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Conmemoración de los 80 años de vigencia del

Código Civil
Conmemoración
de los 80 años de vigencia del
Código Civil

COORDINADORES

JORGE ALFREDO DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ


JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ BARROSO

MÉXICO, 2012
Primera edición: 2012
Conmemoración de los 80 años de vigencia del Código Civil

Copyright © 2012
JORGE ALFREDO DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ

Queda hecho el depósito que marca la ley

Derechos reservados

Queda prohibida la reproducción total o parcial de la obra


sin la autorización por escrito de los autores

IMPRESO EN MÉXICO / PRlNTED IN MEXJCO


Contenido

La Génesis del Código Civil de 1928 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

El instrumento notarial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 17

Bienes jurídicos tutelados en las técnicas de reproducción humana asistida. . .. 35

La importancia de las Capitulaciones Matrimoniales en la nueva realidad social


de México. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 53

Contratación electrónica ........... , ............................. , '. 71

El instrumento públíco notarial y el acto jurídico, continente y contenido: la


naturaleza y las causas de su ineficacia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 89

Código Civil de 1870, según los trabajos de Isidro Montiel y Duarte y su


influencia en el Código Civil de 1928. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. J07

El registro de deudores alimentarios morosos .. , .............. , . . . . . . . .. 121

Interrupción del plazo para usucapir un bien poseído: una muestra de


incertidumbre jurídica ........................ , . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 137

VII
VIII CONTENIDO

Reasignación de nombre por cambio en el rol de género ................... 147


Alberto Javier Reséndiz Palomar

Propiedad intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 163


Rita María Ríos MOlltufar

Los principios registrales en la nueva Ley Registral para el Distrito Federal . . .. 175
Luis lieBpe Rodríguez Soto

El testamento público abierto, única forma de testar en el Distrito Federal. .... 189
Jesús Saldaña Pérc:l.

Origen, desarrollo y función de la voluntad anticipada .................... 213


José Antonio Sánchcz Barroso

Acerca de la obligación de informar en el ámbito contractual. Referencia al


derecho francés ................................................... 227
Eduardo Alejandro Sarmiento Márquez

El consentimiento celebrado a distancia ................................ 241


Víctor Amaury Simental FrHflCU

Los atributos de la personalidad. Breve análisis de su aplicación en el Código


Civil vigente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 255
Juan Guadatupe Valencia Monge

El contrato de renta vitalicia a 80 años del Código Civil ................. " 277
Junn Luis GOJ1zúlez ,r\le,ántara

Vicios de la voluntad: reflexiones sobre el error y el miedo ............... " 297


Javier S¡¡)a7,¡lr Hel'nándc1.

Teoría de la imprevisión .......................................... '. 317


Jocl Chirino Castillo
Esta obra se terminó de componer, imprimir y encuadernar
el 15 de octubre de 2012 en los talleres de
Castellanos Impresidn, SA de CV,
Ganaderos 149, col. Granjas Esmeralda,
09810, Iztapaiapa, México, DF

La edición consta de 1000 ejemplares


más sobrantes para reposición
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La Génesis del Código Civil de 1928


Ángel Gilberto Adame López

SWO: 1. Introducción. 11. Iniciativa y autorización. 111. Comisión redactora. N.Pro-


ceso de elaboración y discusión. V. Promulgación. VI. Vacatio legis y entrada en vigor.
VII. Ámbito federal y local. VIII. Inconstitucionalidad.

En 2012, nuestro Código Civil Federal cumple 80 años de haber sido


expedido. Una larga vida.
Durante 68 años compartió el ámbito espacial de validez con el Código
Civil para el Distrito Federal, mismo que aún conserva gran parte del texto
del que se escindió. Además, durante 42 años, se repartió el mismo ámbito
con los extintos Temtorios Federales. Si bien es cierto que ha sufrido refor-
mas o mutilaciones, conserva su esencia, lo que refleja la calidad jurídica de
SUS autores.
Este estudio nace con la finalidad de analizar los motivos y la forma en
que el Código se gestó. A la par de los comentarios jurídicos que se impon-
gan, nos proponemos hacer una reseña historiográfica del cómo y porqué de
esta fundamental legislación sustantiva.
El surgimiento de la idea de un nuevo código se dio por la imperiosa
necesidad de ir a la vez con el cambio social que en ese tiempo vivía México;
así como con el desarrollo económico y las marcadas tendencias socialistas
que impulsaba el gobierno de la época. En ese contexto, era urgente hacer
una reforma sustancial, que procurara el beneficio de la población.
Lo anterior lo corrobora don Francisco H. Ruiz (Francisco Hernández
Ruiz), uno de los miembros de la Comisión Redactora del Código, cuando
menciona lo siguiente:
Los códigos civiles impregnados de un fuerte individualismo se han ido modifi-
cando al impulso de la poderosa corriente doctrinal en el sentido de socializar el
derecho privado. La sociedad está en constante devenir, en constante evolución
y el derecho regulador de las relaciones sociales debe estar en continuo progre-
so. El derecho civil no es inmutable y sufre la ley de la adaptación para poder
subsistir.

DR © Universidad Nacional Autónoma de México,


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El fenómeno social debe ser concebido y explicado teniendo en cuenta toda la


vida social. Derecho, facultad o poder de dominación. Derecho, función social de
desarrollar la actividad individual para cumplir la tarea que impone la conviven-
cia con los demás integrantes de la sociedad. Estabilidad y evolución. La primera
inspira las instituciones jurídicas de carácter preciso y estable, que tienen por fin
la seguridad. La segunda anima las institucionesjurídicas amplias y flexibles que
permiten ser adaptadas a la movilidad constante de la vida.
Los trabajos para el nuevo Código Civil comenzaron el 7 de enero de
1926, fecha en la que el Congreso de la Unión otorgó al titular del Poder
Ejecutivo facultades para reformar el documento anterior, el Código Civil del
Disrrito Federal y Territorio de la Baja California del 31 de marzo de 1884.
Éste rigió en el México independiente, después de las leyes impuestas por
España y del Código de 1870.

II. INICIATIVA Y AUTORIZACIÓN

El 10 de diciembre de 1925, los legisladores Simón Neguib y Rafael Ál-


varez presentaron ante la Cámara de Diputados una iniciativa para que se
concediera al Poder Ejecutivo la autorización de aprobar y expedir el código.
Las razones para dicha acción fueron que, desde 1910, evolucionaron las
ideas y teorías adoptadas por la legislación fundamental, pasando por el li-
beralismo clásico para acercamos a los principios de justicia social que esta-
ban reñidos con el "dejar hacer, dejar pasar".
Al observar que la legislación del orden común del Distrito Federal y de
los Territorios no había sido modificada y, que estaba de acuerdo con las
teorías que inspiraba la Constitución de 1857, los diputados reconocían lo
imposible que era para el Congreso legislar sobre la materia, porque sus in-
tegrantes se dedicaban con fervor a la política, y que ya muchas de las enti-
dades federativas habían hecho las adecuaciones correspondientes.
De manera sustantiva, se alegó que los motivos para las modificaciones
eran la urgencia de revisar todas las disposiciones que se referían al estado
de las personas, la familia, la propiedad literaria y artística, ya que no se
comprendían todos los casos originados con los adelantos que en cinemato-
grafía y otras manifestaciones de arte se habían dado; además, el tema de
las sucesiones reclamaba reformas que estuvieran de acuerdo a los nuevos
criterios imperantes. Por último, teniendo en cuenta la influencia suiza, in-
novar con un capítulo de reglas generales de los actos jurídicos.
La legislación debía hacerse con serenidad y, por eso, se consideró que
el Poder Ejecutivo estaba más capacitado para nombrar comisiones de profe-
sionales de tiempo completo. Es así que, mediante el primer decreto mencio-
nado, que se publicó en el Diario Oficial el 30 de enero de 1926, el legislativo
autorizó al presidente Plutarco Elías Calles para hacerla.
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GÉNESIS DEL C6DIGO CML DE 1928 3

El único artículo de ese decreto señalaba que el plazo de dicha autoriza-


ción terminaría el 30 de noviembre de 1926 y aclaraba que debía dar cuenta
al Poder Legislativo del uso que hubiere hecho de esas facultades.
Llegado el aplazamiento y sin haberse cumplido el objetivo, se emitió un
segundo decreto el 6 de diciembre de 1926, publicado en el Diario Oficial el
6 de enero de 1927. En él se estipulaba una prórroga concedida para la re-
forma del Código Civil hasta el 31 de mayo de 1927.
Después, con la intención de concretar el proyecto, el Ejecutivo presentó
una iniciativa el 16 de octubre de 1927, en la que solicitó se le concediera
un nuevo plazo de un año.
En las sesiones del 25 de noviembre y 9 de diciembre de ese mismo año,
los legisladores la aprobaron, con la consideración de que los anteproyectos
fueron elaborados por distintas comisiones designadas al respecto; ya que
era necesario coordinar las tendencias mediante una revisión en conjunto
para que el resultado fuera eficaz.
El decreto del 3 de enero de 1928 fue publicado en el Diario Oficial el
14 del mismo año, donde se concedió una nueva prórroga hasta el 31 de
\
agosto de 1928. --

III. COMISIÓN REDACTORA

Para la realización del proyecto se instauró una Comisión Redactora, in-


tegrada por los señores Fernando Moreno, Francisco H. Ruiz, Rafael García
Peña e Ignacio García Téllez.
Mucho se ha dicho de estos personajes, pero del licenciado Fernando
Moreno, después de hacer una búsqueda exhaustiva de su biografía, nada se
ha encontrado, sólo la alusión a que era poeta, según lo refiere la maestra
Raque1 Contreras. Del licenciado Rafael García Peña se duda si su nombre
era h g e l , quien era un militar de esa época. Asegura el maestro Acosta Ro-
mero que uno era conservador y otro tradicionalista, pero sin que tengamos
claras sus fuentes. Nuestra referencia es la siguiente:
El Código Civil de 1928 ha sido considerado, justamente, como una gran obra
legislativa de la época, consecuencia de que el proyecto fue elaborado por emi-
nentes juristas que fueron los Lics. Francisco H. Ruiz, Ignacio García Téllez, Ra-
fael García Peña y Fernando Moreno. Se logró un equilibrio de ideas en virtud
de que el Lic. García Téliez era progresista, el Lic. García Peña tradicionalista,
conservador y el Lic. Francisco H. Ruiz pudo, con sus opiniones moderadas esta-
blecer un justo medio.
El licenciado Francisco H. Ruiz, fue un jurista de enorme talento, al
que se catalogó como el líder del grupo, capacitado para realizar análisis y
comparación entre las distintas legislaciones que sirvieron de apoyo, así como
para adecuar el documento al orden necesario para el país. Él nació en
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Sayula, estado de Jalisco en 1872 y falleció en el Distrito Federal en 1958.


Se recibió como abogado en 1899. Entre sus actividades destacadas están
el ejercicio como notario; ser magistrado presidente del Tribunal Superior
de Jalisco y ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción de 1928 a 1940. Profesor de las escuelas Nacional Preparatoria y
Nacional de Jurisprudencia; se desempeñó como secretario del Ayunta-
miento de Guadalajara y general de gobierno, así como gobernador del es-
tado de Jalisco.
El licenciado Ignacio García Téllez nació en León, estado de Guanajuato
en 1897 y murió en Cuernavaca, estado de Morelos en 1985. Se tituló como
abogado por la Escuela Nacional de Jurisprudencia en 1921. Fue gobernador
interino de su tierra natal en 1923; rector de la Universidad Nacional Autó-
noma de México de 1929 a 1932. También se desempeñó como Secretario
de Educación, del Trabajo y de Gobernación; cargo en el que coordinó el
traslado y la llegada al país de los refugiados españoles. Primer director del
Instituto Mexicano del Seguro Social. Se dice que su labor dentro de la Co-
misión fue la de Secretario, y bien puede apreciarse tal aseveración dado
que, una vez publicado el nuevo código y ya en vigor, editaría el título Moti-
vos, Colaboración y Concordancias del Nuevo Código Civil Mexicano, en él que
plasmó los momentos y razones que acompañaron la elaboración del impor-
tante proyecto.
Sin ser miembro de la Comisión, don Manuel Borja Soriano, por la cali-
dad y el número de sus aportaciones -se dice que es el autor intelectual del
Libro Cuarto-. Él nació y falleció en la Ciudad de México 1873 y 1967. Es-
tudió en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y obtuvo el grado de doctor
en Derecho ex oficio. Titular de la Notaría número 47 del Distrito Federal,
desde el 1 de enero de 1900 hasta su muerte; también fue presidente del
Colegio de Notarios.
Los trabajos de la Comisión duraron alrededor de dos años, hasta finalizar
en una primera etapa, con la presentación de un proyecto al Foro. La redac-
ción del código se llevó a cabo mediante estudios críticos con la legislación
común local; y comparativos con el derecho extranjero, como el francés, es-
tadounidense, suizo, alemán, italiano, argentino, brasileño e inglés.

IV. PROCESO DE ELABORACIÓN Y DISCUSIÓN

Es importante señalar que durante el proceso de elaboración, promulga-


ción y entrada en vigor, se suscitaron diversas cuestiones que retrasaron sus
distintas etapas, como las opiniones y observaciones que hicieron el Consejo
Directivo de la Barra Mexicana, el secretario de Gobernación, la misma Co-
misión Redactora y, sobre todo, diversos representantes de los grupos socia-
les que veían afectados sus intereses.
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GÉNESIS DEL C ~ D I G OCML DE 1928 S

Cabe mencionar que la distribución del proyecto no fue tan expedita


como se describe. En el caso de la Barra, el Maestro José Ramón Narváez
Hernández escribe lo siguiente:
Por la Exposición de Motivos del Código sabemos que el proyecto, porque fue
proyecto hasta 1932, fecha en que entró en vigor, fue puesto a la consideración
de los 'interesados' tal fue el caso de la Barra Mexicana de Abogados, no obstan-
te parece ser que a la Barra llegó primeramente el articulado (justo el día de la
promulgación el 25 de marzo de 1928) y mucho tiempo después la Exposición
de Motivos (12 de abril del mismo año) por lo que la sesión de la Barra se apla-
zó hasta el 23 de abril.
Para corroborar lo dicho, el señor Machorro Narváez en su informe so-
bre los trabajos de la Comisión de Reformas Legislativas en el estudio del
Proyecto de Código Civil para el Distrito y Territorios Federales menciona lo
siguiente:
Antes de concluir manifestaré a Ud. que mucha falta ha hecho esta Comisión
una exposición de motivos de las principales reformas del nuevo Código, porque
si su tendencia general puede advertirse, al pretender estudiar un~arti'culodeter-
minado, se necesita la orientación a que él mismo somete los am'culos reforma-
dos o suprimidos.
Entre los puntos importantes que en ese momento se discutían, el tema
de la propiedad fue de los más cuestionados, por la falta de titulación de
muchos inmuebles, lo que dificultaba gravemente las transacciones y coloca-
ban a los propietarios en una anormal situación jurídica.
El 22 de abril de 1928, la Barra Mexicana y la Cámara de Comercio pi-
dieron se suspendiera la publicación que se tenía prevista pocos días más
adelante. Dicha petición la apoyaron con el señalamiento de los inconve-
nientes e incongruencias encontradas a su juicio.
Posteriormente, la Cámara de Comercio informó que, al haberse conoci-
do las disposiciones contenidas en el nuevo Código Civil, se habían paralizado
los negocios y se amenazaba con acarrear serias perturbaciones económicas,
por lo cual, de promulgarse, la crisis se haría más sensible y podría terminar
en pánico, con funestas consecuencias.
Cierto es que no todo fueron críticas, como se puede leer en una publi-
cación del 23 de abril de 1928, en la que la Comisión contestaba a sus im-
pugnadores los cuestionamientos a varios artículos del proyecto, referentes a
la propiedad, al patrimonio de familia y al contrato de arrendamiento que
habían realizado la Unión de Propietarios de la Ciudad de México, la Liga de
Defensa de Propietarios de Casas y las de Propietarios de Tacubaya.
La Comisión vio con agrado lo anterior y señaló que estaba convencida
de que la censura de los errores en que se incumera contribuiría a realizar
un buen Código Civil; considerando que el proyecto debía ser analizado con
serenidad y que sería conveniente que todas las clases afectadas por dichas
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disposiciones cooperaran en la formación del texto definitivo, a fin de que


resultara una obra colectiva que armonizara a todos.
Del mismo modo en que se respondía a las impugnaciones, muchos se-
ñalamiento~fueron aceptados. Del Libro Primero, que constaba de 732 ar-
tículos, sólo treinta fueron objetados. De esas treinta observaciones, se
aceptaron veinticinco, en su mayoría de forma y sin afectar el espíritu de los
preceptos.
Donde se hicieron modificaciones de mayor importancia fue en el Libro
Segundo, referente a los bienes. El estudio comparativo se hizo con mayor
detenimiento y cuidado, porque las impugnaciones que se hicieron al pro-
yecto sí revestían trascendencia. Ante esto, señalaron que era seguro que se
aceptara el mayor número de observaciones, siempre que estuvieran sólida-
mente fundadas y no obedecieran al prurito de criticar y hacer obstrucción.
Gran cantidad de las censuras que se formularon provocaron el natural
movimiento de alarma en la sociedad, pero era sobre aquellas que se refe-
rían a disposiciones imaginarias, a preceptos que los impugnadores interpre-
taban mal o que pertenecían al Código vigente en ese momento y que regían
desde 1884, sin motivar al escándalo que se suscitaba. Así, este Código Civil
no era absolutamente nuevo, pues se había trabajado sobre el de 1884 y so-
bre la Ley de Relaciones Familiares de 1917. Respecto a las innovaciones, se
aclaró que no tenían porqué provocar desasosiego, ya que, por ejemplo, los
artículos que regulaban a los propietarios de hoteles y casas de huéspedes
llegaron a ser calificados de disparates, con el temor de que impedirían el
desarrollo del turismo; a lo que se respondió que tales preceptos estaban
inspirados en los códigos de Suiza y Argentina, países donde éste se fomen-
taba y donde no habían ocasionado ningún trastorno.
Estudios importantes que la Comisión tomó en cuenta fueron los realiza-
dos por el licenciado Manuel Gómez Morín, así como las observaciones de
las que se hace mención en el séptimo y noveno transitorios del proyecto,
de los licenciados Manuel Borja Soriano y Miguel S. Macedo (Miguel Salva-
dor Macedo y Boubée). Y en particular la opinión de la Comisión de Refor-
mas Legislativas de la Barra Mexicana, presidida por don Paulino Machorro
y Narváez. Los trabajos de dicha Comisión, según la junta celebrada el 31 de
marzo de 1928, se dividieron entre los señores Francisco Gaxiola, el Libro
Primero, Luis Cabrera el Libro Segundo, Maximiliano Camiro el Libro Terce-
ro, Paulino Machorro. Narváez el Libro Cuarto, Ismael Palomino el Libro
Quinto y el Título preliminar quedó en disposición para ser estudiado en con-
junto. Además contaron con el apoyo de los señores Miguel S. Macedo,'Er-
nesto Nieto, Salvador Reynoso, Gabriel García Rojas, Manuel Rueda Magro y
Alejandro Quijano este último como presidente de la Barra.
Los trabajos de la Comisión de la Barra a que se hace referencia en el
párrafo anterior, fueron presentados el 23 de abril de 1928, donde Machorro
y Narváez manifestó lo siguiente:
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GÉNESIS DEL C ~ D I G OCML DE 1928 7

Tengo la honra de informar a usted sobre los trabajos de la Comisión de Refor-


mas Legislativas en el estudio del Proyecto de Código Civil para el Distrito Fede-
ral y Temtorios Federales y para regular ciertas relaciones jurídicas de carácter
federal. Habría que establecer con claridad que, habiendose discutido y aproba-
do las observaciones en junta plena de subcomisiones, la objeción respectiva en
cada caso concreto representa algunas veces aunque en pocas el sentir de una
mayoría y no precisamente la opinión particular de cada uno de los que forma-
ron la Comisión; aunque ciertamente en la generalidad de los casos hubo unani-
midad en el criterio de los concurrentes a las sesiones.
No creo fuera de lugar hacer notar que ni al formular una objeción ni al dis-
cutirla en ocasión cualquiera se trató algún asunto en forma que por sus térmi-
nos o por su estilo relacionara el discurso con opiniones políticas de cualquier
gknero. Siempre reinó un espíritu de elevación científica y un procedimiento tdc-
nico de profesionistas preocupados por el progreso de su especialidad en la acti-
vidad y en el saber humanos.
El gobierno no pretendía imponer determinados criterios, sino que dejó
a la Comisión en completa libertad para que hiciera el proyecto que respon-
diera a las necesidades sociales. De ello habló en su momento el Subsecreta-
rio de Gobernación, para aclarar que era del todo injustificada la alarma que
se había suscitado con la promulgación de las reformas, porque ellas no le-
sionarían los intereses legítimamente adquiridos por propietarios de fincas y
empresas fraccionadoras. Aquí un fragmento de lo que arriba se comenta:
Por eso se ha elaborado un proyecto de Código Civil, y se desea que, a la mayor
brevedad posible, ese proyecto se convierta en Ley, ya que la experiencia ha de-
mostrado que los proyectos que tardan mucho tiempo en realizarse, fatalmente
están destinados a fracasar.
En general se ha estudiado cuidadosamente y, a su vez, se han modificado
varias disposiciones sobre propiedad, así como en lo relativo a la constitución
del patrimonio de familia.
Serán por tanto respetados los legítimos intereses de las compañías fracciona-
doras, las que, han mejorado algunas zonas de la capital y, sobre todo, de ningu-
na manera serán lesionados los intereses de los que han adquirido lotes de
terreno, para edificar en ellos sus habitaciones.
A todas las observaciones que se han presentado, se les ha dado la debida
atención, haciéndose, en el expresado proyecto del Código Civil, las correcciones
que se han estimado pertinentes.
En conclusión, para sus autores, las reformas fundamentales que conte-
nía el nuevo Código fueron las siguientes:
a) La equiparación de la capacidad jurídica del hombre y la mujer, esta-
bleciéndose que ésta no quedaba sometida por razón de su sexo a restricción
legal alguna en la adquisición y ejercicio de sus derechos, en vista de la fuer-
za desarrollada que ha adquirido el movimiento feminista.
b) El otorgamiento a la clase desvalida o ignorante una protección efec-
tiva, graduándose las disposiciones inspiradas en la igualdad ante la ley y la
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voluntad como suprema ley de los contratos. Se comprendió que no todos


los hombres tratados desigualmente por la sociedad, en atención a su rique-
za, cultura, etcétera, pueden ser regidos invariablemente por la misma ley y,
por eso, se dispuso que cuando alguno, explotando la suma ignorancia, no-
toria inexperiencia o extrema miseria del otro, obtiene un lucro excesivo,
que sea evidentemente desproporcionado con lo que él por su parte se obli-
ga; el perjudicado tiene derecho de pedir la rescisión del contrato y, cuando
esto no sea posible, la reducción equitativa de su obligación.
C) La moderación del rigor del precepto donde se habla de que la igno-
rancia de las leyes debidamente promulgadas y publicadas no excusa su
cumplimiento, precepto que se apoya en una ficción legal constantemente
desmentida por la experiencia. Se facultó a los jueces para que, teniendo en
cuenta el notorio atraso de algunos individuos, su apartamiento de las vías
de comunicación y su miserable situación económica, pudieran eximirlos, de
acuerdo con el Misterio Público de las sanciones en que hubieran incurrido
por falta de cumplimiento de la ley que ignoraban o, de ser posible, conce-
derles un plazo para que la cumplieran, siempre que no se tratara de leyes
que pudieran afectar directamente el interés público y que no resultara un
perjuicio a tercero.
d) El reconocimiento de la personalidad moral de los sindicatos, asocia-
ciones profesionales y de las demás a las que se refiere la fracción XVI del
artículo 123 de la Constitución Federal, así como de las sociedades coopera-
tivas y mutualistas.
e) En cuanto a los hijos, la supresión de la odiosa diferencia entre los hi-
jos legítimos y los nacidos fuera del matrimonio, para que gocen de los mis-
mos derechos. Se ampliaron los casos de la investigación de la paternidad,
[...] porque los hijos tienen derecho de saber quiénes los trajeron a la vida y de
pedir que los autores de su existencia les proporcionen los medios de vivir; pero
se procuró que la investigación de la paternidad no constituyera una fuente de
escándalo y de explotación por parte de mujeres sin pudor que quisieran sacar
provecho de su prostitución [...l. Hay entre nosotros, sobre todo en las clases
populares, una manera peculiar de formar la familia: el concubinato. Hasta aho-
ra se habían quedado al margen de la ley los que en tal estado vivían, pero el
legislador no debe cerrar los ojos para no darse cuenta de un modo de ser muy
generalizado en algunas clases sociales, y por eso en el proyecto se reconoce que
produce algunos efectos jurídicos el concubinato, ya en bien de los hijos o en
favor de la concubina, que al mismo tiempo es madre y que ha vivido por mucho
tiempo con el jefe de la familia. Esos efectos se producían cuando ninguno de los
que viven en concubinato es casado, pues se quiso rendir homenaje al matrimo-
nio, pues la Comisión considera como la forma legal y moral de constituir la fa-
milia, y si se tratara del concubinato, es como se dijo antes, porque se encuentra
muy generalizado, hecho que el legislador no debe ignorar [...l.

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GÉNESIS DEL CÓDIGO C M L DE 1928 9

fl Al tratar de la propiedad, el nuevo Código se separó de la tendencia


individualista que campeaba en el Derecho Romano, en la Legislación Napo-
leónica y en gran parte de nuestro Código Civil vigente, aceptando la teoría
progresista, que considera el derecho de propiedad como el medio de cum-
plir una verdadera función social. Por tanto, no se consideró a la propiedad
como un derecho intangible y sagrado, sujeto en su ejercicio a la apreciación
individual del propietario, sino como un derecho mutable que debe modelar-
se sobre las necesidades sociales a las cuales está llamado a responder prefe-
rentemente. A este efecto y de acuerdo con los preceptos constitucionales
relativos, se impusieron algunas modalidades a la propiedad, tendientes a
que no quedara al arbitrio del propietario dejar improductiva su propiedad y
a que no se usara de su derecho con pejuicio de tercero o con detrimento de
los intereses generales.
g) Una de las innovaciones más importantes que contiene el nuevo Códi-
go es la Reglamentación de patrimonio de la familia, procurando no lastimar
intereses legítimos al constituir el patrimonio y se tuvo especial empeño en
dar facilidades a las familias pobres y uabajadoras para que pudieran adqui-
rir bienes raíces pertenecientes a los Gobiernos Federal y del Distrito Fede-
ral, a los municipios o que no estuvieren destinados al uso común o a un
servicio público, dejando a la autoridad administrativa en completa libertad
para que dictara todas las medidas que las circunstancias sugirieran. Se tenía
la esperanza de que la reglamentación propuesta produjera incalculables be-
neficios al país, pues, si el sistema se generalizaba, se lograría que la mayo-
ría de las familias mexicanas tuvieran una casa módicamente adquirida y
una pequeña parcela que les proporcionara lo necesario para vivir. De conso-
lidarse esa nobilísima institución, sin carga alguna para la nación, sin que-
brantamiento de la propiedad rural y sin despojos, se habrían puesto las
bases más sólidas de la tranquilidad doméstica, de la prosperidad agrícola y
de la paz orgánica.
h) También se modificó la legislación sobre propiedad intelectual, pues
no consideraba a ésta como un derecho perpetuo, sino como un privilegio
ilimitado de acuerdo con la tesis que establecía el artículo 28 de la Constitu-
ción Política. Se creyó que era justo que el autor o el inventor gozara de los
provechos que resultaran de su obra o de su invento; pero no que trasmitie-
ran esa propiedad a sus más remotos herederos, tanto porque la sociedad
estaba interesada en que las obras e inventos de positiva utilidad entraran al
dominio público, y también porque en tales obras e inventos se había apro-
vechado la experiencia de la humanidad y los conocimientos de los antece-
sores, por lo que no podía sostenerse que sea obra exclusiva del autor o del
inventor.
i) Por lo que toca a la sucesión legítima, el derecho de heredar se limitó
hasta el cuarto grado de la línea colateral, porque más allá de ese grado los
vínculos familiares son débiles y es una ficción verdaderamente infundada
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suponer que el autor de la herencia quiso dejar sus bienes a parientes remo-
tos, que quizá ni conoció.
j) En materia de obligaciones, era conveniente no dejar fuera de la ley
formas de obligarse que el progreso hubiera creado y que los códigos civiles
modernos y connotados publicistas hubieran definitivamente aceptado. De
gran trascendencia fue la adopción de la teoría del riesgo profesional, según
la cual el patrón responde de los accidentes que sufren sus obreros, indepen-
dientemente de toda culpa o negligencia de su parte, pues se considera el
accidente como una eventualidad de la empresa, de que tienen obligación de
responder los que reciben el beneficio de la misma.
k) El contrato de arrendamiento se modificó profundamente, haciendo
desaparecer todos aquellos imtantes privilegios establecidos en favor del
propietario, que tan dura hacen la situación del arrendatario, y;
1) El contrato de aparcería se reformó con objeto de armonizar los inte-
reses del propietario y del aparcero, asociándolos al éxito del cultivo.
Para efectos de este estudio realicé una comparación de los principales
cambios que se dieron entre el proyecto original y el Código que finalmente
entró en vigor, resultando lo siguiente: casi literal se reprodujeron 2297 ar-
tículos del proyecto, para finalmente, de los 3045 artículos y los 9 transitorios
que comprendía el proyecto, en el definitivo se publicaron 3044 artículos,
porque se fusionaron algunos y se crearon otros, de los cuales cambiaron
2212 y los restantes 832 quedaron igual. En cuanto los transitorios, Única-
mente cambiaron tres y, los seis restantes quedaron sin movimiento.

Una vez atendidas las observaciones, impugnaciones, estudios e innume-


rables cambios, la promulgación del Código Civil fue publicada en el Diario
Oficial de la Federación por el presidente Elías Calles; ésta constó de cinco
fases:
El 26 de mayo se publicó del artículo loal 722.
El 14 de julio del artículo 723 al 1280. Incluía el capítulo de Patrimo-
nio de la Familia y el Libro Segundo.
El 3 de agosto los artículos 1281 al 1791. Incluía el Libro Tercero.
El 31 de agosto los artículos 1792 al 3044 y nueve transitorios. In-
cluía el Libro Cuarto y;
Las aclaraciones y fe de erratas fueron enmendadas en las ediciones
que se publicaron los días 13 de junio y 21 de diciembre de 1928, en
el mismo Diario Oficial.
Es evidente, tal como se puede leer en los informes presidenciales de
Plutarco Elías Calles en el periodo de 1924 a 1928, la trascendencia del pro-
ceso en la elaboración del Código. En ellos señaló lo siguiente:
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GÉNESIS DEL CÓDIGO C M L DE 1928 11

[...] los puntos culminantes de las reformas que se pretendieron introducir al


Código Civil pudieron condensarse en esta forma: fijar un procedimiento más
eficaz para la publicación de las leyes; completarse la teoría de los estatutos; re-
conocer la personalidad jurídica de los sindicatos, asociaciones profesionales y
demás instituciones a que se refiere la fracción X del am'culo 123 de la Constitu-
ción, así como de las sociedades cooperativas y mutualistas; dar una nueva orga-
nización al Registro Civil, ponihdolo bajo la vigilancia del Ministerio Público;
organizar la familia de modo que la mujer quede en el mismo plano legal que el
hombre; borrar las odiosas diferencias entre las diversas clases de hijos naturales
y organizar el patrimonio de la familia sobre bases más amplias que las fijadas
por la Ley de Relaciones Familiares [...l.
Elías Calles comentaba que el Ejecutivo y la Secretaría de Gobernación,
por medio de la Comisión Técnica respectiva, habían trabajado sin descanso
en su propósito de reformar sobre bases novedosas y conforme a las orienta-
ciones de la época, toda la legislación. Reconoció que el anterior Código era
producto de las necesidades económicas y jurídicas de otros tiempos, cuando
dominaban la pequeña industria y un exagerado individualismo. En su opi-
nión, ese Código ya no era capaz de regir las nuevas necesidades y las rela-
ciones que, aunque de carácter privado, se hallaban fuertemente influidas
por las conquistas cotidianas del principio de solidaridad.

VI. VACATIO LEGlS Y ENTRADA EN VIGOR

El presidente Emilio Portes Gil, en su Informe de Gobierno del lode sep-


tiembre de 1929, dio a conocer eventos importantes respecto a las facultades
extraordinarias que el Ejecutivo solicitó y, que se le concedieron para la ex-
pedición entre otros, del Código de Procedimientos Civiles, mismas que termi-
naron el 8 de octubre de 1929.
Cabe señalar que el maestro Joel Jiménez García refiere una edición ofi-
cial del Código, cuyo primer transitorio indica que entrada en vigor el 31 de
agosto de 1928, con la intención de que entrara en vigor de inmediato, lo
que a la postre no sucedió. En una versión original del Código que poseo,
publicada por los Talleres Gráficos de la Nación de la Secretaría de Goberna-
ción en 1928, reza a la letra en su primer transitorio "Este Cddigo entrará en
vigor en la fecha quefije el Ejecutivo [...]". Otra edición de Herrero Hermanos
Sucesores transcribe el artículo igualmente, pero contiene una nota del edi-
tor que indica que, al momento de acabar la impresión de la misma, no se
tuvo clara la fecha en que comenzaría a regir, pero que se tenía noticias de
que tal fecha estaba prevista para el lode enero de 1929, al mismo tiempo
con un nuevo Código de Procedimientos Civiles en concordancia. Dicho ar-
ticulo ha sido cotejado con la publicación en el Diario Oficial, que coincide
con el segundo de los casos mencionados.

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Esta demora frustró a los miembros de la Comisión. En 1931 García Té-


llez declaró lo siguiente:
Tres años va a cumplir el Código de estar sufriendo la espera de su vigencia. No
fue suficiente su triunfo conquistado en buena lid intelectual, ni la eliminación
de importantes reformas que no lograron salvarse; aún es muy poderosa la co-
mente conservadora que se opone a su vigencia y gran parte de la dificultosa
gestación del nuevo Código de Procedimientos Civiles a ello obedece, ya que
bien comprenden que mientras éste no se concluya aquél no podrá ponerse en
vigor [...l.
En conclusión, el Código se demoró más de cuatro años; dicho retraso
obedeció al deseo de conciliar todos los intereses en pugna y que la pobla-
ción tuviera el tiempo suficiente de asimilar la trascendental legislación.
Además de lo ya comentado, respecto a buscar homologarlos con el Código
de Procedimientos Civiles.
En el mes de julio de 1932, se hizo del conocimiento lo que se cita a con-
tinuación:
Cuatro nuevos códigos van a entrar en vigor
El presidente de la República tiene que expedirlos antes del 1 de agosto.
Según se sirvió informarnos ayer el Secretario de Gobernación, licenciado
Mendoza González, durante los primeros días del mes de agosto próximo debe-
rán ser expedidos, para entrar en vigor, desde luego, los nuevos Códigos que el
Ejecutivo Federal ha venido estudiando desde hace tiempo.
Conforme a las facultades extraordinarias que en materia de Códigos tiene
otorgadas el Presidente de la República, necesariamente deberá expedir los que
estime convenientes, precisamente antes del 31 de agosto próximo.
Los nuevos códigos empezarán a regir el 1 de octubre
En uso de las facultades que le concedió el Congreso de la Unión por Decreto
del 1 de diciembre del año pasado, el Ciudadano Presidente de la República ha
expedido y hoy se promulgará el Código de Procedimientos Civiles para el Distri-
to Territorios Federales que comenzará a regir el 1 de octubre del año en curso.
En la misma fecha entrará en vigor el Código Civil promulgado el 30 de agos-
to de 1928, según lo establece el decreto especial expedido por el primer Magis-
trado en ejercicio de la facultad que le concede el Artículo 1 transitorio de este
último ordenamiento.
La vigencia de los nuevos Códigos Civil y de Procedimientos Civiles no impli-
ca por ahora, reforma alguna a la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero co-
mún en el Distrito y Territorios Federales.
Los nuevos códigos regirán desde mañana
Los deseos del Ejecutivo son que los Códigos entren en vigor el 1 de octubre.
Tiene la satisfacción que le corresponde de haber redondeado una obra y asume
la responsabilidad técnica y política de la misma. Se ha luchado tantos años con-
tra los intereses que no quieren que entren en vigor, solo desea que los señores
diputados no sean un obstáculo.
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GÉNESIS DEL CÓDIGO C M L DE 1928 13

Finalmente, en el Diario Oficial de la Federación, el lode septiembre de


1932, se publicó el decreto por el cual se previno que el Código Civil del 30
de agosto de 1928 comenzaría a regir el lode octubre de 1932, ya como
presidente Pascual Ortiz Rubio, en uso de la facultad que le confirió el ar-
ticulo primero transitorio del Código Civil para el Distrito y Territorios Federa-
les en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, en
comunión con las que el Congreso le otorgó.

VII. ÁMBITO FEDERAL Y LOCAL

Desde 1932 hasta el 23 de diciembre de 1934, el Código tuvo una com-


petencia triple, local para el Distrito Federal, federal para los asuntos que así
lo ameritaban y el que se aplicaba en los Territorios Federales. Después de
esa fecha, al desaparecer estos últimos, su competencia se limitó a los ámbi-
tos local y federal hasta el 25 de mayo de 2000, donde se separaron. Valga
la expresión, se escindió en dos normas diferentes. Una, con prevalencia en
el Distrito Federal, llamada Código Civil para el Distrito Federal y otra en toda
la República, denominada Código Civil Federal: Por la modificación en la na-
turaleza y estructura del Distrito Federal, se dio pie a la adopción del Código
como una norma enteramente local y se dejó vivo el otro dispositivo para
cuestiones federales, dejando en entre dicho la aplicabilidad de algunas de
sus disposiciones.

VIII. INCONSTITUCIONALIDAD

No pasa inadvertida la polémica que en su momento generó la probable


inconstitucionalidad de las facultades que le dieron al Ejecutivo para expedir
el Código en estudio.
Sirve de apoyo para lo anterior, la tesis de1,Tribunal Supremo en la juris-
prudencia, P. /J. 12/93, Gaceta Suprema Corte de Justicia, octava época, ple-
no, 71, noviembre 1993, pág. 10, cuyo rubro y texto se citan a continuación:
CÓDIGO CMLPARA EL DISTRITOFEDERAL EN MATERIA COMÚN Y PARA TODA LA REPÚBLI-
CA EN MATERIA FEDERAL. SU EXPEDICI~NPOR EL PRESIDENTE DE LA REP~BLICAEN EJERCICIO
DE FACULTADES EXTRAORDINARIAS ES coNs-r~~ucIoNAL.-Laexpedición por el Presidente
de la República, en uso de facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso de
la Unión, del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la
República en Materia Federal, no vulnera el principio de división de poderes, pues
según ha interpretado esta Suprema Corte, la prohibición contenida en el texto ori-
ginal del artículo 49 entonces vigente, de que se reunieran dos o más poderes en
una sola persona o corporación, impedía que uno fuera absorbido orgánicamente
por el otro y desapareciera de la estructura del poder, pero no que el Congreso de la
Unión transfiriera al Ejecutivo Federal ciertas facultades legislativas como un acto de
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14 CONMEMORACI~NDE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGO C M L

colaboración entre dos poderes dirigido a salvaguardar la marcha normal y regular


de la vida en sociedad; fue hasta el año de mil novecientos treinta y ocho en que se
adicionó un párrafo final a dicho precepto, cuando se tomó ilegítima esta práctica
inveterada surgida en el siglo pasado, porque el Constituyente dispuso que no po-
drían delegarse en el Ejecutivo Federal facultades para legislar en casos distintos del
de suspensión de garantías individuales, al cual se agregó en el año de mil novecien-
tos cincuenta y uno el relativo al artículo 131 de la misma Ley Suprema.
Se llegó a lo arriba citado, por medio de las resoluciones siguientes:
Amparo en revisión 6967/87. Claudio Ignacio Andrade Torres. 2 de ju-
nio de 1988. Unanimidad de diecinueve votos. Ponente: Francisco H.
Pavón Vasconcelos. Secretaria: Mana Eugenia Martínez Cardiel.
Amparo directo en revisión 390/89. Jesús Lazcano Ramos. 1 2 de sep-
tiembre de 1990. Unanimidad de diecinueve votos. Ponente: Juan Díaz
Romero. Secretario: José Luis Rodnguez Santillán.
Amparo directo en revisión 2540/89. Graciela Limón de Torres. 23 de
enero de 1991. Unanimidad de dieciocho votos. Ponente: Ulises Schrnill
Ordóñez. Secretaria: Martha Moyao Núñez.
Amparo directo en revisión 3887/90. Martha Guadalupe Avalos Viuda
de Rocha. 1 9 de junio de 1991. Unanimidad de diecinueve votos. Po-
nente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Adriana Campuzano de Ortiz.
Definiéndose con la resolución del Amparo directo en revisión 713/92,
de 9 de septiembre de 1993 interpuesto por Tonatiuh Rodríguez Vega y re-
suelto por unanimidad de veinte votos, se cita lo conducente:
TERCERO. La recurrente manifiesta en sus agravios que el criterio sostenido por el
Tribunal Colegiado de Circuito sobre la constitucionalidad del Cddigo Civil para el
Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, se
aparta de lo dispuesto en los artículos 1 o., 14, 16, 103, 107 y 133 de la Ley Funda-
mental, en relación con el numeral 49 del propio ordenamiento, toda vez que
este último precepto, ni en su texto original ni en sus reformas, ha dispuesto
que el Congreso de la Unión pueda delegar sus facultades legislativas en favor
del Ejecutivo Federal.
Que, en este sentido, la expedición del código citado por el presidente de la
República supone la reunión en un solo individuo de dos de los Poderes Supre-
mos de la Unión, sin que pueda aducirse en contra de esta consideración, que se
trata de un acto de colaboración del Ejecutivo con el Legislativo o de una cos-
tumbre, pues ninguna de tales circunstancias bastarían para remediar el vicio de
inconstitucionalidad apuntado [...]
Resultan infundados tales agravios, pues este Tribunal Pleno coincide con el
criterio sustentado en la sentencia recurrida, por las razones que en la misma se
exponen [...]
[...] se ha sostenido, en esencia, que la constitucionalidad de la expedición
del código de mérito no ha de examinarse a la luz del texto actual del artícu-
lo 49 constitucional, que efectivamente prohibe la delegación de facultades
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~ h v e s DEL
1 ~ CÓDIGO CML DE 1928 15

legislativas del Congreso de la Unión en favor del presidente de la República


en casos distintos de los previstos en los artículos 29 y 131 constitucionales,
sino del texto original del citado precepto, vigente en el año de mil novecien-
tos veintiocho, el cual sólo prohibía la fusión orgánica de dos o más poderes
en una sola persona o corporación, de modo que alguno de ellos desapareae-
ra de la estructura del poder, pero no la transferencia de ciertas facultades de
tipo legislativo en determinada materia o ramo, tales como las que se conce-
dieron al presidente de la República a través de los decretos de delegación
cuestionados en la especie.
Esta conclusión se ha apoyado, como se señala en la sentencia recumda, en
los diversos criterios sentados por este Alto Tribunal en las tesis citadas por el a
quo, las que resultan exactamente aplicables al caso pues se formularon precisa-
mente al analizarse los decretos por los cuales se concedieron facultades extraordi-
narias para legislar al Ejecutivo Federal, y en las siguientes que por su interés se
transcriben a continuación:
FACULTADESEXTRAORDINARIAS.Las facultades extraordinarias que concede el
Poder Legislativo al jefe del Ejecutivo para legislar limitativamente y en determi-
nado ramo, no son anticonstituaonales, porque esta delegación se considera
como una cooperación o auxilio de un poder a otro, y no como una abdicación
de sus funciones, de parte del Poder Legislativo.*
FACULTADESEXTRAORDINARIAS AL memo. La delegación de facultades de un
poder a otro, o sea el Legislativo al Ejecutivo, no es anticonstitucional, de acuer-
do con la jurisprudencia de la Corte, porque no significa más que una coopera-
ción del Poder Ejecutivo al Legislativo, máxime si esa facultad se da durante el
periodo de sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados y, por tanto, no signi-
fica que se haga abandono total de las funciones legislativas, en otro poder.2
FACULTADESEXTRAORDINARIAS. Las facultades para legislar en determinado
ramo, otorgadas al Ejecutivo, no son contrarias a la separación de poderes esta-
blecida por la Constitución, pues tal hecho no puede interpretarse como la reu-
nión de dos poderes en uno, ya que no pasan al Ejecutivo todas las atribuciones
del Legislativo, y sólo es una cooperación o auxilio de un poder a otr0.3
En este orden de ideas, carece de razón la quejosa al afirmar que la transfe-
rencia de ciertas facultades legislativas de un poder a otro contrariaba el texto
original del artículo 49 constitucional, pues de lo anterior SE DESPRENDE QUE D1-
CHO ACTO ERA L E G ~ M Oporque el Constituyente de 1917 no tuvo el propósito de
prohibir esta práctica inveterada desarrollada en el siglo pasado, por virtud de la
cual un poder colaboraba con otro para salvaguardar la marcha normal y regular
de la vida en sociedad, como sí ocumó en cambio a partir de la reforma a dicho
precepto producida por el Constituyente Permanente en el año de mil novecien-
tos treinta y ocho a la que se refiere el Tribunal Colegiado de Circuito en la reso-
lución que se revisa.

1 Semanano Judicial de la Federación, Quinta Época, t. V, p. 489.


2 Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, t. XLVII, p. 5139.
3 Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, t. LV, p. 1725.
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Para concluir, es claro que nuestro Código requiere una revisión profun-
da, no tanto por sus omisiones o yerros, sino porque la realidad ha cambiado
demasiado en todos estos años. Hablamos de casi todo el siglo XX, el de las
grandes transformaciones. Esa tarea es un pendiente más para los legislado-
res. Esperamos que, cuando decidan acometerla con seriedad, estén a la al-
tura de los miembros de la Comisión Redactora del Código de 1932, que en
condiciones adversas, sin la tecnología y el acceso a la información que hoy
gozamos, produjeron no sólo leyes, sino Derecho vivo, eficaz, útil hasta la ac-
tualidad. Parafraseando a don Daniel Cosío Villegas, eran verdaderos gigantes.

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E l Instrumento Notarial
Miguel Ángel Beltran Lara

SUMARIO:1. Introducción. 11. La Actividad Notarial. 111. Concepto de Instrumento No-


tarial. N.Características del Instrumento Notarial. V. Clasificación del Instrumento
Notarial. Vi. Requisitos de las Escrituras. VII. Requisitos de las Actas. ViII. Autonza-
ción, Conservación y Reproducción del Instrumento Notarial. M. Valor, Eficacia y Nu-
lidad del Instrumento Notarial.

El presente estudio tiene por objeto analizar' la razón de ser, las caracte-
rísticas fundamentales y la finalidad del instrumento notarial, también cono-
cido en términos generales como: "escritura públican.
Para ello haré referencia a la actividad notarial, a su importancia y a sus
notas fundamentales pues considero que no podemos hablar del producto
final del quehacer notarial (el Instrumento o la escritura) si no sé hace refe-
rencia a la actividad de su autor, esto es, a las características de la función
del Notario.
Una vez analizado lo anterior, estaremos en posibilidad de proponer un
concepto del instrumento notarial, para posteriormente exponer sus caracte-
rísticas, su clasificación y sus requisitos, tanto de forma como de fondo.
Será entonces cuando se hará referencia a otros aspectos fundamentales
del instrumento notarial, tales como las maneras en que el Notario, en ejer-
cicio de sus funciones autoriza la escritura.
Fundamental resulta también hablar acerca de la conservación del ins-
trumento notarial, característica sin la cual no estaríamos en posibilidad de
hablar de la seguridad jurídica que se obtiene al consignar un hecho o un
acto jurídico ante un Notario.
Se hará referencia al valor y eficacia del instrumento notarial; quizá ésta
es la razón de ser del mismo. Todas las referencias que se hacen acerca del
instrumento notarial carecerían de valor si no se logra que la escritura sea
prueba plena, sea un documento auténtico, válido y que perdure por siempre.
Por último, es necesario adentramos en aquellas circunstancias que pro-
vocan la nulidad del instrumento notarial.

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Cabe señalar que a lo largo del presente trabajo, cuando se mencione el


número de un artículo sin indicar a que ordenamiento corresponde, se refie-
re a la Ley del Notariado para el Distrito Federal publicada en la Gaceta Ofi-
cial el 28 de marzo del año 2000.

II. LA ACTIVIDAD NOTARIAL

Desde que los simios prehistóricos perfeccionaron sus instintos para con-
vertirlos en capacidad de razonar o bien (según las creencias de cada quien),
desde que la Divinidad, en un acto de gracia decidió que una criatura gozara
de libre albedrío, los hombres han tenido la necesidad de dejar constancia
clara, indubitable, fehaciente de sus actividades. Ahí están las pinturas m-
pestres que datan de hace miles de años. Poco a poco, así como todas las
actividades humanas fueron perfeccionándose, también evolucionó lo relati-
vo a dejar constancia de lo sucedido.
Quizá la referencia más antigua que se tienen de un funcionario pareci-
do a lo que hoy conocemos como Notario, data de 2600 años antes de Cris-
to, en Egipto, con la figura del Escriba.
En la época clásica de Roma existió un funcionario denominado scriba
que era una especie de secretario de actas, en la Monarquía romana se co-
menzó a utilizar el término notarius para identificar a una persona que ano-
taba, que dejaba constancia de los hechos; notarius viene de "nota" que
significa anotación.
En Bizancio al sujeto encargado de redactar documentos se le llamó tu-
bellio, palabra que deriva de tabellia que era una tablilla para escribir en co-
micios o tribunales.
Poco a poco la figura del notario que surgió como un amanuense se
transformó en la figura del notario jurista. A lo largo del tiempo el notario si
bien seguía siendo un redactor también fue un jurista que asesora y orienta-
ba a los particulares.
Actualmente solo los abogados pueden ser notarios, así, la Ley del Nota-
riado para el Distrito Federal en su artículo 42 define al Notario como:
[...] Es el profesional del Derecho investido de fe pública por el Estado, y que
tiene a su cargo recibir, interpretar, redactar y dar forma legal a la voluntad de
las personas que ante él acuden, y conferir autenticidad y certeza jurídicas a los
actos y hechos pasados ante su fe, mediante la consignación de los mismos en
instrumentos públicos de su autona [...]
Por su parte el artículo 26 establece:
Artículo 26.-La función autenticadora es la facultad otorgada por la Ley al
Notario para que reconozca como cierto lo que éste asiente en las actas o escri-
turas públicas que redacte, salvo prueba en contrario.
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INSTRUMENTONOTARIAL 19

La función autenticadora deberá ejercerla de manera personal y en todas sus


actuaciones de asesona, instrumentación y juicio, conducirse conforme a la pm-
dencia jurídica e imparcialmente.
La función Notarial es el conjunto de actividades que el Notario realiza con-
forme a las disposiciones de esta Ley, para garantizar el buen desempeño y la
seguridad jurídica en el ejercicio de dicha función autenticadora. Posee una na-
turaleza compleja: es pública en cuanto proviene de los poderes del Estado y de
la Ley, que obran en reconocimientopúblico de la actividad profesional de Nota-
rio y de la documentación notarial al servicio de la sociedad. De otra parte, es
autónoma y libre, para el Notario que la ejerce, actuando con fe pública.
La lectura de los artículos anteriores nos sugiere los siguientes comen-
tarios:
En México, la figura del Notario está inrnersa dentro de lo que se conoce
como Notariado Latino, esto implica que el Notario es, antes que nada un
perito en Derecho, un conocedor de la ciencia jurídica, que sin ser autoridad,
tiene como finalidad dar valor, autenticidad y certeza jurídicas a los hechos
y actos pasados ante él. El Notario no es un simple cronista, no es simple-
mente un testigo de calidad.
Para que el Notario pueda brindar seguridad jurídica a las personas que
ante él acuden, requiere desempeñar las siguientes actividades:
1. ESCUCHAR AL SOLICITANTE.El cliente acude ante el Notario porque tiene
una necesidad específica, un asunto que usualmente le apremia, le agobia o
bien implica una posibilidad de mejorar su calidad de vida, puede tratarse
del inicio del trámite sucesorio tras la muerte de un ser cercano y querido, del
otorgamiento de un testamento o bien de la compra de una casa o de la
constitución de una empresa, lo que implica el iniciar un nuevo negocio. El
asunto que el cliente plantea al Notario es para aquel de vital importan-
cia, por ello el Notario deber poner toda su atención en lo que el cliente le
expone.
11. INTERPRETAR LA VOLUNTAD. Debemos tomar en cuenta que no siempre
las personas que acuden ante el Notario son abogados o tienen conocimiento
de las leyes, en consecuencia, existe la posibilidad de que lo que expresen no
necesariamente coincida exactamente con lo que en realidad desean, a tra-
vés de la entrevista con sus clientes, el Notario debe descubrir cuáles son sus
deseos y el modo de satisfacerlos, pongamos un ejemplo: Comparece ante
Notario una persona que manifiesta que desea "escriturar su casa para su
hijo"; el Notario deberá escuchar a esa persona y descubrir si se trata de una
compraventa, de una donación, de la fonnalización, de un acto celebrado con
anterioridad, o incluso del otorgamiento de un poder o de un testamento.
111. ACONSEJAR. Para resolver el asunto planteado, es probable que exis-
tan varias soluciones, las cuales pueden llevar distintos plazos, costos, venta-

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jas y desventajas, el Notario, en atención al caso concreto, deberá aconsejar


a su cliente acerca de cual es la mejor manera de ayudarle.
IV. PREPARAEL INSTRUMENTO. Una vez que se ha determinado cuál es la
mejor solución para el caso planteado, el Notario deberá preparar la escritura,
para ello recabará del interesado los documentos necesarios para elaborar el
instrumento. De igual manera tramitará d e las instituciones correspondien-
tes las constancias, certificados, permisos, avalúos, licencias, autorizaciones,
dictámenes necesarios para que el documento pueda surtir debidamente sus
efectos.
V. REDACTA EL INSTRUMENTO. El instrumento es autona del Notario, al re-
dactarlo, el Notario plasma su conocimiento jurídico, y su habilidad para
expresarse, para ello deberá tomar e n cuenta lo que disponen los artículos 3 O
y 7O:
Artículo 3.-En el Distrito Federal, corresponde al Notariado el ejercicio de la
función notarial, de conformidad con el am'culo 122 de la Constitución.
El Notariado es una garantía institucional que la Constitución establece para
la Ciudad de México, a través de la reserva y determinación de facultades de la
Asamblea y es tarea de ésta regularla y efectuar sobre ella una supervisión legis-
lativa por medio de su Comisión de Notariado.
El Notariado como garantía institucional consiste en el sistema que, en el
marco del Notariado Latino, esta ley organiza la función del Notario como un
tipo de ejercicio profesional del Derecho y establece las condiciones necesarias
para su correcto ejercicio imparcial, calificado, colegiado y libre, en términos de
Ley.
Su imparcialidad y probidad debe extenderse a todos los actos en los que in-
tervenga de acuerdo con ésta y con otras leyes.
Am'culo 7.-Esta Ley establece como principios regulatorios e interpretativos
de la función y documentación notarial:
1. El de la conservación jurídica de fondo y forma del instrumento notarial y
de su efecto adecuado;
11. El de la conservación del instrumento notarial y de la matricidad en todo
tiempo del mismo;
111. El de la concepción del Notariado como Garantía Institucional;
IV. Estar al servicio del bien y la paz jurídicos de la Ciudad y del respeto y
cumplimiento del Derecho;
V. El ejercicio de la actividad notarial, en la justa medida en que se requiera
por los prestatarios del servicio, obrando con estricto apego a la legalidad aplica-
ble al caso concreto, de manera imparcial preventiva, voluntaria y auxiliar de la
administración de justicia, respecto de asuntos que no haya contienda.
El Notario debe prestar su función más allá del interés del solicitante del servi-
cio notarial, lo que implica cumplir sus procedimientos de asesoría notarial y de
conformación del instrumento notarial, en estricto apego a la norma y de mane-
ra imparcial; debe aconsejar a cada una de las partes o solicitantes del servicio
sin descuidar
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Nacional interesesdede la contraparte, en lo justo del caso de que se trate.
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INSTRUMENTO NOTARIAL 21

VI. El del cuidado del carácter de orden público de la función y su documen-


tación en virtud del otorgamiento de la cualidad para dar fe, por el Jefe de Go-
bierno, a su actividad como Notario por la expedición de la patente respectiva,
previos exámenes que merezcan tal reconocimiento público y social por acredita
el saber prudencial y la práctica suficientes para dicha función, con la conse-
cuente pertenencia al Colegio y la Coadyuvancia de éste a las funciones discipli-
narias de vigilancia y sanción por parte de las autoridades, la continuación del
archivo del Notario por el Archivo y la calificación y registro de los documentos
públicos reconocidos por esta Ley por el Registro Público, tratándose de actos
inscribibles.
De la lectura de dichos preceptos se desprende que la función notarial
no consiste únicamente en certificar o dar fe de determinados hechos o ac-
tos, sino que el notariado es una Institución que tiene como finalidad el pro-
teger, asegurar, dar seguridad y eficacia jurídica a las personas que acuden
al Notario. El Notariado es un Instrumento para lograr la certeza jurídica,
aspecto que desde luego contribuye a fortalecer el Estado de Derecho, no es
ni puede ser una Institución elitista ni al s e ~ c i de o unos cuantos, lo ante-
rior se desprende de la lectura del artículo 12:
Artículo 12.-Toda persona tiene Derecho, en términos de esta Ley, al seM-
cio profesional del Notario. El Notario está obligado a prestar sus s e ~ c i opro-
s
fesionales, cuando para ello fuere requerido por las autoridades, por los
particulares o en cumplimiento de resoluciones judiciales, siempre y cuando no
exista impedimento legal para realizar el documento notarial solicitado, salvo las
causas de excusa a que se refieren los artículos 43 y 44 de esta ley. En los pro-
gramas especiales previstos por esta ley participarán todos los Notarios.
El Notario es un perito en Derecho, pues para llegar a serlo requiere ob-
tener previamente a su patente, el título de Licenciado en Derecho, además,
el Notario es un profesionista independiente que conforme al artículo 13 de
la Ley del Notariado para el Distrito Federal, ejerce su función sin someti-
miento al erario y sin sueldo o iguala del Gobierno o de entidades públicas o
privada, ni favoritismo alguno.
Lo anterior garantiza que el Notario en el ejercicio de sus funciones des-
empeñará su actividad de manera autónoma y libre, aplicando la ley con
sabiduría, prudencia, imparcialidad y equidad, todo ello se plasma en la ela-
boración del instrumento; es decir, el quehacer notarial encuentra su razón
de ser en la obra final del Notario: el instrumento.
Cabe señalar que si bien en el Distrito Federal se tiene que pasar por un
procedimiento sumamente riguroso para obtener la patente de Notario, con
el fin de garantizar que los abogados y abogadas que acceden al Notariado
cuenten con los conocimientos teóricos y prácticos suficientes para ser Nota-
rios y responder a las necesidades y requerimientos de la sociedad, la propia
ley establece una vigilancia severa y un rbgimen de sanciones para aquel
Notario que no desempeñe digna y legalmente sus funciones, con ello garan-
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tiza no sólo que los Notarios sean personas preparadas sino que desempeñen
su cargo como es debido y que por lo tanto sus instrumentos sean claros y
eficaces.

111. CONCEPTO DE INSTRUMENTO NOTARIAL

El Notario y catedrático Bernardo Pérez Fernández del Castillo, con gran


claridad ha expresado lo siguiente:
El término instrumento proviene del latín instruere que significa instruir, enseñar,
dar constancia, y se refiere a todo aquello que sirve para conocer o fijar un acon-
tecimiento. Se denomina monumentos a los instrumentos expresados en imáge-
nes, como estatuas, películas, fotografias e inclusive, las cintas magnetofónicas.
Cuando el instrumento consiste en signos escritos se llama documento. Así el
género es el instrumento y la especie, el monumento y documento.1
A su vez, los documentos pueden clasificarse en públicos o privados, ya
sea que emanen de una persona investida de la fe pública o de un particular.
El Código Federal de Procedimientos Civiles en su am'culo 129 nos seña-
la qué debemos entender por documento público:
Artículo 129.-Son documentos públicos, aquellos cuya formación está enco-
mendada por la Ley, dentro de los límites de su competencia, a un funcionario
público revestido de la fe pública y los expedidos por funcionarios públicos, en el
ejercicio de sus funciones.
La calidad de públicos se demuestra por la existencia regular, sobre los docu-
mentos, de los sellos, firmas u otros signos exteriores que, en su caso, prevengan
las leyes.
El instrumento público se llama así porque el poder público garantiza su
autenticidad, su autorización proviene directamente del poder público.
Tomando en cuenta lo anterior, podríamos decir que en sentido amplio
el Instrumento notarial es todo documento cuya autoría se puede atribuir a
un Notario, concretamente podemos afirmar que Instrumento notarial es
aquel documento público autorizado o expedido con arreglo a las leyes por
un Notario y que tiene carácter de fehaciente.
Continuando con el estudio del Instrumento notarial es importante ha-
cer referencia a los elementos necesarios para la su elaboración, estos son el
sello de autorizar y el protocolo.
El artículo 69, se refiere al sello de autorizar en los siguientes términos:
Artículo 69.-E1 sello del Notario es el medio por el cual este ejerce su facul-
tad fedataria con la impresión del símbolo del Estado en los documentos que

Bernardo, Derecho Notarial 6a. ed., Poda, México,


DEL CASTILLO,
PÉREZ F E R N ~ D E Z
1993,p. 81.
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autorice. Cada sello será metálico, tendrá forma circular con un diámetro de
cuatro centímetros, reproducirá en el centro el escudo nacional y deberá tener
escrito alrededor de éste, la inscripción "Distrito Federal, Méxicon, el nombre y
apellido del Notario y su número dentro de los de la Entidad. El número de la
notaría deberá grabarse con guarismos y el nombre y apellidos del Notario po-
' drán abreviarse. El sello podrá incluir un signo.
El sello expresa el poder autentificador del Notario y lo público de su funa6n.
El hecho de que el sello de autorizar ostente el escudo nacional implica
que el Notario actúa y desempeña una función pública. El sello debe impri-
mirse cada vez que el Notario autorice y reproduzca un instrumento y en
caso contrario se produce la nulidad del mismo.
En caso de pérdida o alteración del sello el Notario deberá avisar al Go-
bierno del Distrito Federal y levantar acta ante el Ministerio Público a efecto
de tramitar a su costa la reposición del mismo.
Por lo que hace al protocolo este es el elemento material en donde el
Notario actúa como tal, en donde plasma sus instrumentos, la ley lo define
de la siguiente manera:
[...] Artículo 76.-Protocolo es el conjunto de libros formados por folios nu-
merados y sellados en los que el Notario, observando las formalidades que esta-
blece la presente Ley, asienta y autoriza las escrituras y actas que se otorgan
ante su fe, con sus respectivos apéndices; así como por los libros de registro de
cotejos con sus apéndices [...]
Los folios están numerados progresivamente y en ese orden deben ser
utilizados. Es importante señalar que todos los hechos y actos que autoriza
el Notario deben constar en el protocolo.
Podemos concluir que los elementos notariales, el sello y el protocolo,
resultan esenciales para la actuación del Notario, es decir, el Notario no po-
drá elaborar instrumento alguno sin que conste en el protocolo, en ese caso,
dicho documento no sería un Instrumento notarial y como, se ha menciona-
do, si no se imprime el sello de autorizar, el instrumento carecerá de validez.
Por otro lado, la Ley del Notariado para el Distrito Federal, establece
una serie de rigurosos controles y medidas que el Notario debe observar
para garantizar la seguridad del protocolo y de los instrumentos que se
asienten en el mismo, tales como: el hecho de que es el Colegio de Notarios
del Distrito Federal, Asociación Civil, quien provee a cada Notario y a co-a
de éste de los folios que se requieran; el protocolo debe permanecer siempre
en la notaría, salvo los casos expresamente permitidos por la ley o cuando el
Notario recabe firmas fuera de ella, si alguna autoridad competente ordena
la inspección del protocolo o de un instrumento, el acto sólo se podrá efec-
tuar en la misma oficina del Notario y en presencia de éste.
De acuerdo, Lon la Ley vigente en el Distrito Federal, el protocolo es
abierto, lo cual quiere decir que los folios que lo forman no son previamente
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encuadernados, sino que una vez utilizados se encuadernarán en libros que


se integran por doscientos folios cada uno. Al iniciar la formación de una
decena de libros, el Notario hará constar la fecha en que se inician, el núme-
ro que le corresponda y deberá dar aviso de ello a la Dirección General Jurí-
dica y de Estudios Legislativos del Distrito Federal. Así mismo, dentro de los
35 días hábiles siguientes a la integración de una decena de libros, el Nota-
rio deberá asentar una razón indicando la fecha del asiento, el número de
folios utilizados e inutilizados, la cantidad de los instrumentos asentados y
de ellos, los autorizados y los pendientes de autorizar, poniendo al calce de
la misma su firma y sello, la decena de libros deberá ser enviada al Archivo
General de Notarías, quien certificará la exactitud de la mencionada razón y
devolverá los libros al Notario, debiendo este último guardar los libros du-
rante cinco años, contados a partir de la certificación y a la expiración de
dicho término, los entregará al Archivo General de Notarías junto con sus
apéndices (anexos) para su guarda definitiva.
Desde luego que el Notario es responsable de la conservación y resguar-
do de los folios y libros que integren su protocolo.
Otro elemento fundamental para la actuación Notarial, es la firma del
Notario, este rasgo escrito y personal debe registrarse en unión del sello ante
las autoridades competentes del Distrito Federal, antes de que el fedatario
inicie sus funciones como tal y sirve para autorizar los instrumentos.

IV. CARACTER~STICASDEL INSTRUMENTO NOTARIAL

A continuación se señalarán y comentarán las características más impor-


tantes del instrumento notarial:
a) Es un documento público. En el apartado anterior se transcribió el
artículo 129 del Código Federal de Procedimientos Civiles, el cual establece
qué debemos entender por Documento Público.
Por su parte, el artículo 327 del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal., enumera de forma casuística a los documentos públicos
y en su fracción 1 se refiere a los testimonios de las escrituras públicas otor-
gadas con arreglo a derecho y las escrituras originales mismas.
b) Es un título ejecutivo, es decir, trae aparejada ejecución; el artículo
443 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, establece
que para que el juicio ejecutivo tenga lugar se necesita un título que lleve
aparejada ejecución y señala en su fracción 1 que la primera copia de una
escritura pública expedida por el Notario ante quien se otorgó es un título
ejecutivo.
C) Debe estar redactado conforme a las leyes, esto en virtud de que el
Notario debe realizar la función notarial apegándose a las disposiciones de
la Ley del Notariado para el Distrito Federal, tal y como lo establece el ar-
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tículo 26 de dicha ley, y toda vez que el Notario es el profesional del derecho
investido de fe pública por el Estado, y que tiene a su cargo recibir, interpre-
tar, redactar y dar forma legal a la voluntad de la personas que ante él acu-
den, y conferir autenticidad y certeza jurídicas a los actos y hechos pasados
ante su fe, mediante la consignación de los mismos en instrumentos públicos
de su auditoría.
d) Es formal, ya que su eficacia dependerá del cumplimiento de los re-
quisitos de forma establecidos en las leyes para su autorización.
e) Es autorizado por el Notario, está circunstancia identifica los instru-
mentos públicos como documentos notariales y los distingue de las otras cla-
ses de documentos públicos, los documentos notariales brindan seguridad
jurídica ya que el Notario deberá de ejercer su función mediante la fe públi-
ca que el Estado le otorga de manera imparcial, calificada, colegiada, libre,
en términos de ley y honrada, sólo podrá ejercerla en el ámbito del territorio
de la entidad a la que pertenezca, y sólo será competente, para otorgar aque-
llos actos o hechos que no corresponda en exclusiva hacerlo a algún servidor
público.
fl Tiene carácter de fehaciente, pues los documentos públicos pasados
ante el Notario gozan de fe pública, presurniéndose su contenido veraz e ín-
tegro, tal y como lo establece el artículo 26 de la citada Ley del Notariado, al
conceptualizar la función autenticadora del Notario como la facultad que
otorga la ley para que se reconozca como cierto lo que éste asiente en las
actas o escrituras públicas que redacte.
g) Son fuente o matriz en los que se hacen constar las relaciones jurídi-
cas constituidas por los interesados, bajo la fe notarial, mismos que deben
ser conservados por el Notario hasta su guarda definitiva en el Archivo Ge-
neral de Notarías.

V. CLASIFICACION DEL INSTRUMENTO NOTARIAL

Los instrumentos que el Notario asienta y autoriza en su protocolo se


clasifican en escrituras y actas.
La clasificación anterior se hace atendiendo al contenido del instrumen-
to; si en el instrumento se hace constar un hecho, estaremos frente a un
acta, por el contrario si en el documento consta un acto jurídico, se tratará
de una escritura.
Recordemos que conforme a la teoría clásica o francesa de los aconteci-
mientos jurídicos, el Hecho Jurídico en sentido amplio es aquel acontecimien-
to generado por la naturaleza o por el hombre y que produce consecuencias
de derecho, consistiendo estas en la creación, transmisión, modificación o
extinción de derechos y obligaciones. El hecho jurídico en sentido amplio se
divide a su vez en hecho jurídico en sentido estricto y en acto jurídico. El
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hecho jurídico en sentido estricto es aquel acontecimiento de la naturaleza o


del hombre que produce consecuencias de derecho y que cuando proviene
de la voluntad, las consecuencias se producen independientemente de que
sean deseadas o no por el autor o los autores del hecho.
Por su parte el acto jurídico es la manifestación externa de la voluntad
que se hace con el fin de generar consecuencias de derecho y que produce el
efecto deseado por su autor, debido a que el Derecho sanciona esa voluntad.
Relacionado lo anterior con la actividad notarial resulta que en el acta el
Notario relaciona hechos presenciados por él de manera objetiva, en otras
palabras, el Notario actúa como un testigo de calidad dando fe de lo que
percibe con los sentidos.
Por el contrario, en la escritura el Notario no sólo se limita a dar fe, sino
que en unión de la voluntad de los particulares, el Notario crea, da origen,
formalidad, autenticidad y certeza al acto jurídico.
En el acta, el Notario sólo relata la existencia del hecho, sus característi-
cas, su duración, las declaraciones de las partes.
En la escritura el Notario crea Derecho, asesora, medita, razona y aplica
la ley al caso concreto.
El artículo 100, se refiere a las escrituras de la siguiente manera:
Artículo 100.-Escritura es el instrumento original que el Notario asienta en
los folios, para ser constar uno o más actos jurídicos y que firmado por los com-
parecientes, autoriza con su sello y firma.
Por lo que hace a las actas, el artículo 125 establece:
Artículo 125.-Acta notarial es el instrumento público original en el que el
Notario, a solicitud de parte interesada, relaciona, para ser constar bajo su fe,
uno o varios hechos presenciados por él o que le consten, y que asiente en los
folios del protocolo a su cargo con la autorización de su firma y sello.
Otra clasificación de los Instrumentos Notariales, es la siguiente:
a) Instrumentos públicos matrices. Son aquellos que constan en el proto-
colo y respecto de los cuales la ley atribuye al Notario y posteriormente el
Archivo General de Notarías su custodia, pues son el documento original.
b) Las reproducciones que se hagan del documento original, tales como
los testimonios y las copias certificadas.

VI. REQUISITOS DE LAS ESCRITURAS

Para que la escritura pueda surtir los efectos deseados por las partes es
necesario que en ella se observen los requisitos de forma y de fondo exigidos
tanto por la ley del Notariado como por las leyes especiales que rijan el acto
de que se trate, es decir, la ley del Notariado, establece una serie de requisi-
tos comunes a toda escritura, sin embargo el Notario no puede ni debe limi-
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tarse a ello, sino que dependiendo del acto que haga constar deberá observar
y cumplir los requisitos aplicables.
La ley del Notariado es abundante y clara en cuanto a los requisitos que
se deben observar al redactar escrituras, en obvio de tiempo no se transcribi-
rán todos ellos sino que comentaremos algunas reglas generales, sin entrar
en casos concretos.
Dado que la escritura contiene la voluntad del o de los autores del acto,
deberá ser firmada por ellos, esto se hará únicamente al final de lo escrito, y
no en cada página.
Deberán ser redactadas en español y sólo se podrán asentar palabras en
otro idioma que sean generalmente usadas como términos de ciencia o ante
determinados.
Es fundamental que el instrumento pueda ser identificado, por lo que se
expresará el número del libro en que consta, el número del instrumento, la
fecha, el nombre del Notario y su número de notaría, el acto o actos conteni-
dos, el nombre de los otorgantes y el de sus representados.
Se deberán relacionar los documentos exhibidos al Notario para la satis-
facción de requisitos administrativos y fiscales.
En principio, los documentos que contengan los antecedentes le serán
exhibidos al Notario en original, sin embargo, si esto no fuere posible, a soli-
citud de los interesados, el Notario bajo su responsabilidad y criterio podrá
imponerse de la existencia de documentos o de asientos que obren en archi-
vos y registros públicos o privados y que tutelen a su entender la certidurn-
bre o apariencia jundica necesaria para elaborar el instrumento, en este
caso, el Notario hará mención en la propia escritura de esta situación.
En caso de urgencia y siempre y cuando ello no impida autorizar la es-
critura, los interesados, de manera expresa en la propia escritura, podrán li-
berar al Notario de tener a la vista alguno de los documentos antecedentes.
Líneas atrás se comentó acerca de que el instrumento, debe quedar debi-
damente identificado, de manera similar, cuando se cite un instrumento
otorgado ante otro Notario, se expresará el nombre de éste y el número de
notaría, el número y fecha del instrumento y en su caso, los datos de inscrip-
ción en el Registro Público.
El Notario enterará a los comparecientes de las penas en que incurren
quienes se conducen con falsedad y las declaraciones que se otorguen ante
él se considerarán hecha bajo protesta de decir verdad.
Conducirse con falsedad ante el fedatario, en otras palabras decirle men-
tiras a un Notario es un delito que implica prisión, al efecto el artículo 311
del Código Penal para el Distrito Federal refiere:
Am'culo 311.-Quien al declarar ante autoridad en ejercicio de sus funciones
o con motivo de ellas, faltare a la verdad en relación con los hechos que motivan
la intervención de esta, será sancionado con pena de dos a seis años de prisión y
de cien a trescientos días multa.
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Si la falsedad en declaración se refiera las circunstancias o accidentes de los


hechos que motivan la intervención de la autoridad, la pena será de uno a tres
años de prisión y de cincuenta a ciento cincuenta días multa.
El precepto transcrito guarda estrecha relación con el artículo 165 de la
Ley del Notariado que es del tenor literal siguiente:
Artículo 165.-Se aplicará la pena prevista por el artículo 311 del Nuevo Có-
digo Penal al que:
1. Interrogado por Notario del Distrito Federal, por el Colegio en cumplimiento
de las atribuciones establecidas por esta ley, o por el Archivo, falte a la verdad;
11. Hiciere declaraciones falsas ante Notario del Distrito Federal que éste haga
constar en un instrumento;
111. Siendo Notario en ejercicio de sus funciones, a sabiendas haga constar
hechos falsos en un instrumento.
La penalidad prevista se duplicará si quien comete el delito es Notario.
En caso de que una persona comparezca en representación de otra, se
deberá dejar acreditada su personalidad, esto es: el Notario dejará constan-
cia de que el representante cuenta con facultades suficientes para celebrar el
acto de que se trata y el propio representante declarará que su representado
es capaz y que la representación que ostenta está vigente.
Es fundamental que quienes otorgan un acto ante Notario, tengan capa-
cidad jurídica y se identifiquen, para hacer constar lo primero, bastará que el
Notario como perito en Derecho que es, no observe en el compareciente ma-
nifestaciones de incapacidad natural y que no tenga noticias de que está su-
jeto a incapacidad civil.
En cuanto a la identidad de los otorgantes, el Notario la hará constar
mediante certificación de que los conoce personalmente o mediante algún
documento oficial con fotografía o en su defecto mediante la declaración de
dos testigos.
Se ha comentado que el Notario es el autor del documento, el Notario lo
redacta, esto es uno de los pilares fundamentales del sistema del Notariado
Latino ya que mediante la redacción especializada de un perito como el No-
tario, se asegura que el documento cumplirá con los fines para el que ha sido
creado, al respecto, la ley establece que el acto se consignará en cláusulas
redactadas con claridad y precisión jurídica y de lenguaje, preferentemente
sin palabras ni fórmulas inútiles o anticuadas.
Deberá designar con toda precisión las cosas que sean objeto del acto,
de modo que no quede lugar a duda de qué se trata y de que no puedan con-
fundirse con otras.
Quien comparezca ante Notario podrá eventualmente renunciar dere-
chos, esta situación es por demás delicada, el propio Código Civil para el
Distrito Federal, señala en su artículo 6 O . que sólo pueden renunciarse los
derechos privados, que no afecten directamente al interés público, cuando la
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INSTRUMENTO NOTARIAL 29

menta lo anterior estableciendo que las renuncias que se hagan ante Notario
deben ser válidas, explicará claramente las consecuencias del acto, subra-
yando su existencia.
En todo instrumento el Notario hará constar bajo su fe:
a) Su conocimiento, en caso de tenerlo o que se aseguró de la identidad
de los otorgantes, y que a su juicio tienen capacidad;
b) Que hizo saber a los otorgantes el derecho que tienen de leer perso-
nalmente la escritura y de que su contenido les sea explicado por el Notario;
C) Que les fue leída la escritura a los otorgantes y a los testigos e intér-
pretes, o que ellos la leyeron, manifestaron todos y cada uno su comprensión
plena;
d) Que ilustró a los otorgantes acerca del valor, las consecuencias y al-
cances legales del contenido de la escritura cuando a su juicio así proceda, o
de que fue relevado expresamente por ellos de dar esa ilustración, declara-
ción que asentará;
e) Que quien o quienes otorgaron la escritura, mediante la manifesta-
ción de su conformidad, así como mediante su firma; en defecto de ésta, por
la impresión de su huella digital al haber manifestado no saber o no poder
firmar. En sustitución del otorgante que no firme por los supuestos indica-
dos, firmará a su ruego quien aquél elija;
fl La fecha o fechas en que se firme la escritura por los otorgantes o por
la persona o personas elegidas por ellos y por los testigos e intérpretes si los
hubiere, y
g) Los hechos que el Notario presencie y que guarden relación con el
acto que autorice, como la entrega de dinero o de títulos y otros.

VII. REQUISITOS DE LAS ACTAS

Como quedó acreditado en el apartado correspondiente, en las actas se


consignan hechos jurídicos, situaciones susceptibles de ser apreciadas objeti-
vamente por el Notario, tales como:
a ) Notificaciones, interpelaciones, requerimientos, protestos y entrega
de documentos.
b) La existencia, identidad, capacidad legal, reconocimiento y puesta de
firmas en documentos de personas identificadas por el Notario.
c) Hechos materiales.
d ) La existencia de planos y fotografías.
e) Protocolización de documentos.
fl Declaraciones.
En principio, las reglas aplicables a las escrituras se aplican también a
las actas en cuanto sean compatibles con los hechos materia de las mismas;
a continuación se señalan algunos casos especiales:
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Cuando se solicite al Notario que de fe de varios hechos relacionados


entre sí, que se verifiquen en diversos lugares o momentos, se podrá asentar
una sola acta.
El acta podrá ser levantada por el Notario en las oficinas de la Notaría o
con posterioridad a que los hechos tuvieron lugar aún en los dos días si-
guientes a ello.
Tratándose de notificaciones, el destinatario de la misma cuenta con un
plazo de cinco días hábiles, a partir del siguiente de la fecha del acta para
conocer su contenido, conformarse o inconformarse con ella, y firmarla o en
su caso hacer por escrito las observaciones que considere.
En cuanto al reconocimiento o puesta de firmas, así como de la ratifica-
ción del contenido de un documento, esto podrá ser respecto de cualquier
documento, incluso redactado en idioma distinto al español, sin necesidad
de traducción y sin responsabilidad para el Notario, pero se deberá asentar
en el acta que el interesado conoce el contenido del documento.
Es importante mencionar que no se podrán ratificar documentos que de-
ban constar en escritura pública, por ejemplo un contrato de compraventa
de un inmueble con valor superior a 365 veces el Salario Mínimo General
Diario, vigente en el Distrito Federal.
En materia de poderes, para que un poder otorgado fuera de la repúbli-
ca pueda surtir efectos una vez legalizado o apostillado y traducido en su
caso, deberá protocolizarse.

VIII. AUTORIZACI~N, CONSERVACI~NY REPRODUCCI~N


DEL INSTRUMENTO NOTARIAL

La voluntad de los particulares ha sido escuchada, interpretada, se ha


preparado el instrumento, inclusive se ha firmado por las partes; hasta este
momento no deja de ser un documento privado, que si bien pudiera servir
como una prueba de que una persona manifestó su voluntad en tal o cual
sentido, carece de valor probatorio pleno, para ello se requiere que sea auto-
rizado por el Notario.
La autorización del Instrumento es el acto mediante el cual el Notario
transforma un documento privado en público, confiriéndole así el carácter
de fehaciente.
Existen dos clases de autorizaciones; la preventiva y la definitiva.
La autorización preventiva tiene lugar cuando la escritura ha sido firma-
da por todos los interesados y esté pendiente algún requisito que impida que
se autorice definitivamente. Para autorizar preventivamente una escritura se
requiere que el Notario asiente la razón "ante mi"', su firma y su sello.
La autorización definitiva tiene lugar cuando se han cumplido todos los
requisitos legales para ello, en este caso, la autorización definitiva deberá
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INSTRUMENTONOTARIAL 31

contener la fecha, la firma y el sello del Notario, es decir, no lleva la leyenda


"ante mi"'.
Como puede observarse, la firma del Notario y el sello de autorizar son
los elementos materiales indispensables para autorizar un instrumento. "Con
el sello se autorizan los documentos públicos; es el instrumento que emplea el
Notario para ejercer su facultad fedataria. Permite o impide la actividad no-
tarial, pues es el símbolo de la fe pública del Estadon.2
Cuando la escritura no sea firmada en el mismo acto por todos los com-
parecientes, siempre que no se deba firmar en un solo acto, por su naturale-
za o por disposición legal, el Notario irá asentando solamente "ante mi"', con
su firma. Lo anterior tiene por objeto que se vaya dejando constancia de
quienes han firmado.
En caso de que quienes deban firmar una escritura no lo hagan a más
tardar dentro de los treinta días naturales siguientes al día en que se exten-
dió en el protocolo el instrumento quedará sin efecto y el Notario le pondrá
al pie la razón de "no pasó" y su firma. Nótese que tanto en el "no pasó"
como en el "ante mí", cuando no han firmado todos los comparecientes, no
se imprime el sello, la razón es que el instrumento no está autorizado.
En el caso de que la escritura contenga varios actos jurídicos y dentro
del plazo de treinta días hábiles se firme por los otorgantes de uno o de va-
rios de dichos actos y dejare de firmarse por los otorgantes de uno u otros
actos, el Notario pondrá la razón "ante mí", su firma y su sello por lo que se
refiere a los actos cuyos otorgantes han firmado e inmediatamente después
pondrá la nota "no pasó" sólo respecto del acto no firmado, el cual quedará
sin efecto.
En este caso, aunque la ley no lo señala expresamente se puede hablar
de una autorización parcial del instrumento, pues el acto firmado por todos
los otorgantes surte plenos efectos.
Pudiera darse el caso de que un Notario asiente una escritura en su pro-
tocolo, que algunos de los otorgantes firmen así como el Notario menciona-
do y que por alguna causa no pueda ser autorizada definitivamente por ese
mismo Notario, en este supuesto la escritura podrá ser autorizada por el No-
tario que legalmente supla al primer notario en sus funciones, siempre que
aquel exprese el motivo de su intervención y haga suyas las certificaciones
que deba contener el instrumento, con excepción de las relativas a la identi-
dad y capacidad de quienes hayan firmado ante el primer Notario y a la lec-
tura del instrumento a estos.
En caso de que el cumplimiento de los requisitos legales para autorizar
un instrumento tenga lugar cuando el protocolo donde conste esa escritura,
se encuentre depositado en el Archivo General de Notarías, el titular de éste
último podrá en el instrumento relativo, razón de haberse cumplido con

2 PÉREz F E R N ~ E Z DEL CASTILU),Bernardo, op. cit., p. 105.


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todos los requisitos, la que se tendrá por autorización definitiva. Nótese que
formalmente no se trata de una autorización aunque surte los mismos
efectos.
El Notario es depositario de la confianza del Estado, en consecuencia se
le confiere ia facultad de conservar el protocolo, sin embargo sería suma-
mente complicado que el Notario conservara el protocolo de por vida; el
protocolo se conserva en la notaría durante cinco años y posteriormente se
envía al Archivo General de Notarías para su guarda definitiva.
Gracias a la conservación del instrumento notarial es posible que el do-
cumento:
a) Permanezca para la posteridad.
b) Pueda ser consultado por quien tenga derecho a ello.
C) Permanezca inalterado.
d) Se pueda reproducir tantas veces como sea necesario.
El instrumento original es pues la escritura o el acta que obran en el pro-
tocolo. En contadas ocasiones los particulares tienen acceso al mencionado
original (al momento de firmar o cuando alguna autoridad o facultad lo au-
torice), sin embargo requieren de un tanto de dicho documento, desde luego
el original se puede reproducir y esto se hace mediante la expedición de tes-
timonios y copias certificadas, los artículos 143 y 154 de la Ley del Notaria-
do establecen:
Artículos 143.-Testimonio es la copia en la que se transcribe íntegramente
una escritura o un acta, y se transcriben, o se incluyen reproducidos, los docu-
mentos anexos que obran en el apéndice, con excepción de los que ya se hayan
insertado en el instrumento y que por la fe del Notario y la matricidad de su
protocolo tiene el valor de instrumento público.
Artículo 154.-Copia certificada es la reproducción total o parcial de una escri-
tura o acta, así como de sus respectivos documentos del apéndice, o sólo de éstos
o de alguno o algunos de estos; que el Notario expedirá sólo para lo siguiente:
1. Para acompañar declaraciones, manifestaciones o avisos de carácter admi-
nistrativo o fiscal, si las leyes o reglamentos aplicables disponen que con ellos se
exhiban copias certificadas o autorizadas; así como para obtener la inscripción
de escrituras en los Registros Públicos, o en cualquier otro caso en los que su
presentación sea obligatoria.
11. Par acompañar informes solicitados por autoridad legalmente facultada
para requerirlos, con relación a alguna escritura o acta.
111. Para remitirlas a la autoridad judicial que ordene dicha expedición.
IV. Para entregar al otorgante que la solicite, la reproducción de alguno o al-
gunos de los documentos que obren en el apéndice.
Dado que el Notario y en su caso el Archivo General de Notarías están
obligados a guardar el secreto profesional, únicamente se pueden expedir
testimonios y/o copias certificadas al autor del acto o participante en el
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INSTRUMENTO NOTARIAL 33

hecho consignado en el instrumento, a cada parte en dicho acto, a los bene-


ficiarios en el mismo o a los sucesores o causahabientes de aquellos, para
expedirlos a otras personas se requiere autorizaciónjudicial.

IX. VALOR, EFICACIA Y NULIDAD DEL INSTRUMENTO NOTARIAL

En virtud de que el Notario es un fedatario público, el instrumento nota-


rial tiene pleno valor probatorio, el artículo 156 de la Ley del Notariado,
establece:
Artículo 156.-En tanto no se declare judicialmente la falsedad o nulidad de
un instrumento, registro, testimonio o certificación notariales, estos serán prue-
ba plena de que los otorgantes manifestaron su voluntad de celebrar el acto
consignado en el instrumento de que se trate, que hicieron las declaraciones
que se narran como suyas, así como de la verdad y realidad de los hechos de
los que el Notario dio fe tal como lo refirió y de que observó las formalidades
correspondientes.
No obstante que la ley confiere al Notario y a su instrumento una rele-
vancia particular, la ley establece de manera limitativa los casos en que el
instrumento o el testimonio serán nulos:
Artículo 162.-E1 instrumento o registro notarial sólo será nulo:
1. Si el Notario no tiene expedito el ejercicio de sus funciones en el momento
de su actuación;
11. Si no le está permitido por la ley intervenir en el acto;
111. Si no le está permitido dar fe del acto o hecho materia de la escritura o
del acta por haberlo hecho en contravención de los términos de la fracción 11 del
am'culo 45;
111. Si fuere firmado por las partes o autorizado por el Notario fuera del Dis-
trito Federal;
IV. Si ha sido redacto en idioma distinto al español;
V. Si no está firmado por todos los que deben firmarlo según esta Ley, o no
contiene la mención exigida a falta de firma;
VI. Si está autorizado con la firma y sello del Notario cuando debiera tener
nota de "no pasó", o cuando el instrumento no esté autorizado con la firma y
sello del Notario;
VII. Si el Notario no se aseguró de la identidad de los otorgantes en términos
de esta Ley.
En el caso de la fracción 11 de este artículo, solamente será nulo el instrumen-
to en lo referente al acto o hecho relativos, pero será válido respecto de los otros
actos o hechos que contenga y que no estén en el mismo caso. Fuera de los casos
determinados en este artículo, el instrumento o asiento será válido. Cuando se
demande la nulidad de un acto jurídico no podrá demandarse al Notario la nuli-
dad de la escritura que lo contiene, si no existe alguno de los supuestos a que se
refieren las fracciones anteriores. Sin embargo, cuando se dicte la sentencia que

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declare la nulidad del acto, una vez firme, el juez enviará oficio al Notario o al
Archivo según se trate, para que en nota complementaria se tome razón de ello.
Articulo 163.-E1 testimonio, copias certificadas y certificaciones serán nulos
solamente en los siguientes casos:
1. Cuando el original correspondiente lo sea;
11. Si el Notario no se encuentra en ejercicio de sus funciones al expedir la
reproducción de que se trate o la expida fuera del Distrito Federal, y
111. Cuando dicha reproducción no tenga la firma o sello del Notario.

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Bienes jurídicos tutelados


en las técnicas de reproducción
humana asistida
Hilda Pérez Carbajal y Campuzanoi

1. Introducción. 11. Bienes jurídicos tutelados en las técnicas de reproducción


SUMARIO:
humana asistida. iiI. Contenido de los bienes jun'dicos tutelados. iV.Conclusiones.

Resumen: En el presente trabajo se realiza un análisis de los bienes jurídicos


tutelados que se encuentran relacionados con la reproducción humana asis-
tida, haciendo una reflexión sena de la materia y un análisis jurídico de cada
uno de los derechos que se derivan de los referidos bienes jurídicos, esto es,
el derecho a la reproducción; el derecho a la salud; el derecho a la intimi-
dad; el derecho a la identidad personal; el derecho a pertenecer a una fami-
lia; el derecho a la personalidad; el derecho a la vida; el derecho a la libre
disposición del cuerpo y el derecho a la información. En México la reproduc-
ción humana asistida, carece de una legislación específica, en la que se regu-
le la protección y el manejo de las primeras etapas del desarrollo embrionario,
esto es, el preembnón in vitro o el embrión congelado, hecho que no debe
pasar desapercibido ante la posibilidad real de que dichos seres humanos en
potencia puedan encontrar su viabilidad gestacional e incluso su alumbra-
miento bajo circunstancias que dependan exclusivamente de los fines de al-
gún prestador de estos servicios, que puedan ser usados con cualquier fin
que no sea el de la procreación, con evidentes atentados a la dignidad del
género humano.

