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ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Santo y santísimo Espíritu de amor, don del Altísimo,


huésped de las almas, óptimo y eficaz consolador; consuelo
en el llanto, descanso en el trabajo, plácida sombra en el
tenaz calor. Tú, tan generoso en dádivas. Tú, poder de la
diestra paternal. Tú, promesa magnífica del Padre, que el
torpe labio vienes a soltar. Con tu luz ilumina los sentidos.
Los afectos inflaman con tu amor. Siendo tú nuestro guía,
toda culpa lograremos evitar. Dénos tu influjo conocer al
Padre. Dénos también al Hijo conocer. Y en el uno y en el
otro, Santo Espíritu, para siempre creer. Qué atractivo es
para un alma verse en el abismo de tu bondad, y toda llena
de tus inefables consolaciones. Oh, si una gota de ellas es
tan gustosa, ¿cuánto más será cuando tú mismo las
concedas como un torrente sin medida y sin reserva,
habiéndonos claramente de tu gloria en el cielo? ¡Oh, qué
trato, qué belleza, qué luz!

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, rey del universo.


Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, rey del universo.


Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, rey del universo.


Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

(Te adoramos a ti, Espíritu Santo, Consolador, que procedes


del Padre y del Hijo, que nos haces comprender las verdades
de la fe y nos recuerdas lo que Cristo ha enseñado. Tú eres
digno de recibir el honor por los siglos. Amén.)
DANOS, OH ESPÍRITU DE AMOR

Danos, oh Espíritu de Amor, unos cielos nuevos y una tierra


nueva donde la Santísima Trinidad sea amada y glorificada;
donde los hombres puedan vivir juntos como en una sola y gran
familia; donde sean curadas del todo las llagas del egoísmo y del
odio, de la impureza y de la injusticia.

Danos, oh Espíritu de Amor, una Iglesia renovada por la fuerza


irresistible de tu divina acción, que enderece lo que está torcido,
doblegue lo que está rígido, sane lo que está herido, riegue lo que
está árido y abra lo que está cerrado.

Danos, oh Espíritu de Amor, una Iglesia fiel al Evangelio,


anunciadora de la verdad y resplandeciente de gran santidad.

Danos, oh Espíritu de Amor, una Iglesia humilde, evangélica,


pobre, casta y misericordiosa.

Con tu divino fuego quema todo lo que hay en Ella de imperfecto;


despójala de tantos medios humanos de poder; líbrala de
compromisos con el mundo en que vive y que ella debe salvar;
haz que de su purificación salga completamente renovada, cada
vez más bella, sin mancha y sin arrugas, a imitación de María, su
Madre Inmaculada y Esposa tuya amadísima.
VEN, OH ESPÍRITU DE AMOR

Ven, oh Espíritu de Amor, y renueva la faz de la tierra; haz que


toda ella vuelva a ser un nuevo jardín de gloria y de santidad, de
justicia y de amor, de comunión y de paz; de tal modo que la
Santísima Trinidad pueda una vez más reflejarse complacida y
ser glorificada en él.

Ven, oh Espíritu de Amor, y renueva toda la Iglesia; llévala a la


perfección de la caridad, de la unidad y de la santidad, para que
llegue a ser hoy, la más grande luz que ilumine a todos en la gran
tiniebla que se ha difundido en todas partes.

Ven, oh Espíritu de Sabiduría y de Inteligencia, y abre los


corazones a la comprensión de la Verdad, toda entera. Con la
fuerza abrasadora de tu divino fuego erradica todo error, disipa
toda herejía, para que resplandezca a todos en su integridad la
luz de la Verdad que Jesús ha revelado.

Ven, oh Espíritu de Consejo y de Fortaleza, y haznos testigos


valientes del Evangelio recibido.

Sostén al que es perseguido; anima al que está marginado; da


fuerza al que está prisionero; concede perseverancia al que es
pisoteado y torturado; concede la palma de la victoria a quien,
aún hoy, es conducido al martirio.

