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Palabras que dejó Cristo nuestro Señor

escritas a sus tres siervas

Santa Matilde, Santa Brígida y Santa Isabel


Reina de Hungría.

Sabed, amadas hijas mías, como los sayones


que me prendieron en el huerto de Getsemani
fueron 58; los ejecutores de la sentencia 32;
los que me llevaron atado fueron 3; diéronme
300 puñadas en la boca; cuando me llevaban
preso desde el huerto hasta la casa de Anás
me dieron 7 fuertes empujones; diéronme
5600 azotes en la columna; me escupieron en
el Rostro 72 veces; hiciéronme en el cuerpo
más de 100 llagas, y en la cabeza más de 100
agujeros; cuando iba al Calvario caí 3 veces
con la Cruz acuestas; estando clavado en la
cruz, tenia la cara tan desfigurada que apenas
podía ser conocido; las gotas de sangre que
derrame en mi dolorosísima Pasión, fueron
30708

Todas las personas que rezaren con devoción


7 Padrenuestros, 7 Ave Marías y 7 Gloria ,cada
día por espacio de 12 años, hasta cumplir el
numero igual al de las gotas de sangre que
derramé, les concedo 5 gracias: La primera,
indulgencia plenaria y remisión de todos sus
pecados; la segunda, que será libre de las
penas del Purgatorio si muere en gracia; la
tercera, que si muriese antes de que se
cumpla el término de los doce años será como
si los hubiese cumplido enteramente; la
cuarta, que bajaré del Cielo a la Tierra a
recibir su alma en mis brazos para llevarla a la
gloria eterna; y la quinta, que será como si
fuera mártir que derrama su sangre por Mí.

Quien llevare esta verídica Relación consigo


y practicare los rezos expresados, será libre de
las tentaciones del demonio y no morirá de
mala muerte; y en la casa donde hubiese
dicha relación no habrá visión alguna ni cosa
triste; la mujer que estuviere de parto,
trayéndola consigo con fe verdadera,
recordando los padecimientos de nuestro
Redentor, parirá sin peligro, y en resumen,
todo cristiano que devotamente la llevare en
el pecho le librará de rayos y centellas, de
incendios, ladrones, persecuciones,
injusticias, trabajos, tribulaciones y de todo
mal pestilente; y en la terrible hora de su
muerte intercederá por la salvación de su
alma la reina de los ángeles María Santísima.

Santa Brígida recibió dos juegos de oraciones de Nuestro


Señor Jesucristo y otro juego de Nuestra Madre la
Santísima Inmaculada Virgen María. Uno de los juegos de
Nuestro Señor los rezamos durante un año (ver link al
final), mientras que el otro lo rezamos por doce años (las
oraciones que están aquí). De Nuestra Madre recibió la
devoción diaria a sus Siete Dolores. Nuestro Señor y la
Santísima Virgen prometieron tanto a través de Santa
Brígida de Suecia a las almas que recen estas oraciones,
que debemos lograr que se vuelvan mucho más conocidas.
Para ello les solicitamos que las divulguen entre
familiares y amigos.

Estas oraciones, como le han sido dadas por el Señor a


Santa Brígida, deben rezarse durante 12 años. En caso que
la persona que las rece muera antes que pasen los doce
años, el Señor aceptará estas oraciones como si se
hubieran rezado en su totalidad. Si se saltase un día o un
par de días con justa causa, podrán ser compensadas al
final de los 12 años.

Esta devoción ha sido declarada buena y recomendada


tanto por el Sacro Collegio de Propaganda Fidei, como por
el Papa Clemente XII. El Papa Inocencio X confirmó esta
revelación como “venida del Señor”.

PROMESAS

1. El alma que las reza no sufrirá ningún Purgatorio.


2. El alma que las reza será aceptada entre los mártires
como si hubiera derramado su propia sangre por la fe.
3 El alma que las reza puede (debe) elegir a otros tres a
quienes Jesús mantendrá luego en un estado de gracia
suficiente para que se santifiquen. (*)
4. Ninguna de las cuatro generaciones siguientes al alma
que las reza se perderá.
5. El alma que las reza será consciente de su muerte un
mes antes de que ocurra.