Las diferentes técnicas de reproducción humana asistida, no han dejado


de sorprendernos desde su logro inaugural, suscitado con el nacimiento de
una niña que fue concebida en el laboratorio Luis Brown en 1978, mediante

1 Colaboración de Dina Rodnguez López.


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el procedimiento que hoy en día se conoce comofecundación in vitro. Treinta


y dos años después de ese acontecimiento se han cruzado fronteras, en ese
entonces insospechadas, como el hecho de posibilitar la concepción de un
ser humano mediante diferentes técnicas especialmente diseñadas para su-
perar casi cualquier tipo de infertilidad y aún de la esterilidad misma.
Hoy en día gran número de naciones, principalmente las europeas, han
emitido leyes específicas en tomo a las técnicas de reproducción humana
asistida, lo que sin duda ha marcado la pauta legislativa alrededor del mun-
do toda vez que en la mayor parte del globo terráqueo ya se discuten pro-
yectos legislativos al respecto. En un mundo globalizado como el nuestro un
hecho social difícilmente resulta local y aislado, la reproducción asistida por
supuesto no es el caso.
Por ende, se puede ver que en la mayor parte del planeta la reproduc-
ción humana asistida es tomada como una realidad socialmente aceptable,
benéfica y proveedora de vida, sin tomar en cuenta la existencia de multitud
de estudios socio jurídicos y bioéticos que al respecto se han realizado, mis-
mos que denuncian el lado obscuro de las técnicas de reproducción humana
asistida y cuya difusión no ha sido tan globalizada como el lado amable de
las mismas. En efecto, existe el riesgo real de transgredir en un momento
dado algún derecho intrínsecamente humano por el simple hecho de que to-
dos los sujetos que intervienen son seres humanos, incluyendo aquél cuyo
nacimiento se planea con la aplicación de las referidas técnicas.
Como se mencionó, no han tenido la misma difusión los perjuicios que
pueden ocasionar tales técnicas de reproducción humana asistida a las perso-
nas que recurren a ellas, su salud física y mental, así como en su estabilidad
social, familiar, jurídica y aún económica, así como tampoco se ha dado la
difusión debida a todas las posibilidades que los diferentes métodos de repro-
ducción asistida ofrecen. Lo cierto es que esas técnicas son un hecho social
cada vez más consolidado que han llegado a representar un nicho importante
en las empresas de servicios biomédicos, encontrándose objetivamente mu-
chos intereses de por medio. No obstante lo anterior el derecho no puede de-
clararse impotente para regular tal hecho social, argumentándose que el
devenir de las referidas técnicas es tan vertiginoso, que en el momento en
que se pretende emitir una norma para regularlas, ésta ha sido rebasada. Lo
cierto es que los legisladores deben regresar a la materia prima de las nor-
mas, primero identificando el acontecimiento social y los bienes jurídicos im-
plicados, a efecto de poder ponderar el peso real de sus beneficios o perjuicios.
Es por ello que en el presente trabajo se realiza un análisis de los bienes
jurídicos tutelados que se encuentran relacionados con la reproducción hu-
mana asistida con la intención de que los mismos sean tomados en conside-
ración al momento de que se pretenda hacer una reflexión seria de la materia
y un análisis jurídico que permita vislumbrar los elementos centrales subya-
centes en todo este hecho social.
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BIENES JUR~DICOSTUTELADOS EN LAS TÉCNICAS DE REPRODUCCI~NHUMANA ASISTIDA 37

II. BIENES JUR~DICOS


TUTELADOS EN LAS TECNICAS
DE REPRODUCCI~NHUMANA ASISTIDA

Se entiende por bienes jurídicamente tutelados, los valores que son pro-
tegidos por el Estado bajo su amparo, por lo que se han plasmado en el dere-
cho positivo. Éstos se han ido insertando en la letra de la norma con el
devenir histórico y cultural del hombre, con lo cual podemos decir que aún
estos bienes están sujetos al dinamismo intrínseco del derecho.
El doctor Carlos de la Torre Martínez, al analizar la inserción de los va-
lores en el derecho, manifiesta que en primer lugar debe entenderse al Dere-
cho como un producto cultural, cuyo contenido se entenderá partiendo de la
intencionalidad del hombre, basando su postura en lo que sostiene Coing
Helmut y que a continuación se transcribe:
[...] Siempre existe una determinada intencionalidad, fundada en la voluntad y
en las tendencias del hombre, lo cual implica que el Derecho sólo pueda entenderse
por su sentido teleológico, es decir buscando la específica intencionalidad que con
él persigue el hombre, la cual presenta varias capas o estratos en la conciencia
humana diferenciados principalmente por un estrato superior donde se encuen-
tra la personalidad humana o la llamada conciencia de sí mismo, estrato en que
se es capaz de proponer los fines que determinan conscientemente su conducta.
Los demás estratos se refieren a los diversos estados de conciencia del hombre
como son: el anímico o la vida del sentimiento, el instinto animal y el estrato de
los actos inconscientes.2
De lo anterior se puede deducir, que los bienes jurídicos tutelados, son
aquellos fines que el Derecho pretende lograr a través de las normas, es de-
cir, éstos encierran en sí mismos el porqué y para qué de la existencia misma
del derecho. Es evidente que los ciudadanos que nos acogemos al amparo y
protección de la ley, buscamos que ésta sea suficiente para preservar los ele-
mentos básicos de la supervivencia y desarrollo humano, es por ello que el
gobierno tiene la obligación de ser eficaz en la aplicación de dichas normas y
que éstas a su vez cumplan con los fines para las cuales fueron creadas.
En este entendido se observa que los bienes jurídicos tutelados no son el
plano meramente abstracto del Derecho, sino que al estar dentro de las fa-
cultades del Estado el cumplirlos y hacerlos cumplir, se vuelven en derechos
subjetivos que el Ciudadano bien puede hacer valer, en el momento que
sienta que se limita o se le impide el goce de dichos derechos.
De acuerdo con el constitucionalista español Lucrecio Rebollo Delgado,
tenemos que tratándose de la fecundación asistida, encontramos que tres
son las ramas del derecho que entran directamente en juego con ésta y los

2 COING,Helmut, Grundsatze der Rechtsphilosophie, Berlín, Walter de Gruyter, 1950. Cita-


do por DE LA TORREMART~NEZ, Carlos, La recepción de la Filosofía de los Valores en la Filosofía del
Derecho, UNAM, México, 2005,pp. 202-204.
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bienes jurídicos que encierra. Dichas áreas son; el derecho penal, el derecho
civil-familiar y el derecho constitucional, pues tienen relación directa con el
radio de aplicación de dichas materias.3
En general, se cuentan entre los bienes jurídicos relacionados con la re-
producción humana y su consecución de manera asistida, entre otros los si-
guientes: El derecho a la vida, el derecho a la libre procreación, el derecho a
la salud reproductiva, el derecho a la intimidad o privacidad de nuestros ac-
tos, el derecho a una identidad personal, el derecho a pertenecer a una fami-
lia, los derechos derivados de la personalidad, la situación jurídica de un
embrión, la autonomía de la voluntad, el derecho a la libre disposición del
cuerpo y el derecho a la información, respecto a las obligaciones y derechos
derivados de la filiación e incluso el orden público e interés social.
A continuación se presenta un breve panorama del contenido de los bie-
nes jurídicos que en su expresión de derechos subjetivos, entran a la escena
de la aplicación y uso de la reproducción asistida, con la intención de evi-
denciar que el tratamiento jurídico que de las mismas se de en nuestro país,
encontrará serias limitaciones tomando en cuenta que diversos derechos se
contraponen o se excluyen el uno al otro, aunado a la circunstancia de la le-
gislación de la materia en México es deficiente e incompleta, no obstante las
recientes reformas al Código Penal del Distrito Federal, respecto a la mater-
nidad subrogada.

111. CONTENIDO DE LOS BIENES JUR~DICOSTUTELADOS

A. EL DERECHO A LA REPRODUCCIÓN
Tratando de establecer un fundamento constitucional para el llamado
"derecho a la reproducción", se encuentra el contenido del artículo cuarto de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual señala:
"Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e
informada sobre el número y espaciamiento de sus hijosn.4
La jurista Yolanda Gómez Sánchez, afirma que también se encuentra
como base constitucional del derecho a la reproducción la Uamada "garantía
de Libertad" como derecho fundamental de todo ser humano, el cual se en-
cuentra consagrado como tal por todas las Constituciones democráticas de
nuestros días.5
La Constitución Mexicana no es la excepción y contempla en sus artícu-
los del primero al veintinueve, un apartado que doctrinariamente se le ha

3 REBOLLODELGADO, Lucrecio, "Constitución y técnicas de reproducción asistida", Boletín


de la Facultad de Derecho, número 16, España, 2000, pp. 97-134.
4 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 14a. ed., Sista, México, 2006, p. 5.
5 G ~ M E SÁNCHEZ,
Z Yolanda, El Derecho a la reproducción humana, Marcial Pons, Espafia,
pp. 39-52.
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conocido como la parte dogmática de la Constitución por contener las llama-


das Garantías Individuales, donde subyacen esencialmente ideas de libertad
e igualdad que se consideran necesarias para que toda persona dentro del
territorio nacional alcance su pleno desarrollo.
Para el constitucionalista Ignacio Burgoa Orihuela, la libertad es una cua-
lidad inseparable del ser humano consistente en la potestad que tiene de con-
cebir sus propios fines, metas y objetivos que en su vida quiere lograr a efecto
de alcanzar su felicidad por medio del desarrollo de su propia personalidad a
través de los medios que estime más apropiados para su consecución.6
De lo anterior se infiere que el contenido básico de la libertad es la posi-
bilidad de organizar y llevar a cabo autónomamente la propia vida con todas
las decisiones que elia implica, de esta manera el problema del derecho a la
reproducción como derecho a la autodeterminación física, es propiamente
un problema de libertad dentro de la cual también puede verse expresada
la intención de la procreación como un aspecto más del libre desarrollo de la
vida de un ser humano.
Si bien es cierto que del texto del artículo cuarto de la Constitución, no
se desprende un reconocimiento expreso a las técnicas de reproducción asis-
tida, sí podemos afirmar que del mismo se obtiene la base constitucional
para la protección de lo que pudiéramos llamar derechos reproductivos, como
lo son:
Elegir reproducirse contando con la información del caso.
Elegir reproducirse con completa libertad.
Elegir el momento en que se desea tener hijos.
Elegir el número de hijos que se desean tener.
A manera de conclusión se puede afirmar que el derecho a la reproduc-
ción en tanto expresión de la libertad de todo individuo a fijar sus metas y
objetivos a cumplir en el transcurso de su vida, allegándose de los medios
suficientes para la consecución de los mismos y en un momento dado inten-
tando tanto la reproducción natural como la reproducción asistida de las
t6cnicas reproductivas, estará limitado por lo que disponga la misma Consti-
tución y sus leyes secundarias con base al respeto a los derechos de los de-
más y al de otros bienes constitucionalmente protegidos.

B. EL DERECHO A LA SALUD
La salud es un medio para la realización personal y colectiva en virtud
de que es un indicador del bienestar de la vida en comunidad.7

6 BURGOAORIHUELA, Ignacio, Las Garantías Individuales, loa. ed., P o d a , México, 1998,


PP. 19-23.
7 TAPIACONYER,Roberto, et al., "El Derecho a h protección de la Salud Pública", en BREEU
SESMA,Ingrid, Salud y Derecho, UNAM, México, 2005, p. 149.
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En forma más general se indica en el preámbulo de la constitución de la


Organización Mundial de la Salud define a la salud como "un estado de
completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de do-
lencia o enfermedad", más aún en el mencionado preámbulo podemos en-
contrar que "el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno
de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza,
religión, ideología política o condición económica o socialW.8Existen diferen-
tes instrumentos internacionales que enriquecen y amplían el concepto de
salud, como lo son las Declaraciones y Planes de Acción de las Conferencias
Mundiales de Naciones Unidas, dentro de los cuales se encuentra el Plan de
Acción de El Cairo, promulgado en 1994 y en el que se establecen una serie
de principios internacionales sobre población y desarrollo, de tal manera que
el principio octavo define lo que se entiende por salud sexual y salud repro-
ductiva, como a continuación se cita:
Principio 8. Toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible de
salud física y mental. Los Estados deberían adoptar todas las medidas apropia-
das para asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acce-
so universal a los servicios de atención médica, incluidos los relacionados con la
salud reproductiva, que incluye la planificación de la familia y la salud sexual.
Los programas de atención de la salud reproductiva deberían proporcionar los
más amplios servicios posibles sin ningún tipo de coacción. Todas las parejas y
todas las personas tienen el derecho fundamental de decidir libre y responsable-
mente el número y el espaciamiento de sus hijos y de disponer de la informa-
ción, la educación y los medios necesarios para poder hacerlo.9
En la Plataforma de Acción de Beijing, que se originó en 1995 se destacó
la necesidad de garantizar a las mujeres y las niñas el acceso universal a la
atención y a los servicios de salud apropiados, asequibles y de calidad.10 De
lo anterior se infiere que los diversos organismos internacionales de mayor
importancia, consideran a la salud como un derecho humano, lo cual ha sido
un difícil logro político.
En efecto, en el contexto jurídico actual se ha ido reconociendo en forma
progresiva el derecho a la salud en las legislaciones de los diversos países en
donde se establece una obligación del Estado de proveer lo necesario para la
atención de la salud de su población, obligación que sólo se verá condiciona-
da por los principios de: Disponibilidad de bienes, servicios y centros de sa-
lud; accesibilidad de servicios y programas de salud, aceptabilidad de los
planes y programas de salud, de acuerdo con las condiciones socio-culturales
de la población y calidad de los servicios, medicamentos, personal y centros

8 Disponible en: http://www.who.int/governance/eb/who~consti~tion~sp.pdf


9 Disponible en: http://usinfo.state.gov/joumals/itgic/0998/ijgs/gi-15.htm
10 Disponible en: http://www.un.org/spanish/conferences/Beijing/fs3.htm
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de salud.11 Por su parte nuestro país contempla el derecho a la protección de


la salud en el artículo cuarto tercer párrafo de la Constitución Política de Méxi-
co, el cual menciona que "Toda persona tiene derecho a la protección de la
salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios
de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades fede-
rativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la frac-
ción XVI del artículo 73 de esta ConstituciÓn".l2
Es preciso señalar que la salud es más que una noción médica, es un con-
cepto predominantemente social, de tal manera que podemos concluir que los
problemas reproductivos del mexicano, podrían ser atendidos a la luz del
marco jurídico nacional e internacional por el sector salud de nuestro país,
para hacer valedero un derecho constitucional.

C. ELDERECHO A LA INTIMIDAD
La intimidad se refiere al conjunto de pensamientos, sentimientos, deci-
siones, relaciones, espacio o hábitos propios de una persona y que a la vez
son la expresión de lo más profundo e interior de un individuo. Es una nece-
sidad inherente al ser humano, porque para que el hombre se desarrolle y
geste su propia personalidad e identidad, es menester que goce de un área
que comprenda diversos aspectos de su vida individual y familiar que esté
libre de la intromisión de extraños.13
De esta manera se estima que todos los humanos tenemos una "vida pri-
vada" cuyo concepto no es fácil de determinar, porque se trata de algo rela-
tivo y por consiguiente variable conforme a ciertas condiciones dependiendo
de la sociedad de que se trate, sus circunstancias particulares y la época o el
periodo correspondiente, a decir de Yolanda Gómez Sánchez, se puede afir-
mar que en la definición del término 'tida privada" son determinantes el
factor social, cultural y aún histórico.14
Por cuanto hace al Derecho a la intimidad en su expresión personal y
familiar, éste protege las decisiones del sujeto que afectan a sus relaciones
personales con otros, a sus opciones sexuales, a su decisión de contraer o no
un vínculo matrimonial y a la procreación, a la decisión de reproducirse o
no, sobre cuándo procrear y, en su caso, determinar el número y espacia-
miento de sus hijos, lo que en un momento dado nos lleva a afirmar que la
intimidad personal ofrece una protección jurídica del derecho a la reproduc-
ción humana, puesto que ésta impide intromisiones ilegítimas en la vida pri-

'1 ABRAMOVICH, V., et al., Derechos Sociales, Doctrina Jurídica Contemporánea, México,
2003, PP. 143-157.
12 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 14a. ed., Sista, México, 2006, p. 6.
13 REBOLLO DELGADO,Lucrecio, "Constitucióny técnicas de reproducción asistida", Boletín
de la Facultad de Derecho, número 16, España, 2000, p. 120.
14 G ~ M E SÁNCHEZ,
Z Yolanda, op. cit., p. 54.
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vada del sujeto y ello alcanza a las decisiones y circunstancias que rodean a
la reproducción humana, ya se produzca ésta por medios naturales o artifi-
ciales legalmente autorizados.15
Otro aspecto de la intimidad de una persona que se relaciona directa-
mente con las técnicas de reproducción humana asistida tiene que ver con las
intervenciones e inspecciones y registros corporales, siendo pertinente seña-
lar que las intervenciones consisten en la extracción del cuerpo de determi-
nados elementos externos o internos para ser sometidos a informe pericial.16
En relación con el marco jurídico mexicano, nuestra Carta Magna tutela
la protección a la vida privada o el llamado derecho a la intimidad en el con-
tenido de los artículos €7, 7" y 16, de cuya letra resulta evidente que la pro-
tección de la vida privada frente a actos de las autoridades se encuentra
debidamente instituida en el primer párrafo del artículo 16 constitucional al
señalar que para que una injerencia de la autoridad en nuestra intimidad sea
válida, ésta deberá provenir de una orden de una autoridad facultada por la
propia ley para realizar dicha intervención plasmada por escrito, la cual de-
berá estar debidamente razonada y justificada además de estar prevista en
una ley el acto de molestia en cuestión.17

D. EL DERECHO A LA IDENTIDAD PERSONAL


La identidad puede definirse como un conjunto de elementos que distin-
guen a una persona de otra, un conjunto de circunstancias que la señalan
indubitablemente, es decir, la identidad es esencial para el ser humano toda
vez que éste tiene un carácter único e irrepetible que se expresa en caracte-
rísticas tales que lo distinguen del resto del conglomerado social.
La individualidad de una persona se ve expresada en lo que en el len-
guaje jurídico se le conoce como sus "generales", expresados en el sexo,
nombre, domicilio, estado civil, religión, ocupación, edad, lugar de naci-
miento, fecha de nacimiento, datos que lo hacen particular y lo distinguen
de los demás seres humanos.
En aplicación concreta a las técnicas de reproducción humana asistida,
podemos decir que toda vez que éstas pueden complicar el origen genético y
las relaciones parentofiliales de una persona, se debe en su utilización pre-
ver que no se violente el derecho de todo ser humano a conocer sus orígenes
genéticos, pues psicológicamente tiene repercusiones importantes que detri-
mentan el óptimo desarrollo emocional de una persona.18

15 G ~ M ESÁNCHEZ,
Z Yolanda, op. cit., pp. 54-55.
16 REBOLLO DELGADO, Lucrecio, op. cit., pp. 121-122.
17 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ISEF, Mkxico, 2011, pp. 6-10.
18 Fox, Robin, Sistemas de parentesco y matrimonio, 4a. ed., Alianza, Madrid, 1985, pp. 13
y SS. Citado por F'ÉREZ DUARTE,Alicia, Derecho de Familia, 2a. ed., Fondo de Cultura Económica,
México, 1995, p. 12.
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Se puede afirmar que la identidad de un menor se traduce en la facultad


de conocer su origen genético, esto es saber quiénes son sus ascendientes,
mantener una relación filial con ellos y con sus parientes incluso tener una
identidad nacional que lo dote de una referencia sociocultural en cuanto a
costumbres, religión, idioma, entre otros aspectos, según se desprende de la
Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por nuestro país en 1968.
Algunas técnicas de procreación asistida pueden poner en riesgo el dere-
cho de identidad de un menor, pues hay que recordar que a través de ellas,
un ser humano puede ser concebido incluso con la intervención de donantes
tanto de óvulo y espermatozoides, los cuales no pretenden tener ningún
vínculo filial con el ser humano concebido, por lo cual se debe atender con
mucho cuidado en torno al uso y aplicación de las mismas.

E. EL DERECHO A PERTENECER A UNA FAMILIA


La naturaleza del ser humano es compleja y contradictoria al ser un ente
con relaciones externas determinadas por el medio social en que se desarro-
lla y a la vez tener la característica de unicidad que es lo que matiza y da
forma a esas relaciones sociales, de tal manera que es en la familia en donde
encontramos la unidad social primaria en la que el individuo cultiva y desa-
rrolla ese doble aspecto de su personalidad.
Así tenemos que la idea de familia es inherente al hombre, pues desde la
antigüedad, se ha caracterizado por su fuerte vínculo familiar el cual le da un
sentido de pertenencia, identidad y seguridad, de tal manera que podemos
afirmar que la familia cumple una serie de funciones biológicas, económicas,
culturales, afectivas y sociales esenciales para el óptimo desenvolvimiento de
un ser humano.
Desde el punto de vista del derecho, la familia es una institución natural
de orden público e interés social, compuesta por un conjunto de personas
que se encuentran vinculadas por lazos naturales (genéticos) o sentimenta-
les (afectivos), que surte efectos jurídicos respecto de cada miembro del gru-
po haciendo que entre ellos existan diferentes tipos de relaciones, a saber;
parento-filiales, matrimonio, concubinato y parentesco.19
Dentro de nuestro marco jurídico en el am'culo cuarto Constitucional en
sus párrafos primero y segundo, se contemplan dos derechos diferentes rela-
cionados con la vida familiar, consistentes en que toda ley mexicana deberá
proteger la organización y desarrollo de la familia para que esta sea en todo
sentido sana y ordenada cumpliendo los fines de su existencia y el segundo
de ellos corresponde a la llamada paternidad responsable que tiene que ver
con la elección del número y espaciamiento de los hijos.20

19 PÉRez DUARTE, Aliaa, op. cit., pp. 100-115.


20 Constitución Poiítica de los Estados Unidos Mexicanos, 14a. ed., Sista, México, 2006, p. 5.
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Por su parte, los instrumentos internacionales de aplicación en nuestro


país como norma suprema, también consagran la protección a la familia
como elemento fundamental para el sano desarrollo de una persona, sólo
para citar dos ejemplos en el artículo 16 de la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre, se consagra el fundar una familia como un derecho
esencial de hombres y mujeres a través de la plena expresión de la voluntad,
dotándole además del carácter público en cuanto a su protección. Asimismo,
en el preámbulo del Convenio Internacional sobre los Derechos del Niño, se
señala que la familia es el grupo fundamental de la sociedad y el medio idó-
neo para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, sobre todo el de
los niños, es por ello que en este instrumento encontramos en el contenido
de sus artículos 3, 5, 7,8 , 9, 10 y 18, entre otros numerales, más disposiciones
tendientes a la protección del derecho de los niños a vivir en familia, plena-
mente asistidos, sin violencia y con el sentido de pertenencia e identidad.
Asimismo, en los preceptos 138 ter, 138 quater, y 138 quintus, del Código
Civil para el Distrito Federal, se contempla el concepto de familia.21
Ahora bien, por cuanto hace a las técnicas de reproducción humana asis-
tida, tenemos que el hacer uso de los distintos métodos asistenciales para la
reproducción ha generado diversas problemáticas en materia de filiación,
patria potestad, alimentos, sucesiones, la identidad de un individuo e incluso
el repudio o el reclamo de la paternidad y de la maternidad, según sea el
caso, lo cual necesariamente repercute en el derecho de todo individuo a te-
ner una familia, de manera antaño inimaginables.

F. EL DERECHO A LA PERSONALIDAD

Hablar del derecho a la personalidad, significa hablar del ser humano


mismo, se dice que al nacer un humano lleva en sí un conjunto de derechos
originarios que le corresponden tan sólo por el hecho de ser hombre y a ese
cúmulo de derechos es a lo que se le ha denominado derechos de la perso-
nalidad, los cuales se extienden hasta la culminación de la vida de una
persona.
El jurista Ignacio Galindo Garfias, menciona que los derechos de la per-
sonalidad protegen los elementos esenciales de la persona y para conceptua-
lizarlos cita a Francisco Ferrara el cual menciona que éstos son los derechos
que garantizan el goce de nosotros mismos y aseguran al individuo el seño-
río de su persona, así como la actuación de sus propias fuerzas físicas y
espirituales.22

21 Código Civil para el Distrito Federal, Sista, México, 2011, p. 41.


22 GALINDOGARFIAS,Ignacio, Estudios de Derecho Civil, 2a. ed., Porrúa, México, 1994,
pp. 466-474.
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Dentro de algunos derechos de la personalidad podemos señalar: el de-


recho a nacer, el derecho a la conservación de la vida, el derecho a la con-
servación de la integridad corporal, el derecho a la disposición sobre el
propio cuerpo, el derecho a la salud, derecho al mejor desarrollo de sus fa-
cultades corporales y espirituales, derecho al honor y la fama, derecho a una
vida privada, el derecho a la intimidad, el derecho a la dignidad, el derecho
al ejercicio de la libertad en sus distintas manifestaciones, derecho a la tran-
quilidad y el sosiego del ánimo, entre otros.
El derecho a la personalidad, es la facultad concreta de que están inves-
tidos todos los sujetos poseedores de un conjunto de características que per-
fectamente lo diferencian de los demás y a la vez se distinguen de los
atributos de la personalidad, porque éstos últimos son cualidades de la per-
sona, referencias mediante las cuales la persona se conduce en la sociedad la
cual a través de estos atributos, la identifica e interactúa con la persona en
facetas tan variadas, como el nombre, la familia, lo económico, laboral, polí-
tico, relaciones sociales y hasta lo religioso.23
Al hacer referencia a los atributos de la personalidad como parte inte-
grante de la esencia de la persona, Rafael Rojina Villegas menciona que las
personas físicas o seres humanos tienen como atributos los siguientes: Capa-
cidad, Estado Civil, Patrimonio, nombre, domicilio y la nacionalidad, los
cuales son constantes y necesarios en toda persona física, lo cual permite
identificarlos, contar con certeza jurídica en sus actos y relaciones sociales.24
Por cuanto hace a la injerencia que los derechos de la personalidad tie-
nen sobre las técnicas de reproducción humana asistida, ésta es central en el
tratamiento jurídico de las mismas, porque los derechos de la personalidad
son cambiantes y se enriquecen a través del tiempo para proteger a la perso-
na de mejor manera, frente a las complicaciones sociales, económicas, cultu-
rales y familiares del ser humano, por lo cual es una certeza que no se puede
cerrar la gama de derechos de la personalidad, la cual permanece abierta
ante posibles especificaciones futuras de la dignidad de la persona de acuer-
do a futuros avances científicos y tecnológicos.25
Se estima que en la reproducción asistida, los derechos de la personali-
dad que se ven involucrados son; el de protección a la vida, a la disposición
del cuerpo, la dignidad humana, el derecho a la intimidad, el derecho a la
individuación, el de la libertad y el de la autonomía de la voluntad, esto si
tomamos en consideración que el hombre desde su concepción, nacimiento y
desarrollo es un ser vulnerable que necesita la asistencia de un cúmulo so-
cial primario para alcanzar la plenitud de su ser.

23 CIFUENTES, Santos, El inicio de la vida humana. El embrión-principiojurídico de existencia


de la persona, en Fernández Sessarego, Carlos, et al., Derecho Civil de nuestro tiempo", Gaceta
Jurídica Universidad de Lima, Facultad de Derecho y Ciencia Política, Perú, 1995, p. 45.
24 ROJINA VILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano, loa. ed., Pomía, México, 2001, p. 423.
25 REBOLLO DELGADO, Lucrecio, op. cit., pp. 107-112.
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La óptima regulación de las nuevas técnicas de reproducción humana


asistida implica una difícil consideración del intelecto toda vez que al ser és-
tas tan cambiantes y relevantes en materia del inicio de la vida, de la viabili-
dad de un ser humano en potencia y en la filiación del mismo hace que su
tratamiento no amerite un trato ligero o meramente especulativo.

G.EL DERECHO A LA VIDA


La vida es un derecho básico, estrechamente vinculado con el respeto
debido a todo ser humano; por esto mismo se toma inviolable e imprescrip-
tible, y abarca no solamente el derecho a la seguridad frente a la violencia
que afecte la integridad física que conlleve a la muerte de un ser vivo, sino
también el derecho a los medios de subsistencia y a la satisfacción de las
necesidades básicas, que permitan el acceso a una vida digna que potenciali-
ce todas las posibilidades fácticas de un ser humano.
Una vez existente un embrión, ya sea en el útero o en una plaqueta de
laboratorio, su potencial vital se torna indiscutible, por el hecho de que al
generarse la fusión de gametos la división celular comienza de tal manera
que de anidarse en el útero seguirá su subsecuente desarrollo hasta el parto.
Un embrión en sí contiene el código genético total que desarrollará la perso-
na que en potencia ya es.
Lo que entra a discusión para consagrarse como derecho humano o de-
recho fundamental a la vida, es precisamente el hecho de que se permita el
óptimo desarrollo de ese ser humano en potencia que se ha denominado
embrión, por los medios idóneos para alcanzar su desarrollo gestacional y en
su momento dado la separación del seno materno a través del nacimiento
que le dote de una vida autónoma e independiente de la madre.
Cabe hacer notar que las técnicas de reproducción humana asistida in-
dudablemente afectan la estructura de la personalidad humana y trastocan
principios generales del derecho y aún disposiciones normativas vigentes
como lo son los principios de mater semper certa est, y el que reza que "los
hijos de la esposa, hijos del marido son", hablando de los primeros de ellos y
de los am'culos 154 y 155 del Código Penal para el Distrito Federal, el se-
gundo de ellos.26
Como marco normativo Internacional del derecho a la vida podemos ha-
cer referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su ar-
tículo tercero, y a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su
artículo cuarto, que disponen respectivamente, que todo individuo tiene de-
recho a la vida y que ésta protección legal a la vida por lo general debe co-
menzar desde el momento de la concepción. Por su parte el marco normativo
mexicano contempla en el artículo 14 de la Constitución Política de México,

26 Código Penal para el Distrito Federal, ISEF, Mkxico, 2011, p. 37.


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la protección al derecho a la vida. En armonía con la disposición constitucio-


nal, encontramos el ordenamiento federal titulado Ley para la Protección de
los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en la cual en su artículo décimo
quinto se dispone que los niños y adolescentes tienen derecho a la vida. Por
otro lado, los Códigos Civiles locales de la República Mexicana contienen
una presunción de tener por nacidos a los concebidos, con la condición de
que nazcan vivos y viables.
La protección al concebido no sólo se limita legislativamente al ámbito
civil del derecho, sino que éste también se extiende al ámbito penal, el cual
seiiala la ilicitud de ciertas conductas relacionadas con la reproducción me-
dicamente asistida, los embriones surgidos de ellas y el derecho a la vida,
como lo podemos ver claramente en los artículos 144 y 146 del Código Pe-
nal del Distrito Federal los cuales establecen como delito de aborto la inte-
rrupción del embarazo después de la décima segunda semana de gestación o
en cualquier momento del embarazo sin el consentimiento de la madre.
Asimismo, en el Código Penal del Distrito Federal vigente, se regula a la
procreación asistida, la inseminación artificial y la manipulación genética, el
cual abarca los numerales 149 al 155, en los que se hace especial mención al
inicio de la vida humana en su calidad embrionaria por distintos medios a la
concepción natural, de esta manera sanciona, en su artículo 149, a quien
disponga de óvulos o espermatozoides sin consentimiento de sus donantes,
de igual manera en el numeral 150, se pronuncia en contra de las conductas
tendientes a la inseminación artificial forzosa o bien a la implantación de
embriones provenientes de material genético ajeno y sin que éste haya sido
donado, sin el consentimiento de la receptora, como se establece en el ar-
tículo 151, penando también, la manipulación genética a la que se refieren
los artículos 154 y 155 del mismo ordenamiento legal?
De esta manera podemos concluir que en nuestro país se encuentra pro-
tegido legalmente el llamado derecho a la vida, no obstante que en materia
de reproducción asistida, existe cierta vaguedad en tomo al tratamiento de
los embriones.

H. EL DERECHO A LA UBRE DISPOSICI~NDEL CUERPO

Se le considera como la facultad de todo individuo de decidir sobre el


propio cuerpo, contando dicha prerrogativa con la protección del Estado
para evitar sobre el cuerpo intromisiones de algún tercero al cual no se le per-
mite injerencia alguna.
El derecho a la disposición del cuerpo no está recogido ni definido en el
derecho positivo, pero ello no significa que no esté reconocido de manera
implícita en todo un marco jurídico que nos habla de donaciones, tratamiento

27 Código Penal para el Distrito Federal, ISEF, México, 2011, p. 55.


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de órganos, tejidos y células tan sólo por citar a la Ley General de Salud, así
las facultades de disposición del cuerpo constituyen la exteriorización de
una actividad lícita, con la obviedad de que esta disposición del cuerpo no
puede estar supeditado a un abuso y destrucción del cuerpo mismo, lo que
resultaría contrario a la moral y buenas costumbres.
Debe quedar claro que este derecho no implica la propiedad sobre el
cuerpo, lo que nos lleva a afirmar que nadie, ni siquiera la misma persona es
dueño del cuerpo de tal manera que se vuelve antijurídico y antiético el he-
cho de la comercialización del mismo, lo que también opera para la idea que
se tiene sobre actos como el suicidio, el suicidio asistido, la eutanasia, la
mutilación, la autoflagelación, negativas a tratamiento médico de urgencia y
el no cuidado de la salud.
Por cuanto hace al marco jurídico que consagra este derecho, tenemos
algunos instrumentos internacionales que son la base para la protección del
mismo como son: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos el
cual contempla en su séptimo artículo, la prohibición de someter a algún ser
humano a tortura, penas o tratos crueles y a no ser sometido a experimentos
médicos o científicos sin su voluntad.
En concordancia con el instrumento internacional antes señalado, nues-
tra Carta Magna consagra los artículos 16 y 22, prohiben toda molestia a la
persona en cuanto a su integridad física, así como las penas de mutilación y
tratos degradantes.
Como legislación secundaria relacionada con el tema que nos ocupa tene-
mos a La Ley General de Salud, la cual parte de un modelo de consideración
del cuerpo humano por la persona como disposición y no como propiedad
irrestricta sobre el mismo, de tal manera que al hablamos del manejo de ór-
ganos, células y tejidos del cuerpo humano con fines de donación y trasplan-
te, establece en sus artículos 320 y 321 que una persona puede donar total o
parcialmente su cuerpo al otorgar su consentimiento tácito o expreso y por
su puesto estar facultado para otorgar dicho consentimiento, pero lo que no
puede hacer es comercializar con dichas donaciones como lo dispone el ar-
tículo 327 del ordenamiento en comento.
Por otro lado, en la misma Ley General de Salud, en su artículo 100 al
hablar de la investigación científica en seres humanos, se estipula que ésta
se hará con el consentimiento expreso de la persona en la que habrá de prac-
ticarse dichas experimentaciones, reafirmando el carácter dispositivo del
cuerpo humano por lo que nunca debe entenderse que el ser humano ante la
legislación mexicana tiene un carácter de propiedad sobre el cuerpo.
Respecto de la relación existente entre el derecho a la libre disposición
del cuerpo y la atención a la salud sexual y reproductiva que hace uso de las
técnicas de reproducción humana asistida, podemos decir que éste se en-
cuentra íntimamente ligado a la autodeterminación sexual y reproductiva,
que como ya se ha mencionado en el cuerpo de este trabajo se expresa en la
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BIENES J ~ D I C O
TUTELADOS
S EN LAS T~CNICASDE REPRODUCCI~NHUMANA ASISTIDA 49

posibilidad de planear la propia familia, el derecho a estar libre de interfe-


rencia~en la toma de decisiones reproductivas, y el derecho a estar libres de
todas las formas de violencia y coerción que afecten la vida sexual y repro-
ductiva del ser humano.
En consecuencia, la libre disposición del cuerpo respecto a la capacidad
reproductiva entraña la posibilidad de procrear y la libertad para decidir ha-
cerlo o no, así como cuándo y con qué frecuencia. Esta última condición lle-
va implícito el derecho del hombre y la mujer a obtener información y acceso
a los métodos de planificación familiar de su elección seguros, efectivos, ase-'
quibles y aceptables, así como a otros métodos legales para la regulación de
la fecundidad, y el derecho a recibir servicios adecuados de atención de la
salud que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a las parejas
las máximas posibilidades de tener hijos sanos.
No obstante, debe recordarse que al requerir la reproducción humana
asistida de la participación del cuerpo de una mujer para lograr el fin desea-
do, puede llegarse a extremos de la explotación del cuerpo humano, en clara
violación al principio de la dignidad humana, lo que puede redundar en la
comercialización por ejemplo de una gestación por una madre sustituta, que
permite que en su útero sea llevada a cabo la implantación de un embrión
ajeno para ser entregado luego del parto a una pareja que ha pagado por
ello, o bien a la comercialización de la donación de gametos masculinos y
femeninos y aún de embriones, actos que por supuesto debe prohibir la ley
pues trasgreden el principio básico de la no propiedad del cuerpo humano lo
que implica necesariamente la imposibilidad de realizar cualquier transac-
ción de tipo comercial o gratuita con algún componente o con la totalidad
del cuerpo humano, pues esto resulta totalmente fuera de la ley, de la moral
y de las buenas costumbres, por lo que todo acto al respecto quedaría nulo
de manera absoluta.

1. EL DERECHO A LA INFORMACIÓN

Al momento de pretender definir el derecho a la información, cabe res-


ponder que no existe una respuesta que ofrezca un concepto unívoco de va-
lidez universal que pusiera fin a esta interrogante, en su sentido amplio el
derecho a la información esta de acuerdo con el artículo 19 de la Declara-
ción Universal de los Derechos Humanos, que lo establece como garantía
fundamental que toda persona posee para: atraerse información, a informar
y a ser informada, en su sentido estricto menciona que el derecho a la infor-
mación se ha identificado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
como el derecho de acceso a la información pública.28

28 VILLANUEVA VILLANUEVA, Ernesto, Temas selectos de derecho de la información, Instituto de


Investigaciones Jurídicas, Mkxico, 2004, pp. 9-16.
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50 CONMEMORACI~NDE LOS 80 ANOS DE WGENCIA DEL CÓDIGO C M L

El derecho a la información es un derecho constitucional reconocido al


final del artículo 6 O de la Constitución Mexicana desde 1977: "El Derecho a
la Información será garantizado por el EstadoW.29Es la garantía fundamental
que tiene toda persona para obtener información, como podría ser; noticias,
datos, hechos, opiniones e ideas, así como a informar y ser informada, de for-
ma compatible con otros derechos humanos, podemos decir que éste derecho
engloba tanto libertades individuales, como lo serían; libertades de pensa-
miento, expresión e imprenta, como otras libertades de carácter social, por
ejemplo; el derecho de los lectores, escuchas o espectadores a recibir infor-
mación objetiva, oportuna y el acceso a la documentación pública.
El 11junio de 2002, se promulgó en México la ley federal de transpa-
rencia y acceso a la información pública gubernamental, la cual dispone en
su artículo primero que esta ley "tiene como finalidad proveer lo necesario
para garantizar el acceso de toda persona a la información en posesión de
los poderes de la Unión, los órganos constitucionales autónomos o con auto-
nomía legal, y cualquier otra entidad federaY.30 Por su parte, la Ley General
de Salud en su título sexto, capitulo único, am'culos 104 al 109, establece que
la Secretaria de Salud y los gobiernos estatales, en el ámbito de sus compe-
tencias, captarán, producirán y procesarán la información necesaria para la
etapa de planeación, programación, presupuestación y control del Sistema
Nacional de Salud, lo que constituye una fuente valiosa de datos, toda vez
que la misma ley, contempla que esa información preponderantemente se
refiera a estadísticas de mortalidad, natalidad e invalidez así como de los
factores demográficos, sociales, económicos y ambientales que influyen en
ellos.31
Acercándonos a las técnicas de reproducción asistida, la misma Ley Ge-
neral de Salud, hace referencia en distintos artículos a la información que se
debe dar a los usuarios de los servicios de salud, sólo por citar algunos tene-
mos los artículos 100 y 102 de la ley en comento, los cuales hacen referencia
a la investigación en los seres humanos, de tal manera que para que un ser
humano pueda ser sujeto a tratamientos, terapias o medicamentos experi-
mentales, debe emitir su consentimiento por escrito, lo que implica su debi-
da información sobre las posibles consecuencias positivas y negativas para su
salud.32
La relación de las técnicas de reproducción humana asistida con el dere-
cho a la información, la encontramos en el hecho mismo de que todos los
servicios de salud a nivel mundial y por ende nuestro país no es la excepción
se han transformado de una cultura que concedía absoluta libertad de trata-

29Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 14a. ed., Sista,.México,2006, p. 8.


30Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/244.pdf
31 Ley General de Salud, Sista, México, 2011, pp. 35-36.
32 Ibidem,
DR © Universidad p. 33. Autónoma de México,
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BIENES JUR~DICOSTUTELADOS EN LAS TÉCNICAS DE REPRODUCU~NHUMANA ASISTiüA 51

mientos e intervenciones al personal de salud a otra que otorga la libertad


de elección del tratamiento por parte del paciente quien decide mejor que
nadie cuando, como y con quien combatir su padecimiento o en este caso
acceder a la reproducción humana asistida.
En palabras de Fernando Cano Valle, tenemos que el consentimiento bajo
información puede definirse como la manifestación voluntaria del paciente
de que es su intención participar en cualquier investigación para que sobre él
se efectúen procedimientos diagnósticos, tratamientos médicos o intervencio-
nes quirúrgicas de cualquier tipo, que suponen molestias, riesgos o inconve-
nientes que previsiblemente pueden afectar su salud o su dignidad, así como
las alternativas posibles, derechos, obligaciones y responsabilidades".33
En relación a esto, María Dolores La Calle González Haba, establece que
al ser la característica principal de las técnicas de fecundación artificial la
falta de unión sexual de la pareja, el consentimiento informado toma una
importancia decisiva y se constituye en núcleo habilitante de esta práctica,
además señala que este consentimiento no es exclusivo de la pareja usuaria
de estas técnicas, sino que se extiende para todas y cada una de las personas
que intervienen en las mismas, toda vez que no hay que olvidar que en estas
técnicas intervienen como mínimo 3 o 4 personas, además del equipo médi-
co que interviene, éstas personas son la pareja usuaria y el donante o donan-
tes, esto sin hablar de una posible madre sustituta y el marido o pareja de
ésta.34

IV. CONCLUSIONES

Los derechos que se derivan de los bienes jurídicos tutelados, en relación


con las técnicas de reproducción humana asistida, se entrelazan en el mo-
mento en que las mismas se actualizan mediante un procedimiento médico y
no de manera natural, dicho procedimiento de salud necesariamente trae
aparejadas ciertas consecuencias y riesgos quirúrgicos que necesitan ser ple-
namente comprendidos por el usuario de las técnicas, con la finalidad que
éste pueda asumir todos los efectos de las mismas, que como ya se ha co-
mentado, no sólo se reducen a cuestiones de salud sino que incluso pueden
estar dirigidos a determinar la filiación del concebido por estos métodos.
México carece de una legislación específica que regule la forma en
que deben manejarse las técnicas de reproducción humana asistida, a fin
de que proteja al ser humano en sus primeras etapas de desarrollo embrio-,
nario, pues incluso con reformas recientes al Código Penal para el Distrito

33 CANOVALLE,Fernando, Bioética, UNAM, México, 2005, p. 25.


34 LA CALLEGoNZALEZ-HABA, María Dolores, "La prestación del consentimiento, en las
técnicas de reproducción asistida", Boletín de la Facultad de Derecho, núm. 7, España, 1994,
PP. 150-167.
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Federal, se contempla la interrupción del embarazo antes de la décimo se-


gunda semana y la maternidad subrogada, lo cual podría implicar una des-
protección jurídica del preembrión in vitro o del embrión congelado, los
cuales pueden ser usados con cualquier fin no encaminado a la procreación,
como lo es la investigación genética fuera de los limites que la bioética mar-
ca con evidentes atentados a la dignidad del género humano.

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La importancia de las Capitulaciones


Matrimoniales en la nueva realidad
social de México
Raúl Contreras Bustamante

La época en que vivimos se caracteriza por las grandes transformaciones so-


ciales. Las instituciones de carácter social se han visto confrontadas por la
influencia que representan las comunicaciones - q u e nos permiten saber
que está sucediendo en este mismo instante del otro lado del mundo- y el
acceso a la información ilimitada, mediante el uso de la red Internet.
La influencia, persuasión y a veces contaminación, que cualquier socie-
dad vive de parte de otras realidades sociales y latitudes, ha propiciado cam-
bios muy acelerados en las costumbres e idiosincrasias de los pueblos de
nuestra era.
Además, la cosmovisión individualista que reina en el mundo occidental,
que ha convertido a los derechos del hombre como el centro de las principales
imputaciones jurídicas -por encima de las concepciones sociales-; ha ge-
nerado la exacerbación en el establecimiento de nuevas formas legales, que
privilegian los derechos individuales sobre cualquier otra idea que implique
solidaridad colectiva.
La institución jurídica del matrimonio, ha sido objeto de múltiples pre-
siones y ha tenido que modificar - d e manera radical- muchas de sus ideas
estructurales básicas.
En unas cuantas décadas, la institución matrimonial cambió su rostro de
forma substancial. El primer embate que recibió, fue el referente a la idea
de que se debía conservar o perdurar durante toda la vida de los contrayen-
tes. Hoy el divorcio, dejó de ser un estigma social y se ha convertido en una
realidad tan común, como el matrimonio mismo.
A la par, otro de los cambios importantes que ha sufrido la figura del
matrimonio tradicional, es el relativo a los roles sociales que los cónyuges
desempeñaban dentro de su unión. El papel del padre, protector y provee-
dor; y el de la madre, ama de casa y criadora de hijos; se han debilitado de
manera importante.

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Este cambio se debe a un factor trascendente, que ha revolucionado a la


institución matrimonial y a otras muchas más: el nuevo rol de la mujer en
la sociedad. La noción de igualdad, que inicialmente se refirió en los tiempos
de la Revolución Francesa, aquella entre gobernantes y gobernados; se ex-
tendió a muchos otros aspectos, entre ellos, a la igualdad entre géneros.
La posibilidad de la mujer de acceder a la formación educativa superior
y -por ende- al mercado laboral en condiciones similares al de los varo-
nes, cambió de forma radical sus roles dentro de la familia y la sociedad
misma.1
El acceso de la mujer a la información, trae aparejado el conocimiento:
herramienta esencial del cambio de su perspectiva de vida. Esta incursión en
la cultura, ha producido el fenómeno denominado como: "empoderamiento
de la mujer".
Está plenamente comprobado que entre más años estudia una mujer,
tiene menos hijos; sus aspiraciones son de índole profesional y genera recur-
sos económicos propios, que le dan mayor independencia respecto de su fa-
milia, llámese padres o esposo.
Sin duda, una de las razones por las que se han incrementado los divor-
cios, se debe a que la mujer ya no está dispuesta a tolerar el sometimiento a
roles del pasado y prefiere determinar su separación, en lugar de vivir sujeta
al dominio -y en su caso, malos tratos- de un marido.
Estos factores propician -a nuestro parecer- otra mutación trascen-
dente, respecto de uno de los principales objetivos de la visión de antaño del
matrimonio, que era la reproducción y preservación de la especie; el cual ha
dejado de ser fundamental.
Muchas personas - e n especial jóvenes- ya no conciben al matrimonio
como un elemento esencial para tener hijos; y ahora se casan a mayor edad;
no quieren que la llegada de los hijos trunque los estudios o las carreras pro-
fesionales; prefieren libertad para viajar, trabajar de manera intensa y desa-
rrollarse en otras actividades.
El caso extremo de la abolición del matrimonio como instrumento natu-
ral de la reproducción, lo representa -sin duda- la institucionalización del
matrimonio entre personas del mismo sexo, que ya es una realidad en la ca-
pital de nuestro país y ya ha sido reconocida su constitucionalidad por la
Suprema Corte de Justicia.
Tantos cambios padecidos por esta institución que es -sin duda- una
de las más importantes estructuras legales del Derecho Civil y Familiar, obli-
ga a revisar su naturaleza actual.
Existen autores que sostienen que se debe ver al matrimonio como una
institución de carácter social, es decir, como un conjunto especial de reglas

l En 1975, el porcentaje de alumnas matriculadas en la Facultad de Derecho de la UNAM,


no superaba el 15%. En la actualidad, es superior al 53%.
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impuestas por el Estado, que conforman una de las organizaciones funda-


mentales de cualquier sociedad o nación.
Es el Estado quien crea el marco legal institucional; los contrayentes
sólo tienen que adherirse al mismo; y es el propio Estado quién vigila que se
establezca, funcione y subsista la figura del matrimonio, pues es la célula
mínima de organización social, que tiene a su cargo la procreación, forma-
ción, alimentación y educación de los próximos ciudadanos.
Otros analistas, coinciden en considerar al matrimonio como un acto ju-
rídico, "cuyo origen está en las voluntades de quienes lo crean y que es gene-
rador de consecuenciasjundicas".z
Considerar al matrimonio como un Contrato,s es la corriente del pensa-
miento jurídico más difundida. La Constitución de 1857 determinó que:
"[ ...] el matrimonio es un contrato civil. Éste y los demás actos del estado
civil de las personas, son de la exclusiva competencia de los funcionarios y
autoridades del orden civil en los términos prevenidos por las leyes, y ten-
drán la fuerza y validez que las mismas les atribuyan [...]".4
Esta tendencia del pensamiento sugiere que lo que cuenta en el matri-
monio, es la voluntad de las partes y que la intervención del Estado, se limi-
ta únicamente a darle solemnidad al acuerdo de voluntades.
Existe una tercera tendencia a considerar al matrimonio como un acto
jurídico mixto. "Desde hace mucho tiempo, se ha venido sosteniendo en
nuestro país la naturaleza del matrimonio como un 'acto condición'. Esta
también es la postura que adopta nuestra Corte Suprema9'.5
Esta posición académica define que el matrimonio ubica a los consortes,
como un caso individual, dentro de una situación jurídica general ya creada
de antemano por la ley. Es decir, el matrimonio no crea la situación jurídica
con la que van a ser investidos los contrayentes, sino que dicha circunstancia
ya existe, las leyes ya la habían creado y reconocido.
Las tendencias legislativas de los últimos años, han ampliado los hori-
zontes de la institución matrimonial y han abierto tantas particularidades
que se alejan del acto o contrato por adhesión y lo acercan más al ámbito
contractual. "Así las cosas, como se trata de una convención generadora
de consecuenciasjurídicas, el matrimonio es un contrato y desde ese punto de
vista, se le opone al convenio en sentido estricto como cualquier acuerdo
ajurídico, ambos con su género, que es todo acuerdo, sea cual fuere su
contenido7'.6

DOM~NGUEZ
2 MART~NEZ, Jorge Aifredo, Derecho Civil Famüiar, P o d a , México, p. 119.
"El contrato se define como acuerdo de voluntades para crear o trasmitir derechos y
3
obligaciones; es una especie dentro del género de los convenios". ROJINAVILLEGAS,Rafael, Com-
pendio de Derecho Civil. Contratos, P o d a , Libro iV, p. 7.
4 Artículo 2O, reformado el 25 de septiembre de 1873.
MANZUR TAWILL, Elías, El divorcio sin causa en México, Porrúa, México, pp. 229 y 230.
6 DOMÍNGUEZ MART~NEZ,Jorge Aifredo, op. cit., p. 134.
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.. CONMEMORACIÓN
" . . . DE LOS 80-ANOS DE
.. . ....
VIGENCIA DEL CÓDIGO.-....-.
CML ~

El matrimonio dejó de ser la unión entre un hombre y una mujer, monó-


gamo, con el fin de procrear hijos, perpetuar la especie y con roles definidos,
dentro de los cuales el varón tenía preponderancia.7
El ámbito legal vigente, perfila una institución matrimonial a la que
pueden concurrir personas del mismo sexo; con la posibilidad de acceder al
divorcio incausado -en donde la sola voluntad de cualquiera de los contra-
yentes es suficiente para obtenerlo-; con objetivos diversos -además del
de la procreación-; y con integrantes que participan en condiciones de ma-
yor igualdad desde el punto de vista económico y financiero, lo que conduce
a la necesidad de fincar su establecimiento y funcionamiento con reglas más
claras.
Muchas de las reformas legislativas en materia familiar, surgieron de un
hecho particular: la aprobación de las reformas al Código Civil para el Distri-
to Federal, que se realizaron por la Asamblea Legislativa de esa entidad fe-
derativa. En uso de las facultades constitucionales, el Código Civil para el
D.F. dejó de ser potestad del Congreso de la Unión y pasó a ser atribución
del órgano legislativo local.
Con fecha 25 de mayo del 2000, el Código Civil para el Distrito Federal
en materia común, y para toda la República en Materia Federal, que fue pro-
mulgado por decreto publicado el veintiséis de marzo de mil novecientos
veintiocho en el Diario Oficial de la Federación y que entró en vigor a partir
del primero de octubre de mil novecientos treinta y dos; fue profundamente
modificado e incluyó concepciones liberales e innovadoras.
En la actualidad, el artículo 146 del mencionado Código, prescribe que:
"El matrimonio es la unión libre de dos personas para realizar la comunidad
de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua.
Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las formalidades que
estipule el presente código7'.*

7 Aunque ello aún enfrenta seria oposición de un sector importante de la sociedad. "Prohi-
bir la celebración del matrimonio a las parejas homosexuales no resulta discriminatono, y por lo
que es más, el permitirlo genera que el Estado eluda su obligación de brindar protección debida
a las parejas heterosexuales unidas por el vínculo matrimonial, toda vez que desvincula la pro-
creación del matrimonio". VÁZQUEZGÓMEZ BISOGNO,Francisco, El Matrimonio y la Suprema Cor-
te, Pomía, México, 2012, p. 133.
8 En el resto de las entidades federativas, el matrimonio sigue siendo reglamentado de
forma heterosexual. Por ejemplo, el Código Civil del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave
determina en su artículo 75, que: "El matrimonio es la unión de un solo hombre y de una sola
mujer que conviven para realizar los fines esenciales de la familia como institución social y ci-
vil" .Sin embargo, la validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo que se celebren
en el Distrito Federal, son legales dentro del territorio veracruzano, en virtud de que el propio
Código Civil del Estado dispone en su numeral 97 que: "El matrimonio celebrado fuera del Esta-
do, y que sea válido con arreglo a las leyes del lugar en que se contrajo, surtirá sus efectos civi-
les en la entidad.
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CAPITULACIONES MATRIMONIALES EN LA NüEVA W D A D SOCIAL DE MÉXICO


- 57

De manera congruente con los cambios que revolucionaron la concep-


ción matrimonial, el Código Civil para el D.F. establece en el Capítulo N,un
apartado que se intitula precisamente como: "Del contrato de matrimonio
con relación a los bienes", con lo cual nos ubica fuera de cualquier duda den-
tro de la concepción contractualista de esta institución.
La legislación de la capital de la República, determina que desde el pun-
to de vista patrimonial, el matrimonio debe celebrarse bajo los regímenes
patrimoniales de sociedad conyugal o separación de bienes.9
El hecho de que el Código Civil para el D.F. haya dejado de ser para
toda la República en materia federal, ha ocasionado que en esta materia
- c o m o en otras muchas- exista diversidad institucional en diferentes Esta-
dos del país.10
El Contrato de Matrimonio, debe estructurarse mediante un elemento
que desde hace muchos años está establecido dentro de nuestro orden legal,
pero que por la trascendencia que revisten para el momento actual, será ma-
teria de reflexión en el presente estudio: las Capitulaciones Matrimoniales.
El Diccionario de la Lengua Española, define el término "Capitulaciones':
como un derivado del vocablo "capitulación", que deviene del latín "capitula-
tio-onis" y que tiene los significados vanos: "Concierto o pacto hecho entre
dos o más personas sobre algún asunto, comúnmente grave; conciertos que
se hacen entre los futuros esposos y se autorizan por escritura pública, al te-
nor de los cuales se ajusta el régimen económico de la sociedad conyugal; y,
escritura pública en que constan tales pactos".
El Código Civil para el D.F. define: "[ ...] Las capitulaciones matrimonia-
les son pactos que los otorgantes celebran para constituir el régimen patri-
monial de su matrimonio y reglamentar la administración de los bienes, la
cual deberá recaer en ambos cónyuges, salvo pacto en contrario".ll
El concepto Capitulaciones Matrimoniales, aparece en casi todas las legis-
laciones de las demás entidades federativas de manera coincidente, aunque
con distintos alcances y modalidades.12
Derivado de la práctica notarial del autor, llamó la atención que dentro
de las facultades actuales autorizadas a realizar por los Notarios Públicos,
está la de dar Fe, respecto a la constitución y modificación voluntaria de ca-
pitulaciones matrimoniales. A pesar que la mayoría de los Códigos Civiles y
Familiares prescriben que las capitulaciones matrimoniales podrán otorgarse

Artículo 178.
loSugiero consultar la obra 'Tópicos sobre Regímenes Matrimoniales desde el punto de
vista Notarial" de Francisco Lozano Noriega, para constatar que existen diversas clasificaciones
en los Estados del país, que incluyen la sociedad conyugal voluntaria, la sociedad conyugal le-
gal, la sociedad legal, régimen mixto o la comunidad de bienes. Y están regulados en legislacio-
nes cuya denominación varía entre Código Civil, Código Familiar, Ley para la Familia, o bien,
Código de Familia.
l1 Artículo 179.
l2 El Estado de Colima es una excepción. Ver LOZANO NORIEGA, Francisco, op. cit.
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o modificarse durante el matrimonio, ante el Juez de lo Familiar o ante No-


tario mediante escritura pública, la verdad sea dicha, que esta diligencia se
presenta en muy rara ocasión.
Para la elaboración del presente estudio, se llevaron a cabo entrevistas
con algunos Oficiales de Registro Civil de varias entidades del país y coinci-
dieron que la presentación del documento que contiene las capitulaciones ma-
trimoniales, es inusual, por no decirlo de manera coloquial, "letra muerta".
De la revisión de este tema en-las legislaciones de las entidades federati-
vas, se desprende que hay diversos enfoques respecto a su aplicabilidad,
aunque reitero, las capitulaciones matrimoniales existen en la ley, como regla
general dentro del matrimonio; pero su observancia se aplica de forma ex-
cepcional, y sólo las convienen algunas personas que por diversos intereses
económicos, legales o litigiosos, acuden a su tramitación.
Existen Estados en donde las capitulaciones matrimoniales se instituyen
sólo cuando los contrayentes optan por establecer la llamada "sociedad con-
yugal voluntaria"; y determinan que a falta de ellas, se deberá regir el matri-
monio por los preceptos de la "sociedad legal". Otros, en cambio, las
establecen tanto para la sociedad conyugal como para el régimen de separa-
ción de bienes.
En algunas legislaciones, se establece que las capitulaciones matrimonia-
les pueden otorgarse;l3 y en otras, en cambio, se instituye el que deben otor-
garse. 14
El tema familiar sobre regímenes matrimoniales, ha sido materia de
múltiples reformas en algunas entidades federativas; y en contraste, en otras
-como en el Estado de Sinaloa-, la legislación aplicable se mantiene inmu-
table, a pesar de los nuevos tiempos.ls
La reglamentación específica sobre regímenes matrimoniales en las enti-
dades federativas del país varía, ya que en algunas Estados se ordena que si
los contrayentes no determinan a que régimen habrán de sujetarse o no pac-
tan capitulaciones matrimoniales, se deberá entender que les será aplicable
el de separación de bienes.16 En contraparte, algunos otros compendios nor-
mativos establecen que, por el contrario, el régimen al que se sujetarán de-
berá ser el de la sociedad conyugal el régimen legal supletorio.~7

'3 Baja Califomia, Baja Califomia Sur, Guerrero, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Pue-
bla, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Veracruz.
14 Aguascalientes, Coahuila, Distrito Federal, Jalisco, Michoacán, Nayant, Querétaro, San
Luis Potosí, Tlaxcala y Yucatán.
15 El Código Civil de Sinaloa no ha sido reformado en materia de regímenes matrimonia-
les desde el año de 1940. Lozano Noriega. Francisco, op. cit., p. 358.
16 Campeche, Coahuila, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Quintana Roo,
Yucatán y Zacatecas, son ejemplo de ello.
17 Chiapas, Chihuahua, Morelos, Nuevo León, Puebla, Veracruz, lo establecen. La legisla-
ción de Hidalgo y Jalisco se refieren a que será aplicable la "Sociedad legal"; Querétaro remite a
la "Comunidad de bienes" y Sonora a la "Sociedad conyugal legal".
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CAPITULACIONES MATRIMONIALES EN LA NUEVA REALIDAD SOCW DE MÉXICO 59

La reglamentación relativa a las capitulaciones matrimoniales e n el Dis-


trito Federal es bastante detallada. Dentro del Capítulo VII, que se dedica a
regular el tema d e las actas d e matrimonio, e n el artículo 98, se determina
que al escrito d e solicitud para celebrar el matrimonio, los solicitantes o pre-
tendientes deberán acompañar:
C..] V. El convenio que los pretendientes deberán celebrar con relación a sus
bienes presentes y a los que adquieran durante el matrimonio. En el convenio se
expresará con toda claridad si el matrimonio se contrae bajo el régimen de soae-
dad conyugal o bajo el de separación de bienes. Si los pretendientes son meno-
res de edad, deberán aprobar el convenio las personas cuyo consentimiento
previo es necesario para la celebración del matrimonio. No puede dejarse de pre-
sentar este convenio ni aun a pretexto de que los pretendientes carecen de bienes,ls
pues en tal caso, versará sobre los que adquieran durante el matrimonio. Al for-
marse el convenio se tendrá en cuenta lo que disponen los artículos 189 y 211, y
el Oficial del Registro Civil deberá tener especial cuidado sobre este punto, ex-
plicando a los interesados todo lo que necesiten saber a efecto de que el conve-
nio quede debidamente formulado.19
Si de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 185 fuere necesario que las capi-
tulaciones matrimoniales consten en escritura pública, se acompañará un testi-
monio de esa escritura.
Lo anterior significa que la presentación d e las capitulaciones matrimo-
niales como requisito previo a la celebración del matrimonio, es indispensa-
ble. Sin embargo, e n la realidad n o ocurre.20
Los Oficiales del Registro Civil e n el D.F. están saturados d e trabajo, difí-
cilmente dialogan con anterioridad a la celebración d e la ceremonia matri-
monial con los pretensos y se limitan a recabar unos fonnatos que el
Gobierno d e la Ciudad ha elaborado; e n los cuales se señalan algunas cir-
cunstancias.
La prevención para el otorgamiento d e capitulaciones matrimoniales e n
el Distrito Federal abarca, tanto al régimen d e sociedad conyugal como el d e

18 "Consideramos que el convenio indicado y las capitulaciones matrimoniales son actos


distintos". DOM~NGUEZ MARTRUEZ,Jorge Alfredo, op. cit., p. 84.
19 El artículo 189 se refiere a los elementos que deben contener las capituiaciones matri-
moniales en que se establezca la sociedad conyugal, y el 211 determina que "En el régimen de
separación de bienes los cónyuges conservarán la propiedad y administración de los bienes que
respectivamente les pertenecen y, por consiguiente, todos los frutos y accesiones de dichos bie-
nes no serán comunes, sino del dominio exclusivo del dueño de ellos".
20 La opinión de los juristas mexicanos afirma que el otorgamiento de las capitulaciones
debería hacerse necesariamente antes de la celebración del matnmonio y acompañarse a la soli-
citud el convenio que los pretendientes deben celebrar con relación a los bienes presentes y a
los que se adquieran durante el matrimonio, no pudiendo dejar de presentar dicho convenio
bajo ningún pretexto y en caso de que las capitulaciones deban constar en escritura pública, a la
solicitud deberá acompañarse un testimonio de elia. Diccionario Jundico Mexicano, p. 415.
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separación d e bienes.21 Es d e llamar la atención, q u e el Código Civil d e l a


capital establece: "Mientras no se pruebe, en los términos establecidos por
este Código, q u e los bienes y utilidades obtenidos por alguno de los cónyu-
ges pertenecen sólo a u n o d e ellos, s e presume q u e forman parte d e la socie-
d a d conyugal".22
Las capitulaciones matrimoniales q u e establezcan un régimen d e socie-
d a d conyugal, de conformidad con e l articulo 189 del Código Civil para e l
Distrito Federal, deberán contener:
[...] 1. La lista detallada de los bienes inmuebles que cada consorte lleve a la so-
ciedad, con expresión de su valor y de los gravámenes que reporten;
11. La lista especificada de los bienes muebles que cada consorte introduzca a
la sociedad;
111. Nota pormenorizada de las deudas que tenga cada esposo al celebrar el
matrimonio, con expresión de si la sociedad ha de responder de ellas, o única-
mente de las que se contraigan durante el matrimonio, ya sea por ambos consor-
tes o por cualquiera de ellos;
N.La declaración expresa de si la sociedad conyugal ha d e comprender todos
los bienes de cada consorte o sólo parte de ellos, precisando en este último caso
cuáles son los bienes que hayan de entrar a la sociedad;
V. La declaración explícita de si la sociedad conyugal ha de comprender los
bienes todos de los consortes, o solamente sus productos. En uno y en otro caso
se determinará con toda claridad la parte que en los bienes o en sus productos
corresponda a cada cónyuge;
VI. La declaración de si el producto del trabajo de cada consorte corresponde
exclusivamente al que lo ejecutó, o si debe dar participación de ese producto al
otro consorte y en qué proporción;
VIL La declaración acerca de que si ambos cónyuges o sólo uno de ellos admi-
nistrará la sociedad, expresándose con claridad las facultades que en su caso se
concedan;
VIII. La declaración acerca de si los bienes futuros que adquieran los cónyu-
ges durante el matrimonio, pertenecen exclusivamente al adquirente, o si deben
repartirse entre ellos y en qué proporción;
E.La declaración expresa de que si la comunidad ha de comprender o no los
bienes adquiridos por herencia, legado, donación o don de la fortuna; y
X. Las bases para liquidar la sociedad.23
Como puede deducirse, es un trámite complejo para cualquier ciudada-
no común. Para tratar de cubrir este requisito, el Gobierno del D.F. ha elabo-

21 "En realidad, cada capitulación constituye el equivalente a una cláusula de algún con-
trato y la suma de capitulaciones, es decir, el conjunto de ellas es lo que termina por constituir
o configurar algún régimen matrimonial". MART~NEZ ARRIETA,Sergio T., op. cit., p. 130.
22 Artículo 182 Ter.
23 La redacción transcrita no es exclusiva del Distrito Federal. Existe de manera similar en
los Códigos de los Estados de Baja California, Baja Califomia Sur, Coahuila, Guanajuato, Gue-
rrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Ta-
maulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y también en Zacatecas.
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-
CAPiTiJLACIONES MATRIMONIALES EN LA NUEVA REALIDAD SOCIAL DE MÉXICO 61

rado un formato para cada uno de los regímenes matrimoniales que deben
suscribir los solicitantes.
En el caso de la sociedad conyugal, el formato requiere que los preten-
sos firmen y se adhieran únicamente a los aspectos siguientes:
[...] Los que suscribimos, con las generales expresadas en la solicitud de matri-
monio que oportunamente presentamos, ante usted atentamente exponemos:
Que de conformidad con lo prevenido por la fracción V del artículo 98 de
Código Civil, venimos a presentar el siguiente convenio, que atañe a bienes futu-
ros por no tener presentes, bajo las siguientes Cláusulas:
1. El matrimonio se contrae bajo régimen de Sociedad Conyugal.
11. La Sociedad Conyugal comprenderá todos los bienes muebles e inmuebles
y sus productos que los consortes adquieran durante su vida matrimonial, inclu-
yendo el producto del trabajo.
111. En los bienes y productos de la cláusula anterior, cada consorte tendrá la
participación del cincuenta por ciento.
IV. La Administración de la Sociedad Conyugal quedará a cargo de quien los
cónyuges hubiesen designado, estipulación que podrá ser libremente modificada
sin necesidad de expresión de causa. Y en caso de desacuerdo el Juez de lo Fa-
miliar resolverá lo conducente.
V. Las bases para liquidar la Sociedad serán establecidas por el mismo Código
en sus artículos relativos.
Con las protestas de rigor [...]
Como puede observarse, con este tipo de formatos se pretende sustituir
la ausencia de las capitulaciones matrimoniales; sin embargo, como es de no-
tarse, éstos son escuetos, limitados y se circunscriben a confirmar aspectos
generales que ya están en el cuerpo del propio Código Civil.24
La realidad es que en el país se celebran matrimonios, en los cuales sólo
se determinan cuál será el régimen matrimonial al que habrá de sujetarse la
unión de los cónyuges; sin la elaboración precisa de las capitulaciones matri-
moniales; lo cual deja a los contrayentes sometidos a la regulación general
de las disposiciones del Código Civil y al arbitrio de la consideración de los
jueces, en casos de conflictos.25
A pesar de que en la mayoría de las legislaciones de nuestras entidades
federativas, las capirulaciones matrimoniales son materia de atención y regla-
mentación extensa, la realidad social señala que su aplicación es rara y
excepcional.
En casi todas las legislaciones, se ordena que cuando los cónyuges pac-
ten hacerse copartícipes o transferirse la propiedad de bienes por virtud de ,
capitulaciones matrimoniales, éstos deberán hacerse mediante escritura pú-

24 El formato para adherirse al régimen de separación de bienes es igual de limitado.


25 Artículo 182 Bis cCDF.-Cuando habiendo contraído matrimonio bajo el régimen de
sociedad conyugal, falten las capitulaciones matrimoniales o haya omisión o imprecisión en
ellas, se aplicará, en lo conducente, lo dispuesto por este Capítulo.
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62 ---- CONMEMORACI~NDE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L


m-.---*

blica y presentar el primer testimonio antes o durante la celebración del ma-


trimonio, lo cual es muy extraño que en la realidad se cumpla.
En el ámbito notarial, lo que se llegan a presentar son solicitudes para
elevar a escritura pública el cambio de régimen matrimonial y en el caso, las
correspondientes capitulaciones matrimonia1es;zá lo anterior casi siempre,
cuando los cónyuges deciden terminar el régimen de sociedad conyugal27 y
adoptar el régimen de separación de bienes.28
La modificación de las capitulaciones matrimoniales se podrá tramitar ante No-
tario cuando los cónyuges se pongan de acuerdo en señalar que sólo determina-
dos bienes se considerarán dentro de la sociedad conyugal. Una vez realizado
este acuerdo, el Notario dará aviso por escrito al Oficial del Registro Civil, a fin
de que haga la anotación marginal correspondiente al acta de matrimonio; y si
el convenio implica transferencia de derechos de propiedad sobre inmuebles, el
Notario lo inscribirá en el Registro Público de la Propiedad para que surta efec-
tos contra terceros.29
La tradición jurídica en el país, acostumbraba a otorgar al régimen de
sociedad conyugal una aceptación pública preferente. Antaño, se considera-
ba de "mala educación" o propio de abogados pleitistas, la adopción del régi-
men de separación de bienes.30
"La costumbre es la repetición constante, invetarata consuetudo de un
hecho o acto por un grupo social, con la convicción de que dichas conductas
son de carácter obligatorio".31
Sin embargo, la normatividad vigente -que no necesariamente resulta
"positiva"~2ha detallado de manera muy amplia y detallada, las caracterís-

26 Artículo 180 CCDF.-Las capitulaciones mammoniales se otorgarán antes de la celebra-


ción del matrimonio y durante este. Podrán otorgarse o modificarse durante el matrimonio,
ante el Juez de lo Familiar o ante Notario, mediante escritura pública.
27 En la práctica, no se trata en realidad de un "cambio de capitulaciones", puesto que las
que se supone se redactaron al momento de contraer el matrimonio, nunca se convinieron. Se
trata de la protocolización de un acuerdo para la disolución de la sociedad conyugal y el esta-
blecimiento - e s t a vez sí- de nuevas reglas en que en el futuro deberá funcionar el matrimo-
nio, desde el punto de vista económico.
28 En realidad, no son las capitulaciones del régimen de separación establecido durante el
matrimonio las que requieren escritura pública, sino los acuerdos resultantes de la liquidación
de la comunidad social que se sustituye". MARTÍNEZ ARRIETA, Sergio T., Separación de Bienes,
P o d a , México, p. 135.
29 DELRWEROMEDINA, Jorge, El Procedimiento Civil en Veracruz, P o d a , México, p. 442.
30 "NOobstante la importancia de prever las consecuencias patrimoniales del matrimonio
cuando los consortes han sido omisos a ello, no siempre la doctrina lo ha visto con buenos ojos,
al considerar que es una irrupción del Estado en la vida de la pareja". ~ ~ N ARRIETA, E Z Sergio
T., La Sociedad Conyuga, P o d a , México, p. 100.
31 TAPIARAM~REZ, Javier, Introducción al Derecho Civil, Pornia, México, p. 64.
32 E1 derecho positivo es el sistema de normas jundicas que regula efectivamente la vida
de un pueblo en un determinado momento histórico. Es el derecho que "es" por oposición al
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CAPlTULACIONES MATRIMONIALES EN LA NUEVA REALIDAD SOCIAL DE MÉXICO 63

ticas del régimen matrimonial económico de la sociedad conyugal, lo que


complica su composición y liquidación, en caso de disolución voluntaria o
divorcio.
El artículo 182 Quintus, del Código Civil para el D.F.,determina que:
En la sociedad conyugal son propios de cada cónyuge, salvo pacto en contrario
que conste en las capitulaciones matrimoniales:
1. Los bienes y derechos que le pertenezcan al tiempo de celebrarse el matri-
monio, y los que posea antes de éste, aunque no fuera dueño de eiios, si los ad-
quiere por prescripción durante el matrimonio;
11. Los bienes que adquiera después de contraído el matrimonio, por herencia,
legado, donación o don de la fortuna;
111. Los bienes adquiridos por cualquier titulo propio que sea anterior al ma-
trimonio, aunque la adjudicación se haya hecho después de la celebración de
éste; siempre que todas las erogaciones que se generen para hacerlo efectivo,
corran a cargo del dueño de éste;
N.Los bienes que se adquieran con el producto de la venta o permuta de
bienes propios;
V. Objetos de uso personal;
VI. Los instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u oficio,
salvo cuando éstos integren o pertenezcan a un establecimiento o explotación de
carácter común. No perderán el carácter de privativos por el hecho de haber sido
adquiridos con fondos comunes, pero en este caso el otro cónyuge que los con-
serve, deberá pagar a otro en la proporción que corresponda; y
VIL Los bienes comprados a plazos por uno de los cónyuges antes de contraer
matrimonio, tendrán el carácter de privativo cuando la totalidad o parte del pre-
cio aplazado se satisfaga con dinero propio del mismo cónyuge. Se exceptúan la
vivienda, enseres y menaje familiares.
El análisis cuidadoso del anterior precepto, permite concluir que es
bastante compleja la constitución del régimen de sociedad conyugal y muy
alejada de las concepciones populares que consideran que todos los bienes
de los contrayentes son propiedad de ambos, de manera equitativa e indis-
cutible.33
En el ámbito de la práctica notarial, sólo para citar unos ejemplos, resul-
ta relativamente fácil determinar cuáles bienes y derechos le pertenecen a
cada consorte, en virtud de haberlos adquirido antes del tiempo de celebrar-
se el matrimonio, pero no es sencillo poder establecer si un bien inmueble es
propiedad exclusiva de alguno de los integrantes de una sociedad conyugal,

derecho que "debe ser". DEPINA,Rafael, Derecho Civil Mexicano.Introducción, Personas, Familia,
P o d a , v. 1, p. 52.
33 "No es extraiio encontrar como opinión o creencia popular, que con motivo de la cele-
bración de la sociedad conyugal, todos los bienes de los esposos, existentes antes o después del
matrimonio se hacen comunes. De ahí la importancia de detenerse en el h a d o error del dere-
cho". MART~NEzARRIETA, Sergio T., op. cit., pp. 148 y 149.
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si éste lo adquirió por prescripción durante el matrimonio y argumenta que su


posesih la detentaba desde antes de contraer nupcias, si no existe la lista de-
tallada de los bienes inmuebles que cada consorte lleve a la sociedad, a que
se refiere el artículo 189 CCDF, que ya se comentó con anterioridad.
Tampoco es complicado poder comprobar que alguno de los miembros
de una sociedad conyugal es propietario exclusivo de algunos bienes adquiri-
dos después de contraído el matrimonio, con motivo de herencia, legado,
donación o don de la fortuna. Pero para un Notario no es sencillo establecer
cuándo algún miembro de la sociedad conyugal es titular exclusivo de algún
bien, si éste ha sido adquirido con el producto de la venta o permuta de bie-
nes propios, si no existe la lista detallada de los bienes originales.
Desde luego que estos ejemplos que pueden presentarse durante la exis-
tencia de la sociedad conyugal, son de compleja resolución, por la falta de
cumplimiento de los requisitos para constituir ese régimen patrimonial so-
cial; y serán menos sencillos de solucionar cuando se presenta un litigio o el
divorcio de los contrayentes.
En el caso del régimen de separación de bienes, el Código Civil para el
D.F. ordena que no es necesario que consten en escritura pública las capitu-
laciones antes de la celebración del matrimonio; pero si llegan a convenir,
siempre deberán contener un inventario de los bienes de que sea dueño cada
uno de los esposos al celebrarse el matrimonio y una relación detallada o
especifica de las deudas que al casarse tenga cada consorte.34
La necesidad de que exista una real observancia de lo previsto en la le-
gislación civil familiar, respecto a la celebración de las capitulaciones matri-
moniales, reviste un especial interés. Independientemente de que permite
estructurar una institución social más sólida, es también un medio para evi-
tar o resolver - e n su caso- conflictos.
Conviene meditar en las causas que motivan la falta de cumplimiento
-y por ende, la ineficacia35 de las prevenciones legales para la adopción
de las capitulaciones matrimoniales.
Una carga emotiva, romántica, religiosa y cultural afecta en su conjunto
la celebración del matrimonio e inhibe a los próximos consortes, impidiendo
que se detengan a meditar, convenir o pactar, las cuestiones económicas y
financieras de su próxima unión conyugal.
Se puede confundir con interés malsano, falta de amor, materialismo
extremo y muchas cosas más, si uno de los consortes pretende establecer re-
glas jurídicas y económicas para la próxima unión.

34Artícdos 210 y 211 CCDF.


35"La expresión "derecho eficaz", o mejor, "eficacia del derecho" aluden al hecho de que
el orden jurídico (o una disposición jurídica) es efectivamente seguido y aplicado". Diccionario
Jurídico Mexicano", vol. D-H, p. 1031.
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CAPITULACIONES MATRIMONLALES EN LA NUEVA REALIDAD SOCIAL DE M ~ C O


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"Lo jurídicamente lícito está limitado por conceptos éticos, que en dere-
cho se conocen como buenas costumbres. La buena fe (que es un dato emi-
nentemente moral) constituye la base de los intereses jurídicos".36
A eso, hay que agregar que en los gobiernos de las entidades federativas,
no existe interés ni capacidad suficiente para brindar a los pretendientes una
información de calidad y una orientación adecuada.
La defensa de la institución matrimonial - c o m o célula mínima de orga-
nización social-, ha propiciado que los gobiernos prefieran complicar las
reglas para contraer un régimen matrimonial -bajo la premisa de defender
su permanencia- en lugar de establecer reglas claras y fáciles para estructu-
rarlo de forma más moderna y adecuada.
Si se observaran los requisitos que las capitulaciones matrimoniales de-
ben contener, que están integralmente expuestas en la mayoría de los Códi-
gos y leyes de las entidades federativas, el establecimiento de los regímenes
matrimoniales alcanzaría una renovación que se antoja impostergable.
No solo obligaría a que los contrayentes entendieran de manera cabal
las características legales del acto jurídico que van a celebrar -lo que permi-
tiría mayor certeza y seguridad jurídica- sino que facilitaría el manejo, li-
quidación, adopción de otro régimen, solución de controversias y litigios; y
divorcios.37
Pero, en paralelo de la transformación de la institución del matrimonio,
se produce la del divorcio. La sociedad de nuestro tiempo ha modificando de
forma importante su conducta respecto a este tópico.38
Investigamos algunos indicadores relativos a la realidad que se vive en
el Distrito Federal, respecto a este fenómeno, ya que es la entidad federativa
a la cual pertenece la ciudadanía con más altos índices de educación; y ade-
más, es la localidad en donde se han presentado las reformas legislativas más
trascendentes de la última época, en materia del matrimonio y el divorcio.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, el Distrito Federal
es la entidad, a nivel nacional, con el menor porcentaje de población casada39
o en unión libre, esto es, cinco de cada diez personas de 12 y más años de
edad, se encuentra unida (49.7%). La población soltera representa 37.5% y
sólo una de cada diez (12.5%) está separada, divorciada o viuda.
En dicha entidad, la edad promedio a la que se unen o se casan por pri-
mera vez los hombres es a los 29 años y en el caso de las mujeres, es a los 26
años.40

36GALINDOGARFIAS,Ignacio, Derecho Civil, Porrúa, México, p. 17.


37El tema del divorcio constituye, sin duda, otra de las causales por las que se considera
que existe inobservancia en el establecimiento de las capitulaciones. Se cree por muchos auto-
res que el divorcio se ha extendido debido a las facilidades que la ley otorga para su tramitaaón.
38 "El divorcio no puede ser considerado bueno o malo en sí, pues no es más que la mani-
festación legal de la real ruptura del matrimonio". MANZURTAWILL, op. cit., p. 186.
39 Incluye a la población casada por lo civil, religioso o ambas.
40 De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2009.
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En 2010, se registraron 34 mil 444 matrimonios, es decir, se celebraron


3.9 uniones legales por cada mil habitantes. De las parejas casadas que se
divorciaron en 2010, más de la mitad tuvo un matrimonio con una duración
legal de 10 años o más (56.2 por ciento).
Desde hace algunos años se advierte un aumento paulatino de las sepa-
raciones (legales o no). En 2010, el 12.5% de la población de 12 años y más,
declaró estar divorciada, separada o viuda, proporción que supera en cinco
puntos porcentuales respecto con la observada en 1990.
La tradicional estabilidad de las familias se enfrenta a una tendencia as-
cendente del divorcio, lo que quiere decir que la disolución de las uniones
resulta menos reprobable -tanto en el ámbito social como familiar- que
hace un cuarto de siglo, como resultado de todos los factores que han sido
comentados a lo largo de este estudio.
En 2010, los procesos judiciales de divorcio registrados en la entidad,
ascendieron a 11,053; esto es, por cada 100 matrimonios realizados, hubo
32.1 divorcios; mientras que en el año 2000, la relación fue de 14.1; y 40
años antes, fue de tan sólo 3.1.
De las estadísticas consultadas del Tribunal Superior de Justicia del D.F.
se desprende que de las parejas que se divorciaron en 2010, el 26.3% estu-
vieron casadas cinco años o menos; 17.5% permanecieron unidas entre 6 y 9
años; y prácticamente más de la mitad (56.2%) proviene de un matrimonio
con una duración legal41 de 10 años o más. Por consiguiente, la duración
media de los matrimonios que disolvieron su vínculo de manera legal, es de
13.7 años, esto es 2.2 años más que en el año 2000, cuando las parejas que
se divorciaron duraron casadas aproximadamente 11.5 años.
De acuerdo con los datos que publica en su página de Internet el órgano
judicial del D.F., de los principales expedientes ingresados en juzgados fami-
liares" -desglosados por tipo y año judicial- el divorcio incausado es el de
mayor incidencia. En 2010 fueron 31,364, en 2009: 30,206, y en 2008:
20,235.43
Ya no tenemos ni divorcio voluntario ni divorcio necesario. Los legisladores por-
que solo exista un divorcio, el cual denominaremos como "divorcio unilateral",
aunque los medios lo han denominado divorcio express y en los tribunales lo
han denominado "divorcio incausado". Para obtener una sentencia de divorcio, a
partir de ahora, simplemente el cónyuge que quiera disolver el matrimonio lo
podrá tramitar unilateralmente.4

41 Duración legal se refiere al tiempo transcurrido entre la fecha de celebración del matri-
monio y la fecha de resolución o sentencia ejecutoria del divorcio.
42 Sin que se determine cuando y cuantos llegarán efectivamente a sentencia.
43 LOS trámites de los juicios de divorcio son - c o n mucho- los que atraen mayor aten-
ción, recursos y tiempo resolver en el D.F.
4 GÓMEZ FRODE, Carina, Derecho Procesal Familiar, Pomía, México, p. 31.
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CAPITULACIONESMATRIMONIALES EN LA NUEVA REALIDADSOCIAL DE MWCO 67

Un tema importante que las estadísticas no dilucidan y sería interesante


saber, es con respecto a los expedientes iniciados con motivo de demandas
de divorcio, ¿cuántos de los que mediante sentencia se determinará la diso-
lución del vínculo matrimonial, seguirán en litigio para resolver - d e mane-
ra incidental- problemas económicos?
Seguramente la mayoría, producto de la imprecisión de las condiciones
con que se regulan por parte de los cónyuges los temas patrimoniales, debido
a la ausencia de capitulaciones matrimoniales. "Lo más arduo de las negocia-
ciones para un divorcio voluntario suelen ser las prestaciones económicas y
no la situación de los niños como pudiera pensarse"45
La ley ha simplificado el trámite para dar por disuelto un matrimonio,
pero "no deja de ser un gran problema que las partes deban continuar liti-
gando, cuando no se ponen de acuerdo; en cuanto a los bienes y a los hijos
en diversos incidentes posteriores a que se decrete la disolución del vínculo
matrimonial".#
Producto del estudio del tema, la práctica profesional y la investigación
realizada en la legislación de todas las entidades federativas, a manera de
Conclusiones, se sugiere que a efecto de fomentar la observancia y eficacia
en el cumplimiento de la elaboración de Capitulaciones Matrimoniales, se to-
men en cuenta las siguientes propuestas:47
1. Se instruya al personal de las Oficinas de Registro Civil, de todas las
entidades federativas, para que cumplan con el contenido de sus respectivas
leyes y brinden la orientación y asesoría necesaria; preparen formatos idó-
neos de acuerdo a las leyes y Códigos Civiles locales; y hagan las anotacio-
nes de ley en sus registros; a efecto de generar la elaboración, acuerdos de
voluntades, suscripción y debido registro de las capitulaciones matrimoniales,
de acuerdo al régimen matrimonial que los cónyuges elijan.
2. Recabar por escrito la manifestación de los cónyuges, bajo protesta de
decir verdad, ante dos testigos y si es posible ratificado ante Notario, cuando
no sean propietarios de bienes inmuebles, muebles, derechos o acciones; ad-
quiridos antes de celebrar el contrato de matrimonio.
3. En caso contrario, exigir que se entreguen las listas detalladas de bie-
nes inmuebles, muebles, derechos o acciones de que son propietarios, cuan-
do declaren que se reservarán la propiedad de los mismos. En caso de que
sea su deseo aportarlos a una sociedad conyugal, exigir que se tramite la es-
critura pública que todas las legislaciones del país previenen?

45 MANZURTAWILL,Elías, El Divorcio como solución, P o d a , México, p. 220.


46 Z Carina, op. cit., p. 32.
G ~ M E FRODE,
47Muchas de las propuestas son tomadas del Código Civil del Estado de hebla, quien a
nuestro parecer posee la legislación más avanzada respecto al manejo adecuado de las Capituia-
aones Matrimoniales.
4 "... Bien sano sería, que las capitulaciones fueran otorgadas en todo caso ante notario,
por la solidez jurídica de los instrumentos que el sistema notarial ofrece, amén de la asesoría
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4. Recabar por escrito la manifestación de los pretensos, respecto a dejar


asentado de forma expresa, si es su deseo que se incorporen a una sociedad
conyugal: a) Las deudas que cada uno tiene; b) La declaración de que todos
los bienes de cada consorte o sólo parte de ellos, precisando en este último
caso, cuáles son los bienes que habrán de entrar a la sociedad; c) La declara-
ción explícita de si la sociedad conyugal ha de comprender los bienes todos
de los consortes, o solamente sus productos; d) La declaración de si el pro-
ducto del trabajo de cada consorte corresponde exclusivamente al que lo
ejecutó, o si debe dar participación de ese producto al otro consorte y en qué
proporción; e) La declaración acerca de que si ambos cónyuges o sólo uno de
ellos administrará la sociedad; fl La declaración acerca de si los bienes futu-
ros que adquieran los cónyuges durante el matrimonio, pertenecen exclusi-
vamente al adquirente, o si deben repartirse entre ellos y en qué proporción;
g) La declaración expresa de que si la comunidad ha de comprender o no los
bienes adquiridos por herencia, legado, donación o don de la fortuna; así
como; h) Las bases para liquidar la sociedad.
5. Cuando los consortes decidan constituir una sociedad conyugal, ésta
debe ser registrada ante el Registro Público de la Propiedad de la localidad,
igual que su eventual liquidación.
6. Los Oficiales y Jueces del Registro Civil, deberán anotar de manera
clara en las actas correspondientes, cuando los contrayentes celebraron capi-
tulaciones matrimoniales; debiendo conservar en el expediente una copia de-
bidamente suscrita por ambos consortes.
7. Cuando los contrayentes hayan celebrado capitulaciones matrimonia-
les, ellos deberán inscribirlas en el Registro Público de la Propiedad, así
como en el de Comercio, si alguno de ellos es comerciante o posee bienes,
acciones o cualquier derecho que se relacione con alguna persona moral de
carácter mercantil.
8. Los cambios de régimen matrimonial o de capitulaciones, deberán
anotarse ante el Registro Civil e inscribirse en el Registro Público de la Pro-
piedad, así como en el de Comercio, si fuese el caso.
9. Cuando los cónyuges hubiesen celebrado matrimonio fuera de la enti-
dad federativa donde deseen realizar un acto jurídico traslativo de dominio,
deberán de manifestarlo al Notario en su momento, para que el haga los
trámites e inscripciones correspondientes.
10. Las autoridades de cada entidad federativa, deberán convenir con los
Colegios de Notarios aranceles accesibles a la población, a efecto de que
los fedatarios contribuyan al cambio cultural que se requiere en este tema.49

por ei notario, como perito jurídico imparcial, a los interesados" DOM~NGUEZ MART~NEZ, Jorge
Alfredo, op. cit., p. 101.
49 "El Notariado está organizado en el Distrito Federal como una institución, la ley brinda
a favor de la colectividad la garantía institucional del notariado". Ríos HELLIG,
Jorge, La Práctica
del Derecho Notarial, McGraw Hill, Porrúa, p. 31.
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La observancia de la legislación en materia de las capitulaciones matri-


moniales, constituye un tema de la mayor importancia. No sólo se trata de
hacer positiva y eficaz el contenido de la ley -que siempre será un objetivo
de la Ciencia Jurídica-; sino que es una premisa que contribuirá a dotar de
mayor certeza y seguridad jurídica a nuestra sociedad.
Reviste de un cambio en la concepción del matrimonio, pero creemos
que será un instrumento positivo para lograr que los contrayentes comien-
cen a edificar su próxima unión en términos de madurez y mayor cuidado.
La celebración de capitulaciones matrimoniales, bien meditadas, conveni-
das, cuidadas, cumplidas y observadas, permitirá que los consortes siempre
estén conscientes de sus próximas decisiones e inversiones.
Evitarán complicaciones y consecuencias no deseadas, cuando alguno de
los cónyuges tome determinaciones que se alejen de los acuerdos alcanzados
en común y atenten en contra del patrimonio colectivo; y -peor aún-,
cuando afecten de manera ilegal el patrimonio del otro consorte.
Por último, las capitulaciones matrimoniales harán más fácil la disolución
de cualquiera de los regímenes matrimoniales, en caso de divorcio; reduci-
rán el ámbito de discrecionalidad de los jueces; y le ahorrarán a la sociedad
recursos financieros de forma importante, mediante la solución de contro-
versias menos ríspidas, disputadas e innecesariamente prolongadas.

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Contratación electrónica
Manuel García Barragán M.

SWO: 1. ¿Qué es el Internet? 11. Regulación de la contratación a través de Intemet.


111. Ley Modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil In-
ternacional (CNUDMI) Sobre Comercio Electrónico. IV. Decreto del 29 de mayo de
2000 que reformó y adicionó diversos artículos del Código Civil Federal, del Código
Federal de Procedimientos Civiles, del Código de Comercio y de la Ley Federal de
Protección al Consumidor. V. Concepto del Contrato celebrado a través de Medios
Electrónicos. VI. Perfeccionamiento del Contrato celebrado a través de Medios Elec-
trónicos entre Presentes y entre Ausentes.

Es importante para comentar la Contratación Electrónica o en Línea, el


determinar previamente, aunque sea en forma somera el concepto de Inter-
net. La palabra Internet es una abreviación de "Intercomected Networks"
(Redes Interconectadas).l Este término aparece en el año de 1982.2
Se dice que el Internet es la Red de Redes;3 que es una red gigante que
interconecta una innumerable cantidad de redes locales de computadoras.4
Dentro de las características principales del Internet está el ser una red
abierta y no ser propiedad de nadie. Ello significa que no se restringe a na-
die el acceso a la red, lo cual no sucede con las redes cerradas también de-
nominadas como Intranet, como es el caso de la Electronic Data Znterchange
(Intercambio Electrónico de Datos) (EDI) u otras redes cerradas en las cuales
se requiere el permiso del dueño para acceder a ellas. EDI fue una red utili-
zada para vanos propósitos por grandes empresas, entre otras cosas, para el
comercio electrónico. En elia las partes se conocen previamente y han deter-
minado las claves y lenguaje cifrado al cual solo tienen acceso ellas, y pre-
viamente han celebrado un contrato o acuerdo normativo, en el cual han
pactado reglas aplicables a sus contratos futuros a celebrarse a través de EDI.
La Ley Modelo de la CNUDMI Sobre Comercio Electrónico define en su artículo

1Traducción libre del autor.


2 MENÉNDez MATO, Juan Carlos, El Contmto Viá Internet, J.M. Bosch Editor, España, p. 38.
3 Internatianal Contnbutors, Internet Law and Practice, West, 2004, pp. 1-2.
4 BARRIOS GARRIDO, Gabriela, MuÑoz DE ABA MEDRANO,Marcia y PÉRez B u w , Camilo,
Internet y Derecho en M&o, McGraw-Hill, México, 1998, p. 5.
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
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2 b), el intercambio electrónico de datos (EDI)y dice que por él se entenderá


la transmisión electrónica de información de una computadora a otra, estan-
do estructurada la información conforme a alguna norma técnica convenida
al efecto. Internet ha venido a desplazar en gran medida al EDI.
Otra característica importante de Internet es el poder proporcionar servi-
cios interactivos y es que funciona simultáneamente como medio de publica-
ción y de comunicación. Internet admite diversos modos de comunicación a
saber: entre un emisor y un receptor individuales, entre un emisor individual
y múltiples receptores y entre múltiples emisores y receptores.5 Una más de
sus características es ser mundial o global, es decir que no está restringida a
uno o varios países en particular, sino que una computadora en cualquier
país puede comunicarse a una o más computadoras en diversos países.
Internet proporciona diversos servicios, pero para el tema que nos ocu-
pa, es su utilidad como medio de comunicación la que tiene relevancia. Como
tal, permite la celebración de contratos y aún su ejecución parcial. Como me-
dio de comunicación permite a las partes en ciertos supuestos celebrar con-
tratos en los que el consentimiento se regula conforme a las reglas de los
contratos celebrados entre presentes, pero también permite celebrar contra-
tos entre partes no presentes o ausentes. En ambos casos se plantean proble-
mas de carácter legal que adelante comentamos.

II. REGULACIÓN DE LA CONTRATACIÓN A TRAVES DE INTERNET

Se ha buscado por organismos internacionales resolver la problemática


que afecta la contratación electrónica. Dentro de ellos está la Comisión de
las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI), que
preparó la Ley Modelo Sobre Comercio Electrónico y su Guía para la Incor-
poración al Derecho Interno, posteriormente la Ley Modelo Sobre Firmas
Electrónicas también con su Guía para la Incorporación al Derecho Interno y
la Convención de las Naciones Unidas Sobre la Utilización de las Comunica-
ciones Electrónicas en los Contratos Internacionales. También lo han hecho
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la
Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Cámara de Comercio Inter-
nacional (CCI), entre otras. Algunos organismos han preparado regulaciones
que atienden en forma más específica a las materias que tales organismos
tienen por objeto, como es el caso de la Organización Mundial de la Propie-
dad Intelectual (OMPI).
De las regulaciones propuestas, las que han tenido más trascendencia
en la contratación electrónica mercantil, son sin duda la Ley Modelo Sobre
Comercio Electrónico y la Ley Modelo Sobre Firmas Electrónicas, ambas de
la CNUDMI. Igualmente las disposiciones de la Convención de las Naciones

5 B A R I A ~Citado
. por MENÉNDEZMATO,Juan Carlos, op. cit.
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Unidas sobre la Utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los Con-


tratos Internacionales, de la cual México no es parte. Como lo mencionamos
adelante, México llevó a cabo reformas al Código de Comercio ("CC") y a la
Ley Federal de Protección al Consumidor tomando en consideración lo esta-
blecido en dichas Leyes Modelo. En el caso de la reforma al Código Civil Fe-
deral ("CCF") y quizá porque las leyes modelo citadas se enfocan al ámbito
mercantil, la reforma no refleja tanta influencia.

