, los traductores, los intérpretes, los martilleros públicos, etcétera).

Tiene también injerencia en el proceso el representante del Ministerio Público (unas veces como

parte y otras como ilustrador del Juez en los que dictamina). El propio estado interviene muchos

litigios como parte en el proceso, el que lo hace Mediante los procuradores públicos, quienes

ofician como sus representantes en los procesos judiciales. Finalmente, tienen intervención

en determinados procesos los denominados terceros, que no son parte formal en el momento de

constituirse la relación procesal, pero que al ser incorporados adquieren la calidad de terceros

legitimados.

A continuación trataremos al detalle la participación en el proceso de los distintos sujetos

procesales y el de las diferentes formas cómo se incorporan en él.

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EL JUEZ

El juez, ya sea en forma unipersonal como en forma colegiada, es el que inicia la función

jurisdiccional, esto es, resuelve las controversias de derecho o dilucida las incertidumbres

jurídicas que se le proponen. La función de administrar justicia, en efecto, se ejerce por personas

naturales o físicas, a quienes el estado les confiere la potestad de resolver los conflictos que se le

sometan para su decisión. Cabe aclarar que si bien la función jurisdiccional en rigor es

desarrollada por personas naturales, empero, el Estado, para el cumplimiento de su aludida

función, ha estructurado los denominados organismos jurisdiccionales (los juzgados y los

tribunales), conformado por un solo juez o por varios jueces colegiados. Por ello es que la

persona del juez adquiere una importancia tal que a él se le confía la tutela del honor, de la

libertad, de la vida, de la propiedad de los ciudadanos, razón por la cual se le exige una serie de

requisitos especiales para su nombramiento, se le rodea de un sin número de garantías para su

ejercicio funcional y, eventualmente, se le impone sanciones cuando incurre en inconducta

funcional. La autonomía y la independencia como garantías de la administración de Justicia se

han establecido en función de la persona del juez. El juez natural es aquel que ha sido nombrado

de acuerdo con la constitución política del Estado y las leyes pertinentes que se le asigna un

determinado cargo en función a su nombramiento, con el carácter de permanente, de modo que

los usuarios de la administración de Justicia tengan conocimiento pleno de quiénes son sus

jueces con antelación al planteamiento de alguna demanda y que el demandado conozca en igual

forma al juez ante quien ha sido emplazado. Concluimos reiterando que el juez es el sujeto

central y principal del proceso.

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LOS AUXILIARES JURISDICCIONALES

En los procesos civiles también tiene intervención los llamados tanto por el código procesal

civil como por la Ley Orgánica del poder judicial auxiliares jurisdiccionales. Los auxiliares de la

jurisdicción civil están integrados por los secretarios y relatores de las salas jurisdiccionales, por

los secretarios de juzgado, los oficiales auxiliares de justicia y los órganos de auxilio judicial

(Artículo 54 CPC, Artículos 249 y ss. LOPJ). Los deberes, las obligaciones y las

responsabilidades que tienen éstos auxiliares en las actuaciones y diligencias judiciales están

determinados por la ley orgánica del poder judicial y en las normas procesales respectivas

(artículo 56 CPC). Cabe agregar que algunas de las normas relacionadas a dichos auxiliares han

quedado temporalmente suspendidas y que en tanto no sean derogadas o modificadas por una

disposición de igual rango que la aludida ley seguirá vigentes después que quede sin efecto la

suspensión.

LOS ÓRGANOS DE AUXILIO JUDICIAL

En los procesos, como se ha indicado, tienen injerencia los denominados Órganos de auxilio

judicial que colaboran con los distintos organismos jurisdiccionales en el ejercicio de sus

funciones. Estos órganos están conformados por los peritos en las distintas materias que

requieren conocimientos especiales de naturaleza científica, tecnológica, artística u otra análoga,

así como por el depositario, el interventor, el martillero público, el curador procesal, la policía y

otros órganos que determine la ley (Art.55°CPC). La ley orgánica del poder judicial señala que

son también órganos de auxilio judicial el cuerpo médico forense, el cuerpo de traducción e

intérpretes, además de los precisados por el código procesal civil (Art. 281°LOPJ).

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LAS PARTES

Normalmente en el proceso civil hay dos partes: la parte demandada y la parte demandante,

que pueden ser personas naturales, personas jurídicas, patrimonios autónomos, etc. Cada parte,

por otro lado puede estar constituida por una o más personas, dando lugar a la figura procesal del

litisconsorcio. La idea de parte excluye la de terceros. Podemos que es parte aquel, en su propio

nombre o en cuyo nombre se pide, invoca la tutela jurisdiccional de algún derecho subjetivo,

promoviendo la actuación de la voluntad de la ley contenida en el derecho objetivo; también es

parte aquel contra quien se formula el pedido. De lo anotado es posible establecer una perfecta

distinción entre el que pide la tutela jurisdiccional y aquel en favor de quien se pide la tutela.

Algo más, en el derecho sustantivo se hace también una distinción entre la parte acreedora (en

términos abstractos y genéricos) y la parte deudora (también en los mismos términos), diferente,

lógicamente, de lo que ocurre en el aspecto procesal, es decir, en la relación procesal.

Normalmente el acreedor en la relación material coincide con la posición que adopta quien es

parte demandante y el deudor con la que adopta la posición de quien es parte demandada en la

relación procesal. Por ello la importancia de determinar las partes en la relación jurídica procesal

y, luego, las partes en el proceso correspondiente, para poder explicar la presencia de la relación

jurídica procesal que nuestro ordenamiento procesal civil exige como condición para la validez y

eficacia del proceso como instrumento jurisdiccional. Empero, debemos señalar que el concepto

de parte se utiliza con más frecuencia en el ámbito procesal, de modo que parte en el proceso es

quien reclama y contra quien se reclama la satisfacción de una pretensión procesal. Los terceros

incorporados al proceso suelen considerarse como parte en el proceso, dependiendo de la

naturaleza del interés con que se incorporan a él.

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Juan Morales Godo sobre el tema que ahora tratamos escribe: El concepto de parte no es

exclusivo del proceso; está presente en otras ramas del derecho, y aun en el lenguaje común,

como bien nos recuerda Satta. En efecto, los sujetos que intervienen en el contrato suelen

denominárseles partes contratantes y, en un sentido más general, se suele denominar parte a los

integrantes de la relación jurídica sustancial, la misma que puede provenir de una relación

jurídica contractual como bien extracontractual. La expresión parte, implica la presencia de un

todo, por lo tanto, a una unidad que, en el campo del derecho sustancial puede ser el contrato, y,

en el área procesal es el proceso. Conviene señalar, entonces, la diferencia del concepto de partes

del proceso con los otros conceptos de parte. La idea de parte implica un devenir; se es parte

porque existe una unidad hacia la cual se converge; esta idea no es ajena al proceso que también

implica la idea de devenir. Sin embargo, a diferencia de los otros campos del sentido común, en

el proceso, la norma que se pretende hacer valer no es obra de las partes; no son ellas que las

crean o las imponen, ni siquiera en los aspectos formales, porque ya existen. No ocurre lo mismo

con un contrato, donde la relación jurídica es creación de las partes, generando ellas sus propias

normas sin más limitaciones que el orden público y las buenas costumbres (Art. V, Título

preliminar del Código Civil).

INSTITUTOS JURÍDICO-PROCESALES VINCULADOS AL TEMA DE LAS PARTES

EN EL PROCESO

Al tratar del tema de las partes en el proceso hay que estudiar necesariamente determinados

institutos procesales, cuyo examen doctrinario y legislativo abordamos a continuación,

empezando naturalmente con el estudio de lo que se entiende por capacidad de ser parte en el

proceso.

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Capacidad de ser parte en el proceso

La capacidad de ser parte en el proceso implica en principio aptitud de ser titular de los

derechos materiales o sustantivos en controversia o, mejor, aptitud para afirmar en un proceso

que se tiene la calidad de titular de tales derechos. También se dice que quien es parte en un

proceso es quien tiene la legimatio ad causam, de modo que, por ejemplo, un menor de edad, un

enfermo mental, etc., pueden ser perfectamente parte en un proceso. Lo importante es que el

hecho de ser parte en un proceso importa pretender ser titular de un derecho en conflicto

amparado por la ley, pues, recién en la sentencia se determinara si en efecto quien hizo la

referida afirmación es realmente el titular del derecho alegado o no.

El código procesal civil señala, como regla general, que toda persona natural o jurídica, los

órganos constitucionales autónomos, la sociedad conyugal, la sucesión indivisa y otras formas de

patrimonio autónomo, pueden ser parte material en un proceso (Art. 57 CPC).

El estado y sus dependencias también pueden ser parte en el proceso civil, ya sea como

demandantes o como demandados. El ordenamiento procesal civil señala que cuando el estado y

sus dependencias, o las empresas públicas y privadas con participación económica determinante

de aquel, intervienen en un proceso civil, cualquiera sea la calificación o ubicación procesal que

se le asigne, se someterán al poder judicial sin más privilegios que los expresamente señalados

en el código procesal civil (Art. 59 CPC). De lo contrario se violaría el principio de socialización

del proceso (Art. VI, T.P., CPC).

Las personas jurídicas de derecho público externo igualmente pueden ser parte en un proceso

civil, como, por el ejemplo, el caso de la cruz roja internacional, que puede ser demandante o

demandada ante los organismos judiciales del país.

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Capacidad procesal

La capacidad procesal, es decir, la legitimatio ad processum, solo la tienen aquellas personas

naturales que por sí mismas pueden intervenir en el proceso; más preciso, aquellas personas que

se hallan habilitadas por la ley para hacer valer sus derechos por si mismas planteando la

demanda, contradiciéndola y realizando determinados actos procesales. Esto nos explica aún más

la distinción que hay entre ser parte en la relación material (parte acreedora y parte deudora) y

ser parte en la relación procesal (parte demandante y parte demandada). Si el titular de un

derecho pretendido en el proceso coincide con la misma persona que interpone válidamente la

demanda diremos que esa persona que interpone válidamente la demanda diremos que esa

persona no solo es parte en el proceso sino también tiene capacidad procesal. En otras palabras,

la capacidad procesal importa tener capacidad para obrar por sí mismo en el proceso. La

capacidad procesal normalmente se adquiere a los 18 años de edad, pues esta constituye una

forma de ejercitar los derechos civiles (Art. 42 CC). Solo las personas naturales tienen capacidad

procesal; en atención a que esta importa intervención personal y directa en el proceso.

El código procesal civil, recogiendo el concepto anotado, señala que tienen capacidad para

comparecer por si en un proceso las personas que pueden disponer de los derechos que en él se

hacen valer, así como aquellas a quienes la ley se lo faculte (Art. 58 primer párrafo CPC). La

pregunta que surge a continuación es: ¿quiénes pueden disponer válidamente de los derechos que

en un proceso se discuten? La respuesta, formulada genéricamente, es que para disponer de tales

derechos válidamente se debe tener capacidad de ejercicio de los derechos civiles, que como lo

establece el código civil (Art. 42 CC) se adquiere a los 18 años de edad, con la salvedad que

dicho numeral señala.

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El mismo código procesal civil prevé que tienen capacidad para conferir representación

designando apoderado judicial se entiende dentro de un proceso o fuera de el para hacerlo valer

en el proceso las personas que también pueden disponer de los derechos que en él se debaten

(Art. 58 primer párrafo, CPC). Es que para conferir poder dentro del proceso se supone que el

representante (quien va a conferir poder) se ha apersonado válidamente al proceso, lo que

importa que quien confiere representación tiene capacidad procesal.

Cuando el código prevé que las demás personas deben comparecer al proceso por medio de

representante legal (Art. 58 primer párrafo. CPC), se refiere a aquellas personas que no tienen

capacidad procesal, aludiendo a aquellas que no pueden comparecer al proceso por sí mismos.

Como ejemplo señalamos el caso de las personas físicas que no pueden ejercitar válidamente sus

derechos civiles, el caso de las personas jurídicas que son entes ideales, etc.

La representación en el proceso

La representación importa la celebración de negocios jurídicos en nombre de otra persona y

que sus efectos son vinculantes para el representado. La representación se ha establecido para

satisfacer necesidades humanas. Si no existiera este instituto la actividad del hombre se reduciría;

el patrimonio de los incapaces, por ejemplo, no sería pasible de negocios jurídicos. Mediante la

representación se suple la falta de capacidad de ejercicio de los derechos civiles de las personas.

Nuestro ordenamiento civil establece que el acto jurídico puede ser realizado mediante

representante y que la facultad de representación la otorga el propio interesado o la confiere la

ley (Art. 145º CC).

En el orden procesal, toda persona, natural o jurídica, o entes singulares como los patrimonios

autónomos, tiene derecho para intervenir en el proceso para defender sus intereses en

controversia. Pero hay casos en el que el titular del derecho en litigio en el proceso no tiene

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capacidad procesal (no ha cumplido, por ejemplo, los 18 años la persona natural); en estos

supuestos, terceras personas señaladas por la ley son las que intervienen en nombre y

representación de los incapaces. Estamos aquí ante la denominada representación legal. En

cambio, hay supuestos en los cuales la persona titular de un derecho en controversia en el

proceso tiene capacidad procesal, pero por múltiples razones, puede ponerse en la situación de no

poder intervenir personalmente en el proceso, caso en el cual perfectamente puede delegar en

terceras personas su representación, de modo que éstas intervengan en representación del

litigante. En estos casos estamos frente a la denominada representación voluntaria. Finalmente,

hay también supuestos en los cuales el Juez es quien designa al representante, como el caso de la

designación del curador procesal; en este caso estamos frente a la denominada representación

judicial o representación judiciaria autorizada, naturalmente por ley.

Para la válida intervención de los representantes en el proceso, éstos deben acreditar

fehacientemente su calidad de tales, de lo contrario el Juez debe rechazar su participación o, en

su caso, la parte contraría tendrá perfectamente la facultad de cuestionar la intervención del

tercero que invoca una representación. El padre del hijo menor de edad demandante, que ejerce

la patria potestad, por ejemplo, acreditará su representación en el proceso presentando la partida

de nacimiento del menor; el representante de una saciedad comercial podrá acreditar su

personería con la representación de su estatuto. Tratándose de la representación voluntaria, quien

se apersona al proceso en nombre de alguna de las partes, acreditará su personería presentando el

poder conferido en la forma señala por la ley, por ejemplo, la escritura pública que contenga el

poder conferido. Finalmente, la representación judicial, para el nombramiento del representante

debe cumplirse determinados requisitos y trámites que el ordenamiento procesal determina; solo

así tendrá valida representación.

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A) La representación legal en el Código Procesal Civil.

El Código trata de la representación legal en el titulo relativo a la representación procesal. La

representación legal en los procesos se ha establecido también para cubrir una necesidad, de lo

contrario, por ejemplo, los incapaces no tendrían la posibilidad de que sus derechos sean

defendidos en los casos que fuesen violados o desconocidos por terceras personas. Es que los

intereses de todas las personas tienen que estar tutelados por el derecho. Por ello es que la ley

también, en determinados supuesto, impone la obligación de representar.

El ordenamiento procesal civil señala que las personas naturales que no tienen libre ejercicio

de sus derechos comparecen al proceso representadas según dispongan las leyes pertinentes (Art.

63º CPC). Tratándose de personas naturales, el CC determina que son representantes de los

menores de edad los padres que ejercen la patria potestad (Art. 419º CC) y si no estuvieran

sujetos a la patria potestad el tutor designado (Art. 502º CC); el curador de bienes del incapaz

representa en juicio a éste (Art. 603º CC).

Las personas jurídicas están representadas en el proceso de acuerdo a lo que disponga la

Constitución, la ley y el respectivo estatuto (Art. 64º CPC). Las personas jurídicas, pueden ser de

derecho público y de derecho privado. Las primeras, a su vez, pueden ser de carácter externo,

como la Cruz Roja Internacional, la Organización de Estados Americanos, etc.; y de carácter

interno como el propio Estado peruano, las Universidades nacionales del país, las

Municipalidades, etc. Las segundas, las personas jurídicas de derecho privado, están constituidas

por las asociaciones, las fundaciones, los comités, las comunidades campesinas y nativas,

reguladas por el CC, y las sociedades de carácter civil y comercial, reguladas por la Ley General

de Sociedades. Estas personas jurídicas tienen capacidad de ser parte del proceso, pero no tienen

capacidad procesal -capacidad para ejercer sus derechos en el proceso-, por tratarse de personas

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ideales, pueden hacerlo a través de sus representantes legales (personas naturales o físicas)

señalados por la Constitución, por la ley de su creación, por su respectivo estatuto o por su

documento de constitución. Naturalmente, tratándose de personas jurídicas de derecho externo,

su representación está determinada por sus propios ordenamientos jurídicos. Tratándose de

personas jurídicas de derecho interno, éstas son representadas en el proceso de acuerdo con lo

que dispongan la carta magna, la ley y el respectivo estatuto.

