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Navidad.
Con esta novena especial de navidad
meditamos las reflexiones de cada día
preparando nuestro corazón para la
llegada del Niño Jesús
1. Señal de la Cruz.
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos
Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén
2. Oración inicial.
Señor Dios de infinita caridad, que nos haz amado tanto y
que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para
que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas
de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y
remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio.
En retorno te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para
hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo,
más fiel al gran mandamiento de amarnos como
hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo
realizar.
Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea
para nuestra comunidad un estímulo a fin de que, viviendo
como hermanos, busquemos más y más los caminos de la
verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.
(Rezar tres veces el gloria al padre)
Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los
ángeles anuncian en Belén: paz en la tierra a los hombres que
aman al Señor y se aman entre sí.
Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los
ángeles anuncian en Belén: paz en la tierra a los hombres que
aman al Señor y se aman entre sí.
Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar
a Dios como camino, verdad y vida.
Mateo 18:21-22
Entonces Pedro se acercó y le dijo: Señor, ¿cuántas
veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré?
¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta
siete, sino hasta setenta veces siete (Mt 18:21-22).
Marcos 11:25-26
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra
alguno, para que también vuestro Padre que está en los
cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque
si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que
está en los cielos os perdonará vuestras ofensas (Mr
11:25-26).
Mateo 6:14-15
Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su
Padre celestial también les perdonará a ustedes. Pero si
no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les
perdonará sus ofensas (Mt 6:14-15).
Lucas 6:37
No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no
serán condenados. Perdonen, y serán perdonados (Lc
6:37).
Lucas 17:3-4
Miren por ustedes mismos: Si tu hermano peca,
repréndele; y si se arrepiente, perdónale. Si siete veces
al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti
diciendo: “Me arrepiento”, perdónale (Lc 17:3-4).
¿Qué significa perdonar?
La respuesta que da la Biblia
Perdonar significa disculpar a alguien que nos ha ofendido o
no tener en cuenta su falta. En la Biblia, la palabra griega que se
traduce “perdonar” significa literalmente “dejar pasar”, como cuando
una persona deja de exigir que se le pague una deuda. Jesús usó
esta comparación al enseñar a sus discípulos a orar: “Perdónanos
nuestros pecados, porque nosotros mismos también perdonamos a
todo el que nos debe” (Lucas 11:4). De igual manera, en la parábola
del esclavo que no mostró misericordia, Jesús explicó que el perdón
es como la cancelación de una deuda (Mateo 18:23-35).
Perdonar no significa:
Aprobar la ofensa. La Biblia condena a quienes consideran una
mala acción como aceptable o inofensiva (Isaías 5:20).
Actuar como si la persona no hubiera cometido la ofensa. Dios
le perdonó al rey David sus graves pecados, pero no lo libró de las
consecuencias. Además, Dios hizo que los pecados de David se
pusieran por escrito para que se conocieran en la actualidad
(2 Samuel 12:9-13).
Dejar que los demás se aprovechen de uno. Supongamos que le
prestamos dinero a alguien. Pero él lo malgasta, así que no puede
devolverlo como se había comprometido a hacer. Él se siente mal y
nos pide perdón. Nosotros podríamos decidir perdonarlo, es decir,
no guardarle resentimiento ni echarle en cara continuamente lo que
ha hecho. Quizás hasta pudiéramos cancelarle la deuda por
completo. Sin embargo, eso no significa que tenemos que estar
dispuestos a prestarle más dinero en el futuro (Salmo 37:21;
Proverbios 14:15; 22:3; Gálatas 6:7).
Disculpar sin una base válida. Dios no perdona a los que cometen
un pecado a propósito y con malicia, se niegan a reconocer su falta,
no quieren rectificar lo que han hecho o no están dispuestos a pedir
perdón a quienes causaron daño (Proverbios 28:13; Hechos 26:20;
Hebreos 10:26). Estas personas que no se arrepienten se
convierten en enemigos de Dios. Y él no espera que perdonemos a
los que él mismo no ha perdonado (Salmo 139:21, 22).
Pero ¿qué ocurre si alguien nos trata de forma cruel y se niega a
disculparse o ni siquiera reconoce su error? La Biblia dice: “¡Ya
no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira!” (Salmo 37:8, Nueva
Traducción Viviente). Aunque no aprobemos lo que nos hayan
hecho, no permitamos que nos consuma la ira. Más bien, tengamos
confianza en que Dios hará que se haga justicia (Hebreos 10:30,
31). Además, nos consuela saber que él pronto hará posible que
desaparezcan por completo las heridas emocionales que ahora nos
causan tanto dolor (Isaías 65:17; Revelación [Apocalipsis] 21:4).
“Perdonar” todo lo que nos haya parecido una ofensa. A veces,
en vez de tener que perdonar un supuesto desprecio, lo que en
realidad necesitamos es reconocer que no tenemos ninguna razón
válida para estar ofendidos. La Biblia menciona: “No te des prisa en
tu espíritu a sentirte ofendido, porque el ofenderse es lo que
descansa en el seno de los estúpidos” (Eclesiastés 7:9).