III. LEY MODELO DE LA COMISI~NDE LAS NACIONES UNIDAS


PARA EL DERECHO MERCANTIL INTERNACIONAL (CNUDMI)
SOBRE COMERCIO ELECTR~NICO

En 1996 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Ley Mo-


delo preparada y aprobada por la CNUDMI Sobre Comercio Electrónico (la
"Ley Modelo"), y recomendó a los Estados el que consideraren de manera
favorable la Ley Modelo al promulgar o revisar su legislación, en virtud de la
necesidad de que el derecho aplicable a los métodos de comunicación y al-
macenamiento de información sustitutivos de los que utilizan papel sea uni-
forme. En 1998, se adicionó la Ley Modelo con un arti'culo 5 Bis relativo a la
validez de la información que figura simplemente en el mensaje de datos en
forma de remisión.
Esta Ley establece que su ámbito de aplicación es para todo tipo de infor-
mación en forma de mensaje de datos utilizada en el contexto de actividades
comerciales. Trata todos los aspectos de importancia en las comunicaciones
electrónicas relativas al comercio y su contratación electrónica. En efecto, da
definiciones que facilitan su manejo; establece reglas de interpretación; esta-
blece los principios de la firma electrónica y de los requisitos jurídicos de los
mensajes de datos; asimila el mensaje de datos a una constancia por escrito
y da las reglas para establecer que constituye un original del mensaje, al
igual que para la admisibilidad y fuerza probatoria de ellos y su conserva-
ción. Muy importante también, la Ley Modelo establece reglas sobre la for-
mación y validez de los contratos, la validez de la manifestación de voluntad
a través de los mensajes de datos, la atribución de su origen, el acuse de re-
cibo y el tiempo y lugar del envío y recepción de los mensajes de datos.

IV. DECRETO DEL 29 DE MAYO DE 2000 QUE R E F O R M ~Y ADICION~


DIVERSOS ART~CULOSDEL CdDlGO CIVIL FEDERAL, DEL CÓDIGO FEDERAL
DE PROCEDIMIENTOS CIVILES, DEL C ~ D I G ODE COMERCIO Y DE LA LEY
FEDERAL DE PROTECCI~NAL CONSUMIDOR

En el Diario Oficial de la Federación del 29 de mayo de 2000 se publicó


una reforma muy importante a nuestro Código Civil para el Distrito Federal
en Materia Común y para toda la República en Materia Federal ( L L ~ ~ ~ ~ ' ' ) .
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A raíz de esa reforma y congruente con la reforma constitucional que esta-


bleció un Órgano Legislativo para el Distrito Federal, nuestro Código se des-
membra, creándose con el texto vigente en esa época, un Código Civil para
el Distrito Federal y un Código Civil Federal.
También dicha reforma introduce en el Código Civil Federal el reconoci-
miento de los medios electrónicos para la expresión del consentimiento, y a
diferencia de lo que dispone el artículo 1811 para la contratación a través
del telégrafo, que requiere estipulación previa de las partes para que esa for-
ma de otorgamiento de consentimiento surta efectos, la reforma no requiere
de estipulación previa entre las partes para la validez de la propuesta y la
aceptación a través de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra
tecnología.
En relación con esta reforma hubieron tres iniciativas en la Cámara de
Diputados, la primera de fecha 30 de abril de 1999, la segunda el 15 de di-
ciembre de 1999, siendo la última la de fecha 22 de marzo de 2000. En to-
das ellas se indica la importancia de que nuestra legislación acepte y regule
los medios electrónicos para llevar a cabo entre otras cosas la celebración de
contratos. También en todas se hace referencia a la Ley Modelo, su impor-
tancia y el hecho de que ya en algunos países ésta había sido introducida en
las legislaciones locales. Igualmente, los motivos de las iniciativas establecen
la conveniencia de que lo anterior no quede limitado al ámbito mercantil,
sino que también esto se introduzca en el ámbito civil. La tercera iniciativa
que substancialmente fue aprobada, indica en relación con la reforma al Có-
digo Civil Federal, entre otras cosas:
Por lo anterior, la presente iniciativa ha considerado que el sistema jurídico
mexicano debe incluir las menciones necesarias para aprovechar los avances lo-
grados no sólo en el ámbito comercial, sino también en otros campos, para que
pueda lograrse una interacción en todos esos campos y los considere en su con-
junto y no de manera aislada.
Es necesario dar valor probatorio al uso de medios electrónicos en los proce-
sos administrativos y judiciales, sin que quede al arbitrio del juez considerar su
validez probatoria en caso de controversia, debido a una ausencia de regulación
expresa.
Por lo anterior, se considera conveniente, adecuar el marco jurídico mexica-
no. En materia de Código Civil, resulta necesario reconocer la posibilidad de que
las partes puedan extemar su voluntad o solicitar algún bien o servicio mediante
el uso de medios electrónicos, e incluso dar validez jurídica al uso de medios de
identificación electrónica.
Asimismo se requiere actualizar los alcances de la legislación civil vigente en
lo relativo a los actos que requieren de la forma escrita otorgada ante un fedata-
rio público, y que bien pueden conservar e incluso fortalecer la seguridad jurídi-
ca en beneficio de los obligados, si se utilizan medios electrónicos, ópticos o
cualquier otra tecnología, conforme a un procedimiento claro y particularmente
descriptivo que acredite la atribución de información a una persona, y asegure
que ésta será susceptible de consulta posterior.
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Lo anterior hace indispensable determinar con claridad al ordenamiento civil


aplicable en materia federal, para lo cual se propone adecuar la denominación
del Código Civil para el Distrito Federal en materia común y para toda la Repú-
blica en materia federal por la de Código Civil Federal, en estricto apego al pre-
cepto constitucional que otorga a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal,
competencia para legislar en materia civil para esa entidad federativa.
Con relación al Código Federal de Procedimientos Civiles, se propone una
adición con el fin de conceder efectos jurídicos, validez y fuerza probatoria a la
información que conste en medios electrónicos y con ello, se reconocerán efectos
jurídicos a las obligaciones que de conformidad con el Código Civil, contraigan
las partes mediante el uso de medios electrónicos. En lo que se refiere al Código
de Comercio con la iniciativa que se presenta se hará una amplia reforma al tex-
to vigente, con lo cual se conseguirá una legislación mercantil innovadora y al
día en aspectos informáticos, con ello se concederá la posibilidad de que los co-
merciantes puedan ofertar bienes o servicios a través de medios electrónicos,
también podrán conservar la información que por ley deben iievar mediante me-
dios electrónicos, además de lo anterior se abrirá un titulo de obligaciones
mercantiles que retome los conceptos manejados por el Derecho Común, pero
aplicados a actos de comercio.6
Por su parte, la Cámara de Senadores e n relación con la iniciativa envia-
da por la Cámara de Diputados (Tercera Iniciativa), indica, entre otras co-
sas, lo siguiente:
Que la presente iniciativa constituye un instrumento para reconocer validez juri-
dica a los actos, contratos o convenios comerciales que sean celebrados entre no
presentes por vía electrónica, del mismo modo que se reconoce la de los actos
celebrados mediante documentos consignados en papel, lo que se conoce como
el principio de "equivalente funcional", con lo cual se busca facilitar el comercio
electrónico dando igualdad de trato a los contratos que tengan soporte informá-
tic0 con relación a aquéllos que sean soportados en documentación consignada
en papel.7
También dicha Cámara e n relación con la iniciativa enviada por la Cá-
mara de Diputados y ya refiriéndose expresamente a la reforma del Código
Civil, comentó:
Por medio de la presente iniciativa se pretende incorporar en el Código Civil
para el Distrito Federal en materia común y para toda la República en materia
federal, el concepto jurídico "mensaje de datos", que implica el consentimiento
otorgado por medios electrónicos. Igualmente se introducen reformas para esta-
blecer que se reconoce la validez de la oferta y la aceptación o rechazo de la
misma, realizadas a traves de un mensaje de datos. También se establece el re-
conocimiento de que el mensaje de datos electrónico tiene la misma validez y
cumple el requisito de la forma escrita, que se exige para el contrato y demás

6 Gaceta Parlamentaria, año 111, número 500,mikrcoles 26 de abril de 2000.


7 Diario de Debates del Senado, abril 29 de 2000.
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documentos legales que deben ser firmados por las partes. Asimismo, se reconoce
que tanto la forma escrita como la firma original, tiene cumplidos los requisitos
legales para la validez de las transacciones, tratándose de un mensaje de datos.8
Los artículos reformados del Código Civil Federal fueron los siguientes,
que quedaron con la redacción a continuación indicada:
Artículo 1803.-E1 consentimiento puede ser expreso o tácito, para ello se
estará a lo siguiente:
1. Será expreso cuando la voluntad se manifieste verbalmente, por escrito, por
medios electrónicos, ópticos o por cualquier otra tecnología, o por signos inequívo-
cos, Y
11. El tácito resultará de hechos o de actos que lo presupongan o que autori-
cen a presumirlo, excepto en los casos en que por Ley o por convenio la voluntad
deba manifestarse expresamente.
Artículo 1805.-Cuando la oferta se haga a una persona presente, sin fijación
de plazo para aceptarla, el autor de la oferta queda desligado si la aceptación no
se hace inmediatamente. La misma regla se aplicará a la oferta hecha por teléfono
o a través de cualquier otro medio electrónico, óptico o de cualquier otra tecnología
que permita la expresión de la oferta y la aceptación de ésta en forma inmediata.
Artículo 1811.-La propuesta y aceptación hechas por telégrafo producen
efectos si los contratantes con anterioridad habían estipulado por escrito esta
manera de contratar, y si los originales de los respectivos telegramas contienen
las firmas de los contratantes y los signos convencionales establecidos entre
ellos.
Tratándose de la propuesta y aceptación hechas a través de medios electróni-
cos, ópticos o de cualquier otra tecnología no se requerirá de estipulación previa
entre los contratantes para que produzca efectos.
Artículo 1834 Bis.-Los supuestos previstos por el artículo anterior se tendrán
por cumplidos mediante la utilización de medios electrónicos, ópticos o de cual-
quier otra tecnología, siempre que la información generada o comunicada en
forma íntegra, a través de dichos medios sea atribuible a las personas obligadas
y accesible para su ulterior consulta.
En los casos en que la Ley establezca como requisito que un acto jurídico
deba otorgarse en instrumento ante fedatario público, éste y las partes obligadas
podrán generar, enviar, recibir, archivar o comunicar la información que conten-
ga los términos exactos en que las partes han decidido obligarse, mediante la
utilización de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, en
cuyo caso el fedatario público, deberá hacer constar en el propio instrumento los
elementos a través de los cuales se atribuye dicha información a las partes y con-
servar bajo su resguardo una versión íntegra de la misma para su ulterior consul-
ta, otorgando dicho instrumento de conformidad con la legislación aplicable que
lo rige.9

8 Gaceta Parlamentaria, año 111, número 500, miércoles 26 de abril de 2000.


9 Énfasis añadido por el autor.
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En la misma fecha fue reformado el Código Federal de Procedimientos


Civiles adicionándosele un nuevo artículo 210-A el cual reconoce como prue-
ba la información generada o comunicada que conste en medios electróni-
cos, ópticos o en cualquier otra tecnología. Dicha disposición establece:
Artículo 210-A.-Se reconoce como prueba la información generada o comu-
nicada que conste en medios electrónicos, ópticos o en cualquier otra tecnología.
Para valorar la fuerza probatoria de la información a que se refiere el párrafo
anterior, se estimará primordialmente la fiabilidad del método en que haya sido
generada, comunicada, recibida o archivada y, en su caso, si es posible atribuir a
las personas obligadas el contenido de la información relativa y ser accesible
para su ulterior consulta.
Cuando la Ley requiera que un documento sea conservado y presentado en su
forma original, ese requisito quedará satisfecho si se acredita que la información
generada, comunicada, recibida o archivada por medios electrónicos, ópticos o
de cualquier otra tecnología, se ha mantenido íntegra e inalterada a partir del
momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva y esta pueda
ser accesible para su ulterior consulta.
Por su parte, el Código Civil para el Distrito Federal no ha sido reforma-
do para incorporar el reconocimiento de la expresión del consentimiento por
medios electrónicos.
Es indiscutible que uno de los beneficios de la contratación a través de
medios electrónicos es que permite en la práctica la superación del factor
geográfico, entendido éste como un obstáculo a la contratación.1o Como pue-
de apreciarse de las disposiciones arriba transcritas, el Código Civil Federal,
a diferencia del Código de Comercio conforme este fue reformado (artículos
90 y BOBis), no establece ninguna forma específica para cerciorarse de la
autenticidad de los datos enviados por el medio electrónico. Solamente indi-
ca el artículo 1834 BIS el requisito de que:
"[...] siempre que la información generada o comunicada en forma ínte-
gra, a través de dichos medios sea atribuible a las personas obligadas y acce-
sible para su ulterior consulta".
Sin precisar cómo se puede verificar que la información sea atribuible a
las personas obligadas, ni accesible para su ulterior consulta. Esto plantea
dudas en cuanto a la forma en que se debe probar que la información sea
atribuible a las personas indicadas y su accesibilidad para ulterior consulta.
Si bien es cierto que el Código Federal de Procedimientos Civiles en el
artículo 210 A, al reconocer como medio de prueba la información generada
o comunicada por medios electrónicos indica que:
"Se estimará primordialmente la fiabilidad del método en que haya sido
generada, comunicada, recibida o archivada y, en su caso, si es posible atri-

10 PÉREZ LuÑo, Antonio Enrique, Saggi di informática giundica. Citado por MENÉNDEZ
MATO,Juan Carlos, op. cit., p. 57.
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buir a las personas obligadas el contenido de la información relativa y ser


accesible para su ulterior consulta".
Esta disposición no resuelve la duda de cómo se puede atribuir a la per-
sona obligada la información generada por medios electrónicos.
Debemos considerar que en la actualidad es común que los menores de
edad tengan un manejo experto de las computadoras, en muchos casos me-
jor que el de los adultos. Ello permite que a través de computadoras puedan
enviar mensajes de datos conteniendo ofertas que no son atribuibles al titu-
lar del correo electrónico indicado en el mensaje; también se da la posibili-
dad de que dichos mensajes de datos se modifiquen por los denominados
"hackers" haciéndolos aparecer como si hubieran sido enviados de cualquier
computadora y correo electrónico. Por ello, en la reforma al Código Civil
Federal, a diferencia de la reforma al Código Mercantil, no se cuidó en qué
forma se puede asegurar la atribución a las personas obligadas el contenido
de los mensajes de datos, ni su accesibilidad para ulterior consulta.
Dado que el tema que nos ocupa es la contratación electrónica en mate-
ria civil, no analizamos la reforma al Código de Comercio que considero es
una mejor reforma, estructurada y completa, que sigue los lineamientos de
la Ley Modelo. Solo nos limitaremos a mencionar que comienza por definir
términos que el legislador utiliza en la regulación de la contratación electró-
nica, lo cual es de mucha utilidad, entre ellos el Mensaje de Datos que lo
define como: "La información generada, enviada, recibidla o archivada por
medios electrónicos, ópticos o cualquier otra tecnología". También define al
Emisor del mensaje, a la Firma Electrónica y al Sistema de Información, en-
tre otros. Establece los casos en que se presume que el mensaje proviene del
Emisor; también reconoce al mensaje de datos como prueba, lo cual también
hace el Código de Procedimientos Civiles. Regula las firmas, introduce la fi-
gura del Prestador de Servicios de Certificación, establece la obligación para
la Secretaria de Economía de emitir una Norma Oficial Mexicana que esta-
blezca los requisitos que deberán observarse para la conservación de mensa-
jes de datos. Dicha Norma fue emitida por la Secretaría de Economía y se
publicó en el Diario Oficial del día 4 de junio de 2002.

V. CONCEPTO DEL CONTRATO CELEBRADO A T R A V ~ S


DE MEDIOS ELECTRONICOS

Nuestros Códigos Civiles Federal y para el Distrito Federal en sus artícu-


los 1792 y 1793 nos definen al contrato. El 1792 indica que convenio es el
acuerdo de dos o más personas para crear, transferir, modificar o extinguir
obligaciones. El 1793 establece que los convenios que producen o transfie-
ren las obligaciones y derechos toman el nombre de contratos. Por eso se
dice que el contrato es una especie del convenio, y que el convenio en sentido
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estricto es el acuerdo de dos o más voluntades que modifican o extinguen


obligaciones, o como dice el maestro Borja Soriano11 el género próximo es el
convenio, y la diferencia específica la producción o transmisión de las obli-
gaciones y derechos.
Sin embargo, no debemos olvidar que el artículo 1859 de ambos Códi-
gos establece que las disposiciones legales sobre contratos serán aplicables a
todos los convenios y a otros actos jurídicos, en lo que no se opongan a la
naturaleza de éstos o a disposiciones especiales de la ley sobre los mismos.
Por ello, las disposiciones del Código Civil Federal relativas al consentimien-
to expresado por medios electrónicos, son aplicables también a los convenios
en sentido estricto.
La doctrina extranjera y mexicana coinciden en señalar como un ele-
mento esencial o integrador del contrato el consentimiento. Dentro de los
autores nacionales que dan un concepto del contrato o proponen una defini-
ción podemos señalar a Fausto Rico Alvarez y Patricio Garza Bandala: "el
contrato es un acuerdo de voluntades por el que las partes se obligan al
cumplimiento de una determinada prestación";l2 Miguel Angel Zamora y Va-
lencia: "el contrato como acto jurídico, es el acuerdo de voluntades confor-
me a lo dispuesto por un supuesto para producir las condiciones de derecho
consistentes en crear o transmitir derechos y obligaciones de contenido
patrimonial";l3 Jorge Alfredo Domínguez Martínez: "por convenio debemos
entender, como género el acuerdo o la convención de dos o más personas
que puede ser de cualquier índole, jurídica o no; por contrato en tanto, espe-
cie de aquel, debe entenderse el acuerdo de dos o más personas cuyo objeto
sea jurídico";l4 Sergio T. Azúa Reyes: "es el acuerdo de voluntades de dos o
más personas para crear o transferir entre sí derechos y obligaciones".l5
Otros autores prefieren no dar la definición del contrato, sino la del con-
sentimiento, elemento esencial del mismo, como el maestro Rafael Rojina
Villegas: "el consentimiento es el acuerdo o concurso de voluntades que tie-
ne por objeto la creación o transmisión de derechos y obligaciones [...] todo
consentimiento, por tanto implica la manifestación de dos o más voluntades
y su acuerdo sobre un punto de interés juridico".l6 El maestro Leopoldo

11 BORJA SORIANO, Manuel, Teoría General de las Obligaciones, 5a. ed., Pomía, México,
1966, p. 130.
12 RICO ÁLVAREZ,Fausto y GARZABANDALA, Patricio, Teoría General de las Obligaciones, Po-
mía, México, 2005, p. 70.
13 ZAMORAY VALENCLA, Miguel Ángel, Contratos Civiles, 3a. ed., Poda, México, 1989, p. 22.
14 DOM~NGUEZ MART~NEZ,Jorge Alfredo, Derecho Civil. Contratos, 3a. ed., P o d a , México,
2007, p. 16.
15 AZÚA REYES, Sergio T., Teoría General de las Obligaciones, 4a. ed., Pomía, México, 2004,
p. 48.
16 ROJNAVILLEGAS, Rafael, Compendio de Derecho Civil. TeorÍa General de las Obligaciones,
24a. ed., Pomía, México, 2002, p. 52.
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80 - CONMEMORACION DE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L


--

Aguilar Carvajal defiende la definición legal del contrato y menciona que el


consentimiento es el acuerdo de voluntades.17
Podríamos mencionar otros autores nacionales, pero en todos, ya sea
que den una definición o el concepto del contrato, encontramos que hacen
siempre parte de ello el acuerdo de dos o más voluntades, es decir la expre-
sión del consentimiento.
En tal virtud, si intentáramos dar una definición del contrato electróni-
co, solo necesitaríamos agregar a la definición que nos parezca más acertada
la siguiente frase: "en el cual el consentimiento o sea el acuerdo de dos o
más voluntades se exterioriza por medios electrónicos".

VI. PERFECCIONAMIENTO DEL CONTRATO CELEBRADO A TRAVÉS


DE MEDIOS ELECTRÓNICOS ENTRE PRESENTES Y ENTRE AUSENTES

A. FORMACIÓNDEL CONTRATO.OFERTA.
ACEPTACIÓN
Debemos recordar que el consentimiento, como acuerdo de voluntades,
se forma mediante dos actos jurídicos unilaterales, la oferta o policitación y
la aceptación. El contrato surge a la vida jurídica en el momento en que el
aceptante otorga su conformidad en forma lisa y llana con la oferta que le
hace el oferente o policitante, y es en ese momento cuando existe el consen-
timiento y el contrato, asumiendo que el otro elemento esencial cumpla con
los requisitos legales.
La oferta efectuada por medios electrónicos debe cumplir con los requi-
sitos consistentes en una voluntad del deudor para obligarse, una voluntad
real, una voluntad seria y precisa una voluntad que tenga un determinado
contenido y que dicha voluntad se exteriorice.18
Como ya dijimos, el uso del Internet para la celebración de contratos
permite que dicha celebración se lleve a cabo entre partes presentes, como
es el caso del contrato que se celebra mediante la videoconferencia o bien
mediante el denominado "chut", ya que a través de ellos se da la inmediatez
entre las partes. Pero también permite la celebración del contrato a través
del correo electrónico, y la página "web" casos en los cuales no se da la in-
mediatez entre las partes y por ello las reglas aplicables para la formación
del contrato son las relativas al contrato entre ausentes. En el caso del telex
y del telefax consideramos que tampoco se da la inmediatez entre las partes.
Contrario a este criterio, el maestro Mantilla Molinal9 indica que en el caso

17 AGUILAR Leopoldo, Contratos Civiles, Hagtman, México, 1964, p. 25.


CARBAJAL,
18 SÁNCHEZMEDAL,Ramón, De los Contratos Civiles, 12a. ed., P o d a , México, 1993, p. 26.
19 MANTILLAMOLINA,
Roberto L., "La Formación de los Contratos de Compraventa Intema-
cional de Mercadenas", Anuario Jurídico, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM, México,
1983, pp. 170-171.
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del telex se da una situación de inmediatez, si el proponente está en comuni-


cación directa con el destinatario. El aspecto de inmediatez también tiene
relevancia, pues cuando no se da, el oferente puede retirar la oferta que aún
no ha sido recibida por la persona a quien va dirigida y asimismo la acepta-
ción puede retirarse por el aceptante, antes de que el oferente la reciba.
En tal virtud, en el contrato electrónico celebrado por medio de la vi-
deoconferencia o el denominado "chat", en el cual se da la inmediatez entre
las partes, las reglas aplicables al consentimiento son las del consentimiento
entre presentes. Es decir que si la oferta se hace sin fijación de plazo para su
aceptación, la persona a quien se hace dicha oferta debe aceptarla inmedia-
tamente, de otra forma el oferente o policitante quedará desligado de ella. Si
el oferente establece un plazo para la aceptación, quedará obligado por el
plazo establecido, dentro del cual el aceptante podrá expresar su aceptación.
En el caso del contrato electrónico celebrado por videoconferencia o
"chat", usualmente no se plantea la incertidumbre relativa a los aspectos de
derecho aplicable y jurisdicción competente, la cual frecuentemente se da en
el contrato que se celebra por correo electrónico. En el primer caso, lo nor-
mal es que el oferente sepa en qué lugar está la persona a quien hace la
oferta y también que esta última sepa el lugar en donde se encuentra el ofe-
rente, ya que las partes se encuentran en una situación de inmediatez. Ello
simplifica la determinación del derecho aplicable y la jurisdicción competen-
te en caso de una disputa entre las partes del contrato electrónico, si al cele-
brarlo ambas se encontraban en el país. Sin embargo, si alguna de ellas se
encontraba en el extranjero al momento de la formación del consentimiento
surge nuevamente la duda respecto del derecho aplicable.
Sin embargo, en la contratación a través de Internet, puede darse un
contrato negociado, considerando como tal aquel en el cual las partes discu-
ten y modifican la oferta original hasta llegar a una aceptación de una oferta
quizá distinta a la original. En estos casos el oferente original puede tener ya
el carácter de aceptante y a su vez la persona a quien originalmente se diri-
gió la oferta, el carácter de oferente. En los contratos negociados, usualmente
no se plantean los problemas relativos a la legislación aplicable y a la juris-
dicción para el caso de controversia, ello en virtud de que durante la nego-
ciación suelen surgir discusiones sobre lo anterior y las partes concluyen el
contrato estipulando las disposiciones que regularán lo antes indicado. Pue-
den también las partes en el caso del contrato negociado establecer el mo-
mento de su perfeccionamiento.Ahora bien, cuando no se da una negociación
del contrato o la negociación es breve, suelen presentarse los problemas re-
lativos a la determinación del derecho aplicable, la jurisdicción competente y
el momento de perfeccionamiento.
Toda vez que el Código Civil Federal acepta en el artículo 1807 para el
perfeccionamiento del contrato el sistema de la recepción, al igual que ac-
tualmente el Código de Comercio, aún cuando ambas partes se encuentren
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en lugares distintos, a pesar de la inmediatez, quien recibe la aceptación es


el oferente o policitante, y por ello si no pactaron la jurisdicción competente,
será juez competente el que corresponda en los términos del artículo 24 del
Código Federal de Procedimientos Civiles. Para ello deberá considerarse si
hubo o no convenio respecto del lugar para el cumplimiento de la obliga-
ción, si se trata de acciones reales sobre inmuebles o de controversias deriva-
das de contratos de arrendamiento o de acciones reales sobre muebles o de
acciones personales.
Por lo que hace al derecho aplicable y toda vez que se trata de un contra-
to entre particulares, en el que ninguno tiene el carácter de comerciante, el
contrato se regulará por las disposiciones del Código Civil Federal. Sin embar-
go, si el contrato es entre partes no comerciantes ubicadas en distintos esta-
dos, se plantea nuevamente la duda sobre la legislación aplicable al contrato.

B. MOMENTO
Y LUGAR DEL PERFECCIONAMIENTO DEL CONTRATO.
RELEVANCIA JUR~DICA

Ahora bien, tratándose de contratos electrónicos celebrados a través del


correo electrónico, la problemática que se presenta bajo el Código Civil Fe-
deral es más compleja. En efecto, en los contratos celebrados a través del
correo electrónico o una página "web",no se da la inmediatez de las partes.
En este caso, en que también el consentimiento se considera expreso en los
términos de la fracción 1 del artículo 1803 del Código Civil Federal, la regu-
lación del consentimiento se hará en los términos del artículo 1806 de dicho
Código. Pero el problema relativo al momento y lugar del perfeccionamiento
del contrato, se presenta en virtud del segundo párrafo del artículo 1811,
incorporado por la reforma del 29 de mayo de 2000. Dicho párrafo establece
que:
"Tratándose de la propuesta y aceptación hechas a través de medios
electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología no se requerirá de estipu-
lación previa entre los contratantes para que produzca efectos".
Este párrafo origina dudas en cuanto a la forma de resolver los momen-
tos de perfeccionamiento del contrato celebrado por correo electrónico, el
derecho aplicable y la jurisdicción competente en caso de disputa entre las
partes. Ello porque la reforma de mayo de 2000 que admitió los medios elec-
trónicos para expresar el consentimiento, fue magra y no reguló aspectos
que podrían determinar en forma clara el momento de perfeccionamiento
del contrato.
Lo anterior da lugar a varios problemas a resolver. El primer problema
que surge es determinar por cuánto tiempo el oferente queda obligado por
su oferta si no fijó plazo. El artículo 1806 del Código Civil Federal nos dice
que cuando la oferta se haga sin fijación de plazo a una persona no presente,
el autor de la oferta quedará ligado durante tres días, además del tiempo
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necesario para la ida y vuelta regular del correo público o del que se juzgue
bastante, no habiendo correo público, según las distancias y la facilidad o
dificultad de las comunicaciones. En el caso de la oferta a través del correo
electrónico, consideramos que dado que "el tiempo necesario para la ida y
vuelta del correo público o del que se juzgue bastante" no aplica, y la rapi-
dez de las comunicaciones electrónicas, el oferente quedará ligado por su
oferta solamente durante tres días.
Debemos también recordar en cuanto al plazo de aceptación, que si el
oferente hubiere fallecido al tiempo de la aceptación, sin que el aceptante
fuere sabedor de su muerte, los herederos quedarán obligados a sostener el
contrato.
Ahora bien, en el contrato a través del correo electrónico, se plantea la
duda de en qué momento el contrato surge a la vida jurídica.
Determinar el momento de perfeccionamiento del contrato tiene mucha
importancia. En efecto, si se trata de contratos traslativos de dominio, ese
momento va a determinar la ley aplicable al contrato si no hubo pacto sobre
ello, al igual que el momento en que los riesgos de la cosa se transmiten al
adquirente tratándose de contratos traslativos de dominio de cosa cierta y
determinada, de conformidad con lo establecido por el arti'culo 2014 Código
Civil Federal. En tales casos, la transmisión de propiedad se efecmará al mo-
mento del perfeccionamiento del contrato y como mero efecto de este. Si se
trata de contratos de otra naturaleza, el momento de su perfeccionamiento va
a determinar cuándo son exigibles las obligaciones que surgen del contrato.
El artículo 1807 del Código Civil Federal establece que el contrato se
forma en el momento en que el proponente reciba la aceptación estando
obligado por su oferta según los artículos 1804, 1805, 1806 y 1810 relativos
a la oferta sin fijación de plazo y con fijación de plazo.
En el contrato electrónico, cuando el oferente recibe la aceptación, es
cuando el contrato se perfecciona y surge a la vida jurídica. ¿Pero en qué
momento se considera que recibe la aceptación? El Código Civil Federal no
nos indica ninguna regla para determinar en qué momento se considera que
el oferente recibió la aceptación cuando el contrato se celebra entre ausentes
a través de medios electrónicos, ópticos u otra tecnología. En cambio, el Có-
digo de Comercio que actualmente acepta el sistema de la recepción, si lo
hace en su artículo 91, que establece:
Artículo 91.-Salvo pacto en contrario entre el Emisor y el Destinatario, el
momento de recepción de un Mensaje de Datos se determinará como sigue:
1. Si el Destinatario ha designado un Sistema de Información para la recep-
ción de Mensajes de Datos, ésta tendrá lugar en el momento en que ingrese en
dicho Sistema de Información;
11. De enviarse el Mensaje de Datos a un Sistema de Información del Destina-
tario que no sea el Sistema de Información designado, o de no haber un Sistema
de Información designado, en el momento en que el Destinatario recupere el
Mensaje de Datos; o
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111. Si el Destinatario no ha designado un Sistema de Información, la recep-


ción tendrá lugar cuando el Mensaje de Datos ingrese a un Sistema de Informa-
ción del Destinatario.
Lo dispuesto en este artículo será aplicable aún cuando el Sistema de Infor-
mación esté ubicado en un lugar distinto de donde se tenga por recibido el Men-
saje de Datos conforme al artículo 94.
Lo anterior nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿Podemos en
un contrato de naturaleza civil considerar lo que establece el artículo 91 del
Código de Comercio para determinar en qué momento se recibe la acepta-
ción, dado el silencio del Código Civil Federal sobre el particular?
Ante el silencio del Código Civil Federal, considero que por analogía y
de conformidad con los que establecen los artículos 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y 18 y 19 del Código Civil Federal,
podemos aplicar lo dispuesto por el artículo 91 del Código de Comercio. En
el caso se justifica la aplicación por analogía de la disposición del Código de
Comercio pues la identidad jurídica es substancial. Dice Gény que la aplica-
ción analógica solo puede justificarse cuando a una situación imprevista se
aplica un precepto relativo a un caso semejante, no por el simple hecho de la
semejanza sino porque existe la misma razón para resolver el caso imprevis-
to en igual forma que el otro. También indica que en todo caso, la analogía
infiere una solución, para una cierta situación de hecho, de una semejanza
fundamental entre tal situación y aquella otra que la ley ha reglamentado.20
Asimismo, podemos fundamentar la aplicación por analogía, con base en la
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y algunas tesis
aisladas.21

El artículo 1834 del Código Civil Federal establece:


Artículo 1834.-Cuando se exija la forma escrita para el contrato, los docu-
mentos relativos deben ser firmados por todas las personas a las cuales se im-
ponga esa obligación.
Si alguna de ellas no puede o no sabe firmar, lo hará otra a su ruego y en el
documento se imprimirá la huella digital del interesado que no firmó.

20 GÉNY,Méthode d'interpretation. Citado por GARC~A MÁYNEZ, Eduardo, Introducción al Es-


tudio del Derecho, 59a. ed., P o d a , México, 2006, pp. 342-343.
21 [J]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; IX,Junio de 1999; pág. 837, Segundo Tribu-
nal Colegiado del Octavo Circuito. Analogía, procede la aplicación por, de la jurisprudencia de
la suprema corte de justicia de la nación. [J]; 9a. Epoca; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; VII, Mayo
de 1998; Pág. 875. Agraria. Acción restitutoria, aplicación por analogía de jurisprudencia refe-
rente a la acción reivindicatoria. [tal; 7a. época; 3a. sala; s.j.f.; 151-156 cuarta parte; pág. 218.
DRMétodo analógico.
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A su vez, el artículo 1834 Bis del mismo Código, dispone:


Artículo 1834 Bis.-Los supuestos previstos por el artículo anterior se tendrán
por cumplidos mediante la utilización de medios electrónicos, ópticos o de cual-
quier otra tecnología, siempre que la información generada o comunicada en
forma íntegra, a través de dichos medios sea atribuible a las personas obligadas
y accesible para su ulterior consulta.
En los casos en que la ley establezca como requisito que un acto jurídico deba
otorgarse en instrumento ante fedatario público, éste y las partes obligadas po-
drán generar, enviar, recibir, archivar o comunicar la información que contenga
los términos exactos en que las partes han decidido obligarse, mediante la utiliza-
ción de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, en cuyo caso el
fedatario público, deberá hacer constar en el propio instrumento los elementos a
través de los cuales se atribuye dicha información a las partes y conservar bajo
su resguardo una versión íntegra de la misma para su ulterior consulta, otorgan-
do dicho instrumento de conformidad con la legislación aplicable que lo rige.
Las anteriores disposiciones permiten que a través de los medios electró-
nicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, y cumpliéndose con lo que en
ellas se establece, las partes pueden celebrar contratos formales cuando la
forma requerida sea solamente de escrito privado.
Por lo que hace a los contratos cuya forma requerida es la de escritura
pública, el segundo párrafo del artículo 1834 permite también a las partes
celebrar dichos contratos, a través de medios electrónicos. Para ello se re-
quiere la concurrencia de fedatario público, a quien las partes deberán en-
viar o comunicar la información que contengan los términos exactos en que
ellas han decidido obligarse. El fedatario público deberá hacer constar en el
propio instrumento los elementos a través de los cuales se atribuye dicha in-
formación a las partes y conservar bajo su resguardo una versión íntegra de
la misma para ulterior consulta, otorgando el instrumento relativo al contra-
to de que se trate en los términos de la legislación aplicable. Sobre el parti-
cular el autor Roberto Rosas Rodríguezzz dice: "Aquí está la base para poder
hablar en un futuro no lejano de la existencia y utilización de protocolo
electrónico7'.
En el contrato celebrado conforme a lo antes mencionado, y desde luego
porque se contempla un contrato negociado en el que también interviene un
experto en derecho, las situaciones de incertidumbre que se han comentado
anteriormente no se dan.
Creo que la ventaja de celebrar un contrato que requiere la forma de es-
critura pública en los términos del segundo párrafo del am'culo 1834, se po-
drá dar principalmente cuando las partes se encuentran en lugares distintos.

22 "Estudio Comparativo de la Formación de Contratos Electrónicos en el Derecho Esta-


dounidense con Referencia al Derecho Internacional y al Derecho Mexicano", Revista de Derecho
Privado, nueva época, año 111, núm. 9-10, septiembre de 2004abnl de 2005.
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86 CONMEMORACIÓN DE LOS 80 ANOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGO C M L

Sin embargo, consulté con varios notarios públicos del Distrito Federal si
habían tenido algún caso de otorgamiento de contrato otorgado en los tér-
minos del segundo párrafo del artículo 1834 del Código Civil Federal y en
todos los casos la respuesta fue negativa.

Hemos visto que el artículo 1803 del Código Civil Federal en su fracción 1
indica que el consentimiento es expreso cuando se manifiesta por medios
electrónicos, ópticos o por cualquier otra tecnología. A su vez el artículo
1834 Bis establece que la forma escrita se tendrá por cumplida mediante la
utilización de medios electrónicos, ópticos o en cualquier otra tecnología,
siempre que la información generada o comunicada en forma íntegra, a tra-
vés de dichos medios sea atribuible a las personas obligadas y accesible para
su ulterior consulta.
Además, el artículo 210 A del Código Federal de Procedimientos Civiles
en su primer párrafo reconoce como prueba la información generada o co-
municada que conste en medios electrónicos, ópticos o en cualquier otra tec-
nología. El segundo y tercer párrafo de dicha disposición establecen:
Para valorar la fuerza probatoria de la información a que se refiere el párrafo
anterior, se estimará primordialmente la fiabilidad del método en que haya sido
generada, comunicada, recibida o archivada y en su caso, si es posible atribuir a
las personas obligadas el contenido de la información relativa y ser accesible
para su ulterior consulta.
Cuando la ley requiera que un documento sea conservado y presentado en su
forma original, ese requisito quedará satisfecho si se acredita que la información
generada, comunicada, recibida o archivada por medios electrónicos, ópticos o
de cualquier otra tecnología, se ha mantenido íntegra e inalterada a partir del
momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva y ésta pueda
ser accesible para su ulterior consulta.
No obstante lo que esta disposición establece, no encontramos en el Có-
digo Civil Federal ni en el Código Federal de Procedimientos Civiles, alguna
disposición que indique cómo se acredita que la información generada por
medios electrónicos es atribuible a las personas obligadas, ni como se acredi-
ta que tal información se ha mantenido íntegra e inalterada a partir del mo-
mento en que se generó por primera vez en su forma definitiva y ésta pueda
ser accesible para su ulterior consulta.
Ahora bien, el Código de Comercio sí contiene una disposición que regu-
la lo anterior. El artículo 93 Bis de dicho ordenamiento indica:
Artículo 93 Bis.-Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 49 de este Códi-
go, cuando la ley requiera que la información sea presentada y conservada en su
forma original, ese requisito quedará satisfecho respecto a un Mensaje de Datos:
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1. Si existe garantía confiable de que se ha conservado la integridad de la in-


formación, a partir del momento en que se generó por primera vez en su forma
definitiva, como Mensaje de Datos o en alguna forma; y
11. De requerirse que la información sea presentada, si dicha información pue-
de ser mostrada a la persona a la que se deba presentar:
Para efectos de este artículo, se considerará que el contenido de un Mensaje
de Datos es íntegro, si éste ha permanecido completo e inalterado independien-
temente de los cambios que hubiere podido sufrir el medio que lo contiene,
resultado del proceso de comunicación, archivo o presentación. El grado de con-
fiabilidad requerido será determinado conforme a los fines para los que se gene-
ró la información y de todas las circunstancias relevantes del caso".
En virtud de lo anterior, considero que también podemos aplicar por ana-
logía el am'culo 93 Bis del Código de Comercio para determinar cómo se acre-
dita que la información generada por medios electrónicos se ha mantenido
íntegra e inalterada a partir del momento en que se generó por primsra vez
en su forma definitiva y ésta pueda ser accesible para su ulterior consulta.
En opinión de este autor, la aplicación por analogía del am'culo 93 Bis
del Código de Comercio se justifica porque la identidad jurídica es sustan-
cial. Se presentan las mismas razones ya mencionadas que indica Gény, que
la aplicación analógica solo puede justificarse cuando a una situación impre-
vista se aplica un precepto relativo a un caso semejante, no por el simple
hecho de la semejanza sino porque existe la misma razón para resolver el
caso imprevisto en igual forma que el otro, y se fundamenta también en la
jurisprudencia de la Suprema Corte antes mencionada.
Por último, cabe mencionar que hasta la fecha no existen ejecutorias
publicadas, o al menos no encontré alguna, relativas a la formación del con-
trato civil a través de medios electrónicos.
Podemos concluir que la reforma del 29 de mayo de 2000 en materia ci-
vil, que reconoció la formación del consentimiento en los contratos a través de
medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, fue acertada y re-
guló situaciones que con más y más frecuencia estaban teniendo lugar.
No obstante, considero que dicha reforma debió haber incorporado dis-
posiciones relativas a la forma en que las partes puedan cerciorarse de la
autenticidad de los mensajes, atribuir a las personas obligadas el contenido
de los mensajes, su accesibilidad para ulterior consulta y el momento en que
se recibe la aceptación. Ojalá que el legislador en un futuro próximo intro-
duzca disposiciones que regulen lo anterior.

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E l instrumento publico notarial y el


acto jurídico, continente y contenido:
la naturaleza y las causas
de su ineficacia
sisé, Guzman Orazco

Puede decirse que la frustración por invalidez o


ineficacia, es la antítesis del documento nota-
rial, pues la actividad del notario tiene como fi-
nalidad proporcionar seguridad jurídica y no
incertidumbre y confusión.
BERNARDOPÉREz FERNANDEZDEL CASTILLO

La declaración se refleja en el documento


como la imagen en el espejo, pero aun con
más fuerza que en el campo físico, pues hay
identidad, aunque no fusión en el medio, for-
ma, y la declaración, contenido de la forma, no
de la declaración, pues si se rompe el espejo se
destruye la imagen reflejada, no la realidad,
cuya forma fisica continua intocada, mientras
que si se destruye el documento no se destruye
el acto jurídico documentado, pero éste pierde
visibilidad, la recognoscibilidad.
GARC~A-BERNARDO LANDETA

SUMARIO:1. Nota introductoria. 11. Distinción entre la nulidad del instrumento público
notarial y la nulidad del acto jurídico que contiene.

l. NOTA INTRODUCTORIA

El tema de las nulidades y de las ineficacias en general de los actos jun-


dicos, ha sido un asunto controvertido casi desde su remota aparición en el
Derecho Romano. No es de sorprender la poca claridad que se percibe en
el ambiente jurídico generalizado, inclusive, dentro del medio en el que se

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desarrolla y aplica el derecho notarial, respecto de la distinción de la natura-


leza y por ello, las causas y los efectos de la ineficacia de un instrumento
notarial, de su nulidad, por un lado y, la ineficacia, concretamente la inexis-
tencia o nulidad, de los actos jurídicos que integran comúnmente su conteni-
do, por el otro.
Se estima entonces necesaria la difusión en el derecho mexicano de lo
que la doctrina extranjera ha denominado Teoría de l a Ineficacias Instrumen-
tales o Formales, que en varios países latinos se encuentra establecida con
cierto consenso, abordada también en México pero solamente por algunos
de sus autores.
Distinguir que la Teoría General de las Ineficacia del Acto Jurídico y la
Teoría de las Ineficacias Instrumentales, por más íntimamente vinculadas que
se puedan encontrar, cuentan cada una con causas y efectos distintos; que la
nulidad del acto no produce la del instrumento y viceversa salvo ciertos ca-
sos excepcionales; cuándo se presentan éstos, etcétera; son asuntos por de-
más relevantes en el ámbito notarial y en el campo del derecho en general,
ya que alrededor de todos estos conceptos que versan sobre dicho instru-
mento, gira una multitud de relaciones jurídicas y "Puede decirse que la
frustración por invalidez o ineficacia, es la antítesis del documento notarial,
pues la actividad del notario tiene como finalidad proporcionar seguridad
jurídica y no incertidumbre y confusiónV,lfinalidad que da su razón de ser a
la institución del notariado.
Cabe apuntar entonces, desde este momento, que no es la finalidad de
este trabajo analizar ni al acto jurídico, tampoco al instrumento notarial, ni
siquiera estudiar las causas de su ineficacia en forma específica; sino sola-
mente lograr advertir la distinción entre uno y otro y, que por ende, cada
uno cuenta con sus respectivas casusas de ineficacia, las cuales a su vez son
independientes.
Para ello, en primer lugar, en el siguiente apartado se muestran diversas
posturas, abusando un poco de las referencias a quienes conforman la doc-
trina en el tema, pero con la deliberada intención de mostrar en palabras de
los propios autores hasta donde la naturaleza de este trabajo lo permite, en-
foques y opiniones ilustrativos que en un determinado momento se han emi-
tido, pretendiendo que sea en breves líneas para, por último, realizar el
análisis propio en el que se pretende una exposición sencilla pero clara y so-
bre todo útil para el lector.

l PÉREZFERNÁNDEZ DEL CASTILLO,Bernardo, Derecho Notarial, 7a. ed., Porrúa, México,


1995, p. 140.Nacional Autónoma de México,
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II. DISTINCI~NENTRE LA NULIDAD DEL INSTRUMENTO PUBLICO NOTARIAL


Y LA NULIDAD DEL ACTO JURCDICO QUE CONTIENE

A. POSTURAS
DOCTRINALES

a) Bernardo Pérez Fernández del Castillo


La exposición de este reconocido autor mexicano respecto del tema que
nos ocupa, comienza expresando:
"Por lo que se refiere a la invalidez, ésta puede ser del negocio jurídico o
del instrumento";z posteriormente, sólo un párrafo más adelante señala:
"Ahora bien, si el acto jurídico es declarado nulo o inexistente, también lo
será el instrumento, pues invalidándose lo principal, lo accesorio sigue la
misma suerte. Si el acto es anulable y el vicio que lo afectaba se purga, el
instrumento queda revalidado por los efectos retroactivos de la institución9'.3
Distingue entre una y otra clase de ineficacia, se inclina por la idea de
que el acto es principal y el instrumento es accesorio. En otra parte de su
obra -al ocuparse de "la forma de los actos jurídicos"- explica:
Según Aristóteles, el ser, en tanto que ser material, consta de dos elementos:
materia y forma. La primera es aquello de lo que está hacho una cosa [sic],
aquello de que consta o se compone algo: la materia. La segunda, o sea la forma,
es una noción que procede del campo de la geometría y significa la figura en el
sentido corriente de la palabra, el contorno o el perfil. Sin embargo, para Aristó-
teles la forma es lo determinante para que la materia se organice y sea lo que es;
es el fundamento de la unidad y del sentido de la cosa, es su esencia, su princi-
pio de inteligibilidad de tal manera que no hay materia sin forma. Ésta, es la
idea por la que una cosa es inteligible.
Aplicando los anteriores conceptos al campo del derecho y en especial al de
los actos jurídicos y contratos, encontramos que los actos y hechos constan de los
dos mencionados elementos del ser: materia y forma. La materia es el objeto de
la voluntad interna del sujeto; la forma, su expresión, su manifestación por me-
dio de signos verbales, escritos o por la realización u omisión de cualquier con-
ducta. Esto significa que no hay acto juridico ni contrato que no tenga forma,
pues ésta constituye un elemento de existencia de la voluntad.
Hay autores como Manuel Albaladejo que consideran a la forma como un
elemento exterior y accidental al acto jurídico. El mencionado autor expresa que
.La forma no es elemento más del negocio (como lo son la declaración de volun-
tad u otros actos), sino que es la vestidura exterior de estos elementos, o los ritos
o solemnidades que se han de observar para darles vida. Por ejemplo, las pala-
bras pronunciadas verbal, o escritas, en la escrita, no son otro elemento del con-
trato, sino que son la fisonomía (forma) del elemento declaración de voluntad.

2 Ibidem, p. 141.
3 Idem.
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O bien, la presencia del juez municipal y de los testigos, no es un elemento más


del matrimonio, sino que ambiente -forma- en el que debe necesariamente
tener lugar la emisión de las declaraciones de los contrayentes: ante el juez y los
testigos.),Así, para este autor, la forma es el continente y el acto jurídico es el
contenido. Opinión que no comparto por las nociones de Aristóteles expuestas y
que asumo. Considero que no hay acto jurídico sin forma, elemento constitutivo
tanto del acto jurídico como del contrato.4
Si se acepta que por forma debemos entender el signo o conjunto de sig-
nos a través de los cuales se exterioriza la voluntad y que, hay una formali-
dad o un formalismo cuando la ley requiere para la plena eficacia de un acto
jurídico, que la voluntad del o de los autores del mismo se manifieste de una
determinada manera; entonces debemos aceptar también que el instrumento
público puede significar tanto la forma en que se exterioriza una voluntad,
como la formalidad requerida por el ordenamiento jurídico respectivo, en
este segundo caso, ambas.
En tal situación y siguiendo la citada teoría de la materia y de la forma
de Aristóteles, el instrumento notarial como la forma en que se exterioriza o
se exteriorizan la o las declaraciones de voluntad que en él constan y el acto
jurídico que dichas manifestaciones constituyen, son una misma cosa; pare-
ciendo así contraria esta posición a las ideas que al principio se mostraron
en relación con la idea de la nulidad del instrumento por un lado y la del
acto jurídico que en aquél consta, por el otro; así como a la de que el acto es
lo principal y el instrumento lo accesorio.

b) Jorge Ríos Hellig


Acepta la distinción entre la nulidad del instrumento notarial y la del
acto jurídico contenido en el mismo, cuando afirma: "Es causa de responsa-
bilidad del notario, si por contravenir al Código Civil, la Ley del Notariado u
otras leyes, se declara judicialmente nulo o inexistente el instrumento por
él redactado, o bien aunque éste sea válido pero contenga un acto nulo o
inexistente provocado por su imperician.5

c) Manuel Borja Soriano


En relación con la nulidad de del instrumento notarial, Borja Soriano
cuestiona y responde a la vez:
Cuando la escritura es nula ¿también es nulo el acto contenido en ella? La res-
puesta varía según la intención, ya del legislador, ya de los particulares. A veces,
la Ley establece la formalidad de la escritura pública respecto de ciertos actos,

4 Ibidem, pp. 65 y 66.


5 Nos HELLIG,
DR © Universidad Jorge,
Nacional La Práctica
Autónoma del Derecho
de México, Notarial, McGraw-Hill, México, 1995, p. 181.
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con el único propósito de que los mismos sólo puedan probarse por este medio o
por otros de la misma categoría, como es la confesión judicial, excluyendo las
pruebas de orden inferior, como son la testimonial y las presunciones [...] Otras
veces, sin que exista precepto legal, los particulares, sin embargo consignan sus
actos en escritura pública para proveerse de una prueba plena. En tales casos,
como la escritura no tiene relación con la validez del acto, no hay razón alguna
para que la nulidad de aquélla produzca la de éste; la nulidad sólo se traduce
entonces en la falta de la prueba plena, propia del instrumento público, y los in-
teresados tendrán que probar el acto jurídico por otros medios permitidos, pu-
diendo hacer valer aún la escritura pública nula como documento privado, si
estuviere firmada por los otorgantes [...] Al contrario, hay casos en que el acto
debe estar revestido con la forma de la escritura pública, ora porque la Ley im-
pone esta forma como requisito necesario para la validez del acto, ora porque las
partes han subordinado la formación de ésta a esa formalidad, lo cual es excep-
cional. Entonces, claro es que la nulidad de la escritura trae como consecuencia
la nulidad del acto que entraña.6
Atinada exposición que, sin embargo, no se ocupa de la interrogante
consistente en la idea de que si la nulidad del acto produce también la del
instrumento que más adelante se verá.

d) Pedro Ávila Álvarez


Cuando define al instrumento público notarial como "Documentos autori-
zados, con las solemnidades legales, por Notario competente, a requerimiento
de parte e incluidos en el protocolo y que contienen, revelan o exteriorizan
un hecho, acto o negocio jurídicos, para su prueba, eficacia o constitución,
así como las copias o reproducciones notariales de ellos"7 distingue en el
mismo sentido que Borja Soriano, los actos que se hacen constar en un ins-
trumento notarial "para su prueba, eficacia o constitución". Luego explica:
((Para su prueba, eficacia o constitución)),porque el instrumento unas veces
tiene una finalidad exclusivamente probatoria [...] otras sirve, además para
que el negocio en él contenido produzca un determinado efecto [...] y otras
para dar vida a un negocio que, por voluntad de los interesados o de la Ley,
no nace hasta la formación del instrumento".^
En la misma explicación del concepto que este autor presenta, señala
también que son "«Documentos autorizados con las solemnidades legales
por Notario competentes porque la inobservancia de aquéllas o la incompe-
tencia de éste degradan el documento a la categoría de privado «si estuviese

6 BORJA SORIANO, Manuel, Teoría General de las Obligaciones, 14a. ed., (Concordada con
la legislación vigente por Francisco e Ignacio, Borja Martínez), Porrúa, México, 1995, pp. 210
y 211.
7 ÁVILAÁLVAREZ, Pedro, Derecho Notarial, 7a. ed., Bosch, España, 1990, p. 31.
8 Ibidem, p. 32.
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
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94 CONMEMORACI~NDE LOS 80 ANOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOCML


.... "-"-*.".-"

firmado por los otorgantes [...]>>".9 Ya en la parte en que realiza un estudio


de la nulidad del instrumento público notarial, sostiene:
Suele hablarse de nulidad material o de fondo y de nulidad formal, pero tal ter-
minología no parece exacta predicada del negocio a que da forma el instrumento
(salvo que esta forma sea sustancial) y menos lo es predicada del instrumento:
ni la nulidad de éste determina la del negocio (con la misma excepción aludi-
da) ni la del negocio produce la del instrumento, aunque sí un cierto grado de
ineficacia de éste.
Parece mejor hablar de nulidad del instrumento y nulidad del negocio (una
de cuyas causas es, en los negocios formales, la nulidad del instrumento), y con-
cretarse aquí a la primera.
Ésta se produce, como es natural, por la infracción de las normas imperativas
o prohibitivas concernientes a la dación de forma pública notarial a los negocios.
Pero la contravención de estas normas, si unas veces determina la nulidad total
del instrumento, otras solamente causa la nulidad de parte de él, y aun excep-
cionalmente puede no producir nulidad alguna sino otro efecto distinto.10
Finalmente por lo que se refiere a este autor, para resolver la problemá-
tica clasifica al documento notarial en: a) documento notarial ad substan-
tiam -también llamados ad solemnitatem- y, b) documento notarial ad
probationem; señalando respecto del primer tipo de documento que "En este
caso la forma es un elemento esencial del negocio de que se trate, y al no
llenarse, su falta impide el nacimiento del negocio; y si el negocio no existe
y el documento es nulo, el documento notarial no tendrá valor a1guno";Il y
con relación a la segunda clase, que "el documento notarial servirá para pro-
bar el negocio (que en este caso podrá existir independientemente del ins-
trumento) como si fuera un documento privado".l2

e) Carlos A. Pelosi
Señala Pelosi que "El estudio de las nulidades instrumentales o formales
del documento autorizado por notario tiene un campo no claramente deli-
mitado, pero susceptible de ser marcado o separado dentro del derecho
notariaP.13
Para explicar su punto de vista, el citado autor utiliza la teoría de la re-
presentación documental; recordando el significado de los vocablos "instru-
mento" y "documento" señala:

Ibidem, p. 31.
9
10Ibidem, p. 165.
11 Ibidem, p. 166.
12 Idem.
13 PELOSI, Carlos A., El documento notarial, 1980, la. Reimpresión, 1987, Astrea de Alfre-
do y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1987, p. 287.
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Aplicando en forma amplia el concepto de enseñar, implica también el de mos-


trar, indicar; y de allí pasamos al de presentar, es decir, poner algo en presencia
de uno.
Cuando esa presentación se produce a través de otra cosa, se opera la repre-
sentación, La figura, imagen o idea sustituye la realidad. Representación es la
imagen de la realidad, la que se presenta al intelecto a través de los sentidos.
Por eso Carnelutti define al documento como una cosa que sirve para represen-
tar a otra. Ello obedece a que en sentido etimológico es una cosa que docet, esto
es, que lleva en sí la virtud de hacer conocer; esta virtud se debe a su contenido
representativo.
A su vez Couture dice que el contenido de la fe pública es su calidad repre-
sentativa. Los hechos que han ocurrido bajo los sentidos del escribano aparecen
en el documento representados, vale decir, presentados nuevamente bajo la for-
ma escrita [...]
Cree conveniente sustituirla por la de «reflexión» el notario español Garcia-
Bernardo Landeta ya que d a declaración se refleja en el documento como la
imagen en el espejo, pero aun con más fuerza que en el campo físico, pues hay
identidad, aunque no fusión en el medio, forma, y la declaración, contenido de
la forma, no de la declaración, pues si se rompe el espejo se destruye la imagen
reflejada, no la realidad, cuya forma física continua intocada, mientras que si se
destruye el documento no se destruye el acto jurídico documentado, pero éste
pierde visibilidad, la recognoscibilidad* [...]
Sostiene Fortuno que «el documento tiene siempre un aspecto representativo,
refleja y demuestra la declaración, su texto; revela su existencia y su modo de
ser, constituye indicio formal, su prueba. El documento representativo y proba-
torio es inseparable de la idea misma de documento, aun en los casos en que,
sustantivamente, tiene eficacia constitutiva».l4
También asevera el jurista argentino, que "si el documento notarial pa-
dece de vicios instrumentales pero está firmado por las partes, vale como
instrumento privado".15
De esta manera admite y consigna la existencia de una teoría de las nu-
lidades instrumentales distinta a la de los actos jurídicos, partiendo de la se-
paración de éstos en relación con el documento.
Sin embargo, cabe señalar que no desvincula de manera absoluta una
teoría de la otra, pues siguiendo a Larraud sostiene que:
[...] los problemas de la nulidad formal - c o m o también llama a la que afecta
directamente al instrumento o nulidad instrumental- no han de quedar al mar-
gen de aquella teoría general ni ignorar sus principios [...] existen en el docu-
mento notarial nulidades de fondo que afectan directamente al acto y formales,
por virtud de un vicio del documento que proyecta sus consecuencias en el docu-
mento y de modo indirecto al acto.16

14Ibidern, pp. 6 y 7 .
15Ibidern, p. 309.
16 Ibidern, p. 288.
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Observa, como se puede deducir, la posibilidad de que aun siendo dis-


tintas, la nulidad del acto afecte al instrumento y, la de éste, al primero.

B. ANÁLISIS DE
LA DISTINCIÓN ENTRE LA NULIDAD DEL INSTRUMENTO
PÚBLICO NOTARIAL Y LA NULIDAD DEL ACTO JUF~DICOQUE CONTIENE

Se iniciará comentando en relación con la teoría aristotélica de la mate-


ria y de la forma anteriormente presentada; al respecto, no se niega coinci-
dencia con la idea de que toda materia debe tener una forma y que en tal
caso, no representa dicha forma un elemento exterior de la voluntad que se
manifiesta, toda manifestación de voluntad, invariablemente, para poder
surgir o para que nazca a la vida jurídica debe expresarse de alguna manera;
tácita o expresa; verbal, escrita o solemne; sin embargo, el instrumento no-
tarial no es una forma común y corriente, sino una que a su vez debe reves-
tir otra forma, una serie de requisitos que la misma ley establece para que
sea válida, y que no siempre se trata de un formalismo o solemnidad.
Sin embargo, antes se debe advertir algo que parece evidente, que dicha
teoría, respecto del acta notarial en la que el notario da fe de un hecho, defi-
nitivamente no es aplicable, pues la forma en que tal hecho se presenta no
es la de un documento.
Además, cuando la ley no requiere que el acto sea otorgado en forma de
instrumento notarial, anulándose éste, queda la forma escrita e inclusive, si
tampoco se requiere la forma escrita, destruyéndose el documento queda la
declaración o declaraciones de voluntad aunque éstas hayan sido exteriori-
zadas en forma verbal o tácita. El instrumento notarial será la forma obliga-
toria de aquellos actos en los que el legislador haya ordenado la observancia
de la misma para su validez o existencia, sin olvidar que también pueden
darse casos en los que aun debiendo revestir un formalismo, es posible sub-
sanarse y valer el acto aunque en principio se omita, situación que más ade-
lante se verá con un poco de mayor detenimiento.
El instrumento público notarial será pues la forma y la solemnidad del
acto, cuando la ley lo exija para su existencia; será la forma y la formalidad
cuando ello sea necesario para su validez y; sólo la forma, en aquellos actos
en que no sea indispensable que así se declare la voluntad pero el o los otor-
gantes lo hagan de esta manera para dotarse de un medio probatorio de
mayor valor y si esta forma falla, en este caso quedará la forma escrita sin
que el acto pierda eficacia.
Parece inclusive, que las ideas de la materia y de la forma que integran
inseparablemente a un determinado ente, por un lado, y la de continente y
contenido, por el otro, no se excluyen desde un punto de vista diferente al
que alude el maestro Pérez Fernández del Castillo, es decir, la forma siempre
refleja algo, su contenido, su materia; la forma puede ser el continente de la
materia, pues la delimita. Si bien es cierto que toda declaración de voluntad
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debe tener una forma, también lo es que el documento o las palabras tienen
un contenido, contienen una idea que expresa la voluntad de su autor; sin
que ello implique que el derecho esté incorporado al documento.
Se considera entonces que, como asevera el maestro Borja Soriano, cuan-
do el instrumento no tiene relación con la validez o existencia del acto que
en él se consigna, no hay razón por la cual la nulidad del primero produzca
la del segundo, sólo la desprovee de un medio probatorio pleno.
La anterior idea puede complementarse con la metáfora que se mencio-
nó al tocar la teoría de la reflexión, elaborada por García-Bernardo Landeta y
a cuya opinión nos adherimos.
Por su parte, Piedelievre intituló su tesis: «De los efectos producidos por los Actos
Nulos» y en ella examina primariamente aquellos casos en los que no se aplica la
regla ccquod nullum est nullum producit effectum,>.Para ello, «los ha agrupado
con mucho método y dando prueba de perspicacia. Nota desde luego que en
ciertos casos unos actos nulos producen efectos de orden secundario [...] cuan-
do un documento auténtico, nulo como tal, vale como escrito privado [...]17
Ahora bien, en las actas en que se hacen constar declaraciones, como la
intención del declarante es proveerse de un principio de prueba, invalidán-
dose el instrumento sólo queda una mera narración escrita del interesado,
que seguramente de poca ayuda le será en materia probatoria.
Además, como ya se apuntó, si bien es cierto que existe nulidad del acta
notarial, produciéndose ésta no es posible que se anule el hecho a que ella se
refiere, pues no hay ineficacia de hechos; es inaceptable, por no decir absur-
da, la idea de que se declare la invalidez de un hecho, lo cual constituye un
fundamento más para distinguir ambos tipos de ineficacia.
Ya refiriéndonos a los ordenamientos legales respectivos, además de in-
cluir numerosas disposiciones de manera casuística a lo largo de su articula-
do, el Código Civil Federal - d e forma idéntica al del Distrito Federal-, en
su libro cuarto (De las obligaciones), Primera Parte, Titulo Sexto (De la inexis-
tencia y de la nulidad), regula a estas dos formas de ineficacia de los actos
jurídicos, siendo más específicos, en los artículos del 2224 al 2242.
La inexistencia aparece a falta de los elementos que la propia ley estable-
ce como esenciales para su formación, para su nacimiento; de la misma ma-
nera, la nulidad tiene su origen cuando esos elementos se presentan, pero de
una manera defectuosa, anormal, incompleta, a las cuales se hace referencia
a continuación:
Artículo 1794.-Para la existencia del contrato se requiere:
1. Consentimiento;
11. Objeto que pueda ser materia del contrato.

17 MAGALLÓN IBARRA, Jorge Mario, Instituciones de Derecho Civil. Introducción, P o d a ,


México, 1967, p. 244.
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Y esto es aplicable no sólo a los contratos, debido a lo que establece el


siguiente artículo que a continuación se transcribe:
Artículo 1859.-Las disposiciones legales sobre contratos serán aplicables a
todos los convenios y a otros actos jurídicos en lo que no se opongan a la natura-
leza de éste o a disposiciones especiales de la ley sobre los mismos.
Del artículo 2228, se deduce un tercer elemento de existencia: la solem-
nidad.
"La falta de forma establecida por la ley, si no se trata de actos solem-
nes, así como el error, el dolo, la violencia, la lesión y la incapacidad de
cualquiera de los autores del acto, produce la nulidad relativa del mismo".
Tenemos pues que, interpretando contrario sensu el texto de este artícu-
lo, la falta de solemnidad del acto produce la inexistencia del mismo, por ello
se le considera el tercer elemento de existencia.
Sin embargo, son muy pocos los actos solemnes en México, en realidad,
sólo podemos citar al testamento, al matrimonio y al reconocimiento de hijo.
Cumpliendo con los anteriores elementos, el acto existe; empero, ello no
es suficiente para la producción plena y completa de sus efectos.
Si se hace referencia a la voluntad, ésta debe expresarse para la validez
del acto, de una manera consciente, esto es, debe provenir de personas capa-
ces; un menor tiene voluntad, pero es una voluntad inmadura, un enfermo
mental o por quien simplemente no tiene la capacidad de autogobernarse en
los términos del artículo 450, fracción 11 del propio Código Civil Federal o
para Distrito Federal, también puede tener voluntad, pero ésta se encontrará
regida por una mente sin claridad.
Además, es necesario que esa voluntad o esas voluntades, se manifiesten
de una manera totalmente libre y con pleno conocimiento de la realidad,
no de forma errónea, coaccionada o viciada. Asimismo, la o las voluntades
que intervienen en el acto, deben perseguir un objeto, motivo o fin lícitos.
Finalmente, una vez que esa voluntad cumple con las características señala-
das, también es necesario que se exteriorice al mundo jurídico, en la manera
que la propia ley determina.
Es posible resumir pues, que los requisitos de validez del acto jurídico
son; la capacidad, la ausencia de vicios de la voluntad o consentimiento, la lici-
tud y la formalidad. En ese tenor, el Código Civil Federal señala:
Artículo 1795.-E1 contrato puede ser invalidado:
1. Por incapacidad legal de las partes o de una de ellas;
11. Por vicios del consentimiento;
111. Porque su objeto, o su motivo o fin, sea ilícito;
N. Porque el consentimiento no se haya manifestado en la forma que la ley
establece.
Por su parte la Ley del Notariado del Distrito Federal, por ejemplo, esta-
blece de forma limitativa por su propia redacción, como las causas de nuli-
dad del instrumento notarial las siguientes:
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INSTRUMENTO PÚBLICO NOTARIAL Y ACTO JWÚDICO,CONTINENTE Y CONTENIDO 99

Artículo 162.-E1 instIUmedt0 o registro notarial sólo será nulo:


1. Si el Notario no tiene expedito el ejercicio de sus funciones en el momento
de su actuación;
11. Si no le está permitido por la Ley intervenir en el acto;
111. Si no le está permitido dar fe del acto o hecho materia de la escritura o
del acta por haberlo hecho en contravención de los términos de la fracción 11 del
am'culo 45;
111 [sic]. Si fuere firmado por las partes o autorizado por el Notario fuera del
Distrito Federal;
N.Si ha sido redactado en idioma distinto al español;
V. Si no está firmado por todos los que deben firmarlo según esta Ley, o no
contiene la mención exigida a falta de firma;
Vi. Si está autorizado con la firma y sello del Notario cuando debiera tener
nota de "no pasó", o cuando el instrumento no esté autorizado con la firma y
sello del Notario.
ViI. Si el Notario no se aseguró de la identidad de los otorgantes en términos
de esta Ley.
En el caso de la fracción 11 de este artículo, solamente será nulo el instrumen-
to en lo referente al acto o hecho relativos, pero será válido respecto de los otros
actos o hechos que contenga y que no estén en el mismo caso. Fuera de los casos
determinados en este am'culo, el instrumento o asiento será válido. Cuando se
demande la nulidad de un acto jurídico no podrá demandarse al Notario la nuli-
dad de la escritura que lo contiene, si no existe alguno de los supuestos a que se
refieren las fracciones anteriores. Sin embargo, cuando se dicte la sentencia que
declare la nulidad del acto, una vez firme, el juez enviará oficio al Notario o al
Archivo según se trate, para que en nota complementaria se tome razón de ello.
Artículo 163.-E1 testimonio, copias certificadas y certificaciones serán nulos
solamente en los siguientes casos:
1. Cuando el original correspondiente lo sea;
11. Si el Notario no se encuentra en ejercicio de sus funciones al expedir la
reproducción de que se trate o la expida fuera del Distrito Federal, y
111. Cuando dicha reproducción no tenga la firma o seiio del notario.
Como se señaló, cada ordenamiento establece las propias causales de in-
eficacia, pero en el caso de la relativamente reciente Ley del Notariado para el
Distrito Federal, publicada el 28 de marzo de 2000, la separación entre cada
tipo de ineficacia parece ser tajante, lo cual no sucedía con su antecesora.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que cuando la ley requiere para
la validez de determinados actos, que éstos se otorguen en instrumento pú-
blico, si dicho instrumento se invalida entonces sí se producirá por esta cau-
sa la nulidad del acto jurídico que en él se consigna, si es que no se otorga
en la forma que la ley ordena antes de esa declaración o si no prevalece la
acción proforma que se tocará más adelante, e incluso, la inexistencia cuan-
do proceda en el caso del testamento, como un acto solemne. Incluso, la an-
tenor idea es coincidente con el criterio que ha manifestado la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
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Como ejemplo de actos formales que requieren ser otorgados ante nota-
rio público en nuestra legislación, podemos mencionar algunos como el caso
de los supuestos previstos en los artículos 2317 y 2320, 2917, 1777, 2344
segundo párrafo, 2345, 2555, etcétera.
Ahora bien, la omisión o la nulidad del instrumento notarial traerá como
consecuencia la falta de validez del acto jurídico cuando la ley requiera a
aquél como requisito de validez de éste, pero solamente cuando dicha falta o
vicio no sea subsanado, es decir, si bien es cierto que se establece esa san-
ción, también lo es que la misma ley faculta al interesado para solicitar a la
autoridad que ordene la satisfacción de dicho requisito. Se está haciendo re-
ferencia a lo que se conoce como acción proforma que es "el derecho de cual-
quiera de las partes para pedir judicialmente que el contrato se otorgue en la
forma establecida por la ley".ls
La acción proforma se encuentra regulada tanto en el Código Civil Fede-
ral, así como en el Código Civil para el Distrito Federal en los 1833 y 2232,
así como en el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal en
el artículo 27, en los términos siguientes:
Artículo 1 8 3 3 . 4 u a n d o la ley exija determinada forma para un contrato,
mientras que éste no revista esa forma no será válido, salvo disposición en con-
trario; pero si la voluntad de las partes para celebrarlo consta de manera feha-
ciente, cualquiera de ellas puede exigir que se dé al contrato la forma legal.
Artículo 2232.-Cuando la falta de forma produzca nulidad del acto, si la
voluntad de las partes ha quedado constante de una manera indubitable y no se
trata de un acto revocable, cualquiera de los interesados puede exigir que el acto
se otorgue en la forma prescrita por la ley.
Artículo 27.-E1 perjudicado por falta de título legal tiene acción para exigir
que el obligado le extienda el documento correspondiente.
De acuerdo a lo anterior y siguiendo el propio criterio establecido por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, esta acción proforma extingue la de
nulidad, es decir, prevalece sobre ella, facultando a los contratantes para
exigir del otro, el otorgamiento de la escritura respectiva.
En este orden de ideas, si es posible que un acto cuya validez requiere
que su otorgamiento se lleve a cabo mediante instrumento público y habién-
dose omitido ese formalismo, el acto produce provisionalmente sus efectos
como documento privado hasta en tanto no se declare su nulidad, pudiendo
inclusive convalidarse mediante la subsanación del defecto o cumplimiento
del requisito legal; con igual o mayor razón puede valer dicho acto, si el ins-
trumento notarial en que éste se celebra se invalida, quedando facultadas
también cualquiera de las partes para ejercitar la acción proforma y sirviendo

ls PÉREZ FERNÁNDEZ DEL CASTILLO, Bernardo, op. cit., p. 85.


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dicho instrumento notarial nulo como documento privado para acreditar que
la voluntad de las partes se exteriorizó de manera suficientemente clara o
fehaciente.
Por otra parte, así como se ha visto que a pesar de la independencia en-
tre las causales de ineficacia del acto jurídico con las que corresponden al
instrumento público notarial, existen casos en los que la nulidad de éste ge-
neral la del primero cuando se trata de la forma requerida por la ley, hay
casos en los que coinciden las casales de ineficacia de uno y otro.
Es el caso de la fracción V del artículo 162 de la Ley del Notariado para
el Distrito Federal ya transcrito, que sanciona con la nulidad de la escritura
"Si no está firmada por todos los que deben firmarla según esta ley, o no
contiene la mención a falta de firma", sabemos también que en los actos ju-
rídicos que se celebran por escrito, el consentimiento se expresa mediante la
firma y que la falta de esa expresión de voluntad produce la inexistencia; es
por ello que si esta omisión se presenta respecto de alguna de las partes o de
todas las que deben intervenir con tal carácter, se producirá la nulidad del
instrumento por una parte y la inexistencia del acto por la otra, en virtud de
una misma situación, pero que se encuentra sancionada por disposiciones
legales distintas.
Empero, a pesar de que el anterior razonamiento parece sencillo, esta
posición obviamente no es la única, será necesario ser cuidadosos para no
confundirse con relación al caso referido, no debe perderse de vista que la
causa de la ineficacia del acto jurídico no es la nulidad del instrumento nota-
rial, sino la falta de consentimiento; además de que la ineficacia que se pro-
duce es la inexistencia de dicho acto, no la nulidad, aun cuando, como se
dijo, pueden concurrir ambos tipos y especies de ineficacia en torno a una
misma situación.
Existen algunas otras interrogantes que constituyen un aspecto intere-
sante en el tema que aquí se aborda, por ejemplo: ¿son correctas las asevera-
ciones de quienes señalan que la inexistencia y la nulidad del acto jurídico
produce la nulidad del instrumento? o ¿produce otro tipo de ineficacia? ¿en
qué medida? Y so no: ¿de qué serviría un instrumento público notarial como
continente de un acto jurídico ineficaz?
Para empezar, es evidente que si el acto jurídico es declarado nulo o es
inexistente, la eficacia del instrumento notarial en cuanto a sus efectos prác-
ticos también se pierde, pues el o los otorgantes no lograrán que se produz-
can los efectos de derecho hacia los cuales apuntaba su intención, como
tampoco el notario puede dar fe de algo que jurídicamente no existe o que
se ha declarado inválido.
Sin embargo, técnicamente la ineficacia del acto, sea por inexistencia,
por nulidad o por cualquier otra especie de ella, no produce la nulidad del
instrumento como en seguida se verá.

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Si el acto se sujeta, por ejemplo, a una condición suspensiva que consti-


tuya con relación al acto un requisito de eficacia y éste no se satisface, no
hay razón para estimar la nulidad del instrumento notarial que cumple con
los requisitos del artículo 162 de la ley notarial ya citada, que en sí ya cons-
tituye una sanción, pero que además queda fuera del alcance y ajeno a las
responsabilidades propias del notario.
En efecto, en cuanto a la nulidad y a la inexistencia del acto, se conside-
ra que existen varios motivos, desde luego de carácter jurídico, para sostener
que no hay razón por la que estas especies de la ineficacia del acto jurídico
afecten la validez del instrumento, aun cuando, como ya se reconoció y aquí
se reitera, los resultados prácticos esperados por las partes interesadas en el
negocio, se pierden. Parece ocioso realizar dicha distinción, pues a la parte
interesada de nada le sirve saber que la validez de la escritura o del acta,
desvinculada de la eficacia del acto que otorgó, se encuentra intacta, mien-
tras que el último, o sea, el propio acto, ha sido declarado ineficaz por cual-
quiera de sus especies mencionadas; ya que es cierto que el contenido o la
materia se encuentra defectuosa, sería en términos de García-Bernardo
Landeta, un mero espejismo, y así el continente o la forma de nada sirven
para la producción de los efectos deseados originalmente y propios del acto.
Empero, tal separación no es inútil, puesto que incide en los efectos corres-
pondientes a cada tipo de ineficacia, además de que cada una tiene un ori-
gen distinto, como ya se apuntó en anteriores líneas.
En la elaboración de las causales que tanto en el numeral 162 como en
el 163 de la Ley del Notariado para el Distrito Federal se establecen acerca
de la nulidad del instrumento notarial, no se sigue la citada teoría de las in-
eficacias de los actos jurídicos, por ello se observa por ejemplo, que la falta
de firma de los otorgantes no se sanciona como ausencia de voluntad o de
consentimiento con la inexistencia, sino con la invalidez de la escritura o del
acta, independientemente de la discusión relativa a que si su distinción (en-
tre las figuras de inexistencia y nulidad) es meramente teórica o no.
Aunque la Teoría General de las Ineficacias no es exclusiva de los con-
tratos, como ya se dijo, sino que aplica a otros actos jurídicos, con las restric-
ciones que el propio código establece en el artículo 1859, tanto el acta
notarial como la escritura pública son, en todo caso, la forma de aquellos, su
naturaleza es pues distinta, a éstos les afecta una ineficacia formal, deben
cumplir con lo que algunos han llamado la forma de la forma; además de
que cuentan dichos instrumentos con una regulación especial; de pretender
splicarles las reglas generales de los actos jurídicos, seguramente les resulta-
lían incompatibles.
Puede darse el caso, por ejemplo, de que se presente la simulación del
acto, en cuyo caso la sanción que se impone a las partes es la nulidad del mis-
mo, de acuerdo al artículo 2180 y siguientes de nuestro código, "El notario
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no puede garantizar la sinceridad de los hechos, ni puede penetrar en la in-


tención de las partes, ni adivinar si cuando dicen vender, quieren donar y no
vender: si aquel pago de dinero que se hace delante de él es o no una
comedia7'.19Seguramente habrá quien señale, que ello no tiene mayor rele-
vancia puesto que el notario solamente puede incurrir en responsabilidad o
ser castigado debido a su culpa o dolo y, como lo señala la propia Ley del
Notariado para el Distrito Federal, "siempre que cause daño o perjuicio di-
rectos a los prestatarios o destinatarios"; no obstante, en este caso cabría
preguntarse si la nulidad del instrumento no entraña en sí misma una san-
ción, la cual, en el ejemplo, resulta de una situación que se encuentra fuera
del control del notario, lo cual ocurriría si se aceptara que la ineficacia del
acto genera la del instrumento.
Pero se puede ir más allá contemplando el caso de la posible imposición
de una sanción injusta a un notario, derivada de la anulación de un acto ju-
rídico y de aceptar inadecuadamente, que ésta genera la del instrumento.
Piénsese en que un notario, al pasar ante su fe determinado acto mediante el
cual se pretendía transmitir la propiedad de un inmueble, se equivoca y con-
signa en la escritura una ubicación incorrecta que corresponde a otro predio,
autorizando así el instrumento. Nadie podría negar que la culpa debe atri-
buírsele y supóngase que con ello genera un daño o un perjuicio ya sea al
enajenante o al adquirente del inmueble.
El acto jurídico quedará sin efecto debido a un error acerca de la identi-
dad de la cosa, si se aceptara que dicha ineficacia del acto jurídico genera la
del instrumento, el notario además de la responsabilidad civil en que incurre,
se haría acreedor a la sanción prevista en el artículo 227, fracción IV o incluso,
la prevista en el artículo 228 fracción IV de la Ley del Notariado para el Dis-
trito Federal, que en la parte relativa, se transcriben a continuación:
Artículo 227.Se sancionará al notario con multa de uno a doce meses de
salario mínimo general vigente en el momento del incumplimiento:
L..1
IV.Por provocar por culpa o dolo, la nulidad de un instrumento o testimonio,
siempre que cause daño o perjuicio directos a los prestatarios o destinatarios
L...]
h'culo 228.-Se sancionará con suspensión del ejercicio de la función nota-
rial hasta por un año:
[...l
IV. Por provocar, en una segunda ocasión por culpa o dolo, la nulidad de al-
gún instrumento o testimonio [...]
Nótese además, que en el caso del artículo 228, su fracción IV no requie-
re el resultado de que se cause perjuicio o daño alguno.

19 PELOSI,
Carlos A., op. cit., p. 333.
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Hay que recordar que existen varios tipos de responsabilidad en las


que puede incurrir el notario: civil, administrativa, penal, fiscal e inclusive,
gremial.
Según la doctrina, "responsabilidad es el estado en que se halla someti-
do el individuo por la obligación de reparar o satisfacer, por sí o bien por
otro, las consecuencias derivadas de una culpa, delito u otra causa legaY.20
"El principio de la responsabilidad por los hechos propios dimana del
enunciado según el cual <<todoel que ejecuta un hecho, que por su culpa o
negligencia ocasiona un daño a otro está obligado a la reparación del
perjuicio»".21
Sin embargo, presentándose la hipótesis del ejemplo, el notario que
haya autorizado el instrumento incurrirá en responsabilidad civil en la medi-
da que proceda, pues se encuentra obligado a controlar la legalidad de lo
que se haga constar en su protocolo y ante su fe, es decir, tiene el deber
jurídico de apegarse a la ley y de vigilar que se cumplan los requisitos que
la misma ordena al ejercer su función como fedatario; sin embargo, como la
del instrumento notarial no depende de la del acto, estará a salvo de cual-
quier sanción a que se refiere la Ley del Notariado para el Distrito Federal,
en virtud de que la declaración de nulidad del instrumento no debe produ-
cirse, puesto que su culpa no generó la nulidad del instrumento, sino la del
acto jurídico que éste contiene.
Bernardo Pérez Femández del Castillo apunta: "No considero que la
fuente de la responsabilidad del notario frente a su cliente, sea el incumpli-
miento a la Ley del Notariado, pues esto da lugar a la responsabilidad disci-
plinaria que tiene frente al Estado y no así a la civiY.22
En el mismo sentido Rafael Bielsa asevera: "La responsabilidad discipli-
naria difiere substancialmente de la responsabilidad común, tanto por su fin
como por su especial naturaleza y efectos. En realidad, el fin de la responsa-
bilidad disciplinaria es <<asegurarla observancia de las normas de subordina-
ción jerárquica -cabe aquí recordar que el notario no es un funcionario
público, por lo que no se encuentra sometido a dicha subordinación- y, en
general, el exacto cumplimiento de todos los deberes de la función>>".23
Evidente parece la relevancia de saber distinguir la ineficacia del acto
jurídico de la nulidad del instrumento, además de su recíproca indepen-
dencia.

20 NERI, Argentino 1, Tratado Teórico y Práctico de Derecho Notarial, vol. 3, Escrituras y


Actas, Condiciones, Copias y Testimonios, Primera Edición, Segunda Tanda, 1981, p. 976.
21 Ibidem, p. 980.
Z2 PÉREZFERNÁNDEZ DEL CASTILLO, Bernardo, op. cit,, p. 377.
23 BIELSA, Rafael, Derecho Administrativo, t. 11, Agentes de la Administración Pública, Des-
centralización Administrativa, Órganos de la Administración Pública, Legislación Administrativa
Argentina, 3a. ed., Librería De J. Lajouane y Cía. Buenos Aires, 1938, p. 206.
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INSTRUMENTO PÚBLIco NOTARIAL Y ACTO JUR~DICO, CONTINENTE Y CONTENIDO


m
----.----
105

Finalmente, se concluye con la idea de que la ineficacia del acto jurídico


es distinta a la del instrumento notarial, su naturaleza es diversa puesto que
el continente, instrumento, y el contenido, acto, lo son; así, cada una cuenta
con sus propias causas y sus propios efectos. La conclusión es sencilla; útil lo
será en la medida en la que se estimen los efectos prácticos expuestos.

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Código Civil de 1870,


según los trabajos de Isidro Montiel
y Duarte y su influencia
en el Código Civil de 1928
J o s é de J e s ú s López Monroy

El Código Civil de 1870, primer Código elaborado en el México Indepen-


diente, fue el resultado no sólo de una aplicación del Código de Napoleón de
1804 de Francia, sino también y fundamentalmente de una comprensión
posterior a las "Concordancias, motivos y comentarios del Código Civil Espa-
ñol" de Florencio García Gollena.
En 1859 el Presidente Benito Juárez, en la Ciudad de Veracruz, encargó
al Doctor Justo Sierra O'Reilly, por conducto del Ministro de Justicia del CÓ-
digo Civil Mexicano, la redacción de un proyecto.
Le sirvió de base el Código de Francia y en un profundo estudio lo com-
paró con los Códigos Louisiana, Holanda, Baviera, Prusia, Baud, Suecia, Ber-
na, Friburgo y Argovia, pero siendo siempre una guía el proyecto de García
Gollena del Código Civil Español y se añadía el de Derecho Romano.
La denominación nos parecería extraña en el siglo XXI, pero nada tiene
de raro, pues como veremos la influencia de un Ilustre Jurisconsulto Yucateco
abrevaba en toda la Historia del Derecho Español y especialmente en las Re-
glas del Derecho del Libro Séptimo de las Siete Partidas del Rey Alfonso XII
"El Sabio".
La comisión que Don Benito Juárez constituyó reflejaba el afán de cons-
tituir la "civilidad" del Estado Mexicano y sirviéndome de base el Diccionario
de Geografía e Historia, tenía como miembros de la misma a los Abogados
Jesús Terán, Ministro de Justicia Don José María Lacunza, Fernando Ramí-
rez, Pedro Escudero y Echanove, y Luis Méndez.
Maximiliano se sirve de los trabajos y encargó a esa misma comisión ter-
minase el proyecto para su promulgación y se dice que él mismo presidía las
Sesiones de la comisión, pues había recibido sólida instrucción jurídica en
Europa.

