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Comportamiento masticatorio y dificultades para

masticar en adultos jóvenes con trastornos


temporomandibulares
Resumen

Antecedentes: las dificultades y limitaciones en la función masticatoria se encuentran entre las


principales razones por las cuales los pacientes con trastorno temporomandibular (TMD) buscan
atención.

Objetivo:

Evaluar el comportamiento masticatorio y la percepción de dificultades para masticar en


adultos con TMD leve de inicio reciente, considerando la presencia de maloclusión.

Métodos:

81 Adultos jóvenes se dividieron en grupos según la presencia de TMD y maloclusión: oclusión


normal no TMD (n = 18), oclusión ocular no TMD (n = 22), oclusión normal TMD (n = 18) y
oclusión normal TMD (n = 23) TMD se evaluó utilizando los criterios de diagnóstico de
investigación de TMD y los voluntarios también respondieron cuestionarios sobre su percepción
sobre la limitación funcional de la mandíbula y la dificultad para masticar alimentos de
diferentes texturas. Los comportamientos masticatorios y de deglución se evaluaron mediante
el protocolo de evaluación miofuncional orofacial con puntajes (OMES). También se obtuvieron
el tiempo de masticación y la frecuencia de masticación tomadas para ingerir el alimento de
prueba. Se usó ANOVA de dos vías para analizar los efectos de interacción TMD, oclusión y TMD*
oclusión.

Resultados: el efecto TMD se observó en la movilidad vertical de la mandíbula y las puntuaciones


totales de limitación de la función de la mandíbula, lo que significa que los grupos diferían en la
percepción de limitación de apertura y limitación mandibular según el estado de TMD con un
tamaño de efecto medio. Además, se observaron más cambios en la función de masticación
(puntuación OMES-Chewing) y mayor frecuencia de masticación en presencia de TMD (p <0.05).
El efecto de oclusión solo se observó en la puntuación OMES-deglución y no se observó ningún
efecto de interacción de oclusión TMD *.

Conclusión: Se observaron cambios en el comportamiento de masticación, la frecuencia y la


percepción de la limitación mandibular en presencia de TMD, señalando la importancia de la
evaluación funcional al planificar y establecer un plan de tratamiento.

Palabras clave: disfunción de la articulación temporomandibular, oclusión dental,


autopercepción, conducta alimentaria, masticación.

1. Introducción
Dada la variedad de diagnósticos y grados de gravedad del trastorno temporomandibular (TMD),
es posible que, en algún momento de su manifestación clínica, la función masticatoria también
se vea afectada. De hecho, en la mayoría de los casos de TMD, las dificultades y limitaciones de
la función masticatoria se encuentran entre los principales signos y síntomas notificados u
observados.

Para comprender mejor las quejas de masticación, se han propuesto y utilizado cuestionarios de
autoevaluación, que presentan preguntas sobre la función mandibular y la ingesta de alimentos
de diferente tipo, textura y consistencia. La evaluación clínica del sistema estomatognático
también es una parte importante del análisis miofuncional orofacial, cuyo objetivo es detallar el
comportamiento masticatorio y complementar el diagnóstico. Según nuestra experiencia clínica
y los resultados encontrados en estudios previos, es posible esperar que los pacientes con TMD
puedan presentar cambios o alteraciones en los diversos aspectos de la función masticatoria,
que difieren en términos de frecuencia y gravedad.

En resumen, estos pacientes pueden tener una percepción de capacidad masticatoria reducida
o mayor dificultad para masticar, masticación unilateral, cambios en el ritmo, patrón y fuerza,
falta de coordinación y limitación de los movimientos mandibulares, mayor tiempo para
masticar, peor eficiencia o rendimiento masticatorio1, reclutamiento menos preciso de
músculos temporales y maseteros en los lados de trabajo y equilibrio, además de alteraciones
cinemáticas y menos estabilidad de los ciclos masticatorios.

