Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Ricardo Santisteban
En este ensayo analizaré el soneto satírico “Pronuncia con sus nombres los trastos y
miserias de la vida” del escritor español Francisco de Quevedo y Villegas. A través del discurso
burlesco, la voz poética ironizará sobre las diferentes etapas del desarrollo humano. Asimismo
hace una exploración y medita, desde un punto de vista muy pesimista, acerca de la trivialidad
del ser humano en el mundo, y que los acontecimientos que uno ensalza y magnifica esconden
El poema está estructurado en cuatro estrofas. Como la mayoría de sonetos, tiene las
dos primeras estrofas en cuartetos: la primera encierra el nacimiento del niño y la niñez,
mientras que el segundo cuarteto describe las etapa de la juventud y el inicio de los impulsos
sexuales. Por otro lado, las dos ultimas estrofas son tercetos los cuales muestran primero al
cual finalmente sucumbirá ante el inexorable poder de la muerte. De esta manera, a lo largo del
poema se contraponen ideas que reflejan las ideas y sentimientos de tristeza y pesimismo acerca
otro mundo. Está compuesto en versos de arte mayor, es decir, tiene más de nueve sílabas en
cada verso. En este caso es un endecasílabo. En cuanto a la métrica del soneto, este es de rima
consonante, y sigue el siguiente esquema métrico: rima cruzada para los cuartetos. -ABBA
ABBA- y los tercetos tienen rima CDC CDC. En las sílabas finales de los versos, las cuales
son paroxítonas, se hace evidente el juego fónico pues todas terminan en -ca (caca, bellaca,
cuca, etc.), ello naturalmente tiene como objetivo darle un ritmo y una sonoridad más musical
los cultismos a los que llamaba “conceptillos del asco”, sin embargo; tampoco le gustaba las
palabras vulgares (Ferrari 21). Ello se muestra en Premáticas que este año de 1600 se ordenó
por ciertas personas deseosas al bien común con la critica en donde satiriza, y condena el uso
Quevedo? Américo Ferrari explica que Quevedo más allá de la búsqueda de una lenguaje ideal,
lo que criticaba era el carácter artificioso, mecánico y pretencioso del lenguaje el cual
finalmente no expresaba nada y quedaba en el mas absoluto sinsentido (2007:24). Sin embargo,
Flores 3
en sus prosas como en sus poemas satíricos, este es uno ellos, abundan este tipo de expresiones
vulgares. Con ello busca parodiar y exponer la formas estereotipadas del lenguaje,
precisamente en este poema esas palabras tienen un efecto que acrecienta la decadencia del ser
humano, pues no sólo sus actos están vacíos y llenas de vicios, también lo están sus formas de
hablar.
Continuando con la interpretación del poema, el primer verso evoca el principio de la vida, el
menos no de manera tan directa, muy comúnmente utilizado en el ámbito poético por su
evidente repugnancia. Góngora lo llamaría de modo eufemístico lodo con hierbabuena y perejil
en su poema “A la confusión de la corte”. Además “caca” está puesta en relieve por su sitio al
final del verso. Las lagrimas pueden referirse a la alegría de la madre al ver a su hijo recién
nacido, sin embargo, al estar enlazada con caca, pierde ese carácter noble que la caracteriza.
Así, lagrimas y caca no evocan el lado sentimental del nacimiento, por el contrario, simbolizan
el aspecto sucio del parto. En este verso se usa una sinécdoque generalizante para designar
todos los diablos donde unos condenados hablan de no querer volver a nacer:
[…]Yo he de ser aposentado en unos riñones, y dellos, con más vergüenza que gusto
diciendo que hagan allá a los orines, he de ir a ser vecino de la necesaria; nueve meses
he de alimentarme del asco de los meses; y la regla, que es la fregona de las mujeres,
que vacía sus inmundicias, será mi despensera; andaré sin saber lo que hago; antes de
ver, lleno de antojos; para nacer traeré más dolores que el mal francés […](Quevedo
175)
Flores 4
La voz que narra la escena describe con evidente repugnancia la parte fisiológica del
alumbramiento -llega al extremo de comparar el dolor del parte con el de la sífilis- la cual
contrasta con la idea de feliz maternidad de la época en donde el alumbramiento era visto como
complace con lo repugnante, sino que la usa como un referente burlesco e incluso, como
veremos más adelante, como referente moral. Estas alusiones a lo escatológico no solo son
parte de sus obras satíricas, sino en toda su creación poética ya que en esas obras burlescas
Quevedo usa el ingenio para hacer hincapié en el contexto corrupto y decadente que rodea su
época (Roig 57). El discurso escatologico continúa en el primer verso. Palabras infantiles como
mu, mama y coco se envuelven en esa repugnancia del anterior verso y hace que estos terminos
organismo del que sólo emanan repetidamente sustancias sucias. En el siguiente verso al igual
que en el anterior, Quevedo se sumerge en el mundo infantil y no sólo capta el lenguaje de los
niños, sino también sus costumbres. El trompo y la matraca aluden a los juegos favoritos de
infantil, lo molestaba. Para la voz poetica, el ruido no es síntoma de alegría, sino de fastidio.
