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MECANISMOS ALTERNATIVOS DE
SOLUCIÓN DE CONTROVERSIA.
TEMA DE INVESTIGACIÓN
ACUERDOS REPARTORIOS
Y
SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO
PRESENTA
MAESTRANDO
CATEDRATICO
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ACUERDOS REPARATORIOS
Los acuerdos reparatorios no son otra cosa que el resultado del uso de un
mecanismo alternativo de resolución de controversias como la mediación o la
conciliación. Dichos mecanismos serán regulados en una legislación especial; sin
embargo, dada su conexión natural con el procedimiento penal, el Código incluyo
una definición general y sus supuestos de procedencia. El Ministerio Público y el
Juez podrán validar los acuerdos reparatorios.
PRINCIPIOS:
Principios que rigen el proceso Penal Acusatorio y Oral: Publicidad,
Contradicción, Inmediación, Continuidad, Concentración.
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Principios de los Mecanismos Alternativos:
I. Voluntariedad: La participación de los Intervinientes deberá ser por propia
decisión, libre de toda coacción y no por obligación;
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Los mecanismos contemplados en la LNMASCMP son:
1. Mediación
2. Conciliación
3. Justicia restaurativa
Cada uno cuenta con características específicas, el facilitador, quien es el
profesional certificado de la institución especializada en MASC cuya función es
facilitar la participación de los Intervinientes, revisará las particularidades del caso
concreto y con base en eso el facilitador decidirá cuál es el mecanismo más
apropiado para la solución del conflicto.
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órganos jurisdiccionales de inferior jerarquía, pues aun cuando el Tribunal
Colegiado de Circuito interpretó el artículo 207 del Código de Procedimientos
Penales del Estado de Morelos, su contenido es esencialmente similar al del
artículo 189 del Código Nacional de Procedimientos Penales. Respetuosamente
estimamos que la omisión del juez de control de invitar a las partes procesales
a suscribir un acuerdo reparatorio en los casos en que proceda y de explicarles los
efectos que trae aparejados, no se erige en una violación al procedimiento que
trascienda al resultado del fallo, pues si bien es cierto que esta solución alterna
como prototipo de justicia restaurativa: busca una solución adecuada, eficaz y
rápida al conflicto, procura que las partes lleguen a un acuerdo de manera
voluntaria, y privilegia la reparación a la víctima, también lo es que la facultad
indicada no se traduce en una obligación para el órgano jurisdiccional, ya que:
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los intervinientes hayan estado en condiciones de igualdad para negociar y,
finalmente, que no hayan actuado bajo condiciones de intimidación, amenaza
o coacción. En efecto, uno de los roles más importantes que está llamado a cumplir
el juez de control en materia de acuerdos reparatorios consistirá en garantizar
o salvaguardar los derechos de los intervinientes en esta solución alterna del
conflicto, es decir, del imputado y la víctima u ofendido. En ese sentido, la función
cautelar que corresponde al juez de control envuelve la de velar o vigilar, por una
parte, que las obligaciones contraídas entre los intervinientes no resulten
notoriamente desproporcionadas, esto es, que no haya un desequilibrio o
desbalance entre lo solicitado y lo aceptado por la víctima u ofendido y el imputado;
sin embargo, habrá de tenerse especial cuidado en el momento de verificar la
proporcionalidad de las obligaciones contraídas, dado que aquellas fueron
adoptadas en presencia de un tercero imparcial, como lo es un facilitador, a
través de un MASC. Asimismo, el órgano jurisdiccional deberá verificar que las
partes se hayan encontrado en situaciones de igualdad en el momento de la
negociación, esto es, que los intervinientes actúen en una relativa paridad de
condiciones y que ninguno se hubiera encontrado en una posición de inferioridad,
tal como desbalances de poder o diferencias culturales, a las que aluden los
Principios Básicos de las Naciones Unidas Sobre el Uso de Programas de Justicia
Restaurativa en Materia Penal. Finalmente, el juez de control deberá constatar
que las partes no hayan actuado bajo condiciones de intimidación, amenaza
o coacción; es decir, que la voluntad otorgada sea libre, adoptada con
conocimiento de los derechos que les asisten, sin presiones de ningún tipo y con
comprensión plena de las consecuencias de su decisión.