Los TMD son un grupo heterogéneo de trastornos que afectan el sistema masticatorio, que
pueden dividirse en dolor miofascial, desplazamiento de disco con / sin reducción y subgrupos
de artralgia u osteoartritis. Los pacientes con trastornos de larga duración moderados a severos
informaron una mayor dificultad para masticar alimentos de diferentes texturas que los
asintomáticos, especialmente considerando aquellos con mayor consistencia, y al comparar los
diversos subgrupos de diagnóstico, los pacientes con desplazamiento de disco (con o sin
reducción) informaron mayores dificultades en masticar que aquellos con dolor miofascial.
Hasta donde sabemos, ningún estudio investigó directamente la cantidad de masticación que
puede verse afectada en los casos de TMD con sintomatología leve a moderada, mediante la
aplicación de protocolos validados y estandarizados.

Aunque los síntomas pueden variar, afectan en mayor o menor medida la elección, la ingesta y
el placer de la comida, de modo que la mayoría de los pacientes con TMD terminan modificando
su dieta en función de este problema. Como la textura de los alimentos puede afectar varios
aspectos del proceso masticatorio, la evaluación de la percepción de los pacientes con síntomas
de TMD asociados o no con alteraciones oclusales puede ayudar a comprender cómo el
trastorno cambia su comportamiento de masticación.

Con respecto a la influencia de los cambios oclusales en la masticación, si por un lado se ha


demostrado una reducción en la eficiencia o el rendimiento masticatorio en pacientes con
maloclusiones, por otro lado, los estudios han demostrado que el rendimiento y la capacidad
masticatoria son solo parcialmente dependientes1 o no están relacionados a maloclusión.
Mediante el uso de pruebas subjetivas específicas que evalúan la masticación con cuestionarios,
los pacientes con alteraciones oclusales también notaron dificultades para masticar alimentos
más duros, así como los pacientes con maloclusiones parecían sobreestimar su capacidad para
masticar, sin informar dificultades. Por lo tanto, es posible cuestionar si los cambios en la función
de masticación en presencia de TMD podrían ser maximizados / influenciados por la asociación
con cambios oclusales.

La pregunta que llevó a esta investigación fue si los cambios en el comportamiento de


masticación y, en consecuencia, la ingestión de ciertos alimentos pueden ser detectables incluso
en pacientes con síntomas leves y aparición reciente de TMD, con y sin alteraciones oclusales.
Esta información nos brindaría la posibilidad de un diagnóstico temprano de los primeros
cambios funcionales relacionados con TMD. La aplicación de cuestionarios para rastrear los
cambios en la función masticatoria permitiría detectar y detectar alteraciones funcionales
individuales, proporcionar tratamientos personalizados y evitar que estas modificaciones
agraven o perpetúen la sintomatología de TMD. El objetivo de este estudio fue analizar el
comportamiento masticatorio y la percepción de dificultades en el procesamiento de alimentos
de adultos jóvenes con síntomas leves y TMD de inicio reciente, así como la influencia de los
cambios oclusales en estas variables.

2. Métodos
El estudio se llevó a cabo entre los años 2013-2014 en la Università degli Studi di Milano, Italia,
de acuerdo con los estándares éticos del comité de investigación institucional (número de
proceso 2013 / CS_CPF; Dept Biomedical Sciences, Univ. Milano) y con el Declaración de Helsinki
de 1964 y sus enmiendas posteriores. Todos los sujetos fueron informados sobre el estudio y
firmaron el formulario de consentimiento informado.

2.1. Participantes

Este estudio transversal incluyó a 81 sujetos, de edades comprendidas entre 18 y 41 años (52
mujeres), que se dividieron en 4 grupos de acuerdo con el diagnóstico de TMD y su condición
oclusal (normal o maloclusión): sin normoclusión TMD (n = 18), sin TMD Maloclusión (n = 22),
TMD Normoclusión (n = 18), TMD Malocclusion (n = 23).

Para la selección de la muestra, todos los voluntarios respondieron un cuestionario validado


para detectar la presencia y medir la gravedad de los signos y síntomas de TMD (cuestionario
ProTMDmulti-parte II), y fueron evaluados y clasificados de acuerdo con los Criterios de
diagnóstico de investigación para los trastornos temporomandibulares (RDC / TMD - Eje I). Luego
respondieron los cuestionarios sobre la Escala de limitación funcional de la mandíbula (JFLS) y la
percepción sobre la dificultad de masticar varios alimentos. Además, se les realizó una
evaluación miofuncional orofacial de acuerdo con el protocolo OMES y un análisis de sus
condiciones oclusales.

