Sei sulla pagina 1di 12

Las constantes vitales

Ahora ya está preparado para determinar las constantes vitales: presión arterial, frecuencia cardíaca,
frecuencia respiratoria y temperatura. Las constantes vitales proporcionan información inicial
importante que con frecuencia influye en la dirección de la evaluación. Habitualmente ya han sido
registradas en la historia por el personal del centro. Si son anómalas, a menudo será conveniente
volver a tomarlas durante la visita.
Empiece por la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Esta última puede evaluarse contando el pulso
radial con los dedos, o el pulso apical con el estetoscopio en el ápice cardíaco. Prosiga con cualquiera
de estas técnicas mientras evalúa la frecuencia respiratoria sin alertar al paciente: los patrones
respiratorios pueden cambiar si el paciente sabe que se están contando sus respiraciones. La
temperatura puede tomarse en varios sitios, dependiendo del paciente y del equi po disponible.
Aprenda las técnicas para asegurar la precisión de las constantes vitales descritas en las páginas
siguientes.
Para las anomalías de las sondas del pulso y de presión arteriales véase la tabla 9-3 (pág. 393).
Para las anomalías en la frecuencia y el ritmo respiratorios véase la tabla 4-7 (pág. 140).

PRESIÓN ARTERIAL
Complejidad de la determinación de la presión arterial. Antes de pasar a las técnicas recomendadas
para determinar manualmente la presión arterial, es importante revisar la reciente evidencia sobre la
correlación entre los registros en la consulta, en casa y ambulatorios, con la «presión arterial real»,
que es la presión sanguínea media determinada durante días y semanas. Los expertos siguen teniendo
dudas sobre la validez de las lecturas sistemáticas en la consulta por parte de médicos y otros
profesionales sanitarios20-22. Dada la prevalencia de la hipertensión, definida como una presión
arterial de 140/90 mm Hg o superior, los errores en el diagnóstico de la consulta constituyen una
amenaza considerable en la toma de decisiones clínicas. Los errores de observador y registro, las
fluctuaciones fisiológicas naturales de la presión arterial, y la ansiedad y otros determinantes de la
situación pueden alterar la relación entre los registros en la consulta y la presión arterial «real».
Los registros de la presión arterial en casa y ambulatorios son más precisos y pronósticos de
enfermedad cardiovascular y afectación de órganos diana que los registros convencionales que se
hacen en la consulta23. El control ambulatorio de la presión arterial es totalmente automatizado y
permite el registro durante un largo período. Hay instrumentos automatizados para tomar la presión
arterial en la consulta que detectan las oscilaciones naturales de las ondas de la presión arterial y
calculan la presión sistólica y diastólica según algoritmos elaborados empíricamente. Pueden realizar
cinco o más lecturas y mostrar registros tanto individuales como promedio. Estos aparatos
oscilométricos son prometedores para sustituir los registros de auscultación manual en la consulta.
Eliminan el error del observador, minimizan el «efecto de bata blanca», aumentan el número de
lecturas y producen registros comparables a la presión arterial ambulatoria promedio, el estándar
actual20,24,25. El punto de corte para los registros normales en casa, ambulatorios y automatizados en
la consulta, 135/85 mm Hg, es inferior al de los registros manuales en la consulta26-28. Actualmente
no hay consenso sobre el lugar, el momento adecuado ni el número total de registros de la presión
arterial necesarios para clasificar a los pacientes u orientar el tratamiento.
Los nuevos conocimientos basados en el control de la presión arterial en la consulta, en casa y en el
ambulatorio se resumen brevemente a continuación.

