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Por otra parte , aun que un recurso natural o ambiental no tenga precio, de
acuerdo con los planteamientos de la economía neoclásica, corriente principal
de pensamiento económico aquí revisada, los valores de uso y no uso que la
sociedad asigna a estos recursos depende de la utilidad, es decir, de las
satisfacción de diferentes necesidades que ellos ofrezcan, y en este sentido se
vincula de mejor manera con los valores medidos por la DAP y la DAA, en que
los propios individuos incorporan su subjetividad.
Cuando los bienes y servicio de los ecosistemas no cuentan con precios de
mercado, se opta por métodos alternativos relacionados con dos conceptos
importantes: preferencias reveladas y preferencias declaradas. Las primeras
sumen que las preferencias de los consumidores pueden ser reveladas, esto es,
obtenidas indirectamente a partir de sus hábitos de compra, mientras que las
segundas se refieren a una familia de técnicas que recurren a las
manifestaciones directas de personas encuestadas acerca de sus preferencias.
En este contexto es más frecuente referirse como valor económico neto (VEN) a
excedente del consumir. El área cuadrangular comprendida entre el segmento
de precio y la abscisa de cantidades corresponde al gasto total (otto, el al.,
2007,p.15) y por tanto el valor económico correspondería a la sum de estas dos
áreas.
Por otra parte, esta técnica en muchas ocasiones recurre a los precios de bienes
negociables en el mercado que (que no abordaremos en este estudio), y en otras
ocasiones recurre a técnicas dirigidas para bienes y servicios sin precios de
mercado. Segun la NOAA (2015), este método puede ser más difícil de aplicar
cuando los beneficios con costos no tienen un valor de mercado. Davis y Vano
(2009,p.10) aclaran que este método, mas que el valorar recursos naturales,
tiene como primer objetivo identificar los proyectos públicos que probablemente
producirán beneficios económicos.
El ACB también se define como un método que compara los beneficios sociales,
acumulativos con los costos de oportunidad, es decir, ventajas contra
desventajas económicas (NOAA, 2015). Es una metodoloa que compara el valor
presente de todos los beneficios sociales con el valor actual de los costos de
oportunidad de los recursos utilizados .Asi, por ejemplo, ante un problema de
inundaciones eventuales de una zona, un proyecto de una represa se justificaría
si los costes asociados a su instalación y funcionamiento fueran menores que
los de limpiezas futuras de las inundaciones que se quiere evitar, Este es un
método fuertemente dependiente de precios de mercado, actuales y futuros; por
consiguiente, requiere una tasa de descuento, en sus criterios, muy discutible,
para estimar el valor actual neto de todas estas cifras. Sobre este punto Martinez
Alier (1998) critica que, el análisis costo beneficio combina un análisis
matemático sofisticado con una medida grosera de valor en el que se infravalora
el futuro sujetándolo a una tasa de descuento.
Coincidiendo con Lipton et al. (1995, p.27), es importante tener en cuenta que el
marco básico de este método tiene limitaciones, entre ellas, la determinación de
la tasa de descuento de los costos y beneficios futuros, la equidad con las
generaciones futuras, los problemas de distribución, la incertidumbre, el riego y
la irreversibilidad. A pesar de estas limitaciones, el análisis costos beneficio es
la herramienta más utilizada para evaluación económica de programas públicos
en la gestión de los recursos naturales.
Propuesto por Court en 1939, el método de los precios hedónicos presta atención
a las diferentes características que definen el precio de un determinado servicio
o bien, y establecen la importancia cuantitativa de cada una de ellas. Este
método frecuentemente recurre a la comparación de sitios semejantes, como
casas, hoteles, etc., que defieren en cierto atributo ambiental como vista al mar,
una cascada, un lago, o la proximidad a un determinado servicio ambiental
ofrecido por un parque, un rio, etc.
