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GASTROENTEROLOGÍA
Editorial
Alfil
Atlas de gastroenterología
Todos los derechos reservados por:
E 2010 Editorial Alfil, S. A. de C. V.
Insurgentes Centro 51--A, Col. San Rafael
06470 México, D. F.
Tels. 55 66 96 76 / 57 05 48 45 / 55 46 93 57
e--mail: alfil@editalfil.com
www.editalfil.com
ISBN 978--607--7504--87--0
Dirección editorial:
José Paiz Tejada
Editor:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Revisión editorial:
Irene Paiz, Berenice Flores
Revisión técnica:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Diseño de portada:
Arturo Delgado
Impreso por:
Impresiones Editoriales FT, S. A. de C. V.
Calle 15 Manz. 42 Lote 17, Col. José López Portillo
09920 México, D. F.
Febrero de 2010
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores.
Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas terapéuticos sean correctos y compatibles
con los estándares de aceptación general de la fecha de la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguros de que toda la informa-
ción proporcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cuidadosamente el material de instruccio-
nes e información incluido en el inserto del empaque de cada agente o fármaco terapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial,
cuando se utilizan medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alteración, pérdida o daño que
pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y aplicación de cualquier parte del contenido de la presente obra.
Autores y colaboradores
AUTORES
COLABORADORES
V
VI Atlas de gastroenterología (Autores y colaboradores)
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
Jesús Aguirre García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche
Capítulo 1. Manejo de biopsias endoscópicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Arturo Ángeles Ángeles
Capítulo 2. Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
María Elena Rojas Torres, Alicia Rodríguez Velazco
Capítulo 3. La biopsia hepática en pediatría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Cecilia Ridaura Sanz
Capítulo 4. Cavidad oral y laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Laura Roesch Ramos, Isabel Ruiz Juárez, Blandina Hernández Cruz,
José Andrés Velázquez Martínez, José María Remes Troche, Jaime Navarrete Alemán,
Marisol Zárate Palomec
Capítulo 5. Esófago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
José María Remes Troche, Isabel Ruiz Juárez, Peter Grube Pagola,
Blandina Hernández Cruz, Alfonso Pérez Morales, Eduardo López Corella,
Antonio Ramos De la Medina, Juana Sonia Tavares García, Federico Roesch Dietlen,
Silvia Cid Juárez
Capítulo 6. Estómago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche, Blandina Hernández Cruz,
Federico Roesch Dietlen, Araceli Cabrales Mújica, José Luis Palmeros Sarmiento,
Juana Sonia Tavares García, Sebastián Castillo
Capítulo 7. Duodeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgina Alderete Vázquez, Federico Roesch Dietlen,
José María Remes Troche
Capítulo 8. Tumores estromales del tracto gastrointestinal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Isabel Alvarado Cabrero
Capítulo 9. Pólipos del tubo digestivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
Irene Rivera Salgado, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González,
Maricela Díaz Oyola, Rosa María Vicuña González,
Armando Macario Valencia Romero, José María Remes Troche,
Federico Roesch Dietlen
IX
X Atlas de gastroenterología (Contenido)
Un distinguido y prolífico escritor, el Dr. Ruy Pérez Ta- Sería imposible ilustrar en un atlas todas las alteracio-
mayo, expresó en una ocasión, a propósito de la presen- nes que se presentan en un aparato o sistema; en este li-
tación de un libro prologado por él, que escribir el prólo- bro se muestran ejemplos representativos de las lesiones
go tiene una ventaja: es la parte del libro que nadie lee. más comunes, y la mayoría de las ilustraciones son de
Para aquellos improbables lectores mencionaré que el excelente calidad. Difícilmente se podrían agregar ejem-
Atlas de gastroenterología es una obra original. No hay plos más típicos de los diversos padecimientos con foto-
una obra de este tipo que incluya lesiones de todo el apa- grafías de mejor calidad. El valor de este libro no se limi-
rato digestivo editada previamente en México. Tampoco ta a la cantidad y la calidad de las ilustraciones, en las que
conozco atlas de gastroenterología editados en otros paí- se incluyen fotos de piezas macroscópicas, fotomicro-
ses que incluyan padecimientos de la cavidad bucal, la grafías de cortes histológicos con diferentes tinciones e
faringe y las glándulas salivales, órganos considerados inmunotinciones, micrografías electrónicas y estudios
tradicionalmente como ajenos al aparato digestivo aun de imagen. El texto tiene una información amplia, preci-
por los propios gastroenterólogos. sa y actualizada.
En la elaboración de este libro participaron 47 autores Este libro es producto de un gran esfuerzo de los doc-
de diversas especialidades: patólogos, gastroenterólo- tores Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez y José
gos, endoscopistas gastrointestinales, cirujanos genera- María Remes Troche, así como de la atinada selección
les, cirujanos dentistas, internistas, radiólogos, un colo- de los colaboradores por parte de Isabel Ruiz, quien
proctólogo y un cirujano oncólogo. Por el contenido del coordinó el trabajo de todos ellos, y de la convicción de
libro es explicable que dos terceras partes de los colabo- los autores de que en nuestro país es posible editar libros
radores sean patólogos, algunos de ellos con una vasta científicos de calidad similar o superior a los producidos
experiencia en las enfermedades del tubo digestivo, el en los países desarrollados.
hígado y el páncreas.
XI
XII Atlas de gastroenterología (Prólogo)
Introducción
Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche
En las últimas décadas los avances científicos y tecnoló- y el páncreas, con el aval académico de la Asociación
gicos han transformado la vida del ser humano repercu- Mexicana de Gastroenterología. Esta obra, sin embargo,
tiendo profundamente en todos los ámbitos. En la salud requiere de un atlas de imágenes, complemento indis-
estos avances han sido notables, ya que han permitido pensable para poder divulgar la gastroenterología en for-
comprender mejor el origen y la fisiopatología de las en- ma integral, que permita en forma objetiva apreciar las
fermedades; revolucionarias innovaciones han sofisticado imágenes más relevantes de la patología digestiva, el
los estudios de laboratorio y gabinete, que permiten el cual no existe en nuestro país ni en Latinoamérica.
diagnóstico con mayor oportunidad y certeza, así como Gracias a la visión, el entusiasmo y la iniciativa de la
la biología molecular, la ingeniería genética, la farmaco- Dra. Isabel Ruiz Juárez se inició la tarea de convocar a
logía y la cirugía, que han alcanzado niveles nunca sos- especialistas de anatomía patológica, gastroenterólogos
pechados en el tratamiento de un gran número de padeci- y cirujanos generales de las principales instituciones del
mientos, permitiendo elevar el nivel y la calidad de vida Sector Salud y profesores de medicina del país, todos
de los pobladores del planeta. ellos con reconocido prestigio profesional y académico,
Esta impresionante expansión de avances se ha visto quienes accedieron a colaborar en esta obra única en su
reflejada en la publicación cada vez mayor de artículos género, aportando generosamente, además de sus cono-
de divulgación, así como su presentación en diversos fo- cimientos, el invaluable material de su experiencia per-
ros académicos a los cuales es difícil tener acceso debido sonal y asistencial.
a las limitaciones del tiempo, que nos impiden mantener La obra está dirigida a médicos especialistas en gas-
actualizada nuestra práctica profesional, lo cual justifica troenterología, anatomía patológica, medicina interna,
la creación de un atlas editado en forma sencilla, orde- cirugía y pediatría, así como a los residentes de las diver-
nada y con una serie de imágenes que sirvan de consulta sas especialidades, y en general a todo médico que tenga
al médico en su práctica diaria. interés en actualizar sus conocimientos para aplicarlos
Recientemente se han editado tanto en México como en la atención de sus pacientes.
en el extranjero diversas obras de gastroenterología, en Nuestro sincero reconocimiento y agradecimiento
particular una de ellas, la segunda edición del libro Gas- por su valiosa participación a quienes creyeron en nues-
troenterología clínica, en la que participaron 72 distin- tro proyecto y tomaron la decisión de acompañarnos en
guidos especialistas tanto nacionales como extranjeros; esta fascinante aventura, ya que sin ellos no hubiera sido
en esa obra se abordan las principales enfermedades que posible la edición de este Atlas de gastroenterología que
afectan al aparato digestivo, el hígado, las vías biliares hoy les presentamos.
XIII
XIV Atlas de gastroenterología (Introducción)
Agradecimientos
Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche
XV
XVI Atlas de gastroenterología (Agradecimientos)
A nuestros padres
por regalarnos la vida con un ramillete de principios y valores
que han sido el faro de nuestra existencia
A nuestros maestros
por construir los cimientos de nuestra formación
y quehacer profesional
A nuestras familias
por aceptarnos como somos
Capítulo 1
Manejo de biopsias endoscópicas
Arturo Ángeles Ángeles
En los párrafos siguientes se harán algunas considera- Es indispensable fijar de inmediato las muestras endos-
ciones sobre cada uno de estos puntos. cópicas y de piezas quirúrgicas pequeñas (apéndice
1
2 Atlas de gastroenterología (Capítulo 1)
cecal, vesícula biliar, etc.) para evitar su desecación y au- colónica suele ser heterogénea, con mayor afección del
tólisis. En el caso de las piezas quirúrgicas grandes y colon izquierdo que del derecho, por lo que debe reali-
complicadas, si no van a ser enviadas de inmediato al ser- zarse un mapeo de todo el colon y colocar las muestras
vicio de patología, conviene refrigerarlas (no congelar- en recipientes por separado. El patólogo, por su parte,
las) hasta en tanto pueden estar en manos del patólogo. debe incluir también cada muestra por separado. Sólo
El formol amortiguado a 10% se considera el fijador así pueden diagnosticarse el esófago de Barrett corto, la
ideal. No deben conservarse las biopsias en agua desti- metaplasia pilórica en cuerpo gástrico o la metaplasia de
lada, solución salina, alcohol, acetona u otras sustan- células de Paneth en colon distal, entre otras. Por demás
cias, ni dejarse en gasas secas o húmedas, ni menos aún está decir la importancia de saber el sitio preciso de la
al aire libre, porque el rápido deterioro de los tejidos hace biopsia en neoplasias malignas o en lesiones displásicas.
a veces imposible emitir un diagnóstico. Cuanto mejor
conservado y procesado está el tejido, menos artificios Conteo y corte de los fragmentos
se producen y hay mejores condiciones para el diagnós-
No es raro que la lesión, sobre todo tratándose de una
tico del patólogo. En raras ocasiones, cuando se desea
neoplasia, se encuentre sólo en uno de los fragmentos.
realizar tinciones inmunohistoquímicas con anticuer-
Conviene que el endoscopista anote en la solicitud el
pos que sólo funcionan en tejido fresco o cuando son ne-
número de fragmentos que envía en cada recipiente y
cesarias tinciones para grasas, es conveniente realizar
que el patólogo corrobore que fueron incluidos el total
cortes por congelación del tejido fresco. Los casos que
de los fragmentos. Por otra parte, es recomendable que
requieran estudiarse con el microscopio electrónico,
el histotecnólogo realice cortes seriados de los fragmen-
que son excepcionales, deben fijarse en glutaraldehído
tos, para evitar al máximo pasar por alto lesiones focales
y seguir el proceso usual para microscopia electrónica.
tanto inflamatorias como neoplásicas.
En todos estos casos es aconsejable que el clínico se
ponga en contacto con el patólogo para definir primero
Orientación de los fragmentos
el tipo de estudios requeridos de acuerdo al diagnóstico
en casos necesarios
clínico presuncional y posteriormente para coordinarse
en el manejo adecuado de la muestra. En fragmentos pequeños la orientación es casi imposi-
En piezas quirúrgicas complejas, sobre todo en pato- ble de realizar. En fragmentos tomados con pinzas tipo
logía neoplásica, los diagramas de la pieza que el ciruja- jumbo la orientación puede hacerse a simple vista o con
no adjunta a la solicitud, o mejor aún, la presencia del ayuda de una lupa, o mejor aún, con un microscopio es-
cirujano al momento en que el patólogo diseca la pieza, tereoscópico; es conveniente colocar los fragmentos en
son de enorme utilidad. En ocasiones es difícil para el papel filtro con la mucosa hacia arriba, previo acuerdo
patólogo precisar los bordes quirúrgicos, la extensión entre el clínico y el patólogo. Por fortuna, la mayor parte
de la lesión o la ubicación precisa de los ganglios linfáti- de las veces no es necesaria una orientación perfecta y
cos si desconoce los detalles de lo que hizo el cirujano. los fragmentos cortados al azar permiten hacer el diag-
Los especímenes citológicos (cepillados de esófago, nóstico. En algunos casos, por ejemplo en la valoración
estómago, vías biliares o conducto pancreático), así como de la distorsión de las criptas colónicas en enfermedad
los estudios de ascitis, deben fijarse en alcohol. Las inflamatoria intestinal, la orientación adecuada facilita
biopsias por aspiración deben fijarse también en alcohol la interpretación. Es indispensable una orientación per-
si el patólogo va a utilizar tinciones de Papanicolaou o fecta en los casos en que se desea valorar el grado de
hematoxilina--eosina, o dejarse secar al aire si se van a atrofia de las vellosidades en biopsias de duodeno o ye-
utilizar otras tinciones, como Diff--Quick. yuno de pacientes con síndrome de absorción intestinal
deficiente, o cuando se desea medir el espesor de la
membrana basal para el diagnóstico de colitis colageno-
Inclusión por separado de sa. En lesiones de mayor tamaño, como en los pólipos
biopsias de diferentes sitios extirpados por endoscopia a través de un asa, la orienta-
ción de los cortes, además de ser indispensable, es muy
Es conveniente que el endoscopista coloque los frag- fácil, pero si el endoscopista fragmenta el pólipo su
mentos tomados de diferentes sitios en recipientes sepa- orientación se hace imposible. Para la inclusión de espe-
rados. Por ejemplo, en el estudio de las gastritis, para címenes de mucosectomía, que en los próximos años se
una evaluación integral, es conveniente que el endosco- convertirán en parte del trabajo diario, es indispensable
pista tome muestras de antro, de fondo y de cisura angu- la comunicación con el endoscopista para la orientación de
laris; en colitis ulcerativa crónica idiopática la afección la pieza y el marcaje de los bordes y el lecho quirúrgico.
Manejo de biopsias endoscópicas 3
lo que el clínico y el cirujano deben exigir al patólogo que ta buena comunicación depende un diagnóstico correc-
consigne en su reporte toda esta información. to del que deriva un tratamiento exitoso.
REFERENCIAS
1. Ángeles Ángeles A: Biopsia endoscópica de tubo digestivo. 4. Hamilton SR, Aaltonen LA: Tumors of the digestive system.
México, Ángeles Editores, 2002. WHO. Lyon, IARC Press, 2000.
2. Chandrasoma P: Gastrointestinal pathology. Connecticut, 5. Henson DE, Albores Saavedra J: Pathology of incipient
Appleton & Lange, 1999. neoplasia. 3ª ed. Oxford University Press, 2001.
3. Emory TS, Carpenter HA, Gostout CJ, Sobin LH: Atlas 6. Ming SC, Goldman H: Pathology of the gastrointestinal
of gastrointestinal endoscopy & endoscopic biopsies. Wash- tract. 2ª ed. Baltimore, Williams & Wilkins, 1998.
ington, AFIP, 2000.
4 Atlas de gastroenterología (Capítulo 1)
Capítulo 2
Manejo e interpretación
citomorfológica de ascitis
María Elena Rojas Torres, Alicia Rodríguez Velazco
ciedad precoz, sensación de pesantez y dolor abdomi- cas bioquímicas se tome en cuenta no su concentración
nal. En la exploración física lo característico es el signo de proteínas, sino el gradiente ascitis--suero de albumina
de la onda. (concentración de albúmina sérica menos albúmina en
La ascitis es un problema clínico frecuente y sus cau- ascitis), lo que permite su clasificación como secunda-
sas son muy variadas; en la mayoría de los casos (80%) ria a hipertensión portal (gradiente alto, > 1.1) o no rela-
la enfermedad de fondo es cirrosis. La segunda causa cionada con hipertensión portal (gradiente bajo, < 1.2)
más frecuente es la carcinomatosis peritoneal, mientras (cuadro 2--1).
que las causas infecciosas como la tuberculosis se refie- De los tres análisis básicos a los que puede ser some-
ren como frecuentes sólo en países con recursos econó- tido el líquido abdominal el citopatológico o citomorfo-
micos bajos. lógico tiene un valor clínico bien reconocido, y es de él
5
6 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
del que nos ocuparemos de manera práctica en este capí- a las células de origen que puede resultar difícil identifi-
tulo, donde vamos a ejemplificar sólo los hallazgos cito- carlas sin procedimientos auxiliares (microscopia elec-
morfológicos de las entidades que con mayor frecuen- trónica, inmunocitoquímica, etc.) e inclusive se pueden
cia condicionan ascitis. interpretar equivocadamente como células malignas.
El propósito principal del análisis citomorfológico Algunas neoplasias, debido a obstrucción mecánica,
de la ascitis es determinar si en ella hay células cancero- pueden interferir con el mecanismo de reabsorción del
sas, ya que la presencia de células malignas en la misma líquido seroso abdominal y causar trasudado, sin que en
refleja la existencia de cáncer, casi siempre avanzado. él se encuentren células neoplásicas.
El análisis citomorfológico de la ascitis también puede En otros casos el mecanismo de producción está rela-
proporcionar información sobre varias situaciones in- cionado con daño de la pared de los capilares peritonea-
flamatorias: infecciosas (bacterias, hongos, virus) o no les —ya sea por procesos inflamatorios o neoplásicos—,
infecciosas (serositis por lupus), fístulas y parásitos lo que permite la fuga dentro de la cavidad abdominal
(cuadro 2--1). tanto de proteínas como de varios tipos de células de la
El número y el tipo de células que se encuentren en sangre. En estos casos el gradiente de albúmina es bajo
la ascitis, como ya se mencionó, va a depender en gran —menor a 1.1 g/dL— y sus causas frecuentes son carci-
parte de los mecanismos patogénicos que dan lugar a su nomatosis peritoneal y procesos infecciosos.
formación. En algunos casos se forma por el filtrado del
suero a través de la pared intacta de los capilares, sobre
todo cuando el flujo a través del peritoneo es mayor que TOMA Y MANEJO DE LA MUESTRA
el proceso de reabsorción. Esto ocurre principalmente
en casos de aumento en la presión venosa, como en falla
cardiaca, cirrosis hepática y en hipoproteinemia por fa-
lla renal y desnutrición. La ascitis secundaria a estos El líquido se obtiene habitualmente por un procedi-
mecanismos característicamente contiene muy pocas miento simple conocido como paracentesis. Cuando el
células que son de tipo mesotelial, macrófagos y leuco- líquido acumulado no es abundante se puede realizar lo
citos, aunque en los casos de evolución prolongada pue- que se conoce como “lavado peritoneal” —procedimien-
de haber numerosas células mesoteliales, tan diferentes to que consiste en la introducción y aspiración de solu-
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 7
ción salina— y que se utiliza sobre todo para identificar hongos. También se puede requerir de estudios adicio-
diseminación abdominal en neoplasias ginecológicas. nales como inmunocitoquímica, citomorfometría, am-
El líquido obtenido se colecta en un recipiente limpio plificación de DNA y citometría de flujo. La inmunoci-
y seco, y sólo en casos en que se requiera de cultivo debe toquímica ha demostrado ser de utilidad para
estar esterilizado. Una vez obtenido se debe enviar de diferenciar entre dos lesiones que pueden mostrar ca-
inmediato (fresco), parte al laboratorio clínico para es- racterísticas citomorfológicas indistinguibles: adeno-
tudio citoquímico y parte al laboratorio de patología pa- carcinoma y células mesoteliales reactivas. Un panel de
ra su estudio citopatológico. Si por alguna razón no se anticuerpos para inmunocitoquímica que se refiere como
puede enviar de inmediato al laboratorio de patología, útil hasta en 95% de los casos para diferenciar una de
para preservarlo en condiciones óptimas, se debe con- otra contiene antígeno carcinoembrionario (ACE), antí-
servar en refrigeración a 4_ C, inclusive hasta por dos geno epitelial de membrana (AEM) y B72.3. Cuando la
semanas —el líquido, por contener proteínas, actúa co- reactividad para los tres es negativa se puede descartar el
mo un medio de cultivo que preserva la morfología ce- diagnóstico de adenocarcinoma, pero si dos o los tres son
lular—; no debe congelarse y no es necesario que se positivos seguramente se trata de un adenocarcinoma.
agregue preservador alguno, o anticoagulantes en caso
de que sea hemorrágico. Agregarle como preservador
alcohol o formol dificulta la adhesión de las células so- INTERPRETACIÓN DE LA MUESTRA
bre la laminillas (alcohol) y cambia la calidad de la tin-
ción de las células con el método de Papanicolaou (for-
mol).
Los datos clínicos y paraclínicos pertinentes —in- Como ya se mencionó, la disyuntiva principal del pató-
cluyendo el diagnóstico— siempre deben ser referidos logo al realizar el análisis citomorfológico de la ascitis
en la solicitud de estudio, ya que son fundamentales pa- es la de decidir si hay o no células malignas en ella, por
ra una discriminación adecuada de los hallazgos cito- lo que es necesario que conozca las características ar-
patológicos entre procesos reactivos y neoplasias ma- quitecturales que permiten diferenciarlas de las benig-
lignas de diferente origen que comparten aspectos nas. En la mayoría de los casos esto es posible con el
morfológicos. análisis de rutina, pero cuando esto es prácticamente
Una vez que se tiene el líquido en el laboratorio de imposible se tienen recursos auxiliares (inmunocitoquí-
patología el examen macroscópico del mismo es funda- mica, citometría de flujo, microscopia electrónica, etc.)
mental, ya que puede orientar sobre la causa y el conte- que permiten determinar la naturaleza de las mismas y
nido celular del mismo. Desde el punto de vista macros- de esa manera establecer un diagnóstico preciso con sus
cópico la ascitis se puede clasificar como serosa —es consecuentes implicaciones de tratamiento y pronóstico.
con mucho la más frecuente—, purulenta (empiema pe- Para fines prácticos las células se dividen para su es-
ritoneal), hemorrágica y quilosa. Se deben reportar vo- tudio en benignas o no neoplásicas y en malignas o can-
lumen, color, transparencia y otras características en- cerosas. La cantidad, los tipos y la proporción de células
contradas: olor, viscosidad, etc. Se considera que la observadas van a depender de la causa, de los mecanis-
mayoría de los líquidos con células cancerosas tienen mos patogénicos y de la duración del proceso. El diag-
aspecto hemático; sin embargo, sólo la cuarte parte de nóstico de malignidad de una célula se hace principal-
los líquidos hemáticos contienen células cancerosas. mente con base en sus características nucleares (figura
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
trarse dispuestas en láminas pequeñas, papilas, túbulos Se refiere en la literatura que en la inflamación aguda
y aisladas (figura 2--3), tienen un diámetro aproximado la cuenta celular diferencial es de poco o ningún valor
de 20 Pm, su citoplasma es amplio y ligeramente eosi- diagnóstico.
nófilo; su núcleo varía de redondo a oval y es central, de
borde preciso y con uno o dos nucleolos pequeños.
Cuando están juntas muestran un espacio claro entre INFLAMACIÓN CRÓNICA
ellas que se conoce como “ventana” (figura 2--4). Desde
los puntos de vista inmunocitoquímico y ultraestructu-
ral comparten características con las células epiteliales.
Algunas veces su morfología es muy diferente a las cé- La inflamación crónica es el otro extremo del proceso
lulas de origen —por haberse desarrollado en un medio inflamatorio y su presencia en el líquido peritoneal tiene
propicio para el crecimiento— y entonces es muy difícil varias causas. Su aspecto citomorfológico también va a
diferenciar células mesoteliales reactivas (benignas) de variar de una causa a otra, pero un hallazgo común es la
células malignas (figura 2--5). El núcleo de la célula me- presencia de numerosos linfocitos maduros (figura 2--7).
sotelial puede llegar a ser lobulado (semejante a una En casos de ascitis de evolución prolongada los linfoci-
flor) y entonces sería difícil, si no se toma en cuenta esta tos pueden llegar a ser abundantes; habitualmente se
variante, identificarla como tal y podría interpretarse de encuentran mezclados con células mesoteliales y ma-
manera equivocada como maligna. crófagos (histiocitos), que inclusive pueden ser multi-
nucleados.
En países pobres desde el punto de vista socioeconó-
mico la tuberculosis puede ser una causa de hidroperito-
INFLAMACIÓN AGUDA neo de larga evolución. La presencia de hongos y otros
gérmenes oportunistas en el líquido abdominal está
prácticamente confinada a pacientes con compromiso
inmunitario, ya sea primario, secundario a SIDA, el uso
Lo más frecuente en cuanto a la citomorfología de la as- de quimioterapia, uso excesivo de antibióticos de am-
citis en los procesos inflamatorios es que encontremos plio espectro o corticosteroides, procesos invasivos co-
una mezcla de células inflamatorias tanto de tipo agudo mo la colocación de catéteres o procedimientos quirúr-
como crónico; rara vez se encuentran los extremos. gicos.
Se refiere en la literatura que la ascitis cuyo mecanis- Si no hay otro tipo más de células que los linfocitos
mo patogénico implica daño de la pared vascular suele se deben investigar las posibilidades de tuberculosis,
ser más celular y sus causas pueden ser de origen infla- leucemia o linfoma.
matorio o no inflamatorio; desafortunadamente, en Se sabe que la presencia de linfocitos pequeños pue-
nuestro medio no hay informes publicados sobre causas de caracterizar a la ascitis secundaria a leucemia linfocí-
y porcentaje de las mismas. El tipo y el número de célu- tica crónica o linfoma linfocítico y, debido a que esto es
las que se encuentran en dichos procesos provienen de más probable que se origine en células de tipo B; la in-
la sangre y de las células que revisten la superficie peri- munocitoquímica para definir su estirpe —B o T— pue-
toneal (mesoteliales). En los procesos de inflamación de ser de gran utilidad para fines de tratamiento y pro-
aguda la población predominante es de neutrófilos nóstico.
—aunque casi todas las ascitis contienen un determina- Los macrófagos (histiocitos) son monocitos trans-
do número de neutrófilos—; si éstos son muy abundan- formados. Se caracterizan por ser células mononuclea-
tes —situación muy poco frecuente en la cavidad abdo- res, de tamaño similar a las mesoteliales —de 10 a 20
minal—, macroscópicamente le confieren al líquido un Pm—, generalmente se disponen de manera aislada o en
aspecto turbio y amarillento (pioperitoneo o empiema grupos pequeños poco cohesivos y nunca muestran
peritoneal) y citológicamente dificultan la observación moldeamiento citoplásmico (figura 2--8); a diferencia
de otro tipo de células (mesoteliales, macrófagos, etc.). de las células mesoteliales, su citoplasma habitualmen-
En líquidos no infectados los neutrófilos son fáciles de te es finamente vacuolado, aunque puede contener va-
reconocer porque su núcleo presenta de tres a cinco lo- cuolas grandes; su borde citoplásmico es poco definido.
bulaciones (figura 2--6). Cuando hay infección su aspec- Su núcleo habitualmente es excéntrico y arriñonado. Su
to es necrótico (piocito) y junto con esto, si se realiza una actividad fagocítica es muy característica.
tinción de Gram, se pueden reconocer microorganismos La obstrucción de los conductos linfáticos, ya sea be-
(bacterias) intracelulares y extracelulares. nigna o maligna, puede dar lugar a lo que se conoce co-
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 9
mo ascitis quilosa. Las neoplasias son su causa princi- ma de un órgano intraabdominal (hepatocarcinoma). El
pal; el linfoma es la neoplasia subyacente en 50 a 60% número de células neoplásicas que se encuentren en el
de los casos. La radioterapia abdominal o la pancreatitis líquido abdominal va a depender de la situación de la
pueden ser causa de fibrosis y obstrucción de los linfáti- neoplasia que les dé origen; cuando la neoplasia protru-
cos. En casos de ascitis quilosa y diarrea secretora debe ye a través del peritoneo son abundantes, y ocurre lo
descartarse tumor carcinoide. Las anomalías congénitas contrario cuando la neoplasia está confinada al tejido fi-
de los linfáticos también pueden causarla: síndrome de broconectivo subseroso. Junto con las células neoplási-
Klippel--Trenaunay, síndrome de la uña amarilla, etc. cas se encuentran también células benignas que fre-
Macroscópicamente el líquido quiloso tiene una apa- cuentemente son células mesoteliales y macrófagos que
riencia blanquecina semejante a leche, debido a la pre- pueden llegar a ser muy abundantes. Cuando hay con-
sencia de numerosos quilomicrones. Microscópicamen- gestión vascular del tejido fibroconectivo subseroso la
te el líquido contiene una población pura de linfocitos ascitis puede tener aspecto hemorrágico.
maduros (figura 2--9). El diagnóstico de neoplasia en ascitis puede ser difí-
cil y no depende solamente de la citomorfología. Los
criterios de malignidad relacionados con pérdida de la
relación núcleo--citoplasma, irregularidad en la forma
EXUDADO NO INFLAMATORIO del núcleo, hipercromatismo, nucleolo aparente y mito-
sis no siempre son aplicables a las células neoplásicas
en la ascitis. Las células de los mesoteliomas y algunos
adenocarcinomas no pierden su relación núcleo--cito-
Como ya se mencionó, la causa más frecuente de ascitis
plasma y su núcleo puede ser regular en forma, tamaño
es la cirrosis, y en tales casos el líquido es poco celular
y aspecto de la cromatina (figura 2--10). Aquí los retos
y generalmente está desprovisto de células inflamato-
que se enfrentan básicamente son distinguir entre célu-
rias (aséptico). En los procesos de evolución prolonga-
las reactivas y células malignas, y diferenciar entre las
da el líquido puede mostrar abundantes células; éstas
células del mesotelioma maligno y del adenocarcino-
suelen ser mesoteliales y pueden estar acompañadas de
ma, por lo que el diagnóstico depende en mucho del
linfocitos y macrófagos escasos. Habitualmente el diag-
contexto clínico; sobre todo hay que considerar los an-
nóstico citológico de benignidad no es difícil de estable-
tecedentes, exposición prolongada al asbesto o historia
cer (figura 2--3); sin embargo, en algunos procesos las
clínica de cáncer en algún otro lado.
células mesoteliales reactivas pueden sugerir maligni-
En casi todos los casos las células neoplásicas se pue-
dad. Si en estos casos se encuentran además polimorfo-
den reconocer con tinciones de rutina. Sólo ocasional-
nucleares, cabría considerar la posibilidad de peritonitis
mente se necesitan técnicas de diagnóstico auxiliares, y
espontánea.
de ellas la que más se usa es la inmunocitoquímica, so-
En la literatura se encuentra reportado un caso de en-
bre todo con el propósito de distinguir entre adenocarci-
dometriosis ovárica que condicionó ascitis.
noma, mesotelioma maligno y células mesoteliales
reactivas.
En muchos casos es posible clasificar las células neo-
EXUDADO ABDOMINAL SECUNDARIO plásicas de la ascitis en términos de origen; sin mayor
A NEOPLASIAS MALIGNAS dificultad se pueden separar las células del adenocarci-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
de apariencia maligna y nucleolo aparente (figura 2--11). neo (parietal y visceral). Desde el punto de vista histo-
En cáncer gástrico o colónico, que metastatiza a perito- patológico las variantes distintivas son: epitelial y sar-
neo y condiciona ascitis, las células presentan caracte- comatoide. Lo que se ha publicado con respecto a la
rísticas similares, se disponen de manera aislada —son morfología de las células que se descaman hace referen-
abundantes en el cáncer gástrico y escasas en el colóni- cia principalmente a la variante difusa epitelial, que a su
co— y se presentan principalmente como células en ani- vez puede ser papilar, medular o mixta. El diagnóstico
llo de sello (figura 2--11). El cáncer de mama —segunda se fundamenta primero en que las células tienen que ser
neoplasia maligna más frecuente en mujeres en edad reconocidas como mesoteliales —lo cual no es difícil,
fértil— ocasionalmente metastatiza al peritoneo, y esto ya que conservan la morfología de las células mesotelia-
puede ocurrir después de 10 o más años del diagnóstico les benignas—, y segundo, en que deben ser reconoci-
inicial. das como malignas, lo que resulta más difícil debido a
Las células suelen ser abundantes, su tamaño varía de que los cambios nucleares característicos de las células
pequeño a mediano, típicamente se disponen en estruc- malignas son poco aparentes. A diferencia de los proce-
turas tridimensionales conocidas como “esferas” (figu- sos reactivos, en el mesotelioma epitelial maligno la
ra 2--12) y es difícil identificar las características celula- cantidad de células es mucho mayor, se disponen en
res individuales propias de las células malignas. En el grupos grandes, pequeños y de manera aislada; las célu-
carcinoma lobulillar las células son pequeñas, aisladas las son más grandes, aunque su relación núcleo--cito-
y se disponen en fila india; se pueden confundir con cé- plasma se conserva; su núcleo es redondo u oval —mien-
lulas mesoteliales o macrófagos, pero su borde nuclear tras que el del adenocarcinoma es más angulado—, su
es irregular y reforzado con nucleolo muy aparente; cromatina es más densa y gruesa, su nucleolo es muy
además, su citoplasma puede presentar una o más va- aparente (figuras 2--15 y 2--16). Ocasionalmente se pue-
cuolas (figura 2--13). den encontrar cuerpos de psamoma.
El carcinoma de ovario es una causa frecuente de as-
citis. El número de células en el líquido es abundante,
se disponen en acino y papilas grandes, así como aisla- Ejercicios
das. En las estructuras papilares se pueden encontrar
cuerpos de psamoma. A continuación se enlista una serie de enunciados a los
Las células aisladas tienen características semejantes que se debe responder con cualquiera de las siguientes
a las descritas para adenocarcinoma. En mujeres con as- opciones: V (verdadero), cuando se esté de acuerdo con
citis la presencia de células malignas hipervacuoladas el mismo, y F (falso), cuando no se esté de acuerdo con
en grupos papilares es altamente sugestiva de carcino- él. Además, al final de los enunciados se ilustran con ca-
ma de ovario (figura 2--14). sos reales algunas de las alteraciones mencionadas, y
El mesotelioma, aunque es una neoplasia rara —en con ellos también se presenta una serie de enunciados
EUA se reporta una incidencia de 15 casos por millón— que deben responderse de la misma manera ya mencio-
a la que se le ha relacionado etiológicamente con la in- nada. Las respuestas correctas a las preguntas están al
halación de asbesto, tiene aspectos epidemiológicos, final del capítulo, y las de los casos al final de cada uno.
clínicos, citoquímicos, citomorfológicos, inmunocito-
químicos y ultraestructurales característicos. Es la neo-
plasia primaria más frecuente de la membrana perito- Preguntas
neal —de un quinto a un tercio de los mesoteliomas
aparecen en el peritoneo—; puede aparecer en hombres 1. A la condición en la que coexisten aire y líquido
o mujeres a cualquier edad, pero es más frecuente en en la cavidad abdominal se le llama neumoperito-
hombres entre la quinta y la sexta décadas de la vida. En neo.
la mayoría de los casos el síntoma inicial es ascitis; por 2. El término de hemoperitoneo se utiliza para refe-
lo tanto, uno de los primeros procedimientos de diag- rirse a un líquido cuyo color varía de naranja a rojo
nóstico es la paracentesis, de la que se obtiene un líquido oscuro.
viscoso, por su mayor contenido de ácido hialurónico. 3. Las células mesoteliales carecen de antígenos que
El mesotelioma, por su forma de presentación, se clasi- reaccionen con anticuerpos como la citoqueratina.
fica en difuso (siempre es maligno) y localizado (puede 4. En los casos de pancreatitis se puede producir as-
ser benigno o maligno). Macroscópicamente en sus ini- citis que contendrá numerosas bacterias.
cios se caracteriza por la presencia de nódulos peque- 5. En el líquido de ascitis las células mesoteliales
ños, múltiples, localizados en ambas capas del perito- reactivas se disponen sólo en láminas, a diferencia
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 11
de laboratorio: Hto 39.4%, leucocitos 4 800 mm3, pla- cas o cardiacas, y ninguna de ellas se ha documentado
quetas 275 000 mm3; Na sérico, 132 mEq/L; aspartato-- en este caso.
aminotransferasa 111 U/L, alanín aminotransferasa 99 Enfermedades mieloproliferativas como policitemia
U/L; bilirrubina total 1.2 mg/dL; fosfatasa alcalina 611 vera y trombocitemia son la causa en 50% de los casos
U/L; actividad en proteínas C y S 39%, respectivamen- de síndrome de Budd--Chiari, aunque ninguna de las dos
te. El gradiente de albúmina suero--ascitis fue de 1.2 se puede sustentar en este caso. Los estados de hipercoa-
g/dL. En la exploración física, además de la ascitis, sólo gulabilidad pueden dar lugar a este síndrome, y ésa es
se encontró edema de extremidades inferiores, de pre- la causa en esta paciente.
dominio derecho. El examen ultrasonográfico mostró
ascitis, hepatomegalia, ecogenicidad irregular de híga-
do, esplenomegalia y trombosis profunda de vena fe- Caso 3
moral derecha. No se pudieron visualizaron las venas
intrahepáticas. Varón de 40 años de edad con cuadro clínico de cuatro
El estudio citomorfológico del líquido mostró sólo meses de evolución caracterizado principalmente por
células mesoteliales, las siguientes células: diarrea, acompañadas de febrícula y pérdida de peso de
10 kg. A la exploración física se encuentran principal-
a. Las células que se encuentran en el examen mente tumor palpable en mesogastrio y datos de ascitis.
citomorfológico son neoplásicas. El estudio citomorfológico de ascitis muestra las siguien-
b. El gradiente de albúmina suero--ascitis que tes células:
presenta está relacionado con hipertensión portal.
c. La tríada de dolor abdominal, hepatomega- a. Las células que se encuentran en el examen
lia y ascitis de inicio súbito orienta al diagnóstico citomorfológico son inflamatorias.
de síndrome de Budd--Chiari. b. No se requiere de citohistoquímica para cla-
d. La causa más probable del cuadro clínico sificar la enfermedad.
que se presenta debe ser la policitemia vera. c. Para complementar su estudio se requiere de
tomografía.
Respuestas d. En todos los casos que cursan con esta enfer-
medad se encuentran células semejantes a las ob-
La células que se muestran son linfocitos maduros, de servadas en este paciente.
aspecto normal, escasos, y están mezcladas con algunos
eritrocitos. Aunque el examen citomorfológico es útil Respuestas
en todos los casos de ascitis, en este caso en particular
no aporta mayor información para el diagnóstico preci- Las células que se muestran en la figura 2--18 caracterís-
so de la causa. Aquí el papel fundamental para el diag- ticamente no muestran cohesión (son independientes
nóstico es la tríada clínica mencionada, así como el una de otra), son irregulares en forma y tamaño, están
estudio ultrasonográfico. No se encontraron células prácticamente desprovistas de citoplasma; sus núcleos
neoplásicas. muestran cromatina fina, nucleolos pequeños y bordes
Con base en la clasificación de la ascitis (cuadro irregulares, mientras que los linfocitos, células caracte-
2--1), de acuerdo con el gradiente suero--ascitis de albu- rísticas de los procesos inflamatorios de larga evolu-
mina, mismo que sirve para diferenciar la fisiopatología ción, son pequeños y regulares en forma y tamaño. Por
de la ascitis, se sabe que un gradiente mayor de 1.1 g/dL lo tanto, las células que se muestran son las de un linfo-
indica la presencia de hipertensión portal, por lo que en ma difuso. Sin embargo, puede haber linfomas con lin-
esta paciente, con un gradiente de 1.2 mg/dL, hay que focitos que condicionen ascitis y distinguir sus células
buscar las causas que den origen a esta situación. en el estudio citomorfológico puede ser muy difícil si no
La tríada clínica mencionada, junto el estudio ultra- se establece su monoclonalidad. En los procesos infla-
sonográfico en que se reporta ecogenicidad irregular del matorios la mayoría de las células son de estirpe T, mien-
hígado, lo que sugiere enfermedad hepática crónica, y tras que en los linfomas las células son principalmente de
obstrucción del flujo en vena hepática, sugieren el sín- estirpe B. El diagnóstico de linfoma se confirmó en la
drome de Budd--Chiari, cuya causa más frecuente es biopsia de ganglio y se hizo el diagnóstico de linfoma
precisamente la obstrucción de una o más de las venas no Hodgkin de células grandes B. En la mayoría de los
hepáticas, la vena cava inferior o ambas. Otras causas casos de linfoma cuando se presenta ascitis ya se tiene
de obstrucción del flujo de salida pueden ser neoplási- diagnóstico de la enfermedad. El cuadro clínico de este
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 13
paciente no es el habitual para un linfoma. No todas las de ser secundaria a procesos inflamatorios secundarios
ascitis que se presentan en pacientes con linfoma contie- o a obstrucción de las estructuras vasculares que se ocu-
nen células neoplásicas; en algunos casos la ascitis pue- pan del retorno venoso y linfático.
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
14 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
Figura 2--1. A. Con el mismo aumento, compare el espesor (flecha bidireccional) del peritoneo visceral de cada caso y el aspecto
de las células mesoteliales. Membrana peritoneal visceral delgada (arriba), constituida por tejido fibroconectivo laxo. Las células
mesoteliales (flechas) en condiciones normales se disponen en una sola capa y son planas. B. Vemos membrana peritoneal visce-
ral anormal. La monocapa de células mesoteliales cúbicas forma parte del peritoneo visceral engrosado.
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 15
A
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 2--2. A. Las características de las células mesoteliales reactivas generalmente se disponen en monocapa (arriba), aunque
los núcleos pueden ser irregulares en su contorno. B. En el centro del campo se encuentra un nido tridimensional de células malig-
nas con núcleos ovoideos, de bordes regulares con nucleolo muy aparente.
16 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
Figura 2--3. Células mesoteliales hipertróficas (reactivas) dispuestas en láminas grandes y pequeñas, así como de manera aisla-
da (flechas). Su forma y tamaño son regulares, su núcleo es central y muestran nucleolo pequeño.
Figura 2--4. Grupo de células mesoteliales que muestran separación en un borde citoplásmico y otro por la retracción de las micro-
vellosidades, lo que da la apariencia de una ventana (flechas).
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 17
Figura 2--5. Células mesoteliales reactivas, con atipia nuclear. La paciente, de 72 años, tenía un cuadro de ascitis de larga evolu-
ción por cirrosis, sin evidencia de problema neoplásico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
A B
Figura 2--6. A. Líquido abdominal en proceso inflamatorio agudo con abundante infiltrado inflamatorio de polimorfonucleares que
hacen difícil ver las células mesoteliales, que también son abundantes. B. Los polimorfonucleares son fáciles de reconocer por
su núcleo característicamente lobulado (flechas).
18 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
A B
Figura 2--7. A. Linfocitos maduros de diferente tamaño en proceso inflamatorio crónico. Los más grandes y con nucleolo aparente
(flecha) son inmunoblastos. B. En casos de linfoma, los linfocitos muestran irregularidad en el contorno de la membrana nuclear
y las mitosis son frecuentes (flecha). La ascitis en casos de linfoma ocurre en etapas avanzadas de la enfermedad.
B C
Figura 2--8. A. Los macrófagos, a diferencia de las células mesoteliales, que tienen núcleo central, se caracterizan por tener nú-
cleo excéntrico y arriñonado (forma semejante a la de riñón). B y C. Algunos pueden ser multinucleados.
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 19
Figura 2--9. El líquido quiloso se caracteriza por la presencia de linfocitos maduros. El fondo eosinófilo con tinción de rojo oleoso
muestra quilomicrones (partículas rojas en el recuadro).
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Figura 2--10. Células neoplásicas semejantes a células mesoteliales reactivas. Además, se encuentran dispuestas en un fondo
con numerosos linfocitos.
20 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
A B
Figura 2--11. Células neoplásicas. A y B. Adenocarcinoma de colon metastásico a peritoneo. Las células son muy grandes, su
citoplasma es vacuolado y el núcleo está rechazado a la periferia; sus bordes son angulados.
Figura 2--12. Células neoplásicas malignas dispuestas en nido semejante a una esfera.
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 21
Figura 2--13. Células neoplásicas malignas dispuestas en estructuras tridimensionales y en fila india. Historia clínica de carcino-
ma lobulillar de mama.
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Figura 2--14. Carcinoma de ovario metastásico. Grupos tridimensionales de células neoplásicas de tamaño intermedio con cito-
plasma con moco, dispuestos en pequeñas y grandes vacuolas, con desplazamiento del núcleo hacia la periferia. La membrana
nuclear muestra engrosamiento e irregularidad, lo que le da apariencia rígida.
22 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
Figura 2--15. Mesotelioma maligno. Material abundante, las células se disponen en grupos grandes tridimensionales.
Figura 2--16. Células de mesotelioma maligno, grandes, con relación núcleo--citoplasma ligeramente perdida; su núcleo es redon-
do u oval, su cromatina es más densa y gruesa, su nucleolo es muy aparente (flecha).
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 23
S Hipertensión portal
INDICACIONES S Hepatomegalia no explicada
S Sospecha de error congénito del metabolismo
S Fiebre de origen desconocido
S Extensión y grado de hepatitis crónica
Desde la descripción original de Ehrlich en 1883 el
S Evaluación de trasplante hepático
papel de la biopsia hepática ha cambiado en la práctica
médica. Inicialmente fue utilizada para la determina- S Masas ocupativas
ción de las reservas de glucógeno en pacientes diabé- S Eficacia del tratamiento en hepatopatías específicas
ticos, posteriormente se practicó para el diagnóstico S Evaluación del tipo y la extensión de daño hepático por
fármacos o drogas
de hepatopatías de etiología desconocida. En la ac-
25
26 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)
varias técnicas. Sin embargo, las porciones subcapsula- vación de los constituyentes normales del hígado sin las
res del hígado al momento de la interpretación deben ig- desventajas que tiene la fijación con alcohol, como son
norarse, ya que pueden mostrar fibrosis y alteración de la excesiva deshidratación y el endurecimiento del tejido
la arquitectura que no son indicadores de patología. que dificulta el corte. En los casos en que se sospecha
enfermedad metabólica es conveniente reservar frag-
Biopsia a cielo abierto mentos para procesar en fresco en congelación o análisis
bioquímico y fijar en glutaraldehído y procesamiento ul-
Llamada también transquirúrgica, esta técnica se realiza terior para estudio con microscopio electrónico.
durante una laparotomía exploradora, ya sea al encon-
trar patología macroscópica o en el curso de un trata- Tinción
miento (derivación portosistémica en hipertensión por-
tal). Tiene el inconveniente de presentar artificios por Además de la tinción con hematoxilina y eosina, se re-
desecación y exudado de polimorfonucleares secunda- comienda utilizar las siguientes tinciones especiales pa-
rio a la manipulación quirúrgica. ra una adecuada interpretación.
se encuentra en pequeñas gotas (micelar) y se con- unidad funcional es el llamado acino de Rappaport, ba-
funde con otras enfermedades que condicionan va- sada en la circulación; de acuerdo a ello el centro del lo-
cuolación de la célula. En esos casos es necesario bulillo es el espacio porta y los límites periféricos se lo-
contar con tejido fresco para obtener cortes por calizan entre dos venas centrales vecinas. El acino de
congelación y teñirlos para grasas neutras (rojo Rappaport se ha dividido en tres zonas: la zona 1 es la
oleoso o Sudán). Es particularmente importante en más próxima al espacio porta, la zona 2 es la porción in-
síndrome de Reye y enfermedades mitocondriales. termedia y la 3 es la que rodea a la vena central.
El espacio porta contiene conductos biliares, ramas
Otras tinciones se requieren para la identificación de de la vena porta y de la arteria hepática, linfáticos y file-
sustancias anormales como las que se presentan en en- tes nerviosos. Estos elementos se encuentran inmersos
fermedades lisosomales, así como tinciones para agen- en un estroma de tejido fibroso laxo y normalmente hay
tes infecciosos en casos de abscesos o granulomas. escasos linfocitos y macrófagos.
El parénquima hepático está constituido por láminas
de hepatocitos dispuestas en hileras (dos en niños meno-
Inmunohistoquímica res de 8 años de edad). Las láminas hepáticas se anasto-
mosan entre sí y son perpendiculares al espacio porta y
La inmunohistoquímica se ha incorporado en los últimos radiadas hacia la vena central. Cada célula tiene tres su-
años en el manejo del tejido hepático para fines diagnós- perficies: la intercelular, la canalicular y la sinusoidal.
ticos. Es útil la citoqueratina 7 para identificar epitelio bi-
liar y reacción ductular, por lo que se recomienda para fa- Árbol biliar intrahepático
cilitar la identificación de estas estructuras en casos de
colestasis prolongada y síndrome de Alagille. La porción más periférica del árbol biliar se denomina
La actina de músculo liso identifica células estelares canalículo; está limitada por la membrana plasmática de
activadas. dos o tres hepatocitos. Los canalículos forman una red y
En hepatopatías inflamatorias es conveniente carac- constituyen el sistema de drenaje biliar producto de la ex-
terizar las poblaciones linfoides que participan en la le- creción de las células hepáticas. Los canalículos se conti-
sión a través de anticuerpos monoclonales de las dife- núan con los colangiolos a nivel de la placa limitante pe-
rentes clases de células linfohematopoyéticas. riportal a través de una estructura llamada canal de
La histoquímica en tumores tiene las mismas indica- Hering. Normalmente estas estructuras son muy escasas
ciones que en cualquier otra lesión neoplásica. y poco aparentes. En los espacios porta los colangiolos
desembocan en los conductos interlobulillares. Éstos son
los canales de menor calibre que se encuentran en los es-
Microscopia electrónica pacios porta acompañados por la arteria hepática y la ve-
na porta. Miden de 15 a 100 micras de diámetro y tienen
La microscopia electrónica permite el análisis de altera- epitelio cúbico. En un espacio porta pueden observarse
ciones de organelos tales como peroxisomas y mitocon- uno o varios conductos interlobulillares al lado de la arte-
drias, así como para la identificación de material anor- ria del mismo tamaño. Los conductos interlobulillares se
mal atesorado en hepatocitos y/o células de Kupffer. conectan a conductos más grandes, llamados conductos
interlobares, septales o trabeculares. La luz de los con-
ductos septales mide más de 100 micras y el epitelio es
columnar alto con núcleos basales.
