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Semana de Gratitud 2019

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Unión Mexicana de Chiapas

Querido predicador y líder qué agradable es saludarte.

Es impresionante cómo 2019 se nos fue tan rápido.


Ya nos encontramos en la muy esperada semana de “Gratitud y Alabanza”. Y qué
maravilloso título: “Yo soy Jehová tu Sanador”
Quiero agradecerte por dedicar este tiempo para que Dios te use como su instru-
mento en inspirar a muchos hermanos a una experiencia de gratitud a Dios sin
precedente.
Hemos de resaltar la forma milagrosa como Dios actúa en favor de muchas perso-
nas. Hemos de ser inspirados con historias bíblicas milagrosas sorprendentes por
la forma como Jesús actuó.
Hemos de ver vidas transformadas con el poder de Cristo, quitándoles las enfer-
medades físicas, perdonándoles sus pecados y restaurando su corazón y redimién-
dolas del pecado y sus consecuencias.
Deseo de todo corazón que en esta semana sucedan otros milagros. Y uno de esos
sea que todos nuestros hermanos gocen la experiencia de ser tocados por el Espí-
ritu Santo, que gocen la experiencia de la salvación y en un acto de gratitud vayan
a Dios para rendirle adoración, alabanzas y gratitud.
Que el Señor te use en todo lo que se realice durante esta semana.
Dios sea contigo y te deseo un 2020 lleno de bendiciones.
Con mucho aprecio

Tu amigo y servidor

Ptr. Ignacio Navarro Pérez


Presidente
Unión Mexicana de Chiapas

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Semana de Gratitud 2019

Saludo del director

Estimado hermano en Cristo

Te saludo con gozo cristiano y con el respeto que mereces sabiendo que eres el
hombre que Dios eligió para que este año dirijas el departamento de mayordomía
en tu iglesia local o para ser su mensajero en esta semana de gratitud.

El departamento de mayordomía de tu Unión Mexicana de Chiapas, pone a tu


disposición esta serie de mensajes basados en los milagros que nuestro Señor Je-
sús realizara en favor de sus hijos mientras estuvo en esta tierra. Agradecemos
grandemente al autor de este material por dedicar tiempo y los conocimientos
que Dios le ha otorgado durante la experiencia que ha comprado a lo largo de su
ministerio, me refiero al Pastor Adriel Clemente Martínez actualmente Presidente
la Asociación Norte de Chiapas.

Es mi deseo y oración que Dios te use con poder para ministrar a la congregación
donde te toca estar.

Tu hermano en Cristo

Omar Armando Rodríguez López


Director de Mayordomía
Unión Mexicana de Chiapas

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Unión Mexicana de Chiapas

INTRODUCCIÓN

Para ti mi querido predicador:

He preparado esta serie de sermones con el propósito de que esté a tu alcance.


Cuando se me dijo que el título estaría relacionado con la expresión: “Jehová tu
sanador”, le rogué a Dios inspiración. E inmediatamente vinieron a mi mente los
milagros, registrados en los evangelios, que Jesús obró a favor de muchos. Espe-
cialmente recordé aquella declaración inspirada: “Había aldeas enteras donde
no se oía un gemido de dolor, porque Él (Jesús) había pasado por ellas y sanado
a todos sus enfermos” (El camino a Cristo, 11). Entonces pensé que debía trans-
formar los milagros de Jesús en sermones para esta semana. Traté de ponerlo en
un lenguaje sencillo para que al leerlo sea bien asimilado por ti. En esta serie he
utilizado lo que para mí es el correcto orden de referencias.
Primero la Biblia, luego los escritos inspirados, después otra
bibliografía a fín. Todo esto con la intención de que cada uno,
desde su propia cultura bíblica de los milagros, pueda enriquecer
la serie con anécdotas propias, milagros experimentados durante
este año y tener en ti un predicador convincente que toque, bajo
el poder del Espíritu Santo, los corazones de muchos y con gratitud
reconozcan el poder sanador de Jesús.

Dios te bendiga,

El autor

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Sanidad en la casa de la misericordia


(Juan 5:1-9)

Jesús sana al paralítico de Betesda.


Propósito del sermón: Agradecer a Dios porque, si confiamos en Él, a pesar del
largotiempo que pudiese transcurrir, la respuesta de Dios seguramente llegará.

I. INTRODUCCIÓN
A. Hermanos buenos días, ¡feliz sábado! Permítanme introducir la serie de te-
mas que presentaré esta semana de la siguiente manera. Nuestro mundo se
está muriendo.
a. Las pandemias, las diferentes enfermedades locales o regionales en los
diferentes países, que han cobrado la vida de millones, nos muestran un
mundo en decadencia que clama por sanidad.
b. El mundo científico está preocupado. Recientemente se ha hablado, a
manera de reclamo, a los líderes mundiales, del cambio climático y el
efecto que éste produce junto con la muerte de muchos ecosistemas. Hay
crisis en nuestro mundo. Porque esto trae como consecuencias muerte y
desolación.
c. Si a esto le añadimos la pérdida violenta de vidas por guerras o la riva-
lidad entre bandas rivales del narcotráfico. De verdad nuestro mundo
está enfermo del “corazón”. Los sentimientos, las emociones, la familia,
entre otras cosas, están heridos de muerte. A punto de extinguirse. Urge
alguien que sane al mundo de estas enfermedades.
d. En estas circunstancias debemos agradecer a Dios porque nuestra iglesia
tiene luz. Somos un pueblo con esperanza. Y aunque la muerte no nos
excluye, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva.
e. La Biblia dice: “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hi-
cieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y
guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los
egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador” (Ex. 15:26).
Este nombre de Dios como el sanador (en hebreo Rapha, algunos dicen

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Rofe) se da en el contexto cuando las aguas amargas se convirtieron en


dulces que sirvieron para que, en su peregrinar por el desierto, el pueblo
de Israel pudiera tomarlas.
f. Debemos estar agradecidos porque donde hay muerte Dios trae vida, en
medio del desierto de tu vida hace florecer un jardín, en medio de tus
dificultades muestra su gloria, en medio de la maldición pone bendición.
¡Dios es nuestro sanador!
B. Durante esta semana de gratitud estudiaremos ocho milagros, realizados
por Jesús, descritos por los evangelios.
a. Cada uno de los sermones que presentaré, aunque no todos son directa-
mente relacionados con la salud, muestran el interés que Dios tiene de
sanarnos del problema del pecado. Será placentero, para beneficio de
esta semana, recordar esos relatos fascinantes. Inspiran, motivan, ejerci-
tan la fe y hace al oyente expresar palabras llenas de gratitud.
b. Ellen White describiendo el ministerio de Jesús dice: “Durante su mi-
nisterio, Jesús dedicó más tiempo a sanar enfermos que a predicar. Sus
milagros atestiguaban la verdad de sus palabras de que no había venido
para destruir, sino para salvar” (El Deseado de todas las gentes, 316).
c. Estos milagros serán presentados de acuerdo a un orden temático bajo
la conveniencia de la semana de gratitud. Sin embargo, deseo de todo
corazón que, al estudiar estos hermosos milagros, tú puedas recordar
mirando hacia atrás, a cada día y mes de este año, y des gracias a Dios
por toda la sanidad que él ha traído a tu alma.
C. Ahora sí, vamos a comenzar este recorrido. La historia que servirá como
base para iniciar nuestra semana de gratitud se encuentra en el evangelio de
Juan 5:1-9 (leer).
D. Es una dramática historia de sanidad que trajo bendición para un hombre
paralítico, pero problemas y críticas para Jesús.

II. EL ESTANQUE DE BETESDA


A. La Biblia dice que era un lugar donde yacía una multitud de enfermos.
a. Ciegos: Los que no pueden observar los hermosos colores de la natura-
leza.
b. Cojos: Los que caminan con dificultad.

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c. Paralíticos: Los que están inmovilizados completamente.


B. Betesda, un sábado. ¡Qué coincidencia!
a. Observemos, miremos a nuestro alrededor. Hoy hemos venido a “nues-
tro Betesda”.
b. Este sábado, en este templo, también hay una multitud de enfermos bus-
cando sanidad del corazón.
c. Aquí hay ciegos que necesitan del colirio celestial, cojos que les urge reci-
bir palabras de ánimo o amigos que les brinden apoyo espiritual y paralí-
ticos que ya no pueden avanzar porque el pecado los ha imposibilitado.
C. Betesda significa: “Casa de la misericordia”. Este significado fue más acen-
tuado porque allí Jesús manifestó su misericordia.
D. Irónicamente este mismo lugar, que trajo el milagro a un paralítico, fue el
escenario de amenazas para Jesús (ver Jn. 5:15-16).
a. Amigos, esta mañana debo decirles que hay una triste realidad en Betes-
da. No a todos les importa la situación que se vive allí.
b. Los dirigentes religiosos, se habían pervertido tanto que jugaban con las
cosas sagradas.
c. Mientras que a su alrededor había hombres que sufrían y perecían, ex-
tendiendo sus manos secas y paralizadas sin que sus gemidos y lamentos
fueran escuchados por ellos, estos sacerdotes convertían la religión en un
negocio muy próspero. No tenían cabida el tipo de personas que se reu-
nían alrededor del estanque de Betesda. Ellos no escuchaban, tampoco les
importaban sus gemidos angustiados, mucho menos llevarlos al templo.
d. Amigos, hermanos, cuidado con esa indiferencia. Este tipo de conducta
mata, destruye y también paraliza a cualquier cristiano.
E. Le suplico al cielo, esta mañana de sábado, para que Jesús venga y nos cure
de la parálisis de esta indiferencia.

III. ¿QUIERES SER SANO?


A. Había una creencia de que un ángel descendía para remover el agua. El
primero que descendía al estanque era sanado (5:4).
a. Podemos imaginarnos el patético espectáculo cuando por alguna razón
el agua se movía.
b. De repente, aquella multitud de ciegos, cojos y paralíticos estarían luchan-

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do entre ellos, arrastrándose como pudieran, golpeándose unos contra


otros en un esfuerzo desesperado por ser los primeros en llegar al agua.
c. Hermanos, ¡Interesante! Los enfermos luchando entre sí. Otra vez, que
bien se describe este lugar a una hermosa comunidad de creyentes como
la nuestra. Estamos enfermos y en la búsqueda del Médico de médicos,
nos golpeamos, nos atropellamos, nos estorbamos y hasta nos peleamos.
Triste exhibición de nuestra miseria humana.
B. En medio de todo esto, el Salvador miró un caso de miseria extrema. Un
hombre había estado imposibilitado durante 38 años.
a. Ellen White dice que “su enfermedad era en gran parte resultado de su
propio pecado y considerada como juicio de Dios. Solo y sin amigos,
sintiéndose privado de la misericordia de Dios, el enfermo había sufrido
largos años… Había visto agitarse el agua, pero nunca había podido
llegar más cerca que la orilla del estanque. Otros más fuertes que él se
sumergían antes. No podía contender con éxito la muchedumbre egoís-
ta y arrolladora. Sus esfuerzos perseverantes hacia su único objeto, y su
ansiedad y continua desilusión, estaban agotando rápidamente el resto
de su fuerza” (El Deseado de todas las gentes, 171).
b. ¡Un caso de extrema necesidad! Es posible que durante este año hemos
sufrido, como este paralítico, en estado de extrema necesidad. Pero Jesús
llegó y nos trajo su bendición. Dile al que está a tu lado: ¡Tenemos un
Dios maravilloso!
C. Imagínate al paralítico. Esa mañana, como las otras, había levantado su
cabeza para mirar, como lo había hecho durante 38 años, al estanque para
observar el agua. Todo parecía ser igual como los más de 13 mil días an-
teriores. Repentinamente un rostro tierno se inclinó y, su interlocutor, con
una voz apacible le preguntó: ¿Quieres ser sano?
a. ¿No te parece extraña esta pregunta? De hecho, Jesús estaba abordando
el problema en su misma raíz. Porque, aunque nos pueda parecer con-
tradictorio, hay muchas personas que están enfermas y prefieren conti-
nuar en tal estado.
b. Pero nunca hay nada absurdo en lo que el Señor hace. Esto se percibe
con total claridad cuando reflexionamos acerca del estado espiritual del
hombre.

