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Palavecino, Julia Noemí vs. Centro Odontológico S.R.L. s.

Despido
CNTrab. Sala IV; 25/11/2008; Boletín de Jurisprudencia de la CNTrab.; RC J
1162/09

Sumarios de la sentencia
Acuerdos - Reducción de la jornada de trabajo - Validez

En el caso, el salario de la actora fue reducido como consecuencia de la


reducción horaria por ella solicitada. Medió un acuerdo válido que supuso una
novación del contrato que fue aceptado por la trabajadora, sin que se hayan
dado vicios de la voluntad. Siempre que no se traspase el umbral de las normas
de orden público, esto es, mientras se mantengan por encima de los mínimos
garantizados por la Constitución, las leyes y los convenios colectivos, las partes
pueden modificar las condiciones del contrato. Y así, en el caso se mantuvo la
fuente de trabajo acordándose como contrapartida de la rebaja salarial una
reducción de jornada, con lo que puede decirse que se respetó la equivalencia
de las prestaciones.

Texto completo de la sentencia


En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina, a los 25 DE
NOVIEMBRE DE 2008, reunidos en la Sala de Acuerdos los señores miembros
integrantes de este Tribunal, a fin de considerar el recurso deducido contra la
sentencia apelada, se procede a oír las opiniones de los presentes en el orden
de sorteo practicado al efecto, resultando así la siguiente exposición de
fundamentos y votación:
A fs.414/417 la demandada apela la sentencia de primera instancia que hizo
lugar a la demanda.
La recurrente se queja porque el señor juez de primera instancia consideró
justificada la decisión de la trabajadora de colocarse en situación de despido
indirecto reputando incumplida la intimación por diferencia de haberes. En tal

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sentido, alude a que nunca hubo reducción salarial sino disminución de la
jornada laboral con la consiguiente proporcionalidad remunerativa.
Al respecto, cabe señalar que se encuentra fuera de discusión que el salario de
la actora fue reducido en diversas oportunidades, ya sea conforme invocó la
empleadora por la crisis económica que atravesaba en 1999 y 2001, a cuyo
efecto firmó acuerdos concretos ante la autoridad administrativa, y también ante
el pedido de la dependiente como consecuencia de la reducción horaria por ella
solicitada, la última de las cuales reconoce la actora se solicitó al efecto de
cursar materias en la facultad y durante el tiempo de duración de dichas
materias, aspecto este que, como concluyó la magistrada, resultó corroborado
por la prueba testimonial rendida en autos.
En este contexto, la Sra. Juez a-quo valoró que la instrumentación de cambios
en la remuneración a través de convenios, acuerdos de partes, y ni aún el libre
consentimiento del dependiente, habilita la reducción pues serían inválidos para
afectar el principio de irrenunciabilidad, que nulifica cualquier renuncia a
derechos laborales.
Como tuve ocasión de sostener en casos de aristas similares al presente (in re "
Yacoviello, Raúl Anibal c/ Argelite S.A. s/ diferencias salariales", sent.91.024 del
30/11/20005 y "Passarello, Vanesa Erika c/ De Remate.Com de Argentina S.A.
s/ despido", sent.91.071 del 28/12/206, ambos del registro de esta Sala), en los
que la demandada acordó con el trabajador la rebaja salarial, que "...la empresa
pudo haber dispuesto en ese momento el distracto laboral, sin embargo, hizo
hincapiè en la continuidad de la relación y para ello recurrió a la novación del
contrato, hecho que fue aceptado expresamente por el trabajador.... El art.12 de
la LCT -que establece la irrenunciabilidad de los derechos en general- y el art.58
-que alude a la admisión de renuncia cuando ello surge de la forma de
comportamiento inequívoco en ese sentido- hacen expresa referencia a que la
no aceptación de renuncia se vincula a los derechos que nacen de la ley o de un
convenio colectivo de trabajo o sea de normas que integran el orden público
laboral, lo que permite -en la medida que en el caso no exista un vicio de
consentimiento por parte del trabajador o lesión subjetiva (art.954 C.C.)- que el
empleado admita una rebaja en las condiciones de trabajo que no tienen esa
fuente (C.N.A.T., Sala III, 30/5/88, sent.56.151, "Scoco Nazar, Alberto E. c/
Entidad Nacional Yaciretà s/ cobro de pesos, "C.N.A.T., sent.90.236, 25/3/02,
"Giuliano, José c/ Cronos S.A. s / Ley 14.546")".
En autos, no resulta acreditada la existencia de vicios de la voluntad, porque la
intervención de una misma letrada tanto para la trabajadora como para la
compañía demandada, conforme surge de los términos de la demanda, no fue
planteada en sede administrativa a fin de objetar la validez del acuerdo

