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FACULTAD DE HUMANIDADES
COORDINACIÓN GENERAL
Lic. Paula J. Martín
Tutor Estudiantil:
Andrea Lujan Gallo
Bibliografía
• Boivin, Mauricio, Ana Rosato y Victoria Arribias. (2004)
Constructores de Otredad. Una introducción a la Antropología Social
y Cultural. Introducción. Pp: 7-13. Buenos Aires: Antropofagia.
• Kottak, Conrad Phillip (2002) Antropología Cultural. Capítulo I ¿Qué
es la antropología? pp: 1 a 22. Madrid, Mac Graw Hill.
• Seoane, Carolina, Carolina Zunini y Marcelo Muschietti (2007). “La
situación enunciativa”. En: Klein, Irene (coord.) El taller del escritor
universitario. Pp: 25-38. Buenos Aires: Prometeo.
Bibliografía
• Guber, Rosana (2011) “La identidad social del villero”. En: Boivin,
Mauricio, Ana Rosato y Victoria Arribias. Constructores de Otredad.
Una introducción a la Antropología Social y Cultural. Pp: 140-153.
Buenos Aires: Antropofagia.
• Krotz, Esteban (2012) “Pasos para el estudio y la exposición de un
texto antropológico”. Disponible en:
http://www.uv.mx/mie/files/2012/10/pasos-estudio-texto-esteban-krotz.pdf
• Lavigne, Luciana (2009) “La regulación biomédica de la
intersexualidad. Un abordaje de las representaciones socioculturales
dominantes”. En: Cabral, Mauro (ed.) Interdicciones. Escrituras de la
intersexualidad en castellano. Pp: 51-70. Córdoba: Anarrés.
• Monaghan, John y Peter Just (2006) Una brevisima introducción a la
Antropología Social y Cultura. Capítulo 1 "Disputa en el Donggo:
trabajo de campo y etnografía".
Eje Temático III: La Arqueología.
Arqueología como ciencia. El oficio del arqueólogo. La arqueología en la
práctica. La escritura como transformación del conocimiento.
Bibliografía
• Matera, Sebastián, Florencia Weber, Rosa María Di Donato, Soledad
López, Daniel Magnífco y Romina Spano (2005) Entrevista al Dr.
Alberto Rex González. La Zaranda de Ideas. Revista de Jóvenes
Investigadores en Arqueología. 1:93-97. Buenos Aires
• Klein, Irene (2007). “La escritura como proceso cognitivo”. En: Klein,
Irene (coord.) El taller del escritor universitario. Pp: 13-18. Buenos
Aires: Prometeo
• Renfrew, C y Paul Bahn (2011) Arqueología: teorías, métodos y
práctica. Ed. Akal, Madrid. Introducción
Mauricio Boivin
Ana Rosato
Victoria Arribas
E
A
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Constructores de Otredad
Introducción
1 Como ejemplo mencionamos a dos autores de habla hispana: Krotz, E., La Otredad cultural entre Utopía y Ciencia, México, FCE, 2002 y a Menén-
dez, E., “Definiciones, indefiniciones y pequeños saberes”. En Alteridades, 1, 1991 pp. 5-11 y su Conferencia Inagural del VI Congreso Argentino
de Antropología Social, “Identidad disciplinaria y campos de aplicación”, realizado en Mar del Plata el 14 al 16 de septiembre del año 2000.
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Introducción
Cuadro I
Contexto fin del XIX (1) entre guerras (2) después de la 2da. Guerra. (3)
Objeto diferencia cultural diversidad cultural desigualdad cultural
Explicación
evolucionismo funcionalismo estructuralismo neomarxismo
(teorías)
comparativismo/relativismo
Método comparativo relativismo (inductivo)
(formalización/deducción)
inventarios/ observación extrañamiento
Técnicas
encuestas participante interpretación
la idea de la dominación de una cultura sobre otra se puso Esta teoría se desarrolló en una época en la que la
en evidencia, el objeto antropológico se construyó en Antropología se estaba constituyendo como ciencia al
torno a la noción de desigualdad: el otro cultural era pro- mismo tiempo que el campo científico se estaba confor-
ducto de esa desigualdad. mando, buscando su propio espacio, en función de ob-
tener un tipo de autoridad distinta a la de la religión y la fi-
Fines del siglo XIX: losofía, y esa autoridad provenía de la objetividad de la
A fines del siglo XIX, la Antropología se formalizó ciencia y, especialmente, del método científico: un con-
como ciencia. Fue un momento en el cual el conoci- junto de reglas para probar las afirmaciones. En este caso el
miento del mundo, de la existencia de modos de vida di- método de la Antropología fue el comparativo, método de
ferentes, se hizo más patente por los cambios ocurridos moda en las ciencias naturales2.
en Europa y por la expansión de Occidente. Por una La teoría de la evolución se constituyó como tal en fun-
parte, la revolución industrial –como producto de cam- ción de la aplicación del método comparativo y sobre la
bios tecnológicos importantes– generó nuevas diferen- base de una concepción precisa de su objeto: el hombre.
cias: de clase, nacionales, étnicas y “problemas” que con Este objeto era concebido con una particularidad: su dua-
el tiempo fueron denominándose “sociales”. La cues- lidad; el hombre era tanto cuerpo como espíritu. Como
tión fundamental de las ciencias sociales fue la de ex- cuerpo pertenecía al mundo de la naturaleza, en tanto “es-
plicar esos cambios que se producían en el mundo eu- píritu” pertenecía a otro mundo, al de la cultura. Si-
ropeo. Pero, a la par de estos cambios, Occidente se guiendo esta dualidad, la Antropología se constituyó en
expandió sistemáticamente por el mundo, sobre otros dos ramas: la Antropología física y la antropología cul-
pueblos, sobre otras culturas, sobre otros modos de vida tural. Pero, no obstante, las diferencias entre los hombres
distintos al modo europeo. fueron pensadas por estos evolucionistas, básicamente,
Si bien el encuentro intercultural no era nuevo y como “diferencias” culturales.
siempre despertó una actitud de asombro ante lo dis- Para estudiar al hombre en las distintas manifesta-
tinto, en este caso el asombro de Occidente se distin- ciones en las que se presentaba, se estableció una división
guió de los anteriores porque no fue un encuentro in- del trabajo científico dentro de las ciencias humanas y so-
genuo, y por sobre todo, porque ese asombro fue do- ciales. Por un lado, la historia y la sociología tomaron
mesticado bajo las reglas del mundo científico: la como objeto (objetivo) de estudio las sociedades com-
diferencia se constituyó en objeto de explicación cientí- plejas, civilizadas, desarrolladas. Por el otro, las sociedades
fica. El nuevo encuentro de los europeos con otras cul- primitivas, no complejas, no desarrolladas, sin historia y
turas distintas dio origen a lo que sería la pregunta fun- sin Estado pasaron a constituirse como el objeto propio de
dante de la Antropología: ¿por qué estos hombres son la Antropología. Esta división, producto de un proceso
distintos? La primera teoría científica sobre la diferencia histórico, se realizó en función de las distinciones de las so-
fue el evolucionismo que contestó esta pregunta a través ciedades o las culturas en tiempo y espacio, teniendo como
del concepto de evolución. parámetro la ubicación de Occidente (ver cuadro II).
2 La idea era que aquellos que vivían de modo diferente en otros lugares podían dar la clave de como había sido el pasado del hombre civilizado. Se
intentó analizar la naturaleza humana a partir de la diferencia entre las culturas y estas diferencias surgían de la comparación entre ellas.
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Constructores de Otredad
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Introducción
Ciencias Antropológicas
3 La Segunda Guerra había contribuido por un lado a ocultar la emergencia de esos nuevos movimientos pero al mismo tiempo los había impulsado
ya que las potencias centrales hicieron participar activamente a sus colonias en el conflicto. Al concluir éste, emergen nítidamente los movimientos
de liberación.
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Constructores de Otredad
(el acercamiento directo y personal del antropólogo), estas nuevas culturas. Por ejemplo, respecto a la técnica, la
sino que es necesario construir un modelo teórico de so- observación participante era una herramienta creada y
ciedad que, aun cuando no corresponda a ninguna de pensada para estudiar culturas “sencillas” o “primitivas”
las que se pueden observar en la realidad, ayude a com- pero ahora esas culturas se habían transformado en
prender los fundamentos básicos de la existencia hu- “complejas” y no podía aplicársele esa técnica de modo
mana. Esta vía podía hacerse efectiva ya que las opera- directo. Lo mismo sucedió con las teorías que habían
ciones de la mente eran independientes del contexto explicado la diversidad cultural a partir del supuesto de
cultural e histórico, porque a pesar de la “superficial ex- que ésta era un hecho natural y que, por lo tanto, todas las
trañeza de los hombres primitivos”, el espíritu del sociedades debían ser tratadas como “iguales”. Así, los
hombre es, en el fondo, el mismo en todas partes. Esto antropólogos que se preguntaron por las causas de las
permite “desarrollar una ciencia general del pensa- transformaciones se encontraron con que el “hecho
miento, una ciencia conclusa, abstracta, formalista, una natural” era producto de un tipo de contacto particular: el
gramática universal del intelecto”4.Pensado en esta de la colonización. Ésta era considerada como un proceso
ciencia, Lévi-Strauss plantea tres niveles del quehacer an- caracterizado por la dominación de un pueblo sobre otro,
tropológico: lo que produjo un fenómeno evidente: la desigualdad
• un primer nivel en el cual el antropólogo pretende entre culturas. De tal forma que las teorías sobre las
“aislar y describir los modelos que un pueblo usa transformaciones de las culturas “primitivas” se centraron
para percibir, relacionar e interpretar sus experien- en explicar la desigualdad cultural como producto de la
cias”. Es el momento en que el antropólogo realiza dominación de Occidente.
la etnografía; De este modo, la Antropología tuvo un giro teórico y
• un segundo nivel donde el antropólogo compara el metodológico importante, se proveyó de las técnicas de
contenido y la organización de los sistemas cultura- otras disciplinas (principalmente de la Sociología y la
les para analizar, interpretar y explicar la diversidad. Historia) y de otras teorías sociales. No obstante, la teoría
Es el momento de la etnología, del estudio que permitía dar una primera explicación sobre la desi-
comparado de las distintas culturas; gualdad y la dominación era el marxismo. La influencia de
• un tercer nivel, el de la Antropología estructural, en esta línea de pensamiento en las explicaciones
el cual el antropólogo llega, a través de la construc- antropológicas se acentuó aún más dado que durante la
ción de modelos formales a los axiomas básicos, a las década del ‘60 hubo una especie de “explosión” de
estructuras constantes y comunes a todas las cultu- discusiones entre las distintas vertientes del marxismo6,
ras. discusiones que fueron ampliamente difundidas y que
influenciaron de manera directa en algunas de las
No obstante este reconocimiento de la práctica cientí- Antropologías dominantes.
fica como tres momentos interrelacionados, Lévi-Strauss Como ejemplo del impacto que esas discusiones gene-
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se centró, casi exclusivamente, en el tercer momento . raron, algunos antropólogos hicieron una revisión de los
Otros antropólogos, en cambio, tomaron otra vía y se estudios realizados por los clásicos sobre las “sociedades
propusieron estudiar las transformaciones que las socieda- primitivas”, intentando describirlas y explicarlas a partir
des no occidentales estaban sufriendo. Uno de los pro- de las relaciones de desigualdad que, según ellos, existían
blemas que tuvieron que afrontar estos antropólogos fue el dentro de esas sociedades. Los antropólogos que se adscri-
hecho de que las herramientas (teorías y técnicas) de la bieron a esta corriente, tuvieron largas discusiones para
Antropología clásica no eran las adecuadas para explicar adaptar una teoría que intentaba explicar la desigualdad en
4 Lévi-Strauss plantea una nueva forma de acercamiento ya no físico sino intelectual: “¿Nunca habremos de conocer a los salvajes? No, hay otro ca-
mino para acercarnos a su mundo, un camino que no es el de la participación personal en ese mundo: la construcción (partiendo de las partículas y
fragmentos de restos que aun es posible reunir o que ya han sido reunidos) de un modelo teórico de sociedad que, aunque no corresponda a ningu-
na de las que pueden observarse en la realidad, nos ayude no obstante a comprender los fundamentos básicos de la existencia humana. Y esto es po-
sible porque a pesar de la superficial extrañeza de los hombres primitivos, en un nivel más profundo no nos son en modo alguno, extraños. El
espíritu del hombre es en el fondo el mismo en todas partes de manera que lo que no puede realizarse mediante un acercamiento, mediante el in-
tento de penetrar materialmente en el mundo de las tribus salvajes, puede realizarse desarrollando una ciencia general del pensamiento, una ciencia
conclusa, abstracta, formalista, una gramática universal del intelecto” (1976).
5 La Antropología se relaciona en esta perspectiva con la lingüística, el psicoanálisis y con la ciencia de la comunicación.
6 Síntesis de estas discusiones pueden verse en P. Anderson (1983), D.C Fol., E. Loy y Olin Wright (1985) y, de modo más reciente, en T. Skocpol
(1993).
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Introducción
la sociedad occidental a otras sociedades, ampliando o mo- este período no fueron totalmente superadas ni se que-
dificando categorías y conceptos. Las etnografías que ha- daron ancladas en el tiempo, sino que tuvieron lo que P.
bían escrito los antropólogos de otras corrientes fueron re- Bourdieu denomina un “efecto de teoría” (otros dirían,
visadas teniendo en cuenta que, más allá del modo en que efecto de ideología).Esto significa que cada teoría o ex-
se presentara, la dominación y la desigualdad eran un plicación formulada, “bajó”, se articuló con, se impuso
atributo posible en toda sociedad, en todo tiempo y es- como parte del sentido común, pasó a formar parte de
pacio. lo “imaginario” colectivo en algunos sectores de nuestra
Todo este movimiento y la enorme cantidad de infor- sociedad, se impuso como “modelo” presente en la ex-
mación obtenida hasta el momento, llevó a que la mirada plicación desde el sentido común. Algunas de esas teo-
antropológica se fragmentara y que el antropólogo se rías o algunos aspectos de las mismas se constituyeron
especializara, ya no en las “sociedades primitivas”, sino en en modelos sobre la alteridad, lo distinto. Esos modelos
problemas que toda sociedad o cultura presentaban. Así tienen la fuerza de las “clasificaciones”, no son ideas o
van a surgir las especialidades: antropología económica, representaciones que están sólo en nuestras cabezas o en
simbólica, política, urbana, rural, etc. Es decir, un proceso la cabeza de la gente, sino que sirvieron como “vehí-
opuesto al de las escuelas nacionales (período de entre culos” para la interacción, para las prácticas que desa-
guerras) donde las sociedades o las culturas se tenían que rrollamos, para la comunicación, para marcar anticipa-
tomar como un todo estrechamente relacionado y donde damente una relación entre “nosotros y los otros”. A
no se podían separar las partes. Pero ahora, la especializa- decir de E. Leach, antropólogos y no antropólogos nos
ción permitía nuevamente la aplicación del método com- encontramos realizando la misma operación clasifica-
parativo. Así, por ejemplo, la Antropología política se toria:
dedicaba a establecer semejanzas y diferencias respecto a
las formas de dominación entre distintas culturas o a “Yo” me identifico a mí mismo con un colectivo “noso-
comparar distintos sistemas políticos. tros” que entonces se contrasta con algún “otro”. Lo que
Pero en esta etapa no sólo cambiaron el objeto y las nosotros somos, o lo que el “otro” es, dependerá del con-
teorías; también se sumaron nuevos “sujetos” de conoci- texto (...) En cualquier caso “nosotros” atribuimos cua-
miento: los antropólogos “nativos” que estudiaban sus lidades a los “otros”, de acuerdo con su relación para
propias sociedades. Esto, sin duda, introdujo nuevas pre- con nosotros mismos. Si el “otro” aparece como algo
guntas para la ciencia: muy remoto, se le considera benigno y se lo dota con los
atributos del “Paraíso”. En el extremo opuesto, el
¿Cómo es posible utilizar y cómo hay que transformar un “otro” puede ser algo tan a mano y tan relacionado con-
instrumento cognitivo creado originalmente para un pro- migo mismo, como mi señor, o mi igual, o mi subordi-
pósito determinado (el conocimiento de los otros desde el nado (...) Pero a mitad de camino entre el “otro” celes-
punto de vista del norte) para otro distinto? ¿Cuál es ese tialmente remoto y el “otro” próximo y predecible, hay
otro propósito? ¿Acaso la Antropología generada en los una tercera categoría que despierta un tipo de emoción
países del sur se encuentra limitada a ser una especie de so- totalmente distinta. Se trata del “otro” que estando
ciología nativa? (Krotz, 1993: 3). próximo es incierto. Todo aquello que está en mi en-
torno inmediato y fuera de mi control se convierte in-
Esto trajo problemas teóricos y epistemológicos: mediatamente en un germen de temor (1967: 50-51).
¿quién es ahora el otro? ¿dónde vemos lo distinto? Y una
respuesta posible fue establecer que era el antropólogo el Pero hay una cuarta categoría posible en esta clasifica-
que de manera consciente y metódica marcaba la distin- ción: el otro lejano e incierto. Y es sobre ella que se cons-
ción. Ya no era el “objeto” el distinto por sus caracterís- truyó la Antropología. El antropólogo se constituyó en
ticas propias, sino que el antropólogo construía la distin- “especialista” del otro lejano e incierto. Su tarea consistió
ción, lo extraño. Es éste el que distingue, desconoce, se en borrar la incertidumbre, en transformar eso exótico, en
“extraña”. Esto modificó la base de observación partici- cierto conocido.
pante e introdujo el “extrañamiento” como un recurso En el resto del libro daremos cuenta del modo en que
metodológico y como punto de partida necesario de toda están construidos estos tres modelos en las teorías antro-
investigación antropológica. pológicas –diferencia, diversidad, desigualdad– y de qué
Creemos que lo expuesto anteriormente sintetiza modo son aún utilizados.
una historia de cien años, pero las teorías construidas en
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Constructores de Otredad
Bibliografía
ANDERSON, P., Tras las huellas del materialismo histórico, LEACH, E., Un mundo en explosión, Barcelona, Editorial
España, Siglo XXI, 1983. Anagrama, 1967.
CLASTRES, P., “Entre silencio y diálogo” en Pingaud, B. y MENÉNDEZ, E, “Definiciones, indefiniciones y pequeños
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FOLD, D.C. LOY y WRIGHT, E. OLI, “Recientes desarro- ——— Conferencia Inagural del VI Congreso Argentino
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KROTZ, E., “La producción de la Antropología en el sur” SKOCPOL, T., “El Estado regresa al primer plano” en
en Alteridades,Nº 1, 1993, pp. 5-11. Cuadernos de Sociología, Buenos Aires, Carrera de So-
——— La Otredad cultural entre Utopía y Ciencia, Mé- ciología, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 1993.
xico, FCE, 2002.
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ANTROPOLOGÍA CULTURAL
PARTE PRIMERA Las dimensiones de la antropología
1
¿Qué es la antropología?
Adaptabilidad humana
Adaptación, variación y cambio
Antropología general
Las fuerzas culturales moldean la biología humana
Las subdisciplinas de la antropología
Antropología cultural
Antropología arqueológica
Antropología biológica o física
Antropología lingüística
Antropología aplicada
La antropología y otros campos académicos
Antropología cultural y sociología
Antropología y psicología
Ciencia, explicación y comprobación de hipótesis
PANORÁMICA
Antropología es el estudio científico y humanístico de les constantemente moldean y dan forma a la biología
las especies humanas; la exploración de la diversidad humana. La antropología cultural analiza la diversidad
humana en el tiempo y el espacio. Aborda cuestiones cultural actual y del pasado reciente. La arqueología
básicas de la existencia humana: dónde y cuándo se reconstruye el comportamiento del pasado mediante el
produjo nuestro origen, cómo hemos cambiado y cómo estudio de los restos materiales. Los antropólogos bioló-
seguimos cambiando. La antropología es holística por- gicos estudian los fósiles humanos, las características
que estudia la condición humana como un todo: pasa- genéticas y el desarrollo corporal. También estudian los
do presente y futuro; biología, sociedad, lenguaje y primates no humanos (monos y simios). La antropología
cultura. Es también comparativa y transcultural. Compa- lingüística evalúa las variaciones del discurso con refe-
ra sistemáticamente datos de poblaciones y períodos rencia a factores sociales y con el paso del tiempo. Las
de tiempo diferentes. Los cuatro subcampos de la antro- dos dimensiones de la antropología son la académica y
pología son la antropología cultural, la arqueológica, la aplicada. Esta última utiliza el conocimiento antropo-
la biológica y la lingüística. lógico para identificar y resolver problemas sociales.
La cultura es un aspecto clave de la capacidad de La antropología está relacionada con muchos otros
adaptación y del éxito de la especie humana. Las cultu- campos de estudio, incluidas las ciencias y las humani-
ras son tradiciones y costumbres transmitidas a través del dades. Se dan vínculos tanto con las ciencias naturales
aprendizaje, que guían las creencias y el comportamien- (por ejemplo, biología) y con las ciencias sociales (por
to de las personas expuestas a ellas. Las fuerzas cultura- ejemplo, sociología).
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4 PARTE 1 Las dimensiones de la antropología
ADAPTABILIDAD HUMANA mundo? ¿Cómo distinguimos el bien del mal? Una cultu-
ra dota de un cierto grado de consistencia al pensamien-
«De repente me estoy cuestionan- municación de masas saturan nues- misma manera que lo harían sobre
do mis observaciones y asunciones tras vidas. un culto cargo polinesio o a los nó-
sobre todas las cosas», dice. Todo el mundo sabe que esto está madas mongoles: insertándose en las
Por ejemplo, está descubriendo pasando, pero ha habido poca inves- vidas cotidianas de las personas. Así,
que, con frecuencia, un segundo hijo tigación sobre cómo estos cambios durante unos cuantos meses al año,
altera la vida de una familia más que afectan a que los norteamericanos Fricke vive y trabaja en una granja en
el primero. Normalmente, ambos pa- piensan sobre sus vidas. Con este fin Richardton, Dakota del Norte, a me-
dres pueden volver al trabajo tras el la Fundación Alfred P. Sloan ha sub- dio mundo de distancia del pueblo
nacimiento del primer hijo. Pero vencionado dos centros de investiga- del Himalaya donde ha realizado la
cuando llega el segundo, uno de ellos, ción para hacer estudios antropológi- mayor parte del trabajo de investiga-
generalmente la madre, suele tener cos sobre la relación entre trabajo y ción de su vida. Ocupa una habita-
que dejar de lado su carrera. Upton vida familiar en la clase media norte- ción libre de la casa de Cal y Julie
está pensando en cambiar el largo tí- americana. Fricke dirige el Center for Hoff y ellos lo presentan a sus veci-
tulo académico de su proyecto por the Ethnography of Everyday Life nos y amigos como «nuestro antropó-
«El siguiente lo cambia todo». (Centro para la etnografía de la vida logo»...
«Aquí sucede algo dramático. cotidiana), con base en la Universidad Hoey... ha ido un paso más allá...
Algo está cambiando», dice el antro- de Michigan. El otro, con base en la En diciembre él y su esposa se han
pólogo Tom Fricke de la Universidad Emory University en Atlanta, se de- trasladado a Traverse City, una ciu-
de Michigan. Norteamérica, dice, está nomina Center for Myth and Ritual in dad de 15.000 habitantes emplazada
pasando por el proceso de agitación American Life (Centro sobre el mito y en una bahía del lago Michigan. Su
social más profundo desde la Revolu- el ritual en la vida norteamericana). proyecto de investigación: estudiar a
ción Industrial, cuando un país de [Un tercer Center on the Everyday Li- las personas que se han instalado re-
agricultores se convirtió en un país ves of Families (Centro sobre la vida cientemente allí en busca de una vida
de centros industriales y ciudades. cotidiana de las familias), ha abierto menos estresada...
Las familias con dos carreras, las si- subsiguientemente en la Universidad
tuaciones monoparentales y el divor- de California, Los Angeles. Los cen-
cio están sustituyendo el modelo tra- tros de Emory y UCLA están dirigi- FUENTE: Matt Crenson, «Scholars Turn from
dicional de familia. El trabajo en la dos respectivamente por los profeso- Back of Beyond to Backyard; Culruere: A
fábrica ha dejado paso a los empleos res Brad Shore y Elinor Ochs.] Few Anthropologists Switch Focus from Fa-
de alta tecnología que exigen estu- Allí los antropólogos estudian a raway Lands to Middle-Class America», Los
dios superiores. Los medios de co- las familias norteamericanas de la Angeles Times, 9 de julio de 2000, p. 1.
dientemente de sus genes, las personas que han crecido les han ido adquiriendo una importancia creciente. En
en una altitud elevada son allí más eficientes fisiológica- este proceso, los humanos han concebido diversas formas
mente de lo que lo serían personas genéticamente simila- de hacer frente a la gama de entornos y de sistemas socia-
res que han crecido al nivel del mar. Esto ilustra la adap- les que han ocupado en el tiempo y el espacio. El ritmo de
tación fisiológica a largo plazo durante el crecimiento y cambio cultural se ha acelerado, particularmente durante
desarrollo del cuerpo. Tercero, los humanos también po- los últimos 10.000 años. Durante millones de años, la caza
seemos la capacidad de adaptación fisiológica inmediata y la recolección del botín de la naturaleza —forrajeo1— fue
o a corto plazo. Así, las personas de las llanuras que lle- la única base de la subsistencia de los homínidos. Sin em-
gan a las zonas altas incrementan de inmediato su ritmo bargo, sólo se tardaron unos pocos milenios en pasar a la
de respiración y de pulsaciones cardiacas. La hiperventi- producción de alimentos (cultivo de plantas y domesti-
lación aumenta la cantidad de oxígeno en sus arterias y cación de animales), algo que tuvo lugar hace unos 10.000
pulmones y, puesto que el pulso también se incrementa, ó 12.000 años, para subsistir al forrajeo en la mayoría de
la sangre llega a los tejidos más rápidamente. Todas estas las áreas. Entre 6.000 y 5.000 años antes de nuestra era
variadas respuestas adaptantes —culturales y biológi- surgieron las primeras civilizaciones . Fueron sociedades
cas— están dirigidas a una única meta: mantener un complejas, grandes y poderosas, como el antiguo Egipto,
abastecimiento adecuado de oxígeno al cuerpo. que conquistaron y gobernaron grandes áreas geográficas.
A medida que se ha ido desarrollando la historia de la Mucho más recientemente, la expansión de la produc-
humanidad, los medios de adaptación sociales y cultura- ción industrial ha influido profundamente en los pueblos
1
La conexión etimológica entre el término español e inglés (fora- mentalmente de origen vegetal —aunque no se excluye nada de lo que
ging) es evidente. Traduzco así, a pesar de que en el diccionario de la se encuentre, como carroña, por ejemplo—, en este caso por y para los
Real Academia Española la palabra forrajeo no se atribuya a los huma- humanos y no para el ganado. Más adelante veremos que utilizo el tér-
nos. En el texto el término se refiere a búsqueda de alimentos, funda- mino forrajeros siguiendo esta misma lógica (n. del t.).
Capítulo 1 ¿Qué es la antropología? 7
Adaptación genética (se produce a lo largo de Biológica Cajas torácicas más grandes en los
generaciones) nativos de zonas a gran altura
Adaptación fisiológica a largo plazo (se produce Biológica Sistema respiratorio más eficiente para
durante el crecimiento y desarrollo del organismo extraer el oxígeno de un aire en el que
del individuo) éste es más escaso.
