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Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca

Especialización en Gerencia en Salud Ocupacional


Legislación en Seguridad y Salud en el Trabajo
Jazmín Jaramillo Rodríguez

Tratando de entender a la Suprema Corte

Por decir un número al azar; para el 99.9% de los colombianos, la jurisprudencia de


la madre patria es un tema poco más o menos de tratar de entender el chino-
mandarín; y no porque carezcan de la inteligencia que la natura da, sino porque
realmente es toda una ciencia que debe tener en cuenta todas y cada una de las
aristas de un determinado problema para darle la mejor solución que satisfaga a las
partes. Ahora bien, si ya de por sí comprender la jurisprudencia colombiana es toda
una tarea titánica, más lo es tratar de comprender su interpretación que muchas
veces se sale de la lógica del parroquiano de a pie que, dicho sea de paso, es la
lógica más clara y consecuente con el diario vivir y, por ende, la más práctica. Pero
hay que retornar al tema que compete y es el caso del litigio en Colombia y,
particularmente, el relacionado a los fallos en casos de trabajadores de las
embajadas de otros países en el territorio colombiano; de tal modo y haciendo
referencia al caso de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 5 de junio de
1997 de la señora Rosa Otilia Correa contra la embajada de Corea y, teniendo en
cuenta que la demandante trabajó para dicha embajada como empleada doméstica
por 19 años, la cual refiere haber sido despedida sin causa justa, que nunca fue
afiliada al I.S.S (Instituto del Seguro Social), que le fueron pagadas sus cesantías y
demás prestaciones pero que fueron mal liquidadas, adicional a que le fueron
retenidas sumas de dinero no autorizadas por ella, que no recibió dotación para su
labor y que estando al servicio de la embajada sufrió un accidente de trabajo que le
dejó “secuelas de invalidez vitalicias limitándole su locomoción”; para tal caso la
Corte Suprema de Justicia determinó que, por convenios internacionales
diplomáticos, no procedía tal demanda ya que la embajada tiene inmunidad
especial; esto quiere decir que por convenio y en aras de resguardar las buenas
relaciones con otros países, las embajadas como representantes de los mismos en
Colombia pueden tomar sus propias decisiones respecto de su jurisdicción civil,
penal y administrativa salvo algunas excepciones que no competen al ámbito de los
contratos laborales en el presente caso, luego entonces para este caso la embajada
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de Corea se asume que cumplió parcialmente las obligaciones con la trabajadora
bajo algunas normas colombiana y posiblemente las omisiones con misma las
justificó en normativa laboral coreana.
Para poder realizar una observación sobre el mencionado caso, este merece ser
visto desde lo más simple y es ¿qué es y qué funciones tiene la Corte Suprema de
Justicia en Colombia? Pues bien, el poder público en Colombia está dividido en tres
ramas: legislativa, judicial y ejecutiva; la Corte Suprema en uno de los seis órganos
de la rama judicial que se encarga de administrar la justicia en el país; y dentro de
sus funciones se cuentan además de juzgar a todos los miembros de alto rango del
país incluyendo al presidente, la de actuar como tribunal de casación 1,
entendiéndose por “casación” en derecho, como el acto de anulación por la Corte
Suprema de una decisión pasada en autoridad, de cosa juzgada y emitida en
violación de la ley2. Desde este punto de vista ya se puede inferir que se trata de la
última instancia o esperanza, si bien puede así ser llamado, del recurso legal. Ahora
bien, el convenio al que hace referencia la sentencia antes mencionada es la
“Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas” celebrada en abril de 1961 y
aprobada por Colombia mediante Ley 6 de 19723; cabe resaltar que los convenios
celebrados con otros países no serán tenidos presente como norma interna a menos
de que dicho país así lo ratifique mediante ley.
Al remitirse a la Cancillería de Colombia se puede ver una serie de normativa con
respecto a los tratados de Colombia con otros países y cómo mejorarlos, adicional
a trámites administrativos, nacionalidad y extradición4 a lo cual se esperaría que la
que hace referencia al seguimiento de dichos tratados (ley 424 de 1998) fuese una
ley bastante nutrida, cosa contraria a la realidad5, esto teniendo presente que si se
hace un adecuado seguimiento, se pueden observar las falencias u oportunidades
de mejora que beneficien a las naciones en doble vía.
Ahora bien, si los trabajadores colombianos en este caso, no fuesen tenidos en
cuenta bajo normativa de su propio país, en cuestiones laborales, entonces lo que
sería de esperarse es que sí fuesen tenidos en cuenta o tratados bajo la normativa
de los países de las embajadas para las que laboran (enunciado incongruente
teniendo en cuenta que dicha persona se desarrolla en todos sus aspectos y roles