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Estaban elaborados los libros: primero, relativo a las personas; y segun-


do, "De los bienes, de la propiedad y de sus diferentes modificaciones",
cuando el 20 de julio de 1866 cayó el Imperio y se dice que estaba elaborado
el Libro Tercero, relativo a las Sucesiones y faltaba el Cuarto y último en
corrección.
Restaurada la República, se comisionó a los Abogados Mariano Yáñez,
José María Lafragua, Isidro Montiel y Duarte, y Rafael Dondé el proyecto
definitivo el cual fue aprobado por el Congreso de la Unión el 8 de Diciem-
bre de 1870 y entró en vigor el 1 de Marzo de 1871.
El Proyecto fue meditado por Justo Sierra en el Convento de la Mejora-
da. Nosotros vamos a referirnos a la magnífica producción de Don Isidro
Montiel y Duarte que denominó Jurisprudencia fundamental, o sea exposi-
ción de las Reglas del Derecho.
Las reglas del derecho constituyeron el título m 1 1 1 de las siete partidas.
Don Isidro Montiel y Duarte, al reflexionar sobre cada una de las Reglas,
que son hasta el número de XXXVII de la Séptima Partida, el Jurista profun-
diza con un criterio y conocimientos de un Derecho Civil, maravillosos, pro-
fundos y elocuentes pensamientos.
Son objeto de estudio, precisamente una levísima introducción a esos
pensamientos pero el alcance civilístico de los mismos sólo podrá alcanzarse
con el estudio directo de las Reflexiones.
Este es un brevísimo estudio introductorio que pretende alentar a profe-
sores y alumnos, o con mayor humildad exclusivamente a los alumnos al
Derecho Civil programado por Isidro Montiel.
La Regla j
Dezimos que regla es de derecho, q todos los judgadores deven ayudar ala liber-
tad, porq es amiga dela natura: que la aman non tan folamente los omes, mas aun
todos los otros animales.
Sobre ella el comentario de Montiel, nos trae a colación el principio fun-
damental, conforme al cual los Jueces deben guiarse; es decir, que el principio
del Derecho de la Libertad, que si bien había sido proclamada desde la Inde-
pendencia de México, ordenaba que los Juzgadores deben ayudar a la libertad
y por eso el principio de libertad apuntaba a abolir efectivamente la esclavi-
tud, porque ésta pareciese que subsistía aparentemente en las Haciendas
Henequeras de Yucatán, pero asimismo tendía hacia el principio de igualdad
entre el hombre y la mujer.
Tal parece y así es que el principio de libertad no solamente abarcaba a
todos los seres humanos, sino que la abarca como Derecho fundamental di-
ríamos ahora, pero algo mas la libertad estaba precotizando el principio de
igualdad del hombre y la mujer, que sólo tardíamente podría quedar regla-
mentado hasta pasados los años 50, de los años 20; es decir, hasta 1966.
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C. C. DE 1870, SEGÚN ISIDRO MONTIEL Y DUARTE Y SU INFLUENCIA


-m- - -
EN EL C. C. DE 1928
---.-"-- 1O9

En otros términos la Regla uno de la Ciencia del Derecho presupone no


sólo la libertad, sino también la igualdad.
La Regla ij
Trofi dezimos, q fervidubre es cofa que aborrece los omes naturalmente: e a ma-
nera de servidumbre bive non tan folamente el fiemo, mas aun aquel que non ha
libre poder de yr del lugar do mora. E aun dixeron los fabios que on es fuelto, nin
quito de prisiones aquel a quien han facado de losjerros, e le tienen por la mano, o
le dan guarda cortefamente.
Recordase que el principio de igualdad sólo fue completado hasta 1957,
en la época del Presidente Ruiz Cortínez, cuando se le dio el voto a la mu-
jer. De esta regla aparecen las bases en el Derecho Constitucional Mexicano
de que:
"Nadie nace esclavo"
"Esclavo que pisa el territorio mexicano termina con su esclavitud
Protección al esclavo e invalidez de la pérdida de la libertad por contra-
to, de tal manera que Don Isidro Montiel y Duarte, quiere abolir, no sólo la
esclavitud, sino que pretende que llegue a darse una igualdad entre el que
presta un trabajo y el que lo recibe.
La Regla iif
Trofi dixeron q non fon cotados por bienes aquellos por quien viene a ome mas
daño que pro.
La Regla tres conduce al estudioso al análisis del capítulo de Bienes, de
tal modo que no se pueden contar por bienes aquéllos por quien viene más
daño que beneficio.
La clasificación de los bienes en inmuebles y muebles, conduce al con-
cepto de bienes comunes como aquéllos que pueden aprovechar a todos los
habitantes y de bienes propios, como aquéllos que constituyen la hacienda
particular de los Municipios, recogiéndose así todos los avances que tenían
el Derecho Indiano; es decir, el Derecho elaborado en la Época Novohispana.
La Regla iiif
Trofi el ome que es fuera de fu fefo, non faze ningun fecho enderecadamete: e
poren de no fe puede obligar, porq no fabe, nin entiende pro, nin daño.
De la Regla cuarta, recojo entre otros, los Comentarios de Montiel y
Duarte:
Nada más justo que la presente Regla, basada como está toda obligación
en el conocimiento del precepto que la impone y con ésta analiza las Reglas
de todo acto jurídico que debe ser consciente y libre.
Pero no sólo esto, sino que además, como todos somos responsables de
nuestros actos, regula la culpa aquiliana, o sea, el daño que se produce
por nuestros menores o incapacitados, estableciéndose así las bases de toda
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la doctrina del Acto Jurídico, porque el acto jurídico se funda en la Doctrina


de la Libertad; posteriormente a los trabajos de nuestro Civilista Planiol, dirá
en el siglo XX que la voluntad debe ser consciente y libre.
La Regla v
As dixero los fabios antiguos, q en gran culpa es aql que fe trabaja de fazer cofa
q non fabe, o que le non conuiene.
Por supuesto que esta regla le sirva de pauta a nuestro estudioso para
analizar la culpa desde el punto de vista del Derecho Canónico, pero tam-
bién para regular las profesiones que constitucionalmente quedaron regula-
das en el artículo So Constitucional.
La Regla vj
Aun otrofi dixeron q ninguno non es obligado a otro del cofejo q le dio, maguer
le ende vinieffe daño: fueras ende fi le ovieffe dado aquel cofejo engañofamente. Ca
eftonce el daño que1 ouieffe por el, feria tenudo de gelo pechar.
Por supuesto que nuestro estudioso lo refiere a las respbnsabilidades que
tiene el mandatario, por cuando que el mandatario debe cumplir las Reglas
del mandato, suplidas con la prudencia necesaria.
La Regla vij
Otrofi dixeron que el feñor que vee fazer mal a aquel a quien lo puede vedar, fi-
non lo vieda, femeja que lo confiente, e que es aparcero enello.
Le da base para establecer los principios de la responsabilidad por falta
de vigilancia y de cuidado y por supuesto de la responsabilidad del marido
por los actos de la mujer.
La Regla viij
Dixeron que non qrer es en poder de aquel q queriedo la cofa la puede fazer
cumplir. Efto feria como fi algúo fueffe eftablecido por heredero, fo tal codicion que
fueffe e n f u poder la condicion. Cafi el non quiere la herencia, no cumplira la con-
dicion, faziendo aqllo que el teftador le mado. E fi por auentura fe pagare della,
queriendo cuplir aquello que madare el teftador, fera heredero. E afsi mueftra que
es en fu poder el querer, e el non querer.
Es entonces cuando el estudioso analiza todas las reglas relativas al con-
tenido atípico del testamento y a las condiciones que puedan reflexionarse
en un testamento bien desarrollado.
La Regla ix
Tambien dixero que fi aquel que obedefciedo el mandamiento de fu feñor, o de fu
padre jizo cofa porq merecia pena, q non la deué dar a el: porque lo que el fizo, fue
fecho por voluntad de otri, a quien era tenudo de obedefcer, e es de creer q lo non
fizo por la fuya, e porende deuen dar la pena a aquel que lo mando.
Da base para la exposición de las responsabilidades en la gestión de ne-
gocios.
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C. C. DE 1870. SEGÚN ISIDRO MONTIEL Y DUARTE Y SU INFLUENCIA EN EL C. C. DE 1928 111

La Regla x
Aun dixeron que quien ha por firme la cofa que es fecha en f u nome, que vale
tato comofi la el ouieffe mandado fazer de primero.
Analiza el alcance del mandato y de los derechos de los terceros que
contrataron con el mandatario.
La Regla xj
De mas dixeron que aquel puede códenar a ot* que ha poder de lo quitar. Mas
aql que ha poder de lo quitar a las vezes non puede dar fentencia de condenamieto:
efto feria como fi fue1 fe acufado algun judgador ordinario de alguna villa ante el
adelantado dela tierra, o el comitre delante fu almiráte. Ca ji le fuefZe prouado al-
gund yerro q ouieffe fecho, porq merecieffe muerte, o perdimiento de algun miebro,
nó lo puede el códenar amenos de lo fazer faber al Rey primeraméte. Pero fi proua-
do nó le fuere, puede lo dar por quito, afsi como fe mueftra en las leyes defte libro,
que fablan enefta razon.
Sirve de base para la fundamentación de los Poderes Legislativo, Ejecuti-
vo y Judicial, es pues un comentario del Derecho Público dentro de la con-
cepción del Derecho Privado.
En otros términos la Doctrina de Derecho Público se enraíza con la con-
cepción feudal que distingue tres tipos de Jurisdicciones, a saber: el Abaden-
go, el Realengo y el Solariego.
El Abadengo se refiere a la jurisdicción de la Iglesia que solamente la
tiene en Materia de cosas espirituales.
El Realengo significa en la concepción moderna que la jurisdicción es
del todo el Territorio Real. De tal manera que cuando decía el Monarca, esto
es de mi realengo, no quería decir que fuese de su propiedad privada, sino
de una jurisdicción territorial universal.
Y el Solariego, lo entendemos como Jurisdicción Municipal.
Esta distinción la está formulando el que éste escribe, pero encajaría
para entender la Regla 11y los comentarios de Montiel.
La Regla xif
Aun dixeron q ningun ome nó puede dar mas derecho a otro en alguna cofa, de
aquello que le pertenefce enella.
Da base para analizar todo el capítulo de Obligaciones, no sólo en la
forma en que Pothier lo había analizado, sino acondicionándolo a la Legisla-
ción Moderna.
La Regla xiij
Troj dixeron que cofa q es nueftra non puede paffar a otri, fin nueftra palabra,
e fin nueftro fecho.
El estudioso al referirse a esta Regla, establece las Instituciones de Usu-
capión y a la luz del Derecho Constitucional, los conceptos de Expropiación
y Confiscación.
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La Regla xiiij
Aun dixeron los fabios, que non faze tuerto a otro quien vfa defu derecho.
La Regla y su comentario se hicieron antes de la elaboración del Código
Civil Alemán de 1895, que entró en vigor en el año 1900.
Se refiere al uso del Derecho y es entonces cuando define la facultad en
cuanto a que todos los demás tienen el deber de no estorbar el ejercicio legí-
timo de ella; le sirve de base para estudiar las instituciones del campo: el
pozo abierto, en terreno propio, la Estacada o Valladar.
La Regla xv
Aun effos mifmos dixero q aquellas cofas puede omefazer, que quandofieren fe-
chas feanfin mal eftanca de aquel que lasfizo.
Le sirve de base para la cesión de bienes y para fijar el alcance de la Re-
gla de que nadie puede ceder a otro más de lo que tiene.
La Regla xvj
Trofi dixero que lo que el ome faze, o dize có encendimiento de faña nó deue fer
judgado por firme, ante que fe vea fi durara enello, nó fe arrepintiédo luego, el que
fe mouio. Pero efto fe deue entender, que lo que el ome faze, o dize con faña a daño,
o a denuefio de otri, que lo nó efcufa de la pena, comoquier que le mengue dela
culpa del yerro, quádo el mouimiento de la fañafie con razon.
Fundamenta la posibilidad de que el reo se retracte y da base para estu-
diar las circunstancias elementales del Derecho Penal.
La Regla xvij
Aun dixeron queninguno non deue enrriquefcer tortizeramete con daño de otro.
Sirve estupendamente para estudiar toda la doctrina de enriquecimiento
sin causa y de base para la fundamentación de un derecho en donde todo el
mundo sea responsable de sus propios actos.
La Regla xviij
Dixeró que la culpa del vno non deue empecer a otro que non ya a parte.
Sirve de base para regular el principio fundamental y civilizado de que
las acciones penales sólo perjudican a los que las han cometido y se dan las
bases de responsabilidad del delincuente que ha fallecido.
La Regla xix
Dixeron aun que alos malhechores, a los confejadores, alos encubridores deue fer
dada ygual pena.
Establece los cómplices de los delitos de religión: Cómplices en los deli-
tos de religión (Contra la persona), Homicidio, Asesinato, Parricidio, Desa-
fío, Aborto, Fuerza, Lenocinio, Rapto, Abigeato, Hurto, Robo, Moneda falsa,
Delitos políticos, Observaciones generales, Legislación francesa sobre cóm-
plices, Legislación española sobre cómplices, Legislación inglesa sobre cómpli-
ces, Código Penal del Distrito.
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C. C. DE 1870,SEGÚN ISIDRO MONTIEL Y DUARTE Y SU INFLUENCIA EN EL C. C. DE 1928 113

La Regla xw
Trofi dixeron que el que faze alguna cofa por mádado del judgador, quié ha de
obedefcer, non femeja q lo faze a mal entendimiéto: porque aquel f a z el daño, que
lo manda fazer.
Hace referencia a los daños causados con orden judicial y a la culpa que
tienen los hijos de familia y circunstancias exculpantes en la orden de supe-
rior legítimo.
La Regla xxj
Trofi dixeron que quien da razon porq venga daño a otro, el mijíno fe entiende
que lo faze.
Esta Regla viene a establecer la responsabilidad del autor de un hecho
como causa ocasional que ha producido un daño, esto es anterior al desarro-
llo de la responsabilidad por "Tort" del Derecho Inglés o el cuasidelito del
Código de Napoleón.
La Regla xxij
Aun dixeron que el daño que ome recibe porfu culpa, que a f i mifmo deue culpar
por ello.
Dice y sirve de base para establecer la culpa de procurador, la culpa del
comprador y la culpa del fiador.
La Regla xxiij
Aun dixeron que aql que calla non fe entié de quefiempre otorga lo ql dizé, ma-
guer non refpóda: mas efto es verdad que non niega lo que oye.
Fundamenta y establece que el silencio es forma de integrar el consenti-
miento.
La Regla xxiiif
Aun dixeron que non puede ome dar beneficio a otro contrafu voluntad.
Dice da las bases para la interpretación de los contratos, pues éstos de-
ben interpretarse en un sentido integral y para beneficio y creación de nue-
vas empresas.
La Regla soor
Aun dixeron que el que fe dexa engañar entendiendo lo, q fe non puede querellar
como ome engañado: porq non le fue fecho encubiertamente, pues que lo entendía.
Sirve de base para el estudio de los vicios del consentimiento y especial-
mente el error.
La Regla q'
Aun dixeron q las palabras fobejanas que fon pueftas enlas cartas publicas, o en
otras de feñor, por toller algzía dubda, q non tiené pro, nin valen porende menos,
porq la carta quando es cúplida, aprovecha e non nuze.
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Fundamentalmente la inteligencia que debe descubrirse en la mente del


testador y; por lo tanto, la doctrina de la interpretación de los testamentos.
La Regla mij
Dixeron otrofi q los priuilegios q fon dados a algunos por razon de fus perfonas,
que non paffan a fus herederos: fueras ende fi enla carta, o enlos priuilegios lo
dixere.
Da la base para la doctrina de inventario desarrollándola en una forma
más amplia.
Y todo esto antes de la formación de un Registro de Hipotecas y que des-
pués se transforma en un Registro Público.
La Regla xxviij
Dixeron q las palabras de los priuilegios quando fon efcuras deué fer interpreta-
das largamente, catando fiépre q acuerde el entendimiento dellas có la voluntad de
aql q dio el priuilegio. E defras maneras diximos de fifo en el comienco del titulo
paffado affaz cúplidamete.
Sirve de base para la doctrina de la interpretación de las facultades ad-
ministrativas otorgadas a los particulares.
La Regla m i x
Aun dixeron que fegun derecho natural, aquel deue fentir el embargo dela cofa,
que ha el pro della.
Indica la aplicación del Derecho Natural, acudiendo a él, incluso a las
reglas de las sociedades y a la regulación de sus beneficios.
La Regla m
Trofi dixeron que quien entra en lugar de otro por heredero de lo fuyo, que ha
derecha razon de nó faberfi es tuerto, o derecho lo q demanda, o ampara por aque-
lla herencia.
Establece todos los principios de responsabilidad del heredero aparente.
La Regla q'
Aun dixeron que por efta palabra, ome bueno, fe entiende el juez ordinario de la
tierra. E porende do quier que fea fallado efcrito en ley, o en foftura, que alguna
cofa fea librada por aluedrio de ome bueno, fea entendido que el juez ordinario dela
tierra la ha de librar.
Da las bases para comprender que se entiende por hombre bueno y ho-
norable.
La Regla mxif
Trofi dezimos, que la cofa que es judgada por fentencia, de que fe non pueden
alcar que la deuen tener por verdad.
Sirve de fundamento para ver el alcance de las sentencias que benefician
o perjudican a los que en ella intervinieron.
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C. C. DE 1870, SECÚN ISIDRO MONTIEL Y DUARTE Y SU INFLUENCLA EN EL C. C. DE 1928 115

La Regla d i f
Aun dixeron que el que es vna vez dado por malo, fiempre lo deué tener por tal
fafca q fe prueue lo cotrario.
Reglas relativas a los reincidentes.
La Regla d i i f
Dixeron otrofi q el derecho del parentefco q ha vn ome con otro por razon de
fangre, que non fe puede toller por poftura, nin por ley, comoquier que la razon que
orne ha de heredar los bienes de fus parientes, fe puede perder por pleyto, o por ley
quando jiziere porque.
Nos da la base para los derechos de sangre y; por lo tanto, para regular
la responsabilidad por alimentos.
La Regla m
Ixeró otrofi que vna cofa es véder, e otra cofa cófentir en la védida. ca el vende-
dor q recibio el precio es tenudo de fazer la cofa fana: mas aql que confiente non es
tenudo, fueras fi el recibieffe el precio de la cofa védida: ca el confentimiento no le
tiene daño, fi non tan folarnente que pierda el derecho que ha enella, porque confin-
tio que la vendieffen.
Fundamenta todos los principios relativos a las prendas.
La Regla nmj
Vn dixeró, que non fe deuen fazer las leyes, finó fobre las cofas que fuelen acae-
fcer a menudo. E porende non ouieron los antiguos cuydado de las fazer fobre las
cofas que auinieron pocas vezes, porque tuuieron que fe podria judgar por otro cafo
de ley femejante que fe fallaffe efcrito.
Censura de la regla.-La primera parte más que en el Derecho Civil, de-
bía figurar como un principio de legislación en el precioso tratado de "Legum
Leges" de Bacon.
Argumento a simile.-Y la segunda no hace más que autorizar el argu-
mento a simile que el derecho romano admitió. (4 12 Y 3 FF. DE LEGZBUS.)
Aquí es el lugar oportuno de vanas reglas dadas por Bacon a propósito de la
extensión por analogía.
La Regla m ij
Trofi dixeró q en las cofas que fe faen de nueuo, deue fer catado en cierto la pro
dellas, ante que fe parta delas otras que fueró antiguamente tenidas por buenas,
por derechas.
Porque las otras palabras que los antiguos pufieró como reglas de derecho, las
auemos, puerfcas e departidas por las leyes defce nueftro libro, afsi como de b f o
deximos: porende nó las queriendo doblar tenemos q abondan los exemplos que
aquí auemos moftrados.
Las concordancias se vinculan con la regla anterior. Por lo tanto, con-
cluimos con lo que sería, en el libro de Montiel y Duarte, el proemio.
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Qué es una Regla de Derecho.-"Es ley dictada brevemente con palabras


generales que demuestran ayna la cosa sobre que fabla é ha fuerza de ley
fueras ende en aquellas cosas sobre que fablase alguna ley señalada de
aqueste nuestro libro".
A los comentarios de Bronchorst y Murillo sobre la primera regla de De-
recho Romano y Canónico que enseña lo mismo que la presente.
Para no confundir lo que propia y rigurosamente debe llamarse regla de
derecho con otras proposiciones generales, necesario es marcar las condicio-
nes características que las diferencian.
Antes de proponer la definición de la regla de derecho, preciso es hacer
una exposición analítica de ella, diciendo que es:
1. La idea, la proposición general que se extiende por todo el derecho o
por una parte notable de él, según Bacon.
2. Que es de uso frecuente según Douval.1
3. Que tiene extensión, es decir, generalidad en su parte declarativa y
fecundidad en su aplicación.
4. Que está tomada del derecho existente.
5. Que tiene precisión de pensamiento, concisión de estilo y felicidad de
expresión.
Todo esto da a conocer lo que debe entenderse por regla de derecho,
pues de la definición que de ella da el Código de Justiniano ha dicho Hoto-
mano, y con razón, que es más oscura que la cosa definida, y que no sabe
que nadie la haya entendido.
Establecidas estas condiciones características de la regla de derecho,
debe decirse que se diferencia de la ley, en no ser más que la parte de esta
que precisa su voluntad.
Puede por tanto, decirse que: la regla de derecho es la exposición compen-
diosa que en nuestras leyes se hace de varazón fundamental que apoya las deci-
siones tomadas en ellas, aplicable a los casos que están en identidad de
condiciones con otros no decididos, y que por lo mismo sirve para fundar su
decisión; tal es la proposición que enseña que "el home que es fuera de su
seso non face ningún fecho enderezadamente".
El principio es una proposición general que también se extiende sobre
los hechos o sobre las ideas y sirve para verificar proposiciones más o menos
generales, pero no tiene el peso ni la sanción que la regla, y además necesita
de demostración si no es evidente por sí misma.
Agrega Douval que es la medalla acuñada en el retiro de la ciencia; pero
que no tiene todavía el mismo privilegio que la moneda para su libre circula-
ción; así es el principio que enseña que: Actus seu contractus sine sua substan-
ciá nec per momentum subsistere potest.

1 Le Droit Dans ses maximes.


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C. C. DE 1870, SEGÚN ISIDRO MONTIEL Y DUARTE Y SU INFLUENCIA EN EL C. C. DE 1928 117

En nuestra jurisprudencia por justo y equitativo que sea un principio no


llegará a elevarse a la categoría de regla de derecho, mientras no sea adop-
tado para la decisión dada en una o más leyes.
Apotegma es un dicho agudo, profundo y notable por sí mismo, cuya
idea es original y útil para todos y que está autorizado por la celebridad de
un nombre respetable.
Aforismo es una sentencia breve y doctrinal que encierra un principio in-
concuso, como el que dice: "generi per speciem derogatur".
Axioma es la proposición general llevada a un grado de generalidad y evi-
dencia que parece destinada a demostrar una multitud de verdades secunda-
rias: sólo los descendientes tienen la obligación de traer a colación, para que
se guarde igualdad entre los hijos".
Máxima es una regla de conducta que el consentimiento unánime de los
hombres ha autorizado de manera que nadie rehúsa su aplicación.
Proverbio, (probatum verbum) más bien es una advertencia para evitar
el mal que una regla de aplicación: por ejemplo; "hay más compradores lo-
cos que vendedores".
Sentencia es una proposición profundamente moral, que por los térmi-
nos concisos en que está concebida se concita el respeto universal.
Adagio, (ad agendum) es una regla apropiada a la práctica y que una ne-
cesidad cuotidiana ha empleado frecuentemente para hacer de ella aplicaciones;
tal es el fundamento de una disposición injusta de nuestro antiguo derecho,
que decía: "venta quita venta".
Dicho, es la máxima admitida y repetida ordinariamente sin examen. Es
una moneda que circula, dice Douval, sin haber verificado su título.
Brocárdico, es la regla que una especie de abuso de la práctica ha hecho
trivial y que no hay mérito en invocar. Este es introducido en el derecho por
el uso frecuente de los doctores juristas que lo emplean como axioma, sin
fundarlo en ningún texto jurídico, y aun tomándolo á veces de los filósofos y
poetas; de modo que tienen muy poca autoridad las decisiones que en él se
funden, mientras no tengan otra base más sólida. (Murillo, Curso de Dere-
cho Canónico)
Ahora, puede preguntarse: ¿el derecho español reconoce como reglas
otras leyes que las expresamente contenidas en el título que lleva el rubro de
"Reglas de derecho?"
Y a esto deberá contestarse copiando el final de este título, que dice: "Es
porque las otras palabras que los antiguos pusieron como por reglas de dere-
cho, las habemos puestas repartidas por las leyes de este nuestro libro, así
como de suso dejimos, por ende non las queriendo doblar, tenemos que abun-
dan los enxiemplos que aquí habemos mostrado. Nos el Rey "Don Alonso".
Siendo esto así, debe tenerse como regla de derecho: "la exposición
compendiosa que en nuestras leyes se hace de la razón fundamental de una
decisión general aplicable a diversos casos semejantes".
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D. Juan Sala dice que: "la regla de derecho es la determinación de la ley


concebida en términos generales que señalan la cosa sobre que se habla, y
tiene fuerza de ley, a menos que haya otra particular, sobre aquella cosa que
diga lo contrario; pues en ese caso debe estarse a la ley y no a la regla".
Bronchorst expone la definición de la regla de derecho, diciendo que:
"es una decisión general y breve que comprende en breves términos muchos
casos semejantes, no por la mención especial de ellas, sino por la asignación
de una misma razón".
Bacon dice que sólo deben tenerse por "reglas de derecho, aquellas que
son inherentes á la misma forma de la justicia, de manera que regularmente
se encuentran las mismas en la legislación civil de diversas naciones, salvas
aquellas modificaciones que necesariamente deben resultar de sus diversas
formas políticas". (Legum Leges, aforismo 83).
Estos comentarios a las Reglas del Derecho de las Sietes Partidas, dieron
base a los Códigos Civiles de 1870 y 1884, éste último una reproducción de
aquél, suprimiendo la legítima forzosa.
Puede concluirse que el trabajo de Isidro Montiel no es contrario en el
que en el principio de este estudio hemos afirmado; es decir, nuestros Códi-
gos Civiles, si bien tienen los caracteres genéricos del Código de Napoleón,
no son una simple reproducción de éste, sino por el contrario una profundi-
zación de las reglas establecidas por el Rey Alfonso X "El Sabio"; de manera
que, la hispanidad queda profundamente expresada en éstos maravillosos
trabajos de Isidro Montiel.
Muy anterior al Código de Napoleón se encuentran las Reglas de las
Siete Partidas, que sirven de base a la "civilidad" de nuestras producciones
jurídicas.
Parece que la antigua y &uy respetable de que provenimos del Código
de Napoleón, podría decirse provenimos en nuestra Legislación Civil de la
reglamentación castellana de las Siete Partidas y así estableceríamos un
puente indestructible entre los trescientos años del Derecho Indiano de la
Nueva España y el Derecho Civil del México Independiente.

MONTIEL Y DUARTE,Isidro, Jurisprudencia Fundamental o sea Exposición de las Reglas


de Derecho, Antigua imprenta de Murguía, México, 1889.
SAVIGNY, Sistemas del Derecho Romano Actual, 6 t. Madrid, Centro Editorial Góngora.
Sin fecha de edición. Es una Obra editada en el Siglo XX.
SCHULZ, Fritz, Derecho Romano Clásico, Casa Editorial Barcelona, 1960. Título de la
obra original At the Clarendon Press, Oxford, 1951.
Las Siete Partidas del Sabio REY don Alonfo el nono, Año. M.D.L.V., con privilegio
Imperial.
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C. C. DE 1870, SEGÚN ISIDRO MONTIEL Y DUARTE Y SU INFLUENCIA EN EL C. C. DE 1928 119

C A R N E L ~Francisco,
, Teoría General del Derecho, Editorial Revista de Derecho Priva-
do, Madrid 1941.
CORPUSIURIS CMUS, Institutiones y Digesta, BerolinVTurici MCMLXV. Apud Weid-
mannos. Editio Décima Octava Lucis Ope Expressa. 3 Volúmenes.
D'ORS,Alvaro, Elementos de Derecho Privado Romano, Pamplona 1960.

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E l registro de deudores alimentarios


morosos
María del Carmen Montoya Perez

El tema de los alimentos y su cumplimiento efectivo, tiene una gran repercu-


sión jurídico social en virtud de que estos son la base por medio del cual el
ser humano como ser biológico cubre sus necesidades primarias y como ser
social las necesidades que se derivan de esta naturaleza humana, en donde
estos son el medio que garantiza el sano desarrollo de los menores o en su
caso de los que por circunstancias especiales los requieren.
Antes de hacer el análisis del Registro de Deudores Alimentanos Moro-
sos es necesario referirnos a los alimentos como una institución del derecho
familiar.
Así los alimentos son el deber jurídico que tiene una persona llamada
deudor alimentario de proporcionar a otro denominado acreedor alimenta-
no todo lo necesario para su subsistencia en el ámbito de las esferas que in-
tegran al ser humano, es decir las esferas bio-psico-social.
El concepto alimentos proviene del "[...] sustantivo latino alimentum, el
que procede a su vez del verbo alere, alimentar [...] la obligación presupo-
ne que una de las personas (el acreedor alimentario), se encuentra necesita-
do y que la otra, el deudor alimentano se halla en aptitud de proporcionarle
[...]"l lo necesario para subsistir.
Los alimentos se derivan: del matrimonio, concubinato, parentesco, adop-
ción, por divorcio, por testamento, testamento inoficioso, por convenio2 y
agregaríamos que también surgen por nulidad de matrimonio y por la cons-
titución de la sociedad de convivencia
De acuerdo a últimas reformas realizadas en materia de concubinato al
extinguirse éste los concubinos tendrán derecho a recibir alimentos siempre
y cuando el que los solicite carezca de ingresos o bienes suficientes para sub-
venir a sus necesidades alimentarias, se tendrá derecho a recibir los alimen-
tos por el mismo tiempo en que duró el concubinato. Este derecho se

1 IBARROLA, Antonio de, Derecho de Farniüa, Porrúa, México, 1978,p. 89.


2 MONTERO DUHALT,Sara, Derecho de Familia,Pomía, México, 1984,p. 59.
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extinguirá cuando hubiese habido ingratitud de parte del acreedor alimenta-


no, contraiga matrimonio o se una en concubinato.
De igual manera hay que indicar que en materia de adopción al regular-
se en el Distrito Federal la adopción plena e ingresar el adoptado a la familia
de los adoptantes, como si se tratara de un hijo biológico, los alimentos si-
guen las reglas del parentesco consanguíneo.
Los alimentos son lo más indispensable que el ser humano necesita para
sobrevivir, y en algunos casos lograr su completo desarrollo, sin embargo, y
a pesar de esa importancia el acreedor alimentario incumple de manera rei-
terada con ese deber; pero lo más grave es cuando su incumplimiento deriva
de una conducta intencional.
La obligación alimentaria "[ ...] encierra un profundo sentido ético pues
significa la preservación del valor primario: la vida, impuesto por la propia
naturaleza a través del instinto de conservación natural y de la especie y por
el innato sentimiento de caridad que mueve a ayudar al necesitado [...]".3
Pero no obstante el contenido moral y ético que encierra la obligación
alimentaria tal situación se deja de lado y el deudor a pesar de ser pariente
del acreedor alimentario realiza una serie de conductas para dejar de cum-
plir con ese deber, poniendo en riesgo la integridad física del acreedor, bien
porque su finalidad sea dañar al otro progenitor o porque en realidad se
trata de un ser irresponsable que no tiene ni siente ningún afecto para el
acreedor alimentario.
Si bien es cierto, el gran número de incumplimiento de la obligación ali-
mentaria se da entre los progenitores varones respecto de sus descendientes;
no hay que soslayar que existe también un gran incumplimiento de ese de-
ber por parte de los hijos hacia sus padres e incluso de las progenitoras en
relación a sus hijos
Los alimentos "[ ...] tienen un carácter de permanencia en el matrimonio
por ser obligación conyugal darse alimentos. son intransmisibles, irrenuncia-
bles e intransigibles, salvo los alimentos ya causados, e inembargables [...]
en cuanto a la obligación son de dar y hacer, según se trate de dinero, cosas
necesarias o educación, cuidado, etc. [...]".4
Efectivamente la obligación alimentaria es intransmisible, porque se en-
cuentra fundada en las calidades de cónyuges, concubinos o parientes, ca-
rácter que no se puede transmitir ni por acto entre vivos ni mortis causa.
El deber de proporcionar alimentos es irrenunciable porque tiene por
objeto satisfacer el derecho a la vida del alimentista; tampoco puede ser ob-
jeto de transacción porque si la transacción es un contrato por el cual las
partes haciendo recíprocas concesiones extinguen una controversia presente

3MONTERO DUHALT, Sara, op. cit., p. 60.


4CHÁVEZASENCIO, Manuel F., La Familia en el Derecho. Relaciones Jurídicas Conyugales,
Porrúa, México, 1985, p. 153.
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REGISTRO DE DEUDORES ALIMENTARIOS MOROSOS 123

o previenen una futura,5 entonces el alimentista que los necesita no está en


aptitud de disminuirlos mediante la transacción puesto que los alimentos
serán lo mínimo e indispensable para sobrevivir; y por esa misma razón el
derecho a recibir alimentos es inembargable porque de permitirse se pondría
en riesgo la integridad física de la persona.
Además de las anteriores características hemos de agregar que la obliga-
ción alimentaria es recíproca porque la persona que la cumple tendrá a su
vez el derecho de recibirlos; es sucesiva en virtud de que la ley señala el es-
tricto orden en que los parientes estarán obligados a proporcionarlos unos
después de otros; es indeterminada y variable en cuanto a su monto porque
la ley no señala la cantidad que debe proporcionarse a cada acreedor ali-
mentario sino que ello derivará siempre de dos factores la necesidad del
acreedor y la capacidad económica del deudor.
Es también alternativa porque el obligado cumple otorgando una pen-
sión suficiente para cubrir las necesidades alimentarias del acreedor o bien
incorporándolo a su domicilio: es asegurables porque su cumplimiento debe
de garantizarse a través de fianza, prenda, hipoteca, depósito o cualquier
otro medio a criterio del Juez de lo Familiar.
El crédito alimenticio es imprescriptible6 es decir el derecho que se tiene
para exigir los alimentos no puede extinguirse por el transcurso del tiempo
mientras subsistan las causas que le dieron origen.
También los alimentos no pueden ser materia de una compensación
además de tener el carácter de preferentes; finalmente, la ley otorgada una
presunción de necesitar alimentos a favor de los menores de edad, discapa-
citados, los sujetos a interdicción así como del cónyuge o concubina (o) que
se dedique al hogar. Dicha presunción admite prueba en contrario.
El contenido de los alimentos se constituye con la comida, el vestido,
calzado, asistencia en caso de enfermedad, en su caso, los gastos de embara-
zo y parto; en relación a los menores además de los gastos de educación lo
necesario para proporcionarles un oficio, arte o profesión adecuados a sus
circunstancia particulares.
En relación con las personas con algún tipo de discapacidad o de estado
de interdicción, los alimentos comprenden además lo necesario para lograr,
en lo posible, su rehabilitación y su desarrollo.
Y en el caso de los adultos mayores los alimentos comprenderán los
gastos necesarios para su atención geriátrica, procurándose en lo posible
que se cumpla con dicha obligación incorporándolo al domicilio del deudor
alimentario.

5 LOZANO
NORIEGA,
Francisco, Cuarto Curso de Derecho Civil. Contratos, Asociaaón Naao-
nal del Notariado Mexicano A.C. México, 1987, p. 629.
6 ROJINAVILLEGAS, Rafael, Compendio de Derecho Civil. Introduccidn, Personas y Familia,
16a. ed., Porrúa, Mkxico, 1980, p. 264.
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En la actualidad, con el divorcio "unilateral", los alimentos también sur-


gen por convenio si los divorciantes se ponen de acuerdo y de no existir ese
pacto, será el Juez de lo Familiar quien decrete el monto de la pensión ali-
menticia una vez que se tramite el incidente respectivo.
Como se ha indicado, un problema que tenemos en materia de derecho
familiar lo es el incumplimiento de la obligación alimentaria; es por eso que
vemos que los Juzgados de lo Familiar tramitan un número alto de procedi-
mientos de alimentos en los cuales generalmente es la mujer la actora. Por
su propio derecho o en representación de sus hijos.
Ante esta situación el Estado tiene el deber de tomar las medidas que
estime pertinentes para solucionar ese conflicto pues "todos los problemas
inherentes a la familia se consideran de orden público, por constituir aquella
la base de la sociedad.7
En razón de lo anterior, es que encontramos que la obligación alimenta-
ria se le considera con una característica más que es la de ser sancionable
penalmente porque el "bien jurídico protegido es la protección de la familia
en cuanto a los derechos y obligaciones que le son inherentes como miembro
de la misma".g
Tal es el problema del incumplimiento de la obligación alimentaria, que
incluso se puede tramitar el procedimiento de alimentos por medio de lo
que se conoce en la práctica "alimentos por comparecencia" en donde el acree-
dor alimentario acude al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal en
hora temprana con todos sus documentos o pruebas del derecho que pre-
tende; una vez revisado que efectivamente tiene todas sus pruebas se le
asigna un Juzgado de los Familiar, en donde por medio de comparecencia
se inicia el juicio de alimentos y en ese mismo día, se admite la demanda, se
señala día y hora para que tenga verificativo la audiencia de desahogo de
pruebas y alegatos; además en ese mismo acto se decreta la pensión alimen-
ticia provisional y se giran los oficios a la fuente de trabajo del deudor ali-
mentario para que se descuente de su salario y demás prestaciones el monto
fijado para cubrir la pensión alimenticia.
La preocupación del legislador ha sido y es estructurar un sistema legal
que garantice plenamente el cumplimiento de la obligación alimentaria; ello
no quiere decir que no exista regulación al respecto sino todo lo contrario,
pues el artículo 317 del Código Civil para el Distrito Federal efectivamente
establece que los alimentos se pueden garantizar a través de fianza, prenda,
hipoteca, depósito o cualquier otro medio de garantía a juicio del Juez.
No obstante, tal regulación que por su sola lectura nos llevana a con-
cluir que la garantía de la obligación alimentaria se encuentra debidamente
regulada, encontramos que en la práctica la realidad es otra, porque en la

7 BAÑUELOS SÁNCHEZ,Froylán, Nuevo derecho de los alimentos, Sista, México, 2004, p. 80.
8 HERNÁNDEZ ROMOV., Pablo, Los delitos contra la familia, Coedición H . Cámara de Dipu-
tados,
DR © Universidad Nacional P
LK Legislatura, o r ~ aMéxico,
Autónoma , de México,
2005, p. 101.
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REGISTRO DE DEUDORES ALIMENTANOS MOROSOS 125

fianza judicial como medio de garantía para los alimentos, tenemos que en
muchas ocasiones se comete un fraude a la ley ya que se otorga por un año y
si el fiado no tiene forma de dar una contragarantía entonces le solicita, la
misma empresa, que obtenga la firma de doce cartas por parte de la persona
que recibirá la pensión en donde se está dando por pagada de la pensión di-
menticia. Como puede observarse, si el deudor incumple con su obligación
la acreedora no podrá cobrar la fianza porque inmediatamente le exhiben la
carta que firmó con antelación; luego entonces en esos casos, no hay tal ga-
rantía como se ha pretendido establecer por la ley.
La hipoteca y la prenda como formas de garantía, tiene otras complica-
ciones ya que obligan al acreedor alimentario a iniciar otro procedimiento
para poder cobrar su pensión alimenticia que ya está decretada por un Juez
Familiar; esos procedimientos son tardados y hacen que se frustre y desani-
me el acreedor alimentario.
El depósito si es una manera más eficaz de garantizar el cumplimiento
de la obligación alimentaria, pero debemos de reconocer que en la práctica
no es la manera más común porque no todos los deudores alirnentarios
cuentan con los medios suficientes para depositar una anualidad de pensión
alimenticia.
En la práctica encontramos que un medio eficaz de garantía lo es el girar
oficio a la fuente de trabajo del deudor alimentario para descontar de su sa-
lario y demás prestaciones ordinarias y extraordinarias el porcentaje que por
concepto de pensión alimenticia ha decretado el Juez de lo Familiar para
que sea entregado a los acreedores alimentarios. Pero también hay que reco-
nocer que no todos los deudores prestan sus servicios en una empresa bien
sea del sector público o privado. Y es efectivamente en las personas que tra-
bajan por su cuenta en el ejercicio liberal de su profesión o en la economía
informal en donde más vemos la irresponsabilidad de los deudores y su con-
ducta ilícita de evadir el cumplimiento de esa obligación.
Es importante indicar que tenemos el artículo 212 del Código Civil para
el Distrito Federal cuya hipótesis regula una forma eficaz para lograr el cum-
plimiento de la obligación alimentaria, pero dicha normatividad no se en-
cuentra dentro de los artículos que regulan a los alimentos sino que está en
el artículado del régimen de separación de bienes, dicho precepto establece
lo siguiente:
Artículo 212.-En el régimen de separación de bienes los cónyuges conserva-
rán la propiedad y administración de los bienes que, respectivamente, les perte-
nezcan, y por consiguiente, todos los frutos y accesiones de dichos bienes no
serán comunes, sino del dominio exclusivo del dueño de estos.
Los bienes a que se refiere el párrafo anterior, deberán ser empleados prepon-
derantemente para la satisfacción de los alimentos, de su cónyuge y de sus hijos,
si los hubiere, en caso de que se les deje de proporcionar injustificadamente, es-
tos podrán recurrir al Juez de lo Familiar, a efecto de que les autorice la venta,
gravamen o renta, para satisfacer sus necesidades alimentadas.
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Esta norma es poco usada en virtud de que está insertada en la norma-


tividad que regula al régimen de separación de bienes y no en materia de
alimentos; y sin embargo contiene formas más eficaces para lograr el cum-
plimiento de la obligación alimentaria pues bastará con acreditar ante el
Juez de lo Familiar que se está casada (o) bajo el régimen de separación de
los bienes, que hay incumplimiento, que el mismo es injustificado, el señala-
miento de los bienes propiedad del deudor alimentario y la solicitud para
que el Juzgador autorice, la venta, gravamen o renta para poder cumplir con
esa obligación alimentaria.
Consideramos que en cuanto al deudor se le notifique una resolución
en la que se ordene la venta, renta o gravamen, automáticamente procede-
rá a cumplir con su obligación alimentaria para no poner en riesgo su patri-
monio.
Cuando un deudor alimentario asume la posición de no cumplir realiza
una serie de conductas ilícitas encaminadas a ese objetivo, que van desde
renunciar al trabajo, cambiarse de empresa, mudarse de domicilio, solicitar
cambio de situación laboral para no proporcionar una cantidad alta por con-
cepto de alimentos, solicitar ayuda a los mandos directivos de su fuente de
trabajo para que informen un salario menor a la autoridad judicial, por men-
cionar sólo algunas de esas conductas indebidas.
Ante tal situación es que se reguló en el artículo 323 del Código Civil
para el Distrito Federal que toda persona que por su cargo le corresponda
proporcionar informes sobre la capacidad económica de los deudores está
obligada a informar los datos exactos que le sean solicitados por el Juez de
lo Familiar, de no hacerlo, será responsable solidario junto con los obligados
directos de los daños y perjuicios que se causen al acreedor alimentario, in-
dependientemente de otras sanciones que regulen otros ordenamientos lega-
les, como pude ser en la materia penal.
Esa responsabilidad solidaria es desde el punto de vista pasivo; la solida-
ridad pasiva surge cuando dos o más deudores tengan que pagar, cada uno
por si la prestación debida.9
En ese orden de ideas, si derivado de la conducta que en conjunto reali-
za el deudor alimentario y terceras personas para evadir el cumplimiento de
su obligación alimentaria y demostrada esa circunstancia ante el órgano ju-
risdiccional éste podrá ordenar que la persona que ayudó al deudor sea la
persona que pague la pensión alimenticia decretada.
Esta obligación solidaria impuesta para el que ayuda al deudor alimenta-
rio informando falsamente los datos de sus percepciones ordinarias y ex-
traordinarias por el trabajo que desempeña ha sido una límite a esa conducta
ilícita.

ARANDA,
9 SANROMÁN Roberto, Derecho de las obligaciones, 2a. ed., McGraw-Hill, Mkxico,
2002, p. 181.
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REGISTRO DE DEUDORES ALIMENTARIOS MOROSOS 127

Otro problema que se tenía muy frecuentemente es que una vez que se
decretaba el monto de la pensión alimenticia y se giraba el oficio respectivo
a la fuente de trabajo del deudor alimentario los gerentes, jefes de personal
o directores se negaban a cumplimentar dicha orden judicial; situación que
cambió en virtud de la hipótesis normativa antes indicada ya que ahora se
responsabiliza a la empresa y su personal como responsable solidario a in-
dependientemente de las responsabilidades que se señalen en otras norma-
tividades.
Efectivamente han existido reformas en materia familiar en cuestiones
importantes pero se ha dejado a un lado el problema del cumplimiento de la
obligación alimentaria, por lo que se hace necesaria una reforma integral en
relación a su aseguramiento para que el órgano jurisdiccional cuente con las
herramientas legales para hacer efectivo su cumplimiento.
En materia penal también se han realizado modificaciones tipificando la
conducta del deudor que deja de proporcionar alimentos a las personas a
quienes conforme a la ley debe de proporcionárselos y posteriormente incre-
mentando la sanción ante esta conducta delictiva
Se pensó que con la elevación de la pena privativa de la libertad se dis-
minuirían esas conductas ilícitas de incumplir con la obligación alimentaria,
sin embargo eso no es así y vemos que a pesar de lo enorme del problema
son pocos los deudores alimentarios sujetos a procedimiento penal y menos
lo que están purgando una sanción privativa de la libertad por su obrar
ilícito.
El problema de deudores alimentados morosos o incumplidos no es pri-
vativo del Distrito Federal sino que también se da en los Estados de la Repú-
blica Mexicana y desde luego en diferentes países de los diversos continentes.
Ante esa problemática, hemos visto que se han implementado en otros
sistemas jurídicos diversos medios de protección para los acreedores alimen-
tarios, como por ejemplo Francia, en donde en su Código de Seguridad So-
cial, prevé desde el año de 1985 que cuando un padre se sustrae de la cuota
alimentaria el Estado a título de adelanto la paga pero después se la cobrará
al deudor; pero además se le sanciona penalmente por su incumplimiento,
se le retira la licencia de conductor y es necesario presentar una certifica- .
ción de que no se adeuda pensión alimenticia para que se le expida el pasa-
porte.10
En Suecia, Dinamarca, Alemania, Suiza, Noruega del este y Finlandia: el
Estado adelanta las cuotas alimentarias y prevé mecanismos de sanción con-
tra el deudor.

I 10 Disponible en: h t t p : / / w w w . e m p l e o . g o b . e s / e s / m u n d o / c o n s e j e ~
I PrestacionesSS.htm. Consultado el 27 de junio de 2012.
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128 -- - - - DE- LOS 80 MOS


- CONMEMORACION - - DE VIGENCIA
"
DEL"CÓDIGO C M L
m----"

En España están implantados los siguientes medios de ejecución:


Retención del salario (a excepción del mínimo vital que señale el
tribunal);
Retención de devoluciones de impuestos;
Embargo de cuentas bancarias;
Detracción de prestaciones de la Seguridad Social;
Embargo de bienes y venta pública de los mismos;
Prisión en determinados casos.
Existe también en ese país el Fondo de Garantía del Pago de Alimentos
que asegura a los acreedores alimentarios una asignación económica en el
caso de que el deudor no pague con cuantía máxima de 100 euros al mes y
sólo por dieciocho meses, siempre y cuando las pensiones alimenticias hayan
sido decretadas por el órgano jurisdiccional.
En Ontario Canadá, a partir del año 96 se regula que la persona que in-
cumpla con la obligación alimentaria treinta días después de la orden judi-
cial se le retirará la libreta de conducir.
En Estados Unidos de Norteamérica existe un Registro Central de Obliga-
dos a Aportes Alimentarios. El sistema posibilita el control en los distintos
Estados. Los sancionados no podrán renovar su licencia de conducir, se les
cierran las cuentas bancarias y se les impide acceder a su jubilación y en
casos de reembolsos de impuestos el Estado los intercepta para cubrir la
deuda.
Por lo que hace a Umguay, El Salvador, Colombia y Ecuador se prohíbe a
los deudores de cuotas de alimentos la salida del país. En El Salvador está
reglamentado por el Código de Familia. En Ecuador, la salida se prohibió a
partir del año 1982.
En Venezuela la ley Tutelar de Menores prescribe que a los 30 días des-
pués de dictada la sanción se declare insolvente al deudor. Esto traba la sali-
da del país, impide enajenación, traslado y grava los bienes muebles e
inmuebles.11
Perú tiene su Registro de Deudores Alimentarios Morosos, llamándonos
la atenciCn en su regulación el hecho de que la fotografía del deudor alimen-
tario se publica en la página Web del Poder Judicial, además de que se re-
portará a la superintendencia de banca y seguros para que sea incluido en
las centrales de riesgo para efectos crediticios.12
En Argentina se crea el Registro Nacional de Deudores Alimentarios por
la Ley 13.074 que comienza a funcionar a mediados del año 2004 y tiene
por objeto registrar por orden judicial a todo obligado al pago de alimentos

11 Disponible en: http://sistemas.gba.gov.ar/consulta/guiatramites/texto~item~tramites.


php?id=2360%20%20%20&mrio~id=Consultado el 30 de junio de 2012.
12 Disponible en: http://www.pensionaiimentos.com/index.php?cont=lll&cod=l6 Con-
DRsultado
© Universidad
el 30 dNacional
e junio Autónoma
2012. de México,
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REGISTRO DE DEUDORES ALIMENTAMOS MOROSOS 129

por sentencia firme o por convenio homologado judicialmente, que adeude


determinado número de cuotas (tres cuotas consecutivas o cinco alternadas)
y previo requerimiento de pago. En este sistema jurídico se señalan como
sanciones las siguientes:13
Implica que las instituciones y organismos públicos oficiales, provin-
ciales o municipales, no darán curso a operaciones bancarias.
Se niega la obtención de créditos, tarjetas de crédito o apertura de
cuenta corriente entre otras.
No se le otorgará o renovará la licencia de conducir.
No podrá ser proveedor de la Provincia, Municipios ni organismos
descentralizados.
No se le otorgarán habilitaciones para la apertura de comercio y/o in-
dustrias, ni concesiones o permisos. No podrá participar en licitaciones.
No se le otorgarán habilitaciones para la apertura de comercio y/o
industrias, ni concesiones o permisos.
En Argentina existen también Registros de Deudores Alimentarios Moro-
sos en diferentes departamentos provinciales, destacando en su estructura-
ción el de la Ciudad de Buenos Aires.
En Colombia se cuenta también con un Registro Único Nacional de Deu-
dores de Cuotas Alimentarias regulándose como sanciones para los incum-
plidos las siguientes:
No se les otorgará crédito.
Si se otorgó crédito se retendrá el importe de las deudas alirnentarias.
No tendrá acceso a ningún cargo de elección popular
Toda empresa pública o privada para contratar a un trabajador debe
pedirle el certificado de no inscripción en el registro.14
La empresa podrá contratar al deudor alimentario pero realizará los
descuentos respectivos directo de su nómina para cubrir las pensiones
alimentarias adeudadas y mientras continúe trabajado ahí se le hará
el descuento respectivo.
Si la empresa no cumple con ese deber entonces será multada por el
mismo Juez que decretó la pensión alimenticia.
En Uruguay encontramos que regula en su Ley NO 17,957 el Registro de
Deudores Alimentarios, señalando que se inscribirá al deudor alimentario en
el Registro Nacional de Actos Personales y se señalan como sanciones al deu-
dor alimentario por su incumplimiento las siguientes:
No se le otorgarán ni renovarán créditos.

l3 Disponible en: http://www.elintransigente.com/notas/2010/8/26/crearan-registro-


nacional-deudores-alimentanos-morosos-5376lasp Consultado el 30 de junio de 2012.
14 Disponible en: www.felaban.com/regulaciones/l/l-14.doc. Consultado el 30 de junio
de 2012.
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No se les expedirán tarjetas de crédito.


Las entidades públicas no contratarán bienes ni servicios de un deu-
dor moroso.
La inscripción durará cinco años, pasado ese tiempo se dará de baja la
inscripción de oficio.
El juez a petición de parte podrá decretar la reinscripción cuando se
acredite que se continúa con el incumplimiento.
Se cancelará el registro cuando se acredite el pago de las pensiones
alimentarias o cuando lo pida la persona que solicitó la inscripción.15
Sobre éste último aspecto es de indicar que la cancelación del registro
sólo debe proceder cuando se haya demostrado ante el órgano jurisdiccional
el pago de las pensiones alimentarias adeudadas y de que además se está
cumpliendo con las subsecuentes. No debe permitirse que a través de soli-
citud del deudor alimentario se cancele porque creemos que podrá darse
incluso actos de violencia familiar para obligar al acreedor a realizar tal
petición.
Como podemos ver existe una preocupación no sólo en el Distrito Fede-
ral y en la República Mexicana sino también en diferentes países de cómo
hacer efectivo el cumplimiento de la obligación alimentaria.
El derecho a recibir alimentos no sólo se encuentra regulado en los dere-
chos internos sino en también los ordenamientos internacionales. Así enton-
ces, vemos que en la Declaración Universal de Derechos Humanos en su
artículo 15 se establece que:
Artículo 15.-Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que
le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en especial a la
alimentación.
Por otra parte, en el Pacto Internacional sobre Derechos Económicos. So-
ciales y Culturales en su hipótesis normativa prevista en el artículo 11. Seña-
la que los Estados partes en el pacto reconocen el derecho de toda persona a
un nivel adecuado para sí y su familia, incluso a su alimentación.
En la Convención de los Derechos del Niño se regula la obligación de los
Estados de tomar todas las medidas apropiadas para asegurar el pago de la
pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan esa
responsabilidad.
De igual forma en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos en su artículo 4O, se otorga como un derecho humano de los niños y ni-
ñas el derecho a la satisfacción de sus necesidades y sano esparcimiento para
su desarrollo integral.

1s Disponible en: http://200.40.229.134/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=17957&Anchor=.


Consultado el 2 de julio de 2012.
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
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REGISTRO DE DEUDORES ALIMENTARIOS MOROSOS 131

La Ley de los Derechos de las Niñas y los Niños del Distrito Federal regula
de manera enunciativa y no limitativa en su artículo 5, entre otros derechos
el de recibir alimentos para lograr el sano desarrollo del menor en su ámbi-
to, bio-psico-social. Y en su artículo 9, se establece como obligación de los
progenitores para con sus hijos, el proporcionarles, apoyo, cuidados, educa-
ción y protección a su salud.
Con este marco jurídico podemos señalar que el Registro de Deudores
Alimentarios Morosos se crea en el Distrito Federal por la iniciativa presenta-
da por la Asambleísta María Alejandra Barrales del Partido de la Revolución
Democrática, quien en su exposición de motivos enunció la problemática del
incumplimiento de la obligación alimentaria; en la misma señaló el número
considerable de procedimientos de alimentos que se tramitan ante los Juzga-
dos Familiares y en los cuales a pesar de existir una resolución en la que se
decreta el monto de la pensión alimenticia el deudor sigue sin cumplir.
En la iniciativa en comento se señaló que:
[...] el Registro de Deudores Alimentarios Morosos funaonaría como un ins-
trumento de apoyo en los procedimientos jurídicos de alimentos, además de
ser un mecanismo de presión social para responsabilizar a los padres que in-
cumplen con sus obligaciones y violentan los derechos de niñas, niños y adole-
centes [...]
Al respecto es de indicar que dicho Registro en realidad no es ni será un
apoyo en los procedimientos de alimentos porque no se reformó ningún pre-
cepto del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal; por otra
parte, no creemos que por presión social las personas que son irresponsables
e incumplen con el deber de proporcionar alimentos por el simple hecho de
crearse ese registro automáticamente se convertirán en responsables. La res-
ponsabilidad es un valor que se enseña, se imita, se aprende y se ejercita día
a día. Ya que desde el punto de vista ético es "[...] la obligación de respon-
der de los propios actosn.16
En la iniciativa también se indica que: "[...] la finalidad que se persigue
con este tipo de normas que sancionan el incumplimiento alimentario es
coaccionar a los deudores para que cumplan con su obligación [...]".
De tal manera consideramos que como quedó la reforma, en realidad no
se ejerce ninguna coacción sobre los deudores alimentarios incumplidos,
como se explicará con posterioridad, es un buen comienzo, pero sólo eso.
Después de presentada la iniciativa y de los debates y en su caso las mo-
dificaciones planteadas, el 18 de agosto de 2011 se publicaron en la Gaceta
Oficial del Gobierno del Distrito Federal las modificaciones al Código Civil
en donde se regula la creación del Registro de Deudores Alimentarios Moro-
sos (REDAM).

16 Diccionario Enciclopédico Espasa 1,9a. ed., Espasa Calpe, Madrid, España, 1993, p. 1448.
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Efectivamente en dicho decreto se reformaron las fracciones VI11 y IX del


artículo 3043 y se adicionaron un párrafo segundo, tercero y cuarto al ar-
tículo 35, un párrafo cuarto al artículo 97, los párrafos, segundo, tercero y
cuarto al artículo 309 un Capítulo IV. Del Registro de Deudores Alimentos
Morosos al Titulo Sexto con los artículos 323 Séptimw y 323 Octavw y una
fracción X al artículo 3043 del Código Civil para el Distrito Federal.
En ese orden de ideas, en el artículo 35 del Código Civil para el Distrito
Federal es en donde se reguló que será el Registro Civil quien tendrá a su
cargo el Registro de Deudores Alimentarios Morosos (REDAM) cuya función
será el de inscribir a los deudores alimentarios que hayan incurrido en mora
en el cumplimiento de su obligación alimentaria.
Para que dicha inscripción proceda es necesario que exista orden del
Juez de lo Familiar.
Respecto a dicha reforma no encontramos una justificación del por qué
se dejó el REDAM a cargo del Registro Civil cuando éste organismo en reali-
dad tenía otras funciones; en la mayoría de los diferentes países que tienen
regulado esa especie de registro, o es una institución independiente o bien
depende el Tribunal Superior de Justicia, situación que consideramos debió
de tomarse en cuenta antes de otorgar esa facultad al Registro Civil.
Por otra parte, es de indicar que la denominación que se le dio fue el
de Registro de Deudores Alimentarios Morosos. La palabra moroso deriva de
mora; la mora es el retraso en el cumplimiento de las obligaciones y se incu-
rre en ella desde el momento en que feneció el plazo que se señaló para el
cumplimiento de una obligación. La mora también se ha entendido como
"[ ...] el retardo culpable, o sea imputable, en el cumplimiento de la obliga-
ción, [...] de la mora se deriva el efecto de la indemnización de los daños y
perjuicios. Por eso es importante establecer en qué época comienzan los
efectos de la mora [...]"17
El párrafo segundo que se adicionó al artículo 309 del Código Civil para
el Distrito Federal establece lo siguiente: "[ ...] Aquella persona que incum-
pla con lo señalado en el párrafo anterior por un periodo de noventa días se
constituirá en deudor alimentario moroso [...]"
En ese orden de ideas en las reformas que se analizan se reguló como un
requisitos para que proceda la inscripción en el registro el que se haya deja-
do de cubrir en un periodo de noventa días con la pensión alimenticia; con
tal afirmación se considerará entonces que se incurrirá en mora no cuando
se deje de cubrir una pensión alimenticia'sino hasta que el obligado dejo de
cumplir con ese deber noventa días. Esa afirmación no concuerda con el con-
cepto de mora que la doctrina jurídica acepta pues de acuerdo con el Código
Civil para el Distrito Federal se incurre en mora y se inicia la responsabilidad

17 Ricardo, Teoría General de lac Obligaciones, McGraw-Hill, México, 2007,


TREVIWOCARC~A,
DRp.©323.
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REGISTRO DE DEUDORES ALIMENTARIOS MOROSOS


----.w.-."""-..---
133

desde el vencimiento del plazo tratándose de obligaciones de dar; situación


que debió de tomarse en consideración al realizar la reforma aludida.
El Registro de Deudores Alimentarios Morosos tendrá las siguientes ca-
racterísticas:
Estará a cargo del Registro Civil del Distrito Federal.
Sólo se inscribirán los deudores que hayan incumplido en un periodo
de noventa días con la pensión alimenticia.
Es necesario que la pensión alimenticia haya sido decretada de mane-
ra provisional o definitiva por el Juez o bien que derive de convenio
judicial.
El registro de deudores alimentarios expedirá un certificado de regis-
tro de adeudo o no adeudo alimentario.
Para proceder a realizar la inscripción se deben de cumplir con los si-
guientes requisitos:
Nombre y apellidos del deudor alimentario
Clave única del Registro de Población del deudor
Nombre del acreedor o acreedores alimentarios
Número de acreedores alimentarios
En su caso, datos del acta que acrediten el vínculo entre deudor y
acreedor alimentario
Número de pagos incumplidos
Monto del adeudo alimentario
Órgano Judicial que decreta el registro
Número de expediente o causa de la que deriva la inscripción
El procedimiento de inscripción en el Registro de Deudores Alimentarios
Morosos REDAM inicia con el oficio dirigido por el Juez de lo Familiar al Re-
gistro Civil en donde se debe designar el nombre del deudor alimentario, de
los acreedores, los datos del acta civil en que se acredita el parentesco, cuo-
tas que se han dejado de pagar, número de expediente y juzgado que emite
la orden de inscripción.
Las consecuencias que se generan el estar inscrito en el Registro de Deu-
dores Alimentarios Morosos serán las siguientes:
Una vez hecha la inscripción en el Registro de Deudores Alimentarios
Morosos se formulará solicitud al Registro Público de la Propiedad a
efecto de que se anote el Certificado respectivo en los folios reales
de los bienes inmuebles de que sea propietario el deudor alimentario
moroso.
El Registro expedirá un certificado a la persona que lo solicite para
constatar si un deudor alimentario está inscrito o no.
El Registro Civil celebrará convenios con las sociedades de informa-
ción crediticia a fin de proporcionar la información del Registro de
Deudores Alimentarios Morosos.
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a El Juez del Registro Civil hará del conocimiento de las personas que
deseen contraer matrimonio, inmediatamente después de la presenta-
ción de la solicitud, si uno de los contrayentes se encuentra o no ins-
crito en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos.
Se considerará deudor moroso cuando se deja de cumplir con la obli-
gación alimentaria por un periodo de 90 días.
Ahora bien haciendo un análisis de la reforma podemos indicar que des-
de luego es un avance pero de ninguna manera resulta un medio coercitivo y
efectivo para obligar a los deudores alimentarios morosos a su cumplimien-
to; consideramos que no se resuelve el problema tan grave que se tiene en
materia de incumplimiento, por lo que en realidad debieron de implemen-
tarse sanciones más rígidas para que se pudiese cumplir con la finalidad que
llevó a la creación de dicho Registro.
En ese mismo tenor es de indicar que no observamos sanción alguna al
inscribir el certificado que emite el Registro de Deudores Alimentarios moro-
sos en los folios reales de los inmuebles propiedad del deudor alimentario,
consideramos que se hubiese regulado con precisión que los inmuebles que-
darían gravados y por lo tanto se podría iniciar la venta en remate judicial
para el caso de que el deudor persistiera en su incumplimiento a su obliga-
ción alimentaria. Con lo cual efectivamente se garantizaría el cumplimiento
de la obligación a costa del deudor alimentario.
Lo que va a suceder es que cuando se haga esa inscripción en los folios
reales en nada se afecta el derecho real del deudor, pues aún y cuando se
quisiera vender el inmueble el único efecto que se vislumbra es que el adqui-
rente se entere que el propietario es un incumplido e irresponsable, pero no
existe norma expresa en donde se autorice a retener del precio la cantidad
que adeuda por concepto de alimentos a sus acreedores alimentarios.
Luego entonces, debió de regularse que al inscribirse en el Registro
Público de la Propiedad el certificado de deudor alimentario moroso en el
folio real respectivo el inmueble queda gravado como si fuese un embargo
por las pensiones alimentarias adeudadas y tener la posibilidad de iniciar
la venta y remate judicial del bien mediante un procedimiento especial,
pronto y expedito.
Por otra parte, la facultad que se le otorga al Registro Civil para celebrar
convenios con las asociaciones de información crediticia a fin de proporcio-
narles la información del Registro de Deudores Alimentanos Morosos cree-
mos es una normatividad muy tibia porque en realidad debió regularse que
una vez inscrito en dicho registro se debe colocar al deudor alimentario en el
buró de crédito para que de esa manera no pudiese ser sujeto de ningún cré-
dito e inclusive llegar a la cancelación de todas las tarjetas de crédito bien
sean bancarias o departamentales.
Además, como se ha indicado consideramos un equívoco el hecho de de-
jar a cargo del Registro Civil el Registro de Deudores Alimentarios Morosos
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REGISTRO DE DEUDORES ALlMENTARiOS MOROSOS 135

porque tradicionalmente dicha institución rediza un servicio público cuya


función es hacer constar de manera auténtica todos los hechos vinculados
con el estado civil de las personas físicas, es entonces una institución de ca-
rácter público e interés social por el cual el Estado inscribe y da publicidad a
los actos constitutivos del estado civil; luego entonces no hay explicación 1ó-
gica jurídica para que el Registro de Deudores Alirnentarios Morosos quedara
a cargo del Registro Civil cuando en otros sistemas jurídicos es una entidad
que depende del Tribunal Superior de Justicia.
Se reguló también que el deudor al acreditar ante el órgano judicial que
han sido pagados la totalidad de la pensión alimenticia adeudada podrá soli-
citar la cancelación del registro ante el Juez de lo Familiar; el órgano judicial
una vez que se le acredite el cumplimiento girará nuevo oficio al Registro
Civil para que se proceda a realizar la cancelación de inscripción en el Regis-
tro de Deudores Alimentarios Morosos y además se enviará oficio al Registro
Público de la Propiedad para que también efectúe las cancelaciones en los
folios reales respectivos.
Además de lo anterior, consideramos que debieron de otorgarse mayores
consecuencias para el deudor incumplido que sea inscrito en el Registro de
Deudores Alimentarios Morosos dichas sanciones podrían ser las siguientes:
Una vez hecha la inscripción se debe dar aviso al buró de crédito.
No debe otorgarse créditos al deudor incumplido.
Cancelación de créditos.
Retiro de la licencia de conducir.
Debe ser un requisito para que se otorgue el pasaporte no estar inscri-
to en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos.
Debe ser un requisito para solicitar licencia de conducir o trabajo el
anexar el Certificado de no inscripción en el Registro de Deudores
Alimentarios Morosos.
Una vez que se inscriban en los folios reales de los inmuebles propie-
dad del deudor alimentario moroso el certificado respectivo, dichos
inmuebles quedarán gravados como si se tratase de embargo y proce-
derá la venta y remate judicial de los mismos mediante el procedi-
miento especial que para tal efecto se señale.
El deudor alimentario que se inscriba en Registro de Deudores ali-
mentarios Morosos deberá pagar un interés mensual por las pensio-
nes alimenticias que dejó de cubrir; mientras no se paguen los interese
no podrá hacerse cancelación alguna.
Estas medidas van encaminadas a lograr que el acreedor alimentario se
sienta protegido y pueda tener herramientas eficaces para lograr que se cum-
pla con ese deber de proporcionarle alimentos. Porque si bien es cierto que
en los procedimientos familiares que se tramitan en la Vía de Controversia
Familiar vemos una tendencia a la oralidad, en donde se cumplen los princi-
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pios de inmediatez, concentración y economía procesal, para lograr una sen-


tencia favorable, ello de nada sirve si al tratar de ejecutar esa resolución nos
encontramos con un incontable número de conductas ilícitas que el deudor
alimentario puede hacer para evadir su cumplimiento.
En consecuencia, la reforma por medio de la cual se crea el Registro de
Deudores Alimentarios Morosos es importante, pero la forma en cómo que-
dó regulada creemos que no disminuirá el número de deudores alimenta-
ros incumplidos, será interesante ver las estadísticas para poder demostrar lo
contrario.
En mi opinión deberá realizarse una modificación en materia de alimentos
ya que si se reconoce que el deudor alimentario es moroso, entonces debe de
regularse su responsabilidad y obligársele a pagar los daños y perjuicios que
ocasiona por su incumplimiento, señalándose en consecuencia un interés le-
gal mensual por el retraso en el cumplimiento de su obligación alimentaria,
porque lo que sucede actualmente es que el sujeto deja de pagar las tres
mensualidades y para librarse de la inscripción en el Registro de Deudores
Alimentarios Morosos las paga y después continua en incumplimiento y así
seguir sin que exista sanción alguna por esa conducta ilícita.

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Interrupción del plazo para usucapir


un bien poseído:
una muestra de incertidumbre jurídica
Ornar Abra

Hace tiempo, un grupo de alumnos me sugirió que la próxima ocasión en


que tuviese la oportunidad de colaborar en alguna publicación, me asegura-
ra no sólo de abordar cuestiones teóricas, sino de mostrar la utilidad práctica
del tema elegido.
Al respecto, debo reconocer que aun y cuando la transición del conoci-
miento teórico al práctico1 es una de las inquietudes que más curiosidad
puede provocar en cualquier estudiante; para el aprendiz de Derecho esa in-
quietud adquiere tintes de verdadero enigma. Desde esta perspectiva, la pe-
tición de mis antiguos alumnos resultaba justificable y sensata.
En este sentido, y si me permiten confesárselos, durante mi etapa como
estudiante de licenciatura (debo ser franco: sobre todo después de ella) una
de las inquietudes que más curiosidad provocó en mi persona fue precisa-
mente la incógnita sobre cómo "aterrizar" la teoría jurídica en el mundo
práctico.
He de reconocer, asimismo, que esa curiosidad paulatinamente evolucio-
nó hasta convertirse en ansiedad, posteriormente en agobio, luego en aflic-
ción, después en mortificación y, finalmente, en pesadumbre. Me pregunto si
podrán agruparse todos estos vocablos tan desalentadores en una sola pala-
bra. Tal vez sí: incertidumbre.
Pero ... ¿de dónde provenía esa incertidumbre? ¿Tenía razón de ser?
¿No resulta hasta cierto punto normal -y en consecuencia tolerable- expe-
rimentar una ligera ansiedad por desconocer el aspecto práctico de un cono-
cimiento teórico? Al fin y al cabo, la teoría jurídica es consistente, unívoca, y
verosímil. En consecuencia, debe representar poco problema tratar de apli-
carla. ¿Para qué preocuparse, entonces, por ello?
En efecto: esa incertidumbre tan exagerada resultaría incomprensible si
el conocimiento teórico jurídico fuese consistente, unívoco y verosímil. Sin
embargo, parece que, en ocasiones, no lo es.

1 La aplicación práctica de un conocimiento teórico se denomina conocimiento técnico.


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Tomemos como ejemplo algunos conceptos elementales del Derecho Ci-


vil. Si la expresión "convenio" fuese unívoca, ¿por qué es necesario entonces
precisar que existe una noción de convenio en sentido lato y otra en sentido
estricto? Aquélla se refiere al acuerdo de voluntades para crear, transmitir,
modificar o extinguir obligaciones, mientras que ésta alude exclusivamente
al acuerdo para modificarlas o extinguirlas. En este sentido, algo similar ocu-
rre con el vocablo "obligación", el cual puede ser entendido, en un sentido
lato, como el vínculo jurídico que existe entre un acreedor y un deudor res-
pecto de un determinado objeto y, en un sentido estricto, como el deber jurí-
dico que tiene un deudor de cumplir con una prestación, mismo deber que
se contrapone a la facultad que le asiste al acreedor de exigirla. Ambas pala-
bras, convenio y obligación, son ambiguas, es decir, tienen al menos dos sig-
nificados distintos y, por ende, resulta necesario añadirles un "apellido"
- c o m o lo es la expresión "sentido lato" o "sentido estricto"- para distinguir-
las. Desde un punto de vista teórico es posible que esta ambigüedad no re-
sulte más trascendente, sin embargo, desde una perspectiva práctica sí puede
representar algunos inconvenientes. Por ejemplo, si durante un procedimien-
to conciliatorio el abogado del contrario alude al incumplimiento de un "con-
venio de compraventa", bien puede referirse al acuerdo con el que las partes
en conflicto crearon una compraventa o al acuerdo con el que le pusieronfin.
¿Resultará importante saberlo? Desde luego, pues los alcances de uno y otro
caso son absolutamente opuestos.
Así como lo narrado en el párrafo anterior demuestra la ambigüedad de
ciertas expresiones jurídicas y cómo ésta repercute en la esfera práctica, tam-
bién es posible mencionar varios ejemplos que ilustren la inconsistencia2 e
inverosimilitud3 del conocimiento teórico jurídico. Ante estas insuficiencias,
resultaría pretencioso afirmar que la teoría jurídica brinda certidumbre.
Ahora bien, es cierto que la teoría jurídica no es el Derecho: éste es refe-
rente de aquélla. Por tanto; el hecho de que la teoría sea incierta no significa
que el Derecho lo sea. Por el contrario, no debe serlo. Sobre todo si conside-
ramos que tradicionalmente se ha sostenido que uno de los fines del Dere-
cho -particularmente de la ley- es otorgar certeza a los integrantes de una
organización política en el sentido de mostrarles anticipadamente cuáles se-
rían las consecuencias de sus actos y omisiones. Este propósito se aprecia de
inmediato al visualizar la manera en que están diseñadas las normas jurídi-
cas: "si es A, debe ser B; si no es B, entonces debe ser C".

2 Una muestra de la inconsistencia de alguna teoría radica en el hecho de que admita ex-
cepciones a sus propios postulados generales.
3 Por ejemplo, el afán por defender una división casi inmaculada del Derecho en Público
y en Privado ha dado lugar a teorías francamente inverosímiles en las que se afirma que el Es-
tado puede tener una doble personalidad jurídica: una de Derecho Privado y otra de Derecho
Público.
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IWERRUPCI~N DEL PLAZO PARA USUCAPIR UN BIEN POSE~DO 139

En consecuencia, mientras el Derecho sea unívoco y consistente, qué


más da si la teoría jurídica no lo es. Lo que importa es que el referente, es
decir, el Derecho, sí sea congruente. Al serlo, la certidumbre queda garan-
tizada.
Lamentablemente, el Derecho -concretamente la ley- no es uniforme
en ocasiones, sino contradictorio. Tomemos, por ejemplo, el artículo 1168
del Código Civil para el Distrito Federal, en el cual se establece lo siguiente:
Artículo 1168.-La prescripción se interrumpe:
L.. 1
11. Por demanda u otro cualquiera género de interpelación judicial notificada
al poseedor?o al deudor en su caso;
Ahora contrastemos esta disposición con lo que se señala en el artículo
258 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, el cual se
transcribe a continuación:
Artículo 258.-Los efectos de la presentación de la demanda son: interrumpir
la prescripción, si no lo está por otros medios, señalar el principio de la instancia,
y determinar el valor de las prestaciones exigidas, cuando no pueda referirse a
otro tiempo.
Como podrán apreciar, estamos en presencia de una antinomia, es de-
cir, una contradicción jurídica: dos ordenamientos de carácter general regulan
una misma situación hipotética en sentidos divergentes. Por un lado, en el
Código Civil se establece que el plazo para prescribir se interrumpe con la
notificación de la demanda al poseedor, mientras que en el Código de Procedi-
mientos Civiles se señala que el plazo para prescribir se interrumpe con la
mera presentación de la demanda en el juzgado, sin que sea necesario notifi-
carla al poseedor demandado.
¿Cuál de estos ordenamientos debe prevalecer? Eso todavía no lo sabe-
mos. Lo que es un hecho es que la existencia de antinomias es una muestra
clara de que el Derecho, o al menos parte de él, tampoco brinda una certi-
dumbre integral.
Ahora bien, una antinomia puede resolverse aplicando una serie de prin-
cipios teóricos básicos que generalmente aprendemos durante los primeros
dos semestres de la carrera en una asignatura que, para muchos, pasa des-
apercibida y de cuya importancia no reparamos sino hasta que nos topamos
con un problema práctico (o en el momento en que una autoridad jurisdic-

4 Algunos doctrinanos consideran que resulta más apropiado denominar usucapión y no


prescripción a la adquisición de un derecho real que se logra gracias a la posesión de un bien
durante un determinado plazo. No obstante, para efectos de este documento y con el propósito
de no confundir al lector, se recuperará la nomenclatura contemplada en el Código Civil y en
el de Procedimientos Civiles, por lo que se utilizara exclusivamente el vocablo presaipción.
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cional nos corrige la plana, lo que ocurra primero). Esa asignatura se deno-
mina Introducción al Estudio del Derecho.
Dichos principios son los siguientes:
1. Principio de jerarquía. La norma jerárquicamente superior prevalece
sobre la norma jerárquicamente inferior.
2. Principio de espec$cidad.s La norma específica prevalece sobre la nor-
ma genérica.
3. Principio de temporalidad. La norma posterior prevalece sobre la nor-
ma anterior.
4. Principio garantista. La norma que tutela garantías individuales preva-
lece sobre la norma que los conculca.
Para resolver la antinomia frente a la que nos encontramos a través del
principio de jerarquía, primero se debe determinar cuál de los códigos seña-
lados es jerárquicamente superior al otro: debido a que ambos son formal-
mente leyes, por una parte, y a que los dos fueron promulgados por la misma
autoridad legislativa -en este caso, el poder legislativo del Distrito Fede-
ral- por otra, se concluye que ninguno es superior al otro; ambos se en-
cuentran en el mismo nivel jerárquico. Por lo tanto, el principio de jerarquía
no es útil para resolver la antinomia.
Ahora bien, para resolver la contradicción mediante el principio de espe-
cificidad se debe determinar cuál de ambos códigos constituye la norma es-
pecífica y cuál la genérica. Al respecto, puede resultar útil la siguiente tesis
aislada dictada por el Poder Judicial de la Federación9
PRESCRIPCI~N, LA PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA INTERRUMPE LA.-D~~ artí~Lll0258
del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se desprende que la
simple presentación de la demanda es la que interrumpe la prescripción, mientras
que del artículo 1168, fracción 11, del Código Civil, aparece que la prescripción se

5 El principio de especificidad es más conocido como principio de especialidad: la norma


especial debe prevalecer sobre la general. Sin embargo, es pertinente recordar que una de las ca-
racterísticas de la norma jurídica es su generalidad: debe aplicarse a todos aquellos sujetos que
se ubiquen en un supuesto jurídico determinado. En este sentido, una norma que se precie de
jurídica pero que tenga un destinatario concreto, identificado o identificable, no es una norma
general sino especial. Al no cumplir con la característica de generalidad, dicha norma no puede
ser considerada una norma jurídica. Desde esta perspectiva, resulta un despropósito (o un oxí-
moron jurídico) afirmar que la norma jurídica especial debe prevalecer sobre la general, pues si
una norma es especial entonces no es jurídica. Por ello, parece que resulta más atinado utilizar
la expresión "la norma especíJca prevalece sobre la norma genérica", es decir, la norma que re-
gula expresamente una materia determinada debe prevalecer sobre aquella norma que no lo
hace. Por ejemplo, una controversia e n materia de Derecho Procesal Penal debe resolverse me-
diante la aplicación de la norma que regula al Derecho Procesal Penal (Código de Procedimien-
tos Penales) y no mediante la aplicación de la norma que regula al Derecho Sustantivo Penal
(Código Penal).
6 Es pertinente señalar que el orden en el que se muestran las tesis aisladas en este trabajo
no es cronológico.
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INTERRUPCI~NDEL PLAZO PARA USUCAPIR UN BIEN P O S E ~ O 141

interrumpe por demanda judicial u otro cualquier género de interpelación, siempre


que sea notificada al poseedor o al deudor, en su caso. La contradicción sólo es apa-
rente porque debe prevalecer la norma procesal, en primer término, por aplicación
del principio de especialidad,7 pues aunque la prescripción es una figura instituida en
el Código Civil con base en la necesidad de darfirmeza, seguridad y juricidad a determi-
nadas situaciones de hecho convirtiéndolas en situaciones de derecho, debe tenerse en
cuenta que su interrupciónpor demanda judicial presentada o notificada, implica la ve-
rificación de actos de naturaleza procesal, por lo que en este aspecto deben imperar las
reglas del procedimiento; en segundo lugar, si desde el punto de vista subjetivo, la
prescripción es abandono del derecho que deriva de la inactividad de su titular, es
inconcuso que tal omisión se destruye con la sola presentación de la demanda judi-
cial, pues este acto unilateral significa el ejercicio de la acción, mientras que la notifi-
cación es obligación del órgano judicial; por último, el am'culo 1168 del Código Civil,
en su fracción 11, sólo exige la notificación cuando el acto interruptor consiste en otro
cualquier género de interpelación judicial, mas no cuando consiste en la demanda,
cuya regulación, en lo atinente, deja a las normas procesales.
Séptima Época, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial
de la Federación, 127-132 Sexta Parte, Página: 121, Tesis Aislada, Matena(s): Civil.

Como podrán apreciar, el Poder Judicial de la Federación construyó bá-


sicamente el siguiente silogismo: 1. La prescripción es una figura eminente-
mente procesal (a pesar de estar contemplada en el código sustantivo, es
decir, en el Código Civil). 2. El Código que regula las cuestiones procesales
es el Código de Procedimientos Civiles. 3. Por tanto, la norma especial la cons-
tituye dicho código y no el Código Civil. 4. Como la ley especial debe preva-
lecer sobre la general, el Código de Procedimientos Civiles debe prevalecer, en '

este caso, sobre el Código Civil.


La falacia del argumento enarbolado por el Poder Judicial de la Federa-
ción radica en el hecho de sostener que la prescripción es una figura eminen-
temente procesal sin explicar las razones que lo llevaron a arribar a semejante
conclusión. Desde esta perspectiva, resultaría igual de válido afirmar que la
ley específica debiese ser el Código Civil sólo por el hecho de que las causales
de interrupción de derechos (de las cuales trata el artículo 1168 del Código
Civil) son figuras eminentemente sustantivas pero sin explicar por qué no son
procesales.
En consecuencia, parece que el principio de especificidad no logra resol-
ver efectiva y convincentemente la antinomia planteada.
¿El principio de temporalidad será útil para solucionarla? A juicio del
propio Poder Judicial de la Federación sí lo es, según mostramos a conti-
nuación:
PRESCFUPCION, INTERRUPCI~NDE LA.-El Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito y Territorios Federales, ley posterior al Código Civil, al establecer que la pres-
cripción se interrumpe por la presentación de la demanda, deroga tácitamente a éste

7 Ver comentario de la cita 6.


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en la fracción II del artículo 1168, que exige como requisito para interrumpir la pres-
cripción que la demanda haya sido notificada.
Quinta Época, Instancia: Tercera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación, CXVII,
Página: 769, Tesis Aislada, Materia(s): Civil.

Parece que el argumento es irrefutable: si un principio jurídico establece


categóricamente que toda ley posterior debe prevalecer sobre la anterior, y
si el Código de Procedimientos Civiles es posterior al Código Civil, se concluye
que aquél es el observable.
Sin embargo, es importante destacar que con la aplicación del Código de
Procedimientos Civiles la interrupción del plazo para prescribir se verifica en
menos tiempo que con la aplicación del Código Civil. Ello se debe a que
mientras con el primero basta con la presentación de la demanda en el juz-
gado para interrumpir el plazo, con el segundo se requiere de un acto adicio-
nal y posterior a la presentación de la demanda: la notificación de ésta al
poseedor demandado.
Desde esta perspectiva, la aplicación del Código de Procedimientos Civiles
perjudica al poseedor demandado. Ello se debe a que éste verá interrumpido
su derecho en el momento en que se presente la demanda en el juzgado, es
decir, en menos tiempo del que gozaría en caso de que resultara aplicable el
Código Civil, en el cual se exige que para la interrupción del plazo se agregue
el tiempo que tardaría en notificársele la demanda.
Es pertinente hacer este señalamiento por lo siguiente: en el am'culo 14
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece que "a
ninguna ley se le dará efectos retroactivos en pe juicio de persona alguna". Esto
significa que una ley sólo puede regular aquellos acontecimientos que ocu-
rran después de iniciada su vigencia y sólo podrá regular situaciones anterio-
res cuando, al hacerlo, nadie resulte perjudicado.
En este sentido, en la resolución que acabamos de transcribir, el Poder
Judicial de la Federación no señala qué ocurriría en caso de que el plazo
para prescribir hubiese iniciado antes de la entrada en vigor del Código de
Procedimientos Civiles y la presentación de la demanda se hubiese llevado a
cabo después de iniciada su vigencia. Si en este caso se aplicara llanamente
el criterio de que el Código de Procedimientos Civiles debe prevalecer por ser
posterior al Código Civil, nos encontraríamos entonces ante la aplicación re-
troactiva de una ley,8 con lo cual se perjudicaría al poseedor demandado,
pues la interrupción de su derecho se verificaría en una cantidad de tiempo
menor.
Por consiguiente, parece que el principio de temporalidad puede resolver
la antinomia pero siempre que no derive en una aplicación retroactiva perju-
dicial para alguien.

8 Pues el Código de Procedimientos Civiles estana regulando una posesión que inició antes
de que dicho código entrara en vigor.
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Nos resta aplicar el principio garantista: prevalecerá aquella disposición


que tutele garantías individuales. A tal efecto, debemos empezar por detec-
tar si alguno de los am'culos en conflicto conculca algún derecho fundamen-
tal. En este sentido, hace algunos años -cuando exponía el tema de la
interrupción del plazo para prescribir- uno mis alumnos comentó que en el
artículo 14 de la Constitución se establece que nadie puede ser privado de
sus posesiones y derechos sin antes habérsele dado la oportunidad de ser
escuchado. Añadió que en el artículo 16 de la Constitución se contempla que
nadie puede ser molestado en sus posesiones sin un mandamiento escrito de
la autoridad competente. Desde la perspectiva de dicho alumno, el artículo
258 del Código de Procedimientos Civiles atenta contra ambas disposiciones
constitucionales, pues al establecer que la prescripción se interrumpirá con
la simple presentación de la demanda se afecta, por un lado, los derechos
del poseedor sin haberle dado la oportunidad de ser escuchado y, por otro,
se le molesta en su derecho a prescribir sin habérselo notificado de modo
inmediato.
Los argumentos esgrimidos por el alumno resultan - e n una primera im-
presión- plausibles. Y así como estos, seguramente se nos pueden ocurrir
algunos más - e n favor o en contra- y en tanto sean estructurados de ma-
nera ordenada, lógica y con sujeción a principios jurídicos generales, segura-
mente lograrán sembrar duda en la autoridad jurisdiccional que deba
resolver la antinomia entre los artículos 1168, fracción 1, del Código Civil
para el Distrito Federal y 258 del Código de Procedimientos Civiles para el Dis-
trito Federal.
De ser este el caso, ¿cuáles podrían ser las opciones del juzgador para
resolver la contradicción normativa? Es difícil decirlo. Tal vez podría pro-
nunciarse en un sentido o en otro sin siquiera abordar el tema de la antino-
mia, o podría indicar cuál de las dos disposiciones prevalece, siempre de
manera fundamentada y motivada, desde luego. Podría, incluso, señalar que
en realidad no existe antinomia, sino que ambas normas son coincidentes.
¿Lo dudan? Lean con atención la siguiente resolución el Poder Judicial
de la Federación:
PRESCRIPCI~N,
INTERRUPCI~NDE LA, POR LA SIMPLE PRESENTACI~NDE LA DEMANDA Y
NO AS^ POR LA INTERPELACI~N JUDICIAL QUE NO ESTE NOTIFICADA.-E1 artículo 258 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, establece que la simple
presentación de la demanda es la que interrumpe la prescripción, y si bien el artículo
1168, fracción 11, del Código Civil, señala que la prescripción se interrumpe por de-
manda judicial u otro cualquier género de interpelación judicial notificada al posee-
dor, de donde se aprecia aparentemente una contradicción, sin embargo, ésta no es tal,
toda vez que este último dispositivo sólo exige la notificación cuando el acto interruptor
consiste en cualquier otro género de interpelacidnjudicial, mas no cuando en la deman-
da, lo que es explicable porque la prescripción es el abandono del derecho, el cual
deriva de la inactividad de su titular, por lo que es inconcuso que tal omisión se des-
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truye con la sola presentación de la demanda judicial, pues este acto significa el ejer-
cicio de la acciónpara no dejar suspendido su derecho frente a su contrario, mientras
que la notificación es obligación del órgano judicial, de tal suerte que la tardanza o
dilación de este acto procesal no es imputable al actor, y sería falto de equidad que
sufra las consecuencias de una inactividad que le es ajena.
Localización: Séptima Época, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Sema-
nario Judicial de la Federación, 205-216 Sexta Parte, Página: 367, Tesis Aislada Materia(s):
Civil.

A decir del Poder Judicial de la Federación, en la fracción 11 del artículo


1168 del Código Civil se contemplan en realidad dos hipótesis distintas que
producen la interrupción del plazo para prescribir. Para identificarlas habría
que leer dicho dispositivo de la siguiente manera:
Artículo 1168.-La prescripción se interrumpe:
L.. ]
a) Por demanda, y
b) Por cualquiera otro género de interpelación judicial notificada al poseedor.
Lo anterior significa que, tratándose de una demanda, el plazo para
prescribir se interrumpirá simplemente con su presentación en el juzgado.
Tratándose de "cualquiera otro género de interpelación judicial" (es decir,
algo que no sea una demanda) el plazo para prescribir se interrumpirá hasta
que dicha interpelación sea notificada al poseedor. Por lo tanto, desde este
ángulo, no existe antinomia entre el Código Civil y el Código de Procedimien-
tos Civiles. Ambos coinciden en que el plazo para prescribir se interrumpe
con la presentación de la demanda. Por consiguiente, no son disposiciones
contradictorias, sino complementarias.
Es de llamar la atención, por una parte, la diversidad de argumentos con
los se puede tratar de resolver una simple antinomia y, por otra, la cantidad
de argumentos que se pueden esgrimir para contrarrestar los primeros. En
este sentido, parece que cuando se enarbola una premisa que aparentemente
llena del todo algún vacío normativo o resuelve indubitablemente una con-
tradicción, siempre es posible -luego de una extenuante reflexión y sin de-
jar de ser coherente, claro está- crear un contraargumento que ponga en
entredicho a la premisa original. Tal vez no totalmente, pero sí en un grado
suficiente como para desestabilizar la estructura cognoscitiva del encarga-
do de resolver la controversia y, con ello, generar en él una duda razonable
sobre a cuál de las partes en conflicto le asiste verdaderamente la razón.
Resulta inevitable dejar de considerarlo, al menos por un segundo [...]
pareciera como si la única excepción a todos los principios jurídicos sólo fue-
se una: la argumentación razonable en contrario.
Curioso. Ni esta reflexión ni las resoluciones judiciales antes apuntadas
hubiesen sido posibles de no ser por la existencia de la incertidumbre jurídi-
ca, tanto a nivel teórico como práctico. Esa misma incertidumbre que, como
señalé en párrafos previos, conglomera ansiedad, agobio, aflicción, mortifi-
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INTERRUPCIÓNDEL PLAZO PARA USUCAPIR UN BIEN WSE~DO


-
--
,m
145

cación y pesadumbre en los estudiosos del Derecho. Pero, sin la cual, el co-
nocimiento permanecería estancado.
Parece, por tanto, que la incertidumbre jurídica no es tan negativa. Pues
al final del día, si el Derecho fuese claro, unívoco, uniforme, consistente, ve-
rosímil y brindara una verdadera certidumbre, entonces, ¿para qué necesita-
ríamos a los abogados?

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Reasignación de nombre
por cambio en el rol de género
Alberto Javier Reséndiz Palomar

1. Introducción. 11. Sexo y genero. 111. Nombre. IV. Derecho Civil. V. Derecho
SUMARIO:
Administrativo. VI. Derecho Penal y Penitenciario. VII. Otras previsiones.

Con especial interés científico, trataremos de abordar este tema qué,


además de controvertido desde el punto de vista técnico Jurídico, se encuen-
tra imbuido de cuestiones subjetivas, que van desde el orden religioso hasta
las calificaciones axiológicas del orden moral o'.de la ética.
Desde luego deberemos deshacernos en la medida de lo posible, de estas
ataduras propias del ser humano, y analizar esta condición de vida que exis-
te en un grupo de la sociedad, y atenderlo desde un punto de vista mera-
mente objetivo, pretendiendo con ello cumplir con la misión de la Ciencia
del Derecho, entendida como la tarea de estudiarlo y entenderlo en todas
sus dimensiones para que mediante el análisis de las repercusiones que tiene
en el mundo del derecho, se logre la inclusión del mismo al orden jurídico
vigente, es decir mediante la creación y expedición de leyes que auxilien al
ciudadano común a resolver y enfrentar situaciones rutinarias de su vida,
cuando se encuentre en la situación de pretender o estar en el proceso de
cambio de rol en el genero sexual.
Al efecto debemos entender que todo ser humano sin distinción de raza,
edad, sexo, posición social, tiene derecho a ser gobernado de manera eficaz
y parte de ese derecho resulta en la expedición y aplicación de leyes genera-
les que tengan como fin inmediato resolver las consecuencias negativas que
el fenómeno social esta presentando, y no tratar de evitar dicha situación
manifestándonos a favor o en contra, y dejándolo a merced de intereses po-
lítico-partidistas que engendran paliativos jurídicos que no resuelven el pro-
blema de fondo, tal como personalmente considero la hoy olvidada y en
desuso "Ley de Sociedades de Convivenciano de plano ignorar el fenómeno,
permitiendo la actualización de situaciones anómalas que incluso pueden
terminar en la violación de un derecho o incluso en la comisión de un ilícito,
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ya que la experiencia histórica nos ha enseñado que esa no es la solución


ideal y por otro lado el derecho como ciencia dejaría de cumplir su función
básica.
Este tema incluye situaciones que pueden insertarse en diferentes áreas
de estudio de nuestra disciplina, tales como el Derecho Constitucional, Dere-
chos Humanos, Derecho Penal, Administrativo, Electoral por mencionar al-
gunos de ellos, sin embargo nuestro interés especial para efectos de este
trabajo es desde el punto de vista Civil y en este nos enfocaremos, cuidando
el respeto de las demás áreas de interés.
Del mismo modo es menester señalar al lector que para un mejor enten-
dimiento del tema es necesario contar con opiniones y recursos de otras
ciencias como la Medicina, Psicología y la Sociología de las cuales adminis-
traremos opiniones al cabo de llegar a un mejor resultado en este ensayo.
Una vez que se conjunta el conocimiento de las áreas antes menciona-
das, estaremos en posibilidades de generar los conceptos requeridos y un
marco Teórico que sirva de referencia para concluir en el objetivo planteado,
la inclusión en la Ley de la reasignación sexo-genérica, para concluir revisan-
do que tratamiento tiene tal situación en nuestro Código Civil vigente.
En tal virtud y como un humilde esfuerzo de contribuir al homenaje de
los 80 años de vigencia de nuestro Código Civil Mexicano, generado por
nuestro ilustre Colegio de Profesores de Derecho Civil, agradeciendo la gene-
rosa invitación que al efecto se realizo.

II. SEXO Y GENERO

Iniciamos señalando que el presente trabajo representa un verdadero


reto de vencer opiniones preconcebidas acerca de la sexualidad del ser hu-
mano, y por ello es de especial interés el subrayar que abordaremos el tema
con un ánimo meramente científico, procurando en todo momento el respe-
to y la búsqueda de la verdad y pretendiendo una abertura total al tema.
Cuando se habla de reasignación de nombre por cambio de sexo, se esta
cometiendo un grave error ya que ningún ser humano puede cambiar de
sexo, sin que se pretenda hacer una crítica injustificada, sino la aceptación
de una idea constructiva y pretendiendo conservar la serenidad ante cual-
quier opinión encontrada, tal y como sugiere Miguel Villoro Toranzo, en su
Metodología del Trabajo Jurídico.1
Esta afirmación se basa en el significado científico de la palabra sexo y
del uso que le damos a la misma, ya que de acuerdo al Diccionario De la
Real Academia de la Lengua, sexo es la condición orgánica masculina o fe-
menina de los animales y las plantas, es aquello que compete al cuerpo que

VILLOROTORANZo, Miguel, Metodología del Trabajo Jurídico, Limusa Noriega, México, 2006.
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tiene un sexo, masculino o femenino y lo que representa ese cuerpo en la


sociedad, es decir, que diversas caracteristicas orgánicas diferencian a los
seres humanos entre hombres y mujeres, pero destacando que estas caracte-
rísticas orgánicas no se reducen a los órganos genitales, pues la sexualidad
se encuentra determinada en el código genético de cada individuo, en el que
los cromosomas que generaron a ese ser humano determinaron desde su
concepción su sexo, es decir, si se trataba de un hombre o de una mujer y
esta información se manifiesta en diferentes partes del cuerpo, como son
la estructura ósea, siendo notario en la estatura, el tamaño del cuerpo muy
en especial las manos y de los pies, las cuerdas vocales, el grosor de la piel,
la vellosidad, siendo éstas características apreciables a simple vista y que en
muchas ocasiones la cirugía del procedimiento "transexual" o mejor dicho
"tran~genero~~ no pueden modificarse, de este modo de acuerdo a la teoría
de la medicina clásica, se establece que solo existen dos sexos, el masculino
y el femenino, esto de acuerdo a su propio ADN, de dónde se destaca que
hay características sexuales propias al hombre o a la mujer que no pueden
ser modificadas ni con la aplicación de hormonas, ni con la cirugía como
son, el sistema cardiovascular, la .hipófisis y muy en especial el sistema re-
productor, que es la principal función de los órganos sexuales, ya que ningu-
na cirugía o procedimiento "transexual" ofrece la inclusión de un útero y
una matriz, o la posibilidad de que una mujer llegue a producir esperma y el
hombre ovule, por lo que hasta este momento la ciencia médica no ofrece
ningún procedimiento que permita transitar de un sexo a otro, como erró-
neamente se cree, sino que esto se reduce al cambio o transformación de
genitales externos para que la persona se conduzca como parte el genero
con el que se identifica psicológica y emocionalmente, sin que esto pueda
considerarse como un cambio de sexo.
En efecto la idea de que el sexo de una persona no puede modificarse ni
mutarse, provoca que las personas adopten una nueva idea de los procedi-
mientos existentes y con ello la redefinición de sus conceptos para concluir
en lqidea del transgénero, entendiendo que genero es conjunto de seres que
tienen uno o varios caracteres comunes, por lo que para efectos de este bre-
ve estudio podemos señalar que el genero en materia de sexualidad es el
conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo.
De ahí la idea de poder redefinir la conducta de una persona que posee
biológicamente las características de un sexo para comportarse y tomar un
rol del género contrario de acuerdo a su inclinación sexual. Así bien es de
suma importancia establecer que no se abordará el tema de las preferencia
o inclinaciones sexuales, pues no es el tema de interés de nuestro trabajo No
podemos ni debemos presentar opiniones ni calificaciones al respecto, sino
establecer que ese es el objeto de estudio, al que llamamos fenómeno social,
que no podemos negar y mucho menos ignorar.

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Para la ciencias sociales se privilegia al género en detrimento de la dife-


rencia biológica, pues para el ser humano es más importante la identifica-
ción del rol sexual, que es diferente según el lugar y el tiempo. En efecto
para la cultura occidental moderna la idea de un cambio de género no es
muy bien aceptada, mientras que para culturas más antiguas u orientales
es tan común que legalmente se tiene aceptada esta condición de vida. Cabe
de ejemplo las llamadas Hijras que en la India y Pakistán Majus en Polinesia
se consideran incluso como un tercer género, la Organización Mundial de la
salud ha calculado que existen mas de seis millones de personas en la India
con esta condición y que en la mayoría de la veces se trata de hombre castra-
dos y amputados de sus genitales masculinos, que visten ropas y atuendos
femeninos para desenvolverse completamente en ese rol y aun cuando se le
registra como un tercer sexo aceptado social y culturalmente para el histo-
riador Walter Penrosez se trata de personas un en estado de transgénero. De
ese tenor podemos establecer que un individuo transgénero es aquella perso-
na, hombre o mujer, que posee un aspecto genético, cromosómico, gonádico
y genital identificado con un sexo o identidad sexual que no corresponde al
sexo o identidad sexual que la persona desea o siente pertenecer y cuyo rol
desempeña.
A favor de la teoría científica social de la existencia de esta posibilidad
de transitar de un género a otro se suman interesantes trabajos en el ámbi-
to de la biología, y al efecto de desarrollan investigaciones en diferentes es-
pecies de plantas y animales en individuos hermafroditas, que no desarrollan
completamente definido algún sexo o poseen características de ambos. La
bióloga inglesa Joan Rouhgarden,3 expresa en su obra Evolution7sRaibow:
Diversity, Gender and Sexuality in Nature and People, que científicamente en
especies no humanas se han comprobado la existencia más de dos sexos lo
que hace científicamente aceptable esta teoría.
De tal suerte que la persona transgénero significa lo que va más allá del
género, y se aplica a los casos en que las personas tienen una identidad de
género que no corresponde a lo que socialmente se espera, es decir, cuando
un hombre o una mujer no se comportan con una masculinidad o una femi-
nidad convencionales sino que se aproximan más a lo establecido al sexo
opuesto.
En el concepto transgénero deberemos incluir entonces a todas las per-
sonas que se llaman "transexuales" cuya identidad sexual corresponde a la
del otro sexo, hombres o mujeres en todas partes del mundo que se someten
a tratamientos psicológicos, hormonales y quirúrgicos que les permite tener

"Penrose Walter Hidden in History: Female homoereoticism and woman of a "Thirdnatu-


re" in South Asian past", Joumal of the history of Sexuakity, 10 1, 2001.
3 ROUHGAEDEN, Joan, Evolution's Raibow: Diversily, Gender and Sexuality in Nature and Peo-
ple, University of Califomia, 2004.
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REASIGNACI~NDE NOMBRE POR CAMBIO EN EL ROL DE G ~ R O 151

la apariencia del sexo con el que se identifican y del que pretenden seguir el
rol de vida pretendiendo ser consistentes entre su identidad interna y su
apariencia externa.
No obstante las personas travestis, que sin haberse sometido a trata-
miento alguno se viste como los individuos del sexo opuesto, transformistas
e intersexuales, estos últimos que sólo se desarrollan en ocasiones especiales
como fiestas o cuando aciden a centros sociales y los intersexuales que física-
mente presentan características de ambos sexos sin identificarse plenamente
con alguno.
Mientras que el debate entre la aceptación de un transgénero no deja de
verter tinta y causar polémica, existen en nuestro país cientos de personas
que se someten al proceso quirúrgico de cambio de genitales, personas que
pretenden llevar a cabo una vida con normalidad de acuerdo al rol del gene-
ro al cual han pretendido pertenecer con motivo de la cirugía practicada y al
proceso psicológico y sociológico que esto lleva consigo, sin embargo, esto
no se puede lograr de manera plena, si no existe una legislación completa
que permita hacer el cambio o como se ha denominado, "la rectificación del
nombre de estas personas", por lo que se enfrentan a un diario juicio social
por no poder contar con la documentación necesaria y completa que les per-
mita desarrollar su vida de manera normal y con las garantías jurídicas que
el Estado debe otorgar a sus gobernados.
En efecto la ciudad de México como toda ciudad, cosmopolita y moder-
na, se compone de una sociedad de personas con una gran diversidad de
opiniones, pensamientos y en especial para nuestro tema de análisis, de ten-
dencias sexuales, lo que se conjuga con el asombroso avance de la medicina,
que hace posible transitar de un rol sexual a otro, como ocurre con la figura
previamente analizada del transgénero o el cambio quirúrgico de genitales,
con la complejidad social, psicológica y jurídica que esto implica, fenómeno
que es latente e imposible de ignorar.
Nuestro objetivo con este breve ensayo es poner en análisis la vigente
regulación que al tema le da el Código Civil vigente para proteger a los que
se someten a estos procesos, y en su caso si esta protección ya se contempla
en las leyes vigentes a nivel nacional.
Insistimos en que la falta de atención a este fenómeno social no es una
solución recomendable, pues las personas que la han practicado, son seres
humanos, e igual que las demás personas que integran nuestra sociedad, el
Estado debe brindarles la protección necesaria para preservar sus derechos
fundamentales a la vida, al nombre, a la dignidad y al trato igual, por ende
es conveniente revisar nuestra legislación para determinar si ésta cumple
con las necesidades reales de nuestra sociedad, ya que es un hecho innega-
ble que la transición de un genero a otro es un fenómeno social que ocurre y
que sin perjuicio de opiniones moralistas o éticas, debe de atenderse por el
legislador de manera eficaz y oportuna.
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III. NOMBRE

Los conceptos básicos para analizar y precisar en el desarrollo de este


ensayo serán los de persona, nombre, estado civil, y Derechos Fundamenta-
les, desde el punto de vista jurídico, ya que sobre éstos versa el objeto de
estudio. Tal y como se ha hecho con los conceptos, sexo, género y transexua-
lidad, para establecer las figuras aplicables en la investigación.
Para la Real Academia de la Lengua este vocablo proveniente del latín
nomen-inis, nombre es la palabra que designa o identifica seres animados o
inanimados, mientras que para el diccionario Jurídico4 nombre es el voca-
blo que se apropia o se da a un apersona o cosa a fin de diferenciarla y dis-
tinguirla de los demás, además de otras connotaciones del ámbito civil y
comercial.
Así tenemos que el nombre lato sensu es un término técnico que respon-
de a una noción legal, y que sirve para designar a las personas. El nombre de
las personas se compone de elementos fijos y de elementos contingentes
siendo los primeros el nombre patronómica y del de pila y los segundos los
pseudónimos y títulos o calificativos.5
Para Rojina Villegas,ó todo hombre o mujer tienen derecho a un nombre,
y este derecho es subjetivo y extrapatrimonial, por no ser valorable en dine-
ro ni poder ser objeto de transacción siendo una facultad jurídica que no es
transmisible por herencia. Tampoco depende de la vida del ser humano pues
se integra de una parte inmutable que es el nombre patronómica y que de-
pende de la familia en cuyo seno ha nacido el individuo. Así bien el nombre
cumple con una función administrativa de identificar a las personas y dife-
renciar a los sujetos para poder referir a ellos consecuencias jurídicas deter-
minadas y al efecto el Registro Civil y el Registro Público de la Propiedad y
del Comercio son instituciones que sirven como las controladoras de las si-
tuaciones jurídicas en función del nombre de las personas, logrando en la
mejor medida un orden que evite la confusión de derechos mediante la iden-
tificación de sujetos determinados.
Dicho lo anterior en palabras del maestro Ignacio Galindo Garfias,7 Así
el nombre es "un atributo de la personalidad que señala a una persona indi-
vidualizándola, de la misma manera que el domicilio y el estado son atribu-
tos de la personalidad. El nombre la individualiza, el domicilio la ubica en
un lugar determinado y el estado establece su posición al derecho objetivo.
Consideramos que como un elemento de la personalidad que identifica e
individualiza a un persona, es un elemento que sirve para el individuo hacer

4CABANELLAS DE LA CUEVA,Guillermo, Diccionario Jurídico Elemental, Heliasta, 2004.