B) La representación convencional en el Código Procesal Civil

La representación procesal convencional, emerge de la voluntad de aquel que quiere ser

representado en la celebración de actos jurídicos, confiriendo el efecto el poder correspondiente,

en el que se fijarán los actos para los cuales se confiere la representación y sus alcances. El acto

jurídico, como está regulado por el Código Civil, puede ser realizado mediante representante,

salvo disposición contraria a la ley; la facultad de representación la otorga el interesado o la

confiere la ley (Art. 145º CC). Puede conferirse representación a una sola persona o varias. Si

son varias los representantes, dice el Código Civil, se presume que lo son indistintamente, salvo

que expresamente se establezca que actuarán conjunta o sucesivamente o que estén

específicamente designados para practicar actos diferentes (Art. 147º CC).

En el orden procesal, quien tiene capacidad para comparecer por sí mismo al proceso y

disponer de los derechos que en él se discuten puede nombrar uno o más representantes

voluntarios, llamados también representantes convencionales o apoderados. Sin son varios, lo

serán indistintamente y cada uno de ellos asume su responsabilidad por los actos procesales que

realice. No es válida la designación o actuación de apoderados conjuntos, salvo para los actos de

allanamiento, transacción o desistimiento (Art. 68º CPC).

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Cabe aclarar que el tratamiento del poder, que consideramos una institución netamente

procesal, es diferente del tratamiento del mandato, que eminentemente de orden civil. En este

sentido, cuando el CC menciona o utiliza la palabra poder hay que comprender que se está

refiriendo al instituto que en doctrina se conoce como poder de representación. Cuando se hace

alusión al poder de representación nos estamos refiriendo a la facultad que tiene el representante

para negociar, celebrar y ejecutar actos jurídicos de orden material en nombre del representado.

A continuación, examinamos algunos temas relacionados con la representación voluntaria y al

poder regulados por el Código Procesal Civil.

a) ¿Qué tipo de personas directamente pueden conferir poder? Quien tiene capacidad

procesal, es decir, quien tiene capacidad para comparecer por sí mismo al proceso y disponer de

los derechos que en él se discuten, puede nombrar uno o más apoderados para que intervengan

en él en su nombre y representación (Art. 68º CPC). Es decir, solo las personas naturales están en

aptitud de conferir poder de forma directa y personal.

b) Requisitos para ser apoderado. La persona designada como apoderado debe tener

capacidad procesal, es decir, capacidad para comparecer e intervenir por sí mismo en el proceso.

Por siguiente solo las personas naturales son las únicas que pueden ser nombrados apoderados.

(Art 70º CPC)

c) Formas como se puede conferir poder. El Código Procesal Civil habla de clases de poder

atendiendo a la formalidad empleada para conferir el poder. El Código, señala que el poder para

litigar se pude otorgar solo por escritura pública o por acta ante el Juez del proceso, salvo

disposición legal. Para su eficacia procesal el poder conferido mediante escritura pública no

requiere estar inscrito en los Registros Públicos (Art. 72º CPC).

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d) Facultades generales y especiales que se pueden otorgar. Estudiamos en primer lugar

cómo está regulado nuestro ordenamiento procesal civil las facultades generales que se pueden

conferir para intervenir en los procesos civiles y a continuación trataremos de las facultades

especiales que se otorgan con los mismos propósitos.

El tema de facultades generales está regulado por el numeral 74º del Código Civil. Hay que

señalar que cuando un litigante otorga facultades generales confiere al representante las

atribuciones suficientes para intervenir y desarrollar actos procesales en su nombre, excepto en

los supuestos en los cuales la ley exige la presencia personal del litigante en su actuación o el

ordenamiento procesal requiere de facultades especiales para su intervención.

La representación general se entiende otorgada para todo el proceso. Esta representación,

como está regulado en nuestro ordenamiento procesal civil, legitima al representante para

intervenir en el proceso y realizar todos los actos del mismo, con la limitación de los casos en los

cuales el Código Procesal Civil exige la intervención personal y directa del litigante (Art. 74º

CPC).

Como se ha indicado, para determinados actos procesales específicos, el Código exige que el

representante ostente facultades especiales. Se requiere del otorgamiento de facultades

especiales, para realizar todos los actos de disposición de derechos sustantivos y para demandar,

reconvenir, contestar demandas y reconvenciones, desistirse del proceso y de la pretensión,

conciliar, transigir, someter a arbitraje las pretensiones controvertidas en el proceso, sustituir o

delegar la representación procesal y para los demás actos que exprese la ley (Art. 75º CPC).

e) Apoderado común. Hay procesos en los cuales una o ambas partes están conformadas por

varias personas. Aquí tenemos la presencia de la institución procesal del litisconsorcio, el que

supone que en la situación de partes hay más de una persona. En estos supuestos esas personas

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tienen que actuar de forma conjunta o mediante apoderado común. Para este efecto todos tienen

la obligación procesal de suscribir he escrito correspondiente o de nombrar un apoderado común.

Si no lo hicieran, el Juez les debe exigir la actuación común o el nombramiento de apoderado

común en 10 días, bajo apercibimiento de designarlo por ellos. La resolución que contiene el

nombramiento es título suficiente para acreditar la personería del apoderado común que

representa a los litigantes que conforman una de las partes, el que necesariamente tiene que ser

uno de los abogados (Art. 76º, primer y segundo párrafo, CPC).

f) Sustitución y delegación del poder. Sustitución y sucesión procesal. Sustitución. Significa

acción de sustitución, es decir, poner a una persona o una cosa en lugar de otra; en tanto que

sucesión significa acción o efecto de suceder y tiene una connotación semejante a la anterior, que

podríamos sintetizar en el hecho de que una persona o cosa entra en lugar de otra o le sigue a

ésta.

Conforme al Código Procesal Civil el apoderado puede sustituir sus facultades o delegarlas,

siempre que se encuentre expresamente autorizado para ello (Art. 77º, primer párrafo, CPC).

En primer término, en relación a la sustitución del poder, debemos indicar que en los procesos

civiles es posible que el demandante o el demandado confieran a su apoderado la facultad de

nombrar a un nuevo apoderado que lo sustituya en la actuación procesal, de modo que este nuevo

representante voluntario actúe en nombre y representación de la parte litigante que se ha

otorgado la representación originaria.

La sustitución del poder es diferente de la sustitución procesal. En un litigio, las posiciones de

demandante y de demandado (relación procesal) corresponden a los titulares de la relación

jurídica substancial (relación material), que actúen ya sea en forma personal o mediante

representantes legales o voluntarios. Sin embargo, hay supuestos en los cuales en lugar del titular

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de derecho comparece al proceso en curso un tercero, que actúa en interés propio, pero

defendiendo el derecho titular en debate. Este tercero se constituye en parte dentro del proceso,

es decir, en sujeto de la relación procesal, cuya intervención puede ser consentida por el titular

del derecho material o puede producirse contra su voluntad.

LA SUSTITUCION PROCESAL

1.- CONCEPTO

Palacio, define la sustitución procesal señalando que se da "cuando la ley habilita para

intervenir en un proceso, como parte legítima, a una persona jurídicamente vinculada. por un

derecho o una obligación de garantía, a uno de los partícipes de dicha relación", con lo que queda

dicho que la sustitución en lo procesal requiere la interdependencia de dos intereses claramente

diferenciados: por un lado el del sustituido, que se nos aparece como titular de una relación

jurídica subyacente con otra persona, y por el otro el sustituyente que, en virtud de la ley, podrá

intervenir en el proceso iniciado entre los anteriores como parte legítima y en reemplazo del

primero.

Carnelutti, en el marco de la doctrina italiana, explica este fenómeno de la interdependencia

de intereses que sirve de base a la sustitución procesal: "El principio a tener en cuenta es el de la

interdependencia de intereses. Que el derecho de alguien sea respetado, puede ser útil, no sólo a

él, sino también a otros, en el sentido de que la satisfacción de un interés de estos otros dependa

de dicho respeto. Toda una serie de instituciones procesales enraízan en este principio. Muy

característico es el caso del acreedor, hace poco mencionado: el manufacturero puede pagar a

quien le ha proporcionado la materia prima, si su cliente le paga lo manufacturado, y, por

consiguiente, que el crédito del primero sea satisfecho no es sólo un interés suyo, sino también

de su proveedor. Imagínese, en otro sentido, la hipótesis de quien haya contraído dos

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matrimonios con dos personas vivas; es indudable que una de éstas tiene, junto a él, interés en la

nulidad del matrimonio por él contraído con la otra. He aquí hipótesis en las que se comprende

por qué una persona pueda afirmar y hacer valer en juicio el derecho de otra".

Calamandrei, distingue la legitimación normal de la anormal. "Mientras normalmente -señala-

en los sujetos de la relación sustancial coincide la legitimación ad causam activa y pasiva

(legitimación normal), cada vez más numerosos son en las legislaciones modernas los casos de

legitimación anómala, en que el poder de provocar la providencia judicial sobre una relación

sustancial, es atribuido a personas (o contra personas) distintas de los titulares de la relación

misma. Esta excepcional escisión entre el derecho y el poder de hacerla valer enjuicio, se

verifica, por ejemplo, en los casos de legitimación por categoría, en que el poder de accionar

para modificar judicialmente una cierta relación o status corresponde a personas pertenecientes a

un determinado círculo familiar o social, distintas de las que son directamente partícipes de la

relación controvertida: otro ejemplo de legitimación anómala es precisamente el de la sustitución

procesal, la cual sin embargo, se distingue de las demás figuras que entran en este más vasto

fenómeno, por valer en juicio el derecho del sustituido. En efecto, el sustituto procesal está

legitimado para hacer valer en juicio el derecho ajeno, porque entre él y el sustituido existe un

relación o situación de derecho sustancial en virtud de la cual, a través del ejercicio del derecho

del sustituido, el sustituto viene a satisfacer un interés individual suyo propio".

Con estas aclaraciones, la idea de sustitución procesal gira sobre algunos pivotes que

claramente emergen en el análisis del concepto: dualidad de intereses, legitimación anómala y

ejercicio de un derecho ajeno por interés propio, todo en virtud de un mandato legal.

La dualidad de intereses ha quedado debidamente explicitada en las líneas anteriores, y en la

diferencia con la sucesión procesal. Ratifiquemos solamente para una mejor profundización del

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concepto, que la presencia del interés del sustituyente no excluye la presencia del interés del

sustituido: he aquí la mencionada idea de dualidad que se debe remarcar.

La legitimación anómala, según la clara terminología de Calamandrei, es característica de la

sustitución, toda vez que el derecho (legitimatio ad causam) aparece luego de la sustitución,

ejercido por quien no es su titular, sino por un tercero. Por ello lo de anómala, aunque bien cabe

ratificar que ese tercero no es absolutamente ajeno a tal derecho: no es su titular, pero su

ejercicio le interesa en defensa propia.

En virtud de ese interés jurídicamente relevante, la ley por ello lo de mandato legal-le faculta

a ejercer enjuicio un derecho que le es ajeno.

A modo de resumido concepto, señalamos que la sustitución procesal implica la legitimación

de un tercero ajeno al proceso, pero interesado en su resultado, para ejercer la acción o la defensa

en el mismo en virtud de un mandato legal.

2. SUSTITUCIÓN y REPRESENTACIÓN

"Mientras el representante hace valer en juicio un derecho ajeno en nombre ajeno (es decir, un

derecho del representado a nombre del representado), el sustituto hace valer en juicio un derecho

ajeno en nombre propio (es decir. Un derecho del sustituido, en nombre del sustituto); lo cual

significa. Que, mientras en la representación parte en causa es el representado y no el

representante, en la sustitución es parte en causa el sustituto, no el sustituido".

"La sustitución procesal se diferencia -dice MICHELl- por consiguiente, de la representación,

en cuanto no sólo el sustituto obra en nombre propio, sino en interés propio o, en general, por

aquel interés del que es portador".

Además de la cuestión referente a la posición procesal que ocupa cada uno -el sustituto es

parte que actúa en nombre propio, el representante no es parte, sino el representado-, es dable

20
también señalar que la representación puede ser voluntaria o necesaria, mientras que la

sustitución reconoce su origen exclusivamente en un mandato legal y, por último. El

representante no sufre los efectos de la sentencia, en cuanto a que la cosa juzgada no lo abarca.

Ya veremos en su momento que la sentencia engloba a ambos sujetos en caso de sustitución.

3. CLASES DE SUSTITUCIÓN

Según sea la visualización del tema, existen diversos tipos o clases de sustitución que

conviene señalar:

a. Se habla de sustitución activa para conceptual izar a aquella en la cual el sustituto

interpone la pretensión en lugar del sustituto, actuando consecuentemente en el rol de actos (v.

gr, acción subrogatoria). En cambio, con el rótulo de sustitución pasiva se engloban los

supuestos en los cuales el sustituto reemplaza al sustituido en el rol de demandado.

b. La clasificación antes señalada tiene relación con otra, que distingue la sustitución

originaria de la sucesiva, según que se produzca en la iniciación del proceso o en el decurso de

éste.

c. También se subdivide la sustitución en espontánea o provocada, según que el fenómeno

procesal se produzca a instancias del sustituto, quien se apersona al proceso a tales efectos, o

bien por convocatoria del sustituido.

d. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, la clasificación más importante es la que

distingue la sustitución absoluta o total de la relativa o parcial.

En sentido estricto, es la sustitución absoluta o total la que corresponde al fenómeno procesal

de la sustitución, pues en ella el sustituto desplaza completamente al sustituido en el marco del

proceso. En cambio, la sustitución relativa o parcial donde el sustituto actúa juntamente con el

sustituido, constituye un caso de transformación que analizaremos oportunamente,

21
e. No se puede dejar de mencionar la distinción que hace Podetti: sustitución procesal

como facultad del sustituto, en el cual éste decidirá su participación en función exclusivamente

de obtener un beneficio (v. gr., acción subrogatoria) sin que su omisión le ocasione un perjuicio,

y sustitución procesal como carga, imperativo del propio interés. "pues persiguen liberarse o

hacer menos onerosa una obligación propia".

4. EL Sustituto PROCESAL ES PARTE EN EL PROCESO

Es éste un aspecto esencial del tema que estamos tratando, puesto que ya en el supuesto

estricto de sustitución, como es la sustitución absoluta, donde el sustituto reemplaza,

excluyéndolo. Al sustituido, como en los casos de transformación, el sustituto es parte en el

proceso.

5. EFECTOS DE LA SETENTENCIA EN CASO DE SUSTITUCIÓN

Si bien como principio básico es dable señalar que, en caso de sustitución, tanto espontánea

como provocada, la sentencia a dictarse se extiende a ambos sujetos, es indudable que debemos

remitimos a cada figura en particular, y que ya hemos tratado, donde surgirán específicamente

los efectos de la sentencia.

F''‘) La sucesión procesal es otro instituto regulado novedosamente por el Código Procesal

Civil. Para conocer su naturaleza y sus alcances, en vista de que no existe una exposición de

motivos del Código, hay que recurrir al examen literal de las normas pertinentes. La sucesión

procesal tiene lugar cuando una persona que es parte en el proceso, por razones voluntarias (por

ejemplo, la transferencia de la cosa litigiosa) o por razones ajenas a la voluntad (como el

fallecimiento del litigante), deja su calidad de parte en el proceso a otra, quien asume la

titularidad del derecho en debate y adquiere plenas facultades para intervenir en el proceso, es

decir, adquiere las atribuciones de actuar en su propio nombre y por derecho propio.

22
Supongamos que en un proceso en que se debate el mejor derecho a la propiedad de un

inmueble, el demandante transfiere los derechos y acciones sobre la cosa litigiosa a favor de un

tercero; en este caso, el adquirente asume no sólo la titularidad del derecho en debate, sino

también la calidad de demandante. Esta sucesión normalmente se produce tratándose de derechos

patrimoniales, pues no tendrá lugar tratándose de derechos intuitu personae, como es el caso de

una demanda de divorcio. Depende de la naturaleza de la pretensión procesal en controversia.