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c. El paralítico necesitaba decidir si aceptaría el milagro o si continuaría


acostado por el resto de su vida.
d. ¿Cuántos hay que, a pesar de tantos fracasos en la vida, no quieren acu-
dir a Dios en busca de una solución a su situación? Viven sin poder
escapar de su dilema personal, de los problemas y el vacío de su alma, y
sin embargo, se niegan a ser sanados. ¡Es realmente increíble!
e. A pesar de que se sienten totalmente insatisfechos con su situación, pre-
fieren resignarse como excusa para no hacer nada y así seguir viviendo
de la misma manera que les causa sus problemas.
f. Por otro lado, hay quienes se apegan, exclusivamente, a la propia fuerza
y se olvidan de que el poder para vencer el pecado está en Dios. Nuestra
participación es importante, pero sola no tiene ningún valor. Sin cone-
xión con el Cielo, somos débiles y no tenemos ninguna oportunidad de
que el milagro ocurra.
D. Pero en el paralítico de Betesda la esperanza renació en su corazón. Sin-
tió que de algún modo recibiría ayuda. Pero al ver el agua y recordar sus
desilusionados intentos respondió: “Señor, no tengo quien me meta en el
estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende
antes que yo” (5:7).
a. Jesús no pidió al paralítico que ejerciera fe en Él. Pero la fe del hombre
se aferró a la Palabra de Cristo.
b. Ellen White vuelve a decir al respecto: “Jesús no le había dado la segu-
ridad alguna de ayuda divina. El hombre podría haberse detenido a
dudar, y haber perdido su única oportunidad de sanar. Pero creyó en
la palabra de Cristo, y al obrar de acuerdo con ella recibió fuerza” (El
Deseado de todas las gentes, 172).
E. ¡Tremenda lección! “Por la misma fe podemos recibir curación espiritual…
Alcen la mirada estas almas que luchan presa de la desesperación. El Salva-
dor se inclina hacia el alma adquirida por su sangre, diciendo con inefable
ternura y compasión: ¿Quieres ser sano? Él os invita a levantaros llenos de
salud y paz. No esperéis hasta sentir que sois sanos. Creed en su palabra, y
se cumplirá. Poned vuestra voluntad de parte de Cristo. Quered servirle, y
al obrar de acuerdo con su palabra, recibiréis fuerza” (El Deseado de todas
las gentes, 172).

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a. Hermano, dile al que está a tu lado: ¡Qué hermoso Dios tenemos!


b. El paralítico se enderezó y con una sensación de exagerada alegría y
gratitud se levantó para con paso firme y libre alababa a Dios regociján-
dose en la fuerza que acababa de recobrar. Aun cuando se enfrentó a la
indiferencia de los dirigentes religiosos no se cansó de alabar a Dios.
c. Después de eso se fue al templo para “llevar una ofrenda por su pecado
y su agradecimiento por la merced recibida” (DTG, 174).
d. Esta debe ser nuestra actitud frente a nuestro Dios. Dile al que está tu
lado: ¡Agradece a nuestro Dios!

IV. CONCLUSIÓN
A. Mi hermano, esta mañana quiero invitarte a:
a. Tener fe en la Palabra de Cristo. Por favor, cree en su palabra.
b. Aceptar lo que Dios quiere hacer por ti. Él se inclina hacia ti, esta ma-
ñana, y con su rostro tierno y su voz suave te pregunta una vez más:
¿Quieres ser sano? Los que por mucho tiempo han sido afligidos deben
confiar en que Dios lleva la cuenta del tiempo transcurrido. Dile esta
mañana de sábado: “Si, Señor, quiero ser sano”. Y Dios sanará tu alma,
sanará la herida, sanará tu corazón. Esta semana de gratitud permite
que Dios sane todas tus heridas.
c. Mostrar gratitud por cada acto divino. ¿Te quejarás de una noche fati-
gosa, tú que, tal vez por muchos años, apenas has sabido lo que es estar
enfermo por un día, cuando muchos otros, apenas han sabido qué es
estar bien un día? Él te ama. La prueba de tu sanidad espiritual es que
te levantas, caminas y alabas a Dios. Eres lo más preciado de Dios. Dale
gozo a tu Salvador. Él se merece toda la honra, toda la gloria y el honor.
¡Sé agradecido!
B. Llamado: Tu ofrenda nunca será suficiente. Pero con tu ofrenda el próximo
sábado, entrégale a Dios también tu corazón.

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Sanidad antes de la enfermedad


(Juan 2:1-11)

Jesús convierte el agua en vino en una fiesta de bodas.


Propósito del sermón: Debemos ser agradecidos porque la presencia de Jesús trae
prevención a enfermedades matrimoniales y familiares.

I. INTRODUCCIÓN
A. El milagro que estudiaremos hoy se encuentra en el evangelio de Juan 2:1-
11 (leerlo).
B. Jesús no empezó su ministerio realizando el primer milagro ante una multi-
tud o frente al arrogante sanedrín judío. Lo hizo en el seno de una familia,
para aumentar placer en una fiesta de bodas.
a. De este modo benefició la institución sagrada de la familia mostrando
así su simpatía por los seres humanos.
b. Recordemos que fue Dios mismo quien dio origen a la familia. Primero
dijo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré una ayuda idónea
para él” (Gn. 2:18). Y luego, hizo dormir a Adán. Tomó una de sus cos-
tillas, y de ella hizo una mujer y, haciéndola de casamentero, se la trajo
al hombre pronunciando la siguiente bendición: “Por tanto, dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne” (Gn. 2:24).
c. “Cristo no vino a este mundo para prohibir el casamiento ni para de-
rribar o destruir la relación e influencia que existe en el círculo domés-
tico. Vino para restaurar, elevar, purificar y ennoblecer cada corriente
de puro afecto, para que la familia de la tierra pudiera convertirse en un
símbolo de la familia celestial” (A fin de conocerle, 41).
d. No podía ser menos, Jesús comenzó su ministerio santificando las re-
laciones de la vida humana. Con su asistencia demostró que le gusta
ver feliz a la gente. A menudo visitaba a la gente en sus casas y con ello
procuraba inducirlos a pensar en la bondad de Dios y a olvidarse de sus
aflicciones. Conversaba tan agradablemente, con los seres humanos ins-

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pirando paz que, hasta una mujer samaritana, atendiendo a su pedido,


fue sanada de la enfermedad del pecado.

II. EL MILAGRO DEL AGUA CONVERTIDA EN VINO


A. El relato dice que Jesús fue invitado a una boda (2:2).
a. ¡Qué bueno que Jesús fue invitado! Si Jesús no hubiese estado allí enton-
ces esa boda hubiese terminado en pleitos, acusaciones y demandas.
b. Ellen White dice: “Durante la fiesta se proporcionaban los mejores ali-
mentos. Se utilizaba como bebida el vino sin fermentar. Era costumbre
de ese tiempo prolongar la festividad matrimonial por varios días” (El
Cristo triunfante, 231). “La falta de vino en una fiesta equivalía a falta
de hospitalidad, lo cual se consideraba como gran deshonra” (Cristo
nuestro Salvador, 45).
c. Lo primero que debemos aprender es que la presencia de Jesús previene
la infelicidad. Su presencia evita discusiones, acusaciones, demandas y
rupturas en las relaciones familiares.
d. Qué bueno fuera comprometernos, en esta semana, a nunca más des-
cuidar el altar familiar. El espacio que da la bienvenida a Jesús en la in-
timidad familiar. Allí es donde se convierte en nuestro sanador. Sana las
relaciones familiares. Sana los afectos. Ennoblece los actos entre padres
e hijos. Une a los esposos con cadenas irrompibles de amor.
B. La madre de Jesús dijo a los sirvientes: “Haced todo lo que os dijere” (2:5)
a. El milagro que Jesús hizo en esta fiesta de bodas tuvo a un grupo espe-
cial de protagonistas: Los sirvientes. Quienes servían jugaban un papel
importante en la fiesta.
b. Jesús bien puede hacer los milagros sin la cooperación humana. Es po-
deroso. No hay problema que Él no pueda solucionar. Él es el Rey de
reyes y Señor de señores. El Todopoderoso. ¿Quién como Dios? Pero
siempre será mejor que el ser humano una su debilidad al poder celes-
tial.
c. Jesús dijo: “Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba”
(2:7). Esta expresión señala que los sirvientes hasta derramaron el agua.
Es posible que, no sé de dónde, pero los sirvientes acarrearon unos 264
litros de agua aproximadamente. Esto implicaba bastante trabajo.

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d. “Todo lo que el poder humano podía realizar debía ser hecho por
manos humanas. Estaba por revelarse el poder divino, pero debía ser
acompañado por un concienzudo esfuerzo humano. Dios nunca hace
por los hombres lo que ellos puedan hacer por sí mismos, pues eso los
convertiría en debiluchos espirituales. A semejanza de Moisés (Exo. 4: 2),
la viuda (2 Rey 4: 2) y los mismos discípulos de Jesús (Mat. 15: 34), de-
bemos utilizar plenamente los recursos de que disponemos si esperamos
que Dios añada su bendición” (Comentario bíblico adventista, Tomo 5,
900-901).
e. No podemos descuidar nuestro deber. Por eso Mathew Henry escribió:
“Los que esperan los favores de Cristo deben obedecer sus órdenes con
prontitud. El camino del deber es el camino a la misericordia, y no hay
que objetar los métodos de Cristo” (Comentario bíblico por Mathew
Henry, Juan 2:1-11).
f. Cuando los esposos se unen al poder de Dios, cuando la familia une su
fragilidad a la fuerza que viene de arriba, entonces el Todopoderoso
realiza sus milagros portentosos. ¡Agradece a Dios porque estoy seguro
de que así actuó contigo en este año!
C. El maestresala dijo: “Tú has reservado el buen vino hasta ahora” (2:10).
a. “El maestro de ceremonias probó el vino y miró con una mezcla de
alegría y sorpresa. El vino era de superior calidad, y nunca había proba-
do uno igual. Y era vino sin fermentar… mediante este milagro Cristo
también dio evidencias de su misericordia y compasión” (Cada día con
Dios, 364).
b. “La acción de Cristo en esta ocasión habría de ser recordada por todas
las edades, para que se viese que Cristo no fracasa ni siquiera ante cir-
cunstancias tan inesperadas como la que se produjo en esta ocasión” (El
Cristo triunfante, 231).
c. Amigos, hermanos ¡Cristo nunca ha fracasado, ni fracasará! Por eso
estás aquí. Tú mismo eres prueba de ello. Cada día en tu vida ha repre-
sentado una victoria para Él. De cuántos peligros nos libró, de cuántas
enfermedades nos sanó, de cuántos pleitos trajo paz, cuánto hizo por
nosotros. ¡Alabado sea el Señor! Dile al que está a tu lado: tienes a un
Dios que no fracasó contigo, agradécele.

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III. CONCLUSIÓN
A. Apreciados hermanos. Como dije al principio, este milagro, aunque no es
directamente un milagro de sanidad, la presencia de Cristo trajo sanidad a
esta fiesta nupcial. Existía un riesgo bastante alto de fracturar una relación
familiar que estaba iniciando. Sin embargo, la presencia de Jesús detuvo la
problemática y trajo alivio al corazón de los esposos. Bien haríamos en no
descuidar el invitar a Jesús todos los días de nuestra vida.
B. Ellen White nos invita a ver en este milagro lo siguiente: “El don de Cristo
en el festín de bodas fue un símbolo. El agua representaba el bautismo en su
muerte; el vino, el derramamiento de su sangre por los pecados del mundo”
(El Deseado de todas las gentes, 122).
a. Este milagro nos da un motivo más para agradecer en esta semana. De-
bemos agradecer por la muerte de Cristo. Porque el derramamiento de
su sangre nos trajo perdón y salvación.
b. Su palabra en las bodas de Caná proporcionó una amplia provisión para
la fiesta. “Así de abundante es la provisión de su gracia para borrar las
iniquidades de los hombres, y para renovar y sostener el alma” (El De-
seado de todas las gentes, 122). Esto nos deja sin palabras. Hermanos
seamos agradecidos con el cielo porque Jehová sana el alma, la restaura,
la fortalece.
C. Llamado a agradecer por la muerte de Cristo y el derramamiento de su
sangre. Se puede cantar el himno No. 293.

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Sanidad, fe y proclamación
(Mr. 5:21-43)

La resurrección de la hija de Jairo y la mujer que tocó el manto de Jesús.


Propósito del sermón: Agradecer a Dios por su poder para resucitar y sanar.
Ante tal poder no podemos quedarnos callados porque sin timidez ni temor debemos
proclamar que en Él hay sanidad y salvación.

