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Contra el fallo anterior, la parte actora anunció recurso de casación; fue admitido
por el Tribunal Superior, motivo por el cual, se ordenó la remisión del expediente a esta Sala
de Casación Social.
El expediente fue recibido en esta Sala, dándose cuenta del asunto en fecha 02
de noviembre del año 2010 y en esa misma oportunidad se designó ponente al Magistrado
Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez.
Fueron consignados escritos de formalización por la parte actora y de
impugnación por la demandada.
Por auto de la Sala, de fecha 07 de febrero del año 2013, se fijó la realización de
la audiencia oral, pública y contradictoria para el martes 19 de febrero del año 2013,
conforme a lo dispuesto en el artículo 173 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la cual
fue posteriormente diferida para el 28 de noviembre del mismo año.
Para decidir como lo hizo la recurrente, lo cual fue determinante del dispositivo
del fallo -absolutamente negativo para mi-, se basó fundamentalmente en que yo
siendo accionista (omitió que lo soy en un 10% según los registros mercantiles
que constan a los autos) y director de ambas empresas demandadas (alegatos
solamente esgrimidos por éstas, pues en autos consta que soy gerente de las
mismas) observó la sentenciadora de la recurrida "...que la demandada consignó
registro mercantil del cual se desprende que ciertamente el ciudadano Alfonso
Cordido Espósito es socio junto con el ciudadano Simón Espinoza, lo cual lleva
a esta Juzgadora a la convicción de determinar la existencia de un vínculo
societario entre Alfonso Cordido Espósito y el ciudadano Simón Espinoza ya que
se demostró que la prestación de servicio fue ejecutada por el actor de una manera
autónoma, por cuanto la actividad realizada por él la hizo en resguardo de sus
propios intereses, y que desde el inicio de la relación en el año 2005, hasta la
terminación de la misma no hizo reclamo alguno de sus derechos laborales tales
como vacaciones, utilidades, etc., por lo que resulta forzoso para esta Alzada
concluir que el vínculo que unió a las partes era una relación mercantil de socios.
ASI SE DECIDE".
La Sala ha establecido que la falta de aplicación de una norma, tiene lugar cuando
el sentenciador niega la aplicación de una disposición legal a una determinada relación
jurídica que está bajo su alcance.
Los artículos de la Ley Orgánica del Trabajo cuya infracción se alega, son del
siguiente tenor:
Artículo 45: Se entiende por trabajador de confianza aquel cuya labor implica el
conocimiento personal de secretos industriales o comerciales del patrono, o su
participación en la administración del negocio, o en la supervisión de otros
trabajadores.
Las normas citadas supra consagran, por una parte, (artículo 65) que se presume
la existencia de una relación laboral entre quien preste un servicio personal y quien lo reciba,
presunción legal que admite prueba en contrario y que pone en cabeza del demandado la
carga de desvirtuar la naturaleza laboral de la relación que se presume une a las partes,
demostrando que no se cumplen las condiciones de ajenidad, subordinación y salario, para
calificarla como tal; por otra parte, (artículos 41, 42 y 45), definen como empleado a aquél
trabajador en cuya labor predomina el esfuerzo intelectual, como empleado de dirección a
aquel que interviene en la toma de decisiones de la empresa, así como el que representa al
patrono frente a otros trabajadores o terceros, pudiendo sustituirlo en todo o en parte, y, por
último, establece que debe considerarse como trabajador de confianza al que por su labor
tiene conocimientos de secretos industriales o comerciales del patrono, participa en la
administración del negocio o en la supervisión de otros trabajadores.