(*) Escribir los tres nombres (personas vivas) en un papel y


guardarlo. Los nombres no se pueden cambiar.

Algunas interrogantes

1. ¿Puedo esperar algunos o muchos años hasta el final de


mi vida para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce
años?
Respuesta: No

2. ¿Puedo esperar estar afectado por alguna enfermedad


terminal, para comenzar a rezarlas y así evitarme los doce
años?
Respuesta: No

3.- Si por olvido o por otro motivo, pasan las doce de la


noche, ¿Se considera ese día como perdido?
Respuesta: Se puede extender el plazo hasta el día
siguiente, antes del alba, válido para el día anterior.
Lógicamente que se debe volver a rezar durante el día
para el día correspondiente. Esta extensión se puede
utilizar todas las veces que sea necesaria.

4.- ¿Cuáles son las “causas justificadas”?


Respuesta: Por el simple olvido de uno o dos días, quizás
por algún acontecimiento familiar o laboral. En caso de
accidente o enfermedad que signifique gravedad o
inconciencia, se puede recuperar ese plazo al final, aquí
se justifica que pueda ser un plazo mayor. Cuando la
persona se encuentre mejor, pedirle a alguien que las rece
en voz alta e ir repitiendo mentalmente las oraciones. Lo
que no es válido es rezar dos meses, dejar uno, rezar otros
seis, dejar tres, ahí no sirve.

ORACIÓN INICIAL

Oh Jesús, ahora deseo rezar siete veces junto


con el amor con que Tú santificaste esta
oración en Tu Corazón. Tómala de mis labios
hasta Tu Sagrado Corazón. Mejórala y
complétala para que le brinde tanto honor y
felicidad a la Trinidad en la tierra como Tú lo
garantizaste con esta oración. Que esta se
derrame sobre Tu santa humanidad para la
glorificación de Tus dolorosas heridas y la
preciosísima Sangre que Tú derramaste de
ellas. Amén

LAS 12 ORACIONES DICTADAS POR EL


SEÑOR JESUS A SANTA BRIGIDA,PÁRA 12
AÑOS.

1. LA CIRCUNSICIÓN

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos


inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, Te ofrezco las primeras heridas,
los primeros dolores y el primer derrame
de Sangre como expiación de los pecados
de mi infancia y de toda la humanidad,
como protección contra el primer pecado
mortal, especialmente entre mis parientes.

2. 2. LA AGONÍA DE JESÚS EN EL HUERTO


DE LOS OLIVOS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos


inmaculadas de María y el Sagrado Corazón
de Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento
del Corazón de Jesús en el Huerto de los
Olivos y cada gota de sudor de sangre como
expiación de mis pecados del corazón y los
de toda la humanidad, como protección
contra tales pecados y para que se extienda
el amor divino y fraterno.

3. LA FLAGELACIÓN

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos


inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco las muchas miles de heridas,
los terribles dolores y la preciosísima sangre
de la flagelación como expiación de mis
pecados de la carne y los de toda la
humanidad, como protección contra tales
pecados y la preservación de la inocencia,
especialmente entre mis parientes.

4. LA CORONACIÓN DE ESPINAS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos


inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la
preciosísima sangre de la sagrada cabeza de
Jesús luego de la coronación de espinas, como
expiación de mis pecados del espíritu y los de
toda la humanidad, como protección contra
tales pecados y para que se extienda el reino
de Cristo aquí en la tierra.

5. CARGANDO LA CRUZ

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos


inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el
camino a la cruz, especialmente la santa
herida en su hombro y la preciosísima sangre
como expiación de mi negación de la cruz y la
de toda la humanidad, todas mis protestas
contra tus planes divinos y todos los demás
pecados de palabra, como protección contra
tales pecados y para un verdadero amor a la
cruz.

6. LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, por medio de las manos


inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de
Jesús, te ofrezco a Tu Hijo en la cruz, cuando
lo clavaron y lo levantaron, las heridas en sus
manos y en sus pies y los tres hilos de la
preciosísima sangre que derramó allí por
nosotros, las extremas torturas del cuerpo y
del alma, su muerte preciosa y su renovación
no sangrienta en todas las santas misas de la
Tierra, como expiación de todas las heridas
contra los votos y normas dentro de las
Órdenes, como reparación de mis pecados y
los de todo el mundo, por los enfermos y
moribundos, por todos los santos sacerdotes y
laicos, por las intenciones del Santo Padre por
la restauración de las familias cristianas, para
el fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y
por la unión de todas las naciones en Cristo y
su Iglesia, así como también por la diáspora.