Los criterios de inclusión para los siguientes grupos fueron:

 No hay normoclusión de TMD: ausencia de caries dental y enfermedad periodontal,


oclusión normal y ser asintomático para TMD, en otras palabras, no presenta signos y
síntomas característicos de la condición y tampoco presenta ninguna clasificación de
TMD en el examen clínico (RDC / TMD - Eje I);
 Sin maloclusión de TMD: presenta maloclusión y es asintomático para TMD, como se
detalla anteriormente;
 Normoclusión de TMD: ausencia de caries dental y enfermedad periodontal, oclusión
normal y presentación de severidad leve de signos y síntomas de TMD según
ProTMDmulti-parte II, así como TMD clasificada como desplazamiento de disco (grupos
IIa o IIb), ya sea o no asociado a la clasificación del dolor miogénico (grupo Ia) y / o
artralgia (grupo IIIa) según el RDC / TMD - Eje I. Los síntomas deben ser de inicio reciente
(menos de 6 meses);
 Maloclusión de TMD: presenta maloclusión y signos y síntomas de TMD como se detalla
anteriormente.

Para todos los grupos estudiados, los criterios de exclusión fueron: patologías del cuello y
sistema estomatognático; presencia de caries y enfermedad periodontal; antecedentes de
tratamientos de ortodoncia, del habla o físicos en los últimos tres años; trastornos neurológicos
centrales o periféricos; enfermedades crónicas tales como hipertensión, diabetes, cáncer;
antecedentes de cirugías y / o tumores o traumatismos en las regiones de la cabeza y el cuello;
estar embarazada. Se excluyeron los sujetos que tomaban analgésicos, esteroides,
antiinflamatorios o psicotrópicos, o aquellos que se sometieron a cualquier tipo de tratamiento
con TMD (por ejemplo, férulas oclusales).

2.2. Configuraciones experimentales


2.2.1. Clasificación de TMD

El diagnóstico diferencial y la caracterización de la muestra con respecto a la clasificación TMD


se basaron en los resultados del examen clínico, ya que no se utilizaron pruebas de imagen. Los
sujetos fueron evaluados sentados en una silla dental.

Un dentista especialista en diagnóstico de TMD realizó la evaluación morfológica y funcional de


la oclusión, así como la palpación de músculos y articulaciones temporomandibulares y el
diagnóstico de TMD, de acuerdo con el protocolo RDC / TMD - Eje I.

Los criterios para una oclusión normal fueron: presencia de una relación de ángulo I
anteroposterior de clase I de los primeros molares inferiores y superiores; un mínimo de 28
dientes permanentes, sobrejet y sobremordida entre 2 y 4 mm, ausencia de mordida abierta,
ausencia de mordida cruzada posterior unilateral, asimetría baja-moderada derecha-izquierda
de arcos dentales en relaciones mesiodistal y asimetría baja-moderada de la línea media.

Los criterios para la clasificación de la maloclusión se basaron en la clasificación de Angle (1899):


se consideró que los sujetos que presentaban una o más de las siguientes condiciones tenían
maloclusión: relación molar de clase II o III de Angle, sobrejet aumentado (incisivos con overjet
mayor que 4 mm), sobremordida aumentada (sobremordida de incisivos mayor de 4 mm),
mordida cruzada anterior y / o posterior, mordida abierta anterior y / o posterior; ausencia de
elementos dentales.
2.2.2. Percepción de los sujetos sobre la limitación de la función mandibular.

Se utilizó el protocolo Jaw Functional Limitation Scale Scale (JFLS), que tiene tres subescalas:
masticación; Mandíbula Movilidad Vertical; Expresión emocional y verbal, como se describió
anteriormente. Se pidió a los sujetos que indicaran el grado de limitación de la mandíbula
durante el último mes, mediante una escala de 11 puntos, en la que 0 (cero) indicaba la ausencia
de limitación y 10 la limitación máxima, es decir, si la actividad era limitado por el alto grado de
dificultad. El puntaje de JFLS varía de 1 a 200 puntos (los puntajes más altos indican una peor
función mandibular).