Ahora bien, visto (sic) tales argumentos, considera esta sentenciadora que en el
caso que nos ocupa la parte demandada tanto en la contestación de la demanda
como en su exposición en la Audiencia de Apelación admitió la prestación del
servicio por parte del actor, señalando que la misma no era de naturaleza laboral,
sino mercantil ya que el mismo era socio de la demandada, correspondiéndole
como consecuencia de ello la carga de la prueba, es decir, demostrar que se
trataba de una relación societaria. En atención a lo anterior, vale decir en cuanto
a la existencia de una prestación de servicio, resulta importante destacar lo que
señala el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, el cual dispone, "Se
presumirá la existencia de una relación de trabajo entre quien preste un
servicio personal y quien lo reciba...". Vista la norma antes transcrita, la cual
es una presunción iuris tamtun, que puede ser desvirtuada, se desprende que
como quiera que el referido artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, presume
la existencia de una relación de trabajo entre quien presta un servicio personal y
quien lo recibe, es claro que en el caso bajo análisis, examinados y adminiculados
en su conjunto todos los elementos probatorios conforme a las reglas de la sana
critica (sic), concluye quien aquí decide que la parte accionada logró desvirtuar
los elementos característicos de la relación laboral, o sea la prestación personal
del servicio, labor por cuenta ajena, subordinación, salario; pues en el caso de
autos la parte actora fue fundador, poseía acciones, ejercía el cargo de director,
tomaba decisiones vinculadas con el funcionamiento comercial dentro de las
empresas SERVICIOS INTEGRALES 2000, C.A., y CLEANING CONCEPTS,
C.A., asimismo no estaba sujeto a ningún tipo de control, ni a cumplimiento de
horario, impartía ordenes a los trabajadores, también se observa a los autos que
la demandada consignó registro mercantil del cual se desprende que ciertamente
el ciudadano Alfonso Cordido Espósito es socio junto con el ciudadano Simón
Espinosa (sic), lo cual lleva a esta Juzgadora a la convicción de determinar la
existencia de un vínculo societario entre Alfonso Cordido Esposito (sic) y el
ciudadano Simón Espinosa (sic), ya que se demostró que la prestación del
servicio fue ejecutada por el actor de una manera autónoma, por cuanto la
actividad realizada por el la hizo en resguardo de sus propios intereses, y que
desde el inicio de la relación en el año 2005, hasta la terminación de la misma no
hizo reclamo alguno de sus derechos laborales tales como vacaciones, utilidades,
etc, por lo que resulta forzoso para esta Alzada concluir que el vinculo (sic) que
unió a las partes era una relación mercantil de socios. ASI SE DECIDE.
La relación laboral es concebida por la Ley Orgánica del Trabajo, como aquella
que surge de la prestación personal de servicio, remunerada, que se realiza por cuenta ajena
y bajo la dependencia de otro.
Ha establecido esta Sala que el elemento ajenidad está presente cuando: “…quien
presta el servicio personal -trabajador- se hace parte del sistema de producción, añadiendo
valor al producto que resulta de ese sistema, el cual pertenece a otra persona -patrono-, dueña
de los factores de producción quien asume los riesgos del proceso productivo y de la
colocación del producto -ajenidad-, obligándose a retribuir la prestación recibida -
remuneración-, por tanto, ese ajeno organiza y dirige el mecanismo para la obtención de tales
frutos, y es justo allí cuando la dependencia o subordinación se integra al concepto de
ajenidad, coligiendo así que el trabajo dependiente deriva del hecho de prestar un servicio
por cuenta de otro” (sentencia N° 602, de fecha 28 de abril de 2009).
SENTENCIA DE MÉRITO
En el libelo se alega que el ciudadano ALFONSO CORDIDO ESPÓSITO inició
su prestación de servicios para la sociedad mercantil SERVICIOS INTEGRALES DE
MANTENIMIENTO ESPINOZA 2000, C.A., ahora SERVICIOS INTEGRALES 2000,
C.A., el 03 de enero de 2005, desempeñándose como Gerente; que devengó inicialmente un
salario fijo de un mil seiscientos bolívares (Bs. 1.600,00); que en el mes de junio de 2005 la
empresa mencionada formó una unidad económica con la empresa CLEANING
CONCEPTS, C.A., que desde ese momento él pasó a ejercer la gerencia de la última sociedad
mercantil mencionada, por lo que sus patronos reformularon las condiciones de la relación
laboral y determinaron que por Servicios Integrales 2000, C.A., seguiría devengando un
salario fijo, mientras que por Cleaning Concepts, C.A. se le pagarían comisiones,
equivalentes al 5% de los ingresos brutos mensuales de la citada empresa, comisión que sólo
le fue pagada en una oportunidad, por lo que se le adeudan las no cobradas; que existe
identidad de personas, tanto de los accionistas como de los integrantes de las Juntas
Directivas en las dos empresas señaladas, por lo que existe un grupo económico entre ellas
que debe responder de forma solidaria respecto al pago de sus obligaciones laborales; que su
horario de trabajo era de 9:00 a.m. hasta las 12:00 m. y luego de 2:00 p.m. hasta las 7:00
p.m., de lunes a viernes; que devengó un último salario final (sumatoria salario fijo,
comisiones y alícuota retenidas sobre comisiones imputadas a días sábados, domingos y
feriados no trabajados) de ocho mil seiscientos setenta y seis bolívares con ochenta y cinco
céntimos (Bs. 8.676,85) ; que en fecha 15 de febrero de 2009, renunció a su cargo.
