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CAPITULO I

El epísteme

Estoy cómoda; calientita; una suave seda me cobija; hay un sonido que
escucho a lo lejos (lup, dup, lup, dup, lup, dup), ¡es música para mis oídos! Hay
momentos en los que suena muy rápido (lupdup, lupdup, lupdup). Veo una luz
radiante que me ciega; hay olores y ruidos extraños nuevos para mí… Hoy 18
de noviembre de 1974; 11:50 pm; el día que Papá Dios escogió para mi
nacimiento. En la ciudad de Valencia Edo. Carabobo hija de padres
venezolanos y la mayor de siete hermanos.

Mi Infancia que transcurrió…. en un hogar humilde, en una casita de


paredes de láminas de zinc y madera; decorada por mamá, con hojas de
revistas…. ¡evoco un lugar acogedor.....!; camas hechas de maderos y tablas,
clavados en el piso, sin colchón;…pero eso, _ ¡no era importante!_ ¡me sentía
amada por mis padres!_ En las noches, quedábamos dormidos observando y
jugando con los personajes que salían en las revistas.

Era una noche de invierno; llovió tanto, tanto, que al despertar en la


mañana, todo el patio estaba lleno de agua; mis hermanos y yo, estábamos
emocionados, parecía una laguna, jugábamos con barcos de papel. _Mientras
Masita escandalizada_ sacaba agua, para que no entrara al rancho donde
vivíamos....Tenía ocho años…… el patio de mi rancho era muy grande, habían
sembrados yuca, ñame, plátanos, mangos de diferentes tipos, aguacate,
guanábana, ciruelas, pata de vaca; habían muchas flores de siempre viva, de
todos los colores, además de otra plantas que no conocía; también teníamos
unos cochinos, que eran de mi abuela, gallinas, patos, pavos. Los cochinos
hacían unos caminos entre la yuca, el gamelote y las siempre vivas, quedaban
como unas cuevas y el suelo era como arenilla limpios, me gustaba jugar en
esas cuevas me sentía que era una criatura pequeña e imaginaba que esa era
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mi casa; a veces encontrábamos nidos de patos con huevos blanquitos y se los
llevábamos a mi masita para que los cocinara. También trepábamos, en las
matas de pesgua y almendrón; y fabricábamos casas de madera en los arboles;
tomábamos escondidos tomate, sal, azúcar, para cocinar en las casitas.
Cuando mis hermanos se molestaban le caían a pedradas a la casita y la
derrumbaban. Nos gustaba mucho jugar sobre las ramas de los arboles; hasta
un día en el que se desplomo el piso de una de nuestras casitas; caí de más de
tres metros de altura; sentí que todo se me puso negro; en ese momento lo
único que se me ocurrió decir fue: _ ¡masitaaaa…!_ y regrese de nuevo…!

Todavía a los 17 años jugaba muñecas; consentida por mi madrina:


María Luna; mi segunda madre, con la que pase mucho tiempo de mi
vida….compartíamos hora juntas; la ayudaba a pintar la cerámica que vendía
en su casa; aprendí de todos los cursos que le dictaban; de cómo hacer moldes
de yeso; flores de arcilla; técnicas de pintura sobre cerámica; me enseño a
lavar; planchar y hasta cocinar. Todavía recuerdo el sabor de sus sancochos; el
pollo guisado y la lengua en salsa. Mi madrina celebro todos mis cumpleaños y
lleno de alegría mi infancia. De ella recibí amor; ternura; consejos; y cultivo en
mi las artes plásticas. Hasta aquel día; en el que, la luz de su mirada se apago.
“madrina, recibe todo mi amor”.

Como niña, les aconsejo prolonguen el mayor tiempo posible, la infancia


de sus hijos, no permitan que pierdan su inocencia antes de tiempo; para que
mantengan en su vida de adulto; ese niño interior, que les ayude afrontar cada
día, como un nuevo día; y con un sol diferente cada amanecer. Y recuerden
papá y mamá, alimenten su niño interior para que no muera…. Es la miel que
endulza lo amargo de la vida.

Siempre contamos mis hermanos y yo, con la ayuda directa de mi mamá;


una mujer constante, luchadora, emprendedora y se puede decir que de un
carácter difícil; pero que en su momento; no se conformo con su pobreza. Una
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pobreza que solo fue de lo material; porque la señora Gladis siempre ha sido
rica de mente y espíritu. Eso la llevo a hacer de sus hijos los hombres y mujeres
que hoy somos. A ella le doy gracias por darme la vida; una vida, que en un
tiempo no entendía; pero que ahora está clara. En mis líneas le escribo: “masita
me siento orgullosa de usted, lo ha hecho muy bien; solo espero que el
aprendiz supere al maestro”.

De mi padre aprendí a compartir; la caridad, la bondad, el trabajo;


siempre ha sido un crítico muy duro; pero ahora le entiendo, eso me ayudo a
crecer. El es un hombre voluntarioso, siempre dispuesto a trabajar largas horas
y afrontar los retos. _ ¡nunca diga: ¡no sé!, ¡en el camino se aprende!_ esas son
sus palabras. ¡Le doy gracias a dios por ambos, créanme que les amo!

Papá siempre me llevaba a trabajar con él; al igual que mis hermanos;
aprendí algo de albañilería; carpintería; herrería y hasta plomería. Llegue a
trabajar en incomed; pintando la publicidad de las ambulancias; allí estuve con
mi papá y mis hermanos; viví momentos muy bonitos y especiales con ellos, los
quiero mucho; el niño; el bebe y davi; son hombres buenos; nobles;
responsables y trabajadores como su papá. El señor Ángel tiene algo muy
peculiar; le encanta comer….es la perdición, si andas con él y quieres hacer
dieta.

Quiero regalar estas líneas… cargadas de amor, nostalgia… para mi


querido hermano: José Gregorio; mi mamá le decía gregorin ó grego…con su
mirada dulce y tierna; le gustaba la cocina, el monte y la cacería…siempre iba y
venía; era nómada, protector y fiel a su familia; nunca podía faltar un regalito
para masita; algo siempre traía una cosita de sus cacerías. Nos dejo
trágicamente un 5 de diciembre. Siempre nos encontramos en el cementerio;
con la misma emoción de que estuviese vivo… dios te bendiga hermano y te
llene de su luz y de su calor. Amén

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Hubo momentos difíciles en nuestras vidas; como familia; como hogar;
como individuos. Mis padres se vieron en la necesidad de vender aquel
hermoso patio en el que jugaba. Mi papá quedo desempleado; todas las
búsquedas eran frustradas; un buen día, le avisan de un empleo; era trabajando
en el aseo urbano, recogiendo la basura en los camiones de madrugada; eso
no me avergonzaba….., me sentía orgullosa de él; lo importante era mantener a
su familia, aunque le pagaban muy poco; eso dejo huella en mi vida.

Tenía doce años; para ayudar a mi papá; nos levantábamos cada


mañana; en los fines de semana, a recoger alimentos con mis hermanos, en el
mercado periférico de valencia; de aquellos que ya no serian vendidos y eran
tirados en los potes colectores de basura, o de aquellos que caían debajo de
los mesones. Miraba dentro del tambor metálico y recolectaba aquellos que
todavía podían servir, mayormente encontraba cosas buenas y eso me
alegraba, y lo comentaba a mi masita,- ¡como una gran odisea!- reuníamos
hasta siete potes, de esos que se usan para los cuñetes de pintura; luego estos
alimentos eran lavados y procesados por masita (mi mamá) nos alcanzaba para
toda la semana; hasta un nuevo sábado o domingo.

En ese medio encontré personas buenas y malas (alcohólicos, enfermos


mentales, huele pega, entre otros). Pero también recuerdo un señor muy
generoso, vendedor de verduras; sabia que con él; tenia segura, mi bolsita de
verduras. (Cuando el día era malo, porque no habíamos recogido muchas
cosas); el señor de las verduras nos salvaba el día. Este señor me preguntaba:
_ ¿usted está estudiando? _ Yo le respondía: _ ¡sí, quiero ser un medico
pintor!_ A esa corta y difícil edad, nunca me dañe. Ese gran deseo de ser
médico y la formación de mis padres, me mantuvieron inerte.

De mi época estudiantil, recuerdo dos eventos que siempre estarán en mi


memoria. Me encontraba en primer año de educación básica, tenia catorce
años. Se realiza un concurso de pintura en el liceo “Juan Ramón González
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Baquero”; participarían todos los salones, desde primero hasta quinto año. El
tema era bolivariano; ya mi papá me había hablado sobre el padre de la patria;
de su vida y de su importancia y sembró en sus hijos el amor y el respeto hacia
esta gran Venezuela. El motivo que escogí, fue: “Mi delirio sobre el
Chimborazo”. Cuando pinto, nunca dibujo lo que voy a pintar; y una profesora
de manera sarcástica; comento, al no ver nada dibujado: _ ¡ha!....esta es una
pintora de brocha gorda!_ actualmente la pintura se encuentra en la dirección
del liceo y fue la ganadora del primer premio.

