Universidad de Viña del Mar

Escuela de Psicología

Taller Revisión Paper.

Nombre:

Objetivos:
- Analizar y comprender la estructura de un paper científico.
- Conocer las teorías actuales referentes al dolor.

Desde la matriz nerviosa a la matriz del dolor.

Extraído de: Iannetti, G. D., & Mouraux, A. (2010). From the neuromatrix to the pain matrix (and back).
Experimental Brain Research, 205(1), 1-12. doi:10.1007/s00221-010-2340-

sueño de la muerte" (Descartes 1649), la idea

Introducción
La nocicepción se define como la actividad
neuronal aferente que transmite información
sensorial sobre estímulos nocivos (Treede
2006). Aunque la nocicepción suele ser la
causa del dolor, no es sinónimo de dolor, que
es una experiencia consciente que incluso
puede ocurrir en ausencia de nocicepción. Del
mismo modo, la activación de los nociceptores
puede desencadenar una retirada reflexiva del
motor, o una respuesta autónoma, sin
necesariamente generar una experiencia
consciente de dolor. Si bien ahora se acepta
por unanimidad que la actividad cortical es
necesaria para la generación de una
experiencia dolorosa (Treede et al., 1999), este
no siempre ha sido el caso. De hecho, además
de la proposición de Descartes de que el dolor
se deriva de proyecciones nociceptivas sobre
la glándula pineal, que se consideró como "el
de que la percepción del dolor proviene del
tálamo en lugar de la actividad cortical se
había considerado durante varios años (Head y
Holmes 1911).
La investigación de la base cortical de la
percepción en humanos ha sido revolucionada
por la introducción de técnicas de
neuroimagen no invasivas que proporcionan
información in vivo sobre la función cortical.
Mientras que las técnicas electrofisiológicas
como la electroencefalografía (EEG) miden
los cambios de voltaje generados
principalmente por la actividad sincronizada
postsináptica que se produce en las células
piramidales corticales (Speckmann y Elger
1999), las técnicas hemodinámicas como las
imágenes de resonancia magnética funcional
(fMRI) realizadas utilizando la medición de
contraste dependiente del nivel de oxígeno en
sangre (BOLD) cambios locales en la
oxigenación de la sangre como resultado de la
actividad neuronal y el acoplamiento
neurovascular (Kwong et al., 1992).
Durante los últimos 30 años, los
investigadores han utilizado ampliamente
estas y otras técnicas de imágenes funcionales
para investigar las bases neuronales de la
percepción del dolor y han demostrado que los
estímulos nociceptivos comúnmente provocan
actividad dentro de una amplia gama de
estructuras cerebrales subcorticales y
corticales (García-Larrea et al. 2003; Bushnell
y Apkarian 2005). Al interpretar el significado
funcional de estas respuestas cerebrales, los
informes iniciales han sido extremadamente
cautelosos (Carmon et al., 1976, Chapman et
al., 1981a, Stowell 1984). Por ejemplo, en su
trabajo seminal que presenta los potenciales
cerebrales evocados por láser (LEP) como una
técnica para explorar la nocicepción en
humanos, Carmon et al. concluyó que "es
posible que solo el efecto de despertar y alertar
del dolor sea responsable del fenómeno
electroencefalográfico observado" (Carmon et
al., 1976). Del mismo modo, Chapman et al.
declaró, unos años más tarde, que "las
amplitudes [de los potenciales relacionados
con el evento provocados por estímulos
nocivos] no pueden considerarse
representaciones neurofisiológicas de las
sensaciones del dolor" (Chapman et al.,
1981b). A medida que el número de estudios
centrados en estas respuestas cerebrales
aumentó exponencialmente, esta precaución
se ha perdido algo. De hecho, en la actualidad,
la mayoría de los investigadores consideran
que debido a que el estímulo provoca una
sensación de dolor, es razonable suponer que
las respuestas cerebrales desencadenadas son
al menos parcialmente específicas del dolor
(Talbot et al., 1991; Jones 1998a; Ingvar 1999;
Ingvar y Hsieg 1999; Ploghaus et al., 1999;).
Por lo tanto, estructuras como las cortezas
somatosensoriales primaria (S1) y secundaria
(S2), la ínsula y la corteza cingulada anterior
(ACC), que se ha demostrado
consistentemente que responden a la
estimulación nociceptiva usando resonancia
magnética funcional, tomografía por emisión
de positrones (PET ), EEG o
magnetoencefalografía (MEG), a menudo se
considera que constituyen una Matriz de dolor,
es decir, una red de áreas corticales que
