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Consejo editorial ANN CVETKOVICH

María Eugenia Aubet ~ Manuel Cruz Rodríguez ~ Josep Mo Delgado


Ribas ~ Osear GuaschAndreu ~ Antonio Izquierdo Escribano ~ Raquel
Osborne ~ Ro Lucas Platero ~ Oriol Romaní Alfonso ~ Amelia Sáiz
López ~ Verena Stolcke ~ OIga Viñuales Sarasa
UN ARCHIVO DE SENTIMIENTOS

Trauma, sexualidad y culturas públicas lesbianas

edicions bellaterra
Serie General Universitaria ~ 214
Para mi madre, Valerie Haig-Brown,
y mi padre, Joseph Cvetkovich

Diseño de la colección: Joaquín Monclús

Diseño de la cubierta: Silvia García Aguirre


\V\v\v.cartonviejo .net

© Ann Cvetkovich, 2003

© Dulce Univdersity Press, 2003

Sel'ies Q. Editado por MicheleAina Barale, Jonathan Goldberg. Michael Moon,


y Eve Kosofsky Sedgwick

q;. Javier Sáez del Álamo, por la traducción

© Edicions Bellaterra, S.L, 2018


Navas de Tolosa, 289 bis. 08026 Barcelona
www.ed-belIaterra.com

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previstos, la reproducción lotal o parcial de esta obra por cual4uier medio o procedimiento,
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(Centro Español de Derechos Reprográfj¡:o~, http://www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear
algún fragmento de esta obra,

impreso en España
Printed in Spain

ISBn 978-84-7290-893-2

Impreso por Romanya Valls. Capellades (Barcelona)


Índice

Agradecimientos, 11

Introducción, 15

1, La vida cotidiana del trauma queer, 33

2, Trauma y contacto físico: sexualidades butch-femme, 79

3, Trauma sexual/Memoria queer: Incesto, lesbianismo y cultura


terapéutica, 123

4, Trauma transnacional y públicos diaspóricos queer, 169

5, Activismo antisida y sentimientos públicos: recordar a las lesbia-


nas deACT UP, 217

6, Legados del trauma, legados del activismo: el duelo y la militancia


reconsiderados, 275

7, En el archivo de los sentimientos lesbianas, 317

EpJ1ogo, 361

Apéndice: Nota sobre las entrevistas, 381

Filmografía, 383

Bibliografía, 385
Agradecimientos

Para decirlo de forma simple, tengo que dar las gracias a muchas per-
sonas, Por un año sabático de investigación crucial en 1999-2000 que
fue financiado por la Universidad de Texas y la Fundación Rockefe-
lleL A Ron Grele y Mary Marshall Clark de la Columbia University's
Oral History Research Otfice, donde me concedieron una beca Rocke-
feller, y que fueron colegas estupendos; su introducción en la práctica
de la historia oral ha cambiado de forma permanente mis conocimien-
tos, Con anterioridad Diana Taylor y José Muñoz me habían ayudado
a ir a Nueva York, consiguiéndome un puesto para dar clases en el
Department of Performance Studies en la Universidad de Nueva York,
una experiencia -sobre todo) mis conversaciones con estudiantes de
Notas de la portada del disco de Le Tigre Ferninist Sweepstakes (2001) con
Culturas del Trauma, Feminismo y Espacio Público- que dio mucha
las palabras «Keep on Livin ' j } . Cortesía de Le Tigre.
vitalidad a mi proyecto, El auditorio de muchas universidades, como
la Universidad de Nueva York, la Universidad de California en Los An-
geles, la Universidad de Duke, el Dartmouth College, el Centro de Es-
tudios Gais y Lesbianos en la Ciudad Universitaria del Centro de Gra-
duados de Nueva York, la Universidad de Rice, la Universidad de
Wisconsin en Milwaukee, la Universidad de Trent, el Bamard College
y la Universidad de Chicago contribuyeron a mi reflexión; y quiero
dar las gracias a mis anfitriones José Muñoz, Joseph Bristow, Wah-
neema Lubiano, Marianne Hirsch, Paisley Currah, Susan Lurie y Lyn-
ne Huffer, Kristie Hamilton, Richard Dellamora, Janet Jakobsen y
Kathleen Fredericksoll, También he aprendido mucho de mi asocia-
ción con el Instituto de Estudios del Trauma de la Universidad de
Nueva York, y especialmente, con el inesperado entusiasmo de Jacle
Sanl por mi trabajo,
12 _________________ TJn archívo de sentimientos Agradecimientos _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 13

El proceso de escritura de este libro se ha integrado en una vida y solo espero que siga cerca para que pueda leer más, Chris Newfield
enriquecida por circulos de amigos de muchos lugares, Mis compañe- sigue siendo un fiel simpatizante, así como Zafia Burr, Wahneema
ras de la Universidad de Texas: Phil Barrish, Sabrina Barton, Barbara Lubiano, y Adela Pincho
Harlow, Lisa Moore, Ano Reyoolds, Gretchen Ritter, Katie Stewart y Algunas de mis mejores inspiraciones intelectuales provienen de
muchos estudiantes graduados/as, incluyendo mi grupo de tesis y mis amigos y amigas de fuera de la academia, de los mundos creativos
aquellas personas que asistieron a mis clases sobre Culturas del Trau- que han construido, Especialmente quiero dar las gracias a artistas y
ma, La experiencia de vivir en Nueva York cuando me mudé para ter- activistas que fueron tan generosas con su tiempo, materiales, informa~
minar este trabajo es imborrable, No puedo imaginar haberlo acabado ción y estímulo: MoeAngelos, Marion Banzhaf, Lynn Breedlove, Jean
sin la ayuda del Grupo del Profesorado de Trabajo en Teoría Queer" Carlomusto, Catherine Gund, Kathleen Hanna,Amber Hollibaugh, Si-
de la Universidad de Nueva York, cuyos miembros cuando yo estaba las Howard, Lisa Kron, Zoe Leonard, Jane Rosett, JD Samson, Carme-
allí eran Eric Clarke, Ed Cohen, Douglas CJimp, Carolyn Dinshaw, lita Tropicana y Maxine Wolfe, El efímero archivo de los sentimientos
Lisa Duggan, David Eng, Licia Fiol-Matta, Beth Freemall, Martin incluye actuaciones de Tribe 8, Le Tigre, The Butchies, Sis!er Spi!,
Manalansan,Anna McCarlhy, José Muñoz, Ann Pellegrini, Chris Stra- Bi!ch and Animal, Toshi Reagon, the Five Lesbian Brothers, Marga
ayer y Patty White, Gomez, Carmelita Tropicana, Holly Hughes, Peggy Shaw, Lois Wea-
Un grupo de intelectos a la vez formidable y generoso, mantiene ver, y Kiki Y Herb que han hecho que mi mundo bailara,
vivos mis sueños sobre la vida académica, Lo más importante han En el corazón de mi proyecto de historia oral estaba mi deseo de
sido las amistades que han dedicado su tiempo a leer capítulos durante hacer conexiones personales con activistas cuyo trabajo estaba inves~
el proceso, a menudo en una situación de emergencia, cuando yo ya tigando; aprendí muchísimo de esos encuentros, y agradezco a todas
no podía avanzar sola, Washington Square Village, mi casa en Austin, las entrevistadas sus contribuciones y entusiasmo. Y un enorme agra-
mi oficina en el Centro Intereclesial, una casa familiar de Pope en decimiento a las chicas del Michigan Womyn's Music Festival, así
Dorse!, Café Orlin, Pane e cioccolate: tengo recuerdos muy vivos de como a las comunidades de coterapia de Austin y Nueva York por su
los lugares donde mantuve conversaciones y correspondencia con visión utópica de un mundo en el que el amor es más importante que
Lisa Cohen sobre la introducción; con Avery Gordon, Irene Kacandes, los libros, Liz Wiesen merece una atención especial por hablar conmi-
Anna McCarthy y Gus Stadler sobre el capítulo 1; con Lisa Moore go durante las fases finales de la escritura, cuarenta minutos cada vez.
sobre casi todo el libro, especialmente el capítulo 2; con Carolyn Din- Mi cuadrilla de Nueva York de ex de Texas -Shanti Avirgan, Candy
shaw y David Eng sobre el capítulo 4; con mi tía Celia Haig-Brown Halikas y Kay Turner- es lo mejor, y Nueva York es lo más preciado
sobre el capítulo 5, con Sabrina Barton, Lisa Duggan, y Patty White gracias a amistades como Dave Driver y Jason Tougaw, Carrie Moyer
sobre el epílogo, El concepto de «archivo de sentimientos» cobró for- y Sheila Pepe, Sue Schaffner y Liz Rosenberg, Bob Alotta, Nicole
ma en una conversación formativa con Lauren Berlant en su cocina. Eisenman, Marga Gomez, Laurie Weeks, Desiree Vester, Marget Long
Lola Romero leyó una propuesta del libro en un momento muy inicial, y muchas más,
Ken Wissoker ha estado ahí desde antes de que yo pudiera ima-
ginar siquiera este libro, Le agradezco su apoyo y amistad durante
'" Dejamos en inglés el término queer en el título de este libro y en el texto, dado que tantos años, Mi agradecimiento también a los lectores de Duke Uni-
no existe una traducción unívoca de esta palabra, y porque se usa ya de forma genera-
lizada en lengua castellana. La palabra queer (maricón, bollera, rarito/a) se usa desde versity Press, especialmente a Jack Halberstam, cuyos comentarios
los años ochenta como término autoidentificativo, y hace referencia a las disidencias perspicaces y minuciosos me ayudaron a hacer muchas revisiones cru~
sexuales, a las personas maricas, bolleras, trans*, o con sexualidades no normativas o
no heterocentradas, teniendo en cuenta además la clase social, la etnicidad, la diversi-
ciales,
dad funcional y otras posiciones sociales; también se refiere a una crítica de las identi- Partes de algunos capítulos han sido publicadas con anterioridad
dades sexuales y de género naturalizadas o esencializadas. Ver Barbarismos queer y en diferentes formatos, Partes del capítulo 2 fueron publicadas en
otras esdrújulas. (N. del T.)
14 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Un archivo de sentimientos

«Recasting Receptlvlty: Femrne Sexualitles).)j en Lesbian Erotics,


Introducción
Karla Jay (edo), New York University Press, Nueva York, 1995,
ppo 125-146, y «Untouchability and Vulnerability: Stone Butchness as
Emotional Style», en ButchlFemmeoo [nside Lesbian Gender, Sally
Munt (ed), Cassell, Londres, 1998, ppo 159-1690 Partes del capítulo 3
aparecieron en «Sexual Trauma/Queer Memory: lncest, Lesbianism,
and Therapeutic Culture», GLQ, 2, no" 4,1995, ppo 351-3770 Partes de
los capítulos 5 y 6 fueron publicadas en «Legad es of Trauma, Lega-
cies of Activism: ACT UP's Lesbians», en Loss, David L Eng y Da-
vid Kazanjian (edso), University of California Press, Berkeley, 2002,
ppo 427-4570 Una breve parte del capítulo 7 fue publicada en <<In the
Archives of Lesbian Fee1ings: Documentary and Popular Culture»,
Camera Obscura 49, 2002, ppo 107-1460 Cuando escuché por primera vez a Le Tigre interpretar «Keep on Lí-
Y después está Gretchen Phillips, que desde hace ahora diez vin'», en el Michigan Womyn's Music Festival de 2001, fue como si la
años me ha amado extravagante y apasionadamente. Con su continua escritura de este libro hubiera cerrado un círculo completo, ya que uno
insistencia en que yo siga los dictados de mi corazón, me ha ayudado de sus puntos de partida era una actuación de Tribe 8 en la mismo es-
a recordar que la escritura puede ser una labor de amor, y me ha dado cenario en 19940 Al conectar la experiencia de vivir con una historia
una provisión constante de razones para devolverle el amor. de abuso sexual con las dificultades de salir del armario, las composi-
toras Kathleen Hanna y JD Samson reconocieron como una de sus
influencias el artículo que escribí sobre la actuación de Tribe 8 en
1994, un artículo que fue el núcleo de este libro, y dedicaron su actua-
ción de Michigan a la canción de Lynn Breedlove de Tribe 80 Incluso
sin esas asociaciones) me habría enamorado de la canción por el modo
en que capta que la supervivencia es algo tan simple y tan elusivo
como ser capaz de «degustar ese dulce dulce pastel» oEscucho el insis-
tente estribillo de «tienes que seguir (iseguir viviendo!»> en parte
como una maldición y en parte como una celebración; el grito de Han-
na «tienes que seguif» suena como una imposible demanda de super-
vivencia, pero cuando el coro responde «¡sigue adelante, sigue vivien-
do'», suena como la alegría que puede ayudarte a mantenerteo
Interpretada en vivo, la canción da oportunidad de que la audiencia
grite esas palabras como grupo y afirme los muchos tipos de supervi-
vencia que les uneo La música ayuda a que regresen al oyente los pla-
ceres de la incorporación sensorial que el trauma destruye: «Porque
ésos son tus brazos, ése es tu corazón y no no, ellos no pueden rom-
perte»o Abiertamente feminista y queer, Le Tigre complementa sus
canciones con vídeos y diapositivas proyectados en una pantalla situa-
da detrás de ellas, para crear un foro multimedia con mensajes polémi-
16 _________________ Un archivo de senlimienlos Introducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ 17

cos inspirados en sus compromisos políticos. El poder combinado de gré eludir esas censuras, la historia no podía articularse en una sola
canciones, imágenes y actuaciones en vivo conduce a la formación de narración coherente -era mucho más complicada que lo acaecido,
una cultura pública en torno al trauma que no implica diagnósticos relacionado con otras historias que no eran las mías-. A menudo me
médicos ni víctimas. ha emocionado escuchar a otras personas que hacen públicas sus ex-
Las actuaciones de grupos como Le Tigre y Tribe 8 han sido mi periencias, pero yo no sabía cómo contar mi propia historia.
inspiración y forman el archivo en el que están depositados mis pro- En la estela de este impasse, el rastro de migas de pan me llevó a
pios sentimientos. A veces la forma más efectiva de explicar mi pro- la categoría de trauma. La vida intelectual ha sido una de mis estrate-
yecto es referirme a trabajos como el suyo, porque expresan mejor que gias de supervivencia, y con frecuencia encuentro consuelo en con-
yo lo que quiero decir. Si tuviera que «seguir el rastro de las migas de ceptos teóricos y debates que sitúan mi propia experiencia en un con-
pan en mi cabeza» (citando a Kath1een Hanna) y tratar de contar la texto más amplio. A pesar de los riesgos de adoptar un discurso que ha
historia de cómo llegué a escribir este libro, probablemente no empe- sido dominado por médicos y enfoques pato10gizantes, me atrae la
zaría con el trauma, sino con la depresión. 1 0 9 para usar términos me- categoría de trauma porque abre un espacio para exponer el dolor
nos clínicos, sentirse mal. Cuando tenía veintitantos años, comencé a como algo psíquico, no solo físico. Como nombre para las experien-
enfrentarme a los desafíos de la vida que me habían llevado a un tera- cias de una violencia política socialmente situada, el trauma forja las
peuta para explorar por qué me sentía mal. La ruptura de una relación conexiones manifiestas entre la política y la emoción. Actos sexuales,
importante. Un cambio en la identidad sexual. Una tesis que terminar. el discurso butch-femme,* públicos transnacionales queer, incesto,
Todos eran problemas igualmente importantes, ya que -como suele sida y activismo antisida, archivos de grupos de base -son algunos
ser el caso de académicos y académicas- mi vida personal estaba de los espacios de la cultura pública lesbiana donde no solo he encon-
profundamente imbricada con mi vida intelectual. En el proceso de trado las huellas del trauma, sino formas de pensar sobre el trauma
exploración de cómo mi historia temprana podía estar contribuyendo que no lo patologizan, que arrebatan el control a los expertos médicos,
a mi angustia, muchos terapeutas sugirieron que mi historia de incesto y que crean respuestas creativas al trauma que superan con mucho
estaba probablemente en la raíz de mis conflictos en la edad adulta. incluso a la más utópica de las soluciones terapéuticas y políticas-.
Esta idea me fascinó porque ofrecía una explicación cómoda de por Escribo sobre estos espacios lesbianos, y no sobre otros lugares más
qué estaba deprimida (y probablemente lo estaría por un largo tiem- obvios de catástrofes geopolíticas clasificados bajo la rúbrica del trau-
po); pero al mismo tiempo yo era escéptica acerca de esta teoría "bala ma: guerra) genocidio, el Holocausto. Los sentimientos y eventos que
mágica» del trauma sexual. llaman mi atención no necesariamente inspiran la publicidad nacional
Una de las razones de mi escepticjsmo es que la recomendación y transnacional que tales traumas generan. De hecho, los tipos de ex-
feminista de contar mi historia, ya fuera en terapia o más públicamen- periencias afectivas que aquí exploro se pierden en los discursos del
te, no me alivió emocionalmente ni produjo una transformación perso- trauma que solo se centran en los acontecimientos más catastróficos,
nal. Mi sensibilidad estética se rebeló contra este camino; tenía miedo que son ampliamente conocidos. No estoy interesada solo en quienes
de que mi historia pareciera un caso típico de libro de autoayuda. Mi sobreviven el trauma, sino en aquellas personas cuyas experiencias
formación intelectual también puso piedras en el camino; estaba de- circulan cerca del trauma y están marcadas por él. Quiero colocar mo-
masiado alineada con la crítica de Foucault a la hipótesis represiva mentos de trauma extremo junto a momentos de angustia emocional
para creer que contar la historia iba a suponer algo significativo ~a
menos que las circunstancias fueran muy especia1es-. Y aunque 10- * Femme y butch son dos términos de la cultura lesbiana. Representan posiciones y
estéticas lesbianas diferentes: la femme se asocia a una mujer femenina, incluso hiper~
femenina, y la butch, a la lesbiana masculina, aunque no reproducen Jos roles de géne-
ro típicos de «lo femenino:» y «lo masculino». No los traducimos -porque se utilizan
1. Kathleen Hanna, conversación con la autora, 10 de abril de 2000. igualmente en castellano. Ver Barbarismos queer y otras esdrújulas. (N. del T.)
lntroducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 19
18 _________________ Un archivo de senlimÍentos

cotidianos que a menudo son la única señal de que los efectos del Amber Hollibaugh habla de «deseos peligrosos», o ,loan Nestle des-
trauma se siguen sintiendo. cribe el poder de la vulnerabilidad, o Leslie Feinberg y Cherríe Mora-
El discurso del trauma me ha permitido preguntarme sobre la ga escriben sobre su deseo de no ser tocadas, celebran la experiencia
conexión entre chicas como yo, que se sienten mal, y acontecimientos -ganada con esfuerzo- del placer sexual, sin negar sus raíces en el
históricos del mundo, Para ello, sin embargo, ha sido necesario luchar dolor y en las dificultades,' Las bolleras que escriben sobre sexualidad
contra una aparente división de género dentro del discurso del trauma y vulnerabilidad han creado un conocimiento emocional a partir de la
que hace que el trauma sexual se escape de la imagen, A veces el im- necesidad de situar la vida Íntima en relación con el dasismo, el racis-
pacto del trauma sexual parece no estar a la altura de los traumas ex- mo y otras formas de opresión, Aunque los antecedentes ele estas es-
perimentados por colectivos en eventos históricos, como la guerra y el critoras eran muy diferentes de los mios~ me emocionaron como nadie
genocidio, A veces parece invisible porque está confinado a la esfera lo había logrado, y quería que su trabajo formara parte de mi argu-
doméstica o privada. A veces no parece suficientemente catastrófico mentación sobre el trauma y la sexualidad, Sus escritos también han
porque no produce muertes, ni produce necesariamente cuerpos heri- sido puntos de referencia cuando me faltaban los conceptos teóricos,
dos, Aunque una respuesta feminista ha sido pedir que el trauma se- En las audaces palabras de Dorothy Allison: «hay dos o tres cosas que
xual se incluya eu otras formas del trauma y se equipare con ellas, mi sé, pero hay una de la que se supone que no se debe hablar, de cómo
intuición era que su persistente invisibilidad exige un enfoque muy van unidos el sexo y la violencia, el amor y el odio, Se supone que ni
diferente, que pueda reconocer las especificidades y diversidades del siquiera puedo juntar las dos mitades de mi vida, el hombre que atra-
trauma. Por eso, mi argumento no está necesariamente a favor de la vesó mi infancia y la vida que he desarrollado por mí misma, Se supo-
inclusión de espacios lesbianas del trauma dentro de los estudios de ne que no debo hablar del odio a ese hombre cuando crecía para ser
trauma o en la esfera pública nacional; estoy más bien interesada en lesbiana, una bollera testaruda, competitiva y perversamente
conocer cómo estos espacios lesbianas permiten la emergencia de di- lujuriosa»? Allison rompe el silencio, pero lo hace de una manera que
ferentes formas de pensar sobre el trauma y, en particular, sobre un es radicalmente inflexible, que no elimina la ira, el lesbianismo o vi-
sentido del trauma corno conexión con la realidad de la experiencia das sexuales complejas, Además, el trabajo de Allison se adentra en
cotidiana, Además, al centrarme en las respuestas culturales al trauma, las culturas públicas lesbianas que crean una audiencia colectiva para
me opongo a la autoridad que se da a los discursos médicos, y espe- el trauma, en lugar de reducir su representación a contextos terapéuti-
cialmente al diagnóstico de la experiencia traumática como trastorno cos, Estas culturas públicas han sacado la sexualidad fuera del dormi-
de estrés postraumático (TEP), torio y de la intimidad de la pareja, y la han convertido en el centro de
Aunque estaba interesada en los enfoques feministas del trauma, conversaciones colectivas sobre el sadomasoquismo (S/M), la rela-
la solemnidad de muchas de las obras feministas sobre el incesto no ción butch-femme, los dildos, entre otras cosas, Estas culturas públi-
me decía mucho, Yo quería algo más que una ira autojustificada, sua- cas proporcionan también un vehículo para las discusiones sobre el
ves susurros de empatía o un silencio respetuoso, Encontré lo que bus- trauma.
caba en subculturas lesbianas que recorren las narrativas sobre vícti- En mi reflexión sobre el trauma quecr también ha infl uido de
mas inocentes y curación terapéutica para presentar algo que era duro, forma indeleble la crisis del sida, que es otra base fundamental de este
conflictivo e incluso sexy, Gran parte de esta escritura lesbiana sobre proyecto, Mientras que mi propia angustia tanto en el pasado como el
la sexualidad tiene unos orígenes de clase trabajadora y lazos con una
cultura butch-femme que precedió al movimiento de mujeres de los
años setenta. Tuvo intervenciones destacadas en las guerras del sexo 2. Véase Amber Ho!!ibaugh, My Dangerous Desire. A Queer Girl Dreaming Her
Way Home, Duke University Press, Durham, N.e., 2000.
de los afíos ochenta y mantiene una relación polémica con los intentos 3. Dorothy Allison, Two or Three Things 1 Know For Sure, Plume, Nueva York,
feministas que quieren prescribir una sexualidad correcta, Cuando t995, p, 45,
20 ________________~ Un archivo de sentimienlos Introducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 21

presente parecía sospechosa -demasiado femenina, demasiado clase tante ver a esos amigos, vecinos, aman1es y desconocidos marcar el
media, demasiado inteJectual- ver morir a mis amigos era una forma
9 tiempo y el lugar y la historia de una manera tan pública.4
mucho más tangible y legítima de sufrimientoo Estaba bien sentirme
mal por esoo Mi implicación con activistas antisida también propor- A medida que pasaban los años, descubrí que las muertes de mis ami-
cionó un foro público en el que expresar indignación y tristeza, y en- gos se quedaban conmigo, y mi propia experiencia del activismo anti-
tender estas pérdidas tan personales como parte de un espectro más sida me hizo querer documentarlo antes de que se perdiera o fuera mal
amplio de problemas sociales oPero si el sida fue una piedra de toque representado oPara continuar combinando activismo y duelo, me dedi-
para un dolor y una ira legitimados, también me enseñó que tallegiti- qué a conservar el archivo del activismo antisida recogiendo historias
midad no siempre ha sido universalmente admitidao La crisis del sida orales de lesbianas activistas antisida, incluidas aquL Mi deseo, surgi-
ofreció pruebas claras de que algunas muertes eran más importantes do por la urgencia de la muerte, ha sido mantener viva la historia del
que otras, y que la homofobia como significativamente, el racismo, activismo antisida y parte del presente o
podían afectar la f01111a en la que se reconocía públicamente el traumao Además del incesto y el sida, una tercera fuente de inspiración ha
Por ejemplo, yo no estaba dispuesta a aceptar una versión des-sexua- sido la historia de la raza en Estados Unidos, una historia ineludible-
lizada o esterilizada de la cultura queer como el precio a pagar para mente marcada por el traumao Como canadiense que lleva mucho tiem-
ser incluida en la vida pública nacional; quería que las culturas sexua- po viviendo como residente (extranjera) en Estados Unidos, me han
les que el sida amenazaba fueran reconocidas como un logro y tam- impresionado los efectos cotidianos de una historia racial que es dife-
bién como una pérdida potencial. rente de la que viví de niña, y este paisaje geopolítico ha sido un punto
La formación de una cultura pública en torno al trauma ha sido de referencia para mí mayor que el Holocausto, que aunque ha tenido
especialmente visible en la respuesta queer a la crisis del sidao El acti- una influencia importante en este proyecto, no fue su punto de partida o
vismo queer insistió en la militancia sobre el duelo, pero además ree~ El genocidio, la esclavitud y otros muchos traumas de la historia «ame-
laboró el duelo bajo la forma de un nuevo tipo de funerales públicos e ricana» (entendida en sentido amplio, como algo transnacional que su-
intimidades queeL Al igual que las culturas sexuales bolleras sobre las pera las fronteras de Estados Unidos) forman parte de su fundación y,
que escribo, la cultura del sida que me anima asume lo camp, la ver- con demasiada frecuencia, han sido ignorados y olvidados, especial-
güenza y lo perverso, y se resiste a los modelos terapéuticos de enfer- mente como trauma. Me gustaría ver si los encuentros con el pasado
medad y saludo Otra piedra de toque han sido las atrevidas representa- traumático crean un camino entre una caída debilitante en el dolor y la
ciones de David Wojnarowicz del ligue callejero gay lcruisingJ y su negación del mismo oEl reto consiste en que estos traumas nacionales
espectáculo en el que llevaba un cadáver a la Casa Blanca como ex- están enterrados más profundamente en el pasado que el Holocausto, la
presión de duelo público: guerra de Vietnam y otros lugares geopolíticos traumáticos en los que
hay supervivientes vivos, y por Jo tanto requieren diferentes estrategias
Cada revelación pública de una realidad privada se convierte en una teóricas y conmemorativas. Al mismo tiempo, continúan apareciendo
especie de imán que puede atraer a otros con un marco de referencia en el presente, y toman formas sorprendentes al surgir en realidades de
similar ... Me imagino cómo sería si se le hiciera una manifestación a la vida emocional cotidiana que no necesariamente parecen traumáti-
un amigo cada vez que un amante suyo, o un amigo o un extraño murie- cas y que ciertamente no encajan en el modelo de TEPo Se use o no el
ra de sida. Me imagino cómo sería si, cada vez que un amante, amigo o
lenguaje del trauma, el proyecto de investigar las historias raciales
desconocido muriera de esta enfermedad, sus amigos, amantes o veci-
debe formar parte de estudios del trauma interdisciplinareso Las formas
nos tomaran el cadáver y lo llevaran en coche a doscientos kilómetros
por hora a Washington D.C. e hicieran estallar las puertas de la casa
blanca a su paso y se detuvieran con un frenazo chirriante ante la entra-
4. David Wojnarmvicz, Closet to the J(nives: A Memory oj'Disintegration, Vintage
da y volcaran su forma sin vida en la escalera principal. Sería reconfor- Books, Nueva York, 1991, pp. 121-122.
22 - - - - - - -_____________ Un archivo de semimientos Introducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 23

del racismo cotidiano, muchas de las cuajes son institucionales o for- irrepresentable, está marcado por el olvido y la disociación, a menudo
tuitas y por tanto no siempre parecen visibles, excepto para quienes se parece que no deja registro alguno, El trauma cuestiona y fuerza las
ven afectados por ellas, figuran entre los efectos de historias más lar- formas convencionales de documentación, representación y conme-
gas del trauma racial. Este punto de vista ha sido un recurso crucial moración, dando lugar a nuevos géneros de expresión, tales como el
para mí en el seguimiento de los efectos difusos del trauma sexual y las testimonio, y nuevos tipos de mom.1mentos rituales y representacio-
J