5BONECASSE,Julien, Tratado Elemental de Derecho Civil, Oxford, México, 2000.
6 ROJINAVILLEGAS,Rafael, Compendio de Derecho Civil, Introducción, Personas y Familias,
Porrúa, México, 1988.
7 GALINDOGARFIAS,Ignacio, Derecho Civil, Pornía, México, 1985.
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valer sus derechos frente a los demás y que los terceros respeten los suyos,
lo asume dentro de una familia otorgándoles un estado Civil y Familiar, y de
esta forma el estado identifique al sujeto para hacer que respete la ley y que
al mismo se le aplique en caso de ser necesario.
De esa guisa el derecho al nombre se eleva al grado de un derecho fun-
damental del ser humano ya que se identifica con el derecho a pertenecer a
una familia y portar el nombre de ésta.
Como se ha dicho con antelación el nombre se compone de varios ele-
mentos como son el nombre propio o de pila que es aquel que identifica al
individuo dentro de su propia familia, que puede ser tomado de las cosas,
las profesiones, plantas, animales sin ninguna regla para su aplicación,
mientras que el elemento del nombre patronómica es el elemento principal
del nombre, y juntos los dos elementos constituyen el nombre de la persona
física.
En nuestra legislación el nombre completo se compone con el nombre
propio o de pila que eligen los padres al hacer el registro del menor ante el
Registro Civil y el patronómica de ambos padres, es decir el apellido paterno
en primer lugar y el de la madre en segundo lugar.
El nombre tiene dos características que lo regulan; una la inmutabilidad
que consiste en que el nombre de un persona no puede modificarse pues es
precisamente la forma de identidad de la persona, y la posibilidad de cambio
daría origen a múltiples situaciones que restan certeza jurídica a las relacio-
nes de los individuos, entre ellos y frente al estado.
A su vez el nombre es inalienable, es decir, que no se puede ceder o
transar con el, ni tampoco desaparece con el transcurso del tiempo ya que
como un elemento de la personalidad trasciende a la vida del sujeto y no
termina de surtir efectos para el mundo del derecho mientras existan dere-
chos u obligaciones que cumplir como en el caso de las sucesiones.
En efecto el Código Civil en su artículo 58 prevé que el nombre se
compone del nombre o nombres propios y los Apellidos paternos de padre
y madre que le correspondan sin opción a invertir el orden que señala di-
cho artículo.
En atención a lo anterior deberemos de pensar que nos enfrentamos
ante dos posturas totalmente opuestas, pues el nombre es inmutable pero
existen situaciones del diario acontecer de la vida, que obligan a considerar
una excepción a la regla de inmutabilidad del nombre. Al efecto existen di-
versas causas legítimas que originan excepción a la mutabilidad del nombre,
como la Adopción, El reconocimiento e Impugnación de paternidad debida-
mente sancionados en juicio y los programas de protección de testigos.
De lo anterior surge la posibilidad de encuadrar también como una cau-
sa de excepción el cambio de género. En efecto el anterior artículo 135 del
Código Civil sólo contempla la posibilidad de rectificar las actas del registro
civil por dos causas:
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a) Por falsedad, cuando el hecho contemplado en realidad no sucedió, y;


b) Por enmienda, cuando se solicita hacer algún cambio al nombre, filia-
ción, nacionalidad, el sexo o que modifiquen la identidad de la persona.
Como es de observarse el cambio de sexo si era e n la Ley anterior al
2008, una razón justificada para realizar el trámite de rectificación de
nombre, pero el Juzgador negó sistemáticamente esta posibilidad motivado
por una subjetividad propia del ser humana pero ajena a la labor del juzga-
dor haciendo nugatoria la Justicia para aquellas personas que se encontra-
ban siendo vulneradas por una realidad, y que no encontraban la manera de
resolverlo. En tales circunstancias antes de la modificación a la Ley se emi-
tieron diversas ejecutorias de Tribunales Federales que contemplaban que
los jueces civiles y familiares no estaba impartiendo justicia de manera com-
pleta, por lo que las solicitudes realizadas al efecto, e n su mayoría se nega-
ron causando vulnerabilidad a los derechos fundamentales de las personas,
como el derecho a la privacidad y dignidad personal.
Esto tuvo que ser modificado, ya que movimientos de los grupos minori-
tarios, en este caso "Lésbico-Gay y transgénero" obligaron al Estado a aten-
der ese problema, y de acuerdo a tesis de la Suprema corte de Justicia de la
Nación que así lo ordenaban y citamos algunas de estas:
REASIGNACIÓNSEXUAL. h SENTENCIA QUE NIEGA LA EXPEDICIÓN DE UNA NUEVA ACTA
DE NACIMIENTO EN LA QUE SE RECTIFIQUEN LOS DATOS RELATIVOS AL NOMBRE Y SEXO DE UNA
PERSONA TRANSEXUAL, ES INCONSTITUCIONAL (LEGISLACI~N CML DEL DISTRITO FEDERAL,
VIGENTE ANTES DE LA REFORMA PUBLICADA EN LA GACETA
OFICIAL DEL DISTRITO FEDERAL EL
10 DE OCTUBRE DE 2008).-Aun cuando el Código Civil para el Distrito Federal -an-
tes de la reforma efectuada en 2008, a partir de la cual ya contempla en sus artículos
35, 98 y 135 Bis la expedición de una nueva acta de nacimiento tratándose de la
reasignación de concordancia sexo-genérica, así como al Código de Procedimientos
Civiles para esa entidad, a fin de regular el procedimiento respectivo-, sólo preveía
en su artículo 138 la anotación marginal de la sentencia que niegue o autorice la
rectificación de algún dato del acta de nacimiento, con la finalidad de adecuarla a
la realidad, tal objetivo no se cumple tratándose del caso de una persona transexual
si la sentencia que autorice la rectificación del nombre y sexo en el acta se limita a
ordenar dicha anotación, negándole la expedición de una nueva acta. Lo anterior,
porque, ante una laguna legal que dé respuesta a las exigencias constitucionales que
deben satisfacerse en ese caso particular, el Juez, en una labor de integración, debe
buscar colmarla con algún principio general de derecho que permita resolver la pre-
tensión del accionante, conforme a los artículos 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 19 del Código Civil para el Distrito Federal. Por consi-
guiente, si el quejoso, al haber sido diagnosticado, por una parte, con un estado in-
tersexual (pseudo hermafroditismo femenino) y, además, como persona transexual,
se sometió a tratamientos de reasignación sexual de índole hormonal, psicológico e
incluso quirúrgicos y, por esa razón, solicitó ante el Juez de lo Familiar la expedición
de una nueva acta de nacimiento, con la rectificación de su nombre y sexo, para lograr
la adecuación legal a su realidad social, ante dicha situación, al no haber buscado el
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juzgador la solución que permita a esa persona el pleno ejercicio de sus derechos
fundamentales y, por tanto, el respeto a su dignidad humana, dicha sentencia resulta
inconstitucional.
Amparo directo 6/2008.6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Valls Hemán-
dez. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número iXW/2009, la .
tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de octubre de dos mil nueve.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXX, Diciembre de 2009; Pág. 18.
REASIGNACIÓNSEXUAL. PREEMINENCIA DEL SEXO PSICOSOCIAL FRENTE AL MORFOLÓGICO
PARA RESPETAR A PLENiTüD LOS DERECHOS DE IDENTIDAD SEXUAL Y DE GÉNERo DE UNA PER-
SONA TRANSEXUAL.-A~~~ los factores objetivos y subjetivos que definen a una perso-
na, se advierte que tratándose de su identidad sexual y de género, se presenta en la
realidad una prelación o preeminencia del factor subjetivo (sentimientos, proyeccio-
nes, ideales), sobre sus caracteres físicos o morfológicos (factor objetivo), de manera
que derivado de la compleja naturaleza humana, que lleva a cada individuo a desa-
rrollar su propia personalidad con base en la visión particular que respecto de sí
mismo tenga, debe darse un carácter preeminente al sexo psicosocial frente al morfo-
lógico, a fin de respetar plenamente los derechos de identidad sexual y de género de
una persona transexual, al ser aspectos que, en mayor medida, definen tanto la vi-
sión que la persona tiene frente a sí misma como su proyección ante la sociedad.
Amparo directo 6/2008.6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Valls Hemán-
dez. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número LXXi/2009, la
tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de octubre de dos mil nueve.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXX, Diciembre de 2009; Pág. 20.
REASIGNACIÓN SEXUAL. NO EXISTE RAZONABILiDAD PARA LIMITAR LOS DERECHOS FUNDA-
MENTALES DE UNA PERSONA TRANSEXUAL, IMPIDI~DOLELA ADECUACI~NDE SUS DOCUMEN-
TOS DE IDENTIDAD, BAJO EL PRETEXTO DE PRESERVAR DERECHOS DE TERCEROS O EL ORDEN
P~UCO.-~ratándose de la reasignación sexual de una persona transexual y, por tan-
to, de la adecuación de sus documentos de identidad, mediante la rectificación de su
nombre y sexo, evidentemente se producen diversos efectos tanto en su vida privada
como en sus relaciones con los demás, en las que innegablemente entran en juego los
derechos de terceros, así como el orden público, como ocurre en aspectos como el
matrimonio, sucesiones, relaciones laborales, servicio militar, filiación, actos contrac-
tuales, antecedentes penales, etcétera. Sin embargo, la protección a terceros y al or-
den público se garantiza a través de diversos mecanismos legales que no impliquen o
permitan la lesión o el sacrificio de los derechos fundamentales de aquella persona,
pues de lo contrario, se afectaría de manera total el núcleo esencial de sus derechos
al libre desarrollo de la personalidad, a la identidad personal y sexual, a la salud - e n
su concepción integral- a la propia imagen, vida privada e intimidad y, por consi-
guiente, a su dignidad humana y no discriminación, en tanto que la plena identifi-
cación de su persona, a partir de la rectificación de su nombre y sexo es lo que le
permitirá proyectarse, en todos los aspectos de su vida, como el ser que realmente es,
reconociéndose así, legalmente, su existencia.
Amparo directo 6/2008.6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Valls He&-
dez. Secretaria: Laura García Velasco.

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156 - - --- -- -
CONMEMORACION DE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L
- - --
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número LXXIV/2009,
la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de octubre de dos mil nueve.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXX, Diciembre de 2009; Pág. 19.

REASIGNACIÓN SEXUAL. h NOTA MARGINAL EN EL ACTA DE NACIMIENTO DE LA SENTEN-


CIA QUE OTORGÓ LA DEMANDA CE RECTIFICACI~NDEL NOMBRE Y SEXO,CON LA CONSIGUIENTE
PUBLICIDAD DE DATOS, VIOLA LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DEL INTERESADO.-Si Una Vez
realizados los procedimientos médicos, estéticos e incluso quirúrgicos necesarios para
modificar física y psicológicamente el sexo de una persona transexual, se mantienen
los datos concernientes al nombre y sexo en sus documentos, entre ellos el acta de
nacimiento, con los que originalmente fue registrada al nacer y solamente se asienta
una nota marginal de la sentencia que otorgó la rectificación concedida, con la consi-
guiente publicidad de aquellos datos, se violan sus derechos fundamentales a la digni-
dad humana, a la igualdad y a la no discriminación, a la intimidad, a la vida privada,
a la propia imagen, a la identidad personal y sexual, al libre desarrollo de la persona-
lidad y a la salud, porque la nota marginal propicia que dicha persona exteriorice
hasta en las más simples actividades de su vida su condición anterior, generando
eventuales actos discriminatorios hacia su persona, sin que se advierta razonabilidad
alguna para limitarlos de esa manera.
Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Valls Hernán-
dez. Secretaria: Laura García Velasco. El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso,
aprobó, con el número LXXII/2009, la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a
diecinueve de octubre de dos mil nueve.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXX, Diciembre de 2009; Pág. 18.

Del mismo modo debemos decir que no existe tampoco material biblio-
gráfico o de investigación que aborde de manera directa este tema desde le
punto de vista jurídico, ya que se ha revisado la literatura respectiva limitán-
dose a las disciplinas de la medicina y la psicología. Especulamos que lo
controversia1 del tema evita que el estudiante de Licenciatura o de nivel
Postgrado o incluso los Investigadores profesionales de carrera, dirijan su
interés a un tema como este, que es considerado no apto, no por la impor-
tancia del tema, sino por las connotaciones y consecuencias que puede traer
al propio investigador.
Se han revisado algunos artículos en revistas, que son un gran esfuerzo
del Foro tanto doctrinarios como miembros de la judicatura han manifestado
su interés en el tema, sin embargo son pocos y no muy extensos lo que justi-
fica de manera contundente el presente trabajo con el mejor de los ánimos
de reconocer el esfuerzo del legislador, al incluir en el Código Civil esta figu-
ra, a la que hacemos referencia en ocasión de sus 80 años, esta nueva legis-
lación que establece un precedente para todo el país.
El actual Código Civil prevé en su artículo 135 Bis, lo siguiente: pueden
pedir el levantamiento de una nueva acta de nacimiento por reasignación de
concordancia sexo-genérica, previa la anotación correspondiente en su acta
de nacimiento primigenia, las personas que requieran el reconocimiento de
su identidad de género.
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Se entenderá por identidad de género la convicción personal de perte-


necer al género masculino o femenino, es inmodificable, involuntaria y pue-
de ser distinta a la del sexo original.
La reasignación para la concordancia sexo-genérica es el proceso de in-
tervención profesional mediante el cual la persona no tiene concordancia
entre los aspectos corporales y su identidad de género, que puede incluir,
parcial o totalmente entrenamiento de expresión de rol de género, adminis-
tración de hormonas, psicoterapia de apoyo o las intervenciones quirúrgicas
que haya requerido en su proceso; y que tendrá como consecuencia, me-
diante resolución judicial, una identidad jurídica de hombre o mujer, según
corresponda.
Se entenderá por expresión de rol de género, el conjunto de manifesta-
ciones relacionadas con la vestimenta, la expresión corporal o verbal y el
comportamiento.
Los derechos y obligaciones contraídas con anterioridad a la reasigna-
ción para la concordancia sexo-genérica no se modifican ni se extinguen con
la nueva identidad de la persona.
Consideramos que el contenido del artículo 136 Bis del Código Civil es
un buen comienzo de esta figura y extiende la protección jurídica a quien lo
necesita sin distingos ni prejuicios, sin embargo creemos que no es suficiente
al omitir el como se resolverán las situaciones anteriores, como la documen-
tación oficial, el aviso que se le debe dar a las diferentes dependencias para
la cancelación de documentos oficiales anteriores y la expedición de docu-
mentos nuevos, el cumplimiento de sentencias e incluso de condenas, pre-
venciones en materia de deporte olímpico y profesional que hacen que la
legislación vuelva a ser insuficiente en su letra y deja al arbitrio del juzgador
la individualización dela norma, haciéndola susceptible de error.
En la actualidad es posible hacer una reasignación de nombre por cam-
bio de rol en el género en los propios términos expresados en el numeral
citado.
Dentro del Derecho Civil las connotaciones de una reasignación de nom-
bre deben de especificarse que solo pueden mutar respecto al o los nombres
propios o de pila, transitando de un nombre masculino a uno femenino y vi-
ceversa según sea el caso, pero respetando la inmutabilidad de la parte pa-
tronómica, es decir, sin que puedan modificarse ambos apellidos, paterno y
materno, por esta razón, lo que no se especifica en la legislación revisada
y que consideramos de vital importancia sea incluida en la legislación para
que no exista margen de error al momento de individualizar la norma en
una sentencia, con motivo de una errónea interpretación de la misma.
Ahora bien en materia de derechos civil podemos incluir diversas cir-
cunstancias que deben preverse antes de dictar una sentencia de reasigna-
ción de nombre por cambio de rol ene el género.

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158 CONMEMORACI~NDE LOS 80 AROSDE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L

IV. DERECHO CIVIL

En el ámbito del derecho privado tanto de las especialidades de civil y


mercantil, deberán de tomarse las previsiones necesarias para evitar cual-
quier tipo de fraude a la Ley o en perjuicio de acreedores. Existen herra-
mientas de computo que hacen muy sencilla esta tarea, por ejemplo si un
sujeto se somete a un tratamiento de cambio de genero, deberá manifestar
en su solicitud bajo formal protesta de decir verdad, que no tiene ningún
juicio de carácter civil o mercantil, que se encuentre pendiente de resolu-
ción, esta manifestación deberá ser un requisito de procebilidad para la ad-
misión de la solicitud, lo que iniciado el procedimiento de rectificación de
acta de nacimiento por reasignación de nombre, deberá ser verificado por el
Juez de lo Familiar que lleve a cabo el procedimiento, mediante el informe
que solicite a la oficialía de partes común, en la cual de manera electrónica
se cuenta con un registro de todos los juicios iniciados, y de esa forma corro-
borar que efectivamente no hay causa pendiente en contra del solicitante, lo
que facilitaría este tramite. Desde luego se deberán de cuidar todos los datos
de las personas que se encuentren en esta situación, con el debido cumpli-
miento de las leyes de la materia de manejo y conservación datos personales
y que no se permita la divulgación ilegal de esta información.
En materia familiar deberá de verificarse que el estado civil de la perso-
na sea soltero, a fin de no violentar los derechos del cónyuge en caso de que
este casado. Al admitirse la posibilidad de matrimonio entre personas del
mismo sexo, si el cónyuge esta dispuesto a seguir casado con la persona que
se encuentre en el proceso de transición de genero, no habrá necesidad de
iniciar el divorcio y dicho cónyuge deberá acudir a manifestar y ratificar que
esta de acuerdo en el procedimiento de cambio de genero de su cónyuge,
pero en caso de que la persona este casada y el otro cónyuge ignoraré las
intenciones del sujeto o estuviere en contra del procedimiento, deberá ser un
requisito que se encuentre libre de matrimonio al momento de solicitar la
reasignación del nombre.
Del mismo modo deberá verificarse cuales son las obligaciones alimenta-
rias que tiene el sujeto, ya fuera con ascendientes o descendientes, a fin de
verificar la formas en que se dará cumplimiento a las mismas y la garantía
que debe otorgarse con motivo de la prestación de los mismos. Este tema de
alimentos que es de orden público debe ser revisado cuidadosamente por el
Juzgador a fin de no sancionar de manera superficial una forma de evadir
una obligación de esta naturaleza, también deberá de ser un requisito previo
para autorizar una reasignación de nombre.

V. DERECHO ADMINISTRATIVO

Consideramos que la ley debe prever avisos obligatorios de una sentencia


de reasignación de nombre por cambio de rol en el genero, a dependencias
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REASIGNACIÓNDE NOMBRE POR CAMBIO EN EL ROL DE GÉNERo 159

como la Secretaria de Gobernación por razones de control en la Clave Única


de Población para efectos de su cancelación y emisión de una nueva relacio-
nada con la anterior, de tal forma que con respeto a INEGI,censo de pobla-
ción, Secretaría de Relaciones Exteriores para efectos de cancelación de
pasaportes y expedición de nuevos, IFE para la cancelación definitiva de la
credencial anterior y la expedición de una credencial de elector nueva con
los nuevos datos del sujeto.

VI. DERECHO PENAL Y PENITENCIARIO

Uno de los puntos más controversiales es el que se refiere al derecho


penal, tanto en la procuración de Justicia que realizan las Procuradurías
como en el caso de los Juzgados Penales de los fueros locales y federal,
puesto que pudiera pensarse que cualquier persona que esta por cambiar de
identidad legalmente, como es el caso del sujeto que solicita una reasigna-
ción de nombre por cambio de género, podría de manera muy sencilla come-
ter un ilícito durante el su proceso de cambio de género, razón por la cual el
sujeto deberá acreditar que no se encuentra sujeto a ningún procedimiento
de carácter penal y mucho menos que exista sentencia en su contra, pues de
existir la misma deberá de plano negársele la reasignación solicitada.
En el caso del derecho penitenciario deberán de otorgarse todas las faci-
lidades para conservar la discreción y secrecía del procedimiento ya que es
una realidad que el escarnio en dichos centros de reclusión provoca la hosti-
lidad y violencia en contra del sujeto, por lo que de manera muy precisa de-
berán de manejarse y conservarse en resguardo los datos de identificación
de la persona en relación a que fue sometido al cambio de género a fin de
salvaguardar sus derechos mas elementales, como su seguridad, integridad
fisica e incluso de vida.

VII. OTRAS PREVISIONES

En materia de deportes se ha tenido la experiencia de trasngenéricos


que participan de manera amateur o profesional en justas de esta naturale-
za, registrándose bajo su nuevo rol, lo cual desde luego pone a sus competi-
dores en una desventaja, por lo cual en este tipo de casos también deberá de
existir la forma de reconocer que la persona fue sometida a un procedimien-
to de reasignación de nombre por cambio rol en el género.
Tenemos la firme idea de que la legislación actual puede ser mejorada
a través de la preparación de jueces y demás personal del tribunal como
secretarios de acuerdos y auxiliares para lo cual creemos es de vital impor-
tancia reconocer el problema y desmitificarlo, esto puede lograse a través de
la revisión de casos resueltos por los Tribunales Locales de los Estados y del
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Distrito Federal, y en especial los que ya han sido resueltos por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
Determinar que resultados se podrán obtener con la sentencia de rectifi-
cación, y modificación de los documentos públicos y privados del interesado,
así como las demás connotaciones que se mencionan en el presente trabajo y
que surgen de las experiencias que al efecto se manifiestan en el foro, me-
dios masivos de comunicación e incluso redes sociales.
Determinar con plena conciencia científica y basado en datos comproba-
b l e ~cuales son las consecuencias jurídicas que produce la rectificación del
acta de nacimiento con motivo de la reasignación del nombre, en los casos
aquí estudiados, respecto de las obligaciones contraídas con anterioridad por
el interesado, la protección de derechos de terceros y el cumplimiento de
obligaciones de este con terceros y con el Estado.
Determinar las consecuencias jurídicas que impondrá la resolución emi-
tida respecto al estado civil, posibilidad de contraer matrimonio, y relaciones
paterno filiales, después de haber sido sometido al procedimiento transgene-
rico, lo cual se transforma a cada minuto con los avances que en materias de
ciencia médica se ofrecen.
Con motivo del presente trabajo se ha comprobado que el actual Código
civil es pionero en la materia de la defensa de derechos como ene le presen-
te caso resulta la rectificación de un cata de nacimiento por reasignación de
rol ene le genero, y a su vez de manera muy humilde se pretende acreditar
la necesidad de hacer una propuesta de inclusión de disposiciones legales en
toda la República Mexicana que contemplen los cambios respectivos a la fi-
gura de rectificación del nombre por causas del cambio de sexo.
En efecto al hacer una revisión de los diversos cuerpos legales en mate-
ria civil de los estados de la República Mexicana podemos corroborar que no
existe legislaciones locales que hagan referencia y den una salida o solución
a este problema social, lo cual es lamentable ya que pone en evidencia el
rezago en dicha materia, y en consecuencia la ausencia de legislación aplica-
ble comúnmente trae aparejada la comisión de conductas ilegales, como la
falsificación de documentos por parte de los interesados, ya que en su deses-
peración pueden ser objeto de malos consejos que los llevan a conductas no
ajustadas a derecho incluso hasta por ignorancia.
A manera de conclusión consideramos un acierto el que el Código Civil
en su reforma de 2008, haya incluido la rectificación de acta de nacimiento
con motivo de la reasignación de nombre por reasignación de rol en el géne-
ro como una solución al problema social identificado que es parte de nuestra
sociedad y enfrentándola desde la visión del verdadero Jurista, que sin pre-
juicios genera la norma que regula las condiciones de derecho que surgen
con motivo del cambio de género.
No obstante al acierto mencionado, toda obra del hombres es perfecti-
ble y consideramos de suma importancia tomar en cuenta los comentarios
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REASIGNACIÓNDE NOMBRE POR CAMBIO EN EL ROL DE GÉNERO


------ -..*--- -*.-m - 161

realizados en este trabajo, a fin de conseguir que de manera completa se de


solución a todos los problemas que se enfrentan con motivo de la nueva
identidad que adquiere el sujeto sometido a un proceso de rectificación de
acta de nacimiento por resignación del nombre.
Ante una falsa competencia entre las diferentes legislaciones estatales es
necesario tomar consciencia de que debe anteponerse a cualquier interés
particular o partidista el interés común de nuestra sociedad que trae como
consecuencia el respeto al orden social fin inmediato de la justicia y de la ley.

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Propiedad intelectual
Rita María Ríos Montufar

La propiedad intelectual implica la propiedad


de intangibles, resultado de los esfuerzos creati-
vos en los campos de la aenaa, la tecnología,
las artes, la literatura, el diseño y la manipula-
ción del conocimiento en general. Con la difu-
sión de la economía súper-simbólica, todo esto
se hace más valioso a nivel económico y, de
aquí más político.1
ALVINTOPFLER

SWO: 1. Propiedad Intelectual. 11. Derechos de Autor.

l. PROPIEDAD INTELECTUAL

Día con día la propiedad intelectual está ganando una mayor presencia
en el mundo, no solamente en el aspecto económico, tecnológico y cultural,
sino también jurídico, y en la medida que nos demos cuenta de ello, nos
dará una ventaja sustancial no solamente a nivel individual sino también
social con respecto a los demás, y entendamos por los demás a este mundo
cada vez más globalizado, en el que la gran mayoría de los seres humanos
tenemos acceso a una cantidad considerable de información, gracias a me-
dios como internet, en donde las fronteras han dejado de ser el límite para la
protección de derechos intelectuales.
Debido a lo anterior, debemos tomar consciencia del lugar en el que nos
encontramos situados, y a partir de ahi adoptar las medidas necesarias a
efecto de dar una protección a la creatividad humana más acorde con la rea-
lidad, ya que en muchos casos los instrumentos tanto nacionales como inter-
nacionales relativos a esta materia se han convertido en insuficientes ante la
actividad depredadora por parte de los usuarios de la red, que lo mismo
bajan música o libros de forma gratuita, obviamente sin la autorización co-
rrespondiente por parte de su autor o intérprete, provocándole además del
ya sabido menoscabo patrimonial, un desaliento a seguir produciendo más
obras, lo que se ve traducido en un retraso de la sociedad a nivel cultural.

l TOFFLER, Alvin, La tercera Ola, Colombia, Circulo de lectores.


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Otro ejemplo de esta urgente necesidad de regular la actividad de inter-


net es la relativa al problema que se presenta entre marcas y nombres de
dominio, que no es otra cosa que la dirección para accesar a una página web,
la cual es irrepetible, tal y como sucedería con el número de identificación
personal que tiene un cuentahabiente con respecto a un banco del cual es
miembro, lo anterior es posible, en virtud de que los nombres de dominio
reconocen únicamente el lenguaje de código binario utilizado por las com-
putadoras y no el sistema de escritura alfabético, aún y cuando nosotros lo
visualicemos de esta manera; y en lugar de ser el banco el que administre, el
nombre de dominio es manejado por un servidor, sobre el cual no hay una
injerencia estatal. Por ende, cuando el titular de una marca ha realizado to-
dos los pasos necesarios para obtener su registro y quiere publicitarse a tra-
vés de internet, se encuentra para su sorpresa en muchas ocasiones que esto
no es posible, toda vez que la dirección que concuerda con el de su marca ya
se encuentra ocupada por un tercero, la cual puede ser utilizada como un
vínculo para atraer más gente a la página de este último, ya que de otra ma-
nera tal vez no tendría la misma afluencia, o bien, puede ser solicitado con
el único propósito de negociar a futuro con el dueño de la marca la venta del
mismo a un costo obviamente muy superior al real.
En virtud de lo anterior y con el fin de contar con un panorama general
de la propiedad intelectual, es indispensable conocer los conceptos y las fi-
guras jurídicas que la conforman.
En este sentido,
Por derecho intelectual se entiende el conjunto de normas que regulan las prerro-
gativas y beneficios que las leyes reconocen o establecen a favor de los autores
y de sus causahabientes por la creación de obras artísticas, científicas, industria-
les y comerciales.
En la medida que las obras apuntan a la satisfacción de sentimientos estéticos
o tienen que ver con el campo del conocimiento y de la cultura en general, las
reglas que las protegen integran la propiedad intelectual en un sentido estricto o
derechos de autor. Atañen al campo de los derechos de autor las cuestiones, re-
glas, conceptos y principios implicados con los problemas de los creadores inte-
lectuales en su acepción más amplia.
En cambio, si la actividad del intelecto humano se aplica a la búsqueda de
soluciones concretas de problemas específicos en el campo de la industria y del
comercio, o a la selección de medios diferenciadores de establecimientos, mer-
cancías y servicios, entonces los actos son objeto de la propiedad industrial.2
Cabe aclarar que este tipo de derecho reside, no el objeto material en el
que se plasme la obra como resultado de la actividad inventiva, toda vez que
esta puede ser reproducida de manera indiscriminada, tal es el caso de li-
bros, obras musicales y cinematográficas, entre muchos otros, sino en la

2 RANGELNacional
DR © Universidad MEDINA, David, Derecho
Autónoma Intelectual, México, McGraw-Hill, 1998, p. 1.
de México,
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PROPIEDAD INTELECTUAL
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a *--,m,.-..
165

creatividad que se ve reflejada en los mismos. Por ende, el derecho intelec-


tual es un derecho intangible, esto es, que no puede ser percibido a través d e
los sentidos; sin embargo, existe y por lo mismo se acrecienta su valor con
respecto a los tangibles, al ser más versátil, más dinámico.
Por otra parte, la propiedad intelectual implica un derecho exclusivo, un
monopolio permitido con las correspondientes limitaciones. De tal suerte,
este derecho encuentra su fundamento en el artículo 28 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, en la fracción XV del ar-
tículo 8 9 y fracción XXK-F del artículo 73 del mismo ordenamiento, dando
origen asimismo, tanto a la Ley Federal del Derecho de Autor como a la Ley
de la Propiedad Industrial, así como a sus respectivos reglamentos.
La razón que subyace como justificación de este trato privilegiado a los dere-
chos de propiedad intelectual es la estimación, universalmente aceptada, de
que la actividad creativa requiere de un estímulo que se ha convenido consista
en el reconocimiento colectivo del derecho que debe asistir al ente creador,
sea en el ámbito de la cultura o la industria, para explotar de manera exclusiva
el objeto creado.3
Recuperando así, en parte o totalmente el esfuerzo, intelecto e inversión
económica que en su momento le hubiere ocasionado su creación; sin em-
bargo, dicha obra posteriormente ha de pasar a manos del dominio público,
para que pueda ser utilizada por otros autores a fin de generar nuevo cono-
cimiento, de tal manera que repercuta en beneficio de la sociedad.
En este sentido,
La teona dominante en materia de economía y del derecho de la propiedad inte-
lectual postula que si los países subdesarrollados aumentan la protección a la PI,
obtiene beneficios sustanciales, como inversión, tecnología, y en general, un cre-
cimiento económico del país. Lo mismo sucede, por ejemplo, en materia de pro-
tección a la PI en lo referente a productos farmacéuticos, en donde el efecto es
mejorar la salud pública. Además de que una protección mayor incentiva al in-
ventor, al creador.
Esto tiene elementos de verdad y en parte es sofisma. Lo que es cierto es que
la inversión exige mayor protección a la PI. También es cierto que atrae tecnolo-
gía, transferencia de tecnología ya que para eso se requiere una política tecnoló-
gica en el interior del país, y de ahí las políticas sobre tecnología de los viejos
teóricos siguen vigentes. El crecimiento económico por supuesto no quiere decir
desarrollo, el cual está vinculado con la distribución equitativa del producto na-
cional bruto y, como decíamos, una verdadera asimilación de la tecnología.4

3 JALIFE DAHER,Mauricio, Uso y valor de la Propiedad Intelectual, Gasca Sicco, México,


2004, PP. 27-28.
4 BECERRARAM~REZ,Manuel, La propiedad intelectual en transformación, W, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, México, 2004, pp. 61-62.
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Por si fuera poco, tal y como lo señala Mauricio Jalife,5 la autoridad com-
petente en materia antimonopolios de cada país debe poner especial aten-
ción a las transacciones de activos de empresas, ya que dicha prerrogativa
otorgada a los inventores si no se adoptan las medidas necesarias a efecto de
promover la libre competencia, puede traer aparejado el bloqueo de sectores
completos de la actividad industrial o comercial, propiciando el consecuente
control del mercado. Lo anterior, en virtud a la aparente fusión o cesión de
los derechos exclusivos de explotación que en otros esquemas como el del
sector salud o de telecomunicaciones serían improcedentes por sus evidentes
efectos monopólicos.
Por otra parte, como se ha señalado anteriormente, la Propiedad Intelec-
tual abarca dos grandes rubros: Derechos de Autor y Propiedad Industrial.

II. DERECHOS DE AUTOR

Dentro de esta vertiente encontramos la protección de obras literarias o


artísticas, originales, creadas por toda persona física, independientemente
de su mérito. En este orden de ideas, los autores poseen dos tipos de pre-
rrogativas:
a) Los derechos morales, los cuales son inherentes al creador, es decir,
son inalienables, imprescriptibles, inembargables e irrenunciables, ya que
permiten mantener el vínculo entre el autor y su obra, pudiendo determinar
si la hace pública, la retira del comercio o la conserva para sí, y en caso de
ser publicada, que ésta se realice al amparo de su nombre, de un seudónimo
o en forma anónima. Asimismo, tiene el derecho a la integridad, conserva-
ción y respecto de la obra por parte de los demás.
En ausencia del autor, sus herederos podrán ejercer el derecho a su di-
vulgación o a mantenerla inédita, a que a éste se le reconozca como autor de
la misma, o en su defecto, a repudiar toda aquella obra que no sea de su
autoría, a defender la creación contra posibles deformaciones, mutilaciones
o cualquier acción que la demerite, ya sea en perjuicio de ella o de la reputa-
ción del autor.
Por último, en ausencia de ambos, o en caso de que se desconozca al
autor de la misma, el Estado será el encargado de proteger dicha obra en
cuanto a su integridad, conservación y respeto, cuando considere que ésta es
de interés para el patrimonio cultural de la nación. Así como también evitar
que se le atribuya a un autor una obra que no es de su creación, lo anterior
en virtud de Ley Federal del Derecho de Autor.
b) Los derechos patrimoniales, a diferencia de los morales, pueden ceder-
se o licenciarse. Además, tienen un cierto periodo de tiempo de explotación
después de la muerte del autor.

5 JALIFEDAHER,
DR © Universidad Nacional Autónomaop.
Mauricio, de cit., pp.
México, 27-30.
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PROPIEDAD INTELECTüAL 167

El Convenio de Berna para la Protección de Obras Literarias y Artísti-


cas de 1886, también conocido como Convenio de Berna, al cual se adhirió
México el 9 de mayo de 1967, y que entró en vigor hasta el 11 de junio del
mismo año. Establece un periodo máximo de explotación de cincuenta años
a partir de la muerte del autor, y en caso de ser obras anónimas o seudóni-
mas, el plazo concedido expirará cincuenta años después de que la creación
se haya dado a conocer de manera pública.
Por otra parte, existen casos en que aún y cuando se utilice un seudóni-
mo, por parte del autor, éste puede ser perfectamente identificable, y ante
dicha situación se le protegerá tal y como si efectivamente apareciera su
nombre en la obra, lo mismo ocurrirá cuando en la creación anónima o seu-
dónirna el autor decida revelar su identidad una vez divulgada ésta y, por
ende, se le aplica el mismo criterio que al autor que desde un principio ma-
nifestó su paternidad.
En el caso especifico de México, concede un periodo de protección supe-
rior al del Convenio de Berna, otorgándole a su titular (ya sea heredero,
causahabiente o a falta de ambos, el Estado) cien años de explotación a par-
tir de la muerte de su autor, o en su defecto, de la divulgación de obra anó-
nima o seudónima.
Un ejemplo claro de este tipo de derecho en que el autor se verá benefi-
ciado con la explotación de su creación, ya sea por sí mismo o a través de un
tercero, ejemplo de esto, puede ser el caso del libro de Laura Esquive1 "Como
agua para chocolate", en principio ella autorizó a una casa editorial a reali-
zar la edición de la misma en 1989, bajo determinados parámetros perfecta-
mente especificados como el número de ejemplares, así como su distribución
a nivel territorial. Asimismo, pudo conseguir que un tercero totalmente aje-
no a ésta editorial pudiera traducir la obra a otros idiomas, dentro de los que
destacan inglés y francés, distribuyéndolo específicamente en determinados
países como por ejemplo Estados Unidos y Canadá. Por último, permitió a
alguien totalmente ajeno a los dos anteriores su adaptación cinematográfica,
generándole así una mayor retribución económica, la cual fue llevada a las
salas cinematográficas en 1992 con gran éxito.
No obstante, existen trabajos de naturaleza intelectual que aún y cuando no pue-
den considerarse una creación en sentido estricto, se asimilan a ella por revelar
un esfuerzo de talento que les imprime una individualidad derivada ya sea del
conocimiento científico, de la sensibilidad o de la apreciación artística de quien
los realiza.6
Se les ha llegado a asemejar como accesorios de los derechos de autor o
cuasi-derechos, por lo tanto, se les ha denominado como derechos conexos, de
los cuales se reconocen actualmente tres tipos:

6 GEL MEDINA, David,. op. cit., p. 115.


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CONMEMORACION DE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L


- -- -

Artistas intérpretes y ejecutantes;


Productores de fonogramas; y
Organismos de radiodifusión.
El reconocimiento de los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes se jus-
tifica en la medida en que se considera necesaria su intervención creativa, por
ejemplo, a los fines de la realización de obras cinematográficas y obras musica-
les, dramáticas y coreográficas; también son justificables los intereses que tienen
en la protección legal de sus interpretaciones individuales. El reconocimiento de
los derechos de productores de fonogramas se justifica en la medida en que sus
recursos creativos, financieros y de organización son necesarios a los fines de
poner a disposición del público grabaciones sonoras en forma de fonogramas
comerciales y por cuanto tienen intereses legítimos en contar con los recursos
jurídicos necesarios para tomar medidas contra toda utilización no autorizada,
ya sea la elaboración y distribución no autorizadas de ejemplares (piratería) o la
radiodifusión y comunicación no autorizadas al público de sus fonogramas. Aná-
logamente, los derechos de los organismos de radiodifusión se justifican habida
cuenta de la función que desempeña en la puesta a disposición del público de las
obras y de sus intereses legítimos en el control de la transmisión y retransmisión
de sus emisiones.7

A. PROPIEDAD
INDUSTRIAL

Esta vertiente tiene por objeto proteger los derechos, no únicamente en


los ámbitos comercial o industrial como en un primer momento pudiera pen-
sarse. El artículo 1.3 del Convenio de París para la Protección de la Propie-
dad Industrial de 1883, y del cual es miembro México, establece que el
término industria debe entenderse referido en su acepción más amplia, ya
que su campo de aplicación abarca además de los ya mencionados, "[ ...] al
dominio de las industrias agrícolas y extractivas y a todos los productos fa-
bricados o naturales, por ejemplo: vinos, granos, hojas de tabaco, frutos, ani-
maies, minerales, aguas minerales, cervezas, flores, harinasn.8
Al efecto, tal y como lo establece David Rangel Medina en su libro titulado
Derecho Intelectual, la propiedad industrial ha sido clasificada en cuatro gru-
pos, los cuales comprenden a las creaciones industriales, los signos distinti-
vos, la competencia desleal y los conocimientos técnicos o know-how.
A continuación señalare brevemente como se encuentran conformados
cada uno de ellos:

7 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Trincipios básicos del Derecho de


Autor y los Derechos Conexos", pp. 19-20. Disponible en: http://www.wipo.int/freepublications
/es/intproperty/909/wipogubb909.pdf.Consultada el 23 de marzo de 2010.
8 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, "Convenio de París para la Protección
de la Propiedad Industrial". Disponible en: http://www.wipo.int/treaties/es/ip/paris/trtdocs-
wo020.html#P31-999.pdf. Consultada el 23 de marzo de 2010.
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PROPIEDAD INTELECTUAL 169

1) Las creaciones industriales, dentro de las que se encuentran: Las in-


venciones, consideradas como "[...] toda creación humana que permite
transformar la materia o energía que existe en la naturaleza, para su aprove-
chamiento por el hombre y satisfacer sus necesidades concretasn,9 bajo este
contexto nuestra legislación en materia de propiedad industrial protege al
producto, proceso, o bien al proceso y producto a través del título de paten-
te, otorgándole el derecho exclusivo de explotación tanto a personas físicas o
morales, de manera temporal.
Los modelos industriales, que son aquellas mejoras a lo ya existente, ob-
viamente su periodo de protección será menor en comparación con el de una
patente, por ejemplo la muesca que puede tener una cuchara a efecto de
evitar que ésta se hunda en una olla.
Los diseños industriales, por su parte, son aquellas creaciones ornamen-
tales que les den una ventaja competitiva al producto sobre el que se aplican
con respecto al de los competidores, independientemente de sus cualidades
técnicas, los cuales se dividen en dos tipos: dibujos y modelos industriales.
Por ejemplo, los relojes, automóviles, teléfonos celulares son vivo ejemplo de
modelos industriales, ya que van enfocados a la forma de los mismos, en
tanto que los dibujos industriales se pueden llegar a hacer presentes a través
de la combinación de líneas o colores estampados sobre un objeto y que le
dan una característica propia, tal es el caso de los tapices o los diseños apli-
cados sobre tela que los hacen más agradables a la vista del público consu-
midor.
Los secretos industriales, son todo conocimiento técnico que le propicie
una ventaja competitiva a su titular con respecto al de sus competidores, tal
es el caso de coca-cola, quien ha tomado las medidas necesarias a efecto de
mantener la confidencialidad de su fórmula, considerada como uno de secre-
tos mejor guardados en la industria refresquera.
Por último, las variedades vegetales, tienen por objeto proteger el de-
sarrollo de nuevos tipos de plantas creados o descubiertos por su obtentor a
efecto de que puedan ser más adaptables a las necesidades y deseos del
hombre.
2) Signos distintivos. Dentro de ellos encontramos a las marcas, las cua-
les en principio han sido protegidas con el propósito de amparar a un pro-
ducto o un servicio, y que el consumidor pueda reconocerlo fácilmente de
entre de los demás existentes en el mercado, ocasionando consecuentemente
el beneficio o perjuicio correspondiente al titular de la misma, según sea el
caso. El nombre comercial, por su parte, tiene por objeto distinguir a un esta-
blecimiento o negociación industrial o comercial de cualquier otro que se
dedique a un giro semejante y se encuentre dentro de la misma zona efecti-
va de comercialización y los avisos comerciales, a su vez, son frases u oracio-
nes que tienen por objeto publicitar marcas o nombres comerciales.

9 Ley de la propiedad Industriai, Sista, México, p. 242.


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Las denominaciones de origen, distinguen los productos provenientes de


una determinada zona geográfica "[ ...1 cuya calidad o caracteristicas se de-
ben fundamental y exclusivamente al medio geográfico en el que se produce,
transforma y elaboranlo el mismo, por ejemplo la bebida alcohólica Tequila,
proveniente de la región de Tequila en Jalisco, o Roquefort, queso que toma
su nombre Roquefort-sur-Soulzon, en Francia.
3) La competencia desleal, tiene por objeto evitar prácticas parasitarias
con respecto al titular del derecho, el ejemplo más común de este tipo de
actividad lo podemos encontrar en las marcas.
4) Por último, "[ ...] el adelanto económico y el progreso de la técnica
han motivado que en los últimos años se amplié el ámbito de la propiedad
industrial a otras esferas, la de los conocimientos técnicos o know-how y la de
las distintas fases que conforman la tecnología y su transmisión".ll

B. PROPIEDAD
INTELECTUAL EN EL ÁMBITOINTERNACIONAL

El ámbito internacional en esta materia juega un papel fundamental,


toda vez que el aspecto creativo trae aparejado otros factores no menos im-
portantes, como son el económico y político, y en la medida en que un país
se preocupe por proteger la propiedad intelectual no solamente a nivel terri-
torial sino también internacional, suscribiendo tratados de esta índole, será
más atractivo tanto para nacionales como extranjeros que pretendan invertir
en estas áreas.
Sin embargo, ante el cúmulo de tratados existentes en materia de propie-
dad intelectual, entendida en su acepción más amplia, tal y como lo establece
Manuel Becerra en su libro titulado La Propiedad Intelectual en Transforma-
ción, se les ha clasificado como tratados de primera y segunda generación.
Dentro de la primera generación, por cuestiones de carácter práctico se
le ha dividido en tres grandes rubros:
1. "Los que establecen una protección internacional. Son tratados que son
la fuente de la protección legal, sustantiva, creando toda una estructura jun-
dica común para todos los Estados que forman parte de ellos y manteniendo
su carácter descentralizado sin que lleguen a crear un sistema con normas
de solución de controversias. Los tratados más representativos sonW:l2
a) Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, del
20 de marzo de 1883.
b) Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísti-
cas, del 9 de septiembre de 1886.

10 "Denominación de Origen". Disponible en: http://es.wikipedia.ordwiki/Denominaci


%C3%B3n_deorigen.Consultado el 23 de marzo de 2010.
11 RANGEL MEDINA,David, op. cit., p. 2.
12 BECERRARAM~REZ, Manuel, op. cit., p. 25.
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PROPIEDAD INTELECTUAL 171

c) Convenio de Madrid relativo a la Represión de la Indicaciones de Pro-


cedencias Falsas o Engañosas sobre el Origen de los Productos, del 14 de
abril de 1891.
d) Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de
Origen y su Registro Internacional, del 31 de octubre de 1958.
e) Tratado de Nairobi sobre la Protección del Símbolo Olímpico, del 26
de septiembre de 1981.
fl Convención Internacional sobre Protección de los Artistas Intérpretes
o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radio-
difusión, también conocido como Convención de Roma del 26 de octubre
de 1961.
g) Tratado sobre la Propiedad Intelectual respecto de los Circuitos Inte-
grados, suscrito en Washington el 26 de mayo de 1989.
2. 'Tratados que facilitan la cooperación internacional. Con este tipo de
tratados se crean instituciones, sistemas comunes, que coadyuvan a la pro-
tección de la PI. Se parte de la premisa del principio de temtorialidad, y con
él se crean, por ejemplo, un sistema para agilizar el patentamiento, o bien
un sistema de protección de las marcas en varios Estados al mismo tiempo.
Se crean normas que son la semilla de un sistema mundial con base en la
soberanía de los Estados. Los tratados más representativos sonn:13
a) Tratado de Cooperación en materia de Patentes, también conocido
como PCT por ser las siglas en inglés de Patent Cooperation Treaty, del 19
de junio de 1970, el cual entró en vigor hasta el 24 de enero de 1978, en-
mendado en 1979,1984 y 2001.
b) Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de Denominaciones de Ori-
gen y su Registro Internacional.
C)Arreglo de Madrid relativo al Registro Internacional de Marcas, también
conocido como Arreglo o Sistema de Madrid, del 14 de abril de 1891.
d) Protocolo concerniente al Arreglo de Madrid relativo al Registro In-
ternacional de Marcas, de 27 de junio de 1989.
e) Tratado de Budapest sobre el Reconocimiento In~ernacionaldel Depó-
sito de Microorganismos a los fines del Procedimiento en Materia de Paten-
tes, del 28 de abril de 1977.
fl El Acuerdo de La Haya relativo al Depósito de Diseños Industriales.
g) Convenio de Ginebra para la Protección de los Productores de Fono-
gramas contra la Reproducción No Autorizada de sus Fonogramas, del 29 de
octubre de 1971.
h) Convenio de Bruselas sobre la Distribución de Señales Portadoras de
Programas Transmitidas por Satélite, de 21 de mayo de 1974.
i) Tratado sobre el Registro Internacional de Trabajos Audiovisuales, del
20 de abril de 1989.

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Por último, los Tratados que establecen sistemas de clasificación, que per-
miten homologar los criterios de clasificación, facilitando así el trabajo de
los examinadores de los diversos campos de la propiedad industrial. Los tra-
tados más representativos son:
A. Arreglo de Niza relativo a la Clasificación Internacional de Productos
y Servicios para el Registro de Marcas, de 1957.
B. Arreglo de Estrasburgo relativo a la Clasificación Internacional de Pa-
tentes, del 24 de marzo de 1971.
C. Acuerdo de Viena que establece una Clasificación Internacional de los
Elementos Figurativos de las Marcas, del 12 de junio de 1973.
D. Arreglo de Locarno que establece una Clasificación Internacional para
los Dibujos y Modelos Industriales, del 8 de octubre de 1968.
El sistema encargado de regular estos instrumentos es la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI),creada en 1967 en Estocolmo,
la cual sucedió al Buró Internacional Unido para la Protección de la Propie-
dad Intelectual (BIRPI), surgido en 1893 a efecto de administrar al Convenio
de París y al de Berna.
Actualmente la OMPI encuentra su sede en Ginebra, Suiza. Es uno de los
dieciséis organismos especializados de las Naciones Unidas y dentro de sus
objetivos destacan los siguientes:
A. Promover la creatividad intelectual así como su protección a nivel
mundial.
B. L'Armonizar legislaciones y procedimientos nacionales en materia de
propiedad intelectual;
C. "Prestar servicios de tramitación para solicitudes internacionales de
derechos de propiedad industrial;
D. "Promover el intercambio de información en materia de propiedad
intelectual;
E. "Prestar asistencia técnico-jurídica a los Estados que la soliciten;
F. "Facilitar la solución de controversias en materia de propiedad inte-
lectual en el sector privado, y
G. "Fomentar el uso de las tecnologías de la información y de Internet,
como instrumentos para el almacenamiento, el acceso y la utilización de va-
liosa información en el ámbito de la propiedad intelectual.
"La OMPI tiene siempre presente la necesidad de establecer nuevas nor-
mas para mantenerse a la par de los adelantos en el ámbito de la tecnología
y de las nuevas metodologías, así como para abordar cuestiones específicas
como los conocimientos tradicionales, el folclore, la biodiversidad y la
biotecnología".l4

14 "Organización Mundial de la propiedad Intelectual", Disponible en: http://es.wikipedia.


org/wiki/Organizaci%C30/onnMundial~de~la~PropiedadIntelectual. Consultado el 23 de marzo
DRde 2010.
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PROPIEDAD INTELECTUAL
-----.- 173

La segunda generación por su parte, a diferencia de la primera, pone


especial énfasis en el vínculo existente entre comercio y propiedad intelec-
tual, por ende, ya no busca Únicamente unificar criterios entre los Estados
miembros para la protección de la propiedad intelectual, sino además pre-
tende que los mismos traigan consigo sanciones para aquellos que los violen.
Aunado a lo anterior, dentro de sus objetivos es establecer un sistema para
dirimir controversias, ampliando así el nivel de protección.
Para concluir, cabe aclarar que estos tratados de segunda generación,
toman como base los de la primera generación, tal es el caso Acuerdo sobre
los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el
Comercio (Acuerdo ADPIC, también conocido por sus siglas en inglés TRIPS)
y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN también cono-
cido como TLC, o por sus siglas en inglés NAFTA).

C. LA PROPIEDAD INTELECTUAL Y SU PROTECCIÓN ACUMULADA


Existen figuras que por sus características propias pueden ser protegidas
en materia de Propiedad Intelectual por sus dos vertientes: Propiedad Indus-
trial y Derechos de Autor, en materia de Propiedad Industrial por ejemplo,
una figura puede ser protegida a través de diseños industriales (15 años im-
prorrogable~).Asimismo, si se cumple con los requisitos necesarios exigidos
por la legislación mexicana y los tratados internacionales de los que México
forma parte, esa figura puede ser protegida a través de una marca innomina-
da, tridimensional o mixta (cuyo derecho es de 10 años renovables); sin em-
bargo, también puede darse el caso de que sea protegible a través de una
patente (20 años improrrogables) o un modelo de utilidad (10 años impro-
rrogable~),de cumplirse con los parámetros estipulados para su obtención.
Asimismo, como lo he referido en líneas anteriores esta figura puede ser
protegible por el derecho de autor a partir de una obra pictórica o plástica
(100 años con posterioridad a la muerte de su autor respeto a sus derechos
patrimoniales).
De tal suerte, podemos partir de la idea de que la mejor forma para pro-
teger una creación intelectual es a través de ese abanico de posibilidades que
nos brinda nuestra legislación, entendiéndose por ellas a la Ley de Propie-
dad Industrial, la cual tiene como finalidad constituir una serie de derechos
en materia de Propiedad Industrial a través del Instituto Mexicano de la Pro-
piedad Industrial y en materia de derechos de autor se emita la declaración
correspondiente, tal y como lo establece la Ley Federal del Derecho de Autor
por conducto del Instituto Nacional del Derecho de Autor; sin embargo, a
pesar del aparente beneficio ante una mayor protección o protección acumu-
lada se presentan una serie de conflictos al ser titulares distintos, situación
que puede presentarse cuando el titular de derechos marcarios ha obtenido
su registro con posterioridad a la realización de la obra autoral, sin que exista
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174 -
CONMEMORACIÓN DE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGO C M L

consentimiento de por medio por parte del autor, o bien, en caso de que el
titular de la marca en cuestión la haya usado o registrado con anterioridad a
la creación de la obra.
Otro factor que tampoco debe perderse de vista a la hora de registrar
una marca o diseño industrial, es cuál de ellos se ha presentado con poste-
rioridad al otro, en caso de que fuese el diseño industrial con respecto a la
marca, el titular de la marca podría ejercer la acción de nulidad del diseño
industrial por falta de novedad. De ser a la inversa, la marca también sería
objeto de nulidad.
Para otra parte, nuestra legislación no prevé una serie de situaciones
aún y cuando el titular de las figuras objeto de protección acumulada sea el
mismo, dentro de ellas, se encuentra la siguiente:
Los efectos que conlleve que cada uno de los derechos adquiridos o
declarados vayan cayendo en el dominio público, y puedan ser utili-
zados por un tercero ajeno al ahora derecho caduco, mientras los res-
tantes aún se encuentran vigentes.
Definitivamente, existen una serie de deficiencias tanto en la Ley de la
Propiedad Industrial como de la Ley Federal del Derecho de Autor que pro-
vocan un estado de indefensión tanto de autores como de titulares de dere-
chos industriales, ante las lagunas existentes en ambas legislaciones respecto
a los supuestos de acumulación por lo que resulta urgente realizar las refor-
mas necesarias en ambas legislaciones al respecto.
Para concluir, no debemos perder de vista la importancia de la propiedad
intelectual tanto a nivel social como individual y su injerencia en nuestro
patrimonio y buscar las mejores estrategias para protegerlo.

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Los principios registrales


en la nueva Ley Registral
para el Distrito Federal
Luis Felipe Rodríguez Soto

1. La Ley Registral para el Distrito Federal del 21 de Enero de 2011. 11. Los
SUMARIO:
principios registraies.

l. LA LEY REGISTRA1 PARA EL DISTRITO FEDERAL


DEL 21 DE ENERO DE 2011

Con fecha 21 de Enero de 2011 fue publicado en la Gaceta Oficial del


Distrito Federal el decreto por el que se expidió la Ley Registral para el Dis-
trito Federal, con vigencia a partir del día posterior, de conformidad con el
artículo primero transitorio.
El artículo segundo transitorio dispuso la derogación del Reglamento del
Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal del año 2006, ordena-
miento que, junto con el Código Civil, artículos 2999 y posteriores, regía lo
relativo a esta dependencia administrativa.
Es importante señalar que no hay transitorio alguno que indique la dero-
gación de algún precepto del Código Civil para el Distrito Federal en materia
registral, ni siquiera de aquellos que hasta entonces regulaban las mismas
situaciones y supuestos que la Ley Registral ahora prevé.
El artículo 9 del Código Civil establece que la derogacióp o abrogación
de las leyes puede ser de dos formas, la primera a través de la promulgación
de una ley posterior que expresamente derogue o abrogue la anterior; la se-
gunda, mediante la promulgación de una ley posterior que contenga disposi-
ciones total o parcialmente incompatibles con la ley anterior. Al no derogar
expresamente la Ley Registral algún precepto del Código Civil, como ya co-
mentamos, queda la interrogante de si ha operado la derogación tácita que
se contempla en la segunda de las formas. En sus disposiciones, la Ley Regis-
mal no ha alterado ninguna de las consecuencias jurídicas de los supuestos
que también se encuentran regulados en el Código Civil, por lo que podemos
afirmar que ambos ordenamientos se encuentran vigentes.
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Como innovaciones de la Ley Registral podemos citar: la introducción de


los principios registrales, materia de este trabajo, y la regulación de un nue-
vo procedimiento de inscripción a través de medios electrónicos que al mo-
mento de la redacción de este trabajo, aun no se ha puesto en marcha.
El 13 de septiembre de 2011 se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal el Reglamento de la Ley Registral y del Registro Público de la Propie-
dad y de Comercio del Distrito Federal con vigencia a partir del día siguiente.
La aportación fundamental de este Reglamento es de índole práctico,
sus disposiciones regulan, entre otros aspectos, el procedimiento registral y
la expedición de constancias y certificaciones.
En resumen los ordenamientos reguladores de la función registral en el
Distrito Federal son el Código Civil en sus artículos 2999 en adelante, la Ley
Registral, y su Reglamento.
Para efectos de este trabajo, cuando se haga referencia a "Ley" o "Ley
Registral" estaremos aludiendo a la Ley Registral para el Distrito Federal, y
cuando se haga mención del "Código" o "Código Civil", lo será el del Distrito
Federal.

II. LOS PRINCIPIOS REGISTRALES

Los principios registrales son los caracteres esenciales de determinado


sistema registral, emanados de los preceptos jurídicos que lo regulan.1
Los principios registrales son conceptos elaborados a partir de los pre-
ceptos rectores del sistema registral del lugar de que se trate, por lo tanto,
varían en su denominación y contenido respecto de uno y otro sistema regis-
tral. Por lo apuntado, puede afirmarse que no son absolutos ni inmutables.
Dichos conceptos son principalmente elaborados por los juristas estudio-
sos del sistema en cuestión. Por tanto, suelen existir tantos principios como
notas características encuentre determinado doctrinario en un sistema regis-
tral específico.
Los principios registrales suelen identificarse como los moldes en los que
se contienen los aspectos más importantes del sistema registral y tienen
como principal utilidad facilitar su estudio.
Incluso, hay autores que desestiman su enunciación por considerarla an-
ticuada y restrictiva.2 Otros, estructuran el contenido de sus obras teniendo
como pauta cada uno de los principios registrales.3

"Los principios hipotecarios son las bases informadoras del Derecho Hipotecario de un
país que pueden inducirse por vía de generalización de las disposiciones concretas de la Ley".
CANOTELLO, Celestino, Manual de Derecho hipotecario, 2a. ed., Civitas, España, 1992, p. 102.
LASARTEÁLVAREZ,Carlos, Principios de Derecho Civil, 4a. ed., Marcial Pons, España, 2005,
t. V, PP. 295-296.
3 ROCASASTRE, Ramón y ROCA-SASTRE MUNCUNILL, Luis, Derecho hipotecario, 8a. ed., t. 1,
Bosch, España, 1995, pp. 93-101.
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PRINCIPIOS REGISTRALES EN LA NUEVA LEY REGISTRALPARA EL DISTRITO FEDERAL 177

Suele criticarse el estudio del Derecho registral a partir de sus principios


ya que estos son incapaces de explicar todo su contenido y hacen demasiado
rígida su presentación. Las obras modernas en materia registral publicadas
en España han abandonado la exposición del Derecho registral basándose en
sus principios.
El sistema registral mexicano está basado en el español,4 es por ello que
los principios registrales de este suelen identificarse con los nuestros. La
mayoría de la doctrina mexicana ha estudiado los principios registrales ba-
sándose en la exposición que importantes hipotecaristass españoles hacen
de estos y, a partir de ello, buscando el artículo aplicable al principio en
concreto.
La Ley Registral introduce en su am'culo 12, fracciones de la 1 a la X, la
enunciación de los principios rectores del sistema registral en el Distrito Fe-
deral. Esto es contrario a la tradición consistente en que los principios regis-
trales resultan del análisis de los preceptos de la ley.
El artículo 12 en su parte inicial dispone que: "La función registral se
prestará con base en los principios registrales contenidos en esta Ley y el
Código, los cuales se enuncian a continuación de manera enunciativa más
no limitativa".
Los principios que la Ley menciona, son los siguientes: publicidad, ins-
cripción, especialidad o determinación, tracto sucesivo, consentimiento, ro-
gación, prioridad o prelación, legalidad, legitimación, fe pública registral. No
se ha introducido ningún principio adicional a los que ya se podían vislum-
brar del estudio del Código Civil.
Al emplear el artículo 12 de la Ley el enunciado "de manera enunciativa
más no limitativa", abre la puerta para el planteamiento de otros principios
registrales, quizá aquellos que los estudiosos del Derecho registral mexicano
se den a la tarea de formular.
Es importante precisar que los principios no existen solo por el hecho de
su enunciación, sino porque verdaderamente están contemplados en disposi-
ciones sustantivas o adjetivas que los hacen plenamente aplicables al caso
concreto. A continuación se realizará un breve análisis de los principios re-
gistrales en el orden y conforme a lo que dispone la Ley Registral sobre cada
uno de ellos, citando los artículos que fundamentan su existencia.

4 "Los dos sistemas registrales que ha habido en México, el primero desde 1871 hasta
1979, y el segundo y actual a partir de 1979, han tratado de seguir los lineamientos generales
trazados en la legislación española, a saber, la Ley Hipotecaria de 1861, por lo que se refiere al
primero, y la vigente Ley Hipotecaria de 1946, por lo que toca al segundo [...In. Sánchez Me-
dal, Ramón, De los Contratos Civiles,20a. ed., Porrúa, México, 2004, p. 550.
5 Al estudio del Derecho registral en España suele denominársele también como Derecho
hipotecario ya que la ley que regula al Registro Público de la Propiedad en el país ibérico se
denomina "Ley Hipotecaria*.
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La fracción 1 del artículo 12 de la Ley, dispone:


Es el principio y función básica del Registro que consiste en revelar la situación
jurídica de los bienes y derechos registrados, a través de sus respectivos asientos
y mediante la expedición de certificaciones y copias de dichos asientos, permi-
tiendo conocer las constancias registrales.
La publicidad registral se presenta en dos modalidades. La primera y
más importante consiste en la proyección jurídica de los asientos que se
practican en el Registro dando lugar a los principios registrales de fe pública
y legitimación, de los cuales se tratará más adelante, la segunda es la fun-
ción publicitaria a partir de la expedición de constancias y certificaciones, es
decir, el servicio público que desempeña la institución administrativa.
La publicidad como actividad principal de la institución registral queda
plasmada en primera instancia en el artículo 2 de la Ley, cuyo contenido es
la definición del Registro Público: "El Registro Público de la Propiedad es la
Institución a través de la cual el Gobierno del Distrito Federal, cumple la fun-
ción de dar publicidad a la situación jurídica de bienes y derechos, así como
los actos jurídicos que conforme a la ley deban registrarse para surtir efectos
contra terceros".
Dentro de las atribuciones y obligaciones del Titular del Registro Público
y de los registradores, se encuentra la expedición de constancias y certifica-
ciones (artículo 6 fracción VI y Vi11 y artículo 9 fracción VI11 de la Ley
Registral).
Es importante mencionar que derivado del proceso de modernización al
cual fue sometido el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal en
los años pasados, se utiliza un avanzado sistema informático6 para la expedi-
ción de constancias y certificaciones (artículo 27 de la Ley Registral). La con-
sulta del acervo registral se efectúa proporcionando el número de folio real
en donde consta inscrito el inmueble del cual se pretende obtener informa-
ción, es importante hacer énfasis en que nuestro sistema es por fincas, la
unidad básica registral es precisamente esta. De no contar con el folio real,
se puede realizar una búsqueda contando con los siguientes datos: la deno-
minación de la finca; calle y número, colonia, lote, manzana; CURP de algu-
no de los propietarios; clave catastral (artículo 37 de la Ley Registral). La
referida consulta da como resultado la obtención de una constancia de folio
real o certificación del contenido del mismo, no existe ya un respaldo físico
el cual el usuario pueda consultar directamente, como en algún tiempo los
libros de registro (artículo 83 de la Ley Registral).

Es la empresa española Futuver quien se encargó del desarrollo del software. http://
DRwww.futuver.com
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PRINCIPIOS REGISTRALES EN LA NUEVA LEY REGISTRAL PARA EL DISTRKO FEDERAL 179

Como innovación la Ley prevé la consulta externa, que solo podrán rea-
lizar el notario utilizando la fmna electrónica notarial y otros usuarios que
así lo soliciten y cumplan con los requisitos que indica la Ley. Al momento
de la redacción de este texto, tercer bimestre de 2012, aun no se ha imple-
mentado la utilización de la firma electrónica notarial (artículo 39 de la Ley
Registral).
Los asientos registrales son públicos. El boletín registral, que es el medio
a través del cual se da a conocer al público usuario el estado de ciertos trá-
mites además de anuncios importantes tales como la creación de nuevos cri-
terios o resoluciones de recursos, se publica de manera electrónica, (artículo
80 de la Ley Registral) y es el Titular del Registro quien debe procurar dicha
publicación (am'culo 6 VI11 de la Ley Registral).
Las certificaciones que de los asientos expide el Registro Público son las
siguientes: Certificado de libertad de existencia o inexistencia de graváme-
nes, limitaciones de dominio y anotaciones preventivas Único; Certificado de
inscripción; Certificado de no inscripción; Certificado de adquisición o enaje-
nación de bienes inmuebles; Copias certificadas de antecedentes registrales
(artículo 81 LR). La Ley prevé que ante discrepancia entre el texto de la cer-
tificación y el del asiento, se estará a lo que este último contiene, dejando a
salvo la acción de responsabilidad por la negligencia del certiñcador (artícu-
lo 86).
Se ha regulado la obtención de las copias certificadas de los asientos re-
gistrales, con la finalidad de hacer constar su existencia (am'culo 87).
Por último, es necesario recalcar que la Ley al hacer mención de la pu-
blicidad lo ha querido hacer refiriéndose a esta como un servicio público, es
decir, como la característica que tiene el Registro de ser público y la posibili-
dad de que cualquier usuario pueda hacerse del conocimiento de su conteni-
do a través de los medios que se han dispuesto. La tradicional acepción de
publicidad, como característica jurídica del Registro, se reserva para los prin-
cipios de fe pública y legitimación.

La fracción 11 del artículo 12 de la Ley Registral define al principio de


Inscripción, en los siguientes términos:
"Es el principio por el cual el registro está obligado a asentar los actos
que determine la Ley, y que solo por ésta circunstancia, surten efectos frente
a terceros".
Tradicionalmente se ha definido como aquel principio mediante el cual
se determina el alcance jurídico de las inscripciones que se practican.7

G A R C ~J,O SManuel,
7 GARC~A ~ Derecho inmobiliario registra1 o hipotecario, t. 1, Civitas, Es-
paña, 1988,pp. 539-540.
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De manera contraria a la exposición original de este principio, la Ley lo


regula como una obligación a cargo de la institución registral consistente en
la realización de los asientos que ella determine. La parte final de la defini-
ción rescata la verdadera esencia de este principio al recalcar el efecto de
oponibilidad de la inscripción.
La definición que la Ley da del Registro Público de la Propiedad nos in-
dica que uno de sus fines es el de dar publicidad a los actos jurídicos a través
de la inscripción de los mismos (artículo 2 de la Ley Registral).
La Ley faculta a los registradores para que, dentro del proceso registral y
previa calificación, inscriban los documentos que para tal efecto se les pre-
senten (artículo 9 11, 111, V de la Ley Registral).
Como parte de la fundamentación legal del principio de inscripción, el
artículo 12, último párrafo de la Ley Registral señala que la seguridad jurídi-
ca proporcionada por el Registro se basa en la inscripción o anotación de un
título auténtico, y por tanto, el registrador está obligado a realizar la referi-
da inscripción o anotación. Se precisa, que las causas de suspensión y dene-
gación son excepcionales y de aplicación estricta, por lo que no podrán ser
otras que las que se precisan en la Ley y el Código Civil.
Independientemente de los comentarios que se puedan hacer sobre si se
siguen al pie de la letra los lineamientos para la calificación legal de los ins-
trumentos que se ingresan para su inscripción, es importante resaltar que de
la forma en la que se ha planteado el principio de inscripción en la Ley, frac-
ción 11 del artículo 12, parece entrar en contradicción con el principio de le-
galidad que se enuncia en la fracción VIII, veamos porque.
El Registro Público no puede aceptar cualquier documento que sea ins-
cribible o anotable y por tanto hacer de este un asiento, como lo pretende la
fracción 11 del artículo 12, es necesaria la previa calificación que sobre este
debe realizarse (fracción VI11 del mismo artículo 12) para determinar si es
posible su entrada al Registro. La institución registral debe constituir un fil-
tro que haga posible que solamente los actos jurídicos sobre inmuebles, en
los que se hayan observado todas las formalidades que la ley sustantiva les
exige, tengan acceso al Registro. Por este motivo, se debe replantear la defi-
nición que utiliza la Ley Registral para añadir que el Registro Público está
obligado a realizar la inscripción de los títulos que determine la ley previa
calificación que se haga de ellos, para así estar en congruencia con lo que
dispone el principio de legalidad.
Más adelante, en el artículo 13, encontramos la verdadera esencia del
principio de Inscripción:
"La inscripción de los actos o contratos en el Registro Público tiene efec-
tos declarativos, por lo tanto no convalida los actos o contratos que sean
nulos con arreglo a las leyes".
Esta disposición es la que determina el alcance de la inscripción en nues-
tro sistema, el de ser meramente declarativa, el derecho nace o se transmite
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PiUNCIPIOS REGISTRALES EN LA NUEVA LEY REGISTRAL PARA EL DISTRITO FEDERAL 181

fuera del Registro. La trascendencia y utilidad del principio de inscripción se


concreta en determinar los alcances jurídicos de los asientos registrales.
Los asientos que se practican en el Registro son los siguientes: notas de
presentación; anotaciones preventivas; inscripciones: cancelaciones; rectifi-
caciones (artículo 48 de la Ley Registral).
Notas de presentación son aquellas que se realizan en virtud del aviso
preventivo que debe presentarse por el notario o autoridad judicial ante la
cual se esté por otorgar un acto jurídico por el cual se cree, transmita, modifi-
que o extinga un derecho real, regulado por el artículo 3016 del Código Civil;
en el derecho hipotecario español, en donde no existe el aviso preventivo, se
le denomina nota de presentación a aquella que realiza el funcionario encar-
gado de recibir el documento inscribible para su calificación, a manera de
prevención y guarda de la prelación en el proceso registra1 que está a punto
de comenzar. En cuanto a su naturaleza, es prácticamente la misma que la de
una anotación preventiva, pues son de carácter transitorio y su utilidad fun-
damental es la de otorgar prelación a un derecho real.
Las anotaciones preventivas son aquellos asientos de carácter transitorio
que tienen como finalidad el prevenir a los terceros de alguna circunstancia
determinada tales como embargos, demandas, fianzas, etcétera.
Las inscripciones son aquellos asientos de carácter permanente que am-
paran un derecho. En cuanto a los actos jurídicos que deben inscribirse en el
Registro la Ley dispone en su artículo 64, que son entre otros: las transmisio-
nes de propiedad sujetas a condición suspensiva o resolutoria, la reserva de
dominio, los fideicomisos traslativos y de garantía, la prenda de frutos pen-
dientes, las afectaciones y limitaciones en virtud de la Ley de Desarrollo Ur-
bano del Distrito Federal, etcétera.
Las cancelaciones son aquellos asientos que extinguen una inscripción
previa.
Como innovación de la Ley se introduce el término "rectificaciones" para
aquellos asientos generados a raíz de la necesidad de subsanar un error ma-
terial o de concepto.

La Ley dispone en su fracción 111, artículo 12, lo siguiente:


"Principio en virtud del cual, el registro realiza sus asientos precisando
con exactitud los derechos, los bienes y los titulares".
El principio de especialidad es la garantía de la necesaria individualiza-
ción de los derechos, personas y bienes en el Registro.
La exacta determinación de las fincas y los gravámenes hipotecarios se
introdujo en los modernos sistemas registrales con el propósito de evitar las

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hipotecas ocultas y las universales, es decir, aquellas que se imponían sobre


la totalidad de los bienes.8
La Ley dispone cuales son los datos esenciales que debe contener el folio
real electrónico que ampare una finca, como son la descripción, la calle y
número oficial, la delegación, colonia, superficie, medidas y colindancias,
etc. (artículos 21 y 65 de la Ley Registral), se señalan los datos mínimos que
deben contener los asientos: número y fecha de entrada, datos de identifica-
ción del documento presentado, acto jurídico, los otorgantes y sus generales,
y el nombre y firma del registrador (artículo 25 de la Ley Registral).
Relacionado también con este principio, la Ley prevé los elementos que
deberán contener las anotaciones preventivas derivadas de las ordenes judi-
ciales, las fianzas y las ordenes de amparo (artículos 51, 56 y 65 de la Ley
Registral) .
El principio de especialidad o determinación tiene su aplicación durante
el procedimiento registral, se trata de un requisito previo a la inscripción.

El siguiente principio, definido en la fracción IV del artículo 12 de la


Ley:
"Consiste en la necesidad de la expresión de la voluntad acreditada fe-
hacientemente de quien aparece inscrito como titular registral de un asiento,
a efecto de que se modifique o cancele la inscripción que le beneficia7'.
El principio del consentimiento fue acogido en la doctrina registral mexi-
cana por influencia de los estudios hipotecarios españoles y hoy en día for-
ma parte del catálogo que dispone la Ley. Incluso en la doctrina registral o
hipotecaria española no es aceptado de forma unánime.
Los doctrinarios españoles relatan que este principio tiene sus orígenes
en el derecho alemán, que fue a su vez inspirador en la redacción de la Ley
hipotecaria de 1861. En el sistema alemán, la creación, transmisión y extin-
ción de los derechos reales opera al momento de su inscripción registral. Se
trata de un sistema en donde los efectos de los asientos son de carácter cons-
titutivo. Para que operen cualquiera de dichos efectos no es suficiente el acto
jurídico que les de causa a ello, en adición es necesario un acuerdo o decla-
ración de voluntad, según sea el caso, que tenga como objeto precisamente
la modificación del derecho real en el plano registral.9 Por ejemplo, no es
suficiente con que se haga constar un contrato de compraventa, se precisen
los objetos, cosa y precio, para que registralmente exista el cambio de pro-

8 ÁLVAREZCAPEROCHIPI, José Antonio, Derecho Inmobiliario Registra¿, 2a. ed., Comarés S.L.,
España, 2006, p. 3.
9 GONZÁLEZY ~VIART~NEZ, Jerónimo, Estudios de Derecho Hipotecario y Derecho Civil, t . 1,
Aranzadi, España, 2009, pp. 503-504.
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PRINCIPIOS REGISTRALES EN LA NUEVA LEY REGISTRAL PARA EL DISTRITO FEDERAL 183

pietario; es además necesario que el vendedor acuerde con el comprador


que este último se constituirá en el nuevo titular registral del inmueble
transmitido. Esa manifestación de voluntad que tiene como finalidad operar
el cambio de titular registral o que bien, tratándose de otros derechos reales,
pretende afectar el derecho registralmente, como el gravamen hipotecario,
ha sido denominado consentimiento real.
En nuestro Derecho, basta con la conformación del acto jurídico para
que opere la transmisión de propiedad, esta se da por efectos obligacionales
y no reales, ni mucho -menos, registrales.
Salvo los casos que se mencionan en seguida, no se encuentra en nues-
tro Derecho civil disposición alguna que disponga que el titular registral de
un inmueble deba manifestar su consentimiento a efecto de que se modifi-
que de alguna forma la inscripción que le favorece.
En el caso de los asientos registrales de cancelación, estos si requieren
de la declaración de voluntad de la persona a cuyo favor se ha realizado la
inscripción. El fundamento de ello se encuentra en los artículos 3030 y 3031,
ambos del Código Civil, y en los am'culos 76 y 77 de la Ley Registral.
La realización de los asientos de rectificación, cuando estos no procedan
de oficio, deberán ser hechos a petición del afectado y por tanto, previo con-
sentimiento (artículo 70 de la Ley Registral).
Confrontando el contenido del principio de consentimiento, tal cual está
regulado el día de hoy por la Ley Registral, con el espíritu del tracto sucesi-
vo, puede apreciarse que la existencia de este último hace inútil la del pri-
mero. Precisamente lo que cuida el tracto sucesivo, es que sea quien aparece
como titular registral el único que pueda comparecer en un acto jurídico que
pretenda modificar una inscripción que le favorece.
Por último, este principio encuentra su aplicación dentro del procedi-
miento de inscripción, por lo que se trata de un requisito previo a ella.

E. TRACTO SUCESIVO
El tracto sucesivo en la nueva Ley: "Es la concatenación inintermmpida
de inscripciones sobre una misma unidad registral, que se da desde su pri-
mera inscripción, la cual asegura que la operación a registrar proviene de
quien es el titular registral", según indica la fracción V del artículo 12.
El tracto sucesivo es una de las seguridadesjurídicas que proporciona el
Registro Público de la Propiedad. En virtud de este, los títulos que se preten-
dan inscribir o anotar deberán ser otorgados por quien previamente aparez-
ca en el Registro Público como titular del derecho que se transmite o afecta.
Al principio de tracto sucesivo también se le conoce como principio de
previa inscripción ya que, como lo previene el Código Civil en el artículo
3019, "Para inscribir o anotar cualquier títdo deberá constar previamente
inscrito o anotado el derecho de la persona que otorgó aquel o de la que
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184 CONMEI\.IORACI~NDE LOS 80 ANOS


- DE VIGENCIA DEL CÓDIGO C M
. -L-
. - ~ . . .-...". . ..... .. . ..
" . .-.. .-.p.

vaya a resultar perjudicada por la inscripción, a no ser que se trate de una


inscripción de inmatriculación". Salvo la inmatriculación, no existe en nues-
tro sistema registral otra excepción al requisito de previa inscripción.
Es labor del registrador verificar que se cumpla con la previa inscripción,
así lo dispone la fracción VI1 del artículo 42 de la Ley. En dicha fracción se
reproduce prácticamente el mismo texto del artículo 3019 del Código Civil,
resaltando que tracto sucesivo implica que para inscribir o anotar cualquier
titulo debe constar previamente inscrito o anotado el derecho del otorgante.
El requisito de previa inscripción, trae como consecuencia que en los
antecedentes registrales se proyecte la concatenación ininterrumpida de ins-
cripciones, al menos las de propiedad, que aseguran la titularidad registral
de determinado sujeto.
Resulta inadecuado a nuestro parecer que el legislador haya definido al
principio de tracto sucesivo como una concatenación ininterrumpida de ac-
tos y no como un requisito previo a la inscripción, ya que esta es su verdade-
ra aplicación práctica.
El tracto sucesivo es un requisito previo a la inscripción o anotación de
un documento.

La fracción VI del artículo 12 de la Ley dispone que: "Es un principio que


implica que el Registrador no puede actuar de oficio sino a petición o instan-
cia de parte interesada".
Para solicitar el trámite registral, conforme al procedimiento de presen-
tación física, se debe presentar junto al documento a registrar una solicitud
de entrada y trámite (artículos 30, 40 y 41 de la Ley Registral). Los efectos
de esta solicitud serán estudiados en el apartado correspondiente al princi-
pio de prioridad o prelación.
Dispone la Ley que el registrador solamente inscribirá o anotará lo que
expresamente se le solicite y sea inscribible, por lo que no podrá actuar de
oficio, salvo las excepciones previstas en la Ley y el Código (segundo párrafo
del artículo 44 de la Ley Registral).
¿Qué sucederá en el caso de presentarse un documento que contenga
varios actos inscribibles y de uno o de algunos de ellos no se solicite la ins-
cripción de forma expresa? El registrador no puede inscribir de oficio, pero
sí puede suspender la inscripción del documento para que el solicitante del
servicio aclare lo pertinente (artículo 43 de la Ley Registral). Lo anterior sin
perjuicio de que, si es posible jurídicamente, se solicite la inscripción parcial
del documento (artículo 57 de la Ley Registral).
El principio de rogación encuentra algunas excepciones en nuestra nue-
va Ley Registral. La más importante es la prevista al respecto de las rectifica-
ciones que deberán realizarse de oficio, siempre y cuando el error pueda ser
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PRINCIPIOS REGISTRALES EN LA NUEVA LEY REGISTRAL PARA EL DISTIUTO FEDERAL 185

subsanado por el mero cotejo de los antecedentes que obran en el Registro o


se trate de un asiento realizado en folio electrónico que no le corresponde
(am'culos 70 y 71 de la Ley Registral).

La fracción VI1 del artículo 12 de la Ley lo define como el "Principio que


implica que la preferencia entre derechos sobre una finca se determine por
el número de entrada que otorgue el Registro, que se basará en el día, hora,
minuto y segundo de su presentación ante la ventanilla, lo que determinará
la preferencia y el rango, con independencia de la fecha de otorgamiento del
documento7'.
En el Derecho, el que es primero en tiempo es primero en derecho, se-
gún dicta un principio casi generalizado. Tratándose de derechos reales que
deben ser inscritos en el Registro, quien primero inscribe, es primero en de-
recho. El Registro Público protege a través de la preferencia, la diligencia de
aquel que ostenta un derecho y lo presenta para su inscripción.
La doctrina hipotecaria española distingue entre dos especies del princi-
pio de prioridad o prelación, a la primera se le denomina prioridad preferen-
te y a la segunda se le llama prioridad excluyente. La prioridad preferente se
encarga de determinar el rango o puesto que ocuparán dos derechos que
pueden coexistir sobre una misma finca en virtud del momento de su pre-
sentación ante el Registro Público. La prioridad excluyente, por contra, pro-
voca la denegación de la inscripción al título que se oponga totalmente o sea
incompatible con lo que ya se encuentra registrado, como por ejemplo, un
instrumento que contenga la transmisión de propiedad realizada por quien
ya lo había hecho anteriormente.10 La preferencia a la que alude la fracción
VI1 del artículo 12, se da solo sobre derechos que puedan coexistir al mismo
tiempo sobre un inmueble, como lo es, por ejemplo, el derecho real de hipo-
teca. De estar frente a dos derechos que no puedan coexistir, por ejemplo, la
totalidad del derecho real de usufructo constituido a favor de dos personas
distintas, estaremos frente a un supuesto de denegación del trámite por in-
compatibilidad tal y como lo señala la fracción V del artículo 42 de la Ley
Registral, a este supuesto se le conoce en la doctrina española como priori-
dad excluyente. La prioridad excluyente es un filtro de los documentos que
se presentan para su inscripción o anotación en el Registro Público de la
Propiedad, disposiciones que se aplican durante el proceso de inscripción,
previamente a esta. Por otro lado, la prioridad preferente, de la que trata la
fracción VI1 del artículo 12 de la Ley Registral, surte sus efectos una vez ya
inscrito el instrumento.

G A R C ~José
10 GARC~A , Manuel, op. cit., p. 543.
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Actualmente, el sistema informático bajo el que se gestiona el procedi-


miento de inscripción, no permite la práctica de ningún asiento si previa-
mente se encuentra en proceso otro título o documento sobre el mismo
inmueble a pesar de que no exista incompatibilidad entre ellos.
La Ley Registral no regula el contenido jurídico de la prelación registral
pues la parte sustancial se sigue normando en el Código Civil, artículos 3013
al 3017, por lo que no encontramos mayor innovación en el tema. Cabe re-
cordar que en nuestro sistema registral mexicano la preferencia entre dere-
chos se determina en virtud del momento en el que se presenta la anotación
preventiva que con motivo de ellos se haya ingresado.
La regulación que hace la Ley del principio de prioridad es en el aspecto
procedimental, se prevé en las atribuciones del registrador el realizar la cali-
ficación teniendo en consideración el "turno" del documento, el cual se de-
termina por la fecha y hora de su ingreso (fracción VI1 del artículo 9 de la
Ley Registral); se regula la solicitud de entrada y trámite, física o electróni-
ca, que una vez sellada por el Registro tiene la función de servir como ele-
mento probatorio de la prelación de los documentos ingresados (artículo 30
de la Ley Registral).

La Ley Registral lo define en la fracción VI11 del artículo 12 de la siguien-


te manera:
Este principio también conocido como principio de calificación registral, consiste
en la función atribuida al Registrador para examinar cada uno de los documen-
tos que se presenten para su inscripción y para determinar no solo si es de los
documentos susceptibles de inscribirse sino también si cumple con los elementos
de existencia y validez satisfaciendo los requisitos legales que le otorgan efica-
cia; y en caso afirmativo, llevar a cabo la inscripción solicitada, o en su defecto
suspender el trámite si contienen defectos que a su juicio son subsanables o de-
negarla en los casos en que los defectos sean insubsanables.
El siguiente principio, se denomina principio de legalidad o de califica-
ción. El Registro Público de la Propiedad tiene como finalidad garantizar
que los documentos que se inscriban o se anoten se hayan otorgado bajo
todos los requisitos que los ordenamientos vigentes exigen ya que existe un
funcionario calificado, denominado registrador, el cual tiene a su cargo el
estudio, análisis y decisión de si un instrumento es susceptible de inscripción
o anotación.
El estudio tradicional de este principio se divide en dos vertientes. La
primera se refiere a los documentos que se pueden inscribir o anotar en el
Registro, estamos ante el principio de legalidad en su acepción de titulación
auténtica. Por regla general solamente los documentos auténticos (escrituras
públicas, resoluciones judiciales) pueden tener acceso al Registro Público de
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PRINCIPIOS REGISTULES EN LA NUEVA LEY REGISTUAL PARA EL DISTiüTO FEDERAL 187

la Propiedad (artículo 3005 del Código Civil). El documento presentado re-


quiere ser examinado previamente a su inscripción por el registrador, quien
deberá verificar que el instrumento cumpla con todos los requisitos que la
calificación extrínseca le requiere (artículo 42 de la Ley Regisa-al), a esta se-
gunda vertiente se le denomina legalidad en su acepción de calificación.
La calificación integral de los instrumentos que ingresan al registro es la
ambución más importante del registrador (fracciones 11 y 111 del artículo 9
de la Ley Registral). Actualmente, para ser registrador se requiere ser licen-
ciado en derecho y cumplir con los requisitos que establece el Reglamento
(artículo 10 de la Ley Registral). Como parte de la modernización de la insti-
tución registral se regula en la Ley, en el Título Segundo, las bases del Servi-
cio Profesional de Carrera Registral, el cual tiene como principal cometido el
capacitar a los funcionarios que desarrollan esta función.

La publicidad registral no se limita a la expedición de certificaciones y


constancias. El servicio público que presta el Registro Público, permite a la
población conocer la situación en la que se encuentra un inmueble. La infor-
mación sobre quien es el propietario, si el inmueble está hipotecado, o pre-
senta alguna limitación, es de libre acceso, es pública. Este atributo conduce
a consecuencias jurídicas muy importantes, verdaderas garantías del orden
jurídico normativo del tráfico inmobiliario.
El principio de legitimación es una de las manifestaciones principales de
la publicidad registral, en virtud de este principio dispone la Ley que "[ ...]
prevalece lo inscrito mientras no se pruebe su inexactitud" (fracción IX del
artículo 12 de la Ley Registral).
El principio de legitimación registral se ha definido como aquel en cuya
virtud se presume que lo registrado es exacto en tanto no se demuestre lo
contrario.11 Con apoyo de la presunción otorgada, el titular del derecho ins-
crito se encuentra legitimado para actuar en el tráfico jurídico como tal.12
Para acreditar la inexactitud, será necesario entablar una demanda en
contra del titular del derecho inscrito, cuya finalidad deberá ser la de cance-
lar la inscripción practicada (artículo 14 de la Ley Registral).
La legitimación registral faculta al titular del derecho inscrito para des-
envolverse en el tráfico jurídico inmobiliario, como ya apuntamos. Otorga al
titular de la inscripción las presunciones de que su derecho existe en la forma
en la que se expresa en el asiento relativo. En cuanto a la posesión, a través
de la legitimación se presume que el que aparece inscrito como propietario,
es también poseedor del inmueble. La inscripción en la que se funda su dere-
cho se presume exacta y veraz a menos de que se acredite lo contrario.

11 CANO%O, Celestino, op. cit., p. 288.


GARCÍA,José Manuel, op. cit., p.
12 GARC~A 540.
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La legitimación es una consecuencia jurídica de la inscripción y de la


publicidad. La Ley Registral ha sido parca al definir este principio puesto que
ha dado únicamente una de sus características.

Uno de los efectos jurídicos más importantes de la publicidad es el de


beneficiar al que ha contratado amparado en el contenido del Registro.
Aquel que adquiere de quien aparece en el Registro Público con faculta-
des suficientes para transmitirle o constituir a su favor un derecho, debe ser
mantenido en su adquisición a pesar de que posteriormente se resuelva el
derecho del transmitente, siempre y cuando dicha resolución no provenga
de causas que consten en el asiento del mismo Registro. Esto solo es aplica-
ble a contratos traslativos de dominio de carácter oneroso, los que reciben
una transmisión gratuita, deben hacer valer los derechos que a sus transfe-
rentes hubiesen correspondido. El fundamento se encuentra en el artículo 13
de la Ley Registral.
El tercero registral es aquel quien adquiere, confiado en la garantía de la
publicidad, de quien aparece en el Registro con facultades para transmitirle.
La Ley Registra1 se aparta de la exposición tradicional de este principio
al disponer en la fracción X del artículo 12 lo siguiente:
"Por el principio de fe pública registral se presume, salvo prueba en con-
trario, que el derecho inscrito en el Registro existe y pertenece a su titular en
la forma expresada en la inscripción o anotación respectiva".
La definición del principio de fe pública registral que propone la Ley res-
cata uno de los caracteres distintivos del principio de legitimación, como ya
hemos visto. Consideramos que la confusión se ha dado en virtud de que la fe
pública registral y la legitimación son ambas consecuencias de la publicidad.

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E l testamento público abierto,


única forma de testar
en el Distrito Federal
estis Saldaña Pérez

SUMARIO:1. Introducción. 11. Concepto de testamento. 111. Caractensticas del testa-


mento público abierto. IV. Importancia de la intervención del notario. V. Obligacio-
nes del Notario. VI. Prohibiciones. VII. Solemnidades del testamento público abierto.
VIII. Expresión de voluntad de manera clara y terminante. IX. La necesidad de expre-
sión verbal de la voluntad. X. Imposibilidad de aclarar o modificar el texto con poste-
rioridad. Xi. La redacción en el protocolo del notario. MI. La lectura en voz alta.
XiII. Contextual, en un solo acto y sin interrupciones. XW. Firma y seiio de autorizar.
XV. Otros aspectos relacionados con el otorgamiento. XVI. Casos especiales. XVII. La
responsabilidad notarial. XVIII. El Testamento público abierto otorgado en el extran-
jero. XiX. Registro de testamentos. XX. Conclusiones.

El 23 de julio de dos mil doce se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito


Federal un decreto que deroga y modifica diversos artículos del Código Civil
para el Distrito Federal y de la Ley del Notariado, por virtud de éste, se dero-
gan los testamentos especiales privado, militar y marítimo y de los testamen-
tos ordinarios se derogan el público cerrado, el público simplificado y el
ológrafo, para quedar el testamento público abierto como la única forma vá-
lida de testar en el Distrito Federal, sin perjuicio de que todos los testamen-
tos otorgados con anterioridad a esta reforma conservarán su validez.
En el presente trabajo, se analiza en primer lugar el concepto de testa-
mento y las principales reglas generales aplicables para todos los testamen-
tos, posteriormente se analiza el testamento público abierto y su regulación,
tanto del Código Civil como de la Ley del Notariado.1
La sucesión testamentaria se basa en un negocio jurídico mortis causa, el
testamento, éste se fundamenta en el derecho de propiedad que confiere a
su titular un derecho de disposición perpetuo, por ello resulta de especial

1 Cuando se haga referencia al Código, deberá entenderse que es el Código Civil para el
Distrito Federal, y cuando se haga alusión de algún artículo de la Ley, nos estamos refiriendo a
la Ley del Notariado para el Distrito Federal.
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importancia la posibilidad de poder transmitirlo por herencia, el testamento


es una manifestación de la inteligencia humana, un triunfo de la autonomía
privada, cuando una persona hace testamento correctamente puede tomar
las medidas necesarias para evitar controversias, cumplir obligaciones de
manera ágil y sencilla, causando la menor molestia al grupo social con su
muerte, como si nada hubiera pasado, por ello resulta importante que todas
las personas hagan su testamento, pero éste debe hacerse en forma correcta,
si es bien hecho genera certeza, mal hecho, incertidumbre, confusión y liti-
gios, así, más valdría ni hacerlo.