Adaptación fisiológica a corto plazo (se produce Biológica Aumento del ritmo cardiaco,
de forma espontánea cuando el individuo entra en hiperventilación
un entorno nuevo)
de todo el mundo. En el decurso de la historia humana, güísticos, culturales y biológicos entre los norteamerica-
las grandes innovaciones se han difundido a costa de las nos nativos y entre ellos y Asia? Otra razón para la intro-
anteriores. Toda revolución económica ha tenido reper- ducción en la antropología de cuatro subdisciplinas fue
cusiones sociales y culturales. La economía global actual el interés por la relación entre biología (por ejemplo,
y las comunicaciones unen a todas las personas contem- «raza») y cultura. Hace más de cincuenta años, la antro-
poráneas, directa o indirectamente, en el moderno siste- póloga Ruth Benedict se dio cuenta de que «en la historia
ma mundial. La gente, desde su emplazamiento local, mundial, quienes han contribuido a la construcción de
tiene que enfrentarse a fuerzas generadas por sistemas una misma cultura no son necesariamente de una sola
progresivamente más amplios —región, nación y mun- raza, y que no todos de una misma raza han participado
do—. El estudio de tales adaptaciones contemporáneas de una cultura. En el lenguaje científico, la cultura no es
genera nuevos retos para la antropología: «Las culturas una función de la raza» (Benedict, 1940, cap. 2). En Euro-
de los pueblos de la tierra necesitan ser redescubiertas pa no se desarrolló una antropología así de unificada, y
constantemente a medida que sus gentes las reinventan las aquí llamadas subdisciplinas suelen existir de forma
en circunstancias históricas cambiantes» (Marcus y Fis- independiente.
cher, 1986, p. 24). Hay también razones lógicas para la unidad de la
antropología norteamericana. Cada subdisciplina tiene
en cuenta variaciones en el tiempo y el espacio (es decir,
ANTROPOLOGÍA GENERAL en diferentes áreas geográficas). Los antropólogos cultu-
rales y arqueológicos estudian (entre muchos otros te-
La antropología como disciplina académica, conocida mas) los cambios en la vida social y en las costumbres.
también como antropología general o de los «cuatro Los arqueólogos han utilizado estudios de sociedades
campos», incluye cuatro subdisciplinas principales: an- vivas y sus patrones de comportamiento para imaginar
tropología sociocultural, arqueológica, biológica y lin- cómo podría haber sido la vida en el pasado. Los antro-
güística. (En adelante utilizaré el término abreviado de pólogos biológicos analizan cambios evolutivos en la for-
antropología cultural como sinónimo de «antropología ma física, por ejemplo, los cambios anatómicos que po-
sociocultural».) La mayoría de los antropólogos norte- drían haber estado asociados con el origen del lenguaje.
americanos, incluido yo mismo, se especializan en antro- Los antropólogos lingüísticos intentan reconstruir los
pología cultural. Los principales departamentos de an- fundamentos de las lenguas antiguas estudiando las mo-
tropología suelen impartir cursos de todas ellas. dernas.
Existen razones históricas para la inclusión de cuatro Las subdisciplinas se influyen unas a otras en tanto
subdisciplinas en un único campo. La antropología nor- que los antropólogos hablan, leen libros y revistas es-
teamericana nació hace un siglo del interés por la historia pecializados y se asocian en organizaciones profesiona-
y las culturas de las poblaciones nativas de Norteamérica les. La antropología general explora los fundamentos
(los «indios norteamericanos»). La preocupación por los de la biología, la psicología, la sociedad y la cultura
orígenes y la diversidad de los nativos norteamericanos humanas y tiene en cuenta sus interrelaciones. Los an-
agrupó los estudios sobre costumbres, vida social, len- tropólogos comparten ciertas asunciones clave. Una es
guaje y rasgos físicos. Los antropólogos todavía evalúan que no pueden extraerse conclusiones profundas sobre
cuestiones tales como: ¿De dónde proceden los nativos la «naturaleza humana» a partir de una única tradición
de Norteamérica? ¿Cuántas oleadas de migraciones los cultural. El enfoque comparativo transcultural es fun-
trajeron al Nuevo Mundo? ¿Cuáles son los vínculos lin- damental.
8 PARTE 1 Las dimensiones de la antropología
Las fuerzas culturales moldean para competir sino para mantenerse en forma. Los patro-
la biología humana nes brasileños de belleza aceptan más cantidad de grasa,
especialmente en las nalgas y las caderas femeninas. Los
Por ejemplo, la perspectiva comparativa y biocultural de varones brasileños han obtenido algunos éxitos interna-
la antropología reconoce que las fuerzas culturales mol- cionales en natación y en carreras de atletismo, pero Bra-
dean constantemente la biología humana. (El término sil raramente envía nadadoras o corredoras a las olimpia-
biocultural se refiere a la inclusión y combinación tanto das. Una de las razones por las que las mujeres brasileñas
de perspectivas biológicas como culturales para analizar evitan en particular la natación competitiva es la de los
o resolver un problema o tema concreto.) La cultura es efectos de este deporte en el cuerpo. Los años de natación
una fuerza medioambiental clave que determina cómo esculpen un físico distintivo —un torso amplio, un cuello
crecen y se desarrollan los cuerpos humanos. Las tradi- fuerte y grueso, y una espalda y hombros anchos y fuer-
ciones culturales promueven ciertas actividades, evitan tes. Las nadadoras de éxito suelen ser grandes, fuertes y
otras, y establecen normas de bienestar y de atractivo fí- masivas. Sus países de origen incluyen de manera persis-
sico. Las actividades físicas, incluidos los deportes, que tente a Estados Unidos, Canadá, Australia, Alemania,
están influidas por la cultura, contribuyen a construir el Escandinavia y la antigua Unión Soviética, donde este
cuerpo. Por ejemplo, a las chicas norteamericanas se les tipo corporal no está tan estigmatizado como en los paí-
incita a llegar a —y por tanto lo hacen bien— competir ses latinos. Las nadadoras desarrollan cuerpos de perfil
en las pistas y campos deportivos, en natación y en saltos duro, mientras que la cultura brasileña dice que las mu-
de trampolín o palanca, y en muchos otros deportes. Por jeres deben ser suaves, con caderas y nalgas grandes, y
el contrario, a las chicas brasileñas no les ha ido ni la con espaldas más bien pequeñas. Muchas jóvenes nada-
mitad de bien en las competiciones deportivas interna- doras latinoamericanas prefieren abandonar el deporte
cionales en especialidades individuales como a sus riva- antes que el ideal corporal «femenino».
les norteamericanas y canadienses. ¿Por qué en algunos
países se incita a las chicas a convertirse en atletas mien-
tras que en otros no se les fomentan las actividades físi- LAS SUBDISCIPLINAS
cas? ¿Por qué las mujeres brasileñas, y latinas en general,
no obtienen mejores resultados en competiciones atléti-
DE LA ANTROPOLOGÍA
cas? ¿Esto tiene que ver con diferencias «raciales» o con
la preparación cultural? Antropología cultural
Los patrones culturales de atractivo físico y de aspec- La antropología cultural estudia la sociedad y la cultura
to adecuado influyen en la participación y logros en el humanas, describiendo y explicando , analizando e inter-
deporte. Las norteamericanas corren o nadan no sólo pretando las similitudes y diferencias culturales. Para
estudiar e interpretar la diversidad cultural los antropó-
logos culturales realizan dos tipos de actividad: la etno-
ENTENDIÉNDONOS A NOSOTROS MISMOS grafía (basada en el trabajo de campo) y la etnología
(basada en la comparación transcultural). La etnografía
no necesariamente mejor. Los expertos en ciencia política Las culturas no están aisladas. Como señaló Franz
estudian los programas que desarrollan los planificado- Boas (1940/1966) hace muchos años, el contacto entre
res nacionales, y los antropólogos ven cómo funcionan tribus vecinas siempre ha existido y se ha extendido por
estos programas en el plano local. áreas de enorme amplitud. Desde una perspectiva de siste-
10 PARTE 1 Las dimensiones de la antropología
ma-mundo se reconoce que muchas características cultu- los mismos en el momento de ser sacrificados y propor-
rales locales reflejan la posición política y económica ocu- cionan información útil para determinar si las especies
pada por una sociedad dentro de un sistema más amplio. eran salvajes o domesticadas.
«Las poblaciones humanas construyen sus culturas en Analizando tales datos, los arqueólogos responden a
interacción unas con otras, no de forma aislada» (Wolf, diversas preguntas sobre las economías antiguas. ¿El
1982, p. ix). La gente de las comunidades locales partici- grupo sometido a estudio obtenía su carne de la caza, o
pa cada vez más de los eventos regionales, nacionales y domesticaba y criaba animales, matando solamente los
mundiales. La exposición a las fuerzas externas se pro- de cierta edad y sexo? ¿Los alimentos vegetales proce-
duce a través de los medios de comunicación de masas, dían de plantas silvestres o de cosechas sembradas, cui-
la migración y el transporte moderno. La nación y la dadas y recolectadas? ¿Los residentes construían, in-
ciudad invaden cada vez más las comunidades locales en tercambiaban o compraban determinados elementos?
forma de turistas, agentes de desarrollo, funcionarios ci- ¿Había materias primas disponibles en una localidad? Si
viles y religiosos, y candidatos políticos. Estos sistemas no, ¿de dónde procedían? A partir de tal información los
más amplios afectan de forma creciente a la gente y a los arqueólogos reconstruyen patrones de producción, co-
lugares que tradicionalmente ha estudiado la antropolo- mercio y consumo.
gía. El estudio de tales conexiones y sistemas es una Los arqueólogos han dedicado mucho tiempo al estu-
parte importante del objeto de estudio de la antropología dio de los restos de cerámica, puesto que son más dura-
moderna. deros que otros artefactos, como la madera y los textiles.
La etnología analiza, interpreta y compara los resul- Los tipos de cerámica encontrados en una excavación
tados de la etnografía —los datos recogidos en diferentes pueden dar idea de la complejidad tecnológica, mientras
sociedades. Utiliza tales datos para comparar y contras- que la cantidad de fragmentos permite hacer una estima-
tar y llegar a generalizaciones sobre la sociedad y la cul- ción del tamaño y densidad de la población. El descubri-
tura. Mirando más allá de lo particular hacia lo más ge- miento de que los ceramistas utilizaban materiales no
neral, los etnólogos intentan identificar y explicar las disponibles localmente sugiere la existencia de sistemas
diferencias y similitudes culturales, probar hipótesis y de comercio. Similitudes en la manufactura y la decora-
construir una teoría que amplíe nuestra comprensión ción de los restos encontrados en yacimientos diferentes
sobre cómo funcionan los sistemas sociales y culturales. podrían ser la prueba de conexiones culturales. Los gru-
La etnología toma datos para la comparación no única- pos con cerámicas similares podrían estar históricamente
mente de la etnografía, sino también de las otras subdis- relacionados. Quizás compartían antepasados culturales
ciplinas, en particular de la antropología arqueológica, comunes, comerciaban entre sí, o pertenecían al mismo
que reconstruye los sistemas sociales del pasado. (La sistema político.
Tabla 1.2 resume los principales contrastes entre etnogra- Muchos arqueólogos analizan la paleoecología. La
fía y etnología.) ecología es el estudio de las interrelaciones entre los seres
vivos de un entorno. Los organismos y el entorno consti-
tuyen conjuntamente un ecosistema, es decir, un orden
Antropología arqueológica
pautado de flujos e intercambios de energía. La ecología
La antropología arqueológica (más sencillamente «ar- humana, estudia ecosistemas que incluyen personas,
queología») reconstruye, describe e interpreta el compor- centrándose en las formas en las que los humanos hacen
tamiento humano y los patrones culturales a través de uso de «los influjos de la naturaleza y son influidos por
los restos materiales. En los lugares en los que la gente la organización social y los valores culturales» (Bennet,
vive o ha vivido los arqueólogos encuentran artefactos, 1969, pp. 10-11). La paleoecología estudia los ecosistemas
elementos materiales que los humanos produjeron o mo- del pasado.
dificaron, como herramientas, armas, campamentos y Además de reconstruir patrones ecológicos, los ar-
edificios. Los restos de plantas y de animales y de la ba- queólogos infieren la evolución cultural, por ejemplo, a
sura antigua nos proporcionan información sobre el con- partir de cambios en el tamaño y el tipo de asentamien-
sumo y las actividades. Los cereales silvestres y los do- tos y la distancia entre ellos. Una ciudad se desarrolla en
mesticados tienen características diferentes que permiten una región en la que un siglo antes sólo existían pueblos,
a los arqueólogos distinguir entre recolección y cultivo. aldeas y caseríos. El número de niveles de asentamiento
El examen de los huesos de animales revela la edad de (ciudad, pueblo, aldea, caserío) es una medida de la com-
Etnografía Etnología
Requiere trabajo de campo para recoger datos Utiliza datos recogidos por una serie de investigadores
Suele ser descriptiva Suele ser sintética
Específica de un grupo/comunidad Comparativa/transcultural
Capítulo 1 ¿Qué es la antropología? 11
■ Un equipo arqueológico trabajando en Harappa en unas excavaciones de una civilización del río Indo de hace unos 4.800 años.
plejidad social. Los edificios ofrecen pistas sobre las ca- ha aprendido mucho de la vida contemporánea estu-
racterísticas políticas y religiosas. Las estructuras arqui- diando la basura moderna. El valor de la «basurología»,
tectónicas destinadas a fines especiales como los templos como la llama Rathje, es que proporciona «evidencias de
y las pirámides sugieren que una sociedad antigua tenía lo que la gente hizo, y no de lo que ellos piensan que hi-
una autoridad central capaz de dirigir el trabajo en equi- cieron, lo que piensan que deberían haber hecho, o lo que
po, con esclavos o con hombres libres. La presencia o el investigador piensa que habrían hecho» (Harrison,
ausencia de ciertas estructuras, como las pirámides del Rathje y Hughes, 1992, p. 103). Lo que la gente dice pue-
antiguo Egipto y Méjico, revela diferencias de función de contrastar fuertemente con su comportamiento real,
entre asentamientos. Por ejemplo, algunos poblados eran tal como reveló la basurología. Por ejemplo, los basuró-
centros ceremoniales con una arquitectura notable. Otros logos descubrieron que los tres barrios de Tucson donde,
eran cementerios; incluso algunos otros eran comunida- según lo dicho por los informantes se daba el consumo
des agrícolas. más bajo de cerveza, tenían el mayor número de latas de
Los arqueólogos también reconstruyen los patrones cerveza vacías por vivienda (Podolefsky & Brown, eds.
de comportamiento y los estilos de vida del pasado me- 1992, p. 100).
diante la excavación (en una cuidadosa sucesión de nive-
les) de determinados asentamientos. En un área determi-
Antropología biológica o física
nada, con el paso del tiempo, los asentamientos
particulares pueden cambiar en términos de forma y fi- El objeto de estudio de la antropología biológica o física
nes, así como también pueden cambiar las conexiones es la diversidad biológica humana en el tiempo y el espa-
entre ellos. La excavación puede documentar los cambios cio. El estudio de la variación humana reúne cinco pun-
en las actividades económicas sociales y políticas. tos de especial interés dentro de la antropología bioló-
Aunque a los arqueólogos se les conoce más por estu- gica:
diar la prehistoria, es decir, el período anterior a la inven-
1. La evolución de los homínidos tal como la revelan
ción de la escritura, también estudian las culturas histó-
los restos fósiles (paleoantropología).
ricas, e incluso las vivas. Estudiando barcos hundidos en
la costa de Florida, los arqueólogos marinos fueron capa- 2. La genética humana.
ces de verificar las condiciones de vida en las naves que
3. El crecimiento y desarrollo humanos.
traían a los ancestros afronorteamericanos al nuevo mun-
do como esclavos. Otra ilustración todavía más actual de 4. La plasticidad biológica humana (la capacidad del
la actividad de la arqueología es un proyecto iniciado en cuerpo de hacer frente a tensiones como el calor,
1973 en Tucson, Arizona. El arqueólogo William Rathje el frío y la altitud).
Los antropólogos también experimentan el choque cultural
TEMAS DE INTERÉS
12
la ventana de nuestro salón. Ocasio-
nalmente, alguno hacía una obser vación
incomprensible. Generalmente sólo ha-
cían que estar allí. A veces se acicala-
ban el pelo unos a otros, comiéndose
los piojos que encontraban...
Los sonidos, las sensaciones, las vis-
tas, los olores y los sabores de la vida
en el noreste de Brasil, y en Arembepe,
se fueron haciendo familiares poco a
poco. Gradualmente fui aceptando el
hecho de que el único papel higiénico
disponible a un precio razonable tenía
casi la textura del papel lija. Me fui
acostumbrando a este mundo sin Klee-
nex en el que habitualmente colgaban
mucosidades de las narices de los niños
del pueblo cada vez que un resfriado
pasaba por Arembepe. Un mundo en el
que, aparentemente sin esfuerzo, muje-
■ Un etnógrafo trabajando. Durante una visita realizada en 1980, el autor, Conrad Kottak, se
res con unas caderas que se balancea-
pone al día sobre lo acontecido en Arembepe, una comunidad costera del estado de Bahía, al
ban graciosamente portaban sobre sus
nordeste de Brasil a la que habría estado estudiando desde 1962. ¿Cómo podría influir el
cabezas latas de keroseno de 18 litros
choque cultural en la propia investigación?
llenas de agua, donde los muchachos
hacían volar cometas y competían en
medio desintegrada, con los ojos toda- Recuerdo lo que sucedió al llegar. cazar moscas con sus manos, donde las
vía sujetos, aunque sólo ligeramente, No había una verdadera carretera que ancianas fumaban en pipa, los tenderos
me miraba mientras el resto del cuerpo llegara hasta el pueblo. Entrando por el ofrecían cachaça (ron vulgar) a las nue-
flotaba en una cacerola de un aceite de sur, los vehículos sencillamente se abrían ve de la mañana, y los hombres jugaban
palma de brillante color naranja... paso entre los cocoteros, siguiendo ro- al dominó en las tardes perezosas cuan-
Sólo recuerdo vagamente mi primer dadas dejadas por automóviles que ha- do no se iba de pesca. Yo visitaba un
día en Arembepe. Al contrario que otros bían pasado previamente. Un enjambre mundo donde la vida humana estaba
etnógrafos que han estudiado tribus re- de niños nos había oído llegar y orientada hacia el agua: el mar, donde
motas en las selvas tropicales del inte- persiguieron nuestro coche por las ca- los hombres pescaban, y la laguna,
rior de Sudamérica o de las tierras altas lles del pueblo hasta que estacionamos donde las mujeres lavaban comunal-
de Papúa Nueva Guinea, no tuve que enfrente de nuestra casa, cerca de la mente la ropa, los platos, y sus propios
darme una caminata o montar en canoa plaza central. Nuestros primeros días cuerpos.
durante días para llegar a mi lugar de en Arembepe transcurrieron entre niños
trabajo de campo. Arembepe, en com- que nos seguían por doquier. Durante Esta descripción está adaptada de mi
paración con tales lugares, no estaba semanas tuvimos pocos momentos de estudio etnográfico Assault on Paradise:
aislado, aunque sí comparado con otros privacidad. Los niños obser vaban cada Social Change in a Brazilian Village,
lugares en los que había estado... uno de nuestros movimientos a través de 2.ª ed. (New York: McGraw-Hill,1992).
fluencia del entorno sobre el cuerpo a medida que éste se Antropología lingüística
desarrolla. Entre los factores que influyen en el desarro-
llo del cuerpo están la nutrición, la altitud, la temperatu- No sabemos (y probablemente nunca lo sabremos) cuán-
ra y las enfermedades, así como también los factores do comenzaron a hablar nuestros antepasados, aunque
culturales como las normas acerca del atractivo físico los antropólogos biológicos han observado la anatomía
anteriormente comentadas. de la cara y del cráneo para especular sobre el origen del
La antropología biológica (junto con la zoología) in- lenguaje. Por otro lado, los primatólogos han descrito los
cluye también la primatología. Los primates incluyen a sistemas de comunicación de monos y simios. Sabemos
nuestros parientes más próximos —los simios y los que las lenguas gramaticalmente complejas y bien desa-
monos. Los primatólogos estudian su biología, evolu- rrolladas han existido desde hace miles de años. La an-
ción, comportamiento y vida social, a menudo en sus tropología lingüística ofrece una ilustración adicional
entornos naturales. La primatología apoya a la paleo- sobre el interés de la antropología por la comparación, la
antropología, porque muchos antropólogos creen que variación y el cambio. La antropología lingüística estu-
el comportamiento de los primates puede arrojar luz dia el lenguaje en su contexto social y cultural, en el
sobre el de los primeros humanos y sobre la naturaleza espacio y a través del tiempo. Algunos antropólogos lin-
humana. güísticos hacen inferencias sobre características
13
MÁS ALLÁ DE LAS AULAS El proyecto fue publicado en el Inter-
national Journal of Osteoarchaeology en
1998. Mientras llevaba a cabo los aná-
La utilidad de los huesos de las manos y de los pies lisis estadísticos de los datos sobre ma-
nos y pies observé una discrepancia en
para la resolución de problemas en antropología las proporciones corporales de un adulto
biológica de sexo femenino. Tras un cuidadoso
examen del resto de este esqueleto, des-
La mayoría de las ecuaciones utiliza- cubrí un conjunto de anomalías en el es-
INFORMACIÓN CONTEXTUAL das en la estimación de la estatura adul- queleto que sugerían la existencia de un
ta o para determinar el sexo de unos extraño síndrome genético denominado
ESTUDIANTE:
restos óseos se basan en datos de los de Rubinstein-Taybi y que afecta a mu-
Alicia Wilbur.
europeos modernos o de los norteameri- chos órganos. Los síntomas incluyen un
PROFESOR SUPERVISOR: canos actuales de extracción europea o crecimiento retardado, retraso mental, y
Della Collins Cook. africana. Puesto que las proporciones anormalidades en el rostro y en la cabe-
corporales difieren entre poblaciones, za, con los ojos muy separados y una
INSTITUCIÓN:
la aplicación de estas ecuaciones a los nariz anormalmente grande. Los indivi-
Universidad de Indiana.
restos óseos de otros grupos podría pro- duos afectados también podrían tener
ESPECIALIDAD: ducir resultados inexactos. Uno de los los dedos de los pies y los pulgares anor-
Antropología. beneficios de mi estudio era que se ba- malmente grandes. Incluso podrían tener
saba en restos de indios nativos norte- dificultades respiratorias y para tragar.
PLANES FUTUROS:
americanos y, por tanto, podía aplicar- Todavía podría ser posible analizar
Doctorarse en Antropología bioló-
se a los restos de nativos norteamericanos el ADN de esta muestra para determi-
gica.
actuales en los casos forenses y de de- nar si mi diagnóstico es correcto. De
TÍTULO DEL PROYECTO: sastres masivos. serlo, se trataría del primer caso en el
La utilidad de los huesos de las ma- Estuve midiendo los fémures y los tiempo del que se tiene noticia de este
nos y de los pies para la resolución huesos de las manos y de los pies de síndrome. Saber que esta persona vivió
de problemas en antropología bioló- 410 esqueletos de adultos y utilicé mé- hasta alcanzar una edad adulta media-
gica. todos estadísticos para predecir el sexo na o incluso avanzada con diversas dis-
de los individuos, con una precisión que capacidades físicas y mentales nos dice
superaba el 87 por ciento. Se descubrió algo sobre la cultura de su grupo.
¿En qué medida este texto plantea proble- que también era posible estimar la esta- Estos tipos de estudios sobre materia-
mas de interés común a más de un subcam- tura con los huesos de las manos y de les óseos son importantes por la informa-
po de la antropología? ¿Tiene implicaciones los pies, aunque las variaciones eran ción que nos proporcionan acerca sobre
esta investigación para la antropología cul- demasiado amplias para poder ser utili- el pasado y también por su relevancia
tural y aplicada además de para la arqueo- zadas ante un tribunal de justicia. A para la comprensión de problemas ac-
logía y antropología biológicas? pesar de todo, las estimaciones resultan- tuales. La ulterior investigación se centra-
tes de estas ecuaciones podrían ser úti- rá en enfermedades infecciosas y gené-
les para determinar un abanico de posi- ticas que afectaban a los pueblos de la
D urante años, las amplias y bien
conservadas series de esqueletos
hallados en el centro-oeste de Illinois y
bles alturas con la finalidad de realizar
una identificación preliminar.
antigüedad, así como la aplicación de
este trabajo a problemas actuales.
custodiadas por el Departamento de An-
tropología de la Universidad de Indiana,
han sido objeto de muchos proyectos de
investigación arqueológica y bioantro-
pológica. Comencé a interesarme en el
uso de los huesos de las manos y de los
pies para determinar la estatura y el
sexo de los individuos enterrados en
aquellos túmulos. Esta información es im-
portante para los estudios arqueológicos
y biológicos de los pueblos del pasado
y de sus respectivas culturas, pero tam-
bién resulta relevante para casos foren-
ses actuales y situaciones de desastres.
En ambas situaciones, antiguas y actua-
les, los restos humanos recuperados pue-
den ser extremadamente fragmentarios.
Una única mano o un solo pie pueden
jugar un papel importante en la identifi-
cación de víctimas actuales de actos cri-
minales o de desastres masivos.
14
Capítulo 1 ¿Qué es la antropología? 15
identificar las necesidades, demandas, prioridades y res- dio de la dimensión humana de la degradación medio-
tricciones locales. ambiental (p. e., deforestación, polución) y el cambio
Los proyectos fracasan de manera rutinaria si los pla- climático global, analizando cómo influye el entorno en
nificadores ignoran la dimensión cultural del desarrollo. los humanos y cómo afectan las actividades humanas a
Los problemas derivan de la falta de atención hacia, y la biosfera y a la propia tierra.
consecuentemente la imposibilidad de encajar en, las En Norteamérica, los antropólogos aplicados dedica-
condiciones socioculturales existentes. Un ejemplo de dos a lo que antes hemos llamado la basurología ayudan
ello es un proyecto muy naif y culturalmente incompati- a la Environmental Protection Agency (Agencia de Pro-
ble realizado en el África oriental. La principal falacia tección del Medio Ambiente), a la industria del papel y
consistía en intentar convertir a pastores nómadas en del empaquetado, y a las asociaciones de comercio. Mu-
granjeros. Los planificadores no tenían ninguna eviden- chos arqueólogos trabajan ahora en la dirección de recur-
cia de que los pastores, en cuyas tierras se iba a realizar sos culturales: aplicando sus conocimientos a la interpre-
el proyecto, desearan cambiar su economía. El territorio tación, inventariado y preservación de los recursos
se iba a utilizar para novedosas explotaciones agrícolas arqueológicos, históricos y paleontológicos para las ad-
comerciales y los pastores iban a convertirse en pequeños ministraciones locales, de los distintos estados o bien
agricultores y aparceros. El proyecto, entre cuyos planifi- para la administración federal. Los antropólogos foren-
cadores no se incluía ningún antropólogo, pasó por alto ses (físicos) trabajan con la policía, los analistas médicos
totalmente los aspectos sociales. Los obstáculos habrían y los juzgados para identificar víctimas de crímenes y
sido evidentes para cualquier antropólogo. Se esperaba accidentes. Partiendo de restos de esqueletos determinan
que los pastores sencillamente dejaran su forma tradicio- la edad, el sexo, el tamaño, la raza, y el número de vícti-
nal de vida para trabajar tres veces más duramente culti- mas. Los antropólogos físicos aplicados relacionan los
vando arroz y recolectando algodón. ¿Qué motivos po- patrones de las heridas con los errores de diseño de avio-
dían tener para abandonar su movilidad y libertad a nes y vehículos.
cambio de trabajar como aparceros para quienes regenta- Los etnógrafos han influido en la política social mos-
sen las explotaciones agrícolas comerciales? Sin duda no trando que existen los lazos fuertes de parentesco en los
el escaso retorno financiero que los planificadores del barrios de las ciudades, cuya organización social había
proyecto calculaban para los pastores: un promedio de sido considerada previamente como «fragmentada» o
trescientos dólares anuales frente a más de diez mil para «patológica». Algunas sugerencias para la realización de
sus nuevos jefes, los granjeros. mejoras en el sistema educativo proceden de estudios
Para evitar proyectos tan poco realistas y hacer los etnográficos de las clases escolares y de las comunidades
esquemas de desarrollo más sensibles a los aspectos so- del entorno inmediato. Los antropólogos lingüísticos
ciales y adecuarlos a las necesidades culturales, las orga- muestran la influencia de las diferencias dialectales en el
nizaciones para el desarrollo incluyen ahora regularmen- aprendizaje en clase. En general, la antropología aplicada
te a los antropólogos en sus equipos de planificación, intenta encontrar caminos humanos y efectivos de ayu-
además de ingenieros agrónomos, economistas, veterina- dar a la gente tradicionalmente estudiada por los antro-
rios, geólogos, ingenieros y especialistas en sanidad. Los pólogos. La Tabla 1.3 resume las relaciones entre las 4
antropólogos también aplican sus conocimientos al estu- subdisciplinas y las dos dimensiones de la antropología.
Capítulo 1 ¿Qué es la antropología? 17
entorno social en el que los padres eran figuras fuerte- ciones (Ember y Ember 1996). Por ejemplo, en una mues-
mente autoritarias. El padre austriaco era la figura pri- tra a escala mundial de sociedades, el antropólogo John
maria de autoridad para el niño y el compañero sexual Whiting (1964) descubrió una fuerte asociación (pero no
de la madre, pero en las Trobriand el padre tenía sólo el al cien por cien) o correlación entre una dieta baja en
rol sexual. proteínas y un tabú de relaciones sexuales postparto pro-
Si como defendía Freud, el complejo de Edipo crea longado: una prohibición de que los cónyuges manten-
siempre una distancia social basada en los celos hacia el gan relaciones sexuales durante un año o más tras el na-
compañero sexual de la madre, esto se habría dado en las cimiento de un bebé.
