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1erTaller de Alimentación

Consciente
Nuestra relación con la comida es primordial y
refleja nuestras actitudes hacia nuestro
entorno y hacia nosotros mismos. Como
práctica, la alimentación con atención plena
puede hacernos conscientes de nuestras
propias acciones, pensamientos, sentimientos
y motivaciones, y darnos introspección acerca
de las raíces de la salud y la felicidad.
Principios de Atención Plena:
• Atención plena es poner atención deliberadamente, sin
juicios, en el momento presente.
• La atención plena abarca tanto procesos internos
como el entorno.
• Atención plena es estar consciente de tus
pensamientos, emociones y sensaciones físicas en el
momento presente.
• Con la práctica, la atención plena cultiva la posibilidad
de liberarte de patrones reactivos y habituales de
pensamiento sentimiento y acción.
• La atención plena promueve el equilibrio, la elección,
la sabiduría y la aceptación de lo que es.
Comer con Atención Plena Es:
• Permitirte darte cuenta de las oportunidades positivas
y nutritivas que están disponibles a través de la
selección y preparación de alimentos respetando tu
sabiduría interna.
• Utilizar todos tus sentidos para elegir comer alimentos
que son tanto placenteros para ti como nutritivos para
tu cuerpo.
• Reconocer las respuestas a los alimentos (si te son
agradables o desagradables, o si te son neutros) sin
juicios.
• Aprender a estar consciente de tu hambre física y de
las señales de saciedad para guiar tus decisiones de
comenzar y parar de comer.
Alguien que Come con Atención Plena:
• Reconoce que no existe una manera correcta o
incorrecta de comer, sino diversos grados de conciencia
alrededor de la experiencia de la comida.
• Acepta que sus experiencias al comer son únicas.
• Es un individuo que, por elección, dirige su atención a
la alimentación momento a momento.
• Adquiere conciencia de cómo puede hacer elecciones
que apoyen la salud y el bienestar.
• Se hace consciente de la interconexión de la tierra, los
seres vivos y las prácticas culturales, y el impacto que
sus elecciones tienen en estos sistemas.
Alimentación consciente: la mejor dieta
Estar presente:
Contra lo que se cree, la "culpa" de los kilos de más no está en la composición de los alimentos o en el
aparato digestivo, sino en comer en "piloto automático". Cómo revertir el proceso.

¿Por qué la manera de alimentarnos se ha convertido en una causa tan común de malestar? ¿Por qué
hay cada vez más personas obesas? La razón fundamental de nuestro desequilibrio con la comida e
ingesta de alimentos es que hemos olvidado cómo estar presentes cuando comemos. Comemos sin
conciencia, con el piloto automático encendido.

Creíamos que el problema estaba en la comida, y por eso hemos modificado la química de los
componentes que forman los alimentos, quitándole calorías y grasas, sustituyéndolos por endulzantes
sintéticos y grasas artificiales. La comida es comida. No es buena ni mala, y aun modificándola, la
obesidad continúa en aumento.

Entonces creímos que el problema eran nuestras células grasas, así que las lipoaspiramos. Los
adipocitos sólo están intentando hacer el trabajo que la historia evolutiva de nuestra especie les
concedió: acumular energía para épocas de escasez. Durante la mayor parte de nuestra historia, los
humanos sólo estábamos a una falta de lluvias de distancia del hambre. Nuestras células grasas están
allí para ayudarnos a sobrevivir.

Decidimos entonces que el aparato digestivo era el problema, así que amputamos parte del estómago
o desviamos quirúrgicamente el intestino delgado. El aparato digestivo sólo está tratando de hacer su
trabajo, desarmando los alimentos, absorbiendo nutrientes y excretando lo que no se necesita.

Y un sinfín de opciones continúan apareciendo: electrodos, máquinas que nos masajean mientras
miramos televisión, hasta zapatillas que esculpen a medida el cuerpo que deseamos mientras
paseamos por el shopping... mientras la obesidad es epidemia.

El problema no está en la comida, las células grasas o el estómago. El problema está en la mente. Está
en nuestra falta de conciencia de los mensajes que provienen de nuestro cuerpo, de nuestras células
mismas y de la franqueza de nuestro corazón.

La alimentación con conciencia plena nos ayuda a volver a escuchar lo que nuestro cuerpo nos está
diciendo acerca del hambre y la saciedad. Nos ayuda a reconocer que parte de nuestra integridad
cuerpo-mente-corazón tiene hambre, y cómo, cuándo y qué es lo mejor para nutrirlo. La tristeza y
sentimientos desencontrados no se pueden saciar con comida.

El ingrediente principal: Atención Plena


Comencemos con lo que es la Atención Plena. Es prestar intencionalmente atención, estar
completamente despierto a lo que está ocurriendo tanto dentro de nosotros, en nuestro cuerpo,
mente y emociones, como así también en nuestro entorno.

La atención plena, o conciencia plena, es una calidad de atención equilibrada, abierta y compasiva,
cargada de amabilidad hacia nosotros mismos, sin críticas ni juicios.

En este caso, somos observadores imparciales, testigos de las sensaciones y pensamientos que surgen
al momento de comer, sin juzgarlos.

La receta para la alimentación consciente tiene como principal ingrediente la intención profunda de
desaprender los hábitos automáticos inadecuados más arraigados, con los condimentos de la
curiosidad e interés de trabajar comprometidamente sobre nosotros.

Comer... y darse cuenta

Comer con atención plena significa poner total atención a la experiencia de comer y beber. Prestamos
especial atención a la presentación del plato, colores, aromas, texturas, sabores, temperaturas e
inclusive sonidos de nuestra comida.

Con la práctica de mindfulness mientras comemos, también dirigimos nuestra atención a la


experiencia del cuerpo. ¿Dónde en el cuerpo sentimos el hambre? ¿Dónde sentimos que estamos
satisfechos? ¿Cómo se siente estar medio lleno, o lleno del todo?

Asimismo dirigimos también nuestra atención a la mente. Mientras comemos aprendemos a observar
cuándo se distrae la mente, los juicios y monólogos internos que surgen, y cómo se aleja nuestra
conciencia de la atención a lo que estamos comiendo. Observamos los impulsos que aparecen después
de que hemos tomado unos cuantos sorbos o unos cuantos bocados. Notamos el impulso y
regresamos simplemente a comer.

