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La farmacología en el tratamiento de las adicciones

Este enfoque tiene como objetivo plantear el papel fundamental


que tiene el abordaje farmacológico en el tratamiento de las
adicciones, como parte del arsenal de recursos que debemos
contar para enfrentar esta patología.

Nos parece de especial interés informar a la población que en estos últimos


años los tratamientos de las adicciones están sufriendo notables modificaciones
como consecuencia directa de los avances que se registran en el campo de la
farmacología.
Observen que decimos farmacología y no psicofarmacología porque no son
solamente los fármacos con los que trabajamos en el área de la psiquiatría los que
estamos utilizando en adiccionología, sino también muchos otros que
corresponden a la integración de estos pacientes a la medicina general. Pero
inclusive podemos ir mas allá de lo señalado, ya que moléculas como clonidina ,
que originalmente estuvo indicada para el tratamiento de problemas cardiológicos,
ahora se ha convertido en un recurso fundamental para el abordaje del síndrome
de abstinencia no solamente de opiáceos, sino también del tabaquismo, cocaína,
alcohol, benzodiazepinas, etc.
Para tomar algunos ejemplos especialmente ilustrativos de lo que
intentamos comunicar podemos destacar:

1. La introducción de moléculas con acción antidepresivas como venlafaxina


asociada o no a bupropion y/o a modafinilo, y complementada por dosis
nocturnas de trazadona o mirtazapina, en las abstinencias y en la
rehabilitación de cocainómanos.

2. El mismo tratamiento excepto la exclusión de bupropion, y el agregado de


clorhidrato de naltrexona y/o acamprosato, cuando a la adicción a
cocaína se agrega la del alcohol, ya que bupropion está contraindicado
por el riesgo de inducir convulsión cuando se la asocia al alcohol, ya que
bupropion está contraindicado por el riesgo de inducir convulsión cuando
se la asocia al alcohol.
Por supuesto que pueden necesitar refuerzos para reducir la
ansiedad , y de acuerdo a las comorbilidades que diagnosticamos podemos
utilizar moléculas como lamotrigina, topiramato, gabapentina y mas
recientemente pregabalina. Estos son fármacos neuroestabilizadores que
los podemos indicar como monodrogas o asociados entre ellos, como por
ejemplo: lamotrigina y gabapentina o pregabalina, etc. y su uso no
conlleva el riesgo de favorecer iatrogénicamente dependencias patológicas,
como habitualmente ocurre con las benzodiazepinas .
Al respecto creemos útil aclarar que nuestra posición siempre fue en
defensa del uso racional de las benzodiazepinas, y especialmente de
clonazepam en el campo de las adicciones por ser una molécula de alta
potencia y vida media plasmática prolongada. Decimos fundamentalmente
porque al asociarla a clonidina en dosis de 0.5 mg de clonazepam y 0.025
mg de clonidina , potenciamos su acción ansiolítica y disminuimos el “high”
(sensación placentera), tan buscado por estos pacientes en las moléculas
de alta potencia y tiempo de vida plasmático breve como lorazepam y
alprazolam y también porque indicamos clonazepam para el proceso de
deshabituación de las dependencias patológicas que se crean con las
mencionadas moléculas, al unificar en primera instancia el tratamiento con
clonazepam. Para luego ir discontinuándolo gradualmente.

3. Modafinilo en las desintoxicaciones y deshabituaciones tabáquicas está


resultando un recurso sumamente eficaz, lo cual no sustituye el papel que
ocupa bupropion en estos tratamientos, ya que inclusive pueden asociarse
potenciando sus efectos psicoestimulantes o en los casos en los cuales
bupropion está contraindicado se puede reemplazarlo, como por ejemplo en
pacientes fumadores que consumen alcohol en exceso, epilépticos, en
aquellos que bupropion les provoca insomnio , etc.
El tratamiento debe planificarse de acuerdo a los criterios que surgen
del proceso diagnóstico y no de un fármaco “salvador” o “milagroso”, que es
lo que generalmente buscan los adictos y es fundamental no entrar en ese
juego, pues sino convalidamos el pensamiento mágico colocado sobre las
substancias químicas que caracteriza a esta enfermedad.
Ambas moléculas además se asocian sin inconveniente alguno con
tianeptina o venlafaxina, complementos serotonérgicos de especial
utilidad en las cesaciones tabáquicas, tanto para el control de la
abstinencia, como de los impulsos, ansiedad, apetito, etc, además de
abordar mas eficazmente el componente depresivo tan habitual en estos
pacientes que si no es contemplado y abordado farmacológicamente
difícilmente podrán tolerar la abstinencia tabáquica, como ya lo vienen
señalando desde hace mas de 10 años Alexander Glassman y su equipo de
Columbia University, New York, USA.

Podríamos extendernos con muchos otros ejemplos, pero el sentido


de estas informaciones es respaldar la aseveración que hemos hecho
acerca del papel fundamental que tiene en la actualidad, el abordaje
farmacológico en el tratamiento de las adicciones, como parte del arsenal
de recursos que debemos contar para enfrentar esta patología que ya ha
adquirido el carácter de una verdadera epidemia y que está demandando
acciones eficaces y lo mas rápidas posibles para su tratamiento, que no
dudamos debe ser de impacto múltiple ya que es una problemática
multideterminada y a cargo de equipos interdisciplinarios, donde la medicina
ocupa un lugar parcial, pero imprescindible en las primeras etapas de
desintoxicación y deshabituación del paciente adicto y en abordaje de las
comorbilidades que requieren atención médica además de asistencia
farmacológica, así como también de otros recursos diagnósticos y
terapéuticos.
En las etapas posteriores las psicoterapias y/o las experiencias de
tratamientos comunitarios pasan a ocupar un papel central para asegurar
una adecuada rehabilitación socio- familiar.
AUTOR
Prof. Dr. Eduardo Kalina
Médico Psiquiatra – Master en adicciones

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