2.2.3. Percepción de los sujetos sobre sus dificultades para masticar

Los sujetos fueron instruidos para juzgar el grado de dificultad para masticar 9 alimentos de
diferentes consistencias y texturas (pan, filete, arroz y frijoles, manzana, pasta, papa hervida,
maní, carne de barbacoa, pollo en salsa) por medio de una escala de 10 puntos, en los cuales 1
indica la dificultad más baja para masticar y 10 la dificultad más alta. El grado de dificultad para
masticar se obtuvo por la suma de los puntajes atribuidos por el sujeto a cada alimento. El
puntaje varía de 9 a 90 puntos (los puntajes más altos indican mayor dificultad para masticar).
La prueba requería que los sujetos pensaran en las dificultades impuestas por los alimentos de
acuerdo con su condición actual.

2.2.4. Evaluación miofuncional orofacial

El estado orofacial miofuncional se evaluó de acuerdo con la Evaluación miofuncional orofacial


con puntajes - OMES, validado para adultos; de acuerdo con una metodología descrita
anteriormente, la evaluación se realizó primero mediante inspección visual y se complementó
analizando videos grabados (video Sony Handycam Hi8 / ccd-TRV 138). La puntuación total del
protocolo varía de 32 (el peor estado miofuncional orofacial) a 103 (el mejor estado
miofuncional).

Según el protocolo, la evaluación de la masticación comprendió los siguientes elementos:


picadura de comida, tipo masticatorio, presencia de otros comportamientos y signos de
alteraciones, y tiempo total para la ingesta de alimentos. Específicamente para la evaluación de
masticación, los sujetos recibieron instrucciones de masticar una galleta con sabor a chocolate
(Bono® - Nestlé, Brasil) de la manera habitual; eran libres de dividirlo en la cantidad de porciones
que consideraban necesarias. El tiempo total dedicado a comer la galleta se midió usando un
temporizador digital (Q&Q Stop Watch HS43, Japan CBN Corp.). El tiempo de molienda de cada
porción se inició cuando la comida comenzó a masticarse y se detuvo cuando el sujeto tragó el
bolo de la porción. El tiempo total para el consumo de la cookie se calculó por la suma del tiempo
dedicado a la ingestión de cada porción. Durante la molienda de cada porción, también se contó
el número de golpes de masticación. La frecuencia masticatoria se calculó dividiendo el número
total de golpes de masticación por el tiempo total dedicado a masticar la galleta. Los porcentajes
para la clasificación del tipo masticatorio se calcularon por la suma de los números de golpes en
cada lado con respecto al número total de golpes.

Para la evaluación de la función de deglución, se ofreció un vaso de agua y una galleta a los
sujetos. Se les indicó que coloquen la cantidad habitual en la boca y luego se les asignaron
puntajes para los siguientes ítems: comportamiento de los labios, comportamiento de la lengua,
otros comportamientos y signos de alteraciones, y la eficacia de la deglución para obtener
consistencia líquida y sólida.

2.3. Análisis de datos

Los datos fueron analizados estadísticamente utilizando el software SPSS 24.0 (IBM Corp., NY,
EE. UU.), Considerando un nivel alfa del 5%, por uno de los autores (PMC, Especialista en
Estadística Aplicada). Las estadísticas exploratorias consistieron en medias, desviación estándar,
medianas y cuartiles. La normalidad se probó mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov y el
análisis de cuartil-cuantil cuartil (parcela QQ).

Se usó un modelo lineal general, ANOVA de dos vías, para probar los efectos del DTM y la
oclusión y la interacción entre estos factores en la varianza observada de las variables en
estudio. El tamaño del efecto (Eta cuadrado parcial) y la potencia de la prueba para cada modelo
también se obtuvieron y los resultados de la prueba de igualdad de varianzas de Levene se
evaluaron como la premisa de ANOVA.

Para evaluar el tamaño de las diferencias, la estadística al cuadrado parcial Eta se interpretó de
la siguiente manera: los valores mayores que 0.01 se consideraron pequeños, mayores que 0.06
como medios y mayores que 0.14 como grandes.