I. INTRODUCCIÓN
A. Esta noche recordaremos dos milagros que están registrados en los evan-
gelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Los conocemos como: “La re-
surrección de la hija de Jairo y la mujer que tocó el manto de Jesús” (ver
Mt.9:18-26; Mr. 5:25-43 y Lc. 8:40-56).
B. Tomaré, como marco bíblico, el relato que Marcos nos presenta (Leer Mr.
5:25-43).

II. LA HIJA DE JAIRO


A. El contexto
a. Este milagro ocurre un poco después que Jesús liberó a los endemonia-
dos gadarenos.
b. Según el Comentario Bíblico, sucedió, en un lugar llamado Capernaum.
Una distancia de 9 ó 10 kilómetros al noroeste de donde había dejado
a los gadarenos. Es posible que Cristo permaneció algunas horas en la
orilla del mar. Después, junto con algunos de sus discípulos, se fueron a
la casa de Leví Mateo donde asistirían a una fiesta en su honor. Fue allí
donde Jairo lo encontró (Comentario bíblico adventista, Tomo 5, 595).
c. Mientras Jesús iba a la casa de Jairo, seguido por la multitud, ocurre el
milagro de la mujer que tocó su manto.
B. Primera escena: La actitud del jefe de la sinagoga.
a. Su única hija, de acuerdo con Lucas (8:42), de 12 años estaba agonizando.
b. La muerte amenazaba a la familia. Impotente, frágil y con la angustia
desgarradora, se esfumaba con ella todas las ilusiones que un padre pue-

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de tener.
c. Jesús estaba en la casa de Leví Mateo reunido con muchos publicanos.
Alguien le dio a Jairo la noticia de que Cristo estaba allí.
d. Para un principal de la sinagoga, ir a un lugar donde había gente de re-
putación dudosa, le era detestable. Pero ese día puso a un lado todos sus
prejuicios. Hizo a un lado “el qué dirán”. No pensó en las consecuencias
o críticas que amigos, familiares o miembros de su sinagoga harían. Sim-
plemente creyó, se aferró con suficiente fe, que Cristo era la solución de
su problema. Me pregunto esta noche: ¿Le estaré predicando a alguien
que todavía tiene prejuicios o excusas que le impiden venir a Jesús? Ven
a Jesús, no esperes más.
e. Llegó a la casa de Leví Mateo y sin más miramientos se arrojó a los pies
de su único Salvador “y le rogaba mucho diciendo: Mi hija está agoni-
zando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá” (Mr.
5:23). ¡Qué hermoso cuadro! Un hombre ejerciendo su fe en plenitud.
f. Es posible que, como Jairo, ante el problema tan difícil que tuviste du-
rante este año, caíste de rodillas y clamaste. Y Dios te respondió. ¡Ala-
bado sea su Nombre! Mi Dios, tu Dios, nuestro Dios siempre está presto
en responder. Siempre te ha respondido. Aun cuando su respuesta no
es tu respuesta. Debes entender que muchas veces su respuesta es con-
forme a su soberanía y no conforme a la perspectiva humana. Cuando
estés en el cielo le preguntarás por qué no te respondió como tú querías.
Y con paciencia divina te presentará las “raras” razones de su respuesta.
g. Lo interesante del caso es que, en esta escena, observamos a un padre in-
tercediendo por su hija moribunda. La Biblia dice: “Y le rogaba mucho”
(Mr. 5:23). Esto quiere decir que de rodillas clamaba insistentemente a
Jesús por su hija. Fueron muchas veces. Es posible que esta noche esté
presente aquí un padre que intercedió, durante todo este año, por una
hija o un hijo que estaba agonizando espiritualmente. O posiblemente,
lo sigue haciendo todavía. Mi hermano, hermana, no te canses, sigue
rogando. No te canses de interceder por ese hijo. Estoy seguro de que
Dios escuchará tus ruegos.
h. El clamor de este padre fue: “Ven y pon las manos sobre ella para que
sea salva, y vivirá” (Mr. 5:23). Si tú estás en circunstancia semejante con

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tus hijos, sigue clamando. Dile: Ven Jesús, te invito a mi casa. Pon las
manos sobre mis hijos para que sean salvos.
C. Segunda escena: El milagro de la resurrección.
a. La Biblia dice: “Fue, pues, con él” (Mr. 5:24). Los ruegos del padre tu-
vieron respuesta. Jesús fue a su casa. Jesús jamás falla a los que le invitan
de corazón. Jesús acompañó al doliente padre. ¡Hermoso acto de Jesús!
Como siempre accediendo a los ruegos de los padres que desean salva-
ción para sus hijos. ¡Cómo no estar agradecidos!
b. Mientras iban, una delegación vino para informarle a Jairo que su hija
había muerto. Ya no tenía caso molestar al Maestro. Sin embargo, Jesús
le dijo: “No temas, cree solamente” (Mr. 5:36). Al llegar a la casa de Jai-
ro, la gente quedó sorprendida cuando Jesús dijo que la niña no estaba
muerta sino dormía. Inclusive, se burlaron de él. Pero Jairo dejó todo en
manos del Salvador. Creyó en lo que Jesús le dijo.
c. Echando fuera a los incrédulos y acompañando a los padres, entraron
hasta donde estaba la difunta. Y el que tiene poder sobre la muerte, or-
denó a la niña volver a vivir. ¡Y la niña resucitó!
d. Este acto milagroso de Jesús nos anticipa lo que ocurrirá en su Segunda
Venida. “Los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tes. 4:16). Esto
trae esperanza cada vez que vemos partir a un ser querido a la tumba.
La felicidad que este padre afligido sintió, es un anticipo de la felici-
dad eterna que gozarán los redimidos, cuando las cuerdas, rotas por la
muerte, de los seres queridos se unan para nunca más volverse a romper.
Un cielo nuevo y una tierra nueva. Debemos estar ansiosos por el cum-
plimiento de esa promesa. Hermosa respuesta esperanzadora para un
padre que confía en el poder de Dios.

III. LA MUJER QUE TOCÓ EL MANTO DE JESÚS


A. Mientras Jesús iba hacia la casa de Jairo ocurrió otro sorprendente milagro.
a. Fue una mujer enferma de flujo de sangre por 12 años.
b. Esto era demasiado incómodo para ella. Por su constante sangrado, se-
gún las leyes levíticas, era considerada inmunda mientras durase su flujo
(Lv. 15:25). 12 años de aislamiento. ¡Cuánto dinero gastado en médicos!
Pasaba de uno a otro sin lograr sanar.

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Unión Mexicana de Chiapas

c. Cuando su confianza en Dios estaba al límite pensó: “Si tan solo tocare
su manto, seré salva” (Mt. 9:21). Su razonamiento lo condujo a la ac-
ción. Su oportunidad fue cuando la multitud se dirigía con él hacia la
casa de Jairo.
d. Lo había intentado una y otra vez, pero no lo logró debido a la multitud.
Sigilosamente, sin que nadie lo notase, y como pudo, alargó su mano
en medio de la multitud, y apenas tocó el borde del manto de Jesús. Y
cuando lo hizo, quedó sana en el instante.
e. Me gusta lo que dice Ellen White al respecto: “Cristo conocía todos
los pensamientos de ella, y se dirigía hacia ella. Comprendía él la gran
necesidad de la mujer, y le ayudaba a ejercitar su fe” (El ministerio de
curación, 38). ¿Cuántas veces habrá hecho Dios esto mismo contigo? Él
te ama. Te busca, toma la iniciativa de ir hacia ti para que te encuentres
con Él. Ayuda a ejercitar tu fe. ¡Grandioso es nuestro Dios!
f. Jesús se detuvo y preguntó: ¿Quién me ha tocado? Aquí viene lo intere-
sante de este milagro. La mujer deseaba expresar gratitud a su sanador.
Quería gritar: ¡Gracias Señor! Contarle a la multitud lo que había ocu-
rrido. Con tan solo tocar el manto del poderoso médico había logrado
lo que muchos médicos no habían podido hacer. Pero no se atrevía.
g. Ellen White lo relata así: “Con corazón agradecido procuró alejarse de
la muchedumbre. De pronto Jesús se detuvo, y mirando en torno suyo
exclamó: ¿Quién es el que me ha tocado?... Él podía distinguir entre el
toque de la fe y el contacto con la muchedumbre indiferente” (El mi-
nisterio de curación, 39). Te pregunto ¿Cómo tocaste a Jesús este año?
¿Con fe o con incredulidad? Te animo a creer en tu sanador.
h. Ellen White remarca este asunto así: “La mera creencia en Cristo como
Salvador del mundo no imparte sanidad al alma. La fe salvadora no es
un simple asentimiento a la verdad del Evangelio. La verdadera fe es la
que recibe a Cristo como un Salvador personal… La fe salvadora es una
transacción, por la cual los que reciben a Cristo se unen en un pacto
con Dios. Una fe viva entraña un aumento de vigor y una confianza
implícita que, por medio de la gracia de Cristo, dan al alma un poder
vencedor” (El ministerio de curación, 40).
B. “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado” (Mt. 9:22).

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Semana de Gratitud 2019

a. Mirando a la mujer, Cristo insistió en saber quién le había tocado.


b. La mujer se adelantó temblorosa y postrándose a sus pies, con lágrimas
de gratitud contó la desgarradora historia que vivió por 12 años y cómo
nació su poderosa fe en el Salvador. ¡Hermoso testimonio! Te pregunto:
¿Puedes tu contar lo mismo? No te calles, grita, cuéntale a la multitud
que te rodea, con tu corazón rebosante de alegría, que tienes un Dios
Todopoderoso.
c. Y Jesús le dijo con dulzura: “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado” (Mt.
9:22). Aquí hay una lección que debemos aprender: “Después de sanar
a la mujer, Jesús deseó que ella reconociese la bondad recibida. Los do-
nes del evangelio no se obtienen a hurtadillas. Ni se disfrutan en secreto.
Así también el Señor nos invita a confesar su bondad. Vosotros pues sois
mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios (Is. 43:12)” (El Deseado de
todas las gentes, 313). Te pregunto esta noche: ¿Estás dispuesto a ser un
testigo de Dios para pregonar a todo el mundo que Dios es amor, es todo
bondad?

IV. CONCLUSIÓN
A Dos relatos inspiradores que llevan consigo lecciones de gratitud.
B Por un lado, un padre que inició su día con la angustia que lleva la muerte.
Pero con presteza ese mismo día buscó a Jesús poniendo de lado sus prejui-
cios, cayó de rodillas, le rogó intensamente y lo invitó a su casa. El Salvador
se compadeció de este humilde hombre. La presencia de Jesús cambió su
llanto y su tristeza en una vida de gratitud y alegría.
C Por otro lado, una mujer con una desilusión grande, frente a una grande
cantidad de personas, desarrolló una fe grande, hizo una confesión grande
y recibió el más grande amor de un Dios que es Grande.
D Llamado: Te invito a confesar tu gratitud en ese Dios grande y poderoso.

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Unión Mexicana de Chiapas

El poder sanador contra el poder que enferma


(Lc. 8:26-39)

Jesús sana a los endemoniados gadarenos.


Propósito del sermón: Agradecer a Dios porque es un vencedor.
Su poder está por encima del poder de Satanás.

I. INTRODUCCIÓN
A. El milagro que recordaremos en esta noche lo conocemos como: “El ende-
moniado gadareno”. Utilizaré el texto bíblico de Lucas 8:26-39 (leerlo).
B. Este milagro también se relata en los evangelios sinópticos (ver también Mt.
8:28-34, Mr. 5:1-20).
C. Ocurrió después de una noche terrible en el mar. Habían enfrentado una
fuerte tormenta que amenazó la embarcación. Sin embargo, Jesús calmó la
tormenta.

II. ¿UNO O DOS HOMBRES?


A. Tanto Marcos como Lucas refieren a un hombre. Mateo es quien describe
a dos endemoniados.
a. No existe ninguna contradicción bíblica en este asunto.
b. La explicación es simple. Mateo, quien fue testigo presencial, observó
que eran dos. Sin embargo, indudablemente uno de los dos se destacaba
por su ferocidad (El comentario bíblico adventista, Tomo 5, 591-592).
B. La lucha que Cristo enfrentó con esos dos hombres no fue fácil. Apenas y
tocaron la orilla del mar, Jesús fijó su vista en una escena más terrible que
la tormenta tranquilizada durante la noche. Saliendo de los sepulcros, gri-
tando, con cadenas rotas por su fuerza, venían hacia ellos como si quisieran
despedazarlos.
a. No había ser humano capaz de ponerse delante de ellos. Burlaban toda
restricción, se retorcían echando espumarajos.
b. Eran semejantes a fieras salvajes. Se maltrataban, sus cuerpos estaban
manchados de sangre, llenaban el aire con sus gritos y con sus mentes

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Semana de Gratitud 2019

extraviadas, presentaban un espectáculo de los más agradables para el


príncipe de las tinieblas.
c. ¡Qué poderoso se vuelve el enemigo cuando toma el control de una per-
sona!
C. Los discípulos huyeron aterrorizados. Mientras que Jesús permaneció fir-
me.