Todas las mañanas nos reuníamos en el patio del liceo, para cantar el
himno nacional; era deprimente ver como cada mañana los jóvenes desde
primero hasta quinto año cantaban el himno, con tanto desanimo, como una
obligación; como un castigo. Cursaba primer año; ese día me desperté con los
apellidos revueltos, y los estudiantes con mas desanimo que nunca; estaban las
filas hechas; el profesor de guardia organizaba, en voz clara decía: _ ¡vamos a
entonar las notas del himno nacional!_ ¡uno, dos y tres......_ parecía el rezo de
un funeral! Mi espíritu se estremecía, en ese momento; sentía un calor que
invadía todo mi cuerpo; como una dinamita….. ¡Explote! Subí a uno de los
bancos de cemento; y grite en voz fuerte, clara y segura _ ¡si ya nuestros
antepasados lucharon por nuestra libertad, y hoy somos hombres y mujeres
libres! ¿Por qué no podemos cantar el himno nacional? ¡¡¡Si la única tarea que
nos han dejado, es cantar el himno y estudiar, para construir una patria mejor!!!
_ ¡vamos a cantar todos....fuerte.....que se escuche......!_ gloria al bravo pueblo
que el yugo lanzo la ley respetando la virtud y honor….... ¡Nunca olvidare ese
momento!

Me gustaba estudiar, a veces ni comía por estudiar, y mi mamá se


preocupaba, decía que me iba a enfermar. Era una adolescente solitaria,
soñadora y romántica; la primera vez que un chico me llamo la atención; fue en
cuarto año; fue una ilusión muy especial, solo nos mirábamos y nos
sentábamos cerca, uno del otro; se que ambos sentíamos esa magia, esa
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química, pero él era muy tímido y yo también; nunca nos llegamos a decir
nada; me dolió mucho, cuando se cambio de liceo en quinto año.

Entraba en mis sueños constantemente, cuando escuchaba alguna


música u observaba un evento especial; imaginaba que era una cantante,
pintora, bailarina, o la heroína de algún desamparado. Me recostaba en el patio
y cerraba los ojos; soñaba que estaba en la playa, en pocos segundos sentía la
brisa y el olor de mar; el aire húmedo llenaba mis pulmones, todo era tan
real…..!

Mi primera pintura al oleo la realice cuando tenía 13 años y fue un


bodegón; pero ya tenía varios dibujos a grafito; que desarrolle durante mi niñez
y adolescencia; era una manera de expresar mis sueños, sentimientos y mis
constantes viajes a mundos de fantasía.

Me gradué de bachiller a la edad de 18 años. En ese mismo momento


entro en la escuela de artes plásticas “Arturo Michelena”; tras presentar una
prueba practica de selección, donde se debía dibujar una composición; con
frutas jarrones y paños entre otras cosas. Fue muy emocionante el día que me
correspondía ver el listado; y vi que mi nombre se encontraba allí.

Comienzo el primer año de la carrera. Fue una experiencia muy especial;


me gusta el olor del oleo con el aceite de trementina, me llevaba a otros
tiempos, ¡sentía que había tenido vidas pasadas! El edificio de la escuela de
artes; es aún una vieja casona; había una habitación muy especial, a la que me
gustaba escaparme; estaba sola, era grande y tenía unos ventanales; cerraba
los ojos…….; escuchaba muchas voces; como grupos de personas, que
cuchicheaban y sonreían, era como si en ese lugar, existió un café con mesas y
alegría… recuerdo al profesor Antonio Aguilar de dibujo; era muy exigente, me
rompía los dibujos y me hacia repetirlos de nuevo, las veces que fueron

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necesarias; no sé si lo hacía porque era muy mala o porque veía talento en mi.
Lo cierto es que mis dibujos eran unos de los mejores.

Pero el mundo de los bohemios no es para los pobres; eso lo pude


entender rápidamente; cuando participe en un concurso de pintura que
patrocinaba el Rotary club de valencia. Participe con mi pintura Jesucristo 2000;
para ese entonces el año dos mil estaba muy lejano y se tenían muchas
expectativas, decían que el mundo se acabaría en ese año. Todo esto me
motivo a realizar una pintura (de 1mtx80cm) donde se mostrara el gran poder
de Dios; en una iglesia abandonada, con piso de mármol vino tinto y negro, con
paredes de adobe; en un cuarto de esa iglesia se encontraba una biblia
abandonada, agua bendita, algunas ostias y una cruz; en la cruz no se
encontraba Jesús crucificado; él se había levantado; se había hecho hombre,
había regresado de la muerte con el poder que solo Dios tiene; el espíritu santo
había llegado con una blanca paloma y la luz divina del padre entraba por una
ventana. Se visualiza la sombra de Jesús, con los tres dedos de la mano; que
representaban al padre, al hijo, y al espíritu santo; que regresarían unidos de
nuevo para salvar el mundo. Mi pintura solo gano una primera mención
honorifica; mientras que el primer premio se lo dieron a un cuadro conformado
por una jarra, un paño, y unas naranjas, como de 40x50cm; sin ser muy
trabajado a mi parecer; pero claro le pertenecía a una pariente de Tovar( pintor
reconocido de valencia), desde ese momento me di cuenta, que no haría nada
en la escuela de arte; la historia me decía que los artistas pobres, se mueren de
hambre y en el anonimato; y que la hija de la panadera solo ganaría un calvario,
si perseguía ese sueño. Comprendí que debía seguir mi otro sueño; el de ser
médico; y pensé _ ¡Quizás siendo médico me respeten como pintora, porque
las pinturas serian de la doctora Vásquez!_ por ahora ese sueño sería
guardado. Y comencé mi lucha por entrar a la universidad.

Un buen día escuchaba una charla que dictaba un padre en la televisión;


él hablaba sobre los deseos inmediatos; son todo aquellos deseos que
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aparecen en nuestro camino, que no es lo que verdaderamente deseamos, pero
que nos gusta, tienta, y simplemente lo tomamos; y como una ilusión en el
desierto, nos desvía de nuestro camino, y cuando despertamos de él, estamos
muchos años lejos de nuestros verdaderos sueños y metas. Hay personas que
suelen pasar toda su existencia viviendo una mentira y hasta morir con ella; por
eso es importante reconocer a los deseos inmediatos cuando estos se nos
presenten. En esa lucha por entrar a la universidad, tras la búsqueda de mis
sueños; aparece uno de esos deseos inmediatos. Tenía 18 años cuando conocí
al padre de mis hijos. La joven fuerte, trabajadora, obediente, estudiosa, cree
enamorarse de un hombre que hoy no comparte su vida.

Naufrago de la vida:
¡Y aquella niña de catorce años…
Que un día, se rebeló contra la injusticia que ocurría en su liceo,
Cuando se cantaba el himno nacional…
Se encontraba ahogada…….
En lo más profundo de aquella mujer, ya madre….
Que no sabía, en qué momento….
Se había convertido, en naufrago de la vida…!

Ivonne Vásquez

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Jesucristo 2000

Autor: Ivonne Vásquez

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CAPITULO II

Paradigma universitario

El sistema universitario para la admisión de estudiantes, se encuentraba


muy viciado; se traficaba con los cupos; se muevia el tráfico de influencias; es la
ley de la supervivencia, donde sobrevive el más fuerte. Muchas veces de nada
valia tener buenas notas…. ¡Sí hay alguien más poderoso que tu, y necesita lo
que tú tienes, solo te atropella, para conseguir su objetivo. Y así… muchos
estudiantes… Abandonaban sus sueños; cuando después de tres años de
intento, no lograban ingresar a una universidad.

En ese tiempo de espera; aparecen los deseos inmediatos; me enamoro,


me siento la mujer más feliz del mundo; y tengo a mi primera hija Eurimar, (mi
negra) para ese entonces, vive aun mi madrina; estaba delicada de salud. A
ella, le comento, que no iba a estudiar medicina; todos me decían, que era una
carrera muy costosa, larga, y que, no tenía como costearme los estudios,
renuncio así, a mi sueño de ser médico.

Mi pequeña tenía ocho meses, cuando entro a la escuela de enfermería,


llena de ánimo y optimismo; comienzo la carrera; una estudiante tímida,
solitaria, mal vestida; en el algol popular se diría que “capochita”, la niña
revolucionaria del liceo; estaba ahogada, no sabía en donde.

Cursando el segundo lapso, me sentí vacía; aunque mis notas eran


buenas; quería saber más; sentía que a las clases le faltaba contenido, que no
era lo que esperaba. Es cuando decido concursar en el baremo de medicina;
me lleno de esperanzas, y busco ayuda en el más alto de los poderes; con mi
pobreza, mi humildad, pero con valor, le suplico a Papá Dios, que por favor me

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ayude; el siempre había estado en mi vida, solo que no me había enterado; en
mis pinturas de alguna manara, él siempre estaba; “soy hija de la luz”.

“Ayúdate, que yo te ayudare”; fui a donde tenía que ir, centro de


estudiantes; secretaria del decano; amigos y familiares; escribí cartas
explicando mi necesidad; madrugaba cada mañana; era la primera en llegar al
decanato; sentada en la acera, cerca de la puerta; recuerdo que la secretaria
del decano, me decía: _ ¡muchacha ya tu estas aquí!_ así me vieron, cada
mañana, en centro de estudiantes, decanato y oficina de amigos. Para ese
entonces fuimos trescientos aspirantes; y solo había disponible cuarenta
cupos…

Mi corazón parecía una pasita, pero luego me llenaba de fe… Llego el


día de ver el listado; tenía mucho miedo… miraba rápidamente, buscaba mi
nombre entre los cuarenta; efectivamente era la número treinta y nueve; ¡mis
ojos se humedecieron… Y las lágrimas cayeron; Papá Dios estuvo conmigo en
todo momento…

Después de tres años de espera y con mi primera hija pequeña; logro


entrar a la escuela de medicina de la universidad de Carabobo; llena de
ingenuidad; no sabía lo que me esperaba; les puedo decir que la escuela de
medicina es la más difícil para crecer como persona en valores y en dignidad.
Existe la vanidad, el egoísmo, la discriminación social, y la competencia de
conocimiento, para alimental el ego personal; aquellos frutos que producen los
excesos de aquellas cosas materiales, que te brinda este mundo; los cuales hay
que recibir con humildad; para no convertirse en una viga; en un bloque más; en
esta selva de metal.