"experimentan dolor en sí mismas" (Ploghaus
et al., 1999). Partiendo de la idea de que estas
respuestas cerebrales son específicas del dolor,
estudios recientes han propuesto que esta Pain
Matrix también puede estar involucrada en
experimentar, por ejemplo, empatía por el
dolor (Singer et al., 2004; Godinho et al.,
2006; Valeriani). et al., 2008) o rechazo social
(Eisenberger et al., 2003). Lo que es más
importante, algunos investigadores han
propuesto que la Pain Matrix podría usarse
como biomarcador específico para el
desarrollo farmacológico (Schweinhardt et al.,
2006), como "evidencia objetiva de
percepción del dolor" en pacientes
mínimamente conscientes (Boly et al., 2008).
Para apoyar la idea de que este patrón medido
de actividad cerebral es específico del dolor,
los investigadores a menudo presentan los
siguientes argumentos: (1) que la intensidad
percibida del dolor se correlaciona
fuertemente con la magnitud de las respuestas
neuronales en la Matriz del Dolor (p. Ej.,
Derbyshire et al. al. 1997; Coghill et al., 1999;
Tolle et al., 1999; Iannetti et al., 2005), (2) que
los factores que modulan el dolor también
modulan la magnitud de las respuestas
neuronales en la Matriz del Dolor (Rainville et
al., 1997; Hofbauer et al., 2001), (3) que los
ataques epilépticos o la estimulación eléctrica
directa de varias áreas del La matriz del dolor
a través de los electrodos implantados puede
evocar sensaciones dolorosas (Isnard et al.,
2000; Ostrowsky et al., 2002). Por lo tanto, la
matriz del dolor constituiría una
"representación" (Treede et al., 1999) o una
"firma" (Tracey y Mantyh, 2007) de dolor en
el cerebro y, por lo tanto, una ventana para
estudiar los procesos nerviosos subyacentes de
la función y la disfunción del dolor en
humanos (Apkarian et al., 2005).
Debido a que la interpretación de un gran
número de estudios se basa en la idea de que
las respuestas cerebrales provocadas por
estímulos nociceptivos reflejan la actividad de
una matriz cortical específica del dolor, parece
crucial determinar si esta noción está
respaldada por evidencia experimental sólida
e inequívoca. Aquí, revisaremos el concepto
original de la "Neuromatriz" como fue
propuesto inicialmente por Melzack (1989), y,
a través de una discusión crítica de la
evidencia a favor y en contra del concepto de
una Matriz de Dolor, proporcionaremos
evidencia que la fracción de la actividad
neuronal medida utilizando técnicas de
neuroimagen funcional actualmente
disponibles en respuesta a un estímulo
nociceptivo transitorio es probable que refleje
en gran medida las actividades neuronales que
no son específicas nociceptivas.
Fundamentalmente, esta noción no implica la
ausencia de ensamblajes de neuronas cuya
actividad se relacione de forma única con la
percepción del dolor, mientras que sí implica
que la contribución de las actividades
neuronales específicas del dolor a las
respuestas medidas con las técnicas actuales
de neuroimagen funcional puede ser
insignificante.
La "matriz del dolor": un concepto que
cambió con el tiempo
Es difícil proporcionar una definición única de
la matriz del dolor. El término se deriva de
Neuromatrix, un concepto que fue propuesto
originalmente por Ronald Melzack en 1989.
Sin embargo, el término "Pain Matrix" se usa
actualmente en un sentido muy diferente de su
concepción inicial. De hecho, la Neuromatriz
se propuso originalmente porque los
investigadores no habían logrado identificar
regiones corticales espacialmente segregadas
específicamente dedicadas a la percepción del
dolor. Lo que es más importante, la función de
la Neuromatriz no se limitaba a la percepción
del dolor, que se consideraba una de sus
muchas salidas perceptivas posibles. En
consecuencia, la Neuromatriz se describió
como un conjunto generalizado de neuronas
que integran varias fuentes de entrada, tanto
nociceptivas como NO nociceptivas, de
manera hebbiana. En otras palabras, en su
definición original, la Neuromatrix
ciertamente no era específica para el dolor: "la
neuromatriz, distribuida a lo largo de muchas
áreas del cerebro, comprende una amplia red
de neuronas que genera patrones, procesa
información que fluye a través de ella y
finalmente produce el patrón que se siente
como un cuerpo entero que posee un sentido
de sí mismo "(Melzack 2005). Solo en
publicaciones posteriores se agregó la etiqueta
"dolor" al término "Neuromatriz", lo que lleva
al concepto actual de una matriz de dolor (p.