coneXlOlles entre eventos catastróficos y otros muy cotidianos. Consi- nes que pueden convertirse en testigos colectivos y públicos, Por lo
dero que la necesidad de pensar sobre la raza en relación con el trauma tanto, exige un archivo inusual, cuyos materiales) al señalar lo efímero
converge con la de pensar sobre la sexualidad, porque ambas requieren del trauma, son en sí mismos a menudo efímeros, El archivo del trau-
un método que esté atento a las particularidades de la vida emocionaL ma incorpora recuerdos personales, que pued_en registrarse corno tes-
Ambos proyectos se benefician de las estrategias queer que han hecho timonios orales o en vídeo, en autobiografías, cartas y diarios, La me-
pOSI ble recoger el extraño archivo de sentimientos reunido aquí. moria del trauma está engarzada no solo en la narración, sino también
en los artefactos materiales, que pueden abarcar desde fotografías has-
ta objetos cuya relación con el trauma puede parecer arbitraria, si no
fuera por el hecho de que están investidos de un valor emocional e
Archivos del trauma incluso sentimental.
Debido a sus archivos poco ortodoxos, el trauma se asemeja a las
La estructura y los materiales de este libro son difusos, Se acercan a culturas gais y lesbianas, que han tenido que luchar para conservar sus
historias del trauma nacionales y a su memoria cultural desde la pers- historias, Ante la negligencia institucional, junto con historias borra-
pectiva claramente minoritaria de las culturas lesbianas. Sus ámbitos de das e invisibles, los archivos gais y lesbianos han sido creados gracias
lDvestigación -la sexualidad lesbiana, la migración y la diáspora, así al esfuerzo de activistas de base, al igual que han hecho otros movi-
como el ~ctlvlsrno antisida, entre otros- no tienen por objeto constituir mientos políticos y culturales que han reclamado atención sobre otras
un e~tudlO exhaustivo, sino mostrar ejemplos de cómo la experiencia historias traumáticas, desde el Holocausto hasta el trabajo y el activis-
afectiva puede proporcionar la base para nuevas culturas. Está organi- mo de derechos humanos, la esclavitud y el genocidio. Creadas en
zado como «un archivo de sentimientos>~. una exploración de los textos torno a la sexualidad y la intimidad, y por 10 tanto, a formas de priva-
cult.u~ales como depositarios de sentimientos y emociones, que están cidad e invisibilidad que son a la vez elegidas y forzadas, las culturas
codificados no solo en el contenido de los textos, sino en las prácticas gais y lesbianas suelen dejar huellas efímeras e inusual es, En ausencia
que rodean a su producción y su recepción, El foco puesto en el trauma de documentación institucionalizada, o como oposición a las historias
SIrve como un punto de entrada a un vasto archivo de sentimientos, las oficiales, la memoria se convierte en un valioso recurso histórico! y
muchas formas del amor, rabia, intimidad, pena, vergüenza, entre otras colecciones de objetos efímeras y personales permanecen junto a los
cosas que forman parte de la vitalidad de las culturas queeL documentos de la cultura dominante con el fin de ofrecer modos alter-
, Mi esperanza al hacer que los marginales, particnlares y a veces
m~sperados ámbitos del libro sean relevantes para una comprensión
mas general de los traumas nacionales y sexuales se basa en la convic- ty of Chicago Press, Chicago, 1896, }'vIal de archivo: una impresión freudiana, Trotta.
ción de que los tranmas desafían la concepción habitual de lo que Madrid, 1997), que es analizado más extensamente en el capítulo 6; Lauren Berlant,
The Queen of America Goes to Washington City, Duke University Press, Durham,
constltnye un archivo,s Dado que el trauma puede ser inenarrable e
N.C., 1997, especialmente la parte del capítulo introductorio titulada «"1 Hate Your
Archive": On Methodology and National Culture~> y «6801" Something», Criticalln-
quiry, 21, n.o 1, otoño de 1994, pp. 124-156, Y José Esteban Muñoz, «Ephemera as
5. Las influencias f?rmativas de mi pensamiento sobre el problema del archivo in- Evidence: Introductory Notes to Queer Acts», Women and Performance, 16, 1996.
cluyen a Jacques Dernda (trad. cast.: Archive Fever: A Freudian Impression, Universi- pp,5-16,
24 ___________________ Un archivo de sentimientos'
____________________________ 25
introducción

nativos de conocimiento. Las intersecciones de archivos del trauma y nidad,6 He decidido no subestimar el poder de tales géneros y públi-
de archivos gais y lesbianos se analizarán más detalladamente en un cos. Actúan como una protección contra los temores sobre el despla-
capítulo posterior, pero el capítulo del archivo también enmarca la zamiento de la vida política por la vida afectiva y la conversión de la
discusión más general del libro sobre el trauma y su modo de indaga- cultura política en una cultura traumática.
ción. Mi enfoque del género ha sido inclusivo porque el abanico resul-
Por ejemplo, cada uno de los cap (tul os de este libro debe ser tante de textos y artefactos permite prestar atención a cómo se forman
entendido como un trabajo realizado tanto para producir un archivo los públicos en y a través de archivos culturales, Los artefactos cultu-
como para analizarlo, Los géneros utilizados para aportar los argu- rales se convierten en el archivo de algo más efLmero: la cultura como
mentos de este libro cubren un amplio repertorio: incluyen novelas, un «modo de vida», usando la expresión de Raymond Williams, o un
poemas, ensayos, memorias, vídeo y cine! fotograffa~ actuaciones y contrapúblico, para citar un trabajo reciente sobre el espacio público,'
entrevistas, El eclecticismo de los materiales también deriva del he- Mis materiales provienen de los espacios culturales -incluyendo gru-
cho de que tanto las culturas lesbianas como las culturas del trauma pos de activistas, festivales de música para mujeres, tiendas de jugue-
producen frecuentemente géneros menores o experimentales. Muchos tes sexuales y eventos de performances- que se construyen alrededor
de estos materiales son el producto de prensa alternativa, actuaciones, del sexo, los sentimientos y el trauma, Estos públicos son difLciles de
festivales de cine y otros espacios culturales y redes que alimentan archivar porque son experiencias vividas, y las huellas culturales que
unos medios frágiles pero claramente independientes, Además, inclu- dejan a menudo son insuficientes para la tarea de documentación, In-
so los textos que pertenecen a géneros más tradicionales y tangibles, cluso encontrar nombres para este otro significado de la cultura como
como la novela o el largometraje, participan en culturas públicas que «modo de vida» -subculturas, públicos y contrapúblicos- es difíciL
incluyen materiales más experimentales y efímeros, y no pueden en- La falta de un archivo convencional a menudo hace que parezca que
tenderse independientemente de ellos, Antolog(as con una mezcla de no existen, y este libro intenta solucionar ese problema extendiéndose
voces y géneros que dan visibilidad a públicos alternativos y que no a través de una amplia variedad de géneros y materiales para hacer
han producido novelas ni películas importantes, El arte de la perfor- visibles no solo textos, sino también culturas enteras, Al utilizar la
mance se mantiene en los bordes del mundo teatral, adaptándose a expresión cultura pública, mantengo lo más abierta posible la defini-
espacios pequeños y sacando partido del poder de un solo ejecutante, ción de lo que constituye un público, para prestar atención a formas de
No es casualidad que dos de mis ejemplos en el próximo capLtulo, 2,5 vida que no se han solidificado en instituciones, organizaciones o
Minute Ride y Milk of Amnesia, sean piezas de peliormance y que identidades, Como Lauren Berlant y Michael Warner, me gustarla
ambas emerjan del crisol del Lower East Side de Nueva York, donde
las culturas de la performance y los públicos queer se alimentan mu-
tuamente, La performance es un ejemplo emblemático de las culturas 6. Véase Jill Dolan, «Performance, Utopia and the "Utopian Perrormative"", Theatre
Journal, 53, n.o 3, octubre de 2001, pp. 455-479. .
públicas que me interesan; con pocos recursos -presupuestos bajos 7. Véase Raymond Williams sobre los dos sentidos de cuJtll.ra ,en «Culture ls OrdJ-
y espacios improvisados- se insinúa corno una alternativa a los es- nary», en Resources of Hope: Culture, Democracy, ~n~ SOCzalIS.~l, Verso, Lo?dre~,
1989, pp. 3-18. Mi reflexión sobre públicos y co~trapu~hcos tamblen h.a estado lllflUl-
pectáculos de noticias de televisión, a las pe](culas de gran presu- da por Jürgen Habermas, The Structural Tramj~r.rnatlOn of t~1e. ~Ub~IC .Sphere, MIT
puesto y a las listas de libros más vendidos del New York Times, que Press, Cambridge, ] 989 (trad. cast.: Historia y cnttca de la Oplll/Ol1 publica. La trans-
forman parte de una industria cultural que está cada vez más en ma- formación estructural de la vida pública, Gustavo Gili, Madrid, 1981 y algunos traba-
jos académicos que han surgido como respuesta: .Oskar Negt y Ale~ander Kluge, ~u­
nos de un pequeño número de grupos de empresas transnacionales, blic Sphere and Experience: Toward an Analysls ~f the BourgeOls ~nd Prol~tarl~'~
La performance queer crea públicos al reunir a cuerpos vivos en el Public Sphere, trad. Peter Labanyi, Jamie Owcn Damel y Assenka Okslloff, UJ11Versl~Y
espacio, y la experiencia teatral no tiene que ver solo lo que pasa en of Minnesota Press, Minneapolis, 1993; Craig Calhoun (ed.), Habermas and the Pubh.c
Sphere, MIT Press, Cambridge, 1992, y Bruce Robbins (ed.), The Phantom PubllC
el escenario, sino también con quién está en el público creando comu- Sphere. Univcrsity of Minnesota Press, Minneapolis, 1993.
26 ~---_____________ Un archi\/o de sentimientos Introducción ----------------------________ 27

«apoyar formas dc vida afectiva, erótica y personal que son públicas estudio de los períodos premodernos, Los capítulos sobre el activismo
en el sentido de accesibles, disponibles para la mcmoria y sostenidas a y la historia del ACT UP/NY, por ejemplo, revelan lo peligrosamente
través de la actividad colectiva» porque do queer es difícil de contex- cerca que estamos de perder incluso el pasado reciente, especialmente
tuaJizar como cultura».s cuando éste incluye no solo experiencias traumáticas, sino historias de
Mi investigación de «culturas del trauma» -culturas públicas gais, lesbianas y activistas que son borradas constantemente por resis-
que se forman en y alrededor de trauma~ significa que en última tencias y negligencias, Usando diversos métodos, que inc1uyelluD ex-
instancia este libro no solo se centra en los textos corno representa- perimento en el género de la entrevista de historia oral y sus conexio-
ciones o narrativas del trauma, sino que también se interesa en cómo nes con el testimonio, este capítulo trata de la dificultad de recoger
la producción cultural que surge alrededor del trauma activa nuevas incluso una historia del presente, y del desafío, hasta para la etnogra-
prácticas y públicos, Mi afirmación de que el trauma plantea pregun- fía experimental, de documentar la vida emocional, Espero que hacer
tas sobre qué se considera un archivo se conecta así con la afirmación la historia del presente más desconocido produzca un nuevo sentido
de que el trauma también plantea preguntas sobre qué se considera de cómo acercarse a la historia del pasado,
una cultura pública, Mi objetivo es proponer que el afecto, incluyen- Este libro se encuentra entre la persona queer y la lesbiana, sin
do los afectos asociados con el trauma, sirve como base para la for- ocupar del todo ninguna de esas categorías cómodamente, Sus ejem-
mación de culturas públicas, Este argumento implica una reconside- plos culturales y sus lugares pueden ser descritos como queer, aunque
ración de las distinciones convencionales entre vida emocional y vida el uso de ese término no explica las maneras en que muchos de ellos
política, así como entre culturas políticas y terapéuticas, Este libro están específicamente marcados como lesbianos, Sin embargo, llamar
yuxtapone implícitamente la producción cultural y la terapia, no para a mi enfoque «cultura lesbiana» no hace justicia a formas queer que a
despreciar esta última, sino con el fin de ampliar la categoría de lo menudo ocupan esa categoría. En muchos casos, mis materiales fun-
terapéutico más allá de los confines clellimitado y medicalizado en- cionan en una relación crítica con las visiones monolíticas u homogé-
cuentro entre profesional clínico y cliente, En cambio, al poner en neas de la cultura lesbiana, abriendo espacios para el radicalismo se-
primer plano los enfoques culturales sobre el trauma, busco contra- xual, especificidades de clase y región o diferencias raciales, Por
n'estar el supuesto de que los enfoques clínicos son el único modelo ejemplo, los escritos de Dorothy Allison, Amber Hollibaugh, y Leslie
para responder a los traumas, Las culturas del trauma en realidad es- Feinberg emergen de discursos butch-femme que han sido un vehículo
tán haciendo el trabajo de la terapia; en lugar de tener un modelo en para articular no solo diferencias sexuales dentro de la cultura lesbia-
el que las respuestas afectivas privatizadas desplazau las colectivas o na, sino diferencias de clase, Y las especificidades raciales y naciona-
políticas, mi libro propone una disolución de estas distinciones para les del trabajo de personas sudasiáticas, como Shani Mootoo y Prati-
que la vida afecti va se pueda ver como algo que afecta a la vida pú- bha Parmar, o latinas, como Carmelita Tropicana, Cherríe Moraga y
blica,9 Frances Negrón-Muntaner, no quedan suficientemente bien descritas
La mayor parte de los materiales analizados en este libro son con la categoría de lesbiana, La categoría de lesbiana sigue siendo l'
contemporáneos, una elección motivada por la convicción de que el solo un indicador de las muchas cultnras y públicos en los que se dan I
estudio del presente transforma los métodos históricos y es tan impor-
tante para la labor de dar historicidad a la sexualidad como lo es el
mis ejemplos, pero no es menos importante por ser solo una descrip-
ción parciaL Así, en lugar de asumir una visión única de la identidad
I
]

8. V~as.e Lauren Berlant y Michael Warner. «Sex in Public», Criticallnquiry, 24.


lesbiana o de la cultura pública lesbiana, este proyecto expone una
serie de culturas públicas que surgen en relación con el trauma, En
I
1
j

n.o 2 (mvlerno de 1998), pp. 561-562. algunos casos, estas culturas pueden ser exclusivamente lesbianas, y
9. Por esta razón estoy revisando mi propio trabajo Mixed Feelings: Feminism, Mass en otros, la cultura lesbiana puede formar parte de un público más di-
Culture, and Victorian Sensationalism, Rutgers Uuiversity Press, Nnv Brunswick,
NJ,,1992), verso, organizado eu torno a la sexualidad o la etnicidad, Este libro
28 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Un archivo de sentimientos Introducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 29

usa tanto lo queer como lo lésbico para resistirse a cualquier presun- la vida cotidiana. El trauma se convierte en el gozne entre estructuras
ción de gue son mutuamente excluyentes -que lo gueer, por ejemplo, sistémicas de explotación y opresión, y la experiencia de lo que se
sea una disolución de la identidad política representada por la catego- siente de ellas.
ría lésbica, o que la cultura lésbica sea hostil a las producciones queer. El capítulo 2 sostiene que las culturas sexuales lesbianas se pue-
Dado que el interés está en los públicos más que en las identidades, la den añadir a la teoría del trauma, yuxtaponiendo discursos butcb-fem-
categoría lesbiana ocupa una gama de significados, y puede ser más o me sobre el sexo con un texto clásico de la teoría del trauma, Más allá
menos enfatizada según los casos individuales. del principio del placer, de Sigmund Freud. Al igual que el análisis de
Al rastrear un archivo del trauma, espero también aportar me- Freud, los textos butch-fernme crean vínculos entre el trauma y la pe-
todologías para la documentación y el examen de las estructuras netración corporal. Los discursos femme sobre ser follada reelaboran
afectivas que constituyen una experiencia cultural y sirven de base la relación entre el trauma y el tacto, reconociendo el poder traumáti-
para creación de culturas públicas. Es importante incorporar la vida co del tacto y a la vez asumiéndolo. Los discursos butch sobre la vul-
afectiva en nuestras concepciones de la ciudadanía y reconocer que nerabilidad emocional conectan el trauma del contacto físico con el
estas formas afectivas de ciudadanía pueden quedar fuera de las trauma potencial de ser tocada emocionalmente. Estos escritos sobre
prácticas institucionales que habitualmente asociamos con el con- la sexualidad lesbiana ofrecen nuevas formas de entender el doble es-
cepto de ciudadano o ciudadana. Mi investigación de la vida afectiva tatus del trauma tanto físico como psíquico, exterior e interior - una
de las culturas lesbianas está motivada en particular por mi insatis- paradoja que preocupó no solo a Freud, sino también a teóricos con-
facción con las respuestas a la homofobia que toman la forma de temporáneos del trauma como Jean Laplanche, Mark Seltzer, Leo
reivindicación de la igualdad de derechos, el matrimonio homo- Bersani y Ruth Leys-. Además de haber sido crucial para la forma-
sexual, los parejas de hecho domésticos e incluso la legislación so- ción de culturas públicas sexuales, tanto en las décadas anteriores a
bre delitos de odio; tales propuestas políticas suponen una ciudada- Stonewall como en su reapropiación en la década pasada, los discur-
nía LGTB cuya realización afectiva reside en la asimilación, la sos butch-femme proporcionan un archivo vital no solo de la intimi-
inclusión y la normalidad. Dentro del archivo del trauma que me dad sexual, sino también de la teoría del trauma.
interesa están las vidas afectivas que cuestionan los relatos típicos El capítulo 3 continúa la discusión sobre el trauma sexual explo-
de la satisfacción doméstica, así como los de la ansiedad, la depre- rando culturas públicas lesbianas que se han formado alrededor del
sión y la desesperación como paradigma de los afectos nacionales incesto. A partir de la autobiografía de Margaret Randall This Is abo"t
estadounidenses, y las estructuras del sentimiento que pueden llegar Incest, y Bastard Out of Carolina y Two or Three Things 1 Know for
a ser culturas alternativas. Sure, de Allison, junto con actuaciones de la banda punk Tribe 8 y li-
bros de autoayuda, el capítulo examina representaciones lesbianas y
queer del incesto que responden al trauma reconociendo las caóticas y
En el capítulo 1, examino las influencias teóricas que guían la aproxi- peligrosas dimensiones de la sexualidad, asumiendo también la ver-
mación del libro al trauma. Reconociendo las poderosas teorías del güenza, la agresión y la perversidad. Las bistorias y pe!iormances que
trauma que han surgido dentro de la psicología clínica y de la teoría se analizan se niegan a presentar a la superviviente del incesto como
postestructuralista, también utilizo la teoría feminista, la teoría crítica una víctima inocente y utilizan las culturas públicas creadas en torno
de la raza, la teoría cultural marxista y la teoría queer como recursos a la sexualidad lesbiana como un recurso para dar respuestas irreve-
para un modelo desmedicalizado y despatologizado del trauma. Los rentes, enojadas y humorísticas al trauma.
debates sobre dos performances, 2.5 Minute Ride, de Lisa Kron, y Los capítulos 2 y 3 señalan que el trauma sexual también tiene
Milk of Amnesia, de Carmelita Tropicana, también revelan cómo las persistentes dimensiones nacionales, ya sea en el caso de Allison recu-
historias traumáticas catastróficas están inmersas en experiencias de ¡Tiendo a la historia de un incesto para incorporar la cultura de la ha-
30 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Un archivo de sentimientos
Introducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 31

sura blanca* sureña a la historia de Estados Unidos, O Nloraga escri- El capítulo 6 se centra en el duelo, yuxtaponiendo las entrevistas con
biendo acerca de ser sexualmente tocada como algo cargado de autobiografías de lesbianas que participaron en el cuidado de las per-
historias de racismo y colonialismo, El capítulo 4 trata el trauma como sonas. Las autobiografías muestran cómo aquellas que se supone que
una categoría nacional de manera incluso más explícita al preguntar estaban en la periferia de la crisis del sida, que ocupaban io que es tan
qué públicos transnacionales queer aparecen en las traumáticas histo- a menudo un papel feminizado, se dedican al cuidado del cuerpo y se
rias de migración y diáspora que planean sobre la construcción de la enfrentan a la muerte dentro de una experiencia queer. El capítulo
nación, Centrándose en particular en la diáspora portorriqueña queer, también considera el legado actual del activismo antisida y cómo su
representada en el vídeo de Negrón-Muntaner Brincando el charco, historia continúa afectando a las vidas de los y las activistas,
así como en la diáspora queer del sur de Asia representada en el vídeo El capítulo 7 examina las intersecciones entre los archivos del
de Parmar Khush y la novela de Mootoo Cereus Blooms at Night, el trauma y los archivos de la historia gay y lesbiana, A través de debates
capítulo analiza cómo las formaciones transnacionales queer producen de gente de base, archivos comunitarios como los Lesbian Herstory
respuestas creativas al trauma. El capítulo trata de incorporar la vida Archives de Brooklyn y la Gay and Lesbian Historical Society de San
afectiva de las culturas de la diáspora queer en el archivo transnacio- Francisco, y sus homólogos más recientemente desarrollados y más
nal de la migración, como historia del trauma, institucionalizados en las Bibliotecas Públicas de San Francisco y
Los capítulos 5 y 6 tratan sobre el sida, que ha sido reconocido Nueva York, la naturaleza poco ortodoxa del archivo gay y lesbiano se
como un trauma nacional y mundial, pero solo a través de formas de utiliza como una forma de arrojar luz sobre el reto de crear archivos
lucha cultural que han tenido que abordar sus estrechos vínculos con la del trauma, El capítulo también examina cómo el vídeo documental,
homosexualidad y las formas de sexualidad construidas como desviadas en su búsqueda apasionada de historias que puedan alimentar las ba-
o perversas. Me centro en el activismo, pero más específicamente en ses para la cultura en el presente, incorpora y transforma los materia-
activistas lesbianas antisida, cuyo papel en la crisis del sida no siempre les de archivo, Se analiza Not JUSi Passing Through, un vídeo docu-
ha sido plenamente reconocido, Los capítulos incluyen críticas a la cul- mental sobre los archivos y sobre el trabajo simultáneamente público
tura terapéutica como una respuesta al trauma, explorando las dimen- y personal de Jean Carlomusto en To Catch a Glimpse y Shatzi Is
siones afectivas de culturas activistas de un modo que problematíza las Dying, que abordan la mortalidad recordando a su abuela y a su perro,
distinciones entre terapia y política, o entre duelo y militancia, '" A tra- respectivamente. Las maneras concretas en que los nuevos documen-
vés de una etnografía de activistas lesbianas antisida, intento descubrir tales crean archivos afectivos pueden ser útiles para el proyecto en
las historias emocionales que llevaron a esas personas al activismo, y marcha de crear testimonios, espacios para memoriales y rituales que
documentar el legado de este activismo en la actualidad, Sin embargo, puedan reconocer pasados traumáticos, como una forma de construir
esta etnografía sigue siendo experimental y se enfrenta a las limitacio- nuevas visiones para el futuro. Estos archivos lesbianas queer y estos
nes de la entrevista como forma de crear un archivo emocional. documentales merecen un lugar junto al Holocausto y a los memoria-
El capítulo 5 analiza el reto de documentar las intimidades de las les de guerra, porque crean un espacio para las historias íntimas deri-
relaciones personales y las controversias políticas dentro de ACT UE vadas de la emoción y la sexualidad,
El1ibro concluye con un breve epJ1ogo que analiza cómo las di-
versas representaciones del asesiuato de Brandon Teena, incluyendo
* . Whit: trash: expresión usada a menudo por personas blancas de clase baja para las películas The Brandon Teena Story y Boys Don'¡ Cry, constituyen
estigmatlzar a otros de su clase considerados más atrasados de lo normal dentro de esa un caso de trauma queer en la esfera pública nacionaL El epOogo tam-
clase. Los «basura blanca» son percibidos como personas de modales brutos con es-
bién debate las respuestas a este libro mientras lo estaba escribiendo,
tándares morales por debajo de lo normal, y carentes de comportamiento y educación
culta. (N. del T) con el fin de considerar más a fondo el valor tanto de los sentimientos
10. Douglas Crimp, «Mourning and Militancy», octubre n.o 51 (invierno de 1989), lesbianos como del trauma como base para las culturas públicas,
pp,3-18,
L
La vida cotidiana del trauma queer

A veces la gente dice que vivimos en una cultura del trauma, que es un
tiempo de crisis, y que la crisis se manifiesta en los sentimientos de las
personas, ya sea con insensibilidad o ansiedad, falta de sentimientos o
demasiado sentimiento,' Y a veces dicen que llamarla cultura del trau-
ma es un síntoma más que un diagnóstico, una denominación rápida
del zeitgeist* que interpreta erróneamente una condición estructural
como un sentimiento, Un importante conjunto de trabajos dentro de
los Estudios Americanos ha elaborado recientemente una crítica de la
cultura estadounidense, describiéndola como una cultura del trauma,
Wendy Brown habla de la política de la identidad como una política de
resentimiento, en la cual las demandas al Estado son hechas por perso-
nas y grupos que se identifican como víctimas heridas, cuyos daños
exigen reparación,2 Mark Seltzer escribe sobre una cultura de la heri-
da, describiendo la obsesión cultural con los asesinatos en serie y otros
espacios de violencia que producen una «esfera pública patológica»,'
Lauren Berlant desarrolla la noción de una «esfera pública íntima», el
resultado de un proceso en el que «un ciudadano se define como una

* En alemán en el original. Significa «el espíritu del tiempo». (N. del T.)
l. Kathleen Sre-,vart sugiere que podemos estar viviendo en un «tiempo del trauma»,
en el que la historia y la estructura social se manifiestan en la experiencia sentida tanto
de traumas catastróficos como de los momentos afectivos banales de la vida cotidiana.
Véase «The Private Life of Public Culture: Scenes from the U.S.», manuscrito.
2. Véase Wendy Brm.vn, States of lnjury: Power and Freedom in Late Modernity,
Princeton University Press, Princeton, NJ., 1995.
3. Mark Seltzer, Serial Killers: DeLlth and Lije in America's Wound Culture, Rout-
ledge, Nueva York, 1998, p. 6.
34 _________________ Un archivo de scntimiento·s La vida cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 35

persona traumatizada por algún aspecto de la vida en Estados pos de personas que no pretenden ser una ciudadanía representativa.
Unidos».4 En estos análisis, la transformación de la cultura estadouni- Douglas Crimp, por ejemplo, escribe sobre el trauma del sida para los
dense en una cultura del trauma es un problema que representa el fra- hombres gais corno un trauma que se daba en parte por su invisibili-
caso de la cultura política y su desplazamiento por una cultura senti- dad como tal para la cultura nacionaL Aunque el sida ha recibido fi-
mental de las emociones o por una cultura voyeurista del espectáculo, nalmente una atención considerable en la esfera pública nacional mu-
1

Aunque tales críticas de la cultura del trauma han sido impres- chas de las pérdidas a que ha conducido, como las relaciones sexuales
cindibles en mi reflexión sobre el trauma como una categoría nacio- sin protección, siguen sin ser reconocidas o son menospreciadas,7
nal, y especialmente de la cultura pública de Estados Unidos, yo las Aquí, los espacios lesbianas del trauma quedan por debajo del
utilizo en una dirección diferente, para analizar cómo el trauma puede radar de la cultura pública uacionaL No me fijo en los éxitos de taqui-
ser la base para crear vidas «contrapúblicas», en vez de descartarlas. l1a de Hollywood, los cvemos de medios de comunicacióu o crisis
Comparto la preocupación de estos críticos con el problema de lo que nacionales como la guerra de Vietnam o el asesiuato de Kennedy; de
Lisa Duggan llama el «increíble público menguante»,* en el que los hecho, me opongo a la forma en que el trauma puede ser utilizado para
ataques a las instituciones públicas, desde las artes hasta la educación reforzar el nacionalismo cuando se construye como una herida que
y al Estado del bienestar, junto con los efectos de la privatización y la debe curarse en nombre de la unidad, Al igual que Kathleen Stewart
globalización, han llevado a una severa disminución de los recursos y en su análisis de la cultura apalache, me centro en «un espacio aliado
de los espacios para el debate público y democrático,' Pero también de la carretera» -lugares con cultura que a menudo parecen demasia-
quiero mantener el interés en la presencia y el potencial de formacio- do locales o específicos para representar a la nación -; también estoy
nes culturales que llevan historias traumáticas a la vida pública y uti- pendiente de cómo las perspectivas transnacionales desafían Jos lími-
lizan narraciones de la experiencia afectiva para transformar nuestro tes de la nación como categoría geográfica y conceptuaL Al centrarme
sentido de lo que constituye un espacio público, Como sugiere Ber- en las culturas públicas lesbianas y otros espacios queer relacionados,
lant, «En la vida pseudopública del presente continuo - permeada por recupero las categorías de políticas de la identidad que Wendy Browu
el patriotismo-, la política nacional no implica comenzar con una critica, pero exploro las articulaciones públicas del trauma que no
visión de la nación como un espacio de lucha violentamente separado buscan ni la identidad ni el Estado como medio para la resolución del
por desigualdades raciales, sexuales y económicas que atraviesan to- trauma. Al rechazar cualquier solución rápida al trauma, corno contar
dos los tipos imaginables de posición socia]",6 En cambio, este libro y la historia como una forma de declarar una ideutidad o buscar una re-
las culturas públicas que documenta sr tomau como punto de partida paración legal, los casos que me interesan muestran las formas impre-
«la nación como un espacio de lucha», y busca visibilizar las formas decibles de política que surgen cuando el trauma se mantiene conti-
de violencia olvidadas u ocultadas por los poderes amnésicos de la nuamente a la vista, en 1ugar de ser recogido dentro de un proyecto
cultura nacionaC que son expertos en utilizar una historia del trauma institucional. Mantengo abierta la cuestión de cómo la experiencia
para eliminar otra, Esta versión del trauma nacional no siempre con- afectiva da lugar a la cultura pública, en lugar de trabajar con presun-
duce al espectáculo mediático, ya que frecuentemente opera en el te- ciones sobre lo que constituye la cultura o la política, o su combina-
rreno menos dramático de la experiencia cotidiana e involucra a gru- ción. Mi investigación del trauma se convierte así en una investiga-
ción sobre cómo la experiencia afectiva que queda fuera de formas
institucioualizadas o estables de la identidad o de la política puede
* Juego con el título de la película El increíble hombre menguante, de Richard Mate-
son, 1957, W del T) constituir la base para una cultura pública,
4. Berlant, The Queen oi America Goes to Washington City.
5. Lisa Duggan, «The lnefedible Shrinking Public», en The TJ,vilight of Equality,
Beacon Press, Bastan, 2012.
6. Berlant, The Queen of America Goes fa Washington ehy, p. 4. 7. Véase Crimp, «Mourning and Militancy».
36 ___________________ Un archivo de senlimientos La vida cotidiana del trauma qlleer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 37