Igualmente, como consecuencia de la muerte del actor, quienes asumen la misma posición que

tenía el fallecido en el proceso y la calidad de titulares expectaticios del derecho material en

debate son sus sucesores declarados testamentariamente o mediante resolución judicial,

dependiendo también de la naturaleza de la pretensión procesal.

El Código Procesal Civil establece que por la sucesión procesal un sujeto ocupa el lugar de

otro en un proceso al reemplazado como titular activo o pasivo del derecho discutido (Art. l08°,

primer párrafo, CPC).

En principio, al fallecimiento de una persona física, le sucede en el derecho discutido el

heredero designado testamentariamente o establecido mediante el trámite de la sucesión

intestada. El Código Civil establece que desde el momento de la muerte de una persona los

bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores (Art.

669º CC). Se presenta la sucesión procesal cuando fallecida una persona que sea parte en el

proceso, es reemplazada por su sucesor, salvo disposición legal en contrario (Art. 108º, inc. 1,

CPC). Sucesor es el heredero de una persona fallecida. El heredero puede instituirse mediante

testamento, que es el instrumento mediante el cual una persona dispone de sus bienes, total o

parcialmente, para después de su muerte y ordenar Sil propia sucesión dentro de los límites de la

ley (Art. 686º CC). En el caso en que no se hubiera instituido heredero mediante testamento se

23
recurre al procedimiento de la sucesión in testada. En este caso la herencia corresponde a los

herederos legales, a cuyo procedimiento se acude no sólo cuando el causante muere sin dejar

testamento, sino también en los demás supuestos fácticos que señala el numeral 815º del Código

Civil. En estos casos la falta de comparecencia de los sucesores determina que se nombre por el

Juez, a petición del interesado, al curador procesal con quien continuará el desarrollo del proceso

(Arts. 61° Y 108º, sexto párrafo, CPC).

. También se presenta la sucesión procesal cuando al extinguirse o fusionarse una persona

jurídica sus sucesores en el derecho discutido comparece y continúan el proceso (Art. 108º, inc.

2, CPC). No entendemos cómo se presentaría el supuesto de que una persona jurídica al

extinguirse tenga sucesores. Da la impresión de que en el texto del Código se ha utilizado

indebidamente la conjunción disyuntiva "o". Lo que el legislador quiso decir, se infiere, es que la

sucesión procesal puede producirse cuando una persona jurídica se extingue por' fusión. Por

ejemplo, puede darse el caso que una persona jurídica que es parte en el proceso se fusione a

otra; en este caso la entidad absorbente asume la titularidad del derecho controvertido y se

constituye en sucesora de la entidad litigante extinguida; esta persona jurídica sucesora tiene que

apersonarse al proceso. Es que el patrimonio de la persona jurídica que se fusiona a otra

incorpora su patrimonio a ésta y, si ello es así, la entidad absorbente asume el activo v el pasivo

patrimonial, encontrándose dentro de ellos el derecho controvertido en un proceso, hecho que

justifica la intervención de la entidad absorben te como sucesora de la persona jurídica

extinguida. Aquí un tema de reflexión: ¿Una persona jurídica que tiene un derecho patrimonial

en discusión en un proceso podrá extinguirse? Consideramos que no. En todo caso, la persona

jurídica que tiene patrimonio se liquida o si ha cumplido con su objetivo se da por terminada.

24
En el supuesto previsto en el párrafo anterior, así como en el supuesto regulado por el inciso 1

del aludido artículo 108º del Código, si no comparecen los sucesores se tiene que nombrar

curador procesal para la continuidad del proceso.

Se presenta, igualmente, la sucesión procesal cuando el adquirente por acto entre vivos de un

derecho discutido sucede en el proceso al enajenante, que supone la adquisición de la titularidad

del derecho en debate. Esta enajenación se produce mediante un acto jurídico, oneroso o gratuito,

nominado o innominado; puede producirse, por ejemplo, una cesión de créditos o la cesión de la

posición contractual, que son también mecanismos de transmisión de derechos y obligaciones.

En este supuesto, el Código prevé una regla especial, pues la parte contraria puede oponerse no a

la sucesión sino al apartamiento del litigante originario, caso en el cual el enajenante debe

mantenerse en el proceso como litisconsorte de su sucesor (Art. 108º, inc. 3, CPC). Hay casos en

los cuales el litigante recurre a la enajenación del derecho en controversia para evadir su

declaración personal ofrecida por su contrario. Con la regla anotada se evita que los litigantes

inescrupulosos acudan a la anotada maniobra.

El Código Procesal Civil consigna en forma un tanto vaga e ininteligible otro supuesto de

sucesión procesal cuando dice que se produce esta figura en el supuesto que el plazo del derecho

discutido vence durante el proceso y el sujeto que adquiere o recupera el derecho sucede en el

proceso al que lo perdió (Art. 1 08º, inc. 4, CPC). No sé en tiende si se refiere al plazo de

prescripción, al plazo de caducidad o a otro tipo de plazo. No encontramos un caso práctico que

se subsuma dentro de la anotada norma para explicar su sentido, por lo que llegamos a la

conclusión que se trata de una norma inútil.

La última parte del numeral que comentamos establece que será nula la actividad procesal que

se realice después que una de las partes perdió la titularidad del derecho discutido (pongamos,

25
transfiere sus derechos y acciones del derecho controvertido). Si transcurridos 30 días de la fecha

en que se produce la pérdida de la titularidad del derecho no comparece el sucesor al proceso

éste seguirá con un curador procesal nombrado a pedido de parte (Art. 108º, último párrafo,

CPC). Se infiere que el proceso tendrá que paralizarse hasta que el sucesor se apersone a la causa

o hasta que se apersone el curador procesal nombrado. Con la previsión contenida en la última

parte del mencionado artículo carece de sentido la regulación contenida en el sexto párrafo de

dicha norma.

Como corolario de lo expuesto debemos anotar que la transferencia de un derecho que se

discute en juicio obliga la incorporación del sucesor al proceso en reemplazo de la parte

originaria, incorporación que interesa a ambas partes, la que dependerá de la posición que ostente

en relación a la pretensión procesal en debate. El juez, en su caso, al recibir el escrito de

apersonamiento, determinará el tipo de sucesión que se invoca y luego emitirá la resolución

incorporando o no al solicitante, actividad que implica establecer la legitimidad del tercero para

intervenir en el proceso, denominada por algunos estudiosos legitimidad derivada, pues la

sucesión procesal importa en el fondo la intervención de un tercero en el proceso.

SUCESION PROCESAL

l. CAMBIO DE PARTES

Si bien quienes participan en un proceso e individualizan de tal manera la relación procesal

normalmente permanecen en el ambivalente carácter de actor y demandado hasta su finalización,

no se puede sostener que esta regla es absoluta. Ante determinadas situaciones, puede variar la

identidad de las partes, ya sea estrictamente por el cambio del sujeto que la integra por otro o

bien por adición -de sujeto singular a sujeto múltiple- o por detracción -de sujeto múltiple a

sujeto singular-.

26
Este fenómeno no pasa desapercibido para las legislaciones procesales que, en mayor o menor

medida, lo contemplan. A su vez, dentro del marco genérico del denominado cambio de partes,

abarcador de todos los supuestos de mutaciones que describimos, resulta imprescindible

distinguir diversas categorías que comprenden diferentes situaciones.

2. SUCESIÓN PROCESAL

"En términos generales -dice Palacio- cabe hablar de sucesión procesal siempre que, a raíz de

la extinción, pérdida de legitimación o modificación sustancial producida en la composición de

una de las partes, ésta es reemplazada en el proceso por una persona distinta", concepto que no se

puede escindir de la norma genérica del art. 3262 del Cód. Civ. [argentino]. Según la cual "las

personas a las cuales se transmitan los derechos de otras personas, de 1-". Manera que en

adelante puedan ejercerlos en su propio nombre, se llaman sucesores. Ellas tienen ese carácter, o

por la ley o por la voluntad del individuo en cuyos derechos suceden".

En consecuencia, bien se pueden señalar como caracteres específicos de la sucesión procesal,

dos aspectos: en primer lugar, una de las partes en el decurso del proceso sufre una variación

importante en su esencia (extinción, pérdida de legitimación o modificación sustancial), y en

segundo lugar, como consecuencia de tal circunstancia, se produce su reemplazo por una persona

distinta que anteriormente permanecía ajena al proceso en cuestión.

Coexisten dos tipos de sucesiones procesales -a título universal y a título singular- que luego

analizaremos.

3. SUCESIÓN A TITULO UNIVERSAL

El arto 43 CPN [Código Procesal de la Nación argentina] señala, bajo el título de "Muerte o

incapacidad": "Cuando la parte que actuare personalmente falleciere o se tornare incapaz,

27
comprobado el hecho, el Juez o tribunal suspenderá la tramitación y citará a los herederos o al

representante legal en la forma y bajo el apercibimiento dispuesto en el art. 53, inc. 5".

Obvio resulta señalar que el presente artículo se limita a las personas físicas que actuaren

personalmente en el proceso, y que se contemplan dos supuestos diferentes: uno de ellos, la

muerte de la parte que actúa personalmente; el otro, la incapacidad de la misma. La muerte de la

parte que actúa personalmente motiva un supuesto de sucesión a título universal, no así la

incapacidad donde la parte sigue siendo la misma, pero carente en aptitud para realizar

personalmente actos procesales válidos.

Comprobado fehacientemente el fallecimiento de una de las partes que actuare personalmente

en el proceso, el Juez debe proceder conforme lo señala el arto 43, suspendiendo el mismo y

ordenando la citación de los herederos o el representante legal. Como principio entonces, valga

desde ya afirmar que la muerte de una de las partes no lleva automáticamente a la extinción del

proceso, el que continuará tramitándose con los herederos o representantes legales. Este principio

general reconoce· algunas excepciones en aquellos procesos en que alguna de las partes asume

tal entidad que constituye la razón del mismo, v. gr., la muerte del que debe ser declarado

interdicto o inhábil, sin perjuicio de que aun en estos casos, ya los efectos de dilucidar cuestiones

incidentales, el proceso continúe.

Para ello el magistrado debe señalar un plazo para que los interesados concurran a estar a

derecho, citándolos directamente si se conocieran sus domicilios, o por edictos durante dos días

consecutivos, si no fuesen conocidos.

No varía el principio porque se trate de una parte que haya sido declarada rebelde, quien

también debe ser citada. Se ha de recordar que el rebelde, según lo establece el arto 64 CPN,

puede comparecer en cualquier momento del proceso sin que éste se pueda retrogradar. En tal

28
caso, cesará el procedimiento en rebeldía y será tenido como parte, por lo que no existe razón

para obviar la citación de sus herederos.

La citación a los herederos o al representante legal se debe hacer bajo apercibimiento de

continuar el juicio en rebeldía en el supuesto de domicilio conocido y citación directa; y de

nombrarles defensor si fueren citados por edictos por desconocerse su domicilio.

El término heredero que utiliza el art. 43 debe ser entendido en sentido amplio. Como

sinónimo, pensamos, de sucesor monis causa.

Doctrinariamente se ha afirmado que en nuestro derecho "hay dos clases' de sucesores mortis

causa: los herederos y los legatarios. Los primeros son sucesores universales. Continúan según el

concepto romano, la persona del causante. Tienen derecho a acrecer eventualmente, responden

ultra vires. Los legatarios en cambio. Son sucesores singulares, no confunden su patrimonio con

el del causante ni continúan su persona, su responsabilidad por las deudas de aquél se limita al

valor de la cosa legada".

A ello cabría agregar la figura del legatario de parte alícuota, cuyo carácter de sucesor

universal ha suscitado opiniones dispares, pero a quien se le ha reconocido la posibilidad de

intervenir en el proceso sucesorio en carácter de parte. Distinciones aparte, y a los efectos del art.

43, creemos que todos ellos son herederos en el sentido amplio del término consecuentemente

deben ser citados.

El representante legal a que hace mención el artículo es el administrador de la sucesión (CPN.

art. 709).

A su vez, mientras dure el estado de indivisión de la herencia, todos los herederos. Con la

extensión que le hemos dado al artículo. Se hallan legitimados para intervenir en calidad de parte

29
en el proceso de trámite. Producida la división y aprobada la partición, la legitimación se

desplaza hacia el heredero adjudicatario del derecho o el objeto en litigio.

Consecuentemente, contra la actuación en el proceso de herederos no adjudicatarios con

posterioridad a la partición es procedente la excepción de falta de legitimación para obrar (CPN,

art. 347, inc. 3) que emerge manifiestamente. El heredero no adjudicatario en la cuenta

particionaria del bien litigioso. Carece de legitimatio ad causam.

El heredero interviniente en el proceso lo toma en el estado en que se encuentra teniendo

plena validez los actos procesales anteriores, y actúa con los mismos derechos y obligaciones

que la parte primitiva, con la sola excepción del art. 356, inc. 1, CPN. La intervención del

heredero en el proceso tampoco altera la competencia del juez interviniente en la causa, salvo el

único supuesto en que la sucesión se realice en la persona del demandado y se trate de una

pretensión personal, en cuyo caso funciona el fuero de atracción del sucesorio (Cód. Civ., art.

3284).

Señala PODETTI: "También puede influir la sucesión procesal en la excepción de arraigo.

Así, se ha exigido arraigo, y se produce la sucesión del sujeto a quien le fue exigido, por quien

está domiciliado en el lugar donde tramita el pleito, el arraigo no procede".

Por último. "valga señalar que la suspensión del trámite como decisión judicial por la muerte

de una de las partes interrumpe el término para la perención (CPN, arto 311), puesto que se trata

de un claro supuesto de suspensión por disposición del juez que contempla el mencionado

artículo. Tal suspensión del término de la perención se debe computar a partir del decreto que

ordena la suspensión del principal hasta la notificación de la reanudación del proceso ya por

comparendo de los herederos, por declaración de rebeldía, o por nombramiento de defensor, en

su caso.

30
Sucesión de personas de existencia ideal.- El art. 48 del Cód. Civ., texto ordenado por la ley

17.711, explica: "Termina la existencia de las personas jurídicas que necesitan autorización

expresa estatal para funcionar:

1) por su disolución en virtud de la decisión de sus miembros. Aprobada por la autoridad

competente;

2) por disolución en virtud de la ley, no obstante, la voluntad de sus miembros, o por haberse

abusado o incurrido en transgresiones de las condiciones o cláusulas de la respectiva

autorización. O porque sea imposible el cumplimiento de sus estatutos, o porque su disolución

fuese necesaria o conveniente a los intereses públicos;

3) por la conclusión de los bienes destinados a sostenerlas.

La decisión administrativa sobre retiro de la personería o intervención a la entidad dará lugar

a los recursos previstos en el art. 45. El juez podrá disponer la suspensión provisional de los

efectos de la resolución recurrida".

Un supuesto de sucesión de persona de existencia ideal se da en los casos de absolución,

fusión o transformación de sociedades.

4. SUCESIÓN A TITULO PARTICULAR

El CPN, siguiendo la distinción realizada por ALSINA, titula “Sustitución de parte”, en su art.

44, el supuesto que, en rigor, contempla la sucesión a título singular o particular. En tal sentido

señala: "Si durante la tramitación del proceso una de las partes enajenare el bien objeto del litigio

o cediere el derecho reclamado, el adquiriente no podrá intervenir en él como parte principal sin

la conformidad expresa del adversario. Podrá hacerla en la calidad prevista por los arts. 90, inc. 1

y 91, primer párrafo".

31
El art 28 del CPSF [Código Procesal de la Provincia de Santa Fe] dice: "Si durante la

tramitación del proceso cambia la persona a la cual pertenece el interés en 'Litis' por otro título

que no sea la muerte o extinción de aquella, la que intervino al comienzo conservará su calidad

de parte y sus obligaciones en el pleito seguirán siendo las mismas, salvo expresa conformidad

de la contraria. El cesionario podrá actuar siempre como tercero coadyuvante".

Surge desde ya, y conviene remarcarlo en primer término, una diferencia esencial entre la

sucesión universal y particular, además de las ya señaladas: nótese que, en la sucesión universal,

la mutación sujeto que actúa en calidad de parte por un tercero en principio ajeno y que es

convocado por su carácter de heredero, no depende del consentimiento de la contraparte. En la

sucesión a título particular, y, ello es señalado expresamente por las normas citadas, para que se

produzca tal variación subjetiva es imprescindible la conformidad de la parte adversaria, con la

cual se debe sustanciar el pedido.