INTERPRETACIÓN
Árbol vascular intrahepático
porta más pequeños de forma triangular. De las venas sea uniforme, la probabilidad de que aparezca en ese
preterminales y terminales se originan las vénulas efe- material es alta. Sin embargo, hay situaciones en las que
rentes, que atraviesan la placa limitante y desembocan se requiere examinar un número mayor de espacios por-
en los sinusoides. ta, como sucede en hepatitis crónica, para evaluar acti-
La distribución de la arteria hepática es semejante a vidad y cronicidad. En esos casos se considera que la
la de la porta. Las ramas terminales irrigan las estructu- muestra ideal contiene de 11 a 15 espacios porta. Por el
ras del espacio porta, el plexo peribiliar que irriga los contrario, cuando la patología a considerar afecta en
conductos biliares y las arteriolas terminales que vierten forma uniforme a todos los componentes del lobulillo,
la sangre directamente en los sinusoides. como sucede en enfermedades metabólicas, el diagnós-
Los sinusoides confluyen en la vena centrolobulillar. tico histológico de certeza puede establecerse en un
Su diámetro varía de 6 a 15 micras y su calibre puede fragmento que incluya un solo espacio porta.
aumentar hasta 30 veces. Los sinusoides carecen de En el examen de todos los espacios porta hay que
membrana basal. El espacio de Disse se encuentra entre considerar el número, el tamaño y las características de
los hepatocitos y la pared sinusoidal, y se comunica con sus componentes: conducto biliar, arteria y rama de ve-
el espacio de Mall, que se encuentra entre las láminas de na porta. Por lo general hay uno solo de cada uno de es-
hepatocitos en la periferia del lobulillo y el tejido fibro- tos componentes.
so portal. En padecimientos crónicos puede depositarse
en el espacio de Disse una membrana que se conoce co- Conductos biliares
mo “capilarización” y causar hipertensión portal. El si-
nusoide está revestido por células endoteliales con nu- Son del tamaño de la arteria hepática. En algunos casos
merosas fenestraciones que comunican la luz vascular puede verse más de uno. Normalmente están situados en
con el espacio de Disse y las células hepáticas. En el es- el centro. La proliferación de conductos muestra nume-
pacio de Disse se encuentran las células estelares o célu- rosos conductos situados en la unión con las láminas he-
las de Ito. Contienen vacuolas de grasa, participan en la páticas. Observar la pared en busca de irregularidades
fibrogénesis y son almacenadoras de vitamina A. Se e infiltrado inflamatorio y datos de regeneración del
pueden identificar con el microscopio electrónico y epitelio. La luz debe estar libre y en condiciones patoló-
cuando están activadas se tiñen con actina de músculo gicas puede tener elementos inflamatorios (colangitis)
liso. Las células de Kupffer son células fagocíticas que o bilis en forma de concreciones, como sucede en obs-
se encuentran en la luz del sinusoide; son de forma pira- trucción biliar y en mucoviscidosis.
midal con múltiples prolongaciones que se introducen
Arteria hepática
al espacio de Disse a través de las fenestraciones de las
células endoteliales. Irregularidades con trayecto tortuoso, engrosamiento de
Las vénulas aferentes reciben la sangre del sinusoide la media y fibrosis pueden encontrarse en atresia biliar
y desembocan perpendicularmente en la vena sublobuli- tanto en la porción extrahepática como en ramas porta-
llar. Las venas sublobulillares forman las venas interlo- les. Esta angiopatía es particularmente importante que
bulillares y éstas las ramas de las venas suprahepáticas. se consigne en casos candidatos a trasplante hepático.
Tanto la vénula porta como la vénula aferente care-
cen de capa muscular. Vena porta
males. La proliferación ductular ocurre en casos de co- ción heterogénea predominantemente de linfocitos T y
lestasis y aparecen estructuras tubulares alargadas sin NK. Secretan citocinas y forman parte del sistema in-
luz, positivas con citoqueratina. munitario. Es necesario tener en cuenta esta situación
para no interpretar la presencia de células linfoides co-
Láminas hepáticas mo un dato de inflamación. Cuando se toman biopsias
hepáticas en cuña a cielo abierto es frecuente encontrar
Con la tinción de retículo se ha establecido la arquitec- grupos de células linfoides debajo de la cápsula sin sig-
tura de las láminas hepáticas. En el niño hasta los seis nificado patológico. Igualmente, hay que tener en cuenta
o siete años de edad las placas hepáticas están constitui- que en las biopsias abiertas pueden encontrarse nume-
das por dos hileras de células. La distorsión de las lámi- rosos polimorfonucleares como una respuesta inespecí-
nas se presenta en casos de necrosis, congestión sinusoi- fica al trauma durante la laparotomía.
dal y desarreglos de los hepatocitos como disposición En personas viejas puede verse incremento en el nú-
seudoacinar (orientación radiada de los hepatocitos al- mero de linfocitos y macrófagos.
rededor de un canalículo en casos de colestasis), trans- La presencia de células plasmáticas y eosinófilos, ya
formación de células gigantes e hiperplasia difusa o no- sea en el espacio porta o en el seno del lobulillo, es un
dular. La revisión de las células individuales detecta dato que sugiere un proceso inflamatorio.
necrosis individual (cuerpos apoptósicos), material anor-
mal en el citoplasma, degeneración de Mallory, inclu- Evaluación de la fibrosis
siones virales, acúmulo de hierro y colestasis intracelu-
lar. Cuando la necrosis es zonal es importante consignar El hígado contiene escaso tejido conectivo. La cápsula
la localización: perilobulillar o de interfase (hepatitis de Glisson está constituida por una capa densa de colá-
crónica), medio zonal (tóxicos), centrolobulillar (cho- gena y fibras elásticas que emiten proyecciones hacia el
que, insuficiencia cardiaca) o panlobular (hepatitis con parénquima, produciendo cierta distorsión que no debe
necrosis masiva o submasiva por virus o tóxicos). malinterpretarse como fibrosis. El espacio porta contie-
ne variable cantidad de estroma laxo bien delimitado del
parénquima vecino. La presencia de tejido fibroso en ex-
Sinusoides y venas centrolobulillares ceso o en localización anormal es un dato patológico de
mucha importancia y se presenta como un proceso cica-
El examen detallado de los sinusoides permite hacer el trizal en varias condiciones, ya sean infecciosas, autoin-
diagnóstico de congestión, peliosis, hiperplasia de célu- munitarias, tóxicas, metabólicas, vasculares, etc.
las de Kupffer, linfocitosis y trombos de fibrina. Los es- La identificación zonal de la fibrosis tiene importan-
teroides anabólicos y los anticonceptivos producen le- cia para el diagnóstico. La fibrosis que ocurre en el cen-
sión de las células endoteliales y dilatación sinusoidal. tro del lobulillo perivenular es característica de la into-
El cloruro de vinilo y los arsenicales provocan prolife- xicación alcohólica y de la congestión pasiva crónica.
ración de células endoteliales. La fibrosis portal se ve en hepatitis crónica y alteracio-
Las células estelares o células de Ito no se ven en los nes biliares. La fibrosis en el lobulillo es indicativa de
cortes habituales con hematoxilina y eosina, a excep- necrosis lobular. La cirrosis hepática se caracteriza por
ción de hipervitaminosis A, en la que aparecen como cé- la presencia de bandas de fibrosis que establecen puen-
lulas espumosas. Aunque pueden detectarse por méto- tes (porto--central, centro--central o porto--portal) o re-
dos histoquímicos, la mejor forma de visualizarlas emplazan lóbulos adyacentes. En esta disposición la
cuando están activas es con inmunohistoquímica con fibrosis puede circundar nódulos de parénquima hepáti-
actina de músculo liso. Las células activadas se encuen- co. Estos nódulos varían en tamaño y no necesariamente
tran aumentadas en número con morfología estrellada muestran datos de regeneración. Verdaderos nódulos de
en todos los casos en que hay fibrosis hepática. regeneración ocurren solamente en fases avanzadas de
Las venas centrolobulillares pueden presentar datos la enfermedad. Por otro lado, la regeneración difusa del
de oclusión, como se ve en la enfermedad venooclusiva. parénquima es casi simultánea con la necrosis.
En los últimos años se han empezado a utilizar bio-
Evaluación de la inflamación marcadores para evaluar el grado de fibrosis hepática
por métodos no invasivos. Hay varias clases de biomar-
El hígado contiene una población nativa de linfocitos cadores séricos: los que miden directamente el recam-
localizados predominantemente alrededor de los espa- bio de la matriz extracelular (colágenas, laminina, ácido
cios porta y diseminados en el lobulillo. Es una pobla- hialurónico, metaloproteinasa, citocinas, etc.) y los in-
La biopsia hepática en pediatría 31
directos, que evalúan alteraciones de la función hepáti- Hepatitis neonatal vs. atresia de vías biliares
ca. Entre ellos los más usados son los que miden varios
componentes, como el FibroTest (B--2--macroglobuli- A pesar de que hay muchas causas que condicionan co-
na, haptoglobina, ALT, GGT, bilirrubina total y apoli- lestasis prolongada en el recién nacido, más de 70% de
proteína). Tienen la ventaja de que pueden realizarse los casos caen dentro de dos diagnósticos: hepatitis neo-
tanto en pacientes de riesgo como en grandes poblacio- natal y atresia de vías biliares.
nes como pruebas de tamizaje y son aceptadas tanto por La hepatitis neonatal es un término genérico que se
los pacientes como por los médicos. Se han utilizado en aplica a enfermedades de diversa etiopatogenia, ya sean
diversas patologías, tales como hepatitis crónica B y C, infecciosas, metabólicas o idiopáticas, cuando no se co-
esteatohepatitis no alcohólica y otras. Su sensibilidad y noce la etiología. El pronóstico varía según la causa. La
su especificidad son aceptables, y aunque no sustituyen mayoría se resuelven espontáneamente en el curso de
a la biopsia sí permite una mejor selección de los pa- cuatro a seis semanas, otras persisten con alteraciones
cientes que la requieran. varias y otras progresan ya sea a un proceso obstructivo
En niños hay pocos estudios con estos biomarcado- de vías biliares tanto extrahepático como intrahepático
res, por lo que su utilidad no ha sido validada hasta el (colangiopatía atresiante o esclerosante) o hacia una ci-
momento. rrosis hepática. Algunos de estos casos son errores con-
génitos del metabolismo de los ácidos biliares.
La atresia de vías biliares es la obstrucción total o
Síndrome colestásico prolongado parcial de cualquier segmento o la totalidad de las vías
biliares. Hay dos formas: la embrionaria, que es rara y
La indicación más frecuente es en el diagnóstico de la se asocia a malformaciones tales como síndrome de as-
colestasis prolongada del recién nacido. Una gran varie- plenia, y la perinatal, que se considera enfermedad ad-
dad de enfermedades pueden cursar con colestasis en la quirida necrótica inflamatoria de etiología diversa. Lo
etapa neonatal. importante del diagnóstico temprano de esta anomalía
Desde el punto de vista práctico, lo urgente es decir es que la restauración del flujo biliar puede evitar la ine-
si se trata de una situación de obstrucción anatómica de ludible progresión hacia cirrosis biliar si persiste la obs-
las vías biliares susceptible de ser corregida quirúrgica- trucción. Las múltiples técnicas de derivación enterohe-
mente o es una colestasis intrahepática que requiere ma- pática han demostrado su utilidad.
nejo médico. El papel del patólogo en esta situación es definir, en
La biopsia hepática está indicada en todo recién naci- la biopsia percutánea, si hay o no datos de obstrucción
do con ictericia prolongada por más de dos semanas con biliar (cuadro 3--3).
aumento de la bilirrubina directa una vez que se ha des-
cartado quiste del colédoco por ultrasonido y un gamma- Escasez de conductos biliares
grama hepático que no excreta.
El protocolo diagnóstico utilizado desde hace mu- La cantidad de conductos biliares en espacios porta pe-
chos años en el Instituto Nacional de Pediatría se señala riféricos varía con la edad gestacional. En prematuros
en el cuadro 3--4. menores de 38 semanas solamente 40% de los espacios
co macrofágico (células de Kupffer), por lo que el exa- fecciosos, la biopsia hepática ha demostrado ser útil pa-
men del parénquima hepático es muy informativo para ra el diagnóstico de enfermedades tales como tubercu-
detectar enfermedades por atesoramiento. losis miliar, histoplasmosis, hepatitis granulomatosa y
La biopsia hepática en los errores congénitos del me- neoplasias (infiltración leucemia/linfoma).
tabolismo suele efectuarse en dos diferentes escenarios.
Uno de ellos, el menos frecuente, se trata de una biopsia
electiva intencionada para corroborar el diagnóstico es- Hepatitis crónica
pecífico de una enfermedad metabólica, por ejemplo
cuando hay el antecedente de un familiar afectado o el Una gran diversidad de enfermedades pueden ocasionar
cuadro clínico es característico y la confirmación bio- el cuadro clínico de hepatitis crónica en niños, definido
química no está disponible. El propósito en esos casos como alteración continua de las enzimas hepáticas
es para consejo genético, detección de portadores o in- (aminotransferasa) por más de tres meses. Las causas
terés académico e investigación de caso clínico. El otro más comunes de hepatitis crónica son hepatitis virales
escenario es para el diagnóstico de hepatopatía de causa y hepatitis autoinmunitaria. El diagnóstico se establece
desconocida. Las enfermedades metabólicas producen en bases clínicas y serológicas tanto para marcadores
diferentes patrones de daño hepático. autoinmunitarios como para marcadores virales. Las in-
En el cuadro 3--4 se señala el grado de certeza diag- dicaciones de la biopsia en hepatitis crónicas son las si-
nóstica en bases morfológicas. guientes:
La indicación de la biopsia en glucogenosis es tanto
para el diagnóstico morfológico como bioquímico. Las 1. Apoyo diagnóstico en casos de marcadores virales
alteraciones hepáticas en enfermedad de Pompe (gluco- e inmunitarios negativos.
genosis tipo II), la amilopectinosis (glucogenosis IV) y 2. Evaluación de la gravedad del daño en casos de
glucogenosis tipo III son patognomónicas. Las gluco- hepatitis crónica viral o autoinmunitaria.
genosis I y V dan alteraciones muy sugestivas. 3. Eficacia del tratamiento.
Antes de considerar la biopsia hepática por sospecha
de una enfermedad metabólica hay que recurrir a méto- Histológicamente la hepatitis crónica se define como
dos menos invasivos y útiles, como el examen de sangre una enfermedad necrótico--inflamatoria de intensidad
periférica o el aspirado de médula ósea. Estos métodos variable que no está asociada con colestasis crónica y en
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productibilidad o porque carecen de significado clínico. atribuye reducción de la vida del trasplante, alteración
El mejor sistema es el que satisface las necesidades de de las pruebas funcionales postrasplante y la presencia
cada centro de trabajo, aunque tenga un valor relativo de gotas de grasa en sinusoides con formaciones quísti-
y sólo sea aplicable a una población específica. Esta es- cas (lipopeliosis). Otra alteración que puede encontrar-
trategia permite, por ejemplo. la evaluación comparati- se histológicamente es la hemosiderosis, que puede per-
va de biopsias control para evaluar la progresión de la sistir por años, aunque sin repercusiones importantes en
enfermedad y su respuesta al tratamiento; en ese senti- el receptor. También se toma biopsia del hígado donado
do, los sistemas simplificados como el propuesto por inmediatamente después de reperfusión (tiempo cero)
Hytiroglou son útiles y fáciles de usar. Los autores lo para tener una imagen basal e interpretar las biopsias
han aplicado satisfactoriamente en la evaluación de he- subsecuentes, así como documentar el estado del injerto
patitis autoinmunitaria comparando las biopsias inicia- y su posible impacto en la evolución posterior.
les con las biopsias a los seis meses de tratamiento; sin La indicación más frecuente de la biopsia percutánea
embargo, se recomienda la lectura crítica de otros siste- en hígado trasplantado es para el diagnóstico de la dis-
mas utilizados en centros especializados para adaptar- función del injerto. Las alteraciones histológicas son
los al propósito específico que se persigue (cuadro 3--7). consideradas el estándar de oro para el diagnóstico de
rechazo, así como investigar la presencia de otras altera-
ciones debidas a problemas vasculares o del tracto bi-
Biopsia en el trasplante hepático liar.
cos tales como B--fetoproteína permiten un diagnóstico cuentemente es el indicador utilizado para decidir si se
bastante certero de la lesión. En la mayoría de los cen- continúa o no con la terapia específica.
tros pediátricos se recomienda la extirpación completa Muchos agentes terapéuticos tienen reacciones ad-
de la masa; si el tumor es irresecable o múltiple se pre- versas con daño hepático de diferente naturaleza y mag-
fiere la biopsia por aspiración con aguja delgada para nitud. En la mayoría de los casos, cuando este tipo de
definir la estirpe histológica y empezar con quimiotera- reacción se conoce, el monitoreo de la función hepática
pia neoadyuvante. seguido de la suspensión del medicamento es la práctica
habitual y no se recurre a la biopsia hepática. El estudio
histológico sólo se indica cuando la alteración funcional
persiste y se sospecha que puede ser de otra etiología.
Evaluación de terapias específicas
Cuando se trata de un medicamento poco conocido o en
y daño por fármacos o drogas fase experimental la biopsia se realiza como parte de un
protocolo de estudio, y su utilidad en términos de riesgo
Ya se señaló en párrafos anteriores la utilidad de la biop- beneficio y los aspectos éticos deben considerarse en
sia hepática como parte del seguimiento de las hepato- cada caso en especial. Aunque el procedimiento tiene
patías crónicas para evaluar la respuesta al tratamiento, baja mortalidad y pocas complicaciones, no es de rutina
ya sea con interferón o con inmunosupresores, y fre- y requiere consentimiento informado.
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La lengua es un órgano móvil musculoso situado en del dominio del cirujano dentista y sus diferentes espe-
la base de la cavidad bucal; tiene dos caras, dos bordes, cialidades. Las glándulas salivales están colocadas por
una base posterior y el vértice. Anatómicamente está fuera de la mucosa y se comunican con la cavidad oral
constituida por un esqueleto osteofibroso formado por a través de sus conductos excretores. A las glándulas
la membrana hioglosa y el septum lingual, que se apo- más importantes, tres para cada lado, se les denomina
yan en el hueso hioides y contribuyen a su fijación. Los parótida, submaxilar y sublingual. Las glándulas paróti-
músculos de la lengua, que corresponden a ocho pares das son las más voluminosas de ellas; están situadas una
de músculos y uno impar, le dan una constancia espe- a cada lado, por abajo del conducto auditivo externo y la
cial. Estos músculos se encuentran cubiertos por una apófisis estiloides y por detrás de la rama ascendente del
mucosa de espesor variable de mayor grosor en los ter- maxilar inferior, contenida en una capa fibrosa formada
37
38 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
por tejido conectivo, con forma de prisma triangular con cans es la responsable de la mayoría de las infecciones.
su base superior, en íntima relación con el paquete vascu- Su frecuencia ha aumentado considerablemente, sobre
lonervioso del cuello en su cara posterior. Está constitui- todo debido a la administración indiscriminada de anti-
da por glándulas acinares de forma tubular que se agru- microbianos, los cuales destruyen la flora bacteriana
pan para formar lobulillos y lóbulos separados entre sí normal inhibitoria debido a que la Candida normalmen-
por tejido conectivo. De cada acino emerge un conducti- te habita en la mucosa oral. La sola presencia del agente
llo revestido de una capa epitelial; estos conductillos se no es suficiente para convertirse en una enfermedad, a
unen entre sí y forman conductillos de mayor calibre has- menos que exista penetración en los tejidos por un fac-
ta terminar en el conducto de Stenon, el cual emerge en tor que inmunodeprima al sujeto. Las causas más comu-
la mucosa del vestíbulo de la boca a nivel del cuello del nes de inmunodepresión, después del HIV, son edad
segundo molar superior. Está irrigada por ramas directas avanzada, neoplasias, diabetes mellitus, uso crónico de
de la carótida externa y la transversa de la cara, y su red ve- esteroides, alcoholismo e insuficiencia suprarrenal.
nosa nace de las venas que forman troncos afluentes que
drenan a la yugular externa. Los linfáticos nacen en los aci-
nos y desembocan en los ganglios parotídeos, que termi- Aspectos clínicos
nan en los ganglios yugulares externos y en los cervicales
profundos. La inervación proviene de la rama auricular y En la cavidad oral se reconocen tres formas clínicas a la
las ramas simpáticas que acompañan a las arterias. infección por Candida albicans: en primer lugar, la can-
Las glándulas submaxilares están situadas en la parte didiasis seudomembranosa aguda (Muguet), que con-
lateral de la región suprahioidea, en la foseta esculpida siste en placas blandas cremosas con epitelio descama-
en la cara interna del maxilar inferior, contenida al igual tivo que contiene numerosos micelios enmarañados
que la anterior dentro de una celda osteofibrosa. Es de sobre una mucosa eritematosa que se elimina fácilmente;
estructura anatómica similar a la parótida y vierte su se- es frecuente en pacientes con factores predisponentes
creción a través del conducto de Wharton, que nace en más graves. En segundo lugar está la candidiasis atrófi-
la parte media de la glándula y desemboca en el piso de ca (eritematosa), que es una forma clínica de infección
la boca, a los lados del frenillo en el ostium umbilicale por C. albicans en la cual la mucosa está adelgazada, es
de Bordeu. Su irrigación proviene del facial y de la sub- lisa y de color rojo brillante con síntomas de ardor y au-
mentoniana, y las venas igualmente desembocan en la mento de sensibilidad; normalmente se encuentra en el
facial. El drenaje linfático que nace de los acinos llega paladar bajo una prótesis, pero también puede encon-
a los ganglios cervicales profundos. trarse sobre la lengua u otras superficies mucosas; gene-
Las glándulas sublinguales se encuentran situadas en ralmente se localiza en prótesis removibles mal ajusta-
el piso de la boca por debajo de la mucosa y por dentro das. La principal molestia es sensación de quemazón.
del cuerpo del maxilar; son las más pequeñas, de forma La tercera forma es la candidiasis hiperplásica crónica;
elipsoidal y aplanadas. Anatómicamente son glándulas esta forma clínica de infección por C. albicans consiste
mixtas compuestas de acinos serosos y mucosos. Los en placas o pápulas sobre un fondo eritematoso que con-
primeros vierten su secreción a través del conducto de tiene hifas en la capa paraqueratinizada del epitelio en-
Bartholin, que desemboca cerca del conducto de Whar- grosado.
ton, y los segundos a través del conducto de Walter. Re-
ciben irrigación arterial de las ramas de la sublingual y Anatomía patológica
submentoniana y los plexos venosos drenan a la ranina.
Los linfáticos terminan en los ganglios submaxilares y su Es indispensable para el diagnóstico anatomopatológi-
inervación parasimpática procede del nervio lingual. co encontrar al agente causal, Candida albicans; algu-
nas veces puede ser causada en el epitelio, ya sea en el
espesor de la mucosa, en la superficie o bien en esofagi-
CANDIDIASIS ORAL tis ulcerada por Candida tropicalis, Candida krusei y
Candida glabrata; cuando esto sucede se acompaña de
tejido de granulación con presencia de neutrófilos. La
variedad de candidiasis hiperplásica crónica se presenta
Generalidades en forma de pápulas blancas sobre un fondo eritematoso
que asemeja una leucoplasia o eritroplasia moteada.
La candidiasis es la infección más común de la cavidad Es indispensable la evaluación microscópica median-
oral; aunque existen múltiples especies, Candida albi- te una biopsia de rutina en la que el anatomopatólogo de-
Cavidad oral y laringe 39
berá demostrar las formas miceladas del microorganis- nervioso afectado (ramas del trigémino) por varios días,
mo, que invaden verticalmente a la paraqueratina; las pero conforme afecta a un dermatoma aparece en piel y
hifas suelen observarse con H--E; sin embargo, una tin- mucosas una erupción vesicular inicialmente de color
ción de PAS o de plata las demuestra en forma exagerada. oscuro que al poco tiempo se convierte en pustular y fi-
En algunas ocasiones, cuando la mucosa está ulcerada, nalmente en úlcera. Habitualmente estas lesiones son
suele encontrarse infiltrado inflamatorio compuesto por unilaterales. Es característico en ellas el dolor e hiperes-
células plasmáticas y linfocitos, o bien cantidades varia- tesia en la zona afectada que puede persistir por espacio
bles de neutrófilos presentes a manera de microabscesos de tres a seis semanas como secuela de la neuralgia her-
(abscesos de Munru) en la capa de paraqueratina; el es- pética; suele apreciarse una hiperpigmentación en los
trato espinoso del epitelio suele engrosarse (acantosis) y sitios afectados.
las crestas epiteliales se ven alargadas.
Anatomía patológica
Diagnóstico
Histológicamente se caracteriza por una bula intraepi-
Ante la sospecha el diagnóstico de candidiasis se estable- dérmica en la que es posible identificar células acanto-
ce mediante la observación directa de las lesiones; debe líticas multinucleadas con presencia de cuerpos virales,
realizarse citología o confirmación histológica. Es carac- dando la apariencia de células multinucleadas. En algu-
terística la presencia de placas o seudomembranas blan- nas ocasiones la cromatina tiene aspecto de vidrio esme-
coamarillentas que están adheridas a la mucosa, las cua- rilado y en otras es marginal; los cuerpos virales tienen
les se encuentran de forma dispersa o pueden confluir aspecto moldeado en una impronta del contenido de la
formando cordones longitudinales. La confirmación se bula; es frecuente identificar células inflamatorias (de
establece mediante citología o biopsia. preferencia polimorfonucleares); pueden utilizarse prue-
bas de inmunohistoquímica, pero se puede hacer el diag-
nóstico con la tinción de H--E.
HERPES BUCAL
MUCOCELE
Generalidades Generalidades
Es una enfermedad producida por el herpes zoster, el Se le conoce también como quiste de retención mucosa;
cual es un herpesvirus patógeno para el ser humano que por lo general es de origen traumático, frecuentemente
presenta estados de inmunosupresión por agentes anti- por mordedura labial o del carrillo o por punción con
tumorales, sean fármacos o radioterapia por neoplasias objetos extraños, que precede al desarrollo de la reten-
malignas, o bien en pacientes con virus de inmunodefi- ción mucosa. También se ha descrito a partir de la obs-
ciencia humana cuyos mecanismos de defensa inmuni- trucción de un conducto por un pequeño cálculo o por
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por mucosa de aspecto normal. A la palpación suele te- cáncer oral como en el cáncer broncogénico se asocia
ner forma redondeada, no dolorosa y de consistencia al tabaquismo crónico, pero se ha observado que la mor-
blanda que cuando se ulcera suele verter su contenido talidad es tres a cuatro veces mayor entre los parientes
mucinoso en la cavidad oral. Si no se resuelve la obs- no fumadores de los pacientes con dicha forma de cán-
trucción del conducto suele ser recurrente. cer que en pacientes no fumadores.
Alcohol
Anatomía patológica
Se ha demostrado en varios estudios que el consumo im-
Desde el punto de vista macroscópico se compone de una portante de alcohol condiciona un incidencia seis veces
estructura quística o seudoquística, dependiendo del mayor de cáncer que en la población general. El cáncer
tiempo de evolución de la lesión, de contenido mucinoso. del piso de la boca está especialmente asociado con el
Microscópicamente puede tener restos de epitelio alcoholismo; además, suele estar más avanzado en el
columnar o bien estar limitado por tejido de granulación momento del diagnóstico. El cáncer oral aumenta un or-
en el cual se encuentra material mucinoso basófilo o an- den de 15 veces en la asociación alcohol--tabaco.
fófilo; contiene neutrófilos e histiocitos espumosos,
grandes, redondos u ovalados. Si se efectúan cortes se- Irritación crónica de la mucosa
riados es posible identificar el conducto tributario de la
lesión. Cuando la lesión es de larga evolución la zona de La dentadura en malas condiciones o las prótesis mal
fibrosis es mayor y en estas ocasiones el infiltrado infla- ajustadas se han relacionado con la aparición de neopla-
matorio es en base a linfocitos. sias, sobre todo en la lengua, por el traumatismo cons-
tante; si a esto se agrega el consumo de tabaco, la posibi-
lidad de cáncer en relación a la población general se
triplica.
TUMORES DE LA CAVIDAD ORAL
Lesiones de la mucosa
relacionado con el cáncer oral. Se ha investigado mucho de la cavidad oral para detectar su presencia. Es fre-
la predisposición genética a padecer un determinado cuente que el carcinoma escamoso sea precedido de una
tipo de cáncer; si bien existen neoplasias en las que ya se leucoplaquia. Es conveniente que a dicha lesión se le
ha determinado una mutación específica de algún gen, en practique una biopsia, para determinar la existencia de
las neoplasias intraorales no se ha podido demostrar. displasia. En una serie de biopsias de leucoplasias ha si-
do reportado el hallazgo de 1.8% de carcinomas in situ
y 8.1% de carcinomas invasores.
Aspectos clínicos El carcinoma escamoso es una lesión típicamente ul-
cerada de márgenes indurados; puede ser exofítica o en-
dofítica. Siempre deberá explorarse la región cervical o
Suelen presentarse en los dos tercios anteriores de la el cuello de los dientes para identificar la existencia de
lengua, en los bordes laterales o en la superficie ventral; adenopatía. El área submandibular es el nivel I, los gan-
generalmente son de mayor tamaño a la palpación que glios superiores, medios e inferiores de la cadena yugu-
a la inspección visual. Con frecuencia son lesiones in- lar son los niveles II, III y IV, respectivamente, siendo
doloras, por lo que se detectan de forma más tardía. el triángulo posterior el nivel V. Si existe sintomatología
Cuando los movimientos linguales están restringidos neurológica en el territorio del facial debe sospecharse
debe inferirse que existe una afectación de la muscula- que existe afectación neural por invasión y extensión de
tura extrínseca estriada (geniogloso, hiogloso) que con- la enfermedad a lo largo de los espacios epineurales
vierte el tumor en un T4. Generalmente se diagnostican (también puede aparecer sintomatología por afectación
en grado de T2. Las primeras estaciones ganglionares del nervio glosofaríngeo o anestesia de ramas del trigé-
suele ser la submandibular (nivel I), la subdigástrica (ni- mino). La invasión neurológica es signo de mal pronós-
vel II) y la yugular media (nivel III); es rara la afectación tico. Las metástasis a distancia pueden aparecer en cual-
submentoniana, yugular baja (nivel IV) y de triángulo quier estadio de la enfermedad. Los órganos a los que
posterior (nivel V). metastatizan las neoplasias malignas de la cavidad oral
Después de la lengua, el sitio que le sigue en frecuen- suelen ser el pulmón y hueso.
cia es el piso de la boca. Esta localización es tres veces
mayor en hombres que en mujeres. Suele aparecer en la
parte anterior o en la línea media como una úlcera que va
progresando en profundidad y puede ocluir el conducto FIBROMA PERIFÉRICO Y FIBROMA
de Wharton con distensión de la glándula submaxilar. OSIFICANTE PERIFÉRICO
Es importante realizar una palpación bimanual para
apreciar la profundidad y la adherencia a la mandíbula,
que indica un estadio avanzado y se puede determinar
radiológicamente. El primer estadio de afectación gan- Generalidades
glionar suele ser la cadena submandibular, seguida de
los ganglios yugulodigástricos y los yugulares medios; Es la neoplasia benigna del tejido conectivo más fre-
prácticamente nunca afecta los yugulares bajos y el cuente en la cavidad oral; se encuentra íntimamente re-
triángulo posterior. La mayoría de los pacientes se diag- lacionada con la hiperplasia fibrosa y en ocasiones es
nostican en estadios III y IV. indistinguible de ella histológicamente. Se puede pre-
sentar a cualquier edad, describiéndose la mayoría de
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ción local puede llegar a ulcerarse la mucosa que lo re- después de los 40 años de edad,con una incidencia ini-
cubre; es de crecimiento lento y los sitios más frecuen- cialmente mayor en el género masculino; sin embargo,
tes son la encía, la mucosa bucal, la lengua, los labios debido a los cambios de hábito tabáquico en la mujer,
y el paladar; a la palpación se percibe una consistencia actualmente la frecuencia es similar entre ambos.
blanda y esponjosa. Los sitios de implantación de las lesiones son en pri-
mer lugar en la mucosa mandibular y bucal, seguidas de
la lengua y con menor frecuencia en el paladar, el borde
Anatomía patológica maxilar y el labio inferior.
El aspecto de las lesiones corresponde a una zona de
Está compuesto por tejido conjuntivo fibroso con ma- color blanquecino, discretamente elevada, fisurada o ve-
yor o menor elaboración de colágena que en algunos si- rrucosa, rodeada de mucosa de aspecto normal; a la pal-
tios semeja tejido cicatrizal; en realidad no es una neo- pación suelen ser lesiones blandas, homogéneas, y en
plasia fibroblástica, sino la respuesta exuberante a una ocasiones se percibe la mucosa con una textura granular.
lesión crónica en la que predomina la producción de ha- El diagnóstico diferencial debe hacerse con liquen
ces maduros de colágena; el epitelio superficial suele plano, candidiasis, leucoderma y nevo esponjoso blan-
estar intacto con mayor o menor hiperqueratosis, con o co, los cuales tienen un aspecto clínico similar, por lo
sin focos de ulceración, y los fibrocitos suelen ser fusi- que se requiere realizar la biopsia de la lesión para con-
formes; en algunas ocasiones pueden encontrarse fibro- firmar el diagnóstico definitivo.
mas de células gigantes, en los que es posible identificar
fibroblastos binucleados y trinucleados, sobre todo cer-
ca del epitelio, por lo que deberán ser correctamente va- Anatomía patológica
lorados. Cuando se presenta en la encía pueden existir
áreas de calcificación difusa, por lo que se ha denomina- Macroscópicamente se le clasifica en leucoplasia ho-
do fibroma osificante u odontógeno periférico; debe dis- mogénea, nodular y verrugosa con o sin ulceración, ro-
tinguirse de la hiperplasia inflamatoria, que es un proce- deada de engrosamiento blanquecino, que corresponde
so autolimitado y no una neoplasia propiamente dicha. al epitelio con acantosis e hiperqueratosis.
Microscópicamente en 90% son benignas histológi-
camente, con 8.5% asociadas a displasia epitelial o a
una transformación de un carcinoma in situ o invasor,
LEUCOPLASIA
por lo que es importante la búsqueda exhaustiva de dis-
plasia, que coexiste en 36% de los casos, por lo que le
toca al anatomopatólogo orientar bien el tejido biopsia-
do y, ante la menor sospecha de displasia o carcinoma,
Generalidades hacer cortes seriados para descartar estas entidades, so-
bre todo cuando se asocian con eritroplaquia (placas en-
Es un término empleado para identificar una placa blan- rojecidas), que se relacionan en 50% con displasias se-
quecina en la mucosa oral, habitualmente localizada en veras o carcinomas in situ localizados primordialmente
los labios y los bordes laterales de la legua o en la muco- en el piso de la boca (18%) o en el trígono retromolar
sa oral, sobre las líneas de oclusión y los bordes edéntu- (19%), la mucosa gingival mandibular y la cresta man-
los, la cual se ha relacionado con el consumo prolongado dibular (12.5%), en la pared ventral y lateral de la len-
de tabaco y los traumatismo crónicos, que condicionan gua (12.5%) y en el paladar (12.5%).
la aparición de una zona de hiperqueratosis como res- El intento de la gradificación histológica de displasia
puesta a ellos, o bien es secundaria al abuso de alcohol es para alertar al clínico sobre el riesgo de desarrollo de
o infecciones por C. albicans, así como a factores nutri- un carcinoma. En la cavidad oral las muestras de biopsia
cionales o anemia. Se considera una lesión precursora que sólo muestran carcinoma in situ tienen la misma
del carcinoma bucal, estimado en 4 a 5% de los casos. distribución edad--sexo, como con los carcinomas inva-
sores; de ahí la presunción de que si se encuentran datos
de displasia moderada o severa secuenciales el riesgo se
Aspectos clínicos incrementará. La relación del incremento de grados de
displasia escamosa oral a la progresión de un carcinoma
Es un padecimiento que afecta a la población mundial invasor no es, sin embargo, del todo definida. De hecho,
en la edad adulta; la mayoría de los casos se presentan algunos cánceres invasivos no se desarrollaron de un
Cavidad oral y laringe 43
carcinoma in situ, sino de un cáncer que aparentemente Cuadro 4--1. Características histológicas
involucionaba en lo que se apreciaba como una superfi- de la displasia escamosa (OMS)
cie epitelial aparentemente normal o mínimamente atí-
Pérdida de la polaridad de las células basales
pica. Presencia de más de una capa de células que tienen
La graduación de las displasias acostumbra ser seme- apariencia basaloide
jante a los parámetros utilizados para cérvix uterino. Incremento del índice núcleo--citoplasma
Desde luego, las displasias severas de la mucosa del Procesos en forma de gota
tracto aerodigestivo superior son difíciles; Shaffer ha Estratificación epitelial irregular
Incremento del número de las figuras mitósicas (se pue-
sugerido que la presencia de células queratinizadas ais-
den observar algunas anormales)
ladas o la formación de perlas de queratina en el carci- Presencia de figuras mitósicas en la mitad superficial del
noma oral in situ son frecuentemente un sello de tran- epitelio
sición hacia un carcinoma invasor. Pleomorfismo celular
Este hallazgo garantiza la realización cuidadosa de Pleomorfismo nuclear
examen para detectar invasión. Evidencias de estudios Alargamiento de nucleolos
Reducción de la cohesión celular
realizados a la mucosa glótica laríngea indican que dis- Queratinización de células aisladas o grupos de células
plasias con queratinización severa exhiben un alto ries-
go, o inclusive mayor riesgo de progresión a carcinoma
invasivo, que la presencia de un carcinoma in situ clási-
co en este sitio. Se han descrito un número de variantes del carcino-
Si el diagnóstico de displasia severa causa problemas ma oral de células escamosas y su relevancia es que se
al anatomopatólogo, el carcinoma in situ y el carcinoma piensa que tienen un pronóstico diferente.
microinvasor causan mayores problemas, por lo que Algunos tumores están compuestos completamente
para la evaluación de estas entidades es necesario mues- de un tipo de variante, pero en varias instancias las lesio-
trear exhaustivamente el material recibido y utilizar la nes muestran un patrón mixto de un carcinoma de célu-
evaluación con las parámetros utilizados por Breslow las escamosas convencional con otros patrones.
(cuadro 4--1). En estos casos es mejor reportar los patrones mixtos
y aconsejar que el comportamiento tumoral sea deter-
minado por la variante histológica más agresiva que esté
presente.
CARCINOMA EPIDERMOIDE
CARCINOMA DE
Generalidades CÉLULAS FUSIFORMES
anuales de cáncer de cavidad oral y orofaringe, con alre- frecuentemente en cabeza y cuello.
dedor de 7 400 muertes subsecuentes. Histológicamente los tumores de este tipo exhiben
Los tumores se originan en el labio superior y en múl- una apariencia muy mesenquimatosa y una citología bi-
tiples sitios intraorales. zarra. La demostración histoquímica de citoqueratina
La mayoría de la literatura afirma que el sitio intrao- en las células tumorales apoya fuertemente el diagnós-
ral más frecuente es el margen lateral de la lengua, pero tico.
estudios más específicos de neoplasias asintomáticas En la mayoría de los casos es probablemente una op-
indican que el piso de la boca, especialmente la región ción insistir en encontrar áreas de un carcinoma esca-
anterior, es el sitio más frecuente de localización de tu- moso convencional o una displasia epitelial severa, ge-
mores presumiblemente “tempranos”. El segundo sitio neralmente en el punto de crecimiento del tumor, antes
más frecuente es el complejo del paladar blando, que de realizar el diagnóstico de carcinoma de células fusi-
consiste en el paladar blando, los pilares anteriores o formes, aunque una ulceración mucosa puede enmasca-
fauces y el área retromolar. rar el diagnóstico.
44 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Esta variante poco común del carcinoma de células es- Se presenta en la mayoría de los casos en niños entre los
camosas usualmente ocurre en combinación con áreas 12 y los 14 años de edad e inicia con la presencia de una
de carcinoma escamoso convencional. Las áreas basa- masa tumoral en los maxilares, de crecimiento rápido,
loides muestran nidos demarcados de células con célu- que destruye el tejido óseo, se extiende rápidamente a
las periféricas empalizadas con morfología basal y nu- senos maxilares, al etmoides, al esfenoides y la órbita,
merosas mitosis. Es común la comedonecrosis. Estas afectando además los órganos viscerales de esta región.
lesiones son típicamente agresivas con metástasis nodu- La forma no endémica se presenta en varones de mayor
lar temprana. Suelen estar localizadas en la parte poste- edad que la forma endémica. En estos casos afecta al te-
rior o la base de la lengua, y se deben distinguir de otras jido linfoide ganglionar. Los anticuerpos para el antíge-
lesiones basaloides, como el carcinoma adenoideo quís- no del VEB son positivos en todos los casos y ayudan
tico o el carcinoma de los conductos salivales. a establecer el diagnóstico.
ción de proliferación. Una proporción de casos mues- nes benignas y seis variedades de neoplasias malignas,
tran reacomodo en el BCL--2. las cuales se encuentran especificadas en el cuadro 4--2.
Representa 14% del cáncer de la glándula parótida y Predomina en pacientes de género masculino mayores
12% del de la glándula submandibular. El diagnóstico de los 60 años de edad; la lesión se describe como una
histológico es difícil por lo similar a su variedad benig- protuberancia superficial en el sitio de la glándula pa-
na. En una baja proporción los tumores mixtos malignos rótida que alcanza hasta 3 a 4 cm de diámetro; es firme
se originan de un carcinoma exadenoma pleomorfo, a la palpación e indolora, y es indistinguible de otro tipo
pero esto es un punto de controversia no aclarado. El de lesiones benignas de la glándula.
crecimiento acelerado de un tumor estable no es patog-
nomónico de malignización, pero debe ser tomado en
cuenta como probable y orientar a su tratamiento. La
historia natural del tumor mixto maligno es su creci-
Anatomía patológica
miento implacable; en más de 25% de los casos se pre-
sentan metástasis ganglionares regionales. Macroscópicamente el tumor típico es muy bien delimi-
tado y tiene en promedio 2 cm en su diámetro mayor. La
superficie al corte es frecuentemente quística, con con-
Carcinoma adenoideo quístico tenido mucoso o proteináceo en el lumen. Por su aspec-
to quístico y la ocasional presencia de material amorfo
Constituye casi 25% de los cánceres de glándulas sali- friable en las regiones centrales o quísticas es factible
vales. En la parótida se presentan entre 10 y 15%; este que se tenga que hacer diagnóstico diferencial con un
cáncer es proporcionalmente más frecuente en las glán- quiste branquial hendido o una linfadenitis caseosa tu-
dulas salivales menores. berculosa.
Puede tener una evolución prolongada de 10 a 20 Ya que algunas de las lesiones son frecuentemente
años sin metástasis y cuando se presentan, con mayor fre- pequeñas e inobservables, estos pequeños tumores re-
cuencia pulmonares, la muerte ocurre en un tiempo relati- presentan un hallazgo histológico incidental a la resec-
vamente corto. ción de la parótida por razones no relacionadas.
Este carcinoma tiene la capacidad de invadir el tejido Histológicamente el tumor de Warthin está caracteri-
nervioso, comprometiendo el control local y la sobrevi- zado por un componente oncocítico epitelial y un estroma
da. El tratamiento consiste en cirugía amplia seguida de linfoide con folículos bien desarrollados. Los elemen-
radioterapia. tos epiteliales frecuentemente forman proyecciones pa-
pilares hacia la luz quística. Los espacios quísticos pue-
den contener células epiteliales discontinuas, células
inflamatorias, estructuras cristalinas o amilácea corpó-
CISTOADENOMA PAPILAR rea. Es posible observar metaplasia escamosa o diferen-
LINFOMATOSO (TUMOR DE WARTHIN) ciación apocrina del epitelio luminal. La metaplasia es-
camosa puede volverse muy exuberante, por lo cual se
debe pensar en la posibilidad de un carcinoma epider-
moide o mucoepidermoide como diagnóstico diferen-
Generalidades cial. El estroma linfoide se parece cercanamente a un
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El adenocarcinoma de células basales ocurre prefe- gena tumoral a pulmón es muy característica. Las metás-
rentemente en la glándula parótida de individuos ancia- tasis pulmonares, aunque sean claramente identificables
nos (edad media de 60 años). Raramente ocurre en las en radiografías de tórax de rutina, puede mantenerse es-
glándulas salivales menores. La característica más im- tables por años. Se puede decir que el paciente casi vive
portante para la realización del diagnóstico diferencial en simbiosis con el nódulo pulmonar metastásico sin nin-
entre un adenocarcinoma y un adenoma de células basales guna sintomatología.
es el patrón de crecimiento infiltrativo en el adenocarci-
noma. Datos como invasión hacia la glándula salival ad-
yacente u otras estructuras, permeación perineural y cre- Anatomía patológica
cimiento intravascular evidencian la malignidad del tumor.
La inmunohistoquímica y la microscopia electrónica Se distinguen patrón cribiforme, patrón tubular y patrón
no colaboran para la distinción entre un adenoma y un sólido. El cribiforme o clásico muestra nidos o cúmulos
adenocarcinoma de células basales. de células epiteliales formando pequeñas configuracio-
50 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
que carece de otras características histomorfológicas de- se aprecia engrosada. La línea quística de células epite-
finidas de algún otro tipo de tumor maligno de esta re- liales puede formar una capa única o puede constituirse
gión; se localiza con mayor frecuencia en la parótida y es de un grueso de diversas capas.
menos frecuente en la glándula sublingual y las glándu- El tipo celular frecuentemente está constituido por
las salivales menores, incluyendo la mucosa bucal, el pa- pequeñas células cuboidales, menos frecuentemente
ladar, los labios, el piso de la boca y la lengua. por células cuboidales grandes o columnares altas. Se
pueden identificar otros tipos celulares (mucosas, onco-
cíticas, claras y epidermoides).
Sinónimos La mayoría de los tumores son de bajo grado, carac-
terizados por uniformidad citomorfológica con pleo-
Cistoadenocarcinomapilar, cistoadenoma papilar malig- morfismo mínimo, aunque puede apreciarse un pleo-
no, adenocarcinoma papilar de bajo grado del paladar. morfismo moderado. Se pueden identificar nucleolos
prominentes; la actividad mitósica es pobre o nula y
usualmente no se presenta necrosis.
Citomorfológicamente se pueden presentar caracte-
Aspectos clínicos
rísticas nucleares de alto grado.
El patrón de crecimiento es prerrequisito para el
Es un tumor raro, sin predilección por algún género; diagnóstico; invasión limitada en cuanto a extensión.
ocurre a cualquier rango de edad, pero la mayoría de los Se puede presentar un infiltrado celular inflamatorio
pacientes están por arriba de los 60 años de edad. Se pre- linfocítico y ocasionalmente suele ser denso. La ruptura
senta como una masa asintomática de lento crecimiento quística puede resultar en hemorragia estromal, macró-
o hinchazón. fagos con hemosiderina y tejido de granulación.
Puede ocurrir erosión del hueso, particularmente re-
lacionada con tumores del paladar (palatinos). Rara-
mente es asociado con dolor y parálisis facial. Histoquímica
puede estar presente por fuera de los quistes en el estro- benignos y malignos que son poco frecuentes, ya que
ma. Entre los quistes se pueden observar estructuras pa- ocupan sólo 0.5% de los tumores de la cabeza y el cuello.
recidas a conductos e islas sólidas, que pueden infiltrar La mayoría de ellos, 80%, corresponden a patología
hacia el parénquima glandular salival no neoplásico o al benigna, y el 20% restante suelen tener comportamiento
tejido conectivo circundante. maligno.
La proliferación epitelial varía en cuanto al creci- Entre las neoplasias benignas el adenoma pleomorfo
miento y al tipo celular; se presenta una arquitectura pa- ocupa el primer lugar con cerca de la mitad de los casos,
pilar en la mayoría de los casos, que oscila entre una seguido de los tumores neurógenos, entre los cuales se
proyección papilar simple solitaria hasta múltiples pa- encuentran el neurofibroma y el neurilemoma o
pilas, creando un complejo papilar de apariencia sólida schwannoma, seguidos del paraganglioma y el heman-
que suele llenar el volumen luminal. gioma.
Se puede observar crecimiento cribiforme, especial- Entre las neoplasias malignas se encuentran el carci-
mente en casos en los que la línea de células epiteliales noma y el sarcoma.
