Ahora bien, se ha planteado el problema de distinguir la antijuricidad formal de la antijuricidad
material, para establecer el momento y la naturaleza de las causas de justificación que hacen tolerable el comportamiento del autor, aunque este comportamiento sea típico. El concepto de la antijuridicidad formal difiere del de la antijuridicidad material. Este concepto obedece a la idea de que la antijuridicidad tiene un contenido o sustancia real, que no solo consiste en la oposición formal del hecho a una especial norma jurídica. Así, la antijuricidad formal implica la contradicción entre una acción y el ordenamiento jurídico. Su ámbito se reduce a la contradicción del acto con la norma.57 Mientras que la antijuridicidad material consiste en el carácter dañino del acto con respecto al bien jurídico protegido por la norma penal. Se hace para ello un análisis sobre los motivos de desvalorización de estos hechos por parte de Código Penal.58 La importancia de la antijuridicidad material está señalada en el artículo IV del Título Preliminar del CP, porque la pena precisa la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos. En buena cuenta, puede ser que la conducta sea contraria a la norma (formalmente antijurídica), pero que ésta no se encuentre en contradicción con los finesdel orden jurídico que regulan la vida en común (esto es, que sea materialmente antijurídica). Así, Graf Zu Dohna precisa que la falta de antijuricidad material de una acción se produce cuando esta acción “aparece como un medio justo para un fin justo”.59 Entonces, no basta con la contradicción formal con el derecho, sino que es preciso que la acción no constituya un medio justo para un fin justo; si la acción constituye medio justo para un fin justo, no puede hablarse de la existencia de contradicción con el derecho.
La responsabilidad del superior a la luz del artículo 28 del Estatuto de la Corte Penal Internacional: ¿Por qué exactamente es el superior responsable?