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Revista Sonorense de Psicología

1998, Vol. 12, No.2, 91-97.

Reacciones Emocionales:
Aspectos Conceptuales y de Medición
Emotional Reactions: Conceptual and Assessment Issues

César Walterio Varela Romero1


Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación

Universidad de Sonora
En el presente ensayo se discute sobre reacciones emocionales en términos de tradiciones dualistas y
naturalistas, presentando ejemplos prototípicos como las propuestas de carácter organicista de principio de
siglo de William James-Karl Lange y Walter B. Cannon-Bard y las propuestas psicológicas de Kantor y
Skinner. Pretendiendo ser congruente con la visión naturalista, se retoma la propuesta de Lang, Bradley y
Cuthbert (1990), quienes las conciben como disposiciones a la acción basadas en sistemas cerebrales que
organizan la conducta a lo largo de una dimensión apetitiva-aversiva y otra de despertamiento (arousal). Se
presentan argumentos considerando evidencias electromiográficas y de mediciones autónomas para
caracterizar a las reacciones emocionales, además de la medición del reflejo del estremecimiento (startle
reflex).
DESCRIPTORES: reacciones emocionales, aspectos evolutivos, medición de sistemas reactivos,
reflejo de estremecimiento.

This paper discusses the concept of emotional reactions, in terms of both dualistic and naturalistic
psychological traditions. Prototypical examples as William James-Karl Lange's and Walter Canon-Bard
organicistic proposals are presented and discussed, as well as J. R. Kantor's and B. F. Skinner's naturalistic
approaches. In accordance with the naturalistic view, the proposal of Lang, Bradley and Cuthbert (1990) is
retaken. This approach conceive emotional reactions as dispositions to act, which are based on brain systems
organizing behavior along approach-withdrawal and arousal dimensions. Evidence considering
electromiographic assessment and autonomic recording is considered. These assessments are used to indicate
emotional reactions as well as startle reflex.
KEY-WORDS: emotional reactions, evolutionary aspects, assessment of reactive systems, startle
reflex.

Mientras concibamos el problema de la emoción del organismo y de difícil definición (Grossman,


como un estado interno, no es probable que 1967) o como agentes causales e imaginarios de la
hagamos avanzar una tecnología práctica.
conducta (Skinner, 1981). Esta tradición ha perma-
Skinner, 1977
necido hasta la actualidad con sutiles transformacio-
Las reacciones emocionales: un intento de definición nes y presentándose en formatos científico-tecnoló-
gicos de atracción tal que, a pesar de sus problemas
En una visión retrospectiva del concepto de fondo, persisten en la comunidad científica. Por
emoción, es fácil identificar tradiciones dualistas en otro lado, se han desarrollado tradiciones naturalistas
donde se les concibe como entidades ubicadas dentro que conciben a las reacciones emocionales de una

1
Para comunicación con el autor puede dirigirse a: Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación. Edificio 9 G.
Universidad de Sonora. Blvd. Transversal y Rosales s/n, CP. 83000. Hermosillo, Sonora, México.
E-mail:cvarela@kunkaak.psicom.uson.mx
Varela