Por mucho tiempo pase calamidades, humillaciones, hambre. Recuerdo


una tarde… salía de clases, eran como las seis; me encontraba en la parada de
buses, al frente quedaba una pollera; ¡y tenía tanta hambre!, el olor exquisito
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me invitaba a pedir un pedacito de pollo; estuve tentada, no lo hice porque en
ese momento llego el bus; y no lo podía perder, mi casa quedaba retirada de la
UC. Me sentía pequeñita, en un mudo… de gigantes.

Fueron muchos los profesores que me dijeron: No se puede ser madre y


ser estudiante de medicina; ambas cosas son de mucha exigencia; tiene que
escoger entre uno u otro. El hecho de tener hijos, ya era una discriminación;
sobre todo en las materias clínicas. Hubo un año, en la clínica de gineco-
obstetricia; en el que el coordinador (Dr. Garcés), me devoraba como un león,
delante de mis compañeros; porque no cumplí la primera guardia; (estaba
trabajando); me afirmaba que la universidad, no estaba para solucionar
nuestros problemas. Avergonzada abandone la materia. Para mi sorpresa, ese
mismo león, fue el año siguiente “el presidente de la comisión para ayuda a los
estudiantes de escasos recursos”; ¡que ironías tiene la vida! El león, ahora se
convierte, en el pastor de las ovejas; solo que nunca hizo nada por ayudarnos.

Durante la vida de estudiante universitario, nacen mis otros dos hijos; con
la barrigota, trepando las iguanas verdes. Ya eran universitarios antes de nacer;
muchas veces corrieron conmigo huyéndole a los gases lacrimógenos; me
acompañaron en las clases; al comedor; y en el receso nos quedábamos
dormidos en los banquitos de cemento. Yennifel (mi ñonga), nace a mediados
de la carrera. Todos los hijos son un regalo de dios; pero esta muchachita es un
regalo especial; nace un 17 de noviembre, y el 18 de ese mismo mes es mi
cumple años; amanecí ese día, con una hermosa, gordita y rosada muñequita.
Simón (el bordón) y el único varón para ese entonces; nace casi a finales de la
carrera; el consentido de la casa. Mis hijos; mis compañeros de trinchera.

Teníamos una mala situación; para mantener mi familia y ayudar a mi


esposo; fui madre, estudiante, trabajadora; lo poco que ganaba apenas nos
alcanzaba para comida y transporte. Llegaba cansada a las clases, con ropa
humilde pero limpia; recuerdo un comentario del Dr. Saturno_ “ustedes van a
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ser médicos, tienen que vestirse como lo que van a ser”_ mientras me miraba
de la cabeza a los pies, de manera despectiva.

Trabaje en Dunas, un parque infantil; hable con el encargado el Sr. Juan


Carlos; en primer momento me dice que no hay vacantes; _ ¡le suplico me
ayude, necesito trabajar para mantener a mi familia por favor! fueron mis
palabras; y el me respondió: _Es que la única vacante que hay es de
mantenimiento (limpiando el parque y los baños), y tu eres estudiante de cuarto
año de medicina; ¡no tengo nada para ti!_ ¡No importa le dije, lo que necesito es
trabajar!

Trabaje varios meses; cada fin de semana limpiaba todo el parque,


cuando a los niños tiraban las cotufas; iba con mi cepillo y la palita a recogerlas;
así daba vueltas en el parque, durante toda la noche. Luego me pasaron a los
baños, allí era mejor la cosa; a pesar de los malos olores; las personas me
daban propina, a veces recogía hasta treinta bolívares. Me gane el respeto y la
admiración de todos; el Sr. Juan Carlos me saludaba cariñosamente: _ ¿cómo
esta doctora?

El trabajar y estudiar, no me daba tiempo para atender a mi familia;


recibía la ayuda de mi mamá, mis hermanas y la guardería; me canse de
esperar, que el padre de mis hijas consiguiera trabajo; aprendí a defenderme
sola; y a ser autosuficiente. Cuando eso ocurre es peligroso para el matrimonio;
sobre todo cuando uno de los dos está fallando.

Surge la separación…..Quedo sola con mis hijos; ser padre y madre...!


Eso le ha ocurrido a muchas mujeres venezolanas; y de todos partes del
mundo. Lo importante, es no perder el norte; y no conformarse solo con trabajar
y darles la comida a los hijos. No importa en lo que trabajes: planchando,
lavando, limpiando, cocinando, etc. Hay que tener fuerza de voluntad; coraje;
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valor; constancia; paciencia; y sobre todo dignidad. Son valores que todas
tenemos y debemos buscar dentro de nosotras; para que sean, el alimento que
nos ayude a seguir adelante cada día, con nuestra familia.

Hay que estudiar y prepararse; o procurar nuestro propio negocio, no


importa que sea una taguara; no hay que conformarse con la pobreza, ella
puede ser temporal, de lo material; pero no del pensamiento. Tenemos la
responsabilidad de romper paradigmas; el círculo vicioso del hambre, de la
necesidad; no podemos permitir que nuestros hijos, carguen con nuestra cruz;
no pueden ser los herederos de nuestra miseria; de nuestra debilidad; de
nuestra cobardía; debemos brindarles una vida mejor……

Recuero las palabras de mi profesora de técnica vocal: (cuando


pertenecí al Orfeón Universitario) _Mis mejores maestros son, quien más daño
me han hecho, porque de ellos he aprendido y he crecido. Esos Valores los
tenía, y los practicaba; pero no estaba consciente de aquello; vivía abrumada
por el trabajo, los estudios y mi hogar.

Un buen día, en una clínica pediátrica en la CHET; conozco a dos


mujeres maravillosas; médicos pediatras, ellas y algunos compañeros me
ayudaron a encontrarme. Comenzaron aparecer en mi vida los maestros;
aquellos que rescatarían aquel náufrago de la vida. Recuerdo las palabras de
mi amigo Ismael: “Deja que tu voz se escuche”.

Maricarmen mi comadre y compañera de carrera; me escribe una carta


muy dura, donde me dice que no debo tener lastima de mi, que no puedo vivir
lamentándome; que debía seguir adelante y darle prioridad a mi carrera; que
ese era mi futuro y el de mis hijos. Sus palabras me hicieron reflexionar.
¡Maricarmen, dios te bendiga donde quiera que estés….Siempre serás mi
amiga, mi hermana, mi madre, mi hija….perdóname, porque en un tiempo te
defraude….!
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¡Adilis….mi negra querida…! Ella también estivo allí; fue uno de mis
maestros, siempre me apoyo y fue mi pañito de lágrimas. Me decía: “Amiga en
la vida, o se es clavo, o se es martillo, tú decides”. ¡Adilis…. más que amiga
hermana, se que descansas en la casa del señor…Dios te bendiga amiga!

Franklin y Mima, mis amigos; también les doy gracias; encontré apoyo y
ayuda en su casa, iba en las noches con mi cochecito de bebe, ya viejo y
manchado; allí sentaba a los dos niños más pequeños, y la grandecita iba
caminando; Adilis me acompañaba; ellos me regalaban comida, verduras,
vegetales, etc. ¡Dios los bendiga, no piensen que los he olvidado!

Aparece otro maestro: Flor Estela Quijada compañera de estudio y


colega….eres mi amiga y hermana; una mujer dulce, llena de amor y bondad;
siempre dispuesta a servir. Fue la muleta que me sostuvo en los momentos más
difíciles de mi carrera; entre todas las cosas me enseño el gran amor a
Dios….Papá Dios te colme de bendiciones... mi querida hermana!

Todas estas personas son maestros que aparecen en nuestras vidas…


para ayudarnos a crecer, a encontrarnos y a ser nosotros mismos. Al único
maestro, que no había dejado entrar en mi vida, era Jesucristo. Un día en misa,
sentí su llamado, mi corazón se conmovió de una manera que no podría
explicar; sentía la necesidad de acercarme al maestro, y no tenía idea, quería
que el supiera, que yo lo quería en mi vida. Es cuando decido hacer la primera
comunión; la hice al lado de ochenta niños; asistí a mis clases de catecismo, la
señora María fue mi maestra; amablemente se ofreció ayudarme, y cada día me
recibió en su casa para instruirme y explicarme la palabra. Llega el día de hacer
la comunión; en ese momento, los representantes se preguntaban: ¿Y esa
señora que hace allí? Fue mi primer testimonio de fe. Todo comenzó a cambiar;
nace una nueve mujer; Salí adelante en todas las materias de mi carrera, ya no

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sentía miedo, era otra persona……Papá Dios estaba en mi vida y había llegado
para quedarse.