III. ¿QUÉ TIENES CONMIGO, JESÚS, HIJO DEL DIOS ALTÍSIMO?


A. Ellen White nos describe detalles del encuentro (El Deseado de todas las
gentes, 304)
a. Los hombres crujiendo los dientes se acercaron a Él.
b. Jesús levantó la mano que ordenó a las olas que se calmaran y los hom-
bres no pudieron acercarse más.
c. Estaban de pie, furiosos, pero impotentes delante de Él.
d. Con autoridad ordenó a los espíritus inmundos que saliesen. Sus pala-
bras penetraron las obscurecidas mentes de los desafortunados. Vaga-
mente se dieron cuenta de que estaban cerca de alguien que podía sal-
varlos del poder maligno. Cayeron a los pies del Salvador para adorarle;
pero cuando sus labios se abrieron para pedir misericordia, los demonios
hablaron clamando vehementemente: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo
del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
e. Mis hermanos, con razón dice la Biblia que “los demonios creen en Dios
y tiemblan” (St. 2:19).
B. Jesús preguntó: ¿Cómo te llamas? Y la respuesta fue: Legión me llamo.
a. En el ejército romano una legión se componía de tres a cinco mil solda-
dos. Esto habla de lo bien organizado que trabaja el enemigo en contra
de los seres humanos.
b. Utilizando a los hombres como medios de comunicación rogaron a Je-
sús que no los mandase fuera de aquella región y solicitar su permiso
para entrar en un gran hato de cerdos que estaban por allí. Jesús se los
concedió. Inmediatamente el pánico se apoderó de los cerdos quienes,
corriendo por el acantilado, se arrojaron al lago donde perecieron.
C. Cualquiera que lee este relato detenidamente posiblemente le asaltarán las
siguientes preguntas: ¿Por qué Jesús conversó con los demonios? O, más

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Unión Mexicana de Chiapas

aún, ¿Por qué Jesús concedió la petición de los demonios?


a. No te confundas por favor. Debo aclarar que fueron los demonios quie-
nes interrumpieron la expulsión que Jesús estaba realizando sobre los
poseídos. La pregunta que le hicieron los demonios, era más bien era
un reclamo o un desafío a la misma autoridad de Jesús ¿Por qué te en-
trometes? Y cuando Cristo preguntó ¿Cómo te llamas? “Lo hizo con el
propósito de que los discípulos entendieran la dimensión del milagro y el
poder de las fuerzas con las que tenían que luchar” (CBA, Tomo 5, 592).
b. Ellen White también responde a esas preguntas diciendo: “Los propósi-
tos de Cristo no quedaron frustrados” (El conflicto de los siglos, 505).
c. Permitió que los espíritus malignos destruyesen los cerdos como censura
contra los judíos que, por amor al lucro, criaban esos animales inmundos.
d. Si Cristo no hubiese contenido a los demonios, habrían precipitado al
mar, no solo a los cerdos sino también a los dueños y porqueros. El decir,
sin pedirlo ellos fueron librados de la muerte por la misericordia de Jesús.
e. El suceso fue permitido para que los discípulos viesen el poder malévolo
de Satanás sobre hombres y animales. Quería que sus discípulos cono-
ciesen al enemigo que iban a enfrentar para no ser engañados y vencidos
por sus artificios.
f. Además, el pueblo de aquella región vio que Jesús tenía poder de romper
las ligaduras del enemigo y libertar a sus cautivos.
D. Un cambio maravilloso se efectuó en los endemoniados.
a. El milagro se realizó. Fueron liberados. ¡Qué poderoso Dios tenemos!
b. Las mentes de estos hombres volvieron a razonar adecuadamente. Con
lucidez entendieron que estaban frente al Creador, el que todo lo puede
y cayeron de rodillas rindiéndole el honor y la gloria que se merece.
c. Ellen White lo narra así: “Sus ojos brillaban de inteligencia. Sus rostros,
durante tanto tiempo deformados a la imagen de Satanás, se volvieron
repentinamente benignos. Se aquietaron las manos manchadas de san-
gre, y con alegres voces los hombres alabaron a Dios por su liberación”
(El Deseado de todas las gentes, 305).
E. Me preocupa el cuadro que sigue. Los dueños de los cerdos, los porqueros y
la multitud de la región, alrededor de los gadarenos, le pidieron a Jesús que
se marchase de ellos (Lc. 8:37). ¡Cuán desafortunada decisión! Pedir que

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Semana de Gratitud 2019

Jesús se fuese. Es decir, rechazaron a Jesús. Vieron a los libertados en su ca-


bal juicio alabar y agradecer a Dios. Sin embargo, ellos no se unieron a ese
espíritu de gratitud. “Pero la gente que contemplaba esta maravillosa escena
no se regocijó. La pérdida de los cerdos le parecía de mayor importancia
que la liberación de esos cautivos de Satanás… Jesús deseaba quebrantar el
hechizo de la indiferencia egoísta, a fin de que pudiesen aceptar su gracia.
Pero el pesar y la indignación por su pérdida temporal cegaron sus ojos con
respecto a la misericordia del Salvador. La manifestación del poder sobrena-
tural despertó las supersticiones y excitó sus temores… Ellos temían la ruina
financiera, y resolvieron librarse de su presencia” (DTG, 305).
F. Por preferir las ganancias terrenales rechazaron al socio mayoritario que
tenían a su alcance.
a. ¡Es increíble! Los discípulos se apresuraron a contarles cómo sus vidas
estuvieron en riesgo durante la noche, el fuerte viento que les fue contra-
rio, la tempestad que amenazó hundir la embarcación.
b. Y con sus emociones aun sensibles les testificaron del Poder de Jesús para
tranquilizar la tormenta.
c. Nada hizo efecto en los indiferentes corazones de los lugareños. ¡Recha-
zaron a Jesús!
G. Pero hermanos, nosotros podemos caer en este peligro. ¡Cuántas veces
nuestros intereses egoístas nos conducen a rechazar a Dios! ¡Cuántas veces
hemos negado que lo que tenemos proviene del que todo lo provee!
a. Inclusive, en esta semana de gratitud, varios se mofan lleno de prejuicios,
por lo que la iglesia promueve.
b. Son varios los que se limitan a ser envueltos con el espíritu generoso de
la gratitud. Tratan a Dios como un limosnero dándole una propina cual-
quiera. Ven su raquítica ofrenda como pérdida y un ambiente maligno
de escasez y murmuración los domina y los pervierte.
c. Para todos es el mensaje en esta noche. Deja que Jesús te libere del poder
enemigo. Dios es Todopoderoso. Permite que Dios quite tus intereses
egoístas y dale con generosidad este sábado.
d. Yo te desafío en el nombre de Dios para que, libre de prejuicios, demues-
tres que eres hijo del dueño del mundo.

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Unión Mexicana de Chiapas

IV. CUENTA CUÁN GRANDES COSAS HA HECHO DIOS CONTIGO


A. El sentimiento de los endemoniados sanados era diferente. Con gratitud
intensa deseaban permanecer al lado de su libertador.
B. Ellen White dice: “Con él, se sentían seguros de los demonios que habían
atormentado su vida y agostado su virilidad” (DTG, 306).
C. Deseando escuchar siempre sus palabras, cuando Jesús ya se iba, los hom-
bres se arrodillaron para rogarle que los guardase cerca de él.
D. Pero Jesús les recomendó que se fuesen a sus casas y contaran cuán grandes
cosas el Señor había hecho por ellos.
a. Tenían una obra grande por hacer. Debían ir a un hogar pagano y ha-
blar de la bendición que habían recibido de Jesús.
b. Les esperaba un recorrido difícil. Por su estado anterior estaban descali-
ficados. “Pero tan pronto como Jesús les señaló su deber, estuvieron listos
para obedecer” (DTG, 306).
c. No solo fue su casa sino toda Decápolis (Mr. 5:20) quienes escucharon
a dos corazones agradecidos testificando del poder libertador de Jesús.
Convirtiéndose en los primeros misioneros en Decápolis.
d. Al permanecer con Cristo se beneficiarían a sí mismos, pero yendo a los
suyos y contarles lo que Jesús les hizo traería para ellos más bendición.
No escucharon un solo sermón de Cristo, pero llevaban las evidencias de
que era el Mesías.
e. Ellen White dice al respecto: “Es trabajando en la difusión de las buenas
nuevas de la salvación, como somos acercados al Salvador” (DTG, 306).

V. CONCLUSIÓN
A. Amados hermanos no me canso de decir ¡Qué poder hay en Jesús! Ni los
mismos demonios le pueden resistir.
B. ¡Qué ironía! La intención satánica era apartar a la gente del Salvador e
impedir la predicación del evangelio en la región. Pero el mismo inciden-
te despertó expectación y los dos testigos encontraron terreno fértil donde
sembrar la hermosa semilla del evangelio.
C. Hay lecciones que se desprenden del relato y las hemos pronunciado. Sin
embargo, no podemos obviar algunas adicionales que escribe Ellen White
en los libros El Deseado de todas las gentes, 305-309 y El conflicto de los

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Semana de Gratitud 2019

siglos, 506:
a. Demostró a los discípulos las profundidades de la degradación a las que
Satanás arrastra al ser humano. Los endemoniados representan lo que
la humanidad llegaría a ser si fuese entregada a la jurisdicción satánica.
b. La influencia del enemigo enajena los sentidos, domina la mente hacia
lo malo e incita a la violencia y al crimen. Si se les dejara, nos transtor-
narían la razón, nos desquiciarían y torturarían el cuerpo, destruirían
nuestras propiedades y nuestras vidas. Se deleitan en el mal y en la
destrucción.
c. En la actualidad Satanás también se goza cuando el ser humano lo des-
cribe como casual e irreal. Le encanta saber que el ser humano disfraza
la realidad de su existencia. En esto consiste la “posesión” que hace del
ser humano en nuestros días. En esto nos tiene poseídos.
d. Rechazar a Jesús es entregarse a Satanás. Esta es la verdadera causa de
los males del ser humano en el mundo actual.
e. La única salvaguardia se encuentra en Jesús. Aun cuando el alma haya
sido, degradada como instrumento satánico, pueden, mediante el poder
libertador de Cristo, ser transformada en mensajera de justicia y enviada
por el Hijo de Dios a contar cuan grandes cosas hace por nosotros.
D. Llamado. Mi hermano, mi amigo, quiero invitarte esta noche para que tu
espíritu de gratitud contagie a otros. Cuéntale a los tuyos todas las bondades
que Dios te concedió en este año. Cuenta las maravillas de ese Dios Todo-
poderoso que tienes. No te quedes callado. Invita a otros a estar agradecido
con Dios.

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Unión Mexicana de Chiapas

Provisión, saciedad y sanidad


(Juan 6:1-15)

Jesús alimenta a una multitud en el desierto


(5mil varones sin contar las mujeres y los niños).
Propósito del sermón: Agradecer porque Dios está atento a las necesidades del ser humano.
Nos da suficiente provisión diaria no solo para nosotros sino para que compartamos
sus bendiciones con los demás. Así trae sanidad a la mente, cuerpo y espíritu.

I. INTRODUCCIÓN
A. Este es un segundo milagro, de los que hemos presentado, que no está re-
lacionado con sanidad. Pero es de alto contenido espiritual en la lucha que
tenemos con la enfermedad del pecado. Ellen White escribió hablando de
los milagros de Cristo, ya fuese para sanar a alguien o no: “Cada milagro
era de un carácter destinado a conducir a la gente al árbol de la vida, cuyas
hojas son para la sanidad de las naciones” (El Deseado de todas las gentes,
334). Es decir, en cada milagro de Cristo encontramos al Jehová Rofe (Jeho-
vá es tu sanador).
B. Lo conocemos como el milagro de la alimentación a los cinco mil. Tomaré
como base bíblica el relato que nos presenta el evangelio de Juan (Leer Juan
6:1-15).
C. De paso, este es un milagro que registran los 4 evangelios (Mt. 14:13-21;
Mr. 6:30-44; Lc. 6:10-17). El contexto, una pascua. Posiblemente la del año
30, la que Jesús no celebró en Jerusalén. Este relato forma parte del final
del ministerio que Cristo realizó en Galilea (Comentario bíblico adventista,
Tomo 5, 937).
D. La Biblia dice que estaba cerca la fiesta de la pascua. Como era costumbre,
peregrinos de todas partes estaban viajando hacia Jerusalén.
a. La expectativa que Jesús había provocado iba en aumento. La gente
deseaba conocer a Jesús.
b. Mientras tanto, después de que los discípulos recorrieron misionalmente
una buena parte del territorio judío, y posterior a la muerte de Juan el

26
Semana de Gratitud 2019

Bautista, Jesús invitó a sus discípulos a un retiro.


c. Repentinamente, una multitud interrumpió, tan pronto como pudo, el
retiro que tenían.