7. LA LLAGA DEL COSTADO DE JESÚS

Padre Nuestro, Avemaría, Gloria

Padre Eterno, acepta como dignas, por las


necesidades de la Santa Iglesia y como
expiación de los pecados de toda la
humanidad, la preciosísima sangre y el agua
que manó de la herida del Sagrado Corazón de
Jesús. Sé misericordioso para con nosotros.
¡Sangre de Cristo, el último contenido
precioso de su Sagrado Corazón, lávame de
todas mis culpas de pecado y las de los
demás! ¡Agua del costado de Cristo; lávame
totalmente de las penitencias del pecado y
extingue las llamas del Purgatorio para mí y
para todas las almas del Purgatorio! Amén.

LAS 15 ORACIONES
DICTADAS POR NUESTRO
SEÑOR JESUCRITO A SANTA
BRIGIDA, PARA UN AÑO.
Por mucho tiempo, Santa Brígida había deseado saber cuántos latigazos había
recibido Nuestro Señor en Su Pasión. Un día se le apareció Jesucristo, diciéndole:
"Recibí 5.480 latigazos en Mi Cuerpo.

Si queréis honrarlos en verdad, con alguna veneración, decid 15 veces el Padre


Nuestro y 15 veces El Ave Maria con las siguientes oraciones, (que él le enseño)
durante un año completo. Al terminar el año, habréis venerado cada una de Mis
Llagas."

Los visitantes de la Iglesia de San Pablo de Roma pueden ver el Crucifijo, bajo el
Sagrario en la Capilla del Santísimo Sacramento, escultura por Pierre Cavallini,
ante ésta escultura Santa Bridget se hincó cuando recibió las 15 oraciones de
Nuestro Señor. La inscripción siguiente fue puesta en la Iglesia para conmemorar
el evento: "Pendentis, Pendente Dei verba aure accipit el verbum corde Brigitta
Deum. Anno Jubilei MCCCL." (Traducción: "Brígida no sólo recibió las palabras
de Dios sueltas en el aire, sino que tomó las palabras de Dios en su corazón.
Jubilee año 1350.")

Las Promesas
1. Libraré del Purgatorio a 15 almas de su parentela o linaje
2. 15 almas de su parentela o linaje serán preservadas y confirmadas en la gracia.
3. 15 pecadores de su linaje serán convertidos.
4. El que rece estas oraciones alcanzará el primer grado de la perfección.
5. 15 días antes de su muerte, le daré el alimento de Mi Sagrado Cuerpo para que
escape del hambre eterna; y le daré de beber de Mi Preciosísima Sangre para que
no padezca de sed eternamente.
6. 15 días antes de su muerte, sentirá constricción profunda por todos sus
pecados, y tendrá conocimiento perfecto de todas sus culpas.
7. Yo pondré el signo de Mi victoriosa Cruz delante de él, para que sea su
amparo y defensa contra las acechanzas de sus enemigos.
8. Antes de su muerte, vendré a él con Mi queridísima y bienamada Madre.
9. Benignamente recibiré su alma, y le conduciré a las delicias eternas.
10. Y habiendo conducido a ésta alma hasta las mansiones eternas, allí, le daré a
beber del Manantial de Mí Divinidad; cosa
que no haré con los que no hayan recitado Mis oraciones.
11. Haz saber que el que haya vivido en estado de pecado mortal aún por 30
años, si reza devotamente estas oraciones, o si hubiere propuesto rezarlas, el
señor le perdonará todos sus pecados.
12. Yo le defenderé contra graves tentaciones.
13. Preservaré y guardaré sus 5 sentidos.
14. Le preservaré de una muerte repentina.
15. Su alma será librada de la muerte eterna.
16. Ésta alma obtendrá todo cuanto pidiere a Dios y a la Santísima Virgen.
17. Si hubiera vivido haciendo su propia voluntad durante toda su vida y si
debiera morir al día siguiente, Yo le prolongaré su existencia para que se confiese
bien.
18. Cada vez que un alma rece estas oraciones, ganará 100 días más de
indulgencia.
19. Se le asegura que será colocado junto al Supremo Coro de los Santos
Angeles.
20. AI que enseñare estas Oraciones a otra persona, se le asegura gozo continuo y
el mérito perdurable por toda la eternidad.
21. Dondequiera que se rezaren estas oraciones, o si se rezan en algún tiempo
futuro, allí, estará Dios presente con Su gracia.
Las 21 promesas de Santa Brígida, tradicionalmente asociadas con las oraciones
de Santa Brígida no están cubiertas por una imprenta. En Enero de 1954 la
Oficina Santa mandó una advertencia que el origen supernatural de estas
promesas no ha sido demostrado.