manera más acorde con la explicación científica de la siguen directamente la percepción del hecho exci-
conducta, caracterizadas en general por concebir al tante, y que nuestro sentimiento de los mismos cam-
comportamiento psicológico como el accionar com- bios, como ellos ocurren, son la emoción (James,
pleto del organismo, mismo que se construye en la citado por Grossman, 1967, p. 499).
ontogénesis e implica ajustes en el devenir organis- Las objeciones de Cannon a esta propuesta
mo-medio (Roca i Balasch, 1993). En términos ge- se centraban, por un lado, en una serie de evidencias
nerales, el desarrollo conceptual ha consistido ini- experimentales y clínicas acerca de la innecesaria
cialmente en plantear constructos de estados internos, participación de la actividad autónoma en la integra-
ya sea de índole fisiológica o psicológica, hasta ción central, la lentitud de los cambios en ellas regis-
descripciones que incluyen aspectos ambientales, trados, su relativa insensibilidad, la indefinición o la
índices fisiológicos y aspectos conductuales de los falta de un patrón específico de activación autó-nomo
organismos. para cada una de las emociones, y a la falta de co-
Según Weiten (1992), la emoción es una rrespondencia entre los cambios artificiales que en la
experiencia subjetiva consciente (componente cog- actividad autónoma se podían producir y los resulta-
noscitivo) acompañada de activación o desperta- dos en la experiencia subjetiva. Por otro lado, esta
miento corporal (componente fisiológico) y de ex- teoría se focaliza en la actividad talámica como
presiones manifiestas (componente conductual). matizadora de la experiencia emocional (centralista).
Para Grossman (1967), las emociones son Una elaboración posterior en esta misma
sentimientos subjetivos que ocurren en respuesta a línea la representa la teoría de Papez, como la prime-
algún evento estímulo externo; poseen una consis- ra tentativa organizada para delinear mecanismos
tencia dual, por un lado está la expresión de la emo- corticales específicos (giro del cíngulo) que partici-
ción (respuestas manifiestas somáticas y autónomas) pan en la regulación de las emociones (Grossman,
y, por el otro, la experiencia interna (la respuesta del 1967).
sistema nervioso central) inferida solamente a través Estas referencias al tema son un buen ejem-
de los reportes verbales de sentimientos subjetivos. plo de elaboraciones que pueden juzgarse como
Desde finales del siglo pasado y en la prime- parcializadas o hasta equivocadas en la explicación
ra mitad del presente, dos teorías han jugado un moderna de la conducta, con anclajes directos en
papel central y siguen siendo una referencia obligada concepciones precientíficas idealistas o, por otro
alrededor de este tema. lado, elaboraciones prototípicas de reduccionismo
La referencia básica conduce a las elabora- fisiológico y por lo tanto errores evidentes en el nivel
ciones que propusiera William James (y de una disciplinario en el que son expresadas. Estas tradi-
manera paralela Carl Lange) y al análisis que hiciera ciones han llevado al extremo de concebir a las
Walter B. Cannon, el cual fue ampliado por Bard en emociones como cosas que se pueden ubicar en el
1934. Ambas se pueden ubicar dentro de la dicoto- cuerpo a manera de objetos materiales (en este caso,
mía periferialista-centralista. el cerebro ha sido el órgano preferido por su conoci-
La teoría de James (periferialista) tiene como da relación con la reactividad del organismo), o que
componente central el papel que las aferencias, tanto por no poseer esta propiedad se conciben como
somáticas como autónomas, juegan en la confi- insubstanciales, de difícil acceso, elusivas a la
guración del matiz emocional ante una situación aprehensión científica.
dada: Nuestra manera natural de pensar acerca de Por otro lado, la descripción parsimoniosa y
estas toscas emociones (por ejemplo la pena, el ecuánime de los eventos psicológicos no debe de vio-
miedo, la furia, el amor) es que la percepción mental lentar el nivel en el que éstos se presentan, los facto-
de algunos hechos excita los afectos mentales llama- res o variables incluidos en su devenir y las interrela-
dos emoción, y que este estado posterior de la mente ciones que entre ellos se pudieran dar. En este senti-
da origen a las sensaciones corporales. Mi teoría, do, las emociones, como cualquier otro término del
por el contrario, es que los cambios corporales dominio de lo psicológico (conductual), deben ser
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expresadas en referencia a fenómenos, primero que que organizan la conducta a lo largo de una dimen-