II. ¿DE DÓNDE COMPRAREMOS PAN?


A. Cuando Jesús vio la multitud “Tuvo compasión de ellos, porque eran como
ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas” (Mr. 6:34).
a. La multitud hambrienta de la Palabra no se percató que las horas transcu-
rrieron velozmente. Ellen White subraya, refiriéndose a esa actitud de la
multitud, lo siguiente: “Ella no recibía ayuda de los sacerdotes y príncipes;
pero las sanadoras aguas de vida fluían de Cristo mientras enseñaba a
la multitud el camino de la salvación” … La gente escuchaba las pala-
bras misericordiosas que brotaban tan libremente de los labios del Hijo
de Dios. Oían las palabras de gracia, tan sencillas y claras que les parecía
bálsamo de Galaad para sus almas. “El poder sanador de su mano divina
impartía alegría y vida a los moribundos, comodidad y salud a los que
sufrían enfermedades” (El Deseado de todas las gentes, 332-333).
b. Las implicaciones del horario no se midieron por lo que el consejo de los
discípulos a Jesús fue: “Despídelos para que vayan a los campos y aldeas
para que compren pan” (Mr. 6:36).
B. Jesús les dijo: “Dadles vosotros de comer” (Mr. 6:37). Juan dice que Jesús inte-
rrogó a sus discípulos, particularmente a Felipe, diciendo: “¿De dónde com-
praremos pan para que coman estos? Esto les dijo para probarles” (6:5,6).
a. Puso a prueba la fe de Felipe. La imposibilidad de alimentar a la multi-
tud, de acuerdo a la realidad que observó el discípulo, solo hizo que la
solución divina fuese más impresionante.
b. “Al hacer que primero Felipe presentara lo que opinaba de la situación,
Jesús pudo causar mediante su milagro un impacto todavía mayor sobre
la mente de Felipe que lo que hubiera sido posible de otra manera” (Co-
mentario bíblico adventista, Tomo 5, 937).
c. Hermanos, Jesús sabía qué hacer. Así actúa el cielo en nuestro favor.
Cuando parece que más oscura se transforma la cortina de la imposibili-
dad humana, es cuando aparecen las soluciones divinas. Demos gracias
porque somos preciosos para Dios.

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Unión Mexicana de Chiapas

d. Jesús es capaz de todo. Seguramente hemos vivido este tipo de expe-


riencias durante el año. Tengamos la seguridad de que Jesús es capaz
de hacer frente a todo tipo de situación y responder ante cualesquiera
necesidades humanas que tú le puedas presentar. ¡Alabado sea Dios!
e. Ni el cálculo financiero solucionaba la situación mediática de las necesi-
dades para tantos.
C. Otro discípulo, Andrés, sugirió: Aquí hay un muchacho que tiene cinco pa-
nes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? (Jn. 6:8,9).
a. ¡Imposible! Una pequeña cantidad para tantos.
b. Sin embargo, Jesús demostró el poder de Dios para hacer lo que de otra
manera sería imposible. Por tal motivo, el consejo inspirado es: “Valeos
del tiempo, de los medios, de la capacidad de que disponéis. Llevad a
Jesús vuestros panes de cebada” (El ministerio de curación, 32).
c. Así es como Dios actúa con nosotros. Este año no ha sido la excepción.
d. Te pregunto: ¿Ya le entregaste a Dios tus pececillos y tus panes de cebada?

III. HABIENDO DADO GRACIAS


A. El milagro fue interesante.
B. Si observamos el relato de Juan, notaremos algunas particularidades antes
de la multiplicación de los panes y peces que, sin forzar el texto, podemos
mirarlo desde la perspectiva de la gratitud (6:9-13).
a. El muchacho de los cinco panes y dos peces: Gratitud por haber sido
tomado en cuenta. Imagínese lo que este muchacho contó a sus amigos:
agradezco a Jesús porque tomó mi lonche y lo multiplicó para alimentar
una multitud. ¡Fueron mis panes y mis peces!
b. Haced recostar a la gente: Gratitud por construir un ambiente de intimi-
dad familiar. Los integrantes del grupo interactuaron en un ambiente de
confianza. Esta era la postura que la familia tomaba cuando comía los
alimentos.
c. Y se recostaron como 5 mil varones: Gratitud por proveer alimentos
para todos. Se organizaron grupos de cien y de cincuenta. Si no se hu-
biesen organizado así, el milagro iba a causar pleitos, empujones y cosas
semejantes. Esta acción se grabó en sus mentes para siempre.
d. Habiendo dado gracias: Una actitud de gratitud a Dios permanente. La

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Semana de Gratitud 2019

multitud observó que Cristo mismo dio gracias a su Padre.


e. El milagro de la multiplicación: Gratitud por la provisión divina ante
la imposibilidad humana. “Cuando nos vemos en estrecheces, debemos
confiar en Dios. En todo trance debemos buscar ayuda en Aquél que
tiene recursos infinitos” (El ministerio de curación, 31).
f. Jesús repartió a los discípulos y ellos a la multitud cuanto quisiese: Gra-
titud por los eslabones que tuvo la cadena de bendiciones: Cristo – Dis-
cípulos – Multitud. Dos declaraciones de Ellen White que no podemos
obviar. La primera: “El alimento se multiplicaba en sus manos; y las
de los discípulos no estaban nunca vacías al extenderse hacia Cristo…
Los discípulos eran el medio de comunicación entre Cristo y la gente.
Esto debe de gran estímulo para sus discípulos de hoy. Cristo es el gran
centro, la fuente de toda fuerza. Sus discípulos han de recibir de él sus
provisiones”. (El Deseado de todas las gentes, 337). La segunda: “Todos
los que estén unidos con Cristo recibirán el pan de vida y lo distribuirán
a otros” (El ministerio de curación, 31).
g. Lo que sobró se recogió: Gratitud por proveer para los ausentes. Un poco
más tarde, los amigos y familiares de quienes presenciaron el milagro, par-
ticiparon de esta comida. No podemos quedarnos callados ante las bendi-
ciones que Dios nos da. Digamos: ¡Tenemos un Dios maravilloso!
C. Entonces tomó el pan y lo bendijo.
a. Los evangelios sinópticos señalan que Jesús levantó los ojos al cielo, ben-
dijo y partió los panes (Mt. 14: 19; Mr. 6:41; Lc. 9:16).
b. Juan es el único evangelista que dice que “Jesús dio gracias” (6:11). Esta
es una interesante reflexión. El verbo que se usa puede ser traducido:
“Estar agradecido”. La parte esencial de esta bendición consiste en re-
conocer que el alimento es una dádiva de Dios, y en darle gracias por él
(Comentario bíblico adventista, Tomo 5, 606).
c. Esto es muy significativo. Jesús había velado su poder propio. No hacía
nada sin el consentimiento del Padre (Jn. 5:19,30). Dependía del poder
de su Padre. En este milagro demostró esa dependencia ofreciendo una
oración de agradecimiento antes de que ocurriera el milagro. Cristo pi-
dió la bendición de su Padre, y éste vino.
d. Te pregunto ¿Estás agradecido por las bendiciones que Dios te ha dado

29
Unión Mexicana de Chiapas

este 2019?

IV. RECOGED LOS PEDAZOS QUE SOBRARON


A. Ellen White señala varias cosas en relación con lo que sobró: Cristo dijo:
Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada.
a. Nada se había de desperdiciar.
b. No hemos de perder ninguna ventaja temporal.
c. No debemos descuidar nada de lo que puede beneficiar a un ser humano.
d. Recójase todo lo que aliviará la necesidad de los hambrientos de esta
tierra. Debe manifestarse el mismo cuidado en las cosas espirituales.
e. Cuando se recogieron los cestos de fragmentos, la gente se acordó de sus
amigos en casa. Querían que ellos participasen del pan que Cristo había
bendecido.
f. El contenido de los canastos fue distribuido entre la ávida muchedumbre
y llevado por toda la región circundante.
g. Así también los que estuvieron en el festín debían dar a otros el pan del
cielo para satisfacer el hambre del alma. Habían de repetir lo que habían
aprendido acerca de las cosas admirables de Dios.
h. Nada había de perderse. Ni una sola palabra concerniente a su salvación
eterna había de caer inútilmente al suelo.
B. Te pregunto ¿Has hecho como tu Dios te ha ordenado? ¿Compartes lo que
te sobra? Ellen White dice: “Cristo podría haber extendido delante de la
gente una comida opípara (abundante, espléndida), pero los alimentos pre-
parados solamente para satisfacer el apetito no habrían impartido una lec-
ción benéfica” (El Deseado de todas las gentes, 334).
C. Este milagro contiene lecciones de moderación y prudencia en el uso de las
bendiciones recibidas. Te recuerdo algunas:
a. Mantén una actitud de agradecimiento a Dios cuando recibes sus bendi-
ciones.
b. Comparte con otros los milagros o las bendiciones que recibes de Dios.
c. No derroches piensa en los más necesitados.
d. El sencillo menú fue una muestra de lo que podemos hacer para des-
hacernos del egoísmo y la complacencia que produce, actualmente al
mundo, exceso para unos y miseria para otros.

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Semana de Gratitud 2019

e. Debemos ser obedientes con las leyes de la naturaleza.


f. Nadie sigue el ejemplo de Jesús cuando derrocha el alimento o alguna
bendición recibida del cielo.

V. CONCLUSIÓN
A. Amigos esta noche no puedo resistir, el dejar en sus mentes, esta última
declaración de Ellen White: “Al alimentar a los cinco mil, Jesús alzó el velo
del mundo de la naturaleza y reveló el poder que se ejerce constantemente
para nuestro bien. En la producción de las mieses terrenales, Dios obra un
milagro cada día. Por medio de agentes naturales, se realiza la misma obra
que fue hecha al alimentar a la multitud. Los hombres preparan el suelo
y siembran la semilla, pero es la vida de Dios la que hace germinar la si-
miente. Es la lluvia, el aire y el sol de Dios lo que le hace producir, “primero
hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga.” Es Dios quien ali-
menta cada día los millones con las mieses de esta tierra. Los hombres están
llamados a cooperar con Dios en el cuidado del grano y la preparación del
pan, y por esto pierden de vista la intervención divina. No dan a Dios la glo-
ria que se debe a su santo nombre. Atribuyen la obra de su poder a causas
naturales o a instrumentos humanos. Glorifican al hombre en lugar de Dios,
y pervierten para usos egoístas sus dones misericordiosos, haciendo de ellos
una maldición en vez de una bendición. Dios está tratando de cambiar todo
esto. Desea que nuestros sentidos embotados sean vivificados para discernir
su bondad misericordiosa y glorificarle por la manifestación de su poder.
Desea que le reconozcamos en sus dones, a fin de que ellos sean, como él
quería, una bendición para nosotros. Con este fin fueron realizados los mi-
lagros de Cristo” (El De3seado de todas las gentes, 335).
B. Te pregunto, ¿Vale la pena ser agradecido con Dios?
C. Por otro lado, este sencillo banquete en el desierto anticipa el banquete ce-
lestial de los redimidos. También una gran multitud de todas las edades de la
tierra. Todos los redimidos. No más necesidades, no más gente muriendo en
pobreza. No más muerte, no más dolor. Un cielo nuevo y una tierra nueva.
D. Llamado para ser agradecidos mientras vivamos en este mundo y ser gene-
rosos con Dios.

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Unión Mexicana de Chiapas

Un anticipo de la sanidad eterna


(Juan 11:1-44)

Jesús resucita a Lázaro.


Propósito del sermón: Agradecer a Dios porque su sanidad eterna se extiende,
como una invitación celestial sincera, al ser humano que crea
y desee aceptar a Cristo como su Salvador.

