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ATLAS DE

GASTROENTEROLOGÍA

Primera edición, 2010


ZZZPHGLOLEURVFRP
Atlas de
gastroenterología
Dr. Federico Roesch Dietlen
Cirujano general.
Profesor de Gastroenterología de la Facultad de Medicina.
Director del Instituto de Investigaciones Médico Biológicas,
Universidad Veracruzana. Académico Titular de la
Academia Mexicana de Cirugía.
Miembro del American College of Surgeons.
Veracruz, Ver.

Dra. Isabel Ruiz Juárez


Anatomopatólogo.
Profesora de tiempo completo de la Facultad de Medicina,
Universidad Veracruzana.
Veracruz, Ver.

Dr. José María Remes Troche


Internista Gastroenterólogo y Endoscopista.
Profesor de Gastroenterología y Fisiopatología de la Facultad de Medicina.
Investigador del Instituto de Investigaciones Médico Biológicas,
Universidad Veracruzana. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Veracruz, Ver.

Primera edición, 2010

Editorial
Alfil
Atlas de gastroenterología
Todos los derechos reservados por:
E 2010 Editorial Alfil, S. A. de C. V.
Insurgentes Centro 51--A, Col. San Rafael
06470 México, D. F.
Tels. 55 66 96 76 / 57 05 48 45 / 55 46 93 57
e--mail: alfil@editalfil.com
www.editalfil.com

ISBN 978--607--7504--87--0

Primera edición, 2010

Dirección editorial:
José Paiz Tejada

Editor:
Dr. Jorge Aldrete Velasco

Revisión editorial:
Irene Paiz, Berenice Flores

Revisión técnica:
Dr. Jorge Aldrete Velasco

Diseño de portada:
Arturo Delgado

Impreso por:
Impresiones Editoriales FT, S. A. de C. V.
Calle 15 Manz. 42 Lote 17, Col. José López Portillo
09920 México, D. F.
Febrero de 2010

Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores.

Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas terapéuticos sean correctos y compatibles
con los estándares de aceptación general de la fecha de la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguros de que toda la informa-
ción proporcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cuidadosamente el material de instruccio-
nes e información incluido en el inserto del empaque de cada agente o fármaco terapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial,
cuando se utilizan medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alteración, pérdida o daño que
pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y aplicación de cualquier parte del contenido de la presente obra.
Autores y colaboradores

AUTORES

Dr. Federico Roesch Dietlen


Cirujano general. Profesor de Gastroenterología de la Facultad de Medicina. Director del Instituto de Investigacio-
nes Médico Biológicas, Universidad Veracruzana. Académico Titular de la Academia Mexicana de Cirugía. Miem-
bro del American College of Surgeons. Veracruz, Ver.
Capítulos 5, 6, 7, 9, 10
Dra. Isabel Ruiz Juárez
Anatomopatólogo. Profesora de tiempo completo de la Facultad de Medicina, Universidad Veracruzana. Veracruz, Ver.
Capítulos 4, 5, 6, 10
Dr. José María Remes Troche
Internista Gastroenterólogo y Endoscopista. Profesor de Gastroenterología y Fisiopatología de la Facultad de Medi-
cina. Investigador del Instituto de Investigaciones Médico Biológicas, Universidad Veracruzana. Miembro del Siste-
ma Nacional de Investigadores. Veracruz, Ver.
Capítulos 4, 5, 6, 7, 9, 10

COLABORADORES

Dr. Jesús Aguirre García Dra. Isabel Alvarado Cabrero


Anatomopatólogo. Departamento de Anatomía Pato- Anatomopatóloga. Jefa del Departamento de Anato-
lógica de la Facultad de Medicina. Unidad de Investi- mía Patológica del Hospital de Oncología del Centro
gación de la UNAM. Hospital General, Secretaría de Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F.
Salud. Miembro de la Academia Nacional de Medici- Capítulos 8, 10
na, México, D. F.
Capítulo 11 Dr. Arturo Ángeles Ángeles
Anatomopatólogo. Jefe del Departamento de Anato-
Dra. Georgina Alderete Vázquez mía Patológica del Instituto Nacional de Ciencias Mé-
Médico Residente de Anatomía Patológica del Hospi- dicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Profesor Titu-
tal Central Sur de Alta Especialidad de PEMEX. Mé- lar de Posgrado de Anatomía Patológica. División de
xico, D. F. Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de
Capítulos 7, 12 la UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investi-

V
VI Atlas de gastroenterología (Autores y colaboradores)

gadores. Miembro de la Academia Nacional de Medi- Dra. Maricela Díaz Oyola


cina. México, D. F. Gastroenteróloga y Endoscopista. Hospital Central
Capítulos 1, 13 Sur de Alta Especialidad de PEMEX. México, D. F.
Capítulos 9, 12
Dra. Rocío Lorena Arreola Rosales
Dra. Argelia Escobar Sánchez
Anatomopatóloga. Hospital de Especialidades. Cen-
Anatomopatóloga. Hospital Infantil de México “Dr.
tro Médico Nacional “Siglo XXI” del IMSS. México,
Federico Gómez”. Secretaría de Salud. México, D. F.
D. F.
Capítulo 11
Capítulo 11
Dr. Reynaldo Falcón Acevedo
Dra. Carmen Berumen González Anatomopatólogo. Jefe del Departamento de Anato-
Anatomopatóloga. Hospital Central Sur de Alta Es- mía Patológica. Facultad de Medicina, Universidad
pecialidad de PEMEX. México, D. F. Autónoma de San Luis Potosí. Hospital Central “Dr.
Capítulos 9, 12 Ignacio Morones Prieto”, Hospital de Nuestra Señora
de la Salud y Hospital Lomas de San Luis. San Luis
Dra. Araceli Cabrales Mújica Potosí, S. L. P.
Cirujano General. Adjunta a la Dirección del Hospital Capítulos 9, 10, 12
de Alta Especialidad. Secretaría de Salud de Veracruz. Dra. Luz María Gómez Jiménez
Cirujano General del Hospital General del ISSSTE. Anatomopatóloga. Hospital de Especialidades Centro
Veracruz, Ver. Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F.
Capítulo 6 Capítulo 11

Dr. Alfonso Canales Kai Dr. Hugo González Olivo


Coloproctólogo. Hospital de Alta Especialidad del Gastroenterólogo y Endoscopista. Hospital de Nues-
Centro Médico Nacional “Adolfo Ruiz Cortines”, tra Señora de la Salud. San Luis Potosí, S. L. P.
IMSS. Veracruz, Ver. Capítulo 10
Capítulo 10 Dr. Peter Grube Pagola
Anatomopatólogo. Instituto Nacional de Pediatría.
Dr. Sebastián Castillo Secretaría de Salud. México, D. F.
Anatomopatólogo, Microscopia Electrónica. Unidad Capítulos 5, 11
de Investigación. Centro Médico Nacional “Siglo
XXI”, IMSS. México, D. F. Dr. Agustín Guzmán Marañón
Capítulo 6 Anatomopatólogo. Profesor de tiempo completo. Fa-
cultad de Medicina, Universidad Veracruzana. Centro
Dra. Martha Chávez García Médico Nacional “Adolfo Ruiz Cortines”, IMSS. Ve-
Anatomopatóloga. Adscrita al Departamento de Ana- racruz, Ver.
tomía Patológica. Hospital de Especialidades del Capítulo 10
Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. Méxi- Dra. Blandina Hernández Cruz
co, D. F. Anatomopatóloga. Hospital de Oncología. Centro
Capítulo 11 Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F.
Capítulos 4, 5, 6
Dra. Silvia Cid Juárez
Dr. Eduardo López Corella
Residente de la Especialidad de Medicina Interna. Ins-
Anatomopatólogo. Instituto Nacional de Pediatría.
tituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Sal-
Secretaría de Salud. México, D. F.
vador Zubirán”. Secretaría de Salud. México, D. F.
Capítulos 5, 11
Capítulos 5, 10
Dr. Braulio Martínez Benítez
Dr. Mauricio de la Fuente Lira Anatomopatólogo. Instituto Nacional de Ciencias
Cirujano General. Hospital de Especialidades del Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Profesor de
Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. Méxi- Patología. Facultad de Medicina de la UNAM. Méxi-
co, D. F. co, D. F.
Capítulo 11 Capítulo 13
Autores y colaboradores VII

Dr. José Luis Martínez Ordaz Dra. Alicia Rodríguez Velazco


Gastroenterólogo. Hospital de Especialidades Centro Anatomopatóloga. Hospital de Oncología, Centro
Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F. Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F.
Capítulo 11 Capítulo 2

Dra. Guadalupe Melo Santisteban Dra. C. D. Laura Roesch Ramos


Anatomopatóloga. Hospital General de Zona “Benito Maestra en Estomatología Integral. Facultad de Odon-
Coquet”, IMSS. Investigadora, Instituto de Medicina tología. Universidad Veracruzana. Veracruz, Ver.
Forense. Universidad Veracruzana. Veracruz, Ver. Capítulo 4
Capítulo 10 Dr. Mauricio Rojas Maruri
Médico residente de Anatomía Patológica. Hospital
Dr. Jaime Navarrete Alemán Central Sur de Alta Especialidad de PEMEX. Méxi-
Cirujano Oncólogo. Hospital Regional de Alta Espe- co, D. F.
cialidad. Secretaría de Salud. Veracruz, Ver. Capítulo 12
Capítulo 4
Dr. María Elena Rojas Torres
Dr. José Luis Palmeros Sarmiento Anatomopatóloga. Hospital de Oncología, Centro
Gastroenterólogo Endoscopista. Hospital General del Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F.
ISSSTE. Veracruz, Ver. Capítulo 2
Capítulo 6 Dr. Héctor Santiago Payán
Anatomopatólogo. Jefe del Departamento de Patolo-
Dr. Pedro Mario Pasquel Velarde
gía, Hospital Star Médica, Santa Fe. México, D. F.
Anatomopatólogo. Hospital Central Sur de Alta Es-
Capítulo 10
pecialidad de PEMEX. México, D. F.
Capítulos 7, 12 Dra. Juana Sonia Tavares García
Anatomopatóloga. Hospital de Oncología. Centro
Dr. Alfonso Pérez Morales Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS. México, D. F.
Cirujano General. Profesor de Gastroenterología. Di- Capítulos 5, 6
rector de la Facultad de Medicina, Universidad Vera-
Dra. Sagrario del Pilar Trinidad Hernández
cruzana. Miembro del American College of Surgeons.
Anatomopatóloga. Instituto Nacional de Ciencias
Veracruz, Ver.
Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Secretaría
Capítulo 5
de Salud. México, D. F.
Dr. José Quintana Aguilar Capítulo 13
Anatomopatólogo. Facultad de Medicina. Universi- Dr. Armando Macario Valencia Romero
dad de San Luis Potosí. San Luis Potosí, S. L. P. Gastroenterólogo y Endoscopista. Jefe del Departa-
Capítulo 10 mento de Gastroenterología. Hospital Central de Alta
Especialidad de PEMEX. México, D. F.
Dr. Antonio Ramos De la Medina Capítulos 9, 12
Cirujano Gastroenterólogo. Hospital Regional de Al-
ta Especialidad. Secretaría de Salud. Veracruz, Ver. Dr. C. D. José Andrés Velázquez Martínez
Capítulo 5 Patólogo Médico Bucal. Facultad de Odontología,
Universidad Veracruzana. Veracruz, Ver.
Dr. Cecilia Ridaura Sanz Capítulo 4
Anatomopatóloga. Instituto Nacional de Pediatría. Dra. Rosa María Vicuña González
México, D. F. Anatomopatóloga. Hospital Central Sur de Alta Es-
Capítulos 3, 11 pecialidad de PEMEX. México, D. F.
Capítulos 9, 12
Dra. Irene Rivera Salgado
Anatomopatóloga. Jefa del Servicio de Anatomía Pa- Dr. José Luis Villalobos Juárez
tológica. Hospital Central Sur de Alta Especialidad de Radiólogo. Hospital General “Dr. Manuel Gea Gon-
PEMEX. México, D. F. zález”. Secretaría de Salud. México, D. F.
Capítulos 9, 12 Capítulo 11
VIII Atlas de gastroenterología (Autores y colaboradores)

Dra. Yolanda Villaseñor Navarro Dra. Marisol Zárate Palomec


Radióloga y Jefe del Departamento de Radiodiagnós- Radióloga y oncóloga. Hospital de Alta Especialidad.
tico. Instituto Nacional de Cancerología. Secretaría Secretaría de Salud. Oaxaca, Oax.
de Salud. México, D. F. Capítulo 4
Capítulo 11
Contenido

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
Jesús Aguirre García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche
Capítulo 1. Manejo de biopsias endoscópicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Arturo Ángeles Ángeles
Capítulo 2. Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
María Elena Rojas Torres, Alicia Rodríguez Velazco
Capítulo 3. La biopsia hepática en pediatría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Cecilia Ridaura Sanz
Capítulo 4. Cavidad oral y laringe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Laura Roesch Ramos, Isabel Ruiz Juárez, Blandina Hernández Cruz,
José Andrés Velázquez Martínez, José María Remes Troche, Jaime Navarrete Alemán,
Marisol Zárate Palomec
Capítulo 5. Esófago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
José María Remes Troche, Isabel Ruiz Juárez, Peter Grube Pagola,
Blandina Hernández Cruz, Alfonso Pérez Morales, Eduardo López Corella,
Antonio Ramos De la Medina, Juana Sonia Tavares García, Federico Roesch Dietlen,
Silvia Cid Juárez
Capítulo 6. Estómago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche, Blandina Hernández Cruz,
Federico Roesch Dietlen, Araceli Cabrales Mújica, José Luis Palmeros Sarmiento,
Juana Sonia Tavares García, Sebastián Castillo
Capítulo 7. Duodeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgina Alderete Vázquez, Federico Roesch Dietlen,
José María Remes Troche
Capítulo 8. Tumores estromales del tracto gastrointestinal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Isabel Alvarado Cabrero
Capítulo 9. Pólipos del tubo digestivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
Irene Rivera Salgado, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González,
Maricela Díaz Oyola, Rosa María Vicuña González,
Armando Macario Valencia Romero, José María Remes Troche,
Federico Roesch Dietlen

IX
X Atlas de gastroenterología (Contenido)

Capítulo 10. Intestino delgado, colon y región anorrectal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245


Federico Roesch Dietlen, Isabel Alvarado Cabrero, Héctor Santiago Payán,
Reynaldo Falcón Acevedo, Isabel Ruiz Juárez, Alfonso Canales Kai,
Hugo González Olivo, José María Remes Troche, José Quintana Aguilar,
Agustín Guzmán Marañón, Guadalupe Melo Santisteban, Silvia Cid Juárez
Capítulo 11. Hígado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317
Cecilia Ridaura Sanz, Jesús Aguirre García, Luz María Gómez Jiménez,
Rocío Lorena Arreola Rosales, Eduardo López Corella, Peter Grube Pagola,
Argelia Escobar Sánchez, José Luis Martínez Ordaz, José Luis Villalobos Juárez,
Mauricio de la Fuente Lira, Yolanda Villaseñor Navarro, Martha Chávez García
Capítulo 12. Vesícula biliar y vías biliares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
Irene Rivera Salgado, Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgina Alderete Vázquez,
Rosa María Vicuña González, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González,
Armando Macario Valencia Romero, Maricela Díaz Oyola, Mauricio Rojas Maruri
Capítulo 13. Páncreas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 463
Arturo Ángeles Ángeles, Sagrario del Pilar Trinidad Hernández, Braulio Martínez Benítez
Índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 499
Prólogo
Jesús Aguirre García

Un distinguido y prolífico escritor, el Dr. Ruy Pérez Ta- Sería imposible ilustrar en un atlas todas las alteracio-
mayo, expresó en una ocasión, a propósito de la presen- nes que se presentan en un aparato o sistema; en este li-
tación de un libro prologado por él, que escribir el prólo- bro se muestran ejemplos representativos de las lesiones
go tiene una ventaja: es la parte del libro que nadie lee. más comunes, y la mayoría de las ilustraciones son de
Para aquellos improbables lectores mencionaré que el excelente calidad. Difícilmente se podrían agregar ejem-
Atlas de gastroenterología es una obra original. No hay plos más típicos de los diversos padecimientos con foto-
una obra de este tipo que incluya lesiones de todo el apa- grafías de mejor calidad. El valor de este libro no se limi-
rato digestivo editada previamente en México. Tampoco ta a la cantidad y la calidad de las ilustraciones, en las que
conozco atlas de gastroenterología editados en otros paí- se incluyen fotos de piezas macroscópicas, fotomicro-
ses que incluyan padecimientos de la cavidad bucal, la grafías de cortes histológicos con diferentes tinciones e
faringe y las glándulas salivales, órganos considerados inmunotinciones, micrografías electrónicas y estudios
tradicionalmente como ajenos al aparato digestivo aun de imagen. El texto tiene una información amplia, preci-
por los propios gastroenterólogos. sa y actualizada.
En la elaboración de este libro participaron 47 autores Este libro es producto de un gran esfuerzo de los doc-
de diversas especialidades: patólogos, gastroenterólo- tores Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez y José
gos, endoscopistas gastrointestinales, cirujanos genera- María Remes Troche, así como de la atinada selección
les, cirujanos dentistas, internistas, radiólogos, un colo- de los colaboradores por parte de Isabel Ruiz, quien
proctólogo y un cirujano oncólogo. Por el contenido del coordinó el trabajo de todos ellos, y de la convicción de
libro es explicable que dos terceras partes de los colabo- los autores de que en nuestro país es posible editar libros
radores sean patólogos, algunos de ellos con una vasta científicos de calidad similar o superior a los producidos
experiencia en las enfermedades del tubo digestivo, el en los países desarrollados.
hígado y el páncreas.

XI
XII Atlas de gastroenterología (Prólogo)
Introducción
Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche

En las últimas décadas los avances científicos y tecnoló- y el páncreas, con el aval académico de la Asociación
gicos han transformado la vida del ser humano repercu- Mexicana de Gastroenterología. Esta obra, sin embargo,
tiendo profundamente en todos los ámbitos. En la salud requiere de un atlas de imágenes, complemento indis-
estos avances han sido notables, ya que han permitido pensable para poder divulgar la gastroenterología en for-
comprender mejor el origen y la fisiopatología de las en- ma integral, que permita en forma objetiva apreciar las
fermedades; revolucionarias innovaciones han sofisticado imágenes más relevantes de la patología digestiva, el
los estudios de laboratorio y gabinete, que permiten el cual no existe en nuestro país ni en Latinoamérica.
diagnóstico con mayor oportunidad y certeza, así como Gracias a la visión, el entusiasmo y la iniciativa de la
la biología molecular, la ingeniería genética, la farmaco- Dra. Isabel Ruiz Juárez se inició la tarea de convocar a
logía y la cirugía, que han alcanzado niveles nunca sos- especialistas de anatomía patológica, gastroenterólogos
pechados en el tratamiento de un gran número de padeci- y cirujanos generales de las principales instituciones del
mientos, permitiendo elevar el nivel y la calidad de vida Sector Salud y profesores de medicina del país, todos
de los pobladores del planeta. ellos con reconocido prestigio profesional y académico,
Esta impresionante expansión de avances se ha visto quienes accedieron a colaborar en esta obra única en su
reflejada en la publicación cada vez mayor de artículos género, aportando generosamente, además de sus cono-
de divulgación, así como su presentación en diversos fo- cimientos, el invaluable material de su experiencia per-
ros académicos a los cuales es difícil tener acceso debido sonal y asistencial.
a las limitaciones del tiempo, que nos impiden mantener La obra está dirigida a médicos especialistas en gas-
actualizada nuestra práctica profesional, lo cual justifica troenterología, anatomía patológica, medicina interna,
la creación de un atlas editado en forma sencilla, orde- cirugía y pediatría, así como a los residentes de las diver-
nada y con una serie de imágenes que sirvan de consulta sas especialidades, y en general a todo médico que tenga
al médico en su práctica diaria. interés en actualizar sus conocimientos para aplicarlos
Recientemente se han editado tanto en México como en la atención de sus pacientes.
en el extranjero diversas obras de gastroenterología, en Nuestro sincero reconocimiento y agradecimiento
particular una de ellas, la segunda edición del libro Gas- por su valiosa participación a quienes creyeron en nues-
troenterología clínica, en la que participaron 72 distin- tro proyecto y tomaron la decisión de acompañarnos en
guidos especialistas tanto nacionales como extranjeros; esta fascinante aventura, ya que sin ellos no hubiera sido
en esa obra se abordan las principales enfermedades que posible la edición de este Atlas de gastroenterología que
afectan al aparato digestivo, el hígado, las vías biliares hoy les presentamos.

XIII
XIV Atlas de gastroenterología (Introducción)
Agradecimientos
Federico Roesch Dietlen, Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche

Nuestro sincero agradecimiento a quienes nos apoyaron Margarita Araujo Vargas


en la captura de la información y de las imágenes, parte María Piña Rangel
vital para la edición de este Atlas de gastroenterología. Bertha Jiménez Olmos
Edith Monterrubio Flores
Mtro. SSN. Ricardo Hilario Trejo Román Juan Díaz Morales
Histotecnólogo, Hospital Naval. Mario Medina Cruz
Secretaría de Marina--Armada de México. Francisco López López
Veracruz, Ver. Carmen Leticia Cañas Chávez
El éxito del anatomopatólogo depende en gran medida Silvia Araceli Valdez Pérez
de la calidad del trabajo del histotecnólogo. Para ellos Héctor Rubén Villa Carrillo
nuestro sincero reconocimiento. Yolanda Atala Valle Gil
Alfredo Ramírez Hernández
Cruz Ulloa Rogama Beatriz Terán Velázquez
Nohemí Ponce Castillo Óscar Martínez Quirarte
Histotecnólogos. Irma Hernández Calderas
Fundadores del Departamento de Anatomía Pato- Histotecnólogos.
lógica de la Facultad de Medicina de la Univer- Centro Médico Nacional “Siglo XXI”.
sidad Veracruzana y del Hospital de Alta Espe- Instituto Mexicano del Seguro Social.
cialidad de la Secretaría de Salud. México, D. F.
Veracruz, Ver. Elodia Sida Martínez
Eli de la Cruz Patiño Eduardo Farfán Morales
Histotecnólogo. María Luisa Guadarrama Arias
Instituto de Investigaciones Médico--Biológicas. Histotecnólogos.
Universidad Veracruzana, Veracruz, Ver. Instituto Nacional de Pediatría.
QFB Angélica Esquivel Ojeda Secretaría de Salud.
Facultad de Medicina. México, D. F.
Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Elidia Monterrubio Flores
San Luis Potosí, S. L. P. Angélica Lira Sánchez
Irma Veon Junco Juan Contreras Florencia
Histotecnóloga. Histotecnólogos.
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutri- Hospital Central Sur de Alta Especialidad.
ción “Salvador Zubirán”. Petróleos Mexicanos.
México, D. F. México, D. F.

XV
XVI Atlas de gastroenterología (Agradecimientos)
A nuestros padres
por regalarnos la vida con un ramillete de principios y valores
que han sido el faro de nuestra existencia

A nuestros maestros
por construir los cimientos de nuestra formación
y quehacer profesional

A nuestros exalumnos y alumnos


por el ser el motor renovador de nuestra actividad académica

A nuestras familias
por aceptarnos como somos
Capítulo 1
Manejo de biopsias endoscópicas
Arturo Ángeles Ángeles

GENERALIDADES SOBRE EL MANEJO Información clínica


Y LA INTERPRETACIÓN DE BIOPSIAS
ENDOSCÓPICAS Y ESPECÍMENES Para hacer una correcta interpretación morfológica es in-
QUIRÚRGICOS DEL APARATO DIGESTIVO dispensable que el patólogo cuente con toda la informa-
ción clínica pertinente. Los patólogos, con toda razón,
siempre se han sentido incomprendidos en este punto y
continuamente se lamentan de que los clínicos hacen
caso omiso de su petición. Tanto en la interpretación de
El estudio de las enfermedades del tubo digestivo a tra- las biopsias endoscópicas como en la de las piezas qui-
vés de biopsias endoscópicas ha tenido un crecimiento rúrgicas la información clínica es necesaria, o incluso in-
notable en los últimos años. dispensable. El desconocimiento de esta información
La biopsia endoscópica es uno de los recursos más puede llevar al patólogo a interpretaciones erróneas que
valiosos que el clínico utiliza para el diagnóstico de las conduzcan a tratamientos inadecuados o insuficientes.
enfermedades gastrointestinales, sumado al estudio clí-
nico completo y a los exámenes de laboratorio y gabine-
te. Por ello el patólogo debe tratar de establecer siempre Información endoscópica
diagnósticos de certeza que garanticen al paciente trata-
mientos específicos. La endoscopia es en buena parte la patología quirúrgica
Las piezas quirúrgicas provenientes del aparato di- macroscópica del tubo digestivo. Es por ello que los da-
gestivo son también muy frecuentes en la época actual tos que proporciona el endoscopista son de enorme utili-
y su procesamiento y estudio adecuados requieren de dad tanto para hacer el diagnóstico como para establecer
varias condiciones que son responsabilidad tanto del correlaciones clínico--macro--microscópicas. La corre-
clínico como del patólogo. lación es indispensable, por ejemplo, en el diagnóstico
de enfermedad inflamatoria intestinal, en los síndromes
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Para que los resultados sean óptimos se debe tratar de


reunir las siguientes condiciones: de prolapso rectal, en neoplasias del ámpula de Vater y
en gastropatías hipertróficas, por mencionar sólo algu-
nas enfermedades.
1. Contar con la información clínica pertinente.
2. Tener la información endoscópica completa.
3. Procesar correctamente la muestra. Procesamiento de la muestra
4. Interpretar en forma adecuada la biopsia.
Fijación

En los párrafos siguientes se harán algunas considera- Es indispensable fijar de inmediato las muestras endos-
ciones sobre cada uno de estos puntos. cópicas y de piezas quirúrgicas pequeñas (apéndice

1
2 Atlas de gastroenterología (Capítulo 1)

cecal, vesícula biliar, etc.) para evitar su desecación y au- colónica suele ser heterogénea, con mayor afección del
tólisis. En el caso de las piezas quirúrgicas grandes y colon izquierdo que del derecho, por lo que debe reali-
complicadas, si no van a ser enviadas de inmediato al ser- zarse un mapeo de todo el colon y colocar las muestras
vicio de patología, conviene refrigerarlas (no congelar- en recipientes por separado. El patólogo, por su parte,
las) hasta en tanto pueden estar en manos del patólogo. debe incluir también cada muestra por separado. Sólo
El formol amortiguado a 10% se considera el fijador así pueden diagnosticarse el esófago de Barrett corto, la
ideal. No deben conservarse las biopsias en agua desti- metaplasia pilórica en cuerpo gástrico o la metaplasia de
lada, solución salina, alcohol, acetona u otras sustan- células de Paneth en colon distal, entre otras. Por demás
cias, ni dejarse en gasas secas o húmedas, ni menos aún está decir la importancia de saber el sitio preciso de la
al aire libre, porque el rápido deterioro de los tejidos hace biopsia en neoplasias malignas o en lesiones displásicas.
a veces imposible emitir un diagnóstico. Cuanto mejor
conservado y procesado está el tejido, menos artificios Conteo y corte de los fragmentos
se producen y hay mejores condiciones para el diagnós-
No es raro que la lesión, sobre todo tratándose de una
tico del patólogo. En raras ocasiones, cuando se desea
neoplasia, se encuentre sólo en uno de los fragmentos.
realizar tinciones inmunohistoquímicas con anticuer-
Conviene que el endoscopista anote en la solicitud el
pos que sólo funcionan en tejido fresco o cuando son ne-
número de fragmentos que envía en cada recipiente y
cesarias tinciones para grasas, es conveniente realizar
que el patólogo corrobore que fueron incluidos el total
cortes por congelación del tejido fresco. Los casos que
de los fragmentos. Por otra parte, es recomendable que
requieran estudiarse con el microscopio electrónico,
el histotecnólogo realice cortes seriados de los fragmen-
que son excepcionales, deben fijarse en glutaraldehído
tos, para evitar al máximo pasar por alto lesiones focales
y seguir el proceso usual para microscopia electrónica.
tanto inflamatorias como neoplásicas.
En todos estos casos es aconsejable que el clínico se
ponga en contacto con el patólogo para definir primero
Orientación de los fragmentos
el tipo de estudios requeridos de acuerdo al diagnóstico
en casos necesarios
clínico presuncional y posteriormente para coordinarse
en el manejo adecuado de la muestra. En fragmentos pequeños la orientación es casi imposi-
En piezas quirúrgicas complejas, sobre todo en pato- ble de realizar. En fragmentos tomados con pinzas tipo
logía neoplásica, los diagramas de la pieza que el ciruja- jumbo la orientación puede hacerse a simple vista o con
no adjunta a la solicitud, o mejor aún, la presencia del ayuda de una lupa, o mejor aún, con un microscopio es-
cirujano al momento en que el patólogo diseca la pieza, tereoscópico; es conveniente colocar los fragmentos en
son de enorme utilidad. En ocasiones es difícil para el papel filtro con la mucosa hacia arriba, previo acuerdo
patólogo precisar los bordes quirúrgicos, la extensión entre el clínico y el patólogo. Por fortuna, la mayor parte
de la lesión o la ubicación precisa de los ganglios linfáti- de las veces no es necesaria una orientación perfecta y
cos si desconoce los detalles de lo que hizo el cirujano. los fragmentos cortados al azar permiten hacer el diag-
Los especímenes citológicos (cepillados de esófago, nóstico. En algunos casos, por ejemplo en la valoración
estómago, vías biliares o conducto pancreático), así como de la distorsión de las criptas colónicas en enfermedad
los estudios de ascitis, deben fijarse en alcohol. Las inflamatoria intestinal, la orientación adecuada facilita
biopsias por aspiración deben fijarse también en alcohol la interpretación. Es indispensable una orientación per-
si el patólogo va a utilizar tinciones de Papanicolaou o fecta en los casos en que se desea valorar el grado de
hematoxilina--eosina, o dejarse secar al aire si se van a atrofia de las vellosidades en biopsias de duodeno o ye-
utilizar otras tinciones, como Diff--Quick. yuno de pacientes con síndrome de absorción intestinal
deficiente, o cuando se desea medir el espesor de la
membrana basal para el diagnóstico de colitis colageno-
Inclusión por separado de sa. En lesiones de mayor tamaño, como en los pólipos
biopsias de diferentes sitios extirpados por endoscopia a través de un asa, la orienta-
ción de los cortes, además de ser indispensable, es muy
Es conveniente que el endoscopista coloque los frag- fácil, pero si el endoscopista fragmenta el pólipo su
mentos tomados de diferentes sitios en recipientes sepa- orientación se hace imposible. Para la inclusión de espe-
rados. Por ejemplo, en el estudio de las gastritis, para címenes de mucosectomía, que en los próximos años se
una evaluación integral, es conveniente que el endosco- convertirán en parte del trabajo diario, es indispensable
pista tome muestras de antro, de fondo y de cisura angu- la comunicación con el endoscopista para la orientación de
laris; en colitis ulcerativa crónica idiopática la afección la pieza y el marcaje de los bordes y el lecho quirúrgico.
Manejo de biopsias endoscópicas 3

Necesidad de estudios especiales ESTABLECER CORRELACIONES


CLINICOPATOLÓGICAS
Como en toda la patología quirúrgica, la gran mayoría
de los diagnósticos se hacen con hematoxilina y eosina.
Las tinciones histoquímicas para mucinas, el tricrómico
de Masson y las tinciones de plata para Helicobacter py- Es esencial la comunicación, sobre todo cuando el pató-
lori son de uso común. De acuerdo al caso en particular, logo y el clínico no interpretan de la misma manera el
deben solicitarse las tinciones histoquímicas, inmuno- lenguaje, o bien si el clínico no tiene una idea clara del
histoquímicas o de otro tipo que sean necesarias. Aunque diagnóstico del patólogo. Por ejemplo, en un adenoma
los fragmentos son pequeños, la mayoría de las veces son tubular de colon con carcinoma intramucoso, ambos de-
suficientes para hacer todos los estudios necesarios. ben saber que se están refiriendo a un carcinoma que ha
rebasado la membrana basal del epitelio superficial pero
que no ha ido más allá de la muscular de la mucosa, y
Interpretación de la biopsia que si no hay afección del tallo el paciente no amerita
tratamiento adicional, esto es, ambos deben saber la di-
Una vez cumplidos los requisitos anteriores la culmina- ferencia entre un carcinoma in situ, un carcinoma intra-
ción exitosa del procedimiento depende enteramente mucoso y un carcinoma invasor.
del patólogo. Los diagnósticos del patólogo deben ser Es también necesaria la comunicación cuando el pa-
claros, completos, sin ambigüedades y con una termino- tólogo hace un diagnóstico inesperado para el endosco-
logía que sea comprensible para el médico tratante. En pista, por ejemplo en casos de carcinoma gástrico inci-
las biopsias deben evitarse los compatibles, sugerentes, piente en que la endoscopia puede ser esencialmente
altamente sugestivos o cualquier otro término inespecí- normal.
fico en el diagnóstico de neoplasias malignas; si no se
está seguro del diagnóstico es preferible hacer un diag-
nóstico descriptivo y explicar el problema en una nota,
además de discutirlo personalmente con el clínico. COROLARIO
Para evitar omisiones en el caso de las piezas quirúr-
gicas extirpadas por neoplasias son recomendables los
llamados diagnósticos estructurados. Por ejemplo, si se
realiza una gastrectomía por adenocarcinoma, no es sufi- En el estudio de las biopsias endoscópicas y de especí-
ciente que el patólogo corrobore este diagnóstico; debe menes quirúrgicos de tubo digestivo debe idealmente
anotar en los diagnósticos la ubicación precisa, el tama- contarse con toda la información clínica y endoscópica,
ño del tumor, el tipo de tumor macroscópico, el tipo his- procesarse la muestra de manera correcta, interpretarse
tológico del adenocarcinoma, el grado de diferencia- en forma completa y adecuada y consultarse en caso de
ción, el grado de invasión en profundidad, la presencia duda.
o ausencia de invasión linfática o venosa, la presencia La comunicación personal entre el clínico y el pató-
de metástasis ganglionares o de implantes fuera de los logo permite resolver la mayor parte de las dudas de am-
ganglios y el estado de los bordes quirúrgicos. Todos es- bos. De esta buena comunicación depende en gran parte
tos datos constituyen factores pronóstico y son necesarios que los clínicos mantengan la confianza en los diagnós-
para decidir el tipo de tratamiento ulterior a la cirugía, por ticos histológicos y, lo que es más importante aún, de es-
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lo que el clínico y el cirujano deben exigir al patólogo que ta buena comunicación depende un diagnóstico correc-
consigne en su reporte toda esta información. to del que deriva un tratamiento exitoso.

REFERENCIAS
1. Ángeles Ángeles A: Biopsia endoscópica de tubo digestivo. 4. Hamilton SR, Aaltonen LA: Tumors of the digestive system.
México, Ángeles Editores, 2002. WHO. Lyon, IARC Press, 2000.
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Appleton & Lange, 1999. neoplasia. 3ª ed. Oxford University Press, 2001.
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of gastrointestinal endoscopy & endoscopic biopsies. Wash- tract. 2ª ed. Baltimore, Williams & Wilkins, 1998.
ington, AFIP, 2000.
4 Atlas de gastroenterología (Capítulo 1)
Capítulo 2
Manejo e interpretación
citomorfológica de ascitis
María Elena Rojas Torres, Alicia Rodríguez Velazco

INTRODUCCIÓN Al igual que las causas, sus mecanismos fisiopatoló-


gicos son variados; en la cirrosis hepática la presencia
de ascitis es indicativa de hipertensión portal.
La paracentesis —procedimiento sencillo y seguro
El peritoneo es una membrana delgada de tejido fibro- inclusive en personas con coagulopatía severa— es fun-
conectivo en la que se disponen vasos sanguíneos, linfá- damental en pacientes con ascitis; los análisis citoquí-
ticos y nervios (figura 2--1). Esta membrana está reves- mico, bacteriológico y citomorfológico de la misma
tida por una sola capa de células planas, conocidas como permiten precisar sus causas, aunque no necesariamen-
mesoteliales. A la membrana que reviste la cavidad ab- te en todos los casos; por lo tanto, es necesario recordar
dominal se le denomina peritoneo parietal, mientras que que la interpretación de los mismos debe ser realizada
la que cubre todas las vísceras contenidas en ella se co- siempre con base en los aspectos clínicos y paraclínicos
noce como peritoneo visceral. En condiciones normales como estudios de imagen: ultrasonografía o tomografía
la cavidad abdominal contiene sólo una cantidad peque- axial computarizada.
ña de líquido semejante al suero que le sirve de lubrican- Desde hace muchos años existen trabajos que han de-
te y facilita el movimiento de las membranas entre sí. mostrado lo inapropiado de clasificar el líquido de asci-
Cuando la cantidad de líquido aumenta en forma excesi- tis como trasudado o exudado con base en su contenido
va se produce la ascitis o hidroperitoneo —alteración proteico —menor o mayor a 3 g/dL, respectivamente. Se
conocida de manera coloquial como hidropesía. ha probado que en ascitis producto de trasudado puede
Al líquido mismo acumulado también se le conoce haber un contenido alto de proteínas —la cirrosis puede
como ascitis. El aumento de líquido suele ser progresivo ser la causa más frecuente de ascitis con alto contenido
y es detectable clínicamente cuando sobrepasa los 1 500 proteico—, mientras que algunos exudados, inclusive en
mL, mientras que con la ultrasonografía se puede detec- procesos neoplásicos malignos, tienen contenido bajo en
tar un volumen tan pequeño como de 100 mL; el líquido proteínas, por lo que se ha propuesto que para sugerir la
puede llegar a ser muy abundante y acompañarse de sa- etiopatogenia de la ascitis con base en sus característi-
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ciedad precoz, sensación de pesantez y dolor abdomi- cas bioquímicas se tome en cuenta no su concentración
nal. En la exploración física lo característico es el signo de proteínas, sino el gradiente ascitis--suero de albumina
de la onda. (concentración de albúmina sérica menos albúmina en
La ascitis es un problema clínico frecuente y sus cau- ascitis), lo que permite su clasificación como secunda-
sas son muy variadas; en la mayoría de los casos (80%) ria a hipertensión portal (gradiente alto, > 1.1) o no rela-
la enfermedad de fondo es cirrosis. La segunda causa cionada con hipertensión portal (gradiente bajo, < 1.2)
más frecuente es la carcinomatosis peritoneal, mientras (cuadro 2--1).
que las causas infecciosas como la tuberculosis se refie- De los tres análisis básicos a los que puede ser some-
ren como frecuentes sólo en países con recursos econó- tido el líquido abdominal el citopatológico o citomorfo-
micos bajos. lógico tiene un valor clínico bien reconocido, y es de él

5
6 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

Cuadro 2--1. Ascitis. Causas y clasificación con base en su gradiente de albúmina


No neoplásico o neoplásico
Gradiente de albúmina alto > 1.1 g/dL Gradiente de albúmina bajo < 1.2 g/dL
S Enfermedad hepática crónica S Inflamación
S Cirrosis hepática S Infecciosa
S Hepatitis alcohólica S Aguda
S Cardiaca S Bacteriana (espontánea o secundaria)
S Insuficiencia tricuspídea S Crónica
S Pericarditis constrictiva S Tuberculosis
S Insuficiencia cardiaca derecha S No infecciosa
S Metástasis hepática masiva S Serositis (lupus)
S Trombosis de la vena porta S Fístulas
S Síndrome de Budd--Chiari S Páncreas
S Cualquier lesión que obstruya el drenaje venoso o linfático S Vía biliar
de la cavidad abdominal S Ureteral
S Neoplasia S No inflamatoria
S Fibrosis secundaria a radiación S Neoplásica
S Pancreatitis S Carcinomatosis peritoneal
S Síndrome nefrótico
S En desnutrición
S Quilosa
S Idiopática
S Mixta
S Cirrosis más peritonitis espontánea
S Cirrosis más tuberculosis

del que nos ocuparemos de manera práctica en este capí- a las células de origen que puede resultar difícil identifi-
tulo, donde vamos a ejemplificar sólo los hallazgos cito- carlas sin procedimientos auxiliares (microscopia elec-
morfológicos de las entidades que con mayor frecuen- trónica, inmunocitoquímica, etc.) e inclusive se pueden
cia condicionan ascitis. interpretar equivocadamente como células malignas.
El propósito principal del análisis citomorfológico Algunas neoplasias, debido a obstrucción mecánica,
de la ascitis es determinar si en ella hay células cancero- pueden interferir con el mecanismo de reabsorción del
sas, ya que la presencia de células malignas en la misma líquido seroso abdominal y causar trasudado, sin que en
refleja la existencia de cáncer, casi siempre avanzado. él se encuentren células neoplásicas.
El análisis citomorfológico de la ascitis también puede En otros casos el mecanismo de producción está rela-
proporcionar información sobre varias situaciones in- cionado con daño de la pared de los capilares peritonea-
flamatorias: infecciosas (bacterias, hongos, virus) o no les —ya sea por procesos inflamatorios o neoplásicos—,
infecciosas (serositis por lupus), fístulas y parásitos lo que permite la fuga dentro de la cavidad abdominal
(cuadro 2--1). tanto de proteínas como de varios tipos de células de la
El número y el tipo de células que se encuentren en sangre. En estos casos el gradiente de albúmina es bajo
la ascitis, como ya se mencionó, va a depender en gran —menor a 1.1 g/dL— y sus causas frecuentes son carci-
parte de los mecanismos patogénicos que dan lugar a su nomatosis peritoneal y procesos infecciosos.
formación. En algunos casos se forma por el filtrado del
suero a través de la pared intacta de los capilares, sobre
todo cuando el flujo a través del peritoneo es mayor que TOMA Y MANEJO DE LA MUESTRA
el proceso de reabsorción. Esto ocurre principalmente
en casos de aumento en la presión venosa, como en falla
cardiaca, cirrosis hepática y en hipoproteinemia por fa-
lla renal y desnutrición. La ascitis secundaria a estos El líquido se obtiene habitualmente por un procedi-
mecanismos característicamente contiene muy pocas miento simple conocido como paracentesis. Cuando el
células que son de tipo mesotelial, macrófagos y leuco- líquido acumulado no es abundante se puede realizar lo
citos, aunque en los casos de evolución prolongada pue- que se conoce como “lavado peritoneal” —procedimien-
de haber numerosas células mesoteliales, tan diferentes to que consiste en la introducción y aspiración de solu-
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 7

ción salina— y que se utiliza sobre todo para identificar hongos. También se puede requerir de estudios adicio-
diseminación abdominal en neoplasias ginecológicas. nales como inmunocitoquímica, citomorfometría, am-
El líquido obtenido se colecta en un recipiente limpio plificación de DNA y citometría de flujo. La inmunoci-
y seco, y sólo en casos en que se requiera de cultivo debe toquímica ha demostrado ser de utilidad para
estar esterilizado. Una vez obtenido se debe enviar de diferenciar entre dos lesiones que pueden mostrar ca-
inmediato (fresco), parte al laboratorio clínico para es- racterísticas citomorfológicas indistinguibles: adeno-
tudio citoquímico y parte al laboratorio de patología pa- carcinoma y células mesoteliales reactivas. Un panel de
ra su estudio citopatológico. Si por alguna razón no se anticuerpos para inmunocitoquímica que se refiere como
puede enviar de inmediato al laboratorio de patología, útil hasta en 95% de los casos para diferenciar una de
para preservarlo en condiciones óptimas, se debe con- otra contiene antígeno carcinoembrionario (ACE), antí-
servar en refrigeración a 4_ C, inclusive hasta por dos geno epitelial de membrana (AEM) y B72.3. Cuando la
semanas —el líquido, por contener proteínas, actúa co- reactividad para los tres es negativa se puede descartar el
mo un medio de cultivo que preserva la morfología ce- diagnóstico de adenocarcinoma, pero si dos o los tres son
lular—; no debe congelarse y no es necesario que se positivos seguramente se trata de un adenocarcinoma.
agregue preservador alguno, o anticoagulantes en caso
de que sea hemorrágico. Agregarle como preservador
alcohol o formol dificulta la adhesión de las células so- INTERPRETACIÓN DE LA MUESTRA
bre la laminillas (alcohol) y cambia la calidad de la tin-
ción de las células con el método de Papanicolaou (for-
mol).
Los datos clínicos y paraclínicos pertinentes —in- Como ya se mencionó, la disyuntiva principal del pató-
cluyendo el diagnóstico— siempre deben ser referidos logo al realizar el análisis citomorfológico de la ascitis
en la solicitud de estudio, ya que son fundamentales pa- es la de decidir si hay o no células malignas en ella, por
ra una discriminación adecuada de los hallazgos cito- lo que es necesario que conozca las características ar-
patológicos entre procesos reactivos y neoplasias ma- quitecturales que permiten diferenciarlas de las benig-
lignas de diferente origen que comparten aspectos nas. En la mayoría de los casos esto es posible con el
morfológicos. análisis de rutina, pero cuando esto es prácticamente
Una vez que se tiene el líquido en el laboratorio de imposible se tienen recursos auxiliares (inmunocitoquí-
patología el examen macroscópico del mismo es funda- mica, citometría de flujo, microscopia electrónica, etc.)
mental, ya que puede orientar sobre la causa y el conte- que permiten determinar la naturaleza de las mismas y
nido celular del mismo. Desde el punto de vista macros- de esa manera establecer un diagnóstico preciso con sus
cópico la ascitis se puede clasificar como serosa —es consecuentes implicaciones de tratamiento y pronóstico.
con mucho la más frecuente—, purulenta (empiema pe- Para fines prácticos las células se dividen para su es-
ritoneal), hemorrágica y quilosa. Se deben reportar vo- tudio en benignas o no neoplásicas y en malignas o can-
lumen, color, transparencia y otras características en- cerosas. La cantidad, los tipos y la proporción de células
contradas: olor, viscosidad, etc. Se considera que la observadas van a depender de la causa, de los mecanis-
mayoría de los líquidos con células cancerosas tienen mos patogénicos y de la duración del proceso. El diag-
aspecto hemático; sin embargo, sólo la cuarte parte de nóstico de malignidad de una célula se hace principal-
los líquidos hemáticos contienen células cancerosas. mente con base en sus características nucleares (figura
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Una vez en el laboratorio el líquido se centrifuga en tu- 2--2).


bos de 50 mL por un tiempo de 10 minutos. La citología Cuando se acumula líquido dentro de las cavidades
de líquido centrifugado presenta en los extendidos una serosas trae como consecuencia la separación de las dos
celularidad aparentemente mayor, por lo que vale la pena membranas peritoneales (parietal y visceral), lo que
mencionar en el reporte si la muestra fue centrifugada condiciona que las células mesoteliales de ser planas pa-
o no. El líquido con contenido proteico alto puede for- sen a ser cuboidales (figura 2--1B). Tanto en condicio-
mar coágulos, que deben procesarse como bloque celu- nes benignas (inflamatorias) como en malignas (cance-
lar. La tinción que de rutina se utiliza para el diagnóstico rosas) puede ocurrir hiperplasia (aumento en el número
es la de Papanicolaou; adicionalmente se pueden usar de capas) de las células mesoteliales —que en condicio-
hematoxilina y eosina (H & E), ácido peryódico de Shiff nes normales constan de una capa única—, mismas que
(PAS) para células mucoproductoras, mismas que pue- se desprenden e inclusive, una vez desprendidas, proli-
den ser diastasa positivo o negativo; rojo oleoso para lí- feran dentro del líquido y llegan a ser su componente ce-
pidos; Gram para bacterias y Groccott para identificar lular principal. Las células mesoteliales pueden encon-
8 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

trarse dispuestas en láminas pequeñas, papilas, túbulos Se refiere en la literatura que en la inflamación aguda
y aisladas (figura 2--3), tienen un diámetro aproximado la cuenta celular diferencial es de poco o ningún valor
de 20 Pm, su citoplasma es amplio y ligeramente eosi- diagnóstico.
nófilo; su núcleo varía de redondo a oval y es central, de
borde preciso y con uno o dos nucleolos pequeños.
Cuando están juntas muestran un espacio claro entre INFLAMACIÓN CRÓNICA
ellas que se conoce como “ventana” (figura 2--4). Desde
los puntos de vista inmunocitoquímico y ultraestructu-
ral comparten características con las células epiteliales.
Algunas veces su morfología es muy diferente a las cé- La inflamación crónica es el otro extremo del proceso
lulas de origen —por haberse desarrollado en un medio inflamatorio y su presencia en el líquido peritoneal tiene
propicio para el crecimiento— y entonces es muy difícil varias causas. Su aspecto citomorfológico también va a
diferenciar células mesoteliales reactivas (benignas) de variar de una causa a otra, pero un hallazgo común es la
células malignas (figura 2--5). El núcleo de la célula me- presencia de numerosos linfocitos maduros (figura 2--7).
sotelial puede llegar a ser lobulado (semejante a una En casos de ascitis de evolución prolongada los linfoci-
flor) y entonces sería difícil, si no se toma en cuenta esta tos pueden llegar a ser abundantes; habitualmente se
variante, identificarla como tal y podría interpretarse de encuentran mezclados con células mesoteliales y ma-
manera equivocada como maligna. crófagos (histiocitos), que inclusive pueden ser multi-
nucleados.
En países pobres desde el punto de vista socioeconó-
mico la tuberculosis puede ser una causa de hidroperito-
INFLAMACIÓN AGUDA neo de larga evolución. La presencia de hongos y otros
gérmenes oportunistas en el líquido abdominal está
prácticamente confinada a pacientes con compromiso
inmunitario, ya sea primario, secundario a SIDA, el uso
Lo más frecuente en cuanto a la citomorfología de la as- de quimioterapia, uso excesivo de antibióticos de am-
citis en los procesos inflamatorios es que encontremos plio espectro o corticosteroides, procesos invasivos co-
una mezcla de células inflamatorias tanto de tipo agudo mo la colocación de catéteres o procedimientos quirúr-
como crónico; rara vez se encuentran los extremos. gicos.
Se refiere en la literatura que la ascitis cuyo mecanis- Si no hay otro tipo más de células que los linfocitos
mo patogénico implica daño de la pared vascular suele se deben investigar las posibilidades de tuberculosis,
ser más celular y sus causas pueden ser de origen infla- leucemia o linfoma.
matorio o no inflamatorio; desafortunadamente, en Se sabe que la presencia de linfocitos pequeños pue-
nuestro medio no hay informes publicados sobre causas de caracterizar a la ascitis secundaria a leucemia linfocí-
y porcentaje de las mismas. El tipo y el número de célu- tica crónica o linfoma linfocítico y, debido a que esto es
las que se encuentran en dichos procesos provienen de más probable que se origine en células de tipo B; la in-
la sangre y de las células que revisten la superficie peri- munocitoquímica para definir su estirpe —B o T— pue-
toneal (mesoteliales). En los procesos de inflamación de ser de gran utilidad para fines de tratamiento y pro-
aguda la población predominante es de neutrófilos nóstico.
—aunque casi todas las ascitis contienen un determina- Los macrófagos (histiocitos) son monocitos trans-
do número de neutrófilos—; si éstos son muy abundan- formados. Se caracterizan por ser células mononuclea-
tes —situación muy poco frecuente en la cavidad abdo- res, de tamaño similar a las mesoteliales —de 10 a 20
minal—, macroscópicamente le confieren al líquido un Pm—, generalmente se disponen de manera aislada o en
aspecto turbio y amarillento (pioperitoneo o empiema grupos pequeños poco cohesivos y nunca muestran
peritoneal) y citológicamente dificultan la observación moldeamiento citoplásmico (figura 2--8); a diferencia
de otro tipo de células (mesoteliales, macrófagos, etc.). de las células mesoteliales, su citoplasma habitualmen-
En líquidos no infectados los neutrófilos son fáciles de te es finamente vacuolado, aunque puede contener va-
reconocer porque su núcleo presenta de tres a cinco lo- cuolas grandes; su borde citoplásmico es poco definido.
bulaciones (figura 2--6). Cuando hay infección su aspec- Su núcleo habitualmente es excéntrico y arriñonado. Su
to es necrótico (piocito) y junto con esto, si se realiza una actividad fagocítica es muy característica.
tinción de Gram, se pueden reconocer microorganismos La obstrucción de los conductos linfáticos, ya sea be-
(bacterias) intracelulares y extracelulares. nigna o maligna, puede dar lugar a lo que se conoce co-
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 9

mo ascitis quilosa. Las neoplasias son su causa princi- ma de un órgano intraabdominal (hepatocarcinoma). El
pal; el linfoma es la neoplasia subyacente en 50 a 60% número de células neoplásicas que se encuentren en el
de los casos. La radioterapia abdominal o la pancreatitis líquido abdominal va a depender de la situación de la
pueden ser causa de fibrosis y obstrucción de los linfáti- neoplasia que les dé origen; cuando la neoplasia protru-
cos. En casos de ascitis quilosa y diarrea secretora debe ye a través del peritoneo son abundantes, y ocurre lo
descartarse tumor carcinoide. Las anomalías congénitas contrario cuando la neoplasia está confinada al tejido fi-
de los linfáticos también pueden causarla: síndrome de broconectivo subseroso. Junto con las células neoplási-
Klippel--Trenaunay, síndrome de la uña amarilla, etc. cas se encuentran también células benignas que fre-
Macroscópicamente el líquido quiloso tiene una apa- cuentemente son células mesoteliales y macrófagos que
riencia blanquecina semejante a leche, debido a la pre- pueden llegar a ser muy abundantes. Cuando hay con-
sencia de numerosos quilomicrones. Microscópicamen- gestión vascular del tejido fibroconectivo subseroso la
te el líquido contiene una población pura de linfocitos ascitis puede tener aspecto hemorrágico.
maduros (figura 2--9). El diagnóstico de neoplasia en ascitis puede ser difí-
cil y no depende solamente de la citomorfología. Los
criterios de malignidad relacionados con pérdida de la
relación núcleo--citoplasma, irregularidad en la forma
EXUDADO NO INFLAMATORIO del núcleo, hipercromatismo, nucleolo aparente y mito-
sis no siempre son aplicables a las células neoplásicas
en la ascitis. Las células de los mesoteliomas y algunos
adenocarcinomas no pierden su relación núcleo--cito-
Como ya se mencionó, la causa más frecuente de ascitis
plasma y su núcleo puede ser regular en forma, tamaño
es la cirrosis, y en tales casos el líquido es poco celular
y aspecto de la cromatina (figura 2--10). Aquí los retos
y generalmente está desprovisto de células inflamato-
que se enfrentan básicamente son distinguir entre célu-
rias (aséptico). En los procesos de evolución prolonga-
las reactivas y células malignas, y diferenciar entre las
da el líquido puede mostrar abundantes células; éstas
células del mesotelioma maligno y del adenocarcino-
suelen ser mesoteliales y pueden estar acompañadas de
ma, por lo que el diagnóstico depende en mucho del
linfocitos y macrófagos escasos. Habitualmente el diag-
contexto clínico; sobre todo hay que considerar los an-
nóstico citológico de benignidad no es difícil de estable-
tecedentes, exposición prolongada al asbesto o historia
cer (figura 2--3); sin embargo, en algunos procesos las
clínica de cáncer en algún otro lado.
células mesoteliales reactivas pueden sugerir maligni-
En casi todos los casos las células neoplásicas se pue-
dad. Si en estos casos se encuentran además polimorfo-
den reconocer con tinciones de rutina. Sólo ocasional-
nucleares, cabría considerar la posibilidad de peritonitis
mente se necesitan técnicas de diagnóstico auxiliares, y
espontánea.
de ellas la que más se usa es la inmunocitoquímica, so-
En la literatura se encuentra reportado un caso de en-
bre todo con el propósito de distinguir entre adenocarci-
dometriosis ovárica que condicionó ascitis.
noma, mesotelioma maligno y células mesoteliales
reactivas.
En muchos casos es posible clasificar las células neo-
EXUDADO ABDOMINAL SECUNDARIO plásicas de la ascitis en términos de origen; sin mayor
A NEOPLASIAS MALIGNAS dificultad se pueden separar las células del adenocarci-
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noma, el carcinoma de células aveniformes, el carcino-


ma epidermoide bien diferenciado, el melanoma y el
linfoma; sin embargo, no hay que olvidar que el contex-
La presencia de ascitis en neoplasias malignas prima- to clínico del paciente es el que habitualmente nos pro-
rias de peritoneo (mesotelioma maligno difuso) suele porciona las mejores pistas para poder precisar el origen
ser la primera manifestación clínica. Cuando ocurre en de las células que se encuentren en el líquido abdomi-
pacientes con antecedente de cáncer en alguna parte del nal.
cuerpo se considera generalmente como una manifesta- Entre los pacientes con adenocarcinoma de estóma-
ción de enfermedad metastásica conocida como carci- go, mama u ovario no es infrecuente encontrar ascitis
nomatosis abdominal (carcinoma que metastatiza a ca- como una manifestación de enfermedad metastásica.
vidades serosas). Puede ser resultado de un proceso Las células del adenocarcinoma típicamente se presen-
obstructivo, sin que necesariamente se encuentren célu- tan en grupos cohesivos, son grandes, con citoplasma
las neoplásicas en ella, o bien ser secundaria a carcino- vacuolado, núcleo excéntrico, angulado, pleomórfico,
10 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

de apariencia maligna y nucleolo aparente (figura 2--11). neo (parietal y visceral). Desde el punto de vista histo-
En cáncer gástrico o colónico, que metastatiza a perito- patológico las variantes distintivas son: epitelial y sar-
neo y condiciona ascitis, las células presentan caracte- comatoide. Lo que se ha publicado con respecto a la
rísticas similares, se disponen de manera aislada —son morfología de las células que se descaman hace referen-
abundantes en el cáncer gástrico y escasas en el colóni- cia principalmente a la variante difusa epitelial, que a su
co— y se presentan principalmente como células en ani- vez puede ser papilar, medular o mixta. El diagnóstico
llo de sello (figura 2--11). El cáncer de mama —segunda se fundamenta primero en que las células tienen que ser
neoplasia maligna más frecuente en mujeres en edad reconocidas como mesoteliales —lo cual no es difícil,
fértil— ocasionalmente metastatiza al peritoneo, y esto ya que conservan la morfología de las células mesotelia-
puede ocurrir después de 10 o más años del diagnóstico les benignas—, y segundo, en que deben ser reconoci-
inicial. das como malignas, lo que resulta más difícil debido a
Las células suelen ser abundantes, su tamaño varía de que los cambios nucleares característicos de las células
pequeño a mediano, típicamente se disponen en estruc- malignas son poco aparentes. A diferencia de los proce-
turas tridimensionales conocidas como “esferas” (figu- sos reactivos, en el mesotelioma epitelial maligno la
ra 2--12) y es difícil identificar las características celula- cantidad de células es mucho mayor, se disponen en
res individuales propias de las células malignas. En el grupos grandes, pequeños y de manera aislada; las célu-
carcinoma lobulillar las células son pequeñas, aisladas las son más grandes, aunque su relación núcleo--cito-
y se disponen en fila india; se pueden confundir con cé- plasma se conserva; su núcleo es redondo u oval —mien-
lulas mesoteliales o macrófagos, pero su borde nuclear tras que el del adenocarcinoma es más angulado—, su
es irregular y reforzado con nucleolo muy aparente; cromatina es más densa y gruesa, su nucleolo es muy
además, su citoplasma puede presentar una o más va- aparente (figuras 2--15 y 2--16). Ocasionalmente se pue-
cuolas (figura 2--13). den encontrar cuerpos de psamoma.
El carcinoma de ovario es una causa frecuente de as-
citis. El número de células en el líquido es abundante,
se disponen en acino y papilas grandes, así como aisla- Ejercicios
das. En las estructuras papilares se pueden encontrar
cuerpos de psamoma. A continuación se enlista una serie de enunciados a los
Las células aisladas tienen características semejantes que se debe responder con cualquiera de las siguientes
a las descritas para adenocarcinoma. En mujeres con as- opciones: V (verdadero), cuando se esté de acuerdo con
citis la presencia de células malignas hipervacuoladas el mismo, y F (falso), cuando no se esté de acuerdo con
en grupos papilares es altamente sugestiva de carcino- él. Además, al final de los enunciados se ilustran con ca-
ma de ovario (figura 2--14). sos reales algunas de las alteraciones mencionadas, y
El mesotelioma, aunque es una neoplasia rara —en con ellos también se presenta una serie de enunciados
EUA se reporta una incidencia de 15 casos por millón— que deben responderse de la misma manera ya mencio-
a la que se le ha relacionado etiológicamente con la in- nada. Las respuestas correctas a las preguntas están al
halación de asbesto, tiene aspectos epidemiológicos, final del capítulo, y las de los casos al final de cada uno.
clínicos, citoquímicos, citomorfológicos, inmunocito-
químicos y ultraestructurales característicos. Es la neo-
plasia primaria más frecuente de la membrana perito- Preguntas
neal —de un quinto a un tercio de los mesoteliomas
aparecen en el peritoneo—; puede aparecer en hombres 1. A la condición en la que coexisten aire y líquido
o mujeres a cualquier edad, pero es más frecuente en en la cavidad abdominal se le llama neumoperito-
hombres entre la quinta y la sexta décadas de la vida. En neo.
la mayoría de los casos el síntoma inicial es ascitis; por 2. El término de hemoperitoneo se utiliza para refe-
lo tanto, uno de los primeros procedimientos de diag- rirse a un líquido cuyo color varía de naranja a rojo
nóstico es la paracentesis, de la que se obtiene un líquido oscuro.
viscoso, por su mayor contenido de ácido hialurónico. 3. Las células mesoteliales carecen de antígenos que
El mesotelioma, por su forma de presentación, se clasi- reaccionen con anticuerpos como la citoqueratina.
fica en difuso (siempre es maligno) y localizado (puede 4. En los casos de pancreatitis se puede producir as-
ser benigno o maligno). Macroscópicamente en sus ini- citis que contendrá numerosas bacterias.
cios se caracteriza por la presencia de nódulos peque- 5. En el líquido de ascitis las células mesoteliales
ños, múltiples, localizados en ambas capas del perito- reactivas se disponen sólo en láminas, a diferencia
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 11

de las neoplásicas, que pueden disponerse en tú- b. Se requiere de estudio inmunocitoquímico


bulos y papilas. para identificar la célula que le dio origen a la en-
6. Los cuerpos de psamoma se pueden ver en ascitis fermedad.
por problemas mesoteliales reactivos y malignos. c. Se debería hacer estudio endoscópico del tubo
7. La presencia de células cancerosas en ascitis es digestivo para descartar problema neoplásico del
frecuente cuando la enfermedad está en etapa clí- mismo, particularmente de estómago.
nica avanzada. d. El gradiente suero--ascitis de albúmina debe
8. El trasudado abdominal generalmente contiene ser menor a 1.1 g/dL.
pocas proteínas.
9. La falla renal es una causa frecuente de exudado Respuestas
abdominal.
10. La obstrucción del retorno venoso y linfático por Las fotografías muestran células de forma y tamaño re-
neoplasia en la cavidad abdominal da lugar a asci- gulares, dispuestas en monocapa; hay pérdida de la rela-
tis con gradiente suero--ascitis de albúmina bajo. ción núcleo--citoplasma; sus núcleos son hipercromáti-
cos y en una de ellas se encuentra desplazado a la
periferia por una gran vacuola, que con tinción de PAS
Respuestas resultó positiva. La historia clínica detallada ayudaría a
establecer una propuesta clínico--citomorfológica ade-
1. F. cuada, por lo que el estudio inmunocitoquímico no sería
2. V. realmente necesario para el diagnóstico. Los diagnósti-
3. F. cos diferenciales a considerar serían: células mesotelia-
4. F. les reactivas, carcinoma de estómago metastásico, car-
5. F. cinoma de mama metastásico, principalmente
6. V.
7. V. lobulillar, melanoma y linfoma.
8. V. Las células mesoteliales reactivas, cuando llegan a
9. F. estar vacuoladas, no rechazan el núcleo, y junto con las
10. F. células aisladas casi siempre encontramos láminas en
las que suele verse el espacio intercelular conocido co-
mo “ventana”. Para pensar en melanoma, aunque rara
vez se presenta con células en anillo de sello, no hay an-
CASOS tecedentes ni lesiones sospechas, y si no existiera la sos-
pecha clínica el diagnóstico del mismo podría confir-
marse por inmunocitoquímica. La posibilidad de
linfoma puede descartarse, ya que la afección de la cavi-
Esta sección tiene como propósito presentar casos con dad abdominal por dicho tipo de neoplasia se encuentra
la finalidad de que se establezca la correlación clínico-- generalmente en etapas muy avanzadas de la enferme-
citopatológica. dad, por lo que casi siempre existe un contexto clínico
En cada uno de ellos, después de ver las fotografías, diferente, con evidencia de linfoma a otros niveles. La
se debe responder a los enunciados de la manera ya es- posibilidad de carcinoma lobulillar de mama metastási-
pecificada.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

co también se descarta, ya que no hay evidencia clínica


de la misma. El diagnóstico de carcinoma gástrico difu-
so se confirmó con la biopsia endoscópica de estómago.
Caso 1

Mujer de 70 años de edad con ascitis y pérdida ponderal Caso 2


de peso durante los últimos dos meses. En la ultrasono-
grafía y la tomografía abdominales se refieren ovarios Mujer de 50 años de edad que consulta por presentar au-
atróficos. Durante la parasíntesis se encuentra líquido mento del volumen abdominal de tres semanas de evo-
citrino. lución, acompañado de dolor, aumento de peso ponde-
En el análisis citomorfológico se encuentra lo que se ral de 7 kg, náusea y vómito. Ingresa a su HGZ a cargo
muestra en la figura 2--17. del Servicio de Gastroenterología. Se realiza paracente-
a. Se trata de un linfoma. sis y se obtienen dos litros de líquido seroso. Exámenes
12 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

de laboratorio: Hto 39.4%, leucocitos 4 800 mm3, pla- cas o cardiacas, y ninguna de ellas se ha documentado
quetas 275 000 mm3; Na sérico, 132 mEq/L; aspartato-- en este caso.
aminotransferasa 111 U/L, alanín aminotransferasa 99 Enfermedades mieloproliferativas como policitemia
U/L; bilirrubina total 1.2 mg/dL; fosfatasa alcalina 611 vera y trombocitemia son la causa en 50% de los casos
U/L; actividad en proteínas C y S 39%, respectivamen- de síndrome de Budd--Chiari, aunque ninguna de las dos
te. El gradiente de albúmina suero--ascitis fue de 1.2 se puede sustentar en este caso. Los estados de hipercoa-
g/dL. En la exploración física, además de la ascitis, sólo gulabilidad pueden dar lugar a este síndrome, y ésa es
se encontró edema de extremidades inferiores, de pre- la causa en esta paciente.
dominio derecho. El examen ultrasonográfico mostró
ascitis, hepatomegalia, ecogenicidad irregular de híga-
do, esplenomegalia y trombosis profunda de vena fe- Caso 3
moral derecha. No se pudieron visualizaron las venas
intrahepáticas. Varón de 40 años de edad con cuadro clínico de cuatro
El estudio citomorfológico del líquido mostró sólo meses de evolución caracterizado principalmente por
células mesoteliales, las siguientes células: diarrea, acompañadas de febrícula y pérdida de peso de
10 kg. A la exploración física se encuentran principal-
a. Las células que se encuentran en el examen mente tumor palpable en mesogastrio y datos de ascitis.
citomorfológico son neoplásicas. El estudio citomorfológico de ascitis muestra las siguien-
b. El gradiente de albúmina suero--ascitis que tes células:
presenta está relacionado con hipertensión portal.
c. La tríada de dolor abdominal, hepatomega- a. Las células que se encuentran en el examen
lia y ascitis de inicio súbito orienta al diagnóstico citomorfológico son inflamatorias.
de síndrome de Budd--Chiari. b. No se requiere de citohistoquímica para cla-
d. La causa más probable del cuadro clínico sificar la enfermedad.
que se presenta debe ser la policitemia vera. c. Para complementar su estudio se requiere de
tomografía.
Respuestas d. En todos los casos que cursan con esta enfer-
medad se encuentran células semejantes a las ob-
La células que se muestran son linfocitos maduros, de servadas en este paciente.
aspecto normal, escasos, y están mezcladas con algunos
eritrocitos. Aunque el examen citomorfológico es útil Respuestas
en todos los casos de ascitis, en este caso en particular
no aporta mayor información para el diagnóstico preci- Las células que se muestran en la figura 2--18 caracterís-
so de la causa. Aquí el papel fundamental para el diag- ticamente no muestran cohesión (son independientes
nóstico es la tríada clínica mencionada, así como el una de otra), son irregulares en forma y tamaño, están
estudio ultrasonográfico. No se encontraron células prácticamente desprovistas de citoplasma; sus núcleos
neoplásicas. muestran cromatina fina, nucleolos pequeños y bordes
Con base en la clasificación de la ascitis (cuadro irregulares, mientras que los linfocitos, células caracte-
2--1), de acuerdo con el gradiente suero--ascitis de albu- rísticas de los procesos inflamatorios de larga evolu-
mina, mismo que sirve para diferenciar la fisiopatología ción, son pequeños y regulares en forma y tamaño. Por
de la ascitis, se sabe que un gradiente mayor de 1.1 g/dL lo tanto, las células que se muestran son las de un linfo-
indica la presencia de hipertensión portal, por lo que en ma difuso. Sin embargo, puede haber linfomas con lin-
esta paciente, con un gradiente de 1.2 mg/dL, hay que focitos que condicionen ascitis y distinguir sus células
buscar las causas que den origen a esta situación. en el estudio citomorfológico puede ser muy difícil si no
La tríada clínica mencionada, junto el estudio ultra- se establece su monoclonalidad. En los procesos infla-
sonográfico en que se reporta ecogenicidad irregular del matorios la mayoría de las células son de estirpe T, mien-
hígado, lo que sugiere enfermedad hepática crónica, y tras que en los linfomas las células son principalmente de
obstrucción del flujo en vena hepática, sugieren el sín- estirpe B. El diagnóstico de linfoma se confirmó en la
drome de Budd--Chiari, cuya causa más frecuente es biopsia de ganglio y se hizo el diagnóstico de linfoma
precisamente la obstrucción de una o más de las venas no Hodgkin de células grandes B. En la mayoría de los
hepáticas, la vena cava inferior o ambas. Otras causas casos de linfoma cuando se presenta ascitis ya se tiene
de obstrucción del flujo de salida pueden ser neoplási- diagnóstico de la enfermedad. El cuadro clínico de este
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 13

paciente no es el habitual para un linfoma. No todas las de ser secundaria a procesos inflamatorios secundarios
ascitis que se presentan en pacientes con linfoma contie- o a obstrucción de las estructuras vasculares que se ocu-
nen células neoplásicas; en algunos casos la ascitis pue- pan del retorno venoso y linfático.

REFERENCIAS
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
14 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

Figura 2--1. A. Con el mismo aumento, compare el espesor (flecha bidireccional) del peritoneo visceral de cada caso y el aspecto
de las células mesoteliales. Membrana peritoneal visceral delgada (arriba), constituida por tejido fibroconectivo laxo. Las células
mesoteliales (flechas) en condiciones normales se disponen en una sola capa y son planas. B. Vemos membrana peritoneal visce-
ral anormal. La monocapa de células mesoteliales cúbicas forma parte del peritoneo visceral engrosado.
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 15

A
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 2--2. A. Las características de las células mesoteliales reactivas generalmente se disponen en monocapa (arriba), aunque
los núcleos pueden ser irregulares en su contorno. B. En el centro del campo se encuentra un nido tridimensional de células malig-
nas con núcleos ovoideos, de bordes regulares con nucleolo muy aparente.
16 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

Figura 2--3. Células mesoteliales hipertróficas (reactivas) dispuestas en láminas grandes y pequeñas, así como de manera aisla-
da (flechas). Su forma y tamaño son regulares, su núcleo es central y muestran nucleolo pequeño.

Figura 2--4. Grupo de células mesoteliales que muestran separación en un borde citoplásmico y otro por la retracción de las micro-
vellosidades, lo que da la apariencia de una ventana (flechas).
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 17

Figura 2--5. Células mesoteliales reactivas, con atipia nuclear. La paciente, de 72 años, tenía un cuadro de ascitis de larga evolu-
ción por cirrosis, sin evidencia de problema neoplásico.
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A B

Figura 2--6. A. Líquido abdominal en proceso inflamatorio agudo con abundante infiltrado inflamatorio de polimorfonucleares que
hacen difícil ver las células mesoteliales, que también son abundantes. B. Los polimorfonucleares son fáciles de reconocer por
su núcleo característicamente lobulado (flechas).
18 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

A B

Figura 2--7. A. Linfocitos maduros de diferente tamaño en proceso inflamatorio crónico. Los más grandes y con nucleolo aparente
(flecha) son inmunoblastos. B. En casos de linfoma, los linfocitos muestran irregularidad en el contorno de la membrana nuclear
y las mitosis son frecuentes (flecha). La ascitis en casos de linfoma ocurre en etapas avanzadas de la enfermedad.

B C

Figura 2--8. A. Los macrófagos, a diferencia de las células mesoteliales, que tienen núcleo central, se caracterizan por tener nú-
cleo excéntrico y arriñonado (forma semejante a la de riñón). B y C. Algunos pueden ser multinucleados.
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 19

Figura 2--9. El líquido quiloso se caracteriza por la presencia de linfocitos maduros. El fondo eosinófilo con tinción de rojo oleoso
muestra quilomicrones (partículas rojas en el recuadro).
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Figura 2--10. Células neoplásicas semejantes a células mesoteliales reactivas. Además, se encuentran dispuestas en un fondo
con numerosos linfocitos.
20 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

A B

Figura 2--11. Células neoplásicas. A y B. Adenocarcinoma de colon metastásico a peritoneo. Las células son muy grandes, su
citoplasma es vacuolado y el núcleo está rechazado a la periferia; sus bordes son angulados.

Figura 2--12. Células neoplásicas malignas dispuestas en nido semejante a una esfera.
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 21

Figura 2--13. Células neoplásicas malignas dispuestas en estructuras tridimensionales y en fila india. Historia clínica de carcino-
ma lobulillar de mama.
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Figura 2--14. Carcinoma de ovario metastásico. Grupos tridimensionales de células neoplásicas de tamaño intermedio con cito-
plasma con moco, dispuestos en pequeñas y grandes vacuolas, con desplazamiento del núcleo hacia la periferia. La membrana
nuclear muestra engrosamiento e irregularidad, lo que le da apariencia rígida.
22 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)

Figura 2--15. Mesotelioma maligno. Material abundante, las células se disponen en grupos grandes tridimensionales.

Figura 2--16. Células de mesotelioma maligno, grandes, con relación núcleo--citoplasma ligeramente perdida; su núcleo es redon-
do u oval, su cromatina es más densa y gruesa, su nucleolo es muy aparente (flecha).
Manejo e interpretación citomorfológica de ascitis 23

Figura 2--17. Manejo de líquidos e interpretación de ascitis. Tinción de Papanicolaou. 400x.


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Figura 2--18. Manejo de líquidos e interpretación de ascitis. Hematoxilina y eosina.


24 Atlas de gastroenterología (Capítulo 2)
Capítulo 3
La biopsia hepática en pediatría
Cecilia Ridaura Sanz

INTRODUCCIÓN tualidad las nuevas técnicas de imagen y de laborato-


rio han desplazado a la biopsia hepática como método
de diagnóstico y su uso frecuentemente está dirigido
a definir el pronóstico y evaluar estrategias terapéuti-
La biopsia hepática permite conocer el tipo y la exten- cas. Sin embargo, en los niños sigue siendo un méto-
sión de alteraciones histopatológicas que, en conjunto do de apoyo diagnóstico para el clínico, ya que hay
con las manifestaciones clínicas, de laboratorio y de una mayor diversidad de hepatopatías con cuadro clí-
imagen, establecen las bases para el diagnóstico especí- nico similar, por lo que el diagnóstico solamente se
fico de diferentes padecimientos. La biopsia hepática establece a través del análisis de las alteraciones his-
también ha sido utilizada para conocer la evolución del tológicas del hígado.
daño, establecer el pronóstico y conocer la respuesta al Las principales indicaciones de la biopsia hepática en
tratamiento. niños aparecen en el cuadro 3--1.
El uso de la biopsia para fines diagnósticos en bases
morfológicas se inicia en los años treinta del siglo pasa-
CONTRAINDICACIONES
do. Los primeros instrumentos para obtener fragmentos
de tejido a través de una punción, tales como la aguja de
Vim--Silverman, fueron mejorados con la introducción
de la aguja de Menghini, que permite mayor cantidad de Las contraindicaciones principales para la realización
tejido, produce menos artificios, es más fácil de usar y de una biopsia hepática se muestran en el cuadro 3--2.
causa menos complicaciones. Algunos instrumentos
más nuevos, como la aguja tru--cut y la aguja de Jamshi- Cuadro 3--1. Indicaciones de
di, han mejorado todavía más esta técnica. la biopsia hepática en niños
S Síndrome colestásico
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

S Hipertensión portal
INDICACIONES S Hepatomegalia no explicada
S Sospecha de error congénito del metabolismo
S Fiebre de origen desconocido
S Extensión y grado de hepatitis crónica
Desde la descripción original de Ehrlich en 1883 el
S Evaluación de trasplante hepático
papel de la biopsia hepática ha cambiado en la práctica
médica. Inicialmente fue utilizada para la determina- S Masas ocupativas
ción de las reservas de glucógeno en pacientes diabé- S Eficacia del tratamiento en hepatopatías específicas
ticos, posteriormente se practicó para el diagnóstico S Evaluación del tipo y la extensión de daño hepático por
fármacos o drogas
de hepatopatías de etiología desconocida. En la ac-

25
26 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)

Cuadro 3--2. Contraindicaciones la morbilidad relacionada con la sedación, particular-


de la biopsia hepática mente en niños menores de tres meses de edad.
Para la realización del procedimiento se requiere del
Coagulopatías
consentimiento informado firmado por el padre o tutor
Plaquetas menores de 80 000
del paciente. y que sea practicado por personal con ex-
TP < 50%
periencia. Todos los pacientes deberán contar con un ul-
Tiempo de sangrado mayor a cinco minutos trasonido y gammagrama de captación hepática previos
Que no cuente el paciente con valoración por ultrasonido a la biopsia.
Ingesta reciente de AINEs (7 a 10 días previos)
Colangitis
Hemangiomas
TECNICAS
Ascitis

1. Percutáneo con aguja especial:


COMPLICACIONES S Succión (Menghini, Jamshidi, Klatskin).
S Sección (Vim, Silverman, tru--cut).
2. Biopsia en cuña:
S Cielo abierto.
Las complicaciones secundarias a biopsia hepática S Laparoscopia.
percutánea varían dependiendo de la técnica, de la 3. Forceps transyugular.
edad del individuo, de las enfermedades agregadas y
de las condiciones hematológicas de cada paciente. Al-
gunas, como el dolor, son de poca importancia, pero Percutáneo
otras pueden ser más graves, como la hemorragia y el
biliperitoneo. La hemorragia tanto local como intrape- Se realiza fuera de quirófano, con sedación; de acuerdo
ritoneal y el hematoma intrahepático son las más fre- al sitio de punción se clasifica en:
cuentes (cuadro 3--3). La mortalidad se ha calculado en
0.01%. La mayoría de los fallecimientos ocurren en pa- S Intercostal.
cientes con enfermedad sistémica y malas condiciones S Subcostal.
generales, tal como se refiere en un estudio retrospecti-
vo de 68 000 biopsias percutáneas. En niños se reco- Sigue siendo la técnica más usada y es el estándar en to-
mienda el uso de sedación, ya que se disminuye la an- dos los programas de educación de especialistas en gas-
siedad del paciente y facilita la realización de la toma troenterología. Ofrece la ventaja de tener una incisión
de biopsia, al mismo tiempo que disminuye el riesgo de pequeña, de que sólo requiere sedación, disminuye el
complicaciones Sin embargo, hay que tener en cuenta tiempo de estancia hospitalaria, el costo y el personal
médico y paramédico.
Limitaciones: el tamaño de la muestra es de no más
de 1 cm. Por lo general sólo se muestrea el lóbulo dere-
Cuadro 3--3. Complicaciones cho. Sólo es representativa en lesiones difusas y generali-
de la biopsia hepática zadas del hígado. En los últimos años se ha utilizado la
Dolor 33% biopsia guiada por ultrasonografía, la cual supuestamen-
Hemorragia intraperitoneal 0.16 a 0.32%
te reduce los riesgos de complicaciones, pero incrementa
Peritonitis biliar 0.06 a 0.09%
los costos y requiere la participación del radiólogo.
Perforación de vesícula 0.117%
Perforación intestinal 0.044%
Biopsia en cuña
Sepsis o formación de abscesos 0.088%
Hematoma intrahepático 0.059%
Como su nombre lo indica, consiste en la obtención de
Hemotórax o enfisema subcutáneo 0.014 a 0.35%
un fragmento triangular de tejido, generalmente del
Ruptura de aguja de biopsia 0.059%
borde libre del hígado. La ventaja indiscutible es que el
Muerte 0.12%
tamaño de la muestra es mayor y permite manejarla para
La biopsia hepática en pediatría 27

varias técnicas. Sin embargo, las porciones subcapsula- vación de los constituyentes normales del hígado sin las
res del hígado al momento de la interpretación deben ig- desventajas que tiene la fijación con alcohol, como son
norarse, ya que pueden mostrar fibrosis y alteración de la excesiva deshidratación y el endurecimiento del tejido
la arquitectura que no son indicadores de patología. que dificulta el corte. En los casos en que se sospecha
enfermedad metabólica es conveniente reservar frag-
Biopsia a cielo abierto mentos para procesar en fresco en congelación o análisis
bioquímico y fijar en glutaraldehído y procesamiento ul-
Llamada también transquirúrgica, esta técnica se realiza terior para estudio con microscopio electrónico.
durante una laparotomía exploradora, ya sea al encon-
trar patología macroscópica o en el curso de un trata- Tinción
miento (derivación portosistémica en hipertensión por-
tal). Tiene el inconveniente de presentar artificios por Además de la tinción con hematoxilina y eosina, se re-
desecación y exudado de polimorfonucleares secunda- comienda utilizar las siguientes tinciones especiales pa-
rio a la manipulación quirúrgica. ra una adecuada interpretación.

Técnica laparoscópica 1. Tricrómico de Masson. Permite definir la locali-


zación y la cantidad de colágena tipo I indispensa-
Esta vía ofrece un tamaño de tejido mayor; es útil cuando ble en el diagnóstico de hepatitis crónica, fibrosis
existe la sospecha de enfermedad metabólica para estu- hepática congénita y todos los tipos de cirrosis.
dios auxiliares que requieren tejido fresco. Está indicada Además de la tinción del estroma, el tricrómico de
cuando se sospecha lesión segmentaria y muestreo de Masson exagera la coloración rojiza del hialino de
ambos lóbulos (cirrosis por mucoviscidosis, fibrosis he- Mallory y los cuerpos acidófilos.
pática congénita, tumores subcapsulares) o bien cuando 2. Ácido peryódico de Schiff (con y sin digestión
el diagnóstico requiere de un número mayor de espacios con diastasa). La tinción de PAS tiñe sustancias
porta (síndrome de Alagille). Hay que tener en cuenta con grupos aldehídos terminales. Es positiva para
que el bisturí armónico produce cavitación del tejido ad- glucógeno, mucoproteínas neutras y membrana ba-
yacente que puede confundir la interpretación. sal de los conductos biliares. En condiciones anor-
males tiñe glicolípidos, fosfolípidos y algunos pig-
mentos lipídicos tales como ceroide (lipofuscina).
Técnica transyugular La digestión con diastasa elimina todo el mate-
rial PAS positivo correspondiente a glucógeno y
El primer procedimiento se describió en 1964. Este persisten sustancias tales como el material anormal
abordaje se prefiere en caso de que exista contraindica- en enfermedad de Gaucher, Niemann--Pick, muco-
ción por vía percutánea (como coagulopatías o ascitis) polisacaridosis, gangliosidosis, deficiencia de
y requiere de radiólogo intervencionista; la ventaja de B--1--antitripsina, inclusiones de enfermedad de
este abordaje es que además se pueden medir las presio- Lafora y otras.
nes portales. Sin embargo, el tamaño de la muestra suele 3. Retículo. La tinción para fibras reticulares (colá-
ser aún más pequeño que el obtenido por la biopsia por gena tipo III) permite apreciar el patrón reticular
punción. normal del lobulillo y su distorsión en casos de co-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

lapso e hiperplasia epitelial en regeneración.