52 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Generalidades
NEURILEMOMA (SCHWANNOMA)
Es una neoplasia da origen hereditario transmitida en
forma autosómica recesiva, caracterizada por la prolife-
ración benigna circunscrita o difusa de los fibroblastos
Generalidades perineurales orientados al azar sobre un fondo mixoide
o formando un patrón nodular (plexiforme). Clínica y
Suele localizarse en la región dorsal de la lengua o en los genéticamente se ha clasificado en tipos I y II. Genética-
nervios dentarios inferiores, o como lesiones centrales mente se ha podido identificar que el gen afectado es el
de la mandíbula, así como en la región parafaríngea. Es 22q12.1, el cual forma la proteína del citoesqueleto, que
un tumor benigno, usualmente encapsulado, compuesto al decodificarse actúa como un supresor tumoral, origi-
por células de Schwann diferenciadas, por lo que tiene nando la enfermedad.
un origen neuroectodérmico o de la cresta neural. Alrededor de 5% de las lesiones se localizan en la ca-
vidad oral, sobre todo la lengua, pero pueden también
encontrarse en la región parafaríngea. Pueden ser úni-
Anatomía patológica cos o múltiples; cuando son múltiples reciben el nombre
de enfermedad de von Recklinghausen.
Son lesiones encapsuladas, rodeadas de una cápsula
verdadera o una seudocápsula de tejido conjuntivo fi- Aspectos clínicos
broso; la célula básica es fusiforme y tiene el núcleo
alargado. El tipo I tiene una incidencia de 1 de cada 3 500 naci-
El contorno citoplásmico no se aprecia con claridad, mientos y una prevalencia en la población general de 1
ya que se funde con el tejido circundante. Existen dos por cada 5 000 habitantes, mientras que el tipo II tiene
patrones histológicos patognomónicos; el primero se una prevalencia de 1 por cada 40 000 nacimientos y de
conoce como Antoni A, y consiste en filas paralelas de 1 por cada 250 000 habitantes. Cuando se presenta en el
núcleos en empalizada separadas entre sí por una zona espacio parafaríngeo puede afectar la ventilación pul-
acelular ocupada por colágena. Estas configuraciones monar, causando síntomas de disnea, estridor, disfonía
forman remolinos organoides que se conocen como y en ocasiones disfagia por compresión del esófago. Es-
cuerpos de Verocay; el segundo patrón es el tejido de tos síntomas son de enfermedad avanzada y se requiere
Antoni B, caracterizado por núcleos ovalados rodeados la realización de laringoscopia y TAC de dicha región
de colágena y espacios extracelulares nítidamente va- para poder establecer su diagnóstico.
cuolados; los tumores de larga evolución suelen produ-
cir ganglios mixoides junto con hialinización perivas- Anatomía patológica
cular y pleomorfismo nuclear, datos de degeneración
pronunciada, y se les conoce como schwannomas anti- Existen diversos patrones histológicos de neurofibro-
guos. ma. Las células son fusiformes y recuerdan a los fibro-
Cavidad oral y laringe 53
blastos; las lesiones se caracterizan por células desorde- puede haber disfagia, que generalmente es intermitente
nadas que elaboran colágena escasa; las células no a sólidos, y si las lesiones son muy grandes pueden con-
muestran una orientación específica; algunos tumores dicionar pérdida de peso. Otros síntomas son epigastral-
destacan porque su sustancia fundamental es de aspecto gia, pirosis y vómitos. En la endoscopia los hallazgos es-
mixoide; en estos casos se les conoce como neurofibro- pecíficos de la papilomatosis son lesiones habónicas
mas mixoides. Cuando se componen de nódulos múlti- dispersas en el esófago, generalmente de pequeño tama-
ples de tejido fibroblástico rodeados de una seudocáp- ño (7 mm aproximadamente); pueden ser únicas o múlti-
sula se les conoce como neurofibromas de la vaina ples (4 o 5), sésiles, de color blanco nacarado. Aunque la
nerviosa. Cuando carecen de seudocápsula y son múlti- motilidad esofágica no se afecta, en esa zona puede coe-
ples son típicos de la variedad plexiforme; se acompaña xistir con inflamación de la mucosa esofágica adyacente.
esta variedad con manchas café con leche en la piel co-
rrespondientes a melanosis basal sin proliferación de
melanocitos. Anatomía patológica
S Supraglóticos: incluyen a los tumores localiza- frecuencia hueso e hígado. La diseminación a ganglios
dos en la epiglotis, las cuerdas vocales falsas, los mediastinales es considerada metástasis a distancia.
ventrículos, los pliegues ariepiglóticos y la arite- Las lesiones intermedias tienen un pronóstico inter-
noides. medio, dependiendo del sitio, del tamaño tumoral, del
S Glóticos: los localizados en las cuerdas vocales número de ganglios afectados y del estado general.
verdaderas y las comisuras anterior y posterior.
S Subglóticos: se encuentran 1 cm por debajo de las
cuerdas vocales verdaderas y se extienden hasta el Anatomía patológica
borde inferior del cartílago cricoides o el primer
anillo traqueal. De los tumores que afectan a la laringe el más frecuente
es el carcinoma.
En el área supraglótica se localizan de 25 a 50% de los
tumores que presentan metástasis de los ganglios linfáti- Carcinoma
cos. Las cuerdas vocales verdaderas están desprovistas
de ganglios linfáticos. Como resultado, el cáncer de cuer- Macroscópicamente los carcinomas pueden ser planos,
das vocales limitado a las cuerdas verdaderas rara vez se verrucosos, papilares, de aspecto queratinizado, ulcera-
presenta con complicación de ganglios linfáticos, aun- dos o no; se componen de células escamosas; se clasifi-
que la extensión arriba o abajo de las cuerdas vocales can en bien, moderada y pobremente diferenciados.
puede llevar a complicación de ganglios linfáticos. Los Para los grados de diferenciación debe tenerse en
cánceres subglóticos primarios, que son muy raros, dre- cuenta el pleomorfismo celular y la actividad mitósica;
nan a los ganglios pretraqueal, paratraqueales, yugular la mayoría de ellos son moderadamente diferenciados.
inferior y ocasionalmente a los ganglios mediastínicos. El carcinoma papilar generalmente tiene un creci-
miento macroscópico exofítico; se diferencia general-
mente del carcinoma verrucoso en base a la atipia celu-
lar; es el que suele asociarse con el virus del papiloma
Aspectos clínicos humano; por otro lado, es importante tener en cuenta la
persistencia del carcinoma de células escamosas después
de la radiación, en el que el diagnóstico macroscópico
Los cánceres supraglóticos se presentan típicamente
por biopsias pequeñas se torna difícil.
con irritación de garganta e ingestión dolorosa; se men-
Algunos carcinomas verrucosos coexisten con carci-
ciona dolor de oído, cambio en la calidad de la voz o
nomas de células escamosas convencionales (carcino-
ganglios agrandados en el cuello.
ma híbrido); la terapia con radiación puede hacer pro-
Los cánceres tempranos de las cuerdas vocales se de-
gresar a la lesión hacia una transformación anaplásica
tectan generalmente debido a la presencia de ronquera.
del tumor.
Para cuando se detectan los cánceres que surgen en el
área subglótica comúnmente complican las cuerdas vo-
cales; así, generalmente los síntomas se relacionan con Carcinoma de células pequeñas
la propagación contigua. (neuroendocrino)
El pronóstico para cánceres de la laringe que no se han
propagado a los ganglios linfáticos es muy bueno, con ta- Esta variedad ocurre en menos de 0.5% de los casos; el
sas de curación de 75 a 95%, dependiendo del sitio, la aspecto histológico es semejante al localizado en pul-
masa tumoral y el grado de infiltración. Aunque la mayo- món de células pequeñas pulmonares, y es importante
ría de las lesiones tempranas pueden ser curadas por ciru- en estos casos efectuar marcadores neuronales, neu-
gía o radioterapia, ésta puede ser razonable para preser- roendocrinos o bien examen ultraestructural que de-
var la voz, dejando la cirugía para rescate. muestre los gránulos secretores densos.
Las lesiones localmente avanzadas, especialmente
aquellas con ganglios linfáticos grandes clínicamente Carcinoma basaloide escamoso
complicados, se controlan precariamente con cirugía,
radioterapia o tratamiento de modalidad combinada. Esta variedad tiene un alto grado de malignidad; se ca-
Las metástasis distantes son también comunes aun racteriza por nidos de células pequeñas, compactas, con
cuando se controle el tumor primario. El sitio más co- núcleo hipercromático y citoplasma escaso; en pulmón
mún de metástasis distante es el pulmón, y con menos puede semejar el carcinoma basaloide de células esca-
Cavidad oral y laringe 55
mosas que se presenta en grandes fumadores en etapas tis misma parece que se originan del epitelio superficial
avanzadas, o bien confundirse con un carcinoma ade- de las glándulas preexistentes; suele ser de tipo muci-
noideo quístico. noso.
Se relaciona con el virus de Epstein--Barr; comúnmente Tiene predilección por el tracto aéreo digestivo y ma-
se identifican alteraciones en el gen p53; en muchas croscópicamente puede simular un pólipo laríngeo; es
ocasiones se inicia con un ganglio linfático metastásico importante reconocerlo, porque puede simular tejido de
cervical. Su curso clínico es agresivo. granulación, histiocitoma fibroso maligno, tumor ma-
ligno de partes blandas de células gigantes o bien ha lle-
Adenocarcinoma gado a confundirse con osteosarcoma; afortunadamen-
te, los casos reportados en esta localización son raros.
Esta neoplasia es extraordinariamente rara; los informa- Los marcadores de inmunohistoquímica son indispen-
dos en las regiones supraglótica e infraglótica o en la glo- sables para el correcto diagnóstico de dichos tumores.
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Cavidad oral y laringe 59
Figura 4--2. Candidiasis oral. Panorámica PAS con la mucosa ulcerada tapizada de colonias de candidiasis formada por hifas y
esporas.
60 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--3. Candidiasis oral. PAS detalle de las hifas y esporas del hongo; al fondo se observa el epitelio ulcerado (a la derecha).
Figura 4--5. Herpes bucal. Célula con cuerpos de inclusión del virus del herpes; el fondo es hialino con escasos linfocitos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--6. Herpes bucal. Impronta de una bula que demuestra célula gigante con cuerpos de inclusión.
62 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--8. Montaje H--E de mucocele que demuestra la dilatación seudoquística en el estroma, localizado por debajo del epitelio.
Cavidad oral y laringe 63
Figura 4--9. Mucocele en la parte superior; se identifica el epitelio de la mucosa oral íntegro, en la parte profunda un seudoquiste
revestido por infiltrado inflamatorio crónico y agudo, en su interior liquido basófilo, con macrófagos en su luz.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--10. Acercamiento que muestra la seudocápsula formada por intenso infiltrado inflamatorio, material mucinoso y macró-
fagos en su luz.
64 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--11. Fibroma. Montaje H--E, fibroma periférico por irritación; está rodeado de epitelio escamoso. El estroma se compone
de tejido conectivo fibroso con mayor o menor cantidad de fibroblastos.
Figura 4--15. Fibroma. Otro campo donde los haces de colágeno son más densos.
Figura 4--16. Fibroma osificante. Tomografía de fibroma osificante del maxilar superior izquierdo.
Cavidad oral y laringe 67
Figura 4--18. Fibroma osificante. Hemimaxilectomía de fibroma osificante benigno agresivo del maxilar superior.
68 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--20. Fibroma osificante periférico. Acercamiento que demuestra el epitelio superficial que reviste al fibroma y hacia la
base tejido óseo.
Cavidad oral y laringe 69
Figura 4--21. Fibroma osificante periférico. Acercamiento del tejido óseo, sin cambios malignos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--22. Fibroma osificante periférico. Acercamiento del tejido óseo sin alteraciones.
70 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--23. Papiloma fibroso. Está rodeado de epitelio escamoso con queratinización y grupo de colonias bacterianas; el estro-
ma está constituido por tejido conectivo vascular.
Figura 4--24. Papiloma fibroso con importante hiperqueratosis y colonias bacterianas en la superficie.
Cavidad oral y laringe 71
Figura 4--31. Carcinoma epidermoide. Carcinoma en el maxilar inferior que abarca los órganos dentarios: incisivo lateral, canino
y primer premolar inferiores izquierdos.
Figura 4--36. Carcinoma epidermoide. Acercamiento del carcinoma epidermoide invasor, ulcerado.
Cavidad oral y laringe 77
Figura 4--38. Linfoma de Burkitt. Panorámica que demuestra linfoma de Burkitt por debajo del epitelio.
78 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--39. Linfoma de Burkitt. Acercamiento que muestra aspecto microscópico de cielo estrellado.
Figura 4--43. Cistoadenoma papilar linfomatoso (tumor de Warthin). Panorámicamente está caracterizado por componente epite-
lial de tipo oncocítico, el estroma linfoide con folículos bien desarrollados.
Figura 4--44. Cistoadenoma papilar linfomatoso (tumor de Warthin). Detalle del epitelio de tipo oncocítico y el estroma con folículos
bien desarrollados, sin atipias.
Cavidad oral y laringe 81
Figura 4--45. Cistoadenoma papilar linfomatoso (tumor de Warthin). Acercamiento del tumor de Warthin.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--46. Adenoma pleomórfico. Nótese la presencia de cartílago entre el componente ductal y el mioepitelial.
82 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--48. Adenoma pleomórfico. Detalle celular de ambos componentes, sin atipias.
Cavidad oral y laringe 83
Figura 4--50. Adenoma de células basales. Panorámica teñida con técnica de H--E.
84 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--51. Adenoma de células basales. Detalle de estructuras de células basales sólidas, formando estructuras tubulares,
semejantes a las encontradas en la impronta.
Figura 4--53. Carcinoma adenoideo quístico. Paladectomía total; carcinoma adenoideo quístico derivado de glándulas salivales
menores.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--54. Carcinoma adenoideo quístico. Paladectomía total; carcinoma adenoideo quístico, visto por el techo del paladar.
86 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--55. Carcinoma adenoideo quístico. Panorámica que muestra los dos componentes del tumor.
Figura 4--57. Carcinoma mucoepidermoide de parótida. Aspecto macroscópico del tumor, invadiendo el tejido adyacente.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--59. Carcinoma papilar. Panorámica de glándula parótida a la derecha y tumor papilar a la izquierda.
Figura 4--61. Carcinoma papilar. Detalle de las células tumorales con disposición papilar.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--67. Papiloma de cuerdas vocales. Cuerda vocal con un papiloma histológicamente por virus del papiloma humano.
Figura 4--68. Papiloma de cuerdas vocales. Lesión sésil, de color blanquecino, en el tercio medio del esófago, con bordes eleva-
dos, correspondiente a papiloma esofágico.
Cavidad oral y laringe 93
Figura 4--69. Papiloma de cuerdas vocales. Tinción con H--E que muestra papiloma de cuerda bucal, con datos histológicos y
citológicos sugestivos de infección por el virus del papiloma humano.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--70. Papiloma de cuerdas vocales. Detalle de los cambios nucleares sugestivos de condiloma.
94 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--71. Papiloma de cuerdas vocales. Inmunorreacción para VPH, la cual es positiva en los núcleos de algunas células (ca-
fé--marrón) del estrato medio y superficial.
Figura 4--72. Carcinoma de cuerdas vocales. Las figuras muestran lesión sólida que involucra la grasa paraglótica, y pliegue arite-
noepiglótico, seno piriforme, y cuerda vocal izquierdas, que reduce la luz laríngea en 90% acentuándose más hacia la región sub-
glótica. Se observa además erosión del cartílago tiroides e involucro a los músculos infrahioideos izquierdos.
Cavidad oral y laringe 95
Figura 4--73. Carcinoma de cuerdas vocales. Macrofotografía de la pieza quirúrgica abierta por la cara posterior; demuestra lesión
tumoral exofítica, ulcerada, que involucra el seno piriforme, cuerda vocal izquierda, reduce 90% de la luz del órgano, más acentua-
da hacia la región subglótica; la cuerda vocal derecha está conservada, sólo muestra edema.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 4--74. Carcinoma de cuerdas vocales. Al corte transversal se identifica la zona tumoral sólida, exofítica; ulcerada, invade
la región subglótica e involucra la grasa paraglótica y el pliegue aritenoepiglótico, seno piriforme y cuerda vocal, ademas erosiona
el cartílago tiroides e involucra a los músculos infrahioideos izquierdos.
96 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Figura 4--75. Carcinoma de cuerdas vocales. Panorámica que muestra neoplasia tumoral que infiltra en forma de nidos sólidos
y lengüetas desplazando y destruyendo las glándulas submucosas; los nidos de células neoplásicas están rodeados de estroma
desmoplásico.
Figura 4--76. Carcinoma de cuerdas vocales. Acercamiento del campo anterior donde se identifican células neoplásicas de tama-
ño pequeño a intermedio con citoplasma escaso, otras con citoplasma intensamente eosinófilo; los nidos o lengüetas tienden a
limitarse por células dispuestas en forma de empalizada.
Cavidad oral y laringe 97
Figura 4--77. Carcinoma de cuerdas vocales. Otro campo donde las células tienden a formar globos de queratina.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
98 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Capítulo 5
Esófago
José María Remes Troche, Isabel Ruiz Juárez, Peter Grube Pagola, Blandina Hernández Cruz,
Alfonso Pérez Morales, Eduardo López Corella, Antonio Ramos De la Medina,
Juana Sonia Tavares García, Federico Roesch Dietlen, Silvia Cid Juárez
a. Mucosa.
b. Submucosa.
c. Muscular propia.
d. Serosa o adventicia. DIVERTÍCULOS
99
100 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
das las capas del esófago. Son raros y comprenden hasta REMANENTES TRAQUEOBRONQUIALES
0.04% de la práctica médica en gastroenterología. Se
presentan en pacientes adultos de la cuarta a la quinta
décadas de la vida, aunque también pueden aparecer du-
rante la infancia. Es dos o tres veces más frecuente en Generalidades
los hombres que en las mujeres.
Se clasifican según el sitio: faringoesofágico, toráci- La presencia de remanentes traqueobronquiales es una
co o epifrénico; el axial también se clasifica según su entidad poco frecuente: se han reportado únicamente 62
origen: congénito o adquirido. casos en la literatura. Se presenta mayoritariamente en
El divertículo de Zenker es por mucho el más común niños alrededor del primer año de vida a manera de este-
(60 a 65%) de los divertículos esofágicos; se localiza en nosis, aunque hay algunos casos en adolescentes y adul-
el esófago proximal, a nivel del triángulo de Killian (fi- tos. Clínicamente se presenta alrededor de los cuatro
bras oblicuas del músculo constrictor de la faringe, meses de vida como estenosis congénita cuando se ini-
músculo tirofaríngeo y fibras transversas del cricofarín- cia la administración de alimentos sólidos.
geo). Se origina debido al aumento de la presión intrafa-
ríngea por la deglución. Aspectos clínicos
Los divertículos congénitos también se denominan
divertículos por pulsión o yuxtaesfinterianos, debido a Los síntomas asociados son vómito, hipersalivación,
su localización en cualquiera de los dos esfínteres esofá- disminución del crecimiento, broncoaspiración con
gicos. neumonías de repetición e infección de vías aéreas su-
Los divertículos adquiridos se originan debido a la periores. En el esofagograma con medio de contraste se
tracción de la pared esofágica por tejido de cicatrización observa una zona de estenosis abrupta que recuerda la
después de inflamación. imagen de la acalasia. El tratamiento es la resección qui-
rúrgica de la zona estenótica con anastomosis término--
terminal.
Aspectos clínicos
Anatomía patológica
Los síntomas clínicos más frecuentes son disfagia, re-
gurgitación de alimentos semidigeridos, halitosis, tos y Macroscópicamente se observa en el estudio esdoscópi-
dolor en el cuello. co una zona de esófago colapsado con la luz escasa, no
Las complicaciones más frecuentes pueden ser neu- distensible; la consistencia es firme; en el espécimen
monitis por aspiración hasta en 30% de los casos, así como quirúrgico se puede observar cartílago en el espesor de
perforación e incluso desarrollo de carcinoma epider- la pared, dependiendo de su prominencia.
moide (0.4%). Microscópicamente se observa el epitelio plano es-
El estudio fluoroscópico con medio de contraste mues- tratificado no queratinizante propio del esófago sin alte-
tra una bolsa redondeada que nace de la pared del esófa- raciones; es en el espesor de la pared donde se observa
go. Los estudios endoscópicos son complementarios. la presencia de islotes de cartílago hialino acompañados
predominantemente de glándulas mucosas y de secre-
ción mixta; además, hay quistes revestidos por epitelio
Anatomía patológica cilíndrico seudoestratificado ciliado de tipo respirato-
rio, así como ocasionalmente folículos linfoides que re-
cuerdan el tejido linfoide asociado al bronquio.
Macroscópicamente los divertículos se observan como
proyecciones saculares de la pared esofágica. Histoló-
gicamente están generalmente revestidos por epitelio CANDIDIASIS (CANDIDOSIS)
plano estratificado; algunas áreas pueden mostrar epite-
lio columnar y se advierte en los cortes la presencia de
discreto infiltrado inflamatorio submucoso, encontrán-
dose presente la capa muscular que acompaña al epitelio Generalidades
evertido.
Los divertículos epifrénicos son raros y se observan Las infecciones de la mucosa esofágica por lo general
en los últimos 10 cm del esófago. se presentan en sujetos inmunodeprimidos, como los in-
Esófago 101
fectados por HIV, los que reciben quimioterapia, los que Diagnóstico
padecen neoplasias malignas y los que utilizan corticos-
teroides crónicamente. Aunque es raro, ocasionalmente Ante la sospecha, el diagnóstico de candidiasis esofági-
pueden existir algunas infecciones esofágicas en sujetos ca se establece mediante endoscopia, citología o confir-
inmunocompetentes, pero con algún factor predispo- mación histológica.
nente para la estasis esofágica, como las estenosis o los Endoscópicamente es característica la presencia de
trastornos motores del esófago. placas o seudomembranas blancoamarillentas que se
La candidiasis esofágica es la infección más común encuentran adheridas a la mucosa del esófago y que se
del esófago. Aunque existen múltiples especies de Can- presentan de forma dispersa, o pueden confluir forman-
dida, C. tropicalis y C. albicans son responsables de la do cordones longitudinales sobre todo el esófago. La
mayoría de los infecciones. confirmación se establece mediante citología o biopsia
Debido a que la Candida puede colonizar el esófago en donde la presencia de hifas muestra inflamación cró-
de hasta 20% de los individuos sanos, la mayoría de las nica superficial.
veces tiene que existir un factor que inmunodeprima al
sujeto para que la Candida prolifere y sobrecolonice la
mucosa del esófago. Las causas más comunes de inmu- ESOFAGITIS POR TRYPANOSOMA CRUZI
nodepresión después del HIV son edad avanzada, neo-
plasias, diabetes mellitus, uso crónico de esteroides, al-
coholismo e insuficiencia suprarrenal. Entre los factores
que predisponen a la estasis esofágica se ha descrito que Generalidades
el escleroderma, la acalasia y la seudodiverticulosis
esofágica representan factores de riesgo para Candida. La enfermedad de Chagas es causada por un parásito
flagelado, el Trypanosoma cruzi. El mecanismo natural
de transmisión al ser humano es mediante un insecto
Aspectos clínicos que funciona como vector, situación que se observa en
80% de los casos de la enfermedad. La transmisión por
Como síntomas predominantes más de 90% de los suje- transfusión ocurre en 16% de los casos, mientras que la
tos presentan disfagia, odinofagia y lesiones en la mu- vía congénita ocurre hasta en 10% de las madres afecta-
cosa oral. das; en proporción menor a 1% de los casos se dan por
Otros síntomas menos comunes son halitosis, pérdi- trasplante de órganos de un sujeto portador proveniente
da de peso y dolor torácico. de área endémica o por transmisión accidental en labora-
torios por la ingesta oral de tripomastigotes metacíclicos.
La historia natural de la enfermedad de Chagas es la
de una infección parasitaria sistémica y crónica que lle-
Anatomía patológica va de 20 a 30% de los infectados a formas graves de car-
diopatía o megaformaciones digestivas. Los mecanis-
Es indispensable para este diagnóstico anatomopatoló- mos determinantes de la lesión degenerativa de las
gico encontrar al agente causal, Candida albicans; al- neuronas e incluso su destrucción total en las vísceras
gunas veces puede ser causada por C. tropicalis, C. kru- del tracto digestivo de los pacientes con enfermedad de
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
sei y C. glabrata en el epitelio, ya sea en el espesor de Chagas no están bien conocidas; sin embargo, existen
la mucosa, en la superficie o bien en esofagitis ulcerada; múltiples estudios que tratan de dilucidar dicho proceso.
cuando esto sucede se acompaña de tejido de granula- Inicia a partir de la fase aguda y continuará durante la
ción con presencia de neutrófilos; en algunas ocasiones fase crónica de la enfermedad. Se propuso por primera
puede invadir profundamente, causar perforación y pro- vez que una neurotoxina liberada por el parásito cerca de
ducir candidiasis diseminada, sobre todo en pacientes los puntos focales de la infección durante la fase aguda
inmunodeprimidos; en otras ocasiones la infección cró- de la enfermedad es factor preponderante de daño neural.
nica puede asociarse con estrechez esofágica o seudodi-
verticulosis intramural.
Aunque es posible identificarlos con H--E, se sugiere Aspectos clínicos
efectuar tinción de PAS.
Cuando no existe ulceración el infiltrado inflamato- Las alteraciones del tracto digestivo son la segunda
rio está ausente. manifestación más común que se presenta en la etapa
102 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
crónica de la enfermedad de Chagas. La patogenia de la por lo pequeño de la muestra no se han podido valorar
disfunción y la dilatación de los segmentos del tracto di- los plexos nerviosos; es de esperarse que con más mues-
gestivo en la enfermedad de Chagas están basadas en la tras obtenidas se logre aclarar más esta entidad. El diag-
denervación de las complejas redes de neuronas intra- nóstico fue efectuado como correlación anatomoclínica
murales, ya que el sistema nervioso entérico se encarga en vista de la serología positiva y la disminución de la
del control de muchas funciones del tracto digestivo. motilidad en estos pacientes.
Aunque el megacolon y el megaesófago son las más
comunes y más expresivas manifestaciones digestivas
de la fase crónica de la enfermedad de Chagas, otras se Diagnóstico
producen con menor frecuencia, tales como megaduo-
deno, megayeyuno y megaíleon. El diagnóstico de la enfermedad esofágica chagásica se
La manifestación de la enfermedad de Chagas en el lleva a cabo mediante estudios radiográficos con medio
esófago es provocada por la degeneración y reducción de contraste; otros estudios realizados son la centelleo-
de las neuronas del plexo mientérico, causando anorma- grafía de tránsito esofágico y la manometría. En el exa-
lidades en la motilidad esofágica similares a las de la men radiográfico se encuentra retención de medio de
acalasia idiopática, ausencia total o parcial de la relaja- contraste en el esófago, retardo en el tránsito esofágico
ción del esfínter esofágico inferior y pérdida de las con- y dilatación. En la mayor parte de los pacientes con ma-
tracciones peristálticas en el cuerpo esofágico, por lo nifestaciones esofágicas de la enfermedad los rasgos clí-
que se le denomina acalasia chagásica. Este tipo de alte- nicos, radiológicos y manométricos permanecen inalte-
ración afecta de 7 a 10% de las personas infectadas con rados durante años.
Trypanosoma cruzi. La principal consecuencia de la
acalasia chagásica es el megaesófago. En la primera eta-
pa de la enfermedad el calibre del esófago es normal, pe- ACANTOSIS GLUCOGÉNICA
ro hay acalasia y retardo del tránsito del intestino; apare-
cen después dilatación (que puede alcanzar dos o tres
veces el diámetro normal) y alargamiento del tubo eso-
fágico. En la fase tardía el esófago denervado y parésico Generalidades
no transporta su contenido y hay retención del bolo a ni-
vel del cardias por largo tiempo, por lo cual el enfermo La acantosis glucogénica se define como la acumula-
se desnutre y sufre de neumonitis por aspiración repeti- ción de glucógeno en la submucosa del esófago, dando
tiva. Este proceso se ha objetivado al efectuarse la de- un aspecto nodular o de placas que se localizan predo-
mostración patológica secuencial del esófago denerva- minantemente en el tercio distal. Este proceso es benig-
do. Cuando esta afección ocurre en niños suele generar no y relativamente común, reportándose como hallazgo
malnutrición crónica y enanismo chagásico secundario. hasta en 3.5% de las endoscopias realizadas.
Histológicamente el epitelio esofágico muestra infiltra- Suele observarse en sujetos que se encuentran en la
do leucocitario, así como de linfocitos T CD4 (ocasio- quinta y la sexta décadas de la vida, notándose un au-
nalmente en la muscularis mucosae y en la submucosa), mento en el tamaño y el número de las lesiones conforme
además de hipertrofia de la muscularis mucosae y de la avanza la edad; se considera un proceso degenerativo.
muscular propia. No está relacionado con anormalidades del metabolis-
mo de la glucosa. Aunque su etiología y su patogenia
son desconocidas, se cree que pueda estar asociada con
Anatomía patológica la enfermedad por reflujo gastroesofágico o incluso con
la enfermedad celiaca.
Las biopsias de la unión esofagogástrica, cuando son to- También se ha apreciado que este proceso se observa
madas sobre epitelio gástrico, demuestran gastritis cró- frecuentemente en sujetos que tienen el síndrome de
nica folicular, generalmente con ausencia de Helicobac- Cowden.
ter pylori; sin embargo, llama la atención en los
pacientes con serología positiva y disminución de la mo-
tilidad intestinal que el infiltrado inflamatorio de predo- Aspectos clínicos
minio crónico se extiende hasta la muscular en forma di-
fusa disociando los filetes musculares. En los casos Es una entidad asintomática. Se diagnostica al realizar
estudiados no ha sido posible identificar al parásito y el análisis de las biopsias tomadas por endoscopia.
Esófago 103
trico refluido en la garganta e incluso en la boca. Se dice goriza las lesiones erosivas encontradas durante un
que la presencia de estos dos síntomas dos o más veces estudio endoscópico con letras del alfabeto, que van de
por semana eleva las posibilidades de establecer el diag- la A a la D, dependiendo de la extensión de las lesiones
nóstico de ERGE por arriba de 90%. Entre los síntomas y de su gravedad. Los grados A y B se consideran clíni-
atípicos se incluyen la presencia de laringitis, tos, ca- camente como esofagitis leves, y los grados C y D como
rraspera, asma y dolor torácico no cardiaco. esofagitis moderadas o graves.
fluido en la garganta e incluso en la boca. Se dice que una técnica y a un sistema. La técnica llamada “flexio-
la presencia de estos dos síntomas dos o más veces por nar--aspirar--morder” debe ser dominada por el endos-
semana eleva las posibilidades de establecer el diagnós- copista y de preferencia con pinza de mordida grande.
tico de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) El sistema consiste en tomar una biopsia de cada cua-
por arriba de 90%. Si estos síntomas han sido persisten- drante y cada 2 cm longitudinalmente, además de los si-
tes por más de dos años la probabilidad de que exista EB tios con irregularidad en la superficie.
es mayor.
Vigilancia
Anatomía patológica
Hay varios programas de vigilancia con gran similitud
cuyo objetivo es ordenar la búsqueda de los cambios
Las biopsias tomadas por panendoscopia en pacientes mencionados antes y, al final, dar o no un tratamiento.
con reflujo crónico obliga a ratificar o rectificar el diag- A continuación se describe el del Colegio Americano de
nóstico de esófago de Barrett. Microscópicamente es in- Gastroenterología:
dispensable identificar metaplasia intestinal ácida de
células caliciformes en las glándulas estudiadas. Gene- S Se recomienda vigilancia a través de endoscopia
ralmente se encuentra en 10 a 12% de los pacientes, aun- y biopsias. El paciente en vigilancia debe tener tra-
que cada día es más frecuente encontrarla en este tipo de tamiento de la ERGE para evitar una interpreta-
material. En el diagnóstico debe incluirse la presencia ción equivocada de la displasia. Si dos estudios
o ausencia de displasia y, desde luego, descartar un car- anuales consecutivos no muestran displasia se su-
cinoma. giere vigilancia cada tres años.
S Si se descubre displasia debe consultarse a otro
patólogo con experiencia.
Diagnóstico S En los pacientes con displasia de bajo grado se
sugiere endoscopia anual.
Endoscópicamente la mucosa esofágica normal es de S En los pacientes con displasia de alto grado debe
color rosado--amarillento pálido en todo el órgano y tie- elegirse un tratamiento radical, como la esofagec-
ne un cambio brusco en el sitio en que se une con la mu- tomía, en los que tienen un riesgo quirúrgico bajo,
cosa gástrica, teóricamente en la unión anatómica eso- o la vigilancia cada tres meses y dar un tratamiento
fagogástrica. La mucosa gástrica es roja, de tal manera radical cuando se compruebe la presencia de ade-
que es muy fácil ver la frontera entre ambos órganos y nocarcinoma.
puede trazarse una línea zigzagueante, línea en “Z”.
Cuando existe la presencia de una mucosa roja, atercio-
pelada, sin pliegues por arriba de la línea en “Z”, se debe ADENOCARCINOMA
sospechar la presencia de metaplasia intestinal esofági-
ca o EB. Cuando la longitud de la zona con EB es menor
de 3 cm se llama EB de segmento corto; cuando la longi-
tud es mayor a 3 cm se llama EB de segmento largo. Generalidades
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en la población general para el desarrollo de adenocar- generativos, sobre todo cuando se asocia con lesiones
cinoma del esófago. Otros factores de riesgo son taba- ulceradas.
quismo, consumo crónico de alcohol, desnutrición y de- Los adenocarcinomas en etapas tempranas pueden
ficiencias de micronutrientes como zinc, molibdeno, presentarse como protuberancias mucosas irregulares o
magnesio y hierro. La estenosis por cáusticos, la acala- pequeñas placas; al momento del diagnóstico la mayoría
sia y probablemente los divertículos del esófago han si- de los tumores se encuentran en etapas avanzadas con in-
do encontrados como factores de riesgo para esta neo- filtración profunda de la pared esofágica. Los carcino-
plasia. mas avanzados pueden ser planos o ulcerados, sólo un
tercio tienen aspecto fungoide o polipoide; ocasional-
mente son multifocales y rara vez tiene origen indepen-
Aspectos clínicos diente de esófago de Barrett, de glándulas ectópicas gás-
tricas o de glándulas esofágicas. Histológicamente son
típicamente papilares o similares. Cuando los tumores
Aunque existen tres patrones de crecimiento tumoral, son de origen difuso muestran rara formación glandula-
los síntomas son similares. El tipo ulceroso se presenta res y en ocasiones la presencia de células en anillo de se-
como una úlcera bien delimitada con bordes elevados. llo. Puede haber células endocrinas producto de la dife-
El tipo fungoide es un crecimiento intraluminal, mien- renciación, como células de Paneth; en ocasiones el
tras que el tipo infiltrante presenta extenso crecimiento patrón puede ser mucinoso, cuando la lesión contiene
intratumoral, frecuentemente circunferencial, con mí- mucina en 50% de la lesión.
nima ulceración.
El síntoma más característico es la disfagia progresi-
va, primero a sólidos y después a líquidos; es el síntoma Diagnóstico
de presentación más frecuente. Por desgracia, es un sín-
toma tardío que indica que al menos dos tercios de la cir- Una vez que se sospecha la presencia de cáncer de esó-
cunferencia del esófago se encuentran involucrados por fago con base en los datos clínicos y estudios radiológi-
tumor. La pérdida de peso es también un síntoma fre- cos se debe proceder a realizar una esofagoscopia y una
cuente y a veces desproporcionado con la intensidad de biopsia para establecer tanto el diagnóstico histopa-
la disfagia. Ambos síntomas se presentan en más de tológico como la extensión del tumor. Al momento de
90% de los pacientes con carcinoma de esófago. Otro la endoscopia se debe documentar la relación de la neo-
síntoma frecuente incluye la odinofagia, mientras que plasia con el cricofaríngeo, la unión escamocolumnar y
el dolor torácico continuo generalmente indica invasión el hiato diafragmático, así como la presencia o ausencia
de estructuras mediastínicas. La presencia de tos y dis- de esófago de Barrett, lesiones satélites o esofagitis. Las
fonía indica invasión de la vía aérea o del nervio larín- lesiones sospechosas deben ser sometidas tanto a biop-
geo recurrente, respectivamente. sia como a cepillado, ya que la exactitud diagnóstica de
ambos procedimiento combinados excede 90%.
Los estudios de doble contraste son complementa-
Anatomía patológica rios, y la tomografía computarizada se indica para eva-
luar la extensión de la enfermedad y descartar la exis-
tencia de metástasis viscerales.
Es un tumor maligno del esófago con diferenciación
glandular; predominantemente tiene su origen en un
esófago de Barrett con localización en el tercio inferior CARCINOMA EPIDERMOIDE
del esófago y frecuentemente los adenocarcinomas se
originan de una mucosa gástrica heterotópica con loca-
lización del esófago superior o de las glándulas mucosas
y submucosas. Generalidades
Aspecto macroscópico: la neoplasia intraepitelial no
muestra características propias; en algunos casos la La incidencia del carcinoma de esófago es variable en
neoplasia intraepitelial se presenta como masas nodula- diferentes regiones del mundo; el mayor número de ca-
res que asemejan adenomas, por lo que el diagnóstico sos ha sido reportado en China, el litoral del mar Caspio
histopatológico es indispensable para descartar una dis- e Irán, que son considerados como de alto riesgo.
plasia, siendo un reto para el patólogo diferenciar neo- Representa 2% de todos los tumores malignos; se
plasia intraepitelial y cambios epiteliales reactivos o re- presenta en la sexta década de la vida y es más frecuente
Esófago 107
en el sexo masculino que en el femenino, con tasa de cación de este tumor se utiliza el sistema TNM, donde
5:1; es más frecuente en la raza negra que en la blanca. su utilidad y tratamiento son perfectamente conocidos.
Son factores de riesgo la asociación de tabaco y alco- Cuando los tumores infiltran por debajo de la submu-
hol, la ingesta de sustancias que contienen nitrosami- cosa se considera carcinoma avanzado de células esca-
nas, aflatoxina y micotoxinas, la deficiencia de hierro, mosas.
vitamina A y riboflavina, la tilosis, la enfermedad de El carcinoma verrugoso es una variante rara de carci-
Chagas y el síndrome de Plummer--Vinson. noma de células escamosas, histológicamente compara-
En nuestro medio, a pesar de los avances que se han ble con los carcinomas verrugosos que tienen origen en
efectuado en las diversas áreas de cirugía, radioterapia otros sitios; macroscópicamente su apariencia exofítica
y quimioterapia, la mayoría de los pacientes fallecen en gelatinosa en aspecto de coliflor o papilar puede hallar-
el transcurso de los siguientes 12 a 14 meses, debido a se en cualquiera parte del esófago; histológicamente es
que es diagnosticado en forma tardía, por lo cual la un epitelio escamoso bien diferenciado y queratinizado
sobrevida a cinco años es baja, con atipia celular mínima y margen de infiltración bien
definido, localmente con crecimiento lento y bajo po-
tencial de producir metástasis.
Aspectos clínicos El carcinoma basaloide de células escamosas fue
descrito ya en la lesión de cuerdas vocales.
La clasificación de carcinoma de células esofágicas
Desgraciadamente, la sintomatología aparece cuando el
se basa en los parámetros de actividad mitósica, aniso-
tumor se encuentra avanzado, con trastornos de la de-
nucleosis y grado de diferenciación. El carcinoma bien
glución, disfagia progresiva, sialorrea, náuseas y vómi-
diferenciado se parece al epitelio esofágico normal; hay
tos relacionados con la ingesta de los alimentos, por lo
una alta proporción en cuanto al gran tamaño, diferen-
que pronto los pacientes manifiestan astenia, adinamia,
ciación y contenido queratinocítico similar al de las cé-
anorexia, pérdida de peso y desnutrición. Los pacientes
lulas escamosas y una baja proporción de células peque-
pueden referir tos, hipo o disfonía por compromiso del
ñas de tipo basal, las cuales se localizan en la periferia
recurrente laríngeo, y bronconeumonía por aspiración
de las células tumorales. La queratinización se interpre-
o fístula traqueobronquial. Puede existir síndrome de
ta como un signo de diferenciación, aunque el epitelio
Horner o metástasis cervicales y asociarse con síndro-
esofágico normal no se queratiniza. En el carcinoma po-
mes paraneoplásicos. bremente diferenciado predominan las células de tipo
basal, las cuales exhiben un alto grado de mitosis.
El cáncer moderadamente diferenciado es un tipo po-
Anatomía patológica co común; dos terceras partes de este carcinoma oscilan
entre los bien diferenciados y los pobremente diferen-
Se define como carcinoma de células escamosas del ciados. No existe aún un criterio para establecer los pa-
esófago al tumor epitelial maligno con diferenciación rámetros de clasificación, por lo que el diagnóstico de-
de células escamosas microscópicamente caracteriza- pende del observador. Del carcinoma indiferenciado no
das por células similares a queratinocitos con puentes existen datos microscópicos de diferenciación, por lo
intercelulares y/o queratinizados; en etapas tempranas se que son indispensables las investigaciones inmunohis-
ha descrito macroscópicamente un patrón polipoide con toquímicas para su correcto diagnóstico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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Figura 5--1. Aspecto macroscópico normal del esófago; la mucosa es lisa, de color blanco aperlado, en contraste con la del estó-
mago, que es levemente aterciopelada y rosada.
Figura 5--2. Panorámica del esófago que demuestra las capas que lo constituyen teñidas con H--E, las cuales son: A. Mucosa.
B. Submucosa. C. Muscular propia.
Esófago 113
Figura 5--3. Corte histológico teñido con H--E que demuestra las glándulas submucosas del esófago (*).
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Figura 5--4. Corte histológico teñido con H--E. Epitelio plano estratificado del esófago; nótese el citoplasma amplio claro de las
células más superficiales.
114 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--5. Esófago. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson del tercio superior del esófago. Nótese que las fibras de
músculo muestran estriaciones.
Figura 5--6. Divertículos. TAC en la que se observa la bifurcación del esófago con un fondo de saco ciego.
Esófago 115
Figura 5--7. Divertículos. Imagen contrastada en la cual se observa el divertículo con material de contraste en el tercio superior
del esófago.
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Figura 5--8. Divertículos. Mucosa ectópica de tipo intestinal como parte del componente mucoso de un divertículo esofágico.
116 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--9. Divertículos. Mucosa ectópica de tipo intestinal como parte del componente mucoso de un divertículo esofágico a
gran aumento.
Figura 5--10. Divertículos. Tejido pancreático ectópico en el espesor de la capa muscular. Nótese la mucosa del divertículo esofá-
gico, la cual corresponde a mucosa de tipo antral.
Esófago 117
Figura 5--11. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa: A. Epitelio esofágico plano
estratificado no queratinizado. B. Islote de cartílago hialino. C. Glándula con tejido linfoide. D. Glándulas de secreción mixta.
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Figura 5--12. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observan a mayor detalle las glán-
dulas de secreción mixta como parte del componente de remanentes traqueobronquiales en el esófago.
118 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--13. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa a gran detalle el revesti-
miento epitelial de una de las glándulas, el cual es de tipo seudoestratificado y ciliado.
Figura 5--14. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa el espesor
total del esófago con remanentes traqueobronquiales; se aprecia el desarreglo estructural de la muscular propia, islotes de cartíla-
go y gran cantidad de glándulas de secreción mixta.
Esófago 119
Figura 5--15. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa el espesor
total del esófago con remanentes traqueobronquiales; se aprecia el desarreglo estructural de la muscular propia, islotes de cartíla-
go y tejido linfoide asociado a la mucosa (bronquial).
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Figura 5--16. Candidiasis. Lesiones en placa blanco amarillenta que cubren la totalidad el esófago formando estrías lineales, en
ocasiones confluentes, correspondientes a candidiasis esofágica.
120 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--17. Candidiasis que muestra esofagitis ulcerada con abundantes hifas de Candida.
Figura 5--18. Candidiasis a mayor aumento. Tinción de PAS que demuestra en el fondo células epiteliales y abundantes hifas de
Candida.
Esófago 121
Figura 5--19. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. La imagen muestra la exposición de las capas submucosa y muscular del tercio
medio del esófago de un paciente con infección crónica por Trypanosoma cruzi. La biopsia es obtenida mediante la utilización
de un capuchón especial que permite succionar la mucosa y tomar “biopsia sobre biopsia”, hasta llegar al plano submucoso.
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Figura 5--20. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. Montaje de la biopsia de la unión esofagogástrica, teñida con técnica de H--E,
en paciente con serología positiva para Trypanosoma cruzi y disminución de la motilidad esofagogástrica.
122 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--21. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. Panorámica de unión esofagogástrica teñida con técnica de H--E, con infiltrado
inflamatorio crónico y agudo, que se extiende hasta la muscular en forma difusa.
Figura 5--22. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. Mucosa de unión esofagogástrica teñida con técnica de H--E, en paciente con
disminución de la motilidad intestinal, serología positiva para Trypanosoma cruzi, denso infiltrado inflamatorio que disocia la mus-
cular.
Esófago 123
Figura 5--23. Esofagitis crónica por Trypanosoma cruzi. Muscular de unión esofagogástrica teñida con técnica de H--E. Detalle
del infiltrado inflamatorio de predominio crónico.
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Figura 5--24. Acantosis glucogénica. En esta imagen endoscópica se observan nodulaciones amarillentas (2 a 4 mm) localizadas
en el tercio distal y sobre la confluencia de los pliegues del esófago.
124 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--25. Acantosis glucogénica. Panorámica teñida con H--E que muestra las células superficiales del epitelio esofágico en
el que el citoplasma es claro.
Figura 5--26. Acantosis glucogénica. Panorámica teñida con PAS. En el citoplasma de las células se identifica el glucógeno.
Esófago 125
Figura 5--27. Metaplasia de glándulas esofágicas. Imagen endoscópica. En el tercio inferior se observan múltiples lesiones nodu-
lares amarillo brillantes que corresponden a la presencia de glándulas sebáceas.
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Figura 5--28. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E que corresponde a biopsia de esófago en
la submucosa; se identifica la presencia de glándulas sebáceas y su conducto de salida.
126 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--29. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E. En la submucosa se observa la presencia
de glándulas sebáceas. Nótese el infiltrado inflamatorio del lado derecho.
Figura 5--30. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E. Se observa a mayor detalle la estructura de
la glándula metaplásica.
Esófago 127
Figura 5--31. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E. Se observan las características citológicas
de la glándula sebácea.
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Figura 5--32. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Unión esofagogástrica normal. Se observa claramente
y bien delimitada la transición de los epitelios (línea en “Z”). La mucosa gástrica tiene un aspecto rojo y aterciopelado, mientras
que la mucosa esofágica muestra su distintivo color asalmonado.
128 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--33. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Segmento corto: endoscopia convencional. El lado
izquierdo muestra irregularidad en la unión esofagogástrica condicionada por la presencia de metaplasia de tipo intestinal. Al reali-
zar cromoendoscopia con azul de metileno (derecha) se hace más evidente el epitelio de tipo intestinal.
Figura 5--34. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Segmento largo. Endoscopia convencional. El lado
izquierdo muestra la presencia de una mucosa aterciopelada roja que ocupa prácticamente la totalidad del tercio medio y distal
del esófago. La cromoendoscopia evidencia la presencia del epitelio de tipo intestinal.
Esófago 129
Figura 5--35. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Esófago teñido con técnica de H--E que demuestra
glándulas con metaplasia escamosa (esófago de Barrett).
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Figura 5--36. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Panorámica teñida con H--E. Nótese la metaplasia
intestinal del epitelio glandular.
130 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--37. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett con displasia epitelial focal, teñida con H--E.
Figura 5--38. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett con displasia epitelial, teñida con técnica de H--E.
Esófago 131
Figura 5--39. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Panorámica con tinción de PAS azul alciano con pH
2.5, que demuestra la metaplasia intestinal.
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Figura 5--40. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Detalle de la metaplasia intestinal en el epitelio glandu-
lar. PAS azul alciano, pH 2.5.
132 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--41. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Detalle de la metaplasia intestinal. PAS azul alciano,
pH 2.5.
Figura 5--42. Adenocarcinoma. Endoscopia de lesión polipoide en esófago, infiltrante, localizada en el tercio distal del esófago,
y unión esofagogástrica que obstruye por completo la luz. La biopsia informa presencia de adenocarcinoma del tercio distal inva-
sor. Cortesía del Dr. Luis Gabriel Alfaro Fattel.
Esófago 133
Figura 5--43. Adenocarcinoma. Biopsia del tercio distal del esófago teñida con H--E. Adenocarcinoma invasor bien diferenciado.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 5--44. Adenocarcinoma teñido con técnica de H--E. Adenocarcinoma invasor, detalle de permeación linfática tumoral.
134 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--45. Adenocarcinoma. Material de autopsia, adenocarcinoma invasor de esófago. Cortesía de la Dra. Martha Chávez
García.
Figura 5--46. Adenocarcinoma. Corte transversal del adenocarcinoma invasor que invade a toda la pared del órgano.
Esófago 135
Figura 5--47. Adenocarcinoma que invade toda la pared del órgano. Montaje teñido con técnica de H--E.
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Figura 5--48. Adenocarcinoma. Pieza quirúrgica con otro adenocarcinoma de la unión esofagogástrica, de aspecto polipoide.
136 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--49. Adenocarcinoma. Montaje de la pieza anterior teñida con técnica de PAS que demuestra que la lesión invade a toda
la pared del órgano.