II. CONCEPTO DE TESTAMENTO

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, este


término proviene del latín (testamentum). Declaración que de su Última vo-
luntad hace una persona, disponiendo de bienes y de asuntos que le atañen
para después de su muerte. Documento donde consta en forma legal la vo-
luntad del testador. Este término puede entenderse en dos sentidos, como el
documento donde consta la última voluntad de una persona, es decir, el con-
tinente, también como el acto jurídico por virtud del cual se expresa esa últi-
ma voluntad, el contenido.
El Código Civil para el Distrito Federal en el artículo 1295. Define el tes-
tamento. Testamento es un acto personalísimo, revocable y libre, por el cual
una persona capaz dispone de sus bienes y derechos, y declara o cumple deberes
para después de su muerte.
De la anterior definición podemos hacer las siguientes reflexiones, apli-
cables para todos los testamentos en general:
Es un acto jurídico. Es la manifestación de voluntad de una persona
que tiene por objeto producir consecuencias de derecho, que consis-
ten en disponer de forma definitiva de sus bienes y derechos, declarar
o cumplir deberes para después de su muerte.
Tiene como presupuesto indispensable para que los efectos se produzcan,
la defunción de su autor. Antes no produce efecto legal alguno.
Siempre es un acto jurídico completo y definitivo. Esto significa que
como tal, no se perfecciona con la muerte de su autor, tampoco con la
aceptación de la herencia, no es requisito para su validez que éste
contenga o no institución de heredero, ni que el heredero instituido
sea capaz de heredar Código Civil (artículo 1378).
Es unilateral y no receptivo. Por ello debemos entender que opera con
la fuerza intrínseca de una sola voluntad, como consecuencia de lo
anterior, éste es válido aunque el heredero o legatario repudie la he-
rencia, sea incapaz de heredar o haya fallecido con anterioridad al
autor de la sucesión. Es oportuno comentar que no faltan autores
que le atribuyen naturaleza jurídica contractual, considerando que el
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TESTAMENTO PÚBUCO ABIERTO, ÚNICA FORMA DE TESTAR EN EL DISTRITO FEDERAL 191

acuerdo de voluntades se logra cuando el heredero acepta la heren-


cia, postura que no compartimos, porque la aceptación de la herencia
siempre se da necesariamente en un momento posterior a la muerte
del testador, precisamente cuando éste ya no vive, por tanto, no pue-
de haber un acuerdo de voluntades entre el heredero aceptante, per-
sona viva, y el testador difunto, carente de personalidad jurídica, toda
vez que con la muerte ha dejado de ser persona.
Es personallcimo. Solamente puede hacerse por el propio interesado,
quien en ningún caso y bajo. ninguna circunstancia puede hacerse re-
presentar por otra persona, ni siquiera cuando se trata de menores de
edad o incapacitados, no puede otorgarse a través del padre, del tu-
tor, apoderado ni comisario,z además en el acto de su otorgamiento
sólo puede constar la voluntad de una única persona. No se admite en
ningún caso la representación, tampoco la posibilidad de que dos o
más personas puedan testar en el mismo instrumento, no se permite
el testamento mancomunado, aunque se trate de cónyuges, porque
ello daría lugar a que domine la voluntad de uno de los testadores
sobre el otro, propiciando disposiciones captativas, tampoco se admi-
te el testamento contractual,3 porque constituye un obstáculo para la
libre revocación. Para esta regla general, existe una única excepción
en el testamento público simplificado, el cual, se permite solo cuando
el testador está casado por sociedad conyugal, así se desprende la
opinión de Arce y Cervantes, este tipo de testamento.
Este tipo de testamento -señala Arce y Cervantes- rompe con algunas de las
reglas generales aplicables al testamento público abierto, pues puede otorgar-
l
se simultáneamente por varios testadores en el mismo acto, siempre que cada
uno tenga el carácter de copropietario del bien inmueble objeto del legado.
En el mismo instrumento, si el adquirente está casado bajo el régimen de so-
ciedad conyugal, puede comparecer el cónyuge con el carácter de testador.4
Es revocable. Toda persona conforme a su voluntad puede hacer o de-
jar de hacer testamento, si lo hace puede revocarlo en cualquier mo-
mento, el único válido siempre es el último, el código no permite ni
siquiera que el mismo testador renuncie a la facultad de revocar su
testamento, en caso de hacerlo, dicha clausula es nula, se tiene por no
puesta (artículo 1493). La revocación puede hacerse en forma expre-

2 Ei testamento por comisario se otorgaba por un tercero, mediante un poder que era pre-
viamente otorgado por la persona que podía disponer mortis causa de sus bienes, estuvo regula-
do en las Leyes de Toro.
3 El testamento contractual es aquel que deriva de un pacto, donde mediante el pago de
una maprestación, el autor se compromete a otorgar su disposición de ultima voluntad en
favor de determinada persona.
4 De las Sucesiones, Poda, Mdxico, 2001, p. 130.
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sa o táciLa,la primera es haciendo uno nuevo, donde el autor mani-


fieste su deseo de dejar insubsistente el anterior, la forma tácita es
tan solo haciendo uno con posterioridad, en virtud de la regla general
contenida en el artículo 1494 del Código que dispone, todo testamen-
to posterior perfecto revoca al anterior de pleno derecho. Para que un
testamento anterior subsista, ya sea en todo o en parte, el testador
debe manifestarlo expresamente, si no dice nada, el testamento ante-
rior quedará revocado de pleno derecho. Esto tiene como consecuen-
cia indirecta que todo aquello que no quede incluido en el último
testamento se rige por las reglas de la sucesión legítima, aun cuando
ya se hubiera dispuesto de dichos bienes en un testamento anterior, si
el autor no hace mención alguna en el posterior. El código previene
que el testamento anterior solo recobrará su fuerza si el testador ma-
nifiesta expresamente su voluntad de que éste subsista, ya sea en todo
o en parte (artículo 1496). La doctrina también reconoce otra forma
de revocación, la llamada revocación material, ésta consiste en la des-
trucción física del documento que contiene la última voluntad, ésta
no aplica para todos los tipos de testamento, mucho menos para el
público abierto, donde la destrucción física del documento, es decir,
de la escritura que lo contiene, resulta intrascendente, porque al otor-
garse ante notario, siempre consta en el protocolo, donde se conserva
y puede reproducirse.
Es definitivo. Si bien es cierto que es revocable y ni siquiera se puede
renunciar a ese derecho, el propósito de todo testador siempre es de-
finitivo, porque nadie sabe con precisión cuando, ni en que circuns-
tancias habrá de morir, por ello, el propósito de todo testador es que
se cumpla su voluntad, mientras ésta no sea revocada, para modifi-
carla o revocarla siempre debe cumplirse estrictamente y de nueva
cuenta con todos los requisitos de otorgarlo de nuevo, por ello, es
definitivo aunque se modifiquen las circunstancias, para eso existe la
revocación, si cambian las circunstancias se puede hacer uno nuevo,
por ejemplo: al hacer testamento era joven, soltero, no tenía hijos,
tenía pocos bienes, ahora es adulto mayor, casado, ya tiene hijos, ha
adquirido muchos bienes, cambiaron las circunstancias, también la
voluntad, se puede hacer uno nuevo.
Como acto jurídico es completo desde su otorgamiento. Esto significa
que el acto jurídico no se perfecciona con la muerte del autor, ésta
solo es un presupuesto para que se produzcan los efectos, pero el acto
jurídico desde el momento en que se otorga es completo, tan es así,
que para poder revocarlo deberán cumplirse las mismas solemnidades
de otorgarlo de nuevo, por ello es definitivo, de otro modo sería ab-
surdo que fuera revocable algo inexistente. Esta es la regla general,
excepcionalmente algunos testamentos especiales tienen una vigencia
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de un mes, y si no fallece el testador en las circunstancias que le auto-


rizan recurrir a ese tipo de testamento y durante ese tiempo, queda
sin efectos.
Es un acto libre y consciente. La manifestación de voluntad debe ser
expresada libremente, podemos decir libérrima, es decir, sin ninguna
influencia y sin ningún tipo de coacción. Con el objeto de garantizar
que efectivamente la voluntad del testador sea libre y consciente y
no viciada, el legislador ha tomando todo tipo de medidas, lo que no
ocurre para otros actos jurídicos, a tal extremo que hasta previene
medidas especiales que tienen por objeto asegurar que a nadie se le
impida testar, a efecto de que todas las personas que quieran, puedan
hacer uso del ejercicio de este derecho, el Código dispone lo siguiente
artículo 1488.
El juez que tuviere noticia de que alguno impide a otro testar, se
presentará sin demora en la casa del segundo para asegurar el ejerci-
cio de su derecho, y levantará acta en que haga constar el hecho que
ha motivado su presencia, la persona o personas que causen la violen-
cia y los medios que al efecto hayan empleado o intentado emplear, y
si la persona cuya libertad ampara hace uso de su derecho.
También se previene la nulidad para el caso de que se otorgue un
testamento bajo la influencia de amenazas, violencia física o moral,
no solo contra su persona o sus bienes, también contra la persona o
bienes de su cónyuge, o de sus parientes, la voluntad del testador
siempre debe ser libre y consciente (artículo 1485).
No se permite ratificar o modificar un testamento una vez otorgado.
Una vez hecho el testamento no es posible ratificarlo ni modificarlo,
más que cumpliendo con las mismas solemnidades de otorgarlo de
nuevo. Esto significa que si cambian las circunstancias, por ejemplo
en caso de haber sido influido el testador por violencia, miedo u otra
causa de nulidad, una vez que haya cesado ésta, deberá otorgarse
uno nuevo, donde se cumpla estrictamente con todas las formalida-
des, de lo contrario será nula la revalidación, así lo previene el código
(artículo 1486).
Debe ser otorgado por una persona capaz. La capacidad debe analizar-
se desde dos puntos de vista, en primer lugar lo relativo a la capaci-
dad de testar, a este respecto el legislador contempla como regla
general que cualquier persona puede disponer de sus bienes por he-
rencia, con la sola excepción de aquellos a quienes la ley se lo prohíbe
expresamente (artículo 1305). El segundo aspecto relacionado con la
capacidad tiene que ver con la capacidad de ejercicio, a este respecto
la regla general es que cualquier persona en condiciones normales al
cumplir los dieciocho años adquiere la capacidad de ejercicio, con ello
puede disponer libremente de su persona, de sus bienes, contraer
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194 CONMEMORACIÓN DE LOS 80 ANOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGO C M L


".

obligaciones, realizar actos jurídicos y obligarse por sí mismo, es a ésta


edad cuando el legislador considera que una persona ya tiene la ma-
durez y experiencia necesarias para comprender los alcances de sus
actos y asumir las consecuencias de contraer una obligación, este mí-
nimo de edad exigido por la ley tiene por objeto proteger los intereses
de los menores, pero también el legislador está interesado en que el
mayor número de personas haga su testamento, por ello se admite
que el menor de dieciocho años pueda testar, a condición de que sea
mayor de dieciséis años y el testamento no sea ológrafo. Por otra par-
te, están incapacitados para testar porque la ley se los prohíbe expre-
samente, todos aquellos que no disfrutan de su cabal juicio, ya sea de
manera habitual o accidental. Para juzgar respecto a la capacidad del
testador debe atenderse exclusivamente al momento del otorgamien-
to y no al momento de la muerte, en virtud de que la situación de una
persona cambia de un momento a otro. El testamento otorgado por
un incapaz es nulo y no se convalida aunque posteriormente cese la
incapacidad, ejemplo: un menor de dieciséis años hace testamento, es
nulo aunque muera siendo mayor de edad, no está expresamente pri-
vado de la capacidad de testar el ebrio consuetudinario, pero al mo-
mento de hacerlo deberá estar sobrio, en su sano juicio y libre de toda
coacción, tampoco es incapaz aquella persona que padezca solamente
una debilidad visual o auditiva, el que no sabe o no puede firmar, el
ciego, el sordo que sepa leer, el sordomudo que pueda escribir, pero
todos estos deberán sujetarse a las formas especiales previstas para
estos casos, el sordomudo que no sabe leer ni escribir no puede tes-
tar, en virtud de que le resulta imposible cumplir con la forma. Según
Rafael De Pina la capacidad de testar no puede ser suprimida, ni si-
quiera por sentencia civil o penal.
La voluntad debe ser libre. Esto significa que no debe existir ninguna
causa que influya en la voluntad del testador, tales como error, dolo o
fraude, es nulo el testamento captado por dolo o fraude. Para garanti-
zar que la voluntad del testador sea libre, la ley previene incapacida-
des para heredar derivadas de la sola presunción de un influjo
contrario a la libertad del testador, en aquellos casos en que el liere-
dero instituido por un menor es su tutor o curador, cuando se trata
del médico que atendió al testador en su Última enfermedad, lo que
se hace extensivo a su cónyuge, a sus ascendientes, descendientes o
hermanos del facultativo, si durante esa enfermedad se hizo el testa-
mento, excepto cuando estos también sean herederos legítimos, pues
en este caso de todas maneras tendrían derecho a heredar, en el mis-
mo caso se encuentran el notario que autoriza el testamento, los testi-
gos que intervienen y sus parientes.
Es un acto esencialmente de disposición. La función práctica más im-
portante del testamento es disponer, en todo o en parte del patrimo-
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TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO, ÚNICA FORMA DE TESTAR EN EL DISTRITO FEDERAL 195

nio, con ello el testador se contrapone a las reglas de la sucesión


legítima, permite que sean llamados a sucederle personas que no ten-
drían ningún derecho en la sucesión intestada, o aunque lo tengan,
que pasen en una medida diversa al orden de prelación previsto para
estos herederos.
Es esencialmente patrimonial. El contenido típico del testamento es de
disposición del patrimonio, pero también es un medio de llevar algu-
nas disposiciones de última voluntad de índole no patrimonial, que
no por ello le restan validez, como el reconocimiento de un hijo, la
designación de un tutor y curador, el perdón de una ofensa, disposi-
ciones "pro anima", el reconocimiento de una deuda, la constitución
de una fundación o un fideicomiso, la disposición del cadáver, de Ór-
ganos o tejidos, hasta recomendaciones de tipo moral o religioso, con-
tenido atípico.
Es un acto solemne. Es indispensable que se observen de manera es-
tricta todas las formalidades exigidas por la ley; es inexistente si se
otorga en contravención a las formas que establece la ley.
Efecto mortis causa. Toda disposición testamentaria surte sus efectos
hasta la muerte del testador, es un presupuesto indispensable, antes
de que esto ocurra, el testamento es completo en sus elementos de
existencia, pero para terceros es tan solo un proyecto, no es ni siquie-
ra una expectativa de derecho, porque el testador en todo tiempo
goza de libertad para revocarlo o modificarlo, por eso la ley previene,
son nulos todos los contratos que tengan por objeto la venta de la
herencia de una persona viva.

III. CARACTER~TICASDEL TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO

A. FORMA SOLEMNE
La palabra forma tiene diversas acepciones, algunas veces puede ser el
continente del acto, en tanto que el acto jurídico mismo es el contenido, en
estos casos la forma es algo secundario, como el vaso respecto al agua, el
vaso es el continente, puede ser de vidrio, de plástico, de papel, el material
es secundario, lo importante para satisfacer la sed, es el agua, no el recipien-
te; En algunos actos jurídicos considerados por la ley especialmente impor-
tantes, como el matrimonio y el testamento, la forma es algo inseparable e
inherente al acto, estos son los actos jurídicos solemnes, para este tipo de
actos no es suficiente la exteriorización de la voluntad en las formas comunes,
la ley exige que ésta se exteriorice mediante una forma especial, general-
mente presidida por personas revestidas de ciertos atributos indispensables,
en el caso del matrimonio es el juez del Registro Civil, en el testamento pú-
blico abierto es el notario, si no se cumple con la forma, la consecuencia es
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la inexistencia. La forma en otros casos también se considera únicamente


como un medio de prueba.

B. FORMANOTARIAL
El testamento público abierto es un acto jurídico solemne y de forma
notarial, la declaración de voluntad del testador se emite íntegramente ante
notario, por ello, además de las disposiciones relativas del Código Civil, le es
aplicable la ley adjetiva que regula la función notarial, en virtud de que el
notario debe cumplir estrictamente con todos los requisitos que deben llenar
los instrumentos notariales, apegándose al Código Civil y a la Ley del Nota-
riado, por ello hacemos referencia de ambos cuerpos normativos.

C. IMPORTANCIA DE LA FORMA

Tomando las palabras de -Pérez Fernández del Castillo- La materia es el ob-


jeto de la voluntad interna del sujeto; la forma, su expresión, su manifestación
por medio de signos verbales, escritos o por la realización u omisión de cual-
quier conducta. Esto significa que no hay acto jurídico ni contrato que no tenga
forma, pues ésta constituye un elemento de existencia de la voluntad.5
En la sucesión mortis causa de que serviría la voluntad de una persona
para dejarle a su muerte sus bienes a su sirviente si nunca lo exterioriza de
alguna forma, si nunca dice nada, la voluntad no exteriorizada no produce
ningún efecto, se queda en el interior de la persona.
El legislador es quien determina obligatoriamente como debe ser la for-
ma para que la exteriorización de la voluntad sea apta para producir los
efectos jurídicos deseados, como el testamento público abierto es un acto
jurídico solemne, si no se cumple estrictamente con la forma es inexistente,
por ejemplo, la persona exterioriza su voluntad mediante una forma inade-
cuada, una declaración ante testigos o ante un juez, mediante memorias,
codicilos o comunicados secretos, al no cumplirse con la forma esa manifes-
tación de voluntad es inexistente, aunque se tenga toda certeza de ella no
produce efecto legal alguno.

Es ordinario en oposición a los testamentos especiales, en virtud de que


a diferencia de aquellos, en éste no se requiere de la concurrencia de ningu-
na circunstancia especial que justifique su otorgamiento, lo puede hacer
cualquier persona, en cualquier momento, la función notarial se puede ejer-

5 Derecho Notarial, P o d a , México, p. 65.


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TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO, ÚNICA FORMA DE TESTAR EN EL DISTRITO FEDERAL 197

cer cualquier día, sea hábil o inhábil, y a cualquier hora, aun cuando la ofici-
na del notario se encuentre cerrada por estar fuera del horario de labores.

Quien lo autoriza es una persona investida de fe pública, un notario, la


manifestación de voluntad se hace constar en una escritura y se asienta en el
protocolo de éste.

A diferencia del testamento público cerrado su contenido no se encuen-


tra oculto, sino que está siempre visible en el protocolo del notario, por ello
no es precisamente un secreto como en el público cerrado, donde por lo ge-
neral únicamente el testador conoce su contenido, en éste, el contenido es
conocido, cuando menos por el notario que interviene y en su caso por los
testigos, el notario tiene obligación de reserva, no así los testigos, pero en
nada afecta para su validez que cualquier persona conozca el contenido.

G . OBJETOE IMPORTANCIA DE LA INTERVENCIÓN


DEL NOTARIO

El otorgamiento ante notario nos impone la necesidad de hacer las si-


guientes reflexiones acerca de la actividad notarial, quien es el notario, cual
es su función, el objeto, la importancia y justificación de su intervención.

H. NATURALEZA
DE LA ACTMDAD NOTARIAL

La Actividad notarial es un servicio público regulado por el estado, que


se realiza personalmente por medio de particulares, mediante una conce-
sión. El notario es un profesional del derecho investido de fe pública y un
auxiliar de la administración de justicia, no es un funcionario público, sino
un profesionista que trabaja en forma independiente para satisfacer una ne-
cesidad pública de interés social, consistente en recibir, interpretar, redactar
y dar forma legal a la voluntad de las personas que ante el acuden, a efecto
de conferir autenticidad, certeza y seguridad jurídica a los hechos y actos
jurídicos que se pasan ante su fe, mediante la consignación de los mismos en
instrumentos públicos de su autoría, mismos que autoriza, asienta y conser-
va en el protocolo a su cargo, reproduce y da fe de ellos (articulo 42 L.N.).
El notario tiene entre otras, la obligación de actuar en forma personal, la
Ley del Notariado en su artículo 26 dispone que el notario debe de actuar
personalmente, es un cargo personalísimo, por tanto no se admite la posibili-
dad de que otra persona actué en su nombre o representación, también su
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actuación siempre debe de ser imparcial, así lo dispone la misma ley, su in-
tervención nunca es de oficio, sino a rogación de parte interesada, tiene
como finalidad dar certeza jurídica, esto es, que se reconozca como cierto lo
que éste asiente en las actas o escrituras que redacte, salvo prueba en con-
trario, esto es la función autenticadora.
Señala el mismo autor "la actividad del notario consiste en escuchar, in-
terpretar, aconsejar a las partes, preparar, redactar, certificar, autorizar y
reproducir el instrumento",6 aplicando estas ideas al otorgamiento del testa-
mento público abierto, ésta actividad consiste en lo siguiente:
a) Escuchar. El notario debe atender y oír con atención a quien acude a
él para hacer su testamento, conforme al artículo 12 de la misma ley "Toda
persona tiene Derecho, en términos de ley, al servicio profesional del Nota-
rio, el notario está obligado a prestar sus servicios, [...]". El notario no pue-
de negarle sus servicios a ninguna persona, salvo cuando exista algún
impedimento legal para realizar el documento solicitado, una excusa, que el
solicitante no le aporte los elementos necesarios para preparar el instrumen-
to o no le anticipe los gastos y honorarios. Para el notario la prestación del
servicio es obligatoria por ser un servicio público, en cambio para la pobla-
ción la ley reconoce el principio de libertad de elección, ésta consiste en que
la persona es libre de acudir al notario de su elección.
b) Interpretar. Esto consiste en traducir correctamente la voluntad del
testador, pero no en cuanto a idioma se refiere, sino a efecto de identificar
con precisión el propósito del solicitante y satisfacer su disposición de última
voluntad de la manera más adecuada, siempre dentro del marco normativo,
para ello, éste debe poner a disposición del testador todos sus conocimien-
tos, habilidades y experiencia como perito en derecho.
C)Aconsejar. La intervención del notario no es pasiva, no se trata única-
mente de dar fe de lo que vio u oyó, debe de ser activa, por ello debe instruir
al solicitante como si fuera su maestro, porque no se trata de una fe de he-
chos. El notario debe asesorar jurídicamente al testador, con profesionalis-
mo, ética, imparcialidad, eficiencia y apego a derecho, haciéndole saber las
diferentes alternativas que existen para expresar su última voluntad, las ven-
tajas y desventajas que se deriven de una y otra, de orden práctico, económi-
co y hasta fiscal, adecuarlas a sus necesidades.
d) Preparar. El notario debe preparar cuidadosamente el instrumento,
para tal efecto puede solicitar al interesado toda la documentación que sea
necesaria para redactar adecuadamente la escritura, por ejemplo, si preten-
de testar para disponer de un inmueble y no determina claramente su ubica-
ción, entonces deberá solicitarle toda la documentación necesaria para su
identificación, con el objeto de evitar confusiones o ineficacias, porque su in-
tervención es para dar certeza no para generar incertidumbre.

6 Derecho, op. cit., p. 162.


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TESTAMENTO PÚBLICOABIERTO.
ÚNIcAFORMA DE TESTAR EN EL DISTRITO FEDERAL 199

e) Redactar. El testador expresa su voluntad en un lenguaje común, el


notario debe expresar por escrito esa misma voluntad pero con palabras de
sabor técnico, de manera clara, sencilla y precisa, moldeando cuidadosamen-
te la voluntad a efecto de darle la forma adecuada, la forma notarial, si-
guiendo el orden previsto por la Ley del Notariado, está obligado a redactar
correctamente, por eso es un profesional del derecho que ha sido investido
por el estado de fe pública, para poder ejercer su actividad ha cumplido múl-
tiples requisitos, exámenes, un concurso de oposición, ha otorgado una fian-
za que debe renovar anualmente para garantizar su buen desempeño, está
obligado a conducirse siempre con ética, profesionalismo e imparcialidad, en
caso contrario incurre en responsabilidad.
fl Certificar. El notario como fedatario habrá de formular un juicio de
certeza, señala Pérez Fernández del Castillo.
En la certificación el notario da fe adecuando la función notarial al caso par-
ticular. Es la parte donde manifiesta el contenido de su fe pública, que es: fe
de existencia de los documentos relaaonados en la escritura; fe de conoci-
miento; fe de lectura y explicación del instrumento; fe de capaadad de los
otorgantes y finalmente, fe de otorgamiento de la voluntad.7
g) Autorizar. Sigue diciendo el mismo autor "La autorización de la es&-
tura es el acto de autoridad del notario que convierte al documento en au-
tentico, quien ejerce sus facultades como fedatario público da eficacia
jurídica al acto de que se trate, permite, en el caso de un hecho, que las cir-
cunstancias asentadas produzcan los efectos de prueba plena".S
h) Reproducir. La actividad notarial siempre es documental, nunca es
verbal, el artículo 78 de la Ley del Notariado previene la obligación a cargo
del notario de asentar por escrito en el protocolo a su cargo, todo acto jurídi-
co en el que intervenga, no podrá autorizar acto alguno sin hacerlo constar.
El protocolo es el conjunto de libros formados por folios enumerados y sella-
dos en los que el notario, observando las formalidades que establece la ley,
asienta y autoriza las escrituras. El protocolo es del Estado, el notario tiene
la obligación de conservarlo, después es depositado en el Archivo General de
Notarías, lugar donde se conserva y puede ser consultado por cualquier per-
sona que acredite tener interés, por ello siempre existe una matriz, lo que
permite su reproducción, la reproducción no significa que ahora sean varios
los actos jurídicos, es el mismo, pero se pueden expedir copias certificadas
que tienen el mismo valor probatorio que el original, con todo esto se pro-
porciona seguridad jurídica a la sociedad, no es solo una actividad examina-
dora, también permite la conservación y reproducción del instrumento.

7 Derecho, op. cit., p. 163.


8 Derecho, op. cit., p. 164.
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IV. IMPORTANCIA DE LA INTERVENCIONDEL NOTARIO

Es indispensable para que se reconozca como algo cierto la expresión de


ultima voluntad de su autor, de otro modo nadie tendría la certeza del otor-
gamiento, de la capacidad del otorgante, ni del contenido de las clausulas,
tan solo por no haber estado presente. También sirve para darle seriedad al
acto, esto se logra mediante la obligación de asesorar y explicar al otorgante
del contenido y las consecuencias legales del acto que ante él se celebra, evi-
tando que la decisión del testador sea precipitada o motivo de un arrebato,
que no sea un mero proyecto, sino una decisión meditada y razonadz, que la
voluntad se exteriorice con la mayor claridad posible, evitando impugnacio-
nes, nulidades y litigios, la ley responsabiliza al notario en relación a la iden-
tidad del testador y su capacidad, así como la de los comparecientes, ya sean
testigos o interpretes, también sirve para garantizar que se cumplieron todas
y cada una de las formalidades y la certeza del contenido.

V. OBLIGACIONES DEL NOTARIO

Como fedatario público tiene diversas obligaciones, entre otras muchas


la de prestar sus servicios y actuar de manera personal, a rogación de parte
interesada, nunca de oficio, dar los avisos que correspondan, guardar reser-
va, orientar y explicar a las partes, en ciertos casos, como cuando ante él se
tramita una sucesión, solicitar información al Archivo General de Notarías y
al Archivo Judicial, sobre si el de cujus otorgó o no testamento, en otros ca-
sos informar, como cuando ante él se otorga un testamento donde existen
clausulas irrevocables. Frente a los prestatarios del servicio, atenderlos per-
sonalmente, informarlos, orientarlos y asesorarlos con profesionalismo, ética
e imparcialidad.

VI. PROHIBICIONES

Los artículos 78 y 45 de la Ley del Notariado contemplan entre otras mu-


chas la de actuar fuera del protocolo, sin rogación de parte interesada, actuar
en asuntos que tenga interés, disposición a su favor, actuar sin rogación de
parte, dar fe de manera no objetiva o parcial, fuera del Distrito Federal.

VII. SOLEMNIDADES DEL TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO

En el testamento público abierto son: la expresión de la voluntad del


testador de un modo claro y terminante, libre de toda coacción; la redacción
en el protocolo; debe contener los datos del testador, lugar, año, mes, día y
hora de su otorgamiento; lectura en voz alta; llevarse a cabo todo en un solo
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acto y sin interrupciones; debe ser firmado por el testador, por el notario y
en su caso por los testigos, el notario debe además estampar su sello de au-
torizar. En caso de que falte alguna de estas solemnidades, el testamento
queda sin efecto y el notario será objeto de las sanciones correspondientes
previstas en la Ley del Notariado.

VIII. EXPRESI~N DE VOLUNTAD DE MANERA CLARA Y TERMINANTE

El testador dicta, el notario redacta, éste puede hacerlo en forma ma-


nual o por medios mecánicos, el notario está obligado a actuar en forma
personal, es un cargo personalísimo, por ello no se admite la posibilidad de
que otra persona actué en su nombre o representación, esto no significa que
éste no pueda auxiliarse de un amanuense, lo cual consideramos que no le
resta validez, por no ser ello un elemento esencial del acto, siempre y cuan-
do el notario esté presente en todo momento e intervenga personalmente en
la redacción, el testamento debe ser otorgado bajo su más estricta vigilancia
y dirección, porque ése es precisamente el objeto de su intervención, algunos
autores consideran que es nuncupativo, considerando que "la declaración de
voluntad se hace oralmenten,9otros opinan lo contrario, "el testador puede
expresar en cualquier caso su voluntad por escrito".lo
La expresión de voluntad debe ser clara y terminante, el código previene
que nunca debe ser a través de monosílabos o señales, ni como respuesta a
preguntas, en caso contrario el testamento será nulo (artículo 1489).
Esto no significa que el. notario no pueda hacerle ninguna pregunta al
testador, pero sólo son admisibles aquellas que no tengan por objeto influir
en la voluntad del testador, afirma Messineo,
las preguntas eventualmente dirigidas por el notario al testador, no deben ser
tales que puedan sugestionar su voluntad: son admitidas siempre que se dirijan
a obtener aclaraciones sobre las intenciones del mismo; y se admiten adverten-
cias dirigidas a informar al testador sobre puntos de derecho, cuya ignorancia
puede inducirlo a incurrir en invalidez de las disposiciones testarnentarias.11

IX. LA NECESIDAD DE EXPRESI~NVERBAL DE LA VOLUNTAD

El código no señala expresamente que la manifestación de la voluntad


deba ser verbal, solo que debe ser clara y terminante, por ello si el testador
manifiesta previamente su voluntad al notario, ya sea de manera verbal o
por escrito, a efecto de que éste pueda redactar el instrumento en forma cui-

9 DE IBARROLA, Antonio, Cosas y Sucesiones, Pomía, México, 2008, p. 708.


10 A S P R ~PELAYO,
N Juan Manuel, Sucesiones, McGraw Hill, México, p. 58.
11 MESSINEO,Francesco, Derecho Civil y Comercial, Ediciones Jurídicas Europa América,
Argentina, 1979, p. 92.
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dadosa, puede darse el caso que al presentarse el testador ante el notario, el


instrumento ya se encuentre redactado fuera de su presencia, para este caso
hacemos propias las palabras de Messineo:
Esto no quita que, en vista de la disposición de la ley, para la validez del testa-
mento sea necesario que el testador declare de nuevo y oralmente la propia vo-
luntad al notario, en presencia de los testigos y antes de que se dé lectura del
testamento; no basta la simple lectura de éste o la declaración del testador, se-
gún la cual él aprueba el texto escrito, en cuanto le es ya conocido.12
En ningún caso puede considerarse como testamento un simple escrito
presentado y redactado por el propio interesado en papel común, aunque
sea firmado y ratificado ante la presencia del notario.

X. IMPOSIBILIDAD DE ACLARAR O MODIFICAR EL TEXTO


CON POSTERIORIDAD

La disposición de última voluntad solo va a surtir efectos con posteriori-


dad al fallecimiento de su autor, por ello, en ningún caso podrá ser ratifi-
cada, aclarada o modificada con posterioridad, cualquier modificación o
aclaración, deberá hacerse en el momento mismo del otorgamiento, de no
hacerse en ese momento, no podrá hacerse después más que otorgando un
nuevo testamento, donde se cumplan estrictamente y de nueva cuenta todas
las formalidades. Conforme a la Ley del Notariado, la redacción debe hacer-
se en español, la letra debe ser clara e indeleble, no se admiten raspaduras o
enmendaduras, para testar una palabra deberá cruzarse con una línea que la
deje legible, salvo que la ley ordene la ilegibilidad, o bien entrenenglonarse
lo corregido. Lo testado debe salvarse con una inserción al final de la escritu-
ra, con indicación de que lo primero no vale y lo segundo sí vale.

XI. LA REDACCI~NEN EL PROTOCOLO DEL NOTARIO

El artículo 78 de la Ley del Notariado claramente previene la obligación


a cargo del notario de asentar por escrito, en el protocolo a su cargo, todo
acto jurídico en el que intervenga, no podrá autorizar acto alguno sin hacer-
lo constar en el protocolo.

XII. LA LECTURA EN VOZ ALTA

Una vez concluida la redacción, el notario deberá leer en voz alta el texto
para que el testador manifieste su conformidad, en ningún caso y bajo nin-
guna circunstancia puede omitirse la lectura.

12 Derecho Civil, op. cit., p. 93.


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TESTAMENTO PÚBUCO ABIERTO, ÚNICA FORMA DE TESTAR EN EL DISTRITO FEDERAL 203

XIII. CONTEXTUAL, EN U N SOLO ACTO Y SIN INTERRUPCIONES

Todo lo anterior debe hacerse en un solo acto y sin interrupciones, resul-


ta inadmisible que el testador al mismo tiempo realice otros actos jurídicos,
por ejemplo una compraventa en la sala contigua. La exigencia de que se
lleve a cabo en un solo acto significa que debe ser contextual, señala Messi-
neo- La razón de ello es que - d e otro modo- podná darse lugar a un testa-
mento respecto de cuyo contenido, la voluntad del testador se haya modificado
con el transcurso del tiempo, la contextualidad excluye, por consiguiente la po-
sibilidad de arrepentimiento.13

XIV. FIRMA Y SELLO DE AUTORIZAR

Deberá firmar el instrumento el testador manifestando su conformidad,


también el notario quien deberá además plasmar su sello de autorizar como
expresión de la voluntad estatal, señala Pérez Fernández del Castillo. "Con
el sello se autorizan los documentos públicos y toda documentación relacio-
nada con su actuación. Es el instrumento que el notario emplea para ejercer
su facultad fedataria. Permite o impide la actividad notarial, púes es el sím-
bolo de la fe pública del Estado. La falta de él produce la nulidad del
instrumento".14

XV. OTROS ASPECTOS RELACIONADOS CON EL OTORGAMIENTO

A. INSTITUCIÓN DE HEREDEROS O LEGATARIOS

Para que la institución de herederos o legatarios sea válida debe señalár-


seles de preferencia por su nombre y apellido, en caso de haber varias perso-
nas que respondan al mismo nombre y apellido, entonces deberá agregarse
otros nombres, datos o circunstancias que permitan distinguir al que se quie-
re nombrar, para evitar que resulte imposible determinar su identidad, por-
que ello ocasionaría la nulidad o ineficacia de la institución, dando lugar a la
sucesión legítima, conforme al artículo 1387 del código. Aunque se haya omi-
tido el nombre del heredero, si el testador lo designare de otro modo que no
pueda dudarse quien sea, valdrá la institución.
El error en el nombre o apellido por si solo no vicia la institución, siem-
pre y cuando de algún otro modo se pueda saber con certeza cuál es la per-
sona nombrada, en caso de existir varias personas que respondan al mismo
nombre y por las circunstancias no se pueda determinar quién es el heredero

13 Derecho, op. cit., p. 91.


14 Derecho Notarial, op. cit., p. 111.
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o legatario señalado, ninguno será heredero, provocando la ineficacia de la


institución, en virtud de que toda disposición en favor de persona incierta
es nula.

B. LA FUNCIÓN E IMPORTANCIA DE LOS TESTIGOS


Los testigos junto con el notario son autorizantes, su función es ver y oír,
por lo tanto, en caso de ser requeridos, ya sea por el notario o por el testa-
dor, es indispensable su presencia al momento del otorgamiento, "la falta de
un testigo produce la inexistencia del acton,15 ninguna otra persona puede
actuar en su nombre o representación, es inadmisible que tan solo firmen el
instrumento sin enterarse e imponerse del acto, deben ser capaces, estar
atentos en todo momento, desde que se identifica el testador para poder cer-
ciorarse de que se trata de la misma persona, de su capacidad y de su liber-
tad moral, luego deben escuchar con atención todas y cada una de las
instrucciones que el testador le va dictando al notario, verificar su proceden-
cia, deben cerciorarse de que el autor vaya dando las instrucciones de mane-
ra clara y terminante, no como una respuesta a preguntas que se le formulen,
mucho menos en forma de monosílabos, para ello deben encontrarse en tal
relación con el testador y con el notario, que cuando se de lectura en voz
alta al testamento por parte de éste, estén en aptitud de cerciorarse de que
las cláusulas asentadas y leídas por el fedatario, corresponden fielmente a
las instrucciones dictadas por el testador, también deben certificarse de que
durante todo el acto el testador conservo su cabal juicio y su libertad moral,
que se llevo a cabo todo en un solo acto y sin interrupciones, en todo caso
deben imponerse del resto, para dar o rehusar su conformidad. Junto con el
notario coautonzan el instrumento. "Único caso en nuestra legislación, con
el testamento público cerrado, en el que el notario, a pesar de su fe pública,
necesitaba de otros para que el acto quede autenticado".l6

C. LOS TESTIGOS INSTRUMENTALES Y LOS TESTIGOS DE IDENTIDAD

Es preciso distinguir entre testigos instrumentales y testigos de identi-


dad, los primeros son aquellos ante quienes el testador en forma solemne
otorga su testamento, tienen por objeto presenciar el acto donde el otorgan-
te dispone de sus bienes y derechos, instituye herederos o legatarios, nom-
bra albacea y demás, los testigos de conocimiento solo se limitan a manifestar
que conocen al testador, que es la misma persona, que no tienen conoci-
miento ni advierten en él ningún signo de incapacidad y se encuentra libre
de coacción, los testigos instrumentales pueden actuar también como testi-

15 Derecho Notarial, op. cit., p. 243.


16 ARCEY Nacional
DR © Universidad CERVANTES, José, op.
Autónoma cit., p. 124.
de México,
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gos de conocimiento, es decir, para identificar al testador, así lo dispone el


código, am'culo 1504.

D.LA SUPRESIÓN DE LOS TESTIGOS


Por reforma publicada en el diario Oficial el 6 de enero de 1994 se mo-
dificaron los artículos 1511 al 1514 del Código Civil para el Distrito Federal,
con lo cual deja de ser un requisito del testamento público abierto su otorga-
miento ante tres testigos idóneos, como disponía el texto anterior, actual-
mente la presencia de los testigos es opcional, solo es necesaria cuando el
testador o el notario lo consideren conveniente, y se reduce a dos el número
de éstos.
Hay autores que consideran que la presencia de los testigos debería su-
primirse definitivamente y para todos los casos, que solo constituyen un es-
torbo y una desconfianza del legislador hacía el notario, que es suficiente su
fe pública, postura que no compartimos, consideramos que si es importante
su función y que no son un estorbo, siempre y cuando cumplan con su fun-
ción, es decir, que no se queden dormidos, porque junto con el notario tie-
nen el carácter de autorizantes, su presencia le da mayor fuerza, seriedad y
certeza al acto, también constituyen una mayor garantía para el testador,
hasta para el mismo notario cuando éste es quien los solicita, que solo es
cuando lo estime conveniente, por ejemplo, el testador es una persona de
edad muy avanzada, en este caso robustecen su fe, los testigos son coautori-
zantes, por tanto deben cerciorarse de que la persona es capaz, que se en-
cuentra libre de toda coacción, que durante todo el acto mantuvo lucidez,
que su manifestación de voluntad es clara y terminante y que el texto escrito
y leído por el notario coincide con las instrucciones del testador, cuando el
que los solicita es el testador también son una garantía, porque él mismo
puede llevar a personas de su confianza, entonces junto con el autor verifi-
can que lo asentado por el notario se apegue a su voluntad y demás formali-
dades, que no quede en manos de un auxiliar, en caso contrario pueden
negar su autorización.

E. PERSONASQUE NO PUEDEN SER TESTIGOS INSTRUMENTALES


La regla es que cualquier persona capaz puede ser testigo de un testa-
mento, la excepción es que ciertas personas no pueden serlo, el código las
enumera expresamente en las siete fracciones del artículo 1502.
1. Los amanuenses del notario que lo autorice. Resulta obvia esta prohibición
por la relación laboral de subordinación que guardan con el fedatario sus escri-
bientes, aun cuando el texto legal no lo señala, la prudencia aconseja que esta
prohibición sea extensiva para todos sus empleados.

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11. Los menores de dieciséis años. El legislador permite testar a los menores de
dieciocho años, siempre y cuando sean mayores de dieciséis y el testamento no
sea ológrafo, ésta es una excepción a la capacidad de ejercicio, que se justifica
por el propósito del legislador de que el mayor número de personas haga su tes-
tamento, además, debe considerarse que si un menor hace testamento no se
puede causar ningún perjuicio patrimonial derivado de su inexperiencia, en vir-
tud de que el testamento solo surte efectos hasta su muerte, pero consideramos
que no hay una clara justificación para admitir que intervenga como testigo un
menor de edad.
111. Los que no estén en su sano juicio. El testigo es junto con el notario un au-
torizante, por tanto debe estar en su sano juicio para cumplir su función, para
juzgar respecto a la capacidad del testigo debe atenderse al momento del otorga-
miento, ni antes, ni después, comprende no solo a los interdictos, sino a cual-
quier incapacidad, así sea transitoria, por ejemplo, no es un interdicto el testigo,
pero acude en estado de ebriedad.
N. Esta fracción actualmente se encuentra derogada, el antiguo texto se re-
fería a los sordos o mudos. Tenía plena justificación, en virtud de que es absur-
do que un testigo sea sordo o mudo, en virtud de que en esa condición no le va
a ser posible identificar al testador, que sea la misma persona, encontrarse en
una relación tal que pueda oír y ver todo lo que dice y hace el testador; difícil-
mente podrá asegurarse de la procedencia de su disposición; tampoco podrá
certificarse de que durante todo el acto conserve cabal juicio y este libre de
toda coacción, tampoco en igual relación podrá estar respecto al notario mien-
tras lee el acta, como va a saber si han sido transcritas fielmente todas y cada
una de las disposiciones, e imponerse del resto del acto para dar o rehusar su
conformidad.
V. Los que no entiendan el idioma que habla el testador. Esta prohibición es
muy clara, no puede ser testigo alguien que no entiende el idioma del testador,
para este supuesto el artículo 1503 previene. Cuando el testador ignore el idioma
del pak un intérprete nombrado por el propio testador concurrirá al acto yjirmará
el testamento.
Consideramos que los testigos no solamente deben conocer el idioma del tes-
tador, también el español.
VI. Los herederos o legatarios, sus descendientes, cónyuge o hermanos. El con-
curso de una de estas personas sólo tiene como efecto la nulidad de la disposi-
ción testamentaria donde se beneficie a dicho testigo o a sus mencionados
parientes, pero no produce la nulidad de todo el testamento, es de señalar que
no se hace mención alguna para el caso de que el testigo sea precisamente el
concubino del testador.
VII. Los que hayan sido condenados por el delito de falsedad. Es perfectamente
lógico que alguien que ha sido previamente condenado por el delito de falsedad
no pueda ser testigo, existe un antecedente que le resta credibilidad, sin embar-
go el notario difícilmente puede tener conocimiento de dicha circunstancia, no
tiene forma de saberlo, por tanto, solo incurre en responsabilidad si a pesar de
tener conocimiento autoriza el testamento.

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TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO. ÚNICA FORMA DE TESTAR EN EL DISTR~TOFEDERAL 207

F. LA INTERVENCI~NDE TESTIGOS CON CAPACIDADES DIFERENTES

Por reformas de fecha 4 de diciembre de 2008 se adicionó un último


párrafo al artículo que venimos comentando, absurdamente permite ser tes-
tigos a personas con capacidades diferentes relativas a ceguera total o par-
cial, sordera, mudez, incluso ambas, siempre y cuando concurran con un
intérprete pagado por el propio testador, lo cual nos parece fuera de toda
lógica, en virtud de que en este caso, al testigo no le va a ser posible identifi-
car al testador, que sea la misma persona, encontrarse en una relación tal
que pueda oír y ver todo lo que dice y hace; asegurarse de la procedencia de
su disposición; tampoco podrá certificarse de que durante todo el acto este
conserve cabal juicio y se encuentre libre de toda coacción, tampoco con res-
pecto al notario mientras lee el acta, como va a saber si han sido transcritas
todas y cada una de las disposiciones testamentarias e imponerse del resto
del acto para darle o rehusarle su conformidad. Aunque concurra con un in-
térprete, es un testigo atípico, pues no vio ni oyó nada.
En virtud de que el legislador está interesado en que el mayor número
de personas haga su testamento, en ciertos casos considerados especiales,
admite la posibilidad de que ciertas personas que no pueden cumplir con
todos los requisitos legales puedan testar, estos casos están consignados en
los artículos 1514, 1515, y 1517 del Código Civil, a ellos habré de referirme
en seguida.

XVI. CASOS ESPECIALES

A. CUANDOEL TESTADOR DECLARE QUE NO SABE O NO PUEDE FIRMAR

Entonces uno de los testigos firmará a su ruego y éste solo imprimirá su


huella digital. Artículo 1514, puede darse el caso que el testador no sepa
firmar, ni siquiera poner su nombre, o bien que su estado de salud se lo im-
pida, entonces se hace indispensable la presencia de testigos, uno de ellos
deberá firmar y el testador solo imprimirá su huella digital, se trata de testi-
gos instrumentales, tienen el carácter de autorizantes junto con el notario,
por tanto, es indispensable que estén presentes en todo momento, es decir,
durante todo el acto y no únicamente para firmar, para estar en aptitud de
cumplir con su función, desde luego ser capaces, mantener lucidez, ver y oír
todo lo que dice y hace el testador, si se identifica o no, que sea la misma
persona, que conserve lucidez durante todo el acto, que se encuentre libre
de coacción, que declare en forma espontanea, clara y terminante, que las
instrucciones correspondan al texto asentado por el notario, que se lleve a
cabo en forma contextual, en un solo acto y sin interrupciones.

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B. CUANDOEL TESTADOR ES ENTERAMENTE SORDO

En este caso de nada sirve que le sea leído el instrumento, pero en nin-
gún caso puede omitirse la lectura, no se previene nada para cuando el tes-
tador solo padezca una simple debilidad auditiva, entonces solo será
necesario que se le hable más fuerte. El testador debe manifestar igualmente
en forma clara y terminante su voluntad, el fedatario siempre está obligado
a cerciorarse que el autor conoce el contenido y manifieste su conformidad,
si el testador sabe leer, el mismo es quien deberá dar lectura a su propio tes-
tamento a fin de que pueda cerciorarse del contenido y expresar su confor-
midad; lo anterior se complica aún más sí la persona no sabe leer, o no
puede hacerlo por su estado de salud o edad avanzada, en este caso designa
una persona para que lo lea en su nombre, de cualquier manera debe expre-
sar con toda claridad que conoce el contenido y está conforme, nunca debe
ser expresada la voluntad a través de monosílabos o señales como respuesta
a preguntas. Si el testador no expresa claramente que conoce y está confor-
me con el contenido, el notario no debe autorizar el testamento, la voluntad
debe ser siempre clara y terminante, la ley responsabiliza al notario en rela-
ción a la capacidad de testar.

C. CUANDOEL TESTADOR ES CIEGO, NO PUEDE O NO SABE LEER

Puede darse el caso de que el testador sea ciego, entonces se da lectura


dos veces al testamento, una por el notario y otra por un testigo que el testa-
dor designa, con el objeto de que se entere de lo que quedó anotado y mani-
fieste de manera clara su conformidad (artículo 1517).

D.CUANDOEL TESTADOR IGNORA EL IDIOMA NACIONAL


Artículo 1518.-Cuando el testador ignore el idioma del país, si puede, escri-
birá su testamento, que será traducido al español por el intérprete a que se refie-
re el artículo 1503. La traducción se transcribirá como testamento en el
respectivo protocolo y el original, firmado por el testador, el intérprete y el nota-
rio, se archivará, en el apéndice correspondiente del notario que intervenga en
el acto. Si el testador no puede o no sabe escribir, el interprete escribirá el testa-
mento que dicte aquél y leído y aprobado por el testador se traducirá al español
por el interprete que debe concurrir al acto; hecha la traducción se procederá
como dispone el párrafo anterior. Si el testador no puede o no sabe leer, dictará
en su idioma el testamento al intérprete. Traducido éste, se procederá como dis-
pone el párrafo primero de este artículo. En este caso el intérprete podrá interve-
nir además, como testigo de conocimiento.
En este supuesto necesariamente deberán concurrir al otorgamiento jun-
to con el notario, un intérprete que es designado por el testador, si el testa-
dor puede escribir el mismo lo redactará de su puño y letra, el texto será
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TESTAMENTO PÚBLICO ABIERTO, ÚNICA FORMA DE TESTAR EN EL DISTRITO FEDERAL 209

traducido al español por el intérprete, la traducción se transcribirá en el pro-


tocolo y éste será el testamento. El original, firmado por el testador, el intér-
prete y el notario, se archiva en el apéndice del notario, a efecto de que
siempre pueda verificarse que se haya hecho correctamente la traducción, en
este caso no es aplicable la fracción XVII del artículo 102 de la ley del Nota-
riado, que exige que la traducción debe hacerse por un perito reconocido por
autoridad competente, suponemos que esto obedece a que el testador es
quien elige el intérprete, quien debe ser de su confianza, para mayor seguri-
dad el original queda en el apéndice para cualquier aclaración posterior, por
ejemplo; si resulta una controversia derivada de que la traducción no fue la
correcta.

E. CUANDO
EL TESTADOR NO SE PUEDE IDENTIFICAR

El legislador está interesado en que el mayor número de personas haga


su testamento, por ello de manera excepcional admite que una persona pue-
da testar aunque en ese momento no se pueda identificar, pero en este caso
el notario deberá hacerlo constar expresamente, señalando las características
somáticas del testador, para que posteriormente se haga la identificación,
dicho testamento no surtirá efecto alguno mientras no se acredite la identi-
dad del testador. Art. 1505.

F. CUANDO
EL TESTADOR ES UN DEMENTE EN UN
INTERVALO DE LUCIDEZ

Es una regla general en la capacidad de testar el gozar de cabal juicio,


los que habitual o accidentalmente no se encuentran en su cabal juicio están
incapacitados para testar, sin embargo, como el legislador está interesado en
que el mayor número de personas haga su testamento, excepcionalmente
permite testar a un demente, siempre que acredite que se encuentra en un
intervalo de lucidez, pero para que sea válido deben cumplirse estrictamente
los requisitos contenidos en los artículos 1308, 1309, 1310, 1311 y 1312 del
Código que exigen los siguiente.
El tutor del interdicto o en su defecto su familia, deberán presentar por
escrito una solicitud al juez de lo familiar, éste deberá nombrar dos peritos
médicos, de preferencia alienistas para que examinen al testador, el juez ten-
drá obligación de estar presente al momento de ser examinado el enfermo,
es decir, el examen deberá practicarse en su presencia, a efecto de que el
juzgador pueda hacerle unas cuantas preguntas considere necesarias para
cerciorarse de su capacidad, los peritos emitirán un dictamen para acreditar
que efectivamente la persona se encuentra en un intervalo de lucidez, lo
cual se hará constar en acta formal, en caso de que el resultado del dictamen
sea favorable, deberá hacerse de inmediato el testamento, a efecto de evitar
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que el estado mental del testador pueda cambiar, en virtud de que para juz-
gar sobre la capacidad del testador deberá atenderse al momento de testar.
El testamento tendrá necesariamente que ser público abierto, pero ade-
más el notario tendrá que asentar al pie del mismo, una razón expresa de
que durante todo el acto el testador conservó lucidez, sin cumplirse este re-
quisito y su constancia el testamento será nulo.

G. CUANDOEL TESTADOR ES MUDO O SORDOMUDO


PERO PUEDE LEER Y ESCRIBIR

En este caso el legislador admite la posibilidad de que presente su testa-


mento al notario por escrito, en presencia de dos testigos, el notario redacta-
rá el testamento conforme a la voluntad del testador, hecho lo anterior, será
leído en voz alta por el notario para que el otorgante manifieste su conformi-
dad, debiendo firmar la escritura, el testador, el notario y los testigos que
intervinieron, art. 1515.

XVII. LA RESPONSABILIDAD NOTARIAL

Con el sistema de responsabilidad previsto para el notario en nuestra le-


gislación se garantiza plenamente su buen desempeño, en virtud de que en
el ejercicio de sus funciones si éste actúa en forma deficiente, morosa, falta
de técnica notarial, negligente, parcial, o de mala fe, si se niega a prestar el
servicio en forma injustificada, por ser éste un servicio público, y otras cau-
sas, puede incurrir en diversos tipos de responsabilidad: civil, penal, admi-
nistrativa, fiscal, colegial o varias a la vez, y de acuerdo a la gravedad puede
hacerse acreedor a diversos tipos de sanciones, que van desde una simple
amonestación, multa, suspensión temporal, pérdida de oficio, hasta privati-
vas de la libertad por comisión de delitos relacionados con su actividad.

XVIII. EL TESTAMENTO PUBLICO ABIERTO OTORGADO


EN EL EXTRANJERO

Conforme al principio locus regit actum, los funcionarios del Servicio Ex-
terior Mexicano, cónsules, vicecónsules y en algunos casos los jefes de las
Oficinas Consulares, por ministerio de ley realizan funciones notariales en el
extranjero, a las que por una ficción legal se consideran como si hubieran
sido realizadas por notarios del Distrito Federal, desde luego deben sujetarse
a la Ley del Notariado, al Código Civil para el Distrito Federal y a las demás
leyes relacionadas, de tal manera que conforme a la Ley del Servicio Exterior
Mexicano, puede otorgarse testamento público abierto en el extranjero ante
dichos funcionarios, cuando vaya a surtir efectos en México, la fe pública de
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éstos es equivalente, pero con la restricción de que únicamente pueden ha-


cerlo dentro de sus oficinas consulares:
Arti'culo 44.-Corresponde a los Jefes de Oficinas Consulares:
IV. Ejercer funciones notariales en los actos y contratos celebradohen el ex-
tranjero que deban ser ejecutados en temtorio mexicano, en los t6nninos señala-
dos por el Reglamento. Su fe pública será equivalente en toda la República, a la
que tienen los actos de los notarios en el Distrito Federal.

XIX. REGISTRO DE TESTAMENTOS

En el Archivo General de Notarias del Distrito Federal se encuentra el


Registro de Actos de Ultima Voluntad que tiene por objeto asentar las ins-
cripciones de los testamentos, con todos sus datos, nombre del notario, nú-
mero de notaria, nombre del otorgante, fecha de otorgamiento y demás, es
una obligación de los notarios informarle dentro de los cinco días hábiles si-
guientes a cuando ante su fe se otorgue un testamento. Posteriormente
cuando se tramita la sucesión, el juez o el notario, deben solicitar a dicho
Archivo información sobre la existencia o inexistencia de testamento otorga-
do por el de cujus, artículos 121, 122 y 123 de la Ley del Notariado.
Existen convenios de coordinación entre la Secretaría de Gobernación y
los Estados de la República para el establecimiento del Registro Nacional de
Testamentos, de tal manera que cada vez que se solicita al Archivo General
de Notarías del Distrito Federal el informe sobre existencia o inexistencia de
testamento, éste a Su vez se encarga de solicitar la información que devuelve
anexa del Registro Nacional de Avisos de Testamento, con el correspondien-
te positivo o negativo, respecto de alguna disposición testamentaria hecha
en alguna entidad federativa, ver artículo 789 bis del Código de Procedi-
mientos Civiles para el Distrito Federal.

XX. CONCLUSIONES

El testamento público abierto es la forma más segura de testar, los otros


tipos de testamento son poco prácticos, es por ello que casi no se utilizan,
tienen múltiples inconvenientes que se derivan especialmente de una falta
de asesoría legal y una deficiente conservación, esto se traduce en mayores
impugnaciones y litigios, contrano a ello, el testamento público abierto ofre-
ce las siguientes ventajas.
Lo puede otorgar cualquier persona, en cualquier circunstancia, aun-
que no sepa o no pueda leer ni escribir, aunque sea sordo, ciego,
mudo o desconozca el idioma castellano.
Ofrece al testador asesoría de un profesional del derecho, investido
de fe pública, que puede actuar cualquier día y a cualquier hora, cer-
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tificado y calificado, con lo cual se logra mayor claridad en el conteni-


do y estricto apego a derecho.
Tiene a su favor todas las garantías derivadas de la intervención
notarial.
Ofrece mayor certeza a la sociedad, en virtud de que siempre se otor-
ga en el protocolo del notario, donde se conserva, tiene una matriz,
se puede reproducir y difícilmente puede extraviarse o sufrir alguna
alteración.
Tiene todo el valor probatorio de los documentos públicos.
Tiene vigencia indefinida, no importa cuanto tiempo haya transcurri-
do entre la fecha de otorgamiento y la defunción de su autor, hayan o
no cambiado las circunstancias.
La presencia de un fedatario público garantiza la capacidad del autor,
la expresión de voluntad libre de toda coacción y el cumplimiento de
todas las formalidades.
Ofrece la mayor garantía para el testador de que se expresará y respe-
tara su voluntad, al responsabilizar al notario con sanciones severas,
para el caso de autorizar un testamento sin que se cumplan los requi-
sitos legales.

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Origen, desarrollo y función


de la voluntad anticipada
José Antonio SILZlnchcx Barroso

SWO: 1. Introducción. 11. Contexto en el que surge y se desarrolla la voluntad anti-


apada. 111. Función médica de la voluntad anticipada.

Durante la vida humana hay dos momentos en los que especialmente se


acentúan cuestionamientos éticos, médicos y jurídicos debido a la impreci-
sión cientifica o, mejor dicho, al inacabado conocimiento científico en tomo
a ellos. Me refiero al inicio y al final de la vida humana. Ningún otro mo-
mento en la vida presenta tal complejidad que estos dos.1
En este sentido, cuando se habla de la voluntad anticipada inmediata-
mente se suele pensar en la eutanasia o en el suicidio médicamente asistido
y se intenta llegar a conclusiones definitivas sobre su permisibilidad o prohi-
bición, en la mayoría de las ocasiones sin mucho rigor ético-filosófico. Sin
embargo, el contenido formal y material de la voluntad anticipada es mucho
más extenso, por tanto, las situaciones clínicas que se deben plantear y ana-
lizar son varias y muy complejas.
De este modo, el presente trabajo tiene un doble objetivo:
En primer término, hacer un estudio del contexto en que surge y se de-
sarrolla la voluntad anticipada en la práctica médica y jurídica, es decir, ana-
lizar los dos aspectos que la han impulsado: por un lado, el principio de
autonomía en la relación clínica y, por otro, la obstinación terapéutica a con-
secuencia de avance tecno-científico. Con ello se intentará demostrar que en
la voluntad anticipada tan importante es un aspecto formal -1iderado por el
derecho de autodeterminación del paciente-, como un aspecto material
-compuesto de hechos clínico-biológicos propios del caso-, y que uno y
otro lejos de ser excluyentes, son complementarios.

- -

GRACIA,Diego, Ética de los confines de la vida, El Búho, Colombia, 2004, Ética y Vida,
l
núm. 3, pp. 289-291.
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Y, en segundo término, hacer un análisis propositivo de la función médi-


ca que tiene la voluntad anticipada, la cual lamentablemente no ha sido con-
siderada por el legislador.
Para dotar de mayor claridad y proyección a los temas que aquí se abor-
dan se harán constantes referencias a la legislación aplicable en México en
materia de voluntad anticipada, o bien disposiciones para la propia incapaci-
dad. No obstante, antes que nada conviene advertir que en México no existe
una legislación federal y las vigentes a nivel local son realmente pocas lo
cual provoca un vacío legal que se traduce en múltiples conflictos jurídicos.
La normatividad vigente en nuestro país es la siguiente: Ley General de
Salud (LGS),publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de febrero
de 1984; Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal (LVADF), publi-
cada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 7 de enero de 2008;z Regla-
mento de la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal (RLVADF),
publicado en la misma gaceta el 4 de abril de 2008; Ley Protectora de la
Dignidad del Enfermo Terminal para el Estado de Coahuila (LPDET),publica-
da en el Periódico Oficial de ese Estado el 18 de julio de 2008; Ley de Volun-
tad Anticipada para el Estado de Aguascalientes (LVAEA), publicada en el
Periódico Oficial de ese Estado el 6 de abril de 2009; Reglamento de la Ley
de Voluntad Anticipada para el Estado de Aguascalientes (RLVAEA), publica-
do en el mismo periódico el 27 de julio de 2009; Ley Estatal de Derechos de
las Personas en Fase Terminal (LEDPFT),publicada en el Periódico Oficial
del Estado de San Luis Potosí el 7 de julio de 2009; Ley de Voluntad Vital
Anticipada del Estado de Michoacán de Ocampo (LWAEM), publicada en el
Periódico Oficial de ese Estado el 21 de septiembre de 2009 y; Ley de Volun-
tad Anticipada para el Estado de Guanajuato (LVAEG), publicada en el Perió-
dico Oficial de ese Estado el 3 de junio de 2011.

II. CONTEXTO EN EL QUE SURGE Y SE DESARROLLA


LA VOLUNTAD ANTICIPADA

El origen de la voluntad anticipada dentro de la práctica médica y jurídi-


ca se vincula directamente a dos acontecimientos: el primero, al desarrollo
del consentimiento informado en razón de la introducción de la idea de au-
tonomía individualista a la medicina y; el segundo, al temor generado en
tomo a la obstinación terapéutica y a la prolongación de los sufrimientos.3
No se puede negar que la voluntad anticipada ha sido ideada y promovida
en el seno de cierta cultura - e l de la sociedad pluralista- que valora ante

2 Dicha ley fue objeto de reforma, cuyo decreto se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal el 27 de julio de 2012.
3 Cfr. SERRANO RUIZ-CALDERÓN, José Miguel, "La Ley 41/2002 y las voluntades anticipa-
das", Cuadernos de Bioética, vol. XVII, núm. 59, enero-abril 2006, pp. 69 y SS.
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todo la autonomía y los derechos de los individuos. Al patemalismo médico


tradicional se ha impuesto el modelo médico autonomista, provocando que
la voluntad anticipada sea considerada en no pocas ocasiones como una se-
rie de instrucciones que el médico debe cumplir puntualmente como si se
tratase de un "contrato" impuesto unilateralmente por el paciente. Pero,
además de los factores culturales, intervienen otros de tipo médico-tecnoló-
gico como el imperativo tecnológico que consiste en hacer todo lo técnica-
mente posible para alargar la vida sin importar las consecuencias o costos
-no siempre de tipo económico- que ello implica.4
De este modo, desde un enfoque estrictamente bioético la voluntad anti-
cipada es una reacción, con base en la autonomía individualista, al avance
tecno-científico en el campo de la medicina cuando éste conduce a la obsti-
nación terapéutica.

En cuanto al primer acontecimiento que detonó el origen de la voluntad


anticipada, es decir, lo relativo a la autonomía en la relación clínica es nece-
sario destacar lo siguiente.
Hasta el siglo XWII las relaciones familiares, religiosas, políticas, jurídi-
cas y, por supuesto, médicas eran estrictamente paternalistas. El paternalis-
mo médico es el prototipo elemental del proceso de dominación basado en
el poder. El principio básico de la medicina era que el enfermo carecía de
autonomia; por tanto, era incapaz de tomar decisiones no sólo en el orden
físico, sino también en el moral. Su obligación consistía en la obediencia:
al poder de mando del médico, le correspondía el deber de obediencia del
enfermo.
Conforme al paternalismo de corte hipocrático al paciente había que
darle todo aquello que le fuese benéfico, pero sin permitirle opinar sobre las
cuestiones tocantes a su tratamiento. Era considerado como persona y por
ello se le ayudaba en su enfermedad pero, a la vez, se le tenía como un ente
inmaduro sentimentalmente e iletrado científicamente por lo que no sabía
qué era bueno para él. Por esta razón, alguien con cierta instrucción o poder
- e l médic- tenía que guiarle imperativamente en el camino del bien, tan-
to físico como moral.
No obstante, ese tipo de relaciones cambiaron a partir del siglo con
la entrada del modelo liberal, es decir, con la necesidad de controlar el po-
der del Estado sometiéndolo a normas jurídicas y éticas razonables formu-
lando un elenco de derechos inalienables de los hombres. Las relaciones que
se regían por el patemalismo ahora lo hacen conforme a la privacidad y son

4 Cfi. S ~ C H EIsidoro
Z, Martín (Coord.), Bioética, religión y salud, Consejena de Sanidad y
Consumo, Direcci6n General de Aseguramiento y Atena6n al Paciente, Madrid, 2005, pp. 318 y SS.
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diametralmente opuestas. El paternalismo se conduce conforme al principio


de beneficencia; en tanto que la privacidad, por el de autonomía. Esto signi-
fica que al enfermo poco a poco se le ha ido considerando como un ser autó-
nomo, capaz de recibir información y libre de tomar las decisiones relativas
a su cuerpo, su salud y su vida.5
El consentimiento informado fue la primera gran conquista de los enfer-
mos en la lucha por el reconocimiento de su autonomía la cual tuvo un gran
impulso gracias a las decisiones judiciales. Recuérdese que ese término se
utilizó por primera vez en el ámbito judicial estadounidense en 1957 en el
caso Salgo vs. Leland Stanford Jr. University Broad of Trustees.
'
La voluntad anticipada, por su parte, también se inscribe en el reclamo
de los enfermos de que su decisión sea respetada, incluso en los últimos mo-
mentos de su vida. Esta idea nace cuando la Euthanasia Society of America
en 1967 propuso un documento de cuidados anticipados que permite al
individuo especificar su voluntad de terminar las intervenciones médicas
mantenedoras de la vida. En ese contexto, dos años más tarde el abogado
estadounidense Luis Kutner propuso un tipo de documento en el que el pro-
pio individuo indicaba el tipo de tratamiento que deseaba recibir en caso de
que su estado corporal llegue a ser completamente vegetativo y sea seguro que
no va a poder recuperar sus capacidades mentales y físicas.
No resulta extraño que tanto el consentimiento informado como la vo-
luntad anticipada como expresiones de la autonomía individual se hayan
gestado en el pensamiento jurídico y no en la medicina, más aun resulta na-
tural, pues la idea ética central de la tradición jurídica ha sido por excelencia
la defensa de la autonomía y los derechos fundamentales de los individuos;
en cambio, la idea central de la ética médica ha sido la beneficencia. Así, el
lenguaje ética basada en la beneficencia es el de la virtud; en tanto que el de
la ética basada en la autonomía, es el de los derechos.
En este sentido, la autonomía se manifiesta en el derecho humano de todo
individuo de autodeterminarse en las cuestiones relacionadas con su vida, su
cuerpo y su muerte. La autonomía es el derecho a disponer de un ámbito
íntimo de decisión que nadie que no sea la propia persona decida lo que es
bueno o no y los medios para alcanzarlo.
Sin lugar a dudas el principio de autonomía juega un papel relevante en
la voluntad anticipada. Las normas aplicables así lo reconocen expresamen-
te, por ejemplo: 166 Bis 3, fracción VIII, y 166 Bis 17 de la LGS; 3, fracción
111, de la LVADF; 2, fracciones IV y V, 4, fracción 1, y 17, fracción 111, del
RLVADF; 3, fracción IV, 2, fracciones 111 y IV, 4, fracción 1, y 17, fracción 111,
de la LVAEA; 2 de la LEDPFT; 7 LPDET; 2, fracciones 1, VI y VIII, de la LWAEM
y; 3, 7, fracción 1, 30, fracción 1, y 34 de la LVAEG.
La relevancia de ese principio se debe a dos razones fundamentales:

5 Cfr. GRACIA,Diego, Fundamentos de bioética, EUDEMA, Madrid, 1989, p. 72.


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ORIGEN, DESARROLLO Y FUNCIÓN DE LA VOLUNTAD ANTICIPADA 217

En primer lugar, porque el equipo médico no actúa ciegamente en el


campo moral precisamente porque conoce los deseos, intereses e inquietu-
des del paciente y, quizá con mayor importancia, su propia escala de valores
lo que permite ofrecer una mejor atención médica que más allá del poner,
quitar o limitar, sea de acompañar y en la medida de lo posible aliviar el
sufrimiento.
Y, en segundo lugar, porque el paciente, con plena competencia y sufi-
ciente información, decide y comunica su aceptación o rechazo a la asisten-
cia o tratamientos indicados o, incluso solicita un tratamiento no indicado o
un tratamiento médico contraindicado de acuerdo con su enfermedad.
En relación a este segundo punto es importante aclarar lo siguiente.
Para desentrañar el verdadero sentido de la autonomía en la voluntad antici-
pada se tienen que conjugar dos realidades: la racionalidad médica y la ra-
cionalidad ética. Es decir, las decisiones para la propia incapacidad de las
que se ocupa la voluntad anticipada ostentan, forzosamente, una parte ma-
terial compuesta de hechos clínico-biológicos y; además, una parte formal,
conformada por valores morales.
El aspecto material lo gestiona el médico a partir de la enfermedad pa-
decida por el paciente. A la racionalidad médica, que se integra por criterios
deontológicos, por la lex artis y por los últimos conocimientos científicos, le
toca pronunciarse acerca de qué es lo más conveniente u oportuno (técnica
o científicamente) para el paciente, así como de los medios disponibles para
lograrlo en atención del diagnóstico, pronóstico, tratamiento y alternativas
posibles.
Dentro de la racionalidad médica con frecuencia se clasifican los tra-
tamientos en ordinarios y extraordinarios, o bien en proporcionados y
desproporcionados;6 sin embargo, esa forma clasificación conlleva numero-
sos problemas por su innegable ambigüedad, pues no siempre es fácil dife-
renciar lo ordinario de lo extraordinario.7 Por ese motivo en la actualidad,
sobre todo en Europa, se prefieren utilizar otros términos como: tratamien-
tos indicados, tratamientos no indicados y tratamientos contraindicados.8 No
obstante lo anterior, la LGS -junto con otras legislaciones- utilizan aquella
clasificación(artículos 166 Bis, fracción V; 166 Bis 1, fracciones VI1 y VIII;
166 Bis 17 y; 166 Bis 18 de la LGS).
El tratamiento indicado [TI] es aquel que está avalado por el conoci-
miento científico y experiencia previa, y el beneficio que se espera obtener de
él supera sus riesgos potenciales. Es decir, es aquel cuya eficacia en la cura-
ción de un determinado proceso o en el mantenimiento de una aceptable

6 Cfr.ELIZARIBASTERRA,Francisco Javier (dir.), 10 palabras clave ante el final de la vida,


Verbo Divino, Navarra, 2007, pp. 256 y SS.
7 Cfr.GÓMEZRuBL, Juan A., Ética en medicina crítica, Triacastela, Madrid, 2002, pp. 241
y 242.
8 Cfr.COUCEIRO, Azucena (ed.), Bioética para clínicos, Triacastela, Madrid, 1998, p. 113.
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calidad de vida es admitida en la comunidad científica, basada en la eviden-


cia de la experiencia y en estudios clínicos rigurosos. Este tipo de tratamien-
to requiere siempre del consentimiento del paciente. El tratamiento no
indicado [TNI] es aquel cuya eficacia en la curación o mantenimiento de una
aceptable calidad de vida no está probada para la comunidad cientifica, sólo
se le presupone empíricamente algún efecto beneficioso y ningún efecto ad-
verso grave en el proceso morboso. Finalmente, el tratamiento contraindica-
do [TCI] es aquel que incide de forma negativa en la enfermedad o en el
enfermo, pudiendo provocar incluso la muerte del mismo.9
Así, la racionalidad médica se materializa en la práctica de tres maneras:
[TI], [TNIl Y [TCII.
Por lo que hace al aspecto formal, lo gestiona, en primer lugar, el pa-
ciente mediante el ejercicio de su derecho de autoderminación. Es decir, al
paciente le corresponde decidir sobre lo qué es bueno (moralmente) para él
y acerca de los medios para alcanzarlo. Sin embargo, en la racionalidad ética
también participa el médico y la sociedad. Si no se considerase al médico
dentro de esta parte formal, se le atribuiría un carácter instrumental al que
le correspondería lisa y llanamente atender solícitamente la voluntad del en-
fermo. Pero no hay que olvidar que el médico, al igual que el paciente, es un
sujeto moral y que; por tanto, también le corresponde realizar unos valores
morales en su relación con el enfermo. Lo mismo sucede con la sociedad.
Por tal motivo en la racionalidad ética participan varios agentes morales gra-
cias a los cuales concurren otros principios morales como la beneficencia, la
no maleficencia y la justicia.
En este orden de ideas, la racionalidad ética, enfocada estrictamente al
derecho de autodeterminación del paciente, se materializa en la práctica de
tres maneras: aceptación de tratamientos (A), solicitud de tratamientos (S) y
rechazo de tratamientos (R).
La interacción de la racionalidad médica y la racionalidad ética que se
hace evidente en la voluntad anticipada y que desentraña el verdadero sen-
tido de la autonomía del paciente, da lugar a las siguientes situaciones hi-
potéticas:
1. El paciente (A):
1.1 [TI], [TNI] y [TCI]
1.2 [TI]
1.3 [TNI]
1.4 [TCI]
1.5 [TI] y [TNI]
1.6 [TI] y [TCI]
1.7 [TNII y [TCII

9 ELIZARI
DR © Universidad BASTERRA,
Nacional Francisco
Autónoma Javier (dir.),
de México, op. cit., pp. 265 y 266.
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2. El paciente (S):
2.1 [TI], [TNI] y [TCI].
2.2 [TI]
2.3 [TNI]
2.4 [TCI]
2.5 [TI1 y [TNII
2.6 [Ti] y [TCI]
2.7 [TNI] y [TCI]
3. El paciente (R) :
3.1 [Ti], [TNI] y [TCI] .
3.2 [TI]
3.3 [TNI]
3.4 [TCI]
3.5 [Ti] y [m11
3.6 [TI] y [TCII
3.7 [TNI] y [TCI]
Aunque todas estas situaciones pueden ser objeto de reflexión bioética y
jurídica, por cuestiones metodológicas solamente veamos aquellas más rele-
vantes para el tema que nos ocupa:
a) Si únicamente se atendiera al derecho de autodetenninación del pa-
ciente, en el supuesto (2.6) el médico tendría la obligación de proporcionar-
le esos los tratamientos. Sin embargo, en función del principio de no
maleficencia no puede ofrecerle [TCI]. Aquí el principio de no maleficencia
es el contrapeso del de autonomía.
b) Si únicamente se atendiera al derecho de autodeterminación del pa-
ciente, en el supuesto (2.5)el médico tendría la obligación de proporcionar-
le esos los tratamientos. Sin embargo, en función del principio de justicia
sólo puede ofrecerle [TNI] cuando no se trate de recursos escasos, o bien
cuando los costos económicos sean cubiertos directamente por el paciente y
no por los s e ~ c i o públicos
s de salud. Aquí el principio de justicia es el con-
trapeso del de autonomía.
C) Si únicamente se atendiera al derecho de autodeterminación del pa-
ciente, en el supuesto (2.1)el médico tendría la obligación de proporcionar-
le esos los tratamientos. Sin embargo, en función del principio beneficencia
sólo puede ofrecerle [TI]. Aquí el principio de beneficencia complementa el
de autonomía.
En todos los casos anteriores, a pesar de que los principios aludidos son
propios de la racionalidad ética, aquél que juega la posición de contrapeso o
complemento tiene cabida gracias a la revelación que hace racionalidad mé-
dica en el caso concreto.
Incluso en el supuesto (3.2) el principio de autonomía no excluye por
completo otros criterios de moralidad. h que sucede es que la autonomía es
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respaldada por valores o creencias religiosas (por ejemplo, en la transfusión


de sangre en pacientes testigos de Jehová), o bien de algunas otras conside-
raciones morales.
Lo anterior demuestra que si bien la voluntad anticipada se cifra como
una de las conquistas de los enfermos en el reconocimiento de su derecho de
autodeterminación, la autonomía no basta por sí misma para conducir a
buen término la relación clínica desde el punto de vista bioético y jurídico.
En consecuencia, la buena praxis, tanto médica como jurídica, de la voluntad
anticipada debe promover y respetar los principios y valores morales de
todos aquellos implicados en ese acto médico, es decir, del médico y de la
sociedad.
Por último, es importante insistir que cualquiera que sea la decisión del
paciente nunca se le pueden escatimar, limitar o suprimir los cuidados bási-
cos que garanticen un mínimo decoro; por tanto, se debe controlar el dolor,
las náuseas, vómitos, convulsiones, angustia, agitación, etcétera.

En lo relativo a la obstinación terapéutica en la práctica médica como


segundo elemento que detonó el origen de la voluntad anticipada es esencial
aclarar algunas cuestiones.
Gracias al desarrollo experimentado por las ciencias médicas en el si-
glo XX se han podido controlar algunos de los procesos que solían conducir a
la muerte de una persona, tales como: la parada cardiaca, insuficiencia res-
piratoria, fracaso renal, equilibrio metabólico, etc. Fue con la aparición de
los cuidados intensivos en la década de los años sesenta cuando el médico
realmente comenzó a tener un control efectivo sobre la muerte.
Con la sustitución de las funciones vitales se hace necesario establecer
nuevos criterios para definir la muerte. De este modo, (en muchos casos,
pero no en todos) se cambia el criterio de cese de las funciones cardiorrespi-
ratorias por el de muerte cerebral o encefálica. Pero, además, se crean nue-
vas obligaciones para los médicos, ya que de acuerdo con el antiguo criterio
de muerte los médicos sólo debían manifestar respeto absoluto ante el cadá-
ver porque éste no era objeto del campo terapéutico, pero con el criterio de
muerte encefálica el cadáver se convierte en potencial donador de órganos
por lo cual el equipo médico, principalmente el intensivista, debe mantener
los órganos en el mejor estado posible.
En este nuevo escenario conceptos como "muerte natural" o "desahucio"
se transforman en "muerte intervenida" o "reanimación". La muerte deja de
ser una consecuencia natural de la vida y se convierte en el fracaso de un
proceso técnico-científico. Antes la única actitud ante la muerte era dejar
que sucediera, una vez que aparecían ciertos síntomas no había otra elección
más que morir de la mejor manera posible, en paz con Dios. En la actualidad
DRno se practica
© Universidad el arte
Nacional de morir,
Autónoma sino el arte de salvar la vida.
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El principio ético de "no abandono del paciente", como parte del prin-
cipio de beneficencia, era el que regía el acto médico;lo pero con la apari-
ción de las medidas de soporte vital tiene cabida un espectacular intento de
reanimación que se caracteriza muchas veces por la instrumentalización
del cuerpo11 y por el abandono del ser humano cuando la medicina ha fra-
casado.12
Indudablemente la posibilidad de mantener artificialmente la vida da lu-
gar a diversos cuestionamientos bioéticos, tanto en relación al conocimiento
generado como a su aplicación en pacientes concretos. La bioética de nues-
tros días se pregunta en qué ocasiones mantener la vida beneficia o perjudi-
ca al ser humano. De hecho, no es fortuito que el auge de la bioética desde
su nacimiento haya sido paralelo al desarrollo de la medicina intensiva.
Bajo esta perspectiva, las decisiones que han de tomarse al final de la
vida dan pauta a dos posturas extremas: i) el mantenimiento a ultranza de
la vida y, ii) el respeto por la libre disposición de la propia vida cuando su
calidad desciende por debajo de unos mínimos considerados inaceptables.13
Gómez Rubí establece cinco niveles entre estas dos posiciones:
En la zona "A", más cercana a la primera postura antes citada, están
quienes defienden el uso de todas las medidas terapéuticas en todos los ca-
sos aunque existan criterios científicos de irreversibilidad. Esto corresponde
a lo que se ha llamado "ensañamiento terapéutico", "encarnizamiento tera-
péutico" (términos en desuso por considerarse poco afortunados), "obstina-
ción terapéutica" o "distanasia".
En las zonas " B y "C" se ubican quienes consideran que cuando no exis-
tan posibilidades reales de recuperación debe limitarse el tratamiento y de-
jar la evolución natural de la enfermedad. La zona "B" se caracteriza por ser
predominantemente paternalista y, la zona "C" por dar preferencia a la auto-
nomía. En estos niveles cabe lo que se denomina "limitación del esfuerzo te-
rapéutico". También podría encuadrar la "eutanasia pasiva"; sin embargo, en
la actualidad ya no es aceptado ese término por la connotación negativa que
tiene principalmente en el ámbito social.
Las zonas "D" y "E" consideran, además de la irreversibilidad de la en-
fermedad, la existencia de sufrimiento insoportable y; por tanto, aquí se ubi-
can quienes son partidarios de la aplicación de alguna medida letal, ya sea
ejercida por el propio enfermo "suicidio médicamente asistido" (zona "D"), o
por una tercera persona a petición del enfermo "eutanasia" (zona "E").

10 Cfr.B o m , Francesc et al., "El deber de no abandonar al paciente", Medicina Clínica,


vol. 117, núm. 7, 2001, pp. 262-273.
l1 Cfr.MMEZ Rmí, Juan A., op. cit., pp. 31, 34, 44, 45 y 46.
12 Cfr. GGRACIA, Diego, Ética de los confines de la vida, op. cit., pp. 254 y 255. Y M O N Z ~ N
m, J.L. et al., "Recomendaciones de tratamiento al final de la vida en paciente crítico", Me-
dicina Intensiva, vol. 32, núm. 3,2008, p. 5.
l3 G ~ M ERmf,
Z Juan A., Op. cit., pp. 228 y SS.
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En la actualidad en México ambos extremos son considerados maleficen-


tes y, en consecuencia, prohibidos tanto ética como jurídicamente.
En la LGS existen dos disposiciones concretas al respecto:
Artículo 166 Bis 18.-Para garantizar una vida de calidad y el respeto a la
dignidad del enfermo en situación terminal, el personal médico no deberá apli-
car tratamientos o medidas consideradas como obstinación terapéutica ni me-
dios extraordinarios.
Artículo 166 Bis 21.-Queda prohibida, la práctica de la eutanasia, entendida
como homicidio por piedad así como el suicidio asistido conforme lo señala el
Código Penal Federal [...l.
Por otro lado, en la normativa vigente en las Entidades Federativas que
regulan la voluntad anticipada, o bien las disposiciones para la propia inca-
pacidad también se encuentran manifiestas esas prohibiciones, por ejemplo:
artículo 26 LVADF; 2 y 43 de la LVAEA; 5 de la LEDPFT; 22 de la LPDET; 37,
fracción 1 de la LWAEM y; 43 de la LVAEG.
Precisamente la voluntad anticipada tiene entre sus principales funcio-
nes rechazar la obstinación terapéutica en la práctica médica -aun cuando
se supone en sí misma prohibida por la deontología médica, por la lex artis y
por la ley (artículo 166 Bis 18 LGS)- sin llegar al extremo de disponer libre
y arbitrariamente de la propia vida.
El rechazo a la obstinación terapéutica a través de la voluntad anticipa-
da se basa en las siguientes premisas bioéticas:
a) La prolongación de la vida biológica no constituye un valor absoluto
que deba mantenerse a ultranza en todas las situaciones.14 Es decir, la vida es
el bien más importante que tenemos, pero no es un valor absoluto que deba
mantenerse a costa de todo. La muerte es un hecho natural que acaba igua-
lando a todos: enfermos, médicos y cuidadores.ls Ante la inminencia de una
muerte inevitable es lícito renunciar a tratamientos que únicamente prolon-
gan la vida de una forma precaria y penosa (tratamientos contra indicados) .16
b) No es digno ni prudente seguir agrediendo al enfermo cuando sus
posibilidades de vida son nulas o casi nulas.17 Es decir, es lícito contentarse
con los medios normales (tratamientos indicados) que la ciencia médica
puede ofrecer.18

14 Cfr.W R É PWCAS,U.y SOLSONA DuRÁN, J. F., "Limitación del esfuerzo terapéutico en


medicina intensiva", Medicina Intensiva, núm. 26, 2002, p. 306.
15 Cfr.G ~ M E RuB~,
Z Juan A., op. cit., p. 234. GRACIA, DIEGO,''Justicia sanitaria: Una pro-
puesta", Perspectivas bioéticas en las Américas, núm. 2, 1996, p. 29. Y JIMÉNU JIMENEZ,José,
Manual de gestión para jefes de servicios clínicos, You & Us, Madrid, 1997, p. 104.
16 Declaración sobre la Eutanasia. En: http://www.vidahumana.org/vidafam/iglesia/
declaracion.htrn1, consultada, el 17 de mayo de 2012.
17 Cfr.GRACIA, Diego, Etica de los conjines de la vida, op. cit., p. 257.
18 Declaración
DR © Universidad sobre
Nacional la Eutanasia,
Autónoma op. cit.
de México,
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C) No hay obligación alguna de someterse o continuar con un tratamien-


to que no esté libre de peligro, o bien sea demasiado costoso (tratamientos
no indicados).19
d) No es lo mismo ayudar a vivir a quien está viviendo que impedir mo-
rir a quien está muriendo.20
e) No se deben interrumpir los tratamientos o cuidados médicamente
recomendados para esos casos (cuidados paliativos).21
En definitiva, el rechazo de la obstinación terapéutica en la práctica mé-
dica no es un rechazo del paciente ni de su vida, el objeto de la deliberación
sobre la conveniencia de iniciar o continuar una práctica terapéutica no es
el valor de la vida del paciente, sino el valor de la intervención médica en el
paciente. La decisión de no emprender o de interrumpir una terapia será
éticamente correcta cuando esta resulte ineficaz o claramente desproporcio-
nada para sostener la vida o recuperar la salud. Esto no es más que la expre-
sión del respeto que en todo momento se le debe al paciente22 En otras
palabras, interrumpir una terapia y permitir que sobrevenga la muerte pue-
de ser, en algunas circunstancias, perfectamente comprensible con el respeto
que se debe a la vida porque se puede respetar la vida no sólo preservándo-
la, sino también permitiendo que llegue a su término de modo natural?
Finalmente, sólo queda insistir que los problemas bioéticos y jurídicos
que surgen a partir de la posibilidad técnico-científica de mantener artificial-
mente la vida de una persona y de la posibilidad legal de establecer disposi-
ciones para la propia incapacidad, no se solucionan:
a) Considerando exclusivamente el derecho de autoderminación del pa-
ciente al margen de los hechos clínico-biológicos de su enfermedad.
. b) Dando prioridad a los hechos clínico-biológicos sobre el derecho de
autodeterminación.
C) Formalmente, sólo estimado la libertad o el principio de autonomia
relegando otros valores y principios igualmente importantes.
d) Materialmente, actuando bajo el imperativo tecnológico de hacer
todo lo técnicamente posible.
En consecuencia, el estudio bioético y jurídico de la voluntad anticipada
debe conjugar tanto la riqueza moral de todos los valores en juego, como la
riqueza biológica de todos los fenómenos mórbidos y todas las posibilidades

19 Idem.
20 Cfr. GRACIA,Diego, Ética de los confines de la vida, op. cit., p. 257.
21 Declaración sobre la Eutanasia, op. cit.
22 Mensajes de S.S. Juan Pablo 11 para las X y M Jornadas Mundiales del Enfermo, http://
www.vatican.va~holy~father/johnqaul~ii/me~sages/si~k~documents/hf jpiimes200108 13-
world-day-of-the-sick-2002-sp.htm1,consultada el 18 de mayo de 2012.
23 KASS,R. León, "Eutanasia y autonomia de la persona: Vivir y morir con dignidad", Cua-
demos de Bioética, vol. l , núm. 4, 1990, pp. 2429.
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tecno-científicas de curación y tratamiento. Tanto lo formal como lo material


se complementan en orden de dar soluciones prudentes y de calidad.

III. F U N C I ~ NMÉDICA DE LA VOLUNTAD ANTICIPADA

Además de que permiten conocer los valores, deseos y expectativas de


los pacientes mediante el ejercicio de su derecho de autodeterminación, la
voluntad anticipada tiene una función primordial en lo que a la atención
médica se refiere: la planificación terapéutica-asistencial. Este tema es de
particular interés para la literatura bioética, principalmente estadounidense
y europea?
Las disposiciones para la propia incapacidad son herramientas muy úti-
les para la planificación anticipada de la atención (advance care planning),
en las cuales se toma en consideración una pluralidad de dimensiones (clíni-
ca, cultural, familiar, social, psicológica, emocional, afectiva, etc.) con la fi-
nalidad de mejorar la calidad de la asistencia y de las decisiones en el final
de la vida. Además, constituyen un magnífico pretexto para profundizar la
comunicación entre el paciente con todo el equipo sanitario y, de manera
especial, con los familiares y otras personas afines.25
La planificación estratégica del tratamiento consiste en el proceso por el
cual el médico junto con el paciente y, en la medida de lo posible, su familia,
en base al diagnóstico y pronóstico de una enfermedad conocida y padecida,
deliberan y toman decisiones conjuntas sobre el tipo y nivel de atención y
tratamiento disponibles en función del avance de la ciencia médica, de los
valores morales de los implicados y del orden jurídico vigente.
De tal forma, la planificación terapéutica-asistencia1 se compone de al
menos dos elementos: el sujetivo y el objetivo. El primero, se refiere a los
sujetos o actores que participan en atención y cuidado del enfermo, es decir:
el propio enfermo, el quipo médico encabezado por el médico tratante y la
familia. La voluntad anticipada no cumplirá su función planificadora, y
quizás se convierta en fuente de problemas en lugar de soluciones, si no
toma en cuenta los valores, opiniones y razones de todas esas personas. El
segundo, alude evidentemente a la enfermedad, toda vez que para planear

24 Cfr. BARRIO, María Inés y SIMÓN,Pablo, ¿Quién decidirá por mí? Ética de las decisiones
clínicas en pacientes incapaces, Triacastela, Madrid, 2004, p. 214. HERRANZ,Gonzalo, "Volunta-
des anticipadas y testamento vital", Informaciones Psiquiátricas, núms. 179 y 180, 2005, p. 41.
ROES r Qur, Albert, "El documento de voluntades anticipadas", J ~ n 0 vol. , LXV, núm. 1495,
Extra noviembre 2003, pp. 1464-1471. Y SINGER, Peter. A. et al., "Bioethics for clinicians: 6.
Advance care planning", Canadian Medical Association Journal, vol. 155, núm. 12, Diciembre
1996, s.p.
25 Cfr. SEOANE, José Antonio, "Derecho y planificación anticipada de la atención: Panora-
ma juridico de las instrucciones previas en España", Derecho y Salud, vol. 14, núm. 2, Julio-di-
DRciembre
© Universidad
2006,Nacional
p. 286. Autónoma de México,
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.---"--DE LA VOLUNTAD ANTICIPADA


ORIGEN, DESARROLLO Y FUNCIÓN 225

eficazmente cuidados y tratamientos tiene que existir un diagnóstico y un


pronóstico.
Cabe hacer hincapié que según la definición proporcionada y siguiendo
el hilo argumentativo de este trabajo, la planificación y, por tanto, la aten-
ción médica deberá conjugar siempre la racionalidad médica, es decir, el
avance de las ciencias médicas, los últimos conocimientos que se tengan de
la enfermedad, la lex artis, etcétera; la racionalidad ética, es decir, la realiza-
ción de los valores de cada uno de los sujetos o actores, así como el respeto
de los principios morales propios de ellos y; la racionalidad jurídica, es decir,
las normas jurídicas vigentes producto de la deliberación social en tomo al
tema.
Aunque la mayona de las normas jurídicas que regulan la voluntad anti-
cipada en México establecen que cualquier persona con capacidad de ejerci-
cio puede suscribir el documento o formato correspondiente (artículos 3,
fracción 111, y 6 de la LVADF; 3 y 23 de la LEDPFT; 3, fracciones 11 y V, y 4 de
la LPDET; 2, fracciones 1, VI, y VIII, 14 y 18 de la LWAEM y; 3 y 6 de la
LVAEG), existe cierto grupo de personas a las que se les aconseja especial-
mente la voluntad anticipada con miras a la planificación terapéutica-asis-
tencial, tal es el caso de los pacientes que padecen una enfermedad crónica
cuya evolución es previsible.
Es sumamente difícil que a priori una persona sana, joven, sin padecer
ningún tipo de dolor, "planifique" a futuro un tratamiento médico pues no
hay diagnóstico ni pronóstico, no sabe en qué nivel se encontrará el conoqi-
miento de las ciencias biomédicas; si su axiología actual será la misma de
encontrarse enfermo; no sabe a qué enfermedad se enfrentará, ni sus alter-
nativas, ni consecuencias, etcétera. La voluntad anticipada generalmente
está basada en la construcción imaginaria del paciente acerca de cómo sería
su vida en el futuro ante una experiencia nunca antes vivida.26 No obstante,
cualquier persona capaz y sana puede suscribir su voluntad anticipada cuan-
do tenga la intención simplemente de evitar los dos extremos maleficentes
antes mencionados: la obstinación terapéutica y la eutanasia.
Por otro lado, entre los enfermos crónicos a quienes se les aconseja de
manera especial la voluntad anticipada están, por ejemplo: los pacientes on-
cológicos, enfermos con demencia en su fase inicial, pacientes con enferme-
dad pulmonar obstructiva crónica, las personas en edad avanzada, pacientes
seropositivos, pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, etcétera. En estos
casos debido al diagnóstico de un padecimiento concreto, al conocimiento

26 Cfr.W ~ E ALMAZAN,
Z E. et al., "Disposicionesprevias: Experiencia piloto en una resi-
dencia de ancianos", Revista Española de Geriatría y Gerontología, vol. 37, núm. 4, 2002, p. 206.
WT~NEZ URIONABARRENETXEA, K., "LOS documentos de voluntades antiapadas", Anales del Siste-
ma Sanitario de Navarra, vol. 30, Suplemento 3, 2007, p. 2. SANCHEZ,Isidoro Martín (Coord.),
op. cit., pp. 344 y 346. Y SIURANA, Juan Carlos, Voluntades anticipadas. Una alternativa a la
muerte solitaria, Trotta, Madrid, 2005, p. 121.
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de sus complicaciones y de las opciones de tratamiento posibles la probabili-


dad de su eficacia es mayor, además de convertirse verdaderamente en una
herramienta útil en la planificación de la atención médica que incluye, por
supuesto, el rechazo de la obstinación terapéutica y de la eutanasia.
Por último, es obligado referirse a los objetivos que se persiguen con la
planificación. El objetivo general consiste en asegurar que cuando el pacien-
te sea incapaz de participar en la toma de decisiones la atención sanitaria
sea guiada por las preferencias que el paciente manifestó cuando era capaz.
Los objetivos específicos son dos: i) mejorar el proceso de toma de decisio-
nes, y ii) mejorar los resultados fnivel de la atención médica.27
Para alcanzar esos objetivos se proponen diversas acciones concretas:
i) tratar a la planificación anticipada como un proceso permanente dentro
de la relación clínica y no como un acto dirigido a producir un producto, la
firma del documento, ii) que el centro de la planificación sea la deliberación
sobre valores y preferencias, iii) que la deliberación se lleve a cabo preferen-
temente en la unidad de medicina familiar y, vi) promover la formación del
persona sanitario sobre los problemas relativos al final de la vida.28
Considero, por tanto, que la voluntad anticipada cumple mejor su fun-
ción médica de planificación si es otorgada por pacientes que conocen y
comprenden el diagnóstico, el pronóstico y las posibles alternativas terapéu-
ticas de un padecimiento concreto y, además, si son producto un proceso
deliberativo previo en el que han participado, entre otros, el médico tratan-
te, la familia y el paciente. Sin embargo, también pueden otorgarse por cual-
quier persona sana con el propósito de evitar acciones maleficentes en la
atención médica.

