Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Brayan Zapata
Fig. Izquierda. La muerte de la virgen, (Michelangelo Merisi da Caravaggio), 1604-1606. Óleo sobre
lienzo, 369 cm × 245 cm. Museo del Louvre, París. Derecha. Tránsito de la virgen, (Andrea
Mantegna), 1462. Técnica mixta, Museo del Prado, Madrid.
Introducción
rodeada por los doce apóstoles. Sin embargo, al compararlo con la versión pintada
apóstoles bien podrían ser los de un habitante cualquiera de Roma, la manta que
cubre a la Virgen cae descuidadamente descubriendo sus pies desnudos, la palidez
dota incluso de cierto movimiento. El cuadro está lejos del hieratismo y la rigidez de
afectados por la situación. La virgen no espera ser ascendida al cielo, sino que está
fuera rechazada por los comitentes que la habían encargado para la iglesia de
Santa María della Scala. Sin embargo, rápidamente fue comprada por el Duque de
Mantua, Vincenzo Gonzaga, aconsejado por el pintor Peter Paul Rubens. La muerte
su época.
Martín Lutero había comenzado una revolución que dividió la cristiandad occidental.
que consideraba la falsa doctrina de la salvación por las buenas obras. Para el
llamas del infierno. Por su parte, las imágenes, que durante siglos habían servido
para reafirmar el poder la iglesia, ahora eran acusadas de promover la idolatría. Las
otra cara de la imagen que había permanecido oculta hasta entonces. Como lo
Por su parte, entre 1545 y 1563 la Iglesia Católica llevó a cabo el Concilio de Trento
una reunión ecuménica que buscaba plantar cara a los avances de la Reforma
por las buenas obras, la importancia de la autoridad papal y del ritual público, así,
como el papel del arte en la comunicación con Dios. Sin embargo, la imagen no
salió ilesa de la disputa y el papel sagrado que había portado por siglos comienza a
período a partir del libro La Europa de las capitales del historiador y crítico del arte
afirma:
imaginación crea imágenes con un fin que puede ser cambiante. La mentalidad
1Hans Belting, Imagen y culto. Una historia de la imagen anterior a la era del arte (Madrid: Akal,
2009) 623.
2Giulio Carlo Argan, La Europa de las capitales. 1600-1700. (Ginebra: Skira Carroggio, 1965)
bien, la idea de la mimesis sigue estando presente, ya no se está seguro de que es
lo que se debe imitar, se admite que pueden existir varios modos de hacerlo. Es
tarea del artista entonces elegir o crear su propio modo. El arte ya no busca la
escribe:
Después de haber recorrido juntos un largo camino, la ciencia y el arte toman vías
divergente: la ciencia y la pintura de Piero della Francesca eran todo uno, la ciencia y la
pintura de Leonardo siguen rutas paralelas pero distintas, entre la ciencia de Galileo y el arte
no hay ninguna relación y el mismo Galileo mira el arte con ojo crítico desde afuera.3
incontestable valor de verdad. Se duda, incluso, de que haya imágenes cuyo valor
Esta transformación del arte estuvo ligado a una transformación del lugar ocupado
por el artista en la sociedad. En el siglo XVIII el artista deja de ser el protegido de las
Ahora es un profesional burgués como el médico o el abogado; como tal dispone de una
técnica específica siendo también esta técnica una cultura porque no se refiere solamente a
la ejecución material de las obras sino también a la formación y elaboración de imágenes...4
Si bien, esto podría leerse como una pérdida de estatus social por parte del creador;
también significó una autonomía profesional y una libertad creativa mucho mayores,
Un camino bifurcado
explorar. Por un lado, una visión centrada en lo universal que reafirma un principio
de autoridad único, una sola forma de salvación para todo el género humano,
un objeto de culto, ahora tiene como función persuadir y edificar la fe de los fieles,
la amenaza protestante. Abundan entonces las escenas triunfales sobre las bóvedas
de las iglesias, que alaban el poder del catolicismo, como el fresco pintado en la
Iglesia de San Ignacio de Roma por Andrea Pozzo que representa la expansión de