4. Tinción de Perles para hierro. Debe incluirse de
rutina ya que en ocasiones el pigmento biliar y el
MANEJO DEL TEJIDO pigmento férrico coexisten y es necesaria su iden-
tificación diferenciada. Muchas situaciones pro-
vocan depósito de hierro en los hepatocitos y/o cé-
lulas de Kupffer, como ocurre en condiciones de
Fijación hemólisis, en hepatitis neonatal y en hemocroma-
tosis primaria. En esta última entidad el hierro se
El fijador de rutina es formol a 10%. En algunos casos deposita preferencialmente en hepatocitos y célu-
es preferible usar alcohol cuando se quiere conservar el las de los conductos biliares.
glucógeno; sin embargo, si la fijación con formol es cor- 5. Otras tinciones especiales. En ocasiones es nece-
ta (menos de 4 horas) se puede lograr una buena conser- sario documentar la presencia de grasa cuando ésta
28 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)

se encuentra en pequeñas gotas (micelar) y se con- unidad funcional es el llamado acino de Rappaport, ba-
funde con otras enfermedades que condicionan va- sada en la circulación; de acuerdo a ello el centro del lo-
cuolación de la célula. En esos casos es necesario bulillo es el espacio porta y los límites periféricos se lo-
contar con tejido fresco para obtener cortes por calizan entre dos venas centrales vecinas. El acino de
congelación y teñirlos para grasas neutras (rojo Rappaport se ha dividido en tres zonas: la zona 1 es la
oleoso o Sudán). Es particularmente importante en más próxima al espacio porta, la zona 2 es la porción in-
síndrome de Reye y enfermedades mitocondriales. termedia y la 3 es la que rodea a la vena central.
El espacio porta contiene conductos biliares, ramas
Otras tinciones se requieren para la identificación de de la vena porta y de la arteria hepática, linfáticos y file-
sustancias anormales como las que se presentan en en- tes nerviosos. Estos elementos se encuentran inmersos
fermedades lisosomales, así como tinciones para agen- en un estroma de tejido fibroso laxo y normalmente hay
tes infecciosos en casos de abscesos o granulomas. escasos linfocitos y macrófagos.
El parénquima hepático está constituido por láminas
de hepatocitos dispuestas en hileras (dos en niños meno-
Inmunohistoquímica res de 8 años de edad). Las láminas hepáticas se anasto-
mosan entre sí y son perpendiculares al espacio porta y
La inmunohistoquímica se ha incorporado en los últimos radiadas hacia la vena central. Cada célula tiene tres su-
años en el manejo del tejido hepático para fines diagnós- perficies: la intercelular, la canalicular y la sinusoidal.
ticos. Es útil la citoqueratina 7 para identificar epitelio bi-
liar y reacción ductular, por lo que se recomienda para fa- Árbol biliar intrahepático
cilitar la identificación de estas estructuras en casos de
colestasis prolongada y síndrome de Alagille. La porción más periférica del árbol biliar se denomina
La actina de músculo liso identifica células estelares canalículo; está limitada por la membrana plasmática de
activadas. dos o tres hepatocitos. Los canalículos forman una red y
En hepatopatías inflamatorias es conveniente carac- constituyen el sistema de drenaje biliar producto de la ex-
terizar las poblaciones linfoides que participan en la le- creción de las células hepáticas. Los canalículos se conti-
sión a través de anticuerpos monoclonales de las dife- núan con los colangiolos a nivel de la placa limitante pe-
rentes clases de células linfohematopoyéticas. riportal a través de una estructura llamada canal de
La histoquímica en tumores tiene las mismas indica- Hering. Normalmente estas estructuras son muy escasas
ciones que en cualquier otra lesión neoplásica. y poco aparentes. En los espacios porta los colangiolos
desembocan en los conductos interlobulillares. Éstos son
los canales de menor calibre que se encuentran en los es-
Microscopia electrónica pacios porta acompañados por la arteria hepática y la ve-
na porta. Miden de 15 a 100 micras de diámetro y tienen
La microscopia electrónica permite el análisis de altera- epitelio cúbico. En un espacio porta pueden observarse
ciones de organelos tales como peroxisomas y mitocon- uno o varios conductos interlobulillares al lado de la arte-
drias, así como para la identificación de material anor- ria del mismo tamaño. Los conductos interlobulillares se
mal atesorado en hepatocitos y/o células de Kupffer. conectan a conductos más grandes, llamados conductos
interlobares, septales o trabeculares. La luz de los con-
ductos septales mide más de 100 micras y el epitelio es
columnar alto con núcleos basales.
INTERPRETACIÓN
Árbol vascular intrahepático

El hígado cuenta con una doble circulación: la vena por-


Histología normal ta y la arteria hepática. La ramas interlobulillares de la
vena porta miden 400 micras de diámetro y se ramifican
La unidad anatómica del hígado es el lobulillo hepático en venas preterminales de menos de 280 micras, de las
clásico de Kiernan. Es una estructura hexagonal; en ca- que emergen venas colaterales (terminales) que varían
da ángulo se encuentran los espacios porta y en la por- de 20 a 30 micras. Las venas preterminales se identifi-
ción central la vena o vénula centrolobulillar (llamada can en espacios porta que al corte transversal tienen for-
también vénula hepática terminal o vénula eferente). La ma oval o circular, y las venas terminales en los espacios
La biopsia hepática en pediatría 29

porta más pequeños de forma triangular. De las venas sea uniforme, la probabilidad de que aparezca en ese
preterminales y terminales se originan las vénulas efe- material es alta. Sin embargo, hay situaciones en las que
rentes, que atraviesan la placa limitante y desembocan se requiere examinar un número mayor de espacios por-
en los sinusoides. ta, como sucede en hepatitis crónica, para evaluar acti-
La distribución de la arteria hepática es semejante a vidad y cronicidad. En esos casos se considera que la
la de la porta. Las ramas terminales irrigan las estructu- muestra ideal contiene de 11 a 15 espacios porta. Por el
ras del espacio porta, el plexo peribiliar que irriga los contrario, cuando la patología a considerar afecta en
conductos biliares y las arteriolas terminales que vierten forma uniforme a todos los componentes del lobulillo,
la sangre directamente en los sinusoides. como sucede en enfermedades metabólicas, el diagnós-
Los sinusoides confluyen en la vena centrolobulillar. tico histológico de certeza puede establecerse en un
Su diámetro varía de 6 a 15 micras y su calibre puede fragmento que incluya un solo espacio porta.
aumentar hasta 30 veces. Los sinusoides carecen de En el examen de todos los espacios porta hay que
membrana basal. El espacio de Disse se encuentra entre considerar el número, el tamaño y las características de
los hepatocitos y la pared sinusoidal, y se comunica con sus componentes: conducto biliar, arteria y rama de ve-
el espacio de Mall, que se encuentra entre las láminas de na porta. Por lo general hay uno solo de cada uno de es-
hepatocitos en la periferia del lobulillo y el tejido fibro- tos componentes.
so portal. En padecimientos crónicos puede depositarse
en el espacio de Disse una membrana que se conoce co- Conductos biliares
mo “capilarización” y causar hipertensión portal. El si-
nusoide está revestido por células endoteliales con nu- Son del tamaño de la arteria hepática. En algunos casos
merosas fenestraciones que comunican la luz vascular puede verse más de uno. Normalmente están situados en
con el espacio de Disse y las células hepáticas. En el es- el centro. La proliferación de conductos muestra nume-
pacio de Disse se encuentran las células estelares o célu- rosos conductos situados en la unión con las láminas he-
las de Ito. Contienen vacuolas de grasa, participan en la páticas. Observar la pared en busca de irregularidades
fibrogénesis y son almacenadoras de vitamina A. Se e infiltrado inflamatorio y datos de regeneración del
pueden identificar con el microscopio electrónico y epitelio. La luz debe estar libre y en condiciones patoló-
cuando están activadas se tiñen con actina de músculo gicas puede tener elementos inflamatorios (colangitis)
liso. Las células de Kupffer son células fagocíticas que o bilis en forma de concreciones, como sucede en obs-
se encuentran en la luz del sinusoide; son de forma pira- trucción biliar y en mucoviscidosis.
midal con múltiples prolongaciones que se introducen
Arteria hepática
al espacio de Disse a través de las fenestraciones de las
células endoteliales. Irregularidades con trayecto tortuoso, engrosamiento de
Las vénulas aferentes reciben la sangre del sinusoide la media y fibrosis pueden encontrarse en atresia biliar
y desembocan perpendicularmente en la vena sublobuli- tanto en la porción extrahepática como en ramas porta-
llar. Las venas sublobulillares forman las venas interlo- les. Esta angiopatía es particularmente importante que
bulillares y éstas las ramas de las venas suprahepáticas. se consigne en casos candidatos a trasplante hepático.
Tanto la vénula porta como la vénula aferente care-
cen de capa muscular. Vena porta

La esclerosis de la pared de la vena porta se presenta en


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etapas avanzadas de hipertensión portal idiopática.


Guía diagnóstica
Placa limitante
El examen a poco aumento permite establecer el núme- Es la interfase entre espacio porta y láminas hepáticas.
ro de lobulillos que contiene la biopsia. Primero hay que Debe ser continua. Evaluar la presencia de fibrosis ex-
contar el número de espacios porta completos y evaluar tendiéndose fuera de los márgenes, presencia de células
si se mantiene o no la arquitectura lobulillar. El número inflamatorias y necrosis de los hepatocitos.
de espacios porta ideal para considerar la biopsia repre-
sentativa depende del propósito de la biopsia. En gene- Proliferación ductular
ral se considera que una biopsia adecuada tiene que con-
tener al menos cinco espacios porta completos. Esta Los colangiolos son las estructuras que unen conductos
cifra arbitraria considera que, en caso de que el daño no biliares con canalículos. No se ven en condiciones nor-
30 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)

males. La proliferación ductular ocurre en casos de co- ción heterogénea predominantemente de linfocitos T y
lestasis y aparecen estructuras tubulares alargadas sin NK. Secretan citocinas y forman parte del sistema in-
luz, positivas con citoqueratina. munitario. Es necesario tener en cuenta esta situación
para no interpretar la presencia de células linfoides co-
Láminas hepáticas mo un dato de inflamación. Cuando se toman biopsias
hepáticas en cuña a cielo abierto es frecuente encontrar
Con la tinción de retículo se ha establecido la arquitec- grupos de células linfoides debajo de la cápsula sin sig-
tura de las láminas hepáticas. En el niño hasta los seis nificado patológico. Igualmente, hay que tener en cuenta
o siete años de edad las placas hepáticas están constitui- que en las biopsias abiertas pueden encontrarse nume-
das por dos hileras de células. La distorsión de las lámi- rosos polimorfonucleares como una respuesta inespecí-
nas se presenta en casos de necrosis, congestión sinusoi- fica al trauma durante la laparotomía.
dal y desarreglos de los hepatocitos como disposición En personas viejas puede verse incremento en el nú-
seudoacinar (orientación radiada de los hepatocitos al- mero de linfocitos y macrófagos.
rededor de un canalículo en casos de colestasis), trans- La presencia de células plasmáticas y eosinófilos, ya
formación de células gigantes e hiperplasia difusa o no- sea en el espacio porta o en el seno del lobulillo, es un
dular. La revisión de las células individuales detecta dato que sugiere un proceso inflamatorio.
necrosis individual (cuerpos apoptósicos), material anor-
mal en el citoplasma, degeneración de Mallory, inclu- Evaluación de la fibrosis
siones virales, acúmulo de hierro y colestasis intracelu-
lar. Cuando la necrosis es zonal es importante consignar El hígado contiene escaso tejido conectivo. La cápsula
la localización: perilobulillar o de interfase (hepatitis de Glisson está constituida por una capa densa de colá-
crónica), medio zonal (tóxicos), centrolobulillar (cho- gena y fibras elásticas que emiten proyecciones hacia el
que, insuficiencia cardiaca) o panlobular (hepatitis con parénquima, produciendo cierta distorsión que no debe
necrosis masiva o submasiva por virus o tóxicos). malinterpretarse como fibrosis. El espacio porta contie-
ne variable cantidad de estroma laxo bien delimitado del
parénquima vecino. La presencia de tejido fibroso en ex-
Sinusoides y venas centrolobulillares ceso o en localización anormal es un dato patológico de
mucha importancia y se presenta como un proceso cica-
El examen detallado de los sinusoides permite hacer el trizal en varias condiciones, ya sean infecciosas, autoin-
diagnóstico de congestión, peliosis, hiperplasia de célu- munitarias, tóxicas, metabólicas, vasculares, etc.
las de Kupffer, linfocitosis y trombos de fibrina. Los es- La identificación zonal de la fibrosis tiene importan-
teroides anabólicos y los anticonceptivos producen le- cia para el diagnóstico. La fibrosis que ocurre en el cen-
sión de las células endoteliales y dilatación sinusoidal. tro del lobulillo perivenular es característica de la into-
El cloruro de vinilo y los arsenicales provocan prolife- xicación alcohólica y de la congestión pasiva crónica.
ración de células endoteliales. La fibrosis portal se ve en hepatitis crónica y alteracio-
Las células estelares o células de Ito no se ven en los nes biliares. La fibrosis en el lobulillo es indicativa de
cortes habituales con hematoxilina y eosina, a excep- necrosis lobular. La cirrosis hepática se caracteriza por
ción de hipervitaminosis A, en la que aparecen como cé- la presencia de bandas de fibrosis que establecen puen-
lulas espumosas. Aunque pueden detectarse por méto- tes (porto--central, centro--central o porto--portal) o re-
dos histoquímicos, la mejor forma de visualizarlas emplazan lóbulos adyacentes. En esta disposición la
cuando están activas es con inmunohistoquímica con fibrosis puede circundar nódulos de parénquima hepáti-
actina de músculo liso. Las células activadas se encuen- co. Estos nódulos varían en tamaño y no necesariamente
tran aumentadas en número con morfología estrellada muestran datos de regeneración. Verdaderos nódulos de
en todos los casos en que hay fibrosis hepática. regeneración ocurren solamente en fases avanzadas de
Las venas centrolobulillares pueden presentar datos la enfermedad. Por otro lado, la regeneración difusa del
de oclusión, como se ve en la enfermedad venooclusiva. parénquima es casi simultánea con la necrosis.
En los últimos años se han empezado a utilizar bio-
Evaluación de la inflamación marcadores para evaluar el grado de fibrosis hepática
por métodos no invasivos. Hay varias clases de biomar-
El hígado contiene una población nativa de linfocitos cadores séricos: los que miden directamente el recam-
localizados predominantemente alrededor de los espa- bio de la matriz extracelular (colágenas, laminina, ácido
cios porta y diseminados en el lobulillo. Es una pobla- hialurónico, metaloproteinasa, citocinas, etc.) y los in-
La biopsia hepática en pediatría 31

directos, que evalúan alteraciones de la función hepáti- Hepatitis neonatal vs. atresia de vías biliares
ca. Entre ellos los más usados son los que miden varios
componentes, como el FibroTest (B--2--macroglobuli- A pesar de que hay muchas causas que condicionan co-
na, haptoglobina, ALT, GGT, bilirrubina total y apoli- lestasis prolongada en el recién nacido, más de 70% de
proteína). Tienen la ventaja de que pueden realizarse los casos caen dentro de dos diagnósticos: hepatitis neo-
tanto en pacientes de riesgo como en grandes poblacio- natal y atresia de vías biliares.
nes como pruebas de tamizaje y son aceptadas tanto por La hepatitis neonatal es un término genérico que se
los pacientes como por los médicos. Se han utilizado en aplica a enfermedades de diversa etiopatogenia, ya sean
diversas patologías, tales como hepatitis crónica B y C, infecciosas, metabólicas o idiopáticas, cuando no se co-
esteatohepatitis no alcohólica y otras. Su sensibilidad y noce la etiología. El pronóstico varía según la causa. La
su especificidad son aceptables, y aunque no sustituyen mayoría se resuelven espontáneamente en el curso de
a la biopsia sí permite una mejor selección de los pa- cuatro a seis semanas, otras persisten con alteraciones
cientes que la requieran. varias y otras progresan ya sea a un proceso obstructivo
En niños hay pocos estudios con estos biomarcado- de vías biliares tanto extrahepático como intrahepático
res, por lo que su utilidad no ha sido validada hasta el (colangiopatía atresiante o esclerosante) o hacia una ci-
momento. rrosis hepática. Algunos de estos casos son errores con-
génitos del metabolismo de los ácidos biliares.
La atresia de vías biliares es la obstrucción total o
Síndrome colestásico prolongado parcial de cualquier segmento o la totalidad de las vías
biliares. Hay dos formas: la embrionaria, que es rara y
La indicación más frecuente es en el diagnóstico de la se asocia a malformaciones tales como síndrome de as-
colestasis prolongada del recién nacido. Una gran varie- plenia, y la perinatal, que se considera enfermedad ad-
dad de enfermedades pueden cursar con colestasis en la quirida necrótica inflamatoria de etiología diversa. Lo
etapa neonatal. importante del diagnóstico temprano de esta anomalía
Desde el punto de vista práctico, lo urgente es decir es que la restauración del flujo biliar puede evitar la ine-
si se trata de una situación de obstrucción anatómica de ludible progresión hacia cirrosis biliar si persiste la obs-
las vías biliares susceptible de ser corregida quirúrgica- trucción. Las múltiples técnicas de derivación enterohe-
mente o es una colestasis intrahepática que requiere ma- pática han demostrado su utilidad.
nejo médico. El papel del patólogo en esta situación es definir, en
La biopsia hepática está indicada en todo recién naci- la biopsia percutánea, si hay o no datos de obstrucción
do con ictericia prolongada por más de dos semanas con biliar (cuadro 3--3).
aumento de la bilirrubina directa una vez que se ha des-
cartado quiste del colédoco por ultrasonido y un gamma- Escasez de conductos biliares
grama hepático que no excreta.
El protocolo diagnóstico utilizado desde hace mu- La cantidad de conductos biliares en espacios porta pe-
chos años en el Instituto Nacional de Pediatría se señala riféricos varía con la edad gestacional. En prematuros
en el cuadro 3--4. menores de 38 semanas solamente 40% de los espacios

Cuadro 3--4. Biopsia hepática en colestasis prolongada neonatal.


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Criterios de diagnóstico diferencial


Alteración Hepatitis neonatal Atresia de vías biliares
Proliferación de conductos biliares in- No Sí universal
terlobares Focal e irregular
Proliferación de colangiolos (ductular) Focal en casos de colestasis prolongada Sí universal
Trombos biliares en conductos No Sí
Edema y fibrosis portal Variables, tardía e irregular Constante, temprana, progresiva y uni-
versal
Hematopoyesis Sí Sí
Células gigantes Sí Sí
Alteración de la arquitectura lobulillar Sí No
Tardía: cirrosis biliar
32 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)

porta contienen conductos biliares. En recién nacidos a Hipertensión portal


término y a partir de ese momento la mayoría de los es-
pacios porta tienen un conducto biliar del tamaño de la La biopsia hepática en hipertensión portal permite el
arteria y ocasionalmente hay espacios porta sin conduc- diagnóstico de las causas intrahepáticas y sugiere el diag-
tos biliares, de tal suerte que la relación CB/EP es menor nóstico en hipertensión poshepática y prehepática.
de 1 (0.9 para la mayoría de los autores). Las causas más frecuentes de hipertensión portal in-
Para establecer el diagnóstico de escasez de conduc- trahepática son la fibrosis hepática congénita y la cirro-
tos interlobares se requiere contar con un número sufi- sis hepática. Los datos histológicos que permiten el
ciente de espacios porta que varía de 10 a 20, y el diag- diagnóstico diferencial se señalan en el cuadro 3--4.
nóstico se basa cuando más de la mitad de ellos carecen La hipertensión portal poshepática se caracteriza por
de conductos biliares (relación CB/EO < 0.5). Las cau- alteraciones en las venas centrolobulillares y sinusoides
sas de escasez de conductos biliares son muy numerosas centrales. En casos de congestión pasiva crónica puede
y pueden dividirse en dos grandes grupos: sindromática encontrarse necrosis centrolobulillar, generalmente
y no sindromática. La escasez de conductos biliares sin- acompañada de hemosiderosis que progresa a fibrosis
dromática o síndrome de Alagille es una enfermedad central. La presencia de trombos en el territorio de las
sistémica con herencia autosómica dominante. El gen venas afluentes de la suprahepática sugiere síndrome de
defectuoso (JAG1) se encuentra en el cromosoma Budd--Chiari. La oclusión de las venas centrolobulilla-
20p12. El síndrome completo incluye colestasis, altera- res se encuentra en enfermedad venooclusiva de la in-
ciones cardiovasculares estructurales (la mayoría con fancia.
estenosis pulmonar), facies característica, anormalida-
des vertebrales y anormalidades oculares (embriotoxon
posterior). Aunque la descripción original de Alagille Hepatomegalia
consideraba la escasez de conductos biliares como ca-
racterística absoluta, la patología hepática puede ser Muchas enfermedades cursan con hepatomegalia acom-
muy variable, ya que en los primeros meses de edad el pañada o no de alteración de las pruebas funcionales he-
número relativo de conductos es normal y a medida que páticas. Esta situación suele ser transitoria y relacionada
avanzan la ramificación y el desarrollo de los espacios con una enfermedad sistémica o secundaria a la admi-
biliares periféricos la falta de conductos biliares es más nistración de medicamentos. Cuando la hepatomegalia
evidente. persiste o progresa y las pruebas serológicas para hepa-
En ocasiones hay fibrosis, inflamación y prolifera- titis crónica han sido negativas está indicada la biopsia
ción de conductos biliares simulando las alteraciones hepática para fines diagnósticos. La mayoría correspon-
encontradas en obstrucción biliar, y también puede ha- den a cirrosis hepática subclínica, enfermedades meta-
ber transformación de células gigantes, colestasis intra- bólicas por depósito anormal de sustancias y casos de
lobular y hematopoyesis extramedular, como en hepati- esteatohepatitis no alcohólica (NASH). Esta entidad es
tis neonatal. cada vez más frecuente por el incremento de la obesidad
Por todo lo anterior, el diagnóstico del síndrome de en niños. En la actualidad no existe ningún examen de
Alagille no debe establecerse con base en las alteracio- laboratorio o de imagen que pueda distinguir NASH de
nes hepáticas, las cuales pueden ser inespecíficas; se re- otras enfermedades. Aunque el ultrasonido hepático es
quiere el examen de numerosos espacios porta (ideal- un excelente auxiliar diagnóstico, sólo detecta casos
mente biopsias en cuña de ambos lóbulos) y en con más de 33% del hígado afectado y no puede distin-
ocasiones biopsias seriadas en diferentes etapas de la guir la esteatohepatitis no alcohólica de la alcohólica y
evolución de la enfermedad, y siempre en consonancia de la simple esteatosis. Asimismo, el examen histológi-
con la información clínica. co es el estándar de oro para definir el grado de fibrosis
La forma no sindromática de la escasez de conductos y evaluar la respuesta al tratamiento de medicamentos
biliares se asocia con enfermedades metabólicas, infec- como antioxidantes antifibrosantes e hiploglucemian-
ciosas, inflamatorias, enfermedad de injerto contra tes.
huésped y secundarias a drogas. En la mayoría de los ca- Un grupo importante de errores congénitos del meta-
sos la escasez de conductos se acompaña con alteracio- bolismo se expresan por alteraciones funcionales hepá-
nes de otro tipo que permiten el diagnóstico. Hay casos ticas, hepatomegalia e ictericia. Las cirrosis metabóli-
en donde es la única alteración y puede ser por defecto cas son una causa importante de insuficiencia hepática
de la excreción de ácidos biliares o formas incompletas en la edad pediátrica. El hígado tiene tanto células epite-
del síndrome de Alagille. liales (hepatocitos) como células del sistema histiocíti-
La biopsia hepática en pediatría 33

Cuadro 3--5. Hepatopatías metabólicas por categoría diagnóstica


Certeza Sugestiva No diagnóstica
Deficiencia de B--1--antitripsina Galactosemia, tirosinemia Alteraciones del ciclo de la urea
Enfermedad de Gaucher Fructosinemia Acidemias orgánicas
Enfermedad de Niemann--Pick Glucogenosis I y III Alteraciones de aminoácidos
Pompe (Glucog II ) Hemocromatosis
Amilopectinosis (Glucog IV) Cirrosis infantil de la India
Wolman Alteración de ácidos biliares
Cistinosis Alteración de ácidos grasos
Gangliosidosis GM1

co macrofágico (células de Kupffer), por lo que el exa- fecciosos, la biopsia hepática ha demostrado ser útil pa-
men del parénquima hepático es muy informativo para ra el diagnóstico de enfermedades tales como tubercu-
detectar enfermedades por atesoramiento. losis miliar, histoplasmosis, hepatitis granulomatosa y
La biopsia hepática en los errores congénitos del me- neoplasias (infiltración leucemia/linfoma).
tabolismo suele efectuarse en dos diferentes escenarios.
Uno de ellos, el menos frecuente, se trata de una biopsia
electiva intencionada para corroborar el diagnóstico es- Hepatitis crónica
pecífico de una enfermedad metabólica, por ejemplo
cuando hay el antecedente de un familiar afectado o el Una gran diversidad de enfermedades pueden ocasionar
cuadro clínico es característico y la confirmación bio- el cuadro clínico de hepatitis crónica en niños, definido
química no está disponible. El propósito en esos casos como alteración continua de las enzimas hepáticas
es para consejo genético, detección de portadores o in- (aminotransferasa) por más de tres meses. Las causas
terés académico e investigación de caso clínico. El otro más comunes de hepatitis crónica son hepatitis virales
escenario es para el diagnóstico de hepatopatía de causa y hepatitis autoinmunitaria. El diagnóstico se establece
desconocida. Las enfermedades metabólicas producen en bases clínicas y serológicas tanto para marcadores
diferentes patrones de daño hepático. autoinmunitarios como para marcadores virales. Las in-
En el cuadro 3--4 se señala el grado de certeza diag- dicaciones de la biopsia en hepatitis crónicas son las si-
nóstica en bases morfológicas. guientes:
La indicación de la biopsia en glucogenosis es tanto
para el diagnóstico morfológico como bioquímico. Las 1. Apoyo diagnóstico en casos de marcadores virales
alteraciones hepáticas en enfermedad de Pompe (gluco- e inmunitarios negativos.
genosis tipo II), la amilopectinosis (glucogenosis IV) y 2. Evaluación de la gravedad del daño en casos de
glucogenosis tipo III son patognomónicas. Las gluco- hepatitis crónica viral o autoinmunitaria.
genosis I y V dan alteraciones muy sugestivas. 3. Eficacia del tratamiento.
Antes de considerar la biopsia hepática por sospecha
de una enfermedad metabólica hay que recurrir a méto- Histológicamente la hepatitis crónica se define como
dos menos invasivos y útiles, como el examen de sangre una enfermedad necrótico--inflamatoria de intensidad
periférica o el aspirado de médula ósea. Estos métodos variable que no está asociada con colestasis crónica y en
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permiten el diagnóstico de enfermedad de Gaucher, de ausencia de indicadores de alteración tóxico--metabóli-


Niemann--Pick y GM1 gangliosidosis. ca (esteatohepatitis, hialino de Mallory, cirrosis biliar
En la enfermedad metabólica con depósito anormal primaria y otros) (cuadro 3--6).
de sustancias es importante identificar la naturaleza del La lesión hepática se caracteriza por un infiltrado lin-
material atesorado, lo que se logra con técnicas tintoria- foplasmocitario en los espacios porta con extensión al
les especiales y estudio con microscopio electrónico. parénquima vecino (hepatitis de interfase con necrosis
focal de la placa limitante o necrosis lobulillar focal o en
puente). Hay grados variables de fibrosis que puede estar
confinada a espacios porta o extenderse al lobulillo.
Fiebre de origen desconocido Se han propuesto diversos sistemas para la evalua-
ción objetiva del grado de actividad y de cronicidad en
Cuando ya se ha agotado la búsqueda intencionada por casos de hepatitis crónica. Ninguno ha sido universal-
serología, cultivos y examen inmunitario de agentes in- mente aceptado, ya sea por su complejidad y poca re-
34 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)

Cuadro 3--6. Diagnóstico diferencial de hepatitis crónica en niños


Diagnóstico Datos histológicos sugestivos
Hepatitis B Hepatocitos con citoplasma en vidrio esmerilado
Hepatitis C Folículos linfoides, esteatosis, daño a conductos biliares
Epstein--Barr Infiltrado linfocitario sinusoidal
Linfocitos atípicos
Autoinmunitario Numerosas células plasmáticas
Acentuada actividad necrótica inflamatoria portal y lobulillar
Colangitis esclerosante Proliferación ductular
Colangitis
Fibrosis periductal concéntrica
Hepatitis por fármacos o drogas Colestasis
Necrosis centrolobulillar
Numerosos eosinófilos
Granulomas
Enfermedad de Wilson Esteatosis
Núcleos con glucógeno
Hialino de Mallory
Deficiencia de B--1--antitripsina Glóbulos intracitoplasmáticos PAS+ resistentes a diastasa
Linfohistiocitosis hemofagocítica Infiltrado histiocítico con eritrofagocitosis

productibilidad o porque carecen de significado clínico. atribuye reducción de la vida del trasplante, alteración
El mejor sistema es el que satisface las necesidades de de las pruebas funcionales postrasplante y la presencia
cada centro de trabajo, aunque tenga un valor relativo de gotas de grasa en sinusoides con formaciones quísti-
y sólo sea aplicable a una población específica. Esta es- cas (lipopeliosis). Otra alteración que puede encontrar-
trategia permite, por ejemplo. la evaluación comparati- se histológicamente es la hemosiderosis, que puede per-
va de biopsias control para evaluar la progresión de la sistir por años, aunque sin repercusiones importantes en
enfermedad y su respuesta al tratamiento; en ese senti- el receptor. También se toma biopsia del hígado donado
do, los sistemas simplificados como el propuesto por inmediatamente después de reperfusión (tiempo cero)
Hytiroglou son útiles y fáciles de usar. Los autores lo para tener una imagen basal e interpretar las biopsias
han aplicado satisfactoriamente en la evaluación de he- subsecuentes, así como documentar el estado del injerto
patitis autoinmunitaria comparando las biopsias inicia- y su posible impacto en la evolución posterior.
les con las biopsias a los seis meses de tratamiento; sin La indicación más frecuente de la biopsia percutánea
embargo, se recomienda la lectura crítica de otros siste- en hígado trasplantado es para el diagnóstico de la dis-
mas utilizados en centros especializados para adaptar- función del injerto. Las alteraciones histológicas son
los al propósito específico que se persigue (cuadro 3--7). consideradas el estándar de oro para el diagnóstico de
rechazo, así como investigar la presencia de otras altera-
ciones debidas a problemas vasculares o del tracto bi-
Biopsia en el trasplante hepático liar.

El trasplante hepático es un recurso terapéutico para en-


fermedades del hígado consideradas incurables por
Lesiones nodulares
otros métodos. El examen histológico de este órgano es
fundamental en todas las etapas del manejo de un pacien-
te sometido a este procedimiento. Las indicaciones de la La biopsia de lesiones nodulares del hígado en los niños
biopsia se refieren tanto al donador como al receptor. En generalmente se realiza por técnica de biopsia abierta o
el donador es necesario que se documente la normalidad guiada por ultrasonido o peritoneoscopia. Sin embargo,
del órgano, no solamente funcional, sino también la his- dado que la inmensa mayoría de estas lesiones son tu-
tológica. La esteatosis es un hallazgo frecuente en can- mores malignos, ya sea hepatoblastoma o hepatocarci-
didatos a donación, lo cual en muchos centros es una noma, se recomiendan métodos no invasivos ante el po-
contraindicación para realizar el trasplante, particular- tencial peligro de ruptura y diseminación del tumor. El
mente cuando es macrovesicular. A esta alteración se le apoyo de los estudios de imagen y de marcadores séri-
La biopsia hepática en pediatría 35

Cuadro 3--7. Hepatitis crónica


Grado de actividad necroticoinflamatoria Grado de fibrosis/cirrosis
0. No actividad 0. No fibrosis
1. Leve necrosis de la placa limitante y actividad lobular focal 1. Leve: fibrosis portal sin extensión lobular
2. Moderada necrosis de la placa limitante y necrosis lobular 2. Moderada: septos fibrosos hacia el lobulillo sin formar
focal puentes
3. Acentuada necrosis de interfase con necrosis lobular en 3. Acentuada: fibrosis en puente (porto--portal o porto--cen-
puente tral) sin nódulos
4. Cirrosis: fibrosis rodeando nódulos de hepatocitos
Puede agruparse en dos categorías; actividad leve (1--2), actividad acentuada (3), fibrosis leve (1--2), fibrosis acentuada (3--4)
Tomado y modificado de Hytiroglou P, Thung S, Gerber M: Histological classification and quantitation of the severity of chronic hepatitis: keep it
simple! Semin Liver Dis 1995;15:414--420.

cos tales como B--fetoproteína permiten un diagnóstico cuentemente es el indicador utilizado para decidir si se
bastante certero de la lesión. En la mayoría de los cen- continúa o no con la terapia específica.
tros pediátricos se recomienda la extirpación completa Muchos agentes terapéuticos tienen reacciones ad-
de la masa; si el tumor es irresecable o múltiple se pre- versas con daño hepático de diferente naturaleza y mag-
fiere la biopsia por aspiración con aguja delgada para nitud. En la mayoría de los casos, cuando este tipo de
definir la estirpe histológica y empezar con quimiotera- reacción se conoce, el monitoreo de la función hepática
pia neoadyuvante. seguido de la suspensión del medicamento es la práctica
habitual y no se recurre a la biopsia hepática. El estudio
histológico sólo se indica cuando la alteración funcional
persiste y se sospecha que puede ser de otra etiología.
Evaluación de terapias específicas
Cuando se trata de un medicamento poco conocido o en
y daño por fármacos o drogas fase experimental la biopsia se realiza como parte de un
protocolo de estudio, y su utilidad en términos de riesgo
Ya se señaló en párrafos anteriores la utilidad de la biop- beneficio y los aspectos éticos deben considerarse en
sia hepática como parte del seguimiento de las hepato- cada caso en especial. Aunque el procedimiento tiene
patías crónicas para evaluar la respuesta al tratamiento, baja mortalidad y pocas complicaciones, no es de rutina
ya sea con interferón o con inmunosupresores, y fre- y requiere consentimiento informado.

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36 Atlas de gastroenterología (Capítulo 3)

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Publicado en Acta Pediátrica de México 2008;25(4):216--226. Reproducido con autorización.


Capítulo 4
Cavidad oral y laringe
Laura Roesch Ramos, Isabel Ruiz Juárez, Blandina Hernández Cruz,
José Andrés Velázquez Martínez, José María Remes Troche, Jaime Navarrete Alemán,
Marisol Zárate Palomec

INTRODUCCIÓN cios anteriores y en los bordes que es delgada y lisa en su


cara inferior; la mucosa se encuentra fija por el corion.
Por delante de la “V” lingual hay pliegues en los cuales
se encuentran las papilas, que se han dividido en cinco
La cavidad oral es el sitio de inicio del aparato digestivo; variedades: fungiformes, foliadas, hemisféricas, filifor-
comprende desde los labios hasta la faringe. Sus paredes mes y caliciformes, las cuales se encuentran distribuidas
son seis: la anterior, constituida por los labios; la poste- irregularmente en el dorso de la lengua. Histológicamente
rior, formada por el velo del paladar y por el istmo de las se puede distinguir en la lengua una mucosa constituida
fauces; la superior, por la bóveda palatina; la inferior, en por epitelio plano estratificado en el cual se encuentran
la que se encuentra la lengua, y las dos caras laterales, insertadas las papilas, unidas por tejido fibroelástico a
constituidas por las mejillas. En su capa interna está cu- los haces musculares. Existe una gran cantidad de tejido
bierta por una delgada mucosa debajo de la cual se en- linfoide cuyo conjunto constituye la amígdala lingual,
cuentra una capa de tejido conectivo y posteriormente que es parte del círculo linfático de Waldeyer. La lengua
una capa muscular; todo su contenido se encuentra den- recibe circulación arterial de la arteria lingual, que irriga
tro de un recipiente óseo formado por los huesos maxila- la parte posterior, y de las arterias ranina y sublingual,
res superiores e inferior, en los cuales se asientan las dos que irrigan su parte anterior. Recibe además ramas arte-
arcadas dentarias, y como envoltura el tejido celular y la riales de la palatina y la faríngea inferior. La circulación
piel. La circulación arterial proviene fundamentalmente venosa desemboca en las venas linguales, satélites de
de las arterias maxilar interna y externa, ramas de la arte- los ramos arteriales y afluentes de la yugular interna. La
ria carótida; la circulación venosa es tributaria de la arte- inervación de la lengua está dada por el nervio lingual
rial y drena la sangre a la vena yugular. Los linfáticos for- y el glosofaríngeo. En la boca se encuentran las encías y
man una rica red que drena hacia las diferentes regiones los dientes; órganos anexos son las glándulas salivales
de la boca, principalmente a los ganglios yugulares y ca- y las amígdalas, de las cuales sólo se hará mención de
rotídeos. las glándulas salivales, ya que la patología restante es
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La lengua es un órgano móvil musculoso situado en del dominio del cirujano dentista y sus diferentes espe-
la base de la cavidad bucal; tiene dos caras, dos bordes, cialidades. Las glándulas salivales están colocadas por
una base posterior y el vértice. Anatómicamente está fuera de la mucosa y se comunican con la cavidad oral
constituida por un esqueleto osteofibroso formado por a través de sus conductos excretores. A las glándulas
la membrana hioglosa y el septum lingual, que se apo- más importantes, tres para cada lado, se les denomina
yan en el hueso hioides y contribuyen a su fijación. Los parótida, submaxilar y sublingual. Las glándulas paróti-
músculos de la lengua, que corresponden a ocho pares das son las más voluminosas de ellas; están situadas una
de músculos y uno impar, le dan una constancia espe- a cada lado, por abajo del conducto auditivo externo y la
cial. Estos músculos se encuentran cubiertos por una apófisis estiloides y por detrás de la rama ascendente del
mucosa de espesor variable de mayor grosor en los ter- maxilar inferior, contenida en una capa fibrosa formada

37
38 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

por tejido conectivo, con forma de prisma triangular con cans es la responsable de la mayoría de las infecciones.
su base superior, en íntima relación con el paquete vascu- Su frecuencia ha aumentado considerablemente, sobre
lonervioso del cuello en su cara posterior. Está constitui- todo debido a la administración indiscriminada de anti-
da por glándulas acinares de forma tubular que se agru- microbianos, los cuales destruyen la flora bacteriana
pan para formar lobulillos y lóbulos separados entre sí normal inhibitoria debido a que la Candida normalmen-
por tejido conectivo. De cada acino emerge un conducti- te habita en la mucosa oral. La sola presencia del agente
llo revestido de una capa epitelial; estos conductillos se no es suficiente para convertirse en una enfermedad, a
unen entre sí y forman conductillos de mayor calibre has- menos que exista penetración en los tejidos por un fac-
ta terminar en el conducto de Stenon, el cual emerge en tor que inmunodeprima al sujeto. Las causas más comu-
la mucosa del vestíbulo de la boca a nivel del cuello del nes de inmunodepresión, después del HIV, son edad
segundo molar superior. Está irrigada por ramas directas avanzada, neoplasias, diabetes mellitus, uso crónico de
de la carótida externa y la transversa de la cara, y su red ve- esteroides, alcoholismo e insuficiencia suprarrenal.
nosa nace de las venas que forman troncos afluentes que
drenan a la yugular externa. Los linfáticos nacen en los aci-
nos y desembocan en los ganglios parotídeos, que termi- Aspectos clínicos
nan en los ganglios yugulares externos y en los cervicales
profundos. La inervación proviene de la rama auricular y En la cavidad oral se reconocen tres formas clínicas a la
las ramas simpáticas que acompañan a las arterias. infección por Candida albicans: en primer lugar, la can-
Las glándulas submaxilares están situadas en la parte didiasis seudomembranosa aguda (Muguet), que con-
lateral de la región suprahioidea, en la foseta esculpida siste en placas blandas cremosas con epitelio descama-
en la cara interna del maxilar inferior, contenida al igual tivo que contiene numerosos micelios enmarañados
que la anterior dentro de una celda osteofibrosa. Es de sobre una mucosa eritematosa que se elimina fácilmente;
estructura anatómica similar a la parótida y vierte su se- es frecuente en pacientes con factores predisponentes
creción a través del conducto de Wharton, que nace en más graves. En segundo lugar está la candidiasis atrófi-
la parte media de la glándula y desemboca en el piso de ca (eritematosa), que es una forma clínica de infección
la boca, a los lados del frenillo en el ostium umbilicale por C. albicans en la cual la mucosa está adelgazada, es
de Bordeu. Su irrigación proviene del facial y de la sub- lisa y de color rojo brillante con síntomas de ardor y au-
mentoniana, y las venas igualmente desembocan en la mento de sensibilidad; normalmente se encuentra en el
facial. El drenaje linfático que nace de los acinos llega paladar bajo una prótesis, pero también puede encon-
a los ganglios cervicales profundos. trarse sobre la lengua u otras superficies mucosas; gene-
Las glándulas sublinguales se encuentran situadas en ralmente se localiza en prótesis removibles mal ajusta-
el piso de la boca por debajo de la mucosa y por dentro das. La principal molestia es sensación de quemazón.
del cuerpo del maxilar; son las más pequeñas, de forma La tercera forma es la candidiasis hiperplásica crónica;
elipsoidal y aplanadas. Anatómicamente son glándulas esta forma clínica de infección por C. albicans consiste
mixtas compuestas de acinos serosos y mucosos. Los en placas o pápulas sobre un fondo eritematoso que con-
primeros vierten su secreción a través del conducto de tiene hifas en la capa paraqueratinizada del epitelio en-
Bartholin, que desemboca cerca del conducto de Whar- grosado.
ton, y los segundos a través del conducto de Walter. Re-
ciben irrigación arterial de las ramas de la sublingual y Anatomía patológica
submentoniana y los plexos venosos drenan a la ranina.
Los linfáticos terminan en los ganglios submaxilares y su Es indispensable para el diagnóstico anatomopatológi-
inervación parasimpática procede del nervio lingual. co encontrar al agente causal, Candida albicans; algu-
nas veces puede ser causada en el epitelio, ya sea en el
espesor de la mucosa, en la superficie o bien en esofagi-
CANDIDIASIS ORAL tis ulcerada por Candida tropicalis, Candida krusei y
Candida glabrata; cuando esto sucede se acompaña de
tejido de granulación con presencia de neutrófilos. La
variedad de candidiasis hiperplásica crónica se presenta
Generalidades en forma de pápulas blancas sobre un fondo eritematoso
que asemeja una leucoplasia o eritroplasia moteada.
La candidiasis es la infección más común de la cavidad Es indispensable la evaluación microscópica median-
oral; aunque existen múltiples especies, Candida albi- te una biopsia de rutina en la que el anatomopatólogo de-
Cavidad oral y laringe 39

berá demostrar las formas miceladas del microorganis- nervioso afectado (ramas del trigémino) por varios días,
mo, que invaden verticalmente a la paraqueratina; las pero conforme afecta a un dermatoma aparece en piel y
hifas suelen observarse con H--E; sin embargo, una tin- mucosas una erupción vesicular inicialmente de color
ción de PAS o de plata las demuestra en forma exagerada. oscuro que al poco tiempo se convierte en pustular y fi-
En algunas ocasiones, cuando la mucosa está ulcerada, nalmente en úlcera. Habitualmente estas lesiones son
suele encontrarse infiltrado inflamatorio compuesto por unilaterales. Es característico en ellas el dolor e hiperes-
células plasmáticas y linfocitos, o bien cantidades varia- tesia en la zona afectada que puede persistir por espacio
bles de neutrófilos presentes a manera de microabscesos de tres a seis semanas como secuela de la neuralgia her-
(abscesos de Munru) en la capa de paraqueratina; el es- pética; suele apreciarse una hiperpigmentación en los
trato espinoso del epitelio suele engrosarse (acantosis) y sitios afectados.
las crestas epiteliales se ven alargadas.

Anatomía patológica
Diagnóstico
Histológicamente se caracteriza por una bula intraepi-
Ante la sospecha el diagnóstico de candidiasis se estable- dérmica en la que es posible identificar células acanto-
ce mediante la observación directa de las lesiones; debe líticas multinucleadas con presencia de cuerpos virales,
realizarse citología o confirmación histológica. Es carac- dando la apariencia de células multinucleadas. En algu-
terística la presencia de placas o seudomembranas blan- nas ocasiones la cromatina tiene aspecto de vidrio esme-
coamarillentas que están adheridas a la mucosa, las cua- rilado y en otras es marginal; los cuerpos virales tienen
les se encuentran de forma dispersa o pueden confluir aspecto moldeado en una impronta del contenido de la
formando cordones longitudinales. La confirmación se bula; es frecuente identificar células inflamatorias (de
establece mediante citología o biopsia. preferencia polimorfonucleares); pueden utilizarse prue-
bas de inmunohistoquímica, pero se puede hacer el diag-
nóstico con la tinción de H--E.

HERPES BUCAL
MUCOCELE

Generalidades Generalidades
Es una enfermedad producida por el herpes zoster, el Se le conoce también como quiste de retención mucosa;
cual es un herpesvirus patógeno para el ser humano que por lo general es de origen traumático, frecuentemente
presenta estados de inmunosupresión por agentes anti- por mordedura labial o del carrillo o por punción con
tumorales, sean fármacos o radioterapia por neoplasias objetos extraños, que precede al desarrollo de la reten-
malignas, o bien en pacientes con virus de inmunodefi- ción mucosa. También se ha descrito a partir de la obs-
ciencia humana cuyos mecanismos de defensa inmuni- trucción de un conducto por un pequeño cálculo o por
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taria están comprometidos. estenosis cicatrizal del mismo. Se ha clasificado en dos


grupos: mucocele de extravasación y mucocele de re-
tención (o quiste de retención verdadero).
Características clínicas

Afecta sobre todo a adultos en edad avanzada o bien a Aspectos clínicos


jóvenes con SIDA. El riesgo más alto se encuentra en
pacientes convalecientes de neoplasias malignas o los No tiene predilección por algún género y la edad de ma-
que son sometidos a quimioterapia o radioterapia; asi- yor presentación es entre la segunda y la tercera décadas
mismo, se ha descrito recientemente en pacientes a de la vida; si la lesión es superficial suele encontrarse
quienes se ha trasplantado un órgano y que reciben dosis una vesícula elevada desde milímetros hasta centíme-
altas de inmunomoduladores. Suelen aparecer síntomas tros de tamaño, con aspecto azulado. Las lesiones más
prodrómicos como dolor y parestesias en el trayecto profundas se advierten como un abultamiento cubierto
40 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

por mucosa de aspecto normal. A la palpación suele te- cáncer oral como en el cáncer broncogénico se asocia
ner forma redondeada, no dolorosa y de consistencia al tabaquismo crónico, pero se ha observado que la mor-
blanda que cuando se ulcera suele verter su contenido talidad es tres a cuatro veces mayor entre los parientes
mucinoso en la cavidad oral. Si no se resuelve la obs- no fumadores de los pacientes con dicha forma de cán-
trucción del conducto suele ser recurrente. cer que en pacientes no fumadores.

Alcohol
Anatomía patológica
Se ha demostrado en varios estudios que el consumo im-
Desde el punto de vista macroscópico se compone de una portante de alcohol condiciona un incidencia seis veces
estructura quística o seudoquística, dependiendo del mayor de cáncer que en la población general. El cáncer
tiempo de evolución de la lesión, de contenido mucinoso. del piso de la boca está especialmente asociado con el
Microscópicamente puede tener restos de epitelio alcoholismo; además, suele estar más avanzado en el
columnar o bien estar limitado por tejido de granulación momento del diagnóstico. El cáncer oral aumenta un or-
en el cual se encuentra material mucinoso basófilo o an- den de 15 veces en la asociación alcohol--tabaco.
fófilo; contiene neutrófilos e histiocitos espumosos,
grandes, redondos u ovalados. Si se efectúan cortes se- Irritación crónica de la mucosa
riados es posible identificar el conducto tributario de la
lesión. Cuando la lesión es de larga evolución la zona de La dentadura en malas condiciones o las prótesis mal
fibrosis es mayor y en estas ocasiones el infiltrado infla- ajustadas se han relacionado con la aparición de neopla-
matorio es en base a linfocitos. sias, sobre todo en la lengua, por el traumatismo cons-
tante; si a esto se agrega el consumo de tabaco, la posibi-
lidad de cáncer en relación a la población general se
triplica.
TUMORES DE LA CAVIDAD ORAL
Lesiones de la mucosa

La leucoplaquia y la eritroplaquia, según algunos auto-


Generalidades res, deben considerarse como lesiones precancerosas,
ya que muchos cánceres se han desarrollado en una le-
Los tumores de la cavidad oral representan 6% de los tu- sión existente.
mores en general; afectan más frecuentemente a los
hombres (> 80%) que a las mujeres, y la localización Fibroma
más habitual es la lengua en los hombres y las glándulas
salivares en las mujeres. Es un tumor benigno pequeño encapsulado de tejido
conjuntivo. Está compuesto por fibrocitos y fibroblas-
tos regulares bien formados. Su aparición puede ser a
Etiología y factores de riesgo cualquier edad y en cualquier sitio del cuerpo. Es el tu-
mor más común de la cavidad oral; afecta especialmente
No se ha podido establecer con claridad un agente etio- encías, mucosa bucal, lengua, labios y paladar.
lógico en el cáncer de la cavidad oral; sin embargo, exis-
ten algunos factores asociados a su presencia. Entre ellos Papilomavirus humano
los más reconocidos son:
Se ha demostrado en varia series que los pacientes que
Tabaco tienen SIDA tienen un riesgo hasta de 25% más que la
población general de desarrollar un cáncer de la cavidad
Existen múltiples estudios que relacionan el consumo oral.
de tabaco con la aparición de tumores de la lengua. Más
de 20 cigarrillos o de cinco pipas o puros al día multipli- Otros factores
ca por seis la incidencia de cáncer respecto a los no fu-
madores. Se ha relacionado el hábito de mascar tabaco El síndrome de Plummer--Vinson, que asocia anemia
con la variante de carcinoma vegetante. Tanto en el ferropénica con atrofia de la mucosa oral, parece estar
Cavidad oral y laringe 41

relacionado con el cáncer oral. Se ha investigado mucho de la cavidad oral para detectar su presencia. Es fre-
la predisposición genética a padecer un determinado cuente que el carcinoma escamoso sea precedido de una
tipo de cáncer; si bien existen neoplasias en las que ya se leucoplaquia. Es conveniente que a dicha lesión se le
ha determinado una mutación específica de algún gen, en practique una biopsia, para determinar la existencia de
las neoplasias intraorales no se ha podido demostrar. displasia. En una serie de biopsias de leucoplasias ha si-
do reportado el hallazgo de 1.8% de carcinomas in situ
y 8.1% de carcinomas invasores.
Aspectos clínicos El carcinoma escamoso es una lesión típicamente ul-
cerada de márgenes indurados; puede ser exofítica o en-
dofítica. Siempre deberá explorarse la región cervical o
Suelen presentarse en los dos tercios anteriores de la el cuello de los dientes para identificar la existencia de
lengua, en los bordes laterales o en la superficie ventral; adenopatía. El área submandibular es el nivel I, los gan-
generalmente son de mayor tamaño a la palpación que glios superiores, medios e inferiores de la cadena yugu-
a la inspección visual. Con frecuencia son lesiones in- lar son los niveles II, III y IV, respectivamente, siendo
doloras, por lo que se detectan de forma más tardía. el triángulo posterior el nivel V. Si existe sintomatología
Cuando los movimientos linguales están restringidos neurológica en el territorio del facial debe sospecharse
debe inferirse que existe una afectación de la muscula- que existe afectación neural por invasión y extensión de
tura extrínseca estriada (geniogloso, hiogloso) que con- la enfermedad a lo largo de los espacios epineurales
vierte el tumor en un T4. Generalmente se diagnostican (también puede aparecer sintomatología por afectación
en grado de T2. Las primeras estaciones ganglionares del nervio glosofaríngeo o anestesia de ramas del trigé-
suele ser la submandibular (nivel I), la subdigástrica (ni- mino). La invasión neurológica es signo de mal pronós-
vel II) y la yugular media (nivel III); es rara la afectación tico. Las metástasis a distancia pueden aparecer en cual-
submentoniana, yugular baja (nivel IV) y de triángulo quier estadio de la enfermedad. Los órganos a los que
posterior (nivel V). metastatizan las neoplasias malignas de la cavidad oral
Después de la lengua, el sitio que le sigue en frecuen- suelen ser el pulmón y hueso.
cia es el piso de la boca. Esta localización es tres veces
mayor en hombres que en mujeres. Suele aparecer en la
parte anterior o en la línea media como una úlcera que va
progresando en profundidad y puede ocluir el conducto FIBROMA PERIFÉRICO Y FIBROMA
de Wharton con distensión de la glándula submaxilar. OSIFICANTE PERIFÉRICO
Es importante realizar una palpación bimanual para
apreciar la profundidad y la adherencia a la mandíbula,
que indica un estadio avanzado y se puede determinar
radiológicamente. El primer estadio de afectación gan- Generalidades
glionar suele ser la cadena submandibular, seguida de
los ganglios yugulodigástricos y los yugulares medios; Es la neoplasia benigna del tejido conectivo más fre-
prácticamente nunca afecta los yugulares bajos y el cuente en la cavidad oral; se encuentra íntimamente re-
triángulo posterior. La mayoría de los pacientes se diag- lacionada con la hiperplasia fibrosa y en ocasiones es
nostican en estadios III y IV. indistinguible de ella histológicamente. Se puede pre-
sentar a cualquier edad, describiéndose la mayoría de
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los casos entre la cuarta y la quinta décadas de la vida.


El mordisqueo de los carrillos y labios y la irritación
Anatomía patológica causada por prótesis son los principales factores etioló-
gicos. El fibroma osificante periférico es un nódulo gin-
Las neoplasias de la cavidad oral pueden ser de estirpe gival consistente en una hiperplasia reactiva del tejido
histológica benigna o maligna. Los tumores benignos conjuntivo que contiene áreas de hueso.
más frecuentes son el tumor mixto benigno y el cistade-
noma papilar linfomatoso. De las neoplasias intraorales
malignas 90% corresponden a carcinoma de tipo esca- Aspectos clínicos
moso moderadamente diferenciado. El 10% restante son
melanomas, linfomas o sarcomas. Se presenta como una lesión elevada de superficie lisa
El médico puede diagnosticar dichas lesiones en for- y una base amplia o pedunculada; suele ser pequeño, es
ma incipiente, ya que basta con una revisión meticulosa raro que mida más de 2 cm de diámetro, y por la irrita-
42 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

ción local puede llegar a ulcerarse la mucosa que lo re- después de los 40 años de edad,con una incidencia ini-
cubre; es de crecimiento lento y los sitios más frecuen- cialmente mayor en el género masculino; sin embargo,
tes son la encía, la mucosa bucal, la lengua, los labios debido a los cambios de hábito tabáquico en la mujer,
y el paladar; a la palpación se percibe una consistencia actualmente la frecuencia es similar entre ambos.
blanda y esponjosa. Los sitios de implantación de las lesiones son en pri-
mer lugar en la mucosa mandibular y bucal, seguidas de
la lengua y con menor frecuencia en el paladar, el borde
Anatomía patológica maxilar y el labio inferior.
El aspecto de las lesiones corresponde a una zona de
Está compuesto por tejido conjuntivo fibroso con ma- color blanquecino, discretamente elevada, fisurada o ve-
yor o menor elaboración de colágena que en algunos si- rrucosa, rodeada de mucosa de aspecto normal; a la pal-
tios semeja tejido cicatrizal; en realidad no es una neo- pación suelen ser lesiones blandas, homogéneas, y en
plasia fibroblástica, sino la respuesta exuberante a una ocasiones se percibe la mucosa con una textura granular.
lesión crónica en la que predomina la producción de ha- El diagnóstico diferencial debe hacerse con liquen
ces maduros de colágena; el epitelio superficial suele plano, candidiasis, leucoderma y nevo esponjoso blan-
estar intacto con mayor o menor hiperqueratosis, con o co, los cuales tienen un aspecto clínico similar, por lo
sin focos de ulceración, y los fibrocitos suelen ser fusi- que se requiere realizar la biopsia de la lesión para con-
formes; en algunas ocasiones pueden encontrarse fibro- firmar el diagnóstico definitivo.
mas de células gigantes, en los que es posible identificar
fibroblastos binucleados y trinucleados, sobre todo cer-
ca del epitelio, por lo que deberán ser correctamente va- Anatomía patológica
lorados. Cuando se presenta en la encía pueden existir
áreas de calcificación difusa, por lo que se ha denomina- Macroscópicamente se le clasifica en leucoplasia ho-
do fibroma osificante u odontógeno periférico; debe dis- mogénea, nodular y verrugosa con o sin ulceración, ro-
tinguirse de la hiperplasia inflamatoria, que es un proce- deada de engrosamiento blanquecino, que corresponde
so autolimitado y no una neoplasia propiamente dicha. al epitelio con acantosis e hiperqueratosis.
Microscópicamente en 90% son benignas histológi-
camente, con 8.5% asociadas a displasia epitelial o a
una transformación de un carcinoma in situ o invasor,
LEUCOPLASIA
por lo que es importante la búsqueda exhaustiva de dis-
plasia, que coexiste en 36% de los casos, por lo que le
toca al anatomopatólogo orientar bien el tejido biopsia-
do y, ante la menor sospecha de displasia o carcinoma,
Generalidades hacer cortes seriados para descartar estas entidades, so-
bre todo cuando se asocian con eritroplaquia (placas en-
Es un término empleado para identificar una placa blan- rojecidas), que se relacionan en 50% con displasias se-
quecina en la mucosa oral, habitualmente localizada en veras o carcinomas in situ localizados primordialmente
los labios y los bordes laterales de la legua o en la muco- en el piso de la boca (18%) o en el trígono retromolar
sa oral, sobre las líneas de oclusión y los bordes edéntu- (19%), la mucosa gingival mandibular y la cresta man-
los, la cual se ha relacionado con el consumo prolongado dibular (12.5%), en la pared ventral y lateral de la len-
de tabaco y los traumatismo crónicos, que condicionan gua (12.5%) y en el paladar (12.5%).
la aparición de una zona de hiperqueratosis como res- El intento de la gradificación histológica de displasia
puesta a ellos, o bien es secundaria al abuso de alcohol es para alertar al clínico sobre el riesgo de desarrollo de
o infecciones por C. albicans, así como a factores nutri- un carcinoma. En la cavidad oral las muestras de biopsia
cionales o anemia. Se considera una lesión precursora que sólo muestran carcinoma in situ tienen la misma
del carcinoma bucal, estimado en 4 a 5% de los casos. distribución edad--sexo, como con los carcinomas inva-
sores; de ahí la presunción de que si se encuentran datos
de displasia moderada o severa secuenciales el riesgo se
Aspectos clínicos incrementará. La relación del incremento de grados de
displasia escamosa oral a la progresión de un carcinoma
Es un padecimiento que afecta a la población mundial invasor no es, sin embargo, del todo definida. De hecho,
en la edad adulta; la mayoría de los casos se presentan algunos cánceres invasivos no se desarrollaron de un
Cavidad oral y laringe 43

carcinoma in situ, sino de un cáncer que aparentemente Cuadro 4--1. Características histológicas
involucionaba en lo que se apreciaba como una superfi- de la displasia escamosa (OMS)
cie epitelial aparentemente normal o mínimamente atí-
Pérdida de la polaridad de las células basales
pica. Presencia de más de una capa de células que tienen
La graduación de las displasias acostumbra ser seme- apariencia basaloide
jante a los parámetros utilizados para cérvix uterino. Incremento del índice núcleo--citoplasma
Desde luego, las displasias severas de la mucosa del Procesos en forma de gota
tracto aerodigestivo superior son difíciles; Shaffer ha Estratificación epitelial irregular
Incremento del número de las figuras mitósicas (se pue-
sugerido que la presencia de células queratinizadas ais-
den observar algunas anormales)
ladas o la formación de perlas de queratina en el carci- Presencia de figuras mitósicas en la mitad superficial del
noma oral in situ son frecuentemente un sello de tran- epitelio
sición hacia un carcinoma invasor. Pleomorfismo celular
Este hallazgo garantiza la realización cuidadosa de Pleomorfismo nuclear
examen para detectar invasión. Evidencias de estudios Alargamiento de nucleolos
Reducción de la cohesión celular
realizados a la mucosa glótica laríngea indican que dis- Queratinización de células aisladas o grupos de células
plasias con queratinización severa exhiben un alto ries-
go, o inclusive mayor riesgo de progresión a carcinoma
invasivo, que la presencia de un carcinoma in situ clási-
co en este sitio. Se han descrito un número de variantes del carcino-
Si el diagnóstico de displasia severa causa problemas ma oral de células escamosas y su relevancia es que se
al anatomopatólogo, el carcinoma in situ y el carcinoma piensa que tienen un pronóstico diferente.
microinvasor causan mayores problemas, por lo que Algunos tumores están compuestos completamente
para la evaluación de estas entidades es necesario mues- de un tipo de variante, pero en varias instancias las lesio-
trear exhaustivamente el material recibido y utilizar la nes muestran un patrón mixto de un carcinoma de célu-
evaluación con las parámetros utilizados por Breslow las escamosas convencional con otros patrones.
(cuadro 4--1). En estos casos es mejor reportar los patrones mixtos
y aconsejar que el comportamiento tumoral sea deter-
minado por la variante histológica más agresiva que esté
presente.
CARCINOMA EPIDERMOIDE

CARCINOMA DE
Generalidades CÉLULAS FUSIFORMES

El carcinoma epidermoide abarca 90% de las lesiones


malignas intraorales. Las estadísticas de cáncer de la
Sociedad Americana de Cáncer reportaron en 2002 un El carcinoma de células fusiformes es una neoplasia de
estimado de aproximadamente 28 900 nuevos casos células fusiformes pleomórficas que se encuentra más
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

anuales de cáncer de cavidad oral y orofaringe, con alre- frecuentemente en cabeza y cuello.
dedor de 7 400 muertes subsecuentes. Histológicamente los tumores de este tipo exhiben
Los tumores se originan en el labio superior y en múl- una apariencia muy mesenquimatosa y una citología bi-
tiples sitios intraorales. zarra. La demostración histoquímica de citoqueratina
La mayoría de la literatura afirma que el sitio intrao- en las células tumorales apoya fuertemente el diagnós-
ral más frecuente es el margen lateral de la lengua, pero tico.
estudios más específicos de neoplasias asintomáticas En la mayoría de los casos es probablemente una op-
indican que el piso de la boca, especialmente la región ción insistir en encontrar áreas de un carcinoma esca-
anterior, es el sitio más frecuente de localización de tu- moso convencional o una displasia epitelial severa, ge-
mores presumiblemente “tempranos”. El segundo sitio neralmente en el punto de crecimiento del tumor, antes
más frecuente es el complejo del paladar blando, que de realizar el diagnóstico de carcinoma de células fusi-
consiste en el paladar blando, los pilares anteriores o formes, aunque una ulceración mucosa puede enmasca-
fauces y el área retromolar. rar el diagnóstico.
44 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

CARCINOMA ADENOIDEO LINFOMA DE BURKITT


(ACANTOLÍTICO) DE CÉLULAS
ESCAMOSAS Y CARCINOMA
ADENOESCAMOSO
Generalidades

Linfoma maligno, descrito en 1958 por Burkitt, que se


El término describe casos en los que la pérdida de la presentó en forma endémica en niños de África Central
adhesión intercelular en el centro de islotes tumores ase- y posteriormente fue encontrado en diversos países en
meja una diferenciación glandular. Estos tumores son forma esporádica. Inicialmente, por la región donde se
de mal pronóstico. En estas lesiones se involucran los descubrió, se consideró relacionada con enfermedad vi-
conductos de las glándulas salivales, frecuentemente ral transmitida por mosquitos, lo cual fue confirmado en
con un tumor originado en la superficie mucosa. 1964, identificando por microscopia electrónica al virus
de Epstein--Barr, y posteriormente determinándose los
anticuerpos antiVEB positivo; se considera desde en-
CARCINOMA BASALOIDE tonces como un linfoma no Hodgkin.
ESCAMOSO
Aspectos clínicos

Esta variante poco común del carcinoma de células es- Se presenta en la mayoría de los casos en niños entre los
camosas usualmente ocurre en combinación con áreas 12 y los 14 años de edad e inicia con la presencia de una
de carcinoma escamoso convencional. Las áreas basa- masa tumoral en los maxilares, de crecimiento rápido,
loides muestran nidos demarcados de células con célu- que destruye el tejido óseo, se extiende rápidamente a
las periféricas empalizadas con morfología basal y nu- senos maxilares, al etmoides, al esfenoides y la órbita,
merosas mitosis. Es común la comedonecrosis. Estas afectando además los órganos viscerales de esta región.
lesiones son típicamente agresivas con metástasis nodu- La forma no endémica se presenta en varones de mayor
lar temprana. Suelen estar localizadas en la parte poste- edad que la forma endémica. En estos casos afecta al te-
rior o la base de la lengua, y se deben distinguir de otras jido linfoide ganglionar. Los anticuerpos para el antíge-
lesiones basaloides, como el carcinoma adenoideo quís- no del VEB son positivos en todos los casos y ayudan
tico o el carcinoma de los conductos salivales. a establecer el diagnóstico.

CARCINOMA VERRUCOSO Anatomía patológica

Está constituido por células redondeadas que crecen


con un patrón difuso, dando un aspecto de “cielo estre-
Lesión exofítica masivamente acantósica que muestra llado” compuesto por macrófagos dispersos en el inte-
mínimas atipias celulares que en centros histológicos rior del tumor con patrón casi patognomónico; por lo
estrictos no se diagnosticaría como carcinoma. Tiene un tanto, se caracteriza por un infiltrado monótono de célu-
mejor pronóstico que los carcinomas de células esca- las de mediano tamaño con núcleo redondeado, croma-
mosas convencionales. tina gruesa, de dos a cinco nucleolos basofílicos y un
borde apreciable dado por un citoplasma basófilo.
Usualmente las células y los núcleos muestran peque-
CARCINOMA PAPILAR DE ñas variaciones en el tamaño. Otra característica distin-
CÉLULAS ESCAMOSAS tiva es que tanto la membrana nuclear como la celular
de las células individuales del linfoma frecuentemente
muestran un amoldamiento y desacodadura (pérdida de
su cuadratura: forma). En algunos casos el núcleo puede
Aplicado a la cavidad oral, este término ha sido frecuen- mostrar pequeñas protrusiones nucleares. El citoplasma
temente utilizado para un tumor de células escamosas puede estar impresionantemente plasmacitoide, y algu-
convencional con una superficie papilar exofítica. nas veces se observan fragmentos citoplasmáticos baso-
Cavidad oral y laringe 45

fílicos desprendidos en los espacios intersticiales. Inmunohistoquímicamente se distingue por:


Excepcionalmente puede haber inclusiones Ig citoplas-
máticas. En tinción de Giemsa con toque de preparación 1. Ser positivo a marcadores Pan CD19, CD20,
de pequeñas vacuolas de lípidos se pueden identificar CD22 e Ig de superficie (usualmente de tipo IgM).
con frecuencia en el citoplasma intensamente basofílico, 2. Los marcadores de células foliculares centrales
característica que puede ser también apreciada en seccio- CD10 y bcl--6 son casi siempre positivos; CD5,
nes de cortes histológicos finos. Frecuentemente se ob- bcl--2 y TdT son negativos.
serva desbridación kariorréctica y figuras mitósicas. La fracción proliferativa (índice Ki--67) es ge-
En algunos casos el diagnóstico es difícil por la pre- neralmente muy alta (aproximadamente de
sencia de una extensa necrosis o una reacción granulo- 100%).
matosa epitelioide, teniendo gran valor la positividad de 3. Expresión de CD21 (C3d/EVB) variable, pero es
la reacción para Epstein--Barr. común la coexpresión de CD43. Los tumores po-
sitivos a EVB no expresan EBV LMP--1, indica-
dores de latencia a virus de Epstein--Barr tipo 1.
LINFOMA DE BURKITT ATÍPICO Y
PROBLEMAS EN EL DIAGNÓSTICO
TUMORES DE LAS
GLÁNDULAS SALIVALES
El linfoma de Burkitt atípico es considerado una varian-
te caracterizada por gran variación en el tamaño y la for-
ma de los núcleos, nucleolos más prominentes (algunas Los tumores de glándulas salivales constituyen alrede-
veces solitarios y centrales) y un patrón en “cielo estrel- dor de 5% de las neoplasias de cabeza y cuello; el pro-
lado” menos consistente. De acuerdo con la clasifica- medio de edad de los pacientes con neoplasias malignas
ción de la OMS, este término está reservado para casos es aproximadamente 55 años, y 40 años para los tumo-
con una fracción de crecimiento cerca de 100%, así res benignos.
como también la prueba o fuerte evidencia presuntiva Pueden ser malignos 25% de los tumores parotídeos
de una translocación de MYC; sin embargo, no se tiene y 50% de los tumores de las glándulas submandibulares.
bien elaborado lo que constituye una “evidencia presun- Los tumores de las glándulas salivales menores son
tiva”. raros y constituyen de 2 a 3% de los tumores malignos de
El término “linfoma similar a linfoma de Burkitt” se la vía aérea y digestiva superior; son poco comunes por
ha sugerido tradicionalmente para casos que muestran debajo de los 20 años y raros en menores de 10 años de
algunas, pero no todas las características típicas de un edad; su localización más frecuente es en el paladar duro,
Burkitt. Esta categoría muestra una baja reproductivi- la cavidad nasal y los senos paranasales.
dad en cuanto al diagnóstico. El linfoma similar a Bur- Cuanto más pequeña sea una glándula salival, es más
kitt es una categoría subjetiva que comprende un linfo- probable que una tumoración en ella será maligna.
ma de Burkitt genuino (incluyendo el atípico), el Hay una gama extensa de tumores benignos y malig-
linfoma folicular con transformación blástica y el linfo- nos de glándulas salivales; según la Organización Mun-
ma difuso de células beta gigantes, con una gran frac- dial de la Salud, existen cinco diferentes tipos de lesio-
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ción de proliferación. Una proporción de casos mues- nes benignas y seis variedades de neoplasias malignas,
tran reacomodo en el BCL--2. las cuales se encuentran especificadas en el cuadro 4--2.

Cuadro 4--2. Principales tumores de las glándulas salivales


Tumores benignos Tumores malignos
Tumor mixto benigno (adenoma pleomorfo) Tumor mixto maligno
Tumor de Warthin (cistadenoma papilar linfomatoso) Carcinoma adenoideo quístico
Tumor linfoepitelial benigno Adenocarcinoma
Oncocitoma Carcinoma mucoepidermoide
Adenoma monomórfico Carcinoma de células acinosas
Carcinoma epidermoide
46 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

TUMORES BENIGNOS adenoma de células basales y el adenoma oxifílico (on-


cocitoma).
Otras formas son el linfadenoma sebáceo y el adeno-
ma sebáceo. Estas lesiones pueden presentarse en la
Tumor mixto benigno parótida; deben distinguirse del cáncer de células basales
de la piel con linfonodos metastásicos en parótida.
Conocido también como adenoma pleomórfico, apare-
ce entre los 20 y los 40 años de edad; es de crecimiento
lento y tiene una seudocápsula que puede ser atravesada TUMORES MALIGNOS
por prolongaciones del tumor, de ahí que su resección
por enucleación o con márgenes estrechos puede signi-
ficar una recidiva.
Carcinoma mucoepidermoide

Es el tumor más frecuente de las glándulas salivales ma-


Tumor de Warthin
yores. Puede ser confundido en la histología con tinción
de H--E con un carcinoma escamoso o epidermoide.
El cistadenoma papilar linfomatoso, tumor benigno ori- Tiene un amplio espectro de agresividad.
ginado de elementos linfáticos, tiene cápsula completa La posibilidad de dar metástasis y provocar la muerte
y se encuentra en pacientes mayores de 60 años de edad; depende del grado de malignidad. El cáncer mucoepid-
puede ser bilateral en 10% de los casos y en ocasiones ermoide de bajo grado de malignidad crece fundamen-
múltiple. talmente en forma local y lenta.
La resección local puede ser curativa. En la medida
en que el grado de malignidad aumenta son más fre-
Lesión benigna linfoepitelial cuentes las metástasis ganglionares regionales y la inva-
sión de vasos y nervios.
Se le ha llamado también tumor de Godwin; constituye Por estas características, debe considerarse cirugía
alrededor de 5% de las lesiones benignas. Puede ser bi- agresiva con disección ganglionar cervical y radiotera-
lateral y es más común en la mujer. Tiene una alta fre- pia posoperatoria.
cuencia de recidiva postratamiento. Su descripción pri-
maria estuvo asociada con síndromes de Sjögren y de
Mikulicz. Parece haber un aumento en su incidencia en Carcinoma de células acinosas
pacientes con infección por el virus de la inmunodefi-
ciencia adquirida (HIV). Numerosas comunicaciones Su frecuencia alcanza 10% de los cánceres de glándulas
de tumores en la parótida incluyen linfoma no Hodgkin, salivales; se asienta predominantemente en la parótida,
sarcoma de Kaposi y carcinoma adenoide quístico; al- es un tumor de bajo grado de malignidad y rara vez inva-
gunos de ellos pueden tener su origen en lesiones benig- de el nervio facial; las metástasis a distancia son tardías
nas linfoepiteliales. y de mal pronóstico.
Por su crecimiento lento la sobrevida es buena reali-
zando cirugía radical.
Oncocitoma
Adenocarcinoma
Es un tumor benigno de crecimiento lento que se en-
cuentra en grupos de edad avanzada; es encapsulado y Constituye aproximadamente 16% de los tumores ma-
con aspecto oscuro similar al melanoma. lignos de la glándula parótida y 9% de los de la glándula
submandibular. Es más frecuente en glándulas salivales
menores de la nariz y los senos paranasales. Los tumo-
Adenoma monomórfico res de alto grado de malignidad tienen mal pronóstico
y la falla del tratamiento se traduce habitualmente en me-
Incluye un grupo de lesiones benignas que pueden tener tástasis a distancia. El tratamiento locorregional debe
una variedad de presentación;los más comunes son el ser agresivo.
Cavidad oral y laringe 47

Tumor mixto maligno Aspectos clínicos

Representa 14% del cáncer de la glándula parótida y Predomina en pacientes de género masculino mayores
12% del de la glándula submandibular. El diagnóstico de los 60 años de edad; la lesión se describe como una
histológico es difícil por lo similar a su variedad benig- protuberancia superficial en el sitio de la glándula pa-
na. En una baja proporción los tumores mixtos malignos rótida que alcanza hasta 3 a 4 cm de diámetro; es firme
se originan de un carcinoma exadenoma pleomorfo, a la palpación e indolora, y es indistinguible de otro tipo
pero esto es un punto de controversia no aclarado. El de lesiones benignas de la glándula.
crecimiento acelerado de un tumor estable no es patog-
nomónico de malignización, pero debe ser tomado en
cuenta como probable y orientar a su tratamiento. La
historia natural del tumor mixto maligno es su creci-
Anatomía patológica
miento implacable; en más de 25% de los casos se pre-
sentan metástasis ganglionares regionales. Macroscópicamente el tumor típico es muy bien delimi-
tado y tiene en promedio 2 cm en su diámetro mayor. La
superficie al corte es frecuentemente quística, con con-
Carcinoma adenoideo quístico tenido mucoso o proteináceo en el lumen. Por su aspec-
to quístico y la ocasional presencia de material amorfo
Constituye casi 25% de los cánceres de glándulas sali- friable en las regiones centrales o quísticas es factible
vales. En la parótida se presentan entre 10 y 15%; este que se tenga que hacer diagnóstico diferencial con un
cáncer es proporcionalmente más frecuente en las glán- quiste branquial hendido o una linfadenitis caseosa tu-
dulas salivales menores. berculosa.
Puede tener una evolución prolongada de 10 a 20 Ya que algunas de las lesiones son frecuentemente
años sin metástasis y cuando se presentan, con mayor fre- pequeñas e inobservables, estos pequeños tumores re-
cuencia pulmonares, la muerte ocurre en un tiempo relati- presentan un hallazgo histológico incidental a la resec-
vamente corto. ción de la parótida por razones no relacionadas.
Este carcinoma tiene la capacidad de invadir el tejido Histológicamente el tumor de Warthin está caracteri-
nervioso, comprometiendo el control local y la sobrevi- zado por un componente oncocítico epitelial y un estroma
da. El tratamiento consiste en cirugía amplia seguida de linfoide con folículos bien desarrollados. Los elemen-
radioterapia. tos epiteliales frecuentemente forman proyecciones pa-
pilares hacia la luz quística. Los espacios quísticos pue-
den contener células epiteliales discontinuas, células
inflamatorias, estructuras cristalinas o amilácea corpó-
CISTOADENOMA PAPILAR rea. Es posible observar metaplasia escamosa o diferen-
LINFOMATOSO (TUMOR DE WARTHIN) ciación apocrina del epitelio luminal. La metaplasia es-
camosa puede volverse muy exuberante, por lo cual se
debe pensar en la posibilidad de un carcinoma epider-
moide o mucoepidermoide como diagnóstico diferen-
Generalidades cial. El estroma linfoide se parece cercanamente a un
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nódulo linfático normal y está compuesto por células B


Representa 15% de los tumores epiteliales de las glán- o T, ocasionalmente con centros germinales. La carac-
dulas salivales. Es un tumor casi exclusivo de la glándu- terización inmunohistoquímica de las inmunoglobuli-
la parótida y sólo de manera muy ocasional se ha visto nas revela que aproximadamente 50% de los linfocitos
un ejemplo en la glándula salivar submandibular. Di- B contienen inmunoglobulina G (IgG) y 33% IgA. El
versos estudios sugieren una fuerte asociación entre el estroma linfoide puede servir como sitio metastásico
tumor de Warthin y el hábito de fumar. para células de algún carcinoma o melanoma, o bien
Este tumor afecta más comúnmente al hombre entre puede dar origen a un linfoma maligno. Aunque rara-
la sexta y la séptima décadas de la vida, pero la inciden- mente, los carcinomas pueden desarrollarse en el epite-
cia en mujeres va en aumento, probablemente debido al lio o en un tumor de Warthin.
incremento en ellas del hábito de fumar. Se observa una Dentro de este suceso se han reportado adenocarci-
afectación bilateral o multifocal en menos de 10% de los nomas, carcinomas epidermoides y carcinomas indife-
pacientes. renciados.
48 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

ADENOMA PLEOMÓRFICO matoso pueden ser imprescindibles. Ocasionalmente se


O TUMOR MIXTO BENIGNO observan estructuras tubulares con una línea epitelial de
doble capa. La capa externa se considera como células
aparentemente neoplásicas o células mioepiteliales nor-
males, que son positivas para marcadores musculares o
Generalidades vimentina, pero raramente para queratina. Este patrón
no aplica para las células internas tubulares, en las que
resulta a la inversa. Las células hialinas y las células fu-
Hasta 75% se originan en la glándula parótida; del resto, siformes muestran una reacción negativa para miosina,
5 a 10% en la glándula submandibular y 10% en las pero ambas coexpresan para vimentina y queratina. Los
glándulas salivales menores; en las glándulas salivales estudios de inmunohistoquímica proveen resultados
menores de 60 a 65% se localizan en paladar, 15% en conflictivos para la tinción con citoqueratina del compo-
pómulo y 10% en el piso de la boca. nente mioepitelial de los adenomas pleomórficos, lo cual
puede ser explicado en parte por la diferencia en el peso
molecular de las queratinas empleadas en este estudio.
Anatomía patológica Las células mioepiteliales pueden tener un papel más im-
portante en la histogénesis del adenoma pleomórfico.
Se compone de nódulos conectados por una red delicada La proliferación de ambos epitelios, ductal y mioepi-
de tejido conectivo fibroso. Es prácticamente inexisten- telial, puede producir celularidad extrema que evoca la
te la presencia de un verdadero tumor multicéntrico, ex- impresión de un tumor maligno (tumor mixto maligno).
cepto cuando el tumor recurre después de haber realiza- Se puede presentar también metaplasia escamosa con
do una cirugía incompleta. Esta recurrencia multifocal uniones de células epidermoides en racimo, pudiendo
es debida a un procedimiento de descascaramiento, o clasificarse la lesión como un carcinoma mucoepider-
shell--out, que deja un proceso transcapsular parecido a moide. Los estudios citogenéticos y moleculares en es-
seudópodos del tumor en la glándula salival adyacente. tos tumores han mostrado repetitivamente anormalida-
El índice de recurrencia es bajo (2% o menor) y está rela- des cromosómicas que involucran el brazo largo de los
cionado con la suficiencia de la resección quirúrgica ini- cromosomas 8 y 12. Translocaciones en estas regiones
cial. Pueden aparecer nódulos en el tejido glandular nor- probablemente promueven el desarrollo del tumor o
mal remanente después de una escisión incompleta de un progresión hacia la activación de protooncogenes. La
adenoma pleomórfico. El clínico no debe confundir este pérdida de la heterocigosidad ha sido tomada en cuenta
hallazgo con evidencia de un patrón de crecimiento inva- como un evento temprano en el desarrollo del adenoma
sivo visto en los tumores malignos. pleomórfico.
Microscópicamente está compuesto por elementos A pesar de ser un tumor histológicamente benigno,
epiteliales diferenciados y mayor o menor cantidad de puede producir metástasis; en realidad lo que ocurre es
estroma. Las estructuras epiteliales pueden mostrar ca- que recidivan con mucha facilidad y pueden terminar en
racterísticas trabeculares, tubulares o quísticas. La pro- una lesión maligna, en cuyo caso se suele conocer como
liferación ductal incluye tanto componentes epiteliales carcinoma secundario a un adenoma pleomórfico o tu-
como mioepiteliales. En estos tumores los componentes mor mixto maligno.
epitelial y estromal están tan delicadamente entrelaza-
dos que su separación no es posible.
El estroma es tanto mixoide como mucoide, con con- ADENOMA Y ADENOCARCINOMA
tenido de una cantidad considerable de mucopolisacári- DE CÉLULAS BASALES
dos. Pueden apreciarse focalmente elementos estromales
condroides y osteoides. En raras instancias el compo-
nente epitelial domina la imagen histológica, con un pe-
queño número de elementos estromales apenas distin- Generalidades
guibles. Los adenomas pleomórficos muestran una gran
variedad de tipos celulares que incluyen las células tu- Constituyen de 1 a 2% de los adenomas de las glándulas
bulares internas y externas, células escamosas, células salivales y 70% se presentan en la glándula parótida; el
mixocondroides que pueden estar asociadas con forma- resto involucran las glándulas salivales menores, espe-
ciones lacunares, células hialinas y células fusiformes. cialmente las del labio superior. La mayoría de los pa-
Los límites entre el componente epitelial y el mesenqui- cientes son ancianos.
Cavidad oral y laringe 49

Características clínicas CARCINOMA ADENOIDEO QUÍSTICO

Se presentan con mayor frecuencia entre los 50 y los 60


años de edad y predominan en el género masculino. Ge-
neralmente son indoloros y de crecimiento lento; su Generalidades
diagnóstico se puede hacer por palpación de la glándula
afectada, advirtiéndose tumores desde 1 a 1.5 cm; en El carcinoma adenoideo quístico corresponde aproxi-
ocasiones son multifocales y multinodulares. madamente a 10% de todos los tumores de glándulas sa-
livales. Es el tumor maligno más común de las glándu-
las submandibulares y salivales menores. La edad de los
pacientes oscila entre los 20 y los 84 años, con una me-
Anatomía patológica dia de 52 años. La edad media es de 43 años cuando el
tumor es de la glándula parótida y de 53 cuando el carci-
Histológicamente están compuestos de células basales noma se origina en las glándulas submandibulares o en
formando estructuras sólidas, trabeculares o tubulares. las salivales menores.
El tipo histológico más común es la variante trabecular,
la cual se encuentra aproximadamente en 60% de los ca-
sos. El tipo tubular se aprecia en 30% de las lesiones. Aspectos clínicos
Las células tumorales están claramente separadas del
estroma no mucoide por una membrana basal muy bien Las glándulas salivales son las más frecuentemente
definida. Son características las células periféricas en afectadas, sobre todo la parótida. Suele manifestarse
empalizada. El estroma puede ser muy vascular, y tam- con dolor local temprano en el sitio de la glándula afec-
bién puede contener un entramado elástico prominente. tada; puede existir compresión al facial con desviación
En algunos ejemplos el adenoma de células basales ex- de la comisura bucal y se encuentra adherido a las es-
hibe un tipo de membrana basal hialina bien desarrolla- tructuras vecinas por extensión tumoral. En caso de in-
da que cercanamente recuerda a un apéndice cutáneo o vadir la mucosa oral puede apreciarse ulceración de la
a un tumor análogo de la dermis. Ocasionalmente un misma.
adenoma de células basales del tipo apéndice cutáneo Frecuentemente se presentan dolor severo y disemi-
puede coexistir con un tumor de anexo cutáneo. Inmu- nación hacia las raíces nerviosas. El gran nervio auricu-
nohistoquímicamente las células tumorales son reacti- lar y el facial son los puntos preferentes de invasión de
vas para el antígeno carcinoembrionario (CEA), para el los tumores de la glándula parótida. La parálisis del ner-
antígeno de membrana epitelial (EMA) y citoqueratina, vio facial puede ser manifestada como el primer síntoma,
y focalmente para la proteína S100. Al examen mediante apareciendo antes de que la lesión siquiera fuera obvia.
el microscopio electrónico las capas de membrana basal El curso clínico usual de la enfermedad es frecuente-
envuelven las células tumorales basales individuales. mente largo, con una recurrencia local tardía posterior
Se presentan interdigitaciones intracitoplasmáticas y a una intervención quirúrgica.
anclaje de las uniones desmosómicas membranales. En esta recurrencia posterior el tumor se vuelve más
Frecuentemente se observa una formación luminal de virulento y agresivo. Son inusuales las metástasis a nó-
microvellosidades. dulos linfáticos; sin embargo, la diseminación hemató-
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El adenocarcinoma de células basales ocurre prefe- gena tumoral a pulmón es muy característica. Las metás-
rentemente en la glándula parótida de individuos ancia- tasis pulmonares, aunque sean claramente identificables
nos (edad media de 60 años). Raramente ocurre en las en radiografías de tórax de rutina, puede mantenerse es-
glándulas salivales menores. La característica más im- tables por años. Se puede decir que el paciente casi vive
portante para la realización del diagnóstico diferencial en simbiosis con el nódulo pulmonar metastásico sin nin-
entre un adenocarcinoma y un adenoma de células basales guna sintomatología.
es el patrón de crecimiento infiltrativo en el adenocarci-
noma. Datos como invasión hacia la glándula salival ad-
yacente u otras estructuras, permeación perineural y cre- Anatomía patológica
cimiento intravascular evidencian la malignidad del tumor.
La inmunohistoquímica y la microscopia electrónica Se distinguen patrón cribiforme, patrón tubular y patrón
no colaboran para la distinción entre un adenoma y un sólido. El cribiforme o clásico muestra nidos o cúmulos
adenocarcinoma de células basales. de células epiteliales formando pequeñas configuracio-
50 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

nes espaciales cilíndricas. El lumen contiene secrecio- CARCINOMA DEL CONDUCTO


nes mucopolisacáridas PAS positivas. Conforme pasa el SALIVAL Y CARCINOMA PAPILAR
tiempo se puede demostrar en la luz la presencia de sus-
tancias mucohialinas o hialinas. Este tipo de carcinoma
representa aproximadamente 50% de todos los carcino-
Generalidades
mas adenoideos quísticos. El subtipo tubular está carac-
terizado por estructuras similares a cordones epiteliales Es un adenocarcinoma agresivo que semeja un adeno-
acompañados por un estroma hialino. Aproximada- carcinoma ductal de mama de alto grado; representa 9%
mente de 20 a 30% presentan este patrón. En algunos de los tumores malignos de glándulas salivales; surge en
casos, células epiteliales cuboidales estratificadas deli- exadenomas pleomorfos; la mayoría de las veces afecta
nean el lumen de las estructuras tubulares. Ocasional- las glándulas mayores (particularmente la parótida, en
mente se pueden apreciar regiones cribiformes limita- 96%); un tercio de los casos recurren localmente. Se
das. La variante sólida o basaloide es la que se encuentra produce metástasis a ganglios linfáticos regionales en
con menor frecuencia; exhibe escasas células tumorales cerca de 60% de los casos y diseminación a distancia en
sólidas cuboidales con citoplasma basófilo y núcleo te- 50% de ellos.
ñido oscuro que muestra un patrón de cromatina granu-
lar. El patrón de crecimiento sólido está esparcido con
características de crecimiento cribiforme más tradicio-
Anatomía patológica
nales. Este patrón de crecimiento está presente en apro- Al corte los tumores consisten en una superficie sólida,
ximadamente 20% de los carcinomas adenoideos quís- de color blanco--gris o dorada; presentan formaciones
ticos. quísticas, focos de necrosis o hemorragia e invasión a
Algunos estudios clinicopatológicos enfatizan la co- tejidos adyacentes.
rrelación entre el patrón histológico y el pronóstico clí- Microscópicamente este tumor semeja al adenocar-
nico subsecuente en ambos casos, recurrencia local y cinoma ductal de mama; presenta grandes conductos
metástasis a distancia. con patrón cribiforme (puentes romanos) y comedone-
En dos estudios con mayor número de casos no se crosis; puede exhibir áreas sólidas y papilares, focos de
pudo reproducir estas afirmaciones pronósticas. Se en- diferenciación escamosa, fibrosis del estroma, infiltra-
contró que factores pronósticos, estadísticamente, in- do inflamatorio, extensa invasión vascular y neural, así
cluyen el tamaño y el sitio del tumor primario y la pres- como células pleomórficas con citoplasma granular on-
encia de metástasis. Por lo tanto, el estadio clínico fue cocítico y núcleos grandes hipercromáticos con nucleo-
la guía más confiable. Se encontró una actividad prolife- lo aparente y evidencia de mitosis.
rativa cuantificada por M1B1 (antígeno Ki--67) más alta Puede presentar un patrón bifásico (células fusifor-
en estos casos en donde el tratamiento ha fallado y puede mes con estroma sarcomatoide), una variante rica en
dar una información adicional en el diagnóstico a corto mucina y otra con componente micropapilar, y disemi-
plazo. nación angiolinfática y neural.
La oncoproteína p53 puede ser indicio de un pronósti- Inmunohistoquímicamente estos tumores son positi-
co adverso en el carcinoma adenoideo quístico. vos a citoqueratinas, al antígeno carcinoembrionario
En un estudio limitado se detectó p53 más frecuente- (ACE), antígeno de membrana epitelial, con positivi-
mente en tumores recurrentes que en los primarios, lo dad para el receptor nuclear de andrógenos y negativo
cual puede ser un reflejo de que puede estar involucrado a receptores de estrógeno y progesterona. Es variable la
en las últimas etapas de la progresión tumoral. Se de- positividad del antígeno prostático específico y la fosfa-
mostró la expresión de C--kit en la mayoría de los carci- tasa ácida prostática; se asocia con una sobreexpresión
nomas adenoideos quísticos, pero no fue detectado en la de la proteína HER--2/neu en la membrana.
glándula salival normal o no neoplásica. Esto sugiere una
posible participación del C--kit en el desarrollo de un car-
cinoma adenoideo quístico. Muchos estudios de inmu- CISTOADENOCARCINOMA
nohistoquímica y microscopia electrónica han identifi-
cado numerosos tipos de células que componen las
lesiones, como células ductales intercaladas, células Generalidades
mioepiteliales y células glandulares secretorias, pero
muchas de las células tumorales son inmunofenotípica- Tumor epitelial maligno de las glándulas salivales carac-
mente indiferenciadas. terizado por un patrón de crecimiento quístico y papilar
Cavidad oral y laringe 51

que carece de otras características histomorfológicas de- se aprecia engrosada. La línea quística de células epite-
finidas de algún otro tipo de tumor maligno de esta re- liales puede formar una capa única o puede constituirse
gión; se localiza con mayor frecuencia en la parótida y es de un grueso de diversas capas.
menos frecuente en la glándula sublingual y las glándu- El tipo celular frecuentemente está constituido por
las salivales menores, incluyendo la mucosa bucal, el pa- pequeñas células cuboidales, menos frecuentemente
ladar, los labios, el piso de la boca y la lengua. por células cuboidales grandes o columnares altas. Se
pueden identificar otros tipos celulares (mucosas, onco-
cíticas, claras y epidermoides).
Sinónimos La mayoría de los tumores son de bajo grado, carac-
terizados por uniformidad citomorfológica con pleo-
Cistoadenocarcinomapilar, cistoadenoma papilar malig- morfismo mínimo, aunque puede apreciarse un pleo-
no, adenocarcinoma papilar de bajo grado del paladar. morfismo moderado. Se pueden identificar nucleolos
prominentes; la actividad mitósica es pobre o nula y
usualmente no se presenta necrosis.
Citomorfológicamente se pueden presentar caracte-
Aspectos clínicos
rísticas nucleares de alto grado.
El patrón de crecimiento es prerrequisito para el
Es un tumor raro, sin predilección por algún género; diagnóstico; invasión limitada en cuanto a extensión.
ocurre a cualquier rango de edad, pero la mayoría de los Se puede presentar un infiltrado celular inflamatorio
pacientes están por arriba de los 60 años de edad. Se pre- linfocítico y ocasionalmente suele ser denso. La ruptura
senta como una masa asintomática de lento crecimiento quística puede resultar en hemorragia estromal, macró-
o hinchazón. fagos con hemosiderina y tejido de granulación.
Puede ocurrir erosión del hueso, particularmente re-
lacionada con tumores del paladar (palatinos). Rara-
mente es asociado con dolor y parálisis facial. Histoquímica

Las tinciones con mucina son usualmente negativas.