27 TENO,J.M. y LYNN, Joanne, "Putting advance-care planning into action", The Journal of
Clinical Ethics, vol. 7 , núm. 3, 1996, pp. 206-213.
28 MART~NEZ URIONABARRENETXEA, K., "Reflexiones sobre el testamento vital (II)", Atención
primaria, vol. 31, núm. 1, Enero 2003, p. 4. Y M A R ~ N EURIONABARRENETXEA,
Z K., "Los documen-
tos de voluntades anticipadas", op. cit., pp. 96 y 97.
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Acerca de la obligación de informar


en el ámbito contractual.
Referencia a l derecho francés
andro Sarmiento Márquez

Para Allegra

le silence des lois (...) laisse prendre a la rnauvaise


foi un libre etfuneste essor.
BIGOT-PREAMANEU

SUMARIO: 1. Introducción. 11. De la obligación de informar en los contratos. 111. Ratio


juris de esta obligación. N. Prestaciones que comprende la obligación de informar. V.
Elementos constitutivos de esta obligación. Vi. Distinción entre diversas obligaciones
de informar. ViI. Se trata de una obligación precontractual o contractual. ViII. Su
consagración en las leyes. M. Su reconocimiento por la jurisprudencia. X. Contratan-
tes acreedor y deudor de esta obligación. XI. Sus límites. XIII. Cláusulas para exone-
rarse de esta obligación. XiV. Pruebas de su existencia y de su cumplimiento. XV.
Sanción por su incumplimiento. XVI. La obligación de informar en el proyecto de re-
forma del derecho de contratos.

Como resulta acostumbrado que en los aniversarios nos veamos llarna-


dos a reflexionar acerca de logros y pendientes, ahora que la publicación del
Código Civil para el Distrito Federal en materia común, y para todo el país
en lo federal, cuenta ya ocho décadas y que pronto se dirá lo mismo de su
vigencia, tenemos una nueva ocasión para mirar si su articulado satisface
adecuadamente las necesidades de sus destinatarios.
Es conocido que nuestro código no ha recibido reformas en lo concer-
niente a los casos en que el contratante emite su voluntad sin haber recibido
previamente información suficiente y adecuada para lograr los fines que se
propone al contratar.
Debido a que una parte considerable de nuestra normativa civil en mate-
ria contractual encuentra su antecedente en legislaciones centenarias, tiene
una capacidad limitada para resolver situaciones propias de una sociedad de
consumo, altamente tecnificada y de intercambios masivos.
DR © Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas 227
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Es por lo anterior, y con ánimo de contribuir a la actualización de nues-


tra legislación, que en esta ocasión haré breve referencia a los desarrollos
doctrinal, jurisprudencia1 y legislativo ocurridos en Francia, destinados a so-
lucionar problemas originados por asimetría en la información disponible
para los contratantes.

II. DE LA OBLIGACI~N DE INFORMAR EN LOS CONTRATOS

En 1945 aparece en la Revue Trimestnelle de Droit Civil el trabajo de Ju-


glart titulado "L'obligation de renseignements dans les contrats", considerado el
primer trabajo francés en que se estudia esta obligación de manera específica.1
La imposición de una obligación de informar no fundada en ley o en un
contrato, fue juzgada contraria a las posturas imperantes en esa época; sin
embargo, en la actualidad se aprecia en las leyes y en la jurisprudencia un
acrecentamiento de las obligaciones relativas al comportamiento de los con-
tratantes, que los somete a tres exigencias elementales: plegarse a los impe-
rativos de las buenas costumbres, de la buena fe y de la búsqueda de un
buen fin.2
Actuar de buena fe implica un comportamiento cooperativo que deman-
da acciones que estén al servicio de un interés contractual común y una de
sus consecuencias es, según advierte Demogue, la obligación para cada uno
de advertir al otro durante la contratación, los hechos que este tenga interés
en conocer para la ejecución del contrato.3
Por su parte, Fabre-Magnan expresa: "apriori, la obligación de informa-
ción es una de las facetas de la cuestión del silencio en el Derecho, que consis-
te en saber si el silencio puede ser fuente de un daño y de una obligación de
reparación subsecuente, en otros términos, fuente de responsabilidad civiP.4

III. RATlO jURIS DE LA OBLIGACION DE INFORMAR

El consentimiento debe presentar un cierto grado de calidad y ser el pro-


ducto de una determinación libre. Domat señala ya que "los contratos se
forman por el consentimiento y deben ser celebrados con conocimiento y

1 Para referirse a esta obligación, la doctrina y jurisprudencia francesas utilizan las expre-
siones information o renseignement. En este trabajo será llamada, indistintamente, obligación de
información o de informar.
2 Vid. FAGES,Bertrand, Le comportement du contractant, Aix-en-Provence, Presses Universi-
taires d'Aix-Marseille, Faculté de Droit et de Science Politique, 1997, pp. 265, 293 y 301.
3 DEMOGUE, Rene, Traité des obligations en géntral, t. VI, Paris, Rousseau, 1923, No. 29.
4 FABRE-MAGNAN, Muriel, De l'obligation d'inforrnation dans les contrats. Essai d'une théorie,
Paris, Librairie Générale de Droit et de Jurisprudence. 1992, Bibliothkque de Droit Privé, Tome
221, p. 2.
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ACERCA DE LA OBLIGACI~NDE INFORMAR EN EL ÁMBITO CONTRACTUAL 229

libertad y si carecen de uno u otro de estos caracteres, como cuando son he-
chos por error o por fuerza, son nulos".s
El Código Civil de los franceses, llamado de Napoleón a partir de 1807,6
inició su vigencia en el seno de una sociedad rural, artesanal y burguesa. La
realidad económica de 1804 es la del pequeño comercio, pero pronto llegan
la revolución industrial, la máquina a vapor, las grandes industrias extractivas
y las vías férreas; las sociedades por acciones se multiplican y las grandes
transacciones internacionales ya recaen sobre productos industriales. Con el
desarrollo de las empresas, la aparición de monopolios y el advenimiento de
la producción y la distribución en masa, da inicio una ruptura entre el pa-
trón y el obrero, entre el vendedor y el consumidor. Mientras los negocios se
hacen más complejos por la elaboración de montajes financieros sofisticados,
asistimos, inversamente, a una estandarización de los contratos. Ante la in-
equidad económica que se gesta, se generan nuevas corrientes de pensa-
miento y surgen gremios de trabajadores y de consumidores. Poco a poco,
los poderes públicos se movilizan y multiplican su intervención en busca del
restablecimiento de un equilibrio.7
En la época actual, la complejidad de las técnicas y de los mercados, ha-
cen necesario que las partes del contrato cuenten con información especiali-
zada que les permita conformar su voluntad y consentimiento, de manera
que al contratar alcancen sus objetivos y fines,B ya que con frecuencia uno
de los contratantes es un profesional informado, que puede estar tentado a
obtener, a través de su silencio, una ventaja derivada de la ignorancia de su
contraparte.9
Este contexto permitió a Calais-Auloy, señalar que:
[...] el Código Civil no ignora el abuso que puede ser cometido por un contra-
tante contra el otro, pero solo aporta remedios individuales y curativos: el con-
tratante tiene la posibilidad teórica de actuar buscando la nulidad o el pago de
indemnización hasta después que ha sufrido daño o pejuicio. Esta vía general-
mente no es utilizada por los consumidores, pues el costo y lentitud de la acción

5 Cfr. CHAZAL,Jean-Pascal, Les nouveaux devoirs des contractants: est-on alle trop loin?, p. 54.
Disponible en: http://master.sciences-po.fr/droit/sites/master.sciences-o.~.droit/files/users/au
de.epstein/Les%20devoirs%20contractuels.pdf
6 Vid. NIORT, Jean-Francois, Homo civilis, Contribution á l'histoire du Code Civil Francais,
t. 1, vol. XXV, Aix-en-Provence, Presses Universitaires d'Aix-Marseille. Faculté de Droit et de
Science Politique, 2004, p. 29, nota 2, p. 47, nota 96, p. 138 SS.,p. 229 SS.
7 Vid. MONTERO, Étienne et Mane Demoulin, La formation du contrat depuis le code civil de
1804: un régime en mouvement sous une lettre figée, p. 1. Disponible en: http://www.crid.be/pdf/
publid4563.pdf
8 Ibidem, p. 49, donde con acierto señalan que la aparición de nuevos modos de contrata-
ción hace necesaria la creación de reglas específicas en materia de contratos a distancia (con
consumidores) en general, y de contratos concluidos por vía electrónica, en particular.
9 Vid. GHESTIN, Jacques, Traité de Droit Civil, La formation du contrat. Pans, Librairie Gé-
nérale de Droit et de Jurisprudence, 1993, pp. 534 y SS.
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judicial están fuera de proporción con el interés individual en juego [...] El dere-
cho del consumo adiciona pues, a los remedios del Código Civil, las medidas
preventivas y colectivas, cuyo objeto es impedir, en lo posible, el abuso del po-
der económico, y así proteger al conjunto de los consumidores que habrían podi-
do ser victimas de estos abusos.10
En Francia, como en todos los países industrializados, el legislador inter-
viene para proteger al consumidor,^^ debido a la imposibilidad de aplicar al-
gunas reglas tradicionales de su código civil para solucionar los problemas
presentes en la contratación de consumo.12
Fue así que se elaboraron normas para proteger al consumidor, obligan-
do al proveedor profesional a incluir información diversa en los contratos de
adhesión o acerca de la utilización del producto o del servicio. A la obliga-
ción negativa del profesional (no engañar) se acompaña una obligación posi-
tiva (informar).
De esta manera se fue llegando al convencimiento de que cada parte es-
tará obligada a informar (a la que tenga menor información y no sea profe-
sional o experto en el objeto relativo al contrato) todo elemento susceptible
de facilitar la ejecución de su prestación.13
La obligación de informar se impondría, entonces, en razón: lodel co-
nocimiento del proveedor, y 2 O de la ignorancia del adquirente, y tiene por
objeto evitar que el primero aproveche abusivamente la incompetencia del
segundo.14
Según Jourdain, la ratio de la obligación es
[...] un desequilibrio de los conocimientos entre los contratantes generalmente
presumido a partir de una desigualdad de las competencias, tal como ellas se
encuentran típicamente en las relaciones entre profesionales15 y consumidores.
La complejidad técnica creciente de los productos y de los s e ~ c i o ys la especia-

10 CAWS-AULOY, Jean, "L'Influence du Droit de la Consommation sur le Droit Civil des


Contrats", Revue Trimestrielle de Droit Civil, París, No. 2, avril-jun, 1994, p. 240.
11 Vid. MALAURIE,Philippe, et al., Droit Civil, Les obligations, 2a. ed., Paris, Defrenois, 2005,
p. 258.
12 Vid. Ibidem, p. 242, quienes consideran que para proteger al contratante, el legislador
civil estableció un sistema individualista de vicios del consentimiento, que tiene un rendimiento
social mediocre con respecto a la contratación en masa contemporánea.
13 PICOD, Yves, Le devoir de loyauté dans l'exécution du contrat. Paris, Librairie Générale de
Droit et de Jurisprudence, 1989, Bibliotheque de Droit Privé, Tome 208, p. 124.
14 Cfi. Le Toumeau, Philippe, De l'allégement de l'obligation de renseignement ou de conseil,
Paris, Recueil Dalloz Sirey, 14e., Cahier, 2 avril 1987, Chronique XIX,p. 101.
15 A partir de la sentencia Mercier de mayo de 1937, la relación médico-paciente es de
naturaleza contractual. En este marco, la obligación de informar que pesa sobre el profesional
es esencial en la medida en que ella permite al paciente tener claridad antes de dar su consenti-
miento para recibir una terapia o cirugía, o para elegir entre dos terapias posibles aquella que
parezca conllevar menos riesgos. Para asegurar el respeto a esta obligación, es importante que
su inejecución o su ejecución defectuosa sean sancionadas. Vid. MOULIN,Jean-Marc, Responsabi-
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ACERCA DE LA OBLIGACI~NDE INFORMAR EN EL ~ B I T CONTRACTUAL


O 231

lización de las tareas explican el acrecentamiento de las disparidades sociales e


imponen en consecuencia su desarrollo, He ahí la razón de que el legislador la
consagre puntualmente y la jurisprudencia, con un grado de generalidad superior,
poco a poco, la ha desarrollado para incorporarla a numerosos contratos [...]16
La creación de esta obligación, para Pancrazi-Tian, obedece a la facultad
de los tribunales, fundada en los artículos 1134, párrafo 3 y 1135, del Códi-
go Civil francés, de colmar lagunas que afectan un elemento accesorio del
contrato.17
Con un matiz propio de los economistas, Dari Mattiaci y Houtcieff sos-
tienen que la sociedad obtiene ventajas del intercambio de bienes y servicios
que se logra a través de los contratos, lo que justifica la intervención del le-
gislador en el control de la transmisión de información entre las partes y de
las consecuencias de proporcionar información falsa relacionada con la vali-
dez del contrato. Con ello, ubican estos autores a nuestro tema en el con-
texto de la asimetría de la información: para que el mercado funcione
correctamente debe abatirse la asimetría en la información y esto se logra a
través del sistema jurídico.18
El desequilibrio en la capacidad de información es no solamente un cri-
terio para la creación judicial de la obligación de informar, sino también
para la determinación de la intensidad de su contenido. En este respecto, la
motivación de una sentencia emitida por la Corte de Apelación de Limoges
es rica en enseñanzas. En la especie, aceptando el principio de una obliga-
ción de información del banquero hacia su cliente, la Corte considera que "la
prueba de su ausencia no se aportó; las dos partes estaban en un plano de
igualdad en relación con la información relativa a la situación financiera del
negocioyy.19
En resumen, con la obligación de informar se trata de impedir que las
partes proporcionen, incluso de buena fe, información inexacta, y de impo-
nerles la obligación de proporcionarla cuando posean o deban poseer la que
su contraparte ignora, a fin de que esta concluya el contrato con pleno cono-
cimiento de causa?

lite delictuelle du debiteur wntractuel - effet retroactif des revirernents de jurisprudence Commen-
taire sous Cass. l e civ., 9 octobre 2001, Coindoz c/ Christophe 1, pp. 4, 8 , 9 y SS.
16 JOURDAIN, Patrice, Le devoir de "se" reinsegner. (Contribution ci i'Ptude de i'obligation de
renseignernent) Recueil Dalloz Sirey, Paris, 23 e., 1983, Cahier Chronique XXV, p. 139.
17 Cfr. PANCRAZI-RAN, Marie-Eve,La protection judiciaire du lien wntmctuel Aix-en-Provence,
Presses Universitaires d'Aix-Marseiile. Facult.6 de Droit et de Science Politique, 1996, pp. 56 y 5s.
18 Cfr. D A R I - M A ~ C IGiuseppe
, et Dirnitri HOUTCIEFF,Vices du consenternent et aléa moral
a travers la jurisprudence de la réticence dolosive. Sous la direction de Chnstophe Jamin, Droit et
economic des contrats, Paris. L.G.L.J. Lextenso editions, 2008, p. 45.
19 Cfr. CHAZAL, Jean-Pascal, De la puissance éconornique en droit des obligations, Thesis,
Université Pierre Mendes, Faculte de Droit, U.F.R. Grenoble U, France. P. DCIXWL y SS.
20 Vid. GHEsnN, Jaques, op. cit., not. 9 p. 577. Mousseron considera que existe un deber
de informar los riesgos que coniieva la celebración de un contrato, particularmente en operacio-
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IV. PRESTACIONES QUE COMPRENDE LA OBLIGACIÓN DE INFORMAR

Se integra por dos obligaciones: A) una obligación de resultado, que


consiste en transmitir una información al acreedor, y B) una obligación de
medios, que consiste en utilizar los medios adecuados de transmitir la in-
formación de manera que el destinatario la reciba y la comprenda.21
No comprende en cambio, la obligación de que el acreedor utilice co-
rrectamente la información que ha recibido,Zz ni el deber de aconsejar, que
es más amplio, pues en este su deudor debe, al menos parcialmente, referirle
a su contraparte las consecuencias técnicas y económicas resultantes de la
celebración del contrato.

V. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE ESTA OBLIGACIÓN

Fabre-Magnan considera necesarios para la existencia de esta obliga-


ción, dos elementos, los materiales y los morales.
Elemento material es el que puede provocar una reacción en el acreedor,
en el sentido de que si él hubiera conocido la información, habría actuado
de manera diferente, es decir, por ejemplo, que habría reusado concluir el
contrato.23
El elemento moral sirve para determinar en cuáles hipótesis existe la
obligación de informar y consta a su vez de elementos sicológicos (uno rela-
tivo al acreedor de la información y otro al deudor de la misma) y un ele-
mento intencional.24
Por otra parte, las estudia prolijamente Ghestin bajo el nombre de "con-
diciones de existencia de la obligación de informar". En síntesis, para este

nes que implican riesgos técnicos, como los contratos que tienen por objeto el desarrollo de
instalaciones informáticas. Vid. MOUS~ERON Jean Marc. et al., L'avant-contrat. Paris, Editions
Francis Lefebvre, 2001, p. 75. Por su parte, VIGNAL sostiene que el profesional se encuentra suje-
to a un deber de sinceridad, que estaría relacionado con el de informar. Vid. VIGNAL, Nancy, La
transparence en droit pnvé des contrats (Approche critique de l'exigence), Aix-en-Provence Presses
Universitaires d'Aix-Marseille, Faculté de Droit et de Sciene Politique, 1998, p. 66. De manera
similar: CAUMES, Clémentine, L'interprétation du contrat au regard des droits fondamentaux, The-
sis, p. 17. Vid. LEVENEUR, Laurent, Droit des contrats, 1 0 ans de jurisprudence commentée, 1990-
2000, La pratique en 400 decisiones, Paris, Litec, 2002, p. 572, quien señala que el comprador
profano de productos complejos, sofisticados y especializados, tiene derecho a esperar de su
contraparte más prestaciones que la simple entrega de los bienes adquiridos.
21 FABRI-MAGNAN, Muriel, op. cit., not. 4, p. 409.
22 Ai respecto, oportunamente señala Calais-Auloy: "¿Cuantos consumidores saben utilizar
la información que les es proporcionada y el tiempo de reflexión que les es concedido? Un cier-
to número, sin duda [...] Pero, paradójicamente, este género de medidas prácticamente no tie-
ne efecto sobre los consumidores más desfavorecidos." Cms-AULOY, Jean, op. cit., not. 10, p. 244.
23 FABRE-MAGNAN, Muriel, op. cit., not. 4, pp. 102, 121, 132, 133 y SS.
24 Ibidem,Nacional
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ACERCA DE L4 OBLIGACI~NDE INFORMAR EN EL ~ I T CONTRACTUAL


O 233

autor son las siguientes: la falta de información debe haber determinado el


consentimiento; supone que una de las partes conocía no solamente la infor-
mación sino también la influencia de ella sobre el consentimiento de la otra
parte y, por último, la ignorancia del acreedor de la obligación debe ser
legítima.25

VI. DISTINCI~NENTRE DIVERSAS OBLIGACIONES DE INFORMAR

La obligación de informar de que venimos hablando no debe confundir-


se con el derecho a la información con el que cuenta el ciudadano ante el
Estado, ni con la obligación contractual de informar, que es aquella obliga-
ción principal en un contrato, en virtud de la cual una persona se obliga a
dar información a otra acerca de determinados hechos, personas o cosas.

VII. SE TRATA DE UNA OBLIGACI~NPRECONTRACTUAL O CONTRACTUAL

Resulta muy importante determinar, según palabras de Fabre-Magnan,


si existe una o varias categorías de obligación de informar (responsabilidad
precontractual y responsabilidad contractual), pues de ser así existirá un ré-
gimen aplicable para cada una de ellas.26
El problema de la obligación de informar se colocará en el terreno de la
integridad del consentimiento; la jurisprudencia y la doctrina debaten acerca
de la posibilidad de distinguir con precisión los dominios contractual y
extracontractual.27
Quienes conciben la existencia de obligaciones precontractuales y con-
tractuales de informar reconocen un régimen jurídico propio a cada una de
ellas: la obligación precontractual de informar será sancionada sobre el fun-
damento de los vicios del consentimiento o aun de la responsabilidad civil
por hecho ilícito, mientras que la obligación contractual de informar seguirá
el régimen jurídico de la responsabilidad civil contractual.28

25 Vid. GHESTIN,Jaques, op. cit., not. 9,pp. 614 y SS.


26 Cfr. FABRE-MAGNAN, Muriel, op. cit., not 4, p. 219.
27 CHAZAL,Jean-Pascal, op. cit., not. 18,p. DCCX. Le TOURNEAU, Philippe. Cfr.op. cit., not.
14,p. 101,sostiene que si bien racionalmente se distinguen perfectamente las obligaciones pre-
contractuales de las contractuales, las trata en forma global sin hacer distinción, pues señala
que en la práctica la diferenciación es muy difícil. También en las pp. 75 y 423 de su Droit de la
Responsabilité. Dalloz, Paris, 1996,coesaita con Loic CADIET,reconocen la existencia de ambas
formas de obligación, tratándolas, ahí sí, de manera separada. PICOD,op. cit., not. 13,p. 112,
reconoce la existencia de esta obligación en ambos momentos, pero únicamente estudia la obli-
gación que se genera una vez celebrado el contrato, en razón de que su trabajo está dedicado a
la fase de ejecución contractual.
28 Vid. GHESTIN,Jacques. op. cit., not. 9,p. 580.
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Fabre-Magnan considera que la distinción fundamental no debe ser sólo


cronológica, sino funcional, según el interés de la información para su desti-
natario o, en otros términos, según las consecuencias de la inejecución de la
obligación de información para su acreedor.29

VIII. SU CONSAGRACI~NEN LAS LEYES

La consagración de esta obligación en las leyes ilustra claramente cómo


se toma en consideración la desigualdad de las partes en las relaciones con-
tractuales y más particularmente en aquellas que se dan entre profesionales
y profanos.
La intervención del legislador se manifiesta prescribiendo que una de las
partes facilite a la otra diversa información (impone una iniciativa), mien-
tras que en otras, regula la calidad de la información que por iniciativa pro-
pia ha facilitado el contratante (publicidad).
Como ejemplos de leyes que han impuesto esta obligación de informar,
se pueden señalar las siguientes:
Ley de 1 de agosto de 1905, relativa a la represión de los fraudes, que
forma parte hoy del artículo L 213-1 del Código de consumo.
Ley del 13 de julio de 1930 relativa al contrato de seguro.
Ley del 22 de diciembre de 1972 y decreto del 9 de agosto de 1973 sobre
la venta a domicilio (hoy artículo L 121-21 del Código de consumo).
Decreto No. 78-509 del 24 de marzo de 1978, dado para la aplicación
de la ley del 10 de enero de 1978, relativa a la información y a la pro-
tección de los consumidores de crédito al consumo, que dispone que
la oferta previa al préstamo deber incluir las indicaciones que figuran
en los modelos anexos al decreto que correspondan a la operación de
crédito propuesta.
El artículo 5 de la ley de 2 de julio de 1963 prohíbe toda publicidad
hecha de mala fe que implique afirmaciones falsas o que induzcan a
error, cuando tales afirmaciones recaigan sobre diversos elementos
correspondientes a cualidades substanciales del objeto del contrato.
El artículo 44 de la ley de 27 de diciembre de 1973, llamada ley Ro-
yes, modifica a la anterior y tiene por suficiente que las afirmaciones
sean de naturaleza tal que induzcan a error y suprime toda mención
de mala fe.
En el ámbito del Derecho del Consumo, se pueden destacar la obligacio-
nes de informar acerca de las características de los bienes y servicios, artícu-
lo L.lll-1, del Código de consumo, y sobre el precio y las condiciones de
venta, artículo L.113-3 del Código de consumo.

29 Muriel, op. cit., not. 4, p. 225.


Cfr. FABRE-MAGNAN,
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ACERCA DE LA OBUGACI~NDE INFORMAR EN EL AMBITO CONTRACi'lJAL 235

De igual manera, en ciertos casos se obliga al profesional a elaborar por


escrito el contrato y a insertar cláusulas destinadas a informar al consumi-
dor sobre las obligaciones de las partes. En otras ocasiones, la ley exige que
el consumidor emita de su puño y letra algún texto, para que este tome co-
nocimiento:de alguna circunstancia relevante.
El desarrollo de eso que puede ser nombrado, sin exagerar, el derecho
de los conqatos profesionales se traduce en un afinamiento de las diligen-
cias profesibnales, un refinamiento que fracciona los deberes generales en
innumerables obligaciones particulares, ingeniosas, sutiles, entre las cuales
encontramos los deberes de información.30

IX. SU RECONOCIMIENTO POR LA JURISPRUDENCIA

La jurisprudencia1 francesa tiende a distinguir a los contratantes, según


su pertenencia a tal grupo social o profesional a fin de derivar de ello conse-
cuencias en el plano contractual. La calidad de especialista incrementa el
número de :obligaciones y agrava la responsabilidad. El deber de coopera-
ción será apreciado con mayor severidad cuando la prestación sea peligrosa
o su ejecución genere algún riesgo. La combinación de los dos criterios hará
nacer una obligación de informar particularmente estricta.31
Le Tourneau y Cadiet sostienen que la jurisprudencia reconoce esta
obligación como un principio general que se aplica con rigor particular a
los profesionistas y cuya violación genera la responsabilidad civil del in-
fractor.32
Por su parte, Ghestin33 refiere que la jurisprudencia ha reconocido la
obligación precontractual de informar en relación con los vicios del consenti- .
miento, determinando que el dolo puede constituirse por el silencio de una
parte que disimula a la otra un hecho que, si este hubiese sido conocido por
él, le habría hecho no contratar. La reticencia dolosa así consagrada, consti-
tuye al menos indirectamente el reconocimiento de una obligación de infor-
mación, atribuyendo de manera más directa la producción de daños y
pejuicios sobre el fundamento del artículo 1382 del código civil, sea a titulo
de reparación complementaria de una nulidad por error o dolo fundado so-
bre el artículo 1110 del código francés.

3 O Cfr.LE TOLJRNEAU, Philippe. Les professionesl ont-ils du coeur? en Recueil Ddoz Sirey,
Chronique V, No. 5, février de 1990, Paris, pp. 21 y ss.
31 Vid. GHEST~, Jaques, op. cit., not. 9, pp. 576 y SS.
32 Cfr.Le Tourneau, Philippe, et Loic Cadiet, op. cit., not. 26, p. 76.
33 Cfr.Ghestin, Jacqueq op. cit., not. 9, pp. 545, 605 y SS.,quien cita una sentencia de la
tercera Sala Civil de la Corte de Casación, del 7 de mayo de 1974, en la que se reconoce la exis-
tencia de una obligación de informar al contratante.
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También son numerosas las decisiones que sancionan al contratante que


proporcionó información insuficiente a su contraparte acerca de la magnitud
y alcance de los derechos y obligaciones nacidos del contrato.34
Por sentencias de junio de 1994 y 1995, la obligación de informar se ha
extendido a las entidades financieras que otorgan mutuos, y se establece la
obligación de informar a la contraparte acerca de la prestación que este ha
de cumplir, de manera que este la valore adecuadamente.35
Debido a que la jurisprudencia enriquece el contenido de los contratos,
podemos encontrar, además de la obligación de informar, las obligaciones
de seguridad, de consejo, de adaptación, de reclasificación, de cooperación,
de renegociación, etcétera.36

X. CONTRATANTES ACREEDOR Y DEUDOR DE ESTA OBLIGACIÓN

Es el profano quien esta protegido. Se beneficia de una suerte de pre-


sunción de ignorancia legitima,37 particularmente cuando esta presente un
especialista en el cual puede confiar.38
De acuerdo con Ghestin, actualmente es aceptado el principio "hay obli-
gación de informar a aquel que no puede informarseV.39
El contratante deudor será el profesional calificado, quien no puede in-
vocar los mismos derechos cuando él se encuentra frente a otro especialista
o a un simple profano. Se asimila al especialista el profano que se hace
acompañar de un profesional.40

xi. sus L~MITES


Existe una corriente doctrinal que propugna por el aligeramiento de esta
obligación, y para Le Tourneau tal situación no es el efecto de la casualidad,
pues afirma que esta tendencia se observa en el momento preciso en que
una amplia corriente de pensamiento preconiza el retorno a un cierto libera-
lismo económico que no parece una simple moda, sino que es común a la
mayor parte de los países occidentales y esta destinada a perdurar. Esta
corriente se traduce jurídicamente en que el legislador no imponga a los

34 Vid. Vignal, op. cit., not 19, p. 75.


35 Ibidem, pp. 8 0 y 81.
36 Cfr. CHAZAL, Jean-Pascal, op. cit., not. 5, p. 2.
37 Para valorar la ignorancia legitima, Le Tourneau considera que habrá de tenerse en
cuenta el nivel social de la parte que alega el incumplimiento, así como el avance y difusión de
las tecnologías. Vid. Le Toumeau, Philippe, Contrats informatiques et électroniques. Paris, Dalloz,
2006, pp. 20 y SS.
38 Vid. PICOD,Yves, op. cit., not. 13, p. 125.
39 GHESTIN, Jaques, op. cit., not. 9, p. 625.
40 Vid. PICOD,Yves, op. cit., not. 13, p. 126.
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ACERCA DE LA OBLIGACI~NDE INFORMAR EN EL ~ B I T CONTRACTUAL
O 237

profesionales o comerciantes, obligaciones que acaben con su espíritu de


iniciativa.41
Dentro de esta corriente de aligeramiento se encuentra Jourdain42 quien
señala que el deber de informar a otro tiene un límite: la obligación de
informar7'se" a si mismo, en la medida de lo posible. Sostiene que el deber
de cooperación y el espíritu de solidaridad que presiden las relaciones entre
las partes, tanto en la formación como en el curso de ejecución del contrato,
imponen en efecto que cada uno se informe e informe lealmente al otro so-
bre el contenido del contrato. El deber de informarse, continúa, es entonces
un principio del cual la obligación de informar no representa sino una excep-
ción, además de que aquel que tiene o debe buscar una información, no tie-
ne la obligación de transmitirla a quien la ignora y tiene sin embargo interés
en conocerla, sino en el caso de que esta ignorancia sea legitima; la regla
según la cual cada uno debe velar por la conservación de sus propios intere-
ses e informarse por si mismo antes de poder exigir de los demás que nos
instruyan, se impone más que nunca frente al desarrollo de las obligaciones
de informar.
Este deber de informarse tendría una doble manifestación: el proveedor
debe informarse para poder informar correctamente al consumidor acerca
del producto; mientras que el consumidor debe informarse para poder trans-
mitir al proveedor de manera correcta sus necesidades y para provocar que
este le informe. El proveedor se encontrará descargado parcialmente de su
obligación de informar si el adquirente se comporta como si tuviera conoci-
miento respecto a la materia del contrato.
Esta obligación se encuentra limitada por la existencia de derechos anta-
gónicos o de principios generales de derecho. Así, cierta información no pue-
de ser objeto de una obligación de informar, pues el contratante que la posee
tiene el derecho o incluso el deber de no transmitirla.43
La obligación precontractual de información no tiene sentido sino cuan-
do la información era susceptible de ejercer una influencia sobre el consenti-
miento de la otra parte, de tal suerte que no habría concluido el contrato o
lo habría hecho en condiciones más favorables, si ella hubiera tenido conoci-
miento de la información.~
El profano no tiene un derecho a la pasividad, pues tiene obligación de
informarse. Así se observa en el ámbito de los contratos informáticos que el
deber de informar del profesional se ve balanceado por el deber de colabora-
ción del cliente.

41 Cfr. LE TOURNEAU,Philippe, op. cit., not. 14,p. 101.


42 Cfr. JOURDAIN,Patrice, op. cit.,not. 15, pp. 139, 140 y 141.
43 Vid. FABRE-MAGNAN,Muriel, op. cit.,not.4,p. 149.
44 Vid. GHESTIN,Jaques, op. cit., not. 9,p. 614.
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El error procedente de una negligencia excesiva se hace inexcusable y


quien la comete no amerita ser protegido. La jurisprudencia estima sin em-
bargo que no puede haber error inexcusable cuando el error es la consecuen-
cia de dolo o reticencia, aunque admite también la existencia de una
obligación de informarse que pesa, con una intensidad variable, sobre todo
contratante.45
Pérot-More1 sostiene que a pesar del deseo de introducir mayor justicia
en el contrato, no se puede obligar a un contratante a proporcionar a la otra
parte toda información que este habría tenido interés en conocer.46

XII. CLÁUSULAS PARA EXONERARSE DE ESTA OBLIGACION

El profesional no puede exonerarse de la responsabilidad que le resulta


por no aportar la información, pero puede limitar o determinar la extensión
de esta obligación.47

XIII. PRUEBAS DE SU EXISTENCIA Y DE SU CUMPLIMIENTO

Desde luego, cabe distinguir entre la prueba de la existencia de dicha


obligación y la prueba que se refiere a su ejec~ción.
La primera incumbe a quien demanda su existencia, mientras que res-
pecto a la segunda la Corte de Casación ha establecido que el profesional
debe probar que ha informado a su cliente. Fundada en el art. 1315, esta
decisión se aplica a todos los deudores de una obligación particular de
informar.48
De acuerdo con una sentencia dictada por la Corte de Apelación en
1951, la carga de probar la inejecución de la obligación de informar incum-
be al paciente, quien tiene a su cargo probar que no ha sido informado de
los riesgos asociados a la operación realizada.
Sin embargo, ese criterio fue modificado debido a la sentencia del 25 de
febrero de 1997, emitida por la la. Cámara civil, dictada con motivo de una
controversia entre un paciente y su médico; a partir de ese día, quien tiene a
su cargo una obligación legal o contractual de informar, debe aportar la
prueba de su ejecución o cumplimiento. Por tanto, la carga y el riesgo de
la prueba no recaen más en el paciente sino en el médico.

45 Flour, Jacques, et al., Les obligations 1 . L'acte juridique.Douzi&meedition par Jean Luc
Aubert y Érick Savaux, Pans, Sirey, 2006, p. 159.
46 Citada por CHAZAL,Jean-Pascal, op. cit., not. 18, p. 407.
47 Vid. MALAURIE, Philippe, et al., op. cit., not. 11, p. 390.
48 Idem. Nacional Autónoma de México,
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ACERCA DE LA OBLIGACI~NDE INFORMAR EN EL AMBITO CONTRACTUAL 239

De manera general, la regla vale para todos los profesionales deudores


de una obligación de información.49
Se considera que la nueva distribución en la carga de la prueba obedece
a que no se quiere hacer pesar sobre el paciente una prueba negativa (la
no ejecución de la obligación de informar). Una razón más, podría ser que la
ejecución rigurosa de esta obligación de informar permitiría evitar actos mé-
dicos arriesgados o peligrosos.~o

l
XIV. SANCI~N POR SU INCUMPLIMIENTO

La sanción ha consistido en nulidad parcial o total del contrato en el


que se verifica un incumplimiento en el deber de informar. La sanción se
ha fundado con frecuencia en el art 1116, caracterizada por la reticencia
dolosa y en ocasiones, en un incumplimiento a la obligación de actuar de
buena fe.51
El régimen jurídico aplicable a la violación de la obligación se determi-
na, según Fabre-Magnan, así: cuando el consentimiento de un contratante
ha sido viciado, la sanción debe ser precontractual: si este vicio ha sido de-
terminante existe vicio del consentimiento stricto sensu, es decir de natura-
leza tal que permite la anulación del contrato, y si ha sido incidental, puede
haber lugar a daños y perjuicios sobre el fundamento de la responsabilidad
civil delictual. Por otra parte, cuando una parte ha recibido una ejecución
del contrato no satisfactoria, la responsabilidad debe ser contractual. En con-
secuencia, concluye, el régimen de la responsabilidad civil contractual debe
ser exclusivamente reservado a la sanción de una inejecución del contrato y,
en la materia que nos interesa, a la sanción de las obligaciones de informa-
ción que tienen incidencia sobre la ejecución de un contrato.52

XV. LA OBLIGACI~NDE INFORMAR EN EL PROYECTO DE REFORMA


DEL DERECHO DE CONTRATOS

Con objeto de modernizar su código civil, el estado francés, a través de


su Ministerio de Justicia, presentó en julio de 2008 un proyecto de reforma
al derecho de los contratos, que sería completado por un texto relativo al
régimen de las obligaciones en general.

49 En relación con la carga de la prueba, se pueden consultar con provecho las anotacio-
nes al código civil francks, publicadas en la edición de Dalioz, correspondientes al art. 1147.
Vid. TISSERAND-MARTIN, Alice, et al., Code Civi, 107a. ed., Paris, Dalloz, 2008, pp. 1253 y SS.
50 Vid. CAPITANT,Henri, et aL, Les grands adts de la jurisprudence civile, Tome 1, 11 edi-
tion, Paris, Daiioz, 2000, pp. 67 y SS.
51 Vid. VIGNAL,Nancy, op. cit., not. 19, p. 7.
52 Vid. FABRE-MAGNAN, Muriel, op. cit., not. 4, pp. 225 y SS.
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En la presentación de este proyecto, se hace notar el interés del legisla-


dor en lograr dos fines: que el texto de la reforma permita al ciudadano en-
contrar con la sola lectura del código civil, las reglas relativas a una etapa
determinada del proceso contractual, y que contribuya a hacer atractivo y
competitivo al derecho francés.53
En la sección 1, denominada "El consentimiento", la obligación precon-
tractual de información, artículo 50, se consagra una obligación precontrac-
tual de información, a cargo del contratante que conoce o esta en situación
de conocer una información cuya importancia es determinante para el con-
sentimiento de su contraparte, cuando este último puede (legítimamente)
ignorar esta información o confiar en el contratante poseedor de la infor-
mación.
De acuerdo con este artículo, es determinante la información que tiene
una relación directa y necesaria con el contenido del contrato o la calidad de
las partes.
El contratante que se duele del incumplimiento de una obligación de in-
formación debe probar que la otra parte conoce o esta en situación de cono-
cer esta información.
Todo incumplimiento a esta obligación de información origina la respon-
sabilidad civil delictual de quien la tenía a cargo, sin perjuicio, en caso de
vicio del consentimiento, de la nulidad del contrato.54

53 Vid. hojet de reforme du droit des contrats, juillet 2008, p. 2. Disponible en: www.chairejb.
ca/pdf/reforme-all.pdf
54 En el proyecto de reforma al derecho de los contratos, presentado en mayo de 2009, la
obligación de informar se consagra en el art. 44. Vid. Projet de reforme du droit des contrats,
mai, 2009, p. 9. Disponible en: droit.wester.ouisse.free.fr/texts/TDDcon~ats/projet~contrats~
mai-2009.pdf
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E l consentimiento celebrado
a distancia
aury Simental Franco1

SUMARIO: 1. Introducción. 11. Características del consentimiento realizado a distancia.


111. Régimen legal del consentimiento celebrado a distanaa. IV. Problemática del con-
sentimiento vía internet. V. A manera de conclusión.

El ideal para manifestar la voluntad consiste en la presencia física, esto


trae como presupuesto, la seguridad jurídica de las partes. La necesidad de
la gente de realizar actos en varios lugares a la vez, ha obligado al derecho a
crear múltiples herramientas2 que posibiliten la contratación,3 aun cuando
las partes no estén una frente a la otra.
La doctrina se ha referido al tema como contrato entre ausentes o contra-
to entre personas no presentes; sin duda la primera acepción es desafortunada
en el ámbito jurídico, porque la ausencia es un supuesto jurídico ampliamen-
te estudiado en la teoría jurídica y tiene una regulación específica por la
normativa civil, que nada tiene que ver con el consentimiento; mientras que
la segunda si bien es mucho más acertada, hace alusión a una situación
que no es precisamente exacta, lo cual justifica nuestra propuesta de deno-
minarle al tema como consentimiento celebrado a distancia, lo cual enseguida
es explicado.
Hablar de consentimiento entre personas no presentes, alude precisa-
mente a la no presencia de las personas que celebran el acto jurídico, y la
pregunta sería entonces, ¿la no presencia en dónde?, el punto no es el lugar,
sino que las partes no están una frente a la otra al momento de perfeccionar-
se el consentimiento. De lo cual se puede inferir que la posible presencia de
las partes, sólo que no lo están entre sí.

1 Simentai-franco@yahoo.com.mx
2 Los contratos de mandato y de comisión, son dos claros ejemplos al respecto.
3 No sólo el derecho ha implementado innovaciones, sino también le ha dado validez a la
utilización de inventos que han revolucionado la vida del hombre, como lo han sido el telégra-
fo, el teléfono, y más recientemente, el fax y el internet.
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Esto Último es tan cierto, que la propia normativa vigente en México,


considera la ficción jurídica de la presencia física en los casos del consenti-
miento manifestado a través del teléfono y de los medios electrónico, ópticos
y de tecnologías similares (que, tal como veremos adelante, adolece de una
técnica legislativa precisa y regula bajo un mismo supuesto jurídico, situacio-
nes fácticas diferentes).

II. CARACTER~STICASDEL CONSENTIMIENTO REALIZADO


A DISTANCIA

Del contrato realizado a distancia se puede decir, que es aquel contrato


en que la aceptación definitiva no se da en presencia de la otra parte. No
tiene trascendencia que las partes se hayan reunido o no anteriormente a
discutir los fines del proyecto de contrato.
En principio cualquier contrato puede celebrarse entre ausentes. Esto es así, aun
cuando se requiera el empleo de formas solemnes, siempre que esas formalida-
des puedan cumplirse separadamente para cada una de las partes por ejemplo
prestando cada una de ellas su consentimiento ante notarios.'
Encontramos diferencias entre el contrato celebrado entre sujetos pre-
sentes respecto del celebrado a distancia, como lo es la no presencia física de
las partes entre ellas, así como la posible ignorancia en un lapso de la res-
puesta a la oferta, y del conocimiento de la misma por el oferente. Realmen-
te el perfeccionamiento del consentimiento a distancia ha significado un
problema difícil de resolver por el Derecho.
La dificultad consiste en determinar en qué momento ha quedado per-
feccionado el consentimiento, cuando las partes no se encuentran presentes
una frente a la otra en la celebración del contrato en cuestión. Son cuatro las
distintas posibilidades -teorías- para resolver esta situación:
1. Teoría de la declaración, la cual considera como el momento en que
ha quedado perfeccionado el consentimiento, aquel en que el aceptante de-
clara su acuerdo con la oferta realizada por el policitante. Declaración que
bien puede ser verbal o escrita.
2. Teoría de la expedición, la cual nos dice que se perfecciona el consen-
timiento cuando el destinatario de la policitación expide su contestación ya
sea por correo, telégrafo, etcétera.
3. Teoría de la recepción, esta considera que el momento en que se per-
fecciona el consentimiento, es cuando el policitante recibe la contestación,
que esta bajo su dominio.

4 ROJINAVILLEGAS, Rafael, Derecho Civil Mexicano. Obligaciones, t. V , v. 1, Pomía, México,


1996, p. 276, Citando a Planiol y Ripen, Tratado Práctico De Derecho Civil Francés, t. VI, La Ha-
bana, 1946, pp. 210,211 y 212.
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CONSENTIMIENTO CELEBRADO A DISTANCIA 243

4. Teoría de la información, considera que cuando el proponente es in-


formado del contenido afirmativo de la respuesta, ha quedado perfeccionado
el consentimiento.
A partir del 29 de mayo del 2000, el Código de Comercio únicamente
acepta la teoría de la recepción, lo cual es un gran acierto de los legislado-
res, al unificar, en términos generales los cuerpos legales que normaban lo
relativo al perfeccionamiento del consentimiento en el ámbito federal: el Có-
digo Civil Federal5 y el Código de Comercio. Anterior a esta reforma, nuestro
marco jurídico federal admitía las teorías de la recepción en materia civil y
la de la expedición por el derecho mercantil.6

III. REGIMEN LEGAL DEL CONSENTIMIENTO CELEBRADO


A DISTANCIA

El sistema jurídico mexicano7 asumió el sistema de la recepción como


regla general, sin embargo, dependiendo del medio de comunicación será
aplicado este sistema, es decir habrá casos en que aun cuando las partes no
se encuentren materialmente presentes, el derecho considerará la ficción ju-
rídica de su presencia material y le conferirá las mismas reglas que si estu-
viesen presentes las partes.

La voluntad manifestada por medio del teléfono, es un claro ejemplo en


el cual no hay presencia física de las partes, pero por las características de
este medio, la regla para considerar perfeccionado el consentimiento, es la
misma que si estuviesen las partes una ante la otra, esto debido a que existe
realmente la posibilidad material de discutir entre las partes los pormenores
del contrato que se esta celebrando. Es el am'culo 1805 el que regula este
supuesto:
Cuando la oferta se haga a una persona presente, sin fijación de plazo para acep-
tarla, el autor de la oferta queda desligado si la aceptación no se hace inmedia-
tamente. La misma regla se aplicará a la oferta hecha por teléfono o a través de
cualquier otro medio electrónico, óptico o de cualquier otra tecnología que per-
mita la expresión de la oferta y la aceptación de ésta en forma inmediata.

5 Debe tenerse presente que existe la excepción en cuanto hace al contrato de donación,
ya que este contrato queda perfeccionado hasta que el donador sabe de la aceptación por parte
del donatario.
6 Cfr. Artículo 80 del Código de Comercio antes de las reformas del 29 de mayo del 2000.
7 La referencia al sistema jundico mexicano alude esencialmente al Código Civil Federal y
al Código de Comercio.
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Rojina Villegas al respecto indica lo siguiente:


Las palabras y el consentimiento son llevados al co-contratante personalmente y
en la práctica con la misma rapidez, que entre presentes, por lo que estos contra-
tos son, desde el punto de vista del tiempo empleado en celebrarlos, entre pre-
sentes; pero, desde el punto de vista del lugar en que se celebran, entre ausentes.
El contrato por teléfono es válido y puede ser probado en los mismos casos y en
las mismas condiciones que en los contratos verbales. El uso de confirmar por
correo los contratos hechos por teléfono no impide que el concurso de los con-
sentimientos sea creador de obligaciones. Sin embargo, debido a la ausencia de
testigos que hayan oído a las partes, si no media la confirmación por carta y en
caso de denegación, solamente la aceptación tácita, o bien, el silencio permitirán
establecer la existencia de la obligación.8

Este medio de comunicación tiene características especiales; por cuanto


a su naturaleza mediática y también e n la forma d e ser abordado por nues-
tro sistema jurídico. En parágrafo precedente mencionamos los sistemas teó-
rico-jurídicos que existen para considerar perfeccionado el consentimiento
entre sujetos no presentes, y también indicamos, que nuestro país logró la
unificación legal para aceptar la teoría d e la recepción.
Abundando e n el último sistema mencionado, éste implica que el propo-
nente reciba e n su domicilio, la respuesta afirmativa sin objeción alguna de
parte del aceptante, aunque más bien e n el lugar señalado como origen de la
oferta, pudiendo ser por lógica u n lugar distinto al domicilio real del ofe-
rente, e n cuyo caso hablaríamos del domicilio convencional. Rojina Villegas,
explica e n relación con el tema lo siguiente:
Se considera en este sistema que no basta que el aceptante deposite en el correo
su contestación, porque el oferente no sabe si existe o no aceptación alguna, ya
que pueden existir causas ajenas a la voluntad de las partes que impidan llegar
la contestación al oferente. Puede extraviarse, por ejemplo, la carta, o sufrir una
demora por un trastorno en las comunicaciones, y sería entonces injusto ligar al
oferente desde el momento de la expedición de la carta, si ésta, por causas aje-
nas a su voluntad, no llega a su poder e ignora durante algún tiempo que se en-
cuentra ya obligado a sostener ciertos precios o condiciones desde determinado
momento, que es el de la expedición, que desconoce en lo absoluto.
Sostiene esta teoría, desde un punto de vista jurídico, que para que haya con-
sentimiento no basta con que haya acuerdo de voluntades, sino que debe existir
la posibilidad física de que este acuerdo se conozca [...l. En la teoría de la re-
cepción se sostiene que desde el punto de vista jurídico, para que haya consenti-
miento, el oferente debe estar en condiciones materiales de conocer la respuesta
dada a su policitación, y que la única forma material de que lo esté, es determi-
nando que el contrato se celebra cuando reciba la contestación.9

8 ROJINAVILLEGAS,
Rafael, op. cit., pp. 212 y 213.
9 ROANA VILLEGAS,
Rafael, op. cit., p. 277.
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CONSENTIMIENTO CELEBRADO A DISTANCIA 245

La regulación que recae sobre el consentimiento que se manifiesta a tra-


vés de este medio de comunicación por sus características propias, es dife-
rente, a la que se tiene tanto para el correo como para el teléfono, no
podemos decir que las partes se encuentran en una situación de inmediatez
en cuanto al conocimiento de sus planteamientos, ofertas o contraofertas;
pero tampoco hay la espera que significa el correo, estamos en un punto in-
termedio entre uno y el otro. Para Gutiérrez y González:
En el caso del telégrafo, al contrario de la propuesta por teléfono, no puede de-
cirse que las partes estén en contacto directo, pues lo que el presunto aceptante
recibe no es la vibración fono-eléctrica del oferente, sino sólo un papel en donde
se asientan palabras que fueron transmitidas por impulsos eléctricos o electróni-
cos, pero no hubo contacto directo con el proponente.10
Explica Gutiérrez y González, que por las razones antes expuestas es im-
posible que el contrato realizado por este medio, deba ser considerado como
celebrado entre presentes, sino entre sujetos no presentes.
Sin embargo, como este medio de contratar se presta para que indivi-
duos de mala intención perjudiquen a otros, el acto no puede surtir efectos
entre las partes, si no se cumple con estos requisitos:
a) Que las partes previamente hayan convenido en usar la vía telegráfica
para hacerse ofertas y contra-ofertar.
b) Que el documento original en que se escribe el mensaje, o telegrama
original, vaya firmado por el oferente, y lo mismo la contestación, y
C) Que en el texto del telegrama se usen signos convencionales, que tam-
bién deben haber pactado con anticipación las partes, para identificar como
auténticos los documento s.^^
Tal y como dispone el Código el artículo 1811 primer párrafo: la pro-
puesta y aceptación hechas por telégrafo producen efectos si los contratantes
con anterioridad habían estipulado por escrito esta manera de contratar, y si
los originales de los respectivos telegramas contienen las firmas de los con-
tratantes y los signos convencionales establecidos entre ellos.

D.OTROSMEDIOS ELECTRÓNICOS,
ómcos o DE CUALQUIER OTRA TECNOLOG~A
Los avances en la ciencia y en la tecnología han impulsado a que hoy en
día se utilicen medios de comunicación mucho más eficientes y rápidos, que
en los hechos crean la ficción material de la presencia física, por la inmedia-
tez con que es conocida la voluntad de una persona con respecto de otra u

10 GUTIÉRREZY GoNZÁLEZ, Ernesto, Obligaciones, México, P o d a , 2000,pp. 273.


11 Idem.
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246 CONMEMORACIÓNDE LOS 80 ANOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L

otras. El derecho no puede permanecer ajeno a estas innovaciones tecnológi-


cas, y tiene que dar una respuesta satisfactoria para las situaciones conflicti-
vas que surjan por el uso de las mismas.
En el ámbito civil federal y en materia mercantil ya existe regulación en
lo concerniente a los contratos celebrados por medios electrónicos, ópticos o
de cualquier otra tecnología.

En el Código no hay disposición específica que regule la contratación


hecha a través de este medio, siguiendo las reglas que la Constitución Políti-
ca de los Estados Unidos Mexicanos12 nos da para la resolución de las con-
troversias en materia civil,l3 podemos sugerir que se deben aplicar lar reglas
del artículo 1811 relativas al uso del telégrafo.
Si bien, hay quien difiere en cierto grado con esto último, Quintanilla
García afirma lo siguiente: "Pensamos que este precepto (Art. 1811) se pue-
de aplicar al nuevo sistema del "Telex" y del "Fax", pero sin el requisito de la
firma de los contratantes y sí con el de los signos convencionales, que en el
"Fax" se reflejan en los datps que aparecen en la parte superior de los
documentos".~4
En sentido divergente se manifiesta Robles Farías: "Si aplicamos en for-
ma analógica las reglas de los contratos por telégrafo a los celebrados por
medios electrónicos [...], tendremos que los requisitos para su validez son
los siguientes:
Si el contenido del contrato es mercantil:
1. Contrato normativo previo. Que los contratantes hayan admitido ese
medio previamente y en contrato por escrito.
2. Signos o claves convencionales. Que los documentos transmitidos por
fax u otro medio electrónico, reúnan las condiciones o signos convencionales
pactados por las partes, si así se convino.
Si se trata de un contrato de naturaleza civil: Además de los requisitos
anteriores:
3. Firmas autógrafas. Que los documentos originales contengan las fir-
mas autógrafas de los contratantes".ls

12 Artículo 14 de la constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, último


párrafo:
"En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra, o a la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del
derecho".
13 Cfr.GuTIÉRREz Y GoNZÁLEZ, Emesto, op. cit., p. 274.
14 QUINTANILLA GARCÍA,Miguel Angel, Derecho de las obligaciones, México, Cárdenas, Cuar-
ta edición, 2004, 50.
15 ROBLESFARÍAS, Diego, '!La validez de los contratos celebrados por medios electrónicos", Re-
vista de Derecho Privado, Año 6, Número 18, Septiembre-Diciembre, UNAM, México, 1995, p. 72.
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CONSENTIMIENTO CELEBRADO A DISTANCIA 247

b) Znternet
El Intemet es una aplicación tecnológica de reciente aparición, no obs-
tante ello, debido a sus características se ha convertido en un instrumento
de comunicación usado masivamente por la población. En México a partir de
las reformas del 29 de mayo del 2000 da inicio a la regulación civil y mer-
cantil a las actividades humanas vinculadas con esta herramienta. Debe su-
brayarse que las reformas legales aludidas se realizaron en el ámbito federal,
es así que a la fecha de la elaboración del presente ensayo los códigos loca-
les, incluido el del Distrito Federal siguen sin cambios en la materia.
Existen diferentes aplicaciones (herramientas) del internet que pueden
ser usadas para la manifestación de la voluntad y en consecuencia el perfec-
cionamiento del consentimiento, sin embargo, destacan especialmente dos
de ellas:
a) El correo electrónico; y
b) La conversación en línea, usualmente denominada chut.
Las dos herramientas antes mencionadas tienen características distintas,
mientras que el primero es similar al correo ordinario (de ahí su denomina-
ción); el segundo se asemeja al teléfono. Por lo cual el intemet debería ser
regulado, al menos, desde dos puntos de vista distintos.
Los adelantos tecnológicos han permitido que las personas tengan comu-
nicación inmediata aunque se encuentren a miles de kilómetros de distancia,
por tanto el código genera la ficción legal de la presencia entre las partes, en
los contratos realizados por medio del teléfono o por cualquier otro medio
electrónico, óptico u otra tecnología que permita el perfeccionamiento del
consentimiento de manera inmediata. La adecuación del código al uso de las
nuevas tecnologías de la información y comunicación significa, sin duda, un
gran avance, superando por mucho al Código Civil para el Distrito Federal,
ordenamiento que, como antes indicamos, no ha sido revisado al respecto.
Sin embargo, en la redacción del artículo 1805 se alude a que con el
uso de las tecnologías ópticas o electrónicas necesariamente se está ante un
supuesto de inmediatez en todos los casos, lo cual es relativamente cierto
en cuanto al Internet con ciertas aplicaciones que este medio tiene, pero
no en todas, como sena el correo electrónico que tiene una gran similitud con
el correo tradicional, ya que hasta el momento no se ha logrado asegurar
que la llegada de los correos lleguen siempre de manera inmediata, lo cual
dejaría en estado de incertidumbre a las partes, dado que se parte del su-
puesto de llegada instantánea del mensaje, siendo que la realidad demuestra
que esto no es así en todos los casos.
El Legislativo federal ha intervenido en la regulación de la materia des-
de el 23 y el 29 de mayo del año 2000, cuando entraron en vigor reformas al
Código de Comercio y al Código Civil Federal y de Procedimientos Civiles
Federales, respectivamente, que contemplaron las transacciones hechas vía

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Internet y posibles mecanismos jurídicos que contribuyan a solucionar hipo-


téticas controversias judiciales; a fin de proveer de mejores mecanismos le-
gales, el Código de Comercio nuevamente fue reformado y adicionado el 29
de agosto del 2003 en materia de firma electrónica.

IV. PROBLEMÁTICA DEL CONSENTIMIENTO V ~ AINTERNET

El Internet, abordado desde el punto de vista jurídico, no solamente pre-


senta problemas en lo relativo a la formación y reglas aplicables a los contra-
tos civiles y mercantiles, sino de una u otra manera afecta o tiene efectos
sobre la gran mayoría de las ramas del Derecho.16 Son varios los posibles
conflictos que se generan al utilizar el Internet como medio a través del cual
se celebra un contrato. Esto es debido a la naturaleza física de Internet, que
consiste en su intangibilidad e imposibilidad de constatar la veracidad del
ofertante, en cuanto a su existencia material (al menos instantáneamente).
Sin embargo tal como expresa Elías Azar:
El derecho no pierde ni perderá nunca se esencia principalmente organizativa, ni
su base reguladora. El juez, la doctrina científica y el legislador deben adaptar el
derecho para que este último pueda beneficiarse de los avances del proceso in-
formático y señalar las modificaciones técnicas precisas para su adaptación,
compatibilidad y regulación jurídicas.17

A. INSEGURIDADJUFÚDICA DE LAS PARTES

Para que haya seguridad jurídica es necesario un ordenamiento jurídico


que regule la conducta de los individuos, organismos y forma de gobierno
dentro de una sociedad, y además que este ordenamiento sea eficaz, es decir
el ordenamiento jurídico por sí mismo no es una garantía de que haya segu-
ridad jurídica, sino que éste debe incluir los mecanismos que hagan posible
su aplicación efectiva a la población.
Los documentos informáticos ofrecen tanta inseguridad en general como
cualquier otro tipo de documento, pero una gran proporción de quienes con-
tratan a través de este tipo de documentos, sufren de inseguridad jurídica
por la ignorancia en los métodos posibles para dar autenticidad y veracidad
al documento informático en cuestión.

16 Entre los problemas jurídicos relacionados con Intemet (y que en este caso no aborda-
mos) están: a) la extratemtorialidad; b) la propiedad de la información; c) el contenido ilegal u
ofensivo (delitos vía Internet); d) la libertad de expresión; e) la propiedad industrial; fl los de-
rechos de autor; g) el orden laboral; etcétera.
'7 ELiAs AZAR, Edgar, La contratación por medios electrónicos, Porrúa, Mkxico, 2005, p. 347.

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CONSENT~MIENTOCELEBRADO A DISTANCIA 249

Davara Rodríguez, menciona con relación a lo antes mencionado, que:


La manipulación de un documento tiene su mayor peligro en la mala fe, en lo
que podríamos considerar como una modificación del contenido para, mediante
engaño, llevar al ánimo del que lo interpreta un sentido opuesto del que tiene el
documento original. Y parece ser que esto es más fácil de realizar con los docu-
mentos electrónicos, informáticos y/o telemáticos; pero lo que se olvida es que,
precisamente, las posibilidades de protección de la información por medios tec-
nológicos son mayores y mas seguras que las que se ofrecen por los medios que
tradicionalmente empleamos; y, si basamos la fehaciencia en el reconocimiento
y adveración por quien corresponda, esto también se puede realizar en los docu-
mentos tecnológicos.18
Lo anteriormente explicado es con respecto al documento que sirve de
base para la celebración del contrato en cuestión, pudiendo denominarlo
como documento negocia1 informático.19
Los riesgos de las transacciones vía Internet, indica Bamos Garrido, "no
son superiores a los de las transacciones que se hacen día a día por teléfono
o fax. Sin embargo, muchas de estas operaciones, como la venta de bienes o
la prestación de servicios de información, traen aparejados riesgos diversos,
sobre todo en lo referente a la seguridad y a la confidencialidad, así como a
la falta de documentos probatorios de la realización del contrato y las prue-
bas de aceptación de la o las ofertas9'.20
Ovilla Bueno, alude a la problemática actual respecto a Internet "es so-
bre cómo garantizar la seguridad de las transacciones comerciales.
Los problemas en cuanto a la seguridad de las mismas se han dado ya:
personas que pagan por medio de su tajeta bancaria, y cuyos datos son pira-
teados para realizar otras compras. Sin embargo, se dejan entrever algunas
soluciones como es el caso de la posible utilización de técnicas de criptogra-
fía o de la firma electrónica y del tercero de confianza.21
Aunque, indica Ovillo Bueno, la criptografía sea una posibilidad efectiva
para resolver las aristas que trae como consecuencia la inseguridad en las
transacciones vía Internet, debido a que la mayoría de los países consideran
a la criptografía como una técnica reservada para fines militares y por ende de
seguridad nacional, se oponen a su uso para fines de carácter privado, por te-
mor a que sea usada esta técnica por terroristas, extremistas o racistas.22

18 DAVARARODR~GUEZ, Miguel Ángel, De las autopistas de la información a las sociedades


virtuales, Aranzadi, España, 1996, p. 148.
19 Idem.
20 BARRIOSGARRIDO, Gabriela; MuÑoz DE ALBA M., Marcia y PÉw BusnLLo, Camilo, Inter-
net y Derecho en Mkico, McGraw-Hill, Mhico, 1998, p. 58.
21 OVILLA BUENO, Rocío, "Internety derecho. De la realidad virtual a la realidad jurídican,
n 0Derecho Comparado, Año XXXI, Número 92, UNAM-Instituto de Investigacio-
Boletín ~ e . . Y i ~ de
nes Jurídicas, México, Mayo-Agosto, 1998, pp. 432 y 433.
22 Idem.

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En cuanto a la firma electrónica, el problema consiste en cómo saber que la per-


sona que teclea esa firma electrónica es verdaderamente quien dice ser, la duda
existe puesto que no hay ningún contacto personal, y es aquí donde interviene la
figura del tercero en confianza (a quienes algunos empiezan a llamar notario ci-
bernético) que servirá como un certificador de que la persona jurídica tiene tal
número de identificación y que efectivamente quiere realizar esta transacción.23

B. IMPOSIBILIDAD
DE CONSTATAR LA CAPACIDAD DEL CONTRATANTE

Como sabemos existen dos tipos de incapacidad, la general y la especial,


las dos pueden ser causa de conflictos en la expresión del consentimiento vía
Internet; veamos el porqué.
El uso de Internet (al igual que el teléfono), conlleva el no tener certeza
plena con quien se está en comunicación,24 por lo cual tranquilamente un
niño, un sujeto en estado de interdicción, un extranjero, una persona cual-
quiera impedida por ley para efectuar alguna transacción, muy bien pueden
celebrar cualquier tipo de contrato. Ejemplos de lo anterior son los siguien-
tes: un menor entra a curiosear a Internet, accede a una página electrónica,
donde se realizan subastas, fácilmente comprende el procedimiento de su-
bastar, y decide participar, oferta una cantidad que no es superada por na-
die, y se le otorga el bien subastado. Claramente nos encontramos frente a
un contrato que esta viciado, por falta de uno de sus elementos de validez
como lo es la capacidad para contratar por parte de un menor de edad.
Una persona mayor, que padece de sus facultades mentales, pero que
tiene periodos de lucidez, entra a Internet, y directamente accede a un salón
de chat,2s y en ese salón, conoce a un proveedor de una mercancía cualquie-
ra, el proveedor pensando que trata con una persona sana de sus facultades
mentales, acepta celebrar un contrato de compra-venta, formalizan en todo
el contrato y listo queda solo esperando que se cumpla tanto con el pago del
precio estipulado, como con la entrega de la mercancía pactada. Otro con-
trato afectado en uno de los elementos de validez, incapacidad de una de las
partes, por estado de interdicción.
Un individuo de nacionalidad distinta a la mexicana, con nombre tipo
hispano, ingresa a un portal electrónico mexicano donde se ofertan bienes
inmuebles para comprar, vender u otros derechos reales, una persona está
subastando un lote ubicado en una playa del pacifico sur mexicano, acuerdan
todo lo relativo a la compraventa, parece perfecto el contrato; sin embargo

23Idem.
24En el caso de Internet, ya se cuenta con la herramienta del Net-Meting, con la cual se
puede ver a la persona con la cual se esté conversando, es algo similar al teléfono con pantalla
o video-teléfono.
25 El chut, es uno de los atractivos del Internet, ya que permite la conversación instantá-
nea entre personas.
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CONSENnMIENTO CELEBRADO A DISTANCIA 25 1

es un caso más de un contrato que sufre de nulidad por no tener capacidad


una de las partes que lo celebran.
Ejemplos hay infinidad, pero con estos es suficiente para entender el
problema existente al utilizar Internet, en cuanto a la incapacidad que puede
afectar a una, o mas de las partes que intervienen en la celebración de un
contrato. Esto lo confirma Oliver Hance, mencionando como una posibilidad
(de entre muchas otras) el que un menor acceda a una página pornográfica
de Internet y que, conociendo el número de la tarjeta de crédito de sus pa-
dres, vea imágenes evidentemente prohibidas a menores de edad?
Finalizamos este subtema, con una cita muy atingente de Rodríguez
Adrados:
El receptor de un mensaje electrónico necesita tener seguridad no sólo de la
integridad de su texto, sino muy especialmente de la identidad de la persona
que lo ha enviado; sin ambas seguridades, la objetiva y la subjetiva, el mensaje
no servirá de vehículo adecuado para el tráfico jurídico en redes abiertas y que-
daría supeditado a casi imposibles verificaciones si hubiera que llegar a la vía
judicial.27

C. LA VULNERABILIDAD DE LOS DATOS


Otro de los problemas que trae aparejado el uso de Internet para la con-
formación del consentimiento es la vulnerabilidad de los datos. Tres tipos de
vulnerabilidad afectan a los datos transferidos por Internet:
a) vulnerabilidad por falta de seguridad física;
b) vulnerabilidad por falta de seguridad lógica y;
C) vulnerabilidad por falta de seguridad jundica.28

Como indica Davara Rodríguez, la seguridad de los sistemas tecnológi-


cos, en específico las transacciones realizadas vía Internet, y por ende de los
datos e información contenidos en los documentos que se utilizan para for-
malizar un acuerdo de voluntades, requieren de técnicas, equipos, herra-
mientas tecnológicas y procedimientos especializados.29
Para darle seguridad tanto lógica como física a los datos que viajan a
través del Internet, es necesaria una conjunción entre los conocimientos téc-
nicos de especialistas en seguridad informática y el sentido común.

26 HANCE,Oliver y, DIONNEBALZ, Suzan, Under The Direction Of Oliver Hance, Best of Edi-
tions and McGraw-Hill, EE. UU.,1996,p. 157.
27 RODR~GUEZ ADRADOS, Antonio, El documento negocia1 informática, en ANALES, Número
28,Madrid, 1998,p. 448.
28 DAVARARODR~GUEZ, Miguel Ángel, op. cit., p. 153.
29 Idem.

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Ovilla Bueno, hablando de la protección de datos personales, expresa lo


siguiente:
Si lo que nos interesa es asegurar el respeto de los derechos de la personalidad,
cuando ciertas informaciones que le conciernen sean transmitidas por Internet a
nivel nacional, entonces habna que dirigirnos hacia los derechos de la personali-
dad, regulados por nuestro Código Civil y por el Código Penal, fundamentalmen-
te, y algunos artículos de la Ley Federal del Derecho de Autor.30
A nivel internacional, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), deja entrever una disposición sobre la protección de las personas.31

Artículo 2105 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Di-
vulgación de información:
Ninguna disposición en este Tratado se interpretará en el sentido de obligar a
ninguna de las Partes a proporcionar o dar acceso a información cuya divulga-
ción pudiera impedir el cumplimiento de las leyes de la Parte o fuera contraria a
sus leyes que protegen la privacía de las personas, los asuntos financieros y las
cuentas bancarias de clientes individuales de las instituciones financieras.
Los artículos precedentes, de distintos ordenamientos, hacen énfasis, en
proteger los datos e información que transita por Intemet, dejando de mani-
fiesto la vulnerabilidad que afecta a todo tipo de información. En este aspec-
to en particular -la vulnerabilidad de los datos- se escudan los detractores
de los documentos informáticos, alegando los problemas e inseguridad que
plantea a los usuarios de dichos elementos, por lo cual hay quienes les nie-
gan toda validez. Opinamos en consonancia con lo que nos dice Rodríguez
Adrados: "Si la voluntad puede declararse por gestos, y aun por silencios,
¿cómo no se va a poder declarar por medio de un ordenador?32
Debe tenerse presente que dada la importancia de proteger los datos
personales, fue promulgada en 2010 la Ley Federal de Protección de Datos
Personales en Posesión de Particulares y reformada la Ley Federal de Trans-
parencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en el ámbito lo-
cal el Distrito Federal tiene la Ley de Protección de Datos Personales vigente
desde el 2008.

V. A MANERA DE CONCLUSIÓN

Como expusimos anteriormente, hubo reformas a la legislación mexica-


na el 23 de mayo del 2000, el 29 de mayo del mismo año y posteriormente
el 29 de agosto de 2003, que contemplaron el comercio por vía electrónica,
los cuerpos normativos que fueron modificados son los siguientes:

30 OVILLABUENO,Rocío, op. cit., p. 426.


31 Idem.
32 RODR~GUEZ
ADRADOS, Antonio, op. cit., p. 440.
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CONSENTIMIENTO CELEBRADOA DISTANCIA 253

1. El Código Civil Federal (fecha en que son separados el Código Civil


Federal del Código Civil para el Distrito Federal).
2. El Código Federal de Procedimientos Civiles.
3. El Código de Comercio.33
4. La Ley Federal de Protección al Consumidor.
Al respecto es necesario aludir a lo preceptuado por la Constitución Polí-
tica de los Estados Unidos Mexicanos en los artículos 124 y 133, que indican
lo siguiente:
Artículo 124.-Las facultades que no están expresamente concedidas por esta
Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados.
Artículo 133.-Esta Constitución, las leyes del congreso de la Unión que ema-
nen de ella y todos los tratados que estkn de acuerdo con la misma, celebrados y
que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado,
serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán
a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario
que pueda haber en las constituciones o leyes de los estados.
Conforme a lo anterior artículo, tenemos que en nuestro país existe una
división de atribución de facultades delimitadas por los ámbitos federales y
estatal. Y, por otra parte, no solamente existe legislación interna con respec-
to a las transacciones hechas vía Internet, sino que también existen tratados
internacionales que la abordan (aunque sea de modo tangencial, y refirién-
dose al tratamiento de la información y confidencialidad de la misma), como
lo es el TLCAN (Tratado de Libre Comercio para América del Norte).
Las reformas publicadas el 29 de mayo del 2000, relativas a las transac-
ciones realizadas vía Internet, tuvieron como marco de referencia a la Ley
Modelo sobre Comercio Electrónico aprobada por la Comisión de las Nacio-
nes Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, siendo en algunos de
los artículos reformados, no sólo una guía, sino una copia exacta, lo cual no
es una crítica, ya que la finalidad de la citada ley, es lograr una cierta homo-
logación en las distintas legislaciones internas, debido a la naturaleza del
medio, que no respeta fronteras, regímenes, idioma, ni raza.
Razones por las cuales, es más que necesaria una legislación si no mun-
dial, por todos los obstáculos que enfrentaría una tarea legislativa de tal
magnitud, si al menos, que los distintos Estados de la comunidad internacio-
nal, aprueben una legislación interna que sea lo más similar posible, para
evitar fraudes a la ley, y también para darle mayor certeza a los usuarios de
este sistema de comunicación cuando lo utilicen como medio para la expre-
sión del consentimiento. Lo cual indudablemente deberá contribuir de ma-
nera significativa al establecimiento de relaciones comerciales internacionales
armoniosas.

33 Éste fue el único ordenamiento que fue modificado el 29 de agosto del 2003.

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Hay que reconocer que la reforma a los distintos ordenamiento~legales


que a continuación se indican, fue un buen trabajo legislativo; no se dejó
pasar mucho tiempo para dar respuesta y solución jurídica a una problemá-
tica en realidad reciente, razón para aplaudir al poder legislativo; se escu-
charon las sugerencias de los asesores especialistas en la materia, situación
que se deja sentir en la terminología utilizada, que evita errores y malas in-
terpretaciones; sin embargo la reforma es perfectible en los aspectos que he-
mos expuesto.
En especial, debe legislarse en materia del fuero común en lo relativo al
consentimiento indicado por medios electrónicos, ópticos o de otras tecnolo-
gías, sobre todo porque la materia civil es esencialmente ámbito competen-
cial de las entidades federativas; ante esta omisión, se mantendría un vació
jurídico inexcusable para las legislaturas estatales, más aun vistas las refor-
mas de los ordenamientos federales, que muy bien pueden servir de ejem-
plo, y sin menoscabar la dignidad y autonomía estatales, pudiesen ser
copiadas textualmente sin el menor problema.
Por el contrario son dignos de reconocimiento los Poderes legislativos
estatales que han llevado a cabo adecuaciones a su orden normativo a fin de
atender la contratación a través de las TICS.
Los Estados de la República Mexicana que han reformado su legislación
civil para atender la problemática aludida son los siguientes:
Baja Califomia (am'culos 1690, 1692 y 1698); Guanajuato (artículos 1291,
1293, 1299-A); Guerrero (artículos 1603 y 1604); Jalisco (artículo 1273);
México (artículos 7.45, 7.46 y 7.51); Michoacán (artículos 969, 971 y 977);
Nayarit (artículos 1176, 1178 y 1184); Nuevo León (artículos 1700, 1702 y
1708); Puebla (artículo 1460); Tabasco (artículo 1928); Veracruz (artículo
1744) y Yucatán (artículo 1002).

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Los atributos de la personalidad.


Breve análisis de su aplicación
en el Código Civil vigente
Juan Guadalupe Valencia M o n g e

SUMARIO: 1. introducción. 11. Nombre. iii. Domidio. IV. Estado C ivil.V. Capacidad.
VI. Patrimonio.VIL Conclusiones. VIII. Bibliografía. M. Páginas de internet consultadas.

El Código Civil de 1928 que entrara en vigor en 1932 es un monumento


a las doctrinas vanguardistas del Distrito Federal y Territorios Federales, así
como a nivel Federal de la época, como lo era el derecho a la propiedad fun-
ción social inspirado en la concepción de Augusto Comte, León Doguit y so-
bre todo en el portentoso artículo 27 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. El Código Civil ha sufrido diversas reformas, adi-
ciones y subrogaciones encaminadas a poner al día a este compendio de Ins-
tituciones de Derecho Civil; pero en estas adecuaciones los legisladores
¿Habrán respetado la esencia doctrinal que envuelve a la norma? o ¿Habrán
impuesto los legisladores sus obligaciones partidistas a los factores reales de
poder a costa del espíritu de la norma? La respuesta a estas intemgantes es
obvia para los doctos del derecho en general, no así para los estudiantes de
éste en las escuelas y facultades en donde se imparte su enseñanza y para la
sociedad en particular. En consecuencia, el objetivo del presente trabajo es
el estudio y análisis sucinto de los artículos vigentes en el Código Civil para el
Distrito Federal relativos a la reglamentación de los atributos de la persona-
lidad correspondientes a las personas físicas, dejando para un estudio poste-
rior lo referente a las personas morales; invito a Usted lector a continuar
examinando este trabajo de investigación.

II. NOMBRE

El atributo de la personalidad por excelencia lo es el nombre, sin él sena


una tarea ardua el distinguir a una persona en relación a otra, es decir, el
nombre sirve para individualizar a las personas y este acto jurídico de otorgar
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un nombre se realiza normalmente cuando las personas son adoptadas de


acuerdo a lo señalado por los artículos 84 al 87 del Código Civil para el Dis-
trito Federal y cuando las personas son recién nacidas tal y como lo estable-
ce el artículo 58 del citado ordenamiento (en el desarrollo del presente
apartado veremos otra opción en donde no interviene la voluntad de los pa-
dres de un recién nacido o de los adoptantes en relación al adoptado para
poder solicitar la expedición de una nueva acta de nacimiento), en cuyo caso
es necesario llevar a las personas ante un oficial del Registro Civil para que
éste expida el acta de nacimiento, en donde hará constar el día, la hora y
lugar del nacimiento, el sexo del presentado, la razón de si el registrado se
ha presentado vivo o muerto, la impresión digital del mismo y el nombre o
nombres propio, individual o de pila otorgados por voluntad de los padres y
los apellidos paterno y materno, también denominados por la teoría nombre
patronímico y por virtud del cual se distingue el grupo familiar al cual perte-
nece el recién nacido o el adoptado.

A. RECTIFICACIÓN ACTA DE NACIMIENTO

Normalmente y hasta antes del segundo semestre de dos mil ocho, cuan-
do se presentaba la circunstancia de solicitar la rectificación de un acta de
nacimiento (reglamentada en el artículo 135 del Código Civil para el Distrito
Federal), tenía que realizarse bajo el supuesto de enmienda para variar al-
gún nombre; ya que el nombre propio otorgado por los padres o adoptantes
no coincidía con la realidad social del promovente de la rectificación, es de-
cir, el nombre o nombres de pila podrían haber sido usados de forma parcial
y arbitraría en los actos públicos y privados en donde intervino el promoven-
te de la rectificación o bien en la expedición de documentos públicos, en
consecuencia y de acuerdo con la naturaleza jurídica del nombre era otra
persona quien había intervenido en los citados actos públicos y privados. En
este sentido la rectificación del acta de nacimiento se realizaba con la finali-
dad de homologar la realidad jurídica con la realidad social para identificar
e individualizar a la persona.
Pero, la realidad en la práctica jurídica con el paso del tiempo fue otra.
La regla en el proceso de rectificación del acta de nacimiento era en razón
de modificar o suprimir el nombre de pila del promovente sin modificar lo
referente a su identidad personal o sexo; así las cosas, la primera excepción
se presento en el año de mil novecientos noventa y seis se solicito la rectifi-
cación de un acta de nacimiento promovida por una "mujer transexual",
quien demando del Director del Registro Civil la rectificación de su acta de
nacimiento en cuanto a la inscripción del nombre y el sexo. El Juez de lo
Familiar solamente otorgó el cambio de nombre, no así el cambio de sexo,
motivo por el cual la "mujer transexual" acudió ante el tribunal de alzada
para solicitar lo referente al cambio de sexo, esta autoridad concedió ambas
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 257

prestaciones a efecto de rectificar su acta de nacimiento y ajustar la realidad


jurídica a la realidad social, originando con ello la identificación plena de la
persona solicitante.
Este tipo de solicitud de rectificación de acta de nacimiento promovida
por una persona transexual en la vida práctica no fue un hecho aislado, exis-
tieron otros juicios de solicitud de rectificación de acta de nacimiento (los
datos de los expedientes no serán revelados en razón de lo establecido por la
Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal),
la esencia de éstos se puede resumir en las siguientes premisas:
a) La rectificación del acta de nacimiento en cuanto a la inscripción del
nombre y del sexo.
b) La expedición de una nueva acta de nacimiento y la reserva de la pu-
blicidad de los datos marginales contenidos en el acta primigenia a efecto de
evitar discriminación al evidenciarse con la rectificación en el acta de naci-
miento la transexualidad del promovente frente a cualquier tercero.
C ) La determinación de los alcances de la sentencia con relación al ejer-
cicio de sus derechos civiles vinculados a su sexualidad.
Los argumentos de los Jueces Familiares y las Salas al dictar sus resolu-
ciones a las anteriores prestaciones se encuentran en los siguientes puntos:
a) El Juez de lo Familiar negó ambas prestaciones infiriendo que la rec-
tificación del acta de nacimiento no es procedente porque existiría el riesgo
de una dualidad de individuos cuyo propósito sea el de cometer conductas
delictivas bajo la protección de la ley; además al otorgarse la rectificación
del acta de nacimiento se estaría en contra de las leyes de la naturaleza,
siendo el solicitante biológica y genéticamente un varón. El Tribunal de Al-
zada revoco la sentencia del a quo, otorgando la rectificación en el acta de
nacimiento de la inscripción del nombre y del sexo.
b) La autoridad que conoció la causa, otorgó la rectificación del acta de
nacimiento del solicitante en cuanto a la inscripción del nombre y sexo sin
que implique cambio de filiación; aunque negó la expedición de una nueva
acta de nacimiento y la reserva de los datos marginales, por no ser ésta una
facultad del juez u oficial del registro civil, sobre todo cuando el artículo 138
del Código Civil para el Distrito Federal establece la forma de llevar a cabo
la ejecución de una sentencia en los juicios de rectificación de acta. El pro-
movente apelo y el Tribunal de Alzada confirmó el fallo recurrido al negar la
reserva de la publicidad de los datos marginales; razonamiento sustentado
en la naturaleza propia del atestado de nacimiento, que al ser un documento
público expedido por una autoridad cuya función principal es proporcionar
información a cualquier interesado, sobre el estado civil de cualquier perso-
na registrada no pude en consecuencia negar el servicio.
C) No consideró procedente la determinación de los alcances de la sen-
tencia con relación al ejercicio de sus derechos civiles vinculados a su sexua-
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258
--M
CONMEMORACIÓN DE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGOC M L
.-..."..., ,... ...... .--
"

lidad por estimar que la capacidad jurídica del hombre y la mujer son iguales
ante la ley en términos del artículo 2 del Código Civil para el Distrito Fede-
ral. El solicitante apelo la sentencia, pero la Sala la confirmo al estimar que
la expedición de una nueva acta implicaría la duplicidad del Registro Civil.'
Estos juicios fueron preparando a los Jueces de lo Familiar y a las Salas
para resolver con un mayor criterio la rectificación de actas de nacimiento,
en cuanto a la inscripción del nombre y del sexo, no obstante lo anterior, no
resolvían en cuanto a la expedición de una nueva acta de nacimiento que fuera
acorde a la reasignación sexo genérica del solicitante y del resguardo del acta
primigenia, se requirió que el Tribunal de Alzada resolviera recursos de ape-
lación como el interpuesto por el Director del Registro Civil para razonar
¿Qué era más importante para resolver las solicitudes de rectificación de acta
de nacimiento, el interés particular o el interés colectivo?; a continuación
pongo al alcance de Usted querido lector el argumento y las pruebas del El
Director del Registro Civil, así como el razonamiento del solicitante de la
rectificación de su acta de nacimiento y el criterio de la autoridad (los datos
del expediente no serán revelados en razón de lo establecido por la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal).
El Director del Registro Civil sostuvo "que los cambios físicos que actual-
mente tiene la parte actora son en su totalidad consecuencia de los trata-
mientos hormonales feminizantes y cirugías a los que se ha sometido por
voluntad propia, reconociendo que sólo se trata de características secunda-
rias inducidas, pero sin que afirmen que existe la plena identidad de - - - - -,
con una mujer, ni física ni hormonal y menos aún cromosómicamente, como
erróneamente lo pretende el juzgador al condenar al hoy apelante a la recti-
ficación del atestado de nacimiento, en cuanto al nombre y sexo del registrado.
También manifiesta la parte demandada que los datos asentados en la actas
del registro civil deben quedar inmutables, pues el registro de nacimiento es
un acto jurídico que como se menciona no puede ser cambiado por simple
capricho y menos aún cuando proviene de simples manifestaciones absurdas
de la actora, por lo que la prestación del enjuiciante es contraria a derecho.
Toda vez que lo que determina el sexo de una persona depende de un proce-
so biológico y natural y es por ello que resulta inmutable, ya que además el
sexo es considerado como la parte biológica del individuo que se encuentra
relacionado con la morfología propia de los órganos genitales externos e in-
ternos, de acuerdo con la información genética recibida al momento de la
concepción humana y el variar la apariencia física en relación al sexo sólo
conduce a la incertidumbre jurídica, confusión e incluso al desorden en la
información estadística de la población pues además fueron los padres del
actor quienes proporcionaron sus datos y lo que realmente se pretende es

1 Disponible en: http://ius.scjn.gob.mx


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ATNBUTOS DE LA PERSONALIDAD 259

manejar una dualidad de personalidades, pues él mismo debió conducirse a


lo largo de su vida con el nombre que le fue dado por sus progenitores y con
el sexo que biológicamente le corresponde, máxime, que las mujeres tienen
cromosomas x equivales (sic) mientras los hombres sólo un cromosoma x y
un cromosoma y".
Estos argumentos se sustentaron con la prueba confesional de la actora;
la documental pública consistente en el acta de nacimiento de la actora en
donde se establece su sexo como el de hombre; los informes rendidos por la
Secretaria de Transportes y Vialidad del Distrito Federal, Secretaria de Rela-
ciones Exteriores y Secretaría de Hacienda y Crédito Público en donde no
había dato alguno de la actora, en cuanto a los informes de la Secretaría de
la Defensa Nacional y del Instituto Federal Electoral se desprende que el
sexo de la actor es hombre; pero del resultado de la pericia1 en psiquiatría y
del perito tercero en discordia en endocrinología, se estableció que la actora
tiene una personalidad femenina y caracteres sexuales primarios y secunda-
rios del sexo femenino, respectivamente.
Por su parte los argumentos del solicitante de la rectificación a su acta
de nacimiento versaban sobre su comportamiento desde su niñez "entre los
cinco y ocho años de edad, se sintió una niña en un cuerpo que no corres-
pondía con su persona; que desde entonces usaba ropa de su mamá, era
muy delicada y no le gustaban los juguetes de niño, ni tampoco los juegos
con violencia, jugaba con muñecas y en su vida cotidiana conforme crecía en
la 'pubertad y en la adolescencia', se vestía con ropa de mujer porque su
cuerpo se desarrollo como tal; que con fecha trece de abril del dos mil cua-
tro, se le realizó una operación de 'reasignación de sexo', por lo cual en su
vida actual, su sexo es de femenino; que ha recibido auxilio médico y psi-
quiátrico habiéndose determinado que la parte enjuiciante pertenece al sexo
femenino por lo que a partir de entonces y sin reticencias usa el nombre de
- - - - - , mismo que utiliza en todos los actos públicos y privados
- - - m - -

de su vida social y jurídica." Tal y como lo prueba con las siguientes proban-
zas: a) Constancias Médicas consistentes en: i) cuatro constancias médicas
expedidas por la Secretaría de Salud, Coordinación de Salud Mental Hospi-
tal Psiquiátrico "Fray Bernardino Álavarez", en las que se señala como diag-
nóstico psiquiátrico transexualismo F64.0,2 en su resumen clínico se señaló

2 También llamado CIE-10, OMS, 4.57.0para CIE 11 o síndrome de Hany Benjamin, es


una condición intersexual que se desarrolla antes del nacimiento involucrando el proceso de
diferenciación entre hombre y mujer. El Síndrome ocurre cuando el cerebro se desarrolla de un
sexo y el resto del cuerpo se desarrolla con características del sexo opuesto, haciendo necesaria
una rehabilitación física del fenotipo y sistema endocrino para ajustarlo a la verdadera identi-
dad de género de la persona, la cual viene determinada por la estructura del cerebro (el cambio
de sexo del núcleo intersticial del hipotálamo anterior o INAH3 en las personas transexuales es
al menos parcialmente, un marcador de una temprana diferenciación sexual atipica del cerebro
y que los cambios en el núcleo de la estría terminal o BSTc INAH3 y pueden pertenecer a una
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que se enviaba para cirugía de reasignación sexual, ii) Servicios de Ciru-


gía Plástica-Reconstructiva realizados por una médico cirujano y sexólogo,
iii) pericial en psicología en donde se determino que la actora tuvo disforia
de género3 durante la infancia, la adolescencia y hasta que realizó la opera-
ción de reasignación de sexo, iv) la pericial en materia de medicina y endo-
crinología que concluyo sobre los parámetros de perfil hormonal corresponde
al de sexo femenino y v) la pericial en genética en donde se estableció la in-
dependencia entre el proceso de diferenciación sexual y la identidad de gé-
nero; b) Documental Pública consistente en licencia para conducir expedida
por la Secretaría de Transportes y Vialidad del Gobierno del Distrito Federal
a favor de la actora con su nombre de mujer y c) prueba testimonial por con-
ducto de dos testigos.
La resolución del tribunal de alzada tomo en consideración las periciales
de la parte actora para corroborar la necesidad de la rectificación del atesta-
do de nacimiento con el objeto principal de adecuar dicho documento a la
verdadera realidad jurídica y social de la promovente y en base a lo previsto
por la fracción 11 del artículo 135 del Código Civil que establece con claridad
la posibilidad de pedir la rectificación de un acta de nacimiento del Registro
Civil por enmienda a efecto de variar tanto el nombre como otro dato esen-
cial relativo al sexo y a la identidad de la persona, precisamente en base a
las circunstancias particulares del caso, pues en el presente asunto tampoco
podría decirse que la actora tiene las características del sexo masculino, pues
debido a las cirugías que le fueron practicadas a la enjuiciante de reasigna-
ción genital , sus características físicas corresponden al sexo femenino y en
nada causa perjuicio a la parte demandada, pues no contradice el ámbito
de sus obligaciones como lo es la inscripción material de la rectificación
del acta impugnada, ni implica que el Registro Civil del Distrito Federal re-
cienta una lesión en el conjunto de sus bienes y derechos, dado que no se le
priva de bien alguno o deja de recibirlo y menos aún se afecte un derecho
que le sea propio.

red compleja que puede ser estructural y funcionalmente relacionadas con identidad de género)
y otros factores genéticos.
A diferencia de otros síndromes intersexuales, las manifestaciones clínicas de este síndro-
me no resultan evidentes en el nacimiento sino más tarde durante la infancia con frecuencia a
partir de los 2 o 3 años de edad. Entender el cuadro clínico y el diagnóstico diferencial de esta
enfermedad es de vital importancia para la detección temprana y el tratamiento médico pediá-
trico, endocrinológico y quirúrgico especializado de la misma. Apuntes extraídos de la página
web http://www.shb-info.org.
3 Disforia, como término opuesto a "euforia", designa disgusto, desajuste o malestar; la.
disforia de género es por tanto el disgusto, desajuste o malestar con el sexo biológico que le ha
correspondido al sujeto. La disforia de género es el término con el que en 1973 el psicólogo
John Money, y a partir de ahí la psiquiatría, designan lo que en 1953 el médico Harry Benjamin
había llamado transexualidad. Información extraída de la página web http://vm.sexovida.
DRcom.
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 261

Una vez analizada la información contenida e n paginas anteriores es fá-


cil percatarse el nulo conocimiento por parte del Director del Registro Civil y
Jueces Familiares sobre la transexualidad como enfermedad psicológica e n
las personas que la padecen y como equiparan (lo hacen en la actualidad) a
una persona transexual, con una persona padeciendo disforía d e género o
con personas transgenéricas; este problema se acrecentó primero con e l ra-
zonamiento empleado por la Suprema Corte d e Justicia d e la Nación cuando
resolvió la expedición d e una nueva acta de nacimiento y después en el cri-
terio del legislador que hizo las reformas al Código Civil para el Distrito Fe-
deral; el primero se enuncia a continuación y el segundo será abordado e n el
punto B d e este numeral.
REASIGNACI~N SEXUAL.LA SENTENCIA QUE NIEGA LA EXPEDICI~NDE UNA NUEVA ACTA
DE NACIMIENTO EN LA QUE SE RECTIFIQUEN LOS DATOS RELATIVOS AL NOMBRE Y SEXO DE UNA
PERSONA TRANSEXUAL, ES INCONSmZlCIONAL (LEGISLACI~N CML DEL DISTRITOFEDERAL,
VIGENTE ANTES DE LA REFORMA PUBLICADA EN LA GACETA OFICIALDEL DISTRITO FEDERAL EL
10 DE OCTUBRE DE 2008).-Aun cuando el Código Civil para el Distrito Federal -an-
tes de la reforma efectuada en 2008, a partir de la cual ya contempla en sus artículos
35, 98 y 135 Bis la expedición de una nueva acta de nacimiento tratándose de la
reasignación de concordancia sexo-genérica, así como al Código de Procedimientos
Civiles para esa entidad, a fin de regular el procedimiento respectivo-, sólo preveía
en su artículo 138 la anotación marginal de la sentencia que niegue o autorice la
rectificación de algún dato del acta de nacimiento, con la finalidad de adecuarla a
la realidad, tal objetivo no se cumple tratándose del caso de una persona transexual
si la sentencia que autorice la rectificación del nombre y sexo en el acta se limita a
ordenar dicha anotación, negándole la expedición de una nueva acta. Lo anterior,
porque, ante una laguna legal que dé respuesta a las exigencias constitucionales que
deben satisfacerse en ese caso particular, el Juez, en una labor de integración, debe
buscar colmarla con algún principio general de derecho que permita resolver la pre-
tensión del accionante, conforme a los am'culos 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 19 del Código Civil para el Distrito Federal. Por consiguien-
te, si el quejoso, al haber sido diagnosticado, por una parte, con un estado inter-
sexual (pseudo hermafroditismo femenino) y, además, como persona transexual, se
sometió a tratamientos de reasignación sexual de índole hormonal, psicológico e in-
cluso quirúrgicos y, por esa razón, solicitó ante el Juez de lo Familiar la expedición
de una nueva acta de nacimiento, con la rectificación de su nombre y sexo, para lo-
grar la adecuación legal a su realidad social, ante dicha situación, al no haber busca-
do el juzgador la solución que permita a esa persona el pleno ejercicio de sus
derechos fundamentales y, por tanto, el respeto a su dignidad humana, dicha senten-
cia resulta inconstitucional.
Amparo directo 6/2008.6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Valls Hemán-
dez. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número WV/2009,
la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de octubre de dos mil
nueve.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXX, Diciembre de 2009; Pág. 18.

