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LECCIONARIO

MISA VOTIVA
EN HONOR DE
NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE

Formulario de Lecturas I (Tiempo Ordinario)

PRIMERA LECTURA

Se dedicaban a la oración en común,


junto con María, la Madre de Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 12-14; 2, 1-4

Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que
llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a
casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás,
Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas
María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un
ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron
aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se
llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la
lengua que el Espíritu le sugería.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Lc 1, 46-48a. 48b-49. 50-51. 52-53. 54-55 (R.: cf. 50)
Cf pág. 157

R. La misericordia del Señor


llega de generación en generación.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava. R.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R.

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Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R.

Derriba del trono a los poderosos


y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre. R.

ALELUYA
Dignísima Reina del mundo,
María, siempre virgen,
intercede por nuestra paz y nuestra salvación,
tú que diste a luz al Señor, el Salvador del mundo.

EVANGELIO
Y la madre de Jesús estaba allí

 Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
- «No les queda vino.»
Jesús le contestó:
- «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes:
- «Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos
cien litros cada una.
Jesús les dijo:
- «Llenad las tinajas de agua.»
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó:
- «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.»
Ellos se lo llevaron.

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El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí
lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo:
- «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en
cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de
sus discípulos en él.
Palabra del Señor.
LECCIONARIO

Formulario de Lecturas II (Tiempo Adviento)

PRIMERA LECTURA

Mirad: la virgen está encinta

Lectura del libro de Isaías 7, 10-14; 8, 10

En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz:


- «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz:
- «No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios:
- «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi
Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con nosotros”.»

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11 (R.: 8a y 9a)

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,


y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.

«-Como está escrito en mi libro-


para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
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no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.

No me he guardado en el pecho tu defensa,


he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea. R.
ALELUYA Cf pág. 26 Jn 1, 14ab

La Palabra se hizo carne


y acampó entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria.

EVANGELIO

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se
llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
- «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
- «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y
darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel:
- «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?.»
El ángel le contestó:
- «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por
eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de
seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó:
- «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.

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LECCIONARIO

Formulario de Lecturas III (Tiempo Cuaresma)

PRIMERA LECTURA

No perdonó a su propio Hijo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-39

Hermanos:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a
los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió,
más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la
persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: «Por
tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza.»
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy
convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni
potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Sal 17, 2-3. 5-6. 7. 19-20 (R.: 7a)

R. Yo te amo Señor, tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;


Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte. R.

Me cercaban olas mortales,


torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R.

En el peligro invoqué al Señor,


grité a mi Dios:
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desde su templo él escuchó mi voz.
y mi grito llegó a sus oídos. R.

Me acosaban el día funesto,


pero el Señor fue mi apoyo:
me sacó a un lugar espacioso,
me libró porque me amaba. R.
Versículo antes del evangelio

Estaba santa María,


Reina del cielo y Señora del mundo,
sufriendo junto a la cruz del Señor.

EVANGELIO

Junto a la cruz de Jesús estaba su madre

 Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre,


María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
- «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo:
- «Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.

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LECCIONARIO

Formulario de Lecturas IV (Tiempo de Pascua)

PRIMERA LECTURA

Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 6-14

Después de la resurrección de Jesús, los apóstoles lo rodearon preguntándole:


- «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»
Jesús contestó:
- «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con
su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.»
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras
miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les
dijeron:
- «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha
dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»
Entonces los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los
Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a
la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo,
Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas
María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Sal 86, 1-2. 3 y 5. 6-7 (R.: 3)

R. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Él la ha cimentado sobre el monte santo;


y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob. R.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,


ciudad de Dios!

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Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.» R

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:


«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.» R.

ALELUYA Cf. Lc 2, 19

Dichosa eres, Virgen María,


que conservabas la palabra de Dios,
meditándola en tu corazón.

EVANGELIO

Mi madre y mis hermanos son éstos:


los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 8, 19-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no
lograban llegar hasta él.
Entonces lo avisaron:
- «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó:
- «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen
por obra.»

Palabra del Señor.

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