Al comenzar con una discusión del trauma como una categoría Hiendo al arraigo del trauma no solo en la modernidad, sino en una
social y cultural, este libro sei1ala su reconocimiento de que el trauma serie de fenómenos históricos que incluyen no solo la Primera Gue-
es objeto de un discurso que tiene una historia, Mi uso del término rra Mundial, el Holocausto y Vietnam, sino discursos feministas so-
proviene de una tradición que comienza en el siglo XIX, cuando el tér- bre violencia sexual, experiencias de migración y activismos queer.
mino trauma, que antes se había referido a una herida fisica, comenzó La definición clínica de trauma como TEP incluye una lista de sínto-
a aplicarse al malestar mental o psíquico, El antropólogo médico mas (sobreexcitación, insensibilidad, repetición) y una descripción
AlIan Young localiza los orígenes del discurso del trauma en el fenó- del tipo de acontecimientos que producen el trauma «fuera de la de
meno del «shock ferroviario»: los accidentes que eran el resultado la experiencia humana habituab, en el caso del Manual Diagnóstico
inevitable de la nueva tecnología del tren produjeron en algunas vícti- y Estadístico de los Trastornos Mentales, en su tercera edición y ter-
mas síntomas de angustia nerviosa que no tenían aparentemente cera edición revisada (DSM-lII y ¡!IR), o que impliquen «amenaza
ninguna base física," El trauma y la modernidad pueden entenderse de muerte o muerte real, o lesiones graves u otras amenazas a la in-
así como categorías mutuamente constitutivas; ei trauma es una de las tegridad física», en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Tras-
experiencias afectivas, o para usar la frase de Raymond Williams, «es- tornos Mentales, cuarta edición (DSM-IV),~ En cambio, yo trato el
tructuras de] sentimiento», que caracterizan la experiencia vivida del trauma como un discurso social y cultural que surge en respuesta a
capitalismo, Otros teóricos marxistas, en especial Walter Benjamin, las exigencias de enfrentarse a las consecuencias psíquicas de los
han tomado la categoría de shock como una forma de describir la vida acontecimientos históricos, Definido cultural mente en lugar de clíni-
moderna, especialmente en contextos urbanos, para caracterizar sus camente~ los estudios sobre el trauma se convierten en un campo in-
efectos sobre los sentidos, terdisciplinario para analizar las culturas públicas creadas alrededor
En la mayoría de los casos, sin embargo, los enfoques sociocul- de los acontecimientos traumáticos. El trauma se convierte en una
turales del trauma han sido eclipsados por el discurso psicoanalítico categoría central para analizar las intersecciones de procesos emo-
y psiquiátrico, no solo por la obra de Freud, sino también por los cionales y sociales junto con las intersecciones de la memoria y la
trabajos de los investigadores del siglo XIX, las teorías de los con- historia; esto da lugar a lo que Marita Sturken y otros han llamado
temporáneos de Freud, Pierre Jane! (cuya teoría de la disociación «memoria cultural». 10
constituye una alternativa a la noción de Freud de represión) y, más Sin embargo, un enfoque del trauma exclusivamente historicista
recientemente, el desarrollo de TEP como un diagnóstico clínico, De o constructivista no agota sus sentidos ni su significado, El trauma ha
hecho, el psicoanálisis, como el trauma, está basado en el supuesto ejercido un poderoso atractivo sobre los teóricos culturales porque
de que la enfermedad puede ser psíquica, no solo física, y la estrecha ofrece casos emocionantes y urgentes de irrepresentabilidad que con-
afinidad y la historia compartida de los dos conceptos hacen difícil firman los supuestos fundamentales de la teoría postestructuralista,
separarlos, Sin embargo, intento oponerme a esta tendencia recu-

9. American Psychiatric AssociatioJ1, Diagnostic and Statistical Manual of Mental


8. Allan Young, The Harmony of Illusíans: Inventing Post-Trawnatic Stress Disor- Disorders, 3." ed., American Psychiatric Association, Washington, D.C., 1980, p. 236;
der, Princeton University Press, Princeton, NJ., 1995. Para otro enfoque del trauma Diagnostic and Statistical Manual of iVlenfal Disorders, rev. 3.a cel., American Psychia-
genealógicamente relacionado, véase Ruth Leys, Trauma: A Genealogy, Universidad trie Association, Washington, D.C., 1987, p. 247, Y Diagnoslic and Statistical Manual
ele Chicago Press, Chicago, 2000. Mientras Young se centra en las historias institucio- of Mental Disorders, 4. a ed., American Psychiatric Association, Washington, D.C..
nales que conducen al diagnóstico clínico de TEP y presta especial atención al trabajo 1994, p. 424. Los debates sobre la definición del DSM-1lI se analizarán más adelante
clínico con veteranos de la guerra de Vietnam, Leys pone el énfasis en la teoría psi co- en este capítulo.
analítica, incluyendo la obra de Freud, Pierre Janet, Sándor Ferenczi y Wi!liam Sar- 10. Marita Sturken, Tangled Memories: The Vietnam War, the AIDS Epidemic, and
gent. Especialmente interesante es su crítica al trabajo reciente de Bessel van Jer Kolk, the Polities of Remembering, University of California Press, Berkeley, 1997, y Mieke
así como al enfoque de los estudios culturales de Cathy Caruth. Para una discusión Bal, Jonathan erew y Leo Spitzcr (eds.), Aets of Memory: Cultural Recall in rhe Pre-
más profunda Leys, véase mi epI10go. sent, University Press of New England, Hanover, N .H., 1999.
38 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ lJn archivo de sentimiento~ La vida cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 39

Especialmente importante en este aspecto es el trabajo de Cathy Ca- traTio. yo quiero estar pendiente de las localizaciones históricas en las
ruth, quien ha señalado que el trauma presenta un desafío epistemoló- que surgen las teorías del trauma y las posibles limitaciones de esos
gico al situarse en los «límites de nuestro entendimiento» 1 así como en modelos para otros contextos. Esta presunción es necesaria para dejar
el cruce de la «compleja relación entre saber y no saber»,]] La influ- espacio a la categoría del trauma sexual y a los contextos lésbicos de
yente definición de Caruth del trauma como «experiencia no reivindi- los que se toman la mayoría de mis casos -instancias que de otra
cada» traslada el foco de atención de la especificidad del aconteci- manera podrían parecer tangenciales en una discusión sobre el trau-
miento traumático a su desconocimiento estructural. Partiendo sobre ma-, Sin rechazar el énfasis que Caruth y otros ponen en la irrepre-
todo de lecturas deconstructivas de Freud, Caruth insiste repetidamen- sentabilidad del trauma, trato de rearticular esa visión a través de un
te en las paradojas del trauma, Con resultados similares, aunque utili- conjunto de ejemplos que son ellos mismos el lugar de las nuevas
zando no solo enfoques psicoanalíticos, sino también enfoques mar- teorías del trauma,
xistas, Mark Seltzer señala que el discurso del trauma es importante Un diagnóstico clínico TEP define el trauma como un evento
precisameute porque desafía las distinciones entre lo mental y 10 físi- abrumador que produce ciertos tipos de síntomas en el paciente, La
co, lo psíquico y social, lo interno y lo externo, como lugares o fuen- teoría postestructuralista 10 define como un evento que es irrepresen-
tes del dolor, Los discursos del trauma sirven como vehículo para cla- table, Quiero pensar en el trauma como parte del lenguaje afectivo
sificar la relación entre estas categorías, en lugar de resolverlas en una que describe la vida bajo el capitalismo, Estoy interesada en ver
definición, Cuando el trauma se convierte en algo exclusivamente cómo el shock y la lesión se vuelven socialmente significativos, pa-
psicoJogizado o medicalizado, su capacidad para problematizar esque- radigmáticos incluso, dentro de la experiencia culturaL Quiero cen-
mas conceptuales (cuyo análisis es una de las aportaciones de la teoría trarme en cómo los eventos traumáticos se refractan hacia afuera
cultural a los estudios del trauma) se pierde, para producir todo tipo de respuestas afectivas, y no solo fijarnos en
Tomo cierta distancia de la forma universalizante de Caruth de los síntomas clínicos, Por otra parte, en contraste con los enfoques
teorizar sobre el trauma, Su trabajo se puede trasladar a diferentes individualistas de la psicología clínica, me preocupa el trauma como
contextos debido a la abstracción de sus formulaciones, Al enfatizar una experiencia colectiva que genera respuestas colectivas, Estoy in-
constantemente cuestiones de epistemología y del trauma como es- teresada en las visiones históricas que entienden el trauma como una
tructuralmente incognoscibles, borra las especificidades del trauma en forma de describir cómo vivimos, y especialmente cómo vivimos
un determinado contexto histórico y político, Aunque Caruth no siem- afectivamente.
pre reconoce los orígenes históricos de su trabajo (y se opone a las Cuatro afinidades teóricas -el feminismo, la teoría crítica de la
lecturas historicistas de Freud, por ejemplo), éste está basado en los raza, el marxismo y la teoría queer-, cada una de las cuales aporta
textos de Freud y tiene fuertes lazos con los estudios del Holocausto. contribuciones y problemas a las teorías del trauma, sirven de punto
Además, Caruth se centra en el trauma como evento catastrófico, más de partida para este estudio, Del feminismo procede el interés en vin-
que en el trauma cotidiano, Basándose en Freud, utiliza el ejemplo del cular las intersecciones a veces ausentes entre trauma:; sexuales y na~
«accidente» como una forma de describir la contingencia del trauma y cionales, y el sentido del trauma como algo cotidiano; de la teoría
la falta de agencia - un modelo que puede no funcionar bien para crítica de la raza, especialmente de los estudios afroamerlcanos, deri~
historias traumáticas que emergen de contextos sistémicos. Por el COD- va una comprensión del trauma como fundacional de las historias na-
cionales y su transmisión a través de múltiples generaciones; del mar-
xismo viene el enfoque dialéctico sobre la intersección de la
11. Véase Cathy Caruth (ed.), Trauma: Explorations in Memory, Johns Hopkins Uni- experiencia vivida y las estructuras sociales sistémicas y sobre ellu~
1

versity Press, Baltimore, Md., 1995, p. 4, Y Cathy Caruth, Unclaimed Experience: gar del trauma en la historia social de las sensaciones; de la teoría
Trauma, Narrative, and History, Johns Hopklns University Press. Baltimore, Md.,
1996, p, 3, queer deriva una crítica de los enfoques patológicos del trauma y un
40 ___________________ lin archivo ele senlimicntos La vida cotidiana de! trauma qucer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 41

archivo de ejemplos de las culturas públicas lesbianas, Estos recursos


teóricos han sido necesarios para hacer j L1sticia a una serie de casos
que nunca parecen estar a la altura de las expectativas de que el trau-
ma sea catastrófico y extremo; en cambio, estoy interesada en el modo
en que el trauma ahonda en el nivel de lo cotidiano, en la inconmensu-
rabilidad de acontecimientos a gran escala y en los detalles materiales
de la experiencia durante el proceso, A partir de estas teorías, espero
apropiarme de los discursos del trauma del discurso médico y científi-
co para colocarlos de nuevo en manos de quienes hacen la cultura, así
como producir nuevos modelos sobre cómo la vida afectiva puede ser-
vir de base para la cultura pública,

Montañas rusas y «Mujercitas»


Lisa Kron, artista de perrormance y autora de 2.5 Minute Ride. Foto de Kns-
Cuando mis ejemplos sobre la cultura del trauma lesbiana me parecen
tina LeGros. Cortesía de Lisa Kroll.
un poco escasos o marginales, me acuerdo de cómo se acerca Lisa
Kron al Holocausto en su obra de performance 2,5 Minute Ride, cuan-
do habla de montañas rusas y Mujercitas, Es una historia sobre una
visita a Auschwitz con su padre, superviviente, para que éste pueda carga de representaciones del Holocausto, que son el producto de los
ver el lugar donde fueron asesinados sus padres, pero trata también de esfuerzos que han logrado crear una cultura alrededor de este trauma
lo mucho que a su padre le gusta montar en la montaña rusa gigante en histórico," Ella intenta evitar cuidadosamente algunos de los afectos
la excursión anual de la familia al parque de atracciones de Cedar frecuentemente provocados por tales representaciones, incluyendo el
Point, en Sandusky, Ohio, Kron habla de cuando se vio superada por sentimentalismo vacío y su pariente no tan lejano, el temor paralizan-
el horror ante una de las vitrinas de Auschwitz, pero también se des- te. ¿Puede un viaje a Auschwitz ser algo más que otra versión de un
cribe llorando en la boda de su hermano, en un estallido de emoción viaje a un parque de atracciones, donde los terrores de la historia son
que le recuerda a las mujeres que lloraban en la oscuridad durante una domesticados para ser artefactos y emociones de consumo seguro?
proyección matinal de Mujercitas, 2,5 Minute Ride insiste en lo queer Yuxtaponiendo historias de estos dos tipos de visitas, Kron nos fuerza
de la vida emocional documentando brotes de emoción impredecibles, a escrutar los límites e insuficiencias de la persecución de un encuen-
que caen fuera del terreno del horror absoluto ante el testimonio del
Holocausto, o del sentimentalismo de los géneros para mujeres de la 12, Mi visión de 2,5 Minute Ride se ha alimentado enormemente de dos eventos de
cultura popular de Estados Unidos, los que Kron habló en su trabajo: un panel sobre el humor y el Holocausto patrocinado
Al igual que una montaña rusa, 2,5 Minutes Ride oscila, a menu- por el Teatro Público de Nueva York, el 5 de abril de 1999, y una presentación para mi
clase de culturas de trauma y la clase sobre pe¡i'ormances en solitario de José Muñoz
do de forma salvaje, no solo entre historias muy dispares, sino entre en la Universidad de Nueva York, Departamento de Estudios de la Performance, el 23
afectos muy dispares, llevando a la audiencia del humor a la ruptura de abril de 1999. Agradezco a Lisa Kron también su generosidad al proporcionarme el
guión de su performance. Para una discusión crítica de la cultura del trauma generada
traumática, sin detenerse siquiera en un gol pe teatral, Kron destaca el por el Holocausto, especialmente en Estados Unidos, véase Peter Novick, The Holo-
reto de dirigirse a una audiencia que ya viene afectada por una gran caust in American Life, Boston, Houghton Miftlin, 1999.
42 _________________ Un (:lrchi\'o de sentimientos La vidu cotidiana del trauma queEf _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 43

tro con el trauma, con el testimonio y con el Holocausto, que están La sofisticada aproximación de 2,5 Minute Ride a la pelforman-
implícitos tanto en los viajes a Auschwitz como al teatro, ce de la emoción se revela en la experiencia de Lisa de verse abruma-
25 Minute Ride provoca algunas de las mismas preguntas sobre da por las emociones que temía no sentiL Ella dice:
la sensación, al igual que su referencia, la montaña rusa. ¿ Cómo es
posible que las sensaciones extremas, incluyendo el miedo y el terror, Pero cuando entro en el crematorio por primera vez en mi vida slento
sean divcltidas? ¿Es que el padre Lisa, anciano y ciego, se deleita en horror. Repulsión física. Siento la contorsión de la cara, mis labios fnm-
las montañas rusas por alguna versión de la compulsión a la repetición ciéndosc. En la cámara de gas, mi padre se detiene para tomar la pJ1dora
de Freud, buscando replicar el terror extremo para dominarlo? ¿O es de las 2. Esto me rompe el corazón. Me detengo a un lado y Hora. Mu-
la emoción algo que requiere una explicación marxista del parque de cho. Puedo sentir ... puedo sentir el fondo. Está claro para mí ahora que
atracciones, y especialmente de los viajes que dan miedo, como la toda mi vida anterior ha sido una sombra. Ésta es la única realidad: 10
domesticación utópica de la tecnología industrial del capitalismo,jun- que le pasó a mi padre y a sus padres hace cincuenta años.
to con los accidentes que son un producto secundario de la velocidad
y la innovación? La imagen de la montaña rusa en 2,5 Minute Ride No es solo el crematorio en sí 10 que le afecta, sino la tristeza de ver
sirve como aviso que nos recuerda el deseo de Kron de evitar repre- que su padre enfermo sigue intentando sobrevivir en medio de todo
sentaciones del horror que sirvan meramente para entretener a la eso, Sin embargo, en lugar de continuar con la performance de esta
audiencia. La montaña rusa es también una figura evocadora para ex- emoción o de abundar en el shock repentino de un encuentro con la
plorar el trauma, dada la presencia central de los viajes en tren no solo muerte, Lisa interrumpe abruptamente su historia, "Ya sabes lo que
en los discursos del trauma del siglo XIX, sino en los recuerdos del parece esto, No sé por qué te estoy diciendo esto, Todo el mundo ha
Holocausto, visto estas imágenes, Estoy seguro de que has visto La elección de
Cuando desafía las expectativas estereotipadas sobre el impacto Sophie y La lista de Schindler y las imágenes de los cuerpos y las ex-
emocional de visitar campos de concentración, el mayor temor de Lisa cavadoras en la televisión pública, Lo echan prácticamente cada quin-
es que no sienta nada en Auschwitz, que esté todo demasiado estructu- ce minutos, No sé por qué te estoy contando esto, No necesito descri-
rado y sea demasiado parecido a un parque de atracciones estilo Dis- birte esto a ti, Me siento como un cliché, Uf>" Le recuerda a la
neylanci para que ella pueda acercarse a lo que les sucedió a sus abue- audiencia que las historias del Holocausto ahora circulan tan amplia"
los, También está aterrorizada por la responsabilidad de ser testigo de mente que se corre el peligro de que se conviertan en una experiencia
las reacciones de su padre, y se pregunta qué pasará si se viene abajo tan cotidiana que ya no tengan la capacidad de afectar a las personas,
y ella debe consolarlo, Ser testigo es algo cargado de ambivalencia, no Al negarse a continuar en esta línea, Kron alerta a la audiencia
se trata de cumplir la fantasía melodramática de que el superviviente de que 2,5 Minute Ride es un tipo diferente de historia del Holocausto,
del trauma finalmente lo dirá todo y recibirá el consuelo de ser escu- si es que lo es, No trata sobreAuschwitz, sobre los campos de concen-
chado por un oyente dispuesto y solidario, Kron captura la carga, la tración, ni siquiera sobre los supervivientes del Holocausto; trata de la
cotidianidad y también el humor de un testimonio, mientras ella y su relación de ella con un hombre que es un superviviente, pero que es
padre casi ciego van vadeando torpemente las dificultades materiales también su padre, Afectivamente, los gestos de 2,5 Minutes Riele
del turismo en un país extranjero, corno qué comer y cómo leer los apuntan al abismo emocional, pero ella no irá hasta allC al menos no
rótulos, En uno de los momentos más dolorosos de la historia, su pa- de la forma esperada; en el momento de enfrentarse con la irrepresen-
dre descubre que se ha dejado las gafas dentro del campo y tienen que tabilidad y la hiperrepresentabilldad simultáneas del Holocausto,
volver después de la hora de cierre para buscarlas, Es un momento Kron se desvía, como si imitara una de las inesperadas caídas y curvas
ordinario y escalofriante a la vez, que ejemplifica la atención que pone de la montaña rusa, en otra dirección. Destaca la vida cotidiana de su
Kron en la persistencia de lo cotidiano en el encuentro con el trauma, padre: él compra en el supermercado de Meijer, en Lansing, Michi-
44 _________________ Un at"chivo de sentimientos La vida cotidiana dellrauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 45

gan, le cocinará la cena y, después de salir de la montaña rusa Mean mano hacia la chuppah.* Ella descrjbe sus sentimientos refiriéndose a
Streak acompañado de su hija aterrorizada, está listo para montar otra uno de los textos más importantes de la cultura sentimental estadouni-
vez. Kron quiere sacar a la audiencia de SLlS respuestas habituales, in- dense, Mujercitas, adaptado a uno de sus medios más importantes, la
cluyendo no solo el aturdimiento de la no respuesta, sino también los película de Hollywood.
sentimientos esperados de simpatía y horror, con el fin de confrontar-
¿Sabes? hace un par de años fui a ver la película M~{jercitas. Y estaba
las con otros afectos como el humor, la angustia de la vida cotidiana y
en un gran cine y solo había alli unas treinta personas, eran todas muje-
la incertidumbre moral de la afirmación de su padre cuando decía que
res y estaban todas sentadas por separado, dispersas en este enorme
tuvo suerte de haber nacido judío, porque así no tuvo la posibilidad de cine. Y cuando Beth muere, todas las mujeres. en la sala estaban lloran-
convertirse en un naz1. 2.5 Minute Ride no muestra la irrepresentabili- do, pero no era el típico sollozo silencioso que oyes a veces en un óne,
dad como algo que inspire asombro, sino como una necesidad mate- Estas mujeres estaban llorando desgarradoramenle. A mi alrededor po-
rial. De hecho, el desafío que aborda es cómo crear un espacio para día Olr ruidos como: limita un llanto con hipo, muy ruidosoj. Pues así
otro tipo de historias ante la hiperrepresentación del Holocausto y la lloraba yo en la boda de mi hermano.
saturación del paisaje cultural por la proliferación de imágenes horri-
bles. La hija del superviviente del Holocausto afronta un dilema al Al hacer esta comparación, Kron abre la posibilidad de que su res-
tratar de documentar la vida de su padre: "Cuando trato de contar sus puesta sea meramente sentimental, pero en este caso, el género senti-
historias empiezo a hiperventilar y no sé por qué». Al realizar una mental, ya sea el lacrimógeno o el de la boda, permite algo más. Ella
performance sobre unas realidades emocionales que son varIadas y continúa:
que incluyen el humor, el aburrimiento y la resistencia, Kron expande
el archivo emocional del trauma. Nunca me hubiera imaginado ni en un millón de años que sentiría otra
Lo inusual de la aproximación de 2.5 Minute Riele al afecto es cosa que una reacción de gran desaprobación contra todo aquello. Pero
especialmente evidente al explorar el sentimentalismo de la historia cuando vi a mi padre, todo 10 que pude ver fue el alma en este ancianito
de la boda del hermano de Lisa, en el Centro Judío Seaview de Ca- que perdió a su madre y a su padre, su país y su cultura y todo se fue
para siempre; esto era lo más cerca que iba a estar de eso de nue·vo, y él
narsie, con una mujer que conoció por interne!. Al igual que la yuxta-
sentía que no era suficiente, y yo sentía que era demasiado para mí, así
posición de la montaña rusa con Auschwitz, que ponía en primer pla-
que lloré.
no los peligros del sensacionalismo, esta parte utiliza la boda para
sugerir que el sentimentalismo es otro tipo de afecto popular que una
En el Centro Judío Seaview, al igual que en Auschwitz, Lisa es sor-
cultura del trauma debe eludir. La crítica del sentimentalismo de las
prendida por la emoción al experimentar un encuentro con las enor-
bodas es facilitada por el foco puesto explícitamente en ellesbianis-
mes pérdidas que marcan la vida de su padre. El momento supone un
mo, y en cómo Lisa y su novia Peg están sujetas a las humillaciones
testimonio de los extraños caminos que toman los afectos del trauma.
de ser la pareja rara en el escenario de la heterosexualidad obligato-
y corno no es alguien que se recree en sentimientos o sollozos por
ria. Kron utiliza el humor para señalar la experiencia vivicla de la
mucho tiempo, Lisa cierra la historia volviendo al humor: «Yenton-
homofobia y sus manifestaciones en los rituales familiares, que no
ces lloré y luego hice que todos los que estaban seutados a mi alrede-
saben muy bien qué hacer con los niños y las niñas queer, aunque no
dor juraran que no me habían visto hacerlo, porque no puedo andar
los excluyan abiertamente. No hay escenas melodramáticas de con-
llorando en las bodas». Esto también forma parte del archivo afectivo
flicto, solo el dilema de cómo explicar quién es tu novia a los amigos
de la familia.
Ambivalente acerca de la boda, Lisa inesperadamente se pone a * La chuppah, en la tradición judía, es una especie de palio bajo el cual se si lúa la
llorar, en respuesta al momento en que sus padres acompañan al her- pareja durante la ceremonia de su boda. (N. del T.)
46 ____________________ Un ,:lIchivo de sentimientos La vida cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 47

del trauma: la resistencia a la vulnerabilidad, cuya piedra de toque es KTOn comienza el espectáculo, en forma de falso documental, Aunque
la renuncia al sentimentalismo y el estereotipo de la cultura popular Lisa describe vivamente las imágenes, la pantalla está en blanco, Al
sobre las mujeres, igual que las diapositivas vacías, las transiciones abruptas de 25 Mi-
25 Minute Ride ciertamente comparte con Seltzer, Berlant y nute Ride entre narraciones cuentan una historia al no contarla, y los
Brown una crítica de la cultura sentimental, y también de la cultura sentimientos que produce puede que no sean los que la audiencia es-
del trauma, por su desdén hacia las experiencias emocionales fáciles y peraba,
por su preocupación por la circulación de imágenes del Holocausto Kron se ve a sí misma basándose en una tradición específica-
que finalmente nos vuelven insensibles, Pero su referencia a Mujerci- mente judía de performances que incluye el vodevil y los cabarets de
tas afecta a los dos ámbitos, ya que sirve no solo como un modelo de borscht be/t* con sus comediantes de pie, Al crear esta conexión, se-
aquello de lo que 2,5 Minute Ride quiere distanciarse, sino también ñala que la respuesta judía americana al Holocausto está influenciada
como un modelo de su intención de afectar a la audiencia y de encon- por una cultura de inmigración y diáspora judía, en la que las culturas
trar una forma de producir sentimientos impredecibles y difíciles, públicas del teatro y el entretenimiento han sido centrales, De manera
Además, en su esfuerzo por relatar las emociones cotidianas y la rela- más general, su estrategia sugiere que el trauma se negocia afectiva-
ción entre padre e hija con el fin de evitar respuestas tópicas o super- mente en formas culturalmente específicas. Sin embargo, corno acer-
ficiales al Holocausto, sigue comprometida con la posibilidad de rea- camiento al Holocausto, el humor puede parecer especialmente tabú o
lizar performances sobre el trauma y la emoción en la esfera pública, transgresor, es un recordatorio de que las respuestas a los traumas es-
Utilizando el género de la performance en solitario, uno de cuyos re- tán a menudo limitadas por una demanda (normalizadora) de afectos
cursos básicos es la autobiografía, Kron aborda la experiencia afectiva apropiados,l3 Kron usa chistes sobre si pagar o no por el estaciona-
como algo inquietante, impredecible y necesario, miento en Auschwitz, o la invasión de un grupo de turistas israelíes
Para Kron, el humor es mucho más fácil que las lágrimas, y aun- allí como recordatorios de la inconmensurabilidad que existe entre vi-
que a menudo parece provocar otras emociones, sería más exacto ver- sitar el sitio como turista y haber sido encarcelado o asesinado allÍ,
lo como una forma de expresar lo que no puede expresarse de otra Además de usar las tradiciones judías del humor, Kron usa con
manera, El humor se convierte en un modo de abordar el Holocausto pericia un género que tiene fuertes lazos con la cultura queer: el arte
indirectamente, de mantener a raya ia crisis emocional mediante una de la performance, Nos obliga a recurrir a la memoria y a la experien-
broma, El suspense del acercamiento aAuschwitz es producido e inte- cia personal para construir un archivo por detrás de una cultura domi-
rrumpido por los cambios repentinos que hace Kron a otras historias nante que silencia o produce representaciones homófobas de sus vi-
que está contando; incorporarlos a la obra le da una especie de estrate- das, así las personas queer han utilizado las performances individuales
gia de defensa, una forma de evitar el terna cuando se acerca demasia- como foro para contar historias personales, que también son sociales y
do, Los cambios rápidos en la narrativa y en el afecto tienen un efecto culturales,l4 Hay un vínculo significativo entre el arte dc la perfor-
distanciador al evitar que la historia de Auschwitz sea demasiado sen-
timental u horrible, pero también poseen su propio tipo de poder afec-
tivo, El repentino cambio al humor es otra forma de transmitir la enor- * Los Borscht Belt o Alpes Judíos es un conjunto de hoteles de verano que se crearon
en la década de 1920 en las montañas Castkill, en el Esbdo de Nueva York, y donde se
midad del Holocausto, Mantiene la montaña rusa del afecto desarrolló una gran tradición de cómicos judÍOS hasta los años setenta. (N. del T,J
moviéndose justo hasta que parece que está a punto de caer en el abis- 13. El humor y el Holocausto fueron el tema de un coloquio del Teatro Público de
Nueva York organizado conjuntamente con 2.5 Minute Ride cl5 de abril de 1999. Las
mo, y la rápida transición del horror al humor, del Holocausto a 10 referencias frecuentes a la película La vida es bella, así como a otras representaciones
cotidiano, subraya intensamente su inconmensurabilidad, Hay lagunas populares del Holocausto, como La lista de Schindler, supusieron una oportunidad
y silencios en 2,5 Minute Ride, que son más evidentes gráficamente estimulante para mostrar el carácter distintivo de 2.5 Minute Ride.
14. Para ejemplos de este trabajo, véase Rally Rughes y David Román, O Solo
gracias a las diapositivas de las fotografías familiares con las que Homo: The New Queer Performance, Grave Press, Nueva York, 1998. Para un marco
48 ___________________ Un archivo de sentimientos La vida colidiana del trauma quecr - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 49