Anatomía patológica

Suele identificarse una masa quística o multiquística TUMORES PARAFARÍNGEOS


delineada o parcialmente circunscrita, con un tamaño
que oscila entre 0.4 y 6 cm en su mayor dimensión.
Microscópicamente suele apreciarse proliferación
quística o multiquística circunscrita pero no encapsula- Generalidades
da, con quistes separados por tejido fibroconectivo o
aproximadas una con la otra. El espacio parafaríngeo se localiza lateralmente a la fas-
Los quistes están acomodados al azar y varían en ta- cia faringobasilar y al músculo constrictor superior, ex-
maño y forma; la luz contiene material mucinoso, así tendiéndose desde la base del cráneo hasta el hueso hioi-
como también calcificaciones; este material también des. En este sitio suelen presentarse diversos tumores
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

puede estar presente por fuera de los quistes en el estro- benignos y malignos que son poco frecuentes, ya que
ma. Entre los quistes se pueden observar estructuras pa- ocupan sólo 0.5% de los tumores de la cabeza y el cuello.
recidas a conductos e islas sólidas, que pueden infiltrar La mayoría de ellos, 80%, corresponden a patología
hacia el parénquima glandular salival no neoplásico o al benigna, y el 20% restante suelen tener comportamiento
tejido conectivo circundante. maligno.
La proliferación epitelial varía en cuanto al creci- Entre las neoplasias benignas el adenoma pleomorfo
miento y al tipo celular; se presenta una arquitectura pa- ocupa el primer lugar con cerca de la mitad de los casos,
pilar en la mayoría de los casos, que oscila entre una seguido de los tumores neurógenos, entre los cuales se
proyección papilar simple solitaria hasta múltiples pa- encuentran el neurofibroma y el neurilemoma o
pilas, creando un complejo papilar de apariencia sólida schwannoma, seguidos del paraganglioma y el heman-
que suele llenar el volumen luminal. gioma.
Se puede observar crecimiento cribiforme, especial- Entre las neoplasias malignas se encuentran el carci-
mente en casos en los que la línea de células epiteliales noma y el sarcoma.
52 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Habitualmente son asintomáticos; el paciente suele Inmunohistoquímica


referir la aparición de una tumoración pequeña de creci-
miento lento, acudiendo en promedio a la consulta a los Presenta inmunorreactividad difusa e intensa para la
seis meses de su aparición; solamente en casos de malig- proteína S100 (con un patrón citoplasmático y nuclear).
nidad aparecen dolor y trismos o parálisis facial, lo cual Puede dar positivo para Leu--7 y la proteína glial fibri-
es debido a la compresión o invasión de los pares cranea- larmente acídica. Es negativo para citoqueratinas, acti-
les. La exploración física revela la existencia de la tumo- nas, desminas, CD34 y antígeno de membrana epitelial.
ración en la exploración bimanual, y es conveniente en Tiene un índice de proliferación bajo (par MIB--1 o
estos casos realizar una TAC de la región seguida de una Ki--67, con tinción de 1 a 5% de los núcleos de las célu-
biopsia por aspiración para establecer el diagnóstico. las tumorales y un bajo índice de proliferación en los
El tratamiento es la exéresis quirúrgica de la lesión, schwannomas celulares.
preservando hasta donde sea posible la inervación. Es
rara la recidiva en las neoplasias benignas y en las ma-
NEUROFIBROMA
lignas se recomienda radioterapia posoperatoria.

Generalidades
NEURILEMOMA (SCHWANNOMA)
Es una neoplasia da origen hereditario transmitida en
forma autosómica recesiva, caracterizada por la prolife-
ración benigna circunscrita o difusa de los fibroblastos
Generalidades perineurales orientados al azar sobre un fondo mixoide
o formando un patrón nodular (plexiforme). Clínica y
Suele localizarse en la región dorsal de la lengua o en los genéticamente se ha clasificado en tipos I y II. Genética-
nervios dentarios inferiores, o como lesiones centrales mente se ha podido identificar que el gen afectado es el
de la mandíbula, así como en la región parafaríngea. Es 22q12.1, el cual forma la proteína del citoesqueleto, que
un tumor benigno, usualmente encapsulado, compuesto al decodificarse actúa como un supresor tumoral, origi-
por células de Schwann diferenciadas, por lo que tiene nando la enfermedad.
un origen neuroectodérmico o de la cresta neural. Alrededor de 5% de las lesiones se localizan en la ca-
vidad oral, sobre todo la lengua, pero pueden también
encontrarse en la región parafaríngea. Pueden ser úni-
Anatomía patológica cos o múltiples; cuando son múltiples reciben el nombre
de enfermedad de von Recklinghausen.
Son lesiones encapsuladas, rodeadas de una cápsula
verdadera o una seudocápsula de tejido conjuntivo fi- Aspectos clínicos
broso; la célula básica es fusiforme y tiene el núcleo
alargado. El tipo I tiene una incidencia de 1 de cada 3 500 naci-
El contorno citoplásmico no se aprecia con claridad, mientos y una prevalencia en la población general de 1
ya que se funde con el tejido circundante. Existen dos por cada 5 000 habitantes, mientras que el tipo II tiene
patrones histológicos patognomónicos; el primero se una prevalencia de 1 por cada 40 000 nacimientos y de
conoce como Antoni A, y consiste en filas paralelas de 1 por cada 250 000 habitantes. Cuando se presenta en el
núcleos en empalizada separadas entre sí por una zona espacio parafaríngeo puede afectar la ventilación pul-
acelular ocupada por colágena. Estas configuraciones monar, causando síntomas de disnea, estridor, disfonía
forman remolinos organoides que se conocen como y en ocasiones disfagia por compresión del esófago. Es-
cuerpos de Verocay; el segundo patrón es el tejido de tos síntomas son de enfermedad avanzada y se requiere
Antoni B, caracterizado por núcleos ovalados rodeados la realización de laringoscopia y TAC de dicha región
de colágena y espacios extracelulares nítidamente va- para poder establecer su diagnóstico.
cuolados; los tumores de larga evolución suelen produ-
cir ganglios mixoides junto con hialinización perivas- Anatomía patológica
cular y pleomorfismo nuclear, datos de degeneración
pronunciada, y se les conoce como schwannomas anti- Existen diversos patrones histológicos de neurofibro-
guos. ma. Las células son fusiformes y recuerdan a los fibro-
Cavidad oral y laringe 53

blastos; las lesiones se caracterizan por células desorde- puede haber disfagia, que generalmente es intermitente
nadas que elaboran colágena escasa; las células no a sólidos, y si las lesiones son muy grandes pueden con-
muestran una orientación específica; algunos tumores dicionar pérdida de peso. Otros síntomas son epigastral-
destacan porque su sustancia fundamental es de aspecto gia, pirosis y vómitos. En la endoscopia los hallazgos es-
mixoide; en estos casos se les conoce como neurofibro- pecíficos de la papilomatosis son lesiones habónicas
mas mixoides. Cuando se componen de nódulos múlti- dispersas en el esófago, generalmente de pequeño tama-
ples de tejido fibroblástico rodeados de una seudocáp- ño (7 mm aproximadamente); pueden ser únicas o múlti-
sula se les conoce como neurofibromas de la vaina ples (4 o 5), sésiles, de color blanco nacarado. Aunque la
nerviosa. Cuando carecen de seudocápsula y son múlti- motilidad esofágica no se afecta, en esa zona puede coe-
ples son típicos de la variedad plexiforme; se acompaña xistir con inflamación de la mucosa esofágica adyacente.
esta variedad con manchas café con leche en la piel co-
rrespondientes a melanosis basal sin proliferación de
melanocitos. Anatomía patológica

Winkler y col. mencionan que rara vez ocurren en el


esófago; sin embargo, cuando se presentan son lesiones
PAPILOMA DE CUERDAS VOCALES pequeñas únicas o múltiples en las que por inmunohis-
toquímica generalmente fue detectada infección por
VPH, dato que ha sido corroborado por otros autores;
las lesiones más frecuentes de cuerdas vocales son le-
siones benignas compuestas por epitelio escamoso ma-
Generalidades duro bien delimitado a lo largo de pedúnculos intravas-
culares, ramificados con un patrón exofítico, endofítico
El virus del papiloma humano (VPH) es un DNA virus o espinoso; se identifica en 0.4% en estudios endoscópi-
que cuando afecta al esófago únicamente invade su capa cos en pacientes asintomáticos; sin embargo, lesiones
epitelial produciendo cambios inespecíficos, como au- más grandes localizadas en cuerdas vocales pueden pro-
mento del tamaño celular. Macroscópicamente esta in- vocar disfagia; algunos casos muestran aspecto condi-
fección ocasiona una neoformación fibrosa y sésil (pa- lomatoso con presencia de coilocitos, paraqueratosis,
piloma) formada por epitelio escamoso; aunque su hipergranulosis y células binucleadas, sugiriendo la
carácter es benigno, algunos autores la consideran como presencia de infección por VPH, donde se ha identifica-
una lesión premaligna y precursora del carcinoma epi- do en DNA del VPH tipos 6, 11, 16 y 18; cuando es ne-
dermoide del esófago. Los papilomas en esófago son gativo para estos tipos generalmente se asocia con irrita-
una entidad rara, sin predominio de género, que afecta ción crónica de la mucosa; es indispensable efectuar
a cualquier edad, pero su incidencia es mayor en la sexta diagnóstico diferencial con carcinoma verrucoso.
década de la vida. Se estima que entre 0.01 y 0.4% de
la población general puede tener papilomas esofágicos,
y estas neoformaciones representan menos de 2% de los CARCINOMA DE CUERDAS VOCALES
tumores benignos del esófago.
La forma de transmisión principal de este virus es
causada por prácticas sexuales de alto riesgo, como el
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

sexo oral; aunque es controvertido, algunos autores Generalidades


postulan que el esófago puede infectarse por otras vías,
como por ejemplo la ingesta de lesiones verrugosas de El cáncer de la laringe es el segundo más común en la
las manos. Existe asociación entre papilomas esofági- región de la cabeza y el cuello, después del cáncer de ti-
cos e inmunosupresión, así como también con enferme- roides. En México, en el año 2001, de acuerdo con el
dad por reflujo gastroesofágico. Registro Histopatológico de Neoplasias, se diagnosti-
caron 1 044 casos, de los cuales 904 fueron en hombres
y 140 en mujeres. Se asocia con tabaquismo, la inges-
tión excesiva de alcohol y el desarrollo de cánceres es-
Aspectos clínicos camocelulares del tracto aerodigestivo superior.
Los tumores laríngeos suelen agruparse de acuerdo a
Estas lesiones se localizan principalmente en el tercio la región anatómica en que se originan, ya que su com-
inferior del esófago, y el cuadro clínico es inespecífico; portamiento y su manejo son diferentes para cada uno.
54 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

S Supraglóticos: incluyen a los tumores localiza- frecuencia hueso e hígado. La diseminación a ganglios
dos en la epiglotis, las cuerdas vocales falsas, los mediastinales es considerada metástasis a distancia.
ventrículos, los pliegues ariepiglóticos y la arite- Las lesiones intermedias tienen un pronóstico inter-
noides. medio, dependiendo del sitio, del tamaño tumoral, del
S Glóticos: los localizados en las cuerdas vocales número de ganglios afectados y del estado general.
verdaderas y las comisuras anterior y posterior.
S Subglóticos: se encuentran 1 cm por debajo de las
cuerdas vocales verdaderas y se extienden hasta el Anatomía patológica
borde inferior del cartílago cricoides o el primer
anillo traqueal. De los tumores que afectan a la laringe el más frecuente
es el carcinoma.
En el área supraglótica se localizan de 25 a 50% de los
tumores que presentan metástasis de los ganglios linfáti- Carcinoma
cos. Las cuerdas vocales verdaderas están desprovistas
de ganglios linfáticos. Como resultado, el cáncer de cuer- Macroscópicamente los carcinomas pueden ser planos,
das vocales limitado a las cuerdas verdaderas rara vez se verrucosos, papilares, de aspecto queratinizado, ulcera-
presenta con complicación de ganglios linfáticos, aun- dos o no; se componen de células escamosas; se clasifi-
que la extensión arriba o abajo de las cuerdas vocales can en bien, moderada y pobremente diferenciados.
puede llevar a complicación de ganglios linfáticos. Los Para los grados de diferenciación debe tenerse en
cánceres subglóticos primarios, que son muy raros, dre- cuenta el pleomorfismo celular y la actividad mitósica;
nan a los ganglios pretraqueal, paratraqueales, yugular la mayoría de ellos son moderadamente diferenciados.
inferior y ocasionalmente a los ganglios mediastínicos. El carcinoma papilar generalmente tiene un creci-
miento macroscópico exofítico; se diferencia general-
mente del carcinoma verrucoso en base a la atipia celu-
lar; es el que suele asociarse con el virus del papiloma
Aspectos clínicos humano; por otro lado, es importante tener en cuenta la
persistencia del carcinoma de células escamosas después
de la radiación, en el que el diagnóstico macroscópico
Los cánceres supraglóticos se presentan típicamente
por biopsias pequeñas se torna difícil.
con irritación de garganta e ingestión dolorosa; se men-
Algunos carcinomas verrucosos coexisten con carci-
ciona dolor de oído, cambio en la calidad de la voz o
nomas de células escamosas convencionales (carcino-
ganglios agrandados en el cuello.
ma híbrido); la terapia con radiación puede hacer pro-
Los cánceres tempranos de las cuerdas vocales se de-
gresar a la lesión hacia una transformación anaplásica
tectan generalmente debido a la presencia de ronquera.
del tumor.
Para cuando se detectan los cánceres que surgen en el
área subglótica comúnmente complican las cuerdas vo-
cales; así, generalmente los síntomas se relacionan con Carcinoma de células pequeñas
la propagación contigua. (neuroendocrino)
El pronóstico para cánceres de la laringe que no se han
propagado a los ganglios linfáticos es muy bueno, con ta- Esta variedad ocurre en menos de 0.5% de los casos; el
sas de curación de 75 a 95%, dependiendo del sitio, la aspecto histológico es semejante al localizado en pul-
masa tumoral y el grado de infiltración. Aunque la mayo- món de células pequeñas pulmonares, y es importante
ría de las lesiones tempranas pueden ser curadas por ciru- en estos casos efectuar marcadores neuronales, neu-
gía o radioterapia, ésta puede ser razonable para preser- roendocrinos o bien examen ultraestructural que de-
var la voz, dejando la cirugía para rescate. muestre los gránulos secretores densos.
Las lesiones localmente avanzadas, especialmente
aquellas con ganglios linfáticos grandes clínicamente Carcinoma basaloide escamoso
complicados, se controlan precariamente con cirugía,
radioterapia o tratamiento de modalidad combinada. Esta variedad tiene un alto grado de malignidad; se ca-
Las metástasis distantes son también comunes aun racteriza por nidos de células pequeñas, compactas, con
cuando se controle el tumor primario. El sitio más co- núcleo hipercromático y citoplasma escaso; en pulmón
mún de metástasis distante es el pulmón, y con menos puede semejar el carcinoma basaloide de células esca-
Cavidad oral y laringe 55

mosas que se presenta en grandes fumadores en etapas tis misma parece que se originan del epitelio superficial
avanzadas, o bien confundirse con un carcinoma ade- de las glándulas preexistentes; suele ser de tipo muci-
noideo quístico. noso.

Carcinoma similar al Carcinoma sarcomatoso


linfoepitelioma (linfoepitelial) (de células fusiformes)

Se relaciona con el virus de Epstein--Barr; comúnmente Tiene predilección por el tracto aéreo digestivo y ma-
se identifican alteraciones en el gen p53; en muchas croscópicamente puede simular un pólipo laríngeo; es
ocasiones se inicia con un ganglio linfático metastásico importante reconocerlo, porque puede simular tejido de
cervical. Su curso clínico es agresivo. granulación, histiocitoma fibroso maligno, tumor ma-
ligno de partes blandas de células gigantes o bien ha lle-
Adenocarcinoma gado a confundirse con osteosarcoma; afortunadamen-
te, los casos reportados en esta localización son raros.
Esta neoplasia es extraordinariamente rara; los informa- Los marcadores de inmunohistoquímica son indispen-
dos en las regiones supraglótica e infraglótica o en la glo- sables para el correcto diagnóstico de dichos tumores.

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Cavidad oral y laringe 59

Figura 4--1. Candidiasis oral en paladar y maxilar superior.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--2. Candidiasis oral. Panorámica PAS con la mucosa ulcerada tapizada de colonias de candidiasis formada por hifas y
esporas.
60 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--3. Candidiasis oral. PAS detalle de las hifas y esporas del hongo; al fondo se observa el epitelio ulcerado (a la derecha).

Figura 4--4. Herpes bucal. Bula parcialmente colapsada.


Cavidad oral y laringe 61

Figura 4--5. Herpes bucal. Célula con cuerpos de inclusión del virus del herpes; el fondo es hialino con escasos linfocitos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--6. Herpes bucal. Impronta de una bula que demuestra célula gigante con cuerpos de inclusión.
62 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--7. Mucocele de glándulas salivales menores localizado en la base de la lengua

Figura 4--8. Montaje H--E de mucocele que demuestra la dilatación seudoquística en el estroma, localizado por debajo del epitelio.
Cavidad oral y laringe 63

Figura 4--9. Mucocele en la parte superior; se identifica el epitelio de la mucosa oral íntegro, en la parte profunda un seudoquiste
revestido por infiltrado inflamatorio crónico y agudo, en su interior liquido basófilo, con macrófagos en su luz.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--10. Acercamiento que muestra la seudocápsula formada por intenso infiltrado inflamatorio, material mucinoso y macró-
fagos en su luz.
64 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--11. Fibroma. Montaje H--E, fibroma periférico por irritación; está rodeado de epitelio escamoso. El estroma se compone
de tejido conectivo fibroso con mayor o menor cantidad de fibroblastos.

Figura 4--12. Fibroma. Acercamiento que demuestra epitelio escamoso no queratinizante.


Cavidad oral y laringe 65

Figura 4--13. Fibroma. Detalle del epitelio no queratinizado y el tejido conectivo.


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Figura 4--14. Fibroma. Acercamiento de los fibroblastos y los haces de colágeno.


66 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--15. Fibroma. Otro campo donde los haces de colágeno son más densos.

Figura 4--16. Fibroma osificante. Tomografía de fibroma osificante del maxilar superior izquierdo.
Cavidad oral y laringe 67

Figura 4--17. Fibroma osificante benigno agresivo en el maxilar superior izquierdo.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--18. Fibroma osificante. Hemimaxilectomía de fibroma osificante benigno agresivo del maxilar superior.
68 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--19. Montaje de fibroma osificante periférico.

Figura 4--20. Fibroma osificante periférico. Acercamiento que demuestra el epitelio superficial que reviste al fibroma y hacia la
base tejido óseo.
Cavidad oral y laringe 69

Figura 4--21. Fibroma osificante periférico. Acercamiento del tejido óseo, sin cambios malignos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--22. Fibroma osificante periférico. Acercamiento del tejido óseo sin alteraciones.
70 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--23. Papiloma fibroso. Está rodeado de epitelio escamoso con queratinización y grupo de colonias bacterianas; el estro-
ma está constituido por tejido conectivo vascular.

Figura 4--24. Papiloma fibroso con importante hiperqueratosis y colonias bacterianas en la superficie.
Cavidad oral y laringe 71

Figura 4--25. Leucoplasia del dorso de la lengua.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--26. Leucoplasia del dorso de la lengua.


72 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--27. Leucoplasia. Panorámica que muestra hiperqueratosis; acantosis irregular.

Figura 4--28. Leucoplasia. Detalle de la hiperqueratosis con paraqueratosis.


Cavidad oral y laringe 73

Figura 4--29. Leucoplasia. Detalle de la hiperqueratosis y paraqueratosis.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--30. Carcinoma epidermoide. Vista frontal de carcinoma maxilar inferior.


74 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--31. Carcinoma epidermoide. Carcinoma en el maxilar inferior que abarca los órganos dentarios: incisivo lateral, canino
y primer premolar inferiores izquierdos.

Figura 4--32. Carcinoma epidermoide. Panorámica de una biopsia de carcinoma epidermoide.


Cavidad oral y laringe 75

Figura 4--33. Carcinoma epidermoide. Detalle de carcinoma epidermoide invasor.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--34. Carcinoma epidermoide. Panorámica de carcinoma epidermoide invasor.


76 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--35. Carcinoma epidermoide. Panorámica de carcinoma epidermoide invasor.

Figura 4--36. Carcinoma epidermoide. Acercamiento del carcinoma epidermoide invasor, ulcerado.
Cavidad oral y laringe 77

Figura 4--37. Carcinoma epidermoide. Panorámica de carcinoma epidermoide invasor, ulcerado.


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Figura 4--38. Linfoma de Burkitt. Panorámica que demuestra linfoma de Burkitt por debajo del epitelio.
78 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--39. Linfoma de Burkitt. Acercamiento que muestra aspecto microscópico de cielo estrellado.

Figura 4--40. Linfoma de Burkitt. Cd 20 positivo.


Cavidad oral y laringe 79

Figura 4--41. Linfoma de Burkitt. Ki--67 positiva.


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Figura 4--42. Linfoma de Burkitt. Cd 3 negativo.


80 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--43. Cistoadenoma papilar linfomatoso (tumor de Warthin). Panorámicamente está caracterizado por componente epite-
lial de tipo oncocítico, el estroma linfoide con folículos bien desarrollados.

Figura 4--44. Cistoadenoma papilar linfomatoso (tumor de Warthin). Detalle del epitelio de tipo oncocítico y el estroma con folículos
bien desarrollados, sin atipias.
Cavidad oral y laringe 81

Figura 4--45. Cistoadenoma papilar linfomatoso (tumor de Warthin). Acercamiento del tumor de Warthin.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--46. Adenoma pleomórfico. Nótese la presencia de cartílago entre el componente ductal y el mioepitelial.
82 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--47. Adenoma pleomórfico. Acercamiento de ambos componentes.

Figura 4--48. Adenoma pleomórfico. Detalle celular de ambos componentes, sin atipias.
Cavidad oral y laringe 83

Figura 4--49. Adenoma de células basales. Impronta.


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Figura 4--50. Adenoma de células basales. Panorámica teñida con técnica de H--E.
84 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--51. Adenoma de células basales. Detalle de estructuras de células basales sólidas, formando estructuras tubulares,
semejantes a las encontradas en la impronta.

Figura 4--52. Adenoma de células basales. Acercamiento del campo anterior.


Cavidad oral y laringe 85

Figura 4--53. Carcinoma adenoideo quístico. Paladectomía total; carcinoma adenoideo quístico derivado de glándulas salivales
menores.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--54. Carcinoma adenoideo quístico. Paladectomía total; carcinoma adenoideo quístico, visto por el techo del paladar.
86 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--55. Carcinoma adenoideo quístico. Panorámica que muestra los dos componentes del tumor.

Figura 4--56. Carcinoma adenoideo quístico. Detalle de la porción rica en mucopolisacáridos.


Cavidad oral y laringe 87

Figura 4--57. Carcinoma mucoepidermoide de parótida. Aspecto macroscópico del tumor, invadiendo el tejido adyacente.
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Figura 4--58. Carcinoma mucoepidermoide al corte.


88 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--59. Carcinoma papilar. Panorámica de glándula parótida a la derecha y tumor papilar a la izquierda.

Figura 4--60. Carcinoma papilar. Detalle de la porción papilar.


Cavidad oral y laringe 89

Figura 4--61. Carcinoma papilar. Detalle de las células tumorales con disposición papilar.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--62. Tumores parafaríngeos. Neurofibroma. Microfotografía panorámica.


90 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--63. Tumores parafaríngeos. Neurofibroma. Acercamiento.

Figura 4--64. Neurilemoma. Macrofotografía panorámica.


Cavidad oral y laringe 91

Figura 4--65. Neurilemoma. Acercamiento del campo anterior.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4--66. Neurilemoma. Detalle del campo anterior.


92 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--67. Papiloma de cuerdas vocales. Cuerda vocal con un papiloma histológicamente por virus del papiloma humano.

Figura 4--68. Papiloma de cuerdas vocales. Lesión sésil, de color blanquecino, en el tercio medio del esófago, con bordes eleva-
dos, correspondiente a papiloma esofágico.
Cavidad oral y laringe 93

Figura 4--69. Papiloma de cuerdas vocales. Tinción con H--E que muestra papiloma de cuerda bucal, con datos histológicos y
citológicos sugestivos de infección por el virus del papiloma humano.
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Figura 4--70. Papiloma de cuerdas vocales. Detalle de los cambios nucleares sugestivos de condiloma.
94 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--71. Papiloma de cuerdas vocales. Inmunorreacción para VPH, la cual es positiva en los núcleos de algunas células (ca-
fé--marrón) del estrato medio y superficial.

Figura 4--72. Carcinoma de cuerdas vocales. Las figuras muestran lesión sólida que involucra la grasa paraglótica, y pliegue arite-
noepiglótico, seno piriforme, y cuerda vocal izquierdas, que reduce la luz laríngea en 90% acentuándose más hacia la región sub-
glótica. Se observa además erosión del cartílago tiroides e involucro a los músculos infrahioideos izquierdos.
Cavidad oral y laringe 95

Figura 4--73. Carcinoma de cuerdas vocales. Macrofotografía de la pieza quirúrgica abierta por la cara posterior; demuestra lesión
tumoral exofítica, ulcerada, que involucra el seno piriforme, cuerda vocal izquierda, reduce 90% de la luz del órgano, más acentua-
da hacia la región subglótica; la cuerda vocal derecha está conservada, sólo muestra edema.
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Figura 4--74. Carcinoma de cuerdas vocales. Al corte transversal se identifica la zona tumoral sólida, exofítica; ulcerada, invade
la región subglótica e involucra la grasa paraglótica y el pliegue aritenoepiglótico, seno piriforme y cuerda vocal, ademas erosiona
el cartílago tiroides e involucra a los músculos infrahioideos izquierdos.
96 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)

Figura 4--75. Carcinoma de cuerdas vocales. Panorámica que muestra neoplasia tumoral que infiltra en forma de nidos sólidos
y lengüetas desplazando y destruyendo las glándulas submucosas; los nidos de células neoplásicas están rodeados de estroma
desmoplásico.

Figura 4--76. Carcinoma de cuerdas vocales. Acercamiento del campo anterior donde se identifican células neoplásicas de tama-
ño pequeño a intermedio con citoplasma escaso, otras con citoplasma intensamente eosinófilo; los nidos o lengüetas tienden a
limitarse por células dispuestas en forma de empalizada.
Cavidad oral y laringe 97

Figura 4--77. Carcinoma de cuerdas vocales. Otro campo donde las células tienden a formar globos de queratina.
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98 Atlas de gastroenterología (Capítulo 4)
Capítulo 5
Esófago
José María Remes Troche, Isabel Ruiz Juárez, Peter Grube Pagola, Blandina Hernández Cruz,
Alfonso Pérez Morales, Eduardo López Corella, Antonio Ramos De la Medina,
Juana Sonia Tavares García, Federico Roesch Dietlen, Silvia Cid Juárez

INTRODUCCIÓN la mucosa es una delgada capa de fibras de músculo liso


ordenadas longitudinalmente al esófago. La submucosa
esofágica muestra glándulas mucosas, las cuales secretan
mucinas ácidas; esta capa muestra además abundantes
El esófago es la porción del tubo digestivo que une la fa- vasos sanguíneos, linfáticos, nervios y células ganglio-
ringe con el estómago; tiene un origen endodérmico y nares.
se extiende de la extremidad inferior de la faringe en el La muscular propia tiene dos capas organizadas de
cuello hacia al mediastino posterior, por delante de la manera concéntrica y longitudinal al esófago, lo que es
columna vertebral, penetra a la cavidad abdominal in- una característica propia del esófago, debido a que el
gresando a través del diafragma y se une al estómago en tercio superior está compuesto por músculo estriado y
la zona del cardias; en su recorrido se relaciona con va- en los dos tercios distales es liso. La serosa muestra re-
rias estructuras y órganos; debido a ello muestra cuatro cubrimiento por células mesoteliales en su trayecto to-
disminuciones de su espesor, que son: rácico, en el resto es únicamente un revestimiento fibro-
so (adventicia).
1. A nivel del cartílago cricoides. La fisiología del esófago se puede explicar fácilmen-
2. A nivel del cayado aórtico. te después de conocer cómo está constituido; es parte de
3. A nivel de la aurícula izquierda. la deglución y su función es transportar líquidos y ali-
4. A nivel del hiato diafragmático. mentos desde la boca hasta el estómago.
Esta función está dada como una unidad motora cuya
El esófago es una estructura tubular cuya pared mide al- acción está integrada por la faringe, la hipofaringe y el
rededor de 3 mm; está constituida por cuatro capas, las esófago mismo. Los músculos faríngeos y la lengua pro-
cuales son, a partir de su luz: pulsan el bolo alimenticio hacia el esófago, en el cual los
movimientos peristálticos conducen el bolo hacia el es-
tómago.
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a. Mucosa.
b. Submucosa.
c. Muscular propia.
d. Serosa o adventicia. DIVERTÍCULOS

La mucosa está constituida por epitelio plano estratifi-


cado no queratinizado, lámina propia y muscular de la
mucosa; la células del epitelio muestran característica- Generalidades
mente abundante citoplasma claro secundario a la pre-
sencia de glucógeno; la lámina propia muestra fibras de Los divertículos en el esófago son una patología poco
colágeno poco ordenadas y fibroblastos; la muscular de frecuente; se trata de lesiones saculares que alcanzan to-

99
100 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

das las capas del esófago. Son raros y comprenden hasta REMANENTES TRAQUEOBRONQUIALES
0.04% de la práctica médica en gastroenterología. Se
presentan en pacientes adultos de la cuarta a la quinta
décadas de la vida, aunque también pueden aparecer du-
rante la infancia. Es dos o tres veces más frecuente en Generalidades
los hombres que en las mujeres.
Se clasifican según el sitio: faringoesofágico, toráci- La presencia de remanentes traqueobronquiales es una
co o epifrénico; el axial también se clasifica según su entidad poco frecuente: se han reportado únicamente 62
origen: congénito o adquirido. casos en la literatura. Se presenta mayoritariamente en
El divertículo de Zenker es por mucho el más común niños alrededor del primer año de vida a manera de este-
(60 a 65%) de los divertículos esofágicos; se localiza en nosis, aunque hay algunos casos en adolescentes y adul-
el esófago proximal, a nivel del triángulo de Killian (fi- tos. Clínicamente se presenta alrededor de los cuatro
bras oblicuas del músculo constrictor de la faringe, meses de vida como estenosis congénita cuando se ini-
músculo tirofaríngeo y fibras transversas del cricofarín- cia la administración de alimentos sólidos.
geo). Se origina debido al aumento de la presión intrafa-
ríngea por la deglución. Aspectos clínicos
Los divertículos congénitos también se denominan
divertículos por pulsión o yuxtaesfinterianos, debido a Los síntomas asociados son vómito, hipersalivación,
su localización en cualquiera de los dos esfínteres esofá- disminución del crecimiento, broncoaspiración con
gicos. neumonías de repetición e infección de vías aéreas su-
Los divertículos adquiridos se originan debido a la periores. En el esofagograma con medio de contraste se
tracción de la pared esofágica por tejido de cicatrización observa una zona de estenosis abrupta que recuerda la
después de inflamación. imagen de la acalasia. El tratamiento es la resección qui-
rúrgica de la zona estenótica con anastomosis término--
terminal.
Aspectos clínicos
Anatomía patológica
Los síntomas clínicos más frecuentes son disfagia, re-
gurgitación de alimentos semidigeridos, halitosis, tos y Macroscópicamente se observa en el estudio esdoscópi-
dolor en el cuello. co una zona de esófago colapsado con la luz escasa, no
Las complicaciones más frecuentes pueden ser neu- distensible; la consistencia es firme; en el espécimen
monitis por aspiración hasta en 30% de los casos, así como quirúrgico se puede observar cartílago en el espesor de
perforación e incluso desarrollo de carcinoma epider- la pared, dependiendo de su prominencia.
moide (0.4%). Microscópicamente se observa el epitelio plano es-
El estudio fluoroscópico con medio de contraste mues- tratificado no queratinizante propio del esófago sin alte-
tra una bolsa redondeada que nace de la pared del esófa- raciones; es en el espesor de la pared donde se observa
go. Los estudios endoscópicos son complementarios. la presencia de islotes de cartílago hialino acompañados
predominantemente de glándulas mucosas y de secre-
ción mixta; además, hay quistes revestidos por epitelio
Anatomía patológica cilíndrico seudoestratificado ciliado de tipo respirato-
rio, así como ocasionalmente folículos linfoides que re-
cuerdan el tejido linfoide asociado al bronquio.
Macroscópicamente los divertículos se observan como
proyecciones saculares de la pared esofágica. Histoló-
gicamente están generalmente revestidos por epitelio CANDIDIASIS (CANDIDOSIS)
plano estratificado; algunas áreas pueden mostrar epite-
lio columnar y se advierte en los cortes la presencia de
discreto infiltrado inflamatorio submucoso, encontrán-
dose presente la capa muscular que acompaña al epitelio Generalidades
evertido.
Los divertículos epifrénicos son raros y se observan Las infecciones de la mucosa esofágica por lo general
en los últimos 10 cm del esófago. se presentan en sujetos inmunodeprimidos, como los in-
Esófago 101

fectados por HIV, los que reciben quimioterapia, los que Diagnóstico
padecen neoplasias malignas y los que utilizan corticos-
teroides crónicamente. Aunque es raro, ocasionalmente Ante la sospecha, el diagnóstico de candidiasis esofági-
pueden existir algunas infecciones esofágicas en sujetos ca se establece mediante endoscopia, citología o confir-
inmunocompetentes, pero con algún factor predispo- mación histológica.
nente para la estasis esofágica, como las estenosis o los Endoscópicamente es característica la presencia de
trastornos motores del esófago. placas o seudomembranas blancoamarillentas que se
La candidiasis esofágica es la infección más común encuentran adheridas a la mucosa del esófago y que se
del esófago. Aunque existen múltiples especies de Can- presentan de forma dispersa, o pueden confluir forman-
dida, C. tropicalis y C. albicans son responsables de la do cordones longitudinales sobre todo el esófago. La
mayoría de los infecciones. confirmación se establece mediante citología o biopsia
Debido a que la Candida puede colonizar el esófago en donde la presencia de hifas muestra inflamación cró-
de hasta 20% de los individuos sanos, la mayoría de las nica superficial.
veces tiene que existir un factor que inmunodeprima al
sujeto para que la Candida prolifere y sobrecolonice la
mucosa del esófago. Las causas más comunes de inmu- ESOFAGITIS POR TRYPANOSOMA CRUZI
nodepresión después del HIV son edad avanzada, neo-
plasias, diabetes mellitus, uso crónico de esteroides, al-
coholismo e insuficiencia suprarrenal. Entre los factores
que predisponen a la estasis esofágica se ha descrito que Generalidades
el escleroderma, la acalasia y la seudodiverticulosis
esofágica representan factores de riesgo para Candida. La enfermedad de Chagas es causada por un parásito
flagelado, el Trypanosoma cruzi. El mecanismo natural
de transmisión al ser humano es mediante un insecto
Aspectos clínicos que funciona como vector, situación que se observa en
80% de los casos de la enfermedad. La transmisión por
Como síntomas predominantes más de 90% de los suje- transfusión ocurre en 16% de los casos, mientras que la
tos presentan disfagia, odinofagia y lesiones en la mu- vía congénita ocurre hasta en 10% de las madres afecta-
cosa oral. das; en proporción menor a 1% de los casos se dan por
Otros síntomas menos comunes son halitosis, pérdi- trasplante de órganos de un sujeto portador proveniente
da de peso y dolor torácico. de área endémica o por transmisión accidental en labora-
torios por la ingesta oral de tripomastigotes metacíclicos.
La historia natural de la enfermedad de Chagas es la
de una infección parasitaria sistémica y crónica que lle-
Anatomía patológica va de 20 a 30% de los infectados a formas graves de car-
diopatía o megaformaciones digestivas. Los mecanis-
Es indispensable para este diagnóstico anatomopatoló- mos determinantes de la lesión degenerativa de las
gico encontrar al agente causal, Candida albicans; al- neuronas e incluso su destrucción total en las vísceras
gunas veces puede ser causada por C. tropicalis, C. kru- del tracto digestivo de los pacientes con enfermedad de
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sei y C. glabrata en el epitelio, ya sea en el espesor de Chagas no están bien conocidas; sin embargo, existen
la mucosa, en la superficie o bien en esofagitis ulcerada; múltiples estudios que tratan de dilucidar dicho proceso.
cuando esto sucede se acompaña de tejido de granula- Inicia a partir de la fase aguda y continuará durante la
ción con presencia de neutrófilos; en algunas ocasiones fase crónica de la enfermedad. Se propuso por primera
puede invadir profundamente, causar perforación y pro- vez que una neurotoxina liberada por el parásito cerca de
ducir candidiasis diseminada, sobre todo en pacientes los puntos focales de la infección durante la fase aguda
inmunodeprimidos; en otras ocasiones la infección cró- de la enfermedad es factor preponderante de daño neural.
nica puede asociarse con estrechez esofágica o seudodi-
verticulosis intramural.
Aunque es posible identificarlos con H--E, se sugiere Aspectos clínicos
efectuar tinción de PAS.
Cuando no existe ulceración el infiltrado inflamato- Las alteraciones del tracto digestivo son la segunda
rio está ausente. manifestación más común que se presenta en la etapa
102 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

crónica de la enfermedad de Chagas. La patogenia de la por lo pequeño de la muestra no se han podido valorar
disfunción y la dilatación de los segmentos del tracto di- los plexos nerviosos; es de esperarse que con más mues-
gestivo en la enfermedad de Chagas están basadas en la tras obtenidas se logre aclarar más esta entidad. El diag-
denervación de las complejas redes de neuronas intra- nóstico fue efectuado como correlación anatomoclínica
murales, ya que el sistema nervioso entérico se encarga en vista de la serología positiva y la disminución de la
del control de muchas funciones del tracto digestivo. motilidad en estos pacientes.
Aunque el megacolon y el megaesófago son las más
comunes y más expresivas manifestaciones digestivas
de la fase crónica de la enfermedad de Chagas, otras se Diagnóstico
producen con menor frecuencia, tales como megaduo-
deno, megayeyuno y megaíleon. El diagnóstico de la enfermedad esofágica chagásica se
La manifestación de la enfermedad de Chagas en el lleva a cabo mediante estudios radiográficos con medio
esófago es provocada por la degeneración y reducción de contraste; otros estudios realizados son la centelleo-
de las neuronas del plexo mientérico, causando anorma- grafía de tránsito esofágico y la manometría. En el exa-
lidades en la motilidad esofágica similares a las de la men radiográfico se encuentra retención de medio de
acalasia idiopática, ausencia total o parcial de la relaja- contraste en el esófago, retardo en el tránsito esofágico
ción del esfínter esofágico inferior y pérdida de las con- y dilatación. En la mayor parte de los pacientes con ma-
tracciones peristálticas en el cuerpo esofágico, por lo nifestaciones esofágicas de la enfermedad los rasgos clí-
que se le denomina acalasia chagásica. Este tipo de alte- nicos, radiológicos y manométricos permanecen inalte-
ración afecta de 7 a 10% de las personas infectadas con rados durante años.
Trypanosoma cruzi. La principal consecuencia de la
acalasia chagásica es el megaesófago. En la primera eta-
pa de la enfermedad el calibre del esófago es normal, pe- ACANTOSIS GLUCOGÉNICA
ro hay acalasia y retardo del tránsito del intestino; apare-
cen después dilatación (que puede alcanzar dos o tres
veces el diámetro normal) y alargamiento del tubo eso-
fágico. En la fase tardía el esófago denervado y parésico Generalidades
no transporta su contenido y hay retención del bolo a ni-
vel del cardias por largo tiempo, por lo cual el enfermo La acantosis glucogénica se define como la acumula-
se desnutre y sufre de neumonitis por aspiración repeti- ción de glucógeno en la submucosa del esófago, dando
tiva. Este proceso se ha objetivado al efectuarse la de- un aspecto nodular o de placas que se localizan predo-
mostración patológica secuencial del esófago denerva- minantemente en el tercio distal. Este proceso es benig-
do. Cuando esta afección ocurre en niños suele generar no y relativamente común, reportándose como hallazgo
malnutrición crónica y enanismo chagásico secundario. hasta en 3.5% de las endoscopias realizadas.
Histológicamente el epitelio esofágico muestra infiltra- Suele observarse en sujetos que se encuentran en la
do leucocitario, así como de linfocitos T CD4 (ocasio- quinta y la sexta décadas de la vida, notándose un au-
nalmente en la muscularis mucosae y en la submucosa), mento en el tamaño y el número de las lesiones conforme
además de hipertrofia de la muscularis mucosae y de la avanza la edad; se considera un proceso degenerativo.
muscular propia. No está relacionado con anormalidades del metabolis-
mo de la glucosa. Aunque su etiología y su patogenia
son desconocidas, se cree que pueda estar asociada con
Anatomía patológica la enfermedad por reflujo gastroesofágico o incluso con
la enfermedad celiaca.
Las biopsias de la unión esofagogástrica, cuando son to- También se ha apreciado que este proceso se observa
madas sobre epitelio gástrico, demuestran gastritis cró- frecuentemente en sujetos que tienen el síndrome de
nica folicular, generalmente con ausencia de Helicobac- Cowden.
ter pylori; sin embargo, llama la atención en los
pacientes con serología positiva y disminución de la mo-
tilidad intestinal que el infiltrado inflamatorio de predo- Aspectos clínicos
minio crónico se extiende hasta la muscular en forma di-
fusa disociando los filetes musculares. En los casos Es una entidad asintomática. Se diagnostica al realizar
estudiados no ha sido posible identificar al parásito y el análisis de las biopsias tomadas por endoscopia.
Esófago 103

Aspectos anatomopatológicos múltiples; miden en promedio de 0.5 a 1 cm. El diagnós-


tico diferencial macroscópico es con glucogenosis y
La acantosis glucogénica es una lesión relativamente xantomas.
frecuente en las biopsias de esófago; se caracteriza por Microscópicamente corresponden a glándulas sebá-
el aumento del grosor del epitelio escamoso de la muco- ceas maduras, compuestas por lobulillos de células
sa del esófago, en el que las células muestran un cito- grandes ovoides con citoplasma claro, vacuolado, nú-
plasma claro, positivo a la tinción de Schiff, que desapa- cleos pequeños centrales de cromatina sólida, delimita-
rece al ser tratada con diastasa, por los abundantes das por células de tamaño pequeño e intermedio, apla-
depósitos de glucógeno intracelular. nadas o cúbicas, con citoplasma eosinófilo, que
corresponden a células de reserva o precursoras; tienen
un conducto para la salida de su secreción sebácea, que
Diagnóstico es corto con un epitelio plano estratificado; se encuen-
tran localizadas en la mucosa y en la lámina propia.
En el estudio de doble contraste se pueden observar nó-
dulos o placas irregulares en el esófago, de color blanco
debido al efecto que provoca el bario en la mucosa. En ENFERMEDAD POR REFLUJO
la endoscopia se observan múltiples placas o nódulos de GASTROESOFÁGICO
tamaño uniforme, de 2 a 10 mm de diámetro, con un color
similar al de la mucosa normal, localizados en las crestas
de los pliegues longitudinales del esófago. Con la tinción
de lugol se muestra una tinción positiva hipercaptante de Generalidades
color marrón muy oscuro.
De acuerdo con la reciente definición de Montreal, se
establece que la enfermedad por reflujo gastroesofágico
(ERGE) es la condición clínica que se presenta cuando
METAPLASIA DE el regreso del contenido del estómago provoca síntomas
GLÁNDULAS SEBÁCEAS problemáticos o complicaciones a una persona. La pre-
valencia de la esofagitis por reflujo se conoce algo me-
jor, calculándose que la padecen alrededor de 2% de la
población general y entre 12 y 23% de los enfermos re-
Generalidades mitidos para endoscopia por síntomas de reflujo.
La fisiopatología de la ERGE es multifactorial, por
La metaplasia de glándulas sebáceas en una entidad poco lo que con frecuencia en un mismo paciente actúan va-
común: se han reportado únicamente 31 casos en la lite- rios mecanismos causales; sin embargo, la condición si-
ratura. Llama la atención que el esófago es de origen en- ne qua non para que ocurra la enfermedad es que exista
dodérmico y las glándulas sebáceas son ectodérmicas. reflujo gastroesofágico patológico. Una vez ocurrido el
reflujo patológico el desarrollo y la gravedad de la en-
fermedad dependerán del grado de desequilibrio entre
Aspectos clínicos una serie de factores agresivos (capacidad lesiva del
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

contenido gástrico o duodenal refluido) y un conjunto


de factores defensivos, representados por la capacidad
Clínicamente no presenta sintomatología y corresponde de aclaramiento del esófago y por la resistencia de su
a un hallazgo de autopsia o endoscópico. Se ha asociado mucosa a la agresión.
con pacientes obesos, dislipidemia, reflujo gastroesofá-
gico, enfermedad acidopéptica y fumadores. No se han
reportado complicaciones o transformación maligna. Aspectos clínicos

Los síntomas principales de la enfermedad por reflujo,


Anatomía patológica también llamados típicos o clásicos, son la pirosis y las
regurgitaciones, entendiendo por pirosis la sensación de
Macroscópicamente son lesiones nodulares, bien deli- ardor o quemadura en el pecho por atrás del esternón y
mitadas, amarillo brillante, que pueden ser únicas o por regurgitaciones la percepción del contenido gás-
104 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

trico refluido en la garganta e incluso en la boca. Se dice goriza las lesiones erosivas encontradas durante un
que la presencia de estos dos síntomas dos o más veces estudio endoscópico con letras del alfabeto, que van de
por semana eleva las posibilidades de establecer el diag- la A a la D, dependiendo de la extensión de las lesiones
nóstico de ERGE por arriba de 90%. Entre los síntomas y de su gravedad. Los grados A y B se consideran clíni-
atípicos se incluyen la presencia de laringitis, tos, ca- camente como esofagitis leves, y los grados C y D como
rraspera, asma y dolor torácico no cardiaco. esofagitis moderadas o graves.

Aspectos anatomopatológicos ESÓFAGO DE BARRETT

En la esofagitis por reflujo podemos encontrar lesión


epitelial con inflamación aguda y crónica caracterizada
por infiltrado confinado a la mucosa, lámina propia y
Generalidades
muscularis mucosae. Puede haber linfocitos en los es-
pacios intercelulares del epitelio. La esofagitis leve se Esófago de Barrett (EB) es la condición en la cual una
caracteriza por cambios epiteliales reactivos con hiper- mucosa anormal de metaplasia tipo intestinal especiali-
plasia de la zona basal y elongación de las papilas. La zado reemplaza al epitelio escamoso estratificado nor-
presencia de abundantes neutrófilos polimorfonucleares mal del esófago distal. Esta alteración es consecuencia
y eosinófilos es más consistente en la esofagitis grave. del reflujo gastroesofágico crónico y predispone al de-
Como consecuencia de la exposición prolongada al sarrollo de adenocarcinomas.
ácido existe una metaplasia del tejido columnar que sus- De acuerdo a lo reportado en la literatura, el riesgo
tituye al epitelio escamoso original, dando lugar a la para desarrollar cáncer de esófago en pacientes con EB
aparición del denominado epitelio de Barrett, que puede es 30 a 125 veces mayor que el de la población general.
llegar a incluir epitelio gástrico, intestinal o de colon. La prevalencia de EB se incrementa con la edad, afecta
Cada una de ellas puede presentar una o más caracterís- a 1% de la población mayor de 60 años y es al menos dos
ticas histopatológicas formando mosaicos. veces más frecuente en hombres que en mujeres. El
En casos avanzados suele haber depósito de tejido diagnóstico de EB se establece, en más de 95% de los
colágeno y fibrosis, que tienden a disminuir el calibre casos de adenocarcinoma del esófago (AE), en un esta-
de la luz en la unión cardioesofágica. dio avanzado, cuando los síntomas son muy evidentes.
Ésta es una de las razones por las cuales el EB no se de-
tecta en la población abierta. En los últimos años, sin
embargo, la prevalencia de EB ha aumentado, probable-
Diagnóstico mente debido a la utilización más amplia y frecuente de
recursos endoscópicos.
La mejor herramienta diagnóstica para el estudio del pa- Partiendo de la metaplasia intestinal de Barrett, el de-
ciente con ERGE es un adecuado interrogatorio, con sarrollo de AE se da a través de una secuencia de even-
una semiología completa y con una alta sospecha diag- tos. Así, el EB progresa primero a displasia de bajo gra-
nóstica basada en el conocimiento de toda la fisiopato- do, después a displasia de alto grado, a adenocarcinoma
logía y la nosología esofágica. Actualmente se recono- in situ y, finalmente, a carcinoma avanzado. Esta se-
cen tres presentaciones clínicas básicas de la ERGE: cuencia de eventos se desarrolla a lo largo de varios
enfermedad por reflujo erosiva, enfermedad por reflujo años, permitiendo establecer una vigilancia endoscópi-
no erosiva y esófago de Barrett. El diagnóstico de cada ca y detectar casos tempranos de AE. Se estima que la
una de ellas se lleva a cabo mediante la realización de progresión anual de EB sin displasia a displasia de alto
una endoscopia. Independientemente del tipo de pre- grado es menor de 0.5% por año.
sentación clínica de que se trate, los síntomas son com-
partidos y pueden presentarse en todos ellos.
En cuanto a la enfermedad por reflujo erosiva (ERGE Aspectos clínicos
erosiva), que se presenta en 30 a 50% de los pacientes
con síntomas de ERGE, la endoscopia permite estable- Los síntomas predominantes son la pirosis y las regurgi-
cer la gravedad de la enfermedad tomando en cuenta las taciones, entendiendo por pirosis la sensación de ardor
diferentes clasificaciones de los hallazgos endoscópi- o quemadura en el pecho por atrás del esternón y por re-
cos. La más conocida es la de Los Ángeles, la cual cate- gurgitaciones la percepción del contenido gástrico re-
Esófago 105

fluido en la garganta e incluso en la boca. Se dice que una técnica y a un sistema. La técnica llamada “flexio-
la presencia de estos dos síntomas dos o más veces por nar--aspirar--morder” debe ser dominada por el endos-
semana eleva las posibilidades de establecer el diagnós- copista y de preferencia con pinza de mordida grande.
tico de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) El sistema consiste en tomar una biopsia de cada cua-
por arriba de 90%. Si estos síntomas han sido persisten- drante y cada 2 cm longitudinalmente, además de los si-
tes por más de dos años la probabilidad de que exista EB tios con irregularidad en la superficie.
es mayor.

Vigilancia
Anatomía patológica
Hay varios programas de vigilancia con gran similitud
cuyo objetivo es ordenar la búsqueda de los cambios
Las biopsias tomadas por panendoscopia en pacientes mencionados antes y, al final, dar o no un tratamiento.
con reflujo crónico obliga a ratificar o rectificar el diag- A continuación se describe el del Colegio Americano de
nóstico de esófago de Barrett. Microscópicamente es in- Gastroenterología:
dispensable identificar metaplasia intestinal ácida de
células caliciformes en las glándulas estudiadas. Gene- S Se recomienda vigilancia a través de endoscopia
ralmente se encuentra en 10 a 12% de los pacientes, aun- y biopsias. El paciente en vigilancia debe tener tra-
que cada día es más frecuente encontrarla en este tipo de tamiento de la ERGE para evitar una interpreta-
material. En el diagnóstico debe incluirse la presencia ción equivocada de la displasia. Si dos estudios
o ausencia de displasia y, desde luego, descartar un car- anuales consecutivos no muestran displasia se su-
cinoma. giere vigilancia cada tres años.
S Si se descubre displasia debe consultarse a otro
patólogo con experiencia.
Diagnóstico S En los pacientes con displasia de bajo grado se
sugiere endoscopia anual.
Endoscópicamente la mucosa esofágica normal es de S En los pacientes con displasia de alto grado debe
color rosado--amarillento pálido en todo el órgano y tie- elegirse un tratamiento radical, como la esofagec-
ne un cambio brusco en el sitio en que se une con la mu- tomía, en los que tienen un riesgo quirúrgico bajo,
cosa gástrica, teóricamente en la unión anatómica eso- o la vigilancia cada tres meses y dar un tratamiento
fagogástrica. La mucosa gástrica es roja, de tal manera radical cuando se compruebe la presencia de ade-
que es muy fácil ver la frontera entre ambos órganos y nocarcinoma.
puede trazarse una línea zigzagueante, línea en “Z”.
Cuando existe la presencia de una mucosa roja, atercio-
pelada, sin pliegues por arriba de la línea en “Z”, se debe ADENOCARCINOMA
sospechar la presencia de metaplasia intestinal esofági-
ca o EB. Cuando la longitud de la zona con EB es menor
de 3 cm se llama EB de segmento corto; cuando la longi-
tud es mayor a 3 cm se llama EB de segmento largo. Generalidades
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La superficie del segmento con EB tiene un color ro-


jizo, similar al rojo del estómago; es liso y aterciopela- La incidencia es de 5 por 100 000 en EUA; en México
do, pero puede tener relieves como áreas de empedrado, la incidencia es baja (menor a 5 por 100 000) y no se en-
lo cual es muy importante, porque suelen señalar zonas cuentra dentro de las 10 primeras neoplasias malignas
de displasia o de cáncer; puede tener úlceras, hemorra- más frecuentes en nuestro medio. La edad de presenta-
gia o estenosis, pero son hallazgos raros; finalmente, ción máxima es entre los 50 y los 70 años de edad. En
puede haber cambios inflamatorios manifestados por naciones occidentales como la nuestra el cáncer de esó-
erosiones, áreas con fibrina y enrojecimiento, lo cual fago es mucho más frecuente en hombres que en muje-
significa su asociación con ERGE activa. Si se utilizan res (alrededor de cinco veces). La gran mayoría de los
sustancias para teñir y endoscopios de amplificación adenocarcinomas se originan en el epitelio metaplásico
pueden descubrirse rugosidades y tersuras cuyo signifi- de Barrett, en el tercio distal del esófago. La presencia
cado tiene, hasta el momento, fines de investigación. La de epitelio de Barrett asociado a su vez con el reflujo
toma de biopsias es muy importante y debe obedecer a gastroesofágico confiere un riesgo 40 veces mayor que
106 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

en la población general para el desarrollo de adenocar- generativos, sobre todo cuando se asocia con lesiones
cinoma del esófago. Otros factores de riesgo son taba- ulceradas.
quismo, consumo crónico de alcohol, desnutrición y de- Los adenocarcinomas en etapas tempranas pueden
ficiencias de micronutrientes como zinc, molibdeno, presentarse como protuberancias mucosas irregulares o
magnesio y hierro. La estenosis por cáusticos, la acala- pequeñas placas; al momento del diagnóstico la mayoría
sia y probablemente los divertículos del esófago han si- de los tumores se encuentran en etapas avanzadas con in-
do encontrados como factores de riesgo para esta neo- filtración profunda de la pared esofágica. Los carcino-
plasia. mas avanzados pueden ser planos o ulcerados, sólo un
tercio tienen aspecto fungoide o polipoide; ocasional-
mente son multifocales y rara vez tiene origen indepen-
Aspectos clínicos diente de esófago de Barrett, de glándulas ectópicas gás-
tricas o de glándulas esofágicas. Histológicamente son
típicamente papilares o similares. Cuando los tumores
Aunque existen tres patrones de crecimiento tumoral, son de origen difuso muestran rara formación glandula-
los síntomas son similares. El tipo ulceroso se presenta res y en ocasiones la presencia de células en anillo de se-
como una úlcera bien delimitada con bordes elevados. llo. Puede haber células endocrinas producto de la dife-
El tipo fungoide es un crecimiento intraluminal, mien- renciación, como células de Paneth; en ocasiones el
tras que el tipo infiltrante presenta extenso crecimiento patrón puede ser mucinoso, cuando la lesión contiene
intratumoral, frecuentemente circunferencial, con mí- mucina en 50% de la lesión.
nima ulceración.
El síntoma más característico es la disfagia progresi-
va, primero a sólidos y después a líquidos; es el síntoma Diagnóstico
de presentación más frecuente. Por desgracia, es un sín-
toma tardío que indica que al menos dos tercios de la cir- Una vez que se sospecha la presencia de cáncer de esó-
cunferencia del esófago se encuentran involucrados por fago con base en los datos clínicos y estudios radiológi-
tumor. La pérdida de peso es también un síntoma fre- cos se debe proceder a realizar una esofagoscopia y una
cuente y a veces desproporcionado con la intensidad de biopsia para establecer tanto el diagnóstico histopa-
la disfagia. Ambos síntomas se presentan en más de tológico como la extensión del tumor. Al momento de
90% de los pacientes con carcinoma de esófago. Otro la endoscopia se debe documentar la relación de la neo-
síntoma frecuente incluye la odinofagia, mientras que plasia con el cricofaríngeo, la unión escamocolumnar y
el dolor torácico continuo generalmente indica invasión el hiato diafragmático, así como la presencia o ausencia
de estructuras mediastínicas. La presencia de tos y dis- de esófago de Barrett, lesiones satélites o esofagitis. Las
fonía indica invasión de la vía aérea o del nervio larín- lesiones sospechosas deben ser sometidas tanto a biop-
geo recurrente, respectivamente. sia como a cepillado, ya que la exactitud diagnóstica de
ambos procedimiento combinados excede 90%.
Los estudios de doble contraste son complementa-
Anatomía patológica rios, y la tomografía computarizada se indica para eva-
luar la extensión de la enfermedad y descartar la exis-
tencia de metástasis viscerales.
Es un tumor maligno del esófago con diferenciación
glandular; predominantemente tiene su origen en un
esófago de Barrett con localización en el tercio inferior CARCINOMA EPIDERMOIDE
del esófago y frecuentemente los adenocarcinomas se
originan de una mucosa gástrica heterotópica con loca-
lización del esófago superior o de las glándulas mucosas
y submucosas. Generalidades
Aspecto macroscópico: la neoplasia intraepitelial no
muestra características propias; en algunos casos la La incidencia del carcinoma de esófago es variable en
neoplasia intraepitelial se presenta como masas nodula- diferentes regiones del mundo; el mayor número de ca-
res que asemejan adenomas, por lo que el diagnóstico sos ha sido reportado en China, el litoral del mar Caspio
histopatológico es indispensable para descartar una dis- e Irán, que son considerados como de alto riesgo.
plasia, siendo un reto para el patólogo diferenciar neo- Representa 2% de todos los tumores malignos; se
plasia intraepitelial y cambios epiteliales reactivos o re- presenta en la sexta década de la vida y es más frecuente
Esófago 107

en el sexo masculino que en el femenino, con tasa de cación de este tumor se utiliza el sistema TNM, donde
5:1; es más frecuente en la raza negra que en la blanca. su utilidad y tratamiento son perfectamente conocidos.
Son factores de riesgo la asociación de tabaco y alco- Cuando los tumores infiltran por debajo de la submu-
hol, la ingesta de sustancias que contienen nitrosami- cosa se considera carcinoma avanzado de células esca-
nas, aflatoxina y micotoxinas, la deficiencia de hierro, mosas.
vitamina A y riboflavina, la tilosis, la enfermedad de El carcinoma verrugoso es una variante rara de carci-
Chagas y el síndrome de Plummer--Vinson. noma de células escamosas, histológicamente compara-
En nuestro medio, a pesar de los avances que se han ble con los carcinomas verrugosos que tienen origen en
efectuado en las diversas áreas de cirugía, radioterapia otros sitios; macroscópicamente su apariencia exofítica
y quimioterapia, la mayoría de los pacientes fallecen en gelatinosa en aspecto de coliflor o papilar puede hallar-
el transcurso de los siguientes 12 a 14 meses, debido a se en cualquiera parte del esófago; histológicamente es
que es diagnosticado en forma tardía, por lo cual la un epitelio escamoso bien diferenciado y queratinizado
sobrevida a cinco años es baja, con atipia celular mínima y margen de infiltración bien
definido, localmente con crecimiento lento y bajo po-
tencial de producir metástasis.
Aspectos clínicos El carcinoma basaloide de células escamosas fue
descrito ya en la lesión de cuerdas vocales.
La clasificación de carcinoma de células esofágicas
Desgraciadamente, la sintomatología aparece cuando el
se basa en los parámetros de actividad mitósica, aniso-
tumor se encuentra avanzado, con trastornos de la de-
nucleosis y grado de diferenciación. El carcinoma bien
glución, disfagia progresiva, sialorrea, náuseas y vómi-
diferenciado se parece al epitelio esofágico normal; hay
tos relacionados con la ingesta de los alimentos, por lo
una alta proporción en cuanto al gran tamaño, diferen-
que pronto los pacientes manifiestan astenia, adinamia,
ciación y contenido queratinocítico similar al de las cé-
anorexia, pérdida de peso y desnutrición. Los pacientes
lulas escamosas y una baja proporción de células peque-
pueden referir tos, hipo o disfonía por compromiso del
ñas de tipo basal, las cuales se localizan en la periferia
recurrente laríngeo, y bronconeumonía por aspiración
de las células tumorales. La queratinización se interpre-
o fístula traqueobronquial. Puede existir síndrome de
ta como un signo de diferenciación, aunque el epitelio
Horner o metástasis cervicales y asociarse con síndro-
esofágico normal no se queratiniza. En el carcinoma po-
mes paraneoplásicos. bremente diferenciado predominan las células de tipo
basal, las cuales exhiben un alto grado de mitosis.
El cáncer moderadamente diferenciado es un tipo po-
Anatomía patológica co común; dos terceras partes de este carcinoma oscilan
entre los bien diferenciados y los pobremente diferen-
Se define como carcinoma de células escamosas del ciados. No existe aún un criterio para establecer los pa-
esófago al tumor epitelial maligno con diferenciación rámetros de clasificación, por lo que el diagnóstico de-
de células escamosas microscópicamente caracteriza- pende del observador. Del carcinoma indiferenciado no
das por células similares a queratinocitos con puentes existen datos microscópicos de diferenciación, por lo
intercelulares y/o queratinizados; en etapas tempranas se que son indispensables las investigaciones inmunohis-
ha descrito macroscópicamente un patrón polipoide con toquímicas para su correcto diagnóstico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

estructuras similares a placas de presiones y lesiones


ocultas.
En China y Japón se denomina carcinoma superficial Diagnóstico
de esófago a la lesión limitada a la mucosa o la submu-
cosa sin producir metástasis. Algunos autores han con- El estudio endoscópico es de primordial importancia,
siderado 35% de metástasis a ganglio linfático. ya que permite identificar la lesión y efectuar biopsia
En etapas avanzadas Ming propone tres patrones para estudio histológico. Los estudios para determinar
principales: fungoide, ulcerante e infiltrante, el primero la extensión tumoral y la etapificación son: ultrasonido
con crecimiento exofítico con o sin ulceración, el se- endoscópico, para determinar la extensión del tumor en
gundo con crecimiento intramural con ulceración cen- la pared y la existencia de nódulos periesofágicos, sobre
tral y bordes elevados, y el patrón infiltrante, el más co- todo de gran utilidad en cáncer temprano; la broncosco-
mún, es de crecimiento predominantemente intramural pia, para descartar invasión al árbol bronquial; la TAC,
con un pequeño defecto de la mucosa. Para la estratifi- para determinar la extensión tumoral y la invasión vas-
108 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

cular, y es recomendable la laparoscopia abdominal, ya Anatomía patológica


que en muchas ocasiones existe invasión a ganglios pa-
racardiales o hígado. Macroscópicamente los tumores neuroendocrinos son
tumores bien diferenciados; tienden a ser pequeños, de
contorno áspero y cubiertos de mucosa aplanada; gene-
TUMOR NEUROENDOCRINO ralmente tienen apariencia de pólipo; microscópicamen-
te el patrón de crecimiento puede ser microglandular,
trabecular o raramente insular. Los núcleos son regula-
res normocromáticos, con mitosis escasa, por lo general
Generalidades sin necrosis y con vascularidad florida; excepcional-
mente el citoplasma tiene apariencia clara y puede pre-
sentar positividad local a la mucina; inmunohistoquími-
Los tumores carcinoides son neoplasias malignas poco camente son positivos a la enolasa neuronal específica,
comunes formadas por células enterocromafines; secre- la cromogranina, la sinaptofisina y la queratina. Ultra-
tan cantidades excesivas de neuropéptidos y aminas estructuralmente se encuentran gránulos secretorios
(bradicinina, serotonina, catecolaminas, gastrina, pép- con un denso centro en el citoplasma, los cuales usual-
tido intestinal vasoactivo, histamina y prostaglandinas); mente son muy abundantes; el grado de crecimiento de
son conocidos también como APUDomas por las siglas este tumor es muy lento. En el esófago el tumor es más
en inglés de Amine Precursor Uptake and Descarboxi- raro, es más frecuente en el estómago.
lation. Se originan en cualquier parte del cuerpo, pero
85% de ellos proviene del tracto digestivo.
El tumor carcinoide en esófago es muy poco frecuen- Diagnóstico
te (hay menos de 10 casos reportados en la literatura
mundial); debido a su poca frecuencia no entran en el
El diagnóstico es difícil, ya que debe sospecharse en
diagnóstico diferencial de los tumores malignos del
tumor carcinoide; en estos casos se mide la cantidad de
esófago; suele diagnosticarse entre la sexta y la séptima
ácido 5--hidroxi--indolacético (5--HIAA) en la orina de
décadas de la vida, y todos los casos han sido reportados
24 horas.
en el sexo masculino.
La endoscopia puede ayudar a establecer el diagnós-
Las lesiones suelen hallarse en esófago medio o infe-
tico; sin embargo, es difícil, ya que en ocasiones sólo se
rior; son de crecimiento lento y producen metástasis
observa una pequeña zona de consistencia dura y de
cuando su tamaño es mayor de 1 cm de diámetro (princi-
color amarillento. En estos casos debe realizarse biopsia
palmente en el hígado).
con examen histopatológico e inmunohistoquímico de
la lesión.
Aspectos clínicos

Pueden ser indolentes o causar un cuadro clínico por su ADENOCARCINOMA DE LA UNIÓN


localización (disfagia) o por las sustancias que secreten. ESOFAGOGÁSTRICA DE CÉLULAS
Cuando el tumor está localizado no suele haber sín- CLARAS, RICO EN GLUCÓGENO CON
drome carcinoide, ya que las sustancias que produce son PATRÓN TUBULOPAPILAR
metabolizadas en el hígado; sin embargo, en presencia
de metástasis hepática las sustancias, al no ser metaboli-
zadas, alcanzan la circulación sanguínea, produciendo
el cuadro del síndrome carcinoide: diarreas matutinas Generalidades
con dolor abdominal en la mayoría de los casos, de rápi-
do comienzo y acuosas, causando síndrome de malab- Prácticamente todos los tumores de la unión cardioeso-
sorción, aumento de la TA, bochornos con enrojeci- fágica corresponden a adenocarcinomas, entidad que
miento cutáneo en la mitad superior del cuerpo, edema fue descrita con anterioridad. Sin embargo, en forma
facial y de manos, prurito, parestesias, crisis de asma en reciente se describió un tipo de tumor de esta localiza-
personas previamente asmáticas, con alteraciones car- ción en el cual se puede apreciar la existencia de células
diopulmonares como estenosis, disnea e insuficiencia claras, rico en glucógeno con patrón túbulo--papilar, que
pulmonar. constituye una nueva variedad de adenocarcinoma.
Esófago 109

Aspectos clínicos Microscópicamente se caracterizan por un patrón tu-


bulopapilar; en la mayoría de ellos el citoplasma claro
No se conoce su frecuencia, pero son tumores muy raros se debe a la presencia de glucógeno o mucina, como los
de los cuales solamente existen reportes aislados en la tumores de células claras de otros sitios, como los de en-
literatura. Predominan en el sexo masculino y la edad de dometrio, mama, pulmón, hígado, riñón, glándulas sali-
presentación es similar a la del adenocarcinoma. En los vales, vías urinarias y algunas del tracto genital femeni-
pacientes suele haber cuadro de reflujo crónico, al cual no.
se agrega disfagia una vez que el tumor ha disminuido Es indispensable que el patrón de células claras ocu-
la luz del esófago, acompañado de manifestaciones de pe más de 10% de la población tumoral, aunque la ma-
ataque al estado general. yoría de los casos varían entre 30 y 60%.
El diagnóstico suele realizarse al realizar una endos- Con la tinción de PAS con diastasa 50% fueron posi-
copia con toma de biopsia para su estudio histológico. tivos; un porcentaje menor muestran glóbulos y alinos
eosinófilos intracitoplasmáticos.
Anatomía patológica La tipia celular es una variación de leve a severa, con
un grado de mitosis de 1 a 5 por campo de alto poder de
Aspecto macroscópico: generalmente son exofíticos y 10x; la necrosis es por coagulación; las áreas cercanas
tienden a crecer en forma anular obstruyendo en mayor a la mucosa tumoral suelen presentar metaplasia intesti-
o menor grado la luz de la unión esofagogástrica; la ma- nal y suele identificarse la invasión linfovascular y peri-
yor parte de ellos tienen afectación a ganglios linfáticos neural.
regionales cuando se diagnostican; el tamaño varía de 2 Se menciona inmunopositividad a CK 7 con 10 a
a 4 cm de longitud, con una media de 4.5 cm; la mayor 60% de las células siendo positivas y a un CK 20 positi-
parte de ellos está ulcerada. vos (en 10 a 50% de la población tumoral).

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112 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--1. Aspecto macroscópico normal del esófago; la mucosa es lisa, de color blanco aperlado, en contraste con la del estó-
mago, que es levemente aterciopelada y rosada.

Figura 5--2. Panorámica del esófago que demuestra las capas que lo constituyen teñidas con H--E, las cuales son: A. Mucosa.
B. Submucosa. C. Muscular propia.
Esófago 113

Figura 5--3. Corte histológico teñido con H--E que demuestra las glándulas submucosas del esófago (*).
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Figura 5--4. Corte histológico teñido con H--E. Epitelio plano estratificado del esófago; nótese el citoplasma amplio claro de las
células más superficiales.
114 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--5. Esófago. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson del tercio superior del esófago. Nótese que las fibras de
músculo muestran estriaciones.

Figura 5--6. Divertículos. TAC en la que se observa la bifurcación del esófago con un fondo de saco ciego.
Esófago 115

Figura 5--7. Divertículos. Imagen contrastada en la cual se observa el divertículo con material de contraste en el tercio superior
del esófago.
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Figura 5--8. Divertículos. Mucosa ectópica de tipo intestinal como parte del componente mucoso de un divertículo esofágico.
116 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--9. Divertículos. Mucosa ectópica de tipo intestinal como parte del componente mucoso de un divertículo esofágico a
gran aumento.

Figura 5--10. Divertículos. Tejido pancreático ectópico en el espesor de la capa muscular. Nótese la mucosa del divertículo esofá-
gico, la cual corresponde a mucosa de tipo antral.
Esófago 117

Figura 5--11. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa: A. Epitelio esofágico plano
estratificado no queratinizado. B. Islote de cartílago hialino. C. Glándula con tejido linfoide. D. Glándulas de secreción mixta.
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Figura 5--12. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observan a mayor detalle las glán-
dulas de secreción mixta como parte del componente de remanentes traqueobronquiales en el esófago.
118 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--13. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa a gran detalle el revesti-
miento epitelial de una de las glándulas, el cual es de tipo seudoestratificado y ciliado.

Figura 5--14. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa el espesor
total del esófago con remanentes traqueobronquiales; se aprecia el desarreglo estructural de la muscular propia, islotes de cartíla-
go y gran cantidad de glándulas de secreción mixta.
Esófago 119

Figura 5--15. Remanentes traqueobronquiales. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa el espesor
total del esófago con remanentes traqueobronquiales; se aprecia el desarreglo estructural de la muscular propia, islotes de cartíla-
go y tejido linfoide asociado a la mucosa (bronquial).
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Figura 5--16. Candidiasis. Lesiones en placa blanco amarillenta que cubren la totalidad el esófago formando estrías lineales, en
ocasiones confluentes, correspondientes a candidiasis esofágica.
120 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--17. Candidiasis que muestra esofagitis ulcerada con abundantes hifas de Candida.

Figura 5--18. Candidiasis a mayor aumento. Tinción de PAS que demuestra en el fondo células epiteliales y abundantes hifas de
Candida.
Esófago 121

Figura 5--19. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. La imagen muestra la exposición de las capas submucosa y muscular del tercio
medio del esófago de un paciente con infección crónica por Trypanosoma cruzi. La biopsia es obtenida mediante la utilización
de un capuchón especial que permite succionar la mucosa y tomar “biopsia sobre biopsia”, hasta llegar al plano submucoso.
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Figura 5--20. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. Montaje de la biopsia de la unión esofagogástrica, teñida con técnica de H--E,
en paciente con serología positiva para Trypanosoma cruzi y disminución de la motilidad esofagogástrica.
122 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--21. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. Panorámica de unión esofagogástrica teñida con técnica de H--E, con infiltrado
inflamatorio crónico y agudo, que se extiende hasta la muscular en forma difusa.

Figura 5--22. Esofagitis por Trypanosoma cruzi. Mucosa de unión esofagogástrica teñida con técnica de H--E, en paciente con
disminución de la motilidad intestinal, serología positiva para Trypanosoma cruzi, denso infiltrado inflamatorio que disocia la mus-
cular.
Esófago 123

Figura 5--23. Esofagitis crónica por Trypanosoma cruzi. Muscular de unión esofagogástrica teñida con técnica de H--E. Detalle
del infiltrado inflamatorio de predominio crónico.
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Figura 5--24. Acantosis glucogénica. En esta imagen endoscópica se observan nodulaciones amarillentas (2 a 4 mm) localizadas
en el tercio distal y sobre la confluencia de los pliegues del esófago.
124 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--25. Acantosis glucogénica. Panorámica teñida con H--E que muestra las células superficiales del epitelio esofágico en
el que el citoplasma es claro.

Figura 5--26. Acantosis glucogénica. Panorámica teñida con PAS. En el citoplasma de las células se identifica el glucógeno.
Esófago 125

Figura 5--27. Metaplasia de glándulas esofágicas. Imagen endoscópica. En el tercio inferior se observan múltiples lesiones nodu-
lares amarillo brillantes que corresponden a la presencia de glándulas sebáceas.
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Figura 5--28. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E que corresponde a biopsia de esófago en
la submucosa; se identifica la presencia de glándulas sebáceas y su conducto de salida.
126 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--29. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E. En la submucosa se observa la presencia
de glándulas sebáceas. Nótese el infiltrado inflamatorio del lado derecho.

Figura 5--30. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E. Se observa a mayor detalle la estructura de
la glándula metaplásica.
Esófago 127

Figura 5--31. Metaplasia de glándulas esofágicas. Corte histológico teñido con H--E. Se observan las características citológicas
de la glándula sebácea.
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Figura 5--32. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Unión esofagogástrica normal. Se observa claramente
y bien delimitada la transición de los epitelios (línea en “Z”). La mucosa gástrica tiene un aspecto rojo y aterciopelado, mientras
que la mucosa esofágica muestra su distintivo color asalmonado.
128 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--33. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Segmento corto: endoscopia convencional. El lado
izquierdo muestra irregularidad en la unión esofagogástrica condicionada por la presencia de metaplasia de tipo intestinal. Al reali-
zar cromoendoscopia con azul de metileno (derecha) se hace más evidente el epitelio de tipo intestinal.

Figura 5--34. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Segmento largo. Endoscopia convencional. El lado
izquierdo muestra la presencia de una mucosa aterciopelada roja que ocupa prácticamente la totalidad del tercio medio y distal
del esófago. La cromoendoscopia evidencia la presencia del epitelio de tipo intestinal.
Esófago 129

Figura 5--35. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Esófago teñido con técnica de H--E que demuestra
glándulas con metaplasia escamosa (esófago de Barrett).
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Figura 5--36. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Panorámica teñida con H--E. Nótese la metaplasia
intestinal del epitelio glandular.
130 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--37. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett con displasia epitelial focal, teñida con H--E.

Figura 5--38. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett con displasia epitelial, teñida con técnica de H--E.
Esófago 131

Figura 5--39. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Panorámica con tinción de PAS azul alciano con pH
2.5, que demuestra la metaplasia intestinal.
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Figura 5--40. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Detalle de la metaplasia intestinal en el epitelio glandu-
lar. PAS azul alciano, pH 2.5.
132 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--41. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y esófago de Barrett. Detalle de la metaplasia intestinal. PAS azul alciano,
pH 2.5.

Figura 5--42. Adenocarcinoma. Endoscopia de lesión polipoide en esófago, infiltrante, localizada en el tercio distal del esófago,
y unión esofagogástrica que obstruye por completo la luz. La biopsia informa presencia de adenocarcinoma del tercio distal inva-
sor. Cortesía del Dr. Luis Gabriel Alfaro Fattel.
Esófago 133

Figura 5--43. Adenocarcinoma. Biopsia del tercio distal del esófago teñida con H--E. Adenocarcinoma invasor bien diferenciado.
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Figura 5--44. Adenocarcinoma teñido con técnica de H--E. Adenocarcinoma invasor, detalle de permeación linfática tumoral.
134 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--45. Adenocarcinoma. Material de autopsia, adenocarcinoma invasor de esófago. Cortesía de la Dra. Martha Chávez
García.

Figura 5--46. Adenocarcinoma. Corte transversal del adenocarcinoma invasor que invade a toda la pared del órgano.
Esófago 135

Figura 5--47. Adenocarcinoma que invade toda la pared del órgano. Montaje teñido con técnica de H--E.
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Figura 5--48. Adenocarcinoma. Pieza quirúrgica con otro adenocarcinoma de la unión esofagogástrica, de aspecto polipoide.
136 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--49. Adenocarcinoma. Montaje de la pieza anterior teñida con técnica de PAS que demuestra que la lesión invade a toda
la pared del órgano.

Figura 5--50. Adenocarcinoma. Panorámica H--E con adenocarcinoma invasor de esófago bien diferenciado.
Esófago 137

Figura 5--51. Adenocarcinoma de esófago teñido con H--E. Acercamiento que muestra atipias nucleares.
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Figura 5--52. Endoscopia de carcinoma epidermoide de esófago. Cortesía del Dr. Luis Gabriel Alfaro Fattel.
138 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--53. Carcinoma epidermoide invasor ulcerado.

Figura 5--54. Esófago disecado con carcinoma epidermoide ulcerado y con satélites en el resto de la superficie del esófago.
Esófago 139

Figura 5--55. Carcinoma epidermoide invasor ulcerado de esófago. Material de autopsia.


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Figura 5--56. Carcinoma epidermoide teñido con H--E. Panorámica en un área no ulcerada.
140 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--57. Panorámica de zona ulcerada de carcinoma epidermoide, teñida con técnica de H--E.

Figura 5--58. Acercamiento de un carcinoma epidermoide de esófago teñido con H--E.


Esófago 141

Figura 5--59. Carcinoma epidermoide teñido con técnica de tricrómico de Masson en un área no ulcerada.
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Figura 5--60. Tumor neuroendocrino. Endoscopia localizada en esófago. Cortesía del Dr. Luis Gabriel Alfaro Fattel.
142 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--61. Panorámica teñida con técnica de H--E que demuestra tumor neuroendocrino en el esófago.

Figura 5--62. Acercamiento de tumor neuroendocrino teñido con técnica de H--E.


Esófago 143

Figura 5--63. Micrografía electrónica de tumor neuroendocrino en la que se observan los gránulos. Cortesía del Dr. Sebastián
Castillo.
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Figura 5--64. Micrografía electrónica. Detalle de los gránulos de un tumor neuroendocrino. Cortesía del Dr. Sebastián Castillo.
144 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)

Figura 5--65. Adenocarcinoma de unión esofagogástrica de células claras rico en glucógeno con patrón tubulopapilar.

Figura 5--66. Adenocarcinoma de unión esofagogástrica de células claras. Panorámica que demuestra el patrón tubular teñida
con técnica de H--E; 100% de las células son de citoplasma claro.
Esófago 145

Figura 5--67. Acercamiento de un adenocarcinoma de la unión esofagogástrica de células claras.


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Figura 5--68. Permeación linfática de un adenocarcinoma de unión esofagogástrica de células claras, con permeación a linfáticos.
146 Atlas de gastroenterología (Capítulo 5)
Capítulo 6
Estómago
Isabel Ruiz Juárez, José María Remes Troche, Blandina Hernández Cruz,
Federico Roesch Dietlen, Araceli Cabrales Mújica, José Luis Palmeros Sarmiento,
Juana Sonia Tavares García, Sebastián Castillo

INTRODUCCIÓN S Células mucosas del cuello, que se localizan en el


cuello de las glándulas gástricas en grupos peque-
ños o como células aisladas.
S Células enteroendocrinas: son abundantes en el
antro pilórico y con más frecuencia en las bases de
El estómago es un órgano que contiene cuatro capas: las glándulas; producen hormonas peptídicas ver-
mucosa, submucosa, muscularis propia y subserosa. daderas como la secretina, la gastrina y la colecis-
La mucosa contiene glándulas que están formadas tocinina.
por diferentes tipos de células, dependiendo de la región
del estómago; primero se identifican las células superfi-
La muscularis mucosae está formada por dos capas, una
ciales (mucosas), que forman un epitelio cilíndrico sim-
interna circular y una externa longitudinal; ambas son
ple que reviste todo el estómago y se extiende hasta las
fibras elásticas de músculo liso que penetran en la lámi-
criptas o foveolas. Este tipo de epitelio se inicia en el
na propia y terminan en la membrana basal del epitelio.
cardias y a nivel del píloro se continúa con la mucosa
La submucosa está localizada entre la muscularis mu-
intestinal. A continuación se enlistan los principales ti-
cosae y la muscularis propia; en ella se encuentran los
pos de células que conforman el epitelio gástrico y sus
plexos venosos y nerviosos, las arterias y los linfáticos.
funciones:
En la muscularis propia se reconocen tres capas de
fibras: una es longitudinal, otra es circular y la última es
S Células epiteliales superficiales: secretan moco oblicua.
glucoproteínico neutro, el cual forma una película El estómago está irrigado por cinco arterias. La gás-
que protege a la mucosa del ácido; sin embargo, trica izquierda se origina del tronco celiaco e irriga la
cuando falta la mucosa se ulcera. región del cardias; la gástrica derecha irriga la curvatura
S Células principales (cimógenas): estas células se menor, y la gastroepiploica derecha irriga la curvatura
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encuentran en la base de las glándulas gástricas y mayor; ésta se origina en la arteria hepática. La arteria
se extienden de la lámina basal hacia la luz de la gastroepiploica izquierda y la arteria gástrica corta se
glándula. Secretan pepsinógeno, que en el medio originan de la arteria esplénica e irrigan la curvatura
ácido del estómago se transforma en pepsina, que mayor.
es la enzima activa que se encarga de la hidrólisis La inervación del estómago es del tronco celiaco, del
de proteínas para dar péptidos más pequeños. nervio frénico derecho e izquierdo y del vago.
S Células parietales (oxínticas): son productoras de La histología del estómago varía de un área a otra y
ácido y están dispersas solas o en pequeños grupos las enfermedades gástricas, por lo tanto, se distribuyen
entre los demás tipos de células; se encuentran del de manera diferente; es por eso que el estudio histopato-
istmo a la base de las glándulas gástricas, pero lógico de las piezas quirúrgicas requiere un muestreo
abundan más en las regiones del cuello y del istmo. extenso de las diferentes áreas del estómago.

147
148 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

GASTRITIS Cuadro 6--1. Clasificación de las gastritis


Aguda
Gastritis aguda erosiva y hemorrágica
Gastritis aguda asociada a Helicobacter pylori
Generalidades
Otras gastritis agudas (formas poco comunes)
Crónica
El daño a la mucosa gástrica frecuentemente se asocia Gastropatía asociada a H. pylori
con daño en las células epiteliales y cambios regenerati- Gastritis química
vos. El termino “gastritis” se utiliza para indicar la pre- Asociada a AspirinaR y otros AINEs
sencia de inflamación asociada con daño evidente a la Reflujo biliar
mucosa. Sin embargo, la presencia de daño epitelial y
Otros
cambios regenerativos no siempre se acompaña de in-
Gastritis atrófica con metaplasia
flamación y daño mucoso. Esta distinción ha causado
Ambiental
confusión a lo largo del tiempo, ya que el término “gas-
Autoinmunitaria
tritis” frecuentemente se utiliza para describir cambios
Formas poco comunes
endoscópicos o radiológicos de la mucosa gástrica más
Gastritis atrófica posantrectomía
que cambios histológicos. A la presencia de daño epite-
lial y cambios regenerativos en ausencia de inflamación Gastritis eosinofílica
se le debe denominar “gastropatía”. Estas diferencias no Gastritis infecciosa (diferente a H. pylori)
sólo son semánticas, sino que también tienen implica- Gastrospirillium hominis
ciones clínico--terapéuticas. Mycobacterium sp.
La gastropatía es frecuentemente el resultado de la Treponema pallidum
exposición a agentes irritantes para la mucosa gástrica, Virales
como fármacos y drogas (antiinflamatorios no esteroi- Parasitarias
deos y alcohol), reflujo biliar, hipovolemia y congestión Fúngicas
crónica. Enfermedad de Crohn
La gastritis se debe usualmente a agentes infecciosos Sarcoidosis
(principalmente Helicobacter pylori) y a reacciones de Gastritis granulomatosa aislada
hipersensibilidad y autoinmunidad. Sin embargo, en sen- Gastritis linfocítica
tido práctico, los principales agentes nocivos para la Enfermedad de Menetrier
mucosa gástrica causan tanto gastropatía como gastritis.

Anatomía patológica
Clasificación
La inflamación aguda se caracteriza por la presencia de
Existen múltiples formas de clasificar a la gastritis; sin un infiltrado inflamatorio abundante en neutrófilos,
embargo, muchas de estas clasificaciones son contro- mientras que la inflamación crónica se caracteriza por
versiales porque incluyen sólo el punto de vista etioló- un infiltrado predominantemente mononuclear, con lin-
gico, mas no las alteraciones histológicas, o viceversa, focitos, células plasmáticas y macrófagos. Una clasifi-
así que comúnmente existe una gran confusión de tér- cación clinicopatológica más real se muestra en el cua-
minos con estas clasificaciones. dro 6--1.
La mayoría de las clasificaciones coinciden en divi- El único método que permite diferenciar entre una
dir a la gastritis en: gastritis aguda y una crónica es el análisis histológico de
la mucosa, ya que las características radiológicas y en-
a. Aguda. doscópicas son muy similares. Además, la correlación
b. Crónica. clínica con las alteraciones histológicas es muy pobre.
Por ejemplo, en un estudio en 167 pacientes con datos
Esta distinción, además de que implica el tiempo y la clínicos de gastritis a los que se les realizó endoscopia
duración de la enfermedad, también es útil, ya que los se demostró que, de 98 pacientes con cambios endoscó-
términos son aplicables para describir el tipo de infil- picos atribuidos a gastritis, hasta en 27% la biopsia gás-
trado inflamatorio en la mucosa gástrica (cuadro 6--1). trica fue considerada como normal. Por otra parte, en los
Estómago 149

69 pacientes en los que aparentemente la endoscopia era Aspectos clínicos


normal la biopsia mostró cambios compatibles con gas-
tritis hasta en 63%. Las manifestaciones más comunes son dolor o moles-
Así pues, la biopsia de la mucosa gástrica es la piedra tias localizadas en el epigastrio o el cuadrante superior
angular para establecer el correcto diagnóstico entre izquierdo del abdomen, relacionadas en múltiples oca-
gastritis aguda y crónica. siones con la ingesta de diferentes agentes que son agre-
Las alteraciones histológicas pueden ser desde muy sores a la mucosa gástrica, como el alcohol o medica-
sutiles, como discreta hiperplasia epitelial, hasta el fran- mentos, o por irritantes contenidos en los alimentos. Las
co daño epitelial con infiltrado inflamatorio y hemorra- molestias digestivas son de escasa o moderada magni-
gia. tud, y se suelen acompañar de sensación de náuseas, vó-
mitos, plenitud posprandial, agruras y acedías.

