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PRONUNCIAMIENTO - RUEDA DE HOMBRES

La violencia contra las mujeres en nuestro país, es un problema social que


vulnera los derechos, que discrimina, que afecta la salud física y mental y limita
el desarrollo de las mujeres que lo sufren. En el Perú, 7 de cada 10 mujeres unidas
sufre alguna forma de violencia por parte de su pareja o cónyuge.
Es alarmante que el Perú se encuentra en el segundo lugar de países en
Latinoamérica con mayor cantidad de casos de feminicidio. El 80% de los casos
que han ocurrido en el Perú, han sido feminicidios íntimos, es decir, estas mujeres
encontraron la muerte dentro de sus propios hogares.
Nosotros, los hombres, reconocemos que históricamente hemos reproducido
conductas patriarcales que legitiman el ejercido de la violencia contra las
mujeres y somos cómplices de:
• La alta prevalencia de violencia física, sexual y psicológica ejercida contra las
mujeres, en el ámbito público como en el privado.
• De la cosificación de las mujeres como objetos sexuales.
• Del acoso y hostigamiento sexual contra las mujeres en el trabajo, en la calle y
en el ejercicio político de sus derechos.
• Tolerar discursos sexistas y misóginos que responsabilizan a las mujeres por los
feminicidios perpetrados: “ella habrá hecho algo…”, “seguro le fue infiel…”
Promoviendo una cultura de impunidad social frente a estos crímenes.
• De controlar los cuerpos y la sexualidad de las mujeres como una forma de
violencia simbólica e institucional, negándoles el derecho a decidir sobre sus
cuerpos, validando un marco jurídico que anula el ejercicio pleno de los
derechos sexuales y reproductivos, exponiéndolas incluso a embarazos
forzados.
• Tolerar y promover actos de discriminación que subordinan a las mujeres en
una posición de inferioridad a la masculina, por el solo hecho de ser mujer
restringiendo, menoscabando y anulando sus derechos.
• La participación de una educación machista y homofóbica formando niños
que crezcan con el pensamiento de que son superiores a las mujeres y que
llorar, ser cariñoso, tierno y sentirse “débil” no es de hombres.
Compañeros, somos los principales responsables históricos de la violencia contra
las mujeres porque nos hemos criado y educado en una cultura patriarcal, la
cual nos dice que para validar nuestra hombría debemos ejercer poder sobre
las mujeres, los niños, las niñas y hacia otros hombres. Hemos asumido esta
cultura sin cuestionarla en muchos momentos y por mucho tiempo; por ello, es
urgente que cambiemos nuestra forma de ser hombres.
Urge que cambiemos nuestras conductas como ciudadanos respetuosos de los
derechos humanos de las mujeres y de valores democráticos. Por eso, este lazo
blanco que ahora usamos todos como símbolo de nuestro compromiso por
cambiar, y en esta Rueda de Hombres nos comprometemos a:
• Sumarnos al rechazo de toda forma de violencia contra las mujeres,
adolescentes y niñas; y nos involucramos en el ejercicio de la no violencia,
comprometiéndonos a intentar sensibilizar a otros hombres y mujeres.
• Reconocer como hombres, haber ejercido violencia que principalmente ha
dañado a las mujeres. En este momento, me cuestiono y me pongo de pie
comprometiéndome a no ejercer violencia nunca más, no tolerarla, ni avalarla,
me comprometo a no coludirme con silencio cómplice sobre aquellos actos de
violencia masculina contra las mujeres. Me comprometo a cuestionar
constantemente el ejercicio de violencia contra las mujeres, adolescentes y
niñas.
• No ejercer ninguna forma de violencia contra las mujeres, a no discriminarlas,
a no sentirme o considerarme superior a ellas, a no obligarlas a brindarnos
servicios, a no acosarlas, a no intentar cambiar sus decisiones.
• Reflexionar sobre mi propio comportamiento, estar en alerta y ser crítico frente
a los múltiples medios que uso y usan otros hombres para controlar y dominar a
las mujeres.
• Cuestionar constantemente los discursos, estereotipos, mandatos y actitudes
del sistema patriarcal que se presentan en los diferentes espacios donde nos
relacionamos y que validan relaciones de poder en desigualdad y aprobando
la violencia.
• No utilizar algún tipo de condición (física, emocional, social, laboral, poder,
privilegios, etc.) para aprovecharme e imponer mis deseos y obtener beneficios
sobre las mujeres.
• Cuestionar y renunciar a mis privilegios por el hecho de ser hombres, no ser
cómplices silenciosos, no justificar la violencia y a enunciar públicamente estos
hechos y a quienes estén ejerciendo violencia.
• Respetar la voluntad y decisión de las mujeres sobre su derecho a la libre
autodeterminación de ser madre, su vida y su salud.
• Exigir al Estado, brinde servicios de calidad y oportunos para las mujeres que
son violentadas y a formular estrategias para la prevención de la violencia con
hombres.
Compañero, únete a nosotros, a usar este lazo blanco, a ser parte de esta rueda.
Porque los hombres podemos establecer relaciones sin violencia, de manera
más afectivas y equitativas al interior de nuestras familias y nuestra comunidad.
UN HOMBRE QUE GUARDA SILENCIO ANTE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES,
ES PARTE DEL PROBLEMA - NO SEAMOS CÓMPLICES
25 DE NOVIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA
CONTRA LA MUJER

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