Trobriand y no se daba. Malinowski llegó a la conclusión Las leyes y las asociaciones estadísticas explican me-
de que la estructura de autoridad influía más en la rela- diante la relación del explicandum (por ejemplo, el tabú
ción padre-hijo que los celos sexuales. Como muchos de relaciones sexuales postparto) con una o más varia-
antropólogos posteriores, Malinowski mostró que la psi- bles (p. e. una dieta baja en proteínas). También quere-
cología individual depende de su contexto cultural. Los mos saber por qué existen esas correlaciones. ¿Por qué las
antropólogos continúan proporcionando perspectivas sociedades con dietas bajas en proteínas tienden a tener
transculturales a las proposiciones psicoanalíticas (Paul tabúes de relaciones sexuales postparto prolongados?
1989), así como sobre cuestiones de psicología experi- Los científicos formulan teorías para explicar las correla-
mental y cognitiva. ciones observadas.
Una teoría es un marco explicativo que nos ayuda a
entender el por qué (de la existencia de algo). Volviendo
CIENCIA, EXPLICACIÓN Y al tabú de las relaciones sexuales postparto, ¿por qué lo
COMPROBACIÓN DE HIPÓTESIS desarrollarían las sociedades con una dieta baja en pro-
teínas? La teoría de Whiting es que el tabú es adaptante;
Un rasgo clave de la antropología es que tiene una di- ayuda a la supervivencia y reproducción de la gente en
mensión transcultural y comparativa. Como se ha seña- ciertos entornos. Al contar con dietas en las que las pro-
lado antes, la etnología se apoya en los datos etnográficos teínas son muy escasas, los bebés pueden desarrollar una
(e incluso arqueológicos) para comparar y contrastar, y enfermedad denominada síndrome de kwasiorkor. Sin
para hacer generalizaciones sobre, sociedades y culturas. embargo, si la madre retrasa su siguiente embarazo, su
En su cometido científico, la etnografía intenta identificar actual bebé, al prolongar la lactancia, puede tener más
y explicar las diferencias y similitudes culturales, com- oportunidades de sobrevivir. Whiting sugiere que los
probar hipótesis, y construir una teoría para reforzar padres podrían haberse dado cuenta de forma consciente
nuestra comprensión de cómo funcionan los sistemas o inconsciente de que tener otro hijo demasiado pronto
sociales y culturales. podría poner en peligro la supervivencia del primero,
En su artículo de 1996 titulado «Science in Anthropo- por lo que habrían decidido abstenerse de mantener re-
logy», Melvin Ember y Carol R. Ember resaltan un rasgo laciones sexuales durante más de un año tras el naci-
clave de la ciencia como forma de ver el mundo: la cien- miento del primer bebé. Cuando tal abstinencia se insti-
cia reconoce la provisionalidad y la incertidumbre de tucionaliza, se espera que todos respeten el tabú.
nuestro conocimiento y comprensión. Los científicos se Una teoría es algo más complejo que una asociación;
esfuerzan por mejorar la comprensión poniendo a prue- se trata de un marco explicativo que contiene una serie
ba hipótesis, que son explicaciones sugeridas de cosas y de afirmaciones. Una asociación simplemente establece
hechos. En la ciencia, comprensión significa explicación- una relación observada entre dos o más variables conoci-
mostrar cómo y por qué aquellos que ha de comprender- das. Por el contrario, hay partes de una teoría que pue-
se (el explicandum) está relacionado con otras cosas de den ser difíciles o imposibles de observar o de conocer
alguna manera conocida. Las explicaciones dependen de directamente. Por ejemplo, con la teoría de Whiting sería
asociaciones y teorías. Una asociación es una relación difícil de determinar si la gente ha desarrollado el tabú
observada entre dos o más variables medidas. Una teoría de mantener relaciones sexuales porque reconocían que
es algo más general que sugiere o implica asociaciones y con ello se darían más posibilidades de supervivencia a
que intenta explicarlas (Ember y Ember 1997). los bebés. Habitualmente, algunos de los elementos de
Por ejemplo, una cosa o un hecho como la congelación una teoría son inobservables (al menos en el momento
del agua se explica si ilustra un principio general o aso- presente). De modo opuesto, las asociaciones estadísticas
ciación. La afirmación de que el agua se solidifica a cero se basan completamente en observaciones (Ember y Em-
grados centígrados es una afirmación de una asociación ber 1997).
entre dos variables: el estado del agua (líquido frente a Si se comprueba y se puede replicar de forma repetida
sólido) y la temperatura del aire. La verdad del principio una asociación, ésta puede considerarse probada. La teo-
se confirma con observaciones repetidas (en ciencias físi- ría, por el contrario, no se pueden probar. Aunque haya
cas, tales explicaciones se denominan «leyes»). Las expli- muchas evidencias que las apoyen, su verdad no está
caciones basadas en asociaciones constantes nos permi- establecida con certeza. Muchos de los conceptos e ideas
ten entender el pasado y predecir el futuro. de la teorías no son directamente observables ni verifica-
En ciencias sociales, las asociaciones suelen estable- bles. Por tanto, los científicos pueden intentar explicar
cerse de forma probabilística: dos o más variables tienden cómo se comporta la luz postulando que ésta consiste en
a estar relacionadas de forma predecible, pero hay excep- «fotones», que no pueden ser observados, ni siquiera con
20 PARTE 1 Las dimensiones de la antropología
“El buen escritor dice sólo lo que piensa. Y eso es lo que importa. Porque el decir no es solo la
expresión sino la realización del pensamiento. De la misma forma el andar no es solo la expresión
del deseo de alcanzar una meta sino su realización. De qué tipo de realización se trata, si responde
con precisión a su objetivo o se pierde exuberante y poco nítida en el deseo, eso dependerá del
entrenamiento de quien se halla en el camino. Cuánto mas disciplinado sea, evitando los
movimientos excesivos y bamboleantes tanto más cada postura de su cuerpo se bastará a sí misma
y tanto más adecuado será el empleo del cuerpo.
(...) Es un don del buen escritor el darle a su pensamiento la forma del espectáculo que ofrece un
cuerpo ingenioso y bien entrenado, mediante su estilo. El buen escritor nunca dice más de lo que
pensó. Así su escritura no redunda en provecho de sí mismo sino exclusivamente de lo que quiere
decir.”
Walter Benajamin, El buen escritor.
La situación enunciativa
Por Carolina Seoane, Carolina Zunino y Marcelo Muschietti
Desde el punto de vista del uso, para que un texto resulte exitoso –es
decir, para que se concrete la comunicación entre un emisor y su/s
receptor/es– es necesario que éste cumpla con ciertos requisitos previstos
por la situación social en la que se inscribe. Así es que el tipo de
enunciador y enunciatario que un texto postula y su construcción del
referente están íntimamente vinculados con el género discursivo al que
pertenece ese texto. Por ejemplo, un texto que se proponga informar
sobre las modalidades del acuerdo llevado a cabo por el gobierno
argentino y el FMI respecto de la deuda externa y destinado a publicarse
en un medio masivo de comunicación, presentará características
enunciativas diferentes (construcción del enunciador, enunciatario y
referente) de las de una ponencia académica sobre economía política
19
que aborde el mismo tema y esté destinada a ser leída en un congreso
de especialistas.
Para abordar este tema es útil confrontar las características del género
discursivo académico con las de un género de circulación masiva como
el periodístico. Pensemos, en primer lugar, qué sucedería con la
construcción del enunciador, el enunciatario y el referente en un
artículo periodístico sobre la historia de la universidad argentina.
20
diferencia de otros, pertenecientes a géneros como, por ejemplo, el
periodístico.
-Tiene que demostrar que conoce el tema que aborda, que leyó diversas
fuentes sobre éste y que maneja seriamente la información provista por
esas fuentes. Esto implica no distorsionar dicha información, utilizando
correctamente las estrategias de inserción de voces y enunciados de otros
–como la cita y la reformulación– y remitir a esas fuentes mediante el
correspondiente sistema de citación bibliográfica (ver capítulo 9).
Actividad 1
-Rescribir la reformulación anterior corrigiendo los problemas
considerados.
21
-Leer los cuatro fragmentos del texto Jóvenes en la mira de Dalia Szulik
y Silvia Kuasñosky y la reformulación elaborada por un alumno que
figuran a continuación. Relevar los problemas que ésta presenta y
rescribir el texto.
En el texto “Jóvenes en la mira” las autoras nos cuentan cuáles son las
problemáticas que llevan al Estado a preocuparse específicamente por
la juventud y hablan de varios temas relacionados con este problema.
22
ejerciendo de este modo una forma de racismo y demás desigualdades
que suceden habitualmente.
Actividad 2
Leer el siguiente fragmento, relevar los problemas de adecuación y
rescribirlo:
23
productos ingresan al mercado acompañados de un lanzamiento de
signos, los cuales son tomados por los jóvenes, pero estos signos son
momentáneos ya que en la moda impera lo pasajero y lo instantáneo,
no se apoya en el pasado ni en el futuro, es decir que ocurre
instantáneamente. Por lo tanto, lleva consigo la inestabilidad.
Actividad 3
-Analizar la utilización de los otros conectores subrayados:
Actividad 4
Es muy común que, dada la complejidad de los textos académicos,
los escritores inexpertos cometan errores de concordancia (entre
sujeto y predicado, de género y número, etc.) y de construcción
sintáctica (sobre todo no concluir las oraciones). Relevar estos
problemas en el siguiente texto y rescribirlo:
24
juventud cumple un papel protagónico para la moda, ya que los mismos
que comienzan a proyectar sus vidas y dependen de este mercado para
no quedar excluidos de alguna manera, de la sociedad.”
Actividad 5
En el siguiente texto de un alumno podemos observar cómo se omite
información relevante para su comprensión, de modo tal que se
presupone el conocimiento de la fuente por parte del enunciatario.
Señalar qué saberes se dan por supuestos en el texto y subrayar los
conceptos que merecerían una definición o explicación.
25
de modo de decir sobre el mismo cosas que aún no han sido dichas o
bien revisar con ópticas diferentes las que ya fueron dichas. Esos
objetivos o finalidades de los textos están íntimamente relacionados
con el tipo de composición que adoptan y que remiten a formas
prototípicas de organización, es decir, a determinadas secuencias
textuales (ver capítulo 6 y 7). En los textos pertenecientes al género
discursivo académico hay un notable predominio de las secuencias
textuales expositivo-explicativa y argumentativa.
26
Es importante tener en cuenta que las secuencias textuales no se presentan
en forma pura en los textos, es decir, que no hay textos puramente
expositivos ni puramente argumentativos; que lo que caracteriza a los
textos académicos desde el punto de vista de su composición, es el
predominio de las secuencias expositivo-explicativas y argumentativas,
y que este tipo particular de organización textual es funcional al objetivo
que hemos reconocido para estas prácticas discursivas.
Actividad 6
-Leer los siguientes textos y señalar en cuál predominan las secuencias
expositivo-explicativas y en cuál las argumentativas. Justificar.
Lectura A
27
Lectura B
“Para la juventud de los 60, la revolución es una figura que está
presente: la revolución es posible. Hay tres grandes campos que
forman parte de este fenómeno mundial. El primero es la rebelión
política e ideológica estudiantil, sobre todo en el Primer Mundo –
Europa y EE.UU.– pero también en América Latina. Surge la
protesta estudiantil, el cuestionamiento a todo el orden
universitario, al sistema de enseñanza. El segundo campo es la
rebelión cultural en el terreno de las costumbres, de las normas y
de los modelos de vida, que atraviesa Europa, EE.UU. y América
Latina. La emergencia del hippismo, del feminismo, de la cultura
psicodélica, del amor libre y de las nuevas alternativas de vida
constituyen, entre otras, sus manifestaciones. El tercer campo es
el de los procesos políticos o guerra de liberación tercermundista,
que se vincula con las luchas de las minorías negras en EE.UU. y
los procesos de lucha guerrillera en Vietnam, Camboya, Angola,
Mozambique, Argelia y América Latina, entre otros.” (Adaptado
de Casullo, 1999: 171-2).
28
En síntesis
Considerar las características enunciativas de un texto implica abordar:
Notas
1. Tal como sostiene Filinich (Filinich, 2001: 37-41), entendemos por sujeto enunciador no al autor
empírico del enunciado sino a la cristalización en el discurso de una voz que es a la vez causa y efecto
del enunciado; causa, ya que no puede haber enunciado sin el acto de apropiación de la lengua que
realiza un sujeto para dirigirse a otro; y efecto, porque dicho sujeto no está constituido de antemano
sino que se configura en el enunciado mismo. De igual modo, debemos distinguir al enunciatario del
receptor real del enunciado. El enunciatario es, como el enunciador, un sujeto discursivo; es la imagen
de destinatario que el enunciador necesita formarse para construir el enunciado. El enunciado,
entonces, no sólo conlleva información, también pone en escena una situación comunicativa en la
que algo se dice desde cierta perspectiva y para cierta inteligibilidad.
2. Nos referimos a la reforma que llevaron a cabo los estudiantes cordobeses en 1918 y que tuvo por
resultado, entre otros, la instauración del gobierno tripartito en la Universidad.
29
Constructores de Otredad
Una introducción a la Antropología Social y Cultural
Mauricio Boivin
Ana Rosato
Victoria Arribas
E
A
1
Constructores de Otredad
Rosana Guber
1 Este trabajo se publicó en la revista Enía, Nº 32, julio a diciembre 1984, Olavarría.
115
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
villa miseria de la zona sur del Gran Buenos Aires; la anti- motes despectivos de “cabecita negra”, “descamisado”,
güedad aproximada de este asentamiento es de cuarenta etc. (Ratier,1971).
años; aunque espacialmente circunscripto en 4.000 m2 Este encuentro entre las dos Argentinas atravesó uno
de terrenos fiscales, se encuentra en proceso de creciente de sus momentos de mayor tensión durante el decenio de
densificación: actualmente aloja a más de 10.000 habi- la gestión peronista (1945-1955), período en el cual la
tantes. La población masculina se desempeña predomi- “masa ignorante”, “bárbara”, adhería a las medidas so-
nantemente en la estiba portuaria, la estiba de camiones, ciales reformistas del gobierno mientras que el radica-
la construcción y otros trabajos temporarios; la feme- lismo, las izquierdas clasistas –el comunismo y el socia-
nina, en el servicio doméstico o en su hogar (Hermitte, lismo– y el liberalismo oligárquico conformaban una a-
et.al.,1983). lianza política antioficialista. Este fenómeno no sólo
Teniendo presente la influencia y el condicionamiento traducía intereses de corte político sino también otros
ejercidos por las circunstancias históricas en el sistema muy diversos donde se conjugaban los términos que iden-
ideológico, debemos advertir que tanto el planteo de esta tificarían a una Argentina en transformación.
investigación como la recolección de datos y su análisis En las décadas siguientes, junto a la ideología moderni-
posterior se han llevado a cabo durante los últimos dos zante y desarrollista de la gestión oficial (1955-70) cobró
años de un régimen militar autoritario y fuertemente re- fuerza el mote de “villero” para designar al descendiente
presivo, donde los reclamos populares apenas dejan oír su del “cabecita negra”, al habitante de asentamientos ur-
voz a través de los conflictos aislados o de pequeños al- banos precarios considerados, no sin cierto optimismo,
cances. De manera que nuestras conclusiones acerca de la transitorios; las “villas miseria” o “villas de emergencia”.
identidad de la población de esta villa miseria en parti- La presencia de las mismas impugnaba, con su evidente vi-
cular, en este período determinado, no debieran ser apli- sibilidad, las expectativas oficiales que pretendían borrar
cadas a otros asentamientos en otros períodos históricos, de la imagen urbana estos testimonios de la indigencia.
sin antes haber procedido a un análisis minucioso del con- Como actor social, el villero comenzaba a tener su
texto respectivo. propia identidad, en la cual convergían determinadas ca-
racterísticas: la mayor parte provenía de lejanas y empo-
I brecidas provincias del norte argentino, o bien de algún
Al producirse el arribo de los primeros contingentes signi- país limítrofe cuyas condiciones de vida eran igualmente
ficativos de migrantes internos (1930-1940) a las grandes precarias -la República del Paraguay y de Bolivia-; su in-
ciudades del Litoral argentino y a la Capital Federal, re- serción laboral solía coincidir con las tareas peor remune-
nació con mayor fuerza un viejo fenómeno de profunda radas y de menor especialización, se alineaba política-
raigambre en nuestra historia: la confrontación entre el mente junto al peronismo, sus pautas de vida, aparente-
Puerto blanco, europeizante y centralista, y las Provincias mente ajenas a los códigos de las clases medias urbanas,
federales y mestizas. La población que residía en los ma- preservaban el saber médico, culinario y religioso tradi-
yores centros urbanos era de origen predominantemente cional de las provincias de origen.
europeo, la inmigración ultramarina había arribado a la A pesar de las oscilantes políticas gubernamentales res-
Argentina en importantes contingentes entre 1880 y pecto de estos asentamientos, más allá de la alternancia
1940, provocando sensibles transformaciones en la estruc- entre erradicaciones y planes de vivienda popular, las villas
tura socioeconómica, política y cultural de la Argentina miseria permanecieron, así como, en sus líneas fundamen-
(Germani,1966). Con la llegada de los primeros inmi- tales, la caracterización que la sociedad y los organismos
grantes provincianos a las ciudades del Litoral, la confron- oficiales hacen de la población que las habita. Uno de los
tación entre “nativos” y “extranjeros” se volvió particular- hechos más trascendentes en la historia reciente de las vi-
mente conflictiva, no sólo por razones de índole laboral, llas bonaerenses es su erradicación masiva del ámbito capi-
sino también por las connotaciones étnicas de lo que, a la talino, en 1978, durante el último gobierno militar. Esta
sazón, muchos calificaron como una verdadera invasión: medida se caracterizó por su extrema dureza, el tono abier-
el “aluvión zoológico”2 (Taylor,1981). Los migrantes ul- tamente represivo, la arbitrariedad y la virulencia con que
tramarinos, sus descendientes y las familias tradicionales se expulsó a los pobladores de sus vecindarios. Los damni-
del Río de la Plata apodaron al recién llegado con los ficados pasaron a engrosar las villas del Gran Buenos Aires,
2 Expresión acuñada y empleada en la década del ‘40 para calificar a la clientela política del peronismo, proveniente, en su mayor parte, del interior
argentino.
116
Constructores de Otredad
o a constituir otras nuevas. Los efectos de este hecho en la además, dan sentido a su discurso y a sus cursos de acción:
conciencia y las estrategias organizativas villeras es un tema la pobreza y la inmoralidad4.
que apenas ha comenzado a tratarse (p.e., Oszlak, 1982; La pobreza alude a la desprovisión total o parcial de
Hermitte & Boivin, 1983) y que merece profundizarse. bienes y recursos valorados socialmente. El villero carece
de vivienda “digna”, de un suelo propio, de empleo estable
II -a veces, simplemente, carece de empleo-, de una instruc-
En la Capital y el Gran Buenos Aires el villero es una fi- ción considerada adecuada y completa, de condiciones sa-
gura social a la que se suele caracterizar por su anomia, es nitarias aceptables, de estabilidad habitacional y laboral,
decir, carencia de reglas y de moral; por su apatía, al no de seguridad social, etc. Según pudimos observar en
preocuparse por el progreso material y espiritual, ni tam- nuestro trabajo de campo, el villero tiene las mismas ex-
poco por el porvenir de sus hijos. Sucio, promiscuo e indi- pectativas que el resto de la población urbana en lo que
gente, se abandona a la vida fácil y se dedica al robo; si tra- concierne a sus necesidades en las áreas de salud, vivienda,
baja, lo hace para satisfacer las necesidades del día y para educación, trabajo, urbanización, etc. Sin embrago, debe
pagar algunos vicios, pues se da especialmente a la bebida; enfrentarse a limitaciones reales que obstaculizan e impo-
estos rasgos pueden explicarse –según esta caracteriza- sibilitan su acceso a distintos recursos, y por ende, a la con-
ción– por la incultura, ignorancia y su desconocimiento creción de dichas expectativas.
de las normas de urbanidad y, se argumenta en algunos La inmoralidad, imagen transmitida primordialmente
casos, por su inocencia provinciana, el excesivo apego a desde el medio extravillero, es retomada por el villero,
tradiciones rurales que obstaculizan su camino hacia la in- quien la admite e incluso sustenta, basándose para ello en
tegración cultural, hacia una exitosa movilidad socioeco- su propia experiencia. El pensamiento liberal concibe al
nómica. individuo como responsable y dueño exclusivo de su des-
Por sustentarse en los valores de los sectores hegemó- tino. De modo que la pobreza acusa, como en el pensa-
nicos -clases medias y burguesía porteña-, es a partir de miento calvinista, la ineptitud y desinterés en obtener “la
esta imagen que la población bonaerense conoce al villero. salvación”. De esta manera, la pobreza se transforma en in-
Este, por su parte, se hace cargo de la misma y algunos de moral, pues “no tener”, “no progresar” confirma las es-
sus rasgos pasan a constituir su propia identidad social. casas virtudes éticas del carenciado. Todas las categorías
Para reproducir el sistema, el esquema normativo3 he- morales que se aplican al villero remiten a la carencia; no
gemónico promueve determinados atributos de los tener útiles escolares ni libros es signo de que el alumno no
grupos sociales, y desaprueba otros, trazando así el ca- es aplicado; no tener trabajo, de vagancia; no tener es-
mino hacia el “buen sentido” prevaleciente, camino que pacio, conduce a la promiscuidad; no tener comodidades
idealmente “pueden” y “deben” recorrer todos los miem- ni evidenciar una exitosa movilidad social implica indo-
bros de una sociedad. En esta tarea pedagógica se prueba lencia y apatía. Estas interpretaciones fundadas en datos
ciertas identidades en las cuales se deposita todo lo ab- observacionales resultan de líneas explicativas propias de
yecto y vergonzante, lo que no corresponde al “deber los sectores sociales hegemónicos, y por obra de esta
ser”. Atributos con estas connotaciones desacreditan a misma hegemonía, se extienden a buena parte de la so-
sus portadores, justificándose entonces un trato diferen- ciedad.
cial para con ellos. E. Goffman denomina “estigmas” a
estos atributos (Goffman, 1970). El estigma es un rasgo III
de connotaciones sociales negativas, no por tratarse de Según E. Goffman, la “teoría del estigma” es una ideología
características despreciables en sí mismas, sino por cons- que pretende explicar la inferioridad del estigmatizado y
tituir significaciones que han ido elaborando los sujetos dar cuenta del peligro que representa esa persona para la
sociales. sociedad (Goffman, 1970). En esta sección examinaremos
Podemos reconocer la identidad social villera a partir la conceptualización que tiene el villero acerca de su con-
de dos características que no sólo son manifiestas sino que, dición y, más específicamente, acerca de las dos caracterís-
3 Retomamos aquí la expresión acuñada por G. Germani como “el conjunto de valores y normas que definen las categorías (status), las áreas legíti-
mas, esperadas o toleradas de participación y los mecanismos de asignación de los individuos a cada categoría” (GERMANI, 1980:71). Sólo que,
según nuestra acepción, este esquema normativo es el hegemónico, pertenece a las clases dominantes y, por lo tanto, su preservación está sujeta a
complejos procesos de lucha y confrontación entre las clases y los sectores sociales.
4 Su identidad política predominante peronista, su bagaje cultural provinciano y las connotaciones relativas a la ignorancia, son tres aspectos que, si
bien relevantes, dejaremos parcialmente de lado en el siguiente análisis.
117
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
ticas señaladas en la sección anterior como ejes organiza- jeres y hombres implica que el ausentismo conduce a la
dores de su identidad social. pérdida del jornal. En consecuencia las razones para aban-
donar el trabajo suelen ser aquellas que requieran de aten-
III.1 ción inmediata. Demás está decir que, a pesar de las expec-
En estas páginas emplearemos el concepto de “pobreza” tativas paternas de que los niños lleven adelante una ca-
como término relativo que se resignifica según el contexto rrera escolar exitosa –que salga de “cargabolsas”
sociocultural, ello no obsta para que podamos identificarla (estibador) o de “fregapisos” (empleada doméstica)– el au-
en aquellos grupos humanos cuyas necesidades vitales se sentismo es prácticamente obligado desde el momento en
encuentran apenas resueltas; pero lo que aquí nos interesa que la unidad doméstica requiere del trabajo remunerado
es la conceptualización y manipulación social que se hace o de la presencia de los hermanos mayores para cuidar de
de la misma. los más pequeños y, así, colaborar con la madre para que
La pobreza se dimensiona y reconoce por compara- ésta salga a trabajar.
ción; contrastada con las pautas de los sectores medios bo- La mejora que han experimentado muchos migrantes
naerenses, con los dictados de los medios masivos de co- procedentes de un medio rural y semiurbano en sus condi-
municación, los villeros se consideran como pobres; sin ciones de vida, relativizan la pobreza de la villa. Sin desco-
embargo, comparado con las condiciones de vida de mu- nocer sus condicionamientos, es conveniente señalar por
chos de estos inmigrantes en sus lugares de origen, en- un lado, las ventajas que les ha ofrecido la ciudad –aún
tienden haber experimentado notorios avances, conquis- mediada por estos precarios asentamientos– en distintas
tado nuevas comodidades y beneficios inimaginables en el esferas de la vida cotidiana; por otro lado, los beneficios re-
medio rural y semiurbano de algunas provincias argen- lativos que redundan de vivir en una villa miseria.
tinas. El agua corriente -así sea de una canilla pública y no a
En una villa miseria, la primera impresión de la po- varias cuadras de la vivienda, como en el campo-, el acceso
breza se manifiesta en el estado edilicio, sanitario y urba- a artefactos para el hogar nuevos o usados que aligeran las
nístico del vecindario, en la restricción al consumo, espe- tareas domésticas, la proximidad de los establecimientos
cialmente de artículos alimenticios, vestimenta y medica- escolares y sanitarios, el trabajo jornalizado o mensuali-
mentos. Los efectos de esta carencia obedecen, por una zado con duración diaria estipulada, los beneficios para
parte, a la falta de ciertos recursos –en especial, de co- aquéllos que han accedido a un empleo estable, la diver-
mida– y por la otra, a la acumulación de diversas carencias, sidad de productos en el mercado, entre otras, aparecen
de modo que podríamos hablar de un efecto multiplicador como ventajas evidentes según la consideración de la ma-
de la pobreza. Este efecto consiste en la complejización yor parte de los entrevistados, quienes ni siquiera piensan
progresiva de distintas necesidades no satisfechas, por la en la posibilidad de regresar a su provincia natal, aunque
falta de recursos económicos; pero la suma de estas necesi- en ella siempre se encuentren parientes dispuestos a reci-
dades se vuelve, en sí misma, el origen de nuevas y cada vez birlos. Esta opción aparece más como un margen para la
más apremiantes dificultades. Ello puede ejemplificarse imaginación, que para la acción concreta, y les permite so-
con lo que ocurre en las áreas laboral, sanitaria y educa- brellevar la dura situación económica de los últimos años.
cional. Por nuestra parte, no hemos sabido de ningún caso de
Es frecuente que el jefe de familia, a veces el hombre, a re-emigración sino, por el contrario, de nuevos inmi-
veces la mujer, carezca de un empleo estable que le brinde grantes que huyen del minifundio, de los bajos precios de
la cobertura social correspondiente; al no contar con in- sus productos en el mercado local y de las inundaciones.
gresos regulares, la previsión a mediano plazo y la adminis- Sumado al hecho de que para muchas familias la villa
tración mensual o quincenal de los fondos domésticos se sea una de las pocas alternativas –sino la única– donde le-
tornan imposibles, y los gastos deben planificarse diaria- vantar una vivienda, lo que se ha visto agravado por el en-
mente. Al no contar con una cobertura social adecuada, la carecimiento de los alquileres en la Capital Federal y el
enfermedad de cualquier miembro de la familia es mucho Gran Buenos Aires, es necesario señalar algunos beneficios
más costosa, porque los mayores suelen postergar sus tra- de residir en estos asentamientos para poder comprender
tamientos médicos en pos de resolver necesidades más ur- el fenómeno en toda su complejidad.
gentes. Ante los primeros indicios de enfermedad, el adul- En un país con un mercado de empleo en retracción, las
to recurre a remedios caseros o patentados que les reco- redes sociales del villero suelen garantizarle, aunque transi-
miendan quienes haya presentado síntomas similares. La toriamente, el enlace para ciertos trabajos temporarios que
jornalización de los puestos en que suelen emplearse mu- satisfagan sus necesidades diarias. En esta mecánica, los
118
Constructores de Otredad
contratistas y subempleadores tienen una función principal Otro aspecto a destacar de las diversas causas de su po-
pues ellos deciden el conchabo de determinados postu- breza, es el de los reiterados engaños y abusos de la auto-
lantes según la calidad de su trabajo y los términos de sus re- ridad hacia el villero. En su larga historia se encuentran so-
laciones personales. La villa es una fuente de relaciones in- brados ejemplos en que esta población fue manipulada
formales que aseguran, entre otros, la provisión de mano de políticamente bajo promesas vanas de mejorar su situa-
obra para el puerto, la estiba de camiones y la construcción, ción. En otros casos, la gestión oficial o su interrupción
así como para el trabajo doméstico femenino. por un golpe de estado o diversos negociados con las tie-
En virtud de sus magros e irregulares ingresos, pocos rras, desvanecieron planes villeros de relocalización, pavi-
villeros podrían afrontar las obligaciones mensuales de mentación, transferencias de títulos de propiedad del
una vivienda; ni la corriente eléctrica, ni el gas, ni la cuota suelo, etc.
del departamento por ínfima que ella sea, ni el impuesto Estas explicaciones no son excluyentes, y señalan clara-
municipal, ni el pago de las expensas mensuales están a su mente los deseos de movilidad socioeconómica del sector
alcance. Se suele afirmar que “nosotros vivimos gratis” y la valoración negativa de su pobreza. Esto es significativo
precisamente en este sentido. cuando se lo contrasta con aquellas interpretaciones extra-
El villero explica su pobreza a través de distintos razo- grupales que suponen que el pobre se descansa en su situa-
namientos alternativos y complementarios: ción y que es feliz en su miseria; no hay tal acostumbra-
—Siempre hubo pobres y ricos; esta respuesta, de cierto miento ni tal comodidad.
tono fatalista, no contempla la posibilidad de que el El villero responde a su pobreza y a las dificultades de-
pobre introduzca modificaciones en su realidad. rivadas con el esfuerzo, abriéndose paso entre estrategias
—Dios decide quién es rico y quién no, pero estas condi- inexploradas a las que otros grupos sociales no necesitan
ciones no son definitivas, ya que repentinamente el rico recurrir. En el discurso de algunos informantes, éstos se
puede caer en desgracia –el juego, las estafas y el alcohol enorgullecen de ser dúctiles, adaptables a las circunstan-
son algunos de los factores más frecuentes– y el pobre cias y a la adversidad: “el pobre siempre se las arregla para
ascender merced a su trabajo, un golpe de suerte en el comer”. Aunque no siempre sea así, transmiten la verda-
juego, viveza o los negocios turbios. dera imagen de que buena parte de las energías se invierten
—Las dificultades que trae consigo la pobreza pueden ser en la implementación de las más variadas tácticas para re-
pruebas que Dios interpone en el camino de los hom- solver cuestiones primordiales. El villero se desempeña en
bres para probar su calidad moral y su fe. todo tipo de trabajos sucesiva o simultáneamente, y se
—Las sucesivas gestiones oficiales, sumadas a las arbitra- jacta de realizar aquéllos que revisten un alto riesgo per-
riedades de los políticos y la ambición de los ricos, son sonal sin hallar más compensación que una exigua paga
en parte responsables de frustrar los intentos de progre- diaria. La destreza y la valerosidad son, pues, cualidades
so económico de este sector de la población. El engaño, que acompañan a las grandes dificultades para emplearse.
las promesas incumplidas y los intereses personales no El discurso villero altera el signo de sus condiciones de
contribuyen al mejoramiento de las condiciones de vida, por momentos, extremadamente deficientes, exal-
vida de los villeros. tando sus virtudes de selfmade man. “Acá uno se rebusca, si
hay que hacer de changador, changuea; si hay que ciru-
Las explicaciones sobrenaturales nos remiten a pos- jear5, cirujea”. Reconoce la precariedad del asentamiento,
tular que la reflexión del pobre acerca de su condición y entiende que sus vecinos –por lo general, no se acusa a sí
reconoce sistemáticamente los límites de sus posibili- mismo– son también culpables del mal estado de una
dades para modificar una situación cuyas causales no zanja o de un pasillo. Pero, por otra parte, se jacta de las ta-
están íntegramente en sus manos. Reviste este reconoci- reas que él o alguna organización vecinal y partidaria en la
miento de un sentido funcional de la pobreza donde que participa han emprendido por sí solos, sin el apoyo
ésta desempeña un papel en el desarrollo de las condi- municipal ni de técnicos especializados para la mejora ba-
ciones morales de los individuos: una prueba en la vida. rrial.
