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1
Banrepcultural. Red cultural de Banco de la República de Colombia. Rama judicial. 22 de octubre de 2019.
Recuperado de: https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Rama_Judicial
2
Enciclopedia jurídica. Edición 2020. 22 de octubre de 2019. Casación. Recuperado de:
http://www.enciclopedia-juridica.com/d/casaci%C3%B3n/casaci%C3%B3n.htm
3
Ministerio de Justicia. Juriscol. Sistema Único de información normativa. Diario oficial. Año CIX. N. 33750.
29, Noviembre, 1972. Pág. 817. Ley 6 de 1972. Recuperado de: http://www.suin-
juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1561543
4
Cancillería de Colombia. Normas relevantes. 22 de octubre de 2019. Recuperado de:
https://www.cancilleria.gov.co/juridicainternacional/normas
5
Ministerio de Justicia. Juriscol. Sistema Único de información normativa. Diario oficial. Año CXXXIII. N.
43216. 16, Enero, 1998. Pág. 4. Ley 424 de 1998. Recuperado de: http://www.suin-
juriscol.gov.co/viewdocument.asp?id=1660078
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dentro de Colombia) y que se va a suponer; y es así como resulta obligatorio
remitirse en el presente caso a la normativa coreana con respecto a trabajadores
extranjeros (Act on Employment of Foreign Workers. Act N° 6967 Aug. 16, 20036) la
cual en su capítulo IV, artículos 24 y 24-2 hace referencia a los seguros de
protección a los trabajadores extranjeros con respecto a enfermedad o muerte de
los mismos y de los derechos e intereses de los trabajadores entre otros. Tales
artículos ha de suponerse, deben hacer parte de las leyes laborales coreanas con
respecto a trabajo y cómo garantizar la protección de dichos trabajadores.
Lo que resulta extraño en el caso que compete es pensar que, a la trabajadora la
normativa de su país (Colombia) la dejó a merced de la de un país que posiblemente
ni siquiera conoce y que tampoco verifica que los derechos de tal trabajadora le
sean respetados; pues las normas de un país de otro continente, la dejaron viviendo
en Colombia con las secuelas de un accidente de trabajo y sin ninguna protección,
viviendo bajo las condiciones de vida de un país que en este caso fue también su
verdugo.
Desde la constitución colombiana que es la carga magna y debe serlo incluso por
encima de tratados internacionales teniendo en cuenta que se basa en los derechos
humanos; se dice que el deber del estado es proteger a sus ciudadanos, de tal modo
sobra decir que recibir una falta de protección de tal índole por parte de dicho estado
debe generar un sentimiento total de desconsuelo y frustración. Desde el punto de
vista de cualquier ciudadano, esto puede verse como el hecho de que en casos
particulares van a primar las relaciones internacionales antes que los derechos, el
bienestar y la calidad de vida de los colombianos teniendo en cuenta que en el caso
de la señora Rosa, le fueron violados todos sus derechos: derecho a la salud,
derecho al trabajo, derecho a una vida y un retiro dignos y en el caso de
controversias en la ley se le negó el favorecimiento a la trabajadora sólo por nombrar
algunos.
Por otro lado, resulta difícil de comprender que pasados 11 años del caso
anteriormente mencionado, se presenta otro similar con la embajada del Líbano en
Colombia donde la señora Adelaida García demanda dicha embajada por despido
injusto, solicitud de traslado de bono o título pensional por la omisión de afiliación al
régimen de Seguridad Social e indemnización por moratoria luego de haber
prestado sus servicios como secretaria a la embajada por 23 años; en este caso la
Corte Supresa falla a favor de la demandante como es el deber ser, ya que le
estaban siendo vulnerados a la trabajadora los derechos de un retiro digno, a la
salud y al trabajo entre otros. Cuando se hace referencia a la particularidad del caso,
es por haber hecho un análisis de la Convención de Viena de 1961, la cual en su
artículo 33, párrafos 3 y 5 respectivamente, reza: “El agente diplomático que emplee
a personas a quienes no se aplique la exención prevista en el párrafo 2 de este
6
Act on Employment of Foreign Workers. Act N° 6967 Aug. 16, 2003. Recuperado de:
https://www.ilo.org/dyn/natlex/docs/ELECTRONIC/64966/74091/F1751155741/KOR64966%202013.pdf
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artículo, habrá de cumplir las obligaciones que las disposiciones sobre seguridad
social del Estado receptor impongan a los empleadores”7 y “Las disposiciones de
este artículo se entenderán sin perjuicio de los acuerdos bilaterales o multilaterales
sobre seguridad social ya concertados y no impedirán que se concierten en lo
sucesivo acuerdos de esa índole”. Visto lo anterior la pregunta que surge es ¿será
posible que el magistrado Jorge Palacio no haya tenido conocimiento de este
artículo de la Convención de Viena? O quizá no haya recordado que uno de sus
deberes como magistrado es proteger los derechos de sus conciudadanos, por
encima de las buenas relaciones con los diplomáticos de una embajada; quizá es
que hace falta obtener mayor información sobre el caso para saber las razones del
honorable magistrado para decirle a la señora Rosa Otilia Correa que no iba gozar
de un retiro digno a pesar de haber trabajado tantos años y haber ayudado por
medio de su trabajo a hacer patria y a que las buenas relaciones con la república
de Corea se mantuvieran.
Lo que es importante de hacerse hincapié es que no es posible que las embajadas
de otros países en Colombia, se conviertan en estado dentro de un estado sin
perjuicio del cumplimiento de la normativa colombiana y los derechos de sus
ciudadanos. El Convenio de Viena es claro y a pesar de haber sido redactado hace
mas de 50 años, tiene toda la congruencia y fue muy bien pensado en el sentido de
que a pesar de los acuerdos entre países pactados inicialmente, siempre está la
puerta abierta para rehacer y hacer nuevos pactos en pro de la mejora de las
relaciones y desarrollo de los países sin perjuicio de sus ciudadanos. Finalmente,
las embajadas y misiones diplomáticas están constituidas para mejorar las
relaciones entre países, pero lo más importante, es que llegan a verificar las
condiciones de sus conciudadanos dentro de otro país, de tal modo que su razón
de ser son las personas y su bienestar, y esto debe primar tanto para los países
acreditantes como lo menciona la Convención, como para los países receptores.
7
Convenio de Viena sobre relaciones diplomáticas, 18 de abril de 1961: El artículo 33 en el párrafo número
1, hace referencia a que el agente diplomático está exento de pagos de seguridad social con respecto a
servicios prestados al estado acreditante y que dicha exención se aplica a los criados particulares al servicio
de este salvo que: no sean nacionales del estado receptor o tengan en él residencia permanente y se
encuentren protegidos en seguridad social por el estado acreditante.
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