nada, del dominio natural y someterse, por lo tanto, a sión básica apetitiva-aversiva, además del nivel de
leyes naturales. En este sentido es aleccionante la po- despertamiento (arousal), entendido éste como un
sición de Spinoza a este respecto: La mayor parte de continuo de excitación-relajación relacionado con el
los que han escrito acerca de las afecciones y la vigor o energía implicados en la conducta; es pues,
dirección de la vida humana, lo han hecho como si una propuesta enmarcada en un modelo motivacio-
no se tratara de cosas naturales que siguen las leyes nal.
comunes de la naturaleza, sino cosas que están fuera
de ella. Se diría en verdad que conciben al hombre Aspectos evolutivos
en la naturaleza como un reino dentro de otro reino, La propuesta de Lang, Badley y Cuthbert
más adelante se lee... Nada sucede en la naturaleza parte inicialmente de la existencia de mecanismos de
que pueda atribuirse a un vicio existente en ella; la acercamiento-retirada que evolucionaron de tenden-
naturaleza es siempre la misma (Spinoza en Kantor, cias a la acción muy simples y que pueden ser obser-
1990 p. 350). Para Spinoza, las emociones son modi- vados en organismos primitivos (Schneirla, 1959,
ficaciones del cuerpo, mediante las cuales el poder de citado por Lang, Bradley y Cuthbert, 1990). Sobre
acción que hay en el mismo es aumentado o dismi- este mismo tema, Konorski hace aportaciones a este
nuido, ayudado o contenido y, al mismo tiempo, las modelo bifásico y clasifica los reflejos incondiciona-
ideas de estas modificaciones siguen a la acción dos en dos grupos: los que tienden a la preservación
corporal; según Titchener, este personaje antecede a del organismo (ingestión, copulación y crianza de la
la teoría de W. James en su concepción sobre las progenie) y los protectivos (la retirada o el rechazo
emociones (Kantor, 1990). ante agentes nocivos), basándose en el rol biológico
Siguiendo con esta visión naturalista de los motivacional de éstos (Konorski, 1967 citado por
fenómenos psicológicos, y por lo tanto de las emo- Lang, Bradley y Cuthbert, 1990). Esta dicotomía es
ciones, su conceptualización debe atender a los fac- posteriormente desarrollada por Dickinson y Dearing
tores relacionados con ellos como objeto de estudio en dos sistemas motivacionales oponentes, uno aver-
disciplinar (estímulo, respuesta verbal o motora, índi- sivo y otro de atracción. Los autores afirman que
ces fisiológicos, contexto ambiental, cultural, etc.). estos sistemas mantienen conexiones recíprocas inhi-
Para Kantor (1980), los eventos emotivos implican bitorias que modulan las respuestas aprendidas ante
respuestas truncadas o incompletas con relación a los los estímulos incondicionados (Dickinson y Dearing,
objetos estímulos; en ese sentido, la conducta emo- citados por Lang, Bradley y Cuthbert, 1990). Más
cional consiste en ajustes irregulares e interrumpi- adelante, y manteniendo esa distinción básica, Mas-
dos que pueden facilitar o impedir otra intercon- terson y Crawford (1982) resaltan el papel jugado
ducta (Kantor, 1980, p. 89). De una manera similar, por el sistema motivacional de defensa, el cual po-
para Skinner las emociones o los términos que las tencializa selectivamente una serie de reacciones de
refieren sirven para clasificar la conducta respecto a defensa innatas que incluyen la huida, el congela-
diversas circunstancias que afectan su probabilidad, miento, la pelea, etc. Los autores suponen que las
son pues, un estado particular de fuerza o debilidad reacciones afectivas en los humanos (el miedo, el
de una o más respuestas, inducido por cualquier odio, la ansiedad, la aprehensión) pueden ser enten-
operación de una clase determinada (Skinner, 1981 didas como parte del desarrollo filogenético de los
p. 195); para este autor, las emociones son disposi- mamíferos, y estas reacciones representan la salida
ciones a actuar, no causas de la conducta. del mismo sistema de defensa. Los afectos positivos
Para el propósito de este ensayo se retomará se relacionan similarmente con un sistema motiva-
la propuesta de Lang, Bradley y Cuthbert (1990), en cional positivo.
la cual las emociones y otros estados de preparación Esta propuesta caracterizada en un sistema
fisiológica, como la atención, se conciben como dis- motivacional-emocional bifásico puede ser generali-
posiciones a la acción, basadas en estados cerebrales zada hasta la conducta verbal. Los estudios clásicos
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Varela