Es muy importante comprender dos tipos de hipertensión basados en los registros manuales de la
presión arterial en la consulta: la hipertensión de bata blanca y la hipertensión enmascarada. En la
hipertensión de bata blanca, que constituye aproximadamente entre el 15 % y el 20 % de los casos
de hipertensión en fase 1, la presión arterial en la consulta es alta y la presión ambulatoria es
normal, de modo que el riesgo cardiovascular es bajo. La hipertensión enmascarada es más
problemática. En estos pacientes, más o menos el 10 % de la población general, la presión arterial
en la consulta es normal, pero la presión ambulatoria es alta, lo que indica un alto riesgo de
enfermedad cardiovascular23,27.
Una mala técnica de medición, como redondear los registros a cero, la ansiedad en el momento del
registro, la presencia de un médico o una enfermera, e incluso el diagnóstico previo de hipertensión,
pueden alterar considerablemente las lecturas de la presión arterial manual en la consulta. Los
estudios indican que la hipertensión de bata blanca puede ser una respuesta de ansiedad
condicionada porque los sujetos afectados no parecen tener ansiedad generalizada23,29.

Es mejor promediar varios registros de la presión arterial, con independencia del lugar. Hay
numerosas variaciones biológicas breves de la presión arterial. La precisión de estos registros en la
clínica y en casa mejora considerablemente cuando se realizan por lo menos dos mediciones, y se
consigue una mayor precisión si se hacen hasta cuatro lecturas30. La diferencia entre la presión
arterial sistólica en la consulta y en investigaciones llega a 15 mm Hg.

Se ha observado que si se sustituye la medición manual en la consulta por un instrumento


automatizado los registros de la presión arterial se reducen en 5,4/2,1 mm Hg en comparación con
la monitorización ambulatoria. Esto prácticamente elimina la diferencia entre los registros
manuales y ambulatorios, y reduce de manera considerable el «efecto de bata blanca»31. Para que
esto ocurra, es necesario que el paciente se encuentre sentado en una sala tranquila durante unos
minutos mientras se hacen las lecturas.
Elección del manguito de presión arterial (esfigmomanómetro). Más de 74,5 millones de
norteamericanos sufren hipertensión6. Para detectar las elevaciones de la presión arterial es
imprescindible tener un instrumento preciso. En la actualidad se utilizan tres aparatos para tomar la
presión arterial: aneroide, electrónico e «híbrido» (combina características de los dispositivos
electrónico y ambulatorio). En los dispositivos híbridos, la columna de mercurio es sustituida por un
manómetro electrónico; la presión arterial puede mostrarse como una columna de mercurio simulada,
como una lectura aneroide o como una lectura digital. Todos los instrumentos de medida deberían
probarse sistemáticamente para valorar su precisión utilizando protocolos internacionales32,33.
Manguitos de mercurio para la presión arterial. En algunas consultas siguen utilizándose
manguitos de mercurio, aunque ya no están a la venta. La recomendación de los expertos es que los
manguitos de mercurio, con un mantenimiento adecuado para evitar el vertido al medio ambiente,
pueden seguir utilizándose en los registros sistemáticos que se hacen en la consulta, y son importantes
para evaluar la precisión de cualquier aparato que no sea de mercurio27.
Control de la presión arterial en casa. Muchos pacientes llevan un control de la presión arterial en
casa. Hay que estar preparado para aconsejarles sobre cómo escoger el mejor manguito y de qué
manera recalibrarlo. Se han popularizado los dispositivos de muñeca y digitales, pero presentan
errores que dependen de la fisiología y de la técnica utilizada27. En las arterias más distales, la presión
sistólica aumenta, mientras que la diastólica disminuye. Cuando no se utilizan a la altura del corazón,
los dispositivos de muñeca y digitales también presentan errores que dependen del efecto hidrostático
de las diferencias en la posición respecto al corazón.
El autocontrol de la presión arterial por los pacientes bien instruidos y con aparatos aprobados
mejora el control de la presión arterial, sobre todo si se hace dos veces al día en el brazo y con un
registro automático34-36.
Tanto para los médicos como para los pacientes es importante elegir un manguito que se adapte al
brazo del paciente. Para seleccionar el tamaño correcto siga las directrices que se indican a
continuación.
Cómo escoger el manguito adecuado para tomar la presión arterial

La anchura de la cámara inflable del manguito debe corresponder al 40 % del perímetro del
brazo (aproximadamente 12-14 cm para un adulto normal).
La longitud de la cámara inflable debe ser de un 80 % del perímetro del brazo (casi como para
rodearlo).
Un manguito convencional mide 12 cm × 23 cm y resulta apropiado para perímetros del brazo de
hasta 28 cm.