JURISPRUDENCIA:
Época: Décima Época, Registro: 2004377, Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Libro XXIV, Septiembre de 2013, Tomo 3, Materia(s): Constitucional, Penal,
Penal, Tesis: XVIII.4o.3 P (10a.), Página: 2437
ACUERDOS REPARATORIOS. LA OMISIÓN DEL JUEZ DE CONTROL DE
CUMPLIR DESDE SU PRIMERA INTERVENCIÓN CON SU OBLIGACIÓN DE
EXHORTAR A LAS PARTES A CELEBRARLOS Y EXPLICAR LOS EFECTOS Y
MECANISMOS DE MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN DISPONIBLES, VIOLA
DERECHOS HUMANOS CON TRASCENDENCIA AL FALLO RECURRIDO, QUE
ORIGINA LA REPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO (NUEVO SISTEMA DE
JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE MORELOS).
En el sistema de justicia penal basado en la oralidad, la mediación pretende
instaurar una nueva orientación, pues se postula como una alternativa frente a las
corrientes clásicas meramente retributivas del delito a través de la imposición de la
pena y de las utilitaristas que procuran la reinserción social del imputado. En el caso
de la conciliación, ésta procura reparar el daño causado a la víctima, con lo cual,
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entre otros aspectos, se evita el confinamiento del inculpado y que éste y la víctima
u ofendido del delito continúen con un procedimiento penal que, si así lo desean,
puede culminar mediante la celebración de actos conciliatorios. En concordancia,
los artículos 204 a 208 del Código de Procedimientos Penales del Estado de
Morelos, definen al acuerdo reparatorio como el pacto entre la víctima u ofendido y
el imputado, que tiene como resultado la solución del conflicto a través de cualquier
mecanismo idóneo, cuyo efecto es la conclusión del procedimiento. Respecto a su
trámite, disponen que, desde la primera intervención, el Ministerio Público o, en su
caso, el Juez de control, invitará a los interesados a que lleguen a acuerdos
reparatorios en los casos en que procedan, y explicará los efectos y mecanismos
disponibles. Si el pacto consensual se aprueba, su cumplimiento suspenderá el
trámite del proceso, así como la prescripción de la acción penal de la pretensión
punitiva; empero, si el imputado incumple sin causa justa dará lugar a su
continuación. Por ende, si los acuerdos reparatorios constituyen un medio para la
conclusión del procedimiento respecto de cierto tipo de delitos, donde es obligación
del Juez de control, desde su primera intervención, exhortar a las partes a
celebrarlos, y explicar los efectos y mecanismos de mediación y conciliación
disponibles, es inconcuso que, si omite hacerlo, viola derechos humanos con
trascendencia al fallo recurrido, lo que origina la reposición del procedimiento.
CORRELACIÓN: Artículos 105, 164, 174, al 178, 182 al 184, 191 al 200, 208, al
210, 384 y 467 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Este procede en aquellos delitos cuya media aritmética no exceda los 5 años de
sanción, consiste en un plan propuesto por el Ministerio Público o por el Imputado
para someterse a una o varias de las condiciones que se le impongan, así como un
plan de reparación del daño, y si se cumple a cabalidad, al transcurrir el término de
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su cumplimiento, en audiencia, se solicita la extinción de la acción penal y se decreta
por el Juez de control el sobreseimiento de la causa. Arts. 191 al 200 CNPP.
PRINCIPIOS:
1. Voluntariedad 2. Información 3. Confidencialidad, 4. Flexibilidad y Simplicidad, 5.
Imparcialidad 6. Equidad 7. Honestidad.