La Iglesia siempre recomienda meditar sobre La Pasión de Nuestro Señor. La


Bendita Virgen Maria dijo a Santa Brígida: "la consideración de la pasión de Mi
hijo debe permanecer frecuente en los pensamientos de todos." San Buenaventura
dijo: "Permite quien quiera estar en unión con Dios manténga los ojos de su alma
fijos en El quien cuelga muerto en la Cruz. Son las Llagas del Señor las que nos
permiten tener poder para soportar el sufrimiento no sólo con paciencia sino con
alegría."
__________

Primera Oración

Padrenuestro - Ave María


¡O Jesucristo! ¡Sois la eterna dulzura de todos los que os aman; la alegría que
sobrepasa todo gozo y deseo; la salvación y esperanza de todos los pecadores!
Habéis manifestado no tener mayor deseo que el de permanecer en medio de los
hombres, en la tierra. Los amáis hasta el punto de asumir la naturaleza humana,
en la plenitud de los tiempos, por amor a ellos. Acordaos de todos los
sufrimientos que habéis soportado desde el instante de Vuestra Concepción y
especialmente durante Vuestra Sagrada Pasión; así como fue decretado y
ordenado desde toda la eternidad, según el plan divino.
Acordaos, O Señor, que durante la última cena con Vuestros discípulos les habéis
lavado los pies; y después, les disteis Vuestro Sagradísimo Cuerpo, y Sangre
Preciosísima. Luego, confortándolos con dulzura, les anunciasteis Vuestra
Próxima Pasión.

Acordaos de la tristeza y amargura que habéis experimentado en Vuestra Alma,


como Vos mismo lo afirmasteis, diciendo: "Mi Alma está triste hasta la muerte."

Acordaos de todos los temores, las angustias y los dolores que habéis soportado,
en Vuestro Sagrado Cuerpo, antes del suplicio de la crucifixión. Después de
haber orado tres veces, todo bañado de un sangriento sudor, fuisteis traicionado
por Vuestro discípulo, Judas; arrestado por los habitantes de una nación que
habíais escogido y enaltecido. Fuisteis acusado por falsos testigos e injustamente
juzgado por tres jueces; todo lo cual sucedió en la flor de Vuestra madurez, y en
la solemne estación pascual.

Acordaos que fuisteis despojados de Vuestra propia vestidura, y revestido con


manto de irrisión. Os cubrieron los Ojos y la Cara con un velo y os infringieron
bofetadas. Fuisteis coronado con espinas, pusieron en Vuestras manos una caña.
Finalmente, fuisteis atado a la columna, desgarrado con azotes y agobiado de
oprobios y ultrajes.

En memoria de todas estas penas y dolores que habéis soportado antes de Vuestra
Pasión en la Cruz, concededme antes de morir, una constricción verdadera, una
confesión sincera y completa, adecuada satisfacción; y la remisión de todos mis
pecados. Amén.

Segunda Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús, la verdadera libertad de los ángeles y paraíso de delicias! Acordaos del
horror y la tristeza con que fuisteis oprimido, cuando Vuestros enemigos como
leones furiosos, Os rodearon con miles de injurias: salivazos, bofetadas,
laceraciones, arañazos y otros suplicios inauditos. Os atormentaron a su antojo.
En consideración a estos tormentos y a las palabras injuriosas, Os suplico, ¡O mi
Salvador, y Redentor! Que me libréis de todos mis enemigos visibles e invisibles
y que, bajo Vuestra protección, hagáis que yo alcance la perfección de la
salvación eterna. Amén.