Advertimos cómo comer afecta nuestro estado de ánimo y cómo nuestras emociones, en especial la
ansiedad, influyen en nuestra alimentación.

La atención consciente se trata de una práctica llena de coherencia. En el sitio


www.thecenterformindfuleating.org aparece mucha información sobre esta opción, que es
considerada el nuevo paradigma para los desórdenes con la comida.

Los viejos hábitos de comer y no poner atención no son fáciles de cambiar. El cambio duradero lleva
tiempo, y se construye sobre muchos pequeños cambios.

Es fundamental comenzar de manera simple y con autodeterminación.

Experiencia: ¿Cómo hacer de la Alimentación Consciente un hábito?


Este es un problema muy común, por lo que no está solo en esta lucha.
Es frecuente escuchar a muchas personas decir que “bajar la velocidad no funciona”, y pensar en
reducir algunas porciones “se siente como que va a perder algo o no recibe lo suficiente”. Así que
"pensar" no parece ser particularmente útil aquí.
Por supuesto, nadie sabe lo que está sucediendo en cada cabeza, pero esto es algo que todos
pueden intentar. Ya sabemos que cada uno tiene conciencia de que una vez que se empieza a
comer ya es demasiado tarde y no se puede detener hasta concluir ese acto que comenzó, así
que lo fundamental es hacer un poco de planificación antes de empezar a comer.

Se podría empezar por decidir qué quieres comer el día antes o la mañana previa. Para hacer
este experimento, elija una comida simple, que no requiera mucho tiempo para realizarla, y que
tampoco sea extremadamente rápida de realizar. Procure tener todos los alimentos disponibles y
realizar la comida evitando degustar en exceso, solo para corregir sabores, finalmente reservar sin
servir.

Establezca un lugar en la mesa, no tiene que ser de lujo. Si tiene una mesa de comedor es un
buen lugar. No haga este experimento de pie en la cocina.

A continuación, sentarse, pero no frente al TV o Computadora, hacer dos o tres respiraciones


profundas. Consulte las sensaciones físicas en el estómago (esto puede tardar un poco de
práctica). En una escala de 0 (nada hambre) a 10 (voraz) ¿Cuán hambriento estás? ¿Cuánta
comida consideras lo que tu estómago puede comer? ¿¼, ½, 1 taza?

Levántese y vaya a donde está la comida, observe el alimento a punto de servir, tan sólo
observarlo. Realmente percibirlo en todas sus formas, texturas, colores y olores. Ahora servirse
una cantidad un poco más pequeña de lo que comería normalmente, sabiendo que si aún tiene
hambre después de comer esta porción, puede volver por una segunda. Esto es muy importante.
Algunas personas encuentran que un plato de tamaño medio ayuda en este punto.

Lleve el plato a la mesa, y sentarse, solos con la comida y tomar 60 segundos para tomar
consciencia nuevamente de las formas, texturas, colores y los olores antes de empezar a comer.
Luego comience a comer. Siempre que pueda, recuerde bajar el tenedor mientras mastica - ¡Difícil
de hacer, pero de fundamental importancia!

Sólo recuerde que para usted y muchos otros, es demasiado tarde hacer el experimento una vez
que usted está comiendo por eso se necesita planificación.

Esta experiencia es solo una de las tantas que se irán incorporando para hacer de la alimentación
consciente, un hábito.
Esta primavera practica la alimentación consciente.
Alimentarse de manera sana y consciente es el camino para redescubrir uno de los mayores placeres de los
que disfruta el ser humano.
Ahora es el momento de adquirir hábitos de alimentación que te permitan disfrutar de lo que comes sin
preocuparte este verano.
Por este motivo hemos un taller en el que reconocerás herramientas simples para cambiar tu relación con
la comida, y además:
Aprenderás a reconocer y tomar conciencia de las sensaciones de tu cuerpo: ¿Tengo hambre? ¿De qué
tengo hambre? ¿Me siento lleno?
Experimentarás qué es comer con atención plena (técnica Mindfulness), prestando atención a tus
sensaciones cuando comes.
Adquirirás herramientas para conectar con tus emociones y así poder romper con los automatismos que te
llevan a comer sin pensar
Bajarás de peso como resultado y consecuencia del cambio en tus hábitos de alimentación, pero sobre
todo lo podrás mantener a largo plazo.

Que cada acto de comer pueda transformarse en una actividad plenamente humana, donde haya
conciencia de lo que se come, agradecimiento por lo que se nos brinda y por las manos que nos lo
prepararon y ojala, la alegría de compartir este alimento con otros.

“Si el alimento se come con una oración de gratitud y respeto por la fuerza de la
vida que ésta le otorga y el sacrificio que está haciendo por la supervivencia del
cuerpo humano, el alimento llevará adentro el amor de esta plegaria”

“El alimento, especialmente el alimento vegetal, es una condensación de la energía


del sol, así como una energía más sutil de las estrellas y de otras fuentes del
Universo”

“La comida es un mensaje de amor de Dios. Sus cartas son escritas por los rayos
del sol. Éste dice: “te amo y te cuidaré y mantendré a través de las ofrendas de la
tierra”
CUENTO:
Semillas que germinan
Había una vez un hombre que cada día tomaba el mismo autobús para ir al trabajo. Un paradero después,
una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana. La anciana abría una bolsa y durante todo
el trayecto iba tirando algo por la ventana. Cada día ella hacía exactamente lo mismo. Un día, muy intrigado,
el hombre le preguntó a la anciana:

- ¿Qué es lo que arroja por la ventana?

- ¡Son semillas!- le respondió ella.

- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?- preguntó él.

- De flores. Es que miro afuera y me parece todo tan vacío. Me gustaría poder viajar viendo flores durante
todo el trayecto. ¿Verdad que sería hermoso?- dijo ella.

- Pero las semillas caen en el cemento, las aplastan los coches, se las comen las aves... ¿En verdad cree
que sus semillas germinarán al lado del camino?

- ¡Seguro que sí!, y aunque algunas semillas se pierdan, habrá otras que llegarán a la tierra y que, con el
tiempo, brotarán.

- Pero tardarán en crecer, necesitarán agua...

- Yo hago lo que está en mis manos hacer... ¡Ya vendrán días de lluvia!-

El hombre bajó del autobús pensando que la anciana había perdido un poco el juicio.