I. INTRODUCCIÓN
A. El milagro de esta noche se encuentra en el evangelio de Juan capítulo 11:1-
44. Es sólo Juan quien hace mención de este milagro.
B. Al sureste de Jerusalén, a unos 3 kilómetros, sobre la falda oriental del Mon-
te de los Olivos, camino hacia Jericó, estaba situada la aldea de Betania (El
Comentario bíblico adventista, Tomo 5; 988).
a. El hogar de Lázaro y sus hermanas era frecuentado por Jesús.
b. Allí encontraba solaz, tranquilidad y el calor de una familia que lo había
adoptado como uno más de sus integrantes.
c. Los tres hermanos desarrollaron en Jesús un amor fraterno que inspira-
ba plena confianza.
d. Fue allí donde Jesús obró este milagro.

II. EL QUE AMAS ESTÁ ENFERMO


A. La delegación, enviada por las hermanas de Lázaro, llegó hasta donde Jesús
se encontraba con el mensaje: “El que amas está enfermo” (11:3).
a. La palabra amor que se utiliza aquí es “filéo”. Es decir, el amor que se
demuestra entre los integrantes de una familia.
b. Y es que, Jesús restableció, con su muerte en la cruz, los lazos de la fa-
milia humana, es nuestro hermano mayor. Hay acceso libre cuando nos
acercamos a él.
B. Cuando intercedes por alguien puedes decirle a Jesús, con plena confian-
za: El que amas está enfermo. Porque Dios ama a los seres humanos. No

32
Semana de Gratitud 2019

importa, si como Lázaro, agonizamos enfermos por esta llaga podrida del
pecado. ¡Somos su familia!
C. Pareciera ilógico. Si amas a alguien debes actuar con prontitud ante el pe-
dido. Pero Jesús se quedó más tiempo en el lugar donde se encontraba. La
respuesta tardó en llegar.
a. La delegación mensajera fue recibida por las hermanas con esperanza:
“Esta enfermedad no es para muerte” - dijeron (11:4). Sin embargo, un
poco más tarde el enfermo murió.
b. Si las hermanas de Lázaro no hubiesen tenido la firmeza en Jesús que
demostraron, con espíritu de duda hubiesen culpado a Jesús de la muer-
te de su hermano.
c. Los discípulos observaron esta actitud de Cristo sin comprenderla. Vol-
vió a sus mentes la muerte de Juan El Bautista. “Se habían preguntado
por qué Jesús, que tenía el poder de realizar milagros admirables, había
permitido que Juan languideciera en la cárcel y muriese en forma vio-
lenta” (El Deseado de todas las gentes, 484).
d. Ellen White dice al respecto: “Aunque ninguna liberación milagrosa fue
concedida a Juan, no fue abandonado. Siempre tuvo la compañía de
ángeles celestiales… Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera
que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y dis-
cernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores
suyos… Y de todos los dones que el cielo puede conceder a los hombres,
la comunión con Cristo en sus sufrimientos es el más grave cometido y el
más alto honor” (El Deseado de todas las gentes, 197).
D. Quiero que veamos el milagro de diferentes perspectivas.
a. “Dios tiene intenciones buenas aun cuando parece demorar. Cuando
tarda la obra de liberación temporal o espiritual, pública o personal,
se debe a que espera el momento oportuno” (Comentario bíblico por
Mattew Henry, Juan 11:1-6).
b. Cristo no solo pensó en Lázaro pensó también en sus discípulos. Con la
tardanza Jesús tenía una enseñanza para ellos. Ellen White dice: “Ellos
habían de ser sus representantes ante el mundo, para que la bendición
del Padre pudiese abarcar a todos. Por su causa, permitió que Lázaro
muriese. Si le hubiese devuelto la salud cuando estaba enfermo, el mila-

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Unión Mexicana de Chiapas

gro que llegó a ser la evidencia más positiva de su carácter divino, no se


habría realizado” (El Deseado de todas las gentes, 486).
c. Había una lección más. “Jesús tenía un propósito de misericordia para
con los que no lo habían recibido. Tardó a fin de que al resucitar a Lázaro
pudiese dar a su pueblo obstinado e incrédulo, otra evidencia de que él era
de veras la resurrección y la vida” (El Deseado de todas las gentes, 487).
d. También permaneció lejos para que Satanás prevaleciera y luego, el Da-
dor de la vida, lo haría retroceder. Así la fe de las hermanas resplandece-
ría y se ganaría una contundente victoria para todos.
e. Algo que debes saber es que Juan presenta a Jesús, en su evangelio, como
el verbo, como el que estaba con Dios y era Dios (1:1-3). Y, específica-
mente, sus milagros “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre” (20:31).
f. Por lo que, aquí se observa a Jesús haciendo las cosas, no obligado por
nada, sino porque lo decidió por sí mismo en su capacidad soberana de
hacer las cosas.
g. Muchas veces quisiéramos que Jesús interviniera de cierta manera y
cuando nosotros decimos. Debemos presentar nuestras situaciones de-
lante de él y aprender a que el decida cómo y cuándo.

III. LA ORACIÓN DE JESÚS


A. Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle (11:11).
a. Los discípulos habían llegado a pensar que el amor que decían, que Jesús
tenía por Lázaro, no era real.
b. “Pero las palabras: Lázaro nuestro amigo duerme, despertaron en ellos los
debidos sentimientos. Quedaron convencidos de que Cristo no se había
olvidado de sus amigos que sufrían” (El Deseado de todas las gentes, 485).
c. Cristo aquí presenta el cuadro de la muerte de sus hijos creyentes como
un sueño. La Biblia dice que “los muertos en Cristo resucitarán primero”
(1 Tes. 4:16). Cuando Cristo venga ocurrirá la sanidad eterna del pecado.
Los muertos en Cristo despertarán del sueño para vivir la vida eterna.
B. Jesús llegó cuando Lázaro tenia 4 días en el sepulcro (11:17). A partir de este
momento la historia tiene una serie de preguntas y aseveraciones entre Jesús
y las hermanas de Lázaro que no podemos pasar por alto:

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Semana de Gratitud 2019

a. Marta salió al encuentro de Jesús reconociendo que si hubiese estado


allí su hermano no habría muerto (11:21). María le aseguró también lo
mismo (11:32). Jesús le dijo a Marta: Tu hermano resucitará (11:23).
Marta le respondió: “Yo sé que resucitará en el día postrero” (11:24).
b. Jesús le responde contundentemente: “Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquél que vive y cree
en mí, no morirá eternamente”. ¿Crees esto? (11:25,26).
c. Pregunto: ¿Estará aquí alguien que no cree que en Jesús hay vida eterna?
¿Habrá alguien que todavía sigue esperando más milagros cuando el
milagro más grande de salvación ha sido hecho por ti? ¡Jesús está vivo!
Suficiente evidencia para que creas. Él tiene poder sobre la muerte.
C. Jesús fue al sepulcro donde Lázaro fue sepultado. Y bastante conmovido,
frente a la tumba lloró (11:35). ¿Por qué lloró Jesús?
a. Los judíos concluyeron que Jesús amaba a Lázaro (11:36). Por supuesto
que le conmueve el dolor humano. Se conmueve siempre cuando hay
dolientes enlutados. En medio de tu angustia, cuando sufres, allí está
contigo. Quizá este año perdiste un ser querido que amabas tanto. Jesús
siempre estuvo allí. Nunca te abandonó por muy trágico y desgarrador
que haya sido. De paso, todas las cosas injustas en esta vida tendrán su
recompensa justa por parte de Dios. Así que dejemos la justicia en las
manos de Dios.
b. Sin embargo, hay algunas razones más por la que Cristo lloró. Ellen
White dice: “Lloró porque muchos de los que estaban ahora llorando
por Lázaro maquinarían pronto la muerte del que era la resurrección
y la vida… Con ojo profético, Cristo vio la enemistad de los fariseos y
saduceos. Sabía que estaban premeditando su muerte… Vio a Jerusalén
rodeada por las legiones romanas. Sabía que muchos de los que estaban
llorando a Lázaro morirían en el sitio de la ciudad, y sin esperanza… Su
corazón fue traspasado por el dolor de la familia humana de todos los
siglos y de todos los países” (El Deseado de todas las gentes, 490-491).
D. Jesús ordenó: “Quitad la piedra” (11:39).
a. María puso resistencia reconociendo que el cuerpo tenía cuatro días en
el sepulcro. Jesús le presentó una verdad semejante a la que le había dicho
a su hermana momentos atrás: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria

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Unión Mexicana de Chiapas

de Dios? (11:40). “Las imposibilidades naturales no pueden impedir la


obra del Omnipotente. El escepticismo y la incredulidad no son humildad.
La creencia implícita en la palabra de Cristo es verdadera humildad, ver-
dadera entrega propia” (El deseado de todas las gentes, 492).
b. “Quitad la piedra”. Ellen White dice: Cristo podría haber ordenado a
la piedra que se apartase, y habría obedecido su voz. Podría haber or-
denado a los ángeles que estaban a su lado que la sacasen. A su orden,
manos invisibles habrían removido la piedra. Pero habría de ser sacadas
por manos humanas. Así Cristo quería mostrar que la humanidad ha
de cooperar con la divinidad. No se pide al poder divino que haga lo
que el poder humano puede hacer. Dios no hace a un lado la ayuda
del hombre. Le fortalece y coopera con él mientras emplea facultades y
capacidades que se le dan (El Deseado de todas las gentes, 492).
c. Te pregunto: ¿Has hecho tu parte este año?
d. Es posible que los milagros no han ocurrido en tu vida porque falta po-
ner la parte que te corresponde. Es lindo cooperar con Dios. ¡Pruébalo!
E. La oración de Jesús
a. Me llama la atención que otra vez Jesús está frente a la imposibilidad hu-
mana. Está frente a la multitud. Para darnos una lección de dependencia
con el cielo hizo una corta oración donde expresó gratitud a su Padre.
b. “Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme
oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud
que está alrededor, para que crean que tú me has enviado” (11:41,42).
c. Allí, frente a la multitud, agradeció y declaró que era el Hijo de Dios.
“En todo lo que hacía, Cristo cooperaba con su Padre… Era por la fe y
la oración cómo hacía sus milagros… En esta ocasión, los discípulos y
la gente iban a recibir la evidencia más convincente de la relación que
existía entre Cristo y Dios” (El Deseado de todas las gentes, 493).
d. Jesús oró dándole gracias a su Padre por el milagro que iba a realizar
como si ya se hubiese realizado. Mi hermano te animo a creer y dar gra-
cias a Dios tan completamente como si ya hubiese hecho lo que le has
pedido.
e. Te vuelvo a preguntar: ¿Te da pena decir que eres un hijo de Dios ben-
decido? ¡Proclámalo!

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Semana de Gratitud 2019

IV. LÁZARO, VEN FUERA


A. Inmediatamente, después de orar y con autoridad celestial, frente a la tum-
ba del muerto Jesús dijo: Lázaro, ven fuera (11:43).
a. Después de una agitación en el interior de la tumba, Lázaro salió victo-
rioso de la tumba.
b. Allí estaba Lázaro. Sin signos de enfermedad, fuerte y saludable.
c. Ante los espectadores asombrados Jesús dijo: “Desatadle y dejadle ir”
(11:44). De nuevo se le pide a la humanidad que coopere con la divini-
dad. Una vez que desatan al resucitado, éste se arroja a los pies de Jesús
para adorarle.
d. Toda una verdadera demostración de la divinidad de Cristo. ¿Quién era
capaz de dudarlo? “La resurrección de Lázaro fue el milagro capital de
Cristo y debido a ello muchos glorificaron a Dios” (Hijas de Dios, 56).
e. “Luego sigue una inefable escena de regocijo y agradecimiento. Las her-
manas reciben a su hermano vuelto a la vida como el don de Dios, y con
lágrimas de gozo expresan en forma entrecortada su agradecimiento al
Salvador” (El Deseado de todas las gentes, 494).
B. Me gusta como dice la Biblia a continuación: “Entonces muchos de los ju-
díos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús,
creyeron en él” (11:45).
C. MI amigo y mi hermano, ¿habrá alguien esta noche que todavía duda del
poder de Dios? Espero que no.

V. CONCLUSIÓN
A. Este milagro nos da esperanza ante la tristeza que posiblemente alguien
vivió este año. No esperemos que un ser querido muera para hacer una
seria reflexión de nuestra vida. Lo que si debes hacer constantemente es
agradecer a Dios por la vida. Aun en medio de la aflicción debemos ser
agradecidos.
a. Yo no sé cómo te alcanza esta semana de gratitud. Posiblemente, mientras
muchos hacen planes para recibir un nuevo año en un ambiente de felici-
dad, tu estas triste por esa enfermedad, por ese problema que te trae pesar.
b. ¡Pero estás vivo! Vive tus horas, tus días, tus meses, tus años en gratitud

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Unión Mexicana de Chiapas

al Creador y disfruta de una relación plena con Él.