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espontáneo presentado con fecha 16/8/2000.
Por lo demás, comparto el criterio doctrinario que considera que dentro del
ámbito de la libre concertación, resultan aplicables las directivas del art.15 LCT,
para toda modificación sobre derechos que se han incorporado al patrimonio del
trabajador y que, por el contrario, para los derechos que todavía no lo han sido
(derechos futuros o en expectativa) es plenamente válido todo tipo de acuerdo,
aún cuando no medie homologación administrativa o judicial, siempre y cuando
no se afecte el orden público laboral, no exista vicio de consentimiento o se
afecte la justicia de la relación en cuanto a la paridad de los cambios (concuerdo
en este sentido, con el. voto del Dr. Vázquez Vialard in re "Casterán, Gustavo
Adolfo c/ Raña Veloso Raúl" CNAT, Sala III, Sent. del 30/8/85, en Legislación el
Trabajo XXXIII, 926 y ss).
Desde esta perspectiva, siempre que no se traspase el umbral de las normas de
orden público, esto es, mientras se mantengan por encima de los mínimos
garantizados por la Constitución, las leyes y los convenios colectivos, las partes
pueden modificar las condiciones del contrato ya que el convenio tendía a
asegurar el mantenimiento de la fuente de trabajo y las razones que lo motivaron
resultan, a mi juicio atendibles, más aún, cuando como en el caso, como
contrapartida de la rebaja salarial se acordó una reducción de la jornada
(claramente evidenciado en el pedido de la trabajadora en las notas de fecha 21
de agosto y 22 de octubre de 2001), con lo que puede decirse que se respetó la
equivalencia de las prestaciones.
En definitiva, considero que los convenios de novación - más allá de lo que
surge de fs.359- deben juzgarse válidos, tanto más cuando la rebaja de la
remuneración fue aplicada como consecuencia del pedido expreso de la
trabajadora que se corresponde con una disminución de la jornada de trabajo,
conforme se desprende de las notas por ella firmadas que se encuentran
agregadas a fs.52 y 53, por lo que no se justificaba la interpelación relativa a las
diferencias salariales ni obviamente el despido indirecto en que se colocó la
dependiente. En consecuencia, corresponde revocar la sentencia en cuanto
admite el progreso de los rubros indemnizatorios así como el agravamiento del
art.16 de la Ley 25.561 y la indemnización del art.2º de la Ley 25.323.
En este contexto y dada la forma en que se resuelve la cuestión de fondo, se
torna innecesario el tratamiento de los planteos que formula el recurrente en
torno al hecho de que la sentencia se haya basado en los puntos de pericia
contable solicitados por la parte actora (aunque vale la pena remarcar que sólo
se remitió al monto de la condena que se encuentra dentro de los puntos de
pericia solicitados por la demandada), y al tema de la demora en el dictado del
pronunciamiento (que también es dable señalar no se planteó en su oportunidad

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en la etapa procesal correspondiente).
Con respecto al certificado de trabajo, como surge de las constancias
certificadas del expediente por consignación que tramitó ante el Juzgado nro.17,
la demandada de autos acompañó allí los instrumentos exigidos por el art.80
LCT, que frente a un despido decidido el 27/8/2002 (fs.59), tienen como fecha de
certificación la del 2/9/2002 (ver fs.270/275). La sentencia recaída en dichas
actuaciones (pronunciada en un proceso tramitado ante la rebeldía de la
demandada Palavecino), hizo lugar a la consignación (ver sentencia del 17 de
febrero de 2003 cuyas copias constan en autos como fs.172/173) y ha pasado
en autoridad de cosa juzgada. De esta forma, contrariamente a lo sostenido en
el decisorio de grado, se ha demostrado la dación de los instrumentos
correspondientes en el proceso tramitado ante el Juzgado nro.17, y dado que se
admitió la consignación y esta quedó firme, no corresponde acoger en este
proceso el reclamo del art.45 de la Ley 25.345, dado que en autos no se ha
cuestionado la exactitud de los datos que constan en dichas constancias como
así tampoco que las constancias arrimadas cumplan acabadamente las
directivas del art.80 LCT, por lo que cabe revocar el pronunciamiento también en
este aspecto.
La nueva decisión adoptada conduce a dejar sin efecto lo resuelto en materia de
costas y honorarios, por lo que deviene inoficioso el tratamiento de las
apelaciones de fs.417 vta. y fs.419 y procede su determinación en forma
originaria (art.279 CPCCN).
En tal sentido, sugiero imponer las costas de ambas instancias a cargo de la
parte actora vencida (art.68 CPCCN) y regular los honorarios de la
representación letrada de la parte actora, los de la representación letrada de la
parte demandada los correspondientes al perito contador en doce mil trescientos
pesos, nueve mil doscientos pesos y cuatro mil seiscientos pesos,
respectivamente, a valores actuales (conf.art.38 L.O. y demás normas
arancelarias vigentes).
Por lo expuesto, voto por: 1.- Revocar la sentencia recurrida y desestimar la
demanda entablada en todas sus partes, 2.- Dejar sin efecto las costas y los
honorarios de primera instancia (art.279 CPCCN), 3. Imponer las costas del
proceso, en ambas instancias, a la parte actora, 4. Regular los honorarios de la
representación letrada de la parte actora, de la parte demandada y del perito
contador en las respectivas sumas de pesos doce mil trescientos pesos, nueve
mil doscientos pesos y cuatro mil seiscientos pesos, a valores actuales, y 5.-
Regular los emolumentos de los profesionales intervinientes en la Alzada en el
25% de lo que les corresponda percibir por su labor en la anterior instancia.
I)- Comparto con la solución propuesta por mi distinguido colega preopinante en