Documentales:
Copias simples de facturación de los años 2005, 2006, 2007 y 2008, de la empresa
Cleaning Concepts, C.A. a dichas documentales no se les otorga valor probatorio, por cuanto
no se encuentran suscritas ni selladas.
Testimoniales:
Rogelio González manifestó que conocía a Simón Espinoza por haber trabajado
con él desde los años 2005-2006, que conoce al ciudadano Alfonso Cordido dese el año 2005
y que éste gerenciaba las empresas codemandadas y que supervisaba los trabajos, que
laboraba durante los fines de semana y que viajaba por trabajo.
Melvin Cova manifestó que era mecánico y que prestaba servicios para la
empresa; que le pagaban por trabajo; que estuvo vinculado a la empresa desde que funcionaba
en Caracas y que en reiteradas oportunidades acompañó a Alfonso Cordido a Maturín y
Puerto Ordaz. A las repreguntas que le formularon respondió que se desempeñaba para la
empresa como técnico, de forma independiente, así como que en el ejercicio de sus labores
era acompañado por el señor Simón o el señor Alfonso; manifestó desconocer si eran socios;
señaló que los conoció como dueños de las empresas, que el señor Espinoza era el
representante de la empresa y Alfonso era el segundo; que antes de hacer algo debía
consultársele primero al señor Simón Espinoza.
Por otra parte, el testigo Juan Urasma manifestó que le prestó servicios en las
oficinas del C.C.M. a los ciudadanos Alfonso Cordido y Simón Espinoza para el
funcionamiento de su empresa, pero que desconocía si eran socios, si Alfonso Cordido era
jefe o empleado, pues no sabía nada de la relación que unía a tales ciudadanos; no se le
formularon repreguntas.
Prueba de Informe:
Exhibición:
Experticia:
Documentales:
Prueba de informes:
Testimoniales:
Fueron promovidas las declaraciones de los testigos Yelitza Rosas, Oscar García
Rojas, Elizabeth Vivas Socorro, Jesús Carpio, Nelson Lara y Rafael Jaspe. No compareció a
rendir testimonio Elizabeth Vivas Socorro.
Yelitza Rosas
Manifestó que trabajaba para las empresas demandadas desde el año 2006, como
administradora, que no estaba autorizada para dar constancias de trabajo, que el señor
Alfonso Cordido era su jefe, que desempeñaba el cargo de Gerente y además de Director,
que es socio de la empresa, que él no cumplía horario y que no estaban constantemente en la
empresa, que dicho ciudadano le pidió una constancia de trabajo para solicitar un crédito y
le dijo que era urgente. Que al ser repreguntada contestó que no tenía conocimiento si el
actor laboraba sábados, domingos y feriados, que Alfonso Cordido era su jefe, pues Simón
Espinoza siempre estaba fuera de Margarita, que aquél fue quien la contrató y le pagaba, que
él tenía el cargo de Director Suplente y el Director Principal era Simón Espinoza.
Oscar García manifestó que trabajó para las demandadas desde el año 2005 y
para el momento de la declaración seguía laborando allí, como Jefe de Almacén; que los
ciudadanos Alfonso Cordido y Simón Espinoza eran socios y dueños de las empresas, siendo
sus patronos, que ellos no cumplían horario, que ambos tenían las mismas facultades. A las
repreguntas contestó que conocía a Alfonso Cordido como su jefe, Director Suplente y dueño
de las empresas, que lo contrató el señor Espinoza, que le cancelaban las utilidades
anualmente, a razón de un mes.