En este sentido, reconocer las limitaciones no significa Diversos testimonios concluyen valorando positiva-
adormecerse en la imposibilidad sino, quizás, convivir mente vivir en la villa, habiendo rechazado ofertas de pa-
con ellas y, más aún, transformarlas en viabilizadoras de rientes y amigos de mudarse a otros barrios “mejores” pues
una modificación. “yo no quiero deberle nada a nadie”. Vivir en la villa sería,
119
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
entonces, una prueba del propio esfuerzo y de la genuina pasillos; entretanto, el ladrón sale por el lado opuesto
capacidad de un individuo para hacer frente a sus necesi- del barrio sin ser visto y, aparentemente, vive en la villa
dades; no, como en la interpretación calvinista, una donde tiene su guarida;
muestra de apatía e indolencia. —Muchos de quienes están detrás del dinero fácil, se in-
ternan en la villa para conseguirlo, pues se suele decir
III.2 que “en la villa hay plata segura”. Tal es el caso de las
El villero sabe que “la villa es un lugar mal mirado por la razzias policiales que se llevan a cabo precisamente los
gente”. Reconoce que decir “soy de la villa” puede signi- días en que los trabajadores cobran sus quincenas, tras
ficar que el extraño sospeche de inmediato de sus condi- ser detenidos bajo los cargos de ebriedad, revisión de
ciones morales. Comparte con el no villero la concepción antecedentes o falta a la autoridad, los reos deben abo-
de que en las villas miseria residen ladrones, prostitutas, nar una suma de dinero para quedar en libertad; de lo
borrachos y jugadores. No sólo lo afirma sino que, contrario permanecerán en la dependencia una semana
además, algunas medidas de disciplina que impone en su o más, perdiendo su empleo, su jornal, o el premio al
hogar condicen con este hecho,; no se permite a los me- ausentismo y a la puntualidad.
nores ni a las jóvenes ausentarse del hogar más allá del
anochecer; se teme a los incendios intencionales provo- Lo expuesto nos lleva a señalar que el villero no niega la
cados por rencillas entre facciones o entre bandas delic- existencia de ciertas “irregularidades” en su vecindario,
tivas y policiales; se acompaña a las mujeres que salen a pero no las atribuye exclusivamente a la inmoralidad de
trabajar antes de que amanezca para evitar que sean agre- sus residentes sino a instigadores y pervertidores externos
didas. que utilizan a la villa como su base de operaciones. El vi-
Esta caracterización le trae al villero diversos inconve- llero no se atribuye una moral especial, diferente a la del
nientes y limitaciones en su interacción con los no villeros; resto de sus conciudadanos; a lo sumo afirma que “acá hay
p.e., en lo concerniente al plano laboral, las fábricas ve- más libertad”, en el sentido de que se utilizan palabras
cinas no contratan villeros para puestos fijos sino para consideradas groserías, o que las expresiones genitalizadas
temporarios, mediando el vínculo de un contratista. El son más frecuentes y manifiestas que en otras partes. Rela-
personal de estas empresas argumenta que los villeros son tiviza la gravedad del asunto afirmando que en su villa no
irresponsables, bebedores y ladrones, y que pondrían en hay más prostitutas que, p.e., en la Capital, sólo que aquí
peligro la continuidad de tareas consideradas de impor- son menos “visibles” pues se visten como damas y sus
tancia. El villero, por su parte, afirma no entender la me- “amigos” las encubren con dinero.
dida, pues si es pobre, necesita más que cualquier otro pos- El villero considera que una medida protectora para
tulante ese empleo, y hará todo lo posible para conser- desligarse de la inmoralidad de sus vecinos, es “ocuparse
varlo. Cuando en una escuela cercana a la villa faltan útiles de las cosas de uno”, sin entrometerse en la vida de los
escolares, algunas madres acusan de inmediato a los niños demás. Nuestros informantes se enorgullecen de no mero-
villeros. En los hospitales, donde muchas madres solteras dear en la calle o en casas ajenas aunque ello no es estricta-
villeras dan a luz a sus hijos, el personal de enfermería hace mente cierto, sino un comentario que sigue inmediata-
sentir a la parturienta la culpa por su inmoralidad que la ha mente a la presentación y de permanecer en su hogar con
llevado a concebir un hijo por el cual en ese momento se la familia reunida. Debido a las características del sistema
asusta y sufre. delictivo, la coerción, la complicidad, el encubrimiento, la
Algunas de las causas atribuidas a que las villas miseria venganza, la desprotección ante las balaceras y el desam-
sean consideradas antros de inmoralidad son: paro frente a los procedimientos policiales, sus consecuen-
—Diversos negocios turbios cuyo escenario es la villa son cias no sólo afectan a los “culpables”. Es necesario que los
conducidos por personal extravillero, capitalistas que padres vigilen la compañía (las “juntas”) de sus hijos
lucran explotando al villero y extrayéndole su dinero; aunque ello no siempre es posible para evitar, p.e., que
—La villa miseria es la trastienda de la ciudad; aquí vienen sean tentados por vendedores de objetos robados y cola-
ciudadanos “respetables” a hacer todo lo prohibido y boren en su comercialización; o que entren en el mundo
luego se van, diciendo que la villa es un conglomerado de la drogadicción. El temor a que los adolescentes tomen
de malvivientes; por el “mal camino” es una poderosa razón para aban-
—Frecuentemente, ladrones de otras partes o de las inme- donar la villa. Ello no se debe sólo a cuestiones de índole
diaciones, se internan en la villa para burlar la persecu- moral sino, fundamentalmente, al riesgo personal del
ción policial; los agentes no se aventuran por los joven y su familia.
120
Constructores de Otredad
Un capítulo especial dentro del eje identificatorio de la dades, sino también sus propios compañeros. La burla ma-
inmoralidad es el que corresponde a la ocupación ilegal de siva hacia un niño con alguna enfermedad eruptiva
la tierra. Como es sabido, muchas villas miseria se ex- evidente, con signos de alguna golpiza paterna o carente
tienden en predios fiscales o particulares sin edificación. de los útiles necesarios –todo lo cual puede ser frecuente y
En consonancia con diversas razones que ya hemos ex- generalizado entre los escolares de los establecimientos
puesto: proximidad del lugar de trabajo, vecindad de pa- cercanos a una villa miseria– puede expresarse bajo la
rientes, establecimiento de una importante red vecinal y forma de los motes “sucio”, “negro villero”, etc.; el damni-
de amistad; presencia de compadres, exención del pago de ficado entiende bien pronto el tono peyorativo de estos
tasas e impuestos, etc., la permanencia de los “intrusos” términos aunque todavía no conoce sus connotaciones
depende de la política oficial respecto de estos asenta- precisas; intuye que “ser villero” no es bueno y, consi-
mientos (relocalizaciones forzosas o planificadas, no in- guientemente, aprende a ocultarlo. Esta actitud se ve agu-
novar, etc.). La incertidumbre tanto como la vivencia de dizada en escuelas alejadas a su barrio, privadas y secunda-
ser un residente sin derechos son el resultado de una rias donde, si los hay, los villeros son una ínfima minoría.
imagen fomentada por la población en general y percibida Los adolescentes y, particularmente, los jóvenes son
por los villeros en particular, además de las condiciones quienes más frecuentemente encubren su identidad. Ello
objetivas de su asentamiento. “El otro día andaba viendo podría obedecer al intento de las muchachas de establecer
un helicóptero que daba vueltas y daba vueltas... y yo una pareja con jóvenes no villeros, como también a las
pensé: Uy, ahora queman la villa y tenemos que salir co- connotaciones inmorales que tiene ser villero y a los
rriendo como ratas”. ideales de moralidad exigidos por esta sociedad a la mujer.
De ahí la importancia de residir en un predio propio, Asimismo, muchos adultos de ambos sexos ocultan su
ya sea un departamento o una casa, la línea fronteriza que identidad, ya sea por motivos laborales, ya sea por ver-
separa a villeros de no villeros es el ámbito de su residencia; güenza ante sus propios compañeros, especialmente si la
deja de serlo aquél que se muda a otro barrio, donde las mayoría no pertenece a su vecindario. En estos casos el
pautas de urbanización se corresponden con los dictados ocultamiento de la identidad va a la par de diversos in-
municipales. El factor urbanístico y, más específicamente, tentos por salir de su condición. Esta búsqueda de movi-
las condiciones de ocupación del suelo y la vivienda ho- lidad social junto al hecho de desenvolverse en medios no
mologan a todos aquellos que comparten este estigma. villeros hace que el estigmatismo encubra aquel factor que
lo diferencia de sus compañeros.
IV El ocultamiento y la vergüenza conducen tanto a los
Como se expuso más arriba, el estigma es aquel atributo niños como a adultos a la fragmentación de su vida social.
que, por su significación social, suministra información Una primera imposición externa, como es ocultar el
acerca de su portador, una información que puede ser ma- origen social, cultural y geográfico del villero, excluir expe-
nipulada en función de la interacción. La utilización del riencias y sucesos barriales de los temas de conversación
estigma (p.e., la ceguera, una deformación física, desco- –organización y participación en tareas vecinales, repara-
nocer el idioma del medio, pertenecer a una raza, credo, ción urbanística, comentarios sobre algún evento parti-
grupo étnico o ideología política perseguidos), interviene cular, una inundación, la erradicación del predio, etc.– se
decididamente en las sucesivas redefiniciones sociales traduce, a la larga, en un desconocimiento deliberado de la
como si fueran constantes negociaciones acerca de cuáles propia historia y necesidades del propio lugar en la estruc-
son las limitaciones y las ventajas que este rasgo peculiar tura social y, en muchos casos, en la desvalorización y el
impone. ocultamiento vergonzante de la propia familia, de los ve-
“Ser villero” es un estigma que el niño aprende cinos y, en definitiva, de la propia persona.
–además de algunos comentarios de sus mayores– desde Hemos observado que esta actitud responde más bien a
los primeros años de la escuela. Aquí, cada alumno ad- quienes están en condición de lograr un ascenso social.
quiere una imagen de sí mismo por contraste con los Aquéllos que se encuentran sumergidos en su pobreza, ca-
demás compañeros, internalizando juntos el código nor- rente de trabajo estable y de ingresos regulares, son bas-
mativo hegemónico de la sociedad. A través de las con- tante menos enfáticos en este aspecto. Su medio habitual
signas lanzadas por las autoridades escolares, el niño recibe es la villa y los empleos donde predominan trabajadores de
una serie de pautas –útiles para llevar, tareas que realizar, esta extracción.
una conducta a observar, un vocabulario “adecuado”, Sin embargo, no todas las circunstancias son ade-
etc.– cuyo incumplimiento no sólo sancionan las autori- cuadas para ocultar “información social”; a veces es conve-
121
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
niente que el villero exprese, de modos diversos, su iden- cuente ante una relación claramente asimétrica. Si el ex-
tidad social. En efecto, su manifestación puede definirlo a traño emite una afirmación que sentencia y desvaloriza la
la par, en posición inferior o superior respecto de su inter- calidad humana y moral del villero, éste ni asiente ni re-
locutor, dependiendo de rasgos personales, de las circuns- futa. En repetidas ocasiones hemos observado cómo el
tancias de la interacción y de los fines de la misma. portador de esta identidad estigmatizada desviaba la mi-
Cuando se define como tal, el villero suele presentarse rada y aguardaba a que su interlocutor cambiara de tema
ante los demás con distintos matices que denotan su infe- de conversación. Esta actitud es particularmente adecuada
rioridad. cuando hay en juego una transacción, ya sea un empleo o
Como carenciado, se muestra necesitado, minusvá- la entrega de un bien al villero. En estos casos, su absten-
lido, incapaz de valerse por sí mismo. La actitud y el dis- ción garantiza la continuidad de la relación y, sobe todo, la
curso adquieren un tono suplicante, de demanda lasti- obtención de ciertos beneficios. Por otra parte, el silencio
mera, de queja y ruego hacia el no villero quien, a partir de que aparenta una falta de respuesta o la pasividad, en rea-
su conmiseración, pasará a hacerse cargo de las desven- lidad encubre una disconformidad no explicitada que, a la
turas del pobre haciendo uso de sus influencias, su poder y vez, no arriesga la fuente de recursos materiales y laborales.
su status económico suponiendo, además, que el villero En una posición contestataria, donde la inferioridad da
está totalmente desprotegido e inerme ante su triste des- lugar a cierta equiparación de los interlocutores, el silencio
tino. En este caso, la manifestación de la identidad villera a es reemplazado por distintas explicitaciones de disconfor-
través de la ostentación de la pobreza, contribuye a la ob- midad. El villero puede increpar al maldiciente y prejui-
tención de beneficios secundarios. Esta actitud ha sido re- cioso, mediante una mirada fija y desafiante, y/o a través
forzada desde la política de diversas instituciones, funda- de la agresión física directa.
mentalmente la Iglesia Católica, las organizaciones de Be- Parecen relativamente pocas las circunstancias en las
neficencia, las gestiones oficiales y los partidos políticos cuales el villero puede detentar una posición de superio-
(especialmente el Partido Justicialista, que ha tenido ma- ridad ante el no villero. Sin embargo, ello ocurre cuando
yor inserción partidaria en los sectores populares). El vi- éste depende de aquél para alguno de sus fines. P.e., el te-
llero se define ante ellos desde el ángulo de clientela perti- rritorio que comprende la villa miseria es una “terra incóg-
nente; ante la Iglesia, el villero aparece como pobre y fiel nita” donde el extraño siente temor a la agresión y a perder
cristiano; ante las organizaciones de beneficencia, como el rumbo en la ininteligible trama de pasillos internos. Los
simple carenciado; ante el Partido Justicialista, como po- funcionarios de distintas reparticiones oficiales –censistas,
bre y peronista. asistentes sociales, celadores, maestros, carteros– y todo
En razón de sus connotaciones inmorales, el villero aquel que deba internarse en la villa –proveedores, cobra-
puede presentarse en una posición de inferioridad defen- dores, vendedores, levantadores de apuestas– requieren de
siva, cuando ante la mera presencia de un extraño no villero, la mediación de un conocedor para ubicar a determinadas
sin responder a acusación explícita alguna, el villero se ex- personas, devolver un niño a la escuela, canalizar ayuda a
cusa por su precaria condición, por la suciedad del hogar, la población, etc. Los villeros se transforman en verda-
por el frío dentro de su vivienda, por las goteras, por las in- deros baquianos, concientes de su saber exclusivo y de su
comodidades, o reprende de manera excesiva a sus hijos rol insustituible. Aún así, la decisión de brindar la ayuda
cuando éstos andan desarrapados, descalzos o emplean un solicitada dependerá de un conjunto de factores circuns-
léxico inoportuno ante el visitante, demostrando así, co- tanciales y personales. El villero se torna un mediador a la
nocer y compartir con éste su código y sus pautas. vez que un protector del extraño en la villa y, eventual-
En relación con esta imagen, el villero puede mostrarse mente, de aquéllos que residen en los barrios aledaños, en
como un aliado del no villero, sabiéndose en una condi- la medida que puede interceder para la búsqueda de ob-
ción desventajosa, se manifiesta conocedor de todos los es- jetos “perdidos” o para prevenir el robo en ciertas vi-
tigmas que pesan sobre su sector social y aprueba las con- viendas pues pertenecen a “amigos”.
clusiones que extrae el no villero. El villero hace gala de su
propia moralidad, se queja de la inconducta de sus vecinos V
y la precariedad general del asentamiento, con el fin de En esta sección intentaremos exponer el papel desempe-
prevenir al visitante que él es diferente al resto, que no ñado por los villeros respecto a la constitución de su iden-
comparte las connotaciones negativas de vivir en una villa. tidad, cuyo significado se encuentra fuertemente condi-
Al ocupar una posición de inferioridad replegada, el si- cionado por el sector hegemónico. Podemos resumir este
lencio y la abstención son, quizás, la respuesta más fre- punto en dos premisas:
122
Constructores de Otredad
—el villero desarrolla un rol activo en la construcción de algunas cuestiones que, aun cuando afecten a la población
su estigmatizada identidad; en general, en la villa son de más difícil solución, debido al
—-una de las manifestaciones de este rol es la resignifica- efecto multiplicador de la pobreza. Las limitaciones exis-
ción del estigma en función de las posibilidades que le ten y muchas son infranqueables, al menos por el mo-
brinda la interacción y según sus intereses concretos. mento. Erróneamente se suele identificar esta infranquea-
bilidad con la indolencia y el abandono.
La identidad villera se funda en dos características –po- Mediante la expresión de su pobreza, el villero reivin-
breza e inmoralidad– ejes de la ubicación que el villero dica constantemente su lugar social: un lugar de provisión
concibe para sí en el sistema social mayor y fundamento de y de derechos, no de carencia y privaciones. Variados testi-
la relación con el extraño. En el proceso social, la relación monios aluden a que el villero es capaz de ocupar una
con el villero ha adoptado dos modalidades articulatorias mejor posición que la actual y de responder a sus obliga-
que consisten, según los términos de J.J. Brunner, en la ciones y responsabilidades. Refiriéndose, p.e., al reparto
“asistencialización” y la “marginalización” del pobre de alimentos en el vecindario por parte de los comités jus-
(Brunner,1978). ticialistas en 1974, una vecina (justicialista también) refle-
La asistencialización, una de las operaciones que la xionaba lo siguiente:
ideología dominante instrumenta respecto de estos sec-
tores para su sujeción, consiste en reducir la relación entre “...ellos (los peronistas) reparten a los necesitados y yo soy
el pobre y la sociedad mayor a la asistencia mediada, en una necesitada, y además, por dos kilos de cualquier cosa
principio, por un aparato organizativo específico. De este que repartan, no me están haciendo un gran favor...!!!
modo, la sociedad “niega el momento positivo de la pro- Además yo pienso que un buen gobierno no tiene porqué
ducción de la pobreza” (Ibid.:47), haciéndose cargo “por andar dando cosas a la gente; tendría que dar trabajo,
propia iniciativa” de la necesidad de este sector. Se ha des- abrir fuentes de trabajo ¿no?”
plazado, pues, la verdadera causa de la miseria.
Según esta operación, los villeros participan del pro- Ello no obsta para que, como vimos, deje de hacer galas
ceso social desde su exclusión de las oportunidades de con- de su pobreza con el fin de obtener ciertos beneficios se-
sumo. El estado y las organizaciones asistenciales se autoe- cundarios; pero esta estrategia, producto además de una
rigen en agentes activos mientras que los pobres son rele- nutrida experiencia en relaciones asistencialistas, suele
gados a un papel pasivo y dependiente; el Estado y sus quedar a un lado cuando el demandante dispone de otros
agentes son los dadores; el pobre es un mero receptor. medios más apropiados a su nueva situación. Tal es el caso
Esta perspectiva que asigna un lugar social y político de una mujer que dejó de retirar leche en polvo, que se ad-
determinado a los villeros presenta algunas variantes, to- ministraba gratuitamente en el puesto sanitario, cuando
das ellas igualmente mecanicistas. Ya sea por considerarlos su marido consiguió un trabajo efectivo.
moral o culturalmente inaptos, ya sea por determinación La segunda modalidad articulatoria es la “marginaliza-
económica, la respuesta villera no suele tenerse en cuenta ción” del pobre, esto es, efectuar el desplazamiento desde
puesto que se supone, p.e., que los villeros están determi- un lugar subordinado a otro exterior al sistema. La po-
nados absolutamente –mucho más que “en última ins- breza, entonces, adquiere connotaciones morales inadmi-
tancia”– por su posición de explotados o bien, de igno- sibles pues el pobre pasa a formar parte de un mundo
rantes e incapaces; se concluye, por lo tanto, que su propio ajeno a este mundo, exterior, incontaminado pero incom-
margen de acción, de relativa autonomía, es inexistente. prensible, y por lo tanto, siempre amenazante.
En la sección anterior señalamos que el villero res- Los villeros hacen su propia conceptualización de la in-
ponde con el esfuerzo a las limitaciones que le impone su moralidad: refutan las generalizaciones que los involucra
pobreza; su vida es sumamente esforzada tanto en lo que en asuntos turbios de sus vecinos o de extraños que usan a
respecta a lo cotidiano (buscar agua, alimentarse, trabajar, personal villero para sus oscuros fines; consideran a los in-
etc.) como para hacer frente a eventos extraordinarios (una morales un mal del barrio que puede resultar nocivo para
muerte, la erradicación del predio, un incendio, etc.). Nu- los demás residentes y, fundamentalmente, para la crianza
merosas tareas de fácil realización en la ciudad, se vuelven y seguridad de sus hijos.
en la villa verdaderas empresas; p.e., la amenaza de las La convergencia entre la posición socioeconómica y el
inundaciones, siempre probables en terrenos tan anega- status jurídico ilegal de la población villera respecto de la
dizos, ponen en peligro numerosos bienes que resultan de- tierra que ocupa, imponen a este sector un estrecho mar-
masiado costosos para este sector. Otro tanto ocurre con gen de acción frente a los controles externos. Por consti-
123
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
tuir un ámbito social que las leyes desconocen como VI. Conclusiones
propio, en la medida que un espacio definido por estar al La identidad villera se funda en dos características –la po-
margen de la ley (ocupación de tierras fiscales) no es legis- breza y la inmoralidad/ilegalidad– en virtud de las cuales el
lable, los controles externos no se abstienen de actuar sino villero se concibe a sí mismo y a sus relaciones con el sis-
que operan de modo diferente; sus vínculos con la pobla- tema social global; por su parte, en función de ambas, el
ción son básicamente informales y recorren una vasta no villero dirige su interacción con el estigmatizado. En la
gama que va desde la asociación ilícita y la extorsión, hasta reproducción de su articulación subordinada con otros
el tratamiento más o menos corriente que se la da a cual- sectores del sistema social, tiene gran relevancia la cons-
quier ciudadano. Los mismos vecinos aseguran que mu- trucción de una identidad basada en estigmas acuñados
chos delincuentes terminan como simples empleados de la por los sectores hegemónicos.
policía, compartiendo con ella sus ganancias. Por su parte, En esta ponencia hemos intentado responder a tres in-
cada villero actúa respecto a los demás con una compli- terrogantes:
cidad tácita; frente al extraño explica no tratarse con los
demás vecinos, ni saber de sus andanzas. El villero res- -¿En qué consiste la identidad villera?
ponde con este “encubrimiento involuntario” a la vigi- -¿A través de qué fenómenos manifiesta esta identidad la
lancia permanente de los controles externos y de los ve- articulación subordinada del villero?
cinos de los barrios aledaños. “Acá todos tienen algo que -¿Qué papel asume el sector estigmatizado en la definición
esconder” se comenta. Asimismo, el supuesto desentendi- de su identidad?
miento (y desconocimiento) de un sujeto respecto de las
dudosas actitudes de sus vecinos aparece, más bien, como La identidad social villera expresa permanentemente la
una pauta ideal autoprotectora, como medio de asegurar articulación subordinada de este sector a través de la incor-
su neutralidad respecto de algunos sucesos en que más poración de diversos atributos cuya estigmatización im-
tarde pueda verse involucrado. ponen los sectores hegemónicos. Pobreza, inmoralidad y
Su condición de “inmoral” (fuera de la moral reque- otros rasgos relacionados con aquellos reciben, en prin-
rida o dominante) y de “ilegal” (fuera de lo legislable) no cipio, un significado que se hace presente en la interacción
sólo segrega algunos campos de actividad sino que integra entre extraños y villeros. Estos, tienen en cuenta que su
otros. La ilegalidad y la inmoralidad se transforman en atribuida inmoralidad puede restarles posibilidades en la
vehículos de la articulación entre los villeros y los restantes obtención de ciertos recursos, vedarles el acceso a determi-
sectores del sistema social. nados ámbitos y, por consiguiente, ocultan su identidad.
Sin instancia a que apelar, y siendo su principal base el Su manipulación obedece a un código normativo y valora-
apoyo material y social del vecindario con el que comparte tivo común a villeros y no villeros que distingue lo moral
su estigma, el villero encubre y oculta. La inmoralidad se de lo inmoral, lo ocultable de lo expresable, lo digno de lo
estructura también en un código que aparece como intra- indigno, etc., según las circunstancias y los requerimientos
ducible y hermético para el observador externo, no sólo de la interacción. Sin embargo, ello no asegura la respuesta
como un termino de la interacción compartido con los ex- en una misma dirección que lo esperado.
traños. Tras la ininteligibilidad de lo no previsto por el Lejos de responder mecánicamente a los roles y las ex-
“buen orden”, la inmoralidad se vuelve un refugio que pectativas reproductivistas que los sectores hegemónicos le
ampara a este sector social. Digamos entonces, que lo “in- deparan, el villero utiliza su estigma para mejorar su con-
moral” no es simplemente una acusación externa, sino dición. El signo negativo de su identidad puede ser em-
también la caracterización defensiva de este vecindario; es pleado como un arma para sus propios fines o ser revertido
el denominador común que protege al villero –a cierto en función de sus intereses, para la obtención de recursos y
precio, es claro– en su significación dual; por una parte, es para asegurar a los suyos la supervivencia en este difícil
un término de transacción con los controles externos y do- contexto.
minantes; por el otro refiere lo incontrolable, lo imprevi- Ni abiertamente impugnador, ni claramente sumiso, el
sible; es su propia arma y el arma esgrimida contra él; es su villero construye y utiliza su identidad a través de la expe-
salvación y su condena, se constituye así en su margen de riencia de su constante lucha por la vida.
acción, en su relativa autonomía. Buenos Aires, abril de 1984.