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la procedencia de la SCP en el supuesto planteado obedece a razones de voluntad
legislativa, pues si la intención del creador de la norma hubiese sido que esta salida
alterna no fuera procedente en delitos donde no exista una víctima u ofendido
determinado, así hubiera quedado plasmado en el Código Nacional de
Procedimientos Penales. No obstante, las únicas restricciones plasmadas por el
legislador para efectos de procedencia de esta salida alterna fueron que la media
aritmética de la pena de prisión del delito por el que se haya dictado auto de
vinculación a proceso no exceda de cinco años, no existiera oposición fundada de
víctima u ofendido y hayan transcurrido dos años desde el cumplimiento o cinco
años desde el incumplimiento de una suspensión condicional anterior, salvo que el
imputado haya sido absuelto en el procedimiento respectivo. Por lo tanto, suponer
que la ausencia de víctima u ofendido determinado torna improcedente esta salida
alterna sería ir más allá de lo proyectado o concebido por el autor de la norma. En
segundo lugar y desde diversa perspectiva, se estima que hacer improcedente la
SCP dada la ausencia de víctima u ofendido determinado implicaría desconocer la
génesis, los postulados y las ventajas prácticas que para todos los involucrados en
un hecho delictivo acarrea la justicia restaurativa, como enseguida se anota. Un
error en que se incurre al hablar de los requisitos de procedencia de la SCP
consiste en concebir el plan de reparación del daño a que alude el artículo 191
del Código Nacional desde el punto de vista eminentemente material, cuando
lo propio de la justicia restaurativa es que la reparación vaya más allá de la
compensación económica del daño sufrido por la víctima. Si la justicia
restaurativa concibe al delito no sólo como una transgresión a la norma penal, sino
ante todo como un acto que atenta contra las relaciones interpersonales, y por tanto,
tiende a unir los lazos rotos entre víctima, infractor y comunidad, derivado de la
comisión del hecho delictuoso, es claro que la reparación del daño tiene una
concepción más amplia, pues además que atiende las necesidades de las víctimas
reintegra al infractor, quien se responsabiliza del daño causado y finalmente
consigue una sociedad más segura y pacífica; en definitiva, un lugar mejor donde
vivir. Por tanto, como lo señala Bovino, el concepto de reparación no se debe
confundir con el pago de una suma de dinero. La reparación se debe entender
como cualquier solución que objetiva o simbólicamente restituya la situación al
estado anterior a la comisión del hecho y satisfaga a la víctima, por ejemplo, la
devolución de la cosa hurtada, una disculpa pública o privada, la reparación
monetaria, el trabajo gratuito, etcétera. Bajo esa línea argumentativa, la ampliación
del concepto reparación del daño resulta de vital importancia tratándose de delitos
de resultado formal, pues dada su naturaleza, no resulta factible cuantificar un daño
material, precisamente porque no existe, pero ello no implica desconocer que se
puso en peligro un bien jurídico y, por tanto, que existió un daño al grupo social que
debe ser reparado y es aquí donde cobra vida el concepto de reparación simbólica.
Esta concepción de reparación del daño abre, entonces, un espectro de
posibilidades, no solamente en los delitos que carezcan de víctima u ofendido
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determinado, sino también en aquellos en que la restitución sea imposible, ya que
el imputado tendrá que hacer una reparación de naturaleza simbólica con la
sociedad en general, como pedir disculpas o comprometerse a no cometer
conductas ilícitas. Incluso en nuestra estima, la reparación simbólica podría
corresponderse con las condiciones de hacer o dejar de hacer que se impongan a
propósito de la SCP, como sería: participar en programas especiales para la
prevención y el tratamiento de adicciones; aprender una profesión u oficio; prestar
servicio social a favor del Estado o de instituciones de beneficencia pública; u otras
diversas, como no portar armas, abstenerse de consumir drogas y estupefacientes,
o de abusar de bebidas alcohólicas, pues al tiempo que se está reparando
simbólicamente el daño causado a la sociedad se ayuda a la prevención del delito.
