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“Siempre tuve una relación conflictiva con el sueño, pero lo que me pasó hace
unos meses fue completamente diferente y juro que no deseo que alguien más
pase por lo mismo.
Mis cuerdas vocales, mis labios, mi boca… ¡todo estaba paralizado! Y allí me
quedé, en silencio e inmóvil a pesar de esforzarme; mirando el techo y las
paredes de mi habitación asustada y sin saber qué hacer.”
Las personas que se ven afectadas por esta parálisis de sueño no pueden
hablar ni emitir sonidos, ni pueden avisarle a quien tengan cerca lo que les
está sucediendo, sintiendo además; ansiedad y miedo.
Las crisis suelen ser cortas y duran algunos segundos o a lo sumo unos pocos
minutos y pueden producirse cuando nos estamos por dormir o cuando nos
estamos despertando.
Las alucinaciones más frecuentes de las que dan cuenta los afectados tienen
que ver con la sensación de una presencia hostil en la misma habitación o
incluso una presión en el cuerpo o más precisamente, en el pecho.
Una vez que sabe que están llegando y por la experiencia adquirida después
de haber pasado por muchas, logra identificar el momento y ya no se asusta
porque sabe lo que le está sucediendo.
Para atravesar el mal momento de manera más relajada, nos aconseja poner en
práctica estas técnicas.
- Toser.
- Hacer muecas.
3) Dar aviso a otros: Para quienes duermen con sus parejas, aconsejamos
mantenerlos al tanto de que estas crisis pueden aparecer. Intente gemir o
respirar de manera agitada para que otro escuche. Al menor contacto externo,
la crisis se detendrá.
Gracias a estas técnicas para llevar mejor las crisis de parálisis de sueño tal
vez puedas llevar mejor la próxima (o la primera) vez que te suceda.
Para Amanda, es una tranquilidad poder saber que está segura cuando aparece
una de estas crisis.