124
Constructores de Otredad
Bibliografía
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dades del Gran Buenos Aires. Impactos externos y autoges-
tión, FLACSO, Buenos Aires, 1983. Mimeo.
125
PASOS PARA EL ESTUDIO Y LA EXPOSICIÓN
DE UN TEXTO ANTROPOLÓGICO *
Esteban Krotz
El objetivo de este texto consiste en señalar una serie de elementos necesarios para apropiarse
intelectualmente de un texto antropológico y/ o para prepararlo para una exposición en clase.
Vale para los textos habitualmente breves contenidos en los programas de los cursos de la
licenciatura en antropología social, pero sirve también para el estudio de obras más
voluminosas. Se trata de un esquema entre otros posibles que hay que adecuar al propósito
específico del que se trate (estudio individual, trabajo en grupo, exposición en clase, etc.).
I. Premisas
II. Procedimientos
1. Ficha precisa del trabajo a que se refieren las notas, la exposición e indicación
rápida - en una o dos oraciones - de la temática o problemática general a que se refiere la obra.
(En el caso frecuente en los cursos de que el texto por estudiar sea un capítulo de un libro, un
artículo de una revista, etc., es conveniente hacer alguna anotación sobre la obra completa de la
que se trabajará una parte).
7. Segunda parte de la evaluación (crítica): confrontación con otras obras. Aquí puede
relacionarse la obra completa con otras obras completas del mismo tipo o bien partes de la
misma con partes de otras (por ejemplo, comparar los modelos, las metodologías, la calidad de
materiales empíricos, la definición y utilización de conceptos, los resultados; es importante
recordar que no es admisible comparar sin mayor análisis, obras escritas en épocas históricas
diversas, comparar un artículo exploratorio con una obra basada en años de investigación, etc.)
En el tratamiento de un texto que forma parte de un curso, es sugerente relacionarlo
con otros textos del mismo curso. También textos estudiados en otros cursos sobre temas
relacionados y obras utilizadas en una investigación constituyen materiales adecuados para tal
confrontación.
8. Tercera parte de la evaluación (crítica): opinión propia. Esta se basará, desde luego,
en los dos puntos anteriores. Sin embargo, es conveniente anotar brevemente tanto su
formulación como su fundamentación, ya que esta opinión será la posición que uno
sostendrá en una discusión sobre autor, obra, problemática tratada.
III. Observaciones adicionales
1. Tomando en cuenta los incisos I-3, I-4 y II-8, es conveniente incluir en las notas de
lectura en la exposición elementos para la contextualización biográfica (datos sobre el/a
autor/a y sus obras en general), que frecuentemente pueden obtenerse de una enciclopedia, de
una historia de la antropología, etc. o del profesor que imparte el curso.
Suele ser provechoso y en algunos casos imprescindible recurrir a textos relevantes
para la discusión en la cual se inserta la obra por tratar; como ya se indicó, esta literatura
secundaria puede identificarse a partir de las referencias del mismo autor o se puede recurrir a
las mismas fuentes que se acaban de mencionar.
3. En relación con lo anterior parece pertinente recomendar que se tome nota de manera
sistemática, haciendo las anotaciones correspondientes en fichas y clasificándolas de acuerdo
con la organización del archivo de cada quien de bibliografía que aparece en notas a pie
de página en los textos a tratar; así uno se hace, como producto secundario, con el tiempo, de
un catálogo bibliográfico, hemerográfico y documental propio acerca de las temáticas en las
que uno está interesado, ahorrándose muchísimo tiempo en investigaciones posteriores.
4. Finalmente hay que recordar que notas escritas son para ser consultadas y
exposiciones para ser escuchadas.
Con respecto a lo primero hay que enfatizar que notas que después ya ni entiende
quien las escribió o no las puede encontrar cuando las necesite, carecen de todo sentido. Esto
lleva a consideraciones de otro tipo, por ejemplo, las formas de organizar archivos, etc.
Con respecto a lo segundo hay que recordar que una exposición siempre debe
elaborarse pensando en el auditorio: su conocimiento previo del tema, sus dificultades de
comprender una discusión en la que el expositor lleva ventaja, el tiempo disponible para la
exposición. Entre los elementos para atender estos problemas están:
a) Apuntar en el pizarrón o en hojas distribuidas a todos o en un acetato o
diapositiva, el esquema de la exposición, las fichas bibliográficas pertinentes de la
literatura utilizada en la preparación de la exposición, tal vez alguna definición central
o un croquis o cuadro esclarecedor.
b) Medir antes de la exposición el tiempo (por ejemplo, una hoja
mecanoescrita "cuesta" casi tres minutos para ser leída de manera más o menos
entendible; las peores exposiciones son las que no se terminan bien por mala
planeación del tiempo).
c) Solicitar críticas de compañeros y/ o del maestro con respecto a la exposición
para poder mejorarla la próxima vez.
En este contexto parece pertinente señalar que, por lo general, exposiciones colectivas
pueden ser más interesantes para quienes las preparan que para quienes las escuchan;
en todo caso suelen necesitar más trabajo para ser inteligibles. Exigen un conocimiento
del texto completo en cuestión por parte de todos los integrantes del equipo, una
discusión detallada de todos los puntos señalados en el inciso II y una buena
organización de la exposición (incluyendo un ensayo previo con medición del
tiempo).
Al final de estas notas vale la pena destacar que ni esta parte del trabajo científico de todo
antropólogo ni ninguna otra podrá realizarse con éxito sin una clara y consciente planeación
del tiempo y que, tanto en este caso como en todos los demás, el avance de cada quien
dependerá en buena medida de la autoevaluación sumamente crítica que debe hacerse una y
otra vez.
*Este texto se publicó originalmente en la revista estudiantil Hoja de V iento (Ed. Departamento de Antropología,
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa), año 1, abril de 1987, n. 3, pp. 1-4.
La regulación biomédica de la intersexualidad.
Un abordaje de las representaciones
socioculturales dominantes
Luciana Lavigne
1 http://www.zmag.org/zmag/articles/march2000bronski.htm[0]
2 Este artículo retoma nuestra Tesis de Licenciatura en Antropología,Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires,2006. El trabajo de campo fue realizado fundamentalmente en-
trevistando a profesionales de los hospitales públicos de niños de la Ciudad Autónoma de Bue-
nosAires. Se focalizó en diversos agentes de la salud y otras voces relevantes de la sociedad que
se encuentra vinculados por profesión o activismo a la intersexualidad.
3 Grimberg, Margulies y Wallace (1993),p 109.
51
Es importante señalar que ha sido la ciencia médica –a partir
de procesos históricos de medicalización– la disciplina que ha creado
los discursos hegemónicos sobre intersexualidad, produciendo
un corpus de saberes particulares y de intervenciones específicas
desde su perspectiva disciplinar.4 Problematizamos los discursos
y prácticas médicas hegemónicas sobre los cuerpos intersex y, en
definitiva, sobre sus experiencias, entendiendo por modelo médico
hegemónico al conjunto de prácticas, saberes y teorías generadas
por la medicina científica, que culminaron identificándose como la
única forma de atender la enfermedad, legitimada tanto por crite-
rios científicos como por el propio Estado.5 En este contexto,
consideramos la perspectiva de médicos y médicas en tanto actores
sociales en ejercicio de ese poder hegemónico, que regula los
cuerpos y construye los problemas que deben ser considerados
como tales. Médicos y médicas, sin embargo, no constituyen una
comunidad uniforme y homogénea.
Para comprender este proceso de abordaje contemporáneo de
la intersexualidad retomamos el pensamiento de Foucault, cuyo
método genealógico posibilitó reconocer el modo en el que el
poder fluye socialmente a través de discursos y prácticas, convir-
tiendo cierto conocimiento en hegemónico en un momento histó-
rico dado, pero que también posibilitó reconocer la resistencia a
ese dominio.6 Este poder, que en el abordaje de la intersexualidad
se circunscribió a la institución médica, actualmente está siendo
cuestionado por diferentes grupos sociales y comunidades desde
diversos lugares del mundo, siendo el movimiento intersex uno de
los fundamentales promotores de estos cuestionamientos. Como
consecuencia, se están generando algunas transformaciones, aler-
52
tas, denuncias, replanteos e investigaciones desde diferentes dis-
ciplinas y desde el activismo, que promueven un proceso de
cambio en las prácticas de intervención médica. Estos cambios, sin
embargo, sólo suceden de modo gradual y seguramente repercu-
tirán en los abordajes de diversos procesos de construcción de las
identidades sexuales.7
Como correlato de estos procesos histórico-culturales mencio-
nados se fueron construyendo discursos e impartiendo prácticas
normalizadoras biomédicas sobre esos cuerpos llamados “intersex”,
involucrándose en estos procesos de intervención un entramado de
concepciones y representaciones acerca del cuerpo, el sexo, el gé-
nero y la sexualidad. Estas concepciones y representaciones respon-
den a un marco más amplio que implica el interés del Estado y del
sistema legal por mantener el sistema sexual bipartito que posibilita
determinadas existencias clasificadas y catalogadas como normales,
excluyendo toda existencia ambigua o no clasificable en este modelo
de sexo binario, que exige desde el nacimiento mismo una identidad
genérica masculina o femenina, definida e inmutable.8
Queremos asimismo introducir el concepto de visibilización
como significativo para el análisis que aquí proponemos, en la me-
dida en que la intersexualidad involucra procesos mutuamente in-
terdependientes de visibilidad / invisibilidad.9. En este punto, si-
guiendo a Bourdieu, cabe considerar las representaciones,
individuales o colectivas, que hacen ver y valer ciertas realidades
y el intento de transformar las categorías de percepción y aprecia-
ción del mundo social, que tienen lugar en las luchas simbólicas por
la percepción de ese mundo.10 Así, la invisibilización es producto
de ciertos mecanismos socioculturales que silencian y omiten a de-
53
terminados grupos o cuestiones sociales, en un lugar y momento
histórico en particular. Habitualmente, estos procesos de invisibi-
lización a los que aludimos involucran relaciones de dominación
y subordinación y, por supuesto, luchas políticas por resignificar
las maneras de percibir, apreciar, clasificar e intervenir. Esta ca-
racterización posibilita la comprensión de los mecanismos histó-
ricos que facilitaron el desconocimiento de las experiencias medi-
calizadas de la intersexualidad, a partir de las cuales diversas
instituciones socioculturales gestionan y regulan los cuerpos, la se-
xualidad y las identidades posibles.
En este trabajo nos proponemos visibilizar y problematizar al-
gunas de las estrategias de intervención contemporáneas de nor-
malización de la intersexualidad, producto de determinadas con-
cepciones ideológicas, relaciones sociales y de poder y de la
biotecnología a disposición.11 A continuación, se explicitan y ana-
lizan algunas de las representación socioculturales dominantes que
conforman estos discursos y prácticas biomédicas al momento de
intervenir y regular la intersexualidad. Propondremos, finalmente,
algunas reflexiones acerca de este proceso problematizado respecto
a cómo se ponen en práctica los mecanismos socioculturales que
contribuyen con la invisibilización y, simultáneamente, producen la
regulación de la corporalidad de las y los intersex.
54
en los casos en los cuales existen genitales que son considerados
ambiguos o que por su forma se encuentran alejados de lo que es
considerado normal. Es decir, las intervenciones normalizadotas
no se realizan porque implican un riesgo para la vida, sino que se
considera que conllevan dificultades para el desarrollo de una vida
plena, “normal”. Bajo este supuesto, Money13 sostiene que existen
estigmatizaciones cuando no se normaliza lo que este médico en-
tiende como “defectos de nacimiento”14. Conrad y Schneider re-
fieren a la noción de estigmatización producida por aquellas de-
signaciones de atributos desacreditadores entre actores sociales,
atravesados por relaciones de poder, generadas y elaboradas en un
medio social específico, constituyendo una cuestión política.15 Tal
es lo que ocurre con las representaciones biomédicas sobre la in-
tersexualidad, en tanto que sostienen la anormalidad de la corpo-
reidad de los y las “pacientes intersex”, estos son constituidos
como portadores del estigma.
Las intervenciones quirúrgicas normalizadoras –sustento bio-
tecnológico del proceso de medicalización de la intersexualidad–, se
han convertido en una práctica esencial de su regulación contem-
poránea. Y como tales constituyen una de las prácticas concreta-
sinvolucradas en la concepción de la intersexualidad como “urgen-
cia médica”.
Al respecto, médicos entrevistados se han referido de la si-
guiente manera:
No es una urgencia de vida, ni una urgencia en la cual se
juega el porvenir del paciente, es una urgencia justamente
para evitar todas las implicancias psicológicas que trae
aparejado un intersexo.
Además es una urgencia en sí mismo, por lo que hablába-
13 El médico y psicólogo John Money comienza en la década de los ´50, junto a John y Joan
Hampson,la investigación y estudio exhaustivo de los intersexuales en la Johns Hopkins Me-
dical Centre, de Baltimore, EEUU, convirtiéndose en la primera clínica especializada en el tra-
tamiento de bebés intersexuales.Con anterioridad estos trabajos no existía un protocolo es-
tablecido para atender a los casos de pacientes intersexuales.La introducción de los términos
identidad y rol de género fue obra de Money.La palabra género aparece por primera vez con
los estudios sobre hermafroditismo y transexualidad,llevados a cabo por Money (1969) y Sto-
ller (1968).En 1972,John Money y Anke Ehrhardt popularizan la idea de que el sexo y el género
son categorías separadas.
14 Money (2002).
15 Conrad y Schneider (1985).
55
mos antes, por el tema de la asignación del sexo y para no
perder tiempo y no perder tiempo en el diagnóstico porque
nosotros tenemos detrás una familia y la familia estará pen-
diente de si el chico es varón o mujer. No se puede estar mu-
cho tiempo dando vueltas, a veces puede darse la particu-
laridad que el diagnóstico es difícil y lleva tiempo, hay
veces que lleva más de un mes en algunos casos, eso ya es-
tamos hablando de un tiempo prolongado donde el papá y
la mamá tienen un chico y no se sabe todavía qué sexo ten-
drá, el bebé, hay que ponerle nombre, de modo que esto se
transforma en una urgencia.
Ahora bien, es preciso profundizar en los debates acerca “urgen-
cia médica”. La definición de un sexo u otro es una necesidad cul-
tural designada con mucha a relevancia y, según algunas autoras,
es la que determina el carácter de “urgencia médica” que adquiere
la intersexualidad en algunos casos, sobre todo en aquellas situa-
ciones en las que el/la paciente presenta genitales considerados am-
biguos.16 Autoras como Suzanne Kessler y Anne Fausto Sterling
cuestionan esta representación de la “urgencia médica” indagando
en qué es lo que verdaderamente implica. Este enunciado conlleva
variables culturales que es preciso identificar para comprender los
parámetros involucrados en los procesos de toma de decisiones. La
“urgencia médica” se vincula directamente con el tiempo contem-
plado como tolerable para poder definir la situación, tiempos que,
como reconoce un médico entrevistado, sean “aceptables por la fa-
milia, la sociedad o el registro civil”. Este período es construido por
la fuerza de las representaciones, por las normativas que regulan
los plazos de inscripción de un/a recién nacido/a en el registro civil,
por aquel que nuestra sociedad es capaz de asumir sin demasiado
ruido, si no interpela más de lo tolerable la norma por la cual un/a
bebé se convierte en ciudadano/a: constituirse como un sujeto fe-
menino o masculino. A la institución médica se le otorgan ciertos
plazos para cumplimentar con ello y se suma también la tolerancia
de la familia de aceptar que no hay una definición precisa acerca
de este aspecto de la identidad del o de la bebé.
Actualmente existen algunos cambios en los paradigmas aten-
cionales en los casos intersex, en tanto que esto se expresa en las
16 Kessler (2002), Fausto Sterling (2000).
56
prácticas y las reflexiones de los propios médicos y médicas que ma-
nifiestan dilemas, temores y contradicciones a los que se enfrentan.
Así se manifiestan en el siguiente relato de uno de los médicos
entrevistados:
Entonces la otra postura sería dejarlo tal cual está, no asig-
narle ningún sexo, no anotarlo como nada, ningún sexo, cosa
que es muy difícil, no se puede hacer y que decida el paciente
por sí mismo cuando tenga conciencia de eso. (...) que es lo
que genera muchos problemas de conciencia entre nosotros
porque no sabemos si estamos haciendo realmente lo co-
rrecto, pero tampoco sabemos cuáles son las consecuencias
de indefinir el sexo durante tanto tiempo desde el punto de
vista civil (...) A mi, viste, dejar un chico sin ninguna defi-
nición me cuesta.(...) todas las decisiones están llenas de pre-
juicios, están llenas de presupuestos, tiene que ver con nues-
tras propias ideas acerca de la sexualidad, más que lo que
realmente pase. Pero en realidad nuestra sociedad es igual,
entonces uno no sabe qué es lo que va a pasar con esos pa-
cientes si van a una escuela primaria y no sabemos si son va-
rones o mujeres, ¿te das cuenta lo que digo? Es complicado.
Yo tengo un montón de preguntas como vos.
Necesariamente estas transformaciones visibilizan a otras áreas
de la cultura y de la sociedad que se encuentran directamente im-
plicadas. En definitiva lo que está en cuestión es promover la acep-
tación de un género sin la adaptación anatómica correspondiente,
situación que implicaría la erosión de nuestras representaciones he-
gemónicas que imponen la construcción de cuerpos “normales”, ha-
ciendo visibles y posibles los deseos y experiencias de variaciones
de la corporeidad, como ocurre con algunos y algunas intersex.
Sin embargo, en el marco de la perspectiva normalizadora
que actualmente determina el carácter de intervención sobre los
cuerpos “anormales”, “raros” o “ininteligibles”, surge la cuestión de
la apariencia de los genitales considerados ambiguos. Aquí, tanto
la forma como el tamaño17 del clítoris y del pene18 son considera-
17 Kessler (1998) afirma que esta clasificación define que el tamaño de un pene deber ser de unos
2,5 cm de largo y un clítoris normal es de 0 a 0,9 cm, en consecuencia, un falo mayor es con-
siderado demasiado grande e inaceptable en relación con los estándares occidentales.Por lo
tanto, todo clítoris que exceda estas proporciones deber ser retraído, recortado, mutilado.
18 “centímetro”: ”Como resultado de esta política del centímetro,en ausencia de un pene bien
57
ciones que se realizan en la asignación sexual y las intervenciones
quirúrgicas.19 Un médico entrevistado reconoció la vigencia de es-
tas representaciones en torno de los genitales que operan en estas
intervenciones:
Nosotros pensamos en la asignación del sexo de una per-
sona no pensando en si identidad de género en realidad,
sino en el tamaño de su falo, ¿esto qué es? Estamos presu-
miendo que esa persona va a tener relaciones heterosexua-
les, o sea, va a ser heterosexual, ¿entendés el razonamiento?
Nosotros decimos, bueno, este varón tiene un pito muy chi-
quito, es un pito no funcional, entonces hay que tratar de
hacerlo funcional ¿por qué? Si por ahí la elección de su, de
su objeto sexual el día de mañana es distinta a la heterose-
xual y su falo por ahí no lo precisa para tener relaciones se-
xuales placenteras. Sin embargo, nosotros decidimos basar-
nos muchas veces en ese pensamiento.
La genitalidad considerada “normal”, en cuanto a los criterios
de forma y tamaño, se encabalga con el modo en que se producen
las decisiones. Se trata de la presunción de heterosexualidad de los
niños y niñas intervenidos. Este criterio vigente –de la heterosexua-
lidad obligatoria– es reconocido en el anterior testimonio, como
una de las variables que rigen la manera de orientar la normaliza-
ción corporal, en este caso de los genitales, como una de las repre-
sentaciones que a su vez participa del proceso de construcción so-
ciocultural de la identidad de género. Es decir, la presencia de la
concepción de que todo varón tendrá relaciones sexuales hetero-
sexuales de penetración de una vagina, así como la afirmación com-
plementaria de que toda mujer mantendrá con el hombre una se-
xualidad penetrativa de su vagina. Es esta representación la que
se encuentra presente de algún modo en los objetivos de las inter-
venciones quirúrgicas, esto es: “fabricar” una vagina que pueda ser
penetrada por un pene que tenga un tamaño que permita garan-
tizar esta instancia de penetración de la misma.
formado y del tamaño mínimo exigible,la mayor parte de los bebés intersexuales XX o XY so-
nasignados al género femenino”. Preciado (2002), p 115.
19 La referencia a las mismas en plural responde a la práctica habitual de realizar sucesivas ope-
raciones que forman parte del procedimiento de normalización genital.
58
El imperativo heterosexual orienta las intervenciones quirúr-
gicas, en la medida que las técnicas desarrolladas definen un sen-
tido preciso para el cuerpo en función de las ideas que se tienen
respecto de cómo será utilizado ese cuerpo, concretamente, deter-
minando las relaciones sexuales posibles, que responden a un pa-
trón sociocultural de penetración. Este criterio responde a lo que
Judith Butler llamó “matriz heterosexual”, es decir, “la rejilla de
inteligibilidad cultural a través de la cual se naturalizan cuerpos,
géneros y deseos”.20 Cabe aclarar también que las intervenciones
quirúrgicas que se realizan con el objetivo de normalizar los geni-
tales, habitualmente implican una serie de operaciones, es decir,
que no hablamos de una intervención única, sino de una sucesión
de cirugías llamadas “correctivas” que implican la reiteración de
la intervención sobre el cuerpo a lo largo de la vida de la persona.
Frente a estos criterios que estimulan las prácticas biomédicas
surge un nudo problemático que es preciso analizar: las interven-
ciones normalizadoras se encuentran determinadas por la biotec-
nología a disposición.Esto significa en la práctica concreta, admitir
que “es más sencillo hacer una vagina que un pene” (de acuerdo
al testimonio deun médico entrevistado), y como consecuencia de
ello normalmente los individuos intersex son normalizados como
femeninos. En esta instancia, nuevamente se encuentran operando
representaciones que hacen a las relaciones sexuales consideradas
normales, es decir, básicamente heterosexuales, penetrativas y
vinculadas a la reproducción.
Consideremos ahora algunos de los criterios vigentes que de-
terminan las razones explicitadas para concretar las intervenciones
quirúrgicas. Entre los argumentos analizados, algunos médicos y
médicas generalmente aducen “razones humanitarias”, con la ex-
cepción de aquellos casos específicos –como la hiperplasia supra-
rrenal congénita con pérdida salina– donde existe riesgo de muerte.
Estas intervenciones están orientadas por una concepción de la co-
rrección de lo desviado. Ahora bien, la cuestión de la información,
del conocimiento, es un tema sumamente sensible en los casos de
intersexualidad, dado que existen algunos/as pacientes y sus fami-
lias que no conocen su historia clínica completa. Esta forma de pro-
59
ceder por parte de los y las profesionales de la medicina se asocia
con la concepción, también médica, de que sólo es necesario brin-
dar “determinada” información tanto a los familiares, conocidos a
los y las pacientes mismos. Para profundizar sobre esta cuestión
es imprescindible mencionar que existe el ocultamiento de infor-
mación al paciente, sobre todo en determinados casos en los que
se considera que la misma no tiene utilidad.
De acuerdo a dos testimonios médicos:
En algunos casos es conveniente decirle algunas cosas y en
otros no, porque sería peor la información que la solución,
lo que se debe informar se informa.
Cuando hay una asignación de sexo distinta a la del sexo ge-
notípico, en general no se le da ninguna información al/la
paciente. Esto se vincula directamente con la variable pre-
sente en toda intervención médica que implica el consenti-
miento informado.
Cuando los padres o responsables asumen la responsabilidad
por el niño o niña, lo hacen también en función del conocimiento
que tienen, de la confianza depositada socialmente en el saber mé-
dico que predomina en hospitales públicos de la Ciudad. En este
dilema se hallan muchas veces los familiares de los y las pacientes,
que son quienes autorizan en última instancia las intervenciones
médicas cuando se trata de menores de edad.
Si llega a haber alguna cosa que uno pudiera pensar que va
a traer conflictos en el futuro se les..., no se les da esa infor-
mación, consuetudinariamente no se les da. Bueno, hay co-
sas que no son necesarias (testimonio médico).
Queda expresamente admitido el hecho de que existe cierta in-
formación que “consuetudinariamente” no se da, informaciones
acerca de las cuales se predica que no resultan necesarias.
Una vez que se realiza el diagnóstico de ambigüedad genital,
existe una estrategia habitualmente utilizada que consiste en reco-
nocer las implicancias del lenguaje, es decir, cómo se nombra a los
y las pacientes. La estrategia discursiva busca nombrar sin deter-
minar ni fijar identidad y promueve referirse al paciente como “el
bebé”, sin definir si es varón o mujer. Otra de las estrategias ad-
mitidas también vinculada con la capacidad instituyente del len-
60
guaje, y que responde al proceso posterior, una vez diagnosticado
el tipo de intersexualidad, es sugerir el uso de nombres ambiguos.
Estas situaciones fueron explicitadas por médicos y médicas en-
trevistados de las siguientes maneras:
Entonces lo que se hace, cuando viene un chico con una am-
bigüedad genital, es no decirle a la mamá su beba o su bebé,
se les dicen el bebé, qué se yo, pero ni la nena ni el nene, por
más que el aspecto sea casi de nena o casi de nene.
Y va a poder, si es hábil, demorarle la información al padre
sin jugarse, hablando de la criatura, el bebé, sin asignarle
un sexo, o diciendo de que aparentemente, pero que hay un
problemita, que hay que llamar a un genetista.
Y se hablaba mucho que en más de una oportunidad se re-
curría a los nombres ambiguos, como Renée, José María,
María José, era muchas veces motivado por estas cosas.
La participación de los Comités de Bioética, en tanto instancia
de deliberación en estos casos fue estimada de modo diferente por
los diferentes médicos/as entrevistados. En algunos casos les otor-
garon más responsabilidad y poder de participación en la toma de
decisiones acerca del modo de intervención, afirmando que par-
ticipan en situaciones especiales, pero en otros casos reconocieron
que finalmente no es allí donde se toman las decisiones cotidianas,
sino que éstas son definidas, habitualmente, de manera directa por
los y las especialistas que participan del caso. Las lógicas diferentes
que tienen dichos especialistas, así como la ausencia de normativas,
promueven la toma de decisiones discrecionales de los médicos y
médicas, dejando en manos de su perspectiva, junto a un equipo
de profesionales, los modos en que se asume la atención, la inter-
vención misma y en consecuencia, el tipo de resultados buscados
o producidos.
La problemática del conocimiento médico acerca de las conse-
cuencias de sus propias intervenciones tiene una particular impor-
tancia en los casos de intersexualidad. Esto se revela, fundamen-
talmente, a partir de los planteos y reclamos realizados por los y
las activistas del movimiento intersex, como un actor social central
que expresó la disconformidad de las personas intersex con las in-
tervenciones que fueron realizadas sobre sus cuerpos. También
61
identificamos este conflicto a partir de las entrevistas en las que se
afirma que no hay una profunda y seria evaluación acerca de los
resultados que deberían ser considerados a la hora de promover
una modificación de los procedimientos contemporáneos. Es decir,
médicos y médicas asumen que no existe el seguimiento clínico de
estos casos luego de realizadas las intervenciones. Muchas veces
los mismos profesionales pierden a sus pacientes que dejan de asis-
tir al servicio hospitalario por diversas razones. De acuerdo a dos
testimonios,
Y el hospital nuestro es un hospital de gente muy pobre, en-
tonces los seguimientos son muy difíciles, muy difíciles. Te-
nemos pacientes que los tenemos seguidos hasta los 13, 14,
15 años, pero no sabemos qué es lo que pasa después.
La otra es que si el mismo caso le llega al especialista
cuando tiene una semana de vida es una cosa, si le llega
cuando tiene dos meses de vida es otra y si le llega a los
cinco años es otra. El paciente que vive acá en la capital por
lo general tiene todo muy sencillo y resuelve precozmente
y dentro de las mejores posibilidades, pero si uno de estos
chiquitos tiene un parto domiciliario en un ranchito en
Santiago del Estero, quien sabe se dan cuenta después de
que jugó cinco años con muñecas de que es un varoncito,
entonces, es muy variable la manera de enfocar el tema de
acuerdo a la edad del chico y de acuerdo a su entorno y su
inserción en el medio ambiente previo a este. Muchas veces
uno no puede decidir libremente inducido por la influencia
del medioambiente sobre ese paciente al cual se le acreditó
un sexo que no es el correcto. (...) en la capital, en un
parto hecho en un sanatorio, normalmente un neonatólogo
lo va a ver y va a poder equivocarse o no, pero por ahí va
a poder tener la habilidad y la alarma necesaria y va a decir,
¡uy! esto hay algo que no entiendo, llamo a alguien más, an-
tes de definirse.