Figura 5--50. Adenocarcinoma. Panorámica H--E con adenocarcinoma invasor de esófago bien diferenciado.
Esófago 137
Figura 5--51. Adenocarcinoma de esófago teñido con H--E. Acercamiento que muestra atipias nucleares.
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Figura 5--52. Endoscopia de carcinoma epidermoide de esófago. Cortesía del Dr. Luis Gabriel Alfaro Fattel.
138 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--54. Esófago disecado con carcinoma epidermoide ulcerado y con satélites en el resto de la superficie del esófago.
Esófago 139
Figura 5--56. Carcinoma epidermoide teñido con H--E. Panorámica en un área no ulcerada.
140 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--57. Panorámica de zona ulcerada de carcinoma epidermoide, teñida con técnica de H--E.
Figura 5--59. Carcinoma epidermoide teñido con técnica de tricrómico de Masson en un área no ulcerada.
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Figura 5--60. Tumor neuroendocrino. Endoscopia localizada en esófago. Cortesía del Dr. Luis Gabriel Alfaro Fattel.
142 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--61. Panorámica teñida con técnica de H--E que demuestra tumor neuroendocrino en el esófago.
Figura 5--63. Micrografía electrónica de tumor neuroendocrino en la que se observan los gránulos. Cortesía del Dr. Sebastián
Castillo.
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Figura 5--64. Micrografía electrónica. Detalle de los gránulos de un tumor neuroendocrino. Cortesía del Dr. Sebastián Castillo.
144 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Figura 5--65. Adenocarcinoma de unión esofagogástrica de células claras rico en glucógeno con patrón tubulopapilar.
Figura 5--66. Adenocarcinoma de unión esofagogástrica de células claras. Panorámica que demuestra el patrón tubular teñida
con técnica de H--E; 100% de las células son de citoplasma claro.
Esófago 145
Figura 5--68. Permeación linfática de un adenocarcinoma de unión esofagogástrica de células claras, con permeación a linfáticos.
146 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Capítulo 6
Estómago
Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche, Blandina Hernández Cruz,
Federico Roesch Dietlen, Araceli Cabrales Mújica, José Luis Palmeros Sarmiento,
Juana Sonia Tavares García, Sebastián Castillo
encuentran en la base de las glándulas gástricas y mayor; ésta se origina en la arteria hepática. La arteria
se extienden de la lámina basal hacia la luz de la gastroepiploica izquierda y la arteria gástrica corta se
glándula. Secretan pepsinógeno, que en el medio originan de la arteria esplénica e irrigan la curvatura
ácido del estómago se transforma en pepsina, que mayor.
es la enzima activa que se encarga de la hidrólisis La inervación del estómago es del tronco celiaco, del
de proteínas para dar péptidos más pequeños. nervio frénico derecho e izquierdo y del vago.
S Células parietales (oxínticas): son productoras de La histología del estómago varía de un área a otra y
ácido y están dispersas solas o en pequeños grupos las enfermedades gástricas, por lo tanto, se distribuyen
entre los demás tipos de células; se encuentran del de manera diferente; es por eso que el estudio histopato-
istmo a la base de las glándulas gástricas, pero lógico de las piezas quirúrgicas requiere un muestreo
abundan más en las regiones del cuello y del istmo. extenso de las diferentes áreas del estómago.
147
148 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Anatomía patológica
Clasificación
La inflamación aguda se caracteriza por la presencia de
Existen múltiples formas de clasificar a la gastritis; sin un infiltrado inflamatorio abundante en neutrófilos,
embargo, muchas de estas clasificaciones son contro- mientras que la inflamación crónica se caracteriza por
versiales porque incluyen sólo el punto de vista etioló- un infiltrado predominantemente mononuclear, con lin-
gico, mas no las alteraciones histológicas, o viceversa, focitos, células plasmáticas y macrófagos. Una clasifi-
así que comúnmente existe una gran confusión de tér- cación clinicopatológica más real se muestra en el cua-
minos con estas clasificaciones. dro 6--1.
La mayoría de las clasificaciones coinciden en divi- El único método que permite diferenciar entre una
dir a la gastritis en: gastritis aguda y una crónica es el análisis histológico de
la mucosa, ya que las características radiológicas y en-
a. Aguda. doscópicas son muy similares. Además, la correlación
b. Crónica. clínica con las alteraciones histológicas es muy pobre.
Por ejemplo, en un estudio en 167 pacientes con datos
Esta distinción, además de que implica el tiempo y la clínicos de gastritis a los que se les realizó endoscopia
duración de la enfermedad, también es útil, ya que los se demostró que, de 98 pacientes con cambios endoscó-
términos son aplicables para describir el tipo de infil- picos atribuidos a gastritis, hasta en 27% la biopsia gás-
trado inflamatorio en la mucosa gástrica (cuadro 6--1). trica fue considerada como normal. Por otra parte, en los
Estómago 149
GASTRITIS CRÓNICA
Etiología
3. Agentes infecciosos: el Helicobacter pylori es res- lógicamente se han encontrado elementos de diagnósti-
ponsable de alteraciones en la mucosa gástrica que co en biopsias tomadas en sujetos asintomáticos hasta
conllevan a la aparición de gastritis aguda, que, de en 42%, y hasta en 30% de biopsias tomadas en procedi-
prolongarse, lleva a cambios profundos en ella, mientos endoscópicos informados como normales. Asi-
con gran implicación clínica en diferentes entida- mismo, se han encontrado biopsias normales hasta en
des clínicas, como se verá más adelante. 30% de pacientes con cuadro clínico de dispepsia.
4. Estrés.
5. Radiación.
6. Reflujo biliar: por su alto contenido de bilis y jugo Etiología
pancreático, desempeña también un papel impor-
tante en las alteraciones de la mucosa gástrica del Al igual que la gastritis aguda, múltiples son los factores
antro gástrico. que pueden producir inflamación crónica de la mucosa
7. Traumatismos. gástrica, siendo los más importantes:
150 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
1. Factores genéticos y autoinmunidad: existe una S Gastritis superficial: en las que el patrón predo-
forma de gastritis crónica atrófica autoinmunitaria minante es la inflamación sin lesión del epitelio
que se caracteriza por atrofia de la mucosa gástrica glandular, que seguramente constituye el estadio
secundaria a la existencia de autoanticuerpos en inicial de las gastritis atróficas.
contra de las células parietales y el factor intrín- S Gastritis atróficas. Aquí el infiltrado inflamato-
seco. Este tipo de gastritis se asocia con la presen- rio se asocia con destrucción y desaparición de las
cia de los haplotipos HLA B8 y DR3. Esta gastro- glándulas oxínticas; se acompaña habitualmente
patía se hereda siguiendo un patrón autosómico de metaplasia intestinal.
dominante. Estos pacientes frecuentemente desa- S Gastritis erosiva: en las que el aspecto macroscó-
rrollan anemia perniciosa e hipotiroidismo. pico corresponde a nódulos con erosión apical, en
2. Agentes químicos: son diversos los agentes que los cuales histológicamente se identifica la infla-
producen daño crónico a la mucosa gástrica; entre mación y la destrucción superficial del epitelio
ellos se encuentran el alcohol, el tabaco, los que pueden dejar una zona de fibrosis.
AINEs y el reflujo biliar. S Gastritis granulomatosa, en donde se identifi-
3. Infección por Helicobacter pylori, que afecta pri- can alteraciones tipo granulomatoso con infiltrado
mordialmente al antro y parte del cuerpo del estó- inflamatorio tipo Langhans que se asocian con en-
mago, situado por debajo de la capa de moco adhe- fermedad de Crohn, tuberculosis, histoplasmosis,
rente y en contacto con la superficie de las células sarcoidosis y sífilis.
epiteliales. Por acción de la secreción de citotoxi- S Gastritis eosinofílica o alérgica. Afecta predo-
nas es capaz de producir metaplasia gástrica y minantemente a niños y jóvenes con presencia de
puede ser responsable de una gastritis folicular ca- infiltrado eosinofílico en la lámina propia, acom-
racterística. pañado de daño epitelial y necrosis. Habitualmente
4. Otras infecciones: existen numerosos microorga- se alteran también el intestino delgado y el colon,
nismos y parásitos que pueden ser responsables de y se acompaña de eosinofilia en sangre periférica
daño de la mucosa gástrica, como por ejemplo ci- y elevación de los niveles séricos de IgE.
tomegalovirus, virus del HIV, micobacterias, Can- S Gastritis autoinmunitaria (tipo A). Localizada
dida, etc. en el fondo o el cuerpo gástrico, histológicamente
5. Otros factores: en algunos casos de pacientes so- corresponde a una gastritis atrófica con metapla-
metidos a radiaciones sobre el abdomen se llegan sia intestinal.
a producir cambios en la mucosa gástrica que pue- La destrucción glandular conduce a hipoclorhi-
den llegar hasta la necrosis severa con infiltrado dria, con anemia perniciosa e hipergastrinemia
inflamatorio secundario, el cual revierte en cuatro por hiperplasia de las células G del antro. Evolu-
meses aproximadamente. Sin embargo, cuando es ciona a la atrofia gástrica en la mayoría de los
grave, puede producir ulceraciones y fibrosis en casos.
zonas amplias de la mucosa gástrica. S Gastritis medioambiental (tipo AB). Ocurre en
países con elevada frecuencia de cáncer gástrico,
En 50% de los pacientes que presentaban enfermedad como Japón y Colombia. Se inicia en el límite en-
celiaca clásica confirmada por biopsia yeyunal coexiste tre el cuerpo y el antro, y se extiende en ambas di-
con gastritis linfocítica. Recientemente se ha demos- recciones. Histológicamente corresponde a una
trado que, de los pacientes con linfoma gástrico, 32% se gastritis atrófica.
asocian con gastritis linfocítica, al igual que 12% de los S Gastritis folicular o linfocítica (tipo B). Se loca-
pacientes con carcinoma gástrico. liza en el cuerpo y el antro del estómago, con infil-
tración muy importante de neutrófilos en el epite-
lio foveolar e infiltración plasmática de la lámina
Anatomía patológica propia, con folículos linfoides prominentes y cam-
bios en el epitelio, que se identifica como metapla-
Las gastritis crónicas pueden producir alteraciones de la sia intestinal altamente especializada. Se puede
mucosa gástrica tales como atrofia glandular y metapla- apreciar hiperplasia de las células G en pacientes
sia intestinal, hasta llegar a la displasia e inclusive rela- tratados durante largo tiempo con bloqueadores de
cionarse con la aparición de neoplasias gástricas. Histo- los receptores H2 y con inhibidores de la bomba de
lógicamente se pueden distinguir varios tipos, protones. Cuando se encuentra, se considera que
independientemente de las causas que las originen. existe alto riesgo de neoplasias gástricas.
Estómago 151
S Enfermedad de Menetrier. Se caracteriza por hi- de transformarse en mucosa de tipo intestinal con
perplasia polipoide difusa del epitelio glandular, todos sus elementos e incluir tanto células calici-
predominantemente del fundus y del cuerpo; en formes como absortivas, endocrinas y de Paneth.
estos casos debe buscarse intencionadamente la S Metaplasia intestinal incompleta: la metaplasia
presencia de displasia o neoplasia en la enferme- intestinal tipo II o incompleta contiene células ca-
dad avanzada, aunque frecuentemente se presente liciformes interpuestas entre las células foveola-
en sujetos diabéticos con la presencia de hipopro- res. Se subclasifica en dos grupos con base en el
teinemia grave. tipo de mucopolisacáridos que se encuentran tanto
en las células columnares como en las calicifor-
mes.
Diagnóstico S Tipo I. Pocas células absortivas, células co-
lumnares secretoras de sialomucina ácida, cé-
El procedimiento diagnóstico de mayor especificidad es lulas caliciformes secretoras principalmente de
la panendoscopia con biopsia de la mucosa gástrica de sialomucina y ocasionalmente sulfomucina.
las lesiones representativas, que permita al anatomopa- S Tipo II. Células columnares secretoras princi-
tólogo una buena correlación entre la imagen endoscó- palmente de sulfomucina y células calicifor-
pica y los hallazgos microscópicos; siempre deberá in- mes secretoras de sialomucina y sulfomucina.
vestigarse la existencia de Helicobacter pylori. Las formas más severas de metaplasia se aso-
cian con gastritis crónica atrófica. La metapla-
sia intestinal se observa con hematoxilina y eo-
sina; sin embargo, se pueden realizar tinciones
METAPLASIA INTESTINAL de histoquímica como el ácido peryódico de
Schiff (PAS) e inmunohistoquímica con antíge-
no carcinoembrionario.
pépticas como defectos excavados de la mucosa que ral y los flagelos le permiten penetrar por debajo de la
afectan hasta la muscularis mucosae y pueden penetrar capa de moco.
todo el espesor de la pared. Con mayor frecuencia se Una vez que el estómago es colonizado por la bacte-
presentan en el estómago y el duodeno, aunque pueden ria se produce en todos los casos una reacción inflama-
encontrase en el esófago, en anastomosis gastrointesti- toria (gastritis) que puede persistir por décadas. La mag-
nales y en el divertículo de Meckel (presencia de tejido nitud y la extensión del proceso inflamatorio, así como
gástrico ectópico). En síndromes de hipersecreción la asociación con patologías específicas (UP, MAL-
como el de Zollinger--Ellison pueden detectarse úlceras Toma, gastritis nodular, atrofia o metaplasia), dependen
incluso por debajo del ángulo de Treitz. de factores locales del huésped y de la virulencia de la
En las últimas dos décadas se ha tenido un avance cepa bacteriana.
importante en el conocimiento de la fisiopatología de la Se considera que los antiinflamatorios pueden ser
UP, principalmente del papel que juegan la infección precursores de lesiones gastroduodenales a través de
por Helicobacter pylori y los medicamentos antiinfla- dos mecanismos:
matorios no esteroideos (AINEs). Esto ha permitido de-
sarrollar nuevas estrategias de diagnóstico y tratamien- 1. Daño directo (tópico), dependiente de la fórmula
to, con la consecuente mejoría en evolución clínica y y la presentación del medicamento, la posología y
reducción en costos por atención médica. la duración del tratamiento.
Se ha considerado que tiene una prevalencia de 5 a 2. Efecto sistémico, dependiente de la inhibición de
10%. En EUA se ha estimado que hay aproximadamen- ciclooxigenasa con disminución en la producción
te 500 000 casos nuevos y cuatro millones de recurren- de prostaglandina endógena, lo que genera reduc-
cias de UP anualmente. Se observa en los últimos años ción en la secreción de moco y bicarbonato, en
una menor frecuencia de UP no complicada, mientras agregación plaquetaria y en flujo sanguíneo, ade-
que los casos de hospitalización por complicaciones más de alteraciones en la capacidad de regenera-
como hemorragia y perforación no han reducido consi- ción tisular.
derablemente. También se ha visto una tendencia al au-
mento en el índice de complicaciones por úlcera gás- Hasta 50% de los pacientes que consumen AINEs pre-
trica, principalmente en enfermos de edad avanzada. sentan lesiones superficiales, mientras que el desarrollo
de úlceras, documentadas por endoscopia, puede pre-
sentarse en 30 a 40% de los enfermos que los utilizan de
Etiología manera continua o por periodos prolongados.
que la UP era debida a alteraciones hormonales y psico- AINEs, pueden desencadenar el dolor. La náusea y el
somáticas. En la actualidad la infección por H. pylori y vómito suelen ser más frecuentes en la UG. Los pacien-
el consumo de AINEs son las causas más comunes de tes con UP pueden presentar vómito cuando la úlcera se
úlceras gastroduodenales. localiza en el canal pilórico o cuando el proceso infla-
Es indudable que a partir de la identificación de la matorio o cicatricial estenosa la luz duodenal. La exis-
bacteria (Marshall y Warren, 1983) y estudios posterio- tencia de pirosis y regurgitación asociadas con el sín-
res sobre su papel en la etiopatogenia de la UP se han drome ulceroso pueden sugerir incompetencia del
venido modificando los criterios de diagnóstico y ma- esfínter esofágico inferior o bien estenosis pilórica. El
nejo de la enfermedad acidopéptica. El Helicobacter eructo y la pérdida de peso pueden presentarse también
pylori puede sobrevivir en el medio ácido del estómago en casos de estenosis pilórica.
a través de la producción de ureasa, que degrada urea en Las manifestaciones clínicas de las posibles compli-
amonio y bióxido de carbono, lo que le genera un mi- caciones de la UP deben conocerse e investigarse dentro
croambiente alcalino, además de que su estructura espi- del interrogatorio y exploración física, ya que con fre-
154 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
cuencia ameritan evaluación y manejo de urgencia. Las siones es difícil, por lo que se sugiere consultar con los
complicaciones que puede presentar la UP son: expertos.
En el tejido que rodea a las úlceras también es impor-
1. Hemorragia. tante determinar la presencia de Helicobacter pylori.
2. Estenosis.
3. Perforación. Diagnóstico
4. Penetración.
Una vez sospechado el diagnóstico de UP con base en
datos clínicos es conveniente documentar la lesión.
Indudablemente, el estudio más útil para confirmar la
Anatomía patológica
localización y las características de la lesión ulcerosa es
la endoscopia, que permite la revisión completa del esó-
Las úlceras se pueden localizar tanto en el estómago fago, el estómago y las dos primeras porciones del duo-
como en el duodeno; pueden ser únicas o varias; el ta- deno. Además de documentar la ubicación y las caracte-
maño varía desde 1 cm o menos hasta 10 cm, a las que rísticas macroscópicas de la úlcera, permite identificar
se conoce como úlceras gigantes generalmente localiza- lesiones intercurrentes como atrofia, metaplasia, nodu-
das en el estómago; 10% son múltiples; cuando son dos laridad o erosiones. En pacientes con UP es indispensa-
se localizan generalmente en el estómago una y otra en ble la toma de biopsias de antro y cuerpo para identificar
el duodeno. Las lesiones están bien delimitadas, de con- infección por H. pylori. En casos de UG es obligado
torno regular, generalmente rodeadas de escaso edema; hacer un muestreo adecuado con biopsias (6 a 10) del
la mucosa que los rodea tiene apariencia granular con borde de la misma y repetir el estudio después del trata-
mayor o menor grado de inflamación asociada; los plie- miento para corroborar la cicatrización, dado su poten-
gues del órgano tienden a confluir. Las lesiones son ex- cial de malignización.
cavadas, de forma variable, con cráter limpio cubierto
por exudado blanquecino, aunque en casos de sangrado
pueden detectarse coágulos o vasos visibles. La superfi- ADENOCARCINOMA GÁSTRICO
cie serosa, dependiendo del tiempo de evolución de la
lesión, varía desde aspecto normal hasta retracción del
tejido, o bien adherencias a los órganos vecinos, como El cáncer gástrico es considerado la neoplasia maligna
páncreas, bazo, vías biliares y colon; cuando la lesión es más frecuente del aparato digestivo. Aunque la inciden-
aguda puede producir perforación, que en algunas oca- cia mundial ha disminuido considerablemente, en nues-
siones deja como secuelas formación de divertículos. tro país es considerado como una neoplasia de alta mor-
talidad, ocupando el segundo lugar en frecuencia de las
muertes relacionadas con el cáncer. Junto con el cáncer
de colon constituye las más frecuentes entre las neopla-
Aspecto microscópico sias del tracto gastrointestinal. Afecta a cualquier tipo
de raza, sobre todo a la población de razas amarilla y
El proceso inflamatorio en fase activa depende de que negra. Su frecuencia varía de acuerdo con el sitio geo-
exista un proceso de reparación y de cicatriz de episo- gráfico estudiado; por ejemplo, en regiones como Ja-
dios previos; generalmente se extienden a la submucosa pón, Europa del Este, Chile, Corea y Costa Rica, la inci-
y comúnmente hasta la muscular. En la lesión activa se dencia es de 40 a 100 casos por cada 100 000 habitantes.
encuentra necrosis, con mayor o menor cantidad de fi- En EUA se presenta en 10 por cada 100 000 habitantes.
brina, reacción neutrofílica, tejido de granulación y fi- En México ocupa el cuarto lugar entre las neoplasias
brosis; capas que se extienden desde la superficie de la malignas, con una tasa de 5.0 y 4.7 por cada 100 000 ha-
mucosa hasta la serosa; la mucosa que rodea dicha le- bitantes. Afecta con mayor frecuencia al sexo mascu-
sión suele mostrar inflamación aguda y crónica, así co- lino, en relación 2:1 con respecto al femenino, y su fre-
mo cantidad variable de metaplasia intestinal, dato que cuencia aumenta conforme avanza la edad, siendo más
se necesita investigar, y cuando se identifica el anato- común entre la sexta y la séptima décadas de la vida.
mopatólogo debe informar y buscar así cómo identificar
bacterias en la superficie y en los pliegues gástricos. Por Factores de riesgo
otro lado, deberán identificarse efectos de regeneración
y degeneración para no confundirlos con aéreas de dis- Los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer gás-
plasia en biopsias endoscópicas; esta decisión en oca- trico son la gastritis atrófica, la edad avanzada, el género
Estómago 155
masculino, el grupo sanguíneo tipo A, la presencia de etiología diferente, y por lo tanto se deben tomar en
anemia perniciosa, la poliposis gástrica, la enfermedad cuenta las siguientes consideraciones:
de Menetrier y el antecedente familiar de cáncer gás-
trico de primer grado. Existe controversia en relación a. Los carcinomas gástricos de tipo intestinal tienen
con el consumo de alimentos ricos en carbohidratos y mejor pronóstico que los del tipo difuso.
alimentos conservados, ahumados y secados en sal, en b. El de tipo difuso es relativamente más frecuente
antecedentes de cirugía gástrica previa, quienes consu- en mujeres y en pacientes jóvenes; el descenso en
men elevadas cantidades de nitrosaminas, el tabaco y el las cifras de mortalidad por cáncer gástrico se
alcohol. Recientemente ha llamado la atención la infec- debe a la disminución en la frecuencia del tipo in-
ción por Helicobacter pylori, ya que la colonización de testinal y en la población masculina.
dicha bacteria produce una fuerte asociación con el c. El carcinoma gástrico tipo difuso constituido prin-
desarrollo de esta neoplasia debido a la liberación de ci- cipalmente por células en anillo de sello no ha va-
tocinas proinflamatorias que producen inflamación cró- riado su frecuencia, y se presenta actualmente
nica de la mucosa del antro, una gastritis folicular y fi- como el tipo dominante.
nalmente metaplasia intestinal, cambios asociados con
el incremento en el riesgo de carcinoma gástrico. Estas consideraciones se deben tomar en cuenta, ya que
el cáncer gástrico es una neoplasia frecuente en nuestro
medio y es una de las primeras causas de mortalidad en
Anatomía patológica pacientes con cáncer.
Ghandur--Mnaymhed y col. describieron los cam-
De acuerdo a su forma, Bormann los divide en cinco bios displásicos que ocurren en la mucosa gástrica sin
tipos: metaplasia de tipo intestinal, y encontraron que en la
zona proliferativa de la glándula ocurren los cambios
S Tipo I: polipoide. displásicos que posteriormente originan los carcinomas
S Tipo II: ulcerado. difusos. La célula que toma parte en este proceso es in-
S Tipo III: ulcerado e infiltrante. diferenciada, redonda o poliédrica con citoplasma claro
S Tipo IV: infiltrante. o anfófilo sin borde en cepillo, y al diferenciarse hacia
S Tipo V: lesiones no clasificadas. célula mucosecretora da origen al carcinoma con célu-
las en anillo de sello; esta forma de proliferación en eta-
El tipo I y el II tienen mejor pronóstico que los tipos III pas iniciales simula al proceso normal de renovación del
y IV. epitelio gástrico, y es muy difícil su diagnóstico en esta
Microscópicamente Lauren los divide en intestinal, etapa, llamada in situ.
difuso y mixto. El intestinal se presenta habitualmente El estadio in situ o intraglandular es muy difícil de
en personas de edad avanzada, se localiza con mayor identificar en forma adecuada, porque la estructura tu-
frecuencia en el antro gástrico, tiende a ser bien diferen- bular de la glándula se conserva, no hay anisocitosis o
ciado, se encuentra asociado con mayor frecuencia a pleomorfismo ni agregados celulares. A partir de esta
infección por H. pylori y tiene mejor pronóstico. El di- etapa las células se propagan hacia las porciones super-
fuso tiende a presentarse en jóvenes; su frecuencia va en ficiales, rebasan la membrana basal en forma temprana
aumento, tiene menor asociación con la infección por e invaden la lámina propia. Por esto se ha pensado que
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
H. pylori, es de localización proximal, habitualmente el carcinoma con células en anillo de sello sea una neo-
indiferenciado y por lo tanto de peor pronóstico. plasia de la lámina propia, por el hecho de que es en esta
El cáncer gástrico inicia como una lesión localizada localización cuando el diagnóstico se puede establecer
que se puede extender al esófago y el duodeno o invadir con facilidad.
estructuras adyacentes, linfáticas y hematógenas; las
metástasis a distancia más comunes son a hígado, peri-
toneo, incluyendo los ovarios (tumor de Krukenberg), Factores pronóstico
al fondo del saco de Douglas (tumor de Blumer) y me-
nos comunes a pulmón. Los factores pronóstico más importantes son tanto el ta-
La clasificación histológica propuesta por Jarvi maño de la lesión como su profundidad, la invasión a
(1951) y Laurent (1965) separan en dos grupos al carci- otros órganos y la presencia o no de nódulos linfáticos
noma gástrico: el de tipo intestinal y el difuso; además, metastásicos. El American Joint Committee of Cancer
esta clasificación discrimina dos enfermedades con (AJCC) desarrolló un sistema de etapas basado en la
156 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
descripción de acuerdo a la penetración de la pared gás- pacientes, pero en estadios iniciales se encuentran en
trica por el tumor primario al momento del diagnóstico, niveles normales, por lo cual carecen de especificidad.
que lo agrupa en cinco etapas: El CA 72--4 se encuentra elevado en 60 a 70% de los pa-
cientes con enfermedad avanzada, y puede ser utilizado
S Etapa 0 Tis, N0, M0. para monitorear la progresión tumoral durante el trata-
S Etapa I Se subdivide en IA y IB. miento.
S IA: T1, N0, M0.
S IB: T1, N1, M0 o T2a/b, N0, M0.
LINFOMA GÁSTRICO
S Etapa II T1, N2, M0, o T2a/b, N1, M0, o T3,
N0, M0.
S Etapa III Se subdivide en IIIA y IIIB.
S IIIA: T2a/b, N2, M0, o T3, N1, M0 El linfoma gástrico es un tumor que se origina del tejido
o T4, N0, M0. linfoide asociado a mucosa (MALT) originado por la es-
S IIIB: T3, N2, M0. timulación crónica de la infección por Helicobacter py-
S Etapa IV T4, N1--3, M0, o T1--3, N3, M0, o cual- lori en más de 90%, ya que induce el desarrollo de folí-
quier T, cualquier N, M1. culos linfoides y promueve la transformación de una
población policlonal a monoclonal.
Corresponde a 5% de los cánceres gástricos, y es el
sitio extranodal más frecuente para linfoma; se trata de
Aspectos clínicos
un linfoma no Hodgkin en más de 95% principalmente
del linaje de células B. Afecta más al género masculino
Desgraciadamente, el cáncer temprano, altamente cura- entre la sexta y la séptima décadas de la vida, a personas
ble, no da ningún síntoma, y por ello no existe ningún de origen mediterráneo, en inmunodeficiencia congéni-
elemento que permita el diagnóstico de cáncer tempra- ta o adquirida e inmunosupresión. Su incidencia tiende
no; a medida que el tumor crece se producen manifesta- a aumentar debido al mejoramiento de técnicas diagnós-
ciones que la mayoría de las veces se manifiestan como ticas, así como la creación de criterios más objetivos.
cualquier síntoma digestivo asociado con gastritis. Se
deben tomar en cuenta varios parámetros, como el exa-
men clínico y semiológico, los antecedentes personales Aspectos clínicos
y los familiares que se resumen en la historia clínica. Es generalmente asintomático o puede manifestarse con
dolor en epigastrio, dispepsia, plenitud posprandial,
náuseas, vómito, cuadro ulceroso, hemorragia gastroin-
Diagnóstico testinal (hematemesis, melena, anemia) y síntomas B en
casos avanzados (pérdida de peso, fiebre y diaforesis).
La endoscopia digestiva con toma de biopsia se consi- El diagnóstico debe excluir la enfermedad sistémica
dera la piedra angular para su diagnóstico y confirma- (ausencia de adenopatías periféricas y mediastínicas al
ción histológica, con una alta sensibilidad y especifici- momento de presentación, frotis sanguíneo normal e hí-
dad. gado o bazo libres de linfoma, excepto cuando ya hay
Una vez confirmado es conveniente proceder a deter- diseminación por contigüidad), con endoscopia, toma
minar el estadio tumoral, lo cual permitirá planear el de biopsias, técnicas de inmunohistoquímica o PCR, in-
tratamiento de elección y establecer el pronóstico del vestigar presencia de H. pylori, exploración de vías aé-
paciente. La tomografía computarizada (TC) permite reas, TAC toracoabdominal y laparotomía exploradora
evaluar el grosor y la morfología de la pared gástrica, los en casos de duda. El estadiaje se realiza de acuerdo a la
relevos ganglionares y si existe o no la presencia de me- clasificación de Ann Arbor o de Musshoff (según la
tástasis hepáticas, ovárica o pulmonar. La evaluación de afección ganglionar y extranodal, y la presencia o au-
la profundidad de la infiltración tumoral en la pared gás- sencia de síntomas: fiebre, diaforesis y pérdida ponde-
trica y la invasión ganglionar se realiza mediante ultra- ral).
sonido endoscópico (USE), y la laparoscopia permite
examinar la diseminación peritoneal. Anatomía patológica
Los marcadores tumorales séricos tienen poca utili-
dad clínica; el antígeno carcinoembrionario (ACE) y Las lesiones se localizan principalmente en el antro gás-
CA 19--9 se encuentran elevados en 20 a 30% de estos trico, pero hasta en 30% son multifocales; el tipo de
Estómago 157
lesión más frecuente es la úlcera en 50%, infiltrante tipo miento es la erradicación antimicrobiana, con vigilan-
linitis plástica, pliegues engrosados con erosiones y en cia endoscópica y por biopsia cada mes hasta confirmar
menor proporción como un tumor. Son de bajo grado la reversión del linfoma, y después cada seis meses; en
cuando el infiltrado de células centrocíticas (pequeñas casos resistentes o recurrentes se dará tratamiento con
hendidas) rodea los folículos linfoides reactivos, y son quimioterapia (CHOP) o cirugía; en presencia de hemo-
de alto grado cuando el infiltrado de células grandes rragia será necesaria la aplicaron de radioterapia.
destruye a las glándulas, originándose a partir de un lin-
foma de bajo grado o de novo. Presenta inmunofenotipo
para CD19, CD20 y CD79a, pero no expresa las citoci-
nas CD10 y CD15.
MELANOMA METASTÁSICO
El diagnóstico histopatológico resulta difícil ya que A ESTÓMAGO
en la mayoría de los casos se reporta como adenocarci-
noma, proceso inflamatorio o tejido normal. Los crite-
rios de linfoma son la presencia de folículos linfoides
expandidos, plasmocitosis en la lámina propia, lesión Las metástasis a estómago son poco frecuentes y sólo
linfoepitelial (daño glandular por linfocitos neoplási- representan de 1 a 4% en los estudios de autopsias; las
cos) y la presencia de cuerpos de Dutcher (inclusión in- neoplasias que más frecuentemente dan metástasis a es-
tranuclear positiva a tinción de PAS). tómago son el carcinoma broncogénico, el melanoma,
el cáncer de mama y el de esófago.
Las metástasis de melanoma al estómago pueden
ocurrir durante el curso de la enfermedad o décadas des-
Pronóstico pués; los síntomas pueden incluir dolor abdominal, he-
matemesis, melena y obstrucción, y habitualmente tie-
En general el pronóstico es bueno en la mayoría de los nen un pronóstico malo a corto plazo, con una sobrevida
sujetos. Cuando se detecta Helicobacter pylori el trata- promedio de cuatro a seis meses.
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Estómago 159
Figura 6--1. Gastritis aguda. Mucosa de estómago que muestra úlceras agudas y hemorragia difusa de la mucosa, al parecer
submucosa.
Figura 6--2. Gastritis aguda. Estómago fijado en formol; se evidencian con nitidez las úlceras gástricas.
Estómago 161
Figura 6--3. Gastritis aguda. Corte panorámico de la mucosa de estómago; se identifica pérdida parcial de la mucosa, con abun-
dantes eritrocitos e infiltrado inflamatorio crónico y agudo submucoso en las zonas no ulceradas.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--4. Gastritis aguda ulcerada. Biopsia de mucosa gástrica que muestra hemorragia a nivel de la lámina propia.
162 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--5. Gastritis folicular. Endoscopia que muestra gastropatía difusa de aspecto nodular asociada con infección por Helico-
bacter pylori.
Figura 6--6. Gastritis folicular. Biopsia gástrica con infiltrado inflamatorio crónico y folículos linfoides reactivos.
Estómago 163
Figura 6--7. Gastritis aguda. Acercamiento de la luz de una glándula con presencia de moco y Helicobacter.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--8. Gastritis aguda. Luz de glándula gástrica teñida con Warthin en donde se identifica Helicobacter pylori.
164 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--9. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Endoscopia que demuestra metaplasia intestinal; nótense las zonas blan-
quecinas elevadas que contrastan con la superficie rosada aterciopelada del estómago.
Figura 6--10. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Biopsia de mucosa gástrica con infiltrado inflamatorio crónico y glándulas
de aspecto colónico (metaplasia intestinal).
Estómago 165
Figura 6--11. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Acercamiento de las glándulas con metaplasia intestinal.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--12. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Microfotografía con invaginación del epitelio glandular, con metaplasia
intestinal y algunas alteraciones nucleares epiteliales de displasia leve.
166 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--13. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Acercamiento del campo anterior.
Figura 6--14. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Corte con tinción de PAS que muestra la invaginación epitelial y la meta-
plasia intestinal.
Estómago 167
Figura 6--15. Gastropatía hiperplásica. Macrofotografía de mucosa gástrica con aumento en el tamaño de las vellosidades en
forma uniforme, de aspecto empedrado.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--16. Gastropatía hiperplásica. Macrofotografía de la pieza anterior, fijada. Nótese el tamaño aumentado e irregular de
las vellosidades.
168 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--17. Gastropatía hiperplásica. Macrofotografía y montaje teñido con H--E; composición de un corte transversal de la pa-
red gástrica donde el espesor de la mucosa está considerablemente aumentado, lo que da el aspecto de empedrado descrito
anteriormente.
Figura 6--18. Gastropatía hiperplásica. Panorámica de una vellosidad; se identifica dilatación quística de múltiples glándulas gás-
tricas, así como importante congestión y edema del estroma.
Estómago 169
Figura 6--19. Gastropatía hiperplásica. Otro campo en el que predominan la congestión y el edema del estroma.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--20. Úlcera gastroduodenal. Macrofotografía de úlcera péptica perforada. Nótese la convergencia de las vellosidades
hacia la parte central de la lesión.
170 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--21. Úlcera gastroduodenal. Microfotografía con pérdida de la mucosa gástrica sustituida por fibrina, detritus celulares
y abundante infiltrado inflamatorio agudo.
Figura 6--22. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía de lesión con depresión y pérdida de la arquitectura habitual de la muco-
sa, aparentemente ulcerada; los pliegues son convergentes.
Estómago 171
Figura 6--23. Adenocarcinoma gástrico. Pieza anterior fijada y técnica de mapeo para inclusión completa de la lesión.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--24. Adenocarcinoma gástrico. Glándulas gástricas anormales que demuestran importantes cambios tisulares y citológi-
cos (pleomorfismo nuclear y cambios en la afinidad tintoreal).
172 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--25. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía con glándulas neoplásicas limitadas a la mucosa sin infiltración del estroma.
Figura 6--26. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con úlcera mal delimitada con pliegues irregulares de la mucosa.
Estómago 173
Figura 6--27. Adenocarcinoma gástrico. Corte y montaje de la pieza anterior que muestra la zona ulcerada teñida con PAS.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--28. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con una úlcera central mal delimitada con superficie granular.
174 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--29. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía con glándulas gástricas infiltradas por neoplasia de estirpe glandular que
sustituyen el estroma.
Figura 6--30. Adenocarcinoma gástrico. Mucosa gástrica con múltiples células neoplásicas con citoplasma claro y pleomorfismo
nuclear en el estroma.
Estómago 175
Figura 6--32. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con un área ulcerada y aumento de espesor irregular de la pared del
estómago.
176 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--33. Adenocarcinoma gástrico. Montaje de la lesión antes descrita teñida con PAS que denota infiltración tumoral con
pérdida de la arquitectura a todo el espesor del órgano.
Figura 6--34. Adenocarcinoma gástrico. Células neoplásicas que infiltran y disecan las fibras musculares del estómago.
Estómago 177
Figura 6--35. Adenocarcinoma gástrico. Corte transversal de la pared del estómago a nivel de la zona ulcerada con aumento del
espesor de la pared.
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Figura 6--36. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía que demuestra las células neoplásicas con desmoplasia importante.
178 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--37. Adenocarcinoma gástrico. Cortes sagitales de meninges que muestran metástasis de adenocarcinoma gástrico.
Figura 6--38. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con área exofítica ulcerada en la que se pierde la convergencia de los
pliegues gástricos.
Estómago 179
Figura 6--39. Adenocarcinoma gástrico. Corte de la pieza anterior con abundantes áreas de necrosis y hemorragia; la neoplasia
infiltra todo el espesor de la pared hasta el tejido adiposo perigástrico.
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Figura 6--40. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía con glándulas con los núcleos estratificados hacia la porción apical de
la glándulas.
180 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--41. Adenocarcinoma gástrico. Acercamiento de la fotografía anterior con manifiesto pleomorfismo nuclear y abundantes
mitosis atípicas.
Figura 6--42. Linfoma gástrico. Macrofotografía con un área ulcerada elevada con necrosis central.
Estómago 181
Figura 6--45. Linfoma gástrico. Microfotografía con glándulas gástricas; entre ellas se identifican linfocitos neoplásicos en todo
su espesor.
Figura 6--46. Linfoma gástrico. Acercamiento de la fotografía anterior con infiltración al estroma de linfocitos neoplásicos con nu-
cleolo central.
Estómago 183
Figura 6--47. Linfoma gástrico. Foto panorámica de mucosa gástrica teñida con CD--20 positivo.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 6--48. Linfoma gástrico. Al acercamiento se muestra la membrana de los linfocitos neoplásicos positivos para CD--20.
184 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--49. Linfoma gástrico. Macrofotografía de un linfoma gástrico avanzado con ulceración de la serosa.
Figura 6--50. Linfoma gástrico. Corte de la pieza anterior que demuestra pérdida completa de la mucosa del estómago, sustituida
por una neoplasia amamelonada ulcerada y necrótica.
Estómago 185
Figura 6--51. Linfoma gástrico. Microfotografía en la que se identifican abundantes linfocitos de aspecto neoplásico que infiltran
y destruyen la mucosa gástrica.
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Figura 6--52. Linfoma gástrico. Acercamiento de la fotografía anterior en el que se identifican abundantes linfocitos neoplásicos
y mitosis atípica.
186 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--53. Melanoma metastásico a estómago. Macrofotografía de mucosa gástrica sin alteraciones en la porción inferior de
la foto; en la mitad superior se observan áreas ulceradas sobreelevadas de color café--rojizo, con áreas de color negro correspon-
dientes a la metástasis del melanoma.
Figura 6--54. Melanoma metastásico a estómago. Macrofotografía fijada en la que se notan los cambios descritos en la pieza
anterior.
Estómago 187
Figura 6--55. Melanoma metastásico a estómago. Montaje teñido con CD--20 positivo.
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Figura 6--56. Melanoma metastásico a estómago. Microfotografía que en la porción superior muestra glándulas gástricas de ca-
racterísticas normales; por debajo de las mismas se observa una neoplasia sólida que está empujando a las glándulas superiores.
188 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Figura 6--57. Melanoma metastásico a estómago. Acercamiento de la fotografía anterior del área neoplásica con células de esca-
so citoplasma basófilo, núcleos grandes y nucleolos evidentes.
Figura 6--58. Melanoma metastásico a estómago. Microfotografía de células neoplásicas con abundante melanina.
Estómago 189
Figura 6--59. Melanoma metastásico a estómago. Panorámica de mucosa gástrica teñida con melanina.
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Figura 6--60. Melanoma metastásico a estómago. Acercamiento de la zona neoplásica positiva para melanina.
190 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Capítulo 7
Duodeno
Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgia Alderete Vázquez, Federico Roesch Dietlen,
José María Remes Troche
en su cara lateral interna con la cabeza del pán- pancreatobiliares es de gran importancia. Hay que re-
creas; en la parte media se encuentra la papila de cordar que en su porción intrapancreática el colédoco se
Váter con los conductos pancreático y biliar; en su relaciona íntimamente con la segunda porción del duo-
borde externo o derecho se relaciona con el colon deno, al cual atraviesa para desembocar junto con el
ascendente y su ángulo hepático. conducto pancreático principal en el ámpula de Váter o
c. La tercera parte es horizontal, mide 10 cm de largo papila mayor, localizada en la porción posterointerna de
y se extiende desde el borde derecho de la tercera su segunda porción. Además, en esta porción desembo-
y la cuarta vértebras lumbares hasta el borde iz- ca el conducto pancreático accesorio o de Santorini, que
quierdo de la aorta. Atraviesa por delante al uréter, drena el proceso uncinado, el cual se localiza a menos
los vasos gonadales derechos, el psoas, la vena de 2 cm del esfínter de Oddi y un poco anterior a él.
191
192 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)
Anatómicamente el duodeno tiene cuatro capas: cuerpos localizados en los plexos celiaco y mesentérico
superior y por el plexo parasimpático procedente de los
S Mucosa, la cual reviste al resto de las capas adhe- nervios vagos, que terminan en los plexos de Meissner
rida íntimamente a la capa muscular, formando re- y Auerbach.
pliegues de número variable denominados vello-
sidades, en las cuales se encuentran las glándulas
de Brünner y la de Liberkühn. DUODENITIS INESPECÍFICA
S Submucosa, situada entre la capa mucosa y la ca- (DUODENITIS PÉPTICA)
pa muscular.
S Muscular, formada por dos planos, uno superfi-
cial de fibras longitudinales y otro profundo de fi-
bras circulares. Generalidades
S Serosa, que envuelve al órgano en su cara anterior,
La duodenitis crónica es una enfermedad común que
fijándolo al retroperitoneo.
puede verse como entidad separada o acompañada de
ulceración duodenal y síntomas de dispepsia. La muco-
El aporte sanguíneo de la primera porción del duodeno
sa duodenal normal usualmente tiene unas vellosidades
procede de la arteria supraduodenal y la rama pancrea-
más pequeñas y una actividad mitósica mayor compara-
toduodenal posterosuperior de la arteria gastroduode-
da con la mucosa yeyunal normal; se cree que esto se
nal, que es rama de la hepática común, las cuales des-
debe a la respuesta fisiológica normal de la mucosa ante
cienden entre la primera porción del duodeno y la
la presencia de ácido en la luz intestinal. La duodenitis
cabeza del páncreas y terminan dividiéndose en la gas-
podría representar una exageración de esta respuesta y
troepiploica derecha y la pancreatoduodenal superior
probablemente tiene la misma patogénesis que la úlcera
derecha. Las tres partes restantes del duodeno reciben
péptica. La duodenitis péptica puede dividirse en casos
su riego de una arcada anterior y una posterior, de las
asociados con úlcera péptica duodenal y los que no lo
que surgen ramas pancreáticas y duodenales. Esta arca-
están. Sin embargo, ésta puede ser una distinción poco
da está formada por la arteria gastroduodenal superior
precisa, ya que ambos representan diferentes fases del
derecha, la pancreaticoduodenal posterosuperior, una
mismo proceso; se dice que la duodenitis es una forma
rama más anteroinferior y una posteroinferior que pro-
preulcerosa moderada.
vienen de la arteria mesentérica superior.
Un gran porcentaje de pacientes que inician con duo-
El drenaje venoso del píloro y la primera porción del
denitis posteriormente desarrollan úlceras pépticas
duodeno está formado por las venas suprapilóricas, que
duodenales. Endoscópicamente algunos pacientes con
desembocan en las venas gastroepiploicas derechas, y
sospecha de úlcera péptica duodenal sólo presentan eri-
suprapilóricas, que desembocan en la vena porta y alre-
tema y friabilidad de la mucosa, hallazgos interpretados
dedor del duodeno pasan anastomosis entre las venas
comúnmente como duodenitis aguda. A menudo tam-
subpilóricas y suprapilóricas. Las venas inferiores de-
bién se observa atrofia, engrosamiento, irregularidad,
sembocan en las venas mesentéricas superior e inferior,
nodularidad y formaciones polipoides de la mucosa.
esplénica o primera yeyunal, y lo habitual es que las ar-
cadas venosas siguen el mismo patrón que la arcada ar-
terial. Aspectos clínicos
El drenaje linfático se inicia en los vasos de la lámina
propia y del plexo submucoso, y de ahí forman un se- El síntoma más común es el dolor abdominal, el cual se
gundo plexo entre las capas musculares. Atraviesan las presenta en la mayoría de los casos a nivel del epigas-
paredes anterior y posterior del duodeno hacia la curva- trio. Otros síntomas son sensación de vacío o “hambre
tura menor para drenar su contenido en los ganglios lin- dolorosa”, náuseas o vómito, plenitud posprandial, sen-
fáticos pancreatoduodenales anteriores y posteriores. En sación ardorosa en el abdomen y sangrado de tubo di-
la porción anterior drenan hacia los ganglios situados por gestivo. Puede presentarse a consecuencia de beber
delante del páncreas y los posteriores atrás del órgano, grandes cantidades de alcohol, uso prolongado de anti-
desplazándose en dos direcciones: los de la porción supe- inflamatorios no esteroideos o AspirinaR, o por infec-
rior drenan a los ganglios hepáticos y los inferiores a los ción por Helicobacter pylori. En otras ocasiones tam-
mesentéricos, cerca de la arteria mesentérica superior. bién puede desencadenarse posterior a una cirugía
La inervación del duodeno está dada por las células mayor, por lesiones traumáticas, quemaduras o infec-
neuronales del plexo simpático, posganglionares de los ciones graves.
Duodeno 193
trica pero no en epitelio duodenal normal. Cuando el H. la infancia pero desarrolla síntomas en la vida adulta. En
pylori se disemina a la mucosa duodenal normal se cree adultos la presentación ocurre a cualquier edad, con un
que produce un efecto citotóxico, y el daño inflamatorio pico de incidencia entre la tercera y la cuarta décadas de
podría ocasionar eventualmente más metaplasia gástri- vida. La pérdida de peso refleja la severidad de la estea-
ca. La duodenitis nodular consta de dos o más nódulos torrea y la habilidad del individuo para compensarla in-
que miden de 2 a 7 mm de diámetro, con eritema apical, crementando la ingesta calórica. En niños ocurre fre-
con o sin erosiones. Las imágenes radiológicas son sen- cuentemente retraso del crecimiento con emaciación,
sibles para detectar estos nódulos sólo cuando miden desgaste muscular, deshidratación y desequilibrio hi-
5 mm de diámetro, y se observan pequeños defectos droelectrolítico. Las manifestaciones gastrointestinales
de llenado de varios. más comunes son hemorragia/hemólisis, anemia, os-
teomalacia, dolor óseo, fracturas por compresión, ce-
guera nocturna, hiperqueratosis folicular de la piel, neu-
ropatías e hipofunción de glándulas endocrinas.