de Osgood asociados con la técnica del diferencial nales. Algunos trabajos han demostrado que aun la
semántico y la metodología del análisis factorial, de- actividad muscular de más baja intensidad (que no
terminaron que los descriptores emocionales se dis- puede ser percibida inclusive por un observador ex-
tribuyen principalmente a lo largo de una dimensión perto), es susceptible de ser registrada pudiendo evi-
bipolar de valencia. A pesar de las grandes diferen- denciar un compromiso o respuesta emocional por
cias en las palabras usadas para referir estados emo- parte del sujeto.
cionales, los puntajes se conglomeran a lo largo de Las predicciones que se derivan de ésto
una dimensión que va de la atracción a la aversión, serían: los estímulos que promueven reacciones
del placer al displacer. Otro factor que explica una emocionales positivas (caras sonrientes, por ejemplo)
pequeña pero significativa cantidad de varianza co- deberían de elicitar un patrón de respuesta facial
rresponde al despertamiento (arousal) o el nivel de positivo (un incremento en la actividad del músculo
compromiso por parte del sujeto (Lang, Bradley y cigomático), mientras que los estímulos que promue-
Cuthbert, 1990). van reacciones emocionales negativas deberían de
Trabajos recientes (Ortony, Clore y Collins, evocar un incremento en la actividad del corrugador.
1988; Lang, 1995) en esta línea de investigación han Diversos estudios son consistentes con estas
confirmado estos resultados, sugiriendo que los co- predicciones, en éstos se ha considerado una gran
nocimientos de las personas están organizados a lo variedad de condiciones ambientales; por ejemplo:
largo de la dicotomía emociones positivas (amor y estímulos que provocan respuestas de miedo como
alegría) y negativas (odio, miedo y tristeza). imágenes de víboras; de relajación ante flores; res-
Se parte de la tesis, pues, de que las dimen- puestas ante escenarios ambientales naturales en tér-
siones conductuales (motora), las relativas al len- minos de sus propiedades arquitectónicas (ambientes
guaje y las fisiológicas, están acopladas y son sus- abiertos contra cerrados); respuestas ante estímulos
ceptibles de ser aprehendidas y analizadas para gene- auditivos de diferente intensidad (75 dB, 95 dB); fo-
rar modelos teóricos que sean coherentes con la ex- tos de caras humanas que reflejen enojo, la sensibili-
plicación de este tipo de eventos psicológicos. dad ante factores de aprendizaje y ante el valor asig-
Según Lang (1995), las reacciones emocio- nado por el sujeto en términos de percepción del estí-
nales son producto del desarrollo evolutivo y pueden mulo (Dimberg, 1990; Epstein, 1990). La evaluación
ser caracterizadas como estados de alertamiento mo- de estas respuestas como una medida de procesos
tivacionalmente afinados y, que en los humanos sus afectivos durante el despertamiento sexual (Sullivan
indicadores que incluyen respuestas en tres estados y Brender, 1986), e inclusive los efectos de la activa-
reactivos: a) lenguaje expresivo y evaluativo, b) cam- ción diferencial de músculos faciales sugeridos y
bios fisiológicos mediados por los sistemas autóno- moldeados por el investigador y su relación con la
mo y somático y, c) secuelas conductuales, como por respuesta emocional verbal emitida por el sujeto
ejemplo, patrones de evitación y déficits en la ejecu- (Levenson, Ekman y Friesen, 1990).
ción. Los resultados de estas investigaciones han
mostrado ser suficientes como para poder establecer
Medición de sistemas reactivos las siguientes conclusiones: a) los diferentes estímu-
Una línea de investigación congruente con los (en términos de su connotación emocional) tanto
estos planteamientos y que ha probado ser fructífera, auditivos como visuales, evocan espontáneamente
es la de relacionar el registro eléctrico de los múscu- diferentes y consistentes reacciones electromiográfi-
los faciales con las reacciones emocionales. En estos cas faciales; b) es posible condicionar aversivamente
trabajos se parte del hecho de que las reacciones las reacciones faciales; c) las respuestas EMG facia-
musculares de la cara son un componente general de les son consistentes con el tipo de percepción que los
la respuesta emocional (un componente de salida) y sujetos reportan verbalmente; d) la respuesta facial,
de que la técnica electromiográfica (EMG) es una al menos para la estimulación aversiva, es consistente
herramienta sensible para medir reacciones emocio- con respuestas evocadas por el sistema nervioso
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autónomo; e) se ha encontrado que las mujeres son que en la tristeza, en comparación a lo que se obser-