Con esta facultad que la ley reconoce a la contraparte, y que al decir de MICHELI,

comentando el art. 111 del Código de Procedimiento Civil italiano, "se inspira en la exigencia de

no empeorar la posición de la parte en causa cuando en el curso del proceso se verifique una

sucesión a título particular", puede la misma controlar la legitimidad de la transmisión de la cosa

o el derecho litigioso.

Sin embargo, creemos que cabe distinguir la entidad de la eventual oposición según se trate de

sucesión a título particular del actor o del demandado. Si la sucesión lo es en la persona del actor,

la oposición del demandado debe, a nuestro entender, ser fundada. Y sus fundamentos

eventualmente contra· dichos por el actor primitivo y el que pretende intervenir en el proceso,

por trámite incidental. En cambio, sólo con la conformidad expresa del actor se puede

reemplazar al demandado en causa. No es carga del actor. A nuestro entender, formular

32
oposición expresa y menos fundarla, sino que impide el ingreso del tercero con sólo no prestar

tal conformidad requerida.

5. ROL DE LOS INTERVINIENTES EN I.A SUCESIÓN A TITULO PARTICULAR

El rol que asuma cada uno de los intervinientes en los supuestos de sucesión a título particular

depende primordialmente del consentimiento expreso prestado por la contraparte. En tal sentido.

Si la contraparte presta su consentimiento expreso. En los términos que señalamos en el punto

anterior, el tercero que accede al pleito (sucesor) se convierte en parte y reemplaza en tal rol a la

parte originaria (sucedido) que queda así fuera del pleito. Es un caso típico de sucesión a título

particular.

En cambio, si la contraparte no presta conformidad para la mutación de parte que se pretende,

la parte originaria debe continuar en el trámite, y el que pretendía ingresar en el proceso en

carácter de sucesor, ante tal impedimento, puede actuar como coadyuvante adhesivo simple en el

procedimiento nacional (art. 90. inc. 1) o como coadyuvante autónomo en el procedimiento

santafecino (CPSF, arto 302).

Efecto de la sentencia. - Cualquiera haya sido la situación procesal de los intervinientes, que

depende como vimos de la conformidad de la contraparte, la sentencia a dictarse los alcanza a

todos. Por de pronto, ninguna duda cabe de su extensión hacia las partes en el proceso en que se

ven directamente alcanzadas por los efectos de la sentencia. En cuanto a los terceros, tanto

coadyuvante simple como autónomo. Ya en su oportunidad hemos analizado la extensión del

decisorio y a ello nos remitimos.

g) Cese de la representación procesal. La representación judicial (hay que entender que se

refiere a la representación voluntaria), dice el código adjetivo, termina por las mismas razones

que causan el cese de la representación o del mandato (Art. 782 CPC), que está estatuido por el

33
código sustantivo. El ordenamiento procesal civil, en efecto, nos remite a las reglas del cese de la

representación o del mandato regulados por el Código Civil (Arts. 1452 y ss., y 18012 CC). A

modo de ejemplo anotamos los siguientes supuestos que pueden dar lugar al cese de la

representación voluntaria en los procesos: la revocatoria por parte del representado del poder

conferido; la renuncia formulada por el representante del poder que se le ha conferido; la muerte,

interdicción o inhabilitación del representado o del apoderado; etc.

Cabe anotar que la ejecución de un acto procesal por el representado no importa ni supone la

revocatoria del poder conferido, salvo que el representado expresamente lo decida, normalmente,

mediante escrito presentado al Juez o por acta ante él (Art. 78Q CPC).

En todo caso de finalización de la representación que se origine en la decisión del

representado, cualquiera que fuera la causal de cese (verbi gratia, median te la revocatoria del

poder), la cesación sólo surtirá efectos desde que la parte litigante comparece al proceso por sí o

por medio de nuevo apoderado, con independencia de la fecha o de la forma en que el cese le

haya sido comunicado al anterior apoderado (Art. 79Q, primer párrafo, CPC). Así debe

interpretarse la norma en atención a que sólo la parte que tiene capacidad procesal puede conferir

representación convencional.

Cuando el cese de la representación procesal se origina en la decisión del apoderado,

cualquiera que fuera la razón -por ejemplo, la renuncia a ejercer el poder conferido- surte efecto

cinco días después de haber sido notificado personalmente el representado u otro cualquiera de

sus apoderados, cuando el litigante hubiera nombrado varios apoderados, bajo apercibimiento de

continuar el proceso en su rebeldía (Art. 79Q, segundo párrafo, CPC). Este es un caso especial en

el cual el Código prevé la posibilidad de que el Juez ordene la continuación del proceso en

34
rebeldía de la parte litigante cuando éste no nombra a su nuevo apoderado, en vista de la

renuncia que hubiera formulado el anterior apoderado.

El Código Procesal Civil señala, con relación al cese de la representación, que el proceso se

suspenderá por un plazo máximo de 30 días, mientras se designa representante o curador (Art.

79, tercer párrafo, CPC). Los casos que señala el Código son e los siguientes: en caso de muerte

o de declaración de ausencia, incapacidad sobrevenida del representante o del apoderado

nombrado, remoción o cese de nombramiento del representante legal de un incapaz y

circunstancias análogas. Así debe interpretarse la norma. No podemos descartar que el

representado sufra también de alguna de las eventualidades anotadas. Nadie, por ejemplo. Puede

seguir siendo apoderado de un demandante fallecido, de un curador de incapaz demandante cuyo

nombramiento haya cesado.

C) La representación judicial en el Código Procesal Civil. Aquí se trata de casos en los cuales

compete al juzgador la designación de la persona a quien, en determinadas situaciones,

corresponde la representación de otra. Es obvio, como lo hemos indicado precedentemente. Que

en tales supuestos la autoridad judicial opera en base a una norma legal previamente dada. El

juzgador es pues quien elige al representante, lo que naturalmente le impone responsabilidad en

el nombramiento. Nuestro ordenamiento procesal civil prevé varios supuestos en los cuales el

Juez debe nombrar a un representante para intervenir en el proceso en nombre y representación

de determinadas personas. He aquí algunos casos que sei1ala nuestro código adjetivo:

a) Cuando el incapaz relativo no tenga representante legal o éste estuviera ausente o surja

la necesidad de comparecer en un proceso, lo expondrá así al juez para que le designe curador

procesal o confirme al designado por él, si lo considera idóneo (Art. 66º, inc. 1, CPC).

35
b) Cuando la demanda se dirija contra un incapaz que carece de representante o éste se

halle ausente. El Juez le nombrará un curador procesal o confirmará el propuesto por el incapaz

relativo, si lo considera idóneo (Art. 66º, inc. 2, CPC).

c) El juez nombrará curador procesal para el incapaz que pretenda demandar a su

representante legal, o que sea demandado por éste, o confirmará el propuesto por el

relativamente incapaz, si fuera idóneo (Art. 66º, inc. 3, CPC).

d) También se procederá al nombramiento de curador procesal cuando el juez advierta la

aparición de un conflicto de intereses entre el incapaz y su representante legal, o confirmará el

propuesto por el incapaz relativo (Art. 66º, inc. 4, CPC).

D) Intervención oficiosa en los procesos. Nuestro ordenamiento Jurídico procesal civil regula

la figura procesal de la procuración oficiosa, permitiendo la comparecencia en nombre de

personas que no tienen representación judicial siempre que concurran determinados supuestos,

como el caso de un ausente del país (Art. 81 º CPC). El

Código hace referencia a la carencia de la representación jU9icial, pero hay que entender que

se trata de la carencia de la representación legal, convencional y judicial en rigor. Una persona,

por ejemplo, puede válidamente apersonarse a un proceso seguido contra otra -que supongamos

no tuviera representación conferida con poder suficiente a favor de tercero y que se hallara fuera

del país- para defender sus intereses en el proceso. El Código, en determinados casos, concede

legitimidad para intervenir en e11itigio en representación de quien no tiene ningún tipo de

representante.

En estos supuestos el Juez debe examinar cuidadosamente la legitimidad para obrar del

tercero. Señalemos a continuación esos supuestos:

36
a) Se puede comparecer al proceso en nombre de persona de quien no se tiene representación

siempre que concurran los siguientes supuestos fácticos: que la persona por quien se comparece

se encuentra impedida dé hacerlo por sí misma, estuviera ausente del país, tenga razones

fundadas de temor o amenaza, se trate de una situación de emergencia o de inminente peligro o

cualquier otra causa análoga, a condición de que se desconozca de la existencia de representante

con poder suficiente, tratándose, se supone, de personas naturales capaces, (Art. 81 º, inc. 1,

CPC).

b) Se puede comparecer al proceso en nombre de persona de quien no se tiene representación

cuando la parte contraria lo pida, caso en el cual el procurador oficioso prestará garantía

suficiente a criterio del Juez de que su gestión será ratificada por el procurado (representado)

dentro de los dos meses siguientes a la comparecencia de éste. Si no se produce la ratificación se

declarará concluido el proceso y se podrá condenar al procurador al pago de daños y perjuicios,

así como a las costas y costos, siempre que, a criterio del juez, la intervención oficiosa haya sido

manifiestamente injustificada o temeraria. Se presume con carácter absoluto la ratificación de la

procuración cuando el interesado comparece por sí o debidamente representado y no rechaza

expresamente la actuación del procurador. Es inválida la ratificación parcial o condicional. La

ratificación tiene efectos retroactivos a la fecha de la comparecencia del procurador, sin perjuicio

del derecho de terceros (Art. 81 Q, inc. 2, CPC).

5.2. LA ACUMULACIÓN PROCESAL

En este punto de esta obra tratamos de la pluralidad de personas litigantes y de pretensiones

procesales que se presentan con frecuencia en los litigios. En los procesos no siempre hay un

demandante y un demandado y una sola pretensión procesal. En muchos procesos, que muy bien

37
se puede calificar como la generalidad, se advierte la intervención de más de dos personas y la

presencia de más de una pretensión procesal.

Es que la realidad social es compleja y, por ende, los conflictos que se suscitan entre sus

miembros también son complejos, dando lugar naturalmente a la pluralidad de personas y de

pretensiones en los procesos. Es así como se presenta la figura de la acumulación procesal.

Los principios que justifican la acumulación, y en esto hay consenso, son: a) evitar

pronunciamientos jurisdiccionales contradictorios; y b) la economía procesal, que permite el

ahorro de tiempo, de gastos y de esfuerzos.

Siguiendo la regulación con tenida en el Código Procesal Civil. Señalada específicamente en

el numeral 83 encontramos distintas formas de acumulación, con características propias y con la

fijación de diferentes requisitos para su procedencia. Genéricamente hay dos tipos de

acumulación procesal: la objetiva y la subjetiva. No se descarta la acumulación procesal

objetiva-subjetiva, cuando en un proceso, por ejemplo, hay más de una persona en la calidad de

demandantes y más de una pretensión procesal propuesta.

La acumulación objetiva se da cuando en un proceso se proponen más de una pretensión

procesal, ya sea por la parte demandante como por la parte demandada. Es decir, en el proceso

hay en debate más de una pretensión procesal.

La acumulación subjetiva se presenta cuando en un proceso dado la parte demandante está

integrada por dos o más personas. Por dos o más actores (acumulación subjetiva activa), o la.

Parte demandada está integrada por dos o más personas, por dos o más emplazados (acumulación

subjetiva pasiva) o que tanto la parte actora como la parte emplazada están conformadas por dos

o más personas, por dos o más demandantes y por dos o más demandados (acumulación

subjetiva mixta).

38
Tanto la acumulación objetiva como la acumulación subjetiva, por la oportunidad en el

tiempo en que se proponen las pretensiones procesales y por la oportunidad en el tiempo en que

las personas se incorporan al proceso. Respectivamente, se sub-clasifican en: a) acumulación

objetiva originaria y acumulación objetiva sucesiva; y b) acumulación subjetiva originaria y

acumulación subjetiva sucesiva.

Trataremos en primer lugar de la acumulación objetiva y en segundo lugar de la acumulación

subjetiva.

5.2.1. Acumulación objetiva

La acumulación objetiva supone la presencia de dos o más pretensiones procesales dentro de

un proceso.

Estamos frente a la acumulación objetiva originaria cuando la pluralidad de pretensiones es

propuesta con la demanda. Puede, por ejemplo, plantearse en ella tres pretensiones procesales: la

resolución del contrato de compraventa de un inmueble, la entrega del bien y la indemnización

por los daños y perjuicios que alega el actor ha sufrido. Estamos frente a la acumulación

objeti1Ja sucesiva cuando la pluralidad de pretensiones se presenta después de iniciado el

proceso, como cuando se reconviene proponiendo una pretensión procesal o cuando se produce

la acumulación de procesos. Así, por ejemplo, en un proceso donde la demanda contiene como

pretensión procesal la resolución del contrato de compraventa de un inmueble, el demandado

reconviene para que el actor le entregue el bien relativo a dicha compraventa. En cuanto a la

acumulación de procesos, supongamos que en un proceso se estuviera ventilando la resolución

del contrato de compraventa de un inmueble y en otro proceso, que se acumula al interior, se

estuviera debatiendo el cumplimiento de la entrega del bien derivado de la anotada compraventa.

En estos casos se advierten claramente la presencia de la acumulación objetiva sucesiva.

39
A) Acumulación objetiva originaria. Profundizando aún más la mencionada sub-clasificación

con relación a la acumulación objetiva originaria, en nuestro ordenamiento procesal civil

encontramos una segunda sub-clasificación, bojo cuyas reglas se pueden (el Código no dice que

se deben) plantear determinadas pretensiones procesales. En efecto, la acumulación objetiva

originaria puede ser a su vez: subordinada, alternativa y accesoria.

a) Acumulación objetiva originaria subordinada. Estamos frente a una acumulación

objetiva originaria subordinada cuando las pretensiones procesales propuestas en la demanda

guardan una relación, si se quiere, de dependencia, de modo que una pretensión es principal y la

otra es subordinada a aquélla, en el sentido de que si prospera la principal simplemente el Juez

no se pronuncia sobre la subordinada y si no fuera así el Juez tiene que pronunciarse sobre la

pretensión procesal propuesta subordinadamente (Art. 87º CPC). Por ejemplo: si como

pretensión procesal principal se propone la resolución por falta de pago del saldo de precio del

contrato de compraventa de un inmueble y subordinadamente se propone el pago de la diferencia

de precio que adeuda el comprador, en el supuesto que el juez amparara la pretensión principal,

ya no se pronunciará sobre la pretensión subordinada. En caso contrario, si el juez desampara la

pretensión procesal principal, en el supuesto que el comprador haya pagado más de la mitad del

precio, recién el juez analizará y se pronunciará sobre la pretensión subordinada. En este

supuesto el juez no puede ni debe pronunciarse amparando las dos pretensiones procesales

planteadas, aun en el caso de haberse acreditado sus fundamentos. Cabe anotar que cuando se

plantea una demanda que contenga una pretensión principal y otra subordinada, las mismas

deben ser claramente propuestas; el actor debe precisar que una de las pretensiones la propone

como principal y la otra la plantea como subordinada, pues de lo contrario el juez está autorizado

40
para declarar improcedente la demanda basado en una indebida acumulación de pretensiones

(Art. 427º, inc. 7, CPC).

b) Acumulación objetiva originaria alternativa. Estamos frente a una acumulación objetiva

originaria alternativa cuando se proponen en la demanda dos pretensiones procesales que el juez

puede ampararlas (las dos en conjunto) en la sentencia, confiriendo el ordenamiento procesal

civil al demandado el derecho de elegir la pretensión amparada que desea cumplir. Esta

alternatividad se ha establecido en función del demandado y para la ejecución de la sentencia. En

este supuesto, recién en ejecución de sentencia, el demandado está autorizado para elegir la

pretensión procesal amparada por el juez que quiera cumplir. Claro está que, si el demandado no

elige, o renuncia a elegir, es el propio demandante el que seI1ala la pretensión que debe cumplir

el vencido en el proceso (Art. 87º CPC). En el mismo ejemplo anotado precedentemente, si el

actor ha demandado la resolución del contrato de compraventa por falta de pago con entrega del

bien y alternativamente (no subordinadamente) el pago del saldo de precio, el Juez puede muy

bien, si las pruebas aportadas al proceso lo ameritan, amparar las dos pretensiones. En ejecución

de sentencia el demandado elegirá si cumple con la entrega del inmueble como consecuencia de

la resolución del contrato o si cumple con pagar el saldo de precio adeudado.

c) Acumulación objetiva originaria accesoria. Estamos frente a una acumulación objetiva

originaria accesoria cuando en una demanda se propone una pretensión procesal principal u otras

accesorias a ella, de modo que si el Juez ampara la principal necesariamente tendrá que acoger

las accesorias' (Art. 87º CPC), salvo que no se hayan probado sus fundamentos de hecho. En el

mismo ejemplo anotado, puede el actor demandar la resolución del contrato de compraventa del

inmueble por la falta de pago de una parte del precio (pretensión principal) y accesoriamente

puede proponer la devolución del bien y el pago de una suma de dinero por concepto de

41
indemnización pactado en el contrato. Si se ampara la pretensión procesal principal

necesariamente tendrá que ampararse las pretensiones accesorias. La suerte de la pretensión

principal determina la suerte de las pretensiones accesorias. Las pretensiones procesales

accesorias pueden proponerse hasta el día de la audiencia de conciliación (Art. 87º, cuarto

párrafo, CPC). Cuando la accesoriedad está expresamente prevista por la ley, se consideran

tácitamente integradas a la demanda (Art. 87º, quinto párrafo, CPC). En este sentido, por

ejemplo, el artículo 1985º del Código Civil prevé una accesoriedad legal, que no requiere ser

propuesta expresamente, por tratarse de una norma imperativa; es el caso del pago de los

intereses cuando se trata de la responsabilidad extracontractual, sobre el cual el Juez

obligatoriamente debe pronunciarse aun cuando no se haya demandado expresamente.

