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América Latina
Brayan Zapata
Fig.1. Izquierda. Mapa de Tenochtitlan atribuido a Hernán Cortés. 1524. Derecha. Plano de ciudad
de México. Antonio Álvarez, Alarife Mayor de la Ciudad y Miguel Rivera. 1720.
tuvieron que huir derrotados de Tenochtitlan, Hernán Cortés regresó a la ciudad con
a los mexicas. Una de las primeras medidas tomadas por los vencedores fue la
demolido hasta sus cimientos, con sus escombros se comenzó a levantar la primera
Catedral de la Asunción. Igual suerte corrieron los demás templos y palacios. Más
para sus creadores, nada tenía que ver con la ciudad indígena debajo de sus bases.
Basta comparar los planos de Tenochtitlan, con sus casas apiñadas alrededor de la
plaza mayor, con un plano de la incipiente ciudad española, controlada por una
cuidada geometría en cuadrícula. Una ideología del orden que buscaba persuadir
América, bien se puede extrapolar al resto de fundaciones que desde el siglo XVI y
hasta inicios del siglo XVIII se consolidarían en América Latina. El presente texto
práctica desde cero un urbanismo dirigido por la razón, hasta la configuración real
fundadores y sobre todo con el mundo indígena sobre el que se cimienta, pese a los
esfuerzos para ocultarlo. Para esto haremos uso de los planteamientos del
historiador del arte Giulio Carlo Argan sobre la ciudad barroca, y de las ideas de
Lewis Mumford sobre el mismo tema. En cuanto a las nuevas caras que esta ciudad
Ángel Rama y otros autores que se han acercado al asunto desde distintas
disciplinas.
Europa de las capitales las monarquías absolutas de los estados nación exigían una
La arquitectura barroca es pues una forma de persuadir a los ciudadanos para que
como Versalles, cuya construcción fue ordenada por Luis XIV. Estas nuevas
El arte clásico es un arte a la medida del hombre, mientras que el barroco aspira a lo grande,
exacto; el segundo rico; el primero es monumental y vivo el otro. Las formas clásicas son
económicas y las barrocas generosas; por un lado hay mesura y formas estáticas y por otro
propuesto por Emilio Orozco Díaz, cuando afirma que: “...toda la cultura barroca y
su manera de vivir fue un drama religioso y secular. Y su escenario fue la iglesia, fue
las que se llegaba por regias escaleras…”.3 Así pues, los edificios hacían parte de
1Giulio Carlo Argan, La Europa de las capitales. 1600-1700 (Ginebra: Skira Carroggio, 1965), 38.
2Wladyslaw Tatarkiewicz, Historia de la esté-ca. III. La Esté-ca Moderna 1400-1700 (Madrid: Akal,
1991), 415.
3 Emilio Orozco Díaz, El teatro y la teatralidad del Barroco (Barcelona: Editorial Planeta, 1969), 110.
una puesta en escena del poder, estaban hechos para ser vistos y percibidos. En
Ahora las fachadas no son ya el plano frontal de un volumen cerrado (el palacio), sino las
principio, que resultará fundamental en arquitectura, de la definición del espacio por medio
Las fachadas están pensadas pues para que los viandantes las observen
Fig. 2. Puerta de los Hierros. Catedral de Santa María. Valencia, España. 1703-1710.
construidas, como la de San Pedro en Roma proyectada por Gian Lorenzo Bernini,
o grandes avenidas diseñadas para exhibir el poder monárquico y militar como los
que este mismo trazado pueda pensarse incluso como un monumento más.
del edificio. El sociólogo norteamericano Lewis Mumford recuerda por ejemplo que
al construir sobre un terreno quebrado este se nivelaba, sin importar los esfuerzos
económicos que esto requería, pues el trazado barroco exigía y solo era posible
orden, extender los límites de la grandeza, unir los elementos más distantes y los
5 Lewis Mumford, La cultura de las ciudades (Logroño: Editorial Pepitas de calabaza, 2018)
6GiordanoBruno, citado por Wladyslaw Tatarkiewicz, Historia de la esté-ca. III. La Esté-ca Moderna
1400-1700 (Madrid: Akal, 1991), 35
7Wladyslaw Tatarkiewicz, Historia de la esté-ca. III. La Esté-ca Moderna 1400-1700 (Madrid: Akal,
1991), 367.
grandes ciudades europeas llevaban siglos construyéndose de manera horizontal e
intuitiva por las sociedades medievales, respondiendo a las necesidades del grupo
Mumford al referirse al Renacimiento: “Podemos descubrir una plaza o una calle del
ciudades creadas como residencias reales, que escapan de los muros cerrados de
cacería. Sin embargo, estos ejemplos son contados. Otra opción, que se presentó
Situados frente al lugar elegido, con la mano apretada sobre la empuñadura de la espada, la
mirada fija en la cruz y los pensamientos puestos en las riquezas que la aventura les
depararía, los hombres del grupo fundador de la ciudad que ya tenía nombre pero de la que
nada existía sobre el suelo, debían experimentar la extraña sensación de quien espera el
Así describe José Luis Romero la escena de la fundación de una de tantas ciudades
en su punto más alto, con figuras como el Greco o Velázquez. Las urbes fundadas
en el nuevo continente se convirtieron en el eje a partir del cual partían los distintos
desconocido y que sin embargo ya había sido repartido y bautizado con nombres
como Nueva Galicia, Nueva Granada o Nueva España en un intento por mantener
Guardando las medidas, los palacios e iglesias de los virreinatos más ricos y
de España. Así, por ejemplo, catedrales como la de México tomaron como modelo a
la Catedral de la Asunción en Jaén. Las torres de las iglesias y los conventos con
como las fastuosas puestas en escena y las ostentosas fiestas, son comunes en las
grandes capitales de los virreinatos. Vale recordar que en 1701 se estrena en Lima
Europa continental.