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262 CONMEMORACI~NDE LOS 80 AÑOS DE VlGENCiA DEL CÓDIGOC M L

DERECHOA LA SALUD. TRATÁNDOSE DE LA REASIGNACIÓN DEL SEXO DE UNA PERSONA


TRANSEXUAL, ES NECESARIA LA EXPEDICI~NDE NUEVOS DOCUMENTOS DE IDENTIDAD, A FIN DE
LOGRAR EL ESTADO DE BIENESTAR GENERAL PLENO QUE AQUEL DERECHO I ~ ~ u c ~ . - C o n s i d e -
rando el derecho a la salud como la obtención de un determinado bienestar general,
integrado por el estado físico, mental, emocional y social de la persona, se advierte
que los tratamientos psicológicos, hormonales e incluso quirúrgicos a que se hubiere
sometido una persona transexual para lograr la reasignación del sexo que vive como
propio, no resultan suficientes para alcanzar ese estado de bienestar integral, si no se
le permite también, mediante las vías legales correspondientes, adecuar su sexo legal
con el que realmente se identifica y vive como propio, con la consiguiente expedición
de nuevos documentos de identidad, dado que se le obligaría a mostrar un documen-
to con datos que revelarían su condición de transexual, sin el pleno reconocimiento
de la persona que realmente es, generando una situación tortuosa en su vida cotidia-
na, 10-~ueindudablemente afecta determinantemente su estado emocional o mental
y, de ahí, su derecho a una salud integral.
Amparo directo 6/2008. 6 de enero de 2009. Once votos. Ponente: Sergio A. Vlis Hernán-
dez. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el diecinueve de octubre en curso, aprobó, con el número LXIV/2009, la
tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a diecinueve de octubre de dos mil nueve.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXX, Diciembre de 2009; Pág. 6.

B. CRITERIOSPARA LA EXPEDICIÓN
DEL ACTA DE NACIMIENTO
POR REASIGNACI~N

Los juicios de rectificación del acta de nacimiento encaminados armo-


nizar la realidad jurídica con la realidad de las personas transexuales radi-
cadas en el Distrito Federal se encontraban sustentadas en fundamentos
jurídico-doctrinarios, jurisprudenciales y legislativos encaminados a la cons-
trucción jurídica de este derecho desarrollado por juristas de países como
Alemania, Australia, España, Italia, Noruega, Suecia, desde 1980; en este
sentido el suscrito encuentra prudente explicar brevemente la denominada
postura de la escuela clásica.
Considera que la transexualidad es una patología que merece tratamien-
to, previo diagnóstico del paciente. Es un trastorno de identidad de género
incluido en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Pro-
blemas Relacionados con la Salud (CIE-10, categoría F64.0), constituyendo
una condición patológica o clínica en la que la persona presenta una discor-
dancia entre su sexo anatómico y su identidad de género, teniendo un carác-
ter psíquico y social, susceptible de ser tratado mediante los procedimientos
correspondientes y necesarios, dentro del marco de un equipo multidiscipli-
nario integrado por psiquiatras, psicólogos clínicos, endocrinólogos, ginecó-
logos y cirujanos plásticos (tal y como lo estableció Harry Benjamin, un
endocrinólogo alemán, quién inició el tratamiento médico sistematizado de
esta enfermedad en los años 50 en Estados Unidos principalmente, cuya ex-
tensa práctica clínica culminó con la publicación del primer tratado moderno
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 263

y extensivo sobre esta enfermedad en el año 1966 (The Transsexual Pheno-


menon, Julian Press, New York).
En esta tesitura, el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disor-
ders (DSM-IV) de la Asociación Psiquiátrica Americana considera que la tran-
sexualidad es un desorden de identidad que igualmente merece ser tratado
por especialistas, dándole un carácter patologizae.
El interés de estos pacientes transexuales por destruir el esquema bina-
rio (WM) en base al cual se estnicturan las dinámicas sociales, es por lo ge-
neral nulo. Esto es comprensible pues estos pacientes lo que más valoran es
precisamente este esquema binario de género (HíM)en el cual han sido
educados y que reconocen como el suyo de forma natural, pues el fin último
de la curación del Síndrome de Harry Benjamin (también llamado CIE-lo), es
la normalización y adecuación dentro de la estructura social binaria de género:
ser hombre (H) o ser mujer (M), y desarrollarse socialmente como tal.
Pero, el razonamiento clínico jurídico que sustentó los juicios de rectifi-
cación de acta de nacimiento para concordar la realidad jurídica con la so-
cial del solicitante no se utilizo por el legislador en las reformas al Código
Civil de fecha diez de octubre de dos mil ocho en donde se reformaron los
arti'culos 2,35 y 98 en su encabezado y en la fracción Vn, además de la adi-
ción al numeral 135bis de este ordenamiento y también se adicionaron los
arti'culos 498,498 bis al 498 bis 8 del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal, con estas reformas no sólo se consiguió la rectificación
del acta de nacimiento en cuanto al nombre y sexo para concordar la reali-
dad social con la jurídica de una persona transexual, además se permitió la
expedición de una nueva acta de nacimiento por concordancia de sexo-gené-
rica, en donde ya no es necesario tener el padecimiento de la transexuali-
dad, sino hacer la mención de que se es una persona que se encuentra sujeta
al proceso de reasignación sexo-genérica o transgenérica en la demanda. En
este sentido el ánimo y convicción del legislador impulsor de las reformas
del Código Civil para el Distrito Federal se encuentra infiuenciado por la se-
gunda postura de la construcción jurídica de este derecho que equipara
como iguales a la transexualidad (estudiada con claridad por la escuela clá-
sica) y tramgeneridad o transgéner0~4me refiero a la escuela existencia1 hu-
manista cuyo postulado primordial es:

4 Hany Benjamin distinguió diferentes tipos diagnósticos de entre los cuales sólo dos (los
Tipos V y VI) los consideró Transexuales Verdaderos, siendo una cuestión de urgencia terapéu-
tica-quirúrgica la diferencia entre ambos. Los restantes tipos diagnósticos (Tipos 1, 11, 111 y N)
constituyen una diferenciada realidad de prácticas sexuales, udesviacionesnen hábitos de vesti-
menta asociados a los tradicionales roles de género y variadas expresiones sexuales y de género,
combinadas entre sí, o no. Así por ejemplo el Tipo 11, denominado como Travesti Fetichista
(302.3, DSM-N-TR) o el Tipo N,Transexual "no-quinírgicon(302.85, DSM-N-TR) no se corres-
ponden con los criterios diagnósticos de Transexualismo mantenidos por la OMS ni tampoco se
corresponden con la definición oficial de "transexual"mantenida por la Real Academia Española.
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Considera a la transexualidad y a la transgeneridad como una condición


humana y no una patología, caracterizada por una discordancia entre el sexo
y la identidad de género (no coinciden los aspectos somáticos o corporales
con la percepción intima de ser hombre o ser mujer). La persona TSx no eli-
ge su discordancia sexogenérica (como nadie escoge su identidad de géne-
ro), tiene pleno derecho al reconocimiento de su identidad y a la expresión
social de dicha condición.
Y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el concepto
de salud no necesariamente implica la ausencia de enfermedad, sino que se
extiende al bienestar físico, mental y social, de modo que incluye a la persona
transgénero y transexual, y justifica la necesidad de apoyo por parte de profe-
sionistas especializados que le acompañan en la construcción de su identidad
sexo-genérica, en ejercicio de su derecho a la salud, apegados a protocolos
internacionales para la atención de esta comunidad.5
En este sentido se encuentra reglamentado el párrafo tercero del artículo
135 bis del Código Civil para el Distrito Federal que en su parte conducente
establece:
[...] que puede incluir, parcial o totalmente: entrenamiento de expresión de rol
de género, administración de hormonas, psicoterapia de apoyo o las intervencio-
nes quirúrgicas que haya requerido en su proceso, y que tendrá como conse-
cuencia, mediante resolución judicial, una identidad jurídica de hombre o mujer,
según corresponda.
El ordenamiento comprende en su interpretación no sólo a las personas
transexuales, sino además a las personas transgénero, cuando se establece
que el proceso de concordancia entre el ente corpóreo y el mental o identi-
dad de género puede ser realizado de forma parcial, es decir, no se requiere
realizar necesariamente el proceso de reasignación de sexo (al que se some-
tió la persona promovente del proceso de rectificación de acta de nacimiento
para concordar su realidad social con la jurídica), por conducto de cirugía
de reasignación genital, de cirugía plástica de prótesis de senos (la mayoría de
los solicitantes eran mujeres transexuales), hormonales, así como a trata-
mientos ginecológicos, psiquiátricos y psicológicos para conseguir la aparien-
cia psicológica, física y cromo somática de mujer u hombre según fuera el
caso para obtener esta identidad desde el punto de vista jurídico; ahora sólo
se requiere el dictamen (emitido por dos profesionistas o peritos con expe-
riencia clínica en estos procesos),que determine que es una persona que se
encuentra sujeta al proceso de reasignación para la concordancia sexo-gené-

Harry Benjamin definió el Tipo N como un estado incierto entre la identidad travesti y la iden-
tidad transexual, concluyendo una identidad "transgénero" indefinida de género. Esta informa-
ción se encuentra en la página web: //www.shb-info.org.
5 Vid. FLORESRAMÍREZ, Víctor Hugo, La situación de la Trangeneridad y la Transexualidad
en la Legislación Mexicana a la luz de los Instrumentos Jurídicos Internacionales, Colección Estu-
dios-2008, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, México, 2009, p. 35.
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ATR~BUTOSDE LA PERSONALIDAD 265

rica con un mínimo de cinco meses, esta disposición no establece con claridad
cuales son los elementos médicos del proceso de reasignación, pero de las mani-
festaciones hechas por los actuales solicitantes de la reasignación quedará claro
lo siguiente:
Norma ya acudió a la primera audiencia para presentarse ante el juez. Al pare-
cer, el magistrado esperaba ver a una persona 'mega operada' (y dibuja con sus
manos la silueta de 'extravagante'), por lo que, cuando la tuvo frente a él, no
emitió ningún juicio de valor. 'Eso me dio la confianza de que todo procederá
bien. Está planeado que en mayo concluya todo', celebra [...].6

III. DOMICILIO

El domicilio como atributo de la personalidad individualiza a la persona


física y la identifica de manera clara, cuando es utilizado para ubicar el lugar
en donde la persona física ejercita sus derechos y da cumplimiento a sus
obligaciones. Tradicionalmente, es la residencia habitual de una persona físi-
ca cuando permanece por más de seis meses en él. El Código Civil para el
Distrito Federal lo reglamenta en sus artículos 29 el cual es denominado
como domicilio de personas físicas, 30 designado como domicilio legal de
persona física, 31 regulándolo como domicilio legal y 34 designado como
domicilio convencional; además este artículo se relaciona con los artículos
1805, 1806 y 1807 cuando el Código Civil regula la policitación, la acepta-
ción y el consentimiento en los contratos entre personas presentes y ausen-
tes. Con los avances tecnológicos la persona ha descubierto medios para
relacionarse y realizar diversos actos jurídicos, entre ellos la contratación por
intemet; las consecuencias jurídicas a esta interacción serán estudiadas en
este apartado.
Se entiende que el contrato fue celebrado entre presentes cuando el ofe-
rente o policitante y el aceptante se encuentran comunicados en tiempo real;
es decir, ambos contratantes se encuentran negociando el precio, las caracte-
rísticas del bien objeto de transacción, así como el costo de envío (cuando se
trate de un bien corpóreo) o bien el día que tendrá verificativo el depósito
bancario o la transferencia bancaria que garantice el pago del bien objeto
del contrato, tal y como lo establecen los artículos 1803 fracción 1 y 1805 del
Código Civil Federal; podrá considerarse consentimiento entre ausentes
cuando exista un intervalo de tiempo mayor a tres días entre la oferta o poli-
citación y la aceptación y tomando en cuenta el sistema de manifestación de
la voluntad entre ausentes tanto el policitante como el aceptante tendrán
que acreditar que su contrario recibió la manifestación de su voluntad du-
rante el citado término art. 1807 del Ordenamiento citado en relación al ar-
tículo 91 del Código de Comercio.

6 Disponible en: www.carlaantonelli.com


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Como el consentimiento se forma de una oferta y una aceptación las dis-


posiciones civiles y mercantiles regulan algunos de sus aspectos. La informa-
ción que se genera por medios electrónicos se conoce como mensaje de datos
y se define en el artículo 89 del Código de comercio como: "Mensaje de Da-
tos: La información generada, enviada, recibida o archivada por medios elec-
trónicos, ópticos o cualquier otra tecnología".
Este concepto esta tomado del artículo 2 a de la Ley Modelo de la UNCI-
TRAL, en toda oferta o policitación y aceptación hay un emisor y un destina-
tario quienes deben quedar plenamente identificados en la contratación
electrónica o contrato por internet para efectos de determinar la celebra-
ción del contrato así como las partes obligadas, el Código Civil Federal y el
Código de Comercio establecen para efectos de considerar que un contrato
ha sido celebrado de acuerdo a la forma que establece la ley, los supuestos
se tendrán por cumplidos siempre que la información generada o comunicad
en forma íntegra, a través de dichos medios sea atribuible a dichas partes,
tal y como lo establecen los artículos 1834 bis del Código Civil Federal y el
artículo 93 del Código de Comercio.
El problema resulta en la legislación nacional, porque si bien es cierto, el
Código de Comercio en el artículo 94 establece los criterios para efecto de de-
terminar el lugar de la emisión, así como de la recepción del mensaje de da-
tos, no establece (como si lo hacen otras legislaciones, entre ellas el Código
de Comercio Español) en qué lugar se tendrá por celebrado el contrato.
Si se siguiera el mismo sistema del Derecho español, tendría que estar el
razonamiento conforme a lo establecido por el artículo 1807 del Código Ci-
vil Federal el cual establece que "el contrato se forma en el momento de que
el proponente reciba la aceptación, estando ligado por su oferta", según los
artículos 1805 y 1806 lógico es, que se tenga por celebrado el contrato en el
lugar en el que el proponente hizo la oferta.
Sin embargo, la celebración del contrato, el domicilio de las partes, así
como el per$eccionamiento de éste en la contratación por internet puede tener
lugar en cualquier parte del mundo, por lo que la determinación del lugar al
parecer puede depender del domicilio del oferente, aunque cabe aclarar no exis-
te un criterio uniforme ni legal, ni jurisprudencia1 o doctrinal al respecto.
Una solución para resolver esta problemática es la firma electrónica o
firma digital como el instrumento idóneo para determinar y acreditar la per-
sonalidad del titular de la clave pública y privada que se le concede una vez
que ha contratado los servicios con los Prestadores de Servicios de Certifica-
ción7 para que se le expida la citada firma.

7 El artículo 100 del Código de Comercio, establece quienes podrán ser Prestadores de
Servicios de Certificación: a) los notarios públicos y corredores públicos; b) las personas morales
de carácter privado, y c) las instituciones públicas, conforme a las leyes que les son aplicables.
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ATRiBUTOS DE LA PERSONALIDAD 267

La firma digital es un conjunto de caracteres binarios que contiene una


clave encriptada, se encripta la información para restringir el acceso a extra-
ños que quisiesen suplantar al titular de la firma; como ya se menciono en
líneas anteriores la firma digital está compuesta por dos claves, una secre-
ta o clave privada que sólo conoce el autor del documento y otra pública
cuya función estriba en verificar la autenticidad del documento por algún
interesado.
En este sentido se pronuncia el artículo 1834 bis del Código Civil Fede-
ral, cuya redacción no encontramos en su homologo para el Dishito Federal,
en donde el legislador se encuentra amarrado por el clientelismo político al
que no le interesan reformas reguladoras de las conductas del sujeto jurídico
del siglo XXI que se relaciona con sujetos de otras entidades de la República
Mexicana e incluso con sujetos del orbe utilizando un medio de comunica-
ción masiva, como lo es el internet. Por este motivo hago del conocimiento
a los miembros de la asamblea Legislativa la redacción del citado ordena-
miento con la finalidad de que se incluya en el Código Civil para el Distrito
Federal:
Articulo 1384bis.-Los supuestos previstos por el am'culo anterior se tendrán
por cumplidos mediante la utilización de medios electrónicos, ópticos o de cual-
quier otra tecnología, siempre que la información generada o comunicada en
forma íntegra, a través de dichos medios sea atribuible a las personas obligadas
y accesible para su ulterior consulta.
En los casos en que la ley establezca como requisito que un acto jurídico deba
otorgarse en instrumento ante fedatario público, éste y las partes obligadas po-
drán generar, enviar, recibir, archivar o comunicar la información que contenga
los términos exactos en que las partes han decidido obligarse, mediante la utili-
zación de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, en cuyo
caso el fedatario público, deberá hacer constar en el propio instrumento los ele-
mentos a través de los cuales se atribuye dicha información a las partes y con-
servar bajo su resguardo una versión íntegra de la misma para su ulterior
consulta, otorgando dicho instrumento de conformidad con la legislación aplica-
ble que lo rige.
Y en el supuesto de incumplimiento del contrato celebrado por Intemet
los juzgados de primera instancia deberían exigir al contratante que no ha
cumplido su obligación contractual, a dar cabal cumplimiento, pero ¿Dónde
se ubica el lugar de residencia del contratante incumplidor? La respuesta se
puede encontrar de forma parcial en la tesis aislada número de registro
166930 de materia común, ya que sólo hace referencia a las personas mora-
les y no comenta nada en relación a las físicas, cuando sugiere:"Por lo tanto,
una de las medidas pertinentes que puede dictar la autoridad federal para
localizar el domicilio de la parte tercera perjudicada, si se trata de una em-
presa cuya localización no conste en autos, es la de efectuar su búsqueda por
Internet a través de las diversas páginas que ofrecen dicho servicio, donde
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268 CONMEMORACIÓN DE LOS 80 AÑOS DE VIGENCIA DEL CÓDIGO C M L

basta introducir el nombre de la empresa que se pretende localizar y en breve


se despliega información de la que puede obtenerse la forma para contactar
con dichas empresas y en algunos casos también proporcionan sus domici-
lios". Pero las personas físicas no tienen en la mayona de los casos página en
Internet en donde se encuentre su lugar de residencia, por lo que sugiero
tendría que estar el razonamiento conforme a lo establecido por el artículo
1807 del Código Civil Federal el cual establece que "el contrato se forma en
el momento de que el proponente reciba la aceptación, estando ligado por
su oferta", según los artículos 1805 y 1806 lógico es, que se tenga por cele-
brado el contrato en el lugar en el que el proponente hizo la oferta. De nue-
va cuenta el artículo 1805 del Código Civil Federal tiene una redacción
completa y nada tiene que ver con el artículo 1805 del Código Civil para el
Distrito Federal cuya redacción es del siglo pasado, a continuación se trans-
cribe el primero de los citados artículos:
Artículo 1805.-Cuando la oferta se haga a una persona presente, sin fijación
de plazo para aceptarla, el autor de la oferta queda desligado si la aceptación no
se hace inmediatamente. La misma regla se aplicará a la oferta hecha por teléfo-
no o a través de cualquier otro medio electrónico, óptico o de cualquier otra
tecnología que permita la expresión de la oferta y la aceptación de ésta en forma
inmediata.

IV. ESTADO CIVIL

Es la relación jurídica específica de una persona en relación con su fami-


lia y con los miembros que la componen; es casuístico y está compuesto por
un conjunto de derechos y obligaciones recíprocos que originan atribuciones
propias de la familia de pertenencia, así como en sus miembros, es decir, el
vínculo formado entre la persona y su núcleo familiar lo distingue de otras
personas y de otras familias en sus costumbres, ideologías, educación, etcé-
tera. Además, comprende las distintas calidades de hijo, hija, padre, madre,
parentesco por consanguinidad, afinidad y adopción.
El estado civil de las personas, se compone por las siguientes fuentes:
a) el nacimiento de una persona considerada viable para vivir determina su
estado civil, pues desde el comienzo de la vida una persona se convierte en
sujeto de derechos y obligaciones en relación al linaje al que pertenece y con
los miembros que lo integran; b) la nacionalidad de una persona la vincula
con el Estado al que pertenece y con cada uno de sus miembros; c) la edad
interviene en el desarrollo de la persona provocando cambios físicos y men-
tales reglamentados por la norma jurídica para reconocer los derechos y
obligaciones adquiridos por la capacidad del menor de edad, del emancipa-
do y del mayor de edad; d) la incapacidad de la persona (sea natural o le-
gal), influye en el distinto alcance de la libertad o capacidad de ejercicio de
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 269

sus derechos y obligaciones; e) la ausencia es un procedimiento realizado


cuando una persona es creída ausente y durante su desarrollo se pueden
configurar diferentes estados civiles respecto de la persona del ausente y de
sus familiares; fl el sexo ya no es un impedimento para que la mujer pueda
ejercer sus derechos y cumplir con sus obligaciones no sólo ante cualquier
particular, sino con la familia y el Estado; y g) el matrimonio es la fuente por
excelencia de cambios en el estado civil y causa esencial de la vida social y
política, asigna los derechos y obligaciones para con la familia a los solteros,
a la madre, al padre, a los hijos y a sus demás miembros. El matrimonio es la
fuente del estado civil que ha sufrido un cambio legislativo de esencia en el
Código Civil para el Distrito Federal y por este motivo resulta interesante su
estudio.

La esencia del matrimonio desarrollada desde el derecho romano, estu-


diada por los grandes juristas nacionales y extranjeros, pero sistematizada
por el legislador del Código Civil de 1928 y puntualizada por el legislador
permanente hasta 2010, definía al matrimonio en su artículo 146 de la si-
guiente forma:
Arti'culo 146.-Matrimonio es la unión libre de un hombre y una mujer para
realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y
ayuda mutua con la posibilidad de procrear hijos de manera libre, responsable e
informada. Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las formalidades
que esta ley exige.
El espíritu de la norma y la esencia del matrimonio no parecían correr
algún riesgo cuando en 2006 se promulgo la Ley de Sociedad de Conviven-
cia para el Distrito Federal; atendiendo, ya sea a clientelismos partidistas por
el reclamo popular de la comunidad lésbico-gay (miembros activos y votan-
tes asiduos al partido en el gobierno capitalino) o a una visión vanguardista
de los miembros de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal influenciada
por el modernismo de otras legislaturas internacionales creadoras de una
doctrina humanista, en donde los géneros ya no deben ser diferenciados y
reglamentados, todos los habitantes de este planeta somos personas con los
mismos derechos y obligaciones sin importar el sexo, raza, religión o posi-
ción económica; luego entonces, toda persona puede contraer matrimonio
con otra sin importar su sexo o género, el primer paso para conseguir esta
igualdad del derecho para contraer matrimonio entre personas del mismo
sexo fue la promulgación de la Ley de Sociedad de Convivencia para el Dis-
trito Federal.
Usted amigo lector, es la persona indicada para decidir, cuál de las dos
posturas descritas en líneas anteriores fue el vértice que influyo en el ánimo
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del legislador para crear y reglamentar una figura jurídica que se asemeja al
concubinato, pero encauzado a la comunidad lésbico-gay. Sin otra preten-
sión que obligar a los convivientes (sean éstos dos personas físicas de dife-
rente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena), a
establecer un hogar común, con voluntad de permanencia y de ayuda mu-
tua; surtiendo todos sus efectos como si fuera concubinato y las relaciones
jurídicas que se derivan de él, ante cualquier tercero cuando la sociedad es
registrada ante la Dirección General Jurídica y de Gobierno del Órgano Polí-
tico-Administrativo correspondiente.
En 2010 se reforma el Código Civil para el Distrito Federal, por virtud
de la cual son legales los matrimonios entre personas del mismo sexo y tie-
nen la opción de adoptar, siendo este derecho el que ubica al Distrito Fede-
ral a la vanguardia, toda vez que aún no es permitido en la mayoría de los
países en donde está permitido el matrimonio entre personas del mismo
sexo;8 pero desde el humilde punto de vista del suscrito la reforma también
otorga el derecho a contraer matrimonio a las personas transgénero o tran-
sexuales cuando determina que el matrimonio es la unión de dos personas
en su artículo 146:
"Matrimonio es la unión libre de dos personas para realizar la comuni-
dad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua.
Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las formalidades que
establece el presente códigoV.9
La entrada en vigor de esta reforma originó que la Procuraduría General
de la República promoviera una acción de inconstitucionalidad en tomo a la
reforma, fundada en los siguientes razonamientos:
1. La Procuraduría General de la República promovió ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación una acción de inconstitucionalidad en torno
de los artículos 146 y 391 del Código Civil para el Distrito Federal, que regu-
lan las figuras del matrimonio y la adopción, atendiendo a lo que establecen
los artículos 4O, 14, 16 y 133 de la Constitución Política de los Estados Uni-
dos Mexicanos.
2. Con relación a la reforma al artículo 146 del Código Civil capitalino,
la PGR considera que se contraviene el principio de legalidad, pues la refor-
ma se aparta del fin constitucional de protección de la familia concebida ex-
presamente por el Poder Constituyente Permanente en 1974.
3. Asimismo, la reforma parte de la tesis de que no existía protección le-
gal del ejercicio de los derechos de las parejas integradas por personas del
mismo sexo y que desean fundar una familia. Ello no es exacto, pues en el

8Ver página web www.elmundo.es


9En este sentido se expresa la ley C-38 del país de Canadá, en donde amplía el derecho
de casarse a las personas que viven en el resto del país y redefine el matrimonio en el nivel fe-
deral a "una unión legal entre dos personas", en lugar de "una unión legal de un hombre y una
mujer."
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 271

Distrito Federal existe, desde 2006, la institución jurídica de la sociedad de


convivencia, que tutela prácticamente los mismos derechos que el matrimo-
nio, salvo los relacionados con la procreación y la descendencia.
4. La PGR considera que la reforma se aleja del deber estatal de salva-
guardar el interés superior del niño, cuya supremacía ordena la Constitución
Federal y cuyos alcances establecen los tratados internacionales y han inter-
pretado los propios tribunales mexicanos.
5. Todo lo anterior, con independencia de los conflictos jurídicos que
la reforma genera en el resto de las entidades federativas que conforman la
República e, incluso, frente a la Federación, además de que trastoca el siste-
ma federal y las instituciones del derecho de la familia
6. Por lo que hace a la adopción, prevista en el am'culo 391 del reforma-
do Código Civil para el DF, se considera inconstitucional porque no cumple
con el principio de legalidad al no haber tomado en cuenta la supremacía
del interés superior del niño, colocado por encima de cualquier otro derecho
y porque omitió considerar que todo menor tiene derecho al modelo de fa-
milia concebido expresamente por el Poder Constituyente Permanente en el
dictamen de la reforma de 1974 a tal dispositivo constitucional.
La corte resolvió esta controversia constitucional 2/2010 con los siguien-
tes criterios:
MATRIMONIO. LA EXiSTENCIA DE DIVERSAS FORMAS DE RECONOCIMIENTO LEGAL DE LAS
UNIONES ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO, NO IMPIDE LA AMPLIACI~NDEL CONCFPTO DE
AOUEL PARA COMPRENDER DICHAS UNIONES.-Laevolución en el reconocimiento de los
derechos de las personas homosexuales y la protección jurídica de sus uniones, se ha
reflejado en la implementaaón de diversas normas y acciones, entre las que se en-
cuentra la aprobación, en diversos países y en el propio Distrito Federal, de leyes que
regulan las llamadas "sociedades de convivencia" o "pactos de solidaridad", para re-
conocer y proteger las uniones de hecho de personas del mismo sexo. No obstante, si
bien es cierto que a través de estas figuras se consigue una cierta paridad entre aque-
llas uniones y el matrimonio, también lo es que tales legislaciones lo equiparan, en lo
general, al concubinato, sin que logren alcanzar el mismo reconocimiento y protec-
ción jurídica de los derechos y obligaciones que surgen del matrimonio civil. Así, la
existencia previa de una figura legal distinta a la institución del matrimonio, no impi-
de que se permita el acceso a este último, ya que no existe limitación constitucional
alguna para que el legislador ordinario amplíe el concepto de matrimonio para com-
prender las relaciones heterosexuales y las homosexuales que, por igual, pueden re-
sultar estables y permanentes.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XX)W, Agosto de 2011; Pág. 879.
MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SWO. LA REFORMA AL ART~CULO146 DEL
C ~ D I G CML
O PARA EL DISTRITOFEDERAL,
PUBLICADA EN LA GACETAOFICIAL DE LA ENTIDAD
EL 29 DE DICIEMBRE DE 2009, NO CONTRAVIENE EL CONTENIDO DE LA CONSTITUCIÓNP0m- .
cA DE LOS ESTADOS UNIDOSMEXICANOS.-Sibien es cierto que la Constitución General
de la República no contempla el derecho a contraer matrimonio, también lo es que la
reforma al artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, por la que se recon-
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figura la institución del matrimonio, se inscribe como una medida legislativa consti-
tucionalmente razonable, toda vez que, conforme a lo resuelto por este Tribunal en
Pleno en el amparo directo 6/2008, en sesión de 6 de enero de 2009, la orientación
sexual de una persona, como parte de su identidad personal, responde a un elemento
relevante en su proyecto de vida, que incluye el deseo de tener una vida en común
con otra persona de igual o distinto sexo, por lo que tratándose de personas homo-
sexuales, de la misma forma que ocurre con las heterosexuales, el derecho al libre
desarrollo de la personalidad implica también el de decidir casarse o no. En tal senti-
do, en respeto a la dignidad humana resulta exigible el reconocimiento por parte del
Estado no sólo de la orientación sexual de un individuo hacia personas de su mismo
sexo, sino también de sus uniones, bajo las modalidades que, en un momento dado,
decida adoptar (sociedades de convivencia, pactos de solidaridad, concubinatos o
matrimonio), razón por la cual, la decisión tomada por la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal para ampliar la institución del matrimonio y comprender a las pare-
jas del mismo sexo, lejos de contravenir los postulados fundamentales los refuerza, al
igualar las uniones de las parejas, sean heterosexuales u homosexuales.
[TA]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXXIV, Agosto de 2011; Pág. 877.

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO EN EL DISTRITOFEDERAL. TIENEVALI-


DEZ EN OTRAS ENTIDADES FEDERATNAS CONFORME AL ART~CULO121 DE LA CONSTITUCI~N
GENERAL DE LA REPÚBLICA (ARTÍCULO 146 DEL CÓDIGO CML PARA EL DISTRITOFEDERAL,
REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN LA GACETAOFICIAL DE LA ENTIDAD EL 29 DE
DICIEMBRE DE 2009).-Conforme al sistema federal, las entidades federativas son li-
bres y soberanas en todo lo concerniente a su régimen interior, aunque gozan de una
independencia limitada en tanto deben respetar en todo momento el Pacto Federal;
por tanto, el hecho de que en una entidad se regule de determinada manera una ins-
titución civil, no significa que las demás deban hacerlo en forma identica o similar,
como tampoco que se limite o restrinja la facultad de una entidad para legislar en
sentido diverso a las restantes, por lo que si bien es cierto que el artículo 146 del
Código Civil para el Distrito Federal sólo tiene obligatoriedad en dicho territorio, en
virtud de que cada entidad legisla para su propio ámbito territorial, también lo es
que la regla contenida en la fracción IV del artículo 121 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, referente a que los actos del estado civil que se en-
cuentran ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en los otros, implica el
reconocimiento pleno de que todo acto del estado civil que se lleve a cabo cumplien-
do con las formalidades contenidas en la ley de una entidad, será válido en las de-
más, aun cuando no guarde correspondencia con su propia legislación. En tal sentido,
es el propio artículo 121 constitucional el que, en aras de salvaguardar el federalismo
y la seguridad jurídica de los gobernados, prevé el deber constitucional para los de-
más Estados de otorgar dicho reconocimiento.
[J]; 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XXXiV, Agosto de 2011; Pág. 875.

V. CAPACIDAD

Como lo establece la doctrina, querido lector, la capacidad es la aptitud


de una persona para adquirir derechos y asumir obligaciones, así como la
posibilidad de que ésta pueda ejercerla por conducto de un representante o
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ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD 273

a título particular; en este sentido, existen dos tipos de capacidad: la capaci-


dad jurídica o de goce que es la aptitud de una persona para ser titular de
derechos y obligaciones desde el momento en que nace y es viable y hasta
que muere y; la capacidad de ejercicio o de obrar es la aptitud de una perso-
na para hacer valer sus derechos y cumplir con sus obligaciones por sí mis-
ma, además es graduable, debido a que se adquiere mayor capacidad de
obrar a medida que la persona aumenta su edad. La capacidad de ejercicio va
de la mínima a la máxima, la primera se presenta con el naciturus y la se-
gunda le corresponde al mayor de edad que se encuentra en pleno ejercicio
de sus derechos y obligaciones.
El Código Civil para el Distrito Federal la regula en sus artículos 2O en
relación al 12, 13 fracción 11, 22 y 23; en este sentido, la capacidad es utili-
zada por la persona en los siguientes supuestos:
a) Por las personas transexuales o transgénero cuando solicitan el levan-
tamiento de una nueva acta de nacimiento por reasignación de concordancia
sexo-genérica en razón a su identidad de género, y a su expresión de rol de
género;
b) Cuando las personas pertenecientes a la comunidad lésbico gay, tran-
sexuales o transgénero presentan su solicitud ante el Oficial o Juez del Re-
gistro Jurídica y de Gobierno del Órgano Político-Administrativo el registro
de la Sociedad de convivencia a la que pretenden acceder.
C) en las contrataciones por internet como cualquier acto jurídico, las
partes contratantes deberán ejercer su capacidad de ejercicio para poder
contratar por Internet; lamentablemente en la realidad los niños y los adole-
centes quienes navegan en la red de redes y en la mayoría de las ocasiones
celebran contratos electrónicos, afortunadamente para ellos y sus padres, las
contrataciones celebradas por ellos se encuentran afectadas por la nulidad
relativa que puede ser invocada por el incapaz por conducto de sus padres,
en este sentido se encuentran reglamentados los artículos 2228 y 2230 del
Código Civil Federal (el Código Civil para el Distrito Federal tiene la misma
redacción).

VI. PATRIMONIO

Desde el punto de vista doctrinal y legislativo, tradicionalmente se ha


considerado al patrimonio como atributo de la personalidad como el conjun-
to de relaciones jurídicas activas y pasivas pertenecientes a una persona y
con una cuantificación económica.
Esta noción jurídica cambió a partir de 1982, cuando el legislador per-
manente del Congreso de la Unión e influenciado por el contenido del Código
Civil de Tlaxcala, el de Quintana Roo y el de Puebla cuya autoría correspon-
de al Ilustre Jurista mexicano Ernesto Gutiérrez y González adoptó la figura
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jurídica del Patrimonio Moral, pero lamentablemente no lo conceptualizó


como lo hizo el Código de Tlaxcala en su artículo 1402 que decía:
El daño puede ser también moral cuando el hecho ilícito perjudique a los com-
ponentes del patrimonio moral de la víctima. enunciativamente se consideran
componentes del patrimonio moral, el afecto del titular del patrimonio moral
por otras personas, su estimación por determinados bienes, el derecho al secreto
de su vida privada, así como el honor, el decoro, el prestigio, la buena reputa-
ción y la cara e integridad física de la persona misma.10
Este error fue subsanado parcialmente por el legislador permanente del
Distrito Federal el 19 de mayo de 2006, con la promulgación de la Ley de
Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el
Honor y la Propia Imagen cuyo objeto es garantizar únicamente los siguien-
tes derechos de la personalidad: el Derecho a la Vida Privada, al Honor y a
la Propia Imagen de las personas en el Distrito Federal, no haciendo referen-
cia a la Integridad Física de la Persona, el afecto por otras personas o por
determinados bienes del titular de este derecho, así como el Prestigio y el
Decoro del titular.

VII. CONCLUSIONES

PRIMERA. Con el matrimonio entre personas del mismo sexo el legislador


al ampliar el espectro del sujeto de la norma a personas indeterminadas,
también incluye a los transgenéricos y transexuales; luego entonces la hipó-
tesis normativa contiene los siguientes supuestos de parejas que se forma-
rían con el matrimonio (sin ser excluyente de cualquier otro tipo): a)
hombre-mujer, b) hombre-hombre, c) mujer-mujer, d) hombre-transgénero
(está integrado por múltiples opciones), e) mujer-transgénero, fl hombre-
transexual (es decir, un hombre por nacimiento que adquirió la fisonomía de
una mujer por un proceso médico-psiquiátrico, g) hombre homosexual-hom-
bre transexual (es una mujer que adquirió la fisonomía de hombre mediante
un proceso médico psiquíatrico), h) mujer heterosexual-hombre transexual
(que adquirió esta fisonomía por un proceso médico-psiquíatrico pero por
nacimiento su cuerpo corresponde a una mujer), i) mujer lesbiana-mujer
transexual (que adquirió esta fisonomía por un proceso médico y psiquíatri-
co pero que por nacimiento corresponde a un hombre), j) transexual (con
cualquiera de sus variantes)-transexual (con cualquiera de sus variantes) y
k) transgénero (con cualquiera de sus variantes)-transgénero (con cualquie-
ra de sus variantes).

10 GUTIÉRREZY GoNZÁLEZ, Ernesto, El patrimonio el pecuniario y el moral o derechos de la


personalidad y derecho sucesorio, 3a. ed., Pomía, México, 1990, p. 768.
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ATRIBUTOS DE LA PERSONAUDAD 275

SEGUNDA.El tema de la familia convencional podría ser superado en apa-


riencia si un homosexual o una lesbiana contraen matrimonio con un tran-
sexual; con base en la legislación vigente en el Distrito Federal, en el interés
superior del menor en cuanto a su desarrollo psicológico sería sano, ya que
en apariencia sería la unión de un hombre con una mujer aún cuando en
esencia son dos hombres o dos mujeres los contrayentes del matrimonio;
recordemos que la expedición de una nueva acta de nacimiento una vez
concluido el procedimiento de concordancia sexo-genérica le otorga al pro-
movente una nueva personalidad en razón a su rol de género.
TERCERA. Mientras no se realicen reformas al Código Civil para el Distri-
to Federal encausadas a la regulación de la contratación por intemet, la
inseguridad jurídica convertirá al Distrito Federal en un paraíso para los de-
fraudadores que utilicen el intemet como un medio para conseguir sus he-
chos ilícitos.
CUARTA. El tema de la transexualidad mientras se encuentre regulada
por doctrinas transgénero permitirá la creación de derechos y obligaciones a
un aparente tercer género que cromosomáticamente no existe.

F ~ R ERAM~REZ,
S Víctor Hugo, La situación de la tramgeneridad y la transexualidad en
la legislación mexicana a la luz de los instrumentosjurídicos internacionales, colec-
ción Estudios 2008,Ed. Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Méxi-
co, 2009.
GUTIÉRREZY GONZÁLEZ, Ernesto, El patrimonio, el pecuniario y el moral o derechos de la
personalidad y derecho sucesorio, 3a. ed., Editorial Porrúa, México, 1990.

IX. PAGINAS DE INTERNET CONSULTADAS

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E l contrato de renta vitalicia


a 80 años del Código Civil
Juan L u i s González Alcántara1

SUMARIO.1. introducción. 11. Doctrina francesa. 111. Fuentes legislativas en Mkxico.


N.Características del Contrato. V. Modelo básico. VI. Conclusiones. VI1 Bibliografía.

Nuestra codificación civil, como ejemplo de sistematización y organiza-


ción de los tópicos principales que deben ser objeto de regulación expresa y
concreta de las relaciones particulares, tiene muchísimos temas que han evo-
lucionado, desde el primigenio código de 1870, hasta el actual de 1928,
acorde a las características propias de la sociedad mexicana, o al cambio de
perspectiva cultural e ideológica de cada una de nuestra entidades federati-
vas; es fácil ver cómo instituciones: adopción, matrimonio, parentesco, daño
moral, et al, se han adaptado y evolucionado, acorde a los nuevos cánones
de Derechos Humanos, a la evolución tecnológica o bien a nuevas exigen-
cias de la sociedad mexicana.
Sin embargo, hay, a la par de esas instituciones incluidas en nuestra co-
dificación civil que son objeto de discusiones constantes y variadas por parte
de los doctrinarios mexicanos, las que han sido olvidadas, tanto por opera-
dores jurídicos, justiciables, órganos jurisdiccionales, como doctrinarios de
nuestro país; y uno de esos temas es precisamente el "contrato de renta
vitalicia.
En efecto, su objeto de estudio se ha reducido a pocas páginas en nues-
tra doctrina contractual; la "renta vitalicia", por su ambigüedad semántica,
suele relacionarse por los profanos, a primera instancia, con ramas del dere-
cho laboral, de la seguridad social o bien con tópicos de contrato de "segu-
ros", pero la concepción original de tal institución, para darle el exacto lugar

1 Investigador Honorario del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Na-


cional Autónoma de México.
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que le corresponde dentro de la Ciencia Jurídica, es ubicarla dentro del dere-


cho civil.
Por tanto, consideramos que una de las formas más adecuadas e idóneas
de poder conmemorar nuestra codificación civil es abordar y estudiar institu-
ciones incorporadas a nuestro sistema jurídico que por su poco uso y trata-
miento doctrinal, a la fecha, son casi desconocidas en el foro mexicano, y el
mejor ejemplo precisamente se encuentra en el contrato de renta vitalicia.
Para tales efectos, se realiza un trabajo descriptivo; inicia con un análisis
de los aspectos doctrinales más relevantes de tal figura contractual, partien-
do de las construcciones doctrinales de la escuela de la exegética francesa,z
para explicitar brevemente la evolución legislativa en nuestro país, y cómo
ha sido clasificada y entendida por los tratadistas mexicanos; y para lograr
un acercamiento se propone un formato básico, acorde a las reglas de nues-
tro sistema jurídico, de un contrato de renta vitalicia.

II. LA DOCTRINA FRANCESA

Hay que precisar que la creación de contrato de renta vitalicia no es una


aportación original de la escuela de la exegética francesa o de alguna otra
escuela moderna, pues como bien lo explicita la investigadora española Isa-
bel Zurita Martín, se pueden encontrar los antecedentes de la renta vitalicia,
en el Derecho Romano, ya que desde esa época se podía establecer mediante
stipulatio, oneroso o gratuito, o bien por vía testamentaria o mediante un
contrato innominado.3
Nos explicita también la doctrinaria española que se puede seguir la evo-
lución histórica de la renta vitalicia después del Derecho Romano en el "pre-
cario eclesiástico", figura medieval que consistía básicamente en una
donación hecha a una iglesia o monasterio, en que existía reserva del usu-
fmcto ya sea para el donante, su cónyuge o un tercero, a cambio de una
pensión anual de por vida. La diferencia básica entre esta institución medie-
val y la moderna es que no se adquiría la propiedad definitiva de los bienes
hasta la muerte del enajenante, que podía asumir la posición de poseedor
precario, mismo que fue objeto de diversas regulaciones, como las bulas
pontificias de Nicolás V, Martín V, Calixto 1 y Pío V, para evitar que se usara

2 Como es de conocimiento doctrinal generalizado, las escuelas que más influyen en la


construcción de nuestro sistema jurídico, son la "la jurisprudencia de conceptos Alemana" o
Pandectística y la Exegética Francesa; pero de tales corrientes de pensadores, es precisamente la
francesa la que más incorpora investigaciones y trabajos doctrinales con relación al contrato de
renta vitalicia.
3 Cfr. ZURITA M A R ~ NIsabel,
, Contratos Vitalicios, Marcial Pons, Barcelona, 2001, p. 16.
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CONTRATO DE RENTA VITALICIA A 80 AÑOS DEL C ~ D I G OCML 279

tal institución como una forma de eludir la prohibición a la usura o como


forma de evitar las "legitimas" de los herederos4
Tal figura eclesiástica también fue regulada en Francia, en la época de
Luis XIV, mediante un edicto de 1661, en el que regulaba las "comunidades
eclesiásticas", mismo que se mantuvo vigente hasta la revolución francesa,
y aún durante la primera reforma, hasta su incorporación en los términos
modernos por el Código de Napoleón, compartiendo únicamente con su an-
tecedente eclesiástico, su función previsora, así como su aleatoriedad y reci-
procidad del riesgo para las partes contratantes.5
Por tanto, consideramos que para poder comprender los cimientos teóri-
cos y legislativos que más han influido en nuestro sistema jurídico, es impor-
tante describir como los teóricos franceses concibieron la renta vitalicia,,con
base al código napoleónico y normas posteriores.6
Diversos son los autores franceses que explican los elementos teóricos
básicos del contrato de la renta vitalicia, pero por amplitud y concreción
nos referimos a cuatro grandes representantes de la escuela francesa, de los
que describiremos sus ideas más relevantes con relación a tal institución
contractual.
a. Marcelo Planiol y Jorge Ripert7 establecen, entre otros, aspectos rele-
vantes de tal institución los siguientes:
Definición. La renta vitalicia consiste en una suma que una persona, lla-
mada deudor de la renta, esta obligada a pagar cada año a otra, llamada
acreedor de la renta mientras ésta viva.8
La renta vitalicia puede darse en forma como 1) enajenación definitiva y
2) que se constituya contra el pago de una suma de dinero?

4 íbidem, pp. 16-17.


5 Cfr. Z ~ Mm A n ~Isabel,
, Contratos Vitalicios, op. cit., p. 17.
6 "El código alemán, por el contrario, [a diferencia de los códigos francés e italiano, se
ocupa de la obligación de renta vitalicia, de manera generica, atendiendo a ello, por la doctri-
na, como aquella, con sustantividad propia de hacer a otro por el tiempo de la vida de una
persona prestaciones determinadas periódicamente de dinero o de otras cosas fungibles], lo
que implica como acertadamente razona Isabel Zurita Martín, otras formas de dar origen a una
renta vitalicia diversas a las establecidas en el Código Napoleónico. Cfr. íbidem pp. 18-19. De
ahí que si consideramos, como expondremos en líneas posteriores, que el origen de la figura
de renta vitalicia en México, se encuentra infiuenciada por el Código Napoleónico, resulta in-
necesario referirse a la escuela de jurisprudencia de conceptos alemana o pandectistica, pues
en nada nos serviría como referencia doctrinal explicativa de la renta vitalicia que esta en vi-
gor en México.
7 F'LANIOL, Marcelo, RIPERT,Jorge, Tratado práctiw de Derecho Civil Francés, t. XI, Los con-
tratos civiles, Segunda parte, trad. de Mano Díaz Cruz, Habana, Cultural, 1946.
8 Ibidem, p. 515.
9 Ibidern, p. 516.
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1 ) Enajenaciones definitivas. Son aquellas a título oneroso, por la cual el


enajenante estipula simplemente una renta vitalicia en lugar de obtener un
precio en capital o una renta perpetua; es un procedimiento apto para aque-
llas personas poco pudientes, que no tengan herederos presuntos o prefieran
no dejar a éstos los bienes que posean, obteniendo a través de la transmisión
de sus bienes a un tercero a cambio de una renta vitalicia que le permitirá
sostenerse el resto de su vida.10
2) Rentas constituidas por precio en dinero. Puede pactarse una renta vi-
talicia mediante una suma de dinero; es decir, en lugar de enajenar un bien,
el acreedor de la renta vitalicia abona un capital en dinero, siendo este uno
de los procedimientos más empleados en Francia por las compañías de
seguros.11
Planiol y Ripert consideran que, ante la naturaleza aleatoria de la renta
vitalicia, existen grandes riesgos para el que enajena sus bienes o capital, y
también para la otra parte si solamente realiza una compra aislada de este
tipo o un pequeño número de operaciones de la misma índole; de ahí que
reflexionen que la única manera racional para que pueda emprenderse la
renta vitalicia por empresas a favor de una clientela numerosa es empleando
los resultados científicos de las estadísticas para determinar un promedio
entre las vidas prolongadas y las muertes prematuras, y así calcular por anti-
cipado las ganancias que puedan obtenerse de un número determinado de
adquisiciones de ese género.12
Caracteres jurídicos del contrato. La renta vitalicia es solemne cuando es
ostensiblemente concluido, a título de liberalidad por el deudor y el acree-
dor de la renta. Cuando se ha constituido mediante la enajenación de un in-
mueble o mueble, en realidad existe una venta de ese bien (el precio consiste
en la renta) y por consiguiente, es consensual y sinalagmático; por el contra-
rio, existe un préstamo, y por consiguiente es real y unilateral cuando la
renta vitalicia forma la contrapartida de una suma de dinero y contiene una
liberlidad.13
Rentas constituidas en cabeza de tercera persona. Planiol y Ripert nos ex-
plican que la generalidad es que la renta se constituya en cabeza del que la
percibe (acreedor de la renta), lo que significa que debe ser pagada mien-
tras éste viva y se extinguirá en su muerte; sin embargo hay la posibilidad
de constituir tal renta en la cabeza de un tercero; en ese caso, la vida de
éste es la que determinara la duración de la renta. Sin embargo, consideran

10 Marcelo, RIPERT,
PLANIOL, Jorge, Tratado práctico de Derecho Civil Francés, op. cit.,
p. 515.
Cfr.Ibidem, p. 516.
11
Cfi Idern.
12
13 Cfr.Ibidern, p. 518.
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los autores mencionados que si bien la renta vitalicia se destina a permitir


vivir al que la cobra, tal combinación es poco práctica, aunque pudiera pen-
sarse que una persona que disponga de pocos recursos estipule en su favor
una renta vitalicia en cabeza de un tercero cuya sucesión esté llamado a
recibir.14
Renta establecida en cabeza de varias personas. Es una de las más emplea-
das, la que se caracteriza en que la intención de las partes o del acreedor de
la renta será hacerla indivisible, de suerte que el último sobreviviente del
grupo de acreedores perciba íntegramente las pensiones; la renta se llama
entonces reversible en cabeza del sobreviviente; en caso contrario se trata,
en realidad, no ya de una sola renta vitalicia sino de varias rentas que des-
cansan cada una de ellas en cabeza de un solo acreedor y se extinguen con
la vida.15
Imposibilidad de rembolsar la renta. El deudor de una renta vitalicia no
puede en ningún caso liberarse del pago de ella ofreciendo al acreedor el
pago del capital de la renta; tal facultad de rembolso o de redención que
existe en todas las rentas perpetúas queda suprimida en las rentas vitalicias;
por oneroso que pueda resultar el pago de la renta, el deudor esta obligado
a seguir haciéndolo hasta la muerte del aaeedor.16
b. Por último, resulta relevante para la comprensión doctrinal francesa
del contrato de renta vitalicia, las concepciones de Henri León y Jean
Mazeaud,l7 de cuya obra se pueden describir las siguientes aportaciones
teóricas:
Definición. Para los autores de referencia, para la constitución de renta
vitalicia, una persona-el deudor de la renta-se obliga a pagarle periódica-
mente a otra-el acreedor de la renta-unas sumas llamadas pensiones durante
toda la vida de ésta (o de un tercero).ls
Otra de las aportaciones teóricas de los Mazeaud es la reflexión y defen-
sa que hacen con relación al acreedor de la renta, pues, contrario a las des-
cripciones de Planiol y Ripert, en donde se busca demostrar cómo los que
adquieran bienes u otorguen pensiones por vía de la renta vitalicia se pue-
den beneficiar, los presentes autores pretenden mostrar las ventajas en la
operación de tal contrato para el acreedor de la renta.

l 4 Cfr. PLANIOL,Marcelo, RIPERT,Jorge, Tratado práctico de Derecho Civil Francés, op. cit.,
PP. 525-526.
l5 Cfr. Ibidem, pp. 525-526.
16 Cfr. Ibidem, p. 534.
l7 MAZEUD, Henri, MAZEUD, Jean, Lecciones de Derecho Civil Parte Tercera, vol. IV, trad. de
Luis Alcalá-Zamora y Castillo, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1974.
ls Cfr. MAZEUD, Henri, MAZEUD, Jean, Lecciones de Derecho Civil, op. cit., p. 603.

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En ese sentido consideran, al igual que un propietario encuentra ventaja


personal en enajenar la nuda propiedad de un bien del que se reserve el usu-
fructo, también la renta vitalicia permite al acreedor, sobre todo si es de
edad avanzada, garantizar y asegurarse recursos periódicos muchos más ele-
vados de los que serían por sí solos los intereses de su capital.19
El alea del contrato. Fundamental de la renta vitalicia es su naturaleza
aleatoria, en ese sentido para los Mazeaud es explicable, si consideramos
que las partes al fijar las prestaciones del contrato parten de la base de la
probable duración de la vida del acreedor de la renta, o de un tercero; así
pues cada una de ellas perderá o ganará según la vida del acreedor de la
renta o del tercero no alcance o, por el contrario, supere los años de vida
calculado por cada una de éstos, y para los autores, explica la esencia aleato-
ria de tal pacto aún y cuando se constituya a título gratuito, porque las pre-
visiones del autor de la liberalidad pueden resultar frustradas.20
Es necesario por último destacar que gran parte de los comentarios de
los Mazeaud sustentados en resoluciones de la Corte de Casación Francesa,
no son objeto del presente comentario al no ser descripciones abstractas que
nos permitan entender el telos doctrinal de tal institución; sin embargo, la
experiencia académica de uno de los teóricos en comento, y judicial del otro,
hacen sumamente relevante transcribir sus conclusiones con relación a tal
institución del derecho civil, y sirven para entender su justificación moderna,
a saber:
Conclusión. El hombre debe poder precaverse contra los riesgos susceptibles de
afectarle. De ahí la necesidad de permitirle concertar contratos aleatorios. Pero,
si los contratos aleatorios celebrados para protegerse contra los acontecimientos
enojosos que puedan sobrevenir merecen ser estimulados-y el legislador se ha
entregado a ellos al reglamentar los contratos de seguros-hay otros contrato
aleatorios que son poco recomendables: los que permiten satisfacer la pasión de
juego; por eso la ley se esfuerza en luchar contra esa conclusión. El contrato
aleatorio de renta vitalicia está a mitad de camino entre ambas categorías; por-
que, si le presta servicios al acreedor de la renta, es susceptible de perjudicar
gravemente a su familia [...] esa consideración merece llamar la atención al le-
gislador anheloso de defender el patrimonio de familia.21
Ahora bien, son sumamente ilustradoras las concepciones abstractas y
generales del contrato de renta vitalicia realizadas por tratadistas franceses
como los descritos en las líneas anteriores: la excelente explicación que Pla-
ni01 y Ripert hacen para justificar la procedencia y viabilidad económica de
la adquisición de bienes u otorgamiento de pensiones por vida, o bien la

19 Cfr. Ibidem, p. 604.


20 Cfr. Ibidem, p. 605.
21 ~ ~ A ~ E UHenri,
D, MAZEUD, Jean, Lecciones de Derecho Civil, op. cit., p. 612.
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CONTRATO DE RENTA VITALICIA A 80 ANOS DEL C ~ D I C OCML 283

explicación de los hermanos Mazeaud de las ventajas del acreedor en la


enajenación de un bien por medio de tal institución contractual; sin embar-
go, la mejor manera de poder comprender los elementos esenciales de tal fi-
gura del contrato civil mexicano es acercamos a las fuentes legislativas
mexicanas y io que han dicho al respecto los tratadistas mexicanos contem-
poráneos.

III. FUENTES LEGISLATIVAS EN M E X I C O ~

Para entender las instituciones del derecho civil mexicano tenemos que
recurrir frecuentemente a las normas de otros países, estudiar los proyectos
de leyes, investigar la doctrina e incluso, en algunos casos, observar lo que la
jurisprudencia establece. Por esta razón, y tratándose sobre todo de un tema
de derecho civil, recurrimos a las instituciones que nos han marcado.
En un cuadro comparativo tomamos como modelo la legislación france-
sa, es decir, el Código Civil de Napoleón y, recurriendo a la influencia espa-
ñola, resulta obligatorio recordar la obra de Florencio García Goyena. Tanto
los proyectos de Sierra como del Código Civil de 1870 y el de 1884 tomaban
como punto de partida lo establecido por el tratadista español, que influyó
notablemente en casi todas las legislaciones de América Latina, independien-
temente de que muchos de sus textos, referidos a la legislación española, son
traducción literal del Código Napoleónico.
En efecto, como se aprecia en la exposición de motivos de 1870, los re-
dactores de nuestro Código Civil, señalan con claridad que incluyeron la
Renta Vitalicia dentro de los contratos aleatorios, pues:
Aunque entre nosotros no se ha generalizado este contrato, la Comisión, conven-
cida de su utilidad, se propuso reglamentarlo, consultando los códigos moder-
nos; puesto que las leyes recopiladas que hablan de la materia, se refieren más
bien a la tasa a la que debiere sujetársele, considerada como censo, y a fijar el
número de vidas por el que pudiera constituirse.23
Para incorporar la institución contractual de la renta vitalicia, para
sustituir al "censo por vida", la mencionada Comisión tomó como punto

22 BATIZA, Rodolfo, Las fuentes del Código Civil de 1928, Introducción y notas de sus fuen-
tes originales no reveladas, México, Porrúa 1979, pp. 1128-1134. El doctor Batiza realizó una
magnífica investigación, que para los efectos ilustrativos de este trabajo hemos resumido en este
cuadro, indicando los pocos cambios que sufrió nuestra legislación entre los códigos de 70 y 84,
así como respecto del Código Civil cuyo aniversario celebramos ahora a iniciativa del Presidente
del Colegio de Profesores de Derecho Civil, de la Facultad de Derecho de la UNAM, Doctor Jor-
ge Alfredo Domínguez Martínez.
23 Exposición de los cuatro libros del Código Civil y del Distrito Federal y Temtono de la
Baja California, Imprenta y librería de Aguilar e Hijos, México, 1882, p. 104.
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de partida, al no existir antecedente exactamente aplicable en la legisla-


ción mexicana previa al código de 1870, las bases que a continuación se
precisan:
La comisión ha adoptado las bases siguientes:
1. La Libertad absoluta para la tasa; supuesto que no estando prohibida
la usura, ha dejado de existir la razón para limitar la libertad;
2. Como consecuencia de la base anterior, libertad absoluta para consti-
tuir la renta por dos o más vida;
3. Enajenación absoluta e irrevocable del capital de la renta; por ser este
el carácter distintivo del contrato, y porque siendo libre la tasa, por elevada
que sea, debe compensarse ese interés con la adquisición irrevocable del
capital.24
Quizá los historiadores busquen antecedentes de la institución en la le-
gislación Ibérica, o invoquen antecedentes medievales o incluso romanos,25
y si fuéramos verdaderos arqueólogos tendríamos que recurrir a lo que
los griegos establecieron, y así nos perderíamos en el "espíritu" de tal
institución.
Pero, para poder comprender plenamente el punto de partida de la ren-
ta vitalicia en nuestro país, es menester tomar como inicio las disposiciones
del Código Civil de 1870, pues como acertadamente nos explica Manuel Ma-
teos Alarcón, la figura anterior a tal codificación que se encontraba en vigor
en territorio mexicano era la del "censo por vidaV.26
Por tanto, para explicitar el derrotero legislativo de la renta vitalicia y su
relación con otras normas, se procederá a describirlo, con base a la tabla
elaborada por el maestro Rodolfo Batiza:

24 Idem.
25 De ahí que en puntos anteriores solamente se haga una breve explicación de sus antece-
dentes y su íntima vinculación con el derecho civil francés, y que por razones de extensión la
descripción sea tan reducida.
26 A tal efecto Mateos Alarcón explícita "[ ...] pues según sostienen varios autores, con
justicia, ya existía desde la época de la legislación romana y fue sancionada por la anterior al
Código Civil, bajo el nombre de censo por vida, como lo demuestra la Ley 6a., tit., 15, Lib. X
Nov. Rec. que prohibía que pudiera constituirse la renta por más de dos vidas y señalaba la tasa
a que debía sujetarse". Mateos Alarcón, Manuel, Estudios sobre el Código Civil del Distrito Fede-
ral, t. V, Edición Facsimilar, TSJDF, México 1992, p. 258.
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a.1703. La ~0nstitu~iÓn de renta vita- 1822.idem P.G.G. 1 a.2911. Contrato aleatorio, por aa. 1968 Francés: La renta vitalicia a.2774. La renta vitalicia es un
licia es un contrato aleatorio, cuando el cual uno se obliga á pagar una puede constituirse a título oneroso contrato aleatorio por el cual el
el deudor queda obligado a pagar pensión 6 rédito anual durante la mediante una cantidad de dinero, o deudor se obliga a pagar periódi-
una pensión 6 rédito anual, durante vida de una 6 más personas de- por una cosa mueble estimable, o camente una pensión durante la
la vida de una 6 más personas deter- terminadas, mediante la entrega por un inmueble. vida de una o más personas de-
minadas, por un capital en bienes de una cantidad de dinero ó de a.1840 Napolitano, y 1451 de Vaud terminadas, mediante la entrega
muebles o inmuebles, cuyo dominio una cosa mueble 6 raíz estima- (Suiza). de una cantidad de dinero o de
se le transfiere desde luego con la das. una cosa mueble o raíz estima-
carga de la pensión, la cual se extin- das, cuyo dominio se le transfie-
gue con la muerte del pensionista. a.2783 del C.C. de 1984, es re desde luego.
idéntico al de 1870.
a.1704. También puede uno consti- 1.1823.ídem P.G.G. a.2912. La renta vitalicia puede a. 1969 Francés. a.2775. La renta vitalicia puede
tuir la renta vitalicia gratuitamente, también constituirse á título pu- También puede constituirse a título también constituirse a título pu-
por donación 6 testamento, sobre sus ramente gratuito, sea por dona- puramente gratuito, por donación ramente gratuito, sea por dona-
propios bienes, reteniendo su domi- ción entre vivos 6 por testamen- entre vivos o por testamento. En tal ción o por testamento.
nio para si 6 su heredero, en cuyo to. caso debe revestir la forma requerida
caso estará sujeta la renta a las re- a.2784 del C.C.de 1884, por la Ley.
glas sobre la capacidad, reducción ó disposición igual al de 1870. a. 1970 Francés.
nulidad establecidas para los casos En el caso del am'culo anterior la
respectivos en los títulos 1 y N de renta vitalicia podrá reducirse si ex-
este Libro. cede de lo que puede disponerse; y si
se hizo a favor de una persona inca-
paz de recibir, será nula.
a.a. 1841 y 1842 Napolitano.
a.1705. Puede constituirse la renta 1.1824. Puede constituir- a.2914 del C.C. de 1870. Puede a.1971. Francés. La renta vitalicia a. 2777. El contrato de renta vi-
sobre la vida del que entrega 6 pone ;e la renta sobre la vida constituirse la renta sobre la vida puede constituirse sobre la vida del talicia puede constituirse sobre
el capital, sobre la de un tercero ó le1 que entrega 6 pone el del que da el capital ó sobre la que da el capital, o sobre la de un la vida del que da el capital, so-
sobre varias personas. :apital, sobre la de un de un tercero. tercero que no tiene ningún derecho bre la del deudor o sobre la de
ercero 6 sobre la de va- a dishtarla. un tercero. También puede cons-
ias personas, con tal que a.1972. Francés. Puede constituirse tituirse a favor de aquella o de
xistan al tiempo del sobre una o varias vidas aquellas personas sobre cuya
)torgamiento. a.1973. Francés. Puede constituirse vida se otorga o a favor de otra u
También puede constituirse a favor 1.1825. También puede a.2916 del C.C. de 1870. Puede, en favor de un tercero, aunque el ca- otras personas distintas.
de aquella 6 aquellas personas sobre :onstituirse dicha renta a en ñn constituirse a favor de pital lo dé otra persona.
cuya vida se otorga, 6 a favor de otra avor de aquella 6 aque- aquella 6 aquellas personas sobre En este Último caso, aunque tenga
u otras personas distintas. las personas sobre cuya cuya vida se ótorga, 6 a favor de los caracteres de una liberalidad, no
ida se otorga, 6 a favor otra u otras personas distintas. está sometido a las exigencias de las
le otra u otras personas donaciones. exceoto vara los casos
listimas, con tal que de reduca6n y de nuiidad indicados
ean determinadas. en el artículo 1970.

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C.C. iifdaums 1870-1884 otnr Legl&done!a


1.a. 2786 y 2788 del C.C. de Cuando, constituida por dos esposos
1884, concuerdan con el de o por uno de ellos, se estipule que In
1870. renta revierta en beneficio del cón.
yuge supérstite, la clausula de rever.
sión podrá tener los caracteres de
una liberalidad o de un acto a títulc
oneroso. En este último caso, la com.
pensación o indemnización del bene.
ficiario de la reversión a la comuni.
dad o a la herencia del premoriente
será igual al valor de la reversión de
la renta. Salvo voluntad contraria de
los cónyuges, la reversión se conside.
ra realizada a título gratuito.
a.1973. Francés.
a. 1974 Francés. Todo contrato de
renta vitalicia constituido sobre k
vida de una persona muerta al tiem.
po de contrato carece de efecto.
a.a.1846 v 1847 Na~olitano.
n. 2917. Aunque cuando la renta 1.2778, Idem a.a. C.C. de 1870 y
se constituya a favor a una perso- 884.
na que no ha puesto el capital,
jebe considerarse como una dona-
ion, no se sujeta a los preceptos
p e arreglan ese conaato, salva
los casos en que deba ser reducida
por inofiaosa o anulada por inca-
pacidad del que debe redbula.
3.2789 C.C.1884, equivalente al
i e 1870.
1.1706. Er nula la renta constituida 1.1826. Es nula la renta a.2919. El contrato de renta vim a.a. 1973 y 1974 Francés, 1846 y 1.2779. El contrato de renta vita-
;obre la vida de una persona que ha- ,onstituida sobre la vida licia es nulo si la persona sobre 1847 Napolitano. icia es nulo si la persona sobre
da muerto a la fecha del otorga- le una persona que había :uya vida se constituye ha muer- uya vida se constituye ha muer-
niento, o que en el mismo tiempo se nuerto al tiempo del to antes de su otorgamiento. o antes de su otorgamiento.
laliaba padeciendo una enfermedad btorgamiento, o que en el 1.2780. Tambih es nulo el con-
Iue llegue a causar su muerte dentro nismo tiempo se hallaba rato si la persona a cuyo favor
ie los veinte días, contados desde ~adeciendode alguna en- e constituye la renta, muere
iquella fecha. ermedad que llegue a lentro del plazo que en él se se-
:ausar su muerte dentro d e y que no podrá bajar de
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cuarenta días, con- reinta días, contados desde el de
Instituto de Investigaciones Jurídicas ados desde aquella fecha. u otorgamiento.
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1.1708. La persona d cuyo favor SI 1.1828. La persona en a.2921. Aquél a cuyo favor se ha a. 1977 francés. Aquel en cuyo bene- a.2781. fdem al a. 2921 de
üi constituido la renta en pago dc xyo favor se ha consti- constituido la renta, mediante un ficio se constituy6 la renta vitalicia 1870, y a. 2793 del C.C.de 1884.
m precio 6 capital dado al efecto uido La renta en pago de precio, puede demandar la resci- mediante un capital, puede pedir La
uede hacer que se rescinda el con in precio o capital dado sión del contrato, si el constitu- resolución del contrato si el constitu-
rato, si no se le otorgan las segun II efecto, puede hacer yente no le da o conserva las se- yente no le ofrece las garandas esti-
lades estipuladas. p e se rescinda el contra- guridades estipuladas para su puladas para su cumplimiento.
o, si no se le otorgan la. eiecución.
ieguridades estipuladas. a: 2793 del C.C. de 1884, con-
cuerda con el de 1870.
a.2923.h sola falta de pago de a.1978. La falta de pago de las pen- a.2782. fdem al C.C. de 1870 y
las pensiones no autoriza al pen- siones vencidas no autoriza al per- 1884.
sionista para demandar el reem- ceptor a exigir el reembolso del capi-
bolso del capital 6 la devolución tal ni a recuperar el fundo enajenado
de la cosa dada para constituir la por ei, s610 tendrá derecho a embar-
renta. gar y hacer vender los bienes de su
a.2795 del C.C. de 1884, ídem al deudor o se demande o se consienta
de 1870. el empleo, sobre el producto de la
venta, de una cantidad suficiente
para el pago de las rentas amadas.
a.1978 Francés.
1.1709. En el caso de que el deudo. i.1830 idem P.G.G. a.2924. El pensionista en el caso a.1819 Holandés, a.1830 Napolita- a.2783. fdem al a. 2924 de
le la renta deje de pagarla, no ten del artículo anterior, sólo tiene no, a.2012 Sardo y a.1461 de Vaud. 1870, y a. 2796 del C.C. de 1884.
Irá el acreedor otro derecho, aunquc derecho de ejecutar judiaalmen-
a haya pactado lo contrario, que e te al deudor por el pago de las
le ejecutar judicialmente al deudo! rentas vencidas, y para pedir la
)ara el pago de las rentas atrasada: aseguración de las futuras.
r para asegurar la prestación de la: Concordante con el a. 2796 del
uturas. C.C. 1884.

1.1710. La renta correspondiente a 1.1831.fdem P.G.G. a.2626.h renta correspondiente a.1980 Francks: La renta vitalida a.2784. fdern a. 2926 del C.C. de
Uio en que muere el que lo disfruta al año en que muere el que la sólo se satisface al titular en propor- 1870, y a. 2798 del C.C. de 1884.
:e pagará en proporción a los dia: disfruta,se pagará en proporaón ción a los dfas que ha vivido.
lue vivió; pero si debía pagarse po. a los días que este vivió, pero si No obstante, si se convino que se pa-
hzm anticipados, se pagar&el im debia pagarse por plazos antia- garía por adelantado, la cantidad p
mrte mtal del plazo que durante si pados, se pagará el importe total riódica que debió pagarse se abonará
tda se hubiere empezado a cumplir del plazo que durante la vida del desde el día en que debió realizarse
rentista se hubiere comenzado a el pago.
cumplir. a.1832 Napolitano, a.2014 Sardo, y
a.1463 de Vaud.

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Proyecto Garda Coyena (1851: PmyeebD Sierra (18 C.C. Mexicanos 1870-1884 Otras Legisladones
1711. Solamente el que constituj a.1832.ídem a.1711 Similar al a.2927 del c.c de 1870, y a.1981 Francés. La renta vitalina a.2783. ídem al a.2927 del C.C.
título gratuito una renta sobre si P.G.G. a.2799 del C.C. de 1884. no puede pactane como inem- de 1870, y a.2799 del C.C. de
ienes, puede disponer, al tiemr bargable. salvo ruando se haya
el otorgamiento, que no estará suj' constituido a título gratuito.
i a embargo por derechos de un te a.1853 Napolitano, a. 2015
%O. Sardo, a.1466 de Vaud.
a.2928 del C.C. 1870. Lo dispuesto en el a.2786. Concuerda con el a.
artículo anterior no comprende las con- 2928 del C.C.de 1870, y a.2800
tribuciones. del C.C.de 1884.
(a. 2800 de 1884, contiene texto idénti-
co al de 1870)
a.2929. Si la renta se ha constituido vara 1 a.2787. ídem al a. 2929 de
alimentos, no podrá ser embargada sino 1870, y a.2801 del c s . de 1884.
en la parte que a juicio del juez exceda
de la cantidad que sea necesaria para cu-
brir aquellos según las circunstancias de
la persona.
(a. 2801 del C.C. de 1884, contiene texto
idéntico al de 1870).
a.2930. La renta vitalicia constituida so- a.1982. La renta vitalicia no se a.2788. Ídem al a. 2930 del c.c
bre la vida del mismo pensionista, no se extingue por la muerte civil del de 1870, y a. 2802 del C.C. de
extingue sino con la muerte de este. titular El pago debe perpe- 1884.
(a.2802 del C.C. de 1884, contiene texto tuarse durante su vida natural.
igual al de 1870).
a.2931. Si la renta se constituye sobre la a.2789. ídem al a. 2931 del C.C.
vida de un tercero, no cesará con la de 1870, y a.2803 del C.C. de
muerte del pensionista, sino que se 1884.
transmite a sus herederos, y sólo cesará
con la muerte de la persona sobre cuya
vida se constituyó.
a.2932. El pensionista sólo puede de- a.1983 Francés. El titular de a.2790. ídem al a. 2932 del C.C.
mandar las pensiones, justificando su su- una renta vitalicia no puede re- de 1870 y 2804 del C.C. de 1884
peMvencia o la de la persona sobre cuya clamar las rentas vencidas sin
vida se constituyó la renta. justificar su existencia o la de
(a.2804 del C.C. de 1884, ídem C.C. 1870). la persona sobre cuya vida fue
constituida.
a.1833 (última parte a.2933 del C.C. de 1870, y a. 2805 del a.621 Prusiano: "Si el que paga a.2791. Si el que paga la rent.
el que paga la renta v C.C. 1884, son iguales al P.J.S. la renta vitalicia ha causado la vitalicia ha causado la muerts
cia ha causado la mi muerte del acreedor, o de aquel del acreedor o la de aquel sobrm
del acreedor, ó de a en cuya cabeza había sido cons- cuya vida había sido constituida
en cuya cabeza había tituida, debe devolver el capital debe devolver el capital al que 1
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constituida, debe devc a los herederos". constituyó o a sus herederos.
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el capital a los herede
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DEL CONTRATO
IV. CARACTER~STICAS

Como sabemos, una de las explicaciones más recurrentes de las caracte-


rísticas del contrato de renta vitalicia en nuestro sistema jurídico, en la ela-
borada por el jurisconsulto Manuel Mateos Alarcón; sin embargo, a pesar de
lo poco común de tal institución, ésta ha sido abordada por doctrinarios con-
temporáneos y, en justicia a su labor, consideramos que serán sus reflexio-
nes las que nos ayudaran a ilustrar con mayor claridad los alcances y
significantes de tal institución.

Jorge Alfredo Domínguez Martínez, en su Teoría del Contrato, define


a la renta vitalicia como "el contrato aleatorio por el que el deudor se obliga a
cubrir al pensionista una cantidad periódica durante la vida de uno u otro o
de un tercero, a cambio de una suma de dinero o de un bien mueble o in-
mueble estimados7'.27
Por otra parte, los tratadistas Ramón Sánchez en "De los Contratos
Civiles"28 y Miguel Angel Zarnora y Valencia, en su tratado "Contratos Civiles",z9
aluden a la definición contemplada en el artículo 2774 del Código Civil para
esta Ciudad, que literalmente establece:
[...] La renta vitalicia es un contrato aleatorio por el cual el deudor se obliga a
pagar periódicamente una pensión durante la vida de una o más personas deter-
minadas, mediante la entrega de una cantidad de dinero o de una cosa mueble a
raíz estimadas, cuyo dominio se le transfiere desde luego.30
En tal sentido, la renta vitalicia debe distinguirse del contrato de seguro
de vida, en el cual la muerte de la persona designada establece el momento en
que ha de pagarse la prestación o indemnización al beneficiario, en tanto que,
en la renta vitalicia, la muerte de la persona designada determina el momento
a pamr del cual deja de pagarse la pensión al beneficiario. Así, la muerte de la
persona designada produce un efecto inverso en uno y otro contrato.31

B. CLASIFICACIÓN
Según Domínguez es: bilateral, oneroso, gratuito y aleatorio;32 sin embar-
go, Sánchez Medal agrega: formal y principal. Asimismo, Zamora y Valencia,

27 DOM~NGUEZ MART~NEz, Jorge Alfredo, Derecho Civil, teoría del contrato, contratos en par-
ticular, Pomía, México, 2000, p. 713.
28 SÁNCHEZ MEDAL, Ramón, De los Contratos Civiles, 20a. ed., Pornia, México, 2004, p. 445.
29 ZAMORAY VALENCIA, Miguel Ángel, Contratos Civiles, loa. ed., P o d a , México, 2004, p. 415.
30 Código Civil para el Distrito Federal, véase el siguiente hipervínculo de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal: http://www..aldfgob.mx/, consultado el 1 de julio de 2012.
31 Ibidem, p. 445.
32 Op. cit., DOM~NGUEZ MART~NEz, Jorge Alfredo, Derecho Civil, teoría del contrato, contratos
en particular, p. 723.
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adiciona de tracto sucesivo y nominado.33 Bilateral, pues genera derechos y


obligaciones recíprocos para ambas partes; oneroso, cuando genera prove-
chos y gravámenes para el deudor como para el pensionista; gratuito, al
constituirse por donación o testamento; aleatorio, porque las prestaciones
debidas dependen de un acontecimiento de realización incierta, pero sólo
para el deudor, no así para el constituyente; formal, porque la Ley impone
siempre una determinada en la celebración del contrato; el elemento formal,
consiste en que debe constar por escrito y además, requiere la escritura públi-
ca, si la enajenación así lo exige, como cuando se trata de un inmueble.

C. ELEMENTOSDEL CONTRATO
Las partes que intervienen en su celebración conforme a Domínguez Mar-
tínez son: deudor y pensionista; el primero con la renta a su cargo pero con el
bien cuya propiedad adquiere, y el segundo beneficiado por la pensión pe-
riódica y con la transmisión que hace al deudor del bien correspondiente.34
Sánchez Medal, alude a los siguientes elementos personales:
[...] constituyente de la renta que es la persona que da el capital y que ordina-
riamente es el pensionista que recibirá la renta, y el deudor que recibe el capital
y se obliga a la vez a pagar la pensión; pero puede haber combinaciones muy
diversas y existir cuatro personas: a) el constituyente de la renta que es el que
da el capital; b) el deudor que es el que recibe el capital y se obliga a pagar la
pensión; y c) la persona sobre cuya vida se constituye la pensión, que pueden ser
varias personas; y d) el pensionista, que puede ser un tercero. [...].35
Cuando la renta vitalicia se establece a favor de un tercero, hay una do-
nación indirecta que hace que el que da el capital y constituye la renta a fa-
vor del tercero pensionista; está sujeta sólo a las reglas de la inoficiosidad de
las donaciones y de la nulidad por incapacidad del donatario, pero no a las
demás reglas de la donación.
Además, cuando la renta se constituye a favor de un tercero, se hace una
liberalidad, por lo que se requiere en beneficiario la capacidad de goce exigi-
da para ser donatario y, además, tal acto a título gratuito con relación al que
entregó el capital podría ser impugnado a través de la acción pauliana en
caso de insolvencia contemporánea de dicho constituyente de la renta. Sin
embargo, esta relación de gratuita liberalidad entre el tercero beneficiario y
el constituyente de la renta, no hace desaparecer el carácter oneroso del
contrato en las relaciones entre el constituyente de la renta y el deudor.36

33 Miguel Ángel, Contratos Civiles, p. 415.


Op. cit., ZAMORAY VALENCIA,
34 Op. cit., DOM~NGUEZMART~NEZ,Jorge Alfredo, Derecho Civil, teoría del contrato, contratos
en particular, p. 714.
35 Op. cit., SÁNCHEZ MEDAL,Ramón, De los Contratos Civiles, p. 446.
36 Idem.
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CONTRATO DE RENTA VITALICIA A 80 AÑOS DEL CÓDIGO C M L 291

Por otra parte, Sánchez Medal señala que también existen elementos rea-
les: el capital, la pensión, la vida contemplada y el alea.37 El capital se refiere
a una suma de dinero, un bien mueble o inmueble estimados, con su respec-
tivo avalúo, el cual se transmite en propiedad.
La pensión, consiste en una suma de dinero o bienes fungibles, como
productos naturales; debe ser cierta, razón por la cual no puede consistir en
lo que necesite el pensionista para vivir, pues que se haría incierto su cum-
plimiento, o quedaría a una interpretación subjetiva.
La pensión es enajenable, pues el pensionista puede cederla a favor de
otra persona. Si bien la mayoría de autores dicen que no puede pactarse que
sea inembargable, porque esto equivaldría a que un determinado bien pudie-
ra sustraerse a los acreedores del pensionista, en realidad pudiera pactarse
que sea inembargable cuando se constituye a título gratuito, máxime que
la voluntad contractual tendía prioridad para la formación del contrato
respectivo.
Cuando se trate de una pensión alimenticia constituida por disposición
de la ley (verbigracia, a causa de parentesco o por razón de matrimonio),
puede ser embargada sólo la parte que, a juicio del juez, exceda de la canti-
dad necesaria para cubrir aquellos alimentos, tomando en cuenta las cir-
cunstancias de la persona. Sólo a esta pensión por alimentos le es aplicable
el automático incremento legal que en proporción al aumento del salario
mínimo establece el artículo 311 del Código Civil para el Distrito Federal. A
nuestro parecer, nada impide que se pacte una cláusula de protección frente
a la depreciación de la moneda, para que el importe de las pensiones vitali-
cias permita adquirir lo necesario.
La vida de la o las personas, cuya duración es tomada en cuenta para fi-
jar la vigencia de la obligación de pagar la pensión.
El alea consiste en que el deudor, que pagará la pensión al beneficiario
durante la vida de una o varias personas designadas al efecto en el mismo
contrato; efectivamente es un riesgo, por no saberse el tiempo que va a du-
rar una determinada vida y, por tanto, la obligación de pagar la pensión, ya
que de no existir tal riesgo, el contrato sería nul0.38
Autores como el maestro Sánchez Medal, al analizar el contrato en co-
mento, lo asocia a diversas figuras afines cómo la pensión alimenticia a favor
de un incapacitado, la originada de un testamento o derivada de un contrato
oneroso; hace incapié en el carácter aleatorio del contrato, pues si no existe
riesgo es nulo.39
Los elementos de existencia son, en primer término, el consentimiento.
Domínguez Martínez considera que la voluntad debe ser libre y consciente,

37 Op. cit., SANCHEZMEDAL,Ramón, De los Contratos Civiles, pp. 447 y 448.


38 Ibidern, pp. 446-447.
39 Op. cit., SANCHEZMEDAL,Ramón,De los Contratos Civiles, p. 445.
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esto es, libre de vicios del consentimiento y, además, deberán seguirse las
reglas generales de las obligaciones.40 Zamora y Valencia indica que las vo-
luntades deben ser acordes en cuanto a la suma de dinero, bienes muebles o
inmuebles,41 por lo que las reglas que deberán considerarse para el consenti-
miento son las enunciadas en los artículos 1803 al 1811 del Código Civil
para esta Ciudad.
El segundo elemento de existencia es el objeto. Es de carácter indirecto,
como una suma de dinero, el propio bien mueble o inmueble estimados, to-
mando en cuenta las reglas genéricas de las obligaciones de dar." Asimismo,
Jorge Alfredo Domínguez Martínez, distingue: 1. efecto traslativo, 2. obliga-
ciones a cargo del enajenante (pensionista) y 3. obligaciones a cargo del
deudor,43 pero no debe perderse de vista que el objeto del presente contrato,
incluye desde luego los derechos que pudiera tener una persona, referentes
a una obra literaria u otra de carácter intangible.
Los elementos de validez son, en primer momento: la capacidad, el deu-
dor debe tener la general para celebrar actos o negocios jurídicos. Mientras,
la del otro contratante debe ser especial, ya que requiere tener la posibilidad
de disposición del bien mueble o inmueble que se transmitirá en propiedad
al deudor de la pensión como consecuencia de la celebración del contrato.44
Otro de los elementos de validez es precisamente la ausencia de vicios
del consentimiento y su licitud, debiendo estarse a las reglas generales de
teoría de las obligaciones.45
Referente a la forma como elemento de validez, debe constar por escrito
si el bien inmueble que se transfiere excede de 365 días de salario mínimo
general vigente en el Distrito Federal en el momento de la celebración del
contrato, constando en escritura pública y, además, para que surta efectos
frente a terceros, deberá inscribirse en el Registro Público de la Propiedad y
del Comercio del Distrito Federal.

D. OBLIGACIONES DE LAS PARTES CONTRATANTES

1. A cargo del constituyente de la renta: 1. Custodiar el bien mueble o


inmueble. 2. Transmitir la propiedad de ella. 3. Garantizar por vicios ocultos
y evicción.
11. A cargo del deudor: 1. Pago de la pensión, en el lugar, tiempo y modo
convenidos. Si no se pactó el lugar de pago, deberá efectuarse en el domici-

40 Op. cit., DOM~NGUEZ MARTÍNEz, Jorge Alfredo, Derecho Civil, teoría del contrato, contratos
en particular, p. 719.
41 Op. cit., ZAMORAY VALENCIA,Miguel Ángel, Contratos Civiles, p. 415.
42 Idem.
43 Op. cit., DOM~NGUEZ MART~NEz,Jorge Alfredo, Derecho Civil, teoría del contrato, contratos
en particular, pp. 720-721.
44 Ibidem, p. 719.
45 Op. cit.,
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Nacional Y VALENCIA,
Autónoma Miguel Ángel, Contratos Civiles, p. 416.
de México,
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lio del deudor.* Si no se ha pactado en contrario, las pensiones deben pa-


garse vencidas y no por adelantado.
2. Constituir y conservar las garantías estipuladas, mediante fianza,
prenda e hipoteca, pues aunque no se hayan convenido expresamente, pue-
de el constituyente exigir el otorgamiento de tales garantías en caso de falta de
pago de las pensiones, o cuando el deudor sufre menoscabo en sus bienes, o
pretende ausentarse del lugar en que han de pagarse las pensiones.
3. Si la renta se pactó por plazos anticipados y fallece la persona sobre la
que se constituyó durante el plazo, está obligado al pago de la totalidad de
esa pensión; en caso contrario, se pagará en proporción a los días que vivió.47
El incumplimiento a la segunda obligación faculta al constituyente de la
renta a demandar la rescisión del contrato, no así el impago de las pensio-
nes, porque en este último caso el derecho del constituyente es sólo a exigir
el pago de las pensiones vencidas y el aseguramiento de las futuras a base de
fianza, prenda o hipoteca, facultándose por consiguiente en tal supuesto al
constituyente de la pensión a exigir la referida rescisión del contrato sola-
mente si no se otorgan tales garantías.

1. Si el deudor obligado al pago de la renta causa la muerte de la perso-


na sobre cuya vida se constituyó la renta, termina el contrato, porque ya no
debe seguirse pagando la renta, pero, además, dicho deudor debe devolver
el capital o la cosa estimada que recibió, sin derecho a recuperar las pensio-
nes que ya hubiere él pagado, pues las pierde como una sanción a su desleal-
tad y mala fe en el cumplimiento del contrato.
2. La muerte de la persona sobre cuya vida se constituyó la renta pone
fin al contrato, pero si dicha persona es distinta del pensionista o beneficia-
rio de la renta, no se extingue la renta con la muerte de dicho pensionista,
sino que continúan cobrándola sus herederos hasta que fallezca aquella
persona.
3. La rescisión del contrato, donde el constituyente debe devolver las
pensiones pagadas a él o al pensionista designado por él, pues no podría el
constituyente de la renta quedarse con las pensiones pagadas por la otra
parte como una especie de compensación a cambio del riesgo. En el Derecho
francés se llama "venta a fondo perdido".@
4. Nulidad. Son tres causas: a) por error, si la persona sobre cuya vida se
constituyó la renta ha muerto antes de la celebración del contrato; b) cuan-
do el pensionista fallece dentro del plazo señalado en el contrato y que no

46 Idem.
47 Ibidem, p. 417.
48 Op. cit., SÁNCHEZMEDAL,Ramón, De los Contratos Civiles, p. 451.
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294 CONMEMORACI~NDE LOS 80 ANOS DE VIGENCIADEL CÓDIGOCML

podrá ser inferior a treinta días contados desde su celebración; c) En caso


que el deudor cause la muerte del pensionista o de la persona e n cuya vida
se constituyó 49

V. MODELO BASICO

Con base a las características doctnnales mexicanas, y a la breve des-


cripción jurisprudencia1 de nuestros órganos jurisdiccionales, podemos po-
ner a manera de ejemplo, el siguiente formato con los elementos básicos que
debe contener u n contrato d e renta vitalicia
f...]
EL CONTRATO DE RENTA VITALICIA, QUE CELEBRAN DE UNA PARTE EL
SENOR *****, EN LO SUCESIVO "EL CONSTITUYENTE" Y DE OTRA PARTE EL
LiCENCIADO******EN LO SUCESIVO "EL DEUDOR".
CONTRATO DE RENTA VITALICIA

PRIMERA.-E1 C. ****, transmite, a favor del Licenciado **** , el dominio de


la casa ubicada en ********, número ******, ubicada en el lote *** de la man-
zana ****, Sección ***** de la Colonia ****** , en el Municipio de ******, Esta-
do de *****, con la superficie, medidas y linderos que han quedado relacionados
en el antecedente primero de este instrumento como si a la letra se insertasen.
El Licenciado *****, ACEPTA la transmisión y virtud de ella se obliga a pagar
una renta vitalicia consistente en una pensión periódica, a favor de la señora
****** y del C. *****, de forma solidaria de conformidad con lo que se establece
en las cláusulas subsecuentes de este instrumento.
SEGUNDA.-La pensión vitalicia a que se refiere la cláusula anterior, será por
cantidad de $2,000.00(DOS MIL DOLARES, MONEDA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA) o su equivalente en Moneda Nacional, al tipo de cambio fijado por el
Banco de México, publicado en el Diario Oficial de la Federación, del día en que
se haga el pago, cantidad que será entregada mensualmente a los señores *****
y *****, en el domicilio de la primera, ubicado en la calle de *****, en esta ciu-
dad, o en aquel que ella misma determine, previa notificación que se haga por
escrito "EL DEUDOR".
TERCERA.-El monto de la pensión establecido en la cláusula anterior, se ac-
tualizara cada año en el mes de enero, en la misma proporción que el índice de
inflación de los Estados Unidos de América, considerado del periodo de enero a
diciembre del año anterior.
CUARTA.-Para el caso de que falleciera alguno de los beneficiarios rentistas
de este contrato, el monto total de la renta vitalicia establecida en este contrato,
por tratarse de acreedores solidarios, se seguirá pagando en los mismos términos
y condicioqes estipuladas al que sobreviva y concluirá definitivamente al mo-
mento del fallecimiento de ambos.

49 Op. cit., ZAMORAY VALENCIA, Miguel Ángel, Contratos Civiles, pp. 418 y 419.
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QUINTA.-En caso de fallecimiento del Licenciado *****, la renta vitalicia es-


tipulada en este contrato, será carga para sus herederos, quienes deberán conti-
nuar efectuando el pago en los términos de este contrato.
SEXTA.-E1 Licenciado ***** sólo podrá enajenar el inmueble trasmitido por
virtud de este contrato, previo consentimient'o por escrito que hagan los
pensionistas.
SÉPTIMA-E1 valor de la trasmisión para efectos fiscales es la cantidad *****,
MONEDA NACIONAL, y la propiedad transmitida pasa a poder del Licenciado
*****, fuera de la renta vitalicia pactada en este instrumento:
1. Sin limitación alguna en su dominio.
2. Sin gravamen de ninguna especie.
3. Al comente en el pago de sus contribuciones prediales y derechos por ser-
vicio de agua.
4. Sin ningún adeudo.
OCTAVA.-Los gastos, derechos, impuestos y honorarios que se causen con
motivo de esta escritura serán por cuenta de "EL DEUDOR".
NOVENA.-Las partes acuerdan someter cualquier disputa que pudiera pre-
sentarse, al arbitraje de un Notario designado por el Colegio de Notarios del
Distrito Federal.
YO, EL NOTARIO, CERTIFICO:
1. Que los comparecientes a quienes conceptúo capacitados legalmente para
la celebración de este acto, se identifican de la siguiente manera:
****** con credencial para votar con clave de elector *******, expedida por
el Instituto Federal Electoral, Registro Federal de Electores.
***** con credencial para votar con clave de elector *******, expedida por el
Instituto Federal Electoral, Registro Federal de Electores.
Documentos en los cuales aparecen sus fotografías y que en copia fotostática
agrego al apéndice de esta escritura con la letra "G".
11. Que me identifique plenamente con los comparecientes.
111. Que hice saber a los comparecientes el derecho que tienen de leer perso-
nalmente esta escritura y que su contenido les sea explicado por el susaito, en
términos de lo que dispone el inciso b), fracción ]M, del artículo 102 de la Ley
del Notariado para el Distrito Federal en vigor.50
L.. 1

VI. CONCLUSIONES

Basta leer los comentarios que hacen algunos autores tradicionales


como García Goyena o Mateos Alarcón, sobre las criticas que h a sido objeto
el contrato d e renta vitalicia, por tomar la vida d e una persona como base
d e especulación económica y contractual, para entender como desde su in-

50 Una manera para fortalecer el cumplimiento de este contrato, podría ser que el propio
inmueble que fue transmitido en el contrato de renta vitalicia, fuese puesto en garantía para el
cumplimiento del pago de las pensiones.
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corporación primigenia de esta institución en nuestra codificación ha sido,


en cierta medida, controversia1 y desconocida. Desde luego, los autores en
comento, trasladan sus preocupaciones influenciados de la vivencia del Dere-
cho francés con relación a tal institución, y basta leer el cuento de "El barrili-
to" (Le petit fut) del escrito francés Guy de Maupassat para entender como
esta figura sí permeaba y preocupaba a la sociedad francesa decimonónica.
Si nuestra doctrina no es tan amplia como requiere un tema tan relevan-
te como este, nuestra jurisprudencia es aun más 1imitada;sl esto significa
que una primera forma de volver a analizar el contrato es mostrar sus carac-
teres doctrinales y legislativos más importantes, y es lo que se buscó en el
presente trabajado: describir grosso modo el estado del arte de tal institución
en nuestro país y poner en atención la necesidad de volver a retomar y rea-
nalizar esta institución desde sus diversos aspectos y matices.

BARBERO,Doménico, Sistema de Derecho Privado, Contratos (IV), trad., Santiago Sen-


tís Melendo, Buenos Aires, ELJEA, 1967.
BATIZA, Rodolfo, Las fuentes del Código Civil de 1928, Introducción y notas de sus fuen-
tes originales no reveladas, Porrúa, México, 1979.
DOM~NGUEZ MART~NEZ, Jorge Alfredo, Derecho civil, teoría del contrato, contratos en
particular, México, P o d a , 2000.
DE PINA, Rafael, Elementos de Derecho Civil Mexicano, contratos en particular, Vol. IV,
México, Porrúa, 1978.
ERVITIORQUIN, Elena, Depósito, contratos aleatorios, transacción y compromiso, Vara-
na, Thomson-Aranzadi, Madrid, 2006.
LACRUZ BERDEJO, José Luis, "Elementos de Derecho Civil 11", Derecho de obligaciones,
2a. ed., vol. 111, Bosch, Barcelona, 1986.
MATEOSALARCÓN, Manuel, Estudios sobre el Código Civil del Distrito Federal, t. V, Edi-
ción Facsimilar, TSJDF, México 1992.
SÁNCHEZ MEDAL, Ramón, De los Contratos Civiles, 20a. ed., Pomía, México, 2004.
ZAGO, Jorge Alberto, El contrato oneroso de renta vitalicia, Edit. Universidad, Buenos
Aires, 1990.
ZAMORAY VALENCIA, Miguel Ángel, Contratos Civiles, loa. ed., P o d a , México, 2004.

51 Véase como ejemplo, la tesis con registro electrónico del IUS 342784, con el siguiente
rubro RENTA VITALICIA, EXTINCIÓNDE LAS OBLIGACIONES DERIVADAS DEL CONTRATO DE. 0 la tesis Con
registro electrónico del IUS 345321, con la voz siguiente RENTAVITALICIA, DERECHOS NACIDOS DEL
CONTRATO
DR DE. Nacional Autónoma de México,
© Universidad
Instituto de Investigaciones Jurídicas

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