Unos meses después, el hombre subió al autobús y al mirar detenidamente por la ventana se fue
percatando con asombro de que todo el camino estaba lleno de flores. ¡Todo el trayecto era un colorido y
bello paisaje! Se acordó de la anciana, pero hacía tiempo que no la había visto más. Le preguntó al
conductor por la anciana de las semillas...
- Pues hace ya un mes que falleció- respondió el.

El hombre volvió a su asiento y continuó observando el paisaje. Pensó: ¡Las flores han brotado! ¿Pero de
qué ha servido su trabajo? ¡Ella no ha podido disfrutar de su obra! En ese momento, oyó la risa de una
pequeña y vio que señalaba entusiasmada las flores:
- ¡Mira, padre! ¡Mira cuántas flores!

Dicen que desde aquel día, el hombre siempre lleva consigo una bolsa con semillas...
ACTIVIDAD

Para tomar CONSCIENCIA preguntémonos:

¿Cómo me hace sentir comer con esta calidad de alimentos?, ¿Cómo me hace sentir comer de
esta manera, tan apurad@?,¿Por qué como de esta manera?, ¿Disfruto lo que estoy comiendo?,
¿Por qué como de la manera que como?, ¿Estoy comiendo sanamente?, ¿Cuáles son mis
creencias respecto a mi manera de comer?

¿Y si en todas las preguntas anteriores cambias las palabras “como por vivo”, “comer por vivir” y
“comiendo por viviendo”?…

¿Cómo me hace sentir vivir con esta calidad de alimentos?, ¿Cómo me hace sentir vivir de esta
manera, tan apurad@?,¿Por qué vivo de esta manera?, ¿Disfruto lo que estoy viviendo?, ¿Por
qué vivo de la manera que vivo?, ¿Estoy viviendo sanamente?, ¿Cuáles son mis creencias
respecto a mi manera de vivir?

ALIMENTACION CONSCIENTE
La Alimentación Consciente es la práctica de la ATENTA OBSERVACION de sí mismo, del
entorno y del otro con eje en nuestra relación con el alimento.

Me gusta mucho usar dichos populares, adaptados a las circunstancias, porque grafican
rápidamente lo que sucede, por eso digo: “Dime qué y cómo comes y te diré quién eres, lo que
significa que con solo observarnos en nuestras actitudes y comportamiento diarios podemos
darnos cuenta de cómo somos y de cuáles son las actitudes y acciones que podríamos modificar,
si es que así queremos hacerlo.

Lo que comemos y la manera de comer que tenemos es un muy buen indicador de cómo estamos
y de cómo somos.

La alimentación consciente nos permite desarrollar una sensibilidad mayor para con nosotros
y para con los demás, incluyendo el contexto social en el cual estamos inmersos.
Es tratar de tomar consciencia de los procesos negativos que envuelven a la producción
industrial, evitando los agroquímicos, pesticidas y transgénicos en nuestras comidas diarias,
orientándonos hacia la comida casera con productos orgánicos.

A modo de cierre, citaremos una frase de Pitágoras que condensa nuestra propia opinión:
"Cesad ¡OH mortales! de mancillar vuestros cuerpos con alimentos sacrílegos. ¿Acaso no tenéis
las dorados cereales? ¿Por ventura no son infinitos los árboles cuyas ramas se doblan al peso de
su regalado fruto? ¿Las cepas cargadas de uva no son vuestras? ¿No lo son igualmente mil y mil
plantas exquisitas que con el fuego se ablandan y pueden servir de sabroso manjar? Pródiga la
tierra de sus tesoros y agradables alimentos, os brinda un sustento que no cuenta muertes ni
sangre. Sólo de animales es propio alimentarse de carne y aún no todos la usan. ¡Oh dioses!
¿Puede darse mayor delito que introducir entrañas en las propias entrañas, alimentar con avidez
el cuerpo con otros cuerpos y conservar la vida dando muerte a un ser que como nosotros vive?
¿Por qué ha de ser la matanza el único medio de satisfacer vuestra insaciable gula?".

Razones más importantes para hacerse vegetariano (Fuente: TIME/CNN POLL 2002)9
Salud 32%

Por la presencia de aditivos y hormonas en productos de carne 15%

No me gusta el sabor de la carne 13%

Quiero a los animales 11%

Derechos animales 10%

Razones religiosas 6%

Preocupación por el planeta 4%

Para perder peso 3%

Para reducir el hambre a nivel global 1%


La alimentación consciente
El sentido común de esta expresión define al acto de comer en un hecho realizado con la atención
requerida y con el conocimiento previo de los alimentos ingeridos, también incluye la manera
puntual como se ingieren los alimentos. Todos estos aspectos analizados en el acto mismo de la
ingesta encierran el significado de lo que pareciera ser la alimentación consciente. El camino
evolutivo propuesto por Ayurveda trasciende todo paradigma en muchos campos del saber, pero
sobre todo en el campo universal de la alimentación. Digo universal en el sentido que traspasa los
campos de la medicina y la nutrición. Desarrollar una alimentación consciente en el campo del
conocimiento ayurvédico implica abrir la conciencia en la dimensión corporal, mental y espiritual y
eso significa trascender el concepto de la alimentación en el ser, el hacer y el pensar de cada
individuo.
La alimentación saludable cobra otra interpretación después de lo expuesto con anterioridad y por
lo tanto el proceso de despertar conciencia para una buena alimentación es más que una lista de
alimentos y sus valores nutricionales. La alimentación consciente implica un despertar de la ilusión
(maya) por medio de una voluntad que fortalezca la intención de un crecimiento espiritual. Buscar
la conexión espiritual es buscar el alimento primordial, es retornar al primer sorbo de divinidad
que experimentamos antes de la separación. El proceso de alimentarse y más aún el proceso de
hacer conciencia debe pasar por los cuerpos: físico, astral y causal allí la fuente de vida se hace
infinita y el alimento se torna no perecedero.
La alimentación consciente es más que una relación de color, cantidad y presentación va más allá y
cubre las esferas de lo eterno.

Descubra el placer del comer consciente


Claves para des-automatizar la rutina de comer rápido y mucha cantidad. Aprenda a disfrutar de
sus alimentos y firme la paz con la comida.

