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UNIDAD III

EN LA PALABRA DE DIOS Y EL HOMBRE: LA SAGRADA ESCRITURA

Si la teología no tuviese un destinatario, se reduciría a una especulación reducida y solipsista,


puramente teórica, del teólogo, que no serviría para nada.
El destinatario no puede ser tampoco alguien escogido por puro capricho; se impone de alguna
manera en la aparición misma de la reflexión teológica, debido a las diversas condiciones
histórico-culturales en que ésta se realiza.

También la teología fundamental tiene su propio destinatario. En cuanto disciplina teológica que se
construye sobre el “por qué” de la fe (Dt 6,20), está llamada a dar una respuesta, siempre y
responsablemente, sobre el acontecimiento de la fe en la revelación. Esto sobre todo en sintonía
con 1Pe 3,,15, en donde el apóstol invita a no dejar nunca de responder a las provocacines que se
hacen y sobre todo a estar en disposición de ofrecer siempre razones al otro que interroga
(↨apología).

En algunos momentos se siente la tentación de determinar la identidad del destinatario a partir del
análisis socio-cultural en donde está situada la disciplina. Ciertamente, este planteamiento es
fundamental; pero no puede olvidarse ni por un instante que, si se trata primariamente de una
disciplina teológica, el primer análisis que hay que realizar está ya dentro de la inteligencia de la
fe.

En este horizonte se descubre que, si la revelación tiene un destinatario universal, la fe, por el
contrario crea una forma de discernimiento. En efecto, dentro de la fe el teólogo descubre al que
cree y al que no cree, pero a quien hay que darle las razones para creer.

La experiencia de Pablo que atraviesa las calles de Atenas y su discurso en el Areópago (Hch
17,16-23) son la condición normal para la teología fundamental del hoy. También ella, como sujeto
creyente, pasando por las calles de la ciudad se encuentra con el altar dedicado al “Dios
desconocido”. Es un hombre concreto el que es objeto de la reflexión creyente; esto lleva a la
pretensión de la fe de salir a su encuentro para revelarle que su existencia no es completa todavía
mientras no se encuentre con Cristo.

Así pues, dentro de las razones de la fe y de la responsabilidad para con ella, la teología
fundamental está llamada a salir al encuentro del “otro” para dar una respuesta definitiva a su
pregunta de sentido. Recuperando de este modo el horizonte mismo de la revelación, que invita a
cada uno a creer y a adherirse a Cristo, se puede ya identificar de manera genérica, como
destinatario de la teología fundamental, al hombre contemporáneo nuestro.

R. Fisichella Diccionario de teología fundamental, voz TEOLOGÍA FUNDAMENTAL, Destinatario, Ediciones


Paulinas, Madrid, 1992
Los géneros literarios al servicio del lenguaje humano y de la revelación

Camino hacia los géneros literarios bíblicos desde la imagen del FUEGO
Dolores Aleixandre, Bautizados con fuego, Sal Terrae, Bilbao, 1997

Gn 1, 3 Y la luz existió Los milagros. Levántate !!! (Mt. 9, 1-18)


Las palabras de autoridad Increpó al mar (Lc 8, 22-25)
Ex. 3, 2 Junto a la zarza ardiente Las promesas de Dios se cumplen.
Los pastores de Belén: viajeros en La Buena Noticia. La búsqueda.
tránsito La puesta en marcha del hombre de Dios.
Ex 13, 21 De noche, una columna de fuego los Liberación de Pedro (Hch 12,7-10)
acompañaba Emaús
Imágenes para el acompañamiento Las primeras vocaciones apostólicas (Jn)
Eclo 48, 1 Sus palabras eran como una llama Cántico de Ana (1Sam 2,1-10)
encendida Myriam (Ex 15,20-21)
El magníficat Débora (Jueces)
Judit 9
David busca el arca y danza (2Sam 6,1-11)
Eclo 51, 19 Deseé ardientemente la sabiduría Les hablaba solo en parábolas (Mc 4,30-34)
Cuando los profetas son también sabios De Dios solo se habla con metáforas.
Dios es como el rocío: (Os. 6,3; 14,6)
Ciprés verde (Os 14,9)
Trampero (Os 7,12)
Osa desesperada (Os 13,7)
La experiencia profética contacta con lo cotidiano
Los mashal
Is 50, 11 Vayan a la hoguera de nuestro fuego Hechos de los apóstoles
Lugares bíblicos de atracción miren cómo se aman
Sal 119, Lámpara para sus pasos No descuides el carisma (1Tm 4,14)
105 Caminos para la vida religiosa hoy Tito y Timoteo
Sab 3, 7 Como chispas que prenden un cañaveral El cuidado de las pequeñas cosas.
Relectura de los relatos de infancia Las profecías cotidianas (lo que se espera de mí)
Apocalipsis en los Ev. Mc 13, Mt 24, Lc 17,22
Cant 8, 6 Las aguas torrenciales no podrán apagar María al pie de la cruz
el amor Magdalena en las apariciones
Mujeres en la mañana de Pascua distintos relatos de resurrección
Mt 17, 2 Su rostro resplandecía como el sol San Pablo y los hijos de la luz
La vida de iluminados
Lc 12, 35 Tengan encendidas las lámparas Velar.
Tiempo de espera y de promesa No se enciende una lámpara para esconcderla (Mc
4)
Lc 24, 32 ¿No se abrazaba nuestro corazon? Eucaristía en los sinópticos, en Juan, Hechos y en
Caminos de acceso a la eucaristia Pablo (1Co 10 -11)
Jn 21, 9 Al bajar a tierra vieron que había fuego Juan 21
preparado
Jesús peregrino y glorioso
Ap 12, 1 Una mujer vestida de sol Las heroínas del AT
Reencuentro con María La singularidad de María
¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? (Mt 12,46-
50)

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