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Podemos definir, entonces, al derecho tributario como una parte del derecho financiero que
se encarga, principalmente, de la recaudación de ingresos para el sostenimiento del Estado,
y del estudio de las relaciones jurídicas (Estado-contribuyente), que se producen como
consecuencia de dicha relación asentada en la obligación tributaria. El derecho tributario, es
una rama del derecho financiero por cuanto este estudia eminentemente la recaudación, y las
relaciones jurídicas que se produzcan entre Estado y contribuyente. A diferencia el derecho
financiero, se encarga del estudio de la recaudación y el gasto; y, además, según algunos
especialistas, de la forma de gestionar ambos factores. (I) 12 En esta búsqueda de establecer
definiciones y parámetros, muchos autores han querido establecer, además, la pertenencia
del derecho tributario al derecho administrativo, o en otras palabras señalar que el derecho
tributario es una rama o parte del mismo. El Derecho Tributario, para estos tratadistas, es una
rama del derecho perteneciente al derecho público en forma general, pero en forma particular,
no es sino una extensión del derecho administrativo general, pues está regulado en una buena
parte por sus normas y principios. Así lo establece el siguiente concepto: “El Derecho
Tributario es una rama que pertenece al derecho público y en particular, es una
desmembración del derecho administrativo general, pues se encarga de regular las relaciones
entre Estado y particulares ocasionadas por la aplicación de los tributos.
Al hablar de autonomía habrá que precisar que a tipo de autonomía nos estamos refiriendo y
así se puede distinguir:
En definitiva se dice que el Derecho Tributario posee autonomía jurídica, por cuanto posee
institutos uniformes y con naturaleza propia (autonomía estructural) como asimismo sus
propios conceptos (autonomía conceptual o dogmática), "García Belsunce, para que se
configure la autonomía jurídica es necesaria la existencia de principios generales rectores de
la disciplina, fundamentados en fines determinados, y que tales principios, por su
diferenciación con otras ramas del derecho, hayan determinado la existencia de institutos
distintos y uniformes en su naturaleza jurídica y que a su vez esos institutos se rijan por
conceptos propios. Citado por J.M. Martín y G.F. Rodríguez Usé. En este mismo sentido se
pronunciarían estos autores, Dino Jarach, Francisco Martínez. Aun cuando haciendo la
salvedad de que tal autonomía es sólo predicable respecto de lo que se ha denominado
el Derecho Tributario Sustantivo y no respecto de las otras pastes o subdivisiones del Derecho
Tributario).
estudiar las normas que corresponde aplicar cuando dos o más naciones o entes
por ejemplo, coordinar los métodos necesarios para combatir la evasión fiscal
internacional.
ideologías.
Evitar La Doble Imposición: es el principio menos discutido y el que irradia todo el Derecho
Tributario Internacional, pues lo que se persigue es que una misma persona no pague más
de una vez por un mismo ingreso en diferentes jurisdicciones (países); esta doble imposición
es la denominada doble imposición jurídica, y con el fin de evitarla es que surgen los
Convenios de Doble Imposición.
Neutralidad Y Eficiencia: si bien es cierto que en la mayoría de estados donde sea realizada
una inversión tiene la potestad de gravar las actividades desarrolladas a interior de su
territorio, con este principio se busca que la tributación no sea un criterio determinante para el
inversionista al momento de definir en dónde invertir. Esto aplica tanto desde la perspectiva
del país origen del capital como para el país receptor del capital, de forma que no se promueva
la salida de capitales de un país, ni se dé un trato diferencial a los inversionistas (ni más
favorable, ni más desfavorable que el dado a los inversionistas locales).
Es el conjunto de normas jurídicas que define los hechos ilícitos en materia tributaria. Pueden
ser delitos o simples infracciones. Designa también las sanciones que se imponen a los
transgresores.
Las normas sancionatorias del Derecho Tributario no son parte del Derecho Tributario
propiamente dicho, sino que "constituyen un conjunto de disposiciones que se vinculan con
el Derecho Tributario, pero, esencialmente, constituyen un derecho sancionatorio", el cual
tiene características peculiares pero también principios que son comunes con los
del Derecho Penal.