Desde esta perspectiva, cualquier forma de reparación del daño, y en especial la
simbólica, reportará avisos positivos de que el autor del delito realizará esfuerzos
que expresarán su compromiso de no incurrir en prácticas que pudieran generar, a
la postre, una infracción diversa. A través de la reparación simbólica, la sociedad
como ofendida directa de delitos de resultado formal e indirecta de cualquier clase
de delito propugnará porque disminuya el abanico de posibilidades de que el sujeto
activo vuelva a cometer un hecho ilícito y prevendrá que otros integrantes de la
sociedad se conviertan en víctimas, ya que se aspira a una sociedad segura y
pacífica, que confía en cada uno de sus miembros. Bajo esta óptica, si la suspensión
condicional del proceso se postula como una reacción estatal diversa al juicio, no
mediante la imposición de una sanción sino a través de un plan de reparación y el
sometimiento a un plan de conducta, debe lograrse que en delitos donde no exista
víctima u ofendido determinado la sociedad en general se sienta resarcida de alguna
forma de la ofensa que sufrió, lo que podrá verificarse a través de la reparación
simbólica. Así, como lo señalan algunos autores, el plan de reparación ve hacia el
pasado, con fines restaurativos; por ello se estima que en los delitos de peligro el
plan puede ser simbólico, con el objeto de que el imputado asuma un compromiso
social y de esta forma la sociedad se sienta resarcida. En tanto que el plan de
conducta que se construye en audiencia a partir de las posiciones de las partes ve
a futuro; por ello se hace una propuesta y la autoridad judicial diseña el referido plan
de conducta, con fines resocializadores. Por otra parte, estimamos que limitar la
procedencia de la suspensión condicional del proceso a delitos que tengan víctimas
u ofendidos determinados también implicaría desconocer que la justicia restaurativa
tiene un enfoque global e integral, donde a la vez que se pretende la satisfacción de
las necesidades de la víctima se permite una posición activa del infractor, quien con
su actuar rompió los lazos existentes con los miembros de la comunidad, pero a su
vez desea hacerse responsable de lo sucedido frente a la sociedad. Aunado a lo
expuesto, si la procedencia de la SCP dependiera de una determinación concreta
de víctima u ofendido del delito, se colocaría al infractor en un papel de desventaja,
ya que, por ese solo hecho, aun cuando la media aritmética de la pena de prisión
del delito por el que se dictó vinculación a proceso no excediera de cinco años, se
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le constreñiría a continuar un proceso con todos los efectos nocivos que acarrea,
así como a la eventual imposición de una pena privativa de libertad. Por tanto,
coincidimos con Virginia Domingo de la Fuente en que existen y deben buscarse
diferentes herramientas y procesos restaurativos adaptados a cada caso y a cada
circunstancia, que aunque no sea el encuentro ideal víctima, infractor y/o
comunidad, sí será restaurativa en mayor o menor medida y sí cumplirá con las
expectativas de la víctima (Domingo), el ofendido y el infractor, quien tomará
conciencia de que el delito sí causa daños a otros seres humanos, generando así
empatía en ellos y un paso importante para su reinserción. Finalmente, el último
aspecto que se toma en consideración para negar que la SCP únicamente es
procedente en tratándose de aquellos delitos donde existe víctima u ofendido
determinado encuentra su fundamento en la función y fines que persiguen las
salidas alternas. Recordemos que a diferencia del sistema inquisitivo, donde el juicio
fue concebido como la única vía para resolver el conflicto, la justicia restaurativa a
través de la diversificación de rutas, como las salidas alternas y las formas de
terminación anticipada, busca que los procesos sean más efectivos y tengan una
solución ágil y rápida donde se involucre a todas las partes intervinientes; concentrar
los procesos judiciales en aquellos casos que revistan mayor gravedad;
descongestionar y hacer eficiente el uso de recursos en el sistema de justicia penal,
y con ello disminuir los costos y desahogar el sistema penitenciario. En ese sentido,
la comprensión cabal de los fundamentos y fines de la justicia restaurativa,
constituye la base para aseverar la procedencia de la SCP en delitos que carezcan
de víctima u ofendido determinado, ya que el sistema pretende que el juicio
propiamente dicho, tenga lugar única y exclusivamente en los casos más delicados
y graves, esto es, en aquellos que mayor daño generan a la víctima o a la sociedad.
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anticipadamente a un proceso penal por delitos que no merecen pena privativa de
libertad demasiado alta, al no representar un atentado relevante al interés público,
donde el imputado propone un plan de reparación del daño y acepta
someterse al cumplimiento de una o varias condiciones durante cierta
temporalidad, condiciones que si son cumplidas tendrá el efecto de extinguir
la responsabilidad penal, en caso contrario, se reanudará la persecución penal
en su contra.
JURISPRUDENCIA:
Época: Décima Época, Registro: 2017318, Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 55, Junio de 2018, Tomo IV, Materia(s): Común, Penal, Tesis:
XXV.3o.1 P (10a.), Página: 3221
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