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torno a todas las cuestiones propuestas, pero, sin perjuicio de ello seguidamente
formularé algunas precisiones con relación a las invocadas "rebajas salariales".
En primer lugar creo necesario poner de manifiesto la orfandad de
fundamentación fáctica en todo lo relacionado con el reclamo de lo que la parte
actora ha denominado en su liquidación "diferencias salariales", debiéndose
entender que con ello -pues no lo explica claramente- que se estaba refiriendo a
descuentos salariales presuntamente decididos por su empleadora
unilateralmente.
La parte se limitó a reclamar la suma de $ 18.336, sin indicar en ningún
momento de su presentación inicial en cuanto consistió la disminución salarial ya
sea precisando un monto o un porcentaje ni concretamente cuando se
produjeron.
Sentado esto y, reiterando que comparto la decisión propuesta por el Dr.
Guisado, quiero poner de relieve que en otras oportunidades me he inclinado en
sentido contrario al que aquí se postula (aún tratándose de rebajas salariales
consensuadas, ver en ese sentido mi voto en "Dragone, María Daniela c/
Florence Nightingale S.A., S. Def. 68.734 del 18-08-06, del registro de esta sala),
pero fundamentalmente porque no se presentaban las aristas fácticas que aquí
se evidencian. Me explico.
He dicho que una rebaja en el salario del trabajador puede ser válida siempre y
cuando concurran los siguientes elementos: a) que surja de una instrumentación
escrita, con lo cual se descarta todo consentimiento tácito, b) que haya una
manifestación de ambas partes, o por lo menos del trabajador, c) que se
mantenga el carácter bilateral y oneroso del contrato de trabajo y, d) respeto de
los mínimos indisponibles según el órden público laboral.
De las constancias de la causa surgen que todos esos elementos están
presentes. En principio es fundamental señalar que fue la actora quien solicitó a
su empleadora la rebaja de su jornada de trabajo de 6 hs. a 3 hs. por día con la
consiguiente y proporcional rebaja en su salario (ver documentos de fs. 52/53,
no desconocidos por la actora a fs. 84), a lo cual la demandada le prestó
conformidad.
Aquí se advierte claramente que la rebaja salarial no se debió a una decisión
unilateral de la demandada, sino por el contrario se originó en una solicitud
concreta de la actora; no fue gratuita, sino por el contrario onerosa y además se
advierte que se mantuvo el sinalagma. La actora no ha renunciado a parte de su
salario a cambio de nada, sino por el contrario a una reducción de su jornada de
trabajo en un 50 % para la realización de actividades personales y de estudio
(ver fs. 52/3 citadas), con lo cual no se advierte perjuicio alguno.
Luego de esto nunca más solicitó revisión alguna de tal situación, la cual se

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mantuvo hasta el fin de la relación.
Otro aspecto que considero no merece obviarse es que la Srta. Palavecino en su
presentación inaugural nada de esto invocó en la demanda sino que por el
contrario guardó absoluto silencio con respecto a una situación que ella misma
originó, es decir omitió efectuar cualquier referencia a las propias solicitudes que
dieron origen a una disminución salarial consecuencia de una reducción de
jornada por ella pedida.
A mayor abundamiento puedo señalar que de la prueba obrante en autos, no
surge que la actora haya realizado otra jornada distinta de la solicitada por ella.
Sentado esto, nada más tengo que agregar y por ello adhiero a la propuesta del
primer voto.
Por ello el Tribunal RESUELVE: 1.- Revocar la sentencia recurrida y desestimar
la demanda entablada en todas sus partes, 2.- Dejar sin efecto las costas y los
honorarios de primera instancia (art.279 CPCCN), 3. Imponer las costas del
proceso, en ambas instancias, a la parte actora, 4. Regular los honorarios de la
representación letrada de la parte actora, de la parte demandada y del perito
contador en las respectivas sumas de pesos doce mil trescientos pesos, nueve
mil doscientos pesos y cuatro mil seiscientos pesos, a valores actuales, y 5.-
Regular los emolumentos de los profesionales intervinientes en la Alzada en el
25% de lo que les corresponda percibir por su labor en la anterior instancia.
Cópiese, regístrese, notifíquese y oportunamente devuélvase.
OSCAR ZAS - HÉCTOR C. GUISADO

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