Si el manguito es demasiado pequeño (estrecho), la presión arterial registrada será alta; si es


demasiado grande (ancho), la presión arterial registrada será baja cuando el brazo sea pequeño y
alta cuando sea grande.
Medición precisa de la presión arterial. Antes de evaluar la presión arterial hay que realizar varios
pasos para estar seguro de que la medición sea exacta. Una técnica correcta es fundamental y reduce la
variabilidad inherente al pa ciente o al explorador, al equipo y al propio procedimiento37.
Pasos para asegurarse la exactitud de la determinación de la presión arterial

En situaciones ideales, instruya al paciente para que no fume ni tome bebidas con cafeína durante
los 30 min anteriores a la toma de la presión arterial.
Compruebe que la sala de exploración está en calma y confortablemente cálida.
Pida al paciente que se siente y esté tranquilo durante al menos 5 min en una silla con los pies en
el suelo, en vez de en la camilla.
El brazo elegido debe estar sin ropa que lo cubra. No ha de haber fístulas arteriovenosas para
diálisis, cicatrización de secciones previas de la arteria braquial ni signos de linfedema
(aparece tras disección o radioterapia de los nódulos linfáticos axilares).
Palpe la arteria braquial para confirmar que hay pulso viable.
Coloque el brazo de manera que la arteria braquial, en el surco antecubital, se encuentre a la
altura del corazón, aproximadamente a nivel del 4.° espacio intercostal en su unión con el
esternón.
Si el paciente está sentado debe apoyar el brazo sobre una mesa, un poco por encima de la
cintura; si está de pie, procure sujetar el brazo del paciente a la altura de la mitad del tórax.

Si la arteria braquial queda entre 7 cm y 8 cm por debajo del corazón, se tomará una presión
arterial unos 6 mm Hg más alta; si la arteria braquial está de 6 cm a 7 cm por encima del
corazón, se tomará una presión unos 5 mm Hg más baja38,39.
Ahora ya está preparado para medir la presión arterial.
Un manguito flojo o una cámara inflada por fuera del manguito dan lugar a lecturas falsamente
altas.

Con el brazo del paciente a la altura del corazón, centre la cámara inflable sobre la arteria braquial.
El borde inferior del manguito debe quedar a unos 2,5 cm del surco antecubital. Ajuste
correctamente el manguito. El brazo debe estar ligeramente flexionado por el codo.

Para saber cuánto debe subir la presión del manguito, calcule primero la presión sistólica mediante
palpación. Con los dedos de una mano palpe la arteria radial e infle rápidamente el manguito hasta
que desaparezca el pulso radial. Registre la presión del manómetro y súmele 30 mm Hg. Utilice esta
suma como objetivo para los posteriores inflados para evitar la molestia derivada de una presión
innecesariamente alta en el manguito. Además, se evita el error ocasional motivado por el lapso
auscultatorio, un intervalo de silencio que puede haber entre las presiones sistólica y diastólica.

Desinfle el manguito con rapidez y por completo, y espere de 15 s a 30 s.

Coloque ahora la campana del estetoscopio suavemente sobre la arteria braquial, procurando que
apoye bien y sin aire. Como los sonidos que debe oír, los ruidos de Korotkov, tienen un tono
bastante bajo, se escuchan bien con la campana.
Si no se reconoce el lapso auscultatorio puede infravalorarse mucho la presión sistólica (150/98
mm Hg en el ejemplo siguiente) o sobreestimar la diastólica.
Si se produce un lapso auscultatorio, registre los datos de forma completa (p. ej., 200/98 mm Hg
con un lapso auscultatorio entre 170-150 mm Hg).
El lapso auscultatorio se asocia a rigidez arterial y enfermedad ateroesclerótica40.