manee y el testimonio basado en un deseo compartido de construir Hartman, Dominick LaCapra, Shoshana Felman y Dori Laub, Lawren-
cultura a partir de la memoria. Las historias de vida en el arte de la ce Langcr y otros, que está centrado en e! Holocausto. 16 En efecto, al-
pelforrnance a menudo se estructuran alrededor no tanto de la expe- gunos teóricos, como LaCapra, han sugerido que el Holocausto se
riencia traumática si 00 de momentos de intenso afecto que son trans- mantiene como el acontecimiento reprimido que guía ia teoría post-
formadores o reveladores. Éstos giran también a menudo en torno a estructuralista, particularmente en los contextos europeos - una lo-
las historias familiares, al cartografiar la descendencia queer de pa- calización histórica que muy probablemente se ha perdido en su tra-
dres heterosexuales y tradiciones culturales; en este sentido, la perfor- ducción al contexto de Estados Unidos-o Tal vez el interés por la
mance individual es un buen lugar para contribuir a la necesidad ac- especificidad del Holocausto por parte de algunos de estos teóricos
tual de analizar la transmisión transgeneracional del Holocausto a los representa el reconocimiento de esta historia reprimida, pero creo que
hijos e hijas de los supervivientes, lo que ha producido aproximacio- también está motivado por debates espedficos sobre el estatus de la
nes nuevas e inusuales que van desde el concepto de postmemoria de teoría postestructuralista en la academia de Estados Unidos y espe-
Marianne Hirsch hasta el uso del cómic de An Spiegelman en su libro cialmente la polémica cuestión de la política de la teoría. 17 El Holo-
Maus. 15 Kron cierra 2.5 Minute Ride con una metáfora tomada del causto puede validar la aplicabilidad de la teoría a circunstancias his-
teatro. Mencionando que poner tu mano en una silla puede hacerte tóricas concretas y urgentes, sirve como ejemplo convincente de que
parecer más grande en el escenario, dice: «Puse mi mano en la vida de la irrepresentabilidad y la aporía pueden formar parte integral de la
mi padre». Al final, no puede contar la historia de su padre, o la de experiencia vivida, en lugar de ser una deconstrucción de la experien-
Auschwitz; puede representarlas mejor a través de los viajes en la cia. Reconocer la importancia del Holocausto en este cuerpo teórico
montaña rusa y de los sentimientos que emergen en una boda, conta- del trauma es crucial para evaluar su especificidad histórica y los po-
dos desde su propia mirada queer. sibles límites de su aplicación a otros contextos.
He empezado con un ejemplo que ocupa el terreno de la cultura Sin embargo, aunque los espacios del trauma explorados aquí no
queer y el del Holocausto para resaltar las diferencias entre este libro son comparables al Holocausto, sin duda en ellos han int1uido los es-
y las ideas más habituales de los estudios del trauma. Los textos cultu- tudios del Holocausto y la memoria. El testimonio, en particular, sirve
rales analizados aquí son más como 2.5 Minute Ride que como el tes- como ejemplo importante de un enfoque radical del archivo que el
timonio del Holocausto y ocupan una relación a menudo lateral, tanto trauma puede exigir. Archivos como el Yale Fortunoff Archive y la
en su contenido como en su género, respecto a los espacios históricos Shoah History Foundation no solo buscan elaborar una documenta-
del trauma. A menudo ésta es la condición de las representaciones les- ción o un registro, sino crear nuevas formas de memoria histórica. Es
bianas del trauma y de las respuestas al trauma, pero además esta late- especialmente destacable la resistencia a la redención que se da en
ralidad o tangencialidad también se puede describir como queer. Pro-
duce una teoría del trauma diferente de la del trabajo basado en el
16. Véanse Cathy Caruth, Unclaimed Experience: Trauma, Narrtltive, and Histor)',
ejemplo del Holocausto, que ha sido un punto de referencia clave para Johns Hopkins University Press, Baltimore, Md ... 1996, y su co1eccióJ1, Trauma: Explo-
la teoría del trauma más influyente en los estudios culturales. Por rations in Memory, Johns Hopkins University Press, Baltimore, Md., 1995; Dominick
ejemplo, la teoría de Caruth del trauma como «experiencia no recla- LaCapra, Representing the Holocaust: History, Theory, Trauma, Comell University
Press, Ithaca, N.Y., 1994, Y History and Memory after Auschwitz, Cornell University
mada» ha circulado en un contexto que incluye el trabajo de Geoffrey Press, Ithaca, N .Y., 1998; Geoffrey Hartman, Holocausf Remembrance: The Shapes of
Memory, Blackwell, Cambridge, 1994; y James E. Young, The Texture of Memory:
Holocaust Memorials and Meaning, Yale University Press, New Haven, Conn., 1993.
crítico útil, véase José Esteban Muñoz, Disidentifications: Queers of Color and the 17. Un espacio de debate significativo sobre la relación entre la teoría postestructu-
Performance of Poliries, University of Minnesota Press, Minneapolis, ]999. ralista y el Holocausto ha sido el periodismo en tiempo de guerra de Paul de Man.
15. Véanse Marianne Hirsch, Family Frames: Photography, Narrative, and Postme- Véanse Werner Hamacher, Nei! Hertz y Thomas Keenan (eds.), Wartime Journalism,
mO!y, Harvard University Press, Cambridge, 1997, y Art Spiegelman, Maus, Planeta de 1939-1943, Lincoln, University of Nebraska Press, 1988, y Responses: 017 Paul de
Agostini, Barcelona, 2001. Man 's Wartime Journalism, University of Nebraskn Press, Lincoln, 1989.
50 - - -________________ Un archivo de sentimientos La vida cotidiana del trauma queer ~_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 51

obras como Shoah, el documental de 1985 de Claude Lanzmann, y propia experiencia de su relación con su padre, y por conocer la histo-
Holocaust Testimonies, de Lawrence Langer." El trabajo de Shoshana ria de su padre, compmte con los archivos del testimonio UD interés por
Felman y Dori Laub en Testimony habla de la especificidad del testi- la historia desde el punto de vista de la memoria y la experiencia.
monio corno género histórico y cultural) un acontecimiento que busca Así pues, la sensibilidad queer que encuentro en la obra de Kron
un testigo pero que no lo encuentra, una situación interactiva en la que no es una propiedad exclusiva de la cultura lesbiana o gayo Se puede
la relación entre hablante y oyente es crucial para la narrativa, que se encontrar también en otros lugares, incluso en uno de los textos más
convierte en performativa más que en constatativa. 19 Este proceso del significativos de la cultura del Holocausto. En efecto, los vínculos en-
testimonio tiene implicaciones para entender la historia al plantear in- tre ellos son un reflejo de mi uso tanto del enfoque que minoriza, que
terrogantes sobre el papel de la memoria; para entender la terapia, analiza la especificidad de los textos lésbicos, como del enfoque uni-
porque inaugura la posibilidad de una forma pública de contar histo- versalizante, que señala su continuidad con otros textos del trauma. 21
rias, pero es una forma que incluye el trabajo del psicoanálisis, y para Aunque está vinculado al testimonio del Holocausto, el uso que 2.5
entender la cultura, dado que el modo de representación del trauma es Minute Ride hace de la performance y de la autobiografía es especial
complejo y desafía la posibilidad misma de representación. porque aborda cuestiones sobre la transmisión intergeneracional de la
Ciertamente, hay algunas similitudes entre el enfoque en el testi- memoria del Holocausto. Los esfuerzos de Kron para lidiar con la his-
monio y la representación en la cultura del Holocausto y el enfoque toria de ser la hija lesbiana de un padre que es un superviviente sugie-
indirecto de Kron en 2.5 Minute Ride. La sensibilidad de Kron nos re- ren que hay muchas historias del Holocausto que contar, sobre todo
cuerda el interés de Lanzmann por los detalles materiales que captan la cuando los supervivientes originales mueren y el Holocausto sigue
integración de la experiencia del Holocausto en la vida cotidiana. como viviendo a través de formas de transmisión intergeneracionales y del
la experiencia de Abraham Bomba de cortar el pelo en las cámaras de testimonio. Marianne Hirsch habla del fenómeno de la posmemoria en
gas, o el regreso del superviviente Simon Srebnik a Polonia y el antise- lo que concierne a los hijos de los supervivientes, quienes tienen una
mitismo trivial de los recuerdos de los polacos sobre la vida, cuando relación extraña con la experiencia de sus padres, que sigue marcando
los judíos todavía estaban presentes en sus ciudades.lO Al igual que a las generaciones posteriores?2 Es esta posición subjetiva, más que la
Kron, Lanzmann viaja a los lugares actuales de los campos de concen- de los supervivientes, la que a menudo alimenta mi proyecto. Por eso
tración en busca de las huellas de la historia traumática; la montaña me dirijo a las lesbianas que son activistas antisida y cuidadoras, en
rusa de Kron tiene su contrapunto en las imágenes de Lanzmann de las vez de a las personas seropositivas. Analizo los efectos del colonialis-
vías del ferrocarril y la recreación de la llegada del tren a los campos. mo en aquellas personas que sou inmigrantes en Estados Unidos o
Además, el interés de ella por abordar el Holocausto a través de su cuyos padres y madres lo eran, y cómo las migraciones de todo tipo
son el escenario de los traumas de la diáspora cultural. Exploro cómo
el trauma se manifiesta en la vida sexual cotidiana, en la que se nego-
cia la vulnerabilidad de cuerpos y mentes. Examino el campo de fuer-
18. ~éas~ Shoah, Claude Lanzmann (dir.), 1985, cuya transcripción ha sido publica-
da en I11g1es como Claude Lanzmann, Shoah: An Oral History of the Holocaust, za alrededor del trauma) esa forma «insidiosa» de baja intensidad que
Pantheon, N~leva York, 1985, y, como Shoah: The Complete Text ofthe Acclaimed continúa haciéndose sentir incluso a distancia de la experiencia mis-
Holo~aust Fzlm: Da ~apo Press, ,Nueva York, 1995. Véase también Lawrence Langer,
Holowust TeStllnOlUes: The RUl11S 01 Memo,--y, Yale Universitv Press New Haven
Cono., 1991. . ' ,
19. Véase Shoshana Felman y Dori Laub, Testimony: Crises ofWitnessing in Litera- 21. Utilizando la formulación de Eve Kosofsky Sedgwick en EpistenlOlogy of the
tl/re, Ps)'choanalysis, and History, Routledge, Nueva York, 1992. Claset, University of California Press, Berkeley, 1990. pp. 82-82 (trad. cast.: Episte-
20. Véase el propio debate de Lanzmann sobre Shoah en «Seminal' on Shoah». Yale molog{a del Armario, Ed. La Tempestad, 1998, pp. 71-75), incluido su argumento de
F}.-enc1~ Studies, 79,1991, pp. 82-99. Y «The Obscenity o[ Understanding: An Ev~ning que no es posible decidir entre los enfoques que minorizan y los que universalizan, ya
WI1h Claud~ Lanzmann>¡., en Trauma: Explorations in Memory, Cathy Caruth (ed.), que cada uno de ellos tiene sus intereses estratégicos.
Johns Hopkllls University Press, Baltimore, Md., 1995, pp. 200-220. 22. Véase Hirsch, Family Frames.
52 ________________________ Un archivo de sentimientos La vida cotidiana del trauma quecr _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 53

ma. Las montañas rusas y M~{jercitas forman parte de estas historias basada en acontecimientos reales como una forma de neurosis traumá-
dellrauma al igual que los campos de la muerte, tica y su controvertido abandono de la teoría de la seducción en favor
de una explicación de los orígenes del trauma infantil en la fantasía, Se
reconozca o no, incrustados en la historia del discurso sobre el trauma
hay debates sobre el género y la sexualidad, así como sobre la relación
Feminismo y trauma sexual entre las esferas privada y pública, que han interesado a las teóricas
feministas. Las ideas de la teoría feminista tienen, así pues, implicacio-
Aunque mi aproximación al trauma como algo cotidiano y no solo ca- nes importantes para las teorías del trauma y, ademá,s, las controversias
tastrófico puede ser deducido de la cultura del Holocausto, surge más sobre la recuperación de la memoria han creado una situación en la que
directamente de mi interés en el cuestionado estatus del trauma sexual, el estatus del feminismo está vinculado con el trauma sexuaL
que ha sido el centro tanto de las críticas feministas sobre las definicio- Especialmente poderoso debido a la combinación de accesibili-
nes del trauma como de importantes controversias dentro del feminis- dad a la psicología popular, autoridad en la psicología clínica y com-
mo. Un objetivo aquí es mostrar cómo una perspectiva queer más acor- promiso feminista con el cambio social, Trauma and Recovery, de
de con los caprichos de la sexualidad puede resolver los enigmas que el Herman, utiliza el lenguaje de esferas separadas para describir el de-
trauma sexual ha planteado a las feministas en sus esfuerzos para darle safío de integrar el mundo femenino del trauma sexual con el mascu-
un lugar central dentro de las definiciones clínicas del trauma, Aunque lino del trauma de la guerra, Aunque el libro de Herman no tiene los
la experiencia de los veteranos de la guerra de Vietnam fue decisiva en ejercicios narrativos o la implicación personal de The Courage lo
el establecimiento del TEP como un diagnóstico en la tercera edición Heal, describe los síntomas del trauma y los pasos hacia la recupera-
del DSM, de J980, la creciente atención a la violación, al abuso sexual ción de una manera que puede ayudar a los lectores a diagnosticarse y
ya la violencia machista, especialmente por parle de psicólogas femi- a comprenderse a sí mismos, e incluye el testimonio personal de su-
nistas, también desempeñó un papel clave en la demanda de un diag- pervivientes del trauma, Autora de uno de los libros más antiguos e
nóstico clínico,23 Al mismo tiempo, el trauma sexual parece correr el influyentes sobre el incesto, Father-Daughter Incest, Herman apuesta
peligro de volverse invisible, especialmente debido a la división gene- en Trauma and Recavery por aportar una perspectiva feminista al
ralizada entre las esferas pública y privada, Como dice Judith Herman, trauma en un contexto global, y por escribir un libro que es accesible
una de las más importantes especialistas feministas en el trauma: «Has- al público en generaL 25 Siguiendo la historia de los debates sobre el
ta el movimiento de la liberación de las mujeres, en la década de los trauma durante el último siglo, Herman localiza los puntos de in-
setenta, no se reconoció que los trastornos de estrés postraumático más flexión: el descubrimiento de Freud de la histeria, el diagnóstico de
comunes no son los de los hombres en la guerra, sino los de las mujeres TEP y su inclusión en el DSM después de la guerra de Vietnam, y la
en su vida como civiles, Las condiciones reales de la vida de las muje- atención feminista al abuso sexual, La aproximación histórica de Her-
res se esconden en la esfera de la vida personal y privada»?4 Sin em- man al trauma, algo inesperado en un análisis basado en la investiga-
bargo, como señala la propia Herman, Freud abordó ambas formas del ción científica, proviene de su política feminista; una de las afirmacio-
trauma, aunque hay tensiones entre su relato de la neurosis de guerra nes del libro es que la atención al trauma solo se ha logrado cuando
iba acompañada por un movimiento social, como el feminismo o el
movimiento contra la guerra, Por lo tanto, Herman deja espacio a lo
23. Sobre la interesante historia del diagnóstico del TEP, véase A, Young, The Har-
mony ofIllusions. Sobre la intersección recíproca entre el feminismo y el discurso del
político y lo social en las culturas de trauma, algo que es especialmen-
abuso sexual, véase Louise Armstrong, Rocking the Cradle oi Sexual Politics: What
Happened When Women Said lncest, Addison-Weslcy, Reading, Mass., 1994.
24. Judith Lewis Herman, Trauma and Recovery, Basie Books, Nueva York, 1992, 25. Véase Judith Lewis Herman, Father-Daughter lncest, Harvard University Press,
p,28, Cambridge, ] 981.
54 _________________ Un archivo de sentimientos
La vida cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 55

te evidente en 5Ll jnsistencia en la necesidad de que haya formas de de un modelo universal del trauma, porque se corre el riesgo de borrar
recuperación colectivas y sociales, además de la terapia individual. El las diferencias esenciales entre las experiencias traumáticas diferen-1

libro de Herman sin duda se merece su gran reputación por su aproxi- cias de contexto histórico y de localización geopolítica, así como las
mación y síntesis. especificidades de experiencias individuales que se pueden perder en
Pero aunque el relato histórico de Heflnan es sugerente, no es lo un diagnóstico que encuentra los mismos síntomas en todas partes.
suficientemente histórico, dada su atracción por una narrativa teleoJó- Segundo, aunque reconozco que el modelo de esferas separadas puede
gica sobre el progreso que se manifiesta en el reconocimiento político reproducir la misma división que se intenta analizar, cuestiono que se
y social del trauma. Ella tiende a considerar el trauma como un descu- relegue lo sexual al dominio de la esfera privada, y busco en cambio
brimiento más que corno una invención, y aunque atribuye una gran las dimensiones públicas del trauma sexual. Como Cathy Davidson
importancia a las instituciones sociales y a los movimientos políticos sugiere en su introducción a la colección de contundente título «No
para abordar el trauma, también apela a la ciencia y a la medicina para More Separate Spheres!», ya no es útil presuponer que la sexualidad,
establecer sus características. Más importante aún, en su esfuerzo por la intimidad, el afecto y otras categorías de la experiencia típicamente
vincular el trauma de guerra con el trauma sexual, Herrnan naturaliza asignadas a la esfera privada, no afectan también a la esfera pública.29
el trauma aun cuando lo historiza. Para equiparar sus difercntes for- Mi interés en aplicar esta perspectiva a los estudios del trauma se basa
mas, enfatiza la realidad psíquica corno un denominador común al es- no solo en reflexiones recientes de la teoría feminista, sino también de
bozar los síntomas de la respuesta traumática -como la hiperexcita- la teoría queer. Por ejemplo, la visión queer del sexo en público indica
ción, la intrusión mental (incluyendo los flashbacks) y la opresión o la que la división público/privado merece una reconceptualización.30
insensibilidad - que se encuentran en todos los casos de TEP.26 Esta Una de las contribuciones más útiles de un enfoque feminista del
búsqueda de los síntomas centrales del TEP refleja la tendencia de la trauma, y que respaldo, consiste en centrarse en el trauma como algo
psicología clínica a medicalizar el dolor psíquico; otro ejemplo es el cotidiano que altera las definiciones del término. El trabajo de Her-
entusiasmo contemporáneo en el tratamiento farmacológico de la de- man, por ejemplo, acota los límites de un modelo universal del trauma
presión." Herman articula un modelo de efectos del trauma y de sus cuando aboga por la creación de una nueva categoría de diagnóstico,
etapas de recuperación común a toda experiencia traumátjca~ y trata «trastorno de estrés postraumático complejo», para describir los efec-
de igualar las diferencias que fomentan las distinciones entre esfera tos del abuso repetido, como los sufridos por niños y niñas en familias
privada y pública. «La histeria de las mujeres y la neurosis de guerra violentas. Aunque su argumento se basa en problemáticas compara-
de los hombres son lo mismo. Reconocer lo que hay en común en el ciones entre el trauma del cautiverio forzoso en circunstancias de gue-
sufrimiento puede a veces incluso lograr que se supere el inmenso rra y tortura, y las formas más invisibles pero no menos significativas
abismo que separa la esfera pública de la guerra y de la política -el de cautiverio que los niños y las niñas abusados y las esposas maltra-
mundo de los hombres- y la vida privada de la esfera doméstica- tadas pueden sufrir en el hogar, su intento de llamar la atención sobre
el mundo de las mujeres»?8 esto último es una propuesta importante para los estudios de trauma.
Aunque el enfoque de Herman tiene una fuerza considerable, me De forma más convincente, la formulación crucial de Laura Brown de
distancio de ella en aspectos cruciales. Primero, rechazo la búsqueda trauma «insidioso» para describir las experiencias cotidianas del se-
xismo que se suman a los efectos de experiencias traumáticas más

26. Herman, Trauma and Recaver)', pp. 35-50.


27. Las c~mpañÍas farmacéutícas se han esforzado en demostrar que antidcpresivos
como Zoloft puede usarse para curar el TEP; si esto se comprobara se produciría un 29. Cathy N. Davidson, introducción a «No More Separate Spheres !~>, número espe-
aumento considerable de las ventas en 10 que ya es una industria enormemente ren- cial de American Literature, 70, 11.° 3, septiembre de 1998, pp. 443-463.
table. 30. Véase Lauren Berlant y Michael Warner, <óex in PubEo>, Criticallnquiry, 24,
28. Herman, Trauma and Recavel}', p. 32. n.o 2 (invierno de 1998), pp. 547-566.
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puntuales, corno la violación, crea las conexiones entre el trauma y trauma. Una vez que las causas del trauma se vuelven más difusas,
formas más sistémicas de opresión?] La definición de trauma comien- también lo hace su cura, lo que seI1ala la necesidad de cambiar las es-
za a invertlrse cuando Brown sugiere que la condición diagnóstica de tructuras sociales de forma más amplia, en vez de simplemente curar
que el trauma debe ser «un acontecimiento fuera del rango de la expe- a personas individuales. Sin embargo, tal y como muestran los víncu-
riencia humana» excluye las formas insidiosas del trauma, que con los entre el abuso sexual y el sexismo, los traumas debidos a aconte-
demasiada frecuencia son persistentes y están normalizadas, Aunque cimientos pueden desempeñar un papel importante para llamar la
tanto Brown como Herman siguen trabajando con las categorías de atención sobre formas más insidiosas de trauma, En los capítulos si-
trauma y de TEP, sus críticas son significativas, (De hecho, la edición guientes, se analizarán experiencias que están conectadas con el trau-
más reciente del DSM ha alterado la definición de trauma para elimi- ma pero que no son necesariamente traumáticas por sI mismas -como
nar el criterio de que el trauma sea algo fuera de los límites de lo nor- actos sexuales, la inmigración, el activismo y los cuidados-, para ir
malo lo habituaL)32 más allá de la expectativa de que el trauma sea un evento catastrófico,
Es fundamental para mi investigación la convicción de que la Poner atención en la categoría de trauma insidioso ayuda a evitar los
modalidad insidiosa del trauma o la cotidiana, especialmente aquella binarismos rígidos de distinciones de género entre el trauma privado y
que emerge de formas sistémicas de opresión, en última instancia exi- el público o entre el trauma sexual y el trauma nacional, que a menudo
ge una comprensión del trauma que va más allá de las construcciones pueden reproducirse incluso en el trabajo feminista que busca trascen-
medicalizadas del TEP, Más que las distinciones entre privado y pú- der el paradigma de las esferas separadas?3
blico, la distinción entre el trauma que se producen a diario y de forma Los esfuerzos feministas por poner en primer plano el trauma
continuada y el trauma como un acontecimiento ocasional puede ser sexual han tenido una historia controvertida y polémica en los dos úl-
la consecuencia más profunda de un enfoque de género, El desafío del timos decenios al plantear interrogantes sobre el valor estratégico de
trauma insidioso o del TEP crónico (aunque esta categoría puede limi- forjar una política feminista alrededor de este tema, Los debates aca-
tarlo de nuevo a los confines de un diagnóstico) es que cuestiona la lorados de la década de 1990 sobre la memoria recuperada sugieren
estructura melodramática de un origen fácilmente identificable del que los riesgos de tal estrategia son altos, Por un lado, las feministas
argumentan que los recuerdos del abuso sexual deben ser tomados en
serio como origen de los problemas de las mujeres y, por otro lado, los
3]. Laura S. Brown, «Not outside the Range: One Feminist Perspective 00 Psychic padres y los médicos hablan del síndrome de la falsa memoria, al afir-
Trauma;>, en Trauma: Explorations in Memory, Cathy Caruth (ed.), Johos Hopkins mar que los recuerdos recuperados del abuso puede ser implantados
University Press, BaJtimore, MD, 1995, pp. 100-112. Para más información sobre el
criterio de género en la identificación de trauma, véase Nina Felshin, « Women and
en clientes demasiado sugestionables, Las feministas también han sos-
Children Firsl: Terrorism on the Horne Fronh, en Violent Persuasions: The Politics tenido que uno de los peligros del movimiento de recuperación ha
and Imagery of Terrorism, David Brown y Robert Merrill (eds.), Bay rress, Seattle, sido un cambio desde la política del movimiento hacia la cultura tera-
1993, pp. 257-270, que también incllJye el texto de un simposio en el que Margaret
Randal! analiza los vínculos entre el terrorismo pol.ílico y el abuso infantil, pp. 206- péutica como medio para una transformación que se ha vuelto más
218, personal que sociaL" Los feroces debates sobre la memoria recupera-
32. En el DSM-IV, el criterio de que el trauma deba estar «fuera del alcance de la
da y el abuso ritual han producido sus propias versiones de una reac-
experiencia humana» ha sido sustituido por la explicación más flexible del trauma
como la experiencia de un evento «que involucre muerte real o amenaza de muerte, o
daño grave u otra amenaza a la integridad física» (424), e incluye ser testigo o saber
que otros han experimentado tales actos. Si la respuesta de la persona implica «miedo 33. Como muestra del estado actual de las reflexiones sobre este tema, véase la co-
intenso, desamparo u horror» (424), la respuesta puede ser diagnosticada como trau- lección de artículos «No More Separate Spheres!», American Literature, 70, n.o 3,
mática, en contraste con el criterio más restringido del DSM-IlIR, de que el evento 1998, pp. 443-463, incluida la útil introducción de Davidson. Véase también Lora Ro-
«debe ser claramente perjudicial para casi cualquier persona», p. 247. Véase también mero, Home Fronts: Domesticity and lis Critics in the Antebellum Unt'ted State.\". Duke
A. Young, The Harmony ofIllusions, pp. 287-290. En «No outside the Range», Laura University Press, Durham, N .C., 1997.
Brown analiza los problemas actuales del lenguaje del DSM-JV. 34. Sobre este tema, véase Armstrong, Rocking the Cradle 0./ Sexual Politics.
58 _________.__________ Un archivo ele sentimientos La vida cotidiana del trauma gueer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 59