B. Este milagro también es un ejemplo de la gran alegría que tendremos cuan-
do Jesús regrese por segunda vez. Será glorioso reencontrarnos con nuestros
seres queridos que resucitarán. Vale la pena vivir con esperanza.
C. Llamado a ser agradecidos por estar vivos.

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Semana de Gratitud 2019

Sanidad en casa de un extranjero


(Mateo 8:5-13)

Jesús sana al siervo del centurión


Propósito del sermón: Agradecer a Dios porque también sana a los extranjeros.

I. INTRODUCCIÓN
A. Estudiaremos esta noche un milagro más de sanidad que Jesús realizó. Una
vez más seremos testigos de la imposibilidad humana frente al poder sana-
dor de Jesús.
B. La historia de este milagro se registra en Lucas 7:1-10. También es presen-
tado por Mateo (8:5-13). Aunque en ambos relatos tienen algunas pequeñas
diferencias, sin trascendencia al contenido, para beneficio de la audiencia
utilizaré el relato de Mateo (Leer). Por supuesto, alternaremos la historia
con lo registrado en Lucas.
C. El personaje con quien Cristo tuvo contacto sencillamente se lo llama el
centurión.
a. Era un gentil a quien no se le conoce por nombre.
b. Era una persona, al frente de aproximadamente cien soldados romanos,
que estaban bajo las órdenes de Herodes Tetrarca de Galilea. Posible-
mente encargados del orden a manera de policías (Comentario bíblico
adventista, Tomo 5, 736).

II. EL SIERVO DEL CENTURIÓN


A. Era un esclavo quien no merecía la atención que se le brinda en el relato.
Sin embargo, Lucas dice que su amo lo quería mucho (7:2).
c. Se usa la palabra griega éntimos, que se traduce como “muy querido”,
“pero también puede traducirse como: “honrado”. Esto frecuentemente
aludía a un soldado que había prestado sus servicios con lealtad a la
nación” (Comentario bíblico adventista, Tomo 5, 736).
d. Lo que quiere decir que el siervo había desempeñado un amplio servicio

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Unión Mexicana de Chiapas

a su amo. Por eso existía un vínculo cariñoso entre el amo y el esclavo.


B. Está postrado, paralítico y sufre dolores (Mt. 8:6).
a. Lucas dice que el esclavo estaba enfermo y a punto de morir. Mateo va
más allá, describiendo al enfermo como: “postrado en cama, paralítico
gravemente atormentado” (Mt. 8:6). Una situación complicada para la
época. Un caso más de imposibilidad humana para el Sanador. ¿Qué
hay tan difícil para Dios? ¡Nada hermanos! Tenemos un Dios experto
en lo imposible. Un Dios que sana toda dolencia, que se preocupa por el
que tiene aflicciones. Que atiende todas las necesidades por mínima que
sea. Es un Dios maravilloso.
b. El centurión nunca había visto a Jesús. Pero su fe se desarrolló, por lo
que escuchó de Él y creyó que podía sanar a su siervo. Con razón, la
Biblia dice que “la fe es por el oír” (Ro. 10:17). Ellen White dice: “En
la enseñanza de Cristo, según le había sido explicada, hallaba lo que
satisfacía al alma. Todo lo que había de espiritual en él respondía a las
palabras del Salvador” (Conflicto y valor, 296).
c. Pregunto: ¿Habrá alguien que padece sordera espiritual y no ha escu-
chado, en ninguno de los días de este 2019, la voz de Dios ni ha percibi-
do su presencia?
C. El relato dice que Jesús respondió: “Yo iré y le sanaré” (8:7). Una respuesta
inmediata. Dios está atento a nuestras preocupaciones. Solo una oración, solo
pídelo y el cielo vendrá en tu auxilio. Hay respuestas inmediatas, hay respues-
tas lentas, hay respuestas que dicen no, pero Dios siempre te responde.

III. EL CENTURIÓN ¿ERA DIGNO O NO?


A. En el relato de Lucas se presentan dos delegaciones. La de ancianos de la
sinagoga de Capernaum (7:3-5) y la de unos amigos (7:6). Solo por aludirlo,
Mateo no menciona a ninguna. Sin embargo, ambos ponen en el centro del
milagro la fe del centurión.
B. Es interesante que la delegación de ancianos, según Lucas, atestiguaron del
centurión romano diciendo: “Es digno que le concedas esto; porque ama a
nuestra nación y nos construyó una sinagoga” (7:4,5). Sin embargo, cuando
el centurión se acercó a Jesús le dijo: “no soy digno” (7:7).
a. ¿Era digno o no? Hay un sinónimo para la palabra “digno” que es “me-

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Semana de Gratitud 2019

recedor”. Hago esta pregunta para resaltar un asunto importante que


tiene con el “hacer” y el “ser”.
b. Los ancianos miraban lo que este centurión había hecho y creían, en su
esfera apática hacia el Mesías, que era digno. Sin embargo, mantenían
para él, como buenos practicantes judíos, las limitaciones de salvación
para un gentil. Es decir, no reconocían que la gran necesidad del ser
humano es lo único que le da derecho a la misericordia de Dios. El cen-
turión veía un contraste entre Jesús y él; lo poderoso frente a lo débil, la
santidad frente al pecado, el poder sanador de Cristo y su imposibilidad
humana. Lo digno frente a lo indigno. Por eso se creyó indigno.
c. Ellen White dice al respecto: “Su corazón había sido conmovido por la
gracia de Cristo. Veía su propia indignidad; pero no temió pedir ayuda.
No confiaba en su propia bondad; su argumento era su gran necesidad.
Su fe echó mano de Cristo en su verdadero carácter. No creyó en él
meramente como en un taumaturgo, sino como en el Amigo y Salvador
de la humanidad” (El Deseado de todas las gentes, 283). ¡Qué hermoso
testimonio!
d. Amigo que me escuchas, tu dignidad será esplendorosa cuando reconoz-
cas tu fragilidad ante el Todopoderoso. Sentirás que no eres digno. Pero,
tu gran necesidad presentada con una plena confianza ante el Todopo-
deroso, te hará digno vencedor.

IV. LA FE DE UN EXTRANJERO
A. El camino hacia la casa del centurión, por causa de la multitud, se hizo
demasiado lento. La segunda delegación de amigos, que envió el centurión,
se encontró con el Salvador. Detrás de ellos, llegó el centurión y conoció a
quien era su esperanza. Inmediatamente le rogó diciendo: “Señor, no soy
digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado
sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis
órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo:
Haz esto, y lo hace” (Mt. 8:8,9).
a. Ellen White explica lo que este centurión quería decir: “Como repre-
sento el poder de Roma y mis soldados reconocen mi autoridad como
suprema, así tú representas el poder del Dios infinito y todas las cosas

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Unión Mexicana de Chiapas

creadas obedecen tu palabra. Puedes ordenar a la enfermedad que se


aleje, y te obedecerá. Puedes llamar a tus mensajeros celestiales, y ellos
impartirán virtud sanadora. Pronuncia tan sólo la palabra, y mi siervo
sanará” (El Deseado de todas las gentes, 282).
b. “El centurión vio, con el ojo de la fe, que los ángeles de Dios estaban al-
rededor de Jesús, y que éste podía comisionar a un ángel para acercarse
al sufriente. Creía que sus palabras podían penetrar la habitación del
siervo y sanarlo” (La verdad acerca de los ángeles, 190).
c. “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo,
que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Entonces Jesús dijo al centurión:
Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado desde aquella
hora” (Mt. 8:10,13). Jesucristo vio en el centurión a la multitud de genti-
les que, con la misma fe, abrazarían gustosamente el evangelio.
d. La Biblia no lo dice, pero por el alcance del poder sanador de Cristo,
estoy seguro de que esa misma fe, sostenida por el amo, fue recibida por
el esclavo cuando supo quién lo había sanado.
e. Ellen White hace la siguiente apelación: “Así es como cada pecador pue-
de venir a Cristo. “No por obras de justicia que nosotros habíamos he-
cho, mas por su misericordia nos salvó.” Cuando Satanás nos dice que
somos pecadores y que no podemos esperar recibir la bendición de Dios,
digámosle que Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores. No
tenemos nada que nos recomiende a Dios; pero la súplica que podemos
presentar ahora y siempre es la que se basa en nuestra falta absoluta de
fuerza, la cual hace de su poder redentor una necesidad. Renunciando a
toda dependencia de nosotros mismos, podemos mirar la cruz del Cal-
vario y decir: “Ningún otro asilo hay, indefenso acudo a ti” (El Deseado
de todas las gentes, 284).
f. ¡Qué poderosa fe del centurión! Un hombre adiestrado en el ambiente
pagano de las tropas de la Roma imperial. Con una educación comple-
tamente lejos de la enseñanza bíblica y experimentando un fanatismo
religioso de los judíos, percibió la verdad que el legalismo judío nunca
comprendió. Por eso Jesús expresó lo siguiente a la multitud que le ro-
deaba: “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se
sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los

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Semana de Gratitud 2019

hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y
el crujir de dientes” (Mt. 8:11,12).
g. ¡Alerta máxima! Este es un peligro que nos puede alcanzar.
B. ¿No será que los extranjeros están siendo más agradecidos con Dios que
nosotros?
a. Quizá estén expresando más fe. Ellos no conocen a Dios, solo escuchan.
En ocasiones hasta escuchan nuestras murmuraciones, quejas y prejui-
cios en contra del uso de los diezmos y las ofrendas. Esta es un arma
diabólica que impide la generosidad entre los fieles. Aun a pesar de eso,
muchos “gentiles” han desarrollado una fe increíble porque han enten-
dido que su única esperanza es Dios.
b. Hay paganos que serán sensibles al avance de la obra cuando reciban
la luz y darán, con corazones llenos de gratitud, grandes cantidades de
dinero para que la obra sea terminada.
c. Hay gente pagana que cuando recibe el testimonio de hermanos fieles,
consagran a Dios, sus diezmos, ofrendas. Inclusive, hay muchos que dan
generosamente, cada año, sin miramiento alguno cantidades generosas
de ofrenda de gratitud. Mientras que los hijos de la bendición se presen-
tan delante de Dios con mezquindad. ¡Qué contraste!
C. Ellen White lo señala diciendo: El corazón de los hombres no es menos duro
que cuando Cristo vino a la tierra… Con sus perversas conjeturas verán
fraude y doblez allí donde solo haya perfecta integridad y justicia… Quienes
menos hacen, quienes menos invierten en la causa de la verdad son los más
proclives en expresar falta de fe… Muchos que profesan seguir la Biblia llevan
con ellos la influencia del mundo y la soberbia. Son como una nube que hiela
el aire en que otros se mueven (Testimonios para la iglesia, Tomo 4, 231).
a. Dice, además, “Muchos que profesan la verdad se están volviendo cerra-
dos y avaros” (Testimonios para la iglesia, Tomo 1, 433).
b. Ellen White te hace reflexionar así: “¿Qué preparación ha hecho usted
para el futuro mundo eterno?... Sobre usted descansa la obligación de
devolver la influencia y el dinero que le ha sido prestado por el Señor para
el avance de su causa y para glorificar su nombre” (Alza tus ojos, 149).
D. Pero también dice en otra parte: “Mediante el poder del Espíritu Santo, mu-
chos aceptarán los principios divinos. Convertidos a la verdad, llegarán a ser

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Unión Mexicana de Chiapas

agentes en las manos de Dios para comunicar luz… Consagrarán tiempo y


dinero a la obra del Señor, y se añadirán nueva eficiencia y nuevo poder a
la iglesia” (El servicio cristiano, 253). Amigos, hermanos, hoy, que nuestro
dinero todavía vale, participemos con generosidad.

V. CONCLUSIÓN
A. ¡Que hermoso milagro! ¡Qué impresionante fe del centurión romano y su
siervo!
B. Ambos le entregaron, con fe, el corazón al Todopoderoso.
C. Llamado: Esta noche el Señor te dice: “Dame hijo mío tu corazón” (Pr.
23:26). El Señor necesita tu corazón. Ese corazón egoísta. Ese corazón ava-
ro. Ese corazón con fe. Ese corazón generoso. ¿Te gustaría hacer un acto de
consagración esta noche?