ENFERMEDAD CELIACA
Anatomía patológica
Generalidades
Los cambios histopatológicos son característicos pero
no diagnósticos. Afecta a la mucosa del intestino del-
La enfermedad celiaca, también conocida como entero- gado, siendo menos severa en las porciones distales del
patía sensible al gluten, enteropatía inducida por gluten mismo, quizá debido a que el intestino proximal está
y esprúe no tropical, es un ejemplo clásico de atrofia de más expuesto a altas concentraciones de gluten. La se-
las vellosidades con hiperplasia de las criptas. La pro- veridad de la enfermedad refleja la longitud de intestino
porción normal aceptada de la longitud de la vellosidad afectado por la enfermedad. Con la suspensión de la in-
y la profundidad de la cripta es de 3:1 o más, usualmente gesta de gluten en la dieta las lesiones ileales remiten
de 4:1 o de 5:1; proporciones menores corresponden a más rápidamente que las yeyunales; de hecho, pueden
atrofia vellosa, usualmente gradificada como leve, mo- requerirse varios años para que las lesiones de la unión
derada y severa. La atrofia vellosa severa implica una duodenoyeyunal remitan, incluso con dietas estrictas li-
alteración total de la arquitectura habitual llevando a bres de gluten. Las características histológicas mayores
una mucosa totalmente aplanada. La lesión es caracte- incluyen aplanamiento, acortamiento o ausencia de ve-
rísticamente reversible cuando se suspende la ingesta de llosidades, hiperplasia de criptas e inflamación crónica.
gluten en la dieta. La enfermedad celiaca es una causa El daño superficial está compensado por aumento en el
común de malabsorción en países occidentales, particu- número de mitosis en las criptas, así como aumento en
larmente en mujeres. La enfermedad celiaca está clara- su longitud; las células caliciformes son normales o es-
mente asociada al HLA, a los alelos del CMH--II tán ligeramente aumentadas en número. Los enterocitos
DQA1*0501 y DQB1*0201. Esta combinación alélica se vuelven basofílicos, vacuolados y cúbicos, con pérdi-
HLA--DQ2 se encuentra en 98% de los pacientes con da de la polaridad basal nuclear. Los linfocitos intraepi-
enfermedad celiaca. La patogenia involucra un daño in- teliales están dispersos entre los enterocitos; cerca de
munitario al enterocito asociado con ingesta de gluten. 70% de ellos expresan CD8 y aproximadamente 10%
La infección con adenovirus tipo 12 podría participar en CD4, el restante 20% son CD3 positivos, CD4 y CD8
adquirir esta sensibilidad al gluten. negativos. La lámina propia hipercelular contiene célu-
las plasmáticas, linfocitos, macrófagos, mastocitos, ba-
sófilos, eosinófilos y en raras ocasiones adipocitos. Pos-
Aspectos clínicos teriormente las células plasmáticas se vuelven el tipo
celular predominante y producen inmunoglobulinas con
La presentación clínica revela el grado de malabsor- un cambio de células productoras de IgA a células pro-
ción, y los síntomas más comunes son diarrea, malab- ductoras de IgM e IgG, ocasionando de esta manera una
sorción, anemia y pérdida de peso, que usualmente se deficiencia selectiva de IgA y un exceso de IgM. A ve-
desarrollan durante el primer año de vida, que es cuando ces hay inflamación aguda. La hiperplasia de células en-
se introduce el cereal en la dieta. Muchos niños experi- docrinas ocurre a expensas de células que contienen se-
mentan remisión espontánea con algunas recurrencias rotonina y motilina. Las células de Paneth, aunque en
de la enfermedad; otro grupo de pacientes es normal en número normal, tienen disminución en la cantidad de
Duodeno 195
sus gránulos. Están incrementados en PIV y la sustancia dades como Crohn, colitis ulcerativa crónica idiopática,
P; por otro lado, las enzimas disacaridasa, peptidasa, fibrosis quística y diarrea recurrente.
fosfatasa alcalina, trifosfatasa de adenosina y esterasa
están todas disminuidas.
Las lesiones de la mucosa pueden clasificarse en cin- Diagnóstico
co tipos: tipo 0, lesión preinfiltrativa; tipo 1, lesión infil-
trativa (linfocitosis intraepitelial, al menos 40 x 100 El diagnóstico definitivo depende de estudios serológi-
enterocitos); tipo 2, lesión hiperplásica (linfocitosis in- cos (anticuerpos antiendomisio —IgA—, antitransami-
traepitelial con anormalidad vellosa variable); tipo 3, nasa tisular y antigliadina —IgA e IgG) e histológicos
lesión destructiva; tipo 4, lesión atrófica en estadio final compatibles, respuesta favorable clínica e histológica a
(incluye la lesión del esprúe colagenoso). dieta libre de gluten y recaída ante la nueva ingesta de
El diagnóstico diferencial incluye todas las enferme- gluten. Las características radiográficas incluyen dila-
dades que ocasionan alteraciones en las vellosidades: tación intestinal con segmentación y fragmentación de
inmunodeficiencia común variable, alergias a otras pro- la columna de bario, hipersecreción, niveles hídricos y
teínas, algunas gastroenteritis infecciosas, casos raros alteraciones en la motilidad. El manejo de elección es
de esprúe tropical, isquemia crónica, estasis, síndrome de la dieta libre de gluten. Los pacientes que no responden
Zollinger--Ellison, duodenitis inespecífica y enferme- al manejo con dieta libre de gluten pueden tener un es-
dad inflamatoria intestinal (Crohn). prúe refractario o no clasificado, y algunos de ellos res-
El gluten (proteína presente en cereales) contiene ponden a terapia con esteroides; la causa más común de
una molécula llamada gliadina con alto contenido de este fracaso en el manejo es que la dieta no es realmente
prolina y glutamina. La transformación de glutamina en libre de gluten, ya que hay medicamentos, vitaminas,
ácido glutámico genera gliadina no tóxica. El mecanis- suplementos minerales y otros alimentos “no cereales”
mo preciso mediante el cual la gliadina daña al epitelio que contienen gluten. El esprúe refractario también
ocasionando atrofia y malabsorción es impreciso. Se puede asociarse con cavitación de ganglios linfáticos
han postulado dos teorías; una de ellas dice que las célu- mesentéricos e hipoesplenismo. Los adultos con enfer-
las absortivas intestinales son deficientes en una pepti- medad celiaca de larga evolución pueden desarrollar le-
dasa o proteasa para fragmentar la gliadina. Alternati- siones intestinales malignas. También se ha asociado
vamente, la gliadina podría inhibir la actividad de la con atrofia esplénica e hipoplasia ganglionar, por lo que
peptidasa, suspendiendo su propia degradación a ami- se ha postulado un defecto en el sistema inmunitario y
noácidos y permitiendo la acumulación de péptidos tó- un incremento en la incidencia de tumores (linfomas y
xicos de gliadina, interfiriendo así con la maduración carcinomas). Otras anormalidades incluyen pericardi-
del epitelio intestinal. La segunda teoría tiene bases in- tis, dermatitis y vasculitis. La persistencia de síntomas
munitarias; se cree que el gluten interactúa con linfoci- con dieta libre de gluten y mejoría en la histología orien-
tos sensibilizados de la lámina propia, resultando en la ta en la búsqueda de comorbilidades que podrían causar
formación de varios productos inmunitarios, incluyen- diarrea persistente: insuficiencia pancreática, deficien-
do anticuerpos dirigidos específicamente contra el glu- cia secundaria de lactasa, sobrecrecimiento bacteriano,
ten unido a las células intestinales y linfocinas citotóxi- enfermedad inflamatoria intestinal coexistente o colitis
cas. Estos productos inmunitarios, solos o combinados, linfocítica o colagenosa.
interactúan con las células intestinales, llevándolas a su
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
También llega a observarse invasión perineural, pero es cuencia de la obstrucción distal. La TAC de abdomen ha
menos común que en el carcinoma pancreático o de las sido empleada por otros autores y pudiera ayudar al
vías biliares. Los carcinomas invasivos se diseminan diagnóstico de estos tumores, evidenciando una lesión
por extensión directa a mucosa y pared duodenal, pán- circunscrita al área pancreatoduodenal, de baja densi-
creas y conducto biliar común; las metástasis ganglio- dad, con dilatación de la vía biliar extrahepática e intra-
nares ocurren con más frecuencia a los ganglios peri- hepática. La supervivencia a largo plazo sigue siendo
pancreáticos, de 30 a 50% están restringidas a un solo baja. La CPRE puede sugerir un colangiocarcinoma. La
grupo periampular adyacente, y las metástasis a distan- colangiorresonancia magnética de la vía biliar ha de-
cia a hígado, seguido por peritoneo, pulmones y pleura. mostrado gran efectividad en el diagnóstico de pacien-
El diagnóstico diferencial se basa en las considera- tes con ictericia obstructiva, pero resulta muy costosa.
ciones topográficas endoscópicas y macroscópicas ya El pronóstico de los carcinomas ampulares es significa-
mencionadas (del conducto biliar común, carcinomas tivamente mejor que el del colangiocarcinoma y el del
duodenales no ampulares). En la mayoría de los carci- adenocarcinoma pancreático. La sobrevida tiene un
nomas ampulares se ha detectado mutación de p53 con promedio de dos años, siendo los índices de la misma a
la correspondiente acumulación de su producto anormal 5 y 10 años de 33 y 28%, respectivamente; en casos re-
detectado por inmunohistoquímica. secados es de 50 y 35%, respectivamente, y se incre-
menta aún más (hasta 80%) en ausencia de metástasis
Diagnóstico ganglionares. Si el tumor está confinado al esfínter de
Oddi (definido como lesión en estadio I) la sobrevida a
Los métodos diagnósticos más utilizados son las radio- cinco años es de 85% en promedio. Los factores que se
grafías contrastadas de estómago y duodeno, gastroduo- asocian con mal pronóstico son irresecabilidad, estadio
denoscopia, ultrasonido, tomografía axial computarizada tardío y márgenes quirúrgicos positivos. El pronóstico
(TAC), colangiopancreatografía retrógrada endoscópica de pólipo villoglandular o adenoma velloso ampular sin
(CPRE), laparotomía y biopsia. El ultrasonido puede transformación maligna es excelente con excisión com-
demostrar una vía biliar intrahepática dilatada a conse- pleta.
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
200 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)
Figura 7--1. Biopsia duodenal con vellosidades de morfología habitual con aumento de células inflamatorias mononucleares en
la lámina propia, aislados polimorfonucleares y edema.
Figura 7--2. Microfotografía de ámpula de Váter; a mayor aumento se observa con mayor detalle la población celular polimorfa
constituida por linfocitos, células plasmáticas, escasos neutrófilos e histiocitos.
Duodeno 201
Figura 7--3. Ámpula de Váter. Microfotografía a 40x; se observa por debajo del epitelio superficial un acúmulo de células inflamato-
rias y una glándula con una mitosis que indica cambios regenerativos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 7--4. Microfotografía H--E. Enteritis eosinofílica. Intensa infiltración eosinofílica a nivel de la mucosa duodenal que afecta
la lámina propia.
202 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)
Figura 7--5. Enfermedad celiaca. Presencia de linfocitos entre las células del epitelio superficial en una vellosidad duodenal.
Figura 7--7. Duodenitis eosinofílica. Abundantes eosinófilos en la lámina propia del duodeno. Nótese la presencia de un eosinófilo
intracitoplásmico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 7--8. Duodenitis eosinofílica. Microabsceso de cripta; las células inflamatorias corresponden a eosinófilos.
204 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)
Figura 7--9. Macrofotografía. Adenocarcinoma intrapancreático del colédoco. El tumor se extiende hasta el ámpula de Vater.
Figura 7--10. Apariencia macroscópica de un adenocarcinoma periampular; el tumor crece exofítico y circunferencial alrededor
del ámpula de Vater.
Duodeno 205
Figura 7--11. Adenocarcinoma bien diferenciado periampular de tipo intestinal. Se observan formaciones tubulares con marcada
estratificación nuclear, adyacentes a mucosa duodenal normal.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 7--12. Colangiocarcinoma moderadamente diferenciado en el que se observa la heterogeneidad celular dentro de la misma
glándula, mostrando formaciones tubulares con luces intracitoplásmicas, estratificación nuclear y detritus celulares intraluminales.
206 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)
Figura 7--13. Microfotografía que muestra el abundante estroma desmoplásico dispuesto alrededor de las glándulas neoplásicas,
así como células inflamatorias polimorfonucleares.
Figura 7--14. Componente papilar superficial bien diferenciado en ámpula de Vater con apariencia de adenoma velloso.
Capítulo 8
Tumores estromales del
tracto gastrointestinal
Isabel Alvarado Cabrero
mores no se originan del músculo liso. La mayor parte de estos tumores son encontrados ini-
De acuerdo con el trabajo realizado por Kindblom y cialmente en un ultrasonido o una tomografía computa-
col. en 1998, el origen de los tumores estromales es a rizada que se llevan a cabo en un paciente con alguna
partir de las células intersticiales de Cajal. sintomatología abdominal.
Estas células “marcapaso” son las responsables de Los estudios con medio de contraste oral o rectal pue-
iniciar y coordinar la motilidad del tracto gastrointesti- den mostrar defectos de llenado con bordes claramente
nal. Sin embargo, el evento más importante que distin- demarcados. En la endoscopia digestiva los GIST se
guió a los TETGI como una entidad única fue el descu- manifiestan como protrusiones de la pared recubiertas
brimiento realizado por Hirota y col., en 1998, de que de mucosa que puedes presentar zonas de ulceración.
estas neoplasias poseen la mutación del protooncogén El ultrasonido endoscópico (UE) puede mostrar una
c--kit. masa hipoecoica contigua en la muscularis propia y per-
207
208 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
mite llevar a cabo biopsias en casos en los que el tumor das dispuestas en fascículos que se entrelazan entre sí.
no es accesible por endoscopia. Los tumores epitelioides se componen de células redon-
Desafortunadamente, las biopsias obtenidas por en- das o poligonales con abundante citoplasma eosinófilo
doscopia o UE generalmente no obtienen suficiente te- o claro; pueden tener un patrón en nidos sólidos similar
jido para poder llevar a cabo una caracterización ade- al de un tumor neuroendocrino o a un paraganglioma.
cuada de estas lesiones, ya que la mayor parte de estos Algunas características morfológicas predominan en
tumores crecen en forma submucosa, lo cual dificulta la algunos ejemplos de tumores estromales, dependiendo
obtención de tejido útil para su diagnóstico histológico. de su localización; así, los tumores estromales epitelioi-
La tomografía y la resonancia magnética son esenciales des se encuentran con mayor frecuencia en el estómago
para determinar la extensión del tumor y la presencia de y están compuestos por células que se disponen en un
metástasis. Los tumores encontrados durante una lapa- patrón en nidos o mantos sólidos. Las células por lo ge-
rotomía deben ser biopsiados teniendo la precaución de neral muestran un citoplasma eosinófilo que se conden-
incluir zonas sólidas y blandas, así como las partes he- sa alrededor del núcleo con una zona clara periférica.
morrágicas y necróticas de la lesión. Los núcleos son redondos con nucleolo poco aparente;
en ocasiones algunas células gigantes multinucleadas
pueden presentarse en forma focal. Es importante seña-
Anatomía patológica lar que el pleomorfismo en estos tumores por lo general
es focal, de manera que cuando una neoplasia mesen-
Los tumores estromales del tracto gastrointestinal pue- quimatosa presenta un pleomorfismo extenso es poco
den presentarse en cualquier parte del mismo. Son por probable que se trate de un tumor estromal del tracto
lo general lesiones submucosas que crecen en forma en- gastrointestinal. Los tumores estromales del tracto gas-
dofítica o en forma paralela a las luces de las vísceras trointestinal pueden mostrar patrones morfológicos
afectadas. También pueden manifestarse como masas poco comunes, como, entre otros:
exofíticas extraluminales. Estas neoplasias varían en
diámetro entre 1 y 40 cm. Aproximadamente de 50 a a. Patrón hemangiopericítico.
70% de ellas se originan en el estómago; el intestino b. Con células en anillo de sello.
delgado ocupa el segundo lugar en frecuencia y de 20 c. Organoide.
a 30% de ellos se originan en el yeyuno--íleon. Sitios d. Paucicelulares (semejantes a fibromatosis).
menos afectados son el colon y el recto (5 a 15%) y el
esófago (< 5%). Se han reportado tumores primarios en
el omento y en el mesenterio, pero son raros. Inmunofenotipo
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Tumores estromales del tracto gastrointestinal 211
Figura 8--1. Tumores estromales del tubo digestivo. Endoscopia que muestra una neoplasia que protruye en la luz del estómago
que correspondió a un tumor estromal.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 8--2. Ultrasonido endoscópico en el que se aprecia en la parte inferior (señalado con la flecha) un tumor estromal bien cir-
cunscrito, localizado en la pared gástrica.
212 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Figura 8--3. Tumor estromal del tubo digestivo. Imagen histológica del tumor estromal; se aprecia la estirpe muscular de la lesión.
Tinción H--E.
Figura 8--4. Tumor estromal del tubo digestivo (GIST). Tinción KIT CD--17 positivo para GIST.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 213
Figura 8--5. Macrofotografía que muestra un área nodular que empuja y pierde los pliegues de la mucosa.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 8--6. Al corte de la pieza anterior se identifica que la mucosa gástrica se encuentra respetada y por debajo de la misma
se identifica una neoplasia de color blanco con áreas de hemorragia central.
214 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Figura 8--7. Tumor estromal gástrico. Neoplasia no encapsulada y bien delimitada, con áreas extensas de hemorragia.
Figura 8--8. Tumor estromal gástrico. Aspecto exterior. Neoplasia de aspecto mesenquimatoso, con bordes irregulares, no infil-
trantes.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 215
Figura 8--9. Tumor estromal al corte. Neoplasia mesenquimatosa, de aspecto fibroso, blanco--amarilla.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 8--10. Microfotografía de tumor estromal del tracto gastrointestinal. Aspecto histopatológico. Neoplasia compuesta por cé-
lulas fusiformes que se disponen en fascículos.
216 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Figura 8--11. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. Detalle microscópico. Células fusiformes con núcleos alargados, de cro-
matina fina.
Figura 8--12. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. Aspecto microscópico. Neoplasia mesenquimatosa compuesta por célu-
las redondas y fusiformes dispuestas en haces cortos.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 217
Figura 8--13. Tumor estromal del tracto gastrointestinal epitelioide. Aspecto histopatológico. Neoplasia mesenquimatosa com-
puesta por células redondas con núcleos centrales y citoplasma eosinófilo.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 8--14. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. CD117. Positividad intensa y difusa.
218 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Figura 8--15. Tumor estromal del tracto gastrointestinal epitelioide con positividad citoplásmica intensa al CD34.
Figura 8--16. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. Aspecto histopatológico, compuesto por células dispuestas en remolino.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 219
Figura 8--17. Tumor estromal compuesto por nidos celulares o patrón en remolino (detalle).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 8--18. Tumor estromal del tracto gastrointestinal con patrón en remolino, positivo al CD117.
220 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Figura 8--21. Fibromatosis, aspecto microscópico. Neoplasia paucicelular con células fusiformes.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 8--22. Tumor estromal con cambios postratamiento. Neoplasia mesenquimatosa blanco--amarilla con áreas de degenera-
ción quística y necrosis.
222 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Figura 8--23. Corte transversal del sigmoides en el que se observa lesión tumoral circular que se extiende hasta el tejido adiposo
y rodea al órgano.
Figura 8--24. Microfotografía que muestra el epitelio conservado en el estroma; se identificó lesión tumoral compuesta por células
alargadas y redondas malignas que sustituyen la pared del órgano.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 223
Figura 8--25. Un mayor acercamiento donde se evidencian mitosis atípicas, hipercromatismo nuclear y células con tendencia a
ser alargadas.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
224 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Capítulo 9
Pólipos del tubo digestivo
Irene Rivera Salgado, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González, Maricela Díaz Oyola,
Rosa María Vicuña González, Armando Macario Valencia Romero, José María Remes Troche,
Federico Roesch Dietlen
225
226 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Adenoma tubulovelloso
PÓLIPOS INTESTINALES
Es una combinación de la imagen microscópica de un
adenoma tubular con áreas de aspecto velloso; tiene el
mismo potencial maligno que el que tiene el adenoma
A lo largo del intestino delgado y el grueso se pueden velloso.
observar pólipos y adenomas de muy similar configura-
ción, siendo el colon el sitio más frecuente. En intestino
delgado las lesiones frecuentemente son únicas, y el Adenoma velloso
duodeno es el sitio más frecuente. Entre las lesiones del
duodeno están los adenomas de glándulas de Brünner, Corresponde a adenomas que generalmente son sésiles,
los pólipos adenomatosos y los pólipos hamartomato- pueden ser únicos o múltiples y llegan a medir varios
sos. En el colon las lesiones más frecuentes son los ade- centímetros de diámetro.
nomas tubulares y los vellosos, así como su combina- La superficie es de aspecto vegetante como una coli-
ción: el adenoma tubulovelloso. Pueden o no estar flor, y cuando tienen grandes dimensiones pueden estar
asociadas con síndromes de poliposis múltiples. ulcerados en la porción central. Pueden producir datos
de obstrucción, cambio en el hábito intestinal y hemo-
rragia, sobre todo los que se encuentran en el sigmoides
Adenoma de glándulas de Brünner y el recto.
En el duodeno, aunque con una incidencia baja, el
Lesión sésil de aspecto hamartomatoso en la que hay adenoma velloso es el que se presenta con mayor fre-
proliferación de glándulas submucosas de Brünner sin cuencia.
atipia, tejido adiposo y estructuras quísticas revestidas Microscópicamente se caracteriza por tener prolon-
por células ciliadas. Pueden ser únicos o múltiples, y gaciones digitiformes con un estroma fibrovascular re-
son más frecuentes en la pared posterior del duodeno. vestidas por epitelio con francos cambios displásicos y
figuras de mitosis frecuentes.
Puede tener áreas de carcinoma in situ, y por estas ca-
Adenoma tubular (pólipo adenomatoso) racterísticas tiene un alto potencial maligno que llega a
ser hasta de 60%.
En intestino delgado son más frecuentes en el duodeno No es raro encontrar adenocarcinomas invasores del
y el yeyuno; en el colon se presentan con igual frecuen- colon en los que, al muestrear la neoplasia en las porcio-
Pólipos del tubo digestivo 227
todo el colon, ya que puede haber lesiones coexistentes, tudio endoscópico, ya que se encuentra el riesgo poten-
y tendrán que realizarse estudios de detección cada ter- cial de cáncer; en casos de confirmación de cáncer se re-
cer año por el riesgo potencial de presentar otro pólipo comienda llevar a cabo una colectomía.
adenomatoso y el desarrollo de cáncer colorrectal. El El pronóstico es bueno cuando se eliminen todos los
manejo es la polipectomía de todo pólipo durante el es- pólipos de manera oportuna.
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Pólipos del tubo digestivo 229
Figura 9--1. Pólipos del tubo digestivo. Pólipo gástrico hiperplásico con proliferación del epitelio foveolar y glándulas de la mucosa
gástrica fúndica hiperplásica; en la lámina propia hay edema y fibrosis leve.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--2. Pólipos fúndicos: mucosa gástrica con varios pólipos sésiles con las mismas características que la mucosa vecina,
de 2 a 6 mm de diámetro.
230 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--3. Pólipos del tubo digestivo. Múltiples pólipos fúndicos de entre 5 y 10 mm de diámetro, sésiles, que por ser múltiples
y muy cercanos dan un aspecto en empedrado.
Figura 9--4. Pólipo del tubo digestivo. Los pólipos fúndicos están formados por acúmulos de glándulas fúndicas e hiperplasia del
epitelio foveolar en donde hay algunas aéreas que tienen dilatación quística.
Pólipos del tubo digestivo 231
Figura 9--5. Pólipo hamartomatoso en el que se realizó una resección en bloque de la pared gástrica con un pólipo sésil firme de
3 cm de diámetro; en esta superficie de corte tiene una base de aspecto fibroso y mucosa aterciopelada.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--6. Pólipo hamartomatoso pediculado en el que la superficie es multinodular, con áreas de erosión.
232 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--7. Pólipo del tubo digestivo. Al corte el tallo es fibroso, revestido por mucosa, y el pólipo es firme.
Figura 9--8. Pólipo hamartomatoso, aspecto microscópico; en el tallo tiene haces de músculo liso que se extienden al extremo
de las ramificaciones digitiformes y la mucosa con proliferación glandular, glándulas quísticas con moco en la luz y otras más con
células caliciformes.
Pólipos del tubo digestivo 233
Figura 9--9. Imagen macroscópica de la superficie externa de un pólipo hamartomatoso del colon, de 1 cm de diámetro, pediculado
y firme.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--10. Imagen macroscópica al corte de un pólipo hamartomatoso del colon, de 1 cm de diámetro, pediculado y firme.
234 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--11. Pequeño segmento de colon en donde hay escasos y pequeños pólipos sésiles de unos cuantos milímetros, que
corresponden a pólipos hiperplásicos; además, hay orificios que corresponden a divertículos.
Figura 9--12. Resección intestinal con un adenoma tubular, único, sésil, de 2.5 cm, revestido por mucosa de aspecto aterciopelado.
Pólipos del tubo digestivo 235
Figura 9--13. Pólipo adenomatoso (adenoma tubular) pediculado, de 4 x 1.5 cm, que se resecó endoscópicamente, en el extremo
distal multinodular y el tallo con edema de la mucosa y discretos pliegues.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--14. Pólipo del tubo digestivo. Al corte el tallo es fibrovascular en su porción central, y proliferación de la mucosa en el
extremo distal.
236 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--15. Montaje de pólipo adenomatoso en el que se hace evidente el tallo fibrovascular (flechas) y gran proliferación de
la mucosa.
Figura 9--16. Imagen microscópica de un pólipo adenomatoso con glándulas de aspecto tubular y otras más de borde irregular,
revestidas por un epitelio seudoestratificado, con cambios displásicos.
Pólipos del tubo digestivo 237
Figura 9--17. Endoscopia de un adenoma velloso del colon en el que la lesión polipoide es de aspecto vegetante.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--18. Imagen macroscópica de un adenoma velloso sésil de aspecto vegetante, la mucosa del pólipo discretamente con-
gestiva en comparación a la mucosa vecina, en un producto de resección intestinal.
238 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--19. Secuencia de tres aspectos de una resección de sigmoides por un adenoma velloso de 6 cm de diámetro que está
a unos cuantos milímetros del borde, la primera imagen de su aspecto en fresco.
Figura 9--20. Pólipo del tubo digestivo. Pieza fijada en la que se acentúa este aspecto velloso.
Pólipos del tubo digestivo 239
Figura 9--21. Pólipos del tubo digestivo. Al corte se observa bien cómo la lesión se origina de la mucosa, no infiltra submucosa
ni capas musculares y tiene un patrón de crecimiento digitiforme. No hay lesión en el borde quirúrgico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--22. Pólipos del tubo digestivo. Aspecto histológico de los pólipos, con prolongaciones digitiformes, glándulas dilatadas,
congestión y células inflamatorias en la lámina propia.
240 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--23. Paciente femenino de 20 años de edad con historia clínica de poliposis familiar a la que se realizó hemicolectomía.
El colon mostró múltiples pólipos sésiles de tipo inflamatorio; la mucosa da un aspecto de empedrado (cortesía del Dr. Jorge Ar-
mando Pérez Castro).
Figura 9--24. Aspecto de un segmento de colon de 2 x 3 cm en donde es posible contar más de 50 pólipos.
Pólipos del tubo digestivo 241
Figura 9--25. Colon de paciente con síndrome de Gardner, macroscópicamente incontables pólipos adenomatosos, sésiles y al-
gunos discretamente pediculados de varios centímetros de diámetro (cortesía del Dr. Reynaldo Falcón).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--26. Acercamiento en el que se pueden contar decenas de pólipos en una pequeña extensión de la mucosa.
242 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Figura 9--27. Endoscopia: metástasis de mucosa duodenal con lesión polipoide sésil, de 7 mm de diámetro aproximadamente.
Corresponde a metástasis de carcinoma renal.
Figura 9--28. Endoscopia: metástasis polipoide en yeyuno, gran nódulo cubierto por mucosa congestiva; la fotografía ilustra el
momento en que se está tomando la biopsia.
Pólipos del tubo digestivo 243
Figura 9--29. Resección del segmento de yeyuno con el nódulo que mide 1.5 cm; es firme y corresponde a una metástasis de
carcinoma broncogénico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--30. Endoscopia: metástasis en intestino de un carcinoma de endometrio en el que la infiltración tiene múltiples nódulos
de aspecto polipoide que producen estenosis de la luz.
244 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Capítulo 10
Intestino delgado, colon y región anorrectal
Federico Roesch Dietlen, Isabel Alvarado Cabrero, Héctor Santiago Payán, Reynaldo Falcón Acevedo,
Isabel Ruiz Juárez, Alfonso Canales Kai, Hugo González Olivo, José María Remes Troche,
José Quintana Aguilar, Agustín Guzmán Marañón, Guadalupe Melo Santisteban, Silvia Cid Juárez
niventes, que son más grandes, numerosos y se en- rior se divide en ramas terminales: ileal izquierda, que
cuentran comprimidos a nivel del yeyuno, dando se anastomosa con ramas colaterales, y la arteria ileal
el aspecto de tener una pared más gruesa; en cam- derecha, que alcanza la última asa ileal hasta el ángulo
bio, en el íleon los pliegues son pequeños y separa- ileocecal.
dos, y en la parte distal no existen. La superficie En esta región no se encuentra anastomosis, por lo
mucosa tiene aspecto aterciopelado por las vello- que no hay arco arterioso (zona avascular del mesente-
sidades intestinales; en él se encuentran las glán- rio o de Treves).
dulas de Lieberkuhn, que secretan el jugo intesti- El drenaje venoso sigue un trayecto análogo al de las
nal. A nivel del íleon inferior se encuentran los arterias; las venas ileales y yeyunales desembocan en la
agregados linfáticos “placas de Peyer”. vena mesentérica superior; esta vena, al reunirse con el
245
246 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
tronco venoso esplenomesentérico, forma la vena porta, Su circulación arterial proviene de las ramas cólicas de
y de esta manera la sangre del intestino delgado pasa por la arteria mesentérica superior en su porción derecha,
el hígado. mientras que la porción izquierda proviene de las ramas
La circulación linfática en este segmento del tracto cólicas de la mesentérica inferior, formando puentes ar-
digestivo contribuye al traslado de los lípidos absorbi- teriales avasculares, o en su defecto cada arteria cólica
dos. En el mesenterio se encuentran los quilíferos, con superior se une a las ramas de la bifurcación de la cólica
varias estaciones de nodos linfáticos a través de la arte- media, convirtiendo el mesocolon en una zona muy vas-
ria mesentérica superior, que drenan en el afluente linfá- cularizada. En la región anorrectal las ramas hemorroi-
tico principal, que es retroportal: la cisterna de Pecquet. darias provienen de la arteria mesentérica inferior.
La inervación es simpática y parasimpática, a través El sistema venoso guarda la misma distribución que
del plexo celiaco y de los plexos mesentéricos superio- el arterial, cuyas ramas terminan en las venas mesentéri-
res. cas inferior y superior, las cuales forman la vena porta,
que drena su contenido al hígado.
La circulación linfática se realiza a través del drenaje
Colon y recto de las estructuras linfoides de la pared, derivando su
contenido en los ganglios linfáticos, que se encuentran
distribuidos a lo largo del borde mesial del colon y de
Mide de 1.60 a 1.80 m en el adulto. Se extiende del ahí hacia los ganglios mesentéricos preaórticos.
íleon, en la válvula ileocecal, al ano, abriéndose al exte- La inervación simpática parte de los nervios mesen-
rior del cuerpo. téricos procedente de los ganglios abdominales prever-
A nivel abdominal se encuentran el ciego y el apéndi- tebrales, dando origen a los plexos esplácnicos mayor
ce, el colon ascendente, el colon transverso y el colon y menor. La inervación simpática parte del neumogás-
descendente; a nivel de la pelvis y el perineo se hallan trico, que a partir del nervio vago posterior emite sus ra-
el colon sigmoide, el recto y el conducto anal. mas esplácnicas que inervan todo el intestino. Intrínse-
camente en la pared se encuentra los plexos de Meissner
Configuración anatómica y de Auerbach.
gluteínas, la albúmina y las globulinas. Las prolaminas hiperplasia de criptas e inflamación crónica. El daño su-
del trigo reciben el nombre de gliadinas; tienen la carac- perficial está compensado por aumento en el número de
terística de estar compuestas por glutamina (35% de sus mitosis en las criptas, así como aumento en su longitud;
aminoácidos) y prolina; estas partículas son las respon- las células caliciformes son normales o están ligera-
sables de la toxicidad del gluten. Otros cereales, como mente aumentadas en número. Los enterocitos se vuel-
la cebada y el centeno, también contienen prolaminas y, ven basofílicos, vacuolados y cúbicos, con pérdida de la
por lo tanto, tienen el mismo potencial tóxico que el polaridad basal nuclear. Los linfocitos intraepiteliales
trigo. Los mecanismos implicados en el desarrollo de la están dispersos entre los enterocitos; cerca de 70% de
enfermedad son múltiples, pero los factores que más se ellos expresan CD8 y aproximadamente 10% CD4, el
han estudiado para intentar explicar la susceptibilidad restante 20% son CD3 positivos, CD4 y CD8 negativos.
al daño ocasionado por el gluten son la predisposición La lámina propia hipercelular contiene células plasmá-
genética y los factores inmunitarios. ticas, linfocitos, macrófagos, mastocitos, basófilos, eo-
sinófilos y en raras ocasiones adipocitos. Posteriormen-
te las células plasmáticas se vuelven el tipo celular
Aspectos clínicos predominante y producen inmunoglobulinas con un
cambio de células productoras de IgA a células produc-
toras de IgM e IgG, ocasionando de esta manera una
Su espectro clínico es muy amplio; si bien las manifes- deficiencia selectiva de IgA y un exceso de IgM. A ve-
taciones gastrointestinales pueden ser las más eviden- ces hay inflamación aguda. La hiperplasia de células en-
tes, existen manifestaciones extraintestinales que deben docrinas ocurre a expensas de células que contienen se-
hacer sospechar de la existencia de esta enfermedad. En rotonina y motilina. Las células de Paneth, aunque en
adolescentes y adultos los síntomas son vagos e inespe- número normal, tienen disminución en la cantidad de
cíficos. La presentación típica es con diarrea crónica y sus gránulos. Están incrementadas en PIV y la sustancia
síndrome de absorción intestinal deficiente, astenia, P; por otro lado, las enzimas disacaridasa, peptidasa,
adinamia, pérdida de peso y glositis. La presencia de fosfatasa alcalina, trifosfatasa de adenosina y esterasa
esteatorrea indica la existencia de enfermedad grave y están todas disminuidas.
extensa, y es poco probable en los pacientes con afec- Debido al espectro tan amplio, Marsh propuso una
ción limitada a la porción proximal del intestino delga- clasificación histológica que describe los cambios que
do. Pueden existir también problemas endocrinos como va sufriendo la mucosa intestinal de estos pacientes:
talla baja, infertilidad primaria, abortos recurrentes, pu-
bertad retrasada y menopausia temprana, osteopenia,
S Lesión tipo 0 (preinfiltrativa), presente hasta en
osteoporosis y osteomalacia. Aunque varias enferme-
5% de pacientes con dermatitis herpetiforme; se
dades se han asociado a la enfermedad celiaca, la más
caracteriza por mucosa normal con presencia de
común es la dermatitis herpetiforme, que se caracteriza
anticuerpos positivos.
por una erupción pabulovesicular pruriginosa.
S Lesión tipo 1 (infiltrativa): mucosa normal, pero
con incremento de linfocitos intraepiteliales (LIE).
S Lesión tipo 2 (hiperplásica): además de la linfoci-
Anatomía patológica tosis intraepitelial existe hiperplasia de las criptas
con disminución en la altura de las vellosidades
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
pleta de las vellosidades y depósitos de colágena ulcerosa (también conocida como colitis ulcerativa cró-
en la mucosa y la submucosa. En un grupo peque- nica idiopática o CUCI) y la enfermedad de Crohn (EC).
ño de pacientes pueden desarrollarse complica- La etiología de ambas enfermedades se desconoce, y su
ciones malignas, como linfomas de células T. patogénesis no está totalmente definida, pero probable-
mente está determinada por un complejo de varios fac-
tores que incluyen susceptibilidad genética, alteracio-
Diagnóstico nes en el epitelio de revestimiento intestinal, bacterias
y productos bacterianos, desequilibrio entre flora bacte-
riana benéfica y patógena, desregulación en la respuesta
Originalmente la Sociedad Europea de Gastroenterolo-
inmunitaria, autoanticuerpos, apoptosis, agentes exó-
gía Pediátrica y Nutrición basaba el diagnóstico en la
genos, antígenos alimentarios y agentes infecciosos.
obtención de al menos tres biopsias de la mucosa del in-
También se han asociado otros factores, como tabaquis-
testino delgado. La primera debía ser diagnóstica cuan-
mo activo y pasivo, apendicectomía, poco ejercicio, ex-
do el paciente estaba en dieta con gluten, la segunda
posición a aire acondicionado, etc.
debía mostrar mejoría de la arquitectura de las vellosi-
No existe un estándar de oro para el diagnóstico de
dades cuando se suprimía el gluten y la tercera debía
estas entidades, que depende de:
mostrar daño mucoso cuando se reintroducía el gluten
a la dieta (reto terapéutico). Sin embargo, desde 1990 se
1. La exclusión de otras causas de enteritis y colitis
estableció que se necesitaba sólo una biopsia con ima-
aguda autolimitada (infecciones, alergia, medica-
gen característica y la mejoría clínica con la suspensión
mentos).
del gluten de la dieta. En la actualidad el diagnóstico de
2. El reconocimiento de las características clínicas,
enfermedad celiaca se debe sustentar con base en el cua-
imagenológicas, endoscópicas e histológicas de
dro clínico, los hallazgos histológicos y la positividad
estas dos entidades.
para los anticuerpos AtTG. Sin embargo, existen otras
pruebas diagnósticas que son útiles en la evaluación de Aproximadamente en 5% de los casos de EII no es posi-
estos pacientes. Habitualmente el tránsito intestinal con ble establecer el diagnóstico de colitis ulcerativa o en-
medio de contraste muestra hallazgos poco específicos, fermedad de Crohn, en cuyo caso se utiliza el término
como dilatación de asas intestinales, engrosamiento u de colitis indeterminada.
obliteración de los pliegues mucosos, desmineraliza-
ción ósea difusa y floculación del medio de contraste en
el intestino delgado. Aunque se han descrito imágenes
endoscópicas características, la principal utilidad de la ENFERMEDAD DE CROHN
panendoscopia es la toma de biopsias del duodeno. Ni
la atrofia de las válvulas ni el aspecto festonado o sabu-
rral de la segunda porción del duodeno presentan la sufi-
ciente sensibilidad y especificidad para por sí solos esta- Generalidades
blecer la posibilidad diagnóstica de enfermedad celiaca.
Las anormalidades hematológicas más comunes son La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamato-
anemia microcítica por deficiencia de hierro (aunque ria crónica idiopática que afecta principalmente el íleon
puede haber también deficiencia de folatos y vitamina terminal y la región cecal, pero puede afectar cualquier
B12), presencia de cuerpos de Howell--Jolly y otras ca- parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano.
racterísticas de hipoesplenismo, así como prolongación Existen segmentos enfermos separados por segmentos
de los tiempos de coagulación. normales, y la inflamación puede ser transmural, lo cual
puede dar como resultado estenosis, abscesos periintes-
tinales o fístulas. La división de la enfermedad en subti-
pos inflamatorio, estenosante y perforante tiene utilidad
ENFERMEDAD INFLAMATORIA clínica.
INTESTINAL
Aspectos clínicos
Bajo el término enfermedad inflamatoria intestinal cró- La EC puede afectar a pacientes de cualquier edad y de
nica idiopática (EII) se incluyen dos entidades: la colitis ambos géneros, pero su incidencia tiene un pico en la se-
Intestino delgado, colon y región anorrectal 249
Sistema inmunitario
de la mucosa
Gravedad de la
enfermedad
Anticuerpos
P--ANCA
Figura 10--1. Fisiología de la enfermedad inflamatoria intestinal. Modificada de: Fenoglio--Preiser C: Gastrointestinal pathology.
3ª ed. Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins, 2008.
gunda y la tercera décadas de la vida, con un pico menor La inflamación asociada con cicatrización y ulceración
en la cuarta y la quinta décadas. Los datos clínicos de la profunda puede llevar a obstrucción, perforación, san-
enfermedad de Crohn frecuentemente son sutiles o ines- grado o fístula.
pecíficos, lo cual puede retrasar el diagnóstico meses o
incluso años. El cuadro está determinado en gran parte
por la localización, la extensión y la gravedad de las le- Anatomía patológica
siones en el tubo digestivo. Existen dos formas de EC:
una relativamente indolente, no perforante, la cual tien- Típicamente la EC afecta los 15 a 25 cm distales del
de a recurrir más lentamente y se asocia con estenosis, íleon, frecuentemente con enfermedad de colon dere-
y otra agresiva, perforante, con tendencia a la formación cho. La serosa aparece hiperémica y con exudado super-
de fístulas y abscesos. ficial; puede haber adherencias conectivas interasa. El
Las características clínicas están determinadas por la tejido adiposo rodea la superficie antimesentérica y la
topografía de la enfermedad: serosa también puede presentar aspecto granulomatoso
de tipo miliar. La pared al principio es flexible o ligera-
mente engrosada, pero con la progresión de la enferme-
1. Afección ileocecal: calambres y dolor abdominal dad aumentan la fibrosis y la rigidez, lo que resulta en
posprandial que puede referirse a la región peri- obstrucción.
umbilical, especialmente en niños; diarrea, cuadro Este fenómeno se presenta en el íleon distal, en la ve-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
que simula apendicitis aguda y obstrucción, espe- cindad de la válvula ileocecal. En esta localización se
cialmente con inflamación panmural. pueden formar grandes seudotumores que frecuente-
2. Íleon: malabsorción de vitamina B12, malabsor- mente simulan malignidad. La mucosa muestra tempra-
ción de vitaminas liposolubles y obstrucción. namente úlceras aftosas, posteriormente se forman úl-
3. Afección difusa de intestino delgado: anorexia, ceras serpiginosas o lineares y el resto de la mucosa es
pérdida ponderal, saciedad temprana, dolor abdo- rojiza y edematosa con un aspecto en empedrado. Este
minal, calambres abdominales posprandiales, dia- aspecto alterno de mucosa normal con mucosa afectada
rrea variable, deficiencia de lactasa y deficiencia de en parches contrasta con la continuidad de las lesiones
zinc. de CUCI que predominan en el recto.
4. Colon: diarrea, sangrado, calambres, dolor abdo- Con la progresión de la enfermedad aparecen infla-
minal y urgencia. mación y fenómenos cicatriciales fibrosos en todo el es-
5. Anorrectal: fístulas, abscesos, fisuras, úlceras y pesor parietal, y la mucosa puede volverse atrófica.
estenosis del canal anal. Eventualmente se desarrollan pólipos, seudopólipos,
250 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
fístulas, abscesos y adherencias; la perforación es poco cia, periangeítis con o sin granulomas asocia-
frecuente. También pueden aparecer segmentos estenó- dos con vasculopatía obliterativa y vasculitis
ticos en el íleon, únicos o múltiples. linfoplasmocítica.
La facilidad de establecer el diagnóstico de EC de- S Serosa:
pende en gran medida de si se examina una biopsia o un S Inflamación granulomatosa, no granulomatosa
segmento de intestino. Obviamente, es más probable y crónica folicular.
que pueda hacerse en este último, especialmente por la S Fibrosis.
posibilidad de observar todas las capas intestinales. S Ganglios linfáticos:
S Puede haber granulomas.
S Alteraciones arquitecturales:
S Distribución de las lesiones en “parches”. Otras condiciones asociadas
S El epitelio puede ser normal, agudamente daña- con granulomas intestinales
do, crónicamente dañado o regenerativo.
S En áreas de enfermedad activa: S Infecciosas.
S Ramificación, distorsión, irregularidad y acor- S Bacterianas:
tamiento de glándulas y criptas. S Mycobacterium.
S Lesiones crónicas: S Yersinia.
S Metaplasia pilórica, hiperplasia de células de S Campylobacter.
Paneth, especialmente en colon izquierdo. S Salmonella.
S Infiltrado inflamatorio de la mucosa: S Shigella.
S Aumento de células plasmáticas, linfocitos, S Escherichia coli.
macrófagos, mastocitos, eosinófilos y neutrófi- S Neisseria gonorrhoeae.
los. S Clostridium difficile.
S Criptitis neutrofílica. S Treponema pallidum.
S Abscesos crípticos. S Hongos.
S Edema y fibrosis de la lámina propia según el S Clamidias.
estadio de la enfermedad. S Parásitos.
S Infiltrado inflamatorio perivascular en la lámi- S Colitis por derivación.
na propia (penetra desde la submucosa). S Sarcoidosis.
S Ocasionalmente granulomas no caseificantes. S Cuerpos extraños.
S Úlceras aftosas y fisuras: S Enfermedad granulomatosa crónica de la infancia.
S Úlceras aftosas, habitualmente sobre folículos S Colitis asociada con enfermedad diverticular.
linfoides.
S Fisuras profundas de bordes cortantes.
S Úlceras lineales confluentes. COLITIS ULCERATIVA CRÓNICA
S Submucosa y muscular propia: IDIOPÁTICA (CUCI)
S Folículos linfoides (puede haberlos en todas las
capas intestinales, incluyendo el tejido adiposo
sobre la serosa).
Generalidades
S Engrosamiento, a expensas de edema y/o infla-
mación y/o fibrosis. La CUCI es una enfermedad inflamatoria intestinal cró-
S Linfangiectasias. nica en la cual la inflamación permanece confinada al
S Inflamación predominantemente perivascular. colon. El recto está involucrado en 95% de los casos y
S Granulomas no caseificantes, pequeños y com- las porciones más proximales del colon muestran gra-
pactos, a expensas de células epitelioides con o dos variables de afección. La inflamación es difusa y
sin células gigantes multinucleadas de tipo continua, habitualmente limitada a la mucosa.
Langhans rodeadas de linfocitos.
S Hiperplasia neural.
S Alteraciones vasculares: afectan aproximada- Aspectos clínicos
mente a 5% de los pacientes con EC. Incluyen
proliferación de la íntima, fibrosis subíntima, Se presenta principalmente en gente joven, pero puede
hipertrofia de la media, fibrosis de la adventi- afectar a cualquier grupo de edad. Los datos clínicos
Intestino delgado, colon y región anorrectal 251
más frecuentes son diarrea, urgencia para la defecación, nofílico. También es común la metaplasia de las células
la perianal es común en las etapas tempranas de la enfer- de Paneth. El sello de la actividad de la CUCI es la pre-
medad. La presencia de moco y sangre en las heces es sencia de neutrófilos en lámina propia, criptitis neutro-
uno de los datos más constantes. Por lo general el dolor fílica, microabscesos crípticos, disminución de mucina
es de menor magnitud que en la EC. y ulceración de la superficie. La actividad se gradifica
Alrededor de 30% de los pacientes inician con un ata- en leve, moderada o intensa. Ocasionalmente la infla-
que agudo de la enfermedad que simula un cuadro di- mación se extiende a la submucosa superficial. La fase
sentérico infeccioso. La enfermedad suele cursar con de remisión se caracteriza por datos de regeneración en
periodos de remisiones y exacerbaciones. Hasta 54% de la cual el epitelio aparece desprovisto de células calici-
los pacientes evolucionan hacia formas más graves. Los formes y la criptas aparecen ramificadas, con disminu-
factores asociados con empeoramiento son retraso en el ción de los fenómenos inflamatorios. En la fase de remi-
diagnóstico, enfermedad articular, diagnóstico a edad sión avanzada la restitución de la mucosa puede ser ad
temprana y sangrado profuso. Además, pueden agravar integrum.
el cuadro infecciones intercurrentes como CMV, Sal- Existe una forma fulminante con pancolitis, denuda-
monella y Clostridium difficile, medicamentos y cua- ción de la mucosa y reemplazo por tejido de granulación
dros de colitis isquémica. altamente vascular. Hay histiocitos, células plasmáti-
cas, linfocitos y neutrófilos en la mucosa, en tanto que
la submucosa aparece edematosa.
Anatomía patológica La inflamación en esta forma fulminante puede ex-
tenderse hasta las porciones superficiales de la muscu-
Típicamente la enfermedad involucra al recto con gra- laris propia. Ocasionalmente pueden afectarse el apén-
dos variables de afección del resto del colon. En virtud dice cecal y el íleon.
de su exclusividad por la mucosa, la serosa suele ser
normal, excepto en casos asociados con megacolon tó-
xico, en los que puede incluso haber perforación. En la ENTERITIS EOSINOFÍLICA
CUCI activa la mucosa es difusa y uniformemente erite-
matosa, granular y hemorrágica. Las úlceras que alter-
nan con zonas no ulceradas forman bolsas polipoides
mucosas o seudopólipos. Los pólipos inflamatorios se Generalidades
constituyen por áreas de mucosa inflamada y con fenó-
menos regenerativos. La enteritis eosinofílica es una rara enfermedad caracte-
Estos pólipos y seudopólipos miden menos de 1.5 rizada por la infiltración del tracto gastrointestinal por
cm. Raramente son voluminosos y pueden producir gran cantidad de eosinófilos, aunque el estómago y el
obstrucción aguda e intususcepción o simular carcino- intestino delgado son los más frecuentemente afecta-
mas. Las úlceras están cubiertas en algunas ocasiones dos. Habitualmente se acompaña de eosinofilia en san-
por exudado mucopurulento que puede ocasionar pérdi- gre periférica. Su etiología permanece desconocida;
da completa de la mucosa en algunas áreas. Las úlceras aunque en ocasiones la enfermedad se ha relacionado
pueden exhibir una distribución lineal. con alergias alimentarias o con infestaciones parasita-
En la CUCI inactiva la mucosa puede ser normal o rias, en general se admite que el origen de la enfermedad
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
tener aspecto granular con o sin pólipos. La pérdida de es idiopático, sin que pueda ser incluida claramente entre
los pliegues produce un aspecto de contracción del co- la categoría de los trastornos alérgicos o inmunitarios.
lon distal y el recto. La gastroenteritis eosinofílica, de la que se han publi-
Microscópicamente la CUCI se caracteriza por infla- cado unos 300 casos en la literatura mundial, fue des-
mación restringida primariamente a la mucosa, pero crita por primera vez en 1933 por Kaijser. Algunos de
puede involucrar eventualmente a la submucosa. Gra- estos casos se hallan en la infancia. Los criterios que de-
dos variables de inflamación activa se superponen en las finen este proceso son la presencia de síntomas gastro-
alteraciones crónicas. intestinales, la infiltración eosinofílica de una o más
Los cambios crónicos incluyen criptas ramificadas y áreas gastrointestinales demostrada por biopsia, la au-
separación entre las bases de las glándulas con respecto sencia de infiltrado eosinofílico de otras estructuras ex-
a la muscularis mucosae; puede haber prominencia de tradigestivas y la ausencia de infestación parasitaria. La
folículos linfoides de la lámina propia, la cual presenta eosinofilia periférica no debe considerarse como crite-
variablemente infiltrado linfoplasmocítico basal y eosi- rio diagnóstico, ya que está ausente en 20% de los casos.