Infle enseguida el manguito hasta el valor que acaba de determinar y luego desínflelo lentamente, a
razón de unos 2 mm Hg a 3 mm Hg por segundo. Anote cuándo empieza a oír los ruidos de al menos
dos latidos consecutivos. Ésta es la presión sistólica.

En algunas personas, el punto de apagado y el punto de desaparición de los ruidos se encuentran


muy distanciados. A veces, como en la insuficiencia aórtica, los ruidos no desaparecen. Si la
diferencia es ≥ 10 mm Hg, registre ambas cifras (p. ej., 154/80/68).

Continúe bajando lentamente la presión hasta que se apaguen y finalmente desaparezcan los ruidos.
Para confirmar la desaparición de los ruidos, siga escuchando hasta que la presión descienda otros
10 mm Hg a 20 mm Hg. Luego desinfle rápidamente el manguito hasta cero. El punto en que
desaparecen los ruidos, que suele encontrarse sólo unos mm Hg por debajo del punto de apagado,
proporciona la mejor estimación de la presión diastólica verdadera de los adultos.

Redondee los valores sistólico y diastólico hasta 2 mm Hg. Espere 2 min o más y repita la medición.
Promedie las lecturas. Si los dos primeros registros difieren en más de 5 mm Hg, haga nuevas
mediciones.

Si utiliza un instrumento aneroide, sostenga el dial frente a usted. Evite inflar de forma lenta o
repetida el manguito, porque la congestión venosa resultante puede dar lecturas falsas.
La congestión venosa hace menos audibles los ruidos y puede producir valores artificialmente
bajos de la presión sistólica y altos de la diastólica.
En el síndrome de robo de la subclavia y en la disección aórtica se observa una diferencia de
presión > 10-15 mm Hg.

La presión arterial debe tomarse en los dos brazos por lo menos una vez. En condiciones normales,
puede haber una diferencia de 5 mm Hg y a veces de hasta 10 mm Hg. Las lecturas posteriores
deben hacerse en el brazo con la presión más alta.
Clasificación de la presión arterial como normal o anómala. En su séptimo informe, en 2003, el
Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood
Pressure (JNC 7) recomendó utilizar la media de dos o más lecturas correctas de la presión arterial en
sedestación, tomadas en dos o más visitas a la consulta, para diagnosticar hipertensión41. La medida
de la presión arterial debe verificarse en el brazo contralateral.
El Joint National Committee ha identificado cuatro grados de hipertensión sistólica y diastólica.
Observe que puede elevarse cualquiera de los componentes.

Cuando los valores sistólico y diastólico encajen en categorías diferentes, utilice la más alta. Por
ejemplo, 170/92 mm Hg corresponde a una hipertensión en estadio 2; 135/100 mm Hg, a una
hipertensión en estadio 2. En la hipertensión sistólica aislada, la presión arterial sistólica es ≥ 140
mm Hg y la diastólica < 90 mm Hg.
El estudio de la hipertensión también incluye sus efectos sobre los órganos diana: ojos, corazón,
cerebro y riñones. Busque signos de retinopatía hipertensiva, hipertrofia ventricular izquierda y
déficits neurológicos que denoten un ictus. La evaluación de la función renal requiere análisis de
orina y de sangre.
El tratamiento de la hipertensión sistólica aislada de los pacientes de 60 años de edad o más
reduce la mortalidad total, así como la mortalidad y las complicaciones por enfermedades
cardiovasculares41,42.
Presión arterial baja. Los valores de presión arterial relativamente bajos deberían interpretarse
siempre a la luz de lecturas anteriores y del estado actual del paciente.
En principio, una presión de 110/70 mm Hg se consideraría normal, pero también podría indicar
una hipotensión importante si las presiones anteriores eran altas.
Hipotensión ortostática. Si está indicado, evalúe la hipotensión ortostática, frecuente en los ancianos.
Determine la presión arterial y la frecuencia cardíaca en dos posiciones: en supino después de dejar al
paciente en reposo durante unos 3 min a 10 min, y después de haberse levantado. Normalmente,
mientras el paciente pasa de la posición horizontal a la vertical la presión sistólica disminuye un poco
o no cambia, mientras que la presión diastólica aumenta algo. La hipotensión ortostática es una caída
de la presión arterial sistólica de 20 mm Hg o más, o de la diastólica de 10 mm Hg o más, que se
produce en 3 min al ponerse de pie43-45.
Una caída de la presión sistólica de ≥ 20 mm Hg, sobre todo si se acompaña de síntomas y
taquicardia, indica una hipotensión ortostática (postural), cuyas causas incluyen fármacos,
pérdidas de sangre moderadas o importantes, reposo prolongado en cama y enfermedades del
sistema nervioso autónomo.
Para los pacientes mayores, véase el capítulo 20 (pág. 946).