más expresivas facialmente que los hombres y, f) la vó en el enojo, el miedo o el disgusto (Ekman, Le-
técnica EMG facial parece ser sensible a diferentes venson y Friesen, 1983, p. 1209). En el mismo senti-
respuestas entre sujetos con temores o fobias especí- do, el trabajo de Levenson, Ekman y Friesen (1990)
ficas (Dimberg, 1990). Todas estas evidencias son reporta conclusiones muy similares: a) la producción
muy sugestivas de la participación de los músculos voluntaria de las configuraciones faciales emociona-
faciales como un componente general de las reaccio- les producen autorreportes de la emoción asociada en
nes emocionales. un número significativo de ensayos; b) se producen
En esta misma línea de trabajo e incluyendo diferencias autónomas confiables entre las emociones
otros sistemas reactivos, se puede considerar la parti- negativas de enojo, disgusto, miedo y tristeza y las
cipación diferencial de diversos órganos regulados emociones positivas de felicidad y sorpresa; c) la
por el sistema nervioso autónomo. Este supuesto no distinción entre las configuraciones de las emociones
es nuevo, forma parte de uno de los aspectos teóricos negativas fueron más pronunciadas cuando los suje-
en disputa entre W. James y W. B. Cannon y ha sido tos reportaron haber sentido la emoción asociada con
reactivado en la actualidad por otros investigadores, la correspondiente configuración facial y, d) los re-
consistiendo básicamente en la configuración de pa- sultados no están limitados a mujeres, a hombres o a
trones específicos de respuesta fisiológica asociados poblaciones especiales como actores o científicos fa-
a diversas reacciones emocionales (Ekman, Levenson miliarizados con este tipo de trabajo.
y Friesen, 1983; Derryberry y Tucker, 1992). Bajo esta óptica de trabajo, Vrana (1993)
En el trabajo de Ekman Levenson y Friesen reporta un patrón específico de estados afectivos
(1983) se pretendió determinar si la contracción vo- como el disgusto claramente diferenciables de otros
luntaria de los músculos faciales (los sujetos fueron como el enojo, el placer (típico de la relajación) y la
entrenados en esto) guardaba alguna relación con pa- felicidad a partir de mediciones electromiográficas
trones diferenciados de actividad autónoma y su ex- (corrugador, cigomático y elevador superior del la-
presión subjetiva. Los resultados de este estudio bio), tasa cardiaca y conductancia de la piel a través
indican que las contracciones faciales dirigidas y las de imaginería.
emociones revividas, producen cambios autónomos Los resultados acerca de los componentes
específicos que posibilitan hacer distinciones entre reactivos de las reacciones emocionales adquieren un
las emociones. Se cita en extenso: Hubo diferencias mayor sentido cuando son analizadas en un contexto
entre las emociones positivas y negativas que fueron evolutivo, es decir, la concepción de estos patrones
comunes a ambas tareas: a) El enojo y el miedo de respuesta (autónomos y somáticos), como pro-
produjeron incrementos más altos en la frecuencia ducto de la evolución, son altamente valiosos, tanto
cardiaca que la felicidad y, b) el enojo produjo un para preparar al organismo a ajustarse con mayores
incremento más alto en la temperatura de los dedos ventajas ante las demandas ambientales (huir, pelear,
que la felicidad. Hubo también diferencias entre las congelarse, atender, etc.), como para comunicar esta-
emociones negativas sólo en la tarea de acción facial dos o disposiciones a responder (función comunica-
dirigida: a) Las configuraciones (faciales) de enojo, tiva de la reacción emocional).
miedo y tristeza se asociaron con incrementos más La teoría de la emoción, líneas arriba men-
altos en la frecuencia cardiaca que la configuración cionada, supone que este tipo de eventos están orga-
de disgusto (la cual se asoció con un decremento en nizados bifásicamente en todos los niveles de com-
la tasa cardiaca) y, b) la configuración de enojo plejidad, desde los reflejos exteroceptivos hasta los
produjo un mayor incremento en la temperatura que de naturaleza cognoscitiva (Lang, Greeneald, Bra-
la del miedo, la cual produjo un decremento. La dife- dley y Hamm, 1993), además de que su ocurrencia
rencia que se encontró en las emociones negativas implica la activación de los sistemas motivacionales
fue en la tarea de emociones revividas y consistió en ya sea apetitivo o aversivo, lo cual trae como conse-
un mayor incremento en la conductancia de la piel cuencia la modulación sobre otras áreas de procesa-
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Varela