Tratándose de pretensiones que tienen que ver con la separación de cuerpos y de divorcio por

causales, el Código Procesal Civil prevé una acumulación originaria y accesoria de pretensiones

estableciendo que pueden acumularse a la pretensión principal de separación o de divorcio las

pretensiones sobre alimentos, tenencia y cuidado de los hijos, suspensión o privación de la patria

potestad, separación de bienes gananciales y las demás relativas a derechos u obligaciones de los

cónyuges o de éstos con sus hijos, o de la sociedad conyugal, que directamente deban resultar

afectadas como consecuencia de la pretensión principal (Art. 483º, primer párrafo, CPC). Este

tipo de acumulación supone que no existe proceso fenecido sobre separación por causales o

divorcio. En este caso de acumulación no son de aplicación las reglas referidas a la competencia

del Juez y a la vía procedimental como requisitos de la acumulación objetiva (Art. 483º, segundo

párrafo, CPC). Es posible la acumulación de pretensiones accesorias que tuvieran decisión

ejecutoriada (decisión firme) a condici6n de que soliciten su variación (Art. 483º, tercer párrafo,

CPC).

42
d) Acumulación objetiva originaria de pretensiones autónomas. En la casuística procesal, y

la doctrina lo admite, encontramos este tipo de acumulación de pretensiones procesales que no se

subsumen dentro de la clasificación anotada (subordinada, alternativa y accesoria), en la que

perfectamente pueden ampararse unas y desestimarse otras, por tener cada una supuestos de

hecho propios y amparo legal diferente, sin sujeción de una pretensión con otra. Hay autores que

designan a este tipo de acumulación como acumulación objetiva originaria de pretensiones

autónomas. Un ejemplo es el siguiente: una persona puede proponer en una misma demanda

dirigida contra un mismo demandado las siguientes pretensiones consistentes cada una de ellas

en la entrega de sumas de dinero: a) el pago del importe de un mutuo hipotecario; b) el pago del

importe de una letra de cambio; y c) el pago de un préstamo quirografario. Sumadas las tres

pretensiones se llega al monto señalado por nuestro ordenamiento procesal civil para tramitarse

en la vía del proceso de conocimiento y de competencia del juez en lo Civil. Dichas pretensiones

no tienen conexión alguna que no sea que el acreedor y el deudor en cada una de ellas son los

mismos, por lo que no es posible plantearlas subordinada, alternativa o accesoriamente. Se trata

de pretensiones autónomas con supuestos de hecho diferentes y con amparo legal distinto. Sin

embargo, este tipo de acumulación de pretensiones es viable proponerse, pues tiene sustento en

el principio de economía procesal y en el segundo párrafo del numeral 11 º del Código Procesal

Civil. El Juez perfectamente puede amparar una pretensión y desestimar las otras, dependiendo

de los elementos probatorios aportados al proceso.

B) Acumulación objetiva sucesiva. La acumulación objetiva sucesiva se presenta cuando se

incorporan al proceso pretensiones procesales con posterioridad a la presentación, admisión y

notificación con la demanda. Es el caso cuando el actor amplía su demanda proponiendo otras

pretensiones, una o más, al amparo de lo dispuesto por el numeral 428º del Código Procesal Civil

43
(Art. 88º. inc. 1, CPC). Otro caso es cuando el demandado reconviene (en sentido estricto cuando

plantea una contrademanda), incorporando al proceso pretensiones procesales nuevas (Art. 88º,

inc. 2, CPC). Finalmente, otro supuesto en que se produce la acumulación objetiva sucesiva de

pretensiones es cuando se acumulan procesos, de oficio o a petición de parte, a fin de que se

resuelva en una sola sentencia, con lo que se evitan decisiones contradictorias (Art. 88º, inc. 3,

CPC) Un caso regulado por el Código sobre acumulación objetiva de pretensiones sucesiva es el

que autoriza que los procesos donde se ventilan las pretensiones que pueden acumularse como

accesorias a las de separación por causal es y de divorcio (alimentos, tenencia y cuidado de los

hijos, suspensión y privación de patria potestad, separación de bienes gananciales, etc.) se

acumulen al proceso de separación o de divorcio, siempre a pe do de parte (Art. 484°, primer

párrafo, CPC). La acumulación se solicita acreditando la existencia del proceso donde, por

ejemplo, se ventila una pretensión que el Código le da la natural (de accesoria a la de separación

y de divorcio. El Juez que COI ce de estas últimas pretensiones debe resolver sobre la

procedencia o no, debiendo ordenar la remisión del expediente respectivo dentro de tercero día,

bajo responsabilidad (Art. 48, segundo párrafo, CPC). No dice si esa responsabilidad es I

naturaleza penal, civil o administrativa.

Tratándose de la acumulación de procesos, el Código Procesal Civil señala algunas reglas

importantes: a) La acumulación de procesos sólo puede pedirse (se supone un pedido viable

antes que ellos hayan sido sentenciados, petición que impide expedición de la sentencia hasta

que se resuelva en definitiva acumulación solicitada (Art. 90°, primer párrafo, CPC). b) la

acumulación de procesos se solicita ante cualquiera de los jueces, debiendo adjuntarse copia

certificada de la demanda y de su contestación, si la hubiera. Si el pedido es declarado fundado el

nuevo proceso se acumula al proceso en el que se ha: realizado el primer emplazamiento (Art.

44
90°, segundo párrafo CPC), entendiéndose que se refiere al proceso donde se ha) producido la

primera notificación válida con la demanda, que es la forma como se produce formalmente el

emplazamiento. No se refiere a la simple presentación de la demanda, ni a I fecha en que se haya

dictado el auto admisorio de la instancia; e) De la solicitud de acumulación se confiere traslado a

la parte contraria por el plazo de 3 días; con su contestación o sin ella 1 Juez resolverá

atendiendo al mérito de los medios probatorio acompañados al pedido de acumulación (Art. 90Q,

tercer párrafo, CPC), en el que debe analizarse la conexidad entre las pretensiones procesales

materia de cada proceso y la vía procedimental en que se sustancian; la decisión es apelable sin

efecto suspensivo (Art. 90º, tercer párrafo, CPC).

d) La acumulación será declarada de oficio cuando los procesos se tramitan ante un mismo

Juzgado (Art. 90º, cuarto párrafo, CPC), no descartándose la posibilidad de que los interesados lo

soliciten. Más adelante nos referiremos a la desacumulación de procesos que regula nuestro

ordenamiento procesal civil.

5.2.2. Acumulación subjetiva

La acumulación subjetiva supone la presencia de más de dos personas dentro de un proceso ya

sea como demandantes, como demandados o como demandantes y demandados. El

litisconsorcio, en realidad, implica una acumulación subjetiva por la presencia de más de una

persona en la calidad de demandantes o en la de demandados.

A) Acumulación subjetiva originaria. Habrá acumulación subjetiva originaria cuando la

demanda es interpuesta por dos o más personas o es dirigida contra dos o más personas o cuando

una demanda de dos o más personas es dirigida contra dos o más personas (Art. 89º; primer

párrafo, CPC), es decir, cuando en la propia demanda intervienen una pluralidad de sujetos como

demandantes o ella es dirigida contra una pluralidad de sujetos como demandados o cuando una

45
pluralidad de sujetos como demandantes dirigen la demanda contra una pluralidad de sujetos

como demandados.

B) Acumulación subjetiva sucesiva. Estamos frente a una acumulación subjetiva sucesiva

cuando la pluralidad de sujetos se presenta con posterioridad a la admisión y notificación con la

demanda, es decir, cuando en pleno desarrollo del proceso se incorporan otras personas. Esta

forma de acumulación regula los supuestos de incorporación de un tercero al proceso, la de la

acumulación de pretensiones propuestas en procesos distintos para ser decididos en una sola

sentencia. Este tipo de acumulación es realmente complejo. Se presenta la acumulación subjetiva

sucesiva cuando un tercero legitimado incorpora al proceso otra u otras pretensiones procesales

(Art 89°, inc. 1, CPC). Otro caso en que se presenta este tipo de acumulación es cuando dos o

más pretensiones intentadas en dos o más procesos autónomos se reúnen en un proceso único

(Art 89, inc. 2, CPC). Estos casos suponen la incorporación de otros sujetos procesales.

La figura procesal de la desacumulación de procesos está regulada por el Código Procesal

Civil. Dicho ordenamiento, por un lado, señala que cuando se hubieran acumulado en un proceso

único dos o más procesos autónomos, atendiendo a la conexidad y a la eventual diferencia de

trámite de los procesos acumulados, el juez puede disponer su desacumulación en el trámite, lo

que significa que no se trata de una desacumulación absoluta, reservándose el derecho de expedir

una sola sentencia (Are 89, último párrafo, CPC). En otro numeral el Código establece que

cuando el juez considere que la acumulación afecta el principio de economía procesal, por razón

de tiempo, gasto o esfuerzo humano, puede separar los procesos, los que deberán seguirse

independientemente ante sus jueces originales (Art. 91 Q CPC), entendiéndose, por su texto, que

en este último caso la desacumulación es absoluta, pues el juez de la acumulación no se reserva

el derecho de sentenciar las causas acumuladas, como en el caso anterior.

46
LITISCONSORCIO

DEFINICIÓN:

CARRIÓN LUGO: “Habrá litisconsorcio cuando en el proceso exista más de una persona
defendiendo en forma conjunta (ya sea como demandante o como demandado) alguna pretensión
procesal que a todos ellos les interesa o que su pretensión se deriva de un mismo objeto, teniendo
entre ellos, lógicamente, un tipo de vinculación.
Ejm: copropietarios demandantes o copropietarios demandados.

CHIOVENDA: Cuando varias personas deban unirse o ser citadas en un juicio y también
cómo se deba solucionar la autonomía de los individuos con la comunidad que existe entre ellos.

CODIGO PROCESAL CIVIL PERUANO:


ARTÍCULO 92: Hay litisconsorcio cuando dos o más personas litigan en forma conjunta
como demandantes o demandados, porque tienen una misma pretensión, sus pretensiones son
conexas o porque la sentencia a expedirse respecto de una pudiera afectar a la otra.

CLASIFICACIÓN:

ADOLFO RIVAS: La clasificación de los litisconsorcios se divide en activa, pasiva o mixta,


según donde se encuentre ubicada la pluralidad de sujetos.

CARNELUTTI: Los clasifica en simples y recíprocos, según la pluralidad de sus actores que
se enfrentara con un solo, o varios demandados contra un actor, o bien en la segunda categoría,
se enfrentasen más de un actor con más de un demandado.

CODIGO PROCESAL CIVIL PERUANO:

- LITISCONSORCIO NECESARIO: Cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de


manera uniforme a todos los litisconsortes, solo será expedida válidamente si todos
comparecen o son emplazados, según se trate de litisconsorcio activo o pasivo, salvo
disposición legal en contrario.

- LITISCONSORCIO FACULTATIVO: Los litisconsorcios facultativos serán


considerados como litigantes independientes. Los actos de cada uno de ellos no favorecen
ni perjudican a los demás sin que por ellos se afecte la unidad del proceso.

47
LITISCONSORCIO NECESARIO

Cuando el proceso verse sobre relaciones o actos jurídicos respecto de los cuales por su
naturaleza o por disposición legal, no fuere posible resolver de mérito sin la comparecencia de
las personas que sean sujetos de tales relaciones que intervinieron en dichos actos, la demanda
deberá formularse por todas o dirigirse contra todas.

LITISCONSORCIO PROPIAMENTE NECESARIO: Cuando la ley expresamente ordena


integrarlo, Guasp: “Se trata de una carga establecida en la ley”.

LITISCONSORCIO IMPROPIAMENTE NECESARIO: La exigencia surge en el proceso por


la relación material que es objeto de este; la relación material es única, pero con titularidad en
varias personas, y el tratamiento que se le dé solo puede ser eficaz si están todos presentes.

EFECTOS PROCESALES DEL LITISCONSORCIO NECESARIO:

1. EN LA SENTENCIA: Existe una pretensión o varias de la cual son titulares varias


personas que corren la misma suerte, la sentencia debe ser única e idéntica para todos.

2. EN EL PROCEDIMIENTO: Como existe un proceso, los términos para establecer


recursos o correr traslados son comunes, o existen simultáneamente para todos los
litisconsortes.
3. EN CUANTO A LOS ACTOS QUE IMPLIQUE DISPOSICIÓN DEL DERECHO EN
LITIGIO: como todos los litisconsortes necesarios integran la parte, los actos que
impliquen disposición del derecho en litigio deben provenir de todos ellos para que el
acto sea eficaz. La confesión, la transacción, el desistimiento solo tendrá eficacia si
emanan de todos; sin embargo, si se trata de una confesión que haga uno de ellos o
varios, pero no todos, se tiene como testimonio frente a los otros, pero no tiene valor de
confesión ni siquiera frente a quien la realizó.

4. EN CUANTO A LAS NULIDADES: Por falta de capacidad o representación o citación,


lo mismo que con las recusaciones, rige el principio de que el saneamiento de la nulidad
o del vicio en general solo lo puede hacer la persona a quien se le causa perjuicio con el
acto acusado. Las demás pueden alegarlas cualquiera, pero deben ser saneadas o
ratificadas por todos.

5. EN MATERUIAD E EXCEPCIONES: Las excepciones propuestas por uno o algunos de


los litisconsortes necesarios, sea que se funden en hechos comunes o individuales,
favorecen a los demás.

48
6. EN MATERIA DE RECURSOS: Los recursos interpuestos por cualquiera de los
litisconsortes favorecen o perjudican a los demás.

7. EN CUANTO A COSTAS O EXPENSAS: Cuando hay condena contra los litisconsortes,


sin que nada se diga, que entiende que las pagarán por partes iguales, salvo que se diga
otra cosa.

NOTA IMPORTANTE:

- La ausencia de una de uno de los litisconsortes en un proceso, invalida la decisión final


que se tome por el juez.

- Tratándose del litisconsorte necesario el juez puede integrar la relación procesal


emplazando a una persona, si de la demanda o de la contestación parece evidente que la
decisión a recaer en el proceso le va a afectar (Art. 95 CODIGO PROCESAL CIVIL
PERUANO).

LITISCONSORCIO VOLUNTARIO:

LITISCONSORCIO VOLUNTARIO PROPIO: Los litisconsortes están vinculados por la


causa, por el objeto o por el título de las pretensiones. También podrán acumularse en una
demanda pretensiones de varios demandantes o contra varios demandados, siempre que
provengan de la misma causa o versen sobre el mismo objeto.

LITISCONSORCIO VOLUNTARIO IMPROPIO: Mientras exista una conexión entre las


pretensiones de los litisconsortes por la causa, objeto, título o expresiones equivalentes, en
este caso solo se podría hablar de afinidad, existe una relación, es decir deban servirse de las
mismas pruebas.

EFECTOS PROCESALES DEL LITISCONSORCIO VOLUNTARIO:

1. EN CUANTO A LA SENTENCIA: Es formalmente única y omnicomprensiva, es decir


que en ella se estudian todas las pretensiones incoadas por los distintos litisconsortes. Lo
que se persigue con la actividad probatoria, mirada la sentencia, es producir una
convicción única.