Cuando nos proponemos adelgazar, generalmente pensamos en hacer dieta, sin detenernos a
considerar el modo en que comemos. En general, el esfuerzo se dirige más a modificar la calidad y
la cantidad de los alimentos. Sin embargo, si aprende a comer de manera apropiada, podrá lograr
un control cada vez mayor sobre la comida que elige.

¿Reconoce en usted hábitos como comer rápido, comer sin disfrutar demasiado la comida y
comer todo lo que haya en el plato? ¿Suele comer a los apurones, parado, tenso, mirando la tele,
leyendo el diario, mientras trabaja, organiza el día siguiente o discute con sus hijos? Son hábitos
que favorecen el descontrol sobre lo que se ingiere. Es importante identificarlos para empezar a
cambiarlos poco a poco.
Para ello puede aplicar la técnica del comer consciente. ¿Consciente de qué? De lo que está
comiendo, de su respiración, actitud y postura en ese preciso momento. Con todos sus sentidos al
servicio del sabor, del aroma, de la textura, de su cuerpo, de sus movimientos…

Una técnica que al comienzo puede resultarle extraña dado que no estamos acostumbrados a
comer de ese modo, muy diferente a lo habitual. Verá que es una herramienta útil para:

• Ayudar a controlar las porciones. Hacer más lento el acto de comer le permite a su cerebro
registrar la ingesta y avisarle a tiempo cuándo está satisfecho. Esa señal de saciedad suele pasarse
por alto, por ejemplo, cuando se acostumbra a comer siempre hasta terminar todo lo que está
servido en el plato.
• Disfrutar de la comida. Registrar las sensaciones que provoca el alimento, su sabor, aroma,
cambios de textura, temperatura. El comer consciente le permitirá des-automatizar la rutina y
recuperar el placer de comer.

La técnica básica para comer consciente

• Antes de comenzar a comer, haga silencio durante 30 segundos. En ese tiempo observe los
alimentos: su color, forma, disposición en el plato.
• Acérquese y detecte el aroma. Disfrute lo que siente.
• Imagínese comiendo, bocado a bocado, prestando atención a lo que come.
• Cuando lleve cada bocado a su boca hágalo más lentamente y registre sus movimientos.
• Una vez que haya llevado la comida a su boca deposite los cubiertos sobre la mesa y libere sus
manos.
• Mastique y preste atención al proceso. Concéntrese en el sabor de la comida y el acto de comer.
• Siga masticando hasta que el alimento esté totalmente blando. Use esta consistencia del
alimento como una señal para tragar.
• Después de tragar, pero antes de poner más alimento en su boca, descanse unos segundos,
insertando una pausa en su comida.

Haga STOP en cuatro pasos

La próxima vez que coma, ponga atención y practique estos cuatro pasos:

• 1º Etapa (S, de sabor y S, de Smell (aroma)). Sienta el aroma del alimento. Preste atención al
gusto que aparece durante la masticación. Concéntrese en la sensación de comer. Mastique lenta,
deliberada y totalmente; trague sólo cuando la comida esté completamente masticada. Ponga
especial atención en los alimentos complejos, observe en profundidad todos los sabores y
asígneles una descripción: dulce, agrio, amargo, salado, agridulce...

• 2º Etapa 2 (T, de trayecto, viaje). Sienta la textura de lo que está comiendo. Experimente cómo
se modifica dentro de su boca, con cada masticación. Fíjese cómo se va volviendo más suave,
flexible, uniforme. Trague recién cuando esté completamente homogénea.
• 3º Etapa (O, de observación). Obsérvese: el movimiento de sus manos, brazos, labios. Siga con
atención sus dientes, el mentón y la lengua mientras mastica. Al tragar, acompañe con su mente al
alimento hacia su estómago.

• 4º Etapa (P, de pausa). Haga una pausa justo antes de poner la comida en su boca. Haga otra
pausa a la mitad de la masticación, sólo por un momento breve. Y otra al final, antes de poner en
su boca el siguiente bocado.

Repita los pasos desde el comienzo.

Más estrategias útiles

• Haga pausas de 1 minuto (por reloj) en medio de la comida (no entre plato y plato); durante ese
tiempo no mastique ni tome líquidos.
• Observe cómo respira.
• Coma siempre sentado y, de ser posible, en el mismo lugar.
• Bajo ninguna circunstancia coma con las manos; use siempre cubiertos.
• Coma sin hacer otras actividades como leer, mirar televisión, escribir en la computadora, a
excepción de una conversación amable con el resto de la familia. De ser posible, evite durante la
comida las discusiones domésticas o cualquier tipo de charla que pueda alterar su tranquilidad y
capacidad de dominarse.
• Comience las comidas principales con ensalada o sopa.
• Coma sólo de su plato; jamás pique del plato de los demás.
• Mire la forma en que comen los demás.
• Controle el consumo de alcohol.

“Comer en forma consciente es la mejor forma de


aprender y dominar las habilidades para comer mejor,
disfrutar de los alimentos y firmar la paz con la comida”
Intente hacer el siguiente ejercicio: llévese a la boca un tenedor repleto de la comida que más le gusta y
vuelva a dejar el tenedor sobre el plato. Esto puede ser mucho más difícil de lo que imagina porque ese
primer bocado fue muy sabroso y el impulso es comer otro. Tiene hambre.

El experimento, ahora, consiste en tomar conciencia de esa necesidad de atacar el plato. Resista. Deje el
tenedor sobre el plato. Mastique lentamente. No hable. Concéntrese en la textura de la comida, el sabor, el
color y el aroma de esa comida humeante.

Repita esos pasos durante toda la comida y logrará experimentar los placeres y las frustraciones de una
práctica que se conoce como alimentación consciente, un concepto que proviene de las enseñanzas del
budismo. Muchos maestros budistas alientan a sus discípulos a meditar mientras comen, ampliar el estado
de la conciencia mientras prestan mucha atención a la sensación que les produce cada bocado. Un ejercicio
común es darle a un alumno tres pasas de uva o una mandarina para que pase 10 o 20 minutos
observando, sosteniendo y masticando cada bocado pacientemente.

Ahora, ese tipo de experimentos con la mente y la boca se trasladó a un ambiente más secular: de la
Facultad de Salud Pública de Harvard al campus de la empresa Google en California, donde los empleados
pueden utilizar una hora para almorzar a conciencia. Para algunos expertos, actos tan simples como comer
lentamente y disfrutar plenamente de cada bocado serían la solución para la creciente epidemia de
obesidad, frente a la que ninguna dieta parecería poder frenar la estampida.