Situaciones especiales
Ruidos de Korotkov débiles o inaudibles. Considere problemas técnicos, como la colocación errónea
del estetoscopio, la falta de contacto cutáneo pleno con la campana y la ingurgitación venosa del brazo
del paciente por el hinchado repetido del manguito. Plantéese también la posibilidad de un shock.
En raros casos, los pacientes carecen de pulso debido a una enfermedad arterial oclusiva de todos
los miembros causada por arteritis de Takayasu, arteritis de células gigantes o ateroesclerosis.
Si no oye ningún ruido de Korotkov, quizá pueda estimar la presión sistólica mediante palpación. A
veces se necesitan otros métodos, como técnicas Doppler o trazados directos de la presión arterial.
Para intensificar los ruidos de Korotkov puede ser de ayuda alguno de los siguientes métodos:

Eleve el brazo del paciente antes de inflar el manguito y mientras lo esté inflando. Luego baje el
brazo y determine la presión arterial.

Infle el manguito, pida al paciente que cierre el puño varias veces y luego determine la presión
arterial.
Véase la definición de hipertensión de bata blanca en la página 119.
Hipertensión de bata blanca. Trate de relajar al paciente y vuelva a medir la presión arterial más
tarde en esa misma visita. Considere hacer lecturas automatizadas en la consulta o registros
ambulatorios.
Un manguito pequeño sobrevalora la presión arterial sistólica en los pacientes obesos46.
Paciente obeso o muy delgado. Si el paciente tiene un brazo obeso es importante utilizar un manguito
ancho, de 15 cm. Si el brazo es corto a pesar de tener un perímetro grande, utilice un manguito de
muslo o uno muy largo. Si el perímetro del brazo es > 50 cm y no puede utilizarse un manguito de
muslo, rodee el antebrazo con un manguito del tamaño apropiado y a continuación sostenga el
antebrazo a la altura del corazón y busque el pulso radial27. Otras opciones son utilizar una sonda
Doppler en la arteria radial o un dispositivo oscilométrico. En un brazo muy delgado puede
contemplar la posibilidad de utilizar un manguito pediátrico.
Arritmias. Los ritmos cardíacos irregulares producen variaciones en la presión y mediciones poco
fiables. Ignore los efectos de una extrasístole esporádica. En caso de extrasístoles frecuentes o de
fibrilación auricular, determine la media de varias observaciones y anote que las mediciones son
aproximadas. Se recomienda el control ambulatorio durante 2 h a 24 h27.
La palpación de un ritmo irregular indica fibrilación auricular. En todos los patrones irregulares
es necesario un electrocardiograma (ECG) para identificar el tipo de ritmo.
Paciente hipertenso con distintas presiones arteriales en los miembros superiores e inferiores. Para
detectar una coartación de aorta haga otras dos mediciones de la presión arterial, por lo menos una
vez, en cada paciente hipertenso:
La coartación de aorta es resultado de un estrechamiento de la aorta torácica, casi siempre
proximal, pero a veces distal, a la arteria subclavia izquierda.

Compare las presiones arteriales en los miembros superiores e inferiores. En las personas sanas, la
presión arterial sistólica debería ser entre 5 mm Hg y 10 mm Hg más alta en los brazos.