Tercera Oración
Padrenuestro - Ave María.
¡O Jesús, Creador del Cielo y de la Tierra, al que nada puede contener ni limitar!
Vos abarcáis todo; y todo es sostenido bajo Vuestra amorosa potestad. Acordaos
del dolor muy amargo que sufristeis cuando los judíos, con gruesos clavos
cuadrados, golpe a golpe, clavaron Vuestras Sagradas Manos y Pies a la Cruz. Y
no viéndote en un estado suficientemente lamentable para satisfacer su furor,
agrandaron Vuestras Llagas, agregando dolor sobre dolor. Con indescriptible
crueldad, extendieron Vuestro Cuerpo en la Cruz. Y con jalones y estirones
violentos, en toda dirección, destruyeron vuestros brazos y piernas.
O Jesús, en memoria de este santo dolor que habéis soportado con tanto amor en
la Cruz, Os suplico concederme la gracia de terneros y amaros. Amén.

Cuarta Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús, Médico Celestial, elevado en la Cruz para curar nuestras llagas con las
Vuestras!
Acordaos de las contusiones y los desfallecimientos que habéis sufrido en todos
Vuestros Miembros; y que fueron distendidos a tal grado, que no ha habido dolor
semejante al Vuestro. Desde la cima de la cabeza hasta la planta de los pies,
ninguna parte de Vuestro Cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo,
olvidando todo Vuestro sufrimiento, no dejasteis de pedir por Vuestros enemigos,
a Vuestro Padre Celestial, diciéndole "Padre, perdónalos porque no saben lo que
hacen."
Por ésta inmensa misericordia, y en memoria de estos sufrimientos, Os hago ésta
súplica: conceded que el recuerdo de Vuestra amarga Pasión nos alcance una
perfecta contrición, y la remisión de todos nuestros pecados. Amén.

Quinta Oración

Padrenuestro – Ave María.


¡O Jesús, Espejo de Resplandor Eterno! Acordaos de la tristeza aguda que habéis
sentido al contemplar con anticipación, las almas que habían de condenarse. A la
luz de Vuestra Divinidad, habéis vislumbrado la pre-destinación de aquellos que
se salvarïan, mediante los méritos de Vuestra Sagrada Pasión. Simultáneamente
habéis contemplado tristemente la inmensa multitud de réprobos que serían
condenados por sus pecados; y Os Habéis quejado amargamente de esos
desesperados, perdidos y desgraciados pecadores.
Por este abismo de compasión y piedad y principalmente por la bondad que
demostrasteis hacia el buen ladrón, diciéndole: "Hoy estarás conmigo en el
Paraíso.", hago esta súplica, Dulce Jesús. Os pido que a la hora de mi muerte
tengáis misericordia de mí. Amén.

Sexta Oración

Padrenuestro – Ave María.


¡O Jesús, Rey infinitamente amado y deseado! Acordaos del dolor que habéis
sufrido, cuando, desnudo y como un criminal común y corriente, fuisteis clavado
y elevado en la Cruz.

También, fuisteis abandonado de todos Vuestros pari-entes y amigos con la


excepción de Vuestra muy amada Madre. En Vuestra agonía, ella permaneció fiel
junto a Vos; luego, la encomendasteis a Vuestro fiel discípulo, Juan, diciendo a
María: "¡Mujer he aquí tu hijo!" Y a Juan: "¡He aquí tu madre!"

Os suplico, O mi Salvador, por la espada de dolor que entonces traspasó el alma


de Vuestra Santísima Madre, que tengáis compasión de mí. Yen todas mis
aflicciones y tribulaciones, tanto corporales como espirituales, tened piedad de
mí. Asistidme en todas mis pruebas, y especialmente en la hora de mi muerte.
Amén.

Séptima Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús, inagotable Fuente de compasión, tened com-pasión de mí! En un
profundo gesto de amor, habéis exclamado en la Cruz: "¡Tengo sed!" Era sed por
la salvación del género humano. ¡O mi Salvador! Os ruego que inflaméis
nuestros corazones con el deseo de dirigirnos hacia la perfección, en todas
nuestras obras. Extinguid en nosotros la concupiscencia carnal y el ardor de los
apetitos mundanos. Amén.