En los anteriores testimonios se reconocen las siguientes cues-
tiones: diferencias por clases sociales que inciden en la atención mé-
dica, el acceso (o no) a centros de salud y las garantías para el se-
guimiento en cada caso. También son considerados aspectos
vinculados a la atención pública y privada de la salud que deter-
62
minan en parte la continuidad en los tratamientos. El hecho es que
los hospitales públicos de niños de la Ciudad de Buenos Aires, se-
gún han enfatizado las y los entrevistados, reciben a ciudadanos/as
generalmente de bajos recursos económicos.21 Ésta condición so-
cioeconómica los y las convierte en pacientes con otras debilidades
en el proceso de atención médica de la intersexualidad, porque en
la mayoría de los casos discontinúan los tratamientos. Esta situa-
ción mencionada fue explorada en función de las consecuencias de
las intervenciones y considerando hechos tales como la posibilidad
de una experiencia sexual plena, que incluye la capacidad orgás-
mica. En el siguiente testimonio de un médico encontramos estas
diversas dimensiones problematizadas:
Una de las cosas más difíciles de estas operaciones es que vos
prácticamente llegás a buenos resultados en la infancia, vos ten-
drías que tener un seguimiento de muchos años para ver qué es lo
que pasa con estos pacientes a futuro (...). Es decir, nosotros es-
tamos contentos con nuestros resultados cosméticos en la primera
infancia, pero no sabemos qué es lo que pasa después. Digamos,
esto es lo que pasa con la mayoría de los centros y cuando vos leés
los resultados en la genitoplastia feminizante normalmente se ven
con el mismo tipo de problema, los pacientes se pierden el segui-
miento y después es muy difícil de saber cómo son las relaciones
sexuales de estos pacientes (...) Encima los adolescentes son muy
complicados, porque dejan de venir al médico, entonces todo lo
que hacés en el momento de la adolescencia se pone en riesgo. Y
eso afectaría también.
Al mismo tiempo, tampoco existe una organización de la estruc-
tura atencional para garantizar el tránsito por médicos y médicas
especializados en intersexualidad para asesorar y asistir a personas
de todas las edades, a lo que se suma la falta de formación espe-
cializada para garantizar seguimiento en todas las edades.22
21 A diferencia de los sectores con mayores recursos económicos quienes asisten a centros de
medicina privada.
22 Incluso en la misma guía de Money, asumida como una forma de producir asesoramiento, se
reconoce que: ”Hasta los profesionales están mal equipados para enfrentar este dilema. Los
libros de texto de endocrinología y ginecología contienen todos los detalles técnicos.Pero los
médicos no están entrenados para atender a gente con estas condiciones. Por otra parte, los
psicólogos y consejeros carecen casi por completo de la comprensión de los aspectos fisio-
lógicosde esta condición sexual”. Gooren, citado en Money (2002), p 12.
63
Nuevamente debemos considerar la baja estadística –enfatizada
por los y las profesionales de la medicina.
Según un médico entrevistado, este aspecto cuantitativo pro-
duce un conocimiento super-especializado en las y los profesionales
que se forman para atender estos casos, al mismo tiempo que de-
fine que determinados lugares de atención de la salud se constitu-
yan como los centros especializados. Estas condiciones abonan el
hecho de que la intersexualidad constituye una problemática in-
visibilizada socioculturalmente sobre la cual existe poco conoci-
miento y, consecuentemente, poca reflexión. En este punto lo que
se encuentra operando es la “lógica de la representatividad”23 a la
que puede atribuirseun rol importante al momento de determinar
su invisiblización, es decir, la lógica que tiende a promover el cono-
cimiento de los fenómenos que ocurren con cierta frecuencia y a
ocultar existencias que escapan a la media. Es decir que una
razón que podría estar estimulando la ausencia de esta discusión
es la considerada baja ocurrencia explicitada por las y los médicos,
según las estadísticas de este tipo de nacimientos.24
Ante la pregunta por las causas del desconocimiento social de
esta problemática los médicos entrevistados reconocen las si-
guientes razones: “son casos muy infrecuentes”, “es un tema muy
raro, la gente no entiende muy bien qué hacer”, “no creo que sea
un problema de salud pública”, “es un tema muy privado, muy
guardado”. Es interesante considerar que se reconoce que existen
cuestiones que pertenecen al orden de “lo privado” y que, por
tanto, difícilmente se conviertan en cosas públicamente conocidas.
Podemos reflexionar al respecto que una operación de los ge-
nitales constituye un hecho a ser “muy guardado”, situación que
nos permite pensar en el ocultamiento mismo. Estas valoraciones
se encuentran determinadas por las representaciones sociocultu-
rales acerca de determinadas zonas del cuerpo que pueden ser pú-
blicamente más visibles, nombrables.25 Respecto de los genitales
puede notarse que socioculturalmente siempre quedan ubicados
64
en el orden de lo privado, de lo íntimo, de lo que es necesario cu-
brir, ocultar, guardar para ser mostrado sólo en circunstancias par-
ticulares.26
Pero el desconocimiento tiene que ver con la baja frecuen-
cia, básicamente. Y después es un tema muy raro, la gente
no entiende muy bien qué hacer. (...) Honestamente no creo
que sea un problema de salud pública, pasa que son casos
muy aislados que sí eventualmente requerirían que toda
nuestra sociedad esté más abierta respecto del tema de la se-
xualidad, en esto específicamente. O sea, nosotros acá te-
nemos una sociedad que tanto como es abierta sigue siendo
muy conservadora respecto de esto. (...)Yen general lo que
yo veo cuando estos chicos están operados, también es un
tema tabú para ellos y difícilmente lo comunican fuera de
su familia. (...) si se opera los genitales no se va a decir. Es
un tema muy privado, muy guardado. Entonces no siendo
un tema de salud pública y siendo un tema tan específico no
sé si la población en general debería estar informada de esto,
la verdad es que no sé si es un tema prioritario, hay tantas
otras cosas para resolver antes. Es más anecdótico que
otra cosa. (testimonio de un médico entrevistado).
Sin embargo, al analizar algunos entramados de las lógicas de
intervención contemporáneas, se evidencia que las intervenciones
se vuelven necesarias porque la ambigüedad no tiene representa-
ción identitaria sexual en el marco sociocultural.
Podemos dimensionar así de qué modos esta dificultad desafía
a consideraciones del orden de “lo humanitario” al considerar las
intervenciones –las que, como hemos visto, son fundamentadas con
el fin de evitar el sufrimiento que puede ocasionar la diferencia,
además de ser entendidas como una cuestión terapéutica.
26 Sin embargo, nuestra investigación dio cuenta de que esta máxima de la ausencia de cono-
cimiento social está siendo modificada ya desde hace unos años en nuestra ciudad, en tanto
que está adoptando visibilidad pública en diversos medios de comunicación,así como en otro-
sespacios de formación y divulgación científica.
65
Reflexiones para seguir visibilizando
Aunque existe un modelo hegemónico, existen otras voces
que expresan la “producción, apropiación, reelaboración, impug-
nación, e innovación o transformación”27 de las representaciones
y las prácticas. Existe cierta influencia del actual proceso de cues-
tionamiento, interpelación, denuncia, demandas y propuestas con-
cretas para viabilizar otros modos de abordaje, tanto en el ámbito
de la biomedicina como en otros sectores de la sociedad. Los mo-
vimientos intersex y de derechos humanos han interpelado y res-
quebrajado las concepciones del paradigma dominante.
Algunos médicos y médicas reconocen la existencia de otras es-
trategias de abordaje de la intersexualidad, las conocen y se en-
cuentran analizando sus implicancias, aunque no estén exentos de
resistencias, contradicciones y dilemas. Una cuestión que surge de
este debate consiste en la consideración de las condiciones socio-
culturales existentes, que son las que posibilitarían la incorporación
de otro tipo de prácticas, dado que estas perspectivas necesaria-
mente suponen transformaciones en la sociedad en general. Sos-
tenemos aquí que el dilema pertenece al ámbito de la cultura, más
allá de los médicos y médicas, que conforman la institución que,
hasta el momento, hegemoniza las decisiones y las intervenciones.
Es significativo notar este aspecto al momento de intentar com-
prender los procesos de abordaje de la intersexualidad en la actua-
lidad, es decir, es la sociedad en su conjunto, con sus construcciones
simbólicas –sus representaciones, discursos y prácticas- la que se
encuentra involucrada. No se trata de situar la problemática de la
intersexualidad únicamente en la órbita de la intervención médica,
sino justamente, de producir el deslizamiento que posibilita desna-
turalizar las relaciones sociales de poder existentes en las lógicas de
intervención en estos casos, que responden a los principios funda-
mentales de la medicalización y a su vez, involucran representaciones
sobre el cuerpo, el sexo, el género y la sexualidad.
La reflexión, por lo tanto, implica reconocer críticamente los
discursos y prácticas socioculturales que expresan cómo cada
cultura construye, reproduce, disputa y resignifica las representa-
ciones y los significados posibles.
66
En este sentido, la intersexualidad permite comprender la
forma en que las representaciones de la corporeidad definen los
abordajes socioculturales posibles en un momento histórico pre-
ciso; cómo las representaciones socioculturales disponen las cons-
trucciones del conocimiento desde la biología y la medicina –dis-
ciplinas socio– culturalmente construidas que se modifican a lo
largo de la historia. Estas producciones de conocimiento se encuen-
tran atravesadas por relaciones de poder, demandas y negociacio-
nes por las representaciones que se sostendrán como las dominan-
tes y los significados que se disputan, discuten y transforman.
Se torna imprescindible la promoción de espacios de discusión
y trabajo interdisciplinarios. Los propios médicos y médicas ins-
talan este debate como una necesidad, pero es preciso sumar a
otros interlocutores e interlocutoras para garantizar las transfor-
maciones al modelo de atención dominante. No sabemos cómo se
sucederán las transformaciones en el campo de la biomedicina que
se están gestando, pero reconocemos la influencia activa de sujetos
históricos, como los y las intersex, que con sus testimonios y
luchas diversas, han generado algunas fracturas necesarias que po-
sibilitan que hoy se desnaturalicen y cuestionen las prácticas que
violan la autonomía decisional de los sujetos, así como amplían las
categorías que precisamos para representar las variaciones de los
estándares y la diversidad.
En el contexto que problematizamos aquí insistimos en que no
es casual la invisibilización de la intersexualidad, sino que se sustenta
en el propio modo de atención médica, en los principios del pro-
tocolo médico, en los ordenamientos y clasificaciones histórico-cul-
turales de las identidades sexuales y de regulación de las identida-
des genéricas. Ahora bien, los procesos de invisibilización a los que
nos hemos referido han mostrado e interpelado las representacio-
nes involucradas que prescriben permanentemente identidades bi-
narias: varón/mujer, masculino/femenino, normal/anormal, respon-
diendo a la impronta de la lógica binaria.28
Por eso reconocemos que adentrarnos en la problemática del
abordaje contemporáneo de la intersexualidad implica una pro-
28 Dice Laqueur: ”En efecto, si el estructuralismo nos ha enseñado algo es que los humanos im-
ponen su sentido de la oposición a un mundo de tonos continuos en la diferencia y similaridad”.
Laqueur (1990).
67
funda reflexión acerca de la concepción de las representaciones he-
gemónicas de los cuerpos en nuestras sociedades occidentales, las
relaciones y ejercicios de poder en las que se traducen, así como
promover la desnaturalización del pensamiento dualista. Es por
ello que asumimos el desafío propuesto por Amalia Fischer Pfaeffle
de involucrarnos con una ardua tarea, la de salirse de esta lógica
binaria en que se basa este tipo de pensamiento que valoriza el O
ó el 1, y que deja afuera cualquier valor que se encuentre en am-
bos.29 Dice la autora: “dentro de esa lógica funciona el mundo oc-
cidental en el que vivimos: si se es hombre no se es mujer. Salir de
la lógica binaria implica dejar de pensar linealmente, y aceptar la
posibilidad de que no existan universales, ni trascendencias, ni
identidades fijas, intentar no pensar dicotómicamente, es un reto
cotidiano”.30
Esto se torna imprescindible en la medida en que es sobre esta
lógica binaria, dicotómica, que la biomedicina produjo su modelo
de verdad y conocimiento respecto del cuerpo humano, determi-
nando en gran medida las formas de tratamiento de los casos de
personas intersex en la actualidad. También es preciso admitir que
involucrarse con la problemática de la regulación biomédica de la
intersexualidad, implica comprometerse con un proceso de decons-
trucción que transforma nuestros propios modos de conocimiento,
buscando la apertura hacia otras formas de significación de los
cuerpos y las identidades sexuales.
68
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70
EN T REVISTAS La Zaranda de Ideas - 2005 - 1
Sebastián M atera*
Florencia W eber* *
Rosa M aría D i D onato* * *
Soledad López* * * *
D aniel M agnífco* * * * *
Romina Spano* * * * * *
* Facult ad de Filosof ía y Let ras (FFyL). Universidad de Buenos Aires (UBA) - sebamat era@ yahoo.com.ar
** FFyL. UBA - f low eb@ hot mail.com
*** FFyL. UBA - valeria@ dacas.com.ar
**** FFyL. UBA - sole26ar@ hot mail.com
***** FFyL. UBA - indianajones@ argent ina.com
****** FFyL. UBA - romina.spano@ gmail.com.
Mat er a, Sebast ián, Florencia W eber, Rosa Mar ía D i D onat o, D aniel Magnífico, Soledad
López, Romina Spano 2005. Entrevista al D r. Alber to Rex González. La Z aranda de Ideas. Revista de
Jóvenes Investigadores en Arqueología. 1:93-97. Buenos Aires 93
S. M at era, M .R. Di Donat o, F. Weber, S. López, D. M agníf ico y R. Spano - Ent revist a al Dr. Albert o Rex González
Para una mayor ilustración y una mejor encuentra entre esas primeras campañas de su
comprensión de los temas tratados, incluimos carrera y las últimas?
en el libro una reseña sobre la historia de la
arqueología en la Argentina y un breve repaso Alberto Rex González (ARG) - Es una diferencia
por las distintas corrientes teóricas de esta fundamental: yo hasta ahí procedía de acuerdo
apasionante disciplina. También serán de ayuda simplemente a lo que había leído, tanto en los
al lector la inclusión de mapas con algunos de libros de arqueología nacional, como en los
los sitios arqueológicos más importantes del país. libros extranjeros en general, pero carecía
t ot alment e de pr áct ica ar queológica de
Aunque creemos que la obra será de interés campaña... En aquella época, en esa primera
para los ingresantes a las carreras de Arqueo- época que yo empiezo... estoy hablando de los
logía y Antropología, también esperamos que años ’30 y ’40, la técnica que se utilizaba acá
sea del interés del público en general, quien a en el país... o mejor dicho: no había técnica
menudo se muestra interesado en esta ciencia, arqueológica de ninguna especie. Era la época
por los sitios arqueológicos en Argentina y los del ant icuar ismo, de acuer do con las
trabajos que se realizan. clasificaciones más comunes: es decir, el
arqueólogo salía al campo –y yo eso se lo he
El trabajo no podría haberse realizado sin oído decir a arqueólogos prominentes de la
el apoyo del director del Museo Etnográfico, gener ación que me pr ecedió– y los que
José Pérez Gollán y el personal no docente del cavaban eran los peones, a pura pala y pico,
mismo, especialmente Fernando Veneroso.Vaya con algún cuchillo, en algunos casos. N o había
además nuestro mayor agradecimiento para una técnica definida, una técnica propiamente
todos los entrevistados, que desde el primer arqueológica depurada como vino después, o
momento nos apoyaron en este proyecto. como se practicaba ya en otros lugares, en los
Estados Unidos. Entonces yo procedía más o
menos en la misma forma: era un autodidacta
FRAGMEN TO DE LA EN T REVISTA A en lo que se refiere a técnicas de campaña.
ALBERTO REX GON ZÁLEZ Probablemente las fui mejorando poco a poco
cuando me di cuenta, pero, por ejemplo, el
Tuvimos el gusto encontrarnos con Alberto incorporar instrumentos tan absolutamente
Rex González en la calidez de su casa en impr escindibles como es la escobilla y el
Buenos Aires. Fue un encuentro cálido y muy palustre o, como se lo quiera llamar, el cucharín
cordial, en el que se tocaron diversos temas. (o trowel en inglés), que son instrumentos
Entre ellos, sus inicios en la carrera, las primeras básicos, y que yo me he referido alguna vez en
campañas, los temas que más le interesaron y algún escrito, que tienen la importancia que
el desarrollo de su evolución teórica. También tienen la pinza kocher y el bisturí en cirugía.
se tocar on aspectos como el sistema de Antes de incorporar estos instrumentos, la
inserción profesional de los estudiantes y de cirugía tenía un instrumental miserable, o no
los recién recibidos de la carrera en la Argentina tenía casi. Entonces la incorporación significó
y, al igual que el resto de los entrevistados, nos una cosa revolucionaria. En Arqueología lo
contó sobre las satisfacciones y frustraciones mismo: ¿cómo se puede limpiar el piso de una
que vivió con la arqueología. Al finalizar, nos habitación, que no sea con cucharín y escobilla?
dejó también un mensaje para los jóvenes que Es imposible.
comienzan la carrera.
A veces algunos de los investigador es
Entrevistadores (E) - H ablando de las campañas llevaban pinceles, per o en r ealidad el
y de los trabajos de campo, ¿qué diferencias inst r ument o básico y fundament al e
94
La Zaranda de Ideas - 2005 - 1
imprescindible es la escobilla. Entonces todas parte también se debía a una situación de tipo
esas prácticas, respondiendo a la pregunta, de teórico: como toda la interpretación de lo que
esa época, eran totalmente deficientes. Y yo se encontraba se hacía, pura y exclusivamente,
sabía además... la estratigrafía casi no se cuidaba en base a los relatos de las crónicas históricas,
o se hacía muy mal, pero yo sabía que en los y todo se atribuía a los pueblos que encontró
Estados Unidos la técnica estaba muchísimo la conquista, no se sentía la necesidad de
más desarrollada. Sabía ya, en la H istoria, que... emplear métodos arqueológicos, estrictamente
desde 1910 aproximadamente, N elson, en el pertenecientes a la Arqueología y a sus técnicas.
suroeste de los Estados Unidos, había hecho Y este fenómeno del anticuarismo, en el que lo
prácticas de estratigrafía, obteniendo muy importante era la pieza, no cómo se obtenía,
buenos resultados. Y sé que se excavaban las sino la pieza arqueológica en sí, era un handicap
casas pozo con un cuidado extraordinario, muy gr ande par a un buen t r abajo de
empleando una técnica realmente arqueológica. investigación realmente importante.
Ent onces mis pr imer os t r abajos, en la
excavación del Paraná-Pavón, tenían que tener ( E) - En cua nt o a t em a s y problem á t ica s
grandes deficiencias, pero, pese a todo, y arqueológicas concretas, ¿cuáles fueron los temas
simplement e con pinceles, logr amos que más le interesaron a lo largo de su práctica
individualizar algunas estructuras de interés: profesional?
por ejemplo los sacos de cuero que contuvieron
restos... sabemos que había algunos indígenas (ARG) - Lo que me interesó siempre era llenar
que vivían en las islas, que durante el verano los claros que notaba que existían en nuestra
salían a territorio de tierra firme, en lo que es ar queología. Es est o que he r emar cado
hoy la provincia de Buenos Aires, y si algún anteriormente, que estábamos todavía en la
pariente moría lo descarnaban, y los huesos época del anticuarismo, en que el investigador
los ponían en una bolsa de cuero y la llevaban le daba impor tancia a la pieza, y no a la
con ellos. Bueno, en la excavación del montículo excavación, ent onces est e er a un salt o
del Paraná-Pavón, logramos individualizar uno metodológico básico: había que cambiar las
de esos paquetes funerarios que todavía se cosas de interpretar a través de las crónicas.
conservaba como si estuviera dentro de la bolsa N o era posible interpretar con las crónicas los
de cuer o que había desapar ecido como restos arqueológicos, de los cuales un caso bien
material perecible, pero los huesos estaban en típico es el libro de Márquez Miranda de 1948
una posición que no dejaban lugar a dudas de “Los D iaguitas”. Ahí se pone todo el material
que esos fueron parte de un saco, una bolsa que provenía de La Rioja y Catamarca, todo se
que se llevaba... Para excavar eso debí haber lo coloca y se lo llama “diaguita”, es decir, el
utilizado pinceles, o algo por el estilo; pero de pueblo que encontró la conquista, los cacanos:
cualquier manera comprendía que mi técnica todo se interpretaba con las crónicas, no había
er a deficient e, que necesit aba llegar a trabajo sistemático en distintos sitios que nos
perfeccionarla; en una palabra, hacerla más diesen un orden de secuencia, es decir, cómo
profesional, porque eso seguía siendo, un poco, las culturas fueron transcurriendo en el tiempo;
la obra de un aficionado. Lo mismo sucedió no había profundidad histórica ni relativa, ni
con algunas excavaciones que hice en esa absolut a. Todo er a int er pr et ado como
misma época en C órdoba, en el abrigo de perteneciente a los diaguitas.
O ngamira, con el Ing. Montes, que después fue
mi suegro. Excavamos, pero excavamos de una Entonces toda esa secuencia y... el proceso
manera, todavía, muy rudimentaria y elemental: evolutivo, también, porque es una evolución
falt aba el afinamient o de las t écnicas dentro del área local del N oroeste Argentino
propiamente arqueológicas. Creo que esto en (N O A), requería ser investigada y requería ser
95
S. M at era, M .R. Di Donat o, F. Weber, S. López, D. M agníf ico y R. Spano - Ent revist a al Dr. Albert o Rex González
formulada como algo distinto a la práctica a los pueblos que encuentra la C onquista
habitual de llamarle a todo, es decir, mezclar asent ados en esos lugar es. Per o cuando
todos los restos y darles un solo nombre, un hacemos C14, nos encontramos que tienen...
solo contenido y un solo autor en el tiempo: 8.000 años AP2, que de acuerdo con las últimas
los diaguitas. Esta es la cosa básica sobre la correcciones pueden ser 9.000 años AP. Sin
que empecé a trabajar cuando volví de Estados embargo, la interpretación que se le daba era
Unidos: determinar precisamente la secuencia que eran los de los pueblos encontrados por
y la cronología, el introducir una cronología la conquista: una cosa totalmente absurda.
absoluta, que hasta entonces no se había podido
realizar porque era muy difícil –los métodos Y por eso fue que, también, el traer el
son, en general bastante complejos–, se acudía método ponía al descubierto una cantidad de
a diversas formulaciones. Por ejemplo el caso enfoques erróneos de toda la generación que
de Creta: la cronología absoluta se hacía por la nos había precedido.Y entonces ahí surge una
relación que existía entre restos cretenses serie de... en una palabra, a mucha gente le
asociados a r est os egipcios, que t enían disgustó, o no le interesaba, o rechazaba el
cr onología absolut a de acuer do con la método porque no estaba de acuerdo con sus
cronología egipcia, que ya estaba hecha. Pero pr opias deducciones, o lo que se había
aquí en el N O A, y en América del Sur no mantenido hasta ese momento... lo que me creó
teníamos, así que la gran solución para este un problema personal de no poco interés,
problema de la cronología absoluta la dio el porque el que tuvo que pasarlo y sufrirlo en
C141, que yo tuve la suerte de estar en los car ne pr opia, obviament e, t uvo algunas
Estados Unidos cuando se hacen las primeras cuestiones... Pero en fin, de esto mejor olvidarse.
experiencias; entonces puedo leer y puedo Lo importante es que a la larga el método
empaparme del problema, y traer después la terminó por imponerse.Y yo me acuerdo que
inquietud a nuestro medio. Y tratar de, que muchos, o algunos, por lo menos, que en los
después lo hice, durante mucho tiempo, con comienzos me discutían: “N o, no, no. El C14
un gran esfuerzo... de que tuviéramos un no es un método suficientemente seguro. N o
labor at or io en el país, por que eso nos conviene utilizarlo”. Pero que luego que se
solucionaba el problema de la cronología instaló... y me citaban, fíjense, en el artículo de
absoluta, que de otra manera era muy difícil Fulano, de Mengano... había unos artículos,
de realizar. particularmente de un europeo Miloicich,
publicado en una revista en Germania, en que
Entonces, nos encontramos con que, por negaba el interés y el valor del C14. En cambio
ejemplo, en el caso de la Gruta de Intihuasi, para otros, por ejemplo para Glynn D aniels,
los r est os de las cult ur as cazador as- ar queólogo y sint et izador... inglés muy
recolectoras, que forman la mayor cantidad conocido... él decía que había dos etapas
de los sedimentos, en una cronología relativa definidas en la arqueología del siglo X X : la
perfectamente determinable por la estratigrafía anterior al C14 y la posterior, que definía el
del interior de la gruta, todos los restos se problema cronológico.
atribuían a las culturas últimas que encontró
el conquistador español en San Luis y en las Al término de la entrevista, el doctor
Sierras Centrales. Eso está perfectamente claro González nos dejó un mensaje final.
si uno lee los resúmenes. Por ejemplo el
resumen que hizo Vignati de la cultura de San (ARG) - Bueno, como un mensaje final, que
Luis, que se publicó en el primer tomo de la puedo dejar como barrilete que se le acaba el
H istoria de la N ación Argentina, dedicado piolín, es no cesar en ningún momento el
exclusivamente a Arqueología: todo se atribuía trabajo honesto: decir lo que encontramos,
96
La Zaranda de Ideas - 2005 - 1
el proceso evolutivo? En cuanto a esto todavía **** Daniel Ángel Alejo M agníf ico es est udiant e
nos falta mucho, pero el pensar en los mismos, avanzado de la carrera de Ciencias Ant ropológicas
Orient ación Arqueología, FFyL, UBA. Act ualment e es
tener una inquietud constante por tratar de
becario del Fondo Nacional de las Art es y colaborador
resolverlo, por lo menos en mi vida fue un
en el M useo Et nográf ico en el marco del Proyect o
aliciente. Espero que sea también el aliciente
Yocavil, realizando t areas de campo y laborat orio
para los jóvenes que se inician. que involucran mat eriales del período t emprano en
la zona de Andalhuala, Valle de Yocavil, Pcia de
Cat amarca.
Recibido en Abril de 2 0 0 5 ***** M aría Soledad López es est udiant e avanzada
Aceptado en Junio de 2 0 0 5 de la carrera de Ciencias Ant ropológicas Orient ación
Arqueología, FFyL, UBA. Act ualment e es colaboradora
en el M useo Et nográf ico en el marco del Proyect o
NOTAS Yocavil, realizando t areas de campo y laborat orio
que involucran mat eriales del período t emprano en
1 Carbono 14 (C14). la zona de Andalhuala, Valle de Yocavil, Pcia de
Cat amarca.
2 Ant es del Present e
****** Rom i n a Cl ar a Span o es Pr o f eso r a d e
En señ an za M ed i a y Su p er i o r en Ci en c i as
Ant ropológicas (orient ación en Arqueología), FFyL,
UBA. Act ual ment e es col aboradora del Proyect o
Arqueológico Yocavil, realizando t areas de campo y
de laborat orio que involucran mat erial cult ural del
Período Temprano (Valle de Yocavil, provincia de
Cat amarca).
97
El Taller del escritor universitario
“El buen escritor dice sólo lo que piensa. Y eso es lo que importa. Porque el decir no es solo la
expresión sino la realización del pensamiento. De la misma forma el andar no es solo la expresión
del deseo de alcanzar una meta sino su realización. De qué tipo de realización se trata, si responde
con precisión a su objetivo o se pierde exuberante y poco nítida en el deseo, eso dependerá del
entrenamiento de quien se halla en el camino. Cuánto mas disciplinado sea, evitando los
movimientos excesivos y bamboleantes tanto más cada postura de su cuerpo se bastará a sí misma
y tanto más adecuado será el empleo del cuerpo.
(...) Es un don del buen escritor el darle a su pensamiento la forma del espectáculo que ofrece un
cuerpo ingenioso y bien entrenado, mediante su estilo. El buen escritor nunca dice más de lo que
pensó. Así su escritura no redunda en provecho de sí mismo sino exclusivamente de lo que quiere
decir.”
Walter Benajamin, El buen escritor.
La escritura como proceso cognitivo
Por Irene Klein
14
Antes de escribir, el escritor planifica su texto. Sin embargo,
es importante recordar que, si bien el proceso de planificación es
previo al de la puesta en texto, es un proceso que acompaña el proceso
de escritura en su totalidad porque comparte la recursividad que
caracteriza a todas las operaciones involucradas: en la medida que se
escribe, se vuelve sobre la planificación, se revisa y, tal vez, se
modifica.