De acuerdo con la NOAA (2015), este método tiene un limitado uso porque la
mayoría de incomodidades ambientales tienen solo pequeños efectos sobre los
precios de la vivienda, y la interpretación de estas diferencias implícitas de
precios es técnicamente compleja.
Lipton et al. (1995 p. 50), señalan algunas cosas de esta técnica; por ejemplo, la
mayoría de los incidentes ambientales tienen únicamente efectos pequeños, si
no ninguno, sobre los precios de la vivienda; incluso cuando existen efectos
puede ser difícil estimarlos utilizando métodos econométricos, debido a que hay
demasiados factores correlacionados que influyen en los precios de la vivienda.
La idea original fue propuesta por Hotelling en 1947, en una carta a los servicios
de parques nacionales en los estadis unidos (Haab y Whitehead, 2014, p.316).
Este método es utilizado ampliamente en la valoración económica de parques
naturales y actividades recreacionales. Calcula el precio implicito de los recursos
nturales de una zona concreta, a partir del tiempo invertido y los gastos
realizados por los visitantes a dicha zona. El valor agregado del recurso puede
entonces deducirse de una combinación de esta demanda y el numero de visitas
de lugar a raves del tiempo. Shah (2013, p.49) explica que este método asume
que las personas hacen viajes repeidos a un sitio de recreo hasta que la utilidad
marginal derivada de cada viaje sea igual a lo costes marginales de cada viaje.
Asi entonces, este ultimo seri al coste de cada viaje, que incluye coste de tiempo
y coste de transporte.
De acuerdo con Lipton et al. (1995, p.43), esta técnica tiene buena aceptación
entre economista ortodoxos por que utiliza comportamientos reales en lugar de
respuestas verbales a escenarios hipotéticos, además de ser un método cuya
aplicación no es onerosa. Sin embargo, como lo indica Terrogresa (2008,p.51),
una debilidad del método es que limita el numero de costes a los mas
observados, sin considerar otros reales de difícil estimación, como la
depreciación del vehiculo utilizado en cada caso, costes de oportunidad, viajes
con varios propósitos, el que disfrute del viaje en si, etc.
Por otra parte, en el caso del ejemplo citado obtenido corresponde al servicio
proporcionados por el lago como fuente de esparcimiento o descanso, que no
puede transferirse al valor de uso de esa misma agua como servicio de consumo
humano; los dos son servicios diferentes, por lo que debe evitarse incurrir en una
transferencia incorrecta aunque se trate de servicios del mismo bien.
De acuerdo con Hoyos y Mariel (2010, p. 330), fueron Bowen 1943 y Ciriacy-
Wantrup en 19447, los primeros en proponer el uso de una encuesta de opinión
publica como un instrumento valido para valorar los bienes públicos. Estos
investigadores se basaron en la idea de la que la votación podría ser el sustituto,
más cercano de la elección del consumidor.
Este método se basa en encuestas que permiten el valor de los bienes que no
tienen precio de mercado, recurriendo a la DAP o DAA de los encuestados con
respecto a un determinado servicio o bien, o a un ecosistema en general, como
también daños ambientales o ecológicos. Este método permite a los individuos
revelar su DAP por cambios en la cantidad o calidad de bienes y servicios
ambientales como los proporcionados por el agua. El objetivo del método de
valor contingente (MVC) es medir el excelente del consumidor, de las calidades
ambientales.
Varios serán los autores que consideren el MVC como la mejor opción para
casos como el de este estudio. Mitchell y Carson, en su relevante libro Using
Surveys to Value Public Goods: The Contingent Valuetion Method (1989),
afirman que existen sobredas razones para sostener que la valoración
contingente representa el enfoque mas prometedor desarrollado para determinar
la disposición del publico a pagar por los bienes publico (p.2). Recientemente,
autores como lo afirma Syed Shah (2013, p. 50), también es la técnica mas
ampliamente usada para medir el valor monetario de bienes públicos; además,
tiene la habilidad de medir los valores de uso del agua.