ción que se ha dirigido tanto a la práctica de la terapia como al femi- Este libro plantea una manera de salir del callejón sín salida que
nismo.35 Desde una crítica que suscitado debates, que incluye críticas afecta al debate de la memoria recuperada a través del poder combí na-
de la teoría del trauma de Hennan y del feminismo fundamentalista de do de las aportaciones de la teoría queer y de las prácticas de las cul-
The Courage lo Real, Janice Haaken argumenta que se requiere una turas públicas lesbianas. Por muy influyente que pueda ser libro de
psicoterapia más cuidadosa si el abuso sexual y los recuerdos recupe- Herman a la hora de prestar atención al trauma sexual, deja poco espa-
rados se entienden corno parte de un sexismo más generalizado. 36 Ha- cio para las prácticas sexuales que han florecido dentro de las culturas
aken sugiere que el feminismo puede haber aprovechado el trauma lesbianas, como las sexualidades S/M y butch-femme, así como dis-
sexual como una manera de situar interesadamente los males del se- cursos positivos sobre el sexo más generales. Herman pertenece más a
xismo. Los indicios del abuso sexual se han convertido en una prueba la antipornografía que al feminismo prosexo; para ella, por ejemplo,
sensacional de un feminismo que busca una demostración literal e in- las fantasías S/M son más una repetición de un trauma que una cma
controvertible del sexismo. Basándose en la teoría psicoanalítica fe- posible, cuando menciona brevemente a una clienta que consideraba
minista, Haaken afirma que los recuerdos del abuso pueden entender- que sus fantasías S/M eran una identificación con el agresor.37 Haaken
se como fantasías que no son «falsas» en ningún sentido empírico, habla brevemente sobre el S/M y el sexo radical, 10 que bien podría
sino que proporcionan un vehículo para la articulación del sexismo y reforzar su posición, pero también afirma que esta cultura sexual pue-
las formas del trauma sexual que puede que no sean tan evidentes de ser solo una reacción contra la represión sexual del movimiento de
como los escenarios de la fantasía. Combinando audazmente la psico- mujeres - una especie de pasaje al acto contra las madres-. Hay aquí
logía clínica feminista y el feminismo postestructuralista, Haaken re- una oportunidad perdida para entender las posibles contribuciones del
negocia la relación tan cuestionada por el feminismo con la teoría de radicalismo sexual a una concepción más general del trauma, una con-
la seducción de Freud. Como ella, yo desconfío de los posibles peli- tribución que intento hacer aquí. En los capítulos sobre la sexualidad
gros para el feminismo de centrarse demasiado exclusivamente en vÍc- butch-femme y el incesto, analizaré textos y prácticas que dan lugar a
timas y abusos sexuales. Puede ser difícil articular esta preocupación nuevas articulaciones teóricas de la relación entre sexo y trauma como
de una manera que no capitule ante las fuerzas reaccionarias. Pero formas de violación corporal que destruyen la integridad del yo. Los
debe haber espacio para una crítica que, lejos de despreciar el feminis- discursos sexuales que analizan sin miedo y sin vergüenza las imbri-
mo por convertir a las mujeres en víctimas, en realidad busque una caciones del placer y del peligro en la práctica sexual proporcionan un
versión más sólida y radical de feminismo. modelo para abordar el trauma que se opone a los juicios patológicos.
Una tarea relacionada, cuando exploramos las culturas sexuales
lesbianas, consiste en responder a las crflicas feministas de la cultura
35 .. Véase, por ejemplo, Jennifer Freyd, Betrayal Trauma: The Logic of Forgetting
terapéutica y a la cultura popular más general, así como a los enfoques
C.hlldhood Abuse, H.arvard Un~versity Press, Cambridge, 1996. Los recuerdos del pro- más cercanos de los estudios culturales, que han examinado una serie
pIO Freyd y el conflicto pos tenor con sus padres le llevaron a fundar la Fundación del de géneros, incluidos los grupos de autoayuda, los programas de en-
Síndrome del Falso Recuerdo. Para saber más sobre esta organización véase la \veb
<\v\Vw.fmsfonlille.org>. Para una respuesta airada de un padre al movimiento de la trevistas, los melodramas y la farmacología. La cultura lesbiana ofre-
memoria recuperada, véase Mark Pendergrast, Victims of Memory: Incest Accusations ce sugerentes ejemplos para el análisis porque eí.reuJa dentro de públi-
and Shattered Lives, LJpper Access Books, Hinesburg, Vt., 1995. Para historias cultu- cos ya formados, abordando así las preocupaciones de los estudios de
rales véase también Elaine Showalter, Hystories: H)'sterical Epidemics and Modern
Culture, Columbia University Press, Nueva York, 1997, y Debbie Nathan y Michael la recepción, que en su búsqueda de resistencia, han encallado a me-
Snedeker, Satan 's SUence: Ritual Abuse and the Making o( a Modern American Witch nudo en la naturaleza individualizada del consumo. Las intimidades
Hunt, Basic Books, Nueva York, 1995. .
36. yéase Janice Haakeu: The. Pillar ofSalt: Gender, Memor}', and ¡he Politics of
Lookmg Back, Rutgers UmversJty Press, New Brunswick, N.J., 1998. Este libro es
notable por el enfoque dialéctico sobre el amargo conflicto entre la memoria recupera- 37. Véase Herman, Trauma and Recovery, 203. Agradezco a Robin Mallz que me
da y los recuerdos falsos de los campos. haya señalado este texto.
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de la sexualidad han sido el material para una serie de culturas públi- tas de la teoría queer para dar al trauma sexual una presencia más vllva
cas lesbianas, incluyendo una cultura de la impresión de libros sobre en la intervención de los estudios del trauma, su trabajo ejemplifica lo
sexo, tiendas de consumo como Good Vibrations y Toys in Babeland, que significa no conformarse con un relato simple o estrecho del trau-
que son tanto centros comunitarios como empresas (prósperas), cultu- ma sexual. Al manifestarse tan a menudo como trauma insidioso, el
ras de la performance y subculturas sexuales organizadas en torno a trauma sexual penetra en otras categorías. Uno de Jos proyectos de
una proliferación creciente de las prácticas sexuales. este libro, por tanto, es situar el trauma sexual en relación con el trau-
«¿Cuál es la historia que no voy a contar? La historia que no ma como categoría nacional, así como incorporarlo en las historias
cuento es la única que es una mentira, Es la historia de la vida que no nacionales y transnacionales que abordan la cuestión del trauma.
llevo) sin complicaciones, ni misterio, ni coraje, o, sin la transfigura-
ción de la carne».38 El movimiento feminista no podría tener una me-
jor portavoz sobre el poder de dar voz al incesto que Dorothy Allison,
que cree en decir la verdad, Allison se niega, sin embargo, a borrar los Trauma nacional
aspectos más duros de su experiencia. Ella ofrece un cuadro inflexible
de cómo su historia de abuso sexual es inseparable de sus orígenes de Ya se trate del Holocausto como un acontecimiento central del si-
basura blanca del sur, y su experiencia de la cultura lesbiana butch- glo xx en la historia de Europa occidental, de la guerra de Vietnam
femme alimenta su voluntad de representar una sexualidad que incor- considerada como una crisis en la historia nacional de Estados Uni-
pora el peligro, la ira y la venganza sin temerla, como síntoma de dos, o de la esclavitud y la diáspora consideradas como algo funda-
traumas patológicos. Se opone a las historias excesivamente simplifi- mental para la modernidad, las historias del trauma son frecuentemen-
cadas sobre el incesto, en parte porque se opone a las historias reduc- te consideradas emergencias nacionales, historias que deben ser
cionistas sobre la clase social: recordadas y resueitas para que la nación sobreviva a una crisis O para
mantener su integridad. Aunque más arriba he mencionado las críticas
Las historias que otras personas podrían contar sobre mi vida, la vida de a la cultura estadounidense como una cultura del trauma, también es
mi madre, la de mis hermanas, tíos, primos y novias perdidas, ésas son
cierto que la construcción de la historia de Estados Unidos desde el
las historias que podrían destruirme, borrarme, burlarse de mí y negar-
punto de vista del trauma produce unos estudios americanos críticos,
me. Cuento mis historias más alto, todo el tiempo: historias mezquinas
y feas, historias divertidas, casi amargas; historias apasionadas, deses-
capaces de revisar esa visión encomiable de la nación, y en su lugar
peradas, todas ellas tienen que ser contadas para no decirle al mundo lo muestran su surgimiento a partir de una historia que incluye el capi-
que él quiere, la historia de nosotras, rotas, la historia de nosotras nunca talismo y la explotación económica, la guerra, el colonialismo y el
riendo en voz alta, nunca aprendiendo a disfrutar del sexo, nunca capa- genocidio de los pueblos indígenas, la esclavitud, la diáspora y la mi-
ces de amar o de confiar de nuevo en el amor, la historia en la que todo gración. Esta versión de los estudios americanos converge con enfo-
lo que sobrevive es la carne.39 ques transnacionales de Estados Unidos, lo que permite explorar las
sutiles fronteras (tanto literales como ideológicas) de Estados Unidos
Algo característico del proyecto de Allison de escribir una historia di- como nación junto con las violencias que sostienen, defienden y/o ex-
ferente del trauma sexual es su atención a la clase social y al proyecto panden sus fronteras. 40 Las intersecciones de los estudios del trauma y
de reescribir la historia cultural de Estados Unidos, para incorporar su
versión de la cultura de la basura blanca. Con el uso de las herramien-
40. Véase Amy Kaplan y Donald E. Pease (eds.), Cultures of United States Imperia-
lism, Duke University Press, Durham, N .C., 1993; y Cathy N. Davidson y Michael
38. Allison, Two or Three Things 1 Know for Sure, p. 7I. Mooo (eds.), Subjects and Citizens: Nation, Race, and Gender ¡ron! Oroonoko to Anita
39. ¡bid., pp. 71-72. Hill, Duke University Press, Durham, N .C., 1995.
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los estudios americanos son visibles en el trabajo de crfticos culturales sección de los estudios del trauma y los estudios americanos sería rea-
como Kali Tal y MarHa Sturken, quienes exploran cómo Estados Uni- lizar un examen más completo de las historias racializadas del genoci-
dos negocia la memoria de la guerra de Vietnam en una variedad de dio, la colonización, la esclavitud y la migración, que forman parte de
formas que incluyen las experiencias de los veteranos de Vietnam, los las violencias de la modernidad y cuyos legados multigeneraciollales
y las manifestantes en contra de la guerra y la ciudadanía en sus ca- requieren nuevos vocabularios del trauma. Particularmente inspirado-
5as.41 Los acontecimientos son considerados un trauma nacional solo a res para este libro han sido los estudios afroamericanos y los estudios
través del trabajo cultural y político, Esta producción dc una cultura de la diáspora africana que, aunque han abordado el trauma solo im-
pública frecuentemente privilegia algunas experiencias y excluye plícitamente, lo han hecho de forma muy potente, Por ejemplo, los
otras; Lisa Lowe, por ejemplo~ comienza su investigación sobre iden- movimientos abolicionistas ofrecen una forma muy importante de dar
tidad asiático-americana en Immigrant Acts recordando el trauma de historicidad al campo de los estudios del trauma , al remesentar
" una
la guerra de Vietnam junto con las tensiones entre recordar las expe- instancia temprana de los discursos sobre los derechos humanos que fi-
riencias de Estados Unidos y borrar otras experiencias, como las de nalmente fundamentan una perspectiva post-Segunda Guerra Mundial
los vietnamitas.42 y post-Naciones Unidas de los abusos de derechos humanos mundia-
Una característica notable del proyecto de examinar la historia les, que son el espacio público del discurso sobre el trauma transna-
nacional como historia del trauma es el énfasis en el papel de la me- cional, Los géneros de la narrativa de esclavitud y de la novela senti-
moria personal en la construcción de las historias públicas y de los mental de los siglos XVlII y XIX, que buscaban difundir y movilizar la
monumentos, Por ejemplo, Sturken utiliza el concepto de «memoria acción política en torno a la esclavitud a través de narraciones de ex-
cultural» para explicar los mecanismos mediante los cuales la vida periencias individuales, son valiosos para los estudios del trauma debi-
pública opera no solo en la arena política, sino en la producción de do a que sus complejas estrategias retóricas y sus formas de producción
formas culturales como peLículas, monumentos e historias orales. 43 son un recordatorio de que no existe una representación transparente
Centrarse en la memoria supone también centrarse en la experiencia del trauma, ni ningún contexto correcto de recepción, Los debates ge-
afectiva o sentida de la historia como centro de la construcción de las nerados por esta historia textual, incluyendo las críticas al sentimenta-
culturas públicas, para dar a una serie de personas la autoridad para lismo, las discusiones del papel de los abolicionistas blancos en la
representar la experiencia histórica y, a menudo implícitamente, para presentación de la narrativa de la esclavitud y las peliormances estra-
sugerir una pluralidad de puntos de vista, Sin embargo, siguen exis- tégicas de testimonios de esclavos, han supuesto un respaldo instructi-
tiendo preguntas sobre qué es lo que cuenta en una historia del trauma vo para mi propia investigación.44 También ha sido influyente el retor-
y qué sentimientos importan en la vida pública nacional,
De hecho, hay muchas historias olvidadas que aún no han recibi-
44. La bibliografía sobre esta cuestión es amplia, pero una breve lista debería incluir
do atención en los estudios del trauma, aunque ya han comenzado a a Jane Tompkins, Sensational Designs: The Cultural Work of American Fiction,
transformar Jos estudios americanos. Una tarea necesaria para la inter- ]790-1860, Oxford University Press, Nueva York, 1985; Shirley Samuels (ed.), The
Culture of Sentiment: Race, Gender, and Sentimentalitv in Nineteenth-Centw'V Ameri-
ca, Notes 10 Chapter One, p. 295, Oxford University'Press, New York, 1992; Karen
41. Véanse Kali Tal, Worlds ofHurt: Reading the Literatures ofTrauma, Cambridge. Sánchez-Eppler, Touching Liberty: Abolition, Feminism, and the Politics ofthe Bodv,
Cambridge University Press, 1996, y Sturken, Tangled Memories. Tal vincula la Querra University of California Press, Berlecley, 1993; William L. Andrews, To Tell a Fr~e
de Vietnam con el abuso sexual y defiende que se desplace al Holocausto como~lugar 5t?'Jl.: The First Century of Afro-American Autobiography, 1760-1865, University of
privilegiado del discurso del trauma. Sturken utiliza la guerra de Vietnam y la crisis del IllIllOlS Press, Urbana, 1986; Hortense Spillers, «Mama's Baby, Papa's Maybe: An
sida como dos casos para analizar las estrategias de la memoria cultural. American Grammar Book», Diacritics, 11.0 17, verano de 1987, pp. 65-81; Saidiya Hart-
42. Véase Lisa Lo\ve, lmmigrant Acts: On Asian American Cultural Politics, Duke man, Scenes of Subjection: Terror, Slavery, and Self-Making in Nineteenth-Century
University Press, Durham, N.C., 1996. America, Oxford University Press, Nueva York, 1997, y Dwight McBride, Impossible
43. Véase Sturken, Tangled Memories. El concepto también se desarrolla en Bal, Witnesses: Trulh, Abolitionism, and Slave Testimony, Nueva York University Press,
Crew, y Spitzer, Acts of Memory. Nueva York, 2001.
64 ___________________ Un archivo de sentimientos La vicia cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 65

no a la historia de la esclavitud dentro de la cultura contemporánea en abordar el pasado es arriesgado cuando la evocación es el modo en
novelas como Be/oved, de Toni Morrison, o Kindred, de Octavia Bul- que aparece, y el trabajo de Gordon toma en consideración la necesi-
ler, o, en el ámbito jurídico, los ensayos de Patricia Williams sobre su dad y los peligros de negociar con fantasmas, Este archivo del trauma
herencia como descendiente de un abogado propietario de esclavos y ofrece nuevas aproximaciones a la historia nacional y requiere el reco-
de una esclava. 45 Este trabajo revela otra versión del trauma insidioso, nocimiento de la experiencia afectiva como un modo de participación
al localizar cómo las experiencias contemporáneas del racismo perma- en la vida pública,
necen en la base de eventos traumáticos como la esclavitud, ellincha-
miento y el acoso, Esto exige modelos que puedan explicar los vínculos
entre el trauma y la experiencia cotidiana, la transmisión intergenera-
cional del pasado al presente, y la memoria cultural del trauma como
algo central en la formación de identidades y públicos,
Volver a la traumática historia de la esclavitud y a la diáspora
africana como contexto explicativo de los racismos y los antirracis-
mos contemporáneos supone reconocer que esta historia continúa te-
niendo un legado en el presente, y supoue también luchar cou ellega-
do igualmente poderoso de su olvido, A diferencia de historias del
trauma más recientes en las que todavía hay supervivientes vivos, la
historia de la esclavitud preseuta el reto de ser un archivo ausente, no
solo debido a la distancia generacional, sino también a que incluso en
su tiempo estaba documeutado inadecuadamente o, más precisamente,
estaba sistemáticamente indocumentado debido a la falta de alfabeti-
zación de los esclavos, y por tanto estaba gobernado por los racismos
que han suprimido los conocimientos subalternos, Esta historia trau-
mática requiere necesariamente estrategias inusuales de representa-
ción, Un ejemplo excelente es el concepto de espectro de Avery Gor-
don, que ofrece un relato convinceute de cómo el pasado permanece a
la vez oculto y presente tanto en las prácticas materiales como en la
Carmelita Tropicana, artista de performance y autora de l14ilk ofAmnesia.
mente, tanto en lugares visibles como invisibles," El proyecto de Cortesía de Carmelita Tropicana.

45. Véanse Toni Morrison, Beloved, Knopy, Nueva York, 1987 (trad. cast.: Beloved, La historia de la diáspora africana y de la esclavitud no es solo
Debolsillo, Barcelona, 2014), y también «The Sitc of Memary», en Out There: Margi-
nalization and Contemporary Cultures, Russell Ferguson (ed.) et al., MIT Press, Cam- algo propio de la historia de Estados Unidos, sino de uua historia
bridge, 1990, pp. 299-306, Y dJnspeakable Things Unspoken: The Afro-American transnacional de América y del Atlántico negro, Yo diría de forma más
Presence in American Literature», Michigan Quarterly Review, 28, n.o 1, 1989,
pp. 1-34; Octavia E. Butler, Kindred, Beacan, Bastan, 1988, y Patricia Wil1iams, The
general que una investigación de la historia nacional como historia del
Alchemy ofRace and Rights, Harvard University Press, Cambridge, 1991. Véase tam- trauma tiende a tensar los límites de la nación y necesariamente se
bién Sharon Patricia Holland, Raising the Dead: Readings of Death and (Black) Sub- abre a una perspectiva transnacionaL Aunque este libro no se centra
jectivity, Duke University Press, Durham, N.C., 2000.
46. Véase Avery Gordan, Ghostly Matters: Haunting and the Sociologicallmagina- directamente en la historia de la esclavitud y de la diáspora africana,
tion, University of Minnesota Press, Minneapolis, 1997. contribuye al proyecto de investigar historias del traumas racializadas

J
66 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Un archivo de sentimientos La vida cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 67

al explorar cómo los públicos diaspóricos queer contemporáneos es solo suya, y su susceptibilidad y dependencia del CUMAA como
abordan y hacen uso de los aspectos traumáticos de las historias mi~ una forma de acceder al recuerdo es una de las condiciones del exilio.
gratorias transnacionaleso Como ejemplo de este fenómeno, me dirijo Además, es una versión del exilio que debe hacer valer lo que José
a otra obra de arte de la performance en solitario, la experiencia de Muñoz, uno de los críticos más inteligentes de Tropicana, ha llamado
Carmelita Tropicana, del Collective Unconscious Memory Appropria~ «desidentificacióm>, al articular su relación con Cuba de un modo que
!ion Attack (CUMAA), en Milk ofAmnesicL El alter ego de la artista no se sitúa en las posiciones de Estados Unidos o del neoconservadu~
de performance cubana Alina Troyano, Carmelita Tropicana, una ha~ risillo cubanoamericano. 47 El acceso de Carmelita a su memoria pre-
bitual de la escena de la performance en el centro de Nueva York, es tende intervenir en las historias amnésicas de asimilación o inmigra-
una diva extravagante cuyo humor camp y expresividad encarnan una ción que celebran de forma acrítica la identidad nacional americana o
etnicidad queer. Como 2,5 Minute Ride, Mi/k of Amnesia es la historia estadounidense) o que asumen una posición simplista ya sea a favor o
de un viaje a un lugar de la memoria; habiendo salido de Cuba hacia en contra de Fidel Castro y la Revolución Cubana,
Estados Unidos a los siete años, Carmelita vuelve a la isla con la espe~ Después de su experiencia CUMAA, Carmelita tiene algo más
ranza de recuperar los recuerdos que ha perdido mientras vivía en el de éxito en su búsqueda de flashbacks cuando visita la casa donde vi~
exilio y que le han creado cierta confusión acerca de su ciudadanía vía cuando era niiia (y tranquiliza a los actuales ocupantes mostrándo~
culturaL Su asimilación a la cultura estadounidense y su separación les que ella no está allí para reclamarla) y luego cuando los azulejos
forzosa de Cuba han producido una pérdida de memoria que puede ser azules de un hotel de La Habana le recuerdan una operación de amíg~
el síntoma del trauma, dalas de la niñez, Este recuerdo se mezcla con la historia de un cerdo
Desgraciadamente, el intento de Carmelita de recuperar su pasa~ doméstico que está a punto de ser degollado por una familia cubana
do resulta más difícil de lo que esperaba, Paseando por las calles y la que padecía escasez de alimentos durante el Período Especial, Carme~
cultura de La Habana en un estado expectante, no experimenta esos lita concluye que «todos estamos conectados, no a través de la compa~
aludes de recuerdos que la devolverían a sí misma, Finalmente, cuan~ ñía telefónica AT &T, correo electrónico, internet o la superautopista
do visita el cementerio de algunos de sus antepasados, es superada por de la información, sino a través de la memoria, la historia, la historia
un f1ashbaclc Pero no es su propio recuerdo lo que le viene, En su lu~ de las mujeres, la historia de los caballos»' Su amnesia se ha ido, y
uar canaliza los recuerdos de un caballo que pertenecía a un conquis~
e '
ella puede «beber dos clases de leche, La dulce leche condensada de
tador español y que hizo uno de los primeros viajes de exploración a Cuba y la homogeneizada y pasteurizada de Estados Unidos»,48 Pero
América, Evocando la Ruta de la Esclavitud, el caballo recuerda las la identidad hfbrida que ella desarrolla está atravesada por la pérdida y
terribles condiciones del barco, la belleza de la isla aún no transforma~ el anhelo, y sigue vigente la situación sin resolver de la Revolución
da por el contacto, y el genocidio de los nativos mediante el trabajo Cubana y la política exterior de Estados Unidos, El CUMAA de Car~
forzoso y las enfermedades, Carmelita ha sido presa del CUMAA, En melita hace una importante contribución a la teoría del trauma, Al
ausencia de sus propios recuerdos, ha tomado prestados los de otro, ni
siquiera los de una persona, sino los de un animal. Sin embargo~ estos
recuerdos también son en parte suyos, porque su identidad queer cu~ * Juego de palabras con history, herstory, horsetory: his significa «de él», en mascu-
lino; el movimiento feminista acuñó herstory para reivindicar la historia de las mujeres
banoamericana puede remontar su linaje a una historia transnacional invisibilizadas (her), y ella acuña horsetory para sefiaJar el recuerdo de los caballos
de colonización y genocidio que es tanto una condición estructurante (horse), como el que ha mencionado. (N. del T.)
de su vida como de la historia posterior de Cuba, del neocolonialismo 47. Véase José Esteban Muñoz, «No es fácil: Notes 011 the Negotiation o[ Cubanidad
and Exilie Memory», Drama Review, 39, n.o 3 (otoño de 1995), pp. 76-82.
estadounidense, de la revolución y de los dañinos efectos del embargo 48. El Período Especial se refiere al período de crisis económica en Cuba en 1990,
comercial estadounidense y de las restricciones a los viajes y a la in~ tras el fin de la Unión Soviética. El texto Mílk oi Amnesia está disponible en Drama
Review, 39, 0.° 3 (otoño de 1995), pp. 94-111, Y Alina Troyano, 1, Carmelita Tropica-
migración, La relación queer y traumática de Carmelita con Cuba no na: Peljorming between Cultures, Chon Noriega (ed.), Beacon Press, Boston, 2000.
68 ___________________ Un archi'\/o de sentimientos La vida cotidiana del trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _' _ _ _ _ _ _ _ 69

igual que Lisa Kron, Carmelita insiste en que las historias del trauma psique (comparable a la capa cortical de un organismo), Benjamín en-
sean narradas en el registro de lo cotidiano, y utiliza la performance y cuentra que el shock o una nueva forma de experiencia sensorial están
el humor para escenificar la recuperación de la memada como un pro~ integrados en actividades tales como enfrentarse a las multitudes ma-
ceso cuyos resultados son finalmente fragmentarios, incompletos y sivas de la vida urbana, trabajar en ]a fábrica o incluso ver una pe-
ficticios, La performance queer da expresión a la memoria cultural, lícula, cuyo proceso de edición imita el shock de la vida modema," El
que de otro modo se pierde por amnesia, La exuberante Carmelita, así extraordinario estilo dc materialismo espiritual de Benjamín busca la
como otro personaje drag de Troyano, Pingalito Betancourt, una ver- lógica del capital en el encuentro sensorial del crítico comofláneur,*
sión camp de la masculinidad cubana, llevan las marcas extravagantes con su evidencia material en espacios arquitectónicos, mercancías y
de una identidad cubana que son menos visibles en la autopresenta- objetos culturales, El propósito es transformar el poder abstracto y ge-
ción de Troyano, más dócil (y por lo tanto asimilada), Con su humor neralizado del capitalismo en algo que pueda sentirse, y el shock o el
se burla de los métodos psiquiátricos para la recuperación de la me- trauma se convierten en la sensación paradigmática de la vida cotidia-
moria y sugiere que la recuperación no es un proceso literal. La recu- na bajo el capitalismo, Por ejemplo, el análisis histórico de Wolfgang
peración por parte de Carmelita de recuerdos que son más culturales Schivelbusch del viaje en ferrocarril, inspirado por un materialismo
que personales es un recordatorio de que el trauma que la separa de benjaminiano, rastrea los orígenes de la neurosis traumática en los
Cuba es mucho más extenso que su propia historia o que incluso la diagnósticos médicos de los efectos de los accidentes de ferrocarril,
historia reciente de la Revolución, que forma parte de un trauma trans- que fueron uno de los productos de la industrialización,50 El shock
nacional de larga duración histórica, Puede que no haya una cura dis- traumático se convierte en un registro de los efectos de vivir dentro de
ponible para este trauma, sobre todo porque la recuperación de la me- una sociedad industrializada -una experiencia local del shock que
moria es un proceso colectivo. A través de historias de cerdos y registra la experiencia más difusa de la vida sociaL
caballos, de amígdalas y almuerzos escolares, Carmelita construye un Más allá de que la relación de Benjamin con el marxismo sea
archivo de la memoria que rompe con la categoría limitada de la na- comprendida a menudo como particular, hay un fuerte vínculo entre la
ción y con las concepciones de ciudadanía que ésta provoca, Interpre- propia preocupación de Karl Marx por la relación entre la explotación
ta una pieza de una historia del trauma transnacional americano que sistémica y las experiencias vividas dcl dolor, más notablemente en el
tiene más de quinientos atlas y lo hace de una forma que puede incor- caso del trabajador o trabajadora en la fábrica, y esta tradición conti-
porar sentimientos queer como un indicador de este trauma. nua de indagación acerca de lo que se siente al vivir en el interior de la