GASTRITIS AGUDA Diagnóstico

El recurso más importante para establecer el diagnósti-


co en la gastritis aguda es la gastroscopia con toma de
La gastritis aguda es poco frecuente en los niños, pero biopsias, la cual debe realizarse en el momento en que
se incrementa conforme avanza la edad, encontrándose se presenta el cuadro. La endoscopia es útil para estable-
una prevalencia en sujetos entre la quinta y la sexta dé- cer el diagnóstico, valorar la extensión de las lesiones y
cadas de la vida hasta en 60%. además detectar la existencia de sangrado y eliminar
En los países en vías de desarrollo se ha reportado otros posibles diagnósticos.
que casi 60% de la población ha presentado en algún Siempre debe realizarse biopsia de las lesiones más
momento síntomas de gastritis aguda antes de los 50 representativas y tomar muestras del antro gástrico para
años de edad. En cambio, en los países industrializados determinar la presencia de Helicobacter pylori.
alcanza cifras hasta de 83 a 94%.

GASTRITIS CRÓNICA
Etiología

Puede ser producida por:


Generalidades
1. Ingesta de sustancias tóxicas, entre ellas primor- La gastritis crónica se caracteriza por la presencia de in-
dialmente el alcohol. flamación crónica asociada con atrofia glandular y cam-
2. Medicamentos: secundaria a la ingesta de diversos bios epiteliales del tipo de la metaplasia.
fármacos, primordialmente ácido acetilsalicílico No se sabe con certeza la frecuencia real de las gastri-
y antiinflamatorios no esteroideos, cuyo uso es tis crónicas, ya que no existe una correlación directa
muy frecuente, sobre todo en la tercera edad, para entre las manifestaciones clínicas, los hallazgos endos-
el control de las osteopatías degenerativas. cópicos y los resultados del estudio histológico. Histo-
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3. Agentes infecciosos: el Helicobacter pylori es res- lógicamente se han encontrado elementos de diagnósti-
ponsable de alteraciones en la mucosa gástrica que co en biopsias tomadas en sujetos asintomáticos hasta
conllevan a la aparición de gastritis aguda, que, de en 42%, y hasta en 30% de biopsias tomadas en procedi-
prolongarse, lleva a cambios profundos en ella, mientos endoscópicos informados como normales. Asi-
con gran implicación clínica en diferentes entida- mismo, se han encontrado biopsias normales hasta en
des clínicas, como se verá más adelante. 30% de pacientes con cuadro clínico de dispepsia.
4. Estrés.
5. Radiación.
6. Reflujo biliar: por su alto contenido de bilis y jugo Etiología
pancreático, desempeña también un papel impor-
tante en las alteraciones de la mucosa gástrica del Al igual que la gastritis aguda, múltiples son los factores
antro gástrico. que pueden producir inflamación crónica de la mucosa
7. Traumatismos. gástrica, siendo los más importantes:
150 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

1. Factores genéticos y autoinmunidad: existe una S Gastritis superficial: en las que el patrón predo-
forma de gastritis crónica atrófica autoinmunitaria minante es la inflamación sin lesión del epitelio
que se caracteriza por atrofia de la mucosa gástrica glandular, que seguramente constituye el estadio
secundaria a la existencia de autoanticuerpos en inicial de las gastritis atróficas.
contra de las células parietales y el factor intrín- S Gastritis atróficas. Aquí el infiltrado inflamato-
seco. Este tipo de gastritis se asocia con la presen- rio se asocia con destrucción y desaparición de las
cia de los haplotipos HLA B8 y DR3. Esta gastro- glándulas oxínticas; se acompaña habitualmente
patía se hereda siguiendo un patrón autosómico de metaplasia intestinal.
dominante. Estos pacientes frecuentemente desa- S Gastritis erosiva: en las que el aspecto macroscó-
rrollan anemia perniciosa e hipotiroidismo. pico corresponde a nódulos con erosión apical, en
2. Agentes químicos: son diversos los agentes que los cuales histológicamente se identifica la infla-
producen daño crónico a la mucosa gástrica; entre mación y la destrucción superficial del epitelio
ellos se encuentran el alcohol, el tabaco, los que pueden dejar una zona de fibrosis.
AINEs y el reflujo biliar. S Gastritis granulomatosa, en donde se identifi-
3. Infección por Helicobacter pylori, que afecta pri- can alteraciones tipo granulomatoso con infiltrado
mordialmente al antro y parte del cuerpo del estó- inflamatorio tipo Langhans que se asocian con en-
mago, situado por debajo de la capa de moco adhe- fermedad de Crohn, tuberculosis, histoplasmosis,
rente y en contacto con la superficie de las células sarcoidosis y sífilis.
epiteliales. Por acción de la secreción de citotoxi- S Gastritis eosinofílica o alérgica. Afecta predo-
nas es capaz de producir metaplasia gástrica y minantemente a niños y jóvenes con presencia de
puede ser responsable de una gastritis folicular ca- infiltrado eosinofílico en la lámina propia, acom-
racterística. pañado de daño epitelial y necrosis. Habitualmente
4. Otras infecciones: existen numerosos microorga- se alteran también el intestino delgado y el colon,
nismos y parásitos que pueden ser responsables de y se acompaña de eosinofilia en sangre periférica
daño de la mucosa gástrica, como por ejemplo ci- y elevación de los niveles séricos de IgE.
tomegalovirus, virus del HIV, micobacterias, Can- S Gastritis autoinmunitaria (tipo A). Localizada
dida, etc. en el fondo o el cuerpo gástrico, histológicamente
5. Otros factores: en algunos casos de pacientes so- corresponde a una gastritis atrófica con metapla-
metidos a radiaciones sobre el abdomen se llegan sia intestinal.
a producir cambios en la mucosa gástrica que pue- La destrucción glandular conduce a hipoclorhi-
den llegar hasta la necrosis severa con infiltrado dria, con anemia perniciosa e hipergastrinemia
inflamatorio secundario, el cual revierte en cuatro por hiperplasia de las células G del antro. Evolu-
meses aproximadamente. Sin embargo, cuando es ciona a la atrofia gástrica en la mayoría de los
grave, puede producir ulceraciones y fibrosis en casos.
zonas amplias de la mucosa gástrica. S Gastritis medioambiental (tipo AB). Ocurre en
países con elevada frecuencia de cáncer gástrico,
En 50% de los pacientes que presentaban enfermedad como Japón y Colombia. Se inicia en el límite en-
celiaca clásica confirmada por biopsia yeyunal coexiste tre el cuerpo y el antro, y se extiende en ambas di-
con gastritis linfocítica. Recientemente se ha demos- recciones. Histológicamente corresponde a una
trado que, de los pacientes con linfoma gástrico, 32% se gastritis atrófica.
asocian con gastritis linfocítica, al igual que 12% de los S Gastritis folicular o linfocítica (tipo B). Se loca-
pacientes con carcinoma gástrico. liza en el cuerpo y el antro del estómago, con infil-
tración muy importante de neutrófilos en el epite-
lio foveolar e infiltración plasmática de la lámina
Anatomía patológica propia, con folículos linfoides prominentes y cam-
bios en el epitelio, que se identifica como metapla-
Las gastritis crónicas pueden producir alteraciones de la sia intestinal altamente especializada. Se puede
mucosa gástrica tales como atrofia glandular y metapla- apreciar hiperplasia de las células G en pacientes
sia intestinal, hasta llegar a la displasia e inclusive rela- tratados durante largo tiempo con bloqueadores de
cionarse con la aparición de neoplasias gástricas. Histo- los receptores H2 y con inhibidores de la bomba de
lógicamente se pueden distinguir varios tipos, protones. Cuando se encuentra, se considera que
independientemente de las causas que las originen. existe alto riesgo de neoplasias gástricas.
Estómago 151

S Enfermedad de Menetrier. Se caracteriza por hi- de transformarse en mucosa de tipo intestinal con
perplasia polipoide difusa del epitelio glandular, todos sus elementos e incluir tanto células calici-
predominantemente del fundus y del cuerpo; en formes como absortivas, endocrinas y de Paneth.
estos casos debe buscarse intencionadamente la S Metaplasia intestinal incompleta: la metaplasia
presencia de displasia o neoplasia en la enferme- intestinal tipo II o incompleta contiene células ca-
dad avanzada, aunque frecuentemente se presente liciformes interpuestas entre las células foveola-
en sujetos diabéticos con la presencia de hipopro- res. Se subclasifica en dos grupos con base en el
teinemia grave. tipo de mucopolisacáridos que se encuentran tanto
en las células columnares como en las calicifor-
mes.
Diagnóstico S Tipo I. Pocas células absortivas, células co-
lumnares secretoras de sialomucina ácida, cé-
El procedimiento diagnóstico de mayor especificidad es lulas caliciformes secretoras principalmente de
la panendoscopia con biopsia de la mucosa gástrica de sialomucina y ocasionalmente sulfomucina.
las lesiones representativas, que permita al anatomopa- S Tipo II. Células columnares secretoras princi-
tólogo una buena correlación entre la imagen endoscó- palmente de sulfomucina y células calicifor-
pica y los hallazgos microscópicos; siempre deberá in- mes secretoras de sialomucina y sulfomucina.
vestigarse la existencia de Helicobacter pylori. Las formas más severas de metaplasia se aso-
cian con gastritis crónica atrófica. La metapla-
sia intestinal se observa con hematoxilina y eo-
sina; sin embargo, se pueden realizar tinciones
METAPLASIA INTESTINAL de histoquímica como el ácido peryódico de
Schiff (PAS) e inmunohistoquímica con antíge-
no carcinoembrionario.

Es un proceso en el cual la mucosa gástrica se reemplaza


por epitelio que histológicamente recuerda la mucosa Aspectos clínicos
intestinal y que con frecuencia se relaciona con la gastri-
tis crónica atrófica; se observa con mayor frecuencia en No existe sintomatología específica de la metaplasia
el antro y el cuerpo, y se incrementa de acuerdo con la como tal, y se relaciona con el proceso inflamatorio de
duración de la enfermedad; la lesión se identifica en la la mucosa gástrica, generalmente crónico (gastritis cró-
región foveolar en la parte superior de la mucosa, y pue- nica atrófica, que se caracteriza por dolor epigástrico,
de ser completa o incompleta. agruras y sensación de plenitud gástrica).
Por lo que hace a su evolución clínica al desarrollo de
cáncer gástrico, se considera la siguiente pirámide po-
Etiopatogenia blacional:

De causa no bien definida, se considera como una “re-


generación defectuosa” de las células epiteliales perdi-
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das por la acción de factores tanto genéticos como am- Cáncer


gástrico
bientales, epidemiológicos, dietéticos o por H. pylori, y invasivo
que evoluciona de una gastritis crónica superficial a una Cáncer gástrico
temprano
difusa o a una crónica atrófica multifocal, con cambios
Displasia severa
de metaplasia intestinal inicialmente de tipo completo
o de intestino delgado, posteriormente a incompleto de Displasia moderada
intestino grueso, con cambios displásicos de severidad Displasia leve
creciente y finalmente a desarrollar un cáncer gástrico. Metaplasia intestinal tipo III
En función de lo anterior, se ha clasificado la meta- Metaplasia intestinal tipos I y II
plasia en: Gastritis crónica atrófica, difusa total
Gastritis crónica atrófica focal antral
S Metaplasia intestinal completa: en la metaplasia
Gastritis crónica
intestinal tipo I o completa la mucosa gástrica pue-
152 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Diagnóstico virus, herpes simple, micoplasma y Giardia lamblia; de


igual forma, se mencionan factores inmunitarios, hor-
El diagnóstico se realiza por endoscopia con cromoen- monales y genéticos.
doscopia con toma de biopsia, las cuales serán de acuer- En adultos suele presentarse con más frecuencia en-
do a la extensión y el grado de afectación de la mucosa tre los 30 y los 60 años de edad, y se le relaciona también
gástrica, pudiendo efectuarse mapeo de las mismas y con la presencia de Helicobacter pylori.
controles posteriores, los cuales estarán sujetos a lo an-
tes descrito y pueden ser cada seis meses o cada año,
dependiendo además de los factores de riesgo a los que Aspectos clínicos
se encuentra sujeto el paciente.
Endoscópicamente la metaplasia antral se observa En el paciente pediátrico suele tener un curso benigno,
como pequeñas elevaciones blanquecinas, descritas en mientras que en el adulto tiende a la cronicidad y a con-
algunas publicaciones japonesas como granos de arroz, siderarse como una entidad preneoplásica. Se caracte-
o bien con aspecto de empedrado; para mejor observa- riza por dolor epigástrico, diarrea, náusea, vómito y
ción de estas lesiones se han utilizado colorantes como edema periférico asociado con la pérdida de proteínas.
el azul de metileno; sin embargo, cuando las lesiones no
son muy severas no son detectables por la endoscopia
convencional, por lo que actualmente se utilizan la cro- Anatomía patológica
moendoscopia y endoscopio de alta definición, con lo
cual es posible detectar lesiones más pequeñas que cap- El análisis histológico detallado de las biopsias demues-
tan el colorante a mayor concentración que la habitual tra la pérdida de glándulas oxínticas e hiperplasia fo-
y se puede tomar biopsia de las mismas con mayor segu- veolar, lo que puede ser sugestivo, pero no diagnóstico
ridad. En caso de sospecha de H. pylori para su detec- exclusivo de esta enfermedad.
ción se pueden utilizar método histológico, cultivo, test
de ureasa, serológico por ELISA, test del aire expirado
y PCR en materia fecal. Como ocurre con otras neopla- Diagnóstico
sias originadas en el aparato digestivo, el carcinoma
gástrico se origina en mucosas que han estado sujetas a Analíticamente, se observa anemia, hipoproteinemia
procesos inflamatorios crónicos, y un marcador de in- (algunos consideran que no es selectiva y otros que exis-
flamación y regeneración crónica es la metaplasia intes- te predominio de albúmina). Radiología: serie ESGD,
tinal. La metaplasia intestinal tipo III es un cambio pre- se observan alteraciones del llenado gástrico, pliegues
maligno debido a su asociación con carcinoma gástrico hipertróficos, tortuosos y nodulares que no son específi-
de tipo intestinal y a la detección de cáncer gástrico inci- cos de esta patología. Por ultrasonido se observa au-
piente. mento de la ecogenicidad de la pared gástrica; el USG
endoscópico es de mayor utilidad, ya que logra definir
la extensión y la profundidad de la lesión.
GASTROPATÍA HIPERPLÁSICA La endoscopia corrobora los datos obtenidos por los
métodos anteriores, además de observar en ocasiones
pequeñas zonas de tejido necrótico; permite la toma de
biopsias, que deben ser generosas, sobre todo en pro-
fundidad.
Generalidades

Enfermedad caracterizada por un crecimiento glandular


e hipersecreción de las glándulas que ocasiona hiperpla- ÚLCERA GASTRODUODENAL
sia de los pliegues gástricos que afecta la curvatura ma-
yor, sobre todo a nivel del cuerpo y del antro. Es una
enfermedad poco frecuente; la más representativa de es-
tas enfermedades es la enfermedad de Menetrier, de Generalidades
etiología desconocida y diagnóstico poco común.
Muy rara en niños, se le relaciona con procesos infec- La úlcera péptica (UP) es uno de los padecimientos fre-
ciosos secundarios a Helicobacter pylori, citomegalo- cuentes del aparato digestivo. Se considera a las úlceras
Estómago 153

pépticas como defectos excavados de la mucosa que ral y los flagelos le permiten penetrar por debajo de la
afectan hasta la muscularis mucosae y pueden penetrar capa de moco.
todo el espesor de la pared. Con mayor frecuencia se Una vez que el estómago es colonizado por la bacte-
presentan en el estómago y el duodeno, aunque pueden ria se produce en todos los casos una reacción inflama-
encontrase en el esófago, en anastomosis gastrointesti- toria (gastritis) que puede persistir por décadas. La mag-
nales y en el divertículo de Meckel (presencia de tejido nitud y la extensión del proceso inflamatorio, así como
gástrico ectópico). En síndromes de hipersecreción la asociación con patologías específicas (UP, MAL-
como el de Zollinger--Ellison pueden detectarse úlceras Toma, gastritis nodular, atrofia o metaplasia), dependen
incluso por debajo del ángulo de Treitz. de factores locales del huésped y de la virulencia de la
En las últimas dos décadas se ha tenido un avance cepa bacteriana.
importante en el conocimiento de la fisiopatología de la Se considera que los antiinflamatorios pueden ser
UP, principalmente del papel que juegan la infección precursores de lesiones gastroduodenales a través de
por Helicobacter pylori y los medicamentos antiinfla- dos mecanismos:
matorios no esteroideos (AINEs). Esto ha permitido de-
sarrollar nuevas estrategias de diagnóstico y tratamien- 1. Daño directo (tópico), dependiente de la fórmula
to, con la consecuente mejoría en evolución clínica y y la presentación del medicamento, la posología y
reducción en costos por atención médica. la duración del tratamiento.
Se ha considerado que tiene una prevalencia de 5 a 2. Efecto sistémico, dependiente de la inhibición de
10%. En EUA se ha estimado que hay aproximadamen- ciclooxigenasa con disminución en la producción
te 500 000 casos nuevos y cuatro millones de recurren- de prostaglandina endógena, lo que genera reduc-
cias de UP anualmente. Se observa en los últimos años ción en la secreción de moco y bicarbonato, en
una menor frecuencia de UP no complicada, mientras agregación plaquetaria y en flujo sanguíneo, ade-
que los casos de hospitalización por complicaciones más de alteraciones en la capacidad de regenera-
como hemorragia y perforación no han reducido consi- ción tisular.
derablemente. También se ha visto una tendencia al au-
mento en el índice de complicaciones por úlcera gás- Hasta 50% de los pacientes que consumen AINEs pre-
trica, principalmente en enfermos de edad avanzada. sentan lesiones superficiales, mientras que el desarrollo
de úlceras, documentadas por endoscopia, puede pre-
sentarse en 30 a 40% de los enfermos que los utilizan de
Etiología manera continua o por periodos prolongados.

Debe considerarse a la UP como una enfermedad multi-


factorial, existiendo mayor propensión al desarrollo de Aspectos clínicos
lesión cuando se pierde el equilibrio entre los mecanis-
mos de defensa y los factores agresores. La lesión apa- El síntoma principal es el dolor, habitualmente locali-
rece cuando los efectos cáusticos de ácido y pepsina su- zado en el epigastrio, de tipo ardoroso e intensidad leve
peran a la capacidad de resistencia de la mucosa. o moderada, sin irradiaciones en el posprandio. Algu-
Hasta antes de la identificación y conocimientos ac- nos alimentos condimentados, irritantes y cítricos, o el
tuales sobre la infección por H. pylori se consideraba alcohol y ciertos medicamentos, como AspirinaR o
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que la UP era debida a alteraciones hormonales y psico- AINEs, pueden desencadenar el dolor. La náusea y el
somáticas. En la actualidad la infección por H. pylori y vómito suelen ser más frecuentes en la UG. Los pacien-
el consumo de AINEs son las causas más comunes de tes con UP pueden presentar vómito cuando la úlcera se
úlceras gastroduodenales. localiza en el canal pilórico o cuando el proceso infla-
Es indudable que a partir de la identificación de la matorio o cicatricial estenosa la luz duodenal. La exis-
bacteria (Marshall y Warren, 1983) y estudios posterio- tencia de pirosis y regurgitación asociadas con el sín-
res sobre su papel en la etiopatogenia de la UP se han drome ulceroso pueden sugerir incompetencia del
venido modificando los criterios de diagnóstico y ma- esfínter esofágico inferior o bien estenosis pilórica. El
nejo de la enfermedad acidopéptica. El Helicobacter eructo y la pérdida de peso pueden presentarse también
pylori puede sobrevivir en el medio ácido del estómago en casos de estenosis pilórica.
a través de la producción de ureasa, que degrada urea en Las manifestaciones clínicas de las posibles compli-
amonio y bióxido de carbono, lo que le genera un mi- caciones de la UP deben conocerse e investigarse dentro
croambiente alcalino, además de que su estructura espi- del interrogatorio y exploración física, ya que con fre-
154 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

cuencia ameritan evaluación y manejo de urgencia. Las siones es difícil, por lo que se sugiere consultar con los
complicaciones que puede presentar la UP son: expertos.
En el tejido que rodea a las úlceras también es impor-
1. Hemorragia. tante determinar la presencia de Helicobacter pylori.
2. Estenosis.
3. Perforación. Diagnóstico
4. Penetración.
Una vez sospechado el diagnóstico de UP con base en
datos clínicos es conveniente documentar la lesión.
Indudablemente, el estudio más útil para confirmar la
Anatomía patológica
localización y las características de la lesión ulcerosa es
la endoscopia, que permite la revisión completa del esó-
Las úlceras se pueden localizar tanto en el estómago fago, el estómago y las dos primeras porciones del duo-
como en el duodeno; pueden ser únicas o varias; el ta- deno. Además de documentar la ubicación y las caracte-
maño varía desde 1 cm o menos hasta 10 cm, a las que rísticas macroscópicas de la úlcera, permite identificar
se conoce como úlceras gigantes generalmente localiza- lesiones intercurrentes como atrofia, metaplasia, nodu-
das en el estómago; 10% son múltiples; cuando son dos laridad o erosiones. En pacientes con UP es indispensa-
se localizan generalmente en el estómago una y otra en ble la toma de biopsias de antro y cuerpo para identificar
el duodeno. Las lesiones están bien delimitadas, de con- infección por H. pylori. En casos de UG es obligado
torno regular, generalmente rodeadas de escaso edema; hacer un muestreo adecuado con biopsias (6 a 10) del
la mucosa que los rodea tiene apariencia granular con borde de la misma y repetir el estudio después del trata-
mayor o menor grado de inflamación asociada; los plie- miento para corroborar la cicatrización, dado su poten-
gues del órgano tienden a confluir. Las lesiones son ex- cial de malignización.
cavadas, de forma variable, con cráter limpio cubierto
por exudado blanquecino, aunque en casos de sangrado
pueden detectarse coágulos o vasos visibles. La superfi- ADENOCARCINOMA GÁSTRICO
cie serosa, dependiendo del tiempo de evolución de la
lesión, varía desde aspecto normal hasta retracción del
tejido, o bien adherencias a los órganos vecinos, como El cáncer gástrico es considerado la neoplasia maligna
páncreas, bazo, vías biliares y colon; cuando la lesión es más frecuente del aparato digestivo. Aunque la inciden-
aguda puede producir perforación, que en algunas oca- cia mundial ha disminuido considerablemente, en nues-
siones deja como secuelas formación de divertículos. tro país es considerado como una neoplasia de alta mor-
talidad, ocupando el segundo lugar en frecuencia de las
muertes relacionadas con el cáncer. Junto con el cáncer
de colon constituye las más frecuentes entre las neopla-
Aspecto microscópico sias del tracto gastrointestinal. Afecta a cualquier tipo
de raza, sobre todo a la población de razas amarilla y
El proceso inflamatorio en fase activa depende de que negra. Su frecuencia varía de acuerdo con el sitio geo-
exista un proceso de reparación y de cicatriz de episo- gráfico estudiado; por ejemplo, en regiones como Ja-
dios previos; generalmente se extienden a la submucosa pón, Europa del Este, Chile, Corea y Costa Rica, la inci-
y comúnmente hasta la muscular. En la lesión activa se dencia es de 40 a 100 casos por cada 100 000 habitantes.
encuentra necrosis, con mayor o menor cantidad de fi- En EUA se presenta en 10 por cada 100 000 habitantes.
brina, reacción neutrofílica, tejido de granulación y fi- En México ocupa el cuarto lugar entre las neoplasias
brosis; capas que se extienden desde la superficie de la malignas, con una tasa de 5.0 y 4.7 por cada 100 000 ha-
mucosa hasta la serosa; la mucosa que rodea dicha le- bitantes. Afecta con mayor frecuencia al sexo mascu-
sión suele mostrar inflamación aguda y crónica, así co- lino, en relación 2:1 con respecto al femenino, y su fre-
mo cantidad variable de metaplasia intestinal, dato que cuencia aumenta conforme avanza la edad, siendo más
se necesita investigar, y cuando se identifica el anato- común entre la sexta y la séptima décadas de la vida.
mopatólogo debe informar y buscar así cómo identificar
bacterias en la superficie y en los pliegues gástricos. Por Factores de riesgo
otro lado, deberán identificarse efectos de regeneración
y degeneración para no confundirlos con aéreas de dis- Los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer gás-
plasia en biopsias endoscópicas; esta decisión en oca- trico son la gastritis atrófica, la edad avanzada, el género
Estómago 155

masculino, el grupo sanguíneo tipo A, la presencia de etiología diferente, y por lo tanto se deben tomar en
anemia perniciosa, la poliposis gástrica, la enfermedad cuenta las siguientes consideraciones:
de Menetrier y el antecedente familiar de cáncer gás-
trico de primer grado. Existe controversia en relación a. Los carcinomas gástricos de tipo intestinal tienen
con el consumo de alimentos ricos en carbohidratos y mejor pronóstico que los del tipo difuso.
alimentos conservados, ahumados y secados en sal, en b. El de tipo difuso es relativamente más frecuente
antecedentes de cirugía gástrica previa, quienes consu- en mujeres y en pacientes jóvenes; el descenso en
men elevadas cantidades de nitrosaminas, el tabaco y el las cifras de mortalidad por cáncer gástrico se
alcohol. Recientemente ha llamado la atención la infec- debe a la disminución en la frecuencia del tipo in-
ción por Helicobacter pylori, ya que la colonización de testinal y en la población masculina.
dicha bacteria produce una fuerte asociación con el c. El carcinoma gástrico tipo difuso constituido prin-
desarrollo de esta neoplasia debido a la liberación de ci- cipalmente por células en anillo de sello no ha va-
tocinas proinflamatorias que producen inflamación cró- riado su frecuencia, y se presenta actualmente
nica de la mucosa del antro, una gastritis folicular y fi- como el tipo dominante.
nalmente metaplasia intestinal, cambios asociados con
el incremento en el riesgo de carcinoma gástrico. Estas consideraciones se deben tomar en cuenta, ya que
el cáncer gástrico es una neoplasia frecuente en nuestro
medio y es una de las primeras causas de mortalidad en
Anatomía patológica pacientes con cáncer.
Ghandur--Mnaymhed y col. describieron los cam-
De acuerdo a su forma, Bormann los divide en cinco bios displásicos que ocurren en la mucosa gástrica sin
tipos: metaplasia de tipo intestinal, y encontraron que en la
zona proliferativa de la glándula ocurren los cambios
S Tipo I: polipoide. displásicos que posteriormente originan los carcinomas
S Tipo II: ulcerado. difusos. La célula que toma parte en este proceso es in-
S Tipo III: ulcerado e infiltrante. diferenciada, redonda o poliédrica con citoplasma claro
S Tipo IV: infiltrante. o anfófilo sin borde en cepillo, y al diferenciarse hacia
S Tipo V: lesiones no clasificadas. célula mucosecretora da origen al carcinoma con célu-
las en anillo de sello; esta forma de proliferación en eta-
El tipo I y el II tienen mejor pronóstico que los tipos III pas iniciales simula al proceso normal de renovación del
y IV. epitelio gástrico, y es muy difícil su diagnóstico en esta
Microscópicamente Lauren los divide en intestinal, etapa, llamada in situ.
difuso y mixto. El intestinal se presenta habitualmente El estadio in situ o intraglandular es muy difícil de
en personas de edad avanzada, se localiza con mayor identificar en forma adecuada, porque la estructura tu-
frecuencia en el antro gástrico, tiende a ser bien diferen- bular de la glándula se conserva, no hay anisocitosis o
ciado, se encuentra asociado con mayor frecuencia a pleomorfismo ni agregados celulares. A partir de esta
infección por H. pylori y tiene mejor pronóstico. El di- etapa las células se propagan hacia las porciones super-
fuso tiende a presentarse en jóvenes; su frecuencia va en ficiales, rebasan la membrana basal en forma temprana
aumento, tiene menor asociación con la infección por e invaden la lámina propia. Por esto se ha pensado que
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

H. pylori, es de localización proximal, habitualmente el carcinoma con células en anillo de sello sea una neo-
indiferenciado y por lo tanto de peor pronóstico. plasia de la lámina propia, por el hecho de que es en esta
El cáncer gástrico inicia como una lesión localizada localización cuando el diagnóstico se puede establecer
que se puede extender al esófago y el duodeno o invadir con facilidad.
estructuras adyacentes, linfáticas y hematógenas; las
metástasis a distancia más comunes son a hígado, peri-
toneo, incluyendo los ovarios (tumor de Krukenberg), Factores pronóstico
al fondo del saco de Douglas (tumor de Blumer) y me-
nos comunes a pulmón. Los factores pronóstico más importantes son tanto el ta-
La clasificación histológica propuesta por Jarvi maño de la lesión como su profundidad, la invasión a
(1951) y Laurent (1965) separan en dos grupos al carci- otros órganos y la presencia o no de nódulos linfáticos
noma gástrico: el de tipo intestinal y el difuso; además, metastásicos. El American Joint Committee of Cancer
esta clasificación discrimina dos enfermedades con (AJCC) desarrolló un sistema de etapas basado en la
156 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

descripción de acuerdo a la penetración de la pared gás- pacientes, pero en estadios iniciales se encuentran en
trica por el tumor primario al momento del diagnóstico, niveles normales, por lo cual carecen de especificidad.
que lo agrupa en cinco etapas: El CA 72--4 se encuentra elevado en 60 a 70% de los pa-
cientes con enfermedad avanzada, y puede ser utilizado
S Etapa 0 Tis, N0, M0. para monitorear la progresión tumoral durante el trata-
S Etapa I Se subdivide en IA y IB. miento.
S IA: T1, N0, M0.
S IB: T1, N1, M0 o T2a/b, N0, M0.
LINFOMA GÁSTRICO
S Etapa II T1, N2, M0, o T2a/b, N1, M0, o T3,
N0, M0.
S Etapa III Se subdivide en IIIA y IIIB.
S IIIA: T2a/b, N2, M0, o T3, N1, M0 El linfoma gástrico es un tumor que se origina del tejido
o T4, N0, M0. linfoide asociado a mucosa (MALT) originado por la es-
S IIIB: T3, N2, M0. timulación crónica de la infección por Helicobacter py-
S Etapa IV T4, N1--3, M0, o T1--3, N3, M0, o cual- lori en más de 90%, ya que induce el desarrollo de folí-
quier T, cualquier N, M1. culos linfoides y promueve la transformación de una
población policlonal a monoclonal.
Corresponde a 5% de los cánceres gástricos, y es el
sitio extranodal más frecuente para linfoma; se trata de
Aspectos clínicos
un linfoma no Hodgkin en más de 95% principalmente
del linaje de células B. Afecta más al género masculino
Desgraciadamente, el cáncer temprano, altamente cura- entre la sexta y la séptima décadas de la vida, a personas
ble, no da ningún síntoma, y por ello no existe ningún de origen mediterráneo, en inmunodeficiencia congéni-
elemento que permita el diagnóstico de cáncer tempra- ta o adquirida e inmunosupresión. Su incidencia tiende
no; a medida que el tumor crece se producen manifesta- a aumentar debido al mejoramiento de técnicas diagnós-
ciones que la mayoría de las veces se manifiestan como ticas, así como la creación de criterios más objetivos.
cualquier síntoma digestivo asociado con gastritis. Se
deben tomar en cuenta varios parámetros, como el exa-
men clínico y semiológico, los antecedentes personales Aspectos clínicos
y los familiares que se resumen en la historia clínica. Es generalmente asintomático o puede manifestarse con
dolor en epigastrio, dispepsia, plenitud posprandial,
náuseas, vómito, cuadro ulceroso, hemorragia gastroin-
Diagnóstico testinal (hematemesis, melena, anemia) y síntomas B en
casos avanzados (pérdida de peso, fiebre y diaforesis).
La endoscopia digestiva con toma de biopsia se consi- El diagnóstico debe excluir la enfermedad sistémica
dera la piedra angular para su diagnóstico y confirma- (ausencia de adenopatías periféricas y mediastínicas al
ción histológica, con una alta sensibilidad y especifici- momento de presentación, frotis sanguíneo normal e hí-
dad. gado o bazo libres de linfoma, excepto cuando ya hay
Una vez confirmado es conveniente proceder a deter- diseminación por contigüidad), con endoscopia, toma
minar el estadio tumoral, lo cual permitirá planear el de biopsias, técnicas de inmunohistoquímica o PCR, in-
tratamiento de elección y establecer el pronóstico del vestigar presencia de H. pylori, exploración de vías aé-
paciente. La tomografía computarizada (TC) permite reas, TAC toracoabdominal y laparotomía exploradora
evaluar el grosor y la morfología de la pared gástrica, los en casos de duda. El estadiaje se realiza de acuerdo a la
relevos ganglionares y si existe o no la presencia de me- clasificación de Ann Arbor o de Musshoff (según la
tástasis hepáticas, ovárica o pulmonar. La evaluación de afección ganglionar y extranodal, y la presencia o au-
la profundidad de la infiltración tumoral en la pared gás- sencia de síntomas: fiebre, diaforesis y pérdida ponde-
trica y la invasión ganglionar se realiza mediante ultra- ral).
sonido endoscópico (USE), y la laparoscopia permite
examinar la diseminación peritoneal. Anatomía patológica
Los marcadores tumorales séricos tienen poca utili-
dad clínica; el antígeno carcinoembrionario (ACE) y Las lesiones se localizan principalmente en el antro gás-
CA 19--9 se encuentran elevados en 20 a 30% de estos trico, pero hasta en 30% son multifocales; el tipo de
Estómago 157

lesión más frecuente es la úlcera en 50%, infiltrante tipo miento es la erradicación antimicrobiana, con vigilan-
linitis plástica, pliegues engrosados con erosiones y en cia endoscópica y por biopsia cada mes hasta confirmar
menor proporción como un tumor. Son de bajo grado la reversión del linfoma, y después cada seis meses; en
cuando el infiltrado de células centrocíticas (pequeñas casos resistentes o recurrentes se dará tratamiento con
hendidas) rodea los folículos linfoides reactivos, y son quimioterapia (CHOP) o cirugía; en presencia de hemo-
de alto grado cuando el infiltrado de células grandes rragia será necesaria la aplicaron de radioterapia.
destruye a las glándulas, originándose a partir de un lin-
foma de bajo grado o de novo. Presenta inmunofenotipo
para CD19, CD20 y CD79a, pero no expresa las citoci-
nas CD10 y CD15.
MELANOMA METASTÁSICO
El diagnóstico histopatológico resulta difícil ya que A ESTÓMAGO
en la mayoría de los casos se reporta como adenocarci-
noma, proceso inflamatorio o tejido normal. Los crite-
rios de linfoma son la presencia de folículos linfoides
expandidos, plasmocitosis en la lámina propia, lesión Las metástasis a estómago son poco frecuentes y sólo
linfoepitelial (daño glandular por linfocitos neoplási- representan de 1 a 4% en los estudios de autopsias; las
cos) y la presencia de cuerpos de Dutcher (inclusión in- neoplasias que más frecuentemente dan metástasis a es-
tranuclear positiva a tinción de PAS). tómago son el carcinoma broncogénico, el melanoma,
el cáncer de mama y el de esófago.
Las metástasis de melanoma al estómago pueden
ocurrir durante el curso de la enfermedad o décadas des-
Pronóstico pués; los síntomas pueden incluir dolor abdominal, he-
matemesis, melena y obstrucción, y habitualmente tie-
En general el pronóstico es bueno en la mayoría de los nen un pronóstico malo a corto plazo, con una sobrevida
sujetos. Cuando se detecta Helicobacter pylori el trata- promedio de cuatro a seis meses.

REFERENCIAS
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160 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--1. Gastritis aguda. Mucosa de estómago que muestra úlceras agudas y hemorragia difusa de la mucosa, al parecer
submucosa.

Figura 6--2. Gastritis aguda. Estómago fijado en formol; se evidencian con nitidez las úlceras gástricas.
Estómago 161

Figura 6--3. Gastritis aguda. Corte panorámico de la mucosa de estómago; se identifica pérdida parcial de la mucosa, con abun-
dantes eritrocitos e infiltrado inflamatorio crónico y agudo submucoso en las zonas no ulceradas.
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Figura 6--4. Gastritis aguda ulcerada. Biopsia de mucosa gástrica que muestra hemorragia a nivel de la lámina propia.
162 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--5. Gastritis folicular. Endoscopia que muestra gastropatía difusa de aspecto nodular asociada con infección por Helico-
bacter pylori.

Figura 6--6. Gastritis folicular. Biopsia gástrica con infiltrado inflamatorio crónico y folículos linfoides reactivos.
Estómago 163

Figura 6--7. Gastritis aguda. Acercamiento de la luz de una glándula con presencia de moco y Helicobacter.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 6--8. Gastritis aguda. Luz de glándula gástrica teñida con Warthin en donde se identifica Helicobacter pylori.
164 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--9. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Endoscopia que demuestra metaplasia intestinal; nótense las zonas blan-
quecinas elevadas que contrastan con la superficie rosada aterciopelada del estómago.

Figura 6--10. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Biopsia de mucosa gástrica con infiltrado inflamatorio crónico y glándulas
de aspecto colónico (metaplasia intestinal).
Estómago 165

Figura 6--11. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Acercamiento de las glándulas con metaplasia intestinal.
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Figura 6--12. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Microfotografía con invaginación del epitelio glandular, con metaplasia
intestinal y algunas alteraciones nucleares epiteliales de displasia leve.
166 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--13. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Acercamiento del campo anterior.

Figura 6--14. Gastritis crónica con metaplasia intestinal. Corte con tinción de PAS que muestra la invaginación epitelial y la meta-
plasia intestinal.
Estómago 167

Figura 6--15. Gastropatía hiperplásica. Macrofotografía de mucosa gástrica con aumento en el tamaño de las vellosidades en
forma uniforme, de aspecto empedrado.
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Figura 6--16. Gastropatía hiperplásica. Macrofotografía de la pieza anterior, fijada. Nótese el tamaño aumentado e irregular de
las vellosidades.
168 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--17. Gastropatía hiperplásica. Macrofotografía y montaje teñido con H--E; composición de un corte transversal de la pa-
red gástrica donde el espesor de la mucosa está considerablemente aumentado, lo que da el aspecto de empedrado descrito
anteriormente.

Figura 6--18. Gastropatía hiperplásica. Panorámica de una vellosidad; se identifica dilatación quística de múltiples glándulas gás-
tricas, así como importante congestión y edema del estroma.
Estómago 169

Figura 6--19. Gastropatía hiperplásica. Otro campo en el que predominan la congestión y el edema del estroma.
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Figura 6--20. Úlcera gastroduodenal. Macrofotografía de úlcera péptica perforada. Nótese la convergencia de las vellosidades
hacia la parte central de la lesión.
170 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--21. Úlcera gastroduodenal. Microfotografía con pérdida de la mucosa gástrica sustituida por fibrina, detritus celulares
y abundante infiltrado inflamatorio agudo.

Figura 6--22. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía de lesión con depresión y pérdida de la arquitectura habitual de la muco-
sa, aparentemente ulcerada; los pliegues son convergentes.
Estómago 171

Figura 6--23. Adenocarcinoma gástrico. Pieza anterior fijada y técnica de mapeo para inclusión completa de la lesión.
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Figura 6--24. Adenocarcinoma gástrico. Glándulas gástricas anormales que demuestran importantes cambios tisulares y citológi-
cos (pleomorfismo nuclear y cambios en la afinidad tintoreal).
172 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--25. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía con glándulas neoplásicas limitadas a la mucosa sin infiltración del estroma.

Figura 6--26. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con úlcera mal delimitada con pliegues irregulares de la mucosa.
Estómago 173

Figura 6--27. Adenocarcinoma gástrico. Corte y montaje de la pieza anterior que muestra la zona ulcerada teñida con PAS.
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Figura 6--28. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con una úlcera central mal delimitada con superficie granular.
174 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--29. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía con glándulas gástricas infiltradas por neoplasia de estirpe glandular que
sustituyen el estroma.

Figura 6--30. Adenocarcinoma gástrico. Mucosa gástrica con múltiples células neoplásicas con citoplasma claro y pleomorfismo
nuclear en el estroma.
Estómago 175

Figura 6--31. Adenocarcinoma gástrico. Vaso linfático con permeación tumoral.


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Figura 6--32. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con un área ulcerada y aumento de espesor irregular de la pared del
estómago.
176 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--33. Adenocarcinoma gástrico. Montaje de la lesión antes descrita teñida con PAS que denota infiltración tumoral con
pérdida de la arquitectura a todo el espesor del órgano.

Figura 6--34. Adenocarcinoma gástrico. Células neoplásicas que infiltran y disecan las fibras musculares del estómago.
Estómago 177

Figura 6--35. Adenocarcinoma gástrico. Corte transversal de la pared del estómago a nivel de la zona ulcerada con aumento del
espesor de la pared.
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Figura 6--36. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía que demuestra las células neoplásicas con desmoplasia importante.
178 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--37. Adenocarcinoma gástrico. Cortes sagitales de meninges que muestran metástasis de adenocarcinoma gástrico.

Figura 6--38. Adenocarcinoma gástrico. Macrofotografía con área exofítica ulcerada en la que se pierde la convergencia de los
pliegues gástricos.
Estómago 179

Figura 6--39. Adenocarcinoma gástrico. Corte de la pieza anterior con abundantes áreas de necrosis y hemorragia; la neoplasia
infiltra todo el espesor de la pared hasta el tejido adiposo perigástrico.
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Figura 6--40. Adenocarcinoma gástrico. Microfotografía con glándulas con los núcleos estratificados hacia la porción apical de
la glándulas.
180 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--41. Adenocarcinoma gástrico. Acercamiento de la fotografía anterior con manifiesto pleomorfismo nuclear y abundantes
mitosis atípicas.

Figura 6--42. Linfoma gástrico. Macrofotografía con un área ulcerada elevada con necrosis central.
Estómago 181

Figura 6--43. Linfoma gástrico. Macrofotografía, corte transversal de la pieza anterior.


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Figura 6--44. Linfoma gástrico. Montaje teñido con CD--20 positivo.


182 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--45. Linfoma gástrico. Microfotografía con glándulas gástricas; entre ellas se identifican linfocitos neoplásicos en todo
su espesor.

Figura 6--46. Linfoma gástrico. Acercamiento de la fotografía anterior con infiltración al estroma de linfocitos neoplásicos con nu-
cleolo central.
Estómago 183

Figura 6--47. Linfoma gástrico. Foto panorámica de mucosa gástrica teñida con CD--20 positivo.
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Figura 6--48. Linfoma gástrico. Al acercamiento se muestra la membrana de los linfocitos neoplásicos positivos para CD--20.
184 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--49. Linfoma gástrico. Macrofotografía de un linfoma gástrico avanzado con ulceración de la serosa.

Figura 6--50. Linfoma gástrico. Corte de la pieza anterior que demuestra pérdida completa de la mucosa del estómago, sustituida
por una neoplasia amamelonada ulcerada y necrótica.
Estómago 185

Figura 6--51. Linfoma gástrico. Microfotografía en la que se identifican abundantes linfocitos de aspecto neoplásico que infiltran
y destruyen la mucosa gástrica.
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Figura 6--52. Linfoma gástrico. Acercamiento de la fotografía anterior en el que se identifican abundantes linfocitos neoplásicos
y mitosis atípica.
186 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--53. Melanoma metastásico a estómago. Macrofotografía de mucosa gástrica sin alteraciones en la porción inferior de
la foto; en la mitad superior se observan áreas ulceradas sobreelevadas de color café--rojizo, con áreas de color negro correspon-
dientes a la metástasis del melanoma.

Figura 6--54. Melanoma metastásico a estómago. Macrofotografía fijada en la que se notan los cambios descritos en la pieza
anterior.
Estómago 187

Figura 6--55. Melanoma metastásico a estómago. Montaje teñido con CD--20 positivo.
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Figura 6--56. Melanoma metastásico a estómago. Microfotografía que en la porción superior muestra glándulas gástricas de ca-
racterísticas normales; por debajo de las mismas se observa una neoplasia sólida que está empujando a las glándulas superiores.
188 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)

Figura 6--57. Melanoma metastásico a estómago. Acercamiento de la fotografía anterior del área neoplásica con células de esca-
so citoplasma basófilo, núcleos grandes y nucleolos evidentes.

Figura 6--58. Melanoma metastásico a estómago. Microfotografía de células neoplásicas con abundante melanina.
Estómago 189

Figura 6--59. Melanoma metastásico a estómago. Panorámica de mucosa gástrica teñida con melanina.
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Figura 6--60. Melanoma metastásico a estómago. Acercamiento de la zona neoplásica positiva para melanina.
190 Atlas de gastroenterología (Capítulo 6)
Capítulo 7
Duodeno
Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgia Alderete Vázquez, Federico Roesch Dietlen,
José María Remes Troche

INTRODUCCIÓN cava, la columna vertebral y la aorta; está cubierta


en su porción anterior por peritoneo parietal, y la
cruzan por delante los vasos mesentéricos supe-
riores y la raíz del mesenterio del intestino delga-
El duodeno comprende desde la unión gastroduodenal do. Su relación en la parte superior es con la cabe-
hasta la unión duodenoyeyunal; tiene cuatro porciones: za y el proceso uncinado del páncreas, la arteria
pancreaticoduodenal inferior izquierda y en su
a. La primera tiene 5 cm de longitud; su primer seg- cara anterior e inferior con el yeyuno.
mento es móvil y está cubierta por las dos hojas de d. La cuarta parte es ascendente y mide 2.5 cm de
peritoneo parietal que cubren al estómago; el resto longitud; está localizada del lado izquierdo de la
se encuentra fija y recubierta solamente por la su- aorta al borde superior izquierdo de la segunda
perficie anterior del órgano, rodeada de tejido co- lumbar y termina en la unión duodenoyeyunal. En
nectivo; se encuentra en relación al colédoco, la su porción posterior está relacionada con el tronco
vena porta y la arteria gastroduodenal, vecina a la simpático izquierdo, el psoas y los vasos renales
vena cava inferior. y gonadales izquierdos, y termina cerca de la por-
b. La segunda parte es descendente, tiene 7.5 cm de ción terminal de la vena mesentérica inferior, del
longitud y se extiende del cuello de la vesícula uréter y del riñón izquierdo; en este sitio se inserta
biliar al borde de la cuarta vértebra lumbar, ubica- el extremo superior de la raíz del mesenterio y la
da por delante del riñón, el uréter, los vasos renales unión gastroyeyunal se encuentra fija por el liga-
derechos, el psoas y el borde de la vena cava infe- mento de Treitz, que es un remanente fibroso del
rior; tiene una porción supramesocólica y otra in- mesenterio dorsal que se extiende desde este sitio
framesocólica; se relaciona en su cara anterior con hasta el pilar derecho del diafragma.
el lóbulo derecho del hígado, el colon transverso
y el yeyuno, y se encuentra firmemente adherida La relación anatómica del duodeno con las estructuras
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en su cara lateral interna con la cabeza del pán- pancreatobiliares es de gran importancia. Hay que re-
creas; en la parte media se encuentra la papila de cordar que en su porción intrapancreática el colédoco se
Váter con los conductos pancreático y biliar; en su relaciona íntimamente con la segunda porción del duo-
borde externo o derecho se relaciona con el colon deno, al cual atraviesa para desembocar junto con el
ascendente y su ángulo hepático. conducto pancreático principal en el ámpula de Váter o
c. La tercera parte es horizontal, mide 10 cm de largo papila mayor, localizada en la porción posterointerna de
y se extiende desde el borde derecho de la tercera su segunda porción. Además, en esta porción desembo-
y la cuarta vértebras lumbares hasta el borde iz- ca el conducto pancreático accesorio o de Santorini, que
quierdo de la aorta. Atraviesa por delante al uréter, drena el proceso uncinado, el cual se localiza a menos
los vasos gonadales derechos, el psoas, la vena de 2 cm del esfínter de Oddi y un poco anterior a él.

191
192 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

Anatómicamente el duodeno tiene cuatro capas: cuerpos localizados en los plexos celiaco y mesentérico
superior y por el plexo parasimpático procedente de los
S Mucosa, la cual reviste al resto de las capas adhe- nervios vagos, que terminan en los plexos de Meissner
rida íntimamente a la capa muscular, formando re- y Auerbach.
pliegues de número variable denominados vello-
sidades, en las cuales se encuentran las glándulas
de Brünner y la de Liberkühn. DUODENITIS INESPECÍFICA
S Submucosa, situada entre la capa mucosa y la ca- (DUODENITIS PÉPTICA)
pa muscular.
S Muscular, formada por dos planos, uno superfi-
cial de fibras longitudinales y otro profundo de fi-
bras circulares. Generalidades
S Serosa, que envuelve al órgano en su cara anterior,
La duodenitis crónica es una enfermedad común que
fijándolo al retroperitoneo.
puede verse como entidad separada o acompañada de
ulceración duodenal y síntomas de dispepsia. La muco-
El aporte sanguíneo de la primera porción del duodeno
sa duodenal normal usualmente tiene unas vellosidades
procede de la arteria supraduodenal y la rama pancrea-
más pequeñas y una actividad mitósica mayor compara-
toduodenal posterosuperior de la arteria gastroduode-
da con la mucosa yeyunal normal; se cree que esto se
nal, que es rama de la hepática común, las cuales des-
debe a la respuesta fisiológica normal de la mucosa ante
cienden entre la primera porción del duodeno y la
la presencia de ácido en la luz intestinal. La duodenitis
cabeza del páncreas y terminan dividiéndose en la gas-
podría representar una exageración de esta respuesta y
troepiploica derecha y la pancreatoduodenal superior
probablemente tiene la misma patogénesis que la úlcera
derecha. Las tres partes restantes del duodeno reciben
péptica. La duodenitis péptica puede dividirse en casos
su riego de una arcada anterior y una posterior, de las
asociados con úlcera péptica duodenal y los que no lo
que surgen ramas pancreáticas y duodenales. Esta arca-
están. Sin embargo, ésta puede ser una distinción poco
da está formada por la arteria gastroduodenal superior
precisa, ya que ambos representan diferentes fases del
derecha, la pancreaticoduodenal posterosuperior, una
mismo proceso; se dice que la duodenitis es una forma
rama más anteroinferior y una posteroinferior que pro-
preulcerosa moderada.
vienen de la arteria mesentérica superior.
Un gran porcentaje de pacientes que inician con duo-
El drenaje venoso del píloro y la primera porción del
denitis posteriormente desarrollan úlceras pépticas
duodeno está formado por las venas suprapilóricas, que
duodenales. Endoscópicamente algunos pacientes con
desembocan en las venas gastroepiploicas derechas, y
sospecha de úlcera péptica duodenal sólo presentan eri-
suprapilóricas, que desembocan en la vena porta y alre-
tema y friabilidad de la mucosa, hallazgos interpretados
dedor del duodeno pasan anastomosis entre las venas
comúnmente como duodenitis aguda. A menudo tam-
subpilóricas y suprapilóricas. Las venas inferiores de-
bién se observa atrofia, engrosamiento, irregularidad,
sembocan en las venas mesentéricas superior e inferior,
nodularidad y formaciones polipoides de la mucosa.
esplénica o primera yeyunal, y lo habitual es que las ar-
cadas venosas siguen el mismo patrón que la arcada ar-
terial. Aspectos clínicos
El drenaje linfático se inicia en los vasos de la lámina
propia y del plexo submucoso, y de ahí forman un se- El síntoma más común es el dolor abdominal, el cual se
gundo plexo entre las capas musculares. Atraviesan las presenta en la mayoría de los casos a nivel del epigas-
paredes anterior y posterior del duodeno hacia la curva- trio. Otros síntomas son sensación de vacío o “hambre
tura menor para drenar su contenido en los ganglios lin- dolorosa”, náuseas o vómito, plenitud posprandial, sen-
fáticos pancreatoduodenales anteriores y posteriores. En sación ardorosa en el abdomen y sangrado de tubo di-
la porción anterior drenan hacia los ganglios situados por gestivo. Puede presentarse a consecuencia de beber
delante del páncreas y los posteriores atrás del órgano, grandes cantidades de alcohol, uso prolongado de anti-
desplazándose en dos direcciones: los de la porción supe- inflamatorios no esteroideos o AspirinaR, o por infec-
rior drenan a los ganglios hepáticos y los inferiores a los ción por Helicobacter pylori. En otras ocasiones tam-
mesentéricos, cerca de la arteria mesentérica superior. bién puede desencadenarse posterior a una cirugía
La inervación del duodeno está dada por las células mayor, por lesiones traumáticas, quemaduras o infec-
neuronales del plexo simpático, posganglionares de los ciones graves.
Duodeno 193

Anatomía patológica entre la presencia de úlcera péptica e infección gástrica


por H. pylori; algunos autores creen que la metaplasia
o heterotopia gástrica es un factor predisponerte impor-
Histológicamente la duodenitis crónica se divide en dos tante para tal efecto del H. pylori, debido a que el mi-
formas principales: primaria (o duodenitis inespecífi- croorganismo se encuentra en estos tejidos gástricos ec-
ca), que está usualmente restringida al bulbo duodenal tópicos.
y a la primera porción del duodeno, y secundaria (espe-
cífica), que está asociada con otras entidades como en-
fermedad de Crohn, sarcoidosis, ingesta de AspirinaR y Diagnóstico
estrés. Microscópicamente los hallazgos de valor diag-
nóstico son inflamación aguda en la lámina propia y el El estudio con mayor sensibilidad y especificidad en el
epitelio superficial y alteraciones en la morfología de diagnóstico es la endoscopia, que permite identificar el
los enterocitos. Las lesiones epiteliales consisten en un tipo de lesión y su localización, permitiendo además la
borde en cepillo dañado con cambio sincicial y citoplas- toma de biopsia para su estudio anatomopatológico.
ma en penachos. Las células se vuelven más cúbicas que Los estudios baritados con doble contraste son de poca
columnares, con núcleo agrandado e hipercromático y utilidad, ya que se trata de lesiones circunscritas a la mu-
nucleolo prominente. Estas alteraciones ocurren en las cosa y la submucosa, y sólo puede ser de utilidad en pa-
vellosidades o en las criptas. En la base de las criptas cientes con enfermedad avanzada.
hay aumento en el número de mitosis. La inflamación
progresa hasta la formación de abscesos en las criptas.
De acuerdo a Goldman y Antonioli, las característi- DUODENITIS NODULAR
cas histológicas diagnósticas de duodenitis aguda inclu-
yen acortamiento de las vellosidades e hiperplasia de las
criptas (con un radio aproximado de 1:1), degeneración
del epitelio velloso, presencia de neutrófilos y número Generalidades
incrementado de linfocitos y, posiblemente, eosinófilos.
Schmitz--Moormann y col. demostraron que la densi- La duodenitis nodular es un tipo especial de duodenitis
dad del infiltrado inflamatorio es diagnóstica de duode- crónica; es una forma exagerada de duodenitis, a menu-
nitis, particularmente con respecto al número de células do asociada con parches de metaplasia gástrica. Hasta
plasmáticas y linfocitos. El diagnóstico se apoya aún el momento se sabe poco acerca de su patogenia; se es-
más cuando hay dilatación de las glándulas de Brünner, pecula que su apariencia endoscópica podría resultar de
infiltración por células inflamatorias de la muscular de infección por H. pylori o por hiperacidez, que usual-
la mucosa y metaplasia gástrica. Whitehead y col. pro- mente se acompañan de anormalidades histopatológi-
pusieron gradificar la apariencia histológica de la duo- cas, como metaplasia gástrica. Algunos estudios se han
denitis en tres grados, basándose en la severidad de la centrado en asociar la apariencia de la duodenitis y la
inflamación y la atrofia de vellosidades. En la forma infección por H. pylori con metaplasia gástrica duode-
más severa las vellosidades son planas; el epitelio su- nal; sin embargo, se ha informado que no existen dife-
perficial y el borde en cepillo son cada vez menos níti- rencias significativas en la severidad de la duodenitis
dos, con seudoestratificación nuclear, erosión mucosa endoscópica entre pacientes positivos o negativos a H.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

y metaplasia gástrica. pylori, y el éxito en la erradicación del mismo no lleva


La inflamación es polimorfa: los neutrófilos se ex- a ningún cambio en la apariencia endoscópica, así como
tienden hacia las criptas y los conductos de las glándulas tampoco el tratamiento supresor de la acidez conlleva a
de Brünner, hay ocasionales agregados linfoides y pue- ningún cambio significativo. La metaplasia gástrica se
de haber dilatación vascular y edema. La duodenitis ac- caracteriza por el reemplazo metaplásico de las células
tiva está limitada generalmente a la primera parte del epiteliales duodenales normales por otras que tienen una
duodeno; por tanto, si ocurren cambios inflamatorios apariencia similar a las células mucosecretoras de la
agudos en porciones más distales del duodeno, debe mucosa gástrica y recuerdan al epitelio foveolar en mu-
considerarse una enfermedad celiaca, especialmente si chos aspectos, incluyendo la colonización por H. pylori.
está asociada con aumento de linfocitos intraepiteliales. Se ha postulado que la metaplasia gástrica podría
Otros cambios observados incluyen duodenitis nodular, crear un ambiente propicio para la colonización del
metaplasia gástrica, hiperplasia de glándulas de Brün- duodeno por H. pylori, resultando en duodenitis cróni-
ner e hiperplasia linfoide. Existe una fuerte asociación ca, ya que la bacteria puede sobrevivir en la mucosa gás-
194 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

trica pero no en epitelio duodenal normal. Cuando el H. la infancia pero desarrolla síntomas en la vida adulta. En
pylori se disemina a la mucosa duodenal normal se cree adultos la presentación ocurre a cualquier edad, con un
que produce un efecto citotóxico, y el daño inflamatorio pico de incidencia entre la tercera y la cuarta décadas de
podría ocasionar eventualmente más metaplasia gástri- vida. La pérdida de peso refleja la severidad de la estea-
ca. La duodenitis nodular consta de dos o más nódulos torrea y la habilidad del individuo para compensarla in-
que miden de 2 a 7 mm de diámetro, con eritema apical, crementando la ingesta calórica. En niños ocurre fre-
con o sin erosiones. Las imágenes radiológicas son sen- cuentemente retraso del crecimiento con emaciación,
sibles para detectar estos nódulos sólo cuando miden desgaste muscular, deshidratación y desequilibrio hi-
 5 mm de diámetro, y se observan pequeños defectos droelectrolítico. Las manifestaciones gastrointestinales
de llenado de varios. más comunes son hemorragia/hemólisis, anemia, os-
teomalacia, dolor óseo, fracturas por compresión, ce-
guera nocturna, hiperqueratosis folicular de la piel, neu-
ropatías e hipofunción de glándulas endocrinas.
ENFERMEDAD CELIACA

Anatomía patológica
Generalidades
Los cambios histopatológicos son característicos pero
no diagnósticos. Afecta a la mucosa del intestino del-
La enfermedad celiaca, también conocida como entero- gado, siendo menos severa en las porciones distales del
patía sensible al gluten, enteropatía inducida por gluten mismo, quizá debido a que el intestino proximal está
y esprúe no tropical, es un ejemplo clásico de atrofia de más expuesto a altas concentraciones de gluten. La se-
las vellosidades con hiperplasia de las criptas. La pro- veridad de la enfermedad refleja la longitud de intestino
porción normal aceptada de la longitud de la vellosidad afectado por la enfermedad. Con la suspensión de la in-
y la profundidad de la cripta es de 3:1 o más, usualmente gesta de gluten en la dieta las lesiones ileales remiten
de 4:1 o de 5:1; proporciones menores corresponden a más rápidamente que las yeyunales; de hecho, pueden
atrofia vellosa, usualmente gradificada como leve, mo- requerirse varios años para que las lesiones de la unión
derada y severa. La atrofia vellosa severa implica una duodenoyeyunal remitan, incluso con dietas estrictas li-
alteración total de la arquitectura habitual llevando a bres de gluten. Las características histológicas mayores
una mucosa totalmente aplanada. La lesión es caracte- incluyen aplanamiento, acortamiento o ausencia de ve-
rísticamente reversible cuando se suspende la ingesta de llosidades, hiperplasia de criptas e inflamación crónica.
gluten en la dieta. La enfermedad celiaca es una causa El daño superficial está compensado por aumento en el
común de malabsorción en países occidentales, particu- número de mitosis en las criptas, así como aumento en
larmente en mujeres. La enfermedad celiaca está clara- su longitud; las células caliciformes son normales o es-
mente asociada al HLA, a los alelos del CMH--II tán ligeramente aumentadas en número. Los enterocitos
DQA1*0501 y DQB1*0201. Esta combinación alélica se vuelven basofílicos, vacuolados y cúbicos, con pérdi-
HLA--DQ2 se encuentra en 98% de los pacientes con da de la polaridad basal nuclear. Los linfocitos intraepi-
enfermedad celiaca. La patogenia involucra un daño in- teliales están dispersos entre los enterocitos; cerca de
munitario al enterocito asociado con ingesta de gluten. 70% de ellos expresan CD8 y aproximadamente 10%
La infección con adenovirus tipo 12 podría participar en CD4, el restante 20% son CD3 positivos, CD4 y CD8
adquirir esta sensibilidad al gluten. negativos. La lámina propia hipercelular contiene célu-
las plasmáticas, linfocitos, macrófagos, mastocitos, ba-
sófilos, eosinófilos y en raras ocasiones adipocitos. Pos-
Aspectos clínicos teriormente las células plasmáticas se vuelven el tipo
celular predominante y producen inmunoglobulinas con
La presentación clínica revela el grado de malabsor- un cambio de células productoras de IgA a células pro-
ción, y los síntomas más comunes son diarrea, malab- ductoras de IgM e IgG, ocasionando de esta manera una
sorción, anemia y pérdida de peso, que usualmente se deficiencia selectiva de IgA y un exceso de IgM. A ve-
desarrollan durante el primer año de vida, que es cuando ces hay inflamación aguda. La hiperplasia de células en-
se introduce el cereal en la dieta. Muchos niños experi- docrinas ocurre a expensas de células que contienen se-
mentan remisión espontánea con algunas recurrencias rotonina y motilina. Las células de Paneth, aunque en
de la enfermedad; otro grupo de pacientes es normal en número normal, tienen disminución en la cantidad de
Duodeno 195

sus gránulos. Están incrementados en PIV y la sustancia dades como Crohn, colitis ulcerativa crónica idiopática,
P; por otro lado, las enzimas disacaridasa, peptidasa, fibrosis quística y diarrea recurrente.
fosfatasa alcalina, trifosfatasa de adenosina y esterasa
están todas disminuidas.
Las lesiones de la mucosa pueden clasificarse en cin- Diagnóstico
co tipos: tipo 0, lesión preinfiltrativa; tipo 1, lesión infil-
trativa (linfocitosis intraepitelial, al menos 40 x 100 El diagnóstico definitivo depende de estudios serológi-
enterocitos); tipo 2, lesión hiperplásica (linfocitosis in- cos (anticuerpos antiendomisio —IgA—, antitransami-
traepitelial con anormalidad vellosa variable); tipo 3, nasa tisular y antigliadina —IgA e IgG) e histológicos
lesión destructiva; tipo 4, lesión atrófica en estadio final compatibles, respuesta favorable clínica e histológica a
(incluye la lesión del esprúe colagenoso). dieta libre de gluten y recaída ante la nueva ingesta de
El diagnóstico diferencial incluye todas las enferme- gluten. Las características radiográficas incluyen dila-
dades que ocasionan alteraciones en las vellosidades: tación intestinal con segmentación y fragmentación de
inmunodeficiencia común variable, alergias a otras pro- la columna de bario, hipersecreción, niveles hídricos y
teínas, algunas gastroenteritis infecciosas, casos raros alteraciones en la motilidad. El manejo de elección es
de esprúe tropical, isquemia crónica, estasis, síndrome de la dieta libre de gluten. Los pacientes que no responden
Zollinger--Ellison, duodenitis inespecífica y enferme- al manejo con dieta libre de gluten pueden tener un es-
dad inflamatoria intestinal (Crohn). prúe refractario o no clasificado, y algunos de ellos res-
El gluten (proteína presente en cereales) contiene ponden a terapia con esteroides; la causa más común de
una molécula llamada gliadina con alto contenido de este fracaso en el manejo es que la dieta no es realmente
prolina y glutamina. La transformación de glutamina en libre de gluten, ya que hay medicamentos, vitaminas,
ácido glutámico genera gliadina no tóxica. El mecanis- suplementos minerales y otros alimentos “no cereales”
mo preciso mediante el cual la gliadina daña al epitelio que contienen gluten. El esprúe refractario también
ocasionando atrofia y malabsorción es impreciso. Se puede asociarse con cavitación de ganglios linfáticos
han postulado dos teorías; una de ellas dice que las célu- mesentéricos e hipoesplenismo. Los adultos con enfer-
las absortivas intestinales son deficientes en una pepti- medad celiaca de larga evolución pueden desarrollar le-
dasa o proteasa para fragmentar la gliadina. Alternati- siones intestinales malignas. También se ha asociado
vamente, la gliadina podría inhibir la actividad de la con atrofia esplénica e hipoplasia ganglionar, por lo que
peptidasa, suspendiendo su propia degradación a ami- se ha postulado un defecto en el sistema inmunitario y
noácidos y permitiendo la acumulación de péptidos tó- un incremento en la incidencia de tumores (linfomas y
xicos de gliadina, interfiriendo así con la maduración carcinomas). Otras anormalidades incluyen pericardi-
del epitelio intestinal. La segunda teoría tiene bases in- tis, dermatitis y vasculitis. La persistencia de síntomas
munitarias; se cree que el gluten interactúa con linfoci- con dieta libre de gluten y mejoría en la histología orien-
tos sensibilizados de la lámina propia, resultando en la ta en la búsqueda de comorbilidades que podrían causar
formación de varios productos inmunitarios, incluyen- diarrea persistente: insuficiencia pancreática, deficien-
do anticuerpos dirigidos específicamente contra el glu- cia secundaria de lactasa, sobrecrecimiento bacteriano,
ten unido a las células intestinales y linfocinas citotóxi- enfermedad inflamatoria intestinal coexistente o colitis
cas. Estos productos inmunitarios, solos o combinados, linfocítica o colagenosa.
interactúan con las células intestinales, llevándolas a su
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citólisis y muerte. Los hechos que apoyan esta teoría in-


munitaria son que la mucosa intestinal reacciona inmu- ENTERITIS EOSINOFÍLICA
nitariamente ante el gluten, ya que se han demostrado
anticuerpos antigluten séricos y en secreciones intesti-
nales de pacientes con enfermedad celiaca. El sistema
inmunitario está más involucrado por la demostración Generalidades
de que los niveles de complemento disminuyen durante
la ingesta de gluten con depósito de complejos inmuni- La enteritis eosinofílica es una rara enfermedad caracte-
tarios en la mucosa. Hay aumento en el número de célu- rizada por la infiltración del tracto gastrointestinal por
las productoras de inmunoglobulinas con anticuerpos gran cantidad de eosinófilos, aunque el estómago y el
dirigidos contra el gluten y su producto: la gliadina. Los intestino delgado son los más frecuentemente afecta-
anticuerpos contra el gluten no son específicos de enfer- dos. Habitualmente se acompaña de eosinofilia en san-
medad celiaca, ya que están presentes en otras enferme- gre periférica. Su etiología permanece desconocida;
196 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

aunque en ocasiones la enfermedad se ha relacionado muscular o la subserosa, siendo posible la perforación


con alergias alimentarias o con infestaciones parasita- de las lesiones como manifestación clínica o la obstruc-
rias, en general se admite que el origen de la enfermedad ción intestinal. En ocasiones ha sido un hallazgo histoló-
es idiopático, sin que pueda ser incluida claramente en gico en el píloro de pacientes intervenidos de estenosis
la categoría de los trastornos alérgicos o inmunitarios. hipertrófica, o en el apéndice de pacientes sospechosos
La gastroenteritis eosinofílica fue descrita por pri- de apendicitis. En algunos casos la infiltración eosinofí-
mera vez en 1933 por Kaijser, y se han publicado unos lica se ha hallado también en otros órganos como riñón,
300 casos en la literatura mundial. Algunos de estos ca- ganglio linfático, médula ósea, conductos biliares, bazo
sos se presentan en la infancia. Los criterios que definen y páncreas, produciendo trastornos asociados como, por
este proceso son la presencia de síntomas gastrointesti- ejemplo, obstrucciones del tracto biliar.
nales, la infiltración eosinofílica de una o más áreas gas- La presencia de eosinofilia tisular y sanguínea, una
trointestinales demostradas por biopsia, la ausencia de mayor incidencia de trastornos alérgicos, niveles eleva-
infiltrado eosinofílico de otras estructuras extradigesti- dos de IgE y una buena respuesta al tratamiento esteroi-
vas y la ausencia de infestación parasitaria. La eosinofi- deo apoyan la hipótesis de una reacción de hipersensibi-
lia periférica no debe considerarse como criterio diag- lidad tipo I a ciertos alimentos. El diagnóstico es
nóstico, ya que está ausente en 20% de los casos. Klein siempre histopatológico, mostrando edema e infiltrado
describió tres patrones diferentes de la enfermedad con celular casi exclusivamente compuesto por eosinófilos.
base en una afectación predominantemente mucosa que La enfermedad, al afectar de forma parchada a diferen-
cursa como un síndrome de malabsorción, comúnmente tes capas de la pared gastrointestinal, obliga a la toma
asociado con un antecedente de alergia alimentaria; de múltiples biopsias vía endoscópica de zonas afecta-
otra, más rara, serosa, que se manifiesta con ascitis e im- das y aparentemente normales, a pesar de lo cual la afec-
portante eosinofilia en el líquido de ascitis; y una tercera tación muscular puede no llegar a establecerse.
con afectación de la capa muscular, caracterizada por
engrosamiento y rigidez del estómago y de la porción
proximal del intestino delgado con síntomas obstructi- Diagnóstico y tratamiento
vos, en la cual el antecedente alérgico es poco frecuente.
Los pacientes pueden ser tratados satisfactoriamente
con corticoides, pero son posibles las recidivas. Se ad-
Aspectos clínicos mite en general que el tratamiento de elección en la gas-
troenteritis eosinofílica son los corticoides, obteniéndo-
se una respuesta espectacular en pocos días, con rápida
Esta compleja enfermedad se presenta con síntomas
regresión de las manifestaciones sintomáticas y recupe-
inespecíficos, con frecuencia dolor abdominal, náuseas,
ración de la hipoproteinemia asociada al síndrome de
diarrea, enteropatía con pérdida proteínica y malabsor-
malabsorción intestinal. Seguidamente se debe conti-
ción con diarrea, que pueden provocar trastornos asocia-
nuar, durante un periodo indeterminado, por tratarse de
dos como edema y ascitis. Las manifestaciones clínicas
varían en función de la región del tracto gastrointestinal una enfermedad crónica, con pequeñas dosis que man-
tengan el estado de remisión, siendo posibles las recaí-
afectado, y habitualmente presenta características de
das al intento de reducción. El empleo de dietas de eli-
cronicidad, pero raras veces es causa de obstrucción in-
minación parece útil en los casos de afectación mucosa,
testinal. En sangre destaca la leucocitosis con eosinofi-
no demostrándose su utilidad en los que tienen afecta-
lia marcada, que no siempre es constante. Algunos auto-
ción muscular, en los cuales el antecedente alérgico no
res sitúan la incidencia de eosinofilia en niños en
parece claro. Los corticoides constituyen la base del tra-
aproximadamente 61% de los casos. La hipoproteine-
mia es frecuente cuando existe enteropatía con pérdida tamiento en pacientes en los que fallan las dietas de eli-
minación y en los que presentan síntomas obstructivos
proteínica; además, son posibles otras deficiencias pro-
y ascitis eosinofílica, siendo benéficos hasta en 40% de
pias de un síndrome de malabsorción.
los casos. Sin embargo, en la práctica su eficacia es muy
discutida. El cromoglicato de sodio, utilizado en los
procesos de alergia a la lactosa, se ha empleado con cier-
Anatomía patológica to éxito en los casos en que el uso de corticoides estaba
contraindicado o no era efectivo. La cirugía queda re-
Microscópicamente destaca la infiltración eosinofílica servada a cuadros oclusivos, perforación o sangrado. El
del tracto gastrointestinal afectando a la mucosa, la pronóstico es favorable con tendencia a las remisiones,
Duodeno 197

pero la enfermedad es de carácter crónico y de larga Anatomía patológica


evolución. La mortalidad es rara, salvo complicaciones,
y no parece existir un riesgo mayor de desarrollo de neo- A menudo los carcinomas ampulares producen sinto-
plasias. matología en estadios tempranos, por lo que al momen-
to de la detección las lesiones son pequeñas. La mayoría
de ellas tienen un componente exofítico representando
CARCINOMA DEL ÁMPULA DE VÁTER un adenoma. El conducto biliar común frecuentemente
está dilatado; con tumores de gran tamaño puede ser
difícil determinar el origen preciso de la lesión.
Para una clasificación precisa y un diagnóstico co-
rrecto de una lesión ampular es importante el abordaje
Generalidades
macroscópico. Siguiendo el esquema de Klimstra, las
lesiones que están casi exclusivamente dentro del ám-
El carcinoma del ámpula de Váter es un tumor poco fre- pula se designan como intraampulares. Las que están
cuente. El diagnóstico precoz permite un manejo tem- predominantemente en el duodeno periampular pero no
prano y un mejor pronóstico. Aproximadamente 80% invaden al ámpula como tal son designados como pe-
de las lesiones epiteliales del ámpula de Váter son ade- riampulares duodenales. Los que afectan ambas estruc-
nocarcinomas; a menudo es imposible distinguir los turas se consideran como mixtos, y a su vez se subclasi-
adenocarcinomas duodenales periampulares de los am- fican en exofíticos y ulcerados, dependiendo del patrón
pulares puros, y en general se incluyen en la categoría de crecimiento.
ampular. Los adenocarcinomas ampulares constituyen La mayoría de los adenocarcinomas ampulares son
5% de todos los carcinomas gastrointestinales. de tipo intestinal, constituidos por estructuras tubulares
Resultan infrecuentes y de difícil diagnóstico y dis- revestidas por células columnares a cúbicas. El segundo
tinción en casos avanzados, ya que concurren en el área tipo más común es el pancreatobiliar, caracterizado por
las patologías pancreáticas, del tercio distal del con- unidades glandulares más pequeñas revestidas por célu-
ducto biliar común, del conducto pancreático y de la las cúbicas y rodeadas por un estroma desmoplásico,
mucosa duodenal adyacente, los cuales pueden cursar aunque en ocasiones es difícil distinguir entre ambos ti-
con síntomas clínicos similares. El término carcinoma pos histológicos. Inmunohistoquímicamente podrían ser
ampular no sólo hace referencia a una ubicación topo- de utilidad en lo anterior los marcadores para mucinas.
gráfica, sino también al origen histológico de los mis- La mayoría de los adenocarcinomas pancreatobiliares
mos, ya que implica que derivan de la mucosa intestinal son MUC1+/MUCA5C+/MUC2--, y viceversa, muchos
de dicha región. tumores de tipo intestinal son MUC1--/MUCA5C--/
Se ha propuesto que lesiones con características his- MUC2+. Algunos estudios mencionan que el tipo pan-
tomorfológicas diagnosticadas como adenoma velloso creatobiliar puede comportarse más agresivamente. El
o “pólipo villoglandular” podrían ser las lesiones que tercer tipo histológico en frecuencia es el mucinoso, ca-
preceden al adenocarcinoma. racterizado por la presencia de abundante mucina extra-
celular. Otros tipos histológicos son: de células en anillo
de sello, papilar invasivo (que podría imitar una neopla-
Aspectos clínicos sia in situ debido a su crecimiento exofítico, formación
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de papilas y arquitectura ramificada) y pobremente di-


El adenocarcinoma del ámpula de Váter es más frecuen- ferenciado, raros casos de carcinomas con patrón mi-
te en hombres mayores de 60 años de edad. La mayoría cropapilar, hepatoide o de células claras. Aunque se han
de los pacientes se presentan con ictericia obstructiva observado, son extremadamente raros en este sitio ana-
acompañada de prurito, pérdida de peso y dolor abdo- tómico los carcinomas escamosos, adenoescamosos y
minal. sarcomatoides (algunos contienen abundantes células
Se reporta también la anemia crónica y la suboclu- gigantes de tipo osteoclasto). Los carcinomas neuroen-
sión intestinal como forma de presentación de un tumor docrinos, que representan un porcentaje muy pequeño
polipoideo del ámpula de Váter. de los carcinomas gastrointestinales, parecen ocurrir en
Los carcinomas ampulares pueden verse en asocia- una proporción relativamente alta en el ámpula de
ción con síndromes de poliposis y neurofibromatosis Váter.
tipo I, y en un tercio de los casos se asocian con otras La invasión vascular está presente en aproximada-
neoplasias malignas. mente 50% de los casos de carcinoma ampular invasivo.
198 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

También llega a observarse invasión perineural, pero es cuencia de la obstrucción distal. La TAC de abdomen ha
menos común que en el carcinoma pancreático o de las sido empleada por otros autores y pudiera ayudar al
vías biliares. Los carcinomas invasivos se diseminan diagnóstico de estos tumores, evidenciando una lesión
por extensión directa a mucosa y pared duodenal, pán- circunscrita al área pancreatoduodenal, de baja densi-
creas y conducto biliar común; las metástasis ganglio- dad, con dilatación de la vía biliar extrahepática e intra-
nares ocurren con más frecuencia a los ganglios peri- hepática. La supervivencia a largo plazo sigue siendo
pancreáticos, de 30 a 50% están restringidas a un solo baja. La CPRE puede sugerir un colangiocarcinoma. La
grupo periampular adyacente, y las metástasis a distan- colangiorresonancia magnética de la vía biliar ha de-
cia a hígado, seguido por peritoneo, pulmones y pleura. mostrado gran efectividad en el diagnóstico de pacien-
El diagnóstico diferencial se basa en las considera- tes con ictericia obstructiva, pero resulta muy costosa.
ciones topográficas endoscópicas y macroscópicas ya El pronóstico de los carcinomas ampulares es significa-
mencionadas (del conducto biliar común, carcinomas tivamente mejor que el del colangiocarcinoma y el del
duodenales no ampulares). En la mayoría de los carci- adenocarcinoma pancreático. La sobrevida tiene un
nomas ampulares se ha detectado mutación de p53 con promedio de dos años, siendo los índices de la misma a
la correspondiente acumulación de su producto anormal 5 y 10 años de 33 y 28%, respectivamente; en casos re-
detectado por inmunohistoquímica. secados es de 50 y 35%, respectivamente, y se incre-
menta aún más (hasta 80%) en ausencia de metástasis
Diagnóstico ganglionares. Si el tumor está confinado al esfínter de
Oddi (definido como lesión en estadio I) la sobrevida a
Los métodos diagnósticos más utilizados son las radio- cinco años es de 85% en promedio. Los factores que se
grafías contrastadas de estómago y duodeno, gastroduo- asocian con mal pronóstico son irresecabilidad, estadio
denoscopia, ultrasonido, tomografía axial computarizada tardío y márgenes quirúrgicos positivos. El pronóstico
(TAC), colangiopancreatografía retrógrada endoscópica de pólipo villoglandular o adenoma velloso ampular sin
(CPRE), laparotomía y biopsia. El ultrasonido puede transformación maligna es excelente con excisión com-
demostrar una vía biliar intrahepática dilatada a conse- pleta.

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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
200 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

Figura 7--1. Biopsia duodenal con vellosidades de morfología habitual con aumento de células inflamatorias mononucleares en
la lámina propia, aislados polimorfonucleares y edema.

Figura 7--2. Microfotografía de ámpula de Váter; a mayor aumento se observa con mayor detalle la población celular polimorfa
constituida por linfocitos, células plasmáticas, escasos neutrófilos e histiocitos.
Duodeno 201

Figura 7--3. Ámpula de Váter. Microfotografía a 40x; se observa por debajo del epitelio superficial un acúmulo de células inflamato-
rias y una glándula con una mitosis que indica cambios regenerativos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 7--4. Microfotografía H--E. Enteritis eosinofílica. Intensa infiltración eosinofílica a nivel de la mucosa duodenal que afecta
la lámina propia.
202 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

Figura 7--5. Enfermedad celiaca. Presencia de linfocitos entre las células del epitelio superficial en una vellosidad duodenal.

Figura 7--6. Enfermedad celiaca. Inmunorreacción CD3 positiva en linfocitos T intraepiteliales.


Duodeno 203

Figura 7--7. Duodenitis eosinofílica. Abundantes eosinófilos en la lámina propia del duodeno. Nótese la presencia de un eosinófilo
intracitoplásmico.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 7--8. Duodenitis eosinofílica. Microabsceso de cripta; las células inflamatorias corresponden a eosinófilos.
204 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

Figura 7--9. Macrofotografía. Adenocarcinoma intrapancreático del colédoco. El tumor se extiende hasta el ámpula de Vater.

Figura 7--10. Apariencia macroscópica de un adenocarcinoma periampular; el tumor crece exofítico y circunferencial alrededor
del ámpula de Vater.
Duodeno 205

Figura 7--11. Adenocarcinoma bien diferenciado periampular de tipo intestinal. Se observan formaciones tubulares con marcada
estratificación nuclear, adyacentes a mucosa duodenal normal.
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Figura 7--12. Colangiocarcinoma moderadamente diferenciado en el que se observa la heterogeneidad celular dentro de la misma
glándula, mostrando formaciones tubulares con luces intracitoplásmicas, estratificación nuclear y detritus celulares intraluminales.
206 Atlas de gastroenterología (Capítulo 7)

Figura 7--13. Microfotografía que muestra el abundante estroma desmoplásico dispuesto alrededor de las glándulas neoplásicas,
así como células inflamatorias polimorfonucleares.

Figura 7--14. Componente papilar superficial bien diferenciado en ámpula de Vater con apariencia de adenoma velloso.
Capítulo 8
Tumores estromales del
tracto gastrointestinal
Isabel Alvarado Cabrero

INTRODUCCIÓN Aspectos clínicos

Se diagnostican con mayor frecuencia en la sexta y la


séptima décadas de la vida (55 a 65 años de edad). En
Los tumores estromales del tracto gastrointestinal, más ocasiones se descubren en adultos jóvenes y son excep-
comúnmente conocidos como GISTs por su nombre en cionales en niños. En los adultos no se ha observado
inglés (gastrointestinal stromal tumors), son las neo- predilección por algún género, a diferencia de los tumo-
plasias más comunes del tracto gastrointestinal, y tam- res estromales que se presentan en niños, que predomi-
bién pueden originarse en el mesenterio y el omento. En nan por mucho en las mujeres. No se ha demostrado pre-
términos generales, los tumores estromales del tracto dominio de ningún grupo racial. La presentación clínica
gastrointestinal (TETGI) son neoplasias raras y ocupan suele ser inespecífica, con distensión o dolor abdomi-
el tercer lugar en esta topografía después de los carcino- nal, presencia de una masa palpable, sangrado y anemia.
mas y linfomas. Los GIST pueden ser causa de obstrucción intestinal,
Históricamente estas lesiones fueron clasificadas perforación o fiebre, y son descubiertos comúnmente
como leiomiomas o leiomiosarcomas, debido a que durante una laparotomía de urgencia.
muestran características histológicas similares a estas En algunas ocasiones son hallazgos incidentales du-
neoplasias. rante una endoscopia o cirugía. Se reporta que de 15 a
Desde que el término “tumor estromal del tracto in- 50% presentan enfermedad metastásica al momento del
testinal” fue introducido por Mazur y Clark en 1983, diagnóstico. Los sitios más frecuentes de metástasis son
numerosos estudios han demostrado que los TETGI no el peritoneo y el hígado.
cuentan con características ultraestructurales e inmuno-
histoquímicas de diferenciación a músculo liso, por lo Diagnóstico
que en la actualidad se sabe con certeza que dichos tu-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

mores no se originan del músculo liso. La mayor parte de estos tumores son encontrados ini-
De acuerdo con el trabajo realizado por Kindblom y cialmente en un ultrasonido o una tomografía computa-
col. en 1998, el origen de los tumores estromales es a rizada que se llevan a cabo en un paciente con alguna
partir de las células intersticiales de Cajal. sintomatología abdominal.
Estas células “marcapaso” son las responsables de Los estudios con medio de contraste oral o rectal pue-
iniciar y coordinar la motilidad del tracto gastrointesti- den mostrar defectos de llenado con bordes claramente
nal. Sin embargo, el evento más importante que distin- demarcados. En la endoscopia digestiva los GIST se
guió a los TETGI como una entidad única fue el descu- manifiestan como protrusiones de la pared recubiertas
brimiento realizado por Hirota y col., en 1998, de que de mucosa que puedes presentar zonas de ulceración.
estas neoplasias poseen la mutación del protooncogén El ultrasonido endoscópico (UE) puede mostrar una
c--kit. masa hipoecoica contigua en la muscularis propia y per-

207
208 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

mite llevar a cabo biopsias en casos en los que el tumor das dispuestas en fascículos que se entrelazan entre sí.
no es accesible por endoscopia. Los tumores epitelioides se componen de células redon-
Desafortunadamente, las biopsias obtenidas por en- das o poligonales con abundante citoplasma eosinófilo
doscopia o UE generalmente no obtienen suficiente te- o claro; pueden tener un patrón en nidos sólidos similar
jido para poder llevar a cabo una caracterización ade- al de un tumor neuroendocrino o a un paraganglioma.
cuada de estas lesiones, ya que la mayor parte de estos Algunas características morfológicas predominan en
tumores crecen en forma submucosa, lo cual dificulta la algunos ejemplos de tumores estromales, dependiendo
obtención de tejido útil para su diagnóstico histológico. de su localización; así, los tumores estromales epitelioi-
La tomografía y la resonancia magnética son esenciales des se encuentran con mayor frecuencia en el estómago
para determinar la extensión del tumor y la presencia de y están compuestos por células que se disponen en un
metástasis. Los tumores encontrados durante una lapa- patrón en nidos o mantos sólidos. Las células por lo ge-
rotomía deben ser biopsiados teniendo la precaución de neral muestran un citoplasma eosinófilo que se conden-
incluir zonas sólidas y blandas, así como las partes he- sa alrededor del núcleo con una zona clara periférica.
morrágicas y necróticas de la lesión. Los núcleos son redondos con nucleolo poco aparente;
en ocasiones algunas células gigantes multinucleadas
pueden presentarse en forma focal. Es importante seña-
Anatomía patológica lar que el pleomorfismo en estos tumores por lo general
es focal, de manera que cuando una neoplasia mesen-
Los tumores estromales del tracto gastrointestinal pue- quimatosa presenta un pleomorfismo extenso es poco
den presentarse en cualquier parte del mismo. Son por probable que se trate de un tumor estromal del tracto
lo general lesiones submucosas que crecen en forma en- gastrointestinal. Los tumores estromales del tracto gas-
dofítica o en forma paralela a las luces de las vísceras trointestinal pueden mostrar patrones morfológicos
afectadas. También pueden manifestarse como masas poco comunes, como, entre otros:
exofíticas extraluminales. Estas neoplasias varían en
diámetro entre 1 y 40 cm. Aproximadamente de 50 a a. Patrón hemangiopericítico.
70% de ellas se originan en el estómago; el intestino b. Con células en anillo de sello.
delgado ocupa el segundo lugar en frecuencia y de 20 c. Organoide.
a 30% de ellos se originan en el yeyuno--íleon. Sitios d. Paucicelulares (semejantes a fibromatosis).
menos afectados son el colon y el recto (5 a 15%) y el
esófago (< 5%). Se han reportado tumores primarios en
el omento y en el mesenterio, pero son raros. Inmunofenotipo

La mayoría de los tumores estromales del tracto gastro-


Características macroscópicas intestinal (95%) son positivos para CD117. Sólo un pe-
queño porcentaje de estos tumores son negativos para
este marcador.
Los tumores estromales varían en diámetro de 1 a 40 cm; El DOG--1 (described on GIST), un marcador recien-
son redondeados u ovoides, bien circunscritos, no po- temente descubierto en tumores estromales, puede ser
seen cápsula y en algunas ocasiones son irregulares; su de gran utilidad en el diagnóstico diferencial entre
aspecto externo es color café claro. En los cortes seria- TETGI negativo a CD117 y otros tipos de sarcomas.
dos tienen aspecto arremolinado o fibroso y son de color Además de ser positivos a CD117, de 60 a 70% de los
blanco--amarillo. En ocasiones pueden experimentar TETGI son positivos a CD34, de 30 a 40% para la actina
una degeneración quística importante, de modo que la de músculo liso (AML) y 5% son positivos para la pro-
porción viable del tumor se encuentra en su periferia. teína S100; sin embargo, ninguno de los anticuerpos
mencionados es específico.
La inmunohistoquímica es de gran utilidad en patro-
Características microscópicas nes poco descritos, como los tumores estromales que
muestran células dispuestas en un patrón en remolinos
De acuerdo con su patrón de crecimiento morfológico similar al de un meningioma meningotelial.
los tumores estromales se dividen en fusocelulares Como se mencionó, existen casos cuyo aspecto ma-
(75%), epitelioides (20%) y mixtos (10%). Las neopla- croscópico y microscópico puede ser idéntico al de una
sias fusocelulares están compuestas por células ahusa- fibromatosis.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 209

Diagnóstico diferencial plasias y el número de mitosis de las mismas. Así, las


neoplasias menores de 2 cm de diámetro mayor y con
menos de cinco mitosis en 50 campos a seco fuerte se
Es importante señalar que los tumores estromales pue-
den tener una gran gama de aspectos morfológicos; de- clasificaron como de muy bajo riesgo; de manera con-
bido a ello, son diversas las entidades patológicas que traria, los tumores mayores de 5 cm y con más de cinco
deben considerarse en el diagnóstico diferencial. mitosis por 50 campos a seco fuerte cuentan con alto
Cuando los tumores estromales son fusocelulares y riesgo de recidiva y metástasis.
Este esquema fue modificado en 2006 por Miettinen
muestran poca atipia las neoplasias que deben tomarse
y col. al agregar la topografía del tumor como parte de
en cuenta en el diagnóstico diferencial son la fibromato-
la evaluación del riesgo, ya que, por ejemplo, es bien sa-
sis intraabdominal y los leiomiomas.
bido que los tumores estromales gástricos tienen mejor
La fibromatosis intraabdominal es la neoplasia pri-
pronóstico que los localizados en el intestino delgado.
maria más común del mesenterio, y es una lesión local-
mente agresiva que no da metástasis. Por lo general
afecta la serosa y la porción externa de la muscularis
propia. Cuando la fibromatosis afecta o se origina de la Mutaciones oncogénicas
pared del tracto gastrointestinal puede semejar un tu-
mor estromal del intestino. Aun cuando en la mayoría En el año 1998 Hirota y col. publicaron por primera vez
de los casos es fácil distinguir a la fibromatosis del la existencia de mutaciones en el gen KIT en los tumo-
TETGI, de acuerdo con algunos autores, de 35 a 50% res estromales del tracto gastrointestinal; este hallazgo
de las mismas se diagnostican como tumores estroma- marcó en forma definitiva la biología de estas neopla-
les. Si la situación es complicada, la betacatenina es un sias. Posteriormente numerosos estudios han demostra-
marcador útil, ya que es positiva en las fibromatosis y do que dicha mutación se encuentra presente en 60 a
no en los tumores estromales. 80% de los tumores estromales.
Por mucho, la mutación que se presenta con mayor
frecuencia en el gen KIT es la que afecta al exón 11; con
Conducta biológica menor frecuencia las mutaciones ocurren en los exones
13, 17 y 8. En general los tumores son heterocigotos
para una mutación determinada, pero la pérdida del ale-
Los criterios que distinguen a los tumores benignos de lo KIT nativo restante (wild--type) ocurre en 15% de los
los malignos o los que identifican a los tumores con po- tumores y se puede asociar con un curso agresivo (pro-
sibilidad de dar metástasis se han discutido durante mu- gresión).
chos años. Muchos parámetros se han propuesto, pero
las características morfológicas que han tenido mayor
aceptación son la actividad mitósica y el tamaño tumo-
ral. El problema que se enfrenta en este rubro es el de Pronóstico
tener la certeza de que dichas características predicen la
conducta biológica de la neoplasia; existen, por ejem- La evolución clínica de los pacientes con tumores estro-
plo, algunos casos de tumores menores de 2 cm con más males del tracto gastrointestinal depende principalmen-
de cinco mitosis por 50 campos a seco fuerte que ocasio- te de la forma de presentación y de las características
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

nalmente dan metástasis. histopatológicas del tumor. La sobrevida a cinco años


El seguimiento a largo plazo de estos tumores ha de- varía de 28 a 60%. Se puede estratificar a los pacientes
mostrado que prácticamente todos los TETGI tendrán en los que tienen enfermedad localizada y los que tienen
un comportamiento maligno. Lo que sí puede afirmarse enfermedad metastásica o recurrente. La media de so-
es que, si estos tumores recurren dentro de la cavidad brevida en el primer grupo es de cinco años, mientras
peritoneal o dan lugar a metástasis hepáticas (los dos si- que la sobrevida media en el segundo grupo es de apro-
tios más comunes de recaída), entonces el pronóstico es ximadamente 10 a 20 meses.
invariablemente pobre. Los tumores estromales de gran tamaño se asocian
Fletcher y col. propusieron un método para evaluar con complicaciones tales como hemorragia del tracto
la conducta biológica de los tumores estromales del gastrointestinal (TGI), obstrucción del TGI y perfora-
tracto gastrointestinal basado en el tamaño de las neo- ción del mismo.
210 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

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Tumores estromales del tracto gastrointestinal 211

Figura 8--1. Tumores estromales del tubo digestivo. Endoscopia que muestra una neoplasia que protruye en la luz del estómago
que correspondió a un tumor estromal.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 8--2. Ultrasonido endoscópico en el que se aprecia en la parte inferior (señalado con la flecha) un tumor estromal bien cir-
cunscrito, localizado en la pared gástrica.
212 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

Figura 8--3. Tumor estromal del tubo digestivo. Imagen histológica del tumor estromal; se aprecia la estirpe muscular de la lesión.
Tinción H--E.