La planificación, que es el acto de construir la representación
interna que el escritor utilizará durante la escritura, implica, a su vez,
una cantidad de subprocesos:
15
idea arrase con él.
16
deben exponerse argumentos, organizarlos jerárquicamente, citar
ejemplos, etcétera. La información recuperada, entonces, no sólo debe
responder a las necesidades del tópico y del género sino también a las
necesidades retóricas. Estas últimas, en tanto se convierten de este
modo en subobjetivos relacionados con el contenido, producen
cambios en la organización del conocimiento del escritor (modificará
el plan del texto, buscará nuevas relaciones semánticas, etcétera). Es,
en este sentido, que podemos decir que el proceso de escritura es un
proceso de descubrimiento.
En Surpassing ourselves (1993), Scardamalia y Bereiter
argumentan que el desarrollo de las destrezas y la transformación del
conocimiento son posibles si se los expone a los estudiantes a una
variedad de contextos similares en los cuales puedan transferir
destrezas pero en los que deban componer un nuevo esquema
estructural en lugar de recurrir a un esquema de estructuras
establecidas.
De este modo, podemos concluir que la escritura es un
proceso de descubrimiento (“heurístico”, según Bereiter y
Scardamalia, 1987) y una actividad que implica la resolución de
problemas (Flower y Hayes, 1980 a; 1980 b; 1981).
La lectura en la escritura
17
expuesto anteriormente– inscribir el texto en determinada situación
comunicativa, la comprensión lectora exige, a su vez, comprender la
enunciación del otro, orientarse en relación con ella y reubicarla en
el contexto adecuado.
El proceso de lectura no es automático sino que implica un
proceso estratégico en el que el lector debe, entre otras cosas,
interactuar con la propuesta de organización textual realizada por el
autor del texto; activar el conocimiento que se tiene acerca del tema,
identificar las ideas globales; reconocer el modo en que el escritor
realiza una puesta en relación; comprender los contextos
situacionales (reconocer la situación de comunicación en que se
inscribe el texto, los propósitos del autor en relación con el lector:
informar, persuadir, etc.). Por lo tanto, leer es una actividad
compleja, sobre todo si se intenta reconocer en el texto el sentido
que el autor le ha asignado, esto es, “negociar” con la propuesta
estructural del texto sin anteponer los propios esquemas de lector a
los que propone el texto.
En este sentido, podemos afirmar que todo buen escritor
deber ser, también, un buen lector. Leer como escritor, supone,
entre otras cosas, no sólo procesar la información lectora (integrarla
a la red de conocimientos que ya posee) y controlar la comprensión
lectora (activar las estrategias correspondientes para asegurar los
determinados objetivos de lectura que se propone, tales como leer
para aprender, desarrollar un tema, precisar un dato, etc.) sino
también reconocer en los textos los diversos recursos de la lengua
que aparecen (la forma en que está organizada y jerarquizada la
información, la selección léxica, la elección de los títulos, etc.),
reflexionar sobre su función y eficacia a fin de utilizarlos en su
propio texto.
18
Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Según Eco (1997), “la historia de las investigaciones sobre el significado es rica
en hombres (que son animales racionales y mortales), en solteros (que son
varones adultos no casados) e incluso en tigres (aunque no se sepa muy bien si
definirlos como mamíferos felinos o como gatos crecidos con la piel amarilla o a
rayas negras)”.
33
Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
convicción de que somos únicos y las evidencias que nos equiparan al resto de
los seres vivientes.
Entre los primeros en abordar este problema con criterios de algún modo
objetivos, se encuentra Anaximandro. Alrededor del 500 a.C., planteaba que el
hombre, al igual que las demás criaturas vivientes provenían del agua, cuando
ésta se evaporaba; concretamente, era como otro animal, un pez en el principio.
La dificultad del hombre para alimentarse en los primeros períodos de su vida (su
larga dependencia), lo llevó a considerar que nacía de animales de otra especie.
El problema que intentaba resolver era cómo el primer humano, un niño sin
padres, pudo haber sobrevivido (Harris, 1985).
Cuando fue criticado por ligar al hombre con los brutos, se defendió pidiendo a
cualquier naturalista que le muestre una característica física por medio de la cual
pudiera ser distinguido más claramente. Aunque reconocía la superioridad moral
e intelectual del hombre, insistía en que las clasificaciones debían hacerse sólo
por parecido físico (Bowler, 1984).
La relación del hombre con el resto de los seres vivientes no fue encarada en
términos evolucionistas sino hasta el siglo XVIII en el que Lamarck sugirió que
los humanos descendían de primates e incluso propuso una hipótesis que
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Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Además del espíritu, como caracteres únicos del hombre, se ha incluido la ética,
el juego, el altruismo, la agresión, el lenguaje articulado y la socialización entre
otros. Todos, sin excepción, han sido considerados por algunos investigadores
como saltos filogenéticos y por otros como subproductos de la evolución
biológica, sujetos a las leyes de la herencia y moldeados por los procesos de
selección natural y deriva aleatoria.
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Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Cuvier dividió el orden de los simios creando dos órdenes separados bimana y
cuadrimana ya que el único que tiene un pie adaptado a la postura erecta es el
hombre (Bowler, 1984). Asimismo, para Leroi Gourhan (1984), todo el cuerpo es
solidario en su evolución, pero hay condiciones fundamentales, que en el caso
del hombre es la forma del pie, dada su importancia en la bipedestación.
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Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Muchos consideran una línea distintiva entre el hombre y los demás animales a la
palabra humana. Nadie duda que los parientes más cercanos no poseen lenguaje
articulado como lo tenemos los humanos hoy. Sin embargo, numerosas
experiencias demuestran competencias en los chimpancés para aprender y
manejar símbolos y asociar ideas lo que se traduce en una incipiente destreza
lingüística.
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Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
En esta línea, a partir de la teoría del mono acuático, deben también ser
consideradas la pérdida de pelo corporal, la grasa subcutánea, las lágrimas, las
glándulas sebáceas, la laringe en descenso, las glándulas apocrinas desvanecidas
y la transpiración, entre otras.
Si nuestro sentido del olfato fuera más agudo, o bien si nuestra conciencia lo
abarcara en mayor medida, es posible que encontráramos el olor sutil e
irresistible. En el Modelo Primate se considera una característica muy relevante
del orden, el aumento de la agudeza visual a expensas de la olfativa.
Wederkind y Für encontraron que los hombres y las mujeres prefieren más -o les
desagrada menos- el olor corporal de los miembros del sexo opuesto
38
Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Se podría pensar entonces que los rasgos específicos, como podrían ser las
señales olfativas, escapan a la percepción conciente, en cuyo caso estaríamos
lejos de definirlos por estos medios.
Richard Dawkins (1985) propuso el uso de los memes, que cumplen con los tres
principios básicos del darwinismo: la replicación de la información, las
variaciones surgidas y la selección de unas variantes frente a otras. La copia de
memes entre personas es imperfecta produciendo variaciones.
Por otra parte, los genes según Wilson (1980), conducen al desarrollo de la
cultura, que no puede desviarse del cauce que conduce a la replicación de los
genes. Sin embargo, si los memes son auténticos replicadores, servirán a sus
propios intereses, sin importar su efecto sobre los genes.
39
Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Un ejemplo son los llamados memes víricos que incluyen la orden de copia y
amenazas de consecuencias, constituyendo una estructura que garantiza su
difusión. Para Dawkins (1985), las religiones entran en esta categoría. A veces
estos memes podrían impedir la difusión de los genes, por ejemplo en el celibato.
40
Temas de Filosofía 9: 33-42. CEFISa. Centro de Estudios Filosóficos de Salta. 2005.
Sin embargo, si consideramos con Hospers (1967) que la vaguedad implica que
no hay límite preciso entre la aplicabilidad y no aplicabilidad de la palabra,
humano no sería un término vago ya que no vacilaríamos en adjudicar un
elemento a la clase, aún careciendo de alguno de los rasgos listados, siempre y
cuando excluyamos la dimensión temporal.
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41
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42
Temas de Filosofía 10. 2006. pp: 37-48. CEFISa.
37
Temas de Filosofía 10. 2006. pp: 37-48. CEFISa.
llevar sombrero, los segundos les cubrían la cabeza y no los dejaban salir de sus
habitaciones. También hizo una clasificación de los etíopes del ejército de Jerjes
por el aspecto de la cabellera (Morel, 1977).
Si bien es considerado el héroe fundador de la antropología, se ha puesto de
manifiesto que sus observaciones más sistematizadas obedecían a un modelo
etnocéntrico sin que haya creado una tradición ni en la observación ni en la
reflexión sobre el otro (Bonte e Izard, 1996).
Hipócrates (460-377 a c) sostiene también la teoría de la influencia del medio
sobre los caracteres físicos del hombre y pone de manifiesto las diferencias que
existen entre quienes habitan climas distintos. Hombres altos y vigorosos en las
montañas, tipos nerviosos, delgados y más bien rubios en los países secos sin
arbolado, los pequeños rechonchos con mucha grasa y pelo negro en las llanuras
con abundantes pastos, etc. (Comas, 1957).
Bonte e Izard (1996) sostienen que sería legítimo considerar a Aristóteles como
el fundador de la disciplina antropológica ya que estudió las estructuras
familiares y una clasificación de las sociedades según su tipo de gobierno. Sin
embargo, llamó antropólogos a quienes disertaban sobre la naturaleza moral del
hombre. Hundt (1501), Capella (1533) y Otho (1596) editan obras en las que el
significado de antropología se orienta en el mismo sentido (Comas, 1957).
Galeno ya en el siglo II de nuestra era afirmaba que “el mono es entre todos los
animales, el que tiene mayor semejanza con el hombre en cuanto a sus vísceras,
músculos, arterias, nervios, huesos...” Esta era una idea fuertemente arraigada
en Atenas y Roma antes de que el cristianismo declarara monstruosa tal
afirmación (Comas, 1957).
En este primer período hemos resaltado las referencias a las características
físicas del hombre que era considerado como un animal análogo al mono y del
cual se distinguía por su cerebro, inteligencia, lenguaje y posición vertical. Esta
visión ha prevalecido hasta nuestros días y la relación entre estas especies
continúa como tema central en los estudios antropológicos.
Sin embargo, como se desprende de las citas, lo físico inherente al humano no se
separaba de sus relaciones con el ambiente ni de sus hábitos o costumbres.
Según Vallois (1964), la primera clasificación de los grupos humanos en función
de sus características físicas es la de los antiguos egipcios registrada en pinturas.
Ya en estas primeras clasificaciones, el carácter distintivo era el color de piel, que
38
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39
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Buffon es quien afirma el paso gradual entre las especies. Los géneros, los
órdenes, las clases no existen más que en nuestra imaginación y no hay más que
individuos. Fue el primero en aplicar la palabra raza a la diversidad de los
hombres y en plantear temas de mayor interés en la antropología:
a) el hombre en general considerado como animal desde el punto de vista
morfológico y biológico en todas las edades,
b) las razas, su descripción, origen y cruzamiento,
c) comparación con otros animales desde los puntos de vista físico y
fisiológico, características del hombre, su origen y su lugar en la escala
zoológica (Comas, 1957).
Con Buffon y a partir de las categorías de Linneo, el concepto de clasificación
integra al hombre en el orden zoológico. Esta sistemática parece la consecuencia
lógica del descubrimiento de nuevos territorios y con ellos de plantas y animales
que eran nuevos en las capitales europeas. En este siglo se robustecen los
campos fundamentales de la actual antropología biológica, anatomía y fisiología
comparadas, crecimiento y desarrollo, diversidad, filogenia.
El siglo XVIII puede ser considerado el de un proyecto antropológico explícito
dando al hombre, su sociedad y sus instituciones el status de objetos de estudio.
Rousseau en 1755 se pregunta cómo comprender el origen de la humanidad
entre las otras especies mientras los límites de los pueblos se han diluido en las
migraciones (Bonte e Izard, 1996).
Durante la primera mitad del siglo XIX, continua el interés en las variedades de
la especie humana, y el campo de conocimiento es denominado a veces historia
natural del hombre y a veces antropología.
La conformación disciplinar de la antropología parece deberse a un grupo de
pensadores del Consulado, conocidos como “Ideólogos” que pretenden una
ciencia totalizadora y positiva del hombre. Crearon en 1799 la Société des
Observateurs de l’Homme. Uno de los principales objetos de su reflexión fue
abordar el estudio de las variedades de la especie humana uniendo las
tradiciones naturalista y humanista del pensamiento, aunque el debate tenderá a
centrarse en las razas lo que dará origen a la etnología (Bonte e Izard, 1996).
Las sociedades etnológicas de París (fundada en 1839), Nueva York (1842) y
Londres (1843) impulsan el desarrollo de las discusiones sobre el monogenismo
y el poligenismo junto al problema íntimamente vinculado de la clasificación del
hombre (Bonte e Izard, 1996).
41
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Uno de los defensores del poligenismo citado por Gould (1988) fue Charles White
quien en 1799, aludiendo a que los criterios de jerarquización eran de carácter
estético y en favor de los caucásicos, escribía:
...”esa frente de curva tan noble, capaz de contener tanta cantidad de
cerebro?... ¿dónde [si no en ellos podemos encontrar] una fisonomía tan
rica y una expresión tan plena, esos rizos largos, graciosos y abundantes,
esa barba majestuosa, esas mejillas rosadas y esos labios de coral?
¿Dónde ... esa manera tan noble de andar? ¿En qué otra parte del globo
encontraremos el rubor que cubre las suaves facciones de las hermosas
mujeres europeas, ese emblema de modestia, de sensibilidad... dónde
sino en el pecho de la mujer europea [encontraremos] dos hemisferios tan
llenos y tan níveos, coronados de bermellón?...
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zoológico se había extendido por las exigencias de los estudios evolutivos para
incluir a los primates.
En 1855 Gobineau publicó su ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas
en el que afirma que
“la raza aria es la raza “pur sang” de la humanidad. La mejor armada para
la lucha por la existencia, la más bella, la que mayor suma encierra de
genio creador, la más enérgica, sin embargo debido a la mezcla durante
2000 años ya no existe en estado puro por lo que la humanidad está
condenada a una gradual decadencia hasta que se extinga por el
agotamiento de la sangre aria” (Bitlloch, 1996).
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Esta historia de Europa tiene poco o nada que ver con lo ocurrido en los EEUU.
En el siglo XVII las colonias eran estériles en cuanto a actividad científica.
Algunos aficionados mostraron interés en los Indios Americanos. No hubo ningún
avance ni en técnicas ni en teoría. En el XIX, el reconocimiento en Europa de la
disciplina llevó en los Estados Unidos a estimular la actividad y comenzaron a
aparecer publicaciones americanas en el tema (Shapiro, 1959).
En 1839 apareció la obra de Morton “Crania Americana”. El interés de la
antropología física en los EEUU fue estimulado por la existencia de la esclavitud
ya que en el período anterior a la Guerra Civil, los defensores de la esclavitud
usaban argumentos de base racial. Aunque la Sociedad Etnológica Americana fue
fundada en 1842, y otras asociaciones antropológicas le siguieron, la
antropología física no tuvo su propio organismo.
Hacia fines del XIX aparecen dos figuras con notable influencia: Boas y Hrdlicka.
Este último fue el primer profesional en EEUU. Educado en medicina, había
tenido la guía de Topinard en París.
En otras disciplinas que se ocupan de los estudios del hombre (anatomía,
fisiología, psicología, etc) el interés primario es establecer la forma y función
típica de las estructuras humanas. Las diferencias menores que se observan en
las series de individuos son obviadas y no se les otorga significación ya que
entorpecen la definición y delimitación clara de los tipos. Para el antropólogo, por
el contrario, el individuo es importante sólo como miembro de un grupo. La
distribución y rango de diferencias entre individuos y las características
determinadas por el grupo al cual pertenece son los fenómenos a ser
investigados (Boas, 1962).
En 1977, Morel afirmaba que la antropología física es el estudio de las
características somáticas que permite clasificar a los hombres en diferentes
razas, pero también sostenía que es evidente que este aspecto de la antropología
estática, verdadera sistemática, no es más que un estadio preparatorio de otra
forma de esta ciencia, que es dinámica. Representa una primera etapa
descriptiva en el estudio de los caracteres fácilmente observables del cuerpo
humano.
Se ha inferido que la relación con la etnología surge del interés de exploradores y
viajeros en el origen de la gente descubierta y cuyas culturas describían. Como el
estudio de la variación racial era un interés no claramente asociado a ninguna
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Contenidos y Bibliografía. Área Orientación y Tutoría.
Ejes temáticos:
1. La universidad como contexto formativo: Integración al contexto
universitario. Perfil de la Universidad Nacional de Salta y de la Facultad de
Humanidades. Organización y Funcionamiento.
2. Elección de la carrera: Proyecto personal y Profesional de formación.
Propuestas curriculares: información sobre carreras. Representaciones de la
carrera elegida. Imagen de futuro.
3. La relación con el saber en el ingreso universitario: Estrategias y
herramientas de aprendizaje. Organización y planificación del tiempo.
Proyecto de formación.
Materiales y Bibliografía
• Plan de Estudios Abreviado
• Naharro, José Miguel (2014) En torno a la memoria y el olvido. Sobre el
diálogo entre perspectivas teóricas en los primeros años de la antropología
salteña. En: Buliubasich, Catalina (comp.) 1ras Jornadas Regionales de
Antropología del NOA y 3ra Jornadas Internas de la carrera de
Antropología / E. Catalina Buliubasich y Vito Francisco Marquez. - 1a ed.
- Salta : Universidad Nacional de Salta..
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1ºJORNADAS REGIONALES
3º INTERNAS DE
ANTROPOLOGÍA DEL NOA
SALTA 2014
Buliubasich, E. Catalina
1ras Jornadas regionales de Antropología del NOA y 3ra Jorndas
internas de la carrera de Antropología / E. Catalina Buliubasich
y Vito Francisco Marquez. - 1a ed. - Salta : Universidad Nacional
de Salta, 2014.
795 p. ; 0x0 cm.
ISBN 978-987-633-115-9
Titulo: “I Jornadas Regionales & III Jornadas Internas de Antropología del NOA ”
José Miguel Naharro La creación de universidades nacionales en el NOA respondió a un proyecto de desarrollo con-
Docente e investigador en la Universidad cebido durante el gobierno de Juan Carlos Onganía que contemplaba, entre otros aspectos, la regio-
Nacional de Salta £àȱȱȱàȱDzȱȱȱȱ·ȱȱȱàȱȱȱÇȱȱȱ
josenaharro@gmail.com ȱ¢ȱȱǰȱȱȱȱ·ȱȱęȱȱȱȱÛ£ȱ
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ȱȱȱÇęȱȱǰȱÇȱ¢ȱȱȱȱȱȱÇȱȱ¢ǰȱ
entre los que cabría mencionar, por ejemplo, la presencia de carreras que se habían venido dictando
bajo el auspicio de la Universidad Nacional de Tucumán, y que ahora pasarían al ejido de la nueva
institución.
La carrera de antropología, sin embargo, no estaba entre ellas. Sí había antecedentes que involu-
1ºJORNADAS REGIONALES
3º INTERNAS DE
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ANTROPOLOGÍA DEL NOA
SALTA 2014
19
ȱȱȱȱȱȱȱ¤ȱȱȱȱǰȱȱȱȱȱ-
pre un terreno privilegiado para la investigación empírica con escenarios como la Puna, el Chaco y
CONFORMACIÓN Y los Valles Calchaquíes. Pero la orientación de la mayoría de estos estudios, e incluso la organización
DESARROLLO DE LA ȱȱȱȱȱȱȱȱȱŚŖȂȱ¢ȱȱȂśŖǰȱȱøȱȱȱȱȱȱȱ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. Instituto de Antropología de la UNT1, tendía más bien a una perspectiva descriptivista que -salvo la
excepción a la que aludiremos enseguida- no necesariamente se comprometía con las problemáticas
Objetos, problemas y espacios
ȱȱǯ
antropológicos en perspectiva La carrera de antropología, por lo tanto, en este sentido nacería como una carrera nueva con una
histórica. ȱàȱȱȱȱȱȱȱǰȱ¢ȱȱȱ£àȱȱȱǰȱ-
ȱȱÇǰȱȱ¢ȱÇęǰȱÇȱǯ
ȱǰȱȱǰȱȱȱȱ¤ȱȱȱȱȱȱÇȱȱ
ȱȱŗşŝřǯȱȱȱŗşȱ¢ȱȱŘŘȱȱȱȱȱÛȱȱàȱȱȱȱȱȱàȱ
ȱȱȱàȱ¢ȱęȱȱęȱǰȱȱȱȱȱÇȱȱȱ
En torno a la memoria y el olvido.
previsto para el mes de mayo recién ahora congregaría a nombres destacados no sólo de la argentina
Sobre el diálogo entre perspectivas
sino también de América Latina.
teóricas en los primeros años de la
Visto con la perspectiva que otorgan ya cuatro décadas, podríamos decir que en esa circunstancia
antropología salteña.
ȱȱȱǰȱȱȱ¤ȱȱȱȱǰȱ
ȱȱǰȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱȱÇęȱȱǰȱ-
ȱȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱ¢ǰȱȱ
otro, por quienes propugnaban, desde la antropología social y no desde la etnología, una renovación
ȱàȱȱȱȱ¢ȱȱȱǰȱȱ·ȱȬ¢ȱ£¤ȱȬȱȱȱȱ
de los investigadores para con los investigados.
José Miguel Naharro ¤ȱ¤ȱȱȱȱøȱǰȱǰȱȱȱȱÇȱȱȱ-
Docente e investigador en la Universidad tos resultantes. Documentos que, revisados hoy, muestran que quienes supieron imponer su pers-
Nacional de Salta ǰȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱ£ȱȱȱǰȱ¢ȱȱȱȱ
josenaharro@gmail.com respecto a los problemas que los aunaban mostraban voces que no siempre explicaban la realidad
ȱȱȱǯȱȱȱęÇǰȱȱȱȱȱǰȱ¢ȱȱȱȱǰȱȱ£ȱȱ
los diálogos que queremos rescatar.
Řȱ ȱǰȱǰȱȱȱǯ
řȱ ¢ȱȱȱȱȱȱǯȱȱ£DzȱȱȱȱàǰȱȱȱÛȱȱȱȱ
los primeros responsables de organizar el área académica de la carrera.
Śȱ ĴDZȦȦ ǯǯǯȦ¢ȬŗŘȬȬ
1ºJORNADAS REGIONALES
3º INTERNAS DE
PÁG.
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ANTROPOLOGÍA DEL NOA
SALTA 2014
21
ȱȱȱȱ¡ȱȱȱàȱȱȱȱȱǰȱȱȱǰȱȱȱ
ȱȱȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱàȱȱȱȱęȱȱ
CONFORMACIÓN Y ȱÇȱ Ĵś. Y, por otro, en el hecho de que buena parte de los primeros antropólogos sociales
DESARROLLO DE LA ȱÇȱȱ¤ȱȱȱȱȱȱ¡ȱȱȱȱÇȱ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. ȱȱȱǯ
Corriendo el riesgo de disentir demasiado con lo que suele ser un supuesto dominante, diríamos
Objetos, problemas y espacios
ȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱàȱ-
antropológicos en perspectiva plinar en el exterior, y no tanto su relación académica con los grandes centros de la disciplina de ese
histórica. ǯȱȱȱȱǰȱǰȱ¢ȱȱȱǰȱȱǰȱǰȱ·¡ȱ
y Brasil.
ĴǰȱȱǰȱÇȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱàǰȱ
ȱȱÇȱȱÇȱ¢ȱȱàȱęȱȱàȱȱȱ-
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En torno a la memoria y el olvido.
ȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱ
Sobre el diálogo entre perspectivas
ȱȱÇȱęȱȱȱȱȱȱǯ6
teóricas en los primeros años de la
ȱàǰȱȱǰȱ¢ȱȱȱȱȱȱȱ¢ȱ¡àȱȱÇȱǰȱ
antropología salteña.
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ese momento el espacio propio de la antropología social, por oposición a aquella otra versión de la
ǰȱȱȱȱǰȱȱÇȱȱ¤ȱàȱ¤ǯ
ȱȱȱȱȱ£àǰȱȱȱȱȱǰȱȱȱȱȱÇȱ
ȱȱȱȱȱ
ĴȱȱȱȱȱȱGrupo de Trabajo sobre Procesos
de Articulación SocialǰȱȱȱȱŗşŝŚǰȱ¢ȱ·ǰȱȱȱȱȱȱÛǰȱȱ
ȱȱȱ
José Miguel Naharro Tucumán con su Seminario sobre explotación agrícola.
Docente e investigador en la Universidad Cuando se revisa la lista de trabajos y expositores de ambas reuniones salta a la vista un área de
Nacional de Salta ȱ¢ȱȱȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱàȱȱȱ
josenaharro@gmail.com ǰȱÇȱȱȱȱ¤ȱȱ¤ȱȱ¤ȱ¢ȱǯȱȱ
-
te y Carlos Herrán se interesaban por los sistemas productivos de los artesanos textiles y de los cam-
ȱȱȱDzȱ
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de la tierra de una generación a la siguiente; y Leopoldo Bartolomé por los plantadores de Misiones.
ȱÇȱ ĴȱÇȱȱǰȱ¢ȱȱȱȱȱȱȱȱ-
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6 Su tesis de maestría consistió en una investigación sobre sindicatos en Pernambuco, en el nordeste brasileño.
1ºJORNADAS REGIONALES
3º INTERNAS DE
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ANTROPOLOGÍA DEL NOA
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22
nes y cosecheros de los cañaverales salto-jujeños, lo cual temáticamente lo acercaba más a Vessuri.
ȱàȱȱ¤ȱȱȱǰȱȱȱǰȱȱĴȱ¢ǰȱȱǰȱȱ
-
CONFORMACIÓN Y Ĵȱ¢ȱ·DzȱȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱȱȱȱ
DESARROLLO DE LA época impartiera en Salta.
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. ȱȱȱȱȱĴǰȱȱȱȱ¤ȱȱÇȱȱȱ-
ȱȱȱ ǰȱęȱÇȱȱàȱȱȱȱȱȱȱȱȱ
Objetos, problemas y espacios
ȱȱȃȱȄǰȱȱȱ·ȱÇȱȱȱȱȱȱȱȱȱ
antropológicos en perspectiva Çȱàȱȱȱȱȱȱǰȱȱ·ȱ£ȱȱȱȱȱȱȱ
histórica. Çȱàȱȱȱȱ·ǰȱȱȱȱ·ȱȱȱȱȮȱȱ
ȱ¡ȱȱȱȱȱȮȱȱȱȱȱȱȱ-
dieu en Les stratégies matrimoniales dans le système de reproduction.
ȱàȱȱ
ĴǰȱȱǰȱȱȱȱǯȱȱÇȱ¤ȱȱ-
ȱȱȱàȱǰȱ¢ȱȱȱȱȱÇȱęȱȱȱÇȱǰȱ
En torno a la memoria y el olvido.
como ella, por el Departamento de Antropología de la Universidad de Chicago.ŝ
Sobre el diálogo entre perspectivas
ȱ
ĴȱÇȱȱȱÇȱȱŗşŜśȱ·ȱȱȱȱȱȱÇǰȱȱȱ
teóricas en los primeros años de la
experiencia de investigación en el Noroeste argentino no comenzaría en Catamarca, sino que podía
antropología salteña.
ȱȱŗşśŝȱ¢ȱŗşśŞǰȱÛȱȱȱ£ȱȱȱȱȱȱȱȱȱ-
ȱȱȱȱ¢ȱȱȱÛǰȱÛȱȱȱȱȱ
Mina Aguilar. Lo cual la convertía en una interlocutora más compleja.
ȱȱ·ǰȱȱȱȂŝŖȱ£àȱȱȱȱȱȱȱȱȱ
de diversa índole y magnitud dentro del marco de nuestra complejidad social, dando lugar así a
una problemática que bajo la denominación de procesos de articulación social buscaba describir
José Miguel Naharro ¢ȱ¡ȱȱȱȱȱȱ£ȱȱȱȱàȱȱȱ¤ȱȱȱȱ
Docente e investigador en la Universidad sistema social.
Nacional de Salta ȱȱǰȱȱȱȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱȱȱ-
josenaharro@gmail.com ra total, al menos en parte, a las herramientas conceptuales dominantes en la sociología americana,
adaptándolas después al estudio de situaciones concretas donde la relación entre grupos étnicos y
ȱ¢ǰȱȱȱǰȱȱȱ¢ȱǰȱȱȱȱ
ȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱ-
ciales.