Compare el volumen y el momento de aparición de los pulsos radial y femoral. En condiciones


normales, el volumen es equivalente y los pulsos son simultáneos.
La coartación de aorta y la enfermedad aórtica oclusiva se caracterizan por hipertensión en los
miembros superiores y una presión arterial baja en los inferiores, así como por una disminución
o un retraso de los pulsos femorales47.
Para determinar la presión arterial en el miembro inferior utilice un manguito de muslo ancho y largo,
con una cámara de 18 cm × 42 cm, y aplíquelo en la parte central del muslo. Centre la cámara sobre la
cara posterior, fíjela bien y ausculte la arteria poplítea. Si es posible, el paciente debe estar en
decúbito prono. Otra posibilidad es pedir al paciente, en decúbito supino, que flexione ligeramente
uno de los miembros inferiores con el talón apoyado en la cama.

FRECUENCIA Y RITMO CARDÍACOS


Explore los pulsos arteriales, la frecuencia y el ritmo cardíacos, y la amplitud y el contorno de la onda
del pulso.
Frecuencia cardíaca. El pulso radial sirve, en general, para evaluar la frecuencia cardíaca. Con las
yemas de los dedos índice y medio se comprime la arteria radial hasta encontrar la pulsación máxima.
Si el ritmo es regular y la frecuencia parece normal, cuente el pulso durante 30 s y multiplíquelo por
2. Si la frecuencia es inusualmente rápida o lenta, cuente el pulso durante 60 s. El intervalo normal
varía entre 50 y 90 lpm48.
Ritmo. Para empezar la valoración del ritmo, palpe el pulso radial. Si detecta alguna irregularidad,
verifique de nuevo el ritmo auscultando la punta del corazón con el estetoscopio. Los latidos que se
adelantan no siempre se detectan en la periferia, y la frecuencia cardíaca puede infravalorarse mucho.
¿El ritmo es regular o irregular? Si es irregular, trate de identificar el patrón: 1)¿se auscultan latidos
prematuros sobre un ritmo básicamente regular?; 2)¿varía la irregularidad en concordancia con la
respiración?, y 3)¿es el ritmo absolutamente irregular?
Véanse las frecuencias y ritmos cardíacos en la tabla 9-1 (pág. 391), y los ritmos irregulares en la
tabla 9-2 (pág. 392).
Hacer siempre un ECG para determinar el tipo de ritmo.

FRECUENCIA Y RITMO RESPIRATORIOS


Observe la frecuencia, el ritmo, la profundidad y el esfuerzo respiratorio. Cuente el número de
respiraciones en 1 min, bien mediante inspección visual o auscultando con delicadeza la tráquea del
paciente con el estetoscopio cuando explore la cabeza y el cuello o el tórax. Normalmente, los adultos
hacen unas 20 resp/min con un patrón tranquilo y regular. Los suspiros ocasionales son normales.
Compruebe si la espiración se prolonga.
Véanse las anomalías en la frecuencia y el ritmo respiratorios en la tabla 4-7 (pág. 140).
La prolongación de la espiración es habitual en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC).