miento cerebral. De esta manera, cuando uno de los do y refinado como procedimiento de evaluación de
sistemas domina al otro, la disposición del organismo estados principalmente motivacionales (Lang, 1995;
a actuar favorece el despliegue de programas de Lang, Bradley y Cuthbert, 1990). La situación de
acción que estén ligados al sistema motivacional en prueba típica consiste en la presentación de fotogra-
cuestión, tal es el caso de un organismo aversiva- fías o láminas con diferentes propiedades en términos
mente motivado, en donde por supuesto, el estado de los ejes anteriormente descritos —valencia, des-
afectivo actual no es placentero, sus repuestas a otro pertamiento e incluyendo estímulos con valores
estímulo o señal aversiva serán privilegiadas, mien- neutros en estos dos ejes— (Cuthbert, Bradley y
tras que las respuestas a señales apetitivas serán re- Lang, 1996; Hamm, Cuthbert, Globish y Vaitl,
ducidas o ausentes (Lang, 1995). 1997), aunque también se han realizado trabajos con
Una buena muestra de esta propuesta teórica imaginería (Witvliet y Vrana, 1995). Los resultados
se encuentra en los artículos de Lang (1995) y Lang, generales son consistentes con los ya descritos en el
Bradley y Cuthbert (1990), así como en la tentativa caso de la electrodermografía facial y la inclusión de
de integración de respuestas electromiográficas, respuestas autónomas y conductuales.
autónomas, afectivas y conductuales de Lang, Gren- La aplicación de esta metodología ha resul-
wald, Bradley y Hamm (1993). Estos autores repor- tado ser muy provechosa en la medición de diversos
tan a partir de la metodología estadística del análisis sistemas fisiológicos ante situaciones estímulo, ya
factorial la emergencia de dos factores, uno consti- sea estímulos discretos o series de estímulos, con la
tuido por los puntajes de valencia, la actividad mus- finalidad de presentar un contexto afectivo sostenido
cular del cigomático y del corrugador y la tasa car- (Bradley, Cuthbert y Lang, 1996; Sutton, Davidson,
diaca (valencia), mientras que en el otro se incluyen Donzella, Irwin y Dottl, 1997) y procesos psicológi-
el nivel de despertamiento, los puntajes de interés, el cos incluyendo atención, motivación y afectos (como
tiempo de observación y la conductancia de la piel miedo, odio, felicidad, etc.); se ha utilizado además
(despertamiento simpático). Es importante señalar en la evaluación de ciertas patologías (Patrick, 1995;
que estos resultados se obtuvieron con componentes Patrick, Bradley y Lang, 1993 en Lang, 1995). Auna-
principales y usando la rotación Varimax, la cual su- do esto a elaboraciones conceptuales más rigurosas y
pone independencia entre los factores (ortogona- por lo tanto desligadas de componentes reduccionis-
lidad). tas permitirá abordar de una manera más exitosa esta
Dentro de este contexto general de postula- prometedora línea de trabajo.
ción de mecanismos motivacionales, una condición
de contraste que ha probado ser una herramienta muy Referencias
prometedora y cada vez más utilizada es la del refle-
jo del estremecimiento (startle reflex), y en particular Bradley, M., Cuthbert, B. y Lang, P. (1996). Picture
la presentación de uno de sus indicadores: el pesta- media and emotion: Effects of a sustained affec-
ñeo, el cual se puede considerar como una medida tive context. Psychophysiology, 33, 662-670.
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tencia) como función de las condiciones atencionales emotional reactions. Psychophysiology, 27, 481-
o motivacionales del sujeto. Aunque los primeros es- 494.
tudios se remontan a la tercera década de este siglo, Ekman, P., Levenson, R. y Friesen, W. (1983). Auto-
no es sino hasta últimas fechas que se ha populariza- nomic nervous system activity distinguishes
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