252 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Cuadro 10--1. Características diferenciales de la colitis ulcerativa crónica idiopática y la enfermedad de Crohn
Clínica CUCI Crohn
Historia de tabaquismo No Sí
Estomatitis aftosa No Sí
Sangrado de tubo digestivo bajo Muy frecuente Poco frecuente (40%)
Masa abdominal No Sí en 10 a 15%
Dolor abdominal Lado izquierdo Lado derecho
Rectosigmoidoscopia Anormal en casi 100% Anormal en menos de 50%
Perforaciones Raras (12%) Muy raras (4%)
Carcinoma 5 a 10% Muy raro
Complicaciones anales Raras y leves Comunes (75%)
Respuesta a tratamiento esteroideo 75% 25%
Respuesta a tratamiento quirúrgico Muy bueno Regular
ANCAs elevados Raro 75%
Radiología
Afección rectal Siempre Poco frecuente (10%)
Afección ileal Rara. Por reflujo Común
Engrosamiento de la pared No Común
Estenosis Muy raras Frecuentes
Áreas sanas entre las úlceras No Sí
Fisuras No No
Fístulas No Frecuentes
Úlceras longitudinales Raras Frecuentes
Imagen en empedrado Rara Frecuente
Patología
Afección mucosa Difusa Segmentaria
Afección mayor Colon izquierdo Colon derecho
Afección en profundidad Mucosa y submucosa Panmural
Desorganización de la mucosa Acentuada Leve
Producción de moco Disminuida o ausente Normal o disminución leve
Polimorfonucleares Abundantes Escasos, en sitios ulcerados
Agregados linfoides Raros Comunes
Seudopólipos Frecuentes Raros
Displasia y adenocarcinoma Poco frecuente Raro
Edema Leve Acentuado
Granulomas epitelioides No Sí
Granulomas a cuerpo extraño Sí No
Abscesos de cripta Frecuentes Raros
Metaplasia pilórica No Sí
Fibrosis submucosa Ausente o leve Sí, intensa
Hiperplasia nerviosa No Sí
Ganglios linfáticos Hiperplasia inespecífica A veces granulomas
Modificado de Rosai J: Ackerman’s surgical pathology. 8ª ed. St. Louis, Mosby, 2004.
En sangre destaca la leucocitosis con eosinofilia hidratos), anatómicos e infecciosos que predispongan la
marcada, que no siempre es constante. Algunos autores obstrucción del lumen apendicular: las características
sitúan la incidencia de eosinofilia en niños en aproxima- de las heces y el exceso de gas aumentan la presión en
damente 61% de los casos. La hipoproteinemia es fre- el ciego, produciendo el acúmulo de moco, favorecien-
cuente cuando existe enteropatía con pérdida proteíni- do la proliferación bacteriana, incrementando la presión
ca; además, son posibles otras deficiencias propias de dentro de la luz, comprometiendo la circulación sanguínea
un síndrome de malabsorción. y linfática, produciendo congestión vascular y edema,
isquemia, necrosis y perforación del apéndice. Cuando
esto ocurre el intestino y el epiplón adyacente suelen lo-
Anatomía patológica calizar el proceso, pero cuando esto no sucede o la apen-
dicitis ocurre en pacientes inmunocomprometidos pue-
Microscópicamente destaca la infiltración eosinofílica de producirse una peritonitis generalizada con choque
del tracto gastrointestinal afectando a la mucosa, la mus- séptico y llegar a ocasionar la muerte del paciente.
cular o la subserosa, siendo posible la perforación de las
lesiones como manifestación clínica o la obstrucción
intestinal. En otros casos ha sido un hallazgo histoló- Aspectos clínicos
gico en el píloro de pacientes intervenidos de estenosis
hipertrófica o en el apéndice de pacientes sospechosos Cuadro agudo que ocurre en pocas horas en el cual el
de apendicitis. En algunos casos la infiltración eosinofí- síntoma característico es el dolor migratorio, empezan-
lica se ha hallado también en otros órganos, como riñón, do en el epigastrio o la región umbilical para después
ganglio linfático, médula ósea, conductos biliares, bazo localizarse en la fosa iliaca derecha. El cuadro varía
y páncreas, produciendo trastornos asociados como, por mucho dependiendo de la edad, la posición del apéndice
ejemplo, obstrucciones del tracto biliar. cecal y el grado de inflamación. Son comunes la anore-
La presencia de eosinofilia tisular y sanguínea, una xia antes del dolor y la náusea y vómito escaso después
mayor incidencia de trastornos alérgicos, niveles eleva- de él. Otros síntomas que se presentan son la diarrea, di-
dos de IgE y una buena respuesta al tratamiento esteroi- suria y síntomas testiculares. A la exploración física los
deo apoyan la hipótesis de una reacción de hipersensibi- signos vitales no se modifican en gran medida, a menos
lidad tipo I a ciertos alimentos. El diagnóstico siempre de que se complique el cuadro. Hay hiperestesia e hiper-
es histopatológico, mostrando edema e infiltrado celu- baralgesia en el cuadrante inferior derecho. El dolor a
lar casi exclusivamente compuesto por eosinófilos. La la palpación y a la descompresión brusca indica irrita-
enfermedad, al afectar de forma parchada a diferentes ción peritoneal. El abdomen en madera está presente en
capas de la pared gastrointestinal, obliga a la toma de casos avanzados. En la fase de absceso se puede palpar
múltiples biopsias vía endoscópica de zonas afectadas una masa dolorosa en la fosa iliaca derecha.
y aparentemente normales, a pesar de lo cual la afecta-
ción muscular puede no llegar a establecerse.
Anatomía patológica
cesos con o sin perforación, con o sin adherencias a los La neoplasia más frecuente del apéndice es el carcinoi-
órganos vecinos; la pared del órgano se encuentra desde de, que representa de 0.1 a 1.5% de los tumores malig-
edematizada hasta necrosada; la luz generalmente está nos de este órgano. El apéndice es el sitio más frecuente
dilatada por coprolitos, material purulento o hemorragia. de carcinoide en niños y jóvenes, y en adultos ocupa el
Microscópicamente la presencia de polimorfonu- segundo lugar en frecuencia. Este tumor está formado
cleares se demuestra a toda la pared del órgano depen- por células enterocromafines que secretan cantidades
diendo de la severidad del cuadro, con o sin ulceración excesivas de neuropéptidos y aminas. Suele localizarse
de la mucosa; cuando se organiza un absceso periapen- en el tercio distal del apéndice cecal, en la mayor parte
dicular se identifica tejido de granulación y mayor o me- de los casos está bien diferenciado y es poco agresivo, y
nor cantidad de tejido fibroso; en estos casos se sugiere es poco probable la presencia de metástasis en tumores
descartar otras entidades, como diverticulitis, endome- menores a 1 cm; las metástasis son principalmente hepá-
triosis u otro tipo de perforaciones. ticas, aunque pueden ser ganglionares o pulmonares.
La existencia de apendicitis crónica es controversial,
ya que la presencia no necesariamente es el resultado de
Aspectos clínicos
un proceso inflamatorio; cuando se efectúa este diag-
nóstico es indispensable demostrar tejido de granula- La edad de presentación más frecuente es al final de la
ción y fibrosis asociada más o menos con infiltrado tercera década de la vida y afecta al género femenino en
inflamatorio crónico, así como datos clínicos de apendi- más de 75%. El cuadro clínico es variable, desde asinto-
citis que desaparecen al extirpar el órgano. mático, siendo un hallazgo incidental de cirugía intra-
abdominal realizada sobre todo en padecimientos gine-
cológicos, hasta dolor crónico en la fosa iliaca derecha,
Diagnóstico un cuadro de apendicitis aguda o manifestándose como
un síndrome carcinoide clásico con síntomas vasomoto-
Los estudios de laboratorio y gabinete son complemen- res como bochornos, taquicardia, eritema cutáneo, ner-
tarios para confirmar el diagnóstico y descartar otras viosismo o diaforesis.
patologías: se presenta leucocitosis en más de 80% con
presencia de bandas en 40% de los casos y el examen ge-
neral de orina descarta infección de vías urinarias. Las Anatomía patológica
placas simples de abdomen pueden sugerir el diagnós-
Macroscópicamente pueden ser solitarios o múltiples;
tico al identificar un apéndice enfisematoso; habitual-
son de aspecto nodular de color amarillento, submuco-
mente existe borramiento del psoas derecho y desvia-
sa, pediculado o plano con infiltración de la capa mus-
ción de la columna hacia el sitio del dolor, el USG
cular. Histológicamente están constituidos por masas
abdominal confirma el cuadro cuando se observa una
sólidas y homogéneas de células pequeñas que se dispo-
imagen con engrosamiento de la pared apendicular ma-
nen formando trabéculas, cintas, nidos, seudoglándulas
yor de 2 mm, diámetro apendicular mayor a 9 mm, gas
y patrones mixtos, con patrón microglandular y en un
intramural, colección líquida y la existencia de un feca-
caso acompañado de mucus extracelular mostrando los
lito en su base. El diagnóstico diferencial es con adenitis
diferentes tipos histológicos. Las células tienen un cito-
mesentérica, gastroenteritis aguda, divertículo de Mec-
plasma pálido granular y núcleo pequeño, redondo, con
kel, intususcepción, úlcera péptica perforada, infección
un pequeño nucleolo central. Aproximadamente 85%
urinaria y enfermedad diverticular complicada.
de ellos están conformados por células argentafines y el
resto son argirófilos. Suelen ser positivos para proteína
S100, cromogranina, sinaptofisina y enolasa neuroes-
TUMOR CARCINOIDE pecífica. Los tumores carcinoides del intestino delgado
DE APÉNDICE CECAL y el estómago suelen ser más agresivos que los de recto
y el apéndice, y constituyen casi la mitad de los tumores
malignos de intestino delgado.
Generalidades Diagnóstico
Los tumores apendiculares son poco comunes: repre- El diagnóstico se puede realizar en casos con el síndro-
sentan 0.4% de todos los tumores del tracto intestinal. me clásico con la determinación de ácido 5--hidroxi--in-
Intestino delgado, colon y región anorrectal 255
dolacético en orina, que suele encontrarse elevado y S Factores hereditarios: en la actualidad existen
sospecharse en estudios de USG o TAC abdominal en valoraciones para detectar en forma temprana los
casos de síndrome doloroso; sin embargo, el diagnósti- defectos más comunes en el gen APC y otros de
co definitivo suele hacerse con el estudio histopatológi- reparación desigual.
co de la pieza operatoria al realizar la apendicectomía. S Pólipos: el cáncer de colon y recto se origina entre
El pronóstico suele ser bueno, ya que la extirpación del 60 y 70% de los casos de pólipos en la mucosa de
tumor local suele ser curativa. esta parte del tubo digestivo. El parámetro crítico
de pólipos en términos de historia natural y poten-
cial de malignidad es la histología. El tipo histoló-
gico más frecuente es el adenomatoso, habitual-
CANCER COLORRECTAL
mente son displásicos y tiene el más alto potencial
de malignidad (35 a 40%), seguido del tipo velloso
(35 a 40%) y el tubular (5 a 6%).
S Enfermedad inflamatoria intestinal: la colitis
Generalidades ulcerativa crónica idiopática implica un riesgo
hasta 30 veces mayor para desarrollar cáncer colo-
El cáncer colorrectal representa una de las principales rrectal en comparación con la población general.
causas de mortalidad por neoplasias malignas. Los paí- La enfermedad de Crohn se ha relacionado de igual
ses industrializados, con excepción de Japón, presentan manera con mayor riesgo de desarrollar cáncer,
el mayor número de casos nuevos, mientras que la inci- aunque la incidencia no se ha precisado. La infla-
dencia más baja se encuentra reportada en China y paí- mación crónica predispone a la mucosa a altera-
ses sudamericanos, lo cual obedece a importantes dife- ciones malignas, relacionándose en forma directa-
rencias en sus regímenes dietéticos. Cada año se mente proporcional la duración y la extensión de
diagnostican en EUA 145 000 casos nuevos y mueren la misma. En la pancolitis ulcerosa el riesgo se
más de 56 000, que corresponde aproximadamente a aproxima a 2% después de 10 años, 8% a los 20 y
10% de todas las muertes por cáncer. 18% después de los 30 años de evolución.
El riesgo de por vida para presentar cáncer colorrec- S Cáncer colorrectal previo: los pacientes con an-
tal se estima en 1:17. En México ocupa el quinto lugar tecedente de cáncer de colon y recto presentan
en varones y el octavo en mujeres. En EUA representa hasta tres veces mayor posibilidad de desarrollar
la afección maligna más frecuente del tubo digestivo y un segundo carcinoma de colon primario; hasta
la segunda causa de muerte. En los últimos años se ha 8% de estos pacientes desarrollan cánceres meta-
logrado disminuir la mortalidad debido a los programas crónicos.
de detección temprana y los adelantos de los cuidados S Antecedente heredofamiliar positivo: de 10 a
médicos y quirúrgicos. 15% de los pacientes con cáncer de colon y recto
tienen historia familiar de patología neoplásica.
En un paciente sin antecedente familiar positivo el
Factores de riesgo riesgo para cáncer colorrectal es de 6%; se eleva
a 12% si tiene un familiar de primer grado afec-
Deben ser identificados para establecer programas de tado y a 35% cuando son dos familiares.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
S Edad: el envejecimiento (más de 90% de los ca- El tabaquismo, en especial después de 35 años del hábi-
sos se diagnostican en mayores de 50 años de to. Asimismo, la ingesta de alcohol puede promover la
edad). proliferación celular e inhibir la reparación de DNA.
S Dieta: el consumo de carne roja y grasa de origen Los pacientes con acromegalia (que se acompaña de in-
animal, así como concentraciones elevadas de co- cremento en los valores mayores de hormona del creci-
lesterol en la materia fecal, se han relacionado con miento circulante y factor de crecimiento parecido a la
el desarrollo de cáncer colorrectal. Una dieta alta insulina 1), la bacteriemia por Streptococcus bovis (pro-
en grasas saturadas o poliinsaturadas eleva el ries- mueve la proliferación del colonocitos), el antecedente
go de carcinoma. de colecistectomía, que expone en forma permanente al
256 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
colon a los ácidos biliares (potencialmente carcinóge- ciados. Conforme la neoplasia crece tiende a rodear al
nos) y la radiación pélvica. intestino hasta el punto de que puede manifestarse como
un tumor anular estenosante, por lo que suelen producir
datos de obstrucción. Sólo en raras ocasiones los carci-
Aspectos clínicos nomas colónicos pueden adoptar un aspecto de linitis
plástica, pero debe tenerse especial cuidado de que di-
chas neoplasias no correspondan a metástasis a partir de
Los pacientes con cáncer colorrectal generalmente pre-
primarios gástricos o mamarios.
sentan sintomatología en estadios avanzados de la en-
Cerca de 10% de los casos tienen un aspecto macros-
fermedad y dependen de la localización del cáncer, el
cópico mucinoso (coloide), con grandes lagos de moco
tamaño de la neoplasia y la presencia de metástasis.
en la superficie de corte; muchos de estos casos tienen
Los síntomas frecuentes son hemorragia de tubo di-
un aspecto velloso superficial. De manera contraria, la
gestivo bajo, dolor abdominal, alteraciones en el hábito
superficie de corte de la mayoría de los carcinomas
intestinal, anorexia, pérdida ponderal involuntaria, náu-
muestra una superficie sólida blanco--amarilla. La infil-
sea, vómito, astenia, adinamia y anemia. A pesar de que
tración a través de la pared puede finalmente alcanzar
pueden existir diarrea o estreñimiento, un cambio re-
la serosa o bien el tumor puede infiltrar órganos vecinos.
ciente en el hábito intestinal obliga a descartar patología
Los tumores sincrónicos se encuentran por lo general en
maligna. El dolor pélvico y el tenesmo rectal pueden re-
el mismo segmento intestinal. Los ganglios linfáticos
lacionarse con neoplasias en estadios avanzados con in-
pueden estar aumentados en tamaño y ser palpables; sin
volucro de estructuras nerviosas en pelvis. Los tumores
embargo, existe una pobre correlación entre el aspecto
de colon derecho por lo general se presentan clínica-
macroscópico y el comportamiento de las metástasis
mente con sangrado oculto de tubo digestivo y síndro-
ganglionares, a menos que la sustitución parcial de la
me anémico, mientras que los del colon izquierdo habi-
superficie ganglionar sea aparente o se observen con-
tualmente refieren síntomas de obstrucción intestinal.
glomerados ganglionares.
En estadios avanzados de la enfermedad se puede de-
tectar tumoración palpable a la exploración de la cavidad
abdominal, realizando el tacto rectal y el vaginal, que son Adenocarcinoma de tipo
obligatorios; puede existir signos de anemia y en ocasio- usual (sin patrón especial)
nes hepatomegalia al existir metástasis a este órgano.
La mayoría de los adenocarcinomas son bien o modera-
damente diferenciados. Están formados por glándulas
de tamaño medio a grande, con gran variabilidad en el
Anatomía patológica tamaño glandular y su configuración, y sólo una mode-
rada cantidad de estroma. En los tumores bien diferen-
Tumores típicos ciados el revestimiento de las glándulas está formado
por células altas y columnares, que se tornan cúbicas o
La mayoría de los carcinomas colorrectales son adeno- poligonales conforme el tumor se torna menos diferen-
carcinomas de morfología usual o típica. La compleji- ciado. Las figuras mitósicas son por lo general abundan-
dad morfológica se relaciona más con la presencia de tes. Las luces glandulares están llenas con un material
componentes en menor proporción de patrones histoló- eosinófilo con abundantes restos nucleares (la también
gicos diferentes dentro de un adenocarcinoma típico. llamada necrosis sucia).
En estos casos que cuentan con un segundo componente
es importante referir su presencia en el informe histopa-
tológico final (por ejemplo, adenocarcinoma modera- Grado histológico
damente diferenciado con 10% de componente muci-
noso extracelular). La gradación histológica de una neoplasia es una de las
La mayoría de los carcinomas son centrales y ulcera- variables patológicas usadas con mayor frecuencia,
dos, por lo general se ubican en una sola pared y crecen pero más difícil de definir en forma más precisa. Asi-
alrededor de la luz, aun cuando no son circunferencia- mismo, todavía es contradictorio si el grado representa
les. Los carcinomas originados en el ciego por lo gene- una variable histológica independiente, aun cuando la
ral protruyen hacia la luz del mismo, y otros pueden pre- mayoría de los artículos muestran que éste es el caso.
sentarse como tumores ulcerados con bordes planos; La evaluación de los grados se basa en la proporción
estos tumores son altamente infiltrantes y poco diferen- del tumor que está compuesto por glándulas en relación
Intestino delgado, colon y región anorrectal 257
con las áreas sólidas o compuestos por nidos o cordones rrectales. Siempre deberá considerarse la posibilidad de
de células sin luces. El sistema de grados recomendado que tales tumores representen una metástasis a partir de
es el sugerido por la Organización Mundial de la Salud. pulmones o de la región pancreatobiliar. No existe pre-
Con el uso de este sistema aproximadamente 10% de los dominio por algún género.
adenocarcinomas son bien diferenciados, 70% modera- En ocasiones este tipo de tumores se presentan en pa-
damente diferenciados y 20% poco diferenciados. Este cientes con otras condiciones, como colitis ulcerativa,
sistema de grados sólo aplica a los adenocarcinomas de poliposis múltiple familiar, esquistosomiasis o bien ori-
tipo convencional o usual. Por definición los adenocar- ginados a partir de focos de endometriosis colónica.
cinomas con células en anillo de sello y los carcinomas
de células pequeñas se consideran poco diferenciados. Carcinoma epidermoide
El carcinoma adenoescamoso de la región colorrectal es Para su estadificación se emplea desde el año de 1999
raro. Se define como una neoplasia compuesta tanto por el método propuesto por el Colegio Americano de Pató-
un componente glandular como por uno escamoso, y logos, conocido como TNM, que ha sustituido a la clasi-
comprende de 0.05 a 0.5% de todos los tumores colo- ficación de Dukes y la modificación de Astler--Coller.
258 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Generalidades
Fístula
interesfintérica Fístula
Se define a las fístulas de la región anorrectal como la transesfintérica
comunicación anormal resultado de un absceso entre el Figura 10--2. Clasificación de las fístulas anorrectales.
canal anorrectal y la piel perianal, correspondiendo al
estadio crónico de la enfermedad.
Son poco frecuentes; la edad de presentación oscila rrectal y forma un orificio fistuloso secundario en
entre los 10 y los 82 años de edad en diversas series la piel perianal.
publicadas, aunque la mayoría se localizan entre la ter- S Extraesfinterianas. Cuando el trayecto se extien-
cera y la cuarta décadas de la vida; predominan en el gé- de arriba del elevador del ano, lo atraviesa, recorre
nero masculino en una proporción de 2:1 sobre el feme- la fosa isquiorrectal y forma un orificio secundario
nino. en la piel.
Casi todos los abscesos anorrectales se inician en las
criptas, las cuales poseen conductos y ramas tubulares
angostos que se extienden en la submucosa e interior del Aspectos clínicos
músculo esfínter interno y aún más allá; al infectarse las
glándulas anales dan lugar a microabscesos, los cuales El síntoma principal es el drenaje de material purulento
crecen, ocasionando mayor destrucción de los tejidos en un paciente con historia previa de un absceso. Se
adyacentes y llegando a formar verdaderos abscesos. Si acompaña de molestias locales al momento de la defe-
estos abscesos no son tratados en forma oportuna la pre- cación, prurito anal o salida de material fecal por el ori-
sión en su interior ocasiona el drenaje del tejido puru- ficio de la piel. La inspección de la región perianal suele
lento a través del desarrollo de la comunicación hacia la mostrar una pápula roja por la que drena material puru-
piel perianal, estableciéndose un trayecto fistuloso en- lento o contenido intestinal, que corresponde al orificio
tre la cripta correspondiente, donde se encuentra el ori- secundario de la fístula, situado en una glándula anal in-
ficio primario, y la piel perianal, donde se localiza el ori- fectada fuera de la línea dentada. Debe complementarse
ficio secundario, quedando establecida así la fístula el estudio mediante anoscopia o rectosigmoidoscopia
anorrectal.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
características células multinucleadas tipo cuerpo ex- La etiología de las hemorroides continúa siendo con-
traño. Los orificios de la fístula y las áreas vecinas se troversial. Se han propuesto diversas teorías para expli-
pueden recubrir de epitelio similar al adyacente. carlas. El conocimiento profundo de las características
anatómicas de esta región, sobre todo de la importante
circulación arterial y venosa, ha permitido comprender
Diagnóstico mejor los profundos cambios que suceden durante la de-
fecación, sobre todo manifiesta en pacientes con consti-
El estudio integral del paciente con fístula anorrectal pación crónica, durante el embarazo o en algunos tumo-
debe completarse realizando una rectosigmoidoscopia res pélvicos, en los cuales aumenta considerablemente
flexible o una colonoscopia si se sospecha enfermedad la presión intrarrectal. Asimismo, se ha podido demos-
de Crohn, CUCI, linfogranuloma venéreo o hidroadeni- trar en diversos estudios un aumento del tono de los
tis supurativa, con biopsia para confirmar el diagnósti- músculos esfinterianos e inclusive en algunos casos dis-
co; además, realizar cultivo de secreción, en el que se creta hipertrofia de los mismos. Aunado a estas altera-
encuentran habitualmente gérmenes gramnegativos: ciones en la motilidad, deben tomarse en cuenta los me-
Escherichia coli, Proteus vulgaris, Enterococcus y canismos de agresión a que está expuesta la delicada
Bacteroides fragilis, así como también se identifica con mucosa anorrectal, que contribuyen a producir inflama-
frecuencia la existencia de Staphylococcus aureus, y ción en dicha zona, lo cual condiciona alteraciones cir-
rara vez anaerobios: Pseudomonas aeruginosa o Myco- culatorias, inicialmente periflebitis y posteriormente
bacterium tuberculosis, lo cual es de gran importancia endoflebitis, que conlleva a una insuficiencia en las vál-
para el correcto empleo de antimicrobianos. vulas, dilatación de los plexos hemorroidales y la apari-
Se ha hablado mucho al respecto, pero la experiencia ción de protrusiones venosas en la mucosa y la piel pe-
revela que casi nunca es necesario efectuarlas, además rianal, que son el resultado final.
de que el estudio presenta falsas positivas hasta en 84%. Son factores de riesgo de la enfermedad hemorroidal
La manometría anorrectal deberá ser selectiva en la infección de las glándulas de Morgagni, herencia,
pacientes que tengan cirugía anterior, en multíparas, ocupación y la posición erecta, embarazo y constipa-
desgarros perineales y los que tengan presente riesgo de ción. En caso de hipertensión portal, no se considera
incontinencia. como enfermedad hemorroidal, ya que es producto de
Deberá hacerse el diagnóstico diferencial con los si- la circulación hepatofugal.
guientes padecimientos: fístula anal de origen tubercu-
loso, enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa crónica Clasificación
idiopática, hidroadenitis supurativa crónica, linfogra-
nuloma venéreo y quiste pilonidal. Las hemorroides se clasifican en externas, internas y
mixtas.
S Externas: se localizan en la línea anorrectal, y es-
ENFERMEDAD HEMORROIDARIA tán cubiertas por piel modificada.
S Internas: localizadas en la mucosa, por arriba de
la línea anorrectal, están cubiertas por mucosa.
S Mixtas: reciben este nombre cuando existen las
Generalidades dos variedades; son las más frecuentes.
Para fines de pronóstico y elección del tratamiento hay
Corresponde a las dilataciones de los plexos hemorroi- que considerar el tamaño de los paquetes hemorroida-
darios inferior o superior como resultado del proceso lo- rios, agrupándolos en tres grados: grado I, cuando son
cal que se origina de las glándulas de Morgagni, o el que pequeñas y su tamaño no excede los 8 mm; grado II,
ocurre en casos de hipertensión portal en pacientes con cuando alcanzan hasta 15 mm; grado III, cuando son
cirrosis hepática. mayores de 15 mm; grado IV, cuando son mayores de
Es uno de los padecimientos más comunes del ser hu- 18 mm.
mano. Se estima en diversos países del mundo que entre
50 y 80% de la población adulta de 50 años de edad pre- Aspectos clínicos
senta esta enfermedad, que es muy poco frecuente antes
de los 20 años. La enfermedad no tiene predilección por La sintomatología varía de acuerdo con el tipo de hemo-
ningún género. rroides. Las hemorroides externas producen dolor, pru-
Intestino delgado, colon y región anorrectal 261
Diagnóstico
Anatomía patológica
En 95% de los casos el diagnóstico suele hacerse con La neoplasia se puede desarrollar en el canal anal o el
base en los datos de la historia clínica y una correcta ex- recto, principalmente en la mucosa de la línea dentada
262 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
o cerca de ella. Se origina en los melanocitos de dicho que se hallen tanto células epitelioides con núcleo gran-
canal y los que se supone existen en la porción distal del de e hipercromático como células fusiformes, como en
recto. Su tamaño varía de unos pocos milímetros a más su contraparte cutánea, pero en ocasiones muestran cé-
de 10 cm. Las lesiones pequeñas suelen ser sésiles y al lulas redondas atípicas que simulan linfocitos. Fácil-
crecer se tornan polipoides. Muchas de las neoplasias mente infiltran los tejidos vecinos y su diseminación
muestran pigmentación melánica a nivel macroscópico ocurre principalmente por vía linfática o hematógena.
o microscópico, y se pueden ulcerar. Se suelen encontrar lesiones satélites en la mucosa ad-
A semejanza de los melanomas cutáneos, puede ob- yacente.
servarse tanto crecimiento horizontal como vertical de La inmunohistoquímica es útil principalmente en las
los melanocitos transformados. En las áreas adyacentes biopsias pequeñas, siendo positiva a proteína S100,
a la neoplasia infiltrante se pueden identificar melanoci- HMB--45 y melan--A (MART--1).
tos atípicos en la porción basal del epitelio, la llamada Su manejo incluye tanto la resección amplia local co-
“actividad de unión”, fenómeno que se asocia con los mo la resección abdominoperineal.
melanomas primarios de la región Su pronóstico es pobre, generalmente menor a cinco
El tumor se encuentra formado por células pleomór- años, y depende de la etapa en que se encuentre, así
ficas y de características malignas; en la porción super- como de la profundidad de la infiltración. Los pocos
ficial suelen disponerse en nidos o trabéculas y en la melanomas anorrectales con un grosor menor a 2 mm
porción más profunda con un patrón sólido. Es común tienen un excelente pronóstico.
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Figura 10--5. Tejido adiposo en la serosa antimesentérica. Íleon con “migración” del tejido adiposo hacia la superficie serosa del
borde antimesentérico.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 267
Figura 10--6. Úlcera en enfermedad de Crohn. Íleon con úlcera amplia, serpiginosa y seudopólipo (flecha).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--7. Íleon en enfermedad de Crohn. Íleon con pérdida de los pliegues en la mucosa y engrosamientos parietales.
268 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--10. Enfermedad de Crohn. Engrosamiento de los pliegues y fibrosis parietal moderada.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--11. Enfermedad de Crohn con mucosa ulcerada, engrosamiento de pliegues y de la pared.
270 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--12. Íleon en enfermedad de Crohn. Aspecto clásico con zonas indemnes y otras con estenosis.
Figura 10--13. Íleon en enfermedad de Crohn. Estenosis cicatrizal y mucosa irregular y en “empedrado” (derecha).
Intestino delgado, colon y región anorrectal 271
Figura 10--14. Enfermedad de Crohn en íleon. Masas voluminosas fibrosas que simulan neoplasia.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--15. Enfermedad de Crohn. Íleon terminal con una mucosa hiperémica con erosiones bien localizadas.
272 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--18. Íleon terminal con una mucosa edematosa e irregular y friable en enfermedad de Crohn severa.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--20. Íleon en enfermedad de Crohn. Íleon con pérdida de los pliegues en la mucosa y engrosamientos parietales.
Figura 10--21. Íleon en enfermedad de Crohn. Íleon con pérdida de los pliegues en la mucosa y engrosamientos parietales.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 275
Figura 10--24. Enfermedad de Crohn. Fisura serpiginosa profunda (izq.), úlcera aftosa superficial y densa inflamación (der.).
Figura 10--25. Enfermedad de Crohn. Fisura de bordes cortantes, con fibrosis e inflamación vecina.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 277
Figura 10--26. Enfermedad de Crohn. Extensa úlcera aftosa, con inflamación acentuada y fibrosis.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--27. Enfermedad de Crohn. Irregularidad de vellosidades y criptas. Cripta ramificada e inflamación.
278 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--28. Enfermedad de Crohn. Fisura irregular, inflamación linfoide en lámina propia.
Figura 10--29. Enfermedad de Crohn. Fondo de fisura cortante con células epitelioides.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 279
Figura 10--33. Enfermedad de Crohn. Fibrosis submucosa y célula gigante tipo Langhans.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 281
Figura 10--36. Enfermedad de Crohn. Úlcera superficial, inflamación folicular e hipertrofia de la media en arteriola.
Figura 10--43. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Colon descendente con edema de pliegues y una mucosa hiperémica e irregular.
286 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--44. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Recto con erosiones mucosas y con material fibrinoide.
Figura 10--45. Colitis ulcerativa crónica idiopática con actividad severa que muestra una mucosa ulcerada casi en su totalidad
y gran cantidad de material fibrinoide.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 287
Figura 10--46. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Colon sigmoides con mucosa friable ulcerada con erosiones y material fibrinoide.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--47. Mucosa con hiperemia y erosiones en colitis ulcerativa crónica idiopática.
288 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--48. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Inflamación de lámina propia, criptitis neutrofílica y microabscesos.
Figura 10--49. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Atrofia mucosa, despoblación de células caliciformes e inflamación de la propia.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 289
Figura 10--50. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Inflamación de lámina propia. Destrucción de criptas por neutrófilos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--51. Colitis ulcerativa crónica idiopática con actividad intensa; microabsceso críptico.
290 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--52. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Inflamación de lámina propia. Criptitis.
Figura 10--53. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Linfocitos, células plasmáticas y eosinófilos en lámina propia.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 291
Figura 10--55. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Actividad acentuada. Despoblación de células caliciformes.
292 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--56. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Microabscesos crípticos, inflamación de lámina propia y disminución de células
caliciformes.
Figura 10--57. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Displasia glandular de bajo grado.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 293
Figura 10--58. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Displasia glandular de bajo grado.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--60. Apendicitis. Al corte se encuentra necrosada la pared a nivel de la punta; la pared está edematosa, la luz aumentada
de diámetro.
Figura 10--61. Apendicitis. Microfotografía panorámica que muestra úlcera de la mucosa con intenso infiltrado inflamatorio agudo.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 295
Figura 10--63. Tumor carcinoide de apéndice cecal. Localizado en la punta, la luz está dilatada por coprolito.
296 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--64. Tumor carcinoide de apéndice cecal. Acercamiento de la punta del apéndice cecal.
Figura 10--70. Carcinoma colorrectal. Pólipo túbulovelloso. Aspecto histológico. Incremento en el número de glándulas y en el
de capas de revestimiento con atipia nuclear.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--71. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon derecho. Aspecto macroscópico. Neoplasia ulcerada de bordes
gruesos.
300 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--72. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma mucinoso de colon. Aspecto macroscópico. Neoplasia con áreas gelatino-
sas que disecan la pared del colon y la grasa adyacente.
Figura 10--73. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Aspecto macroscópico. Neoplasia invasora que infiltra la pared
del colon e involucra el ovario derecho.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 301
Figura 10--74. Carcinoma colorrectal. Mayor aumento de adenocarcinoma de colon. Aspecto macroscópico. Neoplasia invasora
que infiltra la pared del colon e involucra el ovario derecho.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--75. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Aspecto microscópico. Cáncer de colon con abundante material
eosinófilo con restos nucleares (necrosis sucia).
302 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--76. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Aspecto microscópico, detalle. Glándulas con necrosis segmen-
taria y necrosis sucia.
Figura 10--77. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Detalle histológico. Neoplasia con moderada diferenciación, for-
mación de glándulas con un revestimiento atípico.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 303
Figura 10--78. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma mucinoso. Detalle histológico. Glándulas neoplásicas inmersas en lagos
de moco.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--79. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma mucinoso. Detalle histológico. Glándulas neoplásicas inmersas en lagos
de moco.
304 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--80. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de células claras. Detalle histológico. Glándulas bien diferenciadas reves-
tidas por un epitelio que muestra células claras.
Figura 10--81. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma moderadamente diferenciado. Glándulas neoplásicas que invaden la pa-
red del intestino grueso. Aspecto histológico.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 305
Figura 10--82. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon con extensa permeación vasculolinfática. Detalle histológico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--84. Fístula de la región anorrectal al corte que demuestra el trayecto de las fístulas.
Figura 10--85. Fístula de la región anorrectal. Obsérvense el trayecto de la fístula y el infiltrado inflamatorio.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 307
Figura 10--91. Enfermedad hemorroidal. Hemorroides externas con fisura anal anterior.
310 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--97. Acercamiento que muestra el epitelio columnar y hemorroides internas, parcialmente trombosadas.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 313
Figura 10--101. Melanoma anorrectal polipoide, ulcerado y con pigmentación melánica macroscópica (caso del Departamento
de Anatomía Patológica del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional “Siglo XXI” del IMSS).
Intestino delgado, colon y región anorrectal 315
Figura 10--102. Melanoma anorrectal. Colon con lesión maligna compuesta por melanocitos malignos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 10--103. Melanoma anorrectal. Lesión satélite formada por melanocitos malignos con melanina en submucosa que infiltra
a mucosa rectal adyacente.
316 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)
Figura 10--104. Melanoma anorrectal. Melanocitos malignos pleomórficos, con núcleos irregulares, hipercromáticos y contenien-
do abundante melanina.
Capítulo 11
Hígado
Cecilia Ridaura Sanz, Jesús Aguirre García, Luz María Gómez Jiménez, Rocío Lorena Arreola Rosales,
Eduardo López Corella, Peter Grube Pagola, Argelia Escobar Sánchez, José Luis Martínez Ordaz,
José Luis Villalobos Juárez, Mauricio de la Fuente Lira, Yolanda Villaseñor Navarro,
Martha Chávez García
la circulación biliar y por otro lado con la circulación riores, que se distribuyen en el lóbulo caudado; cada
sanguínea. rama se divide en lateral y paramediana derecha e iz-
Los lobulillos hepáticos están separados entre sí por quierda, respectivamente, para los lóbulos correspon-
los espacios de Kiernan, en donde se encuentran los dientes.
conductos portales, que tienen ramas de la arteria hepá-
tica, la vena porta y la tributaria del conducto biliar.
La sangre arterial y la venosa pasan entre las células Venas accesorias
hepáticas mediante sinusoides y drenan en la vena cen-
tral. Son pequeñas y llegan al hígado sin pasar por la vena
La irrigación de la glándula hepática está conforma- porta; corresponden a las venas gastrohepáticas, del li-
da por los dos sistemas, arterial y venoso. gamento falciforme, císticas, frénicas y parabiliares.
317
318 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
El drenaje venoso se realiza en dos subsistemas: el tarios, seguidos por los interlobulares y finalmente los
lóbulo caudado, cuyas venas desembocan de manera di- conductillos. Este proceso implica una remodelación de
recta a la vena cava inferior, y el resto del hígado, que la estructura original con la formación de estructuras tu-
está integrado por la vena suprahepática izquierda, la bulares con luz y la desaparición de los elementos no tu-
vena suprahepática media (que drena el lóbulo cuadra- bulares.
do y parte del derecho) y la vena suprahepática derecha.
Estas venas confluyen hacia la vena cava inferior en la
parte posterosuperior del hígado; su travesía extrahe- MALFORMACIÓN DE
pática es corta. LA PLACA DUCTAL (MPD)
El hígado produce casi 40% de la linfa originada en
el cuerpo. A los conductos linfáticos se les puede dividir
en superficiales, que forman redes en la superficie hepá-
tica y se dirigen hacia las vecindades: hilio hepático, li- Es un término genérico que se aplica para definir las al-
gamento coronario, región yuxtapericardiaca, yuxtae- teraciones que resultan de la detención o el desarreglo
sofágicos, vena cava inferior, y a la región celiaca; de interrelación entre el epitelio biliar y el mesénquima
profundos: siendo ascendentes alcanzan la VCI y el me- primitivo portal, caracterizado por un aumento en el nú-
diastino, y los descendentes, que son los principales, se mero de canales biliares dispuestos en un anillo discon-
reúnen en el hilio y se sitúan en la región celiaca y retro- tinuo en la periferia de los espacios porta ramificados en
pancreática. forma irregular, formando estructuras dilatadas o quísti-
La inervación del órgano proviene del nervio vago, cas fácilmente reconocibles al microscopio. Esta lesión
el nervio gastrohepático (colateral del nervio vago iz- característica se encuentra presente en diversas enfer-
quierdo) y el plexo celiaco (nervios mixtos). medades (cuadro 11--1).
Es posible que haya varios mecanismos que intervie-
nen en la diferenciación adecuada de la placa ductal,
dada su presencia en múltiples síndromes malformati-
ANOMALÍAS CONGÉNITAS vos. En otras palabras, no todas las malformaciones de
DEL HÍGADO Y VÍAS BILIARES la placa ductal son iguales aunque se vean histológica-
mente iguales.
ticos, infecciosos, metabólicos o inflamatorios y que se Otros hallazgos en la biopsia hepática son: colestasis
presentan en la infancia. centrozonal o periportal, cambio balonoide del hepato-
cito, transformación seudoacinar y formación de célu-
las gigantes focal.
Aspectos clínicos
ciones de síndrome de hipertensión portal con espleno- quiste de colédoco y las secundarias a causas de colesta-
megalia, ascitis y red venosa colateral, ya sea superficial sis intrahepática, como la alteración de los ácidos bilia-
en el abdomen o profunda con varices esofagogástricas res. Una causa poco frecuente de cirrosis biliar es la
o hemorroides. secundaria a fibrosis quística del páncreas (mucovisci-
Las causas son múltiples y se clasifican de acuerdo a dosis) por espesamiento de las secreciones biliares que
criterios etiológicos y morfológicos. Existen varias cla- causan obstrucción biliar. Esta cirrosis biliar, a diferen-
sificaciones morfológicas dependiendo del tamaño de cia de las demás, suele ser muy irregular y segmentaria.
los nódulos (micronodular, macronodular y mixta) y de
la disposición de la fibrosis (portoportal, centrocentral,
lobulillar). La mayoría de los autores prefieren un termi- Cirrosis poshepatitis
no descriptivo acompañando de la posible etiología.
Por orden de frecuencia, en el niño los tipos de cirro- Es una cirrosis predominante portal como consecuencia
sis son los siguientes: de la fibrosis de la hepatitis crónica de interfase.
324 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Los marcadores de inmunohistoquímica consistente- cuencia del incremento en el gasto cardiaco por corto-
mente positivos son: fibrinógeno, proteína C reactiva, circuitos vasculares en el tumor. Otros síntomas inclu-
ferritina y B--1--antitripsina. La tinción para B--fetopro- yen fiebre, ictericia y raramente falla hepática o ruptura
teína es positiva en 40% de los casos con histología ha- del tumor. Se puede acompañar de síndrome de Kasa-
bitual y en 20% de los fibrolaminares. La tinción para bach--Merritt debido al secuestro y la ruptura de plaque-
antígeno de la hepatitis B es positiva en 25% de los ca- tas dentro del tumor. Puede coexistir con otras lesiones
sos con histología habitual y suele ser negativa en los fi- similares en la piel, los pulmones, los ganglios linfáti-
brolaminares. cos, el páncreas, el retroperitoneo o hueso.
El laboratorio revela frecuente elevación de la B--feto- En la mitad de los casos es una masa única. En los demás
proteína salvo en la variedad fibrolaminar, en la que se compone de nódulos múltiples que a menudo abarcan
puede estar normal o sólo levemente alterada. El antíge- ambos lóbulos. En el corte aparecen como masas o nó-
no carcinoembrionario no está elevado. La alteración de dulos bien delimitados y expansivos con una seudocáp-
otros exámenes de laboratorio reflejará la progresión sula constituida por parénquima hepático comprimido.
del tumor y su incidencia sobre la reserva funcional del Son color café rojizo y esponjosos, y los tumores gran-
hígado. Respecto a los estudios de imagen, el ultrasoni- des muestran algunos vasos grandes y áreas de infarto,
do identifica el tamaño y la extensión general del tumor, hemorragia, fibrosis y calcificaciones, sobre todo hacia
pero son necesarios los estudios de TAC o resonancia la porción central.
magnética para delimitar con precisión la extensión del El aspecto microscópico es de canales vasculares in-
tumor y sus posibilidades de resección. terconectados, de aspecto capilar o sinusoidal, con fre-
cuente dilatación y transformación cavernomatosa ha-
cia el centro del tumor. En la mayoría de los casos los
espacios vasculares están revestidos por una capa única
HEMANGIOENDOTELIOMA de células endoteliales (lesión tipo 1). En 20% de los ca-
sos las células endoteliales son atípicas, de mayor tama-
ño, hipercromáticas y pleomórficas, y forman pequeños
penachos o nódulos papilares; los canales vasculares
Generalidades son irregulares y ramificados. Esta histología probable-
mente refleje un estado de rápida proliferación vascular
Es un tumor benigno en el primer año de vida, y es el tu- con cambios degenerativos y no una indicación de ma-
mor hepático benigno más común en el niño. El heman- lignidad. El angiosarcoma es extraordinariamente raro
gioendotelioma y el hepatoblastoma son los dos tumo- en la edad pediátrica.
res hepáticos más frecuentes en el primer año de la vida. Es frecuente encontrar hematopoyesis extramedular.
Casi todos los casos se hacen evidentes en los primeros Las células endoteliales son positivas para marcadores
seis meses y es un poco más frecuente en niñas que en vasculares como CD34, CD31 y factor VIII. Las células
niños (1.7--2:1). Puede mostrar tendencia a la regresión estromales son positivas con actina de músculo liso y vi-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
con tecnecio revelan hiperflujo y llenado rápido a las toplasma. Las células pueden disponerse en haces o
venas suprahepáticas. Es de utilidad para planear la es- adoptar un patrón arremolinado de tipo fibrohistiocítico.
trategia de resección. El ultrasonido puede documentar La inmunohistoquímica confirma su carácter mesen-
la secuencia de regresión de la lesión. La placa de tórax quimatoso vimentina--positivo con evidencia de dife-
puede mostrar cardiomegalia con o sin aumento de la renciación miofibroblástica/muscular, con positividad
trama vascular pulmonar. para desmina y actina, aunque marcadores musculares
más específicos, como miogenina y myoD1, son consis-
tentemente negativos. Pero muestra asimismo la expre-
SARCOMA EMBRIONARIO sión de marcadores epiteliales como citoqueratina, B--
1--antitripsina y ocasionalmente B--fetoproteína.
(INDIFERENCIADO)
Diagnóstico
Generalidades Las pruebas de función hepática están poco alteradas y
no hay elevación de la B--fetoproteína. Se han descrito
Se trata de una neoplasia de compleja histogénesis en mutaciones en p53 y translocaciones cromosómicas que
niños mayores y adolescentes cuyo pronóstico ha mejo- establecen un vínculo con el hamartoma mesenquima-
rado sustancialmente. Es rara y se presenta en niños ma- toso hepático. Hay informes aislados de asociación del
yores y adolescentes, con una mediana de edad de 10 sarcoma embrionario hepático con síndromes de neo-
años; han sido informados algunos casos esporádicos en plasia familiar.
adultos. Afecta con igual frecuencia a niños y a niñas. La radiología simple documenta la hepatomegalia, y
el ultrasonido y la TAC revelan una masa sólida o quísti-
ca en el hígado. El ultrasonido refleja mejor el carácter
Aspectos clínicos sólido de la masa, mientras que la TAC y la resonancia
magnética pueden producir una imagen quística aun en
Suele presentarse como una masa abdominal sólida o masas sólidas y conducir a un diagnóstico equivocado
quística, poco sintomática, que puede ser dolorosa y sin de un quiste benigno y a un procedimiento de drenaje
ictericia. Puede acompañarse de anorexia, vómitos, que no está indicado.
somnolencia y malestar general. Han sido informados
casos de cuadro abdominal agudo por ruptura del tumor
hacia la cavidad peritoneal. HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO
Anatomía patológica
Generalidades
El aspecto macroscópico es de una masa voluminosa,
habitualmente única, más frecuente en el lóbulo dere- El término esteatohepatitis no alcohólica propuesto por
cho, pero que puede abarcar ambos lóbulos en 20% de Ludwig en 1980 fue utilizado para describir los cambios
los casos. morfológicos del hígado en pacientes con esteatohepa-
Llega a medir hasta 35 cm de diámetro. En el corte titis en ausencia de un consumo significativo de alcohol.
es de límites precisos y tiene un aspecto abigarrado, con La enfermedad del hígado graso no alcohólico
porciones sólidas alternando con áreas gelatinosas y (EHGNA), conocida por sus siglas en inglés como
porciones quísticas que pueden ser dominantes. Está de- NAFLD, incluye el hígado graso no alcohólico o estea-
marcado del parénquima hepático circundante por una tosis simple, que se define como el acúmulo de grasa en
seudocápsula incompleta con fibrosis de espesor varia- el hígado que excede de 5 a 10% de su peso y se estima
ble que atrapa hepatocitos y conductos biliares no tumo- prácticamente por el porcentaje de hepatocitos afecta-
rales. dos; la prevalencia es 16 a 23% en la población general;
El aspecto histológico es claramente sarcomatoso, la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA o NASH), cu-
con células fusiformes o estrelladas en un estroma mi- ya prevalencia es 2 a 3%, tiene características morfo-
xoide. Hay marcada anaplasia y numerosas células mul- lógicas específicas. Ambas, en diferente proporción,
tinucleadas con prominentes glóbulos hialinos en el ci- pueden evolucionar a cirrosis e insuficiencia hepática.
Hígado 329
Esta lesión está asociada con nutrición parenteral, La biopsia hepática es útil para evaluar la intensidad
pérdida grave de peso, fármacos y cirugía intestinal, ex- de la actividad y la fibrosis.
posición a tóxicos, hipertensión arterial, hiperuricemia
y ovarios poliquísticos, apnea, enfermedades peroxiso-
males y mitocondriales. Anatomía patológica
El hígado graso no alcohólico o esteatosis simple es
la alteración hepática más común; se presenta en 70% Morfología
de las personas obesas y la esteatohepatitis en 18.5% de
ellas. Las características histopatológicas del hígado graso no
Hasta 75% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen alcohólico incluyen la presencia de esteatosis simple sin
alguna forma de hígado graso. daño asociado y la esteatohepatitis no alcohólica con
sus formas más graves. Brunt propuso criterios para
evaluar en grados y estadios la esteatohepatitis no alco-
Aspectos clínicos hólica, divididos en cuatro categorías (cuadro 11--6).
