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Uno de los principales factores que se deben tener en cuenta a la hora de hacer un buen
mantenimiento del Adobe es sin duda el Revestimiento de dicho adobe.
El revestimiento es indispensable para limitar los efectos de la intemperie y evitar que la humedad
afecte a la Resistencia de las construcciones de adobe. Por esta razón deberá estudiarse la
posibilidad de proteger los Muros mediante enlucidos resistentes a la acción de la erosión y a la
intemperie. Estos enlucidos pueden ser también de suelo estabilizado.
Preparación de la superficie para que quede rugosa. Esto garantiza que no se despegue el repello.
Esperar al menos 4 semanas después de levantar los muros para aplicar los revestimientos, ya que
es necesario que se produzca el asentamiento de la estructura para que estos movimientos no
ocasionen grietas en las terminaciones.
Se debe mojar el muro por ambas caras hasta que sea visible que ha absorbido el agua hasta el
centro del mismo, repellando ambas caras al mismo tiempo. Si esto no se ejecuta de esta forma, la
parte del muro que no se humedece absorbe el agua de la que ya se ha humedecido y ésta a su
vez absorbe rápidamente el agua del mortero de revestimiento, por lo que el mismo se fisura y se
desprende del muro.
Aplicar la primera capa de repello, la cual debe tener entre 3 y 5 mm de espesor, usando la misma
dosificación que se utiliza para hacer los ladrillos pero con cal hidratada y sin fibras. El uso de la cal
en la primera capa de las caras exteriores, mejora considerablemente las propiedades de la mezcla
como son la trabajabilidad, la adherencia con el muro, la impermeabilidad y el aspecto estético.
Al concluir la primera capa se debe pasar un cepillo de alambre sobre el mortero fresco y hacer un
raspado para permitir la adherencia de la segunda capa y disminuir la fisuración de la primera,
producto de la retracción del proceso de secado.
Se debe esperar como mínimo 7 días entre la aplicación de una capa y otra.
Se aplica la segunda capa, que es de un dosificación 1:3, es decir, 1 de cal viva (óxido de cal) y 3 de
arena. Esta proporción se mezcla bien en seco y posteriormente se mezcla con agua. Si se le añade
Cemento hay que tener mucho cuidado en no utilizar una cantidad alta ya que impermeabiliza el
material y la pared no podrá expulsar el agua que absorbe durante un día de lluvia. Esta segunda
capa tiene el objetivo de darle estética y terminación al muro y debe tener un espesor entre 2 y 7
mm. A este repello fino se le debe dejar descansar varios días para su secado total, antes de
comenzar a pintar las paredes. Después del revestimiento, se realizan el resto de las actividades de
terminación en la vivienda, es decir, colocación de puertas y ventanas, terminación del baño,
colocación del piso, etc.
Es aconsejable no construir viviendas de adobe en meses de lluvia debido a que esto afectaría a la
calidad de los muros.
El arrastre de sales higroscópicas de los Morteros del zócalo o los existentes en la propia tierra,
puede provocar la aparición de eflorescencias en la superficie produciendo pérdida del material en
la cara exterior y posterior caída del revestimiento exterior de protección.
Los muros de tierra resisten muy bien las temperaturas altas o bajas, pero son sensibles a las
variaciones bruscas de temperatura. Cuando se produce una elevada temperatura a mediodía y
desciende de forma importante por la noche, y hay gran diferencia de temperaturas entre la cara
exterior e interior de material, se puede producir la fisuración en el exterior que no se aprecia si
está protegida.
Reparación de Grietas
Las grietas verticales que surgen, con frecuencia, presentan espesores considerables. Sin embargo,
estas fisuras son más aparatosas que peligrosas, aunque se han de estudiar.
El sellado de las grietas y fisuras dependerá de su ubicación y de su grosor, siendo habitual que
estén estabilizados, sin embargo hay que comprobar su profundidad.
Para la reparación puede utilizarse el mortero de cal y arena (1:3), con adición de un 5 al 8% de
Yeso, y una pequeña proporción de puzolana o árido procedente de la trituradora de tejas o
ladrillos de tejar. En la parte externa, si las grietas son importantes, puede emplearse fábrica de
ladrillo siempre que la altura de la reparación no sea elevada.
Protección y mantenimiento de muros tradicionales. Revocos exteriores
Tal vez estamos acostumbrados a que el ladrillo, la sillería o mampostería concertada puedan
quedar vistos, pero no así otros materiales, que precisan de un revestimiento de protección.
En los muros de tapial se alternan las hiladas de ladrillo con los cajones de tapial, en los que el
barro se apisona en tongadas separadas por finas capas de cal. Al exterior es imprescindible un
revoco de protección para que el tapial no se degrade, como ocurre en el muro de la imagen, en el
que se ha desprendido el revoco.
A veces el cajón de tapial se sustituye con ladrillo, o se reviste con mortero de cemento. Ambas
soluciones desvirtúan el muro original.
Colaboradores de la protección son los aleros de grandes dimensiones, que alejan el agua
proveniente de la cubierta del contacto con el muro, pero no pueden protegerlo del viento del
hostigo, sobre todo si trae agua.
El revoco que protege estos materiales naturales, tradicionalmente está compuesto por mezcla de
cal con arena y agua, que al endurecer tiene la propiedad de quedarse adherido al soporte y con el
tiempo mejora sus prestaciones de impermeabilidad y dureza.
Hay muchos tipos de revocos, incluso con cualidades estéticas muy altas, como los esgrafiados,
que protegen y dan calidad a los muros de mampostería, calicanto o ladrillo.
A algunos revocos muy expuestos se los denomina “revocos de sacrificio”, que han de reponerse
cada cierto tiempo para garantizar la conservación del soporte.
Cuando en una rehabilitación se reponen los revestimientos con cemento, lo más habitual es que
el soporte “expulse” el enfoscado, que además puede arrancar parte del muro o soporte.