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La contradicción es la base estructural del film y del título. Todos los elementos, personajes y
situaciones aparecen y se transforman hasta oponerse a la situación original. Muestra la
contradicción en estado puro, con carácter simbólico primordial. Situaciones de contradicción:
1.- Teatro y realidad.
El film comienza con una supuesta aparición de Hitler en Varsovia, pero una niña destapa
esa faceta de teatro y halla la realidad, pidiéndole un autógrafo al actor que lo está
representando. Es un incidente en el ensayo de la obra Gestapo, un drama realista, ya que
el director dudaba de la veracidad del Hitler representado. Destaca el hecho de que se
representa que el actor no es capaz de engañar a una niña polaca, pero sí de engañar a
todos los nazis, disfrazado del mismo Hitler.
Se hace un contraste entre la vida teatral, donde Joseph Tura hace un chiste sobre Hitler
y, la posterior escena con el coronel Erdhardt, que hace el mismo chiste, aludiendo a que
el nombre de Hitler será asignado en la posterioridad a un nombre de queso. La falsedad
del teatro se vuelve realidad, el ensayo de Gestapo se está llevando a la vida real, donde
esta trama se está representando.
En una función de Hamlet se ve un claro contraste. Se aprecia la realidad del ‘afuera’,
donde todos los actores se ven unidos en la representación de la trama, frente al ‘dentro’,
donde cada uno de ellos tienen una función y la viven de forma diferente. Joseph tura
encarga un bocadillo, los actores secundarios se quejan de su suerte, María Tura y su
doncella hablan del admirador secreto de la primera, etc. En el momento en el que María
Tura acepta el contacto con el aviador, introduce a éste de forma indirecta en el grupo de
los actores, y viceversa. A partir de ahí los bandos se juntan en la lucha contra los nazis.
La escena del bombardeo en la que se resguardan en un refugio esclarece el paso de la
Gestapo teatral a la real. Ellos mismos declaran que ya no deben preocuparse por
interpretarla, ya que los nazis representarán esa farsa. Los carteles de la Gestapo teatral
serán sustituidos por los de la real con normas de obligado cumplimiento firmadas por
Erdhardt.
La farsa de la Gestapo para engañar al profesor se realiza en el despacho teatral, sin
embargo, este muere encima del escenario, donde se consuma la unión de la verdad con
el espacio reservado a lo imaginario. En las escenas finales ocurre lo mismo, el verdadero
Hitler junto con los nazis se encontrarán en la sala teatral, mientras que los actores libran
su papel en los corredores exteriores, representando la realidad. El espacio de la realidad
se usa para un truco; el lugar de la farsa para la verdad.
Los personajes están en dos bandos opuestos, el de los polacos y el de los alemanes, y
hay un contraste esencial entre ellos que está por encima de su enfrentamiento: los
polacos son actores y representan situaciones que no existen, mientras que los alemanes
se presentan tal como son; los polacos disimulan y los nazis son espontáneos. Pero en
cada uno de los grupos hay uno que, de suyo, tiene los rasgos del contrario: el Teniente
Sobinski no es actor, pero finge; en el otro lado, el Profesor Siletsky tampoco lo es pero
espía a los polacos para los nazis por lo que la doblez es un rasgo fundamental de su
carácter.
Los polacos tienen a menudo el refinamiento que le da al actor su distanciamiento de la
realidad, mientras que los nazis se comportan con la ingenuidad de un patán ricachón y
prepotente y siempre son torpes y se ponen en ridículo: la inteligencia vence a la fuerza,
la libre imaginación del individuo a la máquina de guerra nazi, manifestándose el
contraste supremo, la dialéctica de oposición entre pensamiento y brutalidad.
El teatro es un espejo del mundo. Los ensayos de la Gestapo, anticipan lo que va a
suceder. Los actores no muestran el mundo tal y como es puramente, sino que le dan su
propia visión.
Ambos son perseguidos. El teniente Sobinski huye de los nazis cayendo desde un avión
y siendo perseguido en la nieve. El profesor Siletsky huye de los polacos disfrazados una
vez que le descubren en Polonia, siendo éste perseguido en el teatro, muriendo en el
escenario.
Los persiguen soldados alemanes, falsos en el caso de Siletsky y verdaderos en el caso
de Sobisnki. Se encienden focos para encontrarlos, la primera vez de abajo a arriba, la
segunda de arriba abajo. En la escena de persecución, Sobinski huye cruzando las vías
que acaba de cruzar un tren, en el caso de Siletsky lo que cruza es el telón, el cual no
consigue cruzar, apareciendo muerto.
Formas que tienen de conquistar a María Tura, contradictorias:
-Siletski: por la fuerza, manda a la Gestapo, gato viejo.
-Sobinski: conquista, la manda flores, joven inexperto que encarna la libertad. María es
como la patria: el amor y la lucha política van juntos.
9.- El título
Plantea el contraste de ser o no ser. Ser polaco, pero parecer alemán (los actores), parecer
patriota, pero ser espía (Siletsky), tener un papel secundario pero ser protagonista
(Greenberg), parecer ganador y ser un perdedor (coronel Erdhardt).
A modo de síntesis, la lectura del film esclarece la crítica humorística de Lubitsch, con
un ritmo frenético facilitado por el guion, donde se ataca al pensamiento nazi y su
actuación en la ocupación de Varsovia. Esta crítica impactó tanto en el gobierno nazi
como en otros, con un ejemplo cercano, ya que en España la censura no permitió disfrutar
del film hasta treinta años después de su estreno.
El final de la obra también releva el papel de la resistencia polaca. Información del
folio.jkl