Ven, oh Espíritu de Ciencia, de Piedad y de Temor de Dios, y


renueva, con la savia de tu Divino Amor, la vida de todos aquellos
que han sido consagrados con el Bautismo, marcados con tu
sello en la Confirmación, de todos los que se han ofrecido al
servicio de Dios, Obispos, Sacerdotes, Diáconos, para que todos
puedan corresponder a tu Designio — que estás realizando en
estos tiempos — de un segundo Pentecostés, suplicado y
esperado desde hace tanto tiempo.
VEN ESPÍRITU DIVINO
Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don, en tus dones
espléndido; luz que iluminas las almas; fuente de
mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso en nuestros
esfuerzos, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas
de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta
en los duelos.
Llega hasta al fondo del alma, Divina luz, y
enriquécenos. Mira el vacío del alma si Tú le faltas por
dentro. Mira el poder del pecado cuando no envías tu
aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas. Infunde calor de vida en mi hielo.
Doma al Espíritu indómito, guía al que tuerce el
sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por
tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su éxito, salva
al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
INVOCACIÓN A DIOS ESPÍRITU SANTO
Espíritu Santo
Amor del Padre
Amor del Hijo
Inspiradme siempre
Lo que debo pensar
Lo que debo decir
Cómo debo decirlo
Lo que debo callar
Lo que debo escribir
Lo que debo hacer
Como debo hacerlo
Para mayor gloria de Dios,
Santificación de las almas
Y mi propia santificación.
Pongo toda mi confianza en Ti,
Oh Espíritu Santo, alma de mi alma,
Yo te adoro; ilumíname, fortifícame;
Consuélame, defiéndeme, guíame,
Dime lo que debo hacer.
Yo estoy a vuestras órdenes
Y me someto a lo que sea tu Santa Voluntad.

Oh Espíritu Santo, ven a mi alma,


Quédate conmigo
Y has que yo siempre esté contigo. Amén.
VEN CREADOR ESPÍRITU
Ven, Creador Espíritu, de los tuyos la mente a visitar, a encender
en tu amor los corazones, que de la nada te gustó crear.

Tú que eres gran consolador, y Don Altísimo de Dios. Fuente


viva, y Amor, y Fuego ardiente, y Espiritual unción.
Tú, tan generoso en dádivas. Tú, poder de la diestra paternal: Tú,
promesa magnifica el Padre que el torpe labio vienes a soltar.
Con tu luz ilumina los sentidos, los afectos inflama con tu amor, con
tu fuerza invencible fortifica la corpórea flaqueza y corrupción.
Lejos expulsa al pérfido enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú
nuestro guía, toda culpa lograremos evitar.
Dénos tu influjo conocer al Padre, dénos también al Hijo conocer, y
en ti, del Uno y Otro. Santo Espíritu, para siempre creer.
A Dios Padre, alabanza, honor y gloria, con el Hijo, que un día
resucitó, y a ti. Abogado y Consuelo del cristiano, por los siglos se
rinda admiración. Amén.

Envía, Señor, tu Espíritu. Y serán creadas y renovadas todas las


cosas.

Oremos:

Oh Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminaste los corazones
de tus fíeles. Concédenos este mismo Espíritu para obrar con
prudencia y santidad y gozar siempre de sus divinos consuelos.
Te lo suplicamos en nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

(Te adoramos a ti, Espíritu Santo, Consolador, que procedes del


Padre y del Hijo, que nos haces comprender las verdades de la fe y
nos recuerdas lo que Cristo ha enseñado. Tú eres digno de recibir
el honor por los siglos. Amén.)
VEN CREADOR ESPÍRITU
Ven, Creador Espíritu, de los tuyos la mente a visitar, a encender
en tu amor los corazones, que de la nada te gustó crear.

Tú que eres gran consolador, y Don Altísimo de Dios. Fuente


viva, y Amor, y Fuego ardiente, y Espiritual unción.
Tú, tan generoso en dádivas. Tú, poder de la diestra paternal: Tú,
promesa magnifica el Padre que el torpe labio vienes a soltar.
Con tu luz ilumina los sentidos, los afectos inflama con tu amor, con
tu fuerza invencible fortifica la corpórea flaqueza y corrupción.
Lejos expulsa al pérfido enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú
nuestro guía, toda culpa lograremos evitar.
Dénos tu influjo conocer al Padre, dénos también al Hijo conocer, y
en ti, del Uno y Otro. Santo Espíritu, para siempre creer.
A Dios Padre, alabanza, honor y gloria, con el Hijo, que un día
resucitó, y a ti. Abogado y Consuelo del cristiano, por los siglos se
rinda admiración. Amén.

Envía, Señor, tu Espíritu. Y serán creadas y renovadas todas las


cosas.

Oremos:

Oh Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminaste los corazones
de tus fíeles. Concédenos este mismo Espíritu para obrar con
prudencia y santidad y gozar siempre de sus divinos consuelos.
Te lo suplicamos en nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

(Te adoramos a ti, Espíritu Santo, Consolador, que procedes del


Padre y del Hijo, que nos haces comprender las verdades de la fe y
nos recuerdas lo que Cristo ha enseñado. Tú eres digno de recibir
el honor por los siglos. Amén.)

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