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Semana de Gratitud 2019

Un modelo de gratitud
(Lucas 17:11-19)

Jesús sana a diez leprosos.


Propósito del sermón: Mostrar, en la actitud de uno de los leprosos
quien era samaritano, cómo debemos ser agradecidos con Dios.

I. INTRODUCCIÓN
A. Hermanos, ¡feliz sábado! Hemos llegado al final de la semana de gratitud.
Ha sido hermoso viajar, con la experiencia bíblica de los milagros, hacia el
lugar de los hechos donde fueron muchos los testigos que presenciaron, y
tantos otros los que supieron del poder sanador de Jesús.
B. Es fascinante recordar cada uno de estos milagros. ¡Qué lecciones! Con mu-
cha razón el apóstol Juan dijo: “Hizo además Jesús muchas otras señales en
presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero
éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y
para que, creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn. 20:30,31).
C. La intención que he tenido al presentar esta serie de milagros ha sido que
muchos de los que asistimos a la semana creamos, o afiancemos nuestra
creencia, de que en Cristo hay sanidad y vida eterna.
D. Quiero terminar este sábado con el relato de un milagro más. El milagro de
los diez leprosos. Este incidente únicamente lo registra Lucas.
a. Muy posiblemente, este milagro fue realizado durante el último viaje
que Jesús realizó por Samaria, los límites de Galilea y Perea pasando por
Jericó y finalmente, Betania, donde celebraría la Pascua.
b. Seguramente, para alejarse de la hostilidad de los líderes judíos, inme-
diatamente después de haber resucitado a Lázaro. Al término de su gira
regresaría a Jerusalén (Comentario bíblico adventista, Tomo 5, 818).
c. Les invito a abrir sus Biblias en Lucas 17:11-19 (leer).

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Unión Mexicana de Chiapas

II. DIEZ HOMBRES LEPROSOS


A. Leemos que a Jesús le salieron al encuentro diez leprosos (17:12).
a. El testimonio inspirado asegura que, de los diez, nueve eran judíos y uno
samaritano (Consejos sobre la salud, 345).
b. Era la costumbre, como medida preventiva, que ellos estuviesen separa-
dos de la familia, completamente asilados en un leprosario.
c. El hecho de que se hayan parado lejos refleja que entendían perfecta-
mente las medidas restrictivas.
d. Es interesante notar, en la Biblia, el testimonio de que “entre judíos y
samaritanos no se tratan entre sí” (Jn. 4:9). Sin embargo, las desgracias,
en muchas ocasiones, derriban todo muro de separación. Eliminan pre-
juicios y hace que las familias o amigos se unan entre sí.
e. Al parecer, el dolor común de estos diez les había unido en lo que le
llamo “Una miseria compartida”. Porque vivían literalmente en la mise-
ria. No tenían acceso al seguro social, pensión, tarjetas de restaurantes.
Abandonados completamente por la sociedad, sin esperanza de nada.
f. Cuando la gente se acercaba tenían que repetir la expresión ¡Inmundo!
¡Inmundo! Algunos quizá hasta mutilados por la enfermedad emitían
olores putrefactos. Pedían o robaban el alimento que nadie quería ver.
Una situación de verdadera desgracia.
g. Algunos de ellos probablemente habían sido judíos fieles, arraigados en
la tradición de la iglesia. Pero ahora estaban acampando fuera de la
ciudad, en una comunidad anónima de leprosos, llevando una existencia
desoladora, solitaria y de vergüenza indecible.
h. Tal es la condición pecaminosa del hombre cuando el pecado lo corrom-
pe. La Escritura muestra al leproso como un tipo del pecador viviendo
en vergüenza; debilitado y gastado por los efectos terribles del pecado.
B. Alzaron su voz y pidieron misericordia (17:13).
a. De alguna manera supieron que Jesús pasaría por allí. Así que podemos
imaginar la escena: Allí estaban esperando. Sucios, decadentes, agoni-
zantes, apoyándose el uno al otro. Posiblemente, sin importarles lo que
la gente murmuraba, gritaban a los transeúntes: ¿Oigan, ya viene Jesús?
¿Pasará por aquí verdad?
b. La Biblia dice que cuando vieron a Cristo “alzaron la voz, diciendo:

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Semana de Gratitud 2019

¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!” (Lc. 17:13).


c. Quiero que por favor prestemos atención a la petición de los leprosos.
Gritaron a Cristo pidiendo misericordia. Es como decirle a Cristo: Si
entiendes nuestro dolor, por favor, no nos des la espalda. Ten compasión,
piedad, conmiseración, de nosotros.
d. La palabra misericordia, designa de parte de Dios, un amor inquebran-
table, capaz de mantener una comunión para siempre, sin importar lo
que acontezca. Está arraigada con su gracia. Combina la idea de amor,
compromiso, deber y protección (Diccionario bíblico mundo hispano:
“Misericordia”).
e. Jesús no les dio la espalda. Como lo hizo y como lo hace siempre, aten-
diendo a su pedido, los vio con amor, y les dijo: “Id, mostraos a los sacer-
dotes” (17:14).
f. Te pregunto: ¿Cuándo fue la última vez que le pediste a Dios miseri-
cordia? Mi hermano, lo interesante de Dios es que, aunque tú no se lo
pediste, él ya te lo dio. La mayor prueba es que estás aquí. ¡Bendito sea
nuestro Dios!

III. ID, MOSTRAOS AL SACERDOTE


A. La Biblia dice que mientras iban fueron limpios (17:14).
a. No lo pensaron dos veces. Creyeron en la palabra sanadora de Cristo y
sintiendo vigor, recorriendo sus cuerpos, corrieron velozmente hacia la
ciudad en búsqueda de los sacerdotes.
b. ¡El milagro ocurrió! Mientras corrían fueron sanados. Puedes estar se-
guro de que se estremecieron de emoción. Los andrajos fueron rotos, se
miraron unos a otros y gritaron de alegría. La piel cruda y podrida se ha-
bía cerrado. Y donde hubo heridas ¡ahora había piel nueva, saludable!
c. Recuerdan ustedes que la orden de Cristo para otro leproso fue: “Mués-
trate al sacerdote, ofrece por tu purificación, según mandó Moisés” (Lc.
5:14). De paso, aquí está implícita una ofrenda de gratitud.
d. Pero a éstos diez, solo les dijo: “Id, mostraos a los sacerdotes” (Lc. 17:14).
Es cierto que ellos eran sabedores de lo que las leyes levíticas ordenaban
(Lev. 14). Y debían hacerlo.
e. Es interesante cómo actúa Dios. Nos favorece y deja que nosotros deci-

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Unión Mexicana de Chiapas

damos que hacer con sus bendiciones.

IV. ¿NO FUERON DIEZ LOS SANADOS?


A. Regresó uno que era samaritano (17:15).
a. Uno de ellos no siguió avanzando, tomó la decisión de volver a Cristo
su sanador. Deseaba alabarlo y rendirle un culto personal de gratitud.
Mientras tanto, la caminata de Cristo siguió avanzando. Repentinamen-
te, quienes le acompañaban escucharon gritos de alegría. Cuando se
volvieron y miraron atrás, vieron a un hombre corriendo hacia ellos ¡gri-
tando y ondeando sus brazos!
b. Alguien lo reconoció y exclamó: ¡Es uno de los diez leprosos! La Biblia lo
relata así: “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió,
glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies,
dándole gracias; y éste era samaritano” (Lc. 17:15-16).
c. ¡Era el samaritano! Cuando llegó a Jesús, se postró a sus pies y rompió
en alabanzas y acción de gracias. Desde lo más profundo de su ser vertió
adoración para el Hijo del Dios viviente: “¡Tú eres Dios! No podrías
haber hecho esto a menos que fueras el Hijo de Dios. ¡Alabado sea Dios!
Gracias, gracias, muchas gracias Señor. No se cansaba de expresar su
gratitud a Cristo”.
B. Ellen White hace la siguiente descripción de ese momento: “Mientras van
comprenden que la horrible enfermedad los ha dejado. Pero sólo uno tiene
sentimientos de gratitud, sólo uno siente su profunda deuda hacia Cristo,
por esta gran obra que ha sido hecha en su favor. Éste regresa alabando a
Dios, y con la mayor humildad cae a los pies de Cristo, reconociendo con
gratitud la obra hecha para él” (Testimonios para la Iglesia, Tomo 3, 199).
C. Jesús le preguntó: “¿No fueron diez los limpiados? Pero ¿dónde están los
nueve?” (Lucas 17:17). Él estaba preguntando: “¿Por qué sólo tú? ¿Dónde
están tus amigos, los otros que también sané?”
D. Amado, esa es la pregunta que Jesús nos hace hoy. De las muchas multitudes
que él ha limpiado y sanado, sólo unos cuantos le agradecen.
E. Te pregunto: ¿Dónde están los otros?
a. ¿Dónde está tu familia? ¿Vinieron contigo hoy para agradecer a Dios?
¿Dónde están tus amigos, tus vecinos? ¿Dónde están los otros nueve?
Esta semana no es improvisada. Durante el año lo anunciamos. Sabía-
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Semana de Gratitud 2019

mos que venía. Por supuesto, los que estamos aquí es porque queremos
alabar y expresar nuestra gratitud por este 2019. Siento que algunos no
pueden venir porque quizá están enfermos. Sigamos orando para que en
ellos también ocurran los milagros.
b. Pero te diré dónde están algunos que no vinieron a agradecer o están
aquí sin un espíritu de gratitud. Están en el mismo lugar donde termi-
naron los nueve leprosos sanados. Perdidos en prioridades mundanales o
tragados por el formalismo de la religión judía.
c. La estadística de este relato dice que solo el 10 por ciento agradece a
Dios. Estos nueve leprosos estaban ansiosos por proseguir con sus vidas.
Ellos razonaron más o menos así: Tengo que reintegrarme a la sociedad,
debo volver a mi esposa y familia. Recuperaré mi trabajo lo más pronto
posible. Dentro de sus prioridades estaba todo, menos gratitud a Dios.
F. Y entonces Jesús le dijo al samaritano: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado”
(17:19).
a. Ahora vino la sanidad del alma. El corazón quedó nuevamente conecta-
do al dador de la vida.
b. Su espíritu de gratitud lo impulsó a recibir del cielo la virtud más grande:
La gracia de Cristo. Pidió misericordia y ésta le fue concedida.
c. Pero hermanos, solo uno lo aprovechó.

V. CONCLUSIÓN
A. Quiero terminar esta mañana con algunas declaraciones inspiradas:
a. “Por causa de este hombre, que haría un uso correcto de la bendición de
la salud, Jesús sanó a los diez. Los nueve siguieron de largo sin apreciar
la obra realizada a favor de ellos, y no expresaron gratitud a Jesús por lo
que hizo” (Testimonios para la iglesia, Tomo 3, 199-200).
b. “Cuán a menudo los que gozan de salud se olvidan de las admirables
mercedes que les son concedidas continuamente día tras día y año tras
año. No rinden tributo de alabanza a Dios por todos sus beneficios. Pero
cuando viene la enfermedad, se acuerdan de Dios. El intenso deseo de
recuperar la salud los induce a orar fervientemente; y eso está bien. Dios
es nuestro refugio en la enfermedad como en la salud. Pero muchos no le
confían su caso; estimulan la debilidad y la enfermedad acongojándose

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Unión Mexicana de Chiapas

acerca de sí mismos. Si dejasen de quejarse, y se elevasen por encima de


la depresión y la lobreguez, su restablecimiento sería más seguro. Deben
recordar con gratitud cuánto han disfrutado de la bendición de la salud;
y si este precioso don les es devuelto, no deben olvidar que tienen una
renovada obligación hacia su Creador. Cuando los diez leprosos fueron
sanados, únicamente uno volvió para buscar a Jesús y darle gloria. No
seamos como los nueve ingratos, cuyo corazón no fue conmovido por la
misericordia de Dios” (Joyas de los testimonios, Tomo 2, 108)
B. Amigos, hermanos, este samaritano es un modelo de gratitud para nosotros.
Para este samaritano, la familia podía esperar, la sociedad podía esperar, el
trabajo podía esperar. Fue prioritario para él conocer a su sanador y decirle
personalmente: Gracias, Señor.
C. Por causa de uno que agradece, los muchos se benefician. Hoy Dios hará
maravillas con la ofrenda de gratitud porque niños, jóvenes, adultos entre-
garemos nuestra ofrenda. No lo hará uno, serán muchos. ¡Alabado sea el
Dios que sana!
D. Llamado a entregar la ofrenda de gratitud.

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