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Manual de arte prehistórico se publica por primera vez en el año 2001 en España.
Su autor, un profesor de la Universidad de Córdoba, nos lleva de la mano por un
detallado viaje en el que nos introduce al concepto de arte pensado desde sus más
primitivas manifestaciones partiendo de un análisis cronológico de las eras, la
evolución de la Tierra y de nuestra especie como tal. Considero que para
comprender sus planteamientos es conveniente retomar el texto de Mario Díaz Díaz
en el cual se abordan los dos procesos interrelacionados que permiten comprender
la naturaleza del hombre como especie pensante, donde uno está determinado por
factores naturales y otro por la cultura.
Constantemente aparecen estudios y teorías que han amplían el panorama del arte
y nuestra concepción del mismo a partir de los cuales se han establecido nuevos
vínculos entre objetos y sujetos creadores. Con respecto a aquello que se enmarca
dentro de la categoría de Arte o Artístico habría que considerar la intencionalidad
a la hora de producirlo. Sanchidrián propone que “los documentos históricos tienen
cualidades artísticas cuando son originales y han sido pensados para comunicar algo
de forma visual, es decir, aquellos que no carecen de un carácter simbólico ni cuyo
propósito fuera exclusivamente lo utilitario”. La creación de imágenes es por tanto
el resultado de complejos procesos cognitivos a veces ininteligibles donde se
entretejen marcas y signos, junto con el deseo de comunicar y expandir el
conocimiento que se tiene sobre un asunto en particular. (Sanchidrián, 200X, p X)
Es importante tener en cuenta todo aquello que subyace bajo la creación de una
imagen bidimensional y tridimensional —hablando en términos generales—, todos
los elementos nos arrojan luces y nos sugieren cosas. Desde la materialidad del
medio y del soporte, bien sea el hueso, la piedra, los extractos y distintas gamas de
pigmentos naturales, etc., la insistencia en trabajar a partir de un tipo de formas
geométricas y orgánicas determinadas, hasta el carácter decorativo, funcional o tal
vez ceremonial que pudieron tener algunos. Las puertas que se abren con respecto
a la idea de la espiritualidad y a las primeras nociones de ritos y prácticas
funerarias, pero también a la cosmovisión, las costumbres y las necesidades de un
grupo de individuos cuyo escenario, aunque lo parezca, no se encuentra tan alejado
de nosotros como estamos acostumbrados a creer.