Octava Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús, Dulzura de los corazones y Deleite del espíritu! Por el vinagre y la hiel
amarga que habéis probado en la Cruz, por amor a nosotros, oíd nuestros ruegos.
Concedednos la gracia de recibir dignamente Vuestro Sagradísimo Cuerpo y
Sangre Preciosísima durante nuestra vida, y también a la hora de la muerte para
servir de remedio y consuelo a nuestras almas. Amén.

Novena Oración

Padrenuestro - Ave Maria.


¡O Jesús, Virtud Real y Gozo del alma! Acordaos del dolor que habéis sentido,
sumergido en un océano de amargura, al acercarse la muerte. Insultado y
ultrajado por los judïos,
dijisteis en voz alta que habíais sido abandonado por Vuestro Padre Celestial,
diciéndole: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Por ésta angustia, Os suplico, O mi Salvador, no me abandonéis en los terrores y
dolores de mi muerte. Amén

Décima Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús, Principio y Fin de todas las cosas, Sois la Vida y la Virtud plena!
Acordaos que por causa nuestra fuisteis sumergido en un abismo de penas,
sufriendo dolor desde la planta de los Pies hasta la cima de la Cabeza. En co..
sideración a la enormidad de Vuestras Llagas, enseñadme a guardar con amor
puro todos Vuestros Mandamientos; cuyo camino es amplio y agradable para
todos aquellos que Os aman. Amén.

Undécima Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús! ¡Abismo muy profundo de Misericordia! En memoria de las Llagas que
penetraron hasta la médula de Vuestros Huesos y Entrañas, para atraerme hacia
Vos; presento esta súplica. Yo, miserable pecador, profundamente sumergido en
mis ofensas, pido que me apartéis del pecado. Ocultadme de Vuestro Rostro tan
justamente irritado contra mí. Escondedme en los huecos de Vuestras Llagas
hasta que Vuestra cólera y justísima indignación hayan cesado. Amén.

Duodécima Oración

Padrenuestro - Ave María.


¡O Jesús, Espejo de la Verdad, Sello de la Unidad, y Vínculo de la Caridad!
Acordaos de la multitud de Llagas con que fuisteis heridos, desde la Cabeza hasta
los Pies. Esas Llagas fueron laceradas y enrojecidas, O Dulce Jesús, por la
efusión de Vuestra adorable Sangre. ¡O, qué dolor tan grande y repleto habéis
sufrido por amor a nosotros, en Vuestra Carne virginal!

¡Dulcísimo Jesús! ¿Qué hubo que hacer por nosotros que no habéis hecho? Nada
falta. ¡Todo lo habéis cumplido! ¡O amable y adorable Jesús! Por el fiel recuerdo
de Vuestra Pasión, que el Fruto meritorio de Vuestros sufrimientos sea renovado
en mi alma. Y que en mi corazón, nuestro Amor aumente cada día hasta que
llegue a contemplaros en la eternidad. ¡O Amabilísimo Jesús! Sois el Tesoro de
toda alegría y dicha verdadera, que os pido concederme en el Cielo. Amén.

Décima—Tercera Oración

Padrenuestro — Ave María.


¡O Jesús, fuerte León, Rey inmortal e invencible! Acordaos del inmenso dolor
que habéis sufrido cuando, agotadas todas Vuestras fuerzas, tanto morales como
físicas, inclinasteis la Cabeza y dijisteis: "Todo está consumado."
Por esta angustia y dolor, Os suplico, Señor Jesús, que tengáis piedad de mí en la
hora de mi muerte cuando mi mente estará tremendamente perturbada y mi alma
sumergida en angustia. Amén.

Décima—Cuarta Oración

Padrenuestro — Ave María.