Jesús Carpio afirmó que es militar de la Armada, que fue designado como
miembro de la Junta Interventora del Aeropuerto Santiago Mariño, por decisión dictada en
agosto de 2006, por el Tribunal Supremo de Justicia, que se desempeñó como tal durante los
años 2007 al 2009; que conoce a Simón Espinoza y a Alfonso Cordido como socios, que
prestaban sus servicios en el Aeropuerto y que la contratación con las empresas demandadas
terminó porque no tenían la solvencia laboral, señaló que quien representó a las empresas en
el acto de licitación fue Alfonso Cordido. A las repreguntas contestó que la relación que
existía entre los mencionados ciudadanos era de composición accionaria y que los conoció a
ambos como Directores y dueños.
Rafael Jaspe manifestó que era supervisor de la empresa, que laboraba en Caracas
y luego fue trasladado a Margarita, que conoce a los ciudadanos Simón Espinoza y Alfonso
Cordido como patronos, señala que Alfonso Cordido estaba autorizado para ordenar
reparaciones de las maquinarias, en caso de que se dañaran. Al ser repreguntado contestó
que llevaba 7 años conociendo a Simón Espinoza, que lo contrató dicho ciudadano, que sus
jefes eran los dos, Simón Espinoza y Alfonso Cordido.
Declaración de parte
En uso de las facultades que otorga al Juez el artículo 103 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, se llevó a cabo la declaración de partes:
La parte actora ciudadano ALFONSO CORDIDO ESPOSITO, manifestó entre otras cosas:
Que trabajó para SERVICIOS INTEGRALES 2000, C.A., desde su constitución en fecha 03-
01-2005 y para CLEANING CONCEPTS, C.A., desde el año 2005; que según los estatutos
de las empresas ocupaba el cargo de Director Suplente, pero que en realidad se movía en
todas las áreas; alegó que su sueldo se lo ponía SIMÓN; que devengaría un salario base y por
la empresa CLEANING CONCEPTS C.A., le cancelarían el 5% sobre los ingresos brutos
mensuales. Asimismo, alego que trabaja todo el tiempo ya que era el único que estaba al
frente de las empresas, siendo único que trabajaba, tomó solo una vacación, cuando viajó
para Estados Unidos, que los equipos e instrumentos que utilizaba eran propiedad de las
empresas, que una sola vez acompañó al señor SIMÓN ESPINOZA OTERO a comprar
varios equipos.
La demandada, indicó que conoció al actor por su padre que era socio de él y le pidió que
ayudara a su hijo, que luego surgió lo de la sociedad, que Alfonso Cordido Espósito tenía
acciones y que también es su empresa, tal y como reza en las Cláusulas del Acta Constitutiva
que tiene las más amplias facultades de administración y disposición para representar a las
mismas tal y como consta, en los diferentes contratos de licitación que se realizaron a
diferentes entes públicos, así como en todas las gestiones de la empresa como cobrar cheques,
remover personal y pagarles sin tener que consultarle nada a él, en virtud que esa era su
empresa, que no ganaba salario sino una dieta por honorarios profesionales como también,
que se encuentra sorprendido por dicha demanda, que no se le cancelaban comisiones, y que
el se había molestado con el demandante porque le solicitó a la administradora que le firmara
unas constancias de trabajo y porque cobró unas comisiones sin consultar, reclamándole por
ello. Dijo que el demandante actuaba por sus propios intereses, no cumplía horario ya que
estaba a la disposición de sus empresas, estaba inscrito en el Seniat como el apoderado o
representante legal de las empresas ya que también es abogado.
Dichas declaraciones rendidas por ambas partes nada aportan para la resolución
de la controversia.
Ahora bien, a partir de los hechos admitidos por la parte demandada, en virtud
de no haberlos negado de forma pormenorizada, y que no fueron desvirtuados en el debate
probatorio, se observa que las empresas Servicios Integrales 2000, C.A. y Cleaning Concepts,
C.A. constituyen un grupo económico.
