La cebolla morada tiene un sabor más suave que la blanca,
por eso es más fácil comerla cruda o cocida en ensaladas, sándwiches o en pastas.
De acuerdo con The National Onion Association estos son
algunos beneficios que se gana al consumirla:
Previene enfermedades del corazón. Hay evidencia
de que los compuestos de azufre de la cebolla morada tienen una capacidad anticoagulante.
Reducen los niveles de colesterol y triglicéridos, de
acuerdo con un estudio de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Kuwait. Para que su efecto se real, es necesario aumentar su consumo. Generalmente se comen cantidades relativamente pequeñas.
Combate el cáncer. Consumirla, aunque sean
cantidades moderadas cinco o seis veces por semana, reduce el riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer, como el de ovario, colorrectal o el de laringe, gracias a su rica fuente de flavonoides.
Contienen pocas calorías, solo 45 por pieza. Son bajas
en sodio, sin grasa ni colesterol. Aportan fibra, esencial para una buena digestión y para mantener una sensación de saciedad.
Aumentan el estado de ánimo. El folato que se
encuentra en las cebollas reduce el exceso de homocisteína, una sustancia que impide que ciertos nutrientes lleguen al cerebro. También provoca una baja de serotonina, dopamina y norepinefrina, hormonas que aumentan la sensación de bienestar.
Favorece la salud bucal. A pesar de que comer
cebollas moradas causa mal aliento, masticarla cruda por dos o tres minutos ayuda a matar la mayoría de los gérmenes en la boca causantes de la caries, dados sus agentes antimicrobianos.