Estaba en mi vida el maestro que faltaba; recuerdo que mi hija Eurimar


me decía: ¡Mamá nuestras vidas antes eran vacías, y ahora que encontramos a
Papá Dios es alegría!

Fueron muchas las caídas, pero volví a levantarme; las veces que fueron
necesarias, la mano generosa de Dios estuvo siempre para ayudarme……..

Hoy 18 de Diciembre del año 2003; en el auditorio del anfiteatro de la


Universidad de Carabobo; a las 10:00 am; me encuentro esperando, para
recibir mi título. Todos allí sentados, vestidos de toga y birrete; nerviosos; no lo
podía cree… luego de caminar un largo camino, lleno de espinas y de
obstáculos; entre sabores dulces y amargos; al fin, la vida me ilumina…no lo
puedo cree… Tengo un nudo en la garganta; trago grueso para no llorar; se
vienen a mi mente tantos recuerdos; como una película que llega a su
final…..hoy entre risas y llanto por la meta culminada, recibo mi título “Soy
Medico”… y más de cien birretes vuelan por el aire… “Soy Medico”…

Un medico humilde (porque conoce la necesidad), sensible (porque viene


del sufrimiento), honesto y comprensible (porque viene del hambre y la
pobreza), trabajador (porque viene de la lucha y el esfuerzo), amoroso (porque
ve, en sus semejantes, el rostro de Jesucristo)…

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Petición del buen médico:

¡Te suplico humildemente que me utilices…padre…!


Como tú instrumento en este mundo…,
Hazme instrumento de amor;…
Hazme instrumento de sanación;…
Que seas tú mi padre, el que sane a través de mis manos;
De mi vista,
De mi oído;
De mi voz;
De mi olfato y de mi mente…
Ilumina mis sentidos para diagnosticar
Y bendice cada uno de los tratamientos que indique,
A quienes pacientemente…
Esperan su sanación del cuerpo y espíritu…
Amén!

Ivonne Vásquez

Muchas veces las cosas malas que pasan en nuestra existencia, tienen
su razón de ser; es porque hay que construir esa persona para el futuro; y son
varios los ingredientes que necesita ese ser especial. ¡..Te amo Papá
Dios….gracias por estar en mi vida…..! ¡A Jesús de la Divina Misericordia,
gracias por tu luz y por permitirme encontrarla… Amén…..!

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En la búsqueda:
Era la luz que suplicaba aquella pobre criatura….!
En un auditorio de la universidad de Carabobo….
En un concurso de la voz estudiantil universitaria….
Desafinada, asustada… apenada….!
Y de la que todos su burlaban…….!
Dame la luz, dame la luz, dame la luz……
Que quiero luchar….!
Y para siempre….
Tu amor y tu luz, encontrar….!

Ivonne Vásquez

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Comienza un camino

¡Se inicia un camino…..! La ilusión del nuevo medico… fresco de


conocimiento; el alma alegre, alegre….de aquel, que con mucho sudor forjo su
titulo...su futuro. Mi vida cambia del anonimato; ahora la hija de la panadera, la
muchacha del barrio; se convierte en una figura social; la doctora Vásquez; y
aunque no tengo doctorado, así nos dicen a los médicos; es un titulo que nos
ha dado la sociedad.

Es un nuevo mundo, un mundo de Poderes; al que no pertenecía; un


mundo de competencia, donde siguen teniendo peso las influencias; el que
tiene mayor dinero; como en una subasta; gana el mejor postor; o simplemente
el que a pesar, de su título de médico; se guinde muy bien a los testículos de un
chivo pesado. Es el primer año de trabajo para los médicos; llamado “año rural”,
un requisito que debe cumplir todo medico para poder optar a otros niveles se
mejoramiento profesional.

En el estado Carabobo no había oportunidades de trabajo; en los


ambulatorios ubicados en el casco de la ciudad, se encontraban los hijos de
mamá y papá, que con toda su influencia lograron las mejores ubicaciones. Y
en la periferia, aquellos que se guindaron de un chivo pasado. ¡No estaba
dispuesta a humillar mi titulo de medico! De nuevo me sentía naufrago, en el
mar inmenso de la vida.

Una amiga me recomienda Coorposalud en el estado Aragua; donde


también se cerraron las puertas… Pero Papá Dios, ya tenía un plan para mí.
Una secretaria (de Coorposalud) me ve preocupada, y pregunta: _ ¿Qué te
pasa? Le comento que no encuentro trabajo, que ya todo está copado; me
sugiere ir a endemias rurales, mejor conocida como Malariología. Habían
disponibles dieciséis (16) cargos; me pregunte: ¿Qué pasara aquí?; ¿por qué
no hay médicos? Claro….para concursar debía tenerse disponibilidad absoluta,
19
se debía estar dispuesto a todo, hasta dejar tu familia. Los médicos serian
enviados a Delta Amacuro, Bolívar, Amazonas, Sucre, y zonas endémicas del
Zulia.

Consulte con mi familia; mi mamá y mis hijos, ellos me apoyaron;


estuvieron dispuestos a separarse por primera vez de su mamá. La decisión
estaba tomada… seguiría la voluntad de Papá Dios….. Solo habíamos seis (6)
aspirantes, de los dieciséis (16) que solicitaba el ministerio; finalizamos el curso
básico de enfermedades metaxenicas para médicos en el año rural; solo tres
(3): la Dra. Karelis Alvares, el Dr. Stifer Achibora; ambos de las etnias Wayuu y
Bari respectivamente, y por supuesto su servidora. Comienzo a descubrir el
mundo de Malariólogia. Todos médicos, empleados y obreros nos trataron con
mucho respeto; me sentía alguien importante y dentro de una familia; la gran
familia de la salud.

Ya casi terminando el curso; se enferma una de mis niñas, la mayor,


tenia aproximadamente once (12) años; ya se encontraba en el liceo. Adquirió
una neumonía, tenía solo cinco días para resolverlo. Fueron días difíciles, mi
hermana la Lic. Gladys, junto a sus compañeras de trabajo la Lic. Nancy; la Lic.
Morena y la pediatra Dra. María; fueron el equipo multidisciplinario que Papá
Dios, selecciono para que me ayudaran. Dios las bendiga por siempre…
estuvieron allí cuando las necesite…

Después de cinco días de lucha, con la neumonía basal derecha que


padecía mi hija, y la flebitis que causaba mucho dolor y angustia a su bracito,
debido a las fuertes dosis de antibiótico que debíamos administrarle; la Dra.
María la encontró en mejores condiciones… Ya nada detendría mi viaje, debía
iniciar el camino que Dios tenía preparado… Fui enviada a Machiques,
municipio del estado Zulia; en la sierra de Períja en frontera con Colombia.
Lugar donde la malaria azotaba a las etnias de la zona.

20
El viaje

Son las cuatro de la tarde. Equipe todo lo que se me ocurrió, y que podía
utilizar; ¡y por supuesto, que entrara en la maleta! Es la primera vez que me
alejo de mi familia……; nadie quería comentar nada, todos tenían una aparente
cara de alegría; yo tenía que hacerme la dura….7:00pm; entre besos, abrazos y
miradas tristes, me despido de todos….lo más fría posible para no llorar…. No
quería dejar a mi pequeña aun convaleciente; son pruebas muy duras que
debemos pasar para crecer en el mundo, y poder servir a otras personas.

Nunca había viajado en buscama; 8:00pm; llegue a la hora exacta, ya el


bus iba saliendo, se puede decir que pegue la carrera para alcanzarlo. Fue la
noche más triste y fría de toda mi vida…..llore durante todo el viaje, con un
llanto silencioso, salado y amargo, como agua de mar. El frió me mataba…no
veía la hora de bajarme de esa nevera ambulante. 4:00am; al fin llego a la
cálida tierra de los zulianos, sola con mis maletas, en una ciudad donde no
conocía a nadie.

Tenía la dirección de Malariología del estado Zulia; tome un taxi que me


llevo a ese lugar; ya en el sitio, pregunto por el Dr. Wolfang Prieto, era a quien
estaba dirigida mi carta de presentación. Tomo un taxi y le pido que me lleve a
esa dirección. Ya en el lugar; Sentada en una silla; notaba que todos me
miraban, secreteaban…. ¿y qué pasa? __me pregunte__ ¿tan mal me veo? Era
que había olvidado quitarme la chaqueta. Y hacia tanto calor…., que todos se
preguntaban: __ ¿y esta de donde viene?__ Habían corrido el rumor de que era
una supervisora que venía de caracas; por eso note que había un clima de
tensión. 2:00pm; el día transcurría y no tenía a donde ir, ni donde dormir;
recordé las palabras de mi amiga la Dra. Mari Carmen (con la que pude
compartir durante el curso) __si, te toca ir al Zulia, en mi casa te puedes
quedar__ enseguida llame a su número; no se encontraba en el Zulia, pero me

21
dio el número telefónico de su casa y me dijo que hablara con su mamá; en
efecto la llame y me explico la dirección a donde debía llegar.

¡Papá Dios ya tenía todo planeado!; me esperaba una dulce mujer;


humilde, caritativa, con mucho calor humano; madre de un hermoso hogar;
conformado por su esposo, dos hijos varones y mi amiga. Fui recibida como con
la mano de dios; la señora Rosa ¡mi rosita!; como le digo por cariño. Me
esperaba con una bandeja de alimentos; carne, queso palmita, ensalada,
plátano, y refresco. Fue un regalo de dios, para que no me sintiera lejos de mi
familia.