2. EN CUANTO A LOS ACTOS DE DISPOSICIÓN DEL DERECHO EN LITIGIO: Ya


sea propio o impropio, no resta autonomía.

49
3. EN CUANTO A LAS PRUEBAS APORTADAS AL PROCESO: El juez debe valorar
las diligencias probatorias producidas por cada litisconsorte. Si uno de los litisconsortes
prueba un hecho común en el proceso, este debe ser apreciado como si hubiera sido
probado por todos y cada uno de ellos. Si existe una confesión, es importante tener en
cuenta que solo afecta al litisconsorte que la realiza, y respecto de los demás
litisconsortes se tendrá como testimonio o declaración de tercero.

4. EN MATERIA DE RECURSOS Y NULIDADES: que los recursos interpuestos por uno


de los recursos interpuestos por uno de los litisconsortes no benefician a los demás.

Según Ramiro Podetti: “El recurso existe respecto de cada litisconsorte. Asi si el
proceso es fallado en contra de los litisconsortes y algunos de estos no apela, aunque la
sentencia definitiva sea revocatoria carecería de efecto en favor de quienes no la
objetaron. A la inversa si los litisconsortes obtienen sentencia favorable en primera
instancia, al vencido le basta apelar, para que la instancia se abra y tenga en contra de
todos los litisconsortes. Pero puede ser el caso que uno de los litisconsortes voluntarios es
considerado en sus relaciones con la contraparte como litigantes separados, es posible
que el vencido pueda reducir su recurso excluyendo de él a uno o algunos de los
vencedores.

5. EN MATERIA DE COSTAS Y EXPENSAS: se pueden presentar las siguientes


hipótesis:
- Que triunfen los litisconsortes voluntarios totalmente; en este evento será `para aquellos
la condena favorable en costas.
- Que algunos de los litisconsortes resulten triunfantes.
- Cada parte deberá pagar los gastos y honorarios que se causen en la práctica de
diligencias y pruebas que solicite y contribuir al pago de los que sean comunes.

NOTA:
ARTÍCULO 94, CÓDIGO CIVIL PERUANO

-Los litisconsortes facultativos serán considerados como litigantes independientes.

-Los actos de cada uno de ellos no favorecen ni perjudican a los demás, sin que por
ello se afecte la unidad del proceso.

50
ARTÍCULO 96 CODIGO PROCESAL CIVIL PERUANO:

Si al momento de la integración ya se ha realizado la audiencia de pruebas y


alguno de los incorporados ofreciera medios probatorios, el juez fijará el día el día
y la hora para una audiencia complementaria de pruebas que debe realizarse dentro
de un plazo que no excederá de veinte días.

LA INTERVENCIÓN DE TERCEROS

Para el juez y profesor de derecho procesal de la Universidad de Buenos Aires el doctor


Atilio C. González en su en su Artículo publicado en la revista peruana de derecho procesal
sobre la intervención voluntaria de terceros en el código procesal civil en Perú Escribe lo
siguiente: la intervención de los terceros en el proceso es uno de los temas más preocupantes de
la doctrina, Pues el proceso comprende a las dos partes; el actor y el demandado, y ellos
solamente sé aprovechan o perjudican de la sentencia definitiva o cosa juzgada. (González,
1998)

1. Concepto:

 Se le llama tercero a todo aquello que no es parte en el proceso haciendo absolutamente a


la relación jurídico procesal sin embargo puede tener vinculación con la relación
material. Los romanos no admitieron la figura de los terceros en el proceso, Res inter
alios iudicata tertiis non nocet: La cosa juzgada no alcanza a los terceros. Los terceros
aparecen en la práctica judicial medioeval, desde donde llega hasta los derechos positivos
latinoamericanos.

2. Interés para invocar a un tercero:

51
2.1. Tercero excluyente
Un tercero puede invocar un derecho propio independiente y oponible al que pretenden las
partes en litigio, Asimismo puede plantear una pretensión procesal autónoma. Dentro de este
rubro tenemos:

Art. 100, segundo párrafo del código procesal civil (CPC).

“También puede intervenir en un proceso quien pretenda se le reconozca derecho preferente


respecto de lo obtenido en la ejecución forzada.” En este caso el tercero no pretendes excluya o
se anula el derecho del demandante, sino que, simplemente respetando el derecho del actor
originario, solicita que su derecho sea reconocido como preferente.

Art. 99, primer párrafo CPC:

“Quien pretenda, en todo o en parte, ser declarado titular del derecho discutido, puede
intervenir formulando su exigencia contra demandante y demandado.” Por ejemplo, cuando un
tercero interviene en los procesos sobre declaración de propietarios, propone una pretensión
sustentada en un derecho incompatible con lo del actor y demandado, aspirando a que se le
declarara judicialmente qué tiene el mejor derecho de propiedad sobre el inmueble.
2.2. Tercero coadyuvante.
El tercero puede invocar un derecho propio vinculado al que está en materia de debate
judicial. Ejemplo:
 En el caso en el que el demandado y el tercero fuesen copropietarios del inmueble
materia de juicio de nulidad de título
 Caso en el cual el derecho invocado por el tercero al que conoció en relación
procesal resultó ser el mismo en el del demandado.

2.3. Intervención en favor de una de las partes.


La intervención de un tercero en favor de una de las partes en litigio, pensando en su futuro
es decir es su conveniencia.
El acreedor del demandado tiene interés en que este no pierda ya que al suceder esto podría
originar que su crédito no se ha pagado.

52
2.4. Llamada de garantía
El tercero A quién se le pretende incorporar en el proceso es considerado por el demandado
como obligado responsable en el derecho discutido.
Art. 102 CPC. El demandado que considere que otra persona, además de él o en su lugar,
tiene alguna obligación o responsabilidad en el derecho discutido, debe denunciarlo indicando su
nombre y domicilio, a fin de que se le notifique del inicio del proceso.

En este caso tiene que ver con la intervención provocada en el proceso. Una vez incorporado
el tercero es considerado como tercero legitimado.
2.5. Incorporado por el Juez
Un tercero puede ser incorporado al proceso por el juez en caso de fraude procesal para que
haga valer o defienda su derecho que puede ser afectado en el proceso fraudulento.
Art. 106 CPC. Cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las
partes, el Juez, de oficio, ordenará la citación de las personas que pueden resultar perjudicadas, a
fin de que hagan valer sus derechos. Para tal efecto, el Juez puede suspender el proceso por un
plazo no mayor a treinta días. Recibiendo en el momento de su intervención la calidad de tercero
legitimado.

3. Clasificación de intervención de terceros:

Ana María Arrante Arisnabarreta. Es una profesora de derecho procesal de la Universidad de


Lima interesante pensamiento acerca de las clases de intervención de terceros: “Las diversas
formas de intervención de terceros estarán determinadas por la legitimidad del interés jurídico
que sea invocado, es decir, mientras más cercano es el de la relación material involucrada en el
proceso, las facultades de las que gozará el tercero legitimado serán mayores. A manera de
precisión resulta pertinente indicar que al analizar cada una de las modalidades de terceros,
podremos apreciar que, en estricto, dos de ellas, la intervención coadyuvante y la litisconsorcial
formarán parte del subgénero de los litisconsorcio facultativo o cuasi necesarios al haber
descartado la posibilidad de un tercero sea parte en el proceso, hemos incluido también que un
tercero pueda ser considerado litisconsorte necesario, ni pertenecerán al género que será
simplemente es la acumulación subjetiva sucesiva, en la medida que estaremos feria supuestos
donde se pretende evitar la multiplicidad de procesos respecto a temas vinculados.”
(ARISNABARRETA, 1997)

53
3.1. Origen del pedido del proceso:

3.1.1 Intervención voluntaria. –


Es voluntaria o espontánea cuando el interviniente solicita su ingreso al proceso. Siguiendo el

orden regulado por el código civil encontramos los siguientes sub- tipos.

a) Intervención adhesiva o coadyuvante de un tercero.


Es coadyuvante cuando su participación tiene por objeto ayudar a una de las partes, colaborar

con él en el litigio.

Art. 97 CPC. - Quien tenga con una de las partes una relación jurídica sustancial, a la que no

deban extenderse los efectos de la sentencia que resuelva las pretensiones controvertidas en el

proceso, pero que pueda ser afectada desfavorablemente si dicha parte es vencida, puede

intervenir en el proceso como coadyuvante de ella.

En caso que el tercero tiene que acreditar algún modo el interés sobre el resultado del proceso

pues sólo es de interés lo legitimara para participar en el juicio como colaborador procesal el

código procesal civil lo define en el artículo 60.

Art. 60 CPC. -En el caso previsto en el inciso 4. Del Artículo 1219 del Código Civil y en los

demás que la ley permita, una persona puede iniciar un proceso o coadyuvar la defensa del ya

iniciado cuando tenga interés en su resultado, sin necesidad de acreditar derecho propio o interés

directo en la materia discutida.

La intervención coadyuvante se admite incluso durante la segunda instancia. Art. 97, segundo

párrafo: Esta intervención puede admitirse incluso durante el trámite en segunda instancia. El

tercero adherente está en actitud procesal de interponer el recurso de casación correspondiente.

54
Finalmente, en el tercer párrafo del código procesal Civil del artículo 97 dice: El coadyuvante

puede realizar los actos procesales que no estén en oposición a la parte que ayuda y no impliquen

disposición del derecho discutido. Por ejemplo, una transacción.

 Concepto de diversos autores:

Víctor fairén Guillén: “Es la participación o entrada de un tercero en un proceso pendiente

entre otros dos, no alegando un derecho propio independiente del de las partes privadas, sino en

nombre propio o por un interés suyo, pero por un derecho de la parte con cual coadyuva en su

victoria, por tener un interés jurídico que se beneficia con este resultado favorable.”

Ugo Rocco: “Mediante la intervención adherente, el tercero aspira, en efecto, Únicamente

aliarse con una de las partes en litigio, a fin de ayudarla a hacer valer sus derechos contra la otra,

y así hacer valer un interés propio, y no un derecho propio, * cuando la victoria o La derrota de

la parte ayudada implica correlativamente una ventaja y una desventaja tales qué repercute en

una relación jurídica de la cual es sujeto el interviniente.”

Monroy Gálvez: dentro de los diferentes grados de interés o involucramiento que un

interviniente puede tener con la relación jurídica sustantiva que conecta a las partes en un

proceso, la intervención coadyuvante es la más lejana.

Elementos de tercero coadyuvante.

 En el conflicto de interés existe un tercero que tenga vinculación jurídica con una de las
partes ya sea demandante o demandado.
 Que el conflicto este original en una relación jurídica sustancial.
 Cuando las consecuencias de una sentencia afectan a un tercero.
b) Intervención litisconsorcial de un tercero:
Definido mejor en el

55
Art. 98, primer párrafo: Quien se considere titular de una relación jurídica sustancial a la que

presumiblemente deban extenderse los efectos de una sentencia, y que por tal razón estuviera

legitimado para demandar o haber sido demandado en el proceso, puede intervenir como

litisconsorte de una parte, con las mismas facultades de ésta.

El tercero litisconsorcial es cuando la persona interviene en el proceso para defender sus propios

derechos que son objeto del debate judicial

Importancia:

Es importante porque el tercero litisconsorcial lleva una relación paralela con las partes de modo

que el resultado del proceso afectará tanto a las partes como al sujeto consorcio.

Art. 98, segundo párrafo: Esta intervención puede ocurrir incluso durante el trámite en segunda

instancia. Esta intervención se permite desde emitida la sentencia de segunda instancia hasta

plantar el recurso de casación.

Relación entre litisconsorcio necesario, litisconsorcio facultativo e intervención

litisconsorcial.

 Litisconsorcio necesario:
Art. 93 CPC. - Cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a todos los

litisconsortes, sólo será expedida válidamente si todos comparecen o son emplazados, según se

trate de litisconsorcio activo o pasivo, respectivamente, salvo disposición legal en contrario.

Ejemplo: Cuando una persona le demanda la nulidad de un contrato de compraventa contra

varios demandados que tienen calidad de copropietario ellos comparecerán en calidad de

litisconsorcio necesarios al proceso como titulares del derecho en controversia ya que la decisión

emitida por el juez afectará a todos por igual.

 Litisconsorcio facultativo:

56
Tratándose de litisconsorcio facultativo éste puede intervenir en el proceso si lo decidió así pues

su no participación en el proceso no impide que se produzca una relación jurídica procesal

válida.

Art. 94 CPC. - Los litisconsortes facultativos serán considerados como litigantes

independientes. Los actos de cada uno de ellos no favorecen ni perjudican a los demás, sin que

por ello se afecte la unidad del proceso.

Ejemplo: Pedro celebra un mutuo con Juan interviniendo Víctor Raúl como garante anticrético

en favor de Pedro. Supongamos que Juan demanda la nulidad del mutuo el proceso

correspondiente Víctor puede o no intervenir, si se declara la nulidad lógicamente la decisión

favorecer al no sólo a Juan sino también a Víctor.

El litisconsorcio facultativo es considerado como litigante independiente pues las acciones nos

favorecen y los perjudica y no afecta a la unidad del proceso.

 Intervención litisconsorcial
Cuando el tercero está legitimado Para demandar o haber sido demandado en el proceso

Presupuestos de la intervención litisconsorcial

Según Ugo Rocco

 Que haya una relación jurídica con pluralidad de sujetos y todos ellos estén legitimados
para accionar o contradecir.
 Que haya un proceso pendiente sólo entre algunos de los varios sujetos de la relación
jurídica sustancial.
c) Intervención excluyente principal:
Art. 99, primer párrafo, CPC. - Quien pretenda, en todo o en parte, ser declarado titular del

derecho discutido, puede intervenir formulando su exigencia contra demandante y demandado.

Ejemplo. Dos personas, dentro de un proceso, discuten el mejor derecho de propiedad sobre un

inmueble; un tercero, en pleno trámite de litigio solicitó incorporarse al proceso alegando

57
Igualmente tener mejor derecho de propiedad sobre el mismo bien, la pretensión es formulada

mediante una demanda mientras que el juez determina que aquella pertenece a una pretensión

procesal excluyente respecto a las planteadas por las partes en el proceso.

En este caso en el que el tercero se incorpora al proceso invocando un derecho propio y

excluyente al derecho de las partes en litigio se le considera intervención excluyente principal.

Art. 99, segundo párrafo, CPC. - Esta intervención sólo será admisible antes de la expedición

de sentencia en primera instancia.

Art.99, tercer párrafo, CPC. - El excluyente actuará como una parte más en el proceso. Si

ofreciera prueba, ésta se sujetará al trámite propio del proceso en que comparece, otorgándose

similares facultades probatorias a las partes. De tal modo da lugar a que haya tres partes

intervinientes en un proceso con diferentes pretensiones procesales.

Art. 99, cuarto párrafo. CPC. - La intervención del excluyente no suspende el proceso, pero sí

la expedición de la sentencia.

Presupuestos de la intervención principal.

 Primero.

El interviniente debe tener la calidad procesal de tercero.

Víctor fairén Guillén: “Es preciso que la persona que quiere intervenir tenga la calidad procesal

de tercero con referencia al proceso que pende ya. Todo lo anterior nos permite sostener que el

interviniente debe ser tercero y no tener legitimidad para ser litisconsorte, porque si llega a

tenerla deberán intervenir condal calidad, pero nunca como interviniente principal”.

 Segundo:
Debe pretender total o parcialmente la cosa o derecho que es objeto en el proceso.

58
Chiovenda: Debe concurrir lo que denominó como incompatibilidad. Es decir que la pretensión

que involucra el tercero debe ser repugnante e incompatible con las partes originales.

 Tercero:
Que exista un proceso pendiente. Si el tercero se pretende involucrar en la pretensión lo lógico es

que exista, es decir que haya una relación jurídica procesal y no exista sentencia ejecutoria

dentro de él.

 Cuarto:
El procedimiento para el litigio que plantea el tercero interviniente debe ser el mismo del proceso

en curso.

Hernando Devís Echandía: Sostiene que, si la pretensión del tercero no tiene establecido el

mismo trámite, esta intervención sería imposible.

 Quinto:
El juez que conoce el proceso debe ser competente para la demanda del interviniente.