1
Banrepcultural. Red cultural de Banco de la República de Colombia. Rama judicial. 22 de octubre de 2019.
Recuperado de: https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Rama_Judicial
2
Enciclopedia jurídica. Edición 2020. 22 de octubre de 2019. Casación. Recuperado de:
http://www.enciclopedia-juridica.com/d/casaci%C3%B3n/casaci%C3%B3n.htm
3
Ministerio de Justicia. Juriscol. Sistema Único de información normativa. Diario oficial. Año CIX. N. 33750.
29, Noviembre, 1972. Pág. 817. Ley 6 de 1972. Recuperado de: http://www.suin-
juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1561543
4
Cancillería de Colombia. Normas relevantes. 22 de octubre de 2019. Recuperado de:
https://www.cancilleria.gov.co/juridicainternacional/normas
5
Ministerio de Justicia. Juriscol. Sistema Único de información normativa. Diario oficial. Año CXXXIII. N.
43216. 16, Enero, 1998. Pág. 4. Ley 424 de 1998. Recuperado de: http://www.suin-
juriscol.gov.co/viewdocument.asp?id=1660078
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dentro de Colombia) y que se va a suponer; y es así como resulta obligatorio
remitirse en el presente caso a la normativa coreana con respecto a trabajadores
extranjeros (Act on Employment of Foreign Workers. Act N° 6967 Aug. 16, 20036) la
cual en su capítulo IV, artículos 24 y 24-2 hace referencia a los seguros de
protección a los trabajadores extranjeros con respecto a enfermedad o muerte de
los mismos y de los derechos e intereses de los trabajadores entre otros. Tales
artículos ha de suponerse, deben hacer parte de las leyes laborales coreanas con
respecto a trabajo y cómo garantizar la protección de dichos trabajadores.
Lo que resulta extraño en el caso que compete es pensar que, a la trabajadora la
normativa de su país (Colombia) la dejó a merced de la de un país que posiblemente
ni siquiera conoce y que tampoco verifica que los derechos de tal trabajadora le
sean respetados; pues las normas de un país de otro continente, la dejaron viviendo
en Colombia con las secuelas de un accidente de trabajo y sin ninguna protección,
viviendo bajo las condiciones de vida de un país que en este caso fue también su
verdugo.
Desde la constitución colombiana que es la carga magna y debe serlo incluso por
encima de tratados internacionales teniendo en cuenta que se basa en los derechos
humanos; se dice que el deber del estado es proteger a sus ciudadanos, de tal modo
sobra decir que recibir una falta de protección de tal índole por parte de dicho estado
debe generar un sentimiento total de desconsuelo y frustración. Desde el punto de
vista de cualquier ciudadano, esto puede verse como el hecho de que en casos
particulares van a primar las relaciones internacionales antes que los derechos, el
bienestar y la calidad de vida de los colombianos teniendo en cuenta que en el caso
de la señora Rosa, le fueron violados todos sus derechos: derecho a la salud,
derecho al trabajo, derecho a una vida y un retiro dignos y en el caso de
controversias en la ley se le negó el favorecimiento a la trabajadora sólo por nombrar
algunos.
Por otro lado, resulta difícil de comprender que pasados 11 años del caso
anteriormente mencionado, se presenta otro similar con la embajada del Líbano en
Colombia donde la señora Adelaida García demanda dicha embajada por despido
injusto, solicitud de traslado de bono o título pensional por la omisión de afiliación al
régimen de Seguridad Social e indemnización por moratoria luego de haber
prestado sus servicios como secretaria a la embajada por 23 años; en este caso la
Corte Supresa falla a favor de la demandante como es el deber ser, ya que le
estaban siendo vulnerados a la trabajadora los derechos de un retiro digno, a la
salud y al trabajo entre otros. Cuando se hace referencia a la particularidad del caso,
es por haber hecho un análisis de la Convención de Viena de 1961, la cual en su
artículo 33, párrafos 3 y 5 respectivamente, reza: “El agente diplomático que emplee
a personas a quienes no se aplique la exención prevista en el párrafo 2 de este

6
Act on Employment of Foreign Workers. Act N° 6967 Aug. 16, 2003. Recuperado de:
https://www.ilo.org/dyn/natlex/docs/ELECTRONIC/64966/74091/F1751155741/KOR64966%202013.pdf
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artículo, habrá de cumplir las obligaciones que las disposiciones sobre seguridad
social del Estado receptor impongan a los empleadores”7 y “Las disposiciones de
este artículo se entenderán sin perjuicio de los acuerdos bilaterales o multilaterales
sobre seguridad social ya concertados y no impedirán que se concierten en lo
sucesivo acuerdos de esa índole”. Visto lo anterior la pregunta que surge es ¿será
posible que el magistrado Jorge Palacio no haya tenido conocimiento de este
artículo de la Convención de Viena? O quizá no haya recordado que uno de sus
deberes como magistrado es proteger los derechos de sus conciudadanos, por
encima de las buenas relaciones con los diplomáticos de una embajada; quizá es
que hace falta obtener mayor información sobre el caso para saber las razones del
honorable magistrado para decirle a la señora Rosa Otilia Correa que no iba gozar
de un retiro digno a pesar de haber trabajado tantos años y haber ayudado por
medio de su trabajo a hacer patria y a que las buenas relaciones con la república
de Corea se mantuvieran.
Lo que es importante de hacerse hincapié es que no es posible que las embajadas
de otros países en Colombia, se conviertan en estado dentro de un estado sin
perjuicio del cumplimiento de la normativa colombiana y los derechos de sus
ciudadanos. El Convenio de Viena es claro y a pesar de haber sido redactado hace
mas de 50 años, tiene toda la congruencia y fue muy bien pensado en el sentido de
que a pesar de los acuerdos entre países pactados inicialmente, siempre está la
puerta abierta para rehacer y hacer nuevos pactos en pro de la mejora de las
relaciones y desarrollo de los países sin perjuicio de sus ciudadanos. Finalmente,
las embajadas y misiones diplomáticas están constituidas para mejorar las
relaciones entre países, pero lo más importante, es que llegan a verificar las
condiciones de sus conciudadanos dentro de otro país, de tal modo que su razón
de ser son las personas y su bienestar, y esto debe primar tanto para los países
acreditantes como lo menciona la Convención, como para los países receptores.

7
Convenio de Viena sobre relaciones diplomáticas, 18 de abril de 1961: El artículo 33 en el párrafo número
1, hace referencia a que el agente diplomático está exento de pagos de seguridad social con respecto a
servicios prestados al estado acreditante y que dicha exención se aplica a los criados particulares al servicio
de este salvo que: no sean nacionales del estado receptor o tengan en él residencia permanente y se
encuentren protegidos en seguridad social por el estado acreditante.
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