Por otra parte, se evidenció del acervo probatorio que Alfonso Cordido Espósito
comenzó a desempeñarse como Gerente de Servicios Integrales 2000, C.A. desde el 01 de
enero de 2005, con anterioridad a la adquisición de las acciones de dicha empresa y en
Cleaning Concepts, C.A. desde junio de 2005. Se probó que percibía una remuneración fija
de forma quincenal, que fue denominada dieta, pero que, presenta los elementos
característicos del salario, conforme a lo dispuesto en el artículo 133 de la Ley Orgánica del
Trabajo, pues le era cancelado como contraprestación por el servicio prestado, en efectivo,
en forma regular y permanente. No se evidenció que se hubiera pactado el pago de
comisiones. No se demostró causal de terminación de la relación distinta a la renuncia
alegada por el demandante, ni fecha distinta a la señalada por él -15 de febrero de 2009-.
Para ello, este Alto Tribunal se sirve en gran medida de las actas constitutivas-
estatutarias y de Asamblea General de Accionistas, las cuales fueron plenamente valoradas
por la Sala.
Así pues de las actas constitutivas de ambas empresas, observó la Sala que el
funcionamiento de la administración de la empresa fue encomendado a un órgano colegiado
denominado “Junta Directiva”, integrada por dos miembros, uno principal y otro suplente,
denominados Directores, que podían ser accionistas o no de la empresa.
De acuerdo a lo extraído, la Sala entiende que las funciones que son propias del
patrono mismo, eran ejercidas de manera conjunta por los dos Directores, cuyas funciones y
atribuciones están especificadas en la cláusula DÉCIMA SEGUNDA del documento
constitutivo estatutario de la codemandada Servicios Integtrales 2000, C.A., y artículo
OCTAVO del documento constitutivo estatutario de la codemandada Cleaning Concepts,
C.A., pero el ejercicio de esas funciones en uso de las atribuciones conferidas está limitado
por las decisiones que tome la Asamblea de Accionistas como órgano supremo de ambas
compañías.
Así las cosas, se concluye que, del examen conjunto de todo el material
probatorio antes apreciado, lejos de haber sido desvirtuada la presunción de laboralidad que
operó, más bien se establecieron hechos que ratificaron el hecho presumido, a saber que, la
relación habida entre el ciudadano Alfonso Cordido Espósito y las empresas codemandadas
fue de naturaleza laboral, como ya se había indicado al resolver el recurso de casación
precedentemente, ya que del acervo probatorio se estableció que la prestación de servicios
fue ejecutada por el actor por cuenta ajena, es decir, a través de su esfuerzo continuo en
beneficio y provecho de las accionadas, quienes obtuvieron los frutos de ese esfuerzo en la
medida y proporción en que se fue ejecutando, asumiendo éstas los riesgos de la actividad
económica, que se desempeñó concretamente como un empleado de dirección, conforme a
lo dispuesto en el artículo 42 de la Ley Orgánica del Trabajo, pues representaba a las
empresas ante los demás empleados y frente a terceros, ejerció amplias facultades de
administración y dirección, podía celebrar contratos, nombrar, remover empleados y fijarles
sus remuneraciones, obligar a la empresa, en fin, tomaba decisiones relativas al giro
comercial de las referidas sociedades mercantiles; por otra parte, se evidenció que como
contraprestación por la labor realizada percibía un salario. También estuvo presente, de
forma atenuada, el elemento subordinación, pues si bien, el demandante, además de ser
accionista, se desempeñó como Director Suplente de ambas codemandadas, sus amplias
facultades como tal, para administrar y dirigir tales empresas, estaban limitadas por la
Asamblea de accionistas, órgano supremo de ambas compañías, cuyas decisiones estaba
obligado a acatar.
…esta Sala deja por sentado que la cualidad de trabajador puede perfectamente
coexistir con el ejercicio de cargos directivos de una sociedad mercantil, ya que,
en todo caso, lo determinante para establecer si se está en presencia de una
relación laboral, es la forma en que efectivamente se realiza la prestación de
servicios, que aun cuando implique el desempeño de altas funciones en la toma
de decisiones, y condiciones laborales muy beneficiosas económicamente –altos
salarios, bonos especiales, etc.-, no deja de estar -por estas circunstancias- bajo
la tutela del Derecho del Trabajo, con la especialidad del régimen que le sea
aplicable, si se trata de un empleado de dirección.