En general las características más frecuentemente
Se presenta en la quinta y sexta décadas de la vida en observadas son esteatosis macrovesicular, degenera-
ambos sexos, aunque es más frecuente en hombres; hay ción globoide de los hepatocitos, inflamación lobulillar
elevación de aspartato aminotransferasa (AST) y alani- aguda y crónica, inflamación portal, cuerpos hialinos de
no aminotransferasa (ALT), y una relación AST:ALT Mallory, generalmente perivenulares y rodeados por
mayor de 1. Los pacientes tienen hepatomegalia y es- neutrófilos (satelitosis), cuerpos acidófilos, glucogeno-
plenomegalia si están en fase de cirrosis. Raramente sis nuclear de hepatocitos, lipogranulomas y depósitos
puede desarrollarse carcinoma hepatocelular. La sobre- de hierro intracelular; la fibrosis puede ser perisinusoi-
vida de los pacientes a 5 y 10 años es de 67 y 59%, res- dal, portal, en puentes de fibrosis y cirrosis.
pectivamente, aunque la muerte puede deberse a otras La actividad necroinflamatoria se clasifica como
alteraciones. leve, moderada o grave, y los niveles de ALT se correla-
El riesgo para el desarrollo de fibrosis en el hígado cionan con el grado de actividad histológica.
graso no alcohólico es de 25% a los cinco años, y para El estadio de la enfermedad se clasifica de acuerdo
cirrosis es de 15%. con el grado de fibrosis (cuadro 11--7).
los hallazgos más comunes son hepatitis de interfase tensión portal, la ictericia con la insuficiencia hepática
(hepatitis en la unión portal--parénquima) con infiltrado y la encefalopatía es resultado de ambas. La mitad de los
inflamatorio que varía de moderado a intenso por linfo- pacientes diagnosticados estarán descompensados apro-
citos; en 66% de los casos presentan numerosas células ximadamente en seis años. La reserva hepática y el esta-
plasmáticas en el espacio porta o en el lobulillo, degene- do general del paciente se evalúan con la calificación de
ración hidrópica de hepatocitos y/o necrosis picnótica Child--Pugh, que los divide en tres grados: A, B y C,
(globos hialinos), regeneración de hepatocitos con for- siendo A la mejor condición clínica.
mación de rosetas. El lobulillo presenta necrosis focal
difusa o en puente, algunas veces con predominio de la
región centrolobulillar. Aspectos clínicos
La fibrosis portal es variable, aunque casi siempre
está presente. En casos no tratados puede ocurrir cirro- El cuadro clínico se caracteriza por atrofia muscular, te-
sis macronodular o micronodular. langiectasias, eritema palmar, petequias, equimosis y
Otros hallazgos menos comunes son destrucción no distribución ginecoide del vello en los hombres. Los pa-
supurativa de los conductos biliares interlobulillares ro- cientes con hipertensión portal presentan esplenomega-
deados por linfocitos (colangiopatía autoinmunitaria), lia, signo de la cabeza de medusa y distensión abdomi-
eventualmente presenta ductopenia y algunas veces nal por ascitis. El estudio de laboratorio más sensible y
progresa a cirrosis biliar. Pueden aparecer neutrófilos específico de cirrosis es la trombocitopenia, aunque
portales en los espacios porta, la colestasis puede ser no- también hay alteración en las pruebas de función hepáti-
table en la fase activa y estar asociada con transforma- ca. La peritonitis espontánea primaria es un factor muy
ción de los hepatocitos en células gigantes multinuclea- importante para la descompensación de los pacientes y
das sinciciales. el manejo inadecuado de la ascitis puede desencadenar
La presencia de colangitis esclerosante, granulomas el síndrome hepatorrenal. El pronóstico de los pacientes
bien formados, hemosiderosis, depósitos de cobre y es- varía de acuerdo con el estadio en que se encuentren. La
teatosis debe hacer sospechar otra patología; también se sobrevida a 10 años en pacientes compensados es de
han descrito síndromes de sobreposición, principal- 90%, pero el riesgo de descompensarse en el mismo
mente cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante tiempo es de aproximadamente 50%.
primaria, entre otras.
Los patrones histológicos no sólo reflejan el grado de
actividad, sino predicen el pronóstico de la enfermedad Anatomía patológica
si no es tratada; la hepatitis de interfase progresa a cirro-
sis en 17% de los casos en cinco años si el paciente no La clasificación morfológica de la cirrosis está basada
es tratado; en contraste, la presencia de necrosis en en el tamaño de los nódulos: micronodular si son meno-
puente o necrosis masiva del hígado está asociada en res de 3 mm y macronodular si son mayores de 3 mm.
82% con cirrosis en cinco años sin tratamiento. Pueden existir patrones mixtos. El tamaño de los nódu-
los anteriormente se relacionaba con la etiología; sin
embargo, la cirrosis micronodular puede transformarse
en cirrosis macronodular. La facilidad de diagnosticar
CIRROSIS cirrosis depende del tipo de biopsia y de los criterios que
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depósito de cobre, que se demuestra por medio de la tin- to se desconoce, pero se sugiere que las hormonas son
ción de rodamina o indirectamente con orceína ácida, promotoras más que iniciadoras de la neoplasia.
que tiñe la proteína transportadora de cobre.
Aspectos clínicos
Estadio 4
En 5 a 10% de los casos es un hallazgo; en los casos sin-
Cirrosis micronodular o macronodular con colestasis tomáticos de 25 a 35% cursan con tumor abdominal, 20
intensa. En un paciente pueden coexistir los cuatro esta- a 25% tienen dolor abdominal crónico y leve, 30 a 40%
dios. dolor abdominal agudo, de ellos 30% por hemorragia
El diagnóstico diferencial debe hacerse con padeci- intratumoral y 70% en la cavidad peritoneal, que es la
mientos que presentan destrucción de los conductos in- complicación más grave.
trahepáticos, como la ductopenia por fármacos, la duc- El embarazo es uno de los factores de riesgo para esta
topenia idiopática del adulto y la sarcoidosis. complicación.
334 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Generalidades
Anatomía patológica
Es una neoplasia benigna muy rara, y se han reportado
Generalmente es solitario (80%), mide de 5 a 20 cm; 6 casos en 97 000 autopsias en EUA; consiste en la pro-
puede ser múltiple, condición conocida como adenoma- liferación de células de los conductos biliares, citológi-
tosis. Es un tumor bien delimitado, encapsulado en 74% camente benignas, en un estroma de tejido fibroconec-
de los casos, café amarillo o rojo, con hemorragia y as- tivo.
pecto pelioide, más frecuente en el lóbulo derecho cer-
cano a la cápsula de Glisson, limitado por un reborde de
hepatocitos normales. Aspectos clínicos
Histológicamente los hepatocitos se disponen en tra-
béculas de no más de dos células de grosor, hay estructu- Es asintomático, generalmente un hallazgo de cirugía o
ras vasculares de tamaño variable y pequeñas arteriolas, autopsia, ligeramente más común en hombres. Su curso
pero no conductos biliares. Las células pueden mostrar clínico es benigno, aunque hay un informe de transfor-
cambios hidrópicos, son más grandes que los hepatocitos mación maligna en un caso. Se considera que es un pro-
normales, generalmente el citoplasma es granular y eo- ceso reactivo focal posinflamatorio o traumático más
sinófilo, puede tener grasa, glucógeno, bilis y pigmento que una verdadera neoplasia.
lipocromo; con la tinción de retículo las trabéculas de
hepatocitos son normales. Se observan cuerpos de Ma-
llory y raramente granulomas, puede haber hematopo- Anatomía patológica
yesis extramedular en los sinusoides, que generalmente
están dilatados y congestivos. Generalmente único (83%), es bien circunscrito, firme,
En ocasiones la inmunohistoquímica con CD34, an- de color gris o blanco, localizado inmediatamente deba-
tígeno nuclear de proliferación celular y Ki67 es útil jo de la cápsula de Glisson (95%); mide de 0.1 a 1 cm,
para el diagnóstico diferencial con carcinoma hepatoce- aunque se han informado casos que midieron 2 cm.
lular bien diferenciado, hiperplasia nodular focal y re- Histológicamente está formado por conductos con
generativa. una capa de células cuboidales o columnares y dilata-
Hígado 335
ción variable, inflamación crónica en el borde de la le- sia intestinal; el epitelio está rodeado por estroma celu-
sión; no se identifica una cápsula fibrosa. En algunos lar que recuerda al del ovario y que se puede diferenciar
casos hay producción de mucina y es posible encontrar hacia fibroblastos, músculo liso, tejido adiposo y capi-
microcalcificaciones y granulomas. lares.
Con la tinción de tricrómico de Masson se confirma Es posible observar úlceras, inflamación crónica
el depósito de colágena intersticial y con mucicarmín la xantogranulomatosa, colesterol y calcificaciones en el
mucina. espesor de la pared.
La inmunohistoquímica con citoqueratina AE1--AE3, El cistadenoma seroso o microquístico es idéntico a
EMA y citoqueratina 7 y 19 puede establecer el diag- las lesiones del páncreas; está compuesto de múltiples
nóstico. El colangiocarcinoma bien diferenciado, los quistes pequeños limitados por una sola capa de células
complejos de von Meyenburg o microhamartomas bi- epiteliales cúbicas ricas en glucógeno, aunque puede
liares son los principales diagnósticos diferenciales. haber focos de displasia en 13.5% de los casos. Debe es-
Existen sólo dos casos documentados de transforma- tablecerse el diagnóstico diferencial con metástasis de
ción maligna. neoplasias quísticas mucinosas, hamartoma mesenqui-
mal, formas lobares de enfermedad poliquística del
adulto y enfermedad de Caroli.
CISTADENOMA DE
LOS CONDUCTOS BILIARES
(CISTADENOMA HEPATOBILIAR) PAPILOMATOSIS BILIAR
Generalidades
Generalidades
Es una enfermedad caracterizada por múltiples tumores
Es un tumor quístico multilocular solitario que se origi-
papilares benignos en los conductos biliares intrahepá-
na en el hígado, pero también en los conductos biliares
ticos y extrahepáticos, la vesícula biliar o el conducto
extrahepáticos o en la vesícula biliar; probablemente se
pancreático.
origina de restos embrionarios.
Aspectos clínicos
Aspectos clínicos
Son unilobares o afectan ambos lóbulos. Son más fre-
Se presenta generalmente en mujeres (96%) desde los cuentes en hombres (63%) desde los 19 hasta los 82
2 hasta los 87 años de edad; 29% de los casos presentan años de edad. Las manifestaciones clínicas más impor-
tumor en el abdomen superior, 8% tienen dolor y 10% tantes son ictericia, fiebre, dolor epigástrico o en hipo-
ictericia. condrio derecho (70%), y sólo hepatomegalia en 38%
En algunas ocasiones se eleva la fosfatasa alcalina; de los casos; también hay pérdida de peso, náusea, dia-
es ligeramente más frecuente en el lóbulo izquierdo y rrea y vómito en 6% de los pacientes.
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TUMORES MALIGNOS DEL HÍGADO Histológicamente algunos tumores son tan bien dife-
renciados que es difícil distinguir las células neoplásicas
de los hepatocitos normales; entonces debe plantearse el
diagnóstico diferencial con adenoma hepatocelular;
Carcinoma hepatocelular otros tumores son tan poco diferenciados o anaplásicos
que no se reconoce su origen en células hepáticas.
Generalidades Las células neoplásicas están bien definidas, con mo-
derada cantidad de citoplasma eosinófilo, finamente
Es un tumor maligno de hepatocitos; es el más frecuente granular; hay aumento en la relación núcleo--citoplasma.
de todos los tumores primarios malignos del hígado. El núcleo es redondo a ovoide con nucleolo aparente.
Entre los principales factores de riesgo para desarro- La presencia de canalículos es útil para establecer el
llar hepatocarcinoma se encuentran infección crónica diagnóstico, así como la bilis intracitoplásmica. Los pa-
por virus B y C, aflatoxina B1 y abuso en la ingesta de trones de crecimiento más frecuentes son el trabecular
alcohol y tabaco. Es más frecuente en hombres; 70 a (más de dos células de grosor), el acinar y el seudoglan-
90% se desarrollan en hígado cirrótico; aproximadamen- dular (12%), ocasionalmente el macrotrabecular (más
te 50% están asociados con hepatitis crónica por virus B. de diez células) y el sólido; en menor grado el esclero-
sante, que consiste en nidos o cordones de células de
Aspectos clínicos mediano tamaño rodeados por estroma denso, hialiniza-
do y relativamente avascular, y el pelioide, que es alta-
Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal, mente vascularizado.
malestar general, anorexia, pérdida de peso, náusea y También se han descrito variantes poco comunes, ta-
vómito, hepatomegalia, esplenomegalia, ascitis, icteri- les como células claras, células fusiformes y células gi-
cia y fiebre; algunos pacientes desarrollan un síndrome gantes.
paraneoplásico. Otras características presentes en el hepatocarcinoma
son cuerpos de Mallory en 4 a 12%, inclusiones citoplás-
Diagnóstico micas de B--1--antitripsina, B--fetoproteína, fibrinógeno y
albúmina; infiltrado de linfocitos y ocasionalmente neu-
Suele haber elevación de alanino--aminotransferasa trófilos, hematopoyesis extramedular y microcalcifica-
(ALT), aspartato--aminotransferasa (AST), fosfatasa ciones, displasia de los hepatocitos adyacentes, trombos
alcalina (FA), gamma--glutamiltranspeptidasa (GGT) y intratumorales en venas portales (34%), hepáticas
bilirrubinas, pero no son específicas. La elevación de fe- (22%), linfáticos y raramente en arterias.
toproteína mayor de 500 ng/mL sugiere carcinoma hepa- En casos poco diferenciados es indispensable el em-
tocelular, aunque existe una proporción de casos no aso- pleo de algunos marcadores, como fetoproteína, ACE,
ciados con esta proteína. Los estudios radiológicos son Hep Par 1, CK7, CK20, CK19, CAM 5.2, CD31, que de-
de gran utilidad en el diagnóstico de esta neoplasia. En limita las trabéculas anormales, B--1--antitripsina, albú-
pacientes con cirrosis que presentan un nódulo dominan- mina y fibrinógeno. Debe realizarse diagnóstico dife-
te está indicada la biopsia por tru--cut o BAAD. El diag- rencial con adenoma hepatocelular, hiperplasia nodular
nóstico específico se establece con el estudio histológico, focal, hiperplasia nodular regenerativa, nódulos cirróti-
sobre todo si no existe elevación de B--fetoproteína. cos macrorregenerativos, colangiocarcinoma y metás-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
tasis de adenocarcinoma.
Anatomía patológica
CARCINOMA HEPATOCELULAR
El aspecto macroscópico del tumor es muy importante,
FIBROLAMINAR
y de acuerdo a estas características existen varias clasi-
ficaciones (cuadro 11--9).
El tumor puede ser blancogrisáceo, amarillo o verde
por la producción de bilis; generalmente invade la vena Generalidades
porta y las venas hepáticas, aunque puede incluir la vena
cava; casi siempre muestra áreas de necrosis y consis- Representa de 1 a 4% de todos los tipos de cáncer de cé-
tencia blanda, excepto el tipo histológico fibrolaminar lulas hepáticas. Se presenta en personas jóvenes meno-
o el subtipo escirroso. Si está encapsulado o es pedicula- res de 35 años de edad (promedio 25 años); es más fre-
do tiene mejor pronóstico que las otras variantes. cuente en niños, con leve predominio en hombres.
338 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Cursa con dolor abdominal, malestar general y hepato- Mide 4 a 17 cm, es único en 56% de los casos, más fre-
megalia; generalmente está confinado al hígado al mo- cuente en el lóbulo derecho, raramente asociado a cirro-
mento del diagnóstico. Los pacientes presentan retardo sis o hepatitis. Puede observarse una cicatriz central en
en el crecimiento y pérdida de peso; también se ha des- 10 a 20% de los casos y microcalcificaciones, ambas de-
crito con menor frecuencia fiebre, vómito, diarrea y rara tectables en tomografía. Generalmente el hepatoblasto-
vez ictericia, y sólo hay ligero aumento de aminotrans- ma es un tumor único, encapsulado, vascularizado, lo-
ferasas y fosfatasa alcalina; las bilirrubinas son norma- calizado en el lóbulo derecho; su tamaño varía de 5 a 25
les y no se encuentra virus B o C; la B--fetoproteína sólo cm, su apariencia depende de los elementos histológi-
se eleva ligeramente en 15% de los pacientes. cos (café a gris, fibroso o con calcificaciones) y habi-
tualmente se asocia con necrosis, cambio quístico y he-
morragia.
Diagnóstico Histológicamente hay nidos o columnas de células
poligonales con abundante citoplasma eosinófilo gra-
Por laboratorio se detecta elevación de B--fetoproteína nular, rodeados por láminas paralelas de colágena den-
y cistationina. Algunos casos muestran virilización re- samente eosinófila e hipocelular; el núcleo de las célu-
lacionada con niveles elevados de gonadotropina corió- las es redondo, con nucleolo aparente; ocasionalmente
nica. hay células binucleadas o multinucleadas. Se observan
Los estudios de imagen son de gran valor, pudiendo cuerpos pálidos (grandes glóbulos eosinófilos intraci-
detectarse por ultrasonido o por TAC de abdomen. toplásmicos) en la mitad de los casos; algunas veces hay
Hígado 339
células endoteliales limitando el tumor, cuerpos de Ma- rrubinas séricas y aminotransferasas. El tiempo de pro-
llory, grasa, infiltrado inflamatorio y granulomas; las trombina puede estar alargado por deficiencia de vita-
mitosis son poco frecuentes. Puede existir invasión vas- mina K si existe el antecedente de obstrucción biliar
cular venosa. crónica. Pueden ser detectadas lesiones periféricas por
Se ha clasificado en dos tipos: epitelial y mixto epite- ultrasonido, TAC o resonancia magnética; las lesiones
lial y mesenquimatoso. El tipo epitelial está formado hiliares son más difíciles de diagnosticar, a menos que
por hepatocitos fetales y embrionarios, el tipo mesen- sean tumores grandes.
quimatoso presenta elementos primitivos, fibroblastos,
colágena, células hematopoyéticas, con menos frecuen-
cia cartílago, hueso, rabdomioblastos, melanocitos re- Anatomía patológica
lacionados con células epiteliales y osteoide. La activi-
dad mitósica es variable. El hígado de estos pacientes no es cirrótico; microscópi-
Las variantes histológicas incluyen anaplásico de cé- camente la neoplasia presenta aumento de la consisten-
lulas pequeñas, macrotrabecular, teratoide, mucoide y cia y crecimiento masivo, nodular o difuso; es de color
rabdoide. blanco con aspecto fibroso. La necrosis y la hemorragia
Se han reportado patrones de crecimiento acinar y no son características comunes.
seudoglandular con presencia de bilis y patrón pelioide. Histológicamente el colangiocarcinoma tiene la mis-
Para este tipo de tumor también se utilizan marcadores ma apariencia que cualquier adenocarcinoma; es un
de inmunohistoquímica; las citoqueratinas 8 y 18 son de diagnóstico de exclusión, si no es visible la lesión intra-
mayor utilidad que las citoqueratinas 7 y 19. epitelial de los conductos sólo la autopsia establece el
diagnóstico. Las células tumorales presentan varios pa-
trones de crecimiento: tubular, acinar, sólido o trabecu-
lar, con varios grados de diferenciación; las células neo-
COLANGIOCARCINOMA
plásicas son de mediano a pequeño tamaño, con núcleos
ovales o redondos sin nucleolo evidente; pueden obser-
varse áreas micropapilares en algunos tumores. Es un
tumor poco vascularizado, a diferencia del carcinoma
Generalidades hepatocelular.
Las variantes histológicas incluyen el tipo mucinoso,
Es un tumor raro que se origina a partir de los conductos el adenoescamoso, el mucoepidermoide, el de células
biliares intrahepáticos; su incidencia en autopsias es de claras y el de células fusiformes.
0.03 a 0.05%, con predominio en hombres. Se han des- Este tumor metastatiza a ganglios linfáticos y pulmo-
crito factores de riesgo, como enfermedades fibroquís- nes (74%), peritoneo y suprarrenales (20%), riñón
ticas de los conductos biliares, metabólicas, atresia bi- (15%) y hueso (13%).
liar extrahepática, enfermedad inflamatoria crónica
intestinal, enfermedades colestásicas crónicas en adul-
tos, cálculos biliares, parásitos y exposición a Thoro- COLANGIOCARCINOMA
trast, entre otros.
INTRAHEPÁTICO
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Aspectos clínicos
Características clínicas
Los pacientes pueden presentar ictericia no dolorosa. El
tumor abdominal y la hepatomegalia son manifestacio- Los tumores malignos de los conductos biliares intrahe-
nes poco comunes, excepto cuando la neoplasia es dise- páticos son menos comunes que los de los hepatocitos.
minada. Aunque la mayoría de los casos observados en países
occidentales y africanos no se asocian con cirrosis, al-
gunas series japonesas sugieren que la cirrosis asociada
Diagnóstico con el VHC es un factor de riesgo mayor para el colan-
giocarcinoma en ese país. Los pacientes en general son
Las pruebas de laboratorio son inespecíficas, aunque mayores de 60 años de edad; la mayoría cursan asinto-
puede detectarse elevación de fosfatasa alcalina, bili- máticos hasta que el tumor está en estadio avanzado;
340 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
pueden cursar con sintomatología inespecífica como gantes tipo osteoclasto y tipo linfoepitelioma asociado
dolor abdominal, anorexia y pérdida de peso. A menudo a VEB.
hay incremento de fosfatasa alcalina, CA19--9, ACE y Inmunohistoquímicamente muestra reactividad para
CA--125, aunque son marcadores tumorales inespecífi- citoqueratinas de alto peso molecular (HMW--CK), an-
cos y su rol diagnóstico no es claro. Por ejemplo, el tígeno epitelial de membrana (AEM) y antígeno carci-
CA19--9 está elevado en más de 85% de los pacientes noembrionario (ACE). Hay una útil diferencia en la
con colangiocarcinoma, pero también se asocia con car- inmunoexpresión para citoqueratinas entre el colangio-
cinoma de estómago y de páncreas, y con condiciones carcinoma intrahepático y el extrahepático: el primero
no neoplásicas, como ictericia obstructiva. es usualmente CK27+/CK20+, mientras que el segundo
es frecuentemente CK7--/CK20+. El tumor también ha
sido positivo para antígeno de polipéptido tisular, isoen-
Anatomía patológica zimas de amilasa y péptido relacionado con PTH (en
contraste con el hepatocarcinoma, que es negativo para
El Liver Cancer Study Group propone tres tipos ma- todos ellos).
croscópicos: formador de masa, infiltración periductal El diagnóstico diferencial es con hepatocarcinoma
e intraductal. El formador de masa es el tipo más común (que se presenta en gente más joven, predomina en
de colangiocarcinoma intrahepático; está caracterizado hombres, la cirrosis es común, con elevación de alfafe-
por un tumor con borde definido que crece radialmente toproteína y producción de bilis; ausencia de mucina,
sin diseminación periductal o intraductal. El tipo de in- inmunoexpresión de Hep--Par--1); adenocarcinoma me-
filtración periductal crece a lo largo del conducto biliar tastásico (de carcinomas primarios de páncreas, colon,
y a menudo está asociado con estenosis y afección del estómago, pulmón y mama), cuya distinción puede ser
tejido conectivo periductal. Ambas lesiones son firmes muy difícil morfológicamente; pueden ser de gran utili-
y blanquecinas debido al denso estroma fibroso. Los ca- dad marcadores inmunohistoquímicos sitio--específi-
sos avanzados pueden mostrar patrones mixtos de creci- cos como TTF--1 para pulmón, receptores de estrógenos
miento. La multicentricidad es común. Puede ocurrir in- y progesterona para mama, APE para próstata y uropla-
vasión de la vena porta o de sus ramas, aunque no es tan quina para vejiga. También pueden ser útiles marcadores
común como en el carcinoma hepatocelular. no--sitio--específicos, como las citoqueratinas; el colan-
Microscópicamente la mayoría de los tumores son giocarcinoma es generalmente CK7+/CK20--, mientras
adenocarcinomas (95%); los tumores bien diferencia- que el adenocarcinoma colorrectal metastásico es
dos muestran patrones de crecimiento tubulares, papi- CK7--/CK20+ en más de 90% de los casos. Otros mar-
lares y en cordones; la atipia citológica puede ser míni- cadores de inmunohistoquímica que no se han incorpo-
ma. Las estructuras tipo conductos están revestidas por rado en la rutina pero que arrojan cierta información que
células cúbicas o columnares. Una característica común podría ser de utilidad son: Lewis(x) en el colangiocarci-
a todos los adenocarcinomas del sistema pancreaticobi- noma; muestra reactividad de membrana y citoplásmi-
liar es la heterogeneidad de las células epiteliales neo- ca, mientras que en el adenocarcinoma metastásico es
plásicas dentro de la misma glándula. En la mayoría de sólo citoplásmico; por otra parte, Leu--M1 y B72.3 es
los casos puede demostrarse la presencia de mucina y un más probable que muestren tinción citoplásmica en el
estroma desmoplásico abundante característico, que al- colangiocarcinoma y citoplásmica y membranosa en el
gunas veces se dispone de manera circunferencial alre- adenocarcinoma metastásico.
dedor de las glándulas neoplásicas. Ocasionalmente las Las alteraciones genéticas observadas más común-
células tumorales forman estructuras tubulares peque- mente en el colangiocarcinoma son pérdida de p53 y
ñas y angostas, recordando canales o conductos de He- mutaciones de K--ras. La pérdida de p53 se ha informa-
ring, un patrón que ha sido referido como carcinoma co- do en más de 50% de los tumores intrahepáticos forma-
langiocelular. Luces intracitoplásmicas, la arquitectura dores de masa, y pueden ocurrir por mutación LOH en
cribiforme focal, estratificación nuclear y detritus celu- 17p o amplificación del gen MDM2. La inactivación de
lares intraluminales favorecen carcinoma sobre proceso p53 lleva a desregulación de bcl--2, y causa potencial-
benigno. mente resistencia a la apoptosis. La pérdida de bcl--2 co-
Otras variantes celulares menos comunes son los car- rrelaciona con metástasis ganglionares, invasión vascu-
cinomas de células claras, adenoescamoso, mucinoso, lar y expresión aberrante de p53. Las mutaciones de
de células en anillo de sello, sarcomatoso, de células pe- K--ras afectan usualmente al codón 12 y varían amplia-
queñas, con características papilares, con característi- mente con la localización geográfica y el sitio del tumor.
cas papilares oncocítico, con componente de células gi- La incidencia es mayor a 100% en Inglaterra, 50 a 56%
Hígado 341
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Hígado 345
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 11--2. Fibrosis hepática congénita. Detalle que muestra la fibrosis densa, sin inflamación, bien delimitada del parénquima
vecino y con conductos proliferados anormales en el interior de las bandas fibrosas. Tricrómico de Masson, 10x.
346 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--3. Síndrome de Caroli. Hígado visto por su cara inferior en donde se aprecian conductos hepáticos dilatados (flechas)
haciendo prominencia sobre la superficie. El hígado muestra colestasis y fibrosis irregular.
Figura 11--4. Síndrome de Caroli. Corte del hígado a nivel del hilio que muestra conductos dilatados llenos de bilis El parénquima
es de color verdoso (colestasis) y con bandas de color blanco (fibrosis).
Hígado 347
Figura 11--5. Síndrome de Caroli. Conductos biliares irregulares y dilatados con exudado purulento en la luz por colangitis aguda.
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Figura 11--6. Síndrome de Caroli. Interior de conductos biliares con cálculos de bilis (amarillo) rodeados por cristales de colesterol
con células gigantes multinucleadas a cuerpo extraño.
348 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--7. Enfermedad poliquística autosómica recesiva. Riñón de un recién nacido. Superficie de corte que muestra quistes
de diverso tamaño tanto corticales como en la médula.
Figura 11--8. Enfermedad poliquística autosómica recesiva. Corte histológico del riñón que muestra quistes limitados por epitelio
cúbico alternando con glomérulos de aspecto inmaduro.
Hígado 349
Figura 11--9. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con ácido peryódico de Shiff en el cual se observa un espacio
porta con proliferación de conductos biliares, mismos que presentan trombos de bilis en su luz.
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Figura 11--10. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con ácido peryódico de Shiff en el cual se observa un espacio
porta con proliferación de conductos biliares y con trombos de bilis en su luz.
350 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--11. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa transformación
seudoglandular de los cordones de hepatocitos con presencia de tapones de bilis.
Figura 11--12. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observan trombos de bilis en los sinusoi-
des hepáticos dentro del lobulillo.
Hígado 351
Figura 11--13. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa una célula gigante con presencia
de colestasis intracitoplásmica.
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Figura 11--14. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa la presencia de
anillos fibrosos alrededor de los conductos biliares y disminución del calibre de su luz.
352 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--15. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa la presencia de
un anillo fibroso alrededor del conducto biliar dentro de un espacio porta.
Figura 11--16. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa la presencia de
un anillo fibroso alrededor del conducto biliar, el cual muestra hiperplasia del epitelio ductal.
Hígado 353
Figura 11--17. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa infiltrado inflamatorio en el estroma
del espacio porta.
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Figura 11--18. Colangitis esclerosante. Corte histológico de colon teñido con H--E en el cual se ven datos histológicos de colitis
ulcerativa crónica (nótese el infiltrado inflamatorio denso compuesto por linfocitos y células plasmáticas, así como la irregularidad
de las células caliciformes).
354 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--19. Escasez de conductos biliares. Corte histológico teñido con H--E que muestra un espacio porta en el cual no se
observan conductos biliares.
Figura 11--20. Escasez de conductos biliares. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson que muestra un espacio porta
en el cual no se observan conductos biliares.
Hígado 355
Figura 11--21. Escasez de conductos biliares. Corte histológico en el cual se observa la presencia de tapones biliares en los sinu-
soides hepáticos.
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Figura 11--22. Escasez de conductos biliares. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa transformación seudoglan-
dular de los cordones de hepatocitos.
356 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--23. Escasez de conductos biliares. Corte histológico con inmunorreacción para citoqueratina 7 en el cual hay presencia
de positividad en los hepatocitos debido a la presencia de metaplasia ductal. Nótese la ausencia de células epiteliales (ductales)
en los espacios porta.
Figura 11--24. Amilopectinosis (glucogénesis tipo IV). Corte histológico de hígado que muestra hepatocitos distendido ocupados
por material amorfo (*). H--E 40x.
Hígado 357
Figura 11--25. Amilopectinosis (glucogénesis tipo IV). Material anormal espeso en los hepatocitos que se tiñe de color magenta
con la tinción de PAS-- PAS 10x.
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Figura 11--26. Enfermedad de Gaucher. Células de Kupffer con citoplasma amplio que se tiñe de rojo con la tinción de PAS ocu-
pando los sinusoides. Nótese la diferencia con los hepatocitos de citoplasma claro. PAS con diastasa 40x.
358 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--27. Enfermedad de Gaucher. Microscopia electrónica de las células de Kupffer con estructuras tubulares paralelas en
el interior de lisosomas.
Figura 11--28. Enfermedad de Niemann--Pick. Histiocitos espumosos de citoplasma claro que contrastan con hepatocitos con
glucógeno de color rojo. PAS 40x.
Hígado 359
Figura 11--29. Enfermedad de Niemann--Pick. Microscopia electrónica de histiocitos anormales con estructuras redondeadas de
membranas concéntricas.
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Figura 11--30. Deficiencia de B--1--antitripsina. Hepatocitos con glóbulos hialinos de color rojo en el interior del citoplasma. PAS 40x.
360 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--31. Hemocromatosis neonatal. Pigmento férrico de color azul en el interior de células epiteliales y en células de Kupffer.
Figura 11--32. Hepatitis neonatal. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa gran cantidad de hepatocitos con trans-
formación en células gigantes, algunas de ellas multinucleadas.
Hígado 361
Figura 11--33. Hepatitis aguda y hepatitis crónica en niños. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa un espacio
porta en el que los conductos (*) no muestran alteraciones; alrededor (flechas) hay hepatocitos con colestasis intracitoplásmica
y además inflamación por linfocitos en el estroma.
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Figura 11--34. Hepatitis aguda y hepatitis crónica en niños. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa al centro un
tapón biliar en un sinusoide. Nótese la transformación seudoacinar de los cordones de hepatocitos.
362 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--35. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa un conglomerado de células hematopoyéticas, alrededor
de las mismas gran cantidad de hepatocitos con transformación gigante celular.
Figura 11--36. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observan células de Kupffer (flechas) con pigmento biliar; alrededor
de ellas hay hepatocitos gigantes.
Hígado 363
Figura 11--37. Hepatitis aguda. Aspecto macroscópico del hígado con acentuada coloración verdosa y aspecto edematoso.
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Figura 11--38. Hepatitis aguda. Necrosis hepática submasiva. Escasos islotes de hepatocitos sobrevivientes de color rojo rodea-
dos por tejido neurótico. Tricrómico de Masson 10x.
364 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--39. Hepatitis aguda. Necrosis hepática submasiva. Hepatocitos con varios núcleos y pigmento biliar rodeados de tejido
necrótico e inflamación y bilis.
Figura 11--40. Hepatitis aguda. Necrosis hepática submasiva con regeneración nodular. Se identifican islotes irregulares de color
verdoso de hepatocitos en regeneración rodeados de parénquima café colapsado por necrosis.
Hígado 365
Figura 11--41. Cirrosis biliar. Bandas delgadas de tejido fibroso de disposición portal con puentes finos portoportales con prolifera-
ción de conductillos. Tricrómico de Masson 10x.
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Figura 11--42. Cirrosis biliar obstructiva. Proliferación de conductos irregulares con tapones de bilis en su interior (A H--E 10x).
366 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--43. Cirrosis biliar obstructiva. Fibrosis laxa en espacios porta rodeando los conductos (B 10x Tricrómico de Masson).
Figura 11--44. Cirrosis posnecrótica de nódulos grandes. Nódulos de regeneración de color verde (colestasis) rodeados de ban-
das de color blanco grisáceo.
Hígado 367
Figura 11--46. Hialino de Mallory. Material hialino irregular que se tiñe de rojo intenso en el citoplasma de hepatocitos. Este material
se presenta en varios tipos de cirrosis: alcoholonutricional, cirrosis infantil de la India. Tricrómico de Masson 100x.
368 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--47. Cirrosis centrolobulillar por enfermedad venooclusiva. Se aprecia en la porción central un espacio porta sin altera-
ciones importantes y la fibrosis se encuentra sustituyendo el parénquima de las porciones centrales del lobulillo. Tricrómico de
Masson 10x.
Figura 11--48. Enfermedad venooclusiva. Se aprecia una vena centrolobulillar con fibrosis concéntrica en la intima que reduce
la luz del vaso. Tricrómico de Masson 40x.
Hígado 369
Figura 11--49. Hamartoma mesenquimatoso. TAC en la cual se aprecia una neoplasia con zonas quísticas, así como de diversas
densidades.
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Figura 11--50. Hamartoma mesenquimatoso. Neoplasia sólida y quística, con septos fibrosos; el quiste muestra contenido gelati-
noso amarillo.
370 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--51. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, cordones de hepatocitos, conductos bilia-
res y estroma mesenquimal.
Figura 11--52. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, estroma mesenquimal de aspecto mixoide.
Hígado 371
Figura 11--54. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, cordones de hepatocitos, conductos bilia-
res y estroma mesenquimal. Nótese la presencia de hematopoyesis extramedular.
372 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--55. Hemangioendotelioma infantil. TAC en la cual se aprecia lesión nodular múltiple lobulada dependiente del hígado.
Figura 11--56. Hemangioendotelioma infantil. Múltiples canales vasculares delimitados por células endoteliales prominentes, in-
mersas en un estroma fibroso.
Hígado 373
Figura 11--57. Hemangioendotelioma infantil. Múltiples canales vasculares delimitados por células endoteliales prominentes, in-
mersas en un estroma fibroso.
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Figura 11--58. Hemangioendotelioma infantil. Tricrómico de Masson, note los canales vasculares y en color azul el estroma fibroso.
374 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--59. Hemangioendotelioma infantil. Nido de células endoteliales que forman un penacho hacia la luz de la grita vascular.
Figura 11--61. Hepatoblastoma. TAC en la cual se observa tumor dependiente de hígado que es único, sólido.
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Figura 11--62. Hepatoblastoma. Tumor dependiente de hígado; está encapsulado, es multilobulado con zonas de necrosis.
376 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--63. Hepatoblastoma. Componentes fetal y embrionario; el componente fetal es más diferenciado y recuerda al hígado
maduro.
Figura 11--64. Hepatoblastoma. Detalle del componente embrionario, el cual forma estructuras seudoglandular y seudorrosetas;
las células son de aspecto blástico.
Hígado 377
Figura 11--65. Hepatoblastoma. Detalle del componente fetal en el cual se aprecian los núcleos de las células neoplásicas con
nucleolos y cromatina fina a granular. Nótese la presencia de tapones biliares.
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Figura 11--66. Hepatoblastoma. Detalle del componente fetal en el cual se aprecian los núcleos de la células neoplásicas con
nucleolos y cromatina fina a granular, tapones biliares y precursores hematopoyéticos.
378 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--67. Hepatoblastoma con componente teratoide. Lado izquierdo con presencia de hueso.
Figura 11--68. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Foto macroscópica en la cual se observa al corte una lesión lobulada, delimitada
por una seudocápsula, heterogénea con áreas necróticas y otras con pigmento biliar.
Hígado 379
Figura 11--69. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Foto macroscópica en la cual se observa al corte una lesión lobulada, delimitada
por una seudocápsula, heterogénea con áreas necróticas y otras con pigmento biliar.
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Figura 11--70. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Corte histológico en el cual se observa células neoplásicas grandes con abundante
citoplasma eosinófilo; los núcleos son redondos a ovoides con nucleolo, inmersos en un estroma fibroso.
380 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--71. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa de color
azul la bandas de colágena. Las células neoplásicas son de color rojo.
Figura 11--72. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Inmunotinción para B--fetoproteína positiva en el citoplasma de las células neoplási-
cas.
Hígado 381
Figura 11--73. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Foto macroscópica; la lesión es heterogénea, con zonas quísticas,
sólidas y mixoides.
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Figura 11--74. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad, pleomorfismo y
abundante estroma de aspecto mixoide.
382 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--75. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad. Nótese el pleomor-
fismo.
Figura 11--76. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad. Nótense el pleomor-
fismo y el abundante estoma mixoide.
Hígado 383
Figura 11--77. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad y pleomorfismo nu-
clear. Nótese la mitosis atípica.
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Figura 11--78. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, tinción de PAS con diastasa. Nótense
los glóbulos hialinos.
384 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--80. Esteatosis macrovesicular sin evidencia de inflamación. Tricrómico de Masson. 10x.
Hígado 385
Figura 11--82. Esteatohepatitis no alcohólica. Degeneración globoide, cuerpos de Mallory con satelitosis. H--E 40x.
386 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--83. Glucogenación nuclear de hepatocitos. Esteatosis macrovesicular y microvesicular. H--E 40x.
Figura 11--87. Actividad de interfase; se observa ruptura de la placa limitante por linfocitos con necrosis hepatocelular.
Figura 11--97. Cirrosis biliar primaria. Colangiografía que muestra vías biliares extrahepáticas normales.
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Figura 11--98. Cirrosis biliar primaria en estadio I: conducto interlobulillar con colangitis granulomatosa destructiva.
394 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--99. Cirrosis biliar primaria en estadio II: neoformación de colangiolos con infiltrado inflamatorio.
Figura 11--100. Cirrosis biliar primaria en estadio III: puente de fibrosis entre dos espacios porta.
Hígado 395
Figura 11--102. Adenoma hepático. Tomografía computarizada. Lesión hipodensa que afecta todo el lóbulo derecho, con una zona
de necrosis (flecha).
396 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--104. Hepatectomía parcial. Adenoma hepático encapsulado con hemorragia reciente.
Hígado 397
Figura 11--105. Adenoma hepático. Zona de transición de hígado normal y adenoma (mitad izquierda).
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Figura 11--106. Cistoadenoma hepatobiliar. Tumor multiloculado localizado en el segmento IV. Los quistes son de diferente tama-
ño con material mucinoso en su interior.
398 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--107. Cistadenoma hepatobiliar. Segmento III con quiste infectado y hemorragia reciente.
Figura 11--108. Cistadenoma hepatobiliar. Pared de un quiste revestida por epitelio cilíndrico productor de mucina y en el extremo
inferior derecho tejido hepático con regeneración. H--E 10x.
Hígado 399
Figura 11--109. Pared de dos quistes, el superior revestido por epitelio mucoproductor y estroma semejante al del ovario y el infe-
rior revestido por epitelio aplanado.
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Figura 11--112. Hemangioma. Neoplasia formada por grandes espacios vasculares comunicados y congestivos.
Hígado 401
Figura 11--113. Hemangioma. Espacios vasculares de tamaño variable, separados por tejido fibroconectivo.
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Figura 11--114. Hemangioma. Espacios vasculares revestidos por una capa de células endoteliales sin atipia.
402 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--116. Hiperplasia nodular focal. Cicatriz fibrosa central. H--E 10x.
Hígado 403
Figura 11--119. Hiperplasia nodular focal. Ligero crecimiento de las células hepáticas. H--E 10x.
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Figura 11--120. Hiperplasia nodular focal. Degeneración hidrópica de hepatocitos. H--E 40x.
404 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--121. Tomografía computarizada. Lesión hipodensa que afecta todo el lóbulo derecho.
Figura 11--122. Tomografía computarizada de abdomen de paciente cirrótica en la que se observa una lesión hipodensa nodular
correspondiente a un hepatocarcinoma.
Hígado 405
Figura 11--123. Hígado cirrótico con neoplasia difusa que afecta el lóbulo derecho (cara posterior).
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Figura 11--124. Hepatectomía parcial. Hígado cirrótico con hepatocarcinoma nodular y producción de bilis.
406 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Figura 11--126. Hepatocarcinoma. Trabéculas delimitadas por células endoteliales. Tinción de PAS.
Hígado 407
Figura 11--133. Carcinoma hepatocelular fibrolaminar. Tomografía computarizada. Lesión hepática hiperdensa localizada en el
lóbulo izquierdo, de bordes bien definidos.
Figura 11--134. Carcinoma hepatocelular fibrolaminar. Hepatectomía parcial (lóbulo izquierdo). Mismo caso de la tomografía. Tu-
mor bien delimitado con zonas fibrosas centrales, sin necrosis.
Hígado 411
Figura 11--135. Hepatocarcinoma fibrolaminar. Células neoplásicas poligonales con citoplasma eosinófilo separadas por fibras
de colágena.
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Figura 11--140. Colangiocarcinoma con patrón glandular. Células neoplásicas con nucleolo poco aparente.
414 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Capítulo 12
Vesícula biliar y vías biliares
Irene Rivera Salgado, Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgina Alderete Vázquez,
Rosa María Vicuña González, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González,
Armando Macario Valencia Romero, Maricela Díaz Oyola, Mauricio Rojas Maruri
La vesícula biliar es una estructura sacular piriforme Con forma de “S”, mide de 3 a 4 cm de longitud y de 3
que sirve como reservorio de la bilis; mide entre 8 y 10 a 5 mm de diámetro. Delimita el borde inferior del trián-
cm y tiene una capacidad promedio de 50 mL. Anatómi- gulo de Calot; el borde izquierdo y el superior de dicho
camente se encuentra por debajo del lóbulo derecho del triángulo están delimitados por el conducto hepático y
hígado; tiene tres partes, que son el cuello, el cuerpo y el borde inferior del hígado, respectivamente. En este
el fondo. Su pared está formada por una mucosa, pared triángulo atraviesan la arteria cística, la hepática dere-
de músculo liso y serosa. La mucosa está formada por cha y puede o no estar el conducto biliar derecho. Alcan-
un epitelio de células columnares altas de núcleos basa- za el conducto hepático y se coloca a su derecha; el os-
les que se continúan con la membrana basal y la lámina tium de desembocadura se encuentra debajo de su unión
propia con tejido conectivo laxo y pequeños capilares. aparente. Está constituido por mucosa: elevada, forma
Posteriormente está la capa de músculo liso, que es la un pliegue en espiral, la válvula espiral, que conserva
más gruesa de todo el espesor de la vesícula, y se conti- abierta la luz; músculo liso: sólo se encuentra cerca del
núa con la serosa. La vesícula biliar está firmemente cuello, donde constituye el esfínter de Lutkens y la pa-
adherida al hígado en su parte superior, y la inferior está red fibrosa; representa el resto de la pared del cístico.
cubierta por peritoneo que corresponde a la serosa.
En ella se describen tres segmentos:
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415
416 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Otras neoplasias benignas descritas en la vesícula bi- croscópicamente pueden presentar discretas áreas de
liar incluyen tumores mixtos, leiomiomas, hemangio- engrosamiento de la mucosa; histológicamente las zo-
mas y lipomas. nas de displasia se caracterizan por tener células colum-
nares con núcleos estratificados alargados de cromatina
granular, con nucleolos prominentes y escasas figuras de
mitosis; cuando hay áreas con displasia de alto grado/
NEOPLASIAS MALIGNAS
carcinoma in situ las células se estratifican y se observan
DE LA VESÍCULA BILIAR en acúmulos con atipia marcada y mitosis frecuentes.
Anatomía patológica
Anatomía patológica
Se clasifican en cinco tipos, los cuales son:
La displasia y el carcinoma in situ son las lesiones pre-
cursoras del carcinoma invasor de la vesícula biliar. En S Ia: dilatación quística del colédoco.
las neoplasias microinvasoras generalmente se pueden S Ib: dilatación segmentaria sin involucro del con-
encontrar áreas con displasia y neoplasia in situ como ducto pancreático.
una forma continua de lesión precursora; en las áreas de S Ic: dilatación difusa o cilíndrica.
carcinoma in situ puede haber crecimiento papilar con S II: dilatación diverticular del conducto biliar co-
tallos fibrovasculares revestidos por células neoplási- mún o de la vesícula biliar.
cas o crecimiento plano; el primero es precursor del ade- S III: coledococele, con extensión dentro de la pared
nocarcinoma papilar. del duodeno.
Las lesiones de displasia y carcinoma in situ en gene- S IV: enfermedad de Caroli, dilatación del conducto
ral presentan datos clínicos de colecistitis crónica; ma- biliar con extensión intrahepática.
Vesícula biliar y vías biliares 419
S IVb: dilataciones quísticas múltiples extrahepáti- dular adenomatosa e incremento en células calicifor-
cas. mes. También se han sugerido nitrosaminas endógenas
S V: dilatación intrahepática única o múltiples. con efecto cocarcinogénico derivadas de sustancias de
la dieta; hepatolitiasis (el desarrollo de tumor es prece-
Microscópicamente se observa la pared quística engro- dido por displasia del epitelio ductal, incremento en la
sada por inflamación y fibrosis con presencia de pig- actividad proliferativa y expresión de la proteína C--erb
mento biliar; hay además fibras de músculo liso y en al- B--2, y está asociado con más de 50% de los colangio-
gunas áreas la pared se observa revestida por epitelio carcinomas intrahepáticos) y anomalías congénitas del
cilíndrico o columnar. En la biopsia hepática se observa árbol biliar con o sin litiasis; también representan facto-
colestasis biliar intracitoplásmica y en sinusoides con res de riesgo para desarrollar carcinoma la enfermedad
transformación seudoacinar y presencia de células gi- de Caroli, quistes múltiples o solitarios y microhamar-
gantes. tomas biliares múltiples. El riesgo de transformación
maligna del quiste de colédoco es alto, y por esta razón
debe ser resecado tan pronto como sea descubierto. El
Diagnóstico carcinoma ductal intrahepático y extrahepático repre-
senta una rara pero significativa complicación de la co-
litis ulcerativa crónica; comúnmente es precedido por
El diagnóstico se realiza con ultrasonido, en el cual se
colangitis esclerosante primaria (el factor predisponen-
observa la dilatación quística del conducto biliar co-
te más común conocido, con un riesgo incrementado de
mún, debiendo complementarse con colangiopancrea-
1.5%) y displasia epitelial; la aneuploidía, mutación de
tografía retrógrada o colangiorresonancia magnética,
K--ras y disfunción de p53 están involucradas en el pro-
en la cual se advierte la dilatación de la vía biliar corres-
ceso neoplásico. También se ha sugerido una asociación
pondiente al quiste.
con la enfermedad de Crohn, tabaquismo (que puede
aumentar el riesgo en asociación con colangitis esclero-
sante primaria), consumo de alcohol y contraceptivos
CARCINOMA DE LOS CONDUCTOS orales como posibles agentes etiológicos, con carcino-
BILIARES (COLANGIOCARCINOMA) ma colorrectal hereditario no poliposis familiar, ya que
se han observado mutaciones en ras y p53 y pérdida de
heterocigosidad para el gen de APC. En Japón la hepati-
tis B (aproximadamente 10%) y la hepatitis C (25%)
El colangiocarcinoma comprende tumores malignos frecuentemente coexisten con el colangiocarcinoma,
que se originan de los conductos biliares intrahepáticos originando así la sospecha de su papel en la carcinogé-
(intrahepáticos, periféricos o colangiocarcinoma colan- nesis.
giocelular), así como de los conductos biliares perihilia-
res y extrahepáticos. Usualmente ocurre en mayores de
65 años de edad y ambos géneros son afectados por igual. COLANGIOCARCINOMA
En estudios epidemiológicos recientes se ha observado INTRAHEPÁTICO
un incremento en la incidencia del colangiocarcinoma,
aunque la razón de esto es desconocida. En EUA la inci-
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dominal, anorexia y pérdida de peso. a los cuales se cas papilares oncocítico, con componente de células gi-
agregan ictericia, coluria, prurito y acolia. gantes tipo osteoclasto y tipo linfoepitelioma asociado
Suele diagnosticarse al realizar una TAC, y es conve- a VEB.
niente realizar una colangiopancreatografía retrógrada, Inmunohistoquímicamente muestra reactividad para
en la cual se suele identificar el tumor. A menudo hay citoqueratinas de alto peso molecular (HMW--CK), an-
incremento de las cifras de bilirrubina y de la fosfatasa tígeno epitelial de membrana (AEM) y antígeno carci-
alcalina, y también de CA19--9, ACE y CA--125, aun- noembrionario (ACE). Hay una útil diferencia en la
que son marcadores tumorales inespecíficos y su rol inmunoexpresión para citoqueratinas entre el colangio-
diagnóstico no es claro. Por ejemplo, el CA19--9 está carcinoma intrahepático y el extrahepático: el primero
elevado en más de 85% de los pacientes con colangio- es usualmente CK27+/CK20+, mientras que el segundo
carcinoma. es frecuentemente CK7--/CK20+. El tumor también ha
sido positivo para antígeno de polipéptido tisular, isoen-
zimas de amilasa y péptido relacionado a PTH (en con-
Anatomía patológica traste con el hepatocarcinoma, que es negativo para to-
dos ellos).