Figura 8--4. Tumor estromal del tubo digestivo (GIST). Tinción KIT CD--17 positivo para GIST.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 213

Figura 8--5. Macrofotografía que muestra un área nodular que empuja y pierde los pliegues de la mucosa.
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Figura 8--6. Al corte de la pieza anterior se identifica que la mucosa gástrica se encuentra respetada y por debajo de la misma
se identifica una neoplasia de color blanco con áreas de hemorragia central.
214 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

Figura 8--7. Tumor estromal gástrico. Neoplasia no encapsulada y bien delimitada, con áreas extensas de hemorragia.

Figura 8--8. Tumor estromal gástrico. Aspecto exterior. Neoplasia de aspecto mesenquimatoso, con bordes irregulares, no infil-
trantes.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 215

Figura 8--9. Tumor estromal al corte. Neoplasia mesenquimatosa, de aspecto fibroso, blanco--amarilla.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 8--10. Microfotografía de tumor estromal del tracto gastrointestinal. Aspecto histopatológico. Neoplasia compuesta por cé-
lulas fusiformes que se disponen en fascículos.
216 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

Figura 8--11. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. Detalle microscópico. Células fusiformes con núcleos alargados, de cro-
matina fina.

Figura 8--12. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. Aspecto microscópico. Neoplasia mesenquimatosa compuesta por célu-
las redondas y fusiformes dispuestas en haces cortos.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 217

Figura 8--13. Tumor estromal del tracto gastrointestinal epitelioide. Aspecto histopatológico. Neoplasia mesenquimatosa com-
puesta por células redondas con núcleos centrales y citoplasma eosinófilo.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 8--14. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. CD117. Positividad intensa y difusa.
218 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

Figura 8--15. Tumor estromal del tracto gastrointestinal epitelioide con positividad citoplásmica intensa al CD34.

Figura 8--16. Tumor estromal del tracto gastrointestinal. Aspecto histopatológico, compuesto por células dispuestas en remolino.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 219

Figura 8--17. Tumor estromal compuesto por nidos celulares o patrón en remolino (detalle).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 8--18. Tumor estromal del tracto gastrointestinal con patrón en remolino, positivo al CD117.
220 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

Figura 8--19. Neoplasia mesenquimatosa en pared del intestino delgado.

Figura 8--20. Fibromatosis mesentérica que involucra pared de intestino delgado.


Tumores estromales del tracto gastrointestinal 221

Figura 8--21. Fibromatosis, aspecto microscópico. Neoplasia paucicelular con células fusiformes.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 8--22. Tumor estromal con cambios postratamiento. Neoplasia mesenquimatosa blanco--amarilla con áreas de degenera-
ción quística y necrosis.
222 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)

Figura 8--23. Corte transversal del sigmoides en el que se observa lesión tumoral circular que se extiende hasta el tejido adiposo
y rodea al órgano.

Figura 8--24. Microfotografía que muestra el epitelio conservado en el estroma; se identificó lesión tumoral compuesta por células
alargadas y redondas malignas que sustituyen la pared del órgano.
Tumores estromales del tracto gastrointestinal 223

Figura 8--25. Un mayor acercamiento donde se evidencian mitosis atípicas, hipercromatismo nuclear y células con tendencia a
ser alargadas.
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224 Atlas de gastroenterología (Capítulo 8)
Capítulo 9
Pólipos del tubo digestivo
Irene Rivera Salgado, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González, Maricela Díaz Oyola,
Rosa María Vicuña González, Armando Macario Valencia Romero, José María Remes Troche,
Federico Roesch Dietlen

INTRODUCCIÓN Pólipo hiperplásico

Los pólipos hiperplásicos son frecuentes en el estóma-


go, y asociados en muchos casos a gastritis crónica,
Los pólipos son proliferaciones benignas de tejido epi- atrofia gástrica, hipoclorhidria e hipergastrinemia. Se
telial; macroscópicamente producen elevaciones sobre pueden encontrar desde el fondo gástrico hasta el antro;
la mucosa del tubo digestivo. generalmente son pequeños, pero pueden llegar a medir
Se encuentran más frecuentemente en el colon, pero algunos centímetros, y generalmente son sésiles, de su-
también se pueden encontrar en el estómago y el intesti- perficie lisa aterciopelada del mismo color que la muco-
no delgado. sa gástrica vecina; pueden ser únicos o múltiples.
Por su aspecto macroscópico se clasifican en sésiles, Microscópicamente se caracterizan por estar forma-
cuando su base de implantación es amplia, y pedicula- dos por glándulas dilatadas, alargadas, algunas con di-
dos, cuando su base es delgada y larga. latación quística de epitelio foveolar y glándulas antra-
Pueden ser únicos o múltiples, y su tamaño varía des- les o fúndicas, según la región gástrica en que se
de milímetros hasta varios centímetros. originen; la lámina propia de estos pólipos tiene más
En este grupo de lesiones se deben distinguir los póli- frecuentemente edema, fibrosis e infiltrado inflamato-
pos epiteliales sin potencial maligno, como son el póli- rio, así como fibras musculares delgadas que se extien-
po hiperplásico y el pólipo hamartomatoso, entre otros, den desde la muscularis. Estos pólipos son lesiones be-
y los adenomas, neoplasias benignas que se clasifican nignas sin potencial neoplásico.
en adenomas tubulares, adenomas vellosos y adenomas
tubulovellosos.
Cada uno de ellos tiene una frecuencia distinta en las Pólipo de glándulas fúndicas
diferentes regiones del tubo digestivo.
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Estos pólipos se presentan como lesiones múltiples,


aunque pueden ser únicos, pequeños y sésiles en el fon-
PÓLIPOS Y ADENOMAS GÁSTRICOS do y el cuerpo gástrico. Se asocian frecuentemente a pa-
cientes con gastritis y en tratamiento con inhibidores de
bomba, y a pacientes con síndrome de Zollinger--Elli-
son. Microscópicamente están formados por hiperpla-
En el estómago se pueden encontrar tanto pólipos como sia de epitelio foveolar y glándulas de mucosa especiali-
adenomas. zada con discreta proliferación de músculo liso; son
Los pólipos gástricos son el pólipo hiperplásico, el pequeños y lisos en su superficie.
pólipo de glándulas fúndicas, el pólipo hamartomatoso Pueden tener pequeñas dilataciones quísticas y no
y el pólipo fibroinflamatorio. tienen cambios displásicos.

225
226 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Pólipo hamartomatoso cia en el ciego y el sigmoides, y son discretamente me-


nos frecuentes en el recto.
Macroscópicamente son pediculados, de superficie multi- Pueden ser únicos o múltiples, sésiles de tan sólo
lobulada y firmes. Microscópicamente se caracterizan unos milímetros o pediculados de algunos centímetros;
por tener gruesos haces de fibras de músculo liso que se su superficie es lisa o multilobulada. Cuando son de ma-
origina en su tallo y se extienden a la superficie, rodean- yores dimensiones pueden producir datos de obstruc-
do las estructuras glandulares del cuerpo o del antro gás- ción, sobre todo en el intestino delgado, y ser la causa
trico, según su localización, además de células muco- de intususcepción.
productoras; las glándulas pueden tener contornos Sin embargo, la mayoría son asintomáticos, sólo los
irregulares y dilataciones quísticas. de mayores dimensiones pueden estar erosionados o ul-
cerados superficialmente y producir sangrado.
Microscópicamente se caracterizan por tener gran
Pólipo fibroepitelial cantidad de estructuras glandulares redondas, apretadas
unas contra otras y entre ellas escasa lámina propia.
Estas glándulas están revestidas por células que han
Es poco frecuente, no tiene potencial neoplásico y su si-
disminuido su producción de moco y los núcleos, aun-
tio de presentación es en la submucosa del antro gástri-
que generalmente basales, están seudoestratificados,
co; están formados por estroma fibroso con estructuras
alargados, hipercromáticos con atipia y figuras de mito-
vasculares congestivas y células inflamatorias en donde
sis frecuentes
predominan los eosinófilos.

Adenoma tubulovelloso
PÓLIPOS INTESTINALES
Es una combinación de la imagen microscópica de un
adenoma tubular con áreas de aspecto velloso; tiene el
mismo potencial maligno que el que tiene el adenoma
A lo largo del intestino delgado y el grueso se pueden velloso.
observar pólipos y adenomas de muy similar configura-
ción, siendo el colon el sitio más frecuente. En intestino
delgado las lesiones frecuentemente son únicas, y el Adenoma velloso
duodeno es el sitio más frecuente. Entre las lesiones del
duodeno están los adenomas de glándulas de Brünner, Corresponde a adenomas que generalmente son sésiles,
los pólipos adenomatosos y los pólipos hamartomato- pueden ser únicos o múltiples y llegan a medir varios
sos. En el colon las lesiones más frecuentes son los ade- centímetros de diámetro.
nomas tubulares y los vellosos, así como su combina- La superficie es de aspecto vegetante como una coli-
ción: el adenoma tubulovelloso. Pueden o no estar flor, y cuando tienen grandes dimensiones pueden estar
asociadas con síndromes de poliposis múltiples. ulcerados en la porción central. Pueden producir datos
de obstrucción, cambio en el hábito intestinal y hemo-
rragia, sobre todo los que se encuentran en el sigmoides
Adenoma de glándulas de Brünner y el recto.
En el duodeno, aunque con una incidencia baja, el
Lesión sésil de aspecto hamartomatoso en la que hay adenoma velloso es el que se presenta con mayor fre-
proliferación de glándulas submucosas de Brünner sin cuencia.
atipia, tejido adiposo y estructuras quísticas revestidas Microscópicamente se caracteriza por tener prolon-
por células ciliadas. Pueden ser únicos o múltiples, y gaciones digitiformes con un estroma fibrovascular re-
son más frecuentes en la pared posterior del duodeno. vestidas por epitelio con francos cambios displásicos y
figuras de mitosis frecuentes.
Puede tener áreas de carcinoma in situ, y por estas ca-
Adenoma tubular (pólipo adenomatoso) racterísticas tiene un alto potencial maligno que llega a
ser hasta de 60%.
En intestino delgado son más frecuentes en el duodeno No es raro encontrar adenocarcinomas invasores del
y el yeyuno; en el colon se presentan con igual frecuen- colon en los que, al muestrear la neoplasia en las porcio-
Pólipos del tubo digestivo 227

nes periféricas, se llegan a encontrar áreas de adenoma Síndrome de Turcot


velloso.
Enfermos con poliposis adenomatosa familiar y neopla-
sias en el sistema nervioso, con menor incidencia res-
pecto a los síndromes previamente mencionados, que se
SÍNDROMES HEREDITARIOS
transmite con un patrón autosómico recesivo.
POLIPÓSICOS

Síndromes hereditarios no polipósicos


Menzelio, en 1721, reportó por primera vez la presencia
de múltiples pólipos en el colon; Corvisart, en 1847, re- Representan una enfermedad con transmisión autosó-
portó el primer caso de poliposis adenomatosa familiar. mica dominante que ocurre cinco veces más frecuente-
Este síndrome se hereda con patrón autosómico domi- mente que la poliposis familiar; representa de 1 a 5% de
nante, atribuyéndose una mutación en la línea germinal todos los cánceres de colon.
del gen del cromosoma 5q. Se hereda con un patrón autosómico dominante y se
caracteriza por desarrollar cáncer a una edad temprana
(40 a 45 años), teniendo mejor pronóstico sin importar
Poliposis adenomatosa familiar atenuada
el estadio en comparación con los casos esporádicos de
Se caracteriza por mutaciones en sitios específicos (ter- cáncer. El riesgo de cáncer sincrónico o metacrónico es
minaciones nerviosas o exón 9) del gen APC; clínica- de 40%
mente se encuentran decenas de pólipos. Los pacientes Los criterios de Amsterdam II para efectuar el diag-
se presentan con escasos pólipos (10 a 100) localizados nóstico incluyen todos los siguientes: tres o más fami-
sobre todo en el colon derecho. En más de la mitad de liares con cáncer de colon, siendo uno de ellos familiar
los casos se desarrollan carcinomas colorrectales (en de primer grado; cáncer de colon que afecta por lo me-
promedio a los 50 años de edad). En cerca de 60% de los nos a dos generaciones en la familia y un caso de pacien-
enfermos es positivo el estudio para mutación de APC. te con cáncer diagnosticado antes de los 50 años.
Durante los últimos 15 años se han relacionado algu-
nas mutaciones y errores en la reparación de genes que
Poliposis adenomatosa familiar incluyen hMSH2, hMSH6, hMLH1, hMLH3, hPMSI
y hPMS2.
Es el síndrome mejor caracterizado. De 1 a 2% de los Lynch, en 1982, reportó alta incidencia de cáncer in-
pacientes con cáncer colorrectal lo presentarán. La alte- testinal en una familia a través de varias generaciones
ración genética se ha determinado como una mutación y describió las presentaciones clínicas: síndrome de
puntual en el cromosoma 5 banda q21 con patrón de he- Lynch I, donde únicamente el colon resulta el órgano
rencia autosómico dominante y 90% de penetrancia. con neoplasia maligna, y síndrome de Lynch II, que
Los pacientes presentan pólipos en la totalidad del trac- comprende tumores de colon, mama, páncreas y endo-
to gastrointestinal, aunque con predominio en el colon. metrio con un riesgo de aproximadamente 80% de por
Sin colectomía profiláctica todos los enfermos desarro- vida de presentar cáncer de colon.
llarán neoplasia maligna en la sexta década de la vida. La mayor parte de los pólipos colónicos son asinto-
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máticos, siendo una hallazgo incidental durante alguna


Síndrome de Gardner exploración; pueden sangrar en grado variable, mani-
festándose como sangre oculta en heces o causando ane-
Constituye una variante de la poliposis adenomatosa fa- mia; puede haber diarrea, y dolor cuando son grandes;
miliar, que se transmite de igual manera en forma auto- en caso de adenomas vellosos puede haber secreción de
sómica dominante. Se caracteriza por adenomas en el moco, que en ocasiones es abundante. La exploración
intestino delgado y en el colon, lipomas, tumor desmoi- física es normal; en ocasiones puede palparse el pólipo
des, quistes sebáceos, osteomas y fibromas. en el tacto rectal.
El diagnóstico de elección se realiza por colonosco-
Síndrome de Oldfield pia o rectosigmoidoscopia; el estudio de colon por ene-
ma también resulta útil, pero no permite la toma de
Pacientes que presentan quistes de inclusión epidérmi- biopsia para determinar la estirpe histológica; cuando
ca múltiples, pólipos y carcinomas. se encuentra un pólipo adenomatoso deberá revisarse
228 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

todo el colon, ya que puede haber lesiones coexistentes, tudio endoscópico, ya que se encuentra el riesgo poten-
y tendrán que realizarse estudios de detección cada ter- cial de cáncer; en casos de confirmación de cáncer se re-
cer año por el riesgo potencial de presentar otro pólipo comienda llevar a cabo una colectomía.
adenomatoso y el desarrollo de cáncer colorrectal. El El pronóstico es bueno cuando se eliminen todos los
manejo es la polipectomía de todo pólipo durante el es- pólipos de manera oportuna.

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Pólipos del tubo digestivo 229

Figura 9--1. Pólipos del tubo digestivo. Pólipo gástrico hiperplásico con proliferación del epitelio foveolar y glándulas de la mucosa
gástrica fúndica hiperplásica; en la lámina propia hay edema y fibrosis leve.
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Figura 9--2. Pólipos fúndicos: mucosa gástrica con varios pólipos sésiles con las mismas características que la mucosa vecina,
de 2 a 6 mm de diámetro.
230 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--3. Pólipos del tubo digestivo. Múltiples pólipos fúndicos de entre 5 y 10 mm de diámetro, sésiles, que por ser múltiples
y muy cercanos dan un aspecto en empedrado.

Figura 9--4. Pólipo del tubo digestivo. Los pólipos fúndicos están formados por acúmulos de glándulas fúndicas e hiperplasia del
epitelio foveolar en donde hay algunas aéreas que tienen dilatación quística.
Pólipos del tubo digestivo 231

Figura 9--5. Pólipo hamartomatoso en el que se realizó una resección en bloque de la pared gástrica con un pólipo sésil firme de
3 cm de diámetro; en esta superficie de corte tiene una base de aspecto fibroso y mucosa aterciopelada.
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Figura 9--6. Pólipo hamartomatoso pediculado en el que la superficie es multinodular, con áreas de erosión.
232 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--7. Pólipo del tubo digestivo. Al corte el tallo es fibroso, revestido por mucosa, y el pólipo es firme.

Figura 9--8. Pólipo hamartomatoso, aspecto microscópico; en el tallo tiene haces de músculo liso que se extienden al extremo
de las ramificaciones digitiformes y la mucosa con proliferación glandular, glándulas quísticas con moco en la luz y otras más con
células caliciformes.
Pólipos del tubo digestivo 233

Figura 9--9. Imagen macroscópica de la superficie externa de un pólipo hamartomatoso del colon, de 1 cm de diámetro, pediculado
y firme.
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Figura 9--10. Imagen macroscópica al corte de un pólipo hamartomatoso del colon, de 1 cm de diámetro, pediculado y firme.
234 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--11. Pequeño segmento de colon en donde hay escasos y pequeños pólipos sésiles de unos cuantos milímetros, que
corresponden a pólipos hiperplásicos; además, hay orificios que corresponden a divertículos.

Figura 9--12. Resección intestinal con un adenoma tubular, único, sésil, de 2.5 cm, revestido por mucosa de aspecto aterciopelado.
Pólipos del tubo digestivo 235

Figura 9--13. Pólipo adenomatoso (adenoma tubular) pediculado, de 4 x 1.5 cm, que se resecó endoscópicamente, en el extremo
distal multinodular y el tallo con edema de la mucosa y discretos pliegues.
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Figura 9--14. Pólipo del tubo digestivo. Al corte el tallo es fibrovascular en su porción central, y proliferación de la mucosa en el
extremo distal.
236 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--15. Montaje de pólipo adenomatoso en el que se hace evidente el tallo fibrovascular (flechas) y gran proliferación de
la mucosa.

Figura 9--16. Imagen microscópica de un pólipo adenomatoso con glándulas de aspecto tubular y otras más de borde irregular,
revestidas por un epitelio seudoestratificado, con cambios displásicos.
Pólipos del tubo digestivo 237

Figura 9--17. Endoscopia de un adenoma velloso del colon en el que la lesión polipoide es de aspecto vegetante.
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Figura 9--18. Imagen macroscópica de un adenoma velloso sésil de aspecto vegetante, la mucosa del pólipo discretamente con-
gestiva en comparación a la mucosa vecina, en un producto de resección intestinal.
238 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--19. Secuencia de tres aspectos de una resección de sigmoides por un adenoma velloso de 6 cm de diámetro que está
a unos cuantos milímetros del borde, la primera imagen de su aspecto en fresco.

Figura 9--20. Pólipo del tubo digestivo. Pieza fijada en la que se acentúa este aspecto velloso.
Pólipos del tubo digestivo 239

Figura 9--21. Pólipos del tubo digestivo. Al corte se observa bien cómo la lesión se origina de la mucosa, no infiltra submucosa
ni capas musculares y tiene un patrón de crecimiento digitiforme. No hay lesión en el borde quirúrgico.
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Figura 9--22. Pólipos del tubo digestivo. Aspecto histológico de los pólipos, con prolongaciones digitiformes, glándulas dilatadas,
congestión y células inflamatorias en la lámina propia.
240 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--23. Paciente femenino de 20 años de edad con historia clínica de poliposis familiar a la que se realizó hemicolectomía.
El colon mostró múltiples pólipos sésiles de tipo inflamatorio; la mucosa da un aspecto de empedrado (cortesía del Dr. Jorge Ar-
mando Pérez Castro).

Figura 9--24. Aspecto de un segmento de colon de 2 x 3 cm en donde es posible contar más de 50 pólipos.
Pólipos del tubo digestivo 241

Figura 9--25. Colon de paciente con síndrome de Gardner, macroscópicamente incontables pólipos adenomatosos, sésiles y al-
gunos discretamente pediculados de varios centímetros de diámetro (cortesía del Dr. Reynaldo Falcón).
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Figura 9--26. Acercamiento en el que se pueden contar decenas de pólipos en una pequeña extensión de la mucosa.
242 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)

Figura 9--27. Endoscopia: metástasis de mucosa duodenal con lesión polipoide sésil, de 7 mm de diámetro aproximadamente.
Corresponde a metástasis de carcinoma renal.

Figura 9--28. Endoscopia: metástasis polipoide en yeyuno, gran nódulo cubierto por mucosa congestiva; la fotografía ilustra el
momento en que se está tomando la biopsia.
Pólipos del tubo digestivo 243

Figura 9--29. Resección del segmento de yeyuno con el nódulo que mide 1.5 cm; es firme y corresponde a una metástasis de
carcinoma broncogénico.
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Figura 9--30. Endoscopia: metástasis en intestino de un carcinoma de endometrio en el que la infiltración tiene múltiples nódulos
de aspecto polipoide que producen estenosis de la luz.
244 Atlas de gastroenterología (Capítulo 9)
Capítulo 10
Intestino delgado, colon y región anorrectal
Federico Roesch Dietlen, Isabel Alvarado Cabrero, Héctor Santiago Payán, Reynaldo Falcón Acevedo,
Isabel Ruiz Juárez, Alfonso Canales Kai, Hugo González Olivo, José María Remes Troche,
José Quintana Aguilar, Agustín Guzmán Marañón, Guadalupe Melo Santisteban, Silvia Cid Juárez

INTRODUCCIÓN b. Submucosa: de tejido conjuntivo laxo.


c. Muscular lisa: este manto muscular es grueso, ya
que se encarga de la peristalsis intestinal. Está for-
mado por dos capas: la circular, que es profunda,
y la longitudinal, que es superficial.
Intestino delgado
d. Serosa: el peritoneo recubre casi en la totalidad al
intestino delgado, excepto en la cara posterior,
Mide aproximadamente 6.60 m de longitud en una per- donde el peritoneo forma dos hojas “mesenterio”.
sona adulta, desde el ángulo duodenoyeyunal a la unión La raíz del mesenterio se continúa con el peritoneo
ileocecal. Las asas del intestino están unidas a la pared parietal en la pared posterior abdominal, se fija en
posterior del peritoneo por un pliegue en forma de aba- la segunda vértebra lumbar a la izquierda de la
nico, “mesenterio del intestino delgado”. Se le ha divi- aorta y termina en la articulación sacroiliaca dere-
dido en dos segmentos: el yeyuno, que tiene una exten- cha. Es a través del mesenterio donde entran y sa-
sión aproximada de 2.5 m, y el resto es el íleo, que a su len los vasos de las ramas de la arteria y la vena
vez se subdivide en proximal y distal, sin que exista una mesentérica superior, linfáticos y nervios.
marca definida entre sus límites. Al inicio tiene un diá-
metro de 25 a 30 mm y en su terminación de 15 a 20 mm; La circulación arterial del intestino está dada por la arte-
la longitud es muy variable, de 5.5 a 9 m. Se distinguen ria mesentérica superior, la cual se origina de la aorta
en el intestino delgado dos bordes: uno posterior y otro abdominal a nivel de T12 y L2; en su trayecto suminis-
mesentérico. tra ramas colaterales al yeyuno y al íleon, donde se anas-
Las diferentes capas que forman el intestino delgado tomosan con arterias vecinas formando arcos arteriosos
son: que originan los vasos rectos que atraviesan la pared in-
testinal para llegar a la submucosa.
a. Mucosa: existen pliegues circulares, válvulas con- A nivel del mesenterio la arteria mesentérica supe-
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niventes, que son más grandes, numerosos y se en- rior se divide en ramas terminales: ileal izquierda, que
cuentran comprimidos a nivel del yeyuno, dando se anastomosa con ramas colaterales, y la arteria ileal
el aspecto de tener una pared más gruesa; en cam- derecha, que alcanza la última asa ileal hasta el ángulo
bio, en el íleon los pliegues son pequeños y separa- ileocecal.
dos, y en la parte distal no existen. La superficie En esta región no se encuentra anastomosis, por lo
mucosa tiene aspecto aterciopelado por las vello- que no hay arco arterioso (zona avascular del mesente-
sidades intestinales; en él se encuentran las glán- rio o de Treves).
dulas de Lieberkuhn, que secretan el jugo intesti- El drenaje venoso sigue un trayecto análogo al de las
nal. A nivel del íleon inferior se encuentran los arterias; las venas ileales y yeyunales desembocan en la
agregados linfáticos “placas de Peyer”. vena mesentérica superior; esta vena, al reunirse con el

245
246 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

tronco venoso esplenomesentérico, forma la vena porta, Su circulación arterial proviene de las ramas cólicas de
y de esta manera la sangre del intestino delgado pasa por la arteria mesentérica superior en su porción derecha,
el hígado. mientras que la porción izquierda proviene de las ramas
La circulación linfática en este segmento del tracto cólicas de la mesentérica inferior, formando puentes ar-
digestivo contribuye al traslado de los lípidos absorbi- teriales avasculares, o en su defecto cada arteria cólica
dos. En el mesenterio se encuentran los quilíferos, con superior se une a las ramas de la bifurcación de la cólica
varias estaciones de nodos linfáticos a través de la arte- media, convirtiendo el mesocolon en una zona muy vas-
ria mesentérica superior, que drenan en el afluente linfá- cularizada. En la región anorrectal las ramas hemorroi-
tico principal, que es retroportal: la cisterna de Pecquet. darias provienen de la arteria mesentérica inferior.
La inervación es simpática y parasimpática, a través El sistema venoso guarda la misma distribución que
del plexo celiaco y de los plexos mesentéricos superio- el arterial, cuyas ramas terminan en las venas mesentéri-
res. cas inferior y superior, las cuales forman la vena porta,
que drena su contenido al hígado.
La circulación linfática se realiza a través del drenaje
Colon y recto de las estructuras linfoides de la pared, derivando su
contenido en los ganglios linfáticos, que se encuentran
distribuidos a lo largo del borde mesial del colon y de
Mide de 1.60 a 1.80 m en el adulto. Se extiende del ahí hacia los ganglios mesentéricos preaórticos.
íleon, en la válvula ileocecal, al ano, abriéndose al exte- La inervación simpática parte de los nervios mesen-
rior del cuerpo. téricos procedente de los ganglios abdominales prever-
A nivel abdominal se encuentran el ciego y el apéndi- tebrales, dando origen a los plexos esplácnicos mayor
ce, el colon ascendente, el colon transverso y el colon y menor. La inervación simpática parte del neumogás-
descendente; a nivel de la pelvis y el perineo se hallan trico, que a partir del nervio vago posterior emite sus ra-
el colon sigmoide, el recto y el conducto anal. mas esplácnicas que inervan todo el intestino. Intrínse-
camente en la pared se encuentra los plexos de Meissner
Configuración anatómica y de Auerbach.

El aspecto exterior del colon es abullonado, lo cual está


dado por los siguientes elementos: tenias colónicas, que ENFERMEDAD CELIACA
son fibras longitudinales de músculo del intestino que
miden de 8 a 15 cm de ancho; son tres, se originan en la
base del apéndice y se separan hacia el colon ascenden-
te: anterior, posterolateral y posteromedial. Las tenias Generalidades
desaparecen en el recto. Haustraciones: entre las tenias
corresponden al intestino plegado sobre sí; se encuen- La enfermedad celiaca, esprúe celiaco o enteropatía
tran bien definidas en el ciego y el colon sigmoides, y sensible al gluten es una enfermedad que se caracteriza
son más numerosas en el colon transverso. Apéndices por absorción intestinal deficiente secundaria a la infla-
epiploicos: formados por aglomeraciones pequeñas de mación crónica y atrofia de la mucosa del intestino del-
grasa ubicadas debajo del peritoneo. gado causada por la exposición al gluten de la dieta;
El colon se encuentra formado por tres capas: afecta a individuos genéticamente predispuestos.
Es un padecimiento poco común cuya prevalencia es
S Mucosa: con pliegues transversales, forma espo- mayor en regiones con predominio de población caucá-
lones en la unión de los relieves externos sin for- sica, como EUA y Europa. Por ejemplo, en EUA la pre-
mar válvulas conniventes, con células calicifor- sencia de anticuerpos antiendomisio en el suero en indi-
mes y glándulas que secretan moco. viduos aparentemente sanos es de 1:250 sujetos, y en el
S Muscular: la capa externa está constituida por las Reino Unido es de 1:200 sujetos.
tres tenias; la capa interna es circular y sus espesa- Estudios en población abierta en nuestro país repor-
mientos forman los pliegues semilunares o haus- taron recientemente que la seroprevalencia para anti-
tras. Esta capa es delgada. cuerpos antitransglutaminasa tisular puede variar entre
S Serosa: adopta cierta disposición para cada parte 0.5 y y 2.6%.
del intestino grueso, excepto en la región anorrec- El gluten, la fracción proteica del trigo, está formado
tal. por cuatro componentes, que son las prolaminas, las
Intestino delgado, colon y región anorrectal 247

gluteínas, la albúmina y las globulinas. Las prolaminas hiperplasia de criptas e inflamación crónica. El daño su-
del trigo reciben el nombre de gliadinas; tienen la carac- perficial está compensado por aumento en el número de
terística de estar compuestas por glutamina (35% de sus mitosis en las criptas, así como aumento en su longitud;
aminoácidos) y prolina; estas partículas son las respon- las células caliciformes son normales o están ligera-
sables de la toxicidad del gluten. Otros cereales, como mente aumentadas en número. Los enterocitos se vuel-
la cebada y el centeno, también contienen prolaminas y, ven basofílicos, vacuolados y cúbicos, con pérdida de la
por lo tanto, tienen el mismo potencial tóxico que el polaridad basal nuclear. Los linfocitos intraepiteliales
trigo. Los mecanismos implicados en el desarrollo de la están dispersos entre los enterocitos; cerca de 70% de
enfermedad son múltiples, pero los factores que más se ellos expresan CD8 y aproximadamente 10% CD4, el
han estudiado para intentar explicar la susceptibilidad restante 20% son CD3 positivos, CD4 y CD8 negativos.
al daño ocasionado por el gluten son la predisposición La lámina propia hipercelular contiene células plasmá-
genética y los factores inmunitarios. ticas, linfocitos, macrófagos, mastocitos, basófilos, eo-
sinófilos y en raras ocasiones adipocitos. Posteriormen-
te las células plasmáticas se vuelven el tipo celular
Aspectos clínicos predominante y producen inmunoglobulinas con un
cambio de células productoras de IgA a células produc-
toras de IgM e IgG, ocasionando de esta manera una
Su espectro clínico es muy amplio; si bien las manifes- deficiencia selectiva de IgA y un exceso de IgM. A ve-
taciones gastrointestinales pueden ser las más eviden- ces hay inflamación aguda. La hiperplasia de células en-
tes, existen manifestaciones extraintestinales que deben docrinas ocurre a expensas de células que contienen se-
hacer sospechar de la existencia de esta enfermedad. En rotonina y motilina. Las células de Paneth, aunque en
adolescentes y adultos los síntomas son vagos e inespe- número normal, tienen disminución en la cantidad de
cíficos. La presentación típica es con diarrea crónica y sus gránulos. Están incrementadas en PIV y la sustancia
síndrome de absorción intestinal deficiente, astenia, P; por otro lado, las enzimas disacaridasa, peptidasa,
adinamia, pérdida de peso y glositis. La presencia de fosfatasa alcalina, trifosfatasa de adenosina y esterasa
esteatorrea indica la existencia de enfermedad grave y están todas disminuidas.
extensa, y es poco probable en los pacientes con afec- Debido al espectro tan amplio, Marsh propuso una
ción limitada a la porción proximal del intestino delga- clasificación histológica que describe los cambios que
do. Pueden existir también problemas endocrinos como va sufriendo la mucosa intestinal de estos pacientes:
talla baja, infertilidad primaria, abortos recurrentes, pu-
bertad retrasada y menopausia temprana, osteopenia,
S Lesión tipo 0 (preinfiltrativa), presente hasta en
osteoporosis y osteomalacia. Aunque varias enferme-
5% de pacientes con dermatitis herpetiforme; se
dades se han asociado a la enfermedad celiaca, la más
caracteriza por mucosa normal con presencia de
común es la dermatitis herpetiforme, que se caracteriza
anticuerpos positivos.
por una erupción pabulovesicular pruriginosa.
S Lesión tipo 1 (infiltrativa): mucosa normal, pero
con incremento de linfocitos intraepiteliales (LIE).
S Lesión tipo 2 (hiperplásica): además de la linfoci-
Anatomía patológica tosis intraepitelial existe hiperplasia de las criptas
con disminución en la altura de las vellosidades
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Los cambios histopatológicos son característicos pero intestinales.


no diagnósticos. Afecta a la mucosa del intestino delga- S Lesión tipo 3 (destructiva): es la lesión clásica de
do, siendo menos severa en las porciones distales del la enfermedad celiaca; se caracteriza por atrofia
mismo, quizá debido a que el intestino proximal está más parcial de vellosidades, hiperplasia de las criptas
expuesto a altas concentraciones de gluten. La gravedad y LIE. Aunque es la lesión característica de la en-
de la enfermedad refleja la longitud de intestino afec- fermedad celiaca, no puede considerarse como
tado por ella. Con la suspensión de la ingesta de gluten diagnóstica, ya que estos hallazgos pueden presen-
en la dieta las lesiones ileales remiten más rápidamente tarse también en giardiasis, enteropatía tropical,
que las yeyunales; de hecho, pueden requerirse varios alergias alimentarias, hipogammaglobulinemia,
años para que las lesiones de la unión duodenoyeyunal isquemia intestinal y en enfermedad de injerto
remitan, incluso con dietas estrictas libres de gluten. contra huésped.
Las características histológicas mayores incluyen S Lesión tipo 4 (hipoplásica): se considera como la
aplanamiento, acortamiento o ausencia de vellosidades, etapa terminal de la enfermedad, con atrofia com-
248 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

pleta de las vellosidades y depósitos de colágena ulcerosa (también conocida como colitis ulcerativa cró-
en la mucosa y la submucosa. En un grupo peque- nica idiopática o CUCI) y la enfermedad de Crohn (EC).
ño de pacientes pueden desarrollarse complica- La etiología de ambas enfermedades se desconoce, y su
ciones malignas, como linfomas de células T. patogénesis no está totalmente definida, pero probable-
mente está determinada por un complejo de varios fac-
tores que incluyen susceptibilidad genética, alteracio-
Diagnóstico nes en el epitelio de revestimiento intestinal, bacterias
y productos bacterianos, desequilibrio entre flora bacte-
riana benéfica y patógena, desregulación en la respuesta
Originalmente la Sociedad Europea de Gastroenterolo-
inmunitaria, autoanticuerpos, apoptosis, agentes exó-
gía Pediátrica y Nutrición basaba el diagnóstico en la
genos, antígenos alimentarios y agentes infecciosos.
obtención de al menos tres biopsias de la mucosa del in-
También se han asociado otros factores, como tabaquis-
testino delgado. La primera debía ser diagnóstica cuan-
mo activo y pasivo, apendicectomía, poco ejercicio, ex-
do el paciente estaba en dieta con gluten, la segunda
posición a aire acondicionado, etc.
debía mostrar mejoría de la arquitectura de las vellosi-
No existe un estándar de oro para el diagnóstico de
dades cuando se suprimía el gluten y la tercera debía
estas entidades, que depende de:
mostrar daño mucoso cuando se reintroducía el gluten
a la dieta (reto terapéutico). Sin embargo, desde 1990 se
1. La exclusión de otras causas de enteritis y colitis
estableció que se necesitaba sólo una biopsia con ima-
aguda autolimitada (infecciones, alergia, medica-
gen característica y la mejoría clínica con la suspensión
mentos).
del gluten de la dieta. En la actualidad el diagnóstico de
2. El reconocimiento de las características clínicas,
enfermedad celiaca se debe sustentar con base en el cua-
imagenológicas, endoscópicas e histológicas de
dro clínico, los hallazgos histológicos y la positividad
estas dos entidades.
para los anticuerpos AtTG. Sin embargo, existen otras
pruebas diagnósticas que son útiles en la evaluación de Aproximadamente en 5% de los casos de EII no es posi-
estos pacientes. Habitualmente el tránsito intestinal con ble establecer el diagnóstico de colitis ulcerativa o en-
medio de contraste muestra hallazgos poco específicos, fermedad de Crohn, en cuyo caso se utiliza el término
como dilatación de asas intestinales, engrosamiento u de colitis indeterminada.
obliteración de los pliegues mucosos, desmineraliza-
ción ósea difusa y floculación del medio de contraste en
el intestino delgado. Aunque se han descrito imágenes
endoscópicas características, la principal utilidad de la ENFERMEDAD DE CROHN
panendoscopia es la toma de biopsias del duodeno. Ni
la atrofia de las válvulas ni el aspecto festonado o sabu-
rral de la segunda porción del duodeno presentan la sufi-
ciente sensibilidad y especificidad para por sí solos esta- Generalidades
blecer la posibilidad diagnóstica de enfermedad celiaca.
Las anormalidades hematológicas más comunes son La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamato-
anemia microcítica por deficiencia de hierro (aunque ria crónica idiopática que afecta principalmente el íleon
puede haber también deficiencia de folatos y vitamina terminal y la región cecal, pero puede afectar cualquier
B12), presencia de cuerpos de Howell--Jolly y otras ca- parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano.
racterísticas de hipoesplenismo, así como prolongación Existen segmentos enfermos separados por segmentos
de los tiempos de coagulación. normales, y la inflamación puede ser transmural, lo cual
puede dar como resultado estenosis, abscesos periintes-
tinales o fístulas. La división de la enfermedad en subti-
pos inflamatorio, estenosante y perforante tiene utilidad
ENFERMEDAD INFLAMATORIA clínica.
INTESTINAL

Aspectos clínicos

Bajo el término enfermedad inflamatoria intestinal cró- La EC puede afectar a pacientes de cualquier edad y de
nica idiopática (EII) se incluyen dos entidades: la colitis ambos géneros, pero su incidencia tiene un pico en la se-
Intestino delgado, colon y región anorrectal 249

Bacterias y productos Antígenos no


bacterianos identificados
Factores Factores
genéticos genéticos

Sistema inmunitario
de la mucosa

Nivel y duración de la Grado de Alteraciones en la Capacidad


producción de citocinas lesión tisular respuesta inmunitaria reparativa

Gravedad de la
enfermedad
Anticuerpos
P--ANCA

Figura 10--1. Fisiología de la enfermedad inflamatoria intestinal. Modificada de: Fenoglio--Preiser C: Gastrointestinal pathology.
3ª ed. Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins, 2008.

gunda y la tercera décadas de la vida, con un pico menor La inflamación asociada con cicatrización y ulceración
en la cuarta y la quinta décadas. Los datos clínicos de la profunda puede llevar a obstrucción, perforación, san-
enfermedad de Crohn frecuentemente son sutiles o ines- grado o fístula.
pecíficos, lo cual puede retrasar el diagnóstico meses o
incluso años. El cuadro está determinado en gran parte
por la localización, la extensión y la gravedad de las le- Anatomía patológica
siones en el tubo digestivo. Existen dos formas de EC:
una relativamente indolente, no perforante, la cual tien- Típicamente la EC afecta los 15 a 25 cm distales del
de a recurrir más lentamente y se asocia con estenosis, íleon, frecuentemente con enfermedad de colon dere-
y otra agresiva, perforante, con tendencia a la formación cho. La serosa aparece hiperémica y con exudado super-
de fístulas y abscesos. ficial; puede haber adherencias conectivas interasa. El
Las características clínicas están determinadas por la tejido adiposo rodea la superficie antimesentérica y la
topografía de la enfermedad: serosa también puede presentar aspecto granulomatoso
de tipo miliar. La pared al principio es flexible o ligera-
mente engrosada, pero con la progresión de la enferme-
1. Afección ileocecal: calambres y dolor abdominal dad aumentan la fibrosis y la rigidez, lo que resulta en
posprandial que puede referirse a la región peri- obstrucción.
umbilical, especialmente en niños; diarrea, cuadro Este fenómeno se presenta en el íleon distal, en la ve-
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que simula apendicitis aguda y obstrucción, espe- cindad de la válvula ileocecal. En esta localización se
cialmente con inflamación panmural. pueden formar grandes seudotumores que frecuente-
2. Íleon: malabsorción de vitamina B12, malabsor- mente simulan malignidad. La mucosa muestra tempra-
ción de vitaminas liposolubles y obstrucción. namente úlceras aftosas, posteriormente se forman úl-
3. Afección difusa de intestino delgado: anorexia, ceras serpiginosas o lineares y el resto de la mucosa es
pérdida ponderal, saciedad temprana, dolor abdo- rojiza y edematosa con un aspecto en empedrado. Este
minal, calambres abdominales posprandiales, dia- aspecto alterno de mucosa normal con mucosa afectada
rrea variable, deficiencia de lactasa y deficiencia de en parches contrasta con la continuidad de las lesiones
zinc. de CUCI que predominan en el recto.
4. Colon: diarrea, sangrado, calambres, dolor abdo- Con la progresión de la enfermedad aparecen infla-
minal y urgencia. mación y fenómenos cicatriciales fibrosos en todo el es-
5. Anorrectal: fístulas, abscesos, fisuras, úlceras y pesor parietal, y la mucosa puede volverse atrófica.
estenosis del canal anal. Eventualmente se desarrollan pólipos, seudopólipos,
250 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

fístulas, abscesos y adherencias; la perforación es poco cia, periangeítis con o sin granulomas asocia-
frecuente. También pueden aparecer segmentos estenó- dos con vasculopatía obliterativa y vasculitis
ticos en el íleon, únicos o múltiples. linfoplasmocítica.
La facilidad de establecer el diagnóstico de EC de- S Serosa:
pende en gran medida de si se examina una biopsia o un S Inflamación granulomatosa, no granulomatosa
segmento de intestino. Obviamente, es más probable y crónica folicular.
que pueda hacerse en este último, especialmente por la S Fibrosis.
posibilidad de observar todas las capas intestinales. S Ganglios linfáticos:
S Puede haber granulomas.
S Alteraciones arquitecturales:
S Distribución de las lesiones en “parches”. Otras condiciones asociadas
S El epitelio puede ser normal, agudamente daña- con granulomas intestinales
do, crónicamente dañado o regenerativo.
S En áreas de enfermedad activa: S Infecciosas.
S Ramificación, distorsión, irregularidad y acor- S Bacterianas:
tamiento de glándulas y criptas. S Mycobacterium.
S Lesiones crónicas: S Yersinia.
S Metaplasia pilórica, hiperplasia de células de S Campylobacter.
Paneth, especialmente en colon izquierdo. S Salmonella.
S Infiltrado inflamatorio de la mucosa: S Shigella.
S Aumento de células plasmáticas, linfocitos, S Escherichia coli.
macrófagos, mastocitos, eosinófilos y neutrófi- S Neisseria gonorrhoeae.
los. S Clostridium difficile.
S Criptitis neutrofílica. S Treponema pallidum.
S Abscesos crípticos. S Hongos.
S Edema y fibrosis de la lámina propia según el S Clamidias.
estadio de la enfermedad. S Parásitos.
S Infiltrado inflamatorio perivascular en la lámi- S Colitis por derivación.
na propia (penetra desde la submucosa). S Sarcoidosis.
S Ocasionalmente granulomas no caseificantes. S Cuerpos extraños.
S Úlceras aftosas y fisuras: S Enfermedad granulomatosa crónica de la infancia.
S Úlceras aftosas, habitualmente sobre folículos S Colitis asociada con enfermedad diverticular.
linfoides.
S Fisuras profundas de bordes cortantes.
S Úlceras lineales confluentes. COLITIS ULCERATIVA CRÓNICA
S Submucosa y muscular propia: IDIOPÁTICA (CUCI)
S Folículos linfoides (puede haberlos en todas las
capas intestinales, incluyendo el tejido adiposo
sobre la serosa).
Generalidades
S Engrosamiento, a expensas de edema y/o infla-
mación y/o fibrosis. La CUCI es una enfermedad inflamatoria intestinal cró-
S Linfangiectasias. nica en la cual la inflamación permanece confinada al
S Inflamación predominantemente perivascular. colon. El recto está involucrado en 95% de los casos y
S Granulomas no caseificantes, pequeños y com- las porciones más proximales del colon muestran gra-
pactos, a expensas de células epitelioides con o dos variables de afección. La inflamación es difusa y
sin células gigantes multinucleadas de tipo continua, habitualmente limitada a la mucosa.
Langhans rodeadas de linfocitos.
S Hiperplasia neural.
S Alteraciones vasculares: afectan aproximada- Aspectos clínicos
mente a 5% de los pacientes con EC. Incluyen
proliferación de la íntima, fibrosis subíntima, Se presenta principalmente en gente joven, pero puede
hipertrofia de la media, fibrosis de la adventi- afectar a cualquier grupo de edad. Los datos clínicos
Intestino delgado, colon y región anorrectal 251

más frecuentes son diarrea, urgencia para la defecación, nofílico. También es común la metaplasia de las células
la perianal es común en las etapas tempranas de la enfer- de Paneth. El sello de la actividad de la CUCI es la pre-
medad. La presencia de moco y sangre en las heces es sencia de neutrófilos en lámina propia, criptitis neutro-
uno de los datos más constantes. Por lo general el dolor fílica, microabscesos crípticos, disminución de mucina
es de menor magnitud que en la EC. y ulceración de la superficie. La actividad se gradifica
Alrededor de 30% de los pacientes inician con un ata- en leve, moderada o intensa. Ocasionalmente la infla-
que agudo de la enfermedad que simula un cuadro di- mación se extiende a la submucosa superficial. La fase
sentérico infeccioso. La enfermedad suele cursar con de remisión se caracteriza por datos de regeneración en
periodos de remisiones y exacerbaciones. Hasta 54% de la cual el epitelio aparece desprovisto de células calici-
los pacientes evolucionan hacia formas más graves. Los formes y la criptas aparecen ramificadas, con disminu-
factores asociados con empeoramiento son retraso en el ción de los fenómenos inflamatorios. En la fase de remi-
diagnóstico, enfermedad articular, diagnóstico a edad sión avanzada la restitución de la mucosa puede ser ad
temprana y sangrado profuso. Además, pueden agravar integrum.
el cuadro infecciones intercurrentes como CMV, Sal- Existe una forma fulminante con pancolitis, denuda-
monella y Clostridium difficile, medicamentos y cua- ción de la mucosa y reemplazo por tejido de granulación
dros de colitis isquémica. altamente vascular. Hay histiocitos, células plasmáti-
cas, linfocitos y neutrófilos en la mucosa, en tanto que
la submucosa aparece edematosa.
Anatomía patológica La inflamación en esta forma fulminante puede ex-
tenderse hasta las porciones superficiales de la muscu-
Típicamente la enfermedad involucra al recto con gra- laris propia. Ocasionalmente pueden afectarse el apén-
dos variables de afección del resto del colon. En virtud dice cecal y el íleon.
de su exclusividad por la mucosa, la serosa suele ser
normal, excepto en casos asociados con megacolon tó-
xico, en los que puede incluso haber perforación. En la ENTERITIS EOSINOFÍLICA
CUCI activa la mucosa es difusa y uniformemente erite-
matosa, granular y hemorrágica. Las úlceras que alter-
nan con zonas no ulceradas forman bolsas polipoides
mucosas o seudopólipos. Los pólipos inflamatorios se Generalidades
constituyen por áreas de mucosa inflamada y con fenó-
menos regenerativos. La enteritis eosinofílica es una rara enfermedad caracte-
Estos pólipos y seudopólipos miden menos de 1.5 rizada por la infiltración del tracto gastrointestinal por
cm. Raramente son voluminosos y pueden producir gran cantidad de eosinófilos, aunque el estómago y el
obstrucción aguda e intususcepción o simular carcino- intestino delgado son los más frecuentemente afecta-
mas. Las úlceras están cubiertas en algunas ocasiones dos. Habitualmente se acompaña de eosinofilia en san-
por exudado mucopurulento que puede ocasionar pérdi- gre periférica. Su etiología permanece desconocida;
da completa de la mucosa en algunas áreas. Las úlceras aunque en ocasiones la enfermedad se ha relacionado
pueden exhibir una distribución lineal. con alergias alimentarias o con infestaciones parasita-
En la CUCI inactiva la mucosa puede ser normal o rias, en general se admite que el origen de la enfermedad
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tener aspecto granular con o sin pólipos. La pérdida de es idiopático, sin que pueda ser incluida claramente entre
los pliegues produce un aspecto de contracción del co- la categoría de los trastornos alérgicos o inmunitarios.
lon distal y el recto. La gastroenteritis eosinofílica, de la que se han publi-
Microscópicamente la CUCI se caracteriza por infla- cado unos 300 casos en la literatura mundial, fue des-
mación restringida primariamente a la mucosa, pero crita por primera vez en 1933 por Kaijser. Algunos de
puede involucrar eventualmente a la submucosa. Gra- estos casos se hallan en la infancia. Los criterios que de-
dos variables de inflamación activa se superponen en las finen este proceso son la presencia de síntomas gastro-
alteraciones crónicas. intestinales, la infiltración eosinofílica de una o más
Los cambios crónicos incluyen criptas ramificadas y áreas gastrointestinales demostrada por biopsia, la au-
separación entre las bases de las glándulas con respecto sencia de infiltrado eosinofílico de otras estructuras ex-
a la muscularis mucosae; puede haber prominencia de tradigestivas y la ausencia de infestación parasitaria. La
folículos linfoides de la lámina propia, la cual presenta eosinofilia periférica no debe considerarse como crite-
variablemente infiltrado linfoplasmocítico basal y eosi- rio diagnóstico, ya que está ausente en 20% de los casos.
252 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Cuadro 10--1. Características diferenciales de la colitis ulcerativa crónica idiopática y la enfermedad de Crohn
Clínica CUCI Crohn
Historia de tabaquismo No Sí
Estomatitis aftosa No Sí
Sangrado de tubo digestivo bajo Muy frecuente Poco frecuente (40%)
Masa abdominal No Sí en 10 a 15%
Dolor abdominal Lado izquierdo Lado derecho
Rectosigmoidoscopia Anormal en casi 100% Anormal en menos de 50%
Perforaciones Raras (12%) Muy raras (4%)
Carcinoma 5 a 10% Muy raro
Complicaciones anales Raras y leves Comunes (75%)
Respuesta a tratamiento esteroideo 75% 25%
Respuesta a tratamiento quirúrgico Muy bueno Regular
ANCAs elevados Raro 75%
Radiología
Afección rectal Siempre Poco frecuente (10%)
Afección ileal Rara. Por reflujo Común
Engrosamiento de la pared No Común
Estenosis Muy raras Frecuentes
Áreas sanas entre las úlceras No Sí
Fisuras No No
Fístulas No Frecuentes
Úlceras longitudinales Raras Frecuentes
Imagen en empedrado Rara Frecuente
Patología
Afección mucosa Difusa Segmentaria
Afección mayor Colon izquierdo Colon derecho
Afección en profundidad Mucosa y submucosa Panmural
Desorganización de la mucosa Acentuada Leve
Producción de moco Disminuida o ausente Normal o disminución leve
Polimorfonucleares Abundantes Escasos, en sitios ulcerados
Agregados linfoides Raros Comunes
Seudopólipos Frecuentes Raros
Displasia y adenocarcinoma Poco frecuente Raro
Edema Leve Acentuado
Granulomas epitelioides No Sí
Granulomas a cuerpo extraño Sí No
Abscesos de cripta Frecuentes Raros
Metaplasia pilórica No Sí
Fibrosis submucosa Ausente o leve Sí, intensa
Hiperplasia nerviosa No Sí
Ganglios linfáticos Hiperplasia inespecífica A veces granulomas
Modificado de Rosai J: Ackerman’s surgical pathology. 8ª ed. St. Louis, Mosby, 2004.

Klein describió tres patrones diferentes de la enferme- Características clínicas


dad con base en una afectación predominantemente mu-
cosa que cursa como un síndrome de malabsorción, más Esta compleja enfermedad se presenta con síntomas
comúnmente asociado con un antecedente de alergia inespecíficos, con frecuencia dolor abdominal, náuseas,
alimentaria; otra, más rara, serosa, que se manifiesta diarrea, enteropatía con pérdida proteínica y malabsor-
con ascitis e importante eosinofilia en el líquido de asci- ción con diarrea, que pueden provocar trastornos asocia-
tis; y una tercera con afectación de la capa muscular ca- dos, como edema y ascitis. Las manifestaciones clínicas
racterizada por un importante engrosamiento y rigidez varían en función de la región del tracto gastrointestinal
del estómago y de la porción proximal del intestino del- afectado; habitualmente presenta características de cro-
gado con síntomas obstructivos, en la cual el anteceden- nicidad, pero raras veces es causa de obstrucción intesti-
te alérgico es poco frecuente. nal.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 253

En sangre destaca la leucocitosis con eosinofilia hidratos), anatómicos e infecciosos que predispongan la
marcada, que no siempre es constante. Algunos autores obstrucción del lumen apendicular: las características
sitúan la incidencia de eosinofilia en niños en aproxima- de las heces y el exceso de gas aumentan la presión en
damente 61% de los casos. La hipoproteinemia es fre- el ciego, produciendo el acúmulo de moco, favorecien-
cuente cuando existe enteropatía con pérdida proteíni- do la proliferación bacteriana, incrementando la presión
ca; además, son posibles otras deficiencias propias de dentro de la luz, comprometiendo la circulación sanguínea
un síndrome de malabsorción. y linfática, produciendo congestión vascular y edema,
isquemia, necrosis y perforación del apéndice. Cuando
esto ocurre el intestino y el epiplón adyacente suelen lo-
Anatomía patológica calizar el proceso, pero cuando esto no sucede o la apen-
dicitis ocurre en pacientes inmunocomprometidos pue-
Microscópicamente destaca la infiltración eosinofílica de producirse una peritonitis generalizada con choque
del tracto gastrointestinal afectando a la mucosa, la mus- séptico y llegar a ocasionar la muerte del paciente.
cular o la subserosa, siendo posible la perforación de las
lesiones como manifestación clínica o la obstrucción
intestinal. En otros casos ha sido un hallazgo histoló- Aspectos clínicos
gico en el píloro de pacientes intervenidos de estenosis
hipertrófica o en el apéndice de pacientes sospechosos Cuadro agudo que ocurre en pocas horas en el cual el
de apendicitis. En algunos casos la infiltración eosinofí- síntoma característico es el dolor migratorio, empezan-
lica se ha hallado también en otros órganos, como riñón, do en el epigastrio o la región umbilical para después
ganglio linfático, médula ósea, conductos biliares, bazo localizarse en la fosa iliaca derecha. El cuadro varía
y páncreas, produciendo trastornos asociados como, por mucho dependiendo de la edad, la posición del apéndice
ejemplo, obstrucciones del tracto biliar. cecal y el grado de inflamación. Son comunes la anore-
La presencia de eosinofilia tisular y sanguínea, una xia antes del dolor y la náusea y vómito escaso después
mayor incidencia de trastornos alérgicos, niveles eleva- de él. Otros síntomas que se presentan son la diarrea, di-
dos de IgE y una buena respuesta al tratamiento esteroi- suria y síntomas testiculares. A la exploración física los
deo apoyan la hipótesis de una reacción de hipersensibi- signos vitales no se modifican en gran medida, a menos
lidad tipo I a ciertos alimentos. El diagnóstico siempre de que se complique el cuadro. Hay hiperestesia e hiper-
es histopatológico, mostrando edema e infiltrado celu- baralgesia en el cuadrante inferior derecho. El dolor a
lar casi exclusivamente compuesto por eosinófilos. La la palpación y a la descompresión brusca indica irrita-
enfermedad, al afectar de forma parchada a diferentes ción peritoneal. El abdomen en madera está presente en
capas de la pared gastrointestinal, obliga a la toma de casos avanzados. En la fase de absceso se puede palpar
múltiples biopsias vía endoscópica de zonas afectadas una masa dolorosa en la fosa iliaca derecha.
y aparentemente normales, a pesar de lo cual la afecta-
ción muscular puede no llegar a establecerse.
Anatomía patológica

El aspecto macroscópico de la apendicitis aguda varía


APENDICITIS dependiendo de la gravedad y la duración del proceso
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inflamatorio; en etapas tempranas la superficie serosa


presenta congestión vascular en mayor o menor grado
y edema, aunque recientemente ha podido ser demos-
Generalidades trado utilizando métodos de hibridación in situ que esto
no es verdadero, como lo demostraron Wang y col.; a ni-
Corresponde a la urgencia abdominal más frecuente; se vel molecular también se ha demostrado en apéndices
estima que aproximadamente 20% de la población ge- macroscópicamente normales la presencia de leucotrie-
neral puede presentar un cuadro de apendicitis durante nos, prostaglandinas, serotonina, factor de necrosis tu-
su vida. Afecta principalmente a la población entre 10 moral alfa, IL--1 e IL--8, por lo que el aspecto clínico es
y 30 años de edad, con un promedio de 27 años, con indispensable para la integración de este diagnóstico.
ligero predominio por el sexo masculino. En etapas avanzadas dicha serosa puede estar cu-
Su etiología es variada; habitualmente intervienen bierta de fibrina, por lo que pierde el aspecto liso y bri-
factores dietéticos (dieta pobre en fibra y rica en carbo- llante habitual del órgano, hasta formar verdaderos abs-
254 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

cesos con o sin perforación, con o sin adherencias a los La neoplasia más frecuente del apéndice es el carcinoi-
órganos vecinos; la pared del órgano se encuentra desde de, que representa de 0.1 a 1.5% de los tumores malig-
edematizada hasta necrosada; la luz generalmente está nos de este órgano. El apéndice es el sitio más frecuente
dilatada por coprolitos, material purulento o hemorragia. de carcinoide en niños y jóvenes, y en adultos ocupa el
Microscópicamente la presencia de polimorfonu- segundo lugar en frecuencia. Este tumor está formado
cleares se demuestra a toda la pared del órgano depen- por células enterocromafines que secretan cantidades
diendo de la severidad del cuadro, con o sin ulceración excesivas de neuropéptidos y aminas. Suele localizarse
de la mucosa; cuando se organiza un absceso periapen- en el tercio distal del apéndice cecal, en la mayor parte
dicular se identifica tejido de granulación y mayor o me- de los casos está bien diferenciado y es poco agresivo, y
nor cantidad de tejido fibroso; en estos casos se sugiere es poco probable la presencia de metástasis en tumores
descartar otras entidades, como diverticulitis, endome- menores a 1 cm; las metástasis son principalmente hepá-
triosis u otro tipo de perforaciones. ticas, aunque pueden ser ganglionares o pulmonares.
La existencia de apendicitis crónica es controversial,
ya que la presencia no necesariamente es el resultado de
Aspectos clínicos
un proceso inflamatorio; cuando se efectúa este diag-
nóstico es indispensable demostrar tejido de granula- La edad de presentación más frecuente es al final de la
ción y fibrosis asociada más o menos con infiltrado tercera década de la vida y afecta al género femenino en
inflamatorio crónico, así como datos clínicos de apendi- más de 75%. El cuadro clínico es variable, desde asinto-
citis que desaparecen al extirpar el órgano. mático, siendo un hallazgo incidental de cirugía intra-
abdominal realizada sobre todo en padecimientos gine-
cológicos, hasta dolor crónico en la fosa iliaca derecha,
Diagnóstico un cuadro de apendicitis aguda o manifestándose como
un síndrome carcinoide clásico con síntomas vasomoto-
Los estudios de laboratorio y gabinete son complemen- res como bochornos, taquicardia, eritema cutáneo, ner-
tarios para confirmar el diagnóstico y descartar otras viosismo o diaforesis.
patologías: se presenta leucocitosis en más de 80% con
presencia de bandas en 40% de los casos y el examen ge-
neral de orina descarta infección de vías urinarias. Las Anatomía patológica
placas simples de abdomen pueden sugerir el diagnós-
Macroscópicamente pueden ser solitarios o múltiples;
tico al identificar un apéndice enfisematoso; habitual-
son de aspecto nodular de color amarillento, submuco-
mente existe borramiento del psoas derecho y desvia-
sa, pediculado o plano con infiltración de la capa mus-
ción de la columna hacia el sitio del dolor, el USG
cular. Histológicamente están constituidos por masas
abdominal confirma el cuadro cuando se observa una
sólidas y homogéneas de células pequeñas que se dispo-
imagen con engrosamiento de la pared apendicular ma-
nen formando trabéculas, cintas, nidos, seudoglándulas
yor de 2 mm, diámetro apendicular mayor a 9 mm, gas
y patrones mixtos, con patrón microglandular y en un
intramural, colección líquida y la existencia de un feca-
caso acompañado de mucus extracelular mostrando los
lito en su base. El diagnóstico diferencial es con adenitis
diferentes tipos histológicos. Las células tienen un cito-
mesentérica, gastroenteritis aguda, divertículo de Mec-
plasma pálido granular y núcleo pequeño, redondo, con
kel, intususcepción, úlcera péptica perforada, infección
un pequeño nucleolo central. Aproximadamente 85%
urinaria y enfermedad diverticular complicada.
de ellos están conformados por células argentafines y el
resto son argirófilos. Suelen ser positivos para proteína
S100, cromogranina, sinaptofisina y enolasa neuroes-
TUMOR CARCINOIDE pecífica. Los tumores carcinoides del intestino delgado
DE APÉNDICE CECAL y el estómago suelen ser más agresivos que los de recto
y el apéndice, y constituyen casi la mitad de los tumores
malignos de intestino delgado.

Generalidades Diagnóstico

Los tumores apendiculares son poco comunes: repre- El diagnóstico se puede realizar en casos con el síndro-
sentan 0.4% de todos los tumores del tracto intestinal. me clásico con la determinación de ácido 5--hidroxi--in-
Intestino delgado, colon y región anorrectal 255

dolacético en orina, que suele encontrarse elevado y S Factores hereditarios: en la actualidad existen
sospecharse en estudios de USG o TAC abdominal en valoraciones para detectar en forma temprana los
casos de síndrome doloroso; sin embargo, el diagnósti- defectos más comunes en el gen APC y otros de
co definitivo suele hacerse con el estudio histopatológi- reparación desigual.
co de la pieza operatoria al realizar la apendicectomía. S Pólipos: el cáncer de colon y recto se origina entre
El pronóstico suele ser bueno, ya que la extirpación del 60 y 70% de los casos de pólipos en la mucosa de
tumor local suele ser curativa. esta parte del tubo digestivo. El parámetro crítico
de pólipos en términos de historia natural y poten-
cial de malignidad es la histología. El tipo histoló-
gico más frecuente es el adenomatoso, habitual-
CANCER COLORRECTAL
mente son displásicos y tiene el más alto potencial
de malignidad (35 a 40%), seguido del tipo velloso
(35 a 40%) y el tubular (5 a 6%).
S Enfermedad inflamatoria intestinal: la colitis
Generalidades ulcerativa crónica idiopática implica un riesgo
hasta 30 veces mayor para desarrollar cáncer colo-
El cáncer colorrectal representa una de las principales rrectal en comparación con la población general.
causas de mortalidad por neoplasias malignas. Los paí- La enfermedad de Crohn se ha relacionado de igual
ses industrializados, con excepción de Japón, presentan manera con mayor riesgo de desarrollar cáncer,
el mayor número de casos nuevos, mientras que la inci- aunque la incidencia no se ha precisado. La infla-
dencia más baja se encuentra reportada en China y paí- mación crónica predispone a la mucosa a altera-
ses sudamericanos, lo cual obedece a importantes dife- ciones malignas, relacionándose en forma directa-
rencias en sus regímenes dietéticos. Cada año se mente proporcional la duración y la extensión de
diagnostican en EUA 145 000 casos nuevos y mueren la misma. En la pancolitis ulcerosa el riesgo se
más de 56 000, que corresponde aproximadamente a aproxima a 2% después de 10 años, 8% a los 20 y
10% de todas las muertes por cáncer. 18% después de los 30 años de evolución.
El riesgo de por vida para presentar cáncer colorrec- S Cáncer colorrectal previo: los pacientes con an-
tal se estima en 1:17. En México ocupa el quinto lugar tecedente de cáncer de colon y recto presentan
en varones y el octavo en mujeres. En EUA representa hasta tres veces mayor posibilidad de desarrollar
la afección maligna más frecuente del tubo digestivo y un segundo carcinoma de colon primario; hasta
la segunda causa de muerte. En los últimos años se ha 8% de estos pacientes desarrollan cánceres meta-
logrado disminuir la mortalidad debido a los programas crónicos.
de detección temprana y los adelantos de los cuidados S Antecedente heredofamiliar positivo: de 10 a
médicos y quirúrgicos. 15% de los pacientes con cáncer de colon y recto
tienen historia familiar de patología neoplásica.
En un paciente sin antecedente familiar positivo el
Factores de riesgo riesgo para cáncer colorrectal es de 6%; se eleva
a 12% si tiene un familiar de primer grado afec-
Deben ser identificados para establecer programas de tado y a 35% cuando son dos familiares.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

diagnóstico temprano y vigilancia en poblaciones de


alto riesgo. Entre los factores de riesgo más importantes
se pueden citar: Otros factores

S Edad: el envejecimiento (más de 90% de los ca- El tabaquismo, en especial después de 35 años del hábi-
sos se diagnostican en mayores de 50 años de to. Asimismo, la ingesta de alcohol puede promover la
edad). proliferación celular e inhibir la reparación de DNA.
S Dieta: el consumo de carne roja y grasa de origen Los pacientes con acromegalia (que se acompaña de in-
animal, así como concentraciones elevadas de co- cremento en los valores mayores de hormona del creci-
lesterol en la materia fecal, se han relacionado con miento circulante y factor de crecimiento parecido a la
el desarrollo de cáncer colorrectal. Una dieta alta insulina 1), la bacteriemia por Streptococcus bovis (pro-
en grasas saturadas o poliinsaturadas eleva el ries- mueve la proliferación del colonocitos), el antecedente
go de carcinoma. de colecistectomía, que expone en forma permanente al
256 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

colon a los ácidos biliares (potencialmente carcinóge- ciados. Conforme la neoplasia crece tiende a rodear al
nos) y la radiación pélvica. intestino hasta el punto de que puede manifestarse como
un tumor anular estenosante, por lo que suelen producir
datos de obstrucción. Sólo en raras ocasiones los carci-
Aspectos clínicos nomas colónicos pueden adoptar un aspecto de linitis
plástica, pero debe tenerse especial cuidado de que di-
chas neoplasias no correspondan a metástasis a partir de
Los pacientes con cáncer colorrectal generalmente pre-
primarios gástricos o mamarios.
sentan sintomatología en estadios avanzados de la en-
Cerca de 10% de los casos tienen un aspecto macros-
fermedad y dependen de la localización del cáncer, el
cópico mucinoso (coloide), con grandes lagos de moco
tamaño de la neoplasia y la presencia de metástasis.
en la superficie de corte; muchos de estos casos tienen
Los síntomas frecuentes son hemorragia de tubo di-
un aspecto velloso superficial. De manera contraria, la
gestivo bajo, dolor abdominal, alteraciones en el hábito
superficie de corte de la mayoría de los carcinomas
intestinal, anorexia, pérdida ponderal involuntaria, náu-
muestra una superficie sólida blanco--amarilla. La infil-
sea, vómito, astenia, adinamia y anemia. A pesar de que
tración a través de la pared puede finalmente alcanzar
pueden existir diarrea o estreñimiento, un cambio re-
la serosa o bien el tumor puede infiltrar órganos vecinos.
ciente en el hábito intestinal obliga a descartar patología
Los tumores sincrónicos se encuentran por lo general en
maligna. El dolor pélvico y el tenesmo rectal pueden re-
el mismo segmento intestinal. Los ganglios linfáticos
lacionarse con neoplasias en estadios avanzados con in-
pueden estar aumentados en tamaño y ser palpables; sin
volucro de estructuras nerviosas en pelvis. Los tumores
embargo, existe una pobre correlación entre el aspecto
de colon derecho por lo general se presentan clínica-
macroscópico y el comportamiento de las metástasis
mente con sangrado oculto de tubo digestivo y síndro-
ganglionares, a menos que la sustitución parcial de la
me anémico, mientras que los del colon izquierdo habi-
superficie ganglionar sea aparente o se observen con-
tualmente refieren síntomas de obstrucción intestinal.
glomerados ganglionares.
En estadios avanzados de la enfermedad se puede de-
tectar tumoración palpable a la exploración de la cavidad
abdominal, realizando el tacto rectal y el vaginal, que son Adenocarcinoma de tipo
obligatorios; puede existir signos de anemia y en ocasio- usual (sin patrón especial)
nes hepatomegalia al existir metástasis a este órgano.
La mayoría de los adenocarcinomas son bien o modera-
damente diferenciados. Están formados por glándulas
de tamaño medio a grande, con gran variabilidad en el
Anatomía patológica tamaño glandular y su configuración, y sólo una mode-
rada cantidad de estroma. En los tumores bien diferen-
Tumores típicos ciados el revestimiento de las glándulas está formado
por células altas y columnares, que se tornan cúbicas o
La mayoría de los carcinomas colorrectales son adeno- poligonales conforme el tumor se torna menos diferen-
carcinomas de morfología usual o típica. La compleji- ciado. Las figuras mitósicas son por lo general abundan-
dad morfológica se relaciona más con la presencia de tes. Las luces glandulares están llenas con un material
componentes en menor proporción de patrones histoló- eosinófilo con abundantes restos nucleares (la también
gicos diferentes dentro de un adenocarcinoma típico. llamada necrosis sucia).
En estos casos que cuentan con un segundo componente
es importante referir su presencia en el informe histopa-
tológico final (por ejemplo, adenocarcinoma modera- Grado histológico
damente diferenciado con 10% de componente muci-
noso extracelular). La gradación histológica de una neoplasia es una de las
La mayoría de los carcinomas son centrales y ulcera- variables patológicas usadas con mayor frecuencia,
dos, por lo general se ubican en una sola pared y crecen pero más difícil de definir en forma más precisa. Asi-
alrededor de la luz, aun cuando no son circunferencia- mismo, todavía es contradictorio si el grado representa
les. Los carcinomas originados en el ciego por lo gene- una variable histológica independiente, aun cuando la
ral protruyen hacia la luz del mismo, y otros pueden pre- mayoría de los artículos muestran que éste es el caso.
sentarse como tumores ulcerados con bordes planos; La evaluación de los grados se basa en la proporción
estos tumores son altamente infiltrantes y poco diferen- del tumor que está compuesto por glándulas en relación
Intestino delgado, colon y región anorrectal 257

con las áreas sólidas o compuestos por nidos o cordones rrectales. Siempre deberá considerarse la posibilidad de
de células sin luces. El sistema de grados recomendado que tales tumores representen una metástasis a partir de
es el sugerido por la Organización Mundial de la Salud. pulmones o de la región pancreatobiliar. No existe pre-
Con el uso de este sistema aproximadamente 10% de los dominio por algún género.
adenocarcinomas son bien diferenciados, 70% modera- En ocasiones este tipo de tumores se presentan en pa-
damente diferenciados y 20% poco diferenciados. Este cientes con otras condiciones, como colitis ulcerativa,
sistema de grados sólo aplica a los adenocarcinomas de poliposis múltiple familiar, esquistosomiasis o bien ori-
tipo convencional o usual. Por definición los adenocar- ginados a partir de focos de endometriosis colónica.
cinomas con células en anillo de sello y los carcinomas
de células pequeñas se consideran poco diferenciados. Carcinoma epidermoide

El carcinoma epidermoide primario de la región colo-


Subtipos histológicos rrectal es raro. Su etiología y su histogénesis se conocen
poco. Algunos consideran que se originan de áreas de
metaplasia escamosa que ocurren dentro de los adeno-
Mucinoso (coloide) y carcinomas mas. En una serie de 11 carcinomas todos ellos fueron
con células en anillo de sello negativos para el virus del papiloma humano. Las carac-
terísticas morfológicas son similares a las de los carci-
Se consideran en conjunto debido a que los carcinomas nomas epidermoides que ocurren en otros sitios de la
con células en anillo de sello pueden ser parte del espec- economía.
tro de los carcinomas mucinosos. Éstos representan
aproximadamente 10% de los carcinomas colónicos.
Carcinoma de células pequeñas
De ellos sólo de 10 a 15% son de células en anillo de se-
llo. Los criterios para el diagnóstico de carcinoma muci- Estos carcinomas son idénticos por morfología a los
noso son poco consistentes y dependen del contenido de carcinomas de células pequeñas que se presentan en el
moco del tumor, mismo que varía de 50 a 80%. La OMS pulmón. Por lo general se originan a partir de un adeno-
recomienda que el tumor se clasifique de tal forma ma y no a partir de tumores neuroendocrinos bien dife-
cuando esté compuesto por moco en más de 50% de su renciados. Cuando se realizan marcadores de inmuno-
superficie. Los pacientes con tumores mucinosos tienen histoquímica son por lo general positivos para la
peor pronóstico que los que tienen no mucinosos, tal vez cromogranina y la sinaptofisina. Estos tumores son agre-
porque cuando se hace el diagnóstico se encuentran en sivos, con metástasis hepáticas en el momento del diag-
estadios más avanzados. Esto es debido a que el moco nóstico, y por lo tanto se asocian con mal pronóstico.
diseca los tejidos de la pared colónica con mayor facili-
dad. Asimismo, 90% de los carcinomas con anillo de se-
llo tienen metástasis en ganglios linfáticos y más de Factores pronóstico
75% de ellos muestran también una diseminación ex-
tensa más allá del colon. Los factores pronóstico se pueden dividir en tres cate-
gorías:
Carcinoma de células claras
I. Bien apoyados en la literatura y por medio de es-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

tudios de seguimiento de los pacientes.


Sólo se han descrito raros casos de carcinomas de célu-
II. Bien estudiados biológica o clínicamente, pero
las claras (y adenomas) compuestos por células con ci-
su utilidad clínica no se ha establecido bien.
toplasma claro pero negativo a la mucina. Deberá des-
III. Estudiados, pero no se ha encontrado que tengan
cartarse la posibilidad de una metástasis a partir de
utilidad.
ovario o riñón.

Carcinoma adenoescamoso Estadificación

El carcinoma adenoescamoso de la región colorrectal es Para su estadificación se emplea desde el año de 1999
raro. Se define como una neoplasia compuesta tanto por el método propuesto por el Colegio Americano de Pató-
un componente glandular como por uno escamoso, y logos, conocido como TNM, que ha sustituido a la clasi-
comprende de 0.05 a 0.5% de todos los tumores colo- ficación de Dukes y la modificación de Astler--Coller.
258 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

El carcinoma in situ o displasia de alto grado se en- Grado histológico


cuentra confinado a la mucosa sin penetrar a la muscular
de la mucosa. La enfermedad en etapa I incluye adeno- La importancia del grado histológico como un factor
carcinoma que invade a través de la muscular de la mu- pronóstico independiente se ha demostrado en múlti-
cosa, pero se limita a la submucosa (T1) o a la muscular ples análisis multivariados. Sin embargo, el número de
propia (T2) sin metástasis ganglionar. La enfermedad carcinomas bien diferenciados incluidos en las diferen-
en etapa II está representada por neoplasias que invaden tes series es pequeño y, por otro lado, no se ha observado
a través de la pared del intestino hacia la subserosa o te- una diferencia clara en su evolución con respecto a los
jidos pericolónicos o perirrectales sin peritoneo (T3), o tumores moderadamente diferenciados, por lo que algu-
bien órganos o tejidos a través del peritoneo visceral nos autores sugieren que se les divida en dos grupos, los
(T4) sin metástasis ganglionares. El estadio III incluye de bajo grado y los de alto grado.
cualquier T con metástasis ganglionares y la etapa IV
implica metástasis a distancia.
Cerca de 20 a 25% de los pacientes con cáncer colo- Invasión vascular y linfática
rrectal se presentan en estadio IV; asimismo, se calcula
que 30% de los casos sin metástasis detectables durante La invasión de vasos venosos y linfáticos debe buscarse
el preoperatorio y el transoperatorio pueden desarrollar en forma cuidadosa y ser reportada como presente o au-
y presentar enfermedad metastásica primordialmente a sente. La permeación de estos vasos en el espesor de la
los ganglios linfáticos y el hígado, y con menor frecuen- pared del colon debe reportarse, ya que puede ir en rela-
cia a los pulmones, la pelvis y las glándulas suprarrena- ción con la conducta biológica del tumor.
les. En varios estudios, aunque no en todos, la invasión
de los linfáticos cuenta con un valor pronóstico inde-
pendiente, especialmente en los pacientes con ganglios
Metástasis en ganglios linfáticos linfáticos negativos; de manera contraria, el valor de la
invasión vascular en pacientes con ganglios linfáticos
metastásicos no está bien establecido.
El número total de ganglios disecados es un factor im-
portante en el examen histopatológico. El número de
ganglios positivos identificados puede depender del nú- Margen de resección
mero de ganglios disecados. Más importante aún, el y escisión total mesorrectal
pronóstico de los carcinomas colorrectales con ganglios
linfáticos negativos se relaciona en forma directa con el La identificación de la importancia del margen circun-
número de ganglios negativos identificados. ferencial o radial en el cáncer colorrectal ha modificado
La interpretación y la clasificación de los depósitos el manejo de la enfermedad. En 1986 Quirke y col. des-
tumorales encontrados en la adventicia del órgano sin cribieron por primera vez la importancia de la disemina-
un ganglio linfático residual identificable han sido más ción lateral y el papel de la invasión del margen radial
problemáticas. En el pasado los nódulos mayores de 3 para predecir la capacidad de recidiva del cáncer rectal.
mm fueron interpretados como ganglios linfáticos me- En una serie de 52 pacientes la invasión de los márgenes
tastásicos. laterales se encontró en 14 (27%) de los pacientes y 12
En la actualidad los depósitos tumorales en los teji- de ellos experimentaron una recidiva tumoral. Estos ha-
dos blandos deben clasificarse como metástasis en gan- llazgos son importantes no tan sólo desde el punto de
glios linfáticos, si éstos son redondos y lisos. Múltiples vista del análisis de patología, sino también desde el
implantes con contornos lisos se clasifican como múlti- punto de vista del manejo quirúrgico.
ples ganglios linfáticos con metástasis. Si los implantes
tienen bordes irregulares se clasifican como invasión
venosa. Diagnóstico
En algunos estudios las metástasis en ganglios linfá-
ticos distantes al tumor primario se asocian con un peor Para el diagnóstico puede emplearse el colon por ene-
pronóstico. Para la clasificación del TNM la definición ma, pero el estándar de oro son la rectosigmoidoscopia
de ganglios linfáticos regionales varía de acuerdo con la flexible o la colonoscopia, que permiten además confir-
localización del tumor primario; sin embargo, las me- mar el diagnóstico histológico.
tástasis en los ganglios linfáticos iliacos externos y los Es conveniente realizar estudios de extensión tumo-
iliacos comunes se clasifican siempre como M1. ral mediante la realización de ultrasonido endoscópico
Intestino delgado, colon y región anorrectal 259

y de abdomen, telerradiografía de tórax y TAC de abdo-


men. Fístula
extraesfintérica
En los tumores de recto el ultrasonido endorrectal
ayuda a reconocer la etapa en el preoperatorio, aunque
la determinación final depende del estudio anatomopa-
tológico del tumor y los ganglios resecados.

FÍSTULAS DE LA REGIÓN ANORRECTAL

Generalidades
Fístula
interesfintérica Fístula
Se define a las fístulas de la región anorrectal como la transesfintérica
comunicación anormal resultado de un absceso entre el Figura 10--2. Clasificación de las fístulas anorrectales.
canal anorrectal y la piel perianal, correspondiendo al
estadio crónico de la enfermedad.
Son poco frecuentes; la edad de presentación oscila rrectal y forma un orificio fistuloso secundario en
entre los 10 y los 82 años de edad en diversas series la piel perianal.
publicadas, aunque la mayoría se localizan entre la ter- S Extraesfinterianas. Cuando el trayecto se extien-
cera y la cuarta décadas de la vida; predominan en el gé- de arriba del elevador del ano, lo atraviesa, recorre
nero masculino en una proporción de 2:1 sobre el feme- la fosa isquiorrectal y forma un orificio secundario
nino. en la piel.
Casi todos los abscesos anorrectales se inician en las
criptas, las cuales poseen conductos y ramas tubulares
angostos que se extienden en la submucosa e interior del Aspectos clínicos
músculo esfínter interno y aún más allá; al infectarse las
glándulas anales dan lugar a microabscesos, los cuales El síntoma principal es el drenaje de material purulento
crecen, ocasionando mayor destrucción de los tejidos en un paciente con historia previa de un absceso. Se
adyacentes y llegando a formar verdaderos abscesos. Si acompaña de molestias locales al momento de la defe-
estos abscesos no son tratados en forma oportuna la pre- cación, prurito anal o salida de material fecal por el ori-
sión en su interior ocasiona el drenaje del tejido puru- ficio de la piel. La inspección de la región perianal suele
lento a través del desarrollo de la comunicación hacia la mostrar una pápula roja por la que drena material puru-
piel perianal, estableciéndose un trayecto fistuloso en- lento o contenido intestinal, que corresponde al orificio
tre la cripta correspondiente, donde se encuentra el ori- secundario de la fístula, situado en una glándula anal in-
ficio primario, y la piel perianal, donde se localiza el ori- fectada fuera de la línea dentada. Debe complementarse
ficio secundario, quedando establecida así la fístula el estudio mediante anoscopia o rectosigmoidoscopia
anorrectal.
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para identificar el orificio primario en la mucosa del


recto.
Clasificación Cuando se observan múltiples orificios secundarios
perianales debe sospecharse la existencia de enfermedad
Se clasifican en: inflamatoria intestinal o un linfogranuloma venéreo.