Víctor Fairén Guillén: “La intervención principal, según cierta doctrina de origen antiguo,

produce un caso de acumulación subjetiva de pretensiones por razones de conexión material. Y

para conseguir una de las ventajas que le dan finalidad, esto es, la de evitar diversos procesos

separados, su característica debe estribar en producir, en dar lugar a la aparición de un nuevo

fuero, de un fuero común, a una competencia combinada como la denominada KOHLER, y

exclusiva. Si el tercero que pretende intervenir hubiera demandado por separado, hubiera debido

ir a hacerlo a los fueros generales o especiales normales; pero actuando por medio de la

intervención principal se evita esta determinación competencia, puesto que debe hacerlo en el

fuero antes cuál se está desarrollando el primer proceso”.

Conclusiones:

Los privilegios que le pueden corresponder a la pretensión del interviniente principal dependen

del lugar donde se tramita el proceso en el que se pretende intervenir.

59
Es decir que sí para la pretensión de intervención existen varios fueros es el autor que inicia el

proceso quién determina el lugar donde se resolverá la intervención.

Si existe prórroga de la competencia también existe para la intervención principal.

Nunca podrá el tercero pretender más para evitar el surgimiento de nuevas predicciones.

Problemas de la competencia funcional:

Cuando la pretensión da lugar a un nuevo proceso se presenta una demanda de intervención ante

el juez de primera instancia y también se solicita la paralización del proceso inicial para que el

recién iniciado alcancé la etapa en el que se halla el primero.

Si se considera que la intervención sólo amplía el proceso original solo se presenta una demanda

de intervención ante el juez.

 Sexto:
La intervención debe ocurrir en primera instancia

Efectos procesales en la intervención principal:

 El interviniente es parte principal: El tercero al afirmarse titular total o parcial de la cosa


o el derecho que es objeto del proceso tiene la legitimación en la causa como parte
principal.
 Las partes originales pasan a ser litisconsortes pasivos: Son litisconsortes simples o
necesarios o recíprocos.
 El tercero debe asumir la calidad de demandante.

d) Intervención excluyente de propiedad o de derecho preferente.


Art. 100 primer párrafo, CPC. Puede intervenir en un proceso quien pretende se le

reconozca su derecho en oposición a los litigantes, como consecuencia de alguna medida cautelar

ejecutada sobre un bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el titular de

la medida cautelar.

60
Art. 100 segundo párrafo, CPC. También puede intervenir en un proceso quien pretenda se

le reconozca derecho preferente respecto de lo obtenido en la ejecución forzada. Este es el caso

de la intervención excluyente de preferencia o de igualdad de crédito.

Ejemplo. Cuando un tercero pretende que, del resultado del remate de un bien, su crédito sea

cubierto con preferencia al del demandante.

Art. 100 tercer párrafo, CPC. Las intervenciones descritas en este Artículo se tramitarán de

acuerdo a lo dispuesto en el Subcapítulo 5, Capítulo II, Título II, SECCION QUINTA de este

Código.

Tercería excluyente de propiedad.

O también como derecho preferente que se tramitan conforme a las reglas contenidas en los

artículos 533.

Art. 533 CPC. La tercería se entiende con el demandante y el demandado, y sólo puede

fundarse en la propiedad de los bienes afectados por medida cautelar o para la ejecución; o en el

derecho preferente a ser pagado con el precio de tales bienes.

Art 534. CPC. La tercería de propiedad puede interponerse en cualquier momento antes que

se inicie el remate del bien. La de derecho preferente antes que se realice el pago al acreedor.

 Requisitos para la demanda de tercería.


Art. 424 CPC. La demanda se presenta por escrito y contendrá:

1. La designación del Juez ante quien se interpone;

2. El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal del demandante;

3. El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del demandante, si no

puede comparecer o no comparece por sí mismo;

4. El nombre y dirección domiciliaria del demandado. Si se ignora esta última, se expresará

esta circunstancia bajo juramento que se entenderá prestado con la presentación de la demanda;

61
5. El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que se pide;

6. Los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumerada mente en forma precisa, con

orden y claridad;

7. La fundamentación jurídica del petitorio;

8. El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse;

9. La indicación de la vía procedimental que corresponde a la demanda;

10. Los medios probatorios; y

11. La firma del demandante o de su representante o de su apoderado, y la del Abogado. El

secretario respectivo certificará la huella digital del demandante analfabeto.

Art.535 CPC: La demanda de tercería no será admitida si no reúne los requisitos del Artículo

424 y, además, si el demandante no prueba su derecho con documento público o privado de

fecha cierta; en su defecto, si no da garantía suficiente a criterio del Juez para responder por los

daños y perjuicios que la tercería pudiera irrogar.

En caso de no satisfacer con estas exigencias el juez debe declarar inadmisible la demanda.

 Efectos de la tercería de propiedad


Art 536 primer párrafo CPC. Admitida la tercería de propiedad, se suspenderá el proceso si

estuviera en la etapa de ejecución, aunque esté consentida o ejecutoriada la resolución que

ordena la venta de los bienes, salvo que estén sujetos a deterioro, corrupción o desaparición o

que su conservación resulte excesivamente onerosa. En estos casos, el producto de la venta

queda afectado al resultado de la tercería.

Art 536 segundo párrafo CPC. El tercerista puede obtener la suspensión de la medida

cautelar o de la ejecución del bien afectado, si la garantía otorgada es suficiente a criterio del

Juez, en caso no pruebe que los bienes son de su propiedad.

Suspensión de la medida cautelar sin tercería

62
Art 539. CPC. El perjudicado por una medida cautelar dictada en proceso en que no es parte,

puede pedir su suspensión sin interponer tercería, anexando título de propiedad registrado. Del

pedido se corre traslado a las partes. Si se suspende la medida, la resolución es irrecurrible. En

caso contrario, el interesado puede interponer tercería, de acuerdo al Artículo 533.

 Tercería preferente de crédito


Art 534 CPC. La tercería de propiedad puede interponerse en cualquier momento antes que

se inicie el remate del bien. La de derecho preferente antes que se realice el pago al acreedor.

 Efectos de la tercería de derecho preferente


Art 537 CPC. Admitida la tercería de derecho preferente, se suspende el pago al acreedor

hasta que se decida en definitiva sobre la preferencia, salvo que el tercerista otorgue garantía

suficiente a criterio del Juez para responder por el capital, intereses, costas, costos y multas.

El tercerista puede intervenir en las actuaciones relacionadas con el remate del bien.

 Proceso fraudulento
Art 538 CPC: Si se prueba la connivencia entre tercerista y demandado, se impondrá a

ambos y a sus Abogados, solidariamente, una multa no menor de cinco ni mayor de veinte

Unidades de Referencia Procesal, más la indemnización de daños y perjuicios, costos y costas.

Además, el Juez remitirá al Ministerio Público copia certificada de los actuados pertinentes, para

el ejercicio de la acción penal correspondiente.

Las mismas sanciones se le impondrán a quien haya solicitado y ejecutado maliciosamente

una medida cautelar.

e) Requisitos y trámites tratándose de la intervención voluntaria


Art 101 CPC. Los terceros deben invocar interés legítimo. La solicitud tendrá la formalidad

prevista para la demanda, en lo que fuera aplicable, debiendo acompañarse los medios

probatorios correspondientes.

63
El Juez declarará la procedencia o denegará de plano el pedido de intervención. En el primer

caso, dará curso a las peticiones del tercero legitimado. Sólo es apelable la resolución que

deniega la intervención. Los intervinientes se incorporan al proceso en el estado en que este se

halle al momento de su intervención.

3.1.2. Intervención provocada de un tercero

Es provocada obligatoria cuando alguna de las partes solicita o el propio juez dispone su

incorporación al proceso.

a) Denuncia civil
Es el medio por el cual el demandado solicita al juez que notifique a otra persona que no ha

sido demandada y que tiene algún derecho, responsabilidad y obligación en el derecho discutido

en el proceso.

 Concepto
Art. 102 CPC. El demandado que considere que otra persona, además de él o en su lugar,

tiene alguna obligación o responsabilidad en el derecho discutido, debe denunciarlo indicando su

nombre y domicilio, a fin de que se le notifique del inicio del proceso.

 Trámite
Art 103 CPC. Si el Juez considera procedente la denuncia, emplazará al denunciado con las

formalidades establecidas para la notificación de la demanda, concediéndole un plazo no mayor

de diez días para que intervenga en el proceso, el cual quedará suspendido desde que se admite la

denuncia hasta que se emplaza al denunciado.

Una vez emplazado, el denunciado será considerado como litisconsorte del denunciante y

tendrá las mismas facultades que éste.

La sentencia resolverá, cuando fuera pertinente, sobre la relación sustancial entre el

denunciante y el denunciado.

64
3.2. El tipo de interés del tercero.

3.2.1. Intervención principal.


A su vez se sub clasifica en:

a) Intervención excluyente principal.


Prevista en el artículo 99 del código procesal civil

b) Intervención excluyente de propiedad o derecho preferente.


Prevista en el artículo 100 del CPC.

c) Intervención litisconsorcial.
Prevista en el artículo 98 del código procesal civil

3.2.2. La intervención accesoria.

Art 97 del CPC. Quien tenga con una de las partes una relación jurídica sustancial, a la que

no deban extenderse los efectos de la sentencia que resuelva las pretensiones controvertidas en el

proceso, pero que pueda ser afectada desfavorablemente si dicha parte es vencida, puede

intervenir en el proceso como coadyuvante de ella.

Esta intervención puede admitirse incluso durante el trámite en segunda instancia.

El coadyuvante puede realizar los actos procesales que no estén en oposición a la parte que

ayuda y no impliquen disposición del derecho discutido.

Se da cuando el tercero que no tiene relación con la pretensión procesal material ayuda alguna

de las partes con un interés.

65
DENUNCIA DE LA LITIS EN LA DOCTRINA ITALIANA Y ALEMANA

“DENUNCIA DE LA LITIS”

(LLAMAMIENTO EN LA CUASA O DENUNCIA DE LA LITIS EN ITALIA)

Para apreciar la doctrina italiana, debe hacerse una transcripción de las normas vigentes

dentro de estos temas en la legislación y doctrina de ese país.

“El comprador que ha reconocido espontáneamente el derecho del tercero, pierde el derecho a

la garantía, si no prueba que no existían razones suficientes para impedir la evicción”

Tesis de Piero CALAMANDREI:

Para este autor, entonces, la denuncia de la Litis es algo menos que el llamamiento en

garantía, ya que en este caso se contiene en la proposición de una nueva demanda del

garantizador contra el garante (causa de garantía).

La importancia aquí de denunciar el pleito, según este autor, consiste en que informado del

proceso, el denunciado no puede alegar con posterioridad que “razones suficientes para hacer

que se rechazara la demanda”

Para este autor, “garantía es la defensa en juicio dirigida a rechazar una demanda de un

tercero o sostener una demanda contra un tercero, y al resarcimiento de los daños derivados de la

no efectuada o no lograda defensa de una persona denominada garante, está obligada a presentar

por ley o por contrato, a otra persona llamada garantizado”.

La anterior tesis de CALAMANDREI puede ser explicada por la siguiente gráfica:

Denuncia del pleito

Proceso de A contra B

B denuncia el pleito a C

66
Si B pierde el bien, tendrá que iniciar un proceso separado para que condene C a indemnizarle

por la no prestada o no lograda defensa.

¿Cuál es entonces la importancia de haber denunciado el pleito?

Según lo sostenido en al art. 1485 del Código Civil italiano, en el nuevo pleito el garante no

podrá probar que “existían razones suficientes para hacer rechazar la demanda”.

En cambio, respecto al llamamiento en garantía:

A demanda a B

B llama en garantía a C

Si B es condenado, C puede ser condenado también a pagar la indemnización en el mínimo

proceso en favor de B (esto es lo que sostiene el art. 32 del Código de Procedimiento Civil

italiano).

Criterio de CHAVIONDA

Como sucede en la concepción de Piero calamandrei ya explicada, Guiseppe CHAVIONDA

distingue entre la denuncia del pleito y el llamamiento en garantía, así: “cuando a la llamada del

tercero contra el cual la parte de qué procede la citación tiene una acción de regreso se añade a la

proposición in eventum de esta acción en la misma litis, se tiene la llamada en garantía”. Esta

teoría es de origen germánico, si bien la moderna ley alemana no la reconoce. “la acción de

regreso se propone condicionalmente: de este modo, la hipótesis de que el que hace la llamada

sucumbe frente a su contrario, el llamado no sólo se encontraría (como en la simple litis

denuntiatio) en la imposibilidad de desconocer su responsabilidad, quien tiene por presupuesto

esta derrota, habiendo estado en condiciones de defender, sino es que, mismo tiempo, condenado

a responder de las consecuencias de tal derrota”.

67
CHAVIONDA, finalmente sostiene: “ A la parte que, en caso de perder el pleito, le

corresponde una acción de regreso contra un tercero, le es dable denunciar la litis a este tercero

para darle ocasión de intervenir y ayudarle en su defensa, y evitar la excepción de negligencia en

la defensa en el juicio posterior.

Luis MATTIROLO sostiene: “Por lo que, en otras palabras, diremos que la llamada en

garantía supone simple y necesariamente uno obligado, qué implica la idea de la demanda

eventual de condena del garante, la llamada, en cambio, sólo para la intervención implica

únicamente la idea de una comunión de derechos y de obligaciones entre el tercero llamado a

intervenir y no de los litigantes.

DENUNCIA CIVIL

(Litis denunciante en el derecho alemán)

Las normas del Código de procedimiento civil alemán disponen lo siguiente respecto al tema

de la litis denunciatio.

72: “Todo parte de un proceso que, en el caso de resolver este en perjuicio de ella, crea que

puede ejercitar una acción de garantía o de repetición contra un tercero, o que actúe cuidando del

derecho de un tercero, puede denunciar judicialmente al tercero la pendencia de la causa, hasta el

momento de la resolución firme de la misma”.

73: “la denuncia del litigio se hará por medio de escrito notificado al tercero, en el cual se

indicará el motivo de la denuncia y el estado de la causa”.

74: “Si el tercero entra en la causa con él Litis denunciante, su relación con respecto a las

partes se regirá por los preceptos reguladores de la intervención adhesiva”.

68
En todos los casos enunciados en este párrafo se aplicarán contra el tercero los preceptos del

68, pero en vez de atenderse al tiempo de la intervención, se tendrá en cuenta aquel Quien fuera

posible la intervención por efecto de la denuncia

68: “El interviniente adhesivo, para los efectos de su relación con la parte principal, no será

oído con la afirmación de que la causa, tal como le ha sido presentada al juez, ha sido resuelta

con error; sólo será oído se afirma que la parte principal ha llevado mal la causa cuando por el

estado de la misma al tiempo de su entrada en ella o por las manifestaciones y actos de la parte

principal, haya estado impedido de ejercitar medios de ataque y de defensa, o cuándo la parte

principal intencionalmente o por negligencia grave, no haya hecho uso de medios de ataque y de

defensa que él no conocía”.

a) Llamamiento en garantía o aseguramiento de pretensión futura. Nuestro ordenamiento

procesal civil regula el instituto con el nombre de aseguramiento de pretensión futura, el que en

doctrina recibe nombre también de llamamiento en garantía. El Código Procesal Civil prevé que

la parte considere tener derecho para exigir de un tercero una indemnización por el daño o

perjuicio que pudiera causarle el resultado de un proceso, o considere tener derecho a repartir

contra dicho tercero lo que debiera pagar en ejecución de sentencia, puede solicitar el

emplazamiento del tercero con el objeto que en el mismo proceso se resuelva además la

pretensión que tuviera contra él (Art. 104°, primer párrafo, CPC)

LLAMAMIENTO EN GARANTÍA

1. NOCIÓN GENERAL

69
Se sostener que el llamamiento en garantía es de origen germánico, sin embargo, se podrá

observar en el estudio de derecho Comparado que se hace al final de esta obra, que la ordenanza

procesal alemana del 30 de enero de 1877, no ha consagrado la figura mencionada, cuestión que

sólo llegó a ser Clara cuando Piero CALAMANDREI escribió en 1903 la chiamata in garantía.

En el derecho italiano existía, además de ésta, la simple denuncia, en Alemania solamente se

había consagrado la simple denuncia.