La alimentación consciente no es una dieta ni consiste en dejar de comer uno u otro alimento. Se
trata de disfrutar la comida más intensamente, en especial, el placer que proporciona. Una persona puede
comer una hamburguesa a conciencia, si quiere. La disfrutará mucho más. O, también, puede darse cuenta
a la mitad de que el organismo ya ingirió suficiente y necesita un poco de ensalada.

"Es la antidieta", aseguró la doctora Jan Chozen Bays, pediatra, maestra de meditación y autora de
Mindful Eating: A Guide to Rediscovering a Healthy and Joyful Relationship with Food (Comer a conciencia:
una guía para redescubrir la relación saludable y divertida con la comida). "El problema está en que
comemos de manera inconsciente."

La doctora Lilian Cheung, de Harvard, comenzó a estudiar los beneficios de esta práctica. La semana
pasada, se reunió con integrantes del equipo de la Fundación Pilgrim de Atención de la Salud, que depende
de la misma universidad, y les pidió que le dedicaran algo de tiempo a una almendra cubierta de chocolate.

"El ritmo con el que vivimos es cada vez más rápido, de modo que ya no tenemos la misma capacidad de
introspección -dijo Cheung-. Por eso, alimentarse a conciencia es cada vez más importante. Necesitamos
preguntarnos si nuestro cuerpo necesita ciertos alimentos, por qué comemos uno u otro alimento o si sólo lo
hacemos porque estamos tristes y estresados."

Para muchos, comer rápido significa comer más. La alimentación consciente apunta a poder reconocer por
qué sentimos el deseo intenso de comer y qué factores refuerzan el hábito de llenarnos la panza. Es
justamente un efecto secundario de la práctica, su capacidad de construir una barrera psicológica contra la
sobrealimentación, lo que genera tanto entusiasmo entre los nutricionistas como Cheung, que sugieren
comenzar de a poco. "No se exija demasiado -aconsejó Cheung-. No se trata de presionar un botón para
activar la alimentación consciente y, así, cumplirla a la perfección. Es algo que demanda constancia.".

“La idea de que cada alimento, como energía particular, nos afecta a un determinado nivel
emocional, mental y espiritual es una idea nueva para mucha gente en nuestra civilización
Industrial.”

Una forma primaria pero siempre actual a través de la cual todos, consciente o inconscientemente
nos relacionamos con la naturaleza es a través de la comida. Comer es una manera íntima de extraer
de la Madre Naturaleza la energía sostenedora de la vida. En el proceso de asimilación el alimento,
como parte de la Madre Naturaleza, entrega su identidad y toma la identidad del que lo ha ingerido.
En realidad, cuando comemos estamos asimilando las fuerzas de la naturaleza depositadas en
nuestra comida. Cada bocado que tomamos nos conecta amorosamente con la Madre Naturaleza.

La comida es un mensaje de amor de Dios. Sus cartas son escritas por los rayos del sol. Éste dice:
“te amo y te cuidaré y mantendré a través de las ofrendas de la tierra”. Si nos tomamos el tiempo de
leer la carta de amor, masticando cuidadosamente y sintiendo los mensajes que están depositados en
la comida por el sol, la tierra, el viento, el agua e inclusive por aquellos que cultivaron, cosecharon
y prepararon la comida, su asimilación adquiere ahora un nuevo significado. Esta es una forma
específica de recibir la gracia de Dios, un sacramento sagrado que debe ser experimentado de
manera lenta, cuidadosa y consciente.

La asimilación es la interacción dinámica de las fuerzas del alimento con las fuerzas de nuestro
organismo. Un antiguo dicho árabe destaca este punto: “Comiendo nos enfermamos y digiriendo
nos sanamos.” En la asimilación las fuerzas físicas y energéticas de la comida interactúan con
nosotros a niveles físicos, emocionales, mentales y espirituales.

La idea de que cada alimento, como energía particular, nos afecta a un determinado nivel
emocional, mental y espiritual es una idea nueva para mucha gente en nuestra civilización
industrial. Pero por miles de años los médicos ayurvedas, los acupunturistas chinos, sacerdotes y
sacerdotisas sanadores ancestrales y herboristas occidentales han utilizado esta conciencia en su
trabajo. De acuerdo a The Spiritual Properties of Herbs de Gurudas “Una hierba, como sustancia
natural, provee curación, pero también provee un mensaje espiritual.”

Uno de los avances más significativos en la conciencia de que las plantas, las hierbas, los árboles y
arbustos pueden tener efecto a niveles emocionales, mentales y espirituales es la labor pionera
realizada por el extraordinario médico inglés Edward Bach. En los años treinta, Bach renunció a su
trabajo como médico exitoso en Harly Street y se trasladó al campo, donde estuvo en comunión con
la naturaleza y desarrolló los treinta y ocho remedios de flores. Estos remedios fueron preparados
por un proceso de infusión de energía usando el sol. Cada flor de Bach fue preparada de manera
especial para obtener una específica energía emocional, mental o espiritual que ayudaba a curar
devolviéndole la armonía a la persona. Desde 1972 he estado consciente de los remedios de flores
de Bach y de la Sociedad de Flores de Bach y he quedado impresionado con las miles de curaciones
reportadas, que primero tienen lugar a niveles energéticos sutiles y luego trabajan hasta en lo físico.

Quiero recordarle al lector que en el sentido científico estricto la asimilación desde fuentes no-
materiales no ha sido probada ni tampoco desaprobada de manera científica. Le pido al lector que al
considerar éstas y otras ideas extraordinarias, se base en su entendimiento intuitivo además de las
formas materialistas-mecanicistas de procesar el mundo basadas en el hemisferio izquierdo del
cerebro, que están limitadas a los cinco sentidos. Al incluir nuestra intuición incrementamos nuestra
habilidad para explorar el concepto de que todo en la naturaleza está hecho de energía y de que
nosotros estamos afectados a múltiples niveles del cuerpo, mente y espíritu por las energías sutiles y
los nutrientes de nuestra comida. Si encontramos a éste como un concepto útil para elevar la calidad
y la claridad de nuestra vida diaria y nuestra dieta, entonces los aliento de corazón a usarlo.