desde su nacimiento está condenado a sufrir. El feto vive refugiado y protegido en el vientre
de su madre, sin embargo, su estancia en esa “cueva” es efímera pues deberá salir hacia un
mundo el cual poco a poco lo irá corrompiendo. Incluso el termino lagrimas puede no solo
referirse a las lagrimas del infante -también lo menciona en Discurso de todos los diablos- sino
también a las de su madre la cual mediante un acto brutal y doloroso abre su paso al ciclo de la
vida.
adolescente el cual ya inicia su camino hacia vicios como la mentira y la lascivia. Se hace
Flores 5
alusión a los amores solo por la pasión y no por amor, o sea, amores venales que se dejan
realidades, ya que por medio de él resultan ser algo conocido. Para Quevedo. la juventud es
una época de pecado dominada por el apetito loco como lo demuestra la estructura a partir del
verso seis. La sintaxis se vuelve caótica como la vida del joven, además hay animalización
con “embiste”, que se refiere a la fuerza del deseo. El joven cambia su forma humana y se
convierte en un toro que desenfrenado no sólo se pone en peligro a sí mismo, sino también a
los que le rodean. Para ser más expresivo recurre a la antítesis “todo es poco” la cual es una
paradoja en donde se identifican dos términos opuestos: “Todo” se refiere a lo mucho que cree
insuficiente todo lo que posee y anhela más o todo lo que consigue en realidad carece de un
con las mujeres: primero con las prostitutas y después con su esposa. En sus poemas amorosos,
Quevedo reflexiona acerca de lo que es realmente amar y querer. Mientras que en el primero
hay un deseo de eternidad que lucha por no marchitarse en el paso del tiempo; el segundo, uno
vez que está satisfecho solo produce hartazgo y tristeza (Ferrari 26). En este poema satírico,
Quevedo se burla de ese concepto de amor eterno pues en el mundo real la vida es una lucha
constante entre la voluntad y el deseo de querer poseer al otro no por la “virtud ardiente del
amor” sino por lascivia, vanidad o ambición o simplemente por poder. Esto se demuestra desde
la juventud del hombre, el cual trabuca todo. Según la Real Academia Española, trabucar es
trastornar o descomponer el orden de algo. Así el hombre pone de cabeza su vida producto de
la mala voluntad que es inherente en su naturaleza, de está manera recurre a las prostitutas y el
dinero, fuente primaria de poder que corrompe todos los ámbitos según Quevedo, para
satisfacer sus deseos sexuales, los cuales antes, por lo menos, eran basados en el mutuo apetito
Flores 6
de poseer. Con esto no queremos decir que Quevedo deteste el dinero que al fin y acabo permite
la compra y distribución de mercancía; lo que le molesta es que el ser humano, por su egoísmo
natural, quiera utilizar como producto mercantil su alma y el alma de otras personas (Ferrari
27). Tras la soltería, aparece en yuxtaposición, uno de los otros estados del hombre: el
matrimonio. Si antes estaba con la rameras ahora es engañado por su mujer, con ello se infiere
una degradación espiritual tanto de hombres como de mujeres pues ambos se han dedicado a
manchar el sacramento del matrimonio llevados solo por sus necesidades personales. José
Manuel Blecua menciona en unas notas acerca del significado de “mala cuca” el cual alude al
cuclillo, que pone sus nidos huevos ajenos. Esta avecilla aparecerá también en “Discurso de
todos los diablos”: “Y ahora nos hallamos en en los infiernos condenados cuclillos” (Quevedo
199).
El último terceto está dedicado a la ancianidad, la muerte y lo que está más allá de esta.
Hay un aceleración del tiempo a través de la enumeración de verbos (encanece, arrúgase, seca).
El sujeto pasa a ser codificado por esos verbos que también se podrían usar para describir a una
un cuerpo ya seco. En el verso trece, que representa el fin del sujeto, al agregar el verbo llegar
la muerte adquiere un carácter de persona pues es como si fuera una visita que solo a partir de
su mera presencia trastoca todo. Y en efecto, la visita de la muerte todo lo bazuca (todo lo
altera, lo agita, “bazucar es revolver una cosa líquida en un recipiente), ahí hay otro rasgo
Asimismo, el verso catorce es una epifrasis moral pues se amplia el enunciado mediante una
expansión que puede acentuar o corregir la idea expresada con anterioridad (Roig 2007). En el
mismo verso hay una especie de sentencia profética en la cual la voz poética anuncia que el
hombre, inminentemente, tendrá que pagar por su pecados quizás no en está vida sino en la
otra. Precisamente esto se materializa en las primeras páginas del Discurso de todos los Diablos
Flores 7
BIBLIOGRAFÍA
Quevedo y Villegas, Francisco Obras satíricas y festivas. Madrid: Ediciones Ibéricas. 1958