Hay simple denuncia cuando la parte, que en caso de ser vencida en un proceso tiene acción

reversiva contra un tercero, solicita que se le comuniqué a este la pendencia del proceso, para

facilitarle que comparezca y le ayude a evitar así la excepción de negligente defensa en el

proceso que posteriormente podrá iniciar contra el llamado en caso de que pierda, en cambio,

hay llamamiento en garantía cuando el llamamiento del tercero contra el que la parte que llama

tiene una acción de regresión, esta añade eventualmente la resolución de la responsabilidad e

indemnizaciones en favor del denunciante y en contra del denunciado para que sea resuelta en el

mismo proceso. Así las cosas, en mi opinión, la diferencia entre la figura de la denuncia del

pleito y el llamamiento en garantía no estriba en el contenido del derecho material, es decir, que

la 1 se puede emplear para garantías reales y la otra para garantías simplemente personales. La

diferencia es eminentemente procesal si, además de comunicar el pleito a un tercero, este resulta

vinculado como parte y puede ser condenado, en el evento de que el llamante pierda el proceso

ocurre el llamamiento en garantía, si, en cambio, lo que se persigue Es simplemente noticia a un

tercero de la existencia del proceso para que ayude al llamante en el triunfo, sin que

eventualmente se proponga en el mismo proceso la condena del denunciado, aparece Sin lugar a

dudas la simple denuncia del pleito.

70
II. EL LLAMAMIENTO EN GARANTÍA Y LA ECONOMÍA PROCESAL

Es indudable que con el llamamiento en garantía se desarrolla mejor el principio de la

economía procesal, porque el juez que conoce de la causa es quien está en mejores condiciones

de resolver sobre la responsabilidad del llamado frente al llamante, así se evitarán sentencias

contradictorias.

En tal sentido se ha pronunciado la Corte Suprema de Justicia colombiana, Sala de Casación

Civil, Bogotá, 5 de setiembre de 1978, en el proceso seguido por Alfredo Santos Villanizar

contra Ja Sociedad Petroquímica Colombiana S.A.A continuación se transcribe la referida

decisión jurisprudencial

Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia colombiana. "Llamamiento en garantía y su

semejanza con la acumulación de pretensiones sucesivas.

1) A modo y semejanza de la acumulación de pretensiones sucesivas, el llamamiento en

garantía, o mejo r la pretensión a él inherente, está condicionada al resultado de la sentencia,

pues cobra fuerza y virtualidad sólo cuando una de las partes tenga derecho legal o contractual de

exigir de un tercero la indemnización del perjuicio que llegare a sufrir, el reembolso total o

parcia l del pago que tuviere que hacer" (Art. 57 del C. de P. C).

"Estas locuciones condicionales que se han subrayado, aunadas al presupuesto de pender del

resultado del pleito, implican que sobre el llamamiento en garantía no procede decisión

autónoma o independiente, sino condicionada al resultado de un proceso que dé lugar a fallo que

en últimas decrete la in-demnización de un perjuicio sufrido por quien efectúa el llamamiento o

que a éste le quepa condena que implique un pago que le deba ser reembolsado total o

parcialmente".

71
"Si tales indemnizaciones o reembolsos dependen ineludiblemente del «resultado de la

sentencia», como reza el Código, es evidente que si el fallo no contiene declaración o condena

alguna en contra de quien efectúa el llamamiento, es in necesario que exista pronunciamiento;

obviamente desestimatorio por sustracción de materia, en relación con el llamado a garantizar"

"De ahí que, por estar expresamente sometido el llamamiento en garantía a lo dispuesto en los

arts. 55 y 56 del C. de P. C., en virtud del apartado final del art. 57, ibídem, le sea aplicable el

último inciso del art. 56, que dispone que en la sentencia se resolverá cuando fuere pertinente,

sobre la relación sustancial entre denunciante (o convocante) y denunciado (o convocado), sin

que por tanto sea pertinente ese pronunciamiento en todo caso de no ser acogidas las súplicas de

la pretensión principal […]

II. ¿CUÁNDO SE LLAMA EN GARANTÍA, SE EJERCE UNA ACCIÓN?

Si se interpreta el derecho de contradicción con un criterio dinámico, en virtud de éste el

demandado puede denunciar el pleito llamar en garantía. E incluir eventualmente una pretensión

contra ese tercero en el proceso ya formado. Pero la posición frente al tercero, que es ajeno al

proceso y contra el cual se involucra una pretensión que soportará en el evento que el que llama

pierda el proceso, sí implica innegablemente el ejercicio de la acción. Con la gráfica se aclara la

cuestión.

A demanda a B

Hay simple denuncia cuando

B llama a C

La relación existe entre A y B. B ejerce su derecho de contradicción llamando a C para que le

ayude o lo defienda.

Llamamiento en garantía A demanda a B

72
B llama a C

IV. Justificación SOCIOLÓGICA DEL LLAMAMIENTO EN GARANTÍA

El llamamiento en garantía disminuye la incertidumbre de quien sabe que, en caso de perder

el proceso, se condenará también a quien le dio cualquier tipo de garantía que permitiría una

acción de regresión.

La simple denuncia, al contrario, no solamente atenta contra el principio de la economía

procesal, sino que además, crea la angustia de quien perdió el proceso.

b) Llamamiento posesorio. Con un ejemplo iniciamos su estudio. Supongamos que Federico

dirige una demanda de desalojo contra Luis, que no es la persona que verdaderamente está en

posesión del bien cuya restitución reclama, siendo simplemente un tenedor del inmueble en

nombre de otro. En este caso Luis, al contestar la demanda, debe expresar su verdadera situación,

indicando el nombre y domicilio real del verdadero poseedor. Esto importa una denuncia civil

especial que dará lugar a que el proceso se suspenda hasta el momento del emplazamiento de

denunciado. Aquí se pueden presentar dos situaciones• Uno si el denunciado comparece y

reconoce su condición de poseedor, será emplazado con la demanda con las formalidades

señaladas por el numeral 103º del Código Procesal Civil y reemplazará al demandado originario

quien será apartado del proceso. Dos, si por el contrario el denunciado no comparece al proceso,

o haciéndolo niega ser poseedor, el proceso seguirá su curso contra ambos, esto es, contra el

demandado originario y contra el denunciado en su condición de litisconsorte, a quien

necesariamente, aunque no lo diga el Código, se le debe notificar con la demanda con las

formalidades que señala el artículo 103º de dicho ordenamiento, caso en el cual la sentencia, si

ampara la demanda, afectará a los dos, si las pruebas lo ameritan.

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El Código Procesal Civil regula el llamamiento posesorio señalando que quien teniendo (no

poseyendo) un bien en nombre de otro es demandado como poseedor de él. En este caso el

emplazado debe expresarlo en la contestación de la demanda, precisando el domicilio del

verdadero poseedor. Si no precisara el domicilio, será conminado a hacerlo bajo apercibimiento

de ser condenado en el mismo proceso a pagar una indemnización por los daños y perjuicios que

su silencio cause al demandante, además de la multa prevista en el artículo 652 del Código (Art.

105º, primer párrafo, CPC). Es que, dicho apercibimiento, en alguna forma, morigera la conducta

del litigante inescrupuloso que intencionalmente pueda omitir con efectuar las precisiones

anotadas: señalar que no es poseedor sino tenedor, que el verdadero poseedor es tercera persona

e indicando el domicilio real de éste. En caso que esa omisión se produjera, al demandado se le

impondrá una multa no menor de 10 ni mayor de 50 Unidades de Referencia Procesal, además de

obligarlo al pago de los daños y perjuicios que su omisión cause el actor.

LAUDATIO O NOMINATIO AUCTORIS

(Llamamiento posesorio)

Es otro supuesto de intervención provocada que consiste en la citación que efectúa el

demandado que le ha sido reclamado la propiedad de una cosa, sobre la que disfrute

determinados derechos, arrendamiento, usufructo, etc., al propietario para que intervenga en el

proceso a defender sus derechos.

Con respecto a este supuesto de intervención, en general. La doctrina se inclina a decir que

se trata de un cambio de partes, y por tanto no se produce con motivo de esta intervención un

litisconsorcio, "en este supuesto lo normal es que el demandado ponga en conocimiento del

poseedor mediato, la incoación del proceso para que éste, a quien in teresa la defensa de la

propiedad, lo asuma como parte, y el demandado sea liberado de la continuación del mismo".

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En este supuesto de intervención, no estamos normalmente ante el fenómeno del proceso con

pluralidad de partes, ya que el demandado una vez notificada la pendencia del proceso al

poseedor mediato, puede ocurrir:

a) Que el llamado acuda al proceso a defender su propio derecho y el primitivo demandado se

aparte de la causa.

b) Que el llamado no acuda al proceso y en este caso, el demandado (poseedor inmediato)

puede alegar su falta de legitimación, o continuar el proceso.

c) Puede ocurrir que venga el llamado y el llamante quiera seguir el proceso, pudiendo

hacerlo a modo de coadyuvante.

En ningún caso se dará un supuesto de litisconsorcio.

c) Llamamiento en caso de fraude o colusión. Colusión entre Nuestro. Ordenamiento procesal

civil establece que cuando en cualquier etapa del proceso se presuma fraude o las partes, el Juez,

de oficio, ordenará la citación de las personas que puedan resultar perjudicadas con ese proceso,

a fin de que hagan valer sus derechos, suspendiendo, para el efecto, el proceso por un plazo no

mayor de 30 días (Art. 106º CPC).

5.5. LA EXTROMISIÓN

El Juez, como lo hemos estudiado precedentemente, de oficio, a petición de alguna de las

partes o a petición del propio tercero puede admitir la intervención de este último en el proceso.

Como contrapartida de esa actividad, cuyo instituto recibe la denominación de intromisión

procesal, el Código regula el instituto de la extromisión, por el cual el Juez, de oficio o a pedido

de parte, y por resolución debidamente motivada, retira del proceso a un tercero legitimado que

había sido admitido inicialmente como tal, pudiendo producirse en dos supuestos: a) cuando el

juez considera que el legítimo interés que estuvo presente cuando se admitió al tercero ha

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desaparecido. b) Cuan- do se comprueba que la calificación dada al tercero al momento de su

incorporación ha sido incorrecta (Art. 107º CPC).

El Juez, al declarar la extromisión y, consecuentemente, la separación del proceso de un

tercero legitimado, debe emitir una resolución debidamente motivada, que contenga

expresamente los fundamentos por los cuales considera que el interés o derecho que legitimó la

intervención del tercero ha desaparecido o las razones que sustentan la comprobación de su

inexistencia. La decisión, en este sentido, puede ser dictada por el Juez en cualquier etapa del

proceso.

6. LOS ABOGADOS

Abogado es la persona que cuenta con un título profesional de tal otorgado por una

Universidad en nuestro país o revalidado por ella y que lo autoriza para asesorar, asistir y

defender a los litigantes en los procesos civiles, como en otros procesos judiciales. Nuestro

ordenamiento establece que el abogado, para intervenir en los procesos, requiere estar inscrito en

el Colegio de Abogados correspondiente (Art. 285°, inc. 3, LOPJ). Como toda persona tiene

derecho a ser patrocinada por el abogado de su libre elección, en los procesos civiles se exige

que el escrito que se presente al proceso debe estar autorizado por abogado colegiado, con

indicación clara de su nombre y número de registro, pues de lo contrario no se le concederá

trámite (Art. 132º CPC). En relación a la demanda, el Código Procesal Civil señala que ésta se

presenta por escrito y contendrá, entre otros, la firma del abogado (Art. 424°, inc. 11, CPC).

Finalmente, los abogados están facultados para intervenir en todas audiencias y actuaciones que

se produzcan en el proceso asistiendo a sus patrocinados. Es posible que los abogados

intervengan en los procesos civiles, además de defensores, como apoderados, ostentando

representación voluntaria.

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7. EL REPRESENTANTE DEL MINISTERIO PÚBLICO

Juntamente con el Poder Judicial, existe un organismo que, si bien no forma parte de él,

colabora con la tarea de administrar justicia sin estar facultado para decidir litigios. Ese

organismo es el Ministerio Público, el que, dentro de un verdadero estado de derecho, tiene como

funciones principales la defensa de la legalidad , los derechos ciudadanos y los intereses

públicos; la representación de la sociedad en juicio para los efectos de defender a la familia, a los

menores e incapaces y el interés social; velar por la moral pública, la persecución del delito y la

reparación civil; velar también por la prevención del delito, por la independencia de los órganos

judiciales y la recta administración de justicia (Art. 1º LOMP).

El Ministerio Público, mediante sus representantes, en el ámbito civil, ejerce las siguientes

atribuciones:

a) Como parte en el proceso (Art. 113°, inc. 1, CPC). Al tratar de las partes en el proceso

hemos explicado que el representante del Ministerio Público interviene en determinados

procesos civiles como parte singular o especial, como ocurre en los procesos de divorcio, en los

procesos sobre separación convencional, etc. Cuando el Ministerio Público es parte en los

citados en los procesos no emite dictamen (Art. 841° CPC). Esta norma ha derogado las

disposiciones de la Ley Orgánica del Ministerio Público que autorizan a los representantes de

dicho organismo emitir dictamen previo a la sentencia que pone fin a la instancia en los procesos

anotados.

b) Como tercero con interés cuando la ley dispone que se le cite (Art. 113º, inc. 3, CPC).El

Ministerio Público puede intervenir " en el proceso como tercero legitimado, cuando por ejemplo

en un proceso se disputan entre los padres la tenencia de un menor de edad, con el propósito de

defender sus derechos.

77
c) Como dictaminador (Art. 113º, inc. 3, CPC). Hay procesos civiles, como los relativos a la

división y participación de bienes en las uniones de hecho a que se refiere el artículo 9º de la

Constitución en cuanto se tienda a asegurar los bienes y derechos de las partes y de los hijos

comunes (Art. 96º, inc. 2, LOMP), en los que el representante del Ministerio Público debe

dictaminar. El dictamen debe ser debidamente fundamentado (Art. 114º CPC). El dictamen debe

ser emitido después de actuados los medios probatorios y antes que se expida sentencia (Art.

116º CPC). El dictamen será meramente ilustrativo y su omisión no causará nulidad procesal en

los casos que expresamente señala la ley (Art. 89º, inc. b, LOMP).

1. AUTO QUE DECLARA LA PROCEDENC IA DEL RECURSO

El otorgamiento de poder al amparo del Art. 80° del Código Procesal Civil confiere facultades

generales para intervenir en el proceso y autoriza válidamente interponer el recurso de apelación.

CAS: N° 1056-96-LIMA

Lima, doce de noviembre

de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con el acompañado; Y ATENDIENDO: a que conforme aparece de lo actuado se ha

cumplido con todos los requisitos formales para el concesorio del recurso de casación y, por

tanto, para la admisión del mismo; Y CONSIDERANDO:

1. Que el recurrente don Carlos Armando Iglesias Alva fundamenta su recurso de casación

interpuesto a fojas cuatrocientos veintiuno en la contravención de las normas que garantizan el

derecho a un debido proceso conforme al artículo trescientos ochentiséis inciso tercero del

Código Procesal Civil;

2. Que, para tal efecto, refiere que el artículo doscientos noventa de la Ley Orgánica del Poder

Judicial señala que en los procesos, sin necesidad de intervención de su cliente, el abogado puede

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presentar, suscribir y ofrecer todo tipo de escritos, con excepción de aquellos para los que se

requiere poder especial con arreglo a ley; que el artículo once de la citada ley señala que la

interposición de un medio de impugnación constituye un acto voluntario del justiciable; que, en

el presente caso, sostiene la impugnante, de conformidad con el artículo ochenta del Código

Procesal Civil, la parte demandada ha delegado al abogado las facultades generales de

representación señaladas en el artículo setenticuatro del Código Procesal Civil;

3. Que, en consecuencia, al haberse pronunciado la Corte únicamente respecto a la apelación

del demandante, obviando los fundamentos de los recursos de la parte demandada, bajo el

argumento de que el referido profesional carece de las facultades especiales contenidas en el

artículo setenticinco del Código Procesal Civil considera que se ha configurado la causal

contemplada en el inciso tercero del artículo trescientos ochentiséis del referido Código Procesal,

porque significa un menoscabo a su derecho de defensa, principio recogido en el inciso cuarto

del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política;

4. Que es evidente que en el presente caso se ha cumplido con el requisito de fondo

establecido en el rubro dos punto tres del inciso segundo del artículo trescientos ochentiocho del

Código Procesal Civil, razones por las que es procedente el control casatorio:

DECISIÓN:

Declararon PROCEDENTE el recurso de casación interpuesto por don Carlos Armando

Iglesias Alva a fojas cuatrocientos veintiuno e Instalaciones Electromecánicas Sociedad

Anónima a fojas trecientos noventisiete; en los seguidos por don Jorge Francisco Seminario

Seminario con don Carlos Iglesias Alva y otro, sobre pago de dólares; y, en consecuencia,

desígnese oportunamente.

79
SS:

Roncalla

Román

Reyes

Vásquez

Echevarría

80

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