Sin embargo, hay un elemento que parece dar ventaja a las ciudades
cual que sería posible iniciar una nueva historia de la ciudad y el hombre.10
Los colonizadores españoles creían fundar sus ciudades sobre la nada, ignorando la
este texto, vimos como Tenochtitlán fue destruida y sobre sus ruinas se levantó
vínculo entre ambas ciudades era haber sido construidas en el mismo espacio
geográfico, con las mismas piedras como material. Igual suerte correría Cusco
Los trazados de Cusco, Lima, México, Bogotá responden al ideal de control y orden
central mostraba que tan lejos o cerca estaba cada grupo del poder. Se trataba de
órdenes de la metrópoli.
La ciudad latinoamericana fue concebida como un funcional teatro del poder. Sin
encubriéndola con la vasta ficción del gran teatro del mundo”.11 Frente a esta faceta
institucional y colonial, la ciudad latinoamericana tenía una cara oculta, una cara
extraño basamento que seguía en pie. En 1533 el templo fue construido sobre el
saqueado Coricancha o templo del sol. Fueron los restos de este primer edificio los
que salieron ilesos del sismo. Los despojos del Coricancha presentes, aunque
ocultos, bajo la iglesia católica por siglos, son un ejemplo de cómo el mundo
Villacañas diferencia entre la ciudad ficta y la ciudad real. Esta disparidad se hace
evidente en las urbes móviles, aquellas que por diferentes motivos tuvieron que ser
había sido fundada en 1519, y sería reconstruida en otro punto luego de ser
fundada en 1542 como sede de la capitanía del mismo nombre, en 1776 sería
Antigua Guatemala.
La vida crece salvaje en otra parte y emerge en el espacio de lo visible como motín, como la
irrupción de lo ciego en el régimen de visibilidad, como lo que no se quiere ver, pero se teme
de forma constante, como una amenaza sin rostro. Sin duda en esta tachadura emerge el
Esta cara negada a veces explotará a manera de revuelta social como las que
atravesaron San Luis de Potosí en 1777, la dirigida por Tupac Amaru en Cusco en
Si bien, la ciudad ficta cubría el trazado organizado, y ordenado en damero, con sus
cuidado proyecto urbanístico y su representación del poder, Villacañas dirá que: “El
ciudad marginal, pueblo de indios, canalón, donde ocurren las fiestas que escapan
al control católico, donde se sigue bebiendo pulque y chicha, donde los prostíbulos
Por otro lado, dentro de los mismos modelos arquitectónicos puestos en práctica por
de los indios en sus esquinas. También fueron comunes en todo Latinoamérica las
12José Luis Villacañas, Ciudad hispánica: teoría y práctica, en Villacañas, José Luis y Lomba Pedro
(Editores), Ciudad Latinoamericana y Representación (Madrid: Escolar y Mayo Editores, 2016),147.
baldaquino, estructuras que rememoraban los cultos prehispánicos al aire libre. Los
Gisbert:
despreocupación total por las plantas que se mantienen aferradas a la simple cruz latina o a
característico.14
demostración del poder colonial, también se hacen sentir elementos que escapan al
...las nuevas iglesias trazadas según el esquemático diseño de los misioneros, son
prácticamente mano libre sirviéndose de ella para recubrir los edificios por dentro y por fuera,
culto pagano que reduce sus actos al ofrecimiento de frutos, de flores, de objetos votivos. 15
14Álvaro Tarazona Acevedo, Ciudad, arte y poder en América, XIV Anuario de Historia Regional y de
las Fronteras (Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander: 2006), 201-202
15 Argan, La Europa de las capitales, 47-48.
En México, el llamado barroco novohispano deja ver la inspiración indígena en los
grandes decorados sobre las fachadas, altares y capillas de las iglesias. Dentro de
mezclan las imágenes cristianas con los elementos autóctonos. En las fachadas,
manera un estilo mestizo que marca una diferencia con esa noción de la ciudad
La idea utópica con la que fueron fundadas las ciudades latinoamericanas, como
diferencia propia que terminaría por romper el hilo que las vinculaba a las ciudades
novohispano, definirán cada vez más la identidad de cada ciudad y región. Esto,
absorbiéndolas. Como lo expresa José Luis Romero el barroco fue la influencia más
que cupieron todas las posibilidades de expresión que surgieron en esa nueva
presenta una matriz abierta en la que los elementos mestizos pueden hacer
aparición, una aparición que en sistemas más cerrados hubiera sido imposible,
durante este período son el sustento del devenir histórico que luego tendría el
continente.
entender un poco mejor los rostros que esta cobra con la llegada del siglo XX: la
trazado original. Una transformación que hará más evidente la distancia entre
excluidos y poderosos, y que sin embargo hunde sus raíces en el gesto de ese
Argan, Giulio Carlo. La Europa de las Catedrales. 1600 - 1700. Ginebra: Skira
Carroggio, 1965.
Villacañas, José Luis. Ciudad hispánica: teoría y práctica. En Villacañas, José Luis y
2018.
Planeta, 1969.
Romero, José Luis. Latinoamérica las ciudades y las ideas. Bogotá, Madrid, México:
Tarazona Acevedo, Álvaro. Ciudad, arte y poder en América. XIV Anuario de Historia
2006. 195-209.