Rosita estaba muy vinculada a la iglesia; comencé asistir casi todos los
domingos a misa; íbamos a la misa de sanación del padre Kelly; a charlas,
leíamos la palabra cada noche. Sentí y palpe el amor que otras personas
sienten hacia Dios. Sentí que papá Dios me había enviado a un retiro espiritual;
a encontrarme…. con él.

Padre fuiste mi alimento, mi pan y mi vino; y mi sostén cuando sentía


caer; me preocupaba los estudios de mis hijos, siempre los ayude en sus
tareas, los orientaba telefónicamente, y cuando podía ir a Carabobo, solicitaba
ayuda a sus maestros y profesores. Dios todo poderoso permitió que pasaran
liso el año escolar.

Permanecí aproximadamente un mes y algunos días recibiendo un curso


introductorio para conocer el funcionamiento de Epidemiología Regional del
Estado Zulia. Rápidamente me relacione con mis compañeros de trabajo, la
gente; las calles, anduve por las diferentes localidades de la ciudad; visite
iglesias, plazas, mercados de guajiros. Los pobladores de Maracaibo son
joviales, alegres, jocosos, saben muchos chistes, y tienen una entonación
característica de su región. Cuando visitaba mi familia cada mes, llegaba
hablando maracucho.
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Durante mi estancia tuve la oportunidad de compartir con los médicos
zulianos; pude realizar el curso de gerencia en salud; de ingles instrumentales;
y el de computación para profesionales de la salud; todos de alta calidad
académica. En estos cursos servían platos esquicitos durante el almuerzo; creo
que es algo característico de los zulianos “el buen comer”.

En casa de Rosita fui tratada con mucho amor; como a una hija, me
encariñe con todos, deje parte de mi corazón en su hogar. Las misas de
sanación del padre Kelly, eran un verdadero encuentro; un gozo; una entrega;
donde cada persona expresaba su amor a Dios libremente; de rodilla, de pie,
cantando, bailando; se sentía la fe concentrada en un conglomerado de
personas, es algo increíble…Te amo Papá Dios…!

Termino mi tiempo en Maracaibo, ya debía irme a donde era mi


verdadera ubicación; ya estaba preparada para combatir la malaria en esas
tierras. Me traslade al terminar de pasajeros; solitaria..., sentada en un banco
del terminal, tenía cierto temor…. Debía conocer gente nueva, no sabía que me
esperaba; solo mi fe, me fortalecía.

23
En Machiques

Me pareció muy largo el camino; fueron más dos horas de Maracaibo a


Machiques; en realidad lo que veía lejos, era lo desconocido…recuerdo la
entrada al pueblo, estaba rodeada de arboles inmensos, cuya sombra cobijaba
toda la carretera y formaba un arco, con follaje de verde primavera; realmente
un pueblo acogedor; conocido como ganadero.

Debía llegar a la demarcación; donde sería recibida por el inspector jefe;


un hombre blanco, alto y de cabellos canosos; por cariño le decían el primo. No
tenía idea de cómo era la demarcación. Bajo del autobús y pregunto la
dirección; para mi sorpresa era una vieja casita (como una vivienda rural); con
paredes de bloque y techo de zinc, con cuatro habitaciones pequeñas y un
baño; la primera habitación era para la oficina, la segunda para el laboratorio,
luego venia el baño, y dos habitaciones utilizadas de depósito; había una
pequeña salita, donde posteriormente colocamos una cocinita de gas que
amablemente me prestaron los inspectores; también había una vieja nevera
donde podía enfriar algo de agua y guardar alimentos.

Esta casa seria ahora mi hogar; debía quedarme en las noches, sola sin
ninguna compañía. Después de terminar el horario de trabajo, colgaba una
hamaca blanca con su mosquitero en la oficina principal, allí oraba cada noche
y le pedía a Papá Dios que me protegiera de los malhechores; solo una vieja
radio disipaba la soledad. Extrañaba mucho a mi familia, imaginaba que ellos
también; fueron noches largas, oscuras y frías……

Me fui relacionando con mis compañeros de trabajo; personas muy


buenas que me regalaron un hogar en Machiques; los hermanos indígenas me
obsequiaron yuca, pescado, topocho, huevos criollos, y queso que ellos
fabricaban. La señora Zoraida fue otra madre, para mí y para mis hijos; los
cuales pude llevar en alguna oportunidad, gracias a que ella nos brindo el calor
24
de su hogar. Por turno se quedaron conmigo en la demarcación, para que
vieran el sacrificio que hacia su madre, y aprendieran que en la vida las cosas
hay que lucharlas para ganarlas. El inspector jefe por cariño “el primo”, fue un
padre para mí; no solo me enseño sobre la malaria; también me enseño sobre
la vida, escuchaba cuidadosamente los relatos de sus vivencias, que también
me ayudaron a crecer y a enriquecer las mías.

Para combatir los casos de malaria en las diferentes etnias, debíamos


esperar la noche; era el momento de encontrar a las familias indígenas; pues
estos son nómadas y la noche es su hora de descansar. Subíamos a la sierra
en unos rústicos, que los inspectores me permitieron conducir en alguna
oportunidad. En el lugar no existía energía eléctrica solo la luz de la luna y las
estrellas, nos iluminábamos con linternas; debíamos arrastrarnos por debajo de
cercas de alambre, para llegar hasta el grupo familiar; luego le suministrábamos
el medicamento y nos asegurábamos de que lo tomaran. Fue una verdadera
aventura; mi año rural; no lo ha vivido; como yo lo viví, ningún médico….

La sierra es un lugar hermoso, como un paraíso; con arboles gigantes y


gigantes piedras; que golpea el agua del rio; que viene de lo alto de las
montañas; con peces de hermosas especies, que se miran dentro del agua
cristalina y saborean tus piernas como un bocadillo. Se siente una energía
tremenda, que eriza tus cabellos y estremece tu cuerpo; es como si, el mismo
Papá Dios estuviere en la madre naturaleza.

El trabajador de Malariología es un ser admirable; no imaginan todos los


venezolanos, el papel tan importante que cumplen estas personas; son los
protagonistas detrás de las cámaras; contra viento y marea, deben llegar al
lugar donde les necesiten, muchas veces con las uñas; con equipos obsoletos o
en mal funcionamiento; cruzando ríos, montañas, caños etc. En rústicos,
lanchas y muchas veces en burros; los cuales pensé ya no existían. Ellos son
25
los encargados de que aquéllas enfermedades que azotaron a la población en
los años 1960, no regresen. Mientras la mayoría de los venezolanos ocupa su
tiempo, en trabajar para comer o vestirse; en visitar centros comerciales; o
ingerir bebidas alcohólicas los fines de semana; así como otros en estudiar,
entre otras actividades. Estos héroes anónimos, detrás de las cámaras; nos
protegen de terribles flagelos que permanecen en la oscuridad. Dios todo
poderoso bendiga y proteja a seres tan dignos y admirables…

Así pasaron las horas, los días, las semanas, los meses; era día sábado,
llegó el día de mi cumple años; estaba lejos de mis seres queridos; compartí un
rato con el primo y mi amiga Zoraida; hasta me tome tres cervecitas, no soy
amiga de las bebidas alcohólicas, prefiero aquellas cosas que alimentan el
espíritu; pero la melancolía mi invito. Luego fui al centro, me regale un par de
sandalias y Papá Dios me regalo un libro… ¿Por qué les dijo que fue él? : Se
acerca un señor y me dice: _joven cómpreme este libro, es el único que me
queda, y ya me voy para mi casa_ le respondí: _ ¡es que no tengo dinero, ya no
me queda! Y él me responde: _ ¿y canto tiene? Solo diez le respondí; y me dijo
tómelo es suyo deme los diez. El libro se titulaba “siete pasos para alcanzar el
éxito” por Camilo Cruz. Me identifique enseguida con el libro; tocaba cada fibra
de mis objetivos en esta vida, era como una guía, como si mi Dios me hablara
atreves de él. Lo leí en tres días; todavía lo conservo y recomiendo su lectura.

Llega el mes de diciembre; debía quedarme hasta después del 24, por
esta razón, mis hijos vinieron a visitarme; celebramos junto a mi amiga Zoraida,
su comadre y el primo, el cumpleaños de mi hija la mayor; fueron días muy
especiales para todos, preparamos comidas ricas; y compartimos muchos
momentos. Aun en la actualidad Zoraida recuerda llamarnos en nuestros
cumpleaños y el fin de año en diciembre; Dios te bendiga por siempre querida
amiga…
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Llego el día de regresar a mi hogar, junto a mi familia; ya había cumplido
con Dios y con la patria. Regrese junto a mis hijos todos en un mismo buscama;
fue el día más feliz de mi vida, todo lo contrario de aquel triste y frio día en el
que deje a los míos. Regresaba una nueva mujer, fortalecida y llena de mucho
amor para mis hijos y mis pacientes. El año rural culmino con la defensa de un
diagnostico de salud que debíamos realizar sobre el municipio donde fue
ubicado cada médico; en ese momento nos encontramos la Dra. Karelis, el Dr.
Stifer y mi persona; la defensa de cada uno fue exitosa. Recibiríamos entonces
el famoso artículo 8 del año rural….