La iglesia afirma con fuerza el principio de jerarquía, porque la autoridad divina tiene
necesidad de una mediación para descender a la tierra y los hombres tienen necesidad de
una mediación, de una “escala”, para llegar al cielo; pero mientras sostiene que jerárquicas
son las misiones y la imposibilidad de la responsabilidad de las personas, sostiene también
que la salvación está abierta a todos, aunque es más fácil a los que en la tierra han tenido
misión y responsabilidad es decir autoridad menos grave”.5
La iglesia, una vez superada la amenaza protestante, utiliza el arte religioso para
la autoridad. Palacios como Versalles dejan ver el poder de los gobernantes como
Esta función del arte se vincula de manera especial a los cambios sociales y
políticos que atravesaba Europa, como bien lo descubre Argan cuando expresa:
“La idea del monumento como unidad plástica y arquitectónica representativa de los valores
o de la autoridad, teniendo por consiguiente una función retórica persuasiva, esta está
conectada con la idea de la ciudad-capital, así como esta está conectada con la idea de
Estado absoluto”.6
En el barroco, la autoridad del monarca exigía la concentración de los poderes del
estado en una sola locación. Surgen así las capitales como centro del estado, en las
el historiador del arte comenta que: “Leyes, orden, uniformidad son los signos de la
capital barroca; pero las leyes están para confirmar el estatus y asegurar la posición
de las clases privilegiadas”.7 Por esto fueron, necesarias reformas urbanas, como
las encabezadas en Roma y que fueron seguidas por París y otras capitales
europeas.
pintura de carácter histórico. Una pintura cuyos personajes podrían interesar a todo
el mundo haciendo eco del carácter universal y general del monumento. De este
modo, junto a las escenas triunfales en las iglesias, antes mencionadas, se pueden
pasado clásico.
Fig. 3. Hércules en la encrucijada, (Annibale Carracci), 1596. 167 x 237 cm. Óleo sobre lienzo.
Museo de Capodimonte. Nápoles.
burgués que hace frente al anterior arte cortesano. Al respecto Argan expresa:
Fig.4. Izquierda. Francisco Lezcano, el Niño de Vallecas, (Diego Velázquez), 1635-1645. Óleo sobre
lienzo, 107 x 83 cm. Museo del Prado Madrid. Derecha. Las regentes del asilo de ancianos de
Haarlem, (Fran Hals), 1664. Óleo sobre lienzo, 170,5 x 249, 5 cm. Museo Fran Hals, Haarlem.
entre libertad y autoridad, se hace bastante tangible en el arte barroco. Así, frente a
los retratos cortesanos que muestran el poder del monarca o del pontífice, se
pueden encontrar otros retratos que parecen contradecir cualquier tipo de autoridad.
No sólo se trata de las figuras burguesas que hacen gala de su condición social y su
profesión como las de Fran Hals, Johannes Vermeer o Peter Rubens; sino también
de los rostros de las clases bajas como los que pintan de Francisco de Zurbarán,
más que el sentimiento de grandeza enseña a apreciar los que parecían mínimos y
son los más ciertos valores”, afirma Argan al referirse al tema.10 Bajo esta nueva
nivel de lo universal.
corriente pictórica que representa la vida de las clases populares y que era bastante
palabras del autor: “La pintura de costumbres como ‘género’ nace como antítesis a
vez mayor por los objetos en sí. Un interés muy relacionado con el carácter material
paso a la materialidad del objeto. En este sentido, no sólo las autoridades civiles y
religiosas son puestas en entredicho, sino que la misma figura del hombre como
Conclusiones
persuasión. Esta nueva faceta se asume desde dos vías. Por un lado, la
dogmática e infalible. Por otro lado, un arte que gira su mirada a lo particular
encuentro de las dos posturas cuando afirma: “...el aspecto positivo del arte
discursos, que no solo eran religiosos, sino que definían la totalidad del
aspecto social del hombre. El arte es usado por los dos extremos para sus
Bibliografía
Argan, Giulio Carlo. La Europa de las Catedrales. 1600 - 1700. Ginebra: Skira
Carroggio, 1965.
Belting, Hans. Imagen y culto. Una historia de la imagen anterior a la era del arte.
Madrid: Akal, 2009.