S Interesfinterianas. Cuando el trayecto fistuloso


pasa a través de un plano que separa ambos esfín- Anatomía patológica
teres.
S Transesfinterianas. Si el trayecto atraviesa am- Generalmente se observa un trayecto fistulizado limi-
bos esfínteres. tado por tejido de granulación, así como por inflama-
S Supraesfinterianas. Cuando el trayecto se dirige ción crónica o aguda. En ocasiones se observa inflama-
hacia arriba, pasa por debajo del músculo pubo- ción crónica granulomatosa tipo cuerpo extraño con sus
260 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

características células multinucleadas tipo cuerpo ex- La etiología de las hemorroides continúa siendo con-
traño. Los orificios de la fístula y las áreas vecinas se troversial. Se han propuesto diversas teorías para expli-
pueden recubrir de epitelio similar al adyacente. carlas. El conocimiento profundo de las características
anatómicas de esta región, sobre todo de la importante
circulación arterial y venosa, ha permitido comprender
Diagnóstico mejor los profundos cambios que suceden durante la de-
fecación, sobre todo manifiesta en pacientes con consti-
El estudio integral del paciente con fístula anorrectal pación crónica, durante el embarazo o en algunos tumo-
debe completarse realizando una rectosigmoidoscopia res pélvicos, en los cuales aumenta considerablemente
flexible o una colonoscopia si se sospecha enfermedad la presión intrarrectal. Asimismo, se ha podido demos-
de Crohn, CUCI, linfogranuloma venéreo o hidroadeni- trar en diversos estudios un aumento del tono de los
tis supurativa, con biopsia para confirmar el diagnósti- músculos esfinterianos e inclusive en algunos casos dis-
co; además, realizar cultivo de secreción, en el que se creta hipertrofia de los mismos. Aunado a estas altera-
encuentran habitualmente gérmenes gramnegativos: ciones en la motilidad, deben tomarse en cuenta los me-
Escherichia coli, Proteus vulgaris, Enterococcus y canismos de agresión a que está expuesta la delicada
Bacteroides fragilis, así como también se identifica con mucosa anorrectal, que contribuyen a producir inflama-
frecuencia la existencia de Staphylococcus aureus, y ción en dicha zona, lo cual condiciona alteraciones cir-
rara vez anaerobios: Pseudomonas aeruginosa o Myco- culatorias, inicialmente periflebitis y posteriormente
bacterium tuberculosis, lo cual es de gran importancia endoflebitis, que conlleva a una insuficiencia en las vál-
para el correcto empleo de antimicrobianos. vulas, dilatación de los plexos hemorroidales y la apari-
Se ha hablado mucho al respecto, pero la experiencia ción de protrusiones venosas en la mucosa y la piel pe-
revela que casi nunca es necesario efectuarlas, además rianal, que son el resultado final.
de que el estudio presenta falsas positivas hasta en 84%. Son factores de riesgo de la enfermedad hemorroidal
La manometría anorrectal deberá ser selectiva en la infección de las glándulas de Morgagni, herencia,
pacientes que tengan cirugía anterior, en multíparas, ocupación y la posición erecta, embarazo y constipa-
desgarros perineales y los que tengan presente riesgo de ción. En caso de hipertensión portal, no se considera
incontinencia. como enfermedad hemorroidal, ya que es producto de
Deberá hacerse el diagnóstico diferencial con los si- la circulación hepatofugal.
guientes padecimientos: fístula anal de origen tubercu-
loso, enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa crónica Clasificación
idiopática, hidroadenitis supurativa crónica, linfogra-
nuloma venéreo y quiste pilonidal. Las hemorroides se clasifican en externas, internas y
mixtas.
S Externas: se localizan en la línea anorrectal, y es-
ENFERMEDAD HEMORROIDARIA tán cubiertas por piel modificada.
S Internas: localizadas en la mucosa, por arriba de
la línea anorrectal, están cubiertas por mucosa.
S Mixtas: reciben este nombre cuando existen las
Generalidades dos variedades; son las más frecuentes.
Para fines de pronóstico y elección del tratamiento hay
Corresponde a las dilataciones de los plexos hemorroi- que considerar el tamaño de los paquetes hemorroida-
darios inferior o superior como resultado del proceso lo- rios, agrupándolos en tres grados: grado I, cuando son
cal que se origina de las glándulas de Morgagni, o el que pequeñas y su tamaño no excede los 8 mm; grado II,
ocurre en casos de hipertensión portal en pacientes con cuando alcanzan hasta 15 mm; grado III, cuando son
cirrosis hepática. mayores de 15 mm; grado IV, cuando son mayores de
Es uno de los padecimientos más comunes del ser hu- 18 mm.
mano. Se estima en diversos países del mundo que entre
50 y 80% de la población adulta de 50 años de edad pre- Aspectos clínicos
senta esta enfermedad, que es muy poco frecuente antes
de los 20 años. La enfermedad no tiene predilección por La sintomatología varía de acuerdo con el tipo de hemo-
ningún género. rroides. Las hemorroides externas producen dolor, pru-
Intestino delgado, colon y región anorrectal 261

ploración física de la región perianal con el paciente en


posición genupectoral o lateral, apreciándose en la re-
gión perianal las hemorroides externas y el prolapso de
las hemorroides internas, así como la trombosis de am-
Hemorroide bas. El tacto rectal se debe practicar y completarse el es-
interna
tudio con una anoscopia, que permite identificar con
mayor precisión la existencia de hemorroides internas,
determinar su localización y magnitud.
Para valorar las condiciones generales del paciente
siempre deben realizarse exámenes de laboratorio, que
comprenden biometría hemática, examen general de
orina, química sanguínea, pruebas de coagulación,
VDRL, determinación de antígeno del VIH, grupo san-
guíneo y Rh. El único estudio que completa el diagnós-
tico de la enfermedad hemorroidal es la rectosigmoi-
doscopia, ya que además sirve para detectar carcinomas
Hemorroide
o rectitis ulcerosas de tipo parasitario o inflamatorio.
externa
Figura 10--3. Clasificación de las hemorroides de acuerdo
a su localización, en relación a la línea anorrectal.
MELANOMA ANORRECTAL

rito y la presencia de tumoración. Las hemorroides in- Generalidades


ternas ocasionan sangrado y pueden presentar prolapso
mucoso y trombosis. Como generalmente la enferme- El melanoma anorrectal es una neoplasia maligna y pri-
dad hemorroidaria es mixta, el cuadro clínico puede ma- maria de los melanocitos en el canal anal o el recto dis-
nifestarse por cualquiera de los síntomas mencionados. tal. Algunos autores consideran que es la neoplasia más
agresiva de la región.
Su frecuencia se calcula en alrededor de 1% de todos
Anatomía patológica los tumores malignos del canal anal. Se ha considerado
que por cada melanoma anorrectal se encuentra 8 carci-
nomas epidermoides y 250 adenocarcinomas. La fre-
Se localizan por arriba del borde dentado lateral izquier- cuencia de esta localización de melanoma generalmente
do, derecho, anterior y posterior del canal anal, y están sólo es superada por los cutáneos y los de retina.
cubiertas por mucosa transicional o rectal.
Desde el punto de vista microscópico es importante
determinar el epitelio que las reviste, para poder diag- Aspectos clínicos
nosticar hemorroides internas o hemorroides externas, La mayoría de los pacientes son caucásicos y general-
y mencionar las complicaciones que se presentan, como mente ocurren en población adulta. Se suelen manifes-
son trombosis, necrosis e inflamación. La organización
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tar con sangrado, dolor y sensación de masa en la región


de hemorroides trombosadas puede resultar con la for-
anal. También son frecuentes constipación, diarrea, do-
mación de pólipos fibrosos o pólipos cutáneos; rara vez
lor abdominal y pérdida de peso. El diagnóstico suele
se identifican la patología infecciosa y la enfermedad de
retrasarse algunos meses, ya que se pueden confundir
Crohn, neoplasias tempranas que no se sospechan clíni-
con hemorroides o pólipos anales, y el tumor suele ad-
camente pero que deberán ser investigadas desde el quirir un tamaño mayor de 4 cm. En ocasiones la prime-
punto de vista microscópico. ra manifestación es la presencia de metástasis en la re-
gión inguinal.

Diagnóstico
Anatomía patológica
En 95% de los casos el diagnóstico suele hacerse con La neoplasia se puede desarrollar en el canal anal o el
base en los datos de la historia clínica y una correcta ex- recto, principalmente en la mucosa de la línea dentada
262 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

o cerca de ella. Se origina en los melanocitos de dicho que se hallen tanto células epitelioides con núcleo gran-
canal y los que se supone existen en la porción distal del de e hipercromático como células fusiformes, como en
recto. Su tamaño varía de unos pocos milímetros a más su contraparte cutánea, pero en ocasiones muestran cé-
de 10 cm. Las lesiones pequeñas suelen ser sésiles y al lulas redondas atípicas que simulan linfocitos. Fácil-
crecer se tornan polipoides. Muchas de las neoplasias mente infiltran los tejidos vecinos y su diseminación
muestran pigmentación melánica a nivel macroscópico ocurre principalmente por vía linfática o hematógena.
o microscópico, y se pueden ulcerar. Se suelen encontrar lesiones satélites en la mucosa ad-
A semejanza de los melanomas cutáneos, puede ob- yacente.
servarse tanto crecimiento horizontal como vertical de La inmunohistoquímica es útil principalmente en las
los melanocitos transformados. En las áreas adyacentes biopsias pequeñas, siendo positiva a proteína S100,
a la neoplasia infiltrante se pueden identificar melanoci- HMB--45 y melan--A (MART--1).
tos atípicos en la porción basal del epitelio, la llamada Su manejo incluye tanto la resección amplia local co-
“actividad de unión”, fenómeno que se asocia con los mo la resección abdominoperineal.
melanomas primarios de la región Su pronóstico es pobre, generalmente menor a cinco
El tumor se encuentra formado por células pleomór- años, y depende de la etapa en que se encuentre, así
ficas y de características malignas; en la porción super- como de la profundidad de la infiltración. Los pocos
ficial suelen disponerse en nidos o trabéculas y en la melanomas anorrectales con un grosor menor a 2 mm
porción más profunda con un patrón sólido. Es común tienen un excelente pronóstico.

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266 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--4. Serositis en enfermedad de Crohn. Exudado y adherencias sobre la serosa.

Figura 10--5. Tejido adiposo en la serosa antimesentérica. Íleon con “migración” del tejido adiposo hacia la superficie serosa del
borde antimesentérico.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 267

Figura 10--6. Úlcera en enfermedad de Crohn. Íleon con úlcera amplia, serpiginosa y seudopólipo (flecha).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 10--7. Íleon en enfermedad de Crohn. Íleon con pérdida de los pliegues en la mucosa y engrosamientos parietales.
268 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--8. Úlcera extensa en enfermedad de Crohn.

Figura 10--9. Enfermedad de Crohn con extensas zonas ulceradas y pólipos.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 269

Figura 10--10. Enfermedad de Crohn. Engrosamiento de los pliegues y fibrosis parietal moderada.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 10--11. Enfermedad de Crohn con mucosa ulcerada, engrosamiento de pliegues y de la pared.
270 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--12. Íleon en enfermedad de Crohn. Aspecto clásico con zonas indemnes y otras con estenosis.

Figura 10--13. Íleon en enfermedad de Crohn. Estenosis cicatrizal y mucosa irregular y en “empedrado” (derecha).
Intestino delgado, colon y región anorrectal 271

Figura 10--14. Enfermedad de Crohn en íleon. Masas voluminosas fibrosas que simulan neoplasia.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 10--15. Enfermedad de Crohn. Íleon terminal con una mucosa hiperémica con erosiones bien localizadas.
272 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--16. Enfermedad de Crohn con actividad leve.

Figura 10--17. Mucosa erosionada y eritematosa en colon con enfermedad de Crohn.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 273

Figura 10--18. Íleon terminal con una mucosa edematosa e irregular y friable en enfermedad de Crohn severa.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 10--19. Estenosis en íleon terminal por enfermedad de Crohn grave.


274 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--20. Íleon en enfermedad de Crohn. Íleon con pérdida de los pliegues en la mucosa y engrosamientos parietales.

Figura 10--21. Íleon en enfermedad de Crohn. Íleon con pérdida de los pliegues en la mucosa y engrosamientos parietales.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 275

Figura 10--22. Enfermedad de Crohn. Irregularidad de vellosidades y criptas.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 10--23. Enfermedad de Crohn. Irregularidad de vellosidades y criptas.


276 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--24. Enfermedad de Crohn. Fisura serpiginosa profunda (izq.), úlcera aftosa superficial y densa inflamación (der.).

Figura 10--25. Enfermedad de Crohn. Fisura de bordes cortantes, con fibrosis e inflamación vecina.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 277

Figura 10--26. Enfermedad de Crohn. Extensa úlcera aftosa, con inflamación acentuada y fibrosis.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 10--27. Enfermedad de Crohn. Irregularidad de vellosidades y criptas. Cripta ramificada e inflamación.
278 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--28. Enfermedad de Crohn. Fisura irregular, inflamación linfoide en lámina propia.

Figura 10--29. Enfermedad de Crohn. Fondo de fisura cortante con células epitelioides.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 279

Figura 10--30. Enfermedad de Crohn. Linfangiectasias.


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Figura 10--31. Enfermedad de Crohn. Linfangiectasias.


280 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--32. Enfermedad de Crohn. Linfangiectasia y célula gigante tipo Langhans.

Figura 10--33. Enfermedad de Crohn. Fibrosis submucosa y célula gigante tipo Langhans.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 281

Figura 10--34. Enfermedad de Crohn. Folículos linfoides en pared.


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Figura 10--35. Enfermedad de Crohn. Folículos linfoides en pared.


282 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--36. Enfermedad de Crohn. Úlcera superficial, inflamación folicular e hipertrofia de la media en arteriola.

Figura 10--37. Enfermedad de Crohn. Hiperplasia de células de Paneth.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 283

Figura 10--38. Enfermedad de Crohn. Hiperplasia neural.


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Figura 10--39. Colitis ulcerativa. Eritema de la mucosa, úlceras y seudopólipos (flechas).


284 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--40. Colitis ulcerativa. Úlceras, congestión y dilatación (megacolon tóxico).

Figura 10--41. Colitis ulcerativa. Úlceras con exudado mucopurulento.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 285

Figura 10--42. Colitis ulcerativa. Seudopólipos y úlceras amplias.


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Figura 10--43. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Colon descendente con edema de pliegues y una mucosa hiperémica e irregular.
286 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--44. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Recto con erosiones mucosas y con material fibrinoide.

Figura 10--45. Colitis ulcerativa crónica idiopática con actividad severa que muestra una mucosa ulcerada casi en su totalidad
y gran cantidad de material fibrinoide.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 287

Figura 10--46. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Colon sigmoides con mucosa friable ulcerada con erosiones y material fibrinoide.
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Figura 10--47. Mucosa con hiperemia y erosiones en colitis ulcerativa crónica idiopática.
288 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--48. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Inflamación de lámina propia, criptitis neutrofílica y microabscesos.

Figura 10--49. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Atrofia mucosa, despoblación de células caliciformes e inflamación de la propia.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 289

Figura 10--50. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Inflamación de lámina propia. Destrucción de criptas por neutrófilos.
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Figura 10--51. Colitis ulcerativa crónica idiopática con actividad intensa; microabsceso críptico.
290 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--52. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Inflamación de lámina propia. Criptitis.

Figura 10--53. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Linfocitos, células plasmáticas y eosinófilos en lámina propia.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 291

Figura 10--54. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Datos de actividad.


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Figura 10--55. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Actividad acentuada. Despoblación de células caliciformes.
292 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--56. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Microabscesos crípticos, inflamación de lámina propia y disminución de células
caliciformes.

Figura 10--57. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Displasia glandular de bajo grado.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 293

Figura 10--58. Colitis ulcerativa crónica idiopática. Displasia glandular de bajo grado.
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Figura 10--59. Apendicitis. Apéndice cecal, apendicitis aguda.


294 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--60. Apendicitis. Al corte se encuentra necrosada la pared a nivel de la punta; la pared está edematosa, la luz aumentada
de diámetro.

Figura 10--61. Apendicitis. Microfotografía panorámica que muestra úlcera de la mucosa con intenso infiltrado inflamatorio agudo.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 295

Figura 10--62. Apendicitis con periapendicitis abscedada.


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Figura 10--63. Tumor carcinoide de apéndice cecal. Localizado en la punta, la luz está dilatada por coprolito.
296 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--64. Tumor carcinoide de apéndice cecal. Acercamiento de la punta del apéndice cecal.

Figura 10--65. Tumor carcinoide de apéndice cecal.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 297

Figura 10--66. Tumor carcinoide de apéndice cecal.


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Figura 10--67. Tumor carcinoide de apéndice cecal.


298 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--68. Tumor carcinoide de apéndice cecal.

Figura 10--69. Carcinoma colorrectal. Pólipos (adenomas tubulovellosos). Aspecto macroscópico.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 299

Figura 10--70. Carcinoma colorrectal. Pólipo túbulovelloso. Aspecto histológico. Incremento en el número de glándulas y en el
de capas de revestimiento con atipia nuclear.
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Figura 10--71. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon derecho. Aspecto macroscópico. Neoplasia ulcerada de bordes
gruesos.
300 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--72. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma mucinoso de colon. Aspecto macroscópico. Neoplasia con áreas gelatino-
sas que disecan la pared del colon y la grasa adyacente.

Figura 10--73. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Aspecto macroscópico. Neoplasia invasora que infiltra la pared
del colon e involucra el ovario derecho.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 301

Figura 10--74. Carcinoma colorrectal. Mayor aumento de adenocarcinoma de colon. Aspecto macroscópico. Neoplasia invasora
que infiltra la pared del colon e involucra el ovario derecho.
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Figura 10--75. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Aspecto microscópico. Cáncer de colon con abundante material
eosinófilo con restos nucleares (necrosis sucia).
302 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--76. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Aspecto microscópico, detalle. Glándulas con necrosis segmen-
taria y necrosis sucia.

Figura 10--77. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon. Detalle histológico. Neoplasia con moderada diferenciación, for-
mación de glándulas con un revestimiento atípico.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 303

Figura 10--78. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma mucinoso. Detalle histológico. Glándulas neoplásicas inmersas en lagos
de moco.
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Figura 10--79. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma mucinoso. Detalle histológico. Glándulas neoplásicas inmersas en lagos
de moco.
304 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--80. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de células claras. Detalle histológico. Glándulas bien diferenciadas reves-
tidas por un epitelio que muestra células claras.

Figura 10--81. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma moderadamente diferenciado. Glándulas neoplásicas que invaden la pa-
red del intestino grueso. Aspecto histológico.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 305

Figura 10--82. Carcinoma colorrectal. Adenocarcinoma de colon con extensa permeación vasculolinfática. Detalle histológico.
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Figura 10--83. Fístula de la región anorrectal. La guía muestra el trayecto de la fístula.


306 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--84. Fístula de la región anorrectal al corte que demuestra el trayecto de las fístulas.

Figura 10--85. Fístula de la región anorrectal. Obsérvense el trayecto de la fístula y el infiltrado inflamatorio.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 307

Figura 10--86. Fístula de la región anorrectal. Se muestra el trayecto de la fístula.


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Figura 10--87. Enfermedad hemorroidal. Prolapso hemorroidario.


308 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--88. Enfermedad hemorroidal. Trombosis hemorroidaria externa aguda.

Figura 10--89. Enfermedad hemorroidal. Hemorroides externas grandes.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 309

Figura 10--90. Enfermedad hemorroidal. Hemorroides externas con prolapso hemorroidario.


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Figura 10--91. Enfermedad hemorroidal. Hemorroides externas con fisura anal anterior.
310 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--92. Enfermedad hemorroidal. Hemorroides externas con prolapso hemorroidario.

Figura 10--93. Enfermedad hemorroidal. Hemorroides mixtas prolapsadas.


Intestino delgado, colon y región anorrectal 311

Figura 10--94. Enfermedad hemorroidal. Fístula rectoperineal.


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Figura 10--95. Montaje de hemorroides internas y externas, parcialmente trombosadas.


312 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--96. Montaje de hemorroides internas y externas.

Figura 10--97. Acercamiento que muestra el epitelio columnar y hemorroides internas, parcialmente trombosadas.
Intestino delgado, colon y región anorrectal 313

Figura 10--98. Acercamiento del campo anterior.


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Figura 10--99. Acercamiento de hemorroides externas. Nótese el epitelio estratificado.


314 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--100. Acercamiento del campo anterior.

Figura 10--101. Melanoma anorrectal polipoide, ulcerado y con pigmentación melánica macroscópica (caso del Departamento
de Anatomía Patológica del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional “Siglo XXI” del IMSS).
Intestino delgado, colon y región anorrectal 315

Figura 10--102. Melanoma anorrectal. Colon con lesión maligna compuesta por melanocitos malignos.
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Figura 10--103. Melanoma anorrectal. Lesión satélite formada por melanocitos malignos con melanina en submucosa que infiltra
a mucosa rectal adyacente.
316 Atlas de gastroenterología (Capítulo 10)

Figura 10--104. Melanoma anorrectal. Melanocitos malignos pleomórficos, con núcleos irregulares, hipercromáticos y contenien-
do abundante melanina.
Capítulo 11
Hígado
Cecilia Ridaura Sanz, Jesús Aguirre García, Luz María Gómez Jiménez, Rocío Lorena Arreola Rosales,
Eduardo López Corella, Peter Grube Pagola, Argelia Escobar Sánchez, José Luis Martínez Ordaz,
José Luis Villalobos Juárez, Mauricio de la Fuente Lira, Yolanda Villaseñor Navarro,
Martha Chávez García

INTRODUCCIÓN Arteria hepática

Aporta sangre nutritiva y oxigenada al parénquima. Se


origina del tronco celiaco, y posteriormente se bifurca
Es la glándula más grande del cuerpo humano, y llega en la ramas gastroduodenal y hepática propia. La arteria
a pesar en el adulto hasta 1 500 g. hepática propia se ubica en el hilio hepático por delante
Sus funciones principales son la producción y secre- de la vena porta y a la izquierda de la vía biliar; manda
ción de bilis hacia el duodeno, la regulación del metabo- colaterales al píloro, a la vía y a la vesícula biliar, y a la
lismo de los nutrientes y, por medio de la filtración san- cápsula de Glisson, y finalmente diverge en las ramas
guínea, eliminación de bacterias y tóxicos. hepática izquierda y hepática derecha; ésta es más volu-
Está constituido anatómicamente por cuatro lóbulos minosa y se ramifica a su vez a través del parénquima.
y ocho segmentos, los cuales se encuentran cubiertos
por una capa delgada y frágil que emite tabiques de teji-
do conjuntivo entre los lóbulos, la cual está revestida Vena porta
por el peritoneo, el cual forma a nivel hiliar una vaina
para los vasos y los conductos biliares. Es sangre funcional proveniente de las órganos abdomi-
El parénquima hepático se halla formado por células nales, creada de la coalición principal de la vena mesen-
hepáticas que se disponen en forma de cordones radia- térica superior y la vena esplénica, y variablemente de
dos de la periferia al centro. la vena mesentérica inferior y la vena gástrica izquierda.
En los intersticios que forman las columnas celulares La vena porta es muy voluminosa; pasa por detrás del
existe una red capilar venosa de la vena porta, y en los páncreas, llega al hilio hepático y se divide en rama de-
espacios de cada trabécula nacen los conductos biliares, recha y rama izquierda; esta última se separa de la vena
quedando la célula hepática en contacto por un lado con en ángulo recto. Ambas venas originan las venas poste-
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la circulación biliar y por otro lado con la circulación riores, que se distribuyen en el lóbulo caudado; cada
sanguínea. rama se divide en lateral y paramediana derecha e iz-
Los lobulillos hepáticos están separados entre sí por quierda, respectivamente, para los lóbulos correspon-
los espacios de Kiernan, en donde se encuentran los dientes.
conductos portales, que tienen ramas de la arteria hepá-
tica, la vena porta y la tributaria del conducto biliar.
La sangre arterial y la venosa pasan entre las células Venas accesorias
hepáticas mediante sinusoides y drenan en la vena cen-
tral. Son pequeñas y llegan al hígado sin pasar por la vena
La irrigación de la glándula hepática está conforma- porta; corresponden a las venas gastrohepáticas, del li-
da por los dos sistemas, arterial y venoso. gamento falciforme, císticas, frénicas y parabiliares.

317
318 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

El drenaje venoso se realiza en dos subsistemas: el tarios, seguidos por los interlobulares y finalmente los
lóbulo caudado, cuyas venas desembocan de manera di- conductillos. Este proceso implica una remodelación de
recta a la vena cava inferior, y el resto del hígado, que la estructura original con la formación de estructuras tu-
está integrado por la vena suprahepática izquierda, la bulares con luz y la desaparición de los elementos no tu-
vena suprahepática media (que drena el lóbulo cuadra- bulares.
do y parte del derecho) y la vena suprahepática derecha.
Estas venas confluyen hacia la vena cava inferior en la
parte posterosuperior del hígado; su travesía extrahe- MALFORMACIÓN DE
pática es corta. LA PLACA DUCTAL (MPD)
El hígado produce casi 40% de la linfa originada en
el cuerpo. A los conductos linfáticos se les puede dividir
en superficiales, que forman redes en la superficie hepá-
tica y se dirigen hacia las vecindades: hilio hepático, li- Es un término genérico que se aplica para definir las al-
gamento coronario, región yuxtapericardiaca, yuxtae- teraciones que resultan de la detención o el desarreglo
sofágicos, vena cava inferior, y a la región celiaca; de interrelación entre el epitelio biliar y el mesénquima
profundos: siendo ascendentes alcanzan la VCI y el me- primitivo portal, caracterizado por un aumento en el nú-
diastino, y los descendentes, que son los principales, se mero de canales biliares dispuestos en un anillo discon-
reúnen en el hilio y se sitúan en la región celiaca y retro- tinuo en la periferia de los espacios porta ramificados en
pancreática. forma irregular, formando estructuras dilatadas o quísti-
La inervación del órgano proviene del nervio vago, cas fácilmente reconocibles al microscopio. Esta lesión
el nervio gastrohepático (colateral del nervio vago iz- característica se encuentra presente en diversas enfer-
quierdo) y el plexo celiaco (nervios mixtos). medades (cuadro 11--1).
Es posible que haya varios mecanismos que intervie-
nen en la diferenciación adecuada de la placa ductal,
dada su presencia en múltiples síndromes malformati-
ANOMALÍAS CONGÉNITAS vos. En otras palabras, no todas las malformaciones de
DEL HÍGADO Y VÍAS BILIARES la placa ductal son iguales aunque se vean histológica-
mente iguales.

Embriología FIBROSIS HEPÁTICA CONGÉNITA

El desarrollo embrionario del árbol biliar intrahepático


se inicia en las primeras cinco a nueve semanas de gesta- Es una de las expresiones clinicopatológicas de malfor-
ción. El epitelio biliar se origina de hepatoblastos bipo- mación de la placa ductal. Algunos investigadores la
tenciales, los cuales se diferencian tanto en hepatocitos consideran como parte del espectro de la enfermedad
como en células epiteliales biliares. Alrededor de la se- quística autosómica recesiva (EPAR), mientras que otros
mana seis los hepatoblastos adyacentes al estroma me-
senquimatoso primitivo de los espacios porta se aplanan
y forman una estructura linear continua de células cu-
boides (placa ductal primitiva) que expresan citoquera- Cuadro 11--1. Enfermedades que cursan
con malformación de la placa ductal
tina 19 (CK19). Esta estructura en el hilio está en conti-
nuidad con el conducto hepático, lo que significa que, Enfermedad MPD
a pesar de que el origen del árbol biliar extrahepático es Fibrosis hepática congénita (FHC) Siempre
diferente del intrahepático, estas dos estructuras tienen Enfermedad renal poliquística recesiva Siempre
comunicación intraluminal durante toda la gestación.
Enfermedad renal poliquística dominante Frecuente
La placa ductal primitiva se duplica formando una
Síndrome de Caroli Frecuente
estructura de dos capas alrededor de los espacios porta.
FHC y nefronoptisis Frecuente
Esta estructura se extiende desde el hilio hacia la peri-
Deficiencia de fosfomanosa isomerasa Frecuente
feria, acompañando las ramas de la vena porta. La remo-
Atresia biliar extrahepática Ocasional
delación de esta estructura resulta en la formación de
Síndromes malformativos Variable
conductos biliares grandes del hilio, luego los segmen-
Hígado 319

piensan que es una entidad separada. La relación entre ENFERMEDAD DE CAROLI


enfermedades quísticas renales y hepáticas sugiere una
etiopatogenia relacionada. Recientemente se ha identi-
ficado la mutación de un gen (PKHD1) en casos de en- Es una dilatación congénita de los conductos biliares
fermedad renal poliquística recesiva. Este gen codifica mayores intrahepáticos. Hay estasis biliar con forma-
para una proteína llamada fibrocistina, que interviene ción de cálculos y colangitis que puede complicarse con
en la diferenciación tubular, aunque la forma precisa en abscesos hepáticos, septicemia y colangiocarcinoma.
que produce los quistes hepáticos no está aún estableci- Clínicamente se manifiesta hasta la edad adulta con ic-
da. Esta alteración genética puede ser un marcador que tericia, dolor abdominal y fiebre. La colangiografía re-
permita separar o no la FHC de la EPAR. vela la dilatación no obstructiva de los conductos bilia-
Aunque la manifestación clínica de la FHC puede ser res mayores en el hilio hepático. Un grupo importante
muy variada, la mayoría de los casos se presentan en las de casos se asocian con FHC, y entonces la presentación
primeras dos décadas de la vida como síndrome de hi- clínica es mixta, con datos de colangitis e hipertensión
pertensión portal, con pruebas funcionales hepáticas portal. Cuando esto ocurre se le denomina síndrome de
casi normales. Puede asociarse o no con otras malfor- Caroli. El modo de herencia no se ha establecido con
maciones de la placa ductal (quistes renales y enferme- precisión, aunque se supone que tiene carácter autosó-
dad de Caroli). mico dominante. Tampoco se conoce si la enfermedad
La lesión puede ser difusa o afectar solamente un ló- de Caroli, el síndrome de Caroli y la FHC son expresio-
bulo hepático o un segmento. Por lo general el lóbulo nes del mismo defecto genético o alteraciones indepen-
preferencial es el izquierdo. Ante la sospecha clínica de dientes. Desde el punto de vista práctico, en todo caso
FHC no se recomienda la biopsia hepática percutánea que presente cualquiera de las dos enfermedades deben
ciega, ya que puede dar falsos negativos si sólo se mues- buscarse intencionadamente las patologías asociadas.
trea el lóbulo derecho. Lo ideal es tomar varios frag-
mentos guiados por ultrasonido o biopsias hepáticas
abiertas en cuña. ENFERMEDAD POLIQUÍSTICA
Histológicamente la FHC se caracteriza por la pre- AUTOSÓMICA RECESIVA (EPAR)
sencia de grandes bandas de fibrosis de distribución
irregular, bien demarcadas del parénquima vecino. En
el seno de la fibrosis hay conductos irregulares de diver- Esta enfermedad se caracteriza por alteraciones hepáti-
sas formas y tamaños limitados por un epitelio de tipo cas y renales. Las alteraciones hepáticas suelen ser asin-
biliar. Estos conductos anormales pueden tener proyec- tomáticas e histológicamente son malformaciones de la
ciones intraluminales que recuerdan la morfología de la placa ductal similares a las descritas en FHC. La mayo-
placa biliar embrionaria. En el interior de estos conduc- ría de los casos se expresan desde el nacimiento con
tos suele haber material biliar o verdaderos cálculos. El grandes masas renales bilaterales e insuficiencia renal
parénquima hepático entre la fibrosis es normal y no hay progresiva. Estos niños fallecen en la etapa neonatal por
datos de regeneración. No suele haber inflamación, a no hipoplasia pulmonar secundaria a la restricción de la
ser que se complique con colangitis. En ocasiones pue- caja torácica. Los riñones muestran dilatación quística de
den encontrarse espacios porta con vasculatura anormal los túbulos colectores. También pueden encontrarse quis-
en forma de arborizaciones. La FHC puede ser asinto- tes y fibrosis en el páncreas. En esta enfermedad sí se co-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

mática y encontrarse accidentalmente en la autopsia. En noce la alteración genética anteriormente señalada.


niños puede debutar como hematemesis por varices
esofágicas. La edad de presentación más frecuente es
entre los 5 y los 8 años. Además de hipertensión portal, ALTERACIONES DE LAS
los pacientes con FHC pueden complicarse con brotes VÍAS BILIARES EXTRAHEPÁTICAS
de colangitis; esto ocurre cuando los quistes son grandes
y dilatados con estasis biliar. Otra complicación, aun-
que rara, es el desarrollo de colangiocarcinomas a partir
del epitelio irritado de los conductos anormales.
Atresia biliar extrahepática
Como se señaló anteriormente, la FHC puede encon- Generalidades
trase aislada o asociada a otras alteraciones, como quis-
te del colédoco, enfermedad de Caroli, enfermedad po- La atresia biliar extrahepática tiene un origen multifac-
liquística, enfermedad quística medular y nefronoptisis. torial y es el resultado final de un proceso destructivo
320 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

idiopático o inflamatorio que lleva en estadios finales a Colangitis esclerosante primaria


fibrosis y obliteración de los espacios biliares, con desa-
rrollo eventual de cirrosis biliar. Generalidades
La incidencia a nivel mundial es de 1 en 8 000 a
12 000 nacidos vivos. Es una entidad poco frecuente caracterizada por infla-
mación difusa del tracto biliar intrahepático y extrahe-
Aspectos clínicos pático. Se presenta más frecuentemente en hombres en-
tre los 20 y los 40 años de edad; dos terceras partes de
Se reconocen dos formas clínicas: los pacientes presentan además colitis ulcerativa cróni-
ca idiopática (CUCI), aunque sólo 4% de los pacientes
con CUCI desarrollan colangitis esclerosante.
a. Fetal o embrionaria.
b. Perinatal o posnatal.
Aspectos clínicos
La forma fetal es menos frecuente y corresponde a entre La enfermedad se presenta con ictericia de tipo obstruc-
10 y 35% de los casos; clínicamente se presenta con co- tivo, malestar general, prurito, anorexia e indigestión.
lestasis presente desde el nacimiento acompañada de ic- El diagnóstico clínico se establece con una colangiogra-
tericia. fía retrógrada endoscópica en la cual se observa una
Esta forma clínica se asocia con otras malforma- imagen en rosario de la vía biliar y se excluye la presen-
ciones, como poliesplenia, asplenia, malformaciones cia de obstrucción biliar por cálculos o tumor. La colan-
cardiacas y malrotación intestinal. gitis esclerosante primaria tiene un trasfondo inmunita-
Este tipo de atresia representa un verdadero sín- rio e infeccioso; se observa elevación del antígeno de
drome de malformación cuya etiología todavía no es co- histocompatibilidad HLA--B8, así como del anticuerpo
nocida. anticitoplasma de neutrófilo (ANCA). Los microorga-
La forma perinatal o posnatal es más frecuente, y se nismos patógenos más encontrados son Criptospori-
presenta de 65 a 90% de las veces. dium, Mycobacterium avium intracellulare, citomega-
Clínicamente se presenta con colestasis en estadios lovirus y HIV.
más tardíos (entre cuatro y ocho semanas), por lo que la
ictericia es de inicio tardío.
Anatomía patológica
El diagnóstico diferencial con la hepatitis neonatal
idiopática es un punto álgido y debe realizarse mediante Los cambios histopatológicos de la biopsia hepática de-
la historia clínica, datos bioquímicos, estudios radio- penden del estadio de la enfermedad y el sitio de toma
lógicos y con los datos de la biopsia hepática. La com- de la biopsia en relación con la lesión ductal causada por
plicación de la atresia de vía biliar es la aparición de ci- la enfermedad. Los conductos afectados muestran infla-
rrosis. mación por células plasmáticas y linfocitos, así como fi-
brosis obliterante, dando un aspecto histológico de ca-
Anatomía patológica pas de cebolla. El epitelio ductal muestra atrofia; en
estadios más tardíos se puede observar reemplazo de los
Macroscópicamente los cambios dependen del estadio conductos biliares por cicatrices fibrosas.
de la enfermedad; en etapas tempranas se observa coles-
tasis y en estadios tardíos muestra cirrosis micronodular
y macronodular. ALTERACIONES DE LAS
Microscópicamente las alteraciones en estadio tem- VÍAS BILIARES INTRAHEPÁTICAS
prano se observan en los espacios porta con prolifera-
ción de conductos con afección universal y tapones
biliares; en el lobulillo se observa colestasis intracito-
plásmica, transformación seudoacinar de los cordones Escasez de conductos biliares
de hepatocitos y focalmente células gigantes, así como
tapones biliares en los sinusoides hepáticos. Generalidades
En estadios tardíos se observan fibrosis con forma-
ción de puentes portoportales, cirrosis y colestasis acen- La escasez de conductos biliares es el resultado final de
tuada. múltiples procesos que pueden ser congénitos, disgené-
Hígado 321

ticos, infecciosos, metabólicos o inflamatorios y que se Otros hallazgos en la biopsia hepática son: colestasis
presentan en la infancia. centrozonal o periportal, cambio balonoide del hepato-
cito, transformación seudoacinar y formación de célu-
las gigantes focal.
Aspectos clínicos

Clínicamente se manifiesta como colestasis de apari-


ción gradual acompañada de otros síntomas, con lo cual HEPATOPATÍAS POR ERRORES
se integra la presencia de algún síndrome. CONGÉNITOS DEL METABOLISMO
El síndrome de Alagille es el más común; se presenta
con disminución de conductos biliares y muestra ade-
más múltiples alteraciones: cardiovasculares (estenosis
pulmonar periférica), epidérmicas (prurito y xanto-
mas), oculares (embriotoxon posterior), esqueléticas Un grupo importante de errores congénitos del metabo-
(vértebras y dedos cortos) y una apariencia facial carac- lismo producen alteraciones hepáticas que son las que
terística (frente prominente, hipertelorismo, malar apla- dominan el cuadro clínico.
nado y barbilla acentuada). La etiología metabólica debe investigarse en todos
La enfermedad de Byler es una entidad familiar rara los casos que cursen con cirrosis neonatal, hepatopatías
caracterizada por retraso del desarrollo, esteatorrea, crónicas, insuficiencia hepática fulminante, síndromes
prurito, raquitismo y niveles disminuidos de gamma-- colestásicos neonatales o simplemente hepatomegalia y
glutamiltranspeptidasa. alteración funcional hepática de causa no establecida.
La enfermedad de Aagenaes se presenta con linfede- Un recurso diagnóstico es el análisis de las altera-
ma de los miembros inferiores. ciones histológicas del hígado a través de una biopsia.
Otras entidades que se pueden presentar con dismi- Varios tipos de patrones histológicos pueden recono-
nución de conductos biliares conocida son deficiencia cerse con diferente sensibilidad y especificidad (cuadro
de B--1--antitripsina, sífilis congénita, síndrome de Tur- 11--2).
ner, síndrome de Dawn e infección por citomegalovirus, Uno de los patrones de daño más característicos es el
entre otras. depósito de material anormal.
Este material anormal acumulado en el citoplasma
puede encontrarse en hepatocitos, en células de Kupffer
Anatomía patológica o en ambas.
El diagnóstico histopatológico se puede establecer
Histológicamente el índice de conductos biliares/espa- dependiendo de la célula afectada y del tipo de metabo-
cios porta es de 0.9 a 1.8; la disminución de espacios bi- lito acumulado (cuadro 11--3).
liares se considera cuando el índice conductos biliares/ La base del diagnóstico es la identificación del mate-
espacios porta es menor de 0.75. El diagnóstico debe rial acumulado.
realizarse idealmente en una biopsia que contenga por Esto puede hacerse por tinciones especiales que reve-
lo menos 20 espacios porta. En ocasiones el diagnóstico lan la naturaleza bioquímica del material histológico o
se lleva a cabo en la segunda toma de la biopsia debido con microscopia electrónica que revela el carácter es-
a que es una entidad progresiva. tructural del metabolito anormal.
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Cuadro 11--2. Hepatopatías metabólicas por categoría diagnóstica


Certeza Sugestiva No diagnóstica
Deficiencia de B--1--antitripsina Galactosemia, tirosinemia Alteraciones del ciclo de la urea
Enfermedad de Gaucher Fructosinemia Acidemias orgánicas
Enfermedad de Niemann--Pick Glucogenosis I y III Alteraciones de aminoácidos
Pompe (Glucog II) Hemocromatosis
Amilopectinosis (Glucog IV) Cirrosis infantil de la India
Enfermedad de Wolman Alteración de ácidos biliares
Cistinosis Alteración de ácidos grasos
Gangliosidosis GM1
322 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Cuadro 11--3. Hepatopatías metabólicas por afección topográfica


Hepatocitos Células de Kupffer Ambas
Deficiencia de B--1--antitripsina Gaucher Niemann--Pick
Glucogenosis I, III, IV, VI y IX Mucolipidosis Enfermedad de Wolman
Amilopectinosis Mucopolisacaridosis
Cirrosis infantil de la India Gangliosidosis
Enfermedad de Wilson
Pigmentos (DJ, Fe, etc.)

HEPATITIS AGUDA cia de granulomas y esosinófilos que orienta hacia medi-


Y CRÓNICA EN NIÑOS camentos y la necrosis mediozonal característica de la
lesión por halotano.
La hepatitis fulminante cursa con una elevada morta-
lidad en la etapa aguda.
Hepatitis aguda Cuando el paciente logra sobrevivir puede desarro-
llar regeneración nodular a partir de los hepatocitos y
células de los conductos sobrevivientes.
La forma más característica de la hepatitis aguda es la
Una etapa tardía se caracteriza por cirrosis posnecró-
llamada hepatitis fulminante o insuficiencia hepática
tica con nódulos de regeneración irregulares y grandes
aguda. Los criterios diagnósticos están señalados en el
bandas de fibrosis por colapso del tejido necrótico.
cuadro 11--4.
La etiología es muy variada e incluye infecciones vi-
rales, tóxicas y metabólicas. La causa más frecuente es
por infección viral, pero pueden encontrarse etiologías Hepatitis crónica
muy variadas dependiendo de la edad (cuadro 11--5).
Hay que mencionar que en una proporción importante
de casos no es posible conocer la etiología y son califi- Las causas más comunes de hepatitis crónica son hepa-
cados de idiopáticos. titis virales y hepatitis autoinmunitaria.
Histológicamente se caracteriza por grados diversos Clínicamente se define como alteración de las prue-
de necrosis hepatocelular. Esta necrosis puede ser masi- bas funcionales hepáticas por más de tres meses (en los
va y afectar más de 90% del hígado, submasiva y afectar adultos es de más de seis meses).
una proporción importante del parénquima, o zonal, Histológicamente se caracteriza por un proceso ne-
cuando afecta regiones específicas del lobulillo. Esta crótico--inflamatorio acompañado de fibrosis.
necrosis puede acompañarse o no de exudado inflama- Estas alteraciones pueden encontrarse en la zona de
torio. la interfase en los hepatocitos que colindan con el espa-
Algunos datos histológicos pueden orientar hacia la cio porta, o pueden ser lobulillares.
etiología, tales como la presencia de hierro en hemocro- Hay varios sistemas de gradación histológica para
matosis neonatal, la esteatosis de gota fina en DOAG, medir el grado de actividad y el de cronicidad que son
la degeneración de Mallory, que se encuentra en intoxi- utilizados para evaluar la respuesta al tratamiento.
cación alcohólica y en enfermedad de Wilson, la presen- Hay algunos marcadores histológicos que permiten
identificar la etiología, tales como el citoplasma en vi-
drio esmerilado de la hepatitis B, agregados linfoides,
esteatosis y colangitis en hepatitis C, linfocitos atípicos
Cuadro 11--4. Insuficiencia hepática aguda: acumulados en sinusoides en hepatitis por Epstein--
criterios diagnósticos* Barr, células plasmáticas en hepatitis autoinmunitaria,
1. Evidencia de enfermedad relacionada con el hígado granulomas, eosinófilos y colestasis en hepatitis por
2. Historia negativa de hepatopatía crónica drogas, esteatosis y hialino de Mallory en enfermedad
3. Coagulopatía no corregida con vitamina K de Wilson, y hepatitis alcohólica.
Tiempo de protrombina  15 más encefalopatía Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones se re-
Tiempo de protrombina  20 con o sin encefalopatía
quiere de estudios serológicos adicionales para apoyar
* Tomado y modificado de Pediatric ALF Study Group. la etiología.
Hígado 323

Cuadro 11--5. Hepatitis aguda. Etiología de acuerdo a la edad de presentación


Frecuencia Lactantes Escolares Adolescentes

Alta Herpes, Echo, Coxsackie, hepatitis B Hepatitis A, B o C Hepatitis A, B o C


Idiopática Epstein--Barr Idiopática
Adenovirus
Idiopática
Moderada Dilatin Acetaminofén
Valproato, acetaminofén Amanita
Isoniazida
Baja Tirosinemia Enfermedad de Wilson Enfermedad de Wilson
Hemocromatosis DOAG* DOAG*
Galactosemia Hipertermia maligna Degeneración grasa del embarazo
Intolerancia a la fructosa Hipertermia maligna
DOAG*
* DOAG: defecto de oxidación de ácidos grasos. Tomado y modificado de: Ruchelli ED et al.: Hepatitis and liver failure in infancy and childhood.
En: Russo, Ruchelli, Piccoli (eds.): Pathology of pediatric gastrointestinal and liver disease. New York, Springer--Verlag, 2004.

CIRROSIS EN LOS NIÑOS S Cirrosis biliar obstructiva.


S Cirrosis poshepatitis.
S Cirrosis posnecrótica.
S Cirrosis metabólica.
La cirrosis hepática se define como un proceso que afec- S Cirrosis vascular o centrolobulillar.
ta en forma difusa el hígado (aunque no necesariamente S Otras (cirrosis infantil de la India, cirrosis alcoho-
todos los lobulillos) caracterizado por fibrosis y forma- lonutricional).
ción de nódulos. La fibrosis se presenta ya sea como fi-
nas bandas con puentes (portocentrales, portoportales, Cirrosis biliar obstructiva
centrocentrales) o como cicatrices amplias que reem-
plazan uno o varios lobulillos. Los nódulos se crean por La causa más frecuente es la atresia de vías biliares. Se
la segmentación del parénquima por las bandas de fi- caracteriza por fibrosis portal con proliferación de con-
brosis. Estos nódulos pueden ser de regeneración, pero ductos y retención de bilis en forma de tapones en ca-
esto no es un criterio diagnóstico. nalículos y conductillos. Los hepatocitos tienen dege-
La cirrosis hepática es un padecimiento que se expre- neración plumosa como consecuencia de la colestasis
sa clínicamente como hepatopatía crónica con altera- prolongada. La arquitectura lobulillar se conserva. Po-
ciones de las pruebas funcionales hepáticas y que puede cos casos sobreviven mucho tiempo, por lo que la rege-
descompensarse, causando la muerte por insuficiencia neración nodular no existe o es poco aparente. Otras
hepática. Este cuadro suele coexistir con manifesta- causas de cirrosis biliar son la enfermedad de Caroli, el
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ciones de síndrome de hipertensión portal con espleno- quiste de colédoco y las secundarias a causas de colesta-
megalia, ascitis y red venosa colateral, ya sea superficial sis intrahepática, como la alteración de los ácidos bilia-
en el abdomen o profunda con varices esofagogástricas res. Una causa poco frecuente de cirrosis biliar es la
o hemorroides. secundaria a fibrosis quística del páncreas (mucovisci-
Las causas son múltiples y se clasifican de acuerdo a dosis) por espesamiento de las secreciones biliares que
criterios etiológicos y morfológicos. Existen varias cla- causan obstrucción biliar. Esta cirrosis biliar, a diferen-
sificaciones morfológicas dependiendo del tamaño de cia de las demás, suele ser muy irregular y segmentaria.
los nódulos (micronodular, macronodular y mixta) y de
la disposición de la fibrosis (portoportal, centrocentral,
lobulillar). La mayoría de los autores prefieren un termi- Cirrosis poshepatitis
no descriptivo acompañando de la posible etiología.
Por orden de frecuencia, en el niño los tipos de cirro- Es una cirrosis predominante portal como consecuencia
sis son los siguientes: de la fibrosis de la hepatitis crónica de interfase.
324 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Cirrosis posnecrótica Este acúmulo anormal es el responsable del daño hepato-


celular, y se puede demostrar en tejido hepático por téc-
Se presenta como secuela de una necrosis hepática sub- nicas histoquímicas y análisis cuantitativo. La frecuencia
masiva con colapso del lobulillo. Generalmente es de de la CII ha disminuido considerablemente a partir de su
nódulos grandes e irregulares separados por bandas de reconocimiento como una forma de toxicosis ambiental,
tejido fibroso. Este tipo de cirrosis es el que más fre- y se han implementado medidas de prevención.
cuentemente se asocia con hepatocarcinoma clásico.
Cirrosis alcoholonutricional

Cirrosis metabólica Es el tipo de cirrosis más común en la población adulta;


aunque en los niños es rara, hay que reconocerla, ya que
Las enfermedades metabólicas que cursan con cirrosis cada vez con más frecuencia hay escolares y adoles-
son hemocromatosis, enfermedad de Wilson, deficien- centes que consumen alcohol.
cia de B--1--antitripsina, galactosemia, tirosinemia, ami- Por lo general esta cirrosis es micronodular, con fi-
lopectinosis, intolerancia a la fructosa, fibrosis quística, brosis periportal y centrolobulillar y cuerpos hialinos de
abetalipoproteinemia y colestasis familiar progresiva. Mallory en los hepatocitos.
La morfología es muy variada, dependiendo de la enfer- Su característica fundamental es la presencia de es-
medad de base, y se reconoce la etiología por los marca- teatosis acentuada, tanto microvesicular como macro-
dores de la alteración metabólica. vesicular.

NEOPLASIAS BENIGNAS Y MALIGNAS


Cirrosis vascular MÁS FRECUENTES EN EL NIÑO
La insuficiencia cardiaca congestiva de curso prolonga-
do es la etiología clásica de la cirrosis centrolobulillar.
Los tumores hepáticos en los niños, como otros tumores
Sin embargo, pocas veces se presenta en niños, ya que
abdominales, suelen crecer durante un lapso prolonga-
las cardiopatías en la edad pediátrica suelen ser fatales
do con muy pocas o ninguna manifestación clínica. Esto
a corto plazo si no son corregidas quirúrgicamente. Pero
recalca la importancia de la exploración cuidadosa del
existen otras causas de obstrucción vascular que pueden
abdomen en el niño sano o que acude a consulta por
ocasionar necrosis central y fibrosis centrolobulillar
otros motivos.
con puentes centrales. Una de ellas es el síndrome de
El clínico alerta puede identificar estas masas en un
Budd--Chiari, por obstrucción casi siempre trombótica
momento oportuno para su manejo.
de la salida de las venas suprahepáticas o en el territorio
Las neoplasias más importantes que afectan al híga-
intrahepático de la vena cava. Otra es la enfermedad ve-
do en la edad pediátrica son:
nooclusiva, que aunque suele presentarse como insufi-
ciencia hepática hay casos crónicos que conducen a oclu- S Hepatoblastoma.
sión de la venas centrolobulillares y fibrosis central. S Hepatocarcinoma habitual y fibrolaminar.
S Sarcoma embrionario.
S Hamartoma mesenquimatoso.
Cirrosis infantil de la India S Adenomas hepáticos.
S Hemangioendotelioma.
A pesar de su nombre, este tipo de cirrosis existe en S Hemangioma cavernoso.
muchas partes del mundo, incluyendo México. La mor-
fología es muy característica, con fibrosis extensa peri-
laminar con degeneración casi universal de los hepato- HEPATOBLASTOMA
citos, que presentan cuerpos hialinos de Mallory. Hay
acentuada inflamación de mononucleares. No hay rege-
neración ni esteatosis y la cirrosis es de tipo micronodu- Generalidades
lar. Esta enfermedad es producida por el consumo exce-
sivo de cobre, ya sea en leche contaminada por los Característico de niños pequeños, representa 25% de to-
contenedores o agua de beber con altos niveles de metal. das las neoplasias hepáticas y 50% de las malignas.
Hígado 325

Nueve de cada diez casos ocurren en niños menores de Diagnóstico


cinco años de edad y cerca de 70% en menores de dos
años. Excepcionalmente se informan casos en adultos. La B--fetoproteína suele estar por arriba de 100 000 ng/
mL y puede llegar hasta 1 000 000 ng/mL. Las metásta-
sis más frecuentes son a pulmón, y los estudios de ima-
Aspectos clínicos gen para este efecto están indicados en el abordaje
inicial del paciente. Debe descartarse extensión a otros
El aumento en el perímetro abdominal puede ser notado sitios, como hueso o cerebro.
primero por los padres. Los estudios de imagen son de gran ayuda para el
En una minoría de casos hay síntomas generales tem- diagnóstico de hepatoblastoma. La radiografía de abdo-
pranos como anorexia, pérdida de peso, vómito o dolor men muestra hepatomegalia con calcificaciones en 30%
abdominal; pocas veces hay ictericia. Ocasionalmente de los casos. En la TAC se observa una lesión solitaria,
hay pubertad precoz isosexual por aumento de la B go- rara vez multifocal, con valores de atenuación entre
nadotrofina coriónica. En 5% de los pacientes se infor- agua y parénquima hepático normal, y en la mitad de los
ma asociación con poliposis adenomatosa familiar, casos se ven pequeñas calcificaciones.
hemihipertrofia corporal, síndrome de Beckwith--Wie-
demann y ocasionalmente síndromes de Goldenhart o
de Prader--Willi. HAMARTOMA MESENQUIMATOSO
La exploración física puede mostrar una masa firme
e irregular en el cuadrante superior derecho que puede
cruzar la línea media y extenderse hasta la pelvis.
Generalidades

Anatomía patológica El hamartoma mesenquimatoso hepático es una lesión


benigna que se observa principalmente en niños meno-
El aspecto macroscópico del hepatoblastoma es de una res de dos años de edad (85%), la mitad de ellos en el
masa única en 80% de los casos, con predominio en el primer año. Es raro en niños mayores y excepcional en
lóbulo hepático derecho; en una cuarta parte de los ca- adultos. Es un poco más frecuente en niños que en niñas.
sos abarca ambos lóbulos. Puede medir hasta 15 cm de Se han informado anomalías cromosómicas como
diámetro y pesar hasta 1 000 g; la superficie de corte es translocación balanceada de los cromosomas 11 y 19 en
color café claro a verde, con frecuentes áreas de necro- los loci q13.4 del 19 y q13 o q15 del cromosoma 11;
sis y hemorragia. también se han reportado aneuplodía y diploidía en el
Por su conformación histológica los hepatoblasto- DNA de estas lesiones, lo cual sugiere que se trata de
mas se clasifican en dos grandes grupos: los epiteliales una verdadera neoplasia. Existen casos excepcionales
puros (55%) y los mixtos (45%), que incluyen compo- de hamartoma mesenquimatoso asociado con sarcoma
nentes mesenquimatosos y epiteliales. Los componen- embrionario.
tes mesenquimatosos frecuentes son osteoide y cartíla-
go. El componente epitelial se clasifica a su vez en
Aspectos clínicos
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patrón fetal (más de la mitad), patrón embrionario (me-


nos de la mitad) y los muy raros patrones macrotrabecu-
lar y de células pequeñas o indiferenciados. El patrón Se presenta como aumento de perímetro abdominal y
fetal, mejor diferenciado, se asocia con un mejor pro- rara vez se acompaña de vómito, anorexia o dificultad
nóstico que el embrionario; el indiferenciado o de célu- respiratoria. La ascitis es poco frecuente y ocasional-
las pequeñas tiene el peor pronóstico. mente hay ictericia por comprensión de vías biliares.
La inmunomarcación en los hepatoblastomas suele
ser positiva para queratina, B--fetoproteína, antígeno
carcinoembrionario (CEA), antígeno epitelial de mem- Anatomía patológica
brana (EMA) y cromogranina A. La variedad de células
pequeñas es negativa para muchos de los anteriores, y Las lesiones varían en tamaño de pocos centímetros
a menudo marca para queratina de tipo biliar (citoquera- hasta 30 cm; el peso se ha informado hasta de 1 300 a
tina 19). 1 900 g. Afecta predominantemente (75%) el lóbulo he-
326 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

pático derecho; ambos lóbulos están afectados en 3% de Aspectos clínicos


los casos. En el corte es una lesión bien delimitada, mul-
tiloculada, con quistes de tamaño variable y en ocasio- Se presenta como masa abdominal pero, más que otros
nes con un quiste mayor dominante separados por tabi- tumores abdominales en niños, puede ser sintomático
ques fibrosos. Algunos aparecen como una masa fibrosa con dolor y distensión abdominal, fiebre, náuseas y vó-
con quistes escasos y poco prominentes, y otros muestran mitos, así como síntomas generales. La infección por
extensa necrosis central. Los quistes tiene líquido amari- virus de las hepatitis B y C son antecedentes frecuentes,
llo o ambarino. El tejido hepático adyacente es normal. pero rara vez se asocia a cirrosis, como suele suceder en
El aspecto microscópico es de una mezcla de tejidos adultos. Su asociación más notable con cirrosis es en el
mesenquimatosos, quistes de tamaño variable y, a pesar paciente con tirosinemia y hasta antes del uso de NTBC
de su apelativo de mesenquimatoso, tiene también con- como inhibidor de la vía catabólica de la tirosina; los
ductos biliares y cordones de hepatocitos de aspecto niños con esta condición desarrollan hepatocarcinoma a
normal; se discute si son parte de la lesión o están atra- edades tempranas. Otras asociaciones, más esporádicas,
pados en ella. Los quistes pueden carecer de revesti- son con una diversidad de enfermedades metabólicas,
miento o estarlo por endotelio o por epitelio cuboidal de como deficiencia de B--1--antitripsina, algunas glucoge-
conducto biliar. Los tabiques mesenquimatosos están nosis, cistinosis y galactosemia. También se describe
compuestos por células estelares inmersas en un estro- asociación ocasional con fibrosis hepática congénita,
ma laxo mixoide o fibroso con fibras de colágena y con poliposis familiar, adenomas hepáticos y atresia biliar.
vasos y conductos biliares en su espesor. Los cordones
de hepatocitos se localizan generalmente en los bordes Anatomía patológica
de la lesión a la manera de bandas delgadas inmersas en
colágena densa. Al igual que en el hepatoblastoma, se El carcinoma hepatocelular puede ser una masa única o
observa hematopoyesis extramedular en 85% de los ca- presentarse como masas multicéntricas que a menudo
sos. afectan ambos lóbulos en el momento del diagnóstico.
La inmunohistoquímica, como sería de esperar, es En niños el hígado que aloja al tumor puede presentar
positiva a citoqueratina 7 en los componentes epitelia- cirrosis en alrededor de 10%, muy diferente del 50 a
les y marca para vimentina y actina en los estromales. 90% de lo que sucede en adultos.
La forma fibrolaminar del hepatocarcinoma habi-
tualmente está en un hígado sano no cirrótico. La super-
Diagnóstico ficie de corte es café rojizo a verde, dependiendo de la
capacidad de producción de bilirrubina del tumor.
Habitualmente se realiza el diagnóstico por estudios de En los niños el aspecto microscópico del hepatocar-
imagen; entre ellos el ultrasonido muestra una masa cinoma se expresa en dos formas principales, la habitual
ecogénica con quistes y septos. En la TAC y en la reso- y la forma fibrolaminar, presente en una tercera parte de
nancia magnética se visualiza una lesión multiquística los casos. La clásica o habitual es igual a lo observado
con aspecto líquido en los quistes. en el adulto, y está formada por trabéculas de células po-
liédricas, parecidas pero de mayor tamaño que los hepa-
tocitos normales, con clara atipia y pleomorfismo nu-
clear, nucleolos prominentes y vigorosa actividad
HEPATOCARCINOMA mitósica.
Hay una variable producción de bilis y frecuente ne-
crosis, y se aprecia invasión vascular. Esta variante his-
tológica es la que se asocia con enfermedad subyacente,
Generalidades en particular con cirrosis metabólicas.
La forma fibrolaminar es característica de niños ma-
Es una neoplasia agresiva de niños mayores, a menudo yores y adolescentes; suele estar en un hígado sano o en
relacionada con infección viral y enfermedades meta- ocasiones coexistir con hiperplasia nodular focal. El as-
bólicas. Ocupa el tercer lugar entre las neoplasias hepáti- pecto histológico de esta variante es de cordones de he-
cas malignas en la edad pediátrica, después del hepato- patocitos grandes y de citoplasma muy eosinófilo de as-
blastoma y el sarcoma embrionario hepático. Más de la pecto oncocítico, poligonales o ahusadas, y separadas
mitad de los casos se presentan en niños mayores de 10 en cordones o unidas por gruesas bandas de colágena la-
años y es un poco más frecuente en niños que en niñas. minada.
Hígado 327

Los marcadores de inmunohistoquímica consistente- cuencia del incremento en el gasto cardiaco por corto-
mente positivos son: fibrinógeno, proteína C reactiva, circuitos vasculares en el tumor. Otros síntomas inclu-
ferritina y B--1--antitripsina. La tinción para B--fetopro- yen fiebre, ictericia y raramente falla hepática o ruptura
teína es positiva en 40% de los casos con histología ha- del tumor. Se puede acompañar de síndrome de Kasa-
bitual y en 20% de los fibrolaminares. La tinción para bach--Merritt debido al secuestro y la ruptura de plaque-
antígeno de la hepatitis B es positiva en 25% de los ca- tas dentro del tumor. Puede coexistir con otras lesiones
sos con histología habitual y suele ser negativa en los fi- similares en la piel, los pulmones, los ganglios linfáti-
brolaminares. cos, el páncreas, el retroperitoneo o hueso.

Diagnóstico Anatomía patológica

El laboratorio revela frecuente elevación de la B--feto- En la mitad de los casos es una masa única. En los demás
proteína salvo en la variedad fibrolaminar, en la que se compone de nódulos múltiples que a menudo abarcan
puede estar normal o sólo levemente alterada. El antíge- ambos lóbulos. En el corte aparecen como masas o nó-
no carcinoembrionario no está elevado. La alteración de dulos bien delimitados y expansivos con una seudocáp-
otros exámenes de laboratorio reflejará la progresión sula constituida por parénquima hepático comprimido.
del tumor y su incidencia sobre la reserva funcional del Son color café rojizo y esponjosos, y los tumores gran-
hígado. Respecto a los estudios de imagen, el ultrasoni- des muestran algunos vasos grandes y áreas de infarto,
do identifica el tamaño y la extensión general del tumor, hemorragia, fibrosis y calcificaciones, sobre todo hacia
pero son necesarios los estudios de TAC o resonancia la porción central.
magnética para delimitar con precisión la extensión del El aspecto microscópico es de canales vasculares in-
tumor y sus posibilidades de resección. terconectados, de aspecto capilar o sinusoidal, con fre-
cuente dilatación y transformación cavernomatosa ha-
cia el centro del tumor. En la mayoría de los casos los
espacios vasculares están revestidos por una capa única
HEMANGIOENDOTELIOMA de células endoteliales (lesión tipo 1). En 20% de los ca-
sos las células endoteliales son atípicas, de mayor tama-
ño, hipercromáticas y pleomórficas, y forman pequeños
penachos o nódulos papilares; los canales vasculares
Generalidades son irregulares y ramificados. Esta histología probable-
mente refleje un estado de rápida proliferación vascular
Es un tumor benigno en el primer año de vida, y es el tu- con cambios degenerativos y no una indicación de ma-
mor hepático benigno más común en el niño. El heman- lignidad. El angiosarcoma es extraordinariamente raro
gioendotelioma y el hepatoblastoma son los dos tumo- en la edad pediátrica.
res hepáticos más frecuentes en el primer año de la vida. Es frecuente encontrar hematopoyesis extramedular.
Casi todos los casos se hacen evidentes en los primeros Las células endoteliales son positivas para marcadores
seis meses y es un poco más frecuente en niñas que en vasculares como CD34, CD31 y factor VIII. Las células
niños (1.7--2:1). Puede mostrar tendencia a la regresión estromales son positivas con actina de músculo liso y vi-
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espontánea o maduración hacia hemangiomas caverno- mentina, y negativas para desmina.


sos. Como no siempre es motivo de resección, puede es-
tar subrepresentado en las estadísticas quirúrgicas.
En casos aislados se ha descrito asociación con algu- Diagnóstico
nas dismorfias, habitualmente menores en extremida-
des, ocasionalmente con alteraciones cromosómicas y El laboratorio documenta anemia con hemoglobina de
con malformaciones cardiacas y diafragmáticas. 10 mg/dL, aumento en la bilirrubina sérica y de la aspar-
tato aminotransferasa. La B--fetoproteína se encuentra
dentro de límites normales.
Aspectos clínicos Los estudios de imagen muestran hepatomegalia con
una masa que puede ser multilobulada y con calcifica-
Se presenta con distensión abdominal y hasta en 15% de ciones en un tercio de los casos, más evidentes en la
los casos se acompaña de falla cardiaca como conse- TAC. La angiografía y los estudios de centelleografía
328 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

con tecnecio revelan hiperflujo y llenado rápido a las toplasma. Las células pueden disponerse en haces o
venas suprahepáticas. Es de utilidad para planear la es- adoptar un patrón arremolinado de tipo fibrohistiocítico.
trategia de resección. El ultrasonido puede documentar La inmunohistoquímica confirma su carácter mesen-
la secuencia de regresión de la lesión. La placa de tórax quimatoso vimentina--positivo con evidencia de dife-
puede mostrar cardiomegalia con o sin aumento de la renciación miofibroblástica/muscular, con positividad
trama vascular pulmonar. para desmina y actina, aunque marcadores musculares
más específicos, como miogenina y myoD1, son consis-
tentemente negativos. Pero muestra asimismo la expre-
SARCOMA EMBRIONARIO sión de marcadores epiteliales como citoqueratina, B--
1--antitripsina y ocasionalmente B--fetoproteína.
(INDIFERENCIADO)

Diagnóstico
Generalidades Las pruebas de función hepática están poco alteradas y
no hay elevación de la B--fetoproteína. Se han descrito
Se trata de una neoplasia de compleja histogénesis en mutaciones en p53 y translocaciones cromosómicas que
niños mayores y adolescentes cuyo pronóstico ha mejo- establecen un vínculo con el hamartoma mesenquima-
rado sustancialmente. Es rara y se presenta en niños ma- toso hepático. Hay informes aislados de asociación del
yores y adolescentes, con una mediana de edad de 10 sarcoma embrionario hepático con síndromes de neo-
años; han sido informados algunos casos esporádicos en plasia familiar.
adultos. Afecta con igual frecuencia a niños y a niñas. La radiología simple documenta la hepatomegalia, y
el ultrasonido y la TAC revelan una masa sólida o quísti-
ca en el hígado. El ultrasonido refleja mejor el carácter
Aspectos clínicos sólido de la masa, mientras que la TAC y la resonancia
magnética pueden producir una imagen quística aun en
Suele presentarse como una masa abdominal sólida o masas sólidas y conducir a un diagnóstico equivocado
quística, poco sintomática, que puede ser dolorosa y sin de un quiste benigno y a un procedimiento de drenaje
ictericia. Puede acompañarse de anorexia, vómitos, que no está indicado.
somnolencia y malestar general. Han sido informados
casos de cuadro abdominal agudo por ruptura del tumor
hacia la cavidad peritoneal. HÍGADO GRASO NO ALCOHÓLICO

Anatomía patológica
Generalidades
El aspecto macroscópico es de una masa voluminosa,
habitualmente única, más frecuente en el lóbulo dere- El término esteatohepatitis no alcohólica propuesto por
cho, pero que puede abarcar ambos lóbulos en 20% de Ludwig en 1980 fue utilizado para describir los cambios
los casos. morfológicos del hígado en pacientes con esteatohepa-
Llega a medir hasta 35 cm de diámetro. En el corte titis en ausencia de un consumo significativo de alcohol.
es de límites precisos y tiene un aspecto abigarrado, con La enfermedad del hígado graso no alcohólico
porciones sólidas alternando con áreas gelatinosas y (EHGNA), conocida por sus siglas en inglés como
porciones quísticas que pueden ser dominantes. Está de- NAFLD, incluye el hígado graso no alcohólico o estea-
marcado del parénquima hepático circundante por una tosis simple, que se define como el acúmulo de grasa en
seudocápsula incompleta con fibrosis de espesor varia- el hígado que excede de 5 a 10% de su peso y se estima
ble que atrapa hepatocitos y conductos biliares no tumo- prácticamente por el porcentaje de hepatocitos afecta-
rales. dos; la prevalencia es 16 a 23% en la población general;
El aspecto histológico es claramente sarcomatoso, la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA o NASH), cu-
con células fusiformes o estrelladas en un estroma mi- ya prevalencia es 2 a 3%, tiene características morfo-
xoide. Hay marcada anaplasia y numerosas células mul- lógicas específicas. Ambas, en diferente proporción,
tinucleadas con prominentes glóbulos hialinos en el ci- pueden evolucionar a cirrosis e insuficiencia hepática.
Hígado 329

Esta lesión está asociada con nutrición parenteral, La biopsia hepática es útil para evaluar la intensidad
pérdida grave de peso, fármacos y cirugía intestinal, ex- de la actividad y la fibrosis.
posición a tóxicos, hipertensión arterial, hiperuricemia
y ovarios poliquísticos, apnea, enfermedades peroxiso-
males y mitocondriales. Anatomía patológica
El hígado graso no alcohólico o esteatosis simple es
la alteración hepática más común; se presenta en 70% Morfología
de las personas obesas y la esteatohepatitis en 18.5% de
ellas. Las características histopatológicas del hígado graso no
Hasta 75% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen alcohólico incluyen la presencia de esteatosis simple sin
alguna forma de hígado graso. daño asociado y la esteatohepatitis no alcohólica con
sus formas más graves. Brunt propuso criterios para
evaluar en grados y estadios la esteatohepatitis no alco-
Aspectos clínicos hólica, divididos en cuatro categorías (cuadro 11--6).
En general las características más frecuentemente
Se presenta en la quinta y sexta décadas de la vida en observadas son esteatosis macrovesicular, degenera-
ambos sexos, aunque es más frecuente en hombres; hay ción globoide de los hepatocitos, inflamación lobulillar
elevación de aspartato aminotransferasa (AST) y alani- aguda y crónica, inflamación portal, cuerpos hialinos de
no aminotransferasa (ALT), y una relación AST:ALT Mallory, generalmente perivenulares y rodeados por
mayor de 1. Los pacientes tienen hepatomegalia y es- neutrófilos (satelitosis), cuerpos acidófilos, glucogeno-
plenomegalia si están en fase de cirrosis. Raramente sis nuclear de hepatocitos, lipogranulomas y depósitos
puede desarrollarse carcinoma hepatocelular. La sobre- de hierro intracelular; la fibrosis puede ser perisinusoi-
vida de los pacientes a 5 y 10 años es de 67 y 59%, res- dal, portal, en puentes de fibrosis y cirrosis.
pectivamente, aunque la muerte puede deberse a otras La actividad necroinflamatoria se clasifica como
alteraciones. leve, moderada o grave, y los niveles de ALT se correla-
El riesgo para el desarrollo de fibrosis en el hígado cionan con el grado de actividad histológica.
graso no alcohólico es de 25% a los cinco años, y para El estadio de la enfermedad se clasifica de acuerdo
cirrosis es de 15%. con el grado de fibrosis (cuadro 11--7).

Cuadro 11--6. Características histopatológicas de la esteatohepatitis no alcohólica


Criterios necesarios Esteatosis predominantemente macrovesicular, perivenular, intensa
Inflamación mixta lobulillar, leve
Degeneración globoide de hepatocitos, generalmente perivenulares
Criterios frecuentes Fibrosis perisinusoidal en la zona 3
Glucogenación nuclear de hepatocitos, generalmente periportales
Lipogranulomas de tamaño variable
Cuerpos acidófilos ocasionales, células de Kupffer PAS positivas
Quistes grasos (grandes vacuolas)
Criterios presentes Hialino de Mallory usualmente perivenular
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pero no necesarios Megamitocondrias


Criterios Esteatosis macrovesicular menor de 30% del parénquima
infrecuentes* Esteatosis microvesicular pura o predominante
Necrosis hialina esclerosante, lesiones venooclusivas, fibrosis perivenular y fleboesclerosis
Inflamación portal mayor que la lobulillar, agregados linfoides y numerosas células plasmáticas
Eosinófilos en la inflamación portal, granulomas epitelioides
Fibrosis periportal o portal en ausencia de o mayor que la fibrosis perisinusoidal de la zona 3, puentes
de fibrosis portal sin fibrosis perisinusoidal concurrente
Distorsión de la arquitectura lobulillar, inflamación intensa o necrosis confluente, endoflebitis
Colestasis aguda, lagos biliares
Colestasis crónica, lesiones ductales, pérdida de conductos biliares, proliferación ductal, gránulos de
cobre en hepatocitos periportales
Glóbulos de 1--AT en hepatocitos periportales
Gránulos de hierro en hepatocitos
* Estos criterios deben considerarse para el diagnóstico de otras causas de daño hepático.
330 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Cuadro 11--7. Sistemas de estadificación y gradificación para esteatohepatitis no alcohólica


Brunt M y col. (1999) Fibrosis pericelular/perisinusoidal
Estadio 1 Focal
Estadio 2 Focal o extensa
Estadio 3 Extensa con puentes
Estadio 4 Cirrosis
Cambios necroinflamatorios
Grado 1 Grasa, inflamación leve
Grado 2 Grasa, cambio globoide leve e inflamación
Grado 3 Grasa, cambio globoide importante e inflamación
Matteoni CA y col. (1999) Tipo 1 Grasa, sin inflamación
Tipo 2 Grasa más inflamación
Tipo 3 Grasa más cambio globoide
Tipo 4 Grasa más cambio globoide, cuerpos de Mallory o fibrosis

HEPATITIS AUTOINMUNITARIA dades autoinmunitarias; 75% tienen anticuerpos anti-


EN EL ADULTO músculo liso, 60% anticuerpos antinucleares, elevación
importante de inmunoglobulinas, especialmente la IgG;
75% responden al tratamiento con esteroides y 45%
progresan a cirrosis. Se asocia con HLA DR3 y DR4.
Generalidades
Tipo 2
Es una enfermedad crónica, anteriormente denominada Es el más común en niños con edades promedio de 2 a
lupoide; sin embargo, el lupus eritematoso no es una en- 14 años, aunque los adultos también pueden estar afec-
fermedad asociada y las biopsias de hígado son normales tados; 89% de los casos son mujeres, y en 40% se asocia
en estos pacientes o presentan cambios mínimos; ac- con otras enfermedades autoinmunitarias, como tiroidi-
tualmente se usa sólo el término de hepatitis autoinmuni- tis, diabetes insulinodependiente, anemia hemolítica,
taria. El Grupo Internacional de Hepatitis Autoinmunita- colitis ulcerativa crónica idiopática y artritis reumatoi-
ria ha propuesto criterios para esta enfermedad: ausencia de; todos presentan anticuerpos microsomales hígado--
de marcadores virales hepatotrópicos o enfermedades riñón tipo 1; la hipergammaglobulinemia es menos im-
metabólicas, sin exposición a medicamentos hepatotóxi- portante que en el tipo 1. Aunque la mayoría responden
cos, abstinencia de alcohol, la biopsia de hígado debe a los esteroides, la progresión a cirrosis ocurre en la ma-
mostrar datos compatibles con hepatitis de interfase e in- yoría de los casos (82%) y puede presentarse curso ful-
filtrado inflamatorio con células plasmáticas y responder minante.
al tratamiento inmunosupresor con esteroides.
Tipo 3
La edad promedio es de 37 años; más de 90% son muje-
Aspectos clínicos res y todos tienen anticuerpos a antígenos solubles he-
páticos (SLA); aunque responden a los esteroides, la
Las mujeres son afectadas nueve veces más que los progresión a cirrosis ocurre en 75% de los casos.
hombres; la edad promedio es de 47 años, no existe un El tratamiento de elección es con esteroides, con ex-
cuadro clínico especifico; los signos y síntomas en la pre- celente respuesta aun en enfermedad avanzada; la dura-
sentación cubren un amplio espectro, desde ser asinto- ción del tratamiento es indefinida, y en casos que pre-
máticos hasta cuadros de hepatitis o presentar curso ful- sentan insuficiencia hepática o que no responden al
minante; suelen clasificarse en tres diferentes grupos: tratamiento se debe realizar el trasplante hepático.

Tipo 1 Anatomía patológica


Es el más común (80%); la edad promedio es de 39 años, No existen características específicas de esta enferme-
75% son mujeres y se puede asociar con otras enferme- dad; debe realizarse la correlación clínico--patológica;
Hígado 331

los hallazgos más comunes son hepatitis de interfase tensión portal, la ictericia con la insuficiencia hepática
(hepatitis en la unión portal--parénquima) con infiltrado y la encefalopatía es resultado de ambas. La mitad de los
inflamatorio que varía de moderado a intenso por linfo- pacientes diagnosticados estarán descompensados apro-
citos; en 66% de los casos presentan numerosas células ximadamente en seis años. La reserva hepática y el esta-
plasmáticas en el espacio porta o en el lobulillo, degene- do general del paciente se evalúan con la calificación de
ración hidrópica de hepatocitos y/o necrosis picnótica Child--Pugh, que los divide en tres grados: A, B y C,
(globos hialinos), regeneración de hepatocitos con for- siendo A la mejor condición clínica.
mación de rosetas. El lobulillo presenta necrosis focal
difusa o en puente, algunas veces con predominio de la
región centrolobulillar. Aspectos clínicos
La fibrosis portal es variable, aunque casi siempre
está presente. En casos no tratados puede ocurrir cirro- El cuadro clínico se caracteriza por atrofia muscular, te-
sis macronodular o micronodular. langiectasias, eritema palmar, petequias, equimosis y
Otros hallazgos menos comunes son destrucción no distribución ginecoide del vello en los hombres. Los pa-
supurativa de los conductos biliares interlobulillares ro- cientes con hipertensión portal presentan esplenomega-
deados por linfocitos (colangiopatía autoinmunitaria), lia, signo de la cabeza de medusa y distensión abdomi-
eventualmente presenta ductopenia y algunas veces nal por ascitis. El estudio de laboratorio más sensible y
progresa a cirrosis biliar. Pueden aparecer neutrófilos específico de cirrosis es la trombocitopenia, aunque
portales en los espacios porta, la colestasis puede ser no- también hay alteración en las pruebas de función hepáti-
table en la fase activa y estar asociada con transforma- ca. La peritonitis espontánea primaria es un factor muy
ción de los hepatocitos en células gigantes multinuclea- importante para la descompensación de los pacientes y
das sinciciales. el manejo inadecuado de la ascitis puede desencadenar
La presencia de colangitis esclerosante, granulomas el síndrome hepatorrenal. El pronóstico de los pacientes
bien formados, hemosiderosis, depósitos de cobre y es- varía de acuerdo con el estadio en que se encuentren. La
teatosis debe hacer sospechar otra patología; también se sobrevida a 10 años en pacientes compensados es de
han descrito síndromes de sobreposición, principal- 90%, pero el riesgo de descompensarse en el mismo
mente cirrosis biliar primaria y colangitis esclerosante tiempo es de aproximadamente 50%.
primaria, entre otras.
Los patrones histológicos no sólo reflejan el grado de
actividad, sino predicen el pronóstico de la enfermedad Anatomía patológica
si no es tratada; la hepatitis de interfase progresa a cirro-
sis en 17% de los casos en cinco años si el paciente no La clasificación morfológica de la cirrosis está basada
es tratado; en contraste, la presencia de necrosis en en el tamaño de los nódulos: micronodular si son meno-
puente o necrosis masiva del hígado está asociada en res de 3 mm y macronodular si son mayores de 3 mm.
82% con cirrosis en cinco años sin tratamiento. Pueden existir patrones mixtos. El tamaño de los nódu-
los anteriormente se relacionaba con la etiología; sin
embargo, la cirrosis micronodular puede transformarse
en cirrosis macronodular. La facilidad de diagnosticar
CIRROSIS cirrosis depende del tipo de biopsia y de los criterios que
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se usen; en una biopsia por punción el tejido es útil en


casos de cirrosis micronodular; sin embargo, si se trata
de cirrosis macronodular, el patólogo puede reportar la
La cirrosis en un proceso difuso caracterizado por pér- biopsia como cambios sugestivos de cirrosis. La biopsia
dida de la arquitectura normal del hígado por nódulos de de hígado es necesaria porque establece el diagnóstico,
regeneración rodeados totalmente por colágena, secun- en ocasiones puede orientar hacia la etiología, el grado
darios a necrosis hepatocelular, que es irreversible. de actividad y la presencia de carcinoma hepatocelular.
Las causas más frecuentes son hepatitis viral (B, C y Los principales criterios que se usan en biopsias por
D), abuso de alcohol, enfermedades metabólicas, enfer- punción son divididos en mayores y menores. Los crite-
medades biliares, obstrucción del flujo venoso, inmuni- rios mayores son la presencia de nódulos y fibrosis. Los
tarias y criptogénicas. La mayoría de las enfermedades criterios menores son la fragmentación del tejido con fi-
crónicas del hígado evolucionan a cirrosis; el desarrollo bras delgadas de tejido conectivo rodeando al tejido frag-
de varices esofágicas y ascitis se relaciona con la hiper- mentado, arquitectura anormal, condensación de fibras
332 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

reticulares, aumento en el número de venas eferentes en CIRROSIS BILIAR PRIMARIA


relación a los espacios porta, espacios porta pequeños
y mal delimitados (miniespacios porta), cambios hepa-
tocelulares como placas de hepatocitos con doble capa,
pleomorfismo celular, cambios displásicos y aumento Generalidades
de la proteína transportadora del cobre.
El tipo de cirrosis que es difícil de reconocer en biop- La cirrosis biliar primaria es un padecimiento autoin-
sias por aspiración es la cirrosis incompleta, que se ca- munitario de evolución insidiosa que predomina en mu-
racteriza por nódulos mal definidos, septos fibrosos del- jeres (90% de los casos) en la quinta o sexta décadas de
gados, miniespacios porta, aumento en el número de la vida. La lesión inicial es una colangitis crónica des-
venas eferentes y dilatación sinusoidal; la necrosis y la tructiva no supurativa que invariablemente evoluciona
inflamación son mínimas o están ausentes, y en estos ca- a la cirrosis; por esta razón se ha denominado cirrosis
sos el diagnóstico requiere una biopsia de mayor tamaño. desde la etapa inicial, aunque en sentido estricto no lo
El tamaño de los nódulos y la fibrosis pueden ayudar sea.
a establecer la etiología de la cirrosis; la cirrosis biliar Los criterios para hacer el diagnóstico de cirrosis bi-
se caracteriza por nódulos irregulares rodeados en la pe- liar primaria son:
riferia por un halo claro (edema), colatoestasis, prolife-
1. Colestasis crónica.
ración de colangiolos y obstrucción del flujo venoso;
2. Permeabilidad de las vías biliares extrahepáticas
presenta puentes de fibrosis vena central--vena central;
demostrable por cualquier método de imagen.
la cirrosis cardiaca puede presentar nódulos de regene-
3. Elevación de la fosfatasa alcalina generalmente
ración con espacios porta normales localizados en el
por arriba de 1.5 veces su valor normal.
centro.
4. Presencia de anticuerpos antimitocondriales con-
La ductopenia indica síndrome de conductos biliares
tra la unidad E2 del complejo piruvato deshidro-
evanescentes; las causas más comunes son cirrosis biliar
genasa con títulos de 1:40 o más (en más de 90%
primaria o colangitis esclerosante primaria en adultos.
de los casos).
Lesiones venosas hepáticas como oclusión, estenosis
5. Una imagen histológica característica o compati-
o recanalización sugieren obstrucción del flujo venoso;
ble con este trastorno.
la esteatohepatitis puede estar presente en pacientes con
abuso de ingesta de alcohol y obesos, o ser una manifes-
tación de toxicidad por medicamentos. Aspectos clínicos
La presencia de hepatocitos con citoplasma en vidrio
esmerilado orienta hacia infección por virus B; los agre- Los síntomas iniciales son fatiga y prurito; pueden estar
gados o folículos linfoides orientan hacia virus. Nume- presentes durante varios años antes de la aparición de la
rosas células plasmáticas sugieren hepatitis autoinmu- ictericia.
nitaria, pero no son concluyentes. En 20 a 25% de los casos el diagnóstico de la enfer-
Algunas enfermedades pueden reconocerse por el medad se establece en pacientes asintomáticos en quie-
depósito en los hepatocitos de sustancias, como la he- nes se detecta en forma incidental elevación persistente
mocromatosis; el depósito de hierro puede ser más evi- de la fosfatasa alcalina. En etapas más avanzadas la co-
dente con tinciones como azul de Prusia o Perls y el co- lestasis crónica ocasiona síndrome de absorción intesti-
bre con la tinción de rodamina; sin embargo, el cobre se nal deficiente, con deficiencia de vitaminas liposolu-
detecta en la cirrosis cualquiera que sea su causa, pero bles A, D, E y K. La osteoporosis es frecuente, puede
si se encuentran grandes depósitos en los bordes de los haber dolor óseo y fracturas espontáneas o por trauma-
nódulos sugiere enfermedad de Wilson. La presencia de tismos leves.
cuerpo hialino de Mallory más depósitos de cobre su- En la fase más avanzada hay insuficiencia hepática
giere cirrosis infantil de la India. La actividad de la ci- con encefalopatía e hipertensión portal.
rrosis está representada por el grado de necrosis hepato- La cirrosis biliar primaria se asocia con frecuencia a
celular e infiltrado inflamatorio. Las complicaciones de síndrome de Sjögren, artritis o artropatía, esclerodermia
la cirrosis son infartos de los nódulos de regeneración y tiroiditis autoinmunitaria.
secundarios a hipoperfusión y hepatocarcinoma. La sobrevida es mayor de 10 años; puede prolongarse
El diagnóstico diferencial de cirrosis incluye hiper- con tratamiento con ácido ursodesoxicólico o trasplante
plasia nodular regenerativa, fibrosis hepática congénita hepático. La recurrencia postrasplante es de 20% a cin-
e hiperplasia nodular focal. co años.
Hígado 333

Anatomía patológica NEOPLASIAS BENIGNAS


Y MALIGNAS EN EL ADULTO
La biopsia hepática es útil para confirmar el diagnóstico
y conocer el estadio del padecimiento. En la cirrosis bi-
liar primaria están lesionados los conductos biliares in-
terlobulillares y septales. Se han descrito cuatro estadios: El cáncer hepático ha sido ampliamente estudiado de
manera experimental, ya que el número de pacientes
afectados mundialmente es muy importante; se han lo-
Estadio 1 grado grandes avances, como el descubrimiento de la
B--fetoproteína (AFP) como marcador tumoral, el papel
Colangitis crónica destructiva no supurativa o lesión etiopatogénico de los virus B y C de la hepatitis, aflato-
florida de los conductos biliares. El epitelio de los con- xinas y, más recientemente, estudios moleculares y ge-
ductos muestra lesiones degenerativas, infiltración de néticos del DNA viral, activación de oncogenes y genes
linfocitos y destrucción focal, con interrupción de la supresores tumorales.
membrana basal. Los conductos lesionados están ro- Además del carcinoma hepatocelular y el colangio-
deados por linfocitos y células plasmáticas; puede haber carcinoma, existen otros tumores hepáticos que, aunque
infiltración de eosinófilos, folículos linfoides y granu- raros, juntos representan un problema de salud, que
lomas formados por acúmulos de histiocitos o de tipo afortunadamente la mayoría de las veces es curable
tuberculoide. La lesión es segmentaria, está limitada al (cuadro 11--8).
espacio porta y puede pasar inadvertida en biopsias por
punción. En esta fase no hay colestasis y algunos casos
presentan regeneración nodular.
TUMORES BENIGNOS
Estadio 2

Proliferación colangiolar e inflamación periportal. La Adenoma de células hepáticas


proliferación colangiolar es intensa, se acompaña de in-
filtración de mononucleares que se extiende al parén-
Generalidades
quima periportal y destruye la placa limitante. A partir
de esta etapa puede observarse disminución en el núme- Es una neoplasia benigna de hepatocitos que recuerda
ro de conductos biliares y colestasis periportal. a las células normales; es el tumor hepático más fre-
cuente, y está relacionado con el uso de anticonceptivos
Estadio 3 orales, esteroides sexuales endógenos y anabólicos, tu-
mores virilizantes y feminizantes, el síndrome de Kline-
Fibrosis portal o fase precirrótica. En forma progresiva felter, la enfermedad de Hurler, la diabetes mellitus fa-
los colangiolos son sustituidos por puentes de fibrosis. miliar, la glucogenosis, la C--talasemia y el consumo de
La desaparición de los conductos intrahepáticos es más citrato de clomifeno, carbamazepina y danazol.
aparente. La colestasis es más intensa y los hepatocitos Su incidencia es de 3 a 4 por 100 000 personas que
presentan degeneración globoide, cuerpos de Mallory y usan anticonceptivos o esteroides. El mecanismo exac-
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depósito de cobre, que se demuestra por medio de la tin- to se desconoce, pero se sugiere que las hormonas son
ción de rodamina o indirectamente con orceína ácida, promotoras más que iniciadoras de la neoplasia.
que tiñe la proteína transportadora de cobre.
Aspectos clínicos
Estadio 4
En 5 a 10% de los casos es un hallazgo; en los casos sin-
Cirrosis micronodular o macronodular con colestasis tomáticos de 25 a 35% cursan con tumor abdominal, 20
intensa. En un paciente pueden coexistir los cuatro esta- a 25% tienen dolor abdominal crónico y leve, 30 a 40%
dios. dolor abdominal agudo, de ellos 30% por hemorragia
El diagnóstico diferencial debe hacerse con padeci- intratumoral y 70% en la cavidad peritoneal, que es la
mientos que presentan destrucción de los conductos in- complicación más grave.
trahepáticos, como la ductopenia por fármacos, la duc- El embarazo es uno de los factores de riesgo para esta
topenia idiopática del adulto y la sarcoidosis. complicación.
334 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Cuadro 11--8. Clasificación abreviada de los tumores hepáticos


Benignos Malignos
Epiteliales Adenoma de células hepáticas Carcinoma de células hepáticas
Adenoma de conductos biliares Colangiocarcinoma
Cistadenoma de conductos biliares Cistadenocarcinoma de conductos biliares
Papilomatosis biliar Tumores mixtos (carcinoma hepatocelular y colangiocarcinoma)
Hepatoblastoma
No epiteliales Hemangioma Hemangiosarcoma
Angiomiolipoma Hemangioendotelioma epitelioide
Otros Sarcoma embrionario
Rabdomiosarcoma
Otros: linfoma y tumores de células
é germinales
g
Lesiones que seme- Quistes
j ttumores
jan Hiperplasia nodular focal
Hiperplasia nodular regenerativa
Hamartoma mesenquimal
Peliosis
Seudotumor inflamatorio

Existen otras manifestaciones relacionadas, como la ADENOMA DE LOS


amiloidosis sistémica y la producción de cortisol y CONDUCTOS BILIARES
ACTH. Los niveles de B--fetoproteína son normales y
sólo la mitad de los casos elevan aminotransferasas.

