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Ministerio Apostólico Luz y Verdad

A un te falta una cosa


San Lucas 18.18-30.
Introducción:
Vamos a estudiar este suceso bíblico sobre la vida eterna, y mirar que riqueza
podemos obtener.

Este dirigente del pueblo es mencionado como, y un príncipe en los otros evangelios.
La fama y el suceso que convoca a tanta gente también lo trajo a él y quiso tener la
oportunidad de a asegurar para sí la vida eterna.

Evidentemente era al parecer una persona piadosa, que buscaba la verdad, por ello
quiso ver a Jesús y hacer la pregunta que estaba en él desde hacía mucho tiempo.

El vino con reconocimiento: “Maestro bueno” (18)

Y sin lugar a duda Dios es bueno, mas Dios muestra su amor para con nosotros...
Salmos 25.8; “Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
Salmos 34.8 “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.
Samos 86. 5 “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para
con todos los que te invocan.
Salmos 100.5 “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por
todas las generaciones.

A lo cual el Señor le pregunta: ¿Porque me llamas bueno? Si solo Dios es bueno. (19)

Pero realmente el no reconocía lo bueno que era el Señor, dijo maestro bueno pero de
dientes para fuera. Jesús es:
Salvador.
Misericordioso.
Abundante.
Confiable.

Muchas personas dicen que el Señor es bueno, pero no han puesto todo lo que tienen a
su disposición, para encontrar la verdadera riqueza.

Cuando llamemos a Jesús bueno, sepamos porque lo hacemos, siempre Jesús tendrá
algo para, digámoslo de esta manera, probar nuestra fidelidad a él y a su palabra.
Cuando a Dios hagas promesas cúmplelas.

La pregunta del príncipe; ¿Qué hare para heredar la vida eterna?


(18)

Este hombre principal buscaba aliento, alguna forma de saber que tenía vida eterna.
Quería que Jesús midiera y evaluara sus cualidades o que le diera alguna tarea a fin de

Pastor: Aldo F. Acosta


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asegurar su inmortalidad. De ahí que Jesús le diera una tarea, la única cosa que este
hombre sintió que no podría cumplir.

La pregunta de Jesús:

Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso


testimonio; honra a tu padre y a tu madre. (20), El dijo: Todo esto lo he guardado desde
mi juventud. (21)

A un te falta una cosa:

Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. (22) Entonces él, oyendo esto, se
puso muy triste, porque era muy rico. (23)

La riqueza de este hombre trajo cierta clase de paz a su vida y le dio poder y prestigio.
Cuando Jesús le dijo que vendiera todo lo que poseía, tocaba su seguridad e identidad.

El hombre no entendió que estaría mucho más seguro si seguía a Jesús, más que la
estabilidad que le daba sus riquezas. Jesús no pide a todos los creyentes que vendan
las cosas que tienen, más bien esta puede ser su voluntad para algunos.

Sin embargo, nos pide todo para que no nos atrape algo que quizás consideremos más
importante que Dios.

Si la base de su seguridad ha cambiado de Dios a lo que usted posee, sería mejor


deshacerse de esas posesiones.

(24) Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el
reino de Dios los que tienen riquezas! (25) Porque es más fácil pasar un camello por el
ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. (26) Y los que oyeron esto
dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? (27) El les dijo: Lo que es imposible para los
hombres, es posible para Dios.

Debido a que el dinero representa poder, autoridad y éxito, a menudo es difícil para la
gente adinerada concientizarse de su necesidad y de su incapacidad para salvarse. Los
ricos en talento o inteligencia sufren la misma dificultad. A menos que Dios penetre en
sus vidas, estas por sí solas no irán a Él.

Jesús sorprendió a algunos de sus oyentes al ofrecer salvación al pobre. Hoy en día
quizás sorprenda a algunos ofrecérsela a los ricos. Es difícil para una persona
autosuficiente aceptar su necesidad e ir a Jesús, pero "lo que es imposible para los
hombres, es posible para Dios".

Pastor: Aldo F. Acosta


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(28) Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te
hemos seguido.(29) Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado
casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, (30) que no haya de
recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.
Pedro y los otros discípulos tuvieron que pagar un alto precio al dejar sus hogares y
trabajos para seguir al Señor. No obstante, Jesús le recordó a Pedro que seguirle tiene
sus beneficios y también sacrificios.

Cualquier creyente que haya tenido que dejar algo para seguir a Cristo tendrá
recompensa en esta vida y en la venidera. Por ejemplo, si usted debe dejar un trabajo
seguro, descubrirá que Dios le ofrece una relación más segura con El ahora y siempre.
Si sufre el rechazo de su familia, ganará el amor de la familia de Dios.

Los discípulos comenzaron a pagar el precio de seguir a Cristo y El les dijo que serían
recompensados. No se fije en lo que ya dejó; piense en lo que ganó y dé gracias por
ello. Nunca daremos más que Dios.

Como yo no conozco sus corazones mi pregunta en esta hora es, ¿Qué cosa te hace falta?

Conclusión:
En esencia, la pregunta de Jesús al hombre principal el que lo llamó "Maestro bueno",
fue: "¿Sabes quién soy?" Sin dudas este hombre, que con razón le llamaba bueno, no
captó las implicaciones de la declaración de Jesús porque El es Dios mismo.

Jesús dijo que quien acepte este desafío, recibirá mucho más en este tiempo y la vida
eterna en la edad venidera.

Pastor: Aldo F. Acosta

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