De nuevo quede desempleada; comienza la carrera por concursar en un


hospital; después del año rural los médicos debemos realizar un internado
rotatorio, o una residencia asistencial en la clínica donde vaya a especializarse
(pediatría, obstetricia, medicina interna o cirugía); esto debe ser durante uno o
dos años, para así poder optar a un cupo en un postgrado.

27
Capítulo III

En Cojedes

Recibo el llamado de mi amiga y compañera de carrera la Dra. Iris


Araujo; la que me dice: _vente amiga queda un cupo por medicina interna, en
Cojedes en el hospital general de San Carlos_ Lamentablemente no podía irme
en ese momento, todavía me quedaban diez días en Malariología; le dije
entonces a Papá Dios: _señor que sea tu voluntad, si ese cupo es para mí, que
no llegue nadie a ocuparlo, y que comience a trabajar_ mi destino estaba en
Cojedes; comienzo en el hospital, fue una experiencia muy difícil. Recuerdo mi
primer día; el camino me pareció lejísimo; la entrada de tinaco se asemeja a la
de Machiques; veníamos de pasajeros mi amiga y yo; tenia tanto miedo y tantas
expectativas. Iris como buena anfitriona, me mostro los lugares más
importantes y me presento a sus nuevos amigos, que ya había hecho en
Cojedes.

Durante el año rural no pase consulta, ni examine pacientes, fue un


trabajo epidemiológico netamente. Debía ponerme al día con todo. Gracias a
Dios encontré dos personas espaciales a las que siempre agradeceré; la Dra.
Milagros Correa, quien fue mi compañera de R1; y el Dr. Francisco Martínez,
quien fue mi R2, ambos fueron pacientes para explicarme lo que tenía que
aprender; estuvieron allí como unos ángeles guardianes, aun son mis amigos….
¡la luz divina del padre, los ilumine por siempre amigos amén….!

Comienzo a conocer otras personas, a relacionarme con los compañeros


de trabajo; de nuevo a conocer calles y direcciones etc. Debía viajar todos los
días Valencia-San Carlos. Poco a poco me fui acostumbrando. La residencia de
medicina interna es la más exigente de las demás clínicas; el médico debe
preparar su caso clínico cada mañana; debe tener al día, anatomía, fisiología,
fisiopatología, microbiología, y farmacología principalmente; el internista es un
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inquisidor, un investigador; debe estudiar, analizar, observar cada detalle, cada
gesto, cada signo, cada síntoma; cual quiera cosa que ayude a orientar el
diagnostico. Me hubiese gustado ser internista…. Aprendí mucho de maestros
como el Dr. Guevara, el Dr. Fernández, El Dr. Gutiérrez. Y también aprendí de
personas no tan sabias como estos maestros. Las camareras como la señora
Ana; me brindaron su cariño y su respeto, y me enseñaron del amor y la
humildad.

También debe regalar unas líneas de amor a otros seres especiales y


que también fueron unos ángeles de luz en mi camino; a mis amigas y amigos
Bilma, Tania, Francis, José, Pedro o perucho; como le decimos por cariño; y
tantas amigas y amigos; enfermeras y enfermeros que me dieron su cariño y
apoyo. Fueron excelentes, aprendí mucho de sus experiencias. ¿Qué hubiera
sido de mi sin ustedes? siempre los recuerdo con mucho cariño…Dios me los
bendiga…!

Fueron muchas las anécdotas que pase como residente de Egor Nucette;
pero recuerdo una en particular que fue una verdadera novatada. Era lunes en
la noche; la emergencia del hospital estaba colapsada; me llega una paciente
femenina de 77 años de edad; hipertensa conocida de larga data; con un dolor
precordial de aparición brusca…. ¡channfle! …dije en mi mente…me impresiona
un infarto…_rápidamente tomo la tensión y realizo un electro; _de pronto
escucho un pito...Piiiiiiiiiiii_ el electro ya no registraba… ¡channfle! _Dije de
nuevo_ se me murió la viejita_ no lo podía cree; volteo rápido a ver el rostro de
la paciente… y esta me brinda una sonrisa… ¡era uno de los chupones del
electro que se había desprendido y la primera vez que yo utilizaba este
aparato!…sonreí toda la noche, cada vez que lo recordaba lo ocurrido; pero
creo que fue más de alegría, porque la paciente viva estaba…

Cuando bachiller sabía que era estudiante y que como tal, éramos
humillados por algunos médicos; tenía la esperanza de que al ser medico esto
29
cambiaria. Algunos colegas por el hecho de tener antigüedad o alguna
especialidad, creen tener el derecho de subestimar y hasta de hacer chistes con
la inexperiencia de los nuevos médicos; y no lo justifico porque alguna vez cada
médico fue bachiller, luego rural y residente para finalmente ser especialista…
¿o es que acaso, eso se borra de la memoria cuando se recibe el título de
especialista?

El yo, “Dios medico”

Los médicos tenemos un don que “Dios Padre” nos ha heredado; una
responsabilidad; un deber ser; un deber conocer; un deber saber, no es igual
saber, que conocer; y la sabiduría es inteligencia utilizada con amor. El médico
es una persona especial; como un San Miguel Arcángel jefe de la milicia
celestial; el médico es en la tierra, guardián de vida.

Pero, como carne que somos; como mundo al que pertenecemos;


muchos nos olvidamos de ser Pedro Pérez, y nos convertimos en el Dr. Pedro
Pérez; y comenzamos a volar en las alturas; y creemos tener poder, y poder
tocar la mano de Dios. Un Dios y una fe, que luego se nos hace pequeño; tan
pequeño, que hasta olvidamos como rezar el padre nuestro, con el que
orábamos cuando niños.

Y Dios se convierte en chiste; y surge “el yo, dios medico”; y se


comienza a utilizar la inteligencia sin amor; y dejamos de ser sabios, para
convertirnos en conocedores; dueños del conocimiento; y el conocimiento es
directamente proporcional al poder; tanto más conocimiento poseas, mayor
poder tendrás.

Muchos creemos tener derecho de humillar, burlar, y a veces hasta de


repudiar a nuestros propios colegas y semejantes; el dios medico se habrá
apoderado de nuestros corazones y de nuestras vidas. Entonces se habrá
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perdido el amor; la fe; la compasión; la bondad; la generosidad; la tolerancia; el
respeto; la espiritualidad; la sensibilidad; la humildad y la equidad; aquellos
dones hermosos de los que Dios Padre colmo a sus médicos; a sus guardianes
en la tierra de vida, a sus ángeles de amor…!

Las guardias en los centros públicos son abrumadoras y son muchísimos


los pacientes, en una guardia diurna de 12 horas; el médico de la emergencia
llega a ver hasta 9 pacientes x hora…

Dulce emergencia…

Es reconfortante la mirada dulce y agradecida….


De aquel paciente adolorido….
Que nos miraba como niño arrepentido…
Cuando hemos sanado su dolor…
Y le hemos dicho mi amor!….
Una palmadita en el hombro,..
O una sobadita en la cabeza….
¡Sale barato amigo colega!....
Y calma la sed espiritual de dos seres….
La del paciente sediento de amor, apoyo, de sanación....
Y la del médico, en su sed de sabiduría….

Ivonne Vásquez

31
La Medicina General Integral

El sueño de todo medico es llegar hacer un post-grado, tener una


especialización; en la cual puedas capacitarte. Lamentablemente al igual que
entrar a pregrado; también es una rosca lograr entrar a los post-grados; tienes
que buscarte un chivo pesado; y guindarte bien guindado para no caer. De nada
vale tener buen promedio académico; además solo se ofertan uno, dos, cuatro
o hasta diez cupos; depende de la especialidad; parecemos espermatozoides
tratando de fecundar un ovulo.

Gracias a la intervención del presidente Hugo Rafael Chávez Frías; el


gobierno oferta la oportunidad de realizar un post-grado; no teníamos que
concursar, se recibiría aquel que estuviese interesado en salir adelante y
atrabajar por su país. Fuimos muchos los médicos que vimos nuestro sueño
realizado en esa oportunidad. Es el post-grado de Medicina General Integral;
cuyo perfil es el médico del futuro lleno de caridad humana; de compasión; de
amor; de fe; de bondad; de generosidad; de Igualdad; de tolerancia; de respeto;
de espiritualidad; de sensibilidad; y de humildad; aquellos dones de los que
Dios Padre colmo a sus médicos; a sus guardianes en la tierra de vida. Me
pareció un hermoso proyecto, compatible con mis sueños… Y que también es
el sueño de mi presidente!

Se pedía realizar un curso introductorio de quince días; decido hacerlo en


valencia para no alejarme de mis hijos; (pues ya trabajaba en san Carlos como
residente de medicina interna). Primero hubo la orden de recibir a todos los
médicos que quisieran participar; luego bajan la orden de caracas de que se
aceptarían 120 médicos: claro nada comparado con los demás post-grados
donde solo se ofertan máximo diez cupos. Se realiza una prueba final donde se
seleccionarían los 120 aspirantes; al publicar la lista me encontraba entre los
primeros 100, para mi sorpresa cuando regreso la semana siguiente, ya no
estaba en la lista; me habían sacado junto a otros compañeros; siendo todos

32
revolucionarios de familias de raíces revolucionarias. De nuevo se ve la
corrupción donde nunca la imagine. Nuestros cupos se los dieron a médicos de
la alcaldía de valencia, contrarios al gobierno; a unos oportunistas que solo
querían aprovechar la oportunidad y cuyo único interés era el dinero. Enviamos
una carta a caracas, para luchar por nuestros derechos; pero parecía ser, que
en valencia a los coordinadores, no les interesaba que nuestra voz se
escuchara.