Ĵȱ ȱ Çȱ Çȱ ¤ȱ ȱ ȱ ȱ ȱ àȱ ¡ǰȱ ȱ ȱ ȱ ȱ ȱ
ȱ ·ȱ ȱ ȱ àȱ ǰȱ ȱ ȱ ęǰȱ ·ȱ ȱ
ȱȱ·¡ǰȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱ
ŝȱ ȱȱȱ·ȱęȱȱàȱȱǰȱȱȱȱȱǰȱŗşŞŖǯ
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3º INTERNAS DE
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ANTROPOLOGÍA DEL NOA
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ȱÇȱȱȱȱȱȱȱȱȱ¡ȱȱȱàȱȱȱȱ
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CONFORMACIÓN Y Çǰȱȱȱøȱȱȱȱȱȱȱ·ȱȱȱȱęÇȱȱȱȱȱ-
DESARROLLO DE LA ÇȱȱȱȱȱȱȱȱȱȂŝŖǰȱȱàȱàȱȱ·ȱȱàȱ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. explicarlo en cuanto realidad merece más bien otra analogía: la de un sistema de posiciones o de
ȱȱȱȱÇǰȱǰȱȃȄȱȱǯȱȱȱȱȱȱ
Objetos, problemas y espacios
ȱȱȱȱȱȱȱȱȱ¤ȱȱȱȱȱ-
antropológicos en perspectiva £àȱ¢ǰȱȱȱÇǰȱȱȱȱĚ¢ȱ·ȱȱȱàȱȱ
histórica. ȱȱ¤ę
Que en aquel momento, en una institución que recién nacía, alguien presentara a sus alumnos
ȱǰȱȱȱȱȱȱȱ£ȱ¢ȱȱȱȱȱÇȱǰȱȱ¡-
presar lo menos, loable; pero lo más importante es que al hacerlo proveyó la red de relaciones sobre
ȱȱȱȱęàȱȱǯȱȱȱȱȱȱ¡Çǰȱ¢ȱȱȱȱȱ
En torno a la memoria y el olvido.
ȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱ¢ȱȱȱȱȱ£ȱ
Sobre el diálogo entre perspectivas
ȱȱȱÇȱȱȱàȱȱȱ¤ȱȱ£ȱȱȱǯ
teóricas en los primeros años de la
antropología salteña.
ȱȱÇȱȱȱȱȂŝŖȱȱ·ȱȱȱ¢ȱȱ¢ȱȱǰȱȱȱ
ǰȱ¢ȱȱȱǰȱȱ·ȱȱÇȱȱ£ȱȱȱ¤ęǯȱ
José Miguel Naharro ȱǰȱ¤ȱ¤ȱȱȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱ-
Docente e investigador en la Universidad ȱȱȱȱÇęȱȱ£ȱȱǯ
Nacional de Salta Así por ejemplo, si bien puede decirse que la antropología se ha interesado siempre por los pue-
josenaharro@gmail.com blos originarios, la perspectiva desde la cual lo hace ha de variar según el caso.
ȱȱȱȱÇȱȱȱǰȱ¢ȱȱ·ȱÇǰȱȱàȱȱ£ȱ
ȱȱȱȱ¢ȱȱȱȱȱàȱȱȱǰȱ
ȱȱÇȱȮȱȱȱȱȱȱȱȱÇȱȱ¤ȱȱȱȱȱȱ
costumbres en sí- ignorar por completo todo lo que tuviera que ver con el impacto producido por las
relaciones con la sociedad mayoritaria.
ȱȱȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȱȱȱ¢ȱȱ
ȱàȱęȱȱàȱȱȱǯȱȱȃÇȄȱȱȱȱȱȱ
Şȱ ȱȱȱȱÇȱȱȱȱȱĚȱȱȱȱȱ ĴȱàȱȱęǰȱȃȱȄǰȱȱ
Ûȱ·ȱȱȱȱȱȱȱȱÇȱ£ǯȱĴDZȦȦ ǯ¢ǯǯȦȦǯ
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materialismo histórico o desde las teorías sobre reproducción social que empezaban a emerger en
ȱȱȱ·ȱȱȱȱȱ£àȱ¢ȱȱȱȱ¡àDzȱ¤-
CONFORMACIÓN Y dolo, a veces, pero no siempre, con preocupaciones provenientes de algunos pensadores latinoame-
DESARROLLO DE LA ǰȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȱȱȱàȱȱȱȱ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. culturales propios9ǯȱ ȱ ǰȱ ȱ ȱ ȱ ȱ àȱ Çęȱ ·ǰȱ ȱ ¡Çȱ
también para quienes se interesaban por los grupos campesinos vinculados a procesos productivos
Objetos, problemas y espacios
en pequeña o gran escala.
antropológicos en perspectiva Y por el contrario, quienes veían más bien la cuestión en términos de las preocupaciones mani-
histórica. ęȱȱȱȱ·ȱȱÇȱ¤ȱȱȱȱ-
ȱ¢ȱȱȱȱȱȱ¤ȱ·ȱȱȱȱȱȱȱ
de contextos que históricamente les habían sido adversos.
A estos dos grandes temas, el de las poblaciones campesinas y el de los pueblos originarios, se
ÇȱęȱȱȱȱȱÇȱȱȱàȱȱȱȱȱ
En torno a la memoria y el olvido.
procesos de migración rural-urbanos. Cuestión que, con las salvedades del caso, del mismo modo
Sobre el diálogo entre perspectivas
Çȱȱȱȱȱȱȱȱȱǰȱ¢ȱȱȱȱȱȱÇȱ
teóricas en los primeros años de la
varias alternativas.
antropología salteña.
ȱȱȱǰȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱ
Dzȱȱ·ȱȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȱȱȱ-
ǰȱȱȱȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱȱȱȱȬȱȱ
al norte argentino tras la diáspora posterior a la Primer Guerra Mundial; o el mucho menos notorio
de los hindúes traídos aquí como personal de servicio para los ingenios azucareros. Pero también, y
ȱȱȱȱȱǰȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱ
José Miguel Naharro ȱęȱȱȱȱĚàǰȱȱȱȱȱpied noirs expulsados de Argelia tras su independencia
Docente e investigador en la Universidad ȱȱȱŗşŜŘǯŗŖ
Nacional de Salta
josenaharro@gmail.com
ŗŘȱ Çȱȱȱȱęȱȱȱȱȱȱȱ¤ȱȱ·ȱ£ȱȱęȱȱȱ
·ȱȱȱǯȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱěȱ ĵȱȱȱȱȱ
revista DaedalusǯȱȱȱǰȱȱĚ¢ȱÇȱȱȱȱȱȱSocial ResearchȱȱŗşŝŗDZȱȃȱȱȱȱ¡ǯȱ
ȱȱȱȱȱ¡Ȅǯȱȱȱȱ·ȱÇȱȱȱȱThe Interpretation of CulturesȱǻŗşŝřǼȱȱęȱ
ȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱÇȱȱȱǯ
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ȱȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȱÇȱȱ¤ȱÇȱȱ
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CONFORMACIÓN Y ȱȱȱ ĴȱȱĴȱȱȱÇȱÇȱȱȱàȱȱȱȱȱ-
DESARROLLO DE LA ÇȱȱǰȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱ¢ȱȱ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. Çȱȱ¤ȱȱȱàȱȱȱȱȱ£àȱȱȱ
¢ȱȱȱàȱǰȱȱÇȱÇȱȱȱ¢ȱȱȱȱȱ
Objetos, problemas y espacios
ȱȱȱȱǯȱȱȱȱȱȱ
Ĵȱȱȱ¡ȱȱDZȱ
antropológicos en perspectiva ȱĴȬǯȱȱȱÇȱȱ·ȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱ
histórica. ȱàȱȱȱȱȱȱǯ
ŗŚ Si bien las primeras noticias sobre la existencia de grabados y pinturas en esta área se remontan a principios del siglo XX
¢ȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱĴǰȱȱ£àȱȱȱȱȱ
·ȱÇȱȱȱȱȱȱ·ȱȱǯȱȱȱ£ǰȱȱȱȱȱȱ£ȱȱȱȱ
solamente propias sino además su vínculo más importante con quienes antes que ellos habían habitado esas tierras, y en tal
¤ȱÇȱȱȱȱȱȱȱ¡Ûȱȱȱǯȱȱ¤ȱȱęȱȱȱȱȱ-
sideración que poco más de dos décadas después de haber sido relevadas para aumentar los activos del patrimonio cultural
provincial, y no mucho tiempo después incluidas también como un recurso turístico, las prácticas a las que acabamos de aludir
Çȱȱ¢ȱȱȱ¡ȱȱǰȱȱÇȱȱȱǯȱȱǰȱ
ȱȱȱ¡ȱ¤ȱȱȱȱǯ
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Considerado en retrospectiva, hoy nos asalta la duda en torno a si su intención no hubiera sido
ésta desde un principio, ya que si bien con tono diplomático de todas maneras era bastante crítico
CONFORMACIÓN Y respecto de las posturas que por aquel entonces pretendían hegemonizar la disciplina dentro de la
DESARROLLO DE LA øȱǯ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. ȱȱȱÇǰȱ£¤ȱȱøȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱ
ȱȱȮȱȱȱÇȱȱȱ·ȱȱȱÇȱȱȱȱȱŗśȮȱ
Objetos, problemas y espacios
ȱÇǰȱȱȱȱȱęȱȱȱȱ£ÇȱȱȱȱȱDzȱȱǰȱ
antropológicos en perspectiva en resumen, que o bien habían decidido obviar la aridez de ese dato tan poco prometedor, o bien
histórica. ÇȱȱȱȱÇȱȱȱȱ¢ȱȱ¢Çǯ
ȱȱǰȱȱȱȱȱȱÇȱÇȱȱȱȱȱȱȱȱȱ-
teños le asistieran en sus pesquisas sobre la realidad social vernácula, tanto en el área valliserrana
ȱȱȱàȱÛǰȱȱȱȱ·ȱȱȱȱǰȱȱ
incluso sirviendo personalmente de nexo, para que estas personas pudieran después establecer con-
En torno a la memoria y el olvido.
ȱȱȱȱ¢ȱȱȱàȱȱàȱȱȱȱǯ16
Sobre el diálogo entre perspectivas
ȱȱÇȱȱȱ¢ȱàǰȱȱȱÛ¤ȱ·ǰȱȱȱ-
teóricas en los primeros años de la
ȱȱ¤ȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱ£ȱȱàȱȱ·ȬȱȮȱȱ
antropología salteña.
ȱȱȱȱȱȱÇȱȱȱȱȮȱȱàȱȱ
rescatar algunas de las viejas discusiones con las que nos habíamos iniciado en la disciplina. Y muy
ȱǰȱȱȱÇȱȱȱȱȱȱǯ
De hecho, la institución dirigida por Osvaldo Maidana, que es la que inicialmente capitalizaría el
ÇȱȱȱǰȱȱÇȱȱȱàȱȱȱǰȱȱ-
ȱȱȱȱŗşŝśȱ¢ȱȱȱȱȱȱàȱȱ¤ȱȱȱȱÇȱȱ
José Miguel Naharro £ȱȱǰȱȱȱȱȱǰȱȱȱȱǰȱȱȱ
Docente e investigador en la Universidad ȱȱȱȱȱȱęǯȱȱǰȱȱǰȱȱȱȱ¡ȱ -
Nacional de Salta £¤£ȱȱàȱȱȱȱȱȱ·ȱȱŗşŝŚDZȱArte, estructura y arqueología, donde aparte
josenaharro@gmail.com ȱȱȱȱȱĚȱȱȱ·ȱȱAnthropologie Structurale se evidenciaban
colateralmente también las debidas a Leroi-Gourhanŗŝ. Gesto con el que González devolvía la opor-
tunidad que se le había dado de tomar algunas instantáneas de piezas albergadas en la Universidad
Nacional de Salta para ilustrar en su libro casos de anatropismo.ŗŞ
ŗśȱ ȱȱȱȱǯǯȱǰȱŘŖŖśǰȱǯȱŗŖŞȱ¢ȱŗŖşǯ
16 Particularmente con el Collège de France y el Museu Nacional da Quinta da Boa Vista en Brasil.
ŗŝȱ Ěǰȱȱøǰȱȱ·ȱÇȱȱȱȱȱ¡ȱǯ
ŗŞȱ ȱ¤ȱȱȱȱȱęȱȱȱ¤ȱŜřȱȱȱàȱǰȱȱȱȱȱȱ
procedente del Museo de Ciencias Naturales de Saltaǯȱȱȱȱȱȱȱȱȱȱ¤ȱȱȱȱ
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ȱȱȱÇȱȱàȱȱęȱȱȱȱȱȱȱ
ȱ àȱ ȱ ȱ ȱ ¢ȱ ȱ ęȱ ȱ ȱ ȱ Çǯȱ Çȱ ȱ ȱ ȱ ȱ
CONFORMACIÓN Y ȱ ǰȱ ¢ȱ ȱ ȱ ȱ àȱ ȱ ȱ ȱ ȱ ȱ ȱȱ
DESARROLLO DE LA Metraux19, quienes conocieron a Maidana saben que más allá de cualquier vinculación académica u
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. àȱĚ¡ȱ¤ȱàȱȱȱÇǰȱ¢ȱȱȱȱȱàȱȱȱ¢ȱȱ-
ȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱȱȱ¡ȱȱȱȱȱ
Objetos, problemas y espacios
·ȱȱȱǯ
antropológicos en perspectiva
Çȱ£ȱȱŗşśŞȱȱȱȱȱȱ¤ŘŖ, y bajo su guía recorrimos
histórica. durante un par de años buena parte de las provincias de Salta y Jujuy. Aunque tarde, nuestra casa
·ȱÇȱȱȱȱȬȱ£¤ȱȱ¡ȱȱȬȱ¤ȱȱ
Honorario una década atrás.
ŘŘȱ ȱŘŚȱȱȱȱŗşşŞǯ
Řřȱ àȱȱȱȱȱȱÛȱȱȱȱȱȱȱŜşȱÛǰȱȱȱȱŗşşŖǯ
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BIBLIOGRAFÍA
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ȱȱȱDZȱȱĴȄǯȱDZȱHorizontes An-
tropológicosǰȱȱǰȱÛȱŗŚǰȱǚȱřŖǰȱǯȱŘśśȬŘśŝǯ
Objetos, problemas y espacios
ǰȱȱǯȱǻŗşŝŚǼȱȃàȄǯȱDZȱChayanov, La organización de la unidad eco-
antropológicos en perspectiva nómica campesina.ȱǯȱǯDZȱȱàǰȱǯȱŝȱȱŘŗǯ
histórica.
ǰȱ ȱ ǯȱ ¢ȱ
ȱȱ [ȱ ǻŗşŝśǼȱ Explotación familiar y acumulación de
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ǰȱȱǯȱǻŗşŝŝǼȱȃȱȱȱȱȱȱȱȱȱȄǯȱDZȱ
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ǰȱǯȱŗŝŗȱȱŗşśǯ
En torno a la memoria y el olvido.
ǰȱȱǯȱǭȱ¢ȱ
ȱǻŘŖŖŚǼȱLa crisis del agua en Salta: Entre la sequía y la inun-
Sobre el diálogo entre perspectivas
dación.ȱȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱ¢ǯ
teóricas en los primeros años de la
1ǰȱȱǻŗşŝŚǼȱȃȱȱȱàDZȱȱ¢ȱȱ¢ȱ
antropología salteña.
ȱȱȬȱĴȱȱȱȄǰȱȱȱȱȱÇǰȱ
ȱǻǯǼǰȱȱȱǯ
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŚǼȱSistemas de actividad y estrategias adaptativas en la articulación
regional y nacional de colonias agrícolas étnicas: el caso de Apóstoles (Misiones).ȱDZȱȱ
de Humanidades y Ciencias Sociales.
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŞŝǼȱȃȱ¢ȱȱȱȱÇȱȱȱȱ-
José Miguel Naharro gentina. Desarrollo EconómicoǰȱŘŘȱǻŞŝǼǯ
Docente e investigador en la Universidad 1ǰȱȱȱǻŘŖŖŝǼȱǻŘŖŖŘǼȱLibrar el camino: Relatos sobre antropología y alteri-
Nacional de Salta dad.ȱǯȱǯDZȱȱǯ
josenaharro@gmail.com
ǰȱȱǻŘŖŖśǼȱǻŘŖŖřǼȱClaude Lévi-Strauss. Publicacions de la Universitat de València.
ǰȱȱǯȱǻŗşŝŘǼȱInvestigación sociocultural en una cooperativa agropecuaria de trabajo.
¤ȱǻ¤ǼDZȱȱȱȱÇȱǯ
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŚǼȱȃàȱ¢ȱ¡àȱȱȱ¤ȱȱȱȱȱ-
ȱǰȱȱȱ¤Ȅǯȱęǯ
ǰȱȱǯȱǻŗşŝşǼȱȃȱȱ¢ȱàȱÇȱȱȄǯȱDZȱSocio-
lógica, Revista Argentina de Ciencias Socialesǰȱ¡ȱķȱŘȬřǯ
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŞŖǼ El estructuralismo funcional de Parsons. ȱDZȱȱȱ
y Discusiones del Instituto de Ciencias Sociales (ICIS).
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱ ǻŗşşŘǼȱ ȃÇȱ º ȱ ȱ ȱ ȱ ȱȱ Ȅǯȱ DZȱ
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Cuadernos del GREDESȱǚȱŗřǰȱ ȱȱȱȬ¤ęǰȱȱȱ
de Salta.
CONFORMACIÓN Y ȱǰȱ ȱǻŗşŞŘǼ México profundo: una civilización negada.ȱ·¡DZȱ-
DESARROLLO DE LA rial Grijalbo.
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. XǰȱȱǻŗşŝŜǼ Etnología y fenomenología. Ideas acerca de una hermenéutica del extra-
ñamiento.ȱǯȱǯDZȱȱǯ
Objetos, problemas y espacios
ǰȱȱǻŗşśŞǼ Sociologie de lAlgérie.ȱDZȱȱȱȱǯ
antropológicos en perspectiva ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŘǼȱȃȱ·ȱȱȱȱ¢¸ȱȱȄǰȱAn-
histórica. nalesǰȱÛȱŘŝǰȱǚȱŚŗśǯ
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŞŖǼȱLe sens pratique.ȱDZȱȱȱȱǯ
ȱȱ¢ȱȱÇȱ£ȱȱȱȱÇȱŗşȱȱŘŘȱȱȱ
ȱŗşŝřǯ
ȱȱȱȱȮȱÇȱęȱȱ¡ȱȱȱȱȱȱ-
En torno a la memoria y el olvido.
ȱȱȱǽĴDZȦȦǯǯǯǾǯ
Sobre el diálogo entre perspectivas
ǰȱȱǻŗşşŜǼȱȃȱȱȄǯȱDZȱBull. Inst. fr. études andinesǰȱŘśȱǻŘǼǰȱǯȱŗŜśȱȱŗŜŝǯ
teóricas en los primeros años de la
ǰȱ¢ȱǻŗşşŜǼȱǻŗşŞŜǼ Cómo piensan las instituciones.ȱDZȱ£ȱǯ
antropología salteña.
ǰȱȱǻŘŖŖŖǼȱȃ
ȱȱȱÇȱȱȱȄǯȱDZȱǯȱǯȱ
(comp.), Problemáticas antropológicasǯȱDZȱȱǰȱǯȱŗŗȱȱŚřǯ
ǰȱȱÇȱǻŗşŝŗǼȱȃȱàȱȱ¡ȱàȄǯȱÇȱȱǯȱęǯ
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝśǼȱȃàǰȱȱ¢ȱDZȱȱȱȱ¤ȱà-
ȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȄǯȱȱȱȱȱŘĶȱ-
unión del Grupo de Trabajo sobre Procesos de Articulación Social organizada por el Consejo
José Miguel Naharro Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
Docente e investigador en la Universidad ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŞŜǼ Los pescadores de México: la vida en un lance.ȱ·¡DZȱǰȱ-
Nacional de Salta ȱȱȱȱǰȱǚȱŗŗŖǯ
josenaharro@gmail.com ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻȦǼȱȃȱȱȱȱȱàȄǯȱDZȱCiudad Virtual de Antropolo-
gía y ArqueologíaȱǽĴDZȦȦ ǯ¢ǯǯȦȦǯǾǯ
ǰȱȱ¡ȱǻŗşŝŚǼ Arte, estructura y arqueología. Bs. As.: Nueva Visión.
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŞśǼȱȃȱÛȱȱÇȱȱȱȱǻŗşřŖȬ
ŗşŞŖǼDZȱȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱȄǯȱAmerican AntiquityǰȱǯȱśŖǰȱǚȱřǯ
ǰȱȱǻŘŖŖśǼȱȃȱǯȱĴȱǻŗşŚřȬŘŖŖśǼȄǯȱDZȱIntersecciones en Antropologíaǰȱǚȱ
ŜǰȱȱȱȱȱȮȱǰȱǯȱřȱȱśǯ
ǰȱȱǻŗşŜŝǼȱǻŗşśŖǼȱLa mémoire collective. Paris: Les Presses Universitaires de
ǯ
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŘŖŖŚǼȱǻŗşŘśǼȱLos marcos sociales de la memoria.ȱDZȱȱǯ
1ºJORNADAS REGIONALES
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ǰȱȱǻŗşŜŞǼȱǻŗşŜŘǼȱȃȱȱȱȱȱȱȄǯȱDZȱRe-
vista Latinoamericana de Sociologíaȱķȱŗǰȱȱȱȱǰȱȱȱ
CONFORMACIÓN Y ȱȱǽàȱȱDZȱȱ¢ȱȱȱȱȱ ǰȱǯȱǯȱ-
DESARROLLO DE LA ǰȱȱȱ¢ǰȱ¢ȱȱǾǯ
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŖǼ Poder sobrenatural y control social en un pueblo maya contemporáneo.
México: Instituto Indigenista Interamericano.
Objetos, problemas y espacios
ǰȱȱ¢ȱȱǯȱ1ȱǻŗşŝŝǼȱȃàȄǯȱDZȱǯȱǯȱǯȱşȱȱŘŗǯ
antropológicos en perspectiva
ǰȱ ȱ ¢ȱ ȱ
ȱ ǻŗşŝŖǼȱ ȃǶ£ȱ ȱ ǵȱ ¤ȱ
histórica. ȱȱęàȱȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȄǯȱDZȱ
Revista Latinoamericana de SociologíaǰȱǯȱǯǰȱǚȱŘǯ
ǰȱȱ¢ȱȱ
ȱǻŗşŝŝǼȱȃȱǰȱȱȱ
¢ȱȱȱàȱȱȱȱȱȱȱȄǯȱDZȱ
Ĵǰȱ-
ȱ¢ȱȱǯȱ·ȱǻǯǼǰȱǯȱǯǰȱǯȱŘřŞȱȱŘśŜǯ
En torno a la memoria y el olvido.
ǰȱȱǻŗşşŖǼȱȃÇȱȱȱȱDZȱȱ¢ȱȄǯȱCua-
Sobre el diálogo entre perspectivas
dernos de Antropología SocialǰȱŘǰȱǯȱŗŖŞȱȱŗŗśǯ
teóricas en los primeros años de la
ǰȱȱȱǯȱǻŘŖŖşǼȱȃȱȱȱ·Ȅǯȱȱȱȱȱ-
antropología salteña.
cuentros «Trayectorias»ȱ ȱ ȱ ȱ ȱ ȱÇȱ ǽĴDZȦȦ ǯǯǯȦ
¢ȬŗŘȬȬǾǯ
ǰȱȱǻŗşŞŘǼȱĚȱȱȱȱȱ¢ȱȱȱȱȱȱȱȱÛǯ
Salta: UNSa.
1ȬǰȱȱǻŘŖŗŗǼȱǻŗşśŞǼȱAntropología estructural. Barcelona: Paidós.
ǰȱ ȱǻŗşŞśǼȱȃȱ¢ȱȱȱȱÇȱȄǯȱ
José Miguel Naharro Boletín del Instituto Interdisciplinario de Tilcaraȱǻ¢ȬǼǰȱǯȱŗřȱȱśŜǯ
Docente e investigador en la Universidad ǰȱȱǯȱǻŗşŜŚǼ Música en la prehistoria. Salta: Museo de Ciencias Naturales e
Nacional de Salta ǯȱǯȱ ¤ęǯ
josenaharro@gmail.com _____________________ (1966) Papachacra. Un yacimiento arqueológico en Los Valles, Departamen-
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ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŚǼȱȃȱȱȱȱȱȱȱȱàȱȱȱ
ȱȄȱȱķȱŗśȱȱȱI Congreso de Lenguas Nacionales. Cocha-
bamba, Bolivia.
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŜǼ El yacimiento arqueológico de Viñaco. Salta.
1ºJORNADAS REGIONALES
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ǰȱȱǯȱ¢ȱȱǯȱ
ȱǻŗşŝŚǼ Osma, un yacimiento indicador para el Va-
lle de Lerma.ȱDZȱȱǯ
CONFORMACIÓN Y ǰȱȱǻŘŖŖŖǼ A Social History of Anthropology in the United States. London: Berg.
DESARROLLO DE LA ȱȱȱ ǰȱȱǻȦǼȱȃȱ¡ȱ¢ȱȱȱ-
ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. ȱ ȱ ¤Ȅǯȱ ȱ ȱ ȱ ȱ ȱ ¤ȱ ȱȱ ȱ ȱ ȱ ǽĴDZȦȦ
ǯǯǯǯȦĴȦŖśŚȏǯǾǯ
Objetos, problemas y espacios
ȬǰȱȱǻŗşŝŖǼ Spiritual Power in Central America. The Naguals of Chiapas. Illinois:
antropológicos en perspectiva Chicago University Press.
histórica.
ǰȱȱȱǻŘŖŗřǼȱȃȱǯȱ·ȱǻŗşŚŘȬŘŖŗřǼȄǯȱDZȱRelaciones de la So-
ciedad Argentina de Antropología ǰȱǯȱŗŝȬŗŞǯ
ǰȱ
ȱǻȱŗşŞŜǼȱȃȱÇȱȱDZȱȱȄǯȱDZȱMirándonos desde
adentroǯȱÇȱȱàȱȱȱȱȱȱǯ
ǰȱ
ȱ¢ȱȱǯȱȱǻŗşşŝşȱȃȱÇȱȱȱȱDZȱȱ-
En torno a la memoria y el olvido.
ȱȱȱȄǰȱDZȱHorizontes AntropológicosȱřȱǻŝǼǰȱǯȱŗŖȱȱŘřǯ
Sobre el diálogo entre perspectivas
ǰȱȱǻŘŖŗřǼȱǻŘŖŖŖǼ La memoria, la historia, el olvido.ȱǯȱǯDZȱȱȱȱ-
teóricas en los primeros años de la
nómica.
antropología salteña.
ǰȱ ȱǯȱǯȱǻŗşŞŖǼ Anthropology at Chicago.ȱDZȱȱ¢ȱȱȱ
Press.
ǰȱȱǯȱǻŗşśŚǼȱǻŗşřśǼȱ Une civilisation du miel: les indiens Guayakis du Paraguay.
Paris: Gallimard.
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşśŚǼ Dieux et parias des Andes. Les Ourous, ceux qui ne veulent pas être des
hommes. DZȱȱǯ
José Miguel Naharro ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱ ǻŗşŞŗǼ El hombre y los Andes.ȱ ǯȱǯDZȱ ȱ ȱǰȱ
Docente e investigador en la Universidad Çȱȱȱȱǰȱȱȱȱ¢ȱàǯ
Nacional de Salta ǰȱ
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josenaharro@gmail.com ęȱÛȄǯȱęǯ
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mía y Zootecnia, Universidad Nacional de Tucumán.
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝřǼ Seminario sobre La explotación agrícola familiar en la Argentina.ȱÛȱȱ
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Argentina.
ȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȏȱǻŗşŝŚǼȱàȱ¢ȱęàȱȱȱȱęȱÛǯ Bs. As.: Centro de
Investigaciones en Ciencias Sociales.
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Ĵǰȱȱ¢ȱȱǯȱ·ȱǻǯǼǰȱǯȱǯǰȱǯȱŗşŜȱȱŘřŝǯ
1ºJORNADAS REGIONALES
3º INTERNAS DE
PÁG.
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ANTROPOLOGÍA DEL NOA
SALTA 2014
38
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¢ȱ¢ȱȱ ȱǻǯǼǰȱHistorias y estilos del trabajo de campo en la Argentina. Buenos
CONFORMACIÓN Y DZȱȱǰȱǯŘŞşȱȱřŗśǯ
DESARROLLO DE LA ǰȱ
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ANTROPOLOGÍA EN EL NOA. ¤DZȱȱȱȱȱȱȱȱǰȱȱȱȱȱ-
ȄǯȱDZȱǰȱȱǻǯǼȱȱǯǰȱPopular participation in Social Change.ȱȱ
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Objetos, problemas y espacios
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antropológicos en perspectiva
histórica.