TEMPERATURA
La temperatura bucal media, que suele citarse como 37 °C, fluctúa mucho. En las primeras horas de la
mañana puede descender hasta 35,8 °C, y al final de la tarde o por la noche subir hasta 37,3 °C. La
temperatura rectal es más alta que la bucal, entre 0,4 °C y 0,5 °C por término medio, pero esta
diferencia también varía mucho. En cambio, las temperaturas axilares son más bajas que las bucales
(aproximadamente 1 °C), pero su registro requiere de 5 min a 10 min y en general se considera menos
exacto que en otras localizaciones.
La fiebre o pirexia es la elevación de la temperatura corporal. La hiperpirexia se refiere a una
elevación extrema de la temperatura, por encima de 41,1 °C, mientras que la hipotermia alude a
una temperatura anormalmente baja, por debajo de 35 °C en el recto.
La mayoría de los pacientes prefiere la toma de la temperatura bucal a la rectal. Sin embargo, no se
aconseja tomar la temperatura bucal si el paciente está inconsciente, agitado o no puede cerrar la boca.
Las lecturas de la temperatura pueden ser inexactas y a veces los termómetros se rompen con los
movimientos inesperados de los maxilares del paciente.
Las causas de la fiebre incluyen infecciones, traumatismos como la cirugía o las lesiones por
aplastamiento, neoplasias malignas, trastornos hemáticos, anemia hemolítica aguda, reacciones a
fármacos y trastornos inmunitarios como las enfermedades vasculares del colágeno.
Temperatura bucal. Para medir la temperatura bucal utilice un termómetro de vidrio o electrónico. Si
es un termómetro de vidrio, agítelo para bajar la temperatura hasta 35 °C o menos, colóquelo bajo la
lengua del paciente y pida a éste que cierre los labios y espere de 3 min a 5 min. Lea a continuación la
temperatura, vuélvalo a insertar durante 1 min, y repita la lectura. Si la temperatura sigue subiendo,
repita el procedimiento hasta que se mantenga estable. Recuerde que los líquidos calientes o fríos, e
incluso el tabaco, pueden modificar el registro de la temperatura. En estos casos, lo mejor es demorar
la medición unos 10 min a 15 min. Como los termómetros de vidrio pueden romperse y verter el
mercurio, están siendo reemplazados por los termómetros electrónicos.
La causa principal de hipotermia es la exposición al frío. Otras causas predisponentes son el
movimiento reducido (p. ej., la parálisis), la interferencia en la vasoconstricción (p. ej., en la
sepsis o por un consumo excesivo de alcohol), la inanición, el hipotiroidismo y la hipoglucemia.
Los ancianos son especialmente propensos a la hipotermia y tienen menos tendencia a presentar
fiebre.
Si utiliza un termómetro electrónico, coloque meticulosamente la cubierta desechable sobre la sonda e
introduzca el termómetro bajo la lengua del paciente. Pídale que cierre los labios y luego vigile
atentamente el indicador digital. Un registro exacto de la temperatura suele tardar unos 10 s.
Temperatura rectal. Para tomar la temperatura rectal, pida al paciente que se tumbe de lado con la
cadera flexionada. Escoja un termómetro rectal con punta roma, lubríquelo e introdúzcalo unos 3 cm o
4 cm en el conducto anal, apuntando hacia el ombligo. Retire a los 3 min y haga la lectura. Otra
posibilidad es utilizar un termómetro electrónico tras lubricar la cubierta de la sonda. Espere unos 10 s
a que aparezca el registro digital de la temperatura.
Las frecuencias respiratorias rápidas tienden a aumentar la discrepancia entre las temperaturas
bucal y rectal. En estos casos, las temperaturas rectales son más fiables.
Temperatura timpánica. Cada vez más se toma la temperatura en la membrana timpánica, por su
rapidez, seguridad y fiabilidad si se realiza correctamente. Compruebe que el conducto auditivo
externo no contiene cera, ya que disminuiría la temperatura registrada. Coloque la sonda en el
conducto de modo que el haz infrarrojo se dirija hacia la membrana timpánica (si no, la medición no
es válida). Espere de 2 s a 3 s hasta que aparezca el registro digital. Este método mide la temperatura
corporal central, que supera a la temperatura bucal normal en aproximadamente 0,8 °C. Las
mediciones timpánicas varían más que las bucales y las rectales, e incluso si se compara la
temperatura en cada lado de una misma persona49.

Dolor agudo y crónico


Entender el dolor agudo y crónico. La International Association for the Study of Pain define el dolor
como una «experiencia sensorial y emocional desagradable» asociada a lesión tisular. La experiencia
del dolor es compleja y multifactorial. El dolor implica un procesamiento sensorial, emocional y
cognitivo, pero puede no tener una causa física específica2.
El dolor crónico puede ser un espectro de trastornos en relación con la salud mental y las
condiciones somáticas. Véase el capítulo 5 (págs. 142-146).

Potrebbero piacerti anche