Ej., Talbot et al., 1991; Jones 1998a; Ingvar
1999; Ploghaus). et al., 1999; Avenanti et al.,
2005; Brooks y Tracey, 2005; Boly, et al.,
2008; Whyte, 2008). Este reetiquetado
introdujo una desviación fundamental del
concepto original, ya que implicaba que el
patrón de respuestas cerebrales provocado por
estímulos nociceptivos refleja una "red de
procesamiento del dolor" específica (Brooks y
Tracey 2005), y que la neuroimagen funcional
puede usarse para " 'delinear la anatomía
funcional de diferentes aspectos de dolor ''
(Ingvar 1999).
Por lo tanto, en la actualidad, parece haber un
consenso bastante amplio de que la Pain
Matrix es al menos parcialmente específica del
dolor. Sin embargo, esto no implica que todos
los investigadores estén de acuerdo en su
definición. De hecho, algunos consideran que
es el patrón de activación en las diferentes
estructuras de la matriz del dolor lo que
constituye, como un conjunto, el sustrato
neuronal para la percepción del dolor. Desde
este punto de vista, la aparición del dolor no
sería el resultado de la activación de una o más
áreas cerebrales específicas sino que surgiría ''
del flujo y la integración de la información ''
entre estas áreas (Tracey 2005). Por lo tanto,
esta visión es diferente del concepto original
de Neuromatrix solo en el sentido de que la
experiencia del dolor se considera como la
única salida posible de la red. Otros se han
desviado aún más del concepto original al
considerar la matriz del dolor como una
enumeración de diferentes estructuras
cerebrales específicas del dolor (Albe-Fessard
et al., 1985; Ingvar 1999). En tal, la
experiencia del dolor ya no es una propiedad
emergente de la red. En cambio, se considera
que las diferentes estructuras que constituyen
la Pain Matrix tienen "subfunciones
especializadas" (Ingvar 1999) y, por lo tanto,
codifican de forma autónoma diferentes
aspectos de la experiencia del dolor. Por
ejemplo, los aspectos sensorial-
discriminativos de la percepción del dolor a
menudo se consideran independientes y
específicamente representados en S1 y S2, lo
que constituye el llamado "sistema de dolor
lateral" o "nodo somatosensorial", mientras
que afectivo los aspectos de la percepción del
dolor estarían representados en las estructuras
cerebrales mediales como el ACC,
constituyendo el "sistema de dolor medial" o
el "nodo afectivo" (Albe-Fessard et al., 1985;
Avenanti et al., 2005). Muchos estudios
recientes han utilizado este último concepto
para interpretar sus datos (p. Ej., Derbyshire et
al., 1997; Schnitzler y Ploner 2000; Garcia-
Larrea y otros 2002; Ploner et al., 2002;
Gracely et al., 2004; Kakigi et al. 2004; Singer
et al. 2004; Avenanti et al. 2005; Brooks y
Tracey 2005; Moisset y Bouhassira 2007; Frot
et al. 2008).
Activación de la matriz del dolor por
entrada sensorial no nociceptiva
Varios estudios han puesto de relieve que las
respuestas EEG y fMRI provocadas por
estímulos somatosensoriales nociceptivos son
extremadamente similares a las respuestas
EEG e IRMf provocadas por estímulos
somatosensoriales no nociceptivos (por
ejemplo, Kunde y Treede 1993; Lui et al.,
2008). Además, dos estudios recientes han
comparado las respuestas cerebrales
provocadas por estímulos nociceptivos que se
percibieron como dolorosos con las respuestas
cerebrales provocadas por estímulos somato-
sensoriales no nociceptivos, así como
estímulos auditivos y visuales (Mouraux y
Iannetti 2009; Iannetti et al. 2010). En ambos
estudios, los estímulos se presentaron dentro
de una secuencia aleatoria, utilizando un
intervalo de estímulos grande e impredecible
(5-10 s), con el fin de maximizar su contenido
de saliencia. En el estudio realizado con EEG
(Mouraux y Iannetti 2009), se aplicó una
nueva técnica de separación ciega de fuentes
(análisis probabilístico de componentes
independientes, PICA, Beckmann y Smith
2004) para descomponer los ERP
nociceptivos, somatosensoriales, auditivos y
visuales en un conjunto de fisiológicamente
independientes componentes. Los resultados
mostraron que los ERP provocados por
estímulos nociceptivos pueden explicarse por
completo mediante una combinación de
actividad neuronal multimodal (es decir,
actividad neuronal provocada por cualquier
estímulo sensorial, independientemente de su
modalidad sensorial) y específica
somatosensorial, pero no específica de
actividad nociceptiva (es decir, actividad
neuronal provocada por estímulos
