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frecuentemente ilegal.

El arte urbano engloba tanto el grafiti, como otras diversas


formas de expresión artística callejera. Desde a mediados de los años 90 el termino
Street art o, de forma más específica post grafiti se utiliza para describir el trabajo
de un conjunto heterogéneo de artistas que han desarrollado un modo de expresión
artística en las calles mediante el uso de diversas técnicas (Plantillas, posters,
pegatinas, murales, grafitis, etc.), que se alejan del famoso grafiti, pero no siempre
es en paredes pues ahora en la actualidad es posible incluso dibujar en forma
experta 3D.
El arte callejero se maneja en una delgada frontera entre la expresión estética,
política o social, con el vandalismo y otras formas de intervención ilegal de la
fachada pública de las ciudades. Esto se debe a que a menudo, en su afán por
visibilizar su mensaje, los artistas callejeros trepan a superficies elevadas,
intervienen señales del marcaje urbano o anuncios gubernamentales, traspasan los
límites de la propiedad privada e incluso, para algunos, son responsables de una
forma de contaminación visual. Por esa razón, los artistas callejeros suelen ocultar
su identidad y emplear seudónimos artísticos.
Así como la sociedad ha cambiado a lo largo de los siglos, el arte también ha
evolucionado junto a ella. Ha salido de los museos, de las grandes galerías y
los teatros para ser exhibido en las calles.
Durante el Renacimiento, el arte era considerado un recurso que resaltaba las
virtudes humanas, aquello único que nos distinguía de cualquier otro animal. Por
lo mismo, el arte era elitista, al menos el de academia, y, aunque no se aceptara
del todo públicamente, los artistitas se dirigían a las personas privilegiadas, de alta
educación y considerable posición social. Así había sido desde la Antigüedad.
Fue hasta el Romanticismo cuando el arte, en cualquiera de sus formas, se abrió
a un público más amplio. Y es que el arte siempre responde a las necesidades de
la misma sociedad. No es el mismo arte el que se crea en tiempos de guerra, que,
en tiempos de paz, en un continente o en otro. La historia de cada pueblo, su
forma de vida, condiciona su manera de expresarse y su visión estética.
En los tiempos actuales, donde se busca una libertad más plena y una existencia
más igualitaria, poco a poco la cultura oficial se va fundiendo con la popular.
Ahora hay debates acerca de si un grafiti es arte o no, el Gobierno asigna lugares
específicos para que los jóvenes puedan pintar sobre los muros o las cortinas
metálicas. Hasta hace muy poco, esa forma de expresión era considerada como
una actividad delictiva y propia de la marginación.
José Vasconcelos (1882-1952) fue quien propuso a los artistas mexicanos a
tomar los muros de la ciudad como lienzo y herramientas políticas. Poco después,
el muralismo alcanzó su máximo punto con Diego Rivera (1886-1857). No pasó
mucho tiempo para que la ciudadanía en general tomara para sí este consejo.
Es clara la influencia que tiene el grafiti y el muralismo moderno de los pintores
representantes del estridentismo, como Ramón Alva de la Canal y
los contemporáneos.
En los últimos años, la actividad de pintar en los espacios públicos ha sido
reivindicada. El más claro ejemplo es la East Side Gallery, una muestra de pintura
al aire libre sobre los restos del Muro de Berlín, cuyos cuadros en gran parte
están dirigidos a mandar un mensaje de paz y unidad; recordar y estudiar la
Historia para no repetir los errores del pasado.

Diatribas aparte, este género ha sido cultivado extensamente por numerosos


artistas callejeros en las principales ciudades de Occidente, pero llegando incluso
a intervenir locaciones famosas del mundo, como un muro en Gaza, en la
conflictiva frontera árabe israelí.
Si clasificamos el arte callejero en base a sus técnicas empleadas, tendremos las
siguientes categorías:

Grafiti: El grafiti es la “pintada” tradicional, es decir, el dibujo o la escritura


clandestina en las paredes de la ciudad, sólo que en el caso del arte urbano está
pintada no es simplemente un mensaje de protesta, sino que adquiere todo un
sentido estético: dibujos, formas, mensajes cifrados, etc.
Stencil: Funciona en base a una plantilla de plástico o papel en la cual se recorta
la silueta de lo que se desea pintar, y luego se las adhiere a la pared antes de
pintarlas con pintura. De esta manera se logran formas elaboradas y se combina
el texto con la imagen.
Pósteres: Impresos en papel u otros materiales y pegados con engrudo en las
paredes, permanecen mucho tiempo y permiten combinar varios para formar
figuras de importante tamaño.
Esculturas y otras intervenciones: Existen otras formas de arte callejero más
atrevidas que intervienen objetos de la vía pública, casetas telefónicas o incluso
billetes, combinando la escultura con otras artes gráficas.
El arte callejero, por lo general, se caracteriza por ser:
Efímero: Por lo general las intervenciones de este tipo no duran por mucho, pues
las paredes son pintadas de nuevo y las superficies limpiadas por el
mantenimiento de los gobiernos locales. Sin embargo, quedan las fotografías y
filmaciones de ellas.
Clandestino: La aparición de las obras de arte callejero suelen ocurrir durante la
noche o la madrugada, de modo que la gente al día siguiente se tropiece con
ellas, en lugar de verlas ocurrir. Esto les da un factor sorpresa, pero también se
debe a que en ocasiones los artistas se exponen al peligro (al treparse a
superficies elevadas, por ejemplo), o eligen propiedad gubernamental para
intervenir, lo cual no es del todo lícito.
Casi anónimo: Si bien muchas de las intervenciones están firmadas con el
seudónimo del artista, muchas otras no lo están. No siempre se sabe quién es tal
o cual artista callejero en vida real.
Extra-muros: Como su nombre lo indica, el arte callejero se encuentra en la calle,
en el transporte público, en lugares cotidianos, y no en museos o lugares de
exposición artística “controlados”. Hay algo de desafiante en el street art.
Estas son algunas ciudades en las que se puede admirar el arte urbano:

Miami: A principios de los años 2000, la zona de Miami conocida como Wynwood
reunía bodegas, fábricas y edificios abandonados. Con la ayuda del arte urbano
lograron convertirla en uno de los barrios más vibrantes de Florida que al día de
hoy concentra galerías, boutiques, tiendas de antigüedades y algunos de los bares
y restaurantes más hip de la ciudad. Con más de 200 murales y creaciones de
artistas de todo el mundo, Wynwood es un imperdible de Miami.

Dubai: El artista Marwan Shakarchi ha infundido nueva vida al Design District de


la capital de los Emiratos Árabes Unidos. De origen británico-iraquí, lleva algunos
años decorando las calles de Dubai con sus murales y las nubes sonrientes que
se han convertido en su sello de identidad. El proyecto denominado “The Greatest
of Mysteries” es probablemente el más impresionante que ha realizado hasta el
momento.

Toronto: Un programa creado recientemente y denominado START, busca


expandir, mantener y fomentar la apreciación del arte callejero en Toronto. En
distintos barrios, puentes, calles y callejones de la ciudad se puede admirar las
creaciones de los artistas locales más reconocidos. Particularmente, te
aconsejamos visitar Graffiti Alley que tiene casi un kilómetro de largo y que cada
año es intervenido durante 24 horas por un grupo de artistas denominado Style in
Progress.
Berlín: La ciudad completa es un lienzo del cual se han adueñado los artistas
urbanos. Desde los vestigios del antiguo muro hasta las fachadas y paredes de
edificios distribuidos por toda la ciudad, Berlín es un escaparate del talento de
artistas alemanes e internacionales. Uno de los mejores momentos para visitar la
ciudad si eres amante de los murales es durante los días del Berlin Mural Fest,
que reúne a algunos de los creadores más admirados del mundo.

Ciudad de México: La tradición del muralismo en México se ha mantenido viva


con el paso de los años en la capital mexicana. De las obras maestras de Diego
Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, podemos pasar a las
creaciones de artistas del arte urbano actual como Segoobval, Boa Mistura y Tella
eche pueden admirarse en las calles del Centro, la Condesa, la Colonia Roma e,
incluso, la Guerrero.

Llegamos a la conclusión de que los artistas que pintan murales en la calle,


además de hacerlo con un fin estético, como por ejemplo que al pasar por la calle
veas más colores y no solo paredones grises, o también porque les resulta
entretenido y lo disfrutan, lo hacen para transmitir un mensaje a la sociedad,
más allá de que las personas se vean reflejadas o no en el dibujo. Al pintar un
mural en la calle y no en un cuadro para luego exponerlo en una galería, estás
haciendo que personas que no se interesan tanto en el arte, tengan la oportunidad
de poder apreciarlo sin tener que tomarse el tiempo de asistir a alguna exposición,
hace que sea algo más espontaneo.

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