El Liver Cancer Study Group propone tres tipos ma- El diagnóstico diferencial es con hepatocarcinoma
croscópicos: formador de masa, infiltración periductal (que se presenta en gente más joven, predomina en
e intraductal. El formador de masa es el tipo más común hombres, la cirrosis es común, con elevación de alfafe-
de colangiocarcinoma intrahepático, y está caracteriza- toproteína y producción de bilis, ausencia de mucina,
do por un tumor con borde definido que crece radial- inmunoexpresión de Hep--Par--1), adenocarcinoma me-
mente sin diseminación periductal o intraductal. El tipo tastásico (de carcinomas primarios de páncreas, colon,
de infiltración periductal crece a lo largo del conducto estómago, pulmón y mama), cuya distinción puede ser
biliar y a menudo está asociado con estenosis y afección muy difícil morfológicamente, y pueden ser de gran utili-
del tejido conectivo periductal. Ambas lesiones son fir- dad marcadores inmunohistoquímicos sitio--específicos,
mes y blanquecinas debido al denso estroma fibroso. como TTF--1 para pulmón, receptores de estrógenos y
Los casos avanzados pueden mostrar patrones mixtos progesterona para mama, APE para próstata y uropla-
de crecimiento. La multicentricidad es común. Aunque quina para vejiga. También pueden ser útiles marcado-
la invasión de la vena porta o de sus ramas no es tan co- res no sitio--específicos, como las citoqueratinas; el
mún como en el carcinoma hepatocelular, puede ocurrir. colangiocarcinoma es generalmente CK7+/CK20--,
Microscópicamente la mayoría de los tumores son mientras que el adenocarcinoma colorrectal metastási-
adenocarcinomas (95%); los tumores bien diferencia- co es CK7--/CK20+ en más de 90% de los casos. Otros
dos muestran patrones de crecimiento tubulares, papila- marcadores de inmunohistoquímica que no se han in-
res y en cordones; la atipia citológica puede ser mínima. corporado en la rutina pero que arrojan cierta informa-
Las estructuras tipo conductos están revestidas por cé- ción que podría ser de utilidad son Lewis(x), que en el
lulas cúbicas o columnares. Una característica común a colangiocarcinoma muestra reactividad de membrana y
todos los adenocarcinomas del sistema pancreaticobi- citoplásmica, mientras que en el adenocarcinoma me-
liar es la heterogeneidad de las células epiteliales neo- tastásico es sólo citoplásmico; por otra parte, Leu--M1
plásicas dentro de la misma glándula. En la mayoría de y B72.3 son más probables de mostrar tinción citoplás-
los casos puede demostrarse la presencia de mucina y un mica en el colangiocarcinoma y citoplásmica y mem-
estroma desmoplásico abundante característico, que al- branosa en el adenocarcinoma metastásico.
gunas veces se dispone de manera circunferencial alre- Las alteraciones genéticas observadas más común-
dedor de las glándulas neoplásicas. Ocasionalmente las mente en el colangiocarcinoma son pérdida de p53 y
células tumorales forman estructuras tubulares pequeñas mutaciones de K--ras. La pérdida de p53 se ha informa-
y angostas, recordando canales o conductos de Hering, do en más de 50% de los tumores intrahepáticos forma-
un patrón que ha sido referido como carcinoma colan- dores de masa, y pueden ocurrir por mutación, LOH en
giocelular. Favorecen carcinoma sobre proceso benigno 17p o amplificación del gen MDM2. La inactivación de
luces intracitoplásmicas, arquitectura cribiforme focal, p53 lleva a desregulación de bcl--2, y causa potencial-
estratificación nuclear y detritus celulares intralumina- mente resistencia a la apoptosis. La pérdida de bcl--2 co-
les. Otras variantes celulares menos comunes son carci- rrelaciona con metástasis ganglionares, invasión vascu-
noma de células claras, adenoescamoso, mucinoso, de lar y expresión aberrante de p53. Las mutaciones de
células en anillo de sello, sarcomatoso, de células pe- K--ras afectan usualmente al codón 12 y varían amplia-
queñas, con características papilares, con característi- mente con la localización geográfica y el sitio del tumor.
Vesícula biliar y vías biliares 421
La incidencia es mayor a 100% en Inglaterra, 50 a 56% retrógrada endoscópica o por colangiografía transhepáti-
en Japón y 0 a 8% en Tailandia, lo que posiblemente ca percutánea. Los procedimientos citológicos (BAAD,
refleja las diferencias en la etiología subyacente. Las cepillado o aspirado biliar) proporcionan material diag-
mutaciones de K--ras son más comunes en los tumores nóstico en 70% de los casos.
con infiltración periductal del árbol biliar extrahepático
que en el colangiocarcinoma intrahepático formador de
masa, mientras que las mutaciones de p53 son más co- Anatomía patológica
munes en este último. También son frecuentes las alte-
raciones del gen p16, y la hipermetilación del promotor El tumor puede tener un patrón de crecimiento infiltran-
puede ser la causa más común de inactivación en el co- te (70 a 80%), nodular (20%) o intraductal (< 5%). Los
langiocarcinoma intrahepático. Con frecuencia se ha ob- tumores infiltrantes y nodulares son a menudo poco dife-
servado sobreexpresión de transcriptasa reversa de telo- renciados, tienden a diseminarse a lo largo de la mucosa
merasa humana (hTERT) en displasia y carcinoma y la submucosa y se acompañan por una gran respuesta
invasivo, indicando que podría ser un evento temprano desmoplásica. Ocasionalmente son multicéntricos o
en la carcinogénesis. El factor de crecimiento de hepa- asociados con adenocarcinoma de la vesícula biliar. La
tocitos, c--met, se sobreexpresa en el colangiocarcinoma extensión directa al hígado es común en lesiones del ter-
y correlaciona con la diferenciación tumoral. También se cio superior. El atrapamiento de la vena porta izquierda
han descrito otras alteraciones, como mutaciones en los o la derecha ocurre en un tercio de los casos y conduce
genes de E--cadherina, C--catenina y DPC--4, amplifica- a atrofia lobar ipsilateral. Casos ocasionales tienen un
ción del gen HER--2/neu e inestabilidad microsatélite. patrón de crecimiento papilar. Las metástasis ganglio-
nares se identifican en 30 a 50% de los pacientes al mo-
mento de la resección; los grupos ganglionares más co-
múnmente afectados son los de alrededor de la porción
COLANGIOCARCINOMA
inferior del ligamento hepatoduodenal, el grupo pan-
EXTRAHEPÁTICO
creaticoduodenal superoposterior y el grupo de la arte-
ria mesentérica superior. Los tumores originados en el
contexto de colangitis esclerosante primaria pueden ser
multifocales y asociados con displasia y carcinoma in
Aspectos clínicos situ en múltiples sitios. Debido a la marcada desmopla-
sia estromal, pueden ser requeridas múltiples biopsias
El colangiocarcinoma extrahepático puede dividirse en endoscópicas y cepillados, ya que el diagnóstico en
perihiliar (cuando se origina cerca del hilio hepático) y biopsia puede ser posible sólo en 40 a 70% de los casos.
distal (se origina en la porción distal del conducto bi- Microscópicamente la gran mayoría de los tumores
liar). Los tumores perihiliares (tumor de Klatskin) cons- son adenocarcinomas bien diferenciados productores
tituyen casi dos tercios de todos los colangiocarcino- de mucina. En lesiones más distales puede apreciarse
mas. Los pacientes presentan ictericia obstructiva, una superficie papilar; a veces todo el tumor es un ade-
ataques repetidos de colangitis y un perfil bioquímico nocarcinoma papilar bien diferenciado con mínima o
colestásico. La elevación persistente de marcadores tu- nula invasión; algunos tumores son tan bien diferencia-
morales como CA19--9 en ausencia de colangitis puede dos —aun las metástasis— que su identificación como
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ser útil para el diagnóstico. malignos puede ser muy difícil. Las características his-
Estos tumores pueden desarrollarse a cualquier nivel topatológicas más importantes son heterogeneidad ce-
del árbol biliar: en el tercio superior, incluyendo el hilio lular dentro de la misma glándula, aumento del índice
(50 a 75%), en el tercio medio (10 a 25%) y en el tercio núcleo:citoplasma, nucleolo prominente, invasión es-
inferior (10 a 20%). Bismuto ha propuesto una clasifica- tromal y perineural y laminación concéntrica del estro-
ción anatómica más precisa: tipo I, por debajo de la con- ma alrededor de las glándulas neoplásicas. Una clave
fluencia de los conductos hepáticos derecho e izquierdo; diagnóstica importante es la yuxtaposición de células de
tipo II, alcanzando la confluencia; tipo III, ocluyendo el apariencia normal con células de núcleo grande y nu-
conducto hepático común y cada conducto hepático cleolo prominente. Recuerdan al adenocarcinoma de la
(IIIa el derecho y IIIb el izquierdo); tipo IV, multicén- vesícula biliar en su expresión de mucosustancias y
trico o involucrando la confluencia de ambos conduc- ACE los cambios metaplásicos y displásicos en el epite-
tos. La presencia y la localización de estos tumores son lio adyacente y la ocurrencia ocasional de variantes
mejor observadas mediante colangiopancreatografía morfológicas con metaplasia escamosa, cambios de cé-
422 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
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424 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--1. Aspecto externo de la vesícula biliar normal, con una serosa lisa con discretos trayectos vasculares.
Figura 12--2. La mucosa de la vesícula biliar es aterciopelada con pared delgada, teñida por la bilis.
Vesícula biliar y vías biliares 425
Figura 12--3. Aspecto microscópico de la vesícula biliar normal, epitelio en monocapa, lámina propia y pared muscular.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 12--6. Microfotografía. la colecistitis aguda tiene áreas con pérdida de la mucosa y extensa congestión vascular.
Vesícula biliar y vías biliares 427
Figura 12--7. Microfotografía. Colecistitis aguda; mucosa sustituida por abundantes polimorfonucleares y fibrina.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 12--8. Microfotografía de colecistitis aguda. Extensa necrosis isquémica de la mucosa y pared muscular con inflamación
aguda.
428 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--9. Microfotografía. Detalle de colecistitis aguda con abundantes polimorfonucleares, pérdida de las capas musculares
y gran congestión vascular.
Figura 12--10. Microfotografía. Colecistitis aguda abscedada; el proceso inflamatorio sustituye la pared muscular de la vesícula
con el riesgo de ruptura.
Vesícula biliar y vías biliares 429
Figura 12--11. Microfotografía. Colecistitis aguda abscedada. Necrosis e inflamación con abundantes polimorfonucleares; se pre-
senta frecuentemente en pacientes ancianos asociada a sepsis.
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Figura 12--12. Colecistitis crónica. En esta vesícula la pared es fibrosa, la mucosa tiene áreas despulidas en el fondo y está aso-
ciada con colesterolosis.
430 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--13. Colecistitis crónica. Vesícula pequeña de pared gruesa y mucosa de aspecto velloso.
Figura 12--14. Colecistitis crónica. Microscópicamente hay inflamación mononuclear y folículos linfoides que afecta la mucosa
y la pared muscular.
Vesícula biliar y vías biliares 431
Figura 12--15. Microfotografía. Colecistitis crónica con formación de folículos linfoides con centros germinales en la lámina propia
de la mucosa.
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Figura 12--16. Microfotografía. Colecistitis crónica. La pared vesicular es gruesa con fibrosis que rodea fibras musculares; la
mucosa se aplana y en áreas está ausente.
432 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--17. Macrofotografía. Colecistitis crónica escleroatrófica; vesícula en porcelana con litiasis. La pared es rígida y delga-
da. Esta vesícula correspondió a un paciente con carcinoma pulmonar metastásico a hígado.
Figura 12--18. Macrofotografía. Otro ejemplo de colecistitis crónica escleroatrófica con vesícula pequeña, rígida y serosa con
adherencias.
Vesícula biliar y vías biliares 433
Figura 12--19. Macrofotografía. Colecistitis escleroatrófica con cálculo único impactado en la luz.
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Figura 12--20. Macrofotografía. Colecistitis escleroatrófica. Al retirar el cálculo la vesícula queda rígida como un molde.
434 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--21. Macrofotografía. En este acercamiento la pared es rígida con áreas de hemorragia y calcificación; la mucosa está
despulida.
Figura 12--22. Microfotografía. Detalle focal en la pared en donde la mucosa tiene calcificaciones y focalmente granulomas de
tipo cuerpo extraño.
Vesícula biliar y vías biliares 435
Figura 12--23. Macrofotografía. Colelitiasis; la vesícula tiene múltiples cálculos amarillos en su luz entremezclados con bilis
espesa y lodo biliar; la pared vesicular es gruesa y blanda.
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Figura 12--24. Macrofotografía. Vesícula con cálculo único, pared fibrosa rígida y mucosa denudada.
436 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--26. Macrofotografía. Cálculos de colesterol amarillo, blando y radiado en la superficie de corte.
Vesícula biliar y vías biliares 437
Figura 12--27. Macrofotografía. Vesícula tabicada en su porción media con pequeños cálculos pigmentarios negros y facetados.
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Figura 12--30. Macrofotografía. Vesícula con colesterolosis en la porción media y lodo biliar de aspecto oscuro.
Vesícula biliar y vías biliares 439
Figura 12--34. Aspecto microscópico de la colesterolosis con acúmulo de macrófagos espumosos en la lámina propia de la muco-
sa e hiperplasia de las células epiteliales.
Vesícula biliar y vías biliares 441
Figura 12--38. Macrofotografía. Pared vesicular con colecistitis crónica y colesterolosis, discretamente engrosada.
Figura 12--39. Macrofotografía. Pared de vesícula con colecistitis aguda, congestión y edema de la mucosa.
Figura 12--40. Macrofotografía. Vesícula escleroatrófica, pared rígida calcificada formando un molde.
Vesícula biliar y vías biliares 443
Figura 12--41. Macrofotografía. Pared delgada y mucosa granular en vesícula con carcinoma que infiltra la pared muscular, en
donde el aspecto macroscópico no es sospechoso de una neoplasia.
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Figura 12--43. Aspecto microscópico del pólipo de colesterol; acúmulo de macrófagos en la lámina propia entremezclados con
algunas glándulas hiperplásicas.
Figura 12--44. Adenomiosis, macroscópicamente nódulo multiquístico con bilis en la luz en fondo vesicular, en vesícula con cole-
cistitis crónica litiásica.
Vesícula biliar y vías biliares 445
Figura 12--45. Microfotografía. Adenomiosis; acúmulo de glándulas hiperplásicas entremezcladas con músculo liso en la pared
vesicular.
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Figura 12--48. Aspecto microscópico del pólipo de colesterol; acúmulo de macrófagos en la lámina propia entremezclados con
algunas glándulas hiperplásicas.
Vesícula biliar y vías biliares 447
Figura 12--49. Microfotografía. Mucosa con displasia; la mucosa es hipercromática por aumento de la celularidad, atipia marcada
y mitosis frecuente.
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Figura 12--50. Microfotografía. Displasia de la mucosa; el cambio es exclusivo de la mucosa, el resto de la pared es normal.
448 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--52. Macrofotografía. Pared delgada y mucosa granular en vesícula con carcinoma que infiltra la pared muscular, en
donde el aspecto macroscópico no es sospechoso de una neoplasia.
Vesícula biliar y vías biliares 449
Figura 12--53. Microfotografía. Displasia de bajo grado, células cilíndricas con núcleos alargados que conservan su polaridad
basal, con nucleolo prominente y cromatina discretamente granular.
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Figura 12--54. Microfotografía. Displasia de alto grado, células de tamaño variable con seudoestratificación de los núcleos. Hay
escasos neutrófilos sobre las células epiteliales.
450 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--55. Serosa de vesícula con carcinoma infiltrante sin lesión macroscópica; la serosa es lisa brillante con trayectos vas-
culares muy evidentes en donde no se sospecha una neoplasia.
Figura 12--56. Macrofotografía. Mucosa con adenocarcinoma que infiltra todo el espesor de la pared sin invasión de la serosa.
La mucosa está engrosada, de aspecto granular y discretamente edematosa.
Vesícula biliar y vías biliares 451
Figura 12--57. Microfotografía. Áreas de displasia de alto grado en la mucosa vesicular deben alertar a la búsqueda de carcinoma
infiltrante en sitios vecinos.
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Figura 12--58. Microfotografía. Displasia de alto grado entre epitelio columnar con atipia mínima, infiltrado inflamatorio de la lámina
propia y glándula; neoplasia infiltrando la muscular propia.
452 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--59. Microfotografía. Glándula neoplásica en la capa muscular, con núcleos grandes, irregulares e hipercromáticos,
nucleolos prominentes y cromatina densa.
Figura 12--60. Microfotografía. Adenocarcinoma bien diferenciado con glándulas neoplásicas infiltrando las capas musculares,
algunas con necrosis en la luz.
Vesícula biliar y vías biliares 453
Figura 12--61. Macrofotografía. Vesícula biliar con neoplasia evidente, de aspecto vegetante, que engruesa por infiltración toda
la pared.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 12--62. Macrofotografía. Otro aspecto del carcinoma vesicular con abundante material hemático en la luz y en la pared
muscular.
454 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--63. Macrofotografía. Detalle. Extenso engrosamiento de la pared debido a la infiltración de la neoplasia que tiene un
aspecto vegetante polipoide y hemorrágico hacia la luz vesicular.
Figura 12--64. Microfotografía. Áreas de adenocarcinoma bien diferenciado con múltiples formaciones glandulares y gran canti-
dad de figuras de mitosis.
Vesícula biliar y vías biliares 455
Figura 12--65. Microfotografía. Adenocarcinoma papilar con papilas largas que crecen hacia la luz vesicular.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 12--66. Microfotografía. Acercamiento de adenocarcinoma papilar con papilas formadas por un tallo fibrovascular revestido
por células neoplásicas cilíndricas.
456 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--67. Microfotografía. Adenocarcinoma poco diferenciado con células en anillo de sello; estas neoplasias pueden estar
asociadas con adenocarcinoma bien diferenciado.
Figura 12--68. Microfotografía. Células en anillo de sello que infiltran la lámina propia con núcleos excéntricos debido a la gran
cantidad de moco en el citoplasma.
Vesícula biliar y vías biliares 457
Figura 12--69. Microfotografía. Detalle de un adenocarcinoma bien diferenciado teñido con azul alciano en donde se tiñe el borde
luminar de las células neoplásicas.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 12--70. Microfotografía. Adenocarcinoma bien diferenciado de vesícula biliar a la izquierda de la foto, en continuidad con
el tejido hepático; detalle de una metástasis, mitosis frecuente.
458 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--71. Aspecto macroscópico de un quiste de colédoco; del lado izquierdo se observa la vesícula biliar, del lado derecho
la importante dilatación del conducto.
Figura 12--72. Imagen de estudio de ultrasonido. Se observa la dilatación quística del colédoco (Q), contigua a la vesícula biliar
(VB).
Vesícula biliar y vías biliares 459
Figura 12--73. Corte histológico de espesor total del quiste. Se observa la pared fibrosa del mismo. Está revestido por epitelio
plano.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 12--74. Corte histológico teñido con H--E; detalle del epitelio de revestimiento del quiste de colédoco, el cual es plano sim-
ple.
460 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Figura 12--75. Corte histológico teñido con H--E; se observa la pérdida del epitelio de revestimiento.
Figura 12--76. Corte histológico teñido con H--E con zona de inflamación mural compuesta por macrófagos con pigmento biliar,
así como linfocitos y células plasmáticas.
Vesícula biliar y vías biliares 461
Figura 12--77. Colangiocarcinoma moderadamente diferenciado en el que se observa la heterogeneidad celular dentro de la
misma glándula, mostrando formaciones tubulares con luces intracitoplásmicas, estratificación nuclear y detritus celulares intralu-
minales.
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462 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Capítulo 13
Páncreas
Arturo Ángeles Ángeles, Sagrario del Pilar Trinidad Hernández, Braulio Martínez Benítez
463
464 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
25% con estas técnicas. Por tomografía se observa en 10 Hay autores que mencionan que estas neoplasias sólo se
a 30% de los casos el clásico patrón de calcificaciones presentan en mujeres y que los casos descritos en hom-
en rayos de sol con una cicatriz central. Muestran patrón bres corresponden a neoplasia intraductal papilar muci-
en panal de abejas con microlagunas separadas por finas nosa. La edad media de presentación es de 49 años, aun-
bandas de tejido fibroso. Los errores son más comunes que se han documentado en mujeres desde 20 hasta 82
con los adenomas oligoquísticos, que se interpretan años. Se clasifican en adenoma, tumor quístico mucino-
como tumores quísticos mucinosos o seudoquistes. La so limítrofe, carcinoma no invasor o in situ y carcinoma
endoscopia y la resonancia magnética retrógrada colan- invasor.
giopancreática muestran pérdida de la comunicación
con el sistema ductal pancreático, característica que los
distingue de los seudoquistes. La angiografía típica- Aspectos clínicos
mente muestra hipervascularidad.
Se localizan con mayor frecuencia en el cuerpo y la cola
del páncreas, por lo que la ictericia obstructiva es poco
Aspectos anatomopatológicos frecuente, salvo en los cistadenocarcinomas, que se pre-
sentan habitualmente en la cabeza pancreática. La pre-
sentación clínica depende del tamaño del tumor. Los tu-
Macroscópicamente son neoplasias únicas, bien delimi-
mores de menos de 3 cm se encuentran de forma
tadas, que pueden medir de 1 a 25 cm de diámetro, con
incidental y los de mayor tamaño producen síntomas de-
promedio de 6 a 10 cm. Se identifican múltiples quistes
bido a compresión de estructuras adyacentes; puede
llenos de líquido seroso claro que miden de 0.1 a 0.5 cm,
haber tumor abdominal palpable, dolor o molestias en el
dispuestos en la mayoría de los casos alrededor de una
epigastrio y con cierta frecuencia se han asociado con
cicatriz central estelar. El tumor tiene aspecto de espon-
diabetes mellitus. Hay aumento en el suero sanguíneo de
ja. La variante oligoquística está constituida por menor
marcadores tumorales como el antígeno carcinoembrio-
número de quistes de mayor tamaño y no tienen cicatriz
nario y CA19--9, sobre todo en los cistadenocarcinomas.
central estelar.
Microscópicamente están compuestos por numero-
sos quistes pequeños, recubiertos por epitelio cúbico
Diagnóstico
rico en glucógeno, dispuestos alrededor de una cicatriz
central de colágena densa. En la variante oligoquística
los quistes son de mayor tamaño, incluso únicos, y care- La radiografía abdominal muestra calcificaciones en la
cen de la cicatriz central. Los núcleos son centrales re- cápsula del tumor y compresión o desplazamiento de es-
dondos u ovales y uniformes, sin atipia ni mitosis. Algu- tómago, duodeno o colon. El US y la TC presentan tu-
nos pueden tener proyecciones digitiformes sin tallo mor bien delimitado de baja densidad con uno o más
fibrovascular. Los cistadenocarcinomas son idénticos a quistes grandes; el engrosamiento irregular de la pared
los tumores benignos, aunque pueden mostrar leve ati- de los quistes o las papilas sugiere transformación ma-
pia focal y rara vez invasión neural. Las células son po- ligna. La colangiografía retrógrada pancreática muestra
sitivas para PAS y negativas para PAS--diastasa y azul desplazamiento del conducto pancreático principal y
alciano. Tienen inmuorreactividad para citoqueratinas ausencia de comunicación con el tumor, importante ha-
7, 8, 18 y 19. El diagnóstico diferencial en los adenomas llazgo para diferenciarlo de neoplasia papilar intraduc-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
microquísticos se establece con linfangiomas y en los tal mucinosa. El mejor abordaje para obtener resultados
oligoquísticos con neoplasias quísticas mucinosas y adecuados es combinar las evaluaciones clínica, seroló-
seudoquistes. gica y radiológica y la biopsia por aspiración.
Aspectos anatomopatológicos
TUMORES QUÍSTICOS MUCINOSOS
Macroscópicamente se presentan como tumores redon-
dos de superficie lisa y seudocápsula fibrosa con engro-
samiento variable y calcificaciones frecuentes. La ma-
Representan de 2 a 5% de las neoplasias exocrinas de yoría miden entre 6 y 10 cm, aunque pueden ser desde
páncreas y se presentan casi exclusivamente en mujeres 2 hasta 35 cm de diámetro. Las superficies de corte
perimenopáusicas; la relación hombre--mujer es de 1:2. muestran lesiones uniloculadas o multiloculadas con
466 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
quistes que van de pocos milímetros a varios centíme- sistema ductal que es posible detectar radiológicamen-
tros y contienen material mucoide o mezcla de material te. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud,
mucoide con hemorragia y necrosis; el contenido rara se clasifican en lesiones benignas, limítrofes, malignas
vez es acuoso. Cuando el tumor es unilocular las super- no invasoras y malignas invasoras. Corresponden a me-
ficies internas son lisas y cuando es multilocular suelen nos de 5% de las neoplasias quísticas del páncreas, aun-
tener papilas y nódulos murales. Los tumores malignos que por ser una categoría descrita hace poco es difícil
muestran casi siempre papilas y nódulos murales, y son determinar su incidencia. Ocurren en la séptima y la oc-
multiloculados. Como regla, no tienen comunicación tava décadas de la vida, y aproximadamente 30% de los
con el sistema de conductos pancreáticos. Microscópi- pacientes tiene tumor en otros órganos, algunos sincró-
camente muestran dos componentes: una capa de epite- nicos y otros metacrónicos.
lio de células columnares con citoplasma rico en muci-
na, que puede formar papilas o estar denudado, y por
debajo estroma de tipo ovárico. Puede haber diferencia- Características clínicas
ción seudopilórica, foveolar, intestinal y epidermoide.
La mitad de estos tumores tienen células endocrinas. El síntoma más común es dolor abdominal, seguido por
Los cistadenomas mucinosos tienen núcleos basales disminución de la consistencia de las heces, pérdida de
levemente aumentados de tamaño y ausencia de mitosis. peso, ictericia, diabetes y pancreatitis crónica. Los pa-
Las neoplasias quísticas mucinosas limítrofes muestran cientes pueden ser asintomáticos. Hay casos que se han
papilas o invaginaciones tipo cripta, seudoestratifica- detectado al observar la dilatación del conducto pan-
ción, variación en el tamaño nuclear y mitosis. Los cis- creático de manera incidental en estudios de imagen.
tadenocarcinomas mucinosos no invasores tienen papi- Endoscópicamente la salida de mucina por el ámpula de
las irregulares, estratificación nuclear, atipia intensa y Váter es una característica diagnóstica de este tumor. El
mitosis frecuentes; cuando son invasores hay epitelio antígeno CA19--9 y el antígeno carcinoembrionario es-
atípico dentro del estroma. El componente invasor se- tán elevados en algunos casos. En suero la amilasa y la
meja adenocarcinoma de tipo habitual. Las áreas malig- lipasa están comúnmente elevadas. La supervivencia a
nas deben buscarse con mucho cuidado porque la neo- cinco años es de 70%. Algunos pacientes con NIPM no
plasia puede tener extensas zonas de epitelio denudado. invasora desarrollan recurrencias e incluso metástasis;
El estroma está constituido por células fusiformes, con la probable explicación de este fenómeno es que las
núcleos redondos o alargados y citoplasma disperso, áreas de invasión del tumor primario no pudieron ser
con luteinización variable. El componente epitelial es documentadas histológicamente.
positivo con PAS/diastasa y azul alciano y con reaccio-
nes de inmunohistoquímica como antígeno de membra-
Diagnóstico
na epitelial, antígeno carcinoembrionario y citoquerati-
nas 7, 8, 18 y 19. El componente estromal expresa actina
En la mayoría de los pacientes se identifica un tumor
de músculo liso, desmina, receptores de estrógenos y
intraductal, dilatación acentuada del conducto o una
progesterona. El diagnóstico diferencial se establece
imagen de quiste. La dilatación de los conductos pan-
con neoplasia intraductal papilar mucinosa, adenomas
creáticos secundarios es muy sugerente, pero sólo se ob-
serosos oligoquísticos y seudoquistes. El pronóstico es
serva en pocos casos cuando se realiza endoscopia re-
excelente en los cistadenomas, tumores limítrofes y car-
trógrada colangiopancreática.
cinomas no invasores, siempre y cuando el tumor se ex-
tirpe en su totalidad. En los cistadenocarcinomas inva-
sores el pronóstico depende del estadio clínico. Aspectos anatomopatológicos
Microscópicamente los conductos dilatados están re- de grado I con atipia mínima, evoluciona al grado II, en
vestidos por células mucoproductoras con grados varia- el que presenta proyecciones papilares y mayores anor-
bles de atipia (figura 13--18). Se identifican papilas con malidades citológicas, y termina con el grado III, en el
tres patrones morfológicos: que hay atipia marcada, papilas o excrecencias hacia la
luz, patrón cribiforme y necrosis. Cuando rebasa la
1. Intestinal. membrana basal del conducto se convierte en neoplasia
2. Pancreatobiliar. ductal infiltrante. Se calcula que deben transcurrir mu-
3. Gástrico, a veces con apariencia de foveolas gás- chos años para que una neoplasia intraepitelial pancreá-
tricas; hay también zonas denudadas de epitelio. tica grado I evolucione hasta un carcinoma invasor. Es-
tas lesiones presentan muchas de las anormalidades
Los adenocarcinomas invasores ocurren en menos de genéticas observadas en los carcinomas invasores, lo
30% y son de tipo coloide o ductal convencional. Son que apoya su carácter preneoplásico.
positivos con tinciones para moco como PAS, mucicar- La mayoría de estas lesiones son asintomáticas y no
mín y azul alciano, y con inmunohistoquímica expresan son detectadas macroscópicamente, pues son menores
citoqueratinas, antígeno de membrana epitelial y antí- de 0.5 cm. Su caracterización se ha realizado en piezas
geno carcinoembrionario. Rara vez muestran células quirúrgicas al estudiar histológicamente la vecindad de
endocrinas que expresan cromogranina y sinaptofisina. las neoplasias invasoras.
El diagnóstico diferencial se plantea con neoplasias
quísticas mucinosas, neoplasia intraepitelial pancreáti-
ca y neoplasia intraductal papilar oncocítica. ADENOCARCINOMA DUCTAL INVASOR
Aspectos macroscópicos
de ambos conductos. Ello conduce por un lado a pan- S Carcinomas indiferenciados: se caracterizan por
creatitis crónica obstructiva y por el otro a ictericia por células muy pleomórficas y por células gigantes
bloqueo del drenaje biliar al duodeno. Dependiendo de multinucleadas. El diagnóstico diferencial debe
la localización en la cabeza pancreática, estos tumores establecerse con sarcomas tanto primarios del
pueden infiltrar el ámpula de Váter y la pared duodenal; páncreas como los de localización retroperitoneal
la regla es que cuando se diagnostican muestran ya ex- que infiltran secundariamente al páncreas. Existe
tensión a la grasa peripancreática. un subtipo de carcinoma indiferenciado con célu-
las gigantes de tipo osteoclástico.
Aspectos microscópicos
CARCINOMA DE CÉLULAS ACINARES
La mayor parte de estos tumores son bien o moderada-
mente diferenciados, y están constituidos por estructu-
ras glandulares o tubulares con diversos grados de atipia
y actividad mitósica. Usualmente las glándulas se ro- Aspectos clínicos
dean de abundante tejido conectivo (desmoplasia). Los
tumores poco diferenciados suelen ser sólidos o estar Representan de 1 a 2% de los tumores pancreáticos exo-
constituidos por células fusiformes y gigantes, y pre- crinos en adultos y aproximadamente 15% de los tumo-
sentan necrosis extensa. res pancreáticos pediátricos. Son más frecuentes en
Los tumores muy bien diferenciados se confunden hombres que en mujeres, producen síntomas inespecífi-
morfológicamente con pancreatitis crónica, sobre todo cos y la presencia de ictericia es rara. En 16% de los ca-
en los cortes por congelación de los estudios transopera- sos se ha descrito necrosis de la grasa subcutánea por
torios. El diagnóstico se establece con hematoxilina y producción excesiva de lipasa por el tumor.
eosina. La ultraestructura y la inmunohistoquímica se Son tumores casi tan agresivos como los carcinomas
reservan para los tumores muy poco diferenciados. Con ductales. Aproximadamente 50% de ellos tienen metás-
fines pronósticos es mucho más importante la etapa clí- tasis al momento del diagnóstico. Existe una contrapar-
nica que el grado de diferenciación. te benigna extremadamente rara que ha sido denomina-
Algunas variantes poco frecuentes de carcinomas da cistadenoma de células acinares.
ductales son las siguientes:
Cuadro 13--3. Clasificación de los más frecuente es el insulinoma, que ocupa más de 80%
tumores endocrinos de páncreas de este grupo y se asocia clínicamente con la tríada de
Whipple (hipoglucemia < 50 mg/dL, síntomas neuro-
Tumor endocrino bien diferenciado (adenoma)
glucopénicos y mejoría tras la administración de gluco-
Funcionales
sa). Otros tumores funcionales menos frecuentes son el
Productor de insulina (insulinoma)
glucagonoma, que se caracteriza por síndrome eritema
Productor de glucagón (glucagonoma) necrolítico migratorio y síntomas similares a diabetes
Productor de somatostatina (somatostatinoma) mellitus, el gastrinoma asociado con síndrome de Zo-
Productor de gastrina (gastrinoma) llinger--Ellison, el VIPoma y el tumor carcinoide, entre
Productor de péptido intestinal vasoactivo (VIPoma) otros.
Otros Estos tumores pueden ser esporádicos o hereditarios,
No funcionales asociados con síndrome de neoplasias endocrinas múl-
Carcinoma endocrino bien diferenciado tiples (NEM), enfermedad de von Hippel--Lindau y
Funcionales neurofibromatosis tipo 1. La etiología de los TEP espo-
Productor de insulina (insulinoma) rádicos se desconoce, aunque en pacientes NEM se ha
Productor de glucagón (glucagonoma) identificado un gen supresor tumoral (menina) que pre-
Productor de somatostatina (somatostatinoma) dispone al desarrollo de múltiples neoplasias.
Productor de gastrina (gastrinoma)
Productor de péptido intestinal vasoactivo (VIPoma)
Productor de serotonina con síndrome carcinoide Epidemiología
Producto de ACTH con síndrome de Cushing
No funcionales Aproximadamente de 1 a 2% de los tumores pancreáti-
Carcinoma endocrino poco diferenciado cos son de tipo endocrino. Los TE funcionales son los
Carcinoma de células pequeñas más frecuentes (60 a 85%), y de ellos el insulinoma es
Carcinoma neuroendocrino de células grandes el que predomina (hasta 70%); 80% son esporádicos y
Carcinoma mixto exocrino--endocrino entre 15 y 25% están asociados con NEM. Afecta por
igual a hombres y mujeres, con mayor frecuencia entre
30 y 60 años.
acuerdo con el potencial maligno de estas neoplasias impide que la enfermedad progrese.
(cuadro 13--3). En contraste, el otro grupo de tumores funcionales se
Los TE de páncreas se clasifican en dos grupos de- encuentran en la categoría de TE bien diferenciados de
pendiendo de la presencia de síndromes clínicos. El pri- comportamiento biológico incierto (10 a 15%), o más
mer grupo corresponde a TE funcionales y el segundo frecuentemente son carcinomas bien diferenciados (85
a TE no funcionales. a 90%).
Los tumores funcionales se asocian con síndromes La mayoría de los tumores no funcionales son carci-
endocrinos debido a la secreción inadecuada de una hor- nomas bien diferenciados (90 a 95%). Los carcinomas
mona, y se denominan de acuerdo a la hormona que cau- poco diferenciados son poco frecuentes (1 a 3%).
sa el síndrome, por ejemplo insulinoma, glucagonoma, En general, los TE metastásicos/malignos son neo-
somatostatinoma o VIPoma. Los TE no funcionales son plasias con lento crecimiento. La supervivencia a partir
todas aquellas neoplasias que no están asociadas con del diagnóstico es de 2 a 10 años. Los TE asociados con
síndromes de producción hormonal. El TE funcional NEM rara vez metastatizan.
470 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
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472 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--1. Microfotografía. Biopsia por aspiración percutánea con aguja delgada de páncreas. Se observan células epiteliales
neoplásicas pleomórficas, algunas vacuoladas, que forman glándulas o grupos irregulares que permiten establecer sin duda
alguna el diagnóstico de adenocarcinoma.
Figura 13--2. Microfotografía. Biopsia por aspiración transendoscópica de páncreas. Se observan células sueltas y glándulas
revestidas por células neoplásicas correspondientes a un adenocarcinoma. En la figura de la derecha el pleomorfismo es más
acentuado.
Páncreas 473
Figura 13--3. Microfotografía. Biopsia por aspiración transendoscópica de páncreas. Se observan células sueltas y glándulas
revestidas por células neoplásicas correspondientes a un adenocarcinoma. En la figura de la derecha el pleomorfismo es más
acentuado.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 13--4. Macrofotografía. Adenoma microquístico. Se observa el típico aspecto en esponja (cortesía del Dr. Daniel Montante).
474 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--5. Microfotografía. Adenoma microquístico. Se observan múltiples quistes separados por finas bandas de tejido fibroso.
Figura 13--7. Microfotografía. Adenoma microquístico. Se observa una pared fibrosa revestida por epitelio cúbico simple, sin atipia.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 13--8. Macrofotografía. Seudoquiste pancreático adherido al bazo. El diagnóstico diferencial es con adenoma oligoquístico.
476 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--9. Macrofotografía. Cistadenoma mucinoso de cola de páncreas visto por la superficie externa, extirpado junto con
el bazo.
Figura 13--10. Macrofotografía. Cistadenoma mucinoso de cola de páncreas. El quiste está limitado por paredes lisas.
Páncreas 477
Figura 13--11. Macrofotografía. Cistadenoma mucinoso: epitelio mucosecretor sin atipia y estroma. Se observa una cavidad quís-
tica con proyecciones papilares hacia la luz.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 13--12. Microfotografía. Cistadenoma mucinoso. Se observa epitelio mucosecretor sin atipia y estroma tipo ovárico.
478 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--13. Microfotografía. Tumor quístico mucinoso limítrofe. Véase la arquitectura compleja de las glándulas y la atipia sin
invasión al estroma.
Figura 13--16. Microfotografía. Cistadenocarcinoma mucinoso: lagos de moco con glándulas neoplásicas flotando.
480 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--17. Macrofotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se observa el conducto pancreático dilatado con lesiones
excrecentes en su superficie.
Figura 13--18. Otro aspecto macroscópico de una neoplasia intraductal papilar mucinosa.
Páncreas 481
Figura 13--19. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se observan papilas de tipo intestinal con atipia.
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Figura 13--20. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Las papilas están revestidas por epitelio de tipo intestinal.
482 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--21. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se identifican papilas con epitelio de tipo pancreatobiliar.
Figura 13--22. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se observan papilas con epitelio de tipo gástrico.
Páncreas 483
Figura 13--23. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa maligna con componente invasor.
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Figura 13--24. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa maligna con componente invasor y necrosis.
484 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--25. Microfotografía. Neoplasia intraepitelial pancreática grado I. Se observa un conducto revestido por epitelio cilín-
drico con atipia leve.
Figura 13--26. Microfotografía. Neoplasia intraepitelial pancreática grado III. El conducto está revestido por células epiteliales atí-
picas que forman estructuras papilares.
Páncreas 485
Figura 13--27. Macrofotografía. Adenocarcinoma de la cabeza del páncreas que infiltra difusamente la pared duodenal. El tumor
es de color gris blanquecino y de consistencia firme.
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Figura 13--28. Pieza quirúrgica de una pancreatoduodenectomía (operación de Whipple). Se observa un tumor de límites poco
definidos localizado en la cabeza del páncreas (flecha).
486 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--29. Macrofotografía. Se observa un tumor pequeño en la cabeza del páncreas de color gris amarillento, rodeado por
parénquima pancreático lobulado.
Figura 13--30. Macrofotografía. Se observa acentuada dilatación del colédoco distal (la flecha marca la circunferencia del colé-
doco), secundaria a tumor en la cabeza del páncreas.
Páncreas 487
Figura 13--31. Microfotografía. Adenocarcinoma bien diferenciado de páncreas. Se observan glándulas neoplásicas bien forma-
das que rodean un nervio.
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Figura 13--32. Microfotografía. Adenocarcinoma moderadamente diferenciado. Se observan glándulas neoplásicas irregulares
que se adosan entre sí.
488 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--33. Microfotografía. Adenocarcinoma poco diferenciado de páncreas. Las células neoplásicas no forman glándulas
y presentan pleomorfismo acentuado.
Figura 13--34. Aspecto macroscópico de un carcinoma de células acinares del páncreas. Es de límites precisos, de consistencia
blanda y muestra áreas de necrosis.
Páncreas 489
Figura 13--35. Aspecto histológico del tumor de la foto previa. Se observan acinos revestido por células de citoplasma basófilo
granular. El tumor se encuentra tan bien diferenciado que semeja acinos normales.
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Figura 13--36. Macrofotografía. Tumor endocrino de páncreas bien diferenciado. Los bordes son fácilmente distinguibles del
parénquima pancreático no neoplásico.
490 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--37. Macrofotografía. Tumor endocrino de páncreas bien diferenciado (insulinoma). El tumor es bien delimitado con
fibrosis central.
Figura 13--41. Macrofotografía. El tumor tiene bordes mal delimitados, necrosis y extensión extrapancreática.
Figura 13--42. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado. Nótese una fina capa de tejido conectivo que delimita la neo-
plasia del parénquima pancreático.
Páncreas 493
Figura 13--43. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado. Las células son cúbicas con citoplasma eosinófilo y núcleo
redondo, cromatina fina granular en patrón de sal y pimienta.
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Figura 13--46. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado (insulinoma) con depósito masivo de amiloide.
Páncreas 495
Figura 13--47. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado con depósito masivo de amiloide, más aparente con la tinción
de rojo Congo.
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Figura 13--48. Microfotografía. Carcinoma endocrino de páncreas. Se observa pleomorfismo, mitosis atípicas y necrosis extensa.
496 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--49. Microfotografía. Carcinoma endocrino de páncreas. Se observa pleomorfismo, mitosis atípicas y necrosis extensa.
Figura 13--51. Microfotografía. Ki--67 nuclear en más de 80% de las células neoplásicas.
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Figura 13--52. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado (insulinoma). El estudio de inmunohistoquímica muestra expre-
sión para el marcador de insulina.
498 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)
Figura 13--53. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado (insulinoma). El estudio de inmunohistoquímica muestra expre-
sión para el marcador de insulina.
Índice alfabético
hialurónico, 10, 30 gástrico, 154, 170, 171, 172, hepático, 324, 326, 395, 396,
acolia, 420 173, 174, 175, 176, 177, 397
adenitis mesentérica, 254 178, 179, 180 hepatocelular, 337
adenocarcinoma, 3, 7, 9, 10, 45, in situ, 104 microquístico, 465, 473, 474,
46, 47, 49, 55, 104, 105, 108, intrapancreático del colédoco, 475
132, 133, 135, 136, 144, 145, 204 monomórfico, 45, 46
157, 197, 205, 252, 256, 257, invasor, 133 oligoquístico, 465, 475
261, 339, 340, 420, 450, 454, de esófago, 134, 136 oxifílico, 46
468, 472, 473 del colon, 226 papilar, 417
ampular, 197 metastásico, 340, 420 pleomórfico, 46, 48, 81, 82
499
500 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)
carcinoma, 47, 51, 54, 207, 227, de las vías biliares, 198 mucoepidermoide, 45, 46, 47
251, 252, 255, 261, 418, 419, de los conductos biliares, 419 de parótida, 87
443, 448, 463 intrahepáticos, 419 neuroendocrino, 197
acantolítico, 44 de mama, 340 de células pequeñas, 422
adenoescamoso, 44, 197, 257, metastásico, 11 no invasor, 466
340, 418, 420, 468 de ovario, 10 oncocítico, 470
adenoide quístico, 46 metastásico, 10 oral
adenoideo de páncreas, 340 de células escamosas, 43
de células escamosas, 44 de pulmón, 340 in situ, 43
quístico, 44, 45, 47, 49, 50, del ámpula de Váter, 197 pancreático, 198, 468
55, 85, 86 del conducto salival, 50 papilar, 50, 54, 88, 89
ampular, 198 ductal, 464 de células escamosas, 44
invasivo, 197 extrahepático, 419 renal, 242
avanzado de células escamo- intrahepático, 419 sarcomatoide, 197
sas, 107 invasor, 467 sarcomatoso, 55, 340, 420
basaloide duodenal no ampular, 198 vegetante, 40
de células escamosas, 54, endocrino verrucoso, 44, 53, 54, 107
107 de células grandes, 463 vesicular, 453
escamoso, 44, 54 de páncreas, 491, 495, 496 carcinomatosis
broncogénico, 157, 243 epidermoide, 9, 43, 45, 46, 47, abdominal, 9
bucal, 42 73, 74, 100, 106, 140, 141, peritoneal, 6
colangiocelular, 340, 420 257, 261, 468 cardiomegalia, 328
colónico, 256, 257 de esófago, 53, 137, 140 cardiopatía, 101, 324
colorrectal, 227, 256, 258, invasor, 75, 76, 77 ceguera nocturna, 194
298, 299, 300, 301, 302, ulcerado, 138 célula
303, 304, 305 de esófago, 139 cancerosa, 7
hereditario no poliposis fa- escamoso, 41, 44, 46, 197 maligna, 6, 7
miliar, 419 moderadamente diferencia- cirrosis, 5, 9, 17, 27, 35, 320,
con anillo de sello, 257 do, 41 326, 328, 330, 331, 338, 339,
de células esclerosante, 422 340, 419
acinares, 468, 470 exadenoma pleomorfo, 47 alcoholonutricional, 323, 324,
del páncreas, 488 gástrico, 152, 155, 468 367
acinosas, 45, 46 difuso, 11 biliar, 320, 323, 331, 332, 365,
aveniformes, 9 incipiente, 3 393, 394, 395, 418
claras, 257, 340, 420, 470 gastrointestinal, 197 obstructiva, 323, 365, 366
en anillo de sello, 340, 420 hepatocelular, 326, 329, 331, primaria, 332, 333
escamosas, 54, 107 333, 334, 337, 339, 340 cardiaca, 332
del esófago, 107 fibrolaminar, 337, 410 centrolobulillar, 323, 324, 368
esofágicas, 107 híbrido, 54 hepática, 6, 30, 31, 32, 323,
in situ, 3, 41, 42, 43, 226, 418,
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
no erosiva, 104
207, 249, 252, 256, 261, de injerto contra huésped, 32, quística
319, 325, 333, 336, 337, 247 autosómica recesiva, 318
338, 340, 419, 464, 466 de Lafora, 27 hepática, 319
epigástrico, 335 de Menetrier, 148, 151, 152, medular, 319
óseo, 194, 332 155 renal, 319
pélvico, 256 de Niemann--Pick, 27, 33, 321, renal poliquística
torácico, 101 358, 359 dominante, 318
continuo, 106 de Pompe, 33 recesiva, 318, 319
no cardiaco, 104 de von Hippel--Lindau, 469 venooclusiva, 30, 324, 368
duodenitis, 192 de von Recklinghausen, 52 de la infancia, 32
aguda, 192, 193 de Wilson, 34, 322, 323, 324, viral, 44
crónica, 192, 193 332 enfisema subcutáneo, 26
504 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)
mesotelioma, 10 tumoral, 96
difuso, 10 sp., 148 neumonía de repetición, 100
epitelial maligno, 10 tuberculosis, 260 neumonitis por aspiración, 100
localizado, 10 repetitiva, 102
maligno, 9 neumoperitoneo, 10
metabolismo de los nutrientes, N neuralgia herpética, 39
317 neurilemoma, 51, 52, 90, 91
metaplasia necrosis, 261 neurofibroma, 51, 52, 89, 90
antral, 417 centrolobulillar, 32, 34 neurofibromatosis, 197, 469
de células de Paneth en colon hepática, 363, 364 neuropatía, 194
distal, 2 submasiva, 324 nevo esponjoso blanco, 42
de glándulas esofágicas, 125, hepatocelular, 322, 331, 332, nódulo cirrótico macrorregenera-
126, 127 388 tivo, 337
508 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)