(Omissis)
…corresponde dilucidar el reconocimiento o no de los directivos de las
sociedades mercantiles como trabajadores de la entidad para la cual prestan sus
servicios, verificando la presencia de los elementos de la relación laboral y
analizando las normas relativas a los empleados de dirección y a los
representantes del patrono. Asimismo, conteste con la distribución de la carga
probatoria, y generada la presunción de laboralidad a que se contrae el artículo
65, correspondía a la parte demandada demostrar la existencia de un hecho o
conjunto de hechos que permitieran desvirtuar la configuración de la relación de
trabajo.
En cualquier caso, para el reconocimiento o desconocimiento de la laboralidad
debe tomarse el análisis de los caracteres definitorios del servicio personal objeto
de protección del Derecho del Trabajo, y en particular, la manera en la que estos
se materializan o no en el caso de los miembros de la Junta Directiva de las
sociedades mercantiles, para así determinar el grado de tutela que le debe asignar
a esta categoría de trabajadores, según se les considere trabajadores dependientes
o independientes.
El ordenamiento jurídico laboral está concebido precisamente con un carácter
tuitivo, es decir, protector del trabajador frente al empresario, precisamente por
considerar que el trabajador está sujeto a contratar, y por tanto aceptar las
condiciones que para la contratación le imponga el patrono, aunque sean
abusivas. En tanto que el empresario, tiene una posición económica superior, que
le permite rechazar las condiciones de contratación que pretenda conseguir el
trabajador, quien además sabe que la demanda de trabajo es superior a la oferta
y por tanto no tienen necesidad de contratar a un trabajador determinado, pues
siempre habrá otro dispuesto a aceptar peores condiciones de trabajo.
Entonces, en principio las condiciones del contrato quedan a la libre voluntad de
las partes, sin que el alto directivo pueda ser excluido de la aplicación de las
normas que le son aplicables al resto de los trabajadores.
La especialidad, va referida a elementos configuradores de esa relación que no
se dan en la mayoría de las otras, y el carácter común, por tanto, se atribuye
simplemente a las relaciones de trabajo cuyos rasgos esenciales se repiten en la
práctica.
En el caso de los altos directivos, la especialidad radica, en el acercamiento entre
los intereses de éstos y los que son propios de la empresa, que se desprende de la
recíproca confianza que debe existir entre las partes, considerando que el
Derecho del Trabajo parte de la contraposición de intereses entre el trabajador y
el empleador.
En este sentido, si se admite que los altos directivos son trabajadores por cuenta
ajena, ello significa que por más que su relación de trabajo sea especial, dada su
proximidad más con la empresa que con el resto de los trabajadores, en la
prestación personal de sus servicios, han de encontrarse las notas típicas de la
relación de trabajo, a saber, libertad, remuneración, ajenidad y dependencia.
Así, los miembros de las Juntas Directivas de las sociedades mercantiles, como
los demás trabajadores, prestan sus servicios de manera libre, pues no se trata de
servicios obligatorios. De igual manera, ambas categorías prestan sus servicios a
cambio de una remuneración, se trata de una labor retribuida, a pesar de que
existan diferencias cuantitativas entre los altos directivos y el resto de los
trabajadores.
(Omissis)
Por otra parte, en cuanto al salario, se evidenció que el demandante devengó una
cantidad de dinero fija y dado que la parte accionada no demostró un salario distinto al
alegado por aquel, se tendrán por ciertos los montos que alegó haber devengado mes a mes
en el libelo (los cuales serán detallados en la sentencia a publicar), pero con la salvedad de
que sólo se tomará por cierta la cantidad fija que adujo haber percibido, pues no demostró el
trabajador que en efecto, se hubiese pactado el pago de comisiones, ni mucho menos su pago.