Definición:
El delito tributario es toda violación dolosa de normas legales impositivas sancionada con
penas. Al respecto es posible recalcar lo siguiente:
Acción u omisión.- Puede tratarse de un obrar positivo o una omisión que implica un
comportamiento relacionado, de algún modo, a la voluntad de un individuo o de una persona
de existencia “ideal”. Comprende tanto la conducta humana como su resultado, es decir, la
actuación y su efecto.
Los distintos tipos y figuras tienen necesariamente un verbo, que denota la acción que debe
ser en el caso concreto, típica a efectos de que se configure el delito, tal como la Ley lo
describe y delimita.
Cabe precisar que siempre debe mediar una relación de causalidad entre la conducta del
autor del ilícito y el resultado, lo cual no ha de ser confundido con la responsabilidad.
A los ilícitos se los puede clasificar en la siguiente manera:
a. Ilícitos de Comisión.- El objeto prohibido es un hecho positivo, de modo que se los
comete por el modo de obrar (hacer).
b. Ilícitos por Omisión.- Donde el objeto prohibido es una omisión o abstención (no hacer)
c. Ilícitos por Comisión por Omisión.- Verdaderos ilícitos de comisión a cuyo resultado se
llega por la abstención
TIPICIDAD
Tipicidad Objetiva
El sujeto activo en esta figura delictiva puede ser cualquier persona, mientras que el sujeto
pasivo siempre será el Estado, representado por la Administración Tributaria.
En esta norma se da acogida a ciertos comportamientos completamente distintos que
tienen solamente como característica en común, el hecho de no estar referidos a una
situación de impago de tributos, circunstancias clave en torno a la cual gira el tipo base de
defraudación tributaria. Esto supone que resulte totalmente indiferente, a los efectos de
determinar el carácter típico de la conducta, que el sujeto haya dejado de pagar tributos o
haya pagado menos de lo que estaba obligado.
Análisis aparte merece el comportamiento que consiste en simular la existencia de hechos
que permiten obtener exoneraciones, reintegros, devoluciones, y en general beneficios
fiscales concedidos ilícitamente. En este supuesto, el sujeto otorga una apariencia de
realidad a un hecho, que como consecuencia genera una situación ficticia, por medio de la
cual la Administración incurre en un error respecto de la concurrencia de los requisitos
necesarios para el otorgamiento de beneficios fiscales.
Es con ello que la lesión del bien jurídico protegido se representa, no mediante la falta de
percepción de tributos, sino a través de la concesión indebida de prerrogativas económicas
por parte del ente recaudador, lo que supone un funcionamiento anormal.
En este caso, la conducta típica consiste en simular o provocar un estado de insolvencia
patrimonial destinado a impedir el cobro del tributo, todo ello en el marco determinado por el
procedimiento de verificación y/o fiscalización. Por lo tanto lo decisivo es que el sujeto
simule o genere su propio estado de insolvencia de cara a impedir cumplir sus obligaciones
tributarias.
Tipicidad Subjetiva
Esta figura es definitivamente de comisión dolosa puesto que en ambas situaciones
detalladas en el acápite precedente existe una intención fraudulenta.
Antijuricidad
Consiste en una abstracta relación de contradicción entre el hecho frente al ordenamiento
jurídico en general y el tributario en especial. El derecho es, ante todo, la valoración por lo
cual se debe determinar si hay o no contrariedad en cuanto al hecho después del encuadre
de una acción en un tipo o figura. Se ha de establecer si hay contradicción entre el hecho y
los fines protegidos por el derecho. Vale la pena resaltar que por ende no se configura ilícito
alguno, cuando no hay tal contradicción por mediar alguna causa de justificación.
Culpabilidad
En los delitos tributarios se exige el dolo salvo que una disposición particular requiera la
culpa para un delito determinado.
En el campo del derecho penal, el fundamento de la punición se sustentan en la intención
del autor. En materia de ilícitos tributarios penales (delitos tributarios) no opera la figura de la
culpa, pues es necesaria la presencia del dolo para la configuración del delito, debiendo ser
éste último probado por el Fisco.