somatosensoriales tanto nociceptivos como no
nociceptivos). El análisis de fuente mostró que
la actividad neuronal multimodal en los ERP
nociceptivos subyacentes fueron modelados
de forma óptima por generadores localizados
en áreas operculoinsulares bilaterales y en el
CAC, lo que sugiere que la actividad neuronal
multimodal podría explicar una gran parte de
la Matriz del Dolor. Es importante destacar
que, aunque el algoritmo de separación de
fuente ciega logró identificar la actividad
neuronal específica de la modalidad que
contribuye únicamente a los ERP no
nosciceptivos, auditivos y visuales no
nociceptivos, ningún componente contribuyó
de forma exclusiva al ERP nociceptivo. En el dinámico específico (Dong et al. 1994;
estudio realizado utilizando fMRI (Iannetti et Kenshalo y Douglass 1995). Además, los
al., 2010), se examinaron las respuestas estudios de células individuales han
hemodinámicas provocadas por los mismos demostrado que al menos algunas neuronas
tipos de estímulos. Un análisis de conjunción corticales etiquetadas como nociceptivas
mostró que los estímulos nociceptivos, específicas también pueden responder a
somatosensoriales, auditivos y visuales estímulos pertenecientes a otra modalidad
provocaron respuestas espacialmente sensorial, por ejemplo, a un estímulo visual
indistinguibles en la ínsula, en la mayoría de "amenazante" (Dong et al., 1994; Kenshalo y
S2, así como en el ACC. Además de esta Douglass 1995; Hutchison et al., 1999), lo que
actividad multimodal, los estímulos sugiere que al menos una fracción de estas
somatosensoriales nociceptivos y no neuronas son de hecho multimodales y
nociceptivos provocaron una respuesta responden a insumos sensoriales
idéntica en S1 y en una región pequeña de S2. potencialmente amenazantes,
Sorprendentemente, mientras que los independientemente de la modalidad sensorial
estímulos auditivos provocaron una clara a través de la cual se transmiten.
respuesta específica del auditorio en la corteza
Curiosamente, como se menciona en la
auditiva primaria y mientras que los estímulos
Introducción, Melzack propuso inicialmente
visuales provocaron una clara respuesta visual
que la experiencia del dolor podría surgir de la
específica en la corteza visual primaria, los
unión transitoria de una red extensa de
estímulos nociceptivos no parecieron provocar
neuronas (Melzack 1989, 2005) y no de la
ninguna respuesta nociceptiva específica.
actividad de una zona cortical espacialmente
Estas observaciones sugieren que la Pain segregada que contiene neuronas nociceptivas
Matrix identificada utilizando las técnicas de específicas específica y exclusivamente ''
neuroimagen funcional actualmente codificación '' dolor en el cerebro Tal punto de
disponibles que muestrean la actividad vista explicaría por qué tanto los enfoques de
neuronal a nivel poblacional (Speckmann y neuroimagen microscópicos y macroscópicos
Elger 1999, Logothetis 2008) refleja convencionales han fallado repetidamente
principalmente la actividad neuronal para aislar una "representación neural"
multimodal, es decir, la actividad de las inequívoca del dolor en el cerebro.
neuronas que responden a un rango de
estímulos, independientemente de su
modalidad sensorial. Sin embargo, no se puede
descartar la posibilidad de que la actividad de
las neuronas nociceptivas específicas
contribuya a las respuestas registradas
utilizando estas técnicas, pero no se puede
aislar de la actividad de las neuronas
espacialmente entremezcladas, no
nociceptivas específicas. En cualquier caso, es
importante enfatizar que en todas las regiones
de la matriz del dolor, el número de neuronas
nociceptivas específicas suele ser muy
pequeño, especialmente cuando se compara
con el número de neuronas de amplio rango no
Preguntas:
1- ¿Qué es la Pain Matrix?
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2- ¿Qué áreas de la corteza cerebral están relacionadas con la Pain Matrix?
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3- ¿Cuál es la diferencia entre nocicepción y dolor?
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4- ¿Qué argumentos sostienen los científicos para decir que la actividad de la Pain
Matrix es específica para el dolor?
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5- ¿Cómo se explica que la Pain Matrix pueda activarse con estímulos NO nociceptivos?
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