-01 de enero de 2006 al 31 de diciembre de 2006: 60 días de salario integral, 5 días por cada
mes, más 2 días de antigüedad adicional, tomando en consideración que el salario base para
el cálculo de este concepto, era el devengado durante el mes respectivo, a lo cual, deberá
adicionársele la alícuota de utilidades (30 días anuales), y de bono vacacional (8 días).
-15 de enero de 2007 al 31 de diciembre de 2007: 60 días de salario integral, 5 días por cada
mes, más 4 días de antigüedad adicional, tomando en consideración que el salario base para
el cálculo de este concepto, era el devengado durante el mes respectivo, a lo cual, deberá
adicionársele la alícuota de utilidades (30 días anuales) y de bono vacacional (9 días).
-01 de enero de 2008 al 31 de diciembre de 2008: 60 días de salario integral, 5 días por cada
mes, más 6 días de antigüedad adicional, tomando en consideración que el salario base para
el cálculo de este concepto, era el devengado durante el mes respectivo, a lo cual, deberá
adicionársele la alícuota de utilidades (30 días anuales) y de bono vacacional (10 días).
.
-01 de enero de 2009 a 15 de febrero de 2009: 5,66 días de salario integral, tomando en
consideración que el salario base para el cálculo de este concepto, era el devengado durante
el mes respectivo, a lo cual, deberá adicionársele la alícuota de utilidades (30 días anuales) y
de bono vacacional (11 días).
Por otra parte, en lo que respecta a los intereses moratorios causados por la falta
de pago de la prestación de antigüedad consagrada en el artículo 108 de la Ley Orgánica del
Trabajo, al ser concebida constitucionalmente como una deuda de valor, se establece que el
cómputo de los mismos debe hacerse, mediante experticia complementaria del fallo, desde
la fecha en que la misma es exigible, vale decir, desde la fecha de finalización de la relación
de trabajo (15 de febrero de 2009) hasta la fecha del pago efectivo. Conforme a lo establecido
en el artículo 92 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el experto
deberá tomar en cuenta la tasa de interés fijada por el Banco Central de Venezuela, de
conformidad con lo previsto en el literal c) del artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo,
estableciéndose igualmente que para el cálculo de los intereses de mora no operará el sistema
de capitalización de los propios intereses.
DECISIÓN
En virtud de las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia,
en Sala de Casación Social, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela por autoridad de la ley, declara: 1º CON LUGAR el recurso de casación
propuesto por la parte demandante, y en consecuencia se anula la sentencia proferida por
el Juzgado Superior Primero del Trabajo de la Circunscripción Judicial del estado Nueva
Esparta, en fecha 30 de septiembre del año 2010; y, 2º PARCIALMENTE CON LUGAR la
demanda incoada por el ciudadano ALFONSO CORDIDO ESPÓSITO contra las
sociedades mercantiles SERVICIOS INTEGRALES 2000, C.A. y CLEANING
CONCEPTS, C.A..
El Presidente de la Sala,
________________________________
LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ
La Vicepresidenta, Magistrado,
__________________________________ ___________________________
CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA OCTAVIO SISCO RICCIARDI
___________________________________ __________________________________
SONIA COROMOTO ARIAS PALACIOS CARMEN ESTHER GÓMEZ CABRERA
El Secretario,
_____________________________
MARCOS ENRIQUE PAREDES
R.C. AA60-S-2010-1335
Nota: Publicado en su fecha
El Secretario,
En este sentido, tenemos que el referido artículo 65 establece que “Se presumirá
la existencia de una relación de trabajo entre quien preste un servicio personal y quien lo
reciba”. No obstante, demostrada la existencia de la prestación personal del servicio por el
actor, se activa la presunción de laboralidad y se invierte la carga de la prueba de quien alega
el derecho, siendo el patrono demandado quien podrá desvirtuarla, toda vez que tal
presunción es iure tantum, es decir, que admite prueba en contrario.
En este sentido, debemos recordar que uno de los puntos centrales del Derecho
Laboral, precisamente, ha sido la delimitación de los elementos que conforman la relación
de trabajo, con miras a diferenciar aquellas prestaciones de servicio efectuadas en el marco
de la laboralidad, de otras que se ejecutan fuera de sus fronteras. Tal preocupación se
corresponde con la problemática de las llamadas “zonas grises” del Derecho del Trabajo.