3. Resultados
Las características de la muestra y las medidas de las dificultades para masticar y la limitación
de la función de la mandíbula se describen en la Tabla 1. Se incluyeron un total de 91 sujetos,
de los cuales 41 se clasificaron como TMD - desplazamiento de disco (IIa); 10 sujetos también
presentaron quejas de dolor (mialgia y / o artralgia).

La percepción de los sujetos con respecto a la dificultad para masticar diferentes tipos de
alimentos no difirió teniendo en cuenta la presencia de TMD y maloclusión. Por otro lado, se
observó un efecto significativo de TMD en la subescala de movilidad vertical de la mandíbula
(ANOVA de dos vías: p = 0.001; cuadrado parcial Eta = 0.125; potencia = 0.91) y puntaje total de
limitación de la función de la mandíbula (ANOVA de dos vías: p = 0,015; Eta parcial al cuadrado
= 0,074; potencia = 0,69), mientras que los efectos de la oclusión y la oclusión TMD * no fueron
significativos (p> 0,05), lo que significa que los grupos diferían en la percepción de limitación de
apertura y limitación mandibular según el estado de TMD con un tamaño de efecto medio.

La Tabla 2 muestra las características de la evaluación de masticación y deglución según el


protocolo OMES; Además, se describe el tiempo total de masticación y la frecuencia de
masticación tomadas para ingerir el alimento de prueba. Los grupos TMD mostraron
puntuaciones más bajas en el dominio de masticación OMES que los grupos sin TMD, lo que
significa que este grupo de voluntarios mostró más cambios en el comportamiento masticatorio
con un efecto TMD significativo y un tamaño de efecto medio (ANOVA de dos vías: p = 0.017;
Eta parcial al cuadrado = 0.072; potencia = 0.67). También se observó un efecto significativo de
TMD en la frecuencia de masticación, con grupos de TMD que muestran una frecuencia de
masticación más alta que los grupos sin TMD (ANOVA de dos vías: p = 0.042; Eta parcial al
cuadrado = 0.053; potencia = 0.53), aunque con un tamaño pequeño de la diferencia. No se
observaron diferencias significativas en el tiempo requerido para ingerir el alimento de prueba
(tiempo de masticación).

Se observó un efecto de oclusión significativo en el dominio de deglución OMES (ANOVA de dos


vías: p = 0.014; Eta parcial al cuadrado = 0.076; potencia = 0.70), con grupos de Maloclusión que
muestran puntuaciones más pequeñas (mayores cambios en la función de deglución). No hubo
un efecto significativo de interacción de oclusión TMD * en ninguno de los análisis realizados, lo
que significa que los efectos de estos factores fueron independientes.

4. Discusión
Los principales resultados mostraron que, en pacientes con síntomas leves, la presencia de TMD
de inicio reciente parecía afectar en cierto grado tanto la percepción del funcionamiento
mandibular como algunos parámetros clínicos del comportamiento masticatorio. El objetivo de
este estudio fue realizar un análisis del comportamiento masticatorio en pacientes con TMD
leve. Sin embargo, considerando que algunos autores informan que la masticación puede estar
influenciada por factores oclusales, la oclusión fue otro factor considerado en el análisis
estadístico y la interpretación.

4.1. Percepción de las dificultades de masticación y limitación de la mandíbula.

La función masticatoria puede describirse en términos del análisis objetivo de la fragmentación


de los alimentos, o subjetivamente, desde la percepción de los sujetos sobre los problemas de
masticación. Estos dos aspectos nos permiten describir el comportamiento masticatorio, que en
pacientes con TMD puede variar según el tipo y la gravedad de la disfunción y las posibles
limitaciones durante los movimientos mandibulares.

En general, las personas con una función masticatoria deficiente son más selectivas e informan
cambios en la elección de los alimentos que suelen ingerir teniendo en cuenta la dificultad de
masticar diferentes tipos de alimentos; Dado que los síntomas varían, también afectan la ingesta
y el placer de la comida, y la mayoría de los pacientes con TMD dolorosa modifican su dieta, con
los consiguientes efectos negativos en su estado nutricional. Mediante el uso de cuestionarios
estructurados, es posible comprender el comportamiento alimentario y evaluar si el sujeto evita
ciertos tipos de alimentos debido a su textura y consistencia.