¡O Jesús, único Hijo del Padre Celestial, esplendor y semejanza de Su Esencia!
Acordaos de la sencilla y humilde recomendación que hicisteis de Vuestra Alma,
a Vuestro Padre Eterno, diciéndole: "¡Padre, en Tus Manos encomiendo Mi
Espíritu!" Desgarrado Vuestro Cuerpo, destrozado Vuestro Corazón, y abiertas
las Entrañas de Vuestra misericordia para redimirnos, habéis expirado. Por
Vuestra Preciosa Muerte, Os suplico, O Rey de los santos, confortadme para
resistir al demonio, la carne y al mundo. A fin de que, estando muerto al mundo,
viva yo solamente para Vos. Y a la hora de mi muerte, recibid mi alma peregrina
y desterrada que regresa a Vos. Amén.

Décima-Quinta Oración
Padrenuestro - Ave María.
¡O Jesús, verdadera y fecunda Viña! Acordaos de la abundante efusión de Sangre
que tan generosamente habéis derramado de Vuestro Sagrado Cuerpo. Vuestra
preciosa Sangre fue derramada como el jugo de la uva bajo el lagar. De Vuestro
Costado perforado por un soldado, con la lanza, ha brotado Sangre y agua, hasta
no quedar en Vuestro Cuerpo gota alguna. Finalmente, como un haz de mirra,
elevado a lo alto de la Cruz, la muy fina y delicada Carne Vuestra fue destrozada;
la Sustancia de Vuestro Cuerpo fue marchitada; y disecada la médula de Vuestros
Huesos.
Por ésta amarga Pasión, y por la efusión de Vuestra preciosa Sangre, Os suplico,
0 dulcísimo Jesús, que recibáis mi alma, cuando yo esté sufriendo en la agonía de
mi muerte. Amén.

Conclusión

¡O Dulce Jesús! Herid mi corazón a fin de que mis lágrimas de amor y penitencia
me sirvan de pan, día y noche. Convertidme enteramente, O mi Señor para ti.
Haced que mi corazón sea Vuestra Habitación perpetua. V que mi conversación
Os sea agradable. Que el fin de mi vida sea digna de oración y que después de mi
muerte pueda merecer Vuestro Paraíso; y alabaos para siemprc en el Cielo con
todos Vuestros santos. Amén

LOS SIETE DOLORES DE MARIA SANTISIMA REVELADOS A SANTA


BRIGIDA.
En Suecia, hacia 1320, la Virgen María se manifestó a santa
Brígida diciéndole:

"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y
medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por
eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi
dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de
que sean tan pocos los amigos de Dios."

Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y
acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores:

1. "Yo concederé la paz a sus familias."


2. "Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios."
3. "Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos.»
4. "Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi
divino Hijo o a la salvación de sus almas."
5. "Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré
cada instante de sus vidas."
6. "Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis
lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya
que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo eterno."

Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El
concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:

1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus


dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los
protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo. 4.
Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las
gracias que quiera derramar en ellas.

Meditar los siete Dolores de Nuestra Madre Santísima es una manera de compartir los
sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.

La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre, al día anterior la


Exaltación de la Santa Cruz. Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de
María, Jesús nos entregó a Su Madre como Madre nuestra poco antes de morir. En respuesta a
esta demostración suprema de Su amor por nosotros, digamos cada día de nuestras vidas: "Sí,
Ella es mi Madre. Jesús, yo la recibo y Te pido que me prestes Tu Corazón para amar a María
como Tú la amas."

ROSARIO DE LOS 7 DOLORES


Se reza un Padrenuestro y siete Ave Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo tiempo le
pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un verdadero
arrepentimiento. Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su
Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.

Acto de Contrición

Señor mío, Jesucristo, me arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente suplico
Tu perdón y por medio de Tu gracia, concédeme ser verdaderamente merecedor de Tu amor, por
los méritos de Tu Pasión y Tu muerte y por los dolores de Tu Madre Santísima. Amén.
(Se aconseja leer del Evangelio las citas que acompañan a cada dolor)

Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)

Qué grande fue el impacto en el Corazón de María, cuando oyó las tristes
palabras con las que Simeón le profetizó la amarga Pasión y muerte de su
dulce Jesús. Querida Madre, obtén para mí un auténtico arrepentimiento por
mis pecados.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre

Segundo Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)