* En francés en el original. Significa el que vaga, alguien que pasea sin rumbo fijo.
IN, del T)
49. Véase Walter Benjamin, «Sobre algunos temas en Baudelairc», en Iluminaciones
El marxismo y las sensaciones de la vida cotidiana If, Taurus, Madrid, 1972, pp. 123-187. La literatura crítica sobre Benjamin es extensa:
los libros que han iniluido en estas reflexiones incluyen a Susan Buck-Morss, The
El marxismo, al igual que el psicoanálisis, que suele ser usualmente Dialectics of Seeing: Walter Benjamín and the Arcades Project, MlT Press, Cambrid-
ge, 1989; el número especia! «The Actuality of Walter Benjamin», New Formations,
entendido como el punto de origen primario para las teorías del trau- 20 (verano de 1993); Margaret Cahen, Profane Illumination: \.Valter Benjamín and the
ma, es un recurso crucial para mi comprensión del trauma. En «On París of Surrealist Revolution, University of California Press, BerkeJey, ] 993, Y Eduar-
Some Motifs in Baudelaire», Walter Benjamin explora de qué manera do Cadava, Words 01 Light: Theses 0/1 the Photography ofHistory, Princeton Univer-
sity Press, Princeton, NJ., 1997. Y no hay que olvidar por supuesto El capital, de Karl
las poéticas de Charles Baudelaire emergen a partir de la experiencia Marx, cuyo papel en el discurso sobre la sensación se analiza en mi obra Mixed Fee-
de la vida urbana moderna como forma de shock, A pesar de que él se lings.
50. Véase Wolfgang Schivelbusch, The Railway ./ourney: The lndustrialization 01
basa en un modelo freudiano (de Más allá del principio del placer) Time anJ Space in the Nineteenth Century, University of California Press. Berkeley,
del trauma como la ruptura o penetración de la capa protectora de la 1986,
70 _________"__________ Un archivo de sentimientos La vida cotidiana del trauma gueer - - -_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 71

violencia sistémica del capitalismo"5' En El capital, Marx lo presenta Sin embargo, es importante prestar atención a aquellas experien-
no solo para desarrollar una teoría de la plusvalía que pueda explicar cias sensoriales que se suponen son manifestaclones del zeigeist. El
de dónde viene la explotación, sino para documentar la naturaleza del jláneur benjaminiano que experimenta el shock de la vida urbana, e
trabajo" Él describe los efectos de un largo día laboral, reducidos e incluso el trabajador de Marx en la fábrica, representan solo algunas
inhumanos lugares de trabajo y la monotonía de la mecánica produc- de las muchas posiciones sociales que cargan con las marcas de la
ción masiva en términos gráficos" Como ya he planteado en otra parte, violencia sistémica. Y el archivo de este trauma puede ser un archivo
a pesar de que Marx insiste en la necesidad de un análisis teórico y elusivo, no siempre es una cuestión de autoevidencia de las sensacio-
conceptual de la producción de mercancías, está asimismo interesado nes. Cuando uno considera el capitalismo como un marco para la vio-
en la representación sensorial y en el capitalismo como expenencIa lencia, en vez de acontecimientos más limitados como la guerra, o
sentida.52 considera la esclavitud dentro del contexto de formas persistentes de
Existe una significativa tradición del marxismo «sensorial», que racismo, la tarea de localizar esa violencia puede ser más difícil por-
incluye a Benjamin y a Georg Simmel, y más recientemente, a teóri- que no siempre adopta la forma de eventos puntuales o visibles"
cos culturales como Michael Taussig y Fredric Jameson, quienes des- Un marxista interesado en el trauma y en las sensaciones es cier~
tacan el shock y la sensación como marcadores de los cambiantes mo- tamente coherente con la investigación materialista, pero también in-
dos económicos de producción debido a la habilidad del capitalismo terviene contra las abstracciones de Jos análisis sistémicos, que puede
53
para modular la estructura misma de la experiencia cotidiana. Dentro ser una de las tendencias caracteristicas del marxismo. El trauma,
de un abordaje marxista de la historia de la sensación, el trauma puede como la concepción del espectro de Avery Gordon, es una forma de
entenderse como signo o síntoma de un problema sistémico más am- mediación «que ocurre en el terreno situado entre nuestra habilidad
plio, un momento en el cual los sistemas sociales abstractos pueden para describir con precisión la lógica del Capitalismo y el Terror del
ser de hecho sentidos o percibidos" Pero la experiencia traumática y Estado, por ejemplo, y las experiencias variadas de esta lógica, expe-
sus secuelas pueden caracterizarse no solamente por un exceso de sen- riencias que son más bien parciales, codificadas, sintomáticas, contra-
saciones o hiperestimulación, sino también por la ausencia de senti- dictorias, ambiguas» ,54 En vez de ofrecer un análisis que utiliza gene-
mientos o insensibilidad" Más aún, el sentimiento de la vida bajo el ralizaciones sobre el capitalismo, el racismo o la globalización, Gordon
capitalismo puede manifestarse tanto dentro del triste drama de la vida invoca fantasmas que demandan no solo que algo se sepa sino que algo
cotidiana como en cataclismos o en acontecimientos puntuales. Cuan- sea sentido y realizado" Representar fantasmas requiere un lenguaje de
do se utiliza como un punto de entrada para comprender la vida afec- especificidad gráfica y afectiva, porque pese a que los fantasmas son
tiva de los sistemas sociales, debe considerarse que el trauma habita tanto visibles como invisibles, la evidencia local que aportan no es
tanto las sensaciones intensas corno la insensiQilidad, tanto en cir- solo empírica" Y lo que dice Kathleen Stewart acerca de las «historias
cunstancias cotidianas como extremas. monstruosas» podría utilizarse también para las historias del trauma:
nos «fascinan debido a que dramatizan extraños momentos donde las
posibilidades latentes se materializan sin aviso y donde los efectos que
51. Véase por ejemplo la crítíca de Fredric Jamesül1 al rechazo de Benj~min de la se ocultan de la mirada de un centro en negación de repente se vuelven
generalización teórica en «The Theoretical Hesitation: Benjamín 's Sociologlcal Prede-
cessor», Criticallnquiry, 25, n." 2 (invierno de 1999), pp. 267-288. táctiles,,"55 Pero ella nos advierte el peligro de decodificar simplemente
52 V~r mi obra Mixed Feelings.
53: Aunque esta tendencia puede encontrarse a lo largo de su obra, vé~se especia.l-
mente Michael Taussig, The Nervous System, Routledge, Nueva York, 1992, y Frednc 54. Gordon, Ghostly Matters, p. 24.
Jameson, The Political Unconscious: Narrative as a Socially Symbolic Act., Cornell 55. Kathleen Stewart, «Beyond the Pale: The Eruption of Monstrosity in lheAmeri-
University Press, 1thaca, N.Y., 1981, Y Postmodernism, or, the Cultur.al Lag/c aff-~te can "Country"», manuscrito. Véase también su obra A Space on the Side ofthe Road:
Capitalism, Duke University Press, 1.9~1 (trad ..cast.: El pasmodenusmo o la logn'a Cultural Poetics in an «OtherN America. Princeton Uníversíty Press Princetoll. NJ.,
cultural del capitalismo avanzado, Paldos, Madnd, 1991). 1996.
70 ______________________ lIn archivo de sentimientos La vida cotidiana de! trauma queer _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 71

violencia sistémica del capitalismo,51 En El capital, Marx lo presenta Sin embargo, es importante prestar atención a aquellas experien-
no solo para desarrollar una teoría de la plusvalía que pueda explicar cias sensoriales que se suponen son manifestaciones del zeigeist. El
de dónde viene la explotación, sino para documentar la naturaleza del flane"r benjaminiano que experimenta el shock de la vida urbana, e
trabajo, Él describe los efectos de un largo día laboral, reducidos e incluso eí trabajador de Marx en la fábrica, representan solo algunas
inhumanos lugares de trabajo y la monotonía de la mecánica produc- de las muchas posiciones sociales que cargan con las marcas de la
ción masiva en términos gráficos, Como ya he planteado en otra parte, violencia sistémica. Y el archivo de este trauma puede ser un archivo
a pesar de que Marx insiste en la necesidad de un análisis teórico y elusivo, no siempre es una cuestión de autoevidencia de las sensacio-
conceptual de la producción de mercancias) está asimismo interesado nes, Cuando uno considera el capitalismo como un marco para la vio-
en la representación sensorial y en el capitalismo como experiencia lencia, en vez de acontecimientos más limitados como la guerra, o
sentida. 52 considera la esclavitud dentro del contexto de formas persistentes de
Existe una significativa tradición del marxismo «sensorial», que racismo, la tarea de localizar esa violencia puede ser más difícil por-
incluye a Benjamin y a Georg Simmel, y más recientemente, a teóri- que no siempre adopta la forma de eventos puntuales o visibles,
cos culturales como Michael Taussig y Fredric Jameson, quienes des- Un marxista interesado en el trauma yen las sensaciones es cier-
tacan el shock y la sensación como marcadores de los cambiantes mo- tamente coherente con la investigación materialista, pero también in-
dos económicos de producción debido a la habilidad del capitalismo terviene contra las abstracciones de los análisis sistémicos, que puede
para modular la estructura misma de la experiencia cotidiana," Dentro ser una de las tendencias características del marxismo. El trauma,
de un abordaje marxista de la historia de la sensación, el trauma puede como la concepción del espectro de Avery Gordon, es una forma de
entenderse corno signo o síntoma de un problema sistémico más am~ mediación «que ocurre en el terreno situado entre nuestra habilidad
plio, un momento en el cual los sistemas sociales abstractos pueden para describir con precisión la lógica del Capitalismo y el Terror del
ser de hecho sentidos o percibidos, Pero la experiencia traumática y Estado, por ejemplo, y las experiencias variadas de esta lógica, expe-
sus secuelas pueden caracterizarse no solamente por un exceso de sen- riencias que son más bien parciales codificadas, sintomáticas, contra-
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saciones o hiperestimulación, sino también por la ausencia de senti- dictorias, ambigllas».54 En vez de ofrecer un análisis que utiliza gene-
mientas o insensibilidad, Más aún, el sentimiento de la vida bajo el ralizaciones sobre el capitalismo, el racismo o la globalización, Gordon
capitalismo puede manifestarse tanto dentro del triste drama de la vida invoca fantasmas que demandan no solo que algo se sepa sino que algo
cotidiana como en cataclismos o en acontecimientos puntuales. Cuan- sea sentido y realizado, Representar fantasmas requiere un lenguaje de
do se utiliza como un punto de entrada para comprender la vida afec- especificidad gráfica y afectiva, porque pese a que los fantasmas son
tiva de los sistemas sociales, debe considerarse que el trauma habita tanto visibles como invisibles, la evidencia local que aportan no es
tanto las sensaciones intensas como la insensibilidad, tanto en cJr- solo empírica, Y lo que dice Kathleen Stewart acerca de las "historias
cunstancias cotidianas como extremas. monstruosas» podría utilizarse también para las historias del trauma:
nos «fascinan debido a que dramatizan extraños momentos donde las
posibilidades latentes se materializan sin aviso y donde los efectos que
51. Véase por ejemplo la crítica de Fredric Jameson al rechazo de .Benj~min de la
generalización teórica en «The The~ret.ical Hesitation: Benjamin's SoclOloglcal Prede-
se ocultan de la mirada de un centro en negación de repente se vuelven
cessor», Critical Inquiry, 25, n.o 2 (mvlerno de 1999), pp. 267-288. táctiles»,55 Pero ella nos advierte el peligro de decodificar simplemente
52. Ver mi obra Mixed Feelings.
53. Aunque esta tendencia puede encontrarse a 10 largo de su obra, véanse especia.l-
mente Michael Taussig, The Nervous System, Routledge, Nueva York, 1992, y Frednc 54. Gordon, Ghostly Matters, p. 24.
Jameson, rile Political Unconscious: Narrative as a Socially Symbolic Act, Cornell )). Kathleen Stewart, «Beyond the Pale: The Eruption ofMonstrosity in theAmeri-
University Press, Ithaca, N .Y., 1981, Y Postmodern.ism, or, the Cultur.al Logic of,L~te can "Country"», manuscrito. Véase también su obra A Space on ¡he Side ofthe Road:
Capitalis m , Duke University Press, 1.9~1 (trad ..cast.: El posmodermsmo () la loglca Cultural Poetics in an «Ofher» Amerlea, Princeton University Press Princelon, NJ ..
cultural del capitalismo avanzado, Paldos, Madnd, 1991). 1996,
72 _______________________ Un archivo de sentimientos UI vida cotidiana del trauma queer - - - - - - - - - - - - -_ _ 73

tales momentos a través de la crítica ideológica, «la cual asume que tidades sexuales, en nombre de la construcción de identidades norma-
por definición las cosas no son lo que parecen y las formas expresivas ti vas. Los orígenes compartidos del trauma y de la identidad sexual en
son efectos de una estructura más profunda, más verdadera y a menudo los discursos del psicoanálisis sugieren vínculos entre ambos. La his-
diabólica (o al menos deprimente y restrictiva)>>,'" toria de las formaciones de las identidades gay y lesbiana ha demos-
Debido a mi interés en buscar formas innovadoras de cartogra- trado que los diagnósticos médicos tienen consecuencias de amplio
fiar las historias globales en términos de experiencias vividas y en alcance social y político, además de sus efectos prácticos inmediatos;
capturar las discrepancias entre ambas, señalo la necesidad de las his- un hito en la historia de gais y las lesbianas fue su eliminación como
torias de las sensaciones como una forma de conocimiento alternativo enfermedad por la Asociación Americana de Psiquiatría en 1973. Aun-
frente a las abstracciones del análisis sistémico. Esta tradición de mar- que se puede argumentar que la sexología produjo la homosexualidad
xismo sensorial a menudo tiene una presencia implícita más que explí- moderna, así como su problemático etiquetado de desviada o perver-
cita en los capítulos que siguen, pero permanece como una inspiración sa, sin embargo, ha sido importante para arrebatarla de las manos los
crucial en mi compromiso con el reconocimiento de las conexiones médicos y científicos que la «inventaron». En última instancia se po-
entre la experiencia traumática y problemas sociales más amplios e dría demostrar que pasó lo mismo con el TEP, que, cuando se sobre-
indefinidos, que no siempre son experimentados como tales. Como el medicaliza, Crea una sala de espejos en la que los problemas sociales
trauma insidioso que rastrean las teóricas feministas, la naturaleza son reducidos a enfermedades que necesitan diagnósticos siempre más
afectiva de las experiencias cotidianas de la violencia sistémica a ve- refinados. Esto es necesario para abordar la rnedicalización como una
ces solo puede manifestarse como trauma. Más aún, un evento trau- estrategia cuyos efectos no pueden ser determinados por adelantado.
mático puede llegar a funcionar como un síntoma cuyo significado no Por ejemplo, la inclusión del TEP en el DSM-1lI en 1980 tuvo el efec-
está claro sin una contextualización. La relación mediada entre el to beneficioso de que el tratamiento médico de los síntomas físicos y
trauma y los sistemas de violencia social requieren por tanto modos de psíquicos del combate estuviera disponible para los veteranos de la
análisis que no consideren el trauma al pie de la letra. Pero la atención guerra de Vietnam. Al mismo tiempo, sin embargo, fue una guerra
a las manifestaciones sensoriales y traumáticas de los sistemas socia- impopular la que suscitó la atención al TEP, y los traumas de la guerra
les también requiere descoafiar de abstracciones y generalizaciones de Vietnam incluyen el militarismo y la política exterior de Estados
que pueden llegar a eclipsar la especificidad vivida del trauma. De Unidos, no solo las experiencias de soldados individuales.
hecho, el trauma en sí mismo puede ser una generalización de este Los paralelos con la histOlia de la homosexualidad sirven como
tipo, al reducir las urgencias sentidas de la experiencia a un diagnósti- recordatorio de que aunque el diagnóstico del TEP tenga ciertos méri-
co medicalizado de síntomas. tos estratégicos, es aconsejable mantenerse vigilante sobre los peli-
gros de convertir un problema social en médico. La investigación mé-
dica tiende a obsesionarse con la descripción científica del TEP y sus
síntomas, incluida la investigación biomédica sobre los cambios en el
Teoría queer cerebro que servirían de prueba del daño causado por el trauma. AUll-
que eso puede hacer resaltar problemas que de otro modo podrían ser
Desconfío especialmente de la patologización del trauma, debido a su considerados de forma errónea o no reconocidos, el diagnóstico médi-
similitud con la patologización de la perversidad sexual y de las iden- co con demasiada frecuencia se detiene precisamente donde se justifi-
caría un análisis más riguroso. Digo esto con respeto por las exigen-
cias prácticas de trabajar con personas traumatizadas -supervivientes
56. Stewart, «The Private Life of Public Culture», manuscrito. Eve Kosofsky Sedg- del Holocausto, veteranos de guerra, refugiados de la violencia y de la
wick da una explicación parecida en la introducción a Novel Gazing: Queer Readings
in Fiction, Duke University Press, Durham, N .C., 1997 tortura política, víctimas de la violencia y de agresiones-, para quie-
74 ___________________ Un archivo de sentimientos La vida colidiana del trauma gueer _______________________ 75

nes se necesita ayuda urgentemente, Muchos de los psiquiatras que los poHtica basada en la antinormatividad, Bersani lo ve como la destruc-
tratan son muy conscientes de las condiciones sociales y políticas que ción de la política en parte debido a su compromiso con una con-
convierten a las personas en pacientes, Por eso hay espacio para las cepción de la sexualidad como fundamentalmente traumática y, por
ideas de la teoría cultural y social dentro de práctica terapéutica, Estu- tanto, anticomunltaria. 58 Además, cuando Biddy Martín critica]a anti-
dios sobre cómo la identidad homosexual se crea y a la vez se oprime normatividad de la teoría queer sobre la base de que la adhesión ala
en la era victoriana «represiva» pueden servir como un instructivo perverso no deja espacio para las vidas normales, invoca a ambos el
modelo de investigación sobre la historia de las construcciones del trauma y el afecto, Martin utiliza la narrativa traumática de la muerte
trauma en los últimos cien años, El esfuerzo analítico de dar historici- de su hermano para describir las posibilidades de asumir «el apego, la
dad al trauma puede inspirarse en obras que dan historicidad a los implicación e incluso el amon> como base para formaciones sociales
«descubrimientos» combinados y relacionados, a través de discursos queeL Lo expresa así: «Parle de la crítica de las visiones totalizadoras
del psicoanálisis y de la sexualidad, de un amplio rango de "perver- requiere que también mantengamos vivos no solo los deseos transgre-
siones» sexuales y afectivas, de las cuales la homosexualidad, la his- sores sino también los apegos emocionales, placeres, fascinaciones y
teria y el incesto son solo unas pocas, Ese trabajo ha requerido una curiosidades que no necesariamente reproducen, reflejau o se alinean
cuidadosa atención a las diferencias entre las identidades sexuales, los claramente con ideologías políticas o con movimientos de oposi-
actos y los comportamientos, ción».59 El trauma, por lo tanto, se mantiene a ambos lados de un de~
Hay otros recursos que la teoría queer y los estudios gais y les- bate sobre la crítica que hace la teoría queer a la normatividad, Para
bianos pueden ofrecer a los estudios del trauma, De forma explícita o Bersani, las dimensiones traumáticas de la sexualidad y el escenario
implícita, muchos de los textos clave y de las críticas en el campo de del ligue callejero gay (cruising) nos previenen de cualquier visión
la teoría queer han recurrido a la categoría de trauma para fundamen- bucólica de la liberación sexual, Para Martin, las formas de amor y de
tar sus críticas de la normatividad, La noción de identificación de gé- apego ganadas a duras penas, que surgen del trauma de la muerte de
nero de Judith Buller, basada en un rechazo melancólico del otro géne- su hermano, así como de las formas en que su familia excluye a su
ro, junto con su explicación del papel de la abyección en la formación hija lesbiana, desestabilizan la «auto-evidencia de familias supuesta-
de la identidad individual y colectiva, sitúan el trauma en los orígenes mente normales», A pesar de sus diferencias considerables, Bersani y
de la formación del sujeto57 Aunque Buller no 10 nombra como tal, la Martin comparten la convicción de que la imprevisibilidad y la con-
normalización del sexo y de las identidades de género puede verse tingencia de la vida afectiva perturban cualquier presunción sistemáti-
como una forma de trauma insidioso, que es eficaz precisamente por- ca sobre la identidad y la política, incluyendo modelos de liberación
que a menudo no deja señal de que haya un problema, Teóricos queer política que se basan en el rechazo de lo normal o en su apoyo, Por
como Leo Bersani y Michael Warner también toman en consideración tanto) una tarea importante para los estudios queer, es una investiga-
las dimensiones antinormativas de las perversiones sexuales y las for- ción sobre los matices y las particularidades de cómo las personas vi-
maciones culturales queer, aunque mientras que Warner propone una ven realmente sus vidas sexuales y emocionales.

57. Véanse las obras de Judith Butler, Gender Trouble: Feminism and rhe Suvversion 58. Véanse Michael Warner (ed.), Fear oja Queer Planet: Queer Politics and Social
~f Identity, Routledge, Nueva York, 1990 (trad. cast.: El género en disputa: el feminis- Theory, University of Minnesota Press, Minneapolis, 1993, y The Trouble with Nor-
mo y la subversión de la identidad, Paidós Ibérica, Barcelona, 2007), Bodies fhat Mat- mal: Sex, Politics, and fhe Ethics ojQueer Life, Free Press, Nueva York, 1999. Véase
ter: On the Discoursive Limits of «Sex», Routledge, Nueva York, 1993 (trad. cast.: Leo Bersani, «¿Es el recto una tumba?», en Construyendo sidentidades. Estudios des-
Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del sexo, Paidós Ibé- de el corazón de una pandemia, Ricardo Llamas (ed.), Siglo XXI, Madrid, 1995, y
rica, Madrid, 2003), y The Psychic Life ol Pmver: Theories in subjection, Standford Hornos, Manantial, Buenos Aires, 1999.
Univesity Press, Standfor, Calif. (trad. cast.: Mecanismos psíquicos del poder: teorías 59. Biddy Martin, Femininity Played Straight: The Significance oj Being Lesbian,
sobre la sujeción, Cátedra, Madrid, 2010). Routlcdge, Nueva York, 1996, pp. 2, 14.
76 ___________________ Un archil'o de sentimientos La vida cotidiana del trauma queer - - - - - - - - - - - - - -_ _ 77

Pensar sobre el trauma desde la misma perspectiva depatologiza- do explicaciones de las expresiones afectivas colectivas que rompen
dora que ha alimentado la visión queer de la sexualidad ofrece posibi- la naturaleza presuntamente privada de la experiencia afectiva. Espe-
lidades para entender los sentimientos traumáticos no como un proble- cialmente valioso a este respecto ha sido el trabajo de José Muñoz y
ma médico en búsqueda de una cura sino como experiencias sentidas David Eng, que también está influido por el interés en cómo var(a la
que pueden ser movilizadas en muchas direcciones, incluyendo la experiencia afectiva según la raza y la etnia. 63 Muñoz escribe sobre la
construcción de culturas y públicos, La teoría queer ofrece un recurso melancolía en las obras de homosexuales afroamericanos corno una
para pensar sobre el afecto, la emoción y el sentimiento; de hecho, al «estructura del sentimiento despatologizado», y sugiere que las ambi-
investigar la sexualidad, también se suele investigar el afecto, captan- valencias de la desidentificación, lejos de deshabilitar la producción
do las sensibilidades y los deseos que circulan en las cercanías de los cultural, son un rico recurso. Su uso de Raymond Williams confirma
actos sexuales, las prácticas y las culturas. Por ejemplo, Eve Sedgwick los recursos del marxismo para el seguimiento de las intersecciones
vincula la sexualidad y la emoción en el uso de la categoría de ver- entre experiencias afectivas y formaciones socialcs y culturales. En
güenza para sugerir que las experiencias traumáticas del rechazo y la estos proyectos, el afecto es una forma de trazar contextos culturales
humillación están conectadas con formaciones de identidad que son que de lo contrario permanecerían ocultos porque no se han solidifica-
algo más que simples formaciones reactivas. 60 Como Sedgwick y otros do en una cultura pública visible. 64 Los afectos que sirven de indica-
han señalado, la recuperación de la vergüenza constituye una alterna- dor de cómo se siente la vida social se convierten en la materia prima
tiva al modelo del orgullo gay, puesto que crean nuevas posibilidades para expresiones culturales que son impredecibles y variadas.
para reivindicar identidades queer, gais y lesbianas que no impliquen El trauma, por tanto, sirve como espacio para explorar la COnver-
un rechazo de los afectos provocados por la homofobia. 61 gencia del afecto y la sexualidad como categorías de análisis de la
Motivado en parte por la crisis del sida, desde la investigación teoría queer. 65 Cuando analizo el trauma sexual, a menudo lo entiendo
académica queer también se han acercado al nexo elltre el duelo y la de una manera amplia, una categoría que incluye toda una variedad de
melancolía." Las observaciones sobre cómo el duelo es diferente para afectos no solo la pérdida y el duelo sino también la cólera, la ver-
las personas queer, así como las reconsideraciones de la melancolía güenza, el humor, el sentimentalismo y más cosas. No presupongo una
como una forma de duelo que no debe ser patologizada, han produci- experiencia particular afectiva asociada al trauma, sino que estoy
abierta a una forma de examinar la experiencia histórica y social en
términos afectivos. Los enfoques queer de trauma pueden poner en
60. V éanse Eve Kosofsky Sedg\vick, «Queer Performativity: Henry James 's The Art valor las formas creativas cOlllas que la gente responde a él. Además,
of the Nove!», GLQ, 1, n." 1, 1993, pp. 1~ 16, y, con Adam Frank, Shame and lts Sis-
ters: A Silvan Tomkfns Reader, Duke Universily Press, Durham, N,C., 1995. En res- la teoría queer y la teoría del trauma son compañeras de viaje porque
puesta a la crítica de S'edgwick en Shame and Its Sisters a la'fcpresentación del afeCto buscan modos de construir no solo la sexualidad, sino la vida emocio-
que hago en mi obra Mixed Feelings como demasiado monolítica y homogénea, sos- nal y personal, dentro de modelos de vida política y en su transfor-
tengo que una categoría general del afecto es útil para crear un paraguas amplio bajo el
cual puedan surgjr proyectos diversos, incluidos aquellos que 'se centran en formas más
mación.
cualitativas de ciertos afectos ~ un proyecto que Sedgwick reivindica.
61. Véanse Wayne Koestenbaum, The Queen's Throat: Opera, HonlOsexuality, and
rhe Mystery of Desire, Poseidon Press, Nueva York, 1993; Berlant sobre la «ciudadanía 63. Véanse José Esteban Muñoz, Disidentifications y «Feeling Brown: Ethnicity and
diva» en The Queen of America Goes to Washington City; y Michael Moon, A Small Affect in Ricardo Bracho's The Sweetest Hangover (and Other STDs)>>, Theatre Jour-
Bo)' and Others: Imitation and Jnitiation in American Culture from Henr)' James to nal, 52, 2000, pp. 67-79; David L. Eng y Shinhee Han, «A Dialogue on Racial Melan-
And)' Warhol, Duke University Press, Durham, N .c., 1998, especialmente el capítulo cholül» Psychoanalytic Dialogues, 10, n.o 4,2000, pp. 677-700; David L Eng y David
sobre Jack Smith, «Flaming Closets», pp. 67-93. KazanJIan (eds.), Loss, University of California Press, Berkeley, 2002.
62. Véanse Simon Watney, Policing Desire: Pornography, AJDS, and the Media, 64. Mufioz utiliza a Williams para seilalar esta idea en «Ephemera as Evidence».
University ofMinnesota Press, Minneapolis, 1987; Crimp, «Mourning and Militancy»; 65. Ejemplos de este proyecto incluyen a Berlant, The Queen of America Goes to
Peggy Phelan, Mourning Sex: Pelforming Public Memories, Routledge, Nueva York, Washington City y en el número especial de Criticallnquiry, 24, n.o 2 (invierno de
1997, y Martin, Femininity Pla)'ed Straight. 1998) sobre «Intimidad», que incluye el artículo de BerJant y Warner, «Sex in Publie».
2,
Trauma y contacto físico: sexualidades buteh-femme

Creo que podemos atrevernos a concebir la neurosis traumática


común como el resultado de una vasta ruptura de la protección
antiesLímulo.
Sigmund Freud, Más allá del principio del placer

Nadie quiere que le hagan sentirse como una tortuga con su parte
inferior expuesta, solo carne rosada y plegada .. En mi intento de
no sentirme follada, me convertí en la folladora. incluso con las
mujeres. En mi intento de no sentir dolor o deseo, hice crecer un
callo alrededor de mi corazón e imaginaba que no sentÍa nada en
absoluto.
Cherríe Moraga, Loving in the War Years

Cuando habla de la utilidad de la cultura medieval para la teoría queer


contemporánea, Carolyn Dinshaw afirma que las historias pueden <<to-
carse» unas a otras. Hay yuxtaposiciones que resuenan entre el pasado
y el presente, cuyo poder explicativo no es causal ni teleológico; en
cambio, la carga afectiva de la implicación, de ser «tocado», lleva el
pasado hacia el presente, En este capítulo, los discursos butch-femme
sobre la sexualidad tocan las teorías de trauma y, específicamente,
Más allá del principio del placer, de Frend, La descripción de Freud
del trauma como ruptura o penetración de un escudo protector nos re-
cuerda la imagen de Moraga de la tOltuga con el vientre expuesto por
debajo de su duro caparazón -una imagen que ella utiliza para expli-
car por qué una bollera chicana butch no querría exponerse a la vulne-
rabilidad de la penetración-, El recurso que usa Dinshaw sobre el
contacto para describir conexiones inesperadas o contingentes entre
textos es muy apropiado para estos pasajes, ya que realmente tratan
sobre el contacto al considerar la posibilidad de que éste puede ser tan
afectivo como traumático. Para Dinshaw, «el proceso de tocar, de ha-
cer conexiones parciales entre entidades incommensurables» es «ex-
trañamente queer, porque crea una relación a través del tiempo que
tiene un componente afectivo y un componente erótico».l Su método

