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1. INTRODUCCIÓN
3. LO BELLO Y LO PLACENTERO
4. LA BELLEZA Y LA REALIDAD
En 1790 Kant cierra toda su empresa crítica con la Crítica del juicio. De la
investigación del juicio se deriva la tarea de mediar entre la naturaleza y la libertad. El
juicio es la facultad situada entre el entendimiento y la razón, a la que le corresponde el
sentimiento de placer o displacer, el cual queda situado entre la facultad de conocer y la
de desear. El juicio es la facultad de subsumir lo particular bajo lo universal.
El juicio “reflexionante” tiene que encontrar primero lo universal y su principio
es la finalidad. Si ésta es subjetiva, la facultad es el juicio estético; si es objetiva el
juicio es teleológico.
En la consideración crítica de la Estética investiga lo bello y lo sublime. A
diferencia de lo bello, lo sublime se refiere a algo ilimitado, cuya imaginación es
acompañada por la idea de totalidad, la analítica muestra que un juicio estético tiene
validez universal, conforme a las categorías, porque exige de otros que lo sigan; y es
necesario porque exige un sentido común en todos los hombres. En él se refleja una
“satisfacción” desinteresada que se refiere a la forma de la finalidad. BELLO es por
tanto, aquello que en una representación sin conceptos despierta placer por el hecho de
que muestra una finalidad. Así, las flores son libres, bellezas naturales por la armonía de
sus partes, sin que su contemplación esté sometida a ningún fin. Los juicios de gusto
tienen en sí la antinomia de que no pueden ser probados, y sin embargo, pretenden ser
obligatorios. Se basan en una sensación subjetiva, pero al mismo tiempo, se dirigen a un
sentido común supra-individual.
Finalmente relaciona lo estético con lo moral: la determinación categorial de lo
bello, sirve de analogía para lo moralmente bueno. Lo sublime remite a la poderosa
totalidad de la naturaleza con la que se mide el hombre. Lo bello es “el símbolo de un
bien moral”.
8. CONCLUSIÓN
Una de las dimensiones básicas de la acción humana, es la dimensión estética.
Gracias a ella, la vida humana está llena de formas y luces, colores y ritmos, músicas y
sonidos, sueños e imágenes. El mundo deja de ser un espacio frío e inhóspito para
convertirse en un espacio multicolor donde aparecen y desaparecen objetos que son
obras cuya belleza mantiene viva nuestra sensibilidad.
Esta interpelación cotidiana de la belleza, es la experiencia estética de donde
nace el mundo de la creación artística.