Considera el agudo dolor que María sintió cuando ella y José tuvieron que huir
repentinamente de noche, a fin de salvar a su querido Hijo de la matanza
decretada por Herodes. Cuánta angustia la de María, cuántas fueron sus
privaciones durante tan largo viaje. Cuántos sufrimientos experimentó Ella en
la tierra del exilio. Madre Dolorosa, alcánzame la gracia de perseverar en la
confianza y el abandono a Dios, aún en los momentos más difíciles de mi vida.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre

Tercer Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)

Qué angustioso fue el dolor de María cuando se percató de que había perdido
a su querido Hijo. Llena de preocupación y fatiga, regresó con José a
Jerusalén. Durante tres largos días buscaron a Jesús, hasta que lo
encontraron en el templo. Madre querida, cuando el pecado me lleve a perder
a Jesús, ayúdame a encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la
Reconciliación.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
Cuarto Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV
Estación del Vía Crucis)

Acércate, querido cristiano, ven y ve si puedes soportar tan triste escena. Esta
Madre, tan dulce y amorosa, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo
arrastran a tan cruel muerte. Consideren el tremendo dolor que sintieron
cuando sus ojos se encontraron - el dolor de la Madre bendita que intentaba
dar apoyo a su Hijo. María, yo también quiero acompañar a Jesús en Su
Pasión, ayúdame a reconocerlo en mis hermanos y hermanas que sufren.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre

Quinto Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)

Contempla los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el


corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su
querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y oyó a
su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus últimas
palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo." Y a nosotros nos dijo en
Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo te acepto como mi Madre y quiero recordar
siempre que Tú nunca le fallas a tus hijos.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre

Sexto Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la


Cruz (Marcos 15, 42-46)

Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su


querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre
Dolorosa, nuestros corazones se estremecen al ver tanta aflicción. Haz que
permanezcamos fieles a Jesús hasta el último instante de nuestras vidas.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre

Séptimo Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)


¡Oh Madre, tan afligida! Ya que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como a tus hijos
al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede por nosotros y alcánzanos las
gracias que te pedimos en esta oración. Alcánzanos, sobre todo, oh Madre tierna y compasiva, la
gracia de vivir y perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos
alabarlo eternamente en el cielo.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre

Oración final

Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad, cubre mi alma con tu
protección maternal a fin de que siendo siempre fiel a la voz de Jesús, responda a Su amor y
obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía, vivir íntimamente unido a tu Corazón que está
totalmente unido al Corazón de tu Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús con tus
virtudes y dolores. Protégeme siempre. Amén.
PROMESAS A LOS QUE CANTAN EL AVE MARIA STELLA. SANTA BRIGIDA

Durante un levantamiento en Roma, un gentío llegó a la casa donde luego se hospedaba Santa
Brígida. En seguida, la cabeza del bando hablo violentamente de quemar viva a la santa; en ese
instante, Santa Brígida recurrió a Nuestro Señor, preguntándole si ella debía huir y refugiarse
en un lugar mas seguro. Jesucristo le aconsejó diciendo que quedara en ese mismo sitio. Jesús
le dijo así: "No importa la premeditada acción que preparan de conspirar contra tu vida. Mi
poder quebrantará la malicia de tus enemigos. Si mis enemigos me crucificaron, es que yo lo he
permitido."

Luego Nuestra Santísima Virgen añadió: Reunid en grupo, y cantad el Himno, "AVE MARIS
STELLA"; y yo os guardaré de todo peligro."

(este título significa: " SALVE, ESTRELLA DEL MAR")

Salve, estrella del mar,


Madre santa de Dios
y siempre Virgen,
feliz puerta del cielo.

Aceptando aquel «Ave»


de la boca de Gabriel,
afiánzanos en la paz
al trocar el nombre de Eva.

Desata las ataduras de los reos,


da luz a quienes no ven,
ahuyenta nuestros males,
pide para nosotros todos los bienes.

Muestra que eres nuestra Madre,


que por ti acoja nuestras súplicas
Quien nació por nosotros,
tomando el ser de ti.

Virgen singular,
dulce como ninguna,
líbranos de la culpa,
haznos dóciles y castos.
Facilítanos una vida pura,
prepáranos un camino seguro,
para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo.

Alabemos a Dios Padre,


glorifiquemos a Cristo soberano
y al Espíritu Santo,
y demos a las Tres personas un mismo honor.
Amén.

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