El alimento, especialmente el alimento vegetal, es una condensación de la energía del sol, así como
una energía más sutil de las estrellas y de otras fuentes del Universo. A pesar de que las influencias
de estos cuerpos celestes son por cierto sutiles, los científicos han descubierto que la superficie de la
Tierra es constantemente bombardeada por la radiación de diferentes cuerpos celestes, incluidos la
Luna, los sistemas estelares y otras fuerzas de radiación en el Universo. Las plantas toman estas
radiaciones en sus sistemas energéticos y las transfieren en última instancia a los seres humanos
cuando éstos las comen. Desde una perspectiva espiritual, estas energías son simplemente diversas
condensaciones de la energía cósmica Divina. En el proceso de comer nuestro alimento las energías
cósmicas, solares, estelares, lunares y otras energías universales depositadas en la comida son
liberadas para ser absorbidas directamente por el organismo humano. Podemos experimentar al
universo entero en cada bocado de nuestra comida.

Asimilación sutil
Desde el punto de vista de la asimilación sutil, lo que importa no es la cantidad de alimento sólido o
líquido que ingerimos, sino si el alimento es asimilado enteramente y de manera apropiada. Para
hacer esto necesitamos mantener la comida en la boca el tiempo suficiente como para que se lleve a
cabo este proceso. El secreto de la digestión es transformar cada elemento en una forma más sutil.
La idea es masticar la comida de tal manera que comience a liberar la energía sutil encerrada en su
interior. Pues los centros receptores sutiles en nuestro paladar y a través de todo el tracto digestivo
reciben la esencia del alimento. Ciertos alimentos pueden liberar sus esencias en diferentes
momentos y ubicaciones en el tracto gastrointestinal a medida que las fuerzas asimilativas y
alquímicas del cuerpo trabajan, integrando la comida de manera que se transforme en parte de la
substancia corporal. La esencia liberada por el alimento puede gravitar hacia diferentes órganos,
glándulas y centros energéticos sutiles en el cuerpo. Esto se inicia masticando hasta que el alimento
sólido es transformado en un estado líquido, el que luego comienza el proceso de la liberación de la
energía del alimento sólido.

“El alimento, especialmente el alimento vegetal, es una condensación de la energía del sol, así
como una energía más sutil de las estrellas y de otras fuentes del Universo”

El arte de relacionarse con la comida


Otro aspecto en el arte de comer conscientemente es la manera en que uno considera al alimento
mismo. Si uno ve a la naturaleza como un sirviente que existe sólo para necesidades personales,
entonces uno fracasa en el hecho de apreciar completamente la comida y otros dones de la
naturaleza. Si uno ve a la humanidad como una hebra en la telaraña de la vida en vez de verse de
manera egocéntrica como la telaraña completa, se desarrolla una conciencia mucho más amplia de
nuestra unión y armonía con la naturaleza. Experimentarse a uno mismo como entretejido con la
naturaleza lleva a recibir nuestra comida con más amor y gratitud. Si el alimento se come con una
oración de gratitud y respeto por la fuerza de la vida que ésta le otorga y el sacrificio que está
haciendo por la supervivencia del cuerpo humano, el alimento llevará adentro el amor de esta
plegaria. El poder y la sacralidad del proceso alimenticio están elevados por la conciencia de que
cada fruta o vegetal en particular está entregando su propia existencia individual como parte del
proceso evolutivo, de tal manera que pueda ser asimilado en la existencia mayor del cuerpo
humano.

En este contexto más amplio, comer se transforma en un acto sagrado en el cual la comida es una
ofrenda al fuego digestivo para honrar y apaciguar el espíritu de la forma humana en cada uno.
Además de convertirlo en una ofrenda hacia uno mismo, en algunas tradiciones también se lo
convierte en una ofrenda hacia la naturaleza o hacia Dios. En algunas de las tradiciones indígenas
americanas, como la de los Cherokee, se hace una ofrenda alimenticia hacia las cuatro direcciones y
hacia algún aspecto de la naturaleza como por ejemplo una planta o un árbol. En la tradición hindú
se hace una ofrenda hacia Dios antes de comer. La comida también puede entregarse a un fuego
sagrado, a un animal o a otro ser humano como una forma de permitirse experimentar la dicha de
proveer comida, así como la dicha de recibirla. Yo presencié esta ofrenda en casi todos los hogares
que visité en la India. Esta ofrenda antes de comer es una manera de agradecerle a la Madre
Naturaleza. Es otra forma de recordar que la comida de cada uno está conectada con todos los niños
de Dios.

Texto del libro Alimentación consciente. Editorial Antroposófica.

La dieta vegetariana.
Un enfoque de alimentación consciente respecto a una dieta saludable incluye al hecho de ir más
allá de nuestra bioquímica personal y comprender a la dieta como una forma de relacionarse
conscientemente con el mundo. Yo llamo a esto la armonía de la totalidad. Es comprender a la dieta
desde la perspectiva de su impacto en la capa superficial del suelo, los suministros de agua, el aire,
la población animal, la población humana, y su efecto sobre la paz del mundo. Desafortunadamente,
la misma debe incluir también, en estos momentos, una nueva forma de aprender a vivir en un
ambiente contaminado, radiactivo y en una sociedad que se ha distanciado de la naturaleza. Cuanto
más creativamente podamos adaptarnos, a pesar de la cultura en la que vivimos que no nos apoya,
más seremos capaces de mejorar nuestra comunión con lo Divino. Los frutos de nuestro esfuerzo
serán la armonía incrementada con nuestra propia evolución y con el mundo.

La dieta general que mejor se ajusta a la armonía de la alimentación consciente es la vegetariana.


Una dieta vegetariana nos permite seguir todas las pautas generales saludables. A pesar de que
siempre habrá excepciones a esta sugerencia del vegetarianismo, sólo recuerda que te estoy
pidiendo que explores la cuestión conmigo desde muchos aspectos diferentes.

Para presentar esta recomendación dietaria, he sometido la información a tres criterios básicos. El
primero es: ¿Se ajusta a la investigación imparcial política y económica realizada hasta la fecha?
Para esta investigación busqué a esas organizaciones como la International Society for Research on
Nutrition and Diseases of Civilization (ISRNDC). Fundada por el doctor Albert Schweitzer, la
ISRNDC está compuesta de varios cientos de investigadores, físicos, sanadores naturales y
científicos importantes de más de setenta y cinco países. La organización no está apoyada por
ningún interés industrial, profesional o creado económicamente.

