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Mensaje de asunción Gobernador Ingeniero Santiago Maradona – 1°de

mayo de 1928.

Sr. Presidente Dr. Alejandro Ávila: el objeto de esta sesión, es como sabe la H. Cámara

tomar el juramento constitucional a S.E., el gobernador electo, Ing. Santiago Maradona, que ha

resultado elegido por el período 1928 -1932.

-Invitado que fue a ocupar su sitial, S.E. prestó el juramento en la siguiente forma:

“Yo Santiago Maradona, juro por la patria y por mi honor, cumplir y hacer cumplir la

constitución Nacional y provincial y desempeñar con lealtad y honradez el cargo de gobernador de

Santiago del estero. Si así no lo hiciere, la patria y mi honor me lo demanden”.

-Acto continúo S.E., el señor Gobernador electo Ing. Santiago Maradona pronunció el

siguiente discurso:

PRIMERA PARTE: SR. INTERVENTOR.

Sr. Gobernador (Maradona): Al asumir el gobierno de la provincia en virtud de un mandato

incuestionable de la soberanía popular, cuya decisión ha sido impuesto en comicios libérrimos, que

para honra vuestra señor comisionado, os ha tocado presidir en circunstancias notoriamente

excepcionales, incumbe a mi deber de ciudadano, más que de mandatario, reconocer que habéis

cumplido, en unión con nuestros colaboradores, la misión que os confiara el Excmo. Señor Presidente

de la Nación.

Retorna la provincia a la normalidad funcional de sus instituciones, después de un breve

interregno que ha permitido que las fuerzas actuantes de nuestra democracia, agrupadas en torno al

formulismo de un programa, o de un nombre como el del Dr. Hipólito Yrigoyen que en los ciclos de

la historia patria caracteriza toda una época, sumaran sus esfuerzos, intensificaran su denuedo y sus

entusiasmos y llegaron al comicios para rectificar su triunfo o su derrota, según el grado de arraigo en

la conciencia popular.
Nada os es imputable Excmo. Señor Comisionado en orden a los errores involuntarios que vos

mismo os atribuís, en el cumplimiento de la misión que os confiara el P.E. Nacional.

Más que la rectitud de intenciones habéis puesto en juego, de vuestra parte, todos los recursos

legales y la alta autoridad de que veníais envestido para garantizar la plena libertad de sufragio. No

creo aventurar un juicio exagerado, al afirmar honradamente que interpreto la opinión y el

sentimiento publico que ha visto en vos desde el instante de vuestro arribo a la provincia, al ejecutor

del pensamiento del Excmo. Señor presidente de la Nación.

Leal y cumplidamente habéis ceñido vuestros actos a sus inspiraciones que en forma de

instrucciones públicamente os acordadas, sin alterar el concepto y ni desviaros de la línea recta

prefijada por el alcance y el significado trascendental de la misión. Y ello es tanto más remarcable

cuando habéis resguardado el prestigio y el honor cívico del ciudadano-presidente, a quien la

irreverencia, aliada con la suspicacia, pretendía presentar en determinado momento como gravitando

desde la eminencia de la primera magistratura para torcer los designios del pueblo soberano.

Sea, pues, doble vuestra satisfacción, señor Comisionado por la ecuanimidad y justicia con

que habéis desarrollado y dado fin a vuestra acción y si estabais vinculado por múltiples lazos de

afecto a esta Provincia, de hoy en mas, quedáis ligado a ella en su historia y en sus destinos por sus

esfuerzo democráticos con que habéis contribuido a su reconstrucción institucional.

SEGUNDA PARTE: SEÑORES LEGISLADORES:

Srs. Legisladores junto con mi saludo augural por el acierto de vuestras futuras

deliberaciones, permitidme que bajo la advocación del más alto sentimiento patriótico, capaz de

inspirar mi pensamiento y acción de gobernante, os hago un llamado frente a la realidad.

Entramos ha ejercer las funciones del mandato que el pueblo no has conferido, en

circunstancias de gravedad que no escapan seguramente al criterio de ninguno de los señores

diputados. Son múltiples y complejos los problemas del orden social, económico y financieros que de

inmediato se nos habrán de plantear, y para su solución, en armonía con los intereses generales

afectados, será menester poner a contribución el patriotismo y las luces de los hombres de gobierno.
En ese sentido, nuestra común responsabilidad es enorme por cuanto hemos contraído lo que a

mi juicio constituye un ineludible compromiso, en lo que afecta a la fidelidad del mandato frente a

intereses de orden público.

Aspiro a que la labor que voy a realizar, por modesta que ella sea, sea en su intensidad y

extensión, lleve impreso el sello inconfundible de la pureza de mi intención y propósitos. Hago

cumplido a idénticos propósitos animados en el espíritu de los señores diputados, de suerte tal, que

confió en que de la concurrencia de tan elevadas miras se deriven frutos que no decepcionen ni

pongan tibiezas en el alma del pueblo que nos ha elegido.

En lo que a mí respecta, puedo aseguraros señores diputados, que no he de olvidar ni un solo

instante que surjo y debo la investidura en cuyo carácter dirijo la palabra, a las filas de un partido que

no es solo un organismo político ponderable, sino que significa la conjunción de la voluntad

argentina que anhela, a base de puro nacionalismo, afirmar definitivamente el progreso y el bienestar

social en todo orden de ideas.

No creo necesario ratificar conceptos para daros la garantía de la invariable línea de conducta

en que se desenvolverá mi acción para la cual cuento, desde luego, con la estimulante cooperación

vuestra. No se me escapa sin embargo, el cúmulo de dificultades y obstáculos con que habremos de

tropezar en la ardua tarea de realizar obra efectiva de gobierno, toda vez que las opiniones dentro de

la composición de los cuerpos colegiados en que factor “política”, parece inherente a su estructura,

ejerce una enorme influencia en sus resoluciones y decisiones.

Bajo ese aspecto, nada conformaría más mis deseos que sentir el calor de lo que, en el léxico

corriente, se llama “oposición”, siempre que ella se levante por encima de intereses subalternos y se

mantenga en el plano desde el cual la critica serena, la fiscalización y el contralor, ejercen educando

su benéfica influencia sobre las demasías y los excesos, a veces involuntarios o de buena fe, que

suelen consumar los gobernantes.

Concordemos, señores, los intereses colectivos que son patrimonio exclusivo de la comunidad

social, aunando nuestros esfuerzos, armonizando la acción en procura de idéntica finalidad, de


manera y forma que pueda decirse que hemos abierto puertas al progreso, del que tan necesitado se

halla nuestra provincia para avanzar un tramos más, aunque solo sea, por las vías francas de la

civilización.

Os invito, señores diputados, a que hagamos efectiva esta obra hacia la cual vémonos

compelidos por el solemne compromiso que contrajéramos ante la opinión pública, y habrá que

hacerlo así – repito- sin desmayos ni titubeos, ya que conmigo sois compartícipes de esta gran

responsabilidad.

Con ello, por lo demás, habremos dado amplia satisfacción a nuestros anhelos patrióticos en

servicio de la provincia y habremos asimismo ratificado, ante la conciencia nacional que nos

contempla y juzga, un concepto de que, al restablecerse el imperio de las instituciones democráticas,

logramos iniciar una nueva era de bienestar general, tanto en el orden social como en el económico.

Gracias señores diputados.

Sr. Presidente de la cámara de diputados (Sr. Ávila): - queda levantada la sesión.

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