1. Véase Carolyn Dinshaw, Getting Medieval: Sexualities and Commllnities, Pre-


and Postmodern, Duke Univcrsity Prcss, Durham, N.C., 1999, pp. 54, 50.
80 ___________________ Un archivo de senlimientos Trauma y contacto físico: sexualidades butch-femmc _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 81

histórico queer es una descripción apropiada del proyecto de este capí~ ma al utilizar escáneres cerebrales para conocer sus efectos bioquími-
tulo, que consiste en sexuaHzar y queerizar las definiciones del trauma cos y físicos,
poniéndolas en contacto con escritos sobre la sexualidad butch~fem~ En el contexto de la sexualidad, la penetración por supuesto pue~
me, un conjunto de materiales que, aunque no siempre abordan explí- de asociarse con el placer, pero como acto sexual, a menudo también
citamente el trauma, tienen mucho que decir sobre tocar y ser tocada. se construye como algo violento, si no traumático. Ellrauma está pre-
Operando en el punto de articulación entre lo físico y lo psíqui~ sente en la asociación de la penetración con la dominación, al asumir
ca, las representaciones del trauma corno una herida o un shock para que la penetración anal no solo supone la emasculación, sino la ani~
el yo, a menudo representan la mente corno una entidad corporal o quilación del yo, y en la construcción de la violación corno poder
material que ha experimentado la violencia de la penetración, Aunque sexualizado. Tales representaciones de la penetración conducen a
Freud y otros en la tradición psicoanalítica son conocidos por haber construcciones de la sexualidad fundamentalmente traumáticas, Un
convertido el trauma en una categoría psicológica, las imágenes del ejemplo especialmente destacable, que se explorará con más detalle
cuerpo siguen circulando en los discursos del trauma, corno es eviden- más adelante, es la visión de Leo Bersani de la sexualidad corno
te, por ejemplo, en la representación de Freud de la penetración del «auto~destruccióo»,4 Las teorías de Bersani de la sexualidad y del
«escudo protector» como una imagen del shock traumático. Los oríge- trauma llevan un «toque queer», para usar la frase de Dinshaw (Dins~
nes del discurso del trauma en las ambigüedades del shock ferroviario, haw, 151), y están basadas en sexualidades masculinas homosexuales
que dejó a los médicos sin saber si imaginar el sistema nervioso como yen la penetración anal como puntos de referencia, y por eso inspiran
un cuerpo físico afectado por un shock violento o corno una entidad mis intentos de queerizar el discurso sobre el trauma.
psíquica cuyo daño podría ser inmaterial, siguen influyendo en su re~ Al utilizar imágenes de penetración, tanto los discursos del trau-
presentación,' Walter Benjamin recoge la imagen de Freud del escudo ma como los de la sexualidad recuerdan los poderosos temores de vul~
protector cuando describe la experiencia de la modernidad corno una nerabilidad que pueden surgir al estar afectado por sensaciones o al
experiencia de shock' Baudelaire, quien para Benjamin ejemplifica ser tocado. Corno el trauma, el tacto es un término que tiene connota-
el flál1eur expuesto al agolpamiento de la muchedumbre metropolita~ ciones físicas y emocionales, materiales e inmateriales. Ser tocado
na, «trató de defenderse de los shocks, no importa de dónde pudieran emocionalmente, como estar traumatizado, supone estar afectado de
venir, con su ser espiritual y su yo físico, Esta defensa ante el shock se una manera que se siente físicamente, aunque sea también un estado
representa gráficamente en una actitud de combate»,' La violación de psíquico, Este capítulo sitúa la penetración dentro del contexto de la
los límites corporales no tiene por qué ser un momento literal de pene~ categoría más general del contacto, para captar cómo, corno violación
tración, pero se experimenta como equivalente al contacto físico inva- de los límites corporales, crea un continuum entre lo físico y lo psíqui~
sivo porque es -de forma muy empática- una experiencia visceral 'o ca, entre lo sexual y lo emocionaL La imbricación entre el trauma y el
sensorial~ es decir, es una experiencia de ser tocado. En un contexto tacto es un recordatorio de cómo formas de la experiencia cotidiana de
bastante diferente y más contemporáneo, psiquiatras como Bessel van los sentidos y, en particular, las intimidades de la experiencia táctil en
der Kolk analizando el TEP, han vuelto a la visión somática del trau~ la que los cuerpos y las cosas se frotan unos contra otros, están conec-
tados al trauma como una experiencia somática.
Defiendo la validez de leer la teoría del trauma junto a otro de~
* En este párrafo se juega con el doble sentido de «shocb>, choque físico y shock pósito importante del pensamiento sobre la penetración y el tacto: los
psicológico. Hemos mantenido la palabra shock, pero debe entenderse en ambos senti-
dos, como shock y como choque, ya que Juego la autora lo relaciona con el contacto
escritos lesbianas sobre la cultura butch~femme, En la última década,
físico. En español este doble sentido se aprecia en expresiones como «esto me choca»,
«es chocante». (N. del T.)
2. Véase Schivelbusch, The Railway Journey. 4. Véanse Leo Bersani, The Freudian Body: Psychoanalysis and Art, Columbia Uni-
3. Walter Benjamin, <<Sobre algunos temas en Baudelaire», p. 169. versity Press, Nueva York, 1986; «¿Es el recto una tumba?)~, y Hornos.
82 - - - - -______________ Un archivo de sentimientos Trauma y conlacto físico: sexualidades butch-femme _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 83

ha habido una avalancha de literatura sobre la cultura butch-femme cuerpos son materiales y construidas, también lo son las que hay entre
que incluye el trabajo histórico sobre la cultura de los bares pre-Sto- trauma y contacto, Podemos preguntarnos cómo la penetración llega a
newall, como la antología de Joan Nestle The Persiste/u Desire, y significar dominación o trauma sin suponer que éstas SOn conexiones
también Boots of'Leather, Slippers 01 Cald, de Madeline Davis y Eli- naturales, y cómo pueden materializarse no solo formas de poder mar-
zabeth Lapovsky Kennedy, y documentación de las realidades con- cadas por el género y sexualizadas, sino también por jerarquías de
temporáneas butch-femme,5 Las identidades y culturas butch-femme raza y de nación, Los discursos butch-femme ofrecen posibilidades
también han sido un recurso para la comprensión de la teoría queer para rehacer estos vinculos dentro de la vida íntima de las relaciones
sobre el género y la sexualidad, y los textos butch-femme constituyen sexuales y románticas, y también dentro de los públicos sexuales que
un valioso archivo de representaciones explfcitas no solo de la sexua- surgen de ellas, incluidos los espacios físicos de las culturas del bar y
lidad y del deseo sino también de la emoción,6 La teoría queer se co- de la performance, así como los públicos literarios producidos por los
necta con la teoría del trauma por medio de las relaciones impredeci- textos butch-femme sobre la sexualidad, La cultura butch-femme am-
bles que hace la cultura butch-femme entre presentaciones corporales, plía el vocabulario de la sexualidad, que sigue empobrecida por pre-
de género y sexuales, Así corno las conexiones entre los géneros y los sunciones de que la penetración significa solo el pene en la vagina o la
dominación, Sus cualidades viscerales y emocionales transforman las
abstracciones de la teoría al alumbrar nuevas posibilidades para los
5. V éanse Joao Nestle (ed.), The Persistent Desire: A Femme-Butch Reader, Alyson cuerpos y sus significados, lo que tiene implicaciones no solo para las
Press, Bost.an, 1992; MadeJine D. Davis y Elizabeth Lapovsky Kennedy, Boots of
Leather, Sllppers of Gold: The History of a Lesbian Communitv Routledee Nueva
vidas sexuales queer sino también para otras vidasJ
J

York, 1993. Publicaciones recientes sobre culturas contemporán~~s butch-¡e~me in- Aun cuando el discurso butcb-femme no menciona explícita-
cluyen a Sally Munt (ed.), ButchlFemme: lnside Lesbian Gender, Cassell, Londres, mente el trauma, su preocupación por los significados físicos y emo-
1998,. donde apareció pu.blicada por primera vez una parte de este capítulo; Lily Bura-
na, Lmnea Due y RO~X1C (e?s.), Dagger: On Bu/ch Women, Cleis Press, Pittsburgh, cionales del contacto recuerdan a la teoría del trauma, La receptividad
Pa., 1994; Laura Harns y Ehzabeth Cracker (eds.), Femme: Feminists Lesbians and de las mujeres, su franqueza con respecto al «trauma" de la penetra-
Bad Girls, Routledge, Nueva York, 1997, y Judith Halberstam, Female MascuÚnitv.
ción y del contacto, y el fenómeno de la intocabilidad de la butch, una
Durham, NC:, Duke Univdersity Press, 1998 (trad. cast.: Masculinidad Femenil1~,
Ega~es, Madnd/Barcelona, 2008). Véase también Amber HoJJibaugh, My Dangerous resistencia al contacto que puede ser tanto sexual como emocional,
Destres: A Queer Girl Dreaming Her Way Bome, Duke University Press, Durham, todo eso habla de la sorprendente relevancia de las culturas públicas
N.C., 2000, y E~ther .Newton, Margarel Mead Made Me Gay: Personal Essays, Public
Ideas, Duke Ul1Iverslty Press, Durham, N.C., 2000. En los noventa, la cultura butch- lesbianas en las discusiones sobre el trauma,' Al producir respuestas
femme ocupó un importante lugar COmo una nueva (o revivida) versión de la «señal creativas al trauma del contacto, los discursos butch-femme de la se-
mágica» del lesbianismo, que desplazó la imagen paradigmática de la feminista lesbia- xualidad despatologizan la relación entre trauma y sexualidad, pero no
na y recientemente se ha unido a la figura de la persona trans. Para el debate sobre
c~mo .se construy~n 1.as imág~ne~ d.e la lesbiana representativa-, véase Katie King, «The necesariamente la rechazan. Los escritos butch-femme queerizan la
SItuatlOn of ~eSbIalllSm as Fem1111Sm'S Magical Sigo: Contests for Meaning and the teoría del trauma al problematizar la facilidad con la que presuposi-
U.~. Women s Movement, 1968-1972,>, Communication, 9,1986, pp. 65-91, Y Arlene
Stel11, Sex and Sensibility: Stories of a Lesbian Generation, University of California
Press, Berkeley, 1997.
6. Entre importantes ejemplos de teOría queer que mencionan la cultura butch-femme 7. En Female Masculinity (trad. cast.: Masculinidudfernenina), Halberstam hace un
se in_cluyen Sue~El~en Case, «Toward a Butch-Femme Aesthetic», Discourse, 11, n.o 1 razonamiento similar sobre la necesidad de una comprensión ampliada del género, que
(otono de 1988/mvlemo de 1989), pp. 55-73; Judith Butler, «Imitation and Gender In- puede verse facilitada por el reconocimiento de múltiples y diversos tipos de masculí-
subordinatíon», en Inside/out Lesbian Theories, Gay Theories, Diana Fusc (ed.), Rout- nidades femeninas.
ledge, N~eva York, !991, pp. 13-31 (trad. cast.: «Imitación e insubordinación de géne- 8. Este capítulo se basa en dos artículos que analizan estos temas de forma más ex~
ro:>, ReVista de OCCIdente, n.o 235, 2000, pp. 85-109), Y Gender Trouble (trad. cast.: El tensa, e independiente de las cuestiones del trauma: Ann Cvetkovich, «Recasting Re-
genen~ en disputa); Martin, Femininity Played Straight, esp. «Sexual Practice and ceptivity: Femme Sexualities», en Lesbian Etotics, Karla .Tay (ed.), Nueva York Uni-
C.hangmg Lesbian ldentities», «Extraordinary Homosexuals and the Fear of Being 01'- versity Press, Nueva York, 1995, pp. 125-146, Y «Untouchability and Vulnerability:
dmary» y «S~xualities without Genders and Other Queer Utopias». y Halberstam~ Fe- Stone Butchness as Emotional Style», en ButchlFemme: lnside Lesbian Gender, Sa]]y
male Mascultty (trad. cast.: Masculinidadfemenina). Munt (ed.), Cassell, Londres, 1998, pp. 159-169.
84 - - - - - - - - " - - - - - - - -_ _ _ lIn archivo de sentimientos Trauma y contacto físico: sexualidades butch-femmc _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 85

dones negativas sobre]a penetración fundamentan un sentido igual- como un envoltorio especial o membrana ... el estrato externo, al morir"
mente negativo del trauma, que parece asumirse impLícitamente" preservó a todos los otros, más profundos, de sufrir igual destino, al
menos hasta el momento en que sobrevengan estímulos tan fuertes que
perforen la protección antiestímulo (p. 27).

El escudo protector de Freud Freud utiliza esta imagen para presentar la penetración de una barrera
física o límite como modelo para el trauma: «Llamaremos traumáticas
Publicado por primera vez en 1920, la obra de Freud Más allá del a las excitaciones externas que poseen fuerza suficiente para perforar
principio del placer es especialmente importante para la teoría del la protección antiestímulo" Creo que el concepto de trauma pide esa
trauma por sus orígenes en la experiencia de la neurosis de guerra de referencia a un apartamiento de los estímulos que de ordinario resulta
la Primera Guerra Mundial, y por sus reflexiones sobre el problema eficaz» (p" 29)" Incluso este modelo simple de penetración está carga-
de la repetición traumática, que parece ser -de forma indistingui- do de significado simbólico como experiencia dolorosa, dado que no
ble- tanto una resistencia a la cura como una forma de curación, y su tiene solo dimensiones físicas, sino también psíquicas. No solo es un
planteamiento del siniestro concepto de la pulsión de muerte" También shock la violación de los límites, la consecuencia, en la que el organis-
proporciona ejemplos claros de la preferencia de Freud por la «espe- mo crea una corteza defensiva o escudo por medio de la muerte de sus
culación, a menudo la especulación exagerada» metapsicológica, que capas externas, es también una imagen perturbadoramente literal de lo
hace que su trabajo sea cuestionable para algunos lectores y fascinante que significa ser endurecido o fortalecido por la experiencia.
para otr05. 9 En uno de esos vuelos de fantasía retórica, Freud invita a En el modelo de Freud de la percepción como penetración, todas
su lector a «imaginar», corno modelo para la consciencia, ~<un organis- las formas de sensación llevan consigo el rastro del trauma" Cada or-
mo vivo en máxima simplificación posible, como una vesícula indife- ganismo o cuerpo es por definición «sensible», por lo que requiere
renciada de sustancia estimulable» (p" 26)" Aunque Freud propone alguna forma de protección contra las intrusiones del mundo exterior.
claramente un modelo abstracto de la percepción sensorial al mencio- La estimulación de cualquier tipo es tan amenazadora para el organis-
nar un organismo que no tiene un cuerpo diferenciado o sensaciones, mo que puede matarlo, y éste evita ese peligro cuando la superficie
y por lo tanto nada tan específico como los genitales o la excitación del organismo se muere para que el resto de él pueda vivir. El organis-
sexual, su texto rebosa de drama emocional. Cuando describe cómo el mo se siente más cómodo cuando el escudo cortical sobreestimulado
organismo se protege de la sobreestimulación, Freud crea un escena- (y luego muerto o insensible) le impide tener cualquier tipo de sensa-
rio melodramático de lucha y de autosacrificio: ción" Encontramos en estos pasajes uno de los enigmas persistentes de
Más allá del principio del placer, generado por la adhesión de Freud
Esta particula de sustancia viva flota en medio de un mundo exterior al principio de estabilidad y a los modelos hidráulicos presentados en
cargado con las energías más potentes; y sería aniquilada por la acción sus primeros trabajos, "Proyecto de psicología» (1895)" Según Freud,
de los estimulos que parten de el si no estuviera provista de una protec- "El aparato mental se esfuerza por mantener la cantidad de excitación
ción antiestímulo. La obtiene del siguiente modo: su superficie más ex- presente en él tan baja como sea posible o al menos mantenerla
terna deja de tener la estructura propia de la materia viva, se vuelve in-
constante».ID La sensación es, pues, realmente desagradable, y si el
orgánica por así decir, Ji en lo sucesivo opera apartando los estímulos
principio del placer es cierto, entonces su impacto debe ser minimiza-

9. Sigrnund Freud, Beyond lhe Pleasure Principie, W. W. Norton, 1961, p.18 (trad. 10. Sigmund freud, «Project for a Sócntific Psychology~>, 1985, en The Standard
cast.: Más allá del principio del placer, Amorrortu, Buenos Aires, 2016). Las referen- Edition of the Complete Ps)'chological works 01 Sig111und Freud, Hogmth Press, Lon-
cias que siguen pertenecen a la edición castellana y los números de las páginas se dan dres, pp_ 283-397 (trad. caL «Proyecto de psicología», en Obras Completas, Volu-
en el texto.
men f, Amorrortu, Buenos Aires, 2013, pp. 209-276).
86 ______________________ Trauma y contacto físico: sexualidades bulch-fcmme _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 87
Un archi \'0 de sentimientos

do a través de la descarga o de las capacidades defensivas del escudo de Freud sobre la estimulación interna -es pura especulación o una
cortical oTanto la sensación como la insensibilidad están marcadas por presuposición -, sus implicaciones siguen siendo centrales: las causas
la paradoja; la sensación conecta al mismo tiempo el organismo con el del trauma son tanto internas como externas) psíquicas y sociales, bio-
mundo exterior y lo mata, y la insensibilidad es el efecto de la traumá- lógicas y culturales, son a menudo indistinguibles.
tica ruptura de los límites del organismo y a la vez es la protección Sorprendentemente, la obra de Freud sigue siendo relevante para
contra esa ruptura. Las definiciones psiquiátricas contemporáneas de las teorías psicológicas del trauma como el TEP, y el debate sobre el
los síntomas del TEP siguen registrando esta paradoja en su énfasis trauma corno algo a la vez somático o psíquico continúa vivo. Como
combinado en la insensibilidad y la hiperestimulación como dos for- Cathy Caruth ha observado, los enfoques psicoanalíticos y psiquiátri-
mas de respuesta traumática. JI cos no son mutuamente excluyentes en los estudios del trauma, que
El modelo del trauma de Freud como una brecha del escudo pro- constituyen un lugar de diálogo entre ellos 13 Si bien la inclinación por
0

tector del organismo se complica aún más cuando introduce la idea de Freud puede tomar a veces la forma de descripciones ahistóricas y
que, además de detener la estimulación de fuentes externas, el organis- universalizadoras del trauma, cuando la similitud entre las ideas de
mo también debe vérselas con la estimulación que se produce interna- Freud y las definiciones contemporáneas del TEP se usa para demos-
menteo El escudo cortical no sirve para proteger de esta estimulación trar que este último ha existido siempre y presenta los mismos sínto-
interna, y Freud concluye que una vez más sus especulaciones sobre el mas en todas partes, también da a la investigación científica riqueza y
principio del placer conducen fatalmente a la necesidad de plantear la falta de ortodoxiao Por ejemplo, el conocido experto en TEP John Wil-
pulsión de muerte o (Una de las razones por las que el argumento, a son cita Más allá del principio del placer como una exposición tem-
pesar de sus abstracciones, parece tan cargado emocionalmente es por- prana de la hiperexcitación y la insensibilidad, dos de Jos síntomas
que reproduce en su estructura el trabajo de la pulsión de muerte, que clínicamente aceptados del traumao" El modelo biológico del escudo
constantemente regresa como un concepto necesario, aunque Freud se cortical de Freud es sorprendentemente compatible con intentos ac-
resista a éL) En otra imagen afectivamente poderosa de Más allá del tuales, sobre lodo los de Bessel van der Kolk, para investigar los efec-
principio del placer, Freud sostiene que el instinto de devolver las co- tos del trauma en el cerebro oAunque busca los efectos fisiológicos del
sas a un estado anterior o de mantener un estado de inercia significa trauma, Van der Kolk es también sensible a sus dimensiones cultura-
que «el organismo solo quiere morir a su manera, también estos guar- les, sociológicas y políticas, y su interés en las terapias somáticas (in-
dianes de la vida [lo que parecen ser instintos para auto-preservación] cluyendo el trabajo sobre el movimiento rápido del ojo), en vez de la
fueron originalmente alabarderos de la muerte» (39)0 Como han remar- terapia tradicional de hablar, le lleva a una serie de métodos alternati-
cado algunos de los lectores postestructuralistas de Freud, la pu!sión vos, en lugar de utilizar solo la investigación en laboratorios con escá-
de muerte no es tanto una entidad singular como la deconstrucción del neres cerebrales y medicamentoso Como Freud en sus primeras traba-
principio del placer, o la imposibilidad de plantearlo de forma cohe- jos con Josef Breuer sobre la histeria, Van der Kolk insiste en que «el
12
rente. Aunque, por supuesto, no hay razón para creer en la suposición cuerpo guarda la marca», registrando recuerdos traumáticos de mane-
ras que deben ser activadas o abordadas por terapias somáticas Y La

1.1; ~os tr~s .r~sgos esenciales de la respuesta del TEP son intrusión y hiperestimula-
ClOll, lllsenslblbdad y repetición. Véase, por ejemplo, Herman, Trauma and Recovo'y. 13. Caruth, Unclaimed Experience, pp. 130-131, n. L
12 .. _Par~ un excelente debate sobre la pulsión de muerte que ha influido en mi r~­ 14. John Wilson, conferencia lnternational Trauma Studies Program, Universidad de
f1exl.on vease JeanJ_aplanche, Life and Death in Psychoanal)'sis, Johns Hopkins Uni- Nueva York, 4 de noviembre de 1999.
versIty Press, BaltImore, Md., 1976 (trad. cast.: Vida y muerte en psicoanálisis,Amo- 15. Bessel van der Kolk, «The Body Keeps the Score: Memary and the Evolving
rr~rtu, Buenos Aires, 1993); Samuel Weber, The Legend of Freud, University of Psychobiology of Posttraumatic Stress», Harvard Review of Psychiatry, 1, 1994. Para
Ml?nes~ta Press, Minneapolis, 1982, y Neil Hertz, The End of the Line, Columbia una crítica al biologicismo de Van der Kolk, véase Leys, Trauma, esp. pp. 229-265. El
Umverslty Press, Nueva York, 1985, esp. «Freud and the Sandman». trabajo de Leys es analizado con más detalle en mi epílogo.
88 _________________ Un archivo de sentimientos Trauma y contacto ÍÍsico: sexualidades butch-femme _ _ _ _ _ _ _ _ _ 89

investigación contemporánea sobre el trauma parece haber cerrado el La lectura de Freud del trauma como violación de los límites
círculo volviendo a sus orígenes a mediados del siglo XIX en el diag- permite interpretar las visiones butch-femme de la penetración y del
nóstico del shock ferroviario; el cuerpo ha regresado como el lugar tacto como una teoría del trauma. Algunos lectores, sin embargo, pue-
donde el trauma puede manifestarse y curarse. El discurso del trauma den pensar que aplicar la visión de Freud del trauma a la intimidad
no debe tanto su importancia a la distinción entre lo psíquico y lo físi- sexual cotidiana implica utilizar de un modo demasiado libre el térmi-
co, como al hecho de que ha sido siempre, de forma coherente, ellu- no trauma. Estas experiencias no son necesariamente traumáticas en
gar de un debate sobre la distinción incierta entre ambos ámbitos. el sentido más convencional del término, pero son traumáticas en el
Siempre me ha emocionado misteriosamente la imagen de Freud sentido específico de una ruptura de los límites corporales imaginada
de ese simple organismo-ameba que ha sido «tan cribado al final del por Freud. Siendo bastante fiel a la concepción freudiana del trauma
proceso por la acción de los estímulos» que ha desarrollado una «cor- como una intrusión, mi utilización del trauma para describir el contac-
teza» (Más allá del principio del placer, p. 26). Ese organismo acosa- to y la penetración cuestiona los supuestos sobre el trauma que im-
do me viene a la cabeza cuando leo textos butch-femme sobre la pene- pregnan las experiencias cotidianas de corporeidad y de intimidad se-
tración sexual y la vulnerabilidad emocional desde la perspectiva xual. Yo diría que estos supuestos se siguen manteniendo en los casos
tanto de las mujeres receptivas como de las butches intocables (que se de traumas más evidentes.
podría decir que tienen una versión de ese escudo cortical insensible o
endurecido de Freud). Si en el discurso de Freud sobre el trauma la
imagen de la penetración junto con la violación de la integridad cor-
poral y psíquica a través del tacto la sensación son tan centrales, quizá Replantear la receptividad femme
merezca la pena preguntarse cómo están construidas las categorías de
penetración y de tacto, y si pueden estar sujetas a variación. Encuentro Muchas mujeres que se autoidentifican como femmes cuestionan la
que los escritos butch-femme son valiosos precisamente porque des- idea de que ser penetrada o ser tocada sexualmente sea una experien-
patologizan la naturaleza traumática de la penetración y del hecho de cia negativa, o «traumática» en el sentido de Freud con un testimonio
j

ser tocada, al tiempo que la reconocen, y por lo tanto aportan una de su deseo activo y ansioso de ser folladas. Madeline Davis se refiere
aproximación diferente al trauma. a «ese hambre, esa necesidad desesperada, ese deseo de ser "follada
Otro vínculo importante y relacionado entre el discurso del trau- sin sentido" y saber que tendremos que aguantar Lin montón de mierda
ma de Freud y el discurso butch-femme es que ambos se ocupan de la para conseguirlo»." Amber Hollibaugh describe la autodefinición de
interacción entre lo físico y lo psíquico. La misma representación de la femme en términos de una capacidad de nombrar y de tomar su
lo psíquico en términos físicos que tanto marca la escritura de Freud placer: «Pero yo quiero correrme, y quiero que sucedan ciertas cosas.
está omnipresente en las discusiones de la sexualidad butch-femme, Me defino totalmente por cómo quiero ser follada».17 En un ensayo
que entienden las dinámicas físicas de la sexualidad como una mate- sobre el estigma de la femme, Lyndall MacCowan define el ser follada
rialización de procesos emocionales y sociales. Sugieren que hacer como una «pérdida de control» que se logra por medio de la voluntad
que la penetración sea significativa no supone un desplazamiento de la amante butch de interpretar su deseo y de responder a él:
erróneo de los procesos psíquicos y sociales sobre el cuerpo material,
sino que es un recurso valioso para trabajar por medio de historias
traumáticas. Sin ser esencializadoras, usan el cuerpo como base para 16. Madeline Davis, «Roles? 1 Don't Know Anyone Who's "Playing"; A Letter to
negociar relaciones sociales, y encuentran por ejemplo, dentro dc la My Femme Sisters~>, en The Persiste/U Desire: A Femme-Butch Reader, loan Nestlc
intimidad sexual de la pareja, prácticas que abordan experiencias de (ed.),Alyson Press, Bastan, 1992, p. 268.
17. Amber Hollibaugh, «Thc Femmc Tapes,>. en The Persisten! Desire: A Femme~
homofobia, vergüenza y abyección en el espacio público. Butch Reader, p. 263.
...
Trauma y conlacto físico: scx:ualidades butch-femme _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 91
90 __________________~Un archivo de sentimientos

están asociadas con la penetración y el trauma. Muchas femmes su-


Son las mujeres buich quienes lograron que desear sexo estuviera bien,
quienes nunca dijeron que yo ]0 quería «demasiado» ni pensaron que
brayan el poder y el trabajo que supone la receptividad, un término
estaba demasiado húmeda. Para muchas otras mujeres yo era «una tabla que reemplaza a «pasividad» para que el papel de «la pasiva» esté
de planchar» o «una puta»; fueron las mujeres buten quienes me ense- menos estigmatizado. En un ensayo cuyo título, «Butchy Femme», ya
ñaron sobre los orgasmos múltiples y el increíble subidón de] fisting,* indica una redefinicióll del poder de la femme, Mykel Johnson señala
quienes hicieron que estuviera bien querer que me hicieran el amor has- este desplazamiento conceptual y discursivo:
ta que estuviera tan agotada que no pudiera moverme. Fueron las muje-
res butch quienes hicieron que estuviera bien solo reaccionar, sin reci- Mi erotismo femme no era pasividad, sino receptividad. Ser buena en la
procidad, y hacer el amor moviéndome debajo de eHas, en vez de usar cama como fernmc significaba comunicar mis respuestas. Gimiendo,
mi lengua o mis manos. Fueron las mujeres butch quienes me dieron hablando, respirando, cambiando de postura, haciéndole saber el efecto
permiso para no estar controlando todo el tiempo, y fueron esas mujeres que sus prácticas amatorias tenían sobre mí, haciéndole saber 10 que
butch que no pensaron -en vano- que yo quería ser guapa quienes de quería. Ser femme con ella significaba ser vulnerable, mostrarle los
hecho lograron que me sintiera hermosa. 18 pensamientos y los sentimientos de mi imaginación, para darle a cono-
cer los recovecos interiores de mi mente y también los de mi cl1erpo.19
MacCowan describe el ser follada y el perder el control como un privi~
legio ganado duramente, algo que han hecho posible las mujeres butch Johnson caracteriza la receptividad femme como activa, ya que les da
que están dispuestas a darle el lujo de «reaccionar» en vez de tener que a sus amantes señales físicas sobre los efectos de su práctica amatoria.
usar <dengua o manos» para implicarse con ellas de manera más abier- «Comunicar fsusJ respuestas» es trabajo como lo es permitirse ser lo
j