También busqué la experiencia documentada de maestros y sanadores naturales autorizados de gran


integridad, como el Dr. Paavo Airola, el Dr. Bircher-Benner, el Dr. Max Gerson y el Dr. Edmond
Bordeaux Szekely. En el caso del Dr. Szekely, a lo largo de un período de treinta años en el Rancho
La Puerta en México, él ha tenido una tasa de recuperación de más del 90% con más de 123.000
pacientes con todo tipo de problemas de salud, incluido el cáncer, utilizando una dieta
esencialmente vegetariana con un 80-100% de alimentos vivos. Si las personas estaban muy
enfermas se las ponía en una dieta de un 100% de alimentación viva y luego las mismas volvían a
un mantenimiento de 80 % de alimentos vivos.

El segundo criterio para considerar las recomendaciones dietarias es: ¿Mis recomendaciones de
salud están de acuerdo con la evidencia histórica de miles de años de práctica real en varios marcos
culturales?

Por ejemplo, hoy en día el vegetarianismo es considerado por algunos como una forma nueva y
extrema de alimentación; pero el vegetarianismo no es una idea nueva ni es descabellada. El
vegetarianismo es recomendado en el antiguo Zend Avesta persa de Zoroastro, que precede a la
Biblia en miles de años. Los esenios, de quienes informan varios historiadores que tenían un
promedio de vida de 120 años, practicaban el vegetarianismo. Mis recomendaciones generales
también son consistentes con lo que yo creo que es la dieta recomendada por el maestro espiritual y
matemático griego Pitágoras.

Los estudios de algunas de las culturas más saludables del mundo, como la de los Hunzas, los
indios Vilcabamba, los mayas y varios otros grupos con un alto número de centenarios,
descubrieron que todos seguían dietas similares a la dieta vegetariana, que yo sugiero que explores
en tu proceso de alimentación consciente. Por supuesto, no todas estas culturas consumían
exactamente la misma dieta. Por ejemplo, en Sudamérica, el grano principal es el maíz. En la tierra
de los Hunzas, el grano principal es el trigo, etcétera. La mayoría eran completamente vegetarianos,
a pesar de que algunos, como los Hunzas, comían una pequeñísima cantidad mensualmente o para
las celebraciones.

El tercer criterio a considerar es: ¿Mis recomendaciones se ajustan a mi experiencia propia personal
y clínica como médico trabajando con pacientes desde principios de los años 70? De manera
consistente he observado que el patrón vegetariano básico de dieta y estilo de vida recomendado
aquí ha funcionado para brindar salud, dicha e inspiración espiritual a miles de pacientes que he
visto desde el año 1973.

Gabriel Cousens, es doctor, terapeuta familiar, médico ayurvédico, homeópata, acupuntor, médico
investigador, líder ecológico y autor de los libros: Nutrición espiritual, Comer con conciencia, y
Hay una cura para la diabetes. Fundador y director del Tree of Life Rejuvenation Center, es
considerado uno de los principales expertos médicos de nutrición, espiritualidad y alimentación
viva en el mundo

Mucha gente recurre a la ayuda de un nutricionista para que le aconseje cual es la mejor manera de
alimentarse pues realmente ya no sabe que comer. Ante tal situación a veces optamos por un
determinado “tipo de dieta” que nos resulta fácil seguir pues solo hay que cumplir con ciertas
normas de la dieta. Por ejemplo si somos conscientes de que hace falta un cambio hacia una dieta
más sana podemos elegir ser vegetarianos, o veganos, o macrobióticos o hacer una dieta ayurvédica
o quizás una dieta para adelgazar hiperproteica. En todos estos casos nos estamos dejando llevar por
ciertas reglas pero no estamos realmente escuchando a las necesidades reales de nuestro organismo.
No lo hacemos porque hemos perdido la capacidad de hacerlo y al someternos a una filosofía de
dieta seguimos bloqueando esta capacidad.
Es totalmente correcto intentar seguir una dieta más sana que puede ser una dieta libre de productos
animales o libre de carnes o libre de grasas, etc, pero lo que no debemos hacer es ser esclavos de esa
dieta, ya que en ocasiones nuestro organismo necesita que le hagamos caso, necesita que
recuperemos la capacidad de saber escucharle. Si hemos decididos ser, por ejemplo, veganos pero
nos vamos de viaje y nos encontramos en una situación en la no hay opciones de dieta vegana más
que lechuga y ensalada no deberíamos negar a nuestro cuerpo la posibilidad de comer algún otro
alimento aun a costa de sus necesidades por cumplir con “nuestra dieta”. Una dieta no debe ser una
filosofía de vida pero sí una forma de querernos dándonos lo que realmente necesitamos en cada
momento.

¿Cómo sabemos entonces lo que realmente necesitamos en cada momento? ¿Cómo recuperamos la
capacidad de sentir nuestras necesidades nutricionales? Lo primero que tenemos que hacer es
querernos mucho, estar en paz con nosotros mismos y desde ahí intentar prescindir durante un
tiempo de todo tipo de estimulantes. Los estimulantes en la dieta son principalmente el café, el té
negro, los azucares, las bebidas cafeinadas o azucaradas, el alcohol y la sal. Estos alimentos nublan
nuestras necesidades nutricionales. Podemos confundirnos y llegar a pensar que lo que nos está
pidiendo el cuerpo es un café o algo dulce porque lo necesitamos. Lo mismo ocurre con los
alimentos altamente alergénicos entre los que se encuentra principalmente el chocolate, el trigo y
los lácteos. Estos alimentos que suelen causar muchas alergias tienden a volverse adictivos y
hacernos creer también que los necesitamos. Si somos alérgicos al trigo acabaremos siendo adictos
al trigo y pensaremos que nuestro organismo nos pide trigo constantemente porque le va bien o lo
necesita. Fíjate en qué alimentos te cuesta dejar de consumir a diario y quizás seas alérgico a ellos.

