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UNIVERSIDAD LAICA ELOY ALFARO DE MANABÍ

TEORÍAS ANTROPOLÓGICAS

PERTENECE A:

LÓPEZ GRACIA LILIAM ARIANA

CURSO:

3 ERO

PARALELO:

“B”

PROFESOR:

ANDRÉS GALARZA

2019 -2020 (1)


POSMODERNISMO Y SU RELACIÓN CON AMERICA LATINA

El modernismo es un movimiento desarrollado en el plano cultural inicialmente


en Europa y Estados Unidos con repercusiones en todos los campos de la actividad
humana. Esto significó la toma de conciencia de una nueva concepción del mundo y de
las ciencias, como consecuencia de los adelantos científicos y técnicos, del mundo
globalizado que instala la sociedad del conocimiento en el centro del debate y sacude
los cimientos de la modernidad, siendo la modernidad es el resultado de profundas
transformaciones socio históricas que abarcan procesos como la urbanización, la
secularización, la formación de los estados-nación, el auge de las ciencias experimentales
y de la individualización.

De tal manera que la postmodernidad surge a mediados del siglo XX como


crítica a una época histórica en que la humanidad, mediante la tecnología, la ciencia y el
arte, había pretendido alcanzar cierto progreso económico, moral y social.

Es así que el llamado movimiento posmoderno nace en un clima de agotamiento


de lo que se ha considerado el modernismo. Esta corriente afectará igualmente a la
antropología que entra a formar parte del proceso de transformación experimentado
por las corrientes internas de la disciplina. Algunos de sus iniciadores provienen de
tendencias hermenéuticas o interpretativas como Rabinow o Crapanzano. Según
Reynoso, después de unos años en que no se pudo hablar de ningún paradigma
dominante, la antropología mundial se sitúa dentro de este nuevo orden intelectual que
sigue las premisas del posmodernismo.

La posmodernidad se encuentra caracteriza por que el hombre es producto de un


proceso natural de evolución, que puede explicarse mediante la razón científica sin
recurrir a fuerzas ajenas a ese proceso. Y además el proceso de desarrollo evolutivo se
desencadena por el mecanismo de la competencia. La competencia genera el progreso
no solo de la especie humana en un entorno hostil.

Los posmodernos plantean la imposibilidad del conocimiento ya que éste


siempre estará viciado por un elemento de poder o de política. Todo conocimiento es
susceptible de ser manipulado por la lógica de la dominación, de los intereses políticos
y en última instancia, por el poder, estos establecían también el fin de la verdad,
de la ciencia, de dios, del hombre y de la ‘cultura’. Lógicamente esta concepción
escéptica genera un cierto relativismo. Y la filosofía de la ciencia sufre un duro ataque
a la cuestión de la objetividad

Los posmodernos tienen experiencia de un mundo duro que no aceptan, pero no


tienen esperanza de poder mejorarlo. Estos, convencidos de que no existen posibilidades
de cambiar la sociedad, han decidido disfrutar al menos del presente con una actitud
despreocupada.

El surgimiento de la antropología posmoderma es, en sentido estricto, un


proceso de transformación experimentado por una de las tantas corrientes interpretativas
de la disciplina. La conclusión mas reiterada del posmodernismo antropológico es que
la idea del conocimiento objetivo es un motor puramente literario, un motor que
impulso una forma de escritura "realista" que ya está obsoleta, y en la que el etnógrafo
se situaba como un observador omnisciente. Pero sin duda alguna las cosas no son tan
simples, ya que en primer lugar hay que detenerse a meditar el hecho de que, si bien es
posible que de alguna manera la "antropología convencional" construye sus mundos
objetivos en lugar de descubrirlos.

La postmodernidad en la antropología se figura ante la crisis de las grandes


teorías como el marxismo, el estructuralismo y el materialismo cultural; teorías que no
resultaron del todo satisfactorias para el estudio de ciertos fenómenos de interés
antropológico.

Carlos Reynoso distingue tres posturas de la antropología postmoderna. En la


primera participa James Clifford, Marcus, Strathern y Clifford Geertz; en ésta se buscan
alternativas para la escritura etnográfica, la segunda, se puntualiza por la redefinición del
trabajo de campo que se plasma en la etnografía; de aquí destaca la etnografía dialógica,
es decir, que el estudio sociocultural se asienta en un contexto de intersubjetividad
humana. La última postura deja de lado la escritura antropológica y proclama la crisis de
la ciencia; es representada por Michael Taussig quien propone una práctica etnográfica
que consiste en el uso simbólico del montaje y el collage para encontrar un recurso
contra el terror.

La posmodernidad, fue rechazada en un principio por la intelectualidad de


izquierda en América Latina, que veía en sus planteamientos una clara justificación
ideológica del neoliberalismo. Esta ha despertado interés y, a su vez, reacciones críticas
de todo tipo. Las preocupaciones giran en torno a la política, el mercado, la democracia,
la comunicación, los actores sociales tradicionales, las etnias, las culturas, la
multiculturalidad, etc.

Para muchos hablar de postmodernidad en América Latina, siendo esta no más


que una copia de una moda intelectual y cultural euronortemaericana. Para otros, tocar
el tema despierta una reacción mental, y hasta visceral, de rechazo y para más de uno es
una discusión que nos incumbe porque también ha tenido procesos de modernización.
Por ende, nuestra región no está exenta de esos cambios y reflexiones que se dan en
torno a dicho tema.

Ahora bien, entre este último grupo, habría que destacar a los optimistas que
ven en la postmodernidad la posibilidad de recuperar y aceptar la heterogeneidad
cultural y social, la diversidad de juegos, de lenguaje, es decir, ven la alternativa de
construir modelos de vida diferentes; y a los pesimistas que perciben, en la influencia y
vivencia de la cultura posmoderna, el olvido del cambio o revolución social, de la
equidad social, o el abandono de la utopía revolucionaria.

La posmodernidad trajo consigo una variedad de consecuencias, entre ellas, nos


encontramos que se renuncia a las utopías y a la idea de progreso de manera conjunto.
Se apuesta a la carrera por el progreso individual. Se reconocen límites de las ciencias
modernas en cuanto a la generación de conocimiento verdadero, acumulativo y de
validez universal.

Se produce un cambio en el orden económico capitalista, pasando de una


economía de producción hacia una economía del consumo. Desaparecen las grandes
figuras carismáticas, y surgen infinidad de pequeños ídolos que duran hasta que surge
algo más novedoso y atractivo. Los medios masivos y la industria del consumo masivo
se convierten en centros de poder.

Para concluir la posmodernidad latinoamericana no ve la muerte del sujeto, por


el contrario, se afianza en la posibilidad de la alteridad, pero lejos, eso sí, de cualquier
forma de dominio. La posmodernidad en América latina no se sostiene sobre la base de
una filosofía de la liberación, más bien, parte de la idea de construir filosofías para la
liberación.

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