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ANTECEDENTES
En el juicio ordinario que por devolución de dinero sigue María Luisa Cachimuel
Conejo contra Sara Victoria Amador Yépez, actora y demandada interponen
sendos recursos de casación, impugnando la sentencia dictada el 25 de julio de
2013, las 15h59, por los jueces de la Sala Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias
Residuales de la Corte Provincial de Imbabura, que desecha el recurso de
apelación interpuesto por la demandada, y confirma en todas sus partes la
sentencia que declara sin lugar la demanda y sin lugar la reconvención.
A. El recurso interpuesto por María Luisa Cachimuel Conejo ha sido admitido por
la causal 1 del artículo 3 de la Ley de Casación, con la acusación de falta de
aplicación de la regla séptima del artículo 18; y, de los artículos 19, 1453, 1561,
1570 y 1568 del Código Civil y por indebida aplicación de los artículos 1697 y 1700
del Código Civil; argumentando que, el tribunal de alzada tenía la obligación de
aplicar la regla séptima del artículo 18 y el artículo 19 del Código Civil para no
tergiversar “la resolución o cumplimiento del contrato prescritas en los artículos 1505 en
relación al 1568 del Código Civil; pues, con la sentencia recurrida, lo que se ha hecho es desviar la
verdadera pretensión de la casacionista; es decir, la aplicación sobre casos análogos; y no
habiéndola se ocurrirá los principios del derecho universal; para no aplicar inopinadamente la
resolución o cumplimiento del contrato, sino la devolución de TREINTA Y TRES MIL DOLARES
AMERICANOS, pretensión concreta a la demanda, sin mencionar siquiera que se resuelva el
contrato, o que se cumpla”; que el tribunal de instancia ha fallado rechazando la
acción propuesta, sin considerar que el contrato de promesa de compra venta es
fuente de obligaciones, es ley para las partes y no puede rescindirse por mutuo
disenso, pues la rescisión es nulidad relativa que debe ser declarada por el juez.
Que la falta de aplicación del artículo 1568 hace que el juzgador persista en la
aplicación de la institución de la cosa juzgada, entendiendo que es lo mismo
resolución o cumplimiento del contrato, que devolución del dinero entregado.
Que la promesa de compra venta surte efectos legales, aun cuando no se
pretenda su cumplimiento o resolución, pues persiste la obligación de devolver el
dinero entregado para evitar un enriquecimiento injusto. Que por la indebida
aplicación de los artículos 1697 y 1700 del Código Civil se ha llegado a determinar
en sentencia que la acción es improcedente pues identifican la rescisión o nulidad
relativa con la resciliación o mutuo disenso, “los cual es ilegal, arbitrario y ajeno al
derecho.”.
B. El recurso de casación interpuesto por la demandada Sara Victoria Amador
Yépez lo sustenta en las causales 3 y 4 del artículo 3 de la Ley de Casación;
invocando la causal 3, acusa a la sentencia de falta de aplicación de los preceptos
de valoración de la prueba, contenidos en los artículos 122, 140, 164, 165,207,250
y 257 del Código de Procedimiento Civil, la que habría conducido a la no
aplicación de las normas de derecho, artículos 1505, 1560, 1561, 1570, 2232 y
2233 del Código Civil, artículos 167 numeral 4 de la Constitución de la República y
42 de la Ley de Federación de Abogados.
Con fundamento en la causal 4 alega, que el fallo materia del recurso, se refiere a
un contrato de promesa de compra venta resciliado el 27 de junio de 2007, que
no es objeto del litigio. Que el contrato con efectos jurídicos es el suscrito el 17
de octubre de 2006; que de la revisión de este instrumento en el que se
fundamenta la acción, y aquellos a los que se refiere el fallo impugnado, se
evidencia que se ha resuelto lo que no fue materia del litigio.
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
5.1. ORDEN EN EL QUE SE ANALIZARÁN LAS CAUSALES. El orden que debe seguirse
en el análisis de las causales de casación, está dado por el efecto que cada una de
aquellas produce en la decisión a tomarse, y la jerarquía de la norma que se acusa
como infringida, por lo que en este caso se procederá en primer lugar al análisis
de la acusación de incongruencia, luego, la de vulneración de preceptos jurídicos
aplicables a la valoración de la prueba, para concluir con las imputaciones
realizadas con fundamento en la causal primera.
Sostiene la actora que tanto ella como la promitente vendedora han incumplido
las obligaciones contractuales, por su parte no ha pagado el saldo del precio
pactado, ni se la ha requerido para que lo haga, como era la obligación de la
promitente vendedora, a fin de celebrar las escrituras públicas, que por tanto
ninguna de la partes ha cumplido su obligación y procede la devolución del dinero
entregado como parte del precio.