Ya tenía mis amigos en San Carlos, a los cuales le comento lo que me


había pasado; el Dr. Ramón Santiago era encargado del post-grado en
Cojedes, y me dice: _ Ivonne no te preocupes, tengo dos cupos vente de una
vez, no pierdas más tiempo; vengase para Cojedes_ El destino me enviaba de
nuevo a Cojedes. Sentí mucha tristeza, estaba decepcionada; con un nudo en
la garganta y lagrimas en las mejillas, le dije a mi dios: ¡Señor que se haga tu
voluntad y no la mía! El dos de febrero de 2006, inicio el post-grado.

Inicialmente éramos rechazados por los demás médicos opositores,


también venezolanos; pero luego fuimos ganando terreno, los médicos
generales integrales, salvamos muchas veces, cada una de las emergencias
del hospital General de San Carlos. Combatimos con trabajo, el desprecio, y
ganamos nuestro espacio y respeto. Después de nuestro esfuerzo y dedicación
y tras vencer todas las dificultades, logramos alcanzar nuestro titulo de
especialistas; el cual fue otorgado el primero de febrero de dos mil nueve; en el
teatro Teresa Carreño, en la ciudad de Caracas. La sorpresa más grande que
nos tenía papá Dios y nuestro presidente… Una petición que ya tenía tiempo
suplicándole. El ministro Jesús Mantilla por indicaciones del Presidente Chávez,
nos hizo entrega de los cargos fijos a todos los médicos y medicas que
recibíamos nuestro titulo. Fue una emoción tan grande los gritos, lagrimas y la
algarabía; algo jamás visto en todo la historia médica…. ¡jóvenes médicos ya
con sus cargos fijos!

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Para un medico obtén a un cargo fijo; tiene primero que llegar a viejo,
después de un largo viacrucis; terminamos el año rural y somos desempleados;
terminamos la residencia y somos desempleados; terminamos el post-grado y
también somos desempleados. Somos especialistas y algunos tienen la suerte
después de viejos de conseguir su cargo; otros trabajan duro y tienen el fruto de
su trabajo; mientras otros no con tanta suerte mueren sin un medio; tirados en
la sala de un hospital público, con la poco ayuda que puedan darle sus
compañeros, familiares y amigos….

Lamentablemente el gremio médico creció bajo la tutela de una elite;


conformado por la burguesía de la época; históricamente esta era una carrera
solo para personas adineradas, que podían costearle los estudios a sus hijos
(clases sociales altas). Este grupo tenía todo, por eso nunca se preocupo por
los derechos de los médicos y por su bienestar social. Con el derecho a la
educación pública y gratuita; actualmente podemos ver el fruto de nuestro
comandante; médicos egresados de la revolución; es necesario sembrar la
patria; el sentido de pertenencia; el amor a lo nuestro; en necesario organizar
un movimiento medico; que rescate las bases; no, nos podemos ver reflejados
en una elite; no se puede imitar al capitalismo…debemos ser la nueva
generación medica; y construir el sueño de nuestro comandante supremo…

Durante este tiempo todo fue estudiar y trabajar… Por muchos años
permanecí sola, sin un compañero; eran tantas mis ocupaciones que no tenía
tiempo para pensar en eso; es aquí en Cojedes cuando conozco al que pensé,
era el hombre de mi vida; con el que viví cinco años. De nuevo aparecen los
deseos inmediatos. El demonio se burlo de mi, todo ese tiempo; este hombre
parecía enviado por dios. Cinco años pérdida de mi camino y de mis metas.
Como a Lázaro; fue una prueba; fue gente mala, disfrazada de buena; quisieron
enseñarme el egoísmo; la miseria; hicieron todo lo posible por matar mi fe, y
mis buenos sentimientos. Fui utilizada, explotada; como mujer; como madre;
como médico; socavaron cada faceta de mi vida.
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Como mujer fui burlada y engañada por el hombre que tanto ame; se
enamoro de la doctora; de unas caderas; de unos senos hermosos. El y su
familia nunca pudieron ver el regalo que venía dentro de la envoltura; nuca
valorizaron aquella mujer que un buen día llegase a su casa. Dedique cinco
años de mi vida a cuidar a su madre, a sus hermanas; y a todo allegado a su
familia. Fui el pediatra de sus niños; el ginecólogo, la internista, el
gastroenterólogo; di todo lo bueno de mí, sin esperar nada a cambio.

Pasó lo que tenía que pasar; mi cuerpo cambio después del parto; y
aquel hombre maravilloso, comenzó a ver cosas feas; y salió a la búsqueda de
nuevos regalos; con envolturas bonitas. Pero para la gloria de dios; triunfo el
bien; a pesar de todo ese sufrimiento, aquella mujer renovó su fe; creció como
persona; aprendió amar más, a sus semejantes; y creció aun más, su gran
amor a dios. Su corazón fue sanado por Dios; y el sufrimiento solo toco su
puerta… y de testigo de tanto amor y fe; el padre le regalo un niño hermoso,
que da alegría y luz a sus vidas…

Diego Alejandro

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Niño:
Sonrisa franca, fresca y blanca…
Cual cálido abrazo de madre…
Y sol resplandeciente cada mañana…
Como capullo de rosa blanca…

Luz de vida en la oscuridad…


Vida de vida para comenzar…
¡No llores mi niño! Sana, sana colita de rana…
Tu sonrisa linda cada mañana…

Ivonne J. Vásquez

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Siento pena por estas personas; que además, hoy me rechazan por ser
Chavista; y que fueron capaces de celebrar la muerte física de mi comandante.
Pero a ellos y a todos los que celebraron les digo…

…Bienaventurados los que viven, aun después de muertos; porque de ellos será el
reino de Dios…Y malditos, los que aun en vida, viven muertos en la oscuridad…

Lamento que el demonio se haya quedado con ellos; lamento que mi luz
no tocara su corazón; engañados hacen rosarios; y dicen conocer a dios;
cuando aun ciegos, viven; y viven… inmersos en su podredumbre.

37
Un Grito de Amor

Era 5 de marzo; 4:25 pm…El cielo…frio, oscuro, ciego…el silencio


doloroso de la desolación,..Un asosiego que invade la atmosfera…y de las
entrañas del alma, un grito de amor… son rostros; son caras; son nada; solo el
llanto brotaba… ¡Que desesperación!...

_Ha muerto el que nos amaba_; en un grito de amor… y la tristeza


maldita…volaba en el viento;…y traspasa los cuerpos, con la respiración…son
niños;…son jóvenes;…son ancianos;…son mujeres;…son hombres;…no le
importo;…la tristeza no perdono…Y en cada hogar;… un grito de amor…

Pasan los días; el tiempo como sedación… no basta hermano, que me


lleves de la mano; fueron miles los que por su amor marcharon; caminatas
largas para el ultimo adiós… por cielo; por agua; por tierra;…no importo, de las
distintas naciones un grito de amor…

Todavía en silencio; ha pasado el tiempo…los segundos; los minuto; las


horas; los días… Y el corazón se cubre, con un paño que no cobija; y se dibujan
las sonrisas de la cotidianidad; y cuando piensas que pensabas, ya no piensas
más; te sorprende la tristeza, que creías superada. En la casa; en el bus; en la
calle; una lagrima broto…y en el silencio del alma;…Un grito de amor…

Ivonne Vásquez

38
Familia

Hay cosas en la vida que tienen prioridad, una de ellas es el fruto de tus
entrañas; tan grande y perfecto es el padre; que una vida puede existir dentro
de otra vida; como el canguro protege su embrión y las gallinas su postura; vela
una madre por sus criaturas. El hombre no existió para la soledad, existió para
la compañía. El motivo más grande que me llevo a encontrarme con Papá Dios;
y a no conformarme en la vida; a luchar aunque estuviese cansada; a sonreír
aunque estuviese triste; ha sido mis hijos.

Recuerdo vivíamos en la casa de mi mamá, siempre ha sido nuestra


protectora; en un cuarto de mediano tamaño; allí teníamos una pequeña
nevera, y una cocina eléctrica; era como nuestra casita. Preparaba una tasa de
espagueti con queso, salsa de tomate y mayonesa, a mis chicos les gustaba

39
mucho; del recipiente comíamos todos, una cucharada para cada uno, hasta
que se terminara. En ese momento me conforme con mi pobreza, que no era de
la mente, ni del alma; solo de lo material. Le doy gracias a Dios por mis hijos;
siempre se han conformado con lo poco que su mamá les ha podido dar; solo
en diciembre tenían ropa nueva, y siempre buscando ofertas para que el dinero
nos alcanzara; recuerdo con tristeza; que cuando querían un juguete fuera de
mi alcance, yo les decía: _ ¡si mami cuando tenga dinero te lo voy a comprar!_ y
ellas me respondían de manera conforme: _ ¡si mamá cuando le paguen!_ Los
quiero mucho; les amo y me siento orgullosa de ellos….