ta. Ella expone el estigma que hay en expresar el deseo de ser follada, bastante «vulnerable» para que su amante la «conozca». El texto su-
estigma que logra superar gracias a la atención constante de sus aman- giere que «abrirse» a sí misma es un proceso físico, como por ejem-
tes butch. Para todas estas mujeres, la sexualidad femenina consiste en plo, permitirse ser penetrada, pero en <<los recovecos interiores» no
un voraz deseo para el que no hay que pedir disculpas porque puede solo de su cuerpo, sino en los de su mente, que se ponen a disposición
ser aceptado y satisfecho con las atenciones de otras mujeres. de su amante. Construida corno «apertura», la vulnerabilidad como
Algo central en el discurso de la femme sobre ser la receptora de estado emocional está conectada con el cuerpo; además, la vulnerabi-
la atención sexual de una amante es la recurrente necesidad de cues- lidad en estos escritos cobra un sentido positivo, como un logro desea~
tionar la idea de que esta posición es algo pasivo - una suposición ble y a menudo difícil. Lejos de ser tomada pasivamente, Johnson
que también afecta a la imagen del trauma como una violación violen~ debe participar activamente y devolver las atenciones de su amante, y
ta de los límites corporales-. Joan Nestle y otras las mujeres que se a cambio de ese trabajo de hacer saber a su amante lo que quiere, ella
auto-identifican Goma femmes insisten en que la mujer es activa ~y obtiene lo que quiere. Si dar a conocer los propios deseos requicre un
no pasiva- en la relación sexual con su amante y con su propio de-
seo. Al moverse debajo del cuerpo de su amante, por ejemplo, Mac~
19, Mykel Johnson, «Butchy femme», en The Persistent Desire: A Femme-Butch
Cowan redefine la respuesta como una actividad física y, por lo tanto, Reader, p. 396. Cuando escribe sobre salir del armario en la década de 1980, adapta las
no como un estado de pasividad física que hace que «ser follada» sir~ categorías butch-femme de las décadas de 1940 y 1950, Y da valor a esta historia, ya
va de metáfora de la debilidad, la impotencia y la sumisión, ideas que que contribuye a su propia auto-definición erótica. Y Johnson ve la cultura butch-
femme, en primer lugar como una er6tica «más que un género o una visi6n política),
(ibid.). Ella reivindica la cultura butch-femme sin senLir la necesidad de elegir un papel
sobre otro, o de elegir entre hacer el amor o que te hagan el amor. Su autoidentifica-
* Práctica sexual que consiste en penetrar o ser penetrado/a por la vagina o por el ci6n como femme es descrita como el punto final de un proceso en el que primero as-
recto con el puño (fist). Ver Barbarismos queer y otras esdrújulas. (N. del T.) piraba a ser butch y deseaba a amantes butch. Que ella se identifique con la butch y
18. Lyndall MacCowan, «Re-collecting History, Renaming Lives: Fernme Stigma desee la posición butch sugiere que butch y femme no necesitan ser posiciones opues-
and the Feminist Seventics and Eighties», en The Persistent Desire: A Femme-Butch tas. Como indica su túulo, el poder femme puede tener sus elementos butch.
Reader, p. 320.
92 - - - - - - - - - - - - - - - "____ Lln archivo de sentimientos
Trauma y contacto físico: sexualidades butch-femme - - - - - -_ _ _ _ 93

esfuerzo, el valor de una amante butch que pueda interpretar esos de- Estoy dispuesta a entregarme a una mujer tanto como ella lo deseco lVie
seos también es considerable" expongo para que el1a lo aprecie. Me abro para que ella vea lo que pue-
Además de plantear el poder de recibir placer sexual como de- de amar de mí como mujer. Quiero que ella reaccione a eso. Puede que
seable, Johnson indica que es un poder difícil de obtener, y por lo yo no esté haciendo algo activo con mi cuerpo, SIno erotizando su nece-
tanto valioso, cuestionando de este modo las convenciones de que ser sidad, que siento en sus manos mientras me tocaY
follada sea algo negativo o vinculado al trauma" Al igual que Mac-
Cowan, describe su aprecio por la atención que recibe de sus amantes Como la butch que se centra en el placer de su pareja, la femme enfa-
butch, que le permiten olvidar sus preocupaciones sobre tardar dema- tiza la forma en que su placer surge como respuesta al deseo de su
siado en correrse o exigir demasiado de ellas. «Lo que había sido una pareja" Hollibaugh sugiere que no necesita estar físicamente activa
responsabilidad se transformó a sus ojos en una baza",,20 Este tipo de para reaccionar, actúa «erotizando» la «necesidad» que se manifiesta
temor a ser follada es bastante diferente de otro temor que es frecuen- en el tacto de su amante. Su escritura crea un vocabulario para descri-
temente asociado con los actos de penetración, en los que Ser pasivo o bir que dejarse tocar es una acción.
pasiva se construye como recibir una humillación o que te usen para el El discurso de las femmes cuestiona las presunciones sobre cual-
placer de la persona que hace de folladora o penetradora" Si las lesbia- quier relación simple o analogía entre binarismos como «butch/fem-
nas femme (o butch) tienen problemas COn que les hagan el amor, que me», «activa/pasiva», «follar/ser follada» y «penetrar/ser penetrada»,
se aprovechen de ellas no es necesariamente uno de esos problemas" y hace que sea difícil reducirlos a cualquier binarismo central único,
Si algo es traumático, es la falta de atención sexual; ser follada sirve corno «masculino/femenino» o «activa/pasiva».23 También transforma
de antídoto ante el temor de que los propios deseos sexuales sean per- la obviedad de cualquier asociación entre trauma y penetración" Dife-
versos o inapropiados. rentes tipos de penetración significan cosas diferentes, una compleji-
1-I011ibaugh tiene razón cuando dice: «Es difícil hablar de cosas dad que a veces es borrada en una cultura falocéntrica que supone que
como renunciar al poder sin que ello suene pasivo,,"2l El lenguaje del solo los penes pueden penetrar, que solo las vaginas están destinadas a
poder sexual está tan empobrecido, especialmente la pérdida del po- ser penetradas (lo que hace que el ano/culo, por ejemplo, sea un Olifi-
der sexual, que solo puede traducirse en una dicotomía activa/pasiva, cio sospechoso), o que si ser penetrada es traumático, el trauma es
en la que la pasividad es siempre estigmatizada" Además, esta asocia- negativo" La sexualidad lesbiana requiere un lenguaje para la penetra-
ción de renunciar al poder con la pasividad influye en las visiones del ción con dildos, dedos o puños, y enfrenta el desafío de ampliar la
trauma como una violación corporal que amenaza la integridad del yo" erótica de los objetos penetrantes o de las partes del cuerpo, que con
En un diálogo con Cherríe Moraga, «What We're Rollin' around in frecuencia se limita a centrarse en Jos penes o en sustitutos fálicos.2 4
Bed With», una contribución crucial a los debates sobre sexo de los
años ochenta, l-Iollibaugh articula una noción de sexualidad femme 22. Hollibaugh y Moraga, «What vVe're RolJin' around in Bcd With», p. 398.
que recuerda a la insistencia de Johnson y MacCowan en los placeres 23. Para un análisis excelente sobre estas distinciones, incluidos los roles de activa y
de abrirse a una amante y en la agencia que implica el proceso de ser pasiva, véase Esther Newton y Shirley Walton, «The Misunderstanding: Toward
A More Precise Sexual Vocabulary,>, en Pleasure and Danger: Exploring Female Se-
deseada: xuality, Carole Vanee (ed.), Routledge ane! Kegan Paul, Bastan, 1984, pp. 242-250.
24. El trabajo de Eve Kosofsky Sedg\vick sobre la poética del.f7sting y la erótica del
ano como orificio es uno de esos ejemplos. Además de exponer que la especificidad
20" [bid", p" 3% del ano como el orificio en el que se entra y la mano o el puño como objeto penetrante
desafía las presunciones sobre la penetración y la sexualidad; en su trabajo también
21. Am?er Holl,ibaugh.y.Cherríe Moraga, «What We're RolJin' around in Bcd With:
Se~ual S¡Je~1C~s ID FemJD1sm)-J-. en Powers of Desire: The Politics of Sexuality, Ann hace importantes afirmaciones teóricas sobre la variabilidad de los actos sexuales en
Smtow, Chnstmc Stansell y Sharon lhompson (eds.), Monthly Revic\v Press Bastan todos los géneros e identidades sexuales. Véanse Eve Kosofsky Sedgwick, ds the
1983, p. 398. Este artIculo también se volvió a publicar en NestJe, The Persist~nt Desi: Rectum Straight? Identification and Identity in The Wings of the Dove», en Tenden-
re, pp. 243-253. cies, Duke University Press, Durham, N .C., 1993, pp. 73-103, Y «Queer Pcrformativi-
ty». La atención que Sedgwick dedica a la erótica delfist se ve completada por la eró-
- I

94 __________________~ Un archivo de sentimientos Trauma y contacto físico: sexualidades bulch-femme - - -_ _ _ _ _ _ _ 95

Por la misma razón, una erótica de cómo diferentes orificios -como son diferentes en muchos aspectos, en cada una de las culturas que
anos, vaginas y bocas- son follados sería útil para mostrar la amplia Halperin y Almaguer describen, el vínculo entre penetración y domi-
variedad de formas en que se experimenta la penetración, tanto física nación permanece intacto: una construcción basada en un binarismo
como simbólicamente. Sería entonces imposible recurrir a ninguna de género en el que quien penetra es representado como masculino y
base común biológica para explicar el significado de la penetración, la persona que es penetrada es considerada femenina, o donde una es
pero más importante aún, se podrian activar nuevos imaginarios socia- activa y la otra es pasiva. Es curioso que una investigación diseñada
les y sexuales. Estas nuevas visiones de la penetración y de la sexuali- para sugerir la variabilidad de los significados sociales vinculados a
dad pueden suponer una aportación crucial, especialmente en los estu- los actos sexuales pueda haber tenido el efecto no deseado de dar la
dios del trauma, para la redefinición de la experiencia de la impresión de que la penetración significa dominación y feminiza-
vulnerabilidad emociona!. ción, si no universalmente) al menos de forma muy extendida. Aun-
q lle quizá sería ir demasiado lejos ver un miedo homofóbico a la
penetración anal cnla construcción de Freud del trauma (aunque sin
duda sería una lectura posible, al estilo del psicoanálisis), una pers-
Penetración y homosexualidad masculina pectiva queer sobre la contingencia simultánea y la presunción domi-
nante de que un acto sexual en particular, la penetración anal, tiene
La penetración del ano está quizá todavía más cargada cultural mente un significado social fijo, ofrece un marco crítico útil para conside-
como un significante del poder que la penetración de la vagina; una rar la posible (no) naturalidad de los vínculos entre penetración y
indicación de su poder cultural es la frecuencia y la virulencia con trauma.
que la penetración anal y la homosexualidad masculina se han defi- Las ideas de Freud sobre el trauma y la sexualidad son compara-
nido mutuamente. Además de aportar testimonios de formas de se- das de forma brillante con el ligue callejero gay y el sexo anal en el
xualidad ignoradas y rechazadas por la teoría y la historia heterocen- virtuoso ensayo queer de Leo Bersani «¿Es el recto una tumba?», un
tradas, estudios recientes de las relaciones homosexuales entre texto a! que siempre acudo cuando busco ideas sobre la atracción de la
hombres han demostrado sólidamente la naturaleza construida de la receptividad. De una manera «perversa», el ensayo de Bersani es una
sexualidad y han mostrado cómo se apoyan las jerarquías sociales celebración de la receptividad anal y, lo que es más .importante, es
(en el sentido freudiano de anaclisis) en las configuraciones físicas una celebración de la experiencia psíquica de la «auto-destrucción»
del coito. La investigación de David Halperin sobre la sexualidad que provoca el ser follado o follada. Es «perverso» porque el deseo
griega, así como la obra de Tomás Almaguer sobre la homosexuali- declarado de Bersani de afirmar el valor de la «ausencia de poder» se
dad masculina enlas culturas chicana y latina, tienen el efecto enor- plantea como un reto teórico a lo que él denomina teorías «pastorales
memente poderoso de desvincular la penetración y la heterosexuali- y redentoras» del sexo positivo. En su forma más coloquial, la premi-
dad con el fin de comprender mejor las relaciones complejas entre sa subyacente de Bersani es que «a la mayoría de la gente no le gusta
actos sexuales e identidades sexuales, de género y sociales. 25 Si bien fel sexo]», y que su valor reside en su aspecto «anticomunal, antiigua-
litario, antimaternal, antiamoroso»?6 Bersani recomienda ser follado
por su capacidad de producir «auto-destruccióu», que no es algo que
tica de la penetración digital. Por ejemplo, esta investigación podría arrojar nueva luz
a los debates sobre el dildo lesbiana, que se solía considerar un sustituto del pene o del
falo, no de los dedos. renees, 3, n.o 2 (verano de 1991), pp. 75-100, YAna MariaAJonso y Maria Teresa Ko-
25. Para el debate sobre la sexualidad en la Antigua Grecia véase David Halperin, reck, <<Silences: "Hispanics", AIDS, and Sexual Practices», dijferences, 1, n.o 1
One Hundred Years of Homosexuality, Routledge, Nueva York, 1990. Para el debate (ínvierno de 1989), pp. 101-124.
sobre las prácticas de los hombres homosexuales ehicanos y latinos véanse Tomás Al- 26. Bersani, «Is the rectum a grave?, pp. 195 Y 215 (lIad. cast.: «¿Es el recto una
maguer, «Chicana Meo: A Cartography of Homosexual Jdentity and Behaviof», dijle- tumba?», pp. 79 Y 106). Las referencias que siguen pertenecen a la edición castellana.
96 ____________________ Un archivo de sentimienlos Trauma y contaclO ffsico: sexualidades butch-femme _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 97

se pueda reducir estrictamente a la experiencia física de ser penetrado, sitividad sexual, Bersani debe preservar las dimensiones traumáticas
sino que es una experiencia psíquica más profundaP de ser follada/o (traumática en el sentido de la violación del cuerpo
Las afirmaciones de Bersani están fundamentadas de manera que constituye una violación del yo). El espectro de la tumba nunca
significativa en la teoría psicoanalítica, incluida la discusión de Freud puede abandonar el recto debido al trabajo de la pulsión de muerte.lO
sobre la pulsión de muerte en Más allá del principio del placer. Ba- El ensayo de Bersani es útil aquí en la medida en que crea una
sándose en Freud, Bersani entiende que la sexualidad es fundamental- conexión queer entre la teoría freudiana y las prácticas sexuales de los
mente masoquista, y que el trauma, en el sentido de una desintegra- hombres gais. El espacio del ligue callejero del hombre gay es su pun-
ción del yo, es uno de los principios organizadores de una sexualidad to de partida, sin embargo, es solo una de las muchas prácticas sexua-
gobernada por la pulsión de muerte. Defiende la experiencia sexual de les queer y públicas que son relevantes para una lectura de las relacio-
la auto-destrucción para desafiar los supuestos universalizantes y na- nes entre penetración, sexualidad y trauma. Una visión más completa de
turalizadores sobre la positividad "innata» del sexo, pero también pa- las experiencias sexuales de falta de poder, a la cual las discusiones
rece plantear su propia forma de esencialismo sexual. En su forma de las femmes sobre el ser follada tienen mucho que aportar, puede
anterior, más modesta, ]a afirmaclón de Bersani es estratégicamente ofrecer versiones diferentes de las de Bersani sobre el vínculo entre el
útil para, y compatible con, las teorías de la sexualidad lesbiana que trauma y la sexualidad. Las lesbianas femme también valoran la "pér-
tratan de cuestionar la idea de que cualquier relación sexual marcada dida de control», pero no embellecen la ausencia de poder como Ber-
por el poder es problemática. Intenta resolver el dilema conceptual de sani cuando reivindica valoraciones sexuales positivas del S/M, como
las teorías que en última instancia consideran el sexo como algo ro- las que hacen teóricas como Gayle Rubin y Pat Califia. Es difícil decir
mántico o 10 ven como algo utópico, para afirmar que formas de se- si las femmes describen la «desintegración radical» y la «humillación
xualidad que implican sumisión o vulnerabilidad pueden ser placente- del yo», especialmente porque estos dos estados no son necesariamen-
ras. Según Bersani, estos marcos conceptuales evitan la cuestión del te lo mismo; me pregunto, sin embargo, si el uso de Bersani de esas
displacer reinscribiéndola dentro de la economía del principio del pla-
cer. Tratando de evitar esta visión, explica su defensa del "fuerte
atractivo de la falta de poder, de la pérdida de control» añadiendo: 29. Al igual que muchos de los críticos de la sexualidad sumisa-dominante con los
«No me refiero al valor de la dulzura, o de la no-agresividad, o incluso que en otros casos no estaría de acuerdo, Bersani parece aceptar la premisa de que el
sexo trata del poder, o que no es igualitario, que trata de dolor, no de placer. Plantea la
de la pasividad, sino más bien de una desintegración y de una humilla- expeJiencia de un masoquismo autodestructivo como algo central para una sexualidad
ción más radicales del YO».28 Para sostener su argumento contra la po- basada más en el dolor que en el placer. (Para una explicación más completa de su
lectura de las nociones freudianas sobre la pulsión de muerte y el masoquismo, véase
Bersani, The Freudian Bod}".) Su argumento sobre el valor de la autodestrucción (o ser
follado) descansa en la presunción de que un yo coherente es necesario y deseable, y
27. Bersani no es del todo claro acerca de la distinción entre la auto-destrucción depende de evitar la violación de la penetración. Su argumento podría tomar una direc-
como algo psíquico frente a la experiencia ffsica. Su énfasis en lo psíquico más que en ción diferente aquí, si utilizara afirmaciones sobre el valor de la individualidad y su
lo físico plantea una serie de preguntas sin respuesta sobre la construcción cultural de dependencia de la autosuficiencia corporal para mantener que éstos no son de ningún
la autodestrucción, que incluso como categorÍa pSÍquica no debe ser universalizada. El modo valores universales. En cambio, Bersani invierte el afecto erótico unido a una
argumento de Bersani parece depender de una relación variable o contingente entre lo jerarquía que ha sido establecida por modelos de heterosexualidad y masculinidad que
psíquico y lo físico, ya que serÍa una universalización problemática asumir que cual- se basan en construcciones de penetrar y ser penetrado. Por lo tanto, la sexualldad de
quier acto físico particular produce necesariamente experiencias psíquicas de autodes- los hombres gais y la penetración anal obtienen sus significados de la heterosexualidad
trucción. Por ejemplo, incluso formas «menores» de contacto o de penetración, poten- y de la masculinidad heterosexual; en opinión de Bersani, ser follado es siempre para
cialmente, pueden ser muy amenazadoras. La identificación de la penetración anal con los homosexuales un proceso de emasculación o feminización que es humillante inclu-
la autodestrucción se produce en relación con las particulares construcciones culrurales so cuando es placentero. Aunque esto fuera cierto en general dentro de la construcción
de género y sexualidad del ano y de su penetración. Por lo tanto, un concepto como la cultural actual de la sexualidad masculina homosexual, no podría ser de ninguna ma-
autodestruccjón plantea una serie de preguntas sobre la construcción de las relaciones nera un hecho universal sobre la homosexualidad masculina o la penetración anal.
entre el cuerpo, la mente y la cultura. (Agradezco a David Halperin que me haya aclarado estos temas en una conversación
28. Bersani, «¿Es el recto una tumba?!->, p. 92. extremadamente útil.)
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98 ___________________ Un archivo de sentimienlos Trauma y contacto físico: sexualidades bUlch-femme _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 99

frases emerge en el contexto de cómo un yo específicamente m(lSCU~ virtiéndose ellas mismas en vulnerables o receptivas, físicamente y
lino es humillado, y por lo tanto amenazado de desintegración, por la emocionalmente. Además, los afectos negativos que se asocian a cier-
penetración anal. Pero aun cuando la desintegración radical y la humi- tos actos no pueden ser atribuidos a problemas que se resuelvan con
llación no caracterizan los afectos negativos que tanto las lesbianas un «mejoD> sexo, como el sexo no jerárquico, el sexo sin penetración,
butch como las femme asocian con ser follada, eso tampoco significa el sexo en una cultura sin homofobia, o cualquiera de las otras solu-
que sus visiones lo romanticen. Las lesbianas, por ejemplo, describen ciones utópicas para eliminar la «perversiÓn» o el dolor. Un problema
un miedo bastante diferente -no un miedo derivado de ser follada, permanente de las críticas lesbianas/feministas a la sexualidad butch-
sino el miedo que le impide a una ser follada-. Por otra parte, la pre- femme, que ha sido abordado con respecto al período pre-Stonewall
misa ilógica de Bersani de que a las personas no les gusta tener rela- una atención revisionista, ha sido la presuncrón de que aspectos su-
ciones sexuales es menos sorprendente en el caso de las mujeres, para puestamente perversos o disfuneionales de culturas anteriores pueden
quienes los peligros y las molestias de la sexualidad (ya sea el emba- y debe resolverse superando la homofobia internalizada o el sexis-
razo, la violación o la incapacidad para atender a su propIO placer) han mo. 31 En su lugar, lo que se necesita es una positividad sexual que
sido demasiado apresuradamente enfatizados. La afirmación de Ber- pueda asumir la negatividad, incluyendo el trauma." Permitir un lugar
sani de que los hombres no solo quieren ser penetrados, sino que quie- para el trauma dentro de la sexualidad es coherente con los esfuerzos
ren «ser follados») puede constituir una afirmación más poderosa por para mantener la sexualidad queer, para mantener un lugar para la ver-
su atractivo que decir que las mujeres (heteras) quieren ser folladas, güenza y la perversión dentro de los discursos públicos de la sexuali-
algo que puede atribuirse más fácilmente a los roles de género prescri- dad, en lugar de eliminar su desorden para hacerlos aceptables.
tos. Sin embargo, el hecho de que a los hombres les guste que les fo- Los aspectos dolorosos y difíciles de la sexualidad de la mujer,
llen solo parece ilógico (o «queer») si se supone que todo el mundo que son también algunas de sus cualidades más poderosas, se exploran
realmente quiere ser ~<masculino» y activo, o que el trauma de la pene- en el ensayo de Joan Nestle «The Gift ofTaking». El uso de Nestle de
30
tración debe ser necesariamente negativo. ~<dar» y «recibir» es al menos tan vivo como el lenguaje de «follar/ser
follada», «activa/pasiva» y «penetradora/ser penetrada». Así describe
de forma directa el proceso de ser penetrada con los dedos:

Dar y tomar: receptividad femme Ella me torna con su mano, empujando, apretando, abriendo. Ella hace
resbalar un dedo dentro de mí. Yo suspiro cuando ella me llena con ese
En el contexto de la crítica de Bersani de la positividad del sexo, yo único empuje, cuando ya he recibido tanto, y lo haré de nuevo, pero aún
asÍ la primera entrada transmite toda la alegria, la sorpresa de su poder
diría que los relatos de las femmes sobre la receptividad evitan una
... Puedo responder a su demanda con mi forma de dar, responder a su
lectura redentora del sexo, ya que insisten en el miedo, el dolor y la
dificultad que pueden bloquear el camino y que son con jurados con-
31. Un ejemplo de este tipo de análisis es el debate de Lillian Faderman sobre la
cultura de bar butch/femme, cuyos aspectos violentos atribuye al alcoholismo. En su
30. Los fundamentos potencialmente misóginos de la presunción de Bersani de que visión, Jos bares surgen como un caldo de cultivo de la adicción y la disfuncionalidad,
r follado implica una feminización indeseable están relacionados con otros aspectos lo que se presta a una evaluación moral y crítica de la cultura butch-fernme. Véase Odd
~: su argumentación que han sido criticados por las f~mjnistas.las cual~s han señalado Girls and Twilight Lovers: A History oj Lesbian Lije in Twentieth-Century America,
la misoginia de sus comentarios sobre el com~ortamle?to camp y a:t'~mmad? del hom- Viking Penguin, Nueva York, 1991, pp. 159-187.
bre gayo Véanse CaroJe-Anne Tyler, «Boys ~lll Be. GIrls: The PobtlCS of (Jay Dra g:" 32. El uso actual del término queer podría entenderse como algo que apoya y articu-
en Inside/Out: Lesbian Theories, Gay Theones, Dmna Fuss (ed.), Routledge, Nue\ a la esta aparente contradicción. Por ejemplo, la aportación de Sedgwick en «Queer Per-
York, 1991, pp. 38-40, Y Teresa de Lauretis, «Film and the Visible», en How Do 1 formativity» sobre la centralidad de la vergüenza en las prácticas sexuales y culturales
Look? Queer Film and Vídeo, Bad Object-Choices (ed.), Bay Prcss, Seattle, 1991, queer representa un esfuerzo por conservar su negatividad y ver la vergüenza como un
pp. 246-247. recurso político y cultural potencialmente «positivo,;..
100 __________________ Un archivo de sentimientos Trauma Y conlacl0 físico: sexualidades butch-femme - - -__ 101

mano con mis entrañas ... Ella es una fuerza total sobre mí, Ji sin em- Algo esencial en la visión de Nestle de los placeres de «ser to-
bargo todo su poder es darme a mi misma:'3 mada» es su representación de los aspectos difíciles del ser tornada o
follada por su amante. Cuando la amante de Nes!le entra en su cuerpo,
Mientras que su amante «la toma» deslizando un dedo dentro de ella, «el dolor es dulce; destruye los años de insensibilidad» (<<Gift»,
Nestle se describe a sí misma como «tomando» la mano de su amante p. 128). El sentimiento es contrastado con la insensibilidad; incluso el
dentro de ella. Tomar se usa por lo tanto para significar a la vez recep~ dolor es preferible a no sentir nada en absoluto. La formulación de
tividad y posesión de la otra persona. Además, tanto la butch como la Nestle aquí se asemeja a la de Freud acerca de la insensibilidad y la
femme toman, y ambas dan también. La amante de Nestle está dando sensación. La femme que se permite ser vulnerable elimina esa capa
atención, es una parte del cuerpo, y una demanda, pero Nestle está a su de dureza o escudo cortical que solía llevar ante una cultura homofó~
vez devolviendo, ya que sus «entrañas» responden a la mano de su bica que declara que sus deseos son una vergüenza, o que no reconoce
amante. De este modo la femme da y toma en un proceso de ser pene~ la belleza de su feminidad queer. La atención de su amante destruye la
trada que le permite «responder a su demanda [de su amantel con mi insensibilidad creada por una incapacidad para expresar el deseo. So~
forma de dar, responder a su mano con mis entrañas». En este acto de meterse a las exigencias de las caricias de su amante implica una
dar y recibir simultáneamente, Nestle afirma que el «poder» de la butch asunción difícil del propio deseo de Nestle: «Quiero gritarle: "Ahora,
para recibir es que ella se dé «a sí misma», una concepción bastante por favor, tómame ahora", pero no puedo, ni siquiera en este sueño.
diferente del poder (y del intercambio) de lo que está implícito en la Lo quiero. Lo necesito. Por todos los años en los que no he gritado,
idea de que ser penetrada es un acto que destruye el yo. La butch activa por tantos años en un mundo que no era lo bastante seguro, o donde no
definitivamente tiene poder sobre Nestle, sin embargo; no está simple~ había nadie para escucbarlo» (p. 129).
mente atendiendo el deseo femme de Nestle de una manera que haga El ensayo de Nestle destaca el contexto en el que tiene lugar la
que Nestle sea la activa. Como pasiva, Nestle experimenta sus propias experiencia sexual: una cultura a menudo homofóbica y adormecida
formas de poder y placer. En última instancia, el intercambio del poder en diferentes formas, que amenaza con destruir a un yo que ha logrado
parece más importante que los propios actos físicos. A pesar de que llegar a existir de forma precaria mediante la actividad sexual. El pla~
Nestle esté describiendo la penetración con los dedos, más importante cer de ser follada, pero también su dificultad, compensa ese autobo~
que las partes del cuerpo reales es la «apropiación del cuerpo humano» nado y ese «odio a una misma» que por lo general están siempre ahí.
(para usar la frase de David Halperin) para representar las dinámicas Como explica Nestle:
intersubjetivas de dar y recibir." Dada la compleja interdependencia de
lo físico y lo psíquico, una denominación más explícita del cuerpo no Sé que esta mujer, mi amiga, llevará mi cuerpo a la luz, hará que yo lo
ayudaría a representar el acto sexual con mayor precisión. use y 10 escuche, lo tensaré al máximo, Ji me ayudará por medio de sus
demandas y su placer a olvidar el odio a mí misma. Mediante su don de
recibir, se me devolverá a mí misma un yo que debe vivir en este cuerpo
33. loan Nestle, «The Gift ofTaking», en A Resfricted Countr)", Firebrand Books, y que por tanto necesita desesperadamente reconciliarse (128).
Ithaca, N.Y., 1987, pp.129~130. Otras citas se incluirán en el texto como «Gift».
34. Véanse David Halperin, One Hundred Years ofHomosexuality, p. 25. En «El falo
lesbiano y el imaginario motfológico», Cuerpos que importan, Paidós, Buenos Aires, A través del don de recibir, Nestle es capaz de vivir con su cuerpo, que
2003, pp. 95-142, Judith Butler aborda este tema a partir de su aparición en la teoría logra representarla a ella misma. Más importante que los actos físicos
psicoanalítica, remarcando que el concepto de falo se refiere a procesos históricos o
contingentes específicos por los cuales las partes del cuerpo están zonificadas como reales, pero inseparables de ellos, son los efectos psíquicos de recibir
significativas para crear, por ejemplo, conceptos de sexualidad o poder. Butler señala atención. El lenguaje de Nestle de dar y tomar no necesita ser traducido
que si quisiéramos pensar un cuerpo que precediera a la construcción social, estaría de a términos más explícitos o gráficos porque el cuerpo ya es una metáfo~
hecho constituido por esas construcciones. Véase también el capítulo «Los cuerpos
que importan», en Cuerpos que importan, pp. 53-94. ra de los estados mentales y sociales. Sin embargo, ella construye la

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