Generalidades
Anatomía patológica
Es una neoplasia benigna muy rara, y se han reportado
Generalmente es solitario (80%), mide de 5 a 20 cm; 6 casos en 97 000 autopsias en EUA; consiste en la pro-
puede ser múltiple, condición conocida como adenoma- liferación de células de los conductos biliares, citológi-
tosis. Es un tumor bien delimitado, encapsulado en 74% camente benignas, en un estroma de tejido fibroconec-
de los casos, café amarillo o rojo, con hemorragia y as- tivo.
pecto pelioide, más frecuente en el lóbulo derecho cer-
cano a la cápsula de Glisson, limitado por un reborde de
hepatocitos normales. Aspectos clínicos
Histológicamente los hepatocitos se disponen en tra-
béculas de no más de dos células de grosor, hay estructu- Es asintomático, generalmente un hallazgo de cirugía o
ras vasculares de tamaño variable y pequeñas arteriolas, autopsia, ligeramente más común en hombres. Su curso
pero no conductos biliares. Las células pueden mostrar clínico es benigno, aunque hay un informe de transfor-
cambios hidrópicos, son más grandes que los hepatocitos mación maligna en un caso. Se considera que es un pro-
normales, generalmente el citoplasma es granular y eo- ceso reactivo focal posinflamatorio o traumático más
sinófilo, puede tener grasa, glucógeno, bilis y pigmento que una verdadera neoplasia.
lipocromo; con la tinción de retículo las trabéculas de
hepatocitos son normales. Se observan cuerpos de Ma-
llory y raramente granulomas, puede haber hematopo- Anatomía patológica
yesis extramedular en los sinusoides, que generalmente
están dilatados y congestivos. Generalmente único (83%), es bien circunscrito, firme,
En ocasiones la inmunohistoquímica con CD34, an- de color gris o blanco, localizado inmediatamente deba-
tígeno nuclear de proliferación celular y Ki67 es útil jo de la cápsula de Glisson (95%); mide de 0.1 a 1 cm,
para el diagnóstico diferencial con carcinoma hepatoce- aunque se han informado casos que midieron 2 cm.
lular bien diferenciado, hiperplasia nodular focal y re- Histológicamente está formado por conductos con
generativa. una capa de células cuboidales o columnares y dilata-
Hígado 335

ción variable, inflamación crónica en el borde de la le- sia intestinal; el epitelio está rodeado por estroma celu-
sión; no se identifica una cápsula fibrosa. En algunos lar que recuerda al del ovario y que se puede diferenciar
casos hay producción de mucina y es posible encontrar hacia fibroblastos, músculo liso, tejido adiposo y capi-
microcalcificaciones y granulomas. lares.
Con la tinción de tricrómico de Masson se confirma Es posible observar úlceras, inflamación crónica
el depósito de colágena intersticial y con mucicarmín la xantogranulomatosa, colesterol y calcificaciones en el
mucina. espesor de la pared.
La inmunohistoquímica con citoqueratina AE1--AE3, El cistadenoma seroso o microquístico es idéntico a
EMA y citoqueratina 7 y 19 puede establecer el diag- las lesiones del páncreas; está compuesto de múltiples
nóstico. El colangiocarcinoma bien diferenciado, los quistes pequeños limitados por una sola capa de células
complejos de von Meyenburg o microhamartomas bi- epiteliales cúbicas ricas en glucógeno, aunque puede
liares son los principales diagnósticos diferenciales. haber focos de displasia en 13.5% de los casos. Debe es-
Existen sólo dos casos documentados de transforma- tablecerse el diagnóstico diferencial con metástasis de
ción maligna. neoplasias quísticas mucinosas, hamartoma mesenqui-
mal, formas lobares de enfermedad poliquística del
adulto y enfermedad de Caroli.
CISTADENOMA DE
LOS CONDUCTOS BILIARES
(CISTADENOMA HEPATOBILIAR) PAPILOMATOSIS BILIAR

Generalidades
Generalidades
Es una enfermedad caracterizada por múltiples tumores
Es un tumor quístico multilocular solitario que se origi-
papilares benignos en los conductos biliares intrahepá-
na en el hígado, pero también en los conductos biliares
ticos y extrahepáticos, la vesícula biliar o el conducto
extrahepáticos o en la vesícula biliar; probablemente se
pancreático.
origina de restos embrionarios.

Aspectos clínicos
Aspectos clínicos
Son unilobares o afectan ambos lóbulos. Son más fre-
Se presenta generalmente en mujeres (96%) desde los cuentes en hombres (63%) desde los 19 hasta los 82
2 hasta los 87 años de edad; 29% de los casos presentan años de edad. Las manifestaciones clínicas más impor-
tumor en el abdomen superior, 8% tienen dolor y 10% tantes son ictericia, fiebre, dolor epigástrico o en hipo-
ictericia. condrio derecho (70%), y sólo hepatomegalia en 38%
En algunas ocasiones se eleva la fosfatasa alcalina; de los casos; también hay pérdida de peso, náusea, dia-
es ligeramente más frecuente en el lóbulo izquierdo y rrea y vómito en 6% de los pacientes.
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ocasionalmente en ambos lóbulos. Algunos casos desarrollan pancreatitis aguda, hemo-


filia o anemia, con una mortalidad de 65% sin trata-
miento adecuado. Sólo hay informado un caso de trans-
Anatomía patológica formación maligna.

Su tamaño es variable, desde 2.5 hasta 28 cm, multilo-


cular, liso o trabeculado; 25% de los casos tienen trans- Anatomía patológica
formación maligna.
Existen dos tipos histológicos: el tipo mucinoso y el Los conductos afectados están dilatados, con papilas
seroso. friables y moco espeso. Están formados por células epi-
El cistadenoma mucinoso está revestido por epitelio teliales columnares apoyadas en un delicado eje fibro-
cúbico, columnar o aplanado, con proyecciones poli- vascular, puede haber úlceras, inflamación aguda y cró-
poides o papilares. 21% de los casos muestran metapla- nica y transformación maligna o cambios displásicos.
336 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

TUMORES BENIGNOS NO EPITELIALES trombos organizados. Si la fibrosis es intensa es necesa-


rio utilizar tinciones para fibras elásticas. También pue-
de haber formas mixtas (hemangioma capilar y caver-
noso).
Hemangioma cavernoso El diagnóstico diferencial se establece con metásta-
sis, linfangiomas, peliosis, telangiectasia hemorrágica
hereditaria, cicatrices, granulomas o tumor fibroso soli-
Generalidades
tario.
Es el tumor hepático benigno más frecuente, ya que el
hígado es el órgano más común de hemangiomas (19%);
LESIONES QUE SEMEJAN TUMORES
predomina en mujeres, y las hormonas sexuales femeni-
nas son muy importantes en la patogenia.

Hiperplasia nodular focal


Aspectos clínicos
Generalidades
La mayoría son tumores asintomáticos; sólo 13% tienen
síntomas, la mitad de ellos cursan con ascitis, la otra mi- Esta lesión no es una verdadera neoplasia; posiblemente
tad con síntomas gastrointestinales, dolor abdominal y resulta de obstrucción al flujo arterial, trombosis intra-
un tumor en abdomen superior de larga evolución. El vascular con proliferación miointimal, atrofia de hepa-
dolor es ocasionado por eventos de trombosis intratu- tocitos por hipoperfusión y regeneración de las células
moral o ruptura con hemoperitoneo, que puede ser es- adyacentes.
pontánea o traumática. Existen otras complicaciones,
como la hipertensión portal, la anemia hemolítica mi- Aspectos clínicos
croangiopática, la coagulación intravascular disemina-
La mayoría de los casos se presentan en mujeres jóvenes
da y la eritrocitosis, debido a la producción de eritropo-
entre los 20 y los 39 años de edad. Generalmente es asin-
yetina por el tumor. Se ha asociado con quistes, con el
tomática; 25% de los pacientes pueden manifestar lige-
complejo von Meyenburg, la esclerosis tuberosa o la hi-
ro dolor abdominal o un tumor hepático predominante-
perplasia nodular focal.
mente derecho. Las pruebas de función hepática son
Los estudios de imagen son de utilidad para el diag-
normales en casi todos los casos (80%).
nóstico, especialmente el ultrasonido Doppler, la angio-
grafía y la tomografía; no se recomienda la biopsia por
Anatomía patológica
aspiración, por el riesgo de sangrado.
Generalmente es solitaria, de tamaño variable (1.5 a 15
cm), lobulada, bien circunscrita, pero no está encapsu-
Anatomía patológica lada; ocasionalmente es pediculada, amarilla o café cla-
ro, de consistencia firme y con una cicatriz fibrosa cen-
Es una lesión única formada por espacios vasculares de tral; se localiza cercana a la cápsula de Glisson.
tamaño variable, comunicados, limitados por una capa Histológicamente es posible observar en la zona de
de células endoteliales; puede tener trombos de fibrina, cicatrización infiltrado de linfocitos y pequeños canales
esclerosis y calcificaciones. Puede ser único o múltiple vasculares; hay proliferación de conductos en la zona
y es más frecuente en el lóbulo derecho; ocasionalmente periférica, pero sin conductos biliares interlobulillares.
es pediculado, mide desde pocos hasta 30 cm, es bien Los hepatocitos son ligeramente más grandes que los
circunscrito, fluctuante y puede mostrar regresión con normales y puede haber degeneración hidrópica, grasa,
trombosis, fibrosis o calcificación. Al cortarlo se colap- bilis o glucógeno; también se ha descrito hematopoye-
sa y adquiere aspecto esponjoso; si hay fibrosis es pre- sis extramedular, microcalcificaciones y cuerpos de
dominantemente central o forma nódulos blancogrisá- Mallory.
ceos y firmes (hemangioma esclerosante). La ruptura con hemorragia subsecuente es una com-
Histológicamente está compuesto de espacios san- plicación rara. El tratamiento es conservador, pero si
guíneos de tamaño variable revestidos por una capa de son lesiones pequeñas se recomienda la resección com-
células endoteliales sin atipia con trombos de fibrina o pleta, especialmente si están pediculadas.
Hígado 337

TUMORES MALIGNOS DEL HÍGADO Histológicamente algunos tumores son tan bien dife-
renciados que es difícil distinguir las células neoplásicas
de los hepatocitos normales; entonces debe plantearse el
diagnóstico diferencial con adenoma hepatocelular;
Carcinoma hepatocelular otros tumores son tan poco diferenciados o anaplásicos
que no se reconoce su origen en células hepáticas.
Generalidades Las células neoplásicas están bien definidas, con mo-
derada cantidad de citoplasma eosinófilo, finamente
Es un tumor maligno de hepatocitos; es el más frecuente granular; hay aumento en la relación núcleo--citoplasma.
de todos los tumores primarios malignos del hígado. El núcleo es redondo a ovoide con nucleolo aparente.
Entre los principales factores de riesgo para desarro- La presencia de canalículos es útil para establecer el
llar hepatocarcinoma se encuentran infección crónica diagnóstico, así como la bilis intracitoplásmica. Los pa-
por virus B y C, aflatoxina B1 y abuso en la ingesta de trones de crecimiento más frecuentes son el trabecular
alcohol y tabaco. Es más frecuente en hombres; 70 a (más de dos células de grosor), el acinar y el seudoglan-
90% se desarrollan en hígado cirrótico; aproximadamen- dular (12%), ocasionalmente el macrotrabecular (más
te 50% están asociados con hepatitis crónica por virus B. de diez células) y el sólido; en menor grado el esclero-
sante, que consiste en nidos o cordones de células de
Aspectos clínicos mediano tamaño rodeados por estroma denso, hialiniza-
do y relativamente avascular, y el pelioide, que es alta-
Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal, mente vascularizado.
malestar general, anorexia, pérdida de peso, náusea y También se han descrito variantes poco comunes, ta-
vómito, hepatomegalia, esplenomegalia, ascitis, icteri- les como células claras, células fusiformes y células gi-
cia y fiebre; algunos pacientes desarrollan un síndrome gantes.
paraneoplásico. Otras características presentes en el hepatocarcinoma
son cuerpos de Mallory en 4 a 12%, inclusiones citoplás-
Diagnóstico micas de B--1--antitripsina, B--fetoproteína, fibrinógeno y
albúmina; infiltrado de linfocitos y ocasionalmente neu-
Suele haber elevación de alanino--aminotransferasa trófilos, hematopoyesis extramedular y microcalcifica-
(ALT), aspartato--aminotransferasa (AST), fosfatasa ciones, displasia de los hepatocitos adyacentes, trombos
alcalina (FA), gamma--glutamiltranspeptidasa (GGT) y intratumorales en venas portales (34%), hepáticas
bilirrubinas, pero no son específicas. La elevación de fe- (22%), linfáticos y raramente en arterias.
toproteína mayor de 500 ng/mL sugiere carcinoma hepa- En casos poco diferenciados es indispensable el em-
tocelular, aunque existe una proporción de casos no aso- pleo de algunos marcadores, como fetoproteína, ACE,
ciados con esta proteína. Los estudios radiológicos son Hep Par 1, CK7, CK20, CK19, CAM 5.2, CD31, que de-
de gran utilidad en el diagnóstico de esta neoplasia. En limita las trabéculas anormales, B--1--antitripsina, albú-
pacientes con cirrosis que presentan un nódulo dominan- mina y fibrinógeno. Debe realizarse diagnóstico dife-
te está indicada la biopsia por tru--cut o BAAD. El diag- rencial con adenoma hepatocelular, hiperplasia nodular
nóstico específico se establece con el estudio histológico, focal, hiperplasia nodular regenerativa, nódulos cirróti-
sobre todo si no existe elevación de B--fetoproteína. cos macrorregenerativos, colangiocarcinoma y metás-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

tasis de adenocarcinoma.
Anatomía patológica
CARCINOMA HEPATOCELULAR
El aspecto macroscópico del tumor es muy importante,
FIBROLAMINAR
y de acuerdo a estas características existen varias clasi-
ficaciones (cuadro 11--9).
El tumor puede ser blancogrisáceo, amarillo o verde
por la producción de bilis; generalmente invade la vena Generalidades
porta y las venas hepáticas, aunque puede incluir la vena
cava; casi siempre muestra áreas de necrosis y consis- Representa de 1 a 4% de todos los tipos de cáncer de cé-
tencia blanda, excepto el tipo histológico fibrolaminar lulas hepáticas. Se presenta en personas jóvenes meno-
o el subtipo escirroso. Si está encapsulado o es pedicula- res de 35 años de edad (promedio 25 años); es más fre-
do tiene mejor pronóstico que las otras variantes. cuente en niños, con leve predominio en hombres.
338 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Cuadro 11--9. Clasificación macroscópica del carcinoma hepatocelular


Autores Tipo Definición Subtipo
Eggel Masivo Tumor único que reemplaza un lóbulo entero
Nodular Múltiples nódulos discretos
Difuso Numerosos nódulos tipo cirrosis
Okuda, Peters Expansivo Bien delimitado del tejido hepático que lo rodea, Que semeja cirrosis
y Simpson con o sin cápsula Encapsulado
No encapsulado
Seudoadenomatoso
Encapsulado
No encapsulado
Esclerosante
Difuso
Septado
Difuso Poco delimitado del tejido hepático que lo rodea Que semeja cirrosis
Infiltrativo
Con fibrosis
Sin fibrosis
Multifocal Tumores pequeños, uniformes Difuso
No difuso
Indeterminado Grande, necrótico, no clasificable
Nakashima y Expansivo Empuja el tejido hepático que lo rodea; bien de- Nodular único
K ji
Kojiro marcado,
d a menudo d encapsulado
l d Multinodular
Infiltrativo Invade el tejido hepático que lo rodea; poco de-
marcado, no encapsulado
Mixto infiltrativo y ex- Características de ambos Mixto infiltrativo y nodular único
pansivo
i Mixto infiltrativo y multinodular
Difuso Numerosos nódulos tipo cirrosis

Aspectos clínicos Anatomía patológica

Cursa con dolor abdominal, malestar general y hepato- Mide 4 a 17 cm, es único en 56% de los casos, más fre-
megalia; generalmente está confinado al hígado al mo- cuente en el lóbulo derecho, raramente asociado a cirro-
mento del diagnóstico. Los pacientes presentan retardo sis o hepatitis. Puede observarse una cicatriz central en
en el crecimiento y pérdida de peso; también se ha des- 10 a 20% de los casos y microcalcificaciones, ambas de-
crito con menor frecuencia fiebre, vómito, diarrea y rara tectables en tomografía. Generalmente el hepatoblasto-
vez ictericia, y sólo hay ligero aumento de aminotrans- ma es un tumor único, encapsulado, vascularizado, lo-
ferasas y fosfatasa alcalina; las bilirrubinas son norma- calizado en el lóbulo derecho; su tamaño varía de 5 a 25
les y no se encuentra virus B o C; la B--fetoproteína sólo cm, su apariencia depende de los elementos histológi-
se eleva ligeramente en 15% de los pacientes. cos (café a gris, fibroso o con calcificaciones) y habi-
tualmente se asocia con necrosis, cambio quístico y he-
morragia.
Diagnóstico Histológicamente hay nidos o columnas de células
poligonales con abundante citoplasma eosinófilo gra-
Por laboratorio se detecta elevación de B--fetoproteína nular, rodeados por láminas paralelas de colágena den-
y cistationina. Algunos casos muestran virilización re- samente eosinófila e hipocelular; el núcleo de las célu-
lacionada con niveles elevados de gonadotropina corió- las es redondo, con nucleolo aparente; ocasionalmente
nica. hay células binucleadas o multinucleadas. Se observan
Los estudios de imagen son de gran valor, pudiendo cuerpos pálidos (grandes glóbulos eosinófilos intraci-
detectarse por ultrasonido o por TAC de abdomen. toplásmicos) en la mitad de los casos; algunas veces hay
Hígado 339

células endoteliales limitando el tumor, cuerpos de Ma- rrubinas séricas y aminotransferasas. El tiempo de pro-
llory, grasa, infiltrado inflamatorio y granulomas; las trombina puede estar alargado por deficiencia de vita-
mitosis son poco frecuentes. Puede existir invasión vas- mina K si existe el antecedente de obstrucción biliar
cular venosa. crónica. Pueden ser detectadas lesiones periféricas por
Se ha clasificado en dos tipos: epitelial y mixto epite- ultrasonido, TAC o resonancia magnética; las lesiones
lial y mesenquimatoso. El tipo epitelial está formado hiliares son más difíciles de diagnosticar, a menos que
por hepatocitos fetales y embrionarios, el tipo mesen- sean tumores grandes.
quimatoso presenta elementos primitivos, fibroblastos,
colágena, células hematopoyéticas, con menos frecuen-
cia cartílago, hueso, rabdomioblastos, melanocitos re- Anatomía patológica
lacionados con células epiteliales y osteoide. La activi-
dad mitósica es variable. El hígado de estos pacientes no es cirrótico; microscópi-
Las variantes histológicas incluyen anaplásico de cé- camente la neoplasia presenta aumento de la consisten-
lulas pequeñas, macrotrabecular, teratoide, mucoide y cia y crecimiento masivo, nodular o difuso; es de color
rabdoide. blanco con aspecto fibroso. La necrosis y la hemorragia
Se han reportado patrones de crecimiento acinar y no son características comunes.
seudoglandular con presencia de bilis y patrón pelioide. Histológicamente el colangiocarcinoma tiene la mis-
Para este tipo de tumor también se utilizan marcadores ma apariencia que cualquier adenocarcinoma; es un
de inmunohistoquímica; las citoqueratinas 8 y 18 son de diagnóstico de exclusión, si no es visible la lesión intra-
mayor utilidad que las citoqueratinas 7 y 19. epitelial de los conductos sólo la autopsia establece el
diagnóstico. Las células tumorales presentan varios pa-
trones de crecimiento: tubular, acinar, sólido o trabecu-
lar, con varios grados de diferenciación; las células neo-
COLANGIOCARCINOMA
plásicas son de mediano a pequeño tamaño, con núcleos
ovales o redondos sin nucleolo evidente; pueden obser-
varse áreas micropapilares en algunos tumores. Es un
tumor poco vascularizado, a diferencia del carcinoma
Generalidades hepatocelular.
Las variantes histológicas incluyen el tipo mucinoso,
Es un tumor raro que se origina a partir de los conductos el adenoescamoso, el mucoepidermoide, el de células
biliares intrahepáticos; su incidencia en autopsias es de claras y el de células fusiformes.
0.03 a 0.05%, con predominio en hombres. Se han des- Este tumor metastatiza a ganglios linfáticos y pulmo-
crito factores de riesgo, como enfermedades fibroquís- nes (74%), peritoneo y suprarrenales (20%), riñón
ticas de los conductos biliares, metabólicas, atresia bi- (15%) y hueso (13%).
liar extrahepática, enfermedad inflamatoria crónica
intestinal, enfermedades colestásicas crónicas en adul-
tos, cálculos biliares, parásitos y exposición a Thoro- COLANGIOCARCINOMA
trast, entre otros.
INTRAHEPÁTICO
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Aspectos clínicos
Características clínicas
Los pacientes pueden presentar ictericia no dolorosa. El
tumor abdominal y la hepatomegalia son manifestacio- Los tumores malignos de los conductos biliares intrahe-
nes poco comunes, excepto cuando la neoplasia es dise- páticos son menos comunes que los de los hepatocitos.
minada. Aunque la mayoría de los casos observados en países
occidentales y africanos no se asocian con cirrosis, al-
gunas series japonesas sugieren que la cirrosis asociada
Diagnóstico con el VHC es un factor de riesgo mayor para el colan-
giocarcinoma en ese país. Los pacientes en general son
Las pruebas de laboratorio son inespecíficas, aunque mayores de 60 años de edad; la mayoría cursan asinto-
puede detectarse elevación de fosfatasa alcalina, bili- máticos hasta que el tumor está en estadio avanzado;
340 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

pueden cursar con sintomatología inespecífica como gantes tipo osteoclasto y tipo linfoepitelioma asociado
dolor abdominal, anorexia y pérdida de peso. A menudo a VEB.
hay incremento de fosfatasa alcalina, CA19--9, ACE y Inmunohistoquímicamente muestra reactividad para
CA--125, aunque son marcadores tumorales inespecífi- citoqueratinas de alto peso molecular (HMW--CK), an-
cos y su rol diagnóstico no es claro. Por ejemplo, el tígeno epitelial de membrana (AEM) y antígeno carci-
CA19--9 está elevado en más de 85% de los pacientes noembrionario (ACE). Hay una útil diferencia en la
con colangiocarcinoma, pero también se asocia con car- inmunoexpresión para citoqueratinas entre el colangio-
cinoma de estómago y de páncreas, y con condiciones carcinoma intrahepático y el extrahepático: el primero
no neoplásicas, como ictericia obstructiva. es usualmente CK27+/CK20+, mientras que el segundo
es frecuentemente CK7--/CK20+. El tumor también ha
sido positivo para antígeno de polipéptido tisular, isoen-
Anatomía patológica zimas de amilasa y péptido relacionado con PTH (en
contraste con el hepatocarcinoma, que es negativo para
El Liver Cancer Study Group propone tres tipos ma- todos ellos).
croscópicos: formador de masa, infiltración periductal El diagnóstico diferencial es con hepatocarcinoma
e intraductal. El formador de masa es el tipo más común (que se presenta en gente más joven, predomina en
de colangiocarcinoma intrahepático; está caracterizado hombres, la cirrosis es común, con elevación de alfafe-
por un tumor con borde definido que crece radialmente toproteína y producción de bilis; ausencia de mucina,
sin diseminación periductal o intraductal. El tipo de in- inmunoexpresión de Hep--Par--1); adenocarcinoma me-
filtración periductal crece a lo largo del conducto biliar tastásico (de carcinomas primarios de páncreas, colon,
y a menudo está asociado con estenosis y afección del estómago, pulmón y mama), cuya distinción puede ser
tejido conectivo periductal. Ambas lesiones son firmes muy difícil morfológicamente; pueden ser de gran utili-
y blanquecinas debido al denso estroma fibroso. Los ca- dad marcadores inmunohistoquímicos sitio--específi-
sos avanzados pueden mostrar patrones mixtos de creci- cos como TTF--1 para pulmón, receptores de estrógenos
miento. La multicentricidad es común. Puede ocurrir in- y progesterona para mama, APE para próstata y uropla-
vasión de la vena porta o de sus ramas, aunque no es tan quina para vejiga. También pueden ser útiles marcadores
común como en el carcinoma hepatocelular. no--sitio--específicos, como las citoqueratinas; el colan-
Microscópicamente la mayoría de los tumores son giocarcinoma es generalmente CK7+/CK20--, mientras
adenocarcinomas (95%); los tumores bien diferencia- que el adenocarcinoma colorrectal metastásico es
dos muestran patrones de crecimiento tubulares, papi- CK7--/CK20+ en más de 90% de los casos. Otros mar-
lares y en cordones; la atipia citológica puede ser míni- cadores de inmunohistoquímica que no se han incorpo-
ma. Las estructuras tipo conductos están revestidas por rado en la rutina pero que arrojan cierta información que
células cúbicas o columnares. Una característica común podría ser de utilidad son: Lewis(x) en el colangiocarci-
a todos los adenocarcinomas del sistema pancreaticobi- noma; muestra reactividad de membrana y citoplásmi-
liar es la heterogeneidad de las células epiteliales neo- ca, mientras que en el adenocarcinoma metastásico es
plásicas dentro de la misma glándula. En la mayoría de sólo citoplásmico; por otra parte, Leu--M1 y B72.3 es
los casos puede demostrarse la presencia de mucina y un más probable que muestren tinción citoplásmica en el
estroma desmoplásico abundante característico, que al- colangiocarcinoma y citoplásmica y membranosa en el
gunas veces se dispone de manera circunferencial alre- adenocarcinoma metastásico.
dedor de las glándulas neoplásicas. Ocasionalmente las Las alteraciones genéticas observadas más común-
células tumorales forman estructuras tubulares peque- mente en el colangiocarcinoma son pérdida de p53 y
ñas y angostas, recordando canales o conductos de He- mutaciones de K--ras. La pérdida de p53 se ha informa-
ring, un patrón que ha sido referido como carcinoma co- do en más de 50% de los tumores intrahepáticos forma-
langiocelular. Luces intracitoplásmicas, la arquitectura dores de masa, y pueden ocurrir por mutación LOH en
cribiforme focal, estratificación nuclear y detritus celu- 17p o amplificación del gen MDM2. La inactivación de
lares intraluminales favorecen carcinoma sobre proceso p53 lleva a desregulación de bcl--2, y causa potencial-
benigno. mente resistencia a la apoptosis. La pérdida de bcl--2 co-
Otras variantes celulares menos comunes son los car- rrelaciona con metástasis ganglionares, invasión vascu-
cinomas de células claras, adenoescamoso, mucinoso, lar y expresión aberrante de p53. Las mutaciones de
de células en anillo de sello, sarcomatoso, de células pe- K--ras afectan usualmente al codón 12 y varían amplia-
queñas, con características papilares, con característi- mente con la localización geográfica y el sitio del tumor.
cas papilares oncocítico, con componente de células gi- La incidencia es mayor a 100% en Inglaterra, 50 a 56%
Hígado 341

en Japón y 0 a 8% en Tailandia, lo que posiblemente re- Tratamiento y pronóstico


fleja las diferencias en la etiología subyacente. Las mu-
taciones de K--ras son más comunes en los tumores con La resección quirúrgica del segmento hepático afectado
infiltración periductal del árbol biliar extrahepático que es el tratamiento de elección, pero es exitoso en una mi-
en el colangiocarcinoma intrahepático formador de ma- noría de los casos, con un índice de sobrevida a cinco
sa, mientras que las mutaciones de p53 son más comu- años de 0 a 43%. El papel de la quimioterapia adyuvante
nes en este último. También son frecuentes las alteracio- y la radiación no se ha establecido claramente. El tras-
nes del gen p16, y la hipermetilación del promotor plante hepático tiene una sobrevida a cinco años de me-
puede ser la causa más común de inactivación en el co- nos de 20%. Las metástasis ganglionares y el estatus de
langiocarcinoma intrahepático. Frecuentemente se ha los márgenes quirúrgicos son los factores que impactan
observado sobreexpresión de transcriptasa reversa de mayormente el pronóstico. La afección ganglionar se
telomerasa humana (hTERT) en displasia y carcinoma observa en más de 50% de los pacientes al momento del
invasivo, indicando que podría ser un evento temprano diagnóstico. También son predictores de pobre sobrevi-
en la carcinogénesis. da la invasión linfovascular o perineural, los nódulos sa-
El factor de crecimiento de hepatocitos, c--met, se so- télites intrahepáticos y la distribución bilobular. Los tu-
breexpresa en el colangiocarcinoma y correlaciona con mores formadores de masa tienen un mejor pronóstico
la diferenciación tumoral. que los de patrón de infiltración periductal. Los tumores
También se han descrito otras alteraciones que inclu- con marcada respuesta desmoplásica tienen una mayor
yen mutaciones en los genes de E--cadherina, beta--cate- incidencia de invasión linfática, una actividad prolifera-
nina y DPC--4, amplificación del gen HER--2/neu e tiva alta y pobre sobrevida. Los tumores poco diferen-
inestabilidad microsatélite. ciados y las variantes de células en anillo de sello y sar-
comatoso pueden ser muy agresivos.

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Hígado 345

Figura 11--1. Fibrosis hepática congénita. Bandas irregulares de fibrosis, algunas confluentes, que deforman la arquitectura del
lobulillo sin nódulos de regeneración. Tricrómico de Masson, 10x.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--2. Fibrosis hepática congénita. Detalle que muestra la fibrosis densa, sin inflamación, bien delimitada del parénquima
vecino y con conductos proliferados anormales en el interior de las bandas fibrosas. Tricrómico de Masson, 10x.
346 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--3. Síndrome de Caroli. Hígado visto por su cara inferior en donde se aprecian conductos hepáticos dilatados (flechas)
haciendo prominencia sobre la superficie. El hígado muestra colestasis y fibrosis irregular.

Figura 11--4. Síndrome de Caroli. Corte del hígado a nivel del hilio que muestra conductos dilatados llenos de bilis El parénquima
es de color verdoso (colestasis) y con bandas de color blanco (fibrosis).
Hígado 347

Figura 11--5. Síndrome de Caroli. Conductos biliares irregulares y dilatados con exudado purulento en la luz por colangitis aguda.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--6. Síndrome de Caroli. Interior de conductos biliares con cálculos de bilis (amarillo) rodeados por cristales de colesterol
con células gigantes multinucleadas a cuerpo extraño.
348 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--7. Enfermedad poliquística autosómica recesiva. Riñón de un recién nacido. Superficie de corte que muestra quistes
de diverso tamaño tanto corticales como en la médula.

Figura 11--8. Enfermedad poliquística autosómica recesiva. Corte histológico del riñón que muestra quistes limitados por epitelio
cúbico alternando con glomérulos de aspecto inmaduro.
Hígado 349

Figura 11--9. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con ácido peryódico de Shiff en el cual se observa un espacio
porta con proliferación de conductos biliares, mismos que presentan trombos de bilis en su luz.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--10. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con ácido peryódico de Shiff en el cual se observa un espacio
porta con proliferación de conductos biliares y con trombos de bilis en su luz.
350 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--11. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa transformación
seudoglandular de los cordones de hepatocitos con presencia de tapones de bilis.

Figura 11--12. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observan trombos de bilis en los sinusoi-
des hepáticos dentro del lobulillo.
Hígado 351

Figura 11--13. Atresia biliar extrahepática. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa una célula gigante con presencia
de colestasis intracitoplásmica.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--14. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa la presencia de
anillos fibrosos alrededor de los conductos biliares y disminución del calibre de su luz.
352 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--15. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa la presencia de
un anillo fibroso alrededor del conducto biliar dentro de un espacio porta.

Figura 11--16. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa la presencia de
un anillo fibroso alrededor del conducto biliar, el cual muestra hiperplasia del epitelio ductal.
Hígado 353

Figura 11--17. Colangitis esclerosante. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa infiltrado inflamatorio en el estroma
del espacio porta.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--18. Colangitis esclerosante. Corte histológico de colon teñido con H--E en el cual se ven datos histológicos de colitis
ulcerativa crónica (nótese el infiltrado inflamatorio denso compuesto por linfocitos y células plasmáticas, así como la irregularidad
de las células caliciformes).
354 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--19. Escasez de conductos biliares. Corte histológico teñido con H--E que muestra un espacio porta en el cual no se
observan conductos biliares.

Figura 11--20. Escasez de conductos biliares. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson que muestra un espacio porta
en el cual no se observan conductos biliares.
Hígado 355

Figura 11--21. Escasez de conductos biliares. Corte histológico en el cual se observa la presencia de tapones biliares en los sinu-
soides hepáticos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--22. Escasez de conductos biliares. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa transformación seudoglan-
dular de los cordones de hepatocitos.
356 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--23. Escasez de conductos biliares. Corte histológico con inmunorreacción para citoqueratina 7 en el cual hay presencia
de positividad en los hepatocitos debido a la presencia de metaplasia ductal. Nótese la ausencia de células epiteliales (ductales)
en los espacios porta.

Figura 11--24. Amilopectinosis (glucogénesis tipo IV). Corte histológico de hígado que muestra hepatocitos distendido ocupados
por material amorfo (*). H--E 40x.
Hígado 357

Figura 11--25. Amilopectinosis (glucogénesis tipo IV). Material anormal espeso en los hepatocitos que se tiñe de color magenta
con la tinción de PAS-- PAS 10x.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--26. Enfermedad de Gaucher. Células de Kupffer con citoplasma amplio que se tiñe de rojo con la tinción de PAS ocu-
pando los sinusoides. Nótese la diferencia con los hepatocitos de citoplasma claro. PAS con diastasa 40x.
358 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--27. Enfermedad de Gaucher. Microscopia electrónica de las células de Kupffer con estructuras tubulares paralelas en
el interior de lisosomas.

Figura 11--28. Enfermedad de Niemann--Pick. Histiocitos espumosos de citoplasma claro que contrastan con hepatocitos con
glucógeno de color rojo. PAS 40x.
Hígado 359

Figura 11--29. Enfermedad de Niemann--Pick. Microscopia electrónica de histiocitos anormales con estructuras redondeadas de
membranas concéntricas.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--30. Deficiencia de B--1--antitripsina. Hepatocitos con glóbulos hialinos de color rojo en el interior del citoplasma. PAS 40x.
360 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--31. Hemocromatosis neonatal. Pigmento férrico de color azul en el interior de células epiteliales y en células de Kupffer.

Figura 11--32. Hepatitis neonatal. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa gran cantidad de hepatocitos con trans-
formación en células gigantes, algunas de ellas multinucleadas.
Hígado 361

Figura 11--33. Hepatitis aguda y hepatitis crónica en niños. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa un espacio
porta en el que los conductos (*) no muestran alteraciones; alrededor (flechas) hay hepatocitos con colestasis intracitoplásmica
y además inflamación por linfocitos en el estroma.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--34. Hepatitis aguda y hepatitis crónica en niños. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa al centro un
tapón biliar en un sinusoide. Nótese la transformación seudoacinar de los cordones de hepatocitos.
362 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--35. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observa un conglomerado de células hematopoyéticas, alrededor
de las mismas gran cantidad de hepatocitos con transformación gigante celular.

Figura 11--36. Corte histológico teñido con H--E en el cual se observan células de Kupffer (flechas) con pigmento biliar; alrededor
de ellas hay hepatocitos gigantes.
Hígado 363

Figura 11--37. Hepatitis aguda. Aspecto macroscópico del hígado con acentuada coloración verdosa y aspecto edematoso.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--38. Hepatitis aguda. Necrosis hepática submasiva. Escasos islotes de hepatocitos sobrevivientes de color rojo rodea-
dos por tejido neurótico. Tricrómico de Masson 10x.
364 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--39. Hepatitis aguda. Necrosis hepática submasiva. Hepatocitos con varios núcleos y pigmento biliar rodeados de tejido
necrótico e inflamación y bilis.

Figura 11--40. Hepatitis aguda. Necrosis hepática submasiva con regeneración nodular. Se identifican islotes irregulares de color
verdoso de hepatocitos en regeneración rodeados de parénquima café colapsado por necrosis.
Hígado 365

Figura 11--41. Cirrosis biliar. Bandas delgadas de tejido fibroso de disposición portal con puentes finos portoportales con prolifera-
ción de conductillos. Tricrómico de Masson 10x.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--42. Cirrosis biliar obstructiva. Proliferación de conductos irregulares con tapones de bilis en su interior (A H--E 10x).
366 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--43. Cirrosis biliar obstructiva. Fibrosis laxa en espacios porta rodeando los conductos (B 10x Tricrómico de Masson).

Figura 11--44. Cirrosis posnecrótica de nódulos grandes. Nódulos de regeneración de color verde (colestasis) rodeados de ban-
das de color blanco grisáceo.
Hígado 367

Figura 11--45. Cirrosis hepática micronodular con esteatosis en un caso de tirosinemia.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--46. Hialino de Mallory. Material hialino irregular que se tiñe de rojo intenso en el citoplasma de hepatocitos. Este material
se presenta en varios tipos de cirrosis: alcoholonutricional, cirrosis infantil de la India. Tricrómico de Masson 100x.
368 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--47. Cirrosis centrolobulillar por enfermedad venooclusiva. Se aprecia en la porción central un espacio porta sin altera-
ciones importantes y la fibrosis se encuentra sustituyendo el parénquima de las porciones centrales del lobulillo. Tricrómico de
Masson 10x.

Figura 11--48. Enfermedad venooclusiva. Se aprecia una vena centrolobulillar con fibrosis concéntrica en la intima que reduce
la luz del vaso. Tricrómico de Masson 40x.
Hígado 369

Figura 11--49. Hamartoma mesenquimatoso. TAC en la cual se aprecia una neoplasia con zonas quísticas, así como de diversas
densidades.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--50. Hamartoma mesenquimatoso. Neoplasia sólida y quística, con septos fibrosos; el quiste muestra contenido gelati-
noso amarillo.
370 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--51. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, cordones de hepatocitos, conductos bilia-
res y estroma mesenquimal.

Figura 11--52. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, estroma mesenquimal de aspecto mixoide.
Hígado 371

Figura 11--53. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, cordones de hepatocitos.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--54. Hamartoma mesenquimatoso. Características histológicas de la lesión, cordones de hepatocitos, conductos bilia-
res y estroma mesenquimal. Nótese la presencia de hematopoyesis extramedular.
372 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--55. Hemangioendotelioma infantil. TAC en la cual se aprecia lesión nodular múltiple lobulada dependiente del hígado.

Figura 11--56. Hemangioendotelioma infantil. Múltiples canales vasculares delimitados por células endoteliales prominentes, in-
mersas en un estroma fibroso.
Hígado 373

Figura 11--57. Hemangioendotelioma infantil. Múltiples canales vasculares delimitados por células endoteliales prominentes, in-
mersas en un estroma fibroso.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--58. Hemangioendotelioma infantil. Tricrómico de Masson, note los canales vasculares y en color azul el estroma fibroso.
374 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--59. Hemangioendotelioma infantil. Nido de células endoteliales que forman un penacho hacia la luz de la grita vascular.

Figura 11--60. Hemangioendotelioma infantil. Conducto biliar residual inmerso en la neoplasia.


Hígado 375

Figura 11--61. Hepatoblastoma. TAC en la cual se observa tumor dependiente de hígado que es único, sólido.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--62. Hepatoblastoma. Tumor dependiente de hígado; está encapsulado, es multilobulado con zonas de necrosis.
376 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--63. Hepatoblastoma. Componentes fetal y embrionario; el componente fetal es más diferenciado y recuerda al hígado
maduro.

Figura 11--64. Hepatoblastoma. Detalle del componente embrionario, el cual forma estructuras seudoglandular y seudorrosetas;
las células son de aspecto blástico.
Hígado 377

Figura 11--65. Hepatoblastoma. Detalle del componente fetal en el cual se aprecian los núcleos de las células neoplásicas con
nucleolos y cromatina fina a granular. Nótese la presencia de tapones biliares.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--66. Hepatoblastoma. Detalle del componente fetal en el cual se aprecian los núcleos de la células neoplásicas con
nucleolos y cromatina fina a granular, tapones biliares y precursores hematopoyéticos.
378 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--67. Hepatoblastoma con componente teratoide. Lado izquierdo con presencia de hueso.

Figura 11--68. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Foto macroscópica en la cual se observa al corte una lesión lobulada, delimitada
por una seudocápsula, heterogénea con áreas necróticas y otras con pigmento biliar.
Hígado 379

Figura 11--69. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Foto macroscópica en la cual se observa al corte una lesión lobulada, delimitada
por una seudocápsula, heterogénea con áreas necróticas y otras con pigmento biliar.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--70. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Corte histológico en el cual se observa células neoplásicas grandes con abundante
citoplasma eosinófilo; los núcleos son redondos a ovoides con nucleolo, inmersos en un estroma fibroso.
380 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--71. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Corte histológico teñido con tricrómico de Masson en el cual se observa de color
azul la bandas de colágena. Las células neoplásicas son de color rojo.

Figura 11--72. Hepatocarcinoma fibrolamelar. Inmunotinción para B--fetoproteína positiva en el citoplasma de las células neoplási-
cas.
Hígado 381

Figura 11--73. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Foto macroscópica; la lesión es heterogénea, con zonas quísticas,
sólidas y mixoides.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--74. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad, pleomorfismo y
abundante estroma de aspecto mixoide.
382 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--75. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad. Nótese el pleomor-
fismo.

Figura 11--76. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad. Nótense el pleomor-
fismo y el abundante estoma mixoide.
Hígado 383

Figura 11--77. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, hipercelularidad y pleomorfismo nu-
clear. Nótese la mitosis atípica.
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Figura 11--78. Sarcoma embrionario (indiferenciado) hepático. Características histológicas, tinción de PAS con diastasa. Nótense
los glóbulos hialinos.
384 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--79. Esteatosis macrovesicular sin evidencia de inflamación. H--E 10x.

Figura 11--80. Esteatosis macrovesicular sin evidencia de inflamación. Tricrómico de Masson. 10x.
Hígado 385

Figura 11--81. Esteatosis hepática macrovesicular y un cuerpo de Mallory. H--E 40x.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--82. Esteatohepatitis no alcohólica. Degeneración globoide, cuerpos de Mallory con satelitosis. H--E 40x.
386 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--83. Glucogenación nuclear de hepatocitos. Esteatosis macrovesicular y microvesicular. H--E 40x.

Figura 11--84. Esteatohepatitis no alcohólica. Lipogranuloma. H--E 40x.


Hígado 387

Figura 11--85. Esteatohepatitis no alcohólica con fibrosis intensa.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 11--86. Cirrosis hepática en hígado graso. Tricrómico de Masson. 10x.


388 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--87. Actividad de interfase; se observa ruptura de la placa limitante por linfocitos con necrosis hepatocelular.

Figura 11--88. Grupos de células plasmáticas.


Hígado 389

Figura 11--89. Hepatocitos multinucleados.


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Figura 11--90. Necrosis en puente.


390 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--91. Cirrosis hepática micronodular; vista anterior del hígado.

Figura 11--92. Cirrosis hepática micronodular, biopsia por punción.


Hígado 391

Figura 11--93. Cirrosis hepática micronodular, nódulos y fibrosis, tinción de Masson.


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Figura 11--94. Cirrosis hepática. Condensación de tejido conectivo en tejido fragmentado.


392 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--95. Cirrosis hepática secundaria a esteatohepatitis no alcohólica.

Figura 11--96. Cirrosis hepática por virus C. Folículo linfoide.


Hígado 393

Figura 11--97. Cirrosis biliar primaria. Colangiografía que muestra vías biliares extrahepáticas normales.
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Figura 11--98. Cirrosis biliar primaria en estadio I: conducto interlobulillar con colangitis granulomatosa destructiva.
394 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--99. Cirrosis biliar primaria en estadio II: neoformación de colangiolos con infiltrado inflamatorio.

Figura 11--100. Cirrosis biliar primaria en estadio III: puente de fibrosis entre dos espacios porta.
Hígado 395

Figura 11--101. Cirrosis biliar primaria en estadio IV con colestasis intensa.


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Figura 11--102. Adenoma hepático. Tomografía computarizada. Lesión hipodensa que afecta todo el lóbulo derecho, con una zona
de necrosis (flecha).
396 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--103. Adenoma hepático. Angiografía. La lesión anterior intensamente vascularizada.

Figura 11--104. Hepatectomía parcial. Adenoma hepático encapsulado con hemorragia reciente.
Hígado 397

Figura 11--105. Adenoma hepático. Zona de transición de hígado normal y adenoma (mitad izquierda).
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Figura 11--106. Cistoadenoma hepatobiliar. Tumor multiloculado localizado en el segmento IV. Los quistes son de diferente tama-
ño con material mucinoso en su interior.
398 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--107. Cistadenoma hepatobiliar. Segmento III con quiste infectado y hemorragia reciente.

Figura 11--108. Cistadenoma hepatobiliar. Pared de un quiste revestida por epitelio cilíndrico productor de mucina y en el extremo
inferior derecho tejido hepático con regeneración. H--E 10x.
Hígado 399

Figura 11--109. Pared de dos quistes, el superior revestido por epitelio mucoproductor y estroma semejante al del ovario y el infe-
rior revestido por epitelio aplanado.
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Figura 11--110. Lesión hepática izquierda, hipodensa, de bordes irregulares. TAC.


400 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--111. Lesión vascular localizada en el lóbulo hepático derecho.

Figura 11--112. Hemangioma. Neoplasia formada por grandes espacios vasculares comunicados y congestivos.
Hígado 401

Figura 11--113. Hemangioma. Espacios vasculares de tamaño variable, separados por tejido fibroconectivo.
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Figura 11--114. Hemangioma. Espacios vasculares revestidos por una capa de células endoteliales sin atipia.
402 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--115. Hiperplasia nodular focal. Lesión bien circunscrita, no encapsulada.

Figura 11--116. Hiperplasia nodular focal. Cicatriz fibrosa central. H--E 10x.
Hígado 403

Figura 11--119. Hiperplasia nodular focal. Ligero crecimiento de las células hepáticas. H--E 10x.
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Figura 11--120. Hiperplasia nodular focal. Degeneración hidrópica de hepatocitos. H--E 40x.
404 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--121. Tomografía computarizada. Lesión hipodensa que afecta todo el lóbulo derecho.

Figura 11--122. Tomografía computarizada de abdomen de paciente cirrótica en la que se observa una lesión hipodensa nodular
correspondiente a un hepatocarcinoma.
Hígado 405

Figura 11--123. Hígado cirrótico con neoplasia difusa que afecta el lóbulo derecho (cara posterior).
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Figura 11--124. Hepatectomía parcial. Hígado cirrótico con hepatocarcinoma nodular y producción de bilis.
406 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--125. Hepatocarcinoma. Patrón trabecular.

Figura 11--126. Hepatocarcinoma. Trabéculas delimitadas por células endoteliales. Tinción de PAS.
Hígado 407

Figura 11--127. Hepatocarcinoma trabecular. Células grandes con nucleolo aparente.


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Figura 11--128. Hepatocarcinoma trabecular y seudoglandular. Producción de bilis.


408 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--129. Hepatocarcinoma. Glóbulos hialinos que corresponden a B--fetoproteína.

Figura 11--130. Hepatocarcinoma. Áreas de necrosis.


Hígado 409

Figura 11--131. Hígado cirrótico. Infiltración vascular venosa por hepatocarcinoma.


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Figura 11--132. Hepatocarcinoma. Células tumorales positivas a B--fetoproteína.


410 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--133. Carcinoma hepatocelular fibrolaminar. Tomografía computarizada. Lesión hepática hiperdensa localizada en el
lóbulo izquierdo, de bordes bien definidos.

Figura 11--134. Carcinoma hepatocelular fibrolaminar. Hepatectomía parcial (lóbulo izquierdo). Mismo caso de la tomografía. Tu-
mor bien delimitado con zonas fibrosas centrales, sin necrosis.
Hígado 411

Figura 11--135. Hepatocarcinoma fibrolaminar. Células neoplásicas poligonales con citoplasma eosinófilo separadas por fibras
de colágena.
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Figura 11--136. Hepatocarcinoma fibrolaminar. Cuerpos pálidos intracitoplásmicos.


412 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)

Figura 11--137. Colangiocarcinoma. Tumor hiliar que infiltra ambos lóbulos.

Figura 11--138. Colangiocarcinoma. Lesión ductal intraepitelial.


Hígado 413

Figura 11--139. Colangiocarcinoma moderadamente diferenciado.


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Figura 11--140. Colangiocarcinoma con patrón glandular. Células neoplásicas con nucleolo poco aparente.
414 Atlas de gastroenterología (Capítulo 11)
Capítulo 12
Vesícula biliar y vías biliares
Irene Rivera Salgado, Pedro Mario Pasquel Velarde, Georgina Alderete Vázquez,
Rosa María Vicuña González, Reynaldo Falcón Acevedo, Carmen Berumen González,
Armando Macario Valencia Romero, Maricela Díaz Oyola, Mauricio Rojas Maruri

S Cuello: está apartado un poco del hígado, se acer-


INTRODUCCIÓN ca al pedículo hepático en la parte superior. Es co-
mún que cerca del cuello se encuentre un nodo lin-
fático.

Vesícula biliar Conducto cístico

La vesícula biliar es una estructura sacular piriforme Con forma de “S”, mide de 3 a 4 cm de longitud y de 3
que sirve como reservorio de la bilis; mide entre 8 y 10 a 5 mm de diámetro. Delimita el borde inferior del trián-
cm y tiene una capacidad promedio de 50 mL. Anatómi- gulo de Calot; el borde izquierdo y el superior de dicho
camente se encuentra por debajo del lóbulo derecho del triángulo están delimitados por el conducto hepático y
hígado; tiene tres partes, que son el cuello, el cuerpo y el borde inferior del hígado, respectivamente. En este
el fondo. Su pared está formada por una mucosa, pared triángulo atraviesan la arteria cística, la hepática dere-
de músculo liso y serosa. La mucosa está formada por cha y puede o no estar el conducto biliar derecho. Alcan-
un epitelio de células columnares altas de núcleos basa- za el conducto hepático y se coloca a su derecha; el os-
les que se continúan con la membrana basal y la lámina tium de desembocadura se encuentra debajo de su unión
propia con tejido conectivo laxo y pequeños capilares. aparente. Está constituido por mucosa: elevada, forma
Posteriormente está la capa de músculo liso, que es la un pliegue en espiral, la válvula espiral, que conserva
más gruesa de todo el espesor de la vesícula, y se conti- abierta la luz; músculo liso: sólo se encuentra cerca del
núa con la serosa. La vesícula biliar está firmemente cuello, donde constituye el esfínter de Lutkens y la pa-
adherida al hígado en su parte superior, y la inferior está red fibrosa; representa el resto de la pared del cístico.
cubierta por peritoneo que corresponde a la serosa.
En ella se describen tres segmentos:
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Vía biliar principal


S Fondo: ovalado, se apoya sobre el colon transver-
so, relacionado con la pared abdominal anterior a Se origina a nivel del hilio, a la derecha y arriba de la
nivel del noveno cartílago costal derecho, aunque bifurcación de la arteria hepática. Se encuentra cubierta
varía según la constitución torácica. por peritoneo y por el lóbulo cuadrado. Por el borde li-
S Cuerpo: está unido en la parte superior a la cara bre desciende el epiplón menor (ligamento hepatoduo-
visceral del hígado por tejido celular denso, rico denal), se coloca atrás de la cabeza del páncreas y junto
en arterias que irrigan la vesícula y venas porta ac- con el conducto pancreático de Wirsung desemboca en
cesorias. En la parte inferior corresponde con la el ámpula de Váter, a nivel de la papila duodenal mayor.
primera porción del duodeno. Su diámetro es de 6 mm y su longitud varía de 8 a 12 cm.

415
416 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

La circulación arterial proviene de la arteria hepática Colecistitis crónica


y la pancreaticoduodenal, con discreta variación en sus
diferentes segmentos. Corresponde al cuadro clínico más frecuente de la vesí-
La vía biliar principal está irrigada por arteriolas pro- cula biliar, con cuadros repetidos de dolor de tipo cólico
cedentes de la arteria cística (rama de la hepática) a nivel en el cuadrante superior derecho del abdomen, frecuen-
hepático, de la arteria hepática propia a nivel duodenal temente asociado con litiasis vesicular. La pared vesicu-
y en la región pancreática por la pancreaticoduodenal lar puede tener desde un leve infiltrado inflamatorio
superoanterior, la vesícula biliar por la arteria cística, mononuclear hasta un acentuado proceso inflamatorio
que se divide en rama derecha e izquierda, formando con formación de folículos linfoides, fibrosis y esclero-
una red arterial y el conducto cístico, en el que afluyen sis. Cuando el contenido es líquido transparente se le
arteriolas recurrentes. denomina hidrocolecisto. En otras ocasiones la colecis-
El drenaje venoso es tributario al de las arterias. En titis crónica se presenta como una vesícula pequeña, de
la vesícula biliar se forman un plexo superficial que ter- pared firme, dura, esclerosada, con calcificaciones en la
mina en la vena porta derecha y otro profundo por venas pared, y se le denomina vesícula escleroatrófica o vesí-
accesorias que atraviesan el tejido denso de la fosa vesi- cula en porcelana.
cular y desembocan en las venas porta intrahepáticas.
En la vía biliar principal y el conducto cístico el drenaje
no es tributario de las arterias y se da por venas porta ac- ENFERMEDAD LITIÁSICA VESICULAR
cesorias.
El sistema linfático de la vía biliar principal se da en
nodos pediculares, gastropancreáticos y celiacos, y en
En uno de los padecimientos más frecuentes de la vesí-
la vesícula biliar existen capilares linfáticos que se ini-
cula biliar; predomina en mujeres en edad fértil y multí-
cian en la submucosa y drenan al nodo linfático del cue-
paras. Se asocia con diabetes mellitus y obesidad. La co-
llo vesicular y a los nodos del hilio hepáticos.
lelitiasis se define como la presencia de cálculos en la
La inervación está dada por los plexos hepáticos an-
luz de la vesícula biliar.
terior y posterior.
Los cálculos pueden estar formados por colesterol,
sales biliares, bilirrubinato de calcio u otras sales cálci-
cas. Los cálculos de colesterol son los más frecuentes;
COLECISTITIS miden entre 1 y 4 cm, pueden ser lisos o facetados, de
color amarillo, blandos y al corte de aspecto radiado.
Los cálculos pigmentarios negros están formados
principalmente por sales biliares; son más frecuente-
La colecistitis corresponde a los procesos inflamatorios mente facetados, múltiples, de menores dimensiones
que presenta la vesícula biliar; puede ser aguda o cró- que los de colesterol, y se acompañan de bilis espesa,
nica. llamada también lodo biliar; estos cálculos son más fre-
cuentes en individuos de más de 60 años de edad. Los
cálculos vesiculares pueden producir obstrucción del
Colecistitis aguda cístico o del colédoco al impactarse en esta región; estos
últimos son más frecuentemente formados por bilirru-
binato cálcico, colesterol y ácidos grasos.
Está asociada frecuentemente con obstrucción del con-
ducto cístico por presencia de cálculos. Produce con-
gestión, edema y sobreinfección bacteriana con un efecto Aspectos clínicos
adverso a la mucosa vesicular por la bilis, ya que destruye
la mucosa. El cuadro clínico se caracteriza por dolor de tipo cólico
En ocasiones la pared vesicular aparece completa- en el hipocondrio derecho; sin embargo, sólo 20% de los
mente destruida, con necrosis isquémica e inflamación pacientes presentan este cuadro clínico, ya que la mayo-
aguda. ría de las personas con colelitiasis no tienen síntomas
Este cuadro se presenta más frecuentemente en pa- durante muchos años. Cuando estos cálculos están pro-
cientes ancianos, con sepsis y politraumatizados, aso- duciendo obstrucción se pueden acompañan de icteri-
ciada en un alto porcentaje con litiasis vesicular o pioco- cia. Las complicaciones más frecuentes son colecistitis,
lecisto. ictericia, colangitis y pancreatitis.
Vesícula biliar y vías biliares 417

Anatomía patológica pecto fibroso, ocupadas por bilis espesa, y pueden o no


estar asociadas con cálculos.
Entre las alteraciones histológicas más frecuentes de la
vesícula biliar están la metaplasia intestinal y antral, así
como la colesterolosis; esta última corresponde al acú- NEOPLASIAS BENIGNAS
mulo de macrófagos espumosos por abundante coleste- DE LA VESÍCULA BILIAR
rol citoplásmico por debajo del epitelio de la mucosa,
que frecuentemente está hiperplásica secundaria a estos
acúmulos nodulares de macrófagos. Se presenta en
aproximadamente 50% de todos los especímenes de co- Generalidades
lecistectomía, y se caracteriza por presentar macroscó-
picamente estrías amarillas/doradas longitudinales en
Las neoplasias benignas de la vesícula biliar son muy
la mucosa; no produce síntomas clínicos.
poco comunes, y corresponden en 1 a 10% a productos
de colecistectomía; entre estas lesiones están los papilo-
mas, los adenomas y los pólipos no neoplásicos.
Diagnóstico

El estándar de oro para el diagnóstico de la enfermedad Aspectos clínicos y diagnóstico


es el ultrasonido. Su sensibilidad alcanza 96% y la espe-
cificidad 94%; está indicado en todo cuadro doloroso en Habitualmente son asintomáticas; suelen ser hallazgos
el hemiabdomen superior derecho o epigástrico. Los incidentales al efectuarse estudios de ultrasonido o to-
hallazgos que sugieren enfermedad litiásica vesicular mográficos en pacientes que cursan con sintomatología
son una o varias imágenes ecogénicas que proyectan dolorosa relacionada con enfermedad litiásica vesicu-
sombra acústica posterior; se puede evaluar su tamaño lar. En otras ocasiones son detectadas durante la realiza-
y número y permite con facilidad el diagnóstico diferen- ción de estudios histopatológicos de la vesícula biliar al
cial con neoplasias u otra patología agregada. realizar colecistectomía por otras causas, con una fre-
La tomografía axial computarizada (TAC) no ha de- cuencia estimada de 0.5 por cada 100 especímenes ana-
mostrado ser superior al ultrasonido, y se recomienda lizados.
sólo en casos de ictericia obstructiva para establecer el
diagnóstico diferencial con otros padecimientos.
Los exámenes de laboratorio sólo se emplean como Anatomía patológica
estudios preoperatorios; las pruebas funcionales hepáti-
cas presentan un patrón obstructivo en casos de icteri-
Generalmente son únicos, de menos de 1 cm; 25% de
cia.
ellos corresponden a pólipos hiperplásicos/metaplási-
cos, sésiles o pediculados, únicos o múltiples. Macros-
cópicamente son lobulados y rojizos, e histológicamente
HIPERPLASIA ADENOMIOMATOSA están formados por un aumento en el número de glándu-
(ADENOMIOMATOSIS) las formadas por células columnares y cúbicas similares
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

a la mucosa normal; pueden formar estructuras de as-


pecto quístico.
Se dividen en adenomas tubulares (80%), papilares
Corresponde a otra lesión benigna de la vesícula biliar, (15%) y tubulopapilares (5%), y pueden estar asociados
poco frecuente, adquirida, caracterizada por engrosa- al síndrome de Gardner o al síndrome de Peutz--Jeghers.
miento de la pared vesicular con múltiples cavidades Los pólipos de colesterol son lesiones no neoplásicas
quísticas revestidas por epitelio columnar que puede y representan hasta 50% de todas las lesiones polipoides
además tener áreas de metaplasia rodeadas de músculo descubiertas en estudios de imagen; pueden estar aso-
liso; esta lesión puede ser difusa, segmentaria o locali- ciados hasta en 10% con colesterolosis difusa o focal de
zada (adenomioma); esta última es más frecuente en el la vesícula biliar; corresponden a pequeñas elevaciones
fondo vesicular. de la mucosa de entre 3 y 15 mm, blandos, amarillos,
Estas lesiones tienen un diámetro entre 0.5 y 2.5 cm, pueden ser sésiles o pediculados y generalmente lobula-
y macroscópicamente son áreas multiquísticas, de as- dos.
418 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Otras neoplasias benignas descritas en la vesícula bi- croscópicamente pueden presentar discretas áreas de
liar incluyen tumores mixtos, leiomiomas, hemangio- engrosamiento de la mucosa; histológicamente las zo-
mas y lipomas. nas de displasia se caracterizan por tener células colum-
nares con núcleos estratificados alargados de cromatina
granular, con nucleolos prominentes y escasas figuras de
mitosis; cuando hay áreas con displasia de alto grado/
NEOPLASIAS MALIGNAS
carcinoma in situ las células se estratifican y se observan
DE LA VESÍCULA BILIAR en acúmulos con atipia marcada y mitosis frecuentes.

Entre las neoplasias malignas de la vesícula biliar desta- QUISTE DE COLÉDOCO


can los carcinomas, y de ellos el adenocarcinoma bien
diferenciado es la más frecuente.
Los adenocarcinomas bien diferenciados correspon-
El quiste de colédoco es la dilatación congénita de la vía
den a cerca de 50% de todas las neoplasias malignas, se-
biliar; se caracteriza por la dilatación del conducto biliar
guidos en frecuencia por otros tipos de adenocarcino-
común y estasis biliar con involucro ocasional del con-
mas, como el adenocarcinoma pleomórfico con células
ducto pancreático y desarrollo subsecuente de cirrosis
gigantes y el carcinoma adenoescamoso.
biliar.
La etiopatogenia propuesta para la aparición del
quiste del colédoco es el reflujo de las enzimas pancreá-
Aspectos clínicos
ticas al conducto biliar común y el conducto pancreático
antes de su incorporación al esfínter de Oddi, lo cual
Los carcinomas de la vesícula biliar suelen ser silentes; ocasiona inflamación, debilidad y dilatación.
se descubren incidentalmente durante las colecistecto-
mías, por estar generalmente asociados con cuadros de
colecistitis crónica, o son un hallazgo histopatológico Aspectos clínicos
como neoplasias incipientes. Si la neoplasia produce
obstrucción clínicamente hay ictericia; sin embargo, los En 75% de los casos se presenta en la infancia y clínica-
síntomas clínicos más frecuentes en estadios avanzados mente muestra una triada característica (20 a 40%), des-
son pérdida de peso, ictericia, dolor en cuadrante supe- crita por Alonso Lej en 1959, la cual es dolor en hipo-
rior derecho y epigastrio, y ascitis. En su distribución condrio derecho, ictericia y aumento de volumen en el
por género son más frecuentes en mujeres, con una rela- cuadrante superior derecho. Aunque es más frecuente
ción de 2 a 3:1; se asocian en un alto porcentaje, hasta en pacientes mayores de seis meses de edad, previamen-
en 75%, con cuadros de colecistitis y colecistolitiasis, y te sólo se observa ictericia, por lo cual es clínicamente
la edad de presentación es alrededor de los 65 años, más indistinguible de la atresia de vía biliar.
frecuentemente con un rango entre los 40 y los 75 años.

Anatomía patológica
Anatomía patológica
Se clasifican en cinco tipos, los cuales son:
La displasia y el carcinoma in situ son las lesiones pre-
cursoras del carcinoma invasor de la vesícula biliar. En S Ia: dilatación quística del colédoco.
las neoplasias microinvasoras generalmente se pueden S Ib: dilatación segmentaria sin involucro del con-
encontrar áreas con displasia y neoplasia in situ como ducto pancreático.
una forma continua de lesión precursora; en las áreas de S Ic: dilatación difusa o cilíndrica.
carcinoma in situ puede haber crecimiento papilar con S II: dilatación diverticular del conducto biliar co-
tallos fibrovasculares revestidos por células neoplási- mún o de la vesícula biliar.
cas o crecimiento plano; el primero es precursor del ade- S III: coledococele, con extensión dentro de la pared
nocarcinoma papilar. del duodeno.
Las lesiones de displasia y carcinoma in situ en gene- S IV: enfermedad de Caroli, dilatación del conducto
ral presentan datos clínicos de colecistitis crónica; ma- biliar con extensión intrahepática.
Vesícula biliar y vías biliares 419

S IVb: dilataciones quísticas múltiples extrahepáti- dular adenomatosa e incremento en células calicifor-
cas. mes. También se han sugerido nitrosaminas endógenas
S V: dilatación intrahepática única o múltiples. con efecto cocarcinogénico derivadas de sustancias de
la dieta; hepatolitiasis (el desarrollo de tumor es prece-
Microscópicamente se observa la pared quística engro- dido por displasia del epitelio ductal, incremento en la
sada por inflamación y fibrosis con presencia de pig- actividad proliferativa y expresión de la proteína C--erb
mento biliar; hay además fibras de músculo liso y en al- B--2, y está asociado con más de 50% de los colangio-
gunas áreas la pared se observa revestida por epitelio carcinomas intrahepáticos) y anomalías congénitas del
cilíndrico o columnar. En la biopsia hepática se observa árbol biliar con o sin litiasis; también representan facto-
colestasis biliar intracitoplásmica y en sinusoides con res de riesgo para desarrollar carcinoma la enfermedad
transformación seudoacinar y presencia de células gi- de Caroli, quistes múltiples o solitarios y microhamar-
gantes. tomas biliares múltiples. El riesgo de transformación
maligna del quiste de colédoco es alto, y por esta razón
debe ser resecado tan pronto como sea descubierto. El
Diagnóstico carcinoma ductal intrahepático y extrahepático repre-
senta una rara pero significativa complicación de la co-
litis ulcerativa crónica; comúnmente es precedido por
El diagnóstico se realiza con ultrasonido, en el cual se
colangitis esclerosante primaria (el factor predisponen-
observa la dilatación quística del conducto biliar co-
te más común conocido, con un riesgo incrementado de
mún, debiendo complementarse con colangiopancrea-
1.5%) y displasia epitelial; la aneuploidía, mutación de
tografía retrógrada o colangiorresonancia magnética,
K--ras y disfunción de p53 están involucradas en el pro-
en la cual se advierte la dilatación de la vía biliar corres-
ceso neoplásico. También se ha sugerido una asociación
pondiente al quiste.
con la enfermedad de Crohn, tabaquismo (que puede
aumentar el riesgo en asociación con colangitis esclero-
sante primaria), consumo de alcohol y contraceptivos
CARCINOMA DE LOS CONDUCTOS orales como posibles agentes etiológicos, con carcino-
BILIARES (COLANGIOCARCINOMA) ma colorrectal hereditario no poliposis familiar, ya que
se han observado mutaciones en ras y p53 y pérdida de
heterocigosidad para el gen de APC. En Japón la hepati-
tis B (aproximadamente 10%) y la hepatitis C (25%)
El colangiocarcinoma comprende tumores malignos frecuentemente coexisten con el colangiocarcinoma,
que se originan de los conductos biliares intrahepáticos originando así la sospecha de su papel en la carcinogé-
(intrahepáticos, periféricos o colangiocarcinoma colan- nesis.
giocelular), así como de los conductos biliares perihilia-
res y extrahepáticos. Usualmente ocurre en mayores de
65 años de edad y ambos géneros son afectados por igual. COLANGIOCARCINOMA
En estudios epidemiológicos recientes se ha observado INTRAHEPÁTICO
un incremento en la incidencia del colangiocarcinoma,
aunque la razón de esto es desconocida. En EUA la inci-
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dencia es de 8 por un millón; 20 a 30% de los casos son


intrahepáticos y el resto son extrahepáticos. Aspectos clínicos
La mayor incidencia de carcinoma de los conductos
biliares intrahepáticos está informada en el sureste de Los tumores malignos de los conductos biliares intrahe-
Asia, donde está asociada a la infestación con Clonor- páticos son menos comunes que los de los hepatocitos.
chis sinensis (Hong Kong, sur de China y Corea) y Opis- Aunque la mayoría de los casos observados en países
torchis viverrini (Tailandia y Laos) y al hábito de comer occidentales y africanos no se asocian con cirrosis,
pescado crudo o mal cocinado. La mayoría de los indi- algunas series japonesas sugieren que la cirrosis aso-
viduos con parasitosis de leve a moderada son asinto- ciada al VHC es un factor de riesgo mayor para el colan-
máticos, pero los que tienen parasitosis grave se presen- giocarcinoma en ese país. Los pacientes en general son
tan con colangitis, abscesos hepáticos o carcinoma. Los mayores de 60 años de edad, la mayoría asintomáticos
cambios histopatológicos preneoplásicos observados hasta que el tumor está en estadio avanzado, y pueden
son hiperplasia del epitelio ductal, proliferación glan- cursar con sintomatología inespecífica como dolor ab-
420 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

dominal, anorexia y pérdida de peso. a los cuales se cas papilares oncocítico, con componente de células gi-
agregan ictericia, coluria, prurito y acolia. gantes tipo osteoclasto y tipo linfoepitelioma asociado
Suele diagnosticarse al realizar una TAC, y es conve- a VEB.
niente realizar una colangiopancreatografía retrógrada, Inmunohistoquímicamente muestra reactividad para
en la cual se suele identificar el tumor. A menudo hay citoqueratinas de alto peso molecular (HMW--CK), an-
incremento de las cifras de bilirrubina y de la fosfatasa tígeno epitelial de membrana (AEM) y antígeno carci-
alcalina, y también de CA19--9, ACE y CA--125, aun- noembrionario (ACE). Hay una útil diferencia en la
que son marcadores tumorales inespecíficos y su rol inmunoexpresión para citoqueratinas entre el colangio-
diagnóstico no es claro. Por ejemplo, el CA19--9 está carcinoma intrahepático y el extrahepático: el primero
elevado en más de 85% de los pacientes con colangio- es usualmente CK27+/CK20+, mientras que el segundo
carcinoma. es frecuentemente CK7--/CK20+. El tumor también ha
sido positivo para antígeno de polipéptido tisular, isoen-
zimas de amilasa y péptido relacionado a PTH (en con-
Anatomía patológica traste con el hepatocarcinoma, que es negativo para to-
dos ellos).
El Liver Cancer Study Group propone tres tipos ma- El diagnóstico diferencial es con hepatocarcinoma
croscópicos: formador de masa, infiltración periductal (que se presenta en gente más joven, predomina en
e intraductal. El formador de masa es el tipo más común hombres, la cirrosis es común, con elevación de alfafe-
de colangiocarcinoma intrahepático, y está caracteriza- toproteína y producción de bilis, ausencia de mucina,
do por un tumor con borde definido que crece radial- inmunoexpresión de Hep--Par--1), adenocarcinoma me-
mente sin diseminación periductal o intraductal. El tipo tastásico (de carcinomas primarios de páncreas, colon,
de infiltración periductal crece a lo largo del conducto estómago, pulmón y mama), cuya distinción puede ser
biliar y a menudo está asociado con estenosis y afección muy difícil morfológicamente, y pueden ser de gran utili-
del tejido conectivo periductal. Ambas lesiones son fir- dad marcadores inmunohistoquímicos sitio--específicos,
mes y blanquecinas debido al denso estroma fibroso. como TTF--1 para pulmón, receptores de estrógenos y
Los casos avanzados pueden mostrar patrones mixtos progesterona para mama, APE para próstata y uropla-
de crecimiento. La multicentricidad es común. Aunque quina para vejiga. También pueden ser útiles marcado-
la invasión de la vena porta o de sus ramas no es tan co- res no sitio--específicos, como las citoqueratinas; el
mún como en el carcinoma hepatocelular, puede ocurrir. colangiocarcinoma es generalmente CK7+/CK20--,
Microscópicamente la mayoría de los tumores son mientras que el adenocarcinoma colorrectal metastási-
adenocarcinomas (95%); los tumores bien diferencia- co es CK7--/CK20+ en más de 90% de los casos. Otros
dos muestran patrones de crecimiento tubulares, papila- marcadores de inmunohistoquímica que no se han in-
res y en cordones; la atipia citológica puede ser mínima. corporado en la rutina pero que arrojan cierta informa-
Las estructuras tipo conductos están revestidas por cé- ción que podría ser de utilidad son Lewis(x), que en el
lulas cúbicas o columnares. Una característica común a colangiocarcinoma muestra reactividad de membrana y
todos los adenocarcinomas del sistema pancreaticobi- citoplásmica, mientras que en el adenocarcinoma me-
liar es la heterogeneidad de las células epiteliales neo- tastásico es sólo citoplásmico; por otra parte, Leu--M1
plásicas dentro de la misma glándula. En la mayoría de y B72.3 son más probables de mostrar tinción citoplás-
los casos puede demostrarse la presencia de mucina y un mica en el colangiocarcinoma y citoplásmica y mem-
estroma desmoplásico abundante característico, que al- branosa en el adenocarcinoma metastásico.
gunas veces se dispone de manera circunferencial alre- Las alteraciones genéticas observadas más común-
dedor de las glándulas neoplásicas. Ocasionalmente las mente en el colangiocarcinoma son pérdida de p53 y
células tumorales forman estructuras tubulares pequeñas mutaciones de K--ras. La pérdida de p53 se ha informa-
y angostas, recordando canales o conductos de Hering, do en más de 50% de los tumores intrahepáticos forma-
un patrón que ha sido referido como carcinoma colan- dores de masa, y pueden ocurrir por mutación, LOH en
giocelular. Favorecen carcinoma sobre proceso benigno 17p o amplificación del gen MDM2. La inactivación de
luces intracitoplásmicas, arquitectura cribiforme focal, p53 lleva a desregulación de bcl--2, y causa potencial-
estratificación nuclear y detritus celulares intralumina- mente resistencia a la apoptosis. La pérdida de bcl--2 co-
les. Otras variantes celulares menos comunes son carci- rrelaciona con metástasis ganglionares, invasión vascu-
noma de células claras, adenoescamoso, mucinoso, de lar y expresión aberrante de p53. Las mutaciones de
células en anillo de sello, sarcomatoso, de células pe- K--ras afectan usualmente al codón 12 y varían amplia-
queñas, con características papilares, con característi- mente con la localización geográfica y el sitio del tumor.
Vesícula biliar y vías biliares 421

La incidencia es mayor a 100% en Inglaterra, 50 a 56% retrógrada endoscópica o por colangiografía transhepáti-
en Japón y 0 a 8% en Tailandia, lo que posiblemente ca percutánea. Los procedimientos citológicos (BAAD,
refleja las diferencias en la etiología subyacente. Las cepillado o aspirado biliar) proporcionan material diag-
mutaciones de K--ras son más comunes en los tumores nóstico en 70% de los casos.
con infiltración periductal del árbol biliar extrahepático
que en el colangiocarcinoma intrahepático formador de
masa, mientras que las mutaciones de p53 son más co- Anatomía patológica
munes en este último. También son frecuentes las alte-
raciones del gen p16, y la hipermetilación del promotor El tumor puede tener un patrón de crecimiento infiltran-
puede ser la causa más común de inactivación en el co- te (70 a 80%), nodular (20%) o intraductal (< 5%). Los
langiocarcinoma intrahepático. Con frecuencia se ha ob- tumores infiltrantes y nodulares son a menudo poco dife-
servado sobreexpresión de transcriptasa reversa de telo- renciados, tienden a diseminarse a lo largo de la mucosa
merasa humana (hTERT) en displasia y carcinoma y la submucosa y se acompañan por una gran respuesta
invasivo, indicando que podría ser un evento temprano desmoplásica. Ocasionalmente son multicéntricos o
en la carcinogénesis. El factor de crecimiento de hepa- asociados con adenocarcinoma de la vesícula biliar. La
tocitos, c--met, se sobreexpresa en el colangiocarcinoma extensión directa al hígado es común en lesiones del ter-
y correlaciona con la diferenciación tumoral. También se cio superior. El atrapamiento de la vena porta izquierda
han descrito otras alteraciones, como mutaciones en los o la derecha ocurre en un tercio de los casos y conduce
genes de E--cadherina, C--catenina y DPC--4, amplifica- a atrofia lobar ipsilateral. Casos ocasionales tienen un
ción del gen HER--2/neu e inestabilidad microsatélite. patrón de crecimiento papilar. Las metástasis ganglio-
nares se identifican en 30 a 50% de los pacientes al mo-
mento de la resección; los grupos ganglionares más co-
múnmente afectados son los de alrededor de la porción
COLANGIOCARCINOMA
inferior del ligamento hepatoduodenal, el grupo pan-
EXTRAHEPÁTICO
creaticoduodenal superoposterior y el grupo de la arte-
ria mesentérica superior. Los tumores originados en el
contexto de colangitis esclerosante primaria pueden ser
multifocales y asociados con displasia y carcinoma in
Aspectos clínicos situ en múltiples sitios. Debido a la marcada desmopla-
sia estromal, pueden ser requeridas múltiples biopsias
El colangiocarcinoma extrahepático puede dividirse en endoscópicas y cepillados, ya que el diagnóstico en
perihiliar (cuando se origina cerca del hilio hepático) y biopsia puede ser posible sólo en 40 a 70% de los casos.
distal (se origina en la porción distal del conducto bi- Microscópicamente la gran mayoría de los tumores
liar). Los tumores perihiliares (tumor de Klatskin) cons- son adenocarcinomas bien diferenciados productores
tituyen casi dos tercios de todos los colangiocarcino- de mucina. En lesiones más distales puede apreciarse
mas. Los pacientes presentan ictericia obstructiva, una superficie papilar; a veces todo el tumor es un ade-
ataques repetidos de colangitis y un perfil bioquímico nocarcinoma papilar bien diferenciado con mínima o
colestásico. La elevación persistente de marcadores tu- nula invasión; algunos tumores son tan bien diferencia-
morales como CA19--9 en ausencia de colangitis puede dos —aun las metástasis— que su identificación como
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ser útil para el diagnóstico. malignos puede ser muy difícil. Las características his-
Estos tumores pueden desarrollarse a cualquier nivel topatológicas más importantes son heterogeneidad ce-
del árbol biliar: en el tercio superior, incluyendo el hilio lular dentro de la misma glándula, aumento del índice
(50 a 75%), en el tercio medio (10 a 25%) y en el tercio núcleo:citoplasma, nucleolo prominente, invasión es-
inferior (10 a 20%). Bismuto ha propuesto una clasifica- tromal y perineural y laminación concéntrica del estro-
ción anatómica más precisa: tipo I, por debajo de la con- ma alrededor de las glándulas neoplásicas. Una clave
fluencia de los conductos hepáticos derecho e izquierdo; diagnóstica importante es la yuxtaposición de células de
tipo II, alcanzando la confluencia; tipo III, ocluyendo el apariencia normal con células de núcleo grande y nu-
conducto hepático común y cada conducto hepático cleolo prominente. Recuerdan al adenocarcinoma de la
(IIIa el derecho y IIIb el izquierdo); tipo IV, multicén- vesícula biliar en su expresión de mucosustancias y
trico o involucrando la confluencia de ambos conduc- ACE los cambios metaplásicos y displásicos en el epite-
tos. La presencia y la localización de estos tumores son lio adyacente y la ocurrencia ocasional de variantes
mejor observadas mediante colangiopancreatografía morfológicas con metaplasia escamosa, cambios de cé-
422 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

lulas claras o características neuroendocrinas (inclu- OTROS TUMORES MALIGNOS


yendo carcinoma neuroendocrino de células pequeñas).
Una variante distinta es el carcinoma esclerosante
(tumor de Altemeier--Klatskin), que se origina en la
unión del conducto hepático y se disemina desde ahí Otros tumores que pueden ocurrir en los conductos bi-
hasta los segmentos largos del árbol biliar; está caracte- liares extrahepáticos, aunque raramente, son el tumor
rizado por un largo curso clínico y es microscópicamen- carcinoide, el paraganglioma y el melanoma maligno
te bien diferenciado, asociado con extensa fibrosis. El primario. La posibilidad de metástasis de otro sitio pri-
principal diagnóstico diferencial (microscópico y ra- mario debe ser excluida antes de hacer el diagnóstico de
diológico) es con colangitis esclerosante. Es probable melanoma maligno primario.
que algunos casos de carcinomas esclerosantes se origi- También pueden afectar los conductos biliares extra-
nen en un contexto de colangitis esclerosante, y de ahí hepáticos la leucemia y el linfoma, aunque es muy raro
se derivan las similitudes entre ambos. La sobreexpre- que sean la manifestación inicial. El rabdomiosarcoma
sión de p53 en 94% de los colangiocarcinomas y en nin- embrionario es una neoplasia muy rara en el árbol biliar,
gún caso de colangitis esclerosante podría ser de utili- pero es el tumor maligno más común en este sitio en
dad en el diagnóstico diferencial de ambas entidades. niños.

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424 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--1. Aspecto externo de la vesícula biliar normal, con una serosa lisa con discretos trayectos vasculares.

Figura 12--2. La mucosa de la vesícula biliar es aterciopelada con pared delgada, teñida por la bilis.
Vesícula biliar y vías biliares 425

Figura 12--3. Aspecto microscópico de la vesícula biliar normal, epitelio en monocapa, lámina propia y pared muscular.
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Figura 12--4. Colecistitis aguda, la mucosa con edema y engrosamiento de la pared.


426 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--5. Colecistitis aguda; acercamiento de la mucosa congestiva y edematosa.

Figura 12--6. Microfotografía. la colecistitis aguda tiene áreas con pérdida de la mucosa y extensa congestión vascular.
Vesícula biliar y vías biliares 427

Figura 12--7. Microfotografía. Colecistitis aguda; mucosa sustituida por abundantes polimorfonucleares y fibrina.
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Figura 12--8. Microfotografía de colecistitis aguda. Extensa necrosis isquémica de la mucosa y pared muscular con inflamación
aguda.
428 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--9. Microfotografía. Detalle de colecistitis aguda con abundantes polimorfonucleares, pérdida de las capas musculares
y gran congestión vascular.

Figura 12--10. Microfotografía. Colecistitis aguda abscedada; el proceso inflamatorio sustituye la pared muscular de la vesícula
con el riesgo de ruptura.
Vesícula biliar y vías biliares 429

Figura 12--11. Microfotografía. Colecistitis aguda abscedada. Necrosis e inflamación con abundantes polimorfonucleares; se pre-
senta frecuentemente en pacientes ancianos asociada a sepsis.
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Figura 12--12. Colecistitis crónica. En esta vesícula la pared es fibrosa, la mucosa tiene áreas despulidas en el fondo y está aso-
ciada con colesterolosis.
430 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--13. Colecistitis crónica. Vesícula pequeña de pared gruesa y mucosa de aspecto velloso.

Figura 12--14. Colecistitis crónica. Microscópicamente hay inflamación mononuclear y folículos linfoides que afecta la mucosa
y la pared muscular.
Vesícula biliar y vías biliares 431

Figura 12--15. Microfotografía. Colecistitis crónica con formación de folículos linfoides con centros germinales en la lámina propia
de la mucosa.
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Figura 12--16. Microfotografía. Colecistitis crónica. La pared vesicular es gruesa con fibrosis que rodea fibras musculares; la
mucosa se aplana y en áreas está ausente.
432 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--17. Macrofotografía. Colecistitis crónica escleroatrófica; vesícula en porcelana con litiasis. La pared es rígida y delga-
da. Esta vesícula correspondió a un paciente con carcinoma pulmonar metastásico a hígado.

Figura 12--18. Macrofotografía. Otro ejemplo de colecistitis crónica escleroatrófica con vesícula pequeña, rígida y serosa con
adherencias.
Vesícula biliar y vías biliares 433

Figura 12--19. Macrofotografía. Colecistitis escleroatrófica con cálculo único impactado en la luz.
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Figura 12--20. Macrofotografía. Colecistitis escleroatrófica. Al retirar el cálculo la vesícula queda rígida como un molde.
434 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--21. Macrofotografía. En este acercamiento la pared es rígida con áreas de hemorragia y calcificación; la mucosa está
despulida.

Figura 12--22. Microfotografía. Detalle focal en la pared en donde la mucosa tiene calcificaciones y focalmente granulomas de
tipo cuerpo extraño.
Vesícula biliar y vías biliares 435

Figura 12--23. Macrofotografía. Colelitiasis; la vesícula tiene múltiples cálculos amarillos en su luz entremezclados con bilis
espesa y lodo biliar; la pared vesicular es gruesa y blanda.
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Figura 12--24. Macrofotografía. Vesícula con cálculo único, pared fibrosa rígida y mucosa denudada.
436 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--25. Macrofotografía. Múltiples cálculos de colesterol facetados y oscuros.

Figura 12--26. Macrofotografía. Cálculos de colesterol amarillo, blando y radiado en la superficie de corte.
Vesícula biliar y vías biliares 437

Figura 12--27. Macrofotografía. Vesícula tabicada en su porción media con pequeños cálculos pigmentarios negros y facetados.
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Figura 12--28. Macrofotografía. Cálculos pigmentarios de superficie granular.


438 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--29. Macrofotografía. Cálculo impactado en conducto cístico.

Figura 12--30. Macrofotografía. Vesícula con colesterolosis en la porción media y lodo biliar de aspecto oscuro.
Vesícula biliar y vías biliares 439

Figura 12--31. Macrofotografía. Colesterolosis difusa en toda la mucosa vesicular.


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Figura 12--32. Macrofotografía. Estrías amarillo--doradas discretamente sobreelevadas en la mucosa vesicular.


440 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--33. Macrofotografía. Detalle de las estrías de colesterolosis.

Figura 12--34. Aspecto microscópico de la colesterolosis con acúmulo de macrófagos espumosos en la lámina propia de la muco-
sa e hiperplasia de las células epiteliales.
Vesícula biliar y vías biliares 441

Figura 12--35. Macrofotografía. Colecistitis crónica con colesterolosis.


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Figura 12--36. Macrofotografía. Otro ejemplo de colesterolosis y litiasis vesicular.


442 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--37. Macrofotografía. Pared normal, delgada, uniforme de 2 mm de espesor.

Figura 12--38. Macrofotografía. Pared vesicular con colecistitis crónica y colesterolosis, discretamente engrosada.

Figura 12--39. Macrofotografía. Pared de vesícula con colecistitis aguda, congestión y edema de la mucosa.

Figura 12--40. Macrofotografía. Vesícula escleroatrófica, pared rígida calcificada formando un molde.
Vesícula biliar y vías biliares 443

Figura 12--41. Macrofotografía. Pared delgada y mucosa granular en vesícula con carcinoma que infiltra la pared muscular, en
donde el aspecto macroscópico no es sospechoso de una neoplasia.
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Figura 12--42. Macrofotografía. Pólipo de colesterol, elevación de 2 mm sobre la mucosa.


444 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--43. Aspecto microscópico del pólipo de colesterol; acúmulo de macrófagos en la lámina propia entremezclados con
algunas glándulas hiperplásicas.

Figura 12--44. Adenomiosis, macroscópicamente nódulo multiquístico con bilis en la luz en fondo vesicular, en vesícula con cole-
cistitis crónica litiásica.
Vesícula biliar y vías biliares 445

Figura 12--45. Microfotografía. Adenomiosis; acúmulo de glándulas hiperplásicas entremezcladas con músculo liso en la pared
vesicular.
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Figura 12--46. Microfotografía. Aspecto de la adenomiosis con glándulas dilatadas y ramificadas.


446 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--47. Macrofotografía. Pólipo de colesterol, elevación de 2 mm sobre la mucosa.

Figura 12--48. Aspecto microscópico del pólipo de colesterol; acúmulo de macrófagos en la lámina propia entremezclados con
algunas glándulas hiperplásicas.
Vesícula biliar y vías biliares 447

Figura 12--49. Microfotografía. Mucosa con displasia; la mucosa es hipercromática por aumento de la celularidad, atipia marcada
y mitosis frecuente.
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Figura 12--50. Microfotografía. Displasia de la mucosa; el cambio es exclusivo de la mucosa, el resto de la pared es normal.
448 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--51. Microfotografía. Acercamiento de la mucosa con displasia de bajo grado.

Figura 12--52. Macrofotografía. Pared delgada y mucosa granular en vesícula con carcinoma que infiltra la pared muscular, en
donde el aspecto macroscópico no es sospechoso de una neoplasia.
Vesícula biliar y vías biliares 449

Figura 12--53. Microfotografía. Displasia de bajo grado, células cilíndricas con núcleos alargados que conservan su polaridad
basal, con nucleolo prominente y cromatina discretamente granular.
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Figura 12--54. Microfotografía. Displasia de alto grado, células de tamaño variable con seudoestratificación de los núcleos. Hay
escasos neutrófilos sobre las células epiteliales.
450 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--55. Serosa de vesícula con carcinoma infiltrante sin lesión macroscópica; la serosa es lisa brillante con trayectos vas-
culares muy evidentes en donde no se sospecha una neoplasia.