Sabia que tenia habilidades para la pintura, por lo que decidí aprovechar
ese talento y comencé a trabajar pintando muñecos de fibra de vidrio, que el
señor Carlos Rodríguez; utilizaba para los desfiles de carnaval; él me dio la
oportunidad de trabajar en las noches y fines de semana, en su galpón;
amanecía pintando hasta las cinco de la mañana, para luego darme un baño e
irme para clases. Muchas veces, los fines de semana, me llevaban a mis
chiquitos, Euri, yenni, simón; eran mis ayudantes; allí comíamos y
amanecíamos, dormidos sobre unas tablas con sabanas. Al final, este señor se
aprovecho de nuestra necesidad; y como todo explotador, me quedo debiendo
un dinero. El presidente de la asociación de panaderos del estado Carabobo; no
le reconoció a una madre sola con sus hijos; ochocientos setenta y seis
bolívares; que se gano pintando, noches y madrugadas.

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Figuras para los carnavales de Valencia

También comencé a pintar casa y apartamentos; y decorando cuartos de


niños; generalmente de persona profesionales. Observaba, lo limpio y lo bonito
que Vivian estas personas, sin lujos pero con comodidad; soñaba lo mismo para
mis hijos; eso me daba ganas de seguir adelante. Mis pequeños necesitaban su
espacio, que ellos pudieran decir mi casa, mi cuarto; porque no teníamos ni una
cama, dormíamos en una alfombra de mi mamá. Yo recordaba la humildad con
la que vivía cuando pequeña; en ese entonces no me importaba; pero ahora era
distinto, debía darles a mis hijos una vida mejor; no podía heredarles mi
pobreza. Quién ha vivido arrimado, sabe lo que se siente; tus hijos siempre son
los culpables, el hecho de estar solo con mamá, se presta para que otras
personas quieran ser tu madre y tu padre; pero no para darles, sino para
humillarles.

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Luego de graduarme de médico, comienzo a trabajar; para ese tiempo
nuestro sueldo era de 560 bolívares mensuales; por lo que me vi obligada a
trabajar en el privado, donde también éramos y somos explotados; la forma de
ganar u poco más es con las guardias nocturnas. Así comencé; tenía hasta
cuatro guardias a la semana; las cuales significaba dejar solos a mis hijos por
las noches y quemar cada cartucho de mi vida, hasta que mi cuerpo me dijera:
¡estoy cansada!!!!

Sé, que poco a poco les podre dar una vida mejor; no llena de lujos,
porque eso no es lo más importante; y porque no estudie medicina para hacer
dinero. Cada día pido a Papá Dios me ayude hacer de mis hijos hombres y
mujeres felices y útiles a la humanidad….Te doy gracias Padre amado por mi
familia….!

Amores del alma:


Hay motivos en la vida, que son nuestros motivos;
Fragilidades del alma, que son fortalezas;
Camina hacia el horizonte, no deprisa, hay tristeza….!
No deprimas, es pureza….!

Cual semilla en la tierra de frutos,


Buena o mala cosecha, ¡...no importa….!
Su jugo a tu boca humedezca…
Y su sonrisa dulce, disipe la tristeza….!

Ivonne Vásquez

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Para mujeres y hombres:

Este es un punto especial que quise tratar en mi libro dedicado con


mucho cariño a las mujeres y hombres; muy especialmente aquellas mujeres y
hombres que se encuentran solas o solos; aquellos que tienen novia; aquellos
que son casados ó que van a casarse; y aquellos que aun creen en el amor, y
que tienen la esperanza, de que dios, tiene a alguien especial guardado para ti.

Constantemente la mujer es utilizada como objeto; el hombre nos


clasifica y selecciona según la edad; y según ellos vamos perdiendo valor e
medida que tengamos más edad. Lo dan todo y votan la casa por la ventana
por una entre 15 a 23 años; y de 24 a 30 ya son viejas!... ¿qué quedara para las
que tenemos más de treinta? Las prefieren altas bellas y esbeltas; 90, 60,90; y
mientras menos pensante sea mejor; les gustan obedientes; sin criterio propio;
que solo digan si, a lo que ellos quieren; y que los alaben delante de sus
amigos.

Los primeros días de novios te aman y adoran; y venden hasta su mamá,


por quedarse una noche contigo. Viven junto a ti; dos, tres y mas años; y todo
ese tiempo no sirve para que te terminen de conocer; pasan los años y no te
valorizan; de pronto te comienzan a ver fea; o quizás con un rollito de más; y te
preguntan con una cara de asombro: ¿Qué es eso que te está saliendo ahí? Te
llevaban a todas partes, hasta las fiestas de su trabajo; como para exhibirte;
luego ya les moletas, y no hay lugar para ti; te dicen: _mejor te quedas
acompañando a mi mamá_ Entregamos el 100% a una relación que te deja de
saldo cero; de nada vale que seas atenta; con su comida, su ropa, que sus
cosas estén al día; para ellos eso no es importante; estas cosas son parte de
tus deberes como mujer; como de nada vele que le hallas entregado tu vida a
sus antojos. Simplemente somos utilizadas y luego reemplazadas por un
modelo más actualizado. Este es el mundo del capitalismo; en el que las

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mujeres somos un objeto más; y no un ser humano con cuerpo, con alma, con
sentimientos…

Si, se que quizás fui muy cruel en mis líneas anteriores; eso es el
antítesis del humanismo y de la espiritualidad. Es el materialismo bruto y
monstruoso del que somos esclavos; y de cuyos tentáculos es difícil liberarnos.
Solo quiero que bajemos de esa nube; y que tratemos de ver más allá; donde
los demás no pueden ver. No importa el traje que papá dios te haya entregado,
para andar en este mundo; gorda, flaca, fea, bonita, joven, vieja, bajita o alta;
bruta o inteligente; como ellos nos quieran clasificar; eso no importa; lo más
importante es el regalo que viene dentro de esa envoltura. Si estás leyendo
estas líneas y tienes a tu lado a alguien a quien amas; trata de ver a esa
persona desde dentro hacia afuera; te invito a descubrir el hermoso rubí; a
valorizar a quien te ama; te invito al mundo del humanismo; del alma; de los
sentimientos de luz; del amor a tu prójimo; de lealtad; de fidelidad; de
compañerismo; de comprensión; de apoyo; de ayuda; de entrega
incondicional… la juventud y la belleza, son como un espejismo; son una ilusión
pasajera que se acaba; si te enamoras de estas cosas; te estás enamorando de
la nada; como un bello ramo de rosas rojas; es un regalo que se marchita; y que
luego tiras, porque ya no sirve para nada.

Cuando alguien que no conozco, me brinda una sonrisa; alimenta mi


espíritu; cuando le puedo ser útil a alguien; cuando mis pacientes sanan… es
una felicidad muy grande; me parece un regalo de dios, poder servirle; porque
siento que soy una de sus obreras…

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El Ahora:

Mi vida transcurre, entre lo que dios me dio el libre albedrio para elegir; y
entre lo que él quiso para mí. Laborando en un pequeño ambulatorio de la
comunidad de la Mapora; donde aquella medico del pueblo, conquisto los
corazones. He ganado una gran familia. En los momentos difíciles, he tenido el
calor, el respeto, la consideración, las oraciones y el amor, de mis amigos; de
esta comunidad; sin distinción política; ni religiosa; ni económica; ni social…

Puedo decir que soy residente de la Mapora; gracias al corazón bondadoso, de


quienes más que amigas; son mis hermanas; Delida, Arelis, Pascuala, Carolina;
no tiene precio lo que han hecho por mí. Ocupo una hermosa parcela; porque
para mí es hermosa; y espero que pronto; con la bendición de Dios; de mi señor
Jesucristo y de esta Revolución; me harán mi casita, aquí en San Carlos; donde
sembré mis raíces… a todos …mi eterno agradecimiento…

Si, aun sola sin pareja; esperando a ese ser especia,l que Papá Dios
tiene guardado para mí. Alguien que sobre ponga lo espiritual… ante el cuerpo
y lo material…quizás una especie en extinción…

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Tengo paz y una madurez espiritual que antes no tenía; brillando cada
día en un nuevo amanecer. Dando gracias a dios por todo lo que me ha tocado
vivir; dando gracias a todos las experiencias buenas y malas, que han
fortalecido mi vida y mis sentimientos…

Pueden encontrarme caminando por las calles. Solidaria como siempre;


con quien me necesita, como médico y como amiga. Cumpliendo guardias
nocturnas en el Egor Nucette; en el servicio de pediatría; con el amor y la
ternura que los niños inspiran…

Se despide de ustedes; esperando en una próxima edición, poder


contarles las anécdotas, de las nuevas experiencias y retos que dios tiene
guardados, para esta su servidora…Reciban la bendición de Dios radiante,
llena de buena salud y todo el amor de nuestro Padre…

Digno de Alabanza
Ideal de Amor
Obsequiando Esperanza
Sublime Creador

Por eso Soy tu Sierva


Adorado Señor
Dichoso quien te Lleva
Reflejado en su Interior
Extasiado con tu Amor

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Levántate….

Cuando sientas que el sol se ha perdido,


Y que has naufragado en la vida….
Abres tus brazos, mira hacia arriba,
El cielo es tan grande como tu vida…….

Y si las olas del mar, te barren en la arena,


Y saboreas su agua salada y amarga;
Levántate, no caigas……bebe de la dulzura,
De las caricias… de quien te ama…
Ivonne J. Vásquez

¡Gracias……Padre…! Soy tu obra….!

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