CUARTO. El artículo 1561 del Código Civil determina que el contrato legalmente
celebrado es ley para la partes, y que puede ser invalidado solo con su
consentimiento o por causas legales. El contrato de promesa de venta, en
sujeción al cual se entregó como parte del precio, el dinero cuya devolución se
pretende, establece las obligaciones a cumplirse por las contratantes, la cláusula
CUARTA, obliga a la promitente compradora a pagar la mitad del precio pactado,
para que la promitente vendedora proceda a cancelar una hipoteca “para poder
seguir con los pagos hasta completar el precio total de venta de la casa” sin
señalar una fecha hasta la cual debió pagarse la mitad del precio pactado, no
obstante ha de entenderse que ese pago debía realizarse antes del 30 agosto de
2007, fecha fijada para la celebración de escritura de venta. En la cláusula
QUINTA, la promitente vendedora se compromete a realizar los trámites
necesarios para que al momento de celebrar la escritura de venta, el inmueble se
encuentre con los linderos, dimensiones y superficie reales. Del cumplimiento de
la condición impuesta en la cláusula CUARTA, (pago de la mitad del precio)
dependía el cumplimiento de la obligación de cancelar la hipoteca, concomitante
con la obligación de corregir linderos, dimensiones y superficies, a fin de entregar
el inmueble adecuado a su cabida real. Las cláusulas deben interpretarse unas por
otras dándose a cada una el sentido que mejor convenga al contrato en su
totalidad (artículo 1580), por lo que la obligación contenida en la QUINTA, debe
entenderse ligada a la condición contenida en la CUARTA. Si la condición
estipulada de pagar la mitad del precio no se cumplió, no se puede pretender que
se cumpla la obligación que de ella dependía, esto es el levantamiento de la
hipoteca y la consecuente corrección de linderos y superficie.
SEXTO. El artículo 1572 del Código Civil, señala que la indemnización de perjuicios
comprende el daño emergente y el lucro cesante. El daño emergente constituye
el perjuicio efectivamente sufrido en el patrimonio, el lucro cesante, lo que se ha
dejado de percibir, este tipo de daño debe tener probabilidades objetivas,
concretas.
El monto de los perjuicios a los que tiene derecho el acreedor al no haber prueba
suficiente que los justifique, no han podido computarse, consecuentemente, no
puede imputarse a la parte del precio entregada (treinta mil dólares) en virtud del
contrato suscrito entre las partes procesales el 17 de octubre de 2006, ante el
Notario Primero del cantón Ibarra, en tal razón, la demandada no puede retener
el dinero recibido como parte de pago.
El artículo 1504 del Código Civil señala que, verificada la condición resolutoria, no
se deberán los frutos percibidos en el tiempo intermedio, a menos que haya
convención en contrario, estipulaciones que no existen en el contrato litigado.
SÉPTIMO. Para que proceda la acción de daño moral ha de probarse que el daño
es el resultado de la acción u omisión ilícita de la demandada, ha de probarse
entonces la acción antijurídica y la responsabilidad del ejecutante.
DECISIÓN
Sara Victoria Amador Yépez, solicita aclaración de la sentencia emitida por esta Sala,
pidiendo se señalen los motivos por los cuales en opinión de la Sala, la prueba testimonial
y la documental han servido para poner en evidencia el daño emergente, consistente en la
imposibilidad de comprar la hacienda Pagalá, cuyo precio podía pagarlo si la actora
hubiera cumplido con el pago del precio del inmueble prometido en venta; como el lucro
cesante que es lo que ha dejado de percibir al verse imposibilitada de adquirir un bien
productivo. Que, la no valoración de la Sala a las dos pruebas referidas, vulnera sus
derechos constitucionales, porque evidencian inexistencia de tutela efectiva, imparcial y
expedita de sus derechos e intereses, quedando en indefensión, a pesar del reconocimiento
de la actora en su confesión judicial de que jamás tuvo la intención de cumplir con las
obligaciones adquiridas en la promesa de compraventa.
El artículo 282 del Código Procedimiento Civil dispone: “La aclaración tendrá lugar si la
sentencia fuere obscura; y la ampliación, cuando no se hubiere resuelto alguno de los
puntos controvertidos, o se hubiere omitido decidir sobre frutos, intereses o costas. La
negativa será debidamente fundamentada. Para la aclaración o la ampliación se oirá
previamente a la otra parte.”
La norma anotada determina los motivos sobre los cuales procede la ampliación y
aclaración. Si se pretende la aclaración, debe señalarse puntualmente la parte obscura de
la sentencia que debe ser clarificada, para su entendimiento; en el caso lo que se pretende
es una explicación ampliada de la valoración de la prueba, supuesto que no se enmarca en
la aclaración; no obstante esta Sala precisa:
1.- Que casada la sentencia, por cualquiera de las causales invocadas por los recurrentes,
las demás se excluyen del análisis; la propia naturaleza del recurso, cuyo objeto es dejar
sin efecto la sentencia de instancia por defectos o vicios de legalidad; hace que, constatada
la existencia de uno de ellos se case (anule la sentencia de instancia) y se proceda a
pronunciar sentencia de mérito, en tal virtud, no corresponde a ella –en la sentencia de
mérito– pronunciarse sobre las causales planteadas por los impugnantes; lo propio ocurre
con la aclaración, la que debe discurrir sobre los puntos de la sentencia de mérito
pronunciada por la Sala de Casación al tenor del artículo 16 de la Ley de la materia; y no
sobre las causales de casación como pretende la solicitante al alegar que su recurso se
fundamentó en la causal 3 del artículo 3 de la Ley de Casación.
2.- Con respecto a que no se ha dado valor probatorio a la prueba testimonial, ésta se
presenta para justificar el rendimiento económico de un bien que fue de propiedad de la
Sociedad Fundo Palagá, (prueba documental) de la que son socios en su mayoría personas
que tienen los mismos apellidos de la recurrente Amador Yépez, y dos de apellidos
Amador Alarcón, bien que se enajenó a terceros y sobre el cual, cualquier negociación
válida que incluía a Sara Victoria Amador Yépez debió constar en escritura pública a
favor de la recurrente, única forma de probarse un negocio sobre un bien inmueble.
RAZON: Siento por tal, que la copia que antecede es igual a la original
Certifico