Figura 12--56. Macrofotografía. Mucosa con adenocarcinoma que infiltra todo el espesor de la pared sin invasión de la serosa.
La mucosa está engrosada, de aspecto granular y discretamente edematosa.
Vesícula biliar y vías biliares 451

Figura 12--57. Microfotografía. Áreas de displasia de alto grado en la mucosa vesicular deben alertar a la búsqueda de carcinoma
infiltrante en sitios vecinos.
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Figura 12--58. Microfotografía. Displasia de alto grado entre epitelio columnar con atipia mínima, infiltrado inflamatorio de la lámina
propia y glándula; neoplasia infiltrando la muscular propia.
452 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--59. Microfotografía. Glándula neoplásica en la capa muscular, con núcleos grandes, irregulares e hipercromáticos,
nucleolos prominentes y cromatina densa.

Figura 12--60. Microfotografía. Adenocarcinoma bien diferenciado con glándulas neoplásicas infiltrando las capas musculares,
algunas con necrosis en la luz.
Vesícula biliar y vías biliares 453

Figura 12--61. Macrofotografía. Vesícula biliar con neoplasia evidente, de aspecto vegetante, que engruesa por infiltración toda
la pared.
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Figura 12--62. Macrofotografía. Otro aspecto del carcinoma vesicular con abundante material hemático en la luz y en la pared
muscular.
454 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--63. Macrofotografía. Detalle. Extenso engrosamiento de la pared debido a la infiltración de la neoplasia que tiene un
aspecto vegetante polipoide y hemorrágico hacia la luz vesicular.

Figura 12--64. Microfotografía. Áreas de adenocarcinoma bien diferenciado con múltiples formaciones glandulares y gran canti-
dad de figuras de mitosis.
Vesícula biliar y vías biliares 455

Figura 12--65. Microfotografía. Adenocarcinoma papilar con papilas largas que crecen hacia la luz vesicular.
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Figura 12--66. Microfotografía. Acercamiento de adenocarcinoma papilar con papilas formadas por un tallo fibrovascular revestido
por células neoplásicas cilíndricas.
456 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--67. Microfotografía. Adenocarcinoma poco diferenciado con células en anillo de sello; estas neoplasias pueden estar
asociadas con adenocarcinoma bien diferenciado.

Figura 12--68. Microfotografía. Células en anillo de sello que infiltran la lámina propia con núcleos excéntricos debido a la gran
cantidad de moco en el citoplasma.
Vesícula biliar y vías biliares 457

Figura 12--69. Microfotografía. Detalle de un adenocarcinoma bien diferenciado teñido con azul alciano en donde se tiñe el borde
luminar de las células neoplásicas.
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Figura 12--70. Microfotografía. Adenocarcinoma bien diferenciado de vesícula biliar a la izquierda de la foto, en continuidad con
el tejido hepático; detalle de una metástasis, mitosis frecuente.
458 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--71. Aspecto macroscópico de un quiste de colédoco; del lado izquierdo se observa la vesícula biliar, del lado derecho
la importante dilatación del conducto.

Figura 12--72. Imagen de estudio de ultrasonido. Se observa la dilatación quística del colédoco (Q), contigua a la vesícula biliar
(VB).
Vesícula biliar y vías biliares 459

Figura 12--73. Corte histológico de espesor total del quiste. Se observa la pared fibrosa del mismo. Está revestido por epitelio
plano.
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Figura 12--74. Corte histológico teñido con H--E; detalle del epitelio de revestimiento del quiste de colédoco, el cual es plano sim-
ple.
460 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)

Figura 12--75. Corte histológico teñido con H--E; se observa la pérdida del epitelio de revestimiento.

Figura 12--76. Corte histológico teñido con H--E con zona de inflamación mural compuesta por macrófagos con pigmento biliar,
así como linfocitos y células plasmáticas.
Vesícula biliar y vías biliares 461

Figura 12--77. Colangiocarcinoma moderadamente diferenciado en el que se observa la heterogeneidad celular dentro de la
misma glándula, mostrando formaciones tubulares con luces intracitoplásmicas, estratificación nuclear y detritus celulares intralu-
minales.
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462 Atlas de gastroenterología (Capítulo 12)
Capítulo 13
Páncreas
Arturo Ángeles Ángeles, Sagrario del Pilar Trinidad Hernández, Braulio Martínez Benítez

INTRODUCCIÓN mas; sin embargo, la clasificación que ha tenido mayor


aceptación es la propuesta por la Organización Mundial
de la Salud, que se menciona para la consideración del
lector en el cuadro 13--1.
El páncreas es un órgano localizado en el retroperitoneo A continuación se describen las características más
de difícil acceso para la toma de biopsias. Hasta hace importantes y los aspectos macroscópicos y microscó-
algunos años, cuando existía la sospecha clínica o radio- picos de la mayoría de estas neoplasias.
lógica de una neoplasia el procedimiento para la obten-
ción de tejido para estudio histológico era necesaria-
mente quirúrgico, a través de una laparotomía; luego se
Cuadro 13--1. Clasificación
iniciaron las biopsias percutáneas con agujas gruesas
de los tumores del páncreas
cortantes tipo tru--cut, que eran responsables de muchas
complicaciones porque lesionaban estructuras vitales Tumores exocrinos
en su paso para llegar al páncreas. Neoplasias serosas
En años recientes se han implementado las biopsias Cistadenoma seroso
por aspiración con aguja delgada tanto percutáneas Cistadenocarcinoma seroso
como transendoscópicas, que resultan mucho menos Neoplasias mucinosas
agresivas, tienen bajo porcentaje de complicaciones y Tumores quísticos mucinosos
permiten establecer diagnósticos de los tumores pan- Neoplasia mucinosa papilar intraductal
creáticos con alto grado de certeza, sin necesidad de rea- Neoplasia intraepitelial pancreática
lizar una intervención quirúrgica. Adenocarcinoma ductal invasor
Las biopsias percutáneas las realizan los radiólogos Neoplasias de células acinares
con control tomográfico, y las transendoscópicas los Otras neoplasias
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endoscopistas a través de ultrasonido endoscópico. Neoplasia sólida seudopapilar


El páncreas posee una porción exocrina y una endo- Pancreatoblastoma
crina. La primera está constituida por acinos y conduc-
Neoplasias no epiteliales
tos y la segunda por los islotes de Langerhans. De cada
Tumores endocrinos
uno de estos componentes se originan neoplasias tanto
Adenomas
benignas como malignas.
Carcinomas
Una de las enfermedades mas importantes por su fre-
Carcinomas de células pequeñas
cuencia y gravedad la constituyen los tumores pancreá-
Carcinomas endocrinos de células grandes
ticos, los cuales han sido clasificados de diversas for-

463
464 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

TUMORES EXOCRINOS Cuadro 13--2. Tumores quísticos de páncreas


Tumores quísticos serosos (células claras)
NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS Cistadenoma seroso
Quistes pancreáticos asociados con von Hippel--Lindau
Cistadenocarcinomas serosos
Quistes con epitelio mucosecretor
Quiste es una cavidad o saco revestido por epitelio que Neoplasias quísticas mucinosas
puede contener líquido o material semisólido. Cistadenoma mucinoso
Los tumores quísticos del páncreas son mucho me- Tumor mucinoso limítrofe
nos comunes que los sólidos. Se estima que menos de Cistadenocarcinoma mucinoso
1% de los tumores pancreáticos son quísticos. Sin em- Neoplasias papilares intraductales mucinosas
bargo, en los últimos tiempos se ha informado en algu- Sin carcinoma invasor
nas instituciones incremento hasta de 15%; esto puede Con carcinoma invasor
deberse a un aumento de las resecciones pancreáticas, Quistes no neoplásicos mucinosos, mucocele y quistes
por el desarrollo tecnológico de los estudios de imagen, de retención
que pueden detectar tumores asintomáticos. Gran nú- Quistes con epitelio epidermoide (escamoso)
mero de lesiones quísticas no son infiltrativas; por tanto, Quiste linfoepitelial
son potencialmente resecables y la mayoría curables; Quiste epidermoide dentro de tejido pancreático en
ello, aunado a los avances de la cirugía y de los cuidados bazo accesorio
perioperatorios, ha logrado disminuir la mortalidad, de Quistes dermoides
20 a 30% en 1980 a menos de 5% en la actualidad. Hay Quiste escamoso de conductos pancreáticos
características clínicas y morfológicas que deben consi- Quistes recubiertos por células acinares
derarse en la evaluación de estas neoplasias: la edad y el Cistadenoma de células acinares (trasformación acinar
género del paciente, la relación entre quistes y conducto quística)
pancreático, el contenido de los quistes (seroso, muci- Cistadenocarcinoma de células acinares
noso, material necrótico y detritus celulares), el tipo de Quistes recubiertos por células endoteliales
epitelio que los recubre y la naturaleza del estroma que Linfangiomas
los rodea. Una de las clasificaciones utilizadas se basa en
el tipo de epitelio de revestimiento (cuadro 13--2).
teatorrea e ictericia si la neoplasia se localiza en la cabe-
za del páncreas. Los raros casos de cistadenocarcino-
TUMORES QUÍSTICOS SEROSOS mas serosos se han presentado entre los 63 y los 72 años
de edad en igual número de hombres y mujeres; produ-
cen hemorragia de tubo digestivo debido a varices gás-
tricas cuando invaden la pared del estómago y la vena
Son neoplasias quísticas epiteliales revestidas por epite- esplénica, invaden el bazo y metastatizan a hígado, gan-
lio ductal rico en glucógeno que producen fluido acuo- glios linfáticos y pared gástrica. El antígeno CA19--9 es
so. La mayoría son benignos (cistadenoma seroso) y se negativo en las neoplasias benignas, y en las malignas
dividen en microquísticos y oligoquísticos. Muy raros puede ser negativo o levemente positivo. Los tumores
casos son malignos (cistadenocarcinoma seroso). Cons- benignos tienen pronóstico excelente con mínimo ries-
tituyen de 1 a 2% de las neoplasias del páncreas exocri- go de transformación maligna. Los cistadenocarcino-
no y la edad media de presentación es de 66 años, con mas son de lento crecimiento y de mejor pronóstico que
predominio en mujeres. Se localizan con mayor fre- los carcinomas ductales.
cuencia en el cuerpo y la cola del páncreas. Hay casos
asociados con el síndrome de von Hippel--Lindau.
Diagnóstico

Aspectos clínicos Los estudios más útiles para establecer el diagnóstico


son la tomografía computarizada (TC) y el ultrasonido
Presentan síntomas relacionados con compresión local, (US) endoscópico, aunque debido a la superposición de
dolor abdominal, vómito, náuseas, pérdida de peso, es- imágenes los errores diagnósticos pueden llegar hasta
Páncreas 465

25% con estas técnicas. Por tomografía se observa en 10 Hay autores que mencionan que estas neoplasias sólo se
a 30% de los casos el clásico patrón de calcificaciones presentan en mujeres y que los casos descritos en hom-
en rayos de sol con una cicatriz central. Muestran patrón bres corresponden a neoplasia intraductal papilar muci-
en panal de abejas con microlagunas separadas por finas nosa. La edad media de presentación es de 49 años, aun-
bandas de tejido fibroso. Los errores son más comunes que se han documentado en mujeres desde 20 hasta 82
con los adenomas oligoquísticos, que se interpretan años. Se clasifican en adenoma, tumor quístico mucino-
como tumores quísticos mucinosos o seudoquistes. La so limítrofe, carcinoma no invasor o in situ y carcinoma
endoscopia y la resonancia magnética retrógrada colan- invasor.
giopancreática muestran pérdida de la comunicación
con el sistema ductal pancreático, característica que los
distingue de los seudoquistes. La angiografía típica- Aspectos clínicos
mente muestra hipervascularidad.
Se localizan con mayor frecuencia en el cuerpo y la cola
del páncreas, por lo que la ictericia obstructiva es poco
Aspectos anatomopatológicos frecuente, salvo en los cistadenocarcinomas, que se pre-
sentan habitualmente en la cabeza pancreática. La pre-
sentación clínica depende del tamaño del tumor. Los tu-
Macroscópicamente son neoplasias únicas, bien delimi-
mores de menos de 3 cm se encuentran de forma
tadas, que pueden medir de 1 a 25 cm de diámetro, con
incidental y los de mayor tamaño producen síntomas de-
promedio de 6 a 10 cm. Se identifican múltiples quistes
bido a compresión de estructuras adyacentes; puede
llenos de líquido seroso claro que miden de 0.1 a 0.5 cm,
haber tumor abdominal palpable, dolor o molestias en el
dispuestos en la mayoría de los casos alrededor de una
epigastrio y con cierta frecuencia se han asociado con
cicatriz central estelar. El tumor tiene aspecto de espon-
diabetes mellitus. Hay aumento en el suero sanguíneo de
ja. La variante oligoquística está constituida por menor
marcadores tumorales como el antígeno carcinoembrio-
número de quistes de mayor tamaño y no tienen cicatriz
nario y CA19--9, sobre todo en los cistadenocarcinomas.
central estelar.
Microscópicamente están compuestos por numero-
sos quistes pequeños, recubiertos por epitelio cúbico
Diagnóstico
rico en glucógeno, dispuestos alrededor de una cicatriz
central de colágena densa. En la variante oligoquística
los quistes son de mayor tamaño, incluso únicos, y care- La radiografía abdominal muestra calcificaciones en la
cen de la cicatriz central. Los núcleos son centrales re- cápsula del tumor y compresión o desplazamiento de es-
dondos u ovales y uniformes, sin atipia ni mitosis. Algu- tómago, duodeno o colon. El US y la TC presentan tu-
nos pueden tener proyecciones digitiformes sin tallo mor bien delimitado de baja densidad con uno o más
fibrovascular. Los cistadenocarcinomas son idénticos a quistes grandes; el engrosamiento irregular de la pared
los tumores benignos, aunque pueden mostrar leve ati- de los quistes o las papilas sugiere transformación ma-
pia focal y rara vez invasión neural. Las células son po- ligna. La colangiografía retrógrada pancreática muestra
sitivas para PAS y negativas para PAS--diastasa y azul desplazamiento del conducto pancreático principal y
alciano. Tienen inmuorreactividad para citoqueratinas ausencia de comunicación con el tumor, importante ha-
7, 8, 18 y 19. El diagnóstico diferencial en los adenomas llazgo para diferenciarlo de neoplasia papilar intraduc-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

microquísticos se establece con linfangiomas y en los tal mucinosa. El mejor abordaje para obtener resultados
oligoquísticos con neoplasias quísticas mucinosas y adecuados es combinar las evaluaciones clínica, seroló-
seudoquistes. gica y radiológica y la biopsia por aspiración.

Aspectos anatomopatológicos
TUMORES QUÍSTICOS MUCINOSOS
Macroscópicamente se presentan como tumores redon-
dos de superficie lisa y seudocápsula fibrosa con engro-
samiento variable y calcificaciones frecuentes. La ma-
Representan de 2 a 5% de las neoplasias exocrinas de yoría miden entre 6 y 10 cm, aunque pueden ser desde
páncreas y se presentan casi exclusivamente en mujeres 2 hasta 35 cm de diámetro. Las superficies de corte
perimenopáusicas; la relación hombre--mujer es de 1:2. muestran lesiones uniloculadas o multiloculadas con
466 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

quistes que van de pocos milímetros a varios centíme- sistema ductal que es posible detectar radiológicamen-
tros y contienen material mucoide o mezcla de material te. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud,
mucoide con hemorragia y necrosis; el contenido rara se clasifican en lesiones benignas, limítrofes, malignas
vez es acuoso. Cuando el tumor es unilocular las super- no invasoras y malignas invasoras. Corresponden a me-
ficies internas son lisas y cuando es multilocular suelen nos de 5% de las neoplasias quísticas del páncreas, aun-
tener papilas y nódulos murales. Los tumores malignos que por ser una categoría descrita hace poco es difícil
muestran casi siempre papilas y nódulos murales, y son determinar su incidencia. Ocurren en la séptima y la oc-
multiloculados. Como regla, no tienen comunicación tava décadas de la vida, y aproximadamente 30% de los
con el sistema de conductos pancreáticos. Microscópi- pacientes tiene tumor en otros órganos, algunos sincró-
camente muestran dos componentes: una capa de epite- nicos y otros metacrónicos.
lio de células columnares con citoplasma rico en muci-
na, que puede formar papilas o estar denudado, y por
debajo estroma de tipo ovárico. Puede haber diferencia- Características clínicas
ción seudopilórica, foveolar, intestinal y epidermoide.
La mitad de estos tumores tienen células endocrinas. El síntoma más común es dolor abdominal, seguido por
Los cistadenomas mucinosos tienen núcleos basales disminución de la consistencia de las heces, pérdida de
levemente aumentados de tamaño y ausencia de mitosis. peso, ictericia, diabetes y pancreatitis crónica. Los pa-
Las neoplasias quísticas mucinosas limítrofes muestran cientes pueden ser asintomáticos. Hay casos que se han
papilas o invaginaciones tipo cripta, seudoestratifica- detectado al observar la dilatación del conducto pan-
ción, variación en el tamaño nuclear y mitosis. Los cis- creático de manera incidental en estudios de imagen.
tadenocarcinomas mucinosos no invasores tienen papi- Endoscópicamente la salida de mucina por el ámpula de
las irregulares, estratificación nuclear, atipia intensa y Váter es una característica diagnóstica de este tumor. El
mitosis frecuentes; cuando son invasores hay epitelio antígeno CA19--9 y el antígeno carcinoembrionario es-
atípico dentro del estroma. El componente invasor se- tán elevados en algunos casos. En suero la amilasa y la
meja adenocarcinoma de tipo habitual. Las áreas malig- lipasa están comúnmente elevadas. La supervivencia a
nas deben buscarse con mucho cuidado porque la neo- cinco años es de 70%. Algunos pacientes con NIPM no
plasia puede tener extensas zonas de epitelio denudado. invasora desarrollan recurrencias e incluso metástasis;
El estroma está constituido por células fusiformes, con la probable explicación de este fenómeno es que las
núcleos redondos o alargados y citoplasma disperso, áreas de invasión del tumor primario no pudieron ser
con luteinización variable. El componente epitelial es documentadas histológicamente.
positivo con PAS/diastasa y azul alciano y con reaccio-
nes de inmunohistoquímica como antígeno de membra-
Diagnóstico
na epitelial, antígeno carcinoembrionario y citoquerati-
nas 7, 8, 18 y 19. El componente estromal expresa actina
En la mayoría de los pacientes se identifica un tumor
de músculo liso, desmina, receptores de estrógenos y
intraductal, dilatación acentuada del conducto o una
progesterona. El diagnóstico diferencial se establece
imagen de quiste. La dilatación de los conductos pan-
con neoplasia intraductal papilar mucinosa, adenomas
creáticos secundarios es muy sugerente, pero sólo se ob-
serosos oligoquísticos y seudoquistes. El pronóstico es
serva en pocos casos cuando se realiza endoscopia re-
excelente en los cistadenomas, tumores limítrofes y car-
trógrada colangiopancreática.
cinomas no invasores, siempre y cuando el tumor se ex-
tirpe en su totalidad. En los cistadenocarcinomas inva-
sores el pronóstico depende del estadio clínico. Aspectos anatomopatológicos

Macroscópicamente es importante documentar el invo-


lucro del sistema ductal. El tamaño de los tumores varía
NEOPLASIA INTRADUCTAL de 1 a 8 cm de diámetro; hay quistes multiloculados que
PAPILAR MUCINOSA (NIPM) pueden extenderse a los conductos secundarios y tam-
bién pueden tener apariencia sólida. El tumor puede ser
localizado, multicéntrico y en raras ocasiones involucra
por completo el conducto principal y el sistema ductal.
Esta neoplasia se origina en el conducto pancreático La cabeza del páncreas se afecta con mayor frecuencia
principal o ramas del mismo y produce dilatación del que el resto del órgano.
Páncreas 467

Microscópicamente los conductos dilatados están re- de grado I con atipia mínima, evoluciona al grado II, en
vestidos por células mucoproductoras con grados varia- el que presenta proyecciones papilares y mayores anor-
bles de atipia (figura 13--18). Se identifican papilas con malidades citológicas, y termina con el grado III, en el
tres patrones morfológicos: que hay atipia marcada, papilas o excrecencias hacia la
luz, patrón cribiforme y necrosis. Cuando rebasa la
1. Intestinal. membrana basal del conducto se convierte en neoplasia
2. Pancreatobiliar. ductal infiltrante. Se calcula que deben transcurrir mu-
3. Gástrico, a veces con apariencia de foveolas gás- chos años para que una neoplasia intraepitelial pancreá-
tricas; hay también zonas denudadas de epitelio. tica grado I evolucione hasta un carcinoma invasor. Es-
tas lesiones presentan muchas de las anormalidades
Los adenocarcinomas invasores ocurren en menos de genéticas observadas en los carcinomas invasores, lo
30% y son de tipo coloide o ductal convencional. Son que apoya su carácter preneoplásico.
positivos con tinciones para moco como PAS, mucicar- La mayoría de estas lesiones son asintomáticas y no
mín y azul alciano, y con inmunohistoquímica expresan son detectadas macroscópicamente, pues son menores
citoqueratinas, antígeno de membrana epitelial y antí- de 0.5 cm. Su caracterización se ha realizado en piezas
geno carcinoembrionario. Rara vez muestran células quirúrgicas al estudiar histológicamente la vecindad de
endocrinas que expresan cromogranina y sinaptofisina. las neoplasias invasoras.
El diagnóstico diferencial se plantea con neoplasias
quísticas mucinosas, neoplasia intraepitelial pancreáti-
ca y neoplasia intraductal papilar oncocítica. ADENOCARCINOMA DUCTAL INVASOR

TUMOR SÓLIDO SEUDOPAPILAR


Aspectos clínicos

Representa de 85 a 90% de los tumores pancreáticos


Es una neoplasia benigna que ocurre con mayor fre- exocrinos. Se origina con mayor frecuencia en la cabeza
cuencia en mujeres jóvenes. Representa de 1 a 2% de los del páncreas (60 a 80%), por lo que da lugar a cuadro de
tumores pancreáticos exocrinos. Frecuentemente cons- ictericia obstructiva. Son neoplasias de alto grado de
tituye un hallazgo radiológico incidental. La ictericia es malignidad que requieren tratamiento quirúrgico, pues
rara. El US y la TC revelan una neoplasia bien delimi- no responden a la radioterapia ni a la quimioterapia; la
tada con áreas sólidas y quísticas, a veces con calcifica- resección está indicada cuando el tumor puede extirpar-
ciones. Macroscópicamente son tumores encapsulados, se en su totalidad y no se ha diseminado a distancia. Las
con áreas quísticas, hemorrágicas y sólidas de color café metástasis ocurren con mayor frecuencia a los ganglios
y consistencia blanda. Histológicamente están forma- de las zonas linfoportadoras y al hígado. Desde el punto
dos por células pequeñas y redondas con poca cohesión de vista de laboratorio, uno de los marcadores más útiles
que forman láminas o seudopapilas. Son neoplasias de es el CA19--9, que se eleva en la mayoría de estas neo-
lento crecimiento que en ocasiones invaden estructuras plasias.
vecinas, pero excepcionalmente metastatizan a distancia.
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Aspectos macroscópicos

NEOPLASIA INTRAEPITELIAL Habitualmente son tumores no encapsulados, indura-


PANCREÁTICA dos, de bordes infiltrantes y de color que va del gris
blanquecino al amarillo claro. El tamaño es muy varia-
ble, de acuerdo a la etapa clínica, y puede medir desde
1 hasta más de 10 cm, con promedio de 3 cm en series
Se considera la lesión precursora del carcinoma ductal grandes de casos. Cuando se originan en la cabeza pan-
invasor y es en cierta forma el equivalente de la displa- creática usualmente están en contacto con el conducto
sia y el carcinoma in situ de otros órganos. Se clasifica pancreático principal y con la porción distal del colédo-
en tres grados, de acuerdo con la gravedad de los cam- co, con frecuencia los invaden y los ocluyen parcial o
bios epiteliales. Se inicia como neoplasia intraepitelial totalmente, y causan obstrucción del flujo y dilatación
468 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

de ambos conductos. Ello conduce por un lado a pan- S Carcinomas indiferenciados: se caracterizan por
creatitis crónica obstructiva y por el otro a ictericia por células muy pleomórficas y por células gigantes
bloqueo del drenaje biliar al duodeno. Dependiendo de multinucleadas. El diagnóstico diferencial debe
la localización en la cabeza pancreática, estos tumores establecerse con sarcomas tanto primarios del
pueden infiltrar el ámpula de Váter y la pared duodenal; páncreas como los de localización retroperitoneal
la regla es que cuando se diagnostican muestran ya ex- que infiltran secundariamente al páncreas. Existe
tensión a la grasa peripancreática. un subtipo de carcinoma indiferenciado con célu-
las gigantes de tipo osteoclástico.

Aspectos microscópicos
CARCINOMA DE CÉLULAS ACINARES
La mayor parte de estos tumores son bien o moderada-
mente diferenciados, y están constituidos por estructu-
ras glandulares o tubulares con diversos grados de atipia
y actividad mitósica. Usualmente las glándulas se ro- Aspectos clínicos
dean de abundante tejido conectivo (desmoplasia). Los
tumores poco diferenciados suelen ser sólidos o estar Representan de 1 a 2% de los tumores pancreáticos exo-
constituidos por células fusiformes y gigantes, y pre- crinos en adultos y aproximadamente 15% de los tumo-
sentan necrosis extensa. res pancreáticos pediátricos. Son más frecuentes en
Los tumores muy bien diferenciados se confunden hombres que en mujeres, producen síntomas inespecífi-
morfológicamente con pancreatitis crónica, sobre todo cos y la presencia de ictericia es rara. En 16% de los ca-
en los cortes por congelación de los estudios transopera- sos se ha descrito necrosis de la grasa subcutánea por
torios. El diagnóstico se establece con hematoxilina y producción excesiva de lipasa por el tumor.
eosina. La ultraestructura y la inmunohistoquímica se Son tumores casi tan agresivos como los carcinomas
reservan para los tumores muy poco diferenciados. Con ductales. Aproximadamente 50% de ellos tienen metás-
fines pronósticos es mucho más importante la etapa clí- tasis al momento del diagnóstico. Existe una contrapar-
nica que el grado de diferenciación. te benigna extremadamente rara que ha sido denomina-
Algunas variantes poco frecuentes de carcinomas da cistadenoma de células acinares.
ductales son las siguientes:

S Carcinomas mucinosos o coloides no quísticos: Aspectos macroscópicos


constituyen de 1 a 3% de los tumores malignos
exocrinos. Se caracterizan por abundante produc- Son tumores café amarillentos, bien circunscritos, en
ción de moco en el que flotan las células neoplási- ocasiones lobulados y de consistencia blanda. Se refiere
cas. Microscópicamente son gelatinosos o muci- un diámetro promedio de 10 cm y se localizan con ma-
nosos. El componente mucinoso debe representar yor frecuencia en la cabeza pancreática (figura 13--33).
al menos 80% de la neoplasia para que deba diag- Excepcionalmente son quísticos.
nosticarse como carcinoma mucinoso. Es la va-
riante de carcinoma pancreático que produce
tromboflebitis migratoria con mayor frecuencia Aspectos microscópicos
(síndrome de Trousseau).
S Carcinomas de células en anillo de sello: son Histológicamente son lobulados y pueden tener patro-
una variante muy rara. Como su nombre lo indica, nes acinar, trabecular o sólido, con escaso estroma de te-
están constituidos por células vacuoladas con jido conectivo. Están constituidos por células pequeñas
morfología en anillo de sello, por lo que siempre o de regular tamaño, de citoplasma abundante eosinófi-
debe excluirse un carcinoma gástrico o de otros lo o basófilo granular.
segmentos del tubo digestivo que haya infiltrado Cuando hay duda diagnóstica, la inmunohistoquími-
secundariamente el páncreas. ca con anticuerpos dirigidos contra enzimas pancreáti-
S Carcinomas adenoescamosos: están constitui- cas (tripsina, quimotripsina, elastasa y lipasa, entre
dos por una mezcla de adenocarcinoma y carcino- otras) puede ser de utilidad. Se han descrito carcinomas
ma epidermoide. El componente epidermoide mixtos tanto acinares/ductales como acinares/endocri-
debe constituir por lo menos 30% del tumor. nos.
Páncreas 469

Cuadro 13--3. Clasificación de los más frecuente es el insulinoma, que ocupa más de 80%
tumores endocrinos de páncreas de este grupo y se asocia clínicamente con la tríada de
Whipple (hipoglucemia < 50 mg/dL, síntomas neuro-
Tumor endocrino bien diferenciado (adenoma)
glucopénicos y mejoría tras la administración de gluco-
Funcionales
sa). Otros tumores funcionales menos frecuentes son el
Productor de insulina (insulinoma)
glucagonoma, que se caracteriza por síndrome eritema
Productor de glucagón (glucagonoma) necrolítico migratorio y síntomas similares a diabetes
Productor de somatostatina (somatostatinoma) mellitus, el gastrinoma asociado con síndrome de Zo-
Productor de gastrina (gastrinoma) llinger--Ellison, el VIPoma y el tumor carcinoide, entre
Productor de péptido intestinal vasoactivo (VIPoma) otros.
Otros Estos tumores pueden ser esporádicos o hereditarios,
No funcionales asociados con síndrome de neoplasias endocrinas múl-
Carcinoma endocrino bien diferenciado tiples (NEM), enfermedad de von Hippel--Lindau y
Funcionales neurofibromatosis tipo 1. La etiología de los TEP espo-
Productor de insulina (insulinoma) rádicos se desconoce, aunque en pacientes NEM se ha
Productor de glucagón (glucagonoma) identificado un gen supresor tumoral (menina) que pre-
Productor de somatostatina (somatostatinoma) dispone al desarrollo de múltiples neoplasias.
Productor de gastrina (gastrinoma)
Productor de péptido intestinal vasoactivo (VIPoma)
Productor de serotonina con síndrome carcinoide Epidemiología
Producto de ACTH con síndrome de Cushing
No funcionales Aproximadamente de 1 a 2% de los tumores pancreáti-
Carcinoma endocrino poco diferenciado cos son de tipo endocrino. Los TE funcionales son los
Carcinoma de células pequeñas más frecuentes (60 a 85%), y de ellos el insulinoma es
Carcinoma neuroendocrino de células grandes el que predomina (hasta 70%); 80% son esporádicos y
Carcinoma mixto exocrino--endocrino entre 15 y 25% están asociados con NEM. Afecta por
igual a hombres y mujeres, con mayor frecuencia entre
30 y 60 años.

TUMORES ENDOCRINOS DE PÁNCREAS Comportamiento biológico

Todos los TEP son potencialmente malignos; sin embar-


go, la mayoría tienen comportamiento benigno depen-
Los tumores endocrinos (TE) de páncreas son neopla- diendo de diferentes características. Entre los tumores
sias benignas o de bajo potencial maligno; sin embargo, funcionales los insulinomas muestran comportamiento
se pueden comportar agresivamente si los criterios de benigno debido a que presentan manifestaciones clíni-
malignidad son muy aparentes. Recientemente la OMS cas (en especial hipoglucemia), son diagnosticados de
propuso una clasificación de los tumores endocrinos de forma temprana y resecados quirúrgicamente, lo que
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

acuerdo con el potencial maligno de estas neoplasias impide que la enfermedad progrese.
(cuadro 13--3). En contraste, el otro grupo de tumores funcionales se
Los TE de páncreas se clasifican en dos grupos de- encuentran en la categoría de TE bien diferenciados de
pendiendo de la presencia de síndromes clínicos. El pri- comportamiento biológico incierto (10 a 15%), o más
mer grupo corresponde a TE funcionales y el segundo frecuentemente son carcinomas bien diferenciados (85
a TE no funcionales. a 90%).
Los tumores funcionales se asocian con síndromes La mayoría de los tumores no funcionales son carci-
endocrinos debido a la secreción inadecuada de una hor- nomas bien diferenciados (90 a 95%). Los carcinomas
mona, y se denominan de acuerdo a la hormona que cau- poco diferenciados son poco frecuentes (1 a 3%).
sa el síndrome, por ejemplo insulinoma, glucagonoma, En general, los TE metastásicos/malignos son neo-
somatostatinoma o VIPoma. Los TE no funcionales son plasias con lento crecimiento. La supervivencia a partir
todas aquellas neoplasias que no están asociadas con del diagnóstico es de 2 a 10 años. Los TE asociados con
síndromes de producción hormonal. El TE funcional NEM rara vez metastatizan.
470 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Aspectos anatomopatológicos Cuadro 13--4. Clasificación clinicopatológica


de los tumores endocrinos de páncreas
Tumor endocrino bien diferenciado
Macroscópicamente algunos TE muestran predilección
Comportamiento benigno:
por alguna región del páncreas. Otros pueden presen-
Tumor confinado a páncreas, sin angioinvasión,
tarse fuera del páncreas, como los gastrinomas, los so- < de 2 cm, $ 2 mitosis y/o $ % de células positi-
matostatinomas o los VIPomas. La mayoría de las neo- vas para Ki67 en 10 campos de alto poder
plasias son bien delimitadas, carecen de una cápsula y Comportamiento incierto:
tienen consistencia firme o blanda. La superficie de cor- Tumor confinado al páncreas, $ 2 cm de tamaño,
te muestra tinte blanco--amarillento, café--rosado o me- > de 2 mitosis y/o > de 2% de Ki67 por campo de
nos frecuentemente rojo oscuro; son sólidos y ocasio- alto poder y/o angioinvasión
nalmente quísticos, por lo que son resecables con Carcinoma endocrino bien diferenciado
facilidad. El tamaño varía de 1 a 5 cm. La mayoría de Tumor maligno de bajo grado con invasión macroscó-
los menores de 2 cm son benignos, los de mayor tamaño pica local y/o metástasis
con frecuencia son malignos. Habitualmente son úni- Carcinoma endocrino poco diferenciado
cos; cuando son múltiples se debe sospechar que el pa- Tumores malignos de alto grado (carcinoma de célu-
ciente tiene NEM y hay que realizar estudio genético. las pequeñas, carcinoma neuroendocrino de célu-
las grandes)
Microscópicamente la mayoría de los TE son bien di-
ferenciados. A bajos aumentos se identifica una fina
capa de tejido conectivo que delimita la neoplasia del
parénquima pancreático. Los TE están compuestos por tamaño y la forma del gránulo dependen de la diferen-
células cúbicas con citoplasma eosinófilo finamente ciación del tumor y del tipo de célula neoplásica.
granular y núcleo redondo a oval central, con cromatina
fina granular y nucleolo poco aparente; la cromatina se Criterios de malignidad
describe característicamente como patrón en sal y pi-
mienta. Las mitosis son poco frecuentes, salvo en tu- Las características inequívocas de malignidad son inva-
mores poco diferenciados. En algunos casos se puede sión a órganos adyacentes y metástasis ganglionares o
identificar mucina, glóbulos hialinos, inclusiones rab- hepáticas, así como tener morfología de tumores poco
doides, células con citoplasma claro o con cambios on- diferenciados o con morfología de carcinoma de células
cocíticos. Estructuralmente se identifican dos patrones: pequeñas. Otros parámetros que sugieren malignidad
trabecular y sólido/medular. La cantidad de estroma es incluyen: tumores mayores de 2 cm, invasión vascular,
variable y algunos casos pueden tener esclerosis exten- invasión capsular, índice proliferativo elevado y aneu-
sa e incluso calcificaciones. Otros, en especial los insu- ploidía, entre otros.
linomas, tienen abundante amiloide. Algunos casos
muestran pleomorfismo acentuado, núcleos hipercro-
máticos y mitosis frecuentes. Los tumores poco diferen- Diagnóstico diferencial
ciados simulan adenocarcinoma de alto grado o carci-
noma de células pequeñas. La mayoría de los TE se reconocen con facilidad con
La mayoría de los tumores endocrinos de páncreas histología convencional. Sin embargo, algunos casos
son positivos con marcadores de fenotipo neuroendo- tienen características morfológicas poco usuales y pre-
crino como sinaptofisina, cromogranina A, enolasa sentan dificultad diagnóstica. En ocasiones los TE se-
neuronal específica, Leu--7 y CD56 (NCAM). Adicio- mejan tumores sólidos seudopapilares, carcinomas de
nalmente, son positivos para marcadores epiteliales células acinares, pancreatoblastomas, adenocarcino-
como citoqueratina 8, 18, 19 y ocasionalmente para ci- mas ductales poco diferenciados, carcinomas de células
toqueratina 7. claras y carcinomas oncocíticos. El tumor sólido seudo-
Frecuentemente se puede identificar la hormona en papilar puede ser idéntico al TE; el primero es positivo
los tumores funcionales; por ejemplo, la insulina es po- para vimentina, enolasa neuronal especifica y C--cate-
sitiva en pacientes con insulinomas. Los tumores malig- nina nuclear. El carcinoma de células acinares y el pan-
nos con frecuencia expresan de forma difusa Ki--67, un creatoblastoma son positivos para enzimas pancreáticas
marcador de proliferación nuclear. y B--fetoproteína. El carcinoma poco diferenciado de
Ultraestructuralmente se pueden identificar gránulos células claras y el oncocítico muestra expresión focal de
electrodensos cubiertos por membrana. El número, el mucinas, antígeno carcinoembrionario y CA19--9.
Páncreas 471

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472 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--1. Microfotografía. Biopsia por aspiración percutánea con aguja delgada de páncreas. Se observan células epiteliales
neoplásicas pleomórficas, algunas vacuoladas, que forman glándulas o grupos irregulares que permiten establecer sin duda
alguna el diagnóstico de adenocarcinoma.

Figura 13--2. Microfotografía. Biopsia por aspiración transendoscópica de páncreas. Se observan células sueltas y glándulas
revestidas por células neoplásicas correspondientes a un adenocarcinoma. En la figura de la derecha el pleomorfismo es más
acentuado.
Páncreas 473

Figura 13--3. Microfotografía. Biopsia por aspiración transendoscópica de páncreas. Se observan células sueltas y glándulas
revestidas por células neoplásicas correspondientes a un adenocarcinoma. En la figura de la derecha el pleomorfismo es más
acentuado.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--4. Macrofotografía. Adenoma microquístico. Se observa el típico aspecto en esponja (cortesía del Dr. Daniel Montante).
474 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--5. Microfotografía. Adenoma microquístico. Se observan múltiples quistes separados por finas bandas de tejido fibroso.

Figura 13--6. Microfotografía. Adenoma microquístico y acinos pancreáticos.


Páncreas 475

Figura 13--7. Microfotografía. Adenoma microquístico. Se observa una pared fibrosa revestida por epitelio cúbico simple, sin atipia.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--8. Macrofotografía. Seudoquiste pancreático adherido al bazo. El diagnóstico diferencial es con adenoma oligoquístico.
476 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--9. Macrofotografía. Cistadenoma mucinoso de cola de páncreas visto por la superficie externa, extirpado junto con
el bazo.

Figura 13--10. Macrofotografía. Cistadenoma mucinoso de cola de páncreas. El quiste está limitado por paredes lisas.
Páncreas 477

Figura 13--11. Macrofotografía. Cistadenoma mucinoso: epitelio mucosecretor sin atipia y estroma. Se observa una cavidad quís-
tica con proyecciones papilares hacia la luz.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--12. Microfotografía. Cistadenoma mucinoso. Se observa epitelio mucosecretor sin atipia y estroma tipo ovárico.
478 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--13. Microfotografía. Tumor quístico mucinoso limítrofe. Véase la arquitectura compleja de las glándulas y la atipia sin
invasión al estroma.

Figura 13--14. Microfotografía. Cistadenocarcinoma mucinoso con atipia intensa.


Páncreas 479

Figura 13--15. Microfotografía. Cistadenocarcinoma mucinoso: glándulas neoplásicas infiltrando el estroma.


E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--16. Microfotografía. Cistadenocarcinoma mucinoso: lagos de moco con glándulas neoplásicas flotando.
480 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--17. Macrofotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se observa el conducto pancreático dilatado con lesiones
excrecentes en su superficie.

Figura 13--18. Otro aspecto macroscópico de una neoplasia intraductal papilar mucinosa.
Páncreas 481

Figura 13--19. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se observan papilas de tipo intestinal con atipia.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--20. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Las papilas están revestidas por epitelio de tipo intestinal.
482 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--21. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se identifican papilas con epitelio de tipo pancreatobiliar.

Figura 13--22. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa. Se observan papilas con epitelio de tipo gástrico.
Páncreas 483

Figura 13--23. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa maligna con componente invasor.
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Figura 13--24. Microfotografía. Neoplasia intraductal papilar mucinosa maligna con componente invasor y necrosis.
484 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--25. Microfotografía. Neoplasia intraepitelial pancreática grado I. Se observa un conducto revestido por epitelio cilín-
drico con atipia leve.

Figura 13--26. Microfotografía. Neoplasia intraepitelial pancreática grado III. El conducto está revestido por células epiteliales atí-
picas que forman estructuras papilares.
Páncreas 485

Figura 13--27. Macrofotografía. Adenocarcinoma de la cabeza del páncreas que infiltra difusamente la pared duodenal. El tumor
es de color gris blanquecino y de consistencia firme.
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Figura 13--28. Pieza quirúrgica de una pancreatoduodenectomía (operación de Whipple). Se observa un tumor de límites poco
definidos localizado en la cabeza del páncreas (flecha).
486 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--29. Macrofotografía. Se observa un tumor pequeño en la cabeza del páncreas de color gris amarillento, rodeado por
parénquima pancreático lobulado.

Figura 13--30. Macrofotografía. Se observa acentuada dilatación del colédoco distal (la flecha marca la circunferencia del colé-
doco), secundaria a tumor en la cabeza del páncreas.
Páncreas 487

Figura 13--31. Microfotografía. Adenocarcinoma bien diferenciado de páncreas. Se observan glándulas neoplásicas bien forma-
das que rodean un nervio.
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Figura 13--32. Microfotografía. Adenocarcinoma moderadamente diferenciado. Se observan glándulas neoplásicas irregulares
que se adosan entre sí.
488 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--33. Microfotografía. Adenocarcinoma poco diferenciado de páncreas. Las células neoplásicas no forman glándulas
y presentan pleomorfismo acentuado.

Figura 13--34. Aspecto macroscópico de un carcinoma de células acinares del páncreas. Es de límites precisos, de consistencia
blanda y muestra áreas de necrosis.
Páncreas 489

Figura 13--35. Aspecto histológico del tumor de la foto previa. Se observan acinos revestido por células de citoplasma basófilo
granular. El tumor se encuentra tan bien diferenciado que semeja acinos normales.
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Figura 13--36. Macrofotografía. Tumor endocrino de páncreas bien diferenciado. Los bordes son fácilmente distinguibles del
parénquima pancreático no neoplásico.
490 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--37. Macrofotografía. Tumor endocrino de páncreas bien diferenciado (insulinoma). El tumor es bien delimitado con
fibrosis central.

Figura 13--38. Macrofotografía. Tumor endocrino de páncreas bien diferenciado (adenoma).


Páncreas 491

Figura 13--39. Macrofotografía. El tumor es bien delimitado, no encapsulado, menor a 2 cm.


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Figura 13--40. Macrofotografía. Carcinoma endocrino de páncreas.


492 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--41. Macrofotografía. El tumor tiene bordes mal delimitados, necrosis y extensión extrapancreática.

Figura 13--42. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado. Nótese una fina capa de tejido conectivo que delimita la neo-
plasia del parénquima pancreático.
Páncreas 493

Figura 13--43. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado. Las células son cúbicas con citoplasma eosinófilo y núcleo
redondo, cromatina fina granular en patrón de sal y pimienta.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--44. Microfotografía. Tumor endocrino con calcificaciones.


494 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--45. Microfotografía. Tumor endocrino con calcificaciones y esclerosis.

Figura 13--46. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado (insulinoma) con depósito masivo de amiloide.
Páncreas 495

Figura 13--47. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado con depósito masivo de amiloide, más aparente con la tinción
de rojo Congo.
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Figura 13--48. Microfotografía. Carcinoma endocrino de páncreas. Se observa pleomorfismo, mitosis atípicas y necrosis extensa.
496 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--49. Microfotografía. Carcinoma endocrino de páncreas. Se observa pleomorfismo, mitosis atípicas y necrosis extensa.

Figura 13--50. Microfotografía. Las reacciones de inmunohistoquímica expresaron cromogranina citoplásmica.


Páncreas 497

Figura 13--51. Microfotografía. Ki--67 nuclear en más de 80% de las células neoplásicas.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 13--52. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado (insulinoma). El estudio de inmunohistoquímica muestra expre-
sión para el marcador de insulina.
498 Atlas de gastroenterología (Capítulo 13)

Figura 13--53. Microfotografía. Tumor endocrino bien diferenciado (insulinoma). El estudio de inmunohistoquímica muestra expre-
sión para el marcador de insulina.
Índice alfabético

A bien diferenciado, 418, 456, moderadamente diferenciado,


457 304
abetalipoproteinemia, 324 de páncreas, 487 mucinoso, 303
aborto recurrente, 247 colorrectal metastásico, 340, de colon, 300
absceso, 26, 28, 250 420 pancreático, 198
anorrectal, 259 de células papilar, 418, 421, 455
críptico, 250 basales, 48, 49 de bajo grado del paladar,
de cripta, 252 claras, 304 51
de Munru, 39 de colon, 10, 300, 301, 302, periampular, 204
hepático, 319, 419 305 pleomórfico con células gigan-
periapendicular, 254 de esófago, 104, 137 tes, 418
periintestinal, 248 de estómago, 9 poco diferenciado, 456
absorción intestinal deficiente, de la cabeza del páncreas, 485 adenoma, 49, 225, 226, 257, 417,
246 de la unión esofagogástrica de 463, 490
acalasia, 101, 106 células claras, 108 de células
chagásica, 102 de la vesícula biliar, 421 basales, 46, 48, 49, 83, 84
idiopática, 102 de mama, 9 hepáticas, 333, 334
acantosis, 39, 42 de ovario, 9 de colon, 299
glucogénica, 102, 103, 123, del ámpula de Váter, 197 de conductos biliares, 334
124 del esófago, 105, 106 de glándulas
acetaminofén, 323 ductal de Brünner, 226
acidemia orgánica, 321 de mama, 50 salivales, 48
ácido invasor, 463, 467 de los conductos biliares, 334
acetilsalicílico, 149 duodenal periampular, 197 gástrico, 225
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hialurónico, 10, 30 gástrico, 154, 170, 171, 172, hepático, 324, 326, 395, 396,
acolia, 420 173, 174, 175, 176, 177, 397
adenitis mesentérica, 254 178, 179, 180 hepatocelular, 337
adenocarcinoma, 3, 7, 9, 10, 45, in situ, 104 microquístico, 465, 473, 474,
46, 47, 49, 55, 104, 105, 108, intrapancreático del colédoco, 475
132, 133, 135, 136, 144, 145, 204 monomórfico, 45, 46
157, 197, 205, 252, 256, 257, invasor, 133 oligoquístico, 465, 475
261, 339, 340, 420, 450, 454, de esófago, 134, 136 oxifílico, 46
468, 472, 473 del colon, 226 papilar, 417
ampular, 197 metastásico, 340, 420 pleomórfico, 46, 48, 81, 82

499
500 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)

pleomorfo, 45, 51 del hígado, 318 de colesterol, 436


sebáceo, 46 anorexia, 249, 253, 256, 320, pigmentario, 437
seroso oligoquístico, 466 325, 328, 337, 340, 420 vesicular, 416
tubular, 225, 226, 234, 235, anormalidad hematológica, 248 Campylobacter, 250
417 apendicitis, 196, 253, 254, 293, cáncer, 6, 9, 255
de colon, 3 294, 295 broncogénico, 40
tubulopapilar, 417 aguda, 249, 253, 293 colónico, 10
tubulovelloso, 225, 226, 298 crónica, 254 colorrectal, 228, 255, 258
velloso, 197, 225, 226, 238 apoptosis, 248 de células
ampular, 198 artritis, 332 basales de la piel, 46
del colon, 237 reumatoide, 330 hepáticas, 337
sésil, 237 artropatía, 332 de colon, 227, 301
adenomatosis, 334 ascitis, 5, 6, 7, 9, 10, 12, 17, 18, y recto, 255
adenomioma, 417 26, 27, 252, 323, 325, 331, de cuerdas vocales, 54
adenomiomatosis, 417 337, 418 de esófago, 104, 105, 106, 157
adenomiosis, 444, 445 eosinofílica, 196 de glándulas salivales, 46, 47
adenopatía, 41 hemorrágica, 7 de la cavidad oral, 40
adherencia, 250 purulenta, 7 de la glándula
adinamia, 256 quilosa, 7, 9 parótida, 47
alcohol, 40 secundaria a leucemia linfocí- submandibular, 47
alcoholismo, 38, 101 tica crónica, 8 de laringe, 53, 54
alergia, 248 serosa, 7 de mama, 10, 157
a la lactosa, 196 asma, 104 de tiroides, 53
alimentaria, 196, 247, 252 AspirinaR, 148, 153, 192, 193 del piso de la boca, 40
alteración asplenia, 320 escamocelular del tracto aero-
biliar, 30 astenia, 247, 256 digestivo superior, 53
cardiovascular estructural, 32 atresia gástrico, 10, 150, 151, 152,
circulatoria, 260 biliar, 29, 326 154, 155, 156
de la función hepática, 31 extrahepática, 318, 319, hepático, 333
del tracto digestivo, 101 339, 349, 350, 351 intestinal, 227
funcional hepática, 321 de vía biliar, 31, 320, 418 metacrónico, 227, 255
genética, 340, 420 atrofia mucoepidermoide, 46
hepática, 319, 321 de vellosidades, 193 oral, 40, 41
histológica, 148 gástrica, 225 rectal, 258
del hígado, 25 glandular, 149, 150 sincrónico, 227
renal, 319 muscular, 331 supraglótico, 54
amiloidosis sistémica, 334 vellosa, 194 Candida, 101, 120, 150
amilopectinosis, 33, 321, 322, albicans, 38, 101
324, 356, 357 glabrata, 38, 101
anemia, 42, 152, 156, 194, 207, B krusei, 38, 101
227, 256, 335 tropicalis, 38, 101
Bacteroides fragilis, 260
crónica, 197 candidiasis, 42, 100, 119, 120
C--talasemia, 333
hemolítica, 330 atrófica, 38
biliperitoneo, 26
microangiopática, 336 diseminada, 101
broncoaspiración, 100
microcítica por deficiencia de eritematosa, 38
hierro, 248 esofágica, 101, 119
perniciosa, 150, 155 C hiperplásica crónica, 38
aneuploidía, 325, 419, 470 oral, 38, 59, 60
angiomiolipoma, 334 calambre, 249 seudomembranosa aguda, 38
angiosarcoma, 327 abdominal, 249 carbamazepina, 333
anomalía congénita cálculo, 319, 416, 433, 435, 438 carcinogénesis, 341
de las vías biliares, 318 biliar, 339 carcinoide, 254
Índice alfabético 501

carcinoma, 47, 51, 54, 207, 227, de las vías biliares, 198 mucoepidermoide, 45, 46, 47
251, 252, 255, 261, 418, 419, de los conductos biliares, 419 de parótida, 87
443, 448, 463 intrahepáticos, 419 neuroendocrino, 197
acantolítico, 44 de mama, 340 de células pequeñas, 422
adenoescamoso, 44, 197, 257, metastásico, 11 no invasor, 466
340, 418, 420, 468 de ovario, 10 oncocítico, 470
adenoide quístico, 46 metastásico, 10 oral
adenoideo de páncreas, 340 de células escamosas, 43
de células escamosas, 44 de pulmón, 340 in situ, 43
quístico, 44, 45, 47, 49, 50, del ámpula de Váter, 197 pancreático, 198, 468
55, 85, 86 del conducto salival, 50 papilar, 50, 54, 88, 89
ampular, 198 ductal, 464 de células escamosas, 44
invasivo, 197 extrahepático, 419 renal, 242
avanzado de células escamo- intrahepático, 419 sarcomatoide, 197
sas, 107 invasor, 467 sarcomatoso, 55, 340, 420
basaloide duodenal no ampular, 198 vegetante, 40
de células escamosas, 54, endocrino verrucoso, 44, 53, 54, 107
107 de células grandes, 463 vesicular, 453
escamoso, 44, 54 de páncreas, 491, 495, 496 carcinomatosis
broncogénico, 157, 243 epidermoide, 9, 43, 45, 46, 47, abdominal, 9
bucal, 42 73, 74, 100, 106, 140, 141, peritoneal, 6
colangiocelular, 340, 420 257, 261, 468 cardiomegalia, 328
colónico, 256, 257 de esófago, 53, 137, 140 cardiopatía, 101, 324
colorrectal, 227, 256, 258, invasor, 75, 76, 77 ceguera nocturna, 194
298, 299, 300, 301, 302, ulcerado, 138 célula
303, 304, 305 de esófago, 139 cancerosa, 7
hereditario no poliposis fa- escamoso, 41, 44, 46, 197 maligna, 6, 7
miliar, 419 moderadamente diferencia- cirrosis, 5, 9, 17, 27, 35, 320,
con anillo de sello, 257 do, 41 326, 328, 330, 331, 338, 339,
de células esclerosante, 422 340, 419
acinares, 468, 470 exadenoma pleomorfo, 47 alcoholonutricional, 323, 324,
del páncreas, 488 gástrico, 152, 155, 468 367
acinosas, 45, 46 difuso, 11 biliar, 320, 323, 331, 332, 365,
aveniformes, 9 incipiente, 3 393, 394, 395, 418
claras, 257, 340, 420, 470 gastrointestinal, 197 obstructiva, 323, 365, 366
en anillo de sello, 340, 420 hepatocelular, 326, 329, 331, primaria, 332, 333
escamosas, 54, 107 333, 334, 337, 339, 340 cardiaca, 332
del esófago, 107 fibrolaminar, 337, 410 centrolobulillar, 323, 324, 368
esofágicas, 107 híbrido, 54 hepática, 6, 30, 31, 32, 323,
in situ, 3, 41, 42, 43, 226, 418,
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fusiformes, 43, 55 387, 391, 392


hepáticas, 334 421 micronodular, 367, 390,
pequeñas, 54, 257, 340, indiferenciado, 47 391
420, 463 infiltrante, 450, 451 incompleta, 332
de colon, 255, 340 intramucoso, 3 infantil de la India, 33, 321,
de conductos salivales, 44 invasivo, 198, 341 322, 323, 324, 332, 367
de cuerdas vocales, 53, 94, 95, invasor, 3, 41, 42, 43, 465 macronodular, 320, 331
96, 97 lobulillar, 10 metabólica, 32, 323, 324, 326
de endometrio, 243 de mama, 10 micronodular, 320, 331
de esófago, 106 metastásico, 11 neonatal, 321
de estómago, 340 maxilar inferior, 73 por mucoviscidosis, 27
metastásico, 11 microinvasor, 43 poshepatitis, 323
de la vesícula biliar, 418 mucinoso, 257, 340, 420, 468 posnecrótica, 322, 324, 366
502 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)

vascular, 323, 324 aguda, 416, 425, 426, 427, quístico, 50


cistadenocarcinoma, 50, 464, 465 428, 429, 442 tumoral, 106
de células acinares, 464 crónica, 416, 418, 429, 430, criptitis, 290
de conductos biliares, 334 431, 432, 441, 442 neutrofílica, 250, 251, 288
invasor, 466 escleroatrófica, 432 Criptosporydium, 320
mucinoso, 464, 478, 479 litiásica, 444 cromoglicato de sodio, 196
no invasor, 466 escleroatrófica, 433 choque séptico, 253
seroso, 463, 464 colecistolitiasis, 418
cistadenocarcinomapilar, 51 coledococele, 418 D
cistadenoma, 466 colelitiasis, 416, 435
de células acinares, 464, 468 colestasis, 28, 30, 32, 34, 320, danazol, 333
de los conductos biliares, 334, 321, 323, 331, 346, 395 daño
335 aguda, 329 epitelial, 148, 149
hepatobiliar, 335, 397, 398 biliar intracitoplásmica, 419 hepático, 33, 35, 329
microquístico, 335 citoplásmica, 351 por drogas, 25
mucinoso, 335, 464, 466, 477 crónica, 329, 332 hepatocelular, 324
de cola de páncreas, 476 familiar progresiva, 324 neural, 101
papilar intracelular, 30 defecto de oxidación de ácidos
linfomatoso, 41, 45, 46, 47, intracitoplásmica, 320, 361 grasos, 323
80, 81 intrahepática, 31, 323 deficiencia
maligno, 51 intralobular, 32 de B--1--antitripsina, 27, 33,
seroso, 335, 463, 464 periportal, 333 34, 324
cistinosis, 33, 321, 326 prolongada, 31 de folatos, 248
clomifeno, 333 del recién nacido, 31 de hierro, 106, 107
Clonorchis sinensis, 419 colesterolosis, 417, 429, 438, de lactasa, 249
Clostridium difficile, 250, 251 439, 440, 441, 442 de magnesio, 106
coagulación intravascular disemi- colitis, 250 de molibdeno, 106
nada, 336 aguda, 248 de riboflavina, 107
coagulopatía, 5, 26, 27 colagenosa, 2, 195 de vitamina
colangiocarcinoma, 198, 205, indeterminada, 248 A, 107
319, 333, 334, 335, 337, 339, isquémica, 251 B12, 248
412, 413, 419, 421, 461 linfocítica, 195 K, 339
colangiocelular, 419 por derivación, 250 de zinc, 106, 249
extrahepático, 340, 421 ulcerativa, 248, 257, 284, 285 tumoral, 341
intrahepático, 339, 340, 341, crónica, 353, 419 degeneración
419, 420 idiopática, 2, 195, 248, de Mallory, 30, 322
formador de masa, 341, 421 250, 252, 255, 260, quística, 208, 221
colangiopatía 285, 286, 287, 288, dermatitis, 195
atresiante, 31 289, 290, 291, 292, herpetiforme, 247
autoinmunitaria, 331 293, 320, 330 dermatoma, 39
esclerosante, 31 ulcerosa, 248 desequilibrio hidroelectrolítico,
colangitis, 26, 29, 34, 319, 322, colonización por Helicobacter 194
416, 419, 421 pylori, 193 desgaste muscular, 194
aguda, 347 coluria, 420 deshidratación, 194
crónica destructiva no supura- comedonecrosis, 44, 50 desmineralización ósea, 248
tiva, 332, 333 congestión desnutrición, 6, 106
esclerosante, 34, 320, 331, crónica, 148 destrucción glandular, 150
332, 351, 352, 353, 422 pasiva crónica, 30 diabetes, 466
primaria, 320, 419, 421 sinusoidal, 30 insulinodependiente, 330
granulomatosa destructiva, vascular, 253 mellitus, 38, 101, 416, 465,
393 crecimiento 469
colecistitis, 416, 418 papilar, 50, 418 familiar, 333
Índice alfabético 503

diarrea eosinofílica, 203 de Wolman, 321, 322


recurrente, 195 inespecífica, 192, 193, 195 del hígado, 34
secretora, 9 nodular, 193, 194 del tubo digestivo, 1
dilatación péptica, 192 diverticular, 250
quística, 168 complicada, 254
sinusoidal, 30 esofágica chagásica, 102
diploidía, 325 E fibroquística de los conductos
diseminación biliares, 339
abdominal, 7 edema, 31, 225, 250, 252, 253 gástrica, 147
hematógena tumoral, 49 embriotoxon posterior, 32, 321 gastrointestinal, 1
disfagia, 53, 100, 109 empiema peritoneal, 7, 8 granulomatosa crónica de la
por compresión del esófago, enanismo chagásico, 102 infancia, 250
52 encefalopatía, 331, 332 hemorroidal, 260, 261, 307,
progresiva, 106, 107 endoflebitis, 260, 329 308, 309, 310, 311
disfonía, 52, 106 endometriosis, 254 hemorroidaria, 260, 261
dispepsia, 149, 192 colónica, 257 hepática crónica, 6, 12
displasia, 41, 42, 252 ovárica, 9 inflamatoria
epitelial, 42, 43 enfermedad crónica
escamosa oral, 42 acidopéptica, 153 idiopática, 248
glandular, 292, 293 adquirida necrótica inflamato- intestinal, 339
distensión abdominal, 326 ria, 31 intestinal, 1, 2, 195, 248,
disuria, 253 articular, 251 255, 259
diverticulitis, 254 autoinmunitaria, 330 crónica, 250
divertículo, 114, 115, 116, 154, biliar, 331 idiopática, 248
234 celiaca, 102, 150, 193, 194, lisosomal, 28
adquirido, 100 195, 202, 246, 247, 248 litiásica vesicular, 416, 417
axial, 100 colestásica crónica, 339 metabólica, 27, 29, 33, 326,
congénito, 100 de Aagenaes, 321 330, 331
de esófago, 106 de Byler, 321 metastásica, 9, 207, 209, 258
de Meckel, 153, 254 de Caroli, 319, 323, 335, 418, mitocondrial, 28
de Zenker, 100 419 poliquística, 319
en el esófago, 99 de Crohn, 148, 150, 193, 248, autosómica recesiva, 319,
epifrénico, 100 249, 252, 255, 260, 261, 348
esofágico, 100 266, 267, 268, 269, 270, del adulto, 335
faringoesofágico, 100 271, 272, 273, 274, 275, por reflujo, 103
por pulsión, 100 276, 277, 278, 279, 280, erosiva, 104
torácico, 100 281, 282, 283, 419 gastroesofágico, 53, 102,
yuxtaesfinteriano, 100 de Chagas, 101, 102, 107 103, 105, 127, 128, 129,
dolor de Gaucher, 27, 33, 321, 357 130, 131, 132
abdominal, 5, 192, 196, 197, de Hurler, 333
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

no erosiva, 104
207, 249, 252, 256, 261, de injerto contra huésped, 32, quística
319, 325, 333, 336, 337, 247 autosómica recesiva, 318
338, 340, 419, 464, 466 de Lafora, 27 hepática, 319
epigástrico, 335 de Menetrier, 148, 151, 152, medular, 319
óseo, 194, 332 155 renal, 319
pélvico, 256 de Niemann--Pick, 27, 33, 321, renal poliquística
torácico, 101 358, 359 dominante, 318
continuo, 106 de Pompe, 33 recesiva, 318, 319
no cardiaco, 104 de von Hippel--Lindau, 469 venooclusiva, 30, 324, 368
duodenitis, 192 de von Recklinghausen, 52 de la infancia, 32
aguda, 192, 193 de Wilson, 34, 322, 323, 324, viral, 44
crónica, 192, 193 332 enfisema subcutáneo, 26
504 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)

enteritis, 248 esteatorrea, 194, 247, 464 anal de origen tuberculoso,


eosinofílica, 195, 201, 251 esteatosis, 34, 322, 329, 331 260
Enterococcus, 260 de gota fina, 322 anorrectal, 259
enteropatía hepática, 385 de la región anorrectal, 259,
inducida por gluten, 194 macrovesicular, 329, 384, 386 305, 306, 307
sensible al gluten, 194 microvesicular, 386 rectoperineal, 311
tropical, 247 estenosis, 100 traqueobronquial, 107
eosinofilia cicatrizal, 39, 270 fisura anal, 309
periférica, 251 congénita, 100 fleboesclerosis, 329
sanguínea, 253 hipertrófica, 253 fractura
tisular, 253 pilórica, 153 espontánea, 332
epigastralgia, 53 por cáusticos, 106 por compresión, 194
equimosis, 331 pulmonar, 32 fructosinemia, 33, 321
eritema periférica, 321
cutáneo, 254 estomatitis aftosa, 252 G
palmar, 331 exadenoma pleomorfo, 50
eritrocitosis, 336 exudado abdominal, 11 galactosemia, 33, 321, 323, 324,
eritroplaquia, 40, 42 326
eritroplasia moteada, 38 gangliosidosis, 27, 33, 321, 322
error congénito del metabolismo, F gastrinoma, 469, 470
25, 32, 321 gastritis, 2, 148, 149, 153, 156
erupción vesicular, 39 falla aguda, 148, 149, 160, 161, 163
escasez de conductos biliares, cardiaca, 6, 327 erosiva, 148
320, 354, 355, 356 hepática, 327 hemorrágica, 148
esclerodermia, 101, 332 renal, 6, 11 ulcerada, 161
esclerosis, 336, 416, 470 fibroma, 40, 64, 65, 66, 227 alérgica, 150
tuberosa, 336 de células gigantes, 42 atrófica, 148, 150, 154
Escherichia coli, 250, 260 odontógeno periférico, 42 autoinmunitaria, 150
esofagitis, 106 osificante, 42, 66, 67 crónica, 148, 149, 150, 164,
crónica por Trypanosoma cru- periférico, 41, 68, 69 165, 166, 225
zi, 101, 123 periférico, 41 atrófica, 151
por reflujo, 103, 104 fibromatosis, 208, 221 autoinmunitaria, 150
por Trypanosoma cruzi, 121, intraabdominal, 208 folicular, 102
122 mesentérica, 220 superficial, 151
ulcerada, 38, 101, 120 fibrosis, 9, 27, 30, 35, 225, 250, eosinofílica, 148, 150
esófago de Barrett, 104, 105, 276, 277, 319, 322, 416 erosiva, 150
106, 127, 128, 129, 130, 132 centrolobulillar, 324 folicular, 150, 155, 162
corto, 2 en el páncreas, 319 granulomatosa, 148, 150
esplenomegalia, 12, 323, 329, hepática, 30 infecciosa, 148
331, 337 congénita, 27, 32, 318, 326, linfocítica, 148, 150
esprúe 332, 345 medioambiental, 150
colagenoso, 195 obliterante, 320 nodular, 153
no tropical, 194 parietal, 269 química, 148
refractario, 195 periductal concéntrica, 34 gastroenteritis
tropical, 195 portal, 30, 31, 333 aguda, 254
esquistosomiasis, 257 quística, 195, 324 eosinofílica, 196, 251
estasis del páncreas, 323 infecciosa, 195
biliar, 319 secundaria a radiación, 6 gastropatía, 148
esofágica, 101 submucosa, 252 difusa, 162
esteatohepatitis, 33, 329, 332 fiebre de origen desconocido, 25, hiperplásica, 167, 168, 169
no alcohólica, 31, 32, 328, 33 hipertrófica, 1
329, 385, 386, 387, 392 fístula, 6, 249, 250, 252 Gastrospirillium hominis, 148
Índice alfabético 505

Giardia lamblia, 152 externa, 260, 261 crónica, 321, 323


giardiasis, 247 interna, 261 de causa desconocida, 33
glositis, 247 mixta, 310 de etiología desconocida, 25
glucagonoma, 469 trombosada, 261 inflamatoria, 28
glucogenosis, 33, 103, 321, 333 hemosiderosis, 32, 34, 331 por error congénito del meta-
granuloma, 28, 322 hemotórax, 26 bolismo, 321
epitelioide, 252 hepatitis, 330, 338 herpes, 323
A, 323 bucal, 39, 60, 61
aguda, 361, 363, 364 heterotopia gástrica, 193
H en niños, 322 hidroadenitis supurativa, 260
alcohólica, 6, 322 crónica, 260
hábito autoinmunitaria, 33, 34, 322, hidroperitoneo, 5
de fumar, 47 332 de larga evolución, 8
tabáquico, 42 en el adulto, 330 hidropesía, 5
halitosis, 100, 101 B, 34, 322, 323, 326, 327, 419 hígado graso no alcohólico, 328,
hamartoma C, 34, 322, 323, 326, 419 329
mesenquimal, 334, 335 con necrosis hiperacidez, 193
mesenquimatoso, 324, 325, masiva hipercromatismo, 9
369, 370, 371 por tóxicos, 30 nuclear, 223
hepático, 325, 328 por virus, 30 hipergastrinemia, 150, 225
Helicobacter, 163 submasiva hiperplasia
pylori, 3, 102, 148, 149, 151, por tóxicos, 30 adenomiomatosa, 417
152, 154, 157, 193 por virus, 30 de células de Kupffer, 30
hemangioendotelioma, 324, 327 crónica, 25, 27, 29, 30, 35, difusa, 30
epitelioide, 334 337, 361 epitelial, 149
infantil, 372, 373, 374 B, 31 fibrosa, 41
hemangioma, 26, 51, 334, 400, C, 31 inflamatoria, 42
401, 418 en niños, 33, 322 linfoide, 193
capilar, 336 fulminante, 322 nerviosa, 252
cavernoso, 324, 327, 336 granulomatosa, 33 neural, 283
esclerosante, 336 neonatal, 27, 31, 32, 360 nodular, 30
hemangiosarcoma, 334 idiopática, 320 focal, 332, 334, 336, 337,
hematemesis, 319 por drogas, 34, 322 402, 403
hematoma intrahepático, 26 por Epstein--Barr, 322 regenerativa, 332, 334, 337
hematopoyesis, 31 viral, 33, 322, 331 polipoide, 151
extramedular, 32 hepatoblastoma, 34, 324, 325, hiperqueratosis, 42, 73
hemihipertrofia corporal, 325 326, 327, 334, 375, 376, 377, folicular de la piel, 194
hemocromatosis, 33, 321, 323, 378 hipertelorismo, 321
324, 332 epitelial, 325 hipertensión
arterial, 329
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neonatal, 322, 360 mixto, 325


primaria, 27 hepatocarcinoma, 9, 34, 324, portal, 5, 12, 25, 32, 260, 319,
hemofilia, 335 326, 332, 337, 340, 404, 406, 332, 336
hemoperitoneo, 10 408, 409, 420 intrahepática, 32
hemorragia, 26, 149, 194 fibrolamelar, 378, 379, 380 poshepática, 32
de tubo digestivo, 256, 464 fibrolaminar, 324, 411 prehepática, 32
del tracto gastrointestinal, 209 nodular, 405 hipertermia maligna, 323
difusa de la mucosa, 160 trabecular, 407 hiperuricemia, 329
estromal, 51 hepatolitiasis, 419 hipervitaminosis A, 30
gastrointestinal, 156 hepatomegalia, 12, 32, 256, 321, hipoclorhidria, 225
intraperitoneal, 26 325, 327, 328, 329, 335, 337, hipoesplenismo, 195, 248
intratumoral, 333 338, 339 hipogammaglobulinemia, 247
hemorroide, 260, 261, 323 hepatopatía, 25 hipoglucemia, 469
506 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)

hipoplasia inmunodepresión, 38 del ámpula de Váter, 197


ganglionar, 195 insuficiencia florida de los conductos bilia-
pulmonar, 319 cardiaca, 30 res, 333
hipoproteinemia, 151, 152, 196, congestiva, 324 hepática, 33, 399, 410
253 derecha, 6 intestinal maligna, 195
por falla renal, 6 hepática, 324, 328, 330, 331, maligna, 48
hipotiroidismo, 150 332 intraoral, 43
hipovolemia, 148 aguda, 322 neoplásica, 28
histoplasmosis, 33, 150 en la edad pediátrica, 32 nodular, 34, 125
HIV, 38, 101, 320 fulminante, 321 del hígado, 34
pancreática, 195 polipoide, 132, 237, 417
pulmonar, 108 por halotano, 322
I renal progresiva, 319 precancerosa, 40
suprarrenal, 38, 101 quística, 464
ictericia, 32, 319, 320, 325, 327, tricuspídea, 6 sacular, 99
328, 332, 335, 337, 338, 416, insulinoma, 469, 470, 490, 494, submucosa, 208
418, 420, 464, 466, 467 497, 498 traumática, 192
obstructiva, 197, 340, 417, intolerancia a la fructosa, 323, tumoral, 222
421, 465, 467 324 ulcerada, 106
prolongada, 31 intoxicación alcohólica, 30, 322 vascular, 400
indigestión, 320 intususcepción, 226, 254 venosa hepática, 332
infección invaginación epitelial, 166 leucemia, 8, 33, 422
crónica por Trypanosoma cru- invasión leucocitosis, 253
zi, 121 capsular, 470 leucoderma, 42
de mucosa esofágica, 100 linfática, 3, 258, 341 leucoplaquia, 40, 41
de vías aéreas superiores, 100 linfovascular, 109, 341 leucoplasia, 38, 42, 71, 72, 73
esofágica, 101 neurológica, 41 homogénea, 42
gástrica por Helicobacter py- perineural, 109, 198 nodular, 42
lori, 193 vascular, 197, 258, 340, 470 verrugosa, 42
metabólica, 322 venosa, 339 linfadenitis caseosa tuberculosa,
parasitaria venosa, 3, 258 47
crónica, 101 irritación peritoneal, 253 linfadenoma sebáceo, 46
sistémica, 101 isoniazida, 323 linfangiectasia, 250, 280
por Candida albicans, 38, 42 isquemia, 253 linfangioma, 336, 464, 465
por citomegalovirus, 321 crónica, 195 linfedema, 321
por Helicobacter pylori, 150, intestinal, 247 linfocitosis, 30
153, 155, 156, 162, 192 intraepitelial, 195
tóxica, 322 linfoepitelioma, 340, 420
urinaria, 254 L linfogranuloma venéreo, 259,
viral, 322, 326 260
infertilidad, 247 laringitis, 104 linfohistiocitosis hemofagocítica,
infestación parasitaria, 196, 251 leiomioma, 207, 208, 418 34
infiltración eosinofílica, 253 leiomiosarcoma, 207 linfoma, 8, 9, 11, 13, 18, 33, 41,
infiltrado inflamatorio, 225 lesión 156, 157, 195, 334, 422
crónico, 161, 164 ampular, 197 de Burkitt, 44, 45, 77, 78, 79
inflamación, 261 benigna linfoepitelial, 46 atípico, 45
aguda, 8 crónica, 42 de células T, 248
crónica, 8, 246, 255 degenerativa de las neuronas, difuso, 12
folicular, 282 101 de células beta gigantes, 45
lobulillar, 329 del páncreas, 335 folicular, 45
panmural, 249 displásica, 2 gástrico, 156, 180, 181, 182,
portal, 329 epitelial, 104, 193 183, 184, 185
Índice alfabético 507

linfocítico, 8 ductal, 356 isquémica, 416, 427


maligno, 44, 47 escamosa, 47, 257 lobular, 30
no Hodgkin, 44, 46, 156 gástrica, 150, 193, 194 mediozonal, 322
de células grandes B, 12 duodenal, 193 picnótica, 331
linitis plástica, 256 intestinal, 109, 150, 151, 152, nefronoptisis, 318, 319
lipoma, 227, 418 154, 155, 164, 165, 166, Neisseria gonorrhoeae, 250
lipopeliosis, 34 335, 417 neoplasia, 6, 9, 33, 38, 101
liquen plano, 42 ácida de células calicifor- benigna, 225
litiasis, 419 mes, 105 de células acinares, 463
vesicular, 416, 441 esofágica, 105 del ámpula de Váter, 1
lodo biliar, 416, 435, 438 pilórica, 250, 252 en ascitis, 9
lupus eritematoso, 330 en cuerpo gástrico, 2 fibroblástica, 42
metástasis fusocelular, 208
a distancia, 41, 46 gástrica, 150
M a estómago, 157 ginecológica, 7
cervical, 107 hepática maligna, 326
malabsorción, 252 de adenocarcinoma, 337 in situ, 418
de vitamina B12, 249 ganglionar, 3, 198, 258, 340, infiltrante, 262
malformación cardiaca, 320 341, 421 intraductal papilar mucinosa,
malnutrición crónica, 102 regional, 46, 47 466, 480, 481, 482
malrotación intestinal, 320 hepática, 156, 208, 257 maligna, 483
megacolon, 102 masiva, 6 intraepitelial, 106
tóxico, 251, 284 ovárica, 156 pancreática, 463, 467,
megaduodeno, 102 pulmonar, 49, 156 484
megaesófago, 102 visceral, 106 intraoral maligna, 41
megaformación digestiva, 101 microabsceso, 259, 288 maligna, 2, 3, 7, 10, 39, 101,
megaíleo, 102 críptico, 251, 289, 292 105, 108, 197, 227, 255
megayeyuno, 102 microhamartoma biliar, 335, 419 de la cavidad oral, 41
melanoma, 9, 11, 41, 46, 157, 261 mortalidad por cáncer gástrico, primaria de peritoneo, 9
anorrectal, 261, 315, 316 155 mesenquimatosa, 208, 215,
polipoide, 314 mucocele, 39, 62, 63, 464 216, 217, 220, 221
maligno, 422 de extravasación, 39 microinvasora, 418
primario, 422 de retención, 39 mucinosa, 463
metastásico a estómago, 157, mucolipidosis, 322 papilar intraductal, 463
186, 187, 188, 189 mucopolisacaridosis, 27, 322 paucicelular, 221
melanosis basal, 53 mucoviscidosis, 27, 29, 323 quística mucinosa limítrofe,
melena, 156 muerte por insuficiencia hepáti- 466
meningioma meningotelial, 208 ca, 323 serosa, 463
menopausia temprana, 247 Mycobacterium, 250 sólida seudopapilar, 463
avium intracellulare, 320
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mesotelioma, 10 tumoral, 96
difuso, 10 sp., 148 neumonía de repetición, 100
epitelial maligno, 10 tuberculosis, 260 neumonitis por aspiración, 100
localizado, 10 repetitiva, 102
maligno, 9 neumoperitoneo, 10
metabolismo de los nutrientes, N neuralgia herpética, 39
317 neurilemoma, 51, 52, 90, 91
metaplasia necrosis, 261 neurofibroma, 51, 52, 89, 90
antral, 417 centrolobulillar, 32, 34 neurofibromatosis, 197, 469
de células de Paneth en colon hepática, 363, 364 neuropatía, 194
distal, 2 submasiva, 324 nevo esponjoso blanco, 42
de glándulas esofágicas, 125, hepatocelular, 322, 331, 332, nódulo cirrótico macrorregenera-
126, 127 388 tivo, 337
508 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)

O con diabetes, 329 paraqueratosis, 73


con dislipidemia, 103 parasitosis, 419
obesidad, 416 con enfermedad peliosis, 30, 334, 336
en niños, 32 acidopéptica, 103 pérdida proteínica, 196, 252, 253
obstrucción celiaca, 194, 195 perforación
biliar, 29, 31, 32, 323 de Chagas, 101 de vesícula, 26
crónica, 339 sistémica, 26 del apéndice, 253
por cálculos, 320 con fístula anorrectal, 260 del tracto gastrointestinal, 209
por tumor, 320 con gastritis, 225 intestinal, 26
del tracto con hipertensión portal, 331 periangeítis, 250
biliar, 196, 253 con ictericia obstructiva, 198 periapendicitis abscedada, 295
gastrointestinal, 209 con insulinoma, 470 pericarditis, 195
intestinal, 196, 207, 252, 256 con linfoma, 13 constrictiva, 6
vascular, 324 gástrico, 150 periflebitis, 260
odinofagia, 106 con neoplasia maligna, 45 peritonitis
oncocitoma, 45, 46 con reflujo biliar, 26
Opistorchis viverrini, 419 crónico, 105 espontánea, 6, 9, 331
osteoma, 227 gastroesofágico, 103 generalizada, 253
osteomalacia, 194, 247 con SIDA, 40 permeación tumoral, 175
osteopatía degenerativa, 149 con síndrome petequia, 331
osteopenia, 247 de absorción intestinal defi- piocolecisto, 416
osteoporosis, 247, 332 ciente, 2 pioperitoneo, 8
osteosarcoma, 55 de Gardner, 241 pirosis, 53, 103, 104
de Zollinger--Ellison, 225 pleomorfismo nuclear, 171, 180
con tirosinemia, 326 policitemia vera, 12
P con tumor poliesplenia, 320
estromal del tracto gastroin- pólipo, 2, 108, 225, 226, 249,
paciente testinal, 209 251, 255, 268, 298
anciano, 416 mucinoso, 257 adenomatoso, 226, 227, 228,
cirrótico, 404 con virus de inmunodeficien- 235, 236, 241
con acromegalia, 255 cia humana, 39 anal, 261
con adenocarcinoma diabético, 25 colónico, 227
de estómago, 9 inmunocomprometido, 253 cutáneo, 261
de mama, 9 inmunodeprimido, 101 de colesterol, 417, 443, 444,
de ovario, 9 obeso, 103 446
con ascitis, 5 pediátrico, 152 de glándulas fúndicas, 225
con cáncer, 155 pancolitis, 251 del tubo digestivo, 225, 229,
colorrectal, 227, 256, 258 ulcerosa, 255 230, 232, 235, 238, 239
de colon y recto, 255 pancreatitis, 9, 10, 416 epitelial, 225
con carcinoma aguda, 335 fibroepitelial, 226
de esófago, 106 crónica, 466, 468 fibroinflamatorio, 225
gástrico, 150 obstructiva, 468 fibroso, 261
pulmonar metastásico a hí- pancreatoblastoma, 463, 470 fúndico, 229, 230
gado, 432 papiloma, 53, 417 gástrico, 225
con cirrosis, 337 de cuerdas vocales, 92, 93, 94 hiperplásico, 229
hepática, 260 esofágico, 53, 92 hamartomatoso, 225, 226, 231,
con colangiocarcinoma, 340, fibroso, 70 232, 233
420 papilomatosis, 53 pediculado, 231
con compromiso inmunitario, biliar, 334, 335 hiperplásico, 225, 234, 417
8 papilomavirus, 40 intestinal, 226
con dermatitis herpetiforme, paraganglioma, 51, 208, 422 laríngeo, 55
247 parálisis facial, 51, 52 metaplásico, 417
Índice alfabético 509

no neoplásico, 417 retención mucosa, 39 de Horner, 107


pediculado, 225 riesgo de carcinoma gástrico, 155 de Kasabach--Merritt, 327
sésil, 225, 229, 231, 234, 240 de Klinefelter, 333
tubulovelloso, 299 de Klippel--Trenaunay, 9
villoglandular, 197, 198 S de la uña amarilla, 9
poliposis de Lynch, 227
adenomatosa familiar, 227 Salmonella, 250, 251 de malabsorción, 108, 196,
familiar, 240, 326 sangre oculta en heces, 227 252, 253
gástrica, 155 sarcoidosis, 148, 193, 250, 333 intestinal, 196
prolapso sarcoma, 41, 51, 208, 468 de malformación, 320
hemorroidario, 307, 309, 310 de Kaposi, 46 de Mikulicz, 46
mucoso, 261 embrionario, 324, 325, 328, de neoplasia familiar, 328
proliferación bacteriana, 253 334, 381, 382, 383 de neoplasias endocrinas múl-
Proteus vulgaris, 260 hepático, 326, 328 tiples, 469
prurito, 321, 420 satelitosis, 329 de Oldfield, 227
anal, 259 schwannoma, 51, 52 de Peutz--Jeghers, 417
Pseudomonas aeruginosa, 260 sepsis, 26, 416, 429 de Plummer--Vinson, 107
pubertad retrasada, 247 septicemia, 319 de poliposis, 197
serositis, 6, 266 múltiple, 226
por lupus, 6 de Prader--Willi, 325
Q de producción hormonal, 469
seudodiverticulosis
esofágica, 101 de prolapso rectal, 1
quemadura, 192 de Reye, 28
quiste, 334 intramural, 101
seudopólipo, 252, 267, 285 de Sjögren, 46, 332
de colédoco, 323, 418, 419, de Trousseau, 468
458 seudoquiste, 465, 466
pancreático, 475 de Turcot, 227
de inclusión epidérmica, 227 de Turner, 321
de retención, 39, 464 seudotumor inflamatorio, 334
Shigella, 250 de von Hippel--Lindau, 464
del colédoco, 31, 319 de Zollinger--Ellison, 153,
dermoide, 464 sialorrea, 107
SIDA, 39, 40 195, 469
epidermoide, 464 doloroso, 255
escamoso de conductos pan- sífilis, 150
congénita, 321 endocrino, 469
creáticos, 464 eritema necrolítico migratorio,
hepático, 319 síndrome
anémico, 256 469
linfoepitelial, 464 hepatorrenal, 331
pancreático, 464 carcinoide, 108, 254, 469
colestásico, 25, 31 hereditario, 227
pilonidal, 260 nefrótico, 6
renal, 319 neonatal, 321
de absorción intestinal defi- paraneoplásico, 107, 337
sebáceo, 227 polipoide, 227
ciente, 2, 247, 332
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.

de Alagille, 27, 28, 32, 321 ulceroso, 153


R de asplenia, 31 sobrecrecimiento bacteriano, 195
de Beckwith--Wiedemann, 325 sobreinfección bacteriana, 416
rabdomiosarcoma, 334, 422 de Budd--Chiari, 6, 12, 32, 324 somatostatinoma, 469, 470
raquitismo, 321 de Caroli, 318, 319, 346, 347 Staphylococcus aureus, 260
rectitis ulcerosa, 261 de conductos biliares evanes- Streptococcus bovis, 255
reflujo, 103 centes, 332 suboclusión intestinal, 197
biliar, 148, 149, 150 de Cowden, 102
crónico, 109 de Cushing, 469 T
gastroesofágico, 105 de Dawn, 321
crónico, 104 de Gardner, 227, 241, 417 tabaco, 40, 42
patológico, 103 de Goldenhart, 325 tabaquismo, 53, 106, 248, 252,
remanente traqueobronquial, 100 de hipertensión portal, 319 255, 419
510 Atlas de gastroenterología (Índice alfabético)

telangiectasia hemorrágica, 336 de lengua, 40 polipoideo del ámpula de Vá-


tenesmo rectal, 256 de mama, 227 ter, 197
tiroiditis autoinmunitaria, 332 de páncreas, 227 quístico mucinoso, 463, 465
tirosinemia, 33, 321, 324, 367 de parótida, 46 sincrónico, 256
toxicidad por medicamentos, 332 de recto, 259 sólido seudopapilar, 467, 470
toxicosis ambiental, 324 de Warthin, 45, 46, 47, 80, 81 subcapsular, 27
trasplante hepático, 25, 29, 34, del paladar, 51
332, 341 del tracto intestinal, 254 U
trastorno endocrino, 492, 493, 494
alérgico, 196, 251, 253 de páncreas, 469, 489, 490 úlcera, 154, 157, 249, 267, 268,
de la deglución, 107 epitelial de glándulas saliva- 283, 284, 285, 335
inmunitario, 196, 251 les, 47, 50 aftosa, 249, 250
traumatismo crónico, 42 estromal, 207, 208, 211, 212, aguda, 160
Treponema pallidum, 148, 250 215, 219, 221 gástrica, 153
trombo, 32 del intestino, 208 gastroduodenal, 152, 169, 170
biliar, 31 del tracto gastrointestinal, lineal, 250
de fibrina, 30 207, 208, 215, 216, 219 longitudinal, 252
trombocitopenia, 12 epitelioide, 217, 218 péptica, 152, 192
tromboflebitis migratoria, 468 fusocelular, 208 duodenal, 192
trombosis, 261 gástrico, 208, 214 perforada, 169, 254
de la vena porta, 6 fibroso solitario, 336 serpiginosa, 249
hemorroidaria externa, 308 formador de masa, 341 ulceración
intratumoral, 336 hepático, 327, 333, 336 duodenal, 192
intravascular, 336 intrahepático formador de ma- mucosa, 43
Trypanosoma cruzi, 101, 102 sa, 340, 420
tuberculosis, 6, 8, 33, 150 linfoepitelial benigno, 45 V
tumor, 28 macroscópico, 3
abdominal, 326, 333, 339, 465 maligno, 34, 46, 48, 51, 208, valproato, 323
apendicular, 254 254, 419, 466 varices
benigno, 41, 46, 208 de esófago, 106 esofágicas, 319, 331
del esófago, 53 de glándulas salivales, 50 esofagogástricas, 323
carcinoide, 9, 108, 422, 469 de la glándula gástricas, 464
de apéndice cecal, 254, 295, parótida, 46 vasculitis, 195
296, 297, 298 submandibular, 46 linfoplasmocítica, 250
colorrectal, 257 de la vía vasculopatía obliterativa, 250
de Altemeier--Klatskin, 422 aérea, 45 vesícula
de Blumer, 155 digestiva superior, 45 en porcelana, 416
de cabeza y cuello, 51 de los conductos biliares in- escleroatrófica, 416
de células trahepáticos, 339 VIPoma, 469, 470
claras, 109 del canal anal, 261 virus
germinales, 334 del hígado, 337 de inmunodeficiencia adquiri-
de colon, 227 mixto, 334, 418 da, 46
de endometrio, 227 benigno, 41, 45, 46, 48 del papiloma humano, 53, 257
de glándulas maligno, 45, 47 vitamina A, 29
salivales, 45 mucinoso limítrofe, 464
submandibulares, 45 neuroendocrino, 108, 141, X
de Godwin, 46 142, 143, 208, 257
de Klatskin, 421 neurógeno, 51 xantoma, 103, 321
de Krukenberg, 155 pancreático, 463, 464, 467
de la cavidad oral, 40 papilar benigno, 335 Y
de la unión cardioesofágica, parafaríngeo, 51, 89, 90
108 pélvico, 260 Yersinia, 250

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