Una vez hecho este esfuerzo, que al principio es un gran esfuerzo, si dejamos pasar un mes o dos
sin estimulantes veremos como empezamos a reconocer necesidades reales de alimentos. Al ir
prescindiendo de sabores altamente salados o dulces nuestro paladar se equilibra y nuestro
organismo se vuelve más consciente y un día nos sorprendemos sabiendo que nos está pidiendo
algo concreto como crudo o cocinado, proteína animal o vegetal, frutas o verduras, calórico o con
fibra o en zumo o un gran vaso de agua fresca y limpia. No es lo mismo sentir que necesitas una
ensalada o un pescado como creer que necesitas un café o un dulce o pan o queso. Hacer esto
requiere un alto nivel de compromiso con la salud y un gran nivel de consciencia.

Elena Perea Nutricionista Ortomolecular

Espiritualidad y Nutrición
La máxima de “Somos lo que comemos” es bien entendida y aceptada a un nivel material y físico,
es decir podemos identificar claramente como la nutrición afecta nuestra salud física y nos ayuda a
mantener nuestros órganos y tejidos en buen estado. Pues nuestras células están constituidas por
aquellos elementos que les suministramos a través de nuestra nutrición, como aminoácidos,
vitaminas, minerales, carbohidratos o ácidos grasos. La ciencia ha demostrado estas conexiones y
nos ayuda a entender como la nutrición afecta nuestra salud física.

Pero ¿podríamos considerar también que la nutrición afecta a nuestro cuerpo energético, a la forma
en la que vibramos como seres de luz? ¿Puede ser que la nutrición determine nuestra espiritualidad
también? ¿Podemos llegar a influir en nuestro estado de conciencia, en cómo nos relacionamos con
los demás o en nuestra sensibilidad a través de la nutrición?
En India, durante milenios, los rajputs, la casta de guerreros y dirigentes se alimentaba con carne.
Sin embargo, los Brahmins, que se dedicaban al estudio y la espiritualidad tenían prohibido el
consumo de carnes. Se ha demostrado que el consumo de carnes afecta a la conciencia. Mucha
gente ha notado que al dejar de comer carnes desaparece la tendencia a los dolores de cabeza así
como se incrementa la claridad mental.

Nuestros ancestros vivían en climas cálidos donde subsistían a base de frutas, frutos secos, y
vegetales principalmente, al cambiar las condiciones climáticas o al migrar tuvieron que empezar a
cazar para sobrevivir. Su adaptación a esta nueva forma de vida dio lugar a una mayor agresividad
necesaria para poder ser buenos cazadores. Cuando comían carnes se estimulaban los instintos de
caza y la agresividad necesaria para continuar su supervivencia. Pero ¿Qué pasa si un hombre que
come carne no participa en la caza o matanza del animal? Sufre una estimulación de sus
sentimientos de agresividad que no tienen un escape lógico en una comunidad pacífica.

En los años 70´s Alex G. Schauss, director del Instituto Americano para la Investigación Biosocial,
investigó los efectos de la dieta sobre el comportamiento trabajando con criminales y delincuentes
adultos. El criminalista Alex Schauss decía que los delincuentes no cometen crímenes porque han
nacido “malos” sino porque se sienten mal. Observó que al eliminar de su dieta refrescos
azucarados, comida basura, y estimulantes como café o azucares y ponerles en una dieta de
alimentos integrales, frutas y verduras con suficiente proteína, había una mejora en el
comportamiento con una notable disminución de la agresividad. Schauss investigó sobre todo los
efectos de las bajadas de azúcar, las alergias alimentarias, la falta de nutrientes, los aditivos
alimentarios y la contaminación con metales pesados sobre el comportamiento.

Las alergias alimentarias a menudo producen un efecto en el cerebro de falta de concentración,


sensación de embotamiento, confusión mental, depresión, irritabilidad, nerviosismo que en algunos
casos puede llegar incluso a comportamiento violento o autodestructivo. Para superar una alergia
alimentaria no siempre es necesario identificar todos los alimentos que nos producen alergia pues
estos pueden variar con el tiempo sino más bien mejorar el estado de la pared intestinal y de la
digestión. La gente supera sus alergias alimentarias con una buena nutrición, los animales por
ejemplo desarrollan alergias cuando están mal nutridos.

Para poder avanzar en nuestro desarrollo espiritual en primer lugar tenemos que tener una buena
base física, es decir estar con nuestros pies bien anclados en la tierra para desde allí poder expandir
nuestra conciencia. Es decir, necesitamos una buena ancla y está ancla física nos la da una buena
nutrición. Si nuestra nutrición no es buena o tenernos una carencia de nutrientes no estamos bien
presentes en el cuerpo y eso nos hace más vulnerables a invasiones de todo tipo, desde bacterias,
hongos o parásitos hasta invasiones de tipo energético. El mineral zinc en particular ayuda a “tener
más tierra”, fortalece la energía del bazo y estómago, mejora el sistema inmunitario y también
trabaja a nivel cerebral dando más estabilidad mental.

El uso prolongado de la píldora anticonceptiva, o el abuso del tabaco entre otros, son factores que
roban zinc al organismo y hacen por ejemplo que una mujer sea más vulnerable a tener síndrome
premenstrual, depresiones, o invasiones de hongos intestinales por ejemplo.

El ayuno es una técnica que al restringir el gasto energético en la digestión de los alimentos permite
que se dedique la energía sobrante en depurar el organismo y eliminar toxinas. Pero la
desintoxicación y depuración que se consigue con los ayunos no solo elimina toxinas físicas sino
también toxinas mentales. Durante un ayuno se incrementa notablemente la sensibilidad y la
percepción. Esto también es debido a que el cerebro puede descansar totalmente de cualquier
posible alergia alimenticia. Se recomienda ayunar una vez en semana para mantener el cuerpo libre
de tóxicos y para aprender a percibir nuestras sensaciones sin interferencias.

Por último, la terapia nutricional no solo actúa en el cuerpo físico pues sube la energía celular lo
que se traduce en un aumento de la Energía Vital del paciente. Pero además, un paciente que decide
hacer el esfuerzo de cambiar su dieta con el objetivo de mejorar su salud está tomando de algún
modo el control de su vida y al hacerlo también notará una mejora en su autoestima. Esta decisión y
esfuerzo por el cambio tienen su recompensa a nivel espiritual también pues en cada comida que
hacemos tenemos la oportunidad de recordarnos la decisión de sanación y la libertad de poder elegir
lo que consideramos mejor para nosotros.

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