Consta de autos, a los folios 182 al 261 de la primera pieza del expediente, acta
constitutiva, estatutos sociales y diversas actas de asambleas de accionistas de las empresas
demandadas Servicios Integrales 2000, C.A. y Cleaning Concepts, C.A., de las cuales se
evidencia que las mismas estaban conformadas accionariamente por los ciudadanos Simón
Espinoza Otero (accionista mayoritario) y por el demandante, ciudadano Alfonso Cordido
Espósito (accionista minoritario), ejerciendo ambos el cargo de Directores.
Consta de autos (ff. 38, 39, 40, 41 y 42 de la primera pieza del expediente),
comunicaciones de fecha 16 de febrero de 2009, dirigidas a las entidades bancarias Banco
Confederado, Banco del Tesoro y Banesco, y suscritas por el accionante, donde solicita
retirar la firma autorizada que mantenía para la movilización de la cuentas bancarias
pertenecientes a la sociedad mercantil Servicios Integrales 2000, C.A. Asimismo, fueron
consignadas comunicaciones dirigidas al Banco Confederado (ff. 275 al 278 de la primera
pieza del expediente), suscritas por el accionante, donde solicita a esa entidad, la
movilización de cantidades dinerarias de la cuenta corriente de la codemandada Servicios
Integrales 2000, C.A., con la finalidad de acreditarlas en las cuentas nóminas. Vale destacar
que, en el listado de las cuentas nóminas, no aparece reflejado el nombre de ninguno de los
dos (2) socios de la empresa.
Por otra parte, corre inserta al folio 264 de la primera pieza del expediente,
comunicación de fecha 31 de mayo de 2005, dirigida a la Coordinación de Ingeniería
Sanitaria, Corposalud del Estado Nueva Esparta, y suscrita por el accionante, donde se hace
constar que éste en representación de la empresa codemandada Servicios Integrales 2000,
C.A., se comprometía al cumplimiento de la normativa, ante ese organismo.
De la declaración rendida por los testigos Oscar García, Jesús Carpio, Nelson
Lara y Melvin Cova, se extrae que los mismos fueron contestes en afirmar que tanto el
ciudadano Simón Espinoza (accionista mayoritario) y el demandante, Alfonso Córdido
Espósito, eran socios y dueños de la empresa. Por su parte, de las testificales rendidas por los
ciudadanos Yelitza Rosas, Oscar García y Nelson Lara, se deriva que ninguno de los socios
cumplía horarios, que no permanecían constantemente en la empresa, y que el actor
supervisaba el trabajo fuera de la oficina.
Para que un trabajador pueda ser calificado como empleado de dirección, debe
quedar claro que éste participa en la toma de decisiones y no sólo ejecuta y realiza
los actos administrativos necesarios para cumplir con las órdenes, objetivos y
políticas que han sido determinadas previamente por el patrono y los verdaderos
empleados de dirección. (Resaltado de la Sala)
En este sentido, es de resaltar que en los casos de altos directivos los estándares
de valoración deben ser más acuciosos y estrictos que en el resto de relaciones
laborales, ya que en éstos puede verificarse una doble condición que es la del
Directivo-Accionista o el Directivo-Empleado.
Así, si bien resulta claro del documento estatutario que las decisiones son
asumidas por la Junta Directiva y el Presidente era un mero ejecutor de las
resoluciones acordadas en la misma, sin embargo, no se analizó el grado de
incidencia o injerencia del referido ciudadano en la representación accionaria en
la empresa, tal como fue recurrentemente alegado por la representación judicial
de la sociedad mercantil Telecaribe.
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LUIS EDUARDO FRANCESCHI GUTIÉRREZ
La Vicepresidenta, Magistrado,
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CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA OCTAVIO JOSÉ SISCO RICCIARDI
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SONIA COROMOTO ARIAS PALACIOS CARMEN ESTHER GÓMEZ CABRERA
El Secretario,
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MARCOS ENRIQUE PAREDES
R.C. N° AA60-S-2010-001335
Nota: Publicada en su fecha a
El Secretario,