Se ha informado que los comportamientos de evitación pueden contribuir a la progresión de


TMD. En este estudio, considerando que la mayoría de los individuos presentaban solo una
sintomatología leve (solo 10 individuos presentaban síntomas de dolor articular / muscular) y se
observó un impacto en la movilidad de la mandíbula, este hallazgo muestra la importancia de la
identificación temprana de alteraciones funcionales para promover acciones preventivas,
favoreciendo una mejor calidad de la función masticatoria.

En un estudio anterior, el puntaje de capacidad masticatoria se correlacionó con el dolor de la


articulación temporomandibular y la capacidad de abrir la boca, pero no con el ruido de la
articulación temporomandibular y la sensibilidad muscular. Por lo tanto, es importante
considerar la inclusión de la evaluación de la capacidad masticatoria en la rutina clínica de los
pacientes con TMD y diferenciar los hallazgos clínicos entre los diferentes diagnósticos de TMD,
considerando la presencia o ausencia de síntomas de dolor.
Un estudio prospectivo observó que los cambios en la estructura articular de la condición normal
a los desplazamientos de disco y la enfermedad degenerativa pueden no ser percibidos por los
pacientes como relevantes en términos de dolor, función y discapacidad de la mandíbula. Por
esta razón, los datos obtenidos con la aplicación del protocolo JFLS fueron particularmente útiles
para demostrar qué condiciones de limitación mandibular fueron más prominentes en estos
pacientes recientemente afectados por el trastorno, lo que concuerda con los hallazgos de la
evaluación clínica (OMES). De hecho, para morder y moler alimentos más grandes y más
consistentes, respectivamente, se requiere un mayor movimiento vertical, fuerza de mordida y
excursión lateral de la mandíbula. Según lo descrito por Le Révérend et al., La modificación de
las texturas de los alimentos, incluso dentro de la misma "familia de alimentos", influiría en el
comportamiento masticatorio.

Por lo tanto, para la rehabilitación y el tratamiento de autocontrol de la TMD, se debe considerar


el tipo de alimento a elegir, permitiendo aquellas condiciones funcionales más adecuadas para
cada paciente y evitando la sobrecarga de las estructuras estomatognáticas. En este sentido,
debe considerarse que se debe recomendar una dieta ligera junto con información detallada
sobre su composición en nutrientes y cómo preparar ciertos alimentos (como carne, verduras y
pan) para ayudar a los pacientes a evitar mayores cambios en sus dietas Sin embargo, la
orientación dietética y nutricional en TMD se ha destacado como un área de dificultad en el
manejo de TMD.

4.2. Hallazgos miofuncionales orofaciales

Los pacientes con TMD moderada a severa pueden tener un control motor orofacial alterado, lo
que no limita los aspectos de masticación. Los resultados de este estudio parecen confirmar esta
tendencia, ya que aquellos pacientes con sintomatología leve de TMD mostraron algunos
cambios en el comportamiento masticatorio pero no alteraciones miofuncionales importantes,
como se observó usando el protocolo OMES. Esta comprensión es importante para dirigir
estrategias terapéuticas que sean más apropiadas para el tipo y la gravedad de TMD y los
cambios miofuncionales presentes en cada caso.

En sujetos sanos, se reclutan diferentes grupos musculares y funciones motoras elementales de


diferentes maneras durante la ingesta de alimentos, incluso cuando las características físicas de
los alimentos son similares. También es posible que, dependiendo de la biomecánica individual
y la gravedad de la TMD, pueda haber compensaciones mayores o menores durante el proceso
masticatorio, lo que resulta, por ejemplo, en la necesidad de mantener la molienda en un lado
o aumentar el número de masticación. ciclos para ingerir la comida. Esto último podría ser una
hipótesis para el hallazgo de una mayor frecuencia masticatoria en los grupos de TMD, es decir,
los individuos con TMD requirieron más ciclos de masticación para ingerir el alimento de prueba,
lo que podría interpretarse como una estrategia para mantener la homeostasis y completar la
tarea de masticación, como informó Shimada et al., incluso considerando que el tamaño del
efecto observado fue pequeño. En contraste, estudios previos no encontraron diferencias entre
los individuos con TMD y los de control con respecto a la frecuencia masticatoria.

Corroborando estudios previos, el presente estudio no observó un efecto significativo de la


oclusión en los parámetros masticatorios, ni una interacción entre TMD y oclusión, lo que
significa que ambos factores son independientes en la influencia sobre la masticación. La
importancia etiológica de los cambios oclusales tanto en el comportamiento masticatorio como
en el desarrollo de TMD debe considerarse con precaución, ya que la resistencia muscular a la
sobrecarga puede ser más importante que la presencia de ciertos tipos de maloclusiones. Al
mismo tiempo, los cambios importantes en el número de contactos oclusales y ausencias
dentales parecen tener un gran impacto en el rendimiento masticatorio. En este estudio, todos
los sujetos tenían todos los dientes y no presentaban maloclusiones mayores (esqueléticas), lo
que puede ser la razón por la cual no se observó un efecto de oclusión significativo en los
objetivos objetivos y masticatorios masticatorios.

Según Gameiro et al., Los pacientes con maloclusión probablemente desconocen su capacidad
masticatoria reducida, por lo que tragan partículas de alimentos más grandes. Coherentemente,
en el presente estudio, la oclusión tuvo un efecto sobre la deglución, pero no sobre los juicios
de limitación mandibular y la dificultad para masticar. También se debe considerar que las
mismas características oclusales pueden derivar de diferentes causas, o incluso desarrollarse en
diferentes momentos. Esto, a su vez, puede causar diferentes adaptaciones del paciente a la
condición alterada y, por lo tanto, existe la necesidad de una evaluación clínica para asociar la
morfología con la función. Por lo tanto, se sugiere tener en cuenta algunos signos indicativos de
posibles desequilibrios futuros en casos más leves, que a su vez pueden ser un riesgo para la
salud y el equilibrio funcional del sistema estomatognático.

Los resultados que muestran la reducción de la puntuación de movilidad vertical y la puntuación


total de JFLS, así como más cambios en el comportamiento masticatorio y una mayor frecuencia
masticatoria, pueden ser indicativos de deficiencias en la función masticatoria asociadas a
síntomas leves de TMD de inicio reciente. Es por eso que la restauración de la capacidad
masticatoria es importante en el tratamiento de TMD.

Entre las limitaciones de este estudio, es posible mencionar que no se utilizó ningún
procedimiento de imagen para caracterizar el estado de la articulación, lo que podría validar el
diagnóstico, mostrando un deterioro del disco articular. Otra limitación puede estar relacionada
con la forma en que caracterizamos las alteraciones oclusales. Quizás si se hubiera considerado
el número de contactos e interferencias oclusales, el efecto de la condición oclusal sobre el
comportamiento masticatorio podría surgir y justificar algunos cambios en este proceso.
Además, casi todos los resultados mostraron un tamaño de efecto medio, el poder de la prueba
encontrada fue inferior al deseable (0,80 o mayor); Esto indica que la muestra era más pequeña
de lo necesario, lo que limita la generalización de los resultados.

Aunque el diseño transversal de este estudio no nos permite establecer si las características
encontradas se desarrollaron antes o después del inicio de TMD, una caracterización tan
profunda del comportamiento masticatorio es importante para una descripción más precisa del
proceso masticatorio y cómo La TMD influye mucho en presencia o ausencia de cambios
oclusales. Esto puede ser útil para diagnosticar cambios funcionales que pueden mantener o
agravar los síntomas de TMD, y para establecer un plan de intervención funcional temprano.

5. Conclusión

La presencia de TMD de inicio leve y reciente influyó en el comportamiento de masticación, que


se reflejó en su percepción de la limitación mandibular, así como en los parámetros clínicos de
la masticación. Aunque la oclusión no influyó en el comportamiento masticatorio, pueden tener
un efecto al tragar.
Aprobación ética: todos los procedimientos no fueron invasivos ni dolorosos, y se realizaron de
acuerdo con los estándares éticos del comité de investigación institucional (número de proceso
2013 / CS_CPF Dept biomedical sciences Univ Milano) y con la declaración de Helsinki de 1964